BS_1939_10.pdf

Medios

extracted text
OCTUBRE 1939

Año LIV - N. 10

a ejiano

R E V I S T A

DE

L A S

O B R A S

DE

D O N

B O S C O

Tesoro Espiritual
Relación de las Indulgencias Plenarias
q u e lo s C o o p era d o res Sa lesia n o s p u e ­
d en gan ar en e l tra n scu rso d e l año.

I. — Una vez cada día, elevando a Dios, en
medio del trabajo y aunque sea sólo mentalmente,
tina piadosa invocación cualquiera, previas las
demás condiciones ordinarias, o sea el estado de
gracia, la confesión y comunión sacramentales
y la visita a alguna iglesia u oratorio público,
rogando por la intención del Soberano Pontífice.
lista indulgencia del trabajo santificado pue­
den ganarla los Cooperadores Salesianos, Hijas
de M. Auxiliadora y sus- respectivos alumnos
y cx-alumnos. Si, hallándose en estado de gracia,
se sigue repitiendo la misma piadosa invoca­
ción, u otra cualquiera durante el trabajo, se
puede ganar, cada vez, una indulgencia parcial
de 400 días.
2 - Un día de cada mes, el que uno elija.
3 - E l día en que se hace el piadoso Ejercicio
Mensual de la Buena Muerte.
^ • El día que se asiste a la Conferencia
Mensual Salesiana.
$ - El día en que uno inscribe su nombre en la
Pía Unión de Cooperadores Salesianos.
6 - E l día en que por primera vez se consagra
tino al Sgdo. Corazón de Jesús.
7 > Cada vez que practique los Santos Ejer­
cicios Espirituales, de ocho días.
^ - A la hora de la muerte, con tal que, con­
fesado y comulgado o por lo menos arrepentido
de sus pecados, invoque, con los labios o con el co­
razón, el nombre sacratísimo de Jesús.
EN C A D A UN A
D E L A S S IG U IE N T E S F IE ST A S:

1) M O VIBLES:
Sagrada Familia (el primer domingo después
de la Epifanía).
Dolores de la Sma 1'irgen (El viernes de Pasión).
Domingo de Hamos.
Pascua de ResurrecaÓn.
.Ascensión del Señor.
Domingo de Pentecostés.
Fiesta de ¡a Sma Trinidad.
Corpus Christi.
Fiesta del Sgdo Corazón de Jesús (primer riemes
después del Corpus).
Fiesta del Sgdo Corazón de María (día siguiente
del anterior).
2) FIJAS:
EN ERO

.1 - Circuncisión del Señor.
2 - Santísimo Nombre de Jesús.
3 - Epifanía.

18
23
25
29

- Cátedra de San Pedro en Roma.
- Desposorios de la Sma Virgen.
- Conversión de San Pablo.
- Fiesta de San Francisco de Sales.
FEBRERO

2 - Purificación de la Sma Virgen.
22 - Cátedra de San Pedro en Antioquia.
M A R ZO

19 - Fiesta del Patriarca San José.
25 - Anunciación de la Sma Virgen.
M AYO

3 - Invención de la Santa Cruz.
8 - Aparición de San Miguel Arcángel.
11 - Aniversario de la Coronación de María
Auxiliadora.
24 - Fiesta de María Auxiliadora.
JU N IO

24 - Natividad de San Juan Bautista.
29 - Fiesta de San Pedro y San Pablo.
30 - Conmemoración de San Pablo.
JU L IO

1 - Preciosa Sangre de Ntro Señor Jesu­
cristo.
2 - Visitación de Ntra Señora.
16 - Fiesta de la Virgen del Carmen.
A G O ST O

6 - Transfiguración del Señor.
15 - Astindón de la Sma Virgen.
16 - Fiesta de San Roque.
SE TIEM B R E

8 - Natividad de ¡a Sma Virgen.
12
14
15
29

-

Dulcísimo Nombre de María.
Exaltación de la Santa Cruz.
Los Siete Dolores de la Sma Virgen.
Dedicación de San Miguel Arcángel.
OCTUBRE

y - La Virgen del Rosario.
I I - Maternidad de María.
16 - Pureza de María.
N O V IE M B R E

21 - Presentación de Ntra Señora.
22 - Fiesta de Santa Cecilia.
D IC IE M B R E

8 - Inmaculada Concepción.
25 - Natividad de Jesús.
Para lucrar las antedichas Indulgencias
se requiere, además de las condiciones ordi­
narias, que los Socios de la Pía Unión recen
cada día un Padrenuestro, Avemaria y Gloria
con la invocación Sánete Francisce Salesi, ora
pro nobis, según la intención del Romano Pon­
tífice.

REVISTA DE
LAS OBRAS DE
DON BOSCO
REDACCION

Y

8 O l E T 1M
SAIESIAMO

A D M IN ISTR AC IO N :

VIA

CO TTO LEN GO,

3a

-

TURIN

A ñ o L I V - N á m e r o lo

OCTUBRE 1939
U 09)

-

(¡TALlA'i

R esfricciones gubernativas, que afectan a re vista s y d ia rio s , nos ob lig a n a re d u c ir las páginas d e l BoleUn*

S U M A R IO : E l D ia d e la s M is io n e s . • G a ce tilla S a lesia n a : H a it í. C u a tr o añ o s d e o b ra s a le s ia n a - P o r tu g a l. D o s
n u evas fu n d a c io n e s . - N o ticia s de E spaiia y de H ispanoam érica: B a r c e lo n a . G r a n d io s o a c to d e d e s g r a v io a l S g d o .
C o ra z ó n d e Jesús e n e l T ib id a b o • C o r r ie n te s . E l n u e v o C o le g io y O r a to r io ‘S a n R a f a e l " d e C u r u z ú C u a tiá . D on Basco a llende los mares: A lto O r in o c o - A tu r e s . F e s tiv id a d d e M a ria A u x ilia d o r a - S h illo n g . L a H e rm a n a Sa>
le s ia n a e n la s M is io n e s . - C ró n ica de gracias. - N ecrologías.

El Día de las Misiones
T ercer domingo de octubre: D ia de las
Misiones en todo el mundo. L a Iglesia
tiende la mano a sus hijos y les invita a
difundir, por todos los medios, especial­
mente mediante el óbolo de la caridad, el
Reino de Jesucristo entre los pueblos idó­
latras. L os cooperadores salesianos, fieles
a las directivas de San Juan Bosco, no
tienen necesidad de estímulos ni reco­
mendaciones para hacer efectivos, en lo que
está de de su parte, los anhelos vehementes
de la Iglesia en favor de esta cruzada de
oraciones, sacrificios y donativos destinados
a sostener e incrementar las obras de las
Misiones católicas.
Creemos, no obstante, que no estará de
más hacer algunas reflexiones sobre el
magno problema de la Elisiones.
E l p r o b le m a m is io n e r o . — Es de los
que más entrañablemente hacen vibrar el
celo maternal de la Iglesia; su gravedad
y urgencia son evidentes, porque de la
feliz resolución de este problema depende
la salud eterna de centenares de millones
de almas.
Si tendemos una mirada por la vasta
inmensidad de los territorios y pueblos

donde trabajan los misioneros nos daremos
cuenta, en seguida, de que éstos son tan
pocos que apenas si se perciben; de que
son com o unas gotas de agua perdidas
en la infinidad del océano.
La autorizada « Rivista dell’Unione M issionaria del Clero » consigna los si­
guientes datos: Sobre una extensión de
64 millones de kilómetros y en medio de
una población de 1.229 nullones de in­
fieles trabajan apenas 16.050 sacerdotes,
o sea, que para cada sacerdote hay 75.000
paganos. En algunas partes donde la pobla­
ción es más densa, como por ej. la India
y la China, esa desproporción es todavía
mayor, habiendo para cada sacerdote
200.000 habitantes.
Esto nos invita a reflexionar: España,
por ej., en 1936, antes de que estallara
la revolución, tenía unos 20.000 sacerdo­
tes seculares para una población de 24
millones y medio de habitantes, corres­
pondiéndole, por consiguiente, a cada sa­
cerdote la cura de 1.200 almas. En Italia,
donde la riqueza de clero es mayor, la pro­
porción resulta bastante más reducida, 1
para 730. Pues bien, tanto los Obispos de
esta como de aquella nación quéjanse con^

zSy

tinuamcnte de que les faltan sacerdotes y
de (juc tienen que dejar desatendidas nece­
sidades apremiantes de sus diócesis. Y
no hay duda que les asiste razón, porque
730 almas son aún muchas almas para un
solo sacerdote, sobre el que recae, de modo
exclusivo, el deber de educarlas en la vida
sobrenatural, y darles la paz, más nece­
saria que el pan, y ofrecerles los medios
necesarios para alcanzar el premio eterno.
Pues si esto ocurre en naciones excepcio­
nalmente favorecidas, donde toda la pobla­
ción es ya católica, y tanto la familia como
el ambiente social y las costumbres están
impregnados de la fe y de la moral cató­
licas, ¿qué ocurrirá en esas tierras lejanas
de Misiones donde, ya lo hemos visto, el
número de sacerdotes es absolutamente
inadecuado, y, para colmo de desdichas,
el paganismo reina como señor soberano,
y con él la indiferencia, cuando no la hostili­
dad hacia todo lo que es cristiano; donde
los estímulos del buen ejemplo no existen
y los miasmas de la sensualidad penetran
la familia y las costumbres y hasta el aíre
que se respira? ¿qué sucederá, decimos,
en aquellos desventurados países, donde,
además de todas estas circunstancias adver­
sas, un solo sacerdote tiene que atender
a la cura de almas de centenares de nuevos
católicos y a la imperiosa obligación de
llevar el Evangelio a 75.000 infieles, como
mínimum ?
La situación no puede ser más angustiosa,
porque todo el trabajo que tiene que hacer
el misionero es de detalle; nuestra religión
no es una religión de masas; su táctica
consiste en ir mejorando a los hombres,
uno por uno, hasta reformarlos a todos;
el setuimiento cristiano radica en la con­
ciencia individual y no en los ritos y demos­
traciones espectaculares de las colectivi­
dades. Las conversiones, aun en los casos
en que pueblos enteros se hacen cristianos,
son siempre, de un modo rigoroso y
estricto, obra personal. ¿ Cóm o han de
recibir, pues, asistencia adecuada aquellos
pobres cristiant^s, pocos en número, pero
demasiado crecidos para una tan exigua
dotación de sacerdotes, cuyos feligreses,
para colmo de desventuras, ^’iven de ordi­
nario dispersos, separados por distancias

290

inmensas que la falta de medios modernos
de locomoción hace casi imposible fran­
quear ? Y ¿ cómo atender, en tan desfavo­
rables circunstancias, a poblaciones cató­
licas, niñas en la fe, y como tales necesi­
tadas de continuos y solícitos cuidados,
para evitar los mil peligros que las ace­
chan ?
¿ Cóm o hallar las fuerzas y el tiempo
necesarios para interesarse, además, de los
paganos, salir por los caminos a buscarles,
entablar conversación con ellos, disipar
prejuicios, instruirlos, bautizarlos y ayu­
darles luego a conservar la fe ?
V o c a c io n e s m isio n e ra s. — Evidente­
mente, la primera y más urgente necesidad
es, pues, la de aumentar el número de mi­
sioneros, sin lo cual esta obra divina de la
evangelización quedaría estacionaria. D e
aquí el que recomendemos vivamente a
nuestros cooperadores que tomen a pe­
chos, con exquisito celo, el cuidado de
las vocaciones misioneras.
U n medio fácil y eficaz es poner en manos
de los niños hojas y revistas que traten
de las Misiones, darles a leer episodios
de las Misiones, referirles lo que sobre
ellas dicen el Boletín Salesiano y otros pe­
riódicos. Los actos de heroísmo de les
misioneros, lejos de sobrecoger el alma
tierna de los niños, la seducen y deleitan, y
ejercen sobre ella una atracción irresistible,
viniendo a ser uno de los factores más
eficaces de las vocaciones misioneras.
Cosa óptima sería que nuestros Directores
diocesanos, nuestros Decuriones, los miem­
bros del clero, los religiosos, cuando des­
cubran, en alguna vocación sacerdotal o
religiosa, atisbos de inclinación a las M isio­
nes la encaminaran a alguno de los Insti­
tutos misioneros especialmente organizados
para discernir estas vocaciones, pulimen­
tarlas y formar los apóstoles que han de
ir a propagar la luz del Evangelio y el
conocimiento del verdadero Dios.
Y si pluguiera a la bondad divina que
algún lector del Boletín Salesiano sintiera
nacer en su corazón el deseo de ofrecer su
propia persona para este noble y santo
trabajo de las Misiones, queremos supli­
carle que oiga esa inspiración venida de

lo alto como si fuera un eco de los gemidos
de aquellos centenares de millones de in­
felices sumidos en la sombras de la muerte,
Y un signo de la predilección amorosa del
Amo de la mies que le invita a trabajar
en la porción más elegida de su viña.

L a frase vulgar que suele aplicarse a los
hombres de acción diciendo que para ellos
no hay tabique que separe el día de la
noche parece hecha expresamente para el
misionero; siempre y a todas horas exije
de su cuerpo el máximo rendimiento;

Ejemplos de heroísmo. —
Entre tanto, los misioneros, sin
.esperar el envío de refuerzos,
procuran hacer lo posible, y
hasta lo imposible, para atender
a los menesteres más imprescin­
dibles del apostolado, poniendo
en continua tensión sus energías
al servicio de las almas, y sacri­
ficándose hasta el heroísmo.
Empieza el misionero por dis­
minuir las horas destinadas al
reposo nocturno para que las
jornadas de trabajo sean más
largas e intensas. D e día, dedícanse a los ministerios, a recibir
los informes de sus catequistas,
a resolver los muchos e intermi­
nables pleitos que, en aquellas
regiones, son una enfermedad
endémica; a preparar a los ca­
tecúmenos, a buscar solución
para las muchas y varias con­
tingencias propias de la situa­
ción aún no bien definida de las
Residencias misioneras.
D e noche, rezan el santo bre­
viario, preparan los sermones,
D io s m e h a lla m a d o , m a d r e m ia . q u iz á n o n o s volve re m o k
despachan la correspondencia,
a v e r h a s ta e l c ie lo .
excogitan nuevas industrias para
siempre y a todas horas exprime, por así
sus propagandas. Son miles y decenas de
decirlo, sus fuerzas para que den de sí
miles las cartas, circulares, folletos que,
todos los meses, tienen que hacer llegar a todo lo que es posible dar. Espigaremos
en la crónicas de nuestras misiones llenas,
sus bienhechores para que no se interrumpa
a este respecto, de maravillosos ejemplos.
el hilo de los socorros, y no se vean con­
Hace algunos años, en la India meridional,
denados a morir de hambre, ellos y sus
se nos confió un Distrito misionero que
maestros y catequistas. IVIisioneros hay que,
j>eriódicamente, a la una y a las dos de la otra Congregación religiosa había cedido
madrugada están todavía curvados sobre la por falta de personal. Dividido aquel
Distrito entre varios salesianos, organiza­
pequeña mesa de su despacho, escribiendo
ron en seguida un prim er viaje de explo­
direcciones v redactando misivas urgentes
ración para visitar a aquellos fieles que,
de las que depende a veces la vida de la M i­
desde años y años, nadie había visto, y dar
sión. Y no obstante, a las cinco de la ma­
una ojeada a su nuevo campo de trabajo.
ñana o, a m ás tardar, a las seis, tienen que
La primavera iba ya bastante adelantada
estar de nuevo en pie para oir confesiones.
291

M o g o fo r e s ( P o r tu g a l). - E l E x c m o . S r. O b is p o d e F u n c b a l v is it a a lo s S a le s ia n o s .

M o g o fo r e s. - L a n u e v a c a s a N o v ic ia d o d e io s S a le s ia n o s p o rtu g u e s e s .

o
I J>

_____
Jesús m is io n e r o .

corren sin reparar en sacrificios. Obligar a
un misionero a que se tome unos días de
descanso es imponerle un verdadero tor­
mento. A menudo, el paludismo les con­
sume; saben que sólo con cambiar de ali­
mentos y un poco de reposo v algunos
cuidados médicas recobrían la salud pero
se contentan con echarse vestidos en la
cama cuando el termómetro llega a los 40°
y, pasado el acceso febril, vuelven tran­
quilamente al trabajo sin hacer caso de su
dolencia. Si se les obliga a ponerse en cura
responden invariablemente; ¿ V quién cui­
dará de la M isión?

294

Es éste un fenómeno, o mejor
un estado psicológico, que ya en­
contramos en la vida de los Santos
pero que no es posible explicar
humanamente. L a sensación de
vacío y de soledad espiritual que se
experimenta en medio de aquellas
tierras sin horizontes, pobladas de
naciones paganas y sólo con po­
quísimos cristianos dispersos y
aislados, oprime a los misioneros,
como oprimía también a los San­
tos, pero es tal y tan grande el
fervor que brota de sus corazones
que ese generoso fuego les hace
insensibles a todo; no ven más
que almas, no sienten más que
un deseo infinito de salvarlas.
Cuando nuestro Boletín habla
de conversiones, de bautismos, de
escuelas, de Oratorios festivos y
de otras actividades, aunque no !o
diga, ve siempre tras de estas con­
quistas halagüeñas del apostolado
salesiano la figura pálida del m i­
sionero que debilitado y enflaque­
cido por las privaciones, las vigi­
lias y la dura carga de todos los
días, pierde la vida a chorros.
El que esto ve y considera no
puede menos de bendecir a Dios
que nos da almas tan delicada­
mente selectas, y alegrarse de que
no se haya extinguido todavía en la
Iglesia la generación de los Santos.

S eam os gen ero so s. — Pero es­
tas lecciones sublimes no deben li­
mitarse a producir sólo emoción y asombro.
Ante los sublimes ejemplos del celo misio­
nero, todos, y singularmente nuestros coo­
peradores, deben sentirse estimulados a
aj'udar y sostener todas esas obras de
apostolado de las que depende la salvación
de tantas almas, con oraciones, con sacri­
ficios, y con los socorros materiales más
eficaces.
Oraciones, limosnas, sacrificios, grandes
o pequeños, esto no importa; he aquí nues­
tra parte, tanto más útil y meritoria cuanto
más constante y periódica. Todos tenemos
el deber de ofrecer nuestra mano misericor­

1

diosa a los hermanos que viven en nece­
sidad extrema, especialmente cuando está
en juego su salvación eterna. Es mandato
del Señor: « D ad a los pobres lo que os
sobra ». ¿ N o son acaso pobres los infieles ?
¡Y qué pobres!
Pero aún podemos y debemos hacer más.
Es preciso aumentar el número de esos
apóstoles beneméritos que, sin dejar la
patria ni la familia, ayudan desde sus casas
al misionero en la obra de la conversión
de los infieles. Basta para ello hacer conocer
a las almas sensibles y delicadas, que aún,
por fortuna, abundan en nuestras familias
católicas, las enormes privaciones e innu­
merables necesidads de las misiones.
Señores cooperadores, referid a \mestros
hijos, y a \Tiestros amigos y conocidos,
todo lo que vosotros sabéis de las M isiones;
haced que se interesen, que se conmuevan
ante la visión de las penalidades de aquellos
hermanos nuestros, animadles a que ofrez­
can pequeños sacrificios para ayudar a los
misioneros y a sus cristiandades. U n dulce
que se sacrifica puede convertirse en una

monedita que cae en la hucha de las M i­
siones; un adorno suprimido en el vestido
o una tela menos costosa pueden producir
un puñado de pesetas con las que el mi­
nistro de Dios quitará el hambre a una o
varias familias; un cine borrado del pro­
grama de diversiones, una cajetilla de ci­
garros ahorrada a nadie hacen insoportable
la vida y ofrecen al misonero recursos con
que atraer a algún pagano a nuestra reli­
gión, o acoger en algún orfanato a un niño
que necesita de todo.
Ayudad a nuestros misioneros, invi­
tad a otros a que les ayuden, y sentiréis
el noble orgullo de participar también
vosotros, de un modo íntimo y afectivo,
en su vida de abnegaciones. Pensad que
las obras de caridad son fuente de las más
inefables alegrías y que éstas tienen una
eficacia dulcemente divina para hacernos
amable la existencia. Pensad, sobre todo,
cooperadores, en aquella frase que nos
repetía siempre D on Bosco: « A l fin de la
vida se recoge el fruto de las buenas
obras ».

Smo José d e l V a l le (E s p a d a ). - L o s

d o y íc ío s

d e e s te a d o .

295

Gacetilla Salesiana
UN P O C O DE TODAS PARTES

HAITI - Puerto Príncipe. — Cuatro años
de obra salesiana.
Hace ahora cuatro años que los Salcsianos
desembarcaron en esa pequeña República de
la isla de Santo Domingo. El dignísimo Pre­
sidente de la misma, Mr. Vincent, que tan
infatigable e inteligente labor viene desarro­
llando en pro de la educación cristiana del
pueblo haitiano, llamó a los Hijos de Don
Hosco y les entregó unas Escuelas Profesiona­
les expresamente construidas para ellos.
Y aquellas líscuelas Nacionales de Artes y
Oficios, que así se llaman, han dado ya fmtos
en extremo consoladores, contando hoy con
64 alumnos internos de la clase pobre repartidos
en los diversos talleres de ebanistería, talla,
zapatería, mecánica y fundición.
Para Haití, cuya población, de lengua fran­
cesa, es en su mayor parte negra, no pasando
de tres millones, un centro de cultura como

éste constituye una verdadera providencia, y
de ello están bien convencidos tanto el Go­
bierno como las demás autoridades, que no
pierden ocasión de demostrar a los Salesianos
su interés y benevolencia.
Así ocurrió, este año, el día de San Juan
Bosco, queriendo el mismo Sr. Presidente de
la República asistir en persona a la devota y
solemne fiesta con el personal de su Casa M i­
litar. Junto a él ocupaban sitios de honor el
Exemo. Sr. Nuncio Apostólico, los Sres. Pá­
rrocos de la capital y Superiores de Congrega­
ciones religiosas.
Terminada la solemne misa, que ofició el
Rvdo. P. Richard, párroco de la catedral, y
en la que los alumnos cantaron con arte adm>
rable, el Sr. Presidente fué cariñosamente
agasajado en el salón de actos, retirándose
luego, con su séquito, sumamente compla­
cido.
Que San Juan Bosco bendiga desde el cielo
sus cristianos desvelos. Día vendrá en que todo
el artesanado haitiano, culto, organizado y lleno
de savia vital, volverá sus ojos con reconoci­
miento hacia el eminente hombre público que
tomó la iniciativa de esas Escudas y con ejem­
plar interés las asiste y protege.

H a n :. - L o s fu tu r o s s a stre s.

296

P O R TU G A L - M ogofores. - D os nuevas
fundaciones.
La munificencia de Sor María de Jesús, Re­
ligiosa de San José de Cluny y de su hermana
Doña María Osorio de Mello, óptimas coo­
peradoras, que ofrecieron a nuestra Sociedad
su villa de Mogofores, ha permitido a la Ins­
pectoría Salesiana Portuguesa instalar allí su
Noviciado. La casa ocupa una posición en­
cantadora y parece expresamente hecha para
el objeto a que se la ha destinado pues
todo allí convida a la soledad, al silencio. A
poca distancia de la misma se ha podido, ade­
más, abrir un Oratorio Festivo, en una finca
ofrecida por otras dos almas enamoradas del
bien, la Sita. Emilia de Bourbon Furtado y
Doña Eugenia Reís.
Autoridades y pueblo han acogido con gran
cariño y entusiasmo a los Salesianos, que, en
octubre, iniciaron allí su obra educativa en
pro de los niños.
Ambas fundaciones viéronse honradas con
la visita del Excmo. Mons. Pereira Ribeiro,
obispo de Funchal, que se mostró muy amable
con los Hijos de Don Bosco, estimulándoles
con su palabra y su pastoral bendición a pro­
seguir las obras tan felizmente comenzadas.

Sem ide. — N ueva E scuela A grícola.
Es también Portugal la que tiene que apun­
tarse esta buena iniciativa. El dignísimo Sr. Pre­
sidente de h Junta Provincial de Coimbra
creyó que nadie mejor que los Salesianos po­
dría encargarse de una Escuela Agrícola que
desde hace tiempo tenía abierta aquella Pro­
vincia, sobre todo tratándose de reorgani­
zarla y modernizarla.
Y la EsÁiela, en efecto, con gran satisfacción
de todos, empieza ya a tocar los beneficiosos
efectos del sistema educativo de San Juan
Bosco.

S e m id e . - L a E s c u e la A g r íc o la
c o n C a d a a lo s S a le s ia n o s .

297

Noticias de
la grata nueva: Paz, y con la paz el
triunfo de Cristo.
Y después de besar la espada
victoriosa de su providencial Cau­
dillo, España toda y, en su nombre,
Barcelona, se ha postrado en ansias
T lb id a b o . - H e a q u í lo q u e q u e d ó d e la c o ­
lo s a l e s ta tu a d e l C o r a z ó n d e Jesús,

ESPAÑA - Barcelona. — Gran­
dioso acto de desagravio a! Sa­
grado Corazón de Jesús en el
Tibidabo.
Era justo y esperado que España,
y en su nombre Barcelona, cerrara
las fiestas y alegrías con que ha
honrado a los héroes vivos que nos
han traído la paz, y a los héroes y
mártires caídos que con su sangre
generosa nos la han merecido; era
justo, repito, clausurarlas con broche
de oro desagraviando solemnísimamente al gran Caído, al Mártir de
los mártires, a Aquél que el nuevo
Sanedrín de judíos, masones y marxistas había anatematizado repitiendo
en clandestino conciliábulo: «Reus
est mortis ».

¡A l T ibidabo 1 — Era pasada una
semana de revolución aniquiladora y
el Rey y vivificador de tantos már­
tires, que habían caído, cara al Sol
divino, repitiendo con San Pedro:
« Maestro, si es necesario morir con­
tigo o por tí, no le negaré ' se erguía
todavía majestuoso en el Templo Na­
T ib id a b o .
cional Expiatorio del Tibidabo.
Y el día 25 de julio, el día de
Santiago, al atardecer, como saben nuestros
lectores, subieron a la cumbre unos piqtietes
de milicianos a destronar a Cristo Rey.
Y el negn> manto de la noche, de la igno­
rancia, del odio y la barbarie cubrió la Anti-Espafta, por casi tres años, pero pasó la
tormenta, y las águilas imperiales de Franco
alzáronse en raudo vuelo anunciando al mundo
298

- L a c r u z a n te s d e s a l i r d e l t a ll e r d o n d e fu é c o n s tr u id a .

de reparación y sed de amor, ante el Altar
expiatorio que los españoles están erigiendo
al Sagrado Corazón de Jesús en la hermosa
cumbre del Tibidabo, de este Tibidabo que
es ya honra y honor de Cataluña, atalaya es­
piritual de España.
Y fué el día de Santiago, en el tercer ani­
versario de su destronamiento, cuando Bar-

España y de Hispanoamérica
celona se aprestó a desagraviar y restaurar
a Jesús en su antiguo trono del Tibidabo.
Y, mientras se festejaba a los vivos y enaltecía
a los muertos, se fué construyendo una cniz
monumental de nueve metros con sus 1200
kilos de peso, y a las cinco de la mañana,
piadosas agrupaciones de hombres, en turnos
de cuarenta a cincuenta y seguidos de millares
y millares de personas, en prueba de agrade­
cimiento muchos, en cumplimiento de alguna
promesa otros, y todos en afán de desagravio,
la subieron a hombros, en solemne Vía-Ciucis, desde Sarriá a la airosa Cumbre, hacién­
dose en el trayecto de los siete kilómetros de
caracoleante, penosa, pero alegre subida, las
14 estaciones, que se hallaban sañaladas con
sendas y artísticas cruces de flores hechas por
personas y grupos particulares que pusieron
en ellas todo su fervor y amor a Jesús. Allá

T ib id a b o . - L a c r u z e n a r b o la d a s o b r e e l p e d e s u l q u e
a n te s o c u p a b a l a e s ta tu a c o lo s a l d e l S a g r a d o C o r a z ó n .

vimos una buena representación de los Obre­
ros del puerto de Barcelona, un selecto grupo
de los Luises, de Antiguos Alumnos Salesianos
de Sarriá, Rocafort y Mataré, fer\'orosas aso­
ciaciones de otras comunidades religiosas, por­
tantes del Santo Cristo y una centuria de
Falange Española Tradicionalista y de las
J. O. N. S. arrimar gustosos su hombro de
n cirineos « ayudando a Jesús a llevar la pesada
Cruz de nuestros pecados, como decía un
obrero a su hijo en voz queda, amaestrándole
sobre el acto que estaban realizando. Estoy
muy contento de haber participado, decía
otro en un corro de íntimos, ya en las alturas,
porque así, cuando este grandioso Templo esté
terminado y sea la admiración de propios y
extraños tendré, como ya lo siento ahora, la
satisfacción de haber aportado mi granito de
arena a su construcción y señalándolo a mis
hijos y nietos podré decirles: Mirad, en ese
Banco de Cristo-Rey, en el T ib ’dabo, tengo
yo depositados algunos ahorros de mis eco­
nomías y sacrificios, y el día de Santiago del
39, año de la Victoria, ayudé, en nombre mío
y vuestro, a llevar esta Cruz, cuesta arriba,
hasta la Cumbre.

S olemne V ia-C rucis. — Y empezó el ViaCrucis. ¡Cuánta gente acudió a la cita que
Jesús les había dado en la plaza Borrás (Sarrlá) a las cinco de la mañanita! Debido a la
munificencia de las compañías de tranvías,
trenes y funiculares que desde altas horas de
la madrugada dieron toda clase de facilidades
de transporte al público, una apiñada multi­
tud, en su mayoría hombres, escuchó emocio­
nada la palabra cálida, fervorosa y apostólica
del P. Alonso García, Superior de los Redentoristas de Barcelona quien con maravillosa
elocuencia supo ambientar y explotar, en cada
una de las estaciones del grandioso Via-Crucis,
la atmósfera y las circunstancias que los pre­
sentes habían vivido durante la guerra. Y
es que la pasión de Jesús es tan parecida,
guarda tantas analogías con la pasión de
España, la mártir, que, apuntando y esgri­
miendo este paralelismo con certera y sentida
intención, supo el Padre Alonso hallar eco
profundo en los corazones y lágrimas copiosas
en los ojos de tan ii^ente muchedumbre.
— 299

Y entre cánticos, rezos y lágrimas, subió
ICspaña su pesada Cruz basta el magnífico
Templo. Allí aguardaban al pueblo devoto las
máximas autoridades de Barcelona, que, en
persona o clignísimamente representadas, qui­
sieron hallarse presentes a acto tan suolime
y enaltecedor. Presidiéndolas estaba el Admi­
nistrador Apostólico de Barcelona, Excelen­
tísimo Dr. Miguel de los Santos Díaz de Gó-

f*

al Corazón de Jesús. ¡Momento solemne!
¡ Cuántos corazones le prometieron a Jesús mo­
rir antes que pecar e ir sustituyéndole la
corona de espinas por una de rosas!
Subieron, a continuación, las autoridades a
la terraza del Templo, esbelto y magnífico,
donde los industriosos obreros del mismo
colocaron la grandiosa Cruz, a los acordes
del Himno nacional y vítores del pueblo, sobre

!

.ti
C u r u c ú C u a t is . - B c n d íc i6 n d e la P rim e ra
P ie d r a d e la ig le s ia d e S a n Ju a n B o sco
y s a lu d o d e lo s E x p lo ra d o re s
a la b a n d e r a d e la p a tr ia .

niara, Pastor celosísimo que tratándose dcl
bien de sus ovejas no hay cosa que no dirija,
p.-omueva y presida, y en esta magna conccutnición de almas, a los pies de Jesús, era
él el que daba vida y calor a la asamblea. Muc lo se le aplaudió y vitoreó.
Allí estaban las autoridades civiles y mili­
tares que, con su exquisita de\-ocÍón y acen­
drado catolicismo, enfer\T>rizaron v amaestra­
ron a las gentes.
Al final de la Misa de Campaña, que ofició
D. Estanislao Muzas Director Salesiano de
1 luesca y con selectas y oportunas composicio­
nes musicales amenizó la banda militar de la 50
División, el Sr. Obispo, con ^■ oz emocionada
y ante el micrófono, leyó el acto de desagravios

500

el mismo pedestal en que antes de la hecatomoc bélica se erguía dulce y sonriente la
magnífica estatua broncínea del Corazón di­
vino, de nueve metros de altura y doce tone­
ladas de peso.
Gratamente impresionadas del acto conmo­
vedor despidiéronse las autoridades felici­
tando efusivamente al Padre Salesiano, D. Er­
nesto Miglietti, celoso e infatigable Director
de las Obras del Tibidabo, quien invitó a
todos para el día grandioso y solemne de la
inauguración total del Templo.
Y la gente se marchaba también contenta y
alegre a sus hogares porque había repuesto a
Jesús en su trono, desde donde reinará man­
samente sobre toda España.

ARGENTINA - Corrientes. — El nuevo
Colegio y Oratorio "San Rafael” de Curuzú Cuatiá.
I d e a g e n e r o s a . — Un prestigioso comer­
ciante de Curuzú Cuatiá, D. Rafael Perazzo,
que aquí labró su fortuna, quiso beneficiar con
ella a los niños pobres, y en su testamento
encargó a su cristiana esposa el cumplimiento
de su última voluntad. Vencidos por ésta di­
versos inconvenientes, el 23 de abril de 1937
llegaron los primeros salesianos: 2 Sacerdotes
y I hermano Coadjutor, para abrir un oratorio.
El benemérito Cura Párroco Don Angel Navca, exalumno de Don Bosco, los recibió
echando las campanas a vuelo.
Desde entonces empezó a funcionar el Ora­
torio diariamente instalándose un atrayente
parque de juegos.
B

e n d ic ió n

e

in a u g u r a c ió n

del

nuevo

— Colocada la piedra fundamental,
el 24 octubre de 1937, y abiertos los cimientos
en mayo de 1938, el magnífico proyecto del
nuevo Colegio, obra del Sr. M. C. y dol
Ingeniero Arquitecto Juan B. Negri, surge
y vese term'nado en once meses.
Mayo, 18 del presente año, era el día fijado
para su inauguración oficial. Las Primeras Au­
toridades de Corrientes prometen su asistencia.
El Exmo. Sr. Obispo Diocesano, Mons. Fran­
cisco Vicentín sale de Corrientes y recorre
300 kms para asistir y presidir nuestras fiestas.
El Exmo. Sr. Ministro de Hacienda e Instruc­
ción Pública, Dr. Juan Pedro Danuzzo Amadey,
sincero amigo de la Obra de Don Bosco, acu­
de también en persona.
Acompañan a tan altas personalidades dele­
gaciones de Damas Cooperadoras Salcsiana.s,
Exalumnos y Oficiales del Batallón 22 de
C O L E G IO .

Exploradores de D. Bosco. De Buenos Aires
llegan: la Sra. Victorina R. de Perazzo y sus
hijos, el Rmo. P. Inspector, con el P. E. Cantarutti; y el Dr. Raúl I Ferrando, Presidente
Nacional de los Exalumnos, con el P. Silva.
Comisiones de Caballeros y Cooperadoras
Salesianas trabajan activamente, en los diversos
preparativos de la fiesta.
El Sr. intendente municipal, D. Carlos
C. Araujü, dispone el arreglo de las calles
de acceso al Colegio y la ornamentación para
el mejor éxito de los festejos. Llegado el
momento solemne, en el gran patio del Co­
legio, el Sr. Obispo celebra una Misa campal,
dirigiendo su palabra paterna al público.
Un grupo de niños recibe a Jesús-Hostia,
por vez primera.
Terminada la misa, sentáronse a la mesa
150 comensales, formando bello marco al
Sr. Obispo y al Sr. Ministro.
La

p ie d r a

fu n d am en tal

de

la

ig l e s ia

. —

A las 15, el Sr. Obispo bendijo la Primera
Piedra de la futura Iglesia, dedicada a San
Juan Bosco. Fué Madrina del acto la bene­
mérita Sra. Victorina R. de Perazzo.
Inmediatamente, desde los palcos instalado;i, el Sr. Obispo bendice la bandera del
Batallón 36 «General Belgrano», de los Ex­
ploradores de D. Bosco, siendo madrina la
generosa Sta. María Angélica Perazzo, y des­
filan estos ante su Bandera, impresionando su
corrección y marcialidad. El Sr. Ministro, en
una magnífica improvisación, tiene conceptos
elogiosos para la caritativa Sra. de Perazzo, y
el Dr. Raúl I. Ferrando pronuncia un bello
discurso sobre la educación cristiana, siendo
ambos muy aplaudidos.
Finalmente, el Sr. Obispo bendice e! edi­
ficio y recorre todas sus dependencias.

C u r u z ú C u a tiá .
E l n u e v o C o le g io S a n R a fa e l.

3 c I

Don Bosco allende los mares.
Lo que cuentan nuestros Misioneros.

VEN EZU ELA
(Alto O rinoco) Atures.
Festividad de María Auxiliadora.
Con gran alborozo y mayor fervor los M i­
sioneros Salcsianos organizaron la fiesta en
honor de su vSma. Madre, María Auxiliadora,
Patrona de la'Misión y de Atures.
Con esa labor paciente y continuada, como
gota que cava la roca, año tras año, los Misio­
neros procuraron despertar, en estas pobla­
ciones, donde el forzoso abandono en que se
vieron obligadas a vivir había engendrado una
indiferencia religiosa que parecía invencible,
el más acendrado amor y sincera devoción a
la Virgen Santísima. Creemos habrán que­
dado satisfechos los Hijos de San Juan Bosco

A lio O rin o c o . - T ip o d e in d io P ia ro o .

-^02

por el resultado de sus trabajos, pues ha sido
un verdadero fervor de pueblo el que trajo
a la población en masa a los pies de María
Auxiliadora.
Muy concurrido ha sido el Triduo predicado
por un Padre de la Misión y amenizado poi
música religiosa, en la que tomaron parte las
Hijas de María, bien preparadas por su Di­
rector espiritual, el Rdo. P. Ramírez.
El día de la fiesta fue una porfía en acudir
a la sagrada mesa a fin de honrar a la Madre
en el Hijo, y para pedir el Rey de Reyes la
paz del mundo, por intercesión de la que, en
todo tiempo, ha demostrado ser la verdadera,
eficaz y única auxiliadora del pueblo cristiano.
A las ocho y media tuvo lugar el Solemne
Pontifical, celebrando el limo, y Rmo. Pre­
fecto Apostólico, Mons. Enrique De-Ferrari,
quien, con la sencillez que es caracterís­
tica suya y con su acendrado amor de hijo
devoto, supo tejer, de modo admirable, las
alabanzas de María, presentándola cual vida,
dulzura y esperanza nuestra. La Misa fue real­
zada por la presencia del Dr. M. Giliberti
Gómez, digno Secretario del Encargado de
la Gobernación, y de los demás empleados
públicos. Debemos añadir que las autori­
dades guliemativas contribuyeron a la ale­
gría general, mandando disparar, desde la vís­
pera, nutridas salvas con el viejo cañón espa­
ñol emplazado junto al cuartel. Por la tarde,
a pesar del tiempo amenazador, salió en triunfo
la vcn..rada imagen, recorriendo todo el pueblo,
en medio de cánticos y preces. Una improvi­
sada orquesta intercalaba marchas religiosas,
concluyéndose la festividad con la bendición
solemne de S. D. M.
Pero el hecho más notable de esta simpática
demostración de fe católica fue el bautismo
Y matrimonio de dos familias Piaroas que
forman parte de la pequeña colonia agrícola
indígena que se está formando en una isla
de nuestro soberbio Orinoco, en las cercanías
de la población, gracias al tesón admirable
de Mons. De-Ferrari, quien no descansa
hasta no ver realizado una da sus más queridas
aspiraciones: la de atraer a los indios e incor­
porarlos, por medio de la enseñanza religiosa,
a la patria, a la vida civilizada, y evitar que
sean, como hasta ahora, objeto de indignas
especulaciones, y tomen de una civilización

mal entendida lo que
ésta tien e de m ás
abyecto y fatal para el
indio, el alcoholismo
y otras enfermedades
repugnantes.
Es ésta una victoria
que seguramente alcan­
zarán los Hijos de D.
Bosco, porque si hay
tribu que parecía com­
pletamente refractaria a
toda obra civilizadora
es cabalmente la Piaroa, por ser el carácter
de sus componentes hu­
raño y tímido a la vez,
y estar envueltos en
una infinidad de su­
persticiones que for­
man, en ellos, como
una segunda naturale­
A lto O rin o c o . - P r im e r a s C o m u n io n e s .
za, como por ejemplo,
la de que el contacto
con los blancos es causa del catarro (tubercolosacerdotes, abandonan también ellas la paz
de la celda religiosa para impulsar la obra
sis) que entre ellos hace grandes estragos.
Gracias a los misioneros, poco a poco se les evangelizadora del misionero, con el corazón
van quitando estas prevenciones y, prueba inflamado de celo y la sonrisa en los labios.
de ello es que los que están en la colonia de Afrontan gustosas las incomodidades de los
la Misión se sujetan ya espontáneamente a viajes, especialmente en la comida, alojamiento
la vacunación, cosa en extremo difícil de y medios de conducción, haciendo a menudo
obtener, a yeces hasta entrv los que los indios a pie largos trayectos.
El ardiente so! de la India, con su compañera
llaman o racionales «>.
inseparable, la sed, no respeta a estas buenas
De un corresponsal.
misioneras y, como si quisieran probar su
voluntad heroica, diversas plagas de mosquitos
se encargan de inocularles el germen del pa­
IN D IA - Shillong.
ludismo incubado en las aguas de los pantanos,
o de enfermedades mucho peores. Y estas
La Hermana Salesiana en las Misiones.
Hermanas lo soportan todo, con tanta pa­
Amadísimo Padre:
ciencia y humildad que para ellas estos tra­
Hace tres años que abrimos una casa de las bajos parecen constituir un deber, una pasión,
Hijas de M. Auxiliadora en Tezpur y, por un placer.
los frutos abundantes de apostolado cosecha­
En estas aldeas y en multitud de cabañas se
dos hasta el presente, debemos dar gracias al sufre, se languidece, se muere, y mientras
Señor y a las laboriosas hermanas, que se ofre­
la palabra cariñosa de estas buenas mamás
cieron para la nueva fundación. Esta casa es consuela e instruye, su mano paciente y
estrictamente misionera y cuenta precisamente suave alivia los dolores físicos y prodiga por
con las obras que requieren estos lugares.
doquiera salud y felicidad. Su llegada a la
Las Hermanas de Tezpur, además de sus aldea es día de fiesta; niñas y mujeres porfían
visitas a las aldeas cristianas y paganas, se por ser las primeras en obsequiar a las Hijas
dedican con esmero a la Obra de la Santa In­ de María Auxiliadora y llevarlas a sus casas,
fancia, cuidan el catecumenado femenino y pobres y míseros tugurios de fango y paja.
sostienen una escuela, gracias a la cual, y va­
Tengo aquí una estadística del pasado se­
liéndose de mil astucias y estratagemas, con­ mestre: aldeas por ellas visitadas 41; instruc­
siguen levantar poco a poco la moral de la ciones catequísticas 224; medicinas distri­
mujer en este vasto distrito. Imitando a los buidas 3540; familias atendidas 202. Esto es lo
303

que se ve y se palpa, pero ^quién es capaz de
calcular el bien que una buena Hna hace en­
señando, aconsejando, corrigiendo ? Sólo el
que conoce la situación de la mujer indostánica puede comprender el enorme y bené­
fico influjo que ejercen sobre ella estas reli­
giosas vírgenes, dulces y amables, imitadoras
de María Santísima, que lo mismo atraviesan
la abrasadora llanura que la empinada mon­
taña para llevar a todos el bálsamo de la ca­
ridad y la santificación.
Todo lo soportan ellas con la mayor natu­
ralidad y sencillez. Decíame una Hermana:
la primera noche de mi primer viaje mi­
sionero la pasé en una mala choza de
una pobrísima aldea encerrada en el corazón
de la <fjunglar. La novedad de la casa, el
tablado que me serv’ía de lecho y especialmente
el ztimbido de los mosquitos me tenían des­
pierta. El aullido de los chacales, escuchado a
corta distancia, me impresionaba mucho, pero
mi impresión aumentaba a medida que les iban
respondiendo otros animales cuyas voces no
podía,- por entonces, identificar. De repente
percibimos un rumor extraño como de una
una mano que hurgase en la pared de nues­
tra habitación. No quise despertar a mi
compañera y a las niñas, pero aquel ruido
continuo, interrumpido sólo por breve pausa,
no me permitía cerrar los ojos. Por la mañana,
averigüé la causa de aquel fenómeno. Los
cristianos, enterados de nuestra visita a la
aldea, construyeron una habitación especial
para nosotras cubriendo el techo de paja seca;
y aquella paja tentó la gula de algunas vacas
hambrientas que atraídas por su olor decidie­
ron celebrar un suculento banquete sin pedir
permiso a las pacíficas durmientes.
El trabajo de las Hnas es igual en todas
las aldeas: recoger a pequeños y a mujeres
de todas las edades para enseñarles las ora­
ciones, los cantos, la preparación a la confesión
y a la comtmión; visitar las casas, hacer catc­
quesis, propinar remedios, medicar heridas, etc.
¡Cuántas pobres criaturas recogidas, bauti­
zadas y educadas en esta casa, nacidas para el
abandono y el dolor, encuentran en las Her­
manas cariñosas mamas, las cuales, además
de procurar su bien espiritual, cuidan de su
instrucción, haciendo de estas pobres hijas del
pueblo mujeres sanas, preparadas para formar,
el día de mañana, buenas y ejemplares fa­
milias católicas.
Como complemento de estas obras, las Hmas.
de Tezpur tienen un curso especial de un mes
para jóvenes casaderas y a este curso débese la
formación cristiana de muchas familias.

Desgraciadamente no todas las jóvenes pue­
den asistir a estas lecciones, pero pasan de un
centenar las que han sido preparadas para este
paso tan importante de su vida. Estas alumnas
son las que demuestran más deseo do apren­
der. Durante el mes se dedican al cuidado
de los niñitos acogidos, y en esta escuela práctica
aprenden las reglas de higiene y limpieza que

L m b u e n a s H ija s d e M a r ía A u x ilia d o r a
a te n d ie n d o a l a " O b r a d e d e la S a n ta I n f a n c i a " .

más tarde les servirán para atender a sus re­
cien nacidos.
¡ Qué consuelo tan grande para mi corazón
cuando últimamente pude, en un solo día, unir
en matrimonio a unas veinte parejas!
Las Hermanas de Tezpur desarrollan, pues,
a costa de grandes sacrificios, una obra alta­
mente benéfica en favor de nuestros cristianos.
La falta de mayores medios económicos, y
sobre todo la escasez de perenal, es la única
espina que punza su corazón y el de todos
los Misioneros.
Ojalá suscite María Auxiliadora muchas
vocaciones misioneras, que de lo demás ya cui­
darán seguramente nuestros buenos coope­
radores.
Afmo. in C. J.

Mons. F e r r a n d o
Obispo Salesiano.
305

Qrónica

efe

Gracias

aíríbufdas a /o inícrcesíón de María AuxiJiadora, de San Juan JBosco y de nuesfros
Siervos de Dios.

Los tremendos registros y la protección
de María Auxiliadora durante la domi­
nación roja en España.
Apenas empezaron los registros que, de
ordinario, terminaban con uno o varios fusila­
mientos, me encomendé a mí y a mis bienechores a María Auxiliadora, prometiendo decir
tres misas en acción de gracias si nos sacaba
ilesos de tantas desdichas, y con este fin co­
mencé una novena.
Aquellos foragidos ensañábanse con las
estampas y cuadros religiosos y el dueño de
casa había escondido algunos en una cuadra.
Una tarde, unos niños, jugando, dieron con
esos cuadros; ante el peligro de denuncia, acudí
a mi celestial Protectora y fui benignamente
escuchado.
Hubo otro registro de libros de piedad.
Nuestros bienhechores tenían de ellos un
arca llena dejados por un sacerdote y un
maestro muy católico.
Pues bien, María Auxiliadora no permitió
que la horda roja pusiera los pies en nues­
tra casa.
Por su significación derechista queda sin
colocación y sin jornal uno de nuestros pro­
tectores. Nuevo conflicto, y nuevo favor de
tan buena Madre, quien hace que se coloque
mejor de lo que antes estaba.
Vino luego la requisa de colchones, y
después la de patatas; esta si que es seria y
comprometida, pues tiene nuestro bienhechor
guardadas unas cuantas arrobas.
Los registrantes, amtados con fusiles, llegan
al caer el día, pero lo dejan para el día si­
guiente, y al fin lo suspenden por una serie
de circunstancias evidentemente providenciales.
Se acerca la cosecha del arroz; los milicianos
se encuentran sin eiu-ases para exportarlo,
y requisan los sacos.
Por tres voces, vienen a preguntar a nuestros
bienhechores si tienen alguno y aunque ocultan
unos setecientos, dicen que no, y contra su
costumbre, los bandidos se dan por satisfechos
y ni siquiera ponen los pies en la casa prote­
gida de María Auxiliadora.
Finalmente, al llamar los rojos tantas quin­
tas a filas, peligran, no poco, nuestros protecto306

res; encomendamos de nuevo el asunto a
María Auxiliadora y ella se encarga de que se
libren de ir a los frentes y consigan, dos de
ellos, buenos empleos en cooperativas, etc.
A mayores peligros, mayor protección de
María Auxiliadora.
Añádase a todo esto el habernos curado de
terribles fiebres tifoideas y se verá cuán
grandes son los motivos de mi agradecimiento,
que quiero hacer público, por medio del Bo­
letín Salesiano, para que todos los que lean
estos renglones se animen a acudir a tan
buena Madre, en todas sus necesidades.
F

e l ic ia n o

U

n zu

Alcoy (España), 24 de mayo de 1939.
Iritis felizmente curada.
En julio del año p. pdo. una fuerte iritis
me atacó el ojo izquierdo poniendo en serio
peligro mi vista.
A medida que el tiempo pasaba, avanzó
dicho mal, sufriendo yo lo indecible. Los
médicos opinaban que tal vez con una opera­
ción en la garganta podría mejorar, pero no
aseguraban pleno éxito.
Hallándome, en trance tan doloroso, ofrecí
a San Juan Bosco publicar en el Boletín Salesiano la gracia que de él esperaba y enviar
una limosna. La operación se hizo con felici­
dad y, ya completamente curada, envío la li­
mosna ofrecida y publico esta gracia en señal
de agradecimiento al Santo.
Córdoba (Argentina), 9 de junio de 1939.
M

a r ía

Ig

n a c ia

C

a f f e r .a t a d e

B

as.

Por haber leído el Boletín Salesiano.
Hace algún tiempo llegó a mis manos un
ejemplar del Boletín Salesiano.
I a‘Í con muchísimo interés cada una de sus
páginas y vi que en ellas se publicaban
gracias concedidas por intercesión de San
Juan Bosco y de María Auxiliadora.
Por aquel entonces, hallábame muy preo­
cupada por un empleo que debía conseguir una
persona allegada mía.
Ofrecí a San Juan Bosco y a la Santísima
Virgen una Misa con Comunión y la promesa
de publicación en el Boletín, si conseguía este
gran favor.
Y así ocurrió; pido al Sr. Director quiera
publicar esta gracia.
Uribelarrca (Argentina), abril de 1939.
Una nueva devota de San Juan
Bosco y de María Auxiliadora.

Ya puedo ir a misa.

Situación financiera remediada.

Impedida de ir a Misa por una debilidad
nerviosa, y afligida yo y toda mi familia por
esto, hice rma novena a M. Auxiliadora y pro­
metí publicar la gracia si mejoraba; completa­
mente bien, cumplo con mucho agrado mi
promesa a tan bondadosa Madre.

Habiendo mi esposo quedado en gravísima
situación financiera, acudí a S. Juan Bosco,
poniendo en sus manos el asunto y suplicán­
dole velara por nuestro honor y nos a5'xulara
a obtener la solución deseada. Y efectivamente,
el Santo intervino con sorprendente oportuni­
dad en el momento más comprometido.
Profundamente agradecida, cumplo la pro­
mesa de hacer pública manifestación de mi
gratitud y enviar a Turín un donativo para las
Obras y Misiones de mi Santo Protector.

Villa Dolores (Argent.), 24 de febrero 1939.

G erl.\ Smith .

¡Don Bosco me ha salvado!
El día 2 de julio, fui acometida de un
fuerte dolor en el vientre que ningún reme­
dio logró aliviar, p ir cuyo motivo me trasla­
daron a la Clínica, donde los doctores se die­
ron cuenta en seguida de que se trataba de un
caso gravísimo. Según manifestación del Di­
rector, operaríanme como último recurso pero
sin esperanza ninguna de éxito. A pesar de
esto, concluida la operación y trasladada a la
cama, desperté como de un sueño sin dolor
alguno, sin fiebre ni la más pequeña altera­
ción en el pulso ni en el corazón; eso me lo
han repetido los médicos, por más que no
necesitaban decirlo pues yo me encontraba
perfectamente bien. ¿ A quién lo debía? A
Don Bosco, al cual invocaba continuamente,
y acordándose mi hijo de que llevaba en
su cartera una estampa del Santo, habíala en­
tregado a uno de los doctores para que me
la pusieran durante la operación, acompañán­
dome todo el tiempo; esto es un gran mila­
gro y espero que Don Bosco me siga favore­
ciendo con su bondad.
Habana (Cuba).

M.\ria M. Vda. DE Bonafonte.

¡Gracias! por habernos salvado a nuestra
madre.
Hace dos anos mi querida madre estuvo
a las puertas de la muerte; todos sus hijos
la teníamos ya por perdida. Conocedora yo
de los portentos que María Sma. obra, en su
advocación de Auxilio de los Cristianos, le
j>edí con toda fe y confianza la conservación
de nuestro amado ser; y la gracia nos fué
concedida. Hoy, que goza nuevamente de
perfecta salud, cumplo la promesa de hacer
pública nuestra gratitud a la celestial Reina
y Madre Auxiliadora y envío una limosna para
su Basílica de Turín.
Vinces (Los Ríos-Ecuado!), nov. de 1938.

T eodora L eón

v

hermanos.

Comodoro Rivadavia (Arg.), enero de 1939.

M aría M archetti.

María Auxiliadora y San Juan Bosco nos
salvan una hija.
Encontrándonos en grande aflicción por la
enfermedad de una hija, madre de dos hijos,
a la que amenazaba una seria intervención
(laparotomía) en extremo peligrosa, dado su
estado de debilidad, imploramos la inter­
cesión de María Auxiliadora y de Sn Juan
Bosco, pidiéndoles su curación y prometién­
doles costear la educación de un niño pobre,
en uno de los Colegios Salesianos de Artes
y Oficios. La operación se llevó a cabo con
toda felicidad, a pesar de tratarse de un caso
de alta cirujía, la enferma se encuentra resta­
blecida y en un Colegio Salcsiano
educa
ya un niño, hijo de modestos campesinos,
costeado por nosotro.s, quien aprende el oficio
de carpintero. Será eterno nuestro agradec miento a María Auxiliadora y a S. Juan Bosco.
Córdoba (Argentina), i de mayo de 1939.

J uan Cafferata

y Señora.

“ Vengo a curar a un niño” .
Siendo pequeña, tuve la suerte de frecuen­
tar un Oratorio Festivo Salesiano, y en él
aprendí a amar a María Auxiliadora y a San
Juan Bosco, a los que siempre me enco­
miendo en mis necesidades.
Hace tres años, tuve un hijo, y, al primer
mes, cayó grarísimamente enfermo de este­
nosis pilórica que, en pocos días, le redujo a un
estado el más lamentable; llegó a pesar sólo
dos kilos y setecientos gramos; no toleraba
ni una simple gota de leche y los médicos des­
confiaban de salvarlo.
Una tarde, vino a verme una amiga y, al
darse cuenta de que mi angelito se moría,
invitóme a hacer una novena a San Juan
307

Bosco. Allí mismo, junto a la cuna del enfermito, nos arrodillamos, y, con una confianza
sin límites, rezamos las oraciones del primer
día. Poco después, administré a mi bebé unas
gotas de agua azucarada que ya no devolvió,
quedándose profundamente dormido. Yo, que
estaba cansadísima, quedé también sumida
en el sueño pareciéndome ver a Don Bosco
que se me acercaba diciendo: «Vengo a cu­
rar a un niño n.
El día siguiente, mi hijito toleraba ya la
leche, empezando a mejorar a ojos vistas y
recobrando, poco a poco, su peso y las fuerzas
perdidas. Hoy, gracias a María Auxiliadora
y a San Juan Bosco, está sano y robusto.
Para gloria de estos grandes bienhechores
míos publico este favor, profundamente agra­
decida.
Madhia (Túnez).
M. B.

F rancisco A rdelo Pbro da gracias a María
Auxiliadora por haberle obtenido la salud en
momentos de peligro, y envía una limosna.
Las Palmas (España).
Visible asistencia de la Beata Mazzarello.
Llamado por los Superiores Mayores de
Turín, el 17 de enero, dejé la República Ar­
gentina, mi amada patria, y partí para Italia.
Los dos meses pasados en la Casa Madre,
al lado de los Superiores y junto al San­
tuario de M. A. y de las reliquias de San
Juan Bosco, fueron meses felices y de pro­
fundas emociones. El 7 de Abril embarqué
en el Virgilio para trasladarrric a Venezuela,
mi nuevo campo de acción señalado por la
Obediencia. El viaje se me presentaba tan ale­
gre como el anterior cuando, de pronto, el
día II, martes de Pascua, fui súbitamente
acometido por tres fuertes hemorragias conse­
cutivas con abundante pérdida de sangre,
consecuencia de la irritación de una úlcera
duodenal. Viendo que las repetidas inyecciones
aplicadas por el médico de a bordo no logra­
ban detener la sangre, calmada la tercera he­
morragia, extraje del bolsillo una reliquia ex
wsibus de la Beata Mazzarello y me encomendé
con toda confianza a Ella, prometiendo publi­
car la gracia y propagar su de^■ oción.
Su bondadosa asistencia no se hizo espierar. Con admiración de totlos los presentes,
cesaron desde ese momento los vómitos de
sangre y con ellos el peligro inminente de
un fatal desenlace. Para mayor seguridad, a
los dos días desembarqué en las Palmas, Gran

308 ^

Canaria, donde, por dos meses estuve bajo
el cuidado de buenos médicos y amable­
mente atendido por el Director de las Escuelas
Profesionales Salesianas y demás Superiores,
hacia quienes conservo la más profunda gra­
titud, por sus finezas y exquisita caridad.
Notablemente restablecido regresé a Turín,
donde los médicos confirmaron la necesidad
de una intervención quirúrgica con objeto de
eliminar la úlcera. Siempre con la confianza
puesta en Dios y en la intercesión de la Beata
Mazzarello, comencé una novena, y el día
24 de junio me sujeté a la difícil opera­
ción. Mis oraciones y las de tantos corazones
que i>edían por mí fueron escuchadas; todo
procedió sin el menor contratiempo.
La convalecencia fué lenta pero segura. Hoy,
después de tres meses, encontrándome per­
fectamente restaolecido y libre de los antiguos
malestares de estóniago, hago pública la
gracia. Profundamente agradecido a Dios y
a su Sierva la B. Mazzarello, invito a cuántos
desean obtener favores los imploren poniendo
por intercesora a la Beata.
Continuad, |oh B. M. Mazzarello 1 bendi­
ciendo a vuestro devoto.
Turín, 24 de septiembre 1939.

P ascual

I.

Castell.aro

S. S.

Dan también gracias a María Auxiliadora y a
San Juan Bosco por favores recibidos:
E spa S a (Cádiz) • San José del Valle. — José Sánchez.

A rgentina - Buenos Aires. —

Horacio González

B.iños.

A rgentina (Córdoba) - Camilo Aldao. —

Lucía

S. de Bergia.

A rgentina - Chos bdalal. — Yolanda Alvaiez.
A rgentina - Sarmiento. — Rita de Bono.
C olombia - Contratación. — Jesús Moreno - Juan
de Dios González - Elena Moreno - Otros de­
votos.

C olombia - Morales. —

Don Joaquín Clavijo.

C olombia - Tunjo. — Una religiosa de la Presen­
tación.

C olombia - Zapaloea. — Ana Virginia Serrano Vda.
de Arenas.

E stados U nidos - Los Angeles. — Vito Campanelli Francisca Salcido.

M éjico - Guadalajara. — Concepción S. de Flasencia - Angela V . de Herrera - Guadalupe Pérez
de Lomeli.

M éjico (Sínaloa) - Guasave. —
Castro.

Rosaura M. de

NECROLOGIAS
S A L E S I A N O S D IF U N T O S :
Arturo Juan Klepl, sacerdote — de Dresde (Ale­
mania) t en Londres, el 8 de mayo, a la edad de
82 años.
Carlos K off, sacerdote — de Belheim (Alemania)
t en ídem, el 5 de junio, a la edad de 65 años.
Marcelino Bdez, sacerdote — de Belén de Cerinza
(Colombia) t en Medellín (id.) a la edad de 75 años.
Rodolfo Toigo, sacerdote — de Arten (Italia) f en
Cuneo (id), el t i de abril, a la edad de 31 años.
Alfredo UUoa, sacerdote — de Alajuela (Costa
Rica) t en Durán (id.) el 7 abril, a la edad de 42
años.
Antonio Trevisan, clérigo — de San Benedetto
Cascina (Italia) t en Bolzano (id.), el 15 de junio
a la edad de 2 i años.
C O O P E R A D O R E S D IF U N T O S :

moción deficientes de las pampas americanas fueron
nunca razón para hacerla omitir sus obligaciones
de piadosa creyente, práctica y escrupulosa. Cada
domingo, y a menudo aun los días hábiles, vcíasele con los suyos en la iglesia salesiana, que supo
de su munificencia y de sus fervores eucarísticos.
A sí vivió diariamente unida a Jesús-Eucaristía,
en su recepción matinal y en la frecuentación ves­
pertina de su iglesia salesiana. Hasta que, debilitada
su vista y cansado su corazón, fué Jesús-Hostia
quien la visitani en su propia casa. Fué preparando
su muerte concienzudamente. Llena de lucidez,
tras disponer lo humano, dispuso lo divino, y se
dunnió plácidamente en el Señor, rodeada de las
solicitudes de los suyos, de un mundo de familiares,
y de los Hijos de Don Bosco e Hijas de María A uxi­
liadora, entre las que contaba algunas sobrinas.
Sus funerales fueron una imponente manifes­
tación de público, de duelo y de piedad. Asilos,
Orfanatos, Colegios religiosos, Asociaciones pia­
dosas, desfilaron ante sus despojos, los que llevados
procesionalmente hasta la iglesia salesiana para la
solemne misa de sufragio, fueron devueltos otra
vez a la casa hogareña para ser sepultados en el
panteón familiar.
L a O bla de D on Bosco ha escrito su nombre entre
los de sus más insignes bienhechores, y pide a Dios
que agrande su gloria en la eternidad.

Don Dalm acio Biteloch.

Doña Julia Vigo Vda. De Ponte.
Fílleció esta benemérita Cooperadora Salesiana
el 18 de enero de 1939, a los 94 años de edad en
San Nicolás de los A noyos (República Argentina).
AI poner aquí pie, en 1875, los primeros m i­
sioneros salesianos, hallaron en las cristianísimas
familias ligures de los Montaldo, Vigo, Ponte,
Lanza y Cám poia, una amplia e ininterrumpida coo­
peración que cimentó y aseguró el afianzamiento de
la Obra de Don Bosco.
\ aquel generoso grupo de almas buenas per­
teneció, con sus hermanos, Doña Julia Vigo.
^'iuda desde m uy joven, su temple de mujer
evangélica no se inmutó. Puso su lesignación en
Dios y su confianza en I^íaría Auxiliadora y en
Don Bosco y se dió a la aidua misión de plasmar
la cristiana formación de sus siete hijos, educados
todos en casas salesianas y forjados en su escuela
personal del trabajo. En tanto, su fibra fuerte de
hábil administradora ñ ié labrándoles una desaho­
gada posición económica.
.^sentada en su predio rural, ni las distancias, ni
las inclemencias del tiempo, ni los medios de loco­

En Vilabler (Gerona-España), falleció, el día 20
de mayo, a la edad de 33 años, Dalmacio Bitcloch hijo de nuestro buen Cooperador Don José
Biteloch.
Su muerte ha sido sentida por tuda la familia
y población f>or ser el finado un joven de corazón
bondadoso y cristiano ejemplar.
Los salesianos de Gerona nunca podremos pagar
los beneficios recibidos de le casa Biteloch durante
la dominación roja, y.p or esto pedimos a nuestros
cooperadores eleven al Señor una oración por el
alma de D on Dalmacio y por su atribulada familia,
a la que acompañamos en su dolor.

Don Luis Gandarillas.
Dios ha llamado a recioir el premio eterno a
este buen amigo y cooperador chileno, que tanto
se interesó siempre por nuestra Casa de Formación
de M acul (Santiago), cediéndole una huerta para
que ayudara a su mantenimiento y protegiéndola
de m il maneras. Profundamente apenados los Sa­
lesianos por tan irreparable pérdida, después de
celebrar por su alma solemnes funerales, ruegan a
sus amistades la encomienden en sus oraciones.
Han muerto también en la paz del Señor:

A rgentina Camilo Aldao. — María R. Vda. de
Galiano.

C hile - Brickla. — Carolina Velasco.
C hile - Marqués de la Plata. — Ana Guzmán.

309

Las recemr'ortes que aquí hacemos de libros nuei’os que se nos eiwian no deben
tomatse como juicios críticos de nuestra Revista, aiya jnisión no está en el
campo de la literatura ni de la ciencia; su objeto

ÍQ Id

\h

íil
lu

BIBLIOGRQPICR

es anunciar obras que creemos de utilidad,
ai'aladas por la recomendación
encomia's/ica de autoridades
competentes.

L E T R A S C A S T E L L A N A S {Lecciones de Historia Literaria Espaiiola). Autor: R odolfo R acu c c i, S^lcaiano. U n t. (33 X 16) de 646 páf>inas. Editorial Apis, Rosario (Argentina).
Creemos que toda Hispanoamérica debe felicitarse de la aparición de esta obra cuyo objeto
precipuo, sobrcabundiintcmcntc logrado, es responder a las exigencias de los Programas de L iteraratura en los Colegios, Liceos, Escuelas Normales y de Comercio argentinos.
En este libro, las biografías de los autores están tomadas de las fuentes más seguras; ¡a produc­
ción ¡itetaria de cada uno reseñada con admirable discernimiento y las apreciaciones criticas son
siempre ecuánimes y certeras. Copiosos sumarios facilitan extraordinariamente la comprensión
de una época o de un autor. Cuadros Sincrónicos permiten cotejar de una ojeada la producción
española con la de otras naciones y apreciar sus recíprocas influenciis, y diversos Indices sirven
para la mejor utilización de la obra, avaloiada, además, por una notable profusión de retratos,
mapas y gráficos del artista Galant, también salesiano, y por una presentación tipográfica impecable.
N o es fácil hallar hoy, en América, y ni siquiera en España, otra obra que, en su género, aven­
taje a la del Profesor Ragucci.
A él directamente, (Colegio de Ntra. Sra. de la Guardia, Beinal, Argentina) o a la Editoiial
Apis, (Presidente Roca, 150, Rosario) pueden dirigirse los que deseen conocerla y adquirirla.
C U M B R E S D E L ID IO M A . Ofrece las mismas caraterísticas que la anterior, y es del mismo au­
tor y de la misma Editorial; Aunque salió antes que Letras Castellanas puede considerare como
su complemento, porque expone, con selección refinada e insuperada abundancia, las pá­
ginas más bellas de toda la producción literaria española e hispanoamericana.
Para dar una idea de lo que %nle este libro y el favor con que ha sido acogido por el piiblico
bastará decir que de él hemos leído 57 elogios de literatos, revistas, profesores, académicos y crí­
ticos de arte nacionales y extranjeros, algunos de los cuales juzgan que es la mejor antología que
hasta hoy se haya publicado.
L E C C IO N E S D E A P O L O G E T IC A . Autor: NtroiJis M arín NEGUERUEiJt. Dos tomos ( 2 3 X 16)
d? 716 páginas complexi\'amcntc. Editorial: Manuales « Studium » de cultura religiosa; Apar­
tado, 735, Madrid ♦ Precio: 15 ptas. tústica los dos tomos.
A juicio de la » Reveu des Auteurs ct des livres » de Ix>vaina, « es uno de los mejores tratados
de Apologética publicados en lengua españo'.i, y de los más completos entre los que hoy circulan
en todo el m un do».
• Ni en la copia de ideas —- añade • Sal terrae » — ni en la solidez de doctrina, ni en la claridad
y método exi^ositivo hay obra ninguna, escrita en castellano, que supere a la del D r. Marín NegueR icla ». 1 a\ que anunciamos es la 5* edición con una tirada de 22.000 ejemplares.
A P O S T O L A D O D E L O S S E G L A R E S o Lecciones de Acción Católica - Autor: E ugenio BeiTiA, Doctoral y Vicario Gral. de Vitoria. U n tomo (22 X 16) de 220 páginas. Editorial «Stu­
dium », Precio 6 ptas. rústica.
U n libro de esta índole no podía llegar con maj-or oportunidad, sobre todo en España, después
de la tremenda tragedia, incubada, sino totalmente al menos en parte, por la ignorancia religiosa
y la falta de una acción enérgica organizada de una considerable masa de católicos.
El Dr. Beitia enseña a éstos, en su obra, de un modo claro y metódico, lo que es la Acción
Católica, los fines que persigue, sus' oraganizaciones, y el modo de formarse los seglares en este
género de apostolado que constituye hoy la primera y más solícita preocupación de la Iglesia,

C o n a p r o b a c ió n d e l a a u t o r id a d e c té s ia s t íc a . - E s t a b le c im ie n lo T i p . d e l a S .E .I . - T u r in
D ir e c to r re s p o n s a b le : D . G U I D O F A V I N I - V ia C o tt o le o c o , 3 3 - T U R I N 109 - ( I ta lia J