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Medios

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Año L m - N ,

a mm

12

R E V I S T A

D IC IE M B R E

DE

L A S

O B R A S

DE

D O N

1938

B O S C O

INSCRIBÍOS EN LA PÍA OBRA
DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚ S
DE ROMA
¿ Quién no conoce la Oóra del Sgdo Corazón
de Jesús?
Fué fundada por el Primer Sucesor de San
Juan Bosco, y benignamente aprobada por
S. S. León X III el 30 de junio de 1888.
Con sólo la limosna de una peseta, u otra
moneda equivalente, ¿e adquiere derecho a
participar de todas las oraciones y buenas
obras de la Sociedad Salesiana y a la aplicación
de seis misas, que se celebran todos ios días,
a perpetuidad, en nuestra Basílica del Sgdo
Corazón de Jesús de Roma, dos en el aJtar
mayor, dos en el de María Auxiliadora y dos
en el de San José.
Los que se inscriben en la Obra Pía pueden
aplicar el fruto de estas misas a sí mismos, o
a otras personas, vivas o difuntas, y variar la
intención cuantas veces les plazca.
Las limosnas recibidas por este conducto
destíñanse, de modo exclusivo, a promover la
gloria de Dios y los intereses culturales de la

sociedad, acogiendo a niños pobres y abando­
nados, para educarlos cristianamente.
¿ Quién no contribuirá, pues, con algunos
céntimos, que con tanta facilidad se gastan,
a esta invitación paternal de San Juan Bosco
y de la Iglesia, inspirada en ideales tan nobles
y caritativos ?
¿ Quién no siente la necesidad de asegurarse
la benevolencia divina, en este mundo y en el
otro, medíante la aplicación de los méritos
infínitos del Santo Sacrifícío del altar?
¿ Quién no tiene almas queridas, vivas o di­
funtas, a quienes obsequiar con tan espléndido
regalo espiritual?
No tardéis en pedir Hojas de suscripción.
R ector M ayor de los S alesianos.
Cottolengo 32 - Turín (109) (Italia).
Las limosnas pueden enviarse al mismo Rector
Mayor o directamente a nuestra casa de Roma, Ospizio Sacro Cuore - Via Marsala, 42,

Normas para los corresponsales de

Boletín Salesiano

1. — Recibimos siempre con agradecimiento cuantas informaciones se nos quieran enviar,
que, de algún modo, pueden interesar a las Obras Salesianas. Aunque todas evidentemente no
podrán ser publicadas, servirán para enriquecer el Archivo de nuestra Casa Madre.
2. — Las croniquillas de fiestas o acontecimientos de especial importancia deberán ser breves,
se evitarán en ellas repeticiones y detalles innecesarios, y, de ser posible, se escribirán a máquina
con líneas bien espaciadas.
3. — Salvo rarísimas excepciones, la Revista no publica poesías ni trabajos ajenos a la Obra
Salesiana. No inserta el nontbre de los autores ni devuelve originales.
4. — Siendo, de hecho, nuestro Boletín una Revista ilustrada, rogamos encarecidamente el
envío de buenas y luminosas fotografías. Hoy, un simple grabado dice a veces más que una cró­
nica, y, cuando acompaña a ésta, la avalora de modo extraordinario. Aviven pues su celo nuestros
corresponsales, quienes deben saber a este respecto que de los diarios ilustrados que nos envían
no es posible reproducir ningún grabado.
5. — A los que tienen la bondad de remitimos gracias o necrologías hemos de asegurarles
que, de llegar a nuestro poder, más tarde o más temprano las verán publicadas. Si a veces aparece
sólo el nombre, es, o porque no recibimos otra cosa, o porque a iBtima hora nos viene a faltar
espacio, o porque la relación carece de especial interés.

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R E V IS T A DE
LA S OBRAS DE
DON SO SCO
REDACCION

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A fio L U I - N ú m e ro i z

AlESIAMO

y ‘ A D ^flN ¡ST R A C IO N :

VIA

COTTOLENGO,

32

-

TU RIN

D IC IE M B R E
fiop)

-

1938

ITALIA

S U M A R I O : N u e s tr a fe lic it a c ió n . • A p r o p ó s ito d e l D í a d e la s M is io n e s . - E n l a B a s ilic a d e M a r ia A u x ilia d o r a .
E l a d ió s a n u e s tro s m is io n e r o s . - L a s B o d a s d e O ro d e l a O b ra S a le s ia n a e n I n g la te r r a . • D e s d e la s tr in c h e ra s
d e E s p a ñ a . C a r ta d e u n e x a lu m n o . - La Obra de Don Bosco en España y América: R o d e o d e l M e d io . L o s ex
a lu m n o s d e l C o le g io D o n B o sco fe s te ja n s u D ia • S a n I s id r o . F e s tiv a l p a tr ió t ic o • B a r r a n q u illa . F ie s ta d e M a ría
A u x ilia d o r a - B o g o tá . E x ito d e u n a E x p o s ic ió n d id á c t ic a a r tís tic a d e la s H ija s d e M . A . - T a lc a . L a s B o d a s de
O ro d e l a O b ra S a le s ia n a e n e s ta c iu d a d • C a lla o . E n h o n o r d e S a n Ju a n B o sco . - De nuestras Misiones: B a jo lo s
to ld o s d e A r a u c o . • Crónica de gracias. • Necrologías. - I n d ic e g e n e ra l d e l a ñ o 193S.

Nuestra felicitación
Diciembre es el mes de la Inmaculada y
de las dulces Fiestas Navideñas.
E l 8 de diciembre es una fecha memorable
para la Familia Salesiana.
Aquella mañana de 1841, cuando Don Bosco
se disponía a decir misa, la Virgen le llevaba
una pobre ovejita descarriada, la primera
ovejita del rebaño que luego debía crecer hasta
ocupar la tierra. ¿ Quién de nuestros amigos
no conoce el conmovedor encuentro de nues­
tro Santo con el pequeño peón de albañil,
Garelli, en la sacristía de San Francisco?
Agradecido Don Bosco a la Sma. Virgen
por aquel regalo que echaba los cimientos de
su grandiosa Obra, quiso que, siempre y en to­
das sus casas, se celebrara el 8 de diciembre
con la máxima solemnidad.

Después de la Purísima, Noche Buena;
la fiesta del Niño Jesús y del hogar cristiano;
la fiesta de la bondad que se desborda y
pide al Redentor bajado del cielo que vengan
con E l a la tierra todas las alegrías y fe li­
cidades.

Don Bosco se extremecia de gozo cuando
llegaban las Navidades, y unido a sus huer~
fanitos, cantaba a los bienhechores, que le
habían ayudado durante el año, el himno de
su gratitud; rogaba por ellos, les bendecía,
y del Oratorio de Turin salía un cálido rau­
dal de felicitaciones y augurios que no eran
fórmulas protocolarias, hijas de la rutina,
sino aspiraciones cordiales, sinceras,fervorosas.
Lo mismo hicieron luego los Sucesores del
Santo, y esto hace, una vez más, el actual
Rector Mayor, Don Pedro Ricaldone, en­
viando a todos los Cooperadores y a sus fa ­
milias los más férvidos augurios de Navidad
y Año Nuevo, e invocando sobre todos los
celestiales consuelos.
Que en las inteligencias y corazones de
nuestros amigos resuene perpetuamente el
himno jocundo de la p az, el himno que des­
granaron los ángeles en Belén.
\Pax et b on u m ! P a z y alegría en las al­
mas; p az y alegría en las familias; p az y
alegría en las naciones. He aquí el augurio
del Niño Jesús, el augurio del I V Sucesor
de Don Bosco que pasó por esta vida senibrando a manos llenas p a z y alegría.
^

273

A propósito del Día de las Misiones
Nada de desalieníos. Hay que lanzarse mar adeníro.
Para los católicos de poca fe, para los
impacientes que creen que los éxitos de nues­
tros misioneros no corresponden a la entidad de
los sacrificios realizados y pretenden que el
mundo se convierta en cuatro dias, traduci­
mos parte de la conferencia que, el 20 de
octubre, en el aula magna de la Universidad
Gregoriana, dio Mons. Constantini, Presi­
dente de las Obras Pontificias de la Propa­
gación de la Fe. Esta importantísima con­
ferencia ha llamado extraordinariamente la
atención del inundo católico.

Balance angustioso.

Reuniendo a los cristianos de todas las
confesiones, nos vemos obligados a reco­
nocer que, a la distancia de dos mil años
del Mensaje D ivino, sólo una tercera parte
de la humanidad es cristiana. Frente a una
masa de 375 millones de católicos subsiste
todavía una masa de 1.230 millones de in­
fieles.
Esta visión desconsoladora es la que
oprimía el corazón del Santo Padre en
aquella memorable Homilía de Pentecos­
tés de 1922. « M ucho es lo que se ha hecho
y obtenido — decía Pío X I — muchas
son las almas salvadas, mucha la gloria
que se ha dado a Dios, pero ¡cuántas al­
mas se pierden todavía para las cuales la
sangre derramada por el Redentor ha sido
in ú til!».
A fin de comprender mejor el significado
de las cifras estadísticas conviene reducir
el cuadro. Limitémonos p. ej. al Asia. Allí,
las Misiones establecidas en la India, Siam,
Indochina, China, Japón y Corea arrojan
un promedio de 950 millones de hombres
y pronto llegarán a mil millones. Se trata,
poco más o menos, de media humanidad.
Pues b!en, en el seno de esta inmensa masa
pagana vienen trabajando, sin interrupción
y destle hace tres siglos, los Misioneros
católicos; y en todo este lapso de tiempo
la mies que han conseguido es tan exigua
que solo alcanza a 9 millones y 195.000
convertidos. Presentemente, trabajan en

274 - -

estos territorios 11,759 misioneros, sin con­
tar los religiosos laicos,’ hermanas catequis­
tas, etc. Durante el año de 1936 a 1937
se han obrado en estos territorios 153,767
nuevas conversiones.
Volvamos los ojos al Africa a la que
ahora parece acariciar el soplo de Pente­
costés.
En los territorios que allí dependen de
Propaganda Fide las estadísticas de 1937
son las siguientes: Católicos 6.794,951; ca­
tecúmenos, 2.218,559. El aumento de ca­
tólicos durante este año fu é de 439,954.
Podemos pues contar con un incremento
anual de casi medio millón, aumento que
seguramente irá creciendo.
En los territorios africanos que no de­
penden de esta Congregación hay cerca de
otros dos millones de católicos. L a situa­
ción actual de Africa es, por consiguiente,
de 9 millones de católicos contra 150 m illo­
nes de infieles. El vasto continente está
m uy bien encaminado pero ¡cuán lejos
estamos aún de la meta!
Son cifras desconcertantes, no cabe duda,
pero que lejos de abatir nuestro celo lo
estimulan más y más a corresponder con
generoso impulso a este suspiro anhelante
de Cristo: Tengo otras ovejas que no son de
este redil y es necesario que también las re­
coja.
<( Toda la milicia santa de Dios —
exclama el Papa — hállase alineada frente
a esas masas, pero el número de los ope­
rarios es insuficiente y faltan medios para
el trabajo. Es cosa que da pena; ellos están
bien seguros de la victoria y prontos a dar
por ella su vida pero no tienen armas, les
faltan municiones, y la falange magnífica
tiene que detenerse, mientras invaden su
c;impo otros que no son heraldos de la
verdad católica. Es un espectáculo angus­
tioso ».
H ay que m irar la realidad cara a cara.

Si atendiéramos sólo al significado de
estas desnudas cifras, que el balance del
tmbajo misionero arroja hasta el presente,
preciso es confesar que la mies que hemos
logrado resulta inadecuada, pero nosotros

le dan la sensación de ser una simple uni­
miramos la realidad cara a cara, con valor
dad de un gran ej ército, y cumple alegre su
indómito, y empezamos observando que
pequeño deber en la seguridad de que la
las estadísticas hay que saber leerlas, que
Providencia guía a este ejército a una bri­
hay que saber iluminar estos números que
llante e indefectible victoria.
de suyo son materiales y opacos.
Pero hay, además, razones positivas pu­
El hecho es que detrás de la realidad de
ramente humanas que, junto con las cifras
estos números hay otra realidad que, a se­
mejanza de la columna de fuego que,guia­ materiales, proyectan sobre los caminos del
misionero vivos rayos de luz.
ba a los Israelitas en el desierto después
Y o afirmo que, a parte de los 375 m illo­
del paso del mar Rojo, guía y sostiene a
nes de católicos, y de los ortodoxos y pro­
los misioneros en los caminos del mundo,
testantes, Cristo es hoy anunciado en todo
después de aquellas campañas más fructífe­
el mundo; es anunciado de un modo oscuro,
ras de los primeros siglos. Hombre de poca fe
tal vez inadv^ertido; es anunciado a través
¿por qué dudaste? repite Jesús a todo el que
de deplorables imperfecciones y deforma­
vacila y se acobarda ante los insucesos y
ciones, pero es anunciado, y en todas par­
dificultades. Nosotros sabemos que llegará
el día en que habrá un solo redil y un solo tes ha metido ya fermentos de renovación.
El pobre e inolvidable Lo-Pa-H ong de
pastor; que Dios quiere la salvación de io­
Changay, que tantos y tan ingentes recur­
dos los hombres; oue la palabra de Dios no
sos dedicaba a las obras de caridad, reci­
puede faltar. Guardémonos bien de caer
bíalos en su mayor parte de sus mismos
en el error de los primeros cristianos que
compatriotas paganos que sienten ya el increían en la parusia, o sea en la vuelta in­
fiujo y la belleza de esta caridad de Cristo.
mediata de Jesucristo. N o hay que medir
H oy, estamos presenciando un hecho que
el tiempo con el metro de nuestra vida
que es un punto imperceptible en compa­ tiene ya precedentes en el Ev^angelio y en
San Pablo. U n día, Juan dice a Jesús:
ración de la eternidad y menos aún que una
Maestro, hemos visto un hombre que echa
gota de agua en la inmensidad del océano; y
los defnonios en tu nombre y se lo hetnos
sería locura querer encerrar en una pequeña
gotita los designios de Dios infinitamente prohibido porque no es de los nuestros. Y
más vastos que los océanos. A nuestras im­ Jesús le contesta: No se lo estorbéis; quien
no está cofitra vosotros está con vosotros.
paciencias y a los cálculos mezquinos con­
San Pablo dice: Verdad es que hay algu­
viene la advertencia que San Pedro hizo a
nos que predican a Cristo por espíritu de
los cristianos que mostrábanse desilusio­
nados al ver que Cristo no volvía: Olvidáis, envidia, y con ánimo de suplantarme... mas
amadísimos míos, que delante del Señor un ¿ qué importa ? Con tal que de cualquier
dia es como mil años y mil años son como modo Cristo sea anunciado, en esto me gozo
y gozaré siempre.
K?i dia.
Este movimiento incoercible de la idea
En el Evangelio de San Juan leemos
estas palabras: Uno es el que siembra y otro cristiana, esta íntima y victoriosa virtud de
expansión de la civilización cristiana es
el que cosecha; lo cual quiere decir que si
los misioneros que ahora roturan los cam­ como la levadura de la parábola evangélica,
pos no ven despuntar la mies otros ven­ es el soplo cálido de primavera que viene a
prepararnos el clima adecuado para un
drán a sustituirlos y recogerán la cosecha.
próximo y maravilloso florecimiento cris­
Ni una sola gota de sudor, ni un leve hilillo de sangre, ni una sola partícula de las tiano.
La vieja civilización de la China, del
oraciones y sacrificios de nuestros misio­
neros ha de perderse. Es un inmenso te­ Japón y de la India hanse ya renovado,
soro de méritos que van acumulándose a o arden en ansias de renovación, gracias a
su contacto con la civilización cristiana.
los ojos de Dios y abreviando los días que
L os nuevos códigos del Extremo Oriente
nos separan de la cosecha.
se modelan sobre los nuestros, escritos al
El paralítico de la Piscina probática es­
peró inmóvil en su litera durante 38 años, dictado de la civilización cristiana. El
y la hora de la gracia llegó; Cristo le dijo: calendario cristiano va sustituyendo y
arrinconando a los calendarios locales, y
Levántate y anda.
Estas seguridades de orden sobrenatural desarraigando no pocas supersticiones a
son las que sostienen el valor del misio­ ellos ligadas por siglos y milenios, como
puede comprobarse viendo lo que sucede
nero en sus arduas y difíciles empresas;
275

en China. El descanso dominical se va
abriendo camino entre los pueblos paganos.
El Generalísimo Chang-kai-sek enviaba,
el año pasado, un mensaje al pueblo chino,
en la solemnidad de Viernes Santo, y en él
le decía: « Sin la fe religiosa es imposible
conocer el sentido de la v id a » y en la
Pascua de este mismo año añadía: « Estoy
profundamente convencido de que si que­
remos promover el renacimiento de nues­
tra patria y la reforma de la sociedad no
hay más remedio que inculcar el espíritu
de sacrificio de Jesucristo».
Las mujeres intelectuales de China y
Japón exaltan públicamente la obra huma­
nitaria desplegada por los misioneros en el
presente conflicto bé ico entre ambos países.
Gandhi, en la India, predicando la igual­
dad de castas, no hace sino proclamar, a
sabiemlas o sin darse cuenta, uno de los
principios básicos de nuestra fe.
El Ministro de Egipto en París, que es
mahometano, hizo, el pasado julio, un caluros() elogio del Colegio de los PP. Jesuí­
tas donde se educa su hijo. Confesó públi­
camente que « aun siendo el islamismo la
religión del estado en Egipto se da allí
buena acogida a las obras misioneras cató­
licas por los preciosos frutos que de ellas

reporta el pueblo, que los PP. Jesuítas tienen
actualmente en sus manos la formación de
una gran parte de la « é lite » intelectual
egipcia y que los Colegios de las Damas de
Sión cuentan entre sus alumnas a dos reinas
de Egipto ».
Pasan de varios millones los jóvenes pa­
ganos. que frecuentan nuestras escuelas y
hospitales donde el nombre adorable de
Jesús suena continuamente.
Los mismos enemigos de la Iglesia, cuan­
do la combaten con ánimo de destruirla,
lo único que consiguen es prepararle nue­
vos y más espléndidos triunfos; esto es lo
que se está verificando en España; y, para
el que sabe ver las cosas a distancia, lo
que se verificará en Rusia y en Turquía. La
misma crisis formidable por que está pa­
sando actualmente el pueblo hebreo induce
a muchas inteligencias distinguidas y since­
ramente religiosas de esta raza a preguntar­
se si no es éste por ventura el cumplimiento
de la profecía de Cristo, si no es ésta una
invitación a reconocer en Cristo al Prome­
tido de los Profetas, al Redentor esperado.
La civilización moderna, saturada de na­
turalismo materialista, ha hecho bancarrota.
La ha hecho el liberalismo político, la ha
hecho el materialismo filosófico, la han he-

S e m in a r is iw japon«s«s d e ia p re fe c tu ra A p o s tó lic a s a le s ia n a d e M iy a x a k i.

276

cho el socialismo y el bolchevismo, después
de haber ensangrentado el mundo y come­
tido los más nefandos crímenes contra la
humanidad y la convivencia social. Si se
quiere la salvación es necesario ir, o volver, a
Cristo que es el Camino, la Verdad y la Vida.

prepara los caminos para el conocimiento
de C risto; pero no podemos contentar­
nos con esto. Es necesario que a Cristo
los hombres lo conozcan tal como es, sin
errores ni mixtificaciones; tal como lo pre­
dica la Iglesia Católica depositarla de su

S h illo n g (In d ia ). - C lé r ig o s y a s p ira n te s s a le s ia n o s in d íg e n a s.

A Cristo no se le destierra.

Los sellos de Poncio Pilato no pudieron
cerrar el sepulcro de Cristo. Decía San C i­
priano, en los albores del cristianismo: Es
propio de la Iglesia vivir cuando se la hiere,
convencer cuando se la contradice, conquistar
cuando se la abandona.
N o, a Cristo no se le destierra; donde­
quiera que los pueblos viven apartados de
Él, penetra invisiblemente, inadvertida­
mente, por medio de la civilización que
El ha creado y que nadie, ni siquiera los
hombres más ciegos, pueden rechazar o
sustituir con otra más perfecta.
Consoladoras previsiones
para el porvenir.

A nosotros, pues, es esto lo que nos
consuela y sostiene: la realidad evidente
de la fuerza expansiva que tiene el cris­
tianismo, convencidos de que es ella la que

potestad y de su divino mensaje de reden­
ción. Nosotros tenemos nuestro método
para hacer conocer a Cristo, método que
El mismo nos confió como un mandato,
como el más sublime de los mandatos por­
que se trata de colaborar con Cristo en la
difusión de su gracia. Por esto llama San
Pablo a los misioneros Adiutores Dei, coo­
peradores de D ios; Apóstoli ecclesiarum,
Apóstoles de la Iglesia; gloria Christi,- glo­
ria de Cristo.
Oyese sonar por todo el mundo una gran
hora misionera, hora la máe grande, la más
interesante que se haya conocido jamás, al
menos desde hace tres siglos. Se diría que
los pueblos paganos sienten hoy la necesidad
de Jesús. Especialmente en .Airica y en la
India la demanda de misioneros, para aco­
ger a las nutridas falanges de paganos y de
parias que anhelan la L u z verdadera, es
continua y angustiosa. Se hacen ahora,
en un solo año, más (^inversiones que se
hicieron en todo el siglo X V I I I ; el trabajo

277

de siembra evangélica se nos ofrece hoy
con las maravillosas perspectivas de una
risueña primavera que viniera a librarnos
de las brumas del invierno.
Nunca tuvo la Iglesia católica un ejér­
cito de Misioneros más numeroso ni más
organizado que ahora, y este ejército crece
sin cesar todos los años, y las vocaciones
juveniles se lanzan con incontenible ardor
a las regiones que saben más difíciles, donde
el ejercicio del apostolado es más duro y
peligroso. Queridos jóvenes, ¡que el Señor
os bendiga!
Nunca como hoy ha habido tampoco
tanto interés en el mundo católico por la
conversión del mundo pagano.
Legítimas son pues las esperanza y fun­
dados los optimismos. Podemos mirar el
porvenir con seguridad de victoria.
Revisión de posiciones
y de métodos.

Hoy, la Misionología es una de las cien­
cias integradoras de las disciplinas eclesiás­
ticas, y las publicaciones misioneras y misionológicas son tantas que resulta difícil
contarlas. Nuestras Misiones son como un
ejército en marcha, y la buena estrategia
aconseja revisar posiciones, renovar m é­
todos, modernizar armamentos.
Sorprendidos por el hecho innegable de
la rápida difusión del Evangelio en los pri­
meros tiempos y de su lenta penetración
en los tiempos modernos, es indispensable
volver a los métodos apostólicos. Las En­
cíclicas Maximutfi illud y Rerum Ecelesiae
son como la Carta Magna de esta reforma
misionera.
Los Apóstoles fundaron la Iglesia con
Obispos indígenas. El inmediato sucesor de
San Pedro, o sea el segundo Papa, no era
ya palestiniano sino italiano, indígena. N os­
otros hemos comenzado a hacer lo mismo.
En estos últimos tiempos, han sido erigidas
38 Misiones Indígenas. ¿Cuántas habrá
dentro de un siglo? La visión es grandiosii.
Cuando estas misiones se hayan extendido
por todas partes ya no podrán los paganos
repetir el cons;ibido y pernicioso estribillo
acusatorio de que la religión católica es
de marca extranjera.
En los primeros tiempos de la Iglesia,
puede decirse que todos los cristianos eran
misioneros, o cooperaban a la obra de los
misioneros, y he aquí porque el Papa in278 -

vita a todos los fieles a este real sacerdocio,
movilizando la Acción Católica en favor
de las Misiones.
El Santo Padre, en un reciente discurso,
ha puesto de relieve los daños del naciona­
lismo que a menudo deforma y esteriliza
la acción misionera. Entre los Apóstoles
el nacionalismo político no existe, y ha­
ciendo que los organismos de las iglesias
se alimenten con clero local no habrá razón
ni posibilidad de que los nacionalismos
extranjeros, aun contra la voluntad de los
Misioneros, ejerzan en provecho propio
lo que los indígenas llaman agresión polí­
tica, o cultural.
La Iglesia primitiva trabajó en medio
de las masas, pero adueñándose al mismo
tiempo de la cultura para penetrar por
medio de ella en las clases más elevadas.
Desde San Justino a San Agustín, las más
fuertes y autorizadas corrientes del* pensa­
miento pasaron por la Iglesia, produciendo
una agitación saludable en torno suyo, y
en el siglo IV la literatura cristiana superó
a la pagana.
Resucitando aquellos métodos de los A póstoles, nosotros creamos universidades, es­
cuelas, publicaciones; ponemos al servicio
de la idea cristiana la cultura de los diversos
pueblos para poder, a su debido tiempo, ga­
nar a nuestra causa a los príncipes y cau­
dillos que dirigen estos pueblos. L a historia
nos enseña que las grandes conversiones de
masas tienen lugar cuando se convierten
los jefes: Constantino, Recaredo, Etelberto,
Clodoveo, pueden servir de ejemplo.
Esto no quiere decir que se deba des­
cuidar a las clases hum ildes; éstas consti­
tuirán siempre el número, y el número es
una gran fuerza; no sería aventurado afir­
mar que la conversión de Constantino fué
debida principalmente al hecho de que el
mundo romano se orientaba ya hacia Cristo.

H ay que lanzarse m ar adentro.

El horizonte, que nos parecía algo enne­
grecido a causa de las cifras estadísticas, que­
da aliora perfectamente iluminado después
de examinar estas cifras, no a través de la
letra que mata sino del espíritu. Los Após­
toles, cuando salieron del Cenáculo después
de Pentecostés, eran sólo once, pero ellos
no reparaban en el núm ero; el Espíritu
Santo Ies daba la sensación de una fuerza
inmensamente superior a la de la aritmética.

T
Pues b ie n ; aquel Pentecostés sigue perpe­
tuándose en la Iglesia y multiplicando las
fuerzas y virtudes del M isionero.
Con indiscutibles datos y hechos reales
vemos que el vasto y complejo cuadro de
las Misiones se nos presenta ampliado,
esclarecido, acrecentado por el número de
Misioneros, perfeccionado y rejuvenecido
por organismos e instrumentos de trabajo
modernísimos. H oy, las Misiones vienen a
ser como cabezas de puente echadas en
tierra de infieles, como unidades de van­
guardia que, a semejanza de D avid, se han
aligerado, o se están ya aligerando, de todo
género de miras individualistas políticas,
económicas, congregacionistas, para hacer
frente, sólo y únicamente en nombre de
Dios, al gigante Goliat del paganismo.
Los Pescadores de Galilea habíanse fati­
gado toda la noche en el lago de Tiberiades y no habían pescado nada. Jesús dice
a Pedro: Lánzate mar adentro y Pedro y
sus compañeros, llenos de fe en el mandato
de Jesús, empujan la barca y hacen una
pesca milagrosa.

Después de tres siglos de arduas fatigas,
vemos que la pesca que se hecho es harto
mezquina. El Vicario de Cristo dice a los
pescadores evangélicos: Lanzaos mar aden­
tro, desplegad las velas de esa barquita m i­
sionera, empujadla fuera de las arenas esté­
riles de cálculos particularistas, y los m i­
sioneros, con los ojos puestos en el Vati­
cano, con una fe y amor intrépidos, con
ese amor que los discípulos tienen al
Maestro D ivino, responden: En nombre
tuyo echamos las redes. Hace ya tres siglos
que los Misioneros venían pescando con
anzuelo; ahora, no obstante las viejas y nue­
vas dificultades que se atraviesan, ha lle­
gado para ellos la hora de pescar con red,
y de nuevo sucederá lo que narra el Evan­
gelio, que era tanta la multitud de peces
recogidos que no podían sacar la red del
agua.
M as, para que esto ocurra, precisa pro­
veer de redes a los pescadores evangélicos,
que la caridad misionera sea cada día más
generosa, más comprensiva, más adecuada
al ritmo creciente de sus necesidades.

H o o g 'K o n g - A s p ir a n te s s a le s ia o o s c h in o s .

Sres Cooperadores,

consultad ei

tesoro

e s p ir it u a l .

Propagad la O B R A PÍA DEL S G D O C O R A Z Ó N . Véase la cubierta de nuestro "Boletín".

- - 279

T u r in . • E l g ru p o d e m is io n e r o s a q u e s e re fie re l a c r ó n ic a q u e v a a co n tin u a c ió n .

En la Basílica de María Auxiliadora
El adiós a nuestros misioneros.
El hecho de que esta tierna y solemne
ceremonia de la Casa M adre de Turín se
repita todos los años con idéntica unifor­
midad parece que debería restarle emoción
e interés, y ocurre precisamente todo lo
contrario; cada vez son mayores el fervor
y la concurrencia de los fieles.
Y es que el problema misionero va en­
trando en la entraña de las grandes comu­
nidades católicas, que ya se van dando
cuenta de sus enormes proporciones y de
la trascendental importancia que una re­
solución afortunada del mismo tendrá para
los intereses religiosos y morales de la hu­
manidad. El Secretario Gral. de la Obra
Pontificia de la Propagación de la Fe,
Mons. Franco Carminati, acaba de decirlo
con frase gráfica: « La primera, maravillosa,

280

importantísima conquista realizada por los
misioneros en medio de nosotros es que
hayan logrado meter en tantas mentes y
corazones el ideal del deber m isional».
Esta conquista habría que estar ciegos
para no verla. Cerrado el ciclo de las gran­
des empresas misioneras de la América
Española que fueron admiración del m un­
do, y de las estrepitosas hazañas de San
Francisco Javier en tierras orientales, la
inquietud de los pueblos cristianos a este
respecto decayó de un modo lamentable y
pasaron varias centurias de inercia, hasta
que los llamamientos vigorosos de Pío X I,
apellidado con razón el Papa de las M isio­
nes, volvieron a encender en el mundo el
fuego del fervor misional. Hoy, este fuego
ha prendido de tal manera que todos los
católicos, poco o mucho, se van sintiendo
iluminados e impulsados por él, y el gran

deber de que hablaba M ons. Franco vese
en efecto ya concretado en una grande or­
ganización mundial de la limosna en favor
de las M isiones, con su triple faceta de
oración, sacrificio y aportación material.
Cuando, la tarde del 9 de octubre, en
la Casa M adre, a los pies de María A uxi­
liadora y ante un público que llenaba por
completo la enorme Basílica, nuestro Mons.
Cimatti, Prefecto Apostólico de M iyazaki
exponía las necesidades de los Misioneros
Salesianos, nosotros pensábamos que sólo
elevando a un altísimo potencial ese triple
deber se lograrán los planes de apostolado
que bullen en la mente y en el corazón
generoso del Santo Padre.
Y ¡ gracias sean dadas a D io s ! ese poten­
cial va subiendo de día en día, por mérito
de las propagandas orales y escritas, de las
conferencias, de las asociaciones, de los
actos que dondequiera se organizan, y espe­
cialmente de esos cientos de Revistas cuyos
artículos y grabados llevan a conocimiento
de todos, con el exotismo pintoresco de
las tierras de misión, el dolor sangrante y
sublime de las fatigas sobrehumanas a que
tienen que someterse los evangelizadores
de Cristo, y la estadística confortadora de
las conquistas realizadas.

Y esto hace que el pueblo fiel vea y se
interese; que crezca y se extienda sin cesar
esa Cruzada de oraciones encaminadas a
obtener del Amo de la mies que envíe ope­
rarios a su mies; que cunda ese movimiento
recaudatorio de efectos útiles y de dineros
que, enviados a las misiones, se converti­
rán en Hostias blancas para santificar y
enriquecer el alma de los nuevos cristianos,
en pan para sus cuerpos, en escuelas, asilos,
hospitales y máquinas propulsoras del
bienestar material.
Cuando oíamos de labios de Mons. C i­
matti todo lo que los Hijos de Don Bosco
han podido hacer, allende los mares, con
los generosos auxilios recibidos de sus ami­
gos y bienhechores, el corazón se ensan­
chaba de gozo, pero cuando nos decía que
esto no es sino una gota de agua arrebatada
al mar de las idolatrías todavía imperantes,
pedíamos fervorosamente al Señor que
multiplicara, sin más dilación, por cientos
y por miles, a aquellos setenta misioneros
que se hallaban al pie del altar esperando
ansiosos el momento de ser armados ca­
balleros de Cristo, y llevar triunfantes sus
pendones a través de las tierras que les
habían sido señaladas; pedíamos desde lo
más hondo del alma que pronto podamos

L o s e x a lu m n o s d e T u r in ir ib u ta n u n b o m e n a je a lo s c o m p a ñ e r o s q u e d ie r o n s u v id a e n la G r a n G u e rra
y e n l a C r u z a d a d e lib e r a c ió n d e E s p a ñ a .

281

ver todos los mares cubiertos de velas y
todos los cielos de alas tripuladas por los
ejércitos de estos nuevos Cruzados.
Hemos dicho que los misioneros eran
setenta, pero ello no quiere decir que sea
éste el número de los que han partido el
presente año. Otros tantos, y alguno más,
habían ya tlejado las playas italianas cuando
se celebró la fiesta, elevándose por con­
siguiente en números redondos, a 151 los
salesianos y alrededor de 100 las Hijas de
María Auxiliadora que han ido este año a
cubrir bajas o a ensanchar el área de las con­
quistas. Los tiempos cambian, las necesi­
dades se hacen cada día más apremiantes,
y será muy difícil, en lo sucesivo, que
todos nuestros misioneros puedan, como
antes, esperar a que llegue octubre para
recibir juntos el santo crucifijo en la Ba­
sílica de María Auxiliadora, y el abrazo
de despedida de sus Superiores y amigos,
de sus parientes y hermanos en religión.
La hermosa jornada ha sido, como siem­
pre, rica de santas emociones por parte
del público que llenaba naves y capillas,
y férvida de protestas de ofrecimiento al
Señor por parte de los Misioneros.
Abierta con la solemne misa de la ma­
ñana que celebró el Rector M ayor, vióse
coronada, por la tarde, con esa sugestiva
cadena de ceremonias tiernísimas que com­
prenden el canto de los salmos del hiñerarium, la plática del Misionero veterano, ya
ducho en las lides del apostolado; la ben­
dición y entrega de los crucifijos y el abrazo
paterno del Rector M ayor que despide a
sus hijos, uno a uno, en nombre y represen­
tación de San Juan Bosco, como Cristo
despedía a sus Apóstoles cuando les en­
viaba a evangelizar las gentes.
Con su acostumbrada dignación, nuestro
Emmo. Cardenal Arzobispo, M ons. M aurilio Fossati, bendijo e impuso los cruci­
fijos y dió luego la Bendición Eucarística,
dirigiendo al fin a los abnegados Salesia­
nos próximos a partir un saludo cariñoso,
recordándoles las magníficas promesas de
Jesús y augurándoles grandes y espléndi­
das cosechas de almas.
L a partida.

¡Q u é hem w so, después de la fiesta, ver
la santa impaciencia con que parten nues­
tros misioneros, yendo, un grupo tras otro,
en demanda de los puertos donde conver­
gen estas grandes líneas de navegación que
zSz

recorren todas las latitudes y cortan todos
los meridianos del globo!
¡ Paso a los invictos legionarios de C risto !
i Paso a estas falanges m agníficas! como las
llama Pío X I.
Oigan, oigan todos los cristianos el him ­
no que entonan, al pasar, estas falanges de
misioneros, que es el himno que cantaba el
Apóstol San Pablo: Charitas Christi urget
nos. Oigan al mismo Apóstol alabando y
magnificando el sublime desprendimiento
de estos hombres; Tenedles en grandes
estima — decía — porque en defensa de
los intereses de Dios se exponen hasta a
morir, no importándoles perder la vida.
¡A h !, que al ver a estos hombres sepa
nuestra sociedad moderna, saturada de
odios, que la verdadera caridad tiene aún
héroes auténticos; que las facciones polí­
ticas ebrias de violencias fijen los ojos, si­
quiera por un instante, en estas huestes
elegidas que se lanzan a pregonar por el
mundo el reino y la paz de C risto ; que a
la inmensa gusanera de supremos egoísmos
brotada en los fangales del renaciente pa­
ganismo, exaltador de todos los vicios e in­
citador de todas las manifestaciones de una
vida indigna y bestial, sirva de reproche
saludable este gesto gallardo de unos hom ­
bres y de unas mujeres que, férvidos de
ideal y henchidos de generosidades, mar­
chan a sacrificarlo todo, incluso su propia
vida, en aras del bienestar de gentes des­
conocidas, inciviles, a menudo abyectas,
impulsados únicamente por el precepto que
a todos nos une en el vínculo de la Pater­
nidad divina.
Id en paz y en el nombre del Señor,
Misioneros de D on Bosco, les decía aquel
coro potente de voces amigas que en la
Basílica de María Auxiliadora invocaban
sobre ellos las bendiciones del Itinerarium litúrgico. ¡O h , D ios! — clamaba el
sacerdote, y nosotros repetimos con él —
T ú que guardaste ileso a tu siervo Abrahán
por todos los caminos de su peregrinación,
después de haberle sacado de U r de los
Caldeos: guarda, te lo rogamos, a tus sier­
vos: sé su auxilio en los combates, consuelo
en los caminos, refrigerio en el calor, abrigo
en la lluvia y en el frío, sostén en el cans;mcio, defensa en la adversidad, báculo
en los pasos difíciles, puerto en los nau­
fragios, a fin de que conducidos por T i
lleguen felizmente al lugar de su destino
y en todas las vicisitudes de la vida se
vean siempre protegidos con tu auxilio.

La$ bo5a$ U oro íie la Obra
$ak$iana en Jnqlaíerra

Entre los consuelos que la Divina Pro­
videncia tenía reservados a su fiel Siervo
San Juan Bosco, en su- lecho de muerte,
merecen señalarse dos de especial impor­
tancia: la noticia de que sus Hijos habían
puesto pie en el Ecuador, y la de que en
Londres había surgido una Casa Salesiaria, la
primera de Inglaterra. Sus últirrias bendicio­
nes fueron para estas dos naciones: ¡ Ben­
digo al Ecuador! {Bendigo a Inglaterra!
Nuestro gran Patriarca, cuyo corazón
era capaz de abrazar al mundo entero, vio
de este modo realizado, antes de irse al
cielo, uno de sus más vehementes deseos, a
saber, que también en Inglaterra hubiese un
campo de trabajo para sus salesianos.En sus
diversos viajes a Roma había trabado a mis­
tad con distinguidos eclesiásticos ingleses
e irlandeses, y fueron varios los jóvenes
de estas dos naciones a quienes propuso se
hicieran salesianos para, una vez prepa­
rados, enviarlos a abastecer sus primeras
fundaciones allende el canal de la Mancha.
Excitábanle a la realización de este pro­
yecto las muchas visitas que recibía en
Turín de ilustres personalidades católicas
inglesas, que en el Oratorio hallaban siem­
pre una acogida en extremo cordial. Pero
Don Bosco, antes de decidirse, esperó,

como acostumbraba hacer siempre, a que
el cielo le indicara de algún modo su vo­
luntad, y ésta se hizo manifiesta por medio
del Santo Padre León X I I I , que le expresó
formalmente la conveniencia de que los
salesianos se establecieran en Inglaterra.
En vista de ello, D on Bosco escogió a
algunos de sus religiosos y, en noviembre
de 1887, llegaban estos a Londres, teniendo
que acomodarse en dos pequeñas habita­
ciones alquiladas y hacerse cargo de una
pobre iglesita de madera que, los domingos
y demás fiestas de guardar, utilizábase para
el culto y los demás dírs de la semana
ser^^ía de escuela para los niños de aquellos
barrios. Era tanta la pobreza y la escasez
de medios de aquellos salesianos que el
Obispo diocesano extrañábase sobrernanera de que D on Bosco aceptase fundacio­
nes de aquella índole.
La ardiente devoción que el Santo tenía
al Sgdo. Corazón de Jesús hizo que con­
sagrara a El aquel primer brote de la obra
salesiana en Inglaterra, y con la divina efi­
cacia de esta devoción y la fuerza de pene­
tración de! sistema educativo salesiano, todo
impregnado de amor y espíritu de sacrifi­
cio, consiguió que dicha obra se extendiera
prontamente por aquella tierra en la que —

283

n

á:

\

0 « xtrriha ahujo: I n g la te rra . O x fo rd . - E s tu d ia n ta d o F iio s ó flc o y U n iv e r s ita r io . — I r la n d a . - N u e s tr a E s ­
c u e la A g r íc o la d e L i m c r ic k . — I n g la te r r a . - N u e s tr o s a s p ira n te s d e la E s c u e la A g r íc o la M is io n e r a d e S h r ig le y
co n su s c a rro s d e a s a lto a lin e a d o s y s u s a r m a s p r e p a r a d a s p a r a la s b a t a lla s d e l c a m p o .

284

I i^ la t e r r a . • N u e s tr o s n o v ic io s .

I n g la te r r a . - L a E s c u e la d e A rte s y O fic io s d e l C a b o d e B u e n a E s p e ra n z a .

28*

como decía el Cardenal M anning — sólo
sirviéndose de métodos paternales inspiratios en una gran caridad es posible con­
ducir de nuevo a Dios a tantos corazones
liclados por la Reforma protestante.
Pero si los principios fueron difíciles no
faltaron los consuelos y la ayuda sensible
de la Divina Providencia. U n joven sacer­
dote inglés, Francisco Bourne, a quien Don
Rosco liabía conocido en el Seminario
de San Sulpicio de París y hospedado más
tarde en su Oratorio de Turín, ofrecióse en
seguida a ayudar a los salesianos, dándose
todo a ellos y llegando muchas veces a
aceptar bondadosamente su pobre mesa e
incómoda habitación. Aquel sacerdote fue
más tarde el Cardenal Bourne, Arzobispo
de Westminster, y a él se debe principal­
mente el que la obra de D on Bosco se
halle hoy tan conocida y difundida en el
Reino Unido.
Después de diez años de trabajos he­
roicos, la pequeña iglesia de madera con­
virtióse en la grande y magnífica iglesia
parroquial del Sgdo. Corazón, con escuelas
adjuntas frecuentadas hoy por más de 400
niños.
En 1896, la colmena de Londres había
crecido tanto que hallábase ya en condi­
ciones de enjambrar, y envió a Sud Africa
a algunos de sus miembros para que fun­
daran en la Ciudad del Cabo una Escuela
de Artes y Oficios, allí única en su género,
y, pnieba evidente de que seguían cayendo
sobre los Hijos de Don Bosco las bendicio-

iria m tu . • K c c u c rü o d e la v is ita d e l P te s id c n ie ü e la
R e p ü b U ca , lix m o . S r. D e V a lo r a , n n u e s tra E s c u e la A j r i c o la d e S a n I s id ro d e D rum ree-W aiT estovi-n .

286 - -

nes del cielo, el siguiente año surgía en
Burtwash un Noviciado canónico, y a raíz de
la gran guerra, otra Casa para aspirantes, no­
vicios y estudiantes de filosofía, en Oxford.
Simultáneamente, domiciliábase también
la Obra en Irlanda, con el establecimiento
de una Colonia Agrícola en Lim erick que
hoy goza de gran crédito y tiene además
una Sección de aspirantes a misionero.
Las vocaciones misioneras salesianas en
Inglaterra han sido particularmente abun­
dantes en este último decenio. En Shrigley,
sito en el mismo corazón de la isla, ha
habido necesidad de abrir un gran Colegio
para Misioneros capaz de contener a 150
jóvenes, y de aquel magnífico plantel han
salido ya muchos que actualmente ejercen
su apostolado en la India, Siam, Japón e
Hispanoamérica. Para el sostenimiento de
estos jóvenes aspirantes, tanto en Inglaterra
como en Irlanda, se han organizado con
gran sentido práctico Grupos llamados
Apostólicos de María Auxiliadora, inte­
grados cada uno por 12 celadores, que
recuerdan a los doce apóstoles. Dichos
grupos tienen a su cargo recaudar géneros
y recursos en metálico para subvenir a
todas las necesidades de los cuatro años
de aspirantado, y hasta ahora Dios ha ben­
decido sus trabajos con prodigiosas gene­
rosidades.
Faltaba todavía en Inglaterra una Obra
para los huérfanos, que son los predilectos
de San Juan Bosco, y precisamente el día
mismo en que tuvo lugar en Roma su Ca­
nonización, abriéronse en Blaisdon unas
^Escuelas Profesionales para ellos y una
Colonia Agrícola.
Estas fundaciones han sido las últimas
efectuadas, haciendo ascender a 14 el nú­
mero de Casas que actualmente tiene a su
cargo la Inspectoría Anglo-Irlandesa. Los
salesianos son allí 298 y, en las diversas
casas de formación, se preparan a engrosar
sus filas 43 adscritos y 210 aspirantes.
El Sr. Obispo de Southark, Mons. A m i­
go, que se ha dignado presidir nuestras
fiestas jubilares de Londres, exclamaba al
fin de uno de sus más elocuentes discursos:
« Esto es obra del Señor. Esto que estamos
viendo es una maravilla *.
Las solemnidades del Cincuentenario han
sido coronadas con la inauguración de un
grandioso templo dedicado a San Juan Bosco
en Shrigley. La fiesta fu e conmovedora y
grandiosa, asistiendo miles de personas,
muchas de ellas, de Irlanda v Escocia.

DESDE LAS TRINCHERAS
DE ESPAÑA
Carta de un ex alumno.
Frente del E b ro , octu bre de 1938..

A nuestro atormentado frente llegan los
ecos de las grandiosas Fiestas Salesianas
del X V Capítulo General y de la in a u ^ ración de las obras realizadas en la Basílica
de María Auxiliadora. Para nosotros, A n ­
tiguos Alum nos, todo eso es un consuelo
y es una gloria.
¡Cuántas veces, en la febril actividad de
las trincheras, mientras se prepara un alo­
que o se rechaza un asalto, y cuántas más,
entre combate y combate y aun en la
misma ferocidad de un cuerpo a cuerpo,
hemos pensado en María Auxiliadora, en
nuestro Padre D on Bosco, y hemos invo­
cado y experimentado su protección! El
recuerdo de nuestros Colegios revive po­
tente en nosotros y espiritualmente nos
unimos a todos los E x Alumnos que de
un modo o otro luchan en las batallas de
la vida.
A esto ha contribuido, sin duda alguna,
la presencia, entre nosotros, de los L egio­
narios Italianos, muchos de los cuales son
también alumnos de Colegios Salesianos
o de Oratorios Festivos. He tenido la for­
tuna de tratar a algunos de ellos. A las
primeras frases éramos ya como conocidos
antiguos, como compañeros de siempre.
La educación salesiana imprime como un
sello inconfundible. Nos queremos corno
hennanos. Nos amalgamamos en unos m is­
mos sentinuentos. Y los demás nos distin­
guen. N os distinguen por esa especial ale­
gría y ese optimismo que, aprendidos un
poco inconscientemente en los Colegios,
penetran y saturan toda nuestra vida, aun
en la guerra, aun en las trincheras, aun
en el fragor de las batallas.
En las trincheras rezamos el R o^ rio to­
dos los días; muchas veces me imagino estar
en la capilla del Colegio de Sarriá, y veo
ese magnífico altar dorado que sirvió de
reclamo y de modelo de tantos otros como
para muchos lugares de España y fuera
salieron de nuestras Escuelas de Artes y
Oficios. A llá nos sonreía María A uxilia­
dora. Este recuerdo me hace un bien muy
grande, v lo mismo a mis compañeros,
que no son escasos. L o s rojos, al apode­

rarse de nuestras amadas Escuelas, quema­
ron el Altar, como quemaron los bancos y
todas las estatuas y pinturas, y profanaron
la iglesia. ¡Bárbaros! o mejor, ¡inconscien­
tes ! E l Señor les perdone y María A uxilia­
dora los convierta.
Y o todavía tengo un rosario o corona que
me regaló D on Eudaldo Conill, que era
nuestro Catequista (i), y siento una devoción
especial cuando rezo con él. M uchas veces,
tanto yo como mis compañeros, hemos
experimentado la protección de María A u ­
xiliadora, m uy visible. Su medalla nos
acompaña siempre. A yer no más recibí un
gran favor. F ui encargado de tomar, con
mi pelotón, un pequeño olivar, desde donde
nos acribillaban los rojos. «¡V iva Cristo;
¡arriba España; María Auxiliadora, pro­
tégenos! » grité al salir al asalto. Las balas
rojas llovían, rozaban nuestras siluetas, una
llegó a golpearme, pero resbaló sobre la
medalla. Tom amos el olivar y ni uno solo
de nosotros cayó. ¿No es eso un verdadero
prodigio ?
Pero la campaña es dura, es terrible. Se
lucha contra el hombre, la tierra, el tiempo.
Nuestra moral es altísima. Sabemos que
combatimos por Dios y por la civilización
cristiana. Y que el mundo civilizado lo
comprende así y nos acompaña con sus
simpatías y sus oraciones. Sabemos espe­
cialmente que nuestros antiguos Superio­
res y todos los Salesianos y todos los A nti­
guos Alumnos ruegan por nosotros. Nues­
tro Caudillo glorioso es un hombre provi­
dencial. Y esto también nos conforta. La
victoria es indefectible y tal vez está cer­
cana. Nos consta que el Generalísimo
quiere mucho a los Salesianos y que espera
mucho de ellos para la regeneración de la
Patria. Nosotros, los Antiguos Alumnos,
ajTidaremos cuanto, nos sea posible. El
Sagrado Corazón reinará en España. El
Tibidabo y el Cerro de los Angeles serán
gloriosos como nunca.
A l terminar triunfalmente la guerra, es­
peramos ver el Santuario de María Auxilia­
dora restaurado, orar ante el Altar de nues­
tro Padre D on Bosco y saludar a los ama­
dos Superiores y a nuestros Colegas los
Antiguos Alumnos de Italia.
E . B. F .
ex alumno salesiario.
(x) U n o d e lo* m ucho* y beaem érítos sacerdote» *acrificado* p o r la borda anarco-conm nista en lo» primero»
días del mo^•imiento *ah-ador.

287

LA OBRA DE DON BOSCO
Relaciones enviadas al Recior Mayor.

A R G E N T IN A - Rodeo del Medio. —
L os ex alum nos del C olegio D on Rosco
festejan su Día.
Otro gran día de los ex Alumnos se celebró
en Rodeo del Medio.
Es difícil dar una idea de la magnífica jor­
nada del 14 de agosto en este Centro privi­
legiado.
230 muchachos jóvenes, fuertes, alegres,

la estatua de San Juan Bosco por las calles
de Rodeo del Medio, asentando así las bases
de una nueva práctica que con el correr del
tiempo llegará a ser tradicional en las fiestas
de los ex Alumnos.
Don Bosco en triunfo, paseando su figura
paternal y derramando el perfume de la san­
tidad entre su pueblo, fué uno de los puntos
que sobresalieron entre los demás del nutrido
programa desarrollado. Aquí desbordó el en-

is id r o (A rR c n .in a ). . A u to r id a d e s y m ilU a r e s q u e p re s id ie ro n la fie sta p a tr ió tic a .

oyendo su misa de domingo con tanto recogi­
miento y devoción como si fueran una comu­
nidad de austeros frailes. ¿ No es ésto un
triunfo, amigo lector? Que lo digan sino las
impotentes furias de los sectarios izquierdistas
y del mismo demonio que en esc día hubieran
mordido rabiosos a nuestros bravos mucha­
chos.
lY qué graves, qué compuestos y emocio­
nados se acercaban al mismo altar de su niñez,
esos hombres que hoy son el sostén de nues­
tro sistema social, para recibir el suavísimo
manjar de los tuertes!... para dar entrada en
sus recios pechos al mismo Jesús que reci­
bían cuando niños!.
D on B osco kn t r r n f o . — Por primera
^ez. en nuestro Centro, se llevó en procesión

288 -

íusiasmo del brillante orador salesiano Sr. Car­
los Conci, venido expresamente para estos ac­
tos, quien, en una improvisada tribuna sobre
el atrio del Santuario de María Auxiliadora, arengó a los soldados de Cristo allí presentes;
trasmitióles el fuego de su ardiente' celo por
la gloria de Dios y la causa católica, e hizo
votos por la grandeza siempre creciente de la
Obra de Don Bosco en Rodeo del Medio.
E l mausoleo del P.adbe P edrolini. — No
podía faltar, en un programa tan completo
como el que se había preparado, la visita a la
tumba del Padre Pedrolini que fué fundador y
primer Director de este Centro y su mejor
impulsor hasta el día de su llorada muerte.
Allá fué el piadoso enjambre juvenil a musi­
tar una plegaria que brotó de todos los pechos.

EN ESPAÑA Y AMERICA
E l almuerzo. — Son las 13, hora fijada
para el almuerzo. No hace falta esta vez que
la sonora campanita de antaño anuncie la en­
trada al comedor, porque los bien dispuestos
ex Alumnos ocupan ya a esa hora todos los lu­
gares disponibles en tomo a las blancas mesas.
A una orden del Padre Director, se rezan
las oraciones y luego se da comienzo al fra­
terno ágape. Ocupan la mesa de cabecera, el
R. P. De Andrea y parte del personal salesiano; delegados del Centro de Mendoza y
el de San Juan; distinguidos oficiales del Ejér­
cito Nacional; el intendente municipal del
Departamento, Sr. Pedro F. Masetto, también
ex Alumno; varios profesionales, Diputados,
médicos, abogados, etc. Tiene allí también
un lugar el R. P. Tomás Yoxmg, quien lo
ocupa raras veces, pues durante todo el tiempo
del almuerzo va y viene departiendo con cada
uno de sus queridos muchachos.
Las mesas que ocupan los comensales son
diez.
En uno u otro punto, durante este acto,
estalla un sonoro ¡Viva! dedicado a algunos
de los Superiores y una salva de aplausos
corona la impulsiva manifestación de afecto.
D iscursos. — Ya cerca de los postres, el
Padre Director llama a silencio y el Secre­

tario da lectura a ima carta que en\aa el Rmo.
P. Ricaldone firmada de su puño y letra.
Un estmendoso aplauso rubricó la lectura
de dicha carta, demostrando así la efectiva
adhesión de todos los ex Alumnos al Sucesor
de Don Bosco.
Requerido por los comensales, usó luego de
la palabra el laureado poeta ex alumno, don
Julio Fernández Perez, quien lo hizo en nom­
bre del Centro local, ganando nutridos aplau­
sos por la fluidez de su palabra siempre galana
e insinuante.
Del Centro de Mendoza hablaron el señor
Senador Edmundo del Bó y el doctor Ricardo
Monfarrel, dos paladines de la causa católica,
haciéndolo ambos con la vigorosa elocuencia
que los distingue. Seguidamente tomó la pa­
labra, en nombre de la sección juvenil del Cen­
tro local, el señor Mario Roberto, quien logró
aumentar aún más el entusiasmo reinante.
A instancias de sus numerosos ex Alumnos
presentes, hubo de ocupar luego la tribuna de
los oradores el R. P. Enrique Ferlini, e iban
transcurridas ya más de dos horas desde que
empezó el banquete, no obstante lo cual fué
nuevamente requerido para hablar el fogoso
tribuno Sr. Carlos Conci, insigne sociólogo
argentino, de destacada actuación en las es­
feras literarias.

S a n I s id ro ( A r s e n t io a ) . - L a s e s c u a d r a s g im n á s t ic a s e n c o r r e c ta

o r m a c ió n .

289

Siguieron al discurso del señor Conci unas
afectuosas palabras del R. P. Young, quien
nuevamente llegó hasta el alma de sus oyentes.
Por último, y a pesar de sus negativas, hubo
de poner el broche de oro a los abundantes
discursos el R. P. Juan de Andrea. La facilidad
de palabra que lo distingue y la finalidad de
sus expresiones, todas encaminadas a imprimir
con más fuerza en el ánimo de los buenos ex
Alumnos el sentimiento de gratitud hacia esta
I'-scuela que fué el hogar de su niñez, corona­
ron dignamente la serie de discursos. Después
de esto, y previo el rezo de un Ave María,
dióse fin al simpático acto en que durante tres
largas horas reinó la más simpática y efusiva
familiaridad.
A las 17.3® cl R. P. Director dió lectura a
la nómina de los miembros de la nueva Comi­
sión Directiva elegida por la mañana, que ac­
tuará en el período 1938-39, la que fue acla­
mada con un aplauso cerrado, y con este acto
dióse por terminada la amable jornada.
ARGENTINA - San Isidro. —
patriótico.

Festival

El Domingo 25 de septiembre, se realizó
en forma brillante un festival patriótico y tor­
neo gimnástico en el gran patio del Colegio
Santa Isabel, convenientemente engalanado
con banderas, gallardetes y trofeos de la pa­
tria.

ñas. Fué una prueba de valentía, esfuerzo y
arrojo.
Los cantorcitos lucieron sus frescas y melo­
diosas voces con la canción «Salve Patria»
del Maestro Pedrolini S. S.
El salto en el- caballete fué otro número del
programa que agradó mucho.
Después de la tradicional canción de nues­
tros veteranos legionarios, « Curupayti», can­
tada a todo pulmón por los pequeños gimnas­
tas, se ejecutó el mejor y más sorprendente
de los números, el gran conjunto gimnástico,
en el que intervinieron todas las secciones
con sus diversos aparatos ejecutando cada una,
al unísono y al compás de la música, áu ejer­
cicio propio. Este fué, sin duda alguna, el nú­
mero que más elogios cosechó, siendo intermi­
nables los aplausos con que premiaron tan
magnífica exhibición.
Después del triple hurra a la Patria, y al
compás de una marcha, las divisiones desfila­
ron ante el palco oficial retirándose con legí­
tima satisfacción por el nuevo triunfo obte­
nido.
COLOM BIA - Barranquilla. — Fiesta de
María Auxiliadora.

De una manera digna y piadosa se celebra­
ron el mes y la fiesta de Nuestra Madre Au­
xiliadora en nuestro Templo parroquial de S.
Roque.
Una muchedumbre fervorosa llenaba todas
A la hora indicada, una compacta y selecta
las
noches las amplias naves del templo, de­
concurrencia llenaba los amplios locales. AI
son de una marcha ejecutada por la banda mi­ s e o s de tributar amor y cariño a la que es
auxilio seguro en todas las tribulaciones. Con
litar del Regimentó N® i de Infantería <«Patri­
fe
ingenua y digna de encomio todos escribían
cios )>, amablemente cedida por el Exemo. Sr.
Ministro de Guerra, fueron presentándose con cartitas cariñosas a la Sma. Virgen que eran
colocadas a los pies de su altar, y en las cuales
g-allardía y corrección las varias divisiones.
se
le pedían gracias y se le hacían las más
Momento emocionante el del izamiento de la
insignia patria por el representante del Exemo. generosas promesas.
La antevíspera de la fiesta, se acercaron por
Sr. Gobernador de la Provincia de Buenos
primera
vez al Banquete eucarístico más de
Aires, Sr. Dn. Fausto Etcheverry, Diputado
tres centenares de niños y niñas parroquia­
Provincial.
nos nuestros.
^El alumno dcl 50 Año Nacional, Roberto
La fiesta sobresalió por la abundancia de
Taiana, en representación de sus compañeros,
comuniones
y por el fervor mariano que se
dirigió un afectuoso saludo a las autoridades
notó
en
la
inmensa
multitud que asistió, a pe­
y a los generosos bienhechores de la obra.
sar de ser día de trabajo. La procesión, que
Cantado el himno a la Bandera, se iniciaron
recorrió las más importantes calles de la po­
los ejercicios gimnlsticos. El conjunto de capulosa ciudad, llamó la atención de cuantos
listcnin, ejecutado al ctnnpás de la música por
la presenciaron por el orden y por el arte con
todas las divisiones al mismo tiempo, llamó
que desfilaron los catorce pabellones de flores
podea>samente la atención del público.
conducidos por grupos selectos de niñas de
Los alumnos mayores conquistaron genera­
todos los colegios de la ciudad. La artística
les muestras de aprobación al realizar con el
carroza de la Reina Auxiliadora representaba
más completo éxito las seis pirámides humauna grande estrella sobre tm mar sereno, en

290 ---

cuyas ondas parecía caminar la que es Estrella
del mar y salvación de los náufragos que na­
vegan por el borrascoso piélago del mundo.
Sirvan estas poéticas solemnidades para
aumentar el número de los hijos devotos de
la dulce Auxiliadora.
COLOM BIA - Bogotá. — Exito de una
Exposición didáctica artística de las
Hijas de María Auxiliadora.

Ha tenido el más completo éxito la exposi­
ción didáctica y artística organizada por las
Hijas de Maria Atixiliadora, con motivo del
cuarto centenario de la fundación de Bogotá.
La exposición está dividida en diversas sec­
ciones, de todas las cuales daremos una breve
reseña, no pudiéndolo hacer de manera ex­
tensa por falta de espacio. Respecto de la ense­
ñanza infantil, se puede apreciar el método
i<Agazziano » aplicado por Sor Honorina Lanfraneo.
Respecto de la primaria, es sorprendente la
manera como las Hijas de María Auxiliadora
han interpretado y desarrollado la escuela
activa, siguiendo un admirable proceso cien­
tífico.
En la enseñanza secundaria han realizado
una meritísima labor que ha dado gran re­
nombre a sus colegios. El desarrollo e ilus­
tración de los programas de geografía, cien­
cias físicas y naturales y geometría, ejecu­
tados por las alumnas de bachillerato, son
muy notables. La religión, la literatura, la meca­
nografía, el dibujo, la pintura y la caligrafía,
tienen una esplendida documentación didáctica
a la’ vez que artística.
En un hermoso mapa de Colombia elabo­
rado en el Noviciado de las Hijas de María
Auxiliadora, está representada la estadística de
las casas de la comunidad. Es de admirar la
obra que lleva a cabo la comunidad en el
leprosorio de Contratación y en el Asilo de
Guadalupe, con las niñas hijas de enfermos,
a quienes se les enseñan toda clase de labores
útiles y se las prepara para las luchas de la
vida.
En la sección artística y de labores hay
verdaderas preciosidades en cuanto a borda­
dos en blanco y en colores, sobresaliendo un
gobelino elaborado en el taller de María Auxi­
liadora de Bogotá que representa con lujo
de detalles unos leones, ejecutados con ver­
dadera maestría. De las casas de Antioquía
hay magníficas pinturas y bordados, orna­
mentos sagrados que no solamente igualan,
sino que superan a los extranjeros. Son sor­

prendentes las filigranas de repujado en cuero,
eh cobre y en estaño.
Hay trabajos muy interesantes, como úna
alegoría de Colombia y im estudio de la con­
gregación, ejecutados en marquetería por la
Hermana profesora del colegio de Bogotá; dos
cuadros con pasta de papel hechos en el Cole­
gio de Chía: muchos objetos artísticos elabo­
rados con conchas marinas por las hermanas
de Cartagena; hay objetos ejecutados en vi­
drio y en paja y una multitud de artísticos
álbumes de cada colegio con hermosas foto­
grafías y leyendas.
Las Hijas de San Juan Bosco son acreedo­
ras a los más justos aplausos.
CHILE. — Las bodas de oro de la Obra
Salesiana en Talca.

1888 - Fundación.
Podemos decir de Talca, tierra bendita de
Chile, como de Belén de Judea, que no es la me­
nor entre las ciudades importantes de la Patria.
En ella nació el santo Sacerdote Julio Cruz que
invirtió toda su fortuna en comprar el terreno
para la Obra Salesiana. En ella nació la Ma­
dre Religiosa del Sgdo. Corazón, Teresa Serra
que interesó a su cuñada, la Sierva de Dios
Da. Dorotea, en la fundación de Talca.
En ella nació esta inmortal Sier\'a de Dios,
que quizás en tiempos no lejanos veamos ele­
vada al honor de los altares, Da. Dorotea, la
que decidió a Don Bosco, en 1886, cuando
el Santo estuvo en Barcelona, a que fundara
en Talca, enviando ella los primeros mil
pesos y la estatua del Sgdo. Corazón que
campea a la derecha del altar mayor. En Talca
nació la inolvidable Dama, Da. Mariana Silva,
fundadora del Colegio del Salvador y del Pa­
tronato que lleva su nombre. En Talca flore­
cieron D. Jorge Cruz y Da. Lucrecia Munita
fundadores del Colegio de las HH. de María
Auxiliadora. De ella salieron los cinco prime­
ros Salesianos Chilenos, algunos de los cuales,
como el P. Salcedo y el P. Meza, han asistido a
las fiestas cincuentenarias. En ella nació el
actual obisjK) Salesiano, Mons. Arturo Jara.
8 de Septiembre - H omenaje de los C ole­
— Recepción cariñosa de las Delegacio­
nes de Provincias. Inauguración de los trabajos
de la Escuela-Talleres y del Colegio del Sal­
vador por el Exemo. Sr. Obispo Diocesano.
Vísperas Pontificales por el Exemo. Sr. Dr.
D . Manuel Larraín Errázuriz, Obispo auxiliar
de Talca. El Rdo. P- Francisco Salcedo, Pri­
mer Salesiano Chileno y Talquino, recordó
gios .

— 291

T a ic a (C h ile ). - B e n d ic ió n d e la e s ta tu a d e C ris to S a lv a d o r.

T a lc a . • A u to r id a d e s q u e p r e s id ie r o n la s fie sta s c in c u e n te n a ria s .

292

T a lc a . - D e le g a c io n e s d e lo s C o le g io s y E x a lu m n o s .

T a lc a . - E l a c to lit e r a r io d e l te a tr o m u n ic ip a l.

293

en su sermón los tiempos heroicos de la Fun­
dación. Por la noche, concierto de Bandas en
el patio del Colegio con mucho público.
(j de Septiembre - H omenaje de las C omu­
- R eligiosas. — El Excmo. Sr. Dr.
D. Manuel Larraín Errázuriz celebró la Misa
de Comunión de los Alumnos internos. La
de los Externos fue oficiada por el Rdo. Sr.
1). Clemente Korda, Director del Colegio.
La Misa Pontifical por el Excmo. Sr. Dr.
D. Arturo Jara Márquez, Vicario Apostólico
de Magallanes. El bien amaestrado clero in­
fantil lució sus nuevas sotanitas de color púr­
pura.
líl Superior de los Dominicos, muy Rdo.
P. J.,uÍ8 Mac-Ynterey escogió por tema de su
panegírico: «Dejad que los niños vengan a
mi ». Erigió grandioso monumento a los niños,
delicia del Corazón de Jesús y pupila de los
ojos de Don Bosco.
líl canto estuvo a cargo del Patronato Ma­
riana Silva (Santa Ana). Sorprendió a la nu­
merosa concurrencia el que 400 voces disci­
plinadas ejecutaran en puro gregoriano Sacerdos et Póniifex, Misa de Angelis, partes va­
riables y Christus vincit.
Por la tarde, en la Revista de Gimnasia,
tanto los Artesanos como los Estudiantes del
Colegio del Salvador, y los niños de Santa
Ana, cosecharon nutridos y merecidos aplau­
sos. Asistió selecto y numeroso público. Ame­
nizó el festival la Banda del Regimiento de
Chorrillos galantemente ofrecida por su digno
Comandante. Acto seguido, el Excmo. Sr. Dr.
D. Carlos Silva Cotapos, Obispo Diocesano,
ante un mar de gente, bendijo la artística esta­
tua de Cristo Salvador. El Rdo. P. Andrés
Fernández, Misionero del Inmaculado Cora­
zón de María, pronunció una preciosa alocu­
ción. En las vísperas pontificó el Excmo. Sr.
Dr. D. Arturo Jara Márquez. El conferencista,
Rdo. Sr. Jorge Labarca B., Párroco dcl Sa­
grario, en tonos elevados cantó las glorias salesianas.
Iluminación y festival de Baiulas como el
día anterior.
nidades

10 de Septiembre - Il0MEN.\jE DE LOS CooPEKADORES Y Ex ALU.MNOS.
Celebró la Misa de
Comunión de los internos el Excmo. Sr. Dr.
D. Arturo Jara Márquez, y la de los Externos
el Rdo. Sr. D. Enrique Buj, Director del Pa­
tronato Mariana Silva (Santa Ana).
Misa Pontifical por el Excmo. Sr. Dr. D.
Jorge Larraín Cotapos, Obispo de Chillán.
El ya mencionado P. Andrés Fernandez esco­
gió por tema de su panegírico aquellas memo-

294

rabies palabras de Don Bosco: « María Auxi­
liadora lo ha hecho todo ». Fué rememorando
las grandes conquistas de las almas por los
Salesianos e Hijas de María Auxiliadora en el
transcurso de los cincuenta años.
A las tres de la tarde, gran Velada en el
Teatro Municipal.
1) Milonette - Obertura por la Banda de
los Artesanos del Salvador.
2) Voces de júbilo por la Schola Cantorum
del Colegio.
3) Discurso por el Sr. Guillermo Saavedra,
Ministro de la Corte de Apelaciones. Fué es­
cogiendo las espigas más granadas y doradas
de la vida de D. Bosco. En tonos encomiásti­
cos dijo que se gloriaba de pertenecer a la
gran Familia Salesiana, ya que en ella se educan sus hijos.
4) Sinfonía por la Banda del Chorrillos.
5) Canto lírico a la Obra de Don Bosco
por el Presbítero Salesiano, D. Juan Olave
V. Enfermo y con alta fiebre entonó su canto
y con su fiebre contagió de tal manera al pú­
blico que éste se rompía las manos aplaudiendo
al poeta. Cantó a Talca, cantó a Don Bosco
y a sus hijos y cantó a la Madre Mazzarello
y a sus Hijas.
6) El Rey Chico-Zarzuela por los alumnos
del Colegio del Salvador.
7) Conferencia por el Excmo. Don Juan Suberzaseaux E., Obispo de Linares. Pocas vece»
hemos oído hallar de D. Bosco con tanta sen­
cillez, amenidad y cariño.
8) Jerusalem - Verdi. Ejecutado por el Co­
legio de las HH. de María Auxiliadora y por
la Academia Musical « Santa Cecilia».
El Director del Colegio, en cariñosas frase,
agradeció a los innumerables admiradores,
amigos y Bienhechores de la-Obra Salesiana
en Talca, su adhesión a ella y su constante
cooperación.
A la salida del teatro nos sorprendió gratísimamente la delegación del Colegio Salesiano
de Concepción. En número de 180, vestidos
de blanco, con su bandera tricolor y bandas
de pitos, trompetas y banda de música, desfi­
laron ante el público que salía del teatro y se
agolpaba en la calle. En pos de ellos desfilaron
luego los demás Colegios Salesianos y todo
Talca, dirigiéndose al templo para la colocación
de las Placas conmemorativas y para las Vís­
peras Pontificales que ofició el Excmo. Sr. Dr.
D. Jorge Larraín Cotapos.
II de Septiembre - H omenaje del C lero
Y P ueblo de T alca. — Misa de Comunión
General, y Misa Pontifical por el Excmo. Sr.

T
Dr. Don Carlos Silva Cotapos, con asistencia
de los demás Excmos. Sres. Obispos.
Panegírico por el Excmo. Sr. Dr. D. Ma­
nuel Larraín Errázuriz, Auxiliar. Con len­
guaje encomiástico afirmó solemnemente que
Don Bosco fué el precursor de la Acción Ca­
tólica y lo presentó como modelo acabado de
Educadores, de Redentores de la Sociedad, y
de Apóstoles Misioneros.
Acto seguido, desfile de los distintos Cole­
gios con sus respectivos estandartes y Bandas.
Las Autoridades lo presenciaron desde la puer­
ta de las HH. de María Auxiliadora. Todo
Talca vibraba de entusiasmo salesiano.
Culminaron las Fiestas Cincuentenarias con
la grandiosa Procesión que fué un aconteci­
miento jamás visto ni soñado en Talca. Un
mar de gente rindió homenaje a la Virgen de
Don Bosco y a Don Bosco de la Virgen, y a
sus hijos los Salesianos y a las HH. de María
Auxiliadora que siempre se han prodigado
hasta el sacrificio por la niñez.
Mientras las campanas de la esbelta torre
repicaban festivas y las ocho bandas hendían
los aires con sus alegres notas, vimos desfilar
radiantes de gloria a los Colegios Salesianos
del Salvador (Talca), de Linares con sus camisitas azules; los de Concepción vestidos de
blanco, cautivando la átención del público por
su disciplina, presentación y entusiasmo. Se­
guían las niñas del Oratorio y las Ex alumnas
en número considerable y los Colegios de las
HH. de María Auxiliadora de Talca, Linares
y Molina.
En pos de ellas, una verdadera visión del
cielo, el anda de María Auxiliadora primoro­
samente adornada y circundada de angelitos.
Bien por las HH. de María Aux. que saben
eproducir escenas tan celestiales. Seguían las
nutridas y devotas cofradías del Salvador, de
l>s RR. PP. del Corazón de María y de la
Parroquia Matriz del Sagrario y los Coopera­
dores Salesianos. Cerrando tan magnífico cor­
tijo venían cinco Obispos con sus ornamentos
Pontificales. El Excmo. Sr. Carlos Silva Cotapos, Obispo Diocesano sobrino de Da. Ma­
riana Silva, fundadora de la Obra Salesiana
en Talca, llevaba junto al pecho la Reliquia
de Don Bosco.
¿Concluía con esto la Procesión? No. En
pos venía otro mar de gente. Seguían las
Parroquias de San Luis y de la Inmaculada,
y el Patronato Salesiano de Mariana Silva,
en número de más de cinco mil. Allí los 400
niños del Patronato uniformados, cantando,
rezando y cauti\-ando la admiración del pú­
blico. Seguían los innumerables niños del

C h ile .

- N u e stro C o le g io d e T a lc a q u e h a c e le b r a d o
e l 50° a n iv e r s a r io d e s u fu n d a c ió n .

Oratorio y niñitas del Catecismo Dominical.
Después, precedidos por la Bandera Tricolor,
más sublime que nunca, los Padres de Fa­
milia que hacían eco a las preces de sus hijos.
A continuación, la J. A. C. F. y por fin las
socias incontables de Sta Ana con su cinta azuL
La conclusión de tan imponente manifes­
tación de fe tuvo lugar fuera de la iglesia.

T a lc a . - L a ig le s ia d e l C o le g io
e n u n a d e la s s o le n ;iiid a d e s lit ú r g ic a s .

295

ICl P. Fernández del I. C. de Ma. siempre
tan salesiano, entonó su último himno a la
Obra de Don Rosco. El Sol de la Eucaristía
que ha fecundado durante 50 años nuestra la­
bor nos bendijo en seguida mientras de todos
los ámbitos resonaba el dulce himno:«Cantemos
el Amor de los amores». Si, a ese Amor se debe
todo, y a su Madre, y Madre nuestra, María
Auxiliadora.
PERU - Callao.
Bosco.

En honor de San Juan

Cumplido éxito obtuvo la fiesta celebrada
el 12 de junio por los alumnos de nuestro
Colegio, en honor de San Juan Bosco, en el
año 50° de su glorioso tránsito.
La fiesta se celebró en el local que se está
construyendo en esta ciudad del Callao, como
homenaje al Apóstol de los niños en esta fe­
cha memorable.
A las II de la mañana, los alegres sones de
las cornetas y tambores anunciaban la llegada
de los alumnos.
Formados ante la fachada del nuevo local,
saludan a la bandera de la Patria, que se iza
en esos momentos.
Y proceden a colocarse por secciones, frente
al improvisado altar, en el que el Exemo.
Mons. Octavio Ortiz Arrieta, Obispo de Cha­
chapoyas, oficia una misa de campaña.
Están presentes el Comandante José Va-

T u n ta

296 --

A re n a s (C h ite ).

lega. Alcalde del Callao, el Dr. Rufino Aspiazu, y el Sr. Luis Ego Aguirre, Presidente
y Vice Presidente de la Sociedad de Benefi­
cencia Pública, el representante del Coronel
Prefecto de la Provincia, la Sra. Luisa de Sa­
bogal, el Dr. Carlos Arenas y Loayza, el Dr.
Sabogal, el Revmo. P. José Serra, Vicario
Inspectorial, el R. P. Luis Fassio, numerosos
Cooperadores, Ex alumnos Salesianos y ami­
gos de la Obra Salesiana.
Un altoparlante, convenientemente insta­
lado, ayuda a seguir devotamente la misa.
La banda de música del Colegio acompaña
el canto de los niños.
La banda militar del Regimiento N° 17
ejecuta adecuadas piezas.
Habla Mons. Ortiz. Su palabra es de ala­
banza a Don Bosco y de aliento a los Coope­
radores Salesianos, para que prosigan sin des­
fallecimientos la obra comenzada. Sin ellos
nada podrían hacer los Hijos de Don Bosco.
Con ellos... ahí pueden contemplar ante sus
ojos lo que se ha llegado a hacer en el Callao.
Al fin, desfilan los alumnos hacia el nuevo
campo deportivo.
Allí el Obispo imparte la bendición ritual.
Son padrinos del nuevo campo el Dr. Aspiazu y la Sra. Luisa de Sabogal.
A una señal, la alegría de más de cuatro­
cientos niños llena el campo y atruena el es­
pacio.
Sigue la visita al nuevo local, en donde to­
dos pueden darse cuenta cabal del estado de

• L o s E x alu n ón o s fe s te ja n d o lo s a s a ñ o s d e la fu n d a c ió n d e l C o le g io D o n B o sco .

C a lla o (P e r ú ). - B e n d ic ió n d e l n u e v o c a m p o e s p o rtiv o d e l C o le g io D o n B o sco .

los trabajos y de lo que falta para su termi­
nación.
Por la tarde, en los diversos salones, todavía
sin piso, puertas ni ventanas, funcionan los
kioscos de la kermesse y de la tómbola, orga­
nizadas a beneficio de la obra por varias Comi­
siones de Cooperadores y Ex alumnos. Con
éxito feliz se coronó el esfuerzo de los organi­
zadores, pues el entusiasmo de la concurrencia

fué siempre en aumento hasta las primeras
horas de la noche.
Mientras tanto, en el campo deportivo se
sucedieron \'arios partidos de foot-ball, entre
diversos cuadros integrados por jugadores de
Lima y del Callao.
Bendiga Don Bosco a cuantos han prestado
su cooperación decidida y generosa en pro de
su obra en el Callao.

C a lla o . - M is a d e c a m p a ñ a o fic ia d a p o r M o n s . O c ta v io O r t iz A r r ie ta , o b is p o s a le s ia iio .

297

DE N U E S T R A S M I S I O N E S
Bajo los toldos de Arauco.
A 7ites (le que termine el año en que hetno^
comnetnorado el Centenario del nacimiento
del Cardenal Cañilero, queremos recordar
nuevamente al gran misionero de Don Bosco
y como homenaje a su memoria brindamos a
nuestros lectores esta hermosa página del
escritor salesiano P . Raúl Entraigas.
El 12 de Noviembre de 1886 fu é día de
despedidas. Mons. Fagnano partía para
Santa Cruz y Tierra del Fuego, en el va­
por Villarino, y Mons. Cagliero hacía el
Oeste, aguas arriba por el Río Negro, en
el Limay. Parecía que a los hermanos que
quedaban en Patagones se les había obscu­
recido el día con el sol en pleno cénit.
Tal era la tristeza que reinaba en la casa
por la ausencia de aquellos dos hombres
que llenaban el escenario de las misiones
del Sur.
El hijo del cacique Sayhueque se había
llegado hasta Patagones y, como había po­
dido, había dado a entender el deseo de
su padre y del Cacique Yancuche de que
fuera Monseñor a visitarlos. Y el Obispo
Misionero no se hizo esperar. Ocho días
de navegación y ya estaba el Prelado frente
a Chichinales, lugar donde Sayhueque te­
nía sus reales. Tanto este cacique como
Yancuche mandaron sendos capitanejos a
recibir al enviado de Dios. Y para que la
recepción fuera más solemne habLin con­
vocado a su gente « a parlamento
En aquel humilde lugar levantó Monse­
ñor su « catedral » para realizar una misión
en forma. Permaneció casi dos meses entre
los indios. Los soldados de la guarnición
militar del lugar le ofrecieron su casa: un
rancho de dos piezas. Ambas «de chorizo »,
revocadas en barro, con techo de pajas.
En una había un catre de campaña con
unos cueros que sen-ían de colclión: era
el donuitorio del Obispo. Los Padres mi-

298

sioneros que acompañaban a S. E . dor­
mían dispersos entre las matas y tras del
« rancho episcopal ». E l catequista que ofi­
ciaba de cocinero hacía el puchero al aire
libre a falta de cocina.
Sayhueque tenía 1700 aborígenes y 800
Yancuche. D e modo que el trabajo fué
grande. Cuatro, cinco y hasta seis instruc­
ciones diarias les daban.
F u é en esta ocasión cuando Monseñor
pudo conocer las costumbres de los indios.
Mientras estaban misionando murió un pa­
riente de Sayhueque. Como era de prác­
tica hubo llanto por ocho días en la tribu.
A l salir el sol y al ponerse, los misioneros
debían escuchar diariamente los gemidos
lastimeros y las lúgubres cantinelas de los
indígenas que ululaban con los rostros vuel­
tos al Oriente... El mismo Monseñor narra
la profunda impresión que estos lamentos
producían en su alma de artista, con estas
sencillas palabras: « Ricordo che quelle
lugubri cantilene in mezzo al silenzio del
deserto producevano nel mió cuore emozioni profonde. Per otto giorni, mattino e
sera, uscivo dalla mia capanna e soletto
ascoltavo la lontana eco del loro planto e
del loro lamento ».
En esos días habían salido los « boleado­
res » de ambas tribus a caza. Como volvie­
ron cargados de abundante caza mayor,
era de rúbrica agradecer al Grande Espí­
ritu este beneficio con un « C aram ujo».
El cacique Yancuche le pidió permiso al
Prelado para realizar su rito. El Obispo lo
convenció de que debía desistir de esas su­
persticiones. Viendo el astuto Sayhueque el
mal resultado de la solicitud de Yancuche,
optó por obrar bajo agua. Y no dió cuenta
al Obispo de su propósito de tener un « Ca­
ramujo
U n domingo de Diciem bre, los
misioneros esperaban a los niños y niñas
para el catecismo. Estos, contrariamente
a lo acostumbrado, no se veían. Salieron,
pues, de la choza, subieron sobre una co­
lina y vieron un espectáculo impresionante:
en el confín del \’alle, columbraron, entre

una nube de polvo, un agitarse de caballos,
V una multitud de indios que bailaba al
son de la monótona « trutruca ». Las lanzas
reverberaban al sol brillante del estío.
Monseñor mandó en seguida un chasqui
a avisar a Sayhueque que fuese a su rancho
para hablarle. L legó el cacique acompaña­
do de lanceros y de numerosa escolta. El
Prelado le preguntó por qué juntaba tanta
gente y hacía fiesta sin invitar « a su amigo
el Obispo ». Luego le dijo que si esa ce­
remonia era para agradecer a Dios los
beneficios recibidos, que el encargado de
los ritos era el Sacerdote, no el cacique.
Que él debía presidir toda ceremonia reli­
giosa. Como el cacique viese que el séquito
que acompañaba a Monseñor era más po­
deroso y brillante que el suyo (lo acompa­
ñaban tres mayores y un Teniente de la
guarnición militar de Roca que habían lle­
gado el día anterior y los tres clérigos IMilanesio, Lanofo y Zanchetta...) optó por
ceder. Prometió disolver el « Caramujo »:
Pero como el Obispo temiese que el indio
no cumpliera su palabra, dió orden de en­
sillar los caballos. Se puso los ornamentos
pontificales y, como los Prelados medioe­
vales, enderezó a galope tendido hacia el
lugar de la fiesta. Ante la mayestática fi­
gura del Obispo con sus insignias episco­
pales, el cacique disolvió definitivamente
el supersticioso espectáculo.
En esos días se bautizaron gran canti­
dad de indios de ambas tribus. Monseñor
bendijo también el matrimonio de un hijo
de Sayhueque y de otro de Yancuche. El
viejo cacique Sayhueque hizo instruir y
bautizar a toda su «gente». Pero él no
tuvo el valor de su hijo. Iba a las instruc­
ciones, se interesaba por la doctrina cris­
tiana, visitaba frecuentemente «a su ami­
go » el Obispo — como le gustaba llamarlo
— y a menudo almorzaba con él. Pero
cuando el Prelado lo invitó a bautizarse
poniéndole como condición sine qua non,
la monogamia, bajó la frente y pidió tiem ­
po para meditar la respuesta.
Y el apostólico O bispo hubiera conse­
guido hacerlo cristiano si un desdichado
incidente no se hubiera atravesado, como
máquina infernal, en las conversaciones.

En esos días, el Gobierno dió orden de
que 8o familias- de esas tribus fuesen lleva­
das a M endoza (dos meses de viaje) para
establecer allá una Colonia indígena. Esto
alarmó sobremanera a los pobres indios,
que creían que se trataba de destruir la
tribu, esclavizándolos. Durante tres días
los misioneros se esforzaron por convencer
a los aborígenes de que el Gobierno los que­
ría más bien liberar del yugo militar que
imponerles nuevas humillaciones. AI fin se
aquietaron los ánimos. Pudieron los Sa­
cerdotes proseguir su obra misionera; pero
el cacique Sayhueque, afligido y malhu­
morado, no llegó a resolverse. « Será para
otra v e z ; cuando esté más calmo » — le
dijo al Prelado. Y se alejó meditabundo...
A mediados de Enero, los misioneros rea­
nudaban la marcha hacia Roca. Desde esa
incipiente población Monseñor escribió a
D on Bosco. Entre otras cosas le decía:
« Benedica gli erranti peí deserto della
Patagonia ».
El Padre sin duda ha de haber bende­
cido al hijo predilecto. Pues fu é milagro
si el ardoroso Obispo misionero, en ese
viaje no perdió la vida, cuando, un mes
y medio después, sufrió un accidente en las
Cordilleras, que debió ser mortal. ¡E s que
el anciano Padre rogaba por el hijo, « erran­
te peí deserto della Patagonia!...».

C a s te ln u o v o D o s B o ce o . • E l e d ific io m á s a lto q u e s ir v e d e
fo n d o a ! m o n u m e n to e s l a c a s a e n q u e n a c ió e l C a r d e n a l.

299

Crónica de Gracias
conseguidas p o r m e d ia c ió n de M a ría
lia d o ra , d e S o n J u a n B o s c o y de

A u x i­

nu esfros

S ie t^ o s d e D io s .

A R G E N 'riN A Córdoba - Instituto teológico salesiano Villadu, Junio de 1938, — Después de sufrir durnntc dos años un persistente malestar, sin conocer
las causas, fui llevado providencialmente a un espe­
cialista, el cual me diuf^nosticó un cálculo en el
Urétci del riñón derecho debiendo, sin pérdida de
tiempo, someterme a una operación quirúrgica,
cuyo éxito incierto comptometía mi vida.
|Por qué zozobra e intranquilidad pasó mi alma
en esos momentos'
— Señor Doctor — le dije — sólo restan cinco
meses para mi Ordenación Sacerdotal. ¿ No podría
esperar ?
— Imposible; Ud. debe ser operado inmedia­
tamente.
i Qué difícil resultaba persuadirme de la triste
realidad, del dilema que se planteaba en mi espíritu!
Elegir entre la vida o la muerte, más angustioso
aún por lo imprevisto e insospechado.
Con todo, infundióme ánimo la idea, que de
pronto acudió a mi mente, de encomendar el asunto
a San Juan Bosco y publicar la gracia st obtenía
mi curación. Así animado, me sometí con plena con­
fianza a la grave y delicada operación, mientras
jnis compañeros de estudios habían comenzado una
fervorosa Novena a nuestro Santo Padre Don BoscoMi Abogado y Protector guió con maestría la mano
del cirujano, resultando todo perfectamente. A
pesar de la magnitud de la herida, a los pocos días
pude, con general asombro, dejar mi lecho de dolor.
Asombro justificado, ya que es el primer caso re­
gistrado en este Hospital, en que un enfermo sometido
a semejante operación haya entrado tan rápidamente
en periodo de convalescencia.
[ Loado sea Dios, que se ha dignado una vez más
responder a la valiosa intercesión de San Juan
Bosco1
Además, debo hacer notar que nuestro Padre
se valió de mi enfermedad para darse a conocer
más y más y conquistarse nuevos devotos y admi­
radores de la Obra Suicsiana.
Diácono l*Ki)RO M a s s o n .
A R G E N 'riN A - La Plato, septiembre de 1938.
— Hallábame desesperada por un asunto espiritual.
Encomendé mi causa a San Juan Bosco, recé
varias novenas, mas el anhelado fa^•o^ se hacía es­
perar, pen> no cedí en mi empeño, y continué, se­
gura de que el Santo no podía desoír mi humilde
y fervorosa súplica.
Y hoy, plena de gozo puedo dar infinitas gracias
a D ük» Nuestro Señor, que por intermedio de María
Auxiliadora y San Juan Bosco, me ha vuelto a la
vida; mi fe inquebrantable me ha sah-ado.
Cumplo así con una de mis promesas al dar pú-

300

blico testimonio de la gracia concedida como prenda
de mi más profundo y sincero agradecimiento a mis
celestiales protectores.
L u i s a A. P e s o a .
CO LO M BIA - Cali, mayo de 1938. — Hace al­
gunos años, sufrí de apendicitis, y varios médicos
opinaron que debía, a la mayor orevedad posible,
someterme a una operación para evitar fatales con­
secuencias. Sumamente afligida por este terrible
diagnóstico, supliqué fer\’orosamente a la Sma.
Virgen Auxiliadora y al glorioso San Juan Bosco
que me alcanzaran la salud y me libraran de la ope­
ración. Con el fin de alcanzar esta gracia les prometí
rezarles varias novenas, publicar el milagro en el
Boletín Salesiano y enviar una limosna para el San­
tuario de Tui ín, porque en ese tiempo aún no se había
dado comienzo a ninguna obra salesiana en Cali.
Mis fervientes súplicas no tardaion en ser escu­
chadas por mis celestiales protectores, y hoy, des­
pués de mucho tiempo de estar perfectamente cu­
rada, cumplo mi promesa, llena de inmensa gratitud.
M

ercedes

T

ello

CO LO M BIA - Cali, abril de 1938. — Pobre y
viuda como soy, fui víctima de un robo. Tres cacos
se llevaron de mi habitación, lo único que tenía de
ropas. No hice ninguna denuncia. AI darme cuenta,
no pensé sino en dirigirme a la capilla de María
Auxiliadora. Creo que allí no recé nada; sólo re­
cuerdo que, anegada en llanto, me postré ante el
S. Corazón de Jesús, María Auxiliadora y S. Juan
Bosco y, como loca, les contaba lo que me había
sucedido. En ese mismo momento, alguien vió que
los cacos estaban repartiéndose lo robado y los danunció. La policía cogió a dos de ellos, les decomisó
la ropa y en seguida avisó por radio. AI volver a
casa lo supe todo- A instancias de las vecinas me
presenté a reclamar y se me entregó la mayor paite
de lo robado.
No puedo dudar de que María Auxiliadora in­
tervino pronta y eficazmente en mi favor. Para su
gloria, quiero hacer público mi sincero agradeci­
miento a tan bondadosa Madre.
Is a b e l R .

v. de

C

u ellar.

CO LO M BIA - Cali, enero de 1938. — Una per­
sona enfeima no queiía confesarse. Pedí a S. Juan
Hosco la moviera y le prometí publicar la gracia.
Llegó el día de la fiesta del Santo, comulgué en
su honor y le ofrecí una limosna. El mismo día, sin
ser llamado, se presentó un sacerdote jesuíta en
casa del enfermo y éste se confesó. No recobró la
salud, pero siguió frecuentando los Sacramentos
hasta que murió con todos los auxilios de la Iglesia.
Cumplo mi promesa con el mayor gusto y agrade­
cimiento.
,
Una devota
C O LO M B IA - {Valle) Palmira, septiembre de
1938. — Hallándome en grave peligro de perder
mi puesto con el cual atiendo a las necesidades de
mi vida, invoqué con fe y confianza la protección
de María Auxiliadora, de San Juan Bosco y del
siervo de Dios Domingo Savio, prometiendo pu­
blicar la gracia al serme concedida y, ¡ oh prodigio *

a los pocos días de haber acudido a mis celestiales
protectores recibí mi nombramiento por las altas
autoridades de educación pública, y agradecida por
tan señalado favor mando publicar la gracia en el
Boletín Salesiano.
T

eresa

de

Jesús E sc o b a r V .

Juan Bosco, por haberle dado la salud — que con
toda mi alma les pedí — a un hijo de mi hermana,
que estuvo gravemente enfermo.
Publico el favor, como lo ofrecí, y emio una pe­
queña limosna para el Santuario de María Auxilia­
dora de Turín.

Cooperadora Salesiana.
E STA D O S U N ID O S - Nueva Méjico, octubre
de 1938. — Muchos- han sido, a la verdad, los fa­
vores que N. Señor me ha concedido por mediación
de su santísima Madre y de su siervo San Juan
Bosco, pero de una manera especial, he visto su
protección en la operación quirúrgica del apéndice
que tuve que sufrir, lejos de mi patria y de mi fa­
milia, el 18 de agosto, en la ciudad de Las Vegas.
(Nueva Méjico). Sin haber sabido yo, antes, que
estaba enfermo del apéndice, de un momento a
otro, me sobrevino un fuerte cólico. Avisé a mis
superiores del Seminario que mandaron luego a
ver al doctor, quien, habiéndome examinado, deter­
minó hacerme inmediatamente la operación. AI sa­
ber yo esto, invoqué con gran confianza a San Juan
Bosco, pidiéndole fortaleza y resignación. Al día
siguiente de la operación, me acerqué dos veces a
la benda una medalla que me habían regalado de
María Auxiliadora y de San Juan Bosco, pidiéndoles
muy de corazón el alivio. Pronto me cicatrizó la
herida y no tuve que sufrir dolor alguno. A la fecha
estoy perfectamente bien y puedo seguir mis estu­
dios de sagrada Teología, gracias a la protección
de María Auxiliadora y de San Juan Bosco.
Impulsado, pues, por mi gratitud, público esta
sencillísima y sincera narración del favor recibido.
R o b e r t o A n g e l e s O.
MEJICO - Aguascalientes, agosto de 1938. —
Una gravísima enfermedad, seguida de dos peli­
grosas operaciones, puso en peligro la vida de nues­
tra adorada madre, que, poco antes de ser internada
en el Sanatorio, en la convicción de tener que dejar­
nos para siempre, nos llamó a sus hijos, dirigién­
donos palabras de despedida y dándonos su ben­
dición. Nuestra consternación era terrible. No po­
diendo convercenos de que Dios quisiera priN-amos
d; nuestra madre, cogí una imagencita de San Juan
Bjsco, y bañándola con mis lágrimas, supliqué al
Sinto que nos salvara a nuestro querido sér, prome­
tiéndole de mis ahorros una limosna. El prodigio
se obró; San Juan Bosco intervino solícita y patern límente y nuestra madre dejó el Sanatorio con
asombro de todos e indecible alegría nuestra. Hoy,
transcurridos ya dos años, sigue sana y constituyen­
do la felicidad del hogar; por lo que agradecidos,
según se había prometido, en\-iamos esta relación
junto con una limosna para las Obras de nuestro
celestial Protector, implorando a la vez su constante
asistencia sobre nuestra familia.
M a r i a n a F. d e M u ñ o z
J . H é c t o r M u ñ o z F.
PAN AM Á - Capital, septiembre de 1938. —
Desde lo más íntimo de mi corazón, doy gracias
a la Santísima Virgen María Auxiliadora y a San

Sara V

aldes

Enfermera del Hospital Santo Tomás.

Por intercesión de nuestros
Siervos de Dios.
E L SALVA D O R - Santa Tecla, setiembre 15
de 1938. — Habiendo encomendado a la Vblc. Ma­
dre Mazzarcllo un asunto que se presentaba de di­
fícil solución, vi atendidas mis súplicas obteniendo
de modo sorprendente un favorable arreglo.
Doy de todo corazón gracias a la Sier\-a de Dios,
y cumplo lo prometido con una modesta oferta
para la causa de su próxima Beatificación y con la
publicación de tan señalado beneficio en el Boletín
Salesiano.
M

a r ía

N . R u iz .

Dan también gracias a María Auxiliadora y a
San Juan Bosco por favores recibidos:

- Buenos Aires. — S. H.
- Ensenada. — Juana "Segretín.
A r g e n t i n a (Santa Fe) - Pilar. — Margarita T e­
resa Vda. de Badino.
E s t a d o s U n i d o s (California) - Los Angeles. —
Mercedes Campanelli.
I t a l i a (Imperia) - San Remo. — Petronila P. de
Capacci - Enriqueta C. de Farisano.
M é j i c o (Sinaloa) - Culiacán. — Guadalupe Aivarez de Vega - Benigna León.
Perú - Arequipa. — E. R. - N. R.
A

r g e n t in a

A

r g e n t in a

ECROLOGIAS
S A L E S IA N O S D IF U N T O S:
Antonio Baccaro, coadjutor — de I..0ZZ0 Atestino
(Italia) t en Cremisán (Palestina) el 26 de agosto
de 1938.
Ettrique Endlicher, sacerdote — de Schonwaide
(Alemania) f en Benediktbeuem (id.) el 15 de ju­
lio de 1938.
Ladislao Meciar, coadjutor — de Reimscheid
(Alemania) t en Sraty Benedick (Checoe8lo\*aquta)
t el 29 de marzo de 1938.
José Fuchtenschnieder, clérigo — de Avenwedde
(Alemania) t en Fulpmes (id.) el 19 de junio de
1938.
Estanislao Kasik, clérigo novicio — de Zhor (ChecoesIo\-aquia) i* en Svaty Benedick (id.) el 4 de
abril de 1938.

301

p

V
COOPERADORES

DIFUNTOS:

E xcm o. Sr. Dr. Don
Rafael Edwards Salas
Ohis¡>o de Dodona - Asistente al Solio Pontificio
V Vicario General Castrense de Chile.
Los ditirios de América Española han publicado
sentidas nccróloRÍns lamentando la pérdida y cele­
brando los méritos de este santo Obispo chileno
en ocasión de su improvisa muerte, acaecida el 5
de Aposto a bordo del « Orbita », frente a las costas
arenosas dcl Ecuador. No alcanzó así a despedirse
de su tierra, mil veces querida, que lo había visto
nacer el 6 de Enero de 1878.
Mons. Edwards, fipura culminante en todos los
aspectos y cxccpcionalmente provisto de cualidades,
descolló por su amor a la Iglesia, su amor a la Pa­
tria y su amor a los humildes.
Honró a la Iglesia como sacerdote y como Obispo
en múltiples y delicados cargos, con su tacto finí­
simo y el ejemplo de sus virtudes, que fueron con­
quista de su vencimiento y resultado de una asidua
labor y de una estricta vigilancia sobre sí mismo:
demostró, como el ejemplo de S. Francisco de Sales
es el triunfo de una voluntad irrevocable que se
torna omnipotente con la gracia de Dios. Honró
a la Iglesia interesándose por el bien de todos, con
todos los medios, con entusiasmo, hombría y dedi­
cación omnímoda: fué maestro y periodista, párroco
y misionero, Obispo y ciudadano. Jefe y compa­
ñero, siempre derramando la luz de su sacerdocio,
vivido sinceramente y adherido a la cátedra de San
Pedro con ternura casi apasionante.
Honró mucho a su Patria: fué un gran chileno,
leal defensor de las instituciones y leyes de la Re­
pública, gran amigo del Ejército y de la Marina,
cu\n« Vicaría atendió <lesdc 1910. Por su justo sen­
tido americanista y continental fué enviado en múl­
tiples misiones de acercamiento al extranjero, particulamtente a la República hemtana de allende los
102

Andes y a la República del Perú durante la difícil
disputa plebiscitaria de Tacna y Arica. Obtuvo en
más de una ocasión distinciones honoríficas de Uni­
versidades y Gobiernos Americanos y Europeos;
era Comendador de la Corona de Italia, Gran Ofi­
cial de la Legión de Honor, miembro de Academias
y Círculos intelectuales de los dos mundos.
Amó muchísimo a los humildes: lo llamaban el
Obispo de los obreros y dedicó gran parte de su
vida sacerdotal a realizar con sus propagandas y
obras los deseos pontificios. Innumerables institu­
ciones obreras, ligas sociales, le deben a él su exis­
tencia, y actuó siempre con alma de gran sacerdote,
magnífico y munífico, en todos los movimientos y
en toda iniciativa de obras sociales, no rehuyendo
llegar hasta los lejanos leprosos de la isla de Pascua
y hasta los infectos lazaretos durante toda la epi­
demia de 1905.
Pero, sobre todo, Mons. Edwars fué el Obispo
de la Eucaristía y el Obispo de la Virgen: sus dos
amores supremos. Hacia la Eucaristía enfocaba toda
la vida cristiana y era el alma de organizaciones y
congresos eucarísticos: enfermo y decaído aceptó
últimamente la dirección de la romería chilena y
partió en viaje a Budapest, tal vez para fijar con el
Divino Señor el itinerario de su viaje postrero hacia
los brazos de Dios. Amaba con amor grande a la
Virgen del Carmen, flor perenne de las creencias
hereditarias de su pueblo y vínculo de la naciona­
lidad chilena.
Mons- Edwards, tan amante de la Eucaristía, de
la Virgen y del trabajo, tan universal en sus deseos
y en sus obras, soñó en su juventud con ser salesiano
porque admiraba nuestra obra y la figura fascina­
dora de Don Bosco; y en una ocasión se presentó
a Don Rúa, en Turín, adelantando formalmente su
petición; pero el santo anciano, de mirada de águila,
vió muy lejos en el porvenir y le respondió tan sólo:
« Nó, nó. Ud., eso sí, ayude mucho a mis hijos».
Y Mons. Ed^^•a^ds, salesiano de corazón, no ol­
vidó nunca esas palabras y fué, más que amigo,
hermano y padre para acudir a nuestra voz y no
faltar ni una sola vez a nuestras invitaciones. Gozaba
por nuestros triunfos y lloraba por nuestras penas.
Muchas veces, contando a nuestros jóvenes teólogos
de Cisterna la anécdota de su frustrado deseo de
hacerse salesiano, dejaba leer clarísimamentc en sus
ojos un dejo de tristeza.
Sus funerales fueron apoteósicos y participaron
en ellos miles de personas. Ministros de Estado en­
cabezaban la multitud de instituciones religiosas,
militares y civiles, que desfilaron llcN'ando el ataúd,
y esc desfile fué una imponente expresión del dolor
de todo un pueblo. Nuestras bandas,nuestros niños
uniformados y los estudiantes salcsianos represen­
taron la Familia de Don Bosco tan íntimamente
unida a la vida y al cariño del gran Obispo.
Ahora Mons. Edwards duerme bajo la mirada
buena de la Virgen del Carmen en la Basílica del
Sah-ador. Su alma ha volado sin duda a la Patria,
cu%-o recuerdo le hizo escribir en una de sus últimas
cartas, cuando anunció el inicio de su viaje a Buda­
pest: « De Chile a Roma y de Roma... al Cielo... *

INDICE

GENERAL

del año 1938.

A

b

G EN TIN 'A

Alta Gracia
Bahía Blanca
Buenos Aires

A R T IC U L O S D E FO N D O
El tránsito de D o n S osco al cielo . . . .
El Papa y los niños e sp a ñ o le s.............................
^ lás luz sobre la ñgura de S an Juan Sosco
.\lgunas anécdotas d el Cardenal Cagliero .
InWtación al X X X I V C ongreso Internacional d
Budapest
...............................................................
Las fiestas del próxim o j u n i o .............................
L a v o z de los O bispos e s p a ñ o le s .......................
En pleno fervor de fie s t a s ........................................
L a Com pañía d e Jesús restablecida en España .
Inauguración de las obras del Santuario de M ari
.Auxiliadora
....................................................
Reflejos de las fiestas de T u r ln . . . .
202, 225
El X V Capitulo G en eral S a le s ia n o .......................
El Papa y España. D eclaración de M ons. A nto
niutti
....................................................................
N oviem bre glorioso de M adre M azzarello . .
El m ensaje de Pío X I en favor de la paz . .
Nuestra f e l i c i t a c i ó n ..................................................
El adiós a los M is io n e r o s ............................ ..... .
L a s bodas de oro de la O b ra Salesiana en Inglaterra

,

25 53
73
84

Comodoro Rtvadavia -

9-7

116

145
151

169

253

205
207
249

255

273

280
283

Córdoba
Corrientes
Choele Choel
Entre R íos

Fortín Mercedes
Rodeo del Aledio
Rosario

B

San Isidro

R E SE Ñ A S D E A C O N T E C IM IE N T O S
Y D O C U M E N T O S D E IN T E R E S
PAG.
E l I V Sucesor de D o n Bosco a los Cooperadores
Salesianos
...............................................................
i
Estadística d e las O bras de D . Bosco al com enzar
el año 1938
19
El E xem o. S r. D . José S elva nuevo O bispo Sale­
siano
................................................................................. go
Im presiones de la R evolución española: 43, 90, 1 1 7 , 140
El 50® A niversario de la m uerte de S . J. Bosco en
la Casa M a d r e .........................................................
L o s restos de la V en . M azzarello han sido trasla­
dados a la Basílica de M aría Auxiliadora . . .
En M álaga la Roja. El prodigio que refiere un Sa­
lesiano
.....................................................................
La Estrella de O ro al M érito R ural concedida a D on
Pedro Ricaldone
...................................................
N ueve meses en el E xtrem o O riente. Conferencia
del R vm o. Sr. D . Pedro B e r r u t i ............................ 100
D on Bosco y N a p o le ó n ....................................................
U n acontecim iento académ ico. L a láurea del P.
C a s t c l l i n o ..........................................................................146
E l M inistro de A gricultura de Italia visita la Casa
M a d r e ..........................................................................
149
Hom enaje en Rom a al E x Presidente de la R epú­
blica Argentina G eneral A gu stín P. Justo . . . 194
L a Beatificación d e M adre M azzarello . . . .
201
L a Caridad M is io n e r a ........................................................ 244
A propósito del D ía de las M i s i o n e s ........................... 274
Desde las trincheras de E s p a ñ a ...................................... 287
Bajo los toldos de A r a u c o ................................................. 298

49

RELACIONES DE ESPAÑA Y AMERICA
E spa S a

Aracena
Astudil¡o
Baracaldo
Bilbao
Córdoba
La Coruna
Las Palmas
9

Pamplona

- Las Hijas de María A. ángeles custodios de las Colonias de niños...................
- £I cincuentenario de la
muerte de D. Bosco . .
- Festiridad de María Aux ilia d o r a .......................
- Una nueva casa salesiana
en D e u s t o ...................
- La fiesta del Antiguo Alumno
.......................
- Fiesta de San Juan Bosco .
- En honor de S. Francisco
de Sales y S. J. Bosco . .
- Las fiestas anuales de 'M.
A. Certamen escolar . .
- En las Escuelas Profesionales Salesianas
. . .

Stroeder

PAG.
Fiestas jubilares
. . . 128
D . Bosco en \-ueIo a la
T ie rra del F uego . . .
ii
Bendición y ju ra de ban­
dera de los Exploradores
d e D o n Bosco ante el pa­
lacio del Congreso . . .
31
E n el prim er centenario
del nacim iento del Siervo
de D io s D . M igu el Rúa .
81
Bendición de las nuc\as
E scuelas de A rtes y O fi­
cios
....................................... 235
Fert'ores eucarfsticos en el
C olegio Pío X . . . .
32
N uevo O ratorio en C u ru zú
Cuariá
.............................
13
P'iestas patronales y nue­
v o tem plo
............................ l í o
j La prim era capilla dedi­
cada a S . J. B osco? . . 218
Solem nidad
cucarística .
14
E l día del E x alumno
. 288
L a fiesta d cl colono . .
15
E n hon or de San Juan
Bosco
.................................. 154
L o s E x alum nos regalan
crucifijos para las escue­
las
..........................................33
Fiestas del Patrocinio de
S . José
.................................. 154
F estival patriótico . . . 290
Fiestas de term inación de
curso
59

S o l iv ia

La Paz

H om enaje a M arcon i . .
Actividades del C olegio
D o n Bosco
. . . .

15
86

C o lo m bia

Barranquilla
Bogotá

Fiesta de M aría A u xiliadora 290
C ertam en catequístico interinspectorial
. . .
34
Consagración del Santua­
rio d e N tra. S ra. del C ar­
men
........................................210
E xposición de las H ijas de
M aría Auxiliadora . . . 291
Fiestas Salesianas . . . 155
Fiesta de San Juan Bosco 258
Congreso pedagógico . . 259

Cali
Guaitairilla
Mosquera
C uba

Guanabacoa

E l cincuentenario de la
m uerte d e S . J. Bosco . . 110
Fiesta patriótica escolar .
34
E l 50® Aniversario de la
m uerte de S . J. Bosco . .
86
El M inistro de Italia v i­
sita nuestras Escuelas
. 158
El triu n fo de M aría A u ­
xiliadora
............................ 259

Guimes
Habana

Sancti Spiritus
C hile

PAC.

Concepción
La Serena

II
127

210
58

Maeul
Talca
»

- Cincuenta años de labor.
Solemnes festejos . . .
>7
- Inauguración de una iglesia dedicada a M. A. .
262
• Congreso de las Compañlas religiosas . . . .
26
- En el Patronato Mariana
S i l v a ............................
62
- Las Bodas de Oro de la
Obra Sal. en esta ciudad 291

E cuado b

192

Cuenca

153

Qwto

80

256

Grandioso Congreso cucarístico en honor de San
J. B o s c o .......................
239
- El 50® Aniversario de la
llegada de los primeros
Salesianos al Ecuador .
228
-

E l S alvador
108

Santa Tecla

- Congreso de e x alumnos .

158

303

w
fisTADOR U nidos

PAC.

Loi Angele!

Fiesta de M arfa A u xilia­
dora
................................

217

M éjico

Capital

N uevo O ratorio Festivo .
6a
Fiestas en honor de San
J. l i o s c o .................................. 159
C rónicas de las ñestas de
M aria Auxiliadora
. . 218
Las H ijas de M aría A u x i­
liadora
.................................... 63
Bendición del estandarte
del C entro D on Hosco . .
64
El (|uincuaKÓBÍmo aniver­
sario de la m uerte de San
J. Hosco
............................ 263

Colima
Morelia
Tuxpán
P erú

Arequipa

Callao

Lima
Magdalena del Mar
Puno

Conm em oración del cen­
tenario del nacim iento del
Sier\'0 de D ios D . M iguel
Run
......................................... 35
Festividad de M aría A u ­
xiliadora
................................. 263
Bendición de la primera
piedra del Colegio Don
R o s c o ......................................... 65
En honor de S. J. Rosco 296
El cincuentenario de la
m uerte de S . J. Bosco . . 134
Homenaje al Sr. O bispo .
68
El M inistro de Italia in ­
augura nuevos locales . . 137
M aestros rurales indígenas t i i

S an to D om ing o

Ciudad Trujillo

Hom enaje a la madre del
Exem o. S r. Presidente de
. . . .
la República
.a procesión de San Juan
Bosco
, . . .' . . .
Exposición de nuestras
Escuelos Profesionales

265

Congreso de las com pa­
ñías religiosas
. . . .

39

1

38
137

U ruguay

Montevideo
V enezuela

Caraeoí

Fiesta de M arfa Inm acu­
lada ............................................... 68
U n alm uerzo a 400 ancia­
nos y a 200 niños . . . 113
El 50 Aniversario del T r á n ­
sito de S. J. Bosco . . . i6 t
Visita del M inistro de Ita­
lia
.............................................220
Fiesta de M . A . en la parroqua de la V ega . . . 265
La labor de las Hijas de
M aría Auxiliadora
242

El Tocuyo
t

DE NUESTR.-\S MISIONES
A rgentina

-

C hina

-

K cuaixjr


-

I n dia
J ai’o n

-

304

PAG.

obra misionera sule.->iana en
la P a ta g o n ia .....................40
Una jira misionera del Rvdo. Pa­
dre iSliche
........................... IQ4
L o-P a-H on g.....................70
L'n decenio de obra salesiana en
Hong K o n g ....................138
Nuestra Elisión de Macas des­
truida por el fuego...........88
Llamamiento en fawr de la Mi­
sión de Macas . . . . . . .
138
Excursión apostólica entre los Jí­
baros
......................................... 267
Conwrsiones en masa. . . .
16a
Nue\i iglesia y Navidades en To­
kio ................................................69
Semillas, flores V frutos de caridad 221

SiAM
V enezuela

- Visita del M inistro de Relaciones p a c .
e x t e r i o r e s ........................................ z i
- La fiesta de M aría A . en el A lto
O rinoco
........................................ 41

C R O N IC A D E L A S G R A C IA S C O N S E G U ID A S PO R
M E D IA C IO N D E M A R IA A U X IL IA D O R A , D E
S A N J U A N B O S C O Y D E N U E S T R O S S IE R V O S
D E D IO S
Aguascalientes, 119, 167, 301 - A lien , 166 - Astudillo,
271 - Asunción, 167 - A zu l, 142.
. Badajoz, 119 - Bahía Blanca, 142, 223 - Batuc, 247 Bernal, 23, 271 - Bogotá, 168, 248 - Buenos A ires, 23,
167.
C a li, 46, 271, 300 - Callao, 72 - Cam ilo A ld ao, 23 Cartagena, 166 - Ciudad T ru jillo , 119 - C obán , 23 Concepción , 246 - Concordia, 246 - Córdoba, 142, 300 Costa Rica, 246 - Cuenca, 24, 95, 246 - C uliacán, 71 C u rití, 142.
C h itré, 47.
D agu a, 272 - D oblas, 223.
E l Capulín, 167 - El Paso, 95 - El R etiro, 223.
Fortín M ercedes, 95.
Guadalajara, 23, 142, 272 - G eneral Pico, 142 - G i­
nebra, 71 - G irón, 7 1 , 167 - Guanabacoa, 200.
H abana, 200, 223 - H ollyw ood, 247.
Jerez, 119 - Juliaca, 200.
La Brava, 246 - L a Plata, 166, 168, 300 - Lam ego, 246 L a Puerta, 142 - Los Andes, 46 - Los A ngeles, 23, 71,
95 - L o bos, 95.
M anila, 71 - M atehuala, 71 - M ayarl O riente, 119 M edellín , 23, 46 - M om ax, 143 - M ontem orelos, 47 M onterrey, 223 - M orelia, 142 - M éjico capital, 142.
N euq u én , 246 - N orth H ollyw ood, 24 - N ueva M é ­
jic o , 301.
Palmira, 23, 300 - Palogordo, 71 - Pamplona, 7 1, 143 Pan de A zú car, 47 - Panamá, 301 - Pilar, 23 - Portoviejo 272 - Puebla, 223.
Q uerétaro, 47.
Ram ón J. C árcan o, 95 - Riobam ba, 223 - R io T e r ­
cero, 23.
Salta, 247 - S an A n ton io, 272 - San L u ís de Potosí,
47, 142 - Santander, 94 - Santa T e cla , 23, 301 - Santiago,
2 2 3 .- Sevilla, 223, 247 - Sigsig, 247 - Sinaloa, 167 Socorro, 142.
T a m p ico , 47 - T u cu b aya , 143 - T u cu m án , 166 T u x p á n , 247.
Valladolid, 46 - Vereda de A n gu lo, 71 - V igo, 23 Viedm a, 246 - V illa C o lón , 167 - V illa Regina, 246.
Y u m b o, 272.
Zitácuaro, 71.
B IO G R A F I.A S D E S .A L E S IA N O S
Y C O O P E R A D O R E S D IF U N T O S
E s p a ñ a . — Doña Isabel G im én ez B lázqu ez, 24 - Don
Joaquín Bresán Colussi, 29.
A r g e n tin a . — A na Brow ne de Lacroze - Teresa Tasso
de Hadino, D r. G u illerm o V ald és, 144 - D r. .Antonio
M orandi, 24S.
B o H v ia . — M ons. Roberto N . Corrales, 224.
C o lo m b ia . — D r. Jesús E nrique C a lvo - Padre A rlstides G u tiérrez V illota. 120 - S or M odesta Ra%-asso, 125 Doña Isabel D e R opero. 224.
C u b a . — Exem a. Sra. D oña M aría Franci.sca O ’Reilly
Pedroso, 200.
C h ile . — E xem o. Sr. D . Rafael Edwards Salas, 302.
E c u a d o r . — D r. N ican or A guilar, Srta. DcIfina Hisastroza, D r. Isaac Peña, D on L u is .\ . G randa, 96.
E l S a lv a d o r . — El Coronel M anuel Andino y A zu ­
cena, 72.
I t a lia . — D on S ixto C olom b o, 77 - S or Eulalia Bosco,
77 - D on F élix M asera, 114.
P e r ú . — D r. Eliodoro Barreda San z, 72.
U ru g u (iy . ^ Doña Ercilia P. de Alaldini, 48.
I 'e n e s u e la . — M ons. T o m á s A n ton io Sanm iguel, 48.

C o n a p ro b a c ió n d e l a a u to rid a d e c le s iá s tic a . - E s t a b le c im ie n t o T ip . d e l a S .E .I . - T u r in
D ir e c to r re s p o n s a b le : D . G U I D O F A V I N I - V ia C o tto le n g o , 32 - T U R I N 109 - ( I ta lia )

Tesoro E s p iritu a l
Relación de las Indulgencias Plenarias
que los Cooperadores Salesianos pue*
den ganar en el transcurso del año.
I . — Una vez cada día, elevando a Diosy en
medio del trabajo y aunque sea sólo merdalmentey
una piadosa invocación cualquieray previas las
demás condiciones ordináriaSy o sea el estado de
gracia, la confesión y comunión sacramentales
y la visita a alguna iglesia u oratorio público,
rogando por la intención del Soberano Pontífice.
Esta indulgencia del trabajo santificado pue­
den ganarla los Cooperadores Salesianos, Hijas
de M. Auxiliadora y sus respectivos alumnos
y ex-alumnos. Si, hallándose en estado de gracia,
se sigue repitiendo la misma piadosa invoca­
ción, u otra cualquiera durante el trabajo, se
puede ganar, cada vez, una indulgencia parcial
de 400 días.
2 - Un día de cada mes, el que uno elija.
^ - E l día en que se hace el piadoso Ejercicio
Mensual de la Buena Muerte.
- E l día que -se asiste a la Conferencia
Mensual Salesiana.
$ - E l día en que uno inscribe su nombre en la
Pía Unión de Cooperadores Salesianos.
6 ~ E l día en que por primera vez se consagra
uno al Sgdo. Corazón de Jesús.
7 - Cada vez que practique los Sanios Ejer­
cicios Espirituales, de ocho dios.
i - A la hora de la muerte, con tal que, con­
fesado y comulgado o por lo menos arrepentido
de sus pecados, invoque, con los labios o con el co­
razón, el nombre sacratísimo de Jesús.

EN C A D A UN A
DE LAS SIGUIENTES FIESTAS:

1) M O V IB L E S:
Sagrada Familia (el primer domingo después
de la Epifanía).
Dolores de la Sma Virgen (El viernes de Pasión).
Domingo de Ramos.
Pascua de Resurrección.
Ascensión del Señor.
Domingo de Pentecostés.
Fiesta de la Sma Trinidad.
Corpus CJiristi.
Fiesta del Sgdo Corazón de Jesús (primer viernes
después del Corpus).
Fiesta del Sgdo Corazón de María (día siguiente
del anterior).
2) F IJA S :
EN ERO

1 - Circuncisión del Señor.
2 - Santísimo Nombre de Jesús.
3 - Epifanía.

18
23
25
29

- Cátedra de San Pedro en Roma.
- Desposorios de la Sma Virgen.
- Conversión de San Pablo.
- Fiesta de San Francisco de Sales.
FEBRERO

2 - Purificación de la Sma Virgen.
22 - Cátedra de San Pedro en Antioquia.
M ARZO

19 - Fiesta del Patriarca San José.
25 - Anunciación de la Sma Virgen.
M AYO

3 - Invención de la Santa Cruz.
8 - Aparición de San Miguel Arcángel.
I I - Aniversario de la Coronación de María
Auxiliadora.
24 - Fiesta de María Auxiliadora.
JU N IO

24 - Natividad de San Juan Bautista.
29 - Fiesta de San Pedro y San Pablo.
30 - Conmemoración de San Pablo.
J U L IO

1 - Preciosa Sangre de Ntro Señor Jesu­
cristo.
2 - Visitación de Ntra Señora.
16 - Fiesta de la Virgen del Carmen.
AG O STO

6 - Transfiguración del Señor.
15 - Asunción de la Sma Virgen.
16 - Fiesta de San Roque.
SE T IE M B R E

8

Natividad de la Sma Virgen.
12 - Dulcísimo Nombre de María.
14 - Exaltación de la Santa Cruz.
15 - Los Siete Dolores de la Sma Virgen.
29 - Dedicación de San Miguel Arcángel.
-

OCTUBRE

q - La Virgen del Rosario.
I I - Maternidad de María.
16 - Pureza de María.
N O V IE M B R E

21 - Presentación de Ntra Señora.
22 - Fiesta de Santa Cecilia.
D IC IE M B R E

8 - Inmaculada Concepción.
25 - Natividad de Jesús.
Para lucrar las antedichas Indulgencias
se requiere, además de las condiciones ordi­
narias, que los Socios de la Pía Unión recen
cada día un Padrenuestro, Avemaria y Gloria
con la invocación Sánete Francisce Salesi, ora
pro nobis, según la intención del Romano Pontffice.

E L SANTUARIO* BASILICA DE
MARIA AUXILIADORA DE TURIN,
AMPLIADO T EM BELLEC ID O

Ningún devoto de '*/a Virgen de Don Bosco** debe dejar
de contribuir, poco o mucho, a este honienaje mundial.

n