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Medios

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Dos percances en un viaje
Queridos amigos Juanito y Mari:
Yo sé que os gusta viajar. Me
contéis con pelos y señales vues­
tros escarceos y aventuras por tie­
rras de la Alcarria. Ahora con la
primavera recién estrenada sí que
daré gusto pasear por esa reglón
do lagos y alcores cogiendo tomillo
y romero, oliendo oí florido esplie­
go y oyendo el extétlco canto de
la alondra... Todo ello es mucho
més poético que respirar esto aíre
posado de la ciudad. Os envidio,
ftmigos. Y tamibón os agradezco
la invitación quo me hicisteis de
acompañaros. Nunca se pueden sa­
tisfacer del todo los buenos deseos.
Otra vez será.
A propósito de vuestro viaje,
quiero contaros hoy dos percances
que le sucedieron a Don Bosco
en uno de sus muchos viajes.
Iba el santo do Turín a Bérgamo
a vor a su amigo ol obispo de la
ciudad, Mons. Pedro Luis Spernnza, quien había sido objeto de un
robo sacrilego. Deseaba hacerle
una visita para llevarle su con­
suelo de amigo.
«Ya on el tren —cuenta el mismo
Don Bosco— me encontró con un
viajero. Había Ido a Turín para
ver a Don Bosco y no lo había en­
contrado. Le pregunté si conocía a
Don Bosco V me dijo que lo cono­
cía muchísimo. Me dijo que de­
seaba Internar a un chico en su
Oratorio. Le pregunté por el mu­
chacho y así estuvimos hablando

largo ralo. Llegados a Saluggia, le
dije mi nombre, con lo que le cau­
só verdadero asombro. Lo hice con
humor y los dos nos reímos mu­
cho.
En Saluggia quedó conmigo en
el departamento un señor serlo
hasta las narices. Iba embebido en
la lectura de un periódico que ha­
bía comprado en la estación. Cuan­
do terminó de leerlo me lo ofre­
ció por si quería leerlo.
—Gracias —le dije—. Pero yo
no leo esta clase de diarios y me
extraña que Vd. lo haya comprado.
—¿Por qué?

tos se habrán perdido por haber
leído libros malos u revistas obs­
cenas!
—¿Sabe, señor cura, que me es­
tán entrando remordimientos de
conciencia? Si es así, al diablo con
la mala prensa, que yo no quiero
perderme.
El buen hombre cogió el perió­
dico. Lo hizo mil pedazos y lo tiró
por la ventanilla. Esto me sirvió
para intimar con él. En poco
tiempo me abrió su corazón y me
dijo:
—Me gustaría confesarme ahora
mismo con usted.
—De mil amores, le dije.

—¿No se da cuenta de que es un
periódico que habla mal de la re­
ligión y de sus ministros?
—Mire, Señor Cura, me dijo, tra­
tándose de /periódicos, no hay que
hacer mucho caso si son buenos
o malos. Uno ya sabe a qué ate­
nerse. Además, estos periódicos los
lee todo el mundo.
¡Despacio, amigo mío! No afirme
Vd. con tanto aplomo eso de todo
el mundo. Le aseguro que de cien
cristianos, apenas habrá dos que
lean esta porquería,
—Diga Vd. lo que quiera. Lo leen
muchos, luego no es malo
—¿Le parece a Vd. buena lógica?
Lo leerán muchos quizás, pero no
por eso dejará de ser malo. ¡Cuán­

El resto del viaje hasta Milán
fue haciendo su confesión, deján­
dome ias más hermosas esperanzas
de conversión. Yo bendije al Señor
que me había deparado un alma
a la que llevar la gracia de Dios.»

DON

BOSCO

Una página para los niños
Así les contó el mismo Don Bos­
co estos percances a sus mucha­
chos del Oratorio. El viaje duró
más, porque el santo llegó a Bér­
gamo donde se encontró con el
obispo y le llevó su amistad y su
alegría.
Ya veis cómo Don Bosco aprove­
chaba todas las ocasiones para
hacer el bien. Seguramente, a vo­
sotros también os habrán ocurrido
no pocas aventuras en vuestro
viaje. Ya me las contaréis en otra
carta.
Que la resurrección de Cristo sea
la garantía de vuestra felicidad. Y
que también vosotros aprovechéis
toda ocasión para hacer el bien
como hacía Don Bosco.
Recibid un abrazo muy fuerte
de vuestro amigo,
PADRE RAFAEL
iAmtgo, Juanitol Ahora sí que no puedes
negarme que e s tis en forma...

Rftvisla da la Obra da Don Boaeo
AAo LXXXiX • N.o 4 • Abril 1979

Director: RAFAEL ALFARO

NUESTRA PASCUA

Dirección, Redacción y Admón.:
McQlá, 164
Teléfono 255 20 00
MADRlD-28
Depósito Lesal: M. 3.044*1956
(Con censura eclesiástica)



Imprime: Escuela Gráfica Salesiana
Madrid-Atocba

EN ESTE NUMERO
Nuestra Pascua.............
Hay que remangarse ...
Socialización de la es­
cuela hacia el exterior
Brotes de O liv o ..............
N4emorias de un hombre
de a c c ió n ...................
Mejor... “ Hasta la vista”
Las jornadas pedagógi­
cas de Sanlúcar........
Novios Salesianos en la
vendimia rio ja n a ........
Jesucristo, hoy... El Evan­
gelio a las tablas ...
Por el mundo saiesiano
El Papa me dijo ...........
Pero, ¿dónde vive vues­
tro Dios? ......................
Saludos desde Campur
Cooperación Salesiana y
Tercer M undo...............
Don Juan ZaragOeta ...
Nuestra Gratitud a María
Auxiliadora y a San
Juan Bosco .................

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NUESTRA PORTADA
Nuestro fotógrafo así vio en
París una de las escenas de
"GodspeH” . Pero también nos
ofrece en las páginas inte­
riores otras escenas de la
misma obra en Madrid. Y por
cierto, de dos tandas diver­
sas, porque una de ellas es­
tá recorriendo diversas pro­
vincias españolas.
Jesús ha subido a los esce­
narios y at cine. Interesa a!
público. Jesús está vivo en
el corazón de los hombres.

¡Jesús ha resucitado, aleluya!

£1 mensaje pascual es de felicidad y alegría; pero lo es también
de compromiso con la verdad, con la justicia, con el amor.
El Señor ha vencido a la muerte. Pero, al mismo tiempo, la vic­
toria del Señor es nuestra. Por eso el cristiano siente la Pascua como
una gran noticia de felicidad, al lado de la cual palidecen todos ios
acontecimientos desagradables y negros de la vida.
Pero este mismo misterio de la Pascua es el que impulsa al cris­
tiano a la lucha por la liberación del mal, de la injusticia, de la opre­
sión, de la muerte.
«Sólo a partir del momento en que os sentís responsables, depo­
sitarios de la energía resucitante de Cristo —escribe un teólogo con­
temporáneo— habéis entrado en la verdad de este misterio y arras­
tráis a él a los demás». «Por eso nos preguntamos: el acontecimiento
de la resurrección, ¿es un principio del pasado, que podemos alcanzar
por medio de unas representaciones míticas, o es un fermento diná­
mico para el presente? En una palabra, la resurrección ¿es una afir­
mación meramente especulativa o encierra un compromiso práctico?»
• Hace apenas un año tuve la suerte de participar en la cele­
bración de la Pascua en compañía de unos dos mil jóvenes que acla­
maban a Cristo resucitado en Sanlúcar. Algo inolvidable. Y recuerdo
la oración entusiasta de aquella masa de jóvenes unidos: «Donde hay
un hombre que se expone por decir la verdad, allí hay liberación.
Donde hay un hombre explotado, allí hay esclavitud. Donde hay un
hombre comprometido por la justicia, allí hay liberación». La letanía
calaba en la tierra permeable de los jóvenes.
No es difícil sintonizar con la juventud cuando se conecta en la
misma longitud de onda. Pues bien, los jóvenes de Sanlúcar, como
los de Taizé, como los que no hace mucho se reunieron en Roma
junto al Papa o en México con el hermano Roger..., acuden a Cristo
resucitado como ideal de liberación, como eneigía de su esfuerzo
diario. Y es que la resurrección no es sólo un acontecimiento del pa­
sado, sino una noticia de palpitante actualidad que los empuja a
luchar para conseguir su felicidad y la de los demás.
• La Pascua del Año Santo ha de ser para la Familia Salesiana
un motivo de mayor e n tib a personal y comunitaria a la misión li­
beradora a la que hemos entregado nuestra vida.
Nuestra e n e i ^ es la misma de Cristo resucitado. Nunca serán
vanos nuestros esfuerzos si tiene la garantía de este resurgir del
Señor Jesús. A pesar del mundo desastroso que nos rodea; a pesar
de las torturas, de los secuestros, de la violencia; a pesar de los des­
barajustes en la economía, en la politica, en la marcha de la sociedad,
la resurrección del Señor es garantía del éxito de nuestra lucha en
el desenq>eño de nuestra misión liberadora. El es nuestra Pascua.
1

HABLA EL RECTO f
Don Ricceri escribe a los
Salesianos una carta so­
bre el trabajo. Destaca­
mos algunas de sus ideas.

REMANG
EN MANGAS DE CAMISA

COLABORADORES DE DIOS

Don Bosco fue un formidable
obrero de la viña del Señor. Ha
sabido hacer del trabajo cumpli­
do por amor y con amor una
ascética, una mística, una peda­
gogía, un medio eficaz de apos­
tolado.
La sociedad de su tiempo se
hacía una idea de los religiosos
como individuos inútiles y hol­
gazanes. Don Bosco quiso pre­
sentar a sus salesianos al lado
de los pobres y los obreros.
¿Cuál sería su hábito? En mangas de camisa y bien arreman­
gados. Su lema “Trabajo y tem­
planza” es todo un símbolo de
su ideal.

Para el Salesiano, el trabajo
es una colaboración con Dios en
la redención del mundo.
LA PASION DEL TRABAJO
“Nosotros decía Don Bosco—
no nos paramos nunca: una co­
sa urge a otra. Creo que si lle­
gara un momento en que nos pa­
rásemos, la Congregación empe­
zaría a hundirse”.
Pero el trabajo no era para
Don Bosco algo forzado. Era una
alegría, una pasión. Lo movía el
amor. En todas sus empresas
era el corazón el único motor.
Lo impulsaban siempre los gran­
des ideales.

LA VIDA, COMO UN DEBER
La vida no es ni pasatiempo
ni diversión: es un compromiso
serio, un deber. El trabajo es
una tarea, una misión que Dios
ha confiado al hombre y que és­
te ha de cumplir.

LA JACULATORIA
DEL “VADO 10”
Lo que es de uno es de todos.
Para Don Bosco es una especie
de blasfemia el decir: “Eso no
es de mi incumbencia". En cam­

bio es como una jaculatoria el
adelantarse diciendo: “Voy yo”.
“No sé cuántos días de indul­
gencia t e n d r á esa jaculatoria,
bromeaba don Caviglia, p e r o
creo que es el mayor mérito de
una O^ngregación que ha creci­
do a fuerza de sacrificios con el
''vado /o ” .

LA UNION CON DIOS
El trabajo de acuerdo con Don
Bosco, ha de proceder de una
íntima comunicación con Dios.
“Para llevar a Cristo a los jóve­
nes V a la gente, es necesario ha­
berlo encontrado personalmente E1 trabaio del Salesiano exi­
ge una profunda vida interior,
para que sea verdadero.
PARA LA CONSTRUCCION
DEL MUNDO
El trabajo es un don, una en­
trega total de sí mismo a su ta­
rea apostólica. Esta actitud po-

!r

mayor

LA AUTORIDAD
COMO SERVICIO

ARSE!
ne al Salesiano en sintonía con
el hombre de hoy, que tiene la
conciencia de ser “homo faber”,
transformador del mondo y ha­
cedor de la historia.
ASOCIADOS A LOS POBRES
Que viven de su propio tra­
bajo.
APROVECHAR EL TIEMPO
HASTA LOS BORDES
“Porque la vida es muy bre­
ve. Y hay que hacer deprisa lo
que tengamos que hacer antes
de que la muerte nos sorpren­
da”.
SALESIANOS A TIEMPO
COMPLETO:
Comprometidos, entregados a
Cristo íntegramente, durante to­
da la vida: a tiempo completo.
Sac. Luis Rlcceri

Lo cual quiere decir que la síntesis, la unidad posible, en­
tre los dos momentos, ejercer la autoridad y servir a aquéllos
hacia los que se dirige dicha autoridad, lleva de nuevo al amor.
Es el amor, la caridad de Cristo, lo que nos autoriza a diri­
girnos a vosotros; y es precisamente en virtud de esta caridad,
que os ha sido dada y que deseamos vivir con toda la fideli­
dad y con toda la plenitud de que somos capaces, por lo que
ahora estamos dialogando con vosotros, y lo estamos no por
un momento, sino en virtud de un «status», de una situación
que llamamos canónica, es decir, legislativa, establecida por re­
glas indiscutibles. ¿Qué es esta relación? Es una relación de
caridad, es una relación que quiere vuestro bien, induso antes
que el nuestro; estamos a vuestro servicio, y nos acusamos, sin
más, de haber faltado, si no hubiésemos servido cuanto y como
debíamos. No tenemos, sin embargo, el propósito, ante Dios
y también ante vosotros todos, que habéis llegado a ser — por­
que asi es en el momento presente— la espiritualidad del mun­
do, que se dispone a observar (críticos, en el sentido benévolo,
si queréis, por ver si la autoridad personifica y realiza la pro­
pia definición). ¡Ojalá Dios me ayude a ser fiel a lo que os es­
toy diciendo! Sí, yo deseo serviros por amor; poco os conozco,
pero os amo mucho; os amo a todos, os amo como sois, y
desearía entrar mucho, mucho más, en vuestra vida para poder
comprender mejor, para tener posibilidad de afecto, de ayuda,
de consejo, de conversación, de convivencia con vosotros, por­
que éste es mi oficio, que — repito— aglutina en sí las dos
definiciones que el Señor ha dado; una de firmeza y otra de
dulzura, una exigencia inflexible, la otra, en cambio, que es
totalmente comprensión.
Alocución al clero romano. 10, febrero, 1975

L ñ ESQ U ELA ,
¿Plaimformm para la ettuoaolóa de la fé?

p or J O S E LUIS P E R E Z

s o a u i¿ ACION
HUIA U ocrce/o/L• Relación con la Familia: En es­
tos últimos tiempos, se ha ido ha­
ciendo cada vez más evidente que es
imprescindible, para la educación de
los jóvenes en la escuela, la partici­
pación de la familia, de los padres,
en la organización, vida y proyectos
de la escuela. Los padres son edu­
cadores natos, o al menos deben ser­
lo, y esto, no solamente en el seno
de la familia, del hogar, sino en to­
dos los ambientes donde el joven o
el adolescente vive y desarrolla sus
actividades. Las Asociaciones de Pa­
dres, las Juntas de Padres en los cen­
tros docentes, no son simplemente or­
ganismos de información o de cola­
boración para determinados sectores o
actividades. Los educadores cristianos
deben procurar, ante todo, que los
sean conscientes y compartan
Íladres
as finalidades educativo-cristianas que
el centro religioso se propone: no bas­
ta que los padres se preocupen y com­
partan las tareas culturales y educativo-humanas (estudios, deportes, cul­
tura, convivencia, actos sociales, ...).
Entre los padres de los adolescen­
tes debemos encontrar nuestros más
íntimos colaboradores en la educación
de la fe, los catequistas, los anima­
dores de grupos, los miembros de la
comunidad cristiana escolar, que ase­
gura la proyección y continuación de
la vida de fe en la sociedad.
De ello se deriva que la relación
entre los educadores religiosos y pa­
dres de alumnos debe intensificarse a
niveles mucho más profundos. Por
eso, para muchos padres, el centro
docente cristiano debe convertirse en
una verdadera escuela cristiana, don­
de su misma fe tradicional es reedu­
cada, profundizada y vivida junto con
los educadores de la fe y sus propios
hijos.

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A los Jóvonot no hay que darles todo hecho. Ellos quieren participar y
hacerse responsables de la historia que están viviendo. De ahí la rtecesidad de una educación participada.

La socialización de la escuela com­
porta, pues, actividades e iniciativas de
muy diversa índole: reuniones perii'dicas de formación religiosa de los
padres, formación de la comunidad
cristiana escolar, estudio de la proble­
mática de la zona en la que están in­
sertadas las familias, relación con la
gran comunidad eclesial parroquial y
diocesana, o^anización de actividades
sociales y concientizadoras a nivel de
grupos más amplios, encuentros cris­
tianos con los hijos, participación de

los padres en retiros, grupos, ejerci­
cios espirituales, colonias de verano,
centros juveniles, fiestas...
Evidentemente, todo esto presupone
que el centro se orienta hada una
auténtica cogestión, a todos los ni­
veles.
• Relación con la comunidad ecle­
sial: El centro escolar está endavado
en una diócesis y en una parroquia o
zona pastoral, que tiene sus planes de
actividad pastoral, sus organismos.

CA
movimientos, proyectos y objetivos
más amplios. Debemos tener muy pre­
sente que los adolescentes y jóvenes
permanecen en el centro escolar du­
rante un período limitado de tiempo
y que, con mucha frecuencia, y en la
mayoría de los casos, sus contactos y
relaciones con el centro docente son
mínimos, una vez finalizados sus es­
tudios. Las mismas Asociaciones que
tienen como objetivo la simple vincu­
lación afectiva de los antiguos miem­
bros de los centros docentes, apenas
si tienen garra y posibilidades de 6cito entre los jóvenes: unos, por descompromiso, y otros, precisamente,
por deseos de mayor compromiso, en­
raizado en problemática más honda
y social...
La relación profunda y sistemática
de la escuela con les organismos y
movimientos de la Iglesia local a s tu ­
ta a muchos jóvenes la posibilidad de
una inserción vital en la vida y pro­
blemas cristianos de su ambiente, les
pone en comunicación con personas,
sobre todo jóvenes, realmente concien­
ciados de la situación local y garanti­
za la continuidad de la educación de
la fe. Por otra parte, estos mismos
movimientos, asociaciones y grupos
eclesiales pueden ser magníficos co­
laboradores de los educadores del cen­
tro docente. Al fin y al cabo, la es­
cuela es uno de los órganos vivos de
la Iglesia local y es como el vivero
donde se deben formar los militantes
más responsables de la comunidad pa­
rroquial y eclesial. Difícilmente suce­
derá esto, si, durante la edad escolar,
los adolescentes y jóvenes no ven vi­
vir en su escuela la vida de la Iglesia,
sus solicitudes, sus problemas pecu­
liares en la localidad, sus movimien­
tos, su acción social y comprometida.
Como se puede intuir, no se trata
de un problema de vinculaciones y,
menos, de subordinaciones de carác­
ter jurídico, sino de interrelación vi­
tal, que tenga como objetivo, más que
las ventajas o prerrogativas de una
estructura, personas o grupos, la for­
mación de la fe de los jóvenes, de una
manera continuada o comunitaria.
• ^elación con la zona y sus realid' .s sociales: El colegio socializado,
mediante la colaboración de las fami­
lias y de las comunidades cristianas lo­
cales, puede y debe desarrollar un in­
flujo positivo en la problemática so­
cial de la zona en que está enclavado
y a la que pertenecen sus alumnos.
Debemos dar por superado eso de que
el período escolar sea, simplemente,
una preparación para d mañana: los
jóvenes y adolescentes no pueden ac­
ceder a una recta formacirái, si no
ejercen su capacidad crítica y stis
dones de criterios, y hasta de a e d ^ ,
en la problemática de la zona. Esto

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Cuántos jóvenes, al salir del Colegio, se encuentran desarientados, sin
saber que hacer en la vida. Quizás, antes, es posibie que se Íes haya
marginado, que no se Íes haya tomado en cuenta...

supone que la “cultura” se inserta en
la vida de la zona, en sus problemas
laborales, culturales, sociales y políti­
cos. La capacidad crítica es una de los
aspectos fundamentales de la educadón, en base a los valores que se van
asimilando en la cultura, en el diá­
logo, en la reflexión de los grupos...
No se trata de que los educadores im­
pongan sus visiones partidistas y, me­
nos, sus opciones sociopolíticas a los
jóvenes; pero sí, de que éstos capten
la problemática, las causas fundamen­
tales de la misma, las fuerzas deter­
minantes que entran en ju ^ o en la
dialéctica de las tensiones y de las
ideologías dominantes y dominadas...
Una recta y objetiva informadón de
datos y una formación sana y libre
en los prindpios, deredios y deberes
al respecto, es fundamental, incluso
para la formadón de una ccmdenda
y opdón cristiana comprometida.
Una cultura que no ayude a descu­
brir, en concreto, el sentido de la his­
toria vivida por el pueblo, sus valores
y contravalores, las implicadones de
los diversos presupuestos, etc., es una
cultura alienante y, como xa\, corre
peligro de ser un elemento esterili­
zante de la persmia y de sus opdones.

¿GSmo es posible que tantos ado­
lescentes y jóvenes de centros docen­
tes cristianos pueden vivir en ellos al
margen de situaciones en las que la
injustida y el sufrimiento oprimen a
cientos de personas, a sectores enteros
de la sociedad: problemas laborales
que, con frecuencia, afectan a sus pro­
pias familias; situaciones sociales, re­
ligiosas en las que, a veces, se ven afec­
tadas las comunidades cristianas de su
parroquia o zona; pronundamientos y
opdones de la Jerarquía, que deben
crear opinión, responsabilid¿l y adhe­
sión de los cristianos...? Eludir la informadón, el diálogo y la reflexión de
tales situadones, más que en neutra­
lidad, se convierte en complicidad y,
a la larga, desprestigia la formación
escolar en ios jóvenes más sensibles y
comprometidos, que con frecuencia rcdben, de fuentes menos objetivas y
limpias, su informadón y sus criterios
de valoradón...
No se trata de instrumentalizar la
escuela: su labor será siempre educa­
tiva. Pero es imposible educar al mar­
gen de lo que realmente constituye
las coordenadas de la vida concreta
social.

i

BROTES DE

Juan Manuel ESPINOSA

Marzo tiene su propio infi­
nitivo: marcear. Y así mayo y
agosto. Pero abril... “Abrilear” sería útü para ciertos
cumpleaños esplendorosos,
cuando alguien luce galas de
juventud desafiante y buen
palmito.
Yo quería este ligero co­
mentario para marzo, cuando
la palma cimbrea al atarde­
cer y el ramón de olivo acom­
paña al asnillo que Jesús re­
quería en las cercanías de
Betfagé, cuando la geografía
española encendería toda ella
sus candelas penitenciales...
Pero... uno propone y supo­
ne, el Director del B. S. dis­
pone y las erratas, aquí y
allá, cerca, lejos, dentro y
fuera, nos descomponen.
No importa. Siempre es
tiempo propicio para dedicar
alegres gorgoritos a "Brotes
de Olivo".

Mirad ese manojillo de ca­
ras sonrientes... Llevan un
nombre muy a tono con la (uz
— este año primaveral— del
Domingo de Ramos: «Brotes
de Olivo».
¿No los han visto en Tele­
visión Española, actuando pa­
ra la Gran Gala de la Unicef?
Danny Kaye, el inolvidable
mimo, el actor formidable de

«La vida privada de W alter
Mity», se quedó embobado
ante su gracia y su ternura.
Cantaron dos canciones: «Sin­
fonía de vocales» y «Allanad
los caminos». La ovación fue
atronadora en el inmenso
auditorio.
Don Vicente Morales es el
papó de estos hermanitos de
voces inoxidables, delicadísi­
mas, sorprendentes... El les
acompaña, concibe y realiza
todo el repertorio, ya muy
amplio, de los pequeños. Se
pasan de buenos: no cobran
un duro por sus actuaciones,
siempre aureoladas de éxito
increíble.
«Es el grupo infantil que
más me ha conmovido. Es ad­
mirable la emoción que comu­
nican y la sincéridad de su
arte». Las palabras de Danny
Kaye son confirmadas por to­
dos los que tienen la suerte
de contemplar a «Brotes de
Olivo» en directo.
Me ha llegado de Huelva
una circular dando noticias
sobre la marcha del grupo y
la atmósfera de espiritualidad
que a su alrededor se va sus­
citando. Hay muchas familias
vinculadas a esta célula infan­
til, cuyas canciones proclaman
mensaies de paz, reconcilia­
ción, fraternidad y alegría...
Cuántos kilómetros dentro de
los frágiles cuerpecillos de es­
tos chicos onubenses. Badajoz,
Valladolid, Falencia, Salaman­
ca, Madrid, Montoro, Pedro
Abad, Ecija, Sanlúcar la Ma­

yor, Córdoba, Zaragoza, Se­
villa, Festival de la Paz, Te­
levisión Española, «Estudio IS­
IS» de Radio Nacional, Gran
Gala de la Unicef, etc., etc.
La lista podría alargarse. ¿Pa­
ra qué?...
Los espectadores, aquí y en
Tananarive, se ponen ensegui­
da de acuerdo para ovacio­
nar con máximo entusiasmo a
estos pipiólos de gargantas fi­
nas y musicales como las de
los ruiseñores de la Alhambra
granadina.
Ay, chavales, cuánto bien
podéis sembrar can vuestra
alma limpia, con vuestra voz
entonada, sin engolamientos,
sin engreimientos...
¿No anda todo contamina­
do y cochambrosillo?... Pues,
hala, a llenar los aires de pu­
ro oxígeno espiritual, de ese
que se cuela por el alma y se
adentra injertándole coraje...
En el salmo 128, un poema
breve de sólo seis versículos,
leemos la prosperidad domés­
tica del tesoro del Señor: su
mujer será como parra fruc­
tífera, los hijos como renue­
vos del olivo...

La mamá de estos jilgueriNos cantores bien puede con­
siderarse p a r r a fructífera...
Ancha y larga es su prole.
«Brotes de Olivo» se llama
también el chalet donde se
cobija la infantil nidada.
¿Queréis dos anécdotas
para terminar?...
La primera es sencilla, can­
dorosa: hay un miembro del
grupo que en los ensayos se
viene aoajo, pregunta si to­
davía queda mucho...
La segunda es sorprenden­
te: el cantante Juan Manuel
Serrat, al verles salir del es­
tudio de grabación, se hacía
lenguas al saber que habían
dejado listo su primer L. P. en
cuatro horas mientras él lu­
chaba el día entero por con­
seguir muchísimo menos...
«Brotes de Olivo», queridos
lectores del BOLETIN SALESIANO, merece la pena y si
podéis contemplarlos en vivo,
como en algunas zonas de la
familia salesiana española ha
sucedido, no olvidaréis fácil­
mente la experiencia, a no ser
que vuestra olma esté tejida
con burda estopa.

JOSE LUIS CARREÑO:
‘‘Singladuras Indias". Madrid, 1974
Págs. 372. 0 13.50 X 21 0
Dios me libre de confundir a Don José Luis Carreño con un aventurero anarquista salido de las no­
velas de Pío Baroja. Aunque Don José Luis ha tenido
alma de aventurero vasco y de revolucionario —a lo
divino, se sobreentiende—, que eso es ser misionero.
Y, es claro, el misionero que tiene a sus espaldas
muchos miles de kilómetros más que San Francisco
Javier (de vuelo y de trasatlántico desde luego) ha
vuelto a recorrer la ii>mensa India de sus afanes apos­
tólicos y de sus sueños, para ofrecérnosla ahora en
este encantador y delicioso libro titulado «Singladu­
ras indias».
Recuerdo que, allá por el año cuarenta y ocho, co­
nocí por vez primera al padre Carreño. Acababa de
llegar de la India y, con su barba florida, iba reco­
rriendo los colegios de España dando conferencias y
sembrando canciones misioneras. Los jóvenes de en­
tonces cantábamos a gusto «Dieciocho abriles, bella
es la vida, Pascua florida, la juventud...» El entusias­
mo del misionero era comunicativo, contagioso. Y
hasta nos invitaba a todos; «Oh juventud, te vas. No
volverás ya más. Antes que pases me Iré a Madrás».
También sabía llegar al corazón de las madres, po­
niendo letras, también a lo divino, a antiguas melo­
días como la del Pájaro carpintero. Creo que los mu­
chachos de aquellos años aprendimos a tararear la
emoción de aquellos versos que apuntaban al blanco
y llegaban a clavarse;
«No me lancéis con tal ternura
la /lecha de vuestra canción,
que, aunque tengo la barba dura,
tengo muy blando el corazón».

MEMORIAS
UN HOMBRE
(¡Ay!, don José Luis ya no tiene la barba dura de
entonces. El corazón es el que ha madurado, y está
de vuelta, en su atalaya de Alzuza, desde donde con­
templa sus gestas y sus gestos como un mar crecido
de recuerdos...)
Así, entre conferencias y canciones, extendía ante
nuestros ojos el mapa soñado y realista de la India.
«Estamos construyendo —nos decía— 18 seminarios
para nuestras vocaciones salesianas».
Ahora, en el libro, nos dice: «...Por las rutas del
Indico y Atlántico he ido garabateando este cuaderno
de bitácora para ofrecéroslo, amigos españoles, que
allá por los años 1946-47, los duros años del inicio,
nos ayudásteis a poner en pie este milagro de los
Seminarios Indios (¡dieciocho!) que acab« de con­
templar.»
Dieciocho seminarios, y todos repletos. ¡3.000 se­
minaristas! —subraya—, para envidia de las naciones
que antes enviaban hacia allá sus misioneros.

HASTA EL FIN DE LA LECTURA
«Singladuras indias» es un libro tocado de gracia y
de ternura como todo lo que escribe don José Luis.
Con un estilo narrativo que ya quisieran para sí los
buenos novelistas del momento actual, participa de
ensayo y de novela, tiene descripciones llenas de poe­
sía, maneja el sentido de la conversación y del hu­
mor con maestría, es suelto y desenfadado, ágil y
ameno. Pero el secreto de este estilo que nos cautiva
es la cordialidad; José Luis Carreño escribe como ha­
bla, con el corazón en los labiois, con la simpatía en
la punta de la pluma.
Cuando Antonio Machado escribía su conmovido
libro «Campos de Castilla», nos daba una visión de
Castilla triste y desoladora. Y es que su alma estaba
tocada de una honda tristeza. Todas las cosas tenían
el color del cristal de su alma. La India que nos hace
ver aquí José Luis Carreño es también una India del
tamaño de su alegría, del color profundo de su es­
peranza. ¿Es así la India? Así nos la cuenta uno que
la ha vivido desde cerca, que se ha perdido en la cau­
dalosa corriente de sus masas, que se ha identificado
con ellas. Así nos la descubre ahora, a la vuelta de
los años. Nos la hace recorrer como si fuera su casa
y nos enseña todo cuanto vivió en sus años heroicos
cuando sembraba entre lágrimas como diciéndonos:
mirad que cosecha más gozosa la de mis hermanos...
Y es una delicia seguirlo a través de este escena­
rio, por la ciudad de Bombay con sus contrastes de
magnificencia y miseria, por el paraíso semiperdido
de Goa, repleta de recuerdos y apellidos ibéricos: Al­
vares, Cordeiros. Pereiras, Gomes, Gongalves, Souzas,
Fernandes...; pasar de Goa a Nueva Delhi, a Calcutta,
la ciudad doliente, al Assam. a Madrás, a North Ar-

DE
DE ACCION
cot; ver el trabajo de los misioneros con los jóvenes,
con los leprosos, con los seminaristas, en las escue­
las, en los talleres, enseñando, evangelizando... Y,
después, regresar con él en su nave Victoria, homó­
nima de la que diera la primera vuelta al mundo...
Un largo recorrido viviendo su sentimiento, su nostal­
gia, su alegría. Su visión nos conquista, nos comu­
nica su emocionado estremecimiento. Una corriente
mágica atraviesa todas las páginas de este libro que
se nos ata a las manos hasta el fin de su lectura.
Añádase a todo esto la admiración que nos produce
el acervo de cultura que hallamos en sus páginas. El
autor se nos revela como un profundo conocedor de
la vieja cultura de las nuevas corrientes de la Filo­
sofía, Teología y Literatura contemporáneas. Lo mis­
mo nos topamos con una cita del libro de los Vedas,
traducida por él mismo como un comentario de Malraux. Reviven y resuenan los ritmos modernistas de
sus viejos poemas de «Oliverio» y no es necesario
tener el oído extremadamente fino para oír el sonido
de su viejo acordeón o el alegre tecleo del «Tra,
larS...»

¿ENSAYO DE UNA DESPEDIDA?
Sobre todo, la Obra Salesiana de la India cobra
una animación especial. Porque no se trata de hablar
de una estructura sin alma. La obra ha crecido y
vive como una persona gracias a los hombres. La
obra salesiana son los lugares por donde ha pasado,
sembrando la palabra, la simpatía, el amor. Pero,
sobre todo, son las personas. Los jóvenes que había
conocido en Madrás, en Assam, en Goa, en Shillong,
en Calcutta..., ahora son personajes importantes en
la Iglesia, en la sociedad. Ante todo, los seminaristas,
los misioneros:
«¡Helos aquí —exclama al llegar a Madrás—: mis
hermanos misioneros, y entre ellos los de primera
hora, esperándome multitudinariamente en el aero­
puerto! Los barbilampiños de entonces lucen ahora
barbas blancas. Estamos en Madrás».
He dicho que se trata de un libro alegre, vital; de
una visión deslumbradora y deslumbrante de un mun­
do desconocido para nosotros. Pero también hay una
nube de melancolía en sus páginas. £1 libro sabe a
despedida. Creo no equivocarme del todo en este jui­
cio porque el mismo autor, entre los diversos títulos
con que pensaba bautizarlo, uno era éste precisa­
mente: «Adiós a la India».
El último capítulo es conmovedor. Desolado ante
las dificultades que en la India encuentran los misio­
neros extranjeros, muchos de ellos expulsados, es­
cribe: «Si, puño en el timón, yo tuviera en mis ma­
nos el derrotero de cuantos muchachos españoles de­
sean batirse por el Reino de Cristo, pondría proa a

Don José Luis pasa por el corazón, es decir,
recuerda, el nombre de antiguos amigos...

Poniente ahora mismo, sin vacilar. ¿Por qué? Porque
tengo todavía en la retina la visión de los millares
de jóvenes indios que se preparan al apostolado en
su propia patria: la docena y media de seminarios re­
gentados por los salesianos, y todos ellos rebosantes
de juventud: unos tres mil seminaristas he visto yo
en estas cinco semanas con mis propios ojos. Y hoy
la Providencia, que es la que en último término es­
cribe la historia, nos va cerrando una tras otra, las
puertas en todas las grandes naciones del Asia a los
misioneros extranjeros: India, Pakistán, Ceilán, Bir­
mania... Sólo las dulces tierras filipinas dejan la puer­
ta entreabierta... Dios sabe hasta cuando. En cam­
bio, en nuestras entrañables Américas, allá a Ponien­
te, mientras las masas humanas crecen con ritmo su­
perior al de las asiáticas, los apóstoles consagrados
de Jesucristo son cada día menos en proporción a la
masa; y enormemente inferiores al número de sacer­
dotes asiáticos al lado de su población cristiana. En
la India no nos necesitan ya. En América, sí».
¿Por qué este cambio de rumbo? Sus razones no
son las de un nostálgico, sino las de un realista. Sabe
bien donde le aprieta el zapato a la Iglesia y no se
detiene en contemplaciones por muy poéticas y sen­
timentales que sean. Alma juvenil, José Luis Carreño
nace y renace de nuevo. Hoy mira hacia atrás «con
amor» —testigo son estas páginas—; pero también
vuelve sus ojos hacia Poniente, donde urge más la
necesidad cristiana. O tra vez el misionero tenso ante
el deseo de abarcar todos los horizontes...

Don José Luis Carreño ha levantado en el pueblecito navarro de Alzuza el Hog&r del Misionero. Es
algo así como un nuevo nido de sueños misioneros
para descanso de los veteranos, para preparación de
las vocaciones adultas. I>esde allí parece repetirnos
de nuevo la vieja canción: «¿Quién se viene conmi­
go?» Incansable, éste Don José Luis. Incansable como
su libro. Probad a cogerlo, que no se os caerá de las
manos. Y eso que son unas pocas páginas. Unas po­
cas páginas que nos muestran la alucinación de un
mundo oriental, la locura de un puñado valiente de
misioneros. Y todo visto con unos ojos claros, pal­
pitantes de amor.
RAFAEL ALFARO

M£JOK...iyiSTAU VISTA!'
“Donde se demuestra lo dicho con algunos ejemplos”.
Ofrecemos a nuestros lectores unas estampas sacadas de
“Singladuras Indias”. Todas ellas llevan este título genérico
con que termina el capítulo. Pero dejémosle la palabra a don
José Luís.

• Antes de marcharse del todo, vuelvo a hurtaditas
a decir "ihasta luego!” a mis viejos camaradas que
descansan en nuestro bonito cementerio {"cementerio"
en el griego de los primeros cristianos quiere decir
"dormitorio” ), esperando la Resurrección.
Ahí queda el Padre Qeorge, polaco, que sufrió en
silencio la tortura de su artritis deformante, ofreciendo
sus dolores por nuestra misión. Siempre me impresio­
nó el hecho de que el principio de su inmolación mar­
có el principio del desarrollo de nuestra Obra. Le he­
mos puesto en su lápida la sentencia de San Pablo:
"Si con El sufrimos, es para ser glorificados con El” .
Ahí queda Andró, aguardando también él la Resu­
rrección para ponerme un palmo de narices aquel día:
"Escalabas las cimas con tus pies montaraces...
te amaban los humildes, te amaban los rapaces...”
Ahí queda el incomparable P. Pelip, esperando a que
la trompeta del ángel le venga a tocar unas sardanas
para desperezaría de su tranquilo sueño.
Ahí queda el veterano Monseñor Mora, que fue ad­
ministrador apostólico varias veces, que hablaba el ta­
mil como un pándit, y era bueno como unu bezzu di
bañe (“ un pedazo de pan” ... pero esta historia tan
bonita e^ demasiado larga para contarla en este cua­
derno).

10

Ahí queda el padre Mauri, el primer sacerdote sali­
do de nuestro seminario, y que por varios años Rector
del seminario indígena de Poonamallee. (Cuánto nos
reímos juntos!
Ahí queda el buen padre Ignatius, el primer saiesiano indio. Provenía de nuestra antigua misión de
Tanjore. De joven, le mandaron a hacer el noviciado
en Portugal (por aquello de que la diócesis debía su
origen al Padreado). Y allí le sorprendió la revolución
portuguesa. Y los anticlericales de la recién estrenada
república, al veiie tan alto y tan moreno, le pusieron
en ia mano una bandera republicana y le obligaron a
encabezar como señero la procesión de clérigos y frai­
les gloriosamente derrotados por las fuerzas de la de­
mocracia. Pero cuando se enteraron de que el clérigo
Ignatius era, como indio, nada menos que súbdito de
Su Majestad Británica, es decir, del Emperador de la
nación que era la más antigua aliada de Portugal ¡allá
fue el pedir mii perdones y el ofrecer mil disculpas y
el comprarle un billete de tercera, y el ponerle de pa­
titas en la frontera española, para que pudiera ir li­
bremente a completar su noviciado en Italia!
El buen padre Ignatius, desde el punto de vista clí­
nico, murió de puro viejo, rodeado del afecto de sus
tataranietos espirituales, los aspirantes salesianos.

Y allí queda también... mi querido padre Ricardo,
mi compañero de fatigas durante casi ocho años. Tra­
bajábamos juntos, rezábamos juntos (cuando ios dos
decíamos el breviario por la tarde, debajo de un árbol,
los mosquitos se cebaban en él, y a mí me dejaban en
paz jvaya usted a saber por qué!) y peleábamos jun­
tos de cuando en cuando. Pero nos queríamos como
hermanos.
Yo le inicié en los secretos de la motocicleta. Sólo
que él era hipersensitivamente nervioso; y apenas se
echaba en moto a la carretera, y venirse un carro de
bueyes en dirección contraria, a 500 metros de distan­
cia, empezaba a decir: “ jQue le pego!, ¡que le pego!,
¡que le pego!” ...
Y ¡vaya si le pegaba! ¡Irremisiblemente y contunden­
temente! El pobre hombre, contuso, pálido y trémulo,
subía a la primera tartana o carro de bueyes que se
le terciara, y se volvía a la misión jurando que no
subía más en moto ni aunque fuera para escapar del
Diluvio Universal.
Yo mandaba a un picahilo seminarista-mecánico a
recoger el artefacto o lo que quedara de él, hacia la
milla 130 (contando desde Madrás, claro; que más allá
nunca llegaba incólume nuestro motociclista, y nos­
otros estábamos en la 140), y el piloto de salvamento
volvía, generalmente en segunda, con la vista hacía
delante, como es lógico, pero con el manillar virado
hacia la cuneta la cuneta en un ángulo de unos 90
grados: ¡tan fenomenal había sido el zambombazo!
— Bueno, Ricardo ¡ya está bien! — le dije un día— .
Hay que acabar con estas autosugestiones, o motosugestiones, que sean. Recuerda la regla de oro para
ser un buen motociclista: “ Un buen desayuno, un buen
Angele Deí!” , y decirse con toda seriedad: “ ¡No le
pego!, no le pego!, ¡no le pego!”
Y, efectivamente, el padre Ricardo llegó a ser un
motociclista de fama.
Ahí queda Hugo, nuestro querido padre Tuena: pro­
bablemente la barba más fea y el alma más hermosa
que pasó por nuestra misión. Era maestro nacional en
el Cantón Ticino, en Suiza, y lo dejó todo para venirse
a trabajar por Dios y por sus pobres. Era el único que
sabía tocar la cometa, y cuando yo le quería acom­
pañar a dúo, se escapaban hasta los monos de los
tamarindos.
Cuando salió para su primera misión, se tuvo que
marchar con sus botas de tenis, un billete de tercera
y unos cuantos annás para comprarse unas bananas
en el camino (el viaje duraba dos días). Y ¡gracias!,
que no había para más lujos.
Cuando ya sacerdote, le encargué de una misión
muy pobre, con un orfanato de unos 200 chiquillos a
su cargo, me dijo él:
— ¿Y de dónde saco yo el dinero para llevar eso
adelante?
— ¿Cómo? — le dije yo— . Allá está Suiza, tu pa­
tria, que es un mar virgen, donde ningún propagandis­
ta ha echado las redes todavía. Confía en Dios, y ¡ade­
lante!
Aquel hombre de Dios obtuvo para las misiones unas
sumas imponentes. Puso en píe edificios de millones
de rupias, donde actualmente se bendice su nombre
y el de su hermano, que era párroco en Saint Morítz
y le ayudó con pingües limosnas. Era el hombre bue­
no, bueno, bueno; amigo de los pobres y de los hu­
mildes; y manso como un corderino.
• No puedo alejarme de esta tumba sin evocar la
figura de otro misionero que no duerme aquí, ya que
se fue a morir a Italia. Pero esto era la suyo. Se lla­
maba Serafín y lo era por su bondad. Serafín Coíombo

tocaba muy bien el violín como la guitarra, y formaba,
con Hugo el trompeta, y conmigo el acordeonista, el
“trío romántico” . Hugo tenía una voz de barítono pre­
ciosa, y a veces dejaba la trompeta para cantar un
Líeder en alemán, que nosotros le acompañábamos.
Otras veces era Serafín el que entonaba una canción
napolitana, y entonces nosotros le coreábamos. Una de
las tonadillas que habían aprendido todos era la que
acababa con el estribillo romántico de “ La giovinezza
non toma plú’’.
El caso es que Serafín se volvió a Italia después de
la guerra, y allí trabajaba en nuestra parroquia de Ma­
rina di Pisa. Y una noche, muy tarde, le llamaron a
asistir a un moribundo. Sabiendo Serafín que a aquel
pobre enfermo le costaba aceptar la muerte, se llevó
consigo la guitarra para endulzarle la Unción Extrema
y animarle al gran paso. Es bonito salir una noche
llevándose una guitarra a la bandolera y la teca de la
Santísima Eucaristía colgada del cuello al mismo tiem­
po. Se fue a pie. Pero no volvió. A la mañana siguien­
te encontraron su cadáver en la cuneta, cubierto de
escarcha, con la guitarra destrozada al lado. ¿Le ha­
bía atropellado un camión? ¿O había caído antes des­
vanecido? Era el primer día de la novena de la Purí­
sima: 29 de noviembre de 1956.
Del trío aquel me he quedado yo solo. Y sin ganas
de pulsar acordeones. Ellos dos saben ya a estas ho­
ras si es verdad o mentira aquello de que “ La giovinezza non toma piú” . ¡Vaya que si vuelvel Por lo me­
nos las serenatas aquellas de la juventud tienen que
volver.

4:
Vámonos ya, que no pertenecemos a la eternidad
todavía, sino al torbellino del tiempo. No sé por qué
me zumba en el alma al marcharme el viejo canto
“ ¡Adiós muchachos, compañeros de mi vida!” Pero
¿es que hay mejor palabra que un “ adiós” para los
que creemos en la Resurrección? Aunque... tal vez
fuera mejor "¡Hasta la vista!"

LAS JORNADAS
PEDAGOGICAS
DE
SANLUGAR

>

ra u C A O Q R
s e IN ^ R A

: H !IQK ROSCO

Durante los días 24, 25 y 26 del pasado enero se celebraron en Sanlúcar
la Mayor (Sevilla) tres jornadas de estudio y reflexión sobre el Sistema
Preventivo.
Organizadas por una comisión de Salesianos, Salesianas y Cooperado­
res, han participado unos 130 educadores religiosos y segiares.
MIRANDO A DON BOSCO,
HOY
Don Miguel Aragón, el delegado
de Pastoral de Adultos de la Ins­
pectoría de Córdoba, es un hom­
bre tenaz. Lo que se propone quie­
re llevarlo a la práctica y para
ello mueve y remueve, se insinúa
sutilmente, vence y convence, lo
que equivale a salirse con las su­
yas. Así ha organizado estas jor­
nadas pedagógicas de estudio y re­
flexión sobre el Sistema Preventi­
vo. Ha reunido a una comisión de
Salesianos, Hijas de María Auxilia­
dora y Cooperadores y, en equipo,
ha programado esta asamblea de
educadores realizada en Sanlúcar
durante los días 24, 25 y 26 del
pasado enero.
Estas jornadas comenzaron ya
en 1974. Un grupo de Cooperado­
res, maestros de nuestrr colegios
de Andalucía y Extrei.. dura, se
reunieron en Sevilla para dialogar
sobre temas educativos. Allí pro­
pusieron celebrar anualmente unos
días de reflexión alrededor de la
fiesta de Don Bosco. Y así se creó
una especie de compromiso que.
con el tiempo, puede hacerse una
hermosa tradición. Y es que los
herederos de la Pedagogía de Don
Bosco han tomado conciencia de
12

la necesidad de reflexionar sobre
ella personal y comunitariamente.
Este año se reunieron en San­
lúcar unos 130 educadores de la
Familia Salesiana. Religiosos y se­
glares. En un ambiente de frater­
nidad y de comunicación.
En Sanlúcar por estas fechas
madruga la primavera. Inmejorable
marco para la reflexión. Con la
presencia del Inspector Provincial
de Sevilla, se comenzaron las Jor­
nadas. Don Miguel Aragón subra­
yó la idea dominante al inicio de
las mismas: «Mirar a Don Bosco
hoy. Su ideario pedagógico y su
acción educativa es escuela per­
manente para el educador salesiano». Pero especificó: «Mirar a Don
Bosco, no para mantener posturas
inmovilístas y anacrónicas. Sino,
mirar a Don Bosco hoy para ins­
pirar en él nuestra conducta de
educadores, como expresa el lema
de nuestras Jornadas: «EL EDU­
CADOR QUE SE INSPIRA EN
DON BOSCO». Mirar a Don Bos­
co hoy, para llenarse de esa ten­
sión apostólica, de esa caridad
apasionada y juvenil que mantenía
en vilo toda su existencia».

UN PROGRAMA DENSO
Las Jornadas tenían un apreta­
do programa de reuniones. Desde

la concelebración de la mañana se
creaba un clima de espiritualidad
y de fraternidad. Dirigían los te­
mas, con su competencia y pro­
fundidad, especialistas salesianos
en Pedagogía.
Don Miguel Gutiérrez, Licencia­
do en Pedagogía, director del Co­
legio Mayor «San Juan Bosco de
Sevilla», expuso el primer tema:
«Reflexiones y principios básicos
sobre la educación a la luz del
Sistema Preventivo». Siguió la se­
gunda reflexión dirigida por don
Andrés Sopeña, doctor en Peda­
gogía y profesor de la Universi­
dad Pontificia de Salamanca: «La
razón, guía constante del educa­
dor en el Sistema Preventivo: sus
componentes y su profundización
a la luz de la Pedagogía Liberado­
ra». El mismo don Andrés Sopeña
dirigió otras dos sesiones de estu­
dio sobre: «El amor, principio ani­
mador del Sistema Preventivo; sus
componentes y su profundización
a la luz de la psicología contem­
poránea» y «El ambiente como
factor primordial en la educación
salesiana».
Don Leopoldo García, profesor
de la Escuela Universitaria de la
Iglesia para el Profesorado de
E. G. B., de Córdoba, expusp: «La
religión, primera componente del
Sistema Preventivo: sus puntos

EL EDUCADOR QUE CE INSPIRA EN DON BOSCO"
claves y su profundización a la
luz de la teología actual».
Finalmente, el último día, don
Francisco Ríu, profesor de la E. U.
de la Iglesia para el Profesorado
de E. G. B. de Barcelona, trató so­
bre: <E1 asistente salesiano y la
figura del tu to r en la nueva Ley
de Educación».
Naturalmente que estas refle­
xiones no quedaron exclusivamen­
te en el terreno de la especulación.
El programa especificaba «Las Jor­
nadas no quieren quedarse en la
pura abstracción, intentan aplicar
la pedagogía de Don Bosco a los
jóvenes de hoy». Por consiguiente
«Los participantes están invitados
a presentar experiencias educati­
vas interesantes realizadas por
ellos y relacionadas con el tema
de las Jomadas».
Y así fue, porque las reuniones
tanto por grupos como en asam­
bleas plenarias cobraron vida con
las aportaciones personales de los
educadores allí reunidos.

fórum dirigido por José Agustín
Hernández C. S. Las Jom adas ter­
minaron con la concelebración
eucarística, presidida por el Ins­
pector Provincial de Sevilla y con
la comida de hermandad.
Las Jom adas han sido sumamen­
te interesantes, no sólo por los te­
mas tratados, sino también por
las convivencias y las comunica­
ciones de los educadores partici­
pantes, por la competencia de los
profesores y el espíritu de servicio
de todos. He aquí algunas de las
conclusiones:
«Esta convivencia de la Comu­
nidad Educativa Salesiana ha sido
interesante, práctica y positiva. Se
propone realizarla periódicamente
(una o dos veces al año...)». «Para
estimular la constante sensibiliza­
ción pedagógica de la Comunidad
Educativa, se propone la realiza­
ción de contactos entre el profe­
sorado de los Colegios Salesianos
de la misma ciudad y también en­
tre el profesorado de los colegios
de las localidades cercanas...»

INTERESANTE
CONVIVENCIA

ALGUNOS TESTIMONIOS

En uno de los días se proyectó
la película «Forja de hombres»,
después de la cual hubo un cine­

Como conclusión, he aquí el tes­
timonio de las impresiones reci­
bidas en estas reuniones de San-

lucar: don Francisco Ríu dijo: «He
quedado gratísimamente impresio­
nado del tono, del nivel y del es­
tilo de las Jom adas. El encontrar­
se uno con jóvenes ilusionados,
porque la mayor parte sois jóve­
nes, muy jóvenes, más que yo, que
todavía me considero joven gra­
cias a Dios, ilusionados por la edu­
cación con estilo salesiano, y esto
es de verdad para mí un estímulo.
La escuela, es cierto, está atrave­
sando una profunda crisis; pero,
sinceramente, con educadores ilu­
sionados como los que hemos es­
tado aquí encontrados en estos
días, no tenemos miedo a ningún
tipo de crisis. Con educadores así
podemos mirar al futuro con op­
timismo».
Y don Andrés Sopeña manifestó
su satisfacción por esta experien­
cia nueva de ver a profesores y
educadores salesianos y seglares
en la común tarea de estudiar a
«Don Bosco».
Como una de las conclusiones
era la de celebrar periódicamente
estas jomadas, la despedida fue
sencillamente «hasta la próxima».
R. A.

SAr4LUCAR LA MAYOR: Grupo de educadores de la Familia Salesiana que participaron en las Jomadas pe­
dagógicas.

13

NOVICIOS SALESIANOS
EN LA VENDIMIA RIOJANA
una experiencia interesante de los novicios vascos

COMENZO NUESTRA EXPERIENCIA como
vendimiadores el día 17-X, en el que 21 novicios
más don Manuel nos distribuimos así: en la Puebla
de Labarca, en tres grupos, para otros tantos patro­
nes, que nos ofrecían comida y cama. Tres novicios
y don Jesús Burgos comenzaron a trabajar en la fá­
brica de AGE.
Aproximadamente seis días después, acabado el
trabajo, fuimos contratados y divididos en dos gru­
pos. En esta ocasión la comida la llevábamos nos­
otros acabamos la labor entera el día 25. Entre los
días 24 y 2-XI seis novicios siguieron vendimian­
do en Navaridas, en condiciones parecidas a las
primeras.
Fruto de una puesta en común que tuvo lugar
el día 6'XI, ofrecemos a la Inspectoría el juicio
que nos merece este singular acontecimiento que
hemos vivido.
Dadas las variadas condiciones en que nos he­
mos desenvuelto, los datos que presentamos a con­
tinuación tienen valor de generalización.
Como aspectos positivos más interesantes cabe
resaltar el trabajo y la convivencia con los patro­
nes y gente del pueblo.
Nuestra convivencia con la gente del pueblo y,
sobre todo, con las familias que nos contrataron,
se desarrolló un clima de gran naturalidad y sen­
cillez. Notamos una franqueza extraordinaria en
las conversaciones, que incluso versaban sobre te­
mas profundos. Nos impresionó su afán de ense­
ñarnos todo lo suyo (bodegas, ...) y colmaron de
atenciones de todo tipo. Constatamos su espíritu
de sacrificio y trabajo y, a veces, de comprensión
ante nuestra inexperiencia. Fue interesante el dar­
14

nos cuenta del ambiente de unión y familiaridad
que reina en el pueblo. También vimos el gran
respeto que por la figura del sacerdote tienen y
que se muestra en detalles, como el del cuidado
del vocabulario.
La gran confianza existente entre las familias
de los patrones y nosotros fue mutua. Dispusimos
de las casas y compartimos sus alimentos, al me­
nos durante el mayor tiempo que duró la vendi­
mia. Creemos, sin vanidades por nuestra parte,
que, quizá también nuestra formación y condición
de novicios, pero sobre todo nuestra alegría conta­
giosa y nuestras ansias de trabajo y disponibilidad,
incluso ante las inclemencias del tiempo, hicieron
que se volcaran en atenciones sobre nosotros. Nos
parece que les impresionó vivamente el hecho de
que acabáramos la labor antes de lo previsto y
nuestra perseverancia en el trabajo, pues algunos
patrones se quedaron sin obreros en dos días.
Los que estuvimos trabajando los primeros días
en la fábrica de AGE fuimos atendidos con exqui­
sitez por los directivos (nos ofrecieron su comedor,
facilidad para algunas tramitaciones, algunos rega­
los, ayuda en el trabajo...), y con gran disponibi­
lidad (ofrecimiento de los mejores vinos...), y ayu­
da por parte de ios obreros. Había gran confianza
mutua y muy buena disposición entre patrones obreros - nosotros. Hemos observado que el tra­
bajo, en casos concretos, hace que las personas,
aún jóvenes, tomen serias responsabilidades y adop­
ten posturas muy nobles.
Convivimos con un joven antiguo alumno salesiano, que recordaba “sus tiempos” y buscaba con­
versar con nosotros sobre temas profundos e inte­
resantes.

También hubo algunos aspectos negativos que
comentamos a continuación.
Al principio se vio claramente nuestra inexpe­
riencia en el trabajo. Nos parece que, a veces, nos
impusieron ritmos agotadores de trabajo indirec­
tamente.
Algunos días nos vimos muy acosados por el
desaliento.
En cuanto a la piedad, nos parece que, aunque
faltaron prácticas como la meditación y el oficio de
las horas, sin embargo, teniendo en cuenta las es­
peciales características de la situación de trabajo
que vivíamos, son suficientes y positivas, en gene­
ral, el serio cumplimiento del deber, el ofrecimien­
to de obras y el acordarse en algún momento del
Señor.

Formulada la interesante pregunta de si consi­
derábamos positiva esta experiencia en el Novicia­
do o suponía una ruptura o fuga del Noviciado,
respondimos afirmando su carácter formativo y po­
sitivo, teniendo en cuenta una mejora en la piedad.
Consideramos que nos abría a nuevas situacio­
nes espoleantes para nosotros.
Creemos que esta experiencia ha sido interesan­
te, pero pequeña y muy pulida, en el sentido de
que nos encontramos con una situación favorable
y anormal, según anteriores experiencias de traba­
jo de algún miembro de esta comunidad.
Hemos llegado a atisbar la dureza de la vida del
campesino.
LOS NOVICIOS

25 AÑOS EN TBASVAAL: Los Saiesíanos, acompañados por e( Obispo auxiliar de Yo>
hannesburgo, han celebrado el aniversario junto con los alumnos. Pero, lo que son las
leyes de la disi^nmnación racial, los niños blancos estaban separados de tos negros.
El racismo todavía es una ley.
Sin embaigo, en la escuela de Don Bosco se enseña que todos los hombres somos
hermanos.
El Obispo auxiliar. Monseñor Buthelezi (en la foto, ai lado del director del colegio) es
el primer obispo de color en Africa del Sw.

15

JESUCI
Foto: José Luis Mena.

EL
EVANGELIO
EN
LAS
TABLAS
De repente, Jesús ha Irrum­
pido en nuestras ciudades
hasta convertirse en un per­
sonaje de cine y de tea­
tro. Nos hemos dado cuenta
todos. Ahí está la película
musical “Jesucristo Superestar” y la obra de teatro:
“Godspell". Nada, que Jesús
estaba demasiado taciturno
en los altares de nuestras
16

KISTO H O Y

iglesias, entre flores y olor a ve­
las, cuando lo suyo es la palabra.
El mismo es la Palabra con ma­
yúscula.
Y ahí lo tenemos en la pantalla
grande y en las tablas.
Creo que, desde las Catacumbas,
es una historia repetida todos los
siglos. Jesús, de una manera o de
otra, siempre estará de moda. Hoy
los «detentes» están en franca de­
cadencia. Pegan más los «póster».
Pero creo que Jesús está en el co­
razón de todos los cristianos. Este
sí que es el mejor tablado para
que su voz resuene de verdad...
«¡Jesucristo ayer, hoy y siem­
pre!» Cuando San Pablo dijo esta
frase lapidaria y profética no ten­
dría ni remota la idea de que Je­
sús sería también, con el tiempo,
un personaje del cine y del teatro.
Desde luego, no le extrañaría tan­
to verlo como un líder de hlppies
o de jóvenes senadores y rebeldes,
inconformistas con este ordenada­
mente desordenado mundo...

EL EVANGELIO
EN LAS TABLAS

SI NO OS HACEIS
COMO NIÑOS...
He aquí algunas muestras de es­
ta irrupción de Jesús en nuestro
mundo:
• El musical «Godspell», repre­
sentado en las principales ciuda­
des del Occidente y, ahora, en Ma­
drid, siempre con éxito clamoroso
por parte de jóvenes y grandes.
El Evangelio en las tablas no es
sólo mensaje, sino también espec­
táculo.
• La película «Jesucristo Superestar», exhibida también en el
Vaticano ante el Papa y los obis­
pos sinodales. Hoy, por fin, en Es­
paña, con su polémica, por supues­
to.
• Jesucristo en la prensa. Tam­
bién se asoma a los periódicos co­
mo una Persona inquietante e in­
quieta de nuestra actualidad. Ahí
está el éxito de esos cuadernos so­
bre Jesucristo, figura imprescindi­
ble en nuestra cultura, en nuestra
historia, en nuestra sociedad, en
nuestra literatura, en nuestras a r­
tes...
• En California —transcribo de
una revista—, las Bandas de Jesús
reagrupan a más de quinientos mil
convertidos que renuncian a la
droga y a la vida sexual desorde­
nada y su slogan es: «Jesús te
amo».
• No hace mucho, llegó a mis
manos el póster de los jóvenes de

18

Foto: José Luis Mena.

la ciudad de San Francisco. Decía;
«Se busca a Jesucristo alfas el Me­
sías. Jefe de un movimiento de li­
beración clandestina. Perseguido
por los siguientes crímenes: ejer­
cicio ilegal de la medicina, fabri­
cación de vino, distribución de ví­
veres sin patente. Con la pre­
tensión de hacer a los hombres
hijos de Dios. Aspecto, tipo de
hippy: cabellos largos, barbas, tú­
nica, sandalias... Tened cuidado:
este hombre es muy peligroso.
Quiere cambiar a los hombres y
pretende liberarlos».

• Taizé, otro fenómeno de
nuestra época, es un imán para
todos los jóvenes del mundo sin
distinción de razas ni de naciona­
lidades. Ni siquiera discriminación
religiosa. Cristo resucitado es un
impulso para la lucha y la contem­
plación, para cambiar el mundo,
para hacer de la vida una fiesta.
• En Francia, en Holanda, Ita­
lia, Austria, listados Unidos; en
España... crece el movimiento de
«Los Niños de Dios». He tenido la
oportunidad de charlar con ellos,

JE SU C R IST O

de oír sus canciones. La vida de
Jesús los lanza a vivir como niños,
como los pájaros del cielo, a no
tener miedo a perderlo todo para
ganarlo todo, con la mayor ale­
gría.
Y es que cuando los jóvenes
que no tienen nada y que, por
consiguiente no tienen nada que
perder, tampoco tienen miedo al
riesgo, a la aventura, al sueño.
Francisco de Asís, como Jesús. Es
la única manera de estar expues­
tos también a ganarlo todo. ¡Ay,
nos atan demasiadas cosas a este
mundo para no tener miedo a los
cambios...!
Pero, si no os hacéis como ni­
ños...

GODSPELL, UNA FIESTA
Godspell es sencillamente una
representación alegre y desenfa­
dada de algunos textos de San
Mateo. Una fiesta del Evangelio.
Se estrenó en 1971 en un peque­
ño teatro de Nueva York. Su autor
es Juan Miguel Tebelak —veinti­
trés años cuando la hizo— y la
música de Esteban Schwartz, dos
jóvenes estudiantes norteam erica­
nos. En España la han traducido
y adaptado al Castellano José Luis
Martín Descalzo y José María Fe­
rnán.
• En pocas palabras, podría de­
cirse que Godspell participa de la
danza, de la zarzuela por sus par­
tes cantables, de la mínuca, de la
expresión corporal, del circo —sus
artistas son payasos muy cuerdos
por cierto—, del cuadro plástico,
del drama, de la tragedia, de la
comedia, de la participación del
público...
un verdadero com­
pendio del género teatral. De ahí
su riqueza expresiva, su dinamismo
y su complicación. De ahí su difí­
cil sencillez.
• Para penetrar la obra es ne­
cesario verla con una buena dosis
de sentido del humor.
muy di­
fícil que la entienda una sociedad
burguesa hecha a las comedias de
Benavente. Y con un sentido muy
desarrollado de la imaginación y
de la poesía. Como un niño que
fuera a ver un circo y gozara con
los payasos que se acercan a él
para comunicarle esas gruesas ver­
dades del Evangelio en lenguaje,
eso, infantil.
• Godspell es una fiesta alegre.
El Evangelio no es triste; pero es­
tamos acostumbrados a que nos lo
den en meditaciones graves, casi
vestido de negro. Godspell nos co­
munica esa trem enda alegría que
es cosa seria.
Y es que Jesús, el mismo de las
bienaventuranzas, nos da también
la capacidad de volver a sonreír,

Foto: José Luis Mena.

de renacer a la esperanza, de rein­
jertarnos en el amor, de expandir­
nos hacia los otios en la ntós hon­
da fraternidad.
Y todo con acción, un teatro en
continuo movimiento, sin dar tre­
gua a una emoción tras otra. Por­
que se estremecen y conmueven
hasta las fibras menos sensibles
de nuestro ser. Godspell crea un
mundo vivo, alucinante, lleno de
poderosa vitalidad.
Los actores, desde luego, deben
salir agotados. He hablado con
ellos y me lo han confesado.

• Como ejemplo de su fuerza
catequética. he aquí las palabras
pronunciadas por un joven tras el
espectáculo: «¡Ah, si me hubiesen
enseñado el Catecismo con esta
obra!»
*



*

Después de estas presentaciones
y representaciones, parece que es
el mismo Jesús quien, hoy, nos
repite su mensaje de gozo pasci^l:
«¡Alegraos todos! Bebamos el vino
nuevo de la dicha del Espíritu».
Sí, Jesucristo, ayer, hoy, siem­
pre.
ÍL A-

19

rrando, que fue durante muchos
años un infatigable misionero en
Assam (India), ha cumplido este
curso sus cuarenta años de epis­
copado en tierras de Thailandia. Su
patria de origen reconoce así sus
méritos.

ENCUENTRO JOVEN

MONUMENTO
A DON BOSCO
Cartago. (Costa Rica).—Nos lle­
gan noticias de la bella ciudad cos­
tarricense de Cartago, donde ade­
más de un floreciente aspirantado
salesiano, la obra de Don Bosco
cuenta con una profunda simpatía
y admiración desde los primeros
años de nuestro siglo. Reciente­
mente se ha inaugurado un monu­
mento a San Juan Bosco y a San­
to Domingo Savio. A 11 metros de
altura sobre el fondo de un ala ar­
quitectónica se yergue el grupo es­
cultórico de Don Bosco y Domingo
Savio. La estatua tiene un tamaño
de ocho metros y está realizada en
polyéster y fibra de vidrio. El es­
cultor, don Manuel ZCtñlga, es un
artista de gran fama en Costa Rica,
acostumbrado a esculpir la Imagen
del fundador de los Saleslanos, por
el que siente gran admiración.

RECONOCIMIENTO
A MONSEÑOR
FERRANDO
ANS.— Et pasado 13 de noviem­
bre se hizo pública la noticia: Por
decreto del Presidente de la Re­
pública de Italia se confirió al
obispo salesiano Monseñor Ferran­
do el título honorífico de "Gran
Oficial de la Orden al Mérito de la
República italiana". Monseñor Fe-

20

Rio Negro (Argentina).— El pasa­
do octubre se realizó un encuentro
juvenil en el Valle del Río Negro.
Unos setecientos cincuenta chicos
y chicas de las ciudades de la Patagonla: eran emigrados, nativos,
indios y "gringos", todos apiñados
en la más auténtica fraternidad.
Hubo momentos de reflexión y ora­
ción comunitaria y por grupos. Es­
tos jóvenes desempeñan una in­
tensa labor social al lado de diver­
sos salesianos dedicados al traba­
jo pastoral en las barriadas de las
ciudades de la Patagonla, crecidas
por ta inmigración y en tas que se
da la pobreza y la miseria. En este
“ Encuentro Joven” se ha pianificado la acción pastoral, ta evangelización, la catequesis, la promo­
ción social. Solemnidad especial
tuvo el acto cenitencial y ia con­
celebración final. Un nuevo estilo
de iglesia juvenil, instalada en tien­
das de campaña y en la explana­
da del campo.

¿QUE PIDEN
LOS JOVENES HOY?
ANS.— La revista salesiana de
México “Nuestro Tiempo" ha diri­
gido unas preguntas al cardenal
Silva. Una de ellas era ésta; “ Emi­
nencia, ¿qué es lo que piden hoy
los jóvenes?, ¿qué desean de la
Iglesia?"
"Diría que p i d e n dos cosas
— responde el cardenal— . Primera:
que nosotros seamos jóvenes. Y
segunda, que conozcamos sus va­
lores. Son dos cosas importantes.
Ser Jóvenes, es decir, amar las
cosas que amen los jóvenes, como
decía Don Bosco; presentarles las
cosas que les llaman atención;
ofrecer ideales vivos para lograr
que amen la vida que les present a m o s . No podemos presentar
ideales caducos o superados. De­
bemos ofrecerles la verdad eterna,
pero con un vestido nuevo. Para
ello debemos ser jóvenes, la Igle­
sia debe ser joven y adaptarse a
los tiempos actuales.
Pero también hemos de dar a
tos jóvenes otra cosa que nos pi­
den: la fortaleza y la prudencia

del hombre maduro. Hemos de
ofrecerles el ideal del hombre se­
guro, dueño de sí; del hombre que
sabe a donde va y sabe indicárse­
lo a ios demás.

INSPECTORES
SALESIANOS
CON EL MINISTRO
DE EDUCACION
Madrid.— Los siete Inspectores
Salesianos de España fueron cita­
dos por el Señor Ministro de Edu­
cación y Ciencia a una comida de
trabajo, en la planta segunda del
mismo Ministerio, el día 3 de fe­
brero. En último término el Señor
Ministro excusó su asistencia por
haber tenido una indisposición. En
su lugar asistieron el Secretario
Técnico del Ministro, don Jesús
Moneo; el Director General de Or­
denación Educativa, don José R.
Massaguer, y el Director General de
Extensión Educativa, don M<anuel
Arroyo Quiñones.
Hubo una conversación informal
a lo largo de toda la comida en
la que los diez tomaron parte ani­
mada. Se hizo un examen de la
política educativa del Ministerio y
de la seguida en nuestros Centros.
Todo ello apuntando a dos temas
principales: Posibles futuros Con­
ciertos, a nivel Inspectorial, y gran
interés para que se fomente la For­
mación Profesional.
Juntamente con ello, otros nu­
merosos temas surgidos en la con­
versación o directamente suscita­
dos por los Inspectores: posibili­
dad de formar Cooperativas de
Centros de B. U. P. antes las difi­
cultades que van a surgir. Banco
del Crédito a la Construcción de
nuevos Centros, problema de la
"plusvalía" con los Ayuntamientos,
subvenciones al F. P. L., etc... To­
do ello en un tono de agradable

camaradería que indica el interés
de este Equipo ministerial por co­
nocer la realidad del mundo do­
cente (seguirán reuniéndose con
otros Provinciales; pero fuimos los
primeros) en previsión de un ma­
yor acierto en la redacción de futu­
ros Decretos reguladores de la en­
señanza.
¡Por caridad, no tengamos nin­
guna reticencia, n o presentemos
una fe desvirtuada y débil! No se
debe apagar la mecha humeante ni
quebrar la caña cascada; pero ha
de tenerse fuerza y seguridad en
presentar a los jóvenes un ideal
que valga la pena, que los Impulse
a abrazarlo, a amarlo, a dar la vi­
da por él".

LOS DOS PRIMEROS
SACERDOTES
DE CEILAN
ANS.— El pasado 23 de diciem­
bre recibieron la ordenación sacer­
dotal en el Seminario Don Bosco
de Negombo dos salesianos de
Ceilán, los padres Manuel Janza y
Kingsley Perera. Son los dos pri­
meros salesianos d e Sri Lanka
(Ceilán) que han recibido el sacer­
docio. Con motivo de este gran
acontecimiento han sido sumamen­
te festejados por su comunidad.

LA ALDEA DE LA LUZ
ANS.—Los estudiantes de teolo­
gía de Bangaiore (India) están
cambiando las chozas del vecino
poblado por lindas casitas bien
construidas. La minúscula aldea,
ahora bautizada con el nombre de
Jyotinagar (VHIa-luz) estaba com­
puesta por unas cuantas chozas
con techos de paja, sin agua y sin
luz expuestas a la intemperie, en
las que hacían su triste vida unas
pobres familias de picapedreros.
La nueva legislación de la India
moderna ha abolido las castas. En
realidad no existen los parlas. Sin
embargo no han desaparecido los
pobres que, en la India los hay co­
mo en ninguna parte del mundo.
Uno de los teólogos logró apren­
der la lengua de aquellas gentes
y se dedicó a promocionar su vi­
vienda y su trabajo. Desde enton­
ces, los estudiantes, apenas tienen
un tiempo libre, acuden a la cons­
trucción de las nuevas casitas que,
una tras otra, van alzando su blan­
cura.
El pasado octubre hizo una es­
cala en Bangaiore don Viganó, el
Consejero General encargado del
personal en formación. Invitado a
bendecir las dos últimas casitas de
Jyotinagar, dirigió a los habitantes

BODAS DE ORO
SACERDO­
TALES
DE D. RICCERI
El no hablará de
ellas, y pensar
que trata de
tantos otros te­
mas cuando se
dirige a la Fa­
milia Saiesiana.
El Rector Ma­
yor, en el próxi­
mo mes de sep­
tiembre celebrih
rá su 50 aniver­
sario de ordena­
ción sacerdotal.
El lo callará pe­
ro nos toca ha­
blar a nosotros.
Apenas tenía 24
años aquel 19
de septiembre
de 1925, cuarKio
en San Grego­
rio de Catania
subió por pri­
mera v e z las
gradas dei altar.

unas palabras de aliento. El siste­
ma de comunicación fue tan com­
plicado como curioso: del italiano
a! inglés y del inglés al idioma
local...
Actualmente han surgido 16 ca­
sitas más un salón para reuniones
comunitarias. Este año esperan que
pueda llegarles la luz y el agua
corriente.
Los estudiantes tienen reuniones
periódicas con alguno de sus pro­
fesores para examinar los proble­
mas sociales de la zona y progra­
mar sus intervenciones.
Tras de Jyotinagar ya han diri­
gido sus ojos a otras dos aldeas
vecinas tan pobres como la prime­
ra. Y piensan también en su labor
constructora.
Don Viganó ha quedado profun­
damente impresionado por el com­
promiso de estos jóvenes saleslanos, tan solidarizados con su gen­
te y con los más pobres. Ya se ve
que no sólo estudian los gruesos
volúmenes en ios que se habla de
la caridad y la justicia, sino que
las ponen en piáctica.

HASTA SUEÑO
EN LENGUA KHASI
"Desde hace veinticinco años vi­
vo integrado en el pueblo Khasi.
Humanamente hablando es mucho
lo que he recibido de esta GENTE
MIA. Deseo ahora expresar las her­
mosas virtudes de este pueblo: su
fe religiosa monoteísta, su aversión
al robo, a la mentira, a las renci­
llas y enredos, su espíritu de per­
dón.
Todos e s t o s valores humanos
han sabido conquistarlos y defen­
derlos en medio de.las mayores di­
ficultades y de la pobreza.
¿Qué hago yo entre ellos? Les
ayudo, les sirvo. Que no tienen es­
cuelas ni dispensarlos, pues les
ayudo a levantarlos. Que no tienen
carreteras, cultivos, arrozales. Pues
entre todos nos ponemos a hacer­
los. Trabajo con ellos, como uno
de ellos.
Soy uno más entre ellos. Cada
día condividimos disgustos, ham­
bre, alegrías y dolores: ELLOS
SON MI PUEBLO.
Gracias a Dios sé su lengua per­
fectamente: la hablo, la escribo, la
pienso y... la sueño. Sí, YO ^ E ÑO EN KHASI.
(Declaraciones del misionero salesiano padre Jorge Vanni-Desideri
en el momento en que se le entre­
gaba el "Premio Ciudad de Floren­
cia", por su destacada labor en el
Assam, territorio de la India).

21

EL PAPA ME DIJO:
Sor Virginia recibió el crucifijo misionero de manos del
Santo Padre. “jQué emoción verse junto al Papa!”, nos
escribe desde Bolivia, ya en su actividad apostólica. Pero
leamos la hermosa carta, abierta para todos, para toda la
Familia...

Rvda. Madre Inspectora, queri­
dos todos;
No sé aún cómo seré capaz de
expresarme, pues todavía no estoy
repuesta de la emoción. Debí es­
cribir ayer, pero al intentarlo me
temblaba el pulso de tal manera
que no dominaba el bolígrafo. Por
eso lo hago con retraso.
Ha sido una gracia de Dios gran­
dísima, de los 600 misioneros que
tomábamos el crucifijo, a 10 se lo
entregaba el Papa, y sólamente
uno de cada congregación. Yo he
sido la elegida para representar al
Instituto, y además la primera en
recibirlo. ¿Comprendéis? Además,
nos había advertido el Monseñor
de ceremonias que no hablásemos;
sólo podíamos contestar en caso
de preguntar el Santo Padre, para
no cartsarlo. Y como fui la prime­
ra y no estaba cansado, pude de­

cirle en español para decir más y
más deprisa; «Hija de María Auxi­
liadora. —de España—. A Bolivia.
Bendición especial para...» El Pa­
pa me respondió personalmente:
«Porta: Luce, amore, gioia». (Lle­
va: luz, amor, alegría). ¡Bien com­
pleto! ¿eh? Se me agolpa todo en
la cabeza y no sé cómo continuar.
Acaba M. Lidia de enseñarme
una de las fotografías, y es ¡mara­
villosa!, ¡expresiva! Le he pedido
me hagan una para mis padres y
otra para vosotras. Disfrutad con­
migo y ayudadme a dar gracias a
Dios. Me gustaría también envia­
ros el librito de la ceremonia para
que os hagáis mejor la idea. No sé
cómo hacer, pues este bendito co­
rreo italiano... Ahora os cuento en
orden. Este primer desahogo es el
más importante. Creed que ni yo
misma lo creía. Aún me parece un
sueño.

BECAS PARA LAS VOCACIONES SALESIANAS
INSPECTORIA DE BARCELONA
Ueca «San Marcos». P rim era e n tre g a; T otal: 100.000 pts.

INSPECTORIA DE BILBAO
Ucea «D. Ramón Zabalo». Dña. A m alia Vda. de F ernd. Baracaldo. N. e. •
B.OOO. T otal; 70.000 pts.
Beca «D. R ufino Encinas» prom ovida por D ña. A m alia Vda. de Fernd.
1.» e.: 2.000 + N. e.: 1.000. T otal: S.OOO pts.
Beca «D. Gabriel Gobco». T otal; 100.000 pts.
Beca «Dña. E n riq u eta Levison». T otal: 100.000 pts.
Beca «MamA M argarita». L. Cañada. Pam plona. N. e,; 260. T .: 87.260 pts.

INSPECTORIA DE CORDOBA
Beca «D. B ernardo López Baenn». Córdoba. N. c.: 8.000. T otal: 86.000 pts.
Beca «M.9 A uxiliadora». A lcaudete (Ja én ). Dos n. e .: 20.000. T . : 40.000.
Beca «Virgen del Pino*. L as Palm as. N. e.: 2.000. T o tal: 16.800 pts.

INSPECTORIA DE LEON
Beca «Don Jo sé Snburido». Orense. P rim era en tre g a: 4.000 pts
Beca «María A uxiliadora*. A llarli. P rim era en tre g a; 25.000 pts.

INSPECTORIA DE MADRID
Boca «María A uxiliadora». Arch. L a BHpa. prim era e .: 1.886 pts
Beca «M. A. L.» N. c.: 3.000. T otal: 76.000 pts.

INSPECTORIA DE SEVILLA
Beca
Beca
Beca
Beca

«M aría A uxiliadora». Arch. Cédis. N, e.: 1.000. T otal; 79.000 pts
«D. M arcos Tognetti». N. e.: 10.000. T o ta l; 80.000 pts.
«D. F rancisco de la Hoa» N. e .: 10.000. T otal: 30.000 pts
«Juan SAnchei y Ana M aría Gonaále**. T o ta l; 100.000 pts.

INSPECTORIA DE VALENCIA
Beca «Juan Manuel». Doña Carm en Góm ei. Alcoy: 60.000 pts.

22

«SUORA, SUORA, ADAGIO»
Comienzo por el día 6, día gran­
de. Un autocar con 60 hermanas,
de las que 26 tomábamos el cru­
cifijo misionero. Nos acompañaba
Madre Lidia. 7 de al mañana. En
el trayecto repartieron las entra­
das pues cada grupo tenía un color
que facilitaba la colocación. Yo
entré por el centro. Un maestro de
ceremonias recibía y colocaba uno
a uno. Cuando yo llegué, varios
ocupaban los bancos de la izquier­
da, mientras la derecha estaba va­
cía. Enseñé mi tarjeta diciendo en
puro castellano y con énfasis: «¡no
me la rompa, no me la rompa!»,
porque les quitaban una esquina
como señal. Le hizo tanta gracia
que ni me la tocó ni me acompañó,
por lo que yo fui ai primer banco
que estaba libre. Así pues, quedé
la primera de la derecha. Iniciaba
la fila. El resto debía seguirme.
Antes de llegar el Papa, un mon­
señor nos dio las normas: levan­
tam os después de la homilía; es­
perar la oración de los fieles; es-

PORTA

cuchar la bendición de los cruci­
fijos; caminar despacio en fila de
dos; subir las gradas; hacer incli­
nación al Papa; arrodillarse la pa­
reja; besar el crucifijo; no hablar;
tomarlo y volver al sitio.
Llegado el momento, inicio la
fila acompañada del monseñor; y
mientras yo creía caminar despa­
cito y solemne, oigo que me dicen:
«Suora, suora, adagio». Paré y fre­
né el paso creyendo que lo hacía
bien, pero se ve que mis ansias
me hacían volar, y el monseñor me
agarró por la muñeca hasta las
gradas.
¡Qué emoción verse junto al Pa­
pa! Disfruté muchísimo. No perdí
el tiempo. Lancé mi discursito co­
mo os he dicho antes, tipo telegra­
ma para decir más, y no paré has­
ta terminar, a pesar de que el mon­
señor decía y repetía: cBasta, suo­
ra, basta». Y no me arrepiento.
Una vez en la vida, y no era yo,
era el Instituto el que en ese mo­
mento estaba ante el Vicario de
Cristo.

CON LAS EMOCIONES,
ME PERDI
Sé que muchas no lo creerán,
pero cuando os llegue la foto... di­
réis como Tomás. «Creo». En ella
va todo el agradecimiento a vues­
tro cariño, a vuestra generosidad...
Enseñádsela a las niñas. También
ellas disfrutarán...
Con las emociones, ¡me perdí!
Quiero decir que no sé dónde voy
contando... ¡Ah! Yo estaba sola en
el centro, y todo vallado. Pues me
perdí de verdad. No encontré el
autocar. Angustiada, me acerqué
a un guardia de tráfico para pedir­
le 50 liras... Y vi de lejos a otras
que corrían solas y desorientadas.
Las seguí y, por dicha, una de ellas
tenía dinero.
«Suor Virginia airiverá benché
sia a piedi», había dicho M. Lidia.
Aplausos, abrazos, besos a mi cru­
cifijo, que me lo colgué al cuello
en lugar del ordinario. No fui capaz de comer de tantas emociones.
Como estuvimos dos horas espe­

rando en el Vaticano y yo estaba
sólita, una a una vinisteis a mi
mente, aparte de teneros presen­
tes en el ofertorio, en la comunión
y en la bendición papal. ¡'De ve­
ras, eh!
¡Ah!, se me olvidaba deciros que,
como fui la primera, mi crucifijo
es el que presentó el Papa en la
asamblea, y el que besó él. Tam­
bién ésto es un detalle...
Por la noche, me invitó M. Ge­
neral a dar las buenas noches a
las Madres. Les conté toda mi emo­
ción, los apretones que di a la ma­
no del Papa mientras le hablaba,
mis palabras, las suyas..., etc. No
me olvidé de darles un consejito...
y las gracias por haberme elegido.
También di las buenas no­
ches a las Hermanas. Nos reí­
mos un poco porque las cuatro
les dijimos que no nos habíamos
perdido, sino que Pablo VI nos
había invitado a un «aperitivo».
Durante la tarde, la Hermana en­
cargada del Oratorio me invitó a
hablar a los padres, que tenían una
reunión. ¡Emocionante! Muchos ha­
bían visto la Tv. Todos me prome­
tieron rezar ellos y hacer rezar a
sus hijos por mí y por Bolivia. To­
dos me besaron el crucifijo. Que­
dé molida..., pero... no hay pala­
bras para describir mi alegría. Cla­
ro que no dormí. Podían mi cora­
zón y mi pensamiento al cansan­
cio. Ayer también fue terrible. Hoy
estoy ya más... ¡No sé cómo decir!
Tengo que dejarlo. No he escri­
to aún a mis padres. No sé lo que
me queda, pero seguro que quedan
muchos detalles sin saberse.
Recuerdo ahora:
Las de la India grabaron en ca­
ssette las buenas noches, y des­
pués me pidieron un saludo per­
sonal para su Inspectoría. La Ir­
landesa ha hecho lo mismo. Yo es­
toy avergonzadita y ruborizada.
Las postales que traía para tantas,
con la frase en español ha habi­
do que traducirla al chino, inglés,
francés, japonés, etc. Es muy gra­
cioso.
Y ahora sí que ¡hasta que recí­
ba la vuestra! a «Colegio María
Auxiliadora. Casilla 14. Montero,
Santa Cruz. Bolivia.
Abrazos, oración. Con cariño
para todas y cada una.
Sor Virginia

LUCE. AMORE. GIOIA.
23

?= l,
\'

7,

V

Pero, ¿cuál es la casa de
vuestro Dios? Los paganos
acribillaban a preguntas a
ios nuevos cristianos que se
avergonzaban de la "chabola
de su iglesia".
Ahora se sienten orgullo­
sos. Y cuando les hacen la
pregunta señalan con la ca­
beza bien alta su nuevo tem­
plo de 29 por 9 metros...

24

Esta es la historia agridulce de
una pequeña iglesia, alzada en un
rincón perdido de Thailandia, me­
cida al rumor de los cañaverales
azucareros...

Me sentía ya viejo y cansado.
El pelo blanco era símbolo del can­
sancio que me acosaba en cual­
quier trabajo que emprendía. Y
cuando menos me lo esperaba, me
llegó una carta en la que se me
comunicaba mi nuevo destino. En
nombre de Dios y de Don Bosco
tenía que ir a Hulíkrabok, una pe­
queña cristiandad perdida entre
campos de caña de azúcar.
¿Cómo ir allí? No había carrete­
ra alguna. La misión consistía en

dos simples habitaciones que ser­
vían de aulas, capilla para el Se­
ñor y habitación para el sacerdo­
te. Cada cosa tenía su turno.
Los alumnos eran numerosos,
como las familias de esta raza sia­
mesa. No sabía dónde meterlos. Y,
naturalmente, los paganos despre­
ciaban a los cristianos, pregun­
tándoles con ironía: «Pero, ¿dónde
vive vuestro Dios?». «Aquí», les
decían, indicándoles un aula reple­
ta de chiquillos.
Los cristianos quedaban mortifi­
cados al comparar su pobreza con
la grandiosidad de las pagodas. Un
día dije ai Señor: «Si Tú haces
que me lleguen los medios, yo te
levantaré una iglesia como se de­
be, dedicaré sólo para aulas esco-

'dónde vive vuestro
lares las dos habitaciones y... para
dormir yo siempre encontraré al­
gún rincón por ahí...»
Después, también me acordé de
que Santa Teresa de Lisieux es la
patrona de las Misiones. Y le dije;
«También te toca a tí echarme una
mano, si no, ¿qué clase de patrona
eres?»

“DIOS TIENE
QUE PERDONARME
MUCHOS PECADOS...”
Escribí a un amigo de Italia. Me
mandó una oferta generosa, pero
con ella no había ni para empezar.
Reuní a mis cristianos... su presen­
cia me partía el corazón: eran to­
dos tan pobres. Cuando les comu­
niqué mi proyecto y les dije las
primeras cifras, todos movieron la
cabeza para decirme claro y re­
dondo que eso era un sueño, que
desechara toda esperanza.
Se lo comuniqué al Obispo: tam ­
bién él movió la cabeza; «Querido
Padre —sonrió—. aquí no hay más
remedio que perder. Además del
dinero, usted se va a cargar con
una montaña de trabajo. ¿De dón­
de sacará sus fuerzas?»
Pasaron tres meses. Iba por una
calle, cuando de repente un desco­
nocido me echa el alto para de­
cirme a quemarropa:
—¿En qué quedamos? ¿Te deci­
des o no te decides a hacer esa
iglesia?
—No. No tengo ni un céntimo.
Ni siquiera el permiso del Obispo.
—¿Y si hubiera uno que se en­
cargara de hacértela?
—Eso sería otra cosa. Empeza­
ría ahora mismo.
Nuestra conversación acabó ahí,
sin precisar nada. Pero, diez días
más tarde, un señor que se encon­

traba a la puerta del hospital me
hizo señas para que me acercara.
Y sin más, me dijo de sopetón:
— «Ya sé que tienes necesidad de
una iglesia. Pero, sobre todo, sé
que Dios tiene que perdonarme
muchos pecados. Sí, yo me com­
prometo a hacértela para que pre­
diques allí ei Reino de Dios.
Sin duda que para ello necesita­
rás por lo menos cuatro cientos
mil bath (cerca de un millón de
pesetas). Yo te lo iré dando a pla­
zos. He aquí los primeros setenta
mil bath. Ya puedes empezar los
trabajos».

EL OBISPO
MIRÓ EL CHEQUE
CON ESCEPTICISMO
Me parecía ir soñando. Me fui
corriendo a los Salesianos de BangPong a contarles todo. No querían
creérselo. También fui al Obispo y
le enseñé el cheque. Lo miró es­
céptico y me compadeció:
—Querido padre, no deje que
le tomen el pelo. Creo que este
mismo señor ha prometido ya a
muchos misioneros construirles
una iglesia. Hasta la fecha no ha
cumplido su palabra. ¿No podría
ser éste un cheque sin fondos?
«Más vale que vaya antes a cer­
ciorarse».
En seguida fui al banco. Recuer­
do que por el camino le dirigí unas
frases a Santa Teresita: «¿No que­
rrás ahora gastarme una broma,
eh? Si es así, bien podrás ser la
patrona de todos los misioneros
que quieras, pero no de este po­
bre diablo que ha puesto en ti
toda su confianza».
Ya lo creo que tenía dinero en
el banco. Como que, uno tras otro,
me llenaron la bolsa de billetes de
verdad.

DIOS?
Volví a mis hermanos de BangPong aireando mi tesoro. Luego
me fui a la misión. Me puse a re­
picar la única campanilla que ha­
bía colgado del alero de la escue­
la. En seguida me vi rodeado de
gente. Les comuniqué la noticia.
Les invité a dar gracias al Señor
y a Santa Teresita...

SURGIO
COMO UN MILAGRO
Con la aprobación del Obispo se
comenzó a levantar la iglesia. Sur­
gían las paredes y se vió en pie
como un milagro. No sólo con el
dinero del biei^echor, que puntua­
lísimo nos enviaba sus cheques,
sino con la ayuda de todos. Mis
cristianos ofrecían su tiempo libre
y cada uno trabajaba según sus
posibilidades, como carpinteros,
electricistas, decoradores, alba­
ñiles...
Ahora, la casa de Dios está com­
pleta: tiene 29 x 9 metros. El pe­
queño órgano hace su ruido, muy
religioso desde luego. Hemos pues­
to hasta su viacrucis, una estatua
de la Inmaculada y otra de Santa
Teresita. Era una obligación, ¿no?
A la inauguración llegó el Nun­
cio Apostólico, acompañado de
tres obispos. Hicimos una pequeña
gran fiesta que llenó de entusias­
mo a nuestra comunidad cristiana.
Sí, ahora cuando los paganos
preguntan; «¿Dónde vive vuestro
Dios?», nuestros cristianos alzan
orgullosos la cabeza y señalan su
iglesia.
Allí se alza, blanca y hermosa,
al rumor del cañaveral. A su lado,
dos aulas pequeñas, insuficientes,
siempre llenas hasta reventar de
chiquillos...
DOMD^GO DELLA PERRERA,
Misionero salesiano

25

SALUDOS DESDE CAMPUR

Mujeres kekchies con los trajes típicos de los Indios de Carché, tejidos
por ellas mismas. Tienen colores vivos y alegres.

Para un extraño, una visita a Campur puede ser una experiencia insí­
pido. Aparte de la salvaje belleza de
las montañas —cadenas ininterrumpi­
das de enhiestos picos y hondanaefas
proíundas— puede que no encuentre
lo que los tópicos comunes y la fácil
propaganda ofrecen sobre la vida
"exótica" de los indígenas,
Campur es una finca de café situa­
da en el centro del extenso municipio
de Carchií, en Alta Verapaz. Hacia el
noroeste se encuentran diseminadas
numerosas aldeas de indígenas kekchíes. a quienes me toca atender pastoralmcnte.
Para nuestro imaginario visitante
llegar a San Pedro Carché será su
primero “desilusión”. No se encontró
una pintoresca aldea indígena, con
todos los elementos folklóricos que
esneraba, sino una floreciente villa que
ofrece buena parte de los servicios de
nuestra civilización.
El camino de San Pedro a Campur
será un poquitín más excitante. Ij»
carretera, estrecha y desigual, subirá
y bajará incansablemente, doblará sin
cesar a izquierda y derecha, siguiendo
el costado de cerras de piedra dura,
asomada con freaicncia a precipicios
inquietantes. La marcha serí lema y
los 50 kilómetros producen fatiga.
Sin previo aviso, el visitante se ha­
llará en Campur. Un mercado a am­
bos lados del camino, con negocios
desiguales y desordenados, unos cuan­
tos indígenas silenciosos que mirarán
al visitante sin expresar en su rostro
26

timidez o curiosidad por el recién
llegado, un ambiente de pobreza y
lentitud que casi se palpan.
Y si el visitante entra a la finca se
encontrará con los típicos elementos
de casi todas las fincas de Alta Verapaz: beneficio de café, oficina, tres o
cuatro casas para el personal adminis­
trativo, escuela, una pequeña iglesia,
la pila pública y unas cuantas casas
más de trabajadores de la finca.
Como novedad puede echar una mi­
rada al pequeño grupo de edificacio­
nes que los padres salesianos hacen
construir laboriosamente. Visto esto,
casi de un solo golpe de vista, las
novedades se agotaron. Y la monoto­
nía la romperá tan sólo algún vehículo
que pasa trabajoso por la difícil ca­
rretera.
Nuestro desilusionado excursionista
no encontró ríos majestuosos, selvas
vírgenes, animales tropicales o indíge­
nas con tatuajes misteriosos y mirada
desconfiada. IXxididamente Campur
no es un lugar turístico.
¿Esto es Campur? No. A Campur
no se le puede conocer en una visita
fugaz. Porque Campur, como cualquier
otra región indígena, interesa por la
gente. Y para conocer a la gente hav
que convivir con ella lo más posible.
Lo cual será tarea difícil. Porque al
menos los rudimentos del idioma kekchí deben conocerse para no quedar
marginados de su vida. Y aprender el
kekchí ya es en sí una aventura: ese
idioma nos proporcionará buenas sor­
presas y pronto empezará a nacer en

nuestro interior un maravillado respe­
to por esta lengua, complicada y ló­
gica flexible y tan sutil que no siem­
pre lograremos trasladar al español las
tenues gradaciones de sentido, que en
kekchí son abundantes.
Pero la sorpresa es mayor cuando
empezamos a asomarnos al alma in­
dígena. ¡Qué religiosidad más rica!
Se diría que la Biblia fue escrita para
ellos. Su don de captar el sentido de
la palabra de Dios es extraordinadio.
La facilidad con que les brota abun­
dante la oración, fluida y emotiva,
conmueve. Qué lejos nos hallamos de
la vergüenza, el tedio, la prisa, la ru­
tina de nuestras “civilizadas” manifes­
taciones religiosas.
Los descubrimientos continúan, pa­
ra agrado nuestro: fuerte sentido co­
munitario, sobriedad de vida rayana
en el ascetismo, hospitalidad espon­
tánea, cordialidad de trato, respeto a
niños y jóvenes, etc.
Entonces es cuando se adueña de
nosotros un respeto por esta raza ex­
plotada y marginada durante cuatro­
cientos años, víctima de innumerables
violencias, pero que ha sabido defen­
der su identidad y tradición con una te­
nacidad que es casi obstinación. Y nos
duele en el alma pensar qué fuerzas
terribles se ensañan contra esta sufri­
da gente, obligándola a vivir margi­
nada, cerrándole el paso a la libera­
ción plena.
Esto es Campur. O mejor, esto es
lo que he conocido de Campur. Por­
que apenas estoy asomándome a esta
cultura, tan milenaria y rica que me
tendrá reservadas muchas sorpresas
más.
HERIBERTO HERRERA
Misionero Salesiano
ESCUELITA
DEL HOGAR AMBULANTE

Otra de las iniciativas de Sor Mer­
cedes y de Sor Graciela ha sido que­
darse unos días en algunas aldeas pa­
ra enseñar costura y tejido a un gru­
po de muchachas deseosas de apren­
der algo más, que no sea sólo criar
hijos, hacer tortillas, y cuidar perros
y gallinas.
I^s Hermanas ayudadas por tres
muchachas indígenas han estado ya
varias veces en Chamil y en Muijá, y
desean ir extendiendo poco a poco el
campo de operaciones de esta "Escuelita del Hogar Ambulante".
Sor Graciela y Sor Mercedes son
siempre recibidas en las aldeas con
fiesta y regocijo por parte de los al­
deanos, porque ven en ellas el deseo
sincero de ajmdarlos.
En la promoción humana de los
Kekchíes hay ^ue industriarse; y es

lo que están haciendo las Hennanas
de la Caridad.
NOCHE BUENA
ENTRE LOS KEKCHIES

Con la esperiencia del año pasado,
también para estas Navidades invita­
mos a los indígenas de varias aldeas
para que vinieran con toda su fami­
lia a pasar con nosotros la Noche
Buena. Esta vez le tocó la suerte a
las aldeas de la zona atendida por el
dinámico padre Alfonso Friso.
Llegaron a nuestra residencia misio­
nera de Carchá no menos de 500
huéspedes Kekchíes. Había que mul­
tiplicarse p a r a atenderlos a todos;
afortunadamente ahora contábamos
también con la valiosísima ayuda de
las Hermanas de la Caridad.
El primer punto del programa con­
sistió en llevarlos a todos a la última
Posada, que saliendo del templo pa­
rroquial se dirigió hacia el Centro
Asistencial “María Auxiliadora” situa­
do en la colina Bella Vista; un reco­
rrido de kilómetro y medio, más o
menos. La noche era oscura; todos
llevaban en la mano una candela en­
cendida; la doble fila de la procesión
subiendo a la colina ofrecía un espec­
táculo maravilloso.
Al llegar al Centro Asistencial, sin
cantar a tonadilla tradicional para pe­
dir posada, sin más entraron a salu­
dar a las Hermanas de la Caridad,

que los estaban esperando con cuatro
canastos de pan y tres ollas de café.
Ya sea por el entusiasmo del mo­
mento, o por el gusto de hablar por
micrófono, varios expresaron su con­
tento y satisfacción por haber llegado
a conocer el Centro Asistencial “Ma­
ría Auxiliadora”.
De vuelta en la casa parroquial vie­
ron en película a colores las escenas
de la Anunciación y del Nacimiento
del Niño Dios en Belén. Todos se­
guían atentos la explicación en lengua
kekchí.
Hubo también canciones con gui­
tarra y acordeón, y unos diálogos muy
amenos que ofrecían algunas estam­
pas de la vida de los Kekchíes; nues­
tros huéspedes st desternillaban de
risa.
A media noche asistieron a la misa
del gallo. Bello sobremanera fue el
momento del Ofertorio: centenares de
indígenas se acercaron al altar trayen­
do mazorcas, huevos, huisquiles, ayo­
tes, naranjas y limones; los que no
tenían víveres, para no ser menos, de­
positaban en el altar alguna monedita.
Nadie quiso quedarse sin ofrecer algo
para los pobrecicos del Centro Asis­
tencial “María Auxiliadora”.
Al salir de la iglesia todos recibie­
ron un tamal y una taza de café.
Había que ver qué felices se sen­
tían. Pero más felices se sentían las
Hermanas de la Caridad y los salesianos viendo la alegría de. esos cristia­

Este niño de Is izquierda parece que nos mira con mal
humor; pero sólo está asustado por el fotógrafo. Claro,
como no ha salido el pajarito...

nos, pobres de bienes materiales, y
ricos en sencillez, generosidad y buen
corazón.
PRIMER FESTIVAL
DE MUSICA TIPICA

El 6 de enero. Día de Reyes, le to­
có actuar al entusiasta Padre Jorge.
Desde hacía dos meses venía él pre­
parando un Festival de música con los
instrumentos más corrientes entre los
indígenas de Alta Verapaz: el arpa y
el violín.
No se sabe cómo ni cuándo empe­
zaron los Kekchíes a tocar estos dos
instrumentos; el hecho es que los to­
can bien, y tienen un repertorio autóc­
tono con ritmos y melodías que son
muy del gusto de ellos.
La idea del Padre Jorge era obte­
ner una gran concentración de aldea­
nos, y lo consiguió: se reunieron unos
seiscientos espectadores indígenas en
el teatro municipal de Carchá.
El concurso fue transmitido a con­
trol remoto por la Radio Norte de
Cobán, que además envió a su mejor
locutor en lengua Kekchí, el popular
Enrique Oxom, más conocido como
“Macar aj Calebal” (Macario el Cam­
pesino).
Por ser la primera vez, solamente
se presentaron cuatro conjuntos; pero
el Festival despertó interés, y fue se­
guido por varios centenares de espec­
tadores en el teatro municipal, y por
muchos oyentes de Radio Norte.

La niña que va a las espaldas de la madre sí que es
hosca. Pues, con esa cara no se van a enamorar de ti
muchos que digamos...

Cooperoelóti S k B Íe » ia n a

y

Jereet* Jjfmtdo

¡ISL O T E O E C A Ü I O A B
E

X

VX M A ü B E M ISE U IA
Vamos a hablar otra vez de Vyasarpadí. Pero va
a llegar la voz cantante un veterano misionero de la
India, don José Luis Carreflo, que para entretener
sus nostalgias acaba de publicar un libro, cuyo tí­
tulo basta: «Singladuras indias». En él dedica varias
páginas a la visita que el año pasado hizo al padre
Schlooz en las «Bienaventuranzas». Entresacamos de
sus páginas.
«Por lo que veo hemos llegado a la hora de la dis­
tribución de la leche. Contemplamos una cola enorme
de mujeres y niños, todos cacharro en mano, serpean­

do hacia las colosales calderas humeantes. ¡Otro islo­
te de caridad en medio de un mar de miseria!
—¿Para cuántos hay?
—Para los que vengan. Diariamente distribuimos
leche para 1.200 bebés y repartimos raciones a tres
mil personas.
Los chiquillos y las pobres mamás que no están en
cola se abalanzan a pedir la bendición a este su pa­
dre Schlooz, hoy de barba plateada. Los que ya han
recibido la ración se sientan por el suelo en corros
alegres y clamorosos y la van devorando con fruición.
Se charla y se ríe, olvidados de su miseria; y hasta
los varios perritos que merodean de corro en corro,
mueven la cola contagiados de la hilaridad general.
¡Dios mío!, ¡qué barata sería la felicidad, si qui­
siéramos!
Ahora vamos a ver metódicamente qué es lo que
hay en esa hilera semicircular que ciñe este campo,
y que se presenta como un rosario de misterios gozosos-dolorosos.
Y lo primero que encontramos es la créche: unos
70 bebés atendidos en esta guardería, mientras las
madres van a trabajar por ahí. Una chica holandesa,
voluntaria de la caridad, está cambiando de ropa a
un bebé moreno.
Otro «pabellón»; una cantidad de tullidos en sillas
de ruedas trabajando de caldereros, de cesteros, de
carpinteros. Mientras trabajan se olvidan de su des­
gracia. Ganan unos cuartos. Y lo que fabrican nos
sirve para este campamento.
Otro «pabellón». La primera chica holandesa que
encontramos antes está ahora inspeccionando imo
por uno a una fila de muchachos, que van saliendo
con un cacharro de aluminio en las manos.

Las manos juntas a la altura de la cara es el saludo
amigo en la India. Este escapado a la muerte os sa­
luda a todos porque todos ayudáis al padre Schlooz
que a su vez les ayuda a ellos. Estamos en la “posa­
da de los moribundos’', de Vyasarpadí, asi llamada por­
que llegan a ella justo para recibir la única muestra
de atención y de amor antes de morir.

—¿Quienes s<m?
—^Los hijos de ios leprosos. La colonia de leprosos,
parte moral de estas «Bienaventuranzas», está a unos
seis kilómetros de aquí. Pero sus hijos —que nacen
sanos, claro— los tenemos aquí para educarlos.
—Pero ¿a qué escuela van?
—¿No la ve enfrente? Es parte del «establecimien­
to». Habrá unas 800 criaturas.
La holandesita sigue inspeccionando a sus pupilos,
uno por imo; lós alisa el pelo, los arregla el vestido,
los despide y ¡hala!, ¡a la escuela!... con la cazoleta
en ristre, claro está. Aquí la funcionalidad se impone.
Al siguiente «pabellón» el padre Schlooz lo llama
el «pabellón Mamá Margarita», con el nombre de la'
madre de Don Bosco. ¡Qué calderas para el rancho!
De 300 litros cada una. Aquí se cae dentro un chi­
quillo curioso, y se ahoga sin remedio.
—¿Arroz?
— guisantes. No sabe lo que Ies gustan los gui­
santes.
—¿Cuánto g a s t a
Schlooz.

en esto?, pregunto al padre

—E ntre medicinas y doctores (porque a los docto­
res hay que pagarlos) se me van unas mil rupias
(unas 58.000 pesetas) al mes.
Ahora llegamos a la sección que podíamos llamar
de las «Desesperanzas». No es éste todavía el mis­
terio de la muerte, pero es su umbral. Cuando entra­
mos, unas monjitas indias están limpiando la sala
y espolvoreándola con DDT y preparando las casas
de hierro, regalo de Pablo VI.
—¿Para quiénes son?
—Para pobres seres desechados por la sociedad,
para pobres viejas demacradas y lacias, selladas ya
para la muerte, que están o tendidas en sus lechos
o se mueven con pasos vacilantes, ayudándose la una
a la otra.
En la sección de hombres están repartiendo ropa
limpia: ropa limpia y olorosa para estos andrajos hu­
manos. Pasamos al lado de un pobre ciego, sordo,
mudo, paralítico... Ni el sol de la India puede poner
un ciiispazo en esos ojos en blanco; ni el calor de la
India anim ar esos miembros. Menos mal que hay
otras luces y otros calores. En esta sección pasan de
cien los viejos y paralíticos.»
*

*

*

En el próximo BOLETIN seguiremos visitando con
don José Carreño esta isla de misericordia, que re­
cibe vuestra caridad y en la que el nombre de los
Cooperadores españoles es bendecido.

DONATIVOS RECIBIDOS
durante fines de Enero y Febrero
C ristina López, Jo sé García. Angela H ernández. Concep­
ción Miró, P atricia. Jo sé y L olt, A lberto Rom ero, Pedro
Ram írez. C atalina B arba, M ercedes Casas, A frica García,
Celedonia M artin, Antonio O rtega. R afael López. L ibrada
Casado, Soledad Meglas, Dolores Dom ínguez. Sabino Bengu rla, Jo sé B elard, R afael Morán, M aría A ndresa, Nieves
Pichez. C. Alonso. B lanca Oz. M aría de Pablo. M ercedes
P lan as. Ju a n a L lauradó. M aría T anganelli, Conchita H er­
nández. Carm en H u ertas. Ju lio Blanco, A tanasio R odríguez,
Cooperadores Alcoy, A ntonia G a rd a, A rchicofradla Paseo
de E x trem ad u ra. A lejandro Mesonero, José G a rd a, M aría
Faraco. U rbano ReQuejo, Jo sé L . E spaña, Jo sé Lacomba,
Sres. de Cruz, A ntolin M ata. P ila r Boxó, Jo aq u in a Tolrá,
E lvira Vilaplana, M aría L u isa A ristegui, M anuel A rias, Con­
cha Crem ades, D olores M aldonado, J u lia C arpintero, P a u li­
no G utiérrez, M. M oraleda, E m é rita Izquierdo, Rosarlo
BouIIón, D ora Molinero, M aría Nieves del Rey, V iuda de
H onorino G a rd a. Ildefonso G a rd a, R aúl Bonnin, Condesa
Quijano, V alentín N avarro. R ufina M oradillas, Azucena B árcena, A gustina Elspino, Antonio Sánchez, Dionisio Pérez,
Sra. de Olivera. G uillerm ina Iglesias. M aría Angeles Danís, M aría Dolores Pérez, D aniel S antaolaria, L eonardo
Alonso, V ictoria Jim énez, M aría T eresa L orente, H erm inia
Gimeno, S antiago R odríguez. P rad o Pascual, E nrique Ne­
vado. J . L . Polo. R em edios M arqués. Moisés R eina, R am i­
ro Arm esto, P ila r Sánchez. A gustina E steb an , L eonisa M ar­
tínez. Ju a n F a rrán . Felisa Iglesias, E lena Gómez, M aría
Diez A legría, Jo sé M aría Conde. H erm enegildo Cacho, Ma­
nuel León, Ju a n Pérez. M aría L astra , Ana H ernizo, J u a n
Morán. M aría P az H ernández, F rancisco Díaz, Jo sé A. Maz arrasa, Isab el Millán. M aría Casas. Jo sefa Gómez, María
P az Simón, Severo Díaz. A rchicofradla M aría A uxlliadoraT alavera, S res. P ortillo . Camilo P o rta , Jo s é M aría Silva,
Angeles Domínguez, T eresa M arqués. Daniel Diez, F ra n ­
cisca G a rd a. M aría V .t H ernández, F e m an d o Aguado, Cel­
so Fernández. T eda Delgado, J u a n a Franco, Socorro Ma­
dero, H a ría C oncepdón Gómez, Carm en Ros. Jo sé P . de
F ru to s. M aximiano Díaz. G abriel Colinas. M aría B urguete,
M aría P az E nrile. M aría del Carm en H erranz. M ercedes
Alonso. Angel A rm elles. S res. de Alonso. M aríola Gómez,
M aría D olores Ecave, C lem entina de Vega. E lena F e rn á n ­
dez. E uniciano Muñoz, Cariaco Gallejones, D olores Bolaflos.
A urora L alnez, M aría P az M artín. Jo s é F ariñ a, Antonio
O reja. M. A. Vives, F élix Córdoba, Fam . P ard o López, Con­
c ep d ó n B arba. Jo sefa Cisneros, Consuelo T o rren t, Jo sé L.
Blanco. E . O chrens. Carm en H idalgo, M aría O lariaga. Sil­
vestre Valor. S rtas. R úa. V irtudes N avarro, Jo sefin a Díaz,
V alentina P erea. A niano Fontaneda, M aría P rie to . M aría
T eresa Díaz. R afael López, Carm en Calleja. M aría y Adora d ó n Aledón. E lisa Mraitava. J u a n ita B arraca, M aría del
P ila r M artínez. Ire n e M artínez, Isid ro M artí. Isab el Moríano. M odesto Vázquez. P ila r T orrens, Ram ón Alzam ora, J o ­
sefina de Amunategud. B ern ard a G arcés, D esam parados T reñor. Je sú s L lena. Ju a n Cízneros, Jo s é L . López, Ram ón Ló­
pez. Palom a S errano. F e m an d o Amado, Benigno R odríguez.
B ern ard in a González. Cooperadores Allariz.

29

DON
JUAN
ZARAGÜETA
En la madrugada del domingo 22 de diciembre pa­
sado, se extinguía dulcemente en San Sebastián y en
el abrazo del Señor la vida admirable y fecunda del
anciano sacerdote don Juan Zaragüeta Bengoechea,
próximo a cumplir sus noventa y dos años de edad.
Nacido en Orlo (Guipúzcoa), donde su padre ejer­
cía de médico, la familia se trasladó a San Sebastián,
en cuyo colegio de Santa María estudió el Bachille­
rato, Ingresando después en el Seminario de Vitoria.
Se doctoró en Teología en el Seminario Pontificio de
Zaragoza, y se licenció en Derecho en la Universidad
cesaraugustana. Pasó después a la Universidad de Lovaina (Bélgica), donde se doctoró en Filosofía, siendo
uno de los discípulos del Cardenal Mercier, de quien
fue alumno muy apreciado y de cuya sabiduría reco­
gió una de las Ideas que seria una constante en su
obra docente: el dinamismo de la Fllosofia. Su gran
preocupación iba a ser ésa: buscar fórmulas contem­
poráneas y válidas para el hombre de hoy.
De las manos del Cardenal Mercier recibió la orde­
nación sacerdotal. Una- mente tan cultivada le llevó a
ocupar diversos puestos en la Rectoría del Seminario
de Madrid, a la Cátedra en la Universidad Central, y
luego de Psicología Racional. Fue secretario perpetuo
de la Academia de Ciencias Políticas y Mórales; Di­
rector del Instituto Luís Vives del Consejo Superior de

30

'V
- -

\

Investigaciones Científicas; Presidente de la Sociedad
Española y de la Sociedad del Progreso de las Cien­
cias, etc.

TRABAJADOR IMPENITENTE
Fruto de su dedicación total al estudio y al trabajo
intelectual es el monumento del saber que nos ha le­
gado, como son sus 80 obras filosóficas, 27 socioló­
gicas, 20 pedagógicas y 19 religiosas. Total. 146 vo­
lúmenes. Desde aquella introducción general de Filo­
sofía, escrita a ia temprana edad de diecisiete años,
el cambio intelectual de Juan Zaragüeta fue un cons­
tante avanzar hasta asentarse en esa autoridad cien­
tífica indiscutible, con su presencia esclarecedora en
muchos congresos filosóficos, tanto nacionales como
internacionales. Su renombre ha alcanzado aires inter­
nacionales.
Su vida de sacerdote y pensador fue serena, de en­
trega a los demás, afanosa de divulgar su ciencia, por
lo que se hizo colaborador asiduo en los periódicos,
especialmente en ABC.

FERVIENTE AMIGO DE LA OBRA SALESIANA
Hace tres años, recibió por unanimidad el Premio
Nacional de Periodismo, por su obra: “ Cuarenta años
de periodismo’’, que recoge una parte de sus artículos.
Aún después de jubilado, dictó lecciones a cuantos
licenciados en Filosofía deseaban doctorarse. Para ello,
organizó cursos monográficos seguidos con creciente
Interés.
Su ambición, que E>ios le concedió con creces, era
la de llegar a tos noventa años en la docencia. Y asi
culminó su último curso con la asistencia de 103 alum­
nos. Después se retiró definitivamente a su casa de
San Sebastián. Pero no dio tregua a la poderosa acti­
vidad de su pluma y de su sabiduría. Hasta el final
de sus días dictó su último libro: “ Criteriología” que
se halla actualmente en edición.
Deja asimismo una pléyade de ilustres discípulos,
entre los que recordamos a Zubiri y Julián Marías.
Su villa natal de Orio le ha consagrado varios hono­
res, entre ellos, ha dado su nombre a un Colegio Na­
cional de 16 unidades de E. G. B. y le ha otorgado el
título de Hijo predilecto.

FERVIENTE AMIGO
DE LA OBRA SALESIANA

LA CONGREGACION AGRADECIDA
Con gran fervor sacerdotal recibió los últimos sa­
cramentos, manteniéndose en constante escucha a la
voz del Padre para su tránsito final.
En los funerales celebrados, corpore Insepulto, en
la parroquia de San Vicente, presididos por el Señor
obispo, don Jacinto Argaya, concelebraron los Salesia­
nos, señor Inspector Provincial, don Salvador Bastarrica, don Francisco Alberdi y don Juan Manuel Beo­
bide.
El señor Obispo pronunció una sentida hornilla so­
bre la vida y ia obra de este sabio guipuzcoano, filó­
sofo universal.
También en su pueblo natal se le dedicaron solem­
nes funerales. La amplia nave de] templo se vio inun­
dada por el pueblo y por las autoridades. El señor
Alcalde de Orio depositó un ramo de flores blancas
ante el busto de don Juan Zaragüeta, levantado en el
jardincillo del grupo escolar que lleva su nombre.
Los Salesianos le quedan sumamente agradecidos
por el bien recibido. Y elevamos nuestra oración por
tan ilustre sabio y amigo tan sincero de la Congrega­
ción Salesiana.
JUAN MANUEL BEOBIDE

A nosotros, como salesianos, nos toca destacar en
la persona señera de tan gran maestro, su admiración
por San Juan Bosco.
iCuántas veces hemos oído de sus labios los cáli­
dos elogios a nuestro Fundador, a sus colegios de
educación obrera, a su pedagogíal Precisamente, uno
de sus últimos artículos en ABC fue el titulado “ Salesianismo".
Nos conoció en 1\1adrid, cerca de Cuatro Caminos,
donde tenía su chalet. Su primo, don Pedro Zaragüeta,
al no tener descendencia, le pidió qué obra social po­
dría hacer en favor de Guipúzcoa. El sabio maestro
le orientó hacia la Congregación Salesiana. Debido a
este consejo providencial, podemos considerar la flo­
reciente Obra Salesiana en la provincia donostiarra en
favor de la juventud obrera. Rentería, Umieta y la in­
minente obra de inchaurrondo.
Durante sus últimos meses de inactividad física, el
padre Beobide mantuvo constantes relaciones de amis­
tad y continuo contacto con el escritor. Le pedía noti­
cias de la marcha de las obras, especialmente de las
nuevas de Inchaurrondo, cuyos terrenos habían sido
adquiridos por su primo don Pedro para la Congrega­
ción por su consejo.

i

Don Juan Zaragüeta en compañía de su pdmo don Pedro Zaragüeta, en visita a ia “Ciudad Laboral Don Bos­
co" de Rentería-Pasajes. Los acompaña un g n ^ de
directores de diversos colegios. (Agosto, 1959).

31

Alcalá de Guadaira: Doy gracias
a -Maria Auxiliadora y a ios Már­
tires salesianos que me enseñaron
a amarla, por un gran beneficio re­
cibido después de acudir a ella con
toda confianza. Ofrezco una misa
en acción de gracias. Isabel Espirtoea.
Benavente (Zamora): Estaba muy
preocupada por la aparición de un
pequeño bulto y acudí a María Au­
xiliadora para que no fuera nada
peligroso. Consultado el médico, se
desvanecieron mis temores. Cumplo
mi promesa de enviar una limosna
y doy gracias por este favor que
hago público en este revista. María
M. Olivares.

nuestra
gratitud
a maría
auxiliadora

Valencia: En agradecimiento a
María Auxiliadora y a S. Juan Sos­
co y Doña Dorotea, envío una li­
mosna prometida. Una valenciana.
Barcelona-Sarriá: Doy gracias a
Maria Auxiliadora y envío una li­
mosna por una gracia pedida mu­
chas veces. Al fin puedo expresar
mi agradecimiento. P. B.
Azcoitia: Por gracias recibidas de
María Auxiliadora, San Juan Bosco
y Santo Domingo Savio, envío una
limosna para el Tercer Mundo. Mería Olariaga.
Aicoy: Doy gracias a María Auxi­
liadora por varios favores recibidos
y envío una iimosna para las Mi­
siones Salesianas, como prometí,
con el ruego de que continúe pro­
tegiéndonos. Teresa Pascual.
Guadalajara: Doy gracias a María
Auxiliadora por su protección en el
alumbramiento de mis dos hijos.
También agradezco su auxilio en
los momentos difíciles del atropello
de un sobrino mío, que ha queda­
do bien. Por todo envío una limos­
na. Una (fevota.
Peñafiel: Muy agradecida a Ma­
ria Auxiliadora, San Juan Bosco y
Santo Domingo Savio por un favor
recibido, envío una iimosna y lo
hago público en el Boletín Satesiano. Benedicta Gózalo Fraile.
Córdoba: Envío una limosna de
agradecim iento. Encomendé un
asunto de mi hijo y fui escuchada.
Una madre.

san juan
hosco

N. N.: Doy gracias a María Auxi­
liadora y a Santo Domingo Savio
por haber aprobado una persona
muy querida un examen. Al mismo
tiempo cumplo la promesa de en­
viar una iimosna para el Tercer
Mundo. María Dolores Pérez.
Barcelona: Envío una limosna pa­
ra el Tercer Mundo, en agradeci­
miento de múltiples favores recibi­
dos. en especial uno de casi im­

i2

posible solución favorable para mí.
M. A. Vives.
Barruecopardo: En agradecimien­
to a María Auxiliadora, San Juan
Bosco y Santo Domingo Savio, en­
vío un donativo para el Tercer Mundo, deseando se publique en el Bo­
letín Salesiano. Una agradecida.
La Guardia (Pontevedra): Agra­
dezco en el Boletín Salesiano los
múltiples favores recibidos de María
Auxiliadora, tanto yo como toda mi
familia. Una devota.
Córdoba: Teniendo a mi esposo
muy grave y los médicos daban
muy pocas esperanzas de salvarlo,
con el corazón afligido acudí a Ma­
ria Auxiliadora y creo haber sido
escuchada. Se trataba de una per­
foración de estómago a la edad de
74 años. Hoy se siente recuperado.
No hice ninguna promesa, pues yo
no pido nada a cambio, pues ella
sabe que yo, siempre que puedo,
mando para los que no tienen na­
da en esta vida y que ella tanto
ama.
Llena de agradecimiento, envío
un donativo para eí tercer mundo.
Aurora Lainez.

^

*

\

Málaga: Agradecida a María
Auxiliadora gracia extraordinaria re­
cibida, envío una iimosna. Teresa
Ruiz.
Granada: Envío un donativo de
agradecimiento a María Auxiliado­
ra y para el Tercer Mundo por ha­
ber salido con éxito de un proble­
ma difícil. Juan López.
Vlgo: Enviamos una limosna de
agradecimiento a María Auxiliadora
por un favor recibido. Armlnda Menéndez Palmeiro y José Luis González de Ramallosa.

*

Fuente Dueñas-Plasencia (Cáceres): Enviamos una limosna de
agradecimiento a Maria Auxiliadora
por favores recibidos, pero sobre
todo, por haber salido bien mi es­
poso de una operación de apéndice
que se complicaba. Publicamos la
gracia en el Boletín Salesiano que
recibimos todos los meses. PeÁo
Blázquez y Carmen García.
Orense: Envío una limosna para
misas y culto de María Auxiliadora
por verme fuera de peligro. En la
gravedad de una enfermedad recu­
rrí a ella con toda confianza. De­
seo se publique en el Boletín. Sara
Meire Suárez.
Burgos: Hoy cumplo mi promesa
de agradecer públicamente a Ma­
ría Auxiliadora la gracia de haber
salido bien de tres operaciones y
de otros favores que me ha conce­
dido en difíciles situaciones. Envío
una limosna. Benito García.

*

NOVEDADES CATEQÜETICAS
CUADERNOS DE PEDAGOGIA CATEQUISTICA
#
#
—Ediciones Don Sosco—
«Los cuadernos Edebé salimos a !a calle a pasear,
a desahogarnos, a charlar con la gente, a perder las
prisas, a interesarnos por la vida, a sacarle toda la sal
y pimienta gue tiene...»
Al precio de 50 pesetas ejemplar, pueden pedirse a:
Paseo San Juan Seseo. 62; Barcelona. 17. Hasta la fecha
van publicadas seis con tos siguientes títulos y autores:

3.

1.

4.— J. Milanesi:

— •L u c h a

y

c o n te m p la c ió n » .

Concilio de tos

jóvenes. Por J. Ballaz.
— m P e tró le o » . Jeques, reyes, presidentes, co­
roneles y malas compañías. Por Xavier Roig
y Xavier Batalla.

2.

r

Colección indispensable para los educadores de la fe.
Nueva orientación ante los problemas actuales de la
catequesis.
EN VENTA

3.— • U n a m á q u in a q u e h a c e •P o p » . Por J. MoyaAngeler.
4 .—• N o s o t r o s s o m o s e l fu tu r o » . Por J. Azcárate.

—•P a n

5.

y v in o p a ra u n a r e u n ió n d e h e rm a n o s » .

Por J. Aldazábal.
6.— T v.,

¿ in t e r lo c u t o r im p o s ib le ?

Por F. Revilla.

Hasta doce números.
PEDIDOS: Paseo San Juan Bosco. 62.
BARCELONA • 17.

OBRA VOCACIONAL
DE LOS COOPERADORES SALESIANOS
A fin de ayudar al sostenimiento de las voca­
ciones salesianas. los Cooperadores Salesianos
promueven la PIA OBRA DEL SAGRADO CORA­
ZON. instituida con la aprobación del Papa León
Xill por el propio San Juan Bosco. con dicha
finalidad.
La Pía Obra celebra todos los días perpetua­
mente en la basílica del Sagrado Corazón de
Roma. 6 misas a intención de cuantos se ins­
criben en ella.
INSCRIPCION:
1.— Puede inscribirse uno a sí mismo y a otras
personas, vivas o difuntas, por las que
quiere pedir o sufragar.
2.
— La inscripción, que es nominal, se efectúa
previa aportación, por una sola vez. de una
limosna equivalente al estipendio de una
misa en la propia diócesis.
3.—La inscripción se acredita con una cédula
en la que consta nombre y apellidos de la
persona inscrita, por lo que se ruega clari­
dad al enviar dichos datos.
Para la inscripción diríjase a:
Obra Vocacional Cooperadores Salesianos
Alcalá, 164.—MADRID - 28

1.

— E. Alberich:

O r ie n ta c io n e s

a c tu a le s

— E. Alberich:

2.

140 ptas.
S o c io lo g ía d e la r e lig ió n .

235 ptas.
5.— J. Milanesi — M. Aletti:

P s ic o lo g ía

d e la

275 ptas.

r e lig ió n .

6.— C. Bucciarelli:

R e a lid a d j u v e n il y C a te q u e ­
s is .
240 ptas.
d e los p r e a d o le s c e n te s .
230 ptas.
7.— U. Gianetto — R. Giannatelli: C a te q u e s is
d e lo s p r e a d o le s c e n te s .
230 ptas.
DE PROXIMA APARICION

8.— J. Negri:

la

N a tu ra le z a y e n fo q u e s d e u n a
m o d e rn a .
180 ptas.
Gevaert: A n t r o p o lo g ía y C a te q u e s is .

C a tc q u e s is

— J.

de

170 ptas.

C a te q u e s is .

P r o b le m a s

g e n e r a le s d e la

C a te ­

q u e s is .

9.— J. Dho:

P r in c ip io s d e P e d a g o g ía p a ra la C a ­
te q u e s is .

PEDIDOS; Central Catequística Salesiana.
Alcalá. 164.—MADRID - 28.

^DUCACIÓIi^ ^ARA

Y a han M ltd o cinco letnat (0 .1 .2 , 3 y 4) de esta colección
indispensable, moderna y audaz para una educación sexual
Integrada de los adolescentes, a nivel biológico, psicoló­
gico. socio-cultural y cristiano.
TEMA 0.— EL PROBLEMA: Planteamiento a través de
un hecho concreto (40 diapositivas).
TEMA 1.— EL MIEDO A LA LIBERTAD (Represión
sexual y apertura a una sana liberación). 120 diapo.
sitivas:

TEMA 2.—SEXUALIDAD Y AMOR (El aexo es una
realtdad integradora. creadora, dinámica, comunicativa
y trascendente). 00 diapositivas.

TEMA 3.— LOS DOS SEXOS (O'terencias anatómicas
y psccoiógicas entre el hombre y la m ujer). t 20 dia­
positivas.

4.— EL CUERPO. IN STRUM ENTO DE C O ­
M U N IC A C IO N (Anatomía y psicología sexual),
too diapositivas

tem a

TEMA 5.— HACIA

UNA

SEXUALIDAD

SANA

(Identificación sexual: desviaciones sexuales; elemen­
tos de una sana sexualidad) 80 di^tositívas
(Oe próxima aparrción).

TEMA 6.— DESARROLLO DEL IMPULSO SEXUAL
(Etapas; la infancia y la pubertad desde el punto de
vista fisiológico y p s ic o f^ íc o ).
(En preparación).
t e m a 7.— l a MADUREZ SEXUAL Y AFECTIVA
(Fundamento, etapas y rasgos de madurez).
(En preparación).

I.

LO S JO V E N E S
A N T E SI M IS M O S

DOCE TEMAS; Personalidad. Volun­
tad. Vocación. Sexualidad. Juventud
actual. Amistades. Chicos - Chicas.
Tiempo libre. Fe. Esperanza. Cari­
dad. Oración,

ES DON BOSCO
•UÍSTICA SALE&IANA ♦ MADRID

CEN TRAL

Doce diapositivas para cada tema.
144 diapositivas; 1.300 ptas.

II.

LO S JO V E N E S
AN TE EL M U N D O

DOCE TEMAS; Participación. Socie­
dad de consumo. Trabajo. Cuestión
social. Compromiso. Viviendas. Emi­
gración. Analfabetismo. Explosión
demográfica. Hambre. Guerra. Vio­
lencia.
Doce diapositivas para cada tema.
144 diapositivas; 1.300 ptas.

III.

LO S JO V E N E S
E N D IA L O G O

DOCE TEMAS; El diálogo, actitud
de vida. La familia. Conflictos fami­
liares. Autoridad y libertad. La pan­
dilla. El grupo de amigos. El grupo
apostólico. Profesión; estudiante. La
juventud trabajadora. El tiempo li­
bre. En lo sociedad de consumo.
Medios de comunicación social.
Doce diapositivas para cada tema.
144 diapositivas; 1.300 ptas.

UTILIZACION: Encuentros de Refle­
xión, Convivencias, Retiros, Ejerci­
dos y Jomadas de Espiritualidad.
Charlas formatlvas. Curso de Orien­
tación Universitaria.

PEDIDOS:

TEMAS
DE
JUVENTUD
D IA P O S m V A S

*

D IA P O S rn V S A S

-

D tA P O S m V A S

Central Catequística Salesiana
Alcalá. 164.—MADRID - 28.

IS M la C i^ c a T ih iii» ! -