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Año X U V - N. 7.

Julio, 1929.

BOLETIN SALESIANO

REVISTA DE LAS OBRAS DE DON BOSCO

¡Beato Don B osco!
palabra infalible del
Y a nos es familiar
Supremo Jerarca de
el nuevo título: Bea­
la Iglesia, nos sonríe
to Don Bosco.
a todos con la be­
Tantas veces lo
nevolencia que fuera
temos repetido y
su característica du­
oído repetir, entre
rante su vida, y pa­
aclamaciones de en­
rece como si nos diera
tusiasmo o entre fer­
de nuevo la cita que
vientes lágrimas de
pronunció tantas ve­
dulce emoción; de
ces en su lecho de
labios de los pur­
muerte: — ¡Hasta
purados Príncipes de
que nos volvamos a
la Iglesia y de los
ver
en el Paraísol
humildes hijos del
¡Beato J uan Boscol
pueblo...
Protege a tu querida
Durante estos me­
Congregación,
a ' las
ses no se oye otra
Hijas de María Au­
cosa: El Beato Don
xiliadora, a los niños
Bosco es el tema
y niñas que de ellos'
de todas las conver­
reciben el pan de la
saciones, y es real­
instrucción y educa­
mente conmovedor
ción cristiana...
ver el entusiasmo,
Ruega por los Exla veneración y la
Alumnos que en me­
fe con que todo el
dio del mundo si­
mundo salesiano,
guen
tus máximas y
E
l
B
e
a
fo
J
o
a
n
B
o
s
c
o
aquí reunido o re­
ponen por obra tuas
(d e la fo to g ra fía s a c a d a eo B a rce lo iu i e s 18S 6) .
presentado, pronun­

santas enseñanzas, y
cia ese nombre ve­
nerando, síntesis de todos sus afectos, de ten una bendición especial para los Benemé­
ritos Cooperadores, que con sus oraciones y
todas sus ilusiones.
E l Beato Don Bosco, desde su trono de limngnas hacen prosperar la Obra que tú
gloria, en donde acaba de presentárnoslo la fundaste para la salvación de tantas almas.

í

194

Mamá Margariía.

llena de ternura, le dice estas memorables
palabras:
«Hijo mío, vistes ya la santa sotana; mi
En estos días de solemnes festejos y de consuelo es inmenso al ver cumplidos los
intensa alegría, todo ha girado en torno de anhelos de tu vida; cuando viniste al mundo,
la gigantesca figura del gran Apóstol de la te consagré a la Santísima Virgen, y desde
Juventud.
entonces he hecho todo lo posible por in­
Con todo, sería incompleta la exaltación filtrar en tu alma la devoción a tan birena
del Santo, si no tuviéramos un recuerdo Madre. Ahora perteneces por completo a
Ella. Si llegas a ser sacerdote, sé
el apóstol de María.
— Sí, le respondió conmovido
el nuevo clérigo; jamás olvidaré
estas palabras. Ellas serán la nor­
ma de tuda mi vida ».
Ea recomendación de la madre,
y la promesa del hijo tienen hoy
• su más dichoso cumplimiento.
La devoción a María Auxilia­
dora, es ya universal y el mundo
entero ha unido de tal modo el
nombre de la Virgen y el de su
preclaro apóstol, que la conoce e
invoca con particular afecto, bajo
el título de la « Virgen de Don
Bosco».
Mamá Margarita fue la que sos­
tuvo al Apóstol en .sus primeras
pruebas; con él compartió las
estrecheces de la pobreza y las
amarguras de la contradicción.
Por él sacrificó la tranquilidad y
sosiego de la \dda pueblerina, tro­
cando la relativa abundancia y
bienestar de la aldea, por la aza­
rosa vida en la ciudad extraña...
Junto con Don Bosco dió comienzo
a la grandiosa obra de los Inter­
nados para los niños abandonados,
“Mamma Margherita**
coadyuvándole eficazmente en la
Sania madre del Beato, plasmadora de sa alma
sublime obra de la regeneración y
cristiana educación de sus jovencitos. Ella nos ha legado la santa
para esta santa mujer que supo “infiltrar en práctica, fuente de tantos frutos de \drtud,
su alma los principios de la santidad y del conocida con el nombre de las Buenas Noches.
apostolado. lilla nos dió a Don Bosco; ella
Con Don Bosco \'i\rió, y le sostuvo y animó
formó el Santo; ¡Bendita sea!
eii los momentos de lucha e incertidumbre,
prodigándose por entero, con santa abnega­
ción, hasta que Dios la llamó a su lado para
Acababa Don Bosco de vestir el hábito darle el merecido galardón.
eclesiástico. Recogido en la soledad de su
Ella nos ha proporcionado estos dias de
cuarto meditaba en las dulces emociones de gloria. Justo es, pues, que, glorificando al
tan fausto acontecimiento, cuando entre­ hijo, tengamos un recuerdo cariñoso para la
abriéndose la puerta, aparece Mamá Marga­ Madre, y le rindamos el ferviente tributo
rita, quien envolviéndole en una mirada de nuestro amor y de nuestra gratitud.

195

El Beaío Cafasso.
He aquí el santo amigo y consejero de
D. Bosco. Desde su niñez D. Cafasso apareció
a los ojos de nuestro Beato como dechado
de toda virtud, y su prestigio sobre el após-

arroyo. Recordadlo siempre: E l primer ca­
tequista de nuestro Oratorio ha sido D. Ca­
fasso, como ha sido siempre nuestro más
constante y generoso bienhechor».
En efecto, fué Don Cafasso quien aprontó
la cantidad para la compra de la Casa IHnardi. primera sede estable del Oratorio, y

certidumbre... Su corazón vacila...
Quiere entrar en un convento.
— No; le dice D. Cafasso. Tu sitio
es el Seminario.
Más tarde, Don Bosco, siente en su
pecho, la llama gigantesca del apos­
tolado misionero. Sueña en lejanos
países, en donde le esperan tantos in­
felices salvajes sumidos en las tinie­
blas de la idolatría...
— Ten paciencia, le dice de nuevo
Don Cafasso. Sé misionero en Turín.
¿Preveía tal vez el santo confesor de
D.Bosco el prodigioso desarrollo que ha­
bían de alcanzar las Misiones Salesianas?
E l celo de D. Bosco parecía exage­
rado a algunos eclesiásticos. Sus visiones
proféticas eran calificadas de manías...
— “ Don Bosco está loco... Vamos a
encerrarlo en un Manicomio.
— Dejadlo, decía Don Cafasso. —■
Don Bosco está llamado a grandes
cosas. Vosotros no le comprendéis.
¿Sabéis vosotros quién es D. Bosco?
Yo, cuanto más le estudio, menos le
comprendo. Do veo a la vez, sencillo
y extraordinario, humilde y grande,
pobre y ocupado en obras grandiosas.
Y aunque en apariencia incapaz para
nada, está llevando a feliz término
las más árduas empresas. Don Bosco
El Beato José Cafasso.
es un misterio. Pero estoy seguro q.ue
trabaja por la gloria de Dios y que Dios " S i algún b ie n he hecho en m i vida, lo debo a esfe digno
es el único fin de todas sus empresas». e c k s iá s iic o , en coyas menos pase m is p e n s a m ie n f^ . m is
p ro y e c to s y io d o m i s e r " —
(Palabras de Don Bosco).
Don Bosco correspondía a las bon­
dades de su Maestro, con un afecto
sin límites. Y a sus jovencitos y a sus sale- de donde se difunde por todo el mundo la
benéfica influenda de la obra regeneradora
sianos les repetía con frecuencia:
— Por obedecer a Don Cafasso me quedé del Beato Don Bosco.
Por eso hoy, que la familia salesiana acude
en Turín, y por su consejo y bajo su direc­
a rendir tributo de amor y veneración a su
ción, empecé a reunir en los días festivos a
tod<¿ los golfilios que encontraba por 1^ santo Fundador, creemos de justida enal­
tecer la memoria del Beato Cafasso, sin cuya
calles, para darles un poco de instrucción
atinada direcdón y sabios consejos, nos ve­
religiosa. Gradas a su apoyo y a su ayuda
pude recoger en mi casa a los más abando­ ríamos privados, tal vez, del Apóstol del si­
nados, preservándolos así de los peligros del glo X IX y de su obra maravillosa.

ig6

El reconocimienío
de los restos del Beato Juan Bosco.
El día i6 de mayo tuvo lugar en el Colegio
Y los que no tuvieron la dicha de cono­
de Valsalice la exhumación de los gloriosos cerlo en vida, los que sólo por sus grandes
despojos del gran Educador y Apóstol de la obras y por su universal renombre le habían
Juventud.
erigido un altar en su alma, y le amaban
Fué una ceremonia conmovedora, el po­ y veneraban como a Padre, sintieron tam­
ner de manifiesto, ante los ojos de sus liijos, bién ellos un no sé qué de conmovedor y tierno
al padre tan amado y por tanto tiempo al encontrarse por primera vez ante aquel
oculto a su vista. Por eso, al levantar la cu­ Hombre, hoy Santo, que llena con su fama
bierta de la caja fúnebre, sus hijos predi­ todo el mundo, y cuya virtud proclama
lectos, allí reunidos, sintieron en su corazón la Humanidad, y ante quien se postran, en
las más dulces emociones, y derramaron ferviente acto de veneración, desde el Sumotiernas lágrimas, al verse otra vez delante Jerarca de la Iglesia hasta el humilde niño
de aquellas manos sagradas que tantas veces que en sus escuelas recibe el pan de la ins­
les bendijeron, al contemplar aquella cabeza trucción y educación cristiana.
venerable, donde se incubaban tan altos
pensamientos y tan sublimes ideales; al ob­
O jeada refrospecfíva.
servar aquel pecho, relicario de un corazón
puesto al servicio de todas las miserias y
Cuando en la madrugada del 31 de enerode todas las necesidades, y que tan genero­
de
1888 el glorioso Beato hacía su entrada
samente se inmoló en aras del amor...
triunfal en el Paraíso, todos sus hijos y Coo­
peradores estaban ya firmemente persua­
didos de verle en fecha no lejana elevado al
supremo honor de los altares. Y por esto
pensaron en depositar sus restos mortalesen un lugar a propósito, de antemano prepa­
rado en la Basílica de María Auxiliadora.
Nadie quería separarse de aquel a quien por
tantos años llamaran Padre. Su corazón de
hijos, no podía avenirse a la idea de tener
que desprenderse de él: les parecía el mayor
de los absurdos. Pero las leyes civiles no van
siempre en consonancia con las leyes del co­
razón, y más en aquellos tiempos de secta­
rismo tan pronunciado... Don Bosco tenía
que ser sepultado en el cementerio. E l Padre
de la juventud, el que llevó el nombre de
Italia a todas las regiones del mundo, no
merecía de su Patria el honor de una excep­
ción...
Los Salesianos no se querían resignar a la
inflexibilidad odiosa de una ley... Apenas se
supo en España la decisión de las autoridades
turinesas, se presentó a los Superiores nna
propuesta singular: los Españoles manda­
rían un barco a Génova, y allí recogería los
restos del Siervo de Dios para transportarlos
I ^
Io« sagrados restos
a ^ p añ a y sepultarlos honoríficamente en
•I • « sacada del lóculo que la conservó dorante 41 afioa. la iglesia salesiana de Sarriá, en donde dos

197

años antes había prodigado, con motivo de
su visita a Barcelona, los milagros y favores
a manos llenas.
Pero los Salesianos de Turín no acepta­
ron y llenos de confianza se dirigieron al
Ministro Crispi, que tenía motivos más que
sobrados para estar reconocido a D. Bosco.
Sabido es cómo Crispi, antes de ocupar el
elevado cargo de Presidente del Consejo de
Ministros, tuvo que pasar por grandes es­
trecheces y comer el amargo pan del des­
tierro. Y fué D. Bosco quien en aquellos
tristes días le dió el pan, le proporcionó al­
bergue, y le buscó ocupación, como profesor
particular de varios alumnos de familias
distinguidas.
Crispi no olvidó nunca los desinteresa­
dos servicios del humilde sacerdote. Y cuan­
do los salesianos se le presentaron exponién­
dole su temor de verse privados del cuerpo
de D. Bosco, les prometió interesarse acti­
vamente por conseguirles lo que pedían. Y
lo cumplió; pues hábil jurista como era,
encontró medio de eludir la ley con una
habilísima estratagema. Y a que la sepultura
era permitida fuera del cementerio, con tal
que fuese extra muros de la ciudad, acon­
sejó a los salesianos buscaran un lugar adap­
tado para el caso y allí con toda tranquilidad
podrían- conservar su precioso tesoro. Y
así se hizo. E l cuerpo de D. Bosco se tras­
ladó a Valsálice, y no tuvo que salir de
entre de sus hijos.
Prim era exhumación.

Tuvo lugar el día 13 de octubre de 1917,
al clausurarse el Proceso Apostólico sobre las
virtudes y sobre los milagros in specie, con
el fin de constatar si el cuerpo encerrado en
el féretro, era realmente el del Vble. Juan
Bosco. En aquella ocasión el cuerpo de Don
Bosco se encontraba en perfecto estado de
conservación, y los que tuvieron la dicha de
visitarlo, creyeron encontrarse todavía en
presencia suya. Estaba en vías de progresiva
momificación, perfectamente íntegro y con
las Hnpfls inalteradas. Sólo el color oscuro,
la boca algo abierta y las órbitas vacías, —
privadas de aquellos ojos que habían son­
reído a tantos niños — decían claramente
que aquellos despojos habían sido abando­
nados por el alma grande de nuestro Padre.
Monseñor Cagliero, que se hallaba pre­
sente, al fijarse en aquellas manos, perfecta-

Don Felipe Rinaldi. besando el Férelro.

mente conservadas, que tantas veces se ha­
bían levantado para bendecir y absolver
a innumerables jóvenes; que habían sido
cubiertas por tan tiernos besos, y (jue tanto
habían trabajado por la gloria de Dios y el
bien de la juventud, no pudo contenerse y
exclamó profundamente emocionado:
— jHe aquí estas manos, que tantas veces
he besado con veneración!
Sobre su frente se veían aquellos rizos
característicos y su rostro conservaba aún
los rasgos de su fisonomía.
Segando reconocim ienfo.

Así como el primero tenía por objeto el
cerciorarse de la autenticidad del cuerpo;
el segimdo debía constatar, comprobando
los .sellos, que desde entonces no había sido
tocado nada, y que siempre se trata del
mismo cuerpo. La I^esia muestra particular
empeño en asegurarse de que no haya fraude
ni engaño en una cosa de tanta importancia.
En este segundo reconocimiento se procede
también a la extracción de algunas reliquias
para presentar al Santo Padre, reliquias que
suelen tomarse directamente del cuerpo

T

igS
cuando este no está momificado, y que con­
sisten generalmente en algunos huesos del
costado y las falanges de un dedo de la mano.
Al acto del reconocimiento se le había
querido dar una forma privadísima; tan sólo
contadas personas debían encontrarse pre­
sentes : las que indican los cánones. Pero
tratándo.se de D. Hosco, es difícil que todo
lo ([ue a él se refiere no tome enseguida,
contemporáneamente, carácter oficial y po­
pular. ¿as autoridades de la ciudad manifes-

toman puesto en la escalera que da al se­
pulcro. Entre las autoridades se halla su Emi­
nencia el Cardenal Gamba, el Alcalde de
Turín, conde Taon de Revel, Mons. Salotti,
Promotor de la Congregación de la Fe, Mons
Filippello, Obispo de Ivrea y paisano de Don
Bosco, Mons. Tomasetti, Promotor de la
Causa, y además el Capítulo Superior de la
Congregación Salesiana, presidido por el
Rector Mayor, D. Felipe Rinaldi.
Se hallan también presentes varios mé­
dicos y el Consejo Superior de las Hijas de
María Auxiliadora con algunas Hermanas,
entre las cuales Sor Eulalia Bosco, hija de
un sobrino del Beato.
No podían faltar a ceremonia tan impor­
tante las dos privilegiadas por los milagros
de Don Bosco, cuyas curaciones prodigio­
sas han decidido a la Santa Sede a elevar
a los altares al nuevo Beato. Trémulas de
emoción, asisten a los actos, ansiosas de ren­
dir gracias y besar con devoción los despojos
m o b le s de su celestial benhechor. La Se­
ñorita Teresa Callegari y Sor Provina Negro
deben sentir en estos momentos algo muy
hondo, imposible de interpretar y de des­
cribir.
A p eríu ra d e la tumba.

S. b. el Card. Gamba, Arzobiapo de Tarín
venerando los aa{(rados despojos.
taron su deseo de inter\*enir al acto, así
como otras distinguidas personalidades a las
que no se les pudo negar la participación.
L os invifados.

A las tres de la tarde, ante la tumba
del avin \ euerable, se había congregado una
gr;ui multitud de fieles y sobre todo de salesianos, que quisieron acudir a rendir su
tributo de cariño al Padre, y a contemplar,
si íueni posible, el cuerpo de su Fundador.
Pero la puerta de hierro del vestíbulo sólo
está abierta para las autoridades y escasos
iuvitad<.>s, que, a medida que van llegando

Entretanto se han llevado a cabo los tra­
bajos preliminares. A la altura de un metro
del rellano de la escalera, y resguardado por
un cristal hay un bajo relieve, que representa
a D. Bosco en su lecho de muerte. Detrás del
mármol hay un tabique y una losa de pie­
dra, e inmediatamente el féretro. Los obre­
ros empiezan su trabajo; separan el vidrio,
arrancan el bajorelieve derriban el tabique,
y remueven la losa de piedra.
Al desvanecerse la polvareda producida
por los albañiles, aparece a los ojos de todos
el féretro del santo. Es una caja grande,
rectangular, de color amarillento, con dos aga­
rraderas de liierro. Todos se inclinan instin­
tivamente para ver más de cerca... Parece
que quisieran atravesar con su mirada la triple
caja para arrancar el secreto que encierra...
Los albañiles se retiran, dejando desem­
barazado el lugar. Por un momento nadie
habla; todos contemplan en silencio y como
temerosos de profanarlos, aquellos maderos
que encierran los restos de un hombre grande,
de un apóstol. El educador de quien se habla'
hoy en todo el mundo, el santo que ha des-

igg
lumbrado a todos con sus resonantes mila­
gros, el bienliechor de la Juventud... está
allí, dentro de aquella caja, que parece de­
masiado modesta, casi miserable, para un
ser tan privilegiado.
P ie d a d filial.

Después de contemplar el féretro por bre­
ves momentos, el Cardenal Gamba y demás

suelo y deposita un prolongado beso sobre
el féretro. El Cardenal, el Alcalde, y demás
invitados, entre la emoción de los presentes,
se acercan a su vez, con edificante piedad,
a besar la caja.
Inmediatamente se organiza el cortejo. Ivl
féretro, llevado por ocho sacerdotes de la
Casa, y sostenido amorosamente por el mis­
mo Cardenal Gamba, es transportado a un
amplio salón mientras los clérigos, que pre-

El Alcalde de Tarín, en representación de la Ciudad, rinde so homenaie de amor al nuevo Beato.
autoridades y funcionarios, son invitados a
la sala de la Dirección, para firmar el verbal
y para actuar de testigos, operación algo
prolija, que pone impacientes a todos... Por
fin vuelven a aparecer las autoridades, que
se ven sorprendidas por una infinidad de
máquinas fotográficas y cinematográficas,
encargadas de difundir por todo el mundo
le e m o d Ó D del sublime momento.
Se quita el velo con que pro%TSoriamente
se había cubierto la caja, y se saca esta de
su nicho hasta aparecer casi por completo.
Don Rinaldi, el Sucesor de D. Bosco, no
puede contener su filial dev’odón; con los
ojos llenos de lágrimas se arrodilla en el

ceden la comitiva, con sendos cirios encen­
didos abren la marcha, salmodiando.
El local que debe recibir los sagrados des­
pojos está vistosamente engalanado. En el
fondo se destaca un gran retrato del Beato,
a cuyo alrededor están los sillones que ocu­
pan las autoridades. En el otro extremo de
la sala está la urna de cristal que deberá
encerrar el sagrado cuerpo después del re­
conocimiento.
Los portadores depositan la caja en una
mesita colocada en el centro de la habitación;
los escasos afortunados que pueden hallarse
presentes se agrupan en torno al Padre.
Entonces toma la palabra Mons. Salottí,

procurador General de la Fe, quien se ex­
presa en estos términos:
<(Ayer por la tarde, tuve la honra de ser
recibido por el Santo Padre. — Vaya a Turín, me dijo, y asegure al Cardenal Gamba
nuestra complacencia por la gran solemni­
dad con que ha dispuesto se celebre en Turín nuestro Jubileo. Diga a la Familia Salesiana que me uno a su alegría, porque su
gozo es el mío, sus fiestas son mis fiestas».
Prosigue el discurso manifestando su pro­
funda emoción ante la grandiosidad del acto
que se está realizando, y sus impresiones al
encontrarse ante la figura que, aunque na­
cida y criada en la pobreza y la privación,
ha llegado a hacerse tan grande por su bon­
dad y por su virtud, que ha merecido dar
su nombre al siglo X IX .
A continuación hace algunas recomenda­
ciones recordando la prohibición de llevarse
ninguna reliquia, que habrán de ser presen­
tadas antes que a nadie al Sumo Pontífice
en la fecha gloriosa del 2 de junio.
¡D o n B osco, vuelve a la lu z !

A continuación Mons. Maritano, Notario
Arzobispal, lee las actas del anterior reco­
nocimiento del 1917, en latín, y acabada la
lectura, se procede a la apertura del féretro.
Empiezan por sacarse los tornillos que
mantienen encerrada la caja, — que son
recogidos escrupulosamente — , y se quita
la primera tapa. Aparece el segundo ataúd,
de color más oscuro, con los sellos arzobis­
pales sobre los clavos y en los nudos de las
cuerdccitas que rodean la caja. Quitada
también la segunda tapa, tras no poco tra­
bajo, todas las cabezas se inclinan, todos
los ojos quieren beber con avidez los pri­
meros rayos que se desprendan de la figura
venerable..
Y esta sale a la luz. Das vestiduras sagra­
das, que lo cubren, se hallan casi carboni­
zadas por la acción del tiempo... parece que
deban volar en polvo al primer soplo...
Sobre el pecho se conserva la cruz, y a los
pies, la urna de los documentos. Los médi­
cos se acercan y constatan que en estos úl­
timos años el cadáver se ha descompuesto.
Los Superiores y autoridades no se can­
san de contemplar aquellos restos preciosos
Es verdad que el tienrpo ha hecho su obra
destructora, pero aquellos huesos, aquellas
cenizas son « Don Bosco » es la herencia que

de sí mismo nos deja el Santo, es el tesoro
más preciado que posee la Congregación Salesiana.
Por los cristales de las ventanas, se ven
asomar racimos de cabezas que quieren ade­
lantar por unos segundos el feliz instante
de ver al Santo.
Al abrirse las puertas para que pudiera
ser vistado, irrumpen en el salón centenares
de personas, de toda condición y edad, pero
uniformes todas en el mismo sentimiento,
todas con la plegaria en el corazón, la ale­
gría en el rostro, y las lágrimas en los ojos.
Así fueron desfilando durante más de una
hora los fieles, dando ocasión a escenas con­
movedoras de fe y de confianza.
Finalmente, los sagrados despojos son
trasladados a otra sala, donde en presencia
de las personas estrictamente indispensables
designadas por los cánones, se procede al
reconocimiento oficial del cadáver y a le­
vantar acta atestiguando tratarse de los res­
tos del Beato Don Bosco, que quedan con­
fiados a la custodia de los clérigos del Insti­
tuto.
R econocim ienfo M éd ico.

El día siguiente, a partir de las primeras
horas de la mañana, la afluencia de los fieles
que deseaban ver el Cuerpo del Beato fué
enorme. Personas de todas las clases socia­
les, en toda suerte de vehículos, tomaban
por asalto el caminito que conduce al Ins­
tituto de Valsálice, deseosas de satisfacer su
santa curiosidad. Pero la mayor parte vie­
ron defraudadas sus esperanzas, pues era
necesario proceder cuanto antes al recono­
cimiento del cadáver, por los peritos; y los
Superiores se vieron en la triste, mas impe­
riosa necesidad, de negar la entrada a los
visitantes. Sólo fueron exceptuados los alum­
nos del Instituto Teológico Internacional y
alguna otra Comunidad Religiosa.
A las diez empezaron su labor los peritos,
y después de despojar él cadáver de las ves­
tiduras sagradas que lo cubrían, lo extraje­
ron del féretro, colocándole sobre un ancho
cristal, en donde pudieron constatar que se
conservaba mejor de lo que parecía, ya que
en gran parte se encuentra momificado. Se
extrajeron con todo cuidado las reliquias
directas, destinadas una al Santo Padr«“, y la
otra al Tesoro de las Reliquias de la Santa
Iglesia

T

201

*
EJ sagrado depósito al ser conducido a la sala del reconocimiento.
Paede admirarse el afecto con qne S. £. el Cardenal Gamba ayuda a sostener la preciosa carga.

r

f

Aatorídades e urifados alrededor de la caja dorante la lectora del acta dd reconoomiento anterior
momentos antes de la apertera.

líOS vestidos sacerdotales formarán las
reli(jiiias indirectas, de las que se podrán
obtener gran cantidad para satisfacer la de­
voción de los fieles.
Ivstos trabajos tuvieron ocupados a los
médicos todo el día i8, prosiguiendo su labor
el 19, en que facilitaron la siguiente nota:

D ic t a m e n oi -t c ia Iv d e eo s p e r it o s a c er c a
DEE ESTADO DE LOS RESTOS MORTALES DEL
líEATo J u a n B o sc o .
Después del reconocimiento canónico del
Cuerpo dti Beato don Juan Bosco, llevado a
cabo el i(> dcl corriente, los médicos peritos
jurados. Caballero Pedro Luis Peynetti, doctor
Comendador Juan Filipello, Caballero doctor
hduardo I estera. Jefe dcl Departamento de
Higiene, doctor Eut^cnio Rocca, doctor Pro­
fesor Jorge Canuto, en presencia de Mons.
Carlos Salotti, Promotor Geneí'al de la Fe,
del Rvdo. Francisco Tomasetti, Postulador Ge­
neral de la Causa, y dcl Rvdo. D. Fidel Giraudi, del Consejo Superior de los Salesianos,
han procedido al e.xamcn de los restos, despo­
jados de iodos los vestidos de que el cadáver
se hallaba revestido.
Los venerandos despojos se encontraban en
las siguientes condiciones:

pesar de la destrucción de las partes blandas.
Lo mismo puede decirse de las extremidades
superiores.
Los médicos que suscriben, por lo tanto,
declaran que el cadáver del Beato D. Bosco,
se halla, en su conjunto, bien conservado, y
para satisfacción de todos s«s devotos y admi­
radores, añaden que entre los diversos órganos
se halla especialmente bien conservada la lengua.
Firmado: Doctor P. L. Peynetti, Doc­
tor G. Filipello, Doctor E. Testera, Doctor
E. Rocca, Doctor C. Canuto.

Este veredicto debe llenarnos de santo jú­
bilo. pues nos asegura que los restos gloriosos
de nuestro Padre se conservarán a través
de los años, atrayendo a su gloriosa tumba
de Valdocco. a toda clase de personas de los
más lejanos países, que acudirán gozosas,
ávidas de venerar las sagradas reliquias del
gran Apóstol de la Juventud.
Mientras escribimos estas líneas, siguen los
trabajos de los médicos, dedicados a la me­
jor conservación y presentación del cadáver,
líl eximio escultor Caj^etano Cellini, sacó
una máscara de cera, que cubrirá *el cráneo,
con objeto de presentar la cabeza de Don
1.
- El esqueleto se halla anatómicamenteBosco en mejores condiciones. El resto del
completo, y los huesos, enjutos y compactos, cuerpo, se hallará revestido de los ornamen­
se encuentran situados en su natural posición tos sacerdotales, regalo de Benedicto XV, y
y las junturas se hallan en gran parte unidas una vez todo bien arreglado, será deposi­
por los ligamentos de las partes blandíis que tado en la preciosa urna de cristal donde se
hallará visible a la devoción de los numerosos
se conservan.
fieles.
2. - Los tejidos cutáneos de la cabeza, di­
secados por un proceso de momificación, re­
E scenas d e fe.
visten por completo los huesos dcl cráneo y
de la cara, cuya forma se encuentra bien con­
Apenas fué extraído el sagrado depósito
servada y con las mandibulas unidas. Los del nicho en que durante 41 años se hallara
cabellos se conservan casi por completo.
encerrado, fué cosa admirable y tiernamente
conmovedora ver la fe con que numerosos
fieles procuraban conservar de aquel lugar
venerando los ladrillos, las piedras, el polvo...
Una fila de niños ciegos, acompañados de
Religiosas, subían uno a uno, y después de
4.
- Se encuentran igualmente bien con­frotar sus manos sobre la tierra de la tumba
servadas las partes blandas que rodean y man­ vacía, se las pasaban con gran fé y devoción
tienen unidos los huesos de la pelvis, a la que sobre sus ojos sin luz...
Otro niño, de uno de nuestros Colegios,
se hallan unidos los fémures envueltos con
miraba como extasiado aquel hueco que ha­
abundantes miisculos momificados.
bía conservado un tesoro tan grande... No
5.
- El esqueleto de Uis piernas y de lossabeiuos lo que pensaría aquella tierna capies se halla asimismo bien conservado, a becita, pero de pronto, en un mo\-imiento

3. - El tórax presenta momificadas mu­
chas partes blandas, de modo que las costillas
y la colutnna vertebral fortftan un todo unido
y compacto, encerrando en su cavidad h s restos
de los órganos internos, disecados.

!



203
espontáneo, inexplicable, se metió en el ni­
cho, se extendió en él, y exclamó:
— ¡Oh! ¡qué bien se está aquí! ¡Yo soy
Don Bosco!
Su ejemplo fué imitado por muchos de sus
compañeros, ante la vista de sus superiores,
que ante tan insólita escena, no sabían si
reprenderlos o alabarlos.
El natural temor a la muerte, tan caracte­
rístico en los niños, ni siquiera pasó por su

La Divina Pro\ndencia quiso ahorrar a
su Siervo este pesar: A su muerte, costaba
gran trabajo a los sui>eriores el tener que
alejar a los niños del cadáver de D. Bosco,
en cuya contemplación encontraban un sin­
gular atractivo; para ellos D. Bosct^ fué
siempre D. Bosco, y nada más: el padre
de gran corazón, el guía de sus almas; y
el convencimiento de que era un santo,
borraba tedas las otras impresiones y les

Don Bosco vnelve a la luz eníre la honda emodóo de (odos los presentes.
imaginación. El espectáculo de una tumba
vacía, de la que acaban de sacar los restos
humanos que contem'a, más bien causa re­
pulsión que atractivo.
¿Porqué, pues, aquellos niños, lejos de
sentir temor o repugnancia, querían tener
el gusto de extenderse sobre las mismas lo­
sas que sostuvieron el sagrado cadáver del
Beato?
En sus últimos días, Don Bosco repetía
a sus confidentes: Sólo siento el morirme
por una cosa: y es que los niños, que siem­
pre me han querido tanto, me tengan miedo
y huyan de mí...

hacía mirar sus sagrados despojos con el
cariño y la veneración con que le contem­
plaban cuando aún estaba entre ellos...
Y después de más de 40 años, los niños
de hoy, ante sus restos mortales, conservan
los mismos sentimientos.
Es que para los niños Don Bosco no ha
muerto: Don Bosco vive, hoy más que nunca,
en los corazones de todos, pero de un modo
particular en el de los jóvenes educados en los
Colegios salesianos, que le han erigido un
altar, en donde rinden tributo de veneración
al amado Padre, que será siempre el Padre
de los niños, el Apóstol de la Juventud.

204

La O b ra de Don Bosco.
Los PRINCIPIOS. — A últimos de 1841 Don
Bosco, que contaba entonces 26 años, em­
pezó su obra maravillosa con Bartolomé
Garelli, en la Sacristía de S. Francisco de
Asís. Durante varios años, el joven sacerdote,
se dedica sólo a su Oratorio Festivo, am­
bulante, por las exigencias de las circuns­
tancias. Sólo algo más tarde encuentra de­
mora fija, y da comienzo a sus escuelas noc­
turnas.
Pero algunos de sus niños, completamente
desamparados, debían pasar la noche al
abrigo de los portales o debajo del puente
del río, con gravísimo peligro de perder en
un instante el fruto adquirido a costa de
tan graves sacrificios. D. Bosco no descansó
hasta poner remedio. Adquirió Dios sabe con
cuántos sacrificios una casita, humilde, sí,
pero acogedora, en donde la simpática figura
de Mamá Margarita hacía olvidar a los ni­
ños las angustias de la orfandad.
Luego se lanza a sus primeras obras, cons­
truye unos pobres edificios en donde instala
sus primeros rudimentarios talleres, haciendo
él mismo de maestro, gracias a la providen­
cial pobreza que en su juventud le obligó a
ejercer toda suerte de oficios para ganarse
el pan.
Y al mismo tiempo que provee a la ins­
trucción de los artesanos, no desciuda la
formación intelectual de aquellos otros ni­
ños, que dotados de preclara inteligencia y
de costumbres ejemplar^, sienten especial
inclinación al estado eclesiástico.
Se encuentra casi sólo, en el trabajo abru­
mador... sólo algunas almas generosas que
le saben comprender, le prestan su desinte­
resada ayuda. Si por un momento le pasa
por la imaginación la idea de fundar una
Congregación, sonríe como si se tratara de
un sueño, de una utopía irrealizable.
Mas en 1857, precisamente un Ministro
anticlerical, Urbano Rattazzi, que se había
distinguido por su acthddad en contra de las
Congregíiciones Religiosas, le aconseja que
funde una, para que se perpetúe a través
de los tiempos la obra que lleva a cabo...
Y él mismo le hace ver el modo de eludir
las leyes.
Y D. Bosco, el año siguiente,
a Roma

y presenta al Santo Padre las « Reglas o
Constituciones de la Pía Sociedad Salesiana».

L a s p r im e r a s c if r a s . — El Papa alabó
en su decreto de julio de 1864 la nueva
Sociedad, autorizándola provisoriamente por
5 años en 1869. La aprobación definitiva
no llegó sino en 1874.
En 1871 sale a la luz por vez primera el
Catálogo de la naciente Congregación, con
la lista de las casas y el nombre de los Her­
manos: Las fundaciones son cinco: Turín,
Borgo San Martino, Lanzo, Cherasco, Alassio. Las tres primeras, se agrupan en el Piamonte en torno a la cuna de la Obra.
Los religiosos alcanzan el número de 70,
de los cuales 26 sacerdotes. Pero la floración
de los novicios se presenta abundante: Son 77.
A LA MUERTE DE DON BoSCO. — Don
Bosco abandonó este mundo, consumido por
sus inmensas fatigas, el 31 de enero de 1888,
a los 73 años de edad. Pero tuvo el consuelo
de ver su obra asegurada. Sus hijos habían
traspasado los límites del Piamonte, de Ita­
lia y de Europa. Su Congregación era ya
mundial.
En I t a l ia contaba 38 casas, pero fuera de
las fronteras florecían Orfanotrofios, Colegios,
Oratorios Festivos, Escuelas Profesionales y
Agrícolas, animadas todas por el mismo es­
píritu que regía en la Casa Madre de Turín.
A principios de 18S8
Francia cuenta ya 8 casas salesianas.
España, 2.
Inglaterra, i . .
Austria, l.
Los primeros misioneros, llegados a pla­
yas americanas en 1875, no se han conten­
tado con crear las florecientes misiones de
la Patagonia y la Tierra del Fuego, sino que
han conseguido fimdar
6 Colegios en la Argentina
4
» en el Uruguay y
2
» en el Brasil.
Así, pues, a la muerte de su Fundador, los
Salesianos cuentan ya con 64 Casas, 37 en
Europa y 27 en América. — El número de
religiosos alcanza la cifra de 768, y sus no-

205

$ UNA PÁGINA MARAVILLOSA DE LA DIVINA PROVIDENCIA.

Aqaí nació el humilde pasiorciilo de /

^

j

B ccch í.

aqaf se ha dalo cifa d mondo entero para rendir ferror oso homenaje al Apóslol de la
Joveafod. el ^ a f o Jnaa &ooco.

206 — ^
----------------- ------------------- --------------

viciados rebosan de jóvenes entusiastas y
animados del mejor espíritu.
Su rápida propagación exigió la creación
de un Obispo. Mons. Cagliero. Vicario Apos­
tólico de la Patagonia central, — que más
tarde se vió revestido con la púrpura carde­
nalicia — y un Prefecto Apostólico, Mon­
señor bagnano, que administró los inmensos
territorios de la Patagonia meridional y la
Tierra del Fuego.

E n n u e s t r o s d ía s . — Hoy día, a pesar
de los entorpecimientos y vicisitudes que en­
cuentra para su desarrollo en Francia, Ecua­
dor, Méjico, China, etc., la Congregación Salesiana nos ofrece cifras portentosas.
lyos hijos de Don Bosco son actualmente
8016, pertenecientes a 42 naciones diversas.
Su actividad en terrenos de Misión, es con­
siderable. Pasan del millar los salesianos que,
lejos de su Patria, en tierras de infieles, se
dedican a la evangelización de íos pobres
salvajes.
Tienen además la dirección de 616 casas
regulares, y 40 Naciones, gozan hoy día de
la benéfica influencia del humilde sacerdote
que la Iglesia acaba de elevar al honor de
los altares.
E n E u r o pa
Italia
tiene 149 casas
España
»
45 »
Francia
»
22
»
Inglaterra e Irlanda »
»
9
Portugal
»
4 »
Bélgica
»
11
»
Holanda
»
I
»
Suiza
»
4 »
Alemania
»
>
14
A ustria
»
8
»
Hungria
»
6
»
Polonia
»
»
25
Yugoslavia
»
»
7
Checoslovaquia
»
3 >
Albania
»
I
»

E n A s ia :
Turquía y Egipto tienen 8 casas
La Palestina
* 5
»
La /«rfia cuenta las siguientes obras con­
fiadas a los salesianos:
Dos institutos para indígenas en Bombay
y en Calcuta.
La misión de North Arcot con el arzo­
bispado de Madrds.

La Diócesis de Krishnagar.
La Prefectura Apostólica del Assam.
La China:
El Vicariato de Chiu-Chow, al norte de
Cantón.
Institutos para indígenas en Hong-Hong,
Macao y Shanghai.
E l Siam:
La Misión de Rajburi.
El Japón:
La Misiones úe^Miyasaki, Oita y Nakatsu.
En

A f r ic a :

Argelia y Túnez tienen 8 casas
E l Cabo
» 2
»
E l Congo Belga, la Prefectura Apostó­
lica de Haut Luapula.
En

A u s t r a l ia : Una gran Escuela Agrícola en Melbourne.

En

A m é r ic a :

Estados Unidos
18 casas
Canadá
j
»
Panamá
1
»
Costa Rica
2
»
Honduras
1
»
E l Salvador
4
»
Nicaragua
2
»
República Argentina
58 casas y el
inmenso territorio de Misiones que comprende
la Patagonia y las Pampas.
Brasil comprende 40 casas, la Prefec­
tura Apostólica de Rio Negro y la Misión
de Porto-Vclho, en la floresta amazónica. La
Prelatura de Registro de Araguaya ( i i tribus
confiadas a los salesianos en las inmensas
selvas del Maito-grosso).
Chile 13 casas y el Vicariato Apostólico
de Magallanes (Tierra del Fuego).
E l Perú 10 casas y una misión entre
los indígenas.
E l EcuadJSy 8 casas y el Vicariato
Apostólico de Méndez y Gualaquiza.
E l Paraguay^ casas y la Misión del Chaco.
E l Uruguay 14 casas.
Bolivia 3 casas.
Venezuela 7 casas.
Colombia 12 casas, de las cuales 3 Le­
proserías.
Méjico 6 casas.
Cuba 2 casas.

207
Es decir, que en América los Salesianos se
encuentran en todas las Repúblicas, excep­
tuando sólo la de Guatemala, en donde está
prohibida la entrada a todos los religiosos,
excepto los Lazaristas.
P relados.

No deja de ser interesante la enumeración
de las dignidades con que la Iglesia ha que­
rido honrar a los humildes hijos de D. Bosco,
que representan también la importancia cada
vez mayor que en el mundo católico va ad­
quiriendo la Congregación Salesiana.
En el día de hoy los Salesianos tienen:
I Cardenal, polaco.
5 Arzobispos: 2 italianos, 2 brasileños,
I francés.
10 Obispos: 4 italianos, 3 brasileños,
I francés, i chileno, i peruano.
8 Vicarios, Prefectos o Administradores
Apostólicos: 3 italianos, 2 franceses, i belga,
I español, i chileno.
I Encargado de Negocios, italiano, en
Haití.
La santidad.

Y si levantamos los ojos de las dignidades
terrenas, para fijarlos en las del cielo de la
Iglesia, también veremos la consoladora
abundancia de salesianos que, luchando con
denuedo en el áspero combate de la vida
han sabido conquistar el honor de los altares.
Han pasado apenas 40 años desde la muerte
del Fundador, y ya le veneramos en los al­
tares. I;e siguen de cerca tres salesianos y
uno de sus alumnos: Don Andrés Beltrami,
Don Miguel Rita, el Principe Czarloryski y
el angelical jov'encito Domingo Savio.
Conclusión.

t

Terminaremos con las palabras de nuestro
Beato Padre Don Bosco, porque ellas son
harto elocuentes y tendrán la virtud de ani­
mar a nuestros queridos Cooperadores, en
la santa empresa que con sus oraciones y su
generosidad llevan a cabo:
* Sin vuestra caridad, no hubiera sido po­
sible nada de esto: Todo este gran bien que
veis realizado, es debido tan solo a vuestra
generosidad. Dejad, pues, que os dé las gra­
cias iiTifl vez más antes de terminar mis
días, antes de irme a rogar por vosotros, si

la Divina Misericordia, por los méritos de
Jesucristo y la protección de María Auxilia­
dora, me juzga digno de ser admitido en el
Paraíso».
Así escribía D. Bosco en su carta-testa­
mento, que fué encontrada después de su
muerte, entre sus papeles. Y sus Sucesores,
se ven obligados a repetir siempre los mismos
sentimientos.
¡Gloria a nuestros queridos Cooperadores!
También ellos tienen que tomar parte im­
portantísima en la alegría general. Las ci­
fras aportadas son el mejor testimonio de
gratitud, y la prueba más fehaciente, de que,
fieles servidores, nosotros hemos procurado
hacer fructificar sus limosnas, que han pro­
ducido, el día de hoy, un resultado tan con­
solador y maravilloso (i).

(i) A lado de los Salesianos es justo colocar a las
Hijas de María Auxiliadora, fundadas igualmente
por Don Bosco y cuyo fin es hacer con las niñas lo
mismo que los Salesianos hacen con los niños. Su
prosperidad corre parejas con la délos hijos de Don
Bosco. La primera profesión de las Hijas de María
Auxiliadora data del 1872. Su Intitulo tiene 53 años
de existencia y de quince que eran en aquella fecha,
hoy se han multii)licado extraordinariamente hasta
llegar al número de 6305. sin conUr las 810 novi­
cias actualmente en su año de prueba. Sus casas
son 590, y en todas ellas hay un floreciente espirito
de trabajo, que abarca toda clase de actividades.
Las humildes religiosas, perdidas no ha mucho en
un rincón del Piamonte, se extienden hoy por todo
el mundo, y desarrollan su actividad en 32 paises.

La Lengua de Don Bosco.
Suele la Dm na Providencia obrar con una
delicadeza maravillosa. Como para desmen­
tir la obstinada ceguera de la incredulidad
moderna, escribe aún en nuestros días admi­
rables páginas cuya verdad no pueden menos
de reconocer todos los que no cierran volun­
tariamente los ojos a la luz de los hechos.
Así como contra todas las leyes naturales
se conserva intacto el corazón de San Fran­
cisco de Sales, como para honrar el símbolo
del amor que en aquel santo, el santo de la
dulzura, fué tan extraordinario, así encon­
tramos en la maravillosa conservación de la
lengua del Beato D. Bosco, un símbolo con­
solador.
* **
Cuando Don Bosco fué ordenado sacerdote,
TiiVn algunas peticiones a la Divina Bondad

que por vez primera bajaba a sus manos, al
imperio de su voz omnipotente; peticiones
que por fortuna nos son conocidas en sus
detalles.
Leemos en la auto-biografía de D. Bosco:

Me parece que el Señor ba escucbado mi
humilde oración».
Así escribía poco antes de su muerte, re­
conociendo con toda sencillez haber recibido del Cielo don tan precioso.

.S

Con el maravilloso cfon

de la p a la b ra

pudo Don Bosco llevar al cielo innumerables juvencitos...

♦ Es una creencia piadosa la de que el Señor
concede infaliblemente al nuevo sacerdote
la gracia que le pide al celebrar su Primera
Misa. Yo pedí ardientemente la eficacia de
la palabra^ para poder hacer mucho bien a
las almas.

De él repetían los jóvenes y los que no
lo eran: — Ningún sacerdote habla como ¡o
hace este.
Corrían unos tiempos en que la elocuen­
cia — no sólo la sagrada — era una esclava
sumisa de la retórica; tiempos que entre el

209
pensamiento y su expresión era necesario
prodigar toda suerte de adornos impertinen­
tes, más o menos dulces al oído, aunque
huecos de todo sentido y de toda enseñanza.
Don Bosco por breve tiempo, especial­
mente en los primeros meses de sacerdocio,
rindió tributo a la costumbre reinante; pero
pronto se zafó de las inútiles trabas que la
moda tiránica y caprichosa imponía.
Para eUo se valió de dos medios principa­
les: ante todo, un estudio detenido y serio
de las fuentes sagradas— Escritura, Teolo­
gía, Historia — y luego, un trabajo continuo
de lima y selección, para hacer que todas
sus palabras llegaran a las inteligencias in­
fantiles. Para esto hacía sus ensayos delante
su madre, humilde aldeana, o de otros jovencitos de escasa instrucción.
Un día D. Bosco estaba leyendo a su ma­
dre unas cuartillas que pensaba dar a la
imprenta. Hablaba de San Pedro, y le lla­
maba con el nombre de clavijero.
De interrumpió la buena Margarita;
— ¿Clavígero? ¿Dónde se encuentra ese
país?
— No es ningún país. Clavígero quiere
decir que lleva las llaves.
— Pues entonces dilo así, y deja aquella
palabrota que ni siquiera soy capaz de pro­
nunciar...
Cuando se dió cuenta, en los primeros
sermones que liizo a sus jovencitos, de que
no podía captarse la atención de su audito­
rio, no echó la culpa a los niños, sino a sí
mismo, y cambió de sistema. Y con el sistema
cambió también el interés de los niños que
le llegaron a escuchar con verdadero placer.
Comprendió entonces que la fantasía de
los niños es una puerta abierta de par en
par, mientras que su inteligencia es una
puerta apenas entreabierta; no cometió, pues,
el error de meterse obstinadamente por esta,
dejando la que ya estaba abierta. Se intro­
dujo por esta primero, y una vez dentro,
encontró modo de penetrar en la segunda.
Método evangélico, método divino, por­
que fué el que practicó y recomendó el Di­
vino Maestro.
Las parábolas de Don Bosco eran sus
sueños.
Sí, sueños soñados, porque del mismo modo
que el guerrero sueña en combates, D. Bosco,
capitán de los pilluelos, soñaba sólo en la
educación de la juventud y en los métodos
educativos cristianos.

Cuando el cuerpo reclamaba un poco de
reposo, su cerebro continuaba por cuenta
propia su labor, combinando sueños, que
cuando serán publicados (y lo serán pronto)
aparecerán como parábolas insuperables, al
par que misteriosas anticipaciones del fu­
turo.
Don Bosco tuvo el don de la palabra; en
el púlpito, en el confesionario, en todas par­
tes, y particularmente en aquellas palabritas
mágicas al oido...
¡Oh, santa lengua de D. Bosco! Tu fuiste
para tantas almas guía para el bien; reclamo
para la virtud, acicate para la perfección,
alivio en los dolores, luz en las incertidum­
bres... consuelo en todo momento!
¡Lengua santa. Dios ha querido prevervarte
de la corrupción, porque no podía permitir
fuese pasto de la tierra, aquel órgano santo
que tantas almas condujo al cielo!
A. COJAZZI.

P o r exigencia d e la com posición y envío
d e l presen fe número, nos ha sid o impo­
sib le dar cabida en é ¡ a ¡os solem nes
fesfefos d e

Roma y

D o n Bosco. —

T urín en honor a

£/ número p róximo ¡o

dedicarem os, D io s m edianíe, a reseñar
las fíesfas d e esfo s

días inolvidables.

G R A C IA S
DEL B E A TO JU A N B O S C O

K aksas Ci TV (Estados Unidos) — Habiendo
caído imo de mis hijos víctima de ima grave
y peligrosa enfermedad, que el mismo doctor
confirmó delicada, lo encomendé a la inter­
cesión del Beato Don Bosco, dando principio
con toda la familia al rezo de la novena en
honor de María Auxiliadora.
A l octavo día recibimos caita de puño y
letra de nuestro querido hijo manifestándonos
grande mejoría. Hoy día se encuentra bastante
bien y signe acentuándose su alivio.
Con el corazón henchido de viva gratitud
hago público el grande poder que Don Bosco
tiene hoy cerca el Trono de Dios y de María
Auxiliadora, y a la vez que en imión de toda la
familia le prometemos imperecedera gratitud.

210

niaiulainoH un ])equeño donativo para los gastos
de su próxima beatificación.
Abñl 29 de 1929.

I r en k o M o n to ya .

E chaouk (Islas Filipinas). — Ju an M. De
Bonilla atribuye a la intercesión del Beato Don
Bosco varias gracias obtenidas de María Auxi­
liadora y las corresponde con una oferta para
sus Obras y Misiones Salesianas.
B arckelos {Misión Salesiana de Rio Negro).
— Hada ya muchos días que el joven Manuel
de Souza, hijo mayor del Secretario de la Tntendenda de Barcellos sa Inallaba postrado en
cama. Da inflamación del hígado y del bazo
junto con la intensa fiebre, que agotaba sus
fuerzas físicas, lejos de desaparecer con los mil
remedios que se le proporcionaban, iban aunu'ntaudo hasta el punto de darse ya al joven
por perdido. Se intentaron todos los medios
]iosiblcs para devolver la salud al enfermo y con
ella la clama y la alegría a sus desolados padres.
Se pensó por fin en administrar al enfermo los
últimos Sacramentos pues se preveía de un
momento a otro el fatal desenlace.
,
Hecha la instrucción religiosa que era del
caso, hizo el joven su confesión, después de la
cual se le administraron los Santos Oleos. Antes
de marcharse, el sacerdote le entregó una re­
liquia de D. Bosco, aconsejándole, como tam­
bién a sus padres, que hiciesen una novena para
obtener la salud, y si fuera posible, para que a
los cuatro o cinco días, es decir, al domingo si­
guiente, jmdiera presentarse en la iglesia para
hacer su primera comunión.
Empezada la novena, empezó también la
mejoría, y fué tan rápida, que una semana
dc.spués, aunque muy débil to<lavía. rotleado
por todos sus parientes, pudo oir la Santa Misa
y en ella hacer su primera Comunión.
Gracias sean dadas al Boato D. Bosco.
15 Febrero 1929

A ngiíl Ckrri, Pbro.

H u esca (España). — Una Cooperadora SaIcsiana, entristecida por un tentativo de estafa
da porte de una mala amiga, que amenazaba
de muerte a su hermana si hubiera sido denun­
ciada a la Autoridad, se dirigió a la intercesión
de Don Bosco, rezando una novena, y antes
de terminarla, pudo recobrar su dinero, sin
consecuencias. Gustosa hace mía oferta para
los gastos del altar que le levanta en la Basi­
fica de ftfaría Au.xiliadora, en Turln, en que se
conservará el cuerpo del Beato.
H ab .kn’ a (Cuba). — Estando muy enferma
una amiga, la encomendamos a Don Bosco y
al poco tiempo se alivió. En agradecimiento la
señalado beneficio, envaimos una oferta para
las Misiones.
D oe-.^res Mexdivh ,.

Eos Sres. Cooperadores salesianos, además
de las indulgencias ordinarias que se detallan
en el Reglamento, pueden ganar, cumpliendo
los requisitos de costumbre, indulgencia plenaria, los siguientes días:

Mes de Julio.
1. Preciosísima Sangre.
2. Fiesta de la Visitación.
16. Nuestra Señora del Carmen.

Mes de Agosto.
6. Transfiguración del Señor.
14. Ascensión de la Sma. Virgen.
i6. San Roque.
S e is M isa s diarias perpéfuas.
Recordamos a nuestros lectores el pririlegio
extraordinario concedido por el Papa León X III
(d. f. m.) a nuestro Vble. P. Don Bosco en favor
de todos los que contribuyeron con sus limosnas
a levantar la Basílica del Sagrado Corazón de
Jesús en Roma o cooperen en lo porvenir al
sostenimiento de aquella Iglesia e internado
de Artes y Oficios para niños pobres.
Basta entregar una sola vez la limosna de
1 peseta (20 centavos de dólar más o menos)
para tener derecho, en vida y después de muerte
a la aplicación diaria de 6 misas, que se celebran
en el altar mayor de dicha Basílica; como tam­
bién, de todas las prácticas de piedad que en
ella se practican. Pueden también ser inscritas,
entregando por cada una de ellas la misma li­
mosna, las personas ausentes o fallecidas, las
cuales gozan igualmente de dicha aplicación.
Para gozar de esta gracia tan extraordinaria
basta reunir en una fista los nombres de los
que desean inscribirse y enviarla, junto con la
limosna correspondiente, a! Rector Mayor de
los Salesianos - Via Cottolengo 32 - Turhi (109)
Italia - y apenas inscritos en los registros, em­
piezan a gozar de la aplicación de dichas 6
misas. Como testimonio de la inscripción cada
\mo de los inscritos recibe una cédula con su
nombre y con la explicación detallada de este
privilegio.
Los que ya conocéis este privilegio dadlo a
conocer a todos vuestros amigos y conocidos
y veréis como no queda ni uno que no se ins­
criba y que no haga inscribir a sus difuntos.

DE NUESTRAS M ISIONES
Venganza jíbara y viaje accidentado
( D e a a e s fra s M is io n e s d e l E c u a d o r).

Macas, 23 de marzo.
Esta mañana llegaron apresuradamente a
nuestra residencia tres jíbaros con la noticia
de que Yakuma acababa de asesinar a Mocuimbo, hijo de Samagashi; indignados, piden
con insistencia que las autoridades persigan
al asesino y le den el merecido castigo.
Les be preguntado las circunstancias del
delito y con gran lujo de detalles me hen
contado lo siguiente:
Hace dos años Mocuimbo tomó por esposa
a una muchacha pretendida también por
un pariente de Yakuma. Al verse éste desai­
rado, su furor no tuvo límites, y empezó a
preparar su venganza.
Un día, mientras vagaba por el bosque
armado de su fusil, sorprendió a su rival
completamente descuidado; verle y disparar
su arma contra él, todo fué uno: pero la bala
no salió, y mientras cargaba de nuevo,
Mocuimbo se arrojó sobre su agresor le arre­
bató el fusil y con la culata del mismo le
abrió la cabeza.
Realizada su hazaña, desapareció por dos
años; habiendo vuelto hace poco a rondar
por aquellos lugares, Yakuma, en cuyo co­
razón aún no se había extinguido el deseo
de la venganza, le esperó en acecho; y cuando
más descuidado se hallaba Mocuimbo, le
atravesó la cabeza de un certero balazo.
Tal es el relato de mis tres visitantes.
31 de marzo.
Estamos de marcha: muchos habitantes
de Ataras nos acompañan largo trecho antes
de despedirnos: van delante los niños de la
escuela; a continuación las Hijas de María
Auxiliadora, que rodean cariñosas a su
Inspectora, la Madre Carolina Mioletti.

Al llegar a las orillas del Upano nos des­
pedimos de todos; sólo nos acompañan al­
gunos indios, encargados de llevar los equi­
pajes. Cerca del río Kurumbaio encontramos
al Sr. Mario Rivadene3ra, con otros varios
amigos, que habían ido allí con el único fin
de saludarnos.
Seguimos nuestro viaje, aprovechando la
ocasión para visitar a algunos colonos amigos;
y al caer de la tarde llegamos a casa del Sr.
Cevallos, a orillas del Tutanangosa, en donde
pasamos la noche
I de abril.
Mientras pasamos el río Tutanangosa, el
barquero nos da una versión algo distinta,
de los sangrientos sucesos. Según él, Mo­
cuimbo, había asesinado a su rival, no en
legítima defensa, sino alevosamente, apro­
vechando la ocasión en que su enemigo se
hallaba bajo los soporíferos efectos de la
chicha.
Yakuma exigió de las autoridades com­
pleta justicia, pero como el asesino había
desaparecido, no se pudo hacer nada. Pasó
el tiempo: ya parecía olvidado el sangriento
suceso, tanto que Yakuma y el padre de
Mocuimbo habían llegado a una avenencia,
comprometiéndose el primero a renunciar
a su derecho de venganza, a cambio de al­
gunos cerdos que le dió el segundo.
Mocuimbo al tener noticia de las paces,
volvió a su cabaña y siguió su vida ordinaria:
pero Yakuma no podía ver con buenos ojos
al asesino, que comía, bebía, y se divertía
tranquilamente; cada día iba en aumento
su cólera hasta que, no pudiendo contenerse
por más tiempo, preparó una celada a Mo*
cuimbo, y le asesinó traidoramente.

212

Mons. Comln con doa Jibarí(o« recién banfizados.
Naturalmente. Yakuma espera que los
parientes de JIocuimbo ejecuten a su vez la
venganza; por esto se ha hecho fuerte en su
choza, en donde, acampañado de varios
parientes y amigos, se defenderá hasta el
último trance.
— Si he de morir, dice, no será sin que
antes me hayan precedido muchos de mis
enemigos...
r de abril.
Primer Viernes de mes. Hoy nuestra jor­
nada se ha presentado pródiga en aventuras
y contratiempos.
Como quiera que el sendero que hemos
seguido suele ser muy poco frecuentado por
los Macabeos, (así llaman a los de Macas)
nuestro guía se extravió: tuvimos que volver
atrás y tomar otro camino... Después de
mucho andar nos encontramos en el mismo
sitio.

Este contratiempo no dejó de desconcer­
tarme. Y a era tarde para llegar a tiempo
al lugar prefijado y no me era grata la pers­
pectiva de pasar la noche en el bosque; más
que nada lo sentía por la pobre M. Inspectora,
y las muchachas que la acompañaban, que
ya no podían más.
Pr fin decidimos vlover atrás, y después
de un rato, encontramos el camino verdadero.
Alrededor de las cuatro de la tarde llegamos
al sendero que conduce a la choza de Fuanga,
un jíbaro que nos quiere mucho y nos está muy
agradecido. Y no le faltan motivos para ello.
Fuanga tiene una hija: hace tiempo Mocuimbo (la víctima de Yakuma) se la pidió
por esposa: ante la negativa del padre se
escondió en el huerto a donde la joven solía
ir a recoger la 5nica, y cuando la vió venir
le pegó un tiro diciendo; a Si no eres mi esposa
tampoco lo serás de nadie ».
Muy grave estuvo la pobre joven; pero
gracias a los soh'citos cuidados que le prodigó
la Madre Troncatti y al esmero con que le
extrajó la bala y desinfectó la herida, pudo
en breve recobrar la salud.
Por su parte Fuanga, como su hija no
había muerto, no pensó en la venganza: en
cambio, desde aquel día, es amigo incondi­
cional de las Hermanas y del Misionero.
Esperábamos, pues, pasar la noche en su
casa; pero algunos de la comitiva habían
tomado otro camino y tuvimos que seguirles.
Llegamos así a la vivienda de Fumbitik:
la casa parecía desierta; sólo nos contestaron
los perros que se pusieron al ladrar deses­
peradamente. A sus ladridos, los Jíbaros,
creyendo que venía gente de Macas para
apresar a Yakuma y a sus compañeros,
empezaron a disparar contra nosotros desde
tres puntos distintos del bosque. Fácil es
imaginar nuestra sorpresa y nuestro espanto.
Nos encontrábamos en inminente peligro
de caer acribillados por aquellos salvajes.
¿Qué hacer? Lo más razonable era desandar
lo andado y volver a casa de Fuanga.
Cuando los indios dejaron de disparar,
nos pusimos a gritar con todas nuestras
fuerzas: — jFimbitik! Nosotros no somos
enemigos... Vuelve a tu casa... Venimos de
Méndez... Está aquí el Obispo... También
la Madre, a quien ya conoces... No temas
acércate.
Para mejor convencerle, la Madre se puso
también a llamarle, ya que Fimbitik conocía
su voz



213

¡Vano empeño! No nos hacían caso: tal vez
nuestras voces no llegaban hasta ellos. Por
eso decidimos volver enseguida a casa de
Fuanga. Nuestros guías encendieron un farol
y nos precedían señalándonos el camino. A
cada paso tropezábamos con las piedras o
con los arbustos del camino. Los Jíbaros no
debían estar muy lejos y seguramente nos
espiaban.
Para disipar en ellos toda sospecha rogué
a la Inspectora rezara en alta voz el Rosario
con las muchachas que la acompañaban,
para que se convencieran los indios de que
no les engañábamos.
¡Con cuánto fervor dirigía sus oraciones
a la Virgen pidiéndole ayuda en trance tan
apurado! Mas de pronto la Madre dejó de
rezar; no podía más; sus fuerzas físicas la
abandonaban; las muchachas tuvieron que
continuar solas.
Por fin dimos con el sendero de la casa de
Fuanga. Pudimos respirar tranquilamente:
ya estábamos seguros. Esta convicción nos
hizo olvidar el susto pasado y ya no pensamos
en el cansancio y empezamos a subir con
entusiasmo la empinada cuesta que nos
llevaba al lugar apetecido.
A nuestra llegada los Jíbaros, asustados
por el ruido que hacíamos, huyen a campo
traviesa: las mujeres, solas en casa, no quieren
abrimos, pues temen que seamos los agentes
de la justicia.
En vano las llama la Madre Inspectora;
en vano también las recuerda que ella fué
la que ajuidó a curar a su hija Teresa...
En vista de que es inútil gastar la voz y
el tiempo, se pone a rezar devotamente a la
Sma. Virgen. Su oración es escuchada.
Apenas abrieron la puerta, penetramos
en casa la Madre y yo, para asegurar a las
indias que aún no las tenían todas consigo.
Y entonces una de comentarios:
— ¡Pues si era verdad!... Mira, esta es la
Madre... Y aquel es el Padre Grande, el
Señor Obispo...
Respiramos, por fin; nos encontrábamos
cansadísimos, mojados, completamente des­
fallecidos. Después de tomar algún alimento,
nos dispusimos a dormir... en el santo suelo.
Al Obispo le reservaron una esterilla...
2 de abril.
Después de tomar un bocado el mismo
Fuanga se ofrece a acompañamos a fin de
que nadie nos moleste. Apenas salidos de su
cggq se pone a gritar con voz estentórea:

El (errible Yakurns. d aMSÍDO de Mocaimbo.
— ¡Paso al Sr. Obispo! ¡Paso a la Madre!...
Dejen pasar...
Y repitiendo a intervalos estas voces
llegamos a la \nsta de la cabaña de Fimbitik.
Entonces Fuanga a grandes voces le avisó
de nuestra llegada.
La respuesta fueron algunos disparos de
fusil: mas nuestro guía no se inmutó y
continuó adelante. Llegados a casa de Firnbitik, se sorprendió al verla desierta sin
otros habitantes que los perros que ladraban
furiosamente.
— H ay que tomar otro camino, me dijo
contrariado.
Y nos dirigimos hacia la choza de Samagashi, el padre de Mocuimbo; pero nueva
aantraiiedad: el dueño estaba ausente; pues
había ido a Myazal a hacer provósión de sal.

214
Sainagashi es terrible. Ha matado ya a
varios y no dejará de tomar cruel venganza
por la muerte de su hijo.
Pasado el Yurupaza, tuvimos que caminar
largo trecho por un camino tan escabroso,
que a cada paso tropezábamos, con inmi­
nente peligro de rompernos las costillas. Mas
hay una Providencia que vela por los Mi­
sioneros.
Como si tantas fatigas no fueran suficientes,
pronto se agregó a ellas el tormento de la sed:
la pobre M. Inspectora era la que más sufría.

Mons. Comin

a sd llegAdA a

el comportamiento de los habitantes de la
floresta.
El <s Ambusha » de Méndez se deshacía en
improperios contra Yakuma: — Nosotros,
los de Méndez, no somos así, ni lo seremos
jamás. P'l Obispo nos quiere bien a todos
y ningún Jíbaro le causará la menor molestia.
Más indignado aún se mostraba Masbingashi: Te lo juro, me decía, hubiera querido
estar allí con mi fusil para enseñar a ese
bandido de Yakuma cómo se debe tratar al
Obispo.

M acas d esp u és del AcidenlAdo vÍA¡e...

y eft varias ocasiones la ví inclinarse afanosa
y humedecer sus labios con algunas gotas
de agua que la pasada lluvia había depositado
en las hojas de los árboles.
Por fin en el arroyo Tayusa nos encon­
tramos con el P. Conrado Dardé que hacía
tiempo nos esperaba, y
había preparado
toda suerte de provisiones. Gracias a ellas
nos animamos un poco y a eso de las cuatro
de la tarde hicimos nuestra entrada en la
Misión de Méndez.
Durante varios días el tema obligado de
todas las conversaciones era el triste inci­
dente de nuestro viaje. Tanto los cristianos
como los «idios lo deploraban sinceramente
y se mostraban sumamente indignados i>or

¡Pobres Indios! La venganza es el ideal de
su vida salvaje a pesar de que saben que
toda venganza suscita otras muchas, que,
preparadas en la sombra, son ejecutadas
con toda ferocidad y alevosía.
Un Jíbaro que tenía ya seis homicidios
sobre su conciencia, al hacerle yo las ante­
riores observaciones, me contestó:
— Lo sé; ya sé que el día menos pensado
me pegarán un tiro: pero prefiero morir así.
Quien muere herido por una bala de fusil,
muere gordo; en cambio, el que muere por
enfermedad, muere flaco. ¡Yo quiero morir
bien gordo!
Mons. D o m in g o C o m in
Vic. Apost.

EL CULTO DE MARIA AUXILIADORA
Asociación de los devoíos de María Auxiliadora.
El día 9 de jimio de i 85S fué para D. Bosco
imo de los más felices de su existencia: sus
deseos, sus asiiiraciones y su filial devoción
a la Madre de Dios se veían satisfechos con la
consagración del templo erigido a María Au­
xiliadora en \'^aldocco, hedía por el Excmo.
Sr. Arzobispo Mons. Alejandro Riccardi.
Siervo fiel de María Auxiliadora, destinado
a ser el apóstol de su devoción, se lanzó a la
empresa sin recursos humanos, pero con ima
coi^anza ilimitada en su celestial Tesorera,
que se complacía en poner en manos de D. Bo­
sco, la salud de las personas y el bienestar de
las familias. Cada piedra del templo, es una
gracia de María Auxiliadora, decía el Beato.
¿Estará satisfecho D. Bosco, después de haber
erigido a María tan suntuoso templo? No; su
corazón de apóstol no se limitó a erigir un
templo, por monumental 3' grandioso que fuese;
su anhelo era formar de cada corazón cristiano,
un santuario en que reinase soberana, la Reina
del Cielo.
Las mnumerables personas favorecidas con
singulares gracias de María Auxiliadora, le
instaban desde hacía tiempo a que fundase una
Asociación piadosa con el fin de tributar a la
Santísima Virgen, en forma decorosa y regular,
el honor debido.
Este era también el ardiente deseo de D .Bosco;
pero no cre>*ó oportuno llevarlo a la práctica,
hasta tanto que la Santísima Virgen Auxiliadora,
tuviera en Turín im templo digno de ella.
Por eso, ima vez terminado y consagrado el
grandioso templo, se dedicó a poner por obra
su plan, formulando irnos Estatutos, que se­
rían el Reglamento de los Asociados. Madurado
su proyecto solicitó del Excmo. Sr, Arzobispo
de Turín la aprobación del mismo, dirigiéndole
a este fin la solicitud que reproducimos:

deseo de promover la mayor gloria de Dios y el
bien de 'las almas, desearía fundar en la Iglesia
de María Auxiliadora — abierta al culto divino
por S. E. hace próximamente un año — una Pia
Unión de fieles, con el nombre de Asociación de
Devotos de María Auxiliadora, cuyo fin prin­
cipal seria el promover la veneración al Smo. Sa­
cramento y la devoción a María Auxilium Christianorum, advocación que parece objeto de viva
complacencia por parte de la Augusta Reina de
los cielos.
A este fin he fortnulado algunas reglas, mode­
ladas y casi copiadas de los Estatutos de la célebre
Archicofradía de María Auxiliadora erigida en
Munich {Daviera), con el objeto de que estos ejer­
cicios de piedad tengan forma estable y conforme
al espíritu de la Sta. Madre Iglesia.
El que suscribe suplica humildemente a V. E.
atienda benignamente este piadoso deseo, y se
digne examinar dichos Estatutos, añadiendo,
quitando y modificando cuanto le parezca opor­
tuno, y asi modificado, quiera concederle su alta
aprobación para mayor gloria de la Augusta
Madre de Dios y bien de las almas.
El altar de la Asociación seria el altar mayor
de la referida iglesia, que es privilegiado, y en el
que ya se llevan a cabo, con gran bien de las almas,
la mayor parle de los ejercicios de piedad que
forman el objeto de esta Asociación.
Esperando confiadamente obtener un favor tan
señalado, lleno de gratitud imploro su santa ben­
dición 4/ me profeso de V. E.

Exc¿l¿-jícia Reverendísima:
El que su;r,ihe expone htemildemsnte a S E.
Rvma., que, guiado únicamente por el ardiente

E l Reglamento a que alude el Beato en su
solicitud, y presentado con ella a la aprobación
del Arzobispo, era el siguiente:

humilde suplicante,

J u a n B osco , Pbro:

2 I6
REGLAMENTO
DE LA A SO C IA CIÓ N DE LO S DEVOTOS
DE MARÍA AUXILIADORA
I.

Deberes de los Socios..
1. Con autorización del limo, y Revmo.
Sr. Arzobispo de Turln hállase canónicamente
• erigida en el Santuario de Turín, consagrado
a María Auxiliadora, una piadosa Sociedad de
sxis devotos, con el fin de promover la gloria
de la divina Madre del Salvador para merecer
la protección de ella en vida y sobre todo en
punto de muerte.
2. Das cosas se propone especialmente: Di­
fundir la devoción a María Santísima y la vene­
ración a Jesi'is Sacramentado.
3. Se empeñarán los socios con la palabra y
el con.sejo. con las obras y su influencia en con­
tribuir al decoro y devoción de las novenas,
fiestas y solemnidades que en honor de María
y del Santísimo Sacramento se celebren en el
curso del año.
4. Pondrán asimismo gran interés en la di­
fusión de buenos libros, imágenes, medallas y
en asistir y ¡irocurar que otros asistan a las
procesiones en honor de María y de Jesús Sa­
cramentado, a la mesa eucarística, a la santa
Misa y a acompañar el Santo Viatico.
5. Además pondrán gran diligencia en im­
pedir la blasfemia y cualquiera conversación
contraria a la religión o a las buenas costmnbres
y en remover todos los ob.stáculos que puedan
imj>edir la santificación del día festivo.
6. Los socio? recitarán cada día después de
las oraciones de la mafuma las siguientes jacu­
latorias en honor de Jesús Sacramentado y de
Marín vSantísimn: Sea alabado y reverenciado en

todo moynento el Saníisimo y Divinísimo Sacra­
mento. Alaria Auxiliutn Christianorum, ora pro
nobis. lín ciumto a los sacerdotes basta que en
la misa tengmi mtenclón de rogar por todos los
agregados a esta Sociedad. listas oraciones
scr\úráu de vínculo a los socios de modo que
sean como un solo corazón y alma para honrar
cotno es debido a Jesús Hostia y a su Augustí­
sima Madre, y participar a todas las obras de
picilud de los mismos socios.
II.

Ventajas espirituales de los socios.
I • Para ayudarse mxHuamente a caminar por
la ^•ía de la salvackSn. todos los socios hacen
comunes las obras buenas que ejecutan en
privado o en pxiblico. en la iglesia de María
Auxiliadora o en otra parte.

2. Participarán de las prácticas de piedad
que se hagan en el altar mayor de esta iglesia:
altar privilegiado perpetuo, según el decreto
y los días festivos a las siete, se celebrará una
misa en el altar de María Auxiliadora y se reci­
tará la tercera parte del Rosario y otras ora­
ciones.
Todos los días feriales, a las seis de la mañana
de la Sagrada Congregación, fechado en 22 de
marzo de 1868.
Todas las tardes se cantarán algimas alaban­
zas sagradas, se hará lectura espiritual y oración,
se dará la bendición con el Santísimo Sacra­
mento y se recitará nuevamente una tercera
parte del Rosario.
3. Todo asociado puede ganar indulgencia plenaria en las solemnidades siguientes: Natividad,
Circuncisión, Epifanía, Ascención de Nuestro
Señor, Domingo de Pentecostés, Corpus Christi, Inmaculada Concepción (8 diciembre),
Natividad de María (8 de setiembre), Presen­
tación al templo (21 de noviembre). Anun­
ciación (25 de marzo), Visitación (2 de julio),
Purificación (2 de febrero), Asunción de María
al Cielo (15 de agosto), María Auxiliadora, Ti­
tular del Santuario (24 de mayo) y im día al
año a elección del socio, con tal que en tales
días \’isite la iglesia, oratorio o altar de la So­
ciedad, niegue por la concordia entre los prín­
cipes cristianos, extirpación de las herejías y
exaltación de la Iglesia Católica; esto es, por la
intención del Sumo Pontífice.
4. Todo socio con intervemr a las prácticas
de piedad que se hacen en este Santuario, como
triduos y novenas solemnes en honor de María,
puede ganar ima vez al día htdulgencia de siete
años y siete cuarentenas {Pió IX, 16 de marzo
de 1869).
Conviene notar que para ganar dichas in­
dulgencias pU'uarias está siempre prescrita la
confesión y la comimión, salvo que el socio
tenga la piadosa costmnbr'e de confesarse se­
manalmente; en cuyo caso basta el estado de
gracia y la comxmión (S. Congregación de Indul­
gencias, 9 de diciembre de 1763). Para ganar
las indulgencias parciales basta hacer las ora­
ciones u obras con corazón al menos contrito
y devoto.
5. Todos los años en el primer día que el
rito lo permita, pasada la fiesta de María Auxi­
liadora, se canta ima misa de Réquiem y se
hacen otros sufragios particulares por las almas
de todos las socios difxmtas y en especial por
los que han sido llamados por Dios en el curso
del año.
6. Cuando im socio cae enfermo o sale de
este mundo será encomendado especialmente
en las oraciones que se hacen cada día en el
altar de María Auxiliadora, siempre que se dé
a\ñso.

217
III.
Aceptación,

1. Quien desee ingresar en esta Pía Sociedad
hará escribir su nombre, apellido y lugar de su
residencia en el registro que se tiene en la sa­
cristía del Santuario de María Auxiliadora'. En
tal ocasión recibirá una imagen o medalla ben­
dita de María Auxiliadora (i) y el opúsculo que
trata de esta Sociedad.
2. Los Párrocos y todo sacerdote que tenga
personas á su cuidado, como Directores de co­
legios y de casas de educación o de institutos
de beneficencia pueden agregar á cualquiera
de sus súbditos, con tal que manden el nombre
apellido y lugar de residencia de los solicitantes
al Rector de la iglesia, que. como se ha dicho,
lo es también de la Sociedad.
3. No hay obligación alguna pecuniaria; cada
uno da lo que gusta para los gastos que octirren
en la novena y fiesta de María Auxiliadora y en
las demás funciones que celebra la Sociedad.

{Continuará).

(i) Se recomienda llevar devotamente esta medalla
al cuello en obsequio de María y para ganar muchas
indulgencias que por ello están concedidas. Esas in­
dulgencias están enumeradas en el E len co de las I n ­
dulgen cias A p ostólicas o Papales, aprobado por la
Sagrada Congregación de la Indulgencias.
G R A C IA S
DE M ARÍA A U X ILIA D O R A
CALI (Colom bia ). — Hallábase mi hija ata­
cada de grave enfermedad, y llamado el médico
encontró el caso tan desesperado, que se decidió
por una pronta y dolorosa operación. El dicta­
men del médico nos sumió en el más hondo pesar
y alarmadas por la inminencia' del peligro, en
vez de poner la salud de nuestra querida en­
ferma en manos del doctor, la encomendamos
a la poderosa intervención de la Virgen María
Auxiliadora, que es Salud de los Enfermos.
Y esta buena Madre, siempre generosa para
quienes la invocan de corazón, escuchó nuestras
picarías, devolviendo a mi hija la más com­
pleta salud. En ^radecimiento, mando una
limnsna para los hueríanitos de D. Sosco y otra
para que se diga una ^lisa ante su altar del
Santuario- de Turín.
JtTAÍíA B . FlGUEROA, vda. DE CASTILLO.
VALENCIA (E spa ña ). — Estando enfermo
tm hijo mío de fiebres maltesas, rebeldes a todo
tratamiento, empecé con fe una novena a María
Auxiliadora, CtHisiguiendo ens^uida ima rá­
pida mejoría, por lo que cinnplo lo ofrecido.

que era dar ima limosna y mandar publicar la
gracia.
Otra hija se vió atacada por una dolencia
tan grave, que el médico que la asistía pronos­
ticó que no le quedaban más que unos diez días
de vida. Confiada en la bondad de María Auxi­
liadora, acudí de nuevo a Ella, empezando una
novena, y pasado el plazo, al reconocer de nuevo
el médico a la enferma, la enconcontró comple­
tamente curada. Conforme lo ofrecido, publico
esta gracia y mando una limosna para su San­
tuario.
Abril 1929.
M. C. V.
BARCELONA (E spa ña ). — Virgen que­
rida, gracias incesantes te da esta madre agra­
decida, porque le has obtenido la salud de su
hijo.
Desde pequeñito sufrió ataques nerviosos y
a los dos años de edad declaró el médico que se
trataba de epilepsia, y tras algún tiempo de
solícitos cuidados, pareció que había conse­
guido la salud. Pero la mejoría era tan sólo
aparente, pues al llegar a los 11 años, se le pre­
sentaron nuevamente los síntomas de la enfer­
medad, y con tanta frecuencia y vigor que todos
estábamos desconsolados.
No encontrando remedio en lo humano, in­
voqué con toda mi alma a la Virgen de Don
Bosco, convencida de que Ella no me dejaría
sin consuelo. Le ofrecí que si me curaba a mi
hijo, le llevarla a hacer su primera Comunión
a su Santuario de Sarriá, y publicarla la gracia
en el Boletín. La Virgen obró el milagro, y mi
hijo, a los 13 años confesó e hizo su primera
comunión, en el templo de María Auxiliadora,
conforme le ofrecí. Me faltaba aún publicar la
gracia en el Boletín Salesiano, y aunque algo
tarde, pero siempre agradecida, cumplo hoy
mi promesa.
12 abril de 1929.
F. C. de P.
PALERO (E spaña ). — Estando mi marido
atacado por ima fuerte enfermedad acudí llena
de mnfianyji a María Auxiliadora, rezando la
novena tan recomendada por su fiel Siervo el
Beato D. Juan Bosco. Pronto empezó a sentirse
la mejoría, que prosiguió rápidamente hasta
hallarse hoy completamente curado. Agrade­
cida, envío nna límnsna para las Obras del Tibidabo, y otra igual de 45 pesetas para la Iglesia
del Rosario que los Salesianos construyen en
Madrid. Quiera la Virgen Auxiliadora seguir
prot^endo a mi familia, que tan agradecida
le estará siempre.

D o lo r es I b á ñ ez

de

I b Añ e z .

E L CARMEN (C olom bia ). — Mi hijo se ha­
llaba gravemente enfermo. Todos los recursos
de la HpnHfl eran inútiles; inútiles los cuidados

1

2i 8
y atenciones que todos le prodigaban desde

hacía cinco años. Por fortuna llegó a mi noticia
el prodigioso poder de María Auxiliadora, y,
llena de confianza en ella, le supliqué de co*
razón devolviera la salud a mi querido hijo,
y su corazón maternal, no desoyó mi humilde
y fervorosa silplica. Agradecidísima, envío una
limosna para su culto al Santuario de Turín.
Febrero, 4 de 1020.

P a u lin a S olano d k Collazos .
ANGIÍLES (Ca l ifo r n ia ). — Hallán­

LOS
dose mis hijos enfennos de la llamada viruela
loca: y como padecieran horriblemente a causa
de los intensos dolores que sentían, que no
podían mitigar ni médicos ni medicinas, les
dije se encomendasen de corazón a la Sma.
Virgen Auxiliadora, para que ella calmase sus
dolores y les ayudase a soportarlos. Aceptaron
con júbilo la propuesta, y se encomendaron a
Klla. Pero pronto les vino a la mente el pensa­
miento de la gratitud, y como han oido hablar
varias veces de los huerfanitos de Don Sosco,
detenniiuiron sacrificar sus aliorrillos y hacer
con ellos una ofrenda a María Auxiliadora. En
efecto, todo el dinero que les regalaron sus tíos
al visitarles, me lo entregaron, rogándome lo
enviara a ese Santuario de Turín.
Le envío, pues, muy gustoso el dólar que han
recogido, y le ruego no se olvide de pedir por que
jean siempre buenos cristianos y buenos hijos.
4 Diciembre 1929.

M. Ca m pa n k lli .
(A r c i -n tin a ). — Lleno de

CHOS MALAL
profunda gratitud publico hoy la lluvia de gra­
cias que he obtenido por mwliución de la Virgen
de Don Bosco.
Estando enferma mi es¡>osa de una pulmonía,
la encomendé a María Auxiliadora, y consiguió
prontamente la más completa sahuí. Mis hijos
cayeron luego enfermos de sarampión. Acudí
de nuevo a la matcnial bondad de la Virgen y
ella me los devolvió sanos y robustos. Yo mismo
caí gravemente enfenno a causa de una he­
morragia, y al encomendarme a Jlaría Auxilia­
dora, obtuve una ]>routn mejoría y al presaite
me enoucutro casi jK»r completo como antes.
ICn to<lm estos trances prometí a mi querida
Madre Celeste hacer ]>úblicn mi gratitud v su
^XKler en el Hotciin SaleüaHC y hoy con inmenso
júbilo de mi corazón satisfago mi promesa e
invito a tocios los lectores a que acudan con filial
confianza a la Virgen de D. Bosco en todas sus
cuitas, seguros de ser generosamente atendidos.
31 enero 1929.

P i :d ro M a r tin en g o .

CALI (Colom bia ) . — Mi sobrinita Olga Lucía
Córdoba, se \ ió atacada de ima enfenueiiad
desconocida, y como su estado, lejos de mejorar
iba cada vez de mal en peor, acudimos al mé­

dico, el cual le aplicó varios remedios que dieron
resultados contraproducentes. Llamamos otros
dos médicos, pero a pesar de sus cuidados la
enfermita seguía empeorando de tal modo que
ya teníamos la seguridad de im desenlace fatal
en no lejana fecha. Sin esperanza en los reme(Los humanos, y compadecido profunda­
mente por el dolor que embargaba a toda la
familia, y sobre todo a los padres de la desgra­
ciada niña, acudí lleno de fe a María Auxiliafora pidiéndole la salud de la enferma, y al
mismo tiempo le prometí publicar la gracia y
mandar xma limosna a la casa Madre de los Salesianos, en Turín. La Sma. Virgen, siempre
madre tierna y bondadosa, quiso escucharme,
disipando así nuestras angustias, y devolviendo
la salud a la enfermita y el sosiego y alegfía a
sus padres.
Hoy con el corazón rebosante de gratitud,
doy infinitas gracias a la Virgen D. de Bosco y
cumplo mi promesa, mandando cinco pesos
para ima Misa en el Santuario de Turín y para
los huerfanitos de D. Bosco.
Abril de 1929.

A u r e l ia n o Casas C u eva s .
Coop. Sal.

SOCORRO (Colom bia ). — El 10 de jimio de
1928 hallábame postrada en cama a causa de un
vómito de sangre, y en im estado tan grave,
que el médico declaró que liimiaiianiente yo
no podría sobrevivir. Entonces acudí llena de
fe a la Santísima Virgen María Au.viliadora
para que me alcanzara la salud, ofreciéndole
publicar la gracia y enviar una limosna para su
culto a su santuario de Turín. Al hacer hoy
piiblico mi ferviente agradecimiento remito
un peso con el fin prometido.
Febrero de 1929.
Aura María Rujeles.

SANTA CRUZ (A r g e n t in a ). - Hacia el fin
de Julio p. p. mi hijo Felipe, niño de 12 años,
interno en el Colegio Salesiano, enfenuó de
gravedad sin que los cuidados, ni la ciencia
médica lograsen mejorarlo.
Parecía inminente la catástrofe y, era tal el
estado del paciente, que casi no se explicaba
como pudieran prolongarse sus sufrimientos,
que duraron cerca de lui mes.
En tan aciagos días aumentó mi confianza
en María Auxiliadora, y mientras dos buenos
facultativos, multiplicando las consultas y los
remedios intentaban arrebatarlo a la muerte,
empecé con toda la 'amilia y los Revdos. PP.
Salesianos la novena de María Auxiliadora,
prometiéndole hacer pública la gracia si mi hifo
lograba salvarse.
¡Oh bondad de María Auxiliadora! Puesta
sobre la parte dolorida del enfenno la reliquia
del Siervo de Dios Domingo Savio. pareció

219

M ar del Piala (Argentina) — Niños del florecienie Oratorio Festivo qne han hecho su primera Comunión.
que a ruegos de tan poderoso intercesor, la
Virgen no pudiera negar la gracia, y ésta fué
completa, patente, tal que hoy mi hijo goza de
perfecta salud.
Vivamente agradecido cumplo la promesa y
envío una humilde ofrenda en testimonio de
mi gratitud.
Febrero de 1929.
Juan Castro.

BERNAL (Ar g e n t in a ). — Una hennanita
mía sufría de alteración mental, y según la opi­
nión de los médicos no había esperanzas de cu­
ración. Acudí entonces a María Auxiliadora,
acompañada de mis Superioras, prometiendo
publicar la gracia, y con gran maravilla de
todos, mi hennanita salió a poco del hospital
completamente curada.
Hoy cumplo la promesa, manifestando al
mismo tiempo mi profunda gratitud a tan buena
Madre, y enviando una limosna para las Obras
del Beato Don Bosco.
Abril de 1929.

M a g d a len a Ca r is i .
MERCEDES (U r u g u a y ). — Encontrándome

enferma y sometida a ima operación, llena de
mnfianza acudí a María Auxiliadora invocando
su protección en tan apurado trance. La ce­
lestial Madre escuchó mi súplica, por ,lo que
agradecida, ruego publique la gracia en el Bo~
leiin Salesiano y acepte esta pequeña limosna
que le envío.

B A snjA rTTKixE

c a ster An ,

D a n también gracias a M aría A u xilia ­
dora y envían una limosna:

B a h ía B lanca (Argentina). — Sra. de Ferrari
por haber alcanzado la salud de una hija.
Ca l i (Colombia). — Sras. Manuela González
de Rivera, Sara Vareta, Erminia Muñoz, Mer­
cedes Percáñez, Mercedes Aragón de Lenis, Ra­
faela Sarasti, Bárbara de Caldas, María Antonia
Esguerra, Dolores Echevarri Pizarra, Carlos
Martínez.
CERRITO (Colombia). — Sr. Nepomuceno Valdés, Sra. María Orejuela de V., Ester de González
Marta de Tascón, Margarita de García, Ramón
Tascón, Rosa María Girón, Soledad de Jiménez,
Inés B. de Guevara, María de Echevarri, Cecilia
de Jaramillo, Julia Bermeo.Addn Reyes y Señora.
C o ru ñ A (España). — María Cánovas Lacruz,

por haber obtenido la curación de su hermano.
Ciu d a d V icto rd ^ (Méjico). — María de la
Luz C. de Gutiérrez, por haberla salvado de una
peligrosa enfermedad.
E l C armen- (Colombia). — Clotilde R. de
Echeverri. y A?ui Joaquina de Echeverri, p>or
varios favores obtenidos.
P asto (Clombiaj. —- Las Alumnas y Maestras
del Depariamenlo de Marino, agradecidas a la
Virgen de D. Bosa> por haberlas ayudado en
sus dificultades escolares.
YOTOCO (Colombia;. — Amalia Pérez de Moya
Cecilia Castillo, Cayetano Pérez, Eloy Trogueros
Soto y Manuel C de Escobar, por varios favores

recibidos.

PorSalesiano
el mundo
BOGOTÁ (Colombia)
Colegio Salesiano.

Honrosa visita a!

HUESCA (España) — Ampliación de las Es­
cuelas Salesianas.

líl 29 de enero del presente año, la fiesta de
San Francisco de Sales revistió una solemnidad
y esplendor inusitados. El Pontifical fué cele­
brado por el Illnio. Sr. Arzobispo Primado con
una numerosísima afluencia de fieles. A la hora
del almuerzo los salesianos se vieron honrados
con la presencia del Presidente de la Repú­
blica, Exemo. Sr. Miguel Abadía Méndez, del
Niuicio de S. S., del Arzobispo de Bogotá. Pri­
mado de Colombia. Asistieron también el Mi­
nistro de Relaciones Exteriores y el de Edución Nacional con otros insignes personajes,
cuya presencia ha hecho de esta reunión, tma
de las más solemnes que jamás aqiií se hayan
presenciado.
Después del banquete, los ilustres convidados
acompañados por el Sr. Inspector, visitaron
detenidamente la casa, admirando la sólida
construcción de los nuevos locales, y alabando
a los hijos de D. Bosco por el gran bien que en
la República de Colombia hacen sobre tc^o en
favor de la juventud obrera.
Largo rato pasaron en la contemplación de
la nueva Iglesia que se está construyendo; Pu­
dieron admirar la cripta con sus bóvedas y
magníficas cohunnatas que sostienen ya el piso
del futuro Santuario Nacional del Canuen.
Presenciaron la elaboración de los bloques de
mármol que lucirán en el frontis, algunos de
los cuales ya estabaji colocados en su lugar.
En una palabra, palparon cómo se trabaja y
preparan los materitües que se invertirán en
los futuros monumentos de que se verá orgullosa la capital de Quesada, en vez de los ve­
tustos y antiestéticos que hasta ahora han ser­
vido de Capilla y Colegio.
Recorrieron las nuevas clases y salones de la
sect'ión de Estxidiantes, amplios y ventilados,
según las exigencias de la higiehe y pedagogía
modernas.
Los distinguidos visitantes, entusiasmados,
al ver tantos progresos y tan halagüeño por­
venir, animaron a los salesianos a seguir con fe
en la obra comenzada, ofreciendo su vaUoso
apoyo, y lo que es más de agradecer, su aprecio
por la labor realizada por los salesianos. en bien
del pueblo colombiano, al educar con tanto
cariño y con tanto éxito, a la juventud.

Las Escuelas Salesianas de la ciudad de
Huesca, en su incesante y prodigioso desarro­
llo. eran incapaces de dar cabida a tantos niños
como pedían continuamente asistir a ellas para
labrarse un porvenir, ya que la reputación de
que gozan en toda la provincia, hace que dichas
Escuelas sean las preferidas pqr toda suerte de
personas.
Si a esto se añade que, dada la escasez de lo­
cal, nacían graves inconvenientes que cada vez
se hacían más insostenibles, se aplaudirá la oportimidad con que el Exemo. Sr. Obispo, Patrono
de la Fimdación Salesiana, se ha preocupado
por remediar tales deficiencias. A este fin hizo
las gestiones necesarias para la adquisición de
xm vasto local contiguo al Colegio y gracias a
las buenas disposiciones de su propietario,
Sr. D. Máximo Escuer, se ha podido llegar a
mi acuerdo, satisfactorio para todos.
Séanos permitido desde estas columnas elevar
nuestra protesta de sincera gratitud al Exemo.
Sr. Obispo Fr. Mateo Colom, que ima vez
más ha querido de mostrar su afecto por la
Obra Salesiana, y el vivo interés que le me­
rece la juventud, especialmente de las clases
obreras. Nuestros plácemes al Sr. Director
D. Silverio Maquiera, y a ios Salesianos de la
Casa de Huesca, que ven ensancliarse el ya
vastísimo campo de su actividad, en el que, a
ejemplo de su Fimdador, se prodigan con tanto
celo y actividad.

VALENCIA (España) — Fiesta del Antiguo
Alumno.
La festividad que anualmente celebran los
Antiguos Alumnos de este Colegio se anunció
este año para el día 21 de abril.
Fueron varios centenares de socios del Centro
Don Bosco y diferentes secciones que de él de­
penden los que se adhirieron y dieron con su
presencia realce a la fiesta en la que depar­
tieron fraternalmente como hermanos los Sa­
lesianos y sus Antiguos Alumnos.
Como preludio se celebró por la mañana la
Misa de Comimión que dijo el A. A. Rdo. Sr.
D. Ludo Aranguena la cual estuvo como siem­
pre muy concurrida.

A la tma en punto de la tarde después de
haber acompañado la Junta Directiva con el
P. Director al Sr. Calatayud, abogado y Coope­
rador Salesiano, por las distintas dependencias
de la Casa y del Barrio D. Bosco, pasó dicho
señor con sus acompañantes al salón del Centro
para dar la conferencia a que se le había in­
vitado.
Hizo la presentación del conferenciante con
breves palabras el P. Director y puso de relieve
su figura como abogado, propagandista católico
y además como Cooperador Salesiano.
Empezó seguidamente su disertación el Sr.

Terminó su discurso deseando que la vida
próspera y pujante que lleva la Asociación de
Antiguos Alumnos no se vea jamás interrum­
pida y recomendó para ello a todos los jjresentes que jamás olviden los muchos beneficios
que de la Casa Salesiana recibieron y que con­
tinúan prodigándoles a manos llenas los suce­
sores de Don Bosco.
Una salva de aplausos premió la labor del
conferenciante que durante \mos momentos
tuvo pendiente de sus labios al numeroso au­
ditorio.
Previa la consabida fotografía tomada en

Salía (Argeniina) — Casi un cenlenar de Ex-alumnos del Centro “Angel Zerda”
han concurrido al solemne acto de la Comunión Pascual d 14 de abril del presente aRo.
Calatayud en forma de charla familiar, y con
gran facilidad de palabra hizo una verdadera
apología de la Obra Salesiana y de la gran im­
portancia que adquiere su desarrollo de día en
día. Compíiró la sublime figura de D. Bosco con
la del Padre Joffré pues mientras éste en el
siglo X V II se preocupaba de la fundación del
primer Hospital para enfermos pobres en Va­
lencia, aquél conseguía en el siglo pasado que
todo el mundo fijase la atención en la Juventud
a la que deseaba instruir cristianamente por
medio de sus Oratorios.
Relató diversas anécdotas de la vida del
nuevo Beato y de aquellos primeros pilluelos
que tuvieron la dicha de recibir su educación
allá en Turín, y estimó que la la obra de los Salesianos es de las más importantes que en el
orden social se extienden por todo ¿ mimdo.

los patios, pasaron Antiguos Alumnos e invi­
tados al comedor en donde fué servido un su­
culento banquete. Fué ocupada la presidencia
por eí P. Director D. Daniel Conde, loe Coope­
radores Don Enrique Vallbona y Don Vicente
Martí, el contratista de las obras de la Coopera­
tiva, D. Federico Ferrando y la Jimta Directiva
en pleno.
A los brindis el Sr. Director se levantó y re­
saltó en rálídas frases la importancia de estásreuniones en las que se admira el espíritu de
fraternidad que hay entre toda la familia Sale«síana en la que están íucluídos los Antiguos
Almnnos.
A las seis de la tarde pasaron los invitados
con sus familia*; al teatro en donde se celebrd
nna amena velada.
En resumen; im día de verdadera satisfacción

222
para los Antij'uos Alumnos los cuales gozaron
de los distintos actos preparados y se animaron
a continuar trabajando como hennanos para el
continuo progreso de la Asociación sin parar
mientes en los que se entretienen en restarle
la importancia que ha tenido y tendrá siempre.

TUCUMAN (Argentlaa) — Comunión Pascual
de los Ex*Alumnos.
Fué un rotundo éxito la Comunión Pascual
de los ex-alumnos del Colegio «Tulio García Fer­
nández » realizada en corporación el Domingo
7 de Abril.

ríütica para enfervorizar los ánimos, distribuyó
la Santa Comxmión a más de un centenar de
ex-alumnos reimidos expresamente para ese
acto tan solemne; en sus rostros se reflejaba
la paz, la alegre tranquilidad que proporciona
ima conciencia pura.
¡F1 momento era grandioso! Había algo de
cielo en el ambiente y la música y los cantos
eran como remedo de coros angélicos.
Después de la Santa Misa se sirvió el desayimo, que se aprovechó para dar ima muestra
de afecto y cariño al nuevo Padre Inspector.
Con im bien servido ágape en el que reinó

Gral. Acha (Pampa, Argentina) — Grupo de Aspirantes Salesianos.
Durante los días 4. 5. y 6 el Rdo. Padre Di­
rector protlicó un triduo de preparación al que
concurrieron tjunbién los alumnos del Colegio,
I)ucs, también ellos tenían fijado el mismo día
para dar cumplimiento al Procejíto.
El Domingo 7 la Iglesia estaba vestida de
blanco y lucía sus mejores galas.
líl altar mayor resplandecía de luces. Celebró
la misa de comunidad el nuevo Insj)octor Rvdo.
Padre Pablo Z. Vicari y previa alocución enca­

la más franca alegría propia de la juventud se
dió por terminada esta simpática reunión de
Antiguos Alumnos y aclamando al nuevo inspec­
tor, a los superiores que tan cariñosamente los
habían tratado y haciendo votos para que se
repitan a menudo estas hermosas fiestas de
camaradería, se retiraron.
Hermosa fiesta cuyos recuerdos perdurarán
por largo tiempo en el corazón del que la ha pre­
senciado.

Se rfcominuia a cuantos envían fotografías para el Boletín Salesiano o para el Archivo de la
■ Congregación, noten daratnente en el dorso de cada fotografía: i . La Inspectoría, o Misión de
donde proviene - 2. La Casa o localidad - 3. El asunto de ¡a fotografía, con indicación de los
personafes importantes si los hubiera - 4. La fecha en que fué totnada.
Rogamos adt^nds a todos tos encargados de pitblicaciones y revistas salesianos, por pequeñas quer
sean, «<» dejen de . ':: \ar dos ejemplares de cada número a esta Redacción, uno para entresacar
noticias y otro para el archivo.

T

223
VALDIVIA (Chile). — Con ocasión de la
visita que el Geueralis mo del Ejército Alemán,

Herr Wilhehn Heve, hizo a la ciudad de Val­
divia, los salesiaiios se vieron honrados con la
presencia de tan ilustre personaje, que se com­
plació vivamente por las demastraciones de
respeto y simpatía de q\ie tanto los Sujicriores
como los alumnos del Instituto le hicieron objeto.

ALICANTE (España). — En medio del ma­
yor entusiasmo se celebró la Fiesta del Glo­
rioso Patriarca, titular de la Casa. Por la ma­
ñana, fueron numerosísimos los que tomaron
parte en el sagrado banquete. A la una de la
tarde se celebró ima comida íntima, que trans­
currió en medio de la más franca alegría. Como
digno remate de la fiesta, los Antiguos Alumnos,
representados por su digno Tesorero Sr. Bo­
tella, hicieron entrega al Sr. Inspector, P. Calasanz, de looo pesetas, recaudadas con destino
a la beca misionera. Por la tarde se celebró
una hermosa velada teatral que resultó superior
a todo encomio, distinguiéndose todos los que
en ella tomaron parte. Nuestra enliorabuena
más cordial a los ejemplares ex-alumnos de
Alicante.
QUITO (Ecuador).— Certamen Catequístico’,
— El Domingo de Ramos a las tres de la tarde
ante el muneroso conjimto de los niños Oratorianos. los valientes mucliachos de las escuelas
elementales « Sucre » y t Esp>ejo » sostuvieron
im Certamen Catequístico de toda la materia
aprendida durante la Cuaresma.
Después de dos horas de viva discusión fué
proclamado Príncipe el niño Alfonso Rodríguez
del IV Grado de la Escuela Sucre y premiado
con un elegante reloj. Primer Cónsul el niño
Gustavo Tamayo de la misma Escuela «Sucre >
y premiado con im par de pantalones de casimir.
Vayan nuestras felicitaciones a estos dos estu­
diosos y aplicados niñc« del Catecismo.
SALTA (Argentina) — Centro “ A ngel Zerda”
Una vez más los ex-alumnos de Don Bosco
del Centro más floreciente del Norte de la Re­
pública, han ratificado su fé, en el solemne Acto
de la Comurión Pascual, que se llevó a cabo
en la Capilla del Colegio, el Domingo 14 de
Abril del corriente año.
El Rvdo. Padre Inspector, Pbro. Pablo Vicari,
habrá experimentado, a no dudarlo, una íntima
satisfacción al ver ese núcleo de jóvenes, parte
del contingente universal de los ex-alumnos de
Don Bosco, cumplir <xm el precepto pascual.
Con motivo de esta solemnidad, a las doce
del mismo día efectuóse un almuerzo, al que
concurrieron los superiores y ex-alumnos, y
perscmas caracterizadas de esta ciudad.

,1

necrología
Marcelino Albán.
Entregó su alma al Criador en Pavas (Co­
lombia) el día 9 de marzo del presente año. Fer­
viente cristiano y padre ejemplar, tan luego
conoció la Obra Salesiana, se entregó a ella con
todo el ardor de su corazón, difundiéndola entre
sus nimierosas relaciones, llegando a ser pro­
puesto Decurión Salesiano, desempeñando dichocargo con general complacencia, y captándose
las simpatías y el cariño tanto de los Salesianos
como de los huerfanitos de nuestras ICscuelas.
A su desconsolada esposa Doña Kuhjgia, a
su hijo Carlos y demás parientes, les damos
nuestro más sentido pésame, al par que ofre­
cemos el concurso de nuestras oraciones para
el eterno descanso del alma del finado.
Francisco Pini (hijo).
Víctima de una rápida dolencia que hizo presa
en su robusto organismo, falleció a la edad de
27 años el señor Francisco Pini (hijo), miembro de
una antigua y caracterizada familia de Almagro.
Educado en el Colegio Salesiano San Fran­
cisco de Sales, el joven Pini actuó el Centro de Ex
Alumnos de ese establecimiento, granjeándose
muchas simpatías por su carácter jovial, abiertoy entusiasta.
Secundaba en sus actividades a su señor padre,
empresario constructor que ejecuta, entre otrasobras importantes, la del templo de Ntra. Sra.
de Buenos Aires, constituyendo en ese sentido
toda una promesa por su competencia profe­
sional. Hallábase próximo a constituir su hogar,
lo que hace aún más penosa su inesperada y pre­
matura desaparición.
Acompañamos en su justo dolor a su buen
padre, mientras le animamos a dirigir confiad»
lin a -m ira d a al cáelo, y a resignarse cristiana­
mente a la voltmtad de Dios, que a estas horasle habrá dado ya. sin duda, el premio merecidopor sus •virtudes.

224

Mons. Manuel Aníbal Palma
Deán de la Sania Iglesia Calcdral de Arequipa (Perú).
Rodeado del intenso cariño de los suyos y la
veneración de sus conciudadanos, ha dejado de
existir, el 31 de enero del pte. a la respetable
edad de 84 años.
Ha sido una de las figuras más culminantes
■ de su época, actuando con brillo en el Parla­
mento, en el piUpito y en el magisterio.
Hn él han encontrado los Hijos de Don Bosco,
•desde su arribo a las playas Arequipeúas, mi
amigo generoso y decidido, siendo muchísimas
las pruebas recibidas de la sinceridad de su
afecto durtuite los 30 y más años que han te­
nido la suerte de conocerlo.
Por esto ellos han sido de los más asiduos en
rodear el lecho de su dolor para llevarle, con
los últimos auxilios de nuestra santa religión,
los consuelos de la amistad y el testimonio de
su profouda gratitud.
¡Que la Paz del Señor descenda copiosa sobre
la tumba del amado extinto!

Doña Catalina B. De Barón.
E l día 28 de marzo del presente año entregó
6u alma a Dios esta insigne Cooperadora Sale*

siana. Una antigua dolencia, reagravada en
estos últimos días determinó su fallecimiento
a la edad de 55 años, enlutando un hogar respe­
table y dejando im hondo vacío en el corazón
de todos los que la querían por su caritativo y
magnánimo corazón.
Poseedora de nobles cualidades y generosos
sentimientos, el ejercicio de la caridad era en
ella una profxmda vocación espiritual. Su nom­
bre quedará ligado a conocidas obras de bene­
ficencia, en las que puso a prueba la generosidad
de sus sentimientos. Construyó el Colegio « Ho­
gar del niño »de los Padres Salesianos en Ramos
Mejía, obra que perpetuará el nombre de su
esposo, señor Wilfrid Barón, y para la cual desti­
nóse un millón de pesos. Allí podrá darse edu­
cación a 500 niños. Instaló por su propia cuenta
hornos para fimdición en los talleres-escuelas
de Don Bosco.
Su obra benéfica se extiende hasta el Para­
guay, donde ayudaba a la Escuela Agrícola Salesiana de Ipacaray y al hospital de Leprosos,
haciendo igualmente obra de hinnanidad con
los internados en el hospital Muñiz
Se ocupó en especial de los niños, en quienes
veía los ciudadanos del mañana, prodigándoles
cuanto su alma bondadosa y dulce sabía dar
de sí.
Entre las numerosas distinciones recibidas
por la señora de Barón se hallan las de primera
comendadora de la Orden Franciscana en la
República Argentina, la cruz pontificia, co­
mendadora del Santo Sepulcro, la Cruz de Jerusalén, etc.
El acto dcl sepelio se llevó a efecto en el ce­
menterio del Norte, congregando a una nume­
rosa y caracterizada conciurencia. Todos los
sentimientos de cordial simpatía y afecto que
la extinta supo conqviistarse en vida, se con­
densaron en im elocuente testimonio de duelo
en tomo a su féretro.
Encomendamos a las fervientes oraciones
de nuestros amigos a la ilustre finada, y al mis­
mo tiempo damos nuestro más sentido pésame
a su distinguida familia, a quien no dejará de
consolar en tan ruda prueba la seguridad de que
sus buenas obras le habrán merecido el des­
canso eterno.
R ecordad en vuesfros sufragios a:
(España). — Sr. D. José Gáste­

BARCEI.ONA

los; Sra. Da. Antonia Padró; Sr. D . Domingo
Pujadas y Amigó; Sr. D . Buenaventura Socios
Mestre.
P esca do r (Colombia). — Sr. D.Angelino Pos.
Y a m u n d i (Col.). — Sra. Da. Pacifica Ledesma.
Coa opaoáacMa de la *mtorid»d ecJesiásíic».
Gereate: D. DO.HENICO GARNERI.
Eatablecúaícato Tip. de la SoócdaJ Edilora latcnaciaaal - Tarfa
Carao ^e^oa .Worjderffa. tT I.

...