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(Año L IV • N. 2
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e v i s t a
FEBRERO 1939
de
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b o s c o
INSCRIBÍOS EN LA PÍA OBRA
DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
DE ROMA
¿ Quién no conoce la Obra del Sgdo Corazón
de Jesús?
Fué fundada por el Primer Sucesor de San
Juan Bosco, y benignamente aprobada por
S. S. León X III el 30 de junio de 1888.
Con sólo la limosna de una peseta^ u otra
moneda equivalente, se adquiere derecho a
participar de todas las oraciones y buenas
obras de la Sociedad Salcsiana y a la aplicación
de seis misas, que se celebran todos los días,
a perpetuidad, en nuestra Basílica del Sgdo
Corazón de Jesús de Roma, dos en el altar
mayor, dos en el de María Auxiliadora y dos
en el de San José.
*
Los que se inscriben en la Obra Pía pueden
aplicar el fruto de estas misas a sí mismos, o
a otras personas, vivas o difuntas, y variar la
intención cuantas veces les plazca.
Las limosnas recibidas por este conducto
destíñanse, de modo exclusivo, a promover la
gloria de Dios y los intereses culturales de la
sociedad, acogiendo a niños pobres y abando
nados, para educarlos cristianamente.
¿ Quién no contribuirá, pues, con algunos
céntimos, que con tanta facilidad se gastan,
a esta invitación paternal de San Juan Bosco
y de la Iglesia, inspirada en ideales tan nobles
y caritativos ?
¿ Quién no siente la necesidad de asegurarse
la benevolencia divina, en este mundo y en el
otro, mediante la aplicación de los méritos
infinitos del Santo Sacrificio del altar?
¿ Quién no tiene almas queridas, vivas o di
funtas, a quienes obsequiar con tan espléndido
regalo espiritual ?
No tardéis en pedir Hojas de suscripción.
R ector M a y o r de lo s S alesian os .
Cottolengo 32 - Turín (109) (Italia).
Las limosnas pueden enviarse al mismo Rector
Mayor o directamente a nuestra casa de Ronui. Ospizio Sacro Cuore - Via Marsala, 42.
Normas para los corresponsales de Boletín Salesiano
1. — Recibimos siempre con agradecimiento cuantas informaciones se nos quieran enviar,
que, de algún modo, pueden interesar a las Obras Salesianas. Aunque todas evidentemente no
podrán ser publicadas, servirán para enriquecer el Archivo de nuestra Casa Madre.
2. — Las croniquillas de fiestas o acontecimientos de especial importancia deberán ser breves,
se evitarán en ellas repeticiones y detalles innecesarios, y, de ser posible, se escribirán a máquina
con líneas bien espaciadas.
3 - — Salvo rarísimas e.xcepcÍones, la Revista no publica poesías ni trabajos ajenos a la Obra
Salesíana. No inserta el nombre de los autores ni devuelve originales.
4. — Siendo, de hecho, nuestro Boletín una Revista ilustrada, rogamos encarecidamente el
envío de buenas y luminosas fotografías. Hoy, un simple grabado dice a veces más que una cró
nica, y, cuando acompaña a ésta, la avalora de modo extraordinario. Aviven pues su celo nuestros
corresponsales, quienes deben saber a este respecto que de los diarios ilustrados que nos envían
no es posible reproducir ningún grabado.
5- — A los que tienen la bondad de remitimos gracias o necrologías hemos de asegurarles
que, de llegar a nuestro poder, más tarde o más temprano las verán publicadas. Si a veces aparece
sólo el nombre, es, o porque no recibimos otra cosa, o |)orquc a última hora nos viene a faltar
espacio, o porque la relación carece de especial interés.
r
R E V IS T A DE
LAS OBRAS DE
DON BOSCO
REDACCION
Y
BO l E r IM
AlESIAMO
ADMINISTRACION:
VIA
COTTOLENGO.
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TÜRIN
Año L IV • Número 2
F E B R E R O 1939
íto o >
ITALIA
SUM ARIO; M aría M azzarello eo la luz de S. Juan Bosco. - L a M adre. - La Iglesia y el clero de España - La
Obra de Don Bosco en España y América; Roca. Doble conmemoración salesiana • Cuenca. Los Exploradores
" Don Bosco '* - Santa Tecla. Varios actos de ñn de año • 14uancayo. Fiestas cincuentenarias en honor de S. Juan
Bosco - Montevideo. Homenaje a Mons. Lasagna en V illa Colón. • D e Nuestras Misiones: Krishnagar. Desoladora
inundación del Ganges - Yunanfú. Misionero salesiano robado y herido por unos bandidos • Rio Negro. La triste
historia de los Chavantes - Tezpur. Asam por M aria Auxiliadora. • Crónica de gracias. • Necrologías.
María Mazzarello
en la luz de San Juan Bosco
La Familia Salesiana vive horas de tn efahles y celestes alegrías. S e ha dicho y repe
tido que San Juan Bosco es y en el firmamento
milia religiosa destinada a cosechar mieses
copiosas de bien en todos los ángulos de la
tierra. E l ojo penetrante del Padre descubrió
de la Iglesia, un astro de primera magnitxtd.
¿ Luego, será imposible alcanzar la santidad
del Padre? No, la glorificación de Madre
Mazzarello aleja del corazón de los Hijos
toda sombra de duda, y les estimula con dulces
y bien radicadas esperanzas a escalar, tam
bién ellos, las más altas cumbres de la per
fección. De hoy más, y con el sucederse de los
años, en torno del astro gigante, e iluminadas
en vida por su misma luz de santidad, irán
agrupándose y formando constelaciones mu
chas y muchas estrellas, aunque sean menores,
las cuales brillarán in perpetuas aeternitates
dentro de la órbita fulgurante del gran astro.
María Mazzarello ha ido ya a ocupar su
puesto en esta nueva Pléyade de estrellas.
La Iglesia, al proclamarla Beata, le con
fiere el honroso titulo de Cofundadora del
Instituto creado por Don Bosco. S i alguien
le hubiese susurrado esto en vida seguramente
se habría entristecido su rostro, y habría re
chazado esiapalabra como una mala tentación.
5 no obstante, es un hecho que de ella
se sirvió Don Bosco para dar vida a una fa
L a casa en que nació la Beata Mazzarello.
33
en la poquedad aparente de aquella humilde
hija del pueblo un alma llena de Dios. No
podía ella ostentar privilegios de cuna, ni
dotes de cultura, ni títulos académicos, ni
prendas exteriores que la hicieran sobresa
lir entre sus amigas lugareñas, pero debajo
de aquellas modestas apariencias latía un
gran corazón rico de los dones del Espíritu
Santo. Para crear un Instituto femenino
destinado a tener en la Iglesia un porvenir
maravilloso, Don Bosco tuvo necesidad de
las virtudes de esta Sierva de Dios.
Dos cualidades la recomendaban de modo
especial al Santo Fundador: su gran humildad
y su talento de gobierno, según fe liz expre
sión del Santo Padre Pío X I.
Era la sitya una humildad gefiuína, pro
funda, sentidísima que la hacia considerarse
pobre e inútil instrumento en manos de San
Juan Bosco, a quien veneraba y obedecía te
merosa siempre de estropear sus planes. Esta
numera de sentir de si misma, constante y
sincera, atrajo sobre su alma los preciosos
carismas que Dios concede a /os corazones hu
mildes, y de los que irradian esas abundantes
luces sobrenaturales que tanto la ayudaron y
fortalecieron a ella en el desempeño de sus
arduos deberes; esa indomable energía moral
capaz de los vuelos más heroicos que ad
quiere el hombre en la total desconfianza de
si mismo cuando de un modo absoluto se
abandona a la confianza divina.
L a otra inestimable cualidad que, como de
cíamos, adivinó Don Bosco en la nueva Beata
es el talento de gobierno, o sea su aptitud para
regir los destinos de la numerosa y .potente
Familia religiosa que quería confiarle. Y en
esto como en todo lo demás no sólo no de
fraudó ella la expectación del Santo, sino
que lo secundó fidelísimamente corno ejecutora
inteligente de sus designios, y hasta como
sutil intérprete de sus intenciones. Nadie ha
visto jamás, en efecto, que se desviara ni un
ápice de la ruta que le había sido trazada.
Se ha dicho que María M azzarello fu é
en la tierra la sombra de Don Bosco, y es
justo por consiguiente que resplandezca allá
en el cielo dentro de la misma órbita lumi
nosa del Santo a quien honra y venera todo
el mundo.
Los Hijos e Hijas, de San Juan Bosco,
al contemplar hoy a la Beata Mazzarello ro
deada de celestes fulgores triunfando en la
luz de Don Bosco, siéntense no sólo arreba
tados de gozo sino estimulados a la acción,
vigorizados más y más por esta nueva glo
rificación del espíritu del Santo Fundador.
El pueblo de Nlomcsc.
34
P e d ro R ic a l d o n e Pbro.
Rector Mayor de los Salesianos.
T
LA MA D R E
Discurso pronunciado por el Emmo. Cardenal Pa
triarca de Venecia en honor de le Beata Mazzarello, la tarde del 3 de diciembre, en la Basílica
de María Auxiliadora.
Hacer el perfil de Sor María Mazzarello,
recientemente elevada a los honores del
culto católico, y ofrecerlo de un modo
no del todo indigno de estas solemnísimas
fiestas que la gran Familia Salesiana tri
buta a la nueva Beata es un cometido so
bremanera honroso pero no exento de di
ficultades.
Y o pienso que ningún aspecto de la
atrayente figura que hoy veneramos puede
ser más interesante que éste: la Madre.
He aquí, pues, el perfil que me propongo
trazar brevemente y casi en esbozo. N o
evocaré hechos históricos de todos harto
conocidos sino sólo en la medida nece
saria para lograr el fin que m e he pro
puesto. Sobre la trama de una vida pro
digiosamente admirable en su sim plici
dad es cosa grata buscar el hilo de oro de
la adorable Providencia y admirar la fide
lidad absoluta de esta vida al designo divino
que quiso convertirla en piedra angular de
un gran Instituto y hacer brotar de las
fuentes purísimas de su maternidad espi
ritual una generación interminable de vír
genes consagradas a Dios y a las obras
de apostolado. A través de este designio
providencial ¡q u é grande y sublime se
presenta a nuestros ojos la humilde figura
de la Cofundadora de las Hijas de María
Auxiliadora!
Mas al lado de la figura de la Madre
surge espontáneamente la del Padre. A las
Hijas de María Auxiliadora se Ies puede
dirigir esta invitación profética: Acordaos
de la roca en la que fuisteis talladas, de la
cantera abierta de la que fuisteis sacadas.
Pensad en vuestro padre Abrahán y en Sara
vuestra progenitora {Is., L I , i , 2).
Abrahán, padre de muchas gentes, es
para estas religiosas San Juan B osco; y la
Sara que las engendró a la vida espiritual,
es la Beata María M azzarello. ¡Attendite!
que no lo olviden nunca y que el recuerdo
de estas dos figuras viva siempre en sus
mentes y corazones.
Dos-fechas recientes se han grabado de
modo indeleble en la historia de la Familia
Salesiana: la Pascua de 1934 y el domingo
20 de noviembre del presente rño. Dos
fechas que se corresponden y en cierto
modo se completan: la glorificación dcl
Padre y la glorificación de la Madre.
En aquella Pascua memorable que vio
congregadas en San Pedro muchedumbres
inmensas aclamando a Don Bosco y lleván
dolo sobre el pavés de los triunfos romanos,
no faltó ni podía faltar la voz conmovida de
las Hijas de María Auxiliadora que saluda
ban con gozo indecible al Padre glorificado
por el Vicario de Cristo y honrado por todo
el mundo. Pero es lícito suponer que aquel
gozo no era com pleto; en el fondo de aquellas almas vibraba un deseo insatisfecho,
el de ver también colocada en la « gloria »de
Bem ini la dulce figura de la madre. Y el de
seo se ha convertido en realidad hace no más
de dos semanas, y hoy renovamos en esta
Basílica aquel triunfo inolvidable de la Basí
lica Vaticana; en esta Basílica que repre
senta para la Familia Salesiana el centro
de la unidad, de la historia, y puede de
cirse de la vida. Y yo estimo como un gran
privilegio haber podido venir a partici
par de la visión de tantas almas, de la
fiesta de vuestros corazones.
En medio de esta exaltación de gozo
una pregunta viene espontánea a los la
bios: Estar en la órbita luminosa de San
Juan Bosco ¿no es acaso prejuzgar la gloria
de la Beata M azzarello? No, de ningún
modo: la aureola que ella lleva puesta es
como un reflejo desprendido de la aureola
fulgurante del Santo del que recibió su
espíritu para la obra común, pero así como
fueron insustituibles la colaboración de
la Beata y el influjo de su santidad, asi
también la aureola que brilla en su frente
tiene a no dudarlo irisaciones propias;
sin ella el Instituto de las Hijas de M a
ría Auxiliadora no existiría; el padre
tenía necesidad de una madre que diese
forma a la vida y a las obras por él con
cebidas. En esta colaboración vital y
35
necesaria estriban precisamente el mérito
y la grandeza de la . Beata M azzarello, el
secreto providencial de su maternidad glo
riosamente fecunda.
D e esta maternidad espiritual tenemos
que considerar las dotes, la misión y los re
sultados, si queremos ver a la nueva Beata
en su más interesante y venerable aspecto.
D o te s m atern as
d e la B eata M a z za re llo .
Cualquiera de los Institutos Religiosos,
dentro de la economía de la Iglesia y en or
den al bien de las almas, tiene una impor
tancia tan grande que no sólo en su crea
ción sino también en el sucesivo desarrollo
de su existencia es preciso admitir la in
tervención de una especial Providencia D i
vina. Y como quiera que los destinos de un
Instituto dependen en su máxima parte de
quien es llamado a infundir en él su propio
espíritu, la Providencia tiene que ocuparse
con particular desvelo de la elección y for
mación del Fundador o de la Fundadora.
A las innumerables pruebas de los siglos
pasados hay que añadir las que hoy nos
ofrecen las tres recientes beatificaciones
de Fundadoras de Congregaciones reli
giosas.
María Mazzarello es una de ellas. M ien
tras trabajaba en su propia santificación
personal preparábase, sin saberlo, a ser la
Madre de una privilegiada Familia de vír
genes. Cuando se trató de dar una Superiora a la pequeña comunidad de las Hijas
de María Auxiliadora, Don Gigliero pudo
ya hacer a Don Rosco el siguiente elogio
de la nueva Beata: « Tiene dones especiales
de Dios. Su poca instrucción queda abun
dantemente compensada por sus virtudes;
su prudencia, su espíritu de discernimiento,
sus dotes de gobierno informadas en la
bondad, en la caridad y en una fe sólida,
inexpugnable ». .-\ la luz de tales testimo
nios y de muchos otros que su vida nos
('frece examinaremos brevemente las dotes
y caracteres de su maternidad que son
como la base de la misión a ella con
fiada.
£1 lir io d e M o m e se .
L a primera exigencia de la maternidad
espiritual, y condición indispensable de la
fecundidad, es una exquisita pureza. A l
frente de una falange de Vírgenes sólo pue
de ir una criatura angelical que irradie
de toda su persona luz de divina belleza.
El dicho de la eterna Sabiduría ¡O h, qué
hermosa es la generación casta en su gloria!
no podría tener una aplicación más apro
piada. Madre Mazzarello es bien digna de
esta generación.
El lirio de Mornese que, por una exqui
sita coincidencia, hubo ‘ de abrir allí sus
pétalos y crecer bajo la sonrisa de María
Auxiliadora, halló en el ambiente sano y
morigerado de su hogar y de su tierra
natal las condiciones más propicias para
su conservación y desarrollo, y tuvo en
Don Pestaríno el jardinero hábil y solícito
que hacía falta para enseñarle a defender
su propia fragilidad con el cerco de espi
nas de la mortificación y para hacer que
se nutriera abundantemente con la Sangre
de Jesucristo, Esposo de las almas vírge
nes, mediante la Comunión cotidiana. El
ideal de la virginidad alboreó muy pronto
en el alma de la niña M azzarello, de él
hizo con fervoroso entusiasmo el programa
de toda su vida, y en la Pía Unión de las
Hijas de María Inmaculada se abrazó a él
con voto. M ás tarde, en 1872, al pronun
ciar su profesión religiosa, tuvo ocasión de
proclamar públicamente y ante la autori
dad de la Iglesia este ideal que hacía más
de 17 años venía practicando con absoluta
fidelidad y con propósito irrevocable.
La castidad virginal tiene una influencia
decisiva en la form:.ción de la inteligencia
y del corazón, y en la maternidad del espí
ritu. La visión de Dios está reservada a los
limpios de corazón; la revelación de los
más altos misterios no la hace el Padre C e
lestial sino a los pequeños, a los sencillos,
a los puros, cuya castidad es lámpara que
guía sus pasos, luz que esplende delante
de sus ojos y les hace profundizar la vi
sión no sólo dentro de sí mismos, sino
dentro de los demás. Nada extraño pues
que nuestra Beata, en la que la pureza
virginal era como una segunda natura-
L A B E A T A M A R IA M A Z Z A R E L L O
(Cuadro de Cridd).
37
leza, demostrara tanta sabiduría de go
bierno y poseyera el don de leer en las
almas. El sensus Christi, que es el que forma
el criterio de los Santos, suplió a maravilla
su deficiencia cultural, elevó la mente de
una iliterata a las altas regiones a que la
llamaba su condición de Madre.
¿ Y quién es capaz de imaginarse el co
razón de una virgen? La pureza no mata
la sensibilidad, sino más bien la sublima, la
concentra en el Esposo de las almas castas
y después la derrama sobre el prójimo con
desvelos y delicadezas que los demás igno
ran. Así era el corazón de Madre Mazzarello. Aquella su bondad indulgente, aquel
ímpetu materno en procurar el bien de sus
religiosas, no eran sino el perfume delicado
del lirio que embalsamó el jardín de su
Instituto y se ha multiplicado en una flo
ración estupenda.
L a m u je r fu erte.
La auréola de toda maternidad es el
sacrificio. Aquella ley penal impuesta a la
primera madre; Parirás en el dolor se ha
extendido también al campo del espíritu;
no se trata ya del dolor físico sino de las
; nsiedades y preocupaciones del alma que
son a menudo más acerbas que el más
acerbo dolor. Isaías profetizando sobre
Cristo dijo estas palabras; : Porque debía
sufrir verá el fruto de los afanes de su alma
y quedará saciado; verá una descendencia
larga y duradera. N o de otra manera la
Madre espiritual de las Hijas de María
Auxiliadora aseguró la longevidad de su
descendencia prtxligiosii.
Sufrió y supo sufrir con fortaleza inven
cible la enfermedad que la hirió en la flor
de la juventud, forjando su carácter en el
fuego de la resistencia física y trazando una
orientación inesperada a su porvenir. D es
pués de aquella dolencia no volvió ya nunca
más a reponerse completamente, y hasta
en la época postrera de su vida resintióse
de sus dolorosas consecuencias que la lleraron a la tumba a la temprana edad de
44 años. Aún en esto se ve de un modo
38
evidente un especial designio de Dios.
L a Madre tenía que hacer las más du
ras experiencias del dolor para adquirir
la necesaria comprensión de los sufrimien
tos ajenos y saber compadecerlos, y sobre
todo para poder dar a sus hijas el ejemplo
de una fortaleza heroica.
A l ejercicio de esta fortaleza había procu
rado ella, habituarse desde pequeña, fre
nando las impetuosidades de su carácter y
limando sin descanso las asperezas de una
naturaleza exageradamente puntillosa. No
tardó de este modo en conseguir un do
minio absoluto sobre todas sus facultades a
las que supo mantener siempre en un estado
de equilibrio imperturbable, hasta en medio
de las luchas exteriores, que no faltaron.
H ay que recordar, en efecto, la tempestad
que estalló contra la Pía Unión de las Hijas
de María, y que con tanta furia sacudió
aquella pequeña casa de la Inmaculada, en
los primeros días de la Congregación.
Cuando Don Bosco asistió a la primera
vestición de las Hermanas, hecha por el
Obispo de Acqui, no halló argumento más
oportuno para su plática que animar a
aquellas primeras Hijas. « No os dé pena
— les decía — de veros tan maltratadas por
el mundo. Tened buen ánimo y consolaos
porque sólo de este modo os haréis capaces
de realizar algo bueno en vuestra nueva
M isión >. E l ejemplo de María Mazzarello,
nombrada ya superiora de la Comunidad,
hacía aún más elocuentes estas palabrrs
paternas.
Sólo una mujer fuerte era capaz de asu
mir el gobierno de una Congregación R e
ligiosa que nacía en medio de las descon
fianzas de fuera y de las penurias de un-’
extrema pobreza; sólo una mujer fuerte
podía sostener a las hijas en tan durísimr s
circunstancias y llevar el peso de una vida
de continuas y graves privaciones sobre
llevadas con valor invencible, con verda
dera alegría; sólo una mujer fuerte podía
mantenerse tranquila y serena en momen
tos tan críticos imponiendo siempre un
silencio heroico a las amarguras de su
corazón. H e aquí el temple de la Madre,
pronta a cualquier sacrificio, aun el de la
vida, si hubiese sido necesario.
m
S icu t v itis a b u n d an s.
La excelsa dignidad de la IMadre estriba
en que ella ha sido hecha ministra de la
Providencia para comunicar la vida, su
premo bien dentro del orden natural. Pero
hay otra vida inmensamente más preciosa
y el que coopera con Dios a transmitirla
adquiere una dignidad sublime. Y ésta es
cabalmente la dignidad de una Fundadora,
llamada a infundir la vida religiosa a al
mas que son privilegiadas del cielo. Mas
esto requiere evidentemente una riqueza
sobreabundante de vida interior, dote la
más precipua de la maternidad espiritual.
Madre M azzarello fué, como diría el
Salmista, la parra fecunda en el recinto
de la casa, o sea del Instituto de las
Hijas de M aría Auxiliadora. Durante su
niñez y juventud no hizo más que acu
mular tesoros y más tesoros de virtu
des. L a piedad ejemplar, la frecuencia asi
dua a los Santos Sacramentos, el recogi
miento habitual, la unión íntima con Dios
en la oración; todo esto formó, por así
decirlo, la atmósfera en que ella vivía y
respiraba, llevándola consigo dondequiera,
del templo a la casa y al taller, y más
tarde al convento donde los tesoros espiri
tuales iban aumentando, día a día, en pro
porciones fantásticas. « Esta hermana com
pletamente falta de cultura — afirmó el Car
denal Cagliero — había llegado, mediante el
espíritu de oración, a la más alta contem
plación y conocimiento de la cosas celestia
les *. Aquel dicho dominicano « Contém
plala aliis trá d ere» comunicar a los de
más la luz de las cosas contempladas, con
virtióse naturalmente en el deber y obje
tivo de su maternidad.
Ignoraba las fórmulas de la vida ascé
tica pero sabía practicarlas a maravilla.
Su vida misma, transcurrida en continuos
ejercicios de virtudes, se enriqueció de
experiencias personales preciosas que lle
garon a convertirse en sustancia de su
magisterio materno. Sus platiquitas noc
turnas, las <<buenas noches », que a todos
parecían « tan llenas de elocuencia, de cla
ridad y justeza de concepto y que la hacían
creer iluminada por D ios» ; las cartas que
escribía a sus hijas, no siempre de acuerdo
con la gramática pero saturadas siempre
de «conceptos de un sentido espiritual
exquisito, de pensamientos de alta perfec
ción cristiana, de sentimientos de un alma
toda de Dios »; hasta las palabras de amo
nestación que a veces dirigía a las hermanas
que se la hacían encontradizas, atestiguan
la plenitud inextinguible de las aguas que
ella recibía de la fuente divina.
H u m ild e y excelsa.
¿ Qué es lo que faltaba, pues, a María
Mazzarello para poder ser M adre de un
gran Instituto? — Según ella todo. No
es fácil encontrar, ni siquiera entre los
Santos, una humildad más singular, una
convicción más profunda y sentida de la
propia nada, de la propia incapacidad. No
veía en sí misma más que defectos y
siempre y con gran ahinco ponía de re
lieve su falta de estudio y de cultura lite
raria, esperando con ello poder librarse
de las responsabilidades del gobierno que
aceptó contra toda su voluntad y sólo por
obediencia.
Pero esta humildad era precisamente su
mérito precipuo y su título más precioso
para poder ser Madre del Instituto de las
Hijas de María Auxiliadora. El Hijo de
Dios, cuando quiso encam^’ rse, no siguió
otro criterio en la elección de su propia
M adre, Puso los ojos en ¡a bajeza de su
esclava y desde este momento me llamarán
bienaventurada todas las generaciones, hul)o
de cantar la Virgen al magnificar el poema
de su maternidad divina, revelándonos de
este modo el secreto de su propia exalta
ción. Y si ésta ha sido siempre la economía
de D ios, m e atrevo a decir que con mayor
razón debe serlo tratándose de elegir la
Cofundadora de un Instituto como el de
las Hijas de María Auxiliadora.
Este, en efecto, fu é concehido por Don
Bosco a quien, por medio de señales indu
dables, D ios lo inspiró con el fin de « exten
der a las niñas y a las jóvenes el bien que
los Salesianos hacían entre los niños ». Fué
D on Bosco el que le impuso el título de
Instituto de las H ijas de hlaría Auxiliadora,
39
declarando expresamente que lo fundaba
para que fuese « monumento perenne de su
reconocimiento hacia María Auxiliadora a
la cual se lo debía todo ». Fué D on Bosco el
que le dió también las Reglas, después de
presentarlas a la aprobación del Obispo dio
cesano, y se consideró Superior del nuevo
Instituto en virtud de facultades recibi
das directamente de Pío IX , y fijó la ce
remonia inaugural para las vesticiones y
profesiones, y nombró a los Directores su
cesivos de la Casa de Mornese y de todo
el Instituto, y confirió a María Mazzarello,
elegida ya con votación unánime por las
Hermanas, el mandato y la autoridad de
Superiora General. En vista de esto ¿ q ué
puesto es el que había de ocupar la Madre
en el nuevo Instituto ? Aparentemente, el
de simple ejecutora del plan establecido por
el Padre, pero en realidad el de colabora
dora necesaria e insustituible.
Una cosa es indudable, que sólo po
seyendo una altísima humildad podía ella
vivir oculta como vivió tras de la sombra
de D on Bosco con plena fruición de su
alma, sin otro afán que adentrarse más y
más en su pensamiento y seguir con pre
cisión sus directivas, renunciando a cual
quier juicio e iniciativa personales. E l Santo
lo comprendió en seguida que la estupenda
humildad de Sor María era la mejor ga
rantía de éxito para sus obras, pero adi
vinó al mismo tiempo que debajo de aquella humildad escondíase un admirable
tesoro de dotes y divinas preparaciones
que la señalaban como Madre perfecta, y
sintióse plenamente seguro de que inter
pretar el llamamiento y la voluntad de Dios.
{Continuara).
La Casa Madre de las Hijas de M aria Auxiliadora en Mornese.
Sres Cooperadores,
consultad el T E S O R O E S P I R I T U A L .
Propagad la OBRA PÍA DEL SGDO CORAZÓN.
\ ’éase lo cubierta de nuestro ''Bolefín .
40 --
L A IG L E S IA Y EL C L E R O D E E S P A Ñ A
Lo que ha visto recientemente un Obispo norteamericano.
Mi visita a España — habla Mons. Gannon,
Obispo de Erie (Pcnsüvania) — no tuvo otro
objeto sino enterarme a fondo de las cuestio
nes de la cristiandad y de la Iglesia. La polí
tica y demás puntos que se refieren a las fun
ciones del Gobierno no tenían para mí el
menor interés.
Antes de entrar en España procuré, pues, en
cuanto me fué posible, purificar mi mente de
todas las informaciones políticas o partidistas.
Mi visita fué la de un eclesiástico que busca de
buena fe la verdad sobre la Religión en España
y sobre la actitud y conducta de la Iglesia en
esta crisis. Me puse en contacto con muchas
personas prudentes de Barcelona y Madrid,
así como también de Pamplona, Burgos y
otras localidades de la España Nacional.
F r INDESTIJUCTIBLE. — La conclusión gene
ral, pero definitivamente positiva, que saqué
es la del fracaso completo y rotundo de los
rojos en su empeño de destruir la Religión y
la Iglesia de España. Sería más lógico san
grar las venas de un atleta y exigirle luego el
triunfo en los ejercicios olímpicos que borrar
de la vida española las prácticas religiosas
y los socorros espirituales que dan los Sa
cramentos y la liturgia de la Iglesia Cató
lica. El renacimiento de la piedad y de la
práctica en la vida cristiana, que brota del
martirio al pueblo español infligido por parte
de los rojos, martirio cruel, despiadado y con
frecuencia diabólico, es consolador. Nos en
contramos aquí con el antiguo misterio cris
tiano de que los mártires producen santos, pero
multiplicados por millones. La España Na
cional vive hoy un espíritu exaltado de altí
sima piedad.
Francisco Mac-Qdlagh. en su libro The
Reds Overreached Themselves, lo dice muy
atinadamente: « Los rusos, técnicos en revo
luciones, habían enseñado que el terrorismo
siempre triunfa y siempre se olvida pronto;
que Litvinof es ahora un huésped honrado
en las familias aristocráticas inglesas. Pero
estos técnicos rusos fallaron en dos puntos
importantes. Dieron por hecho que el español
reaccionaría ante el terror como los eslavos, y
el católico como los bizantinos. Pero el español
es completamente distinto del moscovita, y el
católico forma parte de una Iglesia que nada
tiene que ver con la apática y débil Iglesia de
Rtisia. Los católicos españoles no se aterrorizan
42
por el brutal y cruel asesinato que los privó de
sus más prudentes y autorizados consejeros.
Al revés, se fortalecieron porque muchas de
estas víctimas cayeron como verdaderos santos
de Dios, y el ejército católico los mira ahora
más allá de los límites del tiempo y del
espacio, inmortales, invulnerables, más pode
rosos que antes en la tierra, intercediendo
por ellos, ayudándolos, enardeciéndolos, desde
ios palacios de la Sabiduría infinita y de la infi
nita Fortaleza».
C lero celoso y ejem plar . — En España he
visitado como un centenar de poblaciones pe
queñas para observar la vida cotidiana del
sacerdote y el pueblo. En ellas siempre la ve
nerable y vieja iglesia parroquial se alza entre
el montón de casas y el sacerdote vive allí día
y noche en medio de su pueblo. En 1935,
había 7.401 jóvenes en los seminarios; de ellos
7.280 no tenían nada o casi nada, esto es,
eran hijos de labradores u obreros; salían de
la masa del pueblo en medio de la cual habían
de pasar su vida. La Iglesia de España es
la institución más popular, donde un clero
empobrecido consuela y sostiene a un pueblo
empobrecido del cual procede.
¿ Cómo trabaja este clero ? ?Qué es lo que
yo he visto hacer a los párrocos españoles ?
Fuera de sus devociones privadas, he visto que
facilitan a sus parroquianos el ejercicio del
culto, la recepción de los Sacramentos, que
convierten la presencia de nuestro Salvador
en una realidad viva entre ellos que les trae
las gracias y socorros que necesitan en oca
siones de nacimientos, bodas y defunciones.
De tiempo en tiempo, una procesión o una
festividad excita en el pueblo desusados fer
vores. Cada tarde sin excepción, a eso de las
ocho, suenan las campanas y la Iglesia se llena
hasta las puertas de gente cansada pero devota;
y el sacerdote se levanta en medio de ellos para
recitar juntos las preces de la tarde. Jamás
olvidaré la calurosa devoción y tranquila espi
ritualidad de estos pueblos españoles. Aunque
suene a paradoja, teniendo en cuenta las atro
cidades que se han cometido, acaso no haya
en todo el mimdo un pueblo tan ferviente
mente católico como el Español. Es imposible
negar el hecho de que en ningima otra parte
está tan bien atendido el ejercicio del culto,
ni es el clero tan afortunado en extender su
influencia sobre las muchedumbres. Esta pros-
peridad espiritual del clero español es proba
blemente la razón de la animosidad extremada
que contra él se ha excitado en estos días.
la vida de algunas fincas adyacentes a sus ca
sas y de las contribuciones de sus alumnos y
del público en general.
L a I glesia en E spa ñ a era pobre . — Gran
parte de la propaganda roja gira sobre la ca
lumnia del dinero. Se ha lanzado a los espa
cios que los Obispos y él clero español son
ricos; que las Ordenes Religiosas poseen cau
dales inmensos; que la Iglesia es dueña de
la riqueza de España, y otros infundios por
el estilo. En achaques de dinero y de ri
queza, la Iglesia de España, según yo lo he
comprobado, se rige exactamente como la
Iglesia de Inglaterra o de los Estados Unidos.
Es dueña de los bienes eclesiásticos, de los de
instituciones escolares. Colegios, Hospitales,
Asilos de Huérfanos y toda la variada organi
zación de obras de caridad y enseñanza, cabal
mente como cualquier Iglesia protestante, judia
o católica en los Estados Unidos. Las rentas
o cupones se empleaban en favor de los esco
lares o de los enfermos, exactamente como en
los Estados Unidos.
No sería honrado entregar a nuestra Uni
versidad Harvard a la crítica y a la maledicen
cia por ser dueña de la fabulosa suma de cien
millones de dólares oro, como dotación y re
servas. Pues si Harvard, en un siglo, ha llegado
a acumular cien millones, es natural que una
Universidad como la de Salamanca, que cuenta
nueve siglos de existencia, haya ahorrado un
puñado de dólares. Sin embargo, todas las
rentas de todas las universidades, colegios,
hospitales y asilos de España juntos, jamás, ni
en sus días más prósperos, llegaron a juntar
una suma igual a la que tiene la Universidad
de Harvard.
Son muchos los norteamericanos a quienes
burdamente se ha engañado sobre las rique
zas de la Iglesia española. Ahora mismo, los
Obispos y el clero dependen enteramente de
las ofertas voluntarias de los fieles. Viven
exactamente como su pueblo; sin grandes co
modidades, viven exclusivamente del altar,
según el precepto bíblico.
Antes que estallara la guerra ninguno de
ellos tenía un sueldo elevado.. Mientras en
Inglaterra los Obispos anglicanos disfrutan
de una renta que va de quince a cua
renta y cinco mil dólares por año, el Cardenal
Primado de España recibía menos de 4.500
anuales. Los Obisp>os españoles ¡>ercibían 2.500,
y los párrocos 150, la mitad de lo que co
braba un maestro de escuela rural. En cuanto
a las Ordenes Religiosas con votos de pobreza,
castidad y obediencia, sacaban lo necesario a
— He visto, muchas veces, cuando se escribe de
España, la ^2\zhi2.priest-rídden, « dominada por
el clero », que emplean ciertos escritores y pu
blicistas sin escrúpulos. Pues veamos los hechos.
En una población de 24 millones y medio, el
número .de sacerdotes seculares españoles era
poco más o menos de veinte mil; lo cual quiere
decir que antes de la guerra y de las matanzas,
había un sacerdote por cada mil doscientos
españoles. La proporción de vocaciones reli
giosas es mucho más alta entre los católicos
de Inglaterra, Irlanda, Canadá y Estados Uni
dos. La proporción en el número de monjas era
la misma.
Conozco bien las condiciones en que vive el
clero en todos los países arriba mencionados, y
hallo, comparándolas, que la condición del
clero español es, entre todas, la más pobre, la
más sencilla y la más modesta. Su comida
diaria, su cama, su librería, sus vestidos y co
modidades corporales están muy por debajo
de las de nuestro clero nacional, protestante
o católico. En comparación con los pobres
sacerdotes españoles, la vida del clero pro
testante o católico en Inglaterra y Estados
Unidos es lujosa. He procurado enterarme, y
no he hallado un sólo párroco en España que
tenga automóvil, ni que sueñe en poderlo
tener. En honor de la verdad debo con
cluir francamente que España no es una nación
dominada por el clero. Esta palabra salió de
Inglaterra en tiempos antiguos, cuando las
fuentes de la historia estaban emponzoñadas
y aún ahora trata de deslizarse amparada por
escritores poco escrupulosos.
La grande, terrible y desdichada verdad es
que esa palabra «dominada por el clero» no
podrá aplicarse a España, por lo menos du
rante un siglo. La crueldad comunista ha llevado
al martirio a más de once mil sacerdotes y se
minaristas. Con los seminarios convertidos en
hospitales para los soldados heridos y con los
seminaristas movilizados en el frente, los pró
ximos cien años han de encontrar a España
proporcíonalmente más desprovista de sacer
dotes que ninguna otra nación del mundo. Sin
embargo, debemos confiar en que un pueblo,
que envió tantos sacerdotes ai descubrimien
tos de América los cuales desde entonces se
han identificado con la obra de establecer la
civilización por todo el hemisferio Occidental,
sabrá crearse un nuevo y santo clero.
E spaña n o estaba d o m in a d a po r e l cler o .
43
LA O B R A D E D O N B O S C O E N
E S P A Ñ A Y A M E R IC A
A R G E N T IN A - Roca. —
m oración salesiana.
D oble conm e
El último sábado de agosto, iniciáronse
los actos organizados por los centros salesianos
de esta localidad, con motivo del cincuentenario
de la muerte de San Juan Sosco y centenario
del natalicio del cardenal Cagliero.
El intenso frío reinante, la lluvia y la nieve
no fueron impedimento para la solemnidad de
los mismos, siendo todos presididos por el vi
cario general de la diócesis de Viedma, mon
señor José Borgatti, en representación del
Sr. Obispo, monseñor Nicolás Esandi. Con
currieron, también, el vicario foráneo del te
rritorio de Neiiquén, doctor Pedro Giacomini,
el presidente de la Acción Católica de la vecina
capital, doctor Teodoro Planas, y otros dele
gados regionales.
SA dado 27. — A las 15.30 desfiló por las
calles principales de la población el batallón
Relaciones enviadas al Rector Mayor.
gimnástico « Ceferino Namuncurá», del co
legio San Miguel, y a las 19 en el colegio Do
mingo Savio se inició el triduo de conferencias,
a cargo del director del mismo colegio, don
José Menestrina. Previamente, y luego de en
tonarse el himno a San Juan Bosco, la presi
denta de la Asociación de Jóvenes Católicas,
señorita María Luisa Matteíni, pronunció un
discurso en nombre de las cooperadoras salesianas. Fué muy aplaudida.
La proyección de vistas luminosas sobre la
juventud de San Juan Bosco, explicada con lujo
de detalles por el doctor Menestrina, resultó
muy interesante, mereciendo cálidas ovacio
nes.
D o m in g o 28. — A las 19, en el colegio Do
mingo Savio, se reanudó el triduo de confe
rencias. Asistieron, como en el día anterior, el
juez letrado doctor Carlos Colman Lemer, con
su esposa, varias autoridades locales y nu
meroso público.
Cuenca (Ecuador). - Desfile de los Exploradores «D o n Bosco» el d ía 24 de mayo.
44
Cuenca. • El pequeño clero.
Inició el acto el secretario del Centro de Ex
Alumnos de Don Bosco, Don Juan C. Chirinos, quien ilustró la obra de Don Bosco, y
analizó el proceso progresivo de la acción salesiana.
L unes 29. — Reinaba una gran espectativa
por el anuncio de que monseñor Borgatti, cuyas
dotes oratorias son bien conocidas en todo el
territorio, daría una conferencia.
Antes de la hora anunciada, gran cantidad
de público había ya ocupado el espacioso salón
recién inaugurado del colegio Domingo Savío.
Monseñor Borgatti, presentado por el director
del colegio San Miguel, habló sobre «Don
Bosco y sus obras » y exaltó el apostolado ma
ravilloso del Cardenal Cagliero y de los salesianos en nuestra Patagonia; su palabra man
tuvo en constante interés al auditorio.
M artes 30. — El martes amaneció nevando.
A las 7.30, 8.30 y 10, en la capilla de María
Auxiliadora se celebraron misas. Las comu
niones fueron números^ y gran catidad de
fieles es cuchó los sermones pronunciados.
Por la tarde, luego de efectuarse juegos in
fantiles, se realizó la gran procesión, encabe
zada por la banda de música de la gobernación
de Xeuquén, finamente cedida por el gober
nador, coronel Pilotto. El comercio cerró sus
puertas durante la tarde, circunstancia que de-
CiWDca. - L a bandera de los exploradores « Don Bosco »
a la que ha sido impuesta la m edalla de oro.
45
terminó la asistencia de mayor cantidad de
público. Las congregaciones religiosas con sus
estandartes e imágenes, los alumnos de los
colegios salesianos, cuerpo gimnástico a Ceferino Namuncurá», sacerdotes, autoridades y
gran cantidad de damas y caballeros desfilaron
en esta procesión.
La columna recorrió la calle Tucumán y
otras arterias urbanas, entonándose cánticos
religiosos que coreaban los niños y niñas de
los colegios salesianos.
A las 21.30, en el citado salón de actos del
colegio Domingo Savio, se efectuó la función
teatral de clausura, en la que se interpretó con
verdadero acierto por numerosos aficionados de
la localidad, el interesante drama «Los dos
Sargentos».
En un entreacto, la señorita Raquel Martínez
recitó la oda «Apoteosis de un Santo» siendo
muy aplaudida.
Las autoridades del territorio y de la loca
lidad hicieron acto de presencia en esta velada,
y todo el público siguió con gran interés los
números del programa.
E C U A D O R - Cuenca. — L o s E xplora
dores “ D on Sosco
Aunque es muy poco el tiempo que lleva de
fundado nuestro batallón de exploradores «Don
Sosco», tiene ya su historia gloriosa. Consti
tuye, con el pequeño Clero, la sección más
selecta del Oratorio Festivo de la Casa Central
de las Misiones de Cuenca. Siempre en pri.raera línea en todas las manifestaciones reli
giosas y patrióticas de la ciudad, actúa brillan
temente dándoles el más simpático realce.
La ocasión para demostrar todo el entusiasmo
y todos los sacrificios de que son capaces estos
pequeñuelos, la tuvieron en el primer Congreso
Eucarístico Diocesano, de que oportunamente
se ocupó nuestra Revista, celebrado en Junio
pasado, para conmemorar el Cincuentjn rrio
de la muerte de Don Bosco y de la llegada de
los primeros salesianos a la República.
Los exploradores se prepararon a su celebra
ción con la disciplina de la mortificación cris
tiana que floreció con una iniciativa digna de
los tiempos heroicos de S. Tarcisio. Con el
fruto de sus sacrificios reunieron, en poco
tiempo, la suma necesaria para regalar las hos
tias necesarias para la distribución del Pan de
los .Angeles a toda la muchedumbre en los
días del Congreso. Nótese que son todos niños
de pobre condición y que pasaron de ciento
cincuei\ta mil las Comuniones distribuidas.
46
Tanto insistieron, que recabaron también
para sí el honor de mantener la disciplina
durante los días del Congreso. Poco menos de
ciento cincuenta niños consiguieron el orden
más perfecto ganándose la simpatía universal.
Como prenda de admiración por su magnífica
conducta, la Comisión ciudadana organizadora
del Congreso determinó condecorar la bandera
del Batallón, y a cada uno de los exploradores,
con medalla de oro y diploma de mérito.
En el acto de la entrega de la medalla, el
distinguido orador cuencano Dr. Don Luís
Cordero Crespo, les hizo un precioso y elevado
discurso terminando con estas palabras:
¡Honor a los soldaditos de Don Bosco! ¡Au
gurios para mayores triunfos!
E L SA LV A D O R - Santa Tecla,
actos de fin de año.
Varios
C lausura d el año escolar . — La tarde del
domingo 6 de noviembre, realizóse la clausura
del año escolar — Sección de Estudiantes —
presidida por el Arzobispo electo de San Salva
dor, Mons. Luis Chávez y González y por el
Subsecretario de Instrucción Pública, Prof. José
A. Orantes, exalumno salesiano.
Inicióse el acto con un precioso desfile de
todos los alumnos, que rindieron honores al
pabellón nacional.
El discurso estuvo a cargo del ex alumno D.
Rafael Viana, que dijo se sentía orgulloso de
tomar la palabra en aquella Casa de Don
Bosco donde echó las bases de su vida cristiana.
La banda del Colegio estrenó un instrumental
nuevo y ejecutó brillantemente un escogido
repertorio.
Se hizo notar a la concurrencia que varios
Cursos habían conseguido el primer puesto en
los exámenes públicos.
Los chicos hicieron derroches de gracia en
la interpretación de la zarzuela: « El Maestro
Canillas ».
Antes de terminar el acto, el presidente del
Centro « Manuel Gallardo», don Luis Vega,
impuso a los nuevos Bachilleres el distintivo
de exalumnos de Don Bosco.
H onrosa e im po r ta n te v is it a . — Aquel
mismo día, un grupo de Médicos y Farma
céuticos delegados en el Congreso médicofarmacéutico Centro Americano, visitaron
nuestro Colegio de Ayagualo, donde tene
mos un importante Museo de Mineralogía y
el ObserN'atorio ^leteorológico y Sismológico.
'ji
En seguida, pasaron a visitar la Exposición
y las dependencias del Colegio de Santa Ce
cilia. La Exposición ha sido objeto de mere
cidas alabanzas por el acierto con que ha sido
preparada. Una parte comprendía los tra
bajos de los estudiantes y la otra los de los
Talleres, formando un conjunto muy inte
resante. Las preparaciones de química, de bo
tánica, de mineralogía, los dibujos... son una
muestra objetiva del método práctico seguido
en el desarrollo de los Programas Guberna
tivos. La otra parte hace resaltar la ense
ñanza teórico-práctica de nuestros Talleres.
Los ilustres visitantes fueron obsequiados
por el Muy Rdo. P. Inspector, Don Pedro
Tantardini y los Señores Directores de los
respectivos colegios.
R e c ep c ió n d e l señor S ubsecretario de
I n str u c c ió n P ú b l ic a . — El
de Octubre
asumió el alto cargo de Subsecretario de I. P.
el digno exalumno Prof. José A. Orantes.
El Centro « Manuel Gallardo » le había pre
parado una cordial recepción en el colegio de
,,Sta. Cecilia” el domingo 13. Fué un acto
de familia en el que reinó el mayor entu
siasmo. Hizo el ofrecimiento el Prof. Félix
A. Hernández, Oficial Mayor de Beneficencia;
habló en seguida el Dr. Vidal Severo López,
ex alcalde y ex gobernador de San Salvador,
empleando conceptos netamente cristianos y
contestando en el mismo sentido el ilustre
festejado, que llega al alto puesto — decía —
animado de los mejores propósitos para fo
mentar la educación del país según las directi
vas del Sistema Salesiano.
El Muy Rdo. P. Tantardini, con su pa
labra paterna, cerró el aoto celebrando la exal
tación de un grupo selecto de ex alumnos salesianos a los cargos de mayor confianza de la
nación y haciendo votos para que se organi
cen cada vez mejor y se preparen para el
2° Congreso Centro Americano.
PERU - Huancayo. — Fiestas cincuentenarias en honor de S. Juan Bosco.
El día 29 de junio, tuvieron brillante ctilminación los diversos actos religiosos y sociales
con que ios Padres Salesianos de esta ciudad
han celebrado el 50® aniversario de la muerte
de su Padre y Fundador, San Juan Bosco.
Como preparación a dicha fiesta, se realizó,
los días 26, 27 y 28, un solemne triduo. El
P. Llorens, de la Comunidad Franciscana, con
sus pláticas supo transmitir, al enorme número
de fieles de todas las clases sociales, su acen
drada devoción y simpatía hacia un santo que
tantos admiradores se ha granjeado en el mun
do católico por sus heroicas virtudes.
La tarde del día 28, víspera de la gran fiesta,
tuvo lugar el paseo con antorchas, en que toma
ron parte los alumnos y el Cuerpo docente
del colegio salesiano, quienes precedidos por
la banda del Regimiento N® 3 recorrieron las
céntricas calles de la ciudad, lanzando al es
pacio caldeados «vivas» a San Juan Bosco,
contagiando de esta manera con su entusiasmo
a la muchedumbre estacionada en plazas y
calles. Terminado lo cual, los alumnos ra
diaron por la Emisora « Huancayo », galante
mente cedida por el ex-alumno salesiano
señor Alfredo Elejalde, una interesante audi
ción. En esta oportunidad el Rdo. P. Tomás
Ipenza Samanez desarrolló el tema a Don Bosco
y la Obra Salesiana en el Perú».
La solemnidad del día 29 empezó con la
misa de comunión general que fué celebrada
por el M. Rdo. P. Vicente Sánchez, en la que
se acercaron al banquete eucarístico varios
centenares de niños y niñas. La misa de fiesta
se celebró a las diez, asistiendo a ella el Pre
fecto del Departamento, señor Manuel Mo
rante, funcionarios públicos, representantes
del Comercio y de la Banca, militares del ejército y de la policía, numerosas representa
ciones de los colegios tanto oficiales como
particulares y un inmenso gentío que llenaba
de bote en bote el espacioso templo parro
quial. El coro, compuesto de 300 voces de
las escolanías del instituto salesiano «Santa
Rosa » y de «María Auxiliadora », ejecutó la
misa de Angelis. Ocupó la sagrada cátedra
el notable orador Rdo. P. Francisco Llorens,
quien tqió en forma brillante las glorias del
Santo.
Finalizadas las ceremonias de la iglesia, se
dió comienzo a la procesión, acompañada por
una enorme masa de fieles, ávidos de exterio
rizar sus simpatías al apóstol de la juventud.
Después de recorrer el Jirón Real, desde la
iglesia parroquial hasta el colegio, ingresó en
éste triunfalmente la reliquia de San Juan
Bosco.
A las 12, el Director del Colegio, Rdo. P.
Carlos Bértoio, invitó a un almuerzo fami
liar a las autoridades y demás personas coo
peradoras y amigas de la obra salesiana.
Por la tarde, tuvo realización el programa
literario-mttóical al que asistieron numerosas
personas. Con este acto quedó sellado definiti
vamente el ciclo de festejos con que el pueblo
47
El Salvador (Santa Tecla). • Congreso de las Compañías en el Colegio Santa Cecilia.
El Salvador. - Nuestro Colegio de Santa Cecilia.
^8
de Huancayo ha querido celebrar digna
mente ei cincuentenario de la gloriosa muerte
de San Juan Bosco.
U R U G U A Y - M ontevideo. — H om enaje
a M onseñor L u is Lasagna en el C o
legio Salesiano de V illa Colón.
De E l Bien Público.
En Villa Colón se ha tributado un nuevo
y solemne homenaje a Monseñor Luis Lasagna,
el ilustre obispo salesiano a quien muchísimo
adeudan el progreso material y la cultura del
país.
Una de las calles de Colón llevará, ahora, el
nombre de quien fue, por la ciencia, por la
verdad y por la acción multiplicada y múlti
ple, uno de los factores más poderosos de la
organización y desenvolvimiento de dicha po
blación.
Monseñor Lasagna vive en la memoria emo
cionada de varias generaciones.
El Colegio Pío, y mucho de cuanto bueno
o grande posee actualmente Villa Colón, na
ció o creció a impulsos dinámicos de aquella
gran inteligencia y de aquel gran corazón,
que se unían magníficamente bien en un sacer
dote escogido por Dios como instrumento
providencial de redención.
Pedagogo de mirada avizora y fiel a los
Don José A. Orantes, distinguido ex aJumno salesiano,
Subsecretario de Instrucción
Pública de El Salvador.
Perú. - Nuestro colegio de Huaacayo.
49
dictados señalados por el genial Don Bosco, re
solvió todos los problemas de la enseñanza,
de su tiempo y del fururo.
Quiso formar hombres con ciencia y vir
tud necesarias para ser, cuando el tiempo lo
exigiera, los grandes forjadores de la juventud
del Uruguay.
Eran profundísimos y variadísimos sus co
nocimientos; pero mayores aún sus ansias de
trasmitir a otras almas el don generoso de la fe.
A igual del santo fundador pudo hacer suyo
el grito; «Dadme almas y quedaos con lo
demás».
En la placa inagurada en una de las Ave
nidas de Villa Colón, junto a su efigie serena,
que es como simbolización de toda su exis
tencia, aparecen dos torres: la del Santuario
de María Auxiliadora y la del observatorio
astronómico.
Con esas dos torres se podría hacer su más
encendido panegírico.
Porque ciencia y piedad fueron los rasgos
definidores de este sacerdote, verdadera sal de
la tierra y verdadera luz del mundo, de acuerdo
con el consejo de Jesús.
Pero ayer Villa Colón no se estremeció
solamente por la justicia de este homenaje a
un hijo glorioso de Don Bosco, sino por la
presencia de los exalumnos de los Colegios
Salesianos.
1.500 antiguos escolares se reunieron a la
sombra de los muros venerables del Colegio
Pío, poderosísimo foco irradiador de espiritua
lidad y cultura.
En el ancho patio, que se ha poblado con la
alegría y el grito de tantas generaciones reno
vadas, se volvieron a encontrar el alumno
encanecido con el anciano maestro inolvida
ble y siempre querido.
Hombres de todas las edades, de las más
diversas condiciones sociales, provenientes de
los más alejados puntos del país, sentíanse en
ternecidos de gratitud en tomo de aquellos
sacerdotes, en quienes se perpetúan todas las
características del apostolado providencial de
Don Bosco.
Y no se crea que estaban ayer en Villa
Colón todos los exalumnos.
1.500 es ima parte muy reducida de la
cifra total de los incontables jóvenes y ni-
Monievideo. - Los 1500 ex alumnos reunidos en V illa Colón para el homenaje a Moas. Lasagna.
50
Montevideo. - Banquete de los ex alumnos.
ños que han pasado por los institutos di- cogidas en el respectivo colegio. Es necesa
rígidos por los Rdos. Padres Salesianos del rio, añadía, que la camaradería del colegio se
extienda jubilosamente a las otras activida
Uruguay.
La reunión asumió, por su misma esen- des de la vida, para apresurar el adveni
miento del reinado de
cía, un sentido trascen
Cristo, que es de cari
dente que se reveló en
dad entre todas las cla
la Misa oída con fer
ses sociales.
vor, en la comida y en B O LE TIN S A L E S IA N O
Los exalumnos sale
el juego compartidos
sianos son hoy legión,
con amor.
se envía a cuantos desean mas para que consti
El Dr. José Miranda,
tuyan la gran fuerza so
con la incisiva y pe
leerlo.
cial, renovadora y sa
netrante elocuencia que
grada, es precisa la
le es propia, explicó,
Basta expresarlo y remitir, con toda unión, y para esa unión
llegados los postres, co
necesaria y fecunda,
mo la mejor manera
claridad, la' señas personales a: dióse ayer un paso gran
de hacerse digno del
de y definitivo al am
título de «Ex-Alumno
Salesiano n, es vivir se Rector Mayor de la Pía Sociedad paro estelar del inmor
tal Monseñor Lasagna.
gún las enseñanzas re
Salesiana - Cottolengo 32
Turín (Italia).
51
DE
N U E S T R A S
IN D IA - K R IS H N A G A R
D e s o la d o r a in u n d a c ió n d e l G an ges.
Rvmo. Sr. Don Pedro Ricaldone:
Una vez más el Señor nos ha querido probar
con una inundación sin precedentes, que ha
desolado toda la Diócesis de Krishnagar, en
Bengala.
Encontrándome en Italia para el Capítulo
General, hacía una jira con el fin de obtener
recursos para la Misión, cuando, una después
de otra, me llegaban dos cartas de nuestros
pobres misioneros, describiendo el estado des
consolador de las poblaciones bengalesas.
« Le he comunicado telegráficamente — es
cribe el P. Righetti, Vicario General — la
terrible inundación de estos días en nuestro
pobre Bengala. Ahora, después de haber vi
sitado alguno de los pueblos inundados, me
propongo darle noticias más detalladas. Hacía
mucho tiempo que no se veía un desastre se
mejante y el hambre, las epidemias y la mi
seria crecen de día en día. Cristianos y paga
nos, desnudos y hambrientos, viven acorra
lados en una elevación del terreno, perdidas
las cosechas y privados de hogar quizá por
cuánto tiempo. He atraversado en una barca
poblaciones de las cuales ya no existe la menor
huella, he visto puentes cubiertos con dos o
tres metros de agua, caminos destruidos por
la corriente que inexorablemente lo ha arra
sado todo.
¡Qué devSolación! De pie sobre la embar
cación, abríase ante mis ojos un panorama des
garrador: las florecientes y doradas campi
ñas cubiertas de arroz, único alimento de esta
pobre gente, son ahora una immensa exten
sión de agua, interrumpida de vez en cuando
52
M ISIO N E S
por las copas de algunos árboles que emer
gen sobre las ondas.
Mientras tanto, el hambre obliga a estos
desgraciados a ir en sus barcas de un lado a
otro, en busca de alimentos. Nuestra pobre
barquilla es asediada continuamente por gentes
que no han probado bocado desde hace varios
días. ¡ Desgarra el alma la vista de tantos chi
quitines con los ojos hundidos y la expresión
de terror en el rostro!»
El P. Lazzaro, nuestro misionero del distrito
de Shimulia, y apóstol de los parias, alarmado
por la crecida de las aguas, ordenó la evacua
ción de la aldea.
He aquí como describe el doloroso episod o:
«Cuando en los primeros días empezó a
entrar el agua en Shimulia, celebróse por todos
como una fiesta, debido a que ésta traía in
finidad de pececillos que los niños se apresura
ban a recoger en cestillas y pequeñas redes im
provisadas. Pero, cuando, aumentando la co
rriente de un modo pavoroso, invadió los pe
queños patios de las casas y cubrió las callejue
las y caminos que conducían a la residencia
de la Misión, entonces, el espanto se apoderó
de todos y no pensaron sino en huir.
Hombres, mujeres y niños, cargaron con lo
que podían y tirando de s ^ bueyes y cabras,
que se negaban a seguirlos, se dirigieron a
Beniali, la aldea cristiana más próxima y co
locada a mayor altura.
Dos días más tarde, Shimulia y Kamarpara
quedaban completamente desiertas. Puse en
salvo a las monjas, a las huerfanitas, a las viu
das y a los niños de la Santa Infancia, y los
envié a Jessore. Los cristianos, acomodados
en balsas hechas a la buena de Dios, for
man una procesión sin fin y ofrecen al cielo
sus lágrimas y oraciones en esta hora dolorosa. El agua, al penetrar en la aldea, comenzó
a corroer los muros de las casas hechas de
T
f
barro y, una después de otra, empezaron a
desplomarse, produciendo en el silencio de la
noche rumores lúgubres e impresionantes.
Yo vuelo en mi barquichuelo de un lado
a otro para salvar, animar, y llevar un puñado
o de arroz a estas pobres gentes, expuestas a
la intemperie y a las continuas lluvias de estos
meses, sin tm techo donde cobijarse y en
medio de mil incomodidades. No han perdido,
sin embargo, la esperanza y rezan confiando en
que al agua se retire o baje para poder correr
a reconstruir sus cabañas, siempre cerca de la
iglesia, cerca del misionero, cerca del tebemáculo, que parece tan triste en estos dias! »
«Querido Monseñor, me escribe el P. Luis
Ribaldone, ¡ cuánto sentimos su ausencia en
estas horas tan tristes! ¡ Consuélenos y ayúdenos
con la caridad de nuestros cooperadores. El
estado de las poblaciones es desolador. Vuelva
pronto a mitigar las penas de sus hijos!»
Amado Padre: transmito a Ud. el eco de
tantas angustia y recomiendo a la caridad de
los cooperadores esta pobre misión tan du
ramente probada.
Suyo, in C. J.
Chao-Tung y heme aquí detenido en mitad
del camino desde donde os escribo en un
estado el más deplorable.
El dfa II del corriente, al atraversar las
alturas de Kongshan, a eso de las diez de la
mañana, fui asaltado por unos bandidos que,
con las culatas de sus fusiles, me molieron
a golpes machacándome hue.sos y costillas e
hiriéndome gravemente en el vientre. Maltrata
ron a los catecúmenos que me acompaftal>an
y a uno de mis trajineros. Despojáronme de
cuanto llevaba encima y se apropiaron Me
ello y de todos los efectos que transportába
mos. Ni siquiera respetaron mi crucecita de
M on s . V icen te S cüderi
Adm. Ap. de Krishnagar.
C H IN A - Y U N A N F U
Misionero salesiano robado y herido
por unos bandidos.
E¡ Osservatore Romano del 13 de enero p. p.
traía la siguiente triste noticia que a nosotros
nos era todavía desconocida:
En Lubiana (Yugoeslavia) se ha recibido
la siguiente carta, con fecha 20 de noviembre,
del misionero salesiano P. José Kerec:
Tuve que hacer un viaje de Yunanfú a
El Padre Kercc.
El Instituto “ Don Sosco*’ de Yunanfú.
misionero que me había regalado S. S. Bene
dicto X V y im rosario bendecido por el
Santo Padre Pío XI. Desnudo y medio muerto,
dejáronme en medio del camino tendido so
bre la nieve para que el frío acabara conmigo.
Dios quiso que antes de medianoche unas
buenas gentes me transportaran a Laotopo
presentándome al mandarín, a quien pedí pres
tados algunos dólares para proveerme de co
mida y ropas con prom«a de devolverlos con
los intereses, pero el funcionario excusóse di
ciendo que no tenía dinero. Por fortuna, un
sacerdote chino, enterado de la que ocurría
53
envolvióme en su manto, me buscó aloja
miento en una familia y me lavó amorosa
mente las heridas con aguardiente, dándome
además algunos masajes.
A la mañana siguiente, fui llevado a Chechi
y ahora me encuentro en Tung-Chwan tra
tado como un hermano por el sacerdote Mar
cos Mei. Desde aquí telegrafié al Sr. Obispo
Cheng, residente en Choe-Tung, de quien acabo
de recibir esta respuesta: Pater Kerec, cura
vulnera, cónfice vestes, exspecta; veniunt dúo
mohiales. Padre Kerec, cure sus heridas, pro
cúrese ropas y espere, envío dos monjas. A
estas buenas hermanitas estoy ahora esperando
para que me curen y luego veremos si puedo
continuar mi viaje.
Los bandidos me habrían asesinado sin
remedio de no haber yo dejado en sus manos
tanto botín, pues eran muchas las cosas que lle
vábamos al citado Obispo Mons. Cheng y a las
monjas yugoeslavas con destino a su dispen
sario médico; robáronme además 4,000 dóla
res que la Sgda Congregación de Propaganda
Pide me había encargado llevara a la Misión
de Chao-Tung. Uno de aquellos facinerosos
me lo dijo muy claramente: « Si no hubieses
llevado todo esto te habríamos acabado a
bayonetazos». Perdí también mi máquina de
escribir y todos los documentos, incluso el
pasaporte.
La carta termina saludando a los Sres. Obis
pos de Lubiana y de Maribor que ayudan
generosamente a aquella Misión.
Auguramos al P. Kerec, Director del Instituto
San Juan Bosco de Yunanfú, que se reponga
pronto de sus heridas y pueda continuar stis
fructíferas obras de apostolado.
Sabíamos que por Yunanfú merodean los
bandoleros, casi todos soldados desertores, y nos
temíamos lo que ha ocurrido. Que María Auxi
liadora y San Juan Bosco protejan a sus mi
sioneros expuestos siempre a tan graves peligros.
B R A SIL - R IO N E G R O
La írisíe historia de los indios “Chavantes’
P o r q u é se re ta rd a s u e v a n g e liz a c ió n
y p o r q u é h an ju r a d o o d io y e x te r
m in io a l h o m b r e b la n co .
Tenemos a la vista una larga y curiosa re
lación que nos envía el coadjutor salesiano Don
Miguel Blanco, que desde el año 1916 hállase
incorporado a nuestra Prelatura Apostólica de
Río Negro (Brasil). Sin permitirse alivio ni re
poso viene allí trabajando este buen hijo de
Don Bosco en el confinamiento voluntario de
una de las regiones del globo más difíciles y
abrumadoras por su inmensidad, donde toda
incomodidad y peligro tienen su asiento, y
siempre en íntimo contacto con las tribus in
dias.
22 años de vida apostólica vivida de este
modo dan espacio sobrado para la obsei^*ación
y el estudio y autoridad para escribir.
De aquí que el relato de este hermano coad
jutor sea rico de datos útiles y de atinadas apre
ciaciones que tal vez en otra ocasión recogere
mos. Lo que de momento más nos ha intere
sado es la parte que vamos a entresacar, porque
leyéndola nos acordábamos de nuestros glorio
sos mártires de Río Negro, los PP. Fuchs y Sacilotti.Wctimas propiciatorias de un odio que no
54
merecían; y pensábamos en todo lo que nues
tros Boletines, en sus varias lenguas, han refe
rido de aquellos terribles Chíwantes que viven
retraídos en las selvas amazónicas, sin admitir
más compañía que la de las fieras, sordos a los
amorosos reclamos del misionero, listos siempara saciar sus odios ancestrales en la sangre
del hombre «civilizado ». Y entrecomamos
este vocablo de civilizado para que nuestros
lectores se preparen a conocer el género de ci
vilización que seres espúreos de nuestra raza
han llevado a aquellos y a otros indígenas.
Aludiendo nuestro misionero al trato abusivo
y criminal que los pobres aborígenes han reci •
bido de algunos europeos, cita, en su apoyo, un
informe elevado a Roma y a su Gobierno por
el sabio y celoso obispo Dr. Federico Costa
quien, en 1908, visitó todo el Río Negro desde
Manaos hasta Venezuela, empleando un año
entero en su excursión y obteniendo, a raiz
de aquel viaje, la creación de la Prefectura
Apostólica de Río Negro y su aceptación por
los Salesianos.
f Podía esperarse que el hombre blanco o
civilizado — escribía el sabio e iltistre Pastor
— supiera mantenerse a la altura de su misión
y comportarse con los pobres indígenas con la
f
superioridad que le da la cultura. Pero ¿qué
es lo que está sucediendo ? Lo vamos a decir
sin ningún eufemismo. Hay mercachifles que
llegan a la “ maloca” de nuestros indios con
el arma en el puño. No piden, sino exigen, y
cuando no se les da lo que quieren se lo toman
por la fuerza. Matan los animales, roban las
provisiones, y obran como verdaderos piratas.
Se portan villanamente con las mujeres. Viajan
siempre con un garrafón de aguardiente y con
él engañan y . emborrachan a los indios y se
entregan a desmanes que la pluma se resiste
a describir. Exigen de aquellos pobres hombres
trabajos forzados y les pagan con baratijas,
dándoles a lo sumo como recompensa un pan
talón o una chaqueta. Los cazan a veces como
bestias salvajes y atándolos en el fondo de la
embarcación los zurran de una manera bár
bara como sólo en los peores tiempos del
mundo pagano solía tratarse a los esclavos.
¿ Y qué diremos de ciertos patronos ? Estos
traficantes sin conciencia abusan de un modo
infame de la buena fe de los indios. Les ven
den cosas insignificantes a las que llaman am
pulosamente mercancías, y con el pretexto de
tales ventas les abren cuentas ficticias de 500
y más escudos. Los indígenas, atraídos por mil
engaños, se deciden a dejar sus tierras que
ridas, sus pequeñas plantaciones, sus fiestas,
sus hijos y sus mujeres, y bajan del Alto Río
Negro para ponerse al servicio de tales pa
tronos que les condenan a remar día y noche,
a ejecutar trabajos agotadores en tierras panta
nosas plagadas de mosquitos, extrayendo goma,
que, al final de temporada, ingresan en los al
macenes del amo, quien por toda recom
pensa les despide sin darles ni un mal panta-'
lón, antes bien amenazándoles con la preten
dida deuda que lejos de extinguirse sube con
tinuamente. En este plan cruel de embruteci
miento pasa el pobre indio años y años, hasta
que, convencido de que aquello no tiene re
medio, y roto y deshecho de trabajar sin ver
de alguna manera recompensados sus sudores,
un buen día se rebela contra la inicua explota
ción del hombre blanco y huye al interior de la
selva. No tarda el amo en saberlo, y vomitando
injurias y blasfemias contra aquella ralea de
salvajes, como él dice, que arruinan su negocio,
reúne gente armada y sale a dar caza al fugi
tivo registrando las malocas, una a una, y ma
tando y destruyendo con furia bestial •.
He aquí el informe del celoso Pastor brasi
leño del cual nuestro misionero sólo traduce
algunos párrafos. Veamcs ahora lo que éste
refiere, a su vez, de hechos y escenas ~ue
aún ocurrían cuando él llegó a la misión:
El Excrao. Sr. Don José Selva, Prelado de Registro de
Araguaya, que visitó recientemente la Casa Madre.
« La cosas — dice — habían mejorado poco
cuando, en 1916, nos hicimos cargo de esta Pre
fectura. El Sr. Director de nuestra Residencia
de Taracuá tuvo que salir un día detrás de
unos blancos que habían raptado a dos indios
mozos, hijos de unos viejecitos a quienes servían
de amparo y sustento, y, gracias a la protección
del Misionero y a la ayuda palpable de la Pro
videncia, los jóvenes volvieron a su maloca
recibidos por las aclamaciones de los demás
indios del poblado que esperaban impacientes
el resultado de aquel encuentro dcl Padre
con los ladrones de carne humana.
En cierta ocasión, presentóse un blanco al
Director de la Misión de San Gabriel y le dijo:
— Padre, vengo a llevarme a mi hijo porque
ha muerto mi mujer, me ha dejado una pequeñita y es necesario que este rapaz me ayude
a cuidar de ella.
— Haga como le parezca, pero es una lástima
que su hijo no termine su instrucción y edu
cación. ¿ No podrían sus otros hijos Manuel y
Sergio atender a la pequeña?
— Imposible, les gusta demasiado el baile
y los he echado de casa. Yo soy un hombre
honrado ; sabe ? y no tolero que mis hijos
lleven una vida libre...
55
-i
M isa en el pais de los Chavantes.
Y aquel hombre honrado, meses después, era
conducido a la cárcel por haber propinado
a un indio una paliza tan descomunal que le
ocasionó la muerte.
Otro civilizado se vanagloriaba de haberle
cobrado a un indígena, por tres metros de tela,
el doble de lo que valían, añadiendo con el
mayor cinismo: « Los Misioneros a nosotros
nos fastidian porque abren los ojos a los in
dios y les hacen demasiado listos».
Un traficante tenía dos indios a su senneio,
y ¿ sabe el lector cómo se las arreglaba para
vestirlos ? Les hacía robar la ropa que hallaban
tendida en los puertos fluviales por donde
pasaban, aprovechando la ausencia de las la
vanderas, y alguien me dijo que encima les
cobraba la parte que de tales hurtos les co
rrespondía.
Hace cosa de un año, los indios, cansados de
sufrir las injusticias de un blanco, incendia
ron su casa, lleváronse algunas mercancías y
mataron a varios empleados. Cuando el blanco,
que se hallaba ausente, tuvo conocimiento de
lo ocurrido, reunió a otros compañeros y las
barbaridades que hicieron sólo Dios y ellos
lo saben.
Este desalmado vióse obligado a emigrar a
territorios de otra nación limítrofe y allí con
tinuó sus fechorías, hasta que hace pocos días
supimos que en la frontera dos indígenas lo
habían asesinado a machetazos mientras dor
mía en su canoa.
El indio siente, sufre, aguanta, devora en
silencio las injusticias de que le hacen víctima,
pero llega un momento en que su paciencia
termina, estalla la desesperación y suceden
las escenas de sangre que todos deploramos.
Esta es la triste historia de los temibles Cha
vantes y de las pocas tribus salvajes o semisalvajes que aún pudiera haber en el continente
sudamericano empecinadas en rechazar el
Evangelio porque son hombres blancos los
que se lo llevan.
Su actitud es natural: la fiera que, un día
y otro, se ha visto acosada y maltrecha por
los cazadores acaba por no distinguir entre el
hombre que le lleva un trozo de carne para
aliviar su hambre y el que le apunta su rifle
"Kanchos" de los indios Cba^-antes.
^6
Mons. Ferrando en una de sus visitas apostólicas.
cargado de plomo; a ambos, si puede, acomete
y destroza con dientes y uñas.
Es una fatalidad que hayan de ser siempre
las brutales pasiones del hombre las que se
oponen a los planes de Dios, pero estos al fin
triunfan, aunque sea a costa de muchas almas
perdidas y de infinitos trabajos impuestos a los
Misioneros, heraldos sublimes de la verdad que
pagan a menudo con su vida pecados ajenos,
como les sucedió a nuestros invictos mártires
de los Chavantes, los PP. Fuchs y Sacilotti.
M ig u el B lanco
Misionero Salesiano.
IN D IA - T E Z P U R
A s a m p o r M a ría A u x ilia d o ra .
AmadístTno Padre,
Es motivo para mí de profunda satisfacción
poder narrarle las maravillas que va obrando
nuestra querida y potente Auxiliadora en esta
lejana Misión; y al mismo tiempo, hacerle ver
la tierna y filial devoción que tienen a la Virgen
de Don Bosco nuestros cristianos y catecú
menos.
Me parece oir el eco vibrante de las proféticas palabras del testamento que el Padre diera
a sus primeros Hijos al partir para las M i
siones de América: «¡Propagad la devoción a
María Auxiliadora y veréis lo que son mila
gros!... n. Y nosotros, sucesores suyos en las
Misiones de la inmensa Asia pagana, y fieles
ejecutores del testamento paterno, somos feli
ces testigos de los milagros prometidos.
La misión de Asam es la Misión de María
Auxiliadora. Ella, la buena Madre, quiso pre
ceder a sus hijos en Asam. Aún hoy, de-spués
de dieciséis años, los hermanos de la primera
expedición salesiana que aún viven, narran la
alegría que experimentaron al encontrarse, en
la vieja catedral de Shíllong, con una estatua
de María Auxiliadora que parecía darles la
bienvenida...
M ilagros de conversiones . — Pasando
ahora a hablarle de nuestro centro misionero
de Tezpur, espero se alegrará de las buenas
noticias que voy a darle. Mientras los trabajos
de la nueva iglesia dedicada a San Juan Bosco
siguen con ritmo acelerado, nosotros vames
recogiendo una abundante cosecha.
El mes de Abril fué im mes apostólico por
excelencia. Nuestro celoso P. Dal Broi pudo
hacer tres bellas y fructuosas excursiones: desde
Nowgong al otro lado del río Bramaputra, a
Behali y después a la zona del Mazbat.
Volvía a casa después de haber administrado
cerca de 200 bautismos, en su mayor parte de
adultos.
También nuestro querido P. Ayuso explo-
57
raba toda la región que está cerca de Tezpur,
y se aventuraba más al norte hacia las monta
ñas salvajes de Dafflas a orillas del río Bareli.
El viernes santo, tuvo la alegría de asistir a la
conversión de todo la aldea de Rangajan. Pasó
la Pascua en la aldea de Bara Dikrai, donde
tenemos actualmente más de 400 neófitos y
numerosos catecúmenos y donde, hace cinco
años, no había un solo cristiano. jHe aquí los
milagros! En Bara Dikrai, en las faldas del Himalaya y a las puertas del Tibet, deseamos
levantar un pequeño santuario en honor de
nuestra querida Auxiliadora. Desde este lí
mite extremo la Virgen extenderá sus brazos
en señal de protección sobre todo e! Asam
conquistado para Cristo.
A mi regreso del Boroi oriental me esperaba
una agradable sorpresa. Rafael, nuestro cate
quista jefe, se había puesto de acuerdo con al
gunos cristianos y, trabajando día y noche,
había ultimado una grande y hermose gruta
de Lourdes en el recodo del camino que con
duce a la Misión. Para este trabajo se había
servido de los materiales de un antiquísimo
templo pagano que surgía en los alrededores en
honor de Kali, la diosa de la destrucción y de
la muerte. Ahora la Inmaculada sonríe desde
su nuevo nicho, apoyando sus pies sobre una
piedra bien escuadrada y trabajada. Tal vez
era ésta una de las piedras del altar de Kali que
antaño habrá bebido la sangre de sabe Dios
cuantas víctimas humanas. Una vez más la
Madre del bello Amor ha aplastado la cabeza
de la serpiente infernal.
E l mes de M a y o en l a M isió n . — Llegó
finalmente el mes de Mayo, el mes do las flores
y aquí en Asam de los... monzones! Lluvias
verdaderamente torrenciales saludaron su au
rora. Pero... tmiUae acquae non potuerunt exíinguere charitatem. El amor que tienen nues
tros cristianos a la Sma. Virgen es mil veces más
fuerte que los monzones asiáticos. De ello tuve
una pnicba evidente el 1° de Mayo cuando fui
a Rikamari, - localidad que se halla a más de
30 km. de Tezpur. —• con el fin de celebrar la
primera fiesta y procesión mariana organizadas
por estos ferwrosos neófitos. Los días ante
riores, había llovido tanto que ya pensaba dejar
para otra ocasión el viaje, si no hubiera sido
por el catequista que me vino a decir que todo
estaba pronto y que los cristianos me esperaban
con ansia. En vista de ello tomé la imagen de
mi querida Virgencita y partí. A algunos kiló
metros de la aldea estaban esperándome
aquellos buenos hijos. El cielo era sereno,
pero los campos hallábanse completamente
58 -
anegados. No obstante, todos se arrodillaron
sobre la tierra encharcada pidiéndome la ben
dición. Después me lavaron las manos y me
revistieron de flores. Y así, al redoble de los
tambores y al son de sus simpáticos cantos,
seguimos hacia la aldea. La capilla había sido
ampliada y renovada. El altar era ima colosal
canastilla de flores: no recuerdo haber visto
nunca tantas, ni tan bellas y variadas. Supe
después que los mozos las habían traído de
la selva vecina. Toda la noche y la mañana
siguiente siguió diluviando y tuvo que sus
penderse la procesión. Sin embargo, la capilla
estuvo siempre llena, y la Sma. Virgen escuchó
durante largas horas los cantos y oraciones de
estos sus hijos devotísimos.
Antes de partir, Zacarías, el catequista, vino a
decirme que los cristianos no querían que yo
me llevase la hermosa estatua de la Virgen
que había traído. Supo que me había costado
30 rupias y desapareció para volver en se
guida, diciéndome que estaban dispuestos a
comprarla y hacía sonar en la mano las 30
rupias recogidas en un santiamén. Nunca me
hubiera imaginado que mis pobres cristianos
se desprendieran con tanta facilidad del fruto
de sus ahorros y sudores. Treinta rupias para
ellos son un verdadero capital.
— a No se trata de dinero, mi buen Zaca
rías », le respondí, «piensa que estamos sólo
a primero de Mayo y que durante este mes
la estatua tiene que visitar conmigo toda la
Misión, pues son muchas las aldeas que quieren
llevarla en procesión. Os prometo, sin em
bargo, que pronto os enviaré otra hermosa
estatua de María Auxiliadora que seguramente
me regalará alguno de nuestros cooperadores ».
Un poco contrariados, pero resignados, los
cristianos de Rikamari me dejaron proseguir
el viaje con mi Virgencita.
A d J esum per M a r iam . — Cada primer
Viernes de mes, acostumbramos, en Tezpur,
hacer una hermosa función en honor del Sa
grado Corazón de Jesús. En esta ocasión,
numerosos miembros de la Acción Católica,
y casi todos nuestros catequistas y maestros
acuden a este Centro para acercarse a los
SS. Sacramentos y hacer su rendición de cuen
tas mensual. El Jueves 5 de Mayo, ya habían
llegado todos. Sin que les dijera absolutamente
nada, ellos, espontáneamente, salieron a cortar
palmas y flores y se pusieron a embellecer la
gruta, que pronto quedó hecha una preciosidad.
Aquella tarde hicimos, alrededor de la colina,
una simpática procesión, terminada la cual,
nuestros Apóstoles quisieron hacer la corte
de honor a la Reina Celestial, cantando y
rezando hasta muy entrada la noche. El P. Dal
Broi, con acento conmovido, habló de nuestra
Madre Auxiliadora, desarrollando el tema « Ad
Jesum per Mariam». Les encomendó mucho
que rogaran por la nueva misión de las Colinas
Caros.
El 7 de Mayo me dirigía, en bicicleta, a
Bokojan para tina segunda procesión Mariana.
Agua y sol: esta es la mayor riqueza de .^am.
las lluvias de los días pasados habían suce
dido los fuertes calores, lo cual no impidió
que acudieran los cristianos y catecúmenos
de todas las aldeas y villorrios cercanos,
sin que faltaran nuestros niños internos
del Colegio San Esteban de Baithabanga,
trayéndonos una oleada de juventud y entu
siasmo, y regalándonos una hermosa misa can
tada. Celebrada ésta, y después de administrar
algunos bautismos, salió la procesión. Eran las
once y toda\ia estaban todos en ayunas bajo los
rayos de un sol abrasador. Sin embargo, nin
guno daba señales de cansancio, y a medio día,
cuando terminó la procesión, no había forma
de separarlos del altar de la Sma. Virgen.
Siempre en mi bicicleta, aquella misma tarde
hice otros seis kilómetros visitando a Bindokuri, hermosa región plantada de té, donde te
nemos ima floreciente cristiandad. También
allí quisieron la procesión, acompañándola con
antorchas. Al día siguiente, visitaba Naya Gagra
donde tuve el gusto de encontrar cinco fami
lias de antiguos cristianos que hacía muchos
años no habían visto al sacerdote. Se decían
felices de tener de nuevo la visita del Padre
y pedían que volviese a menudo. Benjamín,
el jefe de la aldea, llevaba al cuello una gran
medalla vieja y prometía que todos los paganos
re harían cristianos. Después, mostrándome
con orgullo su medalla, me decía: «Mira,
Padre; hace doce años que la llevo conmigo...
es el único objeto sagrado que me queda />.
La examiné y con profunda alegría pude
distinguir en ella la imagen de nuestra Auxilia
dora ya casi borrada por el tiempo.
Hemos enviado a esta aldea un buen maes
tro y esperamos recoger muy pronto una abun
dante mies de almas.
M.\r iam pah ar :, o e l m o n te d i M a r ía . — Al
otro lado del Bramaputra, a los pies de la
Mikir Hills, se halla la simpática aldea de
Mathiapahar (Monte de tierra). A lo menos así
la llamaban en tiempos pasados. Mas, desde el
día en que el P. Piasecki, el veterano de este
valle, erigió allí una Iglesia a la Virgen Auxi
liadora, la aldea se hizo en su mayor parte
cristiana, y el nombre pagano de Mathiapahar
se convirtió en el de «Mariampahar», que
quiere decir Monte de María. De este místico
monte ha salido ya una vocación salesiana, y
desde aquí irradia la luz de la Fe a toda la
región, alejando las tinieblas del paganismo.
El Domingo 22 de Mayo, el Monte de María
estaba de fiesta. De todas las aldeas y planta
ciones vecinas acudieron los fieles a celebrar
las glorias de la Virgen de Don Bosco. La
procesión no pudo ser más solemne y devota.
T riu n fo f in a l . - Para secundar los deseo',
de nuestro amadísimo Sr. Obispo, hemos orga
nizado este año un certamen catequístico entre
las numerosas escuelas del valle, que tuvo
lugar en.nuestra Escuela iProfesional de Gauhati, bajo la dirección de su infatigable director
el P. Atessi. El 24 de Mayo fue la fecha elegida.
La víspera, se concentraron allí las delega
ciones de nuestros internados de Tangía,
•Baithabanga y Mariam-pahar. Era un espectá
culo precioso y emocionante contemplar a
aquellos 400 jóvenes, educados en la escuela
de Don Bosco, fraternizando y dando mues
tras de la más franca alegría. Y eran aún más
conmovedores la piedad y el recogimiento con
que todos se acercaron a la Mesa Eucarística.
El 24 de Mayo fué un día lleno de juventud,
de entusiasmo, de feiA'or. La grande y preciosa
estatua de María Auxiliadora reinaba sobe
rana en medio de aquellas juventudes y pa
recía sonreír satisfecha a tantos hijos e hijas
venidos de tan lejos para honrarla.
A l caer de la tarde, los patios y alrededores
de la iglesia se iluminan como por encanto: lar.
campanas repican con alegre algarabía, co
miénzala procesión ylaAuxiliadoraaparece lle
vada en medio de luces y de cientos de corazones
que laten de amor tierno y filial. Medio millar
de voces juveniles cantan el h imno de I yourdes...
Al estribillo a Pranám, Pranám M aría», (Ave,
Ave María), quinientos brazos se levantan en
alto empuñando una antorcha luminosa: es una
promesa de fidelidad y una afirmación de fe.
Mañana estos niños y niñas serán en Asam
antorchas vivientes y luminosas de buen ejem
plo y tal vez hasta darán con su sangre testi
monio de la Verdad Cristiana ante el mundo
pagano.
Dígnese, amadísimo Padre, desde la Ba
sílica ampliada de María Auxiliadora, enviar
a sus Hijos de Asam una especial bendición
que sea prenda de muchas conversiones.
Luis R a v a lic o ,
Misionero Salesiano.
59
Crónica de Gracias
conseguidas p o r m e d ia c ió n de M a r ía
lia d o ra , d e S a n J u a n
A u x i-
B o s c o y d e n u e stro s
S ie rv o s d e D io s .
A R G E N T IN A - (Córdoba) San Francisco, no
viembre de 1938. — Hallándonos, mi señora y yo,
ante una gravísima dificultad de la <?ue no acertá
bamos a salir, a pesar de que apelamos a la alta in
fluencia de ilustres personajes públicos de esta pro
vincia y a la de innumerables amigos, y cansados de
pedir o esperar la solución de los hombres, nos acor
damos de nuestra condición de ex alumnos salesianos y decidimos, de común acuerdo, acudir a María
Auxiliadora, a aquella celestial Protectora de nuestra
infancia a la que nos encomendábamos en vísperas
de exámenes y de la que siempre eramos oídos.
Y María Auxiliadora, como cien y mil veces nos
atendió en aquellos felices tiempos, vino también
ahora en nuestra ayuda, resolviéndonos la situación.
Esta gracia de la Virgen, no sólo compromete mi
gratitud para siempre sino que me obliga a acor
darme un poco más de mis deberes religiosos, pues
la vida con sus vaivenes me los había hecho olvidar
bastante.
Mientras hago pública esta gracia, ruego a la ce
lestial Auxiliadora no nos abandone a mí ni a mi
señora e hijito y ayude y ampare a todos nuestros
parientes.
M. P. T . A. M. de T .
A R G E N T IN A - Ignacio Correas, noviembre 30
de 1938. — El 30 de marzo, mi hijita María de doce
años manifestó sentirse mal; desde hacía algunos días
había perdido el apetito y sufría también algunos
dolores en la región del apéndice. Mi esposa, igno
rante de lo que hacía, le aplicó fomentos calien
tes y administró una considerable dosis de purgan
tes. Esto, como era natural, agravó el estado de la
paciente, y tuvimos que trasladarla inmediatamente
al hospital, donde los médicos diagnosticaron que
la apcndicitis, a causa de los remedios suministra
dos, había degenerado en peritonitis gangrenosa,
y sin pérdida de tiempo se dispusieron a la opera
ción, declarando, además, que, en consideración de lo
avanzado del caso, difícilmente pasaría de 48 horas.
Con el corazón angustiado prometí publicar la
gracia en el Boletín Salesiano y enviar una limosna
para el templo de María Auxiliadora de Turín si
Don Bosco me la obtenía; y mientras uno de mis
hijos, salesiano, aplicaba a la enfermita una reliquia
del Santo, rezamos tres Padrenuestros, Avemarias y
Glorias, de cuyo rezo participó ella, a pesar de estar
casi sin sentido, y en medio de los ayes de dolor que
le arrancaba la herida de la operación.
Mientras tanto, también se rezaba en cuatro co
legios salesianos, a los que quedo inmensamente
agradecido; después de dos días mi hija se hallaba
fuera de peligro, y hoy está completamente curada,
gracias, sin duda, a la potente intercesión de San
Juan Bosco.
Cumplo mi promesa, mientras pido al gran Santo
siga dispensándonos su protección, sintiéndome hoy
mil veces más orgulloso de ser un humilde coope
P edro O r tu o n d o .
rador de sus Obras.
A R G E N T IN A - (Río Negro) Bolsón, diciembre
3 de 1938. — El que suscribe, devoto de María
Auxiliadora y de San Juan Bosco, y agradecido a
ambos por mi curación de una larga y molesta en
fermedad, envía una limosna para el templo de la
Virgen Auxiliadora de Turín y para el altar del Santo.
G u il l e r m o SECtn^DO J a r a .
A R G E N T IN A - San Isidro, diciembre de 1938.
— Desde hace más de nueve años sufría unas infec
ciones que se me localizaban en, las manos siendo
necesario esperar a que sé hiciera posible una in
cisión con el bisturí.
Estas infecciones se repetían últimamente con in
tervalos de dos meses.
Los médicos que me asistieron probaron diversos
tratamientos sin resultado eficaz.
Después del último absceso aparecido allá por el
13 de julio, decidí no someterme a ningún otro trata
miento médico, e hice una fervorosa novena a San
Juan Bosco con las condiciones que se aconsejan.
Pues bien, el mal no ha vuelto a aparecer, por lo
cual, agradecido hago pública mi perenne gratitud
al glorioso Santo.
N o r b e r t o M a r io M io z z o .
C O LO M B IA - (Valle) Ginebra, marzo de 1938.
— Habiendo recibido mi esposo un fuerte golpe en
la cabeza, después de unos días se le desarrollaron
dolores muy agudos, perdiendo por completo los
sentidos. Ya desahuciado de los médicos, acudí a
María Auxiliadora y a San Juan Bosco, haciendo
repetidas novenas al Santo y prometiendo una li
mosna para su culto e inscribirlo como Coopera
dor Salesiano.
Dios se dignó premiar nuestra confianza en su
Madre divina y en su fiel Siervo Don Bosco, consi
guiendo por completo la mejoría de mi esposo.
Hoy hago público testimonio de mi eterna gra
titud para honra y gloria de mis celestiales Pro
tectores.
R it a de O c a m p o
Cooperadora Salesiano.
CU B.\ - Camagüey, noviembre de 1938. — Doy
infinitas gracias a San Juan Bosco por haberme con
seguido de María Sma. Auxiliadora ver librada a
una de mis hijas de una grave infección en un pie, sin
necesidad de una cura peligrosa a la que, según el
médico, habría tenido que someterse. También le
estoy agradecida por la salud conseguida a mi esposo
y a otra de mis hijas, por todo lo cual envío una mo
desta limosna.
C a r m e n B. d e D í a z .
C H ILE - Magallanes, setiembre de 1938- — Las
Srtas. Hnas K a t i c a y P e t r ic a M a r t i n i c ’ e x alumnas de Magallanes, muéstrense agradecidas a María
Auxiliadora por haberlas presei^-ado de un naufra
gio, en el golfo de la Peña, en su último Haje a Val
paraíso.
E CU A D O R (Manabí) - Riockieo, agosto de 1938,
— Encontrándome en graves dificultades para la
consecución de una suma, a la que tenía perfecto
derecho, y sin que mis diligencias dejaran entrever
60
j
la más remota esperanza, acudí con gran devoción y
confianza a la protección de María Auxiliadora y
de su gran siervo Don Bosco, en demanda del favor
indicadoFué el 24 de marzo, día dedicado a honrar a Ma
ría Auxiliadora con cultos especiales, cuando me vi
protegida por tan bondadosa Madre; pues en tal
día obtuve la que tanto venía solicitando.
Nunca me cansaré de bendecir a la Virgen Salesiana por este y por tantos beneficios concedidos
durante mi vida, beneficios que tienen comprome
tida mi gratitud y mi devoción hacia ella.
R o s a r io H . H
id a lg o
G.
ECUADOR - RiobanibOf octubre de 1938. —
Tenía un empleado que me inspiraba confianza por
su aparente honradez y buen comportamiento, con
fiándole el cuidado de la casa y de todo cuanto había
en ella sin la menor preocupación. Una noche, muy
temprano, salió con un pretexto, y tardando mu
cho tiempo en volver, comencé a sospechar y re
gistrar las cosas de valor que guardaba siendo enor
me mi sorpresa al comprobar que faltaban muchos
objetos de oro. En tan acerba ansiedad y embar
gado por la amargura, -recurrí a San Juan Bosco,
con profunda confianza, para que él me consiguiera
de María Auxiliadora y de Jesús Sacramentado la
gracia de hacerme recuperar lo robado. Comencé
una novena y al llegar el último día un pariente del
ratero vino a casa a avisarme que éste se encon
traba oculto en la capital. En cuanto inicié su bús
queda comprendí que San Juan Bosco me guiaba
por buenas rutas, dando eri efecto con el criado infiel,
quién al verme se asió a mí cariñosamente y me
entregó la mayor paite-de las cosas sustraídas. Lo
que faltaba, por haberlo él empeñado, pude también
recuperarlo al cabo de algunos días. Ofrecí a San
Juan Bosco: una misa, una limosna para las misio
nes de los Salesianos y otra para las de las Hijas
de María Auxiliadora, publicar esta gracia en el
Boletín Salesiano, perdonar al culpable y tratarlo
con caridad, todo lo cual hice y he cumplido; que
dando muy agradecido a mi Santo Protector por
todos estos favores.
R. L
ESTADO S U N ID O S - {Califormá) Los Angeles,
noviembre 22 de 1938. — Querida Madre mía,
María Sma. Auxiliadora, gracias mil veces por haber
sanado a mi pequeña hijita de una peligrosa infección
en una pierna. Como lo prometí, ofrezco un mo
desto óbolo para tu ampliada Basílica de Turín y
me inscribo como Cooperadora Salesiana. Vela sobre
mi hogar y avnjdame a soportar cristianamente mis
grandes tribulaciones.
Soledad L. Betance.
ESTADO S U N ID O S - {California) Los Angeles,
noriembre de 1938. — Ma. Dolores Arila da infit.
gracias a María Auxiliadora y a San Puan Bosco
.tvir haber sanado a su hija de una enfermedad grave.
Hace público su agradecimiento y manda una modc;r,-; limosna para el santuario de Turín.
ESTA D O S U N ID O S - {California) Los Angeles,
r.c iembre de 1938. — Doy fer\-ientes gracias a San
Juan Bosco, a quien invoqué pidiéndole la salud,
que tenía pierdida, la cual me obtuvo generosamente
en poco tiempo. Correspondo con un pequeño do
nativo para las Obras de mi santo bienhechor.
R a f a e l G.a r c ia .
MEJICO - Capital, octubre de 1938. — Teniendo
un negocio muy difícil enteramente perdido, invo
qué la protección de María Auxiliadora y Sun Juan
Bosco haciéndoles un triduo, y al teiminurlo, sin
haber hecho ninguna gestión humana quedó com
pletamente arreglado el asunto, y habiendo prometido
publicar la gracia, hoy cumplo mi promesa en
viando una limosna.
C arlota G .
de
R in c ó n G
allar d o .
MEJICO - Capital, octubre de 1938. — Isauel
H. d e MoNTAño, da gracias a María Auxiliadora
por haberle-concedido, por intercesión de San Juan
Bosco, que salvara la vida de su esposo que estuvo
en grave peligro de perder a consecuencia de una
operación muy difícil.
Cumplo mi promesa de publicar tan singular bene
ficio.
MEJICO - Capital, octubre de 1938. — Habiendo
sufrido mi hijo, de tres años, la fractura de la base del
cráneo por haberlo atropellado un automóvil, lo
encomendé a San Juan Bosco y a María Auxiliadora
y milagrosamente sanó. Su padre, agradecido a tan
poderosos abogados, hace público su agradecimiento.
E n r iq u e B a rr a d a s .
MEJICO - Capital, octubre de 1938. — Pade
ciendo mi mamá una enfermedad muy peligrosa, y
no habiendo doctor que la aliviara, y encontrándome
sumamente afligida, la encomendé con mucho fervor
a María Auxiliadora y a San Juan Bosco, habiendo
alcanzado la gracia de que sanara sin operación.
Hago público mi agradecimiento a tan bondadosa
Madre y a tan poderoso intercesor.
M a r ía A m p a r a d P. M.
PERU - Magdalena del Mar, setiembre de 1938.
— Una persona conocida me comunicó que un indi
viduo que vivía cerca de su casa estaba muy grave
mente enfermo, pero que era algo refractario a recibir
los Santos Sacramentos, y me rogó fuese a verlo
para disponerlo a bien morir. Fui, en efecto, pero los
parientes me dijeron que el enfermo en aquel mo
mento estaba descansando. Para no molestarlo dejé
a uno de los miembros de la familia una reliquia de
San Juan Bosco, recomendándole a él y a los demás
pidieran con fe al Santo la salud del alma y del cuerpo
del enfermo. Hice también rezar a los niños del Ora
torio Festivo Salesiano de acá y fueron después a
risitarle dos Sacerdotes Salesianos. Aunque se tuvo
que luchar bastante piorque el enfermo además era
masón, al fin se logró que se confesara y recibiese los
demás Sacramentos, muriendo como buen cristiano.
Damos gracias a Dios y a nuestro Santo Padre Don
Bosco por esta conversión, que deseo se publique
en el Boletín Salesiano.
P. Do.Mi.SGO Ponte
Sacerdote Salesiano.
61
Por intercesión de nuestros Siervos de
Dios.
A R G E N T IN A - Buenos Aires, setiembre de 1938.
— En una demanda que un acreedor presentaba
contra mí, fui condenado a pagar una suma en mo
mentos en que me era del todo imposible hacerlo.
Por ello iban a embargarme cuanto tenía eñ casa:
muebles, utensilios, etc. Ante esta triste perspectiva
me dirigí a los Sagrados Corazones, interponiendo
como mediador al Venerable Siervo de Dios Do
mingo Savio, para conseguir se arreglara el asunto,
y prometí, si alcanzaba la gracia, publicarla en el
Boletín Salesiano. Todo resultó según mis deseos.
Y hoy agradecido pido al Sr. Director del mismo
quiera insertar estos renglones.
C
onrado
M
o l in a .
PERU - Magdalena del Mar, setiembre de 1938.
— Una buena señora de Lima me rogó visiura a
un hermano suyo, que había sido traído de Piura
muy grave. El enfermo al verme se asustó, mas
luego sosegándose, prometió recibir los Santos Sa
cramentos; no obstante, como los días pasaban y no
se concluía nada le entregué una reliquia de Don
Rúa, invité a él y a los miembros de la familia
a acudir a la intercesión del Siervo de Dios, y sin
dificultad'alguna se confesó y recibió la Santa Co
munión varias veces y al fin la Extrema Unción,
muriendo muy resignado a la voluntad de Dios.
P. D
o m in g o
ECROLOGIAS
S A L E S IA N O S D IFU N T O S:
Miguel Foglino, sacerdote — de Niza Monferrato
(Italia) t en Piossasco (id.) el 26 de noviembre, a la
edad de 80 años.
Enrique Bertone, coadjutor — de Turin (Italia)
t en Ídem, el 28 de octubre, a la edad de 71 años.
Domingo Bortolaso, sacerdote — de Quinto (Italia)
t en Caracas (Venezuela), el 9 de agosto, a la edad
de 66 años.
Antonio Machado, coadjutor — de Palmeira (Por
tugal) t en Lisboa el 27 de noviembre, a la edad de
52 años.
Amador Peña, clérigo — de Cardeñajimeno (Es
paña) t en los alrededores de Teruel, en acción de
guerra, el 21 de setiembre, a la edad de 24 años.
C O O PERAD O RES D IF U N T O S:
P onte
Sacerdote Salesiano.
Dan también gracias a María Auxiliadora y a
San Juan Sosco por favores recibidos:
A
r g e n t in a
(Buenos Aires) - Lobos. — Elvira
Aguilar.
A r g e n t in a (Buenos Aires) - San Fernando. —
María T . Rattazzi - Laureano Llamas.
A r g e n t in a (Córdoba) - Camilo Aldao. — Juana
F. de Novero.
E s t a d o s U n id o s (California) - Los Angeles. —
Concepción de García - Sra. J. Navarro J.
E s t a d o s U n id o s (California) - Pomona. — María
Zúñiga.
E s t a d o s U n id o s (P'lorida) - Tompa. ~ Julia Ríos.
M é jic o - Capital.
Heimilo Ruiz - R. Paz L.
de Flores - José Arcco Igartúa - María del Carmen
Lechuga • Dolores Pineda - Carmen Castillón de
l.,nclau - Ana M. B. de Cantú - Una devota.
M é j ic o - .-Iguascalientes.
Luz María Jaime Gertrudis Alba - Angela Valdés.
M é jic o (Chihuahua) - yanos. — Aurelia G. CáM é jic o - Guadalojara. — Refugio Zepeda V. de
Zepeda - C. R. de Romero.
M É J I C O (Querétaro) - Cadereyta — . Guadalupe
Resendiz.
N ic a r a g u a (Chontales) - Comalapa. — Benigno
Duarte - Florencio Obando - Manuel Orozco.
P A N A M A - Capital. — Clotilde Ll. de Morales Emilia Cantú.
62
D o ñ a D o lo r e s G ó m e z
V d a. d e G ran ad in o .
En Ronda (España), ha muerto Doña Dolores
Gómez. De luto está la ciudad; de luto sus infinitas
amistades; de luto los pobres, y de luto, más que
nadie, la Congregación Salesiana. Porque si Doña
Lola Gómez fué gala del señorío de Ronda, y co
razón exquisito en ternuras para sus allegados, y
amparo perpetuo del pobre, para los Salesianos fué
madre cariñosa y solícita.
¡Ha muerto la buena Cooperadora Salesiana!
Ese es el primer título de honor que siempre dis
tinguió a doña Lola. Para ella los Salesianos eran
continuación de su familia; • Soy Salesiana », decía
a sus amigas cada vez que éstas en plan de broma
sacaban a plaza su predilección por los Hijos de Don
J
Bosco. Se querellaba cuando sabía que les oprimía
siendo de notar que personas distanciadas entre sí
alguna necesidad perentoria y no se la comunicaban
allí se juntaban sin recelo alguno. Eso sí, en su pre
sencia no se murmuraba de nadie. Todos, mejor
a ella para remediarla.
Para ella no había más iglesia que la de María
dicho, todas lo sabían, y se abstenían. Si alguna vez
Auxiliadora; ni imagen más bonita que la de nuestra
cualquiera se olvidaba, doña Lola llamábale la aten
\'irgen; ni santo más grande que Don Bosco. Siempre
ción sin palabras, con el rostro amablemente se\cn),
puntual en su misa de ocho; siempre en su asiento, • con aquel continente tan digno, tan de señora.
que ninguno po? reverencia se atreve a ocupar ahora;
Una de las últimas preocupaciones de .su vida
siempre en nuestra capilla, hubiera la función de
era el temor de vivir una existencia donta.siudo có
culto más insignificante; siempre ansiando la llegada
moda y libre de pruebas. Tenía miedo de los alto'del Boletín Salesiano, que le hablaba de las proezas
juicios divinos, aunque no hay persona en Renda
de sus misioneros y de sus salesianos en todo el
capaz de señalar defecto, al menos visible, en una
mundo.
vida tan diáfana y tran.sparcnte. Si fuera bastante
Cuando, inaugurado el patio nuevo que da a la
un plebiscito, para sublimar a la gloria de hw altares,
Plaza de María .Auxiliadora, los alumnos comenza
doña Dolores Gómez sería canonizada.
ron a entrar y salir por su puerta, fué muy grande
Se mostró idólatra de su Patria, tan terriblemente
su alborozo, «porque — decía — los niños alegran
probada, y amparaba con entusiasmo todas las ini
la calle y me animan con sus comentarios ingenuos ».
ciativas que surgían a favor de nuestro sufrido e
No era amiga de la limosna callejera que fomenta
invicto ejército. No hizo más porque no pudo ha
el vicio en la mayoría de los casos, y prestó enorme
cer más. Se la creía millunaria y eso fué lo que a
impulso a las Conferencias de S. Vicente, cuya digní
ella más le dolía.
sima Presidenta fué hasta la muerte. Rara vez dejó
Su casa fué honrada por el ilustre general Queipo
de asistir a las reuniones semanales. Cuando el estado
de Llano, huésped suyo de honor' en el primer
económico iba camino del déficit, ella, discreta siem
aniversario de la liberación de Ronda. Con gran frui
pre, resolria el apuro de manera tan delicada que
ción guardaba ella una carta autógrafa de don Gon
llegaba a convencer a las socias haberse conjurado el
zalo, que desde la Radio de Sevilla hubo de mostrar
peligro por el común esfuerzo.
su gratitud a la señora.
Dios la llamó a Sí cuando proyectaba la gran
No es menester esforzarse en ponderar su fe y
Lotería de Navidad, que bajo su dirección había de
su piedad. Era un alma toda de Dios. A medida que
proporcionar a las Conferencias no pocos ingresos.
presentía la muerte más cercana, más se desligaba
Pero no era tan sólo en las Conferencias donde
de un mundo que sólo ofrece desengaños. Despe
prodigaba los tesoros de su caridad. Con hacer mucho
gada del dinero, que exclusivamente le servía para
en ellas, hizo muy poco en relación con las obras de
hacer bien, hallaba sus delicias en las funciones s.?gradas. Hacía la comunión diaria, y porque comul
socorro que calladamente sostenía. Nadie lo sabía.
gaba diariamente, había hecho pacto con sus labios
Ha sido después de la desgracia que todos lloramos,
cuando nos hemos enterado.
de hablar siempre con caridad.
La devoción a la Virgen es señal de predestina
Su continente en el templo era edificante.
ción. Bien lo sabía ella, y por eso profesó tan tierna
Y como vivió, amante de Dios y del prójimo, así
devoción a María Auxiliadora. Era su Camarera, y
murió con las bendiciones del cíelo que la recla
¡cómo disfrutaba al oirse llamar por semejante tí
maba, y entre las lágrimas de los suyos que la llora
ban. Hijos no tuvo que la asistieran en su última
tulo! Camarera activa, siempre atenta a que a su
Virgen no le faltara nada. Ella costeaba los gastos de
enfermedad, pero su casa fué un jubileo de visitas
la limpieza en la Capilla, cada vez más satisfecha de
cuya presencia la emocionaba.
que su iglesita iba pareciendo una tacita de plata.
Próxima a morir, pidió se le llevara el Santo Viá
Ella convocaba en casa amistades y devotas que la
tico con solemnidad, « para dar ejemplo *.
ayudaran a hacer flores para el camarín y para la no
¡Descanse en paz doña Lola! Su recuerdo será
vena. Ella dirigía, con su proverbial discreción, no
eterno entre nosotros. Que el .Señor suscite muchas
hiriendo gustos «genos, el exorno de la Parroquia en
almas como ella, para bien de la religión y honor
las proximidades de la fiesta anual; ella contribuía
suyo.
generosamente a los prolijos dispendios en tan so
lemne ocasión; ella era el alma de todo lo que repre
D o ñ a T e re sa O rtú z a r de F . D e C astro.
sentaba embellecer el trono de la Reina.
Días después, poco antes de expirar, se hablaba
A la madura edad de ochenta años ha dejado de
junto a su lecho de lo bonita que estaba en su ca
existir, en Santiago de Chile, la muy benemérita
marín la Virgen, y ella, praniendo en sus palabras
cooperadora salesíana Sra. Teresa Ortúzar F. de
acentos de inmenso cariño, exclamó: « Cada vez que
Castro.
te miro, eres más bella ».
Su fallecimiento ha sido profundamente sentido,
María habrá premiado a su fiel devota tanto amor
no sólo entre su distinguida y noble parentela, sino
con gloria eterna.
por lina multitud incontable que ha oído de
« Su casa era el aglutinante de todos los espíri
cerca el palpitar generoso de su corazón cristiano.
tus », ha dicho alguien con frase feliz.
Madre profundamente católica, supo dedicarse
.Allí se congregaban cuantos deseaban pasar un
por entero a la formación de su numerosa familia.
rato de sociedad sin ofender a Dios ni al prójimo.
63
Supo inculcar en los suyos ese amor a! sacrificio y
ese peso consciente de la responsabilidad cristiana
de tal manera que seis de sus doce hijos han abra
zado el estado religioso.
Para la Familia Salesiana su pérdida es un verda
dero duelo. Su cariño y desvelo por nuestras Obras
era tradición de familia. Su hermano Don Camilo
Ortúzar Montt fué el primer chileno que vistió la
librea salesiana. Bastó su primer encuentro con Don
Bosco para que el Santo le cautivara por completo
con su famoso ofiecimiento de «Pan, Trabajo y
Paraíso ».
Los funerales de la distinguida señora han sido
una apoteosis de su vida integérrima.
La Familia Salesiana chilena, mientras eleva al
Altísimo fervientes preces por el eterno descanso de
la que ha sido su gran bienhechora, da a su afli
gida familia su más sincero pésame.
D o ñ a M a ría H in o jo sa V d a. d e L é o n .
El iQ de agosto p. p., dejó de existir en Zamora
(Méjico), la Sra. Dña. María Hinojosa Vda. de León,
a la edad de 68 anos. Los Salesianos han perdido en
esta virtuosa señora a una de sus más antiguas y
fervientes Cooperadoras, pues se puede decir que
su vida la empleaba sólo en obras piadosas y en pro
pagar con celo incansable la devoción a María Auxi
liadora y a Sun Juan Bosco, de quienes era ardorosa
mente devota. Su celo, en la propagación de estas
devociones y de las Obras Salesianas, no se concretó
a la sola ciudad de Zamora, donde vivió siempre,
sino que abarcó las poblaciones circunvecinas, a
pesar de su delicada salud y de las muchas atenciones
familiares. Esta benemérita celadora salesiana, en
tendiendo como pocos la trascendencia y \-alor de
la misión religioso-social de los Hijos de Don Bosco,
la desarrolló con entusiasmo, sin arredrarle las difi
cultades que se le presentaban, y según se lo permi
tían su edad, salud y circunstancias del medio en que
vivía.
Presintiendo que se acercaba su última hora.
64
quiso dejar arreglados todos los asuntos relacionados
con los Cooperadores Salesianos que tenía a su cargo,
valiéndose de uno de sus más adictos familiares.
En esto se revela la delicadeza de su conciencia y lo
ordenada que. fué siempre en sus asuntos. Caracte
rísticas en que se distinguen todas las almas rectas
y justas.
,
Doña María ha dejado un gtan vacío en el
campo de Acción Salesiana, pero ocupará un lugar
en el cielo junto a San Juan Bosco, entre los Coope
radores Salesianos, como lo esperamos de la miseri
cordia de Dios, y lo pedimos en nuestras pobres
oraciones, cual tributo póstumo de nuestra gratitud
y cariño.
A m alia D am onte D e Patrone.
Vivía en el retiro de su hogar totalmente dedicada
a obras de piedad y al alivio de las ocultas nece
sidades del prójimo.
Pasó los días de su enfermedad sin incomodar a
nadie, no queriendo molestar a sus amistades y ni
aún a los de su casa.
Totalmente resignada al beneplácito divino, dócil
y obediente a las prescripciones del facultativo,
tuvo la agonía del justo; la noticia de su cercana
muerte no la inquietó por nada.
Sin contracciones nerviosas, sin lamentos, con
forme del todo con el querer divino repetía las
aspiraciones afectuosas que le sugería nuestro Pá
rroco.
Su aposento parecía un antesala del paraíso.
Había cuidado por muchos años de los ornamen
tos y del decoro de la casa del Señor y éste le co
rrespondía generosamente con consuelos que sólo
da a los santos.
No quiso lujos en su entierro; pidió, esto sí, abun
dantes sufragios. El funeral fué imponente y emo
cionante. Muchos lloraban.
Los hijos de Don Bosco no olvidarán jamás a la
infatigable Cooperadora Salesiana.
Han m uerto tam bién en la paz del Señor:
C o l o m b i a (Valle del Cauca) - Ginebra. — Don Rogerio Santibáñez Pbro.
F i l ip i n a s (Bulacán) - Polo. — Don Teófilo V.
Narciso Pbro.
M é j ic o - Capital. — Dña. Elena Vallejo Vda. de
Gómez - Dña. Angela Dorru'nguez - Dña. Isabel de
Díaz - Dña. Luz Silva de Barradas - Dña. Alaría
del Río Vda. de Del Río.
CoD aiXY>bación de la autoridad eclesiástica. - Establecimiento T ip . de la S.E.I. • Turin
Director responsable: D . G U ID O F A M N I - Via Cottoleogo, 32 • T U R IN 109 • (Italia)
Tesoro Espiritual
R ela ció n d e la s In d u lg e n c ia s P le n aria s
que los Cooperadores Salesianos pue
den ganar en el transcurso del año.
I . — ÜTia vez cada dia, elevando a Dios, en
medio del trabajo y aunque sea sólo mentalmente,
una piadosa invocación cualquiera, previas las
demás condiciones ordinarias, o sea el estado de
gracia, la confesión y comunión sacramentales
y la visita a alguna iglesia u oratorio público,
rogando por la intención del Soberano Pontífice.
Esta indulgencia del trabajo santificado pue
den ganarla los Cooperadores Salesianos, Hijas
de M. Auxiliadora y sus respectivos alumnos
y ex-alumnos. Si, hallándose en estado de gracia,
se sigue repitiendo la misma piadosa invoca
ción, u otra cualquiera durante el trabajo, se
puede ganar, cada vez, una indulgencia parcial
de 400 días.
2 - Un día de cada mes, el que uno elija.
2 - E l dia en que se hace el piadoso Ejercicio
Mensual de la Buena Muerte.
- E l dia que se asiste a la Conferencia
Mensual Salesiana.
$ - E l día en que uno inscribe su nombre en la
Pía Unión de Cooperadores Salesianos.
fi - E l dia en que por primera vez se consagra
uno al Sgdo. Corazón de Jesús.
7 - Ccuia vez que practique los Santos Ejer
cicios Espirituales, de ocho dios.
^ - A la hora de la muerte, con tal que, con
fesado y comulgado o por lo menos arrepentido
de sus pecados, invoque, con los labios o con el co
razón, el nombre sacratísimo de Jesús.
EN C A D A UN A
DE LAS SIGUIENTES FIESTAS:
1) M O V IB LE S:
Sagrada Familia (el primer domingo después
de la Epifanía).
Dolores de la Sma Virgen (El viernes de Pasión).
Domingo de Ramos.
Pascua de Resurrección.
Ascensión del Señor.
Domingo de Pentecostés.
Fiesta de la Sma Trinidad.
Corpus Christi.
Fiesta del Sgdo Corazón de Jesús (primer viernes
después del Corpus).
Fiesta del Sgdo Corazón de María (día siguiente
del anterior).
2) F IJA S:
ENERO
1 - Circuncisión del Señor.
2 - Santísimo Nombre de Jesús.
3 - Epifanía.
iS
23
25
29
-
Cátedra de San Pedro en Roma.
Desposorios de la Sma Virgen.
Conversión de San Pablo.
Fiesta de San Francisco de Sales.
FEBRERO
2 - Purificación de la Sma Virgen.
22 - Cátedra de San Pedro en Antioquia.
MARZO
19 - Fiesta del Patriarca San José.
25 - Anunciación de la Sma Virgr.i.
M AYO
Invención de la Santa Cruz.
Aparición de San M ^ e l Arcángel.
1 1 - Aniversario de la Coronación de María
Auxiliadora.
24 - Fiesta de María Auxiliadora.
JUNIO
24 - Natividad de San Juan Bautista.
29 - Fiesta de San Pedro y San Pablo.
30 - Conmemoración de San Pablo.
JULIO
I - Preciosa Sangre de Ntro Señor Jesu
cristo:
2 - Visitación de Ntra Señora.
16 - Fiesta de la Virgen del Carmen.
AGOSTO
6 - Transfiguración del Señor.
15 - Asunción de la Sma Virgen.
16 - Fiesta de San Roque.
SETIEMBRE
Natividad de ¡a Sma Virgen.
Dulcísimo Nombre de María.
Exaltación de la Santa Cruz.
Los Siete Dolores de la Sma Virgen.
29 - Dedicación de San Miguel Arcángel.
OCTUBRE
y - La Virgen del Rosario.
I I - Maternidad de María.
16 - Pureza de María.
NOVIEMBRE
21 - Presentación de Ntra Señora.
22 - Fiesta de Santa Cecilia.
DICIEMBRE
8 - Inmaculada Concepción.
25 - Natividad de Jesús.
Para lucrar las antedichas Indulgencias
se requiere, además de las condiciones ordi
narias, que los Sociqs de la Pía Unión recen
cada día un Padrenuestro, Avemaria y Gloria
con la invocación Sánete Franásce Salesi, ora
pro nobis, según la intención del Romano PontíBce.