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INSCR.IBfOS
EN LA
PÍA 0 5 R A
DEL SG D O . C O R A Z Ó N
¿Quién no conoce la Obra Pia del Sgdo Co
razón de Jesús?
Fué fundada por el Primer Sucesor de San
Juan Bosco, y benignamente aprobada por S. S.
I.eón X III, el 30 de junio de 1888.
Con sólo la limosna de tma peseta, o de otra mo
neda equivalente, se adquiere derecho a partici
par de todas las oraciones y buenas obras, de la
Pía Sociedad Salesiana y a la aplicación de seis
misas que se celebran t<^os los días, a perpetuitlad, en nuestra Basílica del Sgdo Corazón de
Jesús de Roma, dos en el altar mayor, dos en el
(le María Auxiliadora y dos en el de San José.
lyos que se inscriben en la Obra Pía pueden
aplicar el fruto de estas misas a sí mismos, o
u otras personas, vivas o difimtas, y variar la
intención cuántas veces les plazca.
Ivas limosnas recibidas por este conducto
destíñanse, de modo exclusivo, a promover la
gloria de Dios y los intereses culturales de la
sociedad, acogiendo niños pobres y abandonados
para educarlos cristianamente.
DE JESÚS DE R O M A
I Quién no contribuirá pues, con algunos cén
timos, que con tanta facilidad se gastan, a esta
invitación patenval de San Juan Bosco y de la
Iglesia, inspirada en ideales tan nobles y
caritativos?
i Quién no siente la necesidad de asegurarse
la benevolencia divina, en este mimdo y en el
otro, mediante la aplicación de los méritos
infinitos del Santo Sacrificio del altar?
¿ Quién no tiene almas queridas, AÚvas o di
funtas, a quienes obsequiar con tan esplén
dido regalo espiritual?
No tardéis en pedir Hojas de suscripción
R ector Mayor de eos S alesianos
Cottolengo 32 - Turín (109) (Italia).
Las limosnas pueden enviarse al mismo Rector
Mayor o directamente a nuestra casa de Roma.
- Ospizio Sacro Cuore - Via filarsala 42.
P edid que os envíen el
B O L E T ÍN
S A L E S IA N O
Propagadlo, Aconsejadlo.
Suscribios a
JUVENTUD
MISIONERA
E s una Revista interesantísima y pul
cramente ilustrada, que no debería
faltar en ninguna familia cristiana.
SUSCRIPCIÓN ANUAL:
8 liras — 5 pías — o su equi
valencia en otros monedas en cualquier
Casa Salesiana. o Redacción - CoHolengo. 32, Tuiín (Italia).
SUMARIO
El Sacerdote Pedro Ricaldone a los C<x)peradores
Salesianos — Después del Congreso Eucarístico
lutemacional de Buenos Aires — ¡Doglíani ha
muerto! — El Cardenal Pedro Gasparri — Don
Bosco en el Báltico — La Obra de Don Bosco en
Espaüa y América — Das Palmas. El Cardenal
Hlond, a su regreso de América, visita la ciudad
y el Colegio Salesiano de Las Palmas — Santiago
de Chile. El Presidente del Ecuador en el Oratorio
< Juan Bosco » — La glorificación de San Juan Bosco
en el mundo — Fiestas de la canonización en San
tander (España) Salta (Argentina) El Pan (Ecuador)
Valdivia (Chile) — De nuestras Misiones — Congo
Belga. Conversión extraordinaria de unos turistas
ingleses — Gracias — Necrologías.
AÑ O L
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N. 1
BOLETÍN
SALESIANO
1955
REVISTA DE LAS OBRAS DE DON BOSCO
ENERO
El sacerdote Pedro Ricaldone
a los Cooperadores Salesianos.
Beneméritos Cooperadores y Cooperadoras:
Me habréis de perm itir que antes de que
expire este año de 1934, denso de acon
tecim ientos tan exquisitam ente gratos y
halagadores para nuestra humilde Sociedad,
os invite una vez más a que unáis \mestra
voz a la de la Fam ilia Salesiana, para elevar
el himno de nuestra gratitud al Todopode
roso, que con la glorificación de nuestro
Fundador, nos ha colm ado de gracias y hecho
gustar las más puras alegrías.
P or conducto de los diversos Boletines y
podemos decirlo, de los diarios de todas las
lenguas, habéis podido seguir los triunfos
incensantes que, a partir de las jom adas
inolvidables de Rom a y de Turín han v e
nido sucediéndose así en las ciudades más
populosas, como en los pueblos más humil
des, con tales entusiasmos y demostraciones
de piedad y fervor, que cuantos en ellos
tom aron parte quedáronse admirados y pro
fundam ente conmovidos.
Sería para m í tarea gratísima repasar
aquí todas esas demostraciones, siquiera las
más solemnes, pero he de renunciar a ha
cerlo por falta de espacio, y por el temor
que tengo de incurrir en omisiones lam enta
bles.
N o quierí) dispensarme sin em bargo de
reiterar, xma vez más, desde estas p^^nas,
el agradecim iento m ás ferviente de toda la
Fam ilia Salesiana a las más altas A utori
dades Ecclesiásticas, Civiles y Políticas, de
todas las naciones, provincias y lugares; a
los Cooperadores, Alumnos y Exalum nos,
tan to de los Salesianos como de las H ijas
de M aría A uxiliadora, y en general a cuan
tos amigos y favorecedores han tom ado
parte, de algún modo, en la glorificación de
nuestro Santo.
E stas fiestas grandiosas, celebradas en
honor del Padre, han llevado al corazón
de los hijos consuelos inefables, y les
han hecho sentir, de un modo m uy im
perioso, la necesidad de intensificar sus
actividades, aun a costa de los más graves
sacrificios, para lograr el may<ir incremento
posible de sus obras e instituciones. Creemos,
en efecto, interjíretar adecuadam ente el
sentido de todas esas manifestaciones, de
todas esas universales sim patías hacia nues
tro Don Bosco glorificado, si decimos que
han constituido, no sólo una afirmación
plebiscitaria de la bondad de sus obras, sino,
adem ás y especialmente, un estím ulo que
incita poderosamente a m ultiplicarlas, para
conseguir y asegurar más y más la salvación
de esas pobres juventudes, acechadas hoy,
en todas partes, por captaciones las m ás pe
ligrosas, por lecturas y espectáculos desver
gonzados que atosigan su mente y su co
razón cfm fuertes dosis de mortíferc.® veneno.s.
N o faltan ptu ventura sabios hombres de
gobierno que, preocupándose del porvenir
de sus naciones respectivas, se esfuerzan en
sanar de raíz las sociedades puestas bajo
sus cuidados, pero sobrecoge nuestro ánimo
contem plar en cam bio el sesgo am enazador de
las tem pestades que se ^^enen condensando
sobre el horizonte de algunos pueblos, que,
en la escuela y en el taller, por medio de la
jjrensa y de leyes conculcadoras de todo
derecho divino y humano, persisten en su
obra corruptora de las futuras generaciones.
Salvar a la juventud fué cabalm ente la
misión específica de nuestro .Santo Funda
dor, a quien todo el mundo honra y distin
gue con este títu lo « E l Apóstol de la ju v en
tud »; y ésta y no otra debe ser, por consi
guiente, la misión particular de sus hijos,
que sienten, hoy más que nunca, al deber
de intensificarla c o n ‘ el m áxim o tervor.
Para ello, y a fin de conseguir la m ayor efi
cacia, hácese necesario aum entar, hasta donde
sea posible, el número de esos jóvenes que,
sintiéndose llam ados por Dios, ofrécense
generosamente a continuar el apostolado de
San Juan Bosco.
E sto es precisam ente lo que nosotros he
mos tratad o de conseguir de un modo
especial en estos últim os años, y esto lo que
sigue siendo el objeto primario de nuestras
más solícitas atenciones. A vosotros no se os
ocultan los esfuerzos que venim os haciendo.
L os que todo lo miden con módulos pura
mente humanos podrán acaso tachar de
audaz y tem eraria esta ilim itada confianza
en la D ivina Providencia, que Don Bosco
ahincadam ente dejó esculpida en nuestras
almas, pero es lo cierto que sus enseñanzas
sublimes no podrá jam ás olvidarlas ningún
salesiano « Por falta de medios — nos decía
— nunca debéis dejar de recibir a un joven
que ofrezca señales ciertas de vocación.
Gastad, si es necesario, todo lo que tenéis;
si ello no basta, salid a pedir limosna, y si
a pesar de todo aún carecéis de lo necesario,
tened confianza en la Sma Virgen y veréis
como E lla, de un modo o de otro, aun a
tniequ e de tener que obrar m ilagros, os
sacará de apxiros ».
A sí es, en efecto, y yo he de aseguraros,
|>ara \niestr(í consudo y para que os sirva
de estímulo, que hasta ahora no nos ha
faltado nunca el pan para ninguno de esos
miles de jó\-enes que en las casas de formación
se \*ienen preparando al apostolado salesiano.
¿Cómo podríamos nosotros sostener e in
crem entar las obras y a em prendidas y acep
tar las que van A’iniendo, cómo nos arreglaríanu^s p ir a pm veer, año tras año, el perso
nal indispensiible que demandan nuestras
Misiones, si no abriésemos de par en par las
puertas a todas esas vocaciones que el Se
ñor nos envía?
N o tenem os pues más remedio que adm i
tirlos, y yo siento que el mismo Señor nos
em puja a ello y nos manifiesta de muchos
maneras que aprueba estas audacias. E l día
7 de diciembre p. p. hizo 50 años que nuestro
amado Padre tu vo el consuelo de abrazar al
primero de sus hijos elevado a la dignidad
episcopal y destinado a regir su primera
misión. Pues bien, mientras recordábamos
esta circunstancia y con la más afectuosa
veneración pronunciábamos emocionados el
nombre glorioso del Em m o Cardenal Cagliero,
otros cuatro hijos de Don Bosco eran hon
rados en diversos puntos con la sagrada
mitra y otro además designado Prefecto
Apostólico, como oportunam ente os lo han
com unicado los Boletines.
¿ Y qué os diré de la expedición de m isio
neros de este año? Cuando al celebrarse en
1925 las Bodas de Oro de nuestras misiones,
llegamos a reunir 15 1 misioneros, y en 1929,
año de la Beatificación, alcanzam os la cifra
de 181, nos pareció que nunca podríam os y a
superar estas cifras, y no obstante ¡cómo se
ha ensanchado nuestro corazón al contem
plar, en este año, por tantos m otivos memo
rable, esa doble falange de 226 Salesianos y
de 125 H ijas de María Auxiliadora, m ar
chando alegres y fervorosos a los lejanos
puestos de misión!
¡Oh! no h a y duda de que San Juan Bosco,
al com partir com placido desde el cielo nues
tras alegrías, se ha dignado bendecir tam bién
nuestros trabajos.
Y o sé que vosotros, beneméritos Coopera
dores, que con tan ta caridad y solicitud
seguís de cerca el desarrollo de nuestras
obras, comprendéis fácilm ente que este nú
mero grande de misioneros, a pesar de ser
tan consolador, no alcanzará to d a vía a
cubrir las exigencias más imperiosas de las
obras que tenemos en m archa y de las nue
vas que h a y que im plantar.
Quiera pues el cielo suscitar muchas almas
generosas que se preocupen, no sólo de pro
veer el pan para nuestros huerfanitos, sino
adem ás de a\nidamos a form ar a los futuros
salesianos y misioneros.
D ejad que os lo repita, en nombre de Don
Bosco: N o hay obra más grande en este
mundo que la de cooperar a la formación de
un sacerdote. Y o obrigo la confianza de que
esta voz será escuchada, y de que seguirán
com o hasta aquí surgiendo nue\*as Becas
Misioneras; yo espero que el ejem plo de
no pocos insignes y generosos bienhechores
nuestros será im itado por otros que vengan
a fundar y dotar Institutos especializados
¡■ jara la form ación de los futuros apóstoles.
Fundaciones hechas en e l año 1954.
E n tre tanto, ¡cuántos m otivos tenemos de
bendecir al Señor! y a que, dado el no abun
dante personal de que podíamos disponer,
nos ha permitido atender las demandas más
urgentes y abrir, en este año de 1934, nada
menos que 36 nuevas casas: 24 los Salesianos y 12 las H ijas de M aría Auxiliadora.
Me lim itaré a indicarlas nada más, empe
zando por las de los Salesianos:
I T A L I A . — U n In stitu to en Cisiernino
Napoletana y otro en Brindis, debido éste
a la munificencia de una noble y generosa
Cooperadora, cuyo nombre no me es perm i
tido revelar por ahora. E n Cistem ino hemos
establecido im Aspirantado con Oratorio
F estivo anejo y en Brindis una Parroquia
tam bién cor. Oratorio I'estivo. Otros dos
Istitutos en Amelia, tras una larga y cordial
insistencia de las Autoridades. En uno de
ellos radica el Noviciado de la Inspectoría
Romana y en otro el Aspirantado, con un
Pensionado, un Oratorio F estivo e iglesia
pública. E n Nápoles, U n O ratorio I'estivo.
E S P A Ñ A . — Una Parroquia con Oratorio
Diario en Al^eciras y la Fundación Bivona
de Madrid, con O ratorio F estivo y Escuelas
Elem entales.
A U S T R I A . — Un Oratorio D iario con
iglesia piíblica en Graz. Un Pensionado para
estudiantes y artesanos en Insbruck. l'n a
Parroquia con Oratorio Diario en San
Ruprecht Klagenfnrt.
A L E M A N I A . — Un Hospicio en Berlín.
F R A N C I A . - Un E studiantado Filosófico
y Baclfillerato para internos y externos en
Saint Dizier.
BELGICA.
- Un Estudiantado Teol.
con Aspirantado misionero en Vieux Héverlé.
YUGOESLA VIA
y CHECOESLOVA
Q U I A . — U n Oratorio F estivo con iglesia
pública en Bodenbach o Polmolky y un E stu
diantado Filosófico y Bachillerato para in
ternos y externos en Moravska Ostrava.
L I T U A N I A . — H a sido particularm ente
grata para nuestro corazón la apertura de la
primera casa en la noble nación lituana, la
cual, desde hace años, venía suministrán
donos abundantes vocaciones, y i)re])nrándose ella misma de este modo los primeros
m ateriales salesianos que tant(í han \’oiudo
a facilitar el deseado establecim iento allí
de nuestra obra. E sta ]>rimera fundación se
ha hecho en Skrisnemune (/Co«mo).
POLONIA.
Un Oratorio Festivo con
iglesia pública en I.copolis y otra iglesia jmblíca con capellanías en Kurlum.
HUNGRl .- \.
Un Hospicio con Oratorio
Festivo en BnlassagyaruuU y un Pensionado
con Escuelas elementales y secundarias en
Magyarovar.
A M E R I C A . — l’^l Seminario Metroj)olitano de Hclcm [Brasil).
M I S I O N D E L CONGO B E L G A . — Ha
sido convertida en Residencia lija, con igle
sia pública, Físcuelas elementales y 72 esta
ciones misioneras a su cargo, la antigua
Estación misionera de Kambikila.
M IS IO N E S DE LA IN D IA . Una
Parroquia con capellanías, líscuelas elemen
tales, etc. en Madras Perambur y otra P a
rroquia en Madras [Iglesia del Refugio).
M I S I O N D E S I A M . — Dos capellanías
y Escuelas nocturnas en Kajaburi.
E n lo que respecta a las H ijas de María A u x i
liadora, su celo ha sabido dar \dda, en casas
j’a constitxrídas, a m ultitud de obras nuevas.
Particularm ente providenciales han sido las
Colonias m arítim as )* alpinas por ellas desem
peñadas, y lo hacemos constar complacidos,
com o un mérito es]>ecial de las Sociedades
5* Autoridades que han tenido la bondad de
confiar obras tan delicadas a los cuidados de
la Institución Salesiana.
ITALIA.
J.as Hijas de María A u x i
liadora han abierto, este año, en la patria de
Don Bosco, varias casas nueva.s, en M ildnCartuja, Bellisio, Soljare, Gualdo-Cattáneo,
Rapaüo, Vrnccia-Lido, Vcrcelli, Borgonovo\'aUidonc y Treviglio.
POLO Ñ I.A. - Una fundación en Wilno
SauroKua.
A M E R I C A . — Un Noviciado canónico
en Caracas [Venezuela).
C H I N A . — Dos casas en Lok-chong y en
Sangay [Cantón).
E n cada una de esas nuevas fundaciones
se ha \ústo crecer en seguida una magnífica
florescencia de obras de diversa índole, prometedoras de frutos m uy lialagüeños. H a y
pues m otivos sobrados para bendecir al Señor.
Obras para e l ano 1035.
¿ Y qué obras propondríamos ahora noso
tros para el año 1935? V edlas aquí: Y o
quisiera que, este año, el esfuerzo de todos
nuestros Cooperadores y E xalum nos se po
larizase en una sola aspiración:
Hacer surgir, cuanto antes, en el ampliado
Santuario de M aría Auxiliadora, un trono
•
•
•
I----------------------------------------------------------------------------------------------------------
digno de nuestro amadísimo Padre Sa n Ju a n
Bosco.
H ierve y a el m ovim iento en torno de los
trabajos preparatorios, el entusiasm o es
magnífico, y yo espero que, con vuestra
eficaz cooperación, llegará a ser bien
pronto este proyecto una espléndida reali
dad, este proyecto que h oy constituye la
m ás ardiente aspiración de nuestras almas.
E ntre tan to yo os aseguro que no habrá
casa ni misión salesiana donde no se redoblen
las oraciones por vosotros, amigos buenos
M O N 5 . TAVELl-A
suevo Arzobispo salesiano de SaUs (ArjjentinaX
y generosos, y por vuestras fam ilias, inte
reses e intenciones.
A parte de esto, quiero recordaros, amique
no haría falta ningim a, que para vosotros
se hizo aquella gran promesa del Redentor
Divino: Todo lo que hiciereis con alguno de
estos mis más pequeños hermanos, conmigo
lo habréis hecho y por ello os daré el ciento
por uno, o lo que es lo mismo, os daré abun
dancia de gracias espirituales y temporales
aquí en la tierra y después la vid a eterna.
Sea éste el m ayor consuelo y el más eficaz
estímulo de vuestra generosa caridad, y
quiera nuestro Santo Fundador avalorar,
con su poderosa mediación, nuestros proyec
tos y oraciones y obtenem os del cielo todos
los auxilios necesarios.
Con el sentimiento de la m ás \*iva g rati
tud, su pobre sucesor os reitera sus mejores
augurios de N uevo Año, y se profesa de voso
tros obligadísim o en Cto Jesús.
P edro R icaedone Pbro, Rector Mayot
M O N S . ESA N D I
suevo obispo salesiano de Viednia (Argesfiss).
Después del C o n
A Internacional de
greso Eucarísíico ||
Sí B u e n o s
A ires
Buenos Aires de noche» ilumÍMda y vesftda de Cesta.
Aunque en todos los rotativos del intuido
han aparecido ilustraciones de esa m ^ n a
solemnidad que ciegan los ojos ccm su viva luz,
la prensa se muestra unánime en añrmar que
es imposible hacer una descripción que refleje
objetivamente los actos celebrados, las for
midables y varoniles expresicmes de fe católica
allí producidas, que muclios creían imposibles
dentro del ambiente de claudicaciones y de
liorrosa espiritualidad que hoy respiramos.
¡Es para bendecir a Dios y exclamar, mi
rando a lo alto a través del brillo de las lágri
mas: Sur^um corda!
Como el éxito del Congreso es obra colectiva
del esfuerzo aunado y magnifico del dignísimo
clero argentino, impulsado y dirigido por el
ilustre atzobiq>o metropolitano Mons. Copdlo,
no menos que de los directivos de Acción
Católica y demás assodaciones laicas, qne en
A rg^ tin a tienen siempre encendido d fuego
sagrado de la fe, no q n e r^ o s destacar dema
siado la inlervaidón sale-siaua, para no des
componer ese efecto coral maravilloso de celo
y organización.
Nada diremos, i>or consiguiente, de los
espléndidos actos preparatorios promovidos
por nuestros centros y colegios de la Repüblica
y de otras Repúblicas hennanas, ni de las
solemnes concentraciones de exalumnos, ni de
la labor multiforme de los directivos y miem
bros de comisión de nuestra Sociedad, ni de
aquella visión celestial y angélica de los 107
mil niños triunfalmente llevados a la mesa
eucaristica por nuestro P. Borgatti, coadyu
vado por R R . PP. Jesuítas y por muchos ce
losos sacerdotes, ni de aqueÚa otra comunión
mmca vista de hombres, de los cuales más
de 40.000 marchaban encuadrados bajo las
i»n<^^fiaa de D<mi B osco, ni de aquellos cantos
litúrgicos, ni de aquellos desfiles imponentes
de nuestros exploradores y de nuestras bandas
de música...
¡Todo, todo por Jesús Sacramentado! ¡Todo
por el triunfo de la sin par Buenos Aires, de
la República Argentina, de la América española,
que en esa lid nobilísima e inefable de los
Congresos Internacionales ha sabido conquistar
limpia y rotundamente el campeonato mrmdial,
siendo m uy difícil que nadie se lo arrebate
en lo sucesivo.
Y no quisiéramos decir nada más. ¿ Qué es lo
(jue podríamos añadir, pobres de nosotros, a
todo lo (¡ue de ese Congreso se ha escrito?
No obstante, y puesto ({ue para españoles e
hispanoamericanos escribimos de un modo
special, vamos a reprotlucir algimas de las
impresiones personales de una autoridad tan
eminente como el líxcm o y R vm oSr. Arzobispo
de Toledo Dr. Gomá, hechas a la prensa de
Madrid a su regreso de América:
Nunca embajadf)r alguno resumió en su
j)crsona tanto simbolismo y tal cantidad de
elementos afectivos y raciales, como un Pri
mado de Iísi)aña, cuya voz era la voz de todo
un pueblo, cjue surgía del pasado; la voz de
tantos misioneros, de tantos mártires, de tantos
apóstoles, de tantos Prelados y sacerdotes, que
han evangelizado y dado a la Iglesia veinte
naciones católicas. ICl mismo I.egado de la
Santa Sede, en los momentos más solemnes del
Congreso )• en sus manifestaciones, hechas en
Roma y en otros sitios, no ha po<lido menos de
ponderar esta aportación, única en la liistoria
de la Iglesia, al engrandecimiento del catoli
cismo en el mundo.
El símbolo generoso de Is R . Argentina.
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Habla el prelado:
En tres grandes momentos culminan las emo
ciones inolvidables. La comunión de los niños,
la comunión de los hombres y la* misa histórica ».
A lo pintoresco y grandioso del espectáculo
material, se unía la realidad humana y divina a
la vez de 107.000 niños que, con angélica expre
sión en los rostros y devota compostura en la
actitud, formaban cuatro aspas de una gran
cruz policolor. Las rojas amapolas cardenalicias
de los cuatro purpurados que celebraban el santo
sacrificio al pie de la blanca e imponente cruz,
en el centro de aquel mar de nivea blancura,
matizada de suaves torres, formaban algo más
todavía que un espectáculo sublime nunca visto
en los anales de la Eucaristía.
La Argentina no tiene en sits centros docentes
la enseñanza oficial de la religión. En las escuelas
públicas nadie había sembrado en aquellas almas
la semilla eucaristica, la devoción y adhesión
al dogma fundamental del catolicismo.
(D e dónde salían, pues, aquellos ciento siete
mil comulgantes? Esta es una lección que el
Primado quiere destacar para los educadores
católicos de España. La enseñanza extraoficial,
el esfuerzo docente de la familia, de la parroquia-,
de los religiosos, de los catequistas, de los institu
ios de educación católica. Dos mil niños se
acercan a los altavoces en un acto de profunda
emoción, y ofrecen en sus dos mil cestitos, con
el pan y la uva, el manojo de trigo de los campos
argentinos. Trescientos sacerdotes rodean los
cuatro altares, y en sendos automóviles distri
buyen la comunión a los más distantes. E l des
ayuno, donativo de uno de los industriales de la
ciudad, se sirve con precisión numérica, en
pocos minutos.
Exito grande de organización; pero tmyor
aún como resultado de una labor catequística
imponderable.
En el centro deh Parque de Palermo se levanta
el monumento a España, erigido con motivo del
centenario de la Independencia de América. Un
monunu’nto civil no podía ser el centro de tales
ceremonias litúrgicas. El lugar era obligado para
el altar. (Qué hacer? Se ideó cubrirlo con la gran
cruz blanca, a cuyo pie estaban los altares. .-Iri
quedaba España oculta, pero como soporte y
alma de la religiosidad hispanoamericana. Tal
vez aquello era el ¡ñmbolo y el recuerdo del agota
miento material de España para dar vida espiri
tual a las nuevas razas de aquellas tierras. Ente
rrada y triturada como grano de trigo, surgía en
forma de cruz con los brazos abiertos a las na
ciones a las que diera su sangre y su vida.
• ¿Qué decir de la comunión de hoftibres?
Kunca en ¡a historia de la Iglesia se ha visto
cosa igual. Se proyectó, naturalmente, una co
munión general de señoras' pero se juzgó inne
cesaria, puesto que la mujer argentina conserva
viva ya y activa la piedad tradicional de la mujer
española. Además, los hombres era lo esencial, y
había que aprovechar la ocasión para decir a los
escépticos que hay muchos hombres sinceramente
creyentes. Interesaba la nota pública y solemne
de la piedad varonil en una ciudad que, como
todas las grandes ciudades cosmopolitas, se su
pone por lo menos frivola o materializada.
Contaban con 40.000 hombres; la tarde ante
rior ya se sabia que serian 100.000; aquella noche
pasaron de 200.000. Parece increíble en una ciudad
fabril y agitada por los negocios y el ansia de
dinero, y, sin embargo, en el secreto de la noche,
de doce y treinta a dos y quince, sin previa pre
paración colectiva, por el empuje de la gracia
de Dios, se confesaron por propia convicción y
comulgaron con insospechada piedad. Dijo un
periódico que, desde la institución de la Euca
ristía, el mundo no había visto cosa igual; la
comunión más numerosa de la historia a hom
bres solos. Aquella noche podía figurar en la
historia heroica de los tiempos primitivos de la
Iglesia. Más de 300 sacerdotes y diáconos pene
traron en la compacta muchedumbre para re
partir el Pan divino, que se multiplicó en los
cuatro altares de la pirámide de mayo en las
manos de cuatro Arzobispos. Después hubo que
* fraccionar el Pan •, y se parten las hostias hasta
en ocho pedazos para que nadie deje de comulgar.
De misa histórica puede calificarse la en que
comulgaron con el Presidente de la República los
7.000 soldados y oficiales que constituyen las
fuerzas del Ejército. Ya la * radio » se ha encar
gado de transmitir ¡a sublimidad y el significado
moral y social de acto semejante. Antes había
comulgado la nación, ahora lo hacia el Estado.
Si a esto se añade la consagración solemne que
el Presidente hizo de la Argentina a Cristo Rev,
y el discurso del general Carola al pie de la
bandera argentina, y en presencia de las bande
ras de tantas naciones que ador}iaban el hasormentó del aliar, se puede decir qué ninguna
nación del mundo ha hecho donación semejante
de si niisfna al Dios de la Eucaristía. Era algo
inaudito en la historia de las naciones cristianas.
Esto habla muy alto de la labor del Clero ar
gentino.. Siendo tan escaso, se multiplica con
apostólica abnegación. E l clero argentino ha
demostrado al mundo que es digno de su misión.
E l voxerable Arzobispo de Buenos Aires me lo
La magnífica cuafodía de la calcdral de Buenos Aires
que en las iomadas Iríunfales ha servido
de trono a Jesús Sacramentado.
decía conin-:-.-¡do, a la vez que extremaba sus atencioiüi con el rapresentante del Clero de Es
paña.
A'o debo callar la parte de los congresistas
españoles, cerca de un millón, a los cuales se ha
asociado la colonia de nuestros compatriotas.
La intervención del Obispo de Madrid, doctor
Eijo Caray, ha sido una de las más brillantes;
sus grandes dotes oratorias, su vasta ciencia
7
T
Irológica y el prestigio que acompañaba a su
persona como Obispo de la capiUd de España,
han atraído hacia él la admiración y simpatías
de los congresistas. Su discurso fué, sin duda,
el más importante de carácter doctrinal.
Aunque fuimos invitados sólo los Arzobispos
al banquete oficial del Presidente de la República,
el doctor Eijo fué el único Obispo qite recibió tal
honor juntamente con nosotros.
La colonia española no ha desmerecido en
fervor religoso y se puso a tono con el significado
racial y católico del acontecimiento.. La prensa,
con rarísimas excepciones, ha estado incondicio
nalmente, al servicio del Congreso. En realidad
los periódicos de Buenos Aires han hecho su
mejor historia documentada, ilustrada y vivida
con una abundancia y exactitud de información
que asombra.
En cuanto a los frutos del Congreso, la san
tificación de tantos individuos, el avance reli
gioso y moi’al que supone esta apoteosis eucaristica, ya de suyo son bastante grandes.
Pero los hay de otro orden no menos signifi
cativos. La glorificación de Jesucristo y « éste
Sacramentado >, en los tiempos de crisis religiosa
que atravesamos. La glorificación de la Iglesia
católica y del Pontificado Romano. E l Legado del
Papa y el Papa mismo, cuya voz y bendición se
hicieron presentes en el Congreso, han recibido
un homenaje de adhesión y reverencia, que hace
augurar dios de júbilo para la Iglesia. E l inter
nacionalismo cristiano ha tenido manifestaciones
tan ruidosas y solemnes, qtte debemos decir, a
pesar de las apariencias en contra, que el reino
de Dios se extiende por las naciones, y que la
paternidad de los hombres, hijos de Dios, va bo
rrando los ásperos caminos que separan las
naciones.
¡Viva Jesús Sacramentado en los corazones y en los Estados!
i Bien por Buenos Aires 1
Espafta (Gran Canaria) Las Palmas. — En el palio de las Escuelas Salesianas. Nuestros escolares frafernizan con los de las Escuelas Públicas, invifadas por ellos a una fiesia simpatiquísinia,
¡DOGLIANI
HA MUERTO!
E ra uno de los últimos fulgores supervivientes
de aquella gran aurora salesiaiia que San Juan
Bosco encendió con su eterna sonrisa y que
tantos lieroísmos y maravillas hubo de alum
brar. Era ima de las más nobles figxiras repre
sentativas del coadjutor salesiano, de ese admi
rable religioso modenio de chaqueta y i>aiitalón q\ie la varia y múltiple fecuiulidad
prodigiosa de nuestro Fundador supo regalar
a la Iglesia.
Obediente y candoroso como im niño, pmitual
como un cronómetro, piadoso como un novicio,
sencillamente vestido de negro para que debajo
de aquellas pobres apariencias pudiese la humil
dad escoiidermejor un corazón de oroy una inte
ligencia prócer, le veíamos llevando con holgirra
sus 85 años, provistos aún al parecer de savia
abundante para alcanzar la etapa gloriosa de
los centenarios, pero ¿quién puede fiarse de
esta falaz máquina humana?
súbito enfria-
£1 Mtro Dogliani al empezar su brillanfe apoafolado.
miento, agravado por la edad y convertido en
pulmonía, nos ha arrebatado en cuatro días al
gran Mtro Dogliaui, desliaciendo optiniisnios
y previsiones.
Aún nos parece verle haciendo de rodillas su
meditación, en el primer reclinatorio del pe
queño coro de la Basílica, a las seis de la ma
ñana, sin faltar im solo dia, y oyendo en esta
actitud la santa misa y liacicndo la comunión,
sin permitirse el menor alivio. Aún se diría que
sigue paseándose por las galerías del Oratorio,
con su característica vacilación de piernas que
parecían apoyarse ya de mala gana en las
impurezas de la tierra; con aquella levita ar
caica que le hacía un poco raro, que, sqpln él
nos dijo im dia, habíanle regalado sus alumnos
hacía 15 años y que a fuerza de zurcidos y de
bencina venía conser\ ando cariñosamente para
que le acompañase a la sepultura; con aquella
revuelta cabellera siempre destocada — lo único
quizás rebelde de su persona — que en invierno
avergonzaba a las mismas nieves con su blan
cura inmaculada y burlábase en verano de los
rigores caniculares con sus viriles frondosidades.
Sabido es que la Divina Providencia no se
mostró parca con Don Boso>, dándole los
H
E) M iro Doglianí en Espafta rodeado de casi lodos los maestros de música de las diversas casas
a quienes dió varias conferencias sobre canto litúrgico.
hombres que necesitaba para dejar, no sólo
bien afianzadas sus nacientes obras, sino aden:ás concluidas, perfiladas, troqueladas con
todos los ra^ o s propios de su individualidad:
Rila, Bonetti, Beliiionte, Cagliero, por no citar
sino los primeros nombres de lui glorioso Catá
logo áureo ¡Qué grandes figuras! ;Qué gigantes
(le virtud y de actividad!
l’ ues bien, nosotros creemos que junto a esas
figuras bien merece colocarse la de nuestro
buen Mtro Dogliaui, inmediato sucesor de
Cagliero en el noble apostolado de la educación
musical, a la cual nuestro Santo Fundador
concetlió lugar tan eminente dentro del engra
naje de su sistema.
Aiuique de i>equeño era ya cantor, liabicndo.se traslailado de Costiglioue, su pueblo de
origen, a Saluzzo, para sor\-ir como niño de
ctíro en la cateilral, cuando al cumplir los
14 afu>s ingresó en el Oratorio de Don Bosco
(1863) no era precisamente la música lo que a
él más le atraía, sino el dibujo, la escultura.
Su innato sentimiento artístico, todavía vago
e impreciso, esperaba que la mirada penetrante
lie Don Bosco lo descubriese y orientase, y él
fue. en efecto, quien encauzó su vocación, entre
gándolo al ixipular Mtro De \’ecclii, para que lo
TO
iniciara en los secretos de la armonía y com
posición.
Y a hemos dicho que sucedió a Don Juan
Cagliero, cuando sobre éste recayó el glorioso
encargo de asentar en América d primer sillar
de las Misiones Salesianas (1875). Dogliani
tenía entonces 25 años, y por lisonjeros que
fuesen los proniSsticos que se hacían en tom o
suyo, nadie pudo imaginar jamás que la Schola
Cantorum del Oratorio, al caer en tan jóvenes
manos la batuta mágica de mi genio como el
futuro primer obispo y cardenal salesiano,
llegase a adquirir en breve tiempo el rango de
luia de las primeras del mmido, por su volumen,
por su disciplina, por la calidad y enipa.ste de
las voces, por sus impecables y artísticas eje
cuciones, j>or su repertorio de altura.
Claro es que el nombramiento no le encontró
desprevenido, pues además de ser el discípulo
predilecto del citado Mtro DeVecclii, quien le
dedicó varias <x>niposiciones suyas, había actua
do y a muchas veces ixnno director suplente, y
y hasta oi^anizado ima orquestina, a los 19*
años, en la que el arco de su violín marcaba a
la vez los tiempos y ejecutaba las primeras
partes
De esa éjioca inicial de su vida artística es
una anécdota sencilla pero encantadora que k
oímos referir un día.
A l sentirse el novel maestro con fuerzas para
volar, trasladó al pentagrama su primera
composición de banda, titulada Un pastiss
qualunqtte (imo de tantos buñuelos) y lib a d o
el onomástico de nuestro Santo, la Iiizo ejecutar.
Como sus tareas de músico y de librero no
impedían que sirviese además a la modesta
mesa de Don Bosco, éste, cuando el joven
artista le hubo presentado el café, o lo que
fuese, lujo que en aquel día grande imponían
al Padre, le miró éste con singular afabi
lidad, y le dijo: ¿Con qué, es cierto que aquella
pieza la has compuesto tú? — Sí, Don Bosco
— ¡Bravo! y con inefable caricia paterna le
invitó a tomar la taza aquella humeante que
Dogliani acababa de servirle.
E s de una eficacia increible el doble influjo,
piadoso y artístico, que por espacio de más
de medio siglo viene ejerciendo el canto en la
Basílica de María Ausdliadora, por obra prin
cipalmente de nuestro biografiado.
Pasada la fuga de las obras de Cagliero, que,
por ser hijo de su tiempo, hubo de acomodar
su genio a ios moldes y medidas entonces
remantes, pero cuya actividad musical alcanzó
el mérito y las proporciones de un vasto apos
tolado religioso, Dc^liani, con la aprobación
Desde la celda al cielo.
entusiasta de Don Bosco, dedicóse ahincada
mente a xma seria revisión del repertorio li
túrgico musical, segiín los criterios que muebos
años más tarde habían de fijarse en el Molu
prop>rio de Pío X , revisión que, a poco de
iniciada, cuhninó con la ejecución por una
masa de 400 voces, de la obra maestra palestriniana, Missa Papae Marcelli, que si hoy asusta
a los grandes directores, hay que pensar en
la impresión que entonces produciría aquel
triunfo.
Uno de los mil triunfos, después de todo, de la
admirable pedagogía salesiana, tan fervorosa-
Nuestro Rector M ayor en persona presidiendo el duelo.
11
mente practicada e interpretada por el joven
maestro.
«Quien haya asistido a alguna de las solem
nidades musicales dirigidas por el Mtro Dogliani — escribe a este respecto un técnico
(liscípulo suyo — habrá de confesarse asom
brado ante la grandiosidad imponente obtenida
de una masa coral, como no es dado ver otra
semejante en ninguna iglesia.
»Sea que los coros se persigan y entrecrucen
por los intrincados dédalos de la polifonía
palestriniana, sea que toda la masa coral se
incendie y haga explosión en el grandioso final
luiísoiio, o que aquellos centenares de voces
blancas, perfectamente calibradas, se complaz
can en miniar las elegantes volutas de un
gradual gregoriano, la batuta del Director y
más aiin su mirada sugestionadora, lo previene
y conduce todo, con \ma serenidad admirable,
y sin hacer la menor concesión a la posse, esa
charlatanesca enfermedad de los directores
musicales.
Pero ¿qué milagros de habilidad y de pa
ciencia no se necesitan para obtener todo eso
de mía agrupación de niños inquietos y distraidos? ¿Cómo imprimir en sus cabecitas ese
maremagnum de frases musicales, de silencios,
y coloridos? ¿Cómo habituarles a una emisión
difícil y constante de la voz que en todo mo
mento es dúctil, ligada, mórbida, como las
cvierdas de un violín bajo el arco de un virtuoso?
De oíamos decir que con los niños se pueden
hacer milagros y es evidente que él los hacía,
más que con su talento, con su método y con
su jiaciencia, aprendidos y asimilados en su
trato directo de 25 años con San Juan Bosco.
I,a fama de la agrupación musical formada
y dirigida por el preclaro Hijo de Don Bosco
trascendió bien pronto fuera de Turín, exten
diéndose por Italia y otras naciones. Prueba
de ello son aquellos paseos triunfales por las
ciudades nvás importantes del norte y centro
de la peníns\ila, su viaje a Roma para desem
peña? la parte musical en las fiestas de la
consagración de la Basílica del Sgo Corazón,
y a Marsella en ocasión del Centenario de
Santa Juana de Arco e imuiguración de la
nueva catetlral, y su actuación cu los fmierales
ilel rey Hxnnberto y del ex-rey de Ksjiaña
Amadeo de Snboya,
Olr^>8 tantos laureles recogió también su
banda de música, obteniendo menciones muy
honoríficas en los tres concursos intertiacionales de T\irín (1898 y 1911) y de Milán, y
ganando im Primer l'remio exi competencia
con acreditadas bandas numicij>ales.
Sxi producción musical, como compositor,
es abxmdautísima, habiendo dejado gran copia
de obritas de todo género, casi todas inéditas,
en las que destaca como nota característica
\ma encantadora espontaneidad solesiana.
12
l ’letórico de ideas y poseedor de ima técnica
impecable, iba fijando en el papel sus nobles
melodías, sin afanes editoriales, pensando úni
camente en sus alumnos y en llenar de mo
mento los programas musicales de las fiestas
que se iban presentando y que en las casas salesianas se suceden con deleitosa frecuencia.
¡Cuántos himnos y cantatas para academias!
¡Cuántos fáciles y delicados Tantum ergos y
devotas y doolcísimas I,etanías!
En viaje de propaganda artístico-religiosa
recorrió España y América, solicitado por
muchos Colegios como un favor especial, ha
biendo dirigido en Buenos Aires, entre otros
conciertos, «L a Pasión » de Perosi, toda entera,
y colaudado los nuevos órganos de Bem al
(Argentina), Las Piedras (Uruguay) y San
Pablo (Brasil).
N o hemos de terminar esta breve semblanza
del Mtro que la muerte acaba de arrebatamos,
sin añadir que, entre sus discípulos, cuenta a
compositores de mucho renombre, y que el drama
musical le será siempre deudor de haber con
tribuido, con sus lecciones personales, a de
terminar y encauzar la vocación artística del
gran Tamagno (Cíchín) quien yendo con fre
cuencia al Oratorio de Don Bosco, vertía aUí
impetuoso en las Romanzas de Cagliero los ma
ravillosos raudales de su voz todavía indómita.
Y basta. Que el Señor regale a la Sociedad
Salesiana muclios religiosos como Dogliani,
siempre ejemplar, activo y a b u ra d o ; siempre
absorto en la fe y en la piedad, siempre animado
por el soplo divino del arte.
Aunque su digno discípulo y sucesor Don E n
rique Scarzanella sigue admirablemente sus no
bles tradiciones, no por ello deja de ser grande y
sensible el vacío que con su ida a la eternidad
nos ha dejado.
San Juan Bosco, que como hemos dicho, lo
tuvo a su lado, por espacio de 25 años, debía
sostener su vida desde el cielo para que pudiese
presenciar en Roma y en Turín los triimfos de su
canonización, y una vez logrado su deseo se lo
ha llevado a su lado. ¡Benditos sean los designios
de Dios!
X'ivió siejupre como xm santo, siendo shi
duda imo de esos coadjutores salesianos que
Don I'elipe Rinaldi decía haber conocido, muy
capaces de pasarse meses y años sin cometer
un solo pecado venial deliberado; murió como un
santo en el Oratorio el 22 del pasadoNoviembre
a los 67 años de profesión religiosa, y como
lui santo lo hemos llorado centenares de her
manos y amigos en los funerales que le ha hecho
la Casa Madre, extraordinariamente grandiosos
y solemnes.
Todas estas consideraciones, sin embargo, no
han de dispensamos de encomendar a la bon
dad divina su hermosa alma, con la caridad
más solicita.
El Card. Pedro Gasparri
Camarlengo de la Santa Romana Iglesia
y Protector de la Sociedad Salesiana.
Mtirió, como es sabido, el i8 del pasado
noviembre, a la avanzada edad de 82 años,
dulce V santamente, acompañado por la admi
ración y el afecto de todo el mundo católico,
y por la veneración filial de la Sociedad Sale
siana, que ha perdido en él a su Protector.
Había teniiinado apenas su aplatididísimodis
curso en el Congreso Jurídico Inteniacional de
Roma, cuando le acometió el escalofrío pre
cursor de su última y rápida eiiíenuedad.
Fué a(iuel discurso el postrer capítulo, y
mejor el postrer canto de su vida, tan extraor
dinariamente fecunda en iniciativas y obras
admirables, gigantescas.
Bastarán nada más dos capítulos de esa su
actividad para hacer que su nombre pase a la
historia eclesiástica, au'eolado de edebridad:,
la Codificación del Dcrcdio Canónico y el Pacto
hateranense, llamado vuigannente La Conci
liación.
E l Código Canónico, en cuya compilación la
Comisión por él presidida empleó 14 años de
ímprobos y agotadores trabajos, es una obra
monumental, la obra jurídica más grandiosa
de todos los tiempos, debiendo remontamos a
los siglos de Justiniano para liallar algo se
mejante. Su publicación fué recibida por los
sabios del mmxdo entero como una potente
afirmación del genio de la Iglesia Católica,
insuperable disciplinadora de la vida indivi
dual, doméstica y social.
A pesar de sus 82 años y de esa enorme labor
realizada, tan smnaraente larga y penosa, el
ilustre Purpurado ha muerto planeando toda\'ía otra codificación, la del Dereclio eclesiiístico
Oriental, en cuya compilación, decía, podrían
emplearse cuatro años.
E l otro capítulo de su vid aaíiu e nos referimos,
o sea la firma del Pacto I^ateranense, no hay
necesidad de ponderarlo, pues nadie ignora
íjue si algo había en el juego de la diplomacia
tenido como imposible, era este pacto y cuando
su firma se hizo pública el mundo se quedó
perjxlejo.
Como Secretario de Benedicto X V y del
actual Pontífice reinante, desplegó tma acti
vidad asombrosa, llena de tacto e inteligencia,
y al estallar la guerra europea, secimdó de im
modo insuiK*rable las innmnerables inter\-enciones benéficas y pacíficas del representante
de Jesucristo, midtiplicándose de mil maneras,
manteniendo contacto incesante con los jefes
de las nacimies beligerantes, derramando con
suelos a manos llenas, suavizando rigores,
siendo ángel de candad.
Para la Sociedad Salesiana el Cardenal Pedro
Gasparri era, no el Protector oficial ejue astentase como un título más esta designación de
confianza, sino el amigo entrañable, el j>adre
cariñosísimo y ello liace (|uc su muerte no.s
aflija sobremanera.
En infinidad de ocasiones mostró su solícita
delicadeza a los humydes Hijos de Hon
Bosco, y en la recienlt apoteosis de nuestro
Santo Fundador eran tale.s su entusiasmo y
su alegria <jue difícilmente hubiese ]>odido
.superarlos el más fervoroso de los salesianos.
Reputaba como una de las mayores satisfac
ciones de su v ida el haber conocido a nuestro
Santo en l ’aris. cuando, por encargo de
heón X III, desenqxíñaba la cátedra de Deredio
Canónico en el ‘.<'lebre Instituto Católico de la
capital francesa.
Aunque el sabio y santo cardenal ha muerto
como mueren los el^ idos de Dios, nosotros,
Salesianos y cooperadores, sufragaremos de ^
modo especia! su henuosa alma, con oracio
nes públicas y privadas, satisfaciendo en la
medida de nuestras fuerzas la euonne deuda
de gratitud contraída cem el que fué Protector
queridísimo de nuestra Sociedad.
1 3 ------
DON B O SC O
jEN EL BALTICO ’
Como ya nuestro amado Rector Mayor lo
anuncia en su Carta anual a los Cooperadores
Salesianos, le ha tocado ahora a Ivituania el
honor de acoger en su seno a la Obra de Don
Hosco, que día tras día se va convirtiendo pa
cíficamente en ciudadana de todas las naciones
ilel mundo.
Hace ya bastantes años que las simpatías
síilesianas habían anidado en esa pecjueña
República báltica, (jue la formidable explosión
volcánica de la guerra mundial hi/.o despren-
f
I
■ •I’- m
*
l.iíuania. — El castillo medioeval de Skirsnemuné que
ha servido de base a la fundación.
Liluania. — El sabio y benemérilo fundador de la
primera casa salesiana Don Anianas Petraitis
en su observatorio astronómico.
derse del bloque ruso, junto con Detonia,
Estonia y Finlandia.
Prueba de ello son el enorme numero de
cooperadores que allí hay; el sostenimiento
pujante, en su propia lengua, del Boletín Salesiano que cuenta con ima tirada próxima a
los 20.000 ejemplares; la nutrida legión de sa
lesianos hijos de este país tan pródigo de voca
ciones, ya completamente formados y muchos
de ellos sacerdotes.
Esta fimdación, pues, se imponía y nuestros
lectores tenían ya noticia de que no sólo pre
siones particulares sino también oficiales pro
curaban a porfía arrancar a nuestros Supe
riores el sí qrie ahora felizmente han conse
guido.
Para quienes no tienen m otivo de saberlo o
siniidemente no lo recuerden, diremos que
Dituania es mía nacionalidad de dos millones
y medio de habitantes; está situada de E. a O.
entre Polonia y el mar Báltico, y de N. a S.
entre T.etouia y la Prusia Oriental.
Su territorio, parecido al de los Países Bajos,
pero mucho más frío, está todo él cruzado de
dunas y de marismas, cubiertas en otros tiem
pos de espesas e impenetrables selvas, de las
tpie (piedan to<lavía grandes bosques de robles
seculares.
Constituyen la base casi exclusiva de su
ri<iueza la agricultura, la pesca y la ganadería.
h a historia de hituania es muy accidentada,
habiendo tenido que vivir, alternativamente,
en guerra con las hordas y pueblos vecinos
o en situación de vasallaje y sometimiento.
Su lengua es m uy interesante, pareciéndose
extraordinariamente al antiguo sánscrito, y
constituyendo hoy día la única modalidad
supen-iviente del perdido idioma balto.
Sus habitantes son esbeltos, inteligentes, de
carácter dulce y pacífico y dotados de gran
im^[inación.
Su religión, desde el siglo X IV , es la cató
lica, gracias a los Caballeros de la Orden Teu
tónica y especialmente al primer Jagellóu de
la disnastía de este nombre, largamente entro
nizada en Polonia, el cual, como Recaredo en
España y Qodoveo en Francia, sacó al pueblo
lituano del paganismo nórdico y proclamó la
oficialidad de la religión católica.
H oy el contingente de católicos de esta na
ción se estima en un 8o%, o sea, la inmensa
mayoría, quedando la fracción restante repar
tida entre judíos, protestantes y ortodoxos.
L a fecha de i6 de febrero de 1918 marca el
momento feliz de su renacimiento, como nación
soberana e independiente.
Este momento de plena reconstrucción de la
personalidad removió, como era l ^ c o , todos
los sedimentos del alma nacional, y tratándose
de un pueblo de tradición esencialmente cató
lica, ha sido preocupación de sus gobiernos
darle educadores capaces de recoger y elabo
rar esa tradición, e infimdirla en el alma de
sus juventudes. Los Hijos de San Juan Bosco
se han creído capacitados para llenar esa
misión, y han ido a plantar sus hximildes tien
das a orillas del Xiemen, en Skirsnemuné
donde un sabio y piadoso sacerdote lituano,
el P. Petráitis, que digna y celosamente alter
naba el apostolado de las almas con sus afi
ciones astronómicas, dejó antes de morir, casa
edificada y 50 hectáreas de terreno para la
fundación.
De momento, esos pocos Salesianos, todos
de nacionalidad lituana, que en noviembre
pasado fueron allá, han establecido xm aspirantado, con el propósito de prepararse personal
propio, que dominando la lengua, llena para
los extraños de dificultades casi insuperables,
pueda en el más breve plazo posible ocupar en
su patria nuevas posiciones, y no sólo en su
patria, sino también fuera de ella, tal vez en
la Rusia Soviética, apenas esa desventurada
nación, curada de la intoxicación colectivista,
se convenza de que el mayor crimen de los
gobiernos es arrancer de las entrañas del pueblo
El Director de la casa recién fundada,
Don Anfanas Skelfys.
los consuelos de la Religión y el amor sedante
y fecundo de Nuestro Señor Jesucristo,
¡Que el espíritu de San Juan Bosco príxluzca
en I.ituania, como en todas partes, frutos
abundante*^ de l>cndici<^!
Liiuania. — Fachada de la casa aalesiaaa.
15
Después del Con
greso Eucarístico
EL L EG A D O DEL PA PA . Eí
P.( limo, y Rvmo. S r. Arzobispo de Euenos
Aires, D r. S . Copeilo, olma
del Congreso.
£1 símbolo de España, converOdo en cruz giganla
a millones de coi«
Internacional de
Buenos Aires
iM O CA RD EN A L P A C E L U
ca ba ceolrado y dirigido en esíoa días gloriosos
•oes eocaristicos.
El ílttsfre representante en el Congreso de
“ La Madre Espafia" Or. Gomá,
Arzobispo de Toledo.
LA OBRA DE DON BOSCO EN
ESPAÑA Y AMÉRICA
Relaciones enviadas al Rector Mayor,
ESPAÑA (Gran Canaria) - Las Palmas. —
El Emmo Cardenal Hlond, a su regreso
de América, visita la ciudad y el Colegio
Salesiano de Las Palmas.
Pocas capitales cuentan con la situación
privilegiada de Las Palmas de Gran Canaria.
Mercetl a su posición en el Atlántico, y las
condiciones envidiables de su gran Puerto de
refugio, hacen escala obligadi en su magnífica
bahía, los grandes trasatlánticos que periódi
camente hacen la ruta de las Américas. Esto
proi^orciona a la ciudad el inestimable honor
de tener por huéspedes a las más destacadas
jjersonalidades del mimdo, con alguna frecuen
cia. 'rodavía resonaban los vítores entusiastas
tlue el pueblo noble de Canarias tributara dos
días antes al Eminentísimo llegado del Papa,
Cardenal Pacellí, cxiando llegaba otro distin
guido Príncipe de la Iglesia, el Eminentísimo
Cardenal Primado de Polonia A\igusto Hlond,
perteneciente a la graufaniiha salesiana.
líl día 31 del p. p. octubre atracaba en el
puerto el lujoso vapor italiano « Oceanía * de
la importante casa naviera de Trieste. Cosulich Liiie », recibiendo a su Eminencia repre
sentaciones de las casas religiosas de la ciudad,
muchos sacerdotes y otras distinguidas per
sonas, en imión d ¿ R\'do. Director de las
E,scvielas Salesianas de I,as Palmas, don An
tonio Espinosa. También acudió la banda de
música de diclxas Escuelas cpie saludó con una
marclia triunfal al distinguido liijo de Don
Bosco.
A las 10 y media saltó a tierra el señor
Cardenal, saliendo acto seguido hacia el Co
l ó l o Salesiano acompañado de una caravana
de autos. E n los jardines de la casa le aguar
daba ya la banda de música que volvió
a interpretar bonitas piezas de su repertorio.
Un niño leyó im sentido discurso de s¿utación
al Eminente Purpurado que se sintió emo
cionado al escuchar aquel acto cariñoso en
que se hizo alusión a otro Cardenal salesiano,
y a fallecido, el Eminentísüno Don Juan Cagliero. Su Eminencia saludó a los niños, comu
nidad y arcliicofradía de María AuxiUadora que
hizo acto de presencia a la entrada del C o l^ o .
Después pasó a la iglesia donde fué recibido
bajo palio, orando irnos momentos mientras la
escolanía del Colegio interpretaba el Laúdate
Dominum. Después de dar la bendición salió la
comitiva para la Catedral, entrando antes el
Emmo. Hlond en el Palacio Episcopal, pues
quiso, que su primera visita fuera para el
Excelentísimo señor Obispo, doctor don Miguel
Serra. Sorprendió Su Eminencia al señor Obispo
en el momento en que se disponía a marchar
al Puerto a recibirle, porque la llegada del
barco estaba anmiciada para las doce del día
y arribó a las diez. Debido a ima confusión no
pudo enterarse el Prelado del cambio de hora.
Después de cambiar impresiones con el señor
Obispo, éste le acompañó a la Catedral donde
le fue mostrado el tesoro y subieron por el
ascensor a la torre, admirando la bella pers
pectiva que desde allí ofrece la ciudad.
A las dos y media acudió el Excm o señor
Obispo a las Escuelas Salesianas invitando al
Eminentísimo Cardenal a visitar a la Patrona
Las Palmas. — Los alumnos en columna de honor a Ío largo de las jardines de la entrada.
tS
-------
3
corro y el Cardenal Primado de Polonia dió,
al finalizar el acto, la bendición a los fieles.
L u ^ o se trasladó su Eminencia al camarín
de la \^iigen del Pino, donde el señor Obispo
de la Diócesis ofreció al Cardenal Primado de
Polonia unas medallas de oro de la Patrona,
3’ a la salida del templo se repitieron las ma
nifestaciones de júbilo y los aplausixs.
E l regreso a Las Palmas se inició a bis cuatro
3* diez minutos, y a eso de las cinco el Señor
Cardenal embarcó de nuevo marchando verda<leramente emocionado y agradecido del pvicblo
de Las Palmas, por el acogedor y cariñoso
recibimiento de que le hizo objeto.
Sanfiago. — £ / Presidente del
Ecuador en el Oratorio "Juan Bosco”.
CHILE -
£1 Emmo Cardenal Hlond.
de la Diócesis, la Santísima Virgen del Pino,
a lo que accedió con gran satisfacción el distingiudo Primado.
Entre tanto llegaban también a las Escuelas
otro Prelado compañero de viaje de su Em i
nencia y como él vSalesiano, y el célebre Padre
Rosa S. J. Director de la conocida revista
• Civiltá Cattólica ». los cuales se unieron a la
comitiva automobilística. que empezó a re
montar las alturas de la isla encanta<la. en
demanda de la bella y celestial Patrona.
A las tres y cuarenta minutos llegó su Em i
nencia a la villa de Teror con la com itiva que
le acompañaba, siendo recibido con repique
general de campanas, suelta de voladores y
disparos de tracas.
Numeroso público les acogió con aplausos y
vítores.
E l Cardenal Hlond, arrodillado en la puerta
principal de la basílica, adoró el Santísimo que
el párroco portaba en magnífica custodia, si
guiendo luego, s^ u id o de los Obispos, liasta
el A ltar Mayor, ante el que estuvo orando.
E l joven profesor don Pedro Alvarez ejecutó
al órgano la Salve de Goula, que fue cantada
por im grupo de señoras y señoritas de la ínstitucirái católica H ijas del Corazón de María.
Ofició de capa el párroco don Antonio So
E l Exemo. Señor José María V'elasco Ibarra,
Presidente del Ecuador, en los cortos días de
su estancia en Santiago visitó el Oratorio Juan
Bosco, donde fué objeto de una simpática
manifestación de aprecio de parte de los oratorianos 3' del personal que los atiende. Copia
mos la información dada por el rotativo santiaguino E l Mercurio, del 23 de julio de 1934.
A mediodía de a\’er se llevó a efecto en la
Escuela Juan Bosco el homenaje que este
establecimiento de educación rendía al Presi
dente electo del Ecuador, Exemo. Sr. José
María Velasco Ibarra y a su ilustre comitiva,
con m otivo de su visita a Chile y como demos
tración de sentimientos iberoamericanistas en
el alma de la niñez.
Asistieron a este homenaje, (jue dentro de
su natural sencillez alcanzó gran significación,
muchas y relevantes personalidades.
Después de un hermoso canto a la bandera
ecuatoriana, coreado por numerosos alumnos,
hizo uso de la palabra el Director del estableci
miento, don Segundo P. A5’ala, ejuien expresó
conceptos de entusiasmo para la labor tjuc
pen.saba desarrollar el señor Velasco Ibarra y
por la campaña de acercamiento interaniericano que se realiza en el alma de la niñez y de
la juventud.
A cto seguido tres alumnos hicieron entrega
al Exemo. señor \'elasco de sendos mensajes
I>ara los escolares de Quito, Guayatiuil y Cuenca.
Al mismo tiempo se hizo entrega de banderas
cliilenas que el ilustre visitante recibió con
emoción, para que ellas sean entregadas a
escudas ecuatorianas, como símbolo del cariño
de los escolares cliílenos hacia los niños ecua
torianos y como objetos de culto para la amistad
chileno-ecuatoriana.
A cto s^ uido, se representó el cuadro alegó
rico E l Héroe
Por último, se ejecutó la
Canción Nacional Chilena,
Al término de esta vdada, el ilustre visitante
pronunció una docuente improvisación, aplau
dida en varios de sus más hermosos pasajes.
^ 9 -------
Las Palmas. — El S r. Cardenal escuchando el
saludo de un pequeño de las Escuelas.
Manifestó el señor Vclasco cjue durante su
estancia en Chile, pocas oportunidades más
gratas se le habían i^resentado (¡ue ésta, e:i
cjue recibía la expresión honda y sencilla de la
ninez cliilena, rindiendo culto a la confrater
nidad hispanoaiuericaua.
Hace irnos momentos, agregó, he sentido el
calor de los mismos sentimientos cultivados
en el alma de los obreros chilenos.
He aquí porque me siento conmovido al
rendir en esta oportunidad un homenaje a
(juien se adelantó con mirada avisora en esta
tarea de hacer culto y más eficiente al obrero:
al ilustre religioso Don Juan Bosco.
Con satisfacción m uy honda dijo al ter
minar: <seré portador de los emblemas que de
su cariño envían los niños chilenos a los niños
de mi país ».
En el curso de esta simpática fiesta, los niños
hicieron entrega de medallas y escarapelas
conmemorati^•as con los colores del pabellón
ecuatoriano a los distinguidos visitantes. Igual
mente. se envió un hermoso bouciuet de flores
naturale.s a la esposa del Ministro del Ecuador,
don Modesto Larrea y Jijón..
L a Escuela Popular Juan Bosco, base del
Oratorio homónimo que se abrió en marzo del
año pasado, cuenta ya con 272 almnnos matri
culados y con una asistencia media de doscien
tos. E n el Oratorio están inscritos 530, pero la
asistencia ha disminuido en los meses de invier
no. Para los que frecuentan la Escuela, y son
los más necesitados, funciona im Refectorio
Escolar que proporciona almuerzo a ochaita
de los mismos, siendo casi en su mayoría huér
fanos. Este Refectorio está asociado a la So
ciedad « Ollas Infantiles » y se sostiene merced
a la caridad de la Señora Leopoldina Blest que
se ha constituido en buena mamá de los oratorianos.
E l año pasado casi todos los almnnos iban
descalzos; este año están limpios y arreglados,
tienen calzado y hasta su uniforme, si así se
puede llamar el guardapolvo que usan casi
todos. A los más necesitados provee el Ropero
Escolar Domingo Savio, especialmente para
que se presenten a su Primera Comunión con
decencia y nitidez.
Además de la enseñanza rel^iosa y la edu
cación a un buen número de hijos del pueblo,
el Oratorio Juan Bosco de Santiago puede
recordar en el balance de sus actividades de
un año, las siguientes: bautismo de tres niños
adultos; recientemente acaban de recibir el
bautismo los padres de esos niños, abjurando
el protestantismo, ganados por la caridad
salesiana; cien primeras comuniones, entre las
del año pasado y el corriente; im certamen
catequístico público; solemnes procesiones re
ligiosas celebradas con m otivo de la Fiesta del
Papa, el Día del Oratorio, el 21 de mayo etc. etc.
También es grato recordar los paseos y excur
siones campestres, los desafíos deportivos,
loterías y otros medios de atracción y de pre
mio a los oratorianos. ¡Qué herniosa sementera
de buenos ciudadanos!
1
LA
GLORIFICACION
DE 5. JUAN BOSCO EN EL MUNDO
RESONANCIAS DE LA CANONIZACIÓN
ESPAÑA - Santander.
Santander, (jue fué, entre las ciudades de
España, ima de las primeras en recibir la buena
nueva salesiana, donde las geniales creaciones
de Don Bosco fueron fer\*orosaniente aupadas
por brazos tan cristianos y generosos como
los de un Pereda, de un Menéadez Pelayo, y
de un Sánchez de Castro, acaba de demostrar
con una serie brillantísinaa de hom ^ajes,
toda la gratitud y admiración que siente por
el gran Santo canonizado el i de abril, el
entrañable amigo y regenerador de las juven
tudes.
En pocas partes las fiestas de San Juan Bosco
habrán alcanzado tonos tan vibrantes, gracias,
de un modo m uy singular, a la personal y
bondadosa intervención nunca bastante agra
decida de los grandes apóstoles sociales y ora
dores católicos P. I.aburu S. J. y Angel Herrera,
fundador éste de «E l D eb ate» y presidente
de la Jimta Central de la A. C. e.spañoIa.
Nos causa angustia tener que decir tantas y
tan jugosas cosas con la brevedad, o mejor
laconicidad telegráfica, que se nos impone, y
para <jue alcance siquiera algi'm relieve en esta
cronif]uilIa la prodigiosa cooperación de los dos
ilustres conferencistas, que en f^ntander lian
]>roducido una revolución espiritual, nos absten
dremos de reseñar los actos estrictamente reli
giosos que, como es lógico, lian ocupado la parle
central del programa, j-ero cuyas nuidalidades
difieren poco de otros del mismo género <jue
en estos dias vienen desfilando por las páginas
del Boletín.
Triduo concurridisimo, comuniones a miUares (esta es y sigue siendo, en todas partes, la
bella característica de la fiestas de San Juan
Bosco) im Pontifical digno de pasar a la histo
ria, celebrado por el v enerado Sr. Obispo dio
cesano Exem o Sr. Eguino, maravillosos dis
cursos enaltecedores de la obra del Santo,
pronunciados por el mismo Sr. Obispio y por
el eximio orador sagrado Mons. ^ntander;
fervor de juventudes, asistencia efusiva y fra
terna del clero. Asociaciones parroquiales y Co
munidades religiosas, e t c e tc
Qausurado el solemne Triduo el domingo 1
de Julio, comenzaron, el día siguiente, las
ammeiadas Conferencias del P. Daburu, que
en Santander y capitales limítrofes, habían
despertado una expectación enorme.
Toda la prensa local las reseñó y comentó
en términos de gran elogio. He aquí un breví
simo resumen del resumen que hizo «Diario
Montañés »:
Una estruendosa ovación acogió al iii.sigiie ora
dor P. Laburu.
Comenzó sumándose a las fiestas de la canoniza
ción de San Juan Bosco, que dedicó su vida a
sanear los cimientos fundamentales de la sociedad,
los niños y los obreros.
Expuso el tema de la conferencia que iba a de
sarrollar: E l influjp del factor social en el carácter
del niño.
¿Qué es ti carácter?
E.^ el psiquismo, el alma grabada, modelada........
El «carácter * es un producto que depende de
factores fisiológicos y de factores morales. Analiza
inagistralniente unos y otros, y se detiene especiahnente a estudiar el factor externo, el llamado
factor social.
Hace resaltar luego ti influjo que en el niño
ejerce la familia, que debiera ser hogar, algo
caliente: reimión, símbolo de nido. Desgraciuditnieute cimde el tipo de * familia Iiutol », donde
los miembros de la mi.sma “¿ólo viven dentro
de ca.sa a la hora de comer.
Habla, con un ])r<>fundo ooiu)ciniiento. de la psioi.
logia infantil, de lo.s diveino.^ tipos que una madre
puede encontrar. Niños caprichosfjs, antojadizos. A
csto.s, si nunc.i .«t les ha negado ningún placer, a
los veintidós años exigiráji. Si el niño se le acos
tumbra a violar la autoridad, hoy desobedecerá
a la muchacha de servicio, y mañana, a tí,
madre, si no has sabido encauzarle.
Trata el orador magistralmente algimas fa.ses de la
educación. No acostumbran las madres de hoy dar
a sus hijos la virilidad que les daban las madres
antiguas. Antes, cuando llamaba a la puerta un
mendigo, era el niño el que salía con el mendrugo
de pan, le besaba y se lo entregaba al pobre. La
ternura infantil iba encauzada con este acto hacia
la compasión por los necesitados.
Se ocupa después el P. I>aburu del problema de
la corrección, y dice que hay mucha gente a quien
sólo importa que el hombre sea ilustrado, sin inte
resarles un bledo que sea bueno y honrado.
21
O
Q
9
í '
StS7^
Ecuador - Ríobamba. — Grupo de exalutnnos.
Ln corrección paterna es idéntica a la interven
ción del cirujano. Un dolor hay que afrontarlo y el
padre debe imponerle cuando de él se deriven
muchos bienes.
Debe vigilarse el medio en que vive el niño.
Amistades, cines, lecturas, etc. De nada sirve que
en casa se le prodiguen toda cla.se de cuidados si
después en la calle va a beber en la charca.
líl sabio orador, que fué interrumpido frecuente
mente con grandes aplausos, escuchó al concluir
una ovación ensordecedora.
í.n segunda Conferencia del P. Labiir» versó
soórp la necesidad del vivir integral en católico.
K1 interés que dicho tenia había producido, no
quedó defraudado, pues el orador, al fustigar a los
pudiente.s, se pn>«lujo con esa vehemencia y esa
crude/n, a U) Savonnrola, que le ha dado tanta
fama.
líxaminó la situación actual de la sociedad con una
clara y aguda visión de la rvalid.ad, y partiendo del
principio de que todos los males proceden de haliersc
prr.scituUilo de las noniias puras del catolicismo, de
dujo que había que volver a ellas imprescindible
mente y. desde luego, practicarla.s de un modo in
tegral.
Filé justo y certero en la cenjuira, pero impla
cable.
No basta que el catolicismo sea reconocido, sino
vlviiio. Los males actuales obedecen a que la gran
musa no ha vivido el catolicismo integral.
Tenemos que ser enormemente sinceros. Muchos
católicos no lo son más que de bautismo. Muchos
matrimonio.s llamados católicos, han vivido en
pleno paganismo.
K1 catolicismo es integral, no de medalla y de
lamparilla.
¿Qué católico ha dado a sus obreros jornal dis
tinto y superior que el que les dan aquellos que los
tienen para explotarlos y estrujarlos?
La ignorancia de la religión esespantosa. Voy a diri
girme al hombre culto, al médico, al abogado, al
ingeniero. Hay poquísima gente que tenga conoci
miento de los fundamento.s de la Iglesia. Si los que
estamos amarrados a las boyas fundamentales te
nemos que asimos con fuerza para no ser arra.stradüs, ¿cómo no .sacudirán las corrientes a los dudo•sos, a los que no tienen dónde agarrarse?
¿Cómo vais a apreciar la gracia .santificante si no
sabéis lo que es?
.solución no es otra que estudiar a fondo el
catolicismo. Urge esto.
Habla de la caridad, y dice el orador que ante
sus auditorios va recorriendo problemas que no
causan efecto. Pero en cuanto toca al bolsillo, todos
se encogen como cuando el médico, al hacer un
reconocimiento del enfermo, va .siguiendo con el
tacto sobre el cuerpo, hasta que el paciente se
encoge al sentir el dedo sobre la parte dolorida.
Las riquezas, dice, son de Dios, y tienen un im
puesto divino, obligatorio: El precepto de la li
mosna.
Un rico me dijo un día que él había dado tres
mil pesetas para los obreros. Y o le contesté: Si ha
sacado usted de mala mauera 35.000, todavía le.s
debe 32.000 pesetas.
No defiende la conducta del obrero, pero se explica
su actitud. F 1 mal uso de las riquezas nos ha traído
al momento actual.
Está el mundo desarticulado, y tenemos que
hacer la reducción de la dislocación. Hace un siglo
no se conocían la cantidad de Cátedras de Econo
mía y los volúmenes de Estadística, que actual
mente tenemos. Hoy, con tantas estadísticas, te
nemos en el mundo 36 millones de parados. Con
tantas cátedras de Economía, mientras en unos
países el trigo es malo y caro, en otros se queman
cantidades enormes, para regular el mercado. Es
la torre de Babel, ha convulsión del mundo entero.
Está dislocado el plan de llios.
De no tener el freno ideológico que tengo y si
tuándome en la posición del obrero actual, yo digo
que no resistía las pruebas a que se le somete.
I.lega a casa sin pan, sin colocación, y se encuentra
i la esposa, a los hijos que le interrogan, que le
piden ídgo que no puede darles. Creo que a veces
es demasiado bueno.
A la mañana siguiente ve a los señoritos con
vermouths, con langostinos, gastando el dinero en
cosas superfinas. Sinceramente digo que el obrero
no sé como se sujeta y se domina.
Si en la necesidad grave se le ayudara, antes de
pocos años reconocería la ley de Cristo.
La tercera y última Conferencia del Coliseum,
estuvo a cargo de Don Angel Herrera Oria y versó
sobre el tema: Don Basco precursor de la Acción
Católica.
No podía negarme a tonrar parte en estas fiestas
salesianas, dice, porque cuantos pertenecemos a la
Acción Católica tenemos por Don Bosco simpatía
y afecto. Es este un precursor de la Acción Católica
auténtica. I.,o dice Su Santidad en el decreto De
Tuto y me lo dijo cuando al despedirme de él, en mi
última visita a Roma, me entregaba en un estuche
una medalla del Fundador de los Salesianos, diciéndome: Este ha sido un verdadero precursor de
la Acción Católica.
En efecto, es el hombre que la presiente, que se
anticipa a su época. Los salesianos no son una
<irden tercera simplemente, sino que son auxiliares
de los Prelados, de los párrocos, de los saccrdotis.
Don Bosco no sólo concibió el apostolado seglar,
sino que le encauzó hacia el bien espiritual y el celo
colectivo.
Para la redención del proletariado son indispen
sables los salesianos que tienen aquel espíritu
nuevo, genuino, apostólico, que abrigaba dentro de
su gran corazón Don Bosco.
Considera la redención del proletariado en su
carácter social. No admite ni el abuso ni la nega
ción de la propiedad, .siguiendo la doctrina de los
Papas. Quiere convertir a los obreros en pequeños
proprietarios y establece el salario familiar que
permita el ahorro al trabajador, ahorro que des
pués invertirá en adquirir una propiedad.
Como en estas cuestiones de sociología católica
el Sr. Herrera es siempre profundo, in.-gotable
y ameno, tuvo al público pendiente de sus labias
y cosechó grandes y fervorosos aplausos.
Las fiestas santanderinas en honor de San
Juan Bosco han tenido además otras facetas
en extremo simpáticas, que contribuyerco muy
eficazmente a agrandar más y más la j)erspeOtiva del Homenaje.
La Velada..— E n el Coliseum María lácarda,
donde el público, amazacotado, saboreó, durante
dos horas, recitaciones literarias y coros nm.sicales de subido valor artístico.
E l Concurso Literario.
- Promovido cutre
los poetas de I.a Sroutaua, descollando el Di
rector de « E l Diario 'Moutaúós » I )ou ^^au^el
González Hoyos con unas in.si>irados OvStrofas
tituladas «Los sucüo.s de Don B osco» (pie
merecieron la más alta y di.slinguida califica
ción del Jurado.
E l banquete.
Ofrecido a los oi^anizndores y
cooperadores del Homenaje, al que asistieron,
entre otras personalidades, el Exorno Sr. Obispo,
el M. 1. Sr. Arcediano, el Sr. Presidente de la
A. C. Don Angel Herrera, el Diputado a Cortes
Don José Luis Zatnauillo, los miembros del
Jurado Calificador del Certamen, el Presidente
de los Exalumnos Salesianos, Representaciones
del clero y Ordenes Religiosas, Periodistas.
E l Festival Gimnástico. — Celebrado en el
campo de deportes de la Mutua Escolar Cantá
brica, donde im público de más de 3.000 personas
aplaudió vistosos ejercicios de carreras, saltos
de altura con pértiga y trampolín, evoluciones
y movimientos rítmicos, ejercicios de equilibrio,
y un cuadro plástico final sobre cuyo bellísimo
conjimto campeaba la imagen de San Juan
Bosco. Durante este festival, evolucionó sobre
el campo, a m uy baja altura, una avioneta
pilotada por el exalumno Don Jenaro Ramos,
(}uien lanzó desde su aparato miles de hojitas
de propaganda.
Este éxito resonante de las magnificas fiestas
Santanderinas no se huliiese logrado cierta
mente sin el imixinderable acierto y eficacia
con que obró la Jiuita Organizadora, (jue
personalmente dignóse j>residir el Ivxcmo Sr.
Obispo, v en la que figuraban dos Diputados
de la nación, y de.stacados miembros de los
cleros secular y regular, prensa, comercio. Pa
dres de I-amilia, Luisc-s, Adoración NocUima,
Mutua Escolar Cantábrica, Cooperadores y
Ivxalumnos.
ARGENTINA - Salía.
Esta ciudad tiene al nuevo Santo un cariño
extraordinario, y ha venido a demostrárselo con
actuaciones y solemnidades <iue los buenos
sáltenos no olvidarán jamás.
Para aunar mejor el e.sfuerzo colectivo y
aumentar el realce y fervor de las .sídeninídades
proyectadas, se hicieron servir de preparación
a la fiesta de San Juan Bosco, la de María
Auxiliadora y el Congreso ICucarístico dioce
sano.
E ste tuvo lugar el día 20 de mayo y, para
23
i
Asistir a (f‘l, acudieron en tren especial 350
almmios salesiauos y más de 400 peregrinos
de la j)rovincia de Jujuy, siendo amableniente
recibidos por los líxcm os Sres Gobernador y
Obispo y por tíHlas las autoridades de la capital,
con un concmso enorme de pueblo.
Las Jomadas Eucarísticas resultaron con
curridísimas y en extremo fervorosas, siendo
iimumerables las comuniones y contribuyendo
de im modo admirable á disponer los ánimos
para la solemnidad de María Auxiliadora que
celebróse el día 24. E l recuerdo de la Virgen
nos traía constantemente el de su A])óstol, y
como este año todo estaba subordinado a solemni/,ar la reciente canoni/.ación de éste, con
tábamos con indecible afán las pocas horas que
nos separaban del festival que veníamos pre
parándole.
Y el festival llegó, amaneció el gra:i día, pre
cedido de un solemne Triduo, que predicó ma
ravillosamente el P. Arguello, y en cuyo pro
grama destacóse con fuerte relie\ e el homenaje
ofrecido por el magisterio salteuo bajo la pre
sidencia del Exemo Sr. Gobernador, y en el que
prommeió un elocuentísimo discurso el vSr. Presi
dente de la Sujirenia Corte de Justicia, Dr. Saravia.
Desde las primeras horas de la mañana se
experimentó un algo de extraordinario. Las
campanas repicaron con sonido vibrante y
alegre. Las dianas entonadas por los Explora
dores de Don Hosco; el estmendo de poderosas
bombas; todo contribuyó a indicar que se ce
lebraba la ñesta grande de los salesianos. La
Salía. — Algunas de las carrozas alegóricas
que figuraron en la Procesión del Sanio.
presencia del Rmo. P. Inspector y la figura
amable del P. César Lardi, exalumno de San
J lian Hosco, hicieron más solemnes los festejos.
A las 7 ofició la santa Misa el Director del
Colegio Pbro. Mario Mondati. P'ué Misa de
Coimmióii General para las Socias de María
Sma. Auxiliadora, Exalumnos y Cooperadores.
A las 8 celebró otra para los niños el Rmo.
P. Inspector. L a Iglesia estaba totalmente
llena. E l 9° cuerpo de Exploradores de Don
Hosco, en número de 200, los internos. Estu
diantes y Artesanos, los externos y mi crecido
número de fieles hicieron que el acto resultara
im])o:K‘nte. ICl clero y cantores hicieron pro
digios.
A las 10 la Iglesia madre de la diócesis estaba
atestada de fieles y mientras repicaban con so
lemnidad las numerosas camjianas y el órgano
llenaba el ambiente de armonías, Uegaron to
das las autoridades Eclesiásticas, el Venerable
Cabildo y Rmo. Deán re\'estidos con los distin
tivos propios, luego entró el Rmo. Sr. Abad
Mitrado, Dn Ubaldo Abalia acompañado del
secretario y por último el limo. Sr. Obispo.
Diocesano Mons. Julio Campero y Aráoz, que
asistiría Pontificalmente a la Santa Misa que
ofició el Rdo. P. César Lardi. En el presbiterio
ocupaban asientos especiales el Rmo. P. Ins
pector Dn Pablo Z. Vicari, el Rector del Se
minario Pbro. José Fischer y todos los Rdos.
Superiores de Comunidades.
E l Exemo. Sr. Gobernador de la Provincia
Dn Avelino Aráoz, el jefe del Comando del
Ejército Argentino, en el Norte, Coronel Alberto
La Pez, ^^inistros, Diputados, Senadores, el
Presidente de la Suprema Corte Dr. David Saravia Castro, el capellán del ejército Pbro.
Ro<lulfo Ovejero Lacroix, y todas las autori-
r
r
dadcs del ejército destacado en el norte de la
República, entraron a ocupar sus puestos de
honor y así empezó solemnemente el acto reli
gioso.
E l nutrido coro de cantores de los Rdos.
Padres Lateranense, juntamente con el coro
de las Hijas de María y damas de la sociedad
ejecutaron magistralmente la misa de San Juan
Bosco. Todos han declarado no haber oido
nunca en Salta ima Misa de tales efectos. Los
cantores fueron m uy felicitados.
L a catedral estaba esplendente de luces y
ricamente adornada.
E l P. Argüello tuvo a su cargo el panegírico
de San Juan Bosco. La imponencia del acto
no dejó de impresionar al orador que emocionó
a toda la asaiublea.
E l panegírico fué trasmitido por radio y
altoparlantes a todos los habitantes de la pro
vincia y especialmente al numeroso público,
que no teniendo lugar en la Iglesia Catedral, se
había congregado en la plaza 9 de Julio.
Se calcula que ban asistido 2.000 personas.
Esto manifiesta el amor que tienen los sáltenos
a nuestro amado Padre, que está beneficiando
a la niñez de este pueblo con su obra del Co1 ^ 0 «Angel Zerda » desde el año 1911.
Terminadas las solemnes ceremonias en la
Iglesia Catedral, se obsequió a todos los pre
sentes con una hermosa estampa de San Juan
Bosco.
I.as autoridades del Comando del Ejército
Argentino en el Norte prestaron su valioso
concurso, con sus dos bandas de música, que
amenizaron los actos de la fiesta.
Por la tarde, los exalumnos tucumanos de
sarrollaron un interesante programa teatral,
siendo muy aplaudidos.
Salla. — 1. Aulorídades - 2. Asistiendo a la misa
pontifical - 3. La manifeslación de las anlorchas.
Salla. — Delegación de exalumnos de Tucumáii que
asislieron a las fíeslas
25
Valdivia. — La catedral vestida de üesfa.
ECUADOR - El Pon.
1.a pe<iueña parroc{uia de E l Pan, perdida
cutre la cordillera de los Andes, no quiso ser
segunda a nadie en tributar homenaje de tierna
devoción a San Juan Bosco, en este año de
vSU Canonización, y penetrada de que para
ella era im sagrado deber, como agradecimiento
de los muchos favores celestiales que desde
hace añas D. Bosco viene derramando entre
estos buenos parroquianos, preparóse con el
mayor entusiasmo.
Precedida de lui solemne triduo j>redicado
por el Rm o P. D. Albino del Curto, Provicario
de las Misiones entre los Jíbaras, la fiesta fué
\m delirio y im desbonlamieuto de jnedad, Dió
realce y solemnidad a la fiesta la presencia del
líxcm o Obispo Diocesano, Dr. D. Daniel Ilermitia, (luien el 8 de Setiembre prcvSenció con
extraordinario gozo como D. Bosco triunfa en
líl Pan. despertando un fer\-or eucaristico sin
precetleutes, y en su magistral panegirico del
Síiuto. no pudo a menas tjue felicitar a las bueluvs jM\rro(}uini\os cjue tlesbortlalmn el Temj>lo,
|K>r est' CvSjxH'táculo de fe.
lü mismo Señor Obisjm l>endijo cu ese dia
el artístÍTO Altar y el Cuadro del Santo, obra
<le xm renombrado pintor italiano.
I.a nota característica, como era natural,
la dieron los niños y niñas que en número tle
imls xle 700 hicieron ese dia la corte de honor
a su Santo Ihxítector. h'uó im triimfo también
l>ara ellos, pues se lucieron de veras los peque
ños en un certamen cateijuístico en presencia
¿6
------ -
del Exem o Señor Obispo y en la ejecución de
la Misa cantada en honor del Santo, a voces
desiguales, con motetes y alabanzas, cosa que,
por no haber tenido antecedentes en E l Pan,
nos dió la ilusión de encontramos en una Ca
tedral,
¡Que San Juan Bosco siga triunfando en
los corazones y en las hogares de E l Pan, de
rramando bendiciones y favores sobre esta
población que le ama y venera con efusix'o
fervor!
CHILE - Valdivia.
I.a industriosa ciudad de \'^aldivia que se
enorgullece de un floreciente Colegio Salesiano
de 450 alumnos, de lui Oratorio frecuentado
por 300 niños y de un activo y floreciente centro
de líxalumnos, ha rendido grandioso homenaje
a Don Bosco cu los días 6 ,7,8 y 9 de septiembre.
Los preparativos fueron entusiastas: salesianos, alumnos y exalumnos, coadyuvados
por la Acción Cátolica, oi^anizaron im gran
dioso programa Religioso-Social y aseguraron
su cumplimiento mediante una activa propa
ganda.
E l Triduo solemne se efectuó en las tres igle
sias más concurridas de la ciudad. Se inició
en la Iglesia Parroquial del populoso barrio
obrero de Miradores, artísticamente adornada
por la Acción Católica local: el éxito estaba
as^urado. porque Dc»i Bosco se ha conquis
tado la devoción de los obreros: hubo nume
rosas comuniones y mucha concurrencia.
A la Iglesia de Sau Francisco de los R. R.
F. F. Capuchinos de Baviera, le tocó hospedar
a Don Bosco en el segundo día del Triduo.
Un gran cuadro del Santo fué artísticamente
iluminado y coronado de flores por las socias
del Ropero de San Antonio; vimos repetirse
las escenas de entusiasmo y piedad del día
anterior.
Dxn-ante los tres días la Radio Difusora
«Valdi^'ia» trasmitió tm selecto programa
en honor de San Juan Bosco, elaborado
por el personal y í lumnos del Instituto Salesiano. En tres charlas el Pbro. Don Enrique
\’aldivia dió a conocer la personalidad del
Santo, su ped^ ogía y sus obras. Hubo
números en alemán dedicados a los nume
rosos residentes de esta región. De algunos
cantos, interpretados por nuestra escolauía,
se pidió el bis.
E l Domingo fué día Eucarístico y día de
gloria para nuestro Fundador. E n la Catedral
varias Misas de Comunión y Fontifical con
Pan^írico del Sr. Obi^K). I<a música y las
ceremonias, como las quería Don Bosco; impe
cables y solemnes.
N ota simpática fué la Primera Comunión
de 50 niños del Oratorio Festivo que, acom
pañados de más de 200 compañeros, enfeivorizaron a los fides con siis cautos y oraciones.
Por la tarde los Exalumnos inax^íuraron su
nuevo Hogar Social.
Y coronó los festejos la Asamblea Magna,
magna por la preparación y gusto de los di
versos números de arle; y magna sobre todt>
por los magistrales discursos (leí Sr, Sonador
Don Alejo lára Infante, del Abogado Sr. Au
relio Herrera, del exalumno Sr. Pedro l ’arra y
iwr la alocución sentida y vibrante del Admor,
Ap. Kxmo. Sr. Don Teodoro Eugcnin, bajo
cuyos auspicios se celebraron estas jomadas.
En todos los ánimos hay la convicción de
que las fiestas de Don Bosco han traído una
nueva y potente ráfaga de espiritualidad y
fer\-or religioso a esta ciudad de Valdivia.
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Valdivia. — Concealracióo de oiBos dispuestos a resleiar al Saoto.
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DE N U ESTRA S M ISIO NES
Congo Belga.
C onversión exíraordinaría de unos furisfas ingleses.
Kiiiimna es el helio oasis de esta terrible
floresta; sit riente llauurn es tan espaciosa y
amc'iia (lue parece será preferida para el aterri
zaje de los aeroplanos de línea, a los que guiará
en su ruta el hilo argénteo del río Kabufu
cuyas aguas, sallando de ]'>iedra en piedra, van
marcando con líneas sinuosas el' camino del
mar.
Delante <Ie nuestra misión el río tiene cien
metros de unclmra, Jíl viajero (pie llegase aquí
de noche, desj)ués de haberse perdido mil veces
entre las marañas de una naturaleza salvaje, de
seguro (lue exclan:aria lleno tle estupor: ¿Qué
maravilla es esa (jue hay al otro lado del río?
¿Será un palacio encantado? ¿será alguno de
esos hoteles esplendentes que por arte de magia
se elevan en Uis vias exóticas del gran turismo?
¿Qué edificio es ese tan magníficamente ilumi
nado?
Señor, le diría el barejuero encargado de
trasbordarlo a la otra orilla, es la Misión Sale*
siana
« Cómo, ¿luia misión en pleno desierto
con centenares de bombillas eléctricas? Nunca
Ule habría imaginado cosa semejante.
Ksto es lo que acaso pensaron y dijeron unos
turistas ingleses <pie poco hace nos han \ isitadü. lira im matrimonio con tres niñas rubias y
avispados, y venían en xm automóvil magnifico,
pero que estaba hecho tma lástima y chorreaba
barro hasta por lo alto de la cajiota. No ha
blaban ni entendían más lengua que la de su
nación y como por fortuna no nos es descono
cida, pudimos enteramos en seguida de (lue
venían del Trimsvaal, Ixordeando la costa occi
dental africana; la peligrosa odisea duraba hada
ya más de di>s meses y faltábaixles todavía doce
días de automóvil j'ara llegar a l.obito, meta de
su viaje y ¡)uerto de mar, donde tomarían un
vapor de línea que les llevara u su patria.
ludieron i>ermisi' para descansar \m ¡jar de
días en la misión y de nxü amores les fue cc«ix'edidn, pero la l ’rovidcncia dispuso las cosas
de tal modo que para llegar a bobito, tu
vieron que tomar el
de Damasco.
I.a estación de las lluvias estaba en su apogeo,
las pistas abiertas a través de la floresta hallálxanse no sólo intransitables sino que habían
desapxvrecido debajo de las aguas, y para
colmo de desdichas, la crecida del río acababa
de arrastrar el puente.
Tendrían pues que detenerse en la misión
2S
no ya dos días, sino hasta que Dios quisiera, y
el Superior les llevó amablemente a la hospe
dería reservada a los viajeros.
A l amanecer del siguiente día, que era el
miércoles de ceniza, enipezaron a llegar cristia
nos de todas partes para la solemne apertura
de la santa cuaresma. Por la tarde, apenas la
campana lanzó a los aires su claxnorosa invi
tación, largas teorías de indios empezaron a
moverse hacia la iglesia, que quedó llena en
seguida de bote en bote.
J,a electricidad, que la corriente del río
generosamente nos regala, la iluminaba a
giorno, liaciendo resaltar los detalles de su
modesta arquitectura: la imagen de María Auxi
liadora, nimbada \>ox una aureola radiante,
sonreía a todos aquellos hijos que arrodilladas
delante de ella, la contemplaban extáticos.
El misionero se acordó de.sus huéspedes y
les invitó a presenciar el interesante espec
táculo. Aceptaron de buena gana y desde el
pórtico exterior siguieron atentamente las ce
remonias, cautivados por aquellos cientas de
voces que miífoni adas y transidas de viva y
sentida piedad, rezaban las oraciones de la
noche.
Aípiellos hombres 5’ mujeres, negros como
el ébano, que inmóviles y devotos vibraban al
unísono cu la sinceridad triunfante de su fe
cristiana, tocó el corazóm tic los turistas y les
retuvo allí todo el tiempo como enclavadas.
¡Marnvilloii.’í/ repitía la señora a cada momento
cii VOZ baja.
Era la primera caricia de la gracia divina;
desde entonces no hubo ya necesi<lad de invi
tarles; le iglesia les atraía como un iimln. AsLslian a las oraciones, escuchaban las pláticas del
misionero, y ni que decir tiene (pie éste durante
el día, cu las visitas que les hacía, procuraba
encauzar la conversación hacia temas religia
sos. E l caballero le tomó tanto gusto a aquellas
conversaciones que, a escondidas de los suyos,
pidió mi catecismo explicado y se enfrascó en
su lectura.
De este modo transcurrieron cuatro semanas.
El 19 de marzo, fiesta de San José, 24 alumnos
de las Escuelas de la misión, que habían ter
minado satisfactoriamente su preparación de
• cuatro años, iban a recibir el santo bautismo,
y nuestros turistas mostráronse m uy deseosos
de asistir a la ceremonia. «No hay iiuxjnveniente, les dijo el misicwiero, f>ero la función
será larga y tendrán que levantarse muy tem
prano.
¡A l right! (xmtestarcm, y a las seis de la ma
ñana, cuando nuestros catecúmenos, vestidos de
blan(X}. se alineaban en semicircnlo ante la
T
pila bautismal, los ingleses ocupaban ya su
sitio en el fondo del templo.
Dos horas duró la ceremonia y en todo este
tiempo se les vió atentos y como si^estionados
por la belleza sobrehumana de aquel cuadro. Sus
ojos no sabían separarse de las 24 cabezas de
pelo ensortijado que se inclinaban reverentes,
una tras otra, recibían el agua r^eneradora,
y ecliaban lu ^ o llamaradas de gozo.
E n la misa solemne que hubo a continua
ción, los nuevos cristianos recibían por vez pri
mera a Jesús Sacramentado y su piedad era
entemecedora. ¡Marvellotis! ¡Beautiful! iban di
ciendo los ingleses, como transportados a re
giones extrañas, mientras salían dcl templo, y
ban a la puerta del despacho del Superior. Se
habló de los particulares de la fiesta, se pon
deró la piedad conmovedora de los negros; la
señora se iba exaltando por momentos y no
sabía como explicarse d drüce bienestar por
ella e^jerimentado durante las oraciones y los
cánticos.
¡Lástima, dijo rápidamente d marido, que
en la ceremonia de ayer faltaran dos catecú
menos! — ¿Qué quiere Vd. decir? — Sí, padre,
sí; dos catecúmenos; ésta y yo.
líl misionero esperaba aqudlos palabras como
espera el agricultor q\ie d d árbol cultivado
se desprenda d fruto maduro. Para él no era
ningi'm secreto (pie d caballero quería hacerse
es que la grada llamaba con recios golpes a las
puertas de su alma.
H1 otra día d Padre Sujierior entretaníase
en la Escuela con los redén bautizados. El
forastero salió a pasear por d patio (Xintiguo
y su nerviosidad era enorme; deteníase a cada
momento, hablaba solo, aporreaba con d
bastón los guijarros que encontraba. Desde una
de las ventanas abiertas escrutó d interior d d
aula y saludando al Padre le dijo: They are
happy now ¡Qué felices son esos muchachos!
— ¡Oh, yes! fdiífisimos, replicó d misionero a
quien no le pasarcai desapercibidos los ojos
brillantes y la exdtad(m de su interlocutor.
Este troncad la conversadón y preocupadísimo
se alejó tirando cem ímpetu d cigarro que desde
hada tiempo estaba mordiendo, mejor qne
fumando.
Aquella misma tarde él y su esposa Dama-
católico, después de las cosas que le había
oido decir. Protestante de nadmitaito, si
prestar seiA'ido como soldado en la gran guerra
buscó a im sacerdote católico para que le
instruyera, pero ^'udto a su hogar sin liaber
realizado d buen propósito de convertirse,
entreg(39e al tráfico de los negodos, y estos le
distrajeron completamente.
E l caso de la señena era más sorprendente,
por cuanto practicaba sinceramente d protes
tantismo y estaba llena de prevendones contra
las formas externas d d culto católico. ¿ Y
vuestros hijos? díjoles d Supericjr.
N o se preocupe por ellos, contestó la madre.
Una tía suya que es católica se empeñó en
hacerlos rebautizar y pcxxis días antes de em
prender nuestro viaje a Sud-Africa, In tim a ro n
su situación.
— Y ahora Vdes desean tener la misma didia.
29
r
¿verdad? Verán con ([ué facilidad se arregla
todo,
A<iuellos dos buenos corazones habían, en
efecto, oído la gracia de Dios y tenían prisa
de corresponder a ella antes de que en Ingla
terra los businers, los negocios, y acaso también
las ijarientes, les distrajeran de nuevo.
De común acuerdo se fijó el miércoles santo
¡)ara el bautismo, a fin de (}ue el jueves, aniversíirio de la Institución Ivucaristica, padres e
hijos pudiesen acercarse juntos a recibir a
J esús.
I.os diez dias <iue mediaban fueron empleadixs en el estudio del catecismo y de las ora
ciones y en resolver las últimas dificultades.
Todas las tardes y hasta las altas horas de la
noche el Superior se entretenía con ellos ama
blemente, explicándoles los puntos más im
portantes de nuestra Religión, describiéndoles
las bellezas de los Sacnuuentos, ponderándoles
el magisterio arigusto de la Iglesia y la autori
dad infalible del Papa, refiriéndoles los milagras más estupendas de Dourdes y los de
nuestro Padre" y I'undador San J uau Bosco.
lísclmchaban ellos con el más sincero entu
siasmo y confesaban ([ue todo esto faltaba en
las varias iglesias protestantes, siendo causa
de cn;eles imiirietucles para las conciencias y de
una frialdíul desoladora en el culto.
Mientras el Suj^erior instruía a los padres,
otro misionero pre]>araba a los tres niños para
la Con: unión.
V llegado el día prefijado, la iglesia de Kiniama veíase esplendente de luz; los neoconN'crtitlas, pastrados en tierra, hacían abjuración
de sus errores y, ])uesta la mano sobre el libro
de los ICvangelios, juraban creer en adelante y
jjracticar celosamente todo lo (lue cree y en
seña la vSanta Madre Iglesia Católica, Apostó
lica y Romana. V ante aquella misma pila
bautismal donde, un mes hacia, contemplaran
extáticos a las sencillos catecúmenos indígenas,
pedían también elUxs humildemente y con los
ojas henchidos de lágrimas, la gracia del Santo
Bautismo. Los tres hijitos del matrimonio
embellecian la est'cna.
Al tenninarse la fimción que a todos los
prestantes liizo exlremeeer de gozo, nuestros
indígenas esi>erabnn fuera de la iglesia a los
uuevtvs henuanos blancos, y ima ovación clamortxsti restmó en la selva como lui lümno
triunfal; les rotleaban, se Ies ecliaban encima,
todos querlmi x'erles de cerca y estrechar sus
manos.
La noche de aquel día. impregnada de santas
alegrías, tnuiscurrió en medio de conversaciones
etlificantes, como prejwiración o la conumión
del jueves santo.
Idegada la hora, adelantábanse los cinco
hacia el altor con las marros juntas y, acompa
ñados por centenares de indígenas, recibían
-
30
por vez primera el Pan de los ángeles. Hicieron
espontáneamente su buena hora de adoración
ante el sagrario, donde estaba ejqruesto el San
tísimo, y todas las ceremonias de los últimos
tres días de Semana Santa, a pesar de lo largas
que son y de hallarse la iglesia abarrotada de
pueblo, les liallaron idefectiblemente en su
sitio.
Antes. — me decía lu ^ o el comerciante
inglés — no hubiese hecho una genuflexión por
nada ni por nadie; ahora no tendría inconve
niente en arrodillarme en medio de las calles
de J^ondres para adorar al Señor; 30 años he
vivido en Inglaterra y 10 en el Transvaal y de
nada me hair servido para la eternidad; aquí,
en cambio, en esta venturosa Misión, me lia
bastado un mes solamente para asegurar m i sal
vación. ¡Qué extraños son los caminos del Señor!
Aíiuella misma tarde el lüjo más pequeño,
de siete años, asistiendo a la conversación
familiar, apoyados los bracitos en el borde de
la mesa, decía con adorable espontaneidad:
¡Mamá, yo quiero ser sacerdote — ¿Qué dices,
hijo mío? ¡ojalá te llamara Diospor ese camino!
de seguro que ni tu padre ni yo pondríamos
la menor dñicultad. También yo, también yo,
añadía el segundo, quiero hacerme misionero
Salesiano, como estos Padres de Kiniama — ¡God
bless! que el Señor bendiga vuestro deseo, y en
los ojos de aquella madre feliz brillaban das
lágrimas.
E l martes de Pascua fué el día de la partida.
I..OS caminos habíanse hecho de nuevo practi
cables y el ])uente arrastrado jx>r las avenidas
había sido sustituido con algimos maderos.
No sabían los pobres como despedirse de
nosotros y la se])aración se nos hizo a todos
muy dolorosa.
Aquella mañana fueron de nuevo a la iglesia
¡>ara dar gracias a Dios; s\t oración fué larga
y efusiva; parecía como si no acertasen a despe
garse de atpiel altar donde hablan recibido la
gracia y estaba presente el Señor de las miseri
cordias, y de aciuel cuadro de San Juan Bosco
a quien habian ellos elegido como Patrono
de la familia.
E l Superior tuvo que ir a decirles que ya era
bastante. Se levantaron, se despidieron profmidamente emocionados y lentamente la barca
de la misión les trasladó a la orilla opuesta,
donde el automóvil de turismo les había estado
esperando durante toda la cuaresma.
El momento de la sej>aración no lo olvidare
mos fácilmente, aquellos nuevos liijos espiri
tuales nos liabíau robado el corazón. El caba
llero cjue actuaba de Businessman, empuñó el vo
lante y se puso a maniobrar sin ton ni son; yo
creo que las lágrimas le impedían ver el ca
mino. En s^ u id a el automóvil arrancó de
golpe y desapareció en la floresta.
R e n e V an H eusden , 5 . S.
i
MEJICO (Jalisco) Htiejúcar. Octubre de 1934.
— Viendo a mi mamá en peligro de muerte a causa
de ima inyección que le produjo im envenenamiento
en la sangre, sin que fueran capaces de aliviarla
los diferentes medicamentos que se le aplicaron,
recurrí a la que es salud de los enfermos, pidiéndole
que acudiera a mi socorro. Empecé su novena, y
durante los primeros días no se notó ninguna me
joría, pero al octavo día mi mamá se sintió muy
mejorada y el último día estuvo perfectamente
bien. Llena de gratitud hago público mi agradeci
miento por favor tan singular recibido de mi bon
dadosa madre María Auxiliadora.
Ma. de JESUS M.^rtin ez .
Crónica de las Gracias
consegaides, p o r m e d ia c ió n de Mar/a A a x ilia d o ra ,
d e S a n J u a n B o s c o y d e n u e stro s
S ie rv o s de D io s
E SPA Ñ A Alicante. 25 Octubre de 1934. — Ha
bieudo caído enferma una persona muy apreciada
de nuestra familia, empecé ima novena a la San
tísima Virgen, y otra a San Juan Bosco, pidién
doles con mucha fe que durante esos días la pu
sieran bien como asi sucedió en efecto, lo que
publico conforme lo prometí, para que las almas
en sus apuros no desmayen y recurran a esta Madre
celestial y a este simpático santo Juan Bosco.
F . BE1.UD0.
.ARGENTINA ForUn Mercedes. Julio de 1934.
— Tengo que cumplir con San Juan Bosco y María
Auxiliadora que me han concedido una gracia
extraordinaria. Mi marido enfermó gravemente
con fiebres altas, comprobando el médico que ten ia
im pulmón muy enfermo, con serio peligro de
muerte. Y o lo encomendé con viva fe, empezando
una novena a San Juan Bosco y a la Virgen San
tísima Auxiliadora y al mes y medio mi marido
estaba fuera de todo peligro y casi totalmente sano,
según tstimonio del facultativo. Conmovida y
agradecida a mis Santos Protectores, hago pública
la gracia para su gloria y envío una limosna para
el altar de San Juan Bosco.
E rxestin .4 Z. de K aminskv .
ARGENTINA (S. Fe) Colonia Sarmiento, setiem
bre 2 de 1934.
Hallándose un hijo mío en circimstancias difíciles y peligosas para su edad, y
después de haber conseguido con mucho trabajo
una ocupación para él y temiendo por su manera
<le ser perdiera dicha ocupación, acudí al poder de
la gracia divina, haciendo con una hija mía tma fer
vorosa novena a San Juan Bosco con promesa de
realizar determinada obra de candad y hacer pu
blicar el favor en el Boletín SaJesiano.
Hace seis meses, y mi hijo sigue trabajando con
buena voluntad; por lo cual gustosas cumplimos
nuestras promesas y damos infinitas gracias al
querido Santo Don Bosco.
Una mamá y su hija agradecidas.
MEJICO (Nayarit) Ixlland del IHo. — Habiendo
estado mi hija gravemente enferma y manifestando
los médicos que la asistían ser un caso desesperado,
en mi angustia recurrí a María Auxiliadora por
medio del Beato D. Bosco, hoy glorioso San Juan
Bosco, y al poco tiempo recobró mi hija su salud.
Agradecida ofrecí publicar este milagro para ma
yor gloria del nuevo gran Santo.
R efu g io R. Vda.
de
Mo r a le .s .
MEJICO (Nayarit) San Pedro Lagunillas, julio
20 de 1934. — Por dos largos años estuvo mi esposo
atormentado de grave enfermedad, y conocedora
de los prodigios que el Santo mundial Juan
Bosco prodiga en todas partes, acudí con toda
confianza a él para que consiguiera de María Auxi
liadora ver restablecido al querido enfermo. Fui
completamente escuchada, pues mi esposo recobró
su salud y con ella re-stituyó la tranquilidad y la
alegría a nuestro hogar. ¡Gracias rail, querido Don
Bosco!
A l e ja n d r a A.
de
.Ag u ir r e .
MEJICO (Puebla) Tecalitlán. Mayo de 1934. —
Con un sorprendente milagro nos favoreció el celoso
amante de María Auxiliadora, San Juan Bosco. Mí
querido Padre el Sr. Leopoldo Ochoa, estuvo en
una gravedad de muerte; los doctores del Sanatorio
de la Sima Trinidad decidieron hacerle la ampu
tación de tma pierna, sin asegurar el éxito, porque
se temía una infección en toda la sangre, o porque
su agotamiento sumo no resistiera la operación. Ix)s
familiares que lo acoinpauábainos dimos el consen
timiento, confiando en la D. Providencia y mi
madre, que ya tenía especial devoción al B. Juan
Bosco, precisamente en los días que se anunciaba
su canonización, lo invocó con la mayor confianza.
La operación se hizo felizmente, pero después se
volvió a temer por su vnda, su gravedad íué tanta,
que los doctores tenían perdida toda esperanza y sus
hijos también, sólo mi madre permanecía serena
con grande confianza en San Juan Bosco, como si
él mismo le inspirara que no temiera, que cuando
todo parecía perdido, él obraría el milagro con el
poder de Dios y el atudlio de su Madre.
Asi fué, mi padre empezó a recobrar su salud, y
hoy está fuera de peligro; esperando tan sólo que
pase la convalecencia para volver a su casa donde
lo esperamos todos sus hijos con grande alegría.
En mi pueblo se ha extendido la devoción a San
Joan Bosco por el empeño que ha puesto mi madre
en que se le conozca y cumplir con la promesa de
propagar su devoción, y de publicar .su milagro.
F l a v ia O choa ,
31
NICARAGUA (Granada) Comalapa. — Nuestra
queridísima hija Klenita enfermó de mucho ciudado,
de! estómago, con repugnancia absoluta a todos los
alimentos; y por consecuencia natural, desgaste de
todo su organismo. Se le prodigaron todos los cui
dados de la ciencia médica, inclusive operación de
apendicitis sin obtener ningún resultado satisfacto
rio; y perdidas nuestras esperanzas, imploramos el
auxilio de nuesfra Madre amorosa la Sma Virgen
Auxiliadora, quien nos inspiró en el acto el proce
dimiento que debíamos seguir, y con medicinas
sencillas nuestra hija se encuentra completamenta
sana. Muy agradecidos a nuestra excelsa Protectora
que jamás desoye a los que le piden con fe.
OcTAViANO E spin o sa y R o sa lin a d e E spinosa .
— Leonor de Santiago — Herminia de Santiago
Vda de S. — M. Refugio Raigosa de S.
MEJICO (Michoacán) Ecuandureo. R. T. coo{>e-¡
radora salesiana.
MEJICO (Zacatecas) Mennax. Amelia Román.
U ruguay (Florida) Mendoza. Pedro Furqnere.
PERU Juliaca. — Atacada de fiebre paratíñeu
y según opinión de los médicos, con peligro de seria
complicación, posé algunos dias de gravedad; pro
metí a San Juan Bosco publicar la gracia si me
sanaba y libraba del contagio a mis niños; al apli
carme la reliquia, empecé a mejorar y hoy cumplo
mi promesa agradecida al buen Padre, por cuya
intercesión alcancé todo lo que pedí.
S A L E S I A N O S D IF U N T O S :
Z o il a A. R .
de
T r a v e r so .
VEN EZUELA Caraccu. 12 de Octubre de 1934.
— Doy infinitos gracias a San Juan Bosco, por
haberle dado la salud a mi hija, que tenía una
fiebre tenaz, y al invocarle y ponerle su reliquia
a la enfcruiita, empezó a mejorar y hoy está per
fectamente bien.
María T eresa .
N E C R O L O G IA S
José Titnlin, clérigo — de Belfast (Irlanda) t en
Viedma (Argentina) el 6 de Abril de 1934.
Antonio Crivellaro, coadjutor — de Breganze
(Italia) f en Santiago de Chile el 21 de Mayo de
1934Francisco Sosnowski, clérigo — de Szczygly Dolne
(Polonia) t sil Marszalki (ídem) el 9 de Junio de
1934Juan Bía Mela, clérigo — de Villa S. Pietro
(Italia) t en Cartago (Costa Rica) el l8 de Julio'
de 1934.
Juan Devine, sacerdote — de Killishil (Irlanda)
t en Cape Town (Sud Africa) el 10 de Julio de 1934.
Luis Ciprandi, sacerdote — de Parabiago (Italia)
t en Mogliano Véneto (ídem) el 18 de Agosto de
D a n ta m b ié n g ra c ia s a M a r í a A u x ilia d o r a y
a S an J u a n B o s c o , p o r fa v o re s re c ib id o s :
E spaña (Cuenca) BolHga. M. V. C. — A. G.
E spaña (Cuenca) Horcajada de la Torre. Isabel
Saiz — Eugenia López — María F. — María Ga
llardo — Hilaria Torrijos — Melitona Villalba —
Casta Pastor — Dorotea Fernández — Teodora
Cano — Luisa Pérez — Marcas López — Simona
Kuiz — Felisa Pastor — Teresa Cuenca — Gua
dalupe Medina — Felisa Jiménez — Remedios
Villalobos.
E spaña Sahnnanca. Carmen Berdugo de Alba.
.\rgicntina E mhos Aires. Sara Ilcchart.
.\ R 0 I5 N T I n a (Córdoba) Dedn Funes. María Calvo
lie IVrovra.
.-Vrc.Kn tin a (Chubut) Trelew. Teodoro Kaempfle.
.\R r.i-;xT iN A (Patagouia) Foríin Mercedes. E. M.
lie Maya.
Coi.OMiUA (Nariflo) riimafo. Oliva M. del Castillo.
E stad os U nidos (California) Los Angeles. Hcrlinda Loaiza.
E stad os U nidos (California) Ontario. Teodora
González.
Mkjkm capilai. ^ta^ia de I«ounlcs Gaviño de Romenv
Mkju 'o (Jalisco) ¡ItiejÚLiii. Faiistína Galbáu —
Igiiacía S. de Pérez - Anastasia Galbán - - Fran
cisco Cabral — Soledad del Real de M. — María
<le Jesús de Santiago de G. — Esther de Santiago
1934C O O P E R A D O R E S D IF U N T O S :
D on Alfredo L, de R om ana y V .
Falleció repentinamente la mañana del 17 de
Setiembre en Arequipa (Peni) al salir de la iglesia
de Sto. Domingo, donde había ido a oir la Sta.
Misa.
Fué D. Alfredo de los cooperadores de la primera
hora, siempre adicto a nuestras obras, que favo
recía con sus constantes limosnas. Costeó el altar
y la Imagen del Sdo. Corazón de Jesús de nuestra
iglesia.
Devotísimo de la Sta. Misa, jamás emprendía
viaje o algún asunto importante, sin que mandara
celebrar alguna Misa. Así mismo coronas de Misas
en lugar de corona.s de flores, enviaba a la capilla
ardiente de las personas amigas que durante el
año fallecían. Nuestro colegio perdió a im excelente
amigo y cooperador práctico.
Enviamos el más sentido pésame a la Sra viuda
y a los Hijos y lo encomendamos a la caridad de
nuestros cooperadores.
H a n m u e rto ta m b ié n en ¡a p a z d e l S e ñ o r:
(Cuenca) BolHga. — Rafael Muñoz —
Saturnina Muñoz — Valentina Alvaro.
MEJICO (Jalisco) Huejúcew. — Amada de la Torre
de M.
líSP .A Ñ A
Cea aproAacMa ife h •■torMW
— D irecfcv -m p ou aM e: D . G U ID O FAVINl
E*tablc«ÍBÍCBlo Tlp. de la Sociedad Editora latera acionat - Tarto. Carao R e g ñ a .M afg*er#e 17$.
i
TESORO
ESPIRITUAL
R e la c ió n d e la s In d u lg e n c ia s P /e n a ría s
FEBRERO
2 - Purificación de la Sma Virgen
22 - Cátedra de San Pedro en Antioquia,
que lo s C o o p e ra d o re s S a lesiano s p u e
d e n g a n a r, en e l tra n s c u rs o d e l ano.
Una vez cada día, sólo con elevar a Dios, en medio
de sus ocupaciones habituales, una piadosa invo
cación, por corta que sea. (Esta Indulgencia, lla
mada del trabajo, pueden también ganarla los
Salesianos e Hijas de María Auxiliadora y sus
alumnos y exalumnos, y si durante el día se sigue
repitiendo la misma piadosa invocación u otra
cualquiera, se ganan cada vez 400 días).
t - Un dia de cada mes, el que uno elija.
i ~ E l dia en que se hace el piadoso Ejercicio Mensual
de la Buena Muerte.
4 - E l dia en que se asiste a la Conferencia Mensual
Salesiana.
I - E l dia en que uno inscribe su nombre en la Pia
Unión de Cooperadores Salesianos.
6 - E l dia en que por primera vez se consagra uno al
Sgdo Corazón de Jesús,
7 - Cada vez que practique los Santos Ejercicios Bs~
pirihtales, de ocho dios.
i • A la hora de la muerte, con tal que, confesado y
comulgado o por lo menos arrepentido de sus peca
dos, invoqw, con los labios o con el corazón, al
nombre sacratisimo de Jesús.
I
-
MARZO
19 - Fiesta del Patriarca San José.
25 - Anunciación de la Sma Virgen.
MAYO
3 - Invención de la Santa Cruz.
8 - Aparición de San Miguel Arcángel.
17 - Aniversario de la Coronación de Maria
Auxiliadora.
24 • Fiesta de Maria Auxiliadora.
JUNIO
24 > Natividad de San Juan Bautista.
29 - Fiesta de San Pedro y San Pablo.
30 - Conmemoración de San Pablo.
JULIO
1 - Preciosa Sangre de Ntro Señor Jesucristo.
2 - Visitación de N^a Señora.
16 - Fiesta de la Virgen del Carmen.
AGOSTO
6 - Transfiguración del Señor.
t5 • Asunción de la Sma Virgen.
16 • Fiesta de San Roque.
SETIEM BRE
EN C A D A UNA
DE LA S SIG U IEN T ES F IE S T A S :
I) M ovib les:
Sagrada Familia (el primer domingo después de U
Epifanía).
Dolores de la Sma Virgen (£1 viernes de Pasión^
Domingo de Ramos.
Pascua de Resurrección.
Ascensión del Señor.
Domingo de Pentecostés.
Fiesta de la Sma Trinidad.
Corpus ChrisH
Fiesta del Sgdo Corazón de Jesús (primer viernes
después del Corpus).
Fiesta del Sgdo Corazón de Maria (dia siguiente del
anterior).
8
i2
14
15
29
•
•
•
•
Natividad de la Sma Virgen.
Dulcísimo Nombre de Maria.
Exaltación de la Santa Cruz.
Los Siete Dolores de la Sma Virgen.
Dedicación de San Miguel Arcángel.
OCTUBRE
7 • La Virgen del Rosario.
1 1 • Maternidad de Maria.
16 - Pureza de Maria.
NOVIEMBRE
21 - Presentación de Ntra Señora.
22 - Fiesta de Sania Cecilia.
DICIEMBRE
2) Fijas:
ENERO
1
2
6
t8
23
25
29
-
Circuncisión del Señor.
Saniisimo Nombre de Jesús.
Epifania.
Cátedra de San Pedro en Roma
Desposorios de la Sma Virgen.
Conversión de San Pablo.
Fiesta de San Francisco de Sales.
8 Inmaculada Concepción.
25 - Natividad de Jesús.
Para lucrar las antedichas Indulgencias se reqniere, además de las condiciones ordinarias, que
los Socios de la Fia Unión recen cada día un Padre
nuestro, Avemaria y Gloria, con la invocación
Sánete Francisce Salesi, ora pro nobis, según la in
tención del Romano Pontífice.
EL N U E V O TESTAMENTO D E N U ESTRO
SEÑ O R JESU CRISTO . latroducción, análisis
y notas dcl R. P. Carmelo Ballestcr, C. M. Mag
nifico tomo en 4^, con i. 326 páginas, 541 gra
bados y 4 mapas a todo color artísticamente
encuadernado. Ptas. 45. — E d ito ria l L it u r OICA líS P A Ñ O L A , S. A., Cortes, 581, Barcelona,
España.
Tenemos ante nosotros un gran libro. <Un ver
dadero momunento a Jesucristo 1 según afirma la
importante revista romana <Verbum Dom ini».
• Un libro que enriquece la literatura bíblica espa
ñola *, según el Dr. Gomá, arzobispo de Toledo.
Después de una interesante introducción de
1 10 páginas, de gran precisión científica, en la que
se define el valor dcl nuevo Testamento, lenguaje
y libros que lo componen, usos y costumbres de
los judíos, geografía y arqueología bíblicas, todo
esto, embalsamado con aromas de piedad que hacen
sentir liomlnmcnte lo que se lee, el P. Ballester
pone si alcance de todos el texto completo del
tnuevo Testamento. En vez de desmenuzarlo en
tantos apartados como versículos, según es costum
bre, dispone los periodos y apartados según la di
visión lógica basada en una concienzuda ezégesis
y bajo títulos y subtítulos que indican a simple
vista y concretan los principales argumentos. Para
dar una idea del trabajo realizado por el autor,
nos limitaremos a consignar que cutre divisiones
lógicas, notas colocadas al margen y al pie de cada
página, hemos sumado un total de 8.407. Es decir
BOLETIN
KF.DACCIÓN
Y
que no hay asunto que no venga aclarado debida
mente, según lo desearía el lector más exigente.
La ilustración de la obra es abimdante, bien
documentada y artística. Usos 7 costumbres de
Palestina, numismática, faima, flora, geografía,
arqueología, folklore, etc. todo está tan felizmente
representado que constituye el comentario más
vivo y gráfico del sentido del testo. Según el Dr.
Oomá «resulta un comentario intuitivo y rma co
piosa lección de cosas que economiza toda otra
explicación aclaratoria *. Son en conjunto 541 gra
bados y cuatro mapas a todo color.
Cierran el libro varios índices: armonía evangélica,
ascética, apologética, litúrgica de las epístolas y
evangelios del año eclesiástico, de grabados, etc.
CATECISM O C ATO LIC O por el C a r d e n a l G a s P A K K i.
Versión española. Un volumen de 510
págs., encuadernado. Ptas. 10 De la misma Edi
torial.
Acaba de publicarse, vertida al castellano, esta
preciosa obra del cardenal Gasparri que escrita
en latín ha dado la vuelta al mundo.
Decimos preciosa porque muy alto precio tiene
un libro que reúne, en grado máximo, tres cualidades
no comunes: concisión, claridad y precisión.
E l relevante Catecismo se desdobla en tres partes:
Catecismo para los párvulos. Catecismo de Perseve
rancia y Catecismo para los adultos, seguidas de un
copioso acervo de documentos pontificios, definiciones
conciliares y textos pairisticos, en conexión con las
preguntas del cuerpo de la obra la cual, de esta
guisa adquiere un valor documental que bien sabrá
aprovechar el inteligente catequista.
.A través de las áureas páginas del Catecismo
Católico se presiente ima mano avezada al arte di
ficilísimo de precisar y matizar, ofreciendo la verdad
en su genuina fisonomía. Si el catequista penetra
ese sentido peculiar de la obra, hallará en ella un
insustituible instrumento de enseñanza, y los niños
o adultos tendrán en él un texto precioso y seguro
que les dé una instrucción de innegable solidez.
SALESIANO
A D M IN ISTR A C IÓ N : V i A C O T T O L E N G O . 32 - TURÍN (109) - ITAUA