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INSCRfIBÍOS
L
EN LA
PIA O BRA
DEL S G D O . C O R A Z Ó N DE JE S Ú S DE R O M A
¿Quién no conoce la Obra Pia del Sgdo Co
razón de Jesús?
Pué fundada por el Primer Sucesor de San
Juan Bosco, y benignamente aprobada por S. S.
I«eón X III, el 30 de junio de 1888.
Con sólo la limosna de una peseta, o de otra ni oneda equivalente, se adquiere derecho a partici
par de todas las oraciones y buenas obras de la
Pía Sociedad Salesiana y a la aplicación de seis
misas que se celebran todos los días, a perpetui
dad, en nuestra Basílica del Sgdo Corazón de
Jesús de Roma, dos en el altar mayor, dos en el
de María Auxiliadora y dos en el de San José.
I/5S que se inscriben en la Obra Pía pueden
aplicar el fruto de estas misas a sí mismos, o
a otras personas, vivas o difuntas, y variar la
intención cuántas veces les plazca.
Las limosnas recibidas por este conducto
destíñanse, de modo exclusivo, a promover la
gloria de Dios y los intereses culturales de la
sociedad, acogiendo niños pobres y abandonados
P e d id que os envíen e l
B O L E T ÍN
SALESIANO
Propagadlo, Aconse/adlo,
Suscribios a
JUVENTUD
MISIONERA
Es una Revista interesanlisima y pul
cramente ilustrada, que no debería
fallar en ninguna familia cristiana.
SUSCRIPCIÓN ANUAL:
8 liras ~~ 5 pías — o su equi
valencia en otras monedas en cualquier
Casa Salesiana. o Redacción - CoUolengo, 32 , Turín (Italia).
para educarlos cristianamente.
¿ Quién no contribuirá pues, con algunos cén
timos, que con tanta facilidad se gastan, a esta
invitación paternal de San J uan Bosco y de la
Iglesia, inspirada en ideales tan nobles y
caritativos?
¿Quién no siente la necesidad de asegurarse
la benevolencia divina, en este mimdo y en el
otro, mediante la aplicación de los méritos
infinitos del Santo Sacrificio del altar?
¿ Quién no tiene almas queridas, vivas o di
funtas, a quienes obsequiar con tan esplén
dido regalo espiritual?
No tardéis en pedir Hojas de suscripción.
R ector Mayor de eos S aeesianos
Cottolengo 32 - Turín (109) (Italia).
Las limosnas pueden enviarse al mismo Rector
Mayor o directamente a nuestra casa de Roma.
- Ospizio Sacro Cuore - Via Marsala 42.
SUMARIO
Afds ¡US sobre la obra y la personalidad de San
Juan Bosco. — La voz del dignísimo Episcopado
Ecuatoriano. — 5 . AI. la Reina de Italia visita la
Casa Aladre. — Real ofrenda de un mantel para
el altar de Don Bosco - Doña Elena de Saboya
en las habitaciones del Santo, en los talleres, entre
los escolares - Entusiasmo inenarrable - Un arco
de triunfo formado por las banderas de 40 na
ciones. — E l viernes, dia clásico del amor y mise
ricordia del CorasÓH de Jesús. — El primer viernes
del mundo - El primer viernes de la Iglesia - Los
primeros viernes de mes - ¡La Gran Promesal —
La muerte del sacerdote Don Esteban Trione. —
La colosal estatua de bronce del Sagrado Corasón de
Jesús que coronará el famoso templo nacional expia
torio del Tibidabo, en Barcelona {España) - Ciclo
de pesias solemnísimas. — La grandiosa visión de
San Juan Bosco en vísperas de ser una realidad
espléndida - El triduo - l a ñesta - La bendición •
Datos retrospectivos sobre la obra del templo y
pormenores sobre la nueva estatua. — La Obra
de Don Bosco en España y América. — Sevilla. Fiestas
en honor de San Francisco de Sales, - Quito, Triunfo
apoteósico de San Juan Bosco. — De nuestras
Misiones. — Mato Grosso. La primera catcquesis
ambulante a través de las tribus de Bororos de R 5.>
Vermdho. — Crónica de las Gracias. — Necrologias.
AÑO L ■ N. 6
BOLETÍN
SALESIANO
19 3 5
JU N IO
REVISTA DE LAS OBRAS DE DON BOSCO
MAS LUZ SOBRE LAS OBRAS Y LA
PERSONALIDAD DE S. JUAN BOSCO
SECCIÓN
DE
COLABORACIÓN
La voz del
dignísimo Episcopado Ecuatoriano.
N unca brillan con más esplendor la
infinita sabiduría y la bondad sin límites
de la Providencia divina que cuando suscita
en el seno de su Iglesia varones potentes en
obras y palabras que la protejan, defiendan
y alcancen victoria de sus enemigos.
Apenas nace, y ya el paganismo, no
contento con pretender ahogarla en la
cuna derramando a torrentes su inocente
sangre, intenta, además, cubrirla de fango
y mostrarla a los hombres como manchada
con horrendos y nefandos crím enes; pero
la sangre derramada se convierte en fecunda
semilla de cristianos, y las calumnias sólo
sirven para que la brillantísima pléyade
de apologistas, Justino, Atenágoras, T e r
tuliano, A m obio y otros más pulvericen
los errores del Gentilismo.
U n día, el m undo, como escribe S.
Jerónimo, asombrado, se despertó arriano;
pero frente al hereje alejandrino se irguió
bien pronto la imponente y hierática
figura de Atanasio: mirada de águila,
dialéctica inflexible como el hierro, coraron
de león que nada acobarda, firm e ^ in
contrastable y en verdad diamantina: y
de él fu é la victoria.
O tro día, es Lutero, quien despliega el
estandarte de rebelión contra la Iglesia
de Cristo: sus palabras son vehementes,
.irresistible su elocuencia, su doctrina
halagadora de las pasiones y cobardías del
corazón humano. L os pueblos deslumbrados
por el falso brillo de su palabra, desiertan en masa del Catolicismo; pero vela
D ios sobre su Iglesia, y no tarda en surgir
Ignacio de Loyola, quien con su ínclita
Compañía sale al paso del protestantismo,
y persiguiéndolo hasta los últimos reductos,
alcanza de él espléndida victoria.
Y si, en nuestros días, hácense reos los
pueblos de los execrandos crímenes: del
laicismo— que destierra a Dios de la vida
social y con tenaz protervia de la escuela,— y
del socialismo con su legítima secuela del
comunismo y anarquismo, los cuales con
satánico furor lo odian y persiguen; bien
pronto aparecerá en la palestra D on Bosco.
E l, ardiendo en amor de D ios y de sus her
manos, volará en pos del niño, principal
mente pobre y desvalido, y al par que le
descubrirá los secretos de la ciencia humana,
le iniciará en la práctica de las virtudes
evangélicas; El desengañara al sencillo
obrero e im pedirá que sirva de escalón
para que hombres astutos y ambiciosos,
poniendo sobre él las plantas y apagándole
la fe, extinguiéndole la esperanza y echán
dole en brazos de la desesperación, escalen
el poder y la fortuna; E l, si trabajará con
eficacia para.mejorar la condición del prole
tario en esta, vida transitoria, le recordará
que es justo, necesario, racional, preocu-------i 6 i
—
parse sobre todo de labrarse espléndida y
feliz mansión allí, en donde se ha de vivir
eternam ente; E l, por último, lejos de instilar
en el corazón llagado del desheredado de
la fortuna el veneno corrosivo del odio ,y la
envidia, derramará el bálsamo del consuelo
y lo alentará a soportar con valor y entereza
las penalidades del destierro, alimentando
en su pecho la esperanza de bienes no
falsos, sino verdaderos, no efím eros, sino
inmortales.
A este insigne bienhechor de la humana
familia es al que acaba de encumbrar al
honor de los altares Nuestro Santísimo
Padre el Papa.
C arlos M aría
Arzobispo de Q uito.
M ucho le debe el Ecuador, a San Juan
Hosco, y no debemos olvidar que la postrera
fundación de Casas Salesianas ordenada
por el Santo en 1887, pocos meses antes
de que su alma volara al cielo, fu é la que se
estableció en esta nuestra República.
Desde entonces el espíritu de San Juan
Bosco y la labor de sus discípulos se han
sostenido aquí, representados por las dos
ramas de la congregación, los Padres
Salesianos y las Hijas de María A uxiliadora;
a las cuales legítimamente hay que agregar:
los Cooperadores Salesianos, los ex-alumnos y ex-alumnas, y, en general, los fieles
que, de una manera u otra, han participado
en las ob ras de ambas beneméritas Com u
nidades.
Por desgracia, hemos atravesado tiempos
difíciles y, a partir del año 95, las obras de
D on Bosco no han podido desarrollarse
con la pujanza y celeridad que en otras
naciones de este mismo Continente A m eri
cano. N o obstante, el conjunto de las obras
establecidas es superior a lo que se puede
imaginar a primera vista. Enumeramos las
principales de la República: Oratorio Fes
tivo con mil y tantos niños, escuela profe
sional y talleres y edificios de elegante
arquitectura en la Capital de la República;
colegios y asilos en G u ayaq u il; acción
parroquial en M an abí; casas de estudios y
noviciados en Cuenca para ambas ramas de
la Congregación, y la grandiosa Casa de
Artes y Oficios que se construye actual
mente, m erced a la espléndida munificencia
del D r. Nacanor M erchán. En Riobamba
las dos escuelas con internados para niños
y niñas, en las cuales va educándose para
16 2
el porvenir Buena parte de nuestra sociedad
Finalm ente, va para cuarenta y m ás años
que la Congregación Salesiana y las Hijas
de M aría Auxiliadora, con heroísmo a toda
prueba y con una abnegación que no conoce
límites, se han dedicado a la evangelización
y a la civilización de los infelices salvajes
del Oriente ecuatoriano en Gualaquiza,
Indanza, M éndez y M acas con todos sus
contornos. N o pocos de los Religiosos
han caído enfermos, otros han muerto en
medio de las selvas, lejos de su patria y
parientes y sin gloria que reconozca el
m undo. Toda esta labor de abnegación y
fuerte sacrificio ellos la cubren con el
modesto silencio...... A gréguese a lo dicho
el trabajo de penetración a las selvas
orientales, mediante la construcción de
caminos, aún hoy casi imposibles, de
puentes colgantes tendidos en los ríos
inmensos y de anchísimos cauces, y se
comprenderá en parte el m érito conquistado
ante D ios, la Iglesia y la República por los
denodados M isioneros.
A lberto M a r ía .
Obispo de Bolívar.
L a previsión, la intuición de D on Bosco
acerca de los tiempos modernos, le cons
tituyen a El y a su familia salesiana colum
nas inconmovibles de la Iglesia, para contra
rrestar los ataques a Ella con la práctica
del bien. Su Santidad Pío X I, felizmente
reinante, conoció y trató a este atleta de
Jesucristo; apreció sus obras; y ahora
estrictamente terminada su causa de cano
nización le dispensó el honor de los altares,
proclamando la heroicidad, de sus virtudes
y la intercesión poderosa que tiene delante
de D ios. L a devoción de D on Bosco a la
Sede de Pedro y el ser él m ism o y su fa
milia el punto de apoyo sobre el que se
mueven muchas nuevas generaciones de
la Iglesia en dirección a su fin eterno y
sobrenatural, le hacen además objeto de
admiración, adhesión y afecto. D a tnihi
animas, caetera tolle, fué la máxima y la
oración de este Varón insigne, com o lo
es la de sus admirables hijos.
L a Diócesis de Cuenca y su Prelado
se gozan con el honor que les presta la
Casa que pudiéramos llamar Central de
las misiones de M acas, M éndez, Indanza,
Gualaquiza y otras.
D a n ie l ,
Obispo de Cuenca.
T
5. M. LA REINA DE ITALIA
VISITA LA CASA MADRE
Real ofrenda de un mantel para el altar
de Don Bosco - Doña Elena de Saboya
en las habitaciones del Santo, en los
talleres, entre los escolares -Entusiasmo
inenarrable - Un arco de triunfo for
mado por las banderas de 40 naciones.
El sábado 13 de Abril será fecha memorable
en los anales del Oratorio de Turín. Es la
primera vez que la regia magostad atrasdesa
los humildes umbrales de la Casa p^o^ddencial
donde San Juan Bosco construyó su inmensa
obra de amor, de oración y de trabajo.
Hace tiempo que la augusta dama deseaba
conocer esta maravilla de la caridad, postrarse
ante el cuerpo de nuestro Santo y traerle la
ofrenda de un mantel expresamente bordado
para su altar. Eligió fecha y dió orden de que
no se le rindieran honores, pues quería-que la
visita tuviese estricto carácter familiar. A fe
que todas las etiquetas y ampulosidades del
protocolo hubiesen resultado pálidas ante la
espontaneidad grandiosa de la recepción que
|5‘
S. M. o ra n d o an te «1 a lta r m a y o r de la B aattica.
r
M . prostrada anl« el cuerpo de S. J. B o«w .
se le ha tributado, pictórica de color y des
bordante de alegría.
Cuando a las dos de la tarde abríanse las
puertas de la Basílica, alfombrada de pies a
cabeza por ancho pasillo de terciopelo carmesí,
la plaza estaba rebosante de niños y adolescen
tes de ambos sexos, venidos de todos los
Centros Salesianos de la capital, con sus
insignias y bandas de música. Eran en aquel
momento los escuadrones de la reina, y para
ella sin duda los más simpáticos. Una nube de
gallardetes y banderas tricolores ocultaba
casi por completo el monumento de Don Bosco.
La nueva Italia está vibrante de patriotismo
y en las grandes solemnidades no se ven de
ordinario más que banderas nacionales. Esta
yuxtaposición casi infinita de los gloriosos
colores rojo blanco y verde parece que deberfa
cansar el espíritu y sin embargo no es así.
----- - 163
Como las rosas de una roseleda, estos colores
deleitan aquí más y mejor cuanto más se
repiten y multiplican.
Dentro, en el patio, aguardaban, sin embargo,
otras banderas, las de las 40 naciones donde
hay Obra salesiana, formando un prolongado
arco de triunfo, para que debajo pasara la
reina de la patria de Don Bosco.
Todas estas banderas que se veían eran de
agrupaciones salesianas, porque ni en la plaza
ni en el Colegio se había dejado entrar a
ninguna persona ni representación extraña.
marcha real, desciende S. M. del coche, siendo
saludada por el Rector Mayor, Superiores del
Capítulo y distinguidas damas, y entra en
seguida en el templo, lleno de invitados, de
Hijas de María Auxiliadora, de salesianos.
Mientras hace breve oración ante el altar ma
yor y después ante la urna donde está el cuerpo
de San Juan Bosco, la Schola Cantorum deja
volar por las naves las magestuosas notas del
ExultatedePagella, las nAcclamationes » al Rey,
a la Reina, al Príncipe Humberto, que S. M.
debe haber encontrado genuinamente regias.
P asa n d o a tra v é s de las ju v e n tu d e s q u e la ac la m a n .
Sólo algunos invitados, provistos de tarjeta per
sonal, hallábanse esperando en el templo. Minu
tos antes de la hora indicada, llegaba en automó
vil S. M. R. con muy poco séquito; algún alto
oficial de policía, damas de corte, gentileshombres. Para estar ella también a tono con ese
plan de familiaridad, presentóse vistiendo una
toilette» sencillísima, y sobre todo modestí
sima, traje y sombrero marrón de corte casero,
casi monacal, y una gargantilla de perlas, pero
¡cómo daba realce a su distinción v realeza
esa ejemplar sencillez!
Recibida con estruendosos vix'as juveniles
que hacen vibrar los bronces del monumento
del Santo, y con los solemnes acordes de la
164
En el altar de nuestro Santo fulge la plácida
elegancia del nítido encaje recién ofrendado,
con sus dos brillantes escudos heráldicos de la
Casa de Saboya recamados en plata, y la
palabra «fe rt», repetida cinco veces entre
emblemas decorativos de la misma casa. El
dibujo del regio mantel, de línea sobria,
aristocrática, es obra del arquitecto Sr. Gianni
Ricci, y su confección honra a una de las
más acreditadas casas turinesas.
Después de examinar las dos bellísimas
maquetas e.\puestas en la Basílica, una del
altar en construcción de San Juan Bosco y
otra de las obras de ampliación del templo
también comenzadas, bajó a visitar la impresio-
C óm o esta b a el p atio d e l O rato rio .
El bom eaa}e d e l te a tro .
16 5
S alien d o d e las h a b ita c io n e s d e D on Bosco.
liante Capilla de las reliquias, elogiando su
riqueza y su pulcra presentación y recibiendo
allí, de manos de! Rector Mayor, un artístico
relicario de oro con preciosa reliquia de
S. Juan Bosco,
Desde allí atravesó el patio principal,
entre filas compactas de juventudes que,
rimando himnos y aclamaciones, parecían
echar el alma, y subió a las habitaciones del
Santo, donde el Rector Mayor y el Ecónomo
General la iban informando minuciosamente
del sentido y valor de los inapreciables recuer
dos allí custodiados.
AI salir luego por el pasillo voladizo exterior,
para dirigirse a los talleres, encrespóse de
nuevo el entusiasmo de los miles de jóvenes
comprimidos en el patio, hechos todos ojos
para contemplar a su reina y todos manos
para aplaudirla.
Era una visión triunfal de alegría, llena de
tierna emoción y de encanto sugestivo.
Su paso por los talleres fue rápido, pero no
tanto que no permitiera a la reina informarse
con gran interés de los trabajos, y no se entre
tuviera a conversar amablemente con los
jóvenes aprendices, estimulándolos a la apli
cación y regalando a los más pequeños alguna
caricia materna.
^ isitó la Escuela-taller de sastrería, de
zapatería, carpintería, imprenta y encuader
nación. En este último taller admiró el nuevo
sistema de encuadernar libros inventado por
el Mtro. salesiano Sr. Colombini, y dijo que
este arte constituye una de sus aficiones favo-
h
ir -
fp -t
%
V isitando los talleres.
l66
ritas y que en otro tiempo, en compañía de
S. M. la reina de Bélgica había empastado no
pocos volúmenes.
,
Al pasar de unos talleres a otros, entró en
la histórica capilla Pinardi, primera célula
viviente de la Obra Salesiana, y en el silencio
e intimidad del reducido local, descorrió el
velo de una lápida marmórea conmemorativa
del Santo Fundador.
Finalmente, y después de orar también
durante breve espacio en la iglesita de San
Francisco de Sales, fué S. M. recibida en el
salón teatro, que se hallaba lleno hasta los
topes y soberbiamente tapizado con colgaduras
rojas.
En el escenario, colgado también severa
mente de púrpura, y presidido por un gran es
cudo de la Casa de Saboya, habíanse preparado
varios sillones de talla antigua dorada, ocupando
la Reina el del centro y sentándose a su dere
cha el Rector Mayor.
Brevísimo fué el agasajo, pero cordial y
férvido de entusiasmos. Un Madrigal de
Antolisei, ejecutado por la Schola Cantorum
reforzada por los teólogos de' la Crocetta, un
saludo dicho por un pequeño escolar, y unas
palabras sentidísimas del Rector Mayor, que
recordó, entre otras cosas, el hondo afecto
que a la Casa reinante tuvo siempre Don Bosco,
y la simpatía del Rey Cario Alberto por su
Obra y sus o birichini r>.
Uno de los pequeños que subieron a
ofrecer flores a S. M ., en una distracción
El m a n te l q u e ha o frec id o la rein a.
fugaz hija del aturrullamiento y de la esponta
neidad infantil, besó a la reina en la mejilla;
¿ no es acaso ella la madre de todos los italia
nos ? y la augusta dama, correspondió a su vez
besando sonriente a los tres niños; ni que
decir tiene que los tres besos reales fueron
subrayados con tres ovaciones formidables.
A las 15,30 Doña Elena de Saboya dejaba
el Oratorio, mostrándose sumamente compla
cida de su visita que dijo referiría a S. M. el
Rey, y despidiéndose a la misma puerta del
teatro, donde el coche hallábase prevenido.
¡Momentos inolvidables, para nosotros, los
de esta visita honrosísima que de un modo
exorbitante viene a aumentar nuestra deuda
de gratitud hacia la augusta soberana! San
Juan Bosco, desde su trono de gloria, cuidará
de que la exquisita delicadeza de tan noble
gesto no quede sin recompensa.
d el^ R ecto r M ayor.
L a R e in a se d e sp id e
S res Cooperadores,
consultad d t e s o r o e s p i r i t u a l .
Propagad la O B R A P ÍA D E L S G D O C O R A Z Ó N . Véase la cubierta de nuestro 'Boletín'.
—
I
i
167
E l viernes^ día clásico del amor y misericordia
del Corazón de Jesús,
Sabido es que el viernes, la feria sexta de
nuestra liturgia, es uno de los días nefastos de
la superstición jilebeya, posos que aún nos
quedan de paganismo, efecto quizás del temor
que todo lo que es misterioso e incomprensible
suele inspirar a la ignorancia, y no cabe duda
que sobrehumanamente incomprensibles y
misteriosos son los acontecimientos que al
viernes le ha tocado alumbrar.
Para nosotros, creyentes, éste es el día
clásico del amor y de la misericordia divina, el
día de la creación del hombre, el día de su
redención, el día de las promesas del Corazón
Sacratísimo de Jesús.
El primer viernes del mundo.
Las grandes jornadas de la creación estaban
para cerrarse. Los elementos constitutivos del
universo, vibrando extremecidos con toda la
fuerza y la belleza que el « fíat » creador acababa
de comunicarles, hallaban definitivamente su
equilibrio. El esmalte recién fundido del fir
mamento refulgía y dulcemente azuleaba sobre
todos les horizontes. La nueva luz del sol, de
la luna y de las constelaciones dirigíase rápida
a llenar los intersticios del universo. Florecían
en la tierra, con un candor y una ternura que
nunca jamás han vuelto a verse, los árboles y
las yerbas. Hendían los aires las aves, otros
mil variados, animales pacían por bosques y
praderas. Céfiros y auroras vertían en todas
partes, con alegre profusión, juventud, belleza,
poesía.
Asomados los ángeles a las ventanas del
empíreo, contemplaban extasiados estas mara
villas, ansiosos de ver aparecer al soberano
que debía tomar posesión de todas ellas.
Era el día sexto, viernes, cuando el
Criador tendió sus ojos sobre lo que acababa
de'hacer y vió que todo estaba bien. « Et vidit
Deus quod esset bonum ». Y dijo: « Hagamos
al hombre a nuestra imagen y semejanza;
que presida a los peces del mar, a las aves
del cielo, a las bestias, a toda la tierra y a todo
reptil que se mueve en ella. Y creó Dios
al hombre ».
Y tuvo la dicha aquel primer viernes del
mundo de alumbrar la aparición del primer
hombre en la tierra y llenar sus ojos de luz para
que pudiese contemplar enagenado las rutilantes
maravillas de su inmenso imperio.
Y este hecho grandioso puso fin a toda aquella serie de inefables erupciones del amor
y misericordia del Corazón del Criador. Y
amanecido el sábado, Dios descansó. » Et
requievit die séptimo ".
T
l
El primer viernes de la Iglesia.
S an ta M a rx a rita M a ría A lacoque.
i6 8
-
Pero aquel rey creado y entronizado el
primer viernes de la creación, cayó en el abismo
pavoroso del pecado; perdió la amistad de Dios
Creador; arrastró en su desgracia a toda la
humanidad y esa desgracia hubiese sido total
mente irreparable y definitiva, de no haber
se interpuesto como mediadora la misericordia
amorosa del Corazón de Jesús.
Y vino otro viernes, mil veces más santo y
memorable para la humanidad que el primer
viernes del mundo. En este riemes, el hombre,
arrojado del paraíso de delicias en que viera
la primera luz, ingresó por las puertas de otro
paraíso, el de la gracia, el de la Iglesia y v*ió
abrirse para más tarde sobre su cabeza las
del paraíso de los bienaventurados.
W
J
En este viernes, en efecto, murió Dios por
el hombre; el Corazón de Jesús, volcán de
amor, derramó toda su sangre, y ello hizo
adquirir a este día un nuevo e imperecedero
título que le confirma, por siempre jamás,
como día clásico del amor de Dios.
¡Qué extraño que el Corazón de Jesús lo
eligiese también de modo singular para día
clásico de su devoción en el mundo!
Los primeros viernes de mes.
Y en efecto, non sólo el Corazón de Jesús
se fijó en el viernes para conceder sus mejores
gracias y sobrenaturales favores a aquella
afortunada hija de San Francisco de Sales in
vocada hoy como Santa, a Margarita María
Alacoque, sino que la recomendó encarecida
mente dijera a los devotos de su Corazón que
le consagraran, de un modo especial, los
que comulguen nueve primeros viernes de mes
seguidos, la gracia de la penitencia final, que
no morirán en mi desgracia ni sin recibir los
sacramentos, sir\iéndolcs mi Corazón de
asilo seguro en aquella hora extrema ".
La promesa es verdaderamente real y esplén
dida y parece casi excesiva. Es sencillamente
la salvación. ¿Qué más puede desear un
cristiano? ¿No es éste el problema que más
atenaza nuestra vida, llenándola a menudo de
terrores y de zozobras ? ¿ No es ésta la duda
punzadura y terrible que nos quita el sueño ?
¿Alcanzaré la salvación? ¿Moriré en gracia?
¿Conseguiré la felicidad del cielo?.........
He aquí pues que ese don de la perseverancia
final, ese gran don, como le llama el Concilio
de Trento, ese tesoro de una buena muerte
que, pese a nuestras obras meritorias y a una
vida de continua vigilancia, nosotros solos
seriamos incapaces de asegurarnos, sin el
auxilio de la gracia divina, el Sagrado Corazón
nos lo viene a ofrecer con una condición muy
sencilla, que de suyo es ya un regalo y un
aliciente incomparable: comulgar, comulgar si
quiera nueve primeros viernes de mes se
guidos.
Y he aquí que de nuevo viene a ser el viernes
el día de las misericordias divinas, precisamente
porque es el que más a lo vivo nos recuerda
los grandes misterios dcl amor y de nuestra
redención.
El s e p u lc ro d e la S anta.
f
a»
primeros viernes de cada mes, con santos
ejercicios y singularmente con la santa comu
nión.
Le gustaría a Jesús que los viernes a El
dedicados fuesen todos, pero, obsequioso
con nuestra debilidad, se contenta con que
sean nueze primeros viernes de mes seguidos, y a
todos los que los celebren comulgando y desa
graviando a su Corazón Divino, les promete una
gracia tan grande, tan inconmensurable, tan
propia v digna de Dios, que no hay otra
ninguna que la iguale, y con razón ha sido
llamada
^
t
¡La Gran Promesa!
Y'o te prometo - dijo Dios e la Santa - en
la excesim miseric»rdia de mi Corazón, que
mi amor omnipotente concederá, a todos los
Iglesia d e P aray L e M o n ltl.
16 9
Es ésta la mayor, la más inestimable promesa
que Dios haya podido hacer a los hom
bres.
•\unque ya sabemos que quienes suelen
leernos son cristianos prácticos e ilustrados
que se hallan lejos de atribuir a esta promesa
el sentido fatalista que algunos quisieran darle,
es necesario dejar bien asentado que aun con
servando intacto todo su inmenso valor, carece
esta promesa de la certidumbre propia de las
verdades reveladas, que no es infalible y tiene
sólo la garantía de una revelación privada.
Tratándose de un negocio tan importante
como el de la salvación, obrarían pues muy
imprudentemente los que, esperándolo todo
de esta promesa, dieran en la flor de abandonar
alegremente la vida cristiana y descuidar los
otros medios que la fe y la Iglesia nos proponen
para merecer el cielo, como evitar el pecado,
orar, frecuentar los santos sacramentos, etc.
Que no se figure nadie — dice el P. Vilariño
— que con sólo comulgar nueve primeros
viernes de mes seguidos queda asegurada su
salvación, estando en libertad de llevar en lo
sucesivo una vida de pecado. Esto no sería
hacerse acreedor a la gran promesa, esto no sería
honrar al Corazón de Jesús, sería mas bien
ultrajarle, sería una presunción temeraria, una
monstruosa locura.
El Sagrado Corazón mantendrá su promesa
a todos sus devotos que, una vez satisfecha
la condición de los primeros viernes, caigan
en la culpa a pesar de sus buenos propósitos
y de haberse esforzado en practicar los medios
indicados para conservar su amistad.
Esas fragilidades, aunque se repitieran mil
y mil veces, no Ies privarán de la perseverancia
final. He aquí la dulce, la legítima, la segura
confianza que pueden tener los devotos del
Sgdo Corazón. ¿Les parece poco?
¡Dichosos pues los que han hecho santa
mente y con recta intención esta novena de
comuniones, no una, sino muchas veces!
¡Qué descanso para ellos, pensar que en
aquella hora decisiva, en que todo son temores
y zozobras, el Corazón de Jesús será su asilo
seguro! ¡Dichosos los que, cuando al morir
se vean empujados allá donde ni sus padres,
ni sus hijos, ni sus hermanos, ni sus amigos
pueden acompañarles ni valerles, abrirán los
ojos a la luz de la eternidad en los brazos amo
rosísimos del Corazón Divino, como náufragos
que en las negruras de una noche tormentosa
se hallasen de pronto a bordo de una nave
amiga que les lleva al puerto!
¡Viernes afortunados del amor divino! No
nueve veces, noventa veces nueve deberíais
ser celebrados y saboreados por todos los que
conservan su fe en los destinos futuros y no
han perdido el instinto de conservación!
9
)
\l
I t
\
L.a m u c r(« d «t P. T rio n e . - El c o rte to fú n e b re desfilan d o p o r la p la z a d e M a ría A u x ilia d o ra .
170
T
La muerte del sacerdote
Don E S T E B A N T R IO N E
Llora hoy a este ilustre muerto su madre
amantísima la Sociedad Salesiana y le lloran
y llorarán innumerables obras del apostolado
sacerdotal que, aun sin estar dentro de nuestra
esfera propia, vi\dan de su consejo y de su
aliento, porque a la actividad inteligente y
organizadora del P. Trione se acudía siempre
en Turín, y fuera de Turín.
Gozó como pocos de la intimidad de San
Juan Bosco, Padre, Maestro y Modelo, y tan
asiduamente lo estudió a este amable modelo
suyo, por espacio de 19 años, que todos veíamos
en él una copia perfecta del Santo.
Procuraremos trazar sus principales rasgos
biográficos.
Nacido en Cuorgné (Alta Italia), bajo la
aurora de pureza del 8 de Diciembre de 1856,
ingresó en el Oratorio de Turín el 16 de Octubre
de 1869, o sea antes de cumplir los 13 años,
y a poco de inaugurarse la Basílica de María
Auxiliadora donde su fecundo sacerdocio de
bería deslumbrar y agigantarse; en 1876 in
corporóse definitivamente a nuestra Sociedad,
haciendo la profesión perpetua, y en Julio de
1879 cantaba en Roma su primera misa sobre
el sepulcro del Príncipe de los Apóstoles, por
dignación especialísima de S.S. León X III,
quien le aconsejó pidiera a Dios, en aquella
hora solemne, el don precioso de la palabra.
Es de suponer que en efecto lo pidió y es
más que evidente que sin regateos y con en
vidiable munificencia le fue concedido. Voz
clara, insinuante, cautivadora, que tenía in
flexiones musicales de tintineo argénteo; celo
y fervor salesianos consei^'ados al rojo vivo;
vasta cultura, memoria pronta, tenaz, faci
lísima; adaptabilidad prodigiosa; dicción co
rrecta,_amena, cálida, que se producía con el
mismo desembarazo en las altas regiones de
la elocuencia que discreteando donosamente
en las intimidades hogareñas del - folklore
piamontés. ¿ No es ésta por ventura la silueta
oratoria del P. Trione, que ocupó los mejores
púlpitos de Italia y tuvo siempre reservado un
puesto de honor en las Asambleas y en las
.\cademias.'
A este hijo preclaro de San Juan Bosco se
le podría negar cualquier otra cosa menos el
E ste era D on T rio n e.
don magnífico de la palabra, que constituye^
una de sus facetas más características.
Su mayor placer fue siempre predicar; no
importaba a quién, a los reyes, a los niños, al
pueblo, a l(ís salesianos; para esto se le encon
traba siempre preparado y jde (pié manera!
Todavía, el año pasado, un nic.s antes de
cumplir los 78 años, recorrió Italia de punta
a punta, y tuvo el valor de saltar en avión de
Sicilia a Cerdeña, deseoso de visitar a los bucno.s
Cooperadores de Cágliari e impulsar con el
magnetismo de su palabra sus organizaciones
y la obra de los Oratorios y de los Catecismos.
Nosotros le vimos regresar de aquella ex
cursión al frágil y diáfano viejecito, alegre,
decidor, dejando fluir como un reguero de luz
los santos optimismos de que estaba llena su
alma buena, con su paso menudito y sus manos
modestamente cruzadas sobre el pecho, como
las de Don Bosco.
Se hicieron célebres sus conferencias sobre
posibilidades de conciliación entre la Santa
Sede y el Estado Italiano, cuando nadie podía
soñar todavía en la firma venturosa de los
Pactos Lateranenses.
En ellas el P. Trione exp>onía y explicaba
el pensamiento genuino de Don Bosco, tra-
— ^ I71 —
tando de hacer penetrar, íntimamente fundidos
y abrazados en el corazón de las juventudes,
el amor al Papa y a la Dinastía reinante, y con
un doble viva al Papa y al Rey solían terminar
siempre aquellas cooferencias.
Fué el iniciador en Turín de las instrucciones
cuaresmales para hombres solos que tantos
frutos vienen produciendo, y por aquel en
tonces despertó singular interés su labor ca
tequística desde el pulpito de la iglesia de
Santa Teresa.
Pasarán igualmente a la posteridad sus con
ferencias sobre el Sistema Preventivo de Don
Bosco educador, dadas en Roma en presencia
de Eminentísimos Cardenales y altas persona
£1 R ector M ayor d e s p u é s d e la m isa ex eq u ial.
lidades, si que también en otras capitales de
Italia y del extrangero.
\ con el don de la palabra fuéle concedido
el del apostolado de la pluma.
Apenas ordenado sacerdote, distinguióse ya
como publicista en el Colegio de Randazzo
(Sicilia), escribiendo para “ Decturas Católicas”
una larga serie de opúsculos de propaganda
salcsiana, de ascética y apologética, que hi
cieron un gran bien a la juventud y al pueblo,
y de los que se imprimieron sucesivamente
muchas ediciones.
lils autor de distintas obras de diverso ca
rácter y de muchos artículos periodísticos.
Días después de ocurrir su fallecimiento,
leíamos todavía, en el Boletín de lengua italiana,
su acostumbrada “ Carta de Don Giulivo a los
Niños” que indefectiblemente enviaba todos
los meses a la Redacción v en la que el brío
juvenil y la amenidad de su pluma retozaban
alegremente, teniendo siempre un pensamiento
chispeante, una efusión de bondad.
172
Su preocupación en todo cuanto hablaba y
escribía era inculcar la idea salesiana, infiltrar
en todas partes el espíritu del Santo Fundador,
promover las vocaciones sacerdotales y reli
giosas, organizar el bien, alimentar la llama
sagrada en el corazón de los cooperadores de
nuestras obras.
Estos son acaso los que más han perdido
con la muerte del P. Trione, al que tuvieron
siempre como mentor incondicional e inteli
gente, como (ccondottiero” ágil y lleno de
bríos y de geniales recursos.
Desde que el Siervo de Dios Don Miguel
Rúa le confió a él la dirección general de la
Pía Unión, ésta bogó viento en popa, empujada
por la incansable actividad del nuevo
director, y la red de cooperación sa
lesiana está hoy tan extendida y
afianzada en todo el mundo, que los
datos estadísticos ya varias veces re
cogidos en nuestra Revista son de
veras consoladores.
Una obra que, en este orden de
actividades, le valió verdaderos triun
fos fué la de los Congresos, cuyos
resortes de éxito conocía él mara
villosamente y manejaba con habi
lidad suma.
Toda la prensa exaltó en 1S95 el
resultado del primer Congreso Inter
nacional de Cooperadores Salesianos
de Bolonia, al que siguieron los de
Turín, Buenos Aires y otras capitales.
El P. Trione llegó a ser en esto una especia
lidad, y su colaboración y a menudo su presi
dencia fueron muchas veces solicitadas por
los promotores de Asambleas nacionales o
diocesanas eucarísticas, marianas, de cate
cismos, etc. El Emmo. Sr. Cardenal Arzobispo
de Turín acababa de nombrarle miembro de
la Comisión organizadora del importante Con
greso Mariano que próximamente se cele
brará, en ocasión del centenario de la Consolata.
A manera de filial de la Pía Unión d% Coo
peradores, ideó y estableció en Turín la Junta
llamada de “ Damas Protectoras” , cuyo prin
cipal objeto es allegar ropas y recursos para
nuestras lejanas misiones.
A esta Junta, honrada con la alta presidencia
de S. AI. la Reina de Italia y de la que es tam
bién presidenta honoraria S. A. R. la Duquesa
de Pistoia, pertenecen los miembros más
distinguidos de la nobleza, y gracias a su celo
provéense muchas misiones de ornamentos
El luto
de Cuorgné
'r
Entierro del hijo
predilecto.
173
sagrados para el culto, y de otros mil objetos
de utilidad.
Sostenido y estimulado por nuestros Su
periores, extendió además su próvida mirada
sobre los pobres emigrados, rodeándoles de
asistencia espiritual y patriótica, y obteniendo
que sacerdotes salesianos de varias nacionali
dades se dediquen amorosamente al socorro
de sus respectivos compatriotas, en ambas
Américas y en otros puntos del globo.
El cuidado y dirección de obras tan vastas
y complejas le obligaba, como es natural, a
mantener una actividad siempre tensa, a des
pachar una correspondencia agobiadora, a
emprender continuos viajes, habiendo reco
rrido varias veces toda Italia y otros países
de Europa, Asia, Africa y América.
Y aún no hemos dicho nada del P. Trione
como animador de las Causas de nuestros
Siervos de Dios, y de las de otros que no pueden
llamarse propiamente nuestros, como la de
San José Benito Cottolengo, llevada ya a feliz
término, y la del santo joven universitario
Pedro Jorge Frassati, que ahora empieza.
j Cuánto habría aquí que escribir en elogio
suyo I
Sabido es que el éxito de una Causa depende
de una gran complejidad de engranajes que
hay que saber entender y enérgicamente im
pulsar. Muchos y grandes Santos habrá en
el cielo que, por no haber tenido en la tierra
amigos fervientes que con fe y actividad ex
citen su poder de hacer milagros, y ayuden
a levantar su altar, no figuran ni figurarán
como tales en el fúlgido catálogo de la liturgia
romana.
l^na Causa es un proceso. La Iglesia no
puede pronunciarse sin previa información;
necesita recoger pnicbas, estudiar, investigar,
y es inilispensablc que alguien le facilite los
elementos de juicio necesarios y le ayude a
desbrozar el camino, siempre largo y difícil
de recorrer.
Sin hombres como el P. Trione, la Causa
de Don Bosco probablemente no habría aún
triunfado, y la de Domingo Savio no estaría,
como creemos, a punto de triunfar.
Fué para nosotnw el Vicepostulador ideal;
en las Congregachmes Romanas su labor era
apreciadúsima, y su muerte, desde este punto
de vista viene a producir otro \*acío muy di
fícil de llenar.
Ahora bien, una figura de primer término
V de tan acusado relieve como ésta, hermoseada
174
además con el halo suavísimo de una vida
santa, en la que resplandecían muchas grandes
y pequeñas virtudes, reflejo fiel de las de Don
Bosco, como su amabilidad atrayente y con
quistadora, su candor angelical, su caridad sin
límites, debía universalmente ser conocida y
estimada, y no es extraño que, con la admi
ración del pueblo, gozase del favor de los
Reyes de Italia, de los Príncipes de la Casa de
Saboya, dcl llorado Duque de Aosta, de la
Princesa María Leticia, del Duque Tomás de
Génova y de muchos aristócratas de las letras
y de la sangre.
Obispos y cardenales le distinguieron con su
afecto, y el Santo Padre recibíale siempre en
Roma con paternal deferencia, confortándole,
al enterarse de su gravedad, con una bendición
especial.
Su muerte, causada por anemia y desgaste
general, y ocurrida, por admirable y significativa
coincidencia, al cumplirse el año, día y hora'
de que Don Bosco fué proclamado Santo, pues
expiró el i® de Abril, a las 10,15 de la mañana,
ha tenido las características que nosotros
preveíamos, porque todos esos santos varones,
reliquias vivientes de nuestro Fundador, acaban
del mismo modo. Flores pálidas que, habiendo
exhalado en los altares de Dios todas sus
esencias, se encogen dulcemente para agostarse
ante el sol divino, sin espasmos, sin dolores,
chanceando santamente con los que les ro
dean, esperando gozosos la hora suprema
como una liberación y un triunfo, compo
niendo su rostro, al cerrar los ojos para
siempre, en la paz y en la sonrisa de los ángeles.
Los lutos y los funerales correspondieron
al profundo carino que en todas partes se le
tenía, la prensa dedicóle sentidas necrologías,
y su pueblo natal, Cuorgné, salió en masa a
recibir sus restos mortales, para conservar eií
el panteón familiar al hijo predilecto a quien
debe la mayor parte de las prerrogativas de
que disfruta, y entre ellas la de ser ciudad.
Adorando nosotros una vez más los de
signios amorosos de la Providencia, recibimos
resignados esta nueva herida en el corazón y
pedimos a la bondad divina paz y gloria eterna
para el querido y venerado difunto.
r
[
i
T
La colosal
estatua de bronce del Sagrado Corazón
de Jesús
que coronará el famoso templo nacional
expiatorio del Tibidabo, en Barcelona (España).
CICLO DE FIESTAS SOLEMNÍSIMAS
r
i
sus agujas góticas suben sin cesar en busca de las
nubes, las cabezas cinceladas de sus columnas
asoman ya por cima de los altísimos paredones,
Esperábamos con ansia que alborease este mes ávidas de avizorar la raya azul mediterránea
consagrado al Amor Divi?io para dar cuenta de y los remotos confines pirenaicos.
Y como desafío solemne, rotundo, lanzado a los
este magno acontecimiento.
pesimistas,
si por ventura los hubiera, aquí está
A nuestra humilde Revista, que no cultiva ni
ya
la
estatua
del Sagrado Corazón que habrá
puede cultivar la actualidad candente, le resulta
a veces muy cómodo diferir unos meses la inserción de rematarlo todo, que reinará y dominará en lo
de determinadas Crónicas, hasta que llegue el más alto, con los brazos abiertos sobre España.
La decisión de terminar pronto se ve que es fir
momento u ocasión propicia que las haga más
me, irrevocable, y ello debe invitar a los iiidccisos,
oportunas, más inflamadas, más intimas.
No importa que algunos lectores hayan ya que quisieran poner su piedrecita en esa obra
leído en algún diario lo que vamos a reseñar; nacional y aún no la han puesto, a darse prisa
siempre hay un buen número que lo ignoran y para que, en una aurora próxima, todo ese in
nuestro objeto, por otra parte, no es sólo informar domable ardor de fe y de sacrificio se vea coro
nado; para que, empujadas por su óbolo, funcio
y enfervorizar, sino también hacer estadística,
nen ya esas grúas potentísimas que habrán de en
hacer historia.
tronizar definitivamente la imponente estatua,
Y páginas de historia, que los venideros lla
cuya
bendición ha sido objeto de las fiestas que
marán tal vez heroicas, son las que escriben los
pasamos
a reseñar.
hijos de San Juan Bosco en la cumbre de uno
Dice nuestro corresponsal:
de los montes más interesantes de la tierra, el
Los días 31 de enero, y i, 2 y 3 de febrero,
Tibidabo.
han
sido días de verdadera gloría para el Sa
Un Montmartre español, inspirado por la vo
grado Corazón de Jesús y para San Juan Bosco;
luntad de un Santo que, en contacto siempre con
han sido jornadas en las que ha brillado una
las clases más pobres de la sociedad, vivió ago
vez más con luz intensa la profunda religiosidad
biado de deudas; unos humildes sucesores de este
de nuestro pueblo.
Santo que, no más afortunados económicamente,
Varios eran los fines que se habían prefijado
toman sobre sus hombros el compromiso colosal
los
organizadores: desagraviar al Corazón de
de levantar el templo, una soberbia construcción
Jesús
en su Templo Nacional Expiatorio por
de piedra labrada, de carácter monumental y
los sucesos de octubre; festejar la canonización
artístico, que ha de ser digna de la piedad espa
ñola y barcelonesa y a la que hay que dar por de San Juan Bosco, Profeta de dicho Templo;
consiguiente todo lo que pida, sin reparar en bendecir la grandiosa estatua, de ocho metros,
gastos; una red inextricable y diabólica de que, en su día, ha de coronar la Obra. Todo
salió a perfección, sin que discordase nota
acontecimientos adversos capaces de paralizar
alguna; gracias a Dios, podemos decirlo con
e l espíritu más emprendedor; el terremoto politico de la patria española que, da en tierra con plena verdad.
instituciones seculares: una etapa peligrosísima
£1 triduo.
de incandescencias revolucionarias; algaradcu
Durante los días 31 de enero, i y 2 de febrero
callejeras, crisis económicas, retracción de obras,
tuvieron lugar ios ejercicios del triduo, en
congelación de capitales...
preparación a la gran fiesta.
He aquí el lastre que hace tiempo llevan enre
A las 7, 8 y 9 se celebraron misas en
dado en los pies los pobres constructores del
templo, y no obstante, éste acanza sin tregua, honor de San Juan Bosco, cantándose devotos
fie l a los planes del arquitecto que lo proyectara; motetes. A las cuatro de la tarde se rezó el
L a grandiosa visión de San Juan Bosco
en vísperas de ser una realidad esplén>
dida.
-------1 7 5 ---------
rosario, siguiendo el canto del o Iste Confessor » del Cardenal Cagliero, sermón, Expo
sición, actos de desagravio, «Tantum ergo»,
Bendición Eucarística y Reserva.
En los tres días se llenó completamente la
cripta. Acudieron numerosos colegios y nu
merosas familias; para estas últimas fué insu
ficiente ya desde el primer día la parte central,
y el número fué aumentando cada vez más.
El 31 acudieron nutridas representaciones
de Colegios, de Religiosos, y predicó el Rvdo.
P. Leonardo Olivera, capellán del Colegio
Bonanova. El día i subieron los Colegios Salesianos y varios otros Institutos de educación,
y predicó el Rvdo. P. Mariano Beltrán, S. S.
K1 día 2 escaló la santa montaña un gran nú
mero de Colegios de Religiosas; por indispo
sición de Mons. Pedro Lisbona, predicó el
Rvdo. P. Gabriel Martín, S. S.
Los tres oradores merecen nuestros plácemes
por el acierto y el entusiasmo con que desa
rrollaron sus temas, y los Colegios, por el in
terés extraordinario con que aceptaron la in
vitación que, en nombre de este Templo, les
cursó nuestro incansable Padre Luis Ma Cid.
L a fiesta.
Llegó, por fin, el día 3. El Señor nos regaló
con un tiempo magnífico, cual no nos hubié
ramos atrevido a pedirlo mejor en el corazón
de la primavera.
Todas las misas rezadas fueron de comu
nión general; hablemos mejor, la comunión
general duró desde la misa de 7 hasta la de
las 10^2, ya que fué de verdad un continuo
acercarse a la Sagrada Mesa. A la una y cuarto,
después de bendecirse las estatuas, aún hubo
personas que pidieron la comunión. ¡Sólo por
este fervor cucarístico valía la pena el celebrar
tal fiesta I
Entre las misas rezadas, sobresalió por su
esplendor la de las 8| ó. La iglesia estaba llena
de fieles; muchas asociaciones de la ciudad y
de la provincia subieron en pleno. Celebró
la misa y predicó hermosísimo y elocuente
fervorín el Rvdo. Sr. Ldo. Don Luis de F.
Xiró, Cura Párroco de los Santos Gen. asio y
Protasio y de Nuestra Señora de la Bonanova.
Después de esta misa, se desalojaría, al menos
en gran parte, la cripta; es lo que cabía pensar;
pero continuó llena, prefiriendo muchos que
darse sin el desaNomo, y, una hora antes de la
misa solemne, estaba el templo abarrotadísimo,
no tardando mucho en llenarse también la
escalinata que arranca de la plaza.
17S — - -
El espectáculo de grandiosidad había em
pezado con las primeras horas y no debía de
caer ni un istante en toda la jomada: el funi
cular prestó servicio continuamente; se formó
cola larguísima en la estación inferior; nadie
en la cumbre se extrañaba al afirmarse que
pasaban de 600 los que decidieron subir a pie;
desde el funicular de Vallvidrera había una
procesión continua; más de 700 autos y nu
merosos autocars se fueron alineando en la
plaza, y a los lados y en la mitad de la carretera
en un largo trayecto — hasta el punto de que
el Sr. Obispo de Barcelona se vió obligado
a descender de su auto antes de llegar a nuestra
Residencia; a duras penas pudo entrar por la
portería, ya que por la iglesia era imposible.
— Toda la prensa estuvo acorde al calcular
en unas catorce mil el número de personas
que subieron aquella mañana. El espíritu que
las animaba se traducía en su aspecto de de
voción y en que no se registró ni el más in-:
significante incidente. Tampoco hubo acci
dentes; la Cruz Roja tuvo que auxiliar a una
sola persona, algo mareada.
En la misa solemne, a las 10 ^ ofició el
Muy Rvdo. P. José Calansanz y Marqués,
Superior de la Provincia Salesiana Tarraco
nense, asistiéndole como ministros los PP. Juan
Alberto y Juan Piles, y en un brillante sermón
presentó las virtudes de San Juan Bosco el
Rvdo. P. Julián Massana, S. S. La escolanía
salesiana de Sant Vicens deis Horts ejecutó,
con acompañamiento de orquesta, la hermosa
partitura « Fiat cor meum» a tres voces mixtas
de Franco. La ejecución fué esmeradísima,
mereciendo plácemes a su maestro, D. Ramón
Castro. Las partes variables fueron interpre
tadas en canto gregoriano por la Escolanía de
este templo.
Al final de la misa, se alternaron ambas escolanías en el canto del Tedeum, que fué el de
Singenberger, a dos voces. ¡Era el himno de
alabanza al Altísimo por haber librado a la
Patria de mayores males y por haber glorifi
cado a San Juan Bosco; era el himno de con
fianza en el Señor para el porvenir: Fn te, Do
mine, speravi...
La bendición.
El Exemo. Dr. Irurita y Almándoz, Obispo
de Barcelona, cantó el Oremus del Tedeum y,
acto seguido, subió por el interior de la casa
— por el exterior era imposible dar un paso, —
a fin de bendecir sobre la cripta las dos estatuas
del Sagrado Corazón y de San Juan Bosco.
Datos retrospectivos sobre la obra
Ahí estaba Barcelona entera y también toda
del templo y pormenores sobre la
España, que no en vano el Episcopado español
se asoció gustoso en nombre propio y de sus
nueva estatua.
respectivas diócesis al homenaje que tenía
lugar en esta cumbre, enviando sentidísimas
El día 6 de mayo de 1886, una multitud inRcnto
compuesta de todas las clases sociales de Barcelona,
adhesiones. Y allí, bajo un sol de gloria, en
se arrodillaba en los andenes de la estación de l'iancia
medio de un entusiasmo indescriptible, con
para recibir la bendición que, desde la ventanilla del
los ojos de España entera clavados en el Co
tren, les daba un modesto sacerdote italiano. Era
razón Divino, resonó magestuosa la fórmula
Don Bosco, el gran Santo educador que hoy ve
litúrgica, que sabía a triunfo para Jesús, y que
neramos en los altares.
quería ser, a la par, tributo de expiación...
El día antes de la salida quiso despedirse de Bar
Después de la bendición, el prelado dirigió
celona en la iglesia de la Merced. Allí se hallaban
a los fieles allí reunidos las siguientes palabras:
unos buenos cristianos que poseían terrenos en la
En una misma ceremonia acaban de ser ben
cumbre del Tibidabo cubierta entonces toda ella de
decidas la estatua del Sagrado Corazón de
Jesús y la de San Juan Bosco, el apóstol del
Sagrado Corazón. Pido a todos los católicos
que ayuden a terminar las obras de este Templo
Expiatorio, para que el Sagrado Corazón de
Jesús pueda ocupar pronto su trono definitivo.
Y que el Corazón de Jesús proteja siempre a
España.
No es éste acto de despliegue de una ban
dera de guerra, sino de una bandera de amor
y de paz entre los hombres.
Pido al Sagrado Corazón de Jesús su ben
dición para las autoridades, para los bienhe
chores, para los padrinos de la fiesta don José
Geis Bosch y su esposa doña Emilia Salvaos
Pascual, y para los de la estatua de San Juan
Bosco, don José María Suris Fontanal y doña
Concepción Dalmau y Puig de la Bellacasa,
y le pido finalmente que salve a Barcelona por
Viendo csia mano «e comprende mejor el lamaAo co
Nuestra Señora de la Merced.
losal de la caiatua.
Las palabras del prelado fueron aplaudidas
por el gentío que fer\'orosamente presenciaba
arbustr.= y boscaje; ni una choza, ni un muro. Si
el acto de la bendición.
les ocurrió ofrecerle a Don Bosco aquella cúspide
La E. A. J. L, Radio Barcelona, queriendo
para que en ella lev'antase « una ermita consagi ada
asociarse a la fiesta, radió todo cuanto le fué
al Sacratísimo Corazón de Jesús.
posible: hasta terminar el panegírico, y la ben
1 Tibidabo... Tibidabo — decía Don Bosco, ha
dición; los restaurantes de la cumbre hicieron
ciendo así como para recordar — . Durante mi viaje
el 25% de descuento el día de la fiesta, y el me parecía oír una voz que me repetía esas palabras.
No una ermita; le\-antaré un templo sobre ese monte
funicular también acordó rebajas para todos
al Sagrado Corazón de Jesús, y precisamente en
aquellos días; la Prensa, por su parte, no esca
lina ciudad donde no hay ninguno que le haya sido
timó su valioso concurso.
Por la tarde fué un continuo sucederse de dedicado... *.
Se fué Don Bosco y dejó el encargo a sus hijos.
fieles; v a las 5 — hora ordinaria de la función
La profecía está en camino de ser magnífica realidad.
de iglesia — , a pesar de no haberee antmciado
Rodeada de brezos y madroños se levantaba si
ningún acto extraordinario, ésta se veía llena
lenciosa en la agreste soledad la simbólica ermita ;
de fieles. Hubo devotísima Hora Santa predi
y en los altos cielos, y en el mar lejano, y en las
cada, V la Bendición solemne con su Divina
cumbres y colinas próximas, lo llenaba todo la gran
diosidad V magnificencias de uno de los panoramas
Magestad selló con beso de complacencia y
de amor aquella jomada, gloriosa para la causa más admirables de España. En la llanura y sua>*e
dedive hacia el Mediterráneo, se extendía el imde Cristo.
------ 1 7 9
ponente ajedrezado de la turbulenta metrópoli de
Cataluña.
Un vidente había descubierto el panorama para
poner en él a Cristo con su Corazón abierto. Pero
Cristo quiere estar con los hijos de los hombres, y
comenzaron las devotas peregrinaciones, la cumbre
del 'l’ibidabo empezó a adquirir fama nacional. El
proyecto artístico del templo fué encomendado a
don Enrique Sagnicr que a éste dedicó sus más pro
lijos trabajos y los Salesianos hicieron su propaganda
por toda España. A la vez que iban apareciendo las
paredes y columnas de la cripta, devotos y turistas
empezaron a frecuentar de tal modo aquel lugar,
que la * Compañía del T ibidabo», o sus arrenda
dores, hubieron de construir y hermosear todo
aquello, hasta ponerlo en las condiciones de hoy.
La torre del depósito de aguas, y las fachadas de
los lujosos hoteles, y los artefactos de espectáculos
y entretenimientos, eclipsaron durante algún tiempo
»el lugar sagrado »; pero a medida que crecían las
paredes del templo y la artística cripta se iba ador
nando con la riqueza y arte exquisito de Sagnier,
los visitantes tenían que mirar forzosamente a la
iglesia; y hoy raros serán los que no entien, por
indiferentes que sean, si no a rezar, a admirar por
lo menos la riqueza de la decoración y objetos del
culto; y también acaso a admirar a los que oran;
porque allí se elevan al cielo plegarias admirables;
y más de uno ha encontrado a Dios.
La cripta, es de estilo bizantino; pero un bizan
tino elegante y rico, cual se ven en Venecia, de
donde provienen los brillantes mosaicos de la parte
superior del ábside.
En 1911 pudo abrirse al culto y fué aquel un
día grande para el Tibidabo.
La cripta de suyo ya es una iglesia bien hermosa
y devota; pero no se hizo para multitudes, sino para
sostener la verdadera basílica, salvando el desnivel
de la cumbre.
Sobre la torre central, a 54 metros de altura sobre
la plaza del templo, se elevará la gigantesca estatua,
que acaba de ser bendecida.
Mide e.sta estatua ocho metros de altura y pesa
muchas toneladas. La tan célebre estatua del monu
mento a Colón de Barcelona, que era hasta ahora
la mayor de E.spaña, tiene sólo siete metros.
Resultan interes4\ntes algunos datos comparativos
de los detalles y facciones. Así, por ejemplo, la
nariz es mayor que una cabeza humana.
cabeza
mide 1,30 de altura.
En el interior de la estatua cabían holgadamente,
en pie, sin apenas tocarse, el escultor, sus tres
operarios y el fundidor. Total, cinco personas que
aún podían haber dejado hueco para otras dos.
I jí premura para entregar la estatua terminada
y dispuesta para la ceremonia de la bendición, fué
causa de que se desistiera del propósito de colocar
la ñgura horixontalntente y celebrar en su interior
un banquete de doce cubiertos.
I.,a escultura es un acierto. La imagen de Cristo,
vistiendo amplia túnica, desprovista de manto, y
180
con los brazos en cruz, ofrece una masa airosa
bien definida e inconfundible para ser vista y
apreciada a grandes distancias.
Para esculpir una estatua de tan extraordinarias
dimensiones ha habido que vencer especiales difi
cultades.
El modelo absorbió 20.000 kilos de barro, 15.000
de yeso y otros tantos de agua. En total, unas
cincuenta toneladas.
Mayores dificultades surgieron al tenerla que fundir.
Barcelona es famosa por su técnica de la
fundición, y de ella ha salido la pléyade de exce
lentes fundidores que hay en Madrid, en el resto
de España y en Hispanoamérica.
Medio año se ha invertido en ese trabajo, compli
cado hasta lo inverosímil, tratándose de piezas tan
grandes como las de esa estatua.
La caja o molde donde se fimdieron la cabeza y
el busto tenía de base cinco metros cuadrados.
Es quizás el mayor, y sin duda imo de los ma
yores moldes de fundición del mundo. La fundición
de piezas de tal tamaño es algo tan excepcional
que traspasa todos los cálculos y posibilidades.
Uno de esos grandes moldes — el mayor de ellos
— en el instante de sei llenado con cuatro mil kilos
de bronce derretido, hizo explosión, derramando
el líquido candente por el suelo y llenándose la
atmósfera de gases. Los operarios huyeron, temerosos
de una gran catástrofe. Sólo quedaron en el taller
el escultor y el fundidor, que, pasada la impresión
de los primeros momentos y repuestos del ahogo
que les producía la gran humareda tóxica, se apre
suraron a tapar con barro las grietas por donde
escapaba el bronce, y a reforzar con maderos el
molde, haciendo palanca contra él para impedir su
resquebrajamiento, que podría representar, en un
minuto de indecisión y acobardamiento, la pérdida
de un trabajo ímprobo de varios meses.
La serenidad y el temple de alma de ambos ar
tistas hizo reaccionar a los operarios, que volrieron
con mayor ansia y entusiasmo al trabajo, cooperando
todos a que se salvase la pieza.
Sin más entorpecimientos ni quebrantos quedaron
fundidas las demás piezas y se pudo proceder al
cincelado de las mismas.
Otra dificultad no pequeña la constituyó el acarreo
hasta la cima de las cinco piezas en que se des
compuso la estatua y queda ahora otra que habrá
de ser resuelta dentro de dos o tres años,
cuando el templo e.xp¡atorio nacional esté con
cluido, la de elev*ar la pesadísima imagen a lo más
alto del conjunto arquitectónico, como bello
remate de la airosa iglesia.
Existe el propósito de que tal acontecimiento
ocurra el 5 de mayo de 1936, cuando se cumpla
precisamente el cincuentenario del día en que en
la Basílica de la Xlerced fué entregado a San Juan
Bosco el pergamino con la escritura de cesión de
los terrenos de la cima del Tibidabo.
¡Haga eh Corazón D¡%*ino que ese propósito se
convierta en realidad!
T
La Obra de Don Bosco en España y América
Relaciones enviadas a! Rector Mayor.
ESPAÑA. - Sevilla. — Grandes Fiestas
en honor de San Francisco de Sales.
Dedicada la mañana de la gran Fiesta Pa
tronal a los cultos religiosos que, como es tra
dición en esta casa, resultaron solemnísimos,
realizáronse por la tarde los actos que vamos
a reseñar.
La conferencia a los Cooperadores Salesianos.
— Se dió lectura a la carta anual dirigida por
el Rector Mayor a todos los Cooperadores Sa
lesianos del mundo, y el ilustre dominico
P. Suárez empezó su conferencia.
Una délas grandes creaciones de S. J. Bosco,
dijo, fue la de los Cooperadores Salesianos. Con
los esfuerzos de los Cooperadores, los Salesianos
no solamente atienden a los millares de niños
que pueblan sus Escuelas y Oratorios Festivos,
sino que dañ vida a centenares de Círculos
juveniles, alentados por las Asociaciones de
Antiguos Alumnos, obra maravillosa postesco
lar que conserva la buena semilla que incansa
bles maestros sembraron en sus corazones. La
labor postescolar hoy no se puede abandonar,
la educación así se completa, se amplía, se per
fecciona. En bellos párrafos siguió exaltando
la Obra de Don Bosco, invitando a todos a
favorecerla siempre con largueza. Terminó el
acto con la Bendición del Smo. Sacramento.
Homenaje al Emmo. Sr. Cardenal y a los
Cooperadores Salesianos. — Este acto se desa
rrolló en uno de los patios del Colegio, adornado
con exquisito gusto; el aspecto del local era
imponente; en el centro, perfectamente ali
neados, estaban los niños y niñas que educa la
Obra Salesiana en Sevilla: Escuela de la Sma.
Trinidad con sus secciones de Artesanos, Estu
diantes y externos; Escuela de S. Benito; Es
cuela y Oratorio de Santa Inés; Colegio y Ora
torio de María Auxiliadora. Un total de mil
doscientos.
Numeroso público llena el ancho pórtico del
patio; en un estrado, tomaron asiento el re
presentante del Sr. Cardenal M. I. Sr. D. Lau
reano Tobar, el Rvdo. Sr. Inspector de los
Salesianos, D. Sebastián María Pastor, los
Excmos. Condes de Bustillo, Dña. Tomasa
Escribano, D. Félix Sánchez Blanco, y otros
muchos y distinguidos cooperadores, repre
sentaciones de los Antiguos Alumnos Sale-
E1 a lta r m a y o r de la c a te d ra l de Q uito
d u ra n te las flestas de S. }. Bosco.
sianos. Hermandad del Sagrado Decreto, Aso
ciaciones de Padres de Familia y Archicofradía
de María Auxiliadora.
Se empezó con un Himno al Sr. Cardenal
que corearon los niños y niñas, acompañados
por la Banda de las Escuelas, y el Abogado
D. Manuel Ríos Sarmiento, con su elocuencia
acostumbrada, entonó un canto a la Obra Sale
siana, a su extensión, significado y labor en
Sevilla. Hizo un fervoroso elogio de los Sres.
Condes de Bustillo que con tanto amor y
desprendimiento han actuado en la creación
de la Casa de Triana, representada en el acto
p>or un niño que ostenta un cartel con un
interrogante, que el orador traduce por una
súplica, a la cual contesta en párrafos de encen
dido amor a la Obra de Don Bosco, prome
tiendo, en nombre de los Cooperadores Sale
sianos, que la obra se terminará cuánto antes.
El orador fué constantemente ovacionado.
El Cuadro Gimnástico del Colegio hizo
maravillosas evoluciones; y un cuadro plástico,
representando el monumento a D. Bosco en
Turín, hizo que se aplaudiera con verdadero
entusiasmo la labor de los p>equeño8 artistas.
l8 l
—
Se terminó el acto con el reparto de mil
doscientas meriendas que los mismos Coopera
dores entregaron a los niños.
ECUADOR. - Quito. - - Triunfo apoteósico de San Juan Rosco.
Ante la glorificación universal de San Juan
Bosco, el Ecuador, que fué su predilecto porque
recibió a sus hijos con su postrera bendición;
el Ecuador, patria querida del Sdo. Corazón
y de García Moreno, no podía enmudecer y
el grandioso homenaje de Quito, capital de
la República, quedará indeleble en nuestra
Historia nacional, por su carácter apoteósico
y por la valiosa participación de nuestras su
premas autoridades eclesiásticas, civiles y
militares.
Indescriptible el entusiasmo de los Salesianos,
sus Cooperadores, alumnos, exalumnos e innú
meros amigos en preparar los solemnes festejos,
propagando, desde un mes antes, folletos, vo
lantes, estampas, medallas, novenas, letreros,
cct., etc.; asegurando los números más bri
llantes para sus programas religiosos, sociales,
artísticos y deportivos.
E l triduo solemne en la Catedral Metropoli
tana. — Tuvo lugar los días 24, 25 y 26 de
Enero y resultó un verdadero triunfo, gracias
al activísimo Comité “ Pro Festejos” presidido
por el M uy Rdo. Padre Pedro María Gialorenzo. Director del Instituto “ Don Rosco” ,
comité que había obtenido de la proverbial
hidalguía quiteña la iluminación propia de las
más grandes solemnidades y los adornos más
bellos del Templo. Majestad y pompa inusitadas
en los sagrados ritos; música variada y clásica a
cargo de los mejores coros; concurrencia nu
merosa, selecta y devota; personajes los más
conspicuos como oficiantes, y oradores los más
elocuentes constituyeron la trama riquísima de
estas fiestas ricas de fervores y magnificencias.
La Iglesia catedral hallábase artísticamente
engalanada, sobre todo el altar Mayor, donde
entre una verdadera gloria de luces eléctricas
y de polícromas flores naturales, se destacaba
en lo alto un hermoso cuadro de Don Roscó,
obra del famoso pintor ecuatoriano y coope
rador Salesiano Don Luis Salguero.
Resumiremos los actos de mayor relieve.
i ) El Pontifical Solemnísimo celebrado con
inusitada pompa por nuestro amadísimo Sr.
. >■
'■ i'
i- i
L o s E x alu m n o s. En p r im e r té rm in o los S res O b isp o s E xem os. D on .Alberto O rd d ñ e z y D o n D o m in fo C o m in .
------- 1 8 2 ----- -
r
Arzobispo, que tantas pruebas sigue dándonos
de adhesión y simpatía, asistido por los Sres.
Obispos Ordóñez y Comín, empezó a las 9
en punto a. m. El Templo rebosaba de fieles,
ocupando los sillones de honor: el Exmo. Sr.
Ministro de Italia con su Señora, Secretario y
distinguidos Miembros de la Colonia Italiana;
el Excmo. Sr. Ministro del Brasil, Exmo. Sr.
Ministro de la Corte Superior, Exmo. Sr.
Ministro del Ecuador en el Brasil, Sr. Dr.
Manuel Elicio Flor, ilustre exalumno salesiano,
Sres. Cónsules de Venezuela y Uruguay; RR.
PP. Provinciales de las Comunidades religiosas;
RR. M M Salesianas venidas de Guayaquil con
un selecto grupo de niñas; Representantes
de todas las Comunidades religiosas femeninas;
Caballeros de la Inmaculada, selecto grupo de
Exalumnos salesianos, Superiores y Alumnos
de los dos Colegios salesianos de Guayaquil,
y una ola incontenible de todas las clases sociales.
Respecto a los Salesianos y a sus Cooperado
res de Quito, es evidente que fueron siempre
los primeros en todo, máxime el Sr. Dr.
Francisco Chiriboga B., Presidente del Comité
Central de Cooperadores y el Sr. Dr. Luis A.
Salgado, activísimo Secretario del mismo,
quienes han edificado a todos con su fervorosa
actuación personal.
El Panegírico del M. R. P. Samuel López
satisfizo plenamente a todos, y el del Exmo. Sr.
Arzobispo por la tarde cerró con broche de oro
nuestras fiestas religiosas.
2) E l gran desfile de las falanges salesianos— Fué un número alegre y pintoresco que hizo
admirar el consolador desarrollo de nuestra
Obra con sus dos mil concurrentes, sus tres
Bandas de música, artísticas ofrendas florales
y primorosos cartelones, con las brillantes
representaciones salesianas de Guayaquil y
Cuenca, y aún más, con la participación de los
Exmos. Sres. Obispos Ordóñez y Comín y varios
relevantes Miembros del Comité de nuestros
Cooperadores. Después de recorrer las princi
pales calles de la Capital, terminó en el Instituo
• Don Bosco », ante el esbelto monumento del
Santo Fundador que agradecía sonriente los
férvidos homenajes, el vibrante Discurso del
exalumno Sr. Luis Barba Viteri, y las delirantes
ovaciones de sus numerosos Hijos.
Solemne bendición e inaugttración del primer
templo dedicado en el Ecuador a Cristo Rey.
— Sin duda, éste el es mimero más grandioso
de nuestros festejos pero de él ya se ocupó
oportunamente Boletín Salesiano.
L
La Gran Revista gimnástica en honor del
Excmo. Señor Presidente de la República Doctor
Don José Marta Velasco Ibarra.— Otro número
sobresaliente del 31 de Enero fué la Gran
Revista gimnástica, en la que .tomaron parte
los 180 alumnos del Instituto «Don Bosco»,
admirablemente preparados y dirigidos por el
prestigioso militar, Capitán Don Darío Artcaga,
y dedicada al insigne Presidente de Ecuador que
El E xcm o Sr. P re sid e n te de la R epública
en su p a lc o d e honor.
es gran admirador de la Obra Salesiana, y que
tejió magnífico elogio de nuestro Fundador.
La Banda Municipal, que es la mejor de
Quito, amenizó el acto, presenciado y aplau
dido por enorme gentío.
En tribuna especial se hallaban el Exmo. Sr.
Presidente de la República, y su Edecán Sr
Baquero Dávila; los Exmos. Sres, Obispos
Mons. Ordóñez y Mons. Comín; el Exmo.
Sr. Ministro de Guerra, el del Brasil, el Jefe
de Zona, el Presidente del M. I. Concejo
Municipal, Dr. Puertas, el magnánimo Presi
dente de los Cooperadores salesianos, Dr.
Francisco Chiriboga Bustamante, y otros
notables personajes políticos y sociales. El
Rvdo. P. Angel M . Correa ofreció el acto con
un brillante Discurso. La Gimnasia tuvo dos
partes: una a base de deportes y otra ejecutada
con armas. Los espectadores dejaron el local
altamente satisfechos y haciendo grandes
elogios del garbo de los muchachos, que dieron
pruebas de una refinada cultura física.
18 3
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El O rato rio F estivo d e Quito.
E l notable acto literario-mnsical de los Coope
radores y Cooperadoras salesianos en honor
de San Juan Bosco. — Se efectuó en el Salón
de Actos de! Colegio de los Sagrados Corazones.
Presidían el Homenaje los Exmos. Sres.
Arzobispo de Quito, Obispo de Riobamba y el
Vicario Apostólico de Méndez y Gualaquiza.
Una selecta concurrencia de sacerdotes y reli
giosos. señoras, señoritas y caballeros, ocupaban
totalmente el amplio salón.
H1 programa tuvo una realización espléndida,
impecable, y fue aplaudido por lo mejor y más
representativo de nuestra sociedad. Actuaron
en este artístico certamen el D r Don Francisco
Chiriboga Bustamante, la Sra. Doña Manuela
Gómez de Freile, la Sra. María E. de Darquea
con una admirable declamación, la Sra. Esme
ralda \'iel de Rúales, las Señoritas Inés Román
y Marieta \’iteri, y cerró el acto magistralmente
el limo. Mons. Comín con un bellísimo
discurso de agradecimiento a todas y cada una
de las personas y corporaciones que había
ct>ntribuido al esplendor de las fiestas de San
Juan Bosco.
Domingo lo de Febrero. Día del cxalumno. — Nuestros excelentes Exalumnos tu-
184
vieron la suerte de cerrar nuestro Ciclo de
festejos. Ya antes habían cosechado infinidad
de enhorabuenas, representando genialmente
el precioso Drama « Las Pistrinas n del P.
Lemoyne, que el selecto público hizo repetir
tres veces. Pero el 10 de Febrero pudimos
apreciar todo lo que valen y prometen nuestros
magníficos Exalumnos: por la mañana acudieron
en masa a la santa Misa y Sagrada Mesa; a
las 9J2 celebraron lucidos torneos de cintas en
los que tomaron parte grupos de ciclistas.
Después organizóse una artística cabalgata.
La Banda Municipal, galantemente cedida
por el I. .Ayuntamiento, amenizó estos hermosos
actos con piezas de su bien escogido repertorio.
Participación del Gobierno, del Cabildo Cate
dral, del Municipio y de la prensa. Triunfos
musicales y deportivos.
El patriótico Gobierno del Exmo. Sr.
Dr. Dn. José María Velasco es acreedor a
nuestra inmensa gratitud por la cordialidad
con que se adhirió a nuestras Fiestas, conce
diéndonos especiales permisos y dándonos toda
clase de asistencias y facilidades.
También los M. I. Cabildo Catedral y Muni-
T
cipio de la capital de la República derrocharon
hidalguía para con nuestra humilde Obra, desha
ciéndose aquél en todo género de atenciones, y
robusteciendo éste nuestras dos Bandas de
música con la suya tan afamada, conce
diendo además e inaugurando la Calle « Don
Bosco » en medio de aplausos por nadie rega
teados, tratándose de una sociedad como la
quiteña que tanto ama a nuestro Fundador.
¿ Y qué decir de la generosa Prensa de la
capital?... Los Diaros principales «El Comer
cio », « El Día n, « El Debate », que siempre
apoyaron resueltamente el apostolado salesiano,
nos colmaron de atenciones y alabanzas que
nos ser\úrán de estímulo para trabajar más
y mejor en bien del pueblo. « El D ebate»
hizo diariamente reseña de los actos y
publicó todos los Panegíricos, Discursos y
Poesías pronunciados sobre Don Bosco. «El
Comercio» insertó con nobilísimo empeño
las tres magníficas conferencias del inteligente
periodista Sr. Dn. Leopoldo Rivas quien, no
obstante su conocido ideario religioso, es hoy
uno de los mejores panegiristas de la abnegada
labor de nuestros Misioneros en el Oriente
Ecuatoriano.
Respecto de la magnífica actuación de
nuestra Schola Cantorum, que consta do más
i8o voces, sólo diremos que mereció los más
efusivos parabienes, no sólo de todos los com
petentes en la materia, sino especialmente de
nuestro Excmo. Sr. Arzobispo y del famoso
Director de nuestro Conservatorio Nacional
de música y declamación, Sr. Belisario Peña,
quienes felicitaron muy cordialmentc al R. P.
Elias Maldonado y al Sr. R-. Clodoveo González,
reputados compositores y Maestros de música.
Las iluminaciones, los conciertos, los juegos
de pirotecnia, tan estupendamente organizados
por el incansable entusiasmo de jóvenes salesianos, contribuyeron no poco a realzar el
grandioso marco de estas solemnidades cuyos
exquisitos frutos estamos ya recogiendo, pues
se ha visto crecer de un modo maravilloso el
amor a Don Bosco y a su Obra y se ha forti
ficado no poco el espíritu de millares de
católicos.
Que el glorioso Apóstol del Obrero y de la
Niñez siga bendiciendo, desde el cielo, a
esta gloriosa República, a su dignísimo G o
bierno y Autoridades de todo género, defienda
a sus juventudes y aliente a sus Salesianos.
El P. Iz u rie ta r e p a r tie o d o ro p a s a su s o ra to ria n o s.
DE NUESTRAS
M/S/ONES
BRASIL. - Mato Grosso. — La primera
catequesis ambulante a través de las
tribus de Bororos de Río Vermelho.
Amadísimo Padre Don Pedro Ricaldone:
Se ha realizado la primera catequesis volante
con el P. Cesar Albisetti y el coadjutor Bussi
Secondo, dos veteranos de la evangelización
de los Bororos. Hasta fines del año pasado,
seguimos el sistema de las misiones fijas,
consistentes en aldeas, en cuyo centro se
levantaba la Iglesia y la casa del misionero.
Mas ahora que nuestros Bororos empiezan
a ser empleados por los civilizados como mano
de obra, el Misionero tiene necesidad de
visitar e estas ovejas que viven dispersas a fin
de preservarlas del contagio de los no bauti
zados, y de la influencia casi siempre nefasta
de los civilizados. De aquí que estemos ahora
reuniendo en una gran colonia, la de «Sangradouro», las diversas existentes, para dar
asilo a los pocos centenares de Bororos que
aún quedan por bautizar, y poder así emprender
más libremente las catequesis volantes.
Al terminar el P. Albisetti la visita a los
Bororos, escalonados a lo largo del río Vermelho
me dice lo siguiente: « Los lugares visitados,
nos traen a la memoria el recuerdo del P.
Bálzüla, que durante tantos años, inflamado de
celo, recorrió estas tierras antonces aún más
salvajes y desiertas. Su exclamación predilecta
era un largo y sonoro «¡Deo Gracias!»;
que yo espontáneamente he tenido que repetir
muchas veces, lleno de reconocimiento al
Señor, que tan visiblemente nos ha protegido
en este largo viaje.
De nuestra residencia de «Poxereu», me
traslade a la de Monseñor, en Lageado, pequeña
ciudad que en pocos años se ha desarrollado
extraordinariamente, y donde ya tenemos un
floreciente colegio de niños, y las her
manas de Maria Auxiliadora hacen un bien
inmenso a la niñas, dedicándose además a la
asistencia a los enfermos. Con Monseñor
combinamos nuestro viaje, fijando la partida
para el 7 de Agosto. La mayor parte de los
Bororos, viven dispersos par las diversas aldeas,
excepto un cierto número que no ha tenido
---- - 1S6
L a c ru z d el P. Bálzola.
relación .con nosotros y se hallan en estadocasi salvaje. Los más fieles a las enseñanzas
recibidas en la misión provienen del río
« das Mortes », a cuyas tierras no pueden volver
por temor a sus enemigos los Chavantes.
Los del río Vermelho, más amantes de sus
florestas y de sus grandes ríos, ricos todos de
abundante pesca, se acercaron a nosotros
temporalmente para volver a alejarse en seguida.
El estado moral de muchos es peor que hace
cuar&nta años, habiéndoles sido fatal el barniz
de civilización que adquirieron, en contacto
con los europeos.
En todas las aldeas se encuentra algo carac
terístico. En Toriparu, donde casi todos eran
antiguos amigos nuestros, fueron cordiales las
reuniunes de la tarde, en las que el Misionero
alternaba el catecismo con el recuerdo de los
bellos días pasados en la Misión. Lo mismo
sucedió en a Giarudori», donde tales reuniones
fueron aún más solemnes y numerosas.
Descendiendo en canoas el río Vermelho
llegamos a « Pororga» hacia el mediodía;
mas siguiendo la costumbre de los Bororos,
nos presentamos hacia la caída de la tarde.
El jefe se acercó a saludamos y reunió a toda
la aldea en tomo de nosotros. Así dimos prin
cipio a una academia.... músico literaria...
Entonó aquél un canto con danza, a la que se
asociaron todos los presentes, y en seguida
pronunció su furioso discurso oficial, que
qualquier profano hubiese interpretado como
una sarta de insultos y como anuncio inmediato
de un chaparrón de puñetazos. Siguió un
segundo canto, y después el jefe hizo la pre
sentación de las autoridades y de todos los
nuevos parientes, y no sé cuando hubiésemos
terminado, de no haber venido la noche.
Llenos de satisfacción, regresamos a nuestra
vivienda, donde después del santo Rosario
de las oraciones acostumbradas, tomamos
descanso en nuestras redes, atadas a añosos
troncos, cerca del río.
Todavía conservan aquellas gentes, con edi
ficante veneración, la cruz que el P. Bálzola
les había dejado como recuerdo de su risita.
Nuestro catequista Busso que trabajó en la
erección de aquella gran Cruz de madera ahora
la comtemplaba lleno de emoción.
Más fatigosa fué la risita e la aldea de
<i Aigeri », que se encuentra lejos de todo camino
en el centro de una densa floresta, hasta el
límite de la cual fuimos a caballo, siguiendo
después a pie. Acompañados de un bororo por
el tortuoso camino, llevábamos las provisiones
y algunos regalos. Hacia la tarde acampamos
en las orillas de un río, donde se habían reunido
una porción de indios que volvían de la caza.
Nos trataron como amigos, afreciéronnos
carne, arroz y cacerola para cocerlo. Durante
la noche, animales más o menos salvajes y
feroces nos dieron un destemplado concierto,
pero no nos molestaron tanto como lo habían
hecho de día los mosquitos, pulgas y garra
patas. Estas últimas se nos agarraron con tal
encarnizamiento, que a la vuelta tuvimos
necesidad de pasar los vestidos por el fuego,
para limpiarlos de tan ingrata y feroz compañía.
Cuando Don Bálzola visitó " A igeri», era una
de las aldeas más pobladas, pero ahora se halla
reducida a unas pocas docenas de habitantes.
El día de la Asunción de la SS. Virgen, hicimos
varios bautizos, entre ellos el de una vieja de
qo años, ciega y enferma. Después de una suma
ria instrucción dada a pequeñas dosis, me
pidió el sacramento diciéndome: Dame de
esa agua buena, a fin de que vea, pues me
encuentro en las tinieblas». T e la daré, le
dije, pero no sé si verás las cosas de esta tierra;
te aseguro no obstante que verás las del cielo.
Debo aquí recordar la activa propaganda
que los protestantes hacen entre estos Bororos;
se han establecido entre ellos, y vimos su
residencia. Una anécdota arrojará suficiente
luz sobre el éxito de sus predicaciones. Un
día dice un protestante a una borora < Arroja
lejos de tí esa medalla que llevas al cuello;
eso es el demonio». -T ú sí que eres un demonio,
le contesta ella, puesto que tienes miedo de
Santa Virgen ».
En la aldea de Robore, encontró al indio
Antonio, uno de los tres que en 1898 habían
ido a Italia con Don Bálzola. Aún recuerda el
Piamonte, y sobre todo su buen vino. Decía
con énfasis: «yo soy Antonio, el italiano».
El viaje de vuelta nos permitió visitar una
playa habitada por civilizados, en cuyo centro
se encuentra Rondonópolis, que hace años
era un centro del protestantismo. Encontré al
pueblo bien animado y dispuesto a construir
una pequeña Iglesia. Ahora tendrán con
frecuencia la visita del misionero, que no han
visto en los cinco últimos años.
Nuestro viaje ha durado dos meses, reco
rriendo un total de 6.000 kilómetros, parte a
caballo y parte en canoa; hemos ejercido nuestro
ministerio con indios y civilizados, adminis
trando los Santos Sacramentos, y esparciendo
por todas partes la simiente de la Divina palabra,
de la que tanta necesidad tenían. Ahora, que
el Dueño de la mies haga que germine y fruc
tifique.
Ernesto C arletti, Pbro.
B o ro ro p escan d o co n flecha.
18 7
Crónica
de ias G racias
conseguidas p o r mediación de M aría A u x i
liadora, de San Juan S o s c o y de nuestros
Siervo s de D ios
K S P A Ñ A Huesca, lo enero de 1935. — A una
de mis hermanas, que está de maestra en un pueblo,
se le hizo un pequeño rasguño en el dedo pulgar de
la mano derecha, resultándole un panadizo que no
hay para qué decir lo que la hizo sufrir. Le rasparon
la primera falange y cuando ya parecía estaba mejor,
dijo el médico que tenía que extraérsela y raspar
en seguida la segunda. Mi padre se opuso terminan*
temente, y dijo que se esperase, aunque sufriese más
tiempo, n ver si de otro modo se podía salvar el
dedo.
En tan dolorosa situación yo acudí a la bondad
jamás desmentida de nuestra celestial Madre María
Auxiliadora, y le pedí muy de corazón curase a mi
hermana el dedo, sin que le tuvieran que sacar
ningún hueso, puesto que era el dedo más necesario.
A poco de terminar la novena, que se hizo delante
de su altar, en la iglesia de los Salesianos, se notó
en el dedo una grande mejoría, que fué acentuándose
hasta culminar en perfecta curación, sin que se
tuviera que seguir el sugerimiento del médico. Agra
decida a tan Soberana Madre, cumplo mi promesa
de hacer una oferta para las Obras de San Juan
Bosco y no cesaré en toda mi vida de darle
gracias.
M. S.
E S P A Ñ A Huesca. — Desahuciada por los mé
dicos una hija mía de 13 años de edad, imploré con
toda fe el patrocinio de San Juan Bosco, ofreciéndole
a la vez un obsequio para sus Obras, si me conseguía
la salud de mi enfennita. Oyóme benigno y más
pronto de ló que esperábamos, y hoy cumpliendo
lo prometido, deseo hacer publicar mi gratitud al
gran vSanto.
S. E. S.
E SP A Ñ A I alenda. ■— .-X los pocos días de nacer
un nieto mío, se le presentó un eczema en la cara,
t«)mando tan grandes proporciones que se temió
perdida la vista. Luego de siete meses de lucha en
los que le vieron varios doctores sin que mejorase
nada, acudimos al reverendo señor Director de los
í^alesianos para que tuviese la bondad de dar al niño
la liendición de Maria .Auxiliadora, pues aquel día
estalvi muy mal el niño. Con suma amabilidad acudió
inmediatamente el Rdo. Sr. Director y desde este
día tué el niño ntejorando y a los dos meses quedó
su carita completamente limpia. Oradas sean dadas
a la SS. \ irgen y San Juan Bosco a quienes siempre
recurrimos en nuestras necesidades y no nos desa
tienden.
M a r ía .Al o n so
Cooperadora Salesiana.
iSS
A R G E N T IN A Bahia-Blanca. — -Atacada de
bocio exsoftálmico (enfermedad de Bacedow) desde
hacía varios años, por prescripción médica, me in
terné en un sanatorio, a fin de someterme a una
intervención quirúrgica, como remedio extremo,
para sanar o a lo menos atenuar el mal.
Pero trastornos cardíacos y respiratorios hacían
poco menos que imposible dicha intervención. Mi
fe inquebrantable en el Sacratísimo Corazón de
Jesús y en María Auxiliadora, me hizo acudir a ellos,
y a pesar de conocer perfectamente el proceso de la
enfermedad y el riesgo que corría mi vida, insistía
en la operación al parecer imposible. Hicimos un
triduo a María Auxiliadora en la iglesia homónima
de Punta .Alta; en General Acha, 30 niñitas que
hacían su primera comunión, rezaron según mi
intención; en la iglesia salesiana de Bahía Blanca,
se celebró una Misa en el altar de Don Bosco y en
la capilla de Santa Ana de Tandil y en la iglesia de
San Ignacio de Buenos Aires. Todos los familiares
que se interesaron por mí, recibieron, cinco días
después de rezada la última Misa, la noticia de que la
gracia se había obtenido. Ya yo estaba fuera de
peligro.
Extiendo la presente declaración en Bahía Blanca,
a los treinta días de diciembre de 1934 y a los cua
renta y cinco de dada de alta, después de la última
comprobación médica. Hoy me hallo en condiciones
de reincorporarme a las actividades de la vida que
al Señer plugo prolongarme.
M a r ía
L u isa
L.
de
Z onco.
AR GEN TIN .A (Buenos -Aires) "La Niña", fe
brero de 1935. — Una recaída gripal me tuvo a las
puertas de la muerte. El doctor, aseguraba, como
natural consecuencia en estos casos, la bronconeumonia, cuyo resultado habría sido fatal.
La Sra. Victoria Austa Vda. de Beccaris, con quien
nos unen lazos de familia y que es fer\4ente devota
de María Ainciliadora y de San Juan Bosco, puso
la reliquia del Santo y una estampita de la Virgen
bajo mi almohada, instándome a que tuviera fe en
ellos. Desde ese momento una mejoría inexplicable
que se fué acentuando día a día, me devolvió la
vida.
Más tarde una hija mía e hija política de la señora
antes citada, sufrió una infección puerperal, y cuando
la ciencia desesperaba de salvarla, la gracia divina
nos la devolvió.
No es esto todo. -A mi esposa Antonia C. de -Arias,
a causa de una pequeña herida en un dedo, le so
brevino el tétano. ¿ Quién ignora las consecuencias
de tan terrible enfermedad ? Pues bien; en este caso,
no se hicieron efectivas. Nuestra fe en la Santísima
A'ii^n y San Juan Bosco la salvóEn reconocimiento por tanta gracia, la Sra. Victoria
-Austa de Beccaris me aconsejó que publicáramos
estos favores en el Boletín Salesiano, a lo cual gustoso
accedo.
-An g e l A rlas .
r
CO LO M BIA (Valle) Cali, febrero de 1935. —
Atacada de una neuralgia muy peligrosa y con
sciente de mi gravedad, acudí a mi buena Madre
celestial María Auxiliadora, pidiéndole por mi salud
por mediación de San Juan Bosco. Fui atendida,
V hoy cumplo mi promesa externando públicamente
mi gratitud y enviando una limosna para las Obras
Salesianas.
B. V. vda. de R.
CO LO M BIA (Valle) Carmen, febrero de i 93 S— Doy infinitas gracias a María Auxiliadora por
haberme concedido la salud de un niño gravemente
atacado de cólera infantil. Hoy cumplo la promesa
de publicar mi gratitud y dar una limosna para las
Obras Salesianas.
V ir g in ia R e in a .
COLOM BLA (Valle) Pradera, febrero de 1935.
— Víctima durante muchos años de una molesta
hemorragia que me tenía postrada en cama, acudí
a María Auxiliadora, prometiéndole hacerme Coo
peradora Salesiana y dar una limosna para las Obras
de San Juan Bosco. Hoy, completamente curada,
doy infinitas gracias a mi Madre celestial y cumplo
la promesa.
C l a u d ia OLAt-E.
C H IL E Valparaíso, 14 de febrero de 1935. —
Habiendo sido operada de apendicitis, me acometió
un fuerte resfrío, ocasionándome un daño tal, que
los doctores, al ver el grave estado de mi enfermedad,
indicaron ser indispensable una nueva operación.
En mi enorme aflicción recurrí con firme con
fianza a San Juan Bosco, prometiéndole hacerme
devota suya y publicar la gracia si me conseguía
sanar con sólo los usuales tratamientos, sin necesidad
de ser sometida a la operación a la que tenía gran
horror. El amado Santo escuchó mis ruegos, y hoy,
siguiendo perfectamente bien, rindo gracias y
cumplo la promesa.
C l e m e n t in a U r r u t ia E.
E L S.ALVADOR Santa Ana, febrero 17 de
1935. — ¡Oh María Auxiliadora! Postrada a tus
pies, quiero expresarte mi gratitud a T í y a tu pre
dilecto San Juan Bosco, por haber de\-uelto la salud
a mi hijo en una grave enfermedad. ¡Gracias, gracias,
Madre mía, y a tí también, glorioso Don Bosco!
V ic t o r ia
de
A v il e s .
H O N D U R A S, Tegucigalpa, marzo 19 de 1935.
— Han pasado ya varios años, desde que salí del
Colegio María Auxiliadora. La vida, pródiga en
amarguras, me deparó a mí la de ver gravemente
enfermo a uno de mis niños, al parecer de un fuerte
acceso de apendicitis. Tal fué el diagnóstico de
algunos de los médicos. Grande fué mi angustia al
pensar en -una operación, por la corta edad del niño
que contaba entonces sólo tres años, y me acordé
de Don Bosco a quien hacía un año habían cano
nizado. En nombre del amor que tuvo a los niños,
en nombre de los sacrificios que por ellos hizo, le
rogué que me alcanzara de Dios la gracia de ver
repuesto a mi hijito, que me lo librara de la operación.
Han pasado ya ocho meses desde qvic lo dió ol
último acceso. El niño está fuerte y sano. Los mé
dicos tuvieron que reformar el diagnóstico, recelaron
al enfermo varias medicinas y se compuso del todo.
Agradecida a San Juan Bosco, publico, según le
prometí, el gran favor que me hizo, y no vacilo en
recomendarlo a las madres, como gran auxiliar y
protector de los niños.
A r g e n t in a D ía z L o z a n o .
ISL A S F IL IP IN A S San Pablo, L a guna
Febrero 11,1935. — El día 15 de Diciembre de 1934.
mi hija menor, de un año y once meses, llamada
María Erlinda, cayó enferma con fiebre alta y con
tinua, sin ningún alivio, a pesar de la intervención
de todos los buenos médicos de la localidad los
cuales no acertaban con el verdadero diagnóstico
de la enfermedad. Para aumentar más la pena que
nos embargaba a mi esposa y a mí, nuestra otra
hija mayor. Josefina Luisa, se puso también muy
enferma y, con fiebre alta, el día 28 del mismo mes,
a la par que mi hija María Erlinda se ponía grave.
Acudimos a la Misericordia Divina. No teníamos
más que estas dos hijas y llorábamos amargamente,,
cuando una persona piadosa, el Sr. Don Manuel
RaN'ago, nos trajo una reliquia de San Juan Bosco y
nos sugirió hacei una novena a la Virgen María
Auxiliadora y al Santo. La empezamos aquel
mismo día y envié una humilde limosna a las
misiones salesianas. Al segundo día, mi hija mayor
se despierta sin fiebre, pero con enfermedad de
riñones. María Erlinda en cambio seguía con la
misma gravedad lo que nos obligó a llevarla a
Manila e ingresarla en el Hospital General. A la
cabecera de la enfermita teníamos siempre la
riliquia de S. Juan Bosco.
Aunque soy médico, mi amor de padre hacía
que no me conformase con nada, y consulté a los
mejores especialistas, mas siempre con toda mi
confianza puesta en San Juan Bosco.
Al terminarse la novena que le hicimos, nuestra
hijita estaba limpia de fiebre, lo cual causó una
alegría enorme, pero a los cuatro días presentóse,
de nuevo, y con accesos alarmantes, cuya causa
nadie acertaba a explicarse.
Estábamos consternados ante el pesimismo cada
vez más acentuado de los Doctores, cuando mi
esposa, la noche del i i de Eneto, tuvo un sueño
extraordinario en el que le pareció ver a nuestro
Santo Protector, de pie, señalando el oído izquierdo
de la paciente. Nada podía hacer sospechar que la
causa de la enfermedad radicase en aquel órganj,
tanto más cuanto que un especialista le había ex
plorado ambos oídos cuidadosamente pocos días
antes, y la enferma jamás había acusado en ellos
la menor molestia.
El hecho es que, a la mañana siguiente,del oído
izquierdo se rió manar espontáneamente un líquido
— —
i8 g ^
extraño, la enferma se sintió mejor, la fiebre desa
pareció poco a poco y hoy, locos de alegría, la tenemos
perfectamente curada, como así mismo la otra hija.
Desde lo más hondo de nuestras almas damos
(gracias a Dios, a María Auxiliadora y al Santo
Protector de nuestro hogar.
D r . D o m in g o B. T
ic z o n .
MEJICO, (D. i'c.) Cuatitldn, 13 Novbre, de 1934.
— Una sobrinita mía de 5 años de edad fué atrope
llada el año pasado por una muía enganchada a un
carro. Una persona de servicio que presenció
el accidente recogió a la niña, llevándola inmedia
tamente a su papá que es exalumno salesíano.
••M ver a su híjita casi en estado agónico, en medio
de su dolor gritó: « María Auxiliadora, Don Bosco.
salvádmela».
Los papás, artigidísimos, con su hijita en los
brazos, se dirigieron al momento hacia la capital,
a fin de encontrar allí un Doctor que pudiera salvar
a la pequeña. Por el camino, (dista de la capital
casi una hora en coche), no cesaron de invocar a
sus celestes protectores para la salvación de su tesoro.
La niña fué examinada y se encontró su cuerpecito
horriblemente lastimado; además tuvo una fuerte
hemorragia que puso en duda la salvación de la
criatura.
Mas para María Auxiliadora y San Juan Bosco
no hay imposibles.
Pronto los afligidos padres se vieron consolados
con la mejoría de la querida hijita de su alma. Al
año, la pobre chica fué atacada de bronconeumonía
tan aguda que se vió en fin de vida. Los padres
^•olvieron con la misma confianza de siempre a sus
Santos Protectores, y también esta vez fueron
escuchados sus ruegos.
Catita, la querida ninita, está ahora gozando de
perfecta salud.
Agradecidos a tan buena .Madre y a San Juan
Hosco, enviamos una limosna para las obras salesianas.
Sus padres y su tía S or P ía Z a n el la H. de M.A.
V E N E Z U E L A Los Teques, enero de 1935. --Se aproximaba el día feliz de mi Profesión Religiosa,
y mi .salud no me pennitía consagrarme al Señor
en d Instituto de las H. H. de María Auxiliadora.
Entonces \*olví mis ojos hacia nue.stro amado Santo,
Don Bosco, prometiéndole publicai la gracia después
de un año si me la concedía. Pasado este tiempo y
hallándome en condiciones de poder trabajar,
cumplo agradecida mi promesa.
Sor. J o se fa R o n d o n i (Hija de María .Aux.)
Por intercesión de nuestros
Siervos de Dois.
.Ar g e n t in a Córdoba. — Habiéndose quemado por
completo las dos piernas uno de mis hijos, imploré
con \*erdadcra fe y confianza la protección del an
gélico Sier\o de Dios Domingo Savio, y éste edtó
as tristes consecuencias que parecían irremediables.
-------19 0
Agradecida le cumplo lo ofrecido y envió una
limosna para los gastos de su Beatificación.
M a r ía J. C. de Vega.
E s p a ñ a Bilbao. — Con motivo de una bronquitis
fuerte, y habiendq^leído por aquellos días las gracias
concedidas por la Sierva de Dios Dorotea de Chopitea, me animé a hacerle tres novenas por horas, y
a publicar la gracia si me obtenía la curación. Grada
que me fué concedida, experimentando inmedia
tamente mejoría y curándome después, lo que me
complazco en hacer público por medio del « Boletín
c. C ía S. J.
Salesiano *.
Dan también gracias a María Auxilia
dora y a San Juan Bosco por favores
recibidos:
E s p a ñ a (Cuenca) Alcohujate. María Jesús Palo
mares — Catalina Gómez.
E s p a ñ a Igualada. María Santiago.
E s p a ñ a Santiago de Galicia. Amalia Subirá.
A r g e n t in a Buenos Aires. Dr. Ataliva Herrera,
abogado.
A r g e n t in a (B s . A s .) Lobos. María M . Gíordano.
A r g e n t in a (Santa Fe) Sarmiento. María B . de
Piróla — F. de Lucca — María Falco.
C o l o m b ia (Santander) Bucaramanga. A u re lia
Rueda Novoa.
C o l o m b ia (Santander) Girón. Anunciación Parra
— Ricardo Mantilla — Elvira Rodríguez — María
Ignacia G. de Arenas — Benita Rodríguez — Ce
lestina Medina.
C o l o m b ia (Valle) Cali. Juana de Dios Figueroa —
Emelina Domínguez — Inés Varela — N . N.
I sl a s F il ip i n a s Manila. Aurora d e Guerrero.
M é jic o (Jalisco) Guadalajara. Enriqueta* R. Ro
dríguez — Jesús V . O. Vda de Villaseñor.
M é jic o (Michoacan) Zitdcuaro. María de Jesús
B. de Barrera — N . N.
U r u g u a y Montevideo. Concepción C. de Centeno.
V en e z u e l a Maraembo. Abrahám Atencio B . y
Zoé N. de Atencio.
Por el altar de S. Juan Bosco
y ampliación del Santuario de
María Auxiliadora
(A ú n no te h a s decid id o ?
¿Aún n o h a s p e n sa d o e n h a c e rle a San J u a n Bosco
la o fren d a q u e c o rre sp o n d e a ia a d m ira c ió n y c a riñ o
q u e p o r él sientes?
¿Aún n o h a s ech ad o cu e n ta s s o b re lo q u e . s in grave
sacrificio, c o n s e n tiria n tu s m e d io s d e fo rtu n a ?
P ien sa q u e es ésta la ú n ic a vez e n q u e D on Bosco
in v o ca p a r a s i la c a rid a d d e su s a m ig o s.
M ientras n o se reú n an los recursos necesarios para la
g ran o b ra q u e se piensa realizar, n u estra m ano seguirá
extendida.
andar por sí mismo, un empeño en decir que seguía
viendo lo suficiente. Y se bastó siempre a sí mismo.
La música fué una de sus predilecciones y un
índice de afinación espiritual.
Pero fué por encima de todo un gran sacerdote,
apóstol de las almas.
Director del Colegio Don Bosco de San Nicolás
desde 1903 a 1908, y del Colegio Santa Catalina de
S A L E S IA N O S D IF U N T O S :
Buenos Aires desde 1909 a 1920, y otra vez en San
Nicolás desde 1921 hasta ahora, el cuidado de las
Ei Sacerdote Don Bartolomé Molinari.
almas y la predicación fueion su permanente
Falleció en el colegio Don Bosco, de San Nicolás
preocupación.
Y en estos veinte años que comprenden sus dos
le los Arroyos (Argentina;.
Anciano octogenario, lleno de virtudes y
períodos de actuación nicoleña, fué tan intenso y
tan continuado y tan eficiente su apostolado sacer
merecimientos, era el Padre Molinari una viva
reliquia conser\’ada en este primer colegio salesiano
dotal, que mejor que nosotros dirá con creces la
verdad de su noble siembra y la consecuencia de
que se abrió en América, y un exponente fiel de
aquellos heroicos primeros hijos de Don Bosco,
los muchos afectos acrisolados en gratitud, el mundo
formados en la escuela personal del gran santo
de almas que presentimos van a desfilar junto
a sus restos en la iglesia salesiana, donde desde
turinés.
hoy a medio día van a ser velados por el cariño
Porque el P. Molinari, nacido el 8 de agosto de
1854, y huérfano de padre a sólo quince días de su
de amigos y de pueblo.
Porque fué un gran amigo del pueblo este anciano
nacimiento, encontró en el célebre * oratorio * de
sacerdote que se fué. Como que fué él mismo la
Valdocco en Turín, donde ingresó a los doce años,
más acabada expresión del “ hijo del pueblo” , al
su escuela y su hogar, y en Don Bosco un padre y
que se dio sin retáceos, cordial, íntegra, sacrificadaun maestro. Y así como supo ser primero su alumno
aprovechado, quiso ser después su hijo predilecto
mente.
Por eso, lo repetimos, amó a las almas, sobre todo
y se enroló para siempre entre sus salesianos. Aquella
a las más modestas, con la misma santa pasión con
escuela de santidad del padre hizo honda mella en
que amó a la congregación salesiana que lo recibió
la pasta del hijo, que encontrando el molde propicio,
en su seno, y a Don Bosco, al que se dió por entero
\olcó entero el espíritu en el otro espíritu y plasmóse
hasta copiarlo.
a su imagen y semejanza.
Y porque la copia fué fiel era unánime el consenso
Y fué un digno hijo de tal padre. A su lado com
público en torno a su persona, cuando afirmaba
pletó los estudios sacerdotales, hasta recibir el
que “ el padre Molinari era un santo” . Extraña afir
presbiterado el 8 de octubre de 1882. Dedicado a
mación ésta y desacostumbrada en la pluma perio
la enseñanza y al cuidado de las almas, ocupó
dística, que sentamos con la fuerza que nace de
sucesivamente los puestos de consejero escolar,
una convicción arraigada en el alma popular.
director espiritual y administrador en varios colegios
San Nicolás ha de conmove/sc hoy ante el anuncio
de Danzo Torinesse, Magliano y Valsálice, hasta
que — ya fallecido Don Bosco — en 1895, fué
de esu muerte que toca a una gran parte de su po
enviado por sus superiores a nuestro país a dirigir
blación.
(De un diario local).
el primer seminario que la obra de Don Bosco
establecía en la Argentina.
Este solo dato dice explícitamente de su capacidad
Han m uerto tam bién en la paz d el Señor:
y sus cualidades sobresalientes.
José Boido, sacerdote — de Alice Bel Collc (Italia)
Fué así en el país un gran forjador de salesianos:
t en Buenos Aires, el 24 de Diciembre de 1934.
toda la plana mayor de los actuales superiores
Mario Guidorem, clérigo — de Gaggio Montano
argentinos de la obra de Don Bosco se formó bajo
(Italia) t en Santiago de Chile, el 2 de Octubre de
su sabia y solicita dirección.
Y era en verdad un sacerdote de vasta preparación
‘ 934,,
David Atiguilari, coadjutor — de Masone (Italia)
y de serias disciplinas eclesiásticas. Su sagacidad
t en Bogotá, el 21 de Noviembre de i 934era proverbial, como lo era su afán por disimular
José Argueta, sacerdote — de Guatemala t en
los altos quilates de sus dotes morales e intelectuales.
Santa Tecla (El Salvador), el 6 de Diciembre de
Gran lector, acaso pagó tributo a esta gran necesi
1934dad de su espíritu superior que le hiciera robarle
José MeJotte, sacerdoU — de Walk (Bélgica) t
excesivas horas al sueño, al cerrarse la luz de
en
Barranquilla (Colombia) el 6 de Diciembre de
sus últimos años, en manera tan progresiva,
que la ceguera se hizo al fin definitiva, sin quejas
*934Juan Popoioski, sacerdote — de Goníadz (Polonia!
ni protestas de su parte. Antes bien, en su afán de no
en Guayaquil (Ecuador) el 20 de Diciembre de
causar con ella molestias a sus hermanos en relígicki,
N E CR O LO G ÍA S
>
mantuvo hasta hace muy poco y mientras pudo
1934I9I
i
Manuel Mazo, sacerdote — de Valencina (España)
■ f en Cádiz (id.) el 24 de Diciembre de 1934.
Juan yori'e Butz, clérigo — de Weinstetten (Ale
mania) t en S. José dos Campos (Brasil) el 28 de
Diciembre de 1934.
José Fermín Corso, coadjutor — de Valencia (Ve- •
nczuela) f en Caracas el 4 de Enero de 1935.
Silvio delta liianca, clérigo — de Bognanco (Italia)
•f en Piossasco (Id.), el 4 de Enero de 1935.
■ COOPERADORES D IF U N T O S:
Excmo. Sr. D. Santiago Félix Valderrama.
General de Brigada retirado del arma de artillería,
ha volado al cielo, en la ciudad de Córdoba, (España)
•donde la enfermedad le llevó hace tres largos meses.
Si todos los que le conocieron han llorado su
nombre de padre y bienhechor insigne, ¿ qué diremos
nosotros, qué dirán los niños de nuestras escuelas
por los que sentía cariños y predilecciones maternales?
Hacía tiempo que en nuestra Capilla de María
Au.YÍliadora de Montilla se elevaban incesantes y
fervorosas plegarias por su curación. A la intercesión
de la Virgen y a la de San Juan Bosco, de los que
era devotísimo, atribuyó el restablecimiento que
•obtuvo el mes pasado.
Pero el Señor lo ha querido. La noche del Primer
Viernes de este mes de marzo nos dieron desde
Córdoba, por teléfono, la triste noticia.
Su virtuosa Señora, Dña Dolores Rlobóo, presi
denta de la Archicofradía de María Auxiliadora,
refería los transportes de júbilo con que el querido
D. Félix, horas antes de expirar, invocaba a su
•santo, Don Bosco, y cómo atribuía a su intercesión
los instantes de lucidez y tranquilidad de que
gozaba. Contaba también la veneración y el santo
argullo con que a todas las visitas mostraba una
estampa grande de San Juan Bosco que, de su puño
y letra, le había dedicado y mandado hacía muy
pocos días, desde Italia, su fervoroso y viejo amigo
D. Pedro Ricaldone, hoy Rector Mayor de la Congregjteión Salcsiana.
Sea el Señor bendito.
D. Santiago F. Valderrama fué un caballero sin
tacha, un sólido prestigio, un valeroso soldado, un
cruaido infatigable de la santa causa de Dios, un
admirador y bienhechor insigne de la Obra Salcsiana,
un enamorado de los problemas de la tierra y de la
agricultura y más aún, un Genenil y un Caballero
nobilísimo; era para cuantos a él se acercaban un
padre, un amigo, un hennano
Tenía 77 años. Le blanqueaba la cabeza y le
blanqueaba y le temblaba al hablar la barbilla de
001 te aristocrático; pero aún su prodigiosa actividad
y su recia contextura moral le pemutían dedicarse a
Jas cuestiones y problemas más dispares; y así,
mientra pensaba en \-ulgarizar sus estudios y expe
riencias sobre agricultura, planeaba la manera de
192
levantar el porvenir de su Patria sobre los pilares
de la escuela, y de la escuela cristiana. ¡ Cuántas
veces y con cuánto calor y entusiasmo hablaba
del porvenir de nuestras escuelas de Montilla a las
que él mensualmente socorría!
Su larga y penosísima enfermedad producida por
una úlcera de estómago, le originó sufrimientos
que sobrellevó con cristiana fortaleza. Su muerte
fué la del justo. Su entierro un duelo general.
Al reiterar nuestro más sentido pésame a la
distinguida y numerosa familia, pedimos a nuestros
lectores generosos sufragios por su bendita alma.
Don Nicolás Rodríguez Pérez.
Párroco de la Villa de Teguise y Arcipreste de la
isla de Lanzarote (Canarias). Falleció a la edad de
71 años, habiendo recibido a petición propia todos
los Sacramentos. Su muerte fué edificante, prepa
rándose para ella con todo su conocimiento, que
conservó hasta última hora. A pesar de sus dolencias
y frecuentes recaídas en una penosa enfermedad,
que en todo momento sufrió con ejemplarísima
resignación cristiana, y que le duró más de dos
años, no quiso abandonar nunca el ejeicicio del
ministerio parroquial al que estuvo consagrado en
teramente, hasta morir, durante sus cuarenta años
de sacerdocio.
Se distinguió siempre por su piedad profunda y
ardiente celo, por su ilimitada caridad con los po
bres y por su continua y generosa ayuda tanto en
bien del culto como de la propaganda de las buenas
lecturas. Era activo cooperador salesiano y laureado
perpetuo por los Legionarios de la Buena Prensa.
Murió pobre, pues invirtió todo cuanto tenía en
bien de los menesterosos, del culto, y de las buenas
lecturas.
Han m u erto tam bién en la p az d el Señor:
E s p a ñ a El Ferrol. — Excmo Sr. D. Alejandro
Bouyón y Bouyón y Rubio — María del Pilar
Bouyón y Pía.
A r g e n t in a Córdoba. — Mercedes Patrón de Tofanelli.
A r g e n t in a (Córdoba) ^Torteros. Ana Scarione
^*da de Perino.
C o l o m b ia (Santander) Girón. Dolores Cáceres
Vda de Prada.
C o l o m b ia (Santander) San Andrés. Xeftalín
Rincón.
CoLOMBi.A (Valle) Cali. Gral Enrique Palacios —
Mercedes FeiTerosa de R.
E c u .ador Guayaquil. — Miguel Vicente Otero
La torre.
I slas F i l ip i n a s Molo, Iloilo. — Ignacio Arroyo.
M é jic o (Jalisco) Ciudad Guzmán. — Miguel
Castillo.
C o » •p r o ta c tó m «te te a m to r id tl e c ie s iá tíic » . — D i m lo r - m p o u « l> le : D . G U I D O F A V IN I
£»I«U ccímí««(o T lp . d e l« Soc«e <I«d E d ito ra la le taack m a i - T a r ta . C o rs o ftc g to a .H a r g h e r íla , I t t
i
TESORO
ESPIR ITUAL
Relación de les Indulgencias Plenarias
que los Cooperadores Salesianos p u e
den ganar, en e l transcurso d el año.
I, _ Una vez cada dia, elevando a Dios, en
medio del trabajo y aunque sea sólo mentalmente,
una piadosa invocación cualquiera, previas las
demás condiciones ordinarias, o sea el estado de
gracia, la confesión y comunión sacramentales
y ¡a visita a alguna iglesia u oratorio público,
rogando por la intención del Soberano Pontiftce.
Hsta indulgencia del trabajo santificado puedai ganarla, los cooperadores, Salesianos, Hijas
de M. Auxiliadora y sus respectivos alumnos y
exalumnos. Si, hallándose en estado de gracia, se
sigue repitiendo la misma piadosa invocación
u otra cualquiera durante el trabajo, se puede
ganar, cada vez, una indulgencia parcial de
400 dias.
- XJn dia de cada mes, el que uno elija.
^ - E l dia en que se hace el piadoso Ejercicio Mensual
de la Buena Muerte.
4 - E l dia en que se asiste a la Conferencia Mensual
Salesiana.
$ - E l dia en que uno inscribe su nombre en la Pía
Unión de Cooperadores Salesianos.
6 - E l dia en que por primera ves se consagra uno al
Sgdo Corazón de Jesús.
7 - Cada ves que practique los Santos Ejercicios Es
pirituales, de ocho dios.
i - A la hora de la muerte, con tal que, confesado y
comulgado o por lo menos arrepentido de sus peca
dos, invoque, con los labios o con el corazón, t t
nombre sacratísimo de Jesús.
a
EN C A D A U N A
D E L A S SIG U IEN TES F IE S T A S :
18 - Cátedra de San Pedro en Roma.
23 - Desposorios de la Sma Virgen.
25 - Conversión de San Pablo.
29 - Fiesta de San Francisco de Sales.
FEBRERO
2 - Purificación de la Sma Virgen
22 - Cátedra de San Pedro en Antioquia.
MARZO
19 • Fiesta del Patriarca San José.
35 - Anunciación de la Sma Virgen.
MAYO
3 - Invención de la Santa Cruz.
8 - Aparición de San Miguel Arcángel.
17 - Aniversario de la Coronación de Maria
Auxiliadora.
34 • Fiesta de María Auxiliadora.
JUNIO
24 - Natividad de San Juan Bautista.
39 - Fiesta de San Pedro y San Pablo.
30 • Conmemoración de San Pablo.
JULIO
1 - Preciosa Sangre de Ntro Señor JesucristOL
2 - Visitación de Ntra Señora.
16 • Fiesta de la Virgen del Carmen.
AGOSTO
6 - Transfiguración del Señor.
15 - Asunción de la Sma Virgen.
16 - Fiesta de San Roque.
SETIEM BRE
8 •
13 14 15 39 -
J) Movibles:
Sagrada Familia (el primer domingo después de U
Epifanía).
Dolores de la Sma Virgen (El viernes de PaMÓn).
Domingo de Ramos.
Pascua de Resurrección.
Ascensión del Señor.
Domingo de Peniecostés.
Fiesta de la Sma Trinidad.
Corpsss Christi
Fiesta del Sgdo Corazón de Jesús (primer viernes
después del Corpus).
Fiesta del Sgdo Corazón de María (dia siguiente del
anterior).
2 ) F ijas:
ENERO
I - Circuncisión del Señor.
* - Santísimo Nombre de Jesús.
6 - Epifania.
Natividad de la Sma Virgen.
Dulcísimo Nombre de María.
Exaltación de la Santa Cruz.
Los Siete Dolores de la Sma Virgen.
Dedicación de San Miguel Arcángel.
OCTUBRE
7 . La Virgen del Rosario.
11 * Maternidad de María.
16 - Pureza de María.
NOVIEMBRE
- Presentación de Ntra Señora.
32 • Fiesta de Santa Cecilia.
31
DICIEMBRE
8 Inmaculada Concepción.
25
- Natividad de Jesús.
Para lacrar las antedichas Indulgencias se re
quiere,
de las condiciones ordinarias, qoe
los Socios de la Pía Unión recen cada día un Padrenoestro, Avemaria y Gloria, con la invocación
Sonde Francisu Salesi, ora pro ncbis, según la íntendón del Romano Pontífice.
Editorial Católica Cosáis {Caspe. 108 - Barcelona).
J U N T O A L S A G R A R IO - Por el P. Vogels.
Un t. (13 X 19) de 336 págs. rústica 2,75, tela 3,75.
Contiene este libro 31 meditaciones eucarísticas,
una para cada día del mes; ejercicios para la Hora
Santa y Cuarenta Horas, y otras prácticas piadosas.
El calor de santidad que de ellas se desprende ha
hecho ya la delicia de muchísimas almas.
A L O S P IE S D E L A S M A V IR G E N - Es del
mismo autor, y cuesta 2 y 3 ptas, según sea en
rústica, o en tela.
Obras ültimamente rccibidas:
Editorial Gili {Córcega, 415 - Barcelona).
L A L IT U R G IA Y L A VID A C R IS T IA N A - Por
el Dr. C avagna . Versión del italiano. Un vol.
(12 X 19) de 154 págs. rústica, 2,50 ptas. Tela 4.50.
Este libro interesa especialmente a las personas
que quieran formarse una conciencia profundamente
católica.
L A S R A Z O N E S DEL M O V IM IE N T O L IT U R
G IC O - Por el P. I. Van Houtryve, O. S. B. Versión del italiano. Un folleto (12 x 19 ) de 32
págs. Rústica 0,40 ptas.
El sabio benedictino ha hecho una obrita muy
oportuna de divulgación, presentando la Liturgia
como escuela de oración, y alentando ese renacer
litúrgico que se observa en todas partes.
Editorial Luis Vives S. A. {Sicilia 40 - Barceloneí).
P R O D IG IO S D E S A N T ID A D - Es una serie de
Folletos de 12 págs. primorosamente ilustrados
y con magnífica cubierta a dos tintas, en los que
van desfilando los Santos más eminentes y popu
lares de la Iglesia. Nosotros hemos leído algunos y
podemos decir, con “ El Mensajero” , que estas
obritas constituyen una novedad muy práctica, que
están muy lindamente presentadas y que son un
excelente medio de desterrar lecturas malsanas y
un muy bonito premio para catcquesis” .
Actualmente la colección consta de 32 biografías
que se venden a 0,25 ejemplar, con importantes
rebajas para los propagandistas.
BOLETÍN
P A R A D IO S - Por el P. Félix Anizán. Un t.
( i 6 x i i ) de 512 págs. rústica 5 ptas, tela 6,30.
He aquí el libro de los que sufren y quieren
unirse estrechamente con su Divino Modelo.
Su lectura es fuente de paz y de consuelos y
estímulo poderoso de santidad.
Editorial Hijos de Gregorio del Amo {Pos, 6 .
Madrid).
L A C U E S T IO N S O C IA L E N L A S E N C IC L I
C A S “ R E R U M N O V A R U M ” Y Q U AD RAG E SIM O A N N O ” - Por el P. Carmelita M a r
c el o DEL N iñ o J esús - U n t. en 8“ mayor, de
264 págs. Rústica 4, tela 6.
Obra ésta de flagrante actualidad, es recomenda
ble por el tacto exquisito de su autor.
Los principios salvadores de la sociología cristiana
hállanse en ella admirablemente expuestos.
N U E V A S O R IE N T A C IO N E S D E L A J U V E N
T U D FE M E N IN A - Por Mons. O l g ia t i . Ver
sión de la 7® edición italiana. Un t. en 8®, de
295 págs. Rústica 4,50; tela 6,50.
Esta obra en pocos años ha conocido en Italia
una tirada de 77.000 ejemplares. ¿Qué mejor
“^ a m e ” podríamos hacerle? Olgiati es un publi
cista católico conocidísimo, moderno, formidable,
y la traducción que el P. J. J. Santander nos pre
senta será un amigo precioso de cuantos a la
acción católica femenina dedican sus actividades en
España e Hispanoamérica.
SALESIANO
RED ACCIÓN Y ADM INISTRACIÓN: V lA CO TTO LEN G O . 32 - TURÍN ( i 09 ) - ITAUA