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Año XLVII - N. 5. — M ayo, 1932
BOLETÍN SALESIANO
REVISTA DE LAS OBRAS DE DON B O S C O
Verdadero concepto
de la cooperación salesiana.
(Co a tia a a ció n ).
D e lo fá c il que es cooperar
a la salvación d e l prójimo.
Los CONSABIDOS PRETEXTOS. — La pereza
yel amor propio saben oponer a esa cooperadon tal número de reparos y dificultades,
<}ue a mucbos se les figura como algo superior
a sus fuerzas.
Es una burda deformación de la realidad,'
en la que se ve desde luego la mano del de
monio para sabotear el bien de las almas.
Yo no tengo aptitudes para esto, suele
<lecirse: no tengo instrucción: no tengo autoridad:sería preciso ser un santo: los quehaceres
de mi familia me lo impiden: soy demasiado
joven: ¿qué puede hacer una pobre mujer
del pueblo? carezco de medios: no tengo
amistades ni influencias: ¡tengo tantos acha
ques! no dispongo de mi libertad y mis padres
no lo verían bien: vivo en un país apático
donde se estrellan todos los esfuerzos: es algo
que está sobre mis fuerzas: me pedís un im
posible. Rem difficilem postulasti (4 Reg., 2,
10). He aquí las razones de más bulto que
algunos suelen invocar, cuando se les invita
a que contribuyan a cualquier obra de apos
tolado.
Ninguna de estas razones — lo decimos
con toda franqueza — tiene fundamento
y sería más exacto que, en lugar de
razones, las llamáramos pretextos. Sépase,
^ te todo, que ni Dios ni la caridad exigen,
de ninguna persona en particular, que ella
dAa. lo haga todo, que levante en masa,
tíla sola, toda la inmensa complejidad de
santas y poderosas industrias que el celo es
capaz de movilizar, cuando se trata de salvar
una alma.. Lo único que exigen es que ponga
cada hombre su piedrecita en esta obra
redentora y divina, que haga cada hombre
lo que buenamente le permitan su edad,
sus condiciones físicas y morales, su cultura,
su posición social, sus medios de fortuna.
No se pretende nada que pueda significar
abandono de otros empeños y obligaciones,
ni exposición a daños o peligros.
Dios ya se preocupó de establecer límites
a nuestro celo, porque mientras vemos por
una parte, que impone a cada hombre el
deber de ocuparse de la salud de su prójimo,
mandavü unicuique, observamos por otra que
ese deber lo subordina a las condiciones in
dividuales: Pronwverás el bien de iu prójimo,
según ius posibilidades [Eccli., 29-27).
Nuesto Beato Fundador, a esas personas
que se excusan diciendo: yo no tengo bienes
para hecer limeena, les replicaba en estos
términos: S i no tienes bienes, dá lo que puedas.
Aún sin dar dinero,hay mil medios y maneras
de hacer limosna. ¿Es que ya no existen en
fermos que visitar y asistir? Es que no hay
niños abandonados a quienes atender e instruir,
recogiéndolos en tu propria casa, si te es po
sible o llevándolos a donde puedan enseñarles
la ciencia de la salvación? No hay pecadores
a quienes aconsejar, ni dudas que disipar,
n i dolores que consolar, ni enemistades que
componer, ni injurias que perdonar?
Véase como en la obra de la santificación
de las almas, la esfera de acción es inmensa
V
la libertad de movimientos ilimitada.
130
¿Qué Cooperador salesiano rehusará pues
su concurso, cuando le sea solicitado y aunque
nadie lo solicite?
D iv k k s a s
m aneras d e
hacer
el
b ie n .
a) Con la propia persona. — Dándose uno
a sí mismo, con el holocausto de su libertad,
como esas personas que, renunciando para
siempre al mundo y a sus halagos, mediante
el triple vínculo de la profesión religiosa, se
inmolan totalmente e la salud del prójimo
y no perdonan sacrificio, por grande que sea,
cuando del bien de las almas se trata.
l ‘vl Cooperador, sin necesidad de salir
de su casa — pues que en realidad es
miembro de la familia salesiana — encontrará
a esos héroes, por centenares y por millares,
•en los ])ropios Hijos de Don Bosco quién,
sobre su escudo* de nobleza y como índice
de sus aspiraciones personales y las de su
Congregación, hizo gp^abar estas palabras:
Dadme almas y quedaos con lo demás — Da
miiii animas, cadera tolle [Gen., 14, 21).
b)
Con la limosna. — Así lo hacen
que, no sintiéndose llamados por Dios con
una especial vocación, comprenden que es
deber suyo ayudar a los anteriores en su evan
gélica caridad, y les proporcionan medios ma
teriales para que puedan, más libremente,
derramar sobre las almas los tesoros de su
inteligencia y de su corazón. ¡Oh cuántos
ejemplos podríamos ofrecer también aquí a
nuestros Cooperadores, de personas de ambos
sexos, — y hoy constituyen verdaderos ejér
citos — que. desde los primeros tanteos de la
Obra de Don Bosco, vienen ajuidándola,
quienes con cantidades respetables, quienes
con el óbolo de la viuda, a imi)ulsos de un
generoso espíritu de sacrificio, al que ínte
gramente se delxju las numerosas Casas de
educación, los magníficos templos, las dilatatlas Misiones y toda las obras, en fin, de
la fecunda lab<->r salesiana en el mundo.
c) Con el
— Muchos hay tam
bién, como los literatos, escritores, publicistas,
que ponen al ser\-icio de la buena causa los talentt^s (pie Dios les ha dado y, en libros y
jx'riíbdicos, en cátedras y conferencias, dentro
de las iglesias y fuera de ellas, elogian,
ilustran y defienden la Obra del humilde
sacerdote de Turín, rodeándola de esa aureola
de prestigio que tanto ha <x>ntribuido a que
su nombre y sus Institutos ha\’an podido
penetrar en todas partes, con la asombro
sa rapidez que todos hemos visto. Esos
hombres con su palabra y con su plmna
hacen un bien formidable y son unos magnífi
cos cooperadores salesianos.
d)
Con la propia autoridad. — Abundan
además los que hacen el bien valiéndose de
su prestigio e influencia, aprobando, favore
ciendo y recomendando. Son y a cinco los
Soberanos Pontífices que, de las Obras Salesianas, han hecho repetidos y solemnísimos
elogios, y nadie puede calcular el impulso
que a las mismas ha comunicado la su
prema autoridad y resonancia de sus pala
bras. Príncipes de la Iglesia e innumerables
Obispos y Dignatarios les han luego imitado,
procurando, a todo trance, que los Hijos de
Don Bosco se establezcan en sus Diócesis y
excitando a los fieles a socorrerles.
Y con las altas autoridades eclesiásticas,
hfl-n rivalizado hombres de la más elevada
posición social, prestando su benevolencia a
la Pia Sociedad, remo%’iéndole obstáculos,
obteniéndole facilidades y privilegios y ha
ciéndose en todo momento eficaces vale
los
dores suyos.
Sacerdotes de todos los países y de todas
las categorías, profesionales de la ciencia,
artistas, industriales y hasta políticos y
gobernantes, a pesar de los tiempos que co
rremos, honran en todas partes las listas
de nuestros Cooperadores, con un haber
espléndido de favores y de servicios presta
dos a las Obras del Beato, sin que ello les
haya costado un céntimo y sólo con el aval
de su autoridad e influencia.
Muchas son, también, muchísimas, las per
sonas de menos ca.tegoria social, pero no
menos fer\rientes y beneméritas — y las
vemos hastíi en las clases más humildes
— que, mediante una prestación personal
que tiene algo de sublime, dedícanse a reco
ger limosnas, a difundir Revistas, a r e ^
niendar Colegios salesianos a las familias
para la educación de sus hijos, a prestar ep
fin a los Hijos de Don Bosco mil y mü
inestimables ser\dcios, y a la causa de Dics
y de las almas una cooperación santa y
magnífica. Esas personas nos recuerdan a
la bondadosa Virgen María, cuando en las
Bodas de Caná ayudó a los desconsolados
esposos, excitando el peder de Jesús en favor
suyo, y a aquella criada hebrea que contnbuyó a la curación de Naamán, dirigiéjidolo
a la casa del Profeta Eliseo.
I3I
e)
Co7i la oración. — Para todos aquellos,
que no disponga
alguno de los medios
en fin, que desprovistos de bienes materiales indicados, y ahí tiene también la razón cpie
y de dotes de ingenio y de influencia social ha movido a Dios a hacer de esas obms de
quieren, no obstante, ayudar a losSalesianos, caridad un precepto obligatorio para todos
queda todavía un medio eficaz, como nin los hombres. Mandavit unicuiquc.
guno seguro e incontrastable, la oración.
Cooperemos, pues, ardientemente con los
Con ella harán llover continuas bendiciones medios materiales o morales que la Pro
de Dios sobre las empresas de la Pía Socie videncia ha puesto a nuestro alcance, y re
dad, 5’ luz y fuerza sobre sus miembros, ocu cordemos estas palabras del Beato Juan
pados en los más delicados oficios, y favores Bosco: «No hay cosa que más atoniiente a
sin cuento sobre todos sus cooperadores v i los condenados en el infierno, que el recuerdo
vos y difuntos; con ella desplegarán en favor de haber pasado en el ocio el tiempo que Dios
de las almas una actividad verdaderamente les había dado para salvarse, así como no
extraordinaria y divina.
hay cosa que más consuele a los bienaven
Ahí tiene pues el buen Cooperador como turados en el cielo, que el tiempo por ellos
cualquier persona ha de hallar, no sólo posi empleado en promover la gloria de Dios ».
ble sino hasta fácil, ajnidar a los Salesiancs
en favor del prójimo, porque no hay nadie
{Contmuará).
A
NUESTROS
CORRESPONSALES
ro g a m o s e n c a re c id a m e n íe q u e , en s u s **R e la c io n e s ” , p r o c u r e n :
1.
S e r breves. — Piensen que nuestra Revista no dispone de espacio ilimitado, que tiene que
servir varias Secciones y contentar a muchos.
2.
S e r amenos e interesantes. —
La amenidad depende de la exposición, el interés del
asunto, aunque no de un modo exclusivo. Desde luego que las noticias banales o de interés pu
ramente local no deben enviarse. Fundaciones nuevas, lóenles nuevos, actividades nuevas, exposiciones. distinciones, visitas de primeras autoridades, congresos, asambleas de cooperadores y ex
alumnos, aniversarios y conmemoraciones importantes, fiestas extraordinarias, estadísticas- de obras.
de trabajos, de resultados, etc, he aquí lo que merece ser publicado en el Boletín.
3.
S e r cuidadosos de la redacción. —
No se pretende que sea literaria, pero sí corriente
y esmerada. Los pliegos deben enviarse escritos a máquina o, si no es posible, presentados con
claridad, especialmente en los términos propios y folklóricos.
4. Enviar buenas fotografías. — Tanto en lo que se refiere a la buena elección del asunto,
como a la intención artística y a la ejecución técnica. D e esas fotografías, las más notables se
publican y todas pasan al archivio central, donde son científicamente clasificadas y mañana formarán
lo historia gráfica de nuestra Sociedad.
5. Todo el material de publicidad debe ser enviado a : O R A T O R IO S A L E S IA N O - O ficina
central d e prensa - V ia Cottolengo, 3 2 - T U R IN (109) Italia.
II
132
El mes de M aría Auxiliadora.
Kntre todas las fiestas de devoción que
celebra la inmensa familia católica, no hay
acaso ninguna más popular, ni más universal,
ni más fúlgidamente poética que el Mes de
María.
Y del)e ser también antiquísima esta
práctica, pues aunque el momento de su
aparición en el estadio sacro de la piedad
escapa a la mirada de los investigadores,
nosotros creemos, con el P. Thurston, que
r
de prácticas esclusivamente consagradas a
honrar a la Reina del cielo, no se remonta
mas allá de la Edad Media, y no adquiere
verdadera universalidad hasta el siglo XIX.
España es la primera nación que nos habla
de él, en las famosas Cantigas a Santa María
de Alfonso el Sabio, donde el rey poeta, con
su estro fervoroso y su dulcísima fábla, que
era la balbuciente lengua de Castilla, exalta
.el mes de Mayo, atribuyendo a ' la Sma
Virgen su luminosa suavidad y belleza y el
aroma delicado de sus flores.
Pero si los orígenes del Mes de María se
ofrecen tan lejanos y envueltos en penum
bras de incertidumbre, los del Mes de María
Auxiliadora son muy recientes y de todos
bien conocidos. Como habrá, no obstante,
quienes ignoren el proceso y los motivos de
esta nueva devoción, adoptada y populari
zada por el Beato Juan Bosco, vamos a
exhumar para ellos irnos breves recuerdos.
*
* *
La Sma Virgen vista por el arte chino.
i4ve m arís s le llo - Cuadro del pintor Cieng Mei-Hn.
arranca de los Ludi florales con que los Ro
manos, desde la época de las Guerras púnicas,
celebraban la Primavera, enguirlandados de
hojas y de flores, siendo un bello ejemplo
de cristianización de ritos paganos.
El Mes de Mayo, como práctica o serie
En diciembre de 1862 Don Bosco decía
confidencialmente al estudiante Pablo Albera, que debía ser su segundo sucesor.
— Nuestra iglesia es demasiado pequeña;
los niños no caben y los tenemos amonto
nados. Es preciso que construyamos otra
más grande y más hermosa y verdaderamente
magnífica. A esta nueva iglesia le daremos
el nombre de Iglesia de Marta Auxiliadora.
Y o no tengo un céntimo, ni sé donde ir
en busca de dinero, pero esto es lo de menos;
si Dios la quiere. El se encargará de levan
tarla. Y o voy a empezarla y, si fracaso, que
toda le vergüenza caiga sobre Don Bosco.
Idénticas confidencias hizo también a
D. Juan Cagliero, que luego fué Apóstol de
la Patagonia y Cardenal de la S. Iglesia.
«En 1862 — son palabras suyas — Don
Bosco me comunicó que pensaba levantar
una nueva iglesia grande y digna de María
Santísima. Hasta ahora, me dijo, hemos
venido celebrando con la mayor solemnidad
la fiesta de María Inmaculada, bajo cu>i'ft
auspicios ha nacido nuestra Obra con los
Oratorios festivos. Pero, en lo sucesivo, la
Virgen quiere que la veneremos con el título
de Auxilio de los Cristianos. Los tiempos
que corren son muy malos y tenemos ver
dadera necesidad de que María nos ayude
a conservar la fe. Ha^’-además, para nosotros,
otra razón. ¿Sabes cual?
— Creo, le contesté, que es porque está
destinada a ser la Iglesia-Madre de nuestra
futura Sociedad, y el centro de donde irra
diarán todas nuestras obras en favor de la
juventud.
— Precisamente; María Sma, que ha sido
la fundadora, ha de ser también la continua
dora de nuestras obras ».
El acariciado proyecto salió, bien pronto,
del terreno de las confidencias y se hizo del
dominio general.
Los niños del Oratorio • lo comentaban
entusiásticamente en sus recreos y, un día
en que Don Bosco se hallaba presente, les
impuso silencio y les dirigió esta pregunta:
¿A que no acertáis cual es el título que da
remos a la nueva iglesia?
— Docenas de voces gritaron: de la In
maculada; del Carmen: del Rosario.
— No; todos estos títulos son muy her
mosos, pero nosotros queremos que se llame
Iglesia de María Auxiliadora.
guramente el origen de este título, que nos
recuerda la gloriosa victoria reportada en
Lepante, contra los Turcos, por las escuadras
coaligadas de Italia y España y que nos
habla, además, de la liberación de Vieua y de
nuestro príncipe Eugenio de Saboya.
— Será como Vd. dice, Sr. Abate, pero
este título no suena bien en estos tiempos.
— Pues indíqueme Vd. otro.
— H ay tantos donde escoger... Llámela
Vd. del Carmen, del Rosario... ¡qué sé yol
— Ya! ya! no había caido; es cosa que
tiene fácil arreglo.
— Desde luego; siga mi consejo. Esto de
Auxiliadora es algo muy raro, es una nove-
>N. A+v’ *
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VV.fl
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* *
Llegado el momento de realizar su idea,
Don Bosco encargó los planos y los llevó
al Municipio para su aprobación. Allí el
nuevo título tuvo que sufrir el peligroso re
gistro aduanero de una burocracia rabiosa
mente laica, pero el santo sacerdote que, a
todo trance, quería hacer triunfar la voluntad
del cielo, echó mano de su ingenio inagotable
en recursos, y no sólo lo sacó indemne, sino
que lo dejó para siempre establecido, de un
modc* inconmovible y glorioso.
El lance tiene su amenidad y merece re
ferirse:
Cuando el arquitecto municipal de Turín
desenrolló el proyecto y leyó el título que
De\-aba, notó Don Bosco que torcía el gesto,
con visible displicencia.
— Qué, ¿no le agrada ese trazado?
— Lo que no me agrada es el título que
Vd. quiere darle a esta iglesia. ¿De dónde
lo ha sacado? Me parece impopular e ino
portuno, y me suena demasiado a santurro
nería. ¿No podría encontrarle otro?
— \’d, Sr. Arquitecto, con tantas ocupa
ciones como tiene, no ha podido conocer se
La V irg e n M a d re - Cuadro del pintor Cieng Mei-Hu.
dad que en Turín podría no caer bien; pa
rece indicar... basta, precisamente lo que
a la A’irgen le sobran son títulos.
— Siendo honoríficos le cuadran todos muy
bien y mmca le daremos bastantes. Bueno,
no hablemos más de este; yo lo estudiaré.
Aquella nueva advocación de « Auxilio de
134
los cristianos» les sonaba, en efecto, a aque
llos hombres del Risorgimento como una
provocación, como un conato oposicionista
a las máximas revolucionarias, como un
nuevo banderín de combate del clericalismo.
Don Bosco que estaba acostumbrado a
semejante escarceos, trazó su plan. Dejando
que pasaran algunas semanas, en las cuales
se ultimaron los planos de la iglesia, hasta
su último detalle, se personó, de nuevo con
ellos en el municipio. E l nombre fatídico de
Auxiliadora había desaparecido del papel
y sólo se leía: Iglesia de Valdocco.
Dos regidores de la cosa pública, al darse
cuenta de la magnitud de la obra, quedaron
con la boca abierta y exclamaron:
— Pero esto, Señor Don Bosco, no se
construye ni con un millón. — ¿Cómo se va
Vd. a arreglar para llevarlo a cabo?
— Es cuenta mía. Y o no pido a Vdes
dinero, pido tan sólo que me la aprueben.
— Y ¿qué título va Vd. a darle?
— Y a lo buscaremos.^Ahora lo que hace
falta es el permiso.
Y el permiso vino con todas las de la ley.
Cuando le fué pasada notificación a Don
Bosco, visitó al arquitecto para darle las
gracias y éste le dijo con aire de satisfacción:
— Y a ‘he visto que aquello ha desapare
cido. No esperaba menos de la comprensión
y buen sentido de Don Bosco.
— Efectivamente: comprendiendo yo que
al Sr. Arquitecto no le hacía gracia aquel
título, lo he dejado sin ninguno para, una
vez aprobado el proyecto, ponerle el que
mejor me parezca.
— Cómo? sería Vd. capaz? ....
— ¡Garó!
— Pero esto es un engaño.
— Nada de engaños. Vd. no quiso apro
barlo y no lo a]>robó; yo quería ponérselo y
se lo iMMidré. De este modo los dos quedamos
satisfechos, porque tanto Vd. como yo,
usando de un ¡perfecto derecho, vemos logr;\do nuestro deseo.
El arquitecto acogió su derrota con una
forzada sonrisa, y el santuario inauguró sus
obras y su historia de maravillas y de trimiíos. bíijo los auspicios de María Auxiliadora.
Oigamos ahora, de nuevo, al Beato Juan
Bosco; «lyii necesidad — dice — universal
mente sentida de invocar a María es algo
que ahora rebasa los límites del individuo
y de la familia. Hoy no es tan urgente enfer\-orizar a los tibios y convertir a los peca
dores y preservar a los inocentes, como
acudir a la defensa de la misma Iglesia que,
de mil maneras, se ve combatida, en su
Cabeza, en sus enseñanzas, en su disciplina,
en sus instituciones, en sus prerogativas
como centro de la verdad y como maestra
de todos los fieles. Por esto, y a fin de atraer
sobre ella una protección especiah'sima del
cielo, acudimos a María, que es la Madre
común de la familia cristiana y la potente
Auxiliadora de las naciones católicas i.
Lector, todas las razones que motivaroa
esta robusta y consoladora devoción sub
sisten, en nuestros tiempos, íntegras y con
un carácter de mayor gravedad.
Cierto que hoy no tenenos la barbarie
turca que amenazaba convertir la Confesión
de San Pedro en pesebrera para los ca
ballos del sultán; que no existen ya los
filósofos de la Enciclopedia que desataron
el universal movimiento de rebeldía contra
los dogmas; pero tenemos la demagogia
deservida que impulsa a las masas al pe
simismo y a la destrucción, después de
haber matado en su espíritu todos los
bellos estímulos del ideal católico. Tenemos a
las sectas anticristianas que, aprovechán
dose de esta crisis caótica y lamentable del
alma popular, hacen cuanto les sugiere su
musa depravada para saciar odios invete
rados contra la Iglesia, y lanzan sobré las
naciones católicas la nube siniestra de la
persecución.
No liaya temor. La historia, dulcemente
aleccionadora para los que seguimos a Cristo,
se repetirá de nuevo, con tal que no nos
falte la fe.
El Beato Juan Bosco nos ha trazado el
camino de la \úctoria y nos ha ensenado la
táctica. Mucho amor y obediencia al Papa;
mucho celo y caridad con la juventud; mucha
oración; mucha frecuencia de Sacramentos;
mucha palabra de Dios bien escuchada;
muchas campañas contra las malas cos
tumbres; mucha prensa católica, y mucha
confianza en María Auxiliadora.
Mientras redactamos estas Eneas, nos llega
una carta de nuestros Cooperadores de Mé
jico, verdaderamente tierna y alentadora.
Ir
135
Aquellos admirables católicos que, como los
antiguos mártires, muestran a la admiración
del mundo sus cicatrices gloriosas, dicen
que, si resisten todavía la ola revolucionaria,
es porque la Virgen les sostiene. E l célebre
santuario nacional guadalupano ios ba visto
desfilar por centenares de millares, y los
templos dedicados a María Auxiliadora están
siempre que rebosan.
En la carta de referencia se nos hace una
'consoladora reseña de los fervorosos cultos
(jue la Asociación o Archicofradía de María
Auxiliadora, establecida en la catedral de
San Cristóbal — Las Casas, con más de 1500
socios, celebra todos los meses, y se nos
enna esta tierna y conmovedora súplica,
que aquí transcribimos, para que los cató
licos que se hallan en circunstancias pare
LAS
SE IS M IS A S
cidas a las de los mejicanos, puedan hacerla
suya:
¡Oh Mario! Tü eres la hermosa estrella que
brilla fulgurante en el cielo de la Iglesia ca
tólica, y cuya luz suave, alegra y fortalece a los
cristianos, más que en los dias de paz
de
bonanza, en las horas tristes de la amargura
y del desconsuelo. Por esto. Madre tierna y
Auxiliadora de los Cristianos, nosotros re
currimos a T i pidiéndote que nos ampares y
nos fortalezcas con tu gracia, que nos alientes
con tu mirada y fluiws nuestra fe, para que
confiemos siempre en el triunfo, a pesar de
los rugidos del enemigo de nuestras almas.
Nosotros oreemos que Tu has sido, en iodo
tiempo, la insigne defensora del pueblo cris
tiano y firmemente esperamos que lo serás
también ahora y en lo futuro. Amén.
D IA R IA S
PERPETUAS
Una gran obra de caridad al alcance de iodos.
¿Quién hay que no conozca la Obra Pía
del Sgdo Corazón de Jesús?
Fue fundada por el Primer Sucesoí^del
Beato Juan Bosco para atraer la caridad
cristiana sobre sus huerfanitos, y benigna
mente aprobada por S. S. León X III, el 30
de junio de 1888.
Con sólo hacer la limosna de una peseta o
o’zo § [dólar) se adquiere el derecho a parti
cipar de todas las oraciones y buenas obras de
la Pía Sociedad Salesiana y a la aplicación de
seis misas que se celebrarán todos los días,
a ^perpetuidad, en nuestra Basílica del Sgdo
Corazón de Jesús de Roma. De estas seis
misas, dos se dicen en el altar mayor, dos
en el de María Auxiliadora y dos en el de
San José.
F,1 que se inscribe en la Obra Pía puede
aplicar el fruto de estas misas a si mismo,
o a otras personas ^^vas o difuntas, y variar
la intención cuantas veces le plazca.
Son 2172 misas las que se aplicarán todos
los años según vuestras intenciones; ¡fijáos
bien, almas caritativas!
¡Cuánto bien no podéis hacer con algunos
céitimos! ¿Quién no se privará de ellos?
¿quién no será capaz de sacrificar un dulce,
un billete de tranvía, una entrada de cine.
L
un café, un refresco, una cajetilla de tabaco?
¿quién negará a sus queridos difuntos un
sacrificio tan diminuto y dejará de contribuir
al mantenimiento 5’ educación de todos esos
millares de huerfanitos, que no tienen en
esta tierra más calor que el de los Institutos
salesianos?
¿Cual será la suerte de estos pobrecitos
niño^ si todas las personas que tienen un
coraron noble no hacen algo en favor suyo?
porque
E s n ecesa rio s d ecirlo. Ivos Hijos del Beato
Juan Bosco se hallan llenos de preocuj)ación
y de angustia, al ver como va adelgazando
y disminuyendo la caridad, de día en día,
con el consiguiente peligro para lo.'? niños
acogidos en sus Colegios, y no tienen más
remedio que gritar y suplicar y hacerse oir,
antes de que el pan, que ya escasea, llegue
a faltarles del todo a estos inocentes.
Es una cruzada hermosísima de caridad
la que os proponemos, en la que podéis tomar
parte todos, los ricos y los pobres; ¿cóm<i?
iscribiéndoos en la Obra Pía de las seis misas,
aconsejándola, procurando que otros se
inscriban; en una palabra
H acién doos a p ó sto les déla misma. Si cada
persona, si cada Cooperador salesiano se
A ti • —1-*. .
136
propusiera, durante este año, enviamos nada
más que diez inscripciones, el pan de nuestros
huerfanitos quedaría asegurado. <
Inscribid ante todo a los miembros de
vuestra familia, vivos y difuntos; haced
después propaganda, invitad a todo el mundo,
haced partícipes de esta gran riqueza espi
ritual a padres e hijos, a deudos y amigos, a
los bienhechores y a las almas más olvidadas
del Purgatorio.
Algunos dirán: yo ya estoy inscrito. Muy
bién, perfectamente: pero así como no os
contentáis con aplicar a vuestros difuntos
una sóla misa, sino que Ies hacéis decir todas
las que podéis, y eso todos los años, nada im
pide tampoco que repitáis las inscripciones
a la Obra Pía del Sgdo Corazón, tanto más
cuanto que la limosna que se os pide no
alcanza ni la quinta parte del estipendio
que suele darse por una sóhi misa ordinaria.
jOh qué facilidad y qué dicha para las per
sonas y las familias que, por carecer de
medios, no pueden enviar a sus queridos
difuntos los sufragios que su amor y su piedad
les piden!
Una peseta la pueden ahorrar todos, todos;
privándose de una pequeña bagatela, ofre
ciéndola el día de su boda, de su onomástico,
del nacimiento de algún hijo, de la muerte
de algún ser querido, de im acontecimiento
familiar cualquiera.
Es un medio bien fácil de aseguraros las
bendiciones del cielo en esta y en la otra
vida. Pensad en los centenares de millares
de niños que en el mundo entero rogarán
por vosotros. Pensad en el cúmulo de buenas
obras realizadas-por los Hijos de Don Í3osco
y en los sacrificios de nuestros misioneros,
de los que seréis partícipes. Pensad en las
almas de vuestros queridos difuntos, a los
que muchos debéis vuestra fortuna, y que
os tienden acaso sus brazos suplicantes,
desde los abismos del dolor.
M anos pues a la obra. Almas generosas,
convertfos en instnunentos de la bondad
divina. Precisamente porque no os será po
sible hacer mucho, os invitamos a ese pe
queño esfuerzo.
lín nombre del Beato Juan Bosco os ten
demos la mano. K1 recuerdo paternal de
Don Rinaldi (q. s. g. h.) nos infunde la santa
osadía de suplicaros que el óbolo que teníais
prepiirado para su Misa de Oro, lo empleéis
ahora en limosnas y sufragios.
Os querenms repetir, para estímulo y con
suelo de vuestra caridad, aquellas di\Tnas
palabras del Autor y Remunerado! de todo
bien; Bienaventurado el que piensa en d pobre
y en el desvalido, porque el Señor lo salvará
en el día malo. E l lo conservará y le dará la
vida y lo hará feliz sobre la tierra (1).
(i) En este número del Boletín hallará el lector
una Hoja suelta que cómodamente puede ser lle
nada con nombres de suscritores a la Obra del
Sgdo Corazón y remitida, con sus respectivas li
mosnas, a:
Rector Mayor de la Pia Sociedad Salesiana
Coitolengo, 32 - Turin (Italia).
Los Cooperadores Salesianos que, confesados y
comulgados, recen según la intención del Romano
Pontífice, pueden ganar:
Indulgencia P len aría.
1) Un día de cada mes, a su elección.
2)
El día en que hagan el piadoso Ejercicio
mensual de la Buena Muerte.
3)
El día en que asistan a la Conferencia mensual
Salesiana.
y en cada uno de los siguientes días:
>
Junio
>
>
3 Invención de la Santa Cruz.
8 Aparición de San Miguel Arcángel.
17 Aniversario de la Coronación de María
Auxiliadora en Turín.
24 Fiesta deMaría Auxiliadora.
24 Natividad de San Juan Bautista.
29 Fiestas de San Pedro y San Pablo.
30 Conmemoración de San Pablo.
Por concesión espectalísima de S. S. Pío XI,
hecha al Rector Mayor de la Pia Sociedad, D. Felipe
Rinaldi (6 de Junio de 1922) todos ¡os Salesianos «
Hijas de María Auxiliadora, con sus respectivos
cooperadores, alumnos y
pueden ganar:
1) Una Indulgencia Plenaría cada día, sólo con
elevar su corazón a Dios en medio de sus ocupaciones
habituales.
2) 400 días, cada vez que repita n el mismo acto
Para lucrar estas Indulgencias llamadas • de
Trabajo * únicamente se exige el estado de gracta.
estando dispensados de cualquier otro requisito.
á
ECOS DE LA CASA MADRE
INSTRUCCION c u A R E S M A i.. — Es la gran obra de
todas las iglesias parroquiales de Italia, durante
la santa Cuaresma. Los fieles acuden, cuareuta
noches seguidas, a sus respectivos templos a oir al
predicador que solícitamente les desmenuza el pan
de la verdad católica, haciéndolo grato y digestivo
hasta para los estómagos más débiles o más estra
gados. El cronista ha recorrido varias iglesias de
Turía, y no ho oido uno sólo de esos sermones
académicos hechos para halagar los oidos; todo
lo que ha escuchado es manual y sencillo, y muy
a propósito para iluminar las inteligencias y aca
llar el hambre sagrada de los corazones.
En nuestra Basílica de María Auxiliadora ha
predicado estos sermones cuaresmales, que para
k)s fieles equivalen a unos prolongados Ejercicios
Espirituales, el canónigo Sr. Ansio, viendo pre
miado su celo sacerdotal con im auditorio enorme
de hombres, y con espléndidas fiestas eucaiísticas.
Visita d e u n O bispo a i.a R e l iq u ia d e n u estro
Beato. — El día 9 de febrero vino al Oratorio,
expresamente para celebrar una misa en el altar
del Beato Juan Bosco, el Exemo Sr. D. José Ambühl,
obispo de Basilea. Asistiéronle, durante el augusto
sacrificio, los salesianos alemanes D. Oscar Egger
7 D. Juan Schlapfer, que luego le acompañaron a
visitar las diversas dependencias de la casa.
Hugo W ast en T urin . — Nuevamente hemos
tenido el gusto de ver en la Casa-Madre a este exi
mio novelista católico. Director de la Biblioteca
nacional argentina, quien esta vez ha venido acom
pañado de su virtuosa señora, de paso para diversas
capitales de Europa.
Con verdadera efusión hemos estrechado la mano
del infatigable apóstol de la buena literatura, que
tanto ama y distingue a la Obra salesiana, y cuya
pluma — que se diría más bien aguja de bordar
CRUZADA
— ha terminado nna nueva Vida de Don Bosco,
próxima a publicarse, y a la que auguramos una
larga y no interrumpida serie de éxitos editoriales.
U n a p e r e g r in .acion f r a n c e sa . — El 21 de
febrero, en varios autobuses de turismo, llegaron,
del Norte de Francia, unos 200 peregrinos quienes
después de saciar su devoción en la Basílica, deja
ron en ella, como recuerdo de su visita, un rico
medallón de alabastro con la imagen de la Vir
gen y el Niño Jesús.
E l D octor s -a lesian o D. A lb e r t o C a v ig l ia . —
Este pulcro escritor y publicista acaba de regresar
de Roma, donde dió una Conferencia, en el palacio
De Propaganda Pide, sobre el « Concepto misionero
de Don Bosco y su actuación dentro de la Sociedad
salesiana >.
La prensa de la ciudad eterna ha hecho de él
grandes elogios.
L as fiestas d e Sa n J osé . — Como todos los
años, los alumnos artesanos de estas Escuelas
Profesionales han celebrado las fiestas de su Patrono,
con grandes solemnidades religio.sa.s, alegres ver
benas y una solemne procesión final.
Es la tradición iniciada por el mismo Don Bosco,
que devotísimo del Santo Patriarca, lo colocó
entre los Patronos principales de la Sociedad Sa
lesiana. En la Basílica quiso dedicarle un altar de
mármol, a la derecha del crucero, con espléndida
tela de Lorenzone, que ya había })Íntado el gran
cuadro de María Auxiliadora. En esta tela el ar
tista, siguiendo las indicaciones del Beato, pintó
una Sagrada Familia; de las manos de Jesús
salen rosas blancas y encamadas, emblemas de pu
reza y caridad, que San José deja caer, a través de
las nubes, sobre los grandes edificios del Oratorio,
cuya lejana perspectiva aparece pintada al pié del
lienzo.
MISIONERA
NUEVAS B E C A S
“ SAN AN TONIO DE PAD UA” — Colegio salesiano de
Mataró (Barcelona) España.
DE ESPAÑA Y AMERICA
M O N TILLA - Córdoba (Espoita).
—
Cer/a-
m en de Le ng ua L a íin a .
Con el lucim iento que era de esperar, cele
bróse el día 25 de Diciem bre en el Colegio Salesiuno de aspirantes de esta ciudad, el anmiciado
Certamen de Lengua Latina.
Resultó interesante y reñidísimo. Presidieron
el acto el Profesorado dcl Colegio y el Clero de
la ciudad.
Después de un himno m arcial, habló el
Sr. Consejero escolástico, D. M iguel Gómez,
en un latín fácil y elegante, explicando la signi
ficación y la im portancia del Certamen y d i
ciendo que con él los alumnos salesianos seguían
una tradición gloriosa, iniciada por el fundador,
el Beato Juan Bosco.
A continuación, un alum no del 4° cureo,
declam ó un admirable trozo oratorio del dis
curso ciceroniano « Pro A rchia P oeta *.
Tenninado este, subieron al escenario los
alumnos de 1° y 2® y comenzó el Certamen
sobre A n alogía Latina.
E l cuestionario abarcaba 350 preguntas y
era de ver la soltura, prontitud, y seguridad
de los pequeños contendientes.
N aturalm ente hiil>o sus bajas, algmuus ver
daderam ente sensibles, dada la inflexibilidad
del Jurado.
Con todo, aphuulimos cahm>samenle a los
veiu'edoiX'S, (pie fueron seis.
Otras alumnos de 3® y 4® recitaron con ento
nación la delicada jxjesía en exám etros latino?»
«Joauni Blasco P atri tuvstro dulcísim o »; y un
párrafo hennasísim o de una carta de S. JereSnimo a HelicKlon>.
El Certíunen entre estos lUtimos Cursos sobre
Sintaxis, vocabulario y fraseología fué en ver
dad emocionante y reñido.
D urante un buen cuarto de hora los lucha
dores iK'nnauei'ierou en su puesto, defendién
dose a u i denuedo. A l fin fueron cediendo alguiu's, qiUHlando vencedores seis.
Cerró el acto el Sr. l^irector, quién habló
tam bién en latín, felicitando calurosam ente a
todos.
P E R Ú . — S o le m n e c la u su ra d e l año escolar
y d is trib u c ió n d e p re m io s
S a le s io n o d e l C a lla o .
m o ría d e l D ir e c to r .
en
el
Colegio
- In te re s a n te Ale-
E n la tarde del 27 de Diciem bre se rea
lizó en el patio central del Colegio Don Bosco
de este puerto, vistosam ente enganalado, la
solemne distribución de prem ios y clausura del
año escolar.
Presidió la actuación el R . P. José Reyneri.
inspector de los Salesianos, a quien acompa
ñaban el señor César Léon en representación
del Alcalde, los Herm anos M aristas y las Hijas
de M aría A uxiliadora.
L a selecta y num erosa concurrencia ocupó
los asientos instalados én las galerías, mientras
los alumnos, correctam ente unifonnados, daban
su tono especial a esta fiesta con sus risas crista
linas y sus charlas pintorescas.
Inicia la actuación la Banda de Música del
Colegio con un hermoso y entusiasta pasodoble,
al m ism o tiem po que aparecen los alumnos
fom iadas y presididos por la bandera de la
patria. E n seguida se can ta el H im no Nacional
que todos corean acom pañados por la Banda.
L uego el R . P. D irector, doctor Vícrior Alvarez
da lectura a la Memoria, cuyo resumen inser
tam os al fin de esta crónica.
Y se reparten los premies; el de excelencia,
que es obtenido por el alum no Pedro Cortés,
y los de conducta, religión y aritm ética.
D espués de algunos numeras de canto v
(k'clam ación, se ejcícuta •- E l N aranjero ■? pre
ciosa zarzuela del salesiano Pedrolini. Los chi(juitines dejan adm irados a los espectador»
por su soltura y gracia.
Y continúan los prem ios de aprovechamiento.
P in tar la carita de satisfacción, el relampagueo
de júbilo de tantos ojitos y la sonrisa de infantil
orgullo que retozaba en la boca de esos pequeñuelos, cuando cargados de libros y diploma--»;
vo lvían a los brazos de sus padres, entre las
ovaciones del público, tarea seria m ás hacedera
para una cinta del cinem atógrafo, que pura
plum a ta n escobillada com o la del cronista.
L uego los asistentes pasaron a -v-isitar la
exposición escolar. Se exhiben ahí dibujos.
139
Su m
:■
ti
•aA. V-
I
t.í
Colegio Don Bosco del Callao (Perú).
pinturas, calados en m adera, trab ajo s en terra
cota, encuadem aciones, tejidos de alfom bras,
cuadros caligráficos, etc. Todo distribuido en
tres salones.
Brillantísimo, sin ponderación, resulta este
niiniero del program a que pone de relieve lo
real y práctico de la educación salesiana, que
sin deslumbradoras componendas, v a al grano
y se esfuerza por poner en m anos de sus alumnos
armas poderosas que les ser^drán ventajosa
mente en la lucha por la \id a.
Y como final de fiesta, la banda obsequia a
la concurrencia con una m archa.
El publico se retira muy satisfecho, los alum
nos agradecidos, y el cronista sin saber qué
cosa alabar más.
Extracto de la Meynoria leída por el Sr. Director.
Señores:
Este Colegio D on Bosco, durante sus 34 años
de existencia, viene trab ajan do calladam ente
en bien de la sociedad y de la P atria.
Su ob jeto ha sido: contribuir con su grano
de arena a preparar im a generación instruida
y trabajadora; un pueblo m oral y fuerte, cono
cedor de sus deberes, realzado por la ciencia,
animado por la Religión; una generación que
preste apoyo a tod o lo bueno, y contribuya
efic.;ízmente a la salvación de la P a tria en la
W a d el peligro.
A esto se han dirigido siem pre nuestros
constantes esfuerzos.
X unca h a sido ta n im periosa com o ahora
h necesidad de instruir y educar al pueblo.
Jam ás se ha sentido ta n ^dva com o ahora
la precisión de llevar la lu z a su m ente, y a su
corazón a l ^^rtud.
L a razón es clara.
Por la bondad divin a, el pueblo goza hoy
derechos de que antes carecía. L as ideas que
hoy circulan son de libertad, pero deben ser
tam bién de Religión, porque todos deben estar
convencidos de que sin ella no h a y nada sólido
ni grande.
P or esto, — y bien lo sabéis todos - el Co
legio de Don Bosco promira facilitar en todo
sentido, a\in económ icam ente, la unstrucción y
educación religiosa de \"uestros hijos.
Con ingentes sacrificios pecuniarios, como
los que exige el sostenim iento de la Oli’ra de
Don Bosco en sus varias secciones, vam os ade
lante, puesta en D ios la esperanza y bajo la
gu ía segura que nos dejó Don Bosco en el cajnjxj
del apostolado educativo.
E l O ratorio F estivo, al que se atiende todos
los dom ingos y días de fiesta, por la m añana
y po r la tarde, cuenta con m ás de 400 inscricos
en este año.
Como es sabido, esta sección es com pleta
m ente gratuita. E stá sostenida por la caridad
y generosidad de los buenos, quienes, aún en
esta época de crisis, no han negado su coope
ración a esta obra de positivo provecho para
los hijos del pueblo.
140
E l Colegio, en los cinco años de prim aria y
sus sección preparatoria, ha tenido 263 m atricula<los.
D e éstos, sólo el 31 por ciento pagan su pen
sión m ensual, según el Prospecto. L a gran
m ayoría está form ada por los gratuitos y semigraluitos, a quienes se atiende con igual soli
citud, sin distinción alguna.
P ara fom entar la cultura y desarrollar las
buenas disposiciones de los aliunnos, se han
realizado durante el año escolar varias actu a
ciones de carácter literario y uursical. Anotam os
de un m odo particular el D ía de la Madre, el
D ía del Idiom a, las Fiestas patrias, San Liüs,
Don Bosco, las fiestas de los E xahm inos y del
D irector, las Jom adas de las Com pañías R e li
giosas establecidas en el Colegio, San ta Cecilia
Patrona de la música y el Certamen Catequís
tico.
E n todas estas actuaciones han brillado el
entusiasmo y alegría que distinguen a los niños
chalacos.
Los E xalum nos han tenido sus reuniones
periódicas y han celebrado sus fiestas de cos
tum bre, con m arcado entusiasmo.
L a sección que form a el grupo « E x c e ls io r »,
contimia frecuentando diariam ente el Colegio
por las tardes y las noches, y ha organizado
varias representaciones dram áticas.
Por otra parte, los alum nos han dedicado
largas horas, fuera del horario de las clases, a
diversos trabajos m anuales que despiertan y
cu ltivan sus aficiones artísticas y les capacitan
para dar un n m ib o definido y práctico a sus
actividades. E l dibujo, la pintura, el modelado,
los trabajos en m adera, la encuadem ación de
libros, el tejido de alfom bras, todo ha seriado
para llenar dicho fin.
Cuantos den una m irada a la pequeña e x
posición de trab ajo s preparados en las clases
superiores, ixKlrán apreciar una m uestra de las
excelentes disposiciones de los niños chalacos
en este género de a ctm d ad cs.
Antes de tenn inar, debo hacer hincapié en
algí) esencial de nuestra labor etlucativa.
Para algunos, educar al hombre es hacerlo
m ejor de lo que era antes.
Don Btwoo no se contenta con oso. Para él,
Cíiucar a los niños es, sencillam ente, hacerlos
buenos cristianos. lista es la base, la esencia
de tod a educación.
A rraigar en los tiernos corazones los principios
religiívsos es desam ú lar su virilidad, fom iar
su carácter, hacerlosperseverantesen el trabajo,
invencibles en su tenacidad, y aptos para su
propio sacrificio en aras de un ideal levantado.
N osotros trabajam os por este santo ideal.
TARIBA. - San- Crisíóbal (Venezuela). — Btnd ic ió n de una im a ge n d e l B e a to J u a n Bosco.
Tras' im'paciente espera de m uchos meses,
llegó el suspirado 6 de diciem bre, que tan gratos
recuerdos había de dejar en la ciudad de Táriba.
A traídos por el alegre repique de las cam
panas y el estallido de los fuegos artificiales,
acudieron los fieles en m asa invadiendo d
tem plo, en el que y a esjjeraban los alumnos
del Colegio, ocupando lu gar preferente eutie
ellos numeroso grupo de angelitos que, con las
m anos juntas sobre el pecho, se disponían a
recibir por vez prim era el divino P an de los
fuertes.
E l Sr. Obispo diocesano Dr. T om ás A. Sanm iguel, visiblem ente conm ovido ante aquel
espectáculo, hizo una fervorosa alocución, antes
de la m isa, que enardeció a todos los presentes
en sentim ientos de la m ás profunda piedad.
E l acto fu é un verdadero acontecim iento eucarístico de los que no se ol-vidan.
H echa por los fieles la diligencia del desayrmo,
a las 9 estaban otra vez en el tem plo para los
Oficios solemnes. Colegiales, autoridades y
pueblo form aban entusiasta e im ponente masa.
L a nueva im agen sonriente y bella se ofrecía
a los ojos de todos, en m edio de un m ar de
flores y de luces y , después de bendecirla el
Sr. Obispo con las preces del R itu a l, se cantó
la m isa, ocupando la sagrada cátedra el R\iido
P. Superior de los R ede:itoristas de San Cristó
bal el cual hizo derroches de unción y elocuen
cia, dem ostrando la m eritísim a labor de las
Obras de D on Bosco en el mmido, y haciendo
destacar la inflitencia decisiva de la madre
cristiana en la educación de la juventud.
Term inados los Oficios, salió la nueva ima
gen en procesión que resultó im verdadero
paseo triunfal, siendo llevada a hombros por
los alum nos del Colegio y asediada por el
pueblo que se d isputaba el honor de ir cerca
de ella. Prestó una gran solemnidad al acto la
banda de m úsica de la ciudad, galantemente
cedida por el Sr. Coronel D . Virgilio Angulo,
jefe ci\4l de este Municipio.
A las 7 p. p. dióse digno rem ate a l festival,
con una preciosa V elada literario-musical.
E l salón-teatro del Colegio resultó pequeño
para ta n to público, y ocuparon la presidencia
el Sr. Obispo y el Sr. Jefe chai. Todos los nú
meros fueron calurosam ente aplaudidos, espe
cialm ente el Him no a l Beato, com puesto ex
presam ente por el P. G razzini y ejecutado por
tod o el Colegio, y el m agistral Discurso del
I4 I
Dr. Pedro A. Cárdenas Arellano, que fu é cali
ficado por todos de verdadera pieza oratoria.
En d religioso dram ita «L os tres m ártires
de Cesárea se lucieron de verd ad los pequeños
actores y el público se retiró a sus casas ben
diciendo la lab or de los H ijos de D on Eosco.
La nueva estatua es la prim era que se expondrá
a la veneración de los ñeles en nuestra am ada
\'enezuela. Que el B eato desde el cielo nos
bendiga a todos.
presidente del P atron ato de menores, a iv ía n
por m i m edio al R\-mo Superior, representante
de la Sociedad salesiana, su m ás sentido agra
decim iento y reiteran su protección decidida
a nuestra labor.
Acepte, querido Padre, con el beso de gra
titu d que depositan en sus manos nuestros
SA N T IA G O D E C U B A .
Rvmo y Amado Sr. D . Pedro Picaldone,
Nos im aginam os la ansiedad que habrán
suscitado en el ánim o de nuestros am ados
Superiores las noticias acerca del terrorífico
terremoto que azotó á esta ciudad la m adru
gada del 3 d e febrero. E n efecto, tod o parece
minas y sus habitantes supervivientes afirm an
unánimes que D ios se m ostró misericordioso
mientras los llam aba á m ejores sentim ientos,
pues no saben explicarse com o, entre tantos
escombros (media ciudad está derruida) no
hayan sido m ás numerosas las víctim as. Se
narran casos verdaderam ente inexplicables, si
no se adm ite la asistencia divina. D e aquí que
sean incontables las personas que acuden á los
santos sacram entos á raíz del terrible sismo,
lie decía el chauffeur que m e traía desde la
Habana: •: apuesto que el m ás pintado de los
que en San tiago se decían incrédulos acudió
á Dios en el terrible m om ento del tem blor.
En verdad, los hombres nos hemos ohridado
demasiado de D io s !».
E l asilo de ancianos, el de huérfanos, otro
de niñas y el asilo Barceló, para varones, están
caídos ó ta n agrietados que se han hecho inha
bitables. B ajo los escombros de la Casa de
maternidad quedaron m adres e hijos, y los en
fermos del hospital ci\*il han debido ser alojados
en barracones, com o ocurrió con la m itad de la
población. M uy pocos duermen en su casa. L a
hermosa catedral, la iglesia de S. Francisco, la de
los Dolores están seriamente perjudicadas, sin
que se puedan tener en ellas los cultos. Nuestra
casa siffrió tam bién, p ero, es habitable en su
parte inferior, m ientras se ejecutan reparaciones
en el piso superior resquebrajado.
Los hijos de D on Bosco, que se vieron libres
del cataclism o, a l ver en la intem perie á 20 huér
fanos que el gobierno de D on José Barceló
-staba em peñado en favorecer, en nom bre de
Vd., R v m o Padre, ofreciéronles su Colegio y sus
cuidados. P ronto harán su prim era comunión
y varios serán regenerados con las aguas b au
tismales, que aún no han recibido.
El E xm o Sr. Arzobispo, nuestro gran Bienhe
chor, Mons. V alentín Zubizarreta, así com o el
Señor Gobernador de la Pro\*íncia y el Sr.
Licenciado D . R icardo R odríguez Cáceres
Sanlíago de Cuba. — Torres de la cafedral, recienlemenle modernizadas por el Arzobispo salesíano
M oas. A. Guerra y, a causa del (erremoío, desUnadas
a la demolición.
huerfanitos de la casa m ás pobre de la Inspec
toría y la m ás necesitada de personal, los filiales
votos que para el feliz éxito del próxim o Capí
tu lo general form ula su hijo affm o en J. C.
P , L u is P e d e m o x t e /wsp. de M éjico y Cuba.
T A M P I C O (M é jic o ). —
U n n u e v o c e n tro d e
C o o p e ra d o re s .
E n esta ciudad de la diócesis de Tam aulipas,
se ha organizado im nuevo Centro de Coope
radores Salesianos, del que nos envía noticias
m u y halagüeñas la celosa Tesorera del mismo,
D ña G uadalupe Morali de A la r c ^ , dicíéndonos.
142
Sanfiago de Cuba. — Es(ado del edificio de !a Sociedad S w ifF Cía, después del terremoio.
entre otras cosas, que cuenta y a con 40 socic 3
y 100 suscritores al Boletín Salesiano.
líl lUmo Sr. Obispo de la Diócesis se ha
dignado exjxídir, a petición de la nueva A so
ciación, el siguiente docum ento que, por revelar
un gran cariño a la O bra Salesiana y a la d i
fusión de la buena prensa, reproducimos con
m ucho gusto:
« Con verdadero interós recomendamos la
lectura del Boletín Salesiano, Juventud M isio
nera, y Lecturas católicas, bendecimos de co
razón a tod:us las personas (jue den su nombre
a lu P ía Unión de Cooperadores Salcsianos y
autorizam os a la Sra. María M. Cárdenas Vda.
de RolH'its para que propague la lectura de
tales revistas y organice debidam ente la Pía
Unión de CooiH'radores Sídesiuiuxs; lo inim ero,
con el fin de difundir las buenas lecturas y con
trarrestar el efeí'to pem iciaso de las m alas, lo
segundo, jxira pn^pagar la tlex*oción de María
AtixUiaílora, prenda segura de Vida eterna.
Para Uvs fines indicados y to d o asunto rela
cionado a>u esta obra en la Diócesis de Tam auliixus, nombramos Asistente Kclesiástico de la
Pía I^uión de CoojK'radores Sidesiunos en
nuestra Diót'esis al Sr. Pbro. D. L uis Ram írez.
Sl?R-VKIX M.\r l \.
U SH U A IA - Tierra del Fuego (Argentina).
Tam bién en esta rem ota cap ital, en este e x
trem o o h id a d o de his Regiones m agallánicas
trab ajan los Salesianos para llevar las almas a
Dios, desplegando todos los resortes de la Acción
católica que desarrollamos por m edio de con
ferencias, catecism os, difusión de la buena
prensa, asociaciones de piedad, fiestas religio
sas, O ratorio Festivo.
E xponente consolador y m agnífico de la pe
netración que esta Acción ha hecho y a en el
espíritu del pueblo fu é la Procesión del 8 de
diciembre.
I/U frase ritual « en ella tom ó parte el pue
blo en m asa » es en este nvtestro caso literal
m ente exacta, porque se ha dado la particula
ridad de que los vecinos, en v e z de estacionarse
en las aceras de las calles, com o de costumbre,
para verla desfilar, han preferido üicorporarse
a ella y fo n n a r parte del cortejo de la Reina
del ciclo.
Que el Señor nos siga dando fuerzas para
tener siem pre bien cultivad o este pequeño
cam po que E l nos ha confiado y no nos deje
fa ltar los m edios necesarios.
Q U IT O (Ecuador). — L o s s a n io s
e je rc ic io s
e s p irila a le s en Ja p e n iíe n c ia ría d e esta ca
p ita l.
E n este im ponente edificio de cal y piedra,
obra d el inm ortal G arcía Moreno, y capaz de
encerrar a 700 reclusos; en este Penal de la
Ciudad de Q uito, se han predicado los Santts
E jercicios Espirituales.
143
Establecimiento penitenciario de Quito (Ecuador).
E l Suprem o Gobierno del E cuador confió,
desde varios años atrás, la Capellanía de dicha
Penitenciaría a los H ijos del B eato Juan Bosco;
y el Dom ingo, lo de E nero, con ocasión de liaberse inaugurado el n uevo altar de M aría A u
xiliadora, obra artística de los m ism os reclusos
y entronizado el Corazón de Jesús,com enzaron
ios Santos Ejercicios, en los que tom ó parf.e
toda la colonia penitenciaria.
Por la m añana, después de la San ta Misa,
predicó el R . P . Carlos M. Izurieta, S. S., C a
pellán de la Penitenciaría, y por la tarde, el
R. P. G uillenuo González, Franciscano. T er
minaron el Dom ingo, 17, con la asistencia
oficial d el E xm o. Sr. D n. M anuel M aría Polit
Lasso, dignísim o Arzobispo de Q uito, quien
celebró la S an ta M isa y d istribuyó el P an de
los Angeles a 277 reclusos.
Antes de la santa Alisa, el R vm o. P. Pablo
Montaldo, Inspector de los Salesianos, bendijo
el cuadro d el B eato Juan Bosco, siendo padrinos
el R vm o. P . Inocencio Jácom e, Dr. en Sda.
Escritura y P rior de los R . R . P- P- Dominicos
de Quito; el Sr. Dn. Gabriel A rau jo Miranda,
Primario de la clínica Pasteur; la S ita . Cle
mencia Chiriboga, y la Srta. Isabel Ponce EnJÍquez.
Después del E vangelio y al fin de la Misa,
el Excm o. Sr. Arzobispo, lleno de la m ás grande
€anoción, dirigió palabras de a^ adecim ien to
al Sr. D irector de la Penitenciaría M ayor,
D. José L arrea, y a l carísim o P . Izu rieta, Ca
pellán de la m ism a, por haber preparado tantas
alm as al B anquete E ucarístico y por haberle
proporcionado el consuelo de poder entrar,
después de tantos años, a visitar y consolar a
tantas alm as queridas las cuales, aunque allí e x
piaban faltas com etidas, son acreedoras a los
agasajos de su Pa.stor y m u y am adas del Co
razón de Jesús. Term inó dando a lodos la Ben
dición Papal.
D urante la sagrada ceremonia, las lx.*neinéritas H ijas de San Vicente de Paúl entonaron
tiernos cánticos, a los que hicieron eco los 535
presos y , tem ú n ad a la Función Religio.sa. un
grupo de D am as de la .sociedad quiteña, «lirigidas por la Sra. R osa María de A ntujo, y la
Sra. L u cila de A costa Soberón. y acom pañadas
por la Sra. A n a L u isa Ponce E . y sus Hijas,
distribuveron im abundante desayuno a los
reclu.sos y les hicieron preparar cuatro vacas
para el alm uerzo, generosam ente cedidas por
la Srta. M aría N atalia Espinosa y otras D am a s’
de la Acción Católica de Quito.
A.SÍ term inó esta herm osa m añana que nos
ha dejado la m ás honda impresión, por la dócil
correspondencia de los am ados reclusos a los
Santos E jercicios Espirituales, y su devoció:i
y ternura en asistir a la San ta Misa y en recibir
el Pan de los Angeles, lo cual hizo derramar
lágrim as de consuelo espiritual a todos
p re s^ te s.
Sean d adas tnfitiítag gracias al Sdo. Corazón
de Jesús y a María A u xiliad ora, por halíenics
144
ayudado a consolar espiritual y m aterialm ente
a tantas pobres alm as y quiera D ios conservar
siempre el fru to de estos Santos E jercicios
líspirituales, en nuestros queridos reclusos de
nuestra Penitenciaría.
Quito, i8 de E nero de 1932.
de la banda de música, el repique de las cam
panas y los cánticos sagrados que entonaba la
m ultitud. Herm osísim o el aspecto de las andas
de la V irgen, llevad a en hombros por los Padres
de F am ilia, de fe íntegra y ferviente.
A l regresar a l tem plo, el Sr. Obispo dirigió
una elocuente alocución a l enorme gm tío que
llenaba las naves del tem plo. L a Bendiciem
E u carística puso im broche de oro a tan so
lem nes fiestas.
S U C R E (B olivia). — R e p a rtic ió n de premios
a lo s n iñ o s d e l O r a to r io F e s tiv o D . Bosco.
La Inmaculada de Lourdes en ta iglesia de María
Auxiliadora de Magallanes (Chile).
M A G A L L A N E S (C hile). — F ie s ta s d e M o r ía
In m a cu la d a .
E ste año las fiestas de la Purísim a se reali
zaron con brillo extraordinario. Desde m uy
tem prano las Iglesias y Capillas se vieron con
curriilísimas de ilevotos que aoudínn numerosos
a la Mesa Ivucaríslica.
Todo el día. j>ero especialm ente a las 8 de
la m añana, la ciiulad tom ó el aspecto gayo de
la prim avera, tlebido al tránsito continuo de
los niños y niñas de Prim era Comunión, vestiilos de blanco y llenos de angelical alegría.
E n la Misa Pontifical la Parroquia se hizo
estrecha para ctíiitencr a tocios los fieles.
Ea Pn.Kesión se realizó en el tem plo de María
Auxiliadora y fue un impemente esp>ectáculo.
Xumertwa y com puesta desfiló entre los acordes
L a bella F iesta del D om ingo 25 de Octubre
ha dejado las m ás gratas im presiones en chiccs
y grandes, en ricos y pobres; ha sido la Fiesta
de la caridad cristiana, m i acontecim iento emi
nentem ente Salesiano.
N uestros 350 niños que frecuentan todos los
dom ingos el oratorio F estivo D on Bosco, se
prepararon con tiem po para ese día, Solemnidad
de Cristo R e y.
E l sábado anterior, todos los grandecitos
quisieron confesame, y todos com ulgaron en la
m isa de 8 del dom ingo, con algunos compañeros
que recibían por prim era v e z el P an Eucarístico.
L os 250 niños que asistieron a esa ceremonia,
después de la San ta Misa, fueron obsequiados
todos por el D irector del Colegio con pan y
chocolate.
Pero la tarde fu é verdaderam ente inolvidable.
E l patio, desde la una, era com o una prima
vera de vid a, con m ás de 400 niños. A su hora
llenaron la Iglesia, con m uchos de sus padres,
presentando un espectáculo encantador.
Luego se inició la R epartición de Premios,
ocupando la presidencia el Exem o. Sr. Arz.
JIons. Francisco Pierini, el Sr. R ector de la
U niversidad, D . Ezequel L . Osorio, el Sr. Don
Alfredo Seoane, director (^ neral de los Coo
peradores Salesianos, el Sr. D r. Arturo Carranza,
y mmierosos caballeros y Señoras de nuestra
capital.
H ubo m uchos vestidos, zapatos, camisas,
gorras, m edias, pañuelos y otras cosas útiles,
que vinieron a satisfacer m uchas necesidades
de nuestro pobre m undo infantil.
E l reparto duró hasta las seis de la tarde.
Y era de ver el agradecim iento con que estos
niños recibían los premios, que pagaban con
sus vales de asistencia al Oratorio.
D ios bendecirá ciertam ente a las personas
que han contribuido a organizar estas Fiestas
de verdadera caridad cristiana y patriótica.
E l O ratorio Festivo es la obra m ás genial
de las Salesianos, n acida del corazón grande
del B eato Juan Bosco.
V isita
del
Rvdmo Sr.
Don Pedro
Tirone
mientras otra lancha
más pequeña, la «San
Miguel», nos esperaba
El 21 de octubre lle
para continuar el viaje.
gamos a Taracuá, ter
En esto empezó a des
cera residencia misio
cargar en el lejano
nera de la Prelatura. El
bosque una verdadera
panorama es maravi
tromba de agua, íjue
lloso. Su pequeño pero
Rvmo Sr. D. Pedro Tirone,
nos advertía de la ne
riente caserío empieza
a descubrirse, dos horas Caiequisia General de la Pia Sociedad Selesiana cesidad de no perder
y Visitador extraordinario del Brasil.
tiempo, pero nuestra.s
antes, sobre ima ancha
piernas, eiiíumecidas
ydominadora colina que
puede servir de atalaya para avizorar, hasta por la larga e incómoda posición a que la
muy lejos, la corriente traidora y salvajé del estrechez de la barca las había obligado, ne
gáronse a obedecer.
Waupés.
IxDS buenos urdios e indias cargaron con to<los
No podemos detenemos y sólo pasamos
aUí la noche, diciendo «adiós y hasta la vista » los fardos y emprendieron veloz carrera y como
no podíamos seguirles, empezó a diluviar y
a niños y misioneros.
Seis horas más de navegación y estamos en nos calamos hasta los huesos.
Afortunadamente, al llegar a Urubucuará,
Ipanoré, de la tribu de los Tarianos, donde se
precipita con estruendo ima de las mayores el tuchana o jefe de tribu nos ofreció en el acto
y más bonitas cascadas del citado Waupés, su limpia casa, encendió ima buena fogata y
haciéndolo impracticable. Para zanjar este in allí, al amor de la lumbre, mientra.s las ropas
conveniente y restablecer la navegación, ga se iban secando, nuestros estómagos, que esta
nando la cortadura del río, nuestros misioneros ban completamente vacíos, salían de mal año.
En cuanto amaneció, celebramos la santa
han tenido que abrir un camino de 4 km., a
través de la selva, hasta Urubucuará, otra de las misa, a la que asistieron devotamente todos
33 aldeitas, habitadas también por los Tarianos. los indios, y reanudamos nuestro viaje, acomo
Este camino tuvimos que hacerlo a pié. dándonos en la «San Miguel» que, como ya
abandonando definitivamente el «Arixiliadora : hemos dicho, nos esperaba. Llevaba un motor
y llevando a cuestas toda nuestra impedimenta. de tres caballos y remolcaba como antes el
{Co7itinuación).
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4 Auxiliadora » otras dos barcas, una para las
Hermanas y otra para la carga.
liste trozo de nuestro v ia je fu é m ás poético,
])ero tam bién m ás fatigoso. Canoas llenas de
imlios, má-s o menos vestidos, a excejx:ión de
los niños que estaban conqñetam ente desnudos,
venían a nuestro encuentro, llevando ananas,
sandíop, .pescado ahum ado y o t^ s productos
de la .selva y ofreciéndolos, a cam bio de fósforos,
sal, tabaco, agujas y trozos de tela. ¡ Y qué
contentos venían loj^ pobrecitos! Algim os de
aquellos niños m ostraban deseo de acom pa
ñam os para ir a civilizarse con los que tenemos
acogidos en el |>equeño colegio de Jauareté.
K 1 24 lucim os noche en Jupira, jioblado de
indios Tucanos y el día siguiente nos tocó
luchar dcsesiJcradamente. por espacio de m ás
de una hora, con la vertiginosa rapidez de las
aguas. N uestra lancha desarrollaba to d a su
fuerza, pero la corriente, m ás fuerte que ella,
la obligaba a retroceder y, sólo después de
enormes dificultades, logró ganar un elevado
canal (jue le ixím iitió bogtir de nuevo en contlicioncs normales. lín esto dábam os v ista a
Jauareté. — A q u í presenciamos otra es
cena em ocionante de alegría desbordada y
de frenéticos aplausos al V isitador y a los
(pie teníam os la fortuna de acompañarle. Cen
tenares de ojillos negros, profundos y expre
sivos, con las pupilas dilatadas por la curiosidad
y el gozo, echaban cliispas de luz. E n m i san
tiam én se apíxieraron de los equipajes, nos
rodearon, nos tom aron de las m anos y nos
hicieron m il pregm itas, en xuia lengua que
tenía m ás de tucano que de jxDrtugués.
Y o conceptuaba a los indios de otra manera;
m e los im aginaba recelosos y cerrados, difíciles
de atraer. ]>ero he visto que son tod o lo con
trario, que su natural es expansivo y se en
cuentran a gusto al lado de los m isioneras, a
quienes am an y venermi sinceram ente, y he
observado, adem ás, que las prácticas de la
Religión les encantan y se (‘iitregan a ellas con
entusiasmo.
Aprovivliaudo la visita del P. Tirone, (piisierou celebrar la fiesta del Sgdo Corazón de
Jcsvls, coronándola con una lucida y devota
pnxx'sión.
Toila la aldea se hallaba en fiesta, todos
«pieríau acim qxiñar la im agen de nuestro ben<lito y adorable Jesús, tcxlas iban con una piedad
(pie tnuscx'udia al exterior, estaban como
atónitos y em bobados y hacían grandes es
fuerzos para cantar <x>mo los niños y niñas de
nuestros colegios, T<hIos los indios salieron de
sus casas y hasta hubo alguno que, enfermo
V tixlo. (pliso ir, nitHÜo arrastráu(lose, a gozar
lie aquel nunca \*isto espectáculo.
¡Qué bella y solemne jxx'sía aquella! A llá
abajo el W aupés entonando sus lumnos sal
vajes, m ientras salta de peña en peña; a pocos
m etros de distancia el bosque inaccesible, aneb ujado en su m anto verdinegro que oculta
terrores y m isterios milenarios; al lado del
pueblo la orilla fresca y soñadora, en cuyas
aguas se refleja esta procesión original com
puesta to d a ella de indios tucanos de ambos
sexos y de todas las edades, devotos, alegres,
infantiles. ¡Qué bella y sublim e poesía!
, ¡ Cómo se extrem ecería de gozo el Corazón
divino del Salvador, al ver honrada y paseada
en triunfo su im agen suavísim a, por el escenario
im ponente de aquellas florestas temibles y
desiertas, donde actualm ente sólo \*iven las
fieras y , donde hasta hace poco, \rivían también
en estado salvaje estos pobres indios que ahora
se hallan reiuiidos y dichosos, a la sombra de
la cruz y bajo la caricia del am or cristiano!
E n Jauareté tenem os dos Colegios capaces
para 40 niños y 20 niñas, respectivamente.
Muchos de estos niños acaban de llegar a la
misión, procedentes de las varias Tribus, y
aún no saben el portugués, pero casi todos lo
entienden. Se hallan repartidos entre las cuatro
clases elem entales y aprenden algo de agri
cultura.
Pasam os en esta sim pática aldehuela algunos
días, que se deslizaron veloces, y el 26 reanu
dam os nuestro via je, en busca de Taracuá,
con verdadera nostalgia y con una ferviente
adm iración hacia nuestros misioneros.
Iva llu via caía deshecha, com o si arriba las
nubes se hubiesen puesto a tra b a ja r a destajo,
y de los ojos de algiuios indios llovían también
lágrim as al ver com o se despedían tan pronto
aquellos que ansiosam ente y, durante tanto
tiem po, habían esperado.
E l agu a y el fango nos lucieron el ^’^aje fati
goso y l(into pero, así y todo, llegam os a
Taracuá. — E l reducido caserío de esta
localidad es aún m ás pintoresco que el de
Jauareté. Dos correctas filas de viviendas, nitidiiniente blancas, a uno y otro lado de ancha
y larga calle cuidadosam ente arbolad.a, de
muestran el buen gu sto de estos Tucanos.
H a y aquí otros dos Colegios donde se educan
74 niños y 53 niñas y sim ultaneados con las
enseñ;mzas elem entales, aprenden algm ios ofi
cios, que les serán de gran utilidad cuando
w ielvan a sus Tribus, y a d e m á s el a rte d e labrar
la tierra. A ctualm ente h a y entre ellos 22 car
pinteros y 9 sastres.
E n estas bellas y cóm odas \'ivieiidas de ma
dera, construidas de dos pisos, cu ya distribu<nón y planta hemos y a descrito, experinienU
d via jero una plácida sensación de reposo
com o no se podría experim entar m ejor en la
m ás (x»nfortable (dudad del m undo, después
de días y meses de ajetreo, rem ontando nos
que no acaban nunca, hecho un o\'illo dentro
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de las pequeñas barcas y a tra
vesando bosques eiim arañadcs
y a veces pantanosos, donde
toda incomodidad tiene su
asiento.
En estas casitas nuestros
queridos indios se hallan muy'
a gusto, ■ descansan, se divier
ten, se instruyen y v a n sol
tando, poco a poco, la espesa
costra de su salvajism o. Lejos
de mostrarse rehacios a la ci
vilización, la desean ardiente
mente y la piden; quieren, como
ellos dicen, « hacerse blancos *.
No obstante de esto, cuando los
niños llegan a la edad de i6 o
17 años, el üistinto racial de su
libertad indóm ita despierta en
ellos, con ta l fuerza, que h a y
que dejarlos ir* de nuevo a su
Tribu, pero esto h asta cierto
punto es tma ven taja, porque
en cualquiera de estas Tribus Misión de Rio Negro (Brasil). — Las Hijas de María Auxiliadora
ya asentadas en las 33 aldede Jauarefé en medio de sus indiecifas.
buelas del W aupés, se con
vierten en seguida en perso
najes, por el baño de cultura que les hemos
L o m ism o lucieron después las niñas, y con
dado, y con su ascendiente ayudan de un
idénticos resultados, para obsequiar al P. V i
modo extraordinario al misionero a conservar
sitador y a la R\-nda Inspectora.
vivo y eficiente, en la colectividad, el espí
Y llegó finalmente la hora de emprender
ritu de religión, de orden y de trabajo.
nuestro v ia je de regreso, emj)ezando d día 3
He aquí com o se v a n form ando y consoli
de noviem bre a navegar río abajo en dirección
dando nuestras misiones de R ío Negro. Tx)s
a Barcellos.
pequeños Colegios para indios de Jauaraté. de
P ara romper la m onotonía del viaje, lucimos
Taracuá, de San Gabriel y de Barcellos váeneii
un pequeño alto en Pecü, una de las mil ruinas
a ser los crisoles purificadores de estas ix)breproducidas por la quiebra del neg(;cio del caucho,
dtas Tribus que, a fuerza de sacrificios sin
que aq u í se Ihuna oro negro. I.,a,s pobres víclima.s
cuento, hemos logrado arrancar de la selva,
que en esta ruina han quetlado pasan enormes
y reducir a una vid a civil estable.
fatigas para etdtar el liam bre, siempre asediadas
Llegado el día de Todos los Santos empren
por la m iseria y por las fiebres.
dimos de nuevo el v ia je para San Gabriel.
A l repasar ahora estos inmensos páram os
I/)s niños de esta Misión quisieron sorprender
del bajo R io N egro, donde no se ve un indio
al Sr. V isitador con un certam en de catecism o
para m i remedio, acu<leii a nuestro recuerdo
y el Regulador del m ism o tu v o que ecliar
con obsesionante cariño aquellas trein ta y tres
mano de to d a su severidad para hacerlos caer,
rientes y prom etedoras aldt-'--^ del W auix's, en
tal era el aplom o y la precisión con que confran ca m archa hacia la civilizacitín.
tístaban, los pequeños lujos de la floresta, a
Cansados de ta n to río y de tan to Ixisíjue,
-quel nutrido tiroteo de pregim tas.
hemos atracado en B arceíh s, a 250 K m . de
Después de im a lucha titán ica, en que se
M anaes, prim era ciudad civilizada, y a 40 m etros
foeron elim inando los que caían, quedaron 4
de altura sobre el nivel del m ar. B n tre blancos
eü pié y fueron proclam ados vencedores, siendo
y’ m estizos, tendrá esta población unos 150
agraciados con el premio. Todos les aplaudim os
habitantes. Su bella iglesia de cemento, su
el m ayor entusiasmo, exclam ando: ¡Bravos
Colegie- para niños y su H ospitalito, de estilo
itochachos! qué m em oria tan feliz! qué tenacolonial portugués, descuellan en el grupo de
•^lad en el estudio!
sus pocos edificios.
Es digno de notarse que, en los intervalos,
L a obra salesiana irradia, desde aquí, su
-lecutaron también piezas de canto figurado benéfica acción hasta 300 K m . a la redonda;
^ gregoriano que nos hicieron formar un juicio se recoge y asiste a los enfermos que acuden
halagüeño de su aptitud art£stico-mu- com o náufragos, acosados por los escalofríos
del paludism o y por otras m il lacerias de este
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clim a traid or y malsano; se asila y educa a los
niños inculcándoles, adem ás de la religión,
tiociones de lenguaje y de aritm ética, de agri
cultura y ganadería; se presta asistencia espi
ritual a las 3500 alm as que viven dispersas y
constituyen su feligresía.
De Barcellos, donde nos dejó el «Auxilia
dora » viene a recogemos de nuevo la consa
bida gayola P arayb a, para devolvemos a
M anaes que al fin nos brinda im reparador y
merecido descanso, después de tantos días de
viaje, en el que llevam os recorridos 6000 Km.
P e d r o G hisdandi
H ijo de Don Bosco.
Manaos, N oviem bre de 1931.
Misión de Río Negro (Brasil). — Taracuó. » Procesión del 5gdo Corazón de Jesús.
Una vez más ei instinto indómito de venganza paraliza
la obra del misionero, entre los Jívaros del Ecuador.
{Relación enviada a nuestro Vicario Apostólico Mons. Comin).
Ilhno Sr. y Padre <»m<wWsi>HO.
Comienzo esta triste lüstoria con m ía frase
<le m is salvajes que. cu estos días de Pascua,
heraldos de p az y de am or, se m ucstnm m ás
sídvajes que minea: «Cuando el corazón no
piensa bien — dicen ellos — no le hagáis tener
rabia (o lo que es lo m ism o, no lo apartéis de
su idea). «Cuando el corazón está m uerto
de pena — digo y o — no pretendáis de él pen
sam ientos alegres ».
Y o no sé cuantas veces m e habré sentado
para escribirle, de un mes a esta parte: unas
ivirá comunicarle nuestras esperanzas, otras
para contarle algunos éxitos insignificantes que
a nosotros se nos antojan grandes triunfos,
•\a.ánte veces para i>edir consuelo a su paternal
corazón en m edio de nuestras perplejidades f
am arguras, y siem pre por el deseo de tenerte
inform ado de to d o lo que aq u í ocurre, y S
fuera posible, hasta de la frecuencia con q «
laten nuestros corazones. Claro es que, para
poder satisfacer estos deseos míos, hubiese
sido necesario un aparato «M arconi *.
l/os cosas de esta Misión han llegado ahora
a tales ténn inos, que se hace absolutamente
necesario darle conocim iento de ellas, aún
cuando com prendo que ciertos hechos casi sería
m ás pm dente no m anifestarlos en toda su
brutal crudeza y otros no hacerlos demasiado
catastróficos.
G ualaquiza Wve en estos mom entos días
difíciles. E l enemigo de todo bien, ta l ve z para
\w
149
demostramos que sigue siendo dueño y señor
de estas florestas, ha irrum pido con im ím petu
tal de venganza, que asusta y parece increible.
Gritos salvajes de guerra y exterm inio atrue
nan de continuo nuestros oidos, hallando un eco
siniestro en tod a esta misión, y los asesinatos de
nuestros jívaros se suceden de im a m anera
metódica e im placable. ¿ E s im a prueba que
el délo nos envía o es, por el contrario, una
ofensiva desencadenada por d infierno, para
yugular la gracia del bautism o que em pezaba
a dar frutos de bendición entre estos noveles
cristianos? N o sé qué opinar, Illm o Sr.; no sé
si esto que nos ocurre es im castigo de D ios o
una venganza del diablo. E l hecho es que hoy
en nuestra misión m ás antigua, la prim era
misión de G ualaquiza, no tenem os im solo
jívaro que no esté m anchado de sangre. E l
mismo Joaqum Bosco, d in d io afortunado
que visitó nuestros lugares santos de I Becclii
y de Turín, que v ió en R o m a a P ío X , que se
paseó por Ita lia , F raud a, y E spañ a, que debía
llevar im presa en su cerebro la dulce im agen
de las costum bres cristianas y tener casi o lvi
dado su salvajism o innato; su m ism o hermano
José P u ju b at con to d a la fam ilia, y Poengera
y Cachumbi y Chiunapi y N an tipi, todos,
tienen h o y sus m anos que destilan sangre, y
sangre de hermanos.
¡Adiós esperanzas nuestras! todos los dorados
sueños, que sobre ellos habíam os alim entado,
de legitim ar cristianam ente sus m atrim onios
y acabarlos de m eter por los carriles de una
'id a sinceram ente piadosa, se desvanecen como
la espuma. E n estos m om entos no escuchan
nada, no existe para ellos ningún interés que
sea superior al de la venganza; su único afán
es hacer víctim as, su único placer parecerse
al ave de rapiña que se abate sobre la presa y,
a sangre fría, le hunde la garra en el corazón.
Y a no son sólo las dos tribus de los Tibinias
y de los Chiriapas las que parecían haber na
cido para destrozarse; ahora son tod as iguales,
este fuego terrible de la vengan za se ha corrido
3 todas partes.
Perdone, Illm o Sr. que m i corazón, agitado
y nervioso, se sienta ta n oprim ido por la an
gustia; en estos m om entos sólo sabe hablar a
borbotones, com o el de m is salvajes dom inados
por la furia.
Su Illm a querrá conocer sin d uda la causa
de este incendio. E s la de siempre, tm a chispa
insignificante. ¿Recuerda el estrangulam iento
del pobre jívaro M áxim o Anguaska, ocurrido
en Cuchipam ba en Febrero últim o? A qu el fu é
en realidad el prim er hecho del que arranca
esta situación lam entable.
El d ía 2 d el presente m e hallaba y o en B om
bo:/i, en tm a de m is excursiones apostólicas.
Por causas que aún se ignoran, u n a niña jíva ra
de r } años m oría, rasi repentinam ente, en el
lecho del río; hubo quien dijo que era por ha
berse com ido una rana venenosa.
A sistí a sus fim erales y escuché los com en
tarios que alK se hacían; fueron para m i una
revelación y m e dejaron desconcertado. E n
tod o pensaban aquellos indios menos en la
verdadera causa del accidente; se hablaba de
em brujam iento, de influjos maléficos, de artes
diabólicas y convinieron en efecto, de un modo
inapelable, en que la niña había sido em brujada.
¿Quién era el brujo?... ¡Pobres razones mías
las que allí aduje y pobres conocim ientos, los
que y o presum ía tener, de los tóxicos naturales
de nuestra floresta! T od o cuanto d ije no sirvió
para nada; ¡palabras echadas al \iento!
Aquella fu é la clúspa que desencadenó el
incendio. H ubo un simiúmero de reuniones en
casa de la m uerta; los fam iliares próxim os y
lejanos se hicieron todos rociar los ojos, dos
veces, con agua d e tab aco, por la v ie ja curan
dera d el lugar, a fin de que la víctim a no se les
apareciese en sueños, y el efecto de aquellas
retmiones se v ió m u y pronto.
Da ignorancia y la m ala fe, m ezcladas por
el diablo con la nostalgia de la sangre que, en
m a yo r o m enor grado, siem pre tienen estos
salvajes, encendieron todos los ánimos. H abía
llegado para ellos la hora de em briagarse de
nuevo con el dulce licor de la vengan za y,
com o por ensalmo, em pezaron a circular correos
secretos, a establecerse pactos tenebrosos, a
concertarse em boscadas feroces, a las que ahora
estam os asistiendo, y que serán prd u d io de
otras muchas.
E l 8 de Diciem bre, m ientras nosotros feste
jábam os a la Virgen Inm aculada, Cachumbi,
Poengera, Chim iiajn y todos los jívaros de
Sacram ento pernoctaron em boscados en Cupiam biza.
L a tram a era la siguiente: dos am igos íntimos
de D om ingo T u birm a y m ía de sus mujeres
le invitarían aquella noche a bailar y le em bo
rracharían a él y a su hijo Sharupi. E n Jo m ejor
de la orgía, habían de irrum pir sobre ellos los
emboscados y darles los pasaportes jiara el
otro m undo. P or fortun a, esta ve z les falló el
golpe; un hijo de P u ju b a t y otro de Bosco
avisaron a T ibirm a a tiem po y lo libraron de
una m uerte segura.
Im agínese, Illm o Sr. el m al rato que y o pa
saría la noche siguiente en casa de Cachum bi,
ai tratar de convencerles de que lo que liabían
hecho era im crimen. Sólo he de decirle que
aquella no era tm a casa, era un infierno.
Iva pasitki del jívaro es algo que traspasa
todos los Umites y , v ista por el ojo tranquilo
de un misionero, horroriza y hace tem blar.
E n aquellos m om entos de orgasm o se les
habían borrado hasta las nociones m ás elemen
tales de la religión d e am or que les hemos en
señado. E l propio Chum iapi, que ta n to tiem po
150
lin vivid o con nosotros, revohaase como una
l)cstia herida, al escuchar m is am ables palabras
de reconvención y Poengera al observar en m i
rostro el dolor y el asombro, dijo para excu
sarlos; « l ’adre, estando sus ánim os encendidos
por la guerra ¿cóm o quieres que te escuchen
y piensen en otra cosa? »...
E l i-i riel corriente decidí girar una visita,
cjue debía ocuparme una sem ana entera, a
Cuyes y C udhjjam ba. Pues bien, no había hecho
mas <iue llegar a Tunrluí, cuando un jívaro
vin o a buscanne, diciendo: «Corre, padre, ven
pronto que Seugnana se está m uriendo *. Vuelo
a Cuyes y m e encuentro en, casa de Chupi al
jx-queño inocente — uno de los niños m ás dó
ciles y angelicales cpie teníam os en la misión
— con el rostro lleno de m ortal palidez y la
m irada vidriosa, en la que se pintaba la angustia.
Su primo Ivtza, que es un niño com o él, sin
duda nivühm tarianiente le había pasado el
ix ch o de parte a parte, con una b ala de plomo.
Todos los remedios humanos eran inútiles y
aproveché la confusión del m om ento, en que
sus padres ébrios de dolor aullaban como fieras,
para prepararlo y confesarlo. R ecibir la abso
lución, entrar en agonía y m orir fu é una m ism a
cosa.
L a que allí se a n u o no h a y plum a que alcance
a describirlo, y debe ser m u y difícil poderse
im aginar tan a lo v iv o un infierno como aquél,
lleno de alaridos, imprecaciones y espum arajos
de rabia...
H oy, al cirmplirse los diez días cabales de
aquella desgracia, que, repito, fu é sin duda
casual, se m e ha presentado tod o descom
puesto, el padre del pobrecito niño diciendo
(jue está buscando a lítz a para m atarlo. Me
lo ha dicho con un cinism o atroz y ¡ay de él,
si lo hubiese eucontradol
A m is razoníunientos e iutim idaoiones con
testaba invariablem ente: «Tr\ no conoces al
jívaro. H asta que y o no envíe a ¿ste con m i
hijo, no es.aré satisfecho " y com o yo insistiese
en inculcarle un {kxo huís de calm a y nioíleración, fuese sin saludarm e con un ceño te
rrible, im precando y m aldiciendo a quién no
sabía comprender la rabia feroz de un padre
herido.
E l domingo, a las dos de la m adnigada, y a
los puertas mismas de la Misión, se perjx'tró
una m ieva n'presalia sangrienta.
Una bíuula de diez indios, iirtegrada por
I’ujubat, Bosa>, Juan el Carpintero, sus hijos
y tres agrega«.Uxs, uno de los cuales había sido
reclutado |x>r el m ism o Cachum bi, fu é a emb íscarse junto a una vieja casa abandonada,
pn)]iieiiad de este últim o. Con lisonjas y engafuvs habían atra U o a ella a la fam ilia de
Luisa Piuchina, cuycís dos hijos tenían senteuciatios a morir.
Pasada la mciÜa noche y , m ientras uno de
los hijos atizab a el fuego al pié de la caira,
una descarga cerrada de diez escopetas lo tendió
fulm inado al suelo y dejó a la m adre grave
m ente herida en un brazo. Cuando la mañana
aquella del dom ingo m e disponía y o a decir
m isa, \duieron a llam arm e para que fuese a
curar a la pobre Luisa. A cu d í presuroso, se
hizo lo que se pudo y dim os sepultura al joven
asesinado. ¡Qué escenas aquellas! era algo
terrible. D e ellas he sacado unas fotografías que
le incluyo.
A l regresar a casa, encontré esparcidos por
el suelo todos los adornos que constituían la
indum entaria de los asesinos. E s una ley ritual
inexcusable de tod o jíva ro que v a a hacer
guerra, cam biarse de traje, im a v e z saciada su
venganza, para deniostrar a todo el mundo,
que su corazón tam bién se ha cam biado; arro
jan todas sus prendas: el ceñidor de la cin
tu ra, los pemes de plum as y cintajos de la ca
beza y los cañutos que talad ran sus orejas; se
cortan adem ás inm ediatam ente los enormes
tufos, dos largas guedejas de la cabellera que
cuelgan sobre sus m ejillas. Los nuevos adornos
que colocan sobre su cuerpo, han de ser los
m ism os que usaba la víctim a, si tienen la suerte
de apoderarse de ellos, llevándolos con rego
cijado orgullo, com o preciados trofeos de vic
toria.
Ix)S jívaros no emprenden jam ás ninguna
de sus correrías sangrientas, sin haberse antes
em badurnado tod o el cuerpo con la Su¡e, que
tiene la virtu d , com o ellos dicen, de comuni
carles la oscuridad siniestra de la selva.
'D e las noticias que ahora corren sacamos
el presentim iento que, en lo que queda de este
m es y durante todo el de Enero, seguirán de
nn m odo im placable estas m uertes y violencias
hechas a traición, preparadas silenciosa y cau
telosam ente, com o la m ordedura de las ser
pientes. ¡Señor y D ios mío! si a lóm en os fuesen
éstas las xiltim as.vy les rem itiera la fiebre y
volviese a reinar la paz! pero, a no ser que la
gracia d ivin a nos cam bie en un momento a
estos lobos en corderos, y o no m e hago muchas
ilusiones. U n indiecito to d a vía pequeño ii’.e
decía el otro día con el m ayor aplomo: <=Padre,
no te canses: ahora yp no puedo porque soy
clüco, pero cuando pase el año, (esto es el tiein|x)) tu verás com o sabré ven gan iie ■) y como
yx> le dijera que Dios castiga a los que .se vengan
v que m atando al asesino no se restituye la
^•ida a la víctim a, contestaba: «E s que no
conoces tod avía el corazón <lel jívaro. ¿Por
qué ha de ser m alo m orir y vengar a Ies
nuestros? cierto que estas no recobrarán la
v*ida, pero cuando menos term ina el corazOT
del jívaro, vengándose (o lo que es lo mi>mo,
term ina su sed de vengan za, y a satisfecha).
H ace tres días, am ado Padre, que vi^■ i^lOS
en plena zozobra; noticias, desgraciadamente
En e / c e n tro : Jívaro goerrero.
A r r ib a (de izquierda a derecha): El iodio asesinado Miguel Zerrmpu.
Pájaro "Tucano” disecado que adornaba la cabeza de uno de los asesinos.
A b a jo (de izquierda a derecha): Cañón de uno de los Fusies de ios emboscados,
borribiemenfe retorcido por la madre de la víctima, en el paroxismo del
dolor 7 de la rabia.
Eoíerramiento de Zerempo. Fosa de 0.45 m. abierfa en la habitación prio'
cipal de la casa. El cadáver está cubierto con un paño; sobre los palos
atravesados dd féretro, descansará la tapa de bambú que ha de cerrarlo.
152
verídicas, nos anuncian que Juan ha jurado
destruir tod a la jivaría de Sacram ento, la cual
está y a reuniendo a su gente, para organizar
la contraofensiva. Cachiunbi se v e m etido entre
dos fuegos, y no le queda otro remedio que
defenderse... ofendiendo. E s casi segura, además
y no e.stá m uy lejos, otra acción ofensiva del
fam oso Clüriapa de Chuchum bleza contra los
T ibin nas de Cupiam biza, y hoy m ism o nos
han venido a decir que abajo, en el Provisorato,
que está a una jom ad a de distancia, un hijo
de U tita ha dado m uerte alevosam ente a un
jíva ro del Pongo llam ado Encema. que se di
rigía hacia acá. Figúrese, Illnio Sr. cual no será
nuestra pena y nuestro sobresalto, ante hechos
tan repetúlos y tan lastimosos. L a acción del
misionero, en m edio de este huracáji de pasiones,
se está haciendo en extrem o dificultosa, y,
durante algunos meses, preveo que será com
pletam ente imposible.
N o obstante, aún abandonados y atribulados
com o nos hallamos, el buen Jesús piensa en
nosotros y no deja de dam os algim a dedada
de miel. A n teayer, por ejem plo, fu i a Cupiam
biza y conseguí confesar a la joven esposa de
Sham pi que se hallaba enferm a de muerte.
Estos consuelos nos m ueven a dar gracias a Dios
y lo dem ás nos hace exclam ar: ¡cúmplase su
santa volu ntad! Cuando suene para nosotros
la hora de recoger, recogeremos; ésta es todaT,-ía
hora de sem brar y nosotros así lo. hacemos,
dispuestos a todo, aunque sea entre lágrimas
y gemidos « E untes el flentes, m ittentes semina
sua ».
A l comunicar el buen M isionero estos mismos
hechos a nuestro Superior General, concluye con
estas palabras:
Mucho nos conforta el pensam iento de que V.,
Padre am adísim o, nos com padece y nos acom
paña en estas tribulaciones. D ígales a nuestros
Cooperadores que n ieguen m ucho por esta
Misión, que nos hagan esta caridad tan exqui
sita, m ucho m ás exquisita que la caridad ma
terial que tan de corazón les agradecemos.
¿Sería posible que el bondadoso Jesús se
hiciese sordo a todas esas súplicas en favor de
nuestros jívaros?
Y V ., am ado Padre, n iegu e tam bién por
nostros y envíenos su bendición.
J u a n M. V ig n a
Misionero salesiano.
Gualaquiza (Ecuador), D iciem bre de 1931.
Japón.
La nueva misión de Beppu,
fla c e pocos días llegóm e la orden de fundar
una nueva misión, en la ciudad de Beppu.
I m po r tan cia d e B e p p u . — Habitantes: E s
una ciudad nacida com o Chicago, una de
esas ciudades llam adas «setas * que han pa
sado. como por encanto, desde la nada a
grandes poblaciones. H ace unos diez años, un
famoso literato europ>oo, hubo de visitarla y
no encontró ni un mesón que pudiera ser
virle una com ida pasable, en cam bio ahora
los hoteles se cuentan por docenas. H ace pocos
años era un pueblo, ahora es una ciudad que
raya en los 70 m il habitantes y con una po
blación flotante m uy resiiotable.
Centro de excursionismo: Por su situación pin
toresca, |xirecida a la de Ñ apóles o de N iza; por
estar nxleada de surtidores que brotan espon
táneos del subsuelo: de pozos humeantes cuya
agua lú eive cou detonaciones que se oyen a
distancia: por tener numerosas m ontañas
talladas caprichosam ente com o nuestro Monserrat... por teuer grutas inaraNillosas, aúnque
explothdas m uy prim itivam ente. Todo esto hace
que el contingente de excursionistas llegue a
cifras m uy crecidas, com o la del año actual
que ha ascendido a cerca de dos millones. Salen
de esta ciudad, adem ás de munerosos trenes
rápidos, cuatro expresos que la unen con las
principales ciudades del Japón. Dos lujosísimos
vapores la enlazan tam bién con K o b e y Osaka
y otros m uchos barcos de poco tonelaje salen
a diario para los puertos de las islas vecinas.
Senianalm ente llega la aviación civil, y por
si no bastara tod avía, viene a aum entar el üáfico la escuadra japonesa del m ar interno que,
m ensualm ente, visita las tranquilas aguas de
esta hermosa bahía.
B e p p u c iu d a d dp: v id a . — L a Pro^ide^d»
ha sido pródiga en dotarla de unas fuentes ter
males, cu yas aguas curan m u y variad as enfer
medades; algunas de ellas contienen en abimdancia «radiiun », por lo que son recomendadas
por m édicos nacionales y extranjeros, y no es
raro v e r enfermos venidos de Shangai, HoiigK o n g y Manila. Pero una de las características
de esta ciudad son los baños de fango. Venir
a Beppu y no ver estos baños es com o ir a Roma
y no ver el P apa. E stá n situados cerca de las
aguas del m ar; allí se ven alineados hombres y
mujeres; yacen sin m overse, sumergidos en
153
Casa-misión de Beppu (Japón).
estos barros curativos, allí perm anecen tran
quilos y resignados horas y horas, contem plados
siempre por numerosas personas, c u y a única
enfermedad es la... curiosidad.
B e p p u c iu d a d d e m u e r x e . — D e la m uerte
espiritual, y a se entiende, que en tod o el Oriente
han entronizado las doctrinas de B u d a, el
demonio y la corrupción.
Ciudad de Buda: Su estatua, de m ás de 40
metros, destaca cóm o señora y dom inadora de
la ciudad; la construyeron con donativos hechos
por sus adoradores. Contribuyeron no sólo los
del Japón sino todos los del Oriente; para ello
un bonzo recorrió todos los países, pidiendo
limosna. Ahora otros la piden para levantarle
una iglesia.
Ciudad del demonio: E n la parte N . de la
ciudad es donde están las fuentes term ales
en las que se ven hervir las aguas, como
en las calderas de m i infierno, y precisamente
allí, y o no sé si im hum orista o im supersti
cioso levan tó al demonio un tem plo, o m ejor
dicho, im monxunento cerrado por im a especie
de jaula. L os \-isitantes echan o clavan su
tarjeta de adhesión, y algunos pregim tan lo
que les conviene, para lo cual echan im a
moneda en u n a caja, aprietan un resorte y
sale la so iten cia flam ante y escrita en lindos
caracteres japoneses.
Ciudad de pésimas costumbres: A llá por el
mes d d cerezo (prim avera) y en el m es del
«momiji > (otoño) U ^ a n a bandadas los jóvenes
y ios no jóvenes, para hundirse en el fango, que
no es precisam ente el de las aguas term ales.
L as calles están sem bradas de tropiezos m o
rales en los que fácilm ente cae la juventud
libertina y aún la que, sin ser libertina, es
débil y no sabe resistir; es una cosa que no
se v e en las otras ciudades japonesas, pero se
tolera en ésta, porque es una de las fuentes de
riqueza, com o se tolera el juego en Montecarlo,
y los desenfrenados Carnavales en N iza.
L o QUE ENCUENTRO. — Católicos: los obser
van tes se cuentan con los dedos de una m ano,
y los no observantes con los de la o tra mano.
Catecúmenos: Em piezan a poderse contar;
actualm ente son cinco, im o de los cuales está
y a preparado y , por N avid ad , será el primer
bautism o solemne que liaremos en la nueva
misión.
Una comunidad religiosa: L as H ijas de María
A uxiliadora; seis herm anas con seis postulantas
indígenas. H an em pezado a reunir a las muchachitas paganas, qu e alegres y festivas van a
ju ga r y escuchan aten tas la explicación del
catecism o.
Un oratorio festivo: E s decir niños que vienen
a ju ga r en la misión para después estudiar im
po<x) de catecism o. N o son m u y numerosos
pero dem uestran gran sim patía por el m isio
nero y . apenas lo ven, corren a saludarle y
acompañarle.
M is p r o y e c t o s . — i ) Ampliar la casita:
p a ra poder v iv ir en ella los tres misioneros que
aq u í debCTios residir, y hasta por el decoro de
154
la misión, que ahora se presenta m u y m isera
Madre. E s una idea m u y feliz, m áxim e, si se
blemente y contrasta con las distinciones y
piensa que esta ciudad es una de las m ás cosmo
favores que recibimos de las autoridades y
politas d d Japón. N o dudam os que para po
paganos.
nerlo en práctica nos ayu d arán los devotos de
2)
Construir un salón-teatro: L a caracterís M aría Auxiliadora, esparcidos por todo el
tica del sistem a salesiano es el Oratorio Festivo,
im m do y a los que darem os a conocer nuestra
es decir, reunir a los niños para que jueguen a
iniciativa. P or de pronto y a tenem os su estatua;
discreción en nuestra casa, com o si fuera la
nos la envió im bienhechor de Ita lia , para que
suya propia,, reunirlos para explicarles el c a
fuese colocada en el presbiterio o altar Mayor
tecismo, premiándoles la asistencia y aplicación
de la fu tu ra Iglesia. A l m irar ta n hermosa
con dulces, paseos o teatro. P ara llevar a la
escultura, ñas sentirem os anim ados a trabajar
sin descanso hasta construirle, lo m ás pronto
que podamos, una digna m orada.
‘Los Infiernos" de Beppu (Japón).
C a te c ú m e n o s . — Mí m ayor satisfacción ha
sido ver el número de catecúmenos que desean,
unos enipezíir y otros continuar el estudio dd
catecism o. H a y entre ellos una m ujer que viene
siem pre acom pañada de sus tres hijos. Empezó
a estudiarlo hará unos 1 2 años y , por dificidtades
involuntarias, tu v o que dejarlo, pero todos los
días hacía rezar a sus hijos el Ave-María.
O tra buena señora ^dene a escondidas a
visitam os: es cristiana de corazón y desea serlo
de hecho, lo m ás pronto posible, pero a ello se
opone terriblem ente su suegra, que es una
budista ferviente.
U n anciano nos ha venido a llam ar para que
le visitem os, pues tien e su esposa gravemente
enferm a, y nos ha dicho que está convencido
de que es un castigo de D ios, por haber dejado
de practicar la religión católica desde muchos
años hace. Desea cine se bautice tanrbién a su
esposa, para que pueda m orir cristiana.
E sto y convencido de que tod o lo que he
po<Íido obser\’ar en este mes, es fn ito de las
oracioires y de las m ortificaciones de nuestrts
amigos. ¡Dios se lo pague!
U n a b u e n .\ im i -r e s io n . — A l hacer m i pri
práctica todo esto necesitamos un local que sea
m era visita a las autoridades, fu i al Ayunta
espaciase, y por lo mismo, es uno de m is pro
m iento, para cxmiplinientar al Alcalde. Obsen é
yectos constnur el salón-teatro. Adem ás lo ne
que en el salón de recibir el línico adorno que
cesitam os para poder reunir a los cristianos,
había era un busto de m árm ol del cri.stianísinio
catecúmenos y jxiganos, a los qi\e acostiunrey de 0 ita , Odomo Zorin, que colgada del
bramas d ar j>eriódio;unentc conferencias con pro
pecho lleva xásiblemente la cn iz. V ea, m e decía
yecciones, cine o declam ación. N os ha resultado
uno del Ajnm tam iento, com o nosotros no sólo
éste un m edio erioacísimo para hacerles tom ar
no tenem os antip atía hacia V ds sino que esta
simiKitía hacia nuestra obra. l i l presupuesto que
estatua le dem ostrará que vem os con agrado
m e han hecho es de 15 m il i>esetas y espero
sus trabajos. D íjom e adem ás el jefe de policía
que la Sm a Virgen m e hará encontrar quien
que él había leído todo nuestro catecismo y
m e las pueda dar... o prestar...
que sentía profunda adm iraciw i por él. Me
3)
Templo de .\faria AtLfiliadora: I.os S u aseguró su protección, siem pre que de ella tu*
periores han escogido esta ciudad para qu e en
\dera necesidad.
ella se cslifiquc ¿ prim er Santuario que será
P . M. E s c u r se ll
consagrado, en el Japón, a nuestra am autísinia
pasionero Salesiano.
é iá
I "
GACETILLA SALESIANA
Por el alma del Rvmo Sr. D. Felipe Rinaldi.
De todas partes recibimos noticias de oraciones
y sufragios y solemnísimos fimerales, aplicados por
el eterno descanso de nuestro llorado Rector Mayor.
Nosotros, en la imposibilidad de reseñar todos
esos actos, resumiremos los más importantes.
TÜRIN. PUXKRALES DE TRIGESIMA EN EA BASI-'
UCA DE María A uxiliadora . — Jlevistieron aún
más solemnidad que los celebrados en el pasado
mes de Diciembre, corpore insupulío.
El dia 14 de Enerb el templo estaba imponentí
simo. Autoridades y Comisiones, pre\namente in
vitadas, ocuparon sitios de honor en el centro del
crucero, a uno y otro lado del catafalco; eran, con
poca variación, las mismas que asistieron a los actos
del sepelio.
Ofició el Sr. Ecónomo General D Fidel Giraudi,
con asistencia pontifical del Rvdmo Sr. Arzobispo
Mons. Fossati y varios Sres Obispos, y desempe
ñaron la parte musical del magcstuoso rito fúnebre,
los estudiantes de la Universidad teológica interna
donal salesiana de la Crocetta, incorporados a la
Sckola Cantorum del Oratorio, re.sultaudo un con
junto admirable que emocionaba y suspendía el
ánimo.
Terminada la misa, ocupó la cátedra sagrada
Mons. Colli, Obispo de Acireale y natural del mismo
pueblo del finado, quién con cálida y sentida elo
cuencia, empezó con estas palabras:
«Cuando el sol brilla en medio del cielo, se hace
muy difícil descubrir una estrella. Y esto fué predsaniente Don Felipe Rinaldi, una estrella que
apareció en el firmamento sales.ano, cuando ya el
Astro mayor se encaminaba hacia el zenit de su
gloría terrena y de sus celestiales triimfos.
La vida de Don Felipe Rinaldi, — continuó di
riendo — fué una síntesis mara^■ illo8a de todas las
virtudes. Pué a la vez hombre de acción y asceta;
fué audaz y prudente; tenaz y humilde; austero
y paternal; fué el hombre de Dios y el hombre de
las grandes empresas; fué constructor y apóstol;
ojnservador y espíritu de su tiempo.
Demostrados de modo admirable todos estos
asertos, al parecer contradictorios, puso de relieve
el orador como la Congregación Salesiana, dtirante
el Rectorado de Don Fehpe Rinaldi. conservó puras
e inalteradas las gloriosas tradiciones y enseñanzas
recibidas de Don Bosco y compend.adas en estas
dos palabras: Trabajo y Oración.
En estos tiempos de dinamismo febril, infiltrado
basta en los organismos de la vida religiosa, no es
fácil que puedan todos comprender la poliédrica
figura del gran hombre que acabamos de perder,
cuya santidad estribaba, precisamente, en haber
hecho bien y a la perfección las cosas ordinarias.
Después de haber puesto de manifiesto como en
él la luz viva y potente de la autoridad se presen
taba siempre con el color amable de la paternidad,
hizo un recuento imponente de las obras realizadas,
en todos los continentes, por la Pía Sociedad, bajo
la inspiración e iniciativa de Don Felipe Rinaldi,
citando el dicho de un diario no católico, el cual
aseguraba hace poco que la ciudad de Turin, a
caso más que j)or su historia y sus timbres gloriosos,
es hoy conocida en el mundo entero, por haber sido
cuna de la Obra Salesiana.
Mons. Colli tuvo al auditorio pendiente de sus
labios, durante tres cuartos de hora y terminó her
mosamente con estas palabras: « El que aqui en
la tierra, con empeño no superado, trabajó gozoso
por la beatificación de su gran üíaestro, ba ido
ahora al cielo a anticipar su canonización, a con
templarlo en todó el pleno fulgor de que un dia,
siendo niño, le vió rodeado niientra.s con él se con
fesaba >.
ROMA. — Particularmente grandiosos fueron
también los funerales celebrados en la Basílica del
Sgdo Corazón de Jesús, de la ciudad eterna.
Asistieron los Cardenales Pedro y Ivnrique Gasparri, Merchetti. Selvaggiani, Sbarretti, Laurcnli
y Mori y, además de los Superiores Mayores de la
Pía Sociedad, muchos y altos Representantes de
varios Ministerios.
Prommeíó la oración fúnebre Mons. Salotli, Se
cretario de la Sgda Congregación de I’ropaganda
Pide.
SEVILL-A {España). — Emocionante en extremo
resultó el Funeral celebrado en la iglesia salesiana
de la Sma Trinidad. L a asistencia del Emmo
Sr. Cardenal, que profesaba un gran afecto a nuestro
llorado Rector Mayor, dió una especial nota de
solemnidad al acto.
Acompañaban al ilustre purpurado el Rvdmo
Sr. Inspector D. Sebastián M. Pastor, distinguidas
autoridades y representaciones de Ordenes Reli
giosas, y todos los Sres Directores de las casas de
la Provincia Bética. El público llenaba el anchuroso
templo, y asistieron las Escuelas Profesionales
Saleaanas, Colegios de San Benito de Calatrava,
Hijas de María Auxiliadora, grupos de alumnos
do varias ciudades, cooperadores, exalumnos, etc.
Las severas notas del cauto gregoriano, acompa
ñado por el nuevo y magnífico órgano que posee
la iglesia, reforzaron de un modo extraordinario el
ambiente piadoso y solemne de la triste ceremonia.
S A R R IA BARCELON A [España). — Fué casa
y sede inspcctorial del malogrado Superior General
Don Felipe Rinaldi y esta circunstancia explica la
pompa extraordinaria y el afectuoso empeño, con
que se han celebrado en ella sus Honras fúnebres.
El amplio y magnifico santuario de María Auxi
liadora estaba profusamente iluminado, vestía
paños de luto su altar mayor y alzábase en el centro
un severo túmulo con los atributos sacerdotales.
La doliente familia sale.siana, presidida por su
actual Inspector D. José Calasanz Márquez, que
fué uno de los primeros alumnos del P. Rinaldi,
Representaciones de todos los Colegios de la Pro
vincia, Párrocos de Barcelona, Comunidades reli
giosas, Autoridades y nutridas Comisiones de ex
alumnos y cooperadores, acudieron al templo a
llevar el homenaje de su oración y de su cariño.
Asistió de pontifical el Exemo Sr. Obispo Dr.
Irurita y ofició de preste el Sr. Director de la casa,
D. Guillermo Viñas.
Una imponente masa coral y algunos instrumentos
de cuerda ejecutaron, de un modo insuperable, la
Misa y Responso del Mtro Perosi, y al terminarse la
fúnebre ceremonia, repartiéronse a todos los asis
tentes Recordatorios con el retrato del finado, y
un ejemplar del magnífico elogio fúnebre que, con
unción filial y severidad de estilo, acababa de pro
nunciar el culto orador salesiauo P. Julián Masana.
JIISION D E MACAS [Ecuador). — Como el cable
no atraviesa este mar de árboles, en que se halla
sumergida nuestra misión, hasta ayer no tuvimos
noticia de la terrible desgracia.
Hijos amantes del buen Padre que Dios nos ha
arrebatado, nos pusimos a preparar, lo mejor que
pudimos, sus funerales, eficazmente ayudados por
las abnegadas Hijas de Maria Auxiliadora. Aunque
estamos- faltos de elementos de todo género, el
amor filial supo sacar fuerzas de flaqueza y también
aquí, cu este apartado rincón del mundo, tuvo
D. Felipe Rinaldi un templo humilde pero lleno
de hijos que le tributaron sus oraciones embargados
por la pena. En Macos todos sentían por nue.stro
Rector Mayor un afecto tierno y profundo, y el luto
causado por su muerte ha sido general.
BUENOS A IR E S
— En toda la
República la muerte del tercer Sucesor de Don
Hosco ha tenido un eco de sentida condolencia.
En los funerales, que se han verificado en la ca
tedral. poutificó el Exemo Sr. Obispo Dr, Fortunato
Devoto, con asistencia de un gran número de repre
sentantes del clero secular y regular, y de \m enorme
concurso de fieles.
En representación del Gobierno nacional inter«nicron, el Exemo Sr. Ministro del Interior Dr.
Octavio Pico, el Exemo Sr. Ministro de la Guerra
General Medina y el Presidente del Consejo nacio
nal de Educación, Dr. Juan B. Terán.
•Asistieron también el Exemo Sr. Conde Boni
facio Pignatti Morano di Custozza, Embajador de
Italia, distinguidos miembros del Cuerpo Consular,
el Decano de la Facultad de Ciencias exactas Dr.
Cututehet, y otras destacadas personalidades v
delegaciones de Sociedades y Centros civiles, reli
giosos- y sociales. Trescientos niños revestidos de
roquetes completaban el magestuoso cuadro.
Hizo una brillante y acabada oración fúnebre
del ilustre finado el R, P. Licinio Martínez,'Provin
cial de los Religiosos del Sgdo. Corazón de María.
A l terminar, se repartieron 1600 Recordatorios.
La asistencia popular, la ornamentación fúnebre
del grandioso templo metropolitano, la música, el
ambiente, todo revelaba, aún a los ojos del más
profano, que el acto que allí se celebraba era grande,
y tocaba muy a lo vivo el sentimiento del alma ar
gentina.
SANTIAGO DE CHILE. — En esta capital se
han celebrado, con gran solemnidad, en el magní
fico templo de la « Gratitud nacional» las Honras
fúnebres por el eterno descanso del Rector Mayor
de la Pía Sociedad Salesiana.
Ofició de pontifical el Exemo Sr. Nuncio Apostó
lico, Mons. Héctor Felici, con asistencia del Exemo
y Rvdmo Sr. Arzobispo Dr. Campillo y los Sres
Obispos Labbé, Edwuards y Castro.
Ocuparon sitios de honor el Clero secular. Supe
riores de Ordenes religiosas. Autoridades, represen
tantes de la prensa. Cooperadores y amigos de las
Obras salesianas.
Fué enorme el público que asistió al piadoso
acto e innumerables los testimonios de condolencia
recibidos.
M ANILA [Islas Filipinas). — Sencillos, pero por
esto mismo muy solemnes fueron los funerales ce
lebrados el jueves, 17 actual, en la iglesia parroquial
de Malate, por el alma del ilustre Rector Mayor
de los Salesianos, M. R. P. Felipe Rinaldi, que
falleció el día 4 en Turín, Italia.
Ofició en la misa el Secretario de la Delegación
Apostólica M. R. P. Luis L. Morrow, salesiano,
asistido por los presbíteros Dr. Simeón Gutiérrei,
Secretario del Arzobispado, que actuó de diácono
y D. José N. Jovellanos, canónigo y párroco de
Tondo.
El Exemo. Sr. Arzobispo, Mons. O'Doherty
asistió al acto ocupando el trono en el presbiterio,
y delante del modesto catafalco se hallaban ocu
pando asientos especiales el Exemo. Sr. Delegado
Apostólico, Mons. Piani, con el Exemo. Arzobispo
de Bosra, Mons. Hurth, los Exemos. Sres Obispos
Alfredo Verzosa, Guillermo Finueiuanu y José
Olaiz, el Provisor y Vicario General de la Archídíócesis, Mons. Bustamacte y el Vicario General
de Lipa, Mons. Obviar.
En el coro jimto con los R R . PP. Benedictinos,
que se eucargaron del canto de la ^lisa, hallábase
el Rvdmo. Abad, Mons. Salinas. A ambos lados
del catafalco se situaron los MM. RR. PP. Superiores,
Rectores y Comisiones de las Ordenes y Congrega
ciones Religiosas, y en el resto del templo, llenando
todos los asientos, un buen número de religiosas,
distinguidos caballeros, cooperadores salesianos, J
los alumnos de los Colegios Católicos, tanto de
varones como de señoritas.
Terminada la misa, el Sr. Delegado canto un
solemne responso ante el túmulo, con lo cual ter
minaron los solemnísimos funerales.
Gracias obíenidas por iníercesión
de María Auxiliadora y del Beato Juan Bosco.
ESPAÑA (CORDOBA) MoniiUa. — Encontrán
dome en 'situación triste y apurada por asuntos de
(amilia, me encomendé de todo corazón a mi ce
lestial Madre María Auxiliadora, por intercesión del
Beato Juan Bosco, rezando todos los días las ora
dones indicadas para obtener su protección y pro
metiéndole una misa en su altar, una pequeña li
mosna y publicar la gracia en el Boletín.
Hoy cumplo gustosa lo prometido. Madre mía.
En las necesidades y angustias de la vida, ampá
rame y no me niegues nunca tu valiosa y di^^na
protección.
TJna devota.
ESPAÑA (P ontevedra ) Vigo* — C. V . de C.
da gracias á María Auxiliadora por un favor muy
grande recibido y envía una limosna de cinco pe
setas, y otras cinco para el culto del Beato Bosco.
ESPAÑA (P ontex'E dra ) Vigo. — Hallándome
accidentalmente en Madrid, con la familia, cayó
enferma mi esposa y tan grave se puso el 28 de didembre último que, temiendo un fatal desenlace,
la encomendé a María Auxiliadora, ofreciéndole
hacer en su Iglesia, una novena, publicar la gracia
en el Boletín Salesiano y entregar cien pesetas para
su culto, si se salvaba de la muerte. Mi súplica fué
escuchada, pues a los pocos días ya estaba fuera
de cuidado. Gustoso cumplo mi ofrecimiento, dando
gracias a la Santí.sima Virgen por el especial favor
que me ha otorgado, y haciendo pública esta gracia.
FELIX Carrasco .
ESPAÑA (P o n t e v e d r a ) Vigo. — Dos devotas
de María Auxiliadora envían la cantidad de 50 pe
setas por haber obtenido su curación.
ESPAÑA (SevtLLa ) D os Hermanas. — Hallán
dose mi sobrina Carmen Muñoz con una ñebre de
más de cuarenta grados y sin esperanza de salvarla,
me encomendé a María Auxib'adora, por intercesión
del Beato J uan Bosco, y le ofrecí una limosna para
los niños pobres. Fué escuchado mi ruego y pronta
mente se inidó la mejoría. Ahora cumplo lo pro
metido y publico la grada, para mayor honra y
gloría de tan bondadosa Madre.
E n g r a cia M u ñoz .
ESPAÑA (Se villa ). — Encontrándose una hija
mi1 en ima situadón económica difícil, me encomendé
al B. J. Bosco hadándole una novena para que,
por intercesión de María Auxiliadora, me soludooase el conflicto; como no tuvo resultado, empecé
otra 7 antes de terminarla, ya estaba arreglado
í-t^iactoriamente el asimto, por lo que agradedda
psbhco la grada en el Boletín Salesiano, como lo
pTii: ■ -•tí, y doy una limosna.
Una cooperadora salesiano.
E SPA Ñ A (V a l e n c ia ). Habiéndome encomen
dado a María Auxiliadora en una situación muy
apurada, le prometí publicar la gracia, si me lo con
cedía, co,sa que cumplo gustosa. ¡Gracias, oh Madre
cariñosa, que nunca olvidas a los que en Tí confíant
R. M.
E SPA Ñ A (V a len cla ). — T. P. da gracias al
Beato Juan Bosco por im favor recibido y envía
una limosna.
AR G EN TIN A (V il l a CoNsriTuaoN). — El día
27 de septiembre de 1929 a las 4 de la mañana, tuve
un ataque tan desesperante que se llamó al médico
y viendo que tardaba, hice avisaf al párroco Padre
Picabea, quién acudió al instante.
E l primer diagnóstico fué de infecdón intestinal
con ataque peritoneal; después, en vista de los sín
tomas que se presentaban, dijo el doctor que se
trataba de un tumor canceroso tan grave, que eran
pocos los días de vida que me quedaban.
Sólo Dios sabe los dolores que he sufrido; en las
horas de paroxismo, lloraba y pedia valor y resigna
ción para no desesperarme.
Así estuve postrada en cama 45 días; luego me
levanté y recaí nuevamente, siendo mi estado tan
grave que el médico creía imposible salvarme.
El 7 de Didembre me examinaron con lo."»Rayos X
y quedó confirmado el diagnóstico de que era un
tumor canceroso.
En vista de los terribles dolores, que cada día
eran más fuertes y acababan mi vida, me procuré
una reliquia del Beato Juan Bosco y me encomendé
a él con todo el fervor de mi alma.
El buen Párroco, que a menudo me visitaba,
consultó con el médico y éste le dijo que seria un
milagro que yo me curase. Y lo fué, en efecto. El
20 de Enero de 1930 fui a Rosario para que en el
Hospital Español me hideron un examen radioscópico; estaba completamente curada, el estómago
en estado normal y sin lesiones de ninguna clase.
¡Don Bosco bendito, gradasl
, I.uciA C. Vda. de Z a b a l a .
ARGENTIN.á (T eo d o lin a ). — Cumpliendo mi
promesa a María Santísima Auxiliadora, a quien
acudí para obtener la salud mía y de toda mi fa-,
milia, bago publicar la grada y mando tma pequeña
oferta para las misiones salesianas».
A m alia P. de I n d a .
AR GEN TIN A (BUENOS-AlRES). — La Sra. Asimdón C. de Zerba, habiendo redbido de María Au
xiliadora una señalada grada, desea hacer pública
su gratitud a la (xlestid Señora, y como lo había
prometido, remite una limosna.
158
COLOMBIA (Sa n t a n d e r ) Belulia. — Encontrán
dose un cuñado inio herido de gravedad 7 habiendo
salido procesado por el mismo percance, llena de
tribulación, pues estaba desahuciado delosmédicos,
recurrí a nuestra buena Madre María Auxiliadora
])idicndo su salud y que saliera libre de la prisión.
Le ofrecí, si era oida, publicar el milagro en el Bo
letín Salesiano, hacer una comunión y enviar 5 pe
setas para los huerfanitos del Beato Juan Bosco.
A l ver hoy cumplidos mis deseos, gustosa cumplo
mi promesa y hago pública esta gracia.
C arm en G óm ez
de
C h apa r r o .
COLOMBIA (S a n t a n d e r ) Girón. — Hallándose
uu hermano mío gravemente enfermo, y además
en estado demente, pedí a María Auxiliadora que
le concediera un momento lucido para que no mu
riera sin confesión, ofreciéndole enviar una limosna
y publicar el milagro. La Santísima Virgen escuchó
mis súplicas y el enfermo no murió hasta después
de hacer una fervorosa confesión. Reconocida por
éste y otros muchos favores, doy gp'acias a María
Amdliadora y cumplo gustosa lo prometido, en
viando una limosna, y a la vez la relación de la
gracia, para que sirva de aliento a cuantos se hallen
necesitados.
R osa A m elia M e n e n d e z O rd o ñ e z .
COLOMBIA (S a n t a n d e r ) Girón). — Evaristo
Prada R. Cooperador Salesiano, da infinitas gracias
a María Auxiliadora y al Beato Juan Bosco, por
haberlo curado de una enfermedad muy grave del
estómago, la cual lo atormentó durante algimos
meses, y siete médicos que le asistían, no lograron
curar; por esto acudió ala gran médica y Madre María
Auxiliadora y al Beato Juan Bosco y la enfermedad
cedió, y hoy se encuentra gozando de salud com
pleta. En agradecimiento, manda una pequeña
limosna de cinco pesos oro para su culto.
PERU (Ca l l a o ). — Al comenzar el mes de Fe
brero del año pasado, tuve a mi hijita Norma gra
vemente enferma; mi desesperación fué muy grande
porque temí perderla; pero llegó de visita una buena
amiga que me recomendó le pidiera al Beato Juan
Bosco por la salud de mi hijita. lilla misma fué a
ver al director dcl Colegio del Callao y solicitó una
reliquia dcl Beato que puse con toda fé bajo su almohadita. Y e.stc bondadoso Padre no demoró en
devolverle la salud; pues en el mismo instante co
menzóla mejoría de la enferma yaldiasiguieute ya
pudo dejar el lecho.
Mas ahora debo estar doblemente agradecida a
la bondad dcl Beato, pues tuve a mi bebé muy
niolito en dias pasadt>s, lo invoqué nuevameute,
prometiéndole publicar su gracia y enviar una
limosnita para su culto y cumplo con lo ofrecido,
pues comenzó una franca mejoría inníediatamente
y ahora lo teugo muy bien de sijhul, gracias a mi
gran Santo, a quién me cncomieudo en todos mis
apuros.
N orma V. de Ost o la za .
URU GU AY (I..\s P ie d r a s ). — Angustiada por
dolorosiís pruebas y no encontrando consuelos en
los medios humanos, acudí con confianza a la que
es el alivio de los cristianos, María AuxiUadora,
haciéndole repetidas veces el triduo, recomendado
por el Beato J uau Bosco y ¡oh bondad de tan buena
Madrel La gracia y los consuelos no se hicieron
esperar. Hoy llena de gratitud hago público mi
agradecimiento a María Auxiliadora, por medio del
Boletín Salesiano y mando decir una misa en su
altar en acción de gracias, enviando una limosaa
para las obras salesianas.
Juanita d e los Campos.
D a n ía m b ié n g ra c ia s a M a r í a A u x ilia d o ra y
a l B e a to J u a n B o s c o y en vían limosnas:
E spaña (Madrid) Torrejón de Velasco. — Hilario
de Julián.
E spaña (Cuenca) Villarrubio. — Basilisa Bustos
— Gerarda de Sar.
E spaña (Cuenca) Torrejoncillo del Rey. — Ramos
Barzano.
E spaña (Cuenca) E l Picazo. — Dolores Ayuso,
E spaña Alicante. — Un joven devoto de Maiia
Auxiliadora.
E spaña (Almería) Vera. — Isabel Cervantes —
J osefa Sampedro — Catalina C. Vda. de López —
María Herrero — Juana Ferrar Galindo — José
Ruiz Cruzado — José A. Ruiz Ramírez.
E spaña (La Coruña) E l Ferrol. — Rosa Bouyón.
E spaña Sevilla — lílaría de Padura. — Josefa
Vázquez.
Colombia (Santander) Bucaramanga. — Leticia
M. de Duarte.
Colombia (Santander) Girón. — Gregoria Gómez
de Arenas e Hija — Ana Rosa Serrano Vda. de
Serrano — Juanita Rodríguez — José Domingo
Franco V. — Ana Francisca O. de Franco — José
M. Márquez R. — Fortunato Prada R. — Alidi
García — Honoria Celis — Aureliano Mantilla —
Rosana Reyes de Piuilla — Ignacio Prada R. —
Rito Rodríguez.
Colombia (Santander) Piedecuesía. — Matilde
Navas O. — Mercedes Ojeda — Trinidad Mantilla
— Victoria García Vda de Stella.
E stados U nidos (California) Los Angeles. —
Herlinda M. de Garch.
Méjico (L. P.) Maíchuala — Irene C. de Gaitán
— Marcelina Hernández y N. C. A.
MEJICO (Gto.) León — María Guadalupe M. Valverde.
Urugu .^y (Moutevideo) Las Piedras. — Emigdio
Lazbol López — José Roggero.
Por ínfercesíón
de nuestros Siervos de Dios.
ESPAÑ.\ (Cádiz) Jerez. — Una Cooperadora Saiesiana da gracias al Siervo de Dios Domingo Savir
por haber puesto buena a una criada muy necesaria
en su casa y que cayó gravisiraamente enferma, y
por haberle arreglado, satisfactoriamente, \-arios
asuntas muy complicados de familia que, durante
largo tiempo, la habían hecho sufrir, sin que se
viera la solución. Agradecida encarga una misa y
envía una limosna para la beatificación de Domingo
Savio y la canonización de Don Bosco.
E spaña Valencia. — T. P. da gracias a la Sieiva
de Dios Dorotea de Chopitea por un favor conse
guido, mediante su intercesión y envía una limosna.
159
NECROLOGIA
nimo S r . D . M arcial López C riad o.
Obispo de C á d iz y A dm inistrador A postólico de C e o ta .
E! domingo 14 de Febrero dejaba de existir este
varón preclaro. Pastor y Padre de la católica ga
ditana grey, y Patrono nato de esta fundación salesiana, para la que tenía deferencias y cariños
«rdaderamente paternos.
Dolencia oculta, agudizada quizás por los sin>*boT<»s de la situación por que atraviesa España,
Wnia minando la robusta fibra del virtuoso Pre
lado... y cuando dió la cara, fué para consumar su
obra.
El Miércoles de Ceniza sintióse ligeramente in■ ispuesto, no pudiendo asistir a esta ceremonia en
U Catedral, pero celebró en su oratorio de Palacio...
debía ser aquella su última misa. El mal se presentó
-- pronto, y con toda intensidad. Convencido de
^0 el egregio paciente, pidió se le administrase el
Viático, apenando no poco a sus familiares,
" le amaban como a dulce padre. Pero se impuso.
T t! sábado le fué llevado solemnemente por el
sr. Deán y Clero catedralicio.
El venerable Prelado recibió la visita del Di\nno
Huésped con transportes de amor y devoción pro
funda. Cumplido el sagrado rito, tuvo con.scjos
paternales para todos sus Hijos, pidiendo perdón
a los presentes y ausentes, de quienes también
confiaba, dijo, ser perdonado en aquella hora su -'
prema de despedida al borde mismo de la eternidad,
donde tan distintas se ven las cosas. Fueron mo
mentos de emoción profunda e imborrable, de dulces
lágrimas y de santa edificación. El venerado l’astt>r,
no obstante su gravedad }• próximo fin, couservnba
plena lucidez y discurría con todos y de bxlos, lo
mando naturalmente todas las providencias del
caso.
El domingo tuvo la dicha de recibir la visita del
Sr. Cardenal de Sevilla, con quien pudo entrete
nerse durante una hora, recibiendo alientos y con
suelos del Emnio Purpurado hispalense, que aquella
misma tarde regresó a su sede. A las diez de la
noche pidió su rosario y, rezando Avemarias con
un fervor que conmovía y animando a»sus parientes
y familiares que transidos de pena rodeaban su
lecho, se durmió en el Señor a los 64 años de edad.
40 de'sacerdocio y 15 de episcopado. Su labor ha
sido fecunda, su apostolado el de la bondad sin
mezcla de hiel... parece fuese su lema: Neminen
laedere.
Su amor a D. Bosco y a las obras salesianas fué
grande y eficaz. Amaba mucho nuestras Escuelas
de Córdoba, su patria, las i^e \-isitaba con fre
cuencia y protegía en todas formas. Se complacía
en predicar a nuestros niños y en presidir nuestras
fiestas. En una de éstas, hizo un discurso notable
sobre Mamá Margarita, a quien llamó « causa efi
ciente de la santidad de D. Bosco ». Cuando éste
fué declarado Beato, se alegró intensamente y
quiso ser el panegirista de la primera fiesta que le
dedicamos. Siempre estaba dispuesto a servirnos
y ayudamos, sin excluir otras formas de coopera
ción salesiana que le hacen benemérito de nuestra
Congregación.
De.scause en paz el alma buena del virtuoso Pre
lado que cayó en la brecha, más cargado de trabajos
y méritos que de anos. Y a el Supremo Pastor Jesu
cristo habrá galardonado sus trabajos por la Iglesia
con la gloria inmortal; pongamos, no obstunle,
sobre su tumba, una oración ferviente, implorando
para su bendita alma la paz eterna, liequiescat in
pace.
Muy I. S r . D r.
D . Francisco G onzález Herrero.
C a a ó a lg o P eo itcacia rio y Digtil<lad de A rced u o o
de la S . I. C ated ra l de C a e s c a (Espafta).
La muerte nos ha arrebatado a este sacerdote
ilustre, santo, sabio y dechado de Cooperadores
salesianos.
Hijo de honradísimos labradores de Vega de
Perros (pro\-incia de León), donde nadó en No
viembre de 1855, hizo todos sus estudios con ex
traordinario aprovechamiento y, durante muchos
años, desempeñó diversas cátedras en los Seminarios
de Astorga y de Cuenca, dejando gratísimo recuerdo
en sus muchísimos alumnos que, bien puede dedrse, son todos los sacerdotes de la diócesis con
quense.
pw
i6 o
Hombre de vasta y sólida cultura, ganó varias
oposiciones, con los más halagüeños pronimciamientos, en Astorga, Falencia, Zamora y Cuenca;
■ dirigió el DoleHn Eclesiástico diocesano y tomó parte
en brílluntcs lides periodísticas. Corazón celoso y
ardiente en amor de Dios, actuó en varias Asocia
ciones de caridad; en 61 los pobres hallaron siempre
refugio y consuelo; en él tenían las almas un conse
jero celoso y prudente que las guiara en el tribunal
de la Penitencia; 61 era el paño de lágrimas y el
mediador de confianza, en los asimtos difíciles.
El querido y ejemplar sacerdote Don Virgilio de
la Rosa que, bondadosamente se ha ofrecido a
continuar la obra del inolvidable Don Francisco,
nos cuenta cosas admirables de su celo, como Coo
perador y gracias a él nuestra Revista es hoy cono
cidísima en Cuenca y Astorga y sus provincias, v
la Obra Pía de las seis misas diarias perpetuas, estu
pendamente fácil y consoladora, cuenta con las
más fervorosas adhesiones.
Que el Señor haya acogido en su gloria a esta
alma bondadosa y santa, y que nuestros lectores
cumplan con ella generosamente sus., deberes de
caridad.
R e c o rd a d ía m b ié n en v u e stro s su fra g io s o:
Su ardiente espíritu sacerdotal no se creía satis
fecho con los continuos trabajos de la cátedra, del
coro, del pi’dpito y del confesionario y se explayaba
en otras obras de celo y en el campo de la Coope
ración salesiana, a la que dedicó toda su vida, con
una generosidad y una abnegación difíciles de
superar.
Conociendo muy bien las Obras de Don Bosco,
el gran Apóstol de la juw ntud, y santamente ena
morado de ella.s — ya que no pudo verlas estable
cidas en su tierra — se consagró a propagarlas,
emprendiendo con el Boletin Saltsiano, órgano
oficial de las mismiis, un apostolado que Dios ha
bendecido de un modo visible.
E spaña Barcelona. — Manuel Valvente Naranjo
— J uan Masó Serra — Alfredo Audreloni Picci —
Catalina Espuñes Orrit — Carolina Masriera Tardá
Vda. de Gironella — Maria Arqué Planas — An
tonio Tortras Codina.
E sp a ñ a Pamplona. — M. I. Sr. Provisor del
Obispado, D. Ezequiel Seminario - - Dña Petra
Oraá.
E sp.\ñ a Córdoba. — Antonio Carbonell y Ro
dríguez.
E sp a ñ a Granada. — M. I. Sr. Dr. D. Enrique
Bermeio — Filomena M. de Villena.
- E spañ a Málaga. — Matías Fernández y Sánchez
Solana.
E s p a ñ a ' Sevilla. — ^lanuela del Pino Gómez —
Benito Juárez Negrón — Tomás Rivero Angulo —
J osé RÍOS Pablo — Pedro Molero Romero — María
de la Concepción Gómez de la Lama — Filomena
Velasco — José Ponce de León Pbro — Antonio
Díaz de Ca.stro Pbro. — Regina Sanz Vda de Pierrer,
— Dolores de Estrada Vda de Solís — Gertrudis
Gutiérrez Vda. de Alvarez
E spaña (Sevilla) Alcalá de Guadaira. — Mariano
Brull Exchaucier.
E spaña (Sevilla) Guadalcanal. — José Aguilar.
E spaña (Sevilla Llerena. — Matías Feruánder
Pérez.
E spaña (Jaén) Porcuna. — Ana Barrionuevo.
E sp .añ.\ (Cuenca) Torrejoncillo. — Manuel Oyuela
— Eusebio Moreno — Agustín Balsalobre.
E spaña (Cuenca) Valdecañas. — Tiburcio Po
zuelo.
Colombia (Caldas) Sa«/a Rosa. — Isaac Aguiire.
R.I.P.
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