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Medios

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REVISTA
DE LA FAMILIA
SALESIANA
JUNIO 1974

EL EMPOLLON
Queridos amigos:
No me extraña vuestro silencio porque, ya se sa­
be, al final de curso se quiere hacer muchas veces
lo que no se ha hecho en todo el año. ¿No sabéis el
cuento? Pues érase un estudiante de esos que estu­
dian mucho la manera de no estudiar. Durante el año
no abría un libro «pues para eso hay una semana an­
tes de los exámenes... > — decía— . Llegada la sema­
na de repaso, tampoco se molestaba excesivamente
en desempolvar las asignaturas: «Los que hemos es­
tudiado durante el curso — se escuchaba a sí misnno— no necesitamos estudiar estos días...». Total,
que se presentaba a los exámenes en blanco, cosa
que le proporcionaba unas vacaciones negras...
Ahora, con esto de las evaluaciones trimestrales,
es otro cantar. Pero vosotros hacéis bien en estudiar
(ya será menos), entre otras cosas, para mereceros
unas vacaciones llenas de agua y sol.
Juanito Bosco sí que era un «empollón» de estu­
diante. Claro que estaba dotado de una memoria pro­
digiosa, Oíd lo que nos cuenta él mismo en su auto­
biografía:
• Un día el profesor explicaba la vida de Agesilao,
escrita por Cornelio Nepote. Yo me había olvidado
el libro en casa. Para ocultar al maestro este olvido,
en lugar del libro, tenía abierta la gramática. Confor­
me el profesor iba explicando la traducción, yo pasa­
ba las hojas de la gramática con gran disimulo. Mis
compañeros se dieron cuenta. Entonces empezó uno
a reírse y después otro hasta que toda la ciase era
un desorden.
—¿Qué pasa? — preguntó el profesor—. ¿Oué su­
cede? ¡Decídmelo en seguida!
Como tenia sobre mí los ojos de todos, el profe­
sor me mandó que hiciera la construcción y que re­
pitiese las explicaciones. Me puse de pie y sin soltar
la gramática repetí el texto de memoria e hice la
construcción con todos los comentarios que había he­
cho el profesor. Cuando acabé, mis compañeros pro­
rrumpieron instintivamente en una voz de admiración
y me dieron un aplauso.

Sueno, después de todo, los suspensos te ayudan a no perder
la amistad con los libros...

El profesor enrojeció de cólera: era la primera vez
que se le indisciplinaban los alumnos. Me cfio un
coscorrón que yo esquivé agachando la cabeza. Los
mismos compañeros salieron a defenderme:
— Bosco —dijo uno— lo ha dicho todo de memo­
ria, pues no tenía delante el libro de traducción, sino
la gramática.
Quiso el profesor que continuase. Entonces le hi­
ce otros dos períodos. Del disgusto pasó al estupor
y al asombro. Luego me dijo: •Por esa tu memoria
tan feliz te perdono el olvido de hoy. Dichoso de ti.
Procura servirte de ella para hacer el bien».

Ya veis lo •empollón» que era Juanito Bosco. Me­
nuda memoria la suya. ¿eh. Mari? Nosotros la tene­
mos a veces para lo que nos conviene. •Dime de lo
que te olvidas y te diré quién eres», decía un psicó­
logo. Si. pero la memoria puede muy bien suplirse
con el esfuerzo y la atención, que es lo que hacéis
vosotros, ¿no es cierto?
Quizás, a lo mejor, quién sabe.... lo que se os ol­
vida es escribir a los amigos. Pero también eso se
perdona fácilmente, pues no es por falta de amistad.
Yo. en cambio, no os olvido. Os tfeseo mucho éxi­
to en vuestros exámenes y unas vocaciones llenas
del agua y d e l sol que antes os decia.

DON BOSCO
UNA PAGINA PARA LOS NIÑOS

Vuestro amigo.

Padre RAFAEL

Rsvista de la Obra da Don Bosco
AAo LXXXVIII • N.0 6 • Junio 1974
Director: RAFAEL ALFARO
Dirección, Redacción y Admón.:
Alcalá, 164
Teléfono 255 20 00
MADRID-28
Depósito Legal: M. 3.044-1955
(Con censura eclesiástica)
Imprime: Escuela Gráfica Saleslana
MadrId-AtocRa

EN ESTE NUMERO
La poderosa antena de
los jóvenes ................
1
Hablo a vosotros, jóve­
nes ...............................
2
El terror de la alegría.
4
Don Luis Podlesnik y sus
8
golfillos .......................
Don José González To­
rres, nuevo presidente
confederal de los Ex­
alumnos Salesíanos ... 11
Convivencia nacional de
Cooperadores jóvenes. 12
Pascua Juvenil en Sanlú c a r ............................. 15
Monseñor Bars se nos ha
«
Id o ................................. 19
Por el mundo salesiano. 20
“Este es el gallo de
Dios...” ....................... 22
Murió el Cardenal Trochta .............................. 26
Cooperación Saleslana y
Tercer Mundo .......... 28
Nuestra G ratitud............ 30
Fueron a la Casa del
Padre ........................... 32

LA PODEROSA ANTENA
DE LOS JOVENES
Las páginas de nuestra revista ofrecen este mes unas convi­
vencias cristianas de jóvenes de nuestro mundo salesiano. En di­
versos puntos de nuestra geografía se han aprovechado las vaca­
ciones de Semana Santa para preparar y celebrar la Pascua. En
Sanlúcar la Mayor (Sevilla) se concentraron alrededor de 2.000
jóvenes bajo el lema “Cristo resucitado, liberación de la juven­
tu d ”. Encuentros similares tuvieron lugar en Avilés, en Zuazo de
Cuartango (Alava), en Barcelona y en Madrid. La reunión de Ma­
drid fue de jóvenes de dieciséis a veinticinco años con el empeño
de estudiar el espíritu de Don Bosco para ser Salesianos Coopera­
dores, es decir, salesianos externos. Acudieron unos 80.
Esto nos da pie para una reflm ón bien sencilla que podría­
mos formular en varios puntos:
1-— ^Los jóvenes son una realidad de nuestro mundo. No po­
demos prescindir de ellos. Hay que tomarlos en cuenta como una
fuerza activa, no pasiva. Los jóvenes cristianos pueden ser una
corriente impetuosa y arrolladora de espíritu capaz de cambiar las
rutas del mundo y de la historia, si estuviera en sus manos.
2.
— ^Los jóvenes constituyen la razón de ser de los Salesianos,
del espíritu de Don Bosco. Ellos son el objetivo de nuestra mi­
sión. “La fuerza liberadora más potente es, sin duda alguna, la
confianza por parte de los adultos, especialmente de los padres y
los educadores, y la suerte de poder encontrar en ellos verdaderos
testimonios y guías que les enseñan los valores y, sobre todo, la
fe, con el ejemplo de la propia vida más que con las palabras*
(C.G.E.)
3.
— ^Pero, al mismo tiempo, los padres y educadores hemos
de mirar a los jóvenes. Ellos tienen una sensibilidad más aguda
para comprender el mundo en que viven. Quizás no sepan expre­
sarlo con mudia exactitud, pero lo intuyen mejor que los mayores.
Padres y educadores han de prestar gran atención a sus señales de
alerta que son valiosísimas para dar cauce evangélico a la natural
evolución de la vida.

NUESTRA PORTADA
Templo del Tibidabo de Bar­
celona. La imagen del Cora­
zón de Jesús se recorta en
el cielo de España. “No una
capilla, sino un gran tem­
plo...” La profecía de Don
Bosco se ha realizado.
Foto.— José Luis Mena.

4.
—^Es inmensa la satisfacción que proporciona una conviven­
cia en medio de esta juventud cristiana y comprometida. Sólo al
convivir con estos jóvenes en un clima de libertad nos damos
cuenta de la enorme capacidad que tienen para captar el Evan­
gelio y aceptar la persona de Cristo; su generosidad en el o>mpromiso cristiano. Su antena es poderosa. “Verdaderamente la
juventud es el lugar privilegiado del encuentro siempre dffíHl en­
tre la I^esia y el mundo, el punto más sensible* (C .G £.)
— 1

Hablo
a vosotros
jovenes
■ 0

UAMAMiENTO APREMIANTE

Jornada mía. Esto es. Jornada del
Pescador. Porque este es el primer as­
pecto real de la presente Jornada; se
cumple hoy, casi con visible realismo,
una Palabra, ima promesa de Jesucris­
to. Le dijo a Pedro y a Andrés, su
hermano, que, en calidad de pescado­
res, estaban tendiendo sus redes en
el lago de Galilea; y Jesús, caminando
por la orilla, los vio y les dijo: “Ve­
nid conmigo; os haré pescadores de
hombres". ¿Qué acento tendría aque­
lla voz? ¿Quién lo sabe? El hecho es
que los dos pescadores —{pensadlo
bien!— abandonaron las redes al mo­
mento, y se pusieron a seguir al ape­
nas conocido Maestro. Pocos pasos; y
la escena se repite con otros dos her­
manos, Santiago y Juan, hijos del Zebedeo; ellos también dejan sus redes,
dejando incluso a su padre, a la barca
y a los compañeros, y se van siguien­
do a Jesús.
Escena simbólica; escena profética.
¿Y no es maravilloso pensar que se re­
pita en mi situación actual? Imaginaos
al Papa, que traduce muy impenectamente el perfil de Jesús o la semblan­
za de Pedro; el cual, con todo, es el
sucesor de Pedro y el Vicario de aquel
mismo Cristo. Sólo que el Papa ik >
está sobre la orilla de un lago tran­
quilo, sino sobre la orilla de un río,
desbordado y vertiginoso: el río de la
historia, el río revuelto de la vida mo­
derna, en el que vosotros, jóvenes de

2



El Papa llama a todos los jóvenes del
mundo, en la jomada de las vocaciones.



Nunca mejor que este año de las voca­
ciones las audaces palabras del Santo Pa­
dre. Ofrecemos su mensaje casi íntegro a
nuestros lectores, conscientes de su im­
portancia.

guía, pide ayuda... ¿No advertís en
tal invocación el gemido de una espe­
ranza, seguido del lamento de la des­
ilusión, de la turbación, del sufrimien­
to, de la desesperación? ¿No sentís el
llanto de tantos niños infelices, de tan­
tos enfermos pobres desolados, de tantos*débiles oprimidos? ¿No reparáis
en el tímido y apremiante llamamiento
de quien no sabe a quien confiar algún
secreto personal delicado y doloroso?
¿Y no vais a prestar atención tam­
bién al clamor de quien trabaja, de
quien estudia, de quien se agita, y a
la postre no sabe por qué? El porqué
de la vida, ¿quién lo puede descubrir?
¿Quién puede decirle al hermano: “el
que me sigue, no camina en tinie­
blas”? ¿Quién puede consolar a la hu­
manidad de la vanidad de sus esfuer­
zos, del ridículo de si2S vanidades, de
la fugacidad de sus días? ¿Quién pue­
de conferir sentido y valor al saber
humano, quién purificar y afianzar el
amor, quién enseñar el verdadero se­
creto de la belleza, quién valorar lo
precioso de las lá^imas, quién abrir
OS LLAMA LA HUMANIDAD
la puerta de la posibilidad soñada de
Me preguntaréis: ¿escuchar qué co­ una vida sobrenatural?
Porque de estos interrogantes y de
sa? Es^c^ad en mi llamamiento, co­
mo primera invitación, la llamada de otros den, propuestos a la miseria y
la humanidad. Aquella llamada que a la sublimidad de la vida humana,
brota de la humanidad que toda^a se compone de sinfonía de la voca­
pide, que expresa sus exigencias más ción. Dios llflfTifl con la palabra de la
auténticas, y que por lo ccmrún las humanidad que aspira a la trascenexpresa sufnendo. Pide verdad, pide dente plenitud de su vida, que de
luz, pide amor, pide atención, pide otro nKxio sería fallida.

esta generación que irrumpe, sois arras­
trados por la exaltada violencia de
nuestro tiempo; en el que vosotros,
como todos, pescáis con sorpresa ex­
periencias inagotables, sean estupendas
o tremendas.
Yo llamo. Os llamo. Sé que es una
audacia la mía, quizá vana, quizá in­
oportuna; mas yo debo hacerme oír,
como Jesús: venid conmigo. Diré más:
la mía es una voz grave. Venir con­
migo comporta una donación extrema­
damente preciosa, la donación perso­
nal de vosotros mismos al Señor; com­
porta un sacrificio sin reservas. Pero
así es; debo ser sincero. Mi voz, que
quiere ser vocación para vosotros, es
penetrante, es exigente. Ahora me bas­
ta gritar ¿hay alguno que quiera ve­
nir? ¿Hay alguno que, en el estrépito
de las mil voces de nuestro mundo,
advierta y escuche la mía?
Pues bien, no rehuséis por lo me­
nos esta invitación: ¡intentad escu­
char!

¿Qiiién sabe escuchar este coro im­
plorante? Este es el primer momento
característico de la vocación moderna:
momento sociológico-religioso.
PEDID CONSEJO

Jóvenes, escuchad aún. Mas ahora
es menester escuchar otra voz amigA
y sabia. He aquí el segundo momento:
psicológico-religioso. Se hace necesario
el especialista; esto es, el maestro del
alma, el director espiritual, se hace
necesario el amigo experto en los se­
cretos de los corazones.
Hoy, por tanto, la Jornada de las
vocaciones se convierte en algo vues­
tro, jóvenes; y se convierte en Jorna­
da de la Iglesia; hablemos ahora de
la Iglesia-Maestra.
Vuestra, os lo digo, jóvenes, de quie­
nes y de cuantos sois capaces de cap­
tar el lenguaje de una vocación ex­
traordinaria, la de la donación total
de sí, al amor y al servicio de Cristo.
Se trata de percibir las señales más
nmteriosas del Espíritu. No es cosa
fádl. Es preciso estar iniciados en una
técnica (perdonadme el término) adi­
vinatoria; es preciso poseer la “discretio spirituum”, el discernimiento de la
fenomenología espiritual. Nos valdre­
mos de un término hoy de moda, adap­
tándolo al campo religioso, diciendo:
es preciso el psicoanalista del Evan­
gelio. Digamos más: es preciso im carisma de difídl solución, si la elección
del intérprete deseado recae sobre uha
persona sabia y santa, que ciertamente
no falta en la Iglesia de Dios.
VFfcj Y SIGUEME"

Pero ahora, si, la cuestión se hace
dramática, en el sentido de que la
voz que llama se duplica en un sen­
tido ajeno, externo, humano, y en tm
sonido personal, interno, inspirador.
¿Cuál prevalece? ¿Cuál es más autori­
zado? Es ésta la fase más decisiva pa­
ra alcanzar la certeza de la vocación,
de la que puede depender el destino
de una vida, como mil consecuencias
más. Se produce una tensión. Pero no
hay motivo para temer, por dos razo­
nes tranquilizadoras. La primera deri­
va de
experiencia característica en
esta aflictiva ambigüedad, que después
es sólo aparente, porque cuando la vo­
cación es auténtica las dos voces en
s^uida coinciden, y su armonía des­
encadena una certeza indecible. La otra
razón proviene del hecho de que la
llamada al sacerdocio se egresa en
definitiva mediante la voz responsable
y garantizadora de la Jerarquía y la
•mposidón de manos del Obispo.
Estamos en el campo pe¿onaI
de la libertad, comprometida en una
elección grande y responsable como
¿A mí? ¿Me llaman a mi?
Sí, a ti. ¿Y por qué no?

pocas, porque, rigurosamente hablan­
do, una vocación en sí misma no cons­
tituye obligación imperativa ni tampo­
co derecho opcional. El vínculo moral
nace de la sincera voluntad de un ideal
más alto y de un premio más grande:
“Si quieres ser p«fecto ve, vende lo
que tienes y dalo a los pobres, y ten­
drá un tesoro en el cielo; después ven
y sígueme”. Este es el tercer momento,
que se puede definir como: canónicoreligioso.
OBJECIONES A LA V0CAC:C:^

Mas la incertidumbre problemática
de las vocaciones, decidlo vosotros, jó­
venes, se manifiesta hoy no tanto en
estos momentos, cuanto en otros sec­
tores. Son tres estos sectores en
los que se manifiestan objeciones a la
vocación, tan fuertes, que ésta, aun
cuando sea hipotéticamente posible,
hoy fácilmente se agosta, como el gra­
no infecundo de la parábola.
¿Cuáles son estos sectores? El pri­
mero es específicamente religioso. La
objeción se formula con una pregunta
banal: ¿vale la pena? ¿Vale la pena
jugarse la propia existencia en una
forma de vida que la Iglesia presenta
como segura interpretadla de una fi­
delidad absoluta al s^uimiento de
Cristo? Y Cristo, ¿quién es para que
tenga que hacerle obladón incondidonada de mi vida? Esta objedón es tan
fuerte y compleja, que compromete to­
das las capaddades indagadoras, espe­
culativas y morales, necesarias para al­
canzar una certeza, una Verdad victo­
riosa. La cual, jóvenes, no es, sin em­
bargo, difícil de conseguir por vía de
estudio, de reflexión, de consejo, de
oración, y sobre todo, por vía de gra­
da. La vocadón es una grada. Por
su propia naturaleza supone y exige
que una Voz se haga oír, la Voz nada
menos que del Padre, por Cristo, en
el Esp^tu, la invitadón inefable:
¡Ven! Esta llamada es una grada que
entraña im poder de atraede^, de conviedón, de certeza. En el fimdo, no
se trata sino de verificarla y despiiés
de aceptarla generosamente.
¿Y cuál es el otro sector de objedones, de dificultades, de obstáculos,
que frecuentemente parecen paralizan­
tes e insuperables? Es el del ambien­
te sodal.

Antes este “respeto humano" no era
tan fuerte y abrumador. Hoy es quizá
el impedimento psicológico y práctico
más grave. Los jóvenes sienten que lo
fuera de moda, ridículo, inverosímil,
que es para ellos salir de la costumbre
común y profesar una vocación sacer­
dotal o religiosa sin compromisos mundanos, indecorosos para tales vocacio­
nes. Esta salida es un momento fuerte,
Una congoja para algunos. Mas es el
momento de mayor libertad, más amo­
roso, más generoso, que pueda cualifi­
car una vida; una vida cristiana. Y
es sólo un momento; un momento de
coraje personal.
Y entramos en el tercer sector: la
Iglesia; sí, la Iglesia en su prosaica
roldad humana, histórica, visible y
canónica. La Iglesia con su permanen­
te contracción: entre el ideal y la rea­
lidad; tanto más fastidiosa contradic­
ción cuanto más sublime, evangélico,
sagrado, divino, es afirmado el ideal,
en contraste con la realidad que se
presenta con frecuencia mezquina, es­
trecha, defectuosa, algunas veces hasta
egoísta y degenerada. ¡Pero es la Igle­
sia!, esa institución social que cada
uno, perteneciendo a ella, puede trans­
figurar, y que, por humana y ruin que
ral vez sea, es siempre “el signo c
instrumento” de nuestra salvación, es
siempre la dispensadora de los mis­
terios divinos; es la verdadera, es la
santa Madre Iglesia, a la que Cristo
amó y por la que derramó su san­
gre. ¡Es siempre digna de ser amada
y elegida por vosotros, jóvenes! Sí, os
pone la cruz sobre vuestras espaldas;
pero es la Cruz de Cristo, que espera
el Cirineo para asociarlo a soportar
su peso; es el drama heroico de la
gloria de Dios, de la salvación del
mundo, del incomparable honor, al
cual, jóvenes, estáis llamados.
a LÉ^ÍIIA

DEt. PAPA

Sabed, hijos y amigos, y vosotros,
jóvenes queridísimos, que el Papa que
os habla os mira con inmenso afecta,
con temorosa esperanza y con gran
alegría.
Y con esto os impartimos a todos
nuestra bendición apostólica.
En el Vaticano, 15 de febrero de
1974.
Fdo.: PABLO PP. VI

EL TERROR DE LA ALEGRIA
Para ser padre se necesita sen­
cillamente tener algún hijo, pero
para ser un buen padre, lo que
se dice un buen padre, se necesi­
tan muchas cosas, algunas de las
cuales he de reconocer humilde­
mente que me faltan. Ante esta
Imposibilidad de la realización ple­
na de mi paternidad me enfurezco,
porque después de haberlo tomado
tan en serio y leer y releer libros
de Pedagogía y Psicología llego
a la conclusión de que el caso
concreto de cada uno de mis hi­
jos no ha sido todavía soluciona­

do en ningún tratado, y tenemos
que ser nosotros, padres y madres,
los que lo solucionemos.
Por eso cuando yo había oído
decir tantas veces en el Colegio, y
ahora lo repasaba y recordaba co­
mo tarea de mi paternidad, que
es un principio educativo de suma
importancia cque el chico debe
estar contento; por consiguiente es
menester entretenerlo, distraerlo,
interesarlo...» pensaba que tenía
que ser verdad, pero ¡qué condi­
cionado estaba todo esto!

Imaginaba a mis hijos en mi ca­
sa con sus juegos, muy distintos,
por supuesto de lo que hubiera
querido mi mujer que fueran. Y
continuamente la eterna canción:
—Pero ¿vosotros creéis que un
piso es el cSantiago Bemabéu»?
—Ni lo imaginábamos, mamá. En
este momento creíamos estar en
el «Vicente Calderón», porque a
Carlos se le ha caído el balón a
la bañera y suponíamos fuera el
Manzanares.
—Ni «Santiago Bemabéu» n i
«Vicente Calderón», un piso no es

1

PAGINAS PARA TODA LA FAMILIA
“Es axioma educativo que el chico debe estar contento; por
consiguiente es menester entretenerlo, distraerlo e interesarlo.
Désele amplía libertad de saltar, correr, gritar y divertirse a su
gusto. La gimnasia, la música, la declamación, el teatro, los
paseos, son medios eficacísimos para obtener disciplina y co­
adyuvar a la moralidad y la salud.”
(Don Bosco)

para jugar al fútbol —decía mi
mujer en el colmo de la desespe­
ración.
Mis hijos, con más o menos ga­
nas se batían en retirada hacia la
cocina, que al momento convertían
en objetivo de sus saqueos.
—¿Encontraste el botín Luis?
—Si, atento, yo vigilaré. Lo tie­
nes en el armario de la derecha,
al fondo.
Y cuando Carlos comenzaba a
recoger el botín y a dar buena
cuenta de ello aparecía su madre.
—¿Quieres dejar ese chocolate?
Luego te pondrás malo.
—^Acabo de encontrar el mara­
villoso brebaje, Carlos, que nos
convertirá en seres invisibles.
Al tiempo que decía esto metía
el dedo en un bote de leche condensada, y ima mano, no precisa­
mente invisible, se lo arrebataba
sin ningún miramiento.
—Solamente se puede e s t a r
tranquila cuando estáis en el cole­
gio. Tú, Luis, a tu cuarto a estu­
diar, y tú, Carlos al salón. Y que
no os vea moveros. Siempre hay
que estar detrás de vosotros como
si fuerais niños pequeños. Dais
más lata que Natalia.
Después venía Isabel y me con­
taba todo.
—^Parecen unos crios, no se en­
tretienen niás que dando porrazos.
A los dos dias vamos a tener
una casa que no se va a poder
mirar. Aquí no sirve empapelar, ni
dar cera; ya se encargan ellos de
destrozarlo todo. No son tan pe­
queños para que se comporten así.
Me miró con poca paciencia.
—Me parece que no me estás
escuchando, Juan, los hijos son tan
tuyos como míos, y yo parezco el

juez que siempre tengo que estar
regañando.
—^Tenemos que dar gracias a
Dios de que los niños están con­
tentos y tengan ganas de jugar,
eso quiere decir que están sanos
por dentro y por fuera.
—^Y la que voy a enfermar por
dentro y por fuera soy yo... Des­
de ahora me voy a hacer tan tran­
quila como tú. Si rompen, que
rompan, se repone y ¡ya está!
¡Qué comodidad! no sé cómo no
estás más gordo.
—^Ya ves, hija, sin tanto es­
fuerzo como tú, me mantengo en
forma.
—No estoy para bromas, Juan.
—^Ya lo creo. Las dejaremos pa­
ra otro momento.
Un fuerte ruido nos hizo levan­
tarnos y dirigimos hacia el lugar
de donde había partido. Allí es­
taba Carlos en el suelo, en medio
de unas cuantas bombillas rotas y
la lámpara en medio de las pier­
nas. El espectáculo no podía ser
más cómico, en medio de la des­
gracia que suponía para mi bol­
sillo. Recordé a tiempo que mi mu­
jer no estaba p a r a bromas y
aguantando la risa ante la cara
de payaso que tenía mi hijo dije:
—^¿Se puede saber que estabas
haciendo ahora? Pero ¿te crees uno
de los mosqueteros para tenerte
que colgar de una lámpara?
Una sonora carcajada resonó a
mis espaldas. Era Luis.
—No te muevas, por favor —le
decía— voy a sacarte una foto que
sirva de publicidad a una casa de
lámparas.
No debió ocurrir nunca, pero...
ocurrió. Vi a Luis que en broma
trataba de sacarle una foto. Vi a

Carlos rodeado de cristales, cables,
la lámpara, sin poder articular pa­
labra. Vi la cara de mi mujer, im­
posible de describir, pero a simple
vista manifestaba que no estaba
para bromas, y... también yo solté
la carcajada. Debió ser tan poco
oportuna que hasta mis hijos me
miraron con extrañeza. La mirada
de Isabel cortó en seco los últi­
mos ecos de mi risa.
Carlos, intentando levantarse di­
jo a su madre:
—Perdona, mamá, te aseguro
que no estaba jugando...
—No, mi vida —le cortó Isa­
bel— lo importante es que tú es­
tés sano por dentro y por fuera...
Las explicaciones a tu padre que
es el que va a comprar la nueva
lámpara.
Déjame que te explique, mamá.
Traté de coger una mariposa y no
creí que la lámpara fuera tan en­
deble, entonces...
—Yo tampoco creí que tuvieras
tantas fuerzas...
—¡Caramba con el i>equefio sal­
tamontes! —seguía riendo Luis.
Yo sabía que aquello no podía
quedar así. Veía que estaba mal lo
que hacían, y que mí mujer se te­
nía que desesperar, pero compren­
día que todo era una manifesta­
ción de su propia alegría y que
todo para ellos consistía en una
diversión, polo negativo del fas­
tidio y del enojo. ¿Cómo conjugar­
lo? ¿Había que seguir repitiendo
siempre las mismas cosas? ¿Por
el contrario había que esperar pa­
cientemente a que pasara la edad
y que ese bendito juicio les en­
trara, para que ellos supieran dis­
cernir la conveniencia o no de unos
juegos y otros?

Páginas
para toda
la familia

“Es axioma educativo
que ei chico debe estar
contento; p o r consi­
guiente es menester entretenerio, distraerio e
interesarlo. Déseles ampiia iibertad de saitar,
correr, gritar y divertirse
a su gusto. La gimnasia,
ia música, ia deciamación, ei teatro, ios pa­
seos, son medios efica­
císimos p a r a obtener
discipiina y coadyuvar
a ia moraiídad y ia sa­
lud.”
(Don Bosco)

6



Tenía que hablar con ellos, pe*
ro antes debía hacerlo con mi mu­
jer. Me había portado como cual­
quier chiquillo.
—Isabel, ¿puedes escucharme un
momento?
—^Tengo mucho que hacer.
Es un momento...
—Bien...
—Comprendo que he hecho mal
al reirme delante de los chicos.
—jMuy mal!
—Pero no me puedes negar que
el cuadro estaba cargado de co­
micidad.
—¡Si tú lo crees!... A mí, en
cambio, no me dio ninguna risa.
—^Ya lo vi. Sin embargo mi risa
no justificó el que h u le ra roto
la lámpara.
—Pues daba la impresión de que
no te importaba nada.
—Mira Isabel, el verdadero pro­
blema no es el que hayan roto la
lámpara. Hoy ha sido esto, maña­
na será otra cosa.
—¡Chico, me estás animando!
—Lo importante es saber que
esta alegría, estas ganas de diver­
tirse, de jugar, de correr, saltar es
propia de ellos, y que si no lo ha­
cen en casa, tienen que hacerlo
fuera, pero tienen que hacerlo,
porque es lo propio y lo otro se­
ría anormal.
—¿Consideras anormal a tu so­
brino Javier?
—Sinceramente, sí. Un chico que
no piensa más que en los libros,
que no se le oye reir nunca a sus
doce años ¿eso es natural para ti?
—Todo en un buen medio está
bien. Pero tampoco es muy normal
ib de los nuestros.
—Sí, es normal. Lo que pasa es
que llevan una semana de evalua­
ciones, los tenemos encerrados pa­
ra que estudien y tienen que sal­
tar por algún sitio.
—Pero no precisamente a las
lámparas... Además tú eres el pri­
mero que quieres que saquen bue­
nas notas y para ello tienen que
estudiar.
—Pero no dejo de reconocer que
el estudio entra dentro de una je­
rarquía de valores, que ocupa un
puesto muy importante, pero que
no es todo, tiene que ir envuelto
en este clima de contento, alegría.

satisfacción. ¿Te importa que mi­
remos juntos unas ideitas al res­
pecto? Vamos, si no tienes mucho
que hacer.
Puedo hacerlo en otro momen­
to... Creo que es más importante
esto.
Nos sentamos y leí en voz alta;
—La tendencia a la alegría es
un hecho que si bien se manifies­
ta de un modo predominante en
algunas edades del hombre, como
la infancia y la juventud, existe,
sin embargo a lo largo de toda la
vida humana. Es de extrañar que
pese a este carácter universal, la
alegría no se haga objeto, con
demasiada frecuencia, de las re­
flexiones pedagógicas».
¿Qué tal? —pregunté.
—Lees muy bien —contestó
Isabel.
—No me refería a eso, sino lo
que te parece el contenido.
—Por ahora bien. ¡Adelante!
Continué;
—«La alegría puede considerar­
se como fin y como medio de edu­
cación. Que es ei fin de educación
se comprende porque todos los
hombres aspiran a la felicidad, y
la felicidad no es sino la misma
alegría, cuando llega a alcanzar a
todo el ser humano, de donde se
infiere que no puede alcanzarse la
felicidad si no se logra la alegría.

El valor de la alegría como medio
de la educación radica en que la
alegría produce atracción hacia el
objeto, y es típico de ella el que
procura mantener al hombre en
esta actitud de unión o adhesión
al objeto; de suerte que la alegría
es fuente y garantía del interés
por las cosas o por las activida­
des. En el fondo de todo quehacer
educativo, para que sea interesan­
te tiene que h ater alegría».
—Quehacer educativo —me in­
terrumpió— y no me negarás que
los juegos de nuestros hijos no
van por esa línea.
—Efectivamente no van. Pero
somos nosotros los que tenemos
que hacer que vayan. ¿Cómo? Si
te parece seguimos y al final la
solución.
«La alegría como ambiente es
necesaria en Psicología evolutiva,
máxime en edades infantiles, como
un clima que respira el niño en su
casa y en la escuela. Y en la fase
puberal, la alegría es un auxiliar
muy valioso para atravesar con
menos tropiezos la crisis psicoló­
gica y fisiológica propias de su
edad. Conviene, sin embargo, te­
ner presente que la alegría no es
incompatible con el esfuerzo. Pue­
de producirnos alegría la actividad
misma o el éxito del trabajo que
hemos realizado».

— ¡Exacto! —dijo Isabel— ésta
es la alegría que yo admito, no la
otra que parece más propia de Ati­
la que de unos chicos civilizados.
¿O es que tú no opinas así?
—^Nuestros hijos no son unos
salvajes, Isabel. Lo que ocurre es
que sus juegos no entran dentro de
tus categorías de orden, limpieza,
silencio, tranquilidad. A ti lo que
te importa es que se ensucie el
suelo, que metan el dedo en el
bote de la leche condensada, que
cacen mariposas... no tanto por la
cosa en sí, sino porque con tu ma­
durez de adulto prevees las con­
secuencias que se pueden derivar.
Los chicos, en cambio no preveen
tales consecuencias, lo que a ellos
les importa es el juego en sí. Lo
que tenemos que hacer ahora tú
y yo es ser más comprensivos, más
tolerantes, más...
—¿Más... todavía? Mira, Juan,
cómo se nota que la cuestión de
la casa no te atañe. Me gustaría
haber visto tu cara si en vez de
la cocina hubieran saqueado tu bi­
blioteca, o en vez de la lámpara
hubieran roto tu colección de se­
llos.
— ¡Haces u n a s comparaciones!
Me hubiera enfadado como tú lo
has hecho hoy, pero no dejo de re­
conocer que los diez años de Car­
los no .son tus...

—No hace falta que me recuer­
des los que tengo, lo sé perfecta­
mente.
Lo que le ocurría a Isabel es
que estaba cansada. Ella tenía pa­
ciencia para soportar eso y mucho
más de sus hijos, pero el cansan­
cio físico le hacía saltar por cual­
quier cosa.
—¿Estás cansada —le pregunté.
—Un poco.
—En cuanto termine el curso te
vas con los chicos a la sierra y
descansas.
—Creo que para descansar seria
mejor que hidéramos al contrario:
tú irte con los chicos y yo quedar­
me en tu ofícina.
Al día siguiente a la salida del
Colegio, se presentó Carlos con
seis chicos más. En seguida hizo
las presentaciones.
—Mamá, son amigos míos del
Colegio, venimos a ensayar un tea­
tro y irnos cantos para la excur­
sión. "nene que ser ima sorpresa
por eso no podemos quedamos en
el Colegio. Te aseguro que no rom­
peremos nada, ni ensudaremos, y
haremos poco ruido.
Isabel no podía creérselo viendo
las guitarras y la «media batería»
que se habían procurado.
—Lo haremos cada día en casa
de uno —continuó Carlos— así no
nos hacemos tan pesados siempre
en la misma casa. No te preocu­
pes mamá, yo me hago responsa­
ble, y ya les he dicho que el que
estorbe se larga.
Isabel recordó aquello de: «... la
alegría es un auxiliar muy valioso
para atravesar con menos tropie­
zos la crisis fisiológica y psicoló­
gica propias de su edad...» Miró a
aquella «troupe» y calló. ¡Todo
fuera por la superadón de tal cri­
sis!
PILAR P. SALCEDO

Pletrángtíl,
uno de loe célebree asee
del tenis Kalieno,
diefruta lo Indecible
jugando en su caea
con eue chavales.

— 7

Don Luis, en cualquier Nochebuena, tejos de su patria olvida sus nostalgias para acordarse de ios que tienen
nuiy poco...

DON LUIS PODLESNIK...
LOS *‘MIARMAS” Y LOS MIASMAS
A la Sevilla de la Jácara y el jollín feriante le ha
brotado de pronto un sarampión, un prurito, un sal*
pullido literario... Entiéndase que se trata de una de­
cena de libros urticantes, denunciadores, descarada­
mente llamativos, que a más de uno le ha parecido
Iban a descalabrar o poco menos la bonita fama de
la ciudad machadiana. Estos libros de andar desen­
vuelto, hijos de plumas afinadas, afiladas, con más vo­
cación de bisturíes que de botafumeiros, más cerca­
nas del quirófano que del sahumerio, ostentan títulos
como éstos: ‘‘Andalucía ¿tercer mundo?" (Antonio
Burgos); “Periodismo y Purgatorio* (Antonio Guerra);
“Cartas de) pueblo andaluz" (Manuel Barrios); “Sevi­
lla: complot de silencio* (Nicolás Salas); “Tópica!
Spanlsh" (ojo, “toplcal" y no "typical"; Antonio Bur­
gos); “Sevilla insólita* (Morales Padrón)...
El ex ministro García Ramal, dijo enfáticamente un
día que aterrizó en Sevilla: "Sevilla es una ciudad de
rosas y alegría". Es verdad que hay rosas en Sevilla
y hasta se lució un aho un jerifalte repartiendo más

8 —

de mil diarias entre todos los que merodeaban su case­
ta de feria Pero r .'... s valientes y formidables escrito­
res, casi todos hijos de la tierra, comienzan a mar­
chitar con sus estudios, estadísticas, haremos y cartas
archivadas, toda esta floración superprímaverai... Es
verdad que hay alegría en Sevilla (aunque no tanto sen­
tido del humor como se cree), pero estos miles de pá­
ginas comienzan a aliquebrar un pajarillo tan frágil, de
tan engañoso gorjeo, a quien los más escuchan casi
boquiabiertos solamente en los días de feria abrileña o
en largas jomadas roderas...
Por esta sub-Sevilla, cuyas lacras y males hasta
ahora incurables no vamos a detallar por no ofender
el casi constante tono rosa de los Boletines Salesianos
y porque, como hoy he dicho, están contabilizados y
auscultados en libros de éxito popular, lleva seis años
bregando con entusiasmo encomiable don Luis Podlesník, un salesiano yugoeslavo que hace tiempo perdió
ia juventud física pero no esa otra de la que se habla
tanto...
Yo soy un viejo guerrillero, ¿sabe? Aquí se 1rab ^ a en silencio...

Y SUS GOLFILLOS
“Los Salesianos hemos aprendido a no darle mucha importan­
cia a lo que hacemos” — nos dice Juan Manuel Espinosa en
este artículo— . Por eso ofrecemos a nuestros lectores la pre­
ciosa actividad de don Luis, este salesiano yugoeslavo afin­
cado en Sevilla...

El paso de don Luis es decidido, muy a ritmo, en
abierta oposición al del cochecito que le han regalado,
tan decrépito y renco que a mitad de camino tenemos
que cambiarlo por otro. Por fin, con el auxilio de un
chófer muy aficionado al volante, podemos poner pie
en esta Sevilla tan lejana de jardines y vergeles como
hundida en el subdesarrollo y la triste resignación...
Bastaría un pelillo, una tilde, como en aquel despe*
nar y despeñar que leemos en el Quijote, para pasar
de un panorama a otro, para llegar de los “miarmas”
retrecheros a los miasmas físicos y espirituales de es­
tas barriadas alejadas de la luminosa urbe...

to: “¿Se trata de un tercer mundo?" Y como quien
siembra al voleo, registraba esta cabecera: “Sevilla
también es esto".
Me ha costado trabajo arrancar algunas fotografías
de estos álbumes, algunos multicolores, donde se deta­
lla la pequeña y la gran historia de unas barriadas de­
samparadas por donde pululan chicos y chicas algo
castigados ya por la plaga de la picaresca y de la in­
digencia... Un vale impreso, donde se ha procurado re­
cordar la afirmación evangélica de que todo cuanto se
hace a ios pequeños a Jesús se hace, recaba de los
bolsillos generosos una cantidad fija para endulzar el
verano abrasado de estas criaturas...

¿Y DE “MONEY, MONEY” QUE...?
Me pidió un compañero algo sobre don Miguel Rúa
para un periódico provinciano. Acudí con gran veloci­
dad a la cita sometiendo a la “Olivetti” a un tute fuera
de horario. Pasaron días, semanas pasaron y protestó
ante aquel olvido silencioso. Mi amigo me contestaba
por fin dando pelos y señales de lo acontecido y pa­
ra aplacar un tanto los grados de literaria ira que mi
carta evidenciaba apenas abierta, incluía en el sobre,
con inaudito atrevimiento, un flamante billete de colo­
res héticos... ¿Qué tendrá esto del dinero que parece
tapar todos los agujeros, arreglar todos los desaguisa­
dos, contener todos los aluviones?... Sobre todo cuan­
do se trata de quienes por voluntad y renuncia andan
siempre aliviados de ese dulce peso pecuniario que
con tanto garbo enalteció Quevedo en sus coplillas...
— Hago rifas y tengo un grupito de señoras que no
dejan de ayudarme. Necesito muchas cosas pwa de­
portes, teatro, premios... No digamos nada para los
campamentos de verano.
Don Luis Podlesnik me enseña hojas volanderas que
en su tiempo se imprimieron de manera aldabonazos
en la conciencia pública. Ilustrada con fotografías antoiógicas se enmarca como una espada encendida la
prosa de don Luís. Se nota a la legua que es suya:
los tiempos verbales a veces sufren algún yugoeslavo
despiste pero todo habla, grita, con el lenguaje altiso­
nante de lo que está tan a la vísta que constituye una
ofensa constante.
Aquellos barracones de Torrebianca la Nueva han
desaparecido... Mucho antes de que diera su particular
zambombazo literario el libro del joven periodista
sevillano, don Luis, como pie fotográfico a un grupo
infantil más que desvalido, preguntaba con atrevimien­

Resulta pintoresco comprobar el acento alicantino
o asturiano o vasco de algunos alumnos de la Univer­
sidad Laboral sevillana sobrenadando en el grupo de
golfillos... Porque don Luis, afincado y entusiasmado
en este magno complejo de la Universidad Laboral,
sabe hacerse de buenos ayudantes entre los propios
muchachos sin dudar de lado a la colaboración de los

El Cardenal de Sevilla, Pastor de su diócesis, también
se acuerda de sus más necesitadas ovejuelas...

DON LUIS
PODLESNIK
Y SUS
GOLFILLOS

Don Luis con sus chavales, al aire libre del campo, disfrutando de k
alegría que le han proporcionado sus amigos

Saleslanos. Asi, en el campo deportivo, puede verse
en un fin de semana cómo los grupos de las tres ba­
rriadas a las que nuestro protagonista atiende en la
medida de sus posibles, se ven capitaneados y ani­
mados por generosos alumnos de estudios profesiona­
les que se desplazan a gusto. Hay chicas que ensayan
teatro, hay reuniones y charlas con las que se pre­
tende afinar el comportamiento y el ideal de vida de
estos chicos vapuleados por la mala fortuna... Todo
ha ido apareciendo tímida y trabajosamente: guarde­
rías, escuelas, teleclubs...
— Yo ayudo al párroco ¿sabe? Estoy a su lado en
lo que puedo, aportando lo que está a nuestro alcance.

s-

Los turnos veraniegos son un premio formidable para
los mejores, para los que ganan en asiduidad, para
los que presentan su carnet del año repleto de sellos
de asistencia a ios actos que se han ido programando.
Son generosos los aires de Cazalla de la Sierra
donde se han habilitado unos apartamentos que...
ríanse los tan cacareados de la Costa del Sol. Como
se ve, el Cardenal de Sevilla recuerda que por aquí
hay también ovejuelas de su nutrido rebaño y no tiene
empacho en dar de lado a lo de “Eminencia’' para
abajarse al apaño de ios pobrecitos y cambiar la mu­
llida sede catedralicia por la dura silla plegable y la
majestad del solemne templo metropolitano por el su­
surro y abaniqueo del blenoliente eucaliptal... Los me­
ses veraniegos dejan vacías las arcas y canijos los
presupuestos. Pero todo se emplea en favor de los
que casi nada tienen. No falta el agua, el chapoteo,
las veladas junto al fuego bajo las estrellas, la alegría
y la canción, las "filminas Don Sosco" que tanto de­
leitan a la concurrencia asesoradas por un ingenioso
“speaker" salesiano, la gimnasia, la excursión, las ho­
ras de alabanza al Señor de todos los bienes.

10

OBRAS DE MISERICORDIA SON AMORES
En las artes plásticas del Renacimiento se conside­
raban cuatro clases simbólicas de desnudez; la “nuditas naturalis”, esto es, la que se nos regala a todos
por el simple hecho de venir al mundo; la “nuditas
temporalis” o el estar más “abollaos que una lata”;
la “nuditas virtualís” como bandera de inocencia, de
incontaminación; y la “nuditas criminalis” como ban­
dera y símbolo de desenfreno y vanidad... Todas ellas:
la falta de trapos, la ausencia de dineros, la lejanía
del crimen y por contra la contaminación espiritual más
prematura y tristísima se dan cita por estos rincones
sevillanos donde la altura humana y cristiana de tantos
centenares de chicos se va aquilatando paulatinamente
gracias al trabajo entusiasta de un equipo que actúa
sin desmayo y airea poco sus conquistas...
— Aquí se trabaja en silencio ¿sabe?
Don Luis Podlesnlk lo ha dicho claro y yo no tengo
empacho en repetirlo. Enseñar al que se hunde en la
ignorancia, trazar un caminito al que vaga y vive en
nomadismo, acercar a Dios, aliviar el pan escaso pro­
curando talleres y medios de trabajo, encender donde
anida la miseria, aconsejar, orientar, perdonar inconsi­
deraciones, purificar en lo posible una atmósfera sór­
dida, miasmática... Esto y no otra cosa hizo en vida
Don Bosco entre sus piiluelos y esto y no otra cosa
necesitan estos centenares de niños que no conocen
— ni siquiera por haberlo leído— el rostro risueño y
el talante pinturero de una ciudad de universal fama...
Es media tarde y todavía me suena en el oído la gri­
tería de los que se le han ido apiñando alrededor ape­
nas aparecía: don Luís, don Luis, don Luis... Los Salesianos hemos aprendido a no darle mucha importan­
cia a lo que hacemos.
Juan Manuel ESPINOSA

NUEVO
PRESIDENTE
CONFEDERAL

DE LOS
EXALUMNOS
SALESIANOS

D. José González Torres
Ha sido designado Presidente
I de la Confederación Mundial de
los Exalumnos Salesianos el li­
cenciado José González Torres,
; quien viene ocupando la Presi­
dencia de la Federación Nacional
Mexicana de Exalumnos Salesia­
nos desde el 21 de febrero de
1971.
El licenciado González Torres
nació en Cotija, Michoacán, el 16
de septiembre de 1919. Estudió
en el Colegio Jalisco, de los H er­
manos Maristas, en Guadalajara,
de tercero a sexto de Primaria.
En el Instituto de Qencías de
los Padres Jesuítas, en Guadalajara, cursó ..es tres años de Se­
cundaria y los dos de Prepara­
toria. En la Escuela de Jurispru­
dencia de la Universidad Nacio­
nal, estudió la carrera de Derecho, graduándose de Abogado el
20 de agosto de 1945.

de la Asociación Católica de la
Juventud Mexicana ( 1 9 4 0 a
1944); Presidente General de la
Asociación Católica de la Juven­
tud Mexicana (1944 a 1949); Se­
cretario Nacional de la Acción
Católica Mexicana (1940 a 1944);
Presidente Nacional de la Acción
Católica Mexicana (1949 a 1952);
Presidente Internacional de Pax
Romana (1947 a 1949); Secreta­
rio General de la Unión Nacional
de Padres de Familia (1954 a
1956); Secretario General del
Partido Acción Nacional (1956 a
1958); Presidente Nacional del
Partido Acción Nacional (1958 a
1962); Candidato a la Presiden­
cia de la República (1964); Pro­
fesor, desde 1948, de diversas
asignaturas de Ciencias Jurídicas,
Sociales e Históricas; Abogado li­
tigante, desde 1950.
En la actualidad el licenciado
Estudió en el Colegio Salesia- José González Torres es Aboga­
no de Guadalajara durante el cur­ do litigante. Profesor Universita­
so escolar 1933-34, repitiendo el rio y Miembro del Consejo Na­
segundo de Secundaria debido a cional del Partido Acción Nacio­
que ya el Colegio de ios Jesuítas, nal.
a causa de la persecusión religio­
Contrajo Matrimonio con Ma­
sa, había sido privado de la in­
ría
de las Nieves Martínez el 2
corporación.
de enero de 1951. Tienen siete
Ha desempeñado, entre otros, hijos.
estos cargos: Secretario General

I

En su carácter de Presidente
de la Federación Nacional Mexi­
cana de Exalumnos Salesianos, el
licenciado José González Torres
organizó el IV Congreso Latino­
americano de Antiguos Alumnos
de los Colegios de Don Bosco,
efectuado en la ciudad de México
del 10 al 14 de octubre de 1973.
Promoviéndolo, viajó a Panamá
y a diversas ciudades de América
del Sur. Al término del mismo:
fue condecorado en reconocimien­
to de su atinada acción al frente
de la Federación Mexicana y por
el trabajo desplegado para que el
Congreso fuera un éxito, y fue
elegido miembro de la Presi­
dencia Confederal, Representante
Regional.
En 1911 se inició el Movi­
miento internacional de los Exlumnos Salesianos. Los tres pri­
meros Presidentes fueron italia­
nos: profesor Piero Gribaudi,
abogado Félix Masera y comen­
dador Arturo Poesio. El cuarto,
doctor José María Taboada La­
go, español, acaba de concluir
brillantemente su período.
El licenciado José González
Torres, mexicano, es el quinto
Presidente Confederal de los Ex­
alumnos Salesianos.

i


11

En la Asociación de Cooperado­
res Salesianos de España comienza
la primavera. Por todas partes
apuntan brotes, yemas de juven­
tud. Jóvenes que, ante la identidad
renovada del cooperador, dicen sí
a Don Bosco, a su espíritu, a su
misión, porque el proyecto de vida
que les ofrece les llena. Y no ha­
blamos de jóvenes que aspiran a
religiosos, sino de jóvenes seglares
y que piensan seguir siéndolo.
Vivir a lo Don Bosco, con fue­
go y sed de bien en el corazón,
con la alegría en los ojos, gus­
ta a los jóvenes. Ayudar a otros
jóvenes a liberarse de las trabas
de la ignorancia o del vicio; im­
pedir que otros jóvenes lleguen a
rodar; despertar en los chicos sen­
timientos de amor a Cristo, ayu­
darles a descubrir la imagen de
El que llevan en sí, gusta a los
jóvenes, les atrae, les subyuga.
• Esto lo hemos visto con nues­
tros ojos, durante tres días, en una
convivencia de cooperadores jóve­
nes. Invitados a celebrar juntos el

CONVIVENCIA NACIONAL DE
misterio pascual, durante la Sema­
na Santa, unos setenta jóvenes se
congregaron en Madrid. Venían de
Valencia, de Granada, de La Almunia, de Barcelona, de Linares, de
Baracaldo, de Córdoba, de Torren­
te, de Guadalajara, de Burriana,
de Madrid. Todos ellos iniciados
en los caminos de la cooperación

salesiana. Sus edades comprendi­
das entre los dieciseis y los vein­
ticinco años. Sus ocupaciones: es­
tudiantes de universidad, oficinis­
tas, obreros, estudiantes de ma­
gisterio, maestros. Dos tercios eran
chicos, una tercera parte, chicas.
Desde el primer momento una
sola amistad, gracias a la juven-

Jlicanto: Centra Cooperadores Salesianos
Fieles al espíritu y a las consignas de Don Bosco, el Centro de Co­
operadores Salesianos de Alicante no se para, sino que está en continua
marcha y renovación.
Su inquietud les lleva a excogitar todos los medios posibles para ser
auténticos apóstoles seglares. Su formación cada vez va profundizando
más y más auténtica vida de fe, explotando en una dinámica acción apos­
tólica y social.
Cada mes, fieles a la cita, se reúnen por equipos a poner en común
sus riquezas espirituales y sus Inquietudes, en el retiro mensual.
Su acción es múltiple, podiendo resaltar el Patronato Social María
Auxiliadora, donde se imparten clases nocturnas de Grado Escolar y Cer­
tificado de Estudios Primarios a 120 jóvenes de ambos sexos.
Como nos pide el Año Santo, año de reconciliación, los retiros trimes­
trales tratan del palpitante tema familiar: Padres e hijos. Reconciliación
familiar. A tal fin periódicamente se tienen unas convivencias juntamente
con los jóvenes, en donde se abordan estos temas.
La experiencia es muy positiva y del agrado de todos.

12



tud, a las palabras de don José An­
tonio Rico, que como Inspector
salesiano de Madrid, les recibió
con los brazos abiertos; gracias
a su propia presentación y simpa­
tía personal de todos ellos y, co­
mo no, al mismo tiempo ideal la­
tente en ellos.

MADRID: Durante el triduo sacro unos setenta cooperadores jóvenes, pro­
cedentes de toda España, se congregaron en la residencia de las Damas
Apostólicas de esta capital. Era la primera convivencia a nivel nacional.
Aquí están todos. Los ven sonrientes, mirando hacia arriba. Es la expresión
gráfica de lo que fue la convivencia: un mirar hacia lo alto con alegría.

llamada concreta hecha por Don
Bosco, en nombre del Señor.
De acuerdo con el proyecto en
las celebraciones del Jueves, del
Viernes y del Sábado Santo hubo
participación consciente y abun­
dante de todos. Momentos emoti­
vos: el Lavatorio de los pies, la
bendición del cirio pascual...
LOS TEMAS DE ESTUDIO
Cuatro lecciones fueron suficien­
tes para explanar el tema y dar
materia de trabajo a los grupos.
En la primera, don David Churio, presentó el designio de salva­
ción de Dios a lo largo del An­
tiguo Testamento, para mostrar
cómo va convergiendo a través de
la historia en Cristo, que salva y
libera a todos y da origen a un
pueblo nuevo, la Iglesia, continua-

a otros a salvarse, por otra. Am­
bas llamadas o la única vocación
tienen su origen en la amistad que
Dios profesa al hombre. Presenta
las diversas maneras que Dios tie­
ne de llamar y el hombre de res­
ponder a su vocación, para con­
cluir que son muchos los caminos
a los que Dios puede llamamos:
uno de ellos es el del cooperador
salesiano, que define como ima vo­
cación de presencia liberadora en­
tre los jóvenes y los pobres.
La tercera lección desarrolla la
misión y compromiso del coopera­
dor salesiano. La da don Juan Ló­
pez. Ofrece una visión general del
seglar dentro de la Iglesia y otra
específica dentro del seguimiento
de Don Bosco. Su lección es la
doctrina del Concilio sobre el se­
glar y la doctrina saleslana auna­
das para damos ima idea clara
del quehacer salesiano en favor

COOPERADORES JOVENES
PARA VIVIR LA PASCUA

• La convivencia estaba pro­
yectada como ima vivencia de la
Pascua a lo salesiano, esto es, vi­
vir la Pascua en las funciones de
Semana Santa; comprender el mis­
terio de salvación en Cristo e in­
corporarse al mismo siguiendo una

dora de la salvación de Cristo has­
ta nuestros días y hoy.
En la segunda, don Joaquín Re­
caída, sigue y concreta la histo­
ria de salvación de Dios en el lla­
mamiento que Cristo nos hace a
todos los cristianos en el bautis­
mo para que nos salvemos, por
ima parte, y para que ajmdemos

de la juventud más necesitada, mi­
sión primera de todo aquel que
recibe la vocación o carisma s^esiano.
La última lección, dada por don
Antonio Calero, versa sobre el es­
píritu salesiano. Todas las aguas,
las Ideas, que brotaron abundan­
tes en la primera lección en el

CONVIVENCIA
NACIONAL DE
COOPERADORES
JOVENES

MADRID: Durante la convivencia se formaron ocho grupos, compuestos
por Jóvenes de distintas procedencias para favorecer el conocimiento de
los cooperadores de las otras Inspectorías. Este grupo acoge al Inspector
de Córdoba, don Antonio Calero, con el que comentan su lección magis­
tral sobre el espíritu saleslano.

apostólica animada de ardor juve­
nil.
Estas fueron las lecciones. Re­
partidos en ocho grupos y tras me­
dia hora de reflexión personal, dis­
cutían, aclaraban y profundizaban
los conceptos vertidos. Las conclu­
siones a que llegaban se ponían
luego en común para enriqueci­
miento mutuo.
IMPRESIONES

MADRID: Después de cada lección se reunían por grupos para comen­
tarla. Estas reuniones han dado a todos oportunidad para manifestar sus
ideas, discutirlas y depurarlas. En la imagen el grupo segundo con don
Joaquín Recalde, quien con don David Churlo, organizó y fue el alma de
la c o n v iv id a .

campo del mundo y de la Iglesia,
que luego se engrosaron y que
fueron canalizándose hacia la \ida
cristiana, interpretada como carisma saleslano, hallan en esta lec­
ción. por arte del orador, cauce
definitivo y corriente serena: vi­
vir como Don Hosco; seguir el
Evangelio interpretado como lo
interpretó Don Hosco. Tras un
14 —

buen análisis de la acción del Es­
píritu en la Iglesia, muestra cómo
el espíritu saleslano es obra mati­
zada del Espíritu Santo en la Igle­
sia. Gracias a Don Hosco o me­
diante Don Hosco, el Espíritu nos
enseña un estilo peculiar de tratar
con Dios, con nuestro prójimo y
de cumplir con nuestros deberes,
sostenido todo ello por una pasión

La convivencia se desarrolló to­
da ella en im ambiente de amis­
tad y de gozo, difícil de describir.
A las pocas horas de estar juntos
todos eran amigos de todos, como
si se conocieran de siempre.
Después de tres días les cos­
tó separarse. Unánimemente resol­
vieron volver a reunirse el año
próximo y aún hubo quien pidió
reuniones más frecuentes.
Antes de partir se les invitó a
dar su opinión sobre las jomadas
bajo todos los aspectos: organiza­
ción, ambiente, temas, desarrollo
del programa, etc. Unos las clasi­
ficaron de fabulosas. Otros desta­
caron la familiaridad existente, la
amistad, la intimidad. Unos se
quedaron fuertemente impresiona­
dos ante la maravilla de la voca­
ción salesiana como obra del Es­
píritu: otros descubrieron lo mu­
cho que podían hacer en favor de
la juventud; otros se alegraron al
saber que eran salesianos, tan salesianos como los religiosos; mu­
chos no acababan de comprender
la revolución que la convivencia
había operado en sus mentes. To­
dos opinaron que si los sacerdotes
salesianos dieran una mano en la
formación de cooperadores jóvenes
quedarían asombrados de los mudios alumnos que los seguirían.
Creemos que a los cooperadores
adultos les ha de llenar de gozo
saber que los jóvenes están dis­
puestos a seguirles en su amor a
Don Hosco y a resucitar los bue­
nos tiempos de la Cooperación Sa­
lesiana.

L

Nació pobre.
Vivió soiamente treinta y tres años.
No escribió ningún libro ni ocupó cargos políticos.
Predicó el amor y la igualdad entre los hombres.
Se proclamó Hijo de Dios.
Fue ejecutado en una cruz.
Después de 2.000 años, millones de hombres creen en El y lo siguen.
¿Estará muerto cuando a tantos vivos preocupa?

CRISTO RESUCITADO, Liberación de la Juventud
CONSTATACION.— Los jóvenes somos testigos de
que la sociedad actual nos esclaviza de muchas ma­
neras. Constatamos también que estamos fatalmente
divididos y muy desorientados ante esta situación.
De los pocos jóvenes que luchan contra esta situa­
ción de opresión, unos viven refugiados en una falsa
religiosidad, otros lo hacen al margen de la fe, otros
hacen proyectos y hablan mucho, y en general vivimos
aislados unos de otros, nos vamos haciendo confor­
mistas con el peligro de ser pasivamente arrastrados...

¿QUE ES “CRISTO RESUCITADO,
LIBERACION DE LA JUVENTUD”?
No es un nuevo movimiento ni se trata de crear nue­
vas acciones. Se trata más bien de:
— OFRECER UNAS POSIBILIDADES DE UNION Y
REFLEXION EN COMUN A LOS JOVENES Y GRUPOS
QUE VIVEN YA DE ALGUN MODO UN COMPROMISO
POR LA LIBERACION DEL HOMBRE.

— AL MISMO TIEMPO BUSCAMOS EN CRISTO RE­
SUCITADO Y EN SU EVANGELIO EL CAMINO Y EL
ESTIMULO PARA LA LIBERACION PERSONAL Y CO­
LECTIVA DEL HOMBRE.

FORMAS CONCRETAS DE REALIZAR ESTAS
POSIBILIDADES DE UNION Y REFLEXION
— Encuentros de zonas: Nos vemos periódicamente
los grupos y jóvenes de una determinada zona para
compartir y revisar y aunar los esfuerzos concretos
realizados en sus propios ambientes, por la liberación.
— Encuentro en Sanlúcar la Mayor: En un clima de
búsqueda, respeto, sinceridad y diálogo y a la luz de
Cristo Resucitado, compartimos, revisamos y orienta­
mos anualmente las diferentes experiencias de libera­
ción vividas en el propio ambiente.
Ante un mundo vivido y esclavizado, los jóvenes te­
nemos la esperanza de que “Cristo Resucitado, Libera­
ción de la juventud” sea un camino C ierto auténtico
de unidad y liberación para la construcción de un murv
do nuevo.

— 15

lA imiiniiuLE nscu
Más de 1.700 Jóvenes
de toda España acudimos
para celebrar la Pascua
y reflexionar en nuestra
liberación cristiana.
Tiendas de campaña
y reuniones por grupos
al descampado. Fiesta de
ia luz o vigilia pascual.
Clima juvenil de amistad
y fraternidad...
En la Pascua nos comunicamos la alegría de convivir en fraternidad y lo
expresamos mediante ia canción.

Todos los caminos de España
parecían terminar en Sanlúcar la
Mayor de Sevilla. Teníamos una
cita para celebrar la Pascua y re>
flexionar sobre la liberación cris*
tiana. Y allí llegábamos la mañana
del sábado 13 de abril. Mucha ju­
ventud, de todas partes. Saludé a
chicos y chicas de Albacete. León,
Madrid, Santander y hasta Roma.
Todas las provincias de Andalu­
cía estaban ampliamente represen­
tadas. En seguida, en el patio cen­
tral de la casa se improvisó un in­
menso corro. Los jóvenes cantaban
y tocaban las palmas. En el cen­
tro, varias parejas bailaban sevi­
llanas. Un ambiente de fiesta y de
fraternidad convidada a la alegría.
Estábamos en nuestra casa y todos
nos sentíamos hermanos.
Presidía el ambiente un enorme
tposter» de Jesucristo con un gran
rótulo: cCRISTO VIVE». Era el
m o t i v o de nuestro encuentro:
«Cristo resucitado, liberación de la
juventud». Teníamos noticia de
o t r o s encuentros similares por
esas mismas fechas, en Guadíx,
Barcelona, Zuazo de Cuartango,
Taizé, Avilés... ¡Qué magnífico, po­
der contemplar a jóvenes que quie­
ren unir sus fuerzas y sentir en
16 —

su ideal el ímpetu del Espíritu de
Jesús! Allí estábamos con ese afán
de comunicarnos nuestras expe­
riencias cristianas y de estimular­
nos en nuestro camino. Los en­
cuentros como éste de Sanlúcar,
nos dan la sensación de que no
nos encontramos solos, de que so­
mos muchos, unidos por el mismo
ideal.
{HOLA, AMIGOS!
Alegría, amor y trabajo son las
primeras palabras de consigna. ¿A
qué venimos aquí los jóvenes? Me
encuentro con un grupo de mucha­
chos. ¡Hola, amigos! Vienen de Mála ^ . Charlamos. María Isabel co­
mienza con decisión: «Vengo por­
que me ha parecido muy intere­
sante para mí, y espero clarificar
mis ideas cristianas; pero, sobre
todo, creo que va a ser una expe­
riencia estupenda el convivir con
tantos jóvenes». Francisco se ex­
presa: «Vengo con inquietud. Me
parece que es maravilloso encon­
trarse con jóvenes, dialogar sobre
nuestros problemas y convivir».

M a r í a Nieves: «Consciente del
mensaje de Cristo, quiero y deseo
vivir con los demás jóvenes que
poseen las mismas inquietudes, la
Pascua». Ramito: «Espero más li­
bertad y unión entre los jóvenes
de España. Espero aportar mis
ideas y recibir otras dialogando».
Leonor: «Espero dar una respues­
ta más sincera y comprometida a
mi vida. Espero también que esto
no quede sólo en unos días. Creo
que hemos de continuar teniendo
otros encuentros, aunque sean en
grupos más pequeños, para seguir
formándonos y para responder a
todas estas inquietudes que ahora
nos oprimen y nos impiden reali­
zarnos como personas».
¿Es que os sentís oprimidos?
Habla Jandry: «Me siento esclavo
en mis estudios, porque la ense­
ñanza que me dan no es la más
adecuada para poderme desarro­
llar como persona. En mi familia,
porque me coartan mi libertad, mi
manera de pensar, mis gustos, di­
versos de los de mis padres. En
mis amistades, porque a veces ni
siquiera puedo exponer mis ideas
por temor a no ser comprendida.
Sólo me siento libre, cuando pue­
do expresarme con confianza, sin

JUVENIL DE SANLUCAR
Todos unidos, en la oración y en ia reflexión, para vivir la realidad de
Jesucristo resucitado.

ser coartada, cuando esta socie­
dad de consumo no me absorbe...»
Leonor: cCuando más libre y con­
tenta me siento es cuando soy ca­
paz de renunciar un poco a mi
egoísmo, dándome a los demás y
preocupándome de sus p r o b 1 emas...»
Hay un clima de confianza, de
libertad, de comunicación. cAquí
sí que se encuentra uno a gusto»,
me dice Antonio. Brota en segui­
da la amistad y la comprensión.
Por eso estos encuentros nos ha­
cen tanto bien.
ES MI CAMINO...
cEs mi camino que lleva a Tí.
También mi hermano viene con­
migo. También mi hermana, y to­
da la gente viene conmigo...» Las
guitarras y los altavoces nos han
convocado a todos en el patio cen­
tral. Hacemos la primera oración,
los primeros cantos. Oímos la pa­
labra de Dios. Y en seguida co­
menzamos los grupos de trabajo.
Muchos equipos de diez. Se tratan
cinco temas fundamentales sobre
la liberación: 1.* Grupo: tPerso-

na». Su objetivo es el de conocer
y estudiar la persona de Cristo
como modelo de la n u e s t r a .
2.* Grupo: cComunidad». Hemos
de formar comunidad y unimos
para poder comunicamos y expre­
sarnos como personas. S.* Gru­
po: cPalabra». La palabra de Dios

ha de penetrar en la persona y
en ia comunidad. La verdad de
la palabra de Dios nos da fuerza
y nos libera. 4.< Grupo: «Eucaris­
tía». Celebramos a Cristo resuci­
tado en la Eucaristía. La Euca­
ristía hace la comunidad y la co­
munidad hace la Eucaristía. Entre
todos nos sentimos Iglesia, la gran
comunidad de todos los cristianos.
5.' Grupo: «Los marginados». He­
mos de preocupamos de los más
necesitados. Marginado es el que
se queda al margen de la vida so­
cial y económica, político-cultural
de su país. Queremos estar a su
lado medíante la justicia y el
amor.
Todos estos temas se comentan,
se discuten. El método es el consa­
bido: Ver, juzgar, actuar. Cada
imo cuenta sus experiencias per­
sonales, sus ideas. Entre todos se
estudian, se aportan nuevos cono­
cimientos, soluciones. Y se convi­
ve en un clima de amistad y com­
prensión. Hay tres reuniones por
equipos y después, ima puesta en
común de los cinco grupos gene­
rales. Creo que «Cristo Resucita­
do, liberación de la juventud» ha
logrado hacemos pensar de acuer­
do con sus fines: «Este pretende
ser un encuentro de jóvenes que,
en un clima de respeto, sinceri­
dad y diálogo, y a partir de nues­
tra experiencia, busca en común
la liberación que Cristo Resucita­
do trae a nuestras vidas».

La convivencia de Sanlúcar nos hizo conocer a mucha gente y fraguar
nuevas amistades.

La imaginación y espontaneidad de la Juventud improvisaba y montaba
una fiesta en un dos por tres...

Al ‘ íH:.*

OTRAS COSAS

«A media mañana del sábado
acudió el obispo auxiliar de Sevi­
lla, monseñor Montero. Se intere­
só por cada uno de los temas y
fue haciendo una visita personal
a los 150 grupos distribuidos por
todas partes, por los corredores,
por los patios. Animó a todos a
continuar con empeño sus trabajos
y sus reflexiones.
«A la cola». En uno de los cam­
pamentos había un cola intermina­
ble. A eso de las dos se comenza­
ba a repartir la comida. Era una
nota simpática. La lluvia no impe­
día nuestros cantos mientras la
gran cola avanzaba. Cada uno con
su tondeja iba recibiendo los ali­
mentos que repartían los jóvenes
que se habían apuntado al servicio
y a la cocina. Todo con gran ra­
pidez, pues se terminaba de dis­
tribuir «el rancho» de los 1.700 en
media hora.
Después de la comida había un
tiempo dedicado a diversas activi­
dades de tipo cultural y recreati­
vo: obras de teatro, cancionesmensaje, diapositivas, lecturas poé­
ticas. Maravillosa fue la actua­
ción del conjunto de Huelva «Bro­
tes de olivo». Seis hermanos acom­
pañados por el padre nos dieron
un estupendo concierto: «El Evan­
gelio según San Juan >, una espe­
cie de cantata audiovisual. Nos hi­
zo pensar en «Cristo Superstar» y
en «Cospel». Con toda gracia y fi­
nura y con unas voces estupendas
los chicos onubenses llevan el
mensaje evangélico en sus cancio­
nes. El «Grupo de Teatro» de Gra­
nada representó una obra titulada
«Los esclavos». Y otra agrupa­
ción de jóvenes puso en escena
«La pizarra», obras que expresa­
ban un ideal de liberación. Los

18



«Niños de Dios», esa asociación
de cristianos que viven el Evange­
lio al estilo de un Francisco de
Asís contemporáneo, nos dieron
una exhibición de cantos, todos
c o n el formidable mensaje de
amor y alegría evangélica de los
que confían en Dios.
Pero los jóvenes son esirontáneos. Así se improvisó una 'mag­
nífica fiesta en el aire después de
la solemne Vigilia Pascual. Can­
ciones, solos de guitarra, escenifi­
caciones, chascarrillos... Toda la
mayor alegría del mxmdo bajo la
nueva luz de la Pascua y a la luz
de las estrellas.
LA FIESTA DE LA LUZ
Lo más solemne del encuentro
de Sanlúcar fue la Vigilia Pascual.
Había muchos sacerdotes. Acudió
el Padre Inspector de los Salesianos de Sevilla con casi todo su
Consejo. Presidió la Liturgia don
Antonio Muñoz, quien lanzó a los
jóvenes un entusiasta pregón pas­
cual. «Los jóvenes de hoy senti­
mos necesidad de conocer la PER­
SONA DE CRISTO, vivir en CO­
MUNIDAD, descubrir su PALA­
BRA, hacer EUCARISTIA y estar
con los MARGINADOS. El enor­
me póster de Cristo presidía la
concelebración. En medio del si­
lencio y de la oscuridad se encen­
dió el fuego y, después, el Cirio
Pacual. Al fin, todos con la antor­
cha en la mano, desfilamos pro­
cesionalmente por los alrededores
del edificio. Nueve sacerdotes dis­
tribuyeron durante media hora la
comunión bajo las dos especies.
El Domingo de Pascua continuó
el encuentro. A las doce tuvo lu­
gar la puesta en común y por la

tarde, de nuevo la última celebra­
ción de la Eucaristía. La presidió
don Miguel Fernández Villegas. En
el ofertorio se hizo la presentación
de los compromisos para la ac­
ción de los distintos grupos. «Me
comprometo a liberar a mi madre
de la carga de su trabajo en casa»,
expresó una chica conmovida.
Y es que el encuentro de San­
lúcar no ha sido un fin, sino un
punto de partida para llevar a ca­
bo la liberación que Cristo le ha­
bía inspirado a cada uno de los
jóvenes. Allí la experimentamos
todos juntos, después había que
llevarla a todas partes como una
lucha por un mundo nuevo que
hay que rehacer cada día.
Conviene hacer notar en esta
breve crómca que este encuentro
ha tenido ima intensa preparación.
Todos los asistentes habían hecho
en sus zonas respectivas y duran­
te varios meses de anticipación
varias reuniones de reflexión y
convivencia sobre el tema a que
iban a participar.
Es, además, el primer año que
se realiza esta experiencia. Creo
que, en años sucesivos, esta rea­
lidad puede cobrar un impulso for­
midable de espiritualidad juvenil.
Esta ha sido la actitud, por ejem­
plo de los jóvenes de Sevilla que,
al domingo siguiente, tuvo su pri­
mera reunión en los Salesianos de
Triana.
Las despedidas son dolorosas,
pero esta vez, al irnos de Sanlú­
car nos queda un buen sabor de
boca, con ganas de volver a reu­
nimos otro año. Los chicos y chi­
cas de mi grupo ya me han escri­
to: Maribel, desde Santander; Al­
fonso, desde Utrera; Charo, desde
Avila; Pepe, desde Algeciras; Eli­
sa, desde Antequera; Angelines,
desde Huelva...
Y uno piensa en el enorme es­
fuerzo de los que se han dedicado
a preparar y dirigir esta gran
asamblea de jóvenes. Que Dios les
pague el trabajo realizado. A nos­
otros nos queda el recuerdo de los
inolvidables días de Sanlúcar. Na­
ce una nueva juventud cristiana,
alegre, con antena poderosa para
captar el Evangelio, con gran ilu­
sión de caminar hacia la liberación
de Cristo. «¿Y qué es liberación?,
se preguntaba en su tiempo Bernard Shaw. Y respondía: «Libera­
ción signiñca compromiso; por eso
le tiene tanto miedo la mayor
parte de los hombres». Así es.
Ahora, manos a la obra.
A. A. IL

NUEVOS SACERDOTES. Salaman­
ca: Otra Pascua sacertfotal salesíana. El 14 de abril, Dcmiingo de Pas­
cua, recibieron la ordenación sacer­
dotal estos 16 salesianos que ve­
mos en la fotografía. El mes pasado
dimos la noticia y sus nombres.
Ahora damos testimonio gráfico.
“No ha sido una elección mía. Sim­
plemente he aceptado la elección
de Dios en mí para predicar el
Evangelio” — ha dicho uno de
ellos— . Les deseamos un fecundo
apostolado y les damos nuestra me­
jor enhorabuena.

MONSEftOR BARS
SE NOS HA IDO

Monseñor Bars se nos ha ido
al cielo. Se lo han llevado las
últimas estrellas en esta maña­
nita tropical de un jueves de
abril.
Su carne casi transparente y
su barba blanca descansan aho­
ra sobre las hermosas colinas
de las tribus KHASIS en nues­
tro Assam.
Decir pionero es decir mu­
cho. Un hombre que llegó a
nuestra India hace casi cincuen­
ta y tres años... Casi nada. Pues
si hoy hay miseria a paladas en
la India, entonces se mascaba.
Dejar el hermoso colegio de
Mataró como estimado profesor
para empezar una vida con nue­
vas lenguas, nuevas costumbres,
sin miedos materiales...
Eso si, con ima fe inconmen­
surable, un entusiasmo de alma
de niño y una ciencia sólida
como era sólido el fundamento
que había heredado en su tie­
rra del Ampurdá.
cCogerán serpiente veneno­
sas y no morirán...» porque
morderle le mordió. Pero tam­

bién le mordieron los cuchillos
de los khasis y verdaderos mor­
discos para sacarle la sangre in­
fectada y salvarle de aquella
cobra negra.
«Id y predicad»... Y no sólo
ir, sino correr. Que por algo la
gente le llamaba el padre mo­
tocicleta. No porque tuviera
una, sino por el empeño con
que subía y bajaba aquellas co­
línas de nuestra misión de Cherrapunji, el sitio más lluvioso
del mundo.
Aunque el Monseñor se lo pe­
gamos aquí en la línea tropical
de nuestra misión de Krishnagar donde fue el primer Vicario
Apostólico desde el 1928 hasta
el 34 cuando nos regalaron un
obispo mexicano.
Decir pionero es decir tam­
bién primero. Y fue el primer
misionero que pudo entrar en
las colinas NAGAS, las de los
«cortadores de cabezas». La tie­
rra reservada a otros predica­
dores cristianos en las que los
católicos no podían poner pie.
Pero la puso ese nombre de bar­
bas blancas y hoy es nuestra
misión más Horeciente con la
diócesis Tnág joven del mundo:
¡Kohima!
¡Monseñor, que esto no va...!
Y él responda con su famoso
« t^ a , tapa»... Y tomaba una
hoja de eucalipto y explicaba
las dos calidades de ellos que
existen con sus nombres lati­
nos y seguía con una lección

de geología o respondía a una
consulta sobre lengua garó o
khasi. Que de las dos nos ha
dejado diccionarios monumenta­
les que son honra de nuestra
Congregación y honor de la
Iglesia en esta India del ¡74!
Y yo que nunca he creído en
medicinas antipáticas que digo
yo, sé que atraía a cientos de
personas que iban a tomar de
él las pildoritas blancas como
remedio infalible a tantas mise­
rias. Tanto que en el hospital
no quería otra cosa que su doc­
tor homeopático.
Cuando últimamente los acha­
ques de sus ochenta y cinco
lúios le obligaron a meterse en
el hospital nos asustamos sólo
pensando en una cosa: ¿Quién
acabaría la traducción de la
Santa Biblia empezada h a c e
unos años bajo su dirección?
Porque cuando los hombres de
cincuenta años se rendían tras
seis horas de leer pruebas y
correcciones, Monseñor Manuel
Bars seguía en su mesa traba­
jando y poniendo la palabra jus­
ta y sabia. ¡El era el dicciona­
rio ambulante!
... Vaya Monseñor, después de
recibir su medalla de manos del
Gobierno Español le llamarán
cualquier día a Nueva Delhi pa­
ra darle otra por sus dicciona­
rios... Y él respondería como
siempre: «Tapa, tapa».~
EUGENIO OJER, SDB
Misionero en Calcuta

— 19

POR
EL M U N D O
S Á L E S IA N O

Muchos años de servicio
salesiano en las Antillas.
Sesenta años de sacer­
docio. En atención a sus
méritos, le ha sido con­
cedida la Condecoración
pontificia “Pro Ecciesia et
Pontífice”. A ctualm ente,
con el mismo espíritu ju­
venil de sus años mozos,
trabaja en Puerto Rico...
SANTURCE (Puerto Rico): El Cardenal Luis Aponte Martínez, Arzobispo
de San Juan, Impone al padre Rafael Mercader la condecoración “Pro
Ecciesla et Pontífice”.

P. RAFAEL MERCADER
El reverendo Padre Rafael Mer­
cader, de la Comunidad Salesiana del Oratorio San Juan Bosco,
de Cantera, Santurce, recibió la
condecoración pontificia Pro Ecclesia Et Pontífice con motivo de sus
bodas de diamante sacerdotales.
Le impuso la condecoración
Luis Monseñor Aponte Martínez,
el jueves, 31 de enero, a las
siete y media de la noche, du­
rante una ceremonia en el San­
tuario de María Auxiliadora, en
Santurce, en la festividad de San
Juan Bosco.
El reverendo Padre Rafael Mer­
cader, nació el 8 de abril de 1890,
en España; hijo de don Jaime Mer­
cader y doña Teresa Armengol. En
el 1903 ingresó en las Escuelas Salesianas de Sarriá, Barcelona, don­
de siguió estudiando latín, reci­
bido en calidad de seminarista
menor. En el 1904 fue admitido al
Noviciado.
En abril de 1906 estuvo presen­
te en la visita que hiciera a las
Escuelas Salesianas de Sarriá, Bar­
celona, el hoy Beato Miguel Rúa,
primer sucesor de San Juan Bosco.
En ese mismo año hizo su profe­
sión religiosa por un trienio, y
también se graduó de magisterio.

20

Ese mismo año comienza su vida
práctica, ejerciendo el magisterio
mientras continúa estudiando filo­
sofía en el Instituto Salesiano de
Huesca, España.
En la Casa de Huesca hace su
profesión religiosa perpetua en el
1909 y comienza sus estudios en
Sagrada Teología. En el 1812 es
trasladado el Colegio de Campello,
Alicante, donde cursa su cuarto
año de Teología y recibe la orden
del Subdiaconado. En la fiesta del
Corpus de 1913 es ordenado Diá­
cono.
En septiembre de 1913 es orde­
nado de Presbítero por Monseñor
Mariano Superviá. Ese mismo año
canta su primera Misa Solemne
en el Colegio Salesiano de Huesca,
donde es designado profesor y lue­
go Principal de Escuela y Padre
Espiritual. En 1918 es nombrado
Director de dicho Colegio.
Tras servir un año como direc­
tor de la Casa Salesiana de Villena, en Alicante, sale para La Ha­
bana, Cuba, donde fue director de
varios colegios durante 41 años,
celebrando sus bodas de plata sa­
cerdotales en 1938.
Desde el año 1934 hasta el 1861
fue Consejero del Provincial de

Las Antillas. En el 1962 fue desti­
nado a Puerto Rico en la Parro­
quia María Auxiliadora de Santur­
ce, como vicario Cooperador. En
el 1963 conmemoró sus Bodas de
Oro Sacerdotales; y en el 1966 fue
nombrado nuevamente Consejero
del Provincial, cargo que ocupó
durante tres años.
En 1970, con asistencia del Obis­
po de San Juan (Obispo Auxiliar),
celebra sus 80 años de vida. Fue
profesor de Sagrada Teología du­
rante varios años en Camagüey,
confesor de las Hermanas Salesia­
nas y Confesor Ordinario de las
Madres Reparadoras por casi diez
años. Fue miembro del Consejo
Episcopal y censor de publicacio­
nes. En el 1932 restauró totalmen­
te el Santuario a Nuestra Señora
de la Caridad, que fue reinaugura­
do solemnemente en 1934.
Es gran músico, preparado en
el Conservatorio de La Habana y
de Barcelona, España, y ha com­
puesto algunas piezas musicales,
especialmente de índole religiosa y
aún hoy, a los 83 años de edad, ¿1
piano, el órgano y armordum son
sus distracciones predilectas.
(De un diario de Puerto Rico)

POR
ÉL M U N D O
S A L E S IA N O

II Asamblea Regional
de Asociaciones
de María Auxiliadora
Montnia.— En esta bella ciudad cordobesa y el pa­
sado 21 de abril tuvo lugar esta II Asamblea Regional.
Hubo representantes de Córdoba, Montllla, Palma del
Río, Pozoblanco, Priego, Pedro Abad, Jaén, Linares,
Ubeda, Málaga y Ronda. Y un total de 300 asambleís­
tas. El P. Inspector, don Antonio Calero, presidió la
Concelebración Eucarística. En el teatro se celebró
una conferencia, pronunciada por el salesiano don
Francisco Larena. En la foto vemos el aspecto del
salón durante la charla sobre la renovación de la de­
voción a la Virgen. Después hubo actos folklóricos,
visita a las Bodegas de Alvear y despedida de Montilla. Un día pleno en el que todas las asociaciones de
la Inspectoría de Córdoba convivieron unas horas de
fervor marlano.

Iglesia a
Domingo Savio
Ron Phibun (Tailandia).— El 29 de diciembre del pa­
sado año 73 se inauguró esta iglesia, obra del misio­
nero arquitecto, padre Pedro Jeilici. El mismo ha cons­
truido con sus propias manos la gruta de Lourdes que
vemos en la parte posterior. Es ésta la primera iglesia
dedicada a Santo Domingo Savio en Tailandia.
La obra salesiana en este país oriental cuenta con
catorce comunidades. Son muchos los alumnos que
acuden a los colegios salesianos, a pesar de que la
religión catóiica es una minoría en un país con sigíos
de tradición budista.

Congreso del
coadjutor salesiano
En la fotografía vemos una mesa de reuniones en
la inspectoría de Bombay (India). En todas las provin­
cias del mundo salesiano se están celebrando los con­
gresos regionales. En 1975 tendrá lugar el Congreso
Mundial sobre este mismo tema, a fin de profundizar
en la figura de! Coadjutor Salesiano, creación de San
Juan Sosco.
En España ya ha tenido lugar varios congresos irtspectoriales en preparación al congreso nacional.

ESTE ES EL GAL


Impresionante historia de un gigante vasco en la falda del
Himalaya.



Desde hace veinte años Manuel Albizurí, salesiano, com­
parte la vida con un pueblo noble y primitivo.

«Este es el gallo de Dios que quita los pecados
del mundo.» Así distribuyo la Eucaristía a los nues­
tros. Me entienden mejor. Lo de «cordero» no me
vale. Nosotros no tenemos corderos. Se los come­
ría el tigre, de bengala, o el oso negro o el jabalí.
Además, el gallo es para los nuestros, en su vieja
mitología de muchos miles de años antes de Cristo,
el símbolo del mediador entre Dios y los hombres.
Mira, los nuestros dicen que, al comienzo del mun­
do, el hombre vivía feliz. Dios había construido
nueve chozas y puso a los hombres en ellas. Los
hombres hablaban con los animales. Se entendían a
las mil maravillas. En una colina cercana, en la
cima de la colina, había un árbol formidable. Fan­
tástico. Me dicen que lo llamaban árbol del amor
o el árbol del bien. Tal vez el árbol de buen amor.
Dios bajaba todas las tardes y el hombre le salía
al encuentro. Hablaban y se querían. Y el árbol
crecía más y más. Los hombres tuvieron miedo de
que las gigantescas ramas del árbol llegaran un
día a ocultar la luz del sol. Tuvieron miedo de
quedarse sin luz, porque sin luz morirían los ani­
males y faltaría el alimento, y el hombre también
moriría. Se reunieron en asamblea. Los nuestros
siempre se reúnen en asamblea. Son muy demó­
cratas. Todo se resuelve en asamblea. Y en aquélla
determinaron despedazar el árbol del bien, el árbol
del amor para que sus ramas no cubrieran al sol.
Lo hicieron. Y el mundo se llenó de tinieblas. I>ejó
de brillar el sol. Dejó de lucir la luna. Todo era
oscuridad. La muerte se avecinaba al mundo.
Había que hacer algo para aplacar la ira de Dios.
El hombre convocó a los animales. Y les fue pi­
diendo, uno a uno, que alguno de ellos se ofreciera
voluntariamente a la muerte en sacrificio de pro­
piciación por el pecado del hombre. En la asamblea
del hombre y de los animales se discutió la cues­
tión: pero ningún animal se ofrecía a ser sacrifica­
do. El hombre estaba desolado. Los animales co­
menzaban a dispersarse, cuando he aquí que ad­
virtieron que el gallo no había acudido a la cita.
Como no había luz, el gallo se había quedado ocul­
to y triste en una cueva. Y el hombre habló con
No, el que está encima de su majestad el elefante no
es el padre Albizuri; es el padre Zubizarreta, otro mi­
sionero colosal, también salesiano y paisano del héroe
del articulo, compañero suyo de mieión.

22



el gallo y el gallo se ofreció a ser sacrificado para
que Dios perdonara al hombre y volviera la luz.
Los nuestros dicen que, en recuerdo de ese volun­
tario sacrificio del primer gallo, hoy, cuando el
sol va a despuntar de por detrás de las colinas,
cantan al sol todos los gallos del mundo. Yo, cuan­
do voy a distribuirles la Eucaristía, les digo; «Es­
te es el gallo de Dios que quita los pecados del
mundo.» Me entienden muy bien. Les he dicho: ¿qué
valor tiene un gallo para que Dios haya aceptado
su sacrificio como expiación de los pecados de los
hombres? ¿Verdad ~ le s digo— que vuestros an­
tepasados entendían el sacrificio del gallo como un
símbolo? El verdadero sacrificio es Jesús. «Este es
el gallo de Dios.»
CAZADOR DE ELEFANTES
Y PROMOTOR DE UNIVERSITARIOS
Quien así habla no es un hombre. Es un torrente.
Una catarata. Un desbordamiento de humanidad.

LO DE DIOS
Cazador de elefantes, promotor de escue­
las, iniciador de universitarios y, sobre to­
do, proclamador del mensaje evangélico
con maneras adaptadas a la mentalidad
de su gente.
de dedicación, de servicio, de sentido común, de
salvaje ternura. Una catarata, sobre todo, de fe.
Vasco, de Azcoitia, salesiano desde hace veinte
años. Los mismos años que lleva en la India.
—Cuando me ordené sacerdote solicité ir a mi­
siones. Y, ¿qué te parece? Me mandaron como pro­
fesor de fílosofía a Madrás. No me iba aquello. Me
pusieron a explicar teología. Tampoco me iba. Yo
quería algo más mío, algo que me fuera, porque,
¿sabes? nunca he estado enfermo. No sabía lo que
era guardar cama. No sabía a qué asabíaa una as­
pirina. Me sobraba vida. Quería emplear a fondo
mi fuerza de acashero».
El padre Manuel Albizuri tiene hoy cuarenta y
siete años. Veinte más que cuando se fue para la
India. Desde hace ya dieciséis años es el único
español — y el único blanco— que se ha instalado
en la falda del Himalaya, en el Assam.
¿Me suelen llegar algunos periódicos y algunas
revistas. Ya me ha ocurrido recibirlos con casi dos
años de retraso sobre la fecha de su publicación.
Don Manuel Albizuri atraviesa en barca uno de los
grandes ríos tropicales.

[ i - 1

t V-' i

r

-

Es igual. Me los leo de cabo a rabo, aunque, visto
desde mi sitio, entre los nuestros, me parece siem­
pre dicen lo mismo. Los leo a la luz de los relám­
pagos. {Lo nuestro es fantástico! ¡Qué relámpagos!
Si me escribes alguna vez, leeré tu carta a la luz
de los relámpagos. ¡Lo nuestro es lluvia! Lo de
aquí, no. En veinticuatro horas llueve en los nues­
tros más que en San Sebastián durante cuatro me­
ses...
Este misionero impresionante evangeliza un territo­
rio extenso como el de Guipúzcoa y Vizcaya juntos.
Es pastor de sesenta rail hombres. Cuenta con cuatro
mil cristianos.
—™Pero de aquí a veinticinco años —bueno, diga­
mos de aquí a unos cincuenta años— todo el Assam
será cristiano. Me vuelvo pronto a los nuestros. Los
he dejado solos. No me parecía bien embarcar a nadie
en esta aventura que yo he elegido. Voy a ver si me
tiro con los nuestros otros veinte años. Luego, que
me entierren allá.
La parroquia del padre Albizuri es una Iglesia en
marcha continua. Visita una vez al mes a los cris-

— 23

ESTE ES EL GALLO DE OIOS


Impresionante historia de un gigante vasco en la falda del
Himalaya.



Desde hace veinte años Manuel Albizuri, salesiano, com­
parte la vida con un pueblo noble y primitivo.

tianos. Le acompañan tres hombres: el jefe de los ca­
tequistas y dos porteadores.
—Son formidables. {Si vieras cómo andan por la
selva! Esto nuestro no son pies. Los de ellos, sí. Pa­
recen gacelas. Caminan con las puntas de los pies.
Nosotros somos unos monos torpes, pesados. Yo voy
aprendiendo poco a poco. La necesidad obliga. Me
toca andar unos mil kilómetros al mes, pero no me
atrevo a decirlo a la gente. Suelo decir unos seiscien­
tos. Me tomarían por exagerado.
El caminar del padre Albizuri no sabe de carrete­
ras ni de asfaltos. A través de la selva sólo hay un
camino: el que abren las manadas de elefantes. Y el
que intuyen los nativos que acompañan al misionero.
—A ese elefante se la tengo jurada. Se me ^capó,
pero tengo que matarlo. Es un elefante malo. Ya ha
matado a varios hombres, y los elefantes, una vez
que han matado a un hombre, se envician. Son muy
vengativos. Y muy inteligentes. {Arman un teatro!
Cuando viene la manada a comerse las plantaciones
de arroz se van acercando al poblado con un silencio
impresionante. A la caída de la noche comienzan a
gritar, a chillar, a armar un ruido infernal. Pero los
nuestros no se espantan. Ya saben de memoria ese
teatro. Aunque también los elefantes se saben el
nuestro. Salimos con latas, con cazuelas, con ruidos
de toda clase; pero los elefantes se nos ríen. No que­
da más remedio que el rifle. Yo tengo licencia para
cazar elefantes. Ya he matado cuarenta y ocho; {pero
a ese que se me escapó se la tengo jurada! Tengo
tres rifles. Uno me lo regalaron en Eibar. Lo difícil
es aprovisionarme de balas. ¿Tú no sabes dónde?
El misionero Albizuri no es un señorito de safaris.
Habla y exalta la inteligencia de los elefantes con pa­
recido cariño a como habla y exalta a dos nuestros»,
a los sesenta mil que ia iglesia le ha confiado para
que les proclame el Evangelio de la salvación y de la
fraternidad.
—Cuando voy caminando y tengo hambre, echo
mano al bolsillo del pantalón, saco un trozo de carne
de elefante y me lo com a Cada elefante muerto nos
procura unos tres mil kilos de carne. Los nuestros la
queman al fuego viva Y nos dura para casi un mes.
Pesan de seis a siete mil kilos y suelen vivir cerca
de ochenta a cien años. Los de aquí no son elefan­
tes. Los nuestros, sL {Si vieras qué listos son! Tie­
nen en la frente una especie de b u lta Si les tiras ahí,
muerte segura. Pero los elefantes, al verse persegul-

24 —

dos, levantan la trompa y ocultan ese bulto. Es im­
presionante una manada de siete u ocho elefantes con
la trompa alzada, ocultando el bulto de la frente y
pegando unos gritos descomunales... Hay que acer­
tarles detrás de las orejas. También aquí es un tiro
mortal.
Cincuenta huérfanos están al cuidado del misione­
ro. Hay que alimentarlos. El elefante sirve de alimen­
to a todo el poblado. Elefante muerto, fiesta en la
aldea. La carne es correosa. Tiras de cuero, como
quien dice. Pero llena el estómago.
—Tenemos que matar elefantes porque nos des­
truyen los sembrados. Durante cuatro meses toda la
población vive en unas chozas de ramas y cañas
construidas en las copas de los árboles. Vigilamos el
arroz. Yo también vivo con ellos en la copa del ár­
bol. Y las manadas de jabalíes. Ciento cincuenta, cien-

Cazador de elefantes, promotor de escuelas, iniciador de universita­
rios y, sobre todo, proclamador del mensaje evangélico con maneras
adaptadas a la mentalidad de su gente.

to ochenta, doscientos jabalíes. |Mo hay nada que ha­
cer! Son una apisonadora. Matas a uno, a dos, a diez,
y ¿qué? Los demás siguen adelante. No dejan una
hierba. Es ima plaga. Si alcanzan a llegar a las plan­
taciones de arroz, estamos perdidos. Tenemos que
impedir que las alcancen. Lo mejor es el fuego. Que­
mamos media selva, ¡qué le vamos a hacer!
Cincuenta huérfanos. Protector de los sembrados.
Cazador de elefantes. Liturgo de una original eucaris­
tía. Catequista que no bautizará a nadie sin pasar pre­
viamente por dos largos años de catecumenado. Casi
cincuenta escuelas han sido creadas por Albizuri. No llegan a veinte las que le son subvencionadas
por el Gobierno. Para la suerte de las otras, la pro­
videncia de Dios y el ingenio del misionero.
—A los jóvenes que ofrecen m ayor^ perspectivas
los envío a Calcuta. A la Universidad. Ya tengo cua­
tro universitarios. Son la garantía del futuro desarro­
llo de estas tribus, que no conocen aún la rueda. Bue­
no, no la conocían hasta que llegó este misionero.
Traje un ejeep». No tiene ya faros. ¡Si yo creo que
me ha andado hasta con agua! Quiero deshacerme
de él porque ya está inservible. Lo he puesto en me­
dio de la pista de los elefantes para que lo macha­
quen. Nada. Lo olfatean, lo miran y remiran. Lo de­

jan en su sitio y se van. Es Igual; no estorba a na­
die ni a nada.
—¿Por qué no pide un nuevo «jeep»?
—No. Yo no pido nunca nada. Cuando llega, me
llega. Pues tampoco sé decir que no.
UNA IGLESIA POBRE Y POR ELLO EVANGFUCA

—¿Sabes lo que dicen los marxistes? Dicen que les
parece muy bien el trabajo de los mislonerjs y de
las misioneras, porque enseñamos a las gentes a leer
y escribir. Luego vienen los marxistes y Ies enseñan
a pensar. Me ha impresionado esto. Tenemos la ma­
nía de construir obras, casas, iglesias, escuelas. ¿Para
cuándo dejamos el hacer hombres? Nos creamos ne­
cesidades artificiales. Ls ridículo. Y nos olvidamos
de hacer el hombre que Jesús nos '.>a perfilado en su
Evangelia Por eso yo no construyo. Me basta con
las chozas de cañas. Y celebro la eucaristía las más
de las veces al aire libre. Algún misionero tonto que
estuvo por allá antes que yo les dijo a los nuestros
que tenían que ponerse pantalones para acudir a la
eucaristía. ¡Qué bobada!
Las gentes del padre Albuzuri siguen con el ré­
gimen matriarcal. La moral natural de sus gentes es
muy severa en algunos puntos considerados como
esenciales. Hay faltas que se condenan democrática­
mente con la muerte. Otras, con la expulsión de la
tribu.
—Los nuestros son muy buenos. Tres mandamien­
tos. Sólo tres: no robar la vida a nadie, no robar la
mujer a nadie, no robar nada a nadie. Son buenísimos. Y muy hábiles. ¡Si vieras con qué limpieza cor­
tan las cabezas! Se la cortan a uno, y el asesinado
sigue andando unos veinte metros. ¡Qué limpieza!
—Pero ¿y los famosos tres mandamientos?
—¡Ay!, ocurre como aquL Son mandamientos y lo
saben. Siempre hay, sin embargo, quienes no los
cumplen. Cuando llego a un poblado y tengo que con­
fesar a cien o doscientos. Ies digo; «Sólo los que ten­
gan pecados gordos, los que hayan matado a tantos.^»
No te digo cuántos. Pero, créame, son buenísimos los
nuestros..^
y uno piensa que el bueno, el bueno de verdad, es
este gigante misionero de Dios en un lugar det mun­
do en el que la Iglesia comienza a nacer porque un
creyente en Jesús se ha entregado hasta la muerte.
MAPÍUEL DE U N C m
WADALA (Bombay):
¿Iglesia, aula o teatro?
¿Quién lo adivina?
¿No podría ser un salón de Juegos?
El misionero hace galas de Imaginación?
Pues todo eso es.
Lo más sagrado es lo que se pone
al servicio de los pobres.

— 25

MURIO EL CARDENAL
En tos registros de Dachau, el nombre de Trochta estaba
señalado con las siglas “R U” (Rückkehr unerwünscht): “re<
greso indeseado”. En jerga policíaca quería decir; “conde­
nado a muerte”.
Ahora sí nos llega la noticia de su muerte, también con
oscuras noticias trágicas, en un hospital de Litomerice, ciu­
dad de la que era obispo.

EL CARDENAL SECRETO
El 5 de marzo del pasado año
1973, en la sala del Consistorio del
Vaticano, ante la expectación de
todos los asistentes, comunicó el
Papa Pablo: tHemos de anuncia­
ros otra noticia singular...» y pasó
que tenía un cardenal «in peetore» que había nombrado ha­
cia cuatro años y ahora los procla­
maba. Uno de ellos era cel vene­
rado hermano Esteban Thochta,
obispo de Litomerice, fiel y ce­
loso».

DACHAU,
CAMPO DE CONCENTRACION
Esteban Trochta nadó el 26 de
marzo de 1905 en Francová Lhota
(Moraviá), de una familia de pobres
trabajadores. A los ocho años,
huérfano de padre, se ve en gran­
des apuros para hacer sus estudios
en el seminario. Tiene que traba­
jar para ayudar a su familia al
mismo tiempo que estudia. Poco
después, muere la madre y aban­
dona sus estudios a la fuerza.

BECAS PARA LA VOCACIONES SALESIANAS
INSPECTORIA DE BARCELONA
Beca «Ajnigos del P. Escusell». Total: 36.000 pts.
Beca cSan Marcos». Primera entrega: Total; 100.000 pts.

INSPECTORIA DE BILBAO
Beca
Beca
Beca
Beca

«Mamá Margarita». L. Cañada. Pamplona. N. e.: 250. T.: 36.760 pts.
«Pon Rufino Encinas». Total; 100.000 pts.
«D. J. M. Talbo». N. e.: 3.000. Total: 12.000 pts.
«Julián y María de Gozalo». N. e.: 7.000. Total; 20.600 pts.

INSPECTORIA DE CORDOBA
Beca
Beca
Beca
Beca
Beca

«Virgen del Pino». Las Palmas de Q. C. N. e.: 1.000. T .: 13.800 pts.
«Familia Chacón». N. e.: 3.600. Total: 22.900 pts.
«Sagrado Corazón». (Doña Juana Medina). N. e.: 2.276. T .: 89.732.
«Lara Padrón». N. o.: 600. Total: 9.650 pts.
«Arch. María Auxil.» Las Palmas de G. C. N. e.: 20.000. T.; 76.000.

INSPECTORIA DE LEON
Beca «María Auxiliadora». Aliarla. Primera entrega; 25.000 pts.
Beca «D. Felipa García». La Corufta. N. e.: 3.000 pts.

INSPECTORIA DE MADRID
Beca
Beca
Beca
Beca
Beca
Beca
Beca
Beca
Boca
Beca

«Besama». L. Limla, 100. Total: 162.460 pts.
«Familia Francia García». Salamanca. N. e.: 1.000. Total: 32.000 pts.
«Mercedes Cruzado». N. e.: 3.000. Total: 90.000 pts.
«M. A. L.». N. e.: 2.000. Total: 72.000 pts.
«S. Franc. de Sales». Según. Coop. Elstrecho. Prim. entrega 7.000 pts.
«Sta. Teresa y S. Vicente*. N. e.: 12.000. Total: 74.000 pts.
«D. Bosco». Panamá. Primera entrega 134 dólares.
«Conversión». Primera entrega 2.000 pts.
«Jubileo Sacerd. P. Juan Castaño». N. e.: 32.000. Total: 38.000 pts.
«Fidelidad». N. e.: 6.200. Total: 60.000 pts. (Completa).

INSPECTORIA DE VALENCIA
Beca «Juan Manuel». Dfta. Carmen Gómez. Alcoy. 60.000 pts.

INSPECTORIA DE SEVILLA
Beca «María Auxiliadora». Arch. Cádiz. N. e.: 3.000. Total: 73.000 pts.

. 26 —

En 1922 conoce a los salesianos
y en 1923, a sus dieciocho años se
hace hijo de Don Bosco y empieza
sus estudios eclesiásticos en Turin.
En 1932, doctor en Teología recibe
la ordenación sacerdotal. De regre­
so a su patria, es uno de los fun­
dadores de la obra salesiana en
favor de la juventud obrera. En
Praga crea la «Casa de los jóve­
nes». Es considerado como una de
las figuras más importantes de la
vida católica del país. En 1939 par­
ticipa en la organización de la ju­
ventud católica de Checoslovaquia.
Comenzada la Segunda Guerra
Mundial, los nazis lo cogen prisio­
nero. En 1940 sufre largos y hu­
millantes interrogatorios. En 1942
es conducido al campo de concen­
tración de Tezzin y, de allí a Da­
chau.
CONDENADO A MUERTE
En Dac:hau hay más de 3.000
sacerdotes. Los hornos crematorios
esperan diariamente montones de
c:adáveres. Uno de los presos pide
un día ayuda; «Echame una mano
para arrastrar esta carreta». Era el
padre Beran, rector del Seminario
de Praga, luego monseñor Beran,
Arzobispo y Cardenal. Los dos tira­
rían después de la misma carreta
de la Iglesia.

T ROCHT A
Vaticano». Se le prohíbe el ejerci­
cio de su misión episcopal. Está
diecinueve meses en la cárcel de
Ruzin y recibe la condena de otros
veinticinco años de prisión.
Le hacen pasar por un lento cal­
vario, peregrino i» r las cárceles
de Leopoldov, Ruzin, Pancrak, Kartonzy. En 1960 es «agraciado» y
se le cambia la prisión por otra
condena a trabajos forzados. Ahí
es donde hace de albañil y fonta­
nero.
ANTE TODO,
MI AMOR DF PADRl

En los registros policiales de Dachau, el nombre de Trochta está
señalado con las siglas <R- U.» (Re­
greso indeseado). Equivalía a de­
cir: «condenado a muerte». En se­
guida lo destinan a «trabajos for­
zados». Forma parte de las cuadri­
llas de trabajadores destinados a
ser eliminados durante el trabajo,
golpeados y torturados por los
mismos vigilantes.
Trasladado luego al campo de
concentración de Mauthausen, en
la Navidad de 1943 organiza una
fiesta para alegrar a sus compañe­
ros de prisión del bloque 9. Entra
un militar de las SS y, al ver el
árbol de Navidad, le da im punta­
pié, prohíbe todo. Pregunta por el
promotor. En esos momentos en
traba Trochta. Venía de confesar
a un seminarista polaco. El solda­
do, con un azote de hierro le gol­
pea la cara. La sangre le brota a
chorros. Don Trochta se lava y,
sonriente regresa a sus compañe­
ros para decirles: «¡Felices Pas­
cuas de Navidad!»
M

lO LO FfISI_.A
r - n j Y S t“ RIR

Pero «resucita». Un día hay un
diezmo de prisioneros. Hay monto­
nes de ejecutados. Trochta es obli­

gado a llevar los cadáveres a los
hornos crematorios. En la faena
cae desvanecido. Al verlo, un car­
celero descarga su pistola sobre
él «para no hacerle ^ufrir». Es una
costumbre siniestra. Pero Trochta
no muere. Al cobrar el sentido se
halla entre una masa de cadáve­
res, sobre un carro listo para ser
llevado al homo crematorio. Se
finge muerto y logra resbalar.
Arrastrándose, se escabulle y llega
al borde de una zanja. Un médico
yugoslavo le salva la vida.
1945. Acaba la guerra, don Tro­
chta regresa a Praga. Ahora se
encuentra entre los Rojos, detrás
del Telón de Acero. En 1947,
Pío X n lo nombra obispo de Litomerice. Una desolación: el semina­
rio destruido y el 70 por 100 de
las parroquias se encuentran sin
sacerdotes. Manos a la obra. Con su
lema: «Acdón, Sacrificio, Amor»
logra levantar en poco tiempo el
seminario y organizar la diócesis.
DE
Sólo puede trabajar durante dos
años con libertad. Otra vez la per­
secución. Esta vez venia con sig­
no contrario. En 1949 el Estado
Comunista lo lleva de nuevo a la
cárcel: se le considera «espía del

21 de octubre de 1962. Comien­
za el Concilio Vaticano II. A Mon­
señor Trochta se le prohíbe asis­
tir. Sufre un infarto y es acogido
en una casa de caridad. Y el 3 de
agosto, después de dieciocho años
de ausencia, regresa a su diócesis.
En el púlpito expresa su alegría a
la muchedumbre de fieles que acu­
dió a recibirle: «Después de estos
21 dolorosos años puedo comuni­
caros algo nuevo: Ante todo, mi
amor de padre, purificado, santifi­
cado e intensificado por largos su­
frimientos y prolongadas reflexio­
nes. Pongo a vuestra disposición
mis experiencias»...
En 1969, Pablo VI lo nombra
consultor de la «Comisión para el
Código de Derecho Canónico» y
miembro del «Secretariado para
los no creyentes». Posteriormente
le concede la púrpura cardenalicia
«In pectore». Sería proclamado car­
denal de la Santa Iglesia en marzo
de 1973.


*



Las noticias de su muerte son
im poco confusas. Parece que la
han acelerado nuevas violencias.
El destino de su vida ha sido la
persecución, no es raro que haya
terminado coronándola con el va­
lor de los testigos de Cristo. El
gran cardenal salesiano estaba
acostumbrado a las cárceles, a los
trabajos forzados, al sufrimiento
por el Evangelio. Su vida y su
muerte son un verdadero testimonio
de fe y de amor. Como a pocos se
le pueden aplicar las palabras de
Jesús: «Bienaventurados vosotros
cuando os persigan por mi cau­
sa...»

27

Cooperación Salesíana
y TERCER MUNDO

UN OBISPO
O S ESCRIBE
Cooperadores Salesianos
Madrid
Mis Hermanos muy amados;
Acabo de recibir del padre Javier Rubio vues­
tra aportación de dos mil dólares para estas Mi­
siones del Chaco Paraguayo. Lamentablemente
no podré hacer con ellos ningún trabajo de pro­
moción, sino solamente de asistencia y manu­
tención, pues el desbordamiento del río Para­
guay nos tiene paralizados desde hace cuatro
meses. No podemos calcular hasta cuando du­
rará ésta calamidad.
Cristo por medio de este insignificante Obis­
po misionero os dice: “ Me estáis dando de co­
mer... Cuando llegue el día de la retribución os
diré: Venid, benditos de mí Padre, a poseer el
reino que os tiene preparados” ... Grandioso
premio final que os deseamos los misioneros,
tras prolongado y dichoso vivir.
Nuestra gratitud no tiene límites y se convier­
te continuadamente en oraciones por vosotros
y la felicidad de vuestros hogares. Os envío esas
fotografías: el indiecito moro con la diafanidad
de su rostro inocente; las dos mujeres de la tri­
bu de los Chamacocos con la placidez de su
sonrisa y este Obispo jinete atravesando un río
chaqueño... os dicen a coro: “ Muchísimas gra­
cias, generosos cooperadores de España” .
Nuestras manos continuarán extendidas hacia
arriba y horizontalmente, hacia Dios y hacia vos­
otros, en actitud de humilde petición. No os
canséis de dar y no dejaréis de recibir más y
más del Dador de todo bien.
A todos os abrazo y os bendigo de corazón.
ALEJO OBELAR COLMAN, S. D. B.
Vicario Apostólico del Chaco Paraguayo
t

2B

Esta y las dos fotos de
la página anterior las en­
vía Monseñor Obelar co­
mo os dice en su carta.
La felicidad que irradian
el indiecito y las dos mu­
chachas chamacocas es
un himno a la caridad de
vuestros corazones, a la
bondad de cuantos con­
tribuís a hacerlos felices
pese a su pobreza que
saben Nevar con la ale­
gría que veis reflejada en
su maravillosa sonrisa.

DESDE TiMOR

DONATIVOS RECIBIDOS EN ABRIL

Mientras copiaba para la im­
prenta la carta que antecede nos
llega otra desde Timor, del padre
Alfonso Nácher, que a pesar de
sus sesenta y nueve años trabaja
como el que más: veinticuatro ho­
ras de clase semanales y el sábado
y el domingo dedicados al minis­
terio apostólico.
cEn estas vacaciones de Pascua
he tenido que estar fuera de casa
p ^ atender a millares de confe­
siones. Aquí se confiesan todos».
Haced un ligero cálculo y veréis
que poco tiempo libre le queda al
padre Alfonso, que además de di­
rigir el colegio lleva una escuela
agrícola y tres estaciones misio­
neras con un total de 7.600 cris­
tianos y 11.000 paganos en núme­
ros redondos.
Por cierto que vuestra limosna
de Pascua, de mil dólares le llegó
en un momento de mucho apuro:
justo dos días después de que le
estallara el generador eléctrico que
da corriente a toda la misión. Era
Jueves Santo. ¡Hay Providencia!
exclama en su carta y os envía un
millón de gracias.
Y yo os digo que os alegréis
porque estáis sembrando el bien
hasta en los remotos confínes de
la tierra.

Y PARTE DE MARZO

JAVIER RUBIO
E>el^ado N. de Cooperadores

L. Blanco, Esclavita Baliñas, Felici­
dad Montero. Encama Madero, Ange­
la Rojo. Ign. de la Rúa. Sres. de
Cruz. Susana Elizalde, Rosa Casellas,
Rosalía Massas, Francisco Mompart,
Antonio García. María Dolores Echave, Amparo Lamarca, Ampaiin Moli­
nos, Rosarlo mecía. María Rodríguez.
María Agustina Medina, C. Casas, Zenón Santamaría, Joeé María Cerrera,
Josefina Juliá. María y Adoración
Aledón. José Alonso. Sabino Benguría,
María Antonia García, Alfonso López.
Cándida Soto, Patricio Reche. Mila­
gros Andreu, Prudencio Bermejo, Jo­
sefa Rivero, Vda. de Urbano, José A.
Martín, Adelaida Martínez. Manuel
González, Benito Sanz, Mercedes Vals.
Consuelo López, Ascensión Regojo.
Consuelo Alonso, E. Ocbrens, Misione­
ras Cruzadas de la Iglesia, Carmen
San Sebastián, José Solanes. Sor As\inclón Martínez, Carmen Batista, Lau­
ra Nóñez, Padre R. Ponga. Carmen
Vázquez, Concepción Ayiiso. Marisa
Lois, Pilar Torréns, Herminia Conde.
Consuelo Pereira, Enriqueta Núfiez,
Julia Mascias, Francisco Ruiz. Dolo­
res Martínez, Sr. Duch. Isac Bonnín,
Leoncio González, 2^tilde Campos.
Asunción Millán, Vda. de la Torre.
Manuel Criado. Ramón Tintoré, Enrioue Pérez, Pepita Navarro, Isabel
Bello. Lucas Martínez. Srta. Serras,
Alipio Pérez. María Barreda, Pedro
Aparicio. Pilar Fernández, José Vijande. Angela Hernández, Candelas
G on^ez. Marcelino Díaz, Antonia Gil,
María Melián, Amador Almajano, Ade­
lina Suárez. Fernanda J. Rochai. Ma­
ría Sala, Remedios Marqués, A, Nevot.
María Aguilar. Gustavo Melgares, Ma­
ría Ayuso, Consuelo de la Torre, Je­
sús González, A. Vázquez, J. Jacas.

Rosa Sánchez, Fil. Gutiérrez, Amparo
Menéndez, Jacinta Enríquez, Angeles y
Margarita, Luis Sánchez, Juana Galmés, Casimiro Sánchez, M. Maestro, J.
Marzal, Josefa Fernández, Rosarlo Ra­
mírez, Angeles Rincón. Camilo Ferreiro, Celsa Márquez. Dolores Fernández,
Pedro Gómara, Manuel Fernández,
Marín Martín, Franc. Roger, Nati Ro­
dríguez, E. Mansergas y Asun. López,
Antonio Sánchez, Consuelo Pcramos,
José María AJublta, Juan Corominas.
Angel Armclles, Soledad Francisco,
Mari Ledcsma, Mary Vaquciro, José
Ansorena, Dolores Carrasco. R. Bas,
Josefa Díaz. María R. Núftez, C. A.
Martí, Concepción Martínez, Juan
Díaz, Sres. García, M. León, Jovlta
Rodiclo, V. Penín, Josefina Torruella,
María Díaz, Elena Gómez, V. Mendizábal. J. Rulpérez, Florencio Diez,
Antonio Fernández, Avelina Arroyo.
Benedicta Rubio, Carlos Laffitte, Feo.
Dími Tendero, Francisca Bellver, AveUno Salazar, M.é P. González, Amparo
Flacó, Abdón Sánchez. M i^ e l Torrocilla, Soledad y Dolores, Val, Perca,
Fea. García, Ant. Garmendla, José
Oliva. Leonisa Martínez, Nora Carmona, Antonio Florlt, Paquita Cabanas.
Josefa Valenzuela. Salomé Lucas. Jua­
na Vicente. Juan Pérez, Pedro Rosas,
Mercedes Gutiérrez. Asunción FormíAntonia Serral. Aurelia Perea. M,*
go,. IBarber,
Josefa García, Miguel AUer,
Antonio Taltavull. Cristina Espá, B.
Capdevila, Teresa Llansana, Dons Ba­
ños, Jostífa Avalos, Pilar Boxo, Ven­
tura Martín, V. Gurldi. Rosarlo Foix.
Amparo Diirán, Antonio Alcalá, Cl. de
Vega, Fam. González, José, LoU y
Patricia, P, Mallada. Teresa Morro,
Rosaura F'rénco, Ana María Curado.
Carmen San Sebastián. José Solanes.

MANDAD VUESTROS DONATIVOS PARA EL TERCER MUNDO A:
Cooperación Salesiana y Tercer Mundo - Alcalá, 164 - M a d r i d - 28
— 29

NUESTRA
GRATITUD
A
MARIA
AUXILIADORA
Y
A
SAN JUAN
BOSCO

j

Fontanales.— Tenía mi esposo una
hernia y los médicos no se atrevían a operar por complicaciones
cardiovasculares. Pero se agravó.
Acudí a la Virgen y, después de un
tratamiento, pudo ser operado. Hoy
se encuentra perfectamente. Envío
varias limosnas de agradecimiento.
Una amiga mía se hallaba tam­
bién con una terrible enfermedad.
Le habían hecho ya dos operacio­
nes y tenían que hacerle una ter­
cera que los médicos considera­
ban de extrema dificultad, invoca­
mos a María Auxiliadora. Y los mé­
dicos deliberaron que no era ya ne­
cesaria dicha operación. Agradeci­
das enviamos una limosna. Lulna
RIvero.

Madrid.— Damos gracias a María
AiMlliadora, por el buen resultado
en una operación peligrosa y deli­
cada, en la que fue salvado el ri­
ñón que corría peligro de ser extir­
pado según el parecer médico.
Agradecidos, enviamos una li­
mosna, animando a otros a confiar
siempre en tan buena Madre. Fa­
milia Herrada-Muñoz.
Salamanca.— Habiendo sufrido mí
hija María del Mar un accidente
automovilístico en plena calle has­
ta el punto de perder el conoci­
miento, invoqué con todo fervor a
María Auxiliadora. En el mismo ins­
tante recobró el mismo y hoy se
encuentra en perfecto estado de sa­
lud.
Como testimonio de gratitud cum­
plo la promesa de enviar una li­
mosna para el culto de nuestra
buena Madre, a la vez que deseo
se publique en el Boletín Salesia­
no. Agustina Rodríguez.

Burgos. — Agradecemos a María
Auxiliadora un favor recibido y en­
viamos una limosna. Familia Septlén.
Torre-Cardela (Granada). — D a n
gracias a María Auxiliadora. Por fa­
vores recibidos de María Auxiliado­
ra, envía una limosna. Isabel Andújar.
Por un favor recibido de la Vir­
gen Auxiliadora, mando como lo
prometí una limosna. Mercedes
Ocón Gutiérrez.
Por varios favores recibidos de
nuestra Madre Auxiliadora, envío
una limosna para su culto. Espe­
ranza Ocón.
Muy agradecida a María Auxilia­
dora por haberme concedido lo
que le he pedido envío una limos­
na. Marta Vllchez Moraleda.
En acción de gracias por favores
recibidos de María Auxiliadora, en­
vío una limosna para su culto. En­
camación Sánchez.
Por haberme escuchado María
Auxiliadora y en acción de gracias
envío una limosna. Rosario García
Peña.
Vigo.— Durante muchos años tu­
vimos un grave problema que, gra­
cias a la poderosa intercesión de
María Auxiliadora, se resolvió satis­
factoriamente concediéndorK>s la
gracia que con tanta confianza le
habíamos pedido.
Se lo agradecemos a esta buena
Madre con esta publicación en el
Boletín Salesiano y, al mismo tiem­

30 —

po, entregamos una limosna para
las Obras Saleslanas. Hortallna Barretro Hermkta.

NUESTRA GRATITUD
' A MARIA AUXILIADORA
: Y A SAN JUAN BOSCO
La Cava (Tarragona).— Doy gra= cias a María Auxiliadora por haber
' curado de una hepatitis y por la
' ayuda en el éxito de mis estudios.
Envío una limosna de agradecimienI to. María Angeles Casanova.
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Algeclras.— Hago público mi agradecimiento a María Auxiliadora por
un favor recibido y envío un donativo para las Misiones Saleslanas
del Tercer Mundo. Eugenia Cardona, Vda. de Cardona.

j VIgo.— En agradecimiento a Ma[ ría Auxiliadora por la salud de un
' enfermo, envío una limosna y puI blíco la gracia. C. Fem ánd^ Mon­
tes.
La Coruña.— Agradezco pública­
mente a María Auxiliadora la feliz
solución de un problema de salud
que parecía alarmante en un fami-

liar mío. Envío una limosna y animo
a todos a confiar en tan buena Ma­
dre. J. F.
Sevilla. — Por un favor recibido
envío una limosna de agradecimien*
to que hago público en el Boletín
Salesiano. Rosario Montoyo Corral.
Cervíá de Ter (Gerona).— Por ha­
ber salido bien de una operación
quirúrgica un sobrino mío, hago púbiico mi agradecimiento a María
Auxiliadora y envío una limosna.
Ana Marqués.

DAN GRACIAS
POR FAVORES RECIBIDOS
Y ENVIAN UNA LIMOSNA
Piedad Martín, de Salamanca;
Alejandra Vaca, de San Vicente del
Palacio (Valladolid); Elisa Maestre,
de Posadas (Córdoba); E. A., de
Astudillo (Patencia); C. F. F.. de
VIgo; A. M. Jerez, de Madrid; A. C.
M., de Carmona (Sevilla); Rosa Ro­
cha Valderas, de Vigo; Manuel Alon­
so y señora, de Zamora; Julián To­
rres Pollarés, de Olivares (Seidlla);
Una devota, de Zamora; Angelines
García, de Esparraguera (Barcelo­
na); Teresa López, de Bilbao; Mer­
cedes Rodríguez Rodríguez, de Mérfda; Josefa García, de Sevilla.

GRACIAS A LOS SANTOS Y
SIERVOS DE DIOS SALESIAN08
Gerona.— MI hermano sufrió un
accidente de coche, del que salió
con fractura de! brazo derecho y
parálisis, a causa de los tremendos
desgarros musculares y nendos. Lo
encomendé fervorosamente a doña
Dorotea, prometiéndole una limos­
na si mí hermano recuperaba el
uso del brazo. Ahora, después de
dos años y dos operaciones, el bra­
zo se ha salvado, con una peque­
ña Incapacidad, que no te impide
su normal funcionamiento ni el po­
der trabajar. Agradecida a la pro­
tección a la Sierva de Dios, mando
la iirrwsna prometida, y te ruego
publique ia gracia en el Boletín lr>formatívo. Ana M. Usrtter.

Alicante.— Me encomendé a doña
Dorotea y supliqué a una comuni­
dad hiciera oración por un asunto
de gran Importancia familiar. Al ver­
me favorecida, doy gracias y envío
una limosna para ia causa de bea­
tificación de la sierva de Dios.
C. Y. M. H.
Benaguacil (Valencia).— Ante un
asunto económico de gran Impor­
tancia para nosotros, debido a una
grave enfermedad de mi madre y
mía, acudí a doña Dorotea, prome­
tiéndole el 10 por 100 de la can­
tidad que se nos debía, para la cau­
sa de beatificación. Muy agradeci­
do por el favor otorgado, cumplo
mi promesa. M. I. R.
El Ferrol del Caudillo.— Envió una
limosna para la causa de beatifica­
ción de doña Dorotea agradecida
por el éxito en unos exámenes uni­
versitarios de mi hijo. Dina P. de
Espiñeira.
Dan granólas a doña Dorotea y
entregan una limosna: Salomé Lu­
cas, de San Femando (Cádiz); Leo­
nor Bruñó, de Alberíque (Valencia);
J. Q., de Aigeciras; Pilar López
Amenós, de Algemeeí (Valencia);
Juan Velasco, de Alhama de Gra­
nada; José Lligoña y Juan Fabré,
de Badalona (Barcelona).

GRACIAS ATRIBUIDAS
AL MARTIR SALESIANO
DON JUAN MARTORELL
Picasent (Valencia).— Doy gracias
a mi protector el padre Juan Martorell, por un gran favor recibido
por su intercesión, y mientras envío
una limosna para su beatificación,
le ruego publique mi gratitud en el
Boletín Salesiano. TeresHa M, Vi­
ves.
Ptcasent (Valencia). — Por varios
favores recibidos y que atribuyo a
la intercesión de mi querido tío don
Juan Martorell, deseo publique mi
gratitud en el Boletín, mientras en­
vío una modesta limosna para su
causa de beatificación. Amada Martomll Aguado.

51

F U E R O N A LA C A S A D E L P A D R E

Reverendo don Sanliago Francia
Rebollo t en Madrid el 24 de fe­
brero de 1974. Pertenecía a la co­
munidad salesiana de Mérida. En
la Iglesia salesiana de Madrid-Estrecho se celebró el funeral con una
concelebración en la que partici­
paron 20 sacerdotes de la Inspec­
toría de Sevilla y Madrid, presidida
por don Alfonso Francia, sobrino de
don Santiago.
Habla nacido en Barruecopardo
(Salamanca) en 1913. Fue ordenado
sacerdote en 1941 y realizó amplia
labor apostólica de educador saleslano en los colegios de Utrera, Al­
calá .de Quadaira, Campano, Ron­
da, Córdoba, Puerto Real y Mérida.
El director de Mérida destaca tres
aspectos fundamentales de su vida:
Era don Santiago un “hombre bue­
no”. Profundamente humano, ayu.daba siempre. Comprendía. Perdo­
naba Un “profesor" distinguido y
competente, apreciado por todos.
En esta tarea le sorprendió la muer­
te. Un “sacerdote" siempre dispues­
to a las necesidades de ios jóve­
nes.
En Mérida, ciudad en la que tra­
bajaba últimamente y donde era
sumamente apreciado, se celebró
un solemne funeral presidido por
el Vicario de la Diócesis y al que
asistió gran número de hermanos
salesianos y amigos.

32

Don Ceferino Gutiérrez Guerra t
en Santander el 4 de abril de 1974,
a los setenta y nueve años de edad.
Desde hace muchos años estaba
inscrito en la Pía Unión de los Co­
operadores Salesianos, siendo su
mejor participación la profunda fe
cristiana que le llevó a ser modelo
de padres. Dio con alegría un hijo
a la Congregación Salesiana, y
otros dos son antiguos alumnos del
colegio de Santander, más una hija
religiosa de las Franciscanas Misio­
neras de María. El Señor le quiso
probar con una larga enfermedad,
llevada hasta los últimos momentos
con admirable resignación cristiana.
Todos cuantos le conocieron coin­
ciden en una virtud característica:
su acentuada bondad y el espíritu
de servicio.

Don Partenio García Ramos t en
Falencia el 11 de abtil de 1974, a
los setenta y dos años de edad. La
muerte, aunque repentina, le encon­
tró preparado pues frecuentaba los
sacramentos en su larga enferme­
dad. Fue cooperador salesiano. Lela
con ilusión el Boletín Salesiano y
asistía asiduamente a las activida­
des del Centro de los Antiguos
Alumnos de Falencia. Fue padre del
sacerdote salesiano don Femando
García, de la Inspectoría de León.

Excelentísimo señor don Luis Fer­
nández de Angulo y Semprún t en
Madrid el 5 de abril de 1974. Era
el Conde de Cabarrus y Vizconde
de Rabouillet. Poseía las medallas
de Alfonso X el Sabio, Carlos III,
San Raimundo de Peñafort y la de
plata del Mérito Civil Penitenciario.
Padre de Sor Clotilde Fernández
de Angulo, Hija de María Auxilia­
dora, fue cooperador y bienhechor
de la Obra Salesiana. Su consejo y
ayuda fueron muy valiosos en la
época de la posguerra. Durante la
guerra expuso su vida repetidas ve­
ces para salvar a otros. Sin aban­
donar su puesto en el Ministerio
de Justicia, como inspector de Pri­
siones iba muchas veces acompa­
ñado de un sacerdote que hacía
pasar por su secretario.
Padre de ocho hijos y dedicado
a su educación cristiana, era de un
carácter alegre, sacrificado y sencilio. Renunció siempre a cualquier
comodidad cuando se le pedia un
servicio a los demás. Vivió sencilla­
mente, sin aceptar los honores que
le brindaba su posición social. Mu­
rió cristianamente, como había vivi­
do, rodeado del cariño de sus hijos
y familiares.

^
f

-

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LIB R O S P A R A LA ED U C A C IO N D E LA F E

C olección «HUELLAS»

«Cielos Nuevos y Tierra Nueva»
Para Bachillerato y grupos juveniles

*

I.— Dios, principio de renovación.
2.— Cristo, renovación en el mundo.
5.— El hombre en Cristo.
4.— Un nuevo modo de amar en la Iglesia.
5.— Un nuevo modo de vivir en el mundo.

■* Folletos de 32 páginas en un estilo ágil
v nervioso. Se leen en breves minutos.
mientras se viajo en metro, en autobús.

Rápidas biografías de personajes de la
Familia Salesiana.

PUBLICADOS

Editados por;
«Central Catequística Salesiana»
Alcalá. 164.— Madrid - 28

1.— Basilio Busiillo.— «Un poema de amor».
(Don Bosco).
2.— Rafael Alfaro.— «A medias con Don
Bosco». (Don R úa).
3.— fesús Pablos.— «La mujer fuerte».
(María Mazzarello).
4.— Rafael Alfaro.— «Testimonio Sellado».
(Jaime Ortiz).
5.— Basilio Bustillo.— «La Madre de Don
Bosco». (Margarita).
6.— Basilio Bustillo.— «Domingo».
(Un muchacho santo).

PRECIO: 120 pesetas cada uno.

PEDIDOS.— Alcalá. 164.— MADRID - 28

«Hombres para un mundo nuevo»
— Cursos de formación profesional—
Primer Curso:
CRISTO EL HOMBRE NUEVO.
Segundo Curso:
EL HOMBRE NUEVO.
Tercer Curso:
EL MUNDO NUEVO.

^

_________ J

V

J

OBRA VOCACIONAL

E d u c a c i ó n p a r a el A M O R

DE LOS COOPERADORES SALESIANOS

Y« han salido cuatro temas de esta colección indispensa­
ble. modemi y auda; para su educación inteqrada de los
adolescentes, a nivel biológico, psicológico, socio-cultural
y cristiano.

A fin de ayudar al sostenimiento de las voca­
ciones salesianas, los Cooperadores Salesianos
promueven la PIA OBRA DEL SAGRADO CORA­
ZON. instituida con la aprobación del Papa León
XIII por el propio San Juan Bosco, con dicha
finalidad.
La Pía Obra celebra todos los días perpetua­
mente en la basílica del Sagrado Corazón de
Roma. 6 misas a intención de cuantos se ins­
criben en ella.
INSCRIPCION;
1.— Puede inscribirse uno a si mismo y a otras
personas, vivas o difuntas, por las que
quiere pedir o sufragar.
2.
— La inscripción, que es nominal, se efectúa
previa aportación, por una sola vez. de una
limosna equivalente al estipendio de una
misa en la propia diócesis.
3. — La inscripción se acredita con una cédula
en la que consta nombre y apellidos de la
persona inscrita, por lo que se ruega clari­
dad al enviar dichos datos.
Para la inscripción diríjase a:
Obra Vocacional Cooperadores Salesianos
Alcalá, 164.— MADRID - 28

TEMA 0.— EL PROBLEMA: Planteamiento a iravés de un hecho concreto (40 diapositivas).
TEMA 1.— EL MIEDO A LA LIBERTAD (Represión
sexual y apertura a una sana liberación). 120
diapositivas.
TEMA 2.— SEXUALIDAD Y AMOR (El sexo es
una realidad integradora. creadora, dinámica,
comunicativa y trascendente). 80 diapositivas.
TEMA 3.— LA BISEXUALIDAD (Diferencias ana­
tómicas y psicológicas entre el hombre y la
mujer). 120 diapositivas.
NOVEDAD:
TEMA 4.— EL CUERPO. INSTRUMENTO DE C a
MUNICACION (Í3 bisexualidad al servicio
del encuentro interpersonal).
TEMA 5.— HACIA UNA SEXUALIDAD SANA
(identificación sexual; desviaciones sexuales:
elementos de una sana sexualidad).
(En preparación).

TEMA 6.— DESARROLLO DEL IMPULSO SEXUAL
(Etapas: fa infancia y la pubertad desde el
punto de vista fisiológico y psicológico).
fEp preparatión j.
t e m a 7.— l a MADUREZ

SEXUAL Y AFECTIVA
(Fundamento, etapas y rasgos de madurez).
(& i preparación).

N O V ED A D A U D IO V IS U A L

PROBIEMAS
DEL HOMBRE
Se ofrecen a los educadores, sacerdotes,
padres de fam ilia..., etc., dos nuevas serles
audiovisuales para encuentros y reuniones,
para reflexiones comunitarias. Las diaposi­
tivas van acompañadas de una ficha con su
correspondiente comentario.
Se tocan temas como: Liberación cristiana.
Sentido de la vida. Búsqueda de Dios, Diálogo
y comunicación, Sentido de la muerte. Com­
promiso social...

SERIE I SENTIDO DE LA EXISTENCIA
Diez bandejas de nueve diapositivas cada una.
PRECIO TOTAL: 1.000 pesetas la carpeta y fichas.
PRECIO DE LA BANDEJA SUELTA: 110 pesetas.

SERIE II

REALIZACION DE SI MISMO
BUSQUEDA DE LO RELIGIOSO
PRECIO: 1.000 pesetas la carpeta; 110 pesetas la bandeja.

P E D ID O S :

Central Catequística Salesiana
Alcalá. 164.-M ADR ID - 28