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Año XLVII - N. H , — Noviembre, 1Q32

BOLETÍN SALESIANO
REVISTA DE LAS OBRAS DE DON B O S C O

Verdadero concepío
de la cooperación salesiana.
( C o m U a aaK láa ).

Celo del Cooperador por la Buena
Prensa,
Santifiquemos nuestra sociedad. — Por
si alguna de las obras que recomendamos
pudiera parecer algo profana, queremos
recordar, una v e z más, a nuestros buenos
Cooperadores que todas y cada una de las
actividades que a su celo se va n ofreciendo,
son radios que convergen en un centro común,
la santificación, y que toda la luz que reflejan
determinadas facetas de la Institución Sa­
lesiana, especialm ente adm iradas por el
mundo, que sólo v e su brillo utilitario, obe­
decen a leyes de una óptica sobrenatural
cuyo fin es hacer que triunfe en la sociedad
la gracia divina, fuente única de santifica­
ción, extendiéndola al m ayor número posible
de almas.
Pero esta cam paña de santificación no
tendría éxito y nadie, en estos tiempos,
podría realizarla sin contar con la prensa.
El monstruo de la prensa. — U na sola
de nuestras m áquinas de imprim ir hace, en
pocas horas, lo que miles de amanuenses
no hubiesen podido hacer en meses y años.
Con sus alas m ulticolores de papel im ­
preso, lánzanse h o y las ideas al espacio, lo
mismo que los vientos, cruzándolo en todas
direcciones, y es ta l su fuerza de diftisión
y de gemación, que en un abrir y cerrar de
ojos, pueden inundar naciones y continentes
y dejar profundam ente alterada su fisonomfe
espiritual.

E n los remotos tiempos de la historia,
cuando se escribía en papiros y palimpsestos,
el profeta Zacarías vió un libro que volaba,
volumen volans, y era ta n disforme que
medía vein te codos de' largo por diez de
ancho. {Zach. 5, 2) ¿Sería aquella la visión
del monstruo de la prensa?

Don Bosco escritor y propagandista.
— A muchos les produce escándalo oir d e d i
que Don Bosco fué un hombre moderno y,
sin embargo, no se podría hallar un califi­
cativo m ás proprio para algunos de sus
méritos m ás sobresalientes, como el hallarse
limpio de todo retraso mental, el haber
desechado sin vacilación formas y rutinas
que estaban tradicionalm ente incrustadas
en el am biente, el haber dado vid a a ideas
y procedimientos que fueron diversam ente
apreciados por sus contemporáneos, pero
que han llegado a imponerse en todas partes,
el haber \isto, en fin, con una percepción
clara y certera, las necesidades vivas y reales
de su tiem po y los remedios que urgente­
m ente reclam aban.
A qu el sentido fino y exquisito de moder­
nidad fué el que indicó a Don Bosco la
im portancia decisiva de la Prensa, y sin
reparar en cualesquiera trabajos ni sacrifi­
cios, lanzóse, desde m u y joven, al apostolado
de la plum a, para oponer folletos a folletos
y libros a libros.
E n 1849, cuando tod avía su monstruosa
actividad parecía insuficiente para conso­
lidar la Obra gigantesca que en Valdocco

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d aba los primeros pasos, fundó E l amigo de
la juventud, y sin intervalo de tiempo para
respiríir, inició una Biblioteca de divulgación
popular que llegó a tener hasta yo volúmenes
escritos de su mano. E n sus páginas, ricas
de sencillas transparencias y amenidades de
estilo, iban desgranándose los más opuestos
asuntos: desde un Tratado sobre el Sistem a
m étrico decim al, que fué el primero que en el
reino del Piam onte vió la luz pública, hasta
unos sencillos Ejercicios de piedad; desde
unos juguetes dram áticos dedicados a sus
niños, hasta un arsenal copiosísimo de Obras
de controversia, de ascética, de agiografía,
y de H istoria civ il y eclesiástica.
L a Casa-Madre conserva como una reli­
quia el desmedrado pupitre que. durante
vigilias continuas, crueles de sueño y de frío,
recibía aquellos miembros y a rotos y pul­
verizados por jom adas de trabajo llenas y
agotadoras.
Pero a Don Bosco la pluma no le bastaba.
Su ardiente celo de conquistador de almas
quiso tener tipografías propias, donde sus
obras y las de otros autores pudiesen ser
editadas, a precios ínfimos, para ser difun­
didas sin tasa ni medida, y ahogar con su
abundancia los gérmenes de infección de la
prensa m alvada.
L a p rensa salesian a. — Gracias a las su ­
blimes corazonadas de aquel celo que fué
calificado de locura, la Prensa de Don
Bosco es algo que infunde h oy estupor y
m aravilla a las personas que la conocen y
pueden apreciarla.
N o existe región de la tierra en que no
h aya funcionando algiino de sus talleres y
librerías, verdaderos volcanes benéficos que
hacen llegar a todas partes llam aradas de
am or y de luz di\dna.
Para enaltecer las benemerencias de esta
Prensa, bastarían dos de sus publicaciones
«Lecturas Católicas » y « Boletín Salesiano »,
que durante más de medio siglo de predi­
cación continua, hecha en casi todas las
lenguas vivas, vienen llevando el buen olor
de Jesucristo a infinidad de fam ilias y co­
legios, oratorios y asociaciones.
*

*

*

E ra cosa natural y lógica que Don Bosco,
dada su posición con respecto a la Prensa,
tratase de com unicar a sus am ados Coope­

radores los anhelos e inquietudes que S
sentía y por esto, en el Capítulo IV del
Reglam ento que les dió, entre los diversos
medios de cooperación, hallaqios el siguiente:
« Oponer a la m ala prensa la buena prensa
m ediante la difusión de libros, folletos é
impresos de tod o género, repartiéndolos en
los lugares y fam ilias donde h aya posibilidad
de hacerlo pm dentem ente ».
S e m b ra r y lim piar. — E n este Artículo
sólo se recomienda a los Cooperadores una
labor p o sitiva, la de sembrar, pero es porque
la negativa y a se supone; la labor de destruir
el mal, dondequiera que se encuentre, es
innecesario recomendársela a los católicos,
porque es un im perativo de conciencia.
Deben pues sim ultanearse las dos labores,
como sim ultanea el agricultor las siembras
y los abonos con la escarda, que lim pia de
malas hierbas.
N o sería digno del honroso nombre de
Cooperador Salesiano quien no tuviera,
como Don Bosco y sus H ijos, im horror
invencible al pecado y no declarase guerra
sin cuartel a todas las infiltraciones del mal.
Nuestro respeto y consideración para las
personas; m ucha caridad hacia los delin­
cuentes de la pluma, pero nada de contem­
porizar con sus obras nefandas. Persegui­
remos la mala prensa, sea cual fuere la eti­
queta o el disfraz con que se presente; lo
mismo la que pregona su mercancía con
desvergonzado im pudor, como la que hi­
pócritam ente esconde sus uñas de felino; lo
mismo la que se envuelve en el m anto pre­
tencioso de la filosofía o de la investigación
seria, como la que hace sonar el alegre
cascabeleo de la amena literatura.
L a mala prensa, la prensa que no quiere
nada con Dios ni con lo sobrenatural, la
prensa que rechaza los nobilísimos ideales
de la Iglesia católica, es el enemigo más
dañino de nuestra Sociedad. E s la serpiente
viscosa, que acecha y está siempre dispuesta
a morder e infiltrar su veneno. E s la araña
repugnante y artera que extiende su tela en
todas direcciones para cazar víctim as in­
cautas.
*
Los tan manoseados lemas de progreso,
libertad, derechos de la razón, fueros de la
ciencia, que suelen servir de señuelo a toda
esa prensa bastarda, no han recibido de
ella el menor impulso, ni le deben una sola
conquista.

i

?
323

Sólo desgracias y ruinas recibe, en
cambio, de ella la sociedad. ¿Quién sería
capaz de enumerarlas? — Incendios, estu­
pros, sacrilegios, apostasías, corrupción de
la juventud, abandono de las iglesias, odio
a lo sobrenatural, afán insensato de riquezas
y diversiones, [impiedad y paganismo!, he
aquí la horrible siembra que hace en todas
partes.
Asusta pensar en el porvenir de nuestro
pueblo, cuando vem os en los quioscos ca­
llejeros esa invasión purulenta de folletos
sonrojantes, cuya finalidad, cínicam ente ma­
nifestada, es la de arrebatar a las almas
juveniles los m ás íntimos sentimientos del
pudor, que todos los pueblos cultos han
defendido hasta ahora, como la más esti­
mable esencia de su patrim onio espiritual.

No olvidéis Jas

debemos defender la salud espiritual, contra
las influencias nocivas de la prensa impía
Procure pues el Cooperador abstenerse
ante todo de com prar o leer, sin una nece­
sidad justificada y reconocida por su IMrector espiritual, diarios, libros o re\ñstas
que, por su doctrina o por su moralidad, no
sean recomendables. Vigile luego aten ta­
mente las lectum s de sus familiares y de­
pendientes, persiga las hojas Cíirmptoras,
e inutilice el m ayor númer(^ de ellas: reste,
por todos los medios, suscripciones y anun­
cios a los diarios que no piensan ni escriben
como deben escribir y pensar los católicos.
Difunda, por el contrario, la buena prensa;
apoye moral y económicamente al diario
católico local, para que pueda ponerse
a la altura de los demás y, si es posible,

y consolad a

S E IS M IS A S D IA R IA S P E R P E T U A S
vuestros queridos difuntos, especialmente este mes
a ellos dedicado

(VÉANSE LOS BOLETINES DE MAYO. JUNIO Y JULIO).

E s algo que entristece y produce escalofrío
considerar qué será de nosotros, transcurri­
dos algunos años, cuando la generación que
se forma constituya la urdim bre principal
de nuestra sofciedad, porque y a empezamos
a tocarlas las primeras consecuencias de
tanto desenfreno, en ese afán desbocado
de todos los sentidos, anhelantes de aspirar
el placer sea como sea, sin freno alguno, ni
siquiera el que debería imponer una ele­
mental prudencia y el instinto mismo de
conservación, al que los animales de la selva
no traicionan nunca.
¡Y se ven tod avía católicos que juegan
a la desaprensión, ante esta-catarata de cieno
que se está formando y lo arrastrará todo,
a no ser que m u y deprisa se levanten muros
para contenerla!

De pie, corazones, que de veras amáis
a Dios y a las almas! N o es posible quedar
inactivos ante tales amenazas y , así como
médicos e higienistas defienden sin descanso
la salud corporal de los pueblos, contra ^
toxinas de los alim entos y los contagios de
las enfermedades, así los discípulos de Jesús

a la cabeza; haga propaganda de revis­
tas, hojas y opúsculos religiosos y mo­
rales, como Bibliotecas circulantes, lyectums
Católicas, Boletín Salesiano, Juventud Mi­
sionera, etc. Adhiérase con entusiasmo a
las iniciativas emanadas del Papa y de los
Obispos, respecto a la Buena Prensa.

Todo esfo tiene sus difícuUades, ya lo
sabemos, y ¿qué obra de apostolado no
las tiene? E l gusto estregado de nuestra
época rechaza las publicaciones honradas y
lim pias que no transigen con la frivolidad
de m oda, y se encaran con valentía contra
'to d as las formas del vicio. E l libro bueno
es recibido con hostilidad, como lo fué el que
Jerem ías hizo enviar al rey Joaquín y que
im m inistro suyo rasgó y echó al fuego,
porque con santa franqueza descubría y
flagelaba los crimines de la corona. (jER.
36. 23).
E sto, lejos de acobardar a las alm as fer­
vorosas y emprendedoras, las estim ula a la
acción y a la lucha. Difícil, no ha sido nunca
sinónimo de imposible, y todo el mundo
sabe que, cuando los niños o los enfermos

324

rehúsan una medicina, madres y enfermeros
se ingenian, de mil maneras, hasta que se
la hacen tomar.
Con una discreta y am able insistencia,
con ruegos y sensibles resortes, con pruden­
tes colaboraciones y , sobre todo, con una
dosis m u y cargada de am or a las alm as y a
la sociedad en que viven, conseguirán nues­
tros buenos Cooperadores, como ya otros lo
han conseguido, que el enemigo se bata en
retirada y la buena semilla no halle obstácu­
los que la impidan fructificar; conseguirán
que el pueblo ingenuo de nuestros cam pos y
ciudades tenga alimentos sanos y abundan­
tes, para conservar siempre robusta la fibra
del espíritu cristiano.

Este apostolado es infalible. — K os lo
asegura el mismo Don Bosco. Refiriéndose
al libro bueno, decía: « Si por rma parte no
tiene aquella fuerza intrínseca de que está
dotada la palabra hablada, presenta, por
otra, m ayores ventajas, en determinadas
circunstancias.
E l buen libro entra hasta en las casas
donde no puede entrar el sacerdote y los
hombres malos lo toleran, cuando se les
da como recuerdo, o como regalo. Introdú­
cese sin cortedad y sin avergonzarse; olvi­
dado, no se inm uta; leído, infiltra la verdad
con calma; despreciado, no se queja, dejando
un sabor de remordimiento, el cual infla­
m ará acaso el deseo de conocer la buena
doctrina, que él está siempre dispuesto a
enseñar.
T al vez tendrá la m ala suerte de quedar,
por meses y años, cubierto de polvo sobre
una mesa o en los estantes de una biblioteca
y nadie por ventura pensará en él, pero
llegará la hora de la soledad, del tedio, del
aburrimiento, del dolor, de la necesidad de
una distracción y entonces el libro, que
nunca deja de ser el amigo fiel, sacudirá su
polvo, abrirá su hojas, y se renovarán las
admirables conversiones de San Agustín,
de San Ignacio, del Beato Colombini...
¡Cuántas almas se han salvado, gracias
a un buen librol ¡Cuántas han sido preser­
vadas del error y confirmadas en el bien!
Sólo Dios conoce las gracias y bendiciones
que puede acarrear un buen libro, en ima
ciudad, en una biblioteca circulante, en
un Círculo de obreros, en un hospital,
cuando se introduce como recuerdo de la
am istad ».

lA la obra! pues, y nada de pesimismos.

y
y
y

Tened por indudable que la misma eficacia
rapidez tiene la buena prensa para sanar
reconstruir, que la m ala para corromper
devastar.
Hem os conocido pueblos que eran creyen­
tes y morigerados, y vivían patriarcalmente
de im pingüe patrim onio de honradez cris­
tiana, heredado de los siglos, y de la noche
a la m añana, han virado en redondo, se
han vuelto insumisos y blasfemos, hacién­
dose reos de excesos nefandos y desahogos
inverosímiles, como si un licor maléfico les
hubiese trastornado la cabeza. ¿Qué es lo
que pasó. Dios mío?
Fuim os a visitar sus hogares, y los halla­
mos inundados de folletos que rezumaban
rufianerías e impiedades; entramos en sus
tabernas, y de mesa en mesa circulaban
soflamas libertarias; nos detuvim os en sus
fábricas, y eran raras las m anos en que no
hubiese im diario comunista y blasfemo.
Preguntam os si es que no había prensa
católica, y nos dijeron que sí, pero que
algimos diarios eran ta n pobres y enclen­
ques, que no tenían fuerza para gritar e
imponerse, y los demás eran tan incompren­
sivos y faltos de sentido práctico, que jamás
se preocuparon de conquistar los barrios
obreros, ni supieron hacerse entender por
las clases humildes, y éstas dieron oídos a
quienes iban a envenenarlas hablándoles en
su lengua, y sus almas y sus cerebros se
atiborraron de materia explosiva.
¡Puéblos desventurados! ¿E s que no hay
y a remedio para ellos?
Sí que lo hay, y son los adalides de la
buena prensa quienes lo tienen en su mano.
Do que en una hora de sueño de los buenos
católicos el enemigo ha destruido y encencgado, con un diluvio de letras de mclde.
otro diluvio de letras de molde puede lim­
piarlo y restaurarlo, cuando se quiera.
Basta cam biar la etiqueta y que, en vez
de salir éstas de los crisoles de la m ala prensa,
salgan de las linotipias católicas y vayan
derechas al pueblo, a llevarle la palabra
paterna de los Pontífices y los arrullos amo­
rosos del Evangelio; va y an a señalarle los
engaños y los errores y los falsos espejismos;
v a y a n a hablarle de Dios y del cielo, de la
caridad y de las alegrías cristianas.
íA la prueba! ¡a la prueba!

{Continuará).

325

Doblar de campanas.
I n v i i a ci ó n al E j e r c i c i o de la bu en a mueríe.
Ha vuelto el Dos de Noviembre con sus ropas
de luto y el temblor de la oración que mueve
siis labios, en un éxtasis de inmensa piedad.
Mientras el continuo doblar de las campanas
va cuajando, en la fría atmósfera sus negros
copos de melancolía, y los sacerdotes consa­
gran las tres Hostias de amor y expiación, por
los fieles difimtos; mientras largas filas de fa­
milias dolientes van a los cementerios, a llorar
sobre las tumbas cerradas que lia .invadido la
yedra, y sobre tantas y tantas piedras como
allí hay, ennegrecidas por la humedad y des­
moronadas por el tiempo, nosotros estudia­
remos el arte de despojar los sepulcros de ese
aparato de horror que los envuelve, el arte de
familiarizamos y hasta de tuteamos con
Sn M agesfad la Muerte, ¡Magestad fiera y
despótica, a la cual no resiste nadie!
E l hombre podrá, ante ella, blasfemar o
gemir, o‘ deshacerse en torbellincs de (.ólera,
pero se estrellará sin remedio en su apolíUada
calavera y en su haz de huesos leñosos.
Ni la orfandad, ni la Ndudez, ni la inocencia
han visto brillar el más tenue reflejo de mise­
ricordia en la mirada fría y magnética de sus
cuencas vacías, y todas las lágrimas jimtas
de la humanidad no serían capaces de oxidar
su vieja guadaña.
Su Magestad la Muerte todo lo pisotea, de
todos los proyectos y precauciones se burla.
En su boca desencajada retoza irónica luia
ttiueca que hace helar la sangre, y a todos
los hombres inspira un terror loco.
¿A todos? — No — Algunos hay que con­
versan con ella, mano a mano, y contemplan
su horrible carátula con dulce tranquilidad, y
hasta con gozo.
¿Cóm o puede ser esto ? —
Agustín
k) explica m uy bien. La muerte inspira terror,
no por lo que es en sí, y porque acaba con
nuestra vida, sino por el misterio impenetrable
que detrás de ella se esconde.
Lo que, indudablemente, pone un sello de
típanto en el rostro anguloso de la muerte, son
estas palabras que pronunció Jesús y hacen
temblar, aim a aquellos que cierran sus oídos
para no escucharlas: «No deben inspiraros
temor los que matan el cuerpo y no pueden
m^tar el alma; temedj más b ia i, a Aquel que
puede condenar el alma y el cuerpo a la Geherma, es decir, al infierno. (MaTT., X I, 28).

¡Ahí los que usan mal de los bienes de esta
vida saben m uy bieii, aunque se esfuercen en
olvidarlo, que la muerte es el alguacil inso­
bornable que los arrojará en manos del Juez
eterno.
Jesús ha personificado a esos hombres en el
rico Epuló:i. ¿Se puede imaginar algo más
truculento que el, suplicio de aquel vm d o r sin
entrañas, que d ¿ d e la vorágine de las llamas
que lo envuelven, implora piedad y pide, no
ya luz, o paz, o bienestar, o gloria, sino una
simple gota de agua, dejada caer de la punta
del dedo de Lázaro, el mendigo?
Luego, es la mala vida, es la mala conciencia,
«s el pecado, lo que — con sobrada razón —
hace temible y espantosa la muerte.
Luego, todo el que se examine y purifique,
a menudo, para estar siempre seguro de que
vive en la amistad de Dios, puede esperar
tranquilo su último fin, y hasta desearlo, como
San Pablo, cupio dissolvi. E l terrorífico aparato
<le Su Magestad la Muerte caerá ante él como
un truco miserable, que ha sido descubierto.
Y aqui viene al dedillo la gran Receta, verda­
deramente maravillosa, que daba Don Bosco
para lograr este efecto.
El Ejercicio de la buena muerte. — Esta
piadosa práctica se hace, todos los meses süi
falta, en las casas de Don Bosco, y es el ma­
nantial — ¡quién lo dijera!
donde nuestros
niños beben esa alegría fresca y sallarina como
el agua de las fuente.s, que perfuma todo lo que
es salesiano.
Desde que empezó a existir el Oratorio de
Valdocco, al llegar el primer jueves de cada
mes, aquel gran Santificador de almas reunía
a sus niños, previamente avisados, los Uevaba
a la iglesia y los exhortaba a que dispusiesen
todos las asuntos de su espíritu, como sí en ac|uel
día tuviesen que presentar.se ante el tribunal
de Dios, repentinamente llamados a la eter­
nidad.
Sentábase, luego, en el confesionario, y los
niños, para quienes ir a confesarse con Don
Bosco era una golosina, acudíui como im
enjambre en tom o del tribunal de la miseri­
cordia y arreglaban las cosas de su conciencia,
con una se ried ^ superior a sus años.
Después de recibir la comunión como por
viático, el buen Padre Itía, ante el altar, las
Oraciones de la buena muerte, que luego hizo
imprimir en su ♦ Joven Instruido», y que

326
tienen toda la enjundia de tma meditación
fonnal.
I/eíalas — dicen sus contemporáneos —
despacio, con xma voz clara 'que la fe hacía
vibrante, y sus palabras iban a verterse, gota
a gota, como iin elíxir regenerador, en los oídos
de los pequeñ<« que las recogían en su co­
razón, y algunos las repetían con los labios y,
no pocos, sintiéndose desbordados por la paz
interior, lloraban de consuelo.

procedimiento educativo de Don Bosco, que
sólo conduce — según ellos — a llenar de
formas tétrjc^ y depresivas las imaginación^
juveniles.
E s todo lo contrario — ya lo hemos dicho_
este Ejercicio era, y sigue siendo el resorte
más eficaz de la alegría y del buen espíritu, en
los colegios salesianos, y las personas que
viven en el mundo hallan también en él uno
de los sed,antes más eficaces.

El Sanüficador de almas.
Preciosa fotografía de los primeros tiempos del Oratorio • El niño, a quién con­
fiesa Don Bosco, llaindbase Pablo A Ibera, que mds tarde fué sw Segundo Sucesor.

Llegada la noche, aquellos niños, o la mayor
parte de ellos, espontáneamente, sin que nadie
se lo indicase, componíanse en sus camitns,
como si esttniesen de cuerpo presente, y dormíimse como ángeles, pensando en el cielo y
estrei'hando el crucifijo entre sus manc»s.
A l principio, y duriuite varios años, iban a
mezclarse con eÜos, para el piadoso Ejercicio,
insignes personajes de Turín que de él sacaban
grandes consuelos. Eran los heraldos de esos
miles de Cooperadores Solesiiuias que ahora lo
practioíui ya en tod;\s partos, con inmensa
ventaja para sus almas.
I/xs que ílesixmircen por completo la mecá­
nica sublime de la piedad cristimia reprueban,
por inadecuado, lúgubre y medioeval, este

Hablando Don Bosco de esto, decía a Don
Giacomelli: «Si el Oratorio marcha bien, lo
atribuyo, de un modo especial, al Ejercicio de
la buena muerte » y la eficacia de esta piadosa
práctica era tan grande, que al sacerdote Murialdo, su gran amigo, le hizo un día esta con­
fidencia: «Si alguuo de mis jóvenes hubiese
muerto repentinamente en cualquiera de aque­
llas noches, yo hubiese podido asegurar su
salvación eterna.
¿Qué más? Nuestro Beato llegó a prommciar estas precisas y consoladoras palabras:
i Creo indiscutible la salvación del alma de les
jóvenes que hacen, todos los meses, su con­
fesión y comunión, como si fuesen las últimas
de su vida. ».

327

Hay muerfes y muerfes. — ¿Tieiie pues
algo de extraño que eii el Oratorio de Xuríu
se Yi%iese riendo y se muriese cantando ?
Ya lo sabemos, ya, que hay mucbos impíos
que alardean de no temer la muerte, pero su
jactancia no logra engañar a nadie. Esos desgra­
ciados que se glorían de haber alejado del
campo de la muerte todos los fantasmas y del
horizonte de la eternidad todos los nublados,
al llegar su última hora, sienten que una in­
mensa ala negra cae sobre su* cabeza y, dentro
de su conciencia, se desatan temblores de
terremoto.
Voltaire escribió en la p. 47 de su poeuiita
4La loi naturelle »: Y o veo venir la eternidad
sin el menor sobresalto. Pues bien, nadie ignora
como fué su muerte.
Hecho un energúmeno, con los dedos cris­
pados, con la condenación en los labios, con
el terror en los ojos enloquecidos, entregó su
alma el infeliz enture escenas de espanto, cuyos
detalles escatológicos no deben manchar estas
páginas.
Dios permitió que el incrédulo más funesto'
entre todos los incrédulos futiese ima muerte
Semejante, doblemente atestiguada por su
médico de cabecera y por la marquesa Villette,
para que hicieran digno contraste con ella las
muertes dulcísimas de las ahnas justas, y aquí
podríamos citar nosotros los nombres de una
brillante falange de niños 5’ de salesianos que,
en las casas de Don Bosco, han muerto bro­
meando literalmente con la muerte, en medio de
una paz augusta, alegres, sonrientes, deseosos
de trasponer las puertas del misterio, para
todos tenebroso menos para ellos, teniendo
llenas ya dé una luz divina aquellas pupilas
que el sol de la tierra no quería seguir alum­
brando.
Y vamos a terminar esta Invitación al Ejer­
cicio de la buena muerte, con el rostro \*uelto
hada el oriente esplendoroso de nitestra fe'
católica, y gritando con el Apóstol: *¡ 0 h morsi
(Ubi est victcria tua'P ¿ubi esí stimulus tuus?»
¿Dónde está ¡oh muertel tu victoria? ¿dónde
se halla tu aguijón? ese aguijón que tu davas
en la carne palpitante de nuestras entrañas,
hadéndolas sangrar de dolor?
¡Ah! unos golpes de pecho a los piés del con­
fesor bastair para vencerte.
Un adarme de grada de Dios, en la condenda, basta para romper tu aguijón.
Cristianos, enderezad vuestra vida, haced
el E jertído que *js proponemos, y cuando
llegue para vosotros la última hora Su Majestad
la Muerte se os presentará sonriente y deslizará
er. \-uestros oídos estas palabras del Espíritu
Santo: ¡Bienaventurados h s muertos que mueren
en el Señorl

Un nuevo Obispo Salesiano,
E l mes de mayo p. p. en la catedral de ‘Asundón (Paraguay) y en medio de una solenmidad
extraordinaria a la que concurrieron los más
altas represeiitadones de la Re]nil)lica, el Sr.
Nimcio de S. S., llegado de la .Árgentina, con­
firió la dignidad episcopal al misionen) sulesiano
D. Emilio Sosa Gaona, a qtiien el Papa ha desi­
gnado Titular de ia nueva SihIc de Conccixáón
y el Chaco.
Hijo del Kx-einbajador del Paraguay en
Tx)iidres, D. José Tomás Sosa, y paraguayo de
pura sangre, en 1S97 mgre.só en nue.stro Colegio
de la capital, para inidarse en los estudios.
Llamado allí por Dios a la vocación religiosa
y sacerdotal, trasladóse en 1902 a Las Piedras
(Uruguay) para hecer su noviciado, bajo la
dirección de Don GuiUerrao Piani, actualmente
Arzobispo y Delegado Apostólico en el Arcliipiélago Filipino. Una vez salesiano, pasó a
Montevideo a practicar, durante tres años, el
apostolado de la enseñanza v luego al Teolo-

B O LE TÍN S A L E S IA N O
5 e envía

a cu a n tos d esea n le erlo .

^ Basfa expresadlo y remitir, con toda claridad, las
señas personales a: Rector M ayor de ta Pía So­
ciedad Salesiana - Colloléhgo 32, Tarín (Italia).
gado del Manga, de donde no salió sino ,saccrdote para ser enviado a .su patria, en calidad
de Director del Colegio de Conce]>ción, ciudad
que debía tener en él su primer obisix».
Nombrado más tarde Jefe de la difícil Misión
del Cliaco, donde el P. Sosa hizo derroche.s de
actividad y celo, la »Santa Sede, apreciando sin
duda en el virtuoso Misionero dotes excepcio­
nales de inteligenria y de corazón, lo ha elevado
a ia dignidad episcopal, confiándole el ciudado
de aqmdlas mbmas almas que él tan bien co­
noce y para las cuales era ya el Pastor y el
Padre indiscutible.
E l día 3 de junio Mons. Sosa hizo su entrada
solemne en la nueva Diócesis entre indecibles
demostraciones de júbilo, tanto ix»r parte del
pueblo como de las Autoridades, sintiéndose
todos orgullosos de que sea él su primer Prelado.
Boletín Salesiano. mientras se complace en
dar a sus lectores tan fausta noticia, envía su
respetuoso homenaje a Mons. Sosa, y lefelicíta,
augurándole un largo y fecundo episcopado.

328

RELATO MARAVILLOSO
DE UNA GRACIA ATRIBUIDA AL BEATO JUAN BOSCO
Aíaque frusírado de unos bandidos.
Nos han dado a leer una caria que John Saraceno, dueño de una Factoría en la ciudad de
Filadelfia. {E. U.) dirigió el ^ de julio p. p. a
una hermana suya, que es Hija de María A u xi­
liadora y se halla ejerciendo su misión en un
Colegio de Catania {Halia).
De ella entresacamos, traducida al pie de la
letra, la siguiente narración que dice cosas real­
mente extraordinarias y, humanamente, muy
difíciles de explicar:
lil Beato Don Bosco lue ha librado de
muerte segiira y ha viajado a mi lado, durante
un trayecto de unas 230 millas, escudándome
con su persona para que no me tocaran lac
balas de unos bandidos.
Te lo vo y a contar, pero quiero que no te
asustes, porque, g. a. D,, me encuentro perfec­
tamente ileso.
E l 3 de mayo p. p. tuve qiie trasladarme a
Pittsburg, para tener ima entrevista con irnos
clientes mios. L a distancia desde Filadelfia es
de 200 millas.
Determiné ir solo en mi automó\'il v, una
vez arreglados mis asuntos en Pittsburg, viendo
que era ya tarde, se me ocurrió continuar hasta
otra ciudad que se halla So milhis más allá, con
ánimo de pernoctar en ella.
Cuando llevaba recorridas unas 60. observé
que la carretera se hallaba interceptada por
unos hombros annackxs que. encañonándome
con sus carabiims, me gritaban que hiciese alto
y les entregase el dinero que llevaba.
Rápidamente saqué mi pistola y. estaba ya
para hacer fuego, cuando una mano nüsteriosa me
detuvo obligándome a soltar el arma. — |Pronto!
>'uelve el coche atrás y huye, a toda velocidad.
Subyugado por aquella \-oz desconocida, obe­
decí en el acto y. con una maniobra brusca,
viré en reilondo y lancé mi coche tal como se
me había ordenado.
l<os bandidos saltaron sobre sus máquinas
y emprendieron mi persecución, disparando
sin cesar sobre mí. de un modo rabioso, mien­

tras detrás del asiento un desconocido prote­
gíame con mi paño negro, que llevaba exten­
dido, y hacíame señas de que siguiera corriendo.
Y o le decía a voces que no se expusiera por
mí, pero él, sin contestar ni mía palabra, seguía
indicándome que forzara la marcha, y bien
pronto alcanzó mi motor mía velocidad de
75 millas por hora.
Aquella loca carrera hubo de durar algún
tiempo, hasta que el desconocido se pasó a mi
lado y me indicó que parase.
Unicamente entonces pude darme cuenta
de que aquel personaje era un sacerdote. Caí
en tierra, a los pies de m i protector, rogándole
me dijera su nombre, pero él con una mano me
hizo levantar y me entregó una medalla, re­
comendándome que colocara en mi Factoría
la imagen en ella grabada.
Temiendo yo que todo aquello hubiese sido
efecto de la sobreexcitación ocasionada por
lo emocionante del peligro de que acabada de
librarme, me restregué bien los ojos a plena
luz, miré en tom o mío y v i que mi salvador
había desaparecido, viendo en cambio a dos
gendarmes, que me habían seguido para ente­
rarse de lo que me ocurría.
Uno de ellos contó en m i coche hasta 47
agujeros, producidos por los disparos de los
bandidos y algunas balas que habían quedado
incrustadas, en tanto que el otro, intrigado por
la insistencia con que yo cerraba el puño, me
preguntó qué es lo que "llevaba en la mano.
Abriéndola yo entonces, vi, además de la me­
dalla con la imagen de Don Bosco, una peejueña
esquelita en la que se leen estas palabras:
« Propaga la fe en el Beato Bosco ».
Con tales pruebas en la mano, no me cabe
duda de que fué Don Bosco quién, en aquel
trágico encuentro, me protegió contra el ataque
de los bandidos.
En seguida he hecho colocar en la Factoría
un gran cuadro del Beato y . todos los días, le
pido que siga defendiéndome de los peligro.':...

J ohn* Saraceno.

DE ESPAÑA Y AMERICA
ESPAÑA - (Córdoba) Pozoblanco. — En los
Salesianos.
Solemnísimos han resultado los cultos cele­
brados en honor de la Santísima Virgen María
Auxiliadora, en. la iglesia de los P. P. Salesianos
de esta ciudad. E l mes, la novena, el triduo, la
fiesta; todos estos actos conmovieron el senti­
miento cristiano del numeroso público, con
fervor creciente, a medida que la Fiesta se
aproximaba. Toda la novena fué predicada.
E l P. Julio Delgado, Misionero del Inmacu­
lado Corazón de María, estuvo elocuentísimo
en sus hermosos sermones que versaron sobre
la acción católica de la mujer.
E l día de la Fiesta de María Auxiliadora,
a las cinco y media, el público acudía numeroso
a purificar sus almas en el sacramento de la
penitencia para recibir en sus corazones al
buen Jesús.
Veinticinco niños de aquellas escuelas reci­
bían por primera vez al Dios Fuerte que se
goza en la inocencia, enfervorizados por una
sentida plática que el mismo P. Julio les dirigió
desde el altar.
Más de quinientas comuniones testimoniaron
la devoción a María Auxiliadora. Y el ambiente
era tan agradable y emocionante, que hemos
visto deslizarse las lágrimas en muchos de los
concurrentes.
Al final de la misa, fueron obsequiados los
niños de la primera comunión, con un exquisito
desayuno ofrecido por algimas personas de
corazón generoso.
La misa cantada resultó solemnísima, no sólo
por la buena ejecución de la partitura a tres
voces * Lauda Sion » a cargo del Centro ar­
tístico musical de Pozoblanco, dirigido por
don Lucas Tirado, antiguo alumno de nuestro
Colegio de Utrera, sino también por el nu­
meroso público que devoto asistió a la santa
misa y escuchó, como en días anteriores, el
panegírico de María Auxiliadora de labios del
M. Rdo. P. Julio Ddgado.
Por la tarde, a las cina>, el mismo padre dió
la íxmferencia a los cooperadores y coopera­
doras salesianos. Estuvo m uy oportuno A l final
fueron obsequiados los cooperadores con una

representación cinematográfica, cuyo asunto era
* L a víctima del secreto de la confesión ».
La enhorabuena a todos los Salesianos y coo­
peradores que con' tanto éxito han celebrado la
fiesta de su Patrona.
(De E l Cronista del Valle.)

Pozobianco. — La nueva {¿lesia, con parfe de la
fachada del Colegio.
E SP A Ñ A - Madrid. — L e in g e n íe o b re de
Jos P a d re s S e /e sia n o s en M a d r id -

1.500

n iñ o s en e l O r a to r io fe s tiv o d e A to c h a .

Queremos hoy presentar al lector la Obra
Benemérita que los padres Salesianos, en su
labor p a c is t e y caritativa, realizan en Madrid.

330

C

. — El

y

omo se enseña
amor
respeto ins­
pira allí todos los actos. Pasad un día cuando
los niños se dedican a sus tareas escolares
y os enseñarán gozosos aquellas clases aba­
rrotadas de chicos alegres y vivarachos, que
como ensimismados penden de los labios de su
profesor, veréis qué páginas tan hermosas escri­
ben, qué ejercicios tan bien presentados, qué
dibujos tan perfectos, qué libros de contaduría
tan bien llevados, porque los alumnos de las
últimas clases, salen tan perfectamente im­
puestos en el dibujo, escritura y contabilidad
que la mayor parte de ellos encuentran pronta
colocación en las oficinas de comercio y casas
de banca.
De la enseñanza que se da en estas Escuelas
es el éxito que sus alumnos han obtenido en el
Instituto de Selección Profesional que costea
la carrera completa a los niños aprobados. Se
han presentado 400 niños de todas las escuelas
católicas de Madrid para cubrir i8 plazas; pues
bien, cinco de eUas han sido otorgadas a los
alumnos de Atocha.
Así no es de extrañar que se vean los Salesiaiios acosados de solicitudes y que constan­
temente tengan que dar negativas, m uy a p ^ r
suyo, a los muchos niños que desean entrar en
estas Escuelas, pues lo impide la falta de local
y la escasez de medios, porque «todo es obra
de la caridad *.

Pozobinnco. — Los Salesianos con el Decano de
Cooperadores, Don Juan Bta Tormo, alma de
apóstol y gestor principal de aquella Fundación.
Hijos y continuadores de la Obra del Beato
Juan Bosco, de aquel gran ajióslol de la niñez,
de aquel sacerdote que abrasado en celo por
la salvación de las almas se adelantó a sus
tiempos, e inspirado jwr la gracia de Dios, buscó
el. remedio de la gran lucha que se avecinaba
entre el capital y el trabajo, procurando llevar
luz a los inteligcuci;is. amor a los corazones y
pan a los hogares de los jxibres; los Salesianos
tietíeu abiertas en Madrid cuatro casas, donde
reciben enseflausa gratuita <liarianiente cente­
nares tic hijos de obreros.
Vamos a exjKDiier solamente la labor infati­
gable desnroUmUt j>or lo.s Salesianos en los
escuelius de Ronda de Atocha, por ser éstas las
primenus que dichos religiosos abriemn en
Madrid, y porejue más completíunente abarcan
el hermoso programa educador del Beato Juan
Bosco.

líscuKLAS GRATUITAS.

Eli un hennoso
pabellón, de construcción motiema, están
establecidas las ocho clases graduales, donde
da enseñanza gratuita a 430 niños.

Se

E

.

. — Al

scuelas de artes y ofecics
lado
de las Escuelas gratuitas de Primera
tienen los Salesianos establecidas las Escuelas
Benéficas de Artes y Oficios, a las que pasan los
niñas ima vez cumplidos los catorce años y
cuando sus aptitudes y vocación les llaman a
emprender un oficio.

C

reación genial del Beato Juan Bosco. de
este liijo del pueblo que, una vez sacerdote y
siempre en contacto con los pobres, previó las
terribles luchas de clases e intentó en su caridad
de apóstol sua%izarlas. He aquí sus palabras:
Veo sobre el porvenir cernirse una nube densa
cargada de tormentas, y haré cuanto pueda para
que esa nube, en vez de rayos y granizos, se resuelva
en blanda lluvia que fecunde los campos y haga
brotar flores en esta sociedad marchita. Y creó
entonces para los obreras las Escuelas profe­
sionales.

O :

.

bri ros cristianos — Don Bosco, uno
de los hambres del siglo X I X que más estudió
la cuestión obrera, viendo los grandes peligros
que traerían a la sociedad esas multitudes sin
religión, escribía así: Es necesario qtte el clero se
tome u): cuidado espacial de la clase obrera, de lo
contrario, ¡q iglesia llorará lágrimas amargas y
sará necesaria una reconquista muy costosa. Y
poniendo manos a ía obra, fundó las Escuelas

331

profesionales donde se han formado algunos,
V si queréis, muchos obreros cristianos; pero
¿qué son estas gotas de agua para contrarrestar
le corriente malsana de \m obrerismo inconsdaite, sin fe y sin freno, seducido por el en­
gaño de los llamados «regeneradores del pue­
blo *, que más bien debieran llamarse « explo­
tadores sin conciencia de la ignorancia del
pobre? »

EtrnTAMOS.

Os
— Visitad el Colegio de
Atocha... Todo os hablará allí de disciplina y
laboriosidad... ¡Así se forma al obrero cristiano!

V

.

ariedad de oficios — Tienen los salesianos
de Atocha montadas Hscuelas-talleres de car­
pintería y ebanistería, zapatería, mecánica y
cerrajería.
E l aprendizaje del oficio, distribuido en cinco
cursos de dos semestres, comprende el perfecto
eonociemiento teórico y prático del taller. Al
terminar los cinco cursos y extoiderle las
"Escuelas el diploma de aptitud al joven obrero,
éste se encuentra capacitado para regentar un
taller y dirigirle con absoluta competencia.

C

.

ien aeümnos internos — Tienen en la
actuahdad los Salesianos en Atocha un centenar
de alumnos internos en sus Escuelas-talleres,
y es mucho de lamentar que las difíciles circuns­
tancias y escasez de medios materiales no les
permitan a estos beneméritos apóstoles, exten­
der la obra según sus deseos para fonnar nume­
rosos obreros de sanas ideas, que fueran como

Astodillo

la levadura que hiciera fermentar en bien esa
masa ingente de hombres que camina hoy sin
ideales.

O

.

ratorio festivo — E s la célula madre de
las obras salesianas.
Fué la primera obra que se fundó en Atocha,
y contaba el año 1900 con 200 niñas, número
que ha ido creciendo año tríis año, teniendo en
la actuahdad 1.500.
Estos pequeños se reúnen todos los días de
fiesta cu los extensos patios del Colegio. Allí
juegan alegremente, bajo la mirada cariñosa de
estos infatigables salesianos, oyon la palabra
de Dias y pasan el <lía santamente, alejados de
tantos ¡Jcligros como hoy ofrecen las calles de
la ciudad.
Puede el lector imaginar la dosis de i)aciencia y \'irtud que hacen falla para entretener
y educar a estos niños, muchos de los cuales
no oyen más palabras de religión.

V

.

eraneo saleslano — Y a lo han prepa­
rado este año los buenos Padres de Atocha.
Consistirá en abrir todos los dias de verano el
Oratorio Festivo, es decir el Colegio, reunir en
él a todos los niños de los alrededores, profK)rcionales juegos, sesiones de «cine » y darles
además ima clasecita de catecismo, ya que los
pobres pequeños no la han tenido durante el
año en las escuelas públicas. ¿ Os parecen envi­
diables esas vacaciones?...
(De Los. Hijos del Pueblo).

(España). — Llegao a.Turía los Aspírauies a mUioaero de es(e afio, para empezar su Noviciado.

332

ESPAÑA - (Isla de Menorca) Ciudadela. —
P icsías de M aría Auxiliadora.
Como de costumbre se han celebrado todos
los cultos apuntados en el programa respectivo,
con un esplendor superior al de años anterio­
res, cooperando a ello el entusiasmo y seriedad
de todos los elementos constitutivos de la so­
ciedad ciudadelana, que demostraron ima vez
más su grande amor a la Virgen Auxiliadora
y su afecto sincero a la Obra Salesiana.

D urante EE mes se desarrollaron con visible
fervor todas las funciones sagradas, viéndose
muy frecuentadas, especialmente las misas y
el ejercicio nocturno de las flores. Las commiiones iban aumentando de dfa en día, sobresa­
liendo el gran número de personas que asistía
a la misa de 7 y media, dando la nota más
simpática nuestros alumnos, algunos fervorosos
antiguos alumnos y caballeros.
L a novena fué im éxito rotundo, cooperando

a ello la cálida y salesiana palabra del Rdo. P.
José Castell, d d Colegio de Sarriá, quién pre­
sentó a María Auxiliadora como Inspiradora,
sostenedora y verdadera alma de la Obra Sa­
lesiana.

N uestros antiguos aeumnos fueron los
primeros en honrar a nuestra buena Madre, con
su Fiesta patronal, que oportunamente fué
reseñada en estas páginas.
E e DIA 24 parece festivo voluntario para
un gran número de ciudadelanos. Desde la misa
de las 5 hasta la de las 9, fueron continuas las
comuniones, que tuvieron que administrarse
en im altar lateral para poder regularizar las
misas, que se suceden sin interrupción, satisfa­
ciendo la piedad de imichos sacerdotes. Las
de 7 y media y lo fueron los actos más gran­
diosos de la mañana: y los que dieron más
sensación de ser día festivo.
En el oficio solemne fué el panegirista el
gnm cooperador salesiano y amante de la
Virgen Auxiliadora, M. I. Sr. Dr. D. Guillermo
C a ^ . Magistríü de la S. I. C. quién puso
de relieve la necesidad y urgencia de la devo­
ción al Auxilio de los cristianos como remedio
a los males presentes, demostrando cómo en
el transcurso de la liistoria ha sido providendnl, patente y oportuna la protección de esta
celestial Reina del pueblo cristiano.
Una devota función por la tarde y el ejercicio
de la novena por la noche cerraron el día, lleno
de fervores y santos entusiasmos, sin que ningún
acto recreativo distrajera el corazón del re­
cuerdo de la \'írgen.

T.^mbien ee ula 26 tuvo su encanto particu­
lar, al ver acercarse por primera vez al Ban­

quete eucarístico un buen número de niños y
niñas; hermoso cuadro al que hacían adecuado
marco las familias de los angelitos, comulgando
con sus .hijitos, con lo cual hacen más indeleble
el recuerdo d d dia más feliz de su vida. Cele­
bró la misa el Rdo. P. Director, y durante la
misma se les preparó con una platiquita a
propósito, se cantaron enfervorizantes motetd.
y al final se selló el acto con la renovación de
las promesas del Santo Bautismo.
P ero ee d ía 29 fué el día cumbre de todo el
raes de mayo, y aun diríamos de todo el año,
y aun podríamos afinnar de muchos años a
esta parte. Ciudadela es fecundísima en la
devoción a María Auxiliadora. E l programa
se cumplió íntegro, lo único que se añadió
fué un fervor y vma seriedad inusitada. El
Santuario siempre y todo el día llenito de
fieles, que no querían perder ni la misa, ni la
comunión, ni ¿ oficio solemne, ni ningaín de­
talle piadoso: todo fué atractivo, todo ameno,
todo agradable, especialmente el panegírico
del P. Castell, predicador de la Novena,
quién pooso el sello a las nueve pláticas,
con rma peroración que dejó entusiasmado al
auditorio; habló de María Auxiliadora, de
nuestra Virgen, de nuestro Beato Padre, de
nuestros salesianos, de todo lo nuestro... hubié­
ramos deseado que la novena y la fiesta se
hubieran duplicado.
Por la tarde se celebró la procesión, sí, la
procesión, porque toda Ciudadela, toda en­
tera la quería... quería ver a María Auxilia­
dora por las calles, deseaba ver a los salesianos
pasearse dueños de Ciudadela... y María Auxi­
liadora salió a ver a sus liijos, que la contem­
plaban irnos con amor y cariño, y otros con
respeto y admiración. E l desfile fué imponente,
el orden perfectísimo.
Todos creían que Ciudadela sería así, y lo fué;
porque Qudadela ha sido sienipre la misma, la
agradecida a María Auxiliadora y a los salesia­
nos. Niñas, niñas, jovencitos, alumnos, antiguos
alimmos, Archicofradía de María Auxiliadora,
Cooperadores, todos los grupos compactos y
nutridos, seminaristas, Rdo. Clero, Capilla
de la S. I. Catedral, Banda de Ferretías, todo,
absolutamente todo como en años anteriores,
pero más nimierosos, más devotos, más admi­
rados... presidiendo el Muy I. Sr. Dr. D. Seba­
stián Juan, en representación de los Excelen­
tísimos Sres. Obispo Diocesano y Coadjutor,
ambos enfermos, quienes seguían con el afecto
y el pensamiento los desahogos de entusiasmo
de Ciudadela.
L a vuelta fué larga, pero no cansada, y
al volver al Santuario se cantó la Salve a
la Virgen, que equivalía a un Te Deum de
acción de gradas.
Por la noche hubo expansión en la calle.

333

Nota gráfica de nuestro Colegio de San José (Barcelona). — Socios de los Jueves Eucartsticos
en el templo del Sdo Corazón de Jesüs del Tibidabo.
al son de los acordes de la Banda del
mariano y católico pueblo de Ferrerías; en
aquella noche, y en la calle dé María A uxi­
liadora, se* abrazaron todos los hijos de Cin­
dadela, unidos todos por el afecto a la Virgen
y a los salesianos. jAhl Después de lo que
vimos en este día, la pliuna se resiste a comentar
y sólo sabe exclamar; ¡Viva Qudadela!
Sanio emulación en Jos pueJilos.
No queremos pcmer fin a esta Crónica, sin
hacer un caluroso elogio del entusiasmo de
nuestros Cooperadores que viven en pueblos
donde no hay salesianos.
Su amor a María Aiixiliadora no tiene limites,
y en todas partes, organizan cultos fervorosí­
simos y procesiones que parecen rivalizar con
las de la Capital.

E S

C

.

n an ristóbal — donde la Archicofradia cuenta con 150 asociadas, celebróse
solemnísima Novena que culminó con la Pro­
cesión de María Auxiliadora, cuya preciosa
imagen llevaron a hombros distinguidas Se­
ñoritas.

,

E n la palma el importantísimo Sindicato
Católico Femenino festejó también a la Virgen
Salesíana, con ima religiosidad y rma esjdendidez dignas de todo encomio.
Y en todos los demás pueblos de la Isla se
nota ese ccmsolador ferm ^ to mariano, que
sude ser preludio de las grandes bendiciones
d d cido, y en este incomparable vergd baleá­
rico, dará muchas e incomparables cosechas
de santádad.

ARGENTINA - Buenos Aires. —

Gran solem nidad de San Luis Conzaga en e l Oraíorío de San Francisco de Sales.

E l domingo pasado, 10 de julio, realizóse
con toda solemnidad, en d Oratorio Salesiano
San Francisco de Sales, la dásica fiesta de San
Luís Gonzaga.
L a concurrencia de niños fué realmente
axtraordinaria. Los diversos actos realizados,
según d programa empliameiite difundido,
revistierwi especial brillo, particulannente la
santa misa de commiión general y la procesión,
que recorrió por la tarde los patios del colegio.
Monseñor Luís Duprat. arcediano del Vene­
rable Cabildo Metropolitano, rezó la misa a
las 8, después de la cual dirigió la palabra a
multitud de jóvenes y niños <}ue le escucharon
ávidamente. Ocupaban los primeros bancos
los niños de primera comunión y la comisión
de damas organizadoras de la fiesta, formada
por las señoras: Esther González Moreno de
Giagnoni, presidenta; Margarita B. de Molina;
N elly M. de Copdlo; Lola B. de Segrestán, A l­
o ra M. de Piaña; señoritas: Margarita Molina,
Clotilde Btüreo, Ang^'la Buiero, Lola de la
Peña y P. Macera.
Después de la misa se dió desayuno a todos
los concurrentes. Siguióse una pintoresca
manifestación patriótica, para unir el sublime
ideal de la Patria al acto religioso que se aca­
baba de realizar. Luego comenzó el extraordi­
nario movimiento de los más variados juegos:
hamacas, caballo gimnástico, pesca de cara­
melos, etc. Gran partido de football entre

334
alumnos y ex alumnos, en el cual el Cuadro del
colegio triunfó por 3 pimtos contra i de los
adversarios; dos partidos entusiastas de basketball, todo entre los gritos de los vendedores de
cédulas del bazar, las dianas de los explora­
dores, los ruidosos aplausos de la numerosa
conairrencia y los vivas a San Luís.
Por la tarde, hasta las 15.30, continuaron los
juegos de la mañana, más las tradicionales
4 piñatas * y la lluvia de caramelos.
A his 15.30, inicióse la procesión por los
patios del Oratorio. Las diversas Compa­
ñías, con sus vistosos distintivos, rodeaban
his estatuas de sus gloriosos Protectores que se
unían a la glorificación del Patrono mayor; los
exploradores con la estatua de San Jorge; los
de la compañía del Angel Custodio, con la ima­
gen respectiva, los catequistas con la estatua
de San Francisco Javier, y los de la Compañía
del Santísimo Sacramento con la estatua de
San Tarcisio. Al fin, llevada por diversos miem­
bros de las cuatro secciones de la Compañía
de San Luís, seguía la estatua del celestial
protector de la juventud.
Presidía la procesión el R. P. Luís Hengst,
S. S. C. C. Debido a la multitud de concurren­
tes, impartióse la bendición con Su Divina
Majestad en el patio.
L a banda del Colegio Pió I X acompañó la
magnífica manifestación religiosa, que concluyó
con las estrofas del Himno Nacional. Repartióse
luego la merienda a todos los niños. En tanto
la concurrencia continuaba aumentando, de
modo que durante los fuegos de artificio que se
quemaron después del cinematógrafo, el amplio
patio totalmente lleno contenía alrededor de
3.000 personas.
A más de la banda del Colegio Pió IX , con­
tribuyeron a aumentar el entusiasmo el gallardo
batallón de Exploradores de Lanús, los Tarcisios de la basílica del Santísimo Sacramento y
los de la parroquia de Santa María Magdalena
y una delegación de los monaguillos de Olivos.
Merecen un especial agradecimiento los
padrimw de la fiesta, señor Bartolomé Giagnoni
y su distinguida esposa la señora Esther Gon­
zález Moreno de Giagimni, que quiso pasar todo
el día en metlio de los muchachos del Oratorio.
Dk>s premie su bondad con especialísimas
beiulicioues.

ARGENTINA - Buenos Aires.
CAJiTA L A U D A TO R IA .
recibida por nuestro Rector Mayor. Agrade­
cemos a esas buenas Cooperadoras de Bttenos
Aires la cariHosa y ejemplar ecogida que hacen
al Boletín Salesiano. Nwstro deseo es que sea
útil y agradable en todas partes y que su lectura
se generalice cada dia más.

Rvdo. Padre Don P edro R icaddoke
Respetable Padre:
Interpretando los sentimientos de las Seño­
ras de la Junta Cooperadora de las Misiones
Salesianas de la Patagonia, que me honro en
presidir, me complazco en enviar a V. R. estas
líneas, para expresarle, por medio de ellas,
nuestra satisfacción por los artículos publica­
dos en el Boletín Salesiano sobre el « Verdadero
cencepto de la Cooperación Salesiana» dán­
donos así una idea clara y precisa de lo que
debemos ser las que hemos tenido la suerte de
ser llamadas a cooperar, aunque en forma
sencilla, a la extensión del Reino de Dios.
L a primera parte la hemos leído en la reu­
nión del mes pasado y seguiremos leyendo las
otras en las reimiones siguientes, para pene­
tramos lo mejor posible del espíritu que el
Beato Don Bosco deseaba tuvieran los coope­
radores de su obra.
Pidiéndole acepte el respetuoso saludo de
todas las Señoras, y encomendándonos a sus
oraciones, saludan a V. R. con su más distin­
guida consideración.
Buenos Aires, i° de julio de 1932.

ISABED Casares de N evares
Presidenta.
J osefina de N evares, Secretaria.

ARGENTINA - Oórdoba. —

La fíesfa d ei

Papa en e l C olegio P ió X .
Los salesianos de Córdoba celebraron la
Fiesta del Papa el domingo 26 de junio,-iniciando con ella la serie de festejos con que esta
docta ciudad, llamada lá Roma argentina, ha’
honrado este año al Supremo Pastor de la
Iglesia.
Digna preparación a la fiesta fué el triduo
de predicación que estuvo a cargo del' Rdo.
Pbro. Pedro Argüello, Canónigo de la Catedral
de S. Juan y orador eminentemente popular,
que logró reunir eji tom o de su cátedra a una
gran cantidad de hombres.
L a misa de Comunión general fué el primer
número del programa.
Ofició S. E. Mons. Fennín Lafitte en la Cripta
de María Auxiliadora, atestada de niños y de
fieles, deseosos de tributar su homenaje al
Sucesor de S. Pedro. E l celebrante, ayudado
por dos sacerdotes, repartió durante más de
media hora el Pan de los Angeles a filas inter­
minables de niños, jóvenes y adultos. Se calcu­
lan en 2000 las sagradas partículas que se
consumieron esa mañana. jQué violencia no
habrán hecho en el Coraz<te de Jesús a favor
de su Vicario en la .tierra tantas almas encen­
didas en el fuego de la Eucaristía! Muchas y
fer\*orosas Comuniones reparadoras e impe­
tratorias es lo que desea el divino Prisionero

33 ^
de los altares. ¡A y de nosotros, si se las nega­
mos!
A las I o tuvo lugar la Misa Mayor y, en lo
que atañe a música y a ceremonias, se ciño
estrictamente a las leyes litúrgicas, pero des­
plegando la m áxim a solemnidad.
La capilla musical integrada por los estu­
diantes de Teología y Filosofía del Instituto Ge­
mente J. Villada y Cabrera cantaron la Misa Lux
et origo con las partes variables de la Misa del
Sagrado Corazón: todo en gregoriano, perfecta­
mente ejecutado.

inició el acto la magífica banda del colegio
ejecutando la introducción del Himno Nacional
y luego la Marcha Pontificia, que todos escu­
charon de pie. Inmediatamente, con sendos
discursos, saludaron al Señor Obispo y en su
persona al Sumo Pontífice un alumno estu­
diante y un artesano; un externo declamó con
entusiasmo la poesía Paso a Cristo. Luego la
imponente masa coral entonó el CArííhís vivcit
y un himno al Papa, compuesto i>ara esta oca­
sión.
E l Señor Obispo, lleno de emoción por la

Nota gráfica de la Argeníína. — El P. Nicolás Esandi, (+ ) recián nombrado Inspector, en sastitación
del P. Serié, recibiendo los parabienes de los Directores de los Colegios de la capital.
Los numerosos asistentes tuvieron así oca­
sión ele apreciar, en toda su belleza, el canto
tradicional de la Iglesia.
Después del Evangelio, ocupó la cátedra
sagrada el Rdo. P. Luís Vaula, Director del
E ^ d ia n ta d o Teológico, quien, con su ardiente
palabra, supo despertar en todos im grande
amor al Papa presentándolo en sus relaciones
con Jesucristo, con la Iglesia y con la Eucaristía.
A las i6 llegó S. E. Mons. Fermín E. Lafitte,
Obispo diocesano. Esperábanlo én el vasto
patio los Superiores del colegio, numerosas
personas y los alumnos artesanos, estudiantes,
externos y exploradores, perfectamente ali­
neados.
El patio estaba \Tstosísimo con profusión de
escudos, banderas argentinas y pontificias y
otros adornos cariñosamente preparados por
los mismos niños. E n la barandilla del cuerpo
<%ntral del edificio aparecía una larga faja
argentina y , en medio de ella, la inscripaón
Viva el Papa, en grandes caracteres.

espontaneidad del acto', dirigió su palabra a
los niños aceptando el homenaje en nombre
del Romano Pontífice, del gran Pío X I, el
cual-dijo — <»n mano firme y visión serena del
porvenir, dirige la Iglesia y la humanidad en
estos tiempos de luchas y desorientación de hom­
bres y pueblos. Exliortó a los niños a perse­
verar en su amor al Papa y a contribuir al
triunfo de sus ideales, luchando con denuedo
en las filas de la Acción Católica,
Las palabras del distinguido Prelado fueron
coronadas con calurosos aplausos.
L a AUDICION McsiCAL. — Acto seguido,
subieron todos al teatro, que no tardó en lle­
narse de un público selecto. Formaban corona
a S. S. Urna, un grupo de sacerdotes, entre los
cuales vimos al Doctor Juan Carlos' 'Vera
Vallejos, al Pbro. Domingo Bonaparte, pro­
fesor de música del Seminario Conciliar, al
Rdo. P. Luís Vaula, al Canónigo Pedro Ar­
guello, al Rdo. P. Andrés Doglia S. J., al Rdo.
P. Martínez O. F. M. y a otros distinguidos

336

eclesiásticos de ambos cleros, profesores de
música y organistas. Asistió también ima de­
legación de Jóvenes de la Federación Católica
Universitaria, fundada ese mismo día, con su
Asesor eclesiástico Rdo. P. Domingo Morini,
Salesiano.
Cerca del proscenio se destacaba, entre los
colores nacionales y pontificios, un cuadro de
S. S. Pío X I.
N o tardaron en hacer su presentación, en
forma brillante, los alumnos del Instituto
VÜlada, cantando las Aclamaciones o saludo
en latín al Sumo Pontífice y al Obispo dioce­
sano. L a seguridad y energía de tantas voces
frescas y viriles sacudió reciamente todas las
fibras del olma.
Leído el discurso de ofrecimiento por \m
estudiante de Teología, se ejecutó el siguiente
Programa, previamente repartido, con breves
juicios críticos de cada Obra:
1. SpirUtts Domini. Introito de la Misa
de Pentecostés.
2. Oremus pro Pontífice. A cuatro voces.
Pagella.
3. Consiiiues eos. Gradual de la Misa de S.
Pedro y S. Pablo.
4. Ave Marta. A cuatro voces. Palestrina.
5. Omnis expertem. Himno de la fiesta de
la Aparición de la Virgen de Lourdes.
6. Domine non sum dignus. A cuatro voces.
Victoria.
7. Ave María. Ofertorio de la Misa de
María Auxiliadora.
8. Dúo Seraphim. A "cuatro voces. Victoria.
9. Jubílate Deo. Ofertorio de la Misa del
Segimdo Domingo de Epifanía.
10. Cántate Domino. A cuatro voces. Hassler.
L a ejecución fué irreprochable, correspon­
diendo al canto gregoriano el éxito mayor.
A la parte musical siguieron varios notables
discursos de ocasión.
E l joven Marciano de la Sema, en nombre
de la Federación Católica üniVeraitaria, leyó
un magífico trabajo sobre la necesidad de
resolver el problema universitario con solu­
ciones conforaies a la recta razón y a las sabias
orientaciones del Papa, y la memorable jomada
terminó con la Bendición Eucarlstica. De este
modo los salesianos cumplen doquiera el legado
de amar al Papa que les dejara Don Bosco
moribundo. En la Argentina fueron los sale­
sianos los primeros en celebrar la fiesta del
Pontífice, hoy universalmente extendida.

CO LO M B IA " (Sanfander) Girón. — A ctiv i­
dad religiosa de nuestros Cooperadores,
Rvdmo P , D. Pedro Ricaldone,
Tengo el g\isto de ponerle al corriente de una
parte de la acti\*idad salesiana de los Coope­
radores de este pueblo.

E l día 23 de diciembre queríamos celebrar
las Bodas de oro Sacerdotales del Rvdo D.
Felipe Rinaldi (q. e. p. d.) pero no pudo ser,
y en vista de eUo, el Sr. Cuja Párroco convocó
a los fieles y Cooperadores para que comulgaran
en dicho dia, y fijó para celebrarlas el 27 del
mismo mes, fiesta de S. Juan Evangelista, y
día en que la Parroquia, por tradición, cdebra
la solemnidad patronal de la Immaculada
Concepción. Dicha fiesta consistió en vísperas,
comunión de Cooperadores en la primera misa,
misa cantada, sermón y procesión de la Immaculada por la noche, con la mayor pompa
posible.
L a fiesta de nuestra Madre y Patrona María
Auxiliadora se celebró el día 29 de mayo que
era domingo, y consistió en traslado, el sábado
por la tarde, de la imagen de María Auxiliadora
desde su capilla al Templo Parroquial; vísperas
a-continuación; el día de la fiesta a las 6 misa
de comimión general de Cooperadores; a las
9 misa cantada con serm&i. L a procesión
hlzo^ el día 31 como claugáora del mes de
María, y recorrió triunfalmente las calles, sa­
liendo del templo parroquial y terminando en
su Capilla.
L a pompa de esta fiesta no fué como la de
otras ocasiones, por tma parte a causa de la
crisis y por otra, porque nuestros Cooperadores
prefieren engrandecer el culto de María Auxilia­
dora en Turín y enviar sus limosnas a los
huerfanitos de nuestro Padre Don Bosco, tan
recomendados por las Circulares de nuestros
Superiores.
Perdone S. R. los muchos defectos de que
adolece esta relación, y no mire en ella, sino
la buena voluntad de su último hijo en Nuestro
Señor Jesucristo

Celestino Valdivieso 0.

ISLA DE C U B A - En Guanabacoa. — So­
lemne distribución de Prem ios.
E l 10 del pregenle, en el Semüiario y Escue­
las Salesianas de Artes y Oficios de Guanabacoa.
se distribuyeron los premios de fin de curso a los
alumnos que, en número de cuarenta, se instru­
yen allí en las artes y en las letras, para ser
buenos maestros y obreros, ciudadanos honra­
dos y buenos cristianos.
E l hermoso y sencillo programa se desarrolló
en todas sus partes con el concurso de la inci­
piente banda del plantel, que ya empieza a
recoger sus primeros triunfos. Después del
Himno Bayamés, hizo uso de la palabra el
P. Consejero quien, con palabra fácil y brillante,
habló a los niños, felicitándolos por los premios
que iban a recibir y animándolos a ser constan­
tes en el trabajo.
Los números más destacados del programa
fueron el solo * E l Hijo del desterrado * por

337
uno de los educandos; «E l Clavel », serenata
cómica por el maestro salesiano Sr. Agustüi
Ortíz, número éste que fué bisado, para com­
placer al numeroso y selecto públio) que reía
y aplaudía a cada movimiento del actor. Pué
también m uy celebrada la hermosa zarzuelita
* Nobleza y Patriotismo » a cargo de nuestros
pequeños artistas. E l M. R . P. Francisco
Mazzocchio, Director del Colegio, era quien
presidía el acto y a él correspondió entregar
los premio^ a los alumnos más aprovechados

A las 9.30 tuvo lugar la Misa solemne. A la
sentida piedad de los fieles que rebosaban de la
capilla, y a la ejecución de la grandiosa Misa
Pontifical de Perosi por la « Schola > unióse la
extraordinaria perfección de las ceremonias
litúrgicas. Todo fué magnífico y todo tuvo
digno remate con el elocuente discurso de
Mons. Eustasio Fernández que fué uii liiinno
de gratitud a la Virgen de Don Bosco.
A las 2 p. m. Mons. Estraila administró la
Confirmación a crecido número de niños, y

GuaaBbacoa. — Novicio# mejicsDO# y A#piraa(es cubanos.
que, después de recibirlo, buscaban entre el
público, con ojos de satisíaccián, la mirada de
sus padres y parientes, que desde lejos los
seguían con cariño y justo orgullo.

— Habana. En la Víbora. — La Besía de
María Auxiliadora.
Resultó sencillamente estupenda. Después de
un fervoroso mes de tiernos cultos, y caldeada
con solemnes Vísperas, en que recibieron las
aguas bfltiticmaips 3 de los jovencitos del
^l^ k> , vimos alborear felices la fiesta magna
de nuestra Virgen.
Dijo la Misa rezada el Excmo. Sr. Arzobispo
de Atalia, Mcms. Pedro Estrada. L a Comunión
fué literalmente general, ü n numeroso grupo
de Tiiñf>g y niña.^ recibieron por vez primera
á Pan Eucaristico.

cerró con broche de oro la fiesta de María
Auxiliadora la solemne Velada del 5 de junio,
que
revivir en nuestra fantasía la sublime
¿horada del cristianismo, bajo la Roma de los
Césares, con las brillantes escenas de Seiano,
obra dramática de nuestro inolvidable D. I.emoyne.

M É JIC O - Huejúcar. — Solem nidad de M aría
Auxiliadora.

Sr. D. P edro R icaldone,
M uy Reverendo Padre:
A contínuadón me permito darle los datos
de la biitniMp fiestecita, con que los Coopera­
dores de este lugar honramos a nuestra Madre
Auxiliadora.
D ió principio el Triduo d día 22 de mayo.

338

y todos los días hubo Misa cantada, teniendo
lugar por la tarde el ejercicio, también cantado
con ofrecimiento de flores y los rezos de costum­
bre. E l día 24 hubo 275 comimiones y diez
socios nuevos recibieron la medalla.
Después del ejercicio se liizo la procesión
con la Santa Imagen, y para cerrar con broche
de oro nuestros pobres liomenages a tan bon­
dadosa Madre, se celebró la Junta General que
se hace anualmente, habiendo sido el promotor
de tüflo el celoso Pbro. D. Nicolás G. Ramírez,
comisionado ix)r el Sr. Director.
Huejúcar, 2 de junio de 1932.

H krminia de S, vda. de de Santlvgo.

M É JICO (Mich.) Zirifzicuaro. — Fesíívidad
de M aría Auxiliadora.
Los luctirosos acontecimientos que se han
venido desarrollando en nuestra desventurada
Patria, en estos últimos días, han contribuido
a dar mayor realce a esta fiesta. E l 24 la misa
en honor de María Auxiliadora estuvo muy
concurrida y fueron muchos los fieles que se
acercaron a la Sagrada Comunión, distinguién­
dose los miembros de la Congregación de la
Doctrina Cristirna que son todos Cooperadores
Salesituios y han infiuidido en los niños del
catecismo un amor profundo a María Auxilia­
dora y al Beato Juan Bosco, cuyo nombre
promuician con respeto y amor. Casi la tota­

lidad de los niños se acercaron al Banquete
Eucarístico. E ste pueblo, que ignoraba el culto
que se le tributa a María Auxiliadora y que
mucho menos conocía a Don Bosco, ahora se
muestra fervorosísimo, proponiéndose celebrar
todos los años la fiesta de nuestra Patrona
con el fin especial de obtener la suspirada paz
de la Iglesia mejicana.
7 de julio de 1932.
Z eferino A efaro P ero .

VENEZUELA - (Yaracuz) Yaritagua. — Fiestas
a M aría Auxiliadora.
Con mucho gmto extractamos de una carta
enviada al P. Ricaldone con fecha 26 jimio, por
nuestra activa Celadora, Sra. Dña. Filomena
Otero de Carvallo, lo siguiente:
Ivas hermanas Martínez Ojeda. insignes
Cooperadoras y fervientes devotas de ISIarfa
Auxiliadora, el día 5 de junio celebraron en
Yaracuz ima simtuosísima festividad en honor
de nuestra celestial Patrona, que aventajó en
mucho a las de años anteriores, pues ellas los
cultos dedicados a la Sma. Virgen quieren que
sean verdaderamente regios, y para ella su
generosidad no tiene límites. A estas fiestas
asistió una concurrencia de fieles extraordi­
naria. — Nuestra felicitación a las Has Martí­
nez y bendita sea siempre y en todas partes
la Virgen de Don Bosco.

Habana. — Grupo seoeral del Colegio SalesiaDo “Insiitucián loclía”.

DE N U E STR A S M ISIONES
Una charla con Mons. Bars.
Lo hemos saludado con emoción porque
deseábamos ^■ iva^lente conocerlo.
Su silueta exterior nos ha producido, sin
embargo, un leve desencanto, pues en los grupos
fotográficos que vienen de la India se nos
antojaba más alto y fornido. No llegaremos a la
exageración de afiimar que nuestro misionero
tiene coutomoshomeopáticos— aunque
es un homeópata recalcitrante — pero
nos gustaría verlo como nos lo ha­
bíamos imaginado.

cimos de broma: ¿Es otra serjiiente, Mon­
señor?
— No, esta vez ha sido m i cabalgadura,
que me jugó \ma partida serrana. Figú­
rese que en Abril debía haber venido para
asistir al Capítulo General Salesiano y ella
se emperró en estorbarlo, sacudiéndose en

La “ vera facies” de Mons. Bars,
— Diríase que toda la exuberancia se
le ha ido al espíritu, porque éste se
manifiesta con una euforia y ima
movilidad desconcertantes, estando
asomado continuamente a sus ojos,
en un puro relampagueo de inteligejTcia y simpatía.
Preguntado, no responde sino que
se dispara, y aun antes que los labios,
hablan en él las manos y los dedos,
en un incesante trajín ner\-ioso.
De estatura corriente, más bien
baja; de miembros enjutos, piero sanos
y recios que hacen honor al viejo
refrán: • Las carnes sobre el hueso
relumbran como espejo i; de rostro
fino que atalaya a través de unas
lentes enormes, y se ha dejado fuer­
temente tostar por la eterna caníciüa
bengalesa, cuyos dardos hirientes
eritan hasta los tigres; de barba y
cabellos llenos de frondosidades ju­
veniles y negruras de azabache, que
ha comenzado a salpicar la nieve...
He aquí la «vera facies* de Mons.
Bars.
C osas de las misiones. ■— E n se­
guida nos damos cuenta de que cojea
y, recordando el terrible percance
sufrido por él años atrás, le de­

EJ AdmiaistratkH' AposióHco de KrUhiuiger.

340

'ws

f

r^t I

Una igleaia cri&iiana de (ipIca arquilectora.
medio del camino y dando con m i cuerpo en
tierra.

otra vez me ocurra, yo les aseguro que
volverá a repetirse la misma operación.
— Y el intrépido misionero formula
ese propósito, capaz de hdarle a uno
la sangre, con un aire de jovialidad
y despreocupación que espantan.
Los lectores del Boletín — le de­
cimos— recuerdan todavía con horror
la carta en que Vd. refería el hecho y,
como no hay por qué hacerles pasar
otro mal rato, vamos a cambiar de
disco. ¿Quiéte decimos algo de su
Krishnagar?
— Con mucho gusto, y si Vd. ne­
cesita llenar su Boletín.....
— No, ¡por Dios! tan sólo lo más
saliente; algo que pueda interesar a
nuestros lectores.
— Pues lo más saliente es la pe­
nuria en que vivimos, las dificultades
que nos asedian, y yo creo que nada podrá in­
teresar tanto como esto.

La gran muralla india. — Todos conocen
— Por ia postura en que caí, la cosa pudo
ser m uy grave, pero escapamos con la ro­ las célebres murallas de la China, y nadie habla
de las de la India, mucho más altas y formi­
tura d d cuello del fémur; ¡total! dos meses
de descanso absoluto que me hacía
bastante falta, y una mal disimulada
cojera, que dicen se me quitará del
todo.
— E s que Vd. se lanza demasiado
y no toma las debidas precauciones.
— I BahI ríase de eso; quien rompe
los platos es el que anda bregando
con ellos. Los que vamos a misionar
ya sabemos que allí nos esperan estos
percances y otros más graves.
— ¿ Y el brazo que mordió la co¿>ra
le ha quedado bien del todo?
— Véalo Vd. — y, recogiéndose la
ropa, nos lo muestra todo acribillado
de cicatrices que, desde el hombro
hasta la muñeca, parecen envolverlo
en una malla roja. Unas se ven ce­
rradas en línea recta, como el filo de
Pobrísima capilla, reiaando en la inmensa llanada.
los cuchillos que inter\-inicrou y otras
en zig-zag, como los diente.s de los
dables. Aquellas son de piedra y hoy cualquiera
bárbaros que mordieron aquellas carnes, para
las derriba, éstas son de menosprecio y orgullo
chupar el veneno it\filtrado en los capilares.
y separan las almas, como los espinos electrir
¿Dónde le hirió el reptil?
zados a alta tensión separaban las trincheras,
I*ln la yeniu del dedo pulgar. No íué una
herida, f\ié irás bien un rasguño, pero la pica­ en la gran guerra.
Me refiero a las Castas que, para todos los
dura de la cobra c.-< tan terrible, que, en sólo
misioneros del inmenso Imperio, constituyen
diez minutas, se me quedó el brazo negro.
¿ Y era necesaria aquella carnicería?
la dificultad cumbre.
Mientras las Castas no sean perforadas, a
— H ay quien usa unas comprimidos dobles
fondo, no triunfará el Cristianismo en la
que facilitan los PP. Jesuítas, pero el remedio
a que yo me sometí es el úmco eficaz, aun­ India.
— N o lo vemos claro.
que los pobres indios que me curaron eran
— Lo es como la luz del día.
gente inexperta. Si Dios tuviera dispuesto que

341

Allí, como en todas partes, la conversión ha
empezado por las capas populares.
En nuestra diócesis de Krishnagar, (ciudad
de Krishna) donde viven tres millones y medio
de hindúes y casi una d irá igual de mahome­
tanos, hay ima población de 7.000 católicos,
pertenecientes a las clases pobres y deshereda­
das, cuya existencia, llena de humillaciones y
de trabajos, se v a desangrando lentamente en
las garras de la usura más despiadada.
Esto crea un ambiente de descrédito en tomo
de nuestra Religión.
E l hindú de castas superiores tiembla sólo
de pensar que, afiliándose a iina secta tan
humilde y plebeya como la cristiana, perdería
su honor y su rango social. Le aterra una doc­
trina que, como la de Jesucristo, predica la
caridad y exije que todos los hombres se quie­
ran como hermanos; mía doctrina que coloca
en los altares a reyes y princesas que lavaban
los pies a los pobres, y curaban las llagas de
los leprosos.
Temen las seguras e implacables .persecu­
ciones que su conversión les acarrearía, la
animadversión y el odio de sus familiares,
quizás la pérdida de sus bienes.
Por esto ha dicho — no sin alguna razón —
el eminente indianista católico, Mr. Luís de la
Vallé que la India se convertirá cuando se con­
viertan sus Brahmanes.
_ .............. ?
— No deja de haber conversiones entre in­
dividuos de esa despótica clase sacerdotal, la
más empeñada en mantener el hermetismo de.
las castas, pero son aisladas y casi siempre y,
con toda deliberación, ocurren a la hora de la
muerte, cuando la influencia social del conver­
tido ha dejado de cotizarse.
H ay Braliamanes, en efecto, que, deslum­
brados por las bellezas del Evangelio, cuando
comprenden que ha llegado su última enfer­
medad, se hacm trasladar a algún hospital ser-

|Vi«B U alegría!

W

'.//i.-.

r»4-n

.■

t

£1 A ve María en lengua bengalf.
vido por religiosas, para poder allí recibir elagua
que perdona los pecados, escamoteando la oposi­
ción implacable que hubiesen hallado en su
casa.
— Y ¿cómo podría remediarse ese estado <le
cosas?
Valorizando la obra del misionero, desde
el punto de vista cultural -y utili­
tario. H ay misiones — las de los
PP. Jesuítas, p. ej. — que ya se de­
dican preferentemente al cultivo de
las clases intelectuales, con ánimo de
reformar la mentalidad india. Esas
misiones se proponen crear Centros
de alta cultum; Estudios sanscritistas.
Revistas por estilo de The Lighí of
íhe East (La Luz del Oriente), que
hace diez años se fundó en Calcuta,
y Bibliotecas católico-bengalíes, para
que el indio estudioso no tenga que
conocer el cristianismo a través del
libro protestante.
Los Salesianos seguimos otros ca­
minos, pero con ánimo de llegar a la
misma meta. Nuestras Escuelas de
Agricultura y de Artes y Oficios,

342
— N i aun disponiendo de aeroplanos.
-■ -Vi
— Tenemos desde luego los de la
imaginación, pero h ay el inconve­
niente de que amelan siempre por la
estratosfera y no aterrizan en ninguna
parte. ¡Figureseí no ya solamente para
poder salir a misionar, sino para
atender a nuestra catedral, a las tres
parroquias, a orfanatos, escuelas, ora­
torios, asilos de ancianos. Religiosas...
es cosa de volverse loco!
— Pero tendrán auxiliares.
— Hemos procurado formar Cate­
quistas indígenas que nos prestan ser­
vicios inapreciables, pero y a Vd. com­
;,B. 54871
prenderá...
— Entendido. Que por muchos que
sean, no es posible que dén abasto,
Como los antiguos papiros - Largas hojas de palmera
sin contar con que también ellos
sirven a estos niftos de -cartapacio para escribir.
tienen que ser asistidos.
— ¿Le satisfacen los resultados
bien equipadas de material y dcl necesario
obtenidos ?
personal docente, despertarían una verdadera
— Sólo tenemos motivos para alabar y
inquietiul espiritual entre las clases medias.
bendecir a Dios que.ha multiplicado nuestras
Y ¿han intentado Vds. algo?
fuerzas hasta lo inverosímil y las ha hecho
— Desde luego. En Krishuagar hemos fructificar, de un modo consolador.
inaugurado una pequeña Escuela Industrial
Estos cuatro primeros años han sido para
para iipreudices de carpintería, cerrajería y
nosotros un verdadero Noviciado. No podíamos
modelado. Las niñas están atendidas por Hijas
de Iii Caridad y Religiosas indígenas, las Herluamis Catequistas de María Inmaculada, que
son muy queridas del pueblo y de las autori­
dades. y cuyas alumnos sobresalen por su cultitra y por el arte exquisito de sus labores.
Poco a poco nuestra enseñanza se va acre­
ditando, habiéndose mejorado últimamente
con el nuevo edificio de Krishuagar, que llama
la atención por la amplitud e liigicnc de sus
locales, y es el preferido de las familias hindúes
y mahometanas.
— ¿Y la Enseñanza secundaria?
Nos proporcionaría bienes inmensos y. cu
Bhoborpara, parTütjuia que cuenta con. 8cc
católicas, tenemos ya un Colegio... en proyecto.
¡Dios mío! ¡cuántos proycctosi

Fiebre de (rabajo.
Y ¿cómo andan de personal?
No debería contestarle, porque me dá
pena. lis la grande y eterna cuestión. TkeU is
thc
como diccn allá los dominadores.
Figiirese que no estamos más que 9, de los
cuales 7 sacerdotes, repartidos entre los tres
Centros de Krislmagar, Bhoborpara y Shimulia,
desde cu>*os Centros hay que dirigir n o Cris­
tiandades. perdidas en un territorio cuya ex­
tensión es de 27.672 Km* y cuenta con 12.000
pueblos y aldeas.

Las ñiflas llevan el agua como en todas paríes-

343
siniestro y magnífico, que se contemplan con
gozo en las casas de fieras, pero que nadie
quiere ver en la selva, como no sean esgs caza­
dores intrépidos que van allí, expresamente,
a jugarse la vida.
-

¿ ....................... ?

— No, afortunadamente, nada ticiic q\ie
hacer el misionero en aquellos parajes.
— ^ ¿Esperan Vdes. umcho de Bengala?
— Lo esperamos todo. Bengala e.s, en la India

La fierra de promisión del Catolicismo. —

£s(a(ua ejecufada en la incipienfe escultura.

Allí se ha hecho corriente esta frase «lx>
que en Beugíüa se piense hoy, lo |x.*nsarán
mañana todos los Indios ».
E l Bengalí es un civilizado y su hegemonía
intelectual nadie la discute. Tiene una litera­
tura y mi arte propios, un sistema social bien
definido, una religión varias veces niilenaria
que lo sugestiona.
E n Calcuta, capital administrativa de todo
el Imperio, hay más de 25.000 miiversitarios
bengahes y , de sus aptitudes para la ciencia
y para la investigación, liablan m uy alto los fa­
mosos R o y y Bose, químico uno y biólogo el otro.
— Y ¿sienten aquellos naturales alguna
atracciwi hacia d catolicismo?
— A pesar de las terribles trabas que hemos
señalado, son los que están, moralmente, mejor
organizados para recibirlo.
Puede decirse, sin el menor asomo de exage­
ración, que el Bengalí es «naturalmente cris­
tiano ». L a religión hindoísta toma, en Bengala,
im color especial que la acerca a la Rehgión
de Jesús.
Pensar en Dios e invocarlo, es una necesidad
para el alma hindú. Alma blanda, acce.sible a la
ternura, inclinada al misticismo.
Hasta su filosofía se encamiua dialéctica­
mente hacia-el Tomismo.

hablar, por desconocimiento del bengalí, que
escrito, se confimde casi con el sánscrito clá­
sico, pero hablado, es m uy distinto y difícil.
Hubo además varios hermanos enfermos y
algimos hasta tuvieron que abandonar la mi­
sión. N o obstante.....
— ¿Es que no es sano aquel clima?
— E l clima es terriblemente cá­
lido, pero esto sería lo de menos;
con nuestro salakof y nuestras sotanas
blancas nos defendemos discretamente.
E l peligro está en que todo Krishnagar es xma inmensa llanura baja y
anegadiza, — verdadero corazón de
Bengala, irrigado por la gigantesca
arteria periférica del Ganges — cuyas
Herías ñnas y arcillosas no tienen
una sola piedra que no haya sido
importada.
L a faja sur especialmente, donde
■ desemboca el gran rio, es un puro
pantano, en cuyas enmarañadas selvas
y cañaverales, bajo im fu ^ o in­
fernal, hierven los miasmas de todas
las fiebres y las ponzoñas de todas las
serventes y los íngtíntng sanguinarios
•de esos tigres famosos, únicos, grandes
™ rayado de o í modo Moíeslro y magniBco... pero, oo temáis, es
<omo mul(K, rayados de im modo
noa Terracota qoe regalaa los pequeño* escoHores del P. Bar*.

34 4
¡Oh! sí, sí, el hindú siente hambre de CMsto.
¿No habrá, en Europa. Sociedades de socorro
que q u ita n remediar la necesidad de aquellos
queridos hambrientos?.....
-- ..... y Mons. Bars dice todo esto conmo­
vido. Su voz vibra a impulsos de aquella ca­
ridad que le hizo sacrificarlo todo y exponerse
a los más crueles percances. N o queremos
fatigarlo y, para cortar el diálogo..., ¿Qué
piensa hacer en Europa?

Japón

— Ix) primero, ir a Barcelona — el intrépido
misionero es catalán — para dar un abrazo a
m i madre, que tiene la pobre 72 años y tiembla
de emoción esperándome, como tiemblo yo
también de impaciencia. Después... Dios dirá.
^— Ppes que Dios le conceda un merecido
descanso y todas las cooperaciones que nece­
sita, y que nuestros queridos lectores tengan
misericordia de las inmensas necesidades de
ese Krishnagar que Vd. tanto ama.

-

B eppíf.

El problema de la enseñanza en el Japón.

CONSTITUCIÓN.

I/A
— dice así: Los ciudadanos
tendrán garantizada la libertad de creencias
religiosas, siempre que no se opongan a la paz
y orden públicos, ni sirvan de obstáculo al cum­
plimiento de los deberes de ciudadanía.
Dice el preámbulo del decreto sobre Ense­
ñanza: «L a ciencia es necesaria para el perfeccionamento moral y material. L a ignorancia es
la madre de todas las miserias que corroen a la
sociedad. En adelante queremos que en todo
el Imperio no haya un solo pueblo donde pueda
hallarse ima familia ignorante, ni una sola fa­
milia en la que se encuentre un analfabeto.
Siendo la Enseñanza ima herencia común,
todos los ciudadanos la recibirán por igual,
sin distinción de nobles y ricos, agricultores
o artesanos, hombres o mujeres... ».

L E

¿

?...

a nseñanza es confesiónae — Ofi­
cialmente las escuelas son ateas y en ellas se
prohíbe qualquier clase de instrucción religiosa.
No se podréji celebrar dentro de la escuela
ritos o ceremonias religiosas, (decr. de 3 de
agosto de 1899). Prácticamente, se enseña a
los escolares el sm/aísmo. De vez en cuando
van los alumnos, con sus maestros, a adorar
las divindades sintoístas en los templos del
Estado; además, las principales fiestas sintoístns son declaradas días de vacación, en to­
das las escuelas del Imperio.
E l catecismo japonés: consiste sencillamente
en dar a los niños una educación moral y pa­
triótica (decr. de 1890). Dice el Reglamento
escolar: <L a moral será independiente de toda
religión. E l gran principio orientador será la
moral natural, es decir d culto de los antepa­
sados y hacer del patriotismo un sentimiento
religioso >. De aquí que la Historia nacional
sea considerada como una Historia Sagrada.
¿Pero es que basta esta educación moral?
E l japonés cree que sí. He aquí la razón que
he encontrado en un libro de lectura de las

escuelas elementales. «Nuestro gran Japón,
gobernado por nuestro sabio Emperador, es
superior a todos los demás países del mundo.
E n esos países, a pesar de que apóstoles 7 pro­
fetas les predicaron la moral, los hombres
han seguido siendo crueles. E n cambio el Japón
no ha tenido ni apóstoles, ni profetas y el
pueblo es dulce y amable, porque el clima y
el sol nos predisponen naturalmente a la bondad,
porque al Japón le guía el amor a la virtud,
en cambio los extranjeros no buscan más que
el placer sensual».
Resultado... que del dicho al hecho hay «n
gran trecho. «L a moralidad del estudiante ja­
ponés — dice un autor de campanillas — es
inferior a la moralidad media del de los demás
pueblos». Y el propio Ministro de Instrucción
Pública Dr. Okada hubo de confirmarlo en im
discurso. «El sistema seguido hasta ahora por
el Ministerio de Instrucción Pública nos con­
ducía al materialismo, sistema que fué acon­
sejado por las necesidades del tiempo, pero
que nos ha traido a consecuencias fatales: el
retroceso de la moralidad pública, el desorden,
y creo también que la creciente influencia del
comunismo y del anarquismo, en estos últimos
años, son fruto de este sistema. Desde este mo­
mento la educación deberá ser espiritualizada y...
Sin comentarios.
Actualmente los libros de texto siguen orienta­
ciones alemanas y los de lectura son, en su mayor
parte, traducciones inglesas. Han adoptado el
texto único y lo venden a precios sumamente
módicos, de 10 a 50 céntimos. Las escuelas
son grandes, espaciosas, con inmensos patios
para la instrucción militar y para la gimnasia,
que es obligatoria. E l curso empieza el i de
abril y termina el 30 de marzo...

L

.

a primera enseñanza — L a elemental
comprende 4 años, y es obligatoria. Tienen
además otros dos años facultativos. Su fin es

345

Krishnogar. — Monj s y novÍ:ias indígenas.
habilitar a los ciudadanos en los conocimientos
más necesarios para la vida, atender a su de­
sarrollo físico y fomentar el espíritu de obe­
diencia, amistad y dignidad.

.

L a. segunda enseñanza — Dura cuatro
años, más otros dos de preparación para los
que quieren seguir una carrera. Por el gran
número de alimmos que bay, no bastando las
escuelas del Estado, se permiten Institutos
particulares y en éstos se puede enseñar la
religión. Los autores de libros de enseñanza
son casi todos protestantes, espedafmente los
de obras históricas que, como es natural, están
plagadas de calumnias contra nuestra religión.
Aquí se enseña todaWa el darwinismo, acusando
en esto un atraso dem edio siglo. E n el Japón
Darwin es el rey de la ciencia, y ello hace que
ios estudiantes acaben siendo verdaderos agnós­
ticos.
Los idiomas chino e inglés son obligatorios,
y facultativos los otros. Sin previo examen,
puede ingr«=^r en la Universidad. L a matri­
cula es mucho más cara que en los países la­
tinos.

Se

E

.

nseñanza universitaria — Las mismas
Facultades que en éstos. L a duraci<ki de las
carreras oscQa entre cuatro y seis años. Los
conocimientos teóricos son m uy completos y

las asignaturas prácticas, en todas las carreras,
disponen de material abimdante. A l final
obtienen el título de Gakitshi (licenciado), a
los dos años siguientes y , previo examen de
competencia, se Ies da el de Hakushi (doctor).
H ay además Escuelas especiales, de farmacia,
idiomas, música etc... y escuelas técnicas de
agricultura, industria, comercio, náutica, etc.

Organización para fomentar ea cul­
tura . — Para los alumnos que, por falta de

recursos, deben trabajar, se han abierto por
cuenta del Estado y dé algunos Municipios,
Escuelas nocturnas de segunda crnseñanza
abreviada; a los cuatro años Ies dan el título.
Con objeto de fomentar la cultura, a los que
han aprobado un curso en estas Escuelas, se
les disminuye en seis meses el servicio militar
y, en un año, a los que han aprobado los cuatro
cursos enteros.

E

.

stadística — Jardines de infancia, más de
mil. con 3000 maestros y 15.000 alumnos.
Escuelas elementales, 28.652 con 130.000
maestros y 9.285.307 alumnos.
Institutos de s^ u nd a enseñanza: 600 (200
privados) con 450.000 alumnos (80.000 mu­
chachas) y 14.000 profesores.
Universidades: 25 del Estado y 18 privadas.
Escuelas especíales: 78 (19 para mujeres).

346

Esciielas técnicas y demás: 850 con 300.000
alumnos.
Subsidio anual del Gobierno: 400 millones
de yens {1.600.000.000 ptas).
Subsidií) anual de los Municipios: 675 millones.
En el Japón frecuentan la escuela el 99,06%
de los muchachos; en Alemania el 82%.
Sí>n analfabetos el 0,84%. En Estados Unidos
el 7,70%, en Inglaterra el 1% .

cuenta con 1.200 altimnos, y está subvencio­
nado por el Gobierno. Un Marianista de esta
Escuela fué maestro del hermano del actual
Emperador, príncipe Chichibu y un antiguo
alumno de la misma, el almirante Yamamoto.
fué preceptor del actual Emperador. No ^
pues de extrañar que éste haya concedido dos
grandes condecoraciones a los superiores de
los Marianistas.

Las escud a s católicas.

ESCUKtAS DE SEGUNDA ENSEÑANZA: para
muchachas: 29. has más famosas son las de
las Damas de St. Maur, con 1500 alumnas y
las dfU^ngrado Corazón con 700. En estos dos
Colegios se educa lo mejor de la alta sociedad

Escribía S, Francisco Javier a S. Ignacio:
(marzo de 1552I. «Es necesario manden homIjres preparados a las Uni^'ersidades del

S •

.

S u . j

Escuela salesiana en el Japón.
Japóti, debemos instalar, en su.s ciudades,
grandes escuelas y universidades de sabiduría
cristiana *.

japonesa. Dos de los Institutos los dirigen
monjas españolas, uno en Tokyo, las Mercedarias, y otro en Matsuyama, las Dominicas.

I.A ESTADÍSTICA aiToja actualmente este re­
sultado:
Universidades: Una, con 250 alumnos y

ardines de infancla 29
E n todas estas Escuelas el catecismo es
asignatura libre y voluntaria, que se enseña
fuera de las horas de clase. Se les dan cursos
obligatorios y regulares de moral, en los que
el profesor puede enseñar los principios de la
moral cristiana. Las enseñanzas profánas se
orientan en sentido católico, especialmente la
Historia y la Literatura. Aparte de esto, el
contacto diario con los maestros católicos es
im gran medio de atracción espiritual y esta­
blece xma corriente de simpatía, cada día más
intensa, hacia nuestros dogmas.

unos 40 profesores, mientras que los protes­
tantes tienen 8. Fué fimdada por iniciativa
de S. S. Pío X. I a >s jesuítas alemanes, que son
los que la dirigen, llegaron el año 1908 y la
abrieron en abril de 1913.

I

: .

nstitutos de segunda enseñanza 8 Los
más famosos son los que dirigen los Hermanos
Marianistas, en particular el de Tokyo, que

J

:

.

La enseñ .\nza catóuca
OFldAi,. — E l Ministro Sr.

en ei . concepto

Okada, en el dis­
curso antes citado, decía « Vosotros, cristianos,
h a b ^ dado ^empre el primer lugar a la parte
espiritual, en \-uestros trabajos de instrucción
y evangelizacióu; y con ello habéis contribuido
grandemente al progreso de la nación. Y o
deseo que en el futuro vuestra acción se de­
sarrolle, aun con mayor intensidad y que vuestra
aportación cultural se haga en proporciones
más vastas. Y o deseo ardientemente que, tra­
bajando juntos, lleguemos pronto a la meta
deseada... s.
Ultimamente el Ministerio de Instrucción
Pública ha destinado dos millones y medio de
yens a «inyectar ideas sanas » (así lo dice lite­
ralmente) en la masa estudiantil. Otro mülón
y medio ha sido destinado a proveer de cátedras
de religión a muchos Institutos y Universidades.
Véase como el Japón hace marcha atrás en su
espíritu de laicismo, para defenderse de las
t ideas peligrosas » social-comunistas.
Los hum ildes principios ae la Obra
Salesiana en e l Japón.
Nuestro Instituto tiene por fin dedicarse a
la enseñanza de los niños pobres y abandonados,
pero llevan los salesianos sólo seis años en el
Japón y no han podido aun aventurarse a
grandes empresas pedagógicas. Poco a poco
vamos, sin embargo, estableciendo contactos con
la masa estudiantil, y pulsando su tempera­
mento y aptitudes. E l carácter del joven es­
tudiante es franco, abierto, alegre y amante
del sport, condiciones las más indicadas para
que acepten con fniición el sistema pedagógico
de Don Bosco, que sus liijos tratan de extender
por toda la tierra.
Tenemos en la actualidad funcionando seis
Oratorios festivos, concurridos por unos 700
muchachos, un Jardín de Infancia en Miyazaki, una incipiente Escuela profesional en
Oita, un Seminario indígena en Nakatsu y otro
de filosofía en Takanaba. Y un proyecto de
Instituto de segunda enseñanza en Beppu.
De todos los puntos del J apón, especialmente
de las grandes ciudades de Tokyo y Osaka, nos
llegan voces, pidiendo auxilio, para que lo más

pronto posible vayam os a abrir escuelas. No
es posible, faltan medios económicos; cuando
Dios los en\’íe, entenderemos que habrá llega^lo
la hora de desplegar velas y extender, |x>r todo
el Japón, la obra pedagógica salesiana.
Beppu I Mayo 1932.

P edro E scurskij, S. S.

Los Cooperadores Saiesianos que, confesados y
comulgados, recen segtin ¡a intención del liomano
Pontífice, pueden ganar:

Indulgencia Plenaria.
1) Un día de cada mes, a su elección.
2) El día en que hagan el piadoso Ejercicio
mensual de la Buena Muerte.
3) El día en que asistan a la Conferencia mensual
Salesiana.
y en cada uno de los siguientes dias:

N oviembre

21 Presentación de la Sma Virgen.
22 Fiesta de Santa Cecilia.

D iciembre 8

Immaculada Concepción.

25 Natividad de Jesús.
Por concesión especialísima de S. S. Pió XI,
hecha al Rector Mayor de la Pía Sociedad, D. Felipe
Rinaldi (6 de Junio de 1922) todos los Salesianos e
Hijas de María Auxiliadora, con sus respectivos
cooperadores, alumnos y ex-alumnos, pueden ganar:
1) Una Indulgencia Plenaria cada día, sólo con
elevar su corazón a Dios en medio de sus ocupaciones
habituales.
2) 400 días, cada vez que repitan el mismo acto
Para lucrar estas Indulgencias llamadas « del
Trabajo > únicamente se exige el estado de gracia,
halidndose dispensados de cualquier otro requisito.

BOLETIN SALESIANO
publicará con gusto

todas

las

gracias

y datos necrológicos que

se le

envien directamente y no hayan tenido ya publicidad en otras Revistas.

GACETILLA SALESIANA
Nuevo centro de Exalumnos. — En Santa Rosa
de Toay, capital del Territorio de la Pampa argen­
tina, ha sido felizmente inaugurado un nuevo Cen­
tro de Ezalumnos salesianos.
Al acto de constitución que tuvo lugar el 24 del
p. p, Julio, asistieron unos 80 jóvenes y, en medio
del mayor entusiasmo, quedó elegida la primera
Junta Directiva, de la que es Presidente Don Pa
blo Fernández.
Hubo banquete con los obligados Brindis, se
derrochó en grande sana y juvenil alegría y...
|a vivir!
Le damos la bienvenida y auguramos una muy
larga serie de éxitos y triunfos.
La revista "Don R osco" del Uruguay cumple
sus 15 años de vida. — No es ésta una noticia

cualquiera, como a algunos podría parecer, sino un
acontecimiento digno de ser señalado con piedra
blanca.
Quines años de briega pata una publicación de
la índole del í Don Bosco f son indublamente mu­
chos años y revelan im tesón y una cantidad de en­
tusiasmo que hacen honor, a quienes la vienen sos
teniendo y, principalmente, ¡para que no decirlo!
al meritísimo P. Oberti, de Montevideo, que sigue
llevando sobre sus hombros, sin haberse cansado
todavía, Dirección y Cuerpo de redactores, todo
en ima pieza.
Felicitárnosle a él, al incomparable P. Gamba,
que fué su fundador, a sus simpáticos colaboradores
y a todos los Exahminos uruguayos que, a través
de sus páginas, saben comunicar, a los numerosos
lectores, las altas temperaturas de su amor a la
Obra Salesiana.

Bendición de ana cruz conmemorafiva, — Hn
Arequipa (Perú) ha sido colocada una artística
cruz de hierro, sobre sencillo pedestal, en el sitio
donde en 1925 perdieron la vida cuatro beneméritos
salesianos, víctimas de un accidente ferroviario.
Dicho monumento ha sido costeado por amigos
y exalumnos y, especialmente, por el Sr. Blaisdell,
como homenaje de salesiauo afecto y pura honrar
la memoria de quienes, por haber obedecido a ideales
llenos de desinterés y amor, hallaron, lejos de su
patria, una muerte trágica en la flor de sus años.
£ / P. Horacio Meriggi. — Ya hace tiempo que
se viene hablando en el Uruguay de los Sindicatos
agrícolas, y de la obra eminentemente beneficiosa
que vienen desarrollando cu el país. La obra del
cooperativismo está en marcha promisoria. Justo
es que digamos una palabra sobre la labor que en
ella desempeña el P. Horacio Meriggi, hermano
nuestro.
Los Sindicatos, desde su iniciación en Paysandú

lo han visto siempre a su lado, y los viene acompa­
ñando continuamente en su rápido desarrollo. —
Hoy tiene la satisfacción de verlos extendidos por
varios Departamentos y prometiendo extenderse
cada vez más.
Consciente de la labor que el P. Meriggi realizaba,
el Congreso Rural de Colonia del año pasado, al que
asistió el señor Presidente de la República, dió al
Padre Meriggi, además de la hora que ya se le
había concedido, otra extraordinaria para que ex­
pusiera sus ideas.
El éxito que obtuvo en esa exposición fué igual
al obtenido en su última conferencia del 2 de
Abril, trasmitida por radio a todo el Uruguay.
Hemos oído a algunos afirmar ser ésta la mejor con­
ferencia pronunciada en el Uruguay sobre tan in­
teresante asunto.
Reciba el incansable P. Meriggi nuestras felicita­
ciones.

Lápida conmemorativa del Beato Juan Bosco
en el templo de la Patrona de Barcelona.

Cuando el Beato Juan Bosco estuvo en Barcelona
en el año 1886, visitó a Nuestra Señora de la Merced
en su iglesia titular. En el presbiterio de la misma
iglesia, los proprietarios de la cumbre del Tibidabo
le entregaron el título de propiedad y cesión de la
misma, para que edificara eu ella una iglesia al
Sagrado Corazón de Jesús. Entonces el Beato, in­
timamente conmovido, manifestó a los generosos
donantes que eran, en aquel instante, instrumento
de la Divina Providencia, declarando que cuando
salía de Turín una voz interior le iba repitiendo:
t Tibí d abo».
La "Salutación Sabatina” a Nuestra Señora de la
Merced, fundada sei.s años después por un grupo de
devotos de la \’irgen — en su mayoría jóvenes
universitarios — ha colocado ahora una artística
lápida en dicha iglesia que recuerda lo expuesto,
y dará fe de que el Beato Juan Bosco, en su breve
permanencia en Barcelona, visitó a su excelsa
Patrona, como en Montserrat otra lápida da fe de
la An.sita de San Ignacio.

La verdadera Juslicia social. — El Cardenal
Hayes ha administrado el santo bautismo a un
catedrático de una de las más famosas Universi­
dades de los Estados Unidos de América, que antes
profesaba ideas comunistas.
Dicho Señor ha declarado que la obra de su con­
versión al catolicismo es debida a las Encíclicas
* Rerum novarum » y ■ Cuadragésimo anuo ».
Después de haberlas estudiado y analizado, con
el más vivo interés, llegó a la plena convicción
de que las enseñanzas de la Iglesia católica son las
que responden a la verdadera justicia social.

Gracias obtenidas por intercesión
de María Auxiliadora y de! Beato Juan Bosco,
ESPAÑA (Granada) Loja. — Hago público mi
agradecimiento a la Virgen de Don Bosco por dos
gracias señaladísimas alcanzadas por su inter­
cesión.
T eodoro C astro Merino .
ESPAÑ A Madrid ■ 30 de Agosto de 1932. —
Encontrándome gravemente enfermo por una fuerte
congestión cerebral que fué seguida de pulmonía,
acudí, como en otras ocasiones, lleno de confianza
a nuestra buena madre María Auxiliadora, e hice
rogar a los niños quienes, con su fervor e inocencia,
obtuvieron la gracia de mi curación.
En los mismos días, im hermano mío que siempre
había gozado de perfecta salud, sufría un ataque
epiléptico 7 otra hermana caía enferma con la
I escarlatina. Comencé lleno de fé la novena que
tanto recomendaba nuestro Beato Padre D. Bosco
y, a los pocos días, nos encontrábamos los tres
, fuera de peligro.
j
Por tan señalado favor, hago público mi agrade­
cimiento para honra y gloría de María Auxiliadora.
J. M. Salesiano.
AR GEN TIN A Buenos Aires - 6 de Julio de 1932.
— Teniendo a mi hijo Juan gravemente enfermo,
invoqué a María Auxiliadora por su salud 7 esta
buena Madre acogió mi súplica 7 la de mi familia,
sanando al poco tiempo a nuestro amado hijo.
Agradecido, cumplo con las promesas que tenía
hechas.
Josí! Di Pasqua y familia.
AR GEN TIN A (Chubut) Comodoro Rivadavia. —
Gracias sean dadas al Beato J uan Bosco que tantos
favores me ha concedido. Encontrándome con una
alunma gravemente enferma, acudí con fervor al
Beato 7, aplicando a la niña su reliquia, le pedí con
todo fervor su curación. E l buen Padre no tardó
en escuchar mi súplica; a las pocas horas, la en­
ferma se hallaba sin fiebre 7 fuera de peligro.
Sor F elisa L a iva .
COLOMBIA (Santander) Bucaramanga - 16 de
Enero de 1932. — Hallándome en una situación
económicamente difícil, dispuse, con toda fe y con­
fianza, acudir al Beato Juan Bosco, haciendo con
toda devoción su novena, la tan recomendada por
él a la Reina Auxiliadora de los Cristianos.
Por medio de su valiosísima intercesión, alcancé
lo qne deseaba. Doy infinitas gradas a tan exce­
lentes abogados, y recomiendo a las personas nece­
sitadas qne acudan a ellos con seguridad de éxito.
COLOMBIA (Santander) Girón • 25 de Enero
de 1932. — Hallándose un hijo ausente de la casa

y expuesto a muchos peligros, y negándose el
hermano mayor a que volviese a ella, en tan apurada
situadón recurrí a la que es Auxilio de los cristianos,
pidiéndole se remediara dicha necesidad. jOh pro­
digio de la Madre de Diosl la gracia no se hizo espe­
rar. Hoy agradedda cumplo mis promesas y doy
infinitas gradas a mi celestial protectora.
COLOMBIA (Santander) Girón - 26 de Julio
de 1932. — Hallándose un hermano mío gravemente
enfermo, víctima de ima úlcera en el estómago y,
siendo infructuosos los esfuerzos de eminentes fa­
cultativos, invoqué fervorosamente a la Santísima
Virgen María Auxiliadora, ofreciéndole publicar la
grada y favorecer su culto.
Mi suplica fué oida, hoy mi hermano goza de
perfecta salud y yo llena de gratitud con tan bonda­
dosa Madre, doy cumplimiento a mi promesa.
L u c ía R u e i # .

CH ILE La Crut - 14 de Julio de 1932. — Ha
liándose en cama mi mamá, gravemente enferma de
neumonía, se presentó un síntoma que hacía aún
más difídl su curadón. Siendo nosotros amigos de
los Padres Salesianos, y devotos de María Auxi­
liadora y Don Bosco, me acordé de El en nuestra
afiicción, y le .invoqué, prometiéndole publicar la
grada. X>e dimos entonces a la cnfcnna un remedio
casero, invocando a nuestro Beato D. Bosco, y,
jcuál no sería elasombro y agradedmienlo de todos!
al ver que la enferma toleraba perfectamente el
remedio, sin venirle la''- lerriblcn náusea.^ que le
privaban de tomar toda medicina, aum)ue fuese
una gota de agua. Confiado., en la visible jjrotccrión
de D. Bosco, seguimos suministrándo loii demás
remedios suspendidos por el motivo explicado, y
los tomó perfectamente, siguiendo la mejoría ha.sta
levantarse, buena y sana.
Cumplo pues, con lo prometido, dándole gradas
a nuestro Don Bosco, y pidiéndole »iga prote­
giendo a esta familia que de corazón lo venera y le
guarda eterno reconodmiento.
L eticia Ognio d e B ozzolo.
ESTADO S UNIDOS (California) Los Angeles
8 de Agosto de 1932. — Habiéndome encontrado
enferma por 10 años y no pudiendo ningún doctor
propordonarme alivio, recurrí al Beato Juan Bosco
7 tan luego como obtuve su medalla me la puse,
volviendo a implorar su auxilio y ofredendo publicar
el milagro. D ¿ d e ese momento estoy sana, por lo
qne, agradedda, cumplo mi promesa.
Ma s ía d e J esús U rias .

350

MEJICO D. F. — El domingo 13 de Octubre
de 1931, habiéndole hecho una reprensión a mi
hijo mayor J esús Lozada, se molestó tanto, que
se fué de mi casa y prometió que no nos volvería
a molestar para nada. AI tercer día un ámigo lo
trajo, pero ofreció no probar bocado y así lo hizo,
durante 15 días; no teniendo dinero ni donde ir
a comer, se veia agotado de fuerzas pero seguía
en su fatal manía.
Una persona piadosa y devota de Don Bosco
me recomendó se lo encomendara a él y yo, con la
angustia de madre, lo hice fervorosamente y de
todo corazón. I’ncs bien, el domingo 10 de Noviem­
bre, al regresar de misa, lo encontré que había
desayunado, y ahora sigue obediente y sumiso
en su casa, por lo que hago patente el favor, dando
gracias a Dios de que, por intercesión de Don Bosco,
conseguí lo que deseaba.
IGNACIA E. Vda. de L ozada .
MEJICO - Diciembre de 1931. — El 24 de di­
ciembre, estando ya desahuciada por el doctor,
a causa de una enfermedad grave, recurrí al Mé­
dico celestial, por intercesión del Beato Juan
Bosco. Tuve en mi casa nueve dias su reliquia y
casi iustautáiicamente recibj la gracia, por la que
doy rendidas gracias a tan buen Padre.
D olores I caza .
MEJICO • 24 de Mayo de 1032. — Doy gracias
al Beato Juan Bosco, pues encontrándome afligida
por una grave enfermedad en la cara, que atacaba
al cerebro, me encomendé de todo corazón al Beato,
pidiendo al mismo tiempo me hiciera llegar una
reliquia suya, y ¡oh prodigio! desde que la tuve,
conmnzó mi alivió, y a los tres días, me encontraba
convictam ente buena.
¡Oh cuánto agradezco, Beato Don Bosco, tu va­
liosa intercesión!
María T eresa Trujillo

Alumno del Colegio Italiano.
MEJ ICO - Abril de 193 2. — Habiendo caído grave­
mente enfermo mi esposo, lo encomendé con todo
fervor al Beato Juan Bosco e hice Id aplicación de
su reliquia, que bondadosamente me prestaron.
Pasadas pocas horas, comenzó de una manera
prodigiosa su curación, por lo que doy mili gracias
al Beato y hago votos para la pronta Canonización
de este gran siervo de Dios.
K te u r n a M. d e G odoy .
MEJICO (Son) Atil. — Estando grave, con
reumatismo muscular, y teniendo a mis tres niños
también enfermos, invoqué con toda confianza a
nuestra dulcísima Madre María Auxiliadora y al
Beato Juan Bosco: en poco tiempo tuve alivio.
Por la bondad de Dios y gracias a mis poderosos
intercesores, estamos hoy gozando de completa
salud, por lo que hago pública mi gratitud.
N. N.
NICARAGUA Puerto Caletas - 20 Agosto de
,932 _ Pastora Pineda da infinitas gradas a María
Auxiliadora, por haberle curado de una enfermedad
crónica del hígado.

EL SALVADOR 5 <»»<ía Tecla • 4 de Agosto de
I9 J 3 ._ En una gravedad que tuve, y de la cual
me era difícil mejorar, dirigí mis súplicas a Maria
Auxiliadora, pidiéndole que me diera la salud;
pronto fui escuchada por tan excelsa Madre, pues
empecé a mejorar rápidamente: ahora estoy bien.

por lo cual doy gradas a la Virgen, y publico el
favor en el Boletín Salesiano, como lo había ofre­
cido.
María N. Rtrfz.

Dan también gracias a M aría Auxiliadora y
a l B eato Juan Sosco;
E spaña (Málaga) Ronda. — M. A. B.
C olombia (Santander) Bucaramanga. — Mer­
cedes Reyes de Arango. — Elisa Valdivieso Ordóñez
C olombia (Santander) Florida. — Antonio María
Gutiérrez.
Colombia (Santander) Girón. — Mercedes Rueda
S. Cooperadora Salesiana. — Luís Domínguez. —
Tránsito Serrano de Dietes, Cooperadora salesiana.
— Pablo Antonio Serrano. — Lucía González de
Sanabria. — María Carvajal de Rico.
C olombia (Santander) Lebrija. — Camilo García
Dietes. — Basilia Calderón. — Victoria Herrera.
— Luís Felipe Serrano. — Clotilde Gómez Serrano.
— Santiago Serrano. — Epifanía Martínez. —
María Mantilla. — Alfonso Navarro S. — Elena
Vega D.
Colombla (Santander) Tona. — Maurida Landázabál, en nombre propio y de varias amigas.
E stados U nidos (California) Anaheim. — De­
metria García.
E stados U nidos (California) Los Angeles. —
Matilde Hacías.
Méjico — La Directora del Colegio de María
Auxiliadora.— Sor Paolina PaganiH . deM. A .—
Natalia Barrera. — María Teresa Villanueva y
familia.
Méjico Aguascalientes. — Dolores C. Vda. de
Chávez. — Concepdón M. de Romo. — Clara
Muñoz de Guzmán. — Mercedes Aparicio. — Au­
rora N. de Herrera. — Josefina López. — Jose­
fina y María Soledad Navarro.
MÉJICO (Jal.) Hda. San Marcos. — María del
Carmen Ochoa de Sánchez.
E l S alvador Santa Tecla. — María N. Ruíz.
— N. Tejado.

Por iníercesión
de nuesíros Siervos de Dios.
AR G EN TIN A E. R. Gualeguaychú. — María
Luisa Molinari, por singular favor conseguido, por
intercesión de la Sierva de Dios Dña Dorotea de
Chopitea, desea hacer público su agradecimiento.
E L SALVAD O R Santa Tecla ~ 6 de Agosto de
1932. •— Encontrándome gravemente enferma, me
encomendé a la Sierva de Dios Dorotea de Chopitea,
pidiéndole me diera a mí la salud y aliviara a mi
papá de una grave enfermedad, y además otro
favor que necesitaba. Habiéndolo obtenido todo
según mis deseos, lo hago público en el Boletín
Salesiano, expresando mi agradecimiento a la
caritativa Sierva de Dios.
María N. R diz .

Expresan también su agradecim iento a la
Sierva de D ios:
A rgentina (Chubut) Rivadavia.
Núñez de Paz.
MEJICO Aguascalientes. — J. L. A.



Dolores

DON

E N R IQ U E

R IV A

Sacerdote Salesiano.
El Padre R ira, el Fundador de la Obra Salesiana
en Venezuela ¡ha dejado de existir! Como se extingue
una lámpara falta de aceite, asi se ha extingmdo
el ilustre salesiano, dulcemente, serenamente.
El día antes, aún había celebrado y salido a la
calle, para -visitar a sus hijos de confesión, entre los
cuales se contaba el Excmo Sr. Nuncio de S. S.;
aún se había deleitado, contemplando las obras
del grandioso Santuario de* Alaría Auxiliadora, que
constituyó el ideal y la preocupación constante de
los últimos años de su vida.
Murió dejándolo terminado, casi por completo,
en su parte constructiva y hasta en la decorativa.
Había ciimplido su misión en esta tierra y la Sma.
Virgen, por cuyo amor tanto había trabajado, se
lo llevó consigo a darle posesión del premio eterno.
Era el domingo 7 de Agosto, a las 6*30 de la mañana.
Murió de pié, como los buenos salesianos.
Apenas hubo circulado la noticia, toda Caracas
se conmovió y, hasta después de las 22, -vióse el
Santuario lleno de gente, que quería ver, por úl­
tima vez, el rostro del Padre venerado, del sacer­
dote ejemplar, del buen amigo de las almas, y apro­
ximarse a aquellos restos santificados por la virtud,
para hacerles tocar objetos que le sirvieran de re­
cuerdo.
El lunes, mity temprano, la Mesa Eucarística
rióse concurridísima de fieles, ávidos de sufragar
su alma.

A las 9 tuvo lugar el solemne Funeral, que presidió
el Excmo Sr.'Nimcio de S. S., Mons. Cento, y al que
asistieron el Arzobispo Primado Excmo Sr. Rincón,
el lim o. Sr. Obispo de Maracaibo Mons. Godoy,
Mons. Navarro, Mons. Pacheco, Mous. Pellín,
Representaciones lucidísimas de los cleros regular
y secular, el Excmo. Sr. Ministro de Instrucción Pú •
blica, Sr. Ministro de Italia en Venezuela, Cónsul
general en Caracas, y muchos y distinguidos miem
bros dcl Gobierno y de la alta sociedad.
Pero lo que sobremanera admiraba y enteniecia
era la Representación popular, que, en impuiientes
masas, quiso hallarse presente, para te.stimoniar
su buen corazón y su agradecimiento al sacerdote
que había sido el amigo bueno y constante de las
clases humildes.
Este pueblo admirable, que tan noblemente se
hace sensible a los favores que recibe, qui.so para sí
el honor de llevar el féretro del P. Riva, en hombros,
hasta el cementerio, durante un trayecto de más
de dos horas y media, y bajo los rayos crueles del
sol tropical.
Una vez allí, llovieron las ñores sobre .su tumba,
hasta cubrirla por completo, y depositáronse muchas
coronas, entre las que sobresíílían una del Presidente
de la República, General Juan Vicente Gómez; otra
del Secretario General de la nación y otra d ¿ Go­
bernador de Caracas.
Don Enrique Riva hallábase en Venezuela, desde

P. Enriqoe Riva ( + ) obsequiado por un grupo de sos Ex alumnos enlre los qoe figuran el Sr. Obispo
de Coro y el acfoal Ministro de Salobridad e Higiene.

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el año 1894, y había llevado siempre una vida oculta
y silenciosa, sin más contactos con el mundo que
los que le imponían sus continuas obras de caridad.
Ahora, al desaparecer, el mundo lo echa de menos,
se conmueve, acude a él y tributa a su memoria los
honores apoteósicos que ácostumbra sólo tributar
a los grandes bienhechores del pueblo.
Así ha terminado su mortal carrera el primer
salesiano que vino a Venezuela a plantar la bandera
de Don Bo-sco.
El P. Riva era italiano,' natural de Milán, donde
había nacido el año de 1863.
1882 recibió el
santo hábito de manos del Beato Juan Bosco e
hizo su profesión el año siguiente. En 1886 fué
destinado a España, y terminados allí sus estudios
teológicos, ordenóse sacerdote en 1888, año de la
muerte de Don Bosco, siéndole conferida la orden
por el Emmo. Sr. Cardenal Arzobispo de Sevilla.
No figuró precisamente en la primera expedición
salcsiana que puso pié en la noble España, pero fué
allí uno de los trabajadores de primera hora, y con
ellos dividió los tareas, por espacio de ocho años,
en la ciudad de Utrera, contribuyendo, con sus
sudores y con lo mejor de sus energías juveniles, a
cimentar aquella obra que tantos y tan regalados
frutos estaba destinada a producir.
El Padre Riva no era un intelectual, pero era un
sacerdote culto y de prendas nada comunes; no
tenía títulos universitarios, ni los necesitaba para
la misión que tenía que realizar. Su vida fué una
escuela práctica, en la que hubo de adquirir aquellos
criterios finos' y prudentes que muchos de los
hombres que desempeñan altos cargos pudieron
haberle envidiado.
Obraba siempre como quien tiene bien maduradas
las determinaciones que ha de tomar y, con ima
constancia tenaz que no conocía titubeos, las ponía
en ejecución.
Sus actividades eran múltiples y continuas y no
le fatigaban nunca.
Decir todo lo que él hizo por Venezuela es muy
difícil, aun cuando la presencia fascinadora de
tantas y tantas obras como salieron de sus manos
— y se ofrecen palpitantes de vida — pretendiera
damos una impresión exacta.
Nos basta señalar ima sola que bien puede lla­
marse el monumento descollante de su inmensa
labor, a saber, el Santuario de María Auxiliadora
que ha venido a complementar el Colegio de San
Francisco de Sales, en cuyo Suntuario empleó,
con intensidad que asombra, todas las energías
de estos sus últimos años.
Hace algún tiempo vivía como recluido en su
propia vida interior, solo, humilde, siervo dócil e
instrumento precioso de la Reina dcl cielo, como
nuestro Beato Padre.
iCuAntos sacrificios hubo de llevar a cabo! ¡Cuántos
actos de renunciamiento y qué ejemplos nos daba
a todos de la mA.«i sublime abnegadónl
Sufrió, con la mayor entereza, grandes dificultades
y supo, como pocos, vencerse a si mismo para ganar
a la causa dcl bien a
que se mostraban fríos e
incomprensivos, siempre con los procedimientos de
una caridad perfecta, tal como la describió San
Pablo.
Que el P. Riva había alcanzado un grado envi­
diable de santidad, acaba de demostrarlo este her­

moso plebiscito de veneración que le ha tributado
no sólo la ciudad de Caracas sino la República en
teta de Venezuela.
Don Bosco, que, desde el cielo, ha presenciado
gozoso este triunfo de su digno hijo, no dejará
ahora — nosotros así lo esperamos — de colmar el
enorme vacío que la muerte del Padre Riva ha
dejado en este país, tan necesitado de obreros evan­
gélicos para que la Religión, que hace siglos le
fué predicada y constituye su mejor timbre de
gloria, no sufra el menor quebranto.

■ •»((((«

Dña M aría de Villacerán.
Falleció en la ciudad de Manila (Islas Filipinas),
el día 7 de Julio p. p. Fué en vida esta Señora una
activísima Cooperadora Salesiana, que amaba en­
trañablemente las Obras de Don Bosco. El Boletín
Salesiano, la Obra Fia de las tres hlísas perpetuas,
la Asociación de Cooperadores; todo lo fomentaba
ella con celo iluminado e incontenible y, en todas
partes, dejaba bien marcada la huella de su caridad.
No conocemos aún las circunstancias de su muerte,
que no ha podido ser sino muy santa, pero no que­
remos que, por esperar a que se nos notifiquen, se
vea privada im alrna tan buena como la suya de
las oraciones y stifragios de nuestros Cooperadores,
a cuya caridad encarecidamente la recomendamos.
Sirvan, a la vez, estos renglones para hacer llegar
nuestro más sentido pésame a su desolado esposo,
Don Ramón Villacerán, a quién tanto deben los
salesianos.

Dña Carmen Velasco de Richards.
Hija de nuestra entusiasta y benemérita Coope­
radora, Dña María I. Vda. de Velasco, ha dejado
de exi.stir, también en Manila, habiéndonos produ­
cido la triste noticia una gran sensación de pena.
No creemos necesario inculcar resignación a la
buena madre que semejante pérdida acaba de
sufrir, porque un alma tan bien templada como la
suya sabe ser siempre cristiana, pero la consolará
ciertamente saber que no sólo nos asociamos a su
dolor, sino que pedimos por el eterno descanso de
su querida difunta, y anunciamos su muerte a
nuestros Cooperadores, para que también ellos ha­
gan lo propio.

R ecordad también en vuestros sufragios a:
E spaña (Gerona) P ile r a s . — Ana Piga Vda. de
Llansó.
Colombia (Santander) Girón. — Lorenza Ruje
les. — Rudesinda Delgado. Vda. de Roa.
C olombia (Santander) Lebrija. — Basilia Cal­
derón. — Paula Herrera.

Coa

mprobtcióa de la amior/dad eclesrAaUa.

D lrecfor-rc»pooaabte: D . D O .N tIN G O G A R N E R I .
C aU b IcciR itn Io T lp . de la S o cied ad E ditora la tersacio aal - Tarta

Corao Regiaa .Margiterffa. 176.