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Medios

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MAYO

Año L IV - N. 5

1939

a e^iano

R E V I S T A

DE

LAS

O B R A S

DE

DON

BOS CO

INSCRIBiOS EN LA PÍA OBRA
DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
DE ROMA
I Quién no conoce la Obra dcl Sgdo Corazón
de Jesús?
tu é iundada por el Primer Sucesor de San
Juan Bosco, y benignamente aprobada por
S. S. León XIII el 30 de junio de 1888.
Con sólo la limosna de una peseta, u otra
moneda equivalente, se adquiere derecho a
participar de todas las oraciones y buenas
obras de la Sociedad Salesiana y a la aplicación
de seis misas, que se celebran todos los días,
a perpetuidad, en nuestra Basílica del Sgdo
Corazón de Jesús de Roma, dos en el altar
mayor, dos en el de María Auxiliadora y dos
en el de San José.
Los que se inscriben en la Obra Pía pueden
aplicar el fruto de estas misas a sí mismos, o
a otras personas, vivas o difuntas, y variar la
intención cuantas veces les plazca.
Las limosnas recibidas por este conducto
destíñanse, de modo exclusivo, a promover la
gloria de Dios y los intereses culturales de la

sociedad, acogiendo a niños pobres y abando­
nados, para educarlos cristianamente.
¿Quién no contribuirá, pues, con algunos
céntimos, que con tanta facilidad se gastan,
a esta invitación paternal de San Juan Bosco
y de la Iglesia, inspirada en ideales tan nobles
y caritativos ?
¿ Quién no siente la necesidad de asegurarse
la benevolencia divina, en este mundo y en el
otro, mediante la aplicación de los méritos
infinitos del Santo Sacrificio del altar?
¿ Quién no tiene almas queridas, vivas o di­
funtas, a quienes obsequiar con tan espléndido
regalo espiritual ?
A'o tardéis en pedir Hojas de suscripción.
R ector M ayor

de los

Salesianos.

Cottolengo 32 - Turín (109) (Italia).
Las limosnas pueden enviarse al mismo Rector
Mayor o directamente a nuestra casa de Roma. Ospizio Sacro Cuore - Via Marsala, 42.

Normas para los correspoasales de

Boletín Sa/esiano

I.
— Recibimos siempre con agradecimiento cuantas informaciones se nos quieran enviar,
que, de algún modo, puctlen interesar a las Obras SaIcsianas. Aunque todas evidentemente no
podrán ser publicadas, ser\drán para enriquecer el Archivo de nuestra Casa Madre.
2.
— Las croniquillas de fiestas o acontecimientos de especial importancia deberán ser breves,
se evitarán en ellas repeticiones y detalles innecesarios, y, de ser posible, se escribirán a máquina
con líneas bien espaciadas.
^
3.
Salvo rarísimas excepciones, la Revista no publica poesías ni trabajos ajenos a la Obra
Salesiana. No inserta el nombre de los autores ni devuelve originales.
_4 *
Siendo, de hecho, nuestro Boletín una Revista ilustrada, rogamos encarecidamente el
enWo de buenas y luminosas fotografías. Hoy, un simple grabado dice a veces más que una cró­
nica,
cuando acompaña a ésta, la avalora de modo extraordinario. Aviven pues su celo nuestros
corresponsales, quiénes deben saber a este respecto que de los diarios ilustrados que nos envían
no es posible reproducir ningún grabado.

5tienen la bondad de remitimos gracias o necrologías hemos de asegurarles
que, de llegar a nuestro poder, más tarde o más temprano las verán publicadas. Si a veces aparece
sólo el nombre, es, o poique no recibimos otra cosa, o porque a última hora nos viene a faltar
espacio, o porque la relación carece de especial interés.

R E V IS T A DE
LAS OBRAS DE
DON BOSCO
REDACCION

8O l E rI N
SAIESIANO

Y ADMINISTRACION:

VIA

C O T T O L E N G O , 32

-

A flo L I V - N ú m e ro 5

M A Y O

T U R I N U09)

-

1 939

(ITALIA)

S U M A R IO : L a s o le m n e c o r o n a c ió n d e P ió X I I . • ¡V ic to r ia ! • M e n s a je d e P ió X I I a E sp aA a. - S e n tid a m u e rte d e
u n P re la d o . • Gacetilla Salesiana: T u r in . S o le m n e Tedéum e n la C a sa M a d re p o r la e le c c ió n d e l n u e v o P a p a
P o lo n ia . 20.000 co o p e r a d o re s y e x a lu m n o s s a le s ia n o s c e le b r a n u n C o n g re s o e n e l S a n tu a rio N a c io n a l d e Czer*
to c h o w a • D a m a s c o . E n h o n o r d e la B e a ta M a z z a r e llo - G re n o b le . L a s H ija s d e M . A . y la s b u e n a s a m a s d e c a s a . Noticias de España y Am érica: B a rc e lo n a . D e s p u é s d e la lib e r a c ió n • Jerez. B e n d ic ió n d e l a 1* p ie d ra d e l O ra to rio
“ D o m in g o S a v io ’ * - M o n tilla . L a s a n g re d e m ó r tlr c s e s s ie m p r e fe c u n d a - S a n Isid ro . E l D ía d c l e x a lu m n o B o go tá. E l C o le g io L e ó n X I I I p r e m ia d o c o n m e d a lla d e o ro • M o n te v id e o . C o n g re s o E u c a r is tic o I n s p e c to rla l. •
Don Basco allende los mores: B r a s il. V o la n d o s o b re e l A m a z o n a s - B e itg e m a l. C ó m o m u r ió e l P a d re R o sin . -

Crónica de gracias. - Necrologías.

La

solemne coronación
de

PIO XII
P or la p rim e ra v e z , d e s­
d e 1870, la co ro n ación
tu v o lu g a r en la “ lo g g ia ”
ce n tra l de la B a sílica de
San P edro. - 400.000 p e r­
so n a s e n la p laza.

Cuando, al filo de las
seis de la mañana, la
campana mayor de San
Pedro tocaba el Angelus,
una muchedumbre in ­
mensa se apretaba con­
tra las rejas todavía ce­
rradas. Durante dos ho­
ras, una oleada ininte­
rrumpida de personas y
de vehículos se espar­
cía entre dos filas de
soldados, que, arma al
brazo, se hallaban esca­
lonados en una longitud
de varios kilómetros.

129

Kn el interior del templo la animación
no era menos grande; 50.000 personas
esperaban encontrar sitio, en las tribunas
del ábside, entre los grandes pilares, don­
dequiera; la multitud ondulaba con un
rumor parecido al del mar.
A cada momento, pequeños cortejos de
llamativos colores la atraviesan. Son las
escoltas de los personajes y de las misiones
extranjeras que lentamente van llenando el
atrio donde tendrá lugar la primera fase
de la ceremonia. Encuadrados entre Suizos
empenechados, aparecen el príncipe y prin­
cesa de Piamonte, joven pareja sonriente
que suscita a su paso murmullos de admi­
ración. Llegan luego el conde de Flandes,
con la princesa Carlota de Luxem burgo;
y el ex rey Fernando de Bulgaria y don
Alfonso y don Juan de Borbón; he aquí
también, a la cabeza de un grupo compacto
de Caballeros de M alta, con túnica roja, el
príncipe Chigi, que fu é mariscal del Con­
clave; a éstos siguen otros magnates.

Soberbio aspecto de la terraza.
El largo estrado construido no lejos de
la Puerta Santa se ha transformado en una
terraza soberbia, en la que las decoraciones

y las joyas deslumbran. La alta silueta negra
de D e Valera, jefe del Gobierno irlandés,
destaca sobre todos. Siete ministros de N e­
gocios Extranjeros, i i ministros y 15
embajadores extraordinarios van tomando
asiento.
Todas las naciones del mundo, incluidos
los países no católicos, se han hecho repre­
sentar ante el Vaticano.
Todo es imperial, rojo y oro, en este
suntuoso vestíbulo. Rojo y oro es también
el interior de la Basílica, rojas las vestidu­
ras tornasoladas de los prelados y digna­
tarios. Pero es de un blanco inmaculado
el pesado baldaquino tejido de oro en
que se ha de sentar el Papa.
jE l Papa! Según se dice, acaba de salir
de las salas del Palacio Apostólico que le
sirven de vestíbulo. L a silla gestatoria que
le conduce desciende ahora la gran esca­
lera de Bernini. Ya los miembros de la Corte
papal, alineados, con trajes multiformes,
y los Obispos con « manteleta » violácea,
y los Cardenales con capa roja desfilan en
magnífico cortejo. Las hojas de bronce de
la gran puerta han sido separadas, sus gol­
pes secos resuenan, al tiempo que se
oyen lejanos aplausos pronto sofocados
por un canto grave.

;£1 Papa!

E l « a illo d e l P e s c a d o r q u e u s a r é P ió X l i

130

Y a está el Papa en el Atrio. En se­
guida, después de la obediencia del Capí­
tulo, le veremos aparecer en los umbrales
del portalón. L os fieles se arremolinan, y
en las tribunas situadas alrededor dei altar
de la Confesión se levantan las gentes; el
rumor confuso que parte de la muchedum­
bre se eleva de tono. Los guardias, a duras
penas, consiguen contener a esta multitud
anhelosa y agitada. L os relucientes men­
sajeros del cortejo se han instalado en
el lugar a ellos destinado, los guardias
palatinos que forman las filas ponen sus
bayonetas en el cañón, el Papa se apro­
xima...
¡Magnífica y suprema visión la del Papa
que se destaca en el alto dosel rojo de su
trono moviente! D ei gentío se eleva un
torrente de aplausos y aclamaciones de­
lirantes.

A

La silla avanza, como llevada por los
fieles, que tienden sus brazos hacia el varón
blanco. Ahora es posible reconocer a
Pío X I I . La amplia capa de oro y la pre­
ciosa mitra acusan aún más la ventaja de
su alta estatura. E l rostro es de una palidez
de cera, pero, bajo sus lentes de oro, los
ojos negros tienen un brillo extraordinario.
La mirada del nuevo Pontífice parece po­
sarse sobre todos y cada uno. Su gesto es
ancho, largo, preciso, armonioso... Pío X II
bíhdice con efusión llena de ternura.
El cortejo se detiene ante la capilla del
Santo Sacramento.

¡Así pasa la gloria d el m undo!...
Arrodillado, con la cabeza entre las manos,
el Papa reza ahora como el más humilde
de los fieles. ¿ Cuál puede ser el objeto de
su oración? ¿No recordará, en estos m i­
nutos llenos de gloria, a su gran prede­
cesor, que hace un mes, día más o menos,
yacía en esta misma capilla, petrificado por
la muerte ?
Como si no pesara bastante en su ánimo
el luto reciente de esta capilla, un ceremo­
niero aviva su memoria quemando un trozo
de estopa, al mismo tiempo que exclama:
« ¡Ved, Santísimo Padre, cómo pasa la
gloria del m un d o! »

“Pástor Angélicus
Comienza la misa. E l Papa, fina silueta
blanca, ha subido las gradas del altar
papal, hacia el cual se dirigen todas
las miradas y apuntan todos los gemelos.

L os cantores de la Sixtina entonan los pri­
meros compases de la misa de Palestrina,
que va a colocar sus arabescos soberbios
en este magnífico oficio de la coronación.
E l ábside presenta ahora un golpe de
vista deslumbrador. La «Gloria»de Bernini
está alumbrada de m il fuegos. La cúpula
se baña en una luz azul. Sólo el altar
papal, bajo el gigantesco baldaquino de
bronce, permanece en la penumbra.
Term inado el Ofertorio, la atención del
público se hace más intensa, ante el Pre­
facio que va a cantar el Papa.
La voz de Pío X II se alza ágil y segura,
aunque amplificada por los altavoces. Es
la voz plena y magnífica del Jefe de la
Cristiandad. Sin embargo, lo que la dis­
tingue es la dulzura; su timbre tiene algo
muy particular que los auditores habrán
sorprendido sin esfuerzo, tras de sus v i­
braciones melodiosas. Cerca de nosotros,
un dignatario exclama: «¡ He ahí la voz
del Pastor A n g é lic o !».

L a coronación.
Term inada la misa, el cortejo acompaña
a! Papa a la gran sala de las Bendiciones
y a la Logia central, donde se celebrará,

Mite el inmenso gentío agrupado en la plaza
í'.e San Pedro, el acto solemne de la coro­
nación .
Cuando Pío X II atraviesa de nuevo la
nave central, de todas partes llueve una
tempestad de aclamaciones. Se agitan los
pañuelos, y las campanas de San Pedro, y
de las otras tres Basílicas, y de las cuatro­
cientas iglesias de la Ciudad Eterna son
lanzadas al vuelo.
Antes de entrar en la sala de las Ben­
diciones toma un pequeño descanso y una
ligera colación, que permite a los millares
de personas que asistieron a la misa salir
de la Basílica y desparramarse por la
plaza.
Cuando Pío X II aparece en el balcón
y toma asiento en el trono, los gritos de
<(] Viva el Papa, viva Pío X I I 1» surgen in­
terminables mientras las tropas presentan
armas. El entusiasmo es indescriptible.
En seguida, el coro canta el Corona áurea
super caput ejxiSy el decano del Sagrado Co­
legio entona el Pater y los versículos, y el
segundo diácono se aproxima al Papa y
le coloca la mitra, pronunciando la fór­
mula sacramental: « Tom a la tiara ornada
de tres coronas y sabe que tú eres el Padre
de los príncipes y de los reyes. Jefe del
mundo sobre la tierra. Vicario de nuestro

132

Salvador Jesucristo, cuya gloria será can­
tada en los siglos de los siglos ».
En medio del recogimiento general, el
Papa reza, a su vez, tres oraciones que,
en un gran libro, le presentan de rodillas
dos obispos asistentes.

L a bendición.
Term inada la ceremonia, las campanas
de San Pedro, al unísono con todas las de
Roma, suenan otra vez echadas a vuelo;
un sordo clamor sale de la m ultitud, y
Pío X I I , alzando sobre ella la mano de­
recha, traza por tres veces el signo de la
cruz en el aire, al mismo tiempo que pro­
nuncia la fórmula de la bendición arbi et
orbiy que el pueblo recoge de rodillas;
vuelven después las aclamaciones deliran­
tes ; el gentío agita los sombreros y los pa­
ñuelos y la alegría corre a raudales.
Pío X I I saluda con la mano. L as acla­
maciones se renuevan, la banda de mú­
sica de la guardia palatina toca el himno
pontificio. L a fiesta ha terminado.
Durante mucho tiempo, mientras se disvuelve lentamente la muchedumbre, si­
guen oyéndose gritos de ¡V iva el Papa!
¡V iva Pío X II!...

/ ^

¡ jc tú r ia !

Es muy posible que nunca, desde que existen
en la tierra naciones organizíidas, haya pro­
ducido esta palabra mágica, en el alma de
las muchedumbres, una explosión emocional
semejante a la que produjo en la católica
España, cuando los clarines del Generalísimo
anunciaron, con su voz de plata, el término
de la cruentísima guerra, y la victoria defi­
nitiva, en esta pasada aurora de abril, im­
pregnada de fermentos de vida y heraldo de
resurrecciones fecundas.
Que en España empieza a amanecer...
habían cantado a pleno pulmón los estupendos
soldados españoles y las no menos estupendas
damitas azules de Auxilio Social cuando,
encendidos de fe y entusiasmo, ante el peligro
cierto de ver morir a su patria con todo su
inmenso legado de glorias y grandezas, co­
rrían a realizar hazañas inauditas que han
establecido nuevas marcas de heroísmo, hasta
ayer desconocidas en la historia.
Que en España empieza a amanecer...
habían musitado, como una plegaria, después
de acercar a sus labios el crucifijo, las nutridas
falanges de sus mártires, cuando se entrega­
ban inermes al odio de los más plebeyos ver­
dugos que ha visto la tierra; y sus cientos
de miles de patriotas, aiando, por su calidad
de españoles y de cristianos, iban a recibir
la mortífera descarga de ametralladora en
su cuerpo o el tiro comunista en la nuca.
Que en España empieza a amanecer...
habían gritado las paredes seculares de sus
templos, a l caer en ruinas; y sus imágenes
sagradas, a l crepitar en la llama sacrilega;
sus telas y perg<mino$ preciosos, al ser
arrancados de los museos y bibliotecas por
las uñas rapaces de la horda intemaciotial.
Tantos y tan getierosos anhelos de liberación
de nueva vida no podían menos de ser
amorosamente acogidos por la Divina Prot'idcncia, y hoy, todos los que siguen de cerca

los movimintos de España anuncian, de modo
indudable, ese nuevo amanecer, que no es ya
sólo una cadencia en el himno falangista sino
una bella aurora en el cielo nacional.
Todos los católicos del mundo tienen que
felicitarse de ello. L a nación por tantos tí­
tulos benemérita de la Iglesia y de la civili­
zación cristiana merecía esta victoria; no
podía, en modo alguno, quedar a merced de
ideologías groseras y mentirosas que tanto
repugnan a su elegancia espiritual y a sus
tradiciones de caballerosidad e hidalguía, y
uno de los primeros en felicitarse de esta
victoria es la Sociedad Salesiana, que tantas
y tan conmovedoras bondades tiene recibidas
de la gran patria española; que conserva
inmarcesibles, en lo más hondo del corazón,
las palmas y laureles de triunfo que, hace
poco más de medio siglo, cortara Barcelona
para echarlos a los pies de nuestro Santo
Fundador Don Sosco; que con tajito gusto
y dedicación ha derramado a llí sudores sin
tasa de apostolado, y también — ¡ay, y no
poca! — sangre preciosa de mártires.
L a alegría por esta victoria crece de punto
eti nuestros corazones viendo de qué modo
ha hecho vibrar el amor paterno del Vicario
de Cristo en la tierra, de S . S . P ío X I I .
¡O h , el Mensaje que, el domingo, i6 de
abril, dirigió el Santo Padre a todos los
hijos de la católica España y que ellos oyeron
en su propia lengua! Pocas veces habrá sa­
lido del Vaticano un signo más precioso de
predilección hacia un pueblo, un documento
más ungido de gozo y de santos augurios
de felicidad y de paz.
¡Haga e l cielo que esta felicidad y esta
p a z, fundadas — como quiere e l Santo Padre
— en el orden y en la justicia sociales, y ali­
mentadas siempre por los ideales purísimos
de nuestra fe católica, reinen, de hoy más, en
España, por años y siglos.

Mensaje de 5. S. Pío XII a España.
Con ixunenso gozo Nos dirigimos a
vosotros, hijos queridísimos de la Católica
España, para expresaros Nuestra paterna
congratulación por el don de la paz y de
la victoria, con que Dios se ha dignado
coronar el heroísmo cristiano de vuestra fe
y caridad, probado en tantos y tan generosos
sufrimientos.
Anhelante y confiado esperaba Nuestro
Predecesor, de santa memoria, esta paz
providencial, fruto sin duda de aquella fe­
cunda bendición, que, en los albores m is­
mos de la contienda, enviaba «a cuantos
se habían propuesto la difícil y peligrosa
tarea de defender y restaurar los derechos
y el honor de Dios y de la Religión » {Alo­
cución a los prófugos de España) \ y N os no
dudamos de que esta paz ha de ser la que
El mismo desde entonces auguraba, « anun­
cio de un porvenir de tranquilidad en el
orden y de honor en la prosperidad».
Los designios de la Providencia, ama­
dísimos hijos, se han vuelto a manifestar
una vez más sobre la heroica España. La
Nación elegida por Dios como principal
instrumento de evangelización del Nuevo
M undo, y como baluarte inexpugnable de
la fe católica, acaba de dar a los prosélitos
del ateísmo materialista de nuestro siglo
la prueba más excelsa de que por encima
de todo están los valores eternos de la re­
ligión y del espíritu. La propaganda tenaz
y los esfuerzos constantes de los enemigos
de Jesucristo parece que han querido hacer
en España un experimento supremo de
las fuerzas disolventes que tienen, a su
disposición, repartidas por todo el m undo;
y aunque es verdad que el Omnipotente
no ha permitido, por ahora, que lograran
su intento, pero ha tolerado al menos al­
gunos de sus terribles efectos, para que el
mundo viera, cómo la persecución religiosa,
minando las bases mismas de la justicia
y de la caridad, que son el amor de Dios
y el respecto a su santa ley, puede arrastrar
a la sociedad moderna a ios abismos no
sospechados de inicua destrucción y apa­
sionada discordia.
Persuadido de esta verdad el sano pueblo

español, con las dos notas características
de su nobilísimo espíritu, que son la ge­
nerosidad y la franqueza, se alzó decidido
en defensa de los ideales de fe y civilización
cristianas, profundamente arraigados en el
suelo fecundo de España; y ayudado de
Dios, « que no abandona a los que esperan
en E l» {Judit X I I I , 17), supo resistir al
empuje de los que, engañados con lo que
creían un ideal humanitario de exaltación
del hum ilde, en realidad no luchaban sino
en provecho del ateísmo.
Este primordial significado de vuestra
victoria Nos hace concebir las más hala­
güeñas esperanzas de que Dios, en su m i­
sericordia, se dignará conducir a España
por el seguro camino de su tradicional y
católica grandeza; la cual ha de ser el norte
que oriente a todos los españoles, amantes
de su Religión y de su Patria, en el esfuerzo
de organizar la vida de la Nación en per­
fecta consonancia con su nobilísima histo­
ria de fe, piedad y civilización católicas.
Por esto exhortamos a los Gobernantes
y a los Pastores de la Católica España
a que iluminen la mente de los engañados,
mostrándoles con amor las raíces del ma­
terialismo y del laicism o,de donde han pro­
cedido sus errores y dcsdichrs, y de donde
p>odrían retoñir nuevamente. Proponedles
los principios de justicia individual y social,
sin los cuales la paz y prosperidad de las
naciones, por poderosas que sean, no pue­
den subsistir, y son los que se contienen
en el Santo Evangelio y en la doctrina de
la Iglesia.
No dudamos que así habrá de ser, y la
garantía de Nuestra firme esperanza son
los nobilísimos y cristianos sentimientos,
de que han dado pruebas inequívocas el
Jefe del Estado y tantos cab3lleros, sus
fieles colaboradores, con la legal protección
que han dispensado a los supremos inte­
reses religiosos y sociales, conforme a las
enseñanzas de la Sede Apostólica. La
misma esperanza se funda, además, en el
celo iluminado y abnegación de vuestros
Obispos y Sacerdotes, acrisolados por el
dolor; y también en la fe, piedad y espíritu

S. S. P ío X I I d e s p u é s d e e n v ia r s u M e n s a je

de sacrificio, de que en horas terribles han
dado heroica prueba las clases todas de la
sociedad española.
Y ahora, ante el recuerdo de las ruinas
acumuladas en la guerra civil más san­
grienta que recuerda la historia de los
tiempos modernos, Nos, con piadoso im ­
pulso, inclinamos ;mte todo nuestra frente
a la santa memoria de los Obispos, Sacer­
dotes, Religiosos de ambos sexos y fieles
de todas edades y condiciones que, en tan
elevado número, han sellado con sangre su
fe en Jesucristo y su amor a la Religión
cuólica: «maiorem hac dilectionem nemo
habets, «no hay mayor prueba de amor»

(Joan, XV, 13).

136 •-

Reconocemos tam­
bién nuestro deber
de gratitud hacia to­
dos aquellos que han
sab id o sa crifica rse
hasta el heroísmo en
defensa de los de­
rechos inalienables de
Dios y de la Religión,
ya sea en los campos
de batalla, ya tambi én consagrados a los
sublimes oficios de
caridad cristiana en
cárceles y hospitales.
N i podemos oculta.r
la amarga pena que
nos causa el recuerdo
de tantos inocentes
niños, que, alejados
de sus hogares, han
sido llevados a extra­
ñas tierras con peligro
a veces de apostasía
y perversión: nada
anhelamos más ar­
dientemente que ver­
los restituidos al seno
de sus familias, donde
volverán a encontrar,
ferviente y cristiano,
el cariño de los suyos.
Y aquellos otros, que
a E sp añ a .
como hijos pródigos
tratan de volver a la
casa del Padre, no dudamos que serán
acogidos con benevolencia y amor.
A Vosotros toca, Venerables Hermanos
en el Episcopado, aconsejar a los unos y
a los otros, que en su política de pacifica­
ción todos sigan los principios inculcados
por la Iglesia y proclamados con tanta no­
bleza por el Generalísimo: de justicia para
el crimen y de benévola generosidad para
con los equivocados. Nuestra solicitud,
también de Padre, no puede olvidar a
tantos engañados, a quienes logró seducir
con halagos y promesas una propaganda
mentirosa y perversa. A ellos particular­
mente se ha de encaminar con paciencia
y mansedumbre Vuestra solicitud Pastoral;

orad por ellos, buscadlos, con­
ducidlos de nuevo al seno re­
generador de la Iglesia y al
tierno regazo de la Patria, y
llevados al Padre misericordioso,
que los espera con los brazos
abiertos.
Ea, pues, queridísimos hijos,
ya que el arco iris de la paz
ha vuelto a resplandecer en el
cielo de España, unámonos to­
dos de corazón en un himno
ferviente de acción de gracias
al Dios de la Paz y en una
plegaria de perdón y misericor­
dia para todos los que murie
ron; y a fin de que esta paz
sea fecunda y duradera, con
todo el fervor de Nuestro co­
razón os exhortamos a «man­
tener la unión del espíritu en
el vínculo de la paz» {Ephes.,
IV , 2-3). Así unidos y obe­
dientes a vuestro venerable
Episcopado, dedicaos con gozo
y sin demora a la obra ur­
gente de reconstrucción que
Dios y la Patria esperan de
vosotros.
En prenda de las copiosas
gracias, que os obtendrán la
Virgen Inmaculada y el Apóstol
Santiago, patronos de España,
y de las que os merecieron los
grandes Santos españoles, hacemos des­
cender sobre vosotros. Nuestros queridos
hijos de la Católica España, sobre el Jefe
del Estado y su ilustre Gobierno, sobre

£1 G e n e r a litim o F ra n c o .

el celante Episcopado y su abnegado
Clero, sobre los heroicos combatientes y
sobre todos ios fieles. Nuestra Bendi­
ción Apostólica.

Expresivo telegram a de gratitud del G eneralísim o Franco al Papa
En reconocimiento a esta sentida alocu­
ción del Santo Padre a través de Radio
Vaticana, S . E . el Jefe del Estado español
envió e l telegrama siguiente:
<iBurgos. - C on filial respeto y emoción
se ha escuchado el M ensaje de Vuestra
Santidad que conforta al pueblo de España
y su Gobierno en la gran obra de orden

espiritual y social que realiza para que
esta España, que fue siempre adalid en
la defensa de la fe católica, supere, en el
porvenir, su tradición. En nombre del
pueblo español y en el mío, transmito a
Vuestra Santidad testimonio de devoción y
gratitud por la especial distinción de que
nos hizo obieto en este día memorable. F r a n c is c o F r a n c o
del Estado EspañoU.
'

13 7

SENTIDA MUERTE DE UN PRELADO
El Excm o Mons. ARTURO JARA MARQUEZ
O bispo Salesiano de A rquelais, V icario A postólico de
M agallanes e Islas M alvinas, falleció en Santiago de
C hile el día lo de Febrero.

Rasgos biográficos.

El Excmo. Señor Don Arturo
Jara Márquez nació en Lontué,
el 26 de Julio de 1880, en un
hogar virtuoso, de un gran abo­
lengo espiritual y cívico.
Huérfano de padre, a los
ocho años de edad, fué santa­
mente educado por su madre.
Estudió humanidades en el
Patrocinio de San José de la
capital, colegio dirigido enton­
ces por el benemérito sacer­
dote salesiano Mons. José Fagnano.
Finalizados allí sus estudios, sintió arder
en su pecho los ideales del apostolado salesiano,
y solicitó su ingreso en nuestra Congregación.
En 1895» vistió el hábito de Don Bosco y co­
menzó su formación en la casa de San Luis
de Macul. Su inteligencia y espíritu de sacri­
ficio le hicieron adaptarse rápidamente a las
duras disciplinas de abnegación que exige la
, misión educadora.
Fué uno de los de aquella primera falange
de jóvenes chilenos que, siguiendo el ejemplo
de Don Camilo Ortúzar Montt, siguieron con
amor extraordinario las huellas luminosas del
Santo Educador de Valdocco.
En la casa salesiana de Sucre (Bolivia),
donde había sido llevado para reponer su
salud, finalizó sus estudios de Teología, orde­
nándose de sacerdote en 1908. Después de
actuar algi'in tiempo en el colegio de Macul,
fué nombrado Director del Instituto Comercial
Salesiano de Iquique, permaneciendo más
de doce años ai trente de aquel establecimiento
que, bajo su gobierno, adquirió renombre y
prestigio.
Al regresar de un largo viaje, el 26 de enero
de 1926, le sorprendió el nombramiento de la
Santa Sede, que le designaba Vicario Apostó­
lico de Magallanes e Islas Malvinas. Iba a
suceder al primer Obispo Salesiano chileno
de esa región, Monseñor Abrahán Aguilera.
138

Entre los padrinos del nuevo
Obispo figuró el entonces Prew»
sidente de Bolivia don Her*V.’ f
nando Siles.
Apenas iniciadas sus labores
en el Vicariato procuró exten­
der la obra religiosa a todas
partes. Edificó iglesias y ca' \ “I pillas hasta en las zonas más
apartadas. Mostrando especial
interés por la enseñanza, dió
fuerte impulso a los colegios
católicos de la zona.
Agil y activo, recorrió va­
rias veces su extenso Vicariato
sin que los rigores del clima
le arredraran. En Puntarenas, en Natales y
en Porvenir dió extraordinaria actividad a
las instituciones de carácter religioso, patrió­
tico y cultural, a la Acción Católica, a la
caridad y beneficencia cristianas.
Su personalidad se impuso, especialmente
en Magallanes, donde se ganó el afecto del
pueblo.
No podemos omitir, en esta suscinta infor­
mación biográfica, su inmenso amor y preo­
cupaciones por la buen prensa. Dió vida, en
Magallanes, a la editorial y librería católicas,
fundó folletos y periódicos y fué uno de los
más entusiastas sostenedores del diario « La
U nión» gastando en él todo su patrimonio
familiar. Era un gran adalid de la buena
prensa.
En sus últimos años, le preocupó mucho la
condición de los pobres indios alacalufes, e
interpuso todo su valimiento, ante las autori­
dades, para mejorar su condición económica
y social. El mejor testimonio nos lo da el propio
señor Intendente de la región, el general don
Jarier Palacios Hurtado, quien, en uno de sus
Informes presentados al Gobierno, puso bien
de manifiesto las preocupaciones del señor
Obispo.
Hace cosa de un año, ^lons. Jara contrajo,
en Punta Arenas, una bronconeumonía que
puso en serio peligro su vida. Felizmente re­

accionó, pero tuvo que trasladarse a Santiago
y abstenerse de volver a Magallanes. La Santa
Sede le dispensó de continuar al frente del
Vicariato, y como distinción especial, le nom­
bró Administrador Apostólico.
Ultimamente, su enfermedad se agravó re­
pentinamente y, en la noche del 31 de Enero,
un ataque hizo temer por su existencia. Hubo
necesidad de hospitalizarlo y, poco a poco,
su existencia fue apagándose, hasta que, el
Viernes, 10 de febrero, entró en agonía, expi­
rando a las 11,15 con la tranquilidad del
justo, asistido con gran cariño por sus fami­
liares y por varios sacerdotes salesianos.
La noticia del fallecimiento del virtuoso
Obispo salesiano se extendió con rapidez ful­
mínea, impresionando dolorosamente a todos
los que conocían y apreciaban las dotes de
Monseñor Jara.
Uno de los primeros en llegar fué el Excmo.
Señor Arzobispo de Santiago, Monseñor Ho­
racio Campillo, quien rezó los primeros res­
ponsos y presentó las condolencias de la arquidiócesis a la familia y a la comunidad salesiana.
Siguieron el Vicario General, en representación
del Cabildo, el presidente de la Acción cató­
lica, etc. etc. Minutos más tarde, bendecía
los sagrados despojos el Nuncio Apostólico,
Excmo. Señor Aldo Laghi.
Distinguidas personalidades del clero, de
la sociedad, de las organizaciones católicas
han pasado, en interminable romería, por la
casa salesiana, a dejar su pésame y a orar,
en el templo, donde se velan los restos del
Excmo. Señor Jara.

El Domingo 12, en la Gratitud Nacional,
se efectuaron las solemnes honras fúnebres,
a cargo del Obispo de Talca, Excmo. Señor
Manuel Larraín Errázuriz, asistido por sacer­
dotes salesianos. Presidíalas el Revmo. Sr. Ins­
pector Dn. Gaudencio Manacchino, en nombre
de la Congregación Salesiana. Entre los asis­
tentes se encontraban el ya citado Nuncio
Apostólico, con el Secretario de la Nuncia­
tura y el Vicario General de la Arquidiócesis,
en representación del Excmo. y Revmo Se­
ñor Arzobispo. Una enorme concurrencia lle­
naba las naves. Todos nuestros estudiantes de
teología estaban en el presbiterio.
Terminado el Pontifical, el Excmo. Señor
Larraín rezó los responsos ante el túmulo, y
una vez terminados, fué sacado el féretro a
hombros de personas de la familia del Excmo.
Sr. Jara, y miembros de la Congregación Sale­
siana, organizándose un largo cortejo que se
dirigió al cementerio católico.
Antes de ser sepultados los restos, pronun­
ciaron discumos, en nombre de la Congrega­
ción Salesiana, el R. P. Luis M. Negri; en
nombre del Vicariato de Magallanes y de su
clero y fieles, el Rvdo. P. Juan Olave; en nom­
bre de los ex-alumnos de «El Patrocinio de
San José » el señor don Gustavo Adolfo Holley,
y, en nombre de la ciudad de Punta Arenas,
los Sres, don Marcos Chamorro y don Esteban
Scarpa.
j Que Dios ponga la corona de sus elegidos
en las sienes del Pastor bueno y celoso de
las tierras magallánicas, del eximio y virtuoso
Hijo de San Juan Bosco!

E l fé re tro a l llegar at c e m e o le r io d e S a n tia g o .

139

GACETILLA SALESIANA
UN

POCO

DE

ITALIA - Turín (Casa Madre). — Solemne
Tedéum en la Basílica de María Auxi­
liadora por la elección del nuevo Papa.

El luto que la muerte de S. S. Pío XI
arrojó sobre los corazones ha querido la
Divina Providencia abreviárnoslo con la in­
mediata, sorprendente, plebiscitaria exaltación
del Emmo. Cardenal Pacelli, Secretario que
fué tiel difunto Pontífice, y Protector de la
Sociedad Salesiana.
La Radio esparció rápidamente la noticia
por todo el mundo, haciendo saltar de gozo
y agradecimiento a todos los fieles cristianos,
por la perenne asistencia del Espíritu Santo
•a la Iglesia, pocas veces demostrada de un
modo tan palmario como en esta ocasión.
Apenas conocido el voto decisivo del Sacro
Colegio Cardenalicio, el Rector Mayor dispuso
que se echaran a vuelo las campanas, y que
las tres Comunidades de la Casa Madre, con
todos sus alumnos y dependientes, acudieran
a la Basílica de María Auxiliadora para elevar
a Dios el Himno de acción de gracias. Asistido
por los Rvmos. Capitulares, Don Pedro Berruti
y Don Jorge Serié, y precedido de numero­
sísimo clero, al son de los acordes jubilosos
del órgano, dirigióse él mismo al altar mayor

TODAS

a entonar el Tedéum, ante el Santísimo ex­
puesto, y dar la Bendición Eucarística.
Terminada ésta, la voz de todos los presentes
unióse, en un coro potente, para cantar, con
acentos de fe y amor conmovedores, el Oremus pro Pontífice nostro Pío, y Don Pedro
Ricaldone, no podiendo contener el gozo
de su alma, volvióse al público, desde el
plano del altar, y trazó, en breves palabras
llenas de vibrante y profunda emoción, la fi­
gura del nuevo Pontífice que Dios ha regalado
a su Iglesia; puso de relieve las muchas de­
mostraciones de benevolencia que la Sociedad
Salesiana tiene recibidas del, hasta ayer, Carde­
nal Pacelli, sobre todo desde que, por muerte
del Emmo. Don Pedro Gasparri, la honró acep­
tando ser su Cardenal Protector, e invitó a to­
dos sus hijos y a los fieles presentes a recordar
la devoción inquebrantable de San Juan Bosco
a la Cátedra apostólica, y renovar los pro­
pósitos de filial, absoluto amor y acatamiento
al que es Cabeza visible de Jesucristo en la
tierra.
POLONIA — 20.000 Cooperadores y Ex
alumnos Salesianos celebran im Con­
greso en el Santuario Nacional de Czestochowa.

C w s io c h o w » . . L le v a n d o la R e liq u ia d e S a n Ju a n R osco.

1 4 0 ---

PARTES

A fin de conmemorar con un acto
grandioso, y lleno a la vez de conte­
nido salesiano y patriótico, el Quin­
cuagésimo Aniversario del Tránsito
de San Juan Bosco al cielo, 2 0 .0 C 0
Cooperadores y Ex alumnos polacos
hanse reunido en el célebre Santua­
rio de la Viigen de Czestochowa,
Patrona de Polonia, para celebrar un
Congreso, realizado y clausurado en
medio de solemnísimas fiestas.
La enorme peregrinación había
sido organizada por los Sres. Ins­
pectores Salesianos, bajo los auspi­
cios del Emmo. Cardenal Primado,
Don Augusto Hlond, habiendo con­
tratado, para trasladarla, 35 trenes
especiales, que partieron de Lodz,
Oswiccim, Varsovia, Mysloviec, Craco\ia, Poznan, Sokolow, y otros pun­
tos, más o menos remotos.

Czestochowa, la ciudad de María, reci­
bió en traje de fiesta a sus fer%'orosos pe­
regrinos congresistas, echando al vuelo sus
campanas y haciendo ondear al viento centena­
res de banderas nacionales y pontificias. En la
fachada del Santuario campeaba un gigantesco
retrato de San Juan Bosco, cuya Reliquia,
procedente del Colegio Salesiano, fué recibida
en la estación por una masa de más de 40.000
fieles, llevada procesionalmente por el Excmo.
Sr. Obispo Mons. Kubina, entre cantos, mú­
sicas y gallardetes, y expuesta luego en el altar
mayor del Santuario, ante el famoso y tauma­
turgo cuadro de la Virgen.
Con este acto quedaba inaugurado el Con­
greso, que votó por aclamación las siguien­
tes conclusiones: Dar gracias a la excelsa
Patrona de Polonia por su materna y con­
tinua protección sobre las Obras Salesianas
hoy extendidas ya por toda la República;
divulgar por todos los ámbitos de la nación el
espíritu y método educativos de S. Juan Bosco;
proponer a los Cooperadores y Ex alumnos
polacos nuevas formas de acthddad que ace­
leren el ritmo de sus obras de apostolado;
preservar, mediante los Oratorios, la fe y las

L a m ila g r o s a V ir g e o d e C ze s to c h o w a .

C z e s to c h o w a (P o lo n ia ). - S o le m n e a p e rtu ra d e l C o n g re s o d e C o o p e ra d o re s S a le s ía n o s .

I4 I

costumbres de la juventudes obreras; intensi­
ficar la divulgación y eficacia de la prensa ca­
tólica.
SIRIA - Damasco. —
Beata Mazarcllo.

En honor de la

Las Hijas de María Auxiliadora que, desde
hace algunos años, dirigen en Damasco mu­
chas e importantes obras de apostolado, en
favor de las juventudes femeninas árabes y
europeas de las varias colonias nacionales, allí
existentes, han organizado un brillante home­
naje a la Beata Mazzarello, la santa Cofundadora de su Instituto.
Iniciáronse los cultos el día primero de di­
ciembre, en la iglesia parroquial de Damasco,
que vióse concurridísima, con un triduo de
cultos y predicaciones trilingües, árabe, ita­
liano y francés.
La función principal del domingo, día 4,
resultó muy solemne, presidiéndola el Exemo

■ i^r
\

El c u a d r o d e la B e a ta M a z a a r e llo e x p u e s to
e n la ig le s ia p a r r o q u ia l d e D a m a s c o .

142

y Rvmo. D elepdo Apostólico, Mons. Leprétre, al que hicieron corona los cinco Obispos,
Sirio, Griego, Maronita, Caldaico y Armenio!
Las beneméritas Hijas de María Auxilia­
dora tuvieron un gran éxito, recogieron con­
soladores frutos espirituales y fueron muy fe­
licitadas.

FR ANCIA - Grenoble. — Las Hijas de
María Auxiliadora y las buenas amas
de casa.

El apostolado de las Hijas de María Auxi­
liadora no conoce límites. En Grenoble dirigen
un Instituto, cuya especialidad es formar bue­
nas amas de casa, especialmente obreras, y la
circunstancia de haber celebrado ahora dicho
Instituto sus Bodas de Plata, nos invita a
hacer una mención honorífica de tan simpá­
tica y Utilísima obra social.
Sabido es que la estabilidad de los hogares
depende, tanto de las virtudes morales de los
cónyuges como del buen orden, habilidad y
economía del ama de casa, que en las familias
proletarias es siempre la esposa. Nadie negará,
en efecto, que sean cosas indiferentes, para el
bienestar doméstico, el que la escoba y el
sacudidor entren regularmente en danza,
que el puchero sea sabroso, bien condimen­
tado y puntualmente servido, y que la casa
se llene de risas y flores y tintas armó­
nicas.
Todo esto, hasta hace poco, la mujer lo
aprendía en la amable paz hogareña, pero la
vida moderna la obliga a salir prematura­
mente de casa, y las Hijas de María Auxi­
liadora dedícanse, en muchos de sus Institutos,
a remediar, entre otros, este inconveniente.
La casa de Grenoble tiene en su haber 25 años
de apostolado, o sea, cientos, y tal vez miles
de madres cristianas que, en una proporción
muy considerable, le deben la alegría de sus
hogares.
Las autoridades locales, y en primer lugar
el Exemo. Sr. Obispo Mons. Caillot, que saben
el bien que reporta a su ciudad esta obra
social tan simpática, presidieron las fiestas
conmemorativas, que resultaron muy solem­
nes. Las buenas Religiosas de Don Bosco
tuvieron la dicha de saludar a centenares
de ex alumnas de su Instituto, tanto de la
clase obrera como de la pequeña buiguesía,
que hoy son reinas idolatradas de un hogar
cristiano y han querido llevar a sus maestras
el homenaje de su gratitud.

NOTICIAS DE ESPAÑA
Y AMERICA

S a le s ia n o s re in te g r a d o s a n u e s tra C a s a d e S a r r iá q u e h a n v iv id o (m e n o s lo s d os
q u e v is te n s o ta n a ) b a jo e l d o m in io ro jo to d o e l tie m p o q u e h a d u ra d o l a gu e rra .

ESPAÑ A - Barcelona. — D espués de la
liberación.
Carta del Sr. Director de nuestras Escuelas
de Sarria.
Barcelona^ lo marzo 1939-III A. T .
Rvmo. Sr. D. Pedro Ricaldone
Amadísimo Padre:
Hoy quiero dedicarle un buen rato, pues
seguramente estarán ardiendo en deseos de
saber lo que nos ha pasado.
Empiezo por un ¡Gracias a Dios! tan hondo
y especial como especiales son las circunstancias
en que lo pronxmciamos. ¡ Por fin somos Libres,
Ubres, amadísimo Padre!
Libres de los marxistas que, por espacio de
dos años y medio, nos han perseguido con
humillaciones y vejámenes, con cárcel y su­

frimientos, y con la amenaza continua de la
muerte! ¡Qué bueno ha sido Dios con los
que no hemos sido dignos de seguir el calvario
y martirio de otros Hermanos nuestros, que
honran a nuestra Congregación y también a
nuestra Patria!
Libres de casi toda la porquería que nos
han dejado los rojos en nuestra Casa de Sarriá,
a parte las ruinas de las que no se libra uno
tan pronto.
No puede V. haceree cargo de cómo encon­
tré esta querida Casa, al posesionarme de ella,
a raíz de haber volado parte de nuestros talle­
res, (mando comenzaban a entrar las tropas salvatioras. Desde el 26 de febrero hasta hoy,
nuestro trabajo no ha sido más que de lim­
pieza. ¡Ahora empezamos a respirar!
Libres de las casas particulares en que vi­
víamos que, aún cuando en ellas éramos tra­
tados con grandísima caridad y buena voluntad,
no eran nuestras Casas.
143

A sp e c to d e s o la d o r d e n u e s tra s E s c u e la s d e S a r r lá a l se r a b a n d o n a d a s p o r lo s ro jo s.

Ahora espero mucho; tenemos, no sólo se­
milla sembrada con sacrificios que generosa­
mente ofrecen todos los buenos salesianos,
sino semilla regada con sangre de nuestros
héroes salesianos que han muerto por Cristo.
Yo entré en Sarriá niño de i i abriles, y
nadie podrá imaginar jamás mi amargura al
verme echado de ella a los 57, después de
cuarenta y más años de continuo trabajo en
favor de los hijos del obrero, echado entre
pistolas, cacheado y amenazado de muerte si
no desaparecía en seguida!
Claro que la fe, y nuestros amores salesianos
han suplido, y de sobras, ese desengaño.
¡Arrojados de Casa, y a la calle, por los
peores sujetos que tenía la ciudad, por hol­
gazanes, por seres inser\-ibles, por enemigos
de la cultura y del obrero!... Pero, Basta!
Vd. comprenderá, amado Padre, nuestra ale­
gría, al posesionamos de nuevo de esta Casa,
habitada durante la dominación roja por ene­
migos encarnizados nuestros. Lo que más me
consuela es haber podido recibir y recoger á
tollos los demávS Hermanos dispersos en esta
ciudad y alrededores, cada cual con una terrible
historia de penas y sufrimientos sin cuento.'
Eramos 12, y en el preciso momento de estar
reunidos en Conferencia, en la Capilla de
Don Hosco, tuWmos la alegría de recibir al
Sr. Inspector, Don Julián Massana.
Ahora, somos 25 y hacemos yz vida re­
gular y de trabajo. Se están recuperando
muchas cosas que nos habían quitado del Co­
legio. El material de la imprenta está ya resca144

tado y empieza a trabajar. La carpintería (toda
en ruinas) la hemos montado provisionalmente
en otro local para ir haciendo puertas, venta­
nas, y los arreglos imprescindibles para poder
habitar la Casa y recibir de nuevo a los ni­
ños. Las máquinas que teníamos en la car­
pintería sabemos donde se hallan y la mayor
parte se recuperarán. Así también todo lo que
desapareció de la sastrería. La mecánica costará
más, pero ya empiezan a devolver algo. Es un
trabajo fuerte, pero lo hacemos con mucho
gusto.
El día 9 de Marzo, hicimos un acto oficial
de reintegrarse los hermanos a la Comunidad.
Buena ocasión para invitar a Cooperadores,
.Antiguos Alumnos y Amigos de la Obra.
Efectivamente, casi se llenó la Iglesia, y el
acto resultó comovedor en extremo.
. A aquí nos tiene V. dispuestos a todo, y
sobre todo a ser buenos salesianos.
D E T A LL E S
Estamos haciendo vida regular y en el Cole­
gio hay los siguientes hermanos: El que sus­
cribe, Jordana, Lázaro, Federico Abadía, Mestre, Anastasio Martín, Revilla, Martínez, Mir,
Agripino, Pérez José, Ayerra, Guijo, Verdaguer, Marcos, Serra, Cosáis, Agut, A tiza,
Jerónimo Hernández, Mateo, Cuevas.
Ahora se hallan también con nosotros el
Sr. Inspector y Don Ramón Cambó.
L.a c.^ a: La que llamamos de Don Rosco, se
halla intacta, pero quedó horrorosamente sucia

y deteriorada; es lo primero que he­
mos habitado, y ahora la están des­
infectando y encalando.
El teatro : Sin escenario, pero no
costará mucho volverlo a poner en
condiciones.
La ANTIGUA casa : intacta, sin que
hayan sufrido gran cosa los patios,
pórticos, clases y dormitorios. Se va
limpiando, y después se desinfectará
todo.
L ocutorio ,

portería

e

imprenta :

intactos.
I glesia : El edificio intacto. Los
altares, púlpitos, confesionarios, Via
Cnicts y bancos, todo fue quemado
en el patio por la horda. La Iglesia
ya funciona, desde el día siguiente
de la ocupación. Empecé con el acto
de la reconciliación, según el ritual,
y estaba rebosante de fieles. Desde
entonces, todos los actos que en ella
se celebran se ven muy concurridos,
llenándose a menudo completamente.
Pudimos hacer la fiesta de San Fran­
cisco de Sales y la de nuestro Santo
Padre Don Hosco. Vamos también
recuperando los ornamentos sagrados,
casullas, etc. aunque en poco número.

El edificio de los estudiantes:
Todo intacto; la planta baja, incluso
los pórticos, habían sido convertidos
en fábrica de material de guerra.
C omedores y cocina : tanto el de
los niños como el de los Superiores,
intactos.
E nfermería: también intacta.

El gran pabellón en que estaban
instaladas la carpintería, sastrería, es­
cultura, doradores, dibujo, etc. ¡todo
volado con dinamita!
edificio, jun­
tamente con unos enormes talleres que
ellos habían edificado en la huerta, era
lo que constituía la gran fábrica de
guerra, fusiles máuser y municiones
de cañón. Todo es, ahora, im mon­
tón de ruinas.
Ni que decir tiene que de nuestras
existencias de trabajos de imprenta,
librería obras impresas, música, etc.
no queda nada. Se lo llevaron to­
do. De modo que hay que empezar

V a r io s a s p e cto s d e l a o b r a v a n d á lic a d e lo s ro jo s
e n n u e s tra s E s c u e la s d e S a rríá .

145

de nuevo, como al principio. Lo mismo ha
sucedido con todo Ío del arte religioso: es­
culturas, moldes, etc., todo lo destrozaron
aquellos bárbaros. El órgano de la Iglesia,
armoniums, pianos, ni uno. Quemados o he­
chos astillas. |Qué penal jQué vandalismol
No se pueden calcular todavía las pérdidas.
Además que, como nadie esperaba salvar
nada, ni la propia piel... aún no nos damos
cuenta de la magnitud del expolio, y hasta pa­
rece que nos han dejado mucho!
¡Amadísimo Padre! Lo que más intacto ha
quedado en nosotros es la voluntad y el ánimo.
Y en nombre de Dios se hará todo lo que
humanamente sea posible para reanudar la
vida ordinaria de estas Escuelas.
Hay dificultades casi insuperables que ven­
cer; lo que más nos cuesta es el aprovisiona­
miento. Me veo negro para poder dar de co­
mer a los 25 que estamos en casa, pero no
obstante admitiría con gusto, ahora mismo, a
50 huérfanos de guerra y para obtenerlos estoy
al habla con las autoridades. De nuevo nos
llueven las peticiones para admisión de niños
y espero tener algunos, en abril, de acuerdo
en todo con el Sr. Inspector. Los hermanos
contentos, piadosos y trabajadores.
Todos saludan a Vd. y a los demás Su­
periores del Capítulo. Aunque sea robarle
un poco de tiempo, le iré escribiendo y po­
niéndole al tanto de lo que hacemos y de lo
que queremos hacer.
Una vez más, gracias por todo.
Su afmo hijo
G

u il l e r m o

V

iñ a s .

ESPAÑA » Jerez. — Bendición y coloca­
ción de la primera piedra del Oratorio
Festivo ** Domingo Savio” ,

Como era de esperar, dado el admirable
espíritu organizador del entusiasta cooperador
salesiano Padre Torres Silva, las ceremonias
celebradas, en la tarde del 6 de febrero, en
una de las más populosas barriadas de Jerez,
revistieit)!! caracteres de verdadero aconteci­
miento local.
Inmenso gentío se congregó desde mucho
antes de la hora indicada en el lugar de la fiesta,
que presen^aba animadísimo aspecto, hallán­
dose engalanado con berlingas y gallardetes el
amplio solar que existe ante el edificio que ocupa
el Asilo de las Hermanitas de los Pobres.
Próximo al lugar del emplazamiento, habíase
improvisado artístico altar en el que presidía
un retrato de San Juan Bosco, viéndose, a de­
recha e izquierda, una ampliación fotográfica

146 -

de S. S. el Papa Pío XI, y otra del Generalí­
simo Franco.
En plano inferior, habían sido colocadas, a
ambos lados de un hermoso crucifijo, las imá­
genes de María Auxiliadora y de San José.
Concurren al acto el comandante militar
de la plaza, señor marqués de Casa-Arizón;
el Alcalde don Juan J. del Junco y Reyes,
acompañado de los tenientes de alcalde se­
ñores Rodríguez Pascual, Fereán, Marcano
y Alvarez Estévez; el secretario accidental del
Exemo. Ayuntamiento señor Marín Ruiz y
mayordomo señor Mariscal; los Presbíteros
señores Pérez Durán, Becerra y Carro; Re­
ligiosos Carmelitas, Hermanos de las Escuelas
Cristianas de San José y una representación
de la Asociación de Padres de Familia de dicho
centro de enseñanza; una comisión, muy nutri­
da, de la Pontificia Archicofradía del Santísimo
Cristo de la Expiración; el director del Banco
Popular de los Previsores del Porvenir, don
Luis Romero Pozo; el señor vizconde de YsasiDáviia, representantes de la prensa, y mu­
chísimas otras personas.
Entre otras varias distinguidas damas, asis­
ten la marquesa de Casa Arizón; señoras de
Massé (don Bartolomé), de Arizón (don Juan),
de Pemartín (don Julián), señora viuda de
Freixas; señoritas de Ysasi Dávila y de Rodrí­
guez Romero.
Ocupan lugar destacado los señores de Diez
y Pérez de Muñoz (don Pablo), padrinos de
la ceremonia y la respetable señora madre del
virtuoso sacerdote don Juan Torres Silva.
C omienza el acto . - U nas palabras del
P adre T orres S ilva . — El referido sacerdote

comienza su discurso con el estilo llano y sen­
cillo que le caracteriza.
Explica brevemente el objeto de esta insti­
tución, haciendo notar que, aunque los do­
mingos tendrá el futuro Oratorio Festivo sus
puertas abiertas todo el día para todos los
niños, sin embargo, la labor preferente irá di­
rigida a los más indigentes y desamparados de
estos barrios extremos.
Concluye el P. Torres SiK'a su peroración
dando las gracias a las dignas autoridades que
honraban el acto con su presencia; a cuantos
habían acudido a esta ceremonia, y sobre
todo a la Bondad Divina.
L E C T U R .A Y f i r m a D E L A C T A . — A continua­
ción, da lectura al acta, notabilísimo trabajo
caligráfico del gran artista Manolo Hortas.

D iscurso del señor alcalde . — Firmada
el acta, hizo uso de la palabra el alcalde se­
ñor del Junco.

Hay empresas — di­
ce — que, aunque apa­
rezcan revestidas de la
mayor modestia, tienen
\ma trascendencia in­
sospechada.
Dice que Jerez ve
con agradecimiento esta
obra, porque se trata
de una obra educativa,
en la que resplandece,
con atrayentes matices,
el espíritu evangélico
de San Juan Sosco.
Expresa su gratitud
al P. Torres Silva y a
sus cooperadores, y les
M o n tilla . • L o s c in c o p r im e r o s s a c e rd o te s s a lid o s
exhorta a proseguir la
d e e s ta C a s a d e fo r m a c ió n .
admirable labor em­
prendida.
El sacerdote Salesiano R. P. don Ildefonso
Concluyó con un ]Arriba España! y un
Gómez
habla por último, para, en nombre de
jViva Franco!
su Congregación, agradecer a las autoridades
H abla el marques de C asa A rizon . —
sus frases de elogio y expresar su compla­
El comandante militar de la plaza pronunció,
cencia por el acto que se <«lebra.
a continuación, un breve discurso que fué escu­
Bendición y colocación de la primera
chado, como todos los suyos, con el mayor in­
piedra
. — Después, este mismo sacerdote,
terés.
Glosa la vida de San Juan Bosco, a quien revestido de capa pluvial y asistido de los
llama el Santo del gran corazón y, tras de enal­ presbíteros señores Pérez Duran y Becerra,
tecer con períodos felices e inspirados, la gran procede a la bendición de la piedra que pienobra salesiana, concluye dando un |Viva España! día del trípode, sosteniendo los lazos con

S a n José d e l V a l le (E s p a ñ a ). - N o v ic io s d e l a I n s p e c to r ía B é lic a . (C u rs o 193 8 -19 39 ).

14 7

los colores nacionales que sujetan a aquélla,
don Pablo Diez y Pérez de Muñoz y su distin­
guida esposa doña Gertrudis de Ysasi.
Al momento de iniciar la piedra el descenso,
suenan los majestuosos acordes del Himno
Nacional que la concurrencia escucha brazo
en alto.
Dentro de la piedra quedó depositada una
pequeña arca, conteniendo, a más del acta,
ejemplares de Ayer, ¡Alerta!, Jerez Católico y
del primer número de la hojita del Oratorio
Festivo, y algunas monedas y estampas con las
efigies del Caudillo y de San Sosco.

E SPA Ñ A - M ontilla. — L a sangre de
m ártires es siem pre fecunda.
Esta Casa de formación de la Inspectoría
Bélica Salesiana continúa su marcha normal
y animosa, sin que los ecos de la guerra per­
turben en los más mínimo la quietud de su
ambiente de estudio y piedad.
Cuarenta nuevos aspirantes, dóciles a la lla­
mada del Señor, han venido a ocupar los
vacíos causados en nuestras filas per la bar­
barie roja. Son flores que ha escogido María
Auxiliadora, de los vergeles salesianos unas, y
de sencillos pueblos otras, y todas con tinos

pétalos frescos y brillantes que hacen pensar en
el hermoso fruto que ya se empieza a fecundar
en su cáliz. Con ellos asciende a un centenar
largo el número total de aspirantes reunidos este
año para los cuatro primeros cursos de latín.
En cambio, han partido, para el Noviciado
de S. José del Valle, 14 jóvenes animosos
que, unidos a otros 6 procedentes del Aspirantado de Astudillo y a un Bachiller de Sala­
manca, forman el núcleo actual de Novicios,
esperanzas halagüeñas de tantos y tantos cam­
pos salesianos que están reclamando a voces
operarios para la mies.
Otro fruto exquisito de esta Casa ha sido
la ordenación sacerdotal de 5 jóvenes salesianos
procedentes de este Colegio. Son las primicias.
Tronchados sus estudios por la terrible guerra,
después de haber sufrido dos de ellos el mar­
tirio y un sin fin de penalidades en Ronda y
en Morón, como recordarán los lectores del
Boletín Salesiano en el artículo «La tragedia
de un salesiano contada por él mismo» y cuyo
protagonista es uno de los Misacantanos re­
presentados en la foto que adjuntamos, ven
ahora dichosamente colmada la gran aspira­
ción de sus almas.
Les felicitamos efusivamente y pedimos a
Dios aumente de día en día el número de
los que llegan a la meta.

A n r e n lin a . S a n I s id ro . . C e le b r a n d o e l " D i a d e l E x a lu m n o ’

148

a r g e n t in a

- San Isidro. — El día del

E s alumno.

Revistieron singular brillo los actos reali­
zados, en el Centro San Isidro, por los ex
alumnos de Don Sosco.
El novel sacerdote Salesiano R. P. Emilio
Hernando cantó su Primera Misa, actuando
como Padrinos el Sr. Joaquín Alegre y la Sra.
Mercedes H. de Alegre.
Ocupó la cátedra sagrada el R. P. Carlos Cremaschi S. S. quien pronunció breves pero elo­
cuentes palabras que llegaron a todos los cora­
zones. La escolanía Santa Cecilia tuvo a su
cargo la ejecución de la parte musical.
La cena de camaradería congregó en los
amplios patios del Colegio Salesiano a una
numerosa y selecta concurrencia.
A los postres, tomaron la palabra el escribano
D Juan R. Bisbal ex Presidente del Centro,
el Sr. Juan L. Marinsalta, el Presidente del
mismo Dr. Natalio T . Carroñe, el joven José
Seoane y el redactor jefe de E l Pueblo D. Ro­
berto Meisegeier quienes, y especialmente este
último, fueron muy aplaudidos y felicitados.
Después de las palabras pronunciadas por el
joven Francisco Wynen, en representación del
Batallón X III de Exploradores, el Asesor Ge­
neral de la Asociación de los ex alumnos de
Don Bosco, R. P. José González del Pino S. S.

dirigió entusiastas palabras a todos los pre­
sentes.
Clausuró el acto el Rmo. P. Inspector D. José
Reyneri con oportunísimas frases que fueron
saludadas con una salva de nutridos aplausos.

B o g o tá . - L a m e d a lla c o n c e d id a a l C o le g io L e ó n X III.

COLOM BIA - Bogotá. El colegio salesiano
de León XIII premiado con Medalla
de Oro.

Este antiguo y acreditado colegio tomó una
parte muy destacada en la celebración del cuarto

B o g o tá . - £ I C o le g io L e ó n X I I I - L a r e v is ta g im n á s tic a .

149

centenario de la fundación de Bogotá. Con oca­
sión de dichos festejos, el 31 de julio, efectuóse
en el patio principal una interesante revista gim­
nástica dedicada al señor alcalde de la ciudad,
don Gustavo Santos. Asistieron al acto altos
dignatarios eclesiásticos y civiles, y comenzó
con la bendición de la bandera del colegio,
impartida por el excelentísimo señor obispo
de Garzón.
K1 primero de agosto, y con ocasión también
de las fiestas centenarias, se efectuó una lucida
velada literaria, en la cual tomaron parte dis­
tinguidos poetas y oradores de la capital, como
el señor Jorge Bayona Posada y el presbítero
doctor Alvaro Sánchez. El 3, celebróse otra
velada dramática. El 4 de agosto, tomó parte
en el espléndido desfile de colegios católicos,
ocupando uno de los primeros sitios. Lo mismo
en la misa campal del 6 de agosto en la plaza
mayor. En todos estos actos distinguióse por
su presentación y su disciplina, y obtuvo altos
elogios, que culminaron al apreciarse la alta
calidad de los trabajos presentados en la expo­
sición didáctica organizada por dichos colegios.
Finalmente, el 4 de agosto, en el teatro Co­
lón, el señor alcalde de la ciudad, junto con las
condecoraciones de honor del centenario otor­
gadas al señor presidente de la república y a
otras personalidades eminentes, condecoró a
este colegio, y en él a la Congregación Salesiuna, por los grandes servicios prestados a la
educación nacional. El o León X I I I » fué el
único colegio que obtuvo una tan alta distin­

ción, consistente en una medalla de oro ma­
cizo, que lleva grabados el escudo de la ciu­
dad y la efigie de Quesada.
U R U G U A Y - M ontevideo. —

Sólo Dios sabe el bien que hicieron en toda
la Inspectoría estos cuatro días de setiembre,
dedicados a las tareas del Congreso; días de
intimidad de sagrario, de fervor eucarístico, de
resoluciones útilísimas, de bendiciones sin
cuento.
Admirablemente organizado, e intercaladas
las discusiones con audiciones musicales, piezas
literarias de ocasión y exquisitos cuadros dra­
máticos, fué, a juicio de todos, una realización
modelo.
Como no hubo casa que no interviniera con
numerosas aportaciones, el Programa resultó
muy extenso, y por fuerza hemos de prescindir
de muchos números para contraer nuestra re­
seña a los más importantes.
P rimera J ornada. — En los Talleres Don

Bosco.
Asamblea de la mañana. — Tema de estudio:
«La Eucaristía como Sacrificio». Discursos:
El sacrificio de la Santa Misa, por M. Aris, de
Talleres Don Bosco de Montevideo - La Misa
diaria, por E. Corso, del Colegio Pío de Villa
Colón - La Misa dominical, por R. Berruti,
del mismo Colegio.

M oQ<«vid«o. • L a ñ m ta d « l C le r o in fa n t il e n u n o d e lo s par<|ues d e l N o v ic ia d o d e l M a n s a .

150

Congreso

Eucarístico Inspectorial.

M o n te v id e o . - C o n g re s o E u c a r is tic o - E l D i a d e V i l l a C o ló n .

El Rvdo. P. Inspector clausuró las Sesiones
invitando a los asambleístas a ser apóstoles.
Asamblea de la tarde. — Discurso: Partici­
pación activa en la Santa Misa, por C. Maccio
del Colegio San Isidro de Las Piedras.
El adiós de San Luis al mundo - Cuadro
dramático por los Aspirantes del Manga.
El P. Inspector exaltó la acción sublime de
los que ayudan Misa y terminó: « Hay que augu­
rarse que todos los párrocos puedan decir;
Los que mejor ayudan misa son los ex alumnos
salesianos ».
S egunda Jornada. — En la catedral.
Asamblea de la mañana. — 1,500 niños acu­
dieron a la catedral de Montevideo, en pública
manifestación de amor eucaristico y allí, antes
de la Comunión, caldeáronse sus almas con
la fogosa palabra del P. Porto. El Canónigo
Sr. S^osa Ponce hubo de exclamar; n Ha sido
un triunfo ».

Asamblea de la tarde. — En el Colegio del
Sgdo. Cora2Ón de Jesús.
Tema de estudio; « La Eucaristía como Sa­
cramento ». Discursos: La comunión frecuente
y cotidiana, por N. Sorensen, del Colegio de
San Juan Bautista de Sayago - La Comunión
y la Pureza, por W. Alarroni, de la Escuela
Agrícola Jackson.
En esta Asamblea se discutió largamente sí
debe frecuentarse o no el Cine y se resolvió
la cuestión en sentido negativo.
El Rvdo. P. Inspector hizo un cálido elogio
de la pureza en los jóvenes: « Si tenéis sed de
Eucaristía — dijo — seréis siempre lirios».

T e r c e r a J o r n a d a . — En la Casa de Forma­
ción del Manga.
Asamblea de la mañana. — 489 pequeños
sacerdotes, de sotanitas volantes recorren la
avenida de sombreadas palmas bajo un triunfo
de sol. Todo un enjambre de almas fervorosas
fué a renovar su alianza eterna con el Amor de
los amores.

Asamblea de la tarde. — Cantos magistral­
mente interpretados por la Polifónica de la
Casa de Formación.
Tema de estudio; «La Eucaristía y el Sacer­
docio Católico n. Discursos: El pequeño clero
y el culto eucaristico, por F. Bruno, de la Casa
de Formación. - La Eucaristía y la vocación
sacerdotal, por J. Hernández, de la misma casa.
«Ayudad a Jesús a salvar almas — dijo, resu­
miendo, el Sr. Inspector. — Sed todos aspi­
rantes al sacerdocio y al apostolado».
C u a r t a y u l t i m a J o r n a d a . — Peregrina­
ción al santuario nacional de María Auxilia­
dora.
Misa campal en el patio del Colegio Pío de
Villa Colón, bajo la maternal mirada de la Vir­
gen Blanca.

Academia de clausura. — En el salón teatro,
atestado de niños.
Fué una academia grandiosa, intensa de emo­
ciones. Después magníficos cantos, declama­
ciones y discursos, y de la solenme lectura del
Veredicto del Jurado, que fué acogida con estre­
pitosos aplausos, se clausuraron las Jomadas
con una procesión infantil en extremo lucida
y fervorosa.

Sres Cooperadores, consultad ci tesoro

espiritual

Propagad la O B R A P IA D EL S G D O C O R A Z Ó N . Véase la cubiería de nuestro ‘‘Boletín".

Don Bosco allende /os mares.
Lo que cuentan nuestros Misioneros.

BRASIL (Río Negro).
Volando sobre el Am azonas.

Veneradísimo Sr. Don Pedio Ricaldone:
Nuestros amados cooperadores, que con
tanto cariño e interés siguen los largos viajes
del misionero, a través de las selvas, a lo largo
de los ríos y de las tumultuosas cascadas,
leerán también con gusto algo sobre viajes
aéreos, a los que tenemos que apelar algunas
veces, cuando las enormes distancias que hay
que salvar aconsejan, y casi imponen, el aero­
plano.
Conocidas son las sensaciones del que vuela
por primera vez, de temor, al principio, pero
luego, después de algunos minutos, de sosiego
y seguridad; de ello no puede formarse cabal
idea el que nunca ha viajado por los aires.
Tenía que salir con urgencia para las re­
giones del Amazonas, y el Gobierno, con ama­
bilidad exquisita, que no sé como agradecer,
dióme para el viaje especiales facilidades.
Celebrada la santa misa, muy temprano, a
las 5,30 de la mañana, subí a bordo de uno de
los grandes hidroplanos Clipper, de 4 motores,
que, a las 9 de la noche, debía llegar a Belém de
Pará. 15 horas de vuelo, interrumpido apenas
por breves intervalos, viajando, ora sobre las
nubes, a dos y tres mil metros, ora bajando a
ciento, y aún menos, hasta rozar casi la super­
ficie del Océano, de los ríos, de las grandes o
pequeñas poblaciones del litoral y del interior,
en un recorrido fatigoso de más de 4000 kiló­
metros, a través de catorce Estados del Brasil.
Si hubiese tenido que embarcarme, habría
tardado en hacer el viaje de 12 a 14 días, y,
gracias a las veloces alas del hidro, pude, aquella
misma noche, hallarme en medio de mis her­
manos de Belém y admirar la obra que con
tanto celo desarrollan en aquel Colegio, donde
los PP. Carmelitas, en 1787, habían establecido
la sede de las antiguas misiones del Amazonas,
más tarde abandonadas.
Aquel Colegio está sufriendo ahora una grande
y radical refonna. Modernizados los vetustos
s;i!ones y grandes dormitorios, queda también
embellecida la iglesia, que es una de las más
hermosas del Brasil, una verdadera joj*a de
K2

arte, pintada y decorada con refinado gusto
por nuestro hermano, el Padre Cerri.
A la mañana siguiente, había que proseguir
el viaje, y ya nos esperaba, en el aeropuerto,
el pequeño bimotor que hace el servicio ParáManaos, casi siempre con escasos pasajeros y
en cuyo recorrido emplea ocho horas. Durante
este trayecto, se ve pasar, como en visión cine­
matográfica, toda la majestuosa llanura ama­
zónica, por la que desciende, desde el Orinoco
al Atlántico, la masa fluvial de agua más grande
que hay en el mundo, y que hace justamente
que al Amazonas se le llame aquí Río-Mar.
Visto desde las nubes, da la sensación de un
mundo antidiluviano; la continua sucesión de
panoramas dilatadísimos, hechos de grandezas
nunca vistas, llega a confundir las id^eas, y el
ánimo se deprime ante el desorden caótico de
aquellas soledades.
Es un espectáculo solemne, imponente, el que
ofrece a los ojos el gigantesco y fascinador labe­
rinto líquido. Son cientos y cientos de brazos
que se ramifican en cien direcciones diversas,
a través de la selva empenachada de palmeras,
describiendo infinitas curvas y caprichosos re­
covecos, que van a oerderse en el horizonte...
Mientras volamos, a poca altura, vemos pasar
los famosos paraná-mirins de Breves, donde
los barcos y ks gayolas soslayan los mortales
peligros de la corriente impetuosa, pegándose
materialmente a los bordes de la floresta, y
vemos desfilar las míseras chozas palafítlcas,
medio escondidas en la maleza de aquellas
solitarias riberas.
Elevándonos luego a 2000 metros, por en­
cima de las nubes, pudimos ver, a través de
los girones en ellas producidos por el viento,
una interminable llanura verde, densa y com­
pacta, cortada en todas direcciones por las cin­
tas zigzagueantes de mil cursos de agua. En
un cierto punto, vimos, a flor de las ondas
del río, centenares de troncos de árboles que,
arrebatados a la floresta y amontonados por la
corriente, formaban un solo haz gigantesco.
No obstante su corpulencia, desde arriba se­
mejaban palos delgadísimos. El piloto, bro­
meando, nos hizo pasar un lillete en el que
había escrito: ■ si quieren que vayamos a comer
allá abajo, no nos faltarán mondadientes ».
Atravesado aquel denso mar de nubes, nos

sumergimos en un azul espléndido de sol; el
hidro empezó a descender y el panorama se
modificó como por encanto.
La floresta, que desde arriba parecía una
inmensa llanura cubierta de pastos recién cor­
tados, revelóse en toda su selvática grandio­
sidad primitiva, y con sus aguas tranquilas, en
las que el sol arrancaba reflejos de’ acero bru­
ñido, ofrecía a nuestra mirada atónita un nuevo
espectáculo colosal, impresionante, hasta por
esa nota característica de tristeza que se cierne
sobre sus terribles y misteriosos silencios. Du­
rante media hora, volamos a ras de tierra,
a una velocidad de 150 millas, dejando boqui­
abiertos a los pobres habitantes de las chozas
primitivas, que acudían a vemos pasar, en sus
frágiles piraguas, mientras sobre las dilatadas
extensiones fluviales la sombra del aeroplano
se dibujaba como una mariposa gigante.
Era el contraste estridente de dos culturas,
de dos épocas htimanas: abajo, la época de las
grandes aguas, anterior tal vez a la edad de la
piedra; arriba, la época del duraluminio, del
motor y de la radio.
Esta región es seguramente una de las más
salvajes de este gran Río-Mar, porque todo
lo que se abarca con la mirada es instable y
provisional, desde el lecho del río hasta la
habitación del hombre que vive, o mejor muere,
en el más escuálido abandono material y espi­
ritual. Es cierto pues, como aquí dicen, que
existe el « infierno verde del Amazonas ». Esta
región es un caos, un remolino infernal capaz
de hacer vibrar el genio de Dante y el buril
de Doré.
Mas, luego el panorama fué mejorando y em­
pezáronse a notar, aquí y allá, indicios de civi­
lización; los terrenos eran más altos y secos y
surgieron los primeros montes, rompiendo la
triste monotonía de aquella despiadada llanura.
Volamos sobre pequeñas ciudades, modernas
algunas, antiquísimas otras, y sobre adehuelas
llenas de poesía, y aquellas visiones refrescaban
un poco nuestro espíritu. Para que pudiéramos
observarlas mejor, el piloto pasaba casi ro­
zando las altas copas de los árboles gigantes­
cos, los sapucayas, que algunos suben, a más
de setenta metros, y cuyas sabrosas almendras
descascar! Han con infinita gracia los monos ma­
cacos y seguís. Sobre las blancas arenas desier­
tas destacábanse las manchas grises de cente­
nares de cocodrilos tendidos al sol, y, aquí y
allá, manadas de ganado esquelético, y por do­
quiera bandadas de pájaros; de garzas, de
ararás, de papagayos que con sus colores rojo,
amarillo y ceniza salpicaban la inmensa al­
fombra verde del paisaje.

Subió luego el aeroplano a una cota altí­
sima y un aire helado y enrarecido cortaba
casi la respiración. Eran nuevas e inmensas
florestas las que estábamos atravesando y que,
para abre\’iar camino, cortábamos en línea recta;
dadas las insidias de aquellos lugares, cuanto
más alto se vuela menos peligro se corre.
Cuando el piloto se aleja del río tiene que
ganar en altura lo necesario para, en caso de
panne de los motores, dejarse caer, en tmelo
planeado, sobre las aguas más próximas; de
lo contrario, no podría hacerlo, porque la du­
ración de la fuerza de inercia que tiene el motor
sirve para un recorrido, en caso de aterrizaje,
que equivale a ocho veces la altura alcanzada.
Así, por ejemplo, volando a 3000 metros, ha­
bríamos tenido asegurados, en caso de avería,

lo s ta m á n e a s d e l v ia j e d e M o n s. M aesa.

153

24 kilómetros de vuelo, que eran los que nos
separaban del curso del río. El hídro no se
aleja nunca más de lo que permiten y com­
prueban, en todo momento, los instrumentos
de precisión, de los que pende la vida de los
viajeros.
Estos detalles técnicos nos tranquilizaban bas­
tante, mientras seríam os volando sobre la s ílva
inacabable, en la que se sucedían y atropellaban
las más varias tonalidades verdes, manchadas,
de trecho en trecho, por el amarillo y violeta
de gigantescos árboles en flor: no había nada,
sin embargo, que denunciase la vida, debajo
de aquellas pavorosas frondas que cubren con
su misterio la selva virgen.
Pasadas las ciudades de Santarém, Obidos y
Parintíns, descendimos finalmente en Manaos,
capital de la región amazónica, espléndida de
jardines, de casas y de sol.
Allí, repitiéronse los saludos cordiales de los
hermanos y amigos, con los cuales hicimos una
visita rapidísima a nuestros tres grandes Co­
legios, porque, sin pérdida de tiempo, había
que emprender la última etapa de nuestro
viaje, sobre el río Madeira, hasta Porto Velho.
El largo itinerario fluvial de siete días, en la
estación de las grandes lluvias, se redujo, en
avión, a un paseo de cuatro horas.
Cuando vimos el hidro en que íbamos a ter­
minar nuestra odisea aérea, pequeño y de un
solo motor, el corazón se nos encogió un poco.
¿ Y si este motor se pára ? pensábamos. Los
indios de nuestra Misión, la primera vez que
vieron otro igual, sobre el Río Negro, lo bau­
tizaron con el nombre de o canoa con alas».
Es lo que realmente parece.
Gracias a Dios, el viaje resultó bien, no obs­
tante una violenta borrasca que nos sorpren­
dió, a última hora, haciendo dar al aparato
bandazos espantosos, que ponían carne de
gallina al máis valiente.
Llegamos, por fin, a Porto Velho, en medio
de una lluvia deshecha, que permitía ver, sin
embargo, desde arriba, nuestra hermosa iglesia,
el hospital de la Prelatura y los dos Colegios
de la Misión.
.\|>enas dcscettdimos de la cabina, todo el
pueblo nos aa>gió con demostraciones de ale­
gría y nos acompañó a la iglesia, donde dimos
gracias al Dios, que es el que tiene en sus
manos, como dice el Profeta, los vientos y las
tempestades,
jY pensar que tres días antes estábamos
en Río Janeiro! En treinta horas de \-uelo
habíamos rectirrido más de 4300 millas.
Gracias sean dadas a la Providencia que se
digna poner a disposición del misionero hasta

154

los progresos de la ciencia, permitiéndole mul­
tiplicar sus actividades en favor de las almas.
En otra carta, que seguirá a ésta D. m., le
daré noticias de las Misiones. Entre tanto,
bendíganos, Rvdo. Sr. D. Ricaldone, y dígnese
recibir el devoto cariño que le profesa su
affmo en C. J.
Mons. P edro M assa.

Administrador Apostólico.
Manaos, 15 de noviembre de 1938.

PALESTINA - BEITGEM AL
U na fiel estam pa d el Buen Pastor.
C óm o m urió el P. Rosín.

Pocos meses ha, el telégrafo anunciaba a
nuestros Superiores que el celoso y benemé­
rito misionero Salesiano P. Rosin había muerto
en Palestina de una manera trágica, cuelmente
lapidado por algunos árabes.
Como las circunstancias del crimen venían
envueltas en un poco de misterio, a causa de
las luchas políticas que ensangientan aquel
país, y por la rígida censura ejercida por las
autoridades militares, hubimos de esperar a
que se hiciera alguna luz sobre lo ocurrido,
y hoy, con elementos de juicio directos y ve­
rídicos, podemos informar a nuestros lectores.
No cabe la menor duda; el P. Rosín ha
muerto en el cumplimiento de su deber, víctima
de su caridad sacerdotal y de su espíritu mi­
sionero, y puede y debe figurar con honor en
nuestro áureo Martirologio Salesiano que,
apenas empezado, tiene ya inscritos cerca de
un centenar de nombres.
Un

veterano

de

ierra

S an ta . —

nuestras

M isiones

en

A la temprana edad de
17 años, el P. Mario Rosín dejaba su dulce
Italia y sentaba sus reales en Palestina, para
siempre, por toda la vida. Era un misionero
valiente, abierto, sincero, inflamado de celo
por el bien de las almas, y especialmente por
los huerfanitos que constituyeron siempre la
niña de sus ojos. Los viajes largos y fati­
gosos no le espantaban; hacía extenuantes
excursiones a caballo cuando aún no se co­
nocían en Palestina los automóviles, ni había
estas bonitas pistas y cómodas carreteras as­
faltadas que hay ahora. Allí, en Tierra Santa,
hizo sus estudios, y allí cantó su primera misa.
Tan admirablemente hablaba el árabe que
se le hubiera tomado j>or un beduino auténT

tico. Su nombre llegó a hacerse popular entre
la población indígena, que admiraba sincera­
mente su espíritu de sacrificio y bendecía su
caridad, siempre pronta e inagotable.
'Hasta que estalló la guerra europea estuvo
de Director en Belén, donde la Sociedad Salesiana tiene un floreciente Orfanato que acoge
y educa gratuitamente a un buen número de
huérfanos compatriotas de Jesús. Como los
tiempos en Palestina han sido siempre, y siguen
siendo ahora, particularmente ásperos y duros
para los que tienen que proveer a familias nu­
merosas donde abundan las bocas y sobra el
apetito, el buen hijo de Don Bosco veíase
obligado a tener que salir, todos los días, a
implorar la caridad pública para sus acogidos.
Las viviendas que recorría eran por lo regular
humildes, y de ésta sacaba unos puñaditos de
trigo, de aquélla unas hortalizas o aceitunas,
de la de más allá unos higos secos, y cuando
la alfoija de la caridad estaba llena, o casi
llena, volvíase al Colegio donde los pequeñuelos le esperaban alegres y avispados, con
síntomas manifiestos de bulimia, que suele
ser la enfermedad específica de los niños.
P r i s i o n e r o d e l o s t u r c o s . — Un día —
eran los años aquéllos de la guerra europea
— las cosas se habían puesto tan feas que,
agotadas las provisiones del Orfanato y llena
de telarañas la despensa, tuvo el buen P. Rosín
que tomar una determinación heroica; no
quedaba otro remedio que salir al campo,
habiendo noventa probabilidades contra ciento
de caer en manos de los soldados turcos que
patrullaban por los alrededores. Su calidad
de ciudadano italiano le hacía entonces ene­
migo de la Sublime Puerta. No vaciló el in­
trépido hijo de Don Bosco y fué a donde su
deber y su corazón le llamaban.
Sucedió lo que tenía que suceder: topó en
seguida con una avanzadilla, le dieron el alto,
le sometieron a breve interrogatorio, y fué
declarado prisionero de guerra. De nada sir­
vieron sus explicaciones, ni su carácter sacer­
dotal, ni su conmovedora relación de los po­
bres huérfanos que quedaban en casa en espera
del alimento cotidiano; tuvo que ponerse en
camino y dejaree llevar a Damasco; varias
semanas de horrible camino, a pie, mal vestido,
peor alimentado y brutalmente tratado.
Allá, en Damasco, le esperaba una cárcel
hedionda, donde virian hacinados criminales
de todas las cataduras, que se pasaban el día
altercando y riñendo y a veces se lanzaban
unos contra otros como lobos rabiosos. El me­
nos culpable de aquellos condenados — decía

más tarde el P. Rosín — llevaba sobre su con­
ciencia por lo menos un homicidio.
Trasladado de aquel infierno a Angora,
que es hoy la capital de Turquía, contrajo la
fiebre tifoidea y hubo que llevarlo al hospital,
donde todos, menos él, eran musulmanes:
autoridades, médicos, enfermos y enfermeras.
En aquel hospital, sucedióle un caso muy
curioso que él nunca hubiera podido imaginar.
Un sacenlote católico armenio de aquella
ciudad, sabedor de que había entre los en­
fermos uno que era cristiano, fué a visitarle y

E l P a d re R o tln .

ya no dejó de prodigarle socorros y consuelos,
hasta que hubo recobrado completamente la
salud.
Un día, en que el armenio conversaba con
el Padre, ya restablecido del tifus, díjole: A
que Vd. no acierta por qué me ha inspirado
tanto cariño.
— Seguramente por ser yo católico y sa­
cerdote.
— No sólo por esto, sino porque además
es Vd. hijo de Don Bosco. Yo tuve la dicha
de conocer a este santo varón.
— I Dónde ?
— En Roma, cuando estudiaba en el Semi­
nario de mi país. Don Bosco, en uno de sus
viajes a la ciudad eterna, fué a visitamos y
todos los alumnos desfilamos para besarle la
mano. Era viejo, no hablaba, parecía muy
fatigado. Pero cuando le llegó su turno al com­
pañero que iba delante de mí, alzó rápidamente
la cabeza, acercó la boca a su oído y le susurró
155

en voz baja: « Hijo mío, prepárate a la muerte ».
Era un hílillo de voz, pero yo la percibí per­
fectamente y me dejó impresionado; mucho
más, cuando, a los ocho días, acompañamos
a aquel amigo mío al cementerio. Desde en­
tonces se afferró en mi alma la convicción
de que Don Bosco era un santo.
M ártir como S an E steban y enterrado
JUNTO A su SEPULCRO. — La prisión y destierro

del P. Rosín duraron un año, y apenas regre-

K-'-’ S
J .

A lg u n o d e esto s p eq u eA o s, c o n su s tr s ie s e x A tlco s.
¿no te re c u e r d a , le c to r, a i N lA o Jesús?

sado a Belén, en octubre de 1917, recibió
orden de trasladarse a Beitgemal para hacerse
cargo de aquella Escuela Agrícola, poblada
también de niños y huérfanos pobres. Beitge­
mal es tierra de grandes y conmovedores re­
cuerdos; allí nació Sansón y allí fué sepultado
el cuerpo del Protomártir de nuestra fe, San
Esteban, que murió en Jerusalén lapidado por
los judíos. Allí, en Beitgemal, debía morir
también lapidado el P. Rosín.
En efecto; después de un largo periodo
de paz de 20 años, que el buen misionero
aprovechó para fomentar extraordinariamente
los recursos de aquella Escuela Agrícola y
hacerla cada día más apta y capaz para la mag­
nífica labor de educación que le estaba en­
comendada, metióse en la tierra de Jesús el
demonio de la discordia, corrió abundante-

156 - -

mente la sangre por sus campos y ciudades,
y la seguridad personal llegó a hacerse tan
precaria que, aun hoy, sería acto de gran teme­
ridad aventurarse a salir de casa después de
la puesta del sol.
Un día, pocos meses hace, a las primeras
horas de la noche, irrumpieron en el Colegio
algunos árabes armados, que lo mismo podían
ser soldados que bandidos; apuntando sus
fusiles contra los niños petrificados de espanto,
les ordenaron que llamaran al Padre Director.
Apenas aparece éste, sin darle tiempo de ha­
blar, le rodean, le empujan brutalmente, se lo
llevan fuera. — [Vamos a matarte!, le gritan,
si en el acto no nos das cien libras"' ester­
linas.
— ¿ Y a dónde voy por ellas ? Si quisierais
pan o vestidos, os podría dar algo, pero lo
que es dinero no tengo ni un ochavo. Vamos
al Colegio, registradlo todo y os convenceréis
de que digo la verdad, — Fueron los bandidos,
hurgaron en armarios y cajones y sólo encon­
traron algunas liras italianas. Despechados por
ello, abofetearon al pobre misionero y, veján­
dole y maltratándole de varios modos, desapa­
recieron diciéndole:
— Guárdate bien de decir esto a nadie. No
tardaremos mucho en volver, y para entonces,
ya puedes ir preparando el dinero.
Pasaron ocho días, y los foragidos no habían
vuelto. El buen misionero tenía en su programa
otras cosas bastante más importantes que la
de reunir aquella suma exorbitante; era la
víspera de la fiesta del Sgdo. Corazón y tenía
que confesar a las religiosas de un convento
y a los niños de otro orfanato que distaba
una hora a caballo. Ni las amenazas reci­
bidas, ni lo apartado de aquellos sitios, ni la
inseguridad de los caminos, propicios a las
más desagradables sorpresas, lograron hacerle
desistir de su deber; ensilló el caballo y par­
tió, y fué aquélla su última misión en la
tierra.
Un grupo de foragidos — no se sabe si
eran los mismos que habían asaltado el Co­
legio — lo sorprendieron cuando regresaba, y
lo hicieron apearse. Dijéronle que era un espía,
y sin dejarle defenderse y demostrar que él
sólo se ocupaba de su ministerio y de atender
a sus niños, lo derribaron a tierra, lo molieron
a coces y culatazos, le arrancaron mechones
de pelo de la barba, y con una gruesa piedra
le aplastaron la cabeza. Un joven musulmán
que por allí pasaba refirió que no había salido
ni un lamento de su boca. El día siguiente, su
cuerpo fué hallado medio sepultado entre pie­
dras, con los brazos extendidos en cruz y

la mano derecha fuertemente cerrada; abierta
aqueHa mano, ^^óse que apretaba el rosario.
¡Dichoso él que, héroe de la caridad, ha
merecido derramar su sangre en la misma
tierra donde la derramó Jesús, Víctima Divina
de la caridad!
De este gran misionero salesiano cuenta el
P. Puddu, actual Secretario del Capítulo Su­
perior, y conocedor de las tierras y de los
Salesianos de Palestina, que el P. Rosín había
sido siempre un modelo estupendo de espíritu
de sacrificio; insaciable de trabajo, no hacían
mella en él ni la fatiga, ni el hambre, ni el
sueño; su voluntad férrea de promover, con
todas sus fuerzas, los intereses de Dios y de
las almas era indomable; día y noche, hallá­
base siempre dispuesto a prodigarse en cual­
quier ministerio, a dar su sudor y su sangre
en cualquier trinchera.
Durante el verano, dormía en una mecedora;
durante el invierno, sobre im desmedrado
colchón tirado en el suelo. Contentábase con
cualquier comida y nunca le parecía demasiado
tarde para tomarla. Lo único que le hacía ser
intransigente era el bien de sus huerfanitos.
Con gran trabajo había hecho edificar, junto
a la Escuela Agrícola, y a raíz de un descubri­
miento arqueológico que produjo mucho resTielo en revistas y academias científicas, la
capillita que, trece siglos hace, cubría la tumba
del Protomártir San Esteban, y había sido
destruida.
Actualmente, — ¡ premio singular! — sus po­
bres carnes machacadas, como las del Santo
Diácono, por haberse consagrado al servicio
del bien y de la verdad, duermen su sueño
de gloria junto a aquella capilla histórica.
j Así viven y mueren los grandes misioneros
de Jesucristo y de Don Bosco!

Crónica de Gracias
atribuidas a la intercesión d e M aría A u xi­
liadora, de San Juan B osco y de nuestros
Siervos de D ios.

En un trance que los médicos creían
mortal, la Virgen me salva.

Encontrándome en un caso angustioso y,
ante el temor de que mis hijos, huérfanos ya
de padre, quedaran completamente abando­
nados perdiendo también a su madre, me en­
comendé a la que es nuestra Auxiliadora, y
al momento sentí su protección.
Padeciendo fuertes ataques cardiacos con
síntomas de peritonitis, tuve que sufrir una
difícil operación. Los médicos, viendo el mal
estado en que me encontraba, avisaron a mis
hijitos (yo me encontraba en la Maternidad
de Córdoba) para que rieran por última vez
a su madre. Ellos, que son muy buenos
cristianos, comenzaron una fer\'orosa novena
a la Virgen Auxiliadora y ¡oh, prodigio! a los
pocos días, me encontraba perfectamente bien,
ante el asombro de los médicos, algunos de
fama, que manifestaron que, a no ser un mi­
lagro, hubiera encontrado segura muerte, pues
la ciencia, en semejantes casos, hasta ahora se
ha mostrado impotente.
Por este y otros señalados favores doy gracias
a mi celestial Protectora.
Erija (España), junio de 1938.
Isabel

del

P

in o

.

B e itc e m a L

157

U n tuberculoso ya moribundo que cura
instantáneamente.

El joven Jaime dos Santos Neto, trabajador,
enfermo y falto de recursos, recibía asistencia
gratuita del médico Dr. Alfonso E. da Silva
de Sousa Manaxas, quien, en su caridad de
fervoroso católico, viendo que el caso de su
cliente era desesperado, lo encomendó a María
Auxiliadora y a San Juan Bosco, obteniendo
una ruidosa curación, que ofrece todos los
caracteres de un gran milagro.
El médico Sr. da Silva expone minuciosa­
mente, en un Acta firmada ante Notario, el
proceso de la enfermedad y la extraña e in­
esperada curación del enfermo, afirmando, por
su honor y bajo su responsabilidad profesio­
nal, que todo lo que refiere es rigurosamente
exacto.
lie aquí el Acta, rubricada y certificada, que
traducimos literalmente:
A ntecedentes hereditarios del joven Jaime
dos Santos Neto, de 23 años; natural de Povoa
de Varzim y domiciliado en Lisboa, calle Ce­
cilio de Sousa, 77, 4°.
Este joven es hijo de madre tuberculosa,
que murió víctima de esta dolencia cuando
el tenía apenas 5 años. La abuela materna
falleció también de lo mismo, e igualmente
varios parientes colaterales, siempre de la lí­
nea materna.
A ntecedentes personales. — Jaime cayó
enfermo cuando tenía 15 años, víctima de
agotamiento general, y durante algún tiempo
estuvo sometido a tratamiento en la Asistencia
General de tuberculosos de Oporto. Tres
años después, vino a Lisboa en busca de tra­
bajo, acusando, de modo permanente, exte­
nuación de fuerzas y expectoración, con in­
tervalos de mejoría cuando podía alimentarse
mejor. Su condición de pobre le hacía carecer
de los cuidados necesarios,
E.stado actual . — Desde mediados de
junio de 1938, empezó a empeorar rápidamente:
debilidad general cada vez más acentuada,
caquexia, inapetencia, expectoraciones. No
obstante, siguió trabajando, impelido por la
necesidad, hasta que, el n de agosto, habién­
dome sido recomendado por un compañero
amigo mío, le hice mi primera visita. Su tem­
peratura era entonces de 37,2° a la mañana,
y de 38,2° a la noche, notándose bilateralmente
gorgoteos de fusión, al ser auscultado.
En mi segundo reconocimiento, cinco días

158

más tarde, tuve ya la percepción neta de un
proceso bacilar pulmonar con agravamiento
del estado general. La curva térmica fué su­
biendo hasta llegar a 40,2°.
Tres días después, o sea, el 19 de agosto,
el enfermo, no pudiendo ya tenerse en pie,
se metió en cama. El apetito era nulo, notable
el estado de toxemia y la expectoración abun­
dante. Hecho un análisis de los esputos, dieron
bacilos de Kok. Desde entonces, todos los
días ausculté al enfermo, pudiendo comprobar
el fatal y continuo agravarse del proceso pul­
monar.
El día 22, su estado se hizo tan alarmante
que llamé a consulta al Dr. Mariano de Carvalho Rica, ex asistente del Sanatorio de
Schatzalp (Suiza), el cual formuló un pronós­
tico muy pesimista e indicó la conveniencia
de analizar la orina para ver si daba indicios
de sangre y pus; (sospechaba que el proceso
bacilar hubiese ya invadido los riñones). Según
este Doctor, se trataba de ima tuberculosis en
evolución.
La noche del mismo día 22, sobrevino a
Jaime una fuerte hemoptisis que, en lo suce­
sivo, se le repitió todos los días, acompañada
de fiebre altísima y continua.
Finalmente, la noche del 28 de agosto, las
cosas llegaron a tal extremo que el enfermo
estaba casi muerto.
Pero, al amanecer del siguiente día, repenti­
namente la fiebre desaparece; cae el termómetro,
bajando a 36,4, para ganar luego tres décimas
y estabilizarse en el índice normal de 37. Desa­
parecen con ella los esputos sanguinolentos
y el enfermo dice que se siente mejor. Lo aus­
culto, y advierto una disminución bien mar­
cada de todos los ruidos adventicios; la per­
meabilidad respiratoria se había restablecido
y el contraste con todo lo que yo había visto
la noche anterior era aparatoso y sorprendente.
Vuelve el apetito con ímpetu, y el que, pocas
horas antes, se hallaba moribundo devora los
alimentos. Cuarenta y ocho horas después,
ante la estupefacción de todos, y en primer
lugar del médico, Jaime, sentado en la cama,
dice que va a levantarse porque se siente per­
fectamente bien, mas, por razones de prudencia,
le obligamos a seguir acostado hasta el 7 de
setiembre.
La fiebre no volvió a presentarse, y en los
esputos analizados no había bacilos de Kok.
Puedo asegurar que he asistido a un verdadero
renacimiento de mi joven enfermo.
Hoy, 14 de setiembre, sintiéndose comple­
tamente curado, se prepara a reanudar su \-ida
de trabajo.'

CONCLUSION. — El enfermo Jaime dos
Santos Neto ha curado improvisamente de
tisis galopante, después de una crisis progre­
siva de muchos días, curación tanto más sor­
prendente cuanto que en él concurrían todas
las agravantes de la herencia. N i el carácter
de la enfermedad, ni la terapéutica empleada
para combatirla explican científicamente esta
forma de curación obtenida de un modo ful­
míneo. En lo humano; no se ve explicacción
posible a este hecho, y por fuerza hay que
pensar en el milagro.
Y en efecto, siendo el médico que suscribe
fervorosamente devoto de María Auxiliadora
y de San Juan Bosco, tiene que declarar que,
ante la desesperada situación del enfermo,
puso su suerte en manos de este Santo, viendo
ahora comprobada plenamente la eficacia de
su intercesión ante Dios Nuestro Señor.
Para mayor gloria, pues, de María Auxilia­
dora y de San Juan Bosco, extiendo y firmo
esta Acta, y hago pública la gracia con que el
Señor se ha dignado premiar la fe de este hu­
milde médico.
Lisboa, 22 de setiembre de 1938.
(Firmado) A lfo n so E nriqu e da S ilv a de
S ousa M a n a x a s , médico con residencia en Lisboa,
Paseo Oscar Monteiro Torres, 9, 2°, D.

Curado de septicemia, pleuritis y abs­
ceso pararrenal.

Hace cuatro meses, me vi obligado a guardar
cama, a causa de un fuerte dolor en el costado
derecho. Tratábase de un ataque de pleuritis,
y el médico procedió a recetar la cura corres­
pondiente, pero es el caso que la fiebre, lejos
de desaparecer, crecía de modo alarmante y
ello hizo sospechar que lo que yo tenía era
algo más serio. Tuve que ser trasladado a!
hospital y allí los doctores descubrieron que
la pleuritis se había hecho purulenta, con
septicemia y absceso pararrenal.
Mi estado se hizo rápidamente muy grave
y la ciencia desconfiaba de salvarme. En vista
de ello, comencé simultáneamente una No­
vena a María Au.xÍliadora y un Triduo a
San Juan Bosco, para que me obtuvieran la
salud de Dios Ntro. Señor, o, al menos, una
plena conformidad con la voluntad divina.
¡Oh, prodigio! Apenas terminada la novena,
empecé a sentirme mejor, a poco desapareció
la fiebre, y hoy, a! cabo de tres meses de gra­
vedad, me encuentro completamente curado
Bergantina (Italia), 20-1-1939.
Pedro M.anfrin .

Expresan, además, su agradecimiento a
María Auxiliadora y a San Juan Bosco
por favores recibidos:
A r g e n t in a

- Buenos Aires. — Carmen Gon2Alc7.

Fernández.
C o l o m b i a - Labateca. — HenncHn.i U. de Correa
- Bárbara Vera - María A. Vera - iRnacia Luna Pastor Mora - Martina Daza - Clemente Pcñaloui
- Joaquín Faría - Arcadlo Cakedo - Domingo Jai­
mes - Agustina D. de Torres - Martina V. de Jaimes
- Marcos Vera - Hcimelina Sánchez - Eva de Martínez
- Manuel F. Orozco, y otras personas.
E sta ek js U

n id o s

E stad os U

n i d o .s

- Santa Catalina. — Juan Carrera
-

Santa Paula. — Irene Valdés.

- Aguascaiienles. — Cecilia Velasco Reyes
- María Luisa Noriega.
M

é jic o

M

é jic o

- Guadalajara. — María González M.

- N. N.
M

é jic o

- Janos. — Aurelia G. Cázares.

M é j i c o - Monterrey. — Femando Guerra Landois y Familia.
M

é jic o

- Toro Chois. — Guadalupe Machain.

NECROLOGIAS
S A L E S I A S O S D IF U N T O S :
José Crisóstomo Moreno, sacerdote — de Siachoque
(Colombia) t en Barranquílla (id.), el 15 Bctíembrc,
a la edad de 82 años.
Juan Pagani, sacerdote — de Milán f en Ñápeles,
el 23 diciembre, a la edad de 69 años.
Clodoveo Castelli, sacerdote — de Caramagna
(Italia) t en Camagüey (Cuba), el 15 diciembre, a
la edad de 69 años.
Francisco Langer, sacerdote — de Micchowicc
(Polonia) t en Kielce (id.), el 14 setiembre, a la
edad de 60 años.
Baltasar Ramírez, coadjutor — de Catacaos (Perú)
t en Lima, el 3 diciembre, a la edad de 43 años.
Aurelio Guidi, coadjutor — de Corianino (San
(ÍVIarino) t en Trelew (Argentina) el 6 enero, a la
edad de 35 años.
Agustín Pozdech, sacerdote — de Hernciarovee
(Eslovaquía) t en Tmava (id.), el 16 octubre, a la
edad de 29 anos.
C O O P E R A D O R E S D IF U N T O S :

C olombia - Ginebra. — Lucia Tenorio de Linces.
C olombia - Labateca. — Teodora Gallardo Paulino Peña - Batsabé R- de Cuéllar - Santos Contreras.

159

Página de propaganda.
En la Sección dedicada a nuestras Obras de España y América habrán visto nuestros
lectores una Crónica^ ansiosamente esperada, de las tan conocidas Escuelas Salesianas de
Sarria. N o es todo alegre lo que su bue7 i Director nos hace saber, y , entre las pérdidas
ocasionadas por la barbarie roja, cita la de todo el material de librería que, a costa de
tantos y tan prolóngalos sacrificios, había logrado almacenar aquella casa. A suplir tem­
poralmente esta grave deficiencia, que ya era de presumir, ofrecióse, desde que estalló
la guerra en España, nuestra Casa de Pamplona, la cual tiene ya editadas, y a dispo­
sición del público, las siguientes obras:
G A L E R IA D R A M A T IC A SALESIAN A
V E R L A P A y A E N E L O JO A J E N O (G. V allejo) i acto y 6 personajes.
E L C U A R T O M A N D A M IE N T O (M artínez) i acto y 5 personajes.
J O S É V E N D ID O P O R S U S H E R M A N O S (Z aldivar) i acto y 8 personajes.
E S T R E L L I T A D E O R O (M arescalchi) i acto y 5 personajes.
E L C IE G O D E J E R IC O (F ernandez) i acto y 11 personajes.
E L P R IM E R B E S O (S ainz N oguera) i acto y 5 personajes.
S E M IL L A D E B I E N (D íaz) i acto y 5 personajes.
D E R E C H O D E A S I L O (O nieva) 1 acto y 4 personajes.

OBRAS PA TR IO TIC A S ALU SIVAS A L G LO R IO SO M O VIM IENTO N A C IO N A L ESPAÑOL
O T R A V IC T O R IA (P i Sol) 2 actos y 11 personajes.
N U E V O T O M O D E V E L A D A S R E C J iE A T IV A S , formado de cuadros, diálogos, poesías, a propósito

para fíestas y conmemoraciones patrióticas.
CO M ED IAS Y SAINETES
E L T E R R IB L E H O M O B O N O (M. I. R.) i acto y i i personajes.
P R IN C IP E A L A F U E R Z A (V alladares) i acto y 6 personajes.
R O N C A R D E S P IE R T O (M. I. R.) i acto y 5 personajes.
C O N S U L T A S R I D IC U L A S (R eyes) i acto y 9 personajes.
L. 4. C A S A D E C A M P O (Pintado) i acto y 4 personajes.
N ota: Todas estas piezas se venden a 1,50 pesetas.

G A L E R IA L IR IC O -D R A M A T IC A
Pesetas

Pesetas

L A V IR G E N D E L A E R M IT A (A lcántara) 5
A L M A S E N P E N A (A lcántara) . . . .
7
C A D A V E R E S A M B U L A N T E S (A lca ^t \ m ) 6

— i

L O S D I N A M IT E R O S (A lcántara) . . .
7 —
E L R E Y C H IC O (A lcántara) .................... 7 —
E L F A N T A S M A (A lcántara) .................... 5 —

E l precio de los libretos es de 1,50.

CO RO S
P c s c iu

L A P I L A R I C A , Jota (A lcántara)
»
M I B A R Q U IL L . 4 , Barcarola (A lcántara) . 2
L A M I V IR G E N , Jota (G oefard) a 3 \-oces

50

P esetas

A Y , M I M A Ñ IC O , Jota (G offard) a 3 vo-

2 —



A U R A S D E L E B R O , Jota (V illani)

I 50

G A L E R IA L IR IC O -G IM N A S T IC A
L .4 G IM N . 4 S I . 4 , canto rítmico con monmientos a cuerpo líbre (B eobide) . . . ,
G I M N A S I .4 Y P A T R l. 4 , escenas gimnásticas (A lcántara)
.............................. ....
Para la ejecución de ¡os movimientos es indispensable el Libreto, que se vende a 0,75.

2 —

3—

O BRAS SALESIANAS
]T D .4 P O P U L . 4 R D E S A N J U A N B O S C O (B eobide) notablemente aumentada.
M I V IR G E N .4 U X IL I. 4 D O R A , reformado y aumentado, con ejercicios en honor de S. Juan Sosco. De

imprescindible necesidad para las Archicofradías de María A., para Sabatinas,}’ para los 24 de cada mes.
E L J O V E N IN S T R U ID O precioso De>*ocionario escrito por San Juan Bosco para la juventud.
Para pedidos, dirigirse a Escuelas Salesianas - Aralar 11,Pamplona — Debido a circunstancias excepcionales
la Clisa sólo sirve contra pago a reembolso.

160

C o o a p ro b a cM n d e l a a u to rid a d e c le s iá s t ic a . - E s t a b le c im ie a to T ip . d e l a S .E .I. - T u r io
D ir e c to r re s p o n s a b le : D . G U I D O F A V I N I • V ia C o U o ie c « o . 3 a > T U R I N 109 - ( I ta lia )

Tesoro Espiritual
Relación de las Indulgencias Plenarias
q u e lo s C o o p e ra d o re s S a lesía n o s pue<
d en g a n ar e n e l tra n scu rso d e l año.

I. — Una vez cada diOy elevando a Dios, en
medio del trabajo y aunque sea sólo mentalmente,
una piadosa invocación cualquiera, previas las
detnás condiciones ordinarias, o sea el estado de
gracia, la confesión y comunión sacramentales
y la visita a alguna iglesia u oratorio público,
rogando por la intención del Soberano Pontijice.
Esta indulgencia del trabajo santificado pue­
den ganarla los Cooperadores Salesianos, Hijas
de M. Auxiliadora y sus respectivos alumnos
y ex-alumnos. Si, hallándose en estado de gracia,
se sigue repitiendo la misma piadosa invoca­
ción, u otra cualquiera durante el trabajo, se
puede ganar, cada vez, una indulgencia parcial
de 400 días.
2 - Un día de cada mes, el que uno elija.
2 ~ E l día en que se hace el piadoso Ejercicio
Mensual de la Buena Muerte.
- E l día que se asiste a la Conferencia
Mensual Salesiana.
2 - E l día en que uno inscribe su nombre en la
Pía Unión de Cooperadores Salesianos.
6 - E l día en que por primera vez se consagra
uno al Sgdo. Corazón de Jesús.
7 - Cada vez que practique los Santos Ejer~
ciclos Espirituales, de ocho dios.
% - A la hora de la muerte, con tal que, con­
fesado y comulgado o por lo menos arrepentido
de sus pecados, invoque, con los labios o con el co­
razón, el nombre sacratísimo de Jesús.
EN C A D A U N A
D E L A S SIG U IE N TES FIESTAS:

15
■ 23
25
29

-

Cátedra de San Pedro en Roma.
Desposorios de la Sma Virgen.
Conversión de San Pablo.
Fiesta de San Francisco de Sales.
FEBRERO

2 - Purificación de la Sma Virgen.
22 - Cátedra de San Pedro en Antioquia.
M.^RZO

19 - Fiesta del Patriarca San José.
25 - Anundación de la Sma Pírgen.
M AYO

3 - Invexudón de la Santa Cruz.
8 - Aparición de San Miguel Arcángel.
11 - Aniversario de la Coronadón de María
Auxiliadora.
24 - Fiesta de María Au.xiliadora.
JU N IO

24 - Natividad de San Juan Bautista.
29 - Fiesta de San Pedro y San Pablo.
30 - Conmemoradón de San Pablo.
JU L IO

1 - PrecUtsa Sangre de Ntro Señor Jesu­
cristo.
2 - Visitación de Ntra Señora.
16 - Fiesta de la Virgen del Carmen.
A G O ST O

6 - Transfiguradón del Señor.
15 - Asunción de la Sma Virgen.
16 - Fiesta de San Roque.
SE TIE M B R E

8
12
14
15
29

1) M O V IB LE S:

-'
-

Natividad de la Sma Virgen.
Duldsimo Nombre de María.
E.xaltadón de la Santa Cruz.
Los Siete Dolores de la Sma Virgen.
Dedicación de San Miguel Arcángel.
OCTUBRE

Sagrada Familia (el primer domingo después
de la Epifanía).
Dolores de la Sma Virgen (El viernes de Pasión).
Domingo de Ramos.
Pascua de Resurrección.
Ascensión del Señor.
Domingo de Pentecostés.
Fiesta de la Sma Trinidad.
Corpus Christi.
Fiesta del Sgdo Corazón de Jesús (primer viernes
después del Corpus).
Fiesta del Sgdo Corazón de María (día siguiente
del anterior).
2) F IJA S :
EN ERO

1 - Circuncisión del Señor.
2 - Santísimo Nombre de Jesús.
3 - Epifanía.

y - La Virgen del Rosario.
> Maternidad de María.
16 - Pureza de María.
II

N OVIE.M BRE

21 - Presentación de Ntra Señora.
22 - Fiesta de Santa Cedlia.
D IC IE M B R E

8 - Inmaculada Concepción.
25 - Natividad de Jesús.
Para lucrar las antedichas Indulgencias
se requiere, además de las condiciones ordi­
narias, que los Socios de la Pía Unión recen
cada día un. Padrenuestro, Avemaria y Gloria
con la invocación Sánete Frandsce Salesi, ora
pro nobis, según la intención del Romano Pon­
tífice.

i-r; ■.

AMIGOS Y COOPERADORES DE DON Bosco Coiítribuíd co/i gcncrosidad
a ulfimar ¡os frabajos de su Santuario de. M aría Auxiliadora.

O L E O G R A F IA en tela



»

F O T O G R A F IA

(5:

(50 \ 65)

(•ío - 50I

F O T O G R A F IA a colores (50 . 65)

(40'
C R (^ y U )U T O G R .A F IA
R O m C A L C O Ü R A F IA



(17 \ Í4I

D e la m ism a Editorial • N ovedad m usical:
M I S A " I IR G O P O T E \ S " en honor de S.yiian Roseo,

a 3 \\vo5 mixtas con acomp. de órgano — S. ViLL A N i S. S.
Partitura........................... l¡r m 6 —
Partes sueltas . . . .
i —
Fácil, melódica y adaptada a las Escolanfas cuyos
sopranos no empican la voz de falsete. Obra altanionto recomendable por todos conceptos.