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Título
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BS_1927_08
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Descripción
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Boletín Salesiano. Agosto 1927
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extracted text
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Año XUL
AGOSTO, 1927
Número 8.
BOLETIN SALESIANO
REVISTA DE LA S O B R A S DE DON BO SC O
SU AAA RIO: Estudiando a D on Bosco. — M odelos d e C ooperación S alesiana: Don C a rlo s C am pora. —
D e la C a sa M adre: B odes de oro sacerdotales - V isita ilustre - E x alumno artista. — Tesoro espiritual. —
D e nuestras M isiones: N uestro Prefecto G eneral en O riente - J a p ó n : Nueva residencia - L as Hermanas
Salesianas en el C haco Paraguayo. — Libros recibidos. — C ulto de M a ría A uxiliadora: La tiesta en Turin
- G racias de M a ría Auxiliadora. — P o r el mundo salesiano: B arcelona: E x alumnos - B uenos Aires: Larre
B orges en el C o l e r o P ió IX - A licante: P aseo a C artagena. — A l vuelo: B uenos A ires - Cindadela C órdoba - El C uzco ■ G eneral A cha - M adrid - P am pa - S a lla - S a iriá - Tibidabo. — Los que mueren.
Estudiando a Don Bosco
En e¡ número del Boletín Salesiano del
mes de noviembre dcl pasado año publicamos
un artículo de fondo titulado La Figura de
Don Bosco, del cual el presente puede con
siderarse como continuación. Decíamos en
tonces:
1 ® - Que las grandes figuras del Cristia
nismo son a la vez hijas de su tiempo y
remedio de los males inmediatos o remotos
del mismo.
2° - Hacíamos ver cómo Don Bosco es
hijo de su tiempo, cómo su obra corresponde
a las necesidades de su época y cómo supo
oponerse a las malas tendencias de la misma.
- Decíamos también que Don Bosco es
sobre todo una figura de bondad; que supo
unir a la conciencia y seguridad de su magna
obra, una sencillez encantadora de actos
y de lenguaje; que simplificó la perfección
cristiana haciéndola consistir en el trabajo
asiduo y en la santificación del mismo tra
bajo y del deber, por medio de la caridad.
4° - Que por esa misma bondad caracte
rística, su obra de reforma y de lucha contra
el mal parece reducirse a una pacífica pe
netración o, si se quiere, a la introducción de
células y elementos sanos en el organismo
envenenado y enfermo de la Sociedad mo
derna, sabiendo aprovechar aquel lado bueno
que hay en todo hombre, aunque milite en
partidos contrarios al bien.
Veremos ahora cual fué el principio ani
mador de su prodigiosa actividad.
La caridad forjadora de ideales.
La Obra de Don Bosco, ideada en un
período turbulento, nacida en medio de
las dificultades, humilde y silenciosa en
un principio, pero tenaz y conquistadora,
no pudo desarrollarse inconscientemente
y sin un orden de antemano establecido;
no puede menos de ser fruto de una
acción ponderada y sistemática; sobre
todo, si se tiene en cuenta que es obra de
penetración y de afirmaciones atrevidas.
Pero en vano buscaremos en Don Bosco
una actitud filosófica o doctrinaria.
Don Bosco no es un intelectual; es un
hombre de corazón; y posee la cualidad
propia de los santos de unir a la visión
de las grandes empresas y a la realización
de estas sublimes visiones, la aptitud
extraordinaria para el trabajo de detalle,
humilde y oscuro, propio de la bondad
sencilla y práctica; porque el hombre de
corazón encendido en la llama de la ca
ridad, aunque se sienta capaz de abarcar
ai mundo entero, se cuida con igual so-
22Ó
licitud de las cosas más insignificantes,
del ser más desgraciado, como si no estu
viera con la mirada fija en un ideal gran
dioso y lejano y como si su mente no
estuviera ocupada en la elaboración de
un programa de colosales proporciones.
Don Bosco (y es ésta otra de sus notas
características de grandeza) concibe un
plan vastísimo y emprende la actuación
de un programa que más tarde se revela
orgánico y grandioso, con el método
propio del hombre de corazón, o, para
decirlo mas propiamente, movido por la
caridad. Se puede decir que la única
pero eficacísima arma de que se valió en
ía lucha titánica que tuvo que sostener,
el resorte prodigioso que le sirvió para
obrar un bien tan grande, fué la caridad.
Lo han llamado Padre de los Huérfanos,
el San Vicente de Paul de su siglo; y con
razón. Pues en torno de su caridad, como
alrededor de un sol que atrae y vivifica,
gira todo el complicado sistema de sus
obras; y no hay detalle, por pequeño
que sea, que de la caridad no dependa
o con ella no se relacione. Y cualquiera
que al estudiar su larga y complicada
vida, no se contente con el conocimiento
de una serie de episodios más o menos
interesantes, sino que desee abarcar de
una sola mirada sintética, la idea creadora,
el secreto de su prodigiosa actividad,
verá como toda ella se concentra en el
concepto de la caridad educadora y de la
paternidad benéfica.
M aravillosa sinfesis
de una múltiple actividad.
El contorno biográfico de Don Bosco,
que a primera vista y considerado super
ficialmente parece sencillo y reducido,
es, sin embargo, sumamente complejo
y múltiple; sobre todo en el segundo
trentcnio de su vida, que fué el de mayor
actividad. Y aqui nos encontramos de
nuevo ante el maravilloso contraste que
tanta grandeza e interés dá a su perso
nalidad. Pues vemos al educador y peda
gogo, al padre de los huérfanos y bien
hechor de los niños abandonados, al
fundador de Congregaciones religiosas,
al propagador del culto de María Auxi
liadora, al organizador de Asociaciones
de seglares esparcidas por el mundo en
tero, al promotor de la caridad coope
rativa, al ideador de lejanas Misiones, al
escritor popular de libros morales y apo
logías religiosas, al propagandista de la
prensa honesta y católica, al creador de
talleres cristianos para el aprendizaje de
oficios, al editor de colecciones científicoliterarias, al hombre de la caridad y de
la piedad y al hombre de negocios y de
asuntos de público interés, unirse y fun
dirse en la única persona de un humilde
sacerdote, sin apariencia, que nunca turba
la serenidad de su aspecto, ni la encantadora modestia de sus modales con grandes
ademanes decorativos y que evita cuida
dosamente en sus escritos y en sus discursos el esplendor e importancia de las
grandes frases retóricas.
Ahora bien; entre esta admirable
multiplicidad de actividades, a primera
vista hasta antitéticas, no solamente cabe
la coordinación, sino una maravillosa sín
tesis. Porque así como no lo diría todo
quien presentara a Don Bosco sólo como
un grande educador, o como un hombre
caritativo y benéfico; tampoco entendería
su personalidad quien pretendiera sub
dividirla según la diversidad de empresas
a que puso mano, como si fueran resul
tado de diversas y distanciadas actividades
de un ánimo multiforme y voluble.
Don Bosco consagró toda su vida a una
idea y puede decirse que solo vivió de esa idea.
Ante todo y sobre todo se propuso la
redención moral de la juventud pobre y
para este fin movilizó al mundo entero,
en toda su extensión y aprovechando
todos sus aspectos. Puso mano a gran
diversidad de obras, pero siempre con el fin
de salvar a la juventud, de redimirla de la
abyección en que se encontraba, de aislarla
de los peligros, dé asegurar su perseverancia.
Aun aquellas ramas de su Obra, en sí
lozanas y prósperas, que parecerían ale
jarse algo de este pensamiento central,
de este su fin primordial y dominante,
como parte de su obra de escritor y las
Misiones entre infieles, están también
subordinadas, por la influencia y los mé
todos, a aquel mismo fin. Pues la caridad,
a imitación de la Providencia de Dios,
está dotada de la prerrogativa verdadera
mente Divina de existir para el mundo y
de utilizar para sus fines todas las acti
vidades del mismo.
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227
E ! gran secrefo de D on Bosco.
Pero mientras se contempla esta admi
rable potencia de bien, puede ser que
pase desapercibido un hecho que tiene
con ella una relación natura! y estrechí
sima, aunque no necesariamente en la
forma que Don Bosco le ha dado.
Muchos en efecto, quizá los más, ven
en el Grande y en el Santo al hombre
de corazón que busca, encuentra y acoge
al niño necesitado y le proporciona al-
de ios cambios de tiempo y de ambiente,
como un verdadero paso adelante en el
camino del progreso humano.
Nos referimos al S i s t e m a P r e v e n t i v o
en la educación.
La palabra sistema es del mismo Don
Bosco y considerada en abstracto, resulta
cómoda para indicar precisamente el mé
todo seguido en la educación de la juven
tud; pero nada tiene en nuestro caso,
de aquel carácter doctrinario, artificioso,
contrario, en una palabra, a la exponta-
La P a z (Bolivia) — C o l e r o "D on & osco ” con la nneva iglesia en constnsccidD.
bcrgue, pan y trabajo; es decir: admiran
c! hecho externo, en sí fundamental y
que sirve de base a la obra; pero que el
día de mañana, cambiadas las condiciones
sociales podría, en ciertos ambientes,
resultar menos necesario, sin que dejara
de ser verdaderamente útil el verdadero
principio informativo de aquella actividad.
Por eso junto a la manifestación externa
de la actividad caritativa de Don Bosco
y en íntima unión con ella, hay que con
siderar otro hecho intrínseco, que da la
nota de la verdadera originalidad, que
descubre los tesoros del corazón y de la
mente de este verdadero Genio del bien,
y que permanecerá siempre, aún a través
neidad del corazón, que generalmente se
entiende con aquella palabra.
Yo no sé si el corazón obedece a sistemas;
lo cierto es que las pocas normas que
Don Bosco formuló en las breves páginas
que nos dejó escritas sobre el Sistema
Preventivo son de tal naturaleza que sin
el corazón, o no se podrían actuar o que
darían privadas de sus benéficos efectos.
La base del Sistema Preventivo.
Y quien dice corazón dice caridad,
pero caridad auténtica, fundada en una
intensa vida religiosa. Porque es tal la
suma de sacrificio, de abnegación, de
228
hacerse todo a todos, que exige la actua
ción del sistema, tal como allí se nos pre
senta y tal como, por dicha de los niños,
se practica en los Colegios de Don Bosco,
que sería imposible concebirlo animado
por jun simple y frío altruismo arreligioso
y sin aquella generosidad que sólo puede
inspirar una fe superior y sobrenatural.
Sin embargo, como la caridad no dejará
de existir mientras dure el Cristianismo,
y el hombre de corazón es ya en gran
parte cristiano, dicho sistema, tal como
fué concebido y definido por su mismo
autor, es un verdadero .descubrimiento
en el campo de la pedagogía y puede sei;
actuado en cualquier sitio y por toda
clase de personas; y en efecto vemos
que, de una manera más o menos com
pleta, va siendo adoptado en todas partes.
Y sus efectos, siempre buenos, resultarán
tanto más sensibles cuanto más uso se
haga, en la práctica, de los medios sobre
los cuales Don Bosco fundó toda la eficacia
del trabajo educativo, que son los que pro
porciona la religión. « O religión, o azotes».
Sus principios fundamentales.
Vigilar constantemente, pero con ojo
cariñoso,. al niño, para evitar que caiga
en falta o pecado, pero dejándole a! mismo
tiempo respirar y esparcirse a sus anchas
en animadísimos recreos; estudiarlo intimarronte para comprenderlo y poder
así dirigir sus inclinaciones y prevenir
sus caídas; actuar en él por medio de la
persuasión, procurando sobre todo in
culcarle la idea de que en la práctica del
deber se encierra una valor ultratcrreno,
pues es un verdadero servicio de Dios;
hacerle conocer y, dada su índole olvi
dadiza, recordarle a menudo sus deberes;
corregirlo cariñosamente, como lo harían
un padre o un hermano y no castigarlo
fría y categóricamente por faltas en las
que quizás, por su natural irreflexión y
ligereza, nisiquicra se había fijado; inspi
rarle confianza, a fin de que no cierre
su corazón ante el porte autoritario del
Superior, sino que, en un ambiente de
libertad, lo abra y lo manifieste, atraído
por la simpatía de una bondad cariñosa,
de manera que el sólo retirarle la bene
volencia sea para el un castigo; en una
palabra, actuar el gran secreto de hacerse
amar, para obtener, por amor, lo que por
fuerza no se obtendría, o aunque se llegara
a obtener, produciría hipocresía o exa
cerbación; he aquí los principios funda
mentales de esta Pedagogía del amor,
como Don Bosco la reveló al mundo y
la practicó con sus niños, y como puede
verse todavía en cualquiera de sus Ins
titutos, cualquiera que sea su objeto y
en cualquier parte del mundo que se
encuentre.
Adaptabilidad del Sistema.
Porque si bien es verdad que la caridad
inspiró al grande Educador este método
para conducir al bien a los niños redi
midos del arroyo, por ser los más nece
sitados de compasión y benevolencia, no
es menos cierto que este sistema procede
de un principio más trascendental y pro
fundo, a saber: del celo cristiano por las
almas por un lado y por el otro, del profundo
conocimiento del alma del niño, quienquiera
que sea, doquiera se halle, y cualesquiera
sean sus vicios y virtudes.
Por eso el Sistema Preventivo es apli
cable y obtiene los mayores éxitos edu
cativos con toda clase de niños, de la
ciudad o del campo, abandonados o corri
gendos, nobles o plebeyos; y posee toda
la soltura y libertad de adaptación propias
de los grandes principios y de las grandes
verdades.
Aquellas pocas páginas de Don Bosco,
exponen magistralmente un método; pero
por su misma naturaleza son la negación
del metodismo. El corazón y la caridad
deben poderse mover a sus anchas y re
ducirse y adaptarse, como aquel profeta
que para resucitar al niño se encogió por
completo haciéndose pequeño como él.
Su efícacia didáctica.
El sistema de Don Bosco no supone
un determinado método didáctico o un
orden fijo de estudios como el método de
La Salle o la Ratio Studiorum de la Com
pañía de Jesús; sin dejar por eso de tener,
como es natural, íntima relación con el
método de enseñanza, sea cual fuere el
programa que se adopte.
Esta relación se descubre especialmente
en el Reglamento que el mismo Don
Bosco redactó para sus Casas, que más
229
parece hecho de consejos que de'preceptos;
y se comprende que aún la misma ense
ñanza ha de resultar sensiblemente mejo
rada, cuando se apoye en la base de un
interés inspirado por la caridad, de la
mutua correspondencia del alumno, de
la completa abnegación del maestro y de
un cuidado especial en favor de los más
cortos de inteligencia.
Si se piensa que en los Colegios de
Don Bosco el alumno que asiste a las
clases está ligado con el maestro por un
No tenemos la pretensión de que todo
en este sistema sea nuevo y bien sabemos
que algunos de sus particulares se en
cuentran actuados acá y acullá; y mucho
menos es nuevo el principio de la caridad
en que se apoya. Pero como Don Bosco
no tuvo nunca la idea de crear ex novo,
ni quiso, en manera alguna, levantar una
construcción pedagógica caprichosa, (como
desgraciadamente vemos en la historia
de este arte), ¡a bondad y ¡a imporfancia
de su sistema, no consiste en ¡a novedad de
La P a z (Boltvia) — G rupo de alumnos artesanos del C olegio “Don Dosco.'
afecto más fraterno que filial, y que el
maestro que ahora se sienta en la cátedra
ha sido pocos momentos antes el alegre
compañero del niño en sus juegos y con
versaciones, y que con él se ha arrodillado
al pie del mismo altar y que, en una pa
labra, toma parte en su vida y en sus
expansiones de alegría, que en las Casas
de Don Bosco resulta el undécimo man
damiento, se comprenderá fácilmente qué
aura benéfica y restauradora deba respi
rarse en aquella clase y cómo el mismo
mecanismo antipático de la enseñanza
y de la disciplina, participe de aquel am
biente de libertad y franqueza que le dan
el máximum de la eficacia.
¡os particulares, sino en el descubrimiento
de ¡a síntesis que ¡os reúne, los concreta
y ¡os vivifica. Y en todas las grandes
creaciones del genio humano ha suce
dido así.
Por eso Don Bosco pasará a la historia
como uno de los más grandes Pedagogos
y como tal recibirá el tributo de admi
ración de los siglos. Llamarlo el Vicente
de Paul del Siglo X IX es, como dijimos,
un justo título de gloria; pero no nos dá
la idea completa. También él tiene su gloria
propia, en la que no conoce antecesor y
que formará quizá en el porvenir uno de
sus títulos antonomásticos: y es la reve
lación y práctica del Sistema Preventivo.
250
Modelos de Cooperación Salesiana
Con especial satisfacción y orgullo el
Boletín Salcsiano va dando a conocer
los modelos de virtud que florecen en el
hermoso campo de la Cooperación. Salesiana
y que van formando una verdadera galería
de heroes de la caridad cristiana, que con
sus ejemplos confirman que Dios inspiró a
Don Sosco la fundación de la P ía Unión
de los Cooperadores Salesianos, para que
los cristianos, en el mundo y en el seno de
las familias, pudieran llegar a un alto grado
de perfección, según su estado.
h
IV
En San Nicolás de los Arroyos, pri
mera Fundación Salesiana de América
ha desaparecido una de aquellas figuras
venerandas que supieron pasar, como el
Divino Modelo, haciendo bien y cuya
memoria será bendecida a través de mu
chas generaciones.
Nos referimos al insigne Cooperador
Salesiano,
DON C A R L O S CÁ M PO R A
que entregó plácidamente su alma a Dios
el día 7 del pasado abril, a la avanzada
edad de 8i años, rodeado de sus nume
rosos hijos y parientes que le amaban y
veneraban como a un Patriarca.
El Boletín Salesiano debe recoger su
memoria y su nombre, para grabarlo con
caracteres indelebles y presentarlo a todos
los lectores como modelo acabado del
Cooperador Salesiano.
Cuando los primeros hijos de Don
Bosco llegaron a América en 1875 y se
establecieron en San Nicolás, allí estuvo
el primero entre los primeros, como sol
dado de vanguardia en su puesto, sin
defecciones, Don Carlos Cámpora en la
plenitud de sus veintinueve años, —
recién formado su hogar, al unirse en
matrimonio con Doña Rosa Montaldo.
— ávido de ios nuevos misioneros, en
quienes cifraba todas sus esperanzas re
ligiosas de cristiano reciamente ejemplar.
Dios había de concederle más tarde, el
consuelo de presidir, ya octogenario,
coronado de méritos y de virtudes, la
celebración del cincuentenario de aquella
incierta hora inicial de dificultades y d.sacrificios heroicos, condecorado por S .S .
Pío X 1 con la Cruz pro Ecciesia et Pontífice.
Había llegado a América en setiembre
de 1868 para dar a sus energías expansión
que no encontraban en sus montañas do
origen, y San Nicolás ofrecía las seguri
dades de otros amigos y parientes que
le habían precedido desde 1857, con las
garantías de la conservación intacta dilas costumbres cristianas: íla gran preo
cupación de su vida! Y allí fué el traba
jador incansable, y el cristiano de recia
contextura y e! inspirado vidente del
porvenir, que usó de los abundantes
talentos que Dios le regalara, para llenar
ampliamente su doble misión de coloni
zador y de apóstol.
Trabajador incansable.
Fué de una laboriosidad proverbial,
que ésta es la base de toda virtud, y asi
llegó a hacer de la campiña Nicoleña,
•que era entonces tierra virgen, sin divi
siones ni caminos, un edén de legumbres
y frutales. Mas tarde dió a San Nicolás
251
su mejor industria, la del vino, haciendo
mil ensayos, venciendo fracasos y oposi
ciones hasta encontrar la vid aclimatable
y triunfó. Hoy hay en San Nicolás mas
de 500 viñateros y 200 Bodegas de pros
peridad floreciente, con una producción
de más de cuatro millones de litros de
vino, que forman el mejor monumento
a la obra de sus amores de trabajador y
de vidente.
Prácticas cristianas.
Su fe fué robusta y su piedad sincera.
El Santuario de Vlaría Auxiliadora lo
tuvo diariamente — hasta que se lo per
mitió la edad — escuchando su misa y
acercándose con ejemplar frecuencia a
los Santos Sacramentos. No olvidó nin
guna de sus oraciones de niño: « Ivle las
enseñó mi madre y no dejé un día de
rezarlas », decía. Y porque amó a la Virgen
de su infancia, la de la Guardia, le levantó
Su mayor gloría.
un trono en medio de la colonia genovesa,
Y con ser este un legítimo triunfo de para que se perpetuara el mismo culto a
su actividad y de su inteligencia, no es ella rendido en las alturas de Figogna.
El rosario rezado cada noche en común
sin embargo la mejor de sus glorias...
Otra mayor lo enaltece y lo prestigia, con la familia, era para él un precepto.
irradiando sobre su figura luminosidades Y él mismo, entonaba el Angelus a medio
inmortales que harán perdurable su me día y de rodillas, para ganar las indulgen
moria: la fuerza y la vitalidad y el temple cias. « Ahora comprendo porqué los Ere
cristianos que supo infundir y mantener mitas buscaban la soledad» decía pin
en la colonia genovesa, que él contribuyera torescamente, cuando visitas extrañas lo
a fundar y sobre la que ejerció el alto y obligaban a interrumpir el rezo del
responsable apostolado de la educación rosario, o en los días festivos, le impedían
acudir a la bendiciórí de la tarde. Y las
del carácter.
Su familiaridad con los libros santos más de las veces, invitaba a la visita a ay el recuerdo de las lecciones del que compañarlo a la iglesia.
Otro de sus principios era:
fuera « su grande recordado amigo el
* Cumplid siempre las promesas, aún
P. Tomatis*, prestaban a su conversación
una amenidad interesante. Y se le rodeaba cuando no obtengáis la gracia pedida;
para escucharle, ofreciendo el venerando con Dios no se comercia». Así, no obte
Patriarca al hablar a los suyos, el espec nida la salud de su hija mayor, religiosa
Hermana de María Auxiliadora, dió lo
táculo de una visión bíblica.
Y porque predicaba con el ejemplo, mismo la suma de dinero prometida.
La caridad en él fué incesante. Los
su predicación verbal incesante, adquiría
fuerza de convicción. Sabía callar, cuando salesianos lo recuerdan todavía, en la
la discreción se lo aconsejaba. Señor, época de una peste, clausurado su co
hacedme callar cuando no convenga hablar, legio, proveyéndoles a diario, por un
exclamaba, poniendo dique a su palabra, resquicio secreto, oculto en las sombras
antes de hacer de ella algún uso inconve de la noche, los víveres necesarios. Y en
niente. Del Sacerdote hablemos bien, o aquel entonces arrancábase el pan de su
boca, porque los tiempos eran difíciles
callemos. Esa era su consigna.
Temeroso de Dios, con una conciencia y no poseía aún medios de fortuna...!
recta y transparente, analizaba escrupu
losamente sus menores acciones y pen Su amor a la Congregación Salesiana
samientos, temiendo sobre todo la ofensa
y a M a ría Auxiliadora.
de Dios; encontraba siempre disculpas
Amó entrañablemente a la Congregación
para los yerros ajenos pero era intransi
gente para sus propios errores. May que Salesiana y cooperó eficazmente a su
vivir para el cuerpo, como si no hubiésemos difusión y al florecimiento de la misma
de morir nunca y para el alma, como si en San Nicolás de los Arroyos, debién
tuviésemos que morir ahora. En esta frase- dose a su influencia y actividad el que
programa de San Francisco de Sales, por el espíritu salesiano inspire y regule todas
él repetida, resumió la norma de su las actividades de aquella región. Fué
lector asiduo del Boiríín Salesiano desde
vida.
2^2
SU fundación y de las Lecturas Católicas,
cuyas colecciones se conservan casi ínte
gras en su biblioteca y que el finado leía
invariablemente todos los días festivos.
Era tiernamente devoto de iVlaría Au
xiliadora, cuya visita domiciliaria recibía
mensualmentc en su casa.
El mismo adornaba el cuarto que debía
recibirla; él preparaba el altar donde
debía ponerse y abrirse la graciosa Capillita. Ejerciendo el verdadero Sacerdocio
que le confería su venerable paternidad,
presidía los cultos que en común, a la
mañana y a la noche, le rendían todos sus
hijos.
Pero él personalmente se reservaba
para honrar a María Auxiliadora casi todo
ese día. Arrodillado o sentado respetuo
samente delante del altarcito, recitaba las
más tiernas oraciones que había apren
dido en su infancia, allá en los encanta
dores valles de Liguria, a los pies del
Santuario de la Guardia. Y con la oración
subía también al ciclo su canto. Canto
lleno de unción, con voz clara, de artista,
en tono alto para mejor escalar las alturas.
En esos momentos era cuando más
hacía gustar a cuantos le oían la fervorosa
estrofa da San Alfonso:
En mis últimos momentos
En mi última agonía,
Quiero llamar a María
Llamarla y luego morir.
Santo muerte.
Y una vida así, de unión con Dios, toda
dedicada a obras buenas, tuvo como natural
epílogo una envidiable y santa muerte.
Cien días exactos de enfermedad, atado
al lecho y al sillón por una hemiplcjia,
mostraron su resignación y su temple
cristiano. Fue preparándose concienzu
damente al paso difícil, que lo atemori
zaba de verdad. Su gran obsesión fue el
temor de morir sin tener a su lado al sa
cerdote, recomendando a todas horas se
le llamara; y durante tres meses los
sacerdotes y seminaristas de nuestro Co
legio y salcsianos de Buenos Aires lo vi
sitaban. En sus últimos cinco días, no le
abandonaron, ni aún de noche, un solo
instante. /Amaos los unos a los otros, fue
su última recomendación. Y serenamente.
sin un solo movimiento, — asistido por
su sobrino el P. Montaldo y por el P. D i
rector del Colegio Don Bosco, — por
consunción natural, dió a Dios su alma,
para encontrarse con sus grandes amigos
el Card. Cagliero, Mons. Fagnaño y
Costamagna y los RR. PP. Tomatis y
Rabagliati, etc., que lo habrán presentado
a Don Bosco y a María Auxiliadora..., y
habrá exclamado así, en latín que le era
grato: Placebo Domino in regione vivorum.
Y ¡coincidencia providencial! Parece
que María Auxiliadora quiso escuchar
la plegaria con que todos los meses la
despedía; pues la estatuita de la Visita
Domiciliaria llegó a su Casa el día de su
agonía acompañando su cuerpo en la
capilla ardiente y ciertamente su alma
a las mansiones de la Gloria.
Sus exequias fueron una apoteosis de
cariño. Los dos Inspectores salcsianos
Rvmos. Padres Serié y Bonetti, bajaron
exprofeso desde Buenos Aires y Córdoba
para presidirlas, y con ellos, sacerdotes
y familias de Buenos Aires y Rosario.
Los acólitos y novicios salesianos, que
habían ya cantado solemnes responsos
en su capilla ardiente, salieron con todo
el clero de niños y sacerdotes revestidos
al encuentro de su cortejo fúnebre, —
verdadera caravana humana, — para llevar
a brazos sus restos, a lo largo de tres
cuadras, hasta el templo salesiano donde
se cantó imponente la misa fúnebre.
Al paso del cortejo, los templos de les
Asilos y del Hospital, todos iluminados,
abrieron sus puertas; de pie en las veredas,
las filas de asilados y el personal; era el
testimonio tácito de la gratitud.
En la necrópolis, el Rmo. P. Serié,
despidió sus restos en nombre de la Obra
de Don Bosco; los sacerdotes presentes
oficiaron sus responsos... y sus restos
fueron a dormir, junto a los de la que fue
su fiel compañera durante cuarenta y
nueve años.
i Bienaventurados ellos, que asi duermen
en el Señor!
Nuestra gratitud, reza para que Dios
aumente la gloria de sus siervos.
É l
235
De la Casa Madre.
Bodas de oro sacerdoíales.
El próximo mes de setiembre se cumpli
rán los 50 años de la ordenación sacer
dotal y primera Misa de uno de los salesianos más antiguos y que vivieron en
más prolongado e íntimo contacto con
nuestro Venerable Fundador Don Bosco
y cuyo nombre es conocido y venerado
de un modo especial en Chile y en general
en toda la América Española, que pudo
admirar y apreciar las grandes dotes de
su apostólico corazón.
Nos referimos al Rudo. Sr. Don Luis
Nai, que entrado en el Oratorio Salesiano
de Turín a la edad de 14 años, en 1869,
terminó en él los cursos de gimnasio,
recibió el hábito clerical de manos del
mismo Don Bosco el 1 1 de febrero de
1872, hizo los votos perpetuos el 25 de
setiembre de 1875 y fué ordenado sacer
dote el 22 de setiembre de 1877.
Desde 1873 a 1879 fué maestro y ca
tequista en el Colegio de Borgo San Martino; Desde 1879 a 1902 formó parte del
personal de la Casa de San Benigno Canavese, plantel de vocaciones sin cuento y
en la que ocupó el cargo de Prefecto du
rante 8 años y durante 15, el de Director.
Desde 1902 a 1906, fué Inspector de las
Casas Salesianas de Palestina y desde
1906 a 1924 ocupó igual cargo en la R e
pública de Chile. Finalmente durante los
años 1924 y 1925 fué Visitador extra
ordinario de las Casas de Perú, Bolivia,
Ecuador y Venezuela.
55 años de activísima vida salesiana
lo han hecho acreedor al afecto y admi
ración de sus hermanos y a la confianza
de los Superiores que, después de haberle
confiado delicadísimos encargos, lo han
llamado a la Casa Madre, junto al San
tuario de la Auxiliadora, para confiarle
la dirección de la Casa Capitular, cargo
que desempeña con siempre jóvenes ener
gías, rodeado del afecto respectuoso de
todos sus hermanos en religión.
No dudamos que la noticia de la fausta
fecha de sus Bodas de Oro sacerdotales,
será acogida con gusto por cuantos salesianos y Cooperadores estuvieron en
contacto con su bondadoso corazón, fiel
reflejo de la bondad de nuestro Vble.
Rdo. Sr. D. Lqís Nai. S. S.
Padre, y dará lugar a cariñosas manifes
taciones de afecto.
El Boletín Salesiano, que tantas veces
hubo de reseñar las obras de su celo, con
gusto alza su voz entre los primeros para
entonar un himno de afecto y admiración
al buen Hijo de Don Bosco y pedir al
Señor lo conserve todavía muchos años
a nuestro afecto ,y para bien de nuestra
amada Congregación.
Visite ilustre. — El día 9 del pasado junio,
de regreso de la Ciudad Eterna, llegó a Turín,
con el único deseo de visitar el Santuario de
María Auxiliadora y ver la cuna de la Congre
gación Salesiana, el limo. Sr. Obispo de Cádiz,
M ons. Tvlarcial López Criado. A l día siguiente
celebró la Misa de comunidad de los estudiantes,
dedicando el resto de la mañana a visitar el
Oratorio Salesiano y la maravillosa fundación
del Bto. Cottolengo.
Por la tarde visitó el Oratorio Festivo de
Monte Rosa, la Casa de Valsalíce donde des
cansan los restos mortales de nuestro Fundador;
el Instituto Salesiano de San Juan Evangelista,
donde admiró la magnífica Iglesia levantada
por Don Bosco para contrarrestar la influencia
del próximo templo protestante; la Crocetta o
274
Instituto Teológico Salesiano Internacional,
donde Su lima, fué recibido por los 240 teólogos,
a los que dirigió afectuosas palabras, diciendo
que habí-n de ser como aquellos buenos israelitas, que se recordaban en el evangelio del día
(viernes de las témporas de Pentecostés) que
tomando al paralitico enfermo lo pusieron casi
violentamente a los piés de jesús para que lo
sanara; que lo mismo habían de hacer al llegar
al sacerdocio y esparcirse por todas las partes
del mundo, cuantos allí se encontraban: Tomar
al mundo enfermo y ponerlo a los piés de
Jesús para que lo sane. — Dió luego la
bendición solemne con S . D. M . y visitó las
principales dependencias del establecimiento;
por último se dirigió al Instituto internacional
de las Mijas de María Auxiliadora en el barrio
de San Pablo, donde la misma Superiora G e
neral, recién llegada de España, acompañó al
bondadoso prelado en la visita a las varias sec
ciones de tan importante Instituto.
En todas partes tuvo nuestro grande amigo
palabras de encomio para la Obra salesiana y
para nuestro grande fundador, a quien profesa
un cariño extraordinario.
Al día siguiente, por la mañana, siguió su
viaje hacia Francia, despidiéndole en la por
tería nuestro Rector M ayor quien le agradeció
grandemente la visita y una vez más los agasajos
de que lo colmaron, con su buen Pastor, los
gaditanos, durante la visita que el año pasado
hizo o aquella ciudad.
Luego departió familiarmente con los teó
logos hispano-americanos, admirando todos
su jovialidad y el gran afecto que conserva a
todo lo salesiano.
Ex-AIum no A ríisía , El día 14 del pasado
junio, debutó en Turín en el teatro Balbo, como
primer tenor de ópera, el exalumno' de las Es
cuelas Salesianas de Sarriá, Don Juan Garcin,
obteniendo un grandioso éxito.
Los ocho años pasados en la Casa Salesiana
han dejado en su corazón profunda huella y
un gran cariño a María Auxiliadora y a Don
Bosco. La vigilia de su actuación fué a enco
mendar a María Auxiliadora en su Santuario
el éxito de la empresa y a darle las más rendidas
gracias volvió al día siguiente.
Con especial gusto aceptó la invitación de
hacer una visita a nuestro Instituto Teológico
Internacional de la Crocetta. Como la colonia
hispano-amcricana conocía la afición que, como
buen aragonés, tiene por la jota, le saludaron
con el canto de la entusiasta jota de D. Arturo
Goffard y el privilegiado cantor agradecido c
interpretando el deseo de todos, cantó magistralmcntc, acompañándose el mismo con la
guitarra, la romanza del primer acto dcl Barbiere di Sñ'iglia, una rondalla aragonesa y una
granadina, en las que hizo verdaderas fili
granas, que le valieron una grande ovación y
demostraron las excepcionales dotes de su voz
que le proporcionará, sin duda, grandes éxitos
en el mundo artístico.
8.
12.
14.
15.
29.
Los*Srcs, Cooperadores Salesianos, cumplien
do los requisitos de costumbre, pueden ganar,
Indulgencia plenaria:
1. El día que se inscriben en la P ía Unión.
2. Una vez al mes, a elección de cada cual.
j . Una vez al mes, asistiendo a la conferenoia.
4. Asimismo, una vez al mes, el día en que
hagan el Ejercicio de la Buena Muerte.
5. El día que por primavera vez se consagren
al Sagrado Corazón de jesús.
ó. Siempre que hagan Ejercicios Espirituales
durante ocho días seguidos.
Además, los sigulenfes d ías:
Mes de Agosto:
6. La Transfiguración dcl Señor.
15. La Asunción de Ntra. Señora,
tó. San Roque.
Mes de Setiembre:
Natividad de Ntra. Sra.
Dulce Nombre de María.
Exaltación de la Sta. Cruz.
Los siete Dolores de María.
Dedicación de San Miguel Arcángel.
También pueden ganar otras muchas indul
gencias plenarias y parciales y gozar de varios
privilegios, como puede verse en el Reglamento
o * Cédula de admisión a la Pía U nión», a la
cual nos remitimos.
Nota: Los cooperadores que por enfermedad
o convalecencia no puedan ir a la iglesia, podrán
ganar las indulgencias arriba expresadas re
zando en su casa cinco Pater, A ve y Gloria.
La indulgencia del fraba/o.
Todos los días, con la única condición de estar
en gracia de Dios, los Cooperadores Salesianos
que en medio de sus ocupaciones o de su tra
bajo, levanten el corazón a Dios con alguna
piadosa invocación, pueden ganar:
1. Una indulgencia plenaria por una cual
quiera de dichas invocaciones.
2. 400 días de indulgencia por todas las
demás, cada vez.
i
Nuestro Prefecto General
en las Misiones de Oriente.
Desde el mes de enero del presente año el Rvdmo.
S r. D . Pedro Ricaldone, Prefecto General de
nuestra Congregacñín, por encargo del Rector
M ayor D . Felipe Rinaldi, se halla recorriendo
¡as Misiones Saleslanas establecidas en India,
Indochina, China y Japón, para hacerse cargo
personalmente de la labor de ¡os salesianos, de ¡as
dificultades con que han de luchar, deJ inmenso
campo misionero que se ofrece a la actividad salesiana y para llevar a aquellos abnegados soldados
de primera linea el consuelo de una visita de uno
de ¡os superiores mayores.
L a siguiente relación es una muestra del entu
siasmo que despierta en todas partes el represen
tante del sucesor de Don Bosco.
Shillong 29 marzo 1927.
Amadísimo Padre:
He tenido la dicha de acompañar a
nuestro Superior D. Pedro Ricaldone en
la visita hecha al distrito de Laitkynsew.
La acogida que se tributó al representante
del Sucesor de Don Bosco no podía ser
más cordial. La sencillez expansiva de
aquellas gentes nos conmovió y el ver
acudir a millares de paganos para ver y
saludar con respeto al Fadar Rangbah
(al Padre Grande) nos hizo exclamar:
Verdaderamente la mies es abundante
y dorada.
Recibimienfo enfusiasía.
Salimos de Shillong con nuestro ama
dísimo Mons. Mathias el día 19 del co
rriente mes por la mañana. Laitkynsew
dista de Shillong 64 kilómetros. Los
primeros cincuenta se hacen en automóvil,
por una carretera que serpenteando trepa
por entre amenas colinas todas cubiertas
de magníficos pinares. A la derecha de
jamos el Peali, montaña de dos mil metros
de altura, en cuya cima campea una gran
cruz de madera colocada por nuestros
novicios. A medida que la carretera sube
la impresión aumenta pues sijue al borde
de enormes precipicios y el automóvil
corre veloz por entre una naturaleza
grandiosa c imponente.
En las cercanías de Cherrapunjee con
templamos estratos de carbón fósil. Este
pueblo goza fama de ser el país mas llu
vioso del mundo. Llegaron a caer en un
solo día hasta 1020 mm. de agua y en un
año se llegaron a registrar í j metros del
líquido elemento.
A la entrada del pueblo ya nos estaban
esperando los cristianos que, al divisar
a nuestro Superior, cayeron de rodillas,
mientras otros le saludaban con disparos
de petardos. El P. Ricaldone les dió desde
el automóvil la bendición de María Auxi
liadora y seguimos nuestro camino. Al
llegar al punto donde ya no es posible
seguir en automóvil, encontramos varios
grupos de cristianos que nos llamaron
la atención por los pintorescos mantos
multicolores con que se tocaban. Todos
quisieron estrecharnos la mano y nos
ofrecieron las primeras naranjas y después
de repetir a todos el simpático saludo
khasi ¡kublei! nos sentamos a la sombra
de copudos árboles para tomar un poco
de desayuno.
Fafher Bars.
Entre tanto llegaron los huerfanitos
de St. Antony con algunos salesianos
que también se dirigían a Laitkynsew
para dar mayor solemnidad a la fiesta
con su presencia y con su banda de mú
sica. Hacia el final del desayuno he aquí
que llega jadeante y sudoroso Father
Bars, el Padre Misionero, español, encar
gado del Distrito. Los Khasi lo llaman,
Father motocar (Padre automóvil), porque
en su celo incansable corre siempre de
un lugar a otro por las ásperas pendientes
de estos montes. Aquella misma mañana
llegaba de un pueblo distante seis horas
de camino, a donde había sido llamado
urgentemente para asistir a un enfermo.
Después de un breve descanso empren
dimos la marcha a pie. Los niños ágiles
2j 6
como ardillas iban saltando por las toscas
gradas grabadas en la piedra. Father
Bars nos hacía de guía y de cicerone.
Laifkynsew está a la vista, allá arriba,
como un nido de águilas; sus rojas te
chumbres resaltan en medio de la abun
dante y verde vegetación. Un profundo
y peligroso valle se abre a nuestros pies.
Con interés creciente escuchamos las
explicaciones que nos da Father Bars de los
Agradables sorpresas.
Sueños y nulidades.
Después de dos horas de camino, pa
sada una revuelta del sendero, nos aguar
daba la mas agradable sorpresa. En una
explanada, antes de empezar la subida
que conduce a Laifkynsew, comienzan las
señales de la gran fiesta: banderas, arcos
triunfales, guirnaldas, flores, inscripciones.
Laitkynsew (Aasam-ImliA) — A ia llegada dcl Rvdmo. S r. D. Pedro Ricaldone.
fenómenos telúricos y volcánicos de que
es rica la región. A un cierto punto, des
pués de hacernos contemplar unas magní
ficas cascadas, saca un envoltorio. Es su
desayuno, que como buen misionero, se
ha acostumbrado a tomar andando para
ganar tiempo.
Nos internamos por entre naranjales
y casi en el fondo dcl valle, sobre un
terraplén que se adelanta, descubrimos
un pucbiccito que con sus blancas casas
semeja un rebaño de ovejas paciendo en
la montaña. Hay en él una fervorosa
comunidad de cristianos que a nuestro
paso lanzan al vuelo la campana de su
capilla-escuela. Pero con sentimiento hemos
de pasar de largo y proseguir nuestro viaje.
En medio de la explanada tres rústicos
asientos cubiertos con ricos tapetes y
todo alrededor, formando corona, niñas
vestidas de blanco, niños y un mar de
pueblo...
Mientras contemplamos extasiados aquel
espectáculo, bombas y petardos atruenan
los aires con sus estampidos; los niños
agitan en sus manos sendas banderas y
todo el pueblo grita: ¡Kubiei, Fadar Rangbah\ (Bienvenido, Padre grande). Se ade
lantan luego seis pajecitos, vestidos con
típicos trajes khasi, elegantes, lujosos,
con adornos de plata, collares de oro y
de coral y el blanco penacho que ondea
sobre el turbante, y ofrecen ramilletes de
flores al Rvdo. P. Ricaldone, mientras los
237
demás niños cantan con voces argentinas
un himno de ocasión. En seguida toda
aquella muchedumbre se agolpa alrede
dor del buen Padre, quedando en primer
término los niños; todos quieren estre
charle la mano y ofrecerle una naranja.
¡Cuántos apretones de mano, cuántos
khublei y sonrisas y sobre todo cuántas
naranjas! Menos mal que entre hermanos
y huerfanitos formamos un buen número.
Antes de empezar la subida todos
aquellos niños, entonan en italiano, el
himno de Pagclla: Cantiam di Don Bosco.
Y sin entender lo que dicen cantan: Don
Bosco es un canto infinito que oirán miles
de ciudades de todos ¡os ámbitos del mundo.
Y entre aquellas agrestes montañas, per
didas en un extremo del mundo, viene
a nuestra memoria aquel sueño de Don
Bosco, cuando el buen Padre vió correr
a su encuentro ejércitos de niños de bron
ceada faz, gritando: ¡Finalmente has ve
nido ; te habiamos esperado tanto tiempo!
Los sueños se han convertido en realidad.
en italiano, francés y español. Han apren
dido estos cantos de la boca del misio
nero y de los clérigos que pasaron allí
una temporada durante las vacaciones;
y ahora estos montes resuenan con las
melodías salcsianas y todo el repertorio
desde « volano, volano» a * la formiga
¡a va sulla spiga », al Marinaio del Cardenal
Caglicro, va recreando nuestros oidos y
hace unir nuestras voces a aquel coro
Caesfá arriba. - Los cantos salesianos.
Y empieza la subida. Los niños van
delante. Su infantil alegría, la emoción
de aquel entusiasta recibimiento son como
alas de ternura que nos envuelven y hacen
menos sensible la fatigosa subida y el
calor sofocante. El camino es áspero y
difícil; a veces no basta posar en el suelo
los pies, hay que abrazarlo con las manos.
Fafber Bars para consolarnos nos cuenta
que un Khasi, durante la estación de las
lluvias, dió un resbalón y se cayó en un
precipicio, quedando muerto. Pero la
alegría no disminuye y el Padre Ricaldone
a pesar de la cándida barba que durante
el largo viaje ha ¡do cubriendo su rostro,
es de los primeros en mantener el buen
humor. Finalmente el sendero, cansado
de trepar, sigue horizontalmente entre
frondosos árboles. El camino llano rea
nima la conversación y los niños vuelven
a sus cantos. Pero ¡qué sorpresa más
agradable! Son nuestros cantos; los cantos
de los primeros tiempos del Oratorio, los
mismos que cantaban los niños de Turín,
cuando alegres rodeaban a Don Bosco:
Bondi, care maraie...
Viva Don Bosco, nostro Papá!
Y no solo cantan en Piamontes, sino
i»
Assam (India) — MooomenloB funerario!.
que en tan lejanas tierras hace que nuestro
Superior conmovido exclame: iQuién iba
a decir que había que venir a esas lejanas
tierras para oir nuestros tradicionales cantos ?
Y así, casi sin darnos cuenta, llegamos
a la cumbre y nos enconframos frente a
la Iglesia, donde vimos que otro nos
había precedido: ¡Don Bosco! Sí; porque
aquellos cristianos, con delicado pensa
miento, en la plaza que se extiende de
lante de la Iglesia, habían colocado, como
en un trono, el retrato de Don Bosco,
adornado con flores y banderas. Y así
Don Bosco mismo con su amable sonrisa
nos dió la bienvenida. Los pajccitos for
maron corona alrededor del cuadro y
volvió a resonar el himno de triunfo:
Cantiam di Don Bosco...
238
En Laiíkynsew como en Tarín.
Laitkynsew se halla situado en la cima
de una cadena de montañas que por una
parte desciende suavemente hacia la in
mensa llanura del Syllet, surcada por
ríos navegables, mientras por la otra está
casi cortada a pico, formando profundos
valles y espantosos precipicios. El clima
es envidiable. Toda la comarca está sem
brada de pueblecitos, que semejan nidos
en medio de la espesura del bosque.
En tanto la plaza de la Iglesia parece
uno de nuestros grandes Santarios de
montaña, en un día de peregrinación.
Diversos grupos de cristianos, todos con
trajes de vistosísimos colores, se han
distribuido según las diversas provenien
cias. Algunos han venido de pueblecitos
distantes dos jornadas de camino; todavía
llevan en la espalda el saquito de arroz
con que se alimentan... Nosotros vamos
pasando de grupo en grupo pues todos
quieren ver de cerca al Father Rangbah,
llevarse su mano a la frente y regalarnos
naranjas. Sobre todo los niños no saben
separarse de nosotros y da gusto verlos
tan graciosos y limpitos. La banda lanza
al aire sus festivas notas y terminada la
vuelta a través de los diversos grupos,
ya hacia el atardecer, entramos en la
Iglesia para hacer una visita a jesús, antes
de entregarnos al descanso.
Al día siguiente hubo que cantar la
misa al aire libre. La celebró el Rvdmo.
D. Pedro Ricaldone y asistieron mas de
1.500 personas. Nuestros huerfanitos can
taron una misa de PageHa. Y así bajo la
bóveda de un ciclo sereno, apoyada en
gigantescas cadenas de montanas, la hostia
de paz se levantó para bendecir a toda
aquella región.
A las once se desarrolló un festival
gimnástico. El grupo gimnástico « Don
Bosco^ de St. Antony, hizo filigranas
entre la admiración de aquellas buenas
gentes que nunca habrían crcido a sus
hijos capaces de ejecutar tan hermosos
ejercicios. El buen salesiano coadjutor
Roncoroni ejecutó magistralmcntc la gran
vuelta en la barra fija. La multitud lo
contempló con pasmo y ansiedad y al
final c.xclamaron: Marrí ¿Quien se atre
verá nunca a hacer la guerra contra esta
gente? y lo miraban como a un mago.
Inútil decir que durante todet el día
D. Pedro Ricaldone se vió asediado por
la gente que se renovaba sin cesar y yo
no hacía más que darle medallas y es
tampas de María Auxiliadora para dis
tribuir entre los visitantes. No sólo los
niños, sino los hombres y mujeres acudían
diciendo: ¡Padre, dame a Jesús! ¡dame a
M aríal. Si, pueblos buenos y sencillos
ahora os daremos la imagen de Jesús,
pero pronto esperamos poderos dar a
Jesús mismo. También se presentaron
comisiones de cinco o seis pueblos a
suplicar que se Ies enviara un maestro
católico, porque todos querían hacerse
cristianos, i Cómo se encogía el corazón
ante la imposibilidad de dar en seguida
acogida favorable a sus súplicas! iCónio
sufría nuestro buen Superior al tener
que contestar con un « Veremos, haremos
¡o pos¡b!e..J Y ¿cómo podremos hacer
frente a tantas necesidades? i Ah! si hu
biera medios suficientes para dejar en
cada pueblo un catequista, la religión de
Cristo obtendría en estas tierras el más
grande triunfo.
Por la tarde hubo la gran reunión.
Asistieron a ella más de -j.ooo personas
y todos los discursos fueron en honor de
Don Bosco y de su representante. Al
final, con general sorpresa se levantó a
hablar Don Pedro Ricaldone, quien leyó
un discurso en lengua khas¡. La correcta
pronunciación y la seguridad con que
redondeaba los periodos produjeron enor
me sensación. Todos daban muestras de
gran alegría al oirlo hablar en khasi y sadmiraban de su improvisada ciencia.
La ceremonia terminó con la bendición
dada al aire libre.
Ya anochecido, en un palco improvisado,
nuestros hermanos coadjutores con los
niños de St. Antony entretuvieron a toda
la concurrencia con una representación
teatral a la que asistió una multitud enorme,
atraida por la curiosidad, y que no cesó
de reir siguiendo con gran interés las
cómicas escenas.
El día siguiente, lunes, fué jornada
de despedida. Antes de volver a sus res
pectivos pueblecitos, aquellos fervorosos
cristianos se arrodillaron por turno de
lante del P. Ricaldone para recibir la
bendición de María Auxiliadora, i Cuántas
veces al ver aquel espectáculo de fe.
É
239
salía de nuestros labios esta expresión:
¡Oh, si estuviera aquí nuestro Don Felipe
Rinaldil
Episodios conmovedores.
El martes emprendimos la vuelta hacia
Shillong. Ya algo lejos de Laitkynscw,
nos alcanzó un anciano que arrodillándose
son poderosos. Tres años ha, por obra
de un buen católico khasi, la buena se
milla fué sembrada en Mausmay; germinó
en el corazón de un anciano que era como
un patriarca, rodeado de una numerosa
familia de hijos, nietos y biznietos y al
convertirse él, comunicó el fuego sagrado
a la mitad de la población y Fafber Bars
tuvo el consuelo de administrar en un
Shillong (Assam-India) — P aisaje típico de aquellas (ierras.
en tierra dijo al Father Rangbah: Que
Dios te conceda un feliz viaje, si no nos
volvemos a ver en la tierra, ruega para
que podamos vernos en el Cielo con
Don Bosco.
Pero el viaje tenía que terminar con
un episodio conmovedor. A 5 Km. de
Cherrapunjee se encuentra la aldea de
Mausmay. Fué en este pueblo donde el
año 1842 los protestantes iniciaron su
obra evangelizadora entre los Khasi; y
no obstante todos sus esfuerzos no logra
ron hacer ni un solo adepto; hecho tanto
más sorprendente si se considera que en
los pueblos colindantes ios protestantes
solo día 105 bautismos y las conversiones
continúan sin cesar. Es una comunidad
que recuerda y reproduce el fervor de los
primitivos cristianos. El buen anciano,
de quien se valió la gracia de Dios para
obrar este portento, falleció santamente
hace unos tres meses. En el bautismo se
le impuso el nombre de Pedro; también
él fué un apóstol y de la última hora;
pero murió contento con la sonrisa en los
labios porque iba a ver al buen Dios.
Esta cristiandad merecía, pues, una vi
sita y cuando el automóvil llegó a las
primeras casas, vimos que todo el pueblo
estaba adornado con banderas y una mu-
1
240
chcdumbre de niños y gente rodeó nues
tro automóvil. Nos detuvimos en la casa
del anciano Pedro, donde nos habían
preparado un recibimiento en toda regla.
La sala principal de la casa, o mejor gran
cabaña, estaba toda adornada; a falta de
mesa, una tabla puesta a la altura de medio
metro hizo estupendamente sus veces.
Dada la solemnidad de la circunstancia,
estaba cubierta con blancos manteles, so
bre los cuales lucían tazas de porcelana
y ha§ta dulces a la europea. Nos sentamos
al rededor de aquella mesa en unos asientos
sumamente bajos y todos los Cristianos,
unas 150 personas, de pie en torno nues
tro. Entonaron un himno de ocasión y
leyeron un discursito, pidiendo un ma
estro. Somos ya 150, decía el lector, y
otros muchos quieren ser instruidos. No
tenemos quien nos ensene. Tú que eres
el Padre de nuestras almas, tú que has
sido enviado por Don Bosco, mándanos
un catequista para que enseñe a nuestros
hijos a amar a Dios.
D. P. Ricaldone hizo contestarles que
ciertamente encontraría algún bienhechor
que se encargara de hacerles construir
cuanto antes una iglesia y una escuela.
En aquel ambiente de familia, sencillo,
ingenuo, se cantó, se rió, se ejecutaron
nuestros cantos, que los niños conocían
perfectamente. Nos ofrecieron el impres
cindible te y también aqui nos cargaron
de naranjas, hasta llenar dos grandes
cestas... Pero, llegó el momento de la
separación; algunos niños hasta lloraban;
también nosotros estábamos conmovidos.
El tiempo apremiaba, el P. Ricaldone los
bendijo, estrechó a todos la mano y el
automóvil partió, saludado por una salva
de aplausos y aclamaciones. Ya fuera del
pueblo, nos dimos cuenta de que los
niños habían adornado el automóvil con
diez banderitas de color y con aquel sím
bolo de triunfo y de alegría entramos en
ShiUong.
Ha aqui, amado Padre, una pálida
idea de los agasajos que al representante
del Sucesor de Don Bosco tributaron
aquellos buenos cristianos. Si esta narra
ción suscita algún bienhechor que se
acuerde de Mausmay y de los demás
pucblecitos, sin duda que los restos dcl
buen anciano Pedro, se conmoverán de
alegría y María Auxiliadora llegará pronto
a ser la Reina de estas tierras. Bendíganos
a todos y especialmente a su afmo. hijo
in C. J.
E s t e b a n F e r r a n d o Pbro.
Misionero Salesiano.
DEL JA P Ó N .
Enírada
en el campo de trabajo.
Miyazaki, 22 de febrero de 1927.
Veneradísimo Sr. D. Felipe Rinaldi:
Acabo de llegar de Nakatsu, donde he dejado
instalados a nuestros queridos hermanos P. Piacenza, P. León y Sr. Merlino. ¡Deo gratiasf^
Nuestra pequeña familia de M iyazaki se va
desmembrando para ocupar las- otras dos re
sidencias confiadas a nuestros cuidados.
Nuestra primavera.
Hace un año que empezamos- nuestro tra
bajo de preparación, procurando- vencer lasdificultades de la lengua, mientras en medio
de los encantos de la naturafeza que se ofrecían
a nuestros ojos extasiados, soñábamos llegara
el momento de poder hacer algo en favor de lasalmas confiadas a nuestros cuidados. Y ahora
al reaparecer la florida primavera japonesa,
rodeados de las mismas fascinadoras, bellezas,
aunque balbuceando apenas esta difícil lengua^
empezamos, en el nombre de Dios, de María
Auxiliadora y dcl Vblc. Juan Eosco, nuestra
humilde obra.
Las yemas lozanas, los capullos que se abren,
los verdes prados que renacen yendo a confun
dirse con el verde oscuro de los pinares que los
rodean y que trepan atrevidos por las laderas
de las montañas, las abigarradas rocas contras
tando con los restos de los cañaverales de bambú
y el azulado mar que se extiende hasta el m ás
lejano horizonte, sembrado de escollos y pro
montorios, todos son para mi símbolos de los
frutos que nos esperan, de la armonía de tantos
corazones de hermanos y amigos lejanos que
con nostálgico cariño piensan en nosotros; de
la unión intima de oraciones y de auxilios de
tantas almas generosas que no dejarán de so
corrernos. Y mientras el tren velozmente nos
conducía a travos de esas bellezas naturales yo
soñaba... soñaba... Mirando- a mi alrededor,
veía a esos buenos japoneses o taciturnos y
reflexivos, o hablando de sus negocios; oía el
alegre charloteo de los estudiantes que llenan
241
los trenes para dirigirse a los centros de estudios;
a la derecha, el mar que se ocultaba y reaparecía
en formas siempre nuevas; a la izquierda, magní
ficas llanuras cultivadas y terraplenes llenos de
vegetación y a lo lejos, las montañas sembradas
de pueblecitos y pequeñas ciudades y de popu
losos centros dedicados a la agricultura o al
comercio.
En vano mis ojos buscan entre estos pueblos,
en medio de sus casas la iglesia católica, mos
trando en lo alto de sus torres la cruz salvadora...
En cambio acá y acullá, en medio de verdes
ferrocarril importante y a poca distancia del
M ar interior del Japón, en medio de una lla
nura bien cultivada con cereales, frutales y
huerta y hacia el interior limitada por una ca
dena de montañas, donde todavía se descubren
rínconcitos nevados.
En la estación nos aguardan los pocos cris
tianos que allí residen y la familia de) fotógrafoquiso recibirnos en su casa para descansar y
tomar un bocadito. Hacia las siete de la tarde,
hicimos la entrada solemne en nuestra residen
cia. Entonamos el Te Deum en nuestra modesta
M iyazaki (Japón) — Los misioneros salesianos antes de separarse para ir a fondar la residencia de Nakalau.
bosques, se levanta el templo pagano o se des
cubren a lo largo de la campiña, pequeños ce
menterios. Doquiera se advierte una vigorosa
actividad económica; pero, cuánto más prove
chosa sería si estuviera animada por nuestra fe.
Doquiera también muchedumbres infantiles
que se divierten alegremente o que se recogen
en las numerosas escuelas... Y al contemplar
aquellos campos cubiertos de prometedoras
mieses exclamaba más con el corazón que con
los labios: « ¡Oh amado Jesús! g u a n d o veremos
dorarse la abundante mies que nos ha sido con
fiada ? »
E l frasplanfe.
Las nueve largas horas de tren han pasado
y ya estamos en Nakatsu, la residencia más sep
tentrional de nuestra Misión, hermosa ciudad
de más de 20.000 habitantes con estación de
capillita y acogiéndonos a la protección de María
Auxiliadora y de San José, a quien está dedicada
la residencia, y encomendándonos de corazón
a Don Bosco, preparamos lo necesario para
pasar la noche. La cama japonesa está pronto
lista: encima de una estera, un pequeño colchón,
luego las mantas y..., ¡Buenas noches!
A la mañana siguiente entronizamos defini
tivamente a Jesús en nuestro Tabernáculo, ro
gándole venga pronto a reinar sobre estas almas.
E l día lo pasamos ordenando la casa y prepa
rando la fimeión para el día siguiente que era
domingo. Dijimos la misa con la mayor solem
nidad posible y el P. Piacenza Ies dirigió un
sermoncito. No faltaron la música y los cantos,
terminándose todo con la Bendición de jesús
Sacramentado.
Los seis únicos cristianos que asistían a la
función no cabían en sí de alegría, pensando
en el risueño porvenir que esperaba a su comu-
242
nielad. Las notas del armonium y los cantos
hicieron asomar a algún curioso que pasaba
por la calle; por ahi se empieza.
Ya anochecido se presentaron tres muchachas,
manifestando el deseo de instruirse. Les dimos
algún librito, una estampa y una medalla de
María Auxiliadora y de Don Bosco. ¿Q u é más
podíamos desear para el primer día ? 6 Y ahora ?
Virgen de mi vida, María Auxiliadora y Don
Bosco de mi alma, tomadla por vuestra cuenta.
¡Que venga la hora de la Redenciónl
Arregladas las cosas a la buena, con verda
dera pobreza salesiana, me despedí de aquellos
buenos hermanos y emprendí el viaje de regreso
a M íyazaki. Y mientras el tren iba subiendo
las escarpadas cuestas o atravesaba los nume
rosos túneles o emprendía vertiginosa carrera
a través de los verdes campos, yo no cesaba de
rezar y meditar. Y al pasar de nuevo por Oita,
campo principal un tiempo del apostolado de
San Francisco Javier y fuerte baluarte de cris
tianismo en el Japón, pasaban por mi mente
los numerosos misioneros jesuítas con sus
muchas iglesias, escuelas y hospitales y con sus
70.000 cristianos; pero al mismo tiempo surgían
en mi fantasía, en' danza vertiginosa, los tres
siglos de persecución, las dolorosas apo^^tasías
que cambiaron el aspecto de aquellos campos,
un tiempo tan fructíferos para la fé.
Al trabajo que con tanto celo han emprendido
los misioneros de las Misiones Extranjeras de
Paris, añaden ahora su minúsculo contributo
los humildes hijos de Don Bosco. Ciertamente
esta gran Nación Japonesa parece destinada por
la Providencia para regenerar a los pueblos dei
extremo Oriente y conducirlos a Jcsucri.,to.
Esto significa a mi modo de ver, su maravilloso
progreso material, y las mismas dificultades de
todo genero que se oponen al apostolado cató
lico por parte de las fuerzas unidas del enemigo
de las almas. Según la opinión de los misioneros
que nos han precedido, cooperar a la evangeiización dcl Japón es hacer obra de inmenso
valor para la Iglesia católica, i Pues bien, her
manos y Cooperadores nuestros, con oraciones
y con sacrificios luchad a nuestro lado por
Jesús y por las almasl
Bendiga, amado Padre, nuestros primeros
trabajos. Hemos iniciado nuestra Misión en
Nakatsu, al empezar el mes de S . José y pre
dicando sobre la parábola de la semilla! ¡Buen
augurio! Dios quiera que la semilla caiga en
tierra buena y que creciendo produzca real
mente treinta, sesenta y ciento por uno.
Por toda la colonia salesiana japonesa su
•fm o. hijo
V icente C imatti Pbro.
Misionero Salesiano.
Las Hermanas salesíanas
en el Chaco Paraguayo.
Copiamos de un diario uruguayo:
Acaban de embarcarse con destino a la Misión
entre los indios dcl Chaco Paraguayo tres Her
manas Salesianas.
El hecho merece ser destacado.
Estas tres Hermanas que abandonan su patria,
el Colegio, todos los vínculos de amistad y de
sangre, para trasladarse al remoto desierto e
iniciar una vida nueva, junto a la toldería indí
gena, entre todas las molestias e incomodidades
y frente a todos los peligros, por este solo hecho
se convierten en heroínas de la caridad y del
sacrificio.
Ante estas tres peregrinas movidas por un
amor sobrehumano al indio y por una sobre
humana compasión de sus miserias, es preciso
inclinarse, sin distinción de ideas o de creencias.
Una circunstancia imprime a este episodio
un valor singular.
Son ellas las primeras Hermanas Misioneras
que se ponen en contacto con los indios del Chaco
Paraguayo.
Junto a su blanca toca sentirán aquellos seres
infelices los primeros latidos de un amor, para
ellos totalmente desconocido.
Las indias, sobre todo, que arrastran su exis
tencia en la estúpida inercia del toldo, envueltas
en la inmundicia material y moral, .se hallarán
finalmente frente al tipo ideal de la mujer, cuya
sola presencia les dejará entrever un destino
y una posición social jamás sonados.
En verdad, era un hecho doloroso el que,
después de cuatro siglos que la luz de la civi
lización se irradia sobre este vasto continente,
hubiese seres a quienes no alcanzara aún su
primer resplandor.
Y es un honor para nuestra tierra uruguaya,
el que de ella hayan salido los primeros heraldos
de esta civilización, con la pequeña caravana
de Hijas de María Auxiliadora.
Libros recibidos.
Hemos recibido de la acreditada librería
Luis C iti, Córcega 4 15 Barcelona, los siguientes
libros que recomendamos a nuestros lectores:
Tratado elemental de filosofía, por Profesores
de la Universidad de Lovaina, traducido de la
7* Edición Francesa por el P. José de Besalú
— 7* Edición — Dos tomos 15 ptas.
El Amigo Alberto, Novela n. iz de la Biblio
teca Rosaleda, por José M . Folch y Torres —
Un volumen, Ipta.
La fiesta de María Auxiliadora en Turín
Impresiones de un peregrino (Conclusión).
A medio día.
Finalmente; en el altar lateral de San
Pedro, donde durante todo el Pontifical
se ha estado distribuyendo la comunión,
reservan el último copón. Encontrándome
con el sacristán (i Pobre Sacristán, que
después de 24 horas seguidas de ocupa
ción incesante no puede con su alma!)
le pregunto el número aproximado de
sagradas formas distribuidas en aquella
mañana: — Más de 12.000, me contesta
y yo me quedo ponderando la enormidad
de la suma.
A los pocos minutos, mientras atra
vieso el patio para dirigirme al Comedor,
uno de los encargados de la Sacristía
cogiéndome de un braeo me dice, profun
damente emocionado:
— iA y, amigo; qué espectáculo de fe!
Acabo de pasar mis dos horas de turno
en la Sacristía anotando intenciones de
misas y recibiendo donativos. Estos co
razones sencillos edifican con su genero
sidad. i Qué de episodios edificantes he
oído, narrados a media voz, casi con re
paro, como considerándose por una parte
indignos del favor recibido y queriendo,
por otra, dar a conocer las bondades de
María Auxiliadora.
— i Cuénteme alguno de los más inte
resantes!
— El más breve, porque ya vamos a
entrar en el comedor. Una viejecita de
65 a 68 años, de faz apergaminada, se me
presenta, preguntando dónde puede hacer
un donativo.
— Aquí, buena mujer.
— Es que quisiera que fuera para las
Misiones.
— Si, si; aquí, se reciben todos y queda
anotada la intención. Y mientras ella
busca en el fondo de un raído maletín su
portamonedas, le pregunto bajito:
— ¿Y de dónde viene V., si no es in
discreta la pregunta?
De cerca de Milán, a unos 120 kiló
metros de distancia de Turín. Me gano
la vida llevando a pacer unas cuantas
vacas; y para venir he tenido que pagar
a una vecina que me sustituyera, doce
liras diarias.
— ¿O sea 24 liras!?
Y el pico, porque he venido a. pie y
pienso volverme a pie.
— Pero ¿p or qué?
— Porque así me ha parecido bien.
Esto es ir de peregrino; así lo hacía mi
madre. Tres días de camino no es nin
guna cosa del otro mundo.
— Y otros tantos para la vuelta.
— íClaro está! Pero para asistir a un
espectáculo como este se puede dar por
bien empleada cualquier fatiga. Pero tome
V. mi pequeño donativo, pues con mi
charla hago esperar a los demás.
Yo me esperaba el ordinario bilietito
de cinco liras, o de diez a lo sumo. ¡ Pobre
viejecita, pastora de vacas en la llanura
lombarda, ya hubiera sido mucho para
ella! ¿C u ál no sería mi sorpresa al ver
que de su miserable portamonedas saca
un envoltorio de billetes de banco y al
contarlos encuentro la suma de 820 liras?
Y al decirle yo para darle las gracias:
— Pero esto es demasiado para V.
— No diga V. eso, me atajó en seguida;
todavía estoy en deuda con la Virgen.
¡S i V. supiera!
A Jas dos y media de ¡a farde.
En la Sacristía de María Auxiliadora.
Asistimos algunos momentos a uno de
los espectáculos más conmovedores y
típicos de este gran día. Se imparte la
Bendición de María Auxiliadora a cuantos
244
la solicitan. Es una multitud que va des
filando sin cesar ante dos sacerdotes re
vestidos con •■ oquete y estola que se van
relevando cada media hora. ¡Así, ni más
ni menos! De dos en dos, de cuatro en
cuatro, de ocho en ocho, se arrodillan a
los pies del Sacerdote, contestan a las
preces del ritual, se inclinan profunda
mente cuando el sacerdote hace la señal
de la cruz y dejan el lugar a los que están
esperando.
Es verdaderamente conmovedor con
templar la variedad de porte, de actitudes,
de maneras de vestir de los devotos de
lii Virgen. Hombres del campo, caballeros
distinguidos, mujeres de todas condi
ciones, unas con un pobre pañuelo en la
cabeza, otras con elegante sombrero. So
bre todo muchas madres con sus pequeñitos en brazos, que consideran esta ben
dición como el mejor escudo contra toda
clase de peligros para sus criaturitas. Y
enfermos, muchos enfermos, que se acuerdan, o lo han oído decir, o lo ven en
la multitud de ex-votos que cubren las
paredes del Santuario, que este lugar ha
sido testigo de curaciones portentosas,
obtenidas por la bendición de María Au
xiliadora. V si no se levantan curados, se
vuelven al menos resignados y con la
esperanza en sus corazones.
A /as cuafro de la farde.
En e l cuarto de D on Bosco.
Salimos de la sacristía y siguiendo una
fila compacta de peregrinos, subimos a
las habitaciones donde vivió y murió el
gran apóstol de María Sma. Auxiliadora,
el Venerable Juan Bosco, Fundador de
la Congregación Salcsiana. Es visita obli
gada, para todos los que acuden a pos
trarse a los pies de la taumaturga Virgen.
Llegados al segundo piso, pasamos por
un largo y estrecho balcón que hace como
de corredor exterior y entramos. Cuatro
estancias y una pequeña galería; La anfécamara, donde pacientemente esperaban
su turno los que querían ver a nuestro
Vblc. Fundador; el/lum/Wc cuartito donde
vivió el gran Siervo de Dios, Don Miguel
Rúa, el primer Sucesor de Don Bosco;
el pequeño oratorio, donde Don Bosco
celebró misa los últimos años de su vida
y el cuarto donde murió el Siervo de Dios,
con la misma cama, los mismos muebles y
utensilios que entonces se encontraban en éL
Aquí vivió -55 años; en aquel humilde
¡echo donde por breves horas se entregaba
al descanso, vió las magníficas escenas
de sus incomparables sueños; sentado'
cabe este pobre y pequeñito escritorio,
redactó los millares de cartas, modelos
en su género y los numerosos opúsculos
y libros (más de 100) que hicieron de él
un verdadero paladín de la Buena Prensa;
sentado en este descolorido sofá, recibía,
consolaba, aconsejaba, volvía las almas
a Dios; y delante de este pupitre, prolon
gaba sus vigilias, a veces la noche entera,
a la luz de este quinqué, religiosamente
conservado, leyendo, escribiendo, rezando.
Es aquí, en una palabra, donde la más
vigorosa fibra se consumió hasta el últimO'
respiro, para la salvación de la juventud
pobre y abandonada. Hasta el punto de
que desde 1884, cuatro años antes de su
muerte, ya completamente agotado, rara,
vez dejaba sus habitaciones; sólo de ver
en cuando se asomaba a los balcones de
la pequeña galería para saludar a los
niños, que clamorosamente jugaban en
el patio y que, al verle, prorrumpían err
entusiastas ovaciones, que hacían vibrar
de emoción aquel corazón que tanto los
amaba. Y cada sábado, los más grandecitos subían a aquel cuarto y esperabart
su turno para arrodillarse junto a aquel
sillón, donde el Venerable recogía los
más apetecidos frutos de su apostolado.
Esta larga historia de santidad, el pueblo
no la conoce sino muy someramente,
pero lo bastante para comprender que el
terreno que pisa es sagrado. Por eso, al
entrar en estos ambientes, el murmullo
de las conversaciones cesa, el respeto y
la admiración se posesionan de los cora
zones y junto a aquel lecho, donde murió
el genial Educador, Padre de tres grandes
familias religiosas, casi instintivamente se
doblan las rodillas y se reza. Y a más de
un visitante hemos visto posar sus labios,
llenos de fe, sobre la ropa de aquella
cama, desde donde, una mañana de enero,
mientras las campanas de María Auxi
liadora tocaban el Angelus, volaba hada
el trono del Altísimo, acogido por aquella
Virgen que por su medio había obrado
tantas maravillas, su fiel Siervo, el Vene
rable Juan Bosco.
Él
245
A las cinco de Ja farde.
Volvamos a la Basílica. Van a empezar
las segundas Vísperas Pontificales. Nuevas
oleadas de gente llegan para asistir a la
función; pero ya no es posible entrar,
pues la afluencia de devotos no ha cesado
ni un solo momento y una gran parte
tiene que permanecer en la plaza y en los
patios, en espera de la solemne procesión.
Entretanto fuera del Templo, a lo largo
formaciones, los patios del Oratorio. Sólo
ios Oratorios y Colegios Salesianos de
niños y niñas forman un ejército de unos
4.000. Pero es que además toda la católica
ciudad, ha querido formar en el desfile.
Y a ios Colegios Salesianos se suman, en
filas de ocho y diez en fondo, precedidos
por sendos estandartes, la juventud cató
lica, los boyscouts, los huérfanos de la
guerra, las delegaciones de las Parroquias
con sus asociaciones, los Círculos Cató-
Turin (I(alia) — E) paso de M a rta Ausiliadora en la procesión.
de los tres kilómetros que ha de recorrer
la procesión, todo es animación y vida
creciente. Los que han quedado en las
casas dan la última mano al adorno de
las fachadas, y de todos los balcones y
ventanas penden colgaduras más o menos
ricas, con adornos de flores y prepara
tivos de iluminación. Media hora antes
de la salida de la procesión ya se dibuja
en las calles del recorrido, la doble hilera
de público ansioso de contemplar el desfile.
Al. entonarse la primera antífona de
las Vísperas, empieza a ponerse en marcha,
tras la cruz alzada, la cabeza de la pro
cesión. Y apenas si bastarán tres cuartos
de hora para hacer desfilar a la multitud
de niños y jóvenes de ambos sexos que
agrupados alrededor de los respectivos
estandartes, llenan, en bien ordenadas
áU
heos. Más de 300 banderas ondean al
viento, besadas por los últimos rayos del
sol que asombrado contempla el espectá
culo antes de hundirse en el horizonte y
seguidas de los compactos grupos que
representan. Nueve bandas de música
acompañan los cánticos o llenan los in
tervalos. 6 Cuántos formarán en esta pro
cesión que, cuando en el interior del
Templo se están acabando las Vísperas,
cubre ya un kilómetro de carrera ? ¿ Diez,
doce mil perdonas ? Resulta difícil el
cálculo; pero el desfile aumenta y acabada
la función en la Iglesia, la multitud que
la llena va formando en sus respectivos
grupos de madres cristianas, de hombres
católicos de la Parroquia, de adoradores
del Smo. Sacramento y durante otra larga
hora la puerta del Templo va dando sa-
246
lida a una muchedumbre imponente,
mientras en las calles, a ambos lados, se
ha formado una masa compacta de ex. pcctadores, que a veces obliga a la pro
cesión a pasar por estrecho sendero y
todos contemplan admirados aquel reli
gioso cortejo, de tonos tan variados, de
fe tan sentida, de recogimiento tan ejem
plar; pues todos los grupos o cantan o
rezan. En las casas se ha adelantado la
comida y de los cuatros ángulos de la
ciudad, una muchedumbre ha acudido
para contemplar la apoteosis de María
Santísima Auxiliadora. Más de 100.000
personas se agolpan en los balcones y
en las calles, especialmente en el majes
tuoso Corso Regina Margherita. Alguno
podrá haber venido solo por mera curio
sidad, pero bien pronto aquella atmósfera
de fe, que allí se respira, toca ios cora
zones y nadie volverá a su hogar sin haber
dedicado al menos un pensamiento de
amor a Aquella, que no se invoca jamás
en vano.
Vedla ahi, que aparece en este momento
por el arroyo central del Pasco, en medio
de una montaña de luces, sobre una ca
rroza triunfal convertida en un gigantesco
ramillete de flores, dulcemente empujada
por hombres que se disputan este honor.
La preceden inmediatamente unos dos
cientos niños artesanos y estudiantes re
vestidos de sotana y roquete que forman
el clero infantil, los doscientos cuarenta
teólogos del Instituto Internacional de
la Crocetta, algunos de los quales llevan
los 53 estandartes ricamente bordados y
que ostentan los colores nacionales y los
escudos de las Naciones a donde los SaIcsianos han llevado el culto de María
Auxiliadora, unos doscientos sacerdotes
con sobrepelliz, salcsianos y no salcsianos;
unos cincuenta revestidos con ricas capas
pluviales, seguidos por dos obispos y el
Cardenal de Turín en capa magna, que
va bendiciendo a su amada grey, que pia
dosa se arrodilla al paso de la taumaturga
Imagen. Y detrás de la cstátua, una mu
chedumbre que va engrosando cada vez
más y que a duras penas puede contener
un compacto grupo de universitarios ca
tólicos que cierran el desfile. El espec
táculo es grandioso, emocionante; es una
hora de triunfo incomparable. En las
ventanas, en los balcones, en las aceras,
en los árboles, en los tejados bajos, la
multitud se amontona, se apretuja, visi
blemente conmovida.
i Y se llega a Porta Palazzo! El gran
mercado de Turín. Vendedores y ven
dedoras aguardan en sus'puestos enga
lanados, el paso de su Virgen, para saludar
a la que ellos han escogido como Patrona
y a quien han levantado, en el centro del
mercado, una estatua permanente. Con
que satisfacción y apostura contemplan
el desfile; parece que digan: Esta es la
Virgen dcl mercado, miradla que hermosa,
tuvimos buen gusto en escogerla como
Patrona.
Ultima etapa: la Vía Cottolengo. La
Procesión pasa por el estrecho arroyo,
entra las dos paredes de la ciudad del
dolor, el hospital levantado por el Beato
Cottolengo, donde más de 8.000 enfermos
de toda edad y sexo, afectos de todas las
miserias, hasta de las más repugnantes,
encuentran seguro asilo, bajo el único
amparo de la Providencia. Es la única
vez en el año que se deroga el reglamento
que los hace ir a dormir temprano y allí
están todos aquellos desgraciados, aso
mados a las numerosas ventanas, detrás
de las rejas, percibiendo lo que pueden
de aquel maravilloso espectáculo. Decimos
lo que pueden, porque, pobrecitos, ciegos,
sordomudos, idiotas, paralíticos, epilép
ticos, sin contar los que no pueden dejar
el lecho, sólo a medias pueden percibir
algo de lo que pasa a sus pies. Y sin em
bargo al verlos extasiados, detrás de
aquellas rejas se diría que no les escapa
un detalle. Un poco más adelante, están
los niños pequeñitos de dos, tres y cuatro
años, recogidos en aquella casa de caridad
y.de heroísmo, con las manecitas agarradas
a las rejas y que mandan besos a la Virgen
que pasa. Y todos la siguen con los ojos
como un sueño de belleza, que habrá que
esparar un año para volver a ver.
Y llegamos al fin del triunfal desfile.
Más de una hora hace que la cabeza de
la procesión ha entrado- en la iglesia. La
Plaza de María Auxiliadora no es más
que un mar de cabezas. En todos los sa
lientes, en todos los balcones, a lo largo
de las tapias no se ven mas que racimos
humanos esperando la llegada de la imagen.
La noche va extendiendo lentamente
su manto; todo va quedando envuelto en
247
las sombras; solo cerca de la imagen se
v a . haciendo cada vez más visible una
ancha faja luminosa. Todavía breves mo
mentos y el paso entrará en la plaza. Ya
llegó. En aquel instante, como para darle
el saludo de vuelta, todas las campanas
del Santuario son echadas al vuelo y de
repente las 5000 lámparas eléctricas en
vuelven el templo en una red luminosa
que esparce una suave luz sobre toda la
muchedumbre.
En el templo ya no cabe una persona
más y en el exterior una muchedumbre
diez veces mayor, sigue el canto del Aye
Morís sfeUa popular, entonada por los
universitarios y luego el Tantum ergo. Al
poco rato tres toques repetidos de la gran
campana del Santuario anuncian que en
el interior del Templo se está dando la
bendición con el Santísimo. Un religioso
silencio domina toda aquella muchedum
bre; todavía breves momentos y un toque
de corneta que llega a lo más íntimo del
alma, hace caer de rodillas a aquel mar
humano, que llena la plaza, para recibir
la triple bendición con el Santísimo que
el Arzobispo ha salido a dar desde el
dintel de la Basílica.
Y enseguida como movidos por un
resorte todos aquellos corazones, emocio
nados, se ponen de pie y se confunden
en una sola aclamación y en un frago
roso aplauso. Después de haber honrado
a la Madre se honra al Hijo. A d Jesum
per Mariam.
A media noche.
¡Silencio perfecto! La muchedumbre
que durante 30 horas no ha cesado de
renovarse ha permanecido todavía hasta
las once contemplando el espectáculo de
la Basílica iluminada y escuchando los
acordes de un concierto popular que da
la Banda del Oratorio Festivo. Pero al
terminarse la iluminación toda aquella
muchedumbre ha ido lentamente desfi
lando. Y ahora domina la noche profunda
y silenciosa; ni la más ligera brisa turba
su tranquilidad; es una hora divina...
Y allá en lo alto de la cúpula, como
velando el sueno de la naturaleza y de los
hombres, se divisa todavía la silueta de
la estátua de la Virgen. La jornada ha
sido buena. Ella ha derramado a manos
llenas sus gracias sobres sus devotos.
¡Pobres hijos! Los ve tan fatigados, tan
tentados, tan oprimidos por las penas y
preocupaciones, a veces vencidos por el
mal seductor, pero siempre volviendo a
ella confiados en su poder y misericordia
y por eso, en este gran día, los ha acogido
en el seno de su misericordia y todos han
vuelto purificados, consolados y animados
a proseguir fielmente por el recto camino
emprendido. Verdaderamente la jornada
ha sido buena y la Virgen está contenta!...
B uenos A ires (Argentina). — Una niñita de
mi familia, de pocos meses de edad, se encon
traba, según la opinión de los médicos que la
asistían, próxima a expirar. Como la niña no
estaba aún bautizada se llamó al sacerdote para
que le administrara el Santo Bautismo.
Yo que debía'ser el padrino de bautismo, me
acordé de las gracias que concede nuestra buena
M adre María Auxiliadora a sus devotos e hice
la promesa de ir a pié a su Santuario de Luján
y de publicar la gracia si salvaba la vida de la
niña. Su padre me acompañó en la promesa.
La niña sanó y nosotros hemos cumplido
gozosos nuestras promesas.
14 Mayo 1927.
M . L eijos
Exalumno de Don Bosco.
Idem. — Hallándome atacada de fuertes do
lores al estómago sin conocer la causa, no podía
atender a mis quehaceres.
Acudí a Don Bosco rezando la Novena que
él aconsejaba, para que me obtuviera de María
Auxiliadora la gracia de la salud. A la mitad de
la novena experimenté sensible alivio en mis
dolores y al término de la misma, me vi com
pletamente curada, con admiración de cuantos
me conocen.
Hoy sigo sana y puedo atender a mis ocupa
ciones, por lo cual hago pública mi gratitud a
Don Bosco y envío una limosna para su Causa
de Beatificación.
50 mayo de 1927.
•
L uisa A. de C olombo .
Iquique (Chile).— « El 21 de Febrero pasado
fui operado, en el hospital, de apendicitis y quedé
muy mal, tanto que después de haberme dcsa-
248
huclado los doctores, mi familia me retiró del
hospital para prestarme sus cuidados en mis
últimos momentos. Soy católico y por lo tanto
tengo fe; pedí al sacerflote para arreglar mi vida
y al mismo tiempo imploré a la Madre de Dios,
la Santísima Virgen María, que me aliviara de
mis dolencias.
La herida que me hicieron en la operación
me quedó abierta; ya pueden ustedes imaginarse
la gravedad de mis dolencias; los médicos opi
naban de día en día de diversas maneras y un
día fué tanta mi gravedad que todos creían ya
no pasaría más adelante.
Dan fambtén gracias a M a ría Auxi
liadora:
Ancud (Chile). — Candelaria de Cárdenas
y. envía una limosna.
Barcelona (España). — Carlos E . Mascareñas,
por varios favores recibidos de María Auxilia
dora y de Don Bosco.
Barrios (El Salvador). — Antonia Amaya,
por haber sanado de una enfermedad y envía
una limosna.
Buenos Aires (Argentina). — Una devota,
por haber visto curar a su hijo casi repentina-
M asaya (N icaragna) — Los prim eros alumnos de la nueva fundación.
Entonces roguc a mi vecina, que me trajera
la imagen de la Santísima Virgen que ella posee
con mucha veneración; la señora vecina dióme
a conocer la bondad de esta buena Madre y
recurrí a ella con todo fervor y he aquí que
ahora reconocido por la gracia obrada en mí,
sano y salvo, levantado de mi lecho de dolor y
en medio de la admiración de las personas que
me vieron, doy gracias a María Auxiliadora de
los Cristianos que me ha devuelto la salud para
atender a mi madre y hermanos y envío para
la Obra Salcsiana y el culto de María Auxilia
dora una limosna y les pido a ustedes una ora
ción para mi completo restablecimiento.
He visto y leído el Boletín Salesiano y esa
revista de la Obra Saiesiana ha reavivado mi
fe en tan Buena Madre que me ha salvado de
la muerte.
E. O. P. C.
mente de una infección en los labios, que se
resistía a toda cura.
Buenosaires (Colombia). — Inés Villamarín
de Larrahondo, Noé Castillo y Evaristo Sabogal
y envían una limosna.
Bulnes (Chile). — Mercedes Urra, envía una
limosna por haber obtenido una buena cosecha
Cali (Colombia). — Manuel M . González,
Filomena Izquierdo de Ospina, Rosa Amalia
Albán, María Josefa .Salas, (Clotilde V . de M ar
tínez, María J. Vemaza, Mercedes Aragón,
Rosario R. de Otoya y M . V . M . A. y envían
una limosna por conducto del digno decurión
salesiano, D. M iguel Vicente Mercado Ayala
— Susana C de Polo por dos inesperadas gracias
recibidas.
Cambados (España). — Manuel Rey Alvarez
y envía una limosna.
Cantalapiedra (España). — Teresa Espinel
249
da gracias a María Auxiliadora por un favor
recibido por intercesión de Don Bosco y envía
una limosna.
Castro (Chile). — Melania de Cárdenas y
envía una limosna.
Cerrito (Colombia). — Leónidas Rengifo,
Liccnia V. de Lora, Raquel Tascón, Rosalía
R. v. de Tenorio, Bárbara de Reyes, Leticia
Tenorio, Rosalbina de Reyes, Rebeca T . de
Saavedra, Silvia R. de Reyes, Lucrecia Tenorio,
Elisa de Paredes, Debora de Tascón, Camilo
Tenorio, Cecilia Saavedra, Flora C. de Reyes,
Carmen R. de Otero y Carmen V. de Benevides,
agradecidos a la Virgen de Don Bosco envían
por conducto del celoso Decurión Sr. Adán
Reyes, una limosna para Misas y para la Obra
Salesiana.
Concepción (Paraguay). — Dolores G . de
Bonzi, por la salud de mi hijita Esperanza,
curada de penosa enfermedad y envío una li
mosna.
Constitución (Chile). — Laura de Cáceres,
por una gracia obtenida a papá y envía una li
mosna.
Copiapó (Chile). — Clarisa de Noveroy y
envía una limosna.
Curafao (Antillas Holandesas). — Abigaíl
de Badaracco agradece a María Auxiliadora su
maternal asistencia y envía una limosna.
Chepica (Chile). — Felicidad Ruiz y envía
una limosna.
Guatemala. — Dolores de Romero da infi
nitas gracias a María Auxiliadora por haberla
socorrido en dolorosos trances y por la protec
ción otorgada a sus tres hijos en un penoso viaje.
Los Angeles (Estados Unidos). — Mercedes
Campanelli agradecida a la Virgen de Don
Bosco por haberle alcanzado la salud de su
esposo, envía una limosna para el culto de
María Auxiliadora en su Santuario de Turín.
Montevideo (Uruguay). — L . R. por una
señalada gracia espiritual y por el feliz éxito de
una difícil operación a uno de mis seres más
queridos.
Minglanilla (España). — U. C . A. por haber
obtenido la curación de una amiga atacada de
grave enfermedad.
Nueva Imperial (Chile). — María Fuentes
de Ramírez y envía una limosna.
Olivenza (España). — Ana María M . de Navarrete por los beneficios que María Auxilia
dora otorga continuamente a ella y a los suyos.
Parral (Chile). — Griselda de Muñoz: G ra
cias Madre mía por haber oído mi súplica. Re
mito la limosna que te ofrecí.
Pavas (Colombia). — Alfredo M ayor, Susana
Mayor de López, Heliodora Alvear de Collazos
María Escobar de Lemos y Marcelino Albán
envían una limosna por favores recibidos.
Papeleo (Chile). — U .H .C . por haber obte
nido la salud de su hijo.
San Salvador (El Salvador). — Rosario Peraza
da gracias a la Virgen de Don Bosco por un
favor recibido.
San Carlos (Chile). — Amador Olavc, T rán
sito de Maldonado y Natalia Olavc, dan gracias
a María Auxiliadora y envían una limosna.
Santiago (Chile). — A. D. por haber obtenido
las justas mejoras que solicitaba del estableci
miento donde trabaja.
— Virginia v. de Castellanos, por haber
sanado a su esposo de una grave enfermedad
que puso en peligro su existencia.
Santa Tecla (El Salvador). — María N . Ruiz
por haber sanado de una enfermedad.
Suchitoto (El Salvador). — Arcadia Peña F.
da gracias por una curación instantánea.
Taboga (Panamá). — O. S . Por haber obte
nido la salud de su M adre, anciana de 86 años.
Tueson (EE.U U .). — Beatriz de Velasco por
un favor recibido envía un donativo para los
huerfanitos de Don Bosco.
Talcahuano (Chile). — José R. Vargas y
envía una limosna.
Valbonilla (España). — Valentín Plasencia
y Justina Muñoz dan gracias a María Auxilia
dora y envían una limosna.
Valparaiso (Chile). — Carmen Donoso,
Carmen Leyton, y Margarita Salas de Rojas
envían una limosna por gracias recibidas.
Villa de Don Fadrique (España). — Victoriana
Maqueda y Dolores Mora dan gracias por fa
vores recibidos y envían una limosna
Yumbo (Colombia). — María M . H. de Fcrrcrosa con toda la efusión de su alma da gracias
a la Virgen de Don Bosco por haberle conse
guido la salud de su madre, gravemente enferma
desde hacia j años y envía una limosna para el
sostén de los huerfanitos salesianos. — María
de López, Mercedes Aramburu, Dolores Ferrerosa, Bernarda Vivas, Eleuterio López, M ar
tina Vivas, Casilda Prado y Concepción López
dan gracias a María Auxiliadora por beneficios
recibidos y, por conducto de la activa celadora
salesiana Dña. María M . H. de Ferrerosa, en
vían una limosna para la Obra Salesiana —
Rafaela García M ., Mercedes M ., María A.
Sánchez, Leonarda de Guevara, Juliana de
Brión, Amelia Sánchez, Mercedes V . de Gam
boa, Alejandrina Delgado, Florentina Delgado,
Nicanor G ., M aría Antonia Satizábal dan
gracias por favores recibidos por intercesión
del Vble. Juan Bosco y envían una limosna para
la Obra Salesiana. — María Luisa Nieva, Isabel
E. de Olave, Betuba G . de Espinosa, Soledad B.
de López, Balbina Ferrerosa, María de Escobar
Zeneida García, Carmen Sánchez y Alejandrina
P. de Velasco dan gracias a María Auxiliadora
y, por mediación de la activa Celadora Salesiana
Srta. Rafaela García, envían una ofrenda para
las Obras de Don Bosco.
B A R C E L O N A (Sarrié-España). - Fiesta de
ia Unión d e Antiguas Aluminas presidida p o r
la Rma. M adre G eneral.
Con ansia se esperaba este año la celebración
de la fiesta anual que congrega en fraternal y
amistosa compañía a todas las que tuvieron la
suerte de educarse ba}o la bandera salesiana en
legios de Barcelona, Sarriá, Sarriá-Patronato y
Alella, que acudieron en número de más de 120.
Casi un centenar fortalecieron sus almas con
el Pan de los Angeles en la M isa de Comunión
General que se celebró a las ocho y media en
la Capilla del citado Colegio. .Poco después de
la misa hubo asamblea general presidida por
la Rma. Madre General. Comenzó con la lectura
Barcelona (Sarriá-E spona) — La M adre G eneral. L. VascheHi. rodeada de las Ex alam nas.
los Colegios de las Hijas de María Auxiliadora
para agruparlas en torno de las amadísimas Supcrioras, y a la vez renovar el homenaje de amor
Inquebrantable que ofrecieron en su niñez a
la Reina dcl Cielo, María, invocada con el dulce
título de Auxilio de los Cristianos.
Y es que la fiesta de este año tenía una nota
excepcional y vibrante que entusiasmaba los
ánimos y conmovía los corazones porqué dificilmcntc volvería a repetirse en el transcurso
de muchos años. Era que la Rma. Superiora
General dcl instituto. M adre Luisa Vaschetti,
se dignaba con la bondad y condescendencia
que tanto la distinguen presidir todos los actos
del día. Fué. pues, muy natural que a la Rma.
Madre hicieran centro de sus manifestaciones
y entusiasmos las Antiguas Alumnas de los Co-
de un párrafo de la vida del Venerable D . Bosco;
la Srta. Secretaria leyó después las adhesiones
de ios centros de Ex-alumnas españolas que se
agregaban al homenaje de cariño y agradeci
miento de sus compañeras hacia la amadísima
Madre; siguió luego un estado de cuentas co
municado por la Srta. Tesorera, y acto seguido
tomó la palabra el Rdo. Padre Director, D . G u i
llermo Viñas, interpretando el sentir de todas
las Antiguas Alumnas salesíanas, esparcidas por
el mundo; dijo que se hallaban allí presentes
también las demás de Europa y las de América
porqué la Rma. M adre que presidía ¡a Asamblea
es el centro del gran Instituto de las Hijas de
María Auxiliadora, fundado por D . Bosco y
en ella convergen todas las manifestaciones de
vida salesiana femenina. Comentó algunos de
lil
251
los rasgos de la vkia de! Venerable qué se ha
bían leído, aplicándolo- a las Antiguas Alumnas,
y terminó recomendando la idea, llevada a la
práctica, de hacer una Comunión mensual en
el Colegio para renovar las energías del espíritu,
proponiendo se hiciesen una vee al año los Ejer
cicios Espirituales. Esta última propuesta fué
aceptada por unanimidad. Tuvo también la
delicadeza de dedicar un recuerdo a la Sra.
Presidenta Da. Margarita Prat de Plana, falle
cida en marzo último, rezando toda la Asamblea
un Padre Nuestro en sufragio de su alma.
Después de un familiar banquete al que par
ticiparon 124 cx-alumnas, presididas por la
Rda. M . General, esta manifestó el p l^ e r con
que había asistido a aquel ágape fraterno, pri
mero que presidía de Antiguas Alumnas; y
aprovechando la ocasión quiso formular una
propuesta que dejó en libertad de aceptar o no,
añadiendo que sería para ella una verdadera
satisfacción el poder decir que las primeras en
secundarla habían sido las Antiguas Alumnas
españolas. Refiréndose a las modas actuales
dijo que Su Santidad había precisado clara
mente el límite de las mismas para no apartarse
de las reglas de modestia cristiana; por tanto
Ella recomendaba a todas las presentes cumplir
en la Sociedad una verdadera Cruzada de buen
ejemplo y de valor cristiano que se sujetase
fielmente a las prescripciones del Papa. Todas
expontáneamente aceptaron cumplir el deseo
de la amadísima M adre llevándolo a la práctica.
Por la tarde se desarrolló en el Salón de actos
una hermosísima Velada-obsequio a la Rvda.
M adre General, uno de cuyos números fué la
entrega de un donativo de 1000 liras para las
Misiones, ofrecidas por las Exalumnas del
Colegio de Santa Dorotea.
Del Salón volvióse a la Capilla, donde se
cantó una Salve de despedida, guardando en
el alma las dulces emociones de aquel día y
confiándolas a la Sm a. Virgen para que las
bendijera e hiciera fructífera la labor del Insti
tuto de las Hijas de María Auxiliadora en bien
de sus exalumnas.
B U E N O S A IR E S (Argenfina) - E ¡ heroico
aviador urugaayo L a rre B o rg es en e l C olegio
P
ío
IX .
El valiente aviador uruguayo. M ayor Larre
Borges, ex-alumno del Colegio Salesiano de
Paysandú, a su paso por Buenos Aires, aceptó
con gusto la invitación de hacer una visita al
principal Colegio Salesiano de la ciudad. M ás
de 1.000 alumnos y ex alumnos presididos por
el P. Inspector y todos los Salesianos le agasaja
ron y en aquel ambiente de famiUa pronunció
un magistral discurso que con gusto copiamos,
de la' Revista « Ex-alumnos de Don Bosco>:
« Los dos compañeros que acaban de saludarme
han dicho mal al llamarme exalumno. Yo no
soy exalumno, soy todavía alumno de Don
Bosco; he arrancado la banca dcl aula y la llevo
siempre conmigo pues tengo como norma de
mi vida los .consejos de hombría de bien que
me enseñaron mis maestros en la escuela y que
han de ser mi regla y mi guía aún en la vejez *.
Una salva de aplausos saludó la elocuente
manifestación del mayor, quien con fácil palabra,
matizada de familiar sencillez, se dirigió a los
niños en frases que procuramos reproducir
fielmente a continuación:
«Os voy a contar, dijo una anécdota de mi
vida experimentada en la época en que era
alumno en el Colegio Ntra. Sra. dcl Rosario de
Paysandú.
Travieso como la mayoría de los niños, me
gustaba la calle y con ella las pillerías propias
de la niñez.
Muchas veces me tentaban las frutas dcl
cercado ajeno y no vacilaba en arriesgarme a
gustarlas dejando para otro día la asistencia a
clase. Era como esos gorriones callejeros amantes
de la libertad, y la vida escolar resultaba para
mí algo así como una pesadilla.
La nota de mi libreta de clasificaciones era
fiel testimonio de mi mala conducta. M is cua
dernos de deberes siempre aparecían en blanco...
¡claro!... ¡cómo que nunca los hacía!...
Habituado a hacer lo que vosotros llamáis
vulgarmente la rabona llegué a faltar un mes
a clase.
Como os podéis suponer el Padre Director
envió a mi madre la notificación correspondiente
a mí ausencia.
Un día al entrar en casa mí madre me recibió
con la mirada fija y el rostro severo... Haciendo
salir a mis hermanos, pues se cuidaba mucho de
reprendernos públicamente, me llamó a su lado.
Sumiso y respetuoso con la cabeza baja percibí
con el rabillo del ojo que sobre la mesa había
una tarjeta con el membrete de! Colegio. En
tonces me di cuenta de todo... presentí el desen
lace y... me pronostiqué tres días de cama...
M e indicó me sentara... Obedecí.
M e mostró la notificación del Colegio y mis
libretas de clasificacionco...
Con palabras tiernas, propias de una madre,
reprochó mi conducta.
— No tienes que ser así, me dijo. Eres el
mayor, fíjate qué ejemplo darías a tus hermanos
si se enteraran!... S í sigues así serás como esas
cáscaras de frutas que se tiran a la calle donde
los que pasan las arrojan con el pié a la calzada.
Practica los buenos consejos que te dan tus
maestros que así serás hombre útil y no gorrión
de la calle.
Las palabras de mi madre llegaron a lo más
íntimo de mi corazón.
Contemplé mi Hbreta de clasificaciones y
recuerdo que en cada una de sus páginas se
252
leía: ¿H izo los deberes? — No. ¿Estudió las
lecciones? — No. ¿A sistió a clase? — No.
¡Con qué ganas hubiera arrancado esas hojas
cíe malas notas!
i Ah, qué no hubiese dado por modificarlas!...
Os aseguro que eran para mí un constante
remordimiento de conciencia.
Prometí a mi madre ser bueno, y guiado por
ese propósito concurrí asiduamente a clase, me
jorando notablemente mi conducta y aplicación.
En mi libreta ya no aparecieron las notas
malas...
Decidido a corregirme, confieso que al prin
cipio me costaba bastante, pero, al año siguienteobtenía los primeros premios del Curso.
El Padre Director teniendo en cuenta mi es
fuerzo por corregirme me cambió la libreta,
dándome otra que fué siempre testimonio de
mi buen comportamiento.
He aquí como muchas veces Dios llega a Ioshombres por medio del corazón de las madres
Luego, el M ayor Larre Borges, expresó eni
hermosos párrafos, que desde entonces trató de'
encuadrar su conducta en los principios cris-
G eneral Acha (Pam pa-Argcn(ina) — Asamblea general de E x alumnos.
El día de Ntra. Sra. dcl Rosario se festejaba
en el colegio con toda solemnidad la fiesta de
la Patrona de la Casa. En ese día hacía mi pri
mera Comunión. M e confesé con el benemé
rito anciano Mossmann, y cuando terminé la
confesión de mis faltas, le interrogué si podía
estar tranquilo pues las páginas malas de mi
libreta de clasificaciones continuaban siendo
para mí una constante pesadilla.
El Padre me respondió: tienes el alma blanca,
queda tranquilo, tus pecados han sido perdo
nados.
Yo sentía un gran placer y una gran tranqui
lidad; pero miraba mi libreta con las malas notas
de los primeros meses y no me resignaba al ver
esas clasificaciones que parecían gusanos que
devoraban a las otras flores blancas...
Esc día le dije a mí madre: Mamá yo voy a
ser bueno... me portaré bien y seré útil a Dios
y a la Patria.
tianos de hombría de bien, y tratando siempre
de responder de una manera meritoria a las
enseñanzas recibidas en la niñez.
A LIC A N T E (España) - Propaganda S alesiana como ¡a hacía D on B asco.
Copiamos de una crónica de Cartagena, publi
cada en « La Voz de Levante ».
« Procedentes de Alicante llegaron a esta ciudad
el batallón infantil y banda de música de los
Saicsianos, en un total de 205 niños.
Salieron a recibirles las autoridades eclesiás
ticas, civiles y militares, y un gentío inmenso.
El alcalde pasó revista al pequeño batallón.
Inmediatamente, se dirigieron al templo de
la Patrona, la Virgen de la Caridad, en donde
los niños cantaron una Salve y el coronel del
batallón ofreció un ramo de flores a la Virgen.
El señor arcipreste de Yecla, don José Sola,
les díó la bienvenida.
255
En el Ayuntamiento se disolvió la manifes•tación, y los exploradores se encargaron de
-distribuir y hospedar jen las casas más distin
guidas de Cartagena a los niños alicantinos.
En el monumental teatro circo, los niños Salesianos dieron a las Autoridades una velada
iiterario-musical, que presidieron los excelen•tísimos señores obispo de Cartagena, el alcalde
■V capitán general.
Todos los números estuvieron acertadísimos
•y fueron aplaudidos frenéticamente.
AI día siguiente, por la mañana, a las ocho,
"tuvo lugar en la cumbre del castillo, la misa de
campaña, celebrada por el ilustrísimo señor
-obispo de Cartagena, el cual repartió la Comu
nión a los niños Salesianos y a los explora
dores, y siete sacerdotes más a las demás per■ sonas.
Terminada la misa, los niños Salesianos des
filaron por la ciudad hasta la « Casa del Niño »,
•«n donde fueron obsequiados con un suculento
•desayuno.
Después de ejecutar varias piezas de su re
pertorio, volvieron a desfilar por el centro de
ia ciudad.
Ocho niños Salesianos iban detrás del baiallón infantil, llevando una vistosa corona de
•flores para ofrendarla a los Héroes de Cavite y
de Santiago de Cuba.
Llegados al monumento, un niño declamó
una sentido poesía, que fue muy aplaudida.
Hablaron luego el excelentísimo señor capitán
•general y el señor Mcdiavilla.
Los pequeños soldados desfilaron por delante
•de los jefes y oficiales, que correspondían cortesmente al saludo.
Por la tarde, ios niños Salesianos dieron un
•grandioso festival en el Stadium, siendo frené
ticamente ovacionados.
Al fin, el excelentísimo señor alcalde descen
dió de la tribuna e impuso, después de pronun
ciar un sentido y vibrante discurso, una corbata
•a la bandera Salesiana.
El señor director de los Salesianos le dió las
-gracias en nombre de todos los niños.
Al día siguiente, a las once de la mañana, se
•descubrió el monumento dedicado a Máiquez,
-asistiendo al acto las dignísimas Autoridades,
los exploradores, los niños Salesianos y un
-gentío inmenso.
Por la tarde, los 205 niños Salesianos fueron
•«n formación hasta la Virgen de la Caridad,
-donde el señor director dió las gracias a todos
los cartageneros.
Después de cantar una tierna despedida, se
-dirigieron a la estación, donde la^ Autoridades
y un gentío inmenso asistieron para despedir
a los simpáticos niños, que, a los acordes de la
marcha cartagenera y vivas a Cartagena, salieron
ipara su tierra.
¡Bien por los niños Salesianos de Alicante!,
que han sabido honrar y glorificar a su querida
i terreta ».
Asi se hace patria.
¡Bien por mi querida Cartagena, que tan
hospitalaria acogida ha sabido dispensar a los
hijos de Alicante!>>
Naeva iglrsia «alesiana en U Pam pa (Argen(ina).
AL VUELO
B U E N O S A IR E S (Argentina). — Con en
tusiasmo rebosante y un éxito brillantísimo ce
lebraron los Ex-alumnos de Don Bosco la P r i
mera Peregrinación al Santuario de M aría Auxi
liadora en Almagro. El número imponente, la
edificante Comunión General, la reunión en
tusiasta en el Salón de actos y la presencia del
Exemo. S r. Arzobispo, que elogió grandemente
a los ex-alumnos y dijo que allí donde se fun
daba una casa salesiana siempre vió nacer ia
vida cristiana intensa y numerosas vocaciones,
fueron las notas salientes, prometedoras de
siempre mayores éxitos.
Idem. — En el Consejo regional de Ex-alumnos
celebrado el día 1 1 del pasado abril, se trató con
254
el mayor interés de dar a la Institución un pro
grama de acción intensa y adecuado a su índole
y se resolvió proceder a la celebración de siete
asambleas para tratar y dcsarrolar los siguientes
temas: Deportes — Estudios Sociales — Secre
tariado del Pueblo — Estudios literarios — Cuadros
Dramáticos — Oratorios Festivos — Cooperación
Salesiana.
C IU D A D E LA (Menorca). — El conocido
escritor portugués, Don Antonio Nobre, antiguo
alumno saleslano, dió, el día i° de mayo, una
interesantísima Conferencia en el Salón de
actos del Colegio, sobre aproximación hispano-
sianos a quienes se debe la erección de las nuevas
Escuelas.
E L C U Z C O (P erú ).'— Con muy práctica
iniciativa se ha aprovechado en esta ciudad la
celebración del mes consagrado a María Auxi
liadora, organizando para cada domingo del
mismo, atrayentes veladas, con el fm de dar a
aconocer y organizar las obras de los Coopera
dores Salesianos, de la Unión de Padres de familia,
de Ex-alumnos y Ex-alumnas de los Colegios
Salesianos y de las Hijas de María Auxiliadora.
Todas ellas fueron verdaderos acontecimientos
artísticos y cosecharon abundantes frutos.
Solía (Argcnlina) — G rupo de Ex alumnos, después de) cumplimento pascual.
portuguesa. Fué interrumpido con frecuentes
aplausos, que al final se convirtieron en es
truendosa ovación.
C O K lX ) B A (España). — El domingo 22 de
mayo se verificó con toda solemnidad en el C o
legio Salcsiano la bendición de un grupo escolar
para las ciaste gratuitas. Cumplió el sagrado rito
el Exemo. c limo. Sr. Obispo de la Diócesis con
asistencia dcl Sr. Alcalde Don Francisco Santolalla y de gran número de distinguidos Coo
peradores y amigos de la Obra Salesiana. T e r
minada la ceremonia, se celebró un interesante
velada al aire libre con ejercicios gimnásticos
que fueron muy aplaudidos. Hicieron uso de
la palabra el Sr. Director de las Escuelas Don
Sebastián María Pastor y el Sr. Obispo, Don
Adolfo Pérez Muñoz, que fueron ovacionados.
Los niños dieron muestras de especial afecto
hacia los Cooperadores y Cooperadoras Salc-
G E N E R A L A C H A (Argentina). — Para dar
nueva vida a la floreciente Misión de' General
Acha y al adjunto Colegio de « La Inmaculada >
se convocó una Asamblea general de Ex-alumnos
para el día 24 del pasado abril. Respondieron
todos con el mayor entusiasmo y allá acudieron
padres de familia, comerciantes honrados, em
pleados honestos, hacendados laboriosos, en
una palabra, individuos de todas las clases so
ciales, hermanados todos en Don Bosco y dis
puestos a trabajar, según su programa, en be
neficio de estas tierras. En número de 128 acu
dieron a la cita, acercándose por la mañana
ejemplarmente al banquete eucaristico, reu
niéndose luego en asamblea general para la
elección de la nueva Comisión Directiva, sen
tándose después a la misma mesa con%us antiguos
maestros, jugando por la tarde un animado
partido de Football y dejando en todos la mejor
impresión y las más halagüeñas esperanzas.
255
M A D R ID (España). — En el Instituto Salesiano de San Juan Bautista se siguen con acti
vidad los trabajos de la grandiosa Iglesia dedicada
a Ntra. Sra. del Rosario, cuya primera piedra
pusieron el año pasado Sus Majestades. Se han
puesto ya los cimientos y se ha colocado todo
el zócalo alrededor. Para allegar recursos se ha
rifado últimamente un magnífico automóvil,
que cayó en suerte al n® 2 0 10 1. Pero los miles
de pesetas en esta obra se evaporaron y es ne
cesario que una corriente de caridad incesante
y generosa ayude a levantar este Templo, que
será arca de salvación para aquella populosa
y necesitada barriada.
P A M P A (Argentina). — E l día 8 del pasado
mayo se verificó con extraordinaria solemnidad
la inauguración de una nueva Iglesia Salesiana
erigida en la Colonia San José de Barón de la
Pampa. Asistieron el limo S r. Obispo Auxiliar
de La Plata, M ons. Copelio, el Exemo. Sr.
Gobernador del territorio D. Ignacio Laza y
el Inspector Saicsiano, Rvdmo. P. Jorge Serié.
Fué una fiesta solemnísima, a la que participó
toda la Colonia y contribuyeron a darle mayor
realce los Gimnastas y Exploradores del Colegio
Salesiano de General Acha.
SA L T A (Argentina). — Los entusiastas
ex-alumnos de Don Bosco del floreciente Centro
* Angel Zerda* dieron el 24 del pasado abril,
según reseña L a Voz del Norte, un alto ejemplo
de fe y de acatamiento a las enseñanzas reci
bidas en los Colegios Salesianos. Siguiendo la
gloriosa tradición de otros años y superándola
por número y entusiasmo, en número de 200,
después de haber asistido a un triduo de pre
paración, recibieron la Comunión Pascual de
manos del Rvdo. Sr. Inspector P. Bonetti.
S A R R IA (Barcelona-España). — Con grande
entusiasmo celebróse el día 8 del pasado mayo
la anual fiesta de ¡a Unión de los Ex-alumnos,
siendo digno de mención el homenaje que de
dicaron a Domingo Savio, durante el cual pro
nunció un discurso conmemorativo Don José
Luis Alonso, de la Junta Directiva.
TIB ID A BO (Barcelona - España). — Con
éxito siempre creciente se ha celebrado también
este año, el día 5 de junio, la tradicional Romería
dei Ram, con la que un gran número de devotos
del Sagrado Corazón de la Ciudad Condal, va
a implorar sus bendiciones y a proclamarlo Rey
de su ciudad y de sus hogares. Tanto las fun
ciones de la mañana, como las de la tarde re
sultaron solemnísimas, especialmente la pro
cesión alrededor de la grandiosa cumbre, desde
cuyo mirador que se avanza sobre la gran urbe
de Barcelona, fué dada la bendición a la ciudad,
resultando un momento verdaderamente emo
cionante.
t
D. Marco Fidel Suárez.
Hondamente ha conmovido a toda la Nación
Colombiana la muerte de este ilustre hijo suyo
grande admirador de Don Bosco y celoso coo
perador de su Obra, tan sabio y tan ilustre, tanto
más grande y famoso humanamente cuanto
más humilde y pequeño fué ante sus propios
ojos. La fe sincera e inconmovible lo elevó
siempre a Dios, enardeció su alma, lo hizo un
hombre superior por todos conceptos, modelo
del católico ferviente, ciudadano y caballero
sin tacha, amigo verdadero y caritativo en ex
tremo, paciente y resignado hasta el heroísmo..
Antes que todo humilde y creyente, filósofoprofundo, sabio filólogo, escritor sin rival, po
lítico de gran visión y prudencia, estadista do
renombre, polemista severo y contundente,,
pensador sublime y patriota en sumo grado, su
vida es áureo libro de enseñanzas para todo»;
es una de las más puras glorias de Colombia yde la Iglesia. Brillará como un sol en la historia
de los grandes hombres y su memoria durará,
como la de los justos. Por eso la mayor de sus
glorias será siempre la que canta la Cruz sobre
su tumba.
Bajo esa sombra redentora duerman en paz
sus .restos venerables, mientras su alma goza
de la luz eterna.
El Boletín Salesiano le rinde el más sincerotributo de admiración, y con una plegaria envía
su voz de intimo pesar a los deudos del ilustre,
ex-prcsidentc.
Dña. Josefa Gutiérrez de Peñalver.
Verdaderamente edifiante fué la muerte de
esta distinguida Cooperadora Salesiana esposa
dei Alcalde de Arcos de la Frontera (Cádiz),
oceurrida el 14 del pasado diciembre a la tem
prana edad de 26 años.
Los siete días que duró su enfermedad fueron
un holocausto continuo de su vida al Señor, a
quien amaba con todo su corazón. Como fer
viente devota de la Virgen Auxiliadora, no quiso
salir de este mundo sin recibir antes su maternal
356
bendición y sin besar, repetidas veces, su me
dalla.
Confortada con los Santos Sacramentos y
la bendición de Su Santidad, rodeada de su
familia y de su buen esposo, asistida de un modo
especial por su piadosa madre que de rodillas
al pie de la cama, por varias horas, la ayudaba
con fervorosas oraciones a ofrecer su espíritu
al Creador, tuvo la incomparable dicha de con
templar, momentos antes de morir, la imagen
bendita de María Auxiliadora que, según ella,
aparecía radiante y hermosa muy cerca de sí.
¡Oh muerte envidiable, que con fúlgidos des
tellos brillas en los que han profesado tierna
devoción a la Reina del Cielo! Y tu. Virgen
Auxiliadora, sénos también propicia a los que
quedamos en este valle de lágrimas y, espe
cialmente, al esposo e hija de tan esclarecida
señora, a sus hermanos y a sus padres, los
bondadosos cooperadores salesianos de Villamartín, D. Ramón Gutierree Sires y Da. Carmen
de Pcñalver Topete, que lloran inconsolables
tan irreparable pérdida.
1
-
Yo quiero que V . me instruya en la Religión
Católica, que enseña a morir con tanta dulzura
y con tan fervorosa alegría.
Una oración por su alma y que el Señoi^ suscite
muchas imitadoras suyas.
t
Dña. Luisa Alcalde de Fonfecilla.
En Santiago de*Chile, falleció repentinamente
el día 20 de febrero de este año esta distinguida
señora, emparentada con distinguidas familias
de la capital y antigua cooperadora salesiana.
Su vida fué cristianamente ejemplar y digna
de los elevados ejemplos dados por sus ante
pasados ¡lustres. Brillaba en su corazón el amor
para el pobre y con afán procuraba salvar a la
niñez proporcionándole educación cristiana.
Todavía pocos días antes de su muerte acom
pañó a un hijo de un pobre obrero a nuestro
Colegio de la Gratitud Nacional.
Aunque sus virtudes le habrán sin duda me
recido el premio eterno, no dejemos de enco
mendarla al Señor en nuestros sufragios.
R . I. P.
Srfa. Lia Duran Clemenfs
El día 5 de abril volaba al Cielo esta ejemplar
Ex-alumna de las Hijas de María Auxiliadora,
modelo de jóvenes cristianas.
Joven ejemplarmente cristiana, consagró todos
sus afectos a Jesús y prodigaba sus enei'gías a
todas las empresas que pudieran servir para la
gloria de Dios y para bien espiritual y material
de sus prójimos.
Por esto prestó el concurso más decidido de
:su valiente voluntad a la grande Obra de las
Vocaciones Salcsianas, porque sabía que atraer
•obreros a la Viña del Señor era multiplicar
apóstoles para la conversión de las almas.
Complicaciones sobrevenidas a una operación,
al perecer feliz, la arrebataron inesperadamente
-al carino de los suyos. Pero ella antes de some
terse a la operación, lo arregló todo como si
tuviera que presentarse al tribunal de Dios. Y
Dios aceptó su sacrincio.
,AI sobrevenir las complicaciones, ella misma
•pidió los sacramentos y mientras su única her
mana, religiosa salcsiana, lloraba emocionada
al eco de sus palabras de ciclo, la enferma son
reía sin acordarse de los tremendos dolores que
la afligían. A tanto llegó su placidez de espíritu,
-que la enfermera que la asistía, de religión pro’tcstante, dijo después a la hermana religiosa:
Recordad en vuesfros sufragios a:
Cali (Colombia). — Dolores Pizarro de Echeve rri.
E l Carmen (Colombia). — Justina Hernández.
Chone (Ecuador). — Tomás Mezo, Luis
Morcira, Elena Alcivar de Herrera, Guillermina
de Aveiga, María V . de Alcivar Evelina Jerves
de Cedeño.
Valparaíso (Chile). — D. J. Venceslao Her
nández.
Yamundi (Colombia). — Carolina García de
Mora.
Yotoco (Colombia). — Carlos María Cedeño.
Yambo (Colombia). — Rafael Velasco.
Dichoso quien muriendo en eí Señor, envió
delante de sí al reino celestial tesoros de
buenas y santas obras.
S. I g n a c i o d e L o y o l a .
Coa «pro&KiiSa de la maioridad ecksiáaíica,
Gcr«al«; D . D O .\V£N ICO G A R N E R l.
Est«blecImÍ«ato Tip. <le la Socieiiod E<ti(ora lo terM cio u l - T aris
Corao Regina M argb erila , ¡74.
-
Fecha
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1927.08