BS_1983_02.pdf

Medios

extracted text
y

íK

\

.C 3 .

il!a

Tam bién lo s n m o s a plaud e n el se rm ón de D o n Bo sco ,

«

¡VIVA MI COLEGIO!

M i s queridos a m igo s Juanito y
Mari;
Y o sé que o s gusta m adrugar y
que no necesitáis despertador
porque o s bastan los pajarillos de
la mañana. Y el sol con s u s bue­
n o s p u ñ o s de luz. Y el olorcillo
del café calentito. Y el pregón del
chatarrero, que p asa muy tem­
p ra n o g rita n d o : « lE I c h a t a rreeeero!» Y las sá b a n a s quedan
com o un cuaderno tirado por el
suelo. Y, ya en la calle, todo el
m un d o o s da los b u en os d(as...
»Lo peor es el colegio, dice
Juanito, porque luego me entra
un sueño... Y más, cuando al
profe se le ocurre soltarnos u n o
de s u s rollos mayúsculos...»
Mari, tú no dices e so porque
para ti no hay rollos. Para ti todo
es papel de seda fina. Y co se r y
cantar. Y ver las horm iguillas de
los libros que corren co m o si
fueran letras. Y mirar las ciuda­
d es en los m apas con s u s n om ­
bres tan bonitos; Paisandú. M a ­
drigal de las Altas Torres, H o n o ­
lulú, Belmonte, Sa n lú ca r de Barrameda...
¿ Y si o s dijera que un dia Don
B o s c o predicó un serm ón de seis
h o r a s? ¡Se is horas. Juanito!
-« {M a d re mía, qué rollo!».
Mirad, un día fue D on B o s c o a
un pueblecito de nom bre no tan
bello co m o los de los m apas de
Mari. S e llamaba Saliceto. que es
co m o decir «sauce pequeño».
L o s ca m p e sin o s acudieron en

»

gran núm ero a s u s serm ones y
deseaban que éstos fueran lar­
gos. Juanito hubiera deseado lo
contrario, de seguro. A veces
predicaba una hora y m edia y se
veía ob ligad o a decir a la gente:
-T e n é is que perdonarme, pero
ya estoy m uy ca n sa d o y no puedo
hablar más.
-D e s c a n s e usted un poquito, le
decían, pero continúe.

-Q u e re m o s oírle más. le c o n ­
testaron.
- P e r o yo no aguanto más. El
serm ón ha d urado d o s h oras y
media...
- N o se preocupe. D e sca n se y
luego siga. N osotros esperam os.
Efe ctivam e n te , D o n B o s c o ,
d esp u és de una ligera comida,
volvió al púlpito. La iglesia seguía
llena. C om e nzó a agradecerles su
atención, a alegrarse de su buena
voluntad y a m aw festar la em o­
ción que le causaba su fervor. Y
reemprendió el serm ón. De vez
en cu an d o les contaba anécdotas
muy g ra c io sa s que les hacían
reír...
Así, m inuto tras minuto, el ser­
m ón duró m ás de seis horas...

Y D on B o s c o se gu ía de nuevo.
U n dia predicó desd e las diez
de la m añana hasta las doce. Y el
a u d ito rio n o re ch ista b a. L o s
cam pesinos, se g ú n su costum ­
bre. hablan d esayunado bien y.
por otra parte, había una gran
nevada. En la iglesia se estaba
tan calentito...
-C on tin ú e , continúe, le grita­
ban cada vez que parecía que iba
a terminar. A la una de la tarde
bajó del púlpito. Pero la iglesia, el
co ro y la sacristía estaban llenas
de gente que no quería irse. Don
B o s c o se dirigió a aquellos h om ­
bres y les preguntó son rie n d o
qué hacían allí.

Y o no sé si Juanito se hubiera
d orm ido co m o suele hacer con
los rollos de los profes. «¡Esto es
increíble!», p iensa Mari. «Pero
este D on B o s c o es cada día m ás
maravilloso».
« E s que el tío de D on B o s c o es
patrono del cine y del teatro y de
todo lo que h a ga falta... Y n o le
costaba gran co sa hacer pelícu­
las. En la tele estoy yo m ás de
se is h o ra s si es preciso...»
Bueno, n o me h a gá is ahora a
mí creer vuestros rollos...
Recibid un abrazo m uy fuerte
de vuestro mejor amigo,
P A D R E RAFAEL

D E E ^T O í;:]!: E ri,H
R e vista d e la O b ra d e D on B o sc o
A ñ o X C V I • N.‘> 2 • Febrero 1963
Director; R A F A E L A L F A R O
C o n s ^ de Redacción; Aureliano
Laguna; B la s Calejero: Antonio
G arcía Vera; Rafael Mcveno Morerto; Laura Iglesias; Javier Artuch; Argentina Sánchez Romo.
Administrador; Ram ón Gutiérrez.
Dirección, Redacción y Admón.;
Alcalá. 164 - Teléfono 2 S 5 20 00
M A D R ID - 28
Depósito Leg¡^: M. 3.044-1958
Imprime: Instituto Politécnico
Salesianos-Atocha (Madrid)
(Con censura eclesiástica)

El Boletín Salesiano
se envía gratis
a la Familia Salesiana
a su s bienhechores
y amigos.
Y se sostiene
con los donativos
de su s lectores.

EN ESTE NUMERO
Así era Don Bosco . . .
Los padres, ios primeros
catequistas de sus hi­
jos .....................
Vivencia profética de la
v o c a c ió n ........
4
También ellas van a Togo.
-M e han hecho el Evan­
gelio. los Salmos y el
Quijote» ..............
V.° Encuentro Europeo
de Jóvenes: Roma-Taizé 1982-83 ............
Campobosco 102: En­
cuentro en La Robla .
Sor Nati y sus mucha­
chos ...................
Convivencia de la Fami­
lia Salesiana de Ma­
drid .....................
Por fin. en la sonada An­
gola .....................
N oticias..................
Nuestra gratitud.........
Becas para las vocacio­
nes salesianas . . . .
Fueron a la casa del Pa­
dre .....................

1
2
8
12
16
20
21
22
24
28
30
30
32

NUESTRA PORTADA
Don José Luis Carreño nos sa­
luda desde su -I-logar del Mi­
sionero» de /Uzuza. Acaba de
celebrar sus bodas de oro sa­
cerdotales, y rx}s recuerda sus
treinta años de evangelización
en la India más un lustro en Rlipinas. Incansable anunciador
del Maestro, su palabra tiene
siernpre la ^erza viva del testi­
go. ¡Feficidades, Don José Luis,
y que el Maestro ix>s lo conser­
ve por muchos años!

30S

Así era DonicÉ^co d?
por Joris Karl Huysmans
Célebre escritor flameoco, aunque vivió en Francia (18481907), Huysmans frecuentó la escuela de Baudclairc y sobre
todo de Zola, de quien aprendió un naturalismo crudo. LLcgado al límite de prácticas satánicas, poco a poco füe recuperán­
dose por su finura estética y por sus pacientes meditaciones reli­
giosas. Llegó al mundo de lo sobrenatural y aceptó el dolor y la
muerte como respuesta a sus dudas y expiación de sus errores.
Su «Esbozo de Don Bosco», del que entresacamos algunos pá­
rrafos, fue escrito en defensa del Santo el año 1902.

Quizá Francisco de Asís no lograra hoy crear su familia, aun­
que tenía las cualidades necesarias para hacerlo cuando la fundó.
Los santos de la Edad Media, sin duda más candorosos y sim­
páticos, extrañamente se encontrarían en apuros, si tuvieran que
actuar entre las incontables trabas legales y pecuniarias de nues­
tro tiempo.
Por eso, cuando el Señor quiere dar una nueva familia a su
Iglesia, hoy echa mano de individuos que, además de la belleza
de espíritu, saben apañarse para la gran tarea que se les enco­
mienda. Parece que acepta ponerse al ritmo de los siglos y se
acomoda a sus exigencias.
Tal sucede con Don Bosco: fue el hombre práctico por exce­
lencia, aunque vivió la vida sobrenatural y fue, con Vicente de
Paúl, el hombre que más que ningún otro ardió en santo amor
por los niños abandonados.
Pero su mérito mayor estuvo, creo yo, en olvidarse de sí mismo,
en no buscar más que la gloria de Dios, en trabajar sólo por la
salvación de sus hermanos... Y el Señor recompensó con creces
su desprendimiento. ¡Vivió en grado heroico el olvido de sí mis­
mo! Se consideraba un instrumento en las manos de la Providen­
cia; y lo fue en verdad.
En él se unía a una fe inquebrantable la sagacidad de un per­
fecto administrador: ¡el genio de Colbert injertado en la santidad
de Francisco de Sales!
Pero esta observación dice poco. Otros valores muy distintos
nos muestran su bondad y su jovialidad: bondad esplendente de
un alma pura, de un hombre perdido en Dios; jovialidad de niño
candoroso, de alma virginal. Habría podido repetir a los suyos lo
que Francisco de Asís dijo a un novicio melancólico: «¿Por qué
esa cara triste? Sonríe; porque no está bien, cuando se sirve al
Señor, un aire ceñudo y agrio».
Nadie como Don Bosco vivió, pasada la Edad Media, la vida
del Evangelio. Ahora que ha muerto, yo me lo figuro, como en
cuadro de pintor primitivo, bajo un cielo de oro en un prado de
margaritas y violetas, al fondo la vista de Turín, apacentando las
blancas ovejitas que él crió. Bajo sus ojos arrobados adoran al
místico Cordero que está en el altar. Es la traducción pictórica
del «El Cordero redimió a
las ovejas» de la secuencia _
pascual, y a la vez, en el
lenguaje de las imágenes, la —
reproducción del sueño que ^
tuvo el joven Juan Bosco, O
germen de su vocación:
^
Someter pequeños demonios,
apacentar dóciles corderilíos.
VU

Los
padres
los primeros
catequistas
de
sus hijos
Alocución del Papa a los educadores en la fe
Granada, 5 de noviembre 1982
Sois a un tiempo discípulos y apóstoles de Cristo. A El, a El precisamente «ha sido entregado
todo» por el Padre (Mt 11,17). En El ha manifestado el Padre todo cuanto debía ser revelado a la
humanidad desde el tesoro de su divina complacencia: «Y nadie conoce al Hgo sino el Padre, y
nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hgo quisiere revelárselo» (Mt 11,27).
Queridos hermanos y hermanas: el Hgo desea revelaros toda la verdad del amor de Dios, para
que vosotros la anunciéis a los demás hombres, puesto que sois educadores en la fe.

Esa misión, que es un deber
eclesial: «Ay de mí si no evangeli­
zare» {¡ Cor. 9,16), sigue teniendo
en nuestros días una importancia
trascendental, para poder condu­
cir a los fieles —niños, jóvenes y
adultos—, a través de las diversas
formas de catcquesis y educación
cristiana, al centro de la revela­
ción: Cristo. Por eso escribí en mi
trímera encíclica: «El cometido
undamcntal de la Iglesia en todas
las épocas, y particularmente en la
nuestra, es dirigir la mirada del
hombre, orientar la conciencia y la
experiencia de toda la humanidad
hacia el misterio de Cristo, ayudar
a todos los hombres a tener fami­
liaridad con el hecho profundo de
la redención cumplida en Cristo
Jesús» {Redempior hominiSs 10).
Tal misión no es privativa de los

f

ministros sagrados o del mundo
religioso, sino que debe abarcar
los ámbitos de los seglares, de la
familia, de la escuela. Todo cris­
tiano ha de participar en la tarea
de formación cristiana. Ha de sen­
tir la urgencia de evangelizar,
«que no es para mí motivo de glo­
ria, sino que se me impone».
Hoy, sobre todo, es necesaria y
urgente dicha tarea, que ayude a
cada cristiano a mantener y desa­
rrollar su fe en la coyuntura de rá­
pidas transformaciones sociales y
culturales que la sociedad españo­
la está experimentando.
Para ello hay que potenciar la
educación en la fe, impartiendo
una formación religiosa a fondo,
estableciendo la orgánica concate­
nación entre la catequesis infantil,
juvenil y de adultos y compañando
f promoviendo el crecimiento en
a fe del cristiano durante toda la
vida. Porque una «minoría de
edad» cristiana y eclesial no puede
soportar las embestidas de una so­

ciedad crecientemente seculariza­
da.
Por estas razones, la catequesis
de jóvenes y adultos debe ayudar a
convertir en convicciones profun­
das y personales los sentimientos y
vivencias quizá no suficientemente
arraigados en la niñez. Así halla la
tarea educadora toda su panorá­
mica y amplitud para llevar a to­
dos a la novedad de la vida en
Cristo. La fe cristiana, en efecto,
comporta para el creyente una
búsqueda y aceptación personal de
la verdad, superando la tentación
de vivir en la duda sistemática y
sabiendo que su fe, «lejos de partir
de la nada, de meras ilusiones, de
opiniones falibles y de incertidum­
bre, se funda en la palabra de
Dios, que ni engaña ni se engaña»
{Catecnesi tradendae, 60). Por
ello, la catequesis debe dar tam­
bién «aquellas certezas, sencillas
pero sólidas, que ayudan a buscar
cada vez más y mejor el conoci­
miento del Señor» {ibíd).

documento
Desde ahí ha de abrirse al cris­
tiano la perspectiva nueva que
abarque y oriente toda su existen­
cia, ofreciéndole con el programa
cristiano «razones para vivir y ra­
zones para esperar» {Gaudium et
spes, 31). En esa línea puede en­
contrar su puesto de honor, en el
momento presente, el educador
católico, orientando su esfuerzo
hacia una formación integral que
dé las respuestas válidas que ofre­
ce la revelación sobre el sentido
del hombre, de la historia y del
mundo.
ACERCAR A CRISTO
A LOS HOMBRES
Y ACERCAR LOS HOMBRES
A CRISTO

Aunque la educación en la fe es
una tarea que abarca toda la vida,
hay momentos del proceso cristia­
no que necesitan una particular
atención, como los de la iniciación
cristiana, la adolescencia, elección
de estado y otras circunstancias de
mayor relieve en la vida personal;
tras una crisis religiosa o cuando se
han vivido experiencias dolorosas.
Son momentos que deberán se­
guirse con mayor cuidado para ha­
cer oír oportunamente a cada uno
la llamada de Dios (cf. Mt 11,28).
Para poder ofrecer esa ayuda
efícaz en la educación en la re es
necesario e imprescindible que se
forme sólidamente a los catequis­
tas y educadores, dándoles una
adecuada preparación bíblica, teo­
lógica, antropológica, y que se les
enseñe a vivir ante todo ellos mis­
mos esa fe para catequizar a los
demás con la palabra y, sobre
todo, con la profesión íntegra de
la fe. asumida como estilo de vida.
Esta actitud exige, de una parte,
la entrega total a la vivencia de la
fe, y de otra, al servicio de la mis­
ma y de ios demás. El Apóstol así
lo subraya en la lectura que hemos
escuchado: «Siendo del todo libre,
me hago siervo de todos para ga­
narlos a todos» {1 Cor 9,19).
El Apóstol es un hombre realista;
comprende que su fatiga sólo pro­
duce frutos parciales. Sin emoargo se da enteramente: «Todo lo
hago por el Evangelio, para parti­
cipar en él».
Sí. el Evangelio no sólo se trans­
mite. sino que se participa en él.
Quien más participa transmite de
manera más madura, y quien más
generosamente transmite más pro­
fundamente participa. En deñnitiva, el anuncio del Evangelio, el
servicio a la fe, es acercar Cristo a
los hombres y acercar los hombres
a Cristo. Entonces se cumplen sus

palabras: «Venid a mí todos los
que estáis fatigados y cargados,
que yo os aliviaré» {Mt 11,28).
PADRES, MAESTROS Y
EDUCADORES
Dentro del vasto campo de la
educación en la fe, los obispos es­
pañoles en su última Asamblea
plenaria han elegido como tarea
prioritaria el servicio a la fe y han
llamado la atención sobre la im­
portancia de la transmisión del
mensaje cristiano a través de la ca­
tcquesis y de la educación religiosa
escolar.
Es un campo que merece mucha
solicitud pastoral. No cabe duda
de que la parroquia debe conti­
nuar su misión privilegiada de formadora en la fe; no cabe duda de
que los padres deben ser los pri­
meros catequistas de sus hijos. Sin
embargo, no puede dejar de tener­
se en cuenta la transmisión del
mensaje de salvación con la ense­
ñanza religiosa en la escuela, pri­
vada y pública. Sobre todo en un
país en el que la gran mayoría de
los padres pide la enseñanza reli­
giosa para sus hijos en el período
escolar. Habrá de impartirse esa
enseñanza con la debida discre­
ción, con pleno respeto a la justa
libertad de conciencia, pero respe­
tando a la vez el derecho primor­
dial de los padres, primeros res­
ponsables de la educación de sus
hijos.
Por su parte, los maestros y edu­
cadores católicos pueden tener,
también en el campío religioso, un
papel de primera impiortancia. En
ellos coniían tantos padres y con­
fía la Iglesia para lograr esa forma­
ción integral de la niñez y juven­
tud. de los que en definitiva de­
pende que el mundo futuro esté
más cerca o más lejos de Jesucristo
(cf. El laico católico, testigo de la
fe, 81).

LA MAYOR RECOMPENSA
ANUNCIAR EL EVANGELIO

Queridos educadores en la fe:
Ante este estu¡>endo panorama de
un mundo a catequizar para acer­
carlo a Cristo. Ante tantos adul­
tos, jóvenes y niños que reclaman
una entrega fiel a la causa del
Evangelio, con qué vigor y convic­
ción resuenan en este encuentro
las palabras del Apóstol: «Si evan­
gelizo, no es para mí motivo de
gloria, sino que se me impone
como necesidad. ¡Ay de m í si no
evangelizare!» {I Cor 9,6). Ojalá
estas palabras se graben profunda­
mente en vuestros corazones, que­
ridos hermanos y hermanas.
El Apóstol continúa: «Si de mi
voluntad lo hiciera, tendría recompiensa; pero si lo hago por
fuerza, es como si ejerciera una ad­
ministración que me ha sido con­
fiada» (/ Cor 9,17).
Sí, se trata de un encargo, con­
fiado a administradores. Recordad
esta expresión: «Dispensadores de
la Revelación divina». Y dado que
esa Revelación arranca de la com­
placencia de Dios hacia los hom­
bres, entonces, indirectamente,
sois también dispensadores de
aquella complacencia, de aquel
amor eterno. Habréis de orar y es­
forzaos para que vuestros educan­
dos en la fe acepten de vosotros no
sólo la palabra de la verdad revela­
da, sino también ese amor del cual
nace la Revelación y que en ella se
expresa y realiza.
«¡Ay de mí si no evangelizare!»
Queridos educadores en la fe:
Sea Cristo la recompensa por vues­
tras fatigas, cumplidas con desin­
terés y magnanimidad en todas las
Iglesias dcEspaña. Que esta fatiga
produzca cosechas de ciento por
uno. Así lo pido a la Virgen de las
Angustias, Patrona de Granada.
JUAN PABLO II

.1q5
educa^ore^
las
lA l^ ás f a n ^ iá s :'« < ¿ T (^ v ía :tie rié ^ in ^
líamada es{^íalJ(l^'^Píos que^com ú^ém e
. llámamo^ “yocátión”? ¿I%ede Dios fascinar

ito^Bvia a lp^i^%énes depi|esti^ ^ ^ a íia sta
' J)upto\jd^i 7^ r a r lo s a‘vivir, tótalihente
{ a rii'^ > |H ^ ib i« ‘i! Nosotros^-^lQs^mediadores,

oiifdl r'CB||^c^ de: pfr(¿er.*U|^^ina£pi 4^
d^vid^ep ÉS^p$^a-

bit 7

Vocación religiosa: Un
don para la persona, para el
mundo y para la Iglesia.
Al mundo le recuerda
con fuerza de impacto que
el hombre tiene como desti­
no último al Señor y que no
debe quedar subordinado a
ningún plan o estructura
humanos; es, sobre todo, el
compañero de Dios, escogi;
do por El mismo con su in­
terlocutor, por encima de
cualquier organización o
dependencia humana.
Al hombre mismo le re­
cuerda que puede escoger a

dado qqé sq^bs

Dios con libertad y dirigir
todo el dinamismo de su ser
a amarlo y a construir la
historia humana, basándola
en la relación filial con su
Señor.
Al mundo le dice tam­
bién que la energía para
edificar una sociedad a me­
dida de hombre es el amor
que se entrega gratuita­
mente y que todos los de­
más caminos, aunque pa­
rezcan concretos y reales —
pensad en los armamentos,
en el equilibrio de fuerzas,
en el dinero...— , son senci­

llamente letales... ¡Quien
vive religiosamente no de­
bería dudar de la eficacia
absoluta de los medios
evangélicos, todos ellos
profundamente humanos y
extrañamente pobres!
A la Iglesia la vida reli­
giosa le recuerda su voca­
ción, su alianza de amor a
Dios y su estar siempre de
parte del hombre, y sobre
todo de quienes siendo
hombres no pueden vivir
como tales. La enriquece
con servicios y ministerios
para que pueda cumplir ín­
tegramente su misión y ma­
nifestar la múltiple riqueza
de la obra salvífica de Cris­
to.
Frente a los interrogan­
tes sobre la vocación, den­
tro de la Familia Salesiana
y según la naturaleza de la
vida religiosa, quienes se
han consagrado a Dios re­
presentan una aportación
vocacional específica e in­
sustituible. Tres expresio­
nes la resumen: «Ser profe­
tas no ambiguos de los va­
lores y realidades que están
en la base de toda voca­
ción; alzarse como signo de
orientación y convocación
para quienes buscan un ca­
mino hacia Dios y hacia el
servicio de los hermanos;
ofrecerse como lugar de
acogida, de discernimiento,
de experiencia y de madu­
ración».
SER PROFETAS
TRANSPARENTES
Comenzamos con la fun­
ción profética de anuncio
tajante y claro.
En la escritura la voca­
ción típica y original, la que
se cuenta y considera como

reflexión
llamada del Señor, es la vo­
cación profética. La Biblia
se detiene en ella y la pone
como prueba de la presen­
cia del Señor que habla y
llama. Los tiempos malos
son tiempos en que Dios no
suscita profetas; son tiem­
pos de silencio de Dios,
tiempos muertos que poco
a poco llevan a la falta de
convicción y de entusiasmo
por la alianza. En cambio
los tiempos mesiánicos se
caracterizan ante todo por
que muchos, todos, profeti­
zan.
Ninguna reflexión reli­
giosa sobre la vocación es
posible sin acudir a la expe­
riencia profética. A través
de ese ministerio y de esa
presencia peculiar, el Pue­
blo de Dios comprende qué
quiere decir ser llamado y
qué quiere decir responder
de un modo originalmente
personal. La existencia pro­
fética es un espejo en el que
al Pueblo de Dios se le
ofrece la posibilidad de
completar su propia llama­
da. La aparición de los pro­
fetas es un hecho repentino
e inesperado, no programa­
do por los hombres. Los
hombres encargados de la
organización religiosa y cul­
tural se esfuerzan por reclu­
tar candidatos para el servi­
cio del templo, en cambio
Dios irrumpe en el momen­
to y forma que los hombres
no habían previsto y va a la
raíz misma de la religiosi­
dad, al verdadero e inco­
rrupto sentido del hombre
con mensajes llenos de re-

Dod JoaD Vecdii, del Consejo Superior
de los Saleáaoos, autor de este artículo,
conversa o » d Delegado de la Pastoral
JovedO de Vakoda, Angd Larrañaga.

sonancias, con gestos bíbli­
cos, con juicios absolutos
sobre los hechos históricos
y con promesas de futuro.
Pero no hay que confun­
dir el fenómeno profético
con lo teatral ni con los ges­
tos clamorosos, pero tam­
poco se puede neutralizar
esa visión identificándola
sin más con los ministerios
instituidos: no tiene nada
que ver ni con lo primero ni
con lo segundo.

PROFETA:
HOMBRE QUE
CONVULSIONA
Y ARRASTRA

reflexión
Seguir la vocacióo es cargar coo la pro­
pia cruz, pero es, ¿cómo no?, una em­
presa de alegría...

buscar en su propia llamada
la energía profética de
anuncio y de testimonio.
SER SIGNO

desacostumbrada de aque­
llos valores y perspectivas
que co^rren peligro de ser
olvidadas por la misma co­
munidad creyente, dema­
siado metida en su propia
época y demasiado cerrada
en su propia defensa, teme­
rosa de ir más adelante.
No se presenta como una
manifestación moderada,
sino radical, con capacidad
para atraer y para arrastrar.
Es un consejo para quienes
buscan; pero también un
clarinazo para quienes no
piensan en ello. No son los
profetas hombres destina­
dos a cumplir un servicio
estándar, sino voces y con­
ductas que sacuden desde
los valores fundamentales.
El Nuevo y el Antiguo Tes­
tamento están llenos de
este fenómeno. Para pre­
sentar sólo algún ejemplo,
acudo al segmento de histo­
ria que me es más familiar.
Mientras el grupo sacerdo­
tal atendía al templo y a su
servicio, porque lo creen el
lugar natural y obligado de
la salvación. Dios suscita a
Juan Bautista, que anuncia

en el desierto la penitencia
del corazón y la proximidad
de Dios para quienes cum­
plen la justicia.
Estas apariciones no pro­
gramadas que marcan las
etapas de la salvación no
son infrecuentes en la histo­
ria de la Iglesia: están en el
origen de la Vida Religiosa.
Sustancialmente es el caso
de Benito, de Francisco de
Asís y de Juan Bosco. Ni
son diversos algunos fenó­
menos y personas de nues­
tro tiempo que con fuerza
reproponen valores, verda­
des y actitudes relacionadas
con la salvación del hom­
bre. No habrá vocaciones
para el tiempo nuevo si fal­
tan profetas, pues la Vida
Religiosa es, por su misma
naturaleza, profética. Con
su radicalismo, con sus afir­
maciones absolutas querría
hacer ver que la existencia
que se centra en Dios es de­
seable y satisface; que el
amor al prójimo lleva a la
plenitud personal y cons­
truye la comunidad huma­
na. Por eso la primera exi­
gencia para los religiosos es

Con la fuerza profética
va siempre la capacidad de
convocar. En torno de una
vocación verdadera, senti­
da profundamente, mani­
festada gozosamente y vivi­
da eficazmente, surgen par­
tidarios y discípulos. El Se­
ñor suscita primero un
hombre: Abrahán, Jesús,
Francisco, Juan Bosco...Y
éstos, no tanto por su pala­
bra o técnica cuanto por el
sentido de su existencia, se
convierten en propuesta de
compromiso y en puntos de
convocación.
En las épocas críticas el
Señor no multiplica la can­
tidad; se concentra en la ca­
lidad. No es difícil descu­
brir esa constante en la his­
toria de la salvación. Cuan­
do la multitud pierde el
sentido de la alianza y de
las promesas, Dios lo reavi­
va en un pequeño resto que
será la semilla del creci­
miento futuro (...)
En la historia reciente de
la Iglesia no pocas veces ha
ocurrido que mientras se
vaciaban seminarios y casas
de formación de religiosos
ya sólidamente estableci­
dos, surgían en los mismos
ambientes fenómenos vocacionales importantes en
torno de una figura renova­
da en su frescor evangélico
y en la concreción de una
caridad no necesitada de

reflexión
largas explicaciones para
demostrar que era tal.
SER PUNTO
DE ACOGIDA
(...) El discipulado es
una de las características de
los primeros grandes reli­
giosos, es la manifestación
de su paternidad espiritual
y signo de su fecundidad.
Quien ha experimentado
su propia existencia como
una llamada y así la vive a
diario, es un experto para
hacer percibir la voz del Se­
ñor y para indicar con sen­
cillez un itinerario para dis­
cernirla y obedecerla. Con
el correr del tiempo el sa­
ber acoger a quienes bus­
can su camino hacia el Se­
ñor puede extinguirse en
las personas y en las comu­
nidades, y limitarse a deter­
minadas iniciativas, en las
que las personas delegan su
capacidad de descubrimien­
to y de acogida de nuevos
discípulos.
Finalmente, toda voca­
ción religiosa comporta el
don personal de la fecundi­
dad. Si ese don no fructifi­
ca, la misma existencia per­
sonal se queda estáticamen­
te incompleta.
La Palabra de Dios nos
recuerda los valores del

anuncio. El Señor propone
una vida radicada en Dios,
no en las cosas; propone
compartir su mismo miste­
rio, no una existencia en
función de unos planes hu­
manos. Todo ello producirá
una vida inundada de ale­
gría y caracterizada por la
eficacia.
Dejémonos impresionar
por esas dos palabras:
«Alegría» —nadie podrá
arrebataros vuestra ale­
gría—
y
«fruto»
—^vuestro fruto será copio­
so— . Y apliquemos la ima­
gen del fruto no sólo a
nuestra vida individual,
sino también al mundo y a
la historia (...)
También San Pablo nos
ofrece la imagen de una
respuesta que puede ser
profecía y punto de refe­
rencia. «Todo lo tengo por
pérdida, comparado con los
bienes que me ofrece el Se­
ñor». Prefiero estar con El,
compartir su intimidad y
participar en sus planes a
cualquier otro empleo, ven­
taja o plan. A eso quiero
dedicar mis energías, y co­
rro porque sé que vale la
pena y que todavía no he
llegado.
Difícilmente se podría
presentar una imagen más
real del diálogo que debe

haber entre Dios y la perso­
na llamada. Una opción lú­
cida —diríamos hoy—, y
sin poner entre paréntesis
ni el mundo ni otras alter­
nativas, pues se las ha exa­
minado diligentemente; de
nada se huye por miedo: se
escoge porque se ha visto,
mediante la moción de
Dios, lo que es mejor.
Concluye el Apóstol con
este consejo a los destinata­
rios de su carta: «Herma­
nos míos, haced como yo;
mirad a quienes siguen
nuestro ejemplo».
«Que tus pr »fetas. Se­
ñor, aparezcan fieles, lím­
pidos, transpal ntes y elo­
cuentes».
Esta oración de la Escri­
tura podría ser nuestra sú­
plica incesante.
JUAN VECCHI, SDB

Felices de ser las primeras salesianas que vuelan a Togo, no pueden disimular su alegría. (De izquierda a derecha): Sor Ber­
narda García, Sor Paquita Sánchez, Sor Carmen Ballesteros, Sor Lourdes Pino (Madre Inspectora de Ovilla), Sor Paquita
Fernández y Sor Pilar Alvarez.

También ellas van a Togo
Las Hijas de M aría Auxiliadora de Andalucía han acogido con verdadero entusiasmo
el «Provecto Africa». Y también han ido a Togo, a evangelizar y a educar, al lado de sus
hermanos los Salesianos. Esta primera crónica que nos envían rezuma un espíritu misio­
nero admirable y un entusiasmo que nos recuerda el de los primeros tiempos de Don
Bosco y de Madre Mazzarello. Su lectura nos reconforta.
Queridas hermanas:
Sobrevolando ya tierra africana,
nuestro pensamiento y nuestro co­
razón se vuelven hacia vosotras
con quienes acabamos de compar­
tir nuestras últimas horas vividas
en «casa». Antes de seguir os deci­
mos que somos felices, que tene­
mos el corazón lleno y que no nos
cambiaríamos por naáie.
Ya ha comenzado nuestra «Gran
ventura».
Ya en el avión nos hemos senti­
do en ambiente africano pues, es­
tamos rodeadas de gente de color.
Ha sido particularmente emocio­
nante para nosotras sentir la tierra
africana bajo nuestros pies. A las
10.45 hemos tomado tierra en
Dakar. El vuelo fantásticamente
bien. Ha habido momentos en los
que olvidábamos que estábamos
en el aire.
A las 11.45 ha vuelto a despegar
el avión rumbo a Abidjan. donde
haremos otra escala. Nos han ser­
vido la comida que ha sido exquisi­
ta.

A las 3,30 acabamos de des­
pegar. Nuestra próxima escala:
¡TOGO! En este último tramo, la
Directora va junto a la ventanilla,
queremos que sea ella la que,
como el Capitán de la «Sta. Ma­
ría» dé el grito de... ¡TIERRA!
cuando sus ojos descubran el que­
rido suelo togolés.
Son las 4,30 de ia tarde.
ACAB.VMOS
DE ATERRIZAR
EN TOGO

Del fondo de cada uno de nues­
tros corazones ha brotado un gra­
cias al Señor que va a permitimos
extender su Reino en este trozo de
Africa.
Apenas hemos descendido del
avión, lo primero que hemos des­
cubierto han sido los rostros de
nuestros queridos hermanos Juan
Manuel Melgar, César Fernández
y Lucas Camino que corrían a
nuestro encuentro. Ha sido un

momento emocionante, tanto para
ellos como para nosotras. Junto
con ellos habían venido en repre­
sentación del Arzobispo, los reli­
giosos Franciscanos, religiosas de
varias Congregaciones, el Comité
Parroquial y «montones» de niños,
jóvenes y adultos pertenecientes a
las distintas Asociaciones que fun­
cionan en la Parroquia de Bé.
Creo que a todas nos parecía so­
ñar viéndonos por fin entre aque­
lla gente de color que cantaban y
danzaban dándonos la bienvenida.
De allí, en diferentes coches,
fuimos trasladadas a la Catedral,
allí nos esperaba otra gran canti­
dad de personas que abarrotaba el
templo. En sus rostros sonrientes
se adivinaba la alegría de que hu­
biésemos llegado.
La Eucaristía fue concelebrada
por varios sacerdotes, entre ellos
nuestros queridos hermanos Juan
Manuel, César y Lucas. También
los de Benín. Fue presidida por el
Vicario de la Diócesis. La homilía
fue primeramente en francés y a

hijas de María Auxiliadora
continuación en ewé porque, en
realidad, es ésta la lengua que en­
tienden todos. La coral interpretó
algunos cantos de los que no en­
tendimos nada aunque se veía que
estaban preparados con esmero.
Delante de nosotros teníamos
los niños que, como siempre, eran
multitud porque aquí parece que
manan. De cuando en cuando vol­
vían sus cabecillas curiosas y son­
rientes.
Al final de la Misa fuimos pre­
sentadas al pueblo que aplaudía
sin parar. Terminada la Misa nos
fuimos rápidamente a la Parroquia
de Bé. Al llegar allí era casi impo­
sible bajarse de los coches por la
cantidad de personas que se apre­
tujaban alrededor bloqueando las
puertas. Cuando por fin consegui­
mos bajar nos hicieron entrega de
unos ramos de flores. Ya en ellos
comenzamos a ver su sencillez. No
eran como los ramos que nosotras
preparamos para estas ocasiones:
rosas, gladiolos, etc... no, ellos
ofrecían sus sencillas flores cogi­
das, quizás, de cualquier sitio pero
que habían formado con ellas unos
bonitos ramilletes.
Con las flores en las manos hici­
mos nuestra entrada en la PairoQuia. Esta es inmensamente gran­
de, está construida de forma que
aún los más alejados puedan ver y
participar. Estaba abarrotada, en
aquella masa negra sólo se distin­
guían los ojillos que se movían inuietos y curiosos y las hileras de
ientes blancos que mostraban al
sonreímos.
Allí fue la apoteosis. El Vicario
tuvo que hablarles un poco a fin de
calmarlos para poder comenzar el
Rosario. En este mes esta práctica
reviste una particular importancia.
Era sorprendente ver el recogi­
miento y el fervor de aquellas gen­
tes. Al terminar el Rosario tuvi­
mos la Bendición.
Para terminar, una nueva pre­
sentación. A medida que nos iban
nombrando, íbamos al altar. Fue
un gesto simpático el que como no
había ramos de flores para todas
no dudaron en partirlos por la mi­
tad y para S. Pilar, gue ftie la últi­
ma en ser presentada, ya no que­
daba sino una sola flor. La multi­
tud de p>ersonas aplaudía frenéti­
camente.
Cuando terminó todo, nos con­
dujeron a la casa del-Párroco don­
de tenían preparada la cena.
Nuestra primera comida en
TOGO fue muy simpática. Comi­
mos con el plato en la falda. Las
gentes son muy sencillas, no se ha­
cen problemas de nada. Durante
la comida se cantó y se bailó y por

primera vez en TOGO sonaron las
notas de las sevillanas que S. Pa­
quita Sánchez bailó con su simpa­
tía de siempre. En ningún momen­
to nos sentimos extrañas, nos pa­
recía que habíamos vivido siempre
en este ambiente.
Terminada la comida nos dispu­
simos a marchar a la que sería
nuestra casa desde ahora y hasta
que Dios quiera. Por nuestra ima­
ginación pasaban toda clase de ca­
sas, de todos los estilos, siempre
pensando en las que nos íbamos
encontrando. Nos acompañaban
nuestros hermanos y todos los Sa­
cerdotes que habían estado con
nosotras.
Cual no sería nuestra sorpresa
cuando el coche se paró delante de
una casa espléndida. Os asegura­
mos, hermanas, que el Señor es
magnífico. Es verdad que a veces
nos exige un poco de renuncia,
pero es para colmamos luego más

ge el corazón apenas salimos a la
puerta. El barrio es pobrísimo, en
muchas casas aún no tienen luz ni
agua corriente, los niños son le­
gión y juegan desnudos por la ca­
lle. La gente hace la vida fuera de
las casas. El mercado es su i>cupación principal, todos venden algo.
Por las aceras se ven unos puestos
muy pintorescos en los oue se ven­
den las cosas más variaaas.
Creo que no hay ni una calle as­
faltada, todo es un'puro arenal
donde se hace difícil caminar.

abundantemente. Esta vez se ha
conformado con nuestra disponi­
bilidad, ya que veníamos dispues­
tas a lo que nos encontráramos. La
casa es preciosa. Todos los que ha­
bían venido por aquí unos días an­
tes se admiraban del cambio que
había dado. pues, según parece
esto estaba muy descuidado, hacía
unos 8 años que estaba constmida
pero abandonada, sin puertas ni
ventanas. Durante 3 ó 4 días han
estado trabajando más de 60 obre­
ros para ponérnosla a punto. La
verdad es que cuando estamos en
casa nos olvidamos de que esto es
Africa. Sin embargo, se nos enco­

SevtUa.— Don Celestino Rivera, Inspec­
tor de Sevilla, impone el crucifijo mUioñero a la hermana directora. Sor Car­
men Ballesteros.

1)I.\ 21

Estamos en nuestro segundo día
en TOGO. Nos encontramos un
poco despistadas. Nuestros her­
manos se encargan de echarnos un
cable. Estamos viviendo realmen­
te la fraternidad, los sentimos muy
cercanos.

3

Ellos nos habían preparado las
camas, una mesa, sillas y nos pres­
taron sus utensilios de cocina.
Hemos tenido con ellos nuestra
primera Eucaristía en el salón de
nuestra casa. La mesa del altar ha
sido la pequeña mesita que había
en el centro. Una Eucaristía senci­
lla pero vivida en profundidad.
Cada uno ha ofrecido al Señor lo
mucho o poco bueno que tenemos

hijas de María Auxiliadora
SevUla.— Procesión de entrada en la ca­
pilla del colegio de Nervíón para empe­
zar la Eucaristía de despedida a las her­
manas misioneras.

y hemos puesto nuestra vida en sus
manos, sabemos que podemos
fiarnos.
La tarde de este día marcará ya
un hito en nuestra historia togole­
sa. Después de haber pasado un
día de gran calor, nos salimos al
porche buscando el poquito de
aire que corría. Nuestra puerta es­
taba abierta. De pronto, vimos en­
trar dos chicas negras preciosas.
Ya por la mañana habían entrado
por la puerta de la cocina porque,
al enterarse que habíamos llegado
querían saludarnos.
Sor Pilar les dijo que si querían,
algún día podían venir a compartir
con nosotras la oración.
Como véis, aquí no es necesario
repetir la invitación. Venían con
sus rosarios di^ueslas a rezarlo
con nosotras. En este momento
vino a nuestra mente el nombre de
Bartolomé Garelli. Como él, ellas
serán las primeras piedras de nues­
tra obra en TOGO. Sus nombres:
Marie-Reine Sossou y Rose Kporvi.
Hemos rezado el rosario. Las
invitamos a que enunciaran el mis­
terio en ewé y luego rezamos en
francés. Tienen 19 v 20 años. Son
estudiantes de un Liceo que hay
cerca de nuestra casa. Hablan bien
el francés y nos entendemos estu­
pendamente. Las invitamos a que
nos cantaran algo en su lengua
cosa que hicieron con mucho gusto
y tamoién nosotras cantamos para
ellas.
Todo este momento importante
para nosotras estuvo presidido por
AQllELLA que ya ha comenzado
a hacerlo TODO también en
Togo. La imagen que hemos traí­
do para nuestra capilla la había­
mos sacado para que la conocie­
ran. El nombre de María Auxilia­
dora en sus labios tiene un sabor

10

nuevo y un acento muy particular.
Al terminar el día, nuestro cora­
zón ha entonado un gracias al Se­
ñor y a María que empiezan a
abrimos camino.

DIA 24

PRIMER 24 en TOGO. Creo
que será inolvidable para cada una
de nosotras. A las 7,15 de la maña­
na vino Lucas para llevarnos a la
Parroquia de GBENYEDZI de
donde saldría la procesión de Ma­
ría Auxiliadora. Al llegar ya en­
contramos en la puerta una gran
cantidad de personas, todas ata­
viadas con vistosos trajes de colo­
res. Estaba también el Comité Pa­
rroquial y varios párrocos. Al lle­
gar nosotras, la gente se acercaba
sonriente a saludarnos. Ensegui­
da, el Catequista con su megáfono
comenzó a decir el orden de la
procesión. Nosotras íbamos junto
a nuestros hermanos, detrás del
paso de la Virgen. Durante el tra­
yecto se fue rezando el rosario en
cwé y cantando.
La procesión duró, aproximada­
mente, una hora. Las calles son to­
das de arena, llenas de niños su­
cios y desnudos. En muchas de las
puertas se asomaban mujeres que
miraban con curiosidad. ¡Qué ne­
cesidad tiene la mujer togolesa de
promoción humana! Lo único im­
portante para ellas es buscar para
comer, pero cuando se ve la canti­
dad de hijos que tiene cada una se
comprende este comportamiento.
Creo q^ue con ellas tenemos una
bonita labor que hacer.
El término de la procesión era
DEKADJEVI. La puerta del re­
cinto donde se encuentra la escue­
la y en cuya explanada se iba a ce-

lebrar la Misa estaba abarrotada
de gente que cantaba un aleluya
de bienvenida y acompañaban el
canto con palmadas rítmicas.
En medio de aquel arenal ha­
bían colocado una tarima y prepa­
rado el altar. Delante, a la izquier­
da, estaba preparado un pequeño
altar para recibir a nuestra Virgen
que llegaba. Como de costumbre,
una se mareaba en aquel mar de
niños que no se sabía de dónde sa­
lían tantos.
La Eucaristía estuvo presidida
por Juan Manuel que con su carac­
terísticas salesiana sencillez y
apertura, tiene ganada a la gente.
Sobre nuestras cabezas habían co­
locado un toldo, cada pedazo de
un color: verde, rojo, amarillo...
aquello daba la impresión de un
circo barato. Todo el mundo se co­
locó como pudo y comenzó la
Misa que duró... un poquillo, porue cada Asociación quiso hacer
emostración de todos los cantos
que habían preparado en latín y
en ewé.
Cuando terminó la Misa y mien­
tras hacían una subasta que no se
terminaba nunca, Juan Manuel
nos llevó a algunas de nosotras a
ver el terreno donde será edificada
nuestra casa cuando Dios quiera...
El barrio se llama ABLOGA­
ME que significa «EN LA LI­
BERTAD». Imaginaos un terreno
amplísimo, lleno de cocoteros. Al
fondo del mismo se encuentra la
escuela, que como todas las otras,
tiene a fe c to de todo menos de es­
cuela. E^stá junto a una carretera y
pasando ésta, a pocos metros, en­
contramos el mar. Nos parece un
sitio bastante fresco pues corre
siempre la brisa del mar.
Cuando volvimos nos llamaron
para comer. La comida la habían
preparado los del Comité Parro­
quial. Estaba preparada en la es­
cuela ¡y qué escuela!
Antes ae empezar, el Presidente
del Comité nos dio la bienvenida y
durante la comida, las Asociacio­
nes nos obsequiaron con cantos y
danzas, al ritmo de tan-tan. Sobre
las 4 de la tarde y con varios dis­
cursos de ocasión en los que tuvo
que tomar parte también la her­
mana Directora, terminamos este
primer 24 pasado en TOGO.
He olvidado decir la emoción
que sentimos cuando al terminar
la Eucaristía, Juan Manuel entonó

3

hijas de María Auxiliadora
el «Rendidos a tus plantas» en
ewé, que fue cantado por grandes
y chicos a pleno pulmón.
DIA 28

Después de comer hemos ido a
visitar el hospital. Dicen que es
uno de los mejores de por aquí y,
sin embargo, ¡qué pobreza en
todo! Nos impresionó, sobre todo,
la parte de los niños. Como en las
salas no cabían más, algunos esta­
ban en esterillas sobre el suelo,
con unas caritas de tristeza que
partían el alma. Encontramos una
ninita recién nacida. Había nacido
de 6 meses y como no tienen incu­
badoras estaba en la cama con su
madre. Su gemela había muerto
ya y ella...
Creo que al llegar la noche a to­
das nos fue difícil conciliar el sue­
ño recordando aquellas escenas y
sintiendo la impotencia de no po­
der hacer nada.

tado el Comité Parroquial y las
Asociaciones.
¡Cuánto trabajo por hacer!...
Aún no sabemos cuando podre­
mos comenzar porque la lengua si­
gue siendo un gran impedimento.
Aún no hemos empezado el curso
de ewé.
Al terminar la Misa, en la casa
nueva de los Salesianos que aún
está sin estrenar, pero que es muy
bonita y fresca, tuvimos un rato de
convivencia con todos los que for­
man parte del Comité. Primera­
mente nos hicimos con ellos la foto
histórica.
El presidente nos dirigió la pala­
bra expresándonos su alegría y la
de todos por la presencia Salesiana
entre ellos. Juan Manuel también
dijo unas palabras invitándoles a
servir de ejemplo al resto de los fe-

casa acompañadas por Juan Ma­
nuel y Lucas que han comido hoy
con nosotras.
Ya vamos a terminar la crónica
de estos días, pero no sin deciros
nuestra alegría porque nuestra
casa ya se está llenando de las vo­
ces y de los cantos de los jóvenes
de nuestro barrio.
Os hablamos de las dos prime­
ras que vinieron a saludarnos al
día siguiente de nuestra llegada.
Estas han corrido la voz y ayer ya
eran 18 las que pasaban un rato
con nosotras. Les pusimos diaposi­
tivas de varios lugares de España:
Madrid. Toledo, Granada... las
que teníamos. Les encantó. Como
algunas estudian, reconocían algu­
nos monumentos por haberlos vis­
to en ios libros y esto las llenaba
de alegría. Todas manifestaban el

ligreses de esta gran Parroquia que
abarca un radio de 13 Kms.
A continuación, la hermana Di­
rectora tomó la palabra para agra­
decer la cariñosa acogida que nos
habían dispensado y manifestarles
nuestra alegría al podemos encon­
trar entre ellos para participar en
sus trabajos.
Sor Rafaela también habió, lo
hizo en español con toda la expre­
sividad que la caracteriza. Sus sen­
cillas palabras fueron traducidas al
ewé y todos aplaudieron al saber
que ella sentía marchar y que de­
jaba la mitad de su corazón en
TOGO.
Después de un buen rato en el
que nos obsequiaron con algunas
tábidas, manises y otras golosinas
y después de cantar algunos cantos
en español y que ellos acompaña­
ron con sus danzas y sus rítmicas
palmadas, partimos para nuestra

I^omé (Togo).— Sor Paquita Sánchez y
Sor Paquita Fernández ya han cunqulstado amigos togoleses.

DIA 31

El Comité Parroquial de GBENYEDZI nos invita. A las 8 ya
está Lucas con el coche por noso­
tras. tiene que dar dos viajes.
A las 8,20 hemos comenzado la
Eucaristía. La Parroquia donde se
celebra es la que llevarán los Salesianos. Aquí a cualquier cosa se le
llama una Iglesia. El suelo es de
arena en la que una se va hundien­
do al caminar. En el altar sólo
hay un Crucifijo pintado. A los la­
dos ha colocado Juan Manuel a
D. Bosco y a M. Mazzarello pinta­
dos por él, sin nada de marcos,
simplemente dibujados en negro
sobre un papel y alrededor, con
rojo, simula el marco. Desde lue­
go, los cuadros están acordes con
el resto del ambiente. Los pocos
bancos que hay son sin respaldar.
María Auxiliadora, como siem­
pre. presidió esta Eucaristía, de­
lante de ella era bonito ver un
montón de chiquillos sentaditos
sobre una alfombra escuchando
con mucha atención, aunque esta­
mos seguras que no entenderían
palabra.
La Misa ha durado dos horas, a
pesar de que ha sido Juan Manuel
el que la ha presidido. Pero, pen­
sad que ya la homilía es un buen
rato, puesto que la hacen en fran­
cés y en ewé. Después, están las
tres colectas, los cantos, etc... que
alargan por tiempo indefinido las
celebraaones.
Al terminar hemos sido presen­
tadas al pueblo y se nos ha presen­

deseo de poder ver España algún
día.
Sobre las 8,30 de la tarde la Di­
rectora ha inaugurado las «buenas
noches». Les ha explicado breve­
mente en qué consistían y les ha
dejado un buen pensamiento: sólo
la generosidad hacia los otros hace
nacer la alegría en nosotros.
Os agradecemos de veras todo
cuanto habéis hecho, personal y
comunitariamente por nosotras.
Sabemos que vuestra generosidad
para que no nos faite nada, es ma­
ravillosa. ¡Gracias!
Hasta siempre. Un abrazo fuer­
te de vuestras hermanas misione­
ras.

11

entrevista

«Me han hecho el Evangelio,
los Salmos y el Quijote»
Entrevista a Don José Luís Carreño en su fortaleza de Alzuza
¡Bendito sea Dios que me ha concedido la dicha de visitar al Padre Carreño en su soledad de Alzu­
za! ¿Quién de la Familia Salesíana de España no conoce a Don José Luís Carreño? El misionero
salesíano, el escritor, el poeta, el músico, el gran especialista en la Santa Sábana... Siguiendo «la
escondida / senda por donde han ido / los pocos sabios que en el mundo han sido», ha clavado su
nido de águila «del monte en la ladera>», en una de las colinas más bellas que circundan a Pamplo­
na. Allí subimos a platicar con él la tarde del pasado 27 de diciembre. La casita del misionero nos
ofreció una visión maravillosa de la Capital de Navarra, como la ciudad bajada del cielo. «Antea­
yer, me dice, todo estaba nevado. Era un panorama indescriptible». Hoy el aire del norte cortaba
como un cuchillo de hielo. Nos invitaba a entrar, a no desperdiciar ni una sílaba de la conversa­
ción de Don José Luis.
Allí, en sus alturas, el veterano apóstol escribe y ora. «Al final de la vida, aquí tienes a este pobre
hidrópico, al que Dios le ha adelantado esta paz, después de tantos caminos...», y me cita, en la­
tín, las palabras del Salmo 60: «In petram extollit me et dedit quietem mihi...».
RECUERDOS
DEL MISIONERO
—Don José Luis, le digo, he
venido a conversar con usted.
¿Motivo? Sus bodas de oro sa­
cerdotales. Cuéntenos algo de
su vida...
—Hombre, estupendo. Hoy
ha sido un día de entrevistas.
Hace un momento acaban de
irse los del programa «De cos­
ta a costa» de Radio Nacional.
Hemos hablado acerca del li­
bro «Dictamen sobre la Sába­
na de Cristo», de Kenneth E.
Estevenson y Gary R. Habermas, que traduje del inglés, re­
cién publicado por la editorial
Planeta...
—Y ahora le toca a! Boletín
Salesiano.
Ya sabemos que, hace unos
pocos años. Oliverio escribía
aquel epigrama tan bello como
definitorio:

«Mis amigos lo saben,
y aunque no lo supieran:
me irrita que me alaben,
me gusta que me quieran...»

entrevista
Por eso no se irritará si le
digo que D. José Luis es una
de las fíguras más originales y
entrañables de la España salesiana, porque es la expresión
del mayor cariño de sus ami­
gos...
—Si te parece, empezamos
a hablar de la India. La Con­
gregación Salesiana en la India
es el mayor milagro de mi
vida. Siempre creciente, lleva
adelante obras fenomenales de
caridad evangélica. La divina
Providencia les ayuda escan­
dalosamente.
—¿Cuántos años de su vida
dejó en la India?
—Cuenta del 33 al 63. To­
tal, treinta años. Cuando no
sabíamos adonde íbamos...
Dios se sirvió de los misione­
ros para multiplicar su obra.
Puedo nombrar a verdaderos
santos.
Y D. José Luis se pone a re­
cordar, a hacer el panegírico
de sus hermanos. Porque él
nunca habla de sí mismo.
—¡El Padre Bagzier! Era el
salesiano de la bondad, el gran
amigo de los pobres. Todos los
necesitados de Madrás acu­
dían a él. Cuando los herma­
nos le reprendían su generosi­
dad desmedida, se volvía a los
mendigos echándoles un rapa­
polvo. Pero luego, guiñándo­
les un ojo, les decía bajo cuer­
da: «¡En el confesonario!» Y
allí encontraban los pobres
todo bien de Dios...
—Monseñor Mathias fue el
gran organizador. Conviví y
colaboré con él durante diez
años. Me comunicó su osadía
y su esperanza, expresadas en
su lema: «Aude et spera».
...Mons. Hubert D’Rosario,
el primer muchachito indio
que puso los pies en mi prime­
ra misión de Tirupattur, en el
lejano diciembre de 1933.
Aquel mismo Hubert es hoy el
arzobispo salesiano de Shillong, la metrópoli más prome­
tedora de la India...
—Parece que las vocaciones

«Aquí tienes a este pobre viejo, con sus
77 años y tantas esperanzas».

indias superan todos los cálcu­
los humanos.
—¡Ya lo creo! El milagro
empezó en North Arcot.
Aquello era un palo seco. Em­
pezamos a admitir a chicos in­
teligentes de castas inferiores.
Eran listos y formaron familias
ejemplares que han influido
poderosamente en el distrito.
Y vaya si salieron vocaciones.
Levantamos grandes semina­
rios y se llenaron. Hoy, a los
treinta y tantos años, el palo
seco ha florecido. El obispo
diocesano nos envidiaba des­
pués: «Si yo hubiera sabido
que los Salesianos hacen eso,
no les hubiera dado North Ar­
cot...»
—Bien que recuerdo aque­
llos años 1946-47. Entonces sí
que éramos mozos de «diechiocho abriles». Cantábamos
con usted el «Tener un hijo
misionero» y nos entusiasma­
ban sus empresas de Madrás...
—Eran los duros años del
inicio. Ahora hay más de ¡die­
ciocho seminarios! y son cen­
tenares, ¡miles! los salesianos
indios. Un verdadero milagro.
Don José Luis se pasaría
días enteros hablando de la In­
dia. Ahí están sus libros inte­
resantísimos «Singladuras in­
dias» y «Urdimbre en el telar».
A ellos me remito. Hablemos
de otra cosa:
50 AÑOS
DE SACERDOTE

Don José Luis acaba de
cumplir sus cincuenta años de
sacerdocio. Llevamos la con­
versación a su mundo interior.
—Recibí la ordenación sa­
cerdotal en Gerona, en 1932.
Inolvidable la Teología estu­
diada entonces a base de ma­
drugones. En pleno invierno,

•*

^ *■

a la voz del «Benedicamus Do­
mino», me levantaban a las
cinco de la mañana para estu­
diar con el Padre Magné.
—¡Menudos cambios de en­
tonces a ahora!
—Es un mismo Señor al que
intentamos conocer un poco
mejor. Yo estudiaba los Sal­
mos con verdadero cariño.
¡Los he querido tanto! He to­
mado siempre los Salmos en
serio.
—Sus traducciones me pare­
cen bellísimas...
—A mí me han hecho el
Evangelio, San Pablo, los Sal­
mos y el Quijote. Los Salmos
te divinizan. Fruto de ese
amor a los Salmos salió este li­
bro «Salmos al viento» que, en
la librería de Madrid lo ven­
dieron luego como papel vie­
jo, por kilos... Algo imperdo­
nable.
—Usted los rezará en latín.
—Tienen un «sabor incon­
fundible». También los rezo
en inglés. Las traducciones en
español no me convencen.
Y me lee unos versos del
Salmo 55:
13

entrevista
M

ÉÍ: f

«Sólo me han interesado los santos...»

—«Tú de mis sendas
vas tomando nota
en mi destierro, y cuando
una lágrima brota
de mis ojos tal vez.
Tú gota a gota,
en tus odres, oh Dios,
la vas guardando...»
Esto es de una belleza so­
brehumana.
Don José Luis no puede
contener su alma de poeta, y
clama por la falta de sensibili­
dad.
—No hay estado de perfec­
ción donde se pierden los valo­
res humanos.
Luego se entusiasma con el
Quijote.
—Es el libro de la sabiduría
humana. Es la figura del héroe
fracasado que supera su frus­
tración y vuelve a empezar
siempre con ánimo nuevo. El
hombre que sabe reírse de sí
mismo y que, en medio de sus
abatimientos, sueña en nuevas
aventuras...
14

—¿Nunca se ha sentido us­
ted pesimista?
—¡Nunca! A pesar de la
vida y de sus faenas. Aquí tie­
nes a este pobre hidrópico,
con sus 77 años y tantas ilusio­
nes. El que tiene fe nunca fra­
casa. Siempre está en pie. El
cristiano es un soñador.
—Sí, don José Luis, ¡qué sa­
cerdocio más lleno el suyo, por
los caminos de la India, de Fi­
lipinas, de España, de Estados
Unidos, de Europa...! En to­
das partes ha dejado recuerdos
de su buen corazón, de su ale­
gría, de su entusiasmo. Aun­
que no pocos han dicho de us­
ted que es, eso, un soñador.
Sí, añado, un soñador que rea­
liza los sueños que le dejan
realizar...

ESCRITOR
EMPEDERNIDO
¿Quién no envidia la pluma
de don José Luis? Escribe
como habla. Todos sus bolí­
grafos los tiene cargados en su
corazón. Y brotan las palabras
de su espíritu. Ahí están sus li­
bros, sus traducciones, sus
poemas. Todo impregnado de
gracia.y de ternura.
—¿Cuántos libros de poesía
ha publicado?
—Publiqué «Salmos de la
tarde», «Chispas del trópico»,
«Cromos». Ahora quiero sacar
unas cien meditaciones humil­
des.
La poesía de don José Luis
es cordial. Si se hubiera dedi­
cado hubiera llegado a ser un
gran poeta. Pocos escritores
tienen una cultura como la
suya. Y un amor a la palabra
precisa. Y un oído y una sensi­
bilidad poética fuera de serie.
—Lo lírico me parece algo
impúdico publicarlo...
—Ya lo decía el poeta fran­
cés: «Par/er de soi est comme
une indécence». Pero usted
puede hacerlo tranquilo. Lo
peor es pagar las ediciones...

—Has dado en el clavo.
Creo que era don Javier Rubio
el que me dijo una vez: «El pa­
dre Carreño, con las deudas
del libro anterior paga el si­
guiente...»
El apostolado de la pluma es
una de las cosas que lleva don
José Luis en el alma. Me cita
las palabras de Don Bosco:
«En esto tenemos que ir a la
vanguardia». «Es algo divino».
Y me enseña el nuevo libro
que está preparando: «Las se­
ñales». Se trata de los signos
de la presencia de Dios en la
vida. La señal número nueve,
me dice, es el eje: Cristo Resu­
citado.
—Creo que es mi último li­
bro. Cuando esté publicado le
daré un chutazo de penalti al
planeta tierra para irme con el
Señor...
—Calma, don José Luis.
Usted es escritor, no futbolis­
ta...
¿Y sus libros sobre la Santa
Sábana? Ningún hombre tan
convencido de esta señal. Infi­
nito el bien que hace con sus
publicaciones...
—Si vieras las cartas que me
escriben. De todas partes.
—Hasta los editores ga­
nan...
—A ellos les importa el di­
nero. A nosotros anunciar a
Cristo Resucitado. ¡Pero Dios
nos ayuda! ¡Me moriré sin
deudas!
Aquí leemos unos párrafos
de su nuevo libro «Las seña­
les». Y dice al terminar:
—Es mi testamento. Des­
pués de esto, ya nada.
EL SALESIANO
Seguimos charlando de la
música, de sus músicos preferi­
dos.
—Me quedo con Haendel
por su grandiosidad. Con
Beethoven como hombre: la
9.* Sinfonía es un grito de do­
lor, el corazón humano estru­
jado por el sufrimiento. Y con

El tiempo y el espacio, don
José Luis, son nuestros gran­
des verdugos. No perdonan.
Aquí estaríamos eternamen­
te...
—Mi reloj: siempre lo tengo
estropeado. Pero yo creo que
lo hemos dicho todo.
Aún le pregunto por las per­
sonas más importantes que ha
conocido en su vida. Y me res­
ponde;
Hace ya unos pocos años... Don José
Luis con su barba florida y en la India,.
rodeado de misioneros españoles.

la alegría juguetona de Mozart... Pero el primero de to­
dos: Bach. Representa la ele­
vación religiosa. «Ríete de una
meditación ante cualquier
obra de Bach. Yo creo que la
música terminó con Mendelssohn...»
—No exagere, don José
Luis, que Bela Bartock y Stravinsky y Falla y Debussy y Ravel...
—Hablemos mejor de los
músicos salesianos.
Y salen los nombres de Pagella. De Bonis, Alcántara...
—Con nosotros estuvo Ar­
turo Goffard. Cuando no te­
níamos más que pianos des­
vencijados tocábamos a Beethoven, a Haydn y a Chopín.
Sin radios ni cassettes nos afi­
cionamos a los clásicos. Sali­
mos enamorados de la música.
Los años de Campello templa­
ron noestra vida. Teníamos a
nuestro lado a verdaderos sa­
lesianos que nos querían como
padres.
Y don José Luis se explaya
hablando de la vida salesiana.
Dice que las suyas son refle­
xiones de un solitario. Pero me
suelta cuatro cosas:
—Primera: Hace falta que­
rer a los muchachos. Hoy en­
cuentro a chicos que hasta
blasfeman: Presenciamos el
fracaso de una pedagogía cris­
tiana.
Segunda: Debemos cho­
rrear a Dios. ¿Cómo pueden
salir las vocaciones si no somos

santos? ¡Qué maestros aque­
llos: don José Lasaga, don Mi­
guel Blanco!
Tercera: La Congregación
ha cometido un error al volcar­
se casi exclusivamente en la
Formación Profesional. ¿Qué
jóvenes vienen? Los que sólo
piensan en ganar dinero. Les
interesa la vida terrena, la
electrónica y la mecánica. De
ideal nada. Nuestros mejores
hombres han salido de las es­
cuelas de humanismo.
Cuarta: Me duele no tener
un texto de Catecismo. ¡Qué
pena! Lo vamos a pagar. Aho­
ra oigo muchas palabras. To­
das me saben a hueco.
Y concluye con una frase
dura, para que la oigan los jó­
venes:
—¡Juventud pobre y aban­
donada: sí la hay, porque na­
die se cuida de ella...!

Y en 1963 fue inaugurado el noviciado
de Canlubang en Filipinas, ahí vemos a
Don José Luis con sus jóvenes novicios.

—Sólo me han interesado
los santos.
Y me cita tantos nombres...
Salimos a la terraza. Pam­
plona relucía abajo como un
lago de fuego. El coche se en­
filó hacia la ciudad. En su nido
de águilas quedaba don José
Luis Carreño. Con sus libros,
con sus sueños, con su liber­
tad.
—¡Qué hombre más ex­
traordinario!, le dije al salesiano conductor.
—^Sí, es un fuera de serie.
Un tesoro que hemos de cui­
dar con cariño.
—Para que nos dure muchos
años.
RAFAEL ALFARO

15

V.® Encuentro
Europeo
de Jóvenes
Roma-Taizé
28 diciembre 1982
1 enero 1983

Roma ha acogido con gozo
a 30.000 jóvenes peregrinos
de toda Europa.

La participación de grupos juveniles salesíanos en estos encuentros suele ser notable­
mente sígnincativa. La Inspectoría de Córdoba estuvo presente con 140 jóvenes de Cór­
doba, Las Palmas y Ubeda.
Luis Fernández Con^e, colaborador habitual en nuestras páginas, estuvo presente y nos
cuenta su visión del encuentro.

El compartir con los otros aque­
llo que somos y tenemos, en un cli­
ma de gratitud evangélica, es una
de las características del Espíritu
de Taizé: tú, llegas, hay unos bra­
zos abiertos de hermano que te
aprietan contra el corazón, una
sonrisa franca, semáforo en verde
que te dice, pasa, y una mesa, un
techo, una fraternidad que te hace
la vida hermosa y te impulsa a dar
gracias a Dios: «Porque crece tu
Reino en esta tierra, ¡aleluya!»
Si eres salesiano, todo esto te
suena a tus años de formación, a
tu Noviciado, donde, con asom­
bro, escuchabas por primera vez
Más de 140 jóvenes de los centros salesianos de Córdoba, Las Palmas y Ubeda
salieron hada Roma.

que en la vida religiosa el que deja
una casa encuentra cíen y el que
deja un hermano encuentra mil.
Es lo que el Hermano Roger llama
el asombro de un amor, que tiene
mil expresiones, y ésta, es una de
las más evidentes.
Y porque eres salesiano y vas de
acá para allá, te llenas de gozo al

«

li

« r - I! r

ver que la palabra de Don Hosco
se mantiene viva en la Congrega­
ción, y llegas a Barcelona con 120
jóvenes y te aguardan en MartíCodolar unos hermanos cariñosos,
que te esperan hasta las 12 de la
madrugada porque los horarios
previstos no se cumplieron. Y tie­
nes el lecho limpio y todo lo preci-

jovenes
so para reparar fuerzas en tu ruta
de romero por la paz y la reconci­
liación. Y retomas por Valencia y
te enteras de que David, el buen
Director de los salesianos de C/
Sagunto, ha regresado precipita­
damente de su tierra navarra, por­
que Roncesvalles pasa hoy por la
ciudad del Turia, y es hermoso dar
posada al peregrino y hacer vida la
palabra de Don Sosco: «quien
deja un hermano encuentra mil...»
Y todo esto, gratis, a fondo perdi­
do, sin pasar factura... como Dios
nos ama.
Este Espíritu de las Bienaventu­
ranzas que Don Sosco nos inculcó
a nivel congregacional, Taizé lo si­
gue difundiendo a nivel eclesial, y
todos los que se dejan guiar por
El, experimentan el gozo del com­
partir y el asombro de un amor
que tiene las mismas raíces y ma­
nifestaciones en Roma y en Lon­
dres, en París o en Córdoba, en
Valencia o Barcelona. Es el Espí­
ritu de Cristo Resucitado que si­
gue presente en la Iglesia.

se nutren de los de mayor sensibi­
lidad artística.
Los romanos han acogido con
gran calor a los peregrinos llega­
dos de todas partes del viejo conti­
nente y a los representantes de
otros lugares del planeta. El calor
humano de hace dos años se ha
vuelto a repetir e incluso se ha in­
tensificado. También ha crecido la
calidad de los encuentros y la pre­
cisión organizativa.
La mañana transcurre en las pa­
rroquias entre la oración, la refle­
xión en común en torno a la Carta
de las catacumbas, una llamada a
las Iglesias, y a las visitas a los lu­
gares de esperanza: lugares de
acogida y de encuentro para ancia­
nos, niños, personas que viven en
soledad, marginados, enfermos...
El mediodía y la tarde transcurren
en los encuentros de oración de
San Juan de Letrán, Santa María
la Mayor y San Pedro en el Vatica­
no, seguidos de meditaciones bí­
blicas, encuentros de silencio ante
el Santísimo y visitas de oración a
las catacumbas, en comunión con
los primeros cristianos.

Cuando la oportunidad lo per­
mite, no queda descartada la esca­
pada a los lugares de la historia y
el arte de la ciudad eterna.
La jerarquía de la Iglesia Católi­
ca ha estado presente en las perso­
nas del cardenal vicario de Roma,
Ugo Poletti y del obispo de Grenoble. El encuentro en el Vatica­
no en Vigilia de Oración con Juan
Pablo II junto a la tumba de San
Pedro, fue un momento cumbre
del Encuentro. Radio Vaticana re­
transmitió en directo este imptirtante acontecimiento ecuménico.

JUICIOS SOBRE
EL ENCUENTRO
—«Lo más emocionante para
mí, fue el encuentro del Papa Juan
Pablo II con el Hermano Roger en
San Pedro del Vaticano, quedará
grabado en mi mente para siem­
pre. Creo que ha sido muy cons­
tructiva e interesante la conviven­
cia con mi hijo en un ambiente re­
ligioso y entre jóvenes, sus ami­
gos. He sido un amigo más para

TAIZE,
DE NUEVO EN ROMA
Los peregrinos llegados de toda
Europa y los numerosísimos ro­
manos que los han acogido en 250
Parroquias han formado un grupo
compacto de cerca de 30.000 per­
sonas. Mayoritariamente son jóve­
nes, pero tampoco faltan las fami­
lias. los adultos e incluso algún an­
ciano. Vienen de Finlandia y de
Escocia, de España y de Polonia,
católicos y cristianos de otras con­
fesiones.
Algunos de ellos han elegido pa­
sar estos cinco días en silencio,
mientras que la mayoría está dan­
do vida a las parroquias en anima­
dos encuentros de oración, refle­
xión en común y compartir de
vida, ilusiones y esperanzas. Los
servicios técnicos ocupan a los más
sacrificados, y la coral y orquesta
En Roma se siente la fraternidad uni­
versal.

todos ellos, donde me he sentido
querido por ellos y cariñosamente
respetado. Tanto para Luís Ma­
nuel como para mí, creo que esto
es muy interesante y constructivo»
(Feo. Manuel Romero Castillo, 50
años, padre de familia).
Como el camino es muy largo, en el au­
tobús hay tiempo para dormir y pen­
sar...

17

jovenes
«Lo que más me ha llamado la
atención, al igual que el año pasa­
do en Londres, es el Espíritu de
unión y de convivencia que todos
hemos llevado al encuentro de
Roma. He quedado bastante satis­
fecho, pero me doy cuenta que
puedo aprovecharlo mucho más.
Me llevo el firme propósito de vi­
vir más a fondo los próximos en­
cuentros. Le agradezco a usted y a
todas las personas que como usted
han hecho posible este viaje, sú
buena voluntad y su trabajo. ¡Mu­
chas gracias!» (Luis Manuel Ro­
mero Galán, 17 años, 3.® B.U.P.)
—«Había oído hablar siempre
de Taizé y de su estilo de oración,
y cuando en el 80 tuvo lugar el En­
cuentro Ecuménico en Roma,
pude finalmente tener un contacto
con Taizé vivido en primera perso­
na, dado que en la Parroquia hos­
pedábamos a 30 jóvenes. Fue una
experiencia muy bella y consegui­
mos, en 5 días alcanzar una amis­
tad verdaderamente fuerte entre
nosotros: poco bastaba para ser
amigos, bastaba descubrir que
creíamos en las mismas cosas,
para sonreír juntos y sentirnos
hermanos, bastaba cantar juntos
una canción para parecer amigos
de toda la vida. Fue también el
primer impacto con cierto tipo de
oración, vivida en una dimensión
personal, pero que al mismo tiem­
po conseguía ser colectiva. Fue,
en suma, en su conjunto, una ex­
periencia positiva.
Vino de inmediato a nosotros,
romanos, el deseo de devolver la
visita, pero parecía un sueño irrea­
lizable poder conseguir llegar a
Córdoba y reencontrarnos con
nuestros amigos, y, la verdad, no
esperábamos mucho. Sin embar­
go, el sueño se realizó. El 14 de
abril 1981 se realizó el esperado
viaje que resultó verdaderamente
maravilloso. La acogida de los es­

pañoles fue verdaderamente admi­
rable, nos trataron como a verda­
deros y propios hijos: aquellos la­
zos que se habían iniciado, no se
habían aflojado lo más mínimo,
continuaban ligándonos a todos
juntos.
Sin embargo, la experiencia más
completa, más madura, sea desde
el punto de vista humano, sea reli­
gioso, ha sido la de este año. Ya
que muchos aspectos ya presentes
en las ocasiones precedentes han
madurado y se han consolidado.
El encuentro ha perdido todo ves­
tigio turístico para transformarse
en un verdadero encuentro de re­
conciliación vivida en la oración y
en el compartir.
Incluso las relaciones entre no­
sotros han perdido aquel entusias­
mo sentimental, característico
hace dos años; el encuentro ha
perdido su característica adoles­
cente para transformarse en un
verdadero encuentro de fe que va
creciendo hacia la madurez.
Es importante saber que... se
está creciendo, y es por tanto, en

razón de este crecimiento que de­
bemos dar gracias al Señor por
esta nueva ocasión de gracia».
(Tina, 22 años, estudiante univer­
sitaria).
—«El Espíritu de Taizé es uni­
versal, ya que engloba no sólo a
las diferentes interpretaciones del
cristianismo, sino que sus ideales
principales de paz, reconciliación
y compartir coinciden por comple­
to con la forma de vida de los pri­
meros cristianos.
Dicho Espíritu de Taizé, no se
puede encerrar en la semana en
que se desarrolla el Encuentro Eu­
ropeo, sino que ha de ser la conti­
nuación de una vida de fe en los
lugares de origen. También el en­
cuentro ha de ser el lugar de parti­
da hacia la consecución de una
verdadera vida de compartir el
cristianismo.
Si nos referimos únicamente al
Encuentro de Roma, tenemos que
proclamar que su acogida y dispo­
sición hacia los foráneos ha sido
excelente y muy difícil de igualar.
Familias humildes, movidas por

Roma es una invitación a la alegría y a
la amistad, a la oración. El número de
cristianos reconciliados se acrecienta de
día en día.

una gran sencillez, ofrecían sus ca­
sas y sus enseres a fin de lograr el
mejor acomodo para sus huéspe­
des.
La Parroquia era un centro acti­
vo, donde los jóvenes fueron, de
hecho los promotores y verdade­
ros protagonistas de los actos allí
celebrados.

Preparados para acampar en Roma

jovenes
Pero, como he dicho anterior­
mente, el Encuentro debe ser la
confirmación de un trabajo ante­
rior, y, por tanto, si uno va a este
“concilio” sin una idea clara de lo
que tiene que realizar, si va con un
espíritu egoísta y cerrado a los de­
más, no dando nada de su persona
a los suyos, nunca sacará ^ t o del
Encuentro. Espero que lo haya­
mos podido sacar de Roma, lo
pongamos en práctica con los que
nos rodean, haciéndose realidad
un compartir sin intereses.
Mi referencia precedente es
Londres. Roma ha superado con
creces a la capital británica, en
apertura, compartir, movimiento
de jóvenes en las parroquias... Y
no desmereciendo en nada a la or­
ganización respecto a Londres. En
definitiva, vuelvo con un espíritu
optimista y con deseo de hacer
realidad el maravilloso objetivo de
Taizé: La reconciliación entre to­
dos los hombre». (Nicolás L. Fer­
nández García, 17 años, C.O.U.)

EN ESPIRAL
ASCENDENTE
Los Encuentros Europeos de
Jóvenes, promovidos por la Co­
munidad Ecuménica de Taizé, tie­
nen un ritmo de espiral ascendente
hacia la maduración. Comenzaron
como una eclosión de vida adoles­
cente hacia la maduración. Co­
menzaron como una eclosión de
vida adolescente en las Navidades
de 1978 —¡...aquel Magníficat,
agarrados de la mano y bailando,
«a la ronde», sobre los bancos de
la monumental iglesia de San Sulpicio de París...!— Hoy, muchos
de aquellos adolescentes quinceañeros, son sesudos jóvenes univer­
sitarios y creyentes comprometi­
dos, que cargan con sacrificio go­
zoso con todo el peso de la organi­
zación y animación de estos En­
cuentros que, siendo los mismos,
han crecido en extensión y profun­
didad. y en los que la calidad hu­
mana cristiana- es cada vez más
evidente.
Jamás en la vida de creyente,
consagrado y sacerdote, había ex­
perimentado una oración como la
de aquel 28 de diciembre de 1982

El Hermano Roger, de la Comunidad
Ecuménica de Taizé. escribe este año su
«Carta de las Catacumbas»: «Los cris­
tianos dd tiempo de las catacumbas sa­
caron su valor de lo más profundo del
corazón de la fe. Sometidos a las más
fuertes presioDes. «miprendiertm que,
para d Evangdio. d sentido de la existencia era d de «dar so vida».

en la Basílica de Juan de Letrán en
Roma. ¡Dios mío, qué resonancia
tenía la Palabra de Dios entre
aquellos muros venerables que
acogían a más de 12.000 jóvenes
de la Europa Cristiana y rezaban,
mediante sincronía radiofónica en
unión con los otros más de 12.000
de Santa María la Mayor!
«Tengo la alegría de deciros que
nuestra Parroquia ha sido una de
las primeras en ofrecer mayor nú­
mero de plazas en familias para
este Encuentro Romano de Taizé.
y esto es fruto de vuestra siembra
de hace dos años en el Encuentro
del 80 y en la Pascua Cordobesa
del 81. Nuestra Parroquia se ha
visto renovada gracias a vuestro
paso entre nosotros». Así se ex­
presaba el buenazo del P. Gagliarducci, párroco de Santa María Addolorata de Roma.
Hasta el cuerpo institucional de
la Iglesia Católica parecía más
ágil, más joven, menos rígido en
sus gestos de ecumenismo prácti­
co. «Sin andar buscando quién
tuvo razón o quién se equivocó, vi­
vamos ya con un corazón reconci­
liado». (La verdad es que, en el
más riguroso sentido histórico de
los acontecimientos, el pecado de
la división, abundó por las dos
partes. ¿Recordáis a Pablo VI pi­
diendo públicamente perdón por
ello en lo aue a la Iglesia Católica
concernía?)

Si quisiera sintetizar mi visión
de los encuentros Europeos de Jó­
venes promovidos por Taizé du­
rante estos cinco últimos años, en
lo referente a los frutos que van
surgiendo, lo haría así:
• Una siembra inmensa y pro­
funda de la Palabra de Dios en un
auténtico clima de oración, refle­
xión y parábolas de la fe.
• Una maduración humanocristiana evidente en el campo de
la vida interior y el compromiso
cristiano, por parte de los jóvenes
participantes en los Encuentros.
• Una flexibilización y conti­
nuo rejuvenecimiento mental y es­
piritual en los adultos que partici­
pan: se aprende a rezar, a ser más
sencillo, más sincero, más benevo­
lente, menos egoísta...
• Las Parroquias se renuevan,
se revitalizan, se rejuvenecen. En­
tran en una primavera del Espíri­
tu.
• El número de cristianos, re­
conciliados ya de hecho en su co­
razón, se acrecienta de día en día.
• Las Instituciones Eclesiales
aceleran la hora del «Ut unum
sint» (que sean uno).
• Los responsables de pastoral
juvenil encuentran una fuente ina­
gotable de esa VIDA que salta
hasta la eternidad, para ellos y sus
jóvenes.
LUIS FERNANDEZ CONDE

jóvenes

CAMPOBOSCO 102

Encuentro en La Robla
Durante los días 9 al 12 de octubre de 1982 hemos celebrado en La Robla el CAMPOBOSCO 102,
bajo el lema «Con don Bosco y el Papa». Fue un importante acontecimiento juvenil para la Ins­
pectoría Salesiana de Santiago el Mayor.

| U P ’^ h L J Í r i | U i r ' ^ k . Í p r T U i

£ lC H M P flB Q 5 C fl.’2 i.ri [ ü
ip i i k j w

ii k a í ii k i r ^ E J f ^

mó para aclamar a Don Bosco;
cada uno de los 25 grupos salió de
su lugar de reunión con una pan­
carta y g.itando «vivas» a Don
Bosco. Fue un inmenso estallido
de alegría y entusiasmo salesiano
—que sin duda debió llegar a oí­
dos del mismo Don Bosco, que
sonreía satisfecho— , y culminó
con el canto del himno a nuestro
Padre «Salve, Don Bosco, Santo,
joven de corazón».
Y, como suele suceder entre los
salesianos, también María estuvo
presente. El Campobosco se clau­
suró a los pies de la Auxiliadora,
en el día del Pilar. Nos despedi­
mos pidiendo a María que siga

«En La Robla nos reunimos unos 250 jó­
venes de los diversos ambientes del “no­
roeste” salesiano, animados por más de
25 adultos de la Familia Salesiana».

Nos reunimos unos 250 jóvenes
de los diversos ambientes del «no­
roeste» salesiano, animados por
más de 25 adultos de la Familia SaIcsiana. Y allí hemos reflexionado
personal y grupalmente sobre las
nguras de Don Bosco y el Papa.
San Juan Bosco y Juan Pablo II
son dos personajes en los que he­
mos descubierto un gran parecido,
sobre todo en su actitud de cara a
los jóvenes. _
Don Bosco repetía con frecuen­
cia que se entregaba por completo
al bien de los jóvenes, que por
ellos daba hasta su último aliento.
Y así fue su vida diaria. «Os amo
porque sois jóvenes».
Juan Pablo II se caracteriza
también por su amor a los jóvenes
y por la confianza que deposita en
la juventud. En sus viajes no falta
algún acto especialmente dedicada
a los jóvenes, ni falta en sus dis­
cursos alguna palabra a ellos diri­
gida. «Siempre se está bien con los
jóvenes», ha dicho en diversas
ocasiones, y también: «Dios me ha
concedido la gracia de amar mu­
cho a los jóvenes; los quiero por­
que son como la primavera que se
alza sobre el mundo».
Tanto Don Bosco como Juan
Pablo II son dos líderes de la ju­
ventud actual, dos personalidades

20

con un mensaje vivo para los jóve­
nes de hoy. Ambos poseen «carisma juvenil». Y por eso los jóvenes
responden a millares ante sus
mensajes... (Esto es algo de lo que
hemos descubierto y vivido en el
Campobosco 102).
Durante los días que convivi­
mos en La Robla, con un apreta­
dísimo horario de reflexión - diá­
logo - puesta en común - celebra­
ción. hemos trabajado dos núcleos
temáticos sobre las relaciones de
Don Bosco con el Papa y con los
Obispos, y otros dos núcleos han
iracío en tomo al mensaje de
uan Pablo a los jóvenes: análisis
de la juventud actual y el reto de
Cristo a los jóvenes.
El momento cumbre del Cam­
pobosco fue la «manifestación»
que sin previa organización se for-

?

«En medio de la naturaleza convivimos
y reflexionamos los mensajes de Don
Bosco y del Papa».

siendo nuestro Auxilio en el cami­
no de nuestra juventud y que Ella
nos ayude a llevar el espíritu que
aquí hemos vivido a los diversos
ambientes de origen.
Para terminar, y evaluando, hay
que decir que creemos que ha sido
una experiencia muy positiva.
Es cierto que nos mojamos un
par de veces; es cierto pasamos un
poco de frío en las tiendas, que
apenas hemos dormido... Pero la
amistad que allí vivimos y la vida
que compartimos en tomo a Don
Bosco y al Papa bien se merecen
esas pequeñas penalidades.
Y repetiremos en el Campobos­
co 103.

jovenes
Grupo de la colonia del barrio del Pilar:
El Boñar, 1982.

Sor Nati
y sus muchachos
La Familia Salesiana lleva adelante un hermoso Centro Juvenil en el céle­
bre barrio del Pilar, una de las zonas periféricas más pobladas de Madrid.
Un Centro Juvenil también poblado de actividades, de iniciativas, de vita­
lidad. Alma de los jóvenes es Sor Nati, una salesiana de corazón oratoriano, entregada a esta misión popular. En un bajo de edifício ha oi^anizado
aulas para conferencias, salas de mecanografía, cuartos para encuentros
de grupos, salón de proyecciones, una capilla encantadora en la que da
gusto rezar... Y todo en unos pocos metros cuadrados. Hay que ver a los
chicos en el desarrollo de sus actividades, en sus ensayos, en las eucaristías
que celebran.
Y también organizan sus colonias de verano. Las preparan con tiempo y
las viven a lo largo de muchos meses, aunque luego sólo duren quince días.
En esta breve página ofrecemos unas notas sacadas del «Diario de una co­
lonia».
POR LA SIERRA
DE BOÑAR
Lunes, 16 de agosto de 1982. Las
8 de la mañana de un maravilloso
día...
Es fantástico —pensé al desper­
tarme— ya llegó la hora de empe­
zar a prepararme para marchar a
las colonias. Un montón de fuer­
zas internas empezaron a bullir
dentro de mí.
Curiosidad. ¿Cómo será la casa
del pueblo de Boñar? ¿Oué hare­
mos este año? ¿Cómo se portarán
los componentes de la colonia?
Alegría. Llegaba el momento
tan esperado por todos los que de­
seábamos con impaciencia reunirnos como en años anteriores, para
disfrutar juntos de la convivencia
tan difícil de realizar en nuestro
ambiente ordinario.
Nerviosismo. ¿Llegaré a tiempo
o no? Sor Nati le molesta que tar­
demos en salir. ¿Se me olvidará al­
guna cosa o llevaré todo en la mo­
chila? Por fín subimos al autocar,
y en él nos encontramos con mu­

cha gente a quien no conocía­
mos... ¿...? Cuántos interrogantes
ante esos rostros desconocidos.
¿Cómo serán? ¿Nos entendere­
mos bien? Sor Nati ordenó pasar
lista y a continuación una breve
oración para pedir a la Virgen Au­
xiliadora su bendición y compañía
durante el viaje. Don José Luis
quería oírnos cantar pero no nos
salía la voz, al fin iniciamos unos
cantos y nos olvidamos de la fami­
lia que dejábamos en Madrid.
Antes de relataros nuestras
aventuras os voy a presentar las
personas que intervienen de ma­
nera directa en nuestra colonia.
— Sor Nati Ortiz. Responsable
y Directora de la Colonia.
— D. José Luis García. Direc­
tor Espiritual y Capellán.
— Dña. Lucía Molina. Encar­
gada de cuidar nuestros cuerpos y
alimentarlos.
— D. Ildefonso Montesinos.
Vela por el orden y respeto entre
todos los miembros y especialmen­
te con su autoridad evita contra-

tiempK)s y gamberreo de gentes
que no son del lugar, y Juan Ontalba Director de Actividades.
Ramón González. Alcalde de la
Colonia, y los siguientes monito­
res lodos cooperadores salesianos.
Antonio Lloret. M.* José Fernán­
dez, María Montesinos, Mercedes
Dávila, Antonia Gutiérrez y Ro­
gelio Sánchez. Es decir que la «Fa­
milia Salesiana» se juntó para rea­
lizar algo por nosotros. Hacernos
felices y formamos cristianamente
en una convivencia fraterna, llena
de vida y de color.
Después de este paréntesis sigo
con mis impresiones. Llegamos a
las 4,30 el coche paró frente a una
casa preciosa, rodeada de árboles
y verde con muchos balcones y
ventanas, parecía un caserón anti­
guo. Nos sentamos por grupos y a
comer con un apetito enorme.
Al terminar, reparto de grupos,
habitaciones con lavabo, armario,
en fin que estábamos emociona­
dos. Además Sor Nati nos dejó li­
bertad para colocamos las amigas
juntas y esto nos quitó los peque­
ños recelos de estar con desconoci­
dos. El ambiente estaba algo tiran­
te en el comedor, las miradas inte­
rrogativas giraban de un lado a
otro intentando averiguar lo que
se escondía detrás de cada rostro.
Entre colocar las cosas de las
mochilas, cuchichear entre noso­
tras, recorrer la casa mirando to­
dos los rincones, se nos pasó rápi­
damente la tarde y después de ce­
nar. una reunión de tipo normati­
vo, para decir lo que no podíamos
hacer y el plan a seguir dentro del
horario. Como estábamos cansa­
das a la cama prontito y mientras
se reunieron Sor Nati y don José
Luis con el resto de encargados y
monitores para organizar las reu­
niones, temas de formación y acti­
vidades para el día siguiente.
¡Pobres, con lo cansados que te­
nían que estar!
Una colonia en la que han parti­
cipado 52 jóvenes y o adultos.
Los chicos no sólo se han diver­
tido, sino que han hecho de sus va­
caciones una escuela de formación
humana y social en el campamen­
to, en los juegos, en la alegría. Y
en la espiritualidad, que no falta
nunca. Pero, sobre todo, en enten­
der la vida como una maravillosa
tarea que ha de convivirse comuni­
tariamente y en amistad.
P. F. R.

21

familia salesiana

Convivencia de la
Familia Salesiana de Madrid
Es ya una tradición viva de la Familia Salesiana de Madrid. Todos los años, en la semana que
precede a la Navidad, se celebra una convivencia familiar en uno de los centros de los Salesianos o
de las Hijas de María Auxiliadora de la capital. Juntos reflexionamos sobre la realidad de la obra
de Don Bosco, celebramos la Eucaristía y el ágape y convivimos la alegría de pertenecer a una
misma familia.
UNA GOZOSA
REALIDAD

El pasado 18 de diciembre
nos reunimos en la Escuela
Universitaria Don Bosco mu­
chos miembros de la Familia
Salesiana de Madrid. Había
numerosas hijas de María Au­
xiliadora, Salesianos, Coope­
radores de todas las edades,
Antiguos Alumnos, Volunta­
rias de Don Bosco.
Comenzó el acto con un sa­
ludo de don Cosme Robredo,
Inspector de los Salesianos de
Madrid. Dio la bienvenida a
todos en el salón de actos y ex­
presó el gozo de poder convi­
vir juntos en el mismo espíritu
de Don Bosco que nos anima
en nuestra labor apostólica.
Don Blas Calejero, Delega­
do Nacional para la Familia

Salesiana, hizo la presentación
del acto y del conferenciante.
Presentó el tema de refle­
xión don Rafael Alfaro, direc­
tor del Boletín Salesiano,
quien habló sobre la «Gozosa
realidad de la Familia Salesia­
na». Comentó la carta del
Rector Mayor sobre dicho
asunto. Se refirió en concreto
a la realidad de la Familia Sa­
lesiana en la Inspectoría de
Madrid y a la importancia de
la unidad de la comunión carismática de sus miembros.
«El crecimiento expansivo de
la Familia Salesiana, dijo, nos
hace pensar en el milagro de
las bodas de Caná. El buen
vino del carisma de Don Bosco
se convierte en vital sangre sa­
lesiana para el bien y la alegría
de los jóvenes, por la media­
ción .de la Virgen Auxiliado­

ra». Subrayó los cuatro objeti­
vos que marca don Egidio Viganó: Reforzar el conocimien­
to de Don Bosco y nuestra ca­
ridad pastoral, preocupándo­
nos por la santidad en el en­
cuentro diario con Cristo y en
el esfuerzo ascético; realiza­
ción del compromiso de la
evangelización educadora de
la juventud: «Educar evangeli­
zando y evangelizar educan­
do» ; procurar la formación es­
pecífica de cada grupo de la fa­
milia; y sensibilizarnos ante el
problema de las vocaciones
mediante una pastoral vocacional unitaria.
Después de la reflexión, que
fue una afirmación de la «go­
zosa realidad de la Familia Sa­
lesiana», se hicieron grupos de
estudio para comentar y pro­
fundizar el tema tratado. Las
reflexiones se expusieron pos­
teriormente en la homilía.
«NUESTRA PALA
DE ARENA»

Presidió la concelebración
eucarística don Cosme Robre­
do. En la homilía participaron
los diversos grupos de la Fami-

Lioia.— El pasado año celebraron los
.\ntiguos Alumnos de Hispanoamérica
su ^ x to Congreso en la capital del
Perú. Uno de Im actos más signiñeativos
fue la ofrenda a Don Bosco, ante su ima­
gen en la fachada del templo de María
Auxiliadora.

familia salesiana
lia Salesiana. Don Pedro Ló­
pez, Vicario de los Salesianos
de Madrid, expresó el momen­
to actual de la Congregación

Muy franciscano es este Don Bosco na¡f
que aparece bordado en un tapiz ale­
mán.

ante el inminente Capítulo
Inspectorial y el Capítulo Ge­
neral, en los que se tratará so­
bre la aprobación definitiva de
las Constituciones renovadas.
Sor Luisa Martín, Vicaria de
las HMA de Madrid, se refirió
a las Constituciones, recién
aprobadas por la Santa Sede.

«Por una vez, dijo, nos hemos
adelantado a los Salesianos».
Se escuchó después la voz
de las Voluntarias de Don
Bosco, de los Cooperadores,
de los Antiguos Alumnos, de
los Cooperadores jóvenes. Y
se hicieron las peticiones.
«Que la Familia Salesiana
crezca y se multiplique»...
Ah, pero uno de los jóvenes
fue gráfico y expresivo: «No­
sotros. dijo, hemos puesto
también nuestra pala de are­
na». Bien, muchacho, sin los
jóvenes la Familia Salesiana
quedaría sin construcción po­
sible. No el tópico del granito
de arena, sino una pala. Mejor
una playa entera, o todas las
arenas del mar, como el cora­
zón de Don Bosco...
EL AGAPE
FRATERNO
Después de una Eucaristía
vivida en profundidad, hubo
unos veinte sacerdotes conce­
lebrantes, y unos doscientos
asistentes, celebramos el ága­
pe fraterno compartiendo
unos momentos de comunica­
ción y de amistad en un am­
biente de verdadera alegría.
Convivencias como ésta sir­
ven para estrechar nuestros la­
zos de unión y nos hacen vivir
la realidad de que no trabaja­
mos solos. Nos ayudan a man­
tener la unidad del espíritu
para un enriquecimiento recí­
proco y una mayor fecundidad
apostólica.
Creo que todos sentimos la
comunicación del Espíritu, en
la misma oración que recita­
mos coralmente; «Que todos
juntos, en amistad, humilde­
mente y sin cansarnos, traba­
jemos por el crecimiento de tu
Iglesia y por hacer un mundo
más feliz».
M. A. C.

23

lingüísticas. Es lo que se pen­
só... inicialmente. En seguida
se asoció Uruguay; y ahora
también las cinco inspectorías
de Argentina. Se prevé incluso
la posibilidad de alguna cola­
boración por parte de la Re­
gión Pacífica...
B. S.: Como Don Bosco, us­
ted otea el futuro... ¿Entrevé
un provincia salesiana en An­
gola?
BINI: Desde el punto de
vista práctico sería la mejor
solución; por tanto, es una
meta. La lengua nacional de
Angola es el portugués, aun­
que también se hablan otras.
La lengua portuguesa en Afri­
ca se habla también en Mo­
zambique, donde por ahora
existen dificultades, y en Gui­
nea Bissau, que es pequeña.
En cambio Angola está rodea­
da por naciones de lengua
francesa e inglesa. Por eso tie­
ne necesidades estructurales
propias. Habrá que tenerlas en
cuenta.
B. S.; Dicen que Africa pro­
duce el «mal de Africa», es de-

Por fín en la soñada Angola
Los salesíanos han llegado a dos puntos de la República Popular de Angola.
Por su origen, los más son brasileños. Separados de sus resplectivas provincias salesianas, estos misioneros han recibido una asistencia especial del P. Walter Bini, Consejero
General para la Región Atlántica. Con él hemos mantenido una conversación, que ofre­
cemos al lector.
Boletín Salesiano: Por pri­
mera vez los salesianos de Don
Bosco se establecen en la Re­
pública Popular de Angola.
Proceden, sobre todo, de Bra­
sil. Usted ha ido a acompañar­
los en su calidad de Superior
para la «Región Atlántica».
Perdone, padre, una pregunta
ingenua: ¿Le gusta Angola?
IIN I: Muchísimo. Pero esta
pregunta...
B. S.: ... viene a que puede
servir a todos los salesianos: la
Congregación y los misioneros
que usted acompañó hace
poco... Habrá un motivo espe­
cial para que le guste Ango­
la...

BINI: Por lo menos motivos
personales. Yo soy brasileño.
Y Angola se parece muchísi­
mo a Brasil desde muchos
puntos de vista: clima, alimen­
tación... Angola se encuentra
en el mismo paralelo de nues­
tra Bahía. Además la gente es
muy acogedora, expansiva,
alegre y amante del canto. En
cierto modo parece que uno se
encuentra en su propia tierra.
B. S.: ¿Entonces por eso se
abre esta nueva misión con sa­
lesianos brasileños?
BINI: También por eso.
Convenía tener en cuenta al­
gunas analogías y afinidades
climáticas, étnicas, culturales y

cir, el ansia de volver a ella
para echar raíces en sus tie­
rras. Vamos, que se le toma
cariño... ¿Angola presenta
motivos especiales para que
los salesianos «echen raíces»
en ella?
BINI: Sobre todo desde el
punto de vista social, sin duda:
por su modo cortés, casi diría
familiar, y cordialísimo de
acoger, albergar y comunicar
con nosotros... El angoleño es
bueno, abierto y comunicati­
vo. Inmediatamente se esta­
blece una sintonía de relacio­
nes. Esto desde el punto de
vista social. En el aspecto cul­
tural se percibe una coinciden-

misiones y tercer mundo
da. Lo cual facilita la labor del
misionero. Yo no he estado
mucho tiempo en Angola;
pero no vi ninguna distinción
racial, aunque los blancos son
una reducida minoría entre los
negros. Esto es admirable, si
se piensa que estamos apenas
a seis años de la lucha por la
independencia...
B. S.: Supongo que el cris­
tianismo habrá contribuido a
este fenómeno.
BINI: Sin duda. Los obispos
angoleños quieren una iglesia
que no sea «nacionalista», sino
abierta a todas las razas. Co­
nocen, y así lo declaran, «el
peligro de nacionalismo en la
misma Iglesia». Por lo demás,
en Angola se advierte en se­
guida la profunda religiosidad
de la población. Es gente que
cree de verdad, profunda e ín­
timamente. No he podido ver
por dónde va la población no
católica. Pero los cristianos,
los católicos, viven sin rega­
teos la religión que profesan.
Salta a la vista en cualquier
reunión o trato con los cnstianos, que tienen un modo muy

especial, por ejemplo, de par­
ticipar en las manifestaciones y
celebraciones de fe. Las vi en
Dondo y en Luena. Me con­
movieron: había fe, expresión,
canto popular, participación
general con una espontanei­
dad y vibración verdadera­
mente impresionantes. Cantos
maravillosos y expresiones
sorprendentes...
B. S.: ¿Tiene ritos propios?
BINI: La liturgia sigue el
rito romano. Pero la participa­
ción de la gente es muy típica.
El rito es vivido por gente ex­
pansiva... En las misas más so­
lemnes, según las vi en Dondo, un grupo de personas
avanza desde el fondo del tem­
plo llevando las ofrendas entre
cantos y danzas. Es típica del
mundo africano una expresión
de oración muy sentida y pro­
funda que nos impresiona a
nosotros los blancos.
B. S.: ¿No hay peligro de
contaminaciones, como ha su­
cedido en Brasil con el Macumba, el Candoblé..., mezcla
de ritos cristianos y paganos?
BINI: Hay que hacer una

distinción fundamental. En
brasil los negros, importados
como esclavos, fueron «obliga­
dos» a ser cristianos. Camufla­
ron, bajo apariencias cristia­
nas, los ritos y creencias que

COINCIDEN DON BOSCO Y EL GOBERNADOR
Corría el año 1886. Según su primer biógrafo, G. B. Lemoyne, «muchísimas veces se le
sorprendía a Don Bosco mirando el mapa de Africa. Observaba Angola, Benguela y Congo.
Con frecuencia hablaba de Angola, y decía que se debía aceptar aquella misión sí se nos
ofrecía».
La información anterior no figura en ninguno de ios veinte gruesos volúmenes de las
«Memorias Biográficas», sino en la «pequeña» vida del Fundador que escribió el mismo Le­
moyne: vol. II, capítulo IX («Hacia el ocaso»). Vale la pena ocuparse de ello, porque aquel
detalle tuvo una continuación muchos años después.
Hoy (1981, 1982) los salesianos, efectivamente, han llegado a Angola. Pero de entonces
acá ha sucedido un hecho curioso. Hace treinta años, en 1951, el Gobernador portugués de
Luanda recibió al entonces inspector de la provincia portuguesa, P. Agenor Vieira Pontes,
que iba a Mozambique. Y la conversación recayó precisamente sobre «Angola, Benguela y
Congo», las tierras que contemplaba Don Bosco desde lejos...
El Gobernador ofrecía fundaciones: un gran colegio en la capital, para comenzar... En
tiempo de Don Bosco ios tres territorios citados, y «escrutados» por el Santo, no corres|Mndían a los homónimos estados actuales, sino a «reinos» menores que la Conferencia Africa­
na de Berlín (1884-1885), sagazmente manipulada por Otto von Bísmarck, había incorpora­
do a Angola (o Ngola, según el nombre del rey fundador), para hacer de ella una colonia
asignada a Portugal.
«Quedé sorprendido —escribió después al Consejo Superior Salesiano el P. Agenor Viei­
ra Pontes el 17 de marzo de 1 9 8 (^ de que aquel (^bem ador aludiese con tanta precisión a
ios territorios que habían interesado a Don Bosco, según dice Lemoyne en su pequeña bio­
grafía...
Al ir hoy a Angola los salesianos llevan a término la «estrategia misionera» de San Juan
Bosco.
25

misiones y tercer mundo
les habían sido prohibidas. Por
eso en realidad han sobrevivi­
do en ellos algunas creencias
africanas, que hoy se manifies­
tan más abiertamente en la
mezcla de ritos que todos co­
nocemos. En cambio en Ango­
la el que es cristiano, se porta
como tal; y el que no lo es, no
tiene por (^ué aparentarlo.
Todo es genuino: el cristiano y
el pagano. Algún tipo de sin­
cretismo está apareciendo
hoy; pero de un aspecto muy
diverso, de raíz profundamen­
te evangélica protestante: un
tipo de falso «biblismo», que
lee e interpreta la Biblia al

mos en actitud de quien tiene
mucho que aprender y poco
que enseñar. No es fácil captar
una situación humana —cultu­
ra, sociedad, estructuras,
etc.— profunda y auténtica­
mente. Tenemos por delante
un vasto problema de inculturación. Lo primero, la lengua.
Aunque la inmensa mayoría
habla portugués —con alguna
excepción entre los más vie­
jos—, la lengua nativa de la
tribu es muy importante para
quien de verdad desea llegar al
corazón de la gente, logrando
una sintonía más profunda y
una acogida más fácil con per-

r"
%

Ti

Los chavales africanos hacen cola para
recibir a Don Hosco, que está cumplien­
do sus sueños en el continente.

modo pagano; lo cual da vida a
pequeñas sectas religiosas afri­
canas. importadas sobre todo
de Zambia. y un poco de Zaire; pero no pasa de reducidas
minorías.
B. S.: En el contexto cultu­
ral, social y religioso de la ac­
tual Angola, ^.cómo han caído
o lo están haciendo los salesianos?
BINl: Se está comenzando.
Por lo menos un año estare­
26

sonas que hablan el portugués
sólo como lengua superpuesta
y no como lengua materna.
B. S.: ¿Nunca habían estado
los salesianos en Angola?
BINI: Nunca como misione­
ros fijos. Sin embargo hay pre­
misas bastante elocuentes. He
sabido que en Ngunza —lla­
mado antes Novo Redondo—
algún grupo de antiguos alum­
nos y de antiguas alumnas ya
había insistido para que los salesianos fundaran una casa en
su ciudad. Habían estudiado
en nuestros colegios de Portu­
gal, y querían —negros y blan­
cos— una obra de Don Bosco

en Angola. Antes de la inde­
pendencia se reunían en Luan­
da, y ordinariamente invita­
ban a algún salesiano para que
los orientara. En cierto modo
suplían a los salesianos. Toda­
vía el año 1972 el Inspector, P.
Manuel Julio de Bastos Pinho,
presidió una de estas reunio­
nes de trabajo. En una ocasión
(año 1951) el Inspector de Lis­
boa, P. Agenor Pontes, de
paso por Angola camino de
Mozambique, para fundar la
obra de Maputo (Louren^o
Marques), fue invitado por el
Gobernador portugués a ha­
cerse cargo de un gran colegio
estatal de Lubango (Sáda Bandeira). No pudo aceptar por
los compromisos que ya tenía
en Mozambique. Es un ante­
cedente histórico.
B. S.: Según eso hoy, des­
pués de la independencia an­
goleña, los salesianos brasile­
ños llevan a término un anti­
guo proyecto... ¿Cuántos son
y dónde están?
BINI: En total, seis. Cinco
entraron entre septiembre y
diciembre de 1981. El sexto lo
hace en enero de 1982. Yo
acompañé personalmente al
P. Milán (Uruguayo) el 10 de
noviembre. Ya habían llegado
los PP. Beber y Jurandyr. En
cambio el P. Tironi y el señor
Lopes lo harían en diciembre.
A falta de una casa propia, y
también para aprender algo,
los dos primeros se alojaron en
casa de los Hermanos Maristas
durante algunas semanas. Pos­
teriormente se establecieron
en su misión de Dondo, a 180
kilómetros de Luanda por una
carretera asfaltada. Ahí están
por ahora los dos. Más tarde
serán tres. Los demás están en
Luena, otra diócesis en el inte­
rior, una zona muy distinta.
Donde se encuentra en la re­
gión litoral, cálida y húmeda;
Luena, a 1.300 metros sobre el
nivel del mar, con un clima en­
vidiable.
B. S.: ¿Qué se proponen los
salesianos en Angola? ¿Cuáles
son sus proyectos inmediatos?
BINI: Nos hemos puesto a
disposición de los obispos,
aunque diciéndoles claramen-

misiones y tercer mundo
te que somos salesianos; ellos
mismos nos quieren como ta­
les. Llevaremos a cabo todo el
trabajo misionero que se pre­
sente, pero con nuestro estilo
y preferencias. Dada la pecu­
liar situación angoleña, no po­
dremos hacernos cargo de es­
cuelas. Por eso, hemos ido a
parroquias en zonas rurales
sembradas de pequeños cen­
tros misioneros. La parroquia
pues, será la estructura básica
de un trabajo que desarrolla­
remos según nuestro carisma,
que busca la gente pobre dei
pueblo con necesidad de ani­
madores y pastores.
B. S.: ¿Se multiplicarán
pronto los centros salesianos, o
por ahora se limitarán a los
dos que usted ha dicho?
BINI: Como desde Améri­
ca, además de los brasileños
quieren venir a Angola otras
provincias salesianas, nuestra
idea es ampliar pronto la obra,
por lo menos con otros dos
centros. _Como necesidad in­
terna de nuestra organización
y a la vez como urgencia apos­
tólica objetiva de grandísimo
interés eclesial y salesiano, ha­
brá que fundar por lo menos
una obra en Luanda.
B. S.: Naturalmente, como
suelen los salesianos, en las
afueras de la ciudad...
BINI: Sí, claro. El Arzobis­
po de Luanda nos ofrece una
nueva parroquia en las afue­
ras: cien mil habitantes en una
zona paupérrima. Creo que
podremos establecernos y tra­
bajar en ella.
B. S.: Según usted, ¿qué
cualidades debería tener un
salesiano que desee Angola?
BINI: Gran capacidad de
adaptación. No querer todo de
una sola vez, sino tener pa­
ciencia, aprender, aclimatarse,
conocer, sentirse dentro de las
situaciones..., cercanía al pue­
blo, sintonía de espíritu...;
pero, sobre todo, paciencia,
mucha paciencia... Y también
dominar bien, además de por­
tugués, las lenguas locales: el
kimbundo (Luanda, Dondo...), el kyoto (Luena) y
otras. Por ahora nuestro plan
de desarrollamos en las zo­

nas de Luanda-Dondo-Luena,
para no tener que afrontar de
repente demasiadas dificulta­
des.
B. S.: ¿Cómo se presenta
ahora la situación angoleña
respecto a la libertad de evangelización y promoción huma­
na?
BINI: Yo diría que en este
momento la situación es favo­
rable. Se puede trabajar. La
autoridad gubernativa ve ne­
cesario formar cuadros diri­
gentes, y los juzga imprescin­
dibles. Es natural. Por eso re­
curren a cuantos pueden ayu­
dar en tal sentido. Por tanto.

res. También él formaba, so­
bre todo para el mundo del
trabajo, cuadros competentes
y responsables. Si nosotros es­
tamos llamados a eso, y lo po­
demos hacer, estamos dispues­
tos a servir. El signo positivo
nos llega precisamente de los
salesianos que ya han entrado
en Angola. Están contentos,
pueden trabajar, y trabajan
mucho, a pesar de las privacio­
nes en que viven. ¡Qué pobre­
za la suya! No les es fácil la
vida en Angola... Es una na­
ción qúe comienza su existen­
cia libre: debe fundar todo
desde su cimiento: estructuras.
ff

cualquiera que llegue de An­
gola con alguna preparación
específica, es bien recibido. A
partir de esta consideración se
puede hacer mucho, sobre
todo si se busca, como es lo
nuestro, el bien del pueblo
sencillo, sin entrometerse en
cuestiones políticas. Creo que
para los salesianos no es nueva
esta situación. Más o menos es
la que se encontró Don Bosco
en el mundo piamontés de! si­
glo pasado. También Don
Bosco, en aquellas condicio­
nes, pudo trabajar para formar
ciudadanos leales y acabados,
cristianos sinceros y ejempla­

Luanda (Angola).— Antes de la llegada
de kK Salesianos se hicieron presentes
los Antiguos Alumnos quienes dirigie­
ron este colegio de Nuestra Señora de la
Paz... Con la pedagogía de Don Bosco
prepararon d camino a sus mismos edu­
cadores.

servicios públicos, econo­
mía... El que llega, debe estar
dispuesto a aceptar esa condi­
ción y vivirla, procurando me­
jorarla como pueda, adaptán­
dose a una pobreza que ni nos
imaginamos... Con este espíri­
tu han entrado los salesianos
en Angola: comienzan en un
Estado que comienza...
27

POR LA UNIDAD
DE LA IGLESIA
NICARAGÜENSE
Managua: «Los sacerdotes tie­
nen la obligación de transmitir la
verdad, aun a costa de grandes sa­
crificios», ha dicho el Arzobispo
salesiano de Managua monseñor
Miguel Obando en la ceremonia
de la ordenación de los nuevos
diáconos de la Archidiócesis. Asi­
mismo ha pedido oraciones por los
obispos y sacerdotes para que con­
tinúen anunciando la Palabra de
Dios sin miedo y sin falsificacio­
nes. Monseñor Obando ha exhor­
tado a los sacerdotes a permanecer
unidos bajo la guía de su obispo.

MISIONERO
INOLVIDABLE
Vemos en estas dos fotografías
al veterano misionero salesiano.
Padre León Liviabella. rodeado
de tres salesianas y de dos sacerdo­
tes todos japoneses. Trabajó el
Padre León durante 56 años en la
nación nipona. Compañero de
monseñor Cimatti, formó parte de
la primera expedición salesiana al
Imperio del Sol Naciente en 1926.
Murió el pasado 28 de noviembre
de 1982.
Desde sus inicios, el camino sa­
lesiano en Japón estuvo sembrado
de dificultades que obligaron a los
misioneros a una mayor creativi­
dad imaginativa. Así se hicieron
célebres los conciertos instrumen­
tales y tríos vocales organizados
por los salesianos Cimatti - Livianella - Margiara. No dudaron en
presentarse en teatros, auditorios,
salones, hoteles y plazas públicas
del país. Cosecharon triunfos y
aplausos por su arte. Pero fue un
medio de comunicación para darse
a conocer a la sociedad y estable­
cer una verdadera «comunión» mi­
sionera.
Su caridad no tenía límites. En
un país opulento, pero no cristia­
no, tuviertm que privarse con mu­
cha frecuencia de la aimida y de
cosas necesarias para poder man­
tener a un huérfano más o a algún
muchacho pt^bre. La historia les
ha dado la razón a estos pioneros.
El Padre Liviabella, que sembró
en el sufrimiento, ha podido ver
sus frutos ai final de su larga vida.

28

LLEGAN
A NIGERIA
LOS PRIMEROS
SALESIANOS

Había nacido en Italia en 1896
en el seno de una familia de músi­
cos: Lino, un hermano suyo, es
mundialmente conocido. El sale­
siano también fue un músico ex­
traordinario. Una de sus últimas
alegrías es la de haber instalado un
órgano estupendo en la iglesia salesiana de Tokio. Inolvidable su fi­
gura sobre el teclado o en el patio
rodeado de chiquillos.

Lagos: El pasado 26 de septiem­
bre de 1982, y puntuales a su cita,
llegaron a la capital de Nigeria los
tres primeros salesianos: el Sr.
Juan Patrucco y los sacerdotes Ita­
lo Spagnolo y Gabriel Wade. Pro­

Lo mismo que don Cimatti, el
Padre León se sirvió de la música
como medio de apostolado misio­
nero. Aunque sus mayores armas
para la difusión del reino de Dios
eran su pobreza y su sencillez.
Salesiano desde 1913, fue siem­
pre coherente con su opción por
Don Bosco y por los pobres, en un
Japón de la anundancia y del bie­
nestar.

vienen los tres de la Inspectoría
Italiano-helvética con sede en No­
vara. En noviembre se les unieron
otros dos salesianos: don Ricardo
Castellino y don Vicente Marrone.
Y, en diciembre, don Mermes Tessone, procedentes de la Inspecto­
ría Subalpina, con sede en Turín.
Estos tres últimos trabajarán en
Akure, la capital del Estado de
Ondo. a 300 km. de Lagos.

noticias
El obispo monseñor F. Alongé
ha comunicado a sus diocesanos:
«Demos tiempo a los Salesianos a
que conozcan a nuestros jóvenes y
que trabajen según su espíritu».
Por lo pronto, los seis salesianos
ya se han enfrascado en el estudio
de la cultura y de la lengua yoruba. Y les debe ir muy bien pues di­
cen que «se encuentran como en
su propia casa».

BUTAN:
DONDE SE EXPULSA
Y SE LLAMA
A LOS SALESIANOS
Gauhatt (Assam): Aunque los
salesianos se han tenido que mar­
char de Bután, por allá anda toda­
vía Don Bosco.
El director del Consejo Nacio­
nal para la promoción social y cul­
tural del Reino y un consejero
suyo se han desplazado a Gaiihati
para entregar al superior salesiano
una carta singular de su Gobierno.
En ella se les invita formalmente a
los hijos de Don Bosco a semirle
asistiendo en la ejecución de los
planes de promoción juvenil ini­
ciados en 1981 por los salesianos
antes de abandonar el País.
El plan de promición incluía
cursillos de tres semanas de dura­
ción. En el primero habían partici­
pado 35 profesores llegados de
todo Bután. Se trataba de formar
animadores y expertos capaces de
llevar a los jóvenes a un auténtico
desarrollo agrario capilar. La idea
la habían financiado el ESCAP
(ONU) y el Consejo Mundial de
las Iglesias.
Había colaborado eficazmente
el «escultismo», introducido en
Bután por los mismos salesianos, y
lo había hecho con campamentos
semanales para 70 u 80 chicos y
chicas, bajo la guía de seis profe­
sores del sur de Bután.
La misma princesa Ashi Perma
Thadem Wangchuk había contro­
lado personalmente la eñcacia de
las diversas iniciativas... El entu­
siasmo de los participantes y el
éxito logrado hizo que se recono­
ciera que había sido el mejor cur­
sillo dado en Bután.
Así se explica la invitación del
Gobierno de Bután. Se ve que tie­
nen la sabiduría del Oriente, pues
reconocen el error del año pasado.
Ahora encomienda a los salesianos que sigan realizando los cursi­
llos de promoción juvenil y de for­
mación de animadores.

LOS CIEN ANOS
DEL «SAN GIOVANNINO>^
El San Giovannino es la actual iglesia de San Juan Evangelista
inaugurada en Turín en 1882. Allí mismo, desde 1847, funcionaba
el segundo oratorio de Don Bosco, llamado de San Lui.s.
La iglesia de San Juan Evangelista cumplió el pasado octubre los
cien años de vida salesiana. D e^e 1847 acudían allí unos 600 cha­
vales, sobre todo, los domingos y días festivos. Allí mismo es donde
iba a dar clases de catecismo el amigo de Don Bosco San Leonardo
Muríaldo, hace poco canonizado.
Don Bosco construyó la preciosa iglesia con las exclusivas ofer­
tas de los fieles. Quiso que fuese un centro de espiritualidad y de
formación. Así lo expre^ el mismo santo en el Boletín Salesiano
del mes de enero de 1882: «La i^esia de San Juan Evangelista está
casi concluida, pero, como sabéis, a su lado se va a levantar un co­
legio para chicos pobres y abandonados». En efecto, dos años más
tarde, ya estaba levantado el c o i^ o anunciado Por Don Bosco.
E^te colegio, en los primeros años, acogió a los aspirantes salesia­
nos adultos, llamados «hijos de María». Posteriormente se trans­
formó en colegio de bachillerato. Total, cien años de acción educa­
tiva iniciada por el mismo Don Bosco.
En las fotos, sobre la primitiva obra del Oratorio de San Luis,
surge la esbelta torre y la fachada del colegio.

(CiMresp. J . Knlam, sdb)

29

nuestra gratitud
Madrid: Doy gracias a María
Auxiliadora por ía ayuda experi­
mentada por un nieto mío en un
examen muy difícil. Ofrezco un
donativo. Paula Herrera Mateos.
Cañizo (Zamora): Damos gra­
cias a María Auxiliadora y envia­
mos una limosna por los favores
recibidos. Josefa González; Euse­
bia Granado; Dalia Raposo; Ma­
ría Cadierno; Emilia Rollón: M é­
nica y Leovi^lda Zamorano.
Vitoria: Debiendo someterse
nuestra madre a una delicada in­
tervención quirúrgica, invocamos
con toda confianza la protección
de María Auxiliadora.
Una serie de circunstancias en el
momento de la operación pudie­

ron acarrear fatales consecuencias
para nuestra madre. Creemos que
la protección de la Virgen hizo que
todo se resolviera satisfactoria­
mente. Hoy día, la enferma se ha­
lla en pleno restablecimiento. Por
todo ello, con la mayor alegría,

BECAS PARA LAS VOCACIONES SALESIANAS
IN S P E C T O R IA D E B A R C E L O N A
Beca 'S a n Marcos". Primera entrega: 100.000 pesetas.
Beca "Bibiana Soc ias". N. e.: 8.000. Total: 74.000 pesetas.
IN S P E C T O R IA D E B IL B A O
B eca «Sla. Mónlca». Primera entrega: 136.000 pesetas.
Beca "M am á Margarita". N. e.: 28.d00. Total: 112.500 pesetas.
B aca "M aría Auxiliaciora". Deusto. N. e.; 15.000. Total: 50.000 pesetas.
Beca "Rulino Encinas". Vda. de Mauricio. N. e.: 5.000. Total: 47.000 pesetas.
Beca “Luis Torrerio". Vda. de Mauricio. N. e.: 5.000. Total: 35.000 pesetas.
IN S P E C T O R IA D E C O R D O B A
B eca "P ío Campero". Orense. N. e.: 50.000. Total: 150.000 pesetas.
B eca "Rosita Hernández". Córdoba. N. e.: 60.000.Tota!; 180.000 pesetas.
Beca "Familia Salesiana de Pozoblanco". Primera entrega: 60.000 pesetas.
Beca "Joaquín Zayas". Pnm era entrega: 50.000 pesetas.
Beca "Jo sé de Juan". L a s Palmas. Primera e n tr^ a : 313.000 pesetas.
Beca "M aría Auxiliadora". El Sauzal. Primera entrega: 25.000 pesetas.
Beca "D. Bosco". La orotava. N. e.: 100.000. Total; 360.000 pesetas.
IN S P E C T O R IA D E L E O N
B aca "Gon-viz*. Vígo. María Auxiliadora. N. e.; 17.000. Total; 154.000 pesetas.
B b d ~D. Fila". VIgo. M aría Auxiliadora. N. e.: 5.000. Total: 107.000 pesetas.
Baca “S a n Antonio". VIgo. M aría Auxiliadora. Pnm era entrega: 13S.CÍ00 pesetas
Beca “O. Rúa". Vigo. M aría Auxiliadora. Primera entrega: 176.000 pesetas.
BecB"D . Felipe García". Cooperadores C. Soteio. N. e.: 15.000. Total: 105.000pesetas.
Beca ‘Villa de la Robla". Senegal. Primera entrega: 150.000 pesetas.
B eca “Sacerdotal". Vigo. M.* Auxiliadora. N. e.: 50.000. Total: 225.000 pesetas.
Beca “Vocaaonal". Coruña. D. Bosco. N, e.: 50.000. Total: 147.300 pesetas.
B eca "Augusto Czartorisky'- Orense. Primera entrega: 175.000 pesetas.
B ecas Sacerdotales O. Manuel Rodríguez. Primera entrega: 100.000 pts.
Beca "Senegal". N uevas entregas:
Rector Mayor: 84.000 pesetas.
Jo sé M aría Calvo: 150.000 pesetas
Cooperadores: 200.000 pesetas
AJIariz: 174.000 pesetas,
cambados; 11.000 pesatBA.
Otras llmosnasr 7.000 paaiitia.
Total: 6S6:QQOt>*m aSBeca "Alríca SeleeienA". ’THTtln T im riri Pnm era entrega: 20.000 pesetas.
Beca "Familia Sale6iana""Veo.
AuxiliadBifc Trimeia entrega- 250.000 pesetas.
Beca^Fam illa C.
P iIrn u ife n tn gB : m O O p m ettB.
B eca ‘ B a d e w iB « H M lM a M a io *tL O r Q t x á n o "
M * A u x R ia d a i& ^ ^ m a n entrega.
50.000 pesetas
Beca "Patito" Vigo. M .*A » s K id o r a W aaata añasga: 6 .t R n p M t o s .
IN S P E C T O R IA D E M A D R ID
B e sa "Famriia rrancia" N..e - roO Q Tcftal:
B s c a 'M A L ' N a.ri.OOO. TcáMiJlfl
B a a "M a m s d M C r u n i e '. N. a.: £ 0 0
a se a "FlOtitiad". m . a.: lO J M L J U a l:
Baca "S a m Padza" • A M r t a s H £ < C 7 -e . Ta
Beca ‘a n J a H i B o s c e * d a rw n nisii y nniiii t ~ l| ii a i ¿ É Ti i noTinn i»[seaj.
Baca "M a ro aa ii Cruzado". M. s.: 3.000 T o i ^ r ^ ^ i ^ M .
s ! S ^ Ma2 5 S i a M t m '. * l l a ; X Í S B O . r w t ; M ) IKlTU nillaa,
Baca "Sa n Jaaá y S a n AManto*. N. e.: 5.000. TettostOOO p ñ s t » .
MEPCCTOMULOE VALEM O A
Baca 'BtRiPaueao'. Nevstda. M. a.: tíLflOD. Ttsal: TSHOD r m U i
Baca 'BarrBsrrtardD'. VWan a. M. a.- tOiMD. Total: iSEasO ^ M astas.
B aca S a n Joaa d a W b ara'. M e sy N a.: 15310. TntiT r i fion n a n m i

30

hacemos público nuestro agradeci­
miento a María Auxiliadora y en­
viamos una limosna. Hermanos
Alvarez Hernández.
Alcoy: Víctima de una fuerte
depresión nerviosa recurrí a nues­
tra bondadosa Madre, quien me
otorgó sú auxilio amoroso. Reco­
nocida a su favor publico la gracia
y entrego una limosna para su cul­
to. M. J. C.
Torrente (Valencia): «En acción
de gracias a María Auxiliadora
por haber aprobado el carnet de
conducir, envío una limosna, ro­
gándole lo publique en el Bole­
tín». Asunción Mora.
Torrente (Valencia): «Estando
una sobrina mía para operar, sien­
do una operación algo complica­
da, la encomendé a María Auxilia­
dora. En acción de gracias a tan
buena Madre, porque de la opera­
ción salió mucho mejor de lo que
esperaba, envío una limosna».
María Piles.
Madrid: En acción de gracias a
María Auxiliadora por un favor
recibido, envío una limosna. V. C.
Vigo: Gracias a María Auxilia­
dora por favores .y gracias concedi­
das. Ruego se publique en el Bole­
tín. Cardama.
Vergara (Guipúzcoa): Doy gra­
cias a María Auxiliadora por una
gracia recibida, con el ruego de
c^ue se publique en el Boletín Salesiano. Envío una limosna. Doro­
tea Martín.
Puenteseco-Lestemoño (La Co­
ruña): Da gracias a María Auxilia­
dora por un favor concedido y en­
vía una limosna. Asunción Porga
Tamiet.
Vigo: Doy gracias a María Auxi­
liadora p>or su intercesión en la
operación de cáncer de garganta
de Luis Torre Reza y le pido la
gracia que no se le vuelva a repro­
ducir ni pierda la voz. Agradecida
doy una limosna. Africa.
Zamora: Doy gracias a María
Auxiliadora por un favor recibido
y entrego una limosna. Josefa Bea­
to.
Jerez de la Frontera: Dan gra­
cias a María Auxiliadora por gran­
des favores recibidos durante este

nuestra gratitud
— Dolores Muñoz de Marín su­
fría mal de corazón y, encomen­
dándose a la Virgen, se sometió a
una operación y se encuentra com­
pletamente restablecida.
— Manuel Rueda Cantarero su­
frió inesperadamente una trombo­
sis en la cabeza. Al enteramos de
que lo iban a intervenir quirúrgicamente, suplicamos su ayuda a Ma­
ría Auxiliadora y todo salió mejor
de lo que creían los médicos, no
quedándole ninguna secuela y en­
contrándose perfectamente en po­
cos días.
— Una familia pasaba por una
situación económica muy difícil.
Encomendándose a María Auxi­
liadora, les llegó una ayuda ines­
perada.
—Se encontraba José Galván
Aparicio con principios de menin­
gitis, lo encomendamos a María
Auxiliadora, superó el mal y se en­
cuentra perfectamente.
— Sor Ana Ordóñez agradece a
la Virgen el que un familiar suyo
saliera bien de unas oposiciones
muy difíciles.
—^Todos damos públicamente
gracias a María Auxiliadora por
los favores recibidos. Sor Carmen
Rueda.
Arévalo: Doy gracias a María
Auxiliadora por la completa cura­
ción del brazo de mi madre, que
sufrió un profunda fractura en una
caída.
Después de escayolada durante
cuarenta días, no quedó bien. Los
médicos detectaron, mediante una
nueva radiografía, una rotura que
antes no habían visto, por lo que
determinaron que había que vol­
ver a escayolar. En esta apurada y
embarazosa situación, comenza­
mos una novena y pedimos con
mucha fe a María Auxiliadora que
(Quedase bien, o lo mejor piosible,
si era voluntad de Dios.
A los pocos días, antes de termi­
nar la novena, los médicos exami­
naron el brazo y vieron que estaba
en pierfectas condiciones, de ma­
nera que ya no era necesaria una
nueva intervención.
Actualmente, después de un
año, se encuentra perfectamente;
puede coger peso, y no le ha que­
dado señal ni imperfección. Por lo
cual, muy agradecido a nuestra
Virgen Auxiliadora por esta gracia
s in g a r , hago pública esta gracia y
envío un donativo para las Obras
Salesinas. A . Muñoz.
Madrid: Por varios favores reci­
bidos, pidiendo a María Auxilia­
dora su protección. Doy una li­
mosna en favor del Tercer Mundo.
M.‘ del Pilar Rombo.

Madrid: Doy gracias a María
Auxiliadora por la solución de dos
cosas difíciles. Un antiguo alum­
no.
San Vicente del Palacio (Valladolid): Doy gracias a María Auxi­
liadora y a San Juan Hosco de mu­
chos favores que he alcanzado de
ellos y más que espero alcanzar; y
mando esta limosna. Alejandra
Vara y Leandro López.
Llaranes-Avilés: Doy gracias a
María Auxiliadora por el favor
concedido a mi hija en las oposi­
ciones. Envío una limosna para las
obras salesianas y sigo confiando
en mi Madre Auxiliadora. Merce­
des Suárez.
Llaranes-Avilés: Envío un dona­
tivo en acción de gracias a «María
Auxiliadora» por favores recibi­
dos, en especial por haber mejora­
do mucho a mi marido de una
trombosis cerebral. Otilia López
Abad.

Málaga: Se encontraba mi ma­
dre con una herida en la pierna, la
cual por ser diabética le tardaba en
cicatrizar, pero con la ayuda de
María Auxiliadora se vieron coro­
nados nuestros deseos. Lo publico
como prometí. Mandando cele­
brar una.misa en su honor. Familia
Schanze Fernández.
Astudillo: Habiendo recibido
una gracia de María Auxiliadora,
cumplo la promesa de publicarla
en el Boletín Salesiano y entrego
una limosna para las Obras de
Don Hosco. N. N.
Orense: Encontrándose mi hija
sin trabajo en su profesión de Mé­
dico. solicitamos ella y yo. la inter­
cesión de María Auxiliadora por
mediación de la Novena recomen­
dada por S. Juan Hosco, poniendo
toda nuestra confianza en tan efi­
caz Auxiliadora. Hoy damos gra­
cias por haber obtenido lo que pe­
díamos, logrando plaza en unas
opiosiciones muy difíciles.
Por éste y otros favores recibi­
dos entregamos el donativo y ro­
gamos se publique en el Boletín
Salesiano para estímulo de otras
personas. R. L. y M." E. O.
Córdoba: Por favores recibidos
de nuestra Madre y Reina María

Auxiliadora, muy agradecida en­
vío una limosna para su culto u
otras necesidades. Resu Carmona.
Fermoselle (Zamora): Una de­
vota de Fermoselle (Zamora) da
gracias a María Auxiliadora por
una gracia recibida y envía una li­
mosna.
Astudillo: Damos gradas u Ma­
ría Auxiliadora por los favores re­
cibidos. sobre todo uno referente
a la salud de un familiar. Entrega­
mos una limosna. Familia R. H.
Vigo: A María Auxiliadora y
San Juan Hosco envío esta peque­
ña limosna prometida por un favor
recibido. E. Alonso.
VIgo: A Santo Domingo Savio
envío una limosna prometida por
los favores recibidos. E. Alonso.
Herrera del Pisuerga (Falencia):
Agradecido a María Auxiliadora
por favores recibidos, envía una li­
mosna. Un antiguo alumno.
Zamora: Doy gracias a María

Auxiliadora por haber aprobado
unos exámenes y deseo siga ayu­
dando. J. Carozo.
Zamora: Soy devota de María
Auxiliadora y Archicofrade. Doy
gracias por el éxito de una opera­
ción de mi hijo y los exámenes de
un hijo. A. M.
Orense: Pidiendo una gracia es­
pecial a María Auxiliadora envío
una limosna. Rita Pajarín Cam­
pos.
León: Habiendo salido un fami­
liar bien de una operación por en­
comendarnos a María Auxiliado­
ra. envío una limosna para las
obras salesianas en agradecimien­
to a tan singular gracia. Teodora
Ordos - Villalobos.
Béjar (Salamanca): De nuevo he
de agradecer a María Auxiliadora
un señalado favor que la pedí con
la confianza de siempre, mediante
la novena recomendada por San
Juan Hosco. Al cuarto día me fue
concedido ese favor, y con mi
agradecimiento a Ella, le publico y
envío la limosna prometida. F. M.
M.
Vigo: Por un favor importante
de María Auxiliadora, doy gracias
y envío una limosna. G. A.

31

fueron a la casa del padre

Sra. María Ortego Martín.
t el 23 de octubre de 1982 en
Madrid. Su nombre es familiar y
bien querido para muchos salesianos. Fueron estos los que la cono­
cieron en días azarosos y recibie­
ron de ella atenciones y ayuda que
no han podido olvidar al cabo de
muchos años. Recién salidos de la
cárcel, desorientados y en peligro,
en la casa de María, enfermera de
la Beneficencia, encontraron ho­
gar, alimento, ropa, colocación
para hacer frente a su situación
precaria, cuidados médicos, reco­
mendaciones eficaces, y cuanto se
p>odía esperar, no ya de una solíci­
ta caridad, sino del cuidado amo­
roso de una madre.
Son bastantes los que sienten
hoy la muerte de María como una
desconsolada orfandad. Les com­
pensa la pena, la confianza funda­
da de que esta nueva y valerosa
«Mamá Margarita» ha mejorado
de condición y estará ya disfrutan­
do el premio merecido de mujer
sufrida, rezadora, dadivosa hasta
lo ejemplar, más amiga de dar que
de recibir, de hacer favores que de
pedirlos.
En su testamento hizo donación
de su cuerpo a la Facultad de Me­
dicina para quien pudiera ser útil.
Con ese gesto prestó su último ser­
vicio como enfermera y como mu­
jer caritativa, atenta siempre al
bien de ios demás. Continua ha­
ciendo caridades después de muer­
ta.
AI final de la vida recordaba
como uno de los días más felices
de su vida el 26 de agosto de 1966.
Fue la fecha en que, en la casa salesiana de Umieta. recién inaugu­
rada. ante un público copioso de
salesianos y amigos, se le otorga­
ron por concesión del Rector Ma­
yor don Luis Ricceri. los diplomas
de Cooperadora Salesiana. de
Bienhechora Insigne y Madre de
Salesianos.' El Boletín Salesiano
de aquel mes recogía la crónica del
32

acto y consignaba, entre otras co­
sas: «Velada la voz por la emoción
del momento, María dio a todos
sus más rendidas gracias. Como
recuerdo, entregó a la comunidad,
en un precioso estuche, un copón
de oro y plata». No sería la última
entrega de signo sacerdotal. Con
el fruto de su trabajo, ha costeado
becas y no ha dejado de ayudar,
por cuantos medios le ha sido posi­
ble, al sostenimiento de las voca­
ciones. Sabía hacer el bien y ha­
cerlo de la manera más rentable.
Por exigencias de la edad y de
los achaques, un día tuvo que
abandonar su casa, siempre abier­
ta para los salesianos, y acogerse a
una residencia. Fue un sacrificio
que no llegó a superar del todo.
Uno más de los que sobrellevó con
dolorida y resignada actitud.

Dña. Trinidad Guitián Torréns.
t el 26 de noviembre de 1982 en
Lumbrales (Salamanca! a los 86
años de edad, habiendo recibido
con gran devoción los últimos sa­
cramentos.
Era madre de doce hijos de los
cuales entregó tres al Señor en la
Congregación Salesiana: dos sa­
cerdotes, don Luis y don Bienve­
nido García Guitián, de la Inspec­
toría de Madrid y una religiosa.
Sor Concepción García Guitián,
también de la Inspectoría de Ma­
drid, y en cuyos brazos entregó su
alma al Señor.
Fue muy devota de María Auxi­
liadora: tenía el diploma especial
de Cooperadora Salesiana. envia­
do por el Rector Mayor, como ma­
dre de tres hijos salesianos y reci­
bía mensualmente en su casa la
imagen de María Auxiliadora a
cuya Archicofradía pertenecía.
Gran amante del Boletín Sale­
siano que recibía puntualmente,
seguía con mucho interés el desa­
rrollo de las obras Salesianas en
España y en el mundo entero.

Al funeral de «corpore insepul­
to», en Lumbrales, asisti^on nu­
merosos Salesianos e Hijas de Ma­
ría Auxiliadora. Había en el altar,
concelebrando hasta 40 sacerdotes
llegados de las diversas casas de la
Inspectoría y algunos también del
clero seculáf de los pueblos veci­
nos.
Que el Señor y la Virgen Auxi­
liadora la hayan recibido en su
seno.

Rvdo. D. Maximino Gallego Ro­
dríguez, SDB.
t en Sevilla el 12-de julio de
1982 a los 82 años de edad, 65 de
salesiano y 56 de sacerdote.
Nacido en Cabeza de Framontanos (Salamanca) en 1900, entregó
su vida a Don Bosco en Andalu­
cía. Sus estudios de Teología en
Turín márcaron su vida salesiana.
Ordenado sacerdote, trabajó en
San José del Valle durante unos
años, siendo destinado a Carabanchei Alto —Madrid— como profe­
sor de Teología Moral de 1934 al
1936, donde lo sorprendió la gue­
rra civil. En 1943 y tras un breve
período de tres años de director en
Ecija es nombrado Secretario Ins­
pectoría! de Sevilla, servicio que
desempeñará ininterrumpidamen­
te hasta 1960, uniendo algunas
ocasiones el cargo de Ecónomo.
Estas tareas definen su personali­
dad de hombre discreto, silencio­
so, observador, confidente de los
Superiores, inadvertido, amante
de los segundos planos. De 1960 a
1980 es el confesor de la Casa Ins­
pectoría! de Sevilla. En este servi­
cio sacerdotal desarrolla otra de
las características de su personali­
dad: director espiritual, sacerdote
prudente, moralista consultado
por la Jerarquía en los asuntos
más delicados... Otra faceta de su
apostolado: la difusión y propaga­
ción del Boletín Salesiano. Gran
parte de la correspondencia que
recibía se relacionaba con esta ac­
tividad a la que dedicó atención
preferente cuando ya sus energías
no le permitían otros trabajos.
Don Maximino hacía llegar a to­
dos una palabra de fe y de espe­
ranza. Grande fue su devoción a
María Auxiliadora, en cuyo altar
celebraba diariamente la Eucaris­
tía. De ahí su capacidad de sufri­
miento: en medio de las pruebas
de su enfermedad sabía padecer
en silencio, rezar y aceptar toda
suerte de incomodidades. Rodea­
do del cariño de sus hermanos sa­
lesianos, entregó su espíritu al Se­
ñor.

LIBROS SALESIANOS

. jm

"

D ON BOSCO
CON NOSOTROS

A

deM arcelle Péllissier
Escrito para los niños con mucha de­
licadeza por una mujer que conoce el
corazón infantil.
La maravillosa aventura de DON
BOSCO será deliciosa lectura incluso
para los mayores.
Libro de lectura escolar, precioso re­
galo para los pequeños.
Ilustraciones de José Luis Cortés.
O tros libros
M E M O R IA S B IO G R A F IC A S . T o m o s l a V.
D O N B O S C O . C IE N A Ñ O S EN E SP A Ñ A .
D O N B O S C O , Teresio B osco.
D O N B O S C O , Teresio B o sco . {Edición para jóvenes)
JU AN ITO , J. C assan o.
D O N B O S C O . C IE N A Ñ O S D E S P U E S . A. Martínez Azcona. B.A.C.
F L O R E C IL L A S D E D O N B O S C O . M. Molineris.
D O N B O S C O . Lancelot C. Sheppard.
S A N JU A N B O S C O . E. Egaña.
M E N S A J E R O D E D IO S. L. Vivar.
O B R A S F U N D A M E N T A L E S D E S A N JU A N B O S C O . B.A.C.
S A N T A M A R IA M A Z Z A R E L L O , Ro do lfo Fierro.
U N A M U J E R D E A Y E R Y D E HOY, M. Pía Giudici.
M A R IA M A Z Z A R E L L O , F. M accono. (2 tomos)
E L L A LA P R IM E R A , G. Lubich (C om ic sob re San ta M. Mazzarello)
D O N M IG U E L RUA. A. Auffray.
D O N F E L IP E RIN A LD I, Ro do lfo Fierro.
S A N T O D O M IN G O SA V IO . Teresio B osco .
V A Y A T E L A (San to D o m in g o Savio), J. M. Espinosa.
V ID A D E M IG U E L M A G O N E , por S a n Juan B osco.
C ole cción H U E L L A S
UN P O E M A D E A M O R : D O N B O S C O . B a silio Bustillo.
M A R IA M A Z Z A R E L L O : LA M U J E R F U E R T E , J. Pablos.
L A M A D R E D E D O N B O S C O : M A M A M A R G A R IT A , B a silio Bustillo.
T E S T IM O N IO S E L L A D O : J A IM E ORTIZ, R. Alfaro.
• C olección E S P IR IT U A L ID A D
C O N S A G R A C IO N Y M ISIO N , HOY/1. Jo se p h Aubry.
C O N S A G R A C IO N Y M ISIO N . HOY/2. Jo se p h Aubrv-

A

« .*-