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extracted text
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Sociedad Editora Ibérica (s. E. i.)
Alcalá, 164 - Madrid
i'ara el mes de María Auxíliadura
Estampas de María Auxiliadora con
•oraciones o dorso en blanco.
Tarjetas postales y cuadros de diversas dimensiones y precios.
Medallas de la Archicofradía, buena
■calidad, 3 pesetas.
Cinta para la medalla de la Archico
fradía, toda de seda, 2 pesetas.
Cordón para la medalla de la Archico,
•fradia. todo de seda, 7 pesetas.
Cran surtido de medallas del Sagrado
■Corazón, María Auxiliadora, San Juan
Bosco, Santa María Mazzarello, Santo Do
mingo Savio y San Luis Gonzaga; en
aluminio, metal y plata.
Medallas de oro, con o sin cadenita del
mismo metal. Las hay de dos tamaños y
con dos imágenes combinadas del Sa
grado Corazón, María Auxiliadora y San
Juan Bosco. Las hay con una sola ima
gen dejando la otra cara lisa para grabar
fechas memorables: nacimiento, primera
comunión, casamiento, etc., etc...
Mes de María Auxiliadora, por el
V. F. Alcántara, S. D. B. Encuadernado
•en tela. 5 pesetas.
.Nuestra Devoción a María Auxiliado
ra, por el Rvdmo. P. Pedro Ricaldone;
cuarto sucesor de San Juan Bosco. Pre
cio, 25 pesetas.
Reglamento de la Archicofradía de Ma
ría Auxiliadora y visita domiciliaria. Pre
cio, 0,30 pesetas.
Id mdffrt* de Dmi flnsTn
Está a la venta la preciosa vida de La
Madre de Don Bosco. por María Bargoni.
traducción del P. Francisco Villanueva, S. D. B.
Formato, 18x 12, 250 páginas, cubiertas
bicolor y diez grabados Interiores en pa
pel conché.
Precio, en rústica. 18 pesetas: en tela.
30 pesetas; en piel. 70 pesetas.
La limosnera de Dios.—Breve biografía
de la sierva de Dios doña Dorotea Chopitea
de Serra. escrita por el P. Rómulo Piñol S. D. B.
Es un tomito de 100 páginas, pero sufi
ciente para formarse una idea clara de la
alta perfección a que llegó esta sierva de
Dios, que será ciertamente el modelo aca
bado de toda cooperadora salesiana.
Precio, 6 pesetas.
El triunfo de la Misericordia.—^Por el
Padre A. Lhermitte S D. B.
Este hermoso libro, traducido a las principales lenguas del mundo, es un estudio
fascinador del misericordiosísimo Corazón
de Jesús a través de las páginas del Sanio
Evangelio y de la historia de muchas al
mas. En cualquier momento se lee con in
menso atractivo; pero en el mes de junio,
como preparación para la fiesta del Deífico
Corazón, encuentra su marco más apro
piado.
Precio, 15 pesetas.
I
'
Nota.— El producto de la venta de este
libro se dedica a las obras de construcción
del Templo Expiatorio de España en el
Tibidabo, Barcelona.
Obra pía del Sagrado (.'mvizáii de Jesús
Fué fundada por el primer sucesor de
San Juan Bosco y benignamente aproba
da por Su Santidad León X III, el 30 de
junio de 1888.
Con sólo la limosna de CINCO PE SE
TA S se adquiere derecho a participar
de todas las oraciones y buenas obras de
la Sociedad Salesiana y a la A P L IC A
CION DE SEIS MISAS, que se celebran
todos los días, a perpetuidad, en nuestra
Basílica del Sagrado Corazón de Jesús, en
Roma: dos en el altar del S e ra d o Cora
zón, dos en el de María Auxiliadora y dos
en el de San José.
Los que se inscriben en la OBRA P IA
pueden aplicar el fruto de estas misas a
sí mismos o a otras personas vivas o di
funtas. y variar la intención cuantas ve
ces les plazca. Una misma persona pue
de inscribirse repetidas veces renovando
la limosna de cinco pesetas.
Las limosnas recibidas por este conduc
to destíñanse íntegras, a promover la glo
ria de Dios y el mejoramiento de la So
ciedad, acogiendo a niños pobres y aban
donados para educarlos cristianamente.
Cada inscrito recibe la cédula de incripción.
Las limosnas se enviarán directamente,
o por mediación de las Casas Salesianas.
a la Dirección del Boletín S.u -esiano,
Alcalá, l&i, Madrid, que tiene en Españ.a
la representación del Rvdmo. Sr. Rector
Mayor de los Salesianos.
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S A L E S IM O
R E V I S T A
t E D A C C I O N
D E
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Año LXX
L A S
O B R A S
A D M I N I S T R A C I O N !
D E
M AYO 1956
S. E. 1.........................................2
s
La santiíicadón en eltrabajo. . . . 3-4
.
Um CirKD^
Hace cien años nació Don Rinaldi 5-7
Con Don Bosco y con los tiempos 8-10
Don Bosco y los aprendices.......11
Mamá Margarita........................ 12
D O N
A L C A L A ,
^
1 6 4
B O S C O
M A D R I D
Número 5
España Salesiana........................15
Noticiario mundial salesiano . . . . 14-20'
De nuestras Misiones................. 21-24
Crónica de gracias...................... 25-27
Necrología.................................27-31
Inspectoría de Nuestra Señora de
la Merced................................ 28-29
Bibliografía................................ 31
La santificación en el trabajo
En su Mensaje de Navidad, el Pa
dre Santo ha dilucidado los problemas
más importantes de la humanidad en
este momento crucial. Uno de ellos el
del trabajo, cuya importancia es tan
grande, que sin él no habría progreso
ni santidad. E l Papa se pregunta «s t la
juerza del Trabajo constituye de veras
el firm e sostén del hombre, indepen
dientemente de otros valores, y si pue
de ser mirado como una especie de
deidad, cual parece lo hacen los hom
bres modernos^. Y responde, recono
ciendo que es un inmenso valor-, pero
que uno, ciertamente, como tampoco
ningún poder o actividad de naturaleza
económica o puramente humana. Aun
en la época técnica la persona huma
na, creada por Dios, y redimida por
Cristo, sigue elevada en su ser y en su
dignidad, y, por lo mismo, su fuerzcp
creadora y su obra tienen una consis
tencia bien superior. Asi consolidado,
el trabajo humano es un elevado valor
moral, y la humanidad trabajadora una
sociedad
no sólo produce objetos,
sino que glorifica a Dios. E l hombre
puede considerar su trabajo como un
verdadero instrumento de su propia
santificación, porque trabajando per
fecciona en sí la imagen de Dios, cum
ple el deber y el derecho de procurar
para sí y los suyos la necesaria susten
tación y se hace elemento ú til a la so
ciedad. La actuación de este orden le
procurará la seguridad y. al mismo
tiempo, la €Paz en la tierras anuncia
da por los ángeles.
E n este párrafo se encierra toda una
Teología del Trabajo, que nuestro Pa— 3
dre desarrollaría y desarrolló en sus
«Buenas Noches», con su habitual sen
cillez y la confirmación de su ejemplo.
También lo haría el Siervo de Dios
Don Rinaldi, ideador de la Indulgen
cia Plenaria diaria del Trabajo, y es
ciertamente uno de los puntos más
fecundos de este Mensaje prodigioso,
que exige meditación y práctica, tan
to más que es una de las necesidades
más sentidas de nuestra época, para
que la civilización se ilum ine con los
fulgores de la Fe.
Enumeremos algunos de los pensa
mientos que el párrafo pontificio su
giere: E l Trabajo humano está como
inscrito en un orden sobrenatural, y
solamente de la relación con la vida y
el mundo sobrenatural recibe su ver
dadera razón de ser, su «consistencia»;
separados del orden y del mundo so
brenatural, el Trabajo y la actividad
productiva carecen de su sentido divi
no, y, por lo mismo, no bastan a satis
facer plenamente y a desarrollar en su
plenitud al hombre, que ha sido crea
do para lo sobrenatural. Si se los con
sidera y busca como valor supremo; en
contraposición a los valores morales,
religiosos y sobrenaturales, sería una
perversión del orden establecido por
Dios, que repercutiría inmediatamen
te en una desventura para la humani
dad— como, desgraciadamente, está su
cediendo en algunos sitios — . La «re
ligión del Trabajo»— como alguno la ha
llamado ya— se trocaña automática
mente en «la esclavitud del Trabajo»,
como está sucedie?ido ya en varios
países
E n cambio, injertado en el ordeii so
brenatural, el Trabajo asume un do
ble valor: su valor natural de expre
sión de actividad humana, medio para
la actuaciÓ7i de deberes y de respon
sabilidades indimduales y sociales, y,
p o r lo 7nismo, principio de fonnación
moral; y un superior valor sobrenatu
ral. de santificación en la actuación de
la voluntad de Dios e imitación de
Cristo, y en su glorificación a través
de la misma actividad productiva
Ilum inado por esta visión sobrena
tural, el Trabajo humano nada pier
de de su verdadera grandeza, y que
da preservado de dos peligros que con
tinuamente lo amenazan en el estado
actual de nuestra civilización: la ten
tación del «titanism o», es decir, de un
valor al que todo se sacrifica, y la ten
tación de desesperación al comprobar
que muchas veces no llega ni a satis
facer las perentorias necesidades que
impone una vida de agobio, carente, en
realidad de sentido. Si la primera es
tentación ordinaria en dirigentes y em
presarios, la segunda lo es en numero
sas categorías de seres humanos cuya
existencia se arrastra penosamente en
la actual organización social.
Creados por Dios y para Dios, sólo
mirando a lo alto, sobrenaturalizando
la vida con la búsqueda y la conserva
ción de la Gracia, logrará el hombre
su felicidad y el cumplimiento de sus
altos destinos.
Mirando a Jesucristo y a su vida, to
do Trabajo humano recibe su signifi
cación suprema; toda vida y todo tra
bajo humano, en tanto valen en cuan
to tienen de «cristian o». E n esto radi
ca el valor constructivo del Ti'abajo.
N o cabe engañarse: cada día la expe
riencia, unas veces amarga, otras, dul
ce, siempre amaestradora, nos está con
tinuamente diciendo que Jesús es el
centro y la medida de toda civilización,
lo mismo que de cada vida humana,
y que todo el orden del universo se
apoya en la adhesión a El.
Mediten esto nuestros amados CoQperadores, atemperen a ella su vida,
y serán imitadores auténticos de nues
tro Padre el gran trabajador Don
Bosco.
No olvidar la Conferencia a los Cooperadores Salesianos con ocasión de la
Fiesta de María Auxiliadora.
A
—
Hace cien años nació Don Rinaldi
La
divina llamada
Cuando el 28 de mayo de 1856, en ple
no Octavario de la fiesta de María A u x i
liadora, en Lu-M onferrato venía al mun
do el hoy Siervo de Dios F elip e Rinaldi,
¿quién podía im aginar que un nuevo
Santo asomaba en el fragante Jardín de
la Iglesia? E l niño que vagía en brazos
de una madre fe liz había de distinguirse
por su generosidad en la corresponden
cia a la Gracia: que en eso consiste la
santidad.
Verdad es que nacía en el seno de una
familia de raigam bre cristiana, que se señ a la ^ por su acendrada piedad y cons
tancia en el trabajo de los campos, y que
el pueblo de L u ha sido famoso por la
riqueza con que da ministros al santua
rio y vírgenes a los claustros y casas de
educación.
La atracción hacia Don Bosco le vino
a Felipe a la edad de once años, en que
tuvo la dicha de verle dos veces en el
Colegio de M irabello. Hacia Don Bosco,
porque hacia la vida religiosa no sentía
entonces atracción. Pero la sonrisa y la
palabra del Santo no se le borró ya de la
mente. L e abrió su corazón, se confesó
con él. ¿Qué descubrió Don Bosco en ese
adolescente, pues desde entonces no le
perdió de vista? Sin duda, algo parecido
a lo que entrevió en Dom ingo Savio la
primera vez que se vieron. Felipe, tan
prestante luego, no debía entonces de go
zar de salud muy fuerte, cuando al ter
minar sus estudios prim arios dejó los
estudios para acompañar a su padre en
el cultivo de sus viñas.
Pasaron diez años. Parecía que F elipe
se retraía de los ideales a que tácitamen
te lo invitaba el Santo cada vez que se
encontraban. Y no eran pocas veces, por
que Lu estaba cerca de M irabello, y por
que la fam ilia R inaldi era Cooperadora
Salesiana. Quizá batallaba en su corazón.
A la edad de 21 años se decidió. Felipe
abandonaba el mundo para entregarse en
manos de Don Bosco. «E n tré en el Cole
gio de Sampierdarena, resuelto a hacer
me salesiano», declaró él mismo en los
procesos del venerable Don M iguel Rúa.
A lg o tarde para los estudios, pero en
cambio más maduro para seguir el ideal
de perfección que Dios le hacía brillar en
la persona y en la Obra de aquel a quien
Cuadro que R ollin í pintó por encargo de Don
Bosco para el Santuario del Sagrado Corazón
en Rom a. La Sagrada Congregación de Sem i
narios y Universidades lo ha escogido para d i
fundir en el mundo la devoción a San José
Patrón de la Iglesia Universal, a cuyo patroci
nio está confiada la Pontificia Obra de las
Vocaciones Sacerdotales
ya aclamaba el mundo entero como «P a
dre y Maestro de la Juventud».
E l Sacerdocio
E l esfuerzo espiritual en que germ inó
la vocación de F elip e R inaldi no dejó de
afinar su espíritu y darle ocasión de acu
m ular tesoros de virtu d en su alma, y
particularm ente la humildad, genuina y
profunda, que es la virtu d básica de los
santos.
« A l marchar a Sampierdarena no te
nía preferencia por el estudio o por las
artes manuales, por ser sacerdote o ser
coa<ljutor»: dejó ese cuidado a la Obe
diencia. Ya en el ocaso de su vida escribe,
evocando conm ovido aquella fe c h a : «E n
tonces deseaba pasar desapercibido en la
Congregación, y me dedicaba a humildes
oficios».
L a Gracia, pues, y los superiores, ya
podían fabricar sobre sólidos fundamen
tos. Y éstos no vacilaron en encaminarlo
al Santuario. Más aún, la exquisita dili
gencia de Don Bosco le abrevió las eta
pas como a ningún otro, excepto al Con
de Cays, en quien concurrían circunstan
cias tan especiales como ser ssnador del
reino, doctor en Derecho y m uy versado
en Teología. E l mismo le confió más tarde
a un am igo: «D i los exámenes de T eo
logía, recibí las órdenes sagradas y me
ordené sacerdote sólo por obediencia. T o
do me lo indicaba Don Bosco. Y yo, vez
por vez, le obedecía».
D ijo su prim era Misa en la vig ilia de
Navidad de 1882.
Rico ya de vida interior, cultivada con
la oración, el ejercicio asiduo de vigilan
cia sobre sí mismo, y la devoción a la V ir
gen— que cultivaba desde niño como to
dos los de su casa— , aquel día tomó la
resolución de leer cada año la vida ente
ra de un Santo, con el intento de tender
vigorosam ente a las cumbres de la per
fección.
A esas cumbres Dios quiso que el Sier
vo de Dios, tan humilde, tan despreciador de sí mismo, llegara escalando por
grados los más altos cargos y responsa
bilidades del estado religioso.
L as prTAPAS
de un cincuentenario
A rdiente anhelo de I>m Rinaldi. si al
guno tuvo, fueron las Misiones, especial
mente las do la Patagonia, inauguradas
en 1879. P :r o se verificó la profecía de
Don Bosco. que le decía: « A las Misio
nes tú no irás. Mandarás a otros, y mu
chos».
Y en efiH’ to. nutría Don Bosco tanta
confianza en este joven sacerdote, fo r
nido. vigoroso, prudente, reflrxivo. que
aun antes de cum plir un año de sacer
dote. lo nombraba D irector de la Casa de
Mathi. destinada a la form ación de las
vocaciones tardías. El. que había tardado
en descubrir la suya, estaba en excelen
tes condiciones de ayudar a otros a des
cubrir la propia.
Cinco años duró en este cargo, aun
cuando la obra se trasladó a Turin, a
6
—
San Juan Evangelista. Fué la primera
palestra de su celo, de su talento de go
bierno, de su inalterable bondad.
En 1889, Don Rúa, inm ediato Sucesor
do Don Bosco, lo envió a d irig ir la na
ciente casa de Sarriá, y tres años des
pués lo nombraba Inspector de las casas
salesianas de España y Portugal. Fueron
otros nueve años de creciente operosidad.
que le perm itieron dar vida a diecinueve
fundaciones, en donde su nombre, como
en toda la península ibérica, ha quedado
como bendición inextinguible.
Siem pre más admirado de las dotes de
Don Rinaldi y de su espíritu típicam ente
salesiano, Don Rúa lo llamó a su lado en
1901, en calidad de Prefecto General de
la Congregación.
De Tu rín no se m ovió más. P o r veinte
años ocupó el segundo puesto de la Con
gregación, prim ero con Don Rúa y luego
con Don Pablo A lbera, y a la m uerte de
éste fué unánimemente elegido para go
bernar la Congregación como R ector Su
premo, y la gobernó de 1922 a 1931, año
en que murió, siendo el tercer sucesor
de San Juan Bosco.
L a Providencia lo había llevado allá
adonde él, por su temperamento ajeno a
los honores y su neta humildad no ha
bría pensado llegar. Don Rinaldi no se
apercibía de que el encanto que emanaba
de su persona, de su palabra, de su trato,
ejercía una especie de fascinación, por^
que no era un mero brillo de dotes hu
manas, sino aroma de virtud, suave en
canto de santidad. Gozaba la estima y
la veneración de todos.
A specto
predominante de su figura
L a santidad de Don Rinaldi. como la
de San Francisco de Sales, la de Don
Bosco y la misma del D ivin o Maestro,
sus grandes modelos, es una santidad he
cha de Am or. A m or de Dios y amor del
prójim o por am or de Dios. Pero un amor
revestido de comprensión, de bondad, de
longanimidad, en una palabra, de ma
ternidad.
Este, el carácter distintivo de su no
común personalidad de Superior y de su
fisonomía de Sacerdote Salesiano. H eroi
co en el ejercicio de la principal entre
las virtudes teologales. «N u esto Funda
dor— decía— no ha sido sino Padre en el
sentido más noble de la palabra». Y él
procuró ser otro tanto. Y lo logró.
E xtravertiendo su mundo interior, y
su norma de vida, le recomendaba a un
señor In sp ector: «H a zte siempre más
paterno con todos, para que puedas go
zar de la confianza de todos... E l dom i
nio de nuestros nervios nos hace dueños
de los demás. E d ifica siem pre a todos
con tu grande bondad... Sé padre. Con la
paternidad harás m ilagros».
¿N o nos parece estar oyendo a San Fran
cisco de Sales en la «Introdu cción a la
vida d evota» y en el «Tratado del A m or
de Dios? Esto es tan manifiesto que el
prim ero de los dos teólogos censores que
han examinado los escritos del Siervo de
Dios por encargo de la Sagrada Congre
gación de Ritos, ha observado finam en
te : «S i prescindimos del estro poético de
sus clásicos- escritos, y especialmente de
las famosas imágenes con las cuales re
vestía su pensamiento San Francisco de
Sales, todo lo demás, es decir, la sustan
cia, la tiene el Siervo de Dios Don Felipe
Rinaldi, y no le queda m uy lejos».
Podía recomendar a los otros la pater
nidad, porque antes se había él revestido
de paternidad, hasta convertirla en una
segunda naturaleza, o en regla de su v i
da: era su «estilo» de Superior. L o s Salesianos que él form ó y los que con él
vivieron, unánimemente a firm a n : «P ara
Don Rinaldi, ser superior significaba ser
y demostrarse padre».
Padre iluminado y solícito lo procla
man centenares y m illares de almas que
él d irigió en los caminos del espíritu, y
que guardaron de su dirección, sobria y
rectilínea, im borrable memoria. V alga el
testimonio de una por todas: «D on R i
naldi era un faro que ilumina la vía. P o
seía la visión (veggenza) interior de las
almas. Era paterno, caritativo, benigno,
sencillo, de una pureza de lirio. Em uló en
la caridad, la amabilidad, la pureza, la
paciencia, a su Patrono San Francisco
de Sales».
H.ACIA L.A GLORIFICACTÓN
E n el pasado enero del año centenario
de su nacim iento y vigésim oquinto de su
muerte, la Congregación de R itos apro
baba los escritos d el Siervo de Dios con
el lisonjero ju icio ya citado.
Ahora se ha hecho la inuoüucción de la
Causa. Plegu e al Señor exaltar pronto al
honor de los altares a este fúlgido astro
de la santidad salesiana, de cuya g lo rifi
cación tanto bien derivará para la Fam i
lia Salesiana y para muchas almas.
DOMINGO SAVIO Y LAS ESCOLANIAS DE CANTORES
Durante el mes de abril se reunió el año pasado, en París, la Asamblea Ge
neral de los Presidentes de la Asociación «Pueri cantores». Tomaron parte
25 Federaciones de otros tantos países. El balance activo de este movimiento
es, sin duda, importante: 133.000 niños cantores están organizados.
Durante una de las sesiones, una fulgurante lucecilla iluminó toda la Asam
blea y sus trabajos: DOMINGO SAVIO, ya conocido en el mundo entero.
La Federación italiana había llevado a la Asamblea Internacional un her
moso cuadro y una reliquia del «niño santo», encerrada en una bellísima rosa
en filigrana de plata dorada, y puso a votación una propuesta, que fué uná
nimemente aclamada, para pedir a la Santa Sede que se proclaTie a Santo
Domingo Savio, Protector y Patrono de los Pequeños Cantores.
Esta proclamaetón por unanimidad tiene su razón de ser: Santo Domingo
Savio fué un cantorcito, muy buen cantor, solista y muy santo cantor. Un día
hablaba Don Juan Branda con Don Bosco sobre Domingo Savio. Y el Santo
se enterneció y le contó que después de una fiesta en la Consolación, había
visto llorar a Domingo, y al preguntarle la causa había recibido esta respuesta:
«¡Pobre de mí! Mientras cantábalos a solo, sentía complacencia, con lo que
tal vez perdí parte del mérito, y ahora, al venir mis compañeros se empeñan
en felicitarme, con lo cual habré perdido la otra parte». Y el Santo admiraba
en su querido alumno dos cosas: la unción espiritual con que cantaba y la
sencilla humildad de su delicadeza de alma.
Verdaderamente, inestimables margaritas son estas lágrimas del jovencito
cantor sobre la vanidad de las alabanzas humanas y su aprecio de los bienes
eternos y la gloria de Dios.
Santo Domingo Savio, con su hermosa voz y sólida humildad, será un es
pléndido modelo para los jovencitos cantores, que en la sagradas funciones
cumplen un oficio casi divino.
— 7
r
CON DON HOSCO Y CON LOS TIEMPOS
(fif‘ lili o;iúxcul() riel i’udre 4uffr<iy)
II
PLANTEADO Y RESUELTO, PERO.
Hacia la mitad del siglo pasado, en
1841 exactamente, en Turín, capital de
los Estados Sardos, el problema de sal
var a los hijos del pueblo fué afrontado
providencialm ente por el m ayor am igo
de los jóvenes que el mundo haya co
nocido jam ás: el Sacerdote Juan Bosco.
Sueños misteriosos que se iban repi
tiendo bajo distintas formas, le habían
hecho com prender claram ente que él es
taba llamado a resolverlo.
Nunca hubo vocación tan precoz y tan
clara como la suya. Desde sus primeros
años llevó siem pre en su espíritu un
deseo acuciante de salvar a la pobre ju
ventud del pueblo, y especialmente la
adolescencia, esa edad que oscila entre
los 10 y los 18 años.
Esta juventud constituía un verdade
ro ejército en el Piamonte, tan extraor
dinariam ente prolífico, un ejército in
menso entregado a las pasiones más des
enfrenadas, víctim a de una sociedad in
diferen te ante sus necesidades, de amos
que solamente pensaban en sacar el jugo
de sus obreros, y víctim a también de
fam ilias que con demasiada frecuencia
descuidaban los deberes más elementales
de asistencia y de educación. Los estu
diantes, al dejar la escuela, vagaban pol
las calles, alejados de sus casas y fam i
lias, con frecuencia míseras, sin juegos,
sin amigos y a veces también sin cariño.
Los aprendices, los obreros jóvenes, en
sus horas libres, después de una jornada
de 14 horas, y los domingos durante to
do el día, iban dando vueltas por todas
partes con compañías dudosas, por luga
res de perdición, dispuestos siempre, si
no al delito, por lo menos a todas las
aventuras más o menos peligrosas. En
una palabra, ¡el abandono era com ple
to!
Y esta turba aumentaba cada año, por
que la ciudad de Tu rín en período de
desarrollo, atraía gran número de pobres
jóvenes de los alrededores y también de
muchachos piamonteses y lombardos que
entraban a trabajar en las e m p re ^ s de
construcción y en las nacientes indus
trias.
Grousset. el insigne cultivador de la
8 —
filosofía de la Historia, escribió: «E n la
vida de los pueblos, muchas veces el
progreso se lleva a cabo sólo a costa del
más doloroso retraso en otros sectores.»
E l nacimiento, el prodigioso desarrollo
de las grandes ciudades modernas, las
ciudades-hongos — como han sido bauti
zadas, haciendo hincapié en la rapidez
de su desarrollo— fueron pagadas a muy
caro precio.
Estas ciudades con tentáculos, como
las ha llamado bien Verhaeren, absorbie
ron de los vecinos pueblos a 30, a 50 e
incluso a 100 kms. a la redonda la mano
de obra de que tenían necesidad y ne
cesidad absoluta. Estos pobres trabajado
res, jóvenes principalm ente, privados en
absoluto de aquellas protecciones natu
rales que son la fam ilia, la Iglesia, el
ambiente nativo (fam iliar) con sus sanas
tradiciones de vida, se vieron moralmen
te abandonados en el caos de aquellas
ciudades, en pleno desarrollo y expuestas
a todas las tentaciones de la miseria,
principalm ente del vicio y del robo.
Y he aquí, por consiguiente, reunida
en lugares peligrosos como los que más,
a una juventud literalm ente sin raíces,
como la llamaba Barrés. ¿Y qué mal hay
m ayor que éste?
Sin amigos, sin protección, privados
de toda organización cristiana que se
preocupase de ella en las horas de ma
yor peligro.
E l mismo clero se desentendía total
mente de esta parte de su rebaño por
otra parte tan simpática. «O ves errantes
sine pastore» ( 1).
E! joven sacerdote de Tu rín se había
percatado enteramente de esta dclorosa
situación, y cuando por los Iredcdores
de la ciudad descubría en aquellos cuchi
triles un espectáculo tan sobremanera
desolador, fam ilias de 8, 10 y 12 persoñas amontonadas en un tugurio inmun
do. donde el aire estaba infecto y la pro
miscuidad creaba una auténtica escuela
de vicios. ¡A llí germ inaba la semilla del
futuro galeote! Y un mal día la triste
planta hubiera dado sus frutos: los can
didatos a alguna de las cuatro cárceles
de la ciudad. Y’ e l buen sacerdote, no de
jaba tampoco de hacer sus visitas a los
pobres encarcelados en estas sórdidas
i l ‘ En sus M em orias. Don Bosco d e jó escr:tocura de m i pueb'.o no m e co n ocía i.
«E l
)
*
mansiones. E l espectáculo que más le
impresionaba allí era el imponente nú
mero de jovencitos que al contacto de
los delincuentes de profesión, completa
ban la obra de corrupción que habían
empezado en parte. Algunas veces, en
caminándose al atardecer hacia algún
prado de las afueras en compañía de sus
tristes pensamientos, topaba con golfillos abandonados a sí mismos, sin nin
guna asistencia por parte de sus padres,
despreocupados o débiles. En un rincón
se peleaban, en otro bromeaban de ma
nera deshonesta; aquí jugaban juegos de
azar, más allá a las cartas, uniendo a
sus juegos horrendas blasfemias y fra
ses obscenas. T riste cuadro, consecuen
cia dolorosa del estado de abandono de
toda una masa juvenil.
E l santo sacerdote se acercaba a ellos,
pero sin éxito, porque apenas aparecía,
unos huían, otros le insultaban y los de
más continuaban im perturbablem ente sus
juegos equívocos.
Entonces él se detenía triste y descon
solado.
Pero un día no supo contenerse; ilu
minado por una inspiración divina, aco
metió resueltamente la obra, y sin más
comenzó. Comenzó prim ero con uno, des
pués con diez, luego con un centenar, y
por último, con varios centenares de mu
chachos, porque el éxito le sonreía por
completo. Y no extrañó: tenía la atrac
ción de niños, que Dios le había dado y él
cultivado.
H e aquí, finalmente, que por prim era
vez un joven sacerdote, dinámico, de as
pecto simpático, un tanto deportivo, de
rostro abierto y sonriente, se dedicaba
a una juventud en quien nadie hasta en
tonces había pensado jamás.
H O N G 'K O N G .
E l se gana esta juventud especialmen
te con los juegos, porque sabe de sobra
que el juego, el m ovim iento, la algazara,
la vid a libre son el alma misma de la
juventud y una form a característica de
considerar la vida.
A b re de par en par las puertas de su
habitación: en cualquier m om ento y ho
ra está siem pre a disposición de los jó
venes, se interesa de todas sus cosas, aún
de las más pequeñas, tristes o alegres.
N o v iv e más que para ellos, para arran
carlos de la miseria, de la ignorancia y
del vicio.
A m a a aquellos jovencitos y quiere
que se den cuenta de que son amados;
de tal modo que ellos, abandonados has
ta entonces, corren ahora hacia su amigo.
En efecto, el haber hallado un amigo,
un verdadero amigo, un hermano m ayor
que está a su disposición siempre, y pa
ra cualquier caso de servicio, es un he
cho de tal manera nuevo y desacostum
brado. que desde aquel momento los jo
vencitos no abandonarán ya nunca a Don
Bosco.
P o r el contrario, de d .'a en día su obra
va lom ando proporciones asombrosas.
A l año siguiente P A R A DESCONGEST I O N A R L A se verá obligado a abrir
otra obra en la parte opuesta de la ciu
dad; y luego una tercera, para form ar
un triángulo con las dos prim eras en
otro barrio abandonado de Turín. Y todo
esto a pesar de las pruebas más duras
de mezquinas persecuciones, a pesar de
haber sido expulsado cuatro veces de lo
cales de ocasión y de paso, y la existen
cia de una obra errante que buscaba pa
ra v iv ir un techo, un rincón de capilla
y un patio cualquiera.
L ejos de paralizar su entusiasmo las
Escuelas Profesionales Tank-King (el Fundador).
DEL RVDMO. PADRE ZIG G IO TTI, EN VUELO
Queridísimos amigos:
Hoy la grande preocupación de los Superiores en todas las naciones del mun
do es la constante e insistente súplica de autoridades, empresas y amigos para
la creación de Escuelas Profesionales de la juventud obrera. Pero las Escuelas
Profesionales no pueden existir sin un número considerable de «Coadjutores
Saleslanos» a su frente para la enseñanza de las diversas artes y oficios.
Aprovecho, pues, esta permanente ocasión que me ofrece mi viaje por todas
las naciones para recomendaros a todos: Salesianos, Cooperadores, Antiguos
Alumnos, que nos empeñemos a fondo en la formación de Coadjutores. Hay
que suscitar y cultivar vocaciones, muchas y buenas vocaciones de Coadjutores.
Urge la necesidad de crear Casas a propósito dotándolas de todos los recur
sos para prepararlos a su apostolado, tan imperioso y urgente.
Cuando leyendo el proceso de nuestros mártires, en Valencia y Barcelona,
vi la resplandeciente figura del Joven Coadjutor Jaime Ortiz, mártir de la fe,
y lei la vida que se ha presentado en la postulación, se reencendió en mí el
deseo de ver multiplicado el número de Coadjutores Salesianos.
dificultades, lo aumentaban todavía más,
impulsado por la necesidad — en este
caso es precisamente la necesidad la que
crea el órgano— él em prende las distin
tas actividades propias de un Oratorio
completam ente organizado, piensa no só
lo en los juegos del patio, en los cantos
y ceremonias de la capilla, sino también
busca trabajo a los desocupados y vesti
do a los andrajosos, lleva su aliento a
lüci aprendices enferm os visitándoles en
los hospitales.
Se preocupa de elegir escuelas noctur
nas para enseñar a leer y escribir a los
analfabetos; enseña a cantar, a decla
mar, y pone en m ovim iento un cúmulo
de iniciativas que llenan de entusiasmo y
regocijo a todos los jóvenes.
Pero, ¿quién podría decir jamás el cú
mulo de dinero y de trabajo que exigía
tal actividad? E n lo que al dinero se re
fiere, todavía pase; cuando no lo había,
él iba adelante a fuerza de deudas, es
perando la hora de la Providencia que,
gracias a Dios, llegaba siempre. Pero, ¿y
en lo que respecta al trabajo? Este, co
mo todos sabemos, tiene un lím ite que
no se puede superar. N o basta ser jóve
nes robustos, adiestrados en el sacrificio,
animados por un celo arrollador; a los
músculos humanos fatigados excesiva
mente, un mal día les faltan las fuerza!^ y un órgano vita l se para en-seco
y se rinde. Una desgracia semejante le
sucedió al Santo. Había abusado de sus
fuerzas con exceso y fu é derribado com
pletam ente por una grave pulmonía.
L e llegaron a faltar tanto las fuerzas,
que tenían que sostenerle en aquel tra
bajo agobiador.
Las Hijas de María Auxiliadora en Beppu (Japón).
DON
SOSCO
y
(C O N S T A T A C IO N
LOS
DE
APRENDICES
MONS.
CARDON)
El testimonio del fundador de la Juventud Católica Obrera (JOC) es de
inapreciable valor. Monseñor Cardijn comenzó su apostolado entre la juven
tud obrera de Bélgica en 1912, obra que fué reconocida oficialmente por el
Episcopado y por la Santa Sede en 1925. La Asociación por él fundada cuenta
hoy con millones de inscritos y con imitadores en todo el mundo.
Hace un año, Moiiseñor hizo un viaje por América. En Montevideo se
hospedó en las Escuelas Profesionales Salesianas. Y en un discurso dijo estas
textuales palabras:
« L a «J u v e n tu d O brera C a tó lic a » tien e la su b lim e a m b ición d e fo rm a r
una ju v e n tu d n u eva, fu erte, pura, llen a d e fe y de en tu siasm o para
la conqu ista d e l m un do para C risto O brero, el sólo capaz de m o stra rle
a la clase ob rera e l ca m in o de la fe lic id a d y d e la salvación . L a «J u
ven tu d O b re ra » q u ie re h acer d e l m un do e l R e in o d e Cristo.
Y o am o in m en sam en te a los h ijos d e los alu m n os de D on R osco. A I
com en zar m i obra, fu i a T u r ín y ante la tum ba de D on R osco im p lo ré
ben dición y ayu d a para la am ada ju v e n tu d a" q u e m e dedicaba. P o rq u e
en rea lidad d e v e rd a d él ha sido el prim ero que en la Iglesia Católica
se dedicó, se consagró enteramente a esta categoría de jóvenes. Don
R osco fo rm ó m ision eros y los e n v ió a todas las re g io n e s d e l m un do para
que se d ed ica ra n d e un m odo esp ecia l a la ju v e n tu d obrera. E n todas
partes he en con trad o Salesianos, y en d o n d equ iera he v is to q u e tra b a
jan con e l m ism o am or, con la m ism a co n sagración al jo v e n ob rero,
deseosos d e fo rm a rlo s en e l e s p íritu d e l E v a n g e lio .
E s tu v e tam bién en la co lin a d o n d e n ació D on Rosco, para p e d ir
in spiración al S a n to: a llí h o y su rge una gran d iosa E scu ela P ro fes io n a l
m odelo, en la cu al se fo rm a n los M aestros Salesianos en las v a ria s a r
tes para ded icarse m añana con e s p íritu de a p óstoles a los jó v e n e s en
las escuelas profesion a les de todo e l m undo. Serán los jó v e n e s d e Don
Rosco los a p óstoles qu e tra b a ja rá n a fin de q u e las fá b ricas y las o fi
cinas lleg u en a ser ta lle re s d e b ien esta r y tem p los d e o ra ció n .»
M A N IL A .—Modernidad de ensefianza en las Escuelas Proíeslona
les Salesianas.
M A M Á
LA
M A R G A R I T A
MADRE
DE
DOW
BOSCO
JVNTO A L CORAZON D E L HIJO
Juanito había tenido un sueíio misterioso.
El sueño era un aviso del Cielo. Margarita tuvo de ello, desde el primer
momento, certeza absoluta, y pensó que la Providencia ayudaría a su hijito a realizarlo. Debía, pues, hacerse digna de los futuros y elevados desti
nos de su Juanita. El buen sentido suplía su ignorancia campesina sin le
tras, y engendraba en ella aquella recta y sana intuición que es fruto de la
generosidad con la que el cristiano se olvida de sí mismo para pensar tan
sólo en el bien de los demás.
Su buen sentido, pues, le hizo comprender que la escuelita de Capriglio,
suficiente para proporcionar una breve y sencilla instrucción a los futuros
trabajadores del campo, no podía bastar para preparar a Juanita para su
excelsa misión.
Juanita tenía que ampliar sus estudios, por medio de los cuáles se abri
ría el camino de las almas, y se pondría en condiciones de poder corres
ponder a los designios qxie sobre él tenía el Altísimo. Los obstáculos sobre
los que tuvo que pasar fueron grandes y múltiples; mas con paciencia, hu
mildad y gracia de Dios, llegó a vencerlos todos.
Margarita, en primer lugar, tuvo que vencer la oposición de su hijastro
Antonio, que no llegaba a comprender por qué Juanito tenía que estudiar,
y que se había ya opuesto incluso a que cursara las clases elementales, no
escatimando para lograrlo sarcasmo, invectivas y amenazas. Quería él que
Juanito sólo arrimara el hombro, como suele decirse, a los labores del campo.
Y la madre, serena y tenaz, hizo de modo que Juanito trabajara en el
campo y atendiera a su instrucción.
Terminadas las clases elementales, la lucha adquirió caracteres más du
ros. si cabe. Hubiera podido, ciertamente no le faltaba energía para ello,
acabar muy pronto con la resistencia de Antoriio. Pero no quería emplear
la fuerza, que habría roto para siempre la paz de la familia.
.Margarita pidió a don Calosso que diera clase a Juanito. Durante el in
vierno, el buen capellán de Murialdo le dió clase de gramática italiana y
latina y comenzó a encaminarle por la sendo de la vida espiritual.
Con la primavera comenzó de nuevo la oposición de Antonio, y Marga
rita tuvo que ceder. Pero cuando tarnbién al llegar el i?iviertio renovó An
tonio su oposición sisteinática a los estudios del señorito, como despectiva
mente llamaba a Juan, la bueiia mujer se revistió de valor abnegado y
determinó alejar de casa a su pobre hijo para que fuera en busca de traba
jo en hogar ajeno.
Corría el mes de febrero de IS2S cuando Juanito abandonó la casita de
Becchi... Llevaba por todo recado unos panes, algunos libros de piedad
y una gran confianza en Dios. Desde lo alto de la calinita, la madre 5ícon la i'ista a su hijo hasta verle desaparecer en la lejanía. Sus ojos,
que ha.sta entonces habían permanecido enjutos y serenos por un esfuerzo
supremo de voluntad, rindieron su tributo a la naturaleza dejando caer
amargas lágrimas: y aquella noche, a la oración de costumbre, añadió esta
otra: ¡Dios mío. haz que mi Juanito encuentre el p a a de cada día e ilum i
na a Antonio, que está ofuscado!
L a madre lo tenia bien acostumbrado al trabajo, y Juanito, para ganar
se el sustento, fué pasando de amo en amo, haciendo ya de pastor de vacas,
ya de herrero, bien de mozo ie café o de panadero... Le había habituado
a pasar con poco y a no desear lo superfino, y él se conformaba con las pe
queñas ganancias que lograba a fuerza de robar tiempo al sueño y al
descanso. La Providencia le preparaba para fuyidar sus Escuelas Profesiona
les y Agrícolas.
12
—
S á k s ia n a
A rbós del pañadés (Tarragona).— P o r
vez prim era en Arbós tuvo lugar, el día
2 del pasado enero, un acto con el fin
de iniciar en esta localidad la P ía Unión
de Cooperadores Salesianos. E l número
principal lo constituyó la conferencia
dada por el encargado inspectorial, R e
verendo D. Domingo Pérez. E l salón de
actos del N oviciado Salesiano estaba re
pleto todo él de simpatizantes de la obra
de Don Bosco, presididos por las prim e
ras autoridades eclesiásticas y civiles.
Todos los circunstantes salieron suma
mente complacidos y animados a dar su
nombre a la Pía Unión de Cooperadores,
que tan fácil y eficazm ente les brinda el
trabajar por un mundo msjor.
L o s SALESIANOS EN L eón .— E l prim er
día de la novena de San José los Sale
sianos pusieron pie en León, en un
sitio verdaderam ente estratégico, pues
está enclavado en la parte más indus
trial de la ciudad y en la zona ferrovia
ria de la R E N F E , no en el centro, sino
en los alrededores de la urbe.
Se proponen construir un Seminario
para los estudiantes de filosofía de toda
la provincia. L a D ivin a Providencia ha
venido en su ayuda para la adquisición
de la finca, y sin duda alguna comple
tará la obra enviándoles lo necesario pa
ra construir tanto el Seminario como los
locales destinados al Oratorio F estivo y
a las escuelas para los ñiños de la ba
rriada. L legan anhelantes de trabajar por
la juventud, particularm ente de las cla
ses más modestas de toda la regióh leo
nesa.
N LA A lm unia
de
D oña
C o pin a .—
ÁSoO kilóm etros de Zaragoza ,se levan
ta esta villa ,con sus 4.500 habitantes y
sus casas doradas bajo el sol de los si
glos. Una gran señora, doña Teresa Cas
tillo Cerdán, para honrar la memoria de
su esposo, don Juan Hernández Laviaga,
se empeñó en fundar un Seminario para
Coadjutores Salesianos.
L a señora via jó por España, Italia y
otros sitios, v ió lo que hacen los Salesia
nos para la elevación de la juventud obre
ra, y concibió la caritativa empresa, que
hoy es una consoladora realidad.
A L M L N IA DE D O Ñ A G O C I K A .- Seminario de Coadjutores Salesianos |
í- - .
*
r
El Rvdmo. Rector M ayor en las Antillas
VIERNES, 27 DE ENERO
(EN GUANABACOA)
La santa Misa la celebra en la Capilla
del Colegio. Asisten todos los alumnos y
numerosos fieles. La Comunión es casi ge
neral. Los motetes eucarísticos muy acor
dados y deVotos.
A las diez de la mañana empiezan los
actos oficiales.
La presentación de las Autoridades está
a cargo del Dr. Oscar I barra Pérez, Rec
tor de la Universidad. Exalta la Obra de
•San Juan Bosco y establece un magnífico
paralelo entre el Santo educador y el
apóstol de las libertades patrias, José Martí.
Con palabras siempre brillantes canta la
educación patriótica y hace afirmaciones
gallardas del más genuino catolicismo. Es
muy aplaudido.
Inmediatamente después el Excmo. Sr. A l
calde lee el texto del pergamino que declara
al Rvdmo. Rector Mayor huésped de honor
de la Ciudad.
A continuación se bendicen por el Exce
lentísimo Sr. Obispo de Camagüey los nue
vos salones y máquinas de los talleres que
apadrinan >\utoridades escolásticas, civiles
y militares.
Se bendice y coloca también la primera piedra del Oratorio Festivo «Domingo
Savio». que se levantará en el campo de
<Íeportes del Colegio.
Bellísimo sobre toda ponderación el dis
curso del Superintendente Cíeneral de Se
gunda Enseñanza. Dr. Ernesto García Tudurl al descubrir el busto de Martí a la entrada
del plantel. Glosando la frase lapidaria de
.Martí: «La Escuela es una fragua de espí
ritus». afirma que todos los (jolegios Salesianos son fraguas de espíritus. Termina
comentando la trilogía Don Bosco y su obra.
Martí y Cuba, Dolores Betancourt y Camagüey.
14
—
El Sr. Director ofrece luego a las Autorídades un suculento «lunch» en los corredodes altos del edificio.
La tarde la dedica el Rvdmo. Rector Ma
yor a devolver la visita al Exmo. y Reve
rendísimo Sr. Obispo, a las Hijas de María
Auxiliadora y a los Salesianos.
Las buenas Noches a los artesanos son un
hermoso colofón a las fiestas del día. Co
menta el natalicio de Martí y les recomien
da la gratitud a Dios, a los Héroes y a los
Superiores, que quieren representar siempre a Dios.
Cuba es un maravilloso pentagrama en
que el amor de Don Bosco — su santo más
popular y humano— borda de continuo las
más concentradas sinfonías. Despidiéndose
ante las cámaras de televisión pudo decir
emocionado el Rvdmo. Rector Mayor qué
en tierra alguna había presenciado cul
to más fervoroso y plebiscitario a nuestro
Fundador.
En la Parroquia salesiana de la Virgen
de la Caridad del Cobre el venerado Supe
rior dice la Santa Misa de Comunión para
la Archicofradía. Hijas de María Auxiliadora. alumnas y exalumnas de las Hijas de
María Auxiliadora y de los Salesianos.
Fervorosísima e impresionante.
T (^ o los fieles se agolpan ahora en la
sacristía para arrancar al reverendo Sucesor
de Don Bosco un pensamiento, un autó
grafo.
A continuación los Ajitiguos Alumnos
honran la memoria de los primeros Sale
sianos que iniciaron su apostolado hace 24
años, precisamente en este sitio.
Después del desayuno un bello desfile
y la conmovedora triunfal despedida. Has
ta el aeropuerto van los automóviles y au
tobuses colmados de alumnos y cooperado
res. con su banda de música.
SABADO, 28 DE ENERO
(EN TIERRAS DE ORIENTE)
A las diez y inedia toma tierra en el
aeropuerto de Antonio Maceo de Santiago
de Cuba.
En la pista espera el Exmo. Sr. Gober
nador de la Provincia, el Excmo. Sr. A l
calde de la Ciudad, el Sr. Vicario General
en representación del Sr. Arzobispo, la
Familia salesiana en pleno, representacio
nes de Ordenes y Congregaciones religiosas. Grupos de niñas y niños se adelantan
a ofrendar al venerado Superior hermo
sísimos ramos de flores.
Después del himno nacional el Excelen
tísimo Sr. Alcalde lee un pergamino de
clarándolo Huésped Ilustre de la Ciudad
y el Sr. Gobernador le entrega las llaves
simbólicas de la misma Las Autoridades
del aeropuerto rivalizan con las de la ciu
dad en atenciones y delicadezas al Reve
rendo Rector Mayor, quien agradece la
bienvenida, y se organiza la caravana en
coches para escoltarlo hasta el Colegio.
En el patio nos espera un gentío inmen
so y una gratísima sorpresa.
El Sr. Director lo saluda emocionado y
a continuación un Antiguo Alumno lo hace
en nombre de la Asociación de Exalumnos
y Caballeros Antiguos Alumnos de Don
Rosco. Unos niños hacen un chispeante
diálogo de ocasión y al final el Padre con
decora, en medio de una expectación insó
lita, a la madre de un Salesiano con dorada
medalla de Don Rosco.
Por la tarde habla para la Radio de
Oriente.
Con una visita cordialísima de los An
tiguos Alumnos hacia las nueve termina
la jornada.
DOMINGO 29 DE ENERO
El patio de juegos se ha trocado en tem
plo por la Misa de Campaña.
Fieles, niños externos, oratorianos, A n
tiguos alumnos asisten devotamente.
Hay también un grupito de primeras co
muniones.
AI Evangelio el Rvdmo. Rector Mayor
habla a la turba infantil como él sabe hacer
lo. Hay cantos muy hermosos por la coral
de las Hijas de María.
A l final del desayuno pudo conocer el
nuevo colegio de ias Hijas de María A uxi
liadora, que ocupa la altura llamada del
Kei, y es el sitio más bello y de más pai
sajes que pudiera ambicionar el más exi
gente turista.
A las doce tiene lugar el banquete ho
menaje. Se sientan a la mesa del Reveren
dísimo Rector Mayor basta un centenar
de invitados entre los que se cuentan to
das las Autoridades.
A la hora de los brindis se escuchan
los discursos del Presidente de los Exalumnoa. y del Presidente del Consejo dio
cesano de Acción Católica. Ambos afirma.i
que, en su concepto, la Obra de Don Ros
co aporta las mejores soluciones al angus
tioso problema social. E l Rvdmo. Rec
tor Mayor subrayó en su bella interven
ción los triunfos de la Pedagogía Salesia
na en el campo profesional de la restaura
ción de los valores humanos de la ense
ñanza. especialmente profesional, y dijo que
nosotros, los Salesianos, los últimos llegados queríamos aprender las lecciones elo
cuentes de las otras Ordenes y Congrega
ciones religiosas que nos precedieron en
la noble función educadora de la juventud.
Por la tarde sale triunf.almente la carro
za de San Juan Rosco en procesión por
las calles y avenidas del barrio.
A l final se da la bendición eucarístíra
y se queman fuegos artificiales.
El acto de la noche supera en grandio
sidad al de la tarde. La carroza, una cas
cada de luz, paseó toda la ciudad seguida
de una caravana de motos, autos y cinco
autobuses hasta el artístico y aristocrático
Rarrio de Vista Alegre. En el centro se le
vantó sobre artístico altar gigantesca ima
gen del Santo.
La banda municipal, gentilmente cedida
por el Excmo. Sr. Alcalde, presente también
al acto; infinidad de voladores atronaban
el espacio en el grandioso marco natural
de una noche tibia y estrellada.
REPUBLICA DOMINICANA
El itinerario reservaba al buen Padre
una gratísima sorpresa en la Quisqueya le
gendaria; la fiesta de San Juan Rosco que
pudo celebrar en la Catedral Primada de
América, ante el Arzobispo ciego. Primado
de las Indias, venerada reliquia salesiana.
Monseñor Ricardo Pittini, con emotivo y
bellísimo panegírico del Arzobispo Coadjutor, Excmo. y Rvdmo. Mons. Octavio A.
Reras.
En el programa entraba una detenida v i
sita a la Feria de la Paz y confraternidad
del Mundo Libre, verdadera maravilla de
organización, prodigio de voluntad, símbolo
elocuente de la potencialidad económica de
un país, realizada sólo en once meses de
titánicos esfuerzos y poblada de palacios,
avenidas, fuentes luminosas, teatro de agua
y luz y pabellones dedicados a la Industria,
ganadería, educación, a las artes de la Paz
y a las artes de la Guerra.
E l Rvdmo. Rector Mayor la visitó dos
veces.
Solemne y cordialísima fué la audiencia
que le dispensaron lo mismo el Jefe. Gene
ralísimo Rafael Leónidas Trujillo Molina.
Benefactor de la Patria, como el Presidente.
Excelentísimo Sr. Héctor Bienvenido Tru
jillo Molina y la distinción otorgada por el
—
15
Consejo Administrativo del Distrito Nacio
nal, nombrándolo, en artístico pergamino,
Huésped Distinguido de la Ciudad,
Las tres parroquias que los Salesianos
regentan en la Capital, dedicadas a San Juan
Dosco, María Auxiliadora y Sagrado Corazón le proporcionaron consuelos espiritua
les Inenarrables.
Mención especial merece el concierto de
órgano que se le brindó en la Parroquia Santuarlo del Sagrado Corazón de Jesús de Mo
ca y la Misa del primer viernes de mes
que, en ella, celebró para las Hijas de María
y feligreses todos de la extensísima Parro
quia.
La Escuela Agrícola de Moca le obsequió
con la graduación dejj,
peritos agrónomos quepi
Rector Mayor, el Sr.
dor, Subsecretario de
de la Ciudad.
Grande gozo experii
sitar nuestra casa de
coa, donde 85 aspirante
el futuro apostolado.
Visitó la Granja H(
jillo» de Haina y el Od
Vega Real, donde cenq
aclamaron entusiásticí
cesor de Don Bosco.
También se despidiij
agradecido y emocionad
de televisión de la V02I
El Seminario Salesiano cubanc. f
GRANADA. -L a sociedad granadina hace al Rvdmo. Rector
Mayor una cordial recepción. 4.
gu
s-dí!
, Jm fi
El Estado Libre Ase
es rico en verdad en¡
y a la obra Salesiana. ¡
Sólo tenemos una
torio Festivo, pero lal
na se ha derramado
los Cooperadores fo m ^
sima de amigos de nuy
¡Qué recibimiento ■
Ciento ocho automóvil^
las avenidas más cent^<
precedido de un equipwf
licía motorizada com ^
Oratorio de la Canter^
car tres actos de gran'
La recepción solemr.í
Señora Alcaldesa, en
para darle las llaves de]
cia del Exemo. Sr. Ge
quete de trescientos ci
cieron los Cooperadora^
taurante de la Capital. -
MANAGLV
pector salw
Geoet
sr¿l
otras autoridades.
En el Oratorio de la Cantera sintió todas
las palpitaciones del alma popular cantando
y amando a nuestros Santos.
REPUBLICA
Las casas de Haití dispensaron también
al Padre una acogida cariñosísima.
Dos Escuelas profesionales con 300 alum
nos internos y dos elementales con 600
externos y un millar y medio de oratorianos le rindieron sus homenaies filiales.
También aquí como en Cuba y la Repú-
)íspo y los M M .'R R . Inspectores
e ^s cinco primeros
(residieron, ton el
. )ispo, el GobeñiaÁ icultura y Síndico
L ie
in itó subiendo a vif nación de Jarabaat se preparan para
Oí «Presidente Tru0i orio Festivo de la
?n lares de niños lo
:a mte como V.® Sude la República,
ante las. cámaras
►ominicana.
o|t1CO
30Í ido de Puerto Rico
ni ñor a Don Bosco
a.
p TOQuia y un Ora
la ropaganda salesiap toda la nación y
•m una red extensílu tra obra.
I
del aeropuerto I
file le escoltaron por
»nt cas de la Ciudad,
ipo^e altavoces y po
nor n Cuba, hasta el
e i Hemos de destaignificación.
por la Ilustrísimá
Palacio municipal,
I ciudad, la audienGflkrnador y el bancipiertos que le ofrereaen un céntrico resla asistencia del
;Ul.--Acom pañado del P . Inssil a al Excmo. Sr. Presidente.
er^D. Anastasio Somoza.
t
M A N A G U V '-E n ^^u en tro con el Excmo. Sr. Arzobispo
y Obispo Auxiliar.
bllca Dominicana, las Hijas de María A u
xiliadora se sumaron fervorosamente a las
fiestas.
El Excmo. Sr. Arzobispo y el Excelen
tísimo Sr. Nuncio Apostólico de Port-Au
Prlnce se extremaron en agasajos y el
Presidente de la República y la primera
Dama le dispensaron audiencias y pusie
ron a su disposición un avión especial pa
ra visitar la escuela profesional de CapHaltlen, recientemente aceptada, donde el
Señor Obispo Mons. Coussineaux le colmó
de atenciones y ofreció en su palacio un
almuerzo al que acudieron todos los Seño
res Párrocos y Superiores de Ordenes y
Congregaciones religiosas.
Como prueba fehaciente de que la edu
cación salesiana abarca los grandes amo
res de la Religión y de la Patria, rindió
nuestro Venerado Superior Mayor tributo
de admiración y afecto a los héroes de las
distintas Repúblicas, depositando ante los
monumentos más representativos, hermo
sas ofrendas florales.
Quiera el Señor que la visita del Padre
sirva de estímulo a los hijos para seguir
en la Inquietud, tesonera y nobilísima, de
sembradores del bien en estas jóvenes y
prometedoras Repúblicas del Mar Caribe.
La banda municipal y el coro de los as
pirantes salesianos de Jarabacoa, ejecu
taron la parle musical.
Moca.— El mismo día S. E. R everen
dísima Mons. P ittin i bendijo los nue
vos aparatos del Observatorio M eteoroló
gico y de evaporación en la Escuela
Agraria San Juan Sosco. En su discurso
dijo el Sr. A rzobispo; «H em os querido
celebrar esta cerem onia en el día ono
mástico de S. E. el Sr. Presidente Trujillo, como homenaje de gratitud, por
que él ha hecho posible esta nueya rea
lización, y en prenda de colaboración a
sus iniciativas en pro de la Patria». A
la ceremonia asistieron S. E. el Gober
nador, el Director del Servicio M eteoro
lógico nacional, las autoridades civiles y
militares, y otras relevantes personalida
des.
BRASIL
San Paulo.— A cción social en práctica .
Don Severino de Aquino fundó y dirige
un Oratorio Festivo, que florece de día
en día, produciendo un bien incalcula
ble en un extensísimo y poblado barrio
de la gran ciudad, llamado «V illa M aría».
Los locales y patios son un horm igue
ro de chiquillos, a los cuales atiende so
lícito el Sr. de Aquino, coadyuvado por
otros A . A., que dan Catecismo, asisten,
reparten caramelos y frutas, toman par
te en las funciones de iglesia y teatro...
A l lado del Oratorio han instalado un
estadio de fútbol y tienen un equipo que
ya compite con los de la ciudad.
A inaugurarlo y bendecirlo fu é un Salesiano, llevándoles un grande y heriuo
so cuadro de San Juan Hosco.
E l Sr. de Aquino recibe frecuentes con
gratulaciones, a las cuales contesta con
H .A ÍTL—Con niños de varias estirpes.
18
—
r
sencillez que «con su insignificante» tra
bajo sólo quiere m ostrar su gratitud y
gloriñcar como puede a «su Don Bosco».
i
11‘
^ - -----/l^ o Ú cM
• L a «Vida de Santo Dom ingo Savio»,
publicada en Sud A fric a en varios m illa
res de ejem plares, se agotó en sólo quin
ce días, y hubo que proceder a una nue
va edición.
• E l Instituto de Cultura en Dublín (I r
landa), además de los Cursos de Literatu
ra, A rtes plásticas y Música, ha organi
zado para el curso 1956-57 una serie de
conferencias sobre el tem a: «Santos ita
lianos en Irlanda y santos irlandeses en
Italia». Así, junto con los grandes san
tos irlandeses San Columbano y San Fredián, los conferenciantes presentarán al
público irlandés seis santos italian os:
San Am brosio, San Francisco, Santa Cla
ra, Santa Catalina, Santa R ita y San Jiuin
Bosco.
• L a S E I tiene publicada una «V id a de
Santo Dom ingo Savio», de la cual dice
el celebérrim o fichero L a s s a lle : «Nues
tros jóvenes del siglo x x necesitaban un
modelo adm irable y sobre todo imitable.
Un modelo propuesto por la vo z infalible
de la Iglesia. Un santo de chaqueta y
pantalón, sumergido en nuestro vivir,
«expuesto a los mismos o a m ayores pe
ligros», un santo humano, de carne y
hueso. Y este «santo necesario» ha sido
un joven de quince años: Domingo Sa
vio. Fu é discípulo de otro santo, d e espí
ritu joven y entusiasta: San Juan Bos
co. Para poder im itar al modelo, es pre
ciso conocerle. A ello va encaminado el
librito que, con su habitual maestría, ha
publicado el P. Fierro. H a logrado poner
de relieve la virtu d del santo joven a tra
vés de anécdotas y escenas viva s que se
leen con interés y arrastran a la imita
ción. L a lectura de este librito puede in
fluir poderosamente en la formación
cristiana y apostólica de nuestros jó
venes.»
• Ya poseemos tma m agnífica vida de
la madre de Don Bosco; «M am á Marga
rita», escrita por otra m adre de fam ilia,
la escritora italiana María Bargoni y tra
ducida por el P. Francisco Villanueva.
Los representantes de los colegios salesianos
presentan ai Padre Santo los álbumes con que
le obsequian en su L X X X cumpleaños.
0 L a Elditorial Salesiana de Tokio ha dis
tribuido, en tres ediciones sucesivas,
69.000 ejem plares del N u evo Testamento
en japonés.
• En la casa de Hong-Kon se educan
700 alumnos internos. De ellos sólo 200
son católicos. Los demás, paganos, pero
admiran a nuestra R eligión y varios ha
cen parte del círculo Dom ingo Savio. El
día de Don Bosco hubo 28 bautismos.
.Además, hay 243 externos, todois gra
tuitos.
• En Santiago de Chile, los alumnos del
L iceo Cardenal Caro y del Oratorio Don
Bosco han logrado, con la generosa ayu
da del «C entro de Padres de Fam ilia»,
com prar un terreno y fabricar los loca
les necesarios para una colonia veranie
ga, a sólo 80 kilóm etros de la capital, en
un sitio p rivilegiad o por su topografía.
0 M.\drid .— E l Oratorio «Santo Domingo
Savio», de Vicálvaro, progresa. Y a va
quedando pequeño para tanta actividad.
Funcionan seis clases diurnas, es un v e r
dadero grupo escolar, con enseñanza y
educación sanamente moderna, en que
los chicos trabajan con holgura y lih^rtad de iniciativas, por grupos y equipos.
Tienen sus trabajos manuales, sus cajas
de ahorro, su teatro, su biblioteca circu—
19
lante, sus excursiones, sus equipos de
portivos, celebran sus fiestas, en que to
man parte los padres de familia. Y, lo
que más vale, se instruyen y form an en
la doctrina y la práctica de la Religión,
ativamente. En la Cuaresma tuvieron va
rias tandas de Ejercicios, alguna en ré
gim en de internos. Los domingos acuden
al Oratorio Festivo casi hasta un m illar
de chicos de todos esos alrededores. Cuan
tos lo visitan quedan encantados del es
píritu allí reinante.
(Córdoba).— E l Seminario T eo
lógico ha celebrado una Semana de Es
tudios y de A rte en homenaje a Su San
#PosADAS
tidad PÍO X I I con ocasión de su ochenta
cumpleaños. E l Cooperador Salesiano don
Juan M artí U rpi cedió para los actos
principales el T eatro Liceo, prestando así
un positivo y agradecido servicio al Se
m inario y a la población.
Oremos por nuestras Inspectorías
A b ril 2 9 -5 :
M ayo 6-12:
13-19:
20-26:
27 - 2:
Junio 3 - 9 :
10-16:
Inglesa.
Yugoslava.
Holandesa.
Polaca Norte.
Polaca Sur.
Portuguesa.
Españolas d e S a n
Juan Bosco y Santiago el Mayor.
Un do n celestial qu e se perpetúo
Una do laa graclaa q a c Don B orco pldld al
SeA or ol dfa do aii p rim era misa fn é la eficacia
do la palabra. K| Señ or ae la concedió tan
abu ndniiteiiirnto que, com o d ijo em Begnndo
auroMor. D. l’ nblo A lbora, no sólo ae la concedió
a ól Hiño a todos aqu éllos que hablan do Don
Bosco y do sus obras.
hn V id a do Snn Juan Bosco, qno prepa ra la
B. K. I., sorA clortam cnto un testim on io máa
do a qu el don del Cielo,
81 ninas a Don Busco con trib u ye en la m e
dida do tus fu erzas a ed ita r su V ida y a p er
petu ar asi la efica cia portentosa de su palabra.
Oh María Santísima Auxiliadora, po
derosísima Reina del cielo, que sola pu
disteis triunfar de las herejías que in
tentaban arrancar a tantos hijos del iregazb de nuestra Madre la Iglesia Cató
lica; socorrednos, ¡oh M adre C eleste!, a
fin de q u e , guardemos firm e nuestra fe
y puros nuestros corazones en medio de
tantas insidias y el veneno de tahtas
perversas doctrinas. (San Juan Bosco).
S A N T lA O O R C h ile).— La colonia veraniega.
20
MISION DEL RIO NEGRO (B RASIL)
Costumbres de los indios.— ^La conver
sación de nuestros indios es monótona y,
generalmente, consta sólo de preguntas
y respuestas, y las suelen repetir dos o
tres veces, en un mismo tono de voz. Y,
como los niños, pasan de un tema a otro,
sin preocuparse de su ilación. Carcaja
das sonoras, prolongadas y estridentes
forman su característica. Mientras ha
blan, jamás se miran a la cara, ni si
quiera para dar m ayor expresión a lo que
dicen. Conversan horas y horas, casi
siempre permaneciendo en pie, y si se
sientan lo hacen en el kumono, que es
un banquito de una sola pieza, de 15 ó
20 centímetros de altura. En las con
versaciones fam iliares arman una verda
dera algarabía, especialmente si dispo
nen de alguna bebida, distinguiéndose
siempre las mujeres.
Hacen largos viajes en barca, y mien
tras reman, hablan animadamente, sa
cando argumento de todo: la corriente,
los pájaros, los peces, los árboles, los
frutos, las mariposas, los monos que apa
recen y desaparecen entre las frondas de
la selva. Los comentarios que hacen son
de lo más divertido y curioso, y m uy a
menudo los ríen. Todo lo cual denota
buena imaginación. Y si aparecen nuba
rrones en el cielo; y si brama el trueno
lejano, signo de tempestad, se apresuran
a «conju rarla» pasándose la mano bajo
el sobaco, cerrándola, soplando dentro
del puño y lanzando ese hálito contra la
nube. Prim ero lo hace el piloto y luego
toda la tripulación y el pasaje, si lo hay.
Si a pesar de todos los conjuros, descar
ga la tempestad, no se turban; se qui
tan la ropa (cuando la llevan), la ponen
bajo la tolda, la cubren con hojas de
maíz y afrontan el tem poral con toda
tranquilidad y alegría. Entre tanto, la
Mons. Ladislao Paz. S. D. B., con dos representantes de las tribus del R ío Negro.
conversación se anima siempre más, es
pecialm ente si la lluvia vien e acompa
ñada de ráfagas de viento. Entonces re
man con m ayor v ig o r y se d ivierten po
niendo en solfa ai piloto cada ve z que no
logra dominar las ondas, y subrayando
con grandes risotadas los tumbos de la
embarcación. E l misionero que via ja con
ellos, no siem pre puede imitarlos, aun
que siem pre tiene que adm irar esta ad
m irable serenidad con que afrontan ios
elementos adversos. Habituados dssde
niños a luchar con la naturaleza salvaje
—
21
R IO N E G R O . - Grupo
de la civilización. Bajo
el cuidado de las bijas de
María Auxiliadora.
que los circunda, el indio no manifiesta
en estos casos miedo alguno; más bien
parece gozarse de las mismas dificulta
des y peligros. Realm ente, hay para en
vidiarlos.
Pasado el temporal, es interesante oír
les los comentarios. Han observado co
sas en que nosotros no hemos reparado,
y las comentan, sazonándolas con risas
y exclamaciones. Llegados al punto fija
do, la conw rsación continúa con los ha
bitantes del lugar, a quienes cuentan m i
nuciosamente los incidentes del via je y
todo lo que el misionero ha dicho y he
cho en el trayecto.
N o deja de ser interesante la cerem o
nia del recibimiento. ¡Cuán diversa de
las nuestras! Apenas la barca llega a un
lugar habitado, bajan, y en fila indiana se
dirigen a la casa o barraca principal y es
peran que salga el dueño. Kste r:'cibe,
preguntando secamente; «¿ H a s llegado?»
«H e llegado», responde el peregrino, en
el mismo tono, y se tocan ligeram ente
la mano. Lsta ceremonia se repite con
cada uno. así sean muchos. Después del
saludo del dueño, viene el de los demás
miembros de la familia, siempre con las
mismas palabras y los mismos adema
nes. Desp\iés de los hombres salen las
mujeres a saludarlos, preguntando lo
m ism o: «¿ H a s llegado?», pero sin dar
les la mano ni mirarlos al rostro.
Apenas los visitantes han entrado en
la habitación, la dueña de casa trae una
olUta con kiniapira— que es pescado co
cido con mucha pim ienta— y un cestito
con meili o torta de mandioca. L o s hués
pedes se sientan en círculo sobre sus ta
lones. en silencio, v sin más ceremonias.
22
arrancan un pedazo de torta, la mojan
en el kiniapira y lo consumen. Comido
que han, se levantan sin m á s: en su len
gua ni siquiera existe la palabra agra
cias». ¿Será que miran como un deber
la hospitalidad?
Aun cuando es un m iem bro de fam i
lia quien llega tras larga ausencia, la ce
remonia es siem pre la m ism a: «¿ H a s lle
gado?» «H e llegado.» Ninguna manifes
tación de alegría, ni abrazos, ni besos.
Los hijos toman la mano de los padres,
pero L-n ve z de besarla, se la pasan sua
vem ente por la cara.
Si el recién llegado es el jefe de la fa
milia. que regresa después de una tem
porada de trabajo en las caucharías, y no
ha podido en viar noticias suyas, la es
posa le ofrece inm ediatamente el kiniapira y el meiú, se acurruca a su lado, a
un paso de distancia, y sin m irarle a la
cara, comienza a decirle, entre lágrimas:
«¡O h , padre de mis hijos, finalm ente
has llegado! ¡T ú te fuiste m uy lejos,
con los blancos, y la madre de tus hijos
se quedó aquí sola, sin peces para los
hijos, sin mandioca, abandonada, casi sin
nada: y los hijos, en las mismas condi
ciones! ¡Oh. qué triste! ¡Oh, qué tris
t e ! » Y, entre tanto, entran los otros fa
miliares, se acercan y repiten las mismas
palabras. Si ha m uerto a l^ n o , uno de
los presentes da la noticia, dicien d o;
« ¡ H a muerto F u la n o !» Y los demás re
piten la misma cosa. Si los parientes del
difunto están allí presentes, prorrumpen
en llanto, que dura algunos minutos.
Si, al contrario, las noticias son bue
nas. la conversación se anima, aumenta
la alegría y se oyen frecuentes y sono
ras risas.
H oy, con la penetración de la civ ili
zación cristiana, estas costumbres se van
modificando, dejando lo natural y elim i
nando lo extraño. A sí la conversación se
hace más cordial, más natural, y los rnodales más espontáneos; las conversacio
nes, menos insípidas, y el tono de toda
la vida fam iliar y social se eleva, asimi
lando siempre más el civism o cristiano.
N o es, pues, raro que al misionero se
le acoja con verdaderas demostraciones
de franca alegría, con v iv a s y aplausos,
que le recuerdan- sus colegios y familias.
Para ellos, el sacerdote es el am igo sin
cero, y es, sobre todo, el mensajero de
Dios y el dispensador de la gracia, y por
consiguiente, su visita es considerada
siempre como una bendición del cielo.
En cuanto a los Antiguos Alumnos,
cuando vu elven a v e r a sus antiguos su
periores experim entan una grande dicna
y la ponen de relieve con la expansiva
cordialidad que aprendieron en los cole
gios de Don Bosco.
MISIONES DE FUILORO (IN D IA )
T imor (India).—En esta misión somos
tres españoles, tres portugueses, un italiano y un yugoslavo. Nos está confiada toda
la parte oriental de la isla de Tim or con
3.2(X) kilómetros cuadrados, y 30.6(X) almas.
Nunca los misioneros católicos habían te
nido residencia en estos parajes, desde el
principio de los descubrimientos. Se adoc
trinó la capital y los centros más popu
losos. Este, por ser de gente temible, por
la distancia y por no tener grandes nú
cleos de población, fué abandonado, bolo
se tiene alguna va^a noticia del paso es
porádico del algún misonero. No sabían
T IM O R .—¡Qué contentos reciben su almuerzo!
TIM O R . —Y se van de paseo con sus trajecitos
nuevos.
nada del Evangelio. N i los protestantes
se infiltraron.
Viven como en los tiempos arcaicos.
No hay ciudades. Vivían hasta hace muy
poco, formando grupos patriarcales en los
bosques. Ultimamente se les obligó a cons
truir sus aldeas junto a los caminos y
correteras. Constan de 10 a 20 casas; po
cas pasan de ese número.
Su vivienda es una jaula colgante, so
bre cuatro estacas, cuadrada, de 3 a 5 me
tros de lado, levantada dos metros de)
suelo. Así evitan la humedad, las invasio
nes de ratas y el peligro de los coco
drilos.
En el interior, la mayoría tienen divi
siones de cañas de bambú, y. las de los
ricos, de madera. Lo ordinario es tener
una sola sala, que sirve de cocina (donde
arde el fuego día y noche), de comedor,
de sala de visitas y de dormitorio común.
No tienen camas; una esterita de pal
mera les sirve de colchón. Los días de
frío acurrúcanse todos juntos y atizan
más el fuego. El humo que se produce
espanta los mosquitos y conserva el maí:
que llena todo el techo de la sala.
En ella no se puede estar de pie. Allí
se hace todo, sentados en el suelo. Levan
tándose quetlaría la cabeza enterrada en
los manojos de mazorcas.
Administré ya dos veces el viático, des
de la escala de entrada, que es de listones
atados y que del suelo vienen a un alzapán que se abre en uno de los ángulos.
Cada uno tiene su gallina y su gallo.
Estos animales son de una mansedumdre que no se compara con la del gato
doméstico. Se los coge y hace de ellos lo
que se quiere. En los viajes todos llevan
su gallo debajo del brazo. Los niños — ^y
muchos grandes— duermen con él en el
regazo.
E l vestido de estos indígenas es sumamente económico. El día de San Juan Bos
co hizo ocho años que los salesianos to— 23
[il llcrmuno Enfermero, D. Isidoro Aranda,
curando una grave herida.
mamos esta misión. Cuando entramos an.
ciaban casi todos medio desnudos. Hoy, la
mayoría, llevan, cuando nos visitan, sus
ropitas; pero en las aldeas, si no espe
ran una visita nuestra, andan como an
tes. Mas es porque no tienen. No son pre
visores. No ahorran. Luchan con muy
poco dinero, el necesario para pagar el
impuesto. Las compras se las componen
con cambios de frutos, de caballos y bú
falos u otras permutas.
Las ropas, que deben comprar a los
chinos, pues son los únicos que tienen
tiendas — los timoreses no hacen ningún
negocio— las hacen durar, empleándolas
sólo cuando vienen a la misión o visitan
a las autoridades.
Las mujeres más habilidosas tejen unas
telas muy gruesas y de colores chillones,
en foj-nia do mantas, ciue usan los hom
bres echadas a las espaldas: y cosidas
por las puntas forman las lipas, que a las
mujeres sirve de saya, desde los sobacos
a los pies.
Los hombres y los niños usan también
lipa, ajustada al cuerpo por un grueso y
elegante nudo. Aquéllos tienen satisfac
ción en que caiga hasta el suelo; los chi
eos la doblan para no bajar de la rodilla
Si hace frío se la echan con gracia a los
hombros a manera de toga romana; s
sol. a la cabeza; cuando más despreocu
pados, la trazan al cuerpo, a la torera
Los bebés tienen su lipa desde que co
mienzan a andar. Es su vestido y su ca
sa; igual la llevan colgada al cuello, a
guisa de corbata o tapabocas, echada a las
espaldas, como la arrastran con los pies.
Pero nunca la pierden. Juegan con una
mano en la lipa y la otra los objetos de
entretenimiento. Los niños a los cuatro
años ya saben hacer el nudo, con el borde
superior a la cintura. Nuestros alumnos
aún la usan, en su maj’oría. Con ella jue
gan al fútbol; y, como fácilmente se com
prende. deshaciéndose el nudo con los
24 —
saltos, andan más atareados con las ma
nos en recoger la lipa que con los pies
en dar a la pelota.
Debajo de la lipa llevan todos por lo
menos su tanga y los que ya se van civili
zando, sus pantalones o calzoncillos de
paño generalmente negro.
Ahora ya comienzan a gastar camisetas
y gersey. Los que llevan camisas, compra
das a los chinos, tienen a gala llevar
siempre los faldones afuera.
Estas prendas raramente se lavan, .v
cuando lo hacen es sin jabón; pocos ten
drían dinero para comprarlo. Pero las lemiendan hasta que son más los trozos
añadidos que los primitivos. Estos par
ches, nunca cuadrados o rectangulares, si
no de la forma de lo que desapareció por
viejo o desgarrado no coinciden con la ro
pa base. El que primero me saludó, cuan
do aquí llegué, tenía la camisa con tres re
miendos : uno de cuadritos, otro floreado y
el tercero, negro. La camisa debía de ser,
cuando nueva, de satén rayado; ahora mal
se percibía. Eso por delante; en las espal
das era un auténtico mosaico.
Así el 99%. Cualquier trapito que les
ofrezcamos, lo agradecen. Cuando llega un
nuevo misionero, lo rodean y acompañan
por todas partes, a ver lo que pueden re
cibir. Son pedigüeños hasta empalagar.
No trabajan sino lo necesario para ob
tener maíz o arroz para seis meses. Sólo
obligándoles se curvan al trabajo. Si en
la segunda cosecha el tiempo no es favo
rable y se estropean los frutos, resígnanse, ayunan y pasan los seis meses comien
do hojas y frutos silvestres y durmiendo.
Las faenas de obligación realízanse de
cuclillas. Así los albañiles, los carpinteros,
los cultivadores de tierras — menos la
siembra de maíz que se hace de pie— , agu
jereando la tierra con un palo, y detrás van
los chicos echando con extrema puntería
cuatro u ocho granos en cada hueco. El
otro día v i a una mujer plantando arroz,
sentada en el agua, y así, arrastrándose
sobre el barro, proseguía su faena.
Cerremos aquí, por hoy, la cajita de cu
riosidades.
Pido una oración para que nuestro traba
jo rinda. En los ocho años transcurridos
hicimos 1.600 cristianos. Tenemos aún
29.000 paganos por conquistar. La acción
en la escuela sobre los 500 alumnos anua
les irá infiltrándose en las poblaciones;
pero necesitamos el auxilio de la gracia
para que esa simiente fructifique. La ora
ción puede más que la palabra. Ajnidennos.
P. -4//onso J/.‘ Xácher,
Misionero Salesiano.
Fuiloro. 27 de febrero de 1956.
DE MARIA AUXILIADORA
V ico.— Encontrándom e en una grave
necesidad, ya que mi salud estaba seria
mente comprometida, según el dictamen
de los facultativos, recurrí, secundando
las instancias de m i hermana mayor, re
ligiosa salesianá, a M aría Auxiliadora.
Esta bendita M adre oyó mis súplicas sa
cándome felizm ente de tan apurado tran
ce y haciendo desaparecer todo peligro.
Agradecida, en vío una limosna para la
Obra Salesiana, dando gracias a tan bue
na Madre.— Pepita Fenoll.
Santander.—Envío 50 pesetas c o m o
limosna, en agradecimiento por un gran
favor que me ha concedido María Auxilia
dora, y como le tengo encomendado otro,
suplico a los lectores del Boletín me ayu
den a implorarlo de la Celestial Madre.—
Isabel Ruiz.
Santander.—Teniendo que presentar a
mi hijo Maxi al examen de ingreso de
ingeniero, lo encomendé a María Auxilia
dora, prometiendo publicar la gracia y en
viar una limosna. Como la Virgen nos ha
escuchado plenamente, cumplo mi prome
sa. Envío 50 pesetas.— Gregorio Aparicio.
San V icente.—Una hermana mía ha
bía inventado un nuevo método de corte y
hecho varias ge.stiones para obtener la
aprobación. Las cosas se dilataban indefi
G O A .—Tierra fecunda de
apóstoles. El Catequista
mayor enseñando a sus
ayudantes.
nidamente, con pocas esperanzas, hasta
que pusimos en las manos de María A uxi
liadora, y Ella se dió tal prisa que en po
cos días se resolvió del todo favorablemente, recibiendo, al mismo tiempo que la
patente, el permiso para fundar un nue
vo Instituto en Logroño. Muy agradecido
deseo publicar esta gracia.— José María
Lamella.
L in .ares.— Necesitaba una gracia. Hice
la Novena de María Auxiliadora, y al ter
minarla me la otorgó. Agradecida doy 25
pesetas de limosna.— M. Camocho.
V ico.— Agradecida por varios favores
recibidos de la Celestial Protectora, envío
una limosna para su retablo.— Una devota.
M adrid.—Hago pública mi gratitud a
María Auxiliadora por una gracia recibida,'
y envío 100 pesetas para las Obras Salesianas.— Concepción Niño.
M adrid.—Agradecida a María Auxilia
dora por una gracia recibida, envío 50 pe
setas para su culto.— U. D.
T orrente (Valencia).— Agradezco a Ma
ría Auxiliadora su rápida intervención
en esta vieja enfermedad con que Dios me
ha querido visitar.— Rafael Ayala.
A révalo.— Tenía un asunto difícil. Lo en
comendé a María Auxiliadora y me lo
arregló.— Una devota.
UsTARROZ (Navarra).— Encontrándose mi
esposo sufriendo fuertes dolores de es
tómago, hubo de ser trasladado al Hospi
tal en el que apreciaron los médicos que
tenía que someterse a una operación: se
trataba de una vieja úlcera en el duodeno
y otras complicaciones. En tan apurado
trance acudimos a María Auxiliadora prome
tiendo una limosna y publicar la gracia.
La víspera de la operación recibía el en
fermo la bendición de María Auxiliadora
y le era colocada una estampa reliquia de
Don Miguel Itua. La operación se llevó a
cabo con los resultados más satisfactorios.
Hoy se encuentra en período de covalecenda. Agradecida cumplo mi promesa pro
metiendo propagar más la devoción a Ma
ría Auxiliadora .—María Unzué Ripalda.
DE SAN JUAN BOSCO
VfGO.— Llevaba cinco meses padeciendo
de una fístula, y después de varios trata
mientos sin resultado, los médicos aconse
jaron como única solución una interven
ción quirúrgica bastante delicada. Acudí a
mi Padre San Juan Bosco, pidiéndole in
tercediera por mí ante María Auxiliadora.
El amado Padre no se hizo esperar. A
los pocos días de terminar la Novena, es
taba completamente curada. Agradecida,
cumplo mis promesas, y excito a los demás
a que recurran confiadamente a él.— Con
chita VUlanueva.
M adhid.— Agradecida a San Juan Bosco
por un favor recibido, envío 50 pesetas pa
ra sus obras.— V. U.
Casablanca.—Agradecida a San J u a n
Bosco por una gracia de orden espiritual,
■obtenida por su interseción, envío cien
francos para la celebración de una Misa en
su honor, y en sufragio de mi querido y
■difunto esposo.—Concepción Navarro.
M álaga.—Doña María de Echave agracede a don Bosco una gracia recibida y en
vía una limosna.
DE SANTO DOMINGO SAVIO
Oviedo.— Tenía entre manos un asunto
bastante complicado y la solución se pre
sentaba muy difícil y muy dudosa. Recurr
a Santo Domingo Savio. y me inspiró, solu
clonándose todo del mejor modo. En agra
decimiento envío una limosna.— M. A. M
V alencia.— En breve tiempo he pedí
do cinco favores a Santo Domingo Savio
y me los ha concedido con puntualidad
maravillosa. Agradecida, mando 2o pesetas
para las Obras Salesianas.—Dolores Prieto.
DEL SIERVO DE DIOS
DON FELIPE RINALDi
AsTUDiLLO (Falencia).— Hacía bastante
tiem po me sentía mal. L o s médicos ase
26
guraban que mi m al era incurable. Un
hermano mío, salesiano residente en
Chile, m e aconsejó hiciera una novena
al Siervo de Dios Don F elip e Rinaldi,
aplicándome una reliquia, que él mismo
me mandó. Em pecé la N oven a con gran
fe rvo r y confianza. La acabé completa
mente curada. D oy gracias a Don R in al
di y envío la limosna prometida.— Ascen
sión Tejido.
B arcelona. — E l m atrim onio MoratóMestres, agradecido por un gran favor
que por intercesión del Siervo de Dios
Don F elip e R inaldi le ha concedido, da
30.000 pesetas para una beca en el Se
m inario Salesiano de la Inspectoría de
Nuestra Señora de las Mercedes.
Saltillo (M éjico).— E l joven Lu is M i
randa, de 18 años, llevaba tres años com
pletam ente paralítico, de modo que no
podía ni m overse solo. H izo dos Novenas
a San Juan Bosco, sin resultado alguno.
Acercándose la fiesta, aconsejé a la fa
m ilia se asociara a la solemne Novena,
llevando al paciente a la iglesia, a los
ptss del Santo. E l pobre chico daba com
pasión. L e su gerí; «D i a Don Bosco que
no te deje v o lv e r sin la curación». E n
tonces comenzó a g rita r: «¡D o n Bosco,
no v o lv e ré a casa si no m e sanas com
p leta m en te!» L a gente estaba ansiosa,
esperando a -ver en qué paraba aquello.
Tres veces repitió el paralítico la misma
súplica, y a la tercera sintió im provi
sadamente un estrem ecim iento, se llevó
instintivam ente las manos a las piernas
impedidas y se encontró completam ente
curado. Se levantó y a toda carrera se
lanzó a besar los pies de la estatua de
San Juan Bosco.
Lu is Miranda hoy trabaja perfecta
mente, y en toda esta ciudad se ha des
pertado una gran devoción a nuestro
Santo Fundador .—Sergio Carraglia, Pres
bítero, S. D. B.
Barcelona.— P o r un gran fa vo r recibi
do de Don R inaldi y para obtener otras
gracias que deseo, envío dos m il pesetas
para su Causa de B eatificación .—Dolores
Valdés.
DE NUESTROS MARTIRES
A lcoy.— Un hijo mío se hallaba aqueja
do de fuerte dolor de oído, y el médico
que lo asistía manifestó que era necesario
someterlo a una delicada operación. En
esta situación me vino a la memoria que
tenía una hojita del siervo de Dios don
T
brantada por una aortitis y lesión cardíaca,
aunque seguía la vida de comunidad hu
yendo de singularidades. Ultimamente ex
perimentó una gran postración de fuerzas,
lo que le hacía prever como próxima su
partida de este mundo, a la que se iba
preparando diligentemente. Y el 12 del co
rriente. a media tarde, fué víctima de una
M ontilla .—A l aplicarse una r e l i q u i a
embolia cerebral que le privó del sentido y.
del manteo de P. Antonio Camocho a un
a las veinticuatro horas, lo arrastraba a la
niño desahuciado por los médicos, empezó
tumba. Sólo se le pudo administrar la E x
a mejorar y recobró la salud.—P. A. Dotremaunción y darle la Bendición Apostólica
m articulo mortis. El día siguiente se le
muiño.
hicieron las honras fúnebres y la conduP uerto de Santa M aría .— Sufría un soción al campo santo, a las que asistieron
brinito mío meningitis tuberculosa, y lo
numerosos cooperadores y amigos, un nu
encomendamos al Sagrado Corazón m e
trido grupo de antiguos alumnos y los ac
diante la intervención de don Esteban Gar
tuales alumnos de las Escuelas Profesio
cía, cuya estampa pusimos bajo la almo nales que acompañaron el féretro rezando
hada del enfermito. Recobró la perfecta
el Santo Rosario. El Consejo Nacional de
salud. Mando una limosna para su Causa
la Federación de Antiguos Alumnos mande Beatificación.—Galo Dimínguez.
dó una gran corona dedicada a su funda
dor. Y ya en el cementerio, antes del úl
Sevilla.— Fui operado de segmentomía
timo responso, el Padre Inspector dió el
del pulmón derecho, y, ante lo grave de la
último adiós al amado extinto, recordando,
operación, me encomendé a don Juan Luis
en emocionadas frases, sus benemerencias.
Hernández. Como el resultado fué favora
Don Guillermo Viñas era una figura se
ble, hago pública mi gratitud.— Manuel
ñera en la España salesiana, y uno de los
León.
pocos salesianos que nos quedaba de la
primera hora. Nacido en Ainsa (Huesca*
el 10 de febrero de 1879. tuvo la desgracia
de perder bien pronto a sus padres, que
dando al cuidado de un hermano sacerdote,
el cual, una vez cumplidos los 11 años, lo
encaminó a estas Escuelas de Sarriá para
la sección de estudiantes. Era entonces
director el siervo de Dios Don Felipe Rinaldi, quien pronto descubrió los tesoros
de mente y corazón que albergaba el alma
dol joven Gillermo; y bajo sus amorosos
cuidados despuntó y creció lozana la flor
de la vocación. En el ocaso de su vida re
cordará aquellos años felices y escribirá
en su diario íntim o: «M i vocación ha sido
para mí como una segunda vida, regalada,
hecha como la cosa más natural, como a
quien le llevan en brazos; y no hay que
decir que los que me Ile\'aban eran, ade
más de Jesús y de María, don Bosco, por
medio de mis primeros superiores, el sier
vo de Dios Don Rinaldi, Don Aime.... y por
la felicidad, alegría y buen ejemplo de
mis primeros maestros y hermanos anti
guos. ¡H e sido feliz! Si m il veces volviera
a nacer, ¡m il veces salesiano sería!»
En Sarriá hizo su noviciado y profesión
religiosa; y, conforme cmtonces se hacía,
alternó sus estudios de Filosofía y Teolo
gía con el trabajo en la vida práctica, pri
mero en esta de Sarriá. y mas tarde, en la
Casa de Barcelona (San José), situada en
el entonces barrio extrem ó llamado de
El Padre Guillermo Viñas Pérez.— En SaHostafranchs. Y aquí, a la sombra del ve
rriá, y a los 77 años de edad, ha volado al
nerado Don Antonio Aime, verdadero após
seno de Dios el martes 13 del pasado
tol de aquella barriada obrera, se formó
marzo.
en aquel espíritu de actividad incansab e
Los rigurosos fríos de este invierno de
( S i g u e en la p i f . ¿ 0
jaron honda huella en su salud, ya que
Alvaro Sanjuan, con la oración para su
beatificación. Recurrí a él, prometiéndole
una limosna para su Causa y publicar la
gracia, dado el caso, de concedernos la cu
ración sin necesidad de intervención qui
rúrgica. Habiéndola alcanzado, cumplo mi
promesa.— C. P.
— 27
INSPECTOim
DE
%^3 ^<kUílíe)wuli
COOPERADORES SALESIANOS
Va progresando decididamente el mo
vim iento de la organización de los Co
operadores Salesianos en cada una d.'í
las Casas de la Inspectoría; tanto Sale
sianos como H ijas de María Auxiliadora
realizan una apreciable labor de orienta
ción entre los ya inscritos anteriormen
te. y en las nuevas inscripciones entre
los elementos de la Archicofradía de Ma
ría
Auxiliadora.
Antiguos
Alumnos,
Alum nos mayores y Padres de Familia.
Merece destacarse la Casa de Sarriá
que celebra ya regularm ente el E jercicio
de la Buena M uerte todos los meses en
la misa de nueve de la mañana, con nu
trido concurso de Cooperadores y fieles.
ESCU ELAS
S A L E S IA N A S ,
FUNDA
C IO N H ID R O N IT R O E S P A Ñ O L A
M O N Z O N (H U E S C A )
Homenaje al Exorno. Sr. D. José María
Peñaranda y Barea, Presidente de la
Hidro N itro Española.
Sumamente em otivo fue el homenaje
tributado, los días 15 y 16 de marzo,, al
Excelentísim o Sr. Presidente de H. N. E..
don José María Peñaranda y Barea, en
las Escuelas Profesionales de Santo Do
m ingo Savio, de Monzón. Su signo fué la
gratitud hacia este noble caballero cris
tiano que tan alto sabe lleva r su amor
al obrero en la sana y cristiana educa
ción de los hijos de los trabajadores de
El Sr. Peñaranda contem pla los primeros trabajos de torno (16-3-56).
28 —
la empresa que tan dignam ente preside.
Em pezó el hom enaje con una velada
literario musical en la que el M u y R e ve
rendo señor Inspector, don 'i omás Baraut, pronunció un sentido y elocuente
parlamento ofreciendo al señor Peñaran
da toda la gratitud salesiana, las bendi
ciones del Cielo por su generosa aporta
ción al bien social y las bendiciones de
los niños y fam iliares que gozan de sus
predilecciones y bondades.
Intervinieron luego los pequeños ar
tistas con los números musicales: «L a
campaña del pueblo», de Sáez de Aldama, a cuatro v o c e s ; «Chin, chin, c h in » ;
«A ld a p eco», de G uridi; polka de «L a
Marcha de C ádiz», actuando la orquesta
de «Estrellas N egras», bajo la batuta de
su director, don José Bailarín, Antiguo
Alum no de Sarriá.
L os diminutos artistas de las tablas
nos presentaron un m agnífico trabajo en
la representación de la opereta «E rase
una vez un R e y », de los maestros A l
cántara y Bustillo, Salesianos.
Cerró el acto, con su brillante palabra,
el Excmo. Sr. D. José María Peñaranda,
aceptando conm ovido el homenaje de
oraciones y ofrenda espiritual y deposi
tándolo. como filia l obsequio, a los pies
del Vicario de Cristo, S. S. Pío X I I , fe
lizm ente reinante.
El día 16 se comenzó con la bendición
de la nueva imagen de San José, que tu
vieron la gentileza de apadrinar tam
bién los Excmos. señores de Peñaranda i
don José María y su distinguida esposa,
doña María Dolores.
A continuación sí impuso la Medalla
de Congregante de San Lu is al niño Ju
lio de Peñaranda y A lg a r y la de Archicofrade de María A uxiliadora a la niña
María M ontserrat Moreno Llach, hija
del Presidente de los Antiguos Alumnos,
don A u relio Moreno.
E l señor Inspector, que ac'uó en las
dos ceremonias, d irigió la palabra a los
asistentes, felicitando a los dos niños y a
los que con ellos habían recibido la M e
dalla.
Siguió la santa Misa, celebrada por el
señor Inspector.
Lu cgo se trasladaron todos al nuevo
taller de mecánica, donde el señor Ins
pector bendijo cinco nuevos tom os, que
la gentileza de la Em presa H idro N itro
Española ha puesto a disposición de los
hijos de sus obreros para el aprendizaje.
Un alumno del taller-escuela leyó unas
palabras de agradecim iento, y otro pre
sentó un trabajito de torneado ejecuta
do por él, como simbólica ofrenda de gra
titud y promesa de progreso en el cam i
no de su form ación profesional y moral
en estas escuelas obreras.
Séanos una ve z más perm itido rendir
nuestro más caluroso aplauso a la mag
nífica obra social de educación obrera
que la ejem plar empresa H idro N itro
Española realiza m ediante estas Escue
las Salesianas, y en especial a su digní
simo y querido Presidente, don José Ma
ría de Peñaranda y Barea. E l Señor les
premie.
El Sr. Peñaranda en un momento
de su discurso.
B EC A S
C O M P LET A S
Beca P. José Calasanz, fundada por
doña A n geles Marti-Codolar y don Javier
Marti-Codolar, 30.0C0 pesetas.
Beca matrimonio Morató-Mestres, fun
dada por el mismo, 30.000 pesetas.
Dirección del M. R. P. Provincial: Paseo
San Juan Bosco, 74. Barcelona.
— 29
( V ie n e J e la p á ¿. 2 7 .)
y en el hondo amor a la Congregación y
entrañable devoción a María Auxiliadora
y a Don Bosco, que fueron los foco poten
tes que alumbraron los derroteros de su
vlda^ Y aquí es obligado recordar cómo en
el año IflOl, en plena decadencia de la mú
sica sagrada, y antes que se hablara del
\íotu Propio, el clérigo Viñas, alma de ar
tista y de enérgica voluntad, había forma'lo un brillante orfeón de casi un centenar
fie voces con los muchachos externos y los
obreros del «Círculo don Bosco», que aprenflleron de memoria y ejecutaron impecal)lcmente la Misa a cuatro voces solas
Avterna Chri.Ui numera, de Palestrina, y
Cena, del Oratorio La Pasión, de P otosí,
sin contar los múltiples coros de música
orofana que eran el alma de las fiestas saloslanns.
Si éstos eran los albores, puédese ima
ginar la celosa actividad que desarrolló una
vez que subió las gradas del altar, el 19 de
marzo de 1ÍK)2. En 1903 fué trasladado a la
Casa de Cindadela, de reciente fundación,
cuyo desarrollo tropezaba con grandes di
ficultades, y de la que al año siguiente fué
nombrado director. El interés y esfuerzo
en la enseñanza, la música y el deporte, y,
sobre todo, la difusión de la devoción a
María Auxiliadora, fueron las palancas que
consiguieron levantar la Casa, haciendo de
Menorca la isla de María Auxiliadora.
En 1910 pasó a dirigir la Casa de Valenda. Los salcsianos ocupaban entonces lo
(lue había sido un antiguo convento, con la
iglesia aneja de San Antonio Abad. Se im
ponía la construcción de un nuevo edificio.
V a ello dedicó sus energías confiando en la
protección de María Auxiliadora, de cuva
devoción era infatigable apóstol. En el término de un año se colocó la primera v úl
tima piedra, surgiendo el magnífico colegio
de tres plantas y como un centenar de metros de fachada, uno de los más importan
tes do la Inspectoría. A l mismo tiempo, no
descuidaba otras actividades no menos im
portantes : y así fué el alma do las Asociaclones de Antiguos Alumnos, que por aque
llos años_ comenzaron a tener personalidad
en España; fué el gran propagador de la
devoción a Santo Domingo Savio, siendo
él quien levantó el primor monumento en
uno de los patios de la Casa, ejemplo que
después imitaron la mayor parte de las Ca
sas do la Inspectoría; y no hay que o lvi
dar el impulso que daba a los juegos domlnlcalos para atraer jóvenes maj'ores al
Oratorio Festivo, siendo nuestro patio la
cuna del actual Club Deportivo Valencia.
uno de los importantes de la nación, cuva
Junta Directiva le rindió un homenaje con
motivo de sus bodas de oro saceixlotales.
En 1920. los superiores lo pusieron al
frente de la Inspectoría Hética de María A u
xiliadora. Su carácter expansivo, su bon
dadoso corazón y su espíritu de compren
30
—
sión, presto le ganaron el afecto de los Hermanos. Ese año se celebró en Madrid el
Prim er Congreso Nacional de Antiguos
Alumnos, del que salió la Federación Na
cional, de la que fué, puede decirse, el fundador, con su órgano nacional Don Bosco
en España, que cuenta en la actualidad con
15.000 suscripciones. Procuró el desarrollo
de la Inspectoría fundando en las islas Ca
narias; y, sobre todo, promovió la devoción
a María Auxiliadora, cuyo mes dirigía per
sonalmente, con notable provecho de las
almas y a veces con señaladas conver
siones.
Transcurrido el sexenio pasó a la direc
ción de estas Escuelas Profesionales de
Sarria, y ocho años después a las de Pampiona. El horizonte se oscurecía con la v i
rulencia de los conflictos sociales y políticos
que desembocaron en el turbión revolucio
nario del año 1936. que tantas víctimas
causó. El Padre Viñas había venido a Ba’’cclona para los Ejercicios Espirituales de
verano, y aquí le sorprendió la Revolución.
También supo él de las amarguras de la
cárcel, en la que permaneció varios meses.
Puesto en libertad, ejerció, oculta pero efi
cazmente, él ministerio sacerdotal, conso
lando, confesando y celebrando en casas
particulares hasta el día de la liberación.
En este momento fué su primer cuidado
rescatar estas Escuelas, celebrando el pri
mero la Santa Misa, aún vestido de seglar,
en el profanado Santuario de María A uxi
liadora, y reorganizar con los Hermanos
supervivientes la vida salesiana. Ordenadas
las cosas, volvió a su Casa de Pamplona,
y de allí, en 1943, a la de Huesca, donde
su memoria es bendecida por su espíritu
jovial, su trato bondadoso, el amor que pu
so en la Asociación de Antiguos Alumnos
y el vigoroso impulso que dió a la devoción
de María Auxiliadora.
Tantos trabajos y las penalidades sufri
das en el tiempo rojo minaron su salud,
teniendo que someterse a una operación
quirúrgica. Había cumplido sus 70 años y
bien merecido se tenía el descanso. En 1949
vino enfermo a esta Casa de Sarria, que de
niño le había recibido; y la paz y los cui
dados de los Hermanos fueron un sedante
para su espíritu. Ya repuesto, fué nombra
do confesor de la Comunidad, y al mismo
tiempo predicaba y confesaba en diversas
Comunidades de la ciudad.
En 1952 celebró sus bodas de oro sacer
dotales. en que recibió el homenaje de toda
la España salesiana, consolándole sobre
manera una carta muy expresiva de nues
tro amadísimo Rector Mayor. En esta oca
sión el Gobierno español le concedió la
Gran Encomienda de Alfonso X el Sabio,
por los méritos contraídos en una vida de
dicada por completo a la enseñanza y edu
cación de la juventud.
- Mas no eran honras humanas las que
ambicionaba su corazón: hacía tiempo qu'^'
presentía su muerte, a la que se preparaba
seria y alegremente, «creyendo..., aman
do... y esperando», como escribe en su dia
rio íntimo. Y añade: «¡Adem ás, además,
muero encantado de mi vocación salesiana,
y santamente orgulloso de morir en el seno
de una Congregación tan excelsa!» Estas
y otras bellas expresiones de su diario
muestran al descubierto el amor grande
que tenía a la Congregación, a María A u
xiliadora, a Don Bosco y a los superiores.
¡Vengan muchos Padres Viñas a la So
ciedad Salesiana!
Don Juan Urbistondo Carretero—Falleció
en la ciudad de Granada a los 56 anos de
edad. De una familia cristianísima, todos
sus miembros están ligados a la Congrega
ción Salesiana, o por la Archicofradía de
María Auxiliadora o por la Pía Unión.
Consciente y gustoso dió el permiso a su
hijo Juan para seguir la vocación salesia
na. quedando con ello unido de tal modo a
la Obra de Don Bosco, que en los días de
descanso era obligada su visita a la Casa
Salesiana.
Escrupuloso en el cumplimiento de sus
deberes profesionales, gustaba de hacer el
bien entre sus compañeros, entre los cua
les formó un grupo de cooperadores, a los
que visitaba personalmente cada mes. En
todos sus apuros y preocupaciones recu
rría confiado a María Auxiliadora, obteobteniendo de Ella innumerables favores,
que refería con gran satisfacción.
Dando ejemplo de resignación cristiana,
esperaba tranquilo se cumpliera en él la
voluntad de Dios.
Reiteramos el más sentido pésame a la
familia del ejemplar cooperador, agrade
ciendo a todos los lectores del Boletín una
oración por el eterno'descanso de su alma.
Doña Fermina Méndez.— El 29 de marzo,
en Madrid, entregaba su alma al Creador
doña Fermina Méndez, a la edad de 81 años.
A pesar de estar muy delicada, no quiso
privarse de salir a oír Misa y comulgar el
día de San José. Por la noche de ese mismo
día, una hemiplejía la privaba del habla y
movimiento. El día 20 recibió el Santo Viá
tico. la Extremaunción y Bendición Apos
tólica, muriendo asistida de los suyos, tan
santamente como había vivido, el Jueves
Santo. Conoció la Obra de Don Bosco du
rante nuestra gloriosa Cruzada, pues un
Padre saleníano atendió espiritualmente a
su familia durante la misma. Desde enton
ces favoreció todo lo que pudo y en la me
dida de sus fuerzas a las Obras Salesianas.
A sus familiares nuestro pésame más sen
tido, y para ella nuestros fervorosos y
abundantes sufragios.
Don Ladislao Antonio Pérez Gracia..—
Antiguo alumno de Mataré, de los más an
tiguos, murió en Zaragoza. Gran entusias
ta de los Obras Salesianas: las favoreció
generosamente asmo cooperador. Una crue
lísima enfermedad lo purificó durante cinco
años, tolerada con grandeza de alma, y lo
llevó a la eterna recompensa. A su señora
viuda, doña Carmen Malo, y a los suyos,
nuestras sinceras condolencias, y a él nues
tros sufragios.
Doña Margarita Florit.—La popular y
apreciadísima «Mestre F lorit» murió en
Cindadela, habiendo desempeñado por mudios años el cargo de maestra nacional y
directora del Grupo Escolar. Fervorosísima,
esclava del deber, organizadora insupera
ble, deja una constelación de antiguas
alumnas, a quienes no abandonaba jamás,
ni cuando ya eran madres de familia. La
Acción Católica prosperó grandemente bajo
su presidencia. Era devotísima de María
Auxiliadora. A su familia nuestro sincero
pésame; a su alma, si los necesitare, nues
tros sufragios.
INTRODUCCION
A
LA
V ID A
DEVOTA.
Por San F r a n c i s c o d e S a l e s . Traducción del
francés por Pedro de Silva, Pbro. (revisada
y corregida). 3.* ed. (de bolsillo).—Un vol. de
9.50x13,50 cm., de 360 págs. En rústica, pe
setas 13; encuadernado, ptas. 19.— Luis Gilí,
Editor, Córcega, 415, Barcelona.— En esta Jo
ya de la literatura ascética, el intento de San
Francisco de Sales fué ilnstruir a los que
viven en el mundo, en medio de las familias,
en la corte, y que por su situación se ven
obligados a profesar una vida común en cuan
to a lo exterior, los cuales, no pocas veces,
pretextando imposibilidades imaginarias, ni
aun quieren pensar en emprender una vida
devota»— . El extraordinario mérito de la 7ntraducción a la vida devota radica en que es
una obra que no pierde actualidad. A cuan
tos la lean y mediten les ayudará eficazmen
te a perfeccionar su alma y emprender una
vida auténticamente devota.
Por su buena presentación el precio resul
ta ciertamente económico.
direcciones de ios Sres. inspectores provínciaits:
Madrid: General Primo de Rivera, 25
Barcelona: Paseo San Juan Bosco, 74
Sevilla: María Auxiliadora, 18
Córdoba: María Auxiliadora, 14
Zamora: Escuelas Salesianas
*
CON UCENCIA ECLESIASTICA
Talleres Gráficos de E dioones Castilla . S. A. — Alcalá, 126. Madrid.
♦
— 31
‘o j
Colegio Salesiano de la calle
de Francos Rodríguez.—En
sus amplias y modernas au
las, en su hermosa iglesia y
en sus extensos patios reci
ben instrucción y educación
un millar de niños de la po
pulosa barriada. Benéfica la
bor que no termina en ellos
sino que se extiende, de d.vcrsas formas, a otros sec
tores: Antiguos Alumnos;
Pudres de Familia; Coopera
dores. Archicofrades de Ma
ría Auxiliadora.
L A
O
B
R
SALESI A N A
EN M A D R I D
ir fr (t
"i » I I H M
Sr. D.
Señas del remírente
A
Ir