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Año XLVIII

AGOSTO 1933

Número 8

BOLETÍN SALESIANO
REVISTA DE LAS OBRAS DE DON B O SC O

La E ducación S alesiana G lorificada
D O M IN G O

S A V IO

ES DECLARADO VENERABLE

i Loor al venerable Domingo Savio!
iGloria al angelical alumno de Don Bosco!

22Ó

Congregación general Domingo Sacio éxito felicisimo.
Próximo nueve Julio se leerá Decreto heroicidad virtudes.
l i e qui dos telegramas de Roma ■ preciosos,
• históricos, que nos han hecho temblar de emo­
ción:
Era el día de San Pedro, fiesta de nuestro
venerado Rector Mayor.
La Casíi-Madre hervía de gozo y de fervor
Expandíase sobre ella, como nunca, la figura
paterna de Don Bosco.
E l tradicional homenaje de felicitación
había reunido a todos los hijos en el esplén­
dido salón-teatro, ansiosos de hacer vibrar,
en pre.sencia del amado Superior, las notas
más delicadas de su alma.
N o sabemos cuántas personas habría allí
congregadas, adem ás de las mil que habitu al­
m ente moran en el Oratorio, lo que sí sa­
bemos es que en esta ocasión el teatro re­
sulta todos los años insuficiente, que a él
acuden representaciones y más representa­
ciones de la extensa fam ilia salesiana de
Turín y pueblos aledaños, amén de las autodades, amigos y sim patizantes de nuestra
Obra y de la persona del Rector Jlayor.
A medida que el Programa de la Velada iba
vaciando en el ambiente sus filigranas de sen­
tim iento y de arte, el amor y el entusiasmo
crecían y se condensaban; los discursos efusi­
vos, los diálogos chispeantes, las cantafiis
espirituales, las músicas inflamadas,eran fuen­
tes generadoras de electricidad afectiva que,
a cada momento, se resolvían en tempestades
de vítores y aplausos.
Imagínense nuestros lectores el efecto que
produciría, en aquel pequeño mar de cora­
zones caldeados al rojo \*ivo, la lectura de estos
dos telegram as que nuestro bondadoso Rector
Ma>’or nos tenía reservados, como sorpresa
tie fin de fiesta y como espléndido regalo
|)ara sus hijos.
¡Regalo espléndido de \*erdad, el m ejor que
se nos podía hacer!
L a heroicidad de las virtudes de nuestro
Domingo Sa\*io nadie la ponía en duda y
ahora que la \*enios proclam ada, urbi et orhi,
por la autoridad infalible de la Iglesia, la
recibimos con una indecible alegría triunfal

para adornar con ella la corona blasonada
de Don Bosco, primer tronco común de las
varias Fam ilias Salesianas, en las que an­
dando el tiempo brillarán muchos Santos.
Decía el cardenal Parocchi, refiriéndose a
Dom ingo Savio; «¿Q ué serán los atletas si
aqu í los pequeños son tan grandes? ¿Q uéte­
soros de santidad no tendrá Dios reservados
a las generaciones de Don Bosco, cuando
en sus viveros coge flpres tan exquisitas de
gracia, para trasplantarlas a su jardín? ».
Oímos decir con creciente insistencia que
el B eato Don Bosco está ahora m u y próximo
a ser elevado a la gloria m áxim a de los altares
y es que el deseo de que esto ocurra es tan
grande, que desborda los corazones.
Parece, en efecto, que la divina Proridencia apresura los acontecim ientos. Este
mismo triunfo de Dom ingo Savio podría
significarlo.
Conociendo el amor tiem ísim o que Don
Bosco tenía a su angelical discípulo predilecto,
y la íntim a relación que unió en vida a
aquellas dos alm as santas, h a y que pensar
que cuando Dom ingo Savio sube decidida­
mente la primera grada de su glorificación,
es porque Don Bosco, que ya se ve próximo
a la escalar la ültinií^, tira de él para tenerlo
cerca.
Pidam os al Señor que esta piadosa suposi­
ción sea realidad, y que no pasen muchos
meses sin que esta realidad se confirme.
Sigam os im portunando al cielo para que
m u y pronto nuestro B eato sea declarado
Santo, y el nuevo Venerable le siga, en rá­
pida ascensión.
Nota. — Recordamos a noestros lectores que a
los Venerables no se les tributa culto alguno Cads
uno podrá seguir, como antes, invocando y pi­
diendo gracias a Domingo Savio privadamente,
mas no públicamente.
Con mucho gusto babrfamos insertado en estas
páginas el Decreto declaratorio de la heroicidad
de las virtudes del Siervo de Dios, pero a fin de
no retrasar considerablemente la impresión del
Boletín, lo insertaremos en el siguiente número de
Setiembre.

227
Verdadero concepto
de la cooperación salesiana.
(Conllauación).

Recompensas del Cooperador.
Aunque repetidas veces hemos aludido en
estas páginas a los grandes premios que Dios
tiene reservados a la caridad inagotable de
nuestros buenos Cooperadores, es un tem a
éste tan consolador y ta n estim ulante, que
merece ser explanado con algún deteni­
miento, y con él vam os a cerrar la serie tal
vez abusivam ente larga y m achacona de
estos artículos.
El corazón del hombre, recalcitrante y a de
suyo para las obras que son obligatorias y
el deber le exije, quedaríase inerte como un
cadáver ante los impulsos libres 5’ elevadores
de la generosidad, si no hubiese fuerzas
capaces de vencer su apatía, y estas fuerzas
por fortuna existen, son las que conocemos
con los nombres de gloria, placer, riqueza,
felicidad; son todo lo que ante los ojos brilla
como un prem io, todo lo (¡ue se espera de
útil y placentero, como resultado de la acción.
id agricultor lucha sin descanso contra
los elementos, curvado siempre sobre la
tierra, por la esperanza de la cosecha que
promete bienestar a su familia; el obrero
exprime toda la energía de sus músculos sobre
el duro banco del trabajo, por el salario que
le ha de asegurar la subsistencia; el soldado
en .<;u trinchera, el sabio en su laboratorio,
el artista en su estudio, obedecen de modo
fatal a una u otra de tales fuerzas misteriosas.
Y de esta le y dinám ica no se exim en ni
siquiera los santos, por cuanto la Sabiduría
divina afirma que lo que a estas almas pri\ilegiadas les mue\-e a mentenerse en la
justicia, y a perseverar heroicam ente en el
sacrificio, es la seguridad del premio. Jncor meum ad faciendas justificaiiones
tUii.. propter reirihutionetn. {Ps., 118, 112).
>i‘rndo esto *así, creemos que habrá de
seri(.s grato y provechoso a nuestros coope­
ra ¿eres el recuerdo de las recompensas a
que su caridad se hace acreedora, en esta
y en la otra vida.

L as recom p ensas de esta vida. — Claro
es que nadie que se dedique a promover el
bien, con espíritu de fe, obra acuciado por
ningún género de compensaciones terrenas,
pero Dios es de ta l modo generoso y magná­
nimo, que raras \-eces suele privar a sus ser\*idores de las satisfacciones, aptas humana­
m ente a enduzarles la \nda, satisfacciones
que, por afectar directam ente al espíritu,
son las más \d\’a s y las más completas, pero
que a menudo hasta les son regaladas con
el brillante envoltorio del bienestar m aterial.
E l asegura tenninantem ente que serán
felices los que se ocupan del pobre y del m e­
nesteroso. Beatus qui intéUigii super egenum
el paúperem, y de esa felicidad no exceptúa
la vid a presente.
¡Con qué fatal daltonismo contemplan las
cosas los hombres mundanos! ven blanco lo
que es negro, y negro lo que es blanco;
juzgan felices a los que triunfan en la feria
de los placeres, y tri.stes e infortunados a
los que se abrazan a las austeridades de la
virtud.
E s una aberración lamentable. líl Apóstol
San Pablo, perseguido y jKjbre, con cadenas
en pies y manos, y próximo a ser decapitado,
exclam aba: superabundo gaudio, estallo de
felicitad. San Francisco de Asís, carente de
todo, hasta del am or paterno que se niega
a concederle lo que no rehúsa dar a las
bestias, iba por veredas y ciudades, alegre
com o un juglar, impelido a cantar a voces
por la dicha que a borbotones le salía del
alma. II B eato Juan Bosco estaba siempre
sereno y sonriente, con aquella sonrisa que,
com o una caricia del cielo, había llegado a
troquelarse de un modo permanente en sus
ojos y en su boca; y los que hojearon su
vid a saben m u y bien, que pocos como él
han tenido responsabilidades mayores, ni
trabajos m ás oprimentes, ni privaciones más
angustiosas.
Don Bosco, enfermo, pobre, vejado de mil
maneras, triturado por la fatiga, era e]

22^
liombre más feliz de su siglo, en tan to que
pureza de los niños y santifican a las mucheuna turba incontable de egoístas, contem ­
dimibres. ¡Cuánto bien y cuántas bendi­
poráneos suyos, insensibles a los sufrimientos
ciones!
del prójim o, derrochaban a manos llenas
4 - Das misiones salesianas, la obra admi­
su tiempo y su dinero para ser felices como
rable de esos héroes que desafían el océano
él y sólo lograban tedio y desilusión, que a
y los desiertos y las fieras, para llevar a todas
veces culminaba en el suicidio.
partes la buena nueva, por medio de la fe
Don Bosco, vistiendo una sotana burda y
y la civilización, a gentes embrutecidas.
remendada, viviendo en el barrio más m í­
Muchas de aquellas gentes, regeneradas
sero e inhóspito de Turín, en medio de su
por el bautismo, llevan nombres y apellidos de
pequeño pueblo de harapientos, era conocido
cooperadores, para significar que del brazo
en el mundo entero; los Papas solicitaban
del misionero, sois vosotros los que las habéis
conquistado.
su consejo, los príncipes le franqueaban sus
palacios* ciudades populosas como Roma,
5 - Das H ijas de María A uxiliadora, que
París, Barcelona, recibíanle apoteósicamente;
alegran con la blancura de sus tocas los
sabios y prelados, estadistas y financieros
místicos palomares de la Iglesia, y forman
venían de remotos países para ver a Don
las delicias del Corazón de Cristo, ocupándose
Bosco y hablar con Don Bosco, en tanto
tam bién en m odelar el corazón de la niñez,
que, en torno suyo, hombres rodeados de li­ en preparar a las futuras madres de familia,
en defender a las obreras que peligran, en
breas e hinchados de vanidad, que se creían
blanco de todas las m iradas, hacían la trayec­ prodigar su apostolado en escuelas y asiles
toria triste e infecunda de su vida, como unes
de infancia, en Oratorios y misiones y lepro­
serías. ¡Ah! estas vírgenes son también
ilustres desconocidos.
voceras admirables de la caridad de los
Ahom bien, cooperadores, ninguna de esas
satisfacciones terrenas, de esas alegrías ine­ cooperadores.
fables que sintió Don Bosco, y con él todos
6 - Dos nuevos y magníficos templos, que
los santos, es inaccesible para vosotros, por­
han surgido por centenares hasta en las más
que la divina promesa de felicidad, beatas,
apartadadas regiones del globo, lo mismo
es term inante, no excluye a nadie.
en la gran urbe que en la apartada aldea, así
Deteneos a contem plar, reunidas en un
en el bosque como en el desierto. Y en esos
solo haz, las diversas obras de celo prom o­ tem plos, que pasan de un millar y de los
vidas por Nuestra caridad, y percibiréis en
cuales actualm ente 208 son parroquias, Jesús
el acto el exquisito y j>eculiar perfum e que
tiene su sagrario, desde el cual irradia con­
se desprende de cada una, capaz por sí solo
suelos
bendiciones sin cuento, el pueblo
de endulzar la \-ida entera.
se da cita para escuchar palabras de paz
1 - ha santidad i>ersonal, que, ¡¡rociirando
y de amor y aprender normas de justicia y
evitar las culpas, libra la conciencia de espi­ de pureza y dulces hábitos de convivencia
nas y remordimientos y le hace gustar las
social. A llí tiene siempre fácil acceso, para
castas alegrías de la virtud y de la piedad.
recibir de los ministros de la eucaristía,
1 - Los millares de jóvenes que, por obra
dirección, luz, consejo y perdón de les
vuestra y gracias tal vez a vuestros sacrificios,
j>ecados, allí visita a la Madre Auxiliadora y
viven alegres y alejad<is de los peligros, en
lecibe los Sacramentos... ¡Cuánta hennosura!
Ctilegii^ y Oratorios, de donde volverán a
y jjensar que las piedras de esos templos han
la sociedad fuertes, educados y creyentes,
sido colocadas por cooperadores salesianos.
¡^ué regalo tan espléndido hecho a la Iglesia
7 - K1 apostolado, en fin, de la buena prensa.
y a la patria!
Setenta establecim ientos tipográficos, cientos
3
- lats legiones de sacerdotes sacados de de máquinas de im prim ir de nuestras Escuelas
la cantera del pueblo, donde hubiesen llevado
Profesionales que, como la paloma salida del
una existencia banal, y acaso subvertidora
arca, mueven las grandes alas de sus prensas
de los principios del orden, y que revestidos
autom áticas sobre el fango de una litera­
ct)H el más alto de los jx^deres humanes,
tura apestosa, y lanzan millones de hojas
ofrecen en todos lc>s altares del mundo la
blancas que esparcen luz y serenidad en
\’íctim a de expiación, reconcilian a las almas
las almas.
con I'fitNs. destniyen
baluartes de la su­
En esta gran bendición tam bién tenéis
perstición y de la ignorancia, cultivan la
vosotros una parte m uy destacada.

22 Q
parte en las carreras de los juegos de Corinto,
meneaba la cabeza y decía: ¡Pobrecitos!
¿para qué tan to sudar, tan to afanarse? Por
una corona de roble o de laurel, (¡ue el tiempo
ha de deshojar. Nosotros, los cristianos —
añadía — corremos y ludíam os por otra
corona que es de un verdor perenne y que
jam ás perderá sus hojas.
¡Oh esta corona, esta corona, cooperadores,
qué milagroso poder no tiene ¡lara rejuve­
necer, para vigorizar, para lanzar al cre­
yente a empresas heroicas y casi inverosí­
miles!
« A la hora de la muerte recogeremos el
fruto de nuestras buenas obras. Cuando
llegue nuestro últim o instante todas las
espinas de la vida se cam biarán en rosas ».
He aquí la palabra de orden con que Don
Bosco solía incitar a la práctica del bien.
Y ¿qué m ejor argumento? Para un hombre
de fe como es el cooperador salesiano, sería
demasiado poco prometerle compensaciones
terrenas como las que le hemos recordado,
si con ellas no se le asegurarse además que
le esperan en la otra vida premios de un valor
infinitam ente más grande, si no se le ase­
gurase que esa figura de felicidad terrena
concedida en este mundo a las almas que
prom ueven el reino de Cristo, se trocará
después de la muerte en bienaventuranza
íntegra, perfecta y eterna.
En realidad esta divina esj>eranza es de
suyo más que suficiente ])ara sostener la
voluntad. E l santo Tt)bías fué m uy ]>robado
por Dios, y cuando nuis engolfado andaba
en sus obras de misericordia, amigos y alle­
gados le insinuaban maliciosamente que
aquellos nobles afanes eran mal correspon­
didos por el cielo, que sólo le enviaba po­
breza y ceguera, y él Ies atajab a diciendo:
¿Por qué habíais de este modo? Nosotros
somos hijos de Santos, y nuestro premio
está en la otra vida. {Tob., 2, 17).
H a y muchos hombres que, llevados de su
egoísmo y de su falta de fe, piensan como
aquellos murmuradores, se niegan a coo­
perar al bien con razonamientos tan a ras
de tierra como los que hacían ciertos impíos
Las recom p ensas eternas. — Si las rede que nos habla el Profeta, los cuales de­
comjKinsas terrenas son tan poderosas para
con.' lar, alegrar, im pulsar a la acción y sos­ cían; E s inútil que sirvam os a Dios. ¿Qué
porvecho nos ha venido de observar sus man­
tener en el sacrificio ¿de qué no serán capadam ientos y seguir sus caminos? A quí los
ces . ■; esperanzas cristianas, sobrenaturales,
que triunfan son los m alva d o s».
dulce lente arraigadas en el alma?
Pero ved la repulsa que les dió el Señor:
San Pablo, al ver él penoso entrenamiento
♦ E l día en que celebre yo mi juicio, los buenos
a qu" se som etían los atletas que tom aban

¡Oh qué espléndido apostolado! ¡qué ine­
fable alegría la del corazón cristiano ante
este balance paradisíaco de bienes realizados!
¡Ah! tenéis razón de sentiros satisfechos,
pues hasta el H acedor del mundo, al llegar
la tarde de los días de la creación, se volvía
a contemplar la obra realizada y santam ente
se complacía en ella. E t vidit Deus qtiod esset
bonum. [Gen.y I, lo).
Pero decíamos antes que esta im pagable
satisfacción interior de los que por amor de
Dios esparcen el bien en tom o suyo, va tam ­
bién muchas veces acom pañada de otras
bendiciones puram ente materiales.
Don Bosco en su preciosa carta-testam ento
a los Cooperadores Salesianos, escribía a
este respecto: « E s un hecho digno de no­
tarse que, en estos últim os tiempos, ante las
múltiples dificultades que se presentaban y
las sumas enormes de dinero que hacían
falta, para educar en la fe y las buenas
costumbres a tan tos niños pobres y abando­
nados, la Sma Virgen se constituyó pro­
tectora de e llis, e hizo llover sobre sus Bien­
hechores extraordinarias e innumerables gra­
cias •».
«El que os escribe, 5' con él todos los Sale­
sianos, somos testigos de que muchos de
estos Bienhechores, cu ya posición económica
era modesta, la vieron mejorarse a ojos vis­
tas, en cuanto se decidieron a ser generosos
con nuestros huerfanitos *.
í H ay un buen número de ellos que quisieron
hacer esta experiencia y vinieron a decirme
estas o semejantes palabras: No me dé Vd.
las gracias, cuando le traigo alguna limosna
para sus niños pobres; soy >'0 quien debo
dárselas cuando v a \''d. a pedírmela. Desde
que empecé a socorrer a sus huérfanos, mi
fortuna se ha duplicado ».
«El Comendador Cotta venía con frecuencia
a traerme su óbolo, y me decía: Cuanto más
favorezco sus Obras, más prosperan mis negoci*-.'. Veo, de un modo palpable, que Dios
Die voncede, aún en esta \nda, el céntuplo
de lo que d oy por am or suyo ».

i

230
constituirán mi pueblo y con ellos usaré mise­
ricordia; veréis entonces, impíos, como mo­
dificáis vuestro juicio, al ver la inmensa dis­
tancia que h a y entre el justo y el que no
lo es, entre los que sirven a Dios y los que
no le sirven »,
Da fe nos dice, beneméritos cooperadores,
de un modo cierto, ciertísim o, que Dios
premiará, en una fonna digna de KI, a todos
los buenos que, si se mantienen firmes en los
trabajos y renunciamientos exijidos por la
virtud, es cabalm ente porque piensan en las
alegrías del cielo, y saben que sus padeci­
mientos no serán vanos.
L a fe nos dice que, m ientras las grandes
empresas llevadas a cabo sin el beneplácito
divino, perecen con sus autores, las obras
buenas, por modestas que sean, tienen un
valor eterno, y Dios las galardonará en la
otra vida.
L a fe nos dice que ese galardón ofrecido
a la virtud es sobremanera grande, capaz
de' inflam ar nuestro celo, como inflamó el
del Apóstol San Pablo, quien, trasladado en
espíritu al tercer cielo, donde apenas le fué
posible asomarse a aquellos océanos de feli­
cidad, decía sin em bargo a sus noveles cris­
tianos: os aseguro que los padecimientos de
esta vid a todos juntos no son nada al lado de
esa gloria futura que a todos nos espera.
{Rom., 8, i8).
Recorramos nuevam ente, si os place, el
cam po de \'ucstra cooperación, y veréis como
cada obra vuestra tiene asignada por Dios
un premio esjiecial.
— ¿Procuráis athiuirir la santidad per­
sonal?
Pues sal>ed que en la gloria flore­
ceréis con la abundancia de las palmeras.
Juslns ui palma jlorebit.
- ¿Prom ovéis la cristiana educación de
la juventud? — Pues resplandeceréis en el
cielo lo mismo que las estrellas. Qui ad justiii.im trndiuul mullos, quasi sh'Uae in perpduas a<'ifntitatt\<.
— ¿Contribuís a enriquecer a la Iglesia
con nue\xvs religios<^s y sacerdotes?
¿Propagáis el reino de Dk^s por medio
de U's misioneros? - Pues sabed que con

ello agradáis a Dios de ta l manera, que le
robáis el corazón, y a pesar de ser E l belleza
infinita, exclam a al ver \mestra obra: ¡Oh
qué pies tan hermosos los de los que predican
el evangelio de la paz! ¡Quani speciosi pedes
evangelizantium pacem!
■— Procuráis, finalmente, m ultiplicar los
tem plos y preparar en la tierra moradas
dignas del Altísim o? — Pues oid lo que El
dijo a M alaquías: que acuda mi pueblo a
los tem plos y lleve allí sus dones y me ponga
a mí a la prueba y verá de qué soy capaz,
verá como abro las cataratas del cielo para
que sobre él caigan bendiciones, hasta la
saturación. E t probate me super hoc, si non
aperúero vobis cataractas coeli, et effúdero
vobis benedictionem usque in abundantiam.
{Mal., 3, lo).
¿Para qué seguir?... son tan tas y tan
grandes las promesas que os hace el Señor,
cooperadores, que no h a y palabras con que
expresarlas. Procurad tenerlas siempre en la
memoria y serán un m agnífico acicate de
vuestra actividad.
(S í continuará).

Nuestro Boletín.
Sabido es que esta Revista, órgano oficial
de los Obras Salesiaiias y de su Pía Asociación
de Cooperadores, se envía a todos ell w gratuita­
mente. Así lo quiso el Beato Juan Bosco y
éste ha sido siempre el deseo de los Supe­
riores, sucesores suyos.
E llo no obsta para que supliquemos muy
encarecidamente a nuestros lectores que no
nos dejen faltar las ofertas voluntarias con que
nos han venido ayudando sieiiipre, para poder
sobrellevar los gastos, cada día más cuantio­
sos, de la Revista.
Nuestro Boletín se imprime, actualmente,
en 17 lenguas y sólo el italiano hace una
tirada mensual de 160.000 ejemplares. Calcú­
lese lo que todo esto viene a costar.
No está de niás recordar que mensnalmente
hay que pagar correo, jornaleros y abastece­
dores, y que nuestra única esperanza es la ca­
ridad nunca desmentida de los buenos coope­
radores de Don Bosco. ¡Que Dios se lo pague!

CRUZADA MISIONERA

NUEVA BECA: “ V I R G E N DE L O S D O L O R E S ”
fundada por una benem érita C ooperadora S alesian a de V alencia (España).

B .6 4 Í2 6

Turin. — La Comisión General adjudicando los premios del Concurso.

de la

D os grandes exponentes
vitalidad de nuestras Escuelas Profesionales,

U n o E x p o sic ió n y un C o n cu rso
en h C a su -M a d r e .
Miles de personas han desfilado por el Ora­
torio, durante las pasadas fiestas de María
Auxiliadora, para admirar los adelantos de nues­
tros alumnos artesanos.
Estos celebraron, simultáneamente, una ma­
gnífica Exposición de trabajos y un Concurso,
de características m uy singulares, que creemos
interesante poner de relieve.
Lo Exposición. — Instalóse ésta en amplios
locales de los pabellones que ocupan los alum­
nos estudiantes, y a ella concurrieron exclusi%
’amente las Escuelas Profesionales del Ora­
torio, y las de San Benigno Canavese.
Con Verdadero gusto y criterio moderno,
cada Escuela y cada Sección preparó su Stand,
en el que veíanse trabajos de todas clases y
de todas las categorías, desde la tira llena de
ojales de los diminutos sastres noveles, hasta
los temos perfectos de corte y confección, y
las refinadas especialidades de etiqueta y de
«sport»: desde las elementales ensambladuras
del aprendiz carpintero, hasta los despachos,
ctanc-dores y dormitorios, completos, aristo­
cráticos, ricos de « confort ».
La mecánica exliibió verdaderas preciosida­
des le tom o y de fresadora, difíciles piezas
helicoidales, herramientas de precisión y má­
quinas complicadas.
Lo cerrajería artística, tratando el hierro con
d rni=TTift desenfado con que se trataría la cera,

ha sabido darle las formas más caprichosas
del arte.
En la electromecánica veíanse bobinas aisla­
das, motores a medio hacer, nrotores completos,
aparatos de calefacción eléctrica, receptores de
radio, etc.
L a zapatería ofrecía nn surtido riquísimo de
calzados, corrientes y de lujo, para señoras y
caballeros, capaz de llenar las exigencias del
gusto más refinado.
E l «sta n d » de dibujo, talla y nuxlelado
presentaba enorme variedad de ejeni])lares, co­
piados unos y originales otros, sobresaliendo un
celebrado retablo de San Jorge con el dragón,
de marcado sabor románico, jx-TO tratado y
estilizado con xm criterio m uy «siglo X X ».
L a instalación del ramo del papel era senci­
llamente deslumbradora. Allí cada alumno
tenía su carpeta llena de croquis, proyectos
y bellce y elegantes impresos, allí vimos libros
de todas clases, preciosas renieiiderías, estam­
pas tricolores de impecable ejecución, litogra­
fías artísticas, y nada digamos de la parte des­
tinada a encuademación, con sus opulentos
ejemplares de mosaico en pieles, y otras tapas
originales y elegantísimas.
Pero si en la Exposición nuestras Escuelas
han demostrado poseer, en alto grado, todos
ios secretos de la técnica, en
El concurso — han ofrecido ima prueba
de enorme valor pedagógico, que ha sido su­
perada con el éxito más rotundo.
L a Dirección General de las Escuelas Pro-

232
fcsionalcs- Salesians, actualmente .desempe­
ñada por el Rvdo P. Don Antonio Candela,
cursó en el pasado Febrero, ima Circular a
todag las Casas de enseñanza profesional que
tenemos en Italia, invitándolas al referido
Concurso, y a su deseo lian respondido, acep­
tando, 17, y 2 excusándose con razones más que
justificadíus.
Das concursantes son las siguientes: Turín
(Oratorio), Turín (Rebaudengo), Bari, Catania,
Florencia, Génova, Spezia, Dugo, Marsala,
Milán, Nápoles, Novara, Palenno, Roma, San
Benigno, Venecia y Verona.
Ivas Secciones u oficios invitados a concurrir
eran once: carpintería y ebanistería, cerrajería,
mecánica, electrotécnica, escultura y decoración,
arte de imprimir, arte de componer, litografía,
encuademación y dorado, sastrería y escuela
de corte, zapatería y arte de aparar.
Ivos objetivos del Concurso eran, no sólo excitar
entre los alumnos una laudable emulación, sino
además y esixicialnieiite desarrollar en ellos el
espíritu de iniciativa y im sano sentido de modemitlad, siguiendo las previsoras orientaciones
de la Feileración Italiana de Artesanos.
E l certamen no era para todos los alumnos,
sino únicamente para los de los dos últimos
cursos de cada oficio.
A todos se les exigió, como condición previa,
una limpia ejecutoria de buena conducta y a
cada alumno se le fijó el tema u objeto que
debía presentar, debiendo ser por él ejecutado
en 20 horas de trabajo, como tiempo mínimo,
y dejándole absoluta libertad de concepción,
dibujo y prccedimiento.
E l número de trabajos presentados ha sido
de 418, corresi>ondiendo la mayor aportación
a la Casa-Madre, que ha concurrido con 61.
Cada trabajo venía acompañado por su corres|>oudiente dibujo o mo<lelo. y por una ficha
finnada jxir el Maestro de taller y el Director
del Instituto, en la (pie constaban la edad, curso
del alumno, y tiempo emiileado en la ejecución.
Ivos trabajos fueron examinados imparcial
y minuciasaniente, durante los días 25 a 30
de Mayo, por Subcomisiones de peritos no
pcrtene<'ientes a la Sociedad Salesiana, l(js
cuales de un nuxlo ejemplar y magnífico pres­
taron su ctKJiX'ración y. sin conocer el nombre
del ejecutante ni el de la Casa expositora.
IKTo teniendo en cuenta los datos de la ficha
o sea. la edad, curso y tiempo invertido, los
calificaron tcxlos, uno por uno, con doble pun­
tuación, expresada en décimas, una para apre­
ciar el mérito de concepción (o sea forma, di­
bujo. iuuventiva) otra el de la ejecución lecnica.
Iva puntuación mínima jwra obtener Men­
ción Honorífica, ha sido de 12,20. IvOS premios
sólo se ix>nceilieron a las calificaciones más altas.
Terminado el trabajo de las Subcomisiones,
el día 31 de Mayo, bajo la presidencia del Sr.

Director General de las Escuelas Profesionales
Salesianas, reunióse la Asamblea General que
debía adjudicar los premios.
Hallábase integrada dicha Asamblea por las
diversas Subcomisiones examinadoras y por
destacadas personalidades del arte y del gremio
de artesanos, como el titulado Caballero Sr.
líliseo, Inspector de los Sindicatos de Arte­
sanos del Piamonte; el Ingeniero Sr. Negro,
J efe nacional del Gremio de carpinteros y eba­
nistas; el Profesor Sr. Carlucci, Director de la
Revista « E l Artista moderno *; el Comendador
Sr. Caccia; el Profesor Sr. Rosés y el Secretario
de las Escuelas Profesionales Sr. Molfino.
Esta Asamblea, compuesta de 24 mieinbri^s y
presidida por el R vd o P , Candela, tomando como
base el trabajo de las Subcomisiones, adjudicó
los premios, pudiendo cada Sección aspirar a tres:
1° el premio Don Bosco, donado por nuestro
venerado Rector Mayor.
2® el premio Federación de artesanos, donado
por la entidad homónima fascista de Italia.
3° el premio Dirección Central, donado por
el Sr. Direrrtor General de nuestras Escuelas.
En los casos de empate entre varios alumnos,
por identidad de pinitos, el premio se sacó a
la suerte, y los no favorecidos recibieron un
Diploma especial.
Dos trabajos premiados fueron 57, tuvieron
mención honorífica 333, y fueron excluidos del
Concurso por insuficientes 28.
Las Escuelas que más se han distinguido son:
Verona - con 16 premios y 28 menciones
honoríficas.
Turín (Oratorio) - con 14 premios y 47 men­
ciones.
San Benito Canavese - con 12 premios y
32 menciones.
Roma - con 4 premios y 43 menciones.
Milán - con 3 premios y 25 menciones.
Turín (Rebaudengo) - con 3 premios v 12
menciones.
Génova - con 2 premios y 39 menciones.
Novara - (xm 2 premios y 9 menciones.
Spezia - con 1 premio y 32 menciones.
E l Sr. Director Gral de nuestras Escuelas
Profesionales, accediendo a indicaciones del
Inspector del Sindicato de Artesanos, concedió
además Diploma de Honor de i®, 2®y 3®grado
a las Casas que tuvieron mayor número de
trabajos premiados.
Este magnífico Concurso, según parecer
unánime de cuantos lo han ^isitado, y singular­
mente de las Comisiones examinadoras, ha sido
una verdadera y genial afirmación de lid a y
de capacidad artística, pero lo que más im­
porta es que nuestros jóvenes alumnos han re­
cibido de él fuerte y ligoroso estímulo, cuyos
benéficos efectos perdurarán mucho tiempo,
contribuyendo no p<xx) al creciente progreso
de tan \‘itales prL«u»ñan7a«5

233
Laudable iniciativa de unos pequeños misioneros.
Durante las fiestas de María Auxiliadora, eu
el Oratorio de Turín, cuando iglesia, patios y
corredores eran \ma pura marea humana, algunos
estudiantinos avispados corrían de un lado a
otro, voceaban una in\’itación y empujaban
suavemente a los transeúntes a una tiendecilla que ellos habían puesto, llena de brillantes
bagatelas y folletos de propaganda.
Allí estaba escrito con letras cubitales:
Favoreced las misÍ07 ies salesianas del Japón y
alh los que pasaban, comprasen o no compra-

Xurjn, _

He aquí una feliz iniciativa que brindamos
a todos los niños de nuestros Colegios y Ora­
torios Festivos, y con más razón a las ¡Xírsonas
mayores, de toda edad y condición.
Háganse todos propagandistas de nuestras
misioneros y partirán con ellos el fruto do las
conquistas que hagan para Jesucristo. Sólos
o fonnando grupos, constituyanse en padrinos
o madrinas de una misión determinada, y ella
les corresponderá con abmidancia de favores
y bendiciones.

N o (o grá fica d e la procesión de M a r ía A u x ilia d o ra .

30.000 personas frente a la Basílica esperando la bendición de Jesüs Sacramentado después de la procesión.
sen, la mayor parte dejaban una limosna y
todos llevaban de regalo, su opúsculo misional
santamente estimulante.
— Quiénes eran aquellos chicos ? — Eran
colegiales del Oratorio, que leyendo el Boletín
S t.' -'ano y Jtr.cr.fud Misionera, concibieron
la ■ Ilísima idea de hacerse propagandistas
y : lectores de alguna misión determinada,
y - a,ieron la suya, la del Japón.
Esc ribieron en seguida al P. Cimatti, Inspec­
tor • jefe de aquellos misioneros, éste les contes'. ■ agradecido, animándolos y trazándoles
piaras de cooperación y pusiéronse a trabajar.

L a íx«a es m uy sencilla: no hay más que
escribir ima breve cartita, exponiendo este deseo
al Rector Mayor de la Sociedad Salesiana. o
al P. Esteban Trione (Cottolengo 32 - Turín
(109) y rec.birán de ellos orientaciones.
Nuestros misioneros contestarán a todos con
muchos gusto y, a los niños especialmente, les
enviarán, de cuando en cuando, algunos regalitos de aquellos lejanos países, como estampas,
sellífr, fotografías, etc.
Si alguno quiere enteiderse directamente con
los mismos jefes de misión, he aquí las direc­
ciones;

234
Misiones de la China. — Sr. D. Carlos Braga
- Orphanato da lumaciilada ConceÍ9ao - Ma­
can - Cliina.
Misiones de la China. — Excm o Sr. Obispo
Ignacio Canazei - Catholic Mission - Sliiu Cliow
- China.
Congo Belga. — Mon.s. José Sak - Mission
Salesiemie - Katanga*(Iílisabethville) - Congo
belga.
Jap&n. — Sr. D. Vicente Cimatti - Catholic
Mission - (Japan Kyushu) Miyazaki.
India-Assatn. — Mons. laiis Mathias - Ca­
tholic Mission (Assain India) Slülloug.
India-Madras. — Excm o Sr. Obispo Eugenio
Mederlet - Arclübishop’s House - 2 Araienian
Stret G. I. - Madrás-India.
India-Krisnhagar. — Mons. Manuel Bars Catholic Mission - Krishnagar (Bengal India).
Siam. — Sr. Don Cayetano Passotti - Salesian
Catholic Mission - Bank Nok Khuek-Rajaburi Siam.
Misión del Chaco Paraguayo. — Sr. D. Pablo
I’eruzzo - Talleres Don Bosco - Maldonado
2125 - Montevideo (Uruguay).
Misión de Magallanes.. — Excm o Sr. Obispo
Arturo Jara - Colegio San José - Magallanes
(Chile).
Misión de Méndez y Gualaquiza. — Excm o
Sr. Obispo Domingo Comín - Cuenca (Ecuador).
M isión del Alto Orinoco. — ílons. De Ferrari
- Colegio San Francisco de Sales - Caracas (Ve­
nezuela).
M isión de la Pampa Central. — Sr. D. N i­
colás Esaudi - Colegio Pío I X - Adolfo Berro 405 - Buenos Aires.
Misión de la Tierra dd Fuego. — Sr. D. Juan
Aliberti - Colegio de Ntra Sra de Lujáii - Argen­
tina (Santa Cruz) Río Gnllogcs.
il/ísd» de la Patagonia Septentrional. — Sr.
D. Gmuloneit> Mauaoluiuí - Colegio Don Bosco
- Baliía Blanca - Argeuüna.

M isión de P ió Negro. — Mons. Pedro Maceg
- Missao Salesiana do Río Negro - Rúa Félidos
dos Santos 54 - Rio de Janeiro-Brasil.
M isión de'Matto Grosso. — Mons. Juan Con*
turón - Residencia Salesiana - Registro de Araguaya - Matto Grosso-Brasil.

Inscribios en la Pía Obra
del Sgdo. Corazón de Jesús de Roma.
Dando la limosna de una peseta, o cantidad
equivalente, puede cualquier persona tener
derecho a la participación en los frutos de seis
misas diarias, que se celebran y perpetuamente
se celebrarán en la Basílica del Sgdo Corazón
de Jesús de Roma, según las intenciones de
los oferentes o susmtores.
Das liniosnas recibidas por este conducto
destínanse.'de modo exclusivo, a promover la
gloria de Dios y los intereses culturales de la
sociedad, acogiendo niños pobres y abandonados
para educarlos cristianamente.
¿ Quién no contribuirá pues con algtmos cén­
timos, que con táiita facilidad se gastan, a esta
invitación paternal de Don Bosco y de la
Iglesia, motivada por ideales tan nobles y
caritativos?
¿Quién no siente la necesidad de asegurarse
la benevolencia divina en este mundo y en el
otro, ineíliante la aplicación de los méritos
infinitos del Santo Sacrificio del altar?
¿Quién no tiene almas queridas, vivas o di­
funtas, a quienes obsequiar con tan esplén­
dido regalo espiritual?
N o tardéis en pedir Hojas de suscripción.

R ector Ma y o r d e eos S aeesiaxos - Cottoleiigo 32 - Turín (109) (Italia).
Las limosnas pueden enviarse al mismo Pedor
Mayor o directamente a nuestra casa de Poma.

- Ospizio Sacro Cuore - Via Marsala 42.

Turin. — Grupo de peregrinos españoles en ia Casa-Madre, presididos por el Sr. O b i ^ de Gndad Real

DE

ESPAÑ A

ESPAÑA - Sevilla. — Los Blumnos pobres
de Ies Escuelas Salesienas.
Con el título «Los alumnos pobres de las
Escuelas P ía s », ha visto la Ixiz pública un ar­
tículo, en el número de A B C del día 7 de jumo.
En él se analiza la labor de educación y de
caridad de dichas Escuelas, para deducir, como
consecuencia, la situación en que quedaran,
con motivo de la ley de Congregaciones reli­
giosas, los núcleos de niños pobres que reciben
enseñanza en los citados establecimientos.
Yo, ex alumno salesiano, ferviente admirador
de la grandiosa obra de Don Bosco, quiero, en
breves líneas, rendir homenaje a la ejemplar
Congregación Salesiana, puesto que es ésta una
magníñca oportunidad, y esbozando en tér­
minos generales su insuperable labor en pro de
los niños pobres, recordar, ya que para nadie
es desconocida, la situación en que quedarán
tantísimos pequeñuelos como se educan con
los hijos de Don Bosco. Quinientos niños ex ­
ternos reciben enseñanza gratuita en los Colegios
Salesianos de la Santísima Trinidad y de San
Benito de Sevilla; de estos quinientos niños,
una inmensa mayoría por no decir lodos, son
hijos de familias obreras.
Xo es para descrita, sino para presenciarla,
la tarea tan ardua, que sólo por amor a los
niños se imponen diariamente los Salesiaii»»:'.
¡Qué celol iQué abnegación! iQué esmero en
la formación intelectual y espiritual de los
niños!
Y cuando llega el domingo, er que los maes­
tre - y profesores de (xdegios no religiosos dedi­
can el día a su justo descanso, a sus apete<nbles
horas de distracción, de paseo, de reumones
familiares, los Salesianos, despreciando toda
cl-^-- de bienestares y comodidades, se entregan
cci. más ardor a su obra, y los que durante la
semana tian sido celosos padres, atentos sólo
T la formación de sus hijos, se conWerten ^
día en un niño más, que alterna en jueges in­
fantiles, que organiza veladas, rifas, funciones
de teatro, paseos, algo; en fin, para apartar
de las sendas d d mal a la juventud. Se entrega
en cuerpo y alma a esta tarea porque en €^a
encuentra su comodidad, porque en ella radica
su bienestar. ;Todo por los niños! Ese es su lena.

Y

AM ERICA

Y cuántos pobrecitos necesitados son etivindos diariíunente a las Cocinas Económicas, i>or
mediación de estos beneméritos Sale.sianos, jwrque carecen en sus casas de lo más elemental.
A cuántos dan de comer dentro del Colegio.
Cuántos reciben ropas, zapatos y otros objetos
litiles.
Y si examinamos ligeramente los internados,
nos encontraremos con que, a pesar del redu­
cido número de alumnos, motivado px)r los
constantes atrop>ellos a esta clase de Institu­
ciones, hay muchos que no satisfacen pensión.

Pampa orgenHno - Viíorica. — Bofallón infonlil.
y sin embargo todo.s son trataílos igualmente,
educados comiinmente, quizás con más esmero
los que aludo, porque carecen de medios, con
los que sin ellos no tendrían cabida en otros
Centros. Y de estos internados salen liombres
formados en la plenitud de sus medios profe­
sionales. En todos los gremi<^ de artesanos,
en todas las ramas de la ciencia, en toda clase
de empleos, se encuentran siempre ex alumnos
que han hecho sus aprendizajes, terminado sus
carreras completado su educación profesional,
bajo la ’ direcciíki de los Salesianos. Y como
dexre de esta labor, ¡qué modestia! ¡qué pocas
pretensiones! Su única obsesión la constituye
el bien de la juventud. Ofrecer al momdo hom­
bres disciplinados, completos, útíles, a la so­
ciedad.

536
Y o he presenciado, durante mis años de
colegial interno, verdaderos actos de sacrificio
heclios por estos hombres. Citaré uno:
De madrugada, un profesor, dedicando el
tiempo de su descanso a examinar y corregir
en su celda los temas efectuados durante el día
por sus alumnos, por no tener tiempo para ello,
ocupado en asistencias a estudios, clases, etc.
Es digna de todo elogio esa función austera,
callada, pero elocuentemente social, de los PP.
Salesianos.
¿ Podrán imponerse esa disciplina los sustitutas de estos religiosos?
¿ Harán desprecio de tantas comodidades
como nos brinda la vida para consagrarse jwr
entero a la niñez?
¿Tendrán ese celo, esa abnegación, ese ca­
riño a los niños que Don Bosco inspiró a sus
liijos?
Lo dudo, porque todo esto no se encuentra
nada más que en quien ofrece su vida a algo
más superior que cuanto hay en esta tierra.

capilla que bajo si’.s muros atesora la más pura
de las Vírgenes.
Por la tarde se verificaron nuevos cultos
con asistencia numerosa de devotos. Después
de haber expuesto a S. D. M. se rezó la estaciói
mayor, el santo Rosario y se cantaron por
la escolanía bonitas letrillas y bellas ple­
garias.
ICl señor Molina Escribano clausuró la fie­
sta con una hermosa y sentida oración.
De « E l Correo de Andalucía ».

L uis Morales
{Ex alumno salesiano).
E SP A Ñ A - (Sevilla) Morón. —
fíesfas a María Auxiliadora.

Solemnes

Se ha celebrado este año con gran solemnidad
y esplendor el Triduo anual que los Salesianos,
alumnos y Arcliicofradía dedican a su ainantísíma Madre María Auxiliadora.
En las tardes del solemne Triduo se ha visto
muy concurrida la bonita capilla del Colegio
• Beato Juan Bosco*, habiéndase patentizado
una vez más el amor y devoción a la excelsa
Auxiliadora de los cristianos.
1/Os sennones cstuviermi a cargo del lim o
señor Abad de la Colegial de Jerez, don Teo­
doro Molina Escribano, cuyas brillantes diser­
taciones fueron escuchadas con verdadero
interés por los numerosos fieles.
E l día 24 de Mayo, festm dad de la gloriosa
Patixma de la Societlad Salesiana, tuvo lugar
por la mañana una solemne misa de Comunión
general.
A las diez se celebró la función religiosa.
Ofició en la misma el reverendo señor Arci­
preste.
IxK ahmmos tlel Colegio interpretaron la
Mi.sa coral de Pío X y los escolares en pleno,
Kís salesiaiuvi y las señoras y caballeros de la
Arclücofradía rindieron a la celestial Soberana
el homenaje más cálido de su filial admiración.
Durante todo el día no cesó de afluir público
de todas las clases sociales lú Colegio Salesiano
p ira reiterar su adhesión a los celosos y bene­
méritos padres de la Comunidad y \*isitar la

Argentina - Fortín Mercedes. — Flores al Superior.
[Dr la visila del Prefecio General).

E SP A Ñ A - Valencia, — Fiesta d el Antiguo
Alumno.
Como estaba anunciado, el domingo último,
7 de Mayo, celebróse en el Colegio de los Sale­
sianos, enclavado en la barriada de Sagunto,
la fiesta del Antiguo alumno, que re\’istió inu­
sitada solemnidad, dado el grandioso número
de asistentes, así como la brillantez que presidió
cada \mó de los actos que integraban el pro­
grama publicado.
Durante la mañana y tras de dejar cumplidos
los solemnes actos religiosos de la Misa de
Comunión general, celebrada p>or el reverendo
Patlre Director del colegio, don Daniel Conde,
con elocuente plática, a cargo del mismo, y
cantos de escogidos motetes por los antiguos
alumnos y su orquesta, la Junta Directiva
del Centro Don Bosco, con el señor director,
situados en el pórtico del patio claustral del
antiguo ecúegio, recibían a los antiguos lunmos
residentes fuera de \'alencia, que iban llegando
en grupos, de los diferentes pueblos, con un
entusiasmo eciificante y altamente conmo­
vedor. Contemplando aquel sencillo pero
vehemente cuadro, se llega a la conclusión de
que nada hay tan consecuente en la ^•ida como
la educación basada en las verdaderas ense­
ñanzas de Cristo.

237
Todos ya reunidos, organizóse el partido de
fútbol, que con arreglo al programa quedó
fijado entre los equipos Ayer y Hoy. Actuó
de árbitro el antiguo alumno interno, hoy doc­
tor en Farmacia, don Pedro Slagenti, que hizo
un arbitraje inmejorable e imparcial, finando
el encuentro con la \ictoria de los veteranos
por tres a uno.
Seguidamente y congregados todos en el
teatro del colegio, comenzó el acto de afinuación
salesiana, el de mayor em otm dad y repercusión
espiritual. Después de la apertura del mismo
por el presidente del Centro Don Bosco señor
Ferrando Guanter, éste, con palabra fácil,
luego de hacer la presentación de los oradores
señores Andreu y Aznar, expuso la trascenden­
cia de dicho acto, que simbolizó en la familiar
concurrencia de los reunidos, a quienes recordó
que, a pesar de la distancia que les separa,
están muy unidos por ■ víncnúos fraternales, pues
siguen siendo hijos de aquel preclaro y justo
varón, el Beato Don Juar Bosco. A continuarión y para explanar el tema de « Concepto del
antiguo alumno salesiano», hizo uso de la
palabra el letrado de este Ilustre Colegio de
Abogados, don Ramón Andreu Escribá, antiguo
alumno de estas Escuelas, quien de forma elo­
cuente desarrolló su tesis, siendo constante­
mente ovacionado.
Ocupó la tribuna luego el incansable anti-

Ai^entina - Fortín Mercedes. — Pajecifos de honor
al servicio del Sr. Prefecto General.
guo alumno, alma de la fundación del barrio
de casas Don Bosco, don Joaquín Aznar, quien
con gran dominio explanó el tema ; Acción
social del antiguo alumno salesiano ».
Y cerró el acto, con un precioso colofón de
ambos discursos, el reverendo Padre director,
don Daniel María Conde, quien, con la maestría
tan suya y peculiar, subyugó a todos los pre­
sentes, encareciendo m uy de veras la pereeveranda en el cammn emprendido, mostrán­

dose siempre muy salesianos y muy hijas dcl
excelso Padre el Beato don Juan Bcxsco. Al
terminar fué también muy aplaudido.
Dicho acto de afirmación fué ameiiizn<lo ix)r
la orquestina dcl Barrio Don Basco, q\u.' inter­
pretó bellisimas composiciones.
Al salir del teatro, fueron impresionadas \mas
placas fotográficas jxir el antiguo alumno de
e.ste colegio señor Káeher.
Y seguidamente se pasó al refectorio, donde
se sirvió el banquete, cuyo menú mereció el
elogio de torios los concurrentes. A los jwstres
surgieron los brindis y lectura de adhesioue-s;
brindando el señor Bartual, el señor Feliu,
el señor Tortosa, el señor Prefecto don Recaredo de los Ríos quien nos deleitó con su fogosa
oratoria, saludando a los presentes cu nombre
de los antiguos alumnos de Alicante, cuya
representación ostentaba: hablaron después don
Enrique Vallbona, y el señor \qUalonga (don
Juan), quien en forma sentimental refirió lo
que en aquellos momentos estaba sufriendo
su corazón, al ver que los antiguos alumnos
salesianos podían toda\-ía reunirse en fraternal
camaradería en su casa solariega, emúdiándoles
por ello, ya que él, por ser antiguo alumno de
los PP. Jesuítas, aun deseándolo, no podía
reunirse con los suyos, por la fatal circunstancia,
de sobra y por todos sabida de no existir ya
ni la institución ni sus edificios, de los que fué
su entusiasta defensor. Cerró la charla el re\erendo Padre Director. Durante el banquete
hubo cantos alegres, a cargo <lel sin par sale­
siano don Angel Pons, que nos deleitó con sus
originales interpretaciones tan .suya.s.
Por la tarde se cumplió el resto del programa,
5’ así hubo eniocianante con.sagración a la
Virgen María Auxiliadora en la capilla de in­
ternos, con Salve final y visita al Barrio Don
Bosco, donde pudimos admirar la «-stupeiida
V admirable obra llevaba a cabo en e.sas Cons­
trucciones de casas baratas, que son orgullo,
enviilic. y motlelo entre las de su cla v.
Y por fin. a las cinco y inedia, en el teatro,
tuvo lugar la velada, en que se representaron
Desengañoi : la dolora en un acto, original
de Muñoz Seca, que fué muy aplaudida; a
continuación representóse el cuadro dramático
por los niños del col^ ío, titulado « Don Bosco
PastorcíUo *, que tuvo una interpretación que
ya para sí desearan algunas obras de eminentes
cuadros profesionales; y por ultimo se puso en
escena el chistoso sainete de Melitón Goníález,
titulado ' Ivas olivas », que también fué objeto
de ima brillante interpretación.
En suma, una jom ada de impercedera inemoriat qur bízn pasar a los concurrentes uno
de los <Úas más agradabUs de la vida.
De * El Diario de Valencia ».

238
ARGENTINA - (Pofogonía) Fortín Mercedes.
— So/emncs fesíe/os en honor d el Rvmo.
Señor Prefecto Genero! de ¡a Congre­
gación Sa/esiono, D . Pedro Berruíi.

del Rdo. P. Director de la Casa Pbro. Dr.
Pedro Giacomiiii. Aplaudidísimos fueron los
diálogos «Haciendo x'ersos » y «Un diálogo
interesante ». No menos aplaudidos fueron l.js
cantos poUfónicos y gregorianos, discursos
jjresentaciones de carátulas, etc. Puso el broché
de oro el festajado, quien, a pesar d d cansancio
nos deleitó con su palabra cálida, hablando eii
nombre del Rector Mayor.

Después de una gira rai)idí.siina por los Co­
legios del Sur Argentino, llegó a Fortín Mercedes
el día 5 de Mayo A la vista del Padre que son­
riente descendía del auto, la juventud entusiasta
estalló en calurosos aplausos y vivas. Dios
solo sabe la alegría inmensa y los sentimientos
VISTILTONES: Antes de la segunda .Misa,
de amor que en esos momentos llenaban los
diez afortunados novicios tuvieron la dicha dj
corazones fortinenses.
recibir el hábito de manos del Señor Pre­
Al compás de la banda, la escuadra gimnasta
fecto ^General, quien una vez tenninada la
romjiía la marcha, abriendo ancho camino bajo
función, ocupó la cátedra sagrada, animando
Icxs arcos triunfales (jue con gusto distribuidos,
a los nuevos clérigos a proseguir en el camino
cubrían la avenida María Auxiliadora. IJegados
empezado. Enseguida comenzó la Misa Solemne
al atrio del Simíuario. el Rvmo. Padre lusiiector,
oficiada por el Sr. Inspector, con asistencia
Dr. Gaudencio Manachino, con ardientes frases',
de ninneroso clero. Desde un sitial asistía el
saludó en el Señor Prefecto General al Sacer­ Rvmo. Señor Prefecto General. Ejecutóse la
dote santo y sabio eiuiado por Don Sosco
misa « Cántate Domino » de Oltrasi.
como su representante. A continuación cinco
Bendecido luego el nuevo y espléndido co­
pajecitos ofrecieron al Padre un ramillete de medor, capaz para 400 personas, tuvo lu­
flores, acompañándolo de sentidas palabras
gar el..........
de Bienvenida.
Se entró después en el santuario, donde luego
A lmuerzo S oci.\l : De él participaron auto­
de breve oración los cantores entonaron el
ridades y amigos del vecino pueblo de Pedro
• Saepe Dum C h n sti» a 3 voces, de Magri,
Duro. La orquesta ejecutó piezas selectas. A
mientras salía al altar el Rvmo. Sr. Prefecto
los postres, hicieron uso de la palabra d Rvmo
para impartir la Bendición Solemne con S. D.
I . Inspector, en nombre de la comunidad y
M. Tenninada la fmicióii, pasó el Padre al patio
el Sr. Ernesto Bortolotti, en representación de
Don Bosco. donde manifestó a todos paternal­ los invitados.
mente su agradecimiento.
Por la tarde después de la Bendición euca^ A cto M i sico -Liter .\rio : Fué sencillo, cari­ rí-stica, hubo la
ñoso, artístico. KI ofrecimiento estuvo a cargo
F( xciÓN TEATRAL - Púsose en escena el edu-

Argeotii». — Per«>o*l

y

alumnos de Fortín Atercede* rodeando ai Rvmo Sr. Prefecto GcneraL

239

Argentina - Fortín Mercedes. — Bendición del nuevo comedor por el Sr. D. Bemiti.
cativo drama * E l R enegado» obra en tres
actos, y la pantomima « E l tesoro del viejo*
todo de producción casera. Los actores cum­
plieron con su deber.
T eriígrinacion : E l día 7. 500 peregrinas,
alumnas del colegio «María Auxiliadora » acu­
dieron de la vecina ciudad de Baliía Blanca

para adherirse a los festejos. En obsequio suyo,
hidéronse nuevos y luddos actos, y el día 8,
el Padre., se nos marchaba en el tren de las
14, entre vivas y aplausos y entre corazones
de Hijos que tristes se preguntaban. — ¿ Cuándo
le veremos de nuevo? — Su mirar cariñoso,
su palabra sencilla, sus consejos paternales,
jamás se borrarán de nuestras almas.

-\rge«fiM - Foríio Mercedes. — El Sr. Prefecto General coa los Boridos qoe recibieron el hábito de sus roanos.

240

La Delegación Apostólica de Fi­
lipinas donde reside el Excmo
e limo Sr, E)on Guillermo
Piani.

. // ’ •
. / ■ ->.

Alumnos del Colegio de San
José de los PP. Jesuifas, ob­
sequiados por Mons. Piani en
el jardin de la Delegación.
C O L O M B IA - (Nariño) Pasío. — Fiesta d el
Beato Juan Bosco.
Con toda solemnidad, y precedida de \ma
novena, el 30 de abril pasado se celebró en la
Catedral de San Juan Bautista, la fiesta del
apóstol del obrero y de la niñez desamparada,
el Beato Juan Bosco, ya que dicha Iglesia goza
del culto público del Beato, concedido por
S. S. Pío X I.
Cantó la Misa el M. . señor Canónigo doctcn
don Victoriano Rosero. t)ue tuvo la rara for­
tuna de haber conocúlo ni Beato el
de mayo
de 1883 en París, cuando visitó el Seminario
de San Si.lpicio y celebró allí don Bosco la
santa misa.
líl panegírico lo pu)imnció el señor presbí­
tero J. Clínmco Ortíz, caivUán del Ilaspital,
quien hizo historia de la granduxsa obra de
don Bíisco. Hizo la comparación entre his
ofMas ilel SíH'ialísmo que januis se cumplen,
y las obras efecJi-, ■ < de caridad y Ivneficeucia
de la Iglesia, entre las (pie descueÜau en primera
línea las obras salesiamis, que -son ]xira kxs hij<v.
del pueblo.
Quien conoce la Kscuela de Artes v Oficios
de Bogotá y la Granja agrícola de vSiin Jorge
en Ibagué. dirigidas por los salesiauos. se puede
dar cuenta del enomu- bien que hacen.
Todos kxs eultixststuvieiXMi m uy conairridas,
siendo grande el fruto espiritual (pie si* ha sacado.

1

PÍLIPINAS - Manila. - - Conferencia a /os
Cooperadores Sa/esianos.
Con una concurrencia selecta y munen>sa,
mayor que la que se esperaba, celebróse el

primer domingo de Febrero la primera Confe­
rencia Salesiana en Filipinas.
Con ella los Cooperadores Salesiauos hon­
raban a su excelso Patrono, San Francisco de
Sales, y cumplían al mismo tiempo una de
las disposiciones reglamentarias.
E l dignísimo Vicario General y Provisor de
la Arcliidi<iccsis Mons. José Bustamante, jiintaniente con el Rvdmo. Abad de Benedictinos,
Mons. Salinas y otros distinguidos sacerdotes,
como el Secretario del Arzobispo, Dr. Simeón
Gutiérrez, el Canónigo limo. Sr. Jovellanos, el
V^icario Foráneo y párroco de Calíxicán, M.
R. P. Victor Raymundo, el Párroco de Pandacán. P. Pastor Santiago y el Rector de la Ca­
tedral, P. vSalaverría, realzaron el acto con su
presencia. Del elemento seglar vimos a muchos
caballeros y señoras de distinguidas y muv
católicas familias de Jlanila.
A la hora fijada, 5,30 de la tarde, v bajo la
presidencia del ilustre hijo del Beato Don Bosco,
el Excmo. Sr. Delegado Apostólico Mons. Gui­
llermo Piani, comenzó la cerenionia ante el
altar de María Auxiliadora de la iglesia catedral,
cuya capilla de tiples entonó un cántico reli­
gioso. ai cual siguió el rezo del Santo Rosario.
Después el digno Secretario de la Delegación
y también miembro distinguido de la Congre­
gación Salesiana, P. I,uis L. R. Morrow. levó
la Carta-Testamento del Beato Don Bost'o,
llena de ^'onsoladoras palabras para los Coope­
radores y Cooperadoras. Terminada esta lectura,
el I’-xcino. br. Delegado ApostóliíX), dió comienzo
a su Conferencia familiar salesiana.
Dijo cuánto le satisfada ver tan concurrí la
la Conferencia, la primera que se celebraba en

il

241
Filipinas. Refirió, a grandes rasgos, el origen de
U fundación de los Cooperadores y Cooperadoras
por el Beato Don Bosco, quien con ella quiso que
los seglares, sin abandonar sus quehaceres en la
sociedad, pero deseosos de llevar una vida más
perfecta y más provechosa para el prójimo,
pudieran realizar fácilmente sus propósitos. Citó
diversos pasajes de la vida del Beato en los
que la gran ayuda de los Cooperadores se había
manifestado, y cómo esa cooperación no sólo
había redundado en provecho de las obras que
emprendía el Beato Don Bosco, sino también
en provecho de ios mismos intereses materiales
de los Cooperadores. Señaló luego las bases de
la Cooperación, que puede manifestarse de
múltiples formas, mas principalmente en pro­
curar el auxilio moral y material de los pobres
niños abandonados. Luego probó el Excmo.
Mons. Piani la oportunidad de la acción salesiana que es esencialmente acción católica, la
cual no se limita a los Cooperadores y Coopera­
doras sino que se extiende a todos y a todo.

r
Filipinas - Mons. Piani, a orillas del río Dagupán,
esperando el vaporciio.
Puntualizó las diversas obras sociales a
las vitales podían los Cooperadores dedicar
sus energías, como son la instrucción reli­
gión . la buena prensa, la moralización de
las cc-stumbres. Ciertamente, dijo S. E.. no
podemos detener la ola de inmoralidad que
cada día se agranda y avanza en nuestra socie­
dad ;'-ero podemos formar los Cooperadores y
Coopciadoras como pequeñas islas que ofrez­
can nr. lugar de refugio para ios que no quieren
áer ..—-.diados por esa devastadora ola.
C- ..duída la conferencia, que duró cerca de
tres -uartos de hora y fué escuchada con crecáente interés por el nutrido auditorio, se ento­

naron unos cánticos religiosos, y desiHiés el'
Excmo. Sr. Delegado impartió la l)ciuhción con
el Santísimo.
L a fmición teniiinó con unas prei'es y un
cántico final.

N IC A R A G U A - Gmnada. — VisUondo ¡o
Exhibición de ios Taüeres Salesianos.
Totnado de * E l Correo*.
Tuvimos el gusto de visitar el Colegio Salesiauo « Beato Juan Bosco », y su digno director,
Rev. P. Dini, con la fineza y cortesía q\ie le
es peculiar, nos invitó a ver la exixjsición de
los trabajos de los cinco talleres (jue ellos
tienen establecidos para el aprendizaje de sus
alumnos.
E l taller de imprenta presenta herniosos y
m uy finos trabajos a colores, como diplomas
para doctores y bachilleres, diplomas de honor,
tesis, programas para fiestas, facturas comer­
ciales, recibos y toda clase de folletos y re­
vistas.
E l taller de carpintería y ebanistería pre­
sentan verdaderas filigranas en sus trabajos,
sobresaliendo los de marquetería.
Nos llamó mucho la atención una mesita
estilo Maggioliiio que tiene en el centro mía
figura pretíosa, formada con incrustaciones de
oclio clases de maderas distintas.
Otro trabajo admirable (}ue Ihuiió mucho
nuestra atención es una mesita de té que pre­
senta en el centro un lieniioso ramo de frutas,
hecho con incrustaciones de nuestra.s precio.sa,s
maderas. — Vimos un costurero de estilo muy
original, cuyas patas representan tres ]>e.scados,
y en el centro de la mcrita tiene una estrella
de conclia nácar.
Observamos también un atril digno de fi­
gurar en una catedral.
Entre los otr<« muebles que se cxhilx.*u
en dicho Colegio y merecen encomio, liay

Pilipinas - El Sr. Ddegado A{K»(6lico se mueve,
ü a alio ea uno de sus viaíes.

242
unas sillas de descanse», escaleras dobles para
electricistas y casas comerciales, así como
varios tralíajos didácticos.
ICn los talleres de herrería mecánica nos
llamaron la tención una llave universal, una
prensa de mano, xm compás y un tomillo
con rosca cuadrada, hechos por alumnos que
están en el tercer año de aprendizaje, así como
trabajos de ajustaje de lima, barandas y puertas
para comulgatorios y mausoleos.
Ivos talleres de sastrería y zapatería presentan
varios trabajos que pueden satisfacer el gusto
ide las i>ersonas más exigentes.
Damos a la publicidad estos datos para que
«1 público conozca y sepa apreciar mejor la
gran Obra Salesiana, que es obra de regenera­
ción y de grandeza para la juventud obrera.

VEN EZU ELA - (Trujillo) Valera. — C e le ­
bración d el “ Día M isional” - Elocuente
Conferencia.
l í l 24 de marzo próximo pasado se celebró
en el Instituto Salesiano de esta ciudad el
« Día M isional», empezando, como estaba animciado, con la Misa de Comimión oficiada por el
Reverendísimo Monseñor Enrique De Ferrari,
y cantada por la aSchola Cantorum » del Co­
legio. La Banda Bolívar contribuyó a la mayor
solemnidad de este acto.

Por la tarde terminó la celebración ton k
Conferencia que, referente a las Misiones en d
Alto Orinoco, dictó el Reverendísimo Monseñor
Enrique D e Ferrari, en presencia de muy nu­
merosa concurrencia.
E l ilustre conferencista nos presentó un
acabado y m uy interesante retrato de nuestros
aborígenes del Alto Orinoco, y de sus costum­
bres. Comenzó haciendo lui breve resumen
liistórico de los establecimientos misioneros que
en años lejanos se fundaron, entre ellos los de
los Padres jesuítas. Después pasó a referimos
cuanto sabía de nuestros indios, no por haberlo
leído, sino por haberlo visto y constatado en
el tiempo que entre ellos estuvo, hace unos
cuatro años. Desde el primer momento se captó
Mons. De Ferrari la simpatía del numeroso
y culto auditorio que llenaba el patio y co­
rredores del Colegio Salesiano. A medida que
las palabras salían de sus labios iban impre­
sionado nuestra imaginación — como si todo
lo estuviésemos viendo en realidad. — Veíamos
a las diferentes tribus de salvajes que pueblan
esas apartadas selvas, ocupadas en sus quehacres diarios; ora disparando el arco con certera
puntería, ora ocupadas en la pesca, o bien
confeccionando su alimento en el que juegan
gran papel la yjica y el ají. Magistral fué la
pintura que nos liizo de sus relaciones domés­
ticas y de las escenas familiares que se desa­
rrollan al abrigo de sus bohíos, como también
la de sus ritos religiosos. Ponderó las pre-

El celo de lox Cooperadores Salesianos de Filipinas
AVons. Verzosa, organizador del “ Dia de Retiro *’ para jóvenes ha llegado a reunir cerca de 4.000.

>4;
Filipinas — Mons. Piani (el primero, de izquierda a derecha) y oiros prelados asistiendo
al Congreso Eucarisitco de Foclobán que se celebró en 1929.
venciones que abrigan y el odio contra el
blanco j cómo inculcan esos sentimientos en
sus hijos.
Descrito que hubo el estado de profundo
atraso y repugnante salvajismo en que se hallan
nuestros aborígenes, pasó a esbozar su plan de
Campaña Evangelizadora, la que consiste ante
todo en trabajar con los niños, atraerlos, asi­
larlos en casas, e instruirlos y educarlos en los
principios cMlizadores de nuestra santa religión.
No ocultó las difiaütades de la empresa y
los abstáculos con que tropieza el misionero,
por el despego del indio, por lo aferrado a sus
costumbres, por la diversidad de idiomas,
como que cada tribu tiene el suyo, por lo insa­
lubre de la región y por los ingentes gastos
que supone y la escasez de recursos con que
cuenta. Sin embargo el misionero salesiano es
optimista; su empresa es ardua, heroica, rayana
en temeraria, humanamente hablando impo­
sible, pero él pone su confianza en Dios y con
el grito de combate de su Padre el Gran Don
B o ^ « Dáme almas y quédate con lo demás i
todo lo conseguirá. Por otra parte tiene plena
seguridad de que lo que es por escasez de
recursos económicos no ha de fracasar, pues
omoce bien el corazón venezolano y sabe que
jamás se ha mostrado sordo o indiferente a los
reclamos de su Religión y de su Patria, y entre
las obras de fe y patriotismo, ninguna tan noble
como la de ci'vilizar.
Casi una hora duró la Conferencia, pero
oadie lo ad^■ i^tió, antes de m uy buena gana
hubiésemos oído a Monseñor De Ferrari por
un par de horas más. A l concluir fué ovacionado
cou Tina larga y estruendosa salva de aplausos.
Del Diario La Voz de Yolera,

TESORO

ESPIRITUAL

Los socios de la Pía Unión, rezando iodos los
dias un Padrenuestro, Avemaria y Gloria por la
intención del Sumo Pontífice, con la invocación:
Saucte Francisce Salesi, ora pro nobis, y reci­
biendo los santos Sacramentos de la Confesión y
Comunión, pueden gatiar:

Indulgencia Plenaria.
i) Un día de cada mes, a su elección.
¿) E l día en que hagan el piado.so Ejercicio
mensual de la Buena Muerte.
3) E l día en que asistan a la Conferencia
mensual Salesiana.
y en cada uno de los Anuientes dias:
A gosto

6
5
i6
S etiem bre 8
12
14
15
29
I

La Transfiguración dcl Señor.
.Asunción de la Sma. Virgen.
Fiesta de San Roque.
Natividad de Ntra Señora.
Dulcísimo nombre de Maria.
Exaltación de la Santa Cruz.
Dolores de la Sma Virgen.
Dedicación de San Mig’-el Arcángel.

Por concesión especiaUsima de S. S. Pió X I,
hecha ai Rector Mayor de la Pía Sociedad, D. Fe­
lipe Rinalái (6 de Junio de 1922) todos los Salesianos e Hijas de Maria Auxiliadora, con sus
respectivos cooperadores, alumnos y ex-alumnos,
pueden ganar:
1) Una Indulgencia Plenaria cada día, sólo
o jn decir cualquier devota invocación, por
corta que sea, en medio de sus ocupaciones
habituales.
2) 40Q días, cada vez que repitan el mismo
acto.

DE NUESTRAS MISIONES
El Africa Salesiana.
{Continuación).

Obstáculos que se oponen
a la evangelización.

el león, el terrible león, el simba, que es la cons­
tante pesadilla de los pueblos congoleños.
Fuera en el Congo gravísima imprudencia
no contar con la posibilidad de su encuentro,
cuando se emprende alguna expedición evan— ¡H ic sunt leones! Cuando los
géhea, y esto los salesianos lo saben muy bien,
antiguos geógrafos querían esconder con una
ya que muchas veces se han visto con él,
bella fórmula su ignorancia acerca de alguna
frente a frente.
de las tierras desconocidas, ponían este epígrafe:
«Región infestada por los leones». ¡H ic sttnt
Una vez fué en Kiniama. Nuestros uiñc«,
leones!.
repartidos en grupos, hallábanse preparando
Hace ya cerca de un siglo que el Congo
al aire libre su comida del mediodía, cuando,
comenzó a ser explorado y domado por el
veloz como un rayo, salió de la selva vecina
genio europeo, pero aimque éste haya conse­
un león y, dando un salto fonnidable, cogió
guido avasallar sus grandes ríos, y desentrañar
a un niño del grupo más próximo y desapareció
sus preciosos metales, y llevar el evangelio y el
c u i él entre sus fauces famélicas, ante los ojos
progreso a muchas de sus tribus, y cnizar de
aterrorizados de los compañeros, que no tu­
caminos sus selvas enmarañadas, no ha conse­ vieron tiempo ni alientos para gritar.
guido desterrar los leones, que se consideran allí
Toda persecución fué inútil y sólo al día si­
como en su propia casa. Nada ha sido capaz
guiente aparecieron las huellas de la fiera, jalo­
<le hacerles variar de domicilio, ni las caravanas
nadas con algunos huesos mondados.
<ie exploradores, ni el ruido ensordecedor de
En otra ocasión, fué en Elisabethville. A
líis industrias, ni his terribles armas de fuego.
un kilómetro, nada más, del colegio, el saleE l Congo sigue siendo, hoy como ayer, la patria
siano encargado de la Escuela-taller de car­
del rey de la selva. ¡H ic sunt leones!
pintería que había salido de paseo, se encontró
Y no lo es sólo de estos animales terribles
inesperadamente con el simba, que no había
sino de una infinidad de bestias feroces, que se
tenido la delicadeza de ammeiarse. La suerte
oponen al libre ji.iso del misionero. La fauna
fué que el animal estaba entonces entretenido
de Katauga, esix.H.'ialmente en lo que se refiere
con los postres de un banquete que una muía
a euadnijiedos y reptiles, es de verdad rica e...
\ieja acababa de proporcionarle, y ello le hizo
inquietante.
generoso con el pobre salesiano, permitiéndole
Al atravesar svis matorrales, al remontar sus
hasta que se subiese a un árbol para gozar más
caiuhUosos ríos, al explorar sus densas florestas,
cómodamente de aquel espectáculo, que des­
se puetlen tener ciertamente encuentros inno­ pués de todo duró poco, pues, al cabo de algunos
cuos, como el del antílope, o de la cebra, o del
minutos, haciendo gala el león de su desdén
anta, o de alguna partida de monos alborota­ olímpico, se levantó y , con paso grave v magesdores que ocultos en el ramaje hacen guiños ca­ tuoso, metióse en el interior d d bosque.
ricaturescos. pero no es raro también topwr de
Dos años después una nueva escena en Ki­
manos a boca con alguna fiera poco deseable,
niama, menos venturosa que le anterior. Los
como la p;mtera. el jaguar, el leopardo, la hiena,
indígenas encargados allí de \*igilar el ganado,
el cocodrilo, el hipopótamo, el lobo, las ser­ se apercibieron, un día, de que simba había
pientes, etc. etc., y siempre y sobre todo con
NÍsitado el establo de las ovejas y avisaron aJ

La fíerass.

245
misionero. Este hizo ,una requisa y halló, en
efecto, cuatro animales degollados detrás de
una de las puertas. — ¿ Cómo no se las había
llevado o comido la fiera? — ¿Estaría allí
metida todavía? Acariciando su fusil que tenía
bien cargado, dispónese el Padre a buscarla, pero
apenas ha dado algunos pasos, cuando xuia som­
bra horrible se le avanza desde un rincón oscuro.
El choque fué fidininante, y aunque la fiera
lo que buscaba era la salida, hombre y león
rodaron por el suelo. Si en aquella ocasión
el misionero escapó con vida, lo debió, después
del favor divino, al cañón de su escopeta que

aventura a ponerse en ^iajc, sin ir provisto
de un fuerte y poderoso rifle! Allí la muerlo está
siempre en acecho. ¿Hic suitt Uotifs!
Sin embargo no es el zarpazo mortal de la
más altiva y hermosa de las fieras lo que allí
más preocupa, sino la ¡jicntlura alevosa y f\dminea de las serjíientes.
¿Habremos de decir que éstas abundan, sin
comparación, mucho más que las leones, y (pie
las hay de todas clases y de lodos los volú­
menes?
El P. Shillingcr nos va a contar una escena
ocurrida en su i>equeño puesto misional de

El P. Schillinger con sus neófitos, en plena selva.
recibió la terrible y súbita acometida de los
formidables colmillos.
A los gritos de los negros acudió gente, pero
ya la fiera se había esfumado, no sin dejarle al
misionero, cx)mo recuerdo de su \'isita, dos
sangrientas signaturas en la espalda.
En otra ocasión fué en Shindaika... pero ¿a
qcé multiplicar los hechos? con lo expuesto
basta para que nuestros lectores se den cuenta
de lo pdigrosos que resultan los vecinos del
misi( neio, allá en d Congo. ¡ A y del que no
asegura bien su choza de barro por la noche,
antes de entregarse al sueño! ¡A y del que, teniendo que dormir en plena selva, no tiene la
precaución de encender en tom o suyo un buen
cintuKán de llamas protectoras! ;A y del que se

Ina Kiluba, pueblecito situado a 15 kilómetros
de ha Kafubu.
Allí — dice d misionero — instalé yo una
pequeña capilla, a instancias del jefe de la
tribu y de su gente.
Los resiiltados fueron consoladores. Dentro
de aquella modesta capilla de paja, levantada
al pie del arroyo ilw enda, reuníanse con toda
r^ularidad 126 catecúmenos. Todos rivali­
zaban en feivor y querían llevar al cuello la
medalla de María Auxiliadora, que era la señal
de haber sido admitidos al catecumenado.
Recuerdo amm ovido la atención con que
me escuchaban aquell(5s buenos negros, y el
d e e o que tenían de <»nocer a Dios.
Siempre que las lecciones eran interrumpidas

246
por algún violonlo huracán, o alguna lluvia torrenciaí acompañada de fonnúlables truenos,
yo les decía «es la voz de Dios, adorémosle »
y todos hacían devotamente la señal de la
cruz.
1?1 jefe del lugar, que llevaba el mismo nom­
bre de Ina Kiluba, era un hombre comunica­
tivo y simpático. Encorvado ya por los años,
y fuertemente plateados los ralos cabellos qne
se enroscaban sobre su calva, iba siempre precc<lÍdo de un galopín encargado de llevar su
litehe, especie de taburete indígena. — Moyo,
baña — me decía, en voz baja, — Padre, ya

Esto ocurría en Agosto, y el primero de No
vierabre, día de Todos los Santos, Bulaya, muy
contento, fuése con dos muchachos al bosque
en busca de fruta, que es aquí rarísima.
Después de una diligente pesquisa, encontió
un niunfungo, arbolito que da una especie de
ciruelas m uy azucaradas. I xds negros no se
entretienen mucho en coger la fruta, sino que
cortan sin más el árbol, y a Bulaya sólo le
bastaron para ello algunos golpes de hacha.
Dar con él en tierra y sentir en la pierna un
dolor lancinante y horrible, fué todo mío. El
hércules negro tembló de pies a cabeza, soltó

Los indios de Kiniama preparándose la comida.
estoy aejuí, y ct^rría a colocarse delante de los
nmchacluvs, jiaru t>ir mejor el catecismo.
Tno de aipielkis muchachos, y pt>r cierto de
los más fervientes y asiduos a la reunión, era
Bulaya. Alto, foniido, con umis espaldas que
parivíau tíos recuxs tableros tle ébano, hubiera
jxxlUlo llegar a ser un * as * del atletismo,
|>ero Dio lo quiso apóstol de sus hennanos, y
sólo E l sabe, en efecto, el bien que les lüzo y
las almas que. con su palabra y su ejemplo,
llevó a la fe. a pesar de que aún no era cristiano.
Un día me dijo que ya era hora de que reci­
biese el bautismo, que él no quería morir pagano,
que quería a todo trance ser hijo de Dios, sin
sospechar el pobre que la muerte le rondaba
muy de cerca, y que sus deseo estaba a punto
de cumplirse, aunque de una manera trágica.

la herramienta y se desplomó pesadamente
sobre las ramas del munfungo.
ITna enorme serpiente negra, de las más
Venenosas, que tenía allí su madriguera, había
mordido al intruso. Los efectos no se harían
esperan aturdimiento, fiebres \'iolentas, conA-ulsiones, parálisis de todo el cuerpo, y la
muerte. Es un proceso rápido, infalible.
Profiriendo gritos de angustia, la pobre ríctim a pide socorro a sus compañeros; corren los
niñas, creyéndole atacado de algún mal pasa­
jero, pero al ver enroscada en su pierna la te­
rrible serpiente negra, que irritada se negaba
a soltar la presa, diéronse a la fuga y fueron
al pueblo gritando: Bulaya muere, la serpiente
le ha mordido.
E l dolor y el pánico fueron generales, como

H
éta general el afecto Que todos tenían al fornido
catecúmeno, y apenas reliechos de la terrible
impresión, corrieron a socorrerle, blandiendo
palos, hachas y lanzas.
Cuando lo loallaron estaba casi exánime. Para
poderlo librar de los dientos ganchudos del
reptil, turierou que dividir el cuerpo de éste
a pedazos, y arrancar de la pierna los anillos
sangrantes, que se habían liincado como garfios.
Los remedios fiierou ineficaces, el miembro
herido se iba hinchando de un modo imponente

1
el nombre de José, eí Santo patrono de la
buena muerte.
Terminada la ceremonia. Balaya, sobrepo­
niéndose a sus atroces dolores y recogiendo
las pocas fuerzas que le quedaban, tiirigió la
palabra a sus compañeros, que estaban de
rodillas y como petrificados, y les dijo: «l$.scu*
chadme; yo ya no veré ponerse el sol, i>orque
me muero, pero iré al cielo. Estoy m\iy con­
tento de haber recibido el bautismo... Cuando
haya muerto, no arméis danzas ni toquéis

i Soberbio ejemplar!
y S U piel tomaba una coloración siniestra.
¡Pobre Bulaya! de sus labios no salía ni una
queja, quisieron colgar a su cuello algunc«
amuletos y los rechazó en el acto. «No hagáis
eso — les dijo — llamad en .seguida al catequista,
porque el Padre está demasiado lejos y nie
encontraría muerto ».
-\\isado el catequista Kinibuleni, con cuatro
saltos se puso a su lado y , al verlo, en tan las­
timoso trance, se le saltaron las lágrimas. « El
Padre nos ha dicho — murmuró Balaya con
débil voz — que para ir al cielo es necesario
el bautismo, y yo si«ito que me muero. Bau­
tízame, pues, quiero morir cristiano ».
Rezó con sin igual fervor las oraciones que
sabía, dijo el acto de contrición, y el catequista
eclio agua sobre el moribundo, imponiéndole

el tam-tam, pues sabéis que el Baba (el Pa­
dre) no lo quiere. Tu, Kímbuleni, saluda al
Padre, mañana cuando lo veas, y dile que
Bulaya ha muerto cristiano y que su nombre
es el de José ».
L a mañana siguiente — añ de el P. ShiIHnger — al llegar yo a la capilla para celebrar
ul Día de Difuntos, los pobres negros me reci­
bieron llorosos y , temblando de emoción, me
contaron la horrenda tragedia. Si por una parte
me produjo honda pena, por otra di gracias a
Dios que había C(mscdado, de xm modo tan
edificante, a aqxiel pobre hijo de la selva.
fieras invisibles. — Pero el Congo es no
sólo la patria de las serpientes y del león, sí
que también de la mosca Ué-t$i, inoculadora

248
(le la territ)le enfermedad del sueño, del anofele o sea del paludismo, y de otras mil funestas
endemias. <iue hieren sin ser vislíus y anújuilan
la frágil eonstiluoión humana.
Y a dijimos que, entre todos los climas ecua­
toriales, el del Alto Katanga es uno de los
menos dañinos. Toda la provincia entera cabalga
como a horcajadas sobre his altiplanicies con­
finantes con la cresta que divide las aguas de
loa dos grandes vertientes, la océano-índica del
/aml>ezé y la atlántica del Congo. AquelUus
altiplanicies hállanse entre los iio o y los 1500
metros, y ello las libra de la mayor parle de
las miserias que afligen las tierras bajas con­
goleñas. K1 nios(iuiio anofele, sin embargo, a
pesar de sus frágiles alas, vuela ex|)editaniente
j)or acjuellas alturas y las agotadorjis fiebres
pahulicsis son más frecuentes de lo que fuera
meiie-ster. No hay que decir que azotan también
a aquella provincia muchas de las eufennedades consuntivíis projnas del terrible clima ecua­
torial, tales como la ajíemia. la heiiiaturia, etc.
De ella.s han sido ya víctimas no pocos misionero.s, y algunos se ven hoy reducidos a un
estado de salud muy precario.
líl Gobienio belga, con buen acuerdo, cada
tres años, hace embarcar a sus agentes colonia­
les, para (pie pasen tuia temporada en su patria
y restablezcan contacto con la cierra que les
vió nacer. Es una providencia altamente beneficicxsa para fortalecerse contra el medio
adverso.

Esto hacen los funcionarios del Estado, pero
¿ y el misionero? ¡pobrecito! ¡qué más quisiera
él! no digo ya cada tres años, pero ni cada seis,
ni nunca, para algunos de ellos. Salus populi
suprema lex, sobre la salud del misionero está
la salud de las almas, y ninguno ha pensado
en quejarse de ello, aunque sienta que las fuer­
zas se desmoronan y que bajo el sol tropical,
la pálida vejez se anticipa, con todo su cortejo
de achaques.
Obstáculos de o(ro orden. — Las lenguas.
El Congo es una babel, aimque nuestros misio­
neros, en realidad, sólo tienen que habérselas
con dos lenguas que en nada se parecen y son
dificilísimas: el Kiswuahili y el Kibemba. Aquélla
domina en la región de Elisabethville, ésta en
las orillas del Euapula.
Estas dos lenguas son una mezcla curiosa,
formada con elementos árabes que importaron
los primeros conquistadores de la costa occi­
dental y con voces del dialecto bantú, que es
el primero que hablaron los aborígenes del
Africa ecuatorial.
Las fatigas que acumula sobre el misionero
el aprendizaje de esas jergas, tan opuestas a
los léxicos europeos, son co:isiderables. Mientras
sólo se trata de expresar las cosas necesarias
a la vida, pase, porque para ello bastan los
signos, mas para hacer obra eficaz de aposto­
lado y meter en aquellas almas, a cincel y a
martillo, las verdades del Evangelio, es preciso

Terribles, pero inocenfes como los ratones.

249

^.Z

£1 monstruo de los ríos del Congo.
hablar con soltura su propia lengua. L a fe —
decía San Pablo — entra p>or el oído.

He aquí los obstáculos principales de la
evangelización en el Congo y no los hemos
citado todos.
Aquella naturaleza que a la mayor parte de
los europeos recilje con halagos y promesas,
mostrándose coji ellos inagotable de emociones
y recursos estéticos, a los apóstoles de Jesu­
cristo los recibe con gesto hostil- el misionero
tiene que luchar con ella duramente y siempre,
paso a paso, día a día, y en esa lucha desigual
no siempre es él quien vence, que a veces cae
exánime sobre el campo del trabajo, en el
preciso momento de recoger la cosecha.
El proíestaníismo. — No queríamos hablar
de él pero ya. que se trata de reseñar los factores
que en el Congo se oponen al tritmfo de nuestra
fe, es indispensable que digamos algo de las
Sectas metodistas.
La divina Parábola de la cizaña se rejúte allí
coimnuamente. como en la mayor piarte de los
países de misión. Cuando los Hijos de la luz
llegan al campo del trabajo, para sembrar la
buena semilla, a menudo lo encuentran ya
infestado de grano maldito, se ap>erciben de
que han p>asado, antes que ellos, los metodistas.
V estos nunca pasan con las manos vacías, a

ellos no les falta oro, tienen abimdancia de
chelines y de dólares (i) que convertidas en
lluvia de vestidos, víveres, biblias, y artículos
de adorno, caen sobre' los negros, y son alicientes
demasiado tentadoras para aquellas gentes de
carácter y gustos infantiles.
Y una vez inoculado el congoleño con el
virus protestante, la labor de mie.stros misio­
neros se hace p>enosísinia. Es preferible batallar
frente a frente con el más burdo fetichi.sino, que
tener que desarraigar resabios de una religión
incompleta, laica, formalista, mdulgente y en
extremo dañosa para la fe católica.
Además de esa deformación de la doctrina
de Jesucristo que, una vez clavada en el alma,
es tan difícil enderezar ¡qué contraste tan desfa­
vorable no ofrecen a los ojos sencillos del negro
esos templos altivos, esas salas confortables del
Pastor metodista, frente a las pobres capillas
católicas! jqué anzuelo tan terrible para
quienes cubren sus carnes con un andrajo y
se adornan con objetos primitiv'os, esa brillante
(i) He aquí una estadística elocuente: Contra
los 125 millones de francos que, años hace, re­
cogían las Sociedades bíblicas inglesas, y los 25
millones de dólares de las confesiones protestantes
americanas, y los iio millones recogidos por los
Metodistas, y los 1300 millones votados por la
Atlantic City, nuestra Propaganda Pide recogía
de todo ^ mundo catiteo sólo 24 miüonesl

250
quincalla americana y esa abundancia de algo­
dones Ingleses <iue generosa les mete por los
ojos la lieregía!...
Aunque nuestros misioneros no se asustan
de esto y disponen de otros recursos para triimfar, produce en ellos honda pena ver su obra
obstaculizada, no ¡>or ideologías salvajes, no por
supersticiones fetichistas, sino precisamente por
<loctrinas (pie vienen de ixiíses cultos, y pre­
tenden llevar a las almas el sentido puro del
Kvangelio.
Los malos ejemplos. — Y como si no bas­
tara para la desmoralización del negro esa

dices que un verdadero discípulo de Jesucristo
debe evitar el o<uo, la borrachera, y debe res­
petar los bienes y la mxijer ajenos, y debe hon­
rar a Dios públicamoite, y ellos, Padre, no
hacen nade de esto. Nosotros no lo entendemos.
Padre... ¿no nos dices nada?...
i A y de mí! ¿ Qué es lo que puedo responder?
El conflicto no puede ser más desgarrador,
para el i>obre misionero.
Cuando Gambetta decía que el anticlerica­
lismo no es artículo de exportación, debía haber
añadido: y la indiferencia religiosa tampoco,
cuando menos tratándose de países donde reina
el fetichismo más embrutecedor.

El misionero luchando confra el paludismo.
influencia nefanda que les llega de Europa,
tienen (pie sufrir toda^'ía otra, la del mal
ejemplo.
I<os colonos que arriban al Congo son
católicos, en su inmensa mayoría, y aunque no
lo fuesen sería lo mismo, porque, jwra el ne­
gro, todo el que Weno de Bulaia (Europa) es
católico.
Ahora bien, entre la pxjblacion blanca, hay
jiersonas cuya conducta ofrece más de un pro­
blema ol espíritu obseirador del congoleño.
— Padre ¿éstos son también católicos?
— Sí. hijo mío.
— Entonces, ¿por que hacen esto? Tú nos

E l indígena es todo ojos para observar y
discriminar conductas, su lógica es rígida y
cruel y... no siempre argumenta caritativamente
como el Padre misionero, que tiene a veces
que guardar un silencio piadoso, sino que
acusa y numosprecia al blanco a quien consi­
dera como renegado o hipíxrita, cuando no
menosprecia y acusa a esa misma fe que, a
true<iue de mil fatigas, el misionero ha tratado
de radicar fuertemente en su corazón, y que
sacudida fuertemente por el escáudalo, se ve
expulsada un día de él por un desgraciado
europeo...

(S« QoniinuaTj].

^51
¡P o b re s niños!

El gran crimen de la Rusia Soviética.
Las oficinas de Nacionalización de los
niños recogen anualmente centenares de esos
dffigraciados, agonizantes, y los llevan a los
asilos del Estado. Los exámenes médicos de­
muestran que muellísimos sufren enfermedades
psíquicas, y la mayoría están agotados por
dolencias no ciertamente infantiles.
De los niños recogidos en un asilo se hizo la
siguiente estadística: *u n4 5 por loo cocainó­
manos, un 70 por 100 de enfermedades de la
piel, im 20 por 100 tísicos, xm 60 por roo al­
cohólicos ».
¡Pobres criaturas!, en ellas la naturaleza sal­
vaje aparece con una precocidad feroz y tras­
tornada, en la que no domina la razón que aún
no tienen, ni la ley de la cual huyen, ni la reli­
gión que ignoran, excitados por todo el ambiente
niso tinto en denso vaho de impiedad y tiranía,
apoyados por la vida y los ejen^los de sus
compañeros, y por las mismas leyes.
Nada desconocen, todos los secretos de la
infamia son suyos; a los nueve años, saben
asesinar y encanallarse en vicios que acaban
con sus juveniles existencias. Tienen sus jefes
y su «disciplina » cual las bandas legendarias
de ladrones, y hasta «su idioma », sus logias.
Calman sus penas que delien de afiigirles. de
una manera extraña e insólita en aquellas

naturalezas tiernas que todavía llevan la leche
en los labios; con la morfina, la cocaína, y allí
en sus grandes Círculos, hacinados én mon­
tones. revolcados en basura y con basura en el
corazón, se estremecen en el estertor de \m
sueño impuro, iuquieto y espantoso, cutre los
ronquidos voluptuosos y fatales del opio.
í
generación es la vuestra, pobres niños ?
¿Os han dicho que vosotros no liabéLs tenúlo
nunca padres y que nacisteis del escombro y
del estiércol, sobre la carroña, como las lar\-as
de los gusanos? ¿ Quién os hace vivir esta in­
fame mentira? ¿ Qué bruja sin entrañas os ha
traído aquí y os ha hecho tan desgraciados?
No; no sois vosotros los culpables: y aunque
delante de esas espantables figurillas de «pe­
queños criminales », sienta xmo lo que rara vez
siente un hombre ante los niños, deseos de es­
trangularles, vosotros... 110 sois los responsables.
E l Señor no dijo « Venid a mí, los j>equeñuelos », sino « Dejad que los pequeñuelos vengan
a m í ». Dejad, prueba evidente de que la üifancia no obra por sí, sino que es inclinada al bien o
al mal. por aquellos en cuyo ambiente se forma.
E n Rusia no dejan acercar a los niños
al Señor, y por eso nadie puede 5’a con ellos.
Se ha ensayado el volverlos a la vida normal,
colocándolos en el campo con los labriegos, en
oficinas, en asilos... ¡Ca! délos asilos, délas casas,
huyen robando lo que pueden. L a policía tam ­
poco los doblega.
Es la venganza de c.stt. niño, sobre cuya ca­
beza se ha roto el divino llmnamiento.

Fa b Casa-Atadre. — Dos seccioDes de estudtaoies vítoreaa al Sr. OtMspo de &arce«
lona Dr. intrífa. que les obseqidó coa n a aKñeoda.

252

E N C IC L IC A

DEL

PAPA

sobre la situación actual de los católicos en España,
Nunca, en (lias de persecución de la fe, faltó a
ningún país del mundo el consuelo, el fortalecimiento
y el consejo de la palabra del Santo Padre. La
palabra del Papa es siempre palabra de verdad, de
fortaleza, de esperanza, de redención y victoria
defínitivas y seguras.
Pío X I habla hoy a sus hijos de Kspaña y les
alecciona y alienta, como otro día habló a los de
Méjico; como antes, a los de Portugal, Benedicto XV;
como León X III, hace cuarenta años, a los franceses.
La voz de los Papas fué siempre magniñea profecía,
lección perenne, guía de la Historia. Pasaron los
perseguidores. Unos, fueron vencidos. Otros, abrie­
ron los ojos a la luz que irradia Roma o, al menos,
cesaron en sus odios. Y los católicos volvieron a
ganar rango de ciudadanía plena, para sus personas
y para sus ideas. Con ellos triunfaba la Iglesia.
lista responde hoy a la guerra sectaria y sañuda
del nuevo régimen español con actos y palabras
de paz, con el deseo de serenar y contener en lo
posible a los perseguidores, de aminorar la injusticia
de la persecución y de evitar el estallido de la más
grave discordia sobre un país que viene sufriendo,
en larga medida, el estrago de los disturbios polí­
ticos y sociales.
La voz del Papa es más fuerte que la de todos
los sectarismos, y será al tiu la que prevalecerá.

He aquí las líneas generales
de la Encíclica.
<Siempre Nos fuó sumauiente cara la noble
nación española, por sus insignes méritos en la
civilización cristiana y su acendrada fe católica.
Precisamente iv>r eso Nos sentimos apenados
en presencia de la tentativa que se está repi­
tiendo de arrancar a ICspaua, juntamente con
su fe. el más \-iejo galanlóu de su grandeza
nacional.
Hemos hecho presente con frecuencia, a los
gobernantes españides actuales, cuán falso es
el camino emprendido, y hemos manifestado
ul Clero y al pueblo españoles que Nuestro co­
razón está más cerca de ellos en los momentos
do dolor.
Pero quetenuxs levantar de nuevo Nuestra
voz, ante la ley de Confesiones y Congregaciones
relígú^as, (pie oonslituye una más grave ofensa
a la religión, a la Iglesia y a la libertad civil.
No va Nuestra p;dabra contra las fonuas de
gobierno. .a Iglesia no está ligada a ninguna
forma de gobierno más iptc a otra, con tal de

1

cjue respete los derechos de la conciencia cris­
tiana, y lio encuentra dificultad en avenirse
con las diversas instituciones civiles, sean monánpiicas o re])ublicanas, aristocráticas o de­
mocráticas.
Prueba de esto son los numerosos concordatos
y acuerdos y las relaciones de la Santa Sede
con Estados en que actúan Gobiernos republi­
canos. Estas nuevas repúblicas no han tenido
jamás que sufrir en sus instituciones lo más
mínimo, por efecto de estas relaciones con la
Santa Sede, antes bien, les ha reportado consi­
derables ventajas, pues todos saben que la
Iglesia es el más fuerte dique contra el desorden
sccial y la anarquía, al mantener los principios
de legítima libertad, autoridad y justicia.
No ignoraba el Gobierno español la buena
disposición, tanto Nuestra como del Episcopado,
en secundar el mantenimiento del orden y la
tranquilidad social. E l Clero secular y regular
y los católicos españoles han estado lejos de
actuar con \dolencia y se han mantenido en
tranquila sujeción al Poder constituido; por eso
Nos ha causado extrañeza y pesar el que por
algunos se haya aducido como razón, para
l>erseguir a la Igle.sia, la necesidad de defender
la República, siendo la verdad qne esta j>ersecuoión ha sido movida ¡wr el odio que contra
Nuestro Señor Jesucristo fomentan sectas sub­
versivas de todo orden religioso y social.
I'.n la ley de Confesiones y Congregaciones
religiosas se reafinna la sep (ración del Estado
y de la Iglesia ya sancionada en la Constitucii'm. Es un gravísimo error en una nación que
es católica, en casi su totalidad, y una funesta
consecuencia del laicismo, o sea la apostasía de
la sociedad moderna. Repugna de un modo
particular tal exclusión de la Iglesia de la ^•ida
de la nación española, donde siempre tuvo la
parte más impórtate y benéfica en las leyes,
en la escuela y en las instituciones pri(-adas
y públicas. E l daño se infiere no sólo a la (con­
ciencia cristiana, a la juventud y a la familia,
sino a la propia autoridad ci\-il.
Sólo a la religión de la casi totalidad de los
ciudadimos se la prohibe la enseñanza
se
la somete a otras restriexiones ,’que práctica­
mente limitan el ejerci(cio del culto católico,
tanto intemo <x>mo externo.
En punto al régimen de propiedad, se crea
una excepción en daño de la Iglesia, despojan-

253
dola de todos sus bienes, no sólo ya de los reco­
nocidos de libre propiedad de ella, como edi­
ficios y palacios episcopales, seminarios, etc.
que son declarados de propiedad nacional,
sino que no se deja para el futuro a la Iglesia
ima cieita facultad de poseer, puesto que sólo
puede conser\'ar sus bienes privados en la
cuantía necesaria para el servicio religioso.
El Clero ha sido también privado de su asi­
gnación, violándose compromisos y acuerdos
por pacto concordatario.
A las Congregaciones religiosas se las trata
de un modo inhumano, y se arroja sobre ellas
la sospecha de que pueden ejercer xma actiridad política peligrosa para el Estado.
Se hiere al pueblo mismo, haciendo imposibles
las grandes obras de caridad y beneficencia.
Más aún que todo esto, sentimos ^’ivamente
la ofensa hecha a la Divina Majestad, al acordar
la disolución de las Ordenes religiosas que hacían
voto de obediencia a una autoridad distinta
del Estado. Al tratar de este modo a la Com­
pañía de Jesús, se hirió de lleno la autoridad
suprema de la Iglesia; se consideró de hecho
extraña a la nación española la autoridad del
Romano Pontífice, conferida por el mismo
Jesucristo, como si el poder espiritual y sobre­
natural estuviese en oposición al del Estado.
No hemos sentido duda de que esta ofensa
cambie lo más mínimo la devoción del pueblo
español a la cátedra de Pedro.
Con la ley de Confesiones y Congregaciones
religiosas se asesta ahora otro golpe gravísimo.
Se ha consumado la obra de ingratitud y mani­
fiesta injusticia, que va contra la libertad a
todos concedida del ejercicio de la enseñanza.
Porque los religiosos han cumplido siempre
su deber, como lo confirma el luimero de hom­
bres de ciencia que han educado, y la confianza
lue siempre han puesto en ellos los padres de
familia, que tienen la sacrosanta libertad de
escoger a los que deben ayudarles a educar
a sus hijos.
Protestamos con todas Nuestras fuerzas
contra esta ley. que nunca podrá ser invo­
cada contra los derechos imprescriptibles de
la Iglesia, y tenemos la esperanza de que todos
los católicos españoles, valiéndose de todos los
medios legítimos que les concede el derecho
natural y la legislación, harán por reformar y
sustituir esta ley.
Entretanto esperamos que emplearán todos
los medios para fomentar la enseñanza religiosa
y la práctica de la vida cristiana.
D l nuevo recomendamos a todos los espa­
ñoles que, dejando a im lado lamentos y recriminadcaies y sacrificándolo todo al bien c»mún
<ie ‘ - Patria y de la religón, se unan para la
áeieiisa de la fe y de la sociedad civil.
De un modo expreso invitamos a la unión
en I. AcdOT Católica, que estando fuera y por

encima de todos los partidos políticas, .servirá
para formar la conciencia católica. Más (pie
en el auxilio de los hombres, hemos de confiar
en la aistencia prometida por Dios a s\i Iglesia.
Por esto dirigimos al Cielo Nxiestrns plegarias,
demandando a Dios perdón contra lits ofensas
inferidas, y para que mueva el corazón de los
Gobiernos a mejores acuerdos *.

Casi simultdtteanieníe con este firme, sereno, irre­
batible y paternal documento, ¡os Sres Obispos de
España publicaron otro, dirigido al (¡obierno de la
República, de enérgica protesta contra ¡os abusos de
la política sectaria y, en especial, contra la nueva ley
de Confesiones y Congregaciones Religiosas.
Como no nos es posible, por falta de espacio, re­
coger ni siquiera las parles mds salünfes de tan
hermosa Pastoral, insertamos a continuación, a fin
de contribuir a su mayor conocimiento, las Normas
que, con carácter preceptivo, imponen en ella los Pre­
lados a todos los católicos de España:

NORM AS A LOS C A TÓ U C O S DE ESPAÑA
ENCAMINADAS A DEFENDER LAS ALMAS.
DE SU S HIJOS
jo Deben los padres de familia mandar a.
sus lujos únicamente a las Escuelas católicas.
2® Prohibida severamente la asistencia a las
escuelas acatólicas, neutras o mixtas, o sea
las que están destinadas también a los no
creyentes. Sólo al Ordinario del lugar corres­
ponde juzgar si puede tolerarse la referida
asistencia, en detenniuadas circun.stancias y con
las debidas cautelas.
3®. Cuando el Ordinario haya e-slimado
prudente la anterior tolerancia, ¡wr existir cansa
razonada, a tenor de las in.struccioncs de la
Santa Sede, los padres y tutores vienen obligade» gravemente a guardar las siguiente.s
cautelas: a) insiíeccionar jxjr sí mismos o por
personas idóneas los libros (jue se jwnen en
manos de sus lujos y las doctrinas (jue se les
inculcan; 6) procurar que fuera de la escuela
sean sus hijos o menores sólidamente instruidos
en la doctrina cristiana, y estimulados celosa­
mente a la práctica de Io.s del>eres religiosos;
c) apartarles del trato y amistad de los compa­
ñeros escolares que puedan poner en peligro
su fe y costtimbres cristianas.
4® Todos los fieles se esforzarán en prestar
su auxilio moral y material a la fundación y
sostenimiento de Escuelas católicas, y en par­
ticular, los padres de familia habrán de ejerci­
tar su derecho a organizarse, reivindicando su
libertad docente y la creación de Escuelas cató­
licas homogéneas en conformidad con sus creen-cias. N o han de cejar hasta conseguir que sea.
cumplida realidad este ideal y derecho de la.
Iglesia: toda la enseñanza católica para la
juvtíitud católica, en Escuelas católicas.

Gracias obíenidas por iníercesión
de María Auxiliadora y del Beaío Juan Bosco.
ESPAÑ A Córdoba. Mayo de 1933. — Hace algiin
tiempo recibí de esta buena Madre un favor espe­
cial. Siento ahora como un interno reproche por no
haber exteriorizado mi gratitud, y ésto es lo que me
induce a exhortar a los queridos lectores del Bo~
letin Salesiano a que acudan con fervor a María
Auxiliadora, en cualquier necesidad en que se en­
cuentren.
A un hijo mío le sacó airoso de unos exámenes
por oposición, en los que se presentaron gran nú­
mero de opositores, y precisamente el día 24 dei
año anterior.
En mi hogar ha conservado la paz y el bienestar en
medio de las continuas huelgas que nos azotan, y
ahora espero de la misma Auxiliadora que abra
camino a mi hijo, concediéndole la plaza que espera,
en el Cuerpo de Correos.
C r ist in a E er m a .
E SPA Ñ A (Pontevedra) Vigo. Mayo de 1933. —
Doy gracias a María Auxiliadora por el favor con­
cedido a un hermano, en un asunto de negocios
y le pido me perdone si anduve tardía en pregonar
sus mercedes.
Llena de amor y gratitud a esta bendita Madre,
lo mundo hoy publicar y le envío una pequeñita
limosna.
C. N. P. d e S.
E SPAÑ A (Pontevedra) Tígo. — Teniendo en­
ferma a una persona muy querida de mí familia, y
habiendo diagnosticado el facultativo la necesidad
de practicar una intervención quiriirgica, recurrí
con toda coutiiuiza al Beato Bosco, comenzando
una uovcua y prometiendo una pequeña limosna,
así como dar públicameute las gracias en el lioleiin
si me concedía el favor de prescindir de la
operación.
Durante la noche, tuvo la paciente colocada sobre
la parte enferma una reliquia dcl Beato Bosco.
.\l amanecer vimos, con la enorme sorpresa que
puede imaginar el lector, que la hinchazón había
desíiparecido casi por completo, y, examinada la
enferma pi>r el doctor que iba a practicar la opera­
ción, manifestó éste no existía cunsii alguna para
verificarla.
Como dato que acredita más el prodigio, debo
manifestar que el cambio completo eu la enferma
se llevó a cabo en las breves horas que mediaron
entre la aplicación de la reliquia y el nuevo examen
del médico, quien suprimió todo medicamento.
Lleno de rcconociuiieuto cumplo la promesa que
hice y atestiguo tan señalado favor, cuya conse­
cución, humauaiuente hablando, era imposible.
^Gloría a Dios, a su Sauta Madre y al Beato Boscol
A n to nio M. P.

E SPA Ñ A Valencia. 13 Mayo 1933. — Doy in­
finitas gracias a María Auxiliadora y al Beatojuan
Bosco por haberme atendido generosamente las va­
rías veces que les encommendé mis necesidades
materiales y espirituales. Espero con toda confianza
sigan protegiéndome y concediéndome otros favores
que les tengo encommendados y ellos saben cuales
son. Por mi parte, procuraré corresponderles con
mi pobre cooperación á sus admirables obras de
caridad y fomentando su devoción.
T. P.
AR G EN TIN A Buenos Aires. Abril 26 de 1933. —
D oy rendidas gracias a María Auxiliadora y a su
siervo, el Beato Juan Bosco por dos señaladísimos
favores que me otorgaron; primero, sanándome a mi
de uua afección al corazón; y .segundo, por la po­
derosa protección dispensada a mi hijito en sus
exámenes en la Facultad. Deseo que sea pública
mi gratitud y envío una limosna para las Obras y
Misiones del Beato Don Bosco.
M. D. S. D E D.
AR G EN TIN A Mar del Plata. — Eu Junio de
1932 enfermó gravemente mi madre, de pulmonía,
y en tan duro trance y encontrándome sola con la
ayuda de una hermana, por estar los demás miem­
bros de mi familia enfermos, recurrí a María Auxi­
liadora y a Don Bosco, prometiendo una comunión,
si mi madre se curaba.
Fui oída y en agradecimieuto cumplo mi promesa
y hago pública la gracia.
E T E L V I N A F. A B A S O L A .
COLOMBI.-V Bogotá. — Al 15 del mes pasado,
salimos de Puerto I.iévauo en el tren que debía
conducirnos ha-sta Villeta, cuando, a los 17 Knis.
desploma un inmenso derrumbe que violentamente
estrella la locomotora en la roca opuesta, quedando
sepultada por otros bloques que se desprendieren
en seguida. Imposible describir nuestro espanto
vemos al borde del abismo y al sentir aquellas npentiuas sacudidas, pues el carro que ocupábamos
osciló fuertemente sobre sus ruedas, t María Auxilia­
dora!». fué el grito que se escapó espontáneamente
de mi corazón. Y , mientras los otros carros chocaron
horriblemente y quedaron casi despedazados, el
nuestro quedó firme en su puesto, como detenido por
una mano taumaturga. Todos los viajeros recono­
cieron en aquel hecho un verdadero prodigio, >
nosotros dirigimos a nuestra querida Protector*,
el ¡gracias! del reconocimiento lleno de amor.
Hna. I s a b e l M oreno .
COLOMBIA (Nariño) Tumaco. Abril de i 933- T
Habiendo llegado unos miembros de nuestra faniili*
en un buque, que, debido a su gran calado, no podia

255
entrar en el puerto, quedando firera de la bahía;
fuimos a bordo en una lancha 14 personas allegadas.
La noche era borrascosa y las olas imponentes se
hacían por momentos cada vez más peligrosas.
Llegó un momento en que el piloto ya no podía
dominar la lancha que dejando penetrar el agua,
amenazaba hundirse. Todos gritábamos, límdos
de terror, creyendo llegado nuestro último momento,
cuando empecé, arrodillado como los demás, a
invocar a María Auxiliadora, sacando una medalla
que tenía en el pecho;
En aquel preciso momento, el piloto, vigoroso
y rápido, dió un golpe de timón, y la ola, que tal vez
se había levantado sobre nuestras cabezas para
tragarnos, nos lamió con mansedumbre, empuján­
donos dulcemente hacia el barco.
Al vemos salvos de aquel terrible peligro, ofrecí
remitir uua oferta para las Obras Salesianas y pu­
blicar la gracia, lo que ahora cumplo para mi propia
satisfacción y aliento de las almas atribuladas.
C esar Man' zi.
PERÚ Lima. Enero de 1933. — E l que sus­
cribe manifiesta que, en estos últimos tres años,
encontrándose varias veces en situaciones muy
criticas, en las que peligraban importantes inte­
reses de la Institución Salesiaua a él confiados,
acudió al Beato Don Bosco en demanda de protec­
ción, y íué favorablemente atendido. Con la más
rendida devoción filial y profundamente agradecido,
hace públicos estos favores.
JOSE R e y n e r i P er o .

Inspector Salesiano.

Don también gracias a María Auxiliadora y
al Beato Juan B osco por favores recibidos:
Esp.^Sa (Canarias) Gáldar. Uua Galdense — Ma­
ría Ruiz Benítez — Beatriz Rodríguez López.
España (Pontevedra) Figo. María del Carmen Serillano García — Carmen Rotea García — hiaría
García de Méndez — María Barre — Consuelo Alvarez.

Por iníercesión de nuestros
Siervos de Dios.

ESPAÑ A (Santiago de Galicia) Algalia de Avila.
19 Abril de 1933. — Habiéndole mordido mi perro
a mi madre, hice la novena de doña Dorotea de
Chopitca para pedirle 110 fuera cosa grave, como
asi íué.
J aime vSeijas .
PERU I.ima. — Hacía poco más de un año
que padecía de insomnio, habiendo acudido a
varios médicos y a infinidad de remedios, y no
encontrando alivio si no pasajero, c.staba comple­
tamente aburrida, pues sólo conseguía dormir una
o dos horas en toda la noche, pasando el resto
desvelada. Acudí a la Sierva de Dios Dorotea
Chopitea de Sorra y le rogué me concediera
del Señor la cura completa del insonmio, que ya
para mi era crónico y me tenía deprimida y mal
humorada, mermando notablemente mi salud.
Con este fin empecé una novena y a los pocos días
pude conciliar el sueño por varias horas se­
guidas; ha transcurrido más de un mes y duermo
durante toda la noche sin desvelarme. Agrade­
cida hago pública la gracia como lo ofrecí y doy
un pequeño óbolo para la prosecución de su causa.
María G. E.
U RU G U A Y Montevideo. — Habiendo enfermado
un hijo mío de la garganta y con diagnósticos poco
tranquilizadores por parte de los médicos, recurrí
á la protección de María Auxiliadora pidiéndole
por la intercesión de Dña. Dorotea de Chopitea
que si desaparecía el peligro, mandaría una limosna
para su beatificación. Habiendo obtenido la gracia,
cumplo lo prometido y doy gracias por otros favores
A nokla M. de B orgone .
recibidos.

Dan también gracias por favores recibidos
de la Sierva de Dios Dorotea de Chopitea.
Méjico Ixlldn. Rosario I.,edcsina.
U ruguay Montevideo. María Brito del Pino.

España Valencia. Josefa Andrés González.
Aroestina Buenos Aires. Carlos Vemi.
Coi.oMBiA (Santander) Chindeota. — Julio Me­
dina — Luis Ramírez — Jlatilde Rojas — María
C. de Jaimes — Eugenio Rozo M.
Colombia (Santander) Girón. Mercedes Rueda —
ilari.i de la Cruz Mantilla Rueda — Jesús María
Gómez — Gregoria Gómez — Aureliano Mantilla —
Ana Luda Leal C. — José Rosario Galvis — María
del Rosario Angulo — Rosana Reyes de Pinilla —
Paulina de Torres — Matilde Gutiérrez de Rey —
Herminia Hernández de Serrano — Pacífico Ace­
bedo.
E stados U kidos (California) Los Antéeles. María
Rosa F. de Moreno — Rogelia Muñoz —
Agueó a Mancilla — Catalina G. de Freese — J adera
Tamr- — Amelia B. Larriva —- Ana E. Rodríguez.

de Caniú —

V eí.'Ezueea Maracaibo. — iíanuel González —
Aatcuio Pérez — María de Fongh — Emiro Leoaardi — Chinea Romero — Asunción Cabrera —
F. ií-^rtued — Lucrecia Troconis.

N E C R O L O G ÍA S
SALESIANOS DIFUNTOS:
Juan Bautista ScAmuíi,coadjutor, de Hirschaid
(Alemania) t en Wurzburg, el 19 de Marzo.
Antonio Garina, coadjutor, de Bemezzo (Italia)
f en Alejandría de Egipto, el 25 de Marzo.
Vicíorio Mantellina, coadjutor - de Turín (Italia)
t en Lanzo Torinese el 31 de Marzo. Había sido
alumno del Beato Don Bosco en el Oratorio.
Santino Mazzoleni, coadjutor - de V'ílla d'Adda
(Italia) t en Canelli, el 30 de Marzo.
Guii’ermo Barbosa, sacerdote • de Lisboa f en
S. José dos Campos (Brasil), el 28 de Diciembre
de 1932.
Rodolfo Belletli, coadjutor - de Lugo (Italia) í
en Quito (Ecuador), el 29 de Enero.

256
Juan Dreilmaier, sacerdote - de Grafing (Alema­
nia) t en Piura (Perú), el 3 de Enero.
EsUban Pafalong, clérigo - de Brzezinka (Polonia)
t en Lima (Perú), el 13 de Febrero.
liaríohtn^ Pértile, sacerdote - de Gallio (Italia)
"f en Este (Italia), el 17 de Marzo. Había sido aliiiuno
del Beato Don Bosco.

C O O PER A D O R ES DIFUNTOS:

Das Obras de Don Bosco la contaron siempre entre
sus más insignes bienhechoras, siendo objeto de sn
especial cariño nuestros Oratorios Festivos y la
Obra de filaría Auxiliadora para las Vocaciones
Eclesiásticas. Pocos meses antes de que la sorpren­
diera la muerte, cerraba con broche de oro la larga
serie de sus santas obras, donando al Templo de
filaría Auxiliadora en Lima el grandioso y artístico
Altar Mayor, con Baldaquino de mármol y mosaico.

Revma. Madre Isabel
Fundadora de las Hermanas Franciscanas del
Sagrado Corazón.
Plena de años y de merecimientos, pasó a mejor
vida el 29 de abril p.p. en Caracas. Mucho fué lo que
en su vida trabajó y sufrió para establecer y ase­
gurar la Congregación que, secundando al P. Ca­
lixto González, fundó en Venezuela, para llenar
grandes necesidades religiosas y sociales. Fué de
temple varonil: jamás se dejó arredrar por las
difícultades; tuvo fe inconmovible, gran sereni­
dad de ánimo, paciencia a toda prueba y caridad de
madre. Sus hijas aseguran que con solo verla se les
calmaban las agitaciones y se les serenaba el espí­
ritu.
^
Amó mucho a Nuestro Señor y supo imitarle
en la mansedumbre y en el sufrir. Sus últimos años

fueron un verdadero calvario: uno cruel enfermedad
la redujo casi a lo inmovilidad:pero aun asi dirigía a
su Comunidad, consolaba y ayudaba al prójimo,
especialmente a lo.s parvulitos y a las niñas de sus
Colegios. Supo ser Madre.
Devotísima fué de María Auxiliadora y del B. Don
Bosco. admiradora de nuestro sistema preventivo
y del espíritu del San Francisco de Sales. A los
•Sale.sianos nos prodigó siempre delicada.s atenciones.
Deja fundadas varias casas en diversas ciudades
•de la República.
Que de.sde el cielo vele por su Congregación y le
•obtenga pronto la aprobación Pontificia.

Srta. María Emilia Du Bois.
Murió en Litua, el día 2 de Mayo del pre5iente año.
Descendiente de nobles abolengos, heredó junto
con los títulos familiares, los sentimientos de cris­
tiana caridad, con que prodigó sus bienes para so­
correr a los necesitados
Formada desde niña en las sólidas virtudes cris­
tianas. \nvió una vida sumamente modesta y conjpletamente retirada del mundo.

Mientras esperaba con santa impaciencia ver
dentro de pocos me.ses la consagración del Altar que
ella ofrecía, como filial homenaje a María Auxilia
dora, le .sorprendió la enfermedad que, sufrida con
edificante conformidad cristiana, debía abrirle las
puertas del Ciclo donde, no dudamo.s, habrá ya
recibido el premio de su virtud y generosidad.
La familia Salcsiana que la acompañó en los días de
su enfermedad, elevando fervorosas oraciones por
su ,s liid, y luego ofreció abundantes sufragios, enyí.v el más sentido pésame a su noble familia e
invita a todos los amigos de la Obra a rogar por el
alma de tan insigne bienchechora.

llñtí muerto (embién en lo poz d el Señor:
EsPAft.% (Gerona) Palafrugell — Carmen Jofra
E spa .^.v (Gerona) Patamós. — Catalina Pont Vda
de P0I.
E spaña (Islas Baleares) Ciudadela. — Mariana filoD
Salord,
A r g e n tin a Buenos Aires. — .-Vutonieta PellcgriniC o lom bia (Santander) Girón. — Susana Rueda de
Díaz — Rubén Serrano G. — Visitación Prada,
Vda de Uribe — Teresa Mantilla. Vda de Man­
tilla.
M é jic o (Nayarit) San Pedro Laguniilas. — --^gripina Serafín de Villareal — Heüodora Gonzále*.

R . I. P .
C o a ap roA acM a

de Ja amtoridad ccJesUaUca.

D tre d o r-rc a p o a M b ic : D . G U I D O F A V IN I
^ aW cciaH C B lo F ip . d e U S o cied ad E d ilo n i l a l e n a d o u l - Twi*

Carao Kefioa MarsierMa. J7t.