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Inscribios en la Pía Obra del Sagrado
Corazón de Jesús de Roma
L a B a s íl ic a
sús
del
EN R o m a y
el
S ag rad o C o r a z ó n
de
Je
P a p a L e ó n x iii. — El año
1879, el Papa León X I I I conñó a D. Bosco
la construcción del templo al Sagrado Co
razón de Jesús, que se habla empezado a
levantar en Roma en el lugar denominado
Castro Pretorio. El Santo aceptó al pun
to tan honroso encargo, si bien cor. ocia
cuán difícil y costosa debía serle la em
presa. Venciendo m il dificultades, pudo
cumplir satisfactoriamente los deseos del
Papa, viendo consagrado el nuevo y mag
nífico templo el año 1887. D. Bosco, que
ya apenas podía tenerse en pie, quiso ir
por última vez a Roma para ofrecer a Su
Santidad León x n i en su Jubileo Sacer
dotal, la Basílica completamente terminada.
S e is m is a s c o t id ia n a s
INSCRITOS VIVOS Y
perpetu as
DIFUNTOS, Y
para
lo s
OTROS FAVO
ESPIRITUALES.— Pué
fundada la Pía
Obra del Sagrado Corazón por el primer su
cesor de San Juan Bosco, y benignamente
aprobada por S. S. León X I I I el 30 de ju
nio de 1888.
RES
Con sólo la limosna de una peseta, se ad
quiere derecho a participar de todas las
oraciones y buenas obras de la Sociedad
Saleslana, y a la aplicación de seis misas,
que se celebran todos los días, a perpetui
dad. en nuesü-a Basílica del Sagrado Co
razón de Jesús en Roma, dos en el altar
mayor, dos en el de M aría Auxiliadora y
dos en el de San José.
Los que se inscriben en la Pta Obra,
pueden aplicar el fruto de estas mismas a
sí mismos, o a otras personas, vivas o di
funtas, y variar la intención cuantas veces
les plazca.
Las limosnas recibidas por este conduc
to destíñanse, de modo exclusivo, a promo
ver la gloria de Dios y los intereses cul
turales de la sociedad, acogiendo a riñas
pobres y abandonados para educarlos cris
tianamente.
¿Quién no contribuirá, pues, con a'gunos céntimos, que con tanta facilidad se
gastan, a esta irvitación paternal de San
Juan Bosco y de la Iglesia, inspirada en
ideales tan nobles y caritativos?
¿Quién no siente la necesidad de ase
gurarse la benevolencia divina, en este
mur.do y en el otro, mediante la aplica
ción de los méritos infinitos del Santo Sa
crificio del altar?
¿Quién no tiene seres queridos, vivos o
difuntos, a quienes obsequiar con tan es
pléndido regalo espiritual?
Pidan hojas de inscripción y envíen las li.
wosnas a la Dirección del Boletín Salesiano,
Apartado 9134, Madrid, gue es la represenfaetón dcl Rvmo. R ector Mayor de la Con
gregación Salesiana.
SUMARI O
A los beneméritos Cooperadores Salesiaros.— ^Efemérides seculares.— ^V Asamblea
Nacional de Antiguos Alumnos Salesianos.— Noticiario breve.—S. Juan Bosco,
Confesor.—Crónica de gracias.— S. Francisco de Sales. Obispo y Confesor.-^
Nixirolcnjia,—Tesoro espiritual.
MUESTRA PORTADA
Reproducción en bicolor del cuadro del altar de S. Juan Soséo en la Basüíca
de María Auxiliadora, en Turíh, debido al inspirado pincel de Crida.
i
BOLETIN
SALESI ANO
E n e r o d e 1944
Núm. 7-2.* Epoca
R E V I S T A DE
LAS OBRAS DE
D O N BO SC O
Redacción y Administración: ALCALA, 164 .
-
APARTADO 9134 ,
-
MADRID
A los beneméritos
Cooperadores Salesianos
Pueden todos imaginar con cuánta
pena nos disponemos a escribir el en
cabezamiento de este número del B O
LETIN S a l e s IANO. el primero del
a ñ o . 1944, no ya tan sólo porciue co
nocemos lo escaso de nuestra talla, si
no, Y principalmente, por lo ^ lo r o s o
de la causa que nos impide recibir, co
mo en años anteriores, el saludo V las
consignas del cuarto 3ueesor de San
luán Bosco, el R d m o. Sr. D . Pedro
Ricaldone.
V a n ya para cuatro meses que no
llega a nosotros su palabra, su palabar de padre y de maestro, que alen
taba todas las iniciativas y encauzaba
todas la sactividades con dulzura salesiana, con clarividencia de genio y
con firmeza de conductor. Y en el pre
ciso instante en que mayor es la ne
LA
C O N G R E G A C IO N
cesidad de consejo y de aliento para
todos los que trabajan por el bien y la
salvación de las almas, los salesianos
y sus cooperadores de todo el mundo,
sienten la orfandad más absoluta, mien
tras se les dobla la angustia al pensar
que el padre bueno, el amadisirno don
P edro R icaldone, y con él todos los Su
periores Mayores, se ve nrivado del con
suelo de la mayor parte de sus hijos,
esparcidos por el mundo en llamas.
Beneméritos Cooperadores, es un
deber nuestro, primordial en estos trá
gicos momentos por los que la huma
nidad atraviesa, pedir al Señor se com
padezca de los hombres y envíe por
fin la paz. N o importa que ya ll^YI"
mos siete años pid ién d ola ; intensifi
quemos nuestras oraciones y nuestros
sacrificios, porque la paz se prometió
S A L E S IA N A ,
llena
de
gratitud
hacia
sus beneméritos Cooperadores y Cooperadoras, les felicita y pide al
C ielo derrame, en este A ñ o N u evo, sobre ellos y sobre sus familias,
abundantes bienes temporales y eternos.
_
1
Su Santidad Pío X I, el 31 de diciembre,
a los hombres de buena voluntad, pero
en su encíclica sobre el Matrim onio cristia
ignoramos cuántas decenas de justos se
no, lamenta con expresión dolorosa el que
necesitan en esta Pentápolis moderna
de un modo especial es con frecuencia y fa
para obligar al Señor a levantar su
cilidad despreciado y vilipendiado’'.
“En efecto, es un hecho, afirma él, que,
justiciera mano.
no ya a escondidas y en las tinieblas, sino
Y no creamos, amadísimos C oop e
abiertamente, dejado a un lado todo senti
radores, que en este remanso excepcio
do de pudor, es conculcada y puesta en ri
nal, que es España, junto al torrente
diculo la santidad del M atrim onio, de pala
bra y por escrito, con todo género de re
arrollador de la guerra, sea menor nues
presentaciones teatrales, con historietas, no
tra obligación de trabajar y de pedir
velas y cuentos amenos, con proyecciones ci
por los altos intereses de todo aquello
nematográficas, en discursos radiados..., en
que se relaciona con la salvación de las
fin, con todos los recursos de la ciencia.”
“Es m á s: tales máximas se introducen
almas y de los valores espirituales y
entre toda suerte de personas, ricos y po
eternos. | L^jos de nuestra mente y de
bres, obreros y patronos, doctos e ignoran
nuestro áriimo, juicio tan egoísta y tan
tes, solteros y casados, creyentes y enemi
poco cristiano í A m én de que nuestra
gos de Dios, adultos y jóvenes; y sobre to
Patria sangra aún por muchas heridas,
do a éstos, com o a más fá cil presa, se les
tienden tan peligrosos lasos.”
que no bastan a cicatrizar la gran volun
Y a no es el hogar doméstico el más au
tad y el heroico sacrificio de muchos
gusto santuario en el que el padre es maes
buenos españoles, España ha tenido
tro y sacerdote, cuyo aitar son las rodillas
y tiene que cumplir una misión espiri
de la madre...
El empleado, y mucho más aún el obre
tual en el mundo, misión que le ha im
ro, arrancado de su hogar, vuelven a él
puesto la Divina Providencia, y que no
con la mente envenenada por lecturas, dis
podemos eludir so pena de naufragar
cursos, seducciones, doctrinas subversivas;
en el mar de la Historia como profe
con el corazón embrutecido por el odio de
tas cobardes, y por cobardes, infieles.
clases; degradados, atrofiados por el al
cohol ; terror, al par que verdugos de la
Y para concretar, y con ello hacer
esposa: escándalo y tiranos de sus pobres
rnás efectiva nuestra actividad, la ac
hijitos.
tividad de la gran Fam ilia Salesiana en
Por de^racia, también el ángel de la
España, interpretando (creemos recta
familia, como asimismo lamenta el ya cita
do documento pontificio, se llega muchas
mente) el querer de nuestro amadísimo
veces al altar sin preparación alguna, des
R ector M ayor, os d ecim os: Benem é
conocedor en absoluto de sus deberes de es
ritos Cooperadores, además de nuestras
posa y de m adre; de donde resulta que
oraciones u de nuestros sacrificios por
después, sólo encuentran los esposos, "en
tre las paredes domésticas, tristeza, llanto,
la paz, remedio inmediato a muchos
desprecio mutuo, litigios, animadversiones,
males, intensifiquemos de dia en dia,
fastidios en la vida conyugal, y lo que es
con tesón, entusiasmo i/ santo optimis
peor, se encuentran a sí mismos con sus
mo, la enseñanza religiosa, único re
pasiones desenfrenadas” .
medio absoluto para todos los males.
Por esta razón, el mismo Pontífice, en su
encíclica sobre la Educación cristiana de la
Y a fin de que ésta nuestra consigJuventud del 31 de diciembre de 1929, llama
^ vaya afianzada con la autoridad del
de un modo especial la atención de los
Rdnio. D . Pedro R icaldone, séanos
obispos, de los sacerdotes y de todos los
fieles "sobre ei deploradle decaimiento ac
permitido transcribir aquí, textualmen
tual de la educación fa m ilia r”. Y conjura
te traducidas del original, unas líneas
por las entrañas de Jesucristo, a los pas
de su último v áureo libro C A T E C I S
tores de almas, para que “pongan por obra
M O , que. D . m ., no tardará en sa
todos los medios en las instrucciones y ca
lir a luz en lengua española :
tcquesis, de palabra y con amplia divulga
LA F A M IL IA . L A ESCUELA. E L TE M PLO
El alma del niño se plasma en el hogar,
en la escuela y en la iglesia.
¿A qué estado se ve hoy reducida la famalia? C<»isideremos. antes de responder, a
qué se quimera reducir la institución di\ina
del Matrimonio.
ción de escritos, a fin de advertir a los pa
dres cristianos sus gravísimas obligaciones,
y no ya sólo teóricamente y en general, sino
prácticamente, sobre cada uru3 de sus de
beres respecto de la educación religiosa,
moral y civil de sus hijos, y sobre los mé
todos más ventajosos para llevarla eficaz
mente a la práctica, a más de precederles
en todo con él buen ejemplo”.
Rdmo. Sr. D. Pedro Ricaldone, genial propulsor de nn
gran molimiento catequístico
Esperemos que se dé oídos a la palabra
del Vicario de Jesucristo; pero entre tan
to, el corazón cristiano se entristece Pro
fundamente al pensar en el desventurado
porvenir de tanta pobre juventud nacida
en el seno de infelices familias, y educada,
si así puede decirse, en la escuela de pa
labras que envenenan, de ejemplos que
pervierten, de una vida que es muerte mo
ral y civil.
En muchas naciones, .además, ni siquie
ra la escuela se ha visto libre del funes
to naufragio.
Dicho sea en alabanza de los Gobiernos
y de los maestros y maestras que, perfec
tamente penetrados de la grandeza de su
misión, han sabido cumplirla generosamente,
aun en medio de dificultades de todo gé
nero.
Pero no en todos ni en todas partes
ha habido la suficiente valentía para obrar
así. Y . en efecto, en algunas naciones, jxmtamente con la enseñanza religiosa, se ha
querido y se sigue queriendo alejar de la
escuela, la imagen dulcísima del Divino R e
dentor, que se inmola por la redención de
los hombres; y han olvidado que “ dOTide
no triu nfa ei Crucificado, se cae, oottio en
tre los pueblos salvajes, en la más degra
dada y degradante depravación intelectual y
moral hasta convertirse en ludibrio y des
honra de la Jium anidad entera".
Por desgracia, está muy lejos de cumpliree el anhelo de P ío X I, esto es,
to
da la enseñanza y toda la. organización de
la escuela... maestrea, programas, libros...
deben estar regidos por el espíritu cristia
no, bajo la dirección vigilante y maternal
de la Iglesia, de tal manera que la Reli
gión sea, en verdad, fundamento y corona
ción de toda la enseñanza, no sólo elemen
tal, sino también media y superior en to
dos sus grados".
i Hiciera Dios que por lo menos en los
templos hallara la juventud la educación
cristiana que con demasiada frecuencia, no
recibe en la familia, y que en muchos lu
gares ha sido proscrita de la escuela! Mas
¿quién ignora que a los esfuerzos satáni
cos por pervertir la fam ilia e intoxicar la
escuela, se .une también la guerra más des
piadada contra el ministro de Dios?
Su Santidad Pío X I. en su encíclica del
20 de diciembre de 1935 sobre el Sacerdo
cio católico, después de tejer un magnífi
co elogio de la misión sacerdotal, y después
de decir que "todos los beneficios que la
civilización cristiana ha reportado al mun
do se deben, por lo menos en su raiz, a la
obra y a la palabra del sacerdote católico",
añadía “ que los enemigos de la Iglesia, pre
cisamente porgue conocen la importancia
del sacerdocio, dirigen principalmente con
tra él sus golpes, a fin de quitarlo de en
medio, y abrirse cam ino hacia la siempre
deseada y jamás conseguida destrucción de
la Iglesia misma".
¿Quién, en efecto, será capaz de enume
rar las calumnias, las guerras, los vejáme
nes, las persecuciones más atroces sufridas
por la Iglesia en la pemona de sus minis
tros aun en nuestros días? Proscritos los
Religiosos, privados de sus bienes, extra
ñados de su Patria como malhechores por
el único delito de hacer el bien, de soco
rrer a los indigentes, de consolar a los en
fermos, de educar a la Juventud.
Hasta los pobres Hijos de San Juan Sos
co, que podram os decir son de ayer, se han
visto ya repetidamente envueltos en el tor
bellino de la persecución; también ellos ca
yeron en la brecha, bañando con su sangre
el suelo de varías naciones. Blanco de la
maldad humana nuestros hermanos han
sabido escribir páginas que serán siempre
una epopeya de sublime belleza por la ge
nerosidad y heroísmo con que soportaron
la persecución y el martirio.
Ahora bien, ¿cómo se educará y form a
rá la juventud si las vocaciones s w e r d o
tales han descendido a un mínimo, si mu
chas iglesias se ven privadas de su pas
tor, si se emplean todos los medios imagi
nables para alejar a los jóvenes del sacer
dote?
Añádase a todo esto, muchas otras insi
dias puestas a los niños desde sus más tier
nos, años: la m ala Prensa, las modas desvergOTizadas. el lenguaje obsceno, el teatro
y el cine, que han Uegado a ser una escu e^ procaz y diaria del vicio y de la
maldad.
El Sumo Pontífice Pío X I. en su ya citar
da encíclica sobre la Educación cristiana
de la juventud, dice precisamente que "e n
nuestros dios se hace más necesaria una
más atenta y cuidadosa vigilancia, cuan
to más han aumentado las ocasiones y los
-
5
peligroi de naxíjragio moral y religioso pa
ra la inexperta juventud, señaladamente
por causa de los libros impíos y licencio
sos. difundidos diabólicamente muchos de
ellos a precios insignificantes; por causa de
los espectácvJos cinematográficos, y ahora,
incluso por medio de las audiciones radio
fónicas, las cuales m ultiplican y facilitan,
por así decir, toda suerte de lecturas, como
el cine toda suerte de espectáculos".
i Cuántos extravíos juveniles tienen que
llorar padres y educadores a caiisa de los
espectáculos modernos y de las malas lec
turas!
N o debe causamos admiración el que en
semejante atmósfera, la inteligencia del jo
ven se oscurezca y se atrofie, y el fuego de
las pasiones consuma prematuramente sus
energías. El ánimo se espanta y se siente
como desalentado a la vista de ciertos ba
jos y obstinados procedimientos de vuelta
al paganismo que amenazan perrertir hasta
el más rudimentario sentido moral, secar
las fuentes de la vida y despoblar las nar
clones.
El mismo Padre Santo Pío X I, ante la
situación presente, escribía estas graves y
amonestadoras palabras; "Pueblos enteros
se hallan a punto de caer en un estado de
barbarie peor que aquel en que se hallaba
el mundo al venir el R edentor..." Y hacía
mi apremiante llamamiento a todos los
buenos, a fin de alejar de la sociedad peli
gro que a todos amenaza.
L A L L A G A M AS G RAVE
Los males que acabamos de enumei-ar
han tomado proporciones mucho más vas
tas en los últimos años, y la llaga se ha
hecho aún más profimda. Y a el Sumo Pon
tífice Pío X, en la encíclica Acerbo nimís
del 15 de abril de 1905. después de haber
descrito y lamentado el descenso religioso
de los pueblos, concreta sus causas, una por
una. con esta radical y exacta siflrmac ió n : "Sea lo que quiera de otras rosones,
parece preferible conuenir con aquellos que
ven en la ignorancia de las cosas divinas, la
rote priTicipal del relajam iento y casi tnsensibllidad de los espíritus, y de los gravísi
mos males que de ella se derivan." Lo cual
responde plenamente a lo que Dios mismo
afirmó por boca del profeta Oseas: "N o hay
verdad tú hay misericordia; no hay cono
cim iento de Dios en cí pois. La maledicen
cia. y la mentira, y el homicidio, y el robo,
y el adulterio lo Aún tnundodo todo y una
maldad alcanza otra. P o r esto llorará la
tierra y vendrá a menos todo el que ha
bite en ella. (Os. IV . 1-3.^
Y para demostrar cómo la ignorancia re
ligiosa es la más terrible llaga que aflige a
la humanidad, el Santo Padre Pío X con
tinúa a s í: "Doloroso y por demás justísi
mo es el lamento de que hoy día, entre los
cristianos, son n\uchisimos los que viven
4
-
en una ignorancia absoluta de las cosas
necesarias para la salvación eterna. iCuántos hay, en efecto, no ya sólo jovencitos,
sino también adultos y aun viejos decrépi
tos, que ignoran por com pleto los principa
les nilsterios de la Fe, que oido el nombre
de Cristo, preguntan; ¿ Quién es para que
deba creer en E li
“ Y en consecuencia de esto, no sienten
el más m ínim o remordimiento por excitar
y n u trir odio contra el prójim o, hacer con
tratos injustos, entregarse a especulaciones
inicuas, apoderarse de lo ajeno mediante
inauditas usuras, y otras maldades de este
estilo. Es más, ignoran que la Ley de Dios
prohíbe, no sólo las acciones obscenas, si
no 'que también condena el pensarlas y
el desearlas advertidamente; y, aunque tal
vez contenidos por cualquier m otivo, no se
abandonan a los placeres sensuales, se apa
cientan, sin escrúpulo alguno, con pésimas
imaginaciones, m ultiplicando los pecados
como los cabellos de su cabeza.
“E insistimos en que de esta clase de in
dividuos se hallan no sólo entre los pobres
del pueblo y entre las gentes del campo,
sino también, y tal vez en núm ero mayor,
entre las personas de estados más elevados,
y aun entre aquellos a quienes hincha la
ciencia, y que apoyados en su vasta erudi
ción, creen poder tom ar a risa la Religión
y blasfeman de lo que ignoran. (Jud. X .)
"Tam bién hoy, pues, se podría repetir
con mucha razón con Benedicto X I X "que
la mayor parte de los que se condenan, ha
llan su eterna desgracia por causa de la
ignorancia de los misterios de la Fe-,, que
necesariamente se deben saber y creer para
ser contados entre los elegidos.
" Y ahora bien, concluye el Santo Padre
Pío X si es in ú til esperar la cosecha de una
tierra en la que no se ha sembrado, ¿po
drán esperarse generaciones m ejor educa
das si no se instruyen con tiem po en la
Doctrina de JesucristoT'
Este apremiante llamamiento de Pío X
ha sido repetido pK>r sus sucesores en la
cátedra de San Pedro, y de él se han he
cho eco los obispos del mundo entero.
Urge, pues, acudir eficazmente con el re
medio a tan grandes males.
En el primer cuarto del siglo X v n . un
arzobispo y cardenal, teólogo insigne y
hombre de Dios, se hallaba un día rodeado
por un grupo de niños a quienes instruía.
Pregunta a uno de ellos por los misterios
de la F e ; el niño mira quedo y mudo al
cardenal, y avergonzado, reswm de: "N o lo
sé". Repite la pregunta a un segundo, a un
tercero...
¡Ninguno le sabe responder!
Aquel celoso Pastor siente oprimírsele el
corazón,, cruza los brazos sobre el pecho,
inclina tristemente la cabeza y ¡llo ra !...
¡L lo ra por aquellos hijos suyos que no co
nocen a Dios ni a Jesucristo!
Aquel a r z o b i ^ era el cardenal Belarmino. uno de los más fervientes apóstoles de
I
i
la Doctrina Cristiana, el mismo que escri
bió el pequeño Catecismo por todos cono
cido, y que después amplió Clemente V III.
alcanzando gran difusión en muchísimos
lugares.
La desalentadora respuesta recibida por
San Roberto Belarmino, se la repitió a
D. Sosco, Bartolomé Garelli, y tal vez la
oímos nosotros de boca de muchísimos jovencitos en todas las partes del mundo,
de un modo especial en los grandes cen
tros urbanos, donde, precisamente por ser
mayor la necesidad del Catecismo, halla su
enseñanza mayores obstáculos.
Se podrá decir, para nuestro consuelo,
que no faltan fiestas y precesiones solem
nes, y que se ven frecuentes manifestacio
nes de religiosidad y de fe. Es cierto; ¿pe
ro no lo es también que todo esto puede
hacerse aun con una ignorancia casi abso
luta del Catecismo?
Y así, mientras nos ufanamos por unos
pocos centenares de personas que acuden
a oír im sermón o a una conferencia de
gala, nos olvidamos tal vez de los miles y
miles que craistantemente desertan del tem
plo, y de las multitudes de jóvenes que cre
cen en la ignorancia y en el vicio, ofrecien
do legiones inmensas a los peligrosos re
clutamientos de las convulsiones sociales.
SALVEM OS A L A JUVENTUD
Después de lo dicho, podemos afirmar con
toda seguridad, que el ambiente que aca
bamos de esbozar no está ciertamente me
nos intoxicado que el que vió los comien
zos del apostolado de D. Bosco. Urge, por
lo tanto, sin dejam os abatir por el des
aliento, marchar generosamente sobre las
huellas del Padre, a salvar a la juventud.
Nuestro Santo, aunque desarrolló su pro
digiosa actividad en multiformes manifes
taciones de celo quiso, sin embai-go, en to
do tiempo, consagrar sus maravillosas ener
gías en favor de los jóvenes. "E l Señor,
repetía con frecuencia, me ha enviado para
los jóvenes; por consiguiente, es necesa
rio que me aíxorre en las cosas ajenas a
este apostolado, y guarde mis fuerzas para
ellos".
Y a en el 1847 escribió en el prólogo del
“ Joven Cristiano” , dirigiéndose a los jó
venes : "'Queridos am igos: os amo cou todo
mi corazón, y me basta que seáis aún de
tierna edad para amaros con ardor. Ha
llaréis escritores más virtuosos y doctos que
yo; pero difícilm ente encontraréis quien os
ame en Jesucristo más que yo y desee más
vuestra felicidad etem a.“
En Becchi, en Chieri, en Turín... do
quier y siempre, será el Apóstol de la ju
ventud, que él llama la porción más pre
ciosa y delicada de la humanidad. Por in
tuición conoce D. Bosco las necesidades
de sus alumnos, conoce sus faltas que sabe
excusar, y a imitación del Divino Salvador,
los quiere redimir y salvar. N o contento
con p r o d ^ r en bien suyo todas sus ener
gías. crea dos familias religiosas, que en el
trá n s e m e de los siglos, perpetúen aquel
apostolado que fué la aspiración más po
derosa y constante de su corazón. Estaba
persuadido D. Bosco de que "salvar a la ju
ventud es salvar a la humanidad, porque
es el niño ^ hombre con todo su porvenir,
porque educar al niño es renovar la socie
dad cuando aún está en flor".
(Catecismo. D. Pedro Rlcaldone.)
EccaeU»
Profecionalea
Saletianas, Pasco del
General Primo de Bieera, 23, Madrid —Etlado
ea qne se bailaban las
magníficas o b r a s
de
ampliación de 1os tal leres-escuela en diciem
bre p. p.
-
5
EFEMÉRIDES
Don
Bosco
cu el año
{Número tras número ireynos publicaytr
do, D. m., los hechos de la vida de nues
tro Santo Fundador, de los cuales se cum
ple el Centenario. Circunstancia es ésta que
no dudamos aumentará el agrado con que
todos nuestros Cooperadores leen cuanto a
D. Bosco se refiere.)
“ En el ejei-cicio del sagrado ministerio, le
sucedieron a D. Bosco varios hechos sor
prendentes que merecen ser recordados pa
ra gusto y edificación de nuestros lectores.
” A principios del año 1844. hallábase en
uno de los hospitales de Turín una pobre
mujer tuberculosa y cuya vida estaba a pun
to de extinguirse de un momento a otro. Su
conducta no había sido ejemplar, y sobre
su conciencia pesaban, además del abando
no completo de las prácticas religiosas, mu
chos crímenes e injusticias causadas al pró
jim o en sus bienes.
“N o quería que se le hablara de confesión
ni de Sacramentos. Había rechazado al Ca
pellán y a las Hermanas que. con santo ce
lo, habían intentado reducirla a más piado
sos sentimientos. Aquella misma mañana,
enfurecida y como loca, se había desatado
en invectivas e insultos conti*a D. Cafasso,
a quien habla arrojado un vaso al rostro.
”E1 Beato se fué al encuentro de D. Bos
co y después de exponerle el caso, le d ijo:
“ Vaya usted y vea de hacer algo por aque
lla desgraciada".
"D. Bosco. obediente siempre a cuanto le
ordenaba su confesor, y más tratándose de
salvar un alma, se dirigió, ni corto ni pe
rezoso. a l hospital.
“Entró en la sala y avanzó lentamente...
Dirigía un saludo a cada una de las enfer
mas : a ésta una frase de consuelo, a la
otra una palabra de esperanza. Algunas le
pedían un consejo, y D. Bosco se lo daba con
gran acierto. Al llegar junto a la cama de
la citada enferma, bajó los ojos y pasó de
largo sin decirle una sola palabra. La pobrecilla. mortificada, se atrevió a decir:
— Y a mi, ¿no me dice nada?...
” D. Bosco se detuvo y exclam ó:
— ¡Con mvcAo gusto!... ¿Qué quiere que
le diga?
— Una buena palabra com o a las demás
enfermas.
— Muy bien, se la diré.
“Y tomando una silla se sentó junto al
lecho. Después, con calma pero con firme
za. dijo a la en ferm a:
— Precisamente tenia que decirle «n a pa
labra gtfe le hará mucho bien.
6 —
SECULARES
1844...
— ¿y cttdi?
— Confiésese.
— ¿Confesarmel...
i Hace m ucho tiempo
que no lo hago\
—Pues confiésese ahora.
— Esta mañana, para que usted vea, ha
venido otro cura a hablarme de lo mismo y
le he mandado a cajas destempladas.
— Dejemos en paz lo sucedido y piense tan
sólo en ajustar las cuentas de su concien
cia.
” Y sin esperar más, D. Bosco comenzó la
bendición : “ Deus sit in corde tuo...”
— ¡P ero si no estoy preparada para con
fesarme'.
— P o r eso mismo le he dado la bendición,
para que se pueda preparar.
— Pero ahora... ahora no tengo ganas:
cuando esté buena iré a cualquier iglesia de
la ciudad o si no, aqui mismo, en la capilla
del hospital
— ¿Es que aún tiene esperanzas de curarj
— ¡C la ro esíd! ¡M e siento m ucho m ejor
que dios atrás \
— Se siente m ejor, pero no lo está.
— ¿Qué quiere d ecirl
—Le voy a decir una palabra en nombre
de los médicos y en nombre de Dios.
— ¡E n nombre de los médicos, no! Hábleme en nombre de Dios.
— Pues en nombre de Dios, cuya miseri
cordia es infinita, le digo que le concede
pocas horas de vida a fin de que pueda pen
sar en su alma. Son las cuatro de la tarde.
Tiene tiejnpo para confesar, comulgar y re
cibir los Santos Oleos y la bendición papal.
No se haga ilusiones: mañana estará en la
eternidad.
— ¿D ice usted la verdad? ¿N o me enga
ñad...
— Le he dicho que no le hablo en nombre
de los médicos, sino en nombre de Dios.
— ¡Eternidad... eternidad'.... ¡O h , qué pa
labra tan terrible'.
— Empecemos... No tenga tem or; yo la
aytido.
— Pero... ¿y qué dirá aquél sacerdote a
guien esta mañana he tratado tan maXI
— Esté tranquila. Aquel sacedote es ami
go 7nfo y se pondrá muy contento cuando
sepa que ha arreglado usted su conciencia.
“La pobrecilia se confesó, recibió los de
más Sacramentos y auxilios espirituales, y
aquella misma noche, con gran paz y se
renidad. pasó a m ejor vida.”
{De las Memorias Biográficas
de S. Juan Bosco, tom o I I I ) .
1/ Asamblea Nacional
de los Antiguos Alumnos Salesianos
A
é
Terminaron
las jornadas de
la
V Asam blea Nacional de Antiguos
Alum nos Salesicmos.
.Sobre el lienzo azul, esperanzado y
optimista de la ciudad de Sevilla , so
bre los muros gloriosos de la casa so
lariega de Utrera, los A . A . Kan pro
yectado afanes e inquietudes, cauces y
rutas, propósitos y afirmaciones.
D os ambiciones generosas perseguía
la A sam blea : rendir un homenaje co
lectivo de cariño y gratitud al R e v e
rendísimo R ector M ayor de la C ongre
gación .Salesiana, y reorganizar la C5bra
de los Antiguos Alum nos.
L a primera la han logrado cumpli
damente ; ha sido el suyo un homena
je cordial, cariñoso, valiente, alenta
dor.
Para la segunda, han sabido mos
trar con valentía, unidad en las actitu
des, identidad en los propósitos, volun
tad en la mejora y superación, afán
en el perfeccionamiento de los órganos
dirigentes, en la coordinación discipli
nada de las distintas Federaciones, en
la perfecta estructuración del Cuerpo
Rector Central y de su órgano de pu
blicidad v enlace, la revista nacional
D O N BOSCO EN E S PA Ñ A .
Y ahora, 5 a trabajar! L a conjun
ción de los entusiasmos da el estilo y la
tónica ; la confianza serena, la fe res
taurada. la voluntad de servicio tensa
v generosa, la voz de mando clara, de
finida V terminante, nos llevarán a la
victoria.
La Asamblea tenia carácter cacional. y a
pesar de las dificultades para el desplaza
miento. faltaron muy pocos delegados a la
cita. A los representantes de las Asociacio
nes Sfe sumaron los tres Sres. Inspectores.
IcK Miembros del Consejo NacicmaL los Pre
sidentes y Consiliarios regionales y los Ins
pectores queridísimos que plantartHi y cul
tivaron con trabajo sacrificado y heroico la
semilla que es hoy árbol frondoso. D. José
M.» Manfredini. D. Guillermo Viñas y don
Sebastián M.» Pastor. Se sumó también al
acto de clausura, el veterano maestro de tan
tas generaciones de A. A. utreranos, D. Sal
vador i ^ é s .
La Asociación de Sevilla había prepara
do sabiamente todos los pormenores. Una
intensa campaña de prensa y de radio lo
cal y nacional, que duró todo el mes de
octubre, hizo llegar hasta los últimos rin
cones de la Patria el programa de nuestra
magna concentración.
El acto de apertura estaba minuciosamen
te preparado. Se esperaba lo enalteciera la
presencia del Emmo. Cardenal Segura; ni
él n i las demás autoridades locales pudieron
hacerlo, ya que, al mismo tiempo, debían
hallarse en Santiago de Compostela. Envia
ron, sin embargo, fervorosas adhesiones.
Celebró la Santa Misa el M. Rdo. D. Juan
Alberto, Inspector de la Tarraconense, y él
mismo entonó el Veni Creator que todos
cantaron, alternando las voces graves y vi
riles de los A. A. con las argentinas de los
niños.
A la hora señalada, en el salón dé la
Asamblea, materialmente lleno de A. A., ocu
paron la presidencia de honor los Superio
res y el Presidente Nacional D. Angel G.*
de Vinuesa. Ocuparon también püestos de
preferencia el Regulador D. Manuel Ramos
Hernández, los Secretarios de la Asamblea,
los Presidentes y Consiliarios regionales, la
Prensa de la Ciudad, los Sres. Ponentes y
las representaciones de las Ordenes religio
sas, de la Juventud de A. C. y de los Padres
de Familia.
Abrió el acto el señor Director del Colegio
de la Santísima Trinidad, Rdo. D. Manuel
Fernández, saludando a los asambleístas y
poniendo a su disposición la Casa, “antiguo
cenobio en cuyos claustros resonaron la sal
modia procesional de los Trinitarios y él
rodar de las cadenas de los cristianos redi
midos de la barbarie turca.”
Seguidamente, el Sr. Regulador pronun
ció bellísimo discurso, ensartando en los hi
los de oro de su elocuencia, las Asambleas
anteriores con la actual, y haciendo refe
rencia a hechos y hombres que deíí>ertaron
gratísimo recuerdo en los presentes. El Pre
sidente Nacional hizo también uso de la pa
labra pam saludar a los asambleístas y agra
decer los sacrificios que para todos suponía
el desplazamiento de sus respectivos cen
tros. El M. Rdo., D, Florencio Sánchez, Ins
pector de la Bética. declaró abierta la Asam
blea en nombre del Rdmo. Rector Mayor.
d M d o lectura a una cariñosísima carta de!
mismo dirigida a los asambleístas.
Tras un breve descanso, que se aprove— 7
j _______ __
lT
UTRERA.—Los
con-
carrentes a la V Asam
blea Nacional de A. A.
Salesianos, rodeando a
sns Superiores, se diri
gen desde la estación al
Colegio Salesiano.
chó para obtener un grupo fotográfico, dióse comienzo al estudio de las Ponencias.
L a fundamental, la más importante de
todas: “Aspirantado de los Antiguos Alum
nos o Circuio de Dom ingo Savio.” Fué po
nente D. Manuel Morales, Abogado y Pre
sidente de la Asociación de Utrera. Expuso
ante la Asamblea un “ Círculo de Domingo
Savio” ideal y perfecto como meta, hacien
do después un estudio de la realidad de
nuestros Círculos de hoy para ponderar
cuánto importa la buena formación de di
rectivos, y cómo ha de empezar esta for
mación en el seno mismo de las Compañías
religiosas de los Colegios, despertando ya
desde entonces en la mente de los niños,
la idea y el concepto de asociación.
Las conclusiones, prácticas y concretas,
interesaron grandemente a toda la Asam
blea y fueron objeto de animadísima discu
sión.
A las cuatro de la tarde se reanudaron las
tareas. El Ponente, Excmo. Sr. D. José
M. Ruiz Manent, de la Tarraconense, dió
lectura a su documentado estudio sobre el
tem a: ’'E l Antiguo Alumno, Cooperador
Salesia7io.“
Explica el concepto de las tres palabras.
Antiguo alumno, cooperador y salesiano, y
concluye diciendo que no puede haber o no
debe existir m eior cooperador salesiatio que el
propio antiguo alumno” , que es "e l fru to de
una enseñanza, pero que representa a la vez
una causa, un pofenefaZ inmenso de ener
gías. y de energías especialmente espirituales'*. Analiza luego los medios para ser buen
cooperador y los resume en los siguientes:
"L a oración, la unión y el trabajo, directo o
indirecto; profesar un c a t o lic is ^ práctico
lo mismo en el hogar que en el m arco de
las (Ktividades pro/esionoles, inscribirse en
la Pia unión de los Cooperadores y coláborar con sus aportaciones directas o bien
con prestaciones gratuitas en su carrera o
profesión".
Toáoa aplaudieron fervorosamente y dis8 -
cutieron muy por menudo las acertadas
conclusiones del Sr. Ruiz Manent.
Sin solución de continuidad ni descanso
de ninguna clase, siguió la discusión de la
ponencia: "M edios formativos en una Aso
ciación de A. A : ’.
El Presidente de la Federación Regional
Céltica, D. José Antonio Torrente, afirmó
la preeminencia y eficacia de los medios mo
rales. wlificándolos de trascendentales e in
sustituibles, si se quiere tener Asociaciones
de tipo católico que continúen y completen la
formación cristiana de los socios. Ponderó
la necesidad de una más cuidada formación
de quienes han de ocupar cargos dirigentes.
SEVILLA.—Cropo geaeral de Aatíguot Ahnaos Salti
El Presidente de los
A A . Salesianos de Se
villa dando lectura a sn
discurso en el acto de
la bendión de la bande
ra de
la
Asociación
local.
exigiendo en todos ellos gran ejemplaridad
y asidua asistencia a los actos de culto en
el colegio.
En las conclusiones afirma la imperiosa ur
gencia de intensificar la práctica de los
Ejercicios Espirituales abiertos y cerrados,
de los retiros mensuales, de los Círculos de
estudio; de salesianizar los hogares de los
A. A. con cuadros de D. Bosco y de María
Auxiliadora.
A las ocho, después de un breve descan
so, se reanudó la sesión. D. Francisco Cervera, veterano paladín de todas las Asam
bleas anteriores, leyó la hermosa Ponencia
del prestigioso Notario de Madrid. 5r. Amo
•kduaos que
asistido a la V Asamblea Nacioaal.
ros Gonzálvez que, a última hora y ya con el
billete en la mano, no pudo acudir a las
reuniones.
Con verdadera competencia, estudia las
delicadas relaciones que median entre la
A. C. y las Asociaciones de A. A. profundi
zando en los siguientes puntos: 1.® L a Obra
de los A. A. Salesianos es Asociación Auxi
liar de la A. C. 2.® L a Acción Católica ni
absorve ni estorba la función de la Obra de
los A. A. Salesianos. 3.® Normas generales
a que deben ajustarse las relaciones entre
la A. C. y la Obra de los A. A. Salesianos.
4.‘> Auxilio interno y externo que debe
prestar la Obra de los A. A. Salesianos a
la A. C.
Estudiadas en la intensísima jornada del
viernes las cuatro Ponencias, se dejó para el
sábado la sesión privada de los Secretariados
B ^ io n a les presidida por los Sres. Inspec
tores y con asistencia de los Consiliarios.
Reinó la cordialidad más absoluta, y se dis
cutieron puntos de máxima Importancia,
puntos que fueron luego incorporados a una
quinta Ponencia con el tema de “ Organi
zación de las Federaciones nacional. Regio
nal y Local y de su órgaruyenlace de publi
cidad".
A las once y medía tuvo lugar la última
sesión pública. El Sr. Torrente, alma y ce
rebro de la nueva reglamentación, explicó
la perfecta articulación que existiría entre
las tres Federaciones y avanzó las líneas ge
nerales de la Revista Nacional de los A. A.
Salesianos.
E l Sr. Regulador leyó las conclusiones ge
nerales Jorobadas por los Secretariados, y
con el canto del himno oficial salesiano y las
preces de rúbUca. se dió por terminada la
sesión.
L a tarde se dedicó a visitar los m<mumentos de la Ciudad.
L a Asociación local había pretarado en
honor de ios asambleístas un obsequio fino
y cariñoso, en el salón-teatro del Colegio.
Pué el mantenedor de la fiesta andaluza el
- 9
insigne cooperador salesiano D. José Monge
Bernal. Después del ofrecimiento del acto
por el A. A., D. F élix López Aret, el ora
dor, bordó, con la m agia de su palabra
grandilocuente, el más completo elogio de
la Sevilla auténtica y genuina. Su charla
fué una cinta de castizo sabor sevillano,
iluminada a trechos por cantos de seises,
suspiros desgarradores de saetas, rumor len
to y pausado de campanilleros y ayes his
toriados y quejumbrosos de cante jando.
Cerró el acto el Sr. Inspector de la Bética dirigiendo al selectísimo público las clá
sicas Buenas Noches. Los asambleístas pa
saron luego al centro de los A. A. donde fu e
ron obsequiados con pastas, tapas y las
típicas cañas de manzaniUa.
A l día siguiente, domingo, después de la
misa celebrada por el M. Rdo., Sr. Inspec
tor de la Céltica, D. Modesto Bellido, se
bendijo la bandera de la Asociación de Se
villa do la que fué madrina la Sra. doña
Irene Nalda de Terán.
A las once y media, la masa de asambleís
tas se dirigió a la estación del ferrocarril
donde tenían preparado un vagón especial.
Asomados a la ventanilla como niños travie
sos, mezclados los ricos y los pobres, los jó
venes y los ancianos, los de carrera y los
obreros, en una sublime y tr.agníñca demos
tración de armonías sociales y cristianas,
cantando a pleno pulmón, llegaron a la ciu
dad de Utrera.
Visitadas la iglesia y las dependencias del
primer Colegio Salesiano en España y des
pués del almuerzo familiar, comenzó la se
sión de clausura.
El incansable y entusiasta regulador de
B O L E T IN
la Asamblea, D. Mamuel Ramos Hernández,
leyó las muchas adhesiones recibidas: del
Jefe del Estado, del Nuncio de S. S., del
Primado de las Españas, de Obispos, Alcal
des y de otras muchas relevantes pereonalidades.
Un antiguo alumno del Colegio y im ba
chiller dirigieron entusiastas saludos a los
asambleístas.
El Presidente Nacional, D. Angel García
de Vinuesa, pronunció breves palabras agra
deciendo a los Superiores, Ponentes y asam
bleístas todos, la entusiasta y fervorosa co
laboración a los actos. L a rondalla Gonzá
lez, venida expresamente desde Córdoba,
amenizó el acto con hermosisimas piezas
andaluzas.
El Rdo. D. Salvador Rosés, trasladó a
los asistentes, con la maestría que le caracte
riza, al escenario de nuestra Casa Madre
de Turín, para que midieran, con emoción
contenida, la anchura y profundidad de los
sufrimientos que angustian actualmente a
los Superiores Mayores. Finalmente, el M.
Rdo., Sr. Inspector d e la Bética, declaró
clausurada la V.» Asamblea Nacional, invi
tando a todos a lleva r, a la práctica, en el
seno de las Asociaciones y en las activida
des personales, los frutos de la magna con
centración. Agradeció nuevamente las aten
ciones prodigadas a los asambleístas por el
Colegio de Utrera, la actuación maravillosa
del Sr. Regulador, y prometió hacer llegar
hasta el corazón del Rdmo. Rector Mayor,
D. Pedro Ricaldone, IV.o Sucesor de San
Juan Bosco, la afirmación solemne y rotun
da de los A. A. de ser siempre y en todo
lugar "su ffZorta y su corona” .
S A L E S IA N O
SE ENVIA A CUANTOS LO DESEAN
Basta expresarlo remitiendo, con toda claridad, las señas personales a :
Dirección del B oLETIN S a l e s IANO
Apartado 9 .1 3 4 . - M A D R I D
Not i ci ari o breve
Nuevos misioneros.—En el pasado mes de
diciembre, han partido rumbo a las misiones
portuguesas los dos hermanos Isidoro y T o
más Aranda. coadjutores salesianos. Enco
mendémosles al Señor para que su aposto
lado rinda ubérrimos frutos en el nuevo cam
po de trabajo.
Aspirantes a coadjutor,— En la Casa de
10
-
Cádiz, tiene la Irspectoría Bética un hermo
so plantel de vocaciones para coadjutor.
Son 38 los aspirantes de este año distribui
dos así por cursos: 22 de primero, 13 de se
gundo. uno de cuarto y dos de quinto. Es
tas vocaciones se han despertado en los
siguientes colegios salesianos: cuatro en Cá
diz. tmo en Las Palmas, uno en Mon tilla, dos
en Pozoblanco, uno en Ronda, dos en Sevi
lla (Sma. Trinidad», tres en Sevilla (Triana> y dos en Utrera, Los restantes han ido
directamente desde sus familias a la Casa
de Formación. ¡Cuánto bien podrán hacer
si perseveran en sus santos y nobilísimos
propósitos!
Homenaje a los héroes.— Grandioso ha si
do el homenaje que las Escuelas Salesianas
de Huesca han dedicado a la memoria de
sus héroes caldos en la pasada y gloriosa
Cruzada por Dios y por España, el día 5
de diciembre. Con este motivo se descubrió
una preciosa lápida conmemorativa en el
nuevo local de la Unión de Antiguos Alum
nos, inaugurado el mismo día con la asis
tencia del Excmo. y Rdmo. Sr. Obispo de la
Diócesis, Excmos. Sres. Gobernadores Civil
y M ilitar, numerosas representaciones y de
gran número de Antiguos Alimmos de la
capital y sus contornos. Pronunciaron sen
dos y magníficos discursos el M . Rdo.,
D. Guillermo Viñas, director de las Escue
las; el Presidente de los A. A., Sr. Fi-ancoi,
y el Excmo. Sr. Gobernador C ivil y Jefe
Provincial del Movimiento.
Hogar-Escuela de Santa Cruz de Tenerife.—
Nos hacemos eco de 1(W elogios que la Pren
sa local dedica a la labor realizada por las
H ijas de M aría Auxiliadora en el magnífico
Hogar-Escuela de cuya fxmdación dimos am
plia noticia en el número de mayo-junio del
pasado año. Rebasan ya el centenar las
huérfanas que se acogen en sus aulas, y, a
medida que aumenta el personal, se van
llenando más y más sus espaciosas salas de
niñas de todas las categorías sociales, a quie
nes la Pedagogía de D. Bosco iguala en el
amor y servicio de Dios y en la exquisita dul
zura de la caridad cristiana.
Torea a beneficio de los niños pobres.—No
podemos menos de dar a conocer a nues
tros lectores el magnífico y generoso rasgo
del buen rejoneador y extraordinario caba
llista D. Alvaro Domecq. el cual, a impul
sos de sus sentimientos cristianos, toreará
durante el tiempo preciso por todos los rue
dos de España, sin más pretensión ni otros
fines que los de allegar recursos hasta la fe
liz terminación de la obra del Oratorio Fes
tivo "Dom ingo Savio” . que el apostólico Pa
dre Torres Silva está levantando con des
tino a la educación de los niños pobres en
la ciudad de Jerez.
Día 31 de enero,
SAN JUAN BOSCO, Confesor
Nació el Santo Fundador de la Congre
gación Salesiana, el 16 de agosto de 1815. Su
madre, llamada Margarita, le educó en el
santo temor de Dios. A los nueve años, tuvo
un sueño en el que Jesús le mostró el cam
po de su futuro apostolado. Y a desde ni
ño comenzó a trabajar entre los sencillos
aldeanos, atrayéndoles por medio de jue
gos y pasatiempos para enseñarles la Doc
trina cristiana. Venciendo dificultades sin
cuento, logró llegar al sacerdocio. E l día 8
de diciembre de 1841. comenzó, con ocasión
providencial, la obra de 1(» Oratorios Festiw s. Más adelante, reunió en tom o suyo
a algtmos de sus mejores alumnos y fundó
la Congregación Saiesiana para la educación
cristiana de los jóvenes; y a fin de hacer
extensiva la influencia de su espíritu tam
bién a las niñas, fundó el Institu to de las
Hijas de M aría Auxiliadora. Ambas funda
ciones religiosas se ven auxiliadas por una
a modo de Tercera Orden, fundada también
por San Juan Bosco y que lleva por nom
bre Pia Unión de Cooperadores Salesianos.
La vida de D. Bosco fué un continuado mi
lagro con que salvó innumerables almas de
jovencitos, dió muchos ministros a la Igle
sia de Dios y extendió por todo el mundo
la devoción a la Virgen Santisimia invocada
bajo el sugestivo titulo de Auxiliadora de
los Cristianos. Murió el día 31 de enero de
1888 y fué canonizado por el Papa Pío X I el
1 ds abril de 1934.
A G U I N A L D O
D e l R d o . Rector M ayor de la Congregación Salesiana para el año 1944
Esta es la victoria que vence al mundo : nuestra F e
( I Jn. V. 4»
Acercaos al S e ñ o r con plenitud de F e
(Hb. X . 22)
-
1I
Crónica de Gracias
Estando -en Rom a y sin tener cerca a na
die de mi familia, me sentí enfermo con
unos dolores muy intensos. A l ver que cada
dia empeoraba, angustiado, acudí a S. Juan
Bosco. En seguida, y sin seguir tratamiento
alguno, empecé a mejorar y pude concluir
felizmente mi largo viaje.
J. O.
Córdoba, septiembre de 1943.
Hago público mi agradecimiento a María
Auxiliadora y entrego diez pesetas de limos
na por una gracia obtenida por mediación
de San Juan Bosco.
Concepción Rodríguez Soria
Ecija, noviembre de 1943.
Hallándome desde hacía más de un mes
postrado en cama a causa de un pertinaz
paratifus, complicado con otras varias do
lencias, y ante la perplejidad de los médi
cos que no acertaban con ei remedio ade
cuado, hice una novena a M aría Auxiliado
ra prometiéndole publicar la gracia. Comple
tamente restablecido, cumplo gustoso mi
promesa.
R. M.
Salesiano
Barcelona, septiembre de 1943.
Habiéndome tenido que internar en una
clínica por causa de un extraño mal que me
había salido en la cara, me encomendé a
M aría Auxiliadora y a San Juan Bosco,
prometiendo hacer celebrar sendas misas
en su honor si me alcanzaban la curación.
Hoy, porfectamente curada, cumplo mi pro
mesa y hago público mi agradecimiento.
Una devota
Mataró, septiembre de 1943.
C a r a b a n c h c l Alto,
(M adrid).—Profesoras
y Alnmnos del Estu
diantado T e o l ó g i c o
Nacional.
12
-
Desde la terminación de la guerra, pade
cía mi hermano Pedro una enfermedad que
paulatinamente se le había ido complicando
con el sistema nervioso hasta degenerar en
enajenación mental, por lo que tuvo que
ser internado en un Sanatorio. En tan tris
te como apurada situación, hice una novena
a mi Santo Padre D. Bosco, prometiendo
publicar el favor si mi hermano recobra
ba la salud. Tres meses después pudo vol
ver a sus ocupaciones habituales completa
mente curado. ¡ Gracias, bondadoso Padre
m ío!
José Ruiz Cabello S. S.
Las Palmas, fiesta de Ntra. Sra. del Rosa
rio. 1943.
Hacía ya un mes que me veía obligado a
guardar cama con fiebres altas y con peli
gro de graves complicaciones, cuando acudí
a María Auxiliadora por intercesión de San
Juan Bosco, haciendo la novena que el San
to recomendaba con tanta insistencia para
obtener favores de la Reina celestial. A l fi
nalizar la primera novena, ¡a fiebre comen
zó a desaparecer, y a la mitad de la se
gunda desapareció completamente. Hoy, ya
restablecido, doy públicas gracias a tan
buena Madre e invito a cuantos se hallen
en alguna necesidad espiritual o corporal
que acudan a Ella seguros de encontrar ali
vio y consuelo.
Tomás Baraut S. S.
Gerona, 12 de octubre de 1943.
Doy públicas gi*acias a la Beata Mazzare11o por haberme ayudado en mis estudios y
obtenido la curación de una tía mía y de
mi hermana. Cumplo mi promesa de enviar
la gracia al Boletín y de dar una pequeña
limosna.
Una Antigua Alumna
de las H. H. de M. A.
Á
D ía 29 de e n e r o ,
San Francisco de Sales, Obispo y Confesor
Por algo quiso nuestro amadísimo San
Juan Bosco el engendramos en Cristo, quie
ro decir, al fundar la Pía Sociedad Salesian a, por algo quiso bautizar a sus religio
sos, a sus alumnos y a sus cooperadores
con el nombre de Salesianos. Religiosos Solesianos llam ó a sus religic^c€; alumnce
salesianos a sus alumnos, y, finalmente, co
operadores salesianos a sus terciarios, digá
moslo así. Y así llamamos ahora a aque
llos seglares, porque generalmente sa la res
scm, aunque también pueden serlo los re
ligiosos de otras Ordenes; a todos los cua
les co<^)eradores (tanto seglares cmno sacer
dotes y religiosos) D. Bosco les llamaba sus
pies, sus brazos y sus manos, porque sin
ellos, solía decir, “no podemos vivir ni
mantener tantas empresas como nos haconfiado la Providencia del Señor” . P o r lo
cual, los cooperadores salesianos, mirados
a esta luz, son más terciarios de la Pía
Sociedad Salesiana que los terciarios de
otras Ordenes, p w ser tan necesarios para
el mantenimiento de la nuestra.
Ahora b ien : ¿por qué al bautizar don
Bosco a sus religiosos, a sus alumnos y a
sus coc^radores les impuso no su nombre
o apellido, sino un apellido tan ilustre y
— 13
glorioso como el del santo obispo de Gine
bra y doctor de la Iglesia San Francisco
de Sales? Y no olvidemos nunca que los
doctores de la Iglesia (que son, por cierto,
muy poquísimos, muy contados) forman y
hacen después de los Santos Apóstoles y
Evangelistas, la aristocracia de la Iglesia,
por ser (y esta es doctrina católica) san
tos de mucha más principalidad que todos
los confesores, y más que todas las vírge
nes, y más que todos los mártires, y más
que los fundadores de Ordenes o Congre
gaciones religiosas. Y entre los Santos Pa
dres y Doctores de la Iglesia es San Fran
cisco de Salea (así lo dice el Breve Apos
tólico de su Doctorado) “ uno de los más
eminentes” . Y , por cierto, que es también
uno de los Doctores más fecimdos, como lo
rezan y cantan las religiones o fundaciones
que le tienen por patrono celestial; por
que no solamente le tienen por Patrono los
Hijos de D. Bosco,. sino que también le
tienen por tal (entre otras familias reli
giosas) los misioneros de Annecy y los
Oblatos salesíanos de San Francisco de Sa
les de la Venerable María de Sales Chappuis y del padre Bresson de Troyes y de
madama Carré, y los clérigos de Chaiunont,
y la famosa y copiosa fundación francesa
del apostólico y santo monseñor Segur,
bajo la inspiración nada menos que del
Pontífice de la Inmaculada, de la Infalibi
lidad y del Syllabus, Pío I X el Grande, que
fué cabalmente el que declaró Doctor de la
Iglesia a San Francisco de Sales.
Ahora bien: ¿por qué (vuelvo a pregun
tar), por qué quiso D. Bosco, nuestro Pa
dre. que sus religiosos, sus queridos cooneradores y sus alumnos se llamasen salesianos y tuvieran por modelo y por Patrono
celestial a este gloriosísimo Doctor? Porque
el amor es el fundamento de todas las em
presas de D. Bosco; y siendo San Francis
co de Sales el Doctor de la piedad, el Doc
tor de la devoción (que es, como él mismo
nos enseña, la flor y la nata de la cari
dad..,). el Espíritu Santo fué el que le ins
piró a D. Bosco este Patronato, por ser el
si\nto obispo de Ginebra el D octor del Am or
de Dios.
La
educación salesiana
se desarrolla
siempre en \ma atmósfera encantadora de
cariño y amor verdaderamente paternales.
L a Santa Pedagogía salesiana opone al sis
tema represivo el sistema llamado preven
tivo. que aunque es el más penoso para pl
maestro, es el más apreciado y estimado por
los discípulos. Don Bosco, sin olvidar los
fueros de la autoridad, lo primero que exi
ge a sus maestros es el amor. “ Sed más
padres que superiores (les decía), amad dg
corazón a vuestros discípulos, y ya veréis
qué bien los educaréis...: yo no quiero m ^
Pedagogía que la que tiene por base y fuñr
damento el amor...”
Pensamientos y dichos son estos propios
y muj’ propios de San Francisco de Sales,
14 —
cuya benignidad, cuya mansedumbre, cuya
paciencia, cuyo encendido amor habían con
quistado el corazón de D. Bosco con tales
arrestos y con tal encanto, que siempre
suspiraba por ver estampados en sus hijos
los ejemplos, el nombre y el encendido
amor del santo obispo de Ginebra.
Deus chantas est, Dios es todo caridad.
Dios es todo amor. Este sagrado texto tan
sólidamente le tenía encarnado San Fran
cisco de Sales en su corazón, que para ser
cristiano, solía decir, lo primero (claro está
que después de la Pe), lo primero ante to
das las cosas es amar. Todo, todo es amor
en Dios; todo, todo absolutamente es amor
en la Santa Iglesia.
L é a s ^ e l prefacio del Santo a su subli
me Tratado del A m or de Dios. Recuérdese
lo que el gran Bossuet decía cuando le lla
maba a San Francisco de Sales hoguera lu
minosa y ardiente, hLcerna ardens e t lucens.
Por eso decía ese gran panegirista del San
to que la dulzura cristiana es la flor del
amor, la flor de la santa caridad, que es
la reina de todas las virtudes; y que la
dulzura se compone de tres virtudes prin
cipales, conviene a saber: paciencia, com
pasión y condescendencia: virtudes que
son absolutamente necesarias a todos los
directores de almas y, por tanto, a todos los
maestros y educadores: la paciencia para
sufrir mansamente las flaquezas de nues
tros prójim os: la compasión, para sentir
las de todo corazón, y la condencesdencia,
finalmente, para curarlas.
P o r la fuerza de esa dulzura salesiana
(añade en otro sermón el elocuente Bourdalue), por esa dulzm^a. paciente en verdad,
pero también activa y llena de arrestos,
triunfó de la herejía Francisco de Sales, y
por virtud de esa misma dulzura restable
ció triunfalmente en la Iglesia la piedad.
Doctor de la piedad le llaman, que es tan
to como llamarle D octor de la devoción.
"L a cual (y el mismo Santo nos lo dice
con elocuente encantadora lindeza en el
capítulo segundo de la Filotea o Introd uc
ción a la vida devota) es dulzura de las
dulzuras, reina de las virtudes y perfección
de la misma caridad. Porque si la caridad es
como leche, la devoción es la n ata; si la
caridad es una planta, la devoción es su
flor; si es bálsamo escogido, la devoción
es la fragancia que exhala, fragancia tan
suave que a los hombres les ccmforta y a
los ángeles les recrea.”
Y he aquí por qué la Providencia de Dios
dispuso que San Francisco de Sales fuese
nombrado por nuestro inspirado Padre Don
Bosco, patrón de su C ongre^ción. Y he
aquí también las virtudes principales que
nos están recomendadas a los religiosos y
co<^radores del fundador inmortal de la
Pía CTongregación Salesiana.
Pero ¿le amamos de veras a nuestro Pa
trón celestial? ¿Nos acomodamos de veras
y con toda fidelidad a las enseñanzas que
N E C R O L O G I A
El i de noviembre, p. P-, falleció en R o
ma, tres meses después de haber sufrido
un ataque de apoplejía, el Emmo. Cardenal
La Puma, Prefecto de la Sagrada Congre
gación de Religiosos y Protector de la Con
gregación Salesiana.
El Cardenal L a Puma había nacido el
22 de enero de 1874 en la ciudad de P:'-lermo (Italia), donde cursó las Humanida
des y los estudios eclesiásticos en el Semi
nario diocesano. E l año 1894. a los veinte
de edad, pasó a completar sus estudios a
la Universidad Apolinar de Roma, en la que,
después de doctorarse en ambos Derechos
y en Filosofía y Teología, ocupó la cátedra
de Derecho canónico.
Puede muy bien decirse que Mons. L a Pu
ma modernizó la enseñanza de esta discipli
na adaptándola a las necesidades de los
tiempos.
Llamado a ocupar el cargo de Auditor de
la Sagrada Congregación de Obispos y Re
gulares, fué presidente de la Comisión es
pecialmente instituida para los Religiosos
por León X in .
A l ser transformada en el año 1908 dicha
Sagrada Congregación, Mons. L a Puma fué
nombrado sucesivamente Subsecretario y
Secretario.
En el Consistorio del 16 de diciembre de
1935, le creó cardenal S. S. Pío X I, quien
quiso con esto premiar su incansable acti
vidad en pro de la vida interior de la Igle
sia. Poco antes de morir el Cardenal Lépícier, Mons. L a Puma le sustituyó en el car-
Serilla.—Momento de la bendición lolcm ne de la bande
ra de los A. A. balcsianos.
mediante este patronato nos da nuestro
amadísimo patriarca Don Bosco? ¿Estima
mos, apreciamos, veneramos y amamos de
corazón a San Francisco de Sales? ¿Nos
enfrascamos en la lectura de sus libros para
aprender y practicar esas virtudes que tan
lindamente y tan sabiamente en sus obras
nos enseña?
Y o no qqiero pediros, i oh cooperadores
salesianos!, que os enfrasquéis en la lectu
ra de más de veinte tomos en donde se con
tienen las obras de San Francisco de Sa
les. Pero sí quisiera que estuvieseis fam ilia
rizados con alguno de sus libros; dos de los
cuales (que son los dos principales que es
cribió) debían ser fam iliares perpetuos de
todo cooperador salesiano; por lo menos el
libro inmortal de la Introducción a la vida
devota, llamado también vulgarmente La
Füotea.
Y de tal manera quisiera yo que fue
seis leyentes perpetuos de estas páginas
de oro, de luz y de amor, que creo que no
me engaño mucho si os digo que no acaba
de ser castizo cooperador salesiano él Que
no haya leído y releído con nocturna y con
diurna mano ese libro que es el más p<9 ular
dél Doctor de la devoción y uno de los seis
mejores libros ascéticos que en el mundo se
han escrito.
i Qué libro, qué páginas, qué estilo, cuán
ta sabiduría, cuántos encantos!
Sería no acabar el querer tejer ahora tes
timonios irrecusables del valimiento sobe
rano de tan precioso libro. Pero si Dios,
Nuestro Señor, lo quiere, no faltará ocasión
de traer a colación otro día esos testimo
nios para mucho bien de los cooperadores
salesianos. Los cuales, no sólo han de ser
bienhechores de la Pía Congregación Sale
siana, sino también bienhechores de sí
mismos; porque verdaderamente santifican
sus almas no sólo con tan santo oficio, si
no con las demás prácticas espirituales que
para esa
santificación D. Bosco 1^
recomendaba. Y tanto las estimulaba su
amantisimo amigo Pío I X el Grande, que lle
gó a decir que le parecía que andando
d tiempo estaría el mundo entero lleno
de cooperadores salesianos. Dios lo quiera;
y de El y de la Santísima Virgen, lo alcan
cen de consuno nuestro Padre San Juan
Bosco y nuestro modelo y Patrón celestial
San Francisco de Sales.
Juan M arín del Campo
Cooperador Salesiano
-
Í&
go de Prefecto de la Sagrada Congregación
de Religiosos.
Finalmente, el año 1939, al subir al solio
pontificio, el Cardenal Pacelli, hoy glorioso
Papa reinante Pío X II, quiso dar una mues
tra de su augusta predilección por los hu
mildes hijos de D. Bosco, nombrando al Car
denal L a Puma para sucederle en el cargo de
Protector de la Congregación Salesiana.
Con el fallecimiento de este Emmo. Pur
purado, ha perdido la Iglesia uno de sus
más positivos valores.
D e . él hizo cumplido elogio el Cardenal
Lépicier, de quien Mons. L a Puma fué prin
cipal e infatigable colaborador por más de
ocho años, al declararle “modelo de escru
pulosidad y capacidad regularisada en el
trabajo, profundísimo conocedor del Derecho
Canónico, y penetrado -de un in tim o y ope
rador sentido de jerarquía, a la par que
aportador de considerables y documentados
estudios personales al cum plim iento de su
misión.’’
De su vasta formación Jurídica dió mues
tras no sólo en el desempeño de su labor do
cente o en el manejo y organización de los
asxmtos relacionados con su cargo, sino en
conferencias y congresos importantísimos,
de los que, por amor a la brevedad, nos li
mitamos a recordar el Congreso Internacio
nal de Ciencias Jurídicas, tenido en Roma
el año 1934, y en el que el fallecido Óardenal desarrolló el tema Evolutio juris canon ici Religiosorum a P ió I X ad Pium X I.
No bastaron a llenar las ansias de su ce
lo el trabajo de los oficios administrativos,
aunque vastos y complicados, ni los estudios
relacionados con sus especialidades, sino que,
sin descuidar nunca las tareas de sus altos
cargos. Mons. La Puma consagró su aten
ción y su entusiasmo a un problema tan de
licado y urgente como el de las Hermanas
Enfermeras. A instancias suyas, el Papa ha^
bia croado para este asunto una Comisión
de la que el Cardenal L a Puma fué, ade
más de Presidente, guia experto y entusias
ta propulsor.
Nombrado Caidenal de la Congregación
Salesiana. ha multiplicado las muestras de
afecto y benevolencia hacia ella, alentando
con su presencia y con su atinado conse
jo. las múltiples actividades desarrolladas
por los Hijos de S. Juan Bosco.
¡ Que el Señor le haya acogido en su glo
ria para darle el premio merecido con sus
virtudes (
EXCMO. E ILM O . DR. D. F E L IX B ILBAO ,
O B ISPO DE T O R TO S A
Se durmió en la paz del Señor el 18 de
noviembre, p, p.
Había nacido en Baqui. Vizca\’a, el 18 de
mayo de 1873. Hizo sus estudios en el Se
minario de Madrid y en la Universidad Pon
tificia de Toledo, ordenándose de sacerdote
en Madrid el año 1897. En 1906 se doctoró
16
-
en Sagrada Teología. Fué Profesor en el
Seminario de la Capital de España y des
empeñó los cargos de oficial de la Secreta
ría de cámara y gobierno, de director del
“Boletín Oficial de la Diócesis” y el .de ca
pellán rector de la iglesia de religiosas de
M aría Reparadora. A l trasladarse el Emmo.
Cardenal Guisasola de M adrid a Valencia,
llevóse consigo a Mons. Bilbao como secre
tario de cámara y gobierno, y al ser nom
brado Secretario de la Comisaría General
de la Santa Cruzada, acompañó al in.signe
purpurado a la Sede Primada de las Españas.
Después de ser sucesivamente canónigo
de las Metropolitanas de Valencia y de To
ledo, a la vez que catedrático de Institucio
nes Sociales de Valencia, y del Claustro de
Doctores de Teología, fué preconizado Obis
po Titular de Zarai y Auxiliar de Tortosa
el 23 de abril de 1924. A l año siguiente fué
nombrado Administrador Apostólico de Tor
tosa y poco después. Obispo de la Tni-sma Se
de en la que hizo su entrada el 25 de mar
zo de 1926.
Atendidas sus relevantes cualidades y ar
diente celo de apostolado, S. S. P ío X I le
nombró, el año 1935, Consiliario Nacional
de A. C.
Su pérdida ha causado vivo sentimiento,
pues con él pierde la Iglesia española un
pastor celoso, amante, docto y bueno.
Eran dotes suyas sobresalientes, además
de su ardor por la salvación de las almas,
que le hizo adoptar por lema el Adveniat
regnum tuum, \jn& gran amabilidad y tra
to sencillo y afable para con todos.
En los diversos cami>os de su apostolado,
dió siempre muestras de gran afecto hacia
la Congregación Salesiana, a la que quiso
honrar presidiendo la Peregrinación Nacio
nal española con ocasión de la Canonización
de San Juan Bosco el año 1934.
Descanse en paz el alma del bondadosísi
mo Prelado, que habrá ya recibido de Dios
el premio reservado a los elegidos, y no le
olviden nuestros lectores.
D. Manuel Rom cu Morgades>. + En Ge
rona. el 13 de septiembre, p. p.. Cooperador
salesiano siempre atento, cariñoso y servi
cial para con los hijos de S. Juan Bos
co. D. E. P.
J2do. P. Vidal Aforin del Campo, S. J. + El
5 de octubre, p. p., a los setenta y nueve
años de edad. Durante muchos años fué
socio de la Provincia toledana. A su her
mano. el eximio escritor y gran coc^ ra d or
salesiano, D. Juan Marín del Campo, nues
tro más sentido pésame.
Doña Tomasa de Labra y de Francisco.
Murió en la paz del Señor, en Cádiz, el 23
de junio. Esta insigne Cooperadora Sale
siana ha dejado grata memoria de exquisi
ta amabilidad, por su gran devoción a San
Juan Bosco y su cariño a los niños pobres
a quienes socorrió pródigamente. Encomen
damos su bendita alma, a las oraciones de
nuestros lectores.
D. Marti7i Jcum ot Oliva, Sálesiano + En
Campeilo (Alicante), el pasado mes de oc
tubre. Dulce y salesianamrnte afable, pro
fundamente piadoso y santamente confor
mado siempre a la voluntad de Dios y de los
Supei*iores, el buen religioso ha sembrado
el bien a maros llenas entre los niños de
nuestras Casas de formación. El Señor, que
ha querido llamarlo a Si cuando ya albo
reaba para el joven levita, el día grande
de su primera Misa, lo tenga ya en su
gloria.
TE SO R O E S P IR IT U A L
Los Cooperadores Salesianos que, habien
do confesado y comulgado visiten una igle
sia u oratorio público (los religiosos y reli
giosas, la suya privada), y recen allí según
la intención del Sumo Pontífice, pueden ga
n ar:
INDULGENCIA PLENARIA
1.0
El día en que dan su nombre a la
Pía Unión de los Cooperadores.
2.0 E l día en que por primera vez se con
sagran al Corazón de Jesús.
3.0 Todas las veces en que durante ocho
días seguidos hagan ejercicios espirituales.
4.0 En punto de muerte, si confesados y
comulgados, o al menos con corazón contri
to. invocaren devotamente el Nombre de Je
sús con la boca, y si no pueden, con el co
razón.
Cada mes:
1." Un día a su elección.
2.0 El día en que hacen el Ejercicio de la
Buena Muerte.
3.0 El día en que asisten a la Conferencia
mensual Salesiana.
Enero: Día 1, Circuncisión del Señor; 2.
Santo Nombre de Jesús; 6. E p ifan ía; 9.
L a Sagrada F a m ilia ; 18, Cátedra de San
Pedro en R om a; 23, Los Desposorios de la
V iigen Santísima; 25, Conversión de San
Pablo; 29, San Francisco de Sales.
Febrero: Día 2, Purificación de Nuestra
Señora; 22, Cátedra de San Pedro en Antioouia.
Z).* M aría Casanovas Mas. Veneranda
anciana, madre del que fué dignislnro pri
mer presidente de la Unión A. A. de Cin
dadela, D. Francisco Catalá. a quien envia
mos nuestro más sentido pésame.
D. Cristóbal Fer7iández Tavujrit. + El día
7 dé diciembre, después de una dolorosa en
fermedad, sufrida con edificante resignación
cristiana, entregó su espíritu al CiMíador, es
te buen amigo de los Salesianos y excelente
cooperador de sus obras en Fuentes de An
dalucía. Enviamos a sus familiares nues
tro más sentido pésame y pedimos a nues
tros lectores una omción por el alma del fi
nado.
Día 24, Conmemoración mensual de M a
ría Auxiliadora.
D ía 25, Conmemoración mensual de San
Juan Bosco.
Día 29, Solemnidad de San Francisco de
Sales, Patrono de la Corgregación Salesiana.
Día 31, Solemnidad de San Juan Bosco,
Fundador de la Congregación Salesiana, del
Instituto de las Hijas de María Auxiliadora
y de la Pía Unión de los Cooperadores Sa
lesianos.
.Recordamos a nuestros lectores que
para ser Cooperadores Salesianos, no
basta beneficiar’ de alguna manera las
Obras y las M isiones; es preciso estar
oficialmente inscritos en la P ía Unión.
S ó lo así se puede gozar de los fa vo
res espirituales concedidos por la Ig le
sia a la Fam ilia Salesiana.
Estas condiciones son :
zar de buena reputación religiosa y ci
vil. 3/ Estar en grado de promover
por sí o por otros, con oraciones, li
mosnas V trabajos, las Obras o las M i
siones de la Sociedad Salesiana.
L a Unión no obliga en conciencia
ni imp^one cuota alguna de inscripción
ni periódica. P o r
Todo Coc^erador Salesiano procurará con
memorar con algún acto especial de piedad,
los siguientes dias de este m es:
Día 7, Prim er Viernes en honor del Sagra
do Corazón de Jesús.
l Haber
cumplido los dieciséis años. 2 ° G o
lo mismo,
pueden
pertenecer a ella las familias privadas
y religiosas, institutos y asociaciones,
por medio de los padres o superiores,
respectivamente.
T tp O fra fia M <rgen:ba1er - A lc a lá , 1 6 4 - M a d r id
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Redacción y Administración: Apartado 9134.'Madrid
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