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Inscribios en laXDbra Pia del Sagrado Corazón
de Jesús en Roma
' ¿Quién no conoce la Obre del Sagraáo
Coraz6i\ de Jesúsl
Pué fundada por el Primer Sucesor de
San Juan Bosco, y benignamente aprobada
por S. S. León X III el 30 de junió de 1888.
Con sólo la limosna de una peseta se ad
quiere derecho a participar de todas las. ora*
clones y buenas obras de la' Sociedad Saleslana y a la aplicación de seis misas, que,
se celebran todos los dias, a perpetuidad,
en nuestra Basílica del Sagrado Corazón de
Jesús de Roma: dos en el altar mayor, dos
en el de María Auxiliadora y dos en el de
San José.
Los que se insciiben en la Obra Pía pue
den aplicar el fruto de estas misas a sí mis
mos o a otras personas, vivas o difuntas, y
variar la intención cuantas veces les plazca.
Las limosnas recibidas por esté conducto
destíñanse, de modo exclusivo, a promover
la gloria de Dios y los. intereses culturales'
de la sociedad, acogiendo, a niños pobres
T
E
S
O
R
O
E
S
abandonados para educarlos cristianamente.
¿Quién no conü-ibuirá, pues, c<m algwhos
céntimos, que con tanta facilidad se gastan,
, a esta invitación, paternal *de San Juan Bos
co y de la Iglesia, inspirada en ideales, tan
nobles y caritativos?
¿Quién no siente la n ec ed ad de asegu
rarse. la benevolencia divina, en este mun
do y en el otro, mediante la aplicación de
los méritos infinitos del Santo Sacrificio del
altar?
¿Quién no tiene almas queridas, vivas o
difimtas. a quienes obsequiar con tan es-,
pléndido regalo espiritual?
Pidan hojas de inscripción y envíen a
limosnas a la Dirección del Boletín SalesiANO, Apartado 9134, Madrid, que es ¿a ::réprese?itació7i del Revmo. Sr.\ Rector Mayor
de la Congregación Sélesiana.
P
I R
I T
U
A
L
.
:* Los Cooperadores que, habiendo confesa;^do y comulgado, visiten una iglesia u oia' torio público (los religiosos y religiosas la
. suya privada), y recen allí segi'm la intenr'cíón del Sumo Pontífice, pueden ganar:
J e ^ s con la boca, y^si no pueden, coñ el
corazón.
Cada m es:
1-—Un día a su elección.
2.
—El día en que liacen el Ejercicio d« la
Buena Muerte.
INDULGENCIA PLENARIA
3.
—-El día en que asisten a la Conferencia
Mensual Sal^ianai'
I.—El día en que dan su nombre a la Pía
Mayo: -3, Invención de la Santa Cruz;
Unión de los Cooperadores.
8, Aparición de San Migutí Arcángel; 10, As
Aniversario de la Co
a.—El día en que por primera vez se con censión del Señor:
ronación de María Auxiliadora: 20, Pente
sagran al Sagrado Corazón de Jesús;
costés: 24, María Auxiliadora: 31. Ckirpus
3.
—Todas las veces que durante ocho díasChristl.
hagan Ejercicios Espirituales.
Junio: 8, Sagrado CJorazón de Jesús; 9.
4.
—En punto de muerte si confesados ySagrado CJorazón de M aría: 24. Natividad
comulgados, o al menos con corazón cori- de San Juan Bautista; 20. San Pedro, y 30,
trito.' invocaren devotamente ei Nombre de Cw^^moración de San Pablo.
0 0 > "
H O H C ^O
K IV
ORGANO O F IC IA L D E LA F E D E R A C IO N N A C IO N A L D E
A N T IG U O S A L U M N O S S A L E S IA N O S
O it^clón y Administración:
Femanfior, 6 « M A D R I0
r e v is t a
de
LAS OBRAS DE
DON BOSCO
BOLETIN
AlESIAM O
Redacción y Administración: Alcalá, 164.
AÑO
LV I I I
MAYO
1945
N U M E 11 0 5
Atwrtado 9134. - MADRID
SUMARIO: La Virgen Santísima, manantial de Caridad inagotable.—Efemérides secula
res: Don Bosco en 1845...—Los Hijos de don Bosco en el mxmdo en guerra.—
Cincuentenario de la Obra Salesiana en Portugal.—Noticiario.—De nuestras
Misiones.—La Sierva de Dios doña Dorotea de Chopitea.—La madre de don
Bosco.—Crónica de gracias.—In memoriam.—Bibliogi-afía.
La V irgen San tísim a
manantial de Caridad inagotable
I. es cierto que todas las virtudes
Mediadora potentísima y validísima
ejercen, además de la influencia entre Dios y los hombres, Ella unió
sobre el mismo individuo que las po
estos dos extremos como instrumento
see, también una gran influencia so de la Encarnación divina de tal ma
cial, bien por el ejemplo, bien por el nera, que desde entonces el hombre
estímulo que incrementan y por la pudo sentir a Dios en los vínculos
g r a c i a que difunden, ninguna, sin sobrenaturales d é l a gracia, y desde
embargo, es tan dinámica y operativa entonces cesó la ley del temor para
como la virtud de la caridad. Y esto dar comienzo la ley del amor.
no sólo en fuerza de una elemental
Mas, aun después de volver a Dios
ley psicológica, según la cual la cari y unirse con Jesucristo, l a s almas
dad es eminentemente difusiva, sino cristianas no han alcanzado todavía
incluso por voluntad especial del Au la perfección de la caridad: es necesa
tor de la caridad, Jesucristo Nuestro rio que de la caridad de Dios y del
Señor, el cual tiene dicho: «Ignem veni amor a Jesucristo sepan obtener las
mittere in terram, et quid volo nisi ut llamas de la caridad hacia el prójimo.
accendatur?)»
Y aquí vemos también cómo la Vir
Ahora b i e n , la Virgen Santísima, gen Santísima es engendradora y ma
que se halló siempre de continuo y nantial del amor fraterno. Lo engen
por completo envuelta en las llamas dra enseñando a matar en nosotros el
ardentísimas de la caridad, no sólo la egoísmo, que constituye el mayor obs
vivió y la manifestó en todos los ins táculo para la caridad. Ella nos en
tantes de su existencia terrena; no seña precisamente a domar este des
sólo la vive y manifiesta con la má ordenado amor a nosotros mismos con
xima perfección en el triunfo de su el ejemplo de su humildad. N a d i e
gloria, sino que quiso que las llamas mejor que Ella ha sabido vencer el
del amor cristiano penetrasen en todos orgullo y excluir, lo mismo en las pa
los corazones y les hiciesen arder pe labras que en las acciones, toda ten
rennemente de amor a Dios y al pró dencia egoística. Dió su consentimien
to a la Encamación no p o r q u e se
jimo.
S
- 85
iL
sintiese alborozada al recibir la altí
sima dignidad de Madre de su Señor,
sino únicamente para someterse ente
ramente a la voluntad de D i e s, de
quien quería ser esclava humilde y
obsequiosa. Amó al prójimo en el or
den de la naturaleza por espíritu de
deber, no por la utilidad que se pro
metiese sacar de él; y de la misma
manera lo amó en el orden sobrena
tural por puro espíritu de sacrificio,
aceptando la maternidad espiritual de
todos los hombres y extendiendo a to
dos su protección misericordiosa, a fin
de que todos pudiesen recabar el de
bido provecho de la Redención de su
Divino Hijo.
iQué de corazones generosos no se
han plasmado en la escuela maternal
de Maríal Si al presente asistimos a
una tal explosión de odios, si nos ve
mos obligados a comprobar tantísimos
antagonismos de individuos y de cla
ses, si tal mezquindad se ha apoderado
de los espíritus y parece como si en
verdad, todo hombre se hubiere con
vertido «homini lupus», esto se debe a
que muchísimos cristianos se han ale
jado de las fuentes de la caridad, en
tre las cuales una y principalísima
es la devoción a María, cuyo Corazón
Inmaculado palpita de amor por la
Humanidad.
Es de todo punto indispensable que
volvamos a esas fuentes para apren
der, de la generosidad de la Virgen
Santísima, a darlo to d o , a sufrirlo
todo por el bien de nuestros herma
nos que necesitan socorro, que nece
sitan amor. Sólo así seremos verda
deramente caritativos en nuestro inte
rior y manifestaremos nuestra caridad
en las obras; así podremos contar con
la predilección de Jesús y de María.
Consideremos cómo los Santos han
levantado magníficos monumentos a
la caridad cristiana, y observemos a
la vez cómo todos ellos fueron devo
tísimos de la Virgen Santísima y fie
les imitadores de sus virtudes.
La caridad de Jesucristo se bebe en
los altares de María, que vienen a ser
como manantiales y centros que bro
tan e irradian el bien, como los órga
n o s propulsores de la beneficencia
cristiana.
Acerquémonos a estos centros gene
radores de la caridad á fin de que
nuestro corazón se encienda en el
amor a Dios, se una a Jesucristo y se
haga generoso y constante en las san
tas obras del amor cristiano.
S E Ñ O R E S C O O P ER A D O R ES:
Consulten en las páginas de cubierta el
T E SO R O E S P IR IT U A L
84 —
EFEMERIDES SECULARES
D o n B o s c o en 1 8 4 5 . . .
(.Continuación.)
B osco, a fin de acabar con aquel
espectáculo, hizo señal de terminar el
recreo, y volviéndose a la sirvienta del capeuán le dijo con admirable caiina\ —Mi
buena señora, ¿ tío esta usted segura de ha
llarse aquí el próximo domingo, y me arma
tai revuelo para que no voVoomosI—. Des
pués, rodeado de sus muchachos, entró en
la iglesia del cei7ienterio, donde les explicó
un poco de Catecis7no y rezaron él Santo
Rosario.
Al salir los despidió para que se fueran a
sus casas. Algunos de los jóvenes que qui
sieron acompañar a don Bosco, pudieron es
cuchar de sus labios estas palabras, pronun
ciadas a media voz ai abandonar aquel lu
gar: — ¡Pobre mujerl... Nos intima que no
volvamos por aquí él próximo domingo, e
ignora que para esta fecha habrá bajado a
la tumba \
En aquel mismo momento regresaba don
Tesio, el capellán, y su enojada sirvienta
le salió al paso para hacerle una rápida y
pintoresca descripción de aquel “cura revo
lucionario, capitán de golfos profanadores de
sepulcros'’. El capellán, aunque se tenia de
sobras conocido el carácter irascible de su
criada, se dejó, s i n embargo, influenciar
D
on
en contra del Oratorio; por lo cual, salien
do de casa, alcatizó a don Bosco, y con voz
un tanto alterada le dijo: —Otro domiiigo
no venga usted a alborotar estos contornos.
De mi cuenta corre dar los pasos necesa
rios a fin de impedirlo.
Don Bosco siguióle con la vista mientras
se alejaba y exclamó con profunda triste
za: —i Tampoco él sabe si el próximo do
mingo se contará entre los vivos!
Aquella misma noche, al dictado de su
enfurecida sirvienta, don Tesio escribió una
carta al Municipio acusando a los mucha
chos deí Oratorio y pintando con tos más
negros colores las devastaciones y estragos
producidos en él camposanto por las hordas
de don Bosco. Aquella fué la última carta
escrita por el capellán, y sus últimas pala
bras las pronunciadas al día siguiente al de
cir a su criada: —Haga llevar esta carta al
Ayuntamiento...— Pocos minutos más tarde
moría víctima de un ataque de apoplejía,
después de recibir los Santos Sacramentos.
Dos dios más tarde bajaba también a la
tumba la sirvienta de don Tesio. La triste
predicción de don Bosco se había cumplido
al pie de la letra.
(De las “Memorias Biográ
ficas”. Tomo I I , cap. xxxi.)
CiUDADELA (Menorca): Magnifico aspecto que ofrece el Santuario de María AusUiadora
ocupado por Antiguos Alumnos Salesianos.
— 85
Los Hijos de don Bosco
en el mundo en guerra
Trascribimos íntegramente dos recortes de
los diartos madrileños "Ya” y “El Alcázar”,
de los días 6 y 31 de marzo, respectivamente:
E l S anto P adre en v ía soco rro s a F aenza .—
H ero ico com portam iento del I n st it u t o S aLESIANO d e l a CIUDAD
CIUDAD DEL VATICANO^ 6,—Lci prolon
gada vecindad de Faenza a la linea del jrente ha hecho que esta ciudad sufriese gran
des daños. El Santo P a d r e ha hecho ya
envíos de socorros a Faenza, especialmente
vestidos y víveres. Con estos últimos se ha
abierto allí un comedor dél Papa, que dis
tribuye diariamente 500 platos de sopa ca
liente. Se proyecta que este m i s m o mes
llegue a distribuir el doble, o sea 1.000 ra
ciones de sopa cada día. También se au
mentarán los suministros de ropa y se or
ganizará una consulta médica gratuita.
Al f r e n t e de la organización hay una
Comisión episcopal, con sede en el Instituto
Salesiano de la ciudad. Este ha ofrecido en
todo momento refugio y alimentos, y hasta
un pequeño hospital para casos urgentes, que
fué de gran utilidad durante los días más
duros. En aquellos momentos sacerdotes, her
manos y seminaristas actuaron hasta como
camilleros, buscando a los heridos en las lí
neas de combate y transportándolos al hos
pital.
Las autoridades han reconocido pública
mente el heroico y cristiano comportamiento
de aquel clero, que ha tenido que preocupar
se hasta de enterrar a los muertos. Incluso
la administración de la ciudad, en el mo
mento de cambiar de mano, estuvo confia
da a un sacerdote, que ha merecido la uná
nime aprobación por el valor y la pruden
cia demostrados.-BFE.
{Crónica dei corresponsal de la Agencia Efe)
ROMA 31.—Ya pasó el áureo período de
los "shoe shlnes” romanos, de cientos, acaso
im millar, de niños de nueve a catorce años,
que en los primeros días de junio de 1944,
cuando pululaban por R o m a los ejércitos
aliados, hicieron grandes fortimas arrodi
llándose a n t e los soldados para limpiarles
las botas empolvadas. Era un cuadro triste
para la población, pero nada se hizo por im
pedirlo.
AI fin y al cabo debieron pensar las auto
ridades que se trataba en su mayor parte de
86
—
niños que carecían de familia y de hogar, y
que milagrosamente habían resistido a l a s
calamidades d e l invierno anterior, cuando
hubieron de pedir limosna por las cades y
dormían en los soportales o a la intempe
rie bajo los arcos del Coliseo, en los túne
les de la ciudad o en cualquier parte, como
las cuevas practicadas en común en las fal
das de una colina. Hablan encontrado una
manera honesta de vivir; y lo deprimente
no era tanto el que limpiaran los zapatos
como el pensar en el ambiente que respira
ban y en el abandono de su instrucción. Lo
grave era el peligro moral que rodeaba a
estos infelices.
Pasó el tiempo y Roma víó di.«;miTniir sen
siblemente el número de soldados aliados
Los limpiabotas callejeros empezaron a sen
tir los efectos de la desaparición de los alia
dos, y algunos de ellos arrinconaron la caja
y se pusieron a vender cigarrillos america
nos o periódicos ingleses. Hasta que surgió
su apóstol, un salesiano continuador de don
Bosco, que se acercaba a los centros donde
más abundaban estos chicos de la calle, para
rescatar s u s almas y cuidar su salud. El
sacerdote fué detenido el primer día por la
Policía, que lo creyó favorecedor de uno de
esos mercados clandestinos; pero una v ez
declarados s u s propósitos loables, no sola
mente fué puesto en libertad, sino que em
pezó a verse asistido por autoridades y par
ticulares. Ha conseguido llevar a su Hospicio
del Sagrado Corazón (•) 200 de estos golflllos,
a los que, sin embargo, deja en libertad toda
la mañana para que puedan seguir limpian
do botas.
De una a cuatro de la tarde los retlm e
junto a sí, les da de comer y los instruye,
y al atardecer los envía a sus barrios ale
jados para que puedan llevar a sus respec
tivas familias el sustento cotidiano. Sería
imposible por ahora apartarlos totalmente
de la calle. Las circunstancias van evolu
cionando en favor del apostolado de este
salesiano, y tai vez dentro de algún tiempo
su obra de caridad tomará grandes vuelos,
ya que la asociación que acaba de fundar,
titulada "Asociación para asistencia a lo s
chicos de la calle”, ha «icontrado grandes y
numerosos simpatizantes. El Jueves Santo, el
Rector de los salesianos lavó los pies a doce
ri
A favor de dicho Hospicio autorizó e! Papa
León XIII la institución de la «Obra Pía del Sajrrado Co
razón de Jesiis». Consúltese la segunda página de las
cubiertas. M de ¡a R.
i La
Caridad cristianal...
¡la única realidad consola
dora y permanente entre los
densos nubarrones y los te
rribles desastres de las gue
rras l
áe estos “shusha” en la basüíca de María
Auxiliadora, entre la curiosa admiración de
sus colegas de oficio y los fieles que llena
ban el templo.—^JuLio M o r io n e s .
Nuestros lectores recordarán la carta circu
lar dei Prefecto General de la Oongregacióti
Salesiana publicada en el B o l e t ín del pa
sado mes de en^fo; de ella se deduce con
claridad meridiana que el hecho con tanto
cariño y admiración relatado por el corres
o i r v c u j b C J N
O E
O JB üaL
El 8 de noviembre de 1894 l i a r o n a Bra
ga los primeros Salesianos para hacerse car
go del Ck>legio de Huérfanos de San Caye
tano. Hace, pues, diez lustros que los Hijos
de don Bosco vienen regando con sus sudo
res y sacrificios las tierras de la nación her
m ana Ayudados por Dios y por los Coope
radores han podido cosechar a lo largo de
estos cincuenta a ñ o s ubérrimos frutos de
salvación y santificación de almas. D e s d e
estas modestas páginas nos imimos a ellos
en el himno de la gratitud al Señor y a la
Viigen Santísima Auxiliadora.
Cuando en 1868 la Reina de Portugal, doña
Mm-ía Pía de Saboya y de Braganza, visi
tó la ciudad de T u ^ , una ilustre dama de
su corte, doña Eugenia Téllez de Gama vi
sitó a don Bosco y alcanzó del Santo la
promesa de que enviaría algunos Salesianos
a Portugal, promesa que no pudo cumplir
don Bosco personalmente, sino por medio de
su primer Sucesor, el Siervo de Dios d o n
Miguel Rúa.
ZjOS primeros Salesianos que pisaron, aun
que de paso, tierra portuguesa, fueron cua
tro misioneros que en 1877 se dirigían a la
Argentina, y que recibieron generosa hos
ponsal señor Moriones, no es esporádico, sino
que, por el contrario, es tan frecuente, que,
por la gracia de Dios, puédese afirmar que
don Bosco sigue vivo en sus hijos los Salesianos como siguen vivos y reencarnados
en los actuales Ckx>per£idores aquellos otros
que, ya casi va para un siglo, le ayudaron
a él en casos de guerras y epidemias a re
producir ^ la tierra la divina caridad de
Jesucristo. ¡Sean por ello dadas gracias al
Señor I
T J K r v A ü i o .
E IV F ^ O J b iX U O a L
pitalidad por parte del Emmo. Sr. Carde
nal-Patriarca de Lisboa.
Un c e l o s o sacerdote portugués, después
obispo, don Sebastián Leite de Vasconcelos,
después de visitar a don Bosco y su Obra
en Turín, y no sufriéndole su corazón sacer
dotal esperar a que la Congregación Sale
siana dispusiera de personal más abundan
te, fundó en 1883 las Escuelas Profesiona
les (.OficiTuu) de San José en Oporto, si
guiendo en la organización y dirección de
las mismas 1o s métodos y enseñanzas de
don Bosco.
Finalmente, ^ 1894, a requerimiento de
otro fervoroso y santo sacerdote, don Fran
cisco Rodríguez de Cniz, el entonces Ins
pector de las Casas Salesianas de España
y más tarde tercer Sucesor de don Bosco,
dcm Felipe María Rinaldi, en nombre del
Rector Mayor de la Congregación, aceptó
el Colegio de Huérfanos de Braga, benemé
rita institución fundada por el gran Arz
obispo Fray Cayetano Brandáo.
Dos años después se fundó en Lisboa y
en 1909 se hacían cargo los Salesianos de
la obra comenzada por Mons. Vascxmcelos.
Eran con ésta seis las Casas Salesianas de
— 87
Portugal al estallar en 1910 la revolución
que más intentó dirigirse contra la Reli
gión que contra la Monai-qula, y que pareció
arrasar para siempre la Obra de don Bosco
en Portugal.
Sin embargo, pasó el turbión y al presen
te la Congregación Salesiana cuenta con
las siguientes obras en la República lusi
tana y sus dominios:
Escuelas Profesionales en Lisboa; Insti
tuto Misionero en Estoril; Oratorio Festivo
y Casa Pía en Evora; Escuela Profesional
y Agíícola en Semide (Coimbra); Semina
rio en Mogofores; Escuelas Profesionales en
Oporto; Seminario en Poiares de Regua;
Escuelas Profesionales en Villa de Conde;
Misiones en Cabo Verde y Macau. El perso
nal religioso para atender a estas obras cous-
^O)
Autógrafo de don Bosco.
R scubrdo de la
A P o rtugal .—D e
v isita
del
ta de 40 sacerdotes, 39 coadjutores, 65 estu
diantes pi’oíesos, 22 novicios y 125 aspiraiues.
También las Hijas de María Auxiliadora
cuentan con acunas Casas y trabajan cón
celo y sacrificio al par que los Salesianos.
Con motivo del Cincuentenario de la Obra
'Salesiana en Portugal se ha publicado un
número extraordinario de la revista. nacio
nal “Don Bosco”. En ella han q nuido cola
borar con extensos artic'Uos toios los chis
pos portugueses y no pocos valores de la Na
ción hermana. De todas las trases laudatf'rias recogemos como resumen y cifra hacién
dola nuestra ésta con que termina su artícu
lo el Exorno. Sr. Nuncio de S. S. en Portu
gal : “ i Bendito sea Dios que tan visiblemen
te protege a la Obra Salesiana 1 A los hijos
espirituales del gran Santo en este alegre
jubileo de oro, quiero enviarles mi más sin
cero parabién, con voto fervoroso del clásico
crescant et floreant en número y ardor apos
tólico, a fin de que sean cada vez más co
piosos los frutos que recojan en el campo
del Señor; y que no les falte jamás la ayu
da y protección de todos, especialmente de
los Cooperadores y de cu a n t^ se interesan
por la solución de los ardu<» problemas de
la cuestión social de que es precioso coefi
ciente la Obra Salesiana.”
S ierv o
de
D io s
don
M ig u e l R úa
fequierda a derecha: Don Sebastián de Vas
concelos y don itforenco (ambos más tarde obispos) ; -don Rúa.
don Rinaldi y don Luis Sutera.
«8 —
N
O
T
I
C
I
A
R
I
O
G lU D A D E L A : Ciclo de Conferencias
formativas.
B A R C E L O N A (Sarriá): Una primera
M isa en las Escuelas Profesionales
Salesianas.
Como en años anterioi'es, la Unión de An
tiguos Alumnos Salesianos de Cindadela ha
organizado un ciclo de Conferencias Forma
tivas que se han tenido los lunes de Cua
resma y al que han asistido muchos padres
y madres de familia. Tema general de las
Conferencias h a sido La reconstnifíción cris
tiana de ia familia, desaiToUado con am
plitud y competencia por los señores Con
ferenciantes, que lo han sido los Rvdos. don
Gustavo Mas, D. Manuel Almazán, D. Pablo
Bai-aut, salesianos, y los Antiguos Alumnos
D. Andrés Bosch y D. Lorenzo Franco, Maes
tro Nacional y Doctoi- en Medicina, respec
tivamente. Las conferencias fueron ameni
zadas con recitales y cmitos a solo y coro,
todo dio a cargo de los Antiguos Alumnos
Salesianos que aciertan a cumplir así uno
de los principales puntos del Reglamento
la Pía Unión de los Cooperadores Salesia
nos, cual es el trabajm* por la formación
cristiana del pueblo.
La fiesta de San José es la señalada por
el celoso Prelado de la diócesis barcelonesa
para celebrar en ella el día de las vocacio
nes. Y en estas Escuelas Salesianas de Sarriá no pudo celebrai*se de mejor manera este
año que con la siempre simpática fiesta de
una primera misa. Don Marcelino Can*era,
uno de nuestros queridos profesores, recibía
su ordenación sacei'dotal el día 18 de marzo
y cantaba su primera misa al día siguiente,
San José.
Precedió a la fiesta el solemne triduo en
honor del glorioso Patriarca, en que la pa
labra de d o n Sei'gio Quintas enfervorizó
nriestras almas poniaido ante nuestra con
sideración las virtudes del Santo.
En la tarde del 18 se recibió al misacantano a los acordes de la marcha militar de
Schúbert, y se le dedicó una sentida Velada
en que músicos y actores rivalizaron en ho-
E1 nuevo Ministro de Dios tiene por vez
primera en sus manos recién ungidas el
Cuerpo de Jesús Sacramentado...
—«Ecce Agnus Deil«--exclama.— ¡He
aquí el Cordero de Diosl...
Arrodillados ante el comulgatorio, los pa
dres del novel sacerdote escuchan y con
templan emocionados a su hijo, hecho gran
de entre los grandes, y levantado de la nada
para ser colocado entre los príncipes del
pueblo de Dios...
En el solemne silencio del templo pare
ce escucharse otra voz que sale del fondo
de un corazón de madre y que se entremez
cla con la voz del hijo como diciendo:
—He aquí en qué gran dicha se ha con
vertido aquel sacrificio y aquella pena ya
lejana... cuando Dios me pidió a mi hijo.
meuajear la figiora del sacerdote y la del
Patrono de la artesanía,
José.
La función de la primera misa despertó
en todos las más hondas emociones. Dicha
grande la del novel sacerdote al verse ro
deado de sus padres, hermanos y numero
sos familiares en el augusto acto. La solem
nidad de las sagradas ceremonias, la brillan,
tez de la música ejecutada por una respe
table masa coral y lucida orquesta, la psdabra cálida del Sr. Director, don Felipe Al
cántara, que nos habló de la grandeza del
sacerdocio, todo ello formaba un conjunto
de grandiosidad y belleza de los que dejan
profundo e inolvidable recuerdo.
El drama en cuatro actos y en verso, Don
Francisco de Quevedo, esmeradamente re
presentado por la sección de artesanos, puso
fin a los actos de este día. Nuestra enho
rabuena al nuevo sacerdote y que su prime
ra misa despierte en muchos el deseo de se
guirle hasta las gradas del altar.
P A M P LO N A : Conferencia a los Coope
radores Saiesianos por el Excmo. y
Rvdmo. Sr. Obispo.
En el magnífico salón de la Diputación
Poral de Navarra el día 24 de febrero p. p.,
dióse la conferencia anual r^lam entaria a
los Cooperadores Saiesianos por el Excmo. y
Rvdmo. Sr. Obispo de Pamplona, don Mar
celino Olaechea, S. S. Después de una en
cantadora y sugestiva disertación sobre don
Sosco hecha a base del prólogo puesto por
su Excelencia al libro del Sr. Taboada Lago
“El hombre leyenda”, aludió a la Obra Saleslana en Pamplona, empezada gracias a
la generosidad del cristiano caballero nava
rro don Antonio Aróstegui y de sus hijos,
don José Zublzarreta y doña Emilia Aróstegul, y continuada y sostenida por el es
fuerzo sacrificado y constante de los SaJeslanos. “Pero las obras—dijo el Excmo. y Reverendísimo Sr. Obispo—no están aún ter
minadas. Los Saiesianos han lanzado a la sociedad Jóvenes religiosos, con el oficio ente-
R ota
(C d d ízi.
— La Comunidad del nuevo
Colegio con el Fundador, Excmo. Sr. Mar
qués de Villa-Pesadilla.
90 —
ramente aprendido, hasta trescientos en es
tos últimos años, y muchos mas paia ga
narse la vida. Hoy la Diputación piensa ac
tivamente en el problema de terminar la
Escuela de Artes y Oficios de forma que
quepan todos los aprendices de Navan-a y
se eduquen en la forma Saiesiana, para que
sean cristianos y buenos obreros, gentes que
honren a Navarra, a la Religión y a nues
tra Madre la Iglesia.”
R O TA (Cádiz): Nuevo Colegio de las
Hijas de María Auxiliadora.
Se cumplen hoy seis meses de la solemní
sima inauguración de la nueva Fundación
saiesiana que el Excmo. Sr. D. José M. Lieón
Carranza, marqués de Villa - Pesadilla, ofre
ció a las Hijas de María Auxiliadora en el
pintoresco pueblecito de Rota (Cádiz).
Honraron la fiesta coa su asistencia el
Excmo. Sr. D. Ricardo Zamora, Gobernador
Civil de Cádiz, y el Excmo. Sr. Gobernador
Militar, D. Luis Escasi. Bendijo la Capillita
y las dependencias del Colegio, que se asien
ta en él sitio más prominente del pueblo, el
Emmo. Sr. Cardenal-Arzobispo de Sevilla
Dr. D. Pedro Segura y Sáenz.
A lo largo de estos meses las beneméritas
Hijas de María Auxiliadora han trabajado
■con constancia y con generosidad a toda
prueba. El fruto no se ha hecho esperar.
La Tanda de Ejercicios Espirituales, q u e
ha tenido lugar precisamente en estos dias,
ha sido un magnífico exponente de los fru
tos espirituales y educacionales cosechados.
La juventud femenina de Rota está de
enhorabuena. Ha encontrado, aJ fin, en el
Colegio de las Hijas de María Auxiliadora,
el yunque maravilloso para la forja de sus
almas, bajo el cuidado vigilante del celos!suiio Pairoco del pueblecato, D. Cristóbal
li^scnbano, y del digmsimo Capellán de las
hermanas, Hvdo. D. Juan Romero, Salesiano.
SA N JO SE D E L V A L L E (Cádiz): Fies
ta de Santo Tomás.
Con entusiasmo y solemnidad celebraron
nuestros Novicios y Estudiantes de Filoso
fía de San José dei Valle la fiesta de Santo
Tomás de Aquino. Además de las funcio
nes religiosas túvose una Velada en honor
d d Doctor Angélico, cuyos números princi
pales fueron: “L’ Ave María sui monti”, po
lifonía del llorado Maestro Pagella, 8. S .;
el auto Sacramental “El viaje del alma”,
de Lope de Vega, y dos disputas filosóficas
sostenidas con gallardía y denuedo.
C ADIZ: El Excmo. Sr. Gobernador
Civil visita las Escuelas Salesianas.
EU día 9 del p. p. febrero el Excmo. Sr. Gobemador Civil de Cádiz se dignó visitar las
Escuelas Profesionales Salesianas de aquella
ciudad, acompañado pm su distinguida es
posa. Aclamados por todos los alumnos y
acompañados por los Superiores de la Casa,
los ilustres visitantes recorrieron las varias
dependencias de las Escuelas, y en el salón
de actos les fué dedicado tm s ^ tid o home
naje de adhesión y afecto. El Excmo. señor
Gobernador y su señora abandonaron la Ca
sa de don Bosco sumamente complacidos y
gratamente impresionados.
M A N IL A : El Arzobispo Salesiano Mon
señor Piani está en salvo.
El diario madrileño “Ya”, en su número
del 13-IV-45, daba la siguiente noticia, que
transcribimos literalmente:
NUEVA YORK, 12.—Los propiedades de
la Nunciatura apostólica en Manila jueron
totaXmente destruidas y saqueadas por las
tropas japonesas durante el tiempo de ocu
pación de la capital jilipina, según infor
ma un correspoTUial de la Prensa comJjinoF'
da en Roma. El Delegado Apostólico, monse
ñor Guillermo Piani, se encuentra a salvo
en el convento beTiedictino de Manila.
Añade el referido corresponsal que en una
n o t a oficial facilitada por el Servicio de
Prensa del Vaticano se declara que los ja
poneses incendiaron el edificio de la Nun
ciatura y destruyeron todos los archivos y
documentos. Tales son las primeras noticUis
directas recibidas de Manila después de la
entrada de las fuerzas norteamericanas en
la ciudad.—EFE.
P A R IS : E l Emmo. Cardenal Hlond
en Francia.
PARIS, 8.—Oficialmente se anuncia que
el cardenal polaco Monseñor Hlond ha sido
liberado y que llegará hoy a París.—EFE.
Esta es la noticia escueta publicada por
la Prensa nacional del día 9 del pasado
abril
El Emmo. Cardenal D. Augusto Hlond,
como saben nuestros lectores, pertaiece a la
Congregación Salesiana, en la que han pro
fesado también dos hermanos suyos, el imo
sacerdote y coadjutor el otro.
Aprovechamos esta ocasión para recom«ídar una vez m á s a nuestros amadísimos
Cooperadores que pidan al Señor para que
se digne proteger a los Hijos de don Bosco
envueltos en el torbellhio de la «Tierra y
para que pronto luzcan para la Iglesia y
para todos los hombres d ^ de paz y tran
quilidad.
R ota
{Cádiz).—El Emmo. Sr. CardenaUAr-
zobispo de Sevilla bendiciendo los locales del
nuevo Colegio.
- 91
DE N U E S T R A S M I S I O N E S
Dado lo escasas que son las noticias que
al presente nos llegan de nuestros pobres
Misioneros, cartas que en otro tiempo hu
bieran podido parecer demasiado íntimas y
particulares, hoy adquieren rango de epís
tola circular que emociona y enternece al
poner ante nuestra consideración los tra
bajos y sufrimientos de los apóstoles de Cris
to en unos momentos tan difíciles y angus
tiosos. Sin embargo, imitadores exactos del
gran Apóstol San Pablo, también ellos sa
ben decir sinceramente en sus cartas: “Se
desborda la alegría de mi corazón en todas
nuestras tribulaciones.” Véase, para confir
mación de lo dicho, la siguiente carta.
Blshop’s House
KRISHNAGAR CITY
Bengal — India
Fiesta de Sta. Teresa del Niño Jesús
3 de octubre de 1944
Mis buenísimos amigos y biaihechores:
En caso de que os hayáis olvidado, deséo
recordaros que en la pequeña^ande misión
de Krishnagar de Bengala, con sus ocho
millones de almas que todavía tenemos que
conquistar para el Sagrado Corazón de Jesús,
seréis recordados de una manera muy espe
cial en la hermosa fiesta de Nochebuena. El
Obispo y sus sacerdotes ofrecerán el Santo
Sacrificio de la Misa por vosotros y vuestíxe
seres queridos. Los Hermanos y Hermanas,
nuestros huerfanitos y cristianos ofrecerán
la Santa Comunión y sus oraciones todas
por vosotros. Esta es la única manera con
que podemos demostraros nuestro amor y
gratitud por vuestra a 3mda. Gracias a vues
tras limosnas podemos continuar con nues
tra labor misionera en estas tierras tan di
fíciles, especialmente en los momentos ac
tuales.
Seguramente queréis que os comimique
los triunfos y resultados de nuestros esfuer
zos, como también las pruebas que nos ha
mandado el Señor durante el año que va
mos a terminar.
El Señor no se ha olvidado de nosotros,
mandándonos abundantes dificultades y su
frimientos. En la imagen que mi secreta
rio tuvo la ocurraicia de dibujar al lado,
veréis a vuestro Obispo “Luisito” agobiado
con el gran peso de la “guerra”, “hambre”,
“cólera”, “malaria”, “preocupaciones” y “an
siedades financieras” ]sudando la gota gor
da! Os pido que tengáis compasión y le
ayudéis.
Este año ha sido de muchas enfermeda
des para nuestra misión. A Sor Mai'ina, de
apenas veinte años, le quedan pocos días
de vida, pues está muriendo de tuberculo
sis; el Hn. Ernesto está segregado de la Co
munidad por la misma enfermedad; el Her
mano Castelli y Sor Teonilla, enfermos de
pleuresía y otra complicaciones; el Padre
Bemardi, de treinta y cinco años, recuperan
do sus fuerzas después de terribles ataques de
malaria. Varios otros están débiles a con
secuencia de una u otra enfermedad, inclu
sive el Obispo, que ha seguido el mal ejem
plo de sus misioneros.
El número de nuestros cristianos, a con
secuencia de la terrible hambre y cólera, en
vez de aiunentar, este año ha disminuido.
¡Bonito progreso el que hacemos! ¡Bendito
sea el Señor que nos manda estas afiicciones I
Y como si esto no bastara, hace mucho
tiempo que no recibo comunicación alguna
de ima buena parte de nuestros bienhecho
res. i Otro golpe para nuestra Misión!
Pensaréis que estamos, con todas estas ca
lamidades, tristes y desanimados. Añigidos.
sí; pero no desanimados. Con vuestra asmda esperamos, apenas la guerra lo permita,
emprender nuevas obras de beneficencia mi
sionera. Ayudadnos todo lo que podéis; pe
did a vuestros amigos que se hagan ami
gos nuestros y rezad mucho por vuestro
"LTilsIto” y por sus misioneros.
"Luístío”
Luis La Ravoire Morrow, S. S.
Obispo de Krishnagar
C A T E C IS M O DE P R IM E R A C O M U N IO N
Cada página un grabado
Edición sencilla
3 ptas.
Edición recuerdo 6 »
S. E. I. • Alcalá, 164. • Madrid
92 -
A
Dona Dorotea de Chopitea
I
E
R
V
A
t > E
C O O P E R A D O R A
iContinuación).
Primeramente practicaba la cai-idad doña
Dorotea, según el orden querido por Dios,
con las personas de su familia, y entre éstas
distinguía principalísimamente a aquel a
quien el Señor le había dado por ángel,
compañero y sostén de su vida. Nos referi
mos a su esposo, don José María Serra. Tan
to era el afectuoso respeto que hacia él sen
tía y mosti'aba, que en ocasiones arrostró los
más grandes sacrificios por obedecerle. Así,
en el año 1874, invitada por su esposo a
que le acompañase en su viaje a Rusia, do
ña Dorotea, axmque sentía suma repugnan
cia a emprender viaje tan largo y no igno
raba las fatigas que ello le habría de oca
sionar, condescendió con rostro complacido
y ánimo resuelto por no contristar el de don
José María. A la vuelta de aquel viaje y
a consecuencia del mismo, enfermó de tanta
gravedad, que llegó a las puertas de la muer
te y hubieron de administrársele, a ruegos
y petición de la misma enferma, los Santos
Sacramentos.
En marzo del siguiente año don José Ma
ría, ignoramos por qué motivo, otorgó tes
tamento. En él hace la mejor alabanza de
su esclarecida consorte, pues después de ha
cerla usufructaria de todos sus bienes, con
facultad de disponer de todos sus aum«itos,
y de hacerle donación de la mitad de sus
riquezas, establece la siguiente cláusula:
"Aunque por las constantes muestras de
cariño que hasta ahora nos tioien dadas
nuestías hijas, estoy convencido de que su
comportamiento para con su madre será el
mismn después de mis días, no quiero ce
rrar este testamento sin rogarles que la
amen y la cuiden con el mismo amor y
cuidado que yo la he prodigado «mstantemente, cuyo ruego hago extensivo a mis
hijos políticos. Pido a mis queridas hijas
que para ello tengan siempre presentes los
afanes y cuidados que les cuestan sus pro
pios hijos, y por ahí tendrán la medida de
lo que
TniRma-s han costado a su madre,
y d d mucho amor con que han de rodearla
durante él resto de su vida.”
|Oh, y qué djilce es el amor de aquellos
que se ha.Ti imido delante del Señor, y qué
paz tan grande la que reina en los hoga
res de las familias verdaderamente cristia
nas, donde la virtud tiene su trono y don
O
I O
S
S A C E S I A I V A
de no h a li^ai- la vanidad frívola ni ol
u ^ ro egoísmo!
La caridad de doña Dorotea se extendía,
después de los parientes, a los criadc» y ser
vidumbre. Cuidaba de ésta no como ama,
sino como madre; se preocupaba de sus
necesidades espirituales y materiales; pre
cedía a todos en la virtud y en el trabajo
y los trataba con gran llaneza y afabili
dad.
Durante muchos años hizo que en deter
minados días fuese a su casa un piadoso
sacerdote para que explicase Catecismo a
criados y criadas. Ella misma los reunía
diariamente para que rezasen el Santo Ro
sario en familia, y cuidaba de que cada año
hiciesai los Ejercicios Espirituales.
En 1871 murió una antigua sirvienta de
TiBiDAEO (Barcelona).—Comulgatorio y altar
mayor de la Cripta del Templo NacionaZ
Expiatorio al Sagrado Corazón de Jesús.
— 93
la casa, llamada María Francisca. Doña Do
rotea vistió duelo por ella. Ya cuando Ma
ría había llegado a una edad en que no po
día trabajar, la Sierva de Dios la había
atendido con cariño y amor excepcionales.
La pobre ancianita, ciega o casi ci^ a , que
ría ocuparse en hacer fcalceta en su deseo
de agradecer en alguna manera las aten
ciones de doña Dorotea. Mas salíale tan mal
la labor que pai'a nada podía servir. Con
todo, al llegar la noche, la egregia dama
deshacíala y volvíala a hacer a fin de que
la cleguecita la prosiguiera al día siguiente
con la ilxisión de que en verdad continuaba
la del día anterior.
i Qué ejemplo tan adminU>le de delicade
za, de primorc^a atención, de caridad cris
tiana I Y más si se tiene en cuenta que doña
Dorotea no comentaba jamás ni la inutili
dad de la anciana sirvi»ita ni sus pintores
cas industrias por agasarjarla.
Esta, como las demás sirvientas que mu
rieron en la casa, se vieron atendidas filial
mente por doña Dorotea hasta el último
m om ^to.
Caminando en 1873 por una calle de Tolosa de Francia acompañada de sus hijas,
la Sierva de Dios se enccaitró con xm pobrecito mendigo que tenía las piernas cu
biertas de llagas y se arrastraba sobre un
carrito.
Después de darle una abundante limosna,
hízole llevar a su casa y ahí le lavó y v ^ dó las llagas ordenándole que volviera los
días siguientes para que le curara de nuevo.
Curábale en la ^ tr a d a de la casa, y como
sus familiares le indicaran que era mejor
que el mendigo subi«:a al piso para aho
rrarse ella de bajar, contestó la Sierva de
Dios:
—No, que os darían tal asco las llagas
que no lo sxifrierais.
En efecto, tan fétidas y asquerosas eran,
que sólo la heroica caridad de doña Doro
tea podía aguantar su vista.
iConUnuará.)
La madre de don Bosco
CONFERENCIA
dada por D.* Josefina Alvarez de Cánovas en la VII Asamblea Diocesana
Catequística de Sevilla
Reverendos Padres Salesianos, señores y
s e ñ o r a s , Educadores, Maestros de Sevilla,
queridos compañeros de mi alma:
Estoy acobai'dadita en estos momentos al
oír a esta Mai'ia Abaurvea, que me acaba
de hacer un eficacísimo servicio; porque ya
comprenderán ustedes, señores asambleístas,
que yo no soy eso que ha dicho la señorita
María Abaurrea. Yo no lo soy; pero como
dice nuestra Madre Teresa de Jesús, quería
lo ser. ¡Ah si lo fueral, ¡ah si lo fuera!...
Ya pesa bastante Sevilla sobre mis hom
bros y sobre mi corazón, y ayer le decía yo
a la Inspectora Jefe de los Educadores Sevi
llanos : “ i Ay, Elena, c ó m o pesa Sevilla;
qué acobardada estoy!" Y la señorita Ma
ría Abaurrea a c a b a de dejarme fuera de
0^ —
combate; pero a medida que me encogía,
pensaba yo: “Ahora si que María Axixiliadora va a ayudarme; ¿por qué no va a dar
me la mano una vez más?" Así lo espero
y así será.
Pero de todo lo que ha dicho la seño
rita María Abaurrea, una cosa si que es ver
dad: esta bendita obsesión que me posee
hace ya tantos años y que quisiera que me
poseyera hasta el momento de rendir cuen
tas al Señor; esta bendita obsesión del es
tudio del niño español. El estudio del niño
español, q u e necesitamos metemos en su
alma para ver allí el germen del genio es
pañol. de los santos, de los héroes. Con eso
si que me quedo, señorita Abaurrea.
Pues bien, señores asambleístas: cada vez
H uesca . — Latinistas de Primer Curso que
se preparan para ser un dia sacerdotes salesianos.
que me veo obligada por distintas circuns
tancias a ponerme delante de un público,
ustedes comprenderán que lo primero que
hago es ponerme a n t^ delante del Señor,
beber en la Fuente, y allí, delante de El,
después de pedirle luz y gracia, empiezo a
hacerme las siguientes pregimtas:
—¿Dónde voy a hablar yo?, ¿dónde voy
a hablar yo, Dios mío? ¿Delante de quien
voy a hablar? ¿De qué voy a hablar? ¿Por
qué voy a hablar? ¿Quién soy yo para ha
blar?
Las preguntas tienen “m i g a ”... ¿Dónde
voy a hablar yo? Señores y señoras; en Se
villa, la ciudad de la gracia y de la poe
sía. Jamás me he encontrado tan para poco.
Si yo hubiese estado aquí un mes, saturán
dome de esta belleza, y, sobre todo, de las
cosas que tiene Sevilla: esos ojos de las Vír
genes sevillanas me tienen tan enamorada,
que casi no puedo dormir. Esta Macarena,
la Virgen de la Esperanza... [qué ojosi |Si
parece que los han arrancado del Cielo para
ponerlos allí! Para hablar a sevillanos en
SevUla es preciso haberse s a tiu ^ o antes de
belleza en este ambiente que belleza respi
ra por todos sus poros. Necesitaría yo haber
populo dentro de mi alma toda la belleza
de Andalucía para hablar esta mañana en
este lugar con toda la elocuencia y toda la
poesía que el l i ^ r , el auditorio y el tema
requieren. Pero, señores y señoras, ante mis
ojos ya cansados desfila aún el paisaje que
rido de la Patria nuestra y estes otros pai
sajes deliciosos, estos rinconcitos sevillanos
cantados por tantos poetas, pero atm mi al
ma no h a podido ponerse a tono con ellos
y me falta en estos momentos justamente
k» que quisiera tener: gracia y poesía para
hablar en la ciudad de la poesía y de la
gracia.
—¿Ante quién voy a hablar? Eso sí que
me asusta más; ante im auditorio selectí
i.
simo, que me daría verdaderamente miedo
si el noventa y nueve por ciento no estuv i e r a compuesto por maestros, a los que
me dirijo, y con este pensamiento parece
que me voy entonando un poquito.
—¿Por qué voy a hablar? Esa pregunta me
conforta un poquito porque voy a hablar por
obediencia amorosa. Guando Su Eminencia
me invitó, le contesté: Pero Emmo. Señor:
¿Es que puedo decir yo que no a los Hijos
de San Juan Bosco? Yo he dicho que sí y
esa pregunta no me acobarda, más bien me
conforta; así que vine aquí por santa obe
diencia y espero que el Señor no me aban
done en estos instantes.
¿De quién voy a hablar? En este último
día de la VII Asamblea Catequística Dio
cesana, voy a hablar de una mujer educado
ra, porque a las mujeres nos pueden qui
tar todos los derechos menos este santo de
recho de llevar a nuestros hijos, desde nues
tro corazón de madre a aquella MaJre que
tanto nos ama. Así, pues, voy a hablar de
una mujer educadora. Y pues estamos en la
tierra de María Santísima, ¿quieren uste
des ser tan buenos de rezar conmigo un avemaría para que la Sma. Virgen me ayude
en esta hora? Dios te salve, María...
Una madre educadora y un hijo Santo.
Margarita Occhiena, madre de San Juan
Bosco, el educador y catequista del siglo xix,
del siglo XX, del siglo xxi y... de todos los
siglos que ustedes quieran. ¿Es que es el
único caso en la Historia en que junto al
Santo nos encontramos una santa madre?
No es el único caso, ustedes saben muy bien
H uesca . — Aspirantes salesianos al sacerdo
cio procedentes de la diócesis de Pamplona
y que, con otros tantos compañeritos suyos
que se hallan en el Tibídabo, constituyen el
grupo de vocaciones navarras suscitadas allí
este año para la Congregación.
— 95
•que no. No haremos larga la enumeración,
pero, por lo menos, recordemos a Santa Mónica, que a fuerza de oración y lágrimas,
.arranca del Cielo la conversión de su hijo,
al que todos conocemos por “El Aguila de
Hipona”, San Agustín, gloria de la Iglesia,
lileguemos a esa nuestra admirable Blanca
de Castilla, Madre de San Luis, Rey de Fran
cia, que desde pequeñito le decía: “Luis,
quisiera más verte muerto que no verte co
meter im pecado mortal”, y la hermana de
doña Blanca de Castilla, doña Berenguela,
madre de vuestro libertador y salvador, el
gran Rey San Femando, que el 24 de noviem
bre de 1248 an-ancó a esta hermosa ciudad
del yugo sarraceno por intercesión de la
Virgen de la Antigua y la de los Reyes, que
en un mes de noviembre entró en SeviUa
en carroza triunfal para instalarse a perpe
tuidad en el corazón de los sevillanos, y
desde aquella mañana de noviembre de 1248
en que entró en Sevilla como Madre y Rei
na de los sevillanos, no ha dejado de rei
nar.
Y pues he venido a hablar* ^ u i de una
madre educadora de un Santo, yo me he
hecho el siguiente programa: Primero, traaar el guión de la vida de esta mujer ad
mirable, Margarita Occhiena, y estudiar la
vida de esta educadora, extrayendo los prin
cipios pedagógicos que, como columnas, sos
tienen la pedagc^ía de esta educación sin
gular.
Guión: Margarita joven, Margarita Reina
del hogar, Margarita mujer caritativa, mu
jer fuerte del Evangelio; Margarita Madre
de un Sacerdote, Margarita primera Coope
radora Salesiana, Margarita mirando a la
Cruz, Margarita camino del Cielo. Estos son
Jos puntos en los que yo desearía detenerme.
Margarita joven: ¿Cómo era Margarita?
¿Cómo era Margarita Occhiena, antes de ser
madre de San Juan Bosco? La fotografía
todos la conocéis. A M a i^ rita nos la pode
mos imaginar campesina. ¿Por qué no ima
ginarla como aquella campesina que canta
nuestro poeta Gabriel y Galán?: “Hermosa,
sin los amaños, etc.” Mai^arita Occhiena, la
dulce campesina piamontesa, infundía tran
quilidad, serenidad... ¡Como que estaba ena
morada de la Virgen, y no sé qué tienen en
la mirada las jóvenes enamoradas de la Vir
gen! En seguida se nota: una joven virtuo
sa, en su andar, en su vestir, en su mirar,
en su cara tiene un algo celestial... Marga
rita Joven era alegre, tenía la santa alegría
de los hijos de Dios. Margarita era alegre,
donosa, tenía sus chispas con que sabia en
carrilar a la Juventud que la rodeaba. Mar
garita era bonita, jovial, le gustaban las llo
res, los pájaros, los animalitos de Nuestro
•Señor, era apasionada de la Naturaleza por«6 —
que sabia ver a Dios en las fiorecillas del
campo y en los lirios de los vaUes. Marga
rita era alegre, pero con la pura alegría de
la vida sencilla. De vez en cuando sus ami
gas, las zagalas del pueblo, pasaban por su
casa en las tardes domingueras y le decían:
—Margarita, ¿no vienes al baile?
— i No!, ¡yo no!
—¿Por qué no vienes, mujer?
—^Yo no voy al baile porque el que juega
con el diablo será difícil que luego goce con
Jesús.
¡Ah, Dios mío!, si esta inconsciente ju
ventud española encontrase en cada encru
cijada de su camino una Margarita que le
dijese: ¿Por qué vas adónde vas, y fumas lo
que fumas y bebes lo que bebes? Porque
olvidas que el que juega con el diablo no pue
de gozar con Jesús.
Margarita ama la vida sencilla que es vir
tud. Y como dijo muy bien vuestro exqui
sito poeta Pemán:
"No hay virtud más eminente
que él hacer sencillamente
lo que tenemos que hacer”
Margarita lo hace, Margarita trabaja y
ayuda a sus padres en las faenas del cam
po; sabe muy bien por experiencia de cada
día que:
"Ni el rezo estorba al trabajo
ni él trahajo estorba al rezo.
Tremando juncos y cañas
se pueden tejer, a un tiempo,
para la tierra un cestillo
y un rosario para el Cielo.”
Sobre su tumba puede escribirse, como
se leía en los epitafios de las matronas ro
manas de la época de Tito Uivio: “Cuidó
la casa y tejió la lana.” Esta era Margarita
joven.
Margarita reina del hogar: Ya veo que en
tre el público que me rodea predominan
las reinas del hogar. Y muchas me dirían:
¿Reinas del hogar?, ¡sí, sí! Pues sí, reinas
del hogar; lo que pasa es que la reina del
hogar suele llevar coronas de espinas y no
de rosas, pero corona al fin. Si yo fuera a ha
blarles de Margarita Occhimia, que se hu
biera desenvuelto en plan de bañarse en
aguas de rosas... todo fáciL Pero no; Marga
rita Occhiena tuvo un hogar muy difícil: Se
casó con un viudo que Xen&, un hijo. Era
un hogwr difícil. Mucho han corrido hablan
do del problema de las madrastras y apenas
nadie ha tratado del problema de los hijas
tros...
iContínuará,)
Crónica de gracias
F u e n t e s d e An d a l u c ía .—Estando mi
hijo ausente recibí aviso de que se hallaba
gravemente enfermo. En efecto, cuando lle
gué ni siquiera me conoció, y el médico lo
daba por desahuciado. Le encomendé al pun
to a María Auxiliadora y le puse su medalla
al cuello. Ai día siguiente comaizó la me
joría. Al presente se halla en perfecto es
tado de salud. Agradecidísima, publico la
gracia y envío xma limosna.—E. Armias.
VIGO.—Desde el año 1940 hallábase una
persona de mi familia afectada de grave
dolencia, y desde él pasado venía teniendo
continuas hemorragias, sin que dieran re
sultado alguno l o s muchos medicamentos
recetados. Encomendé el enfermo a San
Juan Bosco, ofreciéndole varias comunio
nes durante el mes de ^ e r o del presente
año. Con ocasión del Triduo de San Juan
Bosco apliquéis al enfermo, sm que él se
diera cuenta, ima reliquia del Santo, prome
tiendo publicar la gracia si me escuchaba.
Hoy, agradecido, cumplo mi promesa y en
vío diez pesetas de limosna, pues desde el
día de la fiesta de nuestro santo Padre ha
desaparecido la enfermedad del querido pa
ciente.—Alfemso Alvares.
BARCELONA.—^Habiendo pedidu a San
Juan Bosco la ciiración de mi hijito y ha
biéndola obtenido, hago pública mi gratitud
y envío tma limosna.—Caroünc. Tarrés.
TORRECAMPO (Córdoba).—Deseo hacer
pública mi gratitud a María Auxiliadora, a
San Juan Bosco y al glorioso San José, por
los muchos favores y gracias que me han
concedido, especialmente desde el año 1936.
Estas devociones, que me inculcaron mis Superfores Saleslanos, han sido y son ei nor
te de mi vida y mi protección y sostén.—JeSÚ3 Euguirne Serró, AA. SalesUxno.
FONT DE ARMENTERA (Tarragona).—
Hago pública mi gratitud a María Arurilladora y a San Juan Bosco por haberme ob
tenido la ciuación de un hijo gravemente
enfermo, y envío 25 pesetas de limosna para
las Obras Salesianas.—Lola Ferrando de Ar
tigan.
SAN VICENTE DELS HORTS (Barcelo
na'».—Doy gracias a María Atixiliadora por
haberme restituido la salud y entrego una
limosna.—María Coloma Costa.
PALAUTORDERA (Barcelmia). — Damos
gracias a María Auxiliadora por la curaclta
de ima sobrina nuestra enferma de suma
gravedad. Por ello, y paia que nos otoi gue
la merced de otra cmación, seguimos im
plorando sus auxilios y enviamos una hmosna para su culto.—Af. L. p M. B.
BARCELONA.—Hallándonos e n apui*ada
situación económica, recunimos a M a r í a
Auxiliadora por intercesión de San J u a n
Bosco. prometiendo hacer celebrar una misa
en su honor y dar ima limosna para la
Obra Salesiana. Cuando p a r e c í a mejorar
algo nuestra situación, cayó enferma nues
tra hija Monsei'rat de tanta gravedad, que
hubo que administrarle la Extremaunción.
Con el corazón oprimido acudimos de nue
vo a María Auxiliadora y a San Juan Bos
co, empezándoles xuia novena. Operóse una
notable reacción en nuestra hija, que al pre
sente se halla completamente curada. Más
tarde se hizo patente la protección de la
Santísima Virgen al procuramos una colo
cación que nos permitirá cubrir nuestras
necesidades. Agradecidos por tantos favores,
entregamos cien pesetas de limosna, hace
mos celebrar una misa y publicamos la gra
cia m el 'B o l e t ín .—José Roca y familia.
ASTUDIUjO (Palencia). — Encontrándose
mi esposo con una enfermedad grave de es
tómago que le producía fuertes dolores,' y
ante los resultados negativos de las consul
tas médicas, que me hacían perder todas
las esperanzas, acudí con fervor a María
Auxiliadora, comenzando ima novena en su
hwior. Grande fué mi sorpresa y mi ccaisuelo al ver que al tercer día de la novena
mi esposo se levantó, desaparecieron los do
lores y hoy está perfectamente restableci
do. En cumplimiento de mi promesa entre
go ^ula limosna y h a g o pública la gracia
para animar a otros a acudir a tan buena
Madre.—Consuelo Santoyo.
MADRID. — Desde hace un año obra en
nuestra Redacción una relación firmada por
don Juan Marín del Campo en la que re
fiere las muchas gracias y los estupendos fa
vores que ha visto llover sobre su familia a
lo largo de los años de la República y Cru
zada Nacional. El principal de ellos con
sistió en verse por modo repentino y pro
digioso libre de l a s manos de quienes ya
iban para fusilarle el día 24 de mayo del
año 1937. Era nuestro deseo publicar ínte
gramente la dicha, relación; p ^o su extenrfón no común lo ha hecho hasta ahora
imposible. S i n embargo, no queremos re
tardar por más tiempo la manifestación pú
blica de la gratitud del buen Cooperador Salesiano.—Por la Redacción del B o l e t ín , R. P .
— 97
VIOO.—^Hallándose mi hermano. Antiguo
Alumno Sa^esiano como el que suscribe, gra
vemente enlermo, tanto que los médicos no
le daoan mas de quince cuas de vida, recu
rrí a la Virgen Santísima Auxiliadora y a
San Juan Bosco, prometiéndoles decir una
Misa, dar una pequeña limosna y publicar
la gracia si mejoraba el estado del enfer
mo. Así ha sucedido, y con el corazón
lleno de gratitud, cumplo mis promesas,—
M. R. Lago.
VIGO.—Hace tiempo tuve gravísimamente eni'erma a una hija mía, a la que hubo
que practicar una dificilísima operación en
la cabeza. Atribuyendo su completa cura
ción a la V i r g e n Santísima Auxiliadora,
hago pública mi gratitud a tan buena Ma
dre.—Carmen Cortés.
13JLIBL,IOGr IB m Jb'’liSL
soledad son o ra . — Por Manuel González
Hoyos. Editorial 'Cantabria, Santander.
16 ptas. 1945.
La
Felicitamos al autor y n o s felicitamos a
nosotros mismos, p u e s sabemos el afecto
que nutre hacia la Congregación Salesiana,
de la que se precia de ser fervoroso Anti
guo Alumno. La índole de nuestra revista y
el limitado espacio de que disponemos no
nos p e r m i t e n extendemos en alabanzas,
pues todas serían pocas. Baste decir que el
mayor placer que hemos experimentado en
la lectura de L a soledad son o ra (y toda
ella constituye im continuado y sabrosísimo
placer espiritual) nos lo ha proporcionado
su última página, en que el autor manifies
ta su propósito de reanudar las sabrosas plá
ticas así que se le ofreciese ocasión para
ello, y que ojalá—decimos por nuestra par
te—sea cuanto antes.
de P r im e r a C o m u n ió n . — Por el
R. P. Comelio de San Felices (Capuchi
no). Plaza de J e s ú s , 2, Madrid. 4 pese
tas. 1945.
C atecismo
Contiene las Oraciones que deben apren
derse de memoria, las principales Verdades
de la Pe. los puntos principales de la Doc
trina Cristiana, la .Confesión y Comimión,
y varios apéndices.
IN MEM0RIA1V1
Rdo. D. Julián Sánchez.—Falleció este ce
losísimo sacerdote salesiano en Ronda el 10
del p. p. marzo, a los ochenta y ocho años
de edad. Su memoria quedará imperecede
ra en cuantos le conocieron. Fué un após
tol incansable de las vocaciones y de la de
voción a María Auxiliadora. La caridad de
Cristo y la dulzura de San Francisco de
Sales tuvieron en él un fiel y constante imi
tador. Descanse en paz el buen soldado y
ministro del Señor.
Don Esteban Giarola.—El día 6 del pasa
do abril falleció en la Casa de Sarriá este
benemérito Coadjutor Salesiano. Desde ha
cía muchos años venía trabajando en dicha
Casa y en el Oratorio Festivo de Badalona
c o n hxunildad, abnegación y gran espíritu
de sacrificio en bien de la juventud obrera.
Descanse en paz el ejemplarísimo hijo de
don Bosco.
Don Joaquín Coch. —Admirador y entu
siasta cooperador salesiano q u e falleció el
pasado año en Olot (Gerona). A su distin
guida esposa e hijos nuestro más sentido
pésame.
O tr o s C ooperadores
d ifu n to s
Doña Amadora Benítez (Ginés); M. I. se
ñor doctor don Miguel Bernal Zurita, doña
Teresa (Jonzález, viuda de Plata; don Va
lentín Escribano Roca, señorita Ana Rode
rón Fal, doña Concepción de Castro, d o n
Manuel de Ibarra, don Francisco Medina,
doña Concepción Mülán y señorita Ana Pal
Sánchez (Sevilla); don Lorenzo Gómez Ba
res, don Bienvenido Tor Mercadal, don Fe
lipe Fina Roca y don Tomás Sobrequés Masbemat (Gerona); don Aquilino Casal Lo
renzo (Cádiz); don Adolfo Sepúlveda (Al
godonales), y don Antonio Romero Romero
(Montellano).
LECTURAS CATOLICAS
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T O M O S
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P U B L I C A D O S ;
I. - -La sonrisa de don Bosco,'ix»v Hómiilo JHilñT
t:oi(yoiAii do Juiéo
dotas'ediflcantes' eirtl^esácnílas de la prti^orosoír hio.ívafía rfol Santo y
narradas con amenidad y viveza.
II. - Luz en los sub urbi^l por IL l' »i • Hiskiriíj, do-iin pvl>rQ niño víctima
del anlbientd de m ir r ia 'íif tje z a inoAil dri diío se' desliza su vida,
salvado y rehalnlitado luego por la acción honéíioa de almas cariUtivas.
III. La Religión, por Jaime llalmes l‘bro. Es la conocida apologética «La
, Religión demostrada al alcance.de los niPos», reeditada conio home
naje al Filósofo de Vich en, el primer Centenario de «El Criterio». Va
precedida de. una breve biografía de Raimes y de un artículo del gran
publicista Sardii y Salvany.
IV. —La Vencedora de Lepanto, por Rómulo Piñol, S. fí. Historia, narrada
anecdóticamente, de la devoción á la V'irs'en Santísima invocada bajo,
el título de Auxiliadora del pueblo cristiano.
^
hijo del Nilo, por Jumy, S. S. Novelita sumamente interesante mi
que se relatan las aventuras de un mercader católico por (ierras de
Egipto en rriedio de los beduinos del desierto.
\ I. La llave de oro, por Rómulo'I^iñol. S. S.' C^onversacionés familiares
acerca de la devoción de los I^rimeros Viernes, cuya eficacia se de
muestra con abundantes hechos históricos narrados con sencillez y
amenidad.
Al suscribir.se se envían también los números anteriores.
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lendréis siempre a mano un hermoso regalo con qüe obsequiar a vuestras
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Aquellos, a quienes animéis a suscribirse os lo. >agradecerán. como un
gran favor y un saludable consejo, y vosotros tendréis la satisfacción de
haber hecho el bien de una manera sencilla, pero eficaz.
San Juan Hosco, hablando de liis
J L .J E O X U J b l i 5 .S
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decía: «Fnvorecer este nuestro empeño es hacer una obra grande, emi
nentemente social y eminentemente caritativa. Todos los padres de fa
milia delierían aportar su ayuda para asegurar las bases del edificio
religioso y civil, asociándose a las LROTimAS CATOLICAS: todos los
párrocos deberían protegerlas y propagarlas en sus parroquias; todos
cuantos ai^undan en l>ienes de fortuna deberían adquirir los ejempla
res (jue pudieran pju-a distribuirlos gratuitamente entre aquellos a quie
nes faltan medios pura sucribirso.”
BOLETIN S A L E S IA N O
T iro ciA FÍA
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