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Medios

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Año XLV - N, 2.

Febrero, 1 9 3 0 .

BOLETIN SALESIANO
REVISTA DE LAS O B R A S DE D O N B O S C O
D e /a Cruzada Misionera.

LA PÁG IN A D E O R O
destinada a registrar los nombres de las ñecas Misioneras que se van formando
para responder al llamamiento del Sucesor de Don ñosco. He aquí la décima bercera.

IIP SERIE.
47. B eca Tibidabo

completada entre los amantes del Sgdo.
Corazón de Jesús.
48 . Beca / Venga a nos e l fu reino» oh

Sagrado C orazón!
fundada por una persona piadosa.
49 . Beca Salvador Lenfi

costeada por sus parientes, amigos y ad­
miradores.
50 . Beca Marce/o Rossi

iniciada por el coadjutor salesiano Pedro
Mariconti y completada por los admira­
dores de aquel ejemplar y celoso portero
del Oratorio.
51 ; Beca San Esteban, Rey

fundada por los Cooperadores salesianos
de Hungría.
52 . Beca Juana e Inocente Rigoli

costeada por la familia Rigoli.
53 . Beca San Rafael

fundada por D. Pedro Cabrera y Herma­
nas. (Pozoblanco, España)

5 4 . Beca Santa Teresa de Jesús

ofrecida por Doña Teresa García de Sepúlveda. (Pozobianco, España)
5 5 . Beca Sagrada Familia

costeada por D. Ricardo Guijo y Señora.
(Pozoblanco, España)
5 6 . Beca San Eulogio

fundada por D. Francisco Castro Blanco
y Sra. (Pozoblanco, España)
5 7 . Beca San Antonio

fundada por D. Antonio Cañudo en su­
fragio del alma de sus amados padres. (Po­
zoblanco, España)
5 8 . Beca Marqués de Casa Uiloa

fundada por la Casa Salesiana de Utrera
(España).
5 9 . Beca Padre Ernesto O berfi

fundada por la Casa Salesiana de Utrera
(España).
6 0 . Beca María Auxiliadora (21*)

costeada por N. X .
6 1 . B eca D . Vicente Cimaffi

completada entre los Cooperadores
alumnos de la Casa de Faenza.

y

34

Prenda de felicidad.
Don Bosco en su carta-testamento pro­
metió a sus Cooperadores que no dejaría de
rogar un sólo momento por ellos si Dios le
permitía la entrada en el Paraíso, Ahora que
la Iglesia, al elevarlo al honor de los altares,
nos lo muestra infaliblemente el la posesión
de la gloria eterna, dándonoslo por modelo
y protector, podemos estar seguros de que
unirá su poderosa intercesión a nuestras
humildes plegarias.
Pero nos permitiréis que con el mismo
lenguaje sencillo y franco del Beato, os re­
cordemos una vez más que la única fuente
de felicidad consiste en la unión con Dios y
con nuestro prójimo mediante los lazos de
la caridad cristiana.
Y a este propósito nos parecen muy
oportunas aquellas palabras de San Pablo:
Hagamos el bien mientras tenemos tiempo.Y^ndrá también para nosotros el instante en que
dejaremos esta vida, y según el empleo que
de ella hayamos hecho, recibiremos el mere­
cido galardón o el tremendo castigo.
Nosotros deseamos vuestra felecidad, oh
queridísimos Cooperadores, no sólo en los
breves días de esta existencia terrena, sino,
y sobre todo, en la eternidad; y este es el mo­
tivo por el cual con tanta insistencia os exhor­
tamos a hacer cada día más íntima vtiestra
unión con Dios por medio de la oración y
de las buenas obras hechas con espíritu de
cristiana caridad, Y si por acaso, meditando
en nuestra vida pasada, sentimos intranquila
nuestra conciencia, recordemos que el Espí­
ritu Santo nos exhorta a reparar el pasado
y a santificarlo, con la práctica del bien.
El 20 de enero de 1888, pocos días an­
tes de terminar su vida, D. Bosco, invitado
a escribir algunos pensamentos al dorso de
unas estampitas de María Auxiliadora, que
habían de en\úarse a los Cooperadores, nos
dejó estos bellísimos pensamientos:
— Apresuráos a obrar el bien; porque puede
faltaros el tietnpo y quedaríais engañados.
— Quien siembra buenas obras, recoge
bi4 cn fruto...

— E l bien que hagamos, lo encontraremos
en esta vida y en la otra.
— A l fin de la fida se recoge el fruto de las
buenas obras.

— S i queréis llegar a ser ricos, sed generosos
con los pobres.
— Quien salva su alma, iodo lo salva; quien
la pierde, lo pierde todo.
— E l que protege a los huérfanos será ben­
decido por Dios en los peligros de la vida y
protegido por María en la hora de la muerte.
No contento con estos bellísimos recuerdos,
escribió una teniísima carta para que fuera
remitida a sus Cooperadores después de su
muerte, y aún encontró fuerzas para dictar
estas profundas sentencias;
— S i queremos hacer prosperar nuestros
intereses espirituales y materiales, procuremos
ante todo, la prosperidad de los intereses
de Dios promoviendo el bien espiritual y
material de nuestro prójimo por medio de la
limosna.
— S i queréis obtener gracias, hacedlas voso­
tros primero, esto es: dad a los otros vuestra
limosna antes que os la hagan Dios o la San­
tísima Virgen.
— Las obras de caridad nos cierran las
puertas del infierno y nos abren las del Paraíso.

L q llave d e l Paraíso.
Don Bosco lo acaba de decir: es la vida,
santificada mediante las buenas obras. ¡Cuán
consolador es el pensamiento de que todos
nuestros Cooperadores y Cooperadoras tienen
en sus manos la llave de oro de su eterna
felicidad!
La Cruzada Misionera ha sido y será para
muchos la voz de Dios, un reclamo poderoso
para pensar seriamante en la necesidad de
dedicarse a promover las obras buenas y
entre todas la salvación de nuestros her­
manos...
Las cartas que diariamente llegan a nues­
tras manos, rebosan de nobilísimos senti­
mientos y nos prueban que el número de
almas generosas que desean santificar su
vida con obras de cristiana caridad, son cada
día más numerosas.
Una piadosa persona ha querido asegu­
rarse el premio eterno fundando una beca
dedicada al Sgdo. Corazón de Jesús. La mano
izquierda no sabrá lo que hace la derecha,
según el precepto de Jesús, pero el Padre

----( 35

celestial, que ve en el secreto de los co­
razones, no dejará de darle la merecida
recompensa.
El mismo Corazón Divino ha inspirado a
sus devotos españoles el espíritu de sacrificio
para que formaran entre todos una beca mi­
sionera que lleva el nombre de Tibidabo. El
sacerdote encargado de recoger las limosnas
para este fin, nos la ha enviado, acompañada
con los nombres de todos los donantes. Mu­
chos contribuyen con pocos céntimos, otros
con grandes cantidades; pero todos con el
mismo espíritu de sacrificio. Ante Dios son
iguales la anciana que deposita su centimito
en el gazofilacio y el opulento que ofrece el
oro de que rebosan sus arcas.
La carlita con que ofrece la
Beca al futuro Misionero que
ha de disfrutarla, arranca lá­
grimas de ternura, y será sin
duda, para éste, un poderoso
y eficaz estímulo para tra­
bajar incansable en su santa
misión.
Con \riva complacencia pre­
sentamos a la adrrúración y
al aplauso de todos el magní­
fico ejemplo que nos han da­
do los Cooperadores de Pozoblanco, que con las cin co .
Svaly
becas fundadas por ellos, de­
muestran práticamente el alto concepto
que les merecen las buenas obras, de las que
han de recibir sin duda, el premio merecido.
Quisiéramos que llegara también a nues­
tros lectores, para común edificación, el
espíritu que informa algimas de las más mo­
destas ofertas, avaloradas por los generosos
sacrificios que les han dado origen. He aquí
lo que escribe un soldado, mientras nos
remite un giro de 300 liras para iniciar una
Beca dedicada al Niño Jesús.
«La cantidad es pequeña, pero le puedo
asegurar que en su pequeñez tiene un gran­
dísimo valor espiritual. E sta cantidad se ha
conseguido mediante la fusión de pequeñas
ofertas. Es la modesta suma reunida por un
soldado entre sus compañeros soldados, que
darían con gusto mucho más, si tuvieran
posibilidades para ello. Cada una de esas

)

liras que le enino, se puede decir tiene su
conmovedora historia de pri\*aciones y sacri­
ficios. Una veces era la exigua paga del día...
otras el sacrificio de un cigarro, del cine,
de un vaso de vin o ...»
¡Bien por estos valerosos soldados! Estos
sacrificios que hoy hacen generosamente
por Dios y por la salvación de las almas, nos
dicen lo que serían capaces de hacer en ser­
vid o de la patria el día de mañana.
Terminaremos con las bellísimas líneas
que nos remite el director de una Casa Salesiana:
«Los niños de las Escuelas Municipales
de esta ciudad, por medio de su Director y

Benadik (Slovaqma) — C asa de formación.

Profesores, nos ofrecen su óbolo para la beca
San Francisco iniciada por nosotros. Esta
oferta, fruto de innumerables, aunque pe­
queños sacrifidos, será particularmente grata
a nuestro Beato, como prueba de la estima
y veneración de que goza entre los edu­
cadores de esta noble dudad, y del entu­
siasmo que su nombre suscita entre los
hijos del pueblo. »
Nos parece tan hermoso y prometedor el
ver a estos jovendtos, en la aurora de su vida,
empezar ya a buscar en la prática de la ca­
ridad la prenda segura de su felicidad, que
no podemos por menos que exhortar a todos
niños y grandes a imitar su ejemplo.
Quiera el Señor que crezcan de este modo
las generadones futuras; Con semejantes
sentimientos el por^^enir de la Humanidad
será más luminoso y consolador.

■ ( 36 )-

La “Unión Beaío D. Bosco” entre Maestros católicos
En el afxo 1922 un grupo de educadores
beneméritos y de jóvenes Maestros, entre los
que se contaban desde los más renombrados
Catedráticos de las Universidades Superiores
hasta los Maestros de los Jardines de la In­
fancia, se reunieron alrededor de'Aquel, que,
Maestro en el más alto sentido de esta pa­
labra, resplandece ahora en la gloria de los
bienaventurados. La Unión, sencillísima en
su estructura, es grande por el fin que se
propone: imitar a D. Bosco en su amor hacia
la juventud y especialmente en la práctica de
su sistema preventivo, para desarrollar en la
escuela una acción educadora más intima y
eficaz. De ahí que compendien todo su pro­
grama en aquella caridad que fué la llama
y la luz,inextinguible del Beato Don Juan
Bosco y cuya tradición perpetúa la vastísima
Obra Salesiana, tan importante para la Igle­
sia, para la Patria y para la Humanidad.
E

s íq íu ío

.

Art. I . — Queda constituida una Unión
entre los Maestros, bajo el título « Unión
Beato D. Bosco » cuya sede central radica
en Turín, C. Regina Margherita, 178.
Art. 2. — L a Unión es apolítica y por con­
siguiente no hace distinción alguna en la
aceptación de sus miembros
Art. 3. — L a Unión tiene, por objecto la
formación moral y religiosa de sus miembros;
de una manera especial con el conocimiento,
pero sobre todo con la práctica, del Sistema
Preventivo, en la asistencia y en el cuidado
de los alumnos.
Art. 4. — Para ser admitidos a formar
parte de esta Unión es necesario mandar la
adhesión a la presidencia local.
Art. 5. — La Unión está dirigida por un
Consejo nombrado anualmente por los mis­
mos asociados. El número de miembros no
puede ser menor de cinco, ni superior a
nueve, y podrán ser reeligidos.

Vida de la Unión,
Para poner en práctica el artículo 30 del
Estatuto, la U
convocará a sus miembros

al menos tres veces al año, para tener una
conferencia sobre el método educativo del
Beato D . Bosco y para un intercambio de
ideas acerca de los medios más oportunos
para llevarlo a la práctica en la propria
escuela; Procurarán todos secundar con en­
tusiasmo las iniciativas más prometedoras.

Secciones de la Unión.
La Unión Beato D. Bosco se difundió bien
pronto en las grandes ciudades y en las
humildes aldeas. Por toda Italia nacieron
florecientes secciones; hoy día ha pasado al
extranjero, donde la grande figpra del Beato
Educador Piamontés no es menos amada y
venerada.
No son necesarios grandes dispendios para
constituir una sección local de la Unión.
Basta que un grupo de Maestros de. buena
voluntad quiera unirse dé cuando en cuando,
para los fines arriba expuestos y mande su
adhesión, con la noticia y el acta de naci­
miento de la nueva sección, a la sede Central
de la Unión.

Carnef.
En la Sede central de Turín, hay a dispo­
sición de todos los miembros de la Unión,
al módico precio de dos liras, los carnets de
la misma. Basta indicar el nombre, apellido
y la escuela donde cada cual desarrolla su
actividad pedagógica o docente.

Propaganda.
Somos muchos, pero debemos aún trabajar
para que sea cada vez mayor el número de
los secuaces del Gran Maestro; ahora que la
Iglesia ha sellado con su palabra infalible la
gloria inmortal de su maravilloso apostolado
educativo, es necesario escuchar reverentes
todo lo que de él se dice, leer todo lo que de
él se escribió; es necesario acercar nuestra
alma a la suya para empapamos en su espí­
ritu, y luego difundiremos su doctrina, que
es la doctrina del Evangelio; colaboraremos
a su obra de caridad que es la caridad de
Cristo Sah’ador.

-(

37

)

Estudiando a D on B osco (X IV )

Los viajes - Ultimas obras - Santa muerte.
En 1876 empieza la serie de sus viajes a
Francia. Todos éstos, repetidos casi cada
año hasta el 86, fueron viajes de caridad,
destinados a dar a conocer la obra salesiana
y a buscar ayuda para hacerla prosperar.
En los dificilísimos anos de 1879-80, a pe­
sar de las rachas de persecución contra las
órdenes religiosas en la vecina República,
fué aUá, consiguiendo que sus religiosos fue­
ran respetados. A cada viaje se ensanchaba
el campo de su peregrinación, y con él se
acrecentaba la veneración, la caridad y el
número de sus amistades, entre las que le
fueron de particular importancia las de los
Condes
Villeneuve y de Colle.
Marseille est houhversé, decían aquellos
días los hombres más insignes de la Francia
meridional.
La multitud, el pueblo en masa se agol­
paba en las estaciones, en las calles y plazas,
delante de la casa en donde se hospedaba
o de la iglesia en donde celebrabá el
santo Sacrificio. Centenares de perso­
nas, de toda edad y condición, aguar­
daban tum o pacientemente desde las
primeras luces de la mañana, con tal
de conseguir una brevísima entrevista
con el hombre de Dios. Entre esta
multitud, había no pocos enfermos,
que con una bendición especial del
Siervo de Dios, sanaban repentina­
mente de sus dolencias. Las escenas
de Ars y Lourdes se repetían en la
persona del humilde sacerdote turinés.
El viaje de 1883 fué más impor­
tante y Don Bosco, en medio del fér­
vido entusiasmo de la población, pasó
por Marsella, Aviñón, Lyon, MouHns,
hasta llegar a París. E l triunfo de
París no es para descrito. L a ciudad
entera se conmovió como sólo hom­
bre, demostrando al mundo que aiin
aquellos sectores que parecen más
alejados de la vida espiritual, saben
comprender y admirar la caridad. Aún
cuando se quisiese negar a D. Bosco
el haber obrado prodigios, quedaría

siempre an pie el de haber suscitado en
París, sin reclamo, sin organización, sin
preparación alguna, un movimiento de almas
que tendría visos de leyenda, si no lo atesti­
guaran concordes todos los diarios parisien­
ses de la época; los cuales, al trazar la sem­
blanza de D. Bosco, no hablaron tanto del
santo y del taumaturgo, como del humilde
sacerdote de Becchi, pastoricillo piamontés,
que había logrado crear una empresa mun­
dial de caridad. L a fama de taumaturgo
habría podido excitar tal vez un afán mal­
sano de curiosidad al que Dios no responde;
el concepto de santo podría atraer a los ca­
tólicos que son por cierto muy numerosos
en París; pero lo que verdaderamente le­
vantó como un sólo hombre a los dos mi­
llones de habitantes de la gran ciudad, fué
la idea de que lo extraordinario, lo mara­
villoso de aquel hombre, era la resurrección
de la bondad y de la caridad cristianas.

Tarín. — Teni[Jo de S . Jaao Evangelisia.

38

Puede haber profanos para la religión, pero
no los hay para el corazón caritativo.
Y todos sus discursos, modestos, claros,
sencillísimos, en un francés correcto, sí, pero
siempre extranjero; todos los sermones que
pronunció en N. S. de las Victorias, en la
Magdalena, en S. Sulpicio, y en otros lu­
gares, fueron sermones de caridad, como los
de S. Vicente de Paúl, y al mismo tiempo
elocuentes con la elocuencia de la virtud,
que por venir de Dios y brotar del corazón,
encuentra siempre el camino recto del corazón
para conducirlo a Dios.
Con este medio y la irresistible sugestión
de su bondad, pudo recoger para sus huerfanitos y para sus obras abundantes limosnas.
Pero fué todavía mayor la cosecha de
almas.
Del i6 de abril hasta el 25 de mayo,
por la casa Combaud, donde habitaba, o
por la de Senislhac en donde pasaba los
días en interminables audiencias, desfilaron
hombres de la más alta nobleza y de uni­
versal renombre científico o literario.
Y salieron de aquella estancia radiantes
con la luz de la fe, que o no habían tenido
nunca o la habían dejado extinguir. Pasó
Paul Bert, y le llevó un libro condenado por
el Indice, para que lo corrigiese según la
doctrina católica. Pasó también Víctor Hugo
encorvado ya bajo el peso de sus ochenta
años.
Sí, también Victor Hugo quiso conocer al
siervo de Dios. ¿Porqué? L a respuesta nos
la puede dar la profunda página de Manzoni
en que el Innominado se resuelve a hacer
una visita al Cardenal Federico. Es aquel
¿porqué no iré yo también"^ que la Providen­
cia pone en boca y en el corazón los que
quiere volver al buen camino.
Fué a las i i de la noche, de incógnito.
Don Bosco lo envolvió en una de aquellas
miradas que reflejan la bondad de Dios.
Y las palabras sencillas y dulces del sacer­
dote hicieron doblar aquella frente genial,
y el pensamiento de la eternidad, de la inmor­
talidad del alma, le turbó profundamente.
Pidió tiempo para reflexionar, y al mar­
charse dejó su tarjeta, l ’ero volvió la noche
siguiente.
— Y o no soy el que vos habéis pensado,
le dijo; he hecho un esfuerzo para mostrarme
incrédulo; yo soy Victor Hugo, y os ruego
queráis ser mi amigo. Y o creo en el mundo
sobrenatural, creo en Dios, y espero morir

en brazos de un sacerdote católico, que en­
comiende mi alma al Creador.
Y el primer fruto de esta conversación,
la señal inequívoca de un cambio de senti­
mientos quedó patente en el discurso que
pronunció poco después en el Senado, abo­
gando por la enseñanza religiosa.
Aún no había reposado Don Bosco de las
enormes fatigas de este viaje, cuando distin­
guidas personalidades de la alta aristocra­
cia, lo llamaron insistentemente a Grohsdorf,
en Austria, a la cabedera de Enrique, Conde
de Cambord, único descendiente legítimo de
los Reyes de Francia. E l hijo del Duque de
Berry se hallaba en las últimas, (todos los
periódicos lo daban ya por moribundo) y
llamaba a D. Bosco, seguro de que las efi­
caces oraciones del siervo de Dios le obten­
drían la salud.
E l hombre de Dios llegó al castillo. /«firmitas haec non est ad mortem) dijo con el
Evangelio. Bendijo al enfermo, y le hizo
invocar a María Auxiliadora. Aquel día era
S. Enrique, onomástico . del Príncipe. Y
mientras los familiares estaban sentados a
la mesa, llega el enfermo, restablecido, a
chocar con ellos su copa de champagne.
L a mejoría, o más bien dicho, la curación,
dejó estupefactos a los más afamados médi­
cos de Europa que habían visitado al enfermo.
Y la noticia de que el conde bajaba al parque
a tomar parte en una partida de caza,
acabó de convencer a todos. Acerca de las
circunstancias que acompañaron a su muerte,
ocurrida el 24 de agosto, aún no se ha hecho
luz sobre el asunto, ni a mí me toca averi­
guarlo.
Tres años después del triunfo de París,
vino el de Barcelona. E l que recorra una
biografía cualquiera del Beato, encontrará
repetido en esta ocasión y acrecentado, si
cabe, el entusiasmo y la veneración que su
santidad y milagros le conquistaron en Pa­
rís.
El último decenio de la vida de D. Bosco
se caracteriza por el aumento increíble de
sus milagros; predomina lo sobrenatural, se
pasa de una maravilla a otra más asombrosa.
E l astro de bondad resplandece con más
brillantes fulgores cuanto más se acerca a
su ocaso. E l místico dará la razón, y el psi­
cólogo se afanará por encontrar una expli­
cación más o menos satisfactoria; pero no­
sotros, que nos limitamos a hacer un poco
de historia, nos atenemos al hecho.

( 39

S u última obra ^ Santa muerte.
últimos años de su vida fueron una
serie no interrumpida de enfermedades, que
en una naturaleza tan quebrantada por un
trabajo sin tregua y sin límites, hubieran
sido más que suficiente para acabar con
sus fuerzas a pesar de su robusta fibra.

)

uno de sus ojos; la voz sólo repondía a la
imperiosa voluntad de decir aún, cuando
era neceario, una palabra de vida. Y cuando
lo examinaron después de muerto, encontra­
ron sus c a rn e torturadas por una afección
contraída hacía más de 30 años, asistiendo a
los atacados del cólera.
Y con todo, era n ecearía su preencia.

R o m a : BasÜica del Sgdo. C orazón de Jesfis consim ida por el Beato.

En 1884 el prot. Combal de Montpellier,
proclamaba sin más, milagrosa y de todo
punto inexplicable la supervivencia de Don
Bosco.
Aquel mismo año el Santo Padre le im­
puso en nombre de Dios y de la I g le ia el
más absoluto reposo. E l hombre de Dios
obedeció... hasta cierto punto; esto es, ocu­
pándose tan sólo en lo que habría bastado
para emplear las acti\ddades de un hombre
laborioso. E l caminar se le había hecho cosa
penosísima, podía considerar como perdido

su acción; porque, especialmente en el úl­
timo decenio, a las grandiosas y colosales
empresas que traía consigo el prodigioso in­
cremento de su obra providencial, se añadió
una continua preocupación por edificar el
Templo del Sagrado Corazón en Roma.
En 1880, León X III le confió la construc­
ción de aquel Templo, que empezado por
Pío I X y proseguido por su sucesor, lan­
guidecía lastimosamente, a pesar de haber
hecho im caluroso llamamiento a todos los
Obispos de la Cristiandad, y de haber ago­

-( 40

tado toda la buena voluntad de los fieles
de Roma y del mismo Colegio Cardenalicio.
El Cardenal Alimonda, en una reunión
de Cardenales con el Pontífice, indicó a
D. Bosco como el único capaz de llevar a
feliz término aquella difícil empresa.
Don Bosco se sometió a los deseos del
Papa y puso manos a la obra con todo fer­
vor, con ardiente cariño, porque lo quería
el Vicario de Jesucristo, porque la idea era
hermosa, porque, en una palabra, amaba a
Jesús adorado bajo esa forma. Pero fué
también la empresa que más pesada se le
lúzo; Recogió en un sui>remo esfuerzo todas
sus energías, concentró en su mente cansada
todas sus ingeniosas industrias, puso en acción
a todos sus innumerables cooperadores, orga­
nizó rifas, recorrió la Francia pidiendo ayuda.
Y salió con la suya. B e cuatro a cinco
millones absorbió aquella costrucción cuyos
cimientos tienen una profundidad de 25 me­
tros. El trabajo por encontrar tanto dinero
tué indecible. Y si Dios había decretado que
algiin esfuerzo sobrenatural pusiera término
a la milagrosa existencia de Don Bosco,
fué ciertamente este.
Pero el 24 de mayo de 1887 Don Bosco
estaba en Roma, y asistía, derramando tier­
nas lágrimas, a la consagración de la Iglesia.
Sus liijos de Turín, cantaban aquel día en
el nuevo templo de Roma. Y lloró, al cele­
brar la Sta. Misa. ¡Pensaba en el sueño que
tuvo a los nueve años!
Aquel fué su último viaje. Fué el último
triunfo terreno.
Volvió a Turín, en donde le esperaba
un gran consuelo. Un venerando sacerdote
chileno, y un príncipe polaco, Augusto Czartoryski, emparentado con las casas reales de
Europa, le pedían en nombre del Papa, que ’
les admitiera en su humilde Congregación.
Con ellos se iniciaba la serie prodigiosa de
vocaciones que habían de brotar en el Nuevo
Mundo y en la gloriosa Nación mártir.
Finalmente, el día 21 de diciembre, se
puso en cama; el trabajo, la austeridad, las
privaciones, las vigilias, las preocupaciones,
los dolores, las ansias, las emociones y enfer­
medades pasadas, vencieron esta vez su pro­
digiosa resistencia.
Pocos días antes había visto partir un grupo

)--

de misioneros para el Ecuador; poco después
llegaba de América, sin que nadie le avisara,
pero Damado por su propio corazón. Mon­
señor Cagliero. Y durante su enfermedad,
estuvieron a su cabecera el Card. Alimonda,
el duque de Rofolk, algunos de los más ilus­
tres prelados franceses, y el Arzobispo de
París Mons. Richard.
Pero esto no le satisfacía; él quería ver a
sus hijos; y todos los 800 jovencitos del
Oratorio desfilaron conmovidos y llorosos
junto a su lecho, para besar por última vez
aquella mano bienhechora impotente y a para
bendecirles, para estrecharles amorosamente
contra el corazón.
En la noche del 31 de enero de 1888, murió
a las 4,55 de la madrugada.
El mundo entero se conmovió. Eos pobres
le lloraron; 40.000 turineses pasaron, durante
dos días sin interrupción, a llorar y orar
ante su cadáver. A l funeral, honrado con la
asistencia de prelados y magistrados, y con
un cortejo de 20.000 personas, acudió todo
Turín. Más de 100.000 personas quisieron
testimoniar al Grande, al Santo, la gratitud
de una ciudad por él beneficiada y hecha
gloriosa en todo el mundo.
Ahora reposa allí en la misma Iglesia de
María Auxiliadora por él edificada con tantos
trabajos y milagros. Alrededor de su tumba
se agrupan las devotas peregrinaciones de
todo el mundo. Chinos y Patagones, los
Bantús y los Arabes, los Indios y los Negros,
los hombres de carrera Y los trabajadores del
campo, los huerfanitos de la guerra y los
abandonados del arroyo, todos se dan cita
para repetir la palabra del amor y de la
gratitud.
La Iglesia, guardiana celosa de los tesoros
de virtud que florecen en el asombroso árbol
del Cristianismo, después de estudiar la vida
del Santo, lo ha declarado ya Beato; dentro
de pocos años, el pastoricillo de Castelnuovo,
será honrado como Santo.
Ante estos santos se inclina el mundo,
aún el mundo que no reza, porque su santi­
dad es grandeza de bondad, y es grandeza
indefectible porque está íundada en el re­
conocimiento y en la gratitud de todos los se­
res que tienen necesidad de amor.
Y estos no faltarán nunca.

( 41
^8?

)

á

r/

31 de enero de 1SSS

Defanefus adhuc loquitur:

Al fin de la vida se recoge el fructo de las buenas obras.

^

^

^

^

^

^

^

•( 42

GRACIAS
DEL BEATO JUAN B O SC O

C a u {Colombia). — Llena de gratitud al
Beato Juan Bosco por haberme alcanzado la
salud, después de varias enfermedades graves
que pusieron en peligro mi vida y de las que me
libré al invocar con viva fé al nuevo Beato,
mando agradecida una limosna a las obras
Salesianas y ofrendo asimismo im par de zar­
cillos de perlas y dos anillos de brillantes.
Octubre, 2 de 1929.
María C. de R odríguez.

Huesca {España). — Desde hacia seis meses
padecía mi hija una hidropesía al cuello; en
vano los médicos habían practicado por dos
veces la operación, pues la supuración no dis­
minuía. En ocasión de celebrarse en esta ciudad
las fiestas del Beato Juan Bosco, llena de
aflicción al veniie privada de todo consuelo
humano, acudí llena de fe a su poderosa in­
tercesión, ¡irometiendo celebrar una Misa en
su nuevo altar y comenzando en seguida una
novena con todos los de casa. Don Bosco no
quiso que terminara ésta sin damos el consuelo
tan ansiado, y al tercer día la hincliazón había
desaparecido, encontrándose la enferma per­
fectamente curada.
Agradecida, añado ima limosna paralasobras
Salesianas.
7 julio 1929.
PABI.A Br,ASCO.

Concepción {Paraguay). — Hace im año que
mi hija E lva Janoaria cayó gravemente en­
ferma de bronconeumonía. Los médicos, des­
pués de agotar los recursos de la ciencia, ya
habían perdido toda esperanza de salvarla. En
tan crítica y desesperada circunstancia, encon­
trándose la enferma en estado agonizante, tuvo
la suerte de ser \'Lsitada por las buenas Her­
manas Salesianas, quienes le ofrecieron ima
reliquia del Beato D. Bosco poniéndole por
intercesor ante el trono de María Auxiliadora
para que obtuviera la salud de la enferma. La
gracia no se hizo esperar; pues dentro de las
dolorosas alternativas de la grave y tenaz en­
fermedad. en seguida empezó a vislumbrarse
un rayo de esperanza, que terminó con la cura
completa y radical de la enfermita. Reconozco
el prodigio y hago piiblica mi gratitud al Beato
Don Bosco por su milagrosa intercesión en
favor de m i querida hija.
Junio de 1929.
Mayor I'eófilo M. Y.

)

Montevideo {Uruguay). — Una de nuestras
hermanas, Sor Dorila Durán, padecía desde
cerca de im año, ima especie de gangrena en
las manos, y poco a poco se le echaban a perder
los dedos, hasta el extremo de caérsele la carne
a pedazos. Inútiles fueron las consultas e in­
tervenciones de los médicos, pues todas las
medicinas resultaban impotentes y el mal iba
cada día ganando terreno. Un día que la enferma
se hallaba sumamente afligida y yo no menos,
al verla sufrir tan agudos dolores, tuvimos la
feliz idea de aplicar a la paciente una reliquia
de D. Bosco y empezamos en seguida una
novena. Desde aquel momento se detuvo el mal
y empezó ima mejoría que se presenta como
franca y segura. Mando Uena de gratitud xma
limosna, que deseo sea para el altar que se
construirá en honor del nuevo Beato.
5 noviembre de 1929.
S or Magdalena G. P romis
.
H ija de María Auxiliadora.
L os A n geles (E. U.). — Hallándose grave­
mente enferma una hija mía, y yo m uy afligida
y contrariada ante la operación que los mé­
dicos creían indispensable, a instancias de una
persona amiga, rogué con toda confianza al
Beato Don Bosco que intercediera para con
María Auxiliadora por el feliz éxito de la in­
tervención quirúrgica. Hoy, con inmensa ale­
gría y satisfacción, hago público m i consuelo
y eterna gratitud a la Sma. Virgen Auxiliadora
y a su predilecto hijo el Beato Don Bosco por
la grandísima gracia que me consiguieron, ali­
viando completamente a mi hija, la cual sigue
disfrutando de óptima salud.
Noviembre 19 de 1929.
.
P ascuala G. d e V illegas
Cooperadora Salesiana.

Dan también gracias a l Beato D . Bosco:
A lbarical {Venemela). — Los esposos Fran­
cisco y Blanca Martínez Ojeda, manifiestan su
gratitud al Beato D. Bosco por un favor reci­
bido y envían una limosna para las Misiones
de la China.
J erez {México). — Herminia Martínez, agra­
decida por haber conseguido la salud de su
hermana María gravemente enferma, envía
una limosna para la construcción del altar del
Beato.
Caracas {Veneziula). — María de J. Loreto,
llena de gratitud p>or la curación de su Madre,
desea se publique la gracia recibida por inter­
cesión d ^ Beato.
Maria Concepción Araújo, da gradas por
varios favores recibidos.

D e nuestras M isiones
NAM-YOUNG (China)

El Beaío Don Bosco
protege a sus Misioneros.
El día primero de junio del año pasado,
una desordenada avalancha de tropas bol­
cheviques bajadas de los montes, cayendo
de improviso sobre la indefensa ciudad de
Nam Yoim g se había enseñoreado de ella.

Prisionero de los rojos.
Yo, ignorante de la visita de estos foragidos,
me dirigí, según mi costumbre, a visitar a los
alumnos de nuestras escuelas; pero no bien
había dado unos pasos, me detuvo una pa­
trulla y fui trasladado a la prisión. L a no­
ticia de mi arresto Eegó bien pronto a oidos
de los hermanos que se hallaban reunidos
en Li-Heu-Kiau, para celebrar la festividad
de María Auxiliadora, que tendría lugar el
día 2 de junio. Sin perder momento el P.
Munda se dirigió con presteza a Chi-Hing
para telegrafiar la noticia de mi captura al
Vicario Apostólico Mons. Versiglia.
Así empezó para la Misión de Nam-Lan~
Lien el día tan suspirado en que allá en la
lejana capital del Orbe Católico nuestro
amado Padre iba a ser elevado al honor de
los altares. Espectáculo bien diferente era
el que se preparaba para nosotros, porque
conociendo la crueldad sin freno de los soldad(» rojos, todos daban por descontado
que me cortarían la cabeza.
A pesar de todo, nadie dejó de rezar con
íervor para que el Beato me salvase de la
muerte inminente.
Los Bolcheviques se reunieron en asam­

blea, a la que participó una gran muche­
dumbre de la hez del pueblo. Y yo, fuerte­
mente atado, tocada la cabeza con un
horrible capuchón rojo, y precedido por la
indispensable inscripción q u e ‘decía: ¡Abajo
el perro imperialista!, fui conducido por las
calles de la ciudad, hecho ludibrio de los
fanáticos y objeto de benévola conmisera­
ción por parte de los pocos que me co­
nocían.
,
Llegados a la plaza, me ataron junto al
palco en que furiosos energúmenos peroraban
en pro de sus funestos ideales.
Y en aquella posición, bajo los rayos de un
sol ardoroso, ante ima muchedumbre ebria
y desprovista de todo sentimiento de delica­
deza, hube de soportar insultos, blasfemias
y toda suerte de injurias hacia nuestra Santa
Religión y hacia su cabeza visible, el Sumo
Pontffice. Todos tenían libertad de palabra:
tan sólo a mí me prohibieron proferir una
sóla. Y esto era lo que más me atormentaba:
el no poder responnder como merecían, a
aquellas insolencias, el no poder salir eu de­
fensa de la Religión ultrajada.
Pero a pesar de mi crítica situación, no
perdí la calma un sólo instante. Sentía en mí
una fuerza moral y una serenidad extraordi­
narias que no podía atribuir a mis menguadas
fuerzas: eran sin duda, efecto de las fervientes
oraciones de las almas buenas que rogaban
por mí al Beato Padre. Y o leía en el sem­
blante de algimos compasivos ciudadanos
su tristeza por el trágico fin que me aguar­
daba. Algunos de los prisioneros ya habían
sido degollados y yo debía seguirles al suplicio
de rm momento a otro. Con todo, no* me
turbé lo más mínimo.
Sin saber por qué, me dejaron en paz por
aquel día. Parece que quisieron retardar mi
ejecución. Don Bosco velaba por mí.
Se contentaron por aquella vez con lie-

(

varme tras sí como glorioso trofeo, cuando,
tras un pingüe botín, la banda de bolchevi­
ques abandonó la ciudad para dirigirse, a
marchas forzadas, a su refugio de la montaña.
Aquella fatigosa marcha por terrenos abrup­
tos, bajo un tratamiento cruel e inhumano,
agotó mis escasas fuerzas, de modo que casi
no sé explicarme cómo no sucumbí ante
tamañas penalidades.
Por fin, un día, me decidí a escribir al ge­
neral una carta en la que le decía: «Si soy
culpable, matadme de una vez; pero si soy
inocente, ¿por qué me arrastráis con vosotros
para hacerme morir de hambre y de fatiga?

;- i» ’

44

/

de espíritu para defenderme de todas las
acusaciones. El mismo General Phan^-tet-jai
mostró lina ecuanimidad ejemplar, teniendo
a raya la audacia de mis enemigos, quienes,
impotentes para demolir la firmeza de mis
razones, se fueron alejando uno tras otro,
hasta dejarme sólo con el general. Este, en­
tonces, me dirigió palabras de esperanza y
me despidió con mucha benevolencia.
Mi libertad quedó sancionada. Quedéme
aún tres días con ellos, pues no querían de­
jarme marchar hasta llegar a un refugio
seguro; y después me dejaron en paz.
Mi retorno a Nam Young, fué como una

‘V

El Rvdo. P . Humberto Dalmasso. — La Casa-M isión de U-Heu-Kiau.

— Te advierto, para tu norma, que personas
respetables se interesan por raí día y noche,
y tarde o temprano, te pedirán cuenta de tu
conducta para conm igo.»

La liberíad.
No puedo precisar el efecto que esta carta
produjo en aquellos desalmados; sólo sé que
el día 9 de junio, mientras estaba pensando
en las fiestas que aquel mismo día tendrían
lugar en la Casa Madre de Turín, fui llamado
a comparecer ante el general. Se hallaba
rodeado ile todo su Estado Mayor, pronto
a discutir sobre mi destino. Estuvieron dis­
putando hasta muy entrada la noche; y
entonces pude constatar la ajnida de D. Bosco, que me dió suficiente energía y lucidez

aparición. L,a mayor parte no quería dar
crédito a sus propios ojos y me tomaban por
un fantasma; tan ciertos estaban de que ya
me habían cortado la cabeza.
Indecible fué la alegría de los cristianos
y de todos los hermanos de la Misión al verme
sano y salvo entre ellos. Todos proclamaban
a grandes voces que era el Beato D. Bosco
quien había detenido la mano de mis enemigos; y conmigo fueron todos a la capilla
a rendir un ferviente homenaje de acción
de gracias a tan buen Padre.
Nam Young, 21 junio 1929.
H umberto D aemasso ,
Misionero Salesiano.

■ ( 45

DEL SIAM.

Graías visitas.
(Relacción del P. Pasoiü).

Amadísimo Padre:
Como sé con cuánto placer espera noticias
de sus hijos lejanos para transmitirlas a nues­
tros beneméritos Cooperadores, me apresuro

'i

del país. Todos los cristianos se llenaron de
gozo y se prestaron con entusiasmo a adornar
nuestra Residencia con flores y gallardetes,
a usanza suya.
E l distinguido huésped, acompañado de
su esposa, de su hijo y de numeroso séquito
de oficiales y dignitarios, fué recibido por
nuestros alumnos a los acordes del himno
siamés, acompañado por la Banda. Su Alteza
pasó entre las filas de nuestros alumnos, son-

Siam. — El Principe Nacom Savan vuHa nuestra Misión.

a mandarle hoy alguuas líneas desde estas
tierras del Siam, campo de nuestro trabajo
y también de nuestras más risueñas espe­
ranzas.

S . A . R, e l Príncipe Nacorn Savan.
S. A. R. el Príncipe Nacom Savan, Mi­
nistro de Gobernación, ha tenido la delicadeza
de hacemos una visita. Fué para nosotros
un honor inmerecido, ya que apenas nos
encontramos aquí donde hace un año y poco
hemos podido trabajar todavía en beneficio

riendo benévolamente y después se dirigió
a visitar las salas de estudio, los dormitorios,
las clases, los gabinetes de Física y Química,
el Museo y demás dependencias, alabando
sobre manera nuestra escuela de Música y
especialmente la Iglesia, en la que estuvo
largo rato.
A .continuación le obsequiamos con un
refresco, mientras la Banda alegraba el am­
biente con escogidas piezas. En esta ocasión
nos prestaron señalado servicio algunas bo­
tellas de vino que los Cooperadores de Europa
nos regalaron, y que, presentadas al egregio

i
-(

46

)•

huésped, nos hicieron quedar airosos. Los
cristianos, por su parte, no quisieron dejar
de ofrecer el tributó de su generosidad pre­
sentando diversos manjares aderezados a
la manera indígena.
Un salesiano leyó en lengua siamesa un
saludo en el que hizo resaltar cómo al lado
del amor y la obediencia a Dios, praticamos
e inculcamos en nuestros niños el amor y la
obediencia al Rey y a sus representantes.
Terminadas estas breves frases, se levantó
S. A. R. quien se congratuló con nosotros
por tan hermosa como benéfica labor, exhor­
tándonos a trabajar siempre con entusiasmo
por la prosperidad del Siam.

guna cosa humillante el tratar razonable­
mente a los alumnos. Todos reconocen que
no hay otro medio para captarse el corazón
y la simpatía de los niños.
Y la influencia del sistema de D. Bosco,
no sólo redunda en provecho de los alumnos
y Maestros; también los padres se resienten
de sus mágicos efectos. Algunos de estos,
visitando nuestras escuelas de Dongrabuang,
decían:
— Quisiéramos volver a ser niños para
poder venir aquí, a estudiar en estas hermosas
salas y con unos maestros tan buenos...
Y reían complacidos, considerando lo bien
que sus hijos se encontraban en la escuela.

Primera reunión de maestros.

Seiscientos exploradores.

Por fin, tras no pequeñas dificultades,
hemos conseguido lo que ya parecía imposible:
el tener una cordial entrevista con los Maes­
tros cristianos, esparcidos por la dilatada
Misión. Fueron unos días de mútua alegría
y fuente de grandes consuelos. Ellos nos
manifestaban sus pensiamentos, sus ideas y
dificultades; y por nuestra parte les ofrecía­
mos nuestra ayuda y les iniciábamos en
nuestro sistema de educación. Estas reu­
niones dieron consoladores frutos. N o fué
ciertamente el más pequeño el ver a todos
estos nuestros coadjutores, reunidos en la
Capilla para recibir devotamente la sagrada
Comunión. E l resultado no se hizo esperar.
Un mes después de la reunión, el director de
In Escuela de Bang Nok Kuek, se presentaba
a uno de nuestros Misioneros para cambiar
impresiones.
— ¿Qué tal, cómo van sus trabajos? — le
preguntó el Misionero.
— Muy bien.
— ¿Y qué? ¿Ha sido necesario emplear
esos castigos corporales que solían ser el pan
nuestro de cada día?
— No, de ninguna manera. Ahora todos
son unos alumnos ejemplares.
— Y sin embargo decías que sin la varita
mágica... no se podía seguir adelante...
El Maestro sonrió...
En efecto, hoy en nuestras escuelas del
Siam, todos los Maestros han empezado una
nueva vida, a base de afecto hacia sus discí­
pulos; y se han convencido de que no es nin­

A principios de marzo, inundó nuestra
casa una imponente masa de jóvenes. Eran
600 exploradores, que dirigidos por sus Ins­
pectores y por el sub-prefecto de Meklong
habían venido con el único fin de visitamos.
Los recibimos con toda cordialidad y alegría,
como si el mismo D. Bosco los hubiera man­
dado. Llenamos de banderitas toda la casa,
la adornamos con flores y les dimos la bien­
venida a los acordes del himno nacional.
Fué un día de viva alegría para todos,
especialmente en las horas, en que, rota la
consigna, nos pudimos mezclar entre aque­
llos buenos jóvenes y hablarles con toda con­
fianza, al corazón.
A l despedimos les invitamos a xma nueva
visita; lo han prometido, porque les ha sido
sumamente agradable el conocer nuestra
Obra. Dentro de poco también nosotros ten­
dremos una buena sección de exploradores
católicos, que no quedaran en zaga a los más
experimentados.
Bendíganos, amado Padre, a fin de que
en este año del jubileo del Pontífice, la Misión
del Siam pueda dar un paso agigantado hacia
la consecución de todas las obras que tiene
entre manos, especialmente con la consolida­
ción de las organizaciones católicas que son
las predilectas del Papa, como él ha mani­
festado; nosotros procuraremos con todas
nuestras fuerzas protegerlas y fomentarlas a
fin de que triunfe bien pronto en esta Nación
la religión de Cristo.
Cayetano Pasotti, Mis. Sal.

■l

47

Siam. — Grupo de Maesfros Cafólicos, gran ayuda para el Alisionenx

LAS

M IS IO N E S

S A L E S IA N A S .

En EUROPA: A lbania : i . Scútari. — T urquía: 2. Constantinopla.
En ASIA: A sia Menor ; 3. Esmima, etc. China : 4. Macao, 5. Hong Kong, 6. Shan­
ghai, 7. Shiu Chow (yicaricUo Apostólico). — I ndia : 8. Assam {Prefectura A post).
9. Krishnagar, 10. North Arcot, i i . Bandel, 12. Madrás, 13. Calcuta, 14. Bombay.
— J apó n : 15. Khiu Shiu. — P alestin a : 16. Jerusalén-Nazareth-Belén, etc. —
S iam : 17. Baug-nok-khuek, etc. — Isla de T imor : 18. Dily.
En AFRICA: A r g e lla : 19. Orán, e tc .— C ongo B elga : 20. Luapula {Prefectura Apost.).
— E gipto : 21. Cairo-Alejandría-Port Said-Suez. — SuD A fr ic a : 22. Cape Town, etc.
— T ú n e z : 23. Túnez etc.

En AM ERICA: A rgen tin a : 24. Pampa Central, 25. Patagonia Septentrional, 26. Patagonia Meridional, 27. Tierra del Fuego. — B rasil : 28. Registro del Araguaya {Prelatura
Apost.), 29. Río Negro {Prelat. Apost.), 30. Porto Velho {Prelatura Apostólica). —
Ch ile : 31. Magallanes {Vicariato Apostólico).— E cuador : 32. Méndez y Gualaquiza
{yicariato Apostólico). — P arag u ay ; 33. Gran Chaco.— P erú : 34. L a Merced.
En OCEANIA: A ustralia : 35. Sunbury.
£1 toial del personal dedicado a las Misiones es de 1472 personas eníre Salesianos e
Hijas de María Aaziliadora.
No están comprendidas en los precedentes datos las Obras Salesianas para la educación
de la juventud, esparcidas en todas las naciones civilizadas de Europa y América y que com­
prenden 463 Colegios para niños, con 6.688 salesianos y 351 para niñas, con 5.431 Hijas de M. A.

Culto de M aría Auxiliadora
GRACIAS
DE MARÍA AUXILIADORA

PAULINO M ILA N E SE (I t a u a ). — Habiendo
recibido una medalla tocada a la urna del
Beato D. Bosco, me apresuré a ponerla al
cuello de mi hijo César, de cuatro años de edad,
al mifttno tiempo que le hacía recitar todas las
noches una oración para que le defendiera de
todo peligro. Y no fué vana mi confianza en el
poder del Beato. E l día lo de septiembre, mi
hijito se encontraba sobre un carro cuyo peso
no bajaría de diez quintales. A causa de rma
violenta sacudida del vehículo, cayó a tierra,
con tan m ala fortuna que una de las ruedas
del carro pasó por encima de su delicado
cuerpecito. Y o, que me hallaba presente, in­
tenté sacarlo del peligro, pero no llegué a tiempo.
Elena de dolor recogí el cuerpecito de mi hijo,
segura de no estrechar contra mi pecho más
que un cadáver, y mientras esperaba al médico,
intenté aplicarle yo misma algún remedio.
Criando vino el médico constató, con grande
maravilla de todos los presentes, que el niño
no había sufrido lesión alguna. E n efecto, ahora
el niño corretea por la calle como antes, sin
más señal del hecho que una ligera mancha
negruzca sobre el lugar en que pasó la rueda.
Y o no merezco favor tan señalado. Me con­
sidero indigna de dar gracias a tan excelso
Protector. He prometido hacer pintar un cua­
dro con la representación del prodigio y que
proclame en todos los tiempos mi eterna gratitud.
14 Septiembre 1920.
V. G. M. G.
BERN’ A L (A r g e n Tix a ). Gracias, oh María
Auxiliadora! — Mi hijo José, aspirante salesiano del Colegio de Bcmal, se encontraba
desahuciado jior las médicos, a causa de varias
cnícnuedndcs; pero habiendo recurrido a Ti
en esos momentas tan angustiosos, tuve oca­
sión de comprobar una vez más tu indecible
lx>ndad. Actualmente ha recobrado su salud

y sigue animoso sus estudios. Gracias, pues.
Madre querida. Una vez má.S'Se ha puesto de
manifiesto lo que de tí dijo San Bernardo;
Nunca se ha oído que ningimo de cuantos han
acudido a Tí en sus tribulaciones con entera
confianza, no haya sido escuchado.
N. N,
CAMAGÚ'e Y (Cu b a ). — Hace un mes pedí
una gracia especial a nuestra bondadosísima
Madre María Auxiliadora, prometiendo hacer
una fervorosa comunión y publicarla en el
Boletín Salssiano, si alcanzaba lo que pedía.
Después de encomendarme con gran confianza
a la Sma. Virgen, comulgué, y habiendo con­
seguido la gracia pedida, hago público mi agra­
decimiento a las finezas de tan cariñosa Madre.
23 octubre 1929.

E u^tra Medina de S abina .
PANAM A. — E n el mes de julio cayó en­
ferma mi hija, de dos años de edad, con una
fiebre tan violenta que hacía temer un fatal
desenlace. Consultado el médico, éste, después
de examinarla, declaró que se presentaban
todos los síntomas de la difteria, y en conse­
cuencia me ordenó la llevara a ima clínica de
esta ciudad, para que fuese examinada dete­
nidamente por un especialista. Obedecí, y mis
temores se \deron confirmados, dictaminando
el especialista que era necesario aislar a la
enfermita en un hospital; mas antes había' que
esperar el resultado del examen científico del
Laboratorio. E n estas críticas circunstancias
acudí heno de confianza, a María Auxiliadora,
prometiéndole una limosna para su cuito si
libraba a mi hijita de tan grave enfermedad.
J,a proteción de María se manifestó de un
modo e\ñdente, porque el examen, no sólo dió
resultados negativos, sino que tanto la fiebre
como las plaquitas que tenía en la garganta,
desaparecieron como por encanto, quedando
completamente curada.
D e otra gracia soy deudor a tan bondadosa
Madre. Encontrándome en grandes apuros eco­
nómicos y con graves compromisos a los que
me veía imposibilitado de atender, recurrí a

•c 49
la vSma. Virgen, y su auxilio no se hizo esperar.
Agradecido por estos favores y otros muchos
recibidos, mando una limosna.
Panamá - lo noviembre de 1929.

A lfonso M. Quintana .
MOCACHE (Ecuador). — Hallándose mi
esposo sumamente atribulado a causa de xm
grande apuro financiero, y no hallando otra
solución que la bondad sin límites de María
Auxiliadora, acudimos a ella de todo corazón,
y esta buena Madre nos ayudó a vender en las
mejores condiciones una de nuestras fincas, de
modo que se disipó el peligro renaciendo la
tranquilidad en nuestro hogar. Agradecida a la

)•
RIOCHICO (E c u a d o r ). — Encontrándome
mil}* enferma de varias dolencias, ofrecí a mi
Madre María Auxiliadora rezar en su honor el
Santo Rosario y velar su imagen durante odio
días; sintiendo desde este momento im gran
alirio. Pero no habiendo cumplido mi<; prome­
sas, en castigo de mi negligencia me atacó xm
terrible adormecimiento de todo el cuerpo.
Sumamente angustiada y sintiéndome en los
brazos de la muerte, invoqué a gritos a María
Auxiliadora, que me salvara prometiéndole
enviar una limosna para su culto.
Cxunplo hoy lo prometido y pido perdón por
mí, que soy y seré siempre tu fenúente devota.
R . M. DE B.

Dadolona (España) — Grupo de jdveaes del flo:ecieote Oratorio Festivo.

protección de María Auxiliadora, publico mi
gratitud y envío xma limosna para su Templo
de Turín.
Septiembre, 12 de 1929.

S enovia de N oriega .
M.'^DRID (España ). — Habiendo tenido que
someterme a una operación, me encomendé a
María Auxiliadora prometiendo, 'Si salía bien
de ella, publicar mi gratitud en el Boletín, y
mandar decir una misa cantada en las Escuelas
Salesianas. Habiendo sido escuchada, cumplo
hoy mi promesa. E n otra ocasión, hallándome
complicada en difíciles asuntos, recurrí a mi
huena Protectora, prometiendo publicar la
gracia en el Boletín y mandar decir una Misa.
Siempre he sido prontamente escuchada, por
lo cual, deseo se pubUque mi gratitud a María
Auxiliadora desde las páginas del Boletín.

Carmen V el Azquez de A paricio .

RIOCHICO (Ecuador). — Un día de in­
vierno fui al río a bañarme con algimas ainiga.s.
Habiéndonos acercado a xm paraje muy hondo,
en xm momento de descuido, xma compañera
mía y yo, nos vimos arrastradas hacia aquel
lugar peligroso. En vano luchamos contra la
violencia de las aguas. Viéndome a punto de
morir ahogada y sin ayuda humana de ninguna
especie, invoqué de corazón a María Auxilia­
dora. E lla acudió .solícita en nuestra ayuda y
nos salvó de una muerte inminente. Por tan
singular favor, hago público mí agradecimiento
en el Boletín y envfo xma limosna.
25 marzo de 1929.

U. Bravo .
SA N TA T E C L A (El S alvador ). — H ada
cerca de xm mes que rae enomtraba enferma,
sin que notara en mis dolores la más leve me­
joría. Entonces recurrí a la que es Auxilio de-

(
los Cristianos pidiéndole lina mejoría en mi
enfermedad; f\ií escudiada por tan bondadosa
Madre y alcancé por completo la salud. En
otra ocasión, habiéndole pedido que sanara a
una hermana rala de una grave enfermedad
que padecía, la sanó por completo y hace ya
varios meses que no sufre la menor incomo­
didad. Por tan señalados favores doy infinitas
gracias a la Virgen Auxiliadora, mandando ima
limosna para las Misiones Salesianas, y ruego
se inserten las gracias en el Boletín Salesiano,
como ofrecí.

María. N. R uiz .
CARACAS (Venezuela). — Postrada en cama
con xma grave dolencia y ante el temor de ima
intervención quirúrgica, invoqué a María Auxi­
liadora ofreciendo dar ima limosna para la
fábrica do su Santuario. Completamente resta­
blecida de mi enfermedad, sin necesidad de
operación alguna, hago público mi agradeci­
miento a María Auxiliadora y cumplo mi pro­
mesa de enviar ima limosna.
30 septiembre de 1929.

Marla. de H errera .
S E V IL L A (España ) . — Rstando gravemente
enfermo mi pobre y único hijo de un ataque
de apendicitis, me apresuré a ponerlo bajo la
maternal protección de la Sma. Virgen María
Auxiliadora y le pedí con el corazón angustiado
no me privara de aquel pedazo de mi corazón
y le devolviera la salud que tan rápidamente
había perdido. ]Bendita seas, Maria, que escu­
chaste m i súplica y me otorgaste el consuelo
anheladol Una persona para mí muy querida
me ofreció ima bonita estampa de María A uxi­
liadora y otra del Beato Juan Bosco, las que,
llena de fe y confianza, coloqué bajo la almo­
hada del enfermo. Momentos después empezó
la mejoría y a los pocos días se quedó comple­
tamente sano. Gradas pues, te sean dadas,
Madre mía; porque con la salud de mi único
hijo me has dado también a mí la vida.
Publico tu gran misericordia para con no­
sotros pues quiero que todos sepan que hemos
puesto en tí nuestra confianza y no hemos sido
defraudados.
Octubre de 1929.

E lena Z ambrano.
ACH ILLO N ES (España ). — Grados. Madre
mío. — Amique tarde, no puedo menos de
publicar una señalada grada que me ha obte­
nido de Dios Nuestro Señor, mi buena Madre
Moría Auxiliadora.
Había caído enferma mi querida madre D*.
Circuncisión Ortiz con un ataque al corazón
y agravada de tal manera, que el doctor que
lu visitaba nos advirtió el peligro en que se
hollaba.

50

)•
En tan angustioso estado corrí a ponerle al
cuello una medalla de María Auxiliadora en la
que pose toda m i confianza, y no quedé de­
fraudada, porque al punto quedóse tranquila
y a los pocos días totalmente restabledda.
Agradedda a las bondades de tan tierna
Madre, publicamos la gracia y toda mi familia
y yo no cesamos de ensalzar el poder y las
excelencias de tan excelsa Auxiliadora.
Julio 1929.

María G onzález G ertrudis Ortiz.
L A RIN CO N AD A (España ). — ¡Gracias,
Madre mía! — Tuve la desgracia de atropellar
a un niño de seis años de edad cuando conducía
un camión con dos toneladas de peso, de modo
que el pobrecito quedó medio muerto, siendo
transportado enseguida al Hospital central de
Sevilla. En trance tan apurado, como Antiguo
Alumno salesiano, me encomendé a María Au­
xiliadora y empecé una novena prometiéndole
que si el niño curaba y y o salía bien del juicio
oral, la visitarla en su iglesia de la Sma. Tri­
nidad donde me eduqué, y mandaría decir una
Misa en su altar.
Cosa sorprendente. A los cinco días el niño
estaba bueno; se celebró el juicio y salí tan bien
que no tuve más que pagar las costas. A l mismo
tiempo me sortearon para el servicio militar
y supliqué a tan buena Madre me otorgara la
gracia de quedarme en Sevilla y en el cuerpo
de Aviación, y lo conseguí.
Por todo lo cual, hoy cumplo lo prometido
y doy a María Auxiliadora las más efusivas
gracias, mientras ruego se publiquen tan gran­
des favores, para mayor gloria de la Sma. Vir­
gen y a fin de que todos los que se hallen nece­
sitados de ayuda, acudan con entera confianza
a la que todo lo puede. ¡Bendita seas. Madre
mía!
Julio 1929.

A ngel R odríguez L ara
Antiguo Alumno Salesiano.
P IR Á N (Argentina ). — Hallándome des­
consolada por la prolongada enfermedad de mi
madre, invoqué con fe a María Auxiliadora, a
fin de que hiciese mejorar algo mis situación,
prometiendo dar una limosna para la Obra Salesiana en este pueblo. Mi atribulada madre
sufría reuma, pero María Sma. tuvo a bien
escuchar mi súplica y hoy la enferma se halla
en progresiva mejoría.
Agradecida cumplo mi promesa y doy la
limosna prometida para la Escuela Parroquial
de esta localidad. Deseando se publique la gra­
cia obtenida, invoca con fervor a María Auxi­
liadora.
Agosto de 1929.

S erv .anda P alacios .

•(
VIEDMA (Argentina ). — E l año pasado,
en el mes de Septiembre nuestro amado hijito
Carlos Albertito se resfrió fuertemente cayendo
víctima de fuerte calentura. Llam ado el médico
declaró ser grippe complicada con bronquitis,
ordenando los remedios para el caso. Pasaban
los días y a pesar de los muchos cuidados, la
fiebre no cejaba y el enfermito se quejaba de
un agudísimo dolor en una pierna. Llamamos
nuevamente al médico y atribujó el dolor a
una ciática y mandó se le pusieran inyecciones.
Continuó en tal estado 17 días consiimiéndole
la fiebre. E n vista de que los médicos no ati­
naban con la enfermedad resolvimos trasla­
darlo a Buenos Aires. Pero ¡Dios mío! era un

51

)
llorando: * ¡Viigencita mía. Virgencita Santa,
quítame este dolor tan terrible! ». Y luego de­
cía: «Mamita, la Virgencita me ha calmado
enseguida *.
A los 20 días aún no mejoraba ni disminuían
las pulsaciones; el médico resolvió hacerle otra
operación. Llena de pena, una mañana fui a
comulgar para pedirle a la Santísima Virgen
hiciera de modo que no fuera necesaria una
nueva operación, pues y a demasiado sufría el
pobrecito. Y ¡oh prodigio! Esa misma mañana
fui al Sanatorio y los médicos que se habían
reunido para examinar, el caso, me dijeron:
« Señora, lléveselo a casa, que ya no es nece­
saria la intervención quirúrgica ».

Sevilla (Esp.). — Grupo de ntfios de! Colegio de la Sma. Trinidad qne fiicieron sa primera Comonión.

suplicio el mover ese cuerpecito medio consu­
mido. Tenía la piem ita doblada, sin Inovimiento y con una hinchazón monstruosa. En nuestra
gran desolación recurrimos con fe a la bonda­
dosísima Auxiliadora, confiando por completo
ftn su poder, seguros de que ella vendría en
nuestra ayuda. Apenas llegamos a Buenos A i­
res otro médico le visitó y asombrado no cesaba
de exclamar cómo había podido llegar vivo a
Buenos Aires con la enfermedad que tenía, que
no era otra que ima infección total de la san^e. Enseguida dijo que se trataba de ostiomielitis, y mandó se llevara inmediatamente al
Sanatorio. A l día siguiente él mismo efectuó
In dolorosa operación y le sacó la m itad de la
hbia, enderezándole la piem ita pues estaba
totalmente rígida. Por más de un mes estuvo
entre la vida y la muerte; ¡qué de atroces do­
lores sentiría nuestro angelito para exclamar

Imposible sería describir la alegría del en­
fermito y la sorpresa de todos cuando llegamos
a casa. Enseguida, con la ajmda del celo.so
sacerdote Rvdo. P. Mayer lo preparamos para
su Primera Comunión, y luego, alrededor de
su camita comulgamos con él toda la familia:
padres, abuelos, hermanos, hermanas y aún
todos los sirvientes, para que fuera completa
y más hermosa la corona de fervorosas comu­
niones en acción de gracias a la dulce Auxilia­
dora. Descansó completamente bien durante
toda la noche de ese tan hermoso día y desde
entonces comenzó una mejoría tan notable, sí,
tan notable, que todos quedamos admirados,
y gracias a María Auxiliadora ahora se halla
completamente restablecido.
Mandamos agradecidas una limosna, por la
visible protección de tan buena Madre, y ro­
gamos se publique la grada para que se conozca

52
siempre más el poder de la Virgen en favor de
los que en Ella confían.
14 septiembre 1929.

A ngélica K elsey de A querreta .
Pradera {Colombia). — Estando esta po­
blación sin sacerdote, a causa de una delicada
cuestión entre el Concejo Municipal y el Sr.
Arzobispo, veíamos morir a diario a la gente
sin los auxilios espirituales, lo que nos llenaba
de angustia. Para remediar este estado de co­
sas pedí a María Auxiliadora que arreglara el
asunto, prometiéndole una limosna para sus
liuerfanitos de Turín. H oy ya tenemos sacer­
dote y m uy bueno, gracias a la protección
maternal de tan excelente Madre.
Julio 20 de 1929.
P obreza Girón .
L IE T O R (España ). — Estando mi padre ^ a vemente enfermo y mostrándose los médicos
que le asistían muy pesimistas, prometí a María
Auxiliadora si obtenía la gracia de su curación
50 Ptas. para las Mi.siones, mandar decir una
misa en su honor, harcerle una novena y pu­
blicar la gracia.
Obtenida la gracia, cumplo agradecidísima lo
prometido y no ceso de dar gracias a la Sma.
Virgen Auxilio de los Cristianos.
21 octubre 1929.
María G irado , Cooperadora.

Dan también gracias a María Auxilia­
dora y envían una limosna:
B olliga {Espaiíá). — Adoración Martínez,
Manuela Castellano, Rufino López, Francisco
Blanco, (hijo) Francisco Blanco Castellano y
Valentina Alvaro.
B arquisimeto (Venezuela). — Emilia Bogoña de Martínez Ojeda, agradecida por un
favor recibido, envía una limosna para las
Misiones Salesianas.
Caracas (Venezuela). — Ana M. Debrot,
Esposos Pérez y Ana Rodríquez.
Gascuña (España). — Hilario de Jidián,
agradecido por un favor recibido de la Virgen
de D. Bosco envía una limosna para las Obras
Sale.sianas.
H orcajada de i a T orre (España). — Isa­
bel Sáiz, agradecida |K»r un favor recibido.
H abana (Ciióa). — Amelia Bardini, agra­
decida por haber sido ayudada en una angus­
tiosa .situación.
M xico. — Beatriz Barthez, agradecida a
María por la palpable protección que le dis­
pensa en días tan azarosos para su Nación,
envía una limosna.
V illar de Domingo G arcía (España). —
Visitación Gouzáles, agradecida, envía una
limosna.

V illar del S ar de Navalon (España). ~~
María Ocaña y Donato Ballesteros.
ViLLARRUBiO (España). — Dos devotas de
María Auxiliadora, reconocidas a tan buena
Madre, mandan una oferta para su culto al
santuario de Turín.
S an J osé (Argentina). — Ana D. Medina
da gracias a la Virgen de D. Bosco por dos
señ¿adaos favores que le otorgó y envía una
limosna para su culto.
Una señora, agradecida a María Auxiliadora
por haberla aliviada de sus dolencias, envía
una limosna.
Gerona (España). — Una familia devota,
agradecida por haber salido satisfactoriamente
de apuradas circunstancias, envía xma limosna
para que se celebren dos misas y desea sea
publicado el favor en el Boletín Salesiano.
P ueblo R amona (Argentina - S. Fe). —
Adela Mazzola, Celestina Perfuno, Celestina
Santanibrosio, Catalina Pisani, Margarita Magnoli, Delfina y Ivucía Boetto, María Puglo,
María Comandu, Luisa Bacca, Teresa Berilio
y Pedro Pagliero hacen pública manifestación
de su gratitud a María Auxiliadora y al Beato
Don Basco por gracias conseguidas envían una
oferta para las Obras y Misiones Salesianas.

Recuerdos edifícantes»
Nuestro Beato Padre Don Bosco solía reco­
mendar con frecuencia a sus Cooperadores que
prestasen su activa colaboración en servicio de
la propia Parroquia.
A este fin Ies daba las siguientes normas:
— - Cooperad con generosidad y abnegación,
ya personalmente o al menos con vuestras li­
mosnas, al florecimiento y desarrollo de la Obra
de la Doctrina cristiana en vuestras parroquias;
prestáos a enseñar el catecismo a los niños
y acudid con largueza al sostenimiento de las
rifas, repartición de premios, y otras obras
semejantes.
— Tomad parte activa en las ceremonias
sagradas y en el Canto litú i^ co, aún en las
fiestas más solemnes.
— Poned especial empeño en que nada falte
para el m ayor esplendor de las funciones sa­
gradas y a}nidad a sostener el clero infantil.
— Propagad con todas vuestras fuerzas la
buena prensa en vuestra parroquia, difundiendo
los buenos libros entre el pueblo y entre la
juventud.
Estos recuerdos han de ser norma práctica
de nuestra conducta. Practiquémolos y reco­
mendemos su práctica a los demás, y así nos
haremos siempre más dignos Cooperadores de
D, Bosco, especialmente en este año de su glo­
rificación.

¿A S

P o r e/ mundo salesíano
Ecos de la Beatificación.
M O N TEVID EO (Uruguay).
Extractamos del Diario católico E l Amigo:
♦ Brillantísimos, bajo todo concepto, resulta­
ron los festejos cí^dco-religiosos que los Padres
Salesianos llevaron a cabo para rendir culto a su
beato fundador v padre con m otivo de su re­
ciente exaltación a los altares.
Los hijos del beato Juan Bosco, pueden estar
satisfechos del éxito resonante que alcanzaron
las solemnes fiestas, así por su magnificencia,
como por la participación entusiasta que tomó
en ellas el católico pueblo de Montevideo, tes­
timoniando así una vez más, el hondo cariño
que les profesa.
E l triduo.
Según estaba animciado, las fiestas empe­
zaron el jueves lo de octubre en la Cripta de
María Auxiliadora, con una Misa de Comunión
general de las alumnas de los colegios de R eli­
giosas Salcsianas.
A las lo, hubo misa solemne, cantada por el
coro Perosi, del Colegio Pío de Villa Colón,
compuesto de 6o cantores, que ejecutó la Aiíssa
in honorem Sancti Joseph, del M. Amatucci, y
un himno popular al Beato Don Bosco. Dió
gran realce a las ceremonias el « clero » de niños
de los Talleres de Don Bosco.
Por la tarde el P. Carlos Mitchels, pronimció
un brillante panegírico del Beato Fundador,
terminando el acto con la Bendición con el
Santísimo.
Lo mismo que en el día anterior, rebosante
de fieles a todas horas, la Cripta de María Auciliadora. Celebró la Misa de Commiión de Jos
alumncK de los Colegios Salesianos de la Capital
el Rdo. P. D. Ensebio Ríus, Prosecretario de
la Arquidiócesis.
A las lo, Misa solemne, durante la cual,
el coro del Seminario Salesíano del Manga
ejecutó la Misa del maestro Repice.
La banda del c o l^ o de Nuestra Señora del
Rosario de Paysandú y la de los Talleres de

Don Bosco alternaron durante el día en la inter­
pretación de hermosas composiciones musicales.
A las i6 y 30 el Rvdo. P. Martín H. Tasende
ocupó en la Cripta de María Auxiliadora la
cátedra sagrada y tejió el panegírico del Beato
Don Bosco como protector providencial de la
niñez desvalida.
E l sábado 12 continuaron con creciente ani­
mación y concurso los festejos en honor dei
Beato Don Bosco.
L a Cripta de María Auxiliadora resultó redu­
cida para contener la enorme afluencia de per­
sonas que acudía de todos los barrios de la
capital.
E ra la fecha señalada para el homenaje de
los Cooperadores' Salesianos, Devotos de Ílaría
Auxiliadora, Asociaciones Piadosas de la Pa­
rroquia y Ex-Alumnas de María Auxiliadora.
L a mesa eucarística se vió frecuentada sin
interrupción toda la mañana.
A las 8, el Rvmo. P. D. Pablo Peruzzo,
Inspector de los Salesianos del Uruguay y
Paraguay, celebró la Misa de Comunión general,
durante la cual se cantaron hermosos motetes.
A las 10 coro de los Talleres de Don Bosco,
magistralmente preparado y dirigido por el
M. Alberto González, ejecutó la Missa Poniificalis Prima, a tres voces, del M. Perosi,
A las 18 y 30 después del Rosario y cánticos
sagrados, subió al pulpito el Dr. D. José M.
Vidal, salesíano, que desarrolló el tema: « Don
Bosco y la Eucaristía ».
AI atardecer salió de los Talleres de Don
Bosco, llevando al frente la banda dol Colegio
de Ntra. Señora del Rosario, ima larga fila de
cerca de setenta automóviles, adornados con
banderas e inscripciones, en los cuales nume­
rosos Ex-alumnos recorrieron nuestra gran
metrópoli aclamando al Bienaventurado, esjjarciendo 50 mil volantes, derrochando pirotecnia
y acrecentando el entusiasmo y la simpatía
con que la población se ha adherido a estos
homenajes.
E l domingo los actos de homenaje adquirie­
ron mayor brillo que en los días anteriores
multiplicándose de manera extraordinaria la

( 54
asistencia de público y apreciándose también un
entusiasmo comimicativo cada vez m ásnotabla.
I^a Cripta de María Auxiliadora estuvo ates­
tada de fieles desde el amanecer. A las odio
al comenzar la Misa, presentaba un aspecto
imponente, calculándose una cifra superior a
2.000 personas entre hombres y mujeres. La
mayoría de los asistentes tomaron la Santa
Comunión rindiendo un homenaje admirable

)■
E n la Catedral.
A las lo se había congregado en nuestra
Iglesia Metropolitana pára la Misa solemne
una muchedumbre inmensa, que llenaba total­
mente la vasta basílica. Pontificó el limo, y
Rvm o. Sr. Obispo de Prusa, Mons. D. José
Marcos Semería.
Durante la ceremonia im coro de 200 can­
tores, acompañado por ima orquesta de 45
profesores bajo la dirección del maestro Hermógenes Urquizú cantó la bellísima Misa de
Franco Vittadini con variables en fabordón.
La manifestación.

Valparaíso (Chile) — El Aliar mayor de la Cafedral
adornado para la fiesta del Beato.

y ejemplar al fimdador salesiano. Ex-alumnos
salesianos y la Federación de la J iiventud
Católica en masa, después de terminada la
ceremonia religiosa, formaron una compacta y
tíamorosa falange que, por las calles Canelones
y Joaquín Requena, se dirigió al magnífico
salón de actos, aún inconcluído de los Talleres
de Don Bosco. Allí, presididos por el Revmo.
Vicario General. porMons. Gustavo Franceschi,
llegado en aquel momento, y por otros perso­
najes. rodearon los largas mesas en que se sinnó
el diocolate. El Vice Presidente de la F. J.
C. U., Dr. Carlos Du Pré, arengó entusiastauiente al concurso, que respondió con aclama­
ciones y aplausos.

Después del Te Deum la concmencia partió
en manifestación hacia los Talleres recorriendo
cerca de cuarenta cuadras en medio de un gran
entusiasmo. L a columna llevaba la imagen de
Don Bosco, y la figura de Domingo Savio y
im indio, expresión de dos de las grandiosas
obras del Beato en beneficio de los niños po­
bres y de los indios incivilizados.
E l paso de los manifestantes fué presenciado
por gran cantidad de público, siendo numerosos
los balcones adornados desde los cuales se
arrojaron flores a la imagen del Beato.
E n la coliunna formaban; la Banda del Co­
legio salesiano de Paysandú, cuya disciplina
y perfecta ejecución provocaron elogios, la
Banda de los Talleres, Colegios de Pantanoso,
Las Piedras, etc. A l llegar a los Talleres el
doctor Alfredo Canzani ocupó la tribuna
hablando en nombre de los ex-alumnos sale­
sianos, siguiéndole en el uso de la palabra
el representante de la Juventud Católica, señor
Julio Pons,
Se quemaron después magníficos fuegos ar­
tificiales, que hicieron la delicia de la numerosa
concurrencia que llenaba el amplio patio de los
«Talleres Don Bosco *, disolviéndose después
aquella inmensa muchedumbre con vítores y
aplausos al Beato Juan Bosco y a sus hijos,
los bienqueridos y beneméritos P P. Salesianos».
V A L P A R A IS O (Chile).

L a hermosa y católica ciudad de Valparaíso
vivió momentos de intenso salesianismo los
días 25, 26 y 27 del pasado octubre con motivo
de los grandes festejos con que quiso honrar
la exaltación de D. Bosco al honor de los altares.
Los Salesianos, las autoridades eclesiásticas
y civiles, los Ex-alumnos, Cooperadores y
alumnos, no escatimaron esfuerzos para que
los diversos mimeros del programa de festejos
resultaran dignos del Beato y fueran expresión
fiel del cariño y devoción de los Porteños al
Fimdador de los Salesianos.
La mañana del 25, la espaciosa Catedral,
adornada con primor por los Ex-alumnos de
I

i

( 55
Valparaíso, era incapaz de contener a la mul­
titud de fieles que se congregó en tom o del
altar del Nuevo Beato. E l Umo. Sr. Obispo de
Iquique, Dr. D . Carlos Labbé y Márquez, ben­
dijo el gran cuadro del Beato colocado en el
altar Mayor, antes del solemne Pontifical con
que se dió inicio a los festejos. Los miembros
de la Ven. Curia y Qero de Valparaíso se pres­
taron gustosos para la asistencia de los pre­
lados en los diversos oficios sagrados. E n la
función de la tarde, el Secretario del Obispo,
Rvdo. D. Miguel UUoa con su palabra llena
de xmción, presentó a la veneración de los
fieles la magnífica figura de nuestro Padre.
Después de la Bendición con S. D. M., la ciu­
dad contempló la espléndida iluminación de

)•
de la «Itálica Gens » se encargaron del adorno
del vasto templo, que lograron convertir en
una joya. A l solemne Pontifical y Te Deum de
la mañana asistieron las autoridades eclesiás­
ticas y civiles de la provincia, miembros del
cuerpo consular, y gran número de Coopera­
dores. E n imponente cortejo se dirigieron ai
templo desde los jardines del c o l^ o salesiano,
ocupando completamente la amplia « Avenida
Argentina ».
E l dignísimo Obispo diocesano ofició pontifi­
calmente; al Evangelio ocupó la sagrada cá­
tedra el Timo. & . Obispo de Iquique, Moas.
Labbé Márquez, presentando en su magnífica
obra oratoria la figura del Beato desde su hu­
milde cuna hasta su exaltación a los altares.

Valparaíso (Chile) — Aatoridades que participaron a los festejo*.

la Catedral en cuyo frontispicio resaltaba el
dulce nombre de D. Bosoo. Las bandas de los
colegios de Santiago y Valparaíso recrearon al
inmenso gentío con escogidas piezas de su
repertorio.
E l 26 las funciones se celebraron en la iglesia
matriz, exquisitamente decorada por las exalumnas de las H ijas de María Auxiliadora.
Pontificó el Excm o. Sr. Obispo de San Felipe,
Dr. D. Melquisedec del Canto. Los cantos fue­
ron correctamente ejecutados por la Schola
cantorum del Colegio Salesiano. Por la tarde
el limo. Sr. Obispo diocesano Dr. D. Eduardo
Gimpert, bendijo los nuevos pabellones del
colegio de María A tm liadota en el populoso
barrio de P laya Ancha.
El último día del triduo se celebró en la
iglesia de los Doce Apóstoles, parroquia a la
que pertenece el Colegio salesiano. Las damas

Los alumnos de los colegios salesianos de V al­
paraíso y S an ti^ o , cantaron con mucho éxito
la Missa Pontificalis prima, del maestro Perosi,
acompañados por la magnífica orquesta < T^a
Salle * de los R R . HH. de las Escuelas Cris­
tianas de Valparaíso. E l canto del Te Deum,
pxiso solemnísimo broche de oro a la ceremonia.
A l medio día el Rvdo. Sr. Director del Co­
legio, en nombre de los Salesianos, ofreció un
almuerzo a las autoridades y amigos de la
Obra de D. Bosco. Por la tarde la fiesta se
concentró en el Oratorio Festivo y los mil niños
que lo frecuentan, atronaron los aires con sus
cantos y ovaciones al nuevo Beato.
Durante todos estos dias las risueñas colinas
que círctmdan a Valparaíso, resonaron con los
armoniosos acentos del himno-plegaria a Don
Bosco, del maestro Gregorio, con letra del
ggit»!giarm Agle, que, entre otras cosas, recuerda

^
( 56
l'js sueños proféticos del Beato con respecto
a Valparaíso.
iva prensa local se portó a la altura de su
misión, dedicando páginas enteras de sus edi­
ciones a narrar la vida del Beato y la crónica
de los festejos que los Porteños han preparado
en su honor.
LA SE R E N A (Chile).

L a prensa local nos trae la relación de los
festejos con que se ha querido honrar a Don

)•
de Cristo, en la Rom a eterna, en la ciudad de
los santos.
A estas solemnísimas fiestas tomaron parte
muy destacada las autoridades eclesiásticas
de la Ciudad, las Comunidades Religiosas y
el colegio Salesiano y cooperadores y im incon­
table número de fieles que ofrecieron el home­
naje más agradable al nuevo Beato, la S. Co­
munión.
Durante el triduo ocuparon la Cátedra sa­
grada ilustres oradores que cantaron las glorias
de Don Bosco.
Los coros del Seminario de S. Francisco
dieron un realce extraordinario al solemne
Triduo ».
IQ U IQ U E (Chile).

Iquique (Chile) — Recoerdo del íriduo al B . Bosco.

Bosco con ocasión de su elevación al honor de
los altares. Leemos en La luz:
«Los cultos empezaron en la Catedral el J ueves
7 de Noviembre, con ima Misa solemne que el
Venerable Cabildo ofreció en homenaje al
Beato Bosco, y terminaron el Domingo lo con
una Misa Pontifical y solemne Te Deuvi oficia­
dos por el limo. Sr. Obispo diocesano que tuvo
la dicha de presenciar las emocionantes y so­
lemnísimas fiestas de la beatificación en Roma,
y formar parte del cortejo de Cardenales y
Obispos en el solemne traslado de las smitas
reliquias del Beato, desde ValsáUce a Turín.
Dió especial realce a estas sagradas ceremonias
la alocución del Sr. Obis])o en la que, con su
lenguaje apaslólico, vaciiS su corazón en el de
sus hijos, pues lo traía lleno de las más santas
y o.^nsola<loras emociones q\ie un Obispo puede
tfi'ibir en la ciudad de li«5 mártires. díJ Vicario

En la segunda quincena de octubre se cele­
braron en esta ciudad las fiestas en honor de
D. Bosco. E l templo del Sgdo. Corazón de
Jesús, a cargo de los Salesianos, se hallaba
engalanado con exquisito gusto. L a ilumina­
ción era original y artística. En el altar mayor
campeaba la hermosa y risueña figura del Após­
tol de la Niñez.
1 triduo con que se iniciaron los festejos
lué muy solemne y concurrido. Todos los días
se cantaba Misa solemne, a la que asistían
numerosas representaciones de los amantes de
la Obra salesiana. Por la tarde, predicaba el
Exemo. Sr. Obispo, quien a su fama de exce­
lente orador line la de amar intensamente la
obra salesiana, resultando de este modo sus
discursos, verdaderas obras maestras que cau­
tivaban a los presentes.
Las solemnidades terminaron con una Co­
munión general a la que participaron numerosos
fieles de todas las edades y condiciones sociales.
E l domingo a las lo, hubo Misa cantada, en
la que predicó el lim o. Sr. Obispo, haciendo
im hermoso elogio de la labor prodigiosa del
Beato Juan Bosco.
Terminaron los festejos por la tarde con tm
nuevo y magistral discurso del Señor Obispo
y con el cauto solemne del Te Deum, tras el
cual se dió a los presentes la Bendición con
S. D. M.
s a r r ia

(España).

Aromas de primavera espiritual oreaban el
íunbiente e imprimían una sensación de purí­
sima alegría al acercarse la feclia señalada para
la celebración de la magna fiesta, que en honor
de su Fimdador el Beato Juan Bosco, le dedi­
caron las Religiasas y alumnas del Colegio de
Sta. Dorotea de Sarriá (Barcelona).
E l día 24 de No\'iembre destinado para la
celebración de la fiesta del Apóstol de la juven­
tud, íué precedido de un solemnísimo Triduo.

I

■ ( 57
Durante esos días el asp>ecto encantador de
la bonita iglesia j el regocijo que se desbordaba
a torrentes de los corazones de las Religiosas,
alumnas y ex-alumnas, hacía suponer que la
fiesta sería dulce y conmovedora.
Siguiendo el programa trazado, durante los
tres días a las 7 se celebraba la Sta. Misa para
la comimidad y alumnas internas, durante las
cu^es resonaban con melodiosa imción las no­
tas del Ave María, Anima Cristi y otras esco­
gidas alabanzas.
El día 21 a las 6 de la tarde, con gran afluen­
cia de fieles, tuvo lugar la Bendición de la
estátua del Beato que se destacaba majestuosa

)tarde tuvo lugar la Velada Músico-literaria,
concurriendo al desarrollo del bien organizado
programa las dos Casas de Sarriá y la de Bar­
celona. Destacóse entre sus números el Dis­
curso de la Sita. María López de Sagredo,
Concejala del Exento. Ayuntamiento de Bar­
celona. Se traslucía su hermosa alma en cada
una de sus frases. L a linda zarzuelita ♦ Asalto
al jardín » fué interpretada acertadamente por
las alinnnas del Colegio de Sta. Dorotea; las
mismas alunnas representarón también con
éxito felicísimo, la hermosa alegoría * Los D e­
cenios de la vida del Beato Juan Sosco».
Finalmente amaneció el día grande; lel 24!...

Iquique (Chile) — Mons. Carlos Labbé con los personajes qne fomaron parle eo la fiesfa.

y atrayente entre los esplendores del nuevo
altar profusamente iluminado. Fueron madrinas
del mismo Dña. Antonia Ferrer Vda. de Canals,
y la distinguida Srta. Alicia Ferrer Vidal.
La im ^ en y el altar fueron bendecidos por
el Rvdo. Sr. D. Guillermo Viñas, Director de la
Casa Salesiana de Sarriá. Con la elocuencia que
le caracteriza desarrolló en brillantes párrafos,
los heclios más salientes de la vida fecunda
del gran Taumaturgo del siglo X IX .
Durante los días 22 y 23, ocuparon la cátedra
sagrada los Rvdos. Padres Salesianos D. Anto­
nio Martín, Director de la Casa de Barcelona
y D. Enrique Buj, Director de la Casa salesiana
del Tibidabo. E l primero presentó a Don Bosco
como im genio del cristianismo, y el segundo
lo consideró como una fragranté rosa nacida
en el corazón de una Margarita.
El 23, último día del Triduo, a las 4 de la

la fiesta reclamada por las almas. En la Capilla
todo era luz y flores, armonías, explosión de
amor, trasunto del cielo.
Desde la víspera, los corredores, patios y el
espacioso jardhi quedaron engalanados con
pabellones rojos y oro. banderas españolas, ita­
lianas, y pontificias; multitud de gallardetes
y guirnaldas de flores. E l escudo del Instituto
adornado con gran gxisto, camp>eaba sobre el
frontispicio de entrada; en suma, el Colegio
quedó transformado con todo cuanto puede
soñar la fanta.sía y el arte.
A las 7 % de la mañana celebró la Misa de
Comimión Creneral, con muy numerosa asis­
tencia de las Ex-alumnas, nuestro Eexmo. e
lim o. Obispo Dr. José Miralles Sbert, En ella
se cantaron Motetes especiales para el acto.
A las 10, se cantó una Misa solemne por el
coro del Colegio, acompañada por un quinteto

-(
de violines y celebrada por el Rdo. Dr. Don
Martin Cajigós, Visitador de Religiosas de esta
Diócesis.
Con palabra elegante y profundos conceptos
celebró las glorias del Beato Juan Bosco el
Rvdo. Sr. D. Julián Massana S. S.
Por la tarde, la imagen del Beato recorrió
triunfalmente los jardines del Colegio a los
acordes de la Banda de los Talleres Salesianos,
y de regreso a la Capilla se cantó im solemne
Te Deum, venerando la reliqma del nuevo
Beato toda la concurrencia que fué en este
acto numerosísima.
S A L A M A N C A (España).

Brillantísimas han resultado las fiestas cele­
bradas en la ciudad del Tonnes para honrar
al Beato Juan Bosco. Durante el triduo el
espacioso templo de la Purísima se vió com­
pletamente lleno de fieles. E l P. Julián Massana, S. S., trazó un fiel retrato de D. Bosco
presentándolo como Hombre, como. Santo y
como Apóstol.
E l sábado por la tarde tuvo lugar \ma gran­
diosa velada en el teatro principal de la ciudad.
Mucho antes de la hora señalada y a se hacia
imposible dar un paso por las cercanías del
edificio: tanta era la muchedumbre que quería
tomar parte en los festejos. E l interior del
salón ofrecía un espectáculo imponente. Ocu­
paban la presidencia el Sr. Obispo de la Dió­
cesis Dr. Frutos Valiente; Mons. Ambrosio
G\:crra, de la Congregación Salesiana, Arzo­
bispo de Verissa, y las principales autoridades
civiles, militares y universitarias con nutrida
representación del clero regidor y seciüar. La
Banda de música de las Escudas salesianas de
Madrid, integrada por 70 músicos bajo la di­
rección d d maestro Ullivarri dió principio al
acto. Y ejecutó con primor escogidas y difíciles
composiciones.
A continuadón habló D. Jesús Corcuera,
Director d d Colegio de M. Auxiliadora, tra­
zando en breves rasgos la historia de la Obra
salesiana en la localidad. Le siguió en el uso
de la palabra el Antiguo alumno salesiano
Dr. Gil Robles, profesor de Dcredio Político
en la Universidad de Madrid y activísimo
miembro d d Comité de la Juventud Católica
Española. Su discurso estaba avalorado por
la ciencia de mi sabio y el afecto de un hijo.
D. Manuel G. Blanco expresó en elocuentes
frases d sentir de lo.s A. A. salmantinos en tan
fau.«ta ocasión.
Cerró el acto con brodie de oro la autorizada
palabra d d Dr. Frutos Valiente, el orador de
los grandes Congresos nacionales. Fué su dis­
curso obra acabada de dicción, de pensamiento
y de emoción: mi himno glorioso a la grandiosa
figura del nuevo Beato. Evocó con mucha opor­

58

)■
tunidad la memoria de Doña Gonzala Santana,
insigne cooperadora de las obras salesianas.
Los A . A. quisieron prepararse a la solemne
fiesta del día siguiente con una noche eucarlstica. L a iglesia, profusamente adornaba e inun­
dada en un mar de luz, era trasunto del Pa­
raíso. Expuesto el Smo., dirigió la palabra al
numeroso auditorio Mons. Guerra. Durante
toda la noche el templo se' vió ocupado por
numerosos fieles. H acia el alba se celebró
una Misa cantada en la que los ex-alumnos se
acercaron a recibir en sus pechos a Cristo Rey,
a quien habían hecho gloriosa guarda de honor.
Millares de comuniones se distribuyeron
desde la madrugada hasta el comienzo de la
Misa m ayor, que ofició el Sr. Obispo de la Dióce­
sis; hallábanse presentes Mons. Guerra y todas
lasautoridades de la ciudad. Un coro formado
por más de seiscientas voces interpretó la misa
Realis con gusto y afinación. E l sermón estuvo
a cargo del mismo Sr. Obispo, infatigable siem­
pre que se trata de honrar a D. Bosco.
L a escasez del espacio nos obliga a pasar
por alto muchos de los actos del programa.
Con todo no queremos omitir tm rasgo de ca­
ridad cristiana, digno de aplauso y de imitación. Los niños de los Colegios salesianos, en
medio de su regocijo, tuvieron un gentilísimo
recuerdo para los pequeños asüados del Hospi­
cio Provincial y quisieron agasajarlos con ima
espléndida comida. L a banda de Madrid, no
quiso ser menos, y les obsequió con un con­
cierto de alegres y escogidas piezas.
¡Premie el Beato estos actos de generosidad,
frutos consoladores de su sistema educativo!
G E R O N A (España).

Cumplido ha sido el homenaje que la ciudad
de Gerona ha tributado al Beato Juan Bosco
con m otivo de su elevación a los altares: como
era de esperar de la población española que
jimtamente con Barcelona ostenta la gloria de
haber acogido triimfalraente entre sus gloriosas
murallas a nuestro B. Padre.
E l triduo, celebrado en el Santuario de Ma­
ría Auxiliadora, fué mía brillante preparación
para la fiesta; el Rvdo. P. Juan Vem et supo
cautivar a sus numerosos oyentes con la amena
exposición de los diversos y atrayentes aspec­
tos de la Vida del Beato.
E l 24, día de la fiesta, el Colegio, profusa­
mente engalanado se despertó a los acordes
de vibrantes piezas de la Banda. A las 7 llegó
al Santuario el limo. Sr. Obispo de la Diócesis,
Dr. Vila Martínez, que fué recibido por toda
la casa y acompañado al presbiterio, en donde
celebró la Misa de Comunión, dirigiendo antes
de repartirla, un hermoso y conmovedor fervorín que inflamó los corazones de todos en
el amor a Jesús-Eucaristía.

P
^

( 59
A las diez el mismo Rvdm o. Prelado asistió
al Pontifical en que se ejecutó la misa del M.
Franco, por la escolanía de las Escuelas y la
masa coral de los No\úcios y Estudiantes Salesianos. E l sermón estuvo a cargo del Rvdo.
P. D. Antonio Martín, superior de la casa de
Barcelona, quien tejió im hermoso panegírico
del Beato.
Por la tarde, después de la exposición Eucarística se cantó el solemne Te Deum, y después
de impartir la trina Bendición con el Smo.,
el Sr. Obispo dió a besar a todos los presentes
la reliquia del Beato, encerrada en artístico
relicario.
A continuación tuvo lugar una hermosa
velada cuyo selecto programa fué ejecutado
con precisión y maestría en todos sus números,
destacando el discurso del A . A . y culto abo­
gado barcelonés D. José M. Casasas.

)de ñiños que se lle\’ó a cabo el domingo 15 de
septiembre en la amplia y hermosa Cripta del
futuro Santuario de Alaría Auxiliadora.
Más de das mil niños, entre los que había
una representación de todos los Colegios de la
ciudad, asistieron devotamente a la santa misa
celebrada i^ r el Rvmo. Sr. Inspector Pbro.
Pablo Z. Vicari. E n el momento de la Comu­
nión cuatro sacerdotes distribuyeron el Pan
de los Angeles a los innumerables niños que
comulgaron con piedad edificante.
Se destacaban los que por primera vez re­
cibían a Jesús Sacramentado, quienes con sus
blancos uniformes ponían ima nota de emoción
y fervor.

Los pontificales.
E l jueves 19 de septiembre se inició el
solemne triduo celebrándose en los tres días

Córdoba (Argentina) — Las Aoloridades qae ríodieron bomenaje al Beato.

Finalizó el acto con im artístico cuadro plás­
tico de la apoteosis del Beato D. Bosco que el
publico contempló puesto en pie mientras la
Banda lanzaba al aire las vibrantes notas de
la Marcha R eal entre vítores y aplausos in­
terminables.
CÓ R tK D B A (Argentina).

Con el mayor de los éxitos se ha conmemo­
rado en la ciudad de Córdoba, sede de la Inspec­
toría San Francisco Solano, la beatificación de
Don Bosco. Autoridades Eclesiásticas, Civiles
y imitares; cuanto de representativo tiene la
s o a s a d cordobesa y el pueblo en general ban
participado a los festejos que han alcanzado
un brillo sorprendente.

La conmovedora Jomada Eucaristica
del los niños.
Comenzaron las fiestas en honor del nuevo
Beato con una grandiosa Jom ada Eucaristica

misas pontificales. E l lim o, y Rvmo. Sr. Dr.
Ramón J. H am son celebró el primero en la
Cripta, asistiendo un crecido número de fieles.
E l panegírico estuvo a cargo del R. P. Fray
Floro Olivan, Mercedario, quien hizo un bri­
llante estudio de Don Bosco considerándole
como educador y salvador de la juventud.
L a misa del \nemes se celebró con asistencia
pontifical del limo. Mous. Ramón Harrison y
durante la misma predicó el R. P. Demetrio
J. Velasco, superior de los Padres Escolapios
de la ciudad.
E l lim o, y Rvmo. Sr Obispo de Santiago del
Estero Dr. Audino Rodríguez ofició en el Pontifi­
cal del sábado en la santa iglesia catedral que
rebosaba de selecta concurrencia.
E l coro de los estudiantes de la Casa de
Vignaud ejecutó la misa del Mtro. Pagella con
toda maestría y ctm acompañamiento de nma
numerosa orquesta. E l docto orador sagrado
Pbro. Juan Carlos Vera Vallejo tuvo a su
caigo el pan^írico.

.( 6o
E l grandioso Te Deum.
El domingo, 22 de septiembre terminaron las
funciones religiosas con el canto de un solemne
Te Dettm en la Santa Iglesia Catedral. Por la
mañana del mismo día el limo, y Rvmo. Sr.
Obispo Diocesano Dr. Fermín E. Lafitte ce­
lebró la misa de Comxmión general para hom­
bres durante la cual comulgaron centenares
de caballeros.
La manifestación y el triunfo.
Inmediatamente después del Te Deum se
realizó la manifestación popular en honor de
Don Sosco llevando en triunfo su imagen. Era
la primera vez que la imagen de Don Sosco
recibía este homenaje en la República Argen­
tina, la segunda patria de Don Sosco.
Abrían la marcha los cuerpos de E^cploradores y Gimnastas de todos los Colegios de la
inspectoría y seguía después en forma ordenada
y entusiasta todb el pueblo de la ciudad de
Córdoba.
Ni una nota discordante, ni una palabra que
no fuera de alabanza al Apóstol de la Juventud.
Fué una tarde magnífica en que Don Sosco
recorrió triunfalmente las calles de Córdoba,
en medio de los vivas estruendosos, de los cán­
ticos, de los himnos, y bajo una constante
lluvia de flores... Córdoba no ha vivido mmca
una hora llena de tanta emoción, ni lia con­
templado triunfo semejante.
E l torneo gimnástico.
Como acto social conmemorativo se realizó
un espléndido torneo gimnástico, en el que
tomaron parte los Colegios de la Inspectoría,
debiendo para ello realizar los alumnos largos
viajes.
E l Exmo. Sr Gobernador de la Provincia
acompañado de los Exemos. Sres. Ministros;
todas las autoridades legislativas y judiciales;
el limo. Sr. Obispo y cuanto tiene de más
ilustre el clero y la sociedad de Córdoba y im
pueblo inmenso asistieron a este torneo que
fué im magnífico triunfo del sistema educativo
de Don Bosco.
Durante el desfile cosecharon los pequeños
atletas los aplausos entusiastas y unánimes del
público que los acompañó durante toda su
estancia con muestras de singular simpatía.
La velada final.
Por la noche del 22, en el teatro principal
(le la ciudad, gentilmente ofrecido por el Sr.
Gol>onindor, tuvo lugar una conmemoración
SíK'ial. Particijió a la misma la alta sociedad de
Córdoba y ocuparon el palc» oficial, el Ex<nno.
Sr. Gol>eniador y sus Ministrtjs, el Pdte. de la
Cámara de Diputados y Senadores, el Inten­

)dente Municipal y los limos. Srs. Obispos Dr.
Fermín E. Lafitte, Dr. Andino Rodríguez y
Dr. Ramón Harrison.
E l erudito y sabio Pbro. Dr. Antonio Caggiano, tuvo a su cargo la conferenciav sobre
nuestro Beato Padre tejiendo un acabado y
profundo elogio que mereció las aprobaciones
unánimes de la selecta concurrencia.
En síntesis podemos decir con justicia que
los festejos realizados en la docta ciudad ar­
gentina, han alcanzado un éxito sorprendente
y pocas veces podrá comprobarse más adhesión
popular, afecto más intenso y veneración más
profunda que la que se ha puesto de manifiesto
en esta hermosa e inolvidable ocnsión.
L A P A Z (Solivia).

Verdaderamente solemnes han resultado las
fiestas religioso-sociales, en honor de nuestro
padre fundador, el Beato Don Bosco.
Desde la víspera del triduo y con motivo de
la bendición del hermoso cuadro del Beato,
principió a notarse una insólita animación. La
artística Cripta', en las horas de la mañana,
fué meta ansiada de raucl;ios devotos de María
Auxiliadora y admiradores de su gran Apóstol.
Octubre, 25
L a misa de comimión, celebrada por el Vi­
cario General de la Diócesis, fué m uy con­
currida y a la misa pontifical, oficiada por el
lim o. Sr. Obispo de L a Paz, asistió una nutóda
concurrencia de tal suerte que se llenó la Cripta.
E l altar mayor, en el que se destacaba, ra­
diante de luces, la efigie del Beato, ofrecía
im conjunto de flores y de luces, tan bien
dispuestas, que alegraban la vista y, al propio
tiempo, alimentaban la piedad en el corazón.
Octubre 26, segundo dia. — También los an­
tiguos aliunnos, como era de esperarse, han
sido dóciles al reclamo que se les había hecho.
Grande e intensa fué la propaganda que se
vino haciendo de muy atrás. Pero no ha sido
estéril, a juzgar por los frutos cosechados.
A la misa solemne, cantada por el señor
Secretario de la Nimciatura, hicieron acto de
presencia un selecto grupo de Antiguos Alum­
nos, quienes por su devoto comportamiento
llamaron la atención de personas piadosas, de
las cuales estaba atestada la cripta.
En las primeras horas de la tarde, obsequiado
por la banda y saludado por los alumnos, en
unión de sus superiores, fué recibido en el
Colegio el limo. Sr. Obispo de Potosí, quien
con su jjresencia y actuación contribuyó a
realzar nuestras fiestas.
Nuestro ilustre huésped presidió complacido
la Asamblea de exalumnos, que se abrió a las
22 <x)n una concurrencia superior a toda pre­
visión.
Octubre 27. tercer dia. — E l majestuoso Ilh

( 6i

La Paz (Bolivia) — Cripta del Santuario de Maria Auxiliadora.

i

•(
mani despejado y más cándido que nimca, se
dejó acariciar suavemente por el sol levante
que debía presidir el último día de nuestras
fiestas. Sus primeros rayos dieron la primera
nota de alegría que fué secundada por el júbilo
de nuestros alumnos, quienes supieron mani­
festarlo santamente, recibiendo la comunión,
to<los ellos, de manos del señor Obispo de
Potosí, en la misa de comimión general. Bsta
fué amenizada por el canto y realzada por \m
numeroso grujK) de socias y devotas de María
Auxiliadora. E l día no podía comenzar mejor.
Mucho antes que llegase el Excmo. Sr. Nimcio de su Santidad, para celebrar el pontifical,
y a estaba la cripta llena de ima gran multitud,
preferentemente de hombres, lo cual causó
gratísima impresión.
Entró privadamente el limo. Sr. Obispo de
Potosí, y en seguida, precedido ]xjr el clero del
colegio, hizo su entrada solemne en la cripta
el digno representante de la Santa Sede.
Nuestra Escolanla ejecutó Tu es Petrus del
maestro Ravanello y la misa del maestro Goller,
con esa delicadeza y afinación que le son pecu­
liares. E l panegírico fué prommeiado por el
Superior de los PP. Jesuítas, y lo hizo con elo­
cuencia, unción y persuasión, manteniendo
pendiente de sus labios al auditorio durante
algo más de media hora.
Estaban representadas las Comimidades re­
ligiosas de la ciudad, el Cuerpo diplomático,
los funcionarios públicos, los Antiguos Alum ­
nos y los Cooperadores salesianos...
A l ágape fraterno se sentaron sesenta per­
sonas entre cooperadores, antiguos alumnos y
amigos de la Obra salesiana; fué amenizado
por la banda del Colegio, in t ^ a d a por dimi­
nutos pero hábiles artistas, formados padéntemente por su andano maestro señor Bonelli.
Cuando la banda ejecutó el Himno a Don Bosco,
fué coreado espontáneamente por los comensa­
les, entre quienes reinó la mayor expansión.
Velada en honor del Beato. — Formó el broche
de oro de todas las manifestaciones de nuestro
amor y veneradón hacia el Beato y el Papa,
su glorificador.
L a música como el canto no dejaron nada
que desear. Los coros, preparados con meticuI0.S0 esmero por el P. Barde, ejecutaron música
dásica y arrajicaron frenéticos aplausos.
Los hermosos discursos del Dr. Téllez y del
Dr. Salinas, sobre Don Bosco y el Papa, res­
pectivamente, formaron las delidas del público
selecto, que llenaba de bote en bote el salón,
presidido por el Excmo. Sr. Nimdo, el limo.
Sr. ObisjK» de Potosí, el Sr. Ministro de Colom­
bia y el Sr. Encargado de Negodos de Italia.
E l elogio de Don Bosco y su obra admirable,
tuvo rasgos de notable hermosura y siunamente educantes. L a apología del Papado fué
brillante y de grande actualidad.

62 )Por medio de un predo§o cuadro plástico,
que reproduda la apoteosis del Beato, se puso
término a la velada, cuyo recuerdo, jimtamente con el de las fiestas celebradas, quedará
perpetuamente grabado en los corarones de
todos.

VA L E N C IA (España) — Reparíición </e
premios.
E l domingo 17 de noviembre tuvo lugar ea
el hermoso salón de actos del Colegio la repar­
tición de premios a los alumnos que por su
aplicación y conducta se habían hecho acree­
dores a esta distinción. E l acto fué presidido
por relevantes personalidades de la capital
Dióse comienzo a la fundón con el Himno a
la Escuela cantado por todos los alumnos. A
continuadón el Sr. Director saludó a los pre- ^
sentes, exponiendo en breves frases el motivo
que allí les había congregado. L a velada trans­
currió en medio de la m ayor cordialidad y
animadón, destacándose entre todos los nú­
meros el discurso cristiano y patriótico del gran
batallador y Presidente de la Asodadón de
Padres de familia D. Manaiel Simó, cuya sola
presenda h ada vibrar en el más delirante en­
tusiasmo los corazones de todos; enaltedó la
educadón cristiana, comparando la situadóo
del barrio de Sagunto antes de venir los Sale­
sianos y ahora, en que merced a sus trabajos,
puede considerarse el barrio modelo, que a la
sombra de María Auxiliadora y bajo la sonrisa
deD . Bosco ha visto florecer el hermoso grupo de
casas baratas para obreros, soludón de las más
afortimadas para remediar la crisis sod al y fun­
dar numerosos hogares sólidamente cristianos.
Terminado el discurso y tras algunos varia­
dos números, se repartieron los premios, dis­
tribuyéndose 193 diplomas, 18 medallas de
honor, muchísimos libros y xma moneda de
plata de cinco pesetas a todos los que obtuvie­
ron las primeras calificadones, pues siendo en
su m ayoría niños pobres, es para ellos ima
sorpresa gratísima el encontrarse con tan fa­
bulosa cantidad. E l acto, bello y educador en
extremo se clausuró entonándose im himno a
España y a su bandera.
P A T A G O N E S (Argeníina) — Certamen cafequisfico.
E l día 10 de octubre llevóse a cabo en el
salón de actos del Colegio San José el tradidonal certamen catequístico en el que los 40
concursantes demostraron la tenaddad y constanda con que durante el transcurso del año
estudiaron el Catecismo. Después de tres horas
de reñida lucha correspondió d triunfo al
alumno Alberto González, .deudo coronado
Emítrrador, en medio de una calurosa ovadón.

i

-(
A continuación se nombró la corte de Honor
y después de recibir los aplausos de sus supe­
riores y compañeros se dirigieron todos juntos
a la iglesia a dar gracias a Dios por el triunfo
obtenido. A continuación el Sr. Director les
obsequió con un lunch. Nuestras felicitaciones
más sinceras a los elegidos y a los que lucharon
por el premio, mientras animamos a los demás
a hacerse digno del premio en años venideros.
I’IBIDABO

(Barcelona-España) —

Visifa

¡¡asiré.

Su Alteza la Infanta Isabel de Borbón, se
dignó visitar el día 28 de octubre la cripta y el
templo en construcción. A l enseñarle el altar
dedicado a María Auxiliadora dijo sonriente:
♦ Ya se conoce que los Salesianos son los en­
I
cargadas de la erección de este templo al Sa­
. 'A grado Corazón: en donde están ellos no puede
faltar la Imagen bendita de María Auxiliadora ».
3
Tomó luego una medalla de oro que le bendijo
un Padre Salesiano y se la colgó del cuello para
llevarse im grato recuerdo de su \risita. A pesar
de sus muchos años quiso subir hasta el templo
en construcción para ver cómo iban las obras
y grande fué su júbilo cuando vió que se tra­
bajaba activamente y se pensaba inaugurar
dentro de pocos años.
Al despedirse el Padre Salesiano que le acom­
pañaba le dió rendidas gracias por su visita
y ella repuso: ♦ Y o soy la agradecida y no
podía dejar de hacer mi visita al Sagrado Co­
razón ». Edificado el Padre Salesiano por tan
bella y nobre respuesta le prometió las ora­
ciones de todos los felices moradores de la
casita que se levanta junto al templo del Jesús
bueno que pasó por la tierra derramando gra­
das a manos llenas. Partió agradecidísima y
al alejarse, varias personas que se hallaban en
la plaza la vitorearon. Sí; ^^va por muchos
años Su Alteza la Infanta Isabel; v iv a muchos
años y que tengamos la dicha de verla en el
templo del Corazón de Jesús. V iva muchos años
y luego eternamente en la Gloria muy cerquita
del Corazón Di\*ino del cual tan devota es.

63

)Era Doña Maria una dama ilustre por su
descendencia, y por la prosapia de su virtud.
Pertenecía a la aristocrática estirpe espiritual
de la Siervo de Dios Dorotea ChopiUa.
Su larga vida, vivió 84 años, fué generosa
y constante siembra de caridad, reflejo fiel de
la vida del Corazón de Cristo.
Esposa, madre y viuda, dejó claros ejemplos
de virtud.
Como esposa, su semblanza nos la da com­
pleta la Sagrada Escrituaa, al trazar la bella
imagen de la mujer fuerte.

i

NECROLOGIA
Un ángel de Caridad.
En la madrugada del día 12 del pasado mes
de septiembre, fiesta del Dulce Nombre de
Ataría, se durmió plácidamente en el Señor,
fortalecida con los Santos Sacramentos y la
Bendición Apostólica la Ilustre Señora Doña
.Varia Berírand y Salsas, Viuda de Ferrer.

Madre, educó a sus hijos con los sanos y
eternos principios del Evangelio. Nada fué
capaz de separarla de las normas educativos
evangélicas. « No creo, afirmaba, .sea necesario,
para formar el carácter de mis hijos, el expo­
nerlos a los peligros que la \'ida social, tal
como se entiende por muchos, ofrece ». Y sos­
tuvo y actuó su pensamiento con la firmeza
que da la mansedumbre.
Como premio de su labor tan bien orientada
y con serena fortaleza sostenida, recogió pre­
ciosos y sabrosos frutos. Sus hijos, después de
Dios, fueron su galardón más rico y su mayor
consuelo en la tierra.
A l enviudar y tener que empuñar el timón
de la casa, gobernó a los suyos con la fuerza
de su bondad y el destello de su virtud, ha­
ciendo de su morada asiento de envidiable paz.

-(

64

Dos virtudes principales resplandecieron en
ella: la piedad y la caridad.
Piedad sentida, honda, práctica, con dos
manifestaciones celestiales: mariana una, eucarística la otra.
Su caridad de reina no menguó la riqueza
de su casa: «Domas, hijos míos, de lo que Dios
nos da tan generasamente a nosotros». Y sus
liino.siias eran abundantes y continuas.
Ha volado al cielo con la satisfacción purí­
sima de no haber negado auxilio a nadie que
se lo haya pedido y de haber acudido diligente
a remediar-las miserias por ella conocidas.
Mostraba íntima alegría al decir: Cuanto más
caritativos somos, más nos favorece Dios Nues­
tro Señor.
Parecía que andaban a porfía la geuerasidad
divina y la de la ilustre señora.
Una obra llenó su corazón los últimos años
de su vida.
Das Hijas de María Auxiliadora vieron en
el año 1909 deshecha su casa, profanadas las
imágenes de su capilla, y paralizado el bien
que hacían a los centenares de niñas y jovencitas que asistían a sus Escuelas y al Oratorio
Festivo. Como consecuencia de tan amargos
.sucesos, muluvierou como errantes golondri­
nas, buscando dónde reconstruir el nido de
piedad y de educación que antes tenían. Pasa­
ron los años. Se rezó muclio, se trabajó sin
descanso y aun continuaba la obra de las Hijas
<lc María Auxiliadora estrecha, casi ahogada.
El Corazón de Jesús, al ver a sus hijas en tan
angustiosa situación, envió, por medio de Ma­
ría Santísima Auxiliadora, a im ángel que
hiciera revivir la obra, E l ángel fué Doña Ma­
rio Bertrand y Salsas, la cual con regio despren­
dimiento adquirió el terreno que en 1909 ocu­
paban las Escuelas de las Hijas de María Auxi­
liadora y sobre él se alzó bien pronto, merced
a la caritativa dama, un edificio moderno, con
diez clases, conforme a los últimos adelantos
l>edngógicos, bonita y devota capilla, salón de
actos y casa capaz para las religiosas.
Las benediciones de María Auxiliadora ca­
yeron, sin duda, sobre la bienhechora insigne;
en el porvenir, su nombre será bendito por las
generaciones de niñas que se eduquen en el Cole­
gio por ella levantado con munífica esplendidez.
Doña Mario, después de una vida santa,
fecimda en obras de caridad, dió su alma a
Dios. Fué a unirse en el paraíso con su querido
esposo y con su llorado hijo \’icente.
lyos ix>brcs y los obras sociales ensalzan su
memoria; la Obra Salesiana ha escrito su nom­
bre entre su.s bienhecliores más preclaros; la
Iglesia había premiado su caridad con la áurea
distinción Pro Ecelesia et Pontífice, y el Corazón
de Cristo R ey habrá ceñido ya a sus sienes la
refulgente diadema de la eterna bienaventu­
ranza. Descanse en paz.

)-

Doña María Marsá e Isberl.
E l día 24 de noviembre, consagrado a María
Auxiliadora, expiraba serenamente en sus amo­
rosos brazos esta insigne Cooperadora Salesiana.
No contenta con ofrecer sus limasnas, supo
desprenderse con generosidad de su querido
hijo D. Pedro Escursell, cuando, terminada sn
carrera de abogado, fué llamado por Dios a
formar parte de los hijos de D. Basco. Renun­
ció generosamente a sus legítimos dese<^ de
tenerle consigo, contenta de contribuir con su
sacrificio al bien que haría su hijo sacerdote.
Pero no fué este el i'mico y más penoso sacrificio.
Enferma y tras largos años de ausencia, lo vio
partir, apenas celebrada su primera Misa, para
las lejanas Misiones del Japón, con el penoso
presentimiento de no tenerle a su lado en la
hora postrera. vSólo Dios puede medir la gran­
deza de esta renuncia. Sólo E l podrá recom­
pensarla como es debido.
A toda su familia, en especial a nuestro
querido hermano D. Pedro Escursell, nuestros
sentimientos de adhesión en tan irreparable
pérdida mientras le ofrecemos nuestras ora­
ciones, y encomendamos su bella alma a las
oraciones de todos los Cooperadores.

Don Eugenio Gómez.
En Zapatoca (Colombia), donde residía, en­
tregó su alma al Creador el día 24 de octubre
del pasado año este ejemplar Cooperador salesiano. En su elogio se pueden aplicar las pala­
bras « pasó haciendo el bien s. E sta era la norma
de su conducta. Hacer el bien a todos, siempre
que le era posible. -Se esmeró en dar a sus hijos
ima educación sólidamente cristiana, incul­
cando en sus corazones los mismos sentimien­
tos de piedad y de caridad que anidaban en
el suyo. Como Cooperador salesiano, fué mo­
delo de piedad y exacto cmnplimiento de sus
obligaciones. A todos sus deudos, y en particu­
lar a su hija Doña Teresa, incansable celadora
salesiana, Ies damos nuestro más sentido pé­
same, mientras encomendamos el alma del que­
rido difunto a las oraciones de- todos nuestra^
Cooperadores.
'

Recordad en vuesfros sufragios a:
B arceloN’A (España).— D. José Mario Badi»
y Comes; D. Vicente Garres Ferros; M uy Utre.Sr.
D. Isidro de Sicart de Torrens_, Conde de Sicart.
B oiAIGA (España). — Doña Remigia Blanco:
Doña Matilde Lain; Doña Baltasara Muñox.
Coa a/>ro¿ocMa de h maíorided echsiéslic*.
Ger«.le: D. DO.WñNICO GARNERI.
E sla b lc c Í B in lo lI p . <te U Socied ad E ditora loleroacioaal - Twi*
C o rs o ResP'mm M a rg h erlla , 176.