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Abril, 1929 .
Año XLIV - N. 4 .
Íí Ea
BOLETÍN SALESIANO
REVISTA DE LAS OBRAS DE DON BOSCO
D e la Cruzada Misionera.
LA PAGINA DE O R O
destinada a registrar los nombres de las B e c a s
que se van fundando para res
ponder al llamamiento del Sucesor de Don
Bosco. He aquí la novena (2® Serié)'.
M is io n e r a s
53 . Beca Pedro Roía
completada entre los alumnos internos de
San Pablo (Brasil).
54 . Beca M ons. M ourSo
4 6 . Beca San José
fundada por un insigne Cooperador de los
Estados Unidos.
47 . Beca San Francisco Javier
debida a la generosidad del mismo señor.
48 . Beca Colegio Morgando
fundación del Colegio Salesiano «Justo
Morgando* de Cuorgné (Italia).
49 . Beca lÁons. Giordano
fundada por los exalumnos del Liceo del
Sagrado Corazón de San Pablo (Brasil).
50 . Beca Alons. Lino
fundada por la Asociación de la Guardia
de Honor del Sagrado Corazón, de San
Pablo (Brasil).
51 . Beca María Auxiliadora
fundada por los Sres. Cooperadores de San
Pablo (Brasil).
52 . Beca Nfra. Sra. de Lourdes
debida a la generosidad de sus archicofrades de San Pablo (Brasil).
recogida entre los alumnos externos de
San Pablo (Brasil).
55 . Beca Dionisio Giudici
fundada por los alumnos artesanos de San
Pablo (Brasil).
56 . Beca Don Rosco (V)
completada entre varios donantes.
57 . Beca Don Bosco educador
completada entre varios donantes.
5 8 . Beca Don Cerruffi
completada entre varios donantes.
59 . B eca Corita Escalada
ofrecida por su madre, en memoria de la
bija, volada al Cielo.
60 . Beca Parroquia de Sfo. Domingo de
la Alfa Verapaz
debida a la iniciativa de los Cooperadores
de aquella localidad (Guatemala), donde
no hay casa salesiana.
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/A s a l v a r almas!
Conmovedora en extremo es la historia del nerales simpatías y en San Pablo y Rio Ja
Cacique Mayor. De naturaleza y aspecto sal neiro fueron recibidos con entusiasmo y to
vaje. de elevada estatura, el hijo de las selvas
dos admiraban su conducta ejemplar.
del Mattogrosso era la encamación del in
La Banda de los pequeños Bororos era una
dio indómito y feroz
magnífica prueba de la labor de apostolado
Llegado a nuestra misión el año 1905. aún de los Hijos de Don Bosco y una demostra
demostrando hacia los misioneros simpatía ción más de la santidad de nuestra Religión,
y respeto, conservaba su altiva independen que sabe inspirar y llevar a cabo, a través
cia; y como su temerario valor le daba grande de heróicos sacrificios, grandes empresas de
ascendiente entre los suyos, ningún indio se caridad.
atrevía a dar un paso sin su permiso. Él,
Pero estos triunfos y alegrías debían tener
por su parte, nutría afecto de padre para un epílogo de penas y dolor. E l 7 de jxilio
con todos los miembros de su tribu.
una cruel enfermedad ponía fin a la vida del
Uno de sus hijos frecuentaba asiduamente pequeño Vital da Cruz, y con breve intervalo
la Misión y el terrible indio lo acompañaba morían también los dos hijos del Cacique
entre temeroso y desconfiado. Pero cüando Mayor, Jorge y Miguel Magone.
los misioneros le pidieron que leé dejara a
Es imposible hacerse una idea del dolor
su hijo para instmirlo, bajó la cabeza, que de los misioneros. ¿Quién se atrevería a co
dóse un tanto pensativo y luego exclamó: municar la desgarradora noticia al padre, que
— Si, os lo dejo porque sois muy buenos... amaba entrañablemente a sus hijos?
Y se alejó con los ojos bañados en lágrimas
E l inolvidable P. Bálzola nos describe la
Y el indiecito recibió el bautismo y se escena trágicamente conmovedora.
llamó Miguel Magone.
Apenas el Cacique entendió la triste nueva,
Cuando más tarde pidieron al fiero cacique pareció enloquecer de dolor: desnudo, lan
jiermiso para llevarse a su hijo a Kuropa,
zando alaridos y acuchillándose todo el
contestó en seguida: — Ya os lo dije una cuerpo, filé recorriendo todos los lugares
vez: de vosotros me fío. P . Maldn. no lo deje donde habian estado sus hijos. Dirigióse a
a nadie más y devuélvamelo sano y salvo.
la residencia de los misioneros, chorreando
Y Miguel vino a luiropa: muchos de nues sangre y entre ayes de dolor se hería en la
tros amigos recordarán todavía la suave im cara, en los brazos, en todo el cuerpo, ba
presión de bondad (¡ue doquiera dejaba el ñando con su sangre aquellos lugares.
hijo del Cacique.
— ¡M is hijos, iba gritando, mis hijos!
A su regreso ejerció tal influencia en el éDónde están mis hijos?
ánimo del padre, ([ue también él ret'ibió el
bautismo y fué uno de los más eficaces au
Este grito del Cacique Mayor es el grito
xiliares del misionero.
de la Iglesia Católica y debe ser también el
Pero en acjuel año igo8 sucedió también
grito de las almas buenas.
la terrible desgracia. K 1 P. Malán bajó desde
¿Dónde están mis hijos, clama la Iglesia,
el Malto Gros.so a lo largo del Paraná, acom mis hijos redimidos con la sangre preciosísima
pañando la banda de los pequeños bororos de Jesucristo?
que habían sido invitados por el mismo Go
¡Pobre juventud! ¡Pobres niños paganos!
bierno a la Exposición de Rio Janeiro.
El infanticidio, esta abominable práctica
La impresión que causaron aquellos joven- corriente todavía por desgracia entre algunes
citos, que pocos años antes vivían errantes pueblos paganos, es un baldón de ignominia
por las selvas, en estado completamente sal- Nuestros misioneros la encuentran practi
v ije , y que hoy, regenerados por las aguas cada con métodos y proporciones distintas,
bautismales, daban ejemplo de piedad y
tanto en Oriente como en Occidente.
cu.dura, fué extraordinaria.
Pero la nación tristemente clásica del in
En fíuenos Aires, en Montandeo, donde se fanticidio es la China: aunque no es general,
detuvieron algunos días, se ganaron las ge ni las cifras son tan elevadas como a veces
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se ha dicho y hoy día disminuyen conside
rablemente.
Lo q :e más hiere la conciencia cristiana
es que este abominable delito esté como san
cionado por una de las célebres V E IN T I
CU ATR O L E Y E N D A S , que sarcástica
mente se llaman morales, destinadas a in
culcar a los niños los deberes filiales. He ahí
en resumen lo que cuenta;
Una vez... había un jxibrecito que no lo-
¡Las pobrecitas niñas, sobre todo, sacri
ficadas de mil inhumanos modos, qué com
pasión no inspiran a los corazones que arden
en el amor cristiano!
Y aún se piensa quizá menos en otra forma
de infanticidio no menos abominable y más
terrible todavía por sus consecuencias; el
infanticidio de las almas. Son millones y. mi
llones de tiernas criaturas, primorosas ñores
que se marchitan antes de tiempo, a causa
La banda d e los indios B ororos de la que formaban parle los dos b ijís del C acique M ayor.
graba mantener con el fruto de sus sudores
a sus ancianos padres y demás familia. No
sabiendo qué hacer para hacer frente a tales
estrecheces, determinó, de acuerdo con su
mujer, enterrar vivo a su propio hijo. Y he
aquí que al cavar la fosa para su criminal
intento, encontró en el fondo de la misma
un tesoro. Así fue premiada — dice la moral
china — la piedad filial de aquel padre des
naturalizado.
No es de extrañar, pues, que con tales
enseñanzas se haj’a extendido la infame prác
tica que tanto repugna a nuestro sentimiento
cristiano-
del ambiente corrompido, o segadas por un
fanatismo embrutecedor.
¿Y no correremos a salvarlas? ¿No escucha
remos la voz de nuestra Madre la Iglesia
que por medio del Vicario de Jesucristo
clama sin cesar; Salvad, salvad a mis hijos!
El ejemplo de los niños.
Se diría que el sentimiento de piedad y
entusiasmo cristiano se manifiesta más es
pontáneo y ardiente en los jóvenes. Estos
niños que sienten fuertemente el amor hacia
los hermanos lejanos necesitados, constí-
lóo
luyen una primavera de flores que prometen
los más consoladores frutos. Quisiéramos te
ner espacio suficiente para documentar nues
tra afirmación y presentar a los lectores del
Boletín hechos de belleza moral incompa
rable que hablan muy alto en favor de los
pequeños protagonistas. Nos linjitamos a
citar alguno:
Un generoso Cooperador Salesiano de V a
lencia (Kspaña) nos escribe:
M is hijos Enrique, José, Consuelo, María
Julia y Mariita, sabiendo cuán a pechos ha
tomado el Rvdmo. Sr. D . Rinaldi el desarrollo
de las Misiones, desean contribuir a la for
mación de una B e c a M i s i o n e r a , c o n 50 0
PTAS. CADA UNO, a los cuales añade otras qui
nientas mi buena mamá.
Otros jovencitos, los hermanos Manuel y
Joaquin Marios Mollincdo, han encontrado
también una manera simpática de contribuir
a la salvación de los niños paganos, con un
acto de exquisita caridad.
K 1 Banco de Kspaña, como un tributo al
bien llevado a cabo por los misioneros, ha
hecho una emisión de billetes de Banco de
25 pesetas, que en el anverso tienen grabada
la figura del gran apóstol del Oriente, San
Francisco Javier y en el reverso, al mismo
santo bautizando a un grupo de infieles.
Pues bien, habiendo el papá de los citados
hermanos regaládoles uno de esos billetes,
que bien prodríamos llamar misioneros, los
generosos jóvenes se apresuraron a enviarlo
como un homenaje al sucesor de Don Bosco,
para la Cruzada Misionera.
Nosotros, que desde hace años y muy ínti
mamente conocemos las tradiciones de bon
dad de los queridos alumnos del Colegio de
Utrera, les tributamos con gusto desde las
páginas del Bo/ri/n un caluroso elogio, augu
rándoles que se conserven siempre entusias
tas de toda obra buena y dechados de toda
virtud.
Ni podemos pasar por alto el acto exqui
sitamente delicado del Sr. Sartorio, que, el
mismo día en que el Señor alegraba su hogar
con el nacimiento de una preciosa niñita,
quiso ofrecer, para celebrar el fausto acon
tecimiento, un cuantioso donativo para las
Misiones, para atraer sobre su Cannencita
la protección y bendiciones del Cielo.
Si todos los niños, hijos de padres cristia
nos, al nacer, recibieran esta señal de caridad
en favor de las Elisiones, ¡cuántos bienes se
atraerían sobre las nuevas generaciones y
qué de rasgos de nobleza surgirían de un
hecho llevado a cabo en la aurora de la vida,
por padres cristianamente afectuosos!
Nadie quiere ser menos.
Kn esta porfía para la salvación de tanta
pobre juventud todos quieren formar en
puesto de honor; como lo demuestra el en
tusiasmo que doquiera y en todo género de
personas ha despertado la Cruzada Misionera.
Desde los Estados Unidos un caritativo
señor funda dos Becas para la salvación de
los niños de Oriente. Nuestros alumnos. E x
alumnos y Cooperadores de San Pablo [Bra
sil) se han propuesto fundar siete Becas y
escriben que todavía no se siente satisfecho
su celo. Así aquella noble Nación, donde
Don Bosco vió un maravilloso desarrollo
de sus obras, sabrá atraer con la generosidad
que la caracteriza, gracias abundantes sobre
las poblaciones de su inmenso territorio.
También Colombia contesta con entusiasmo
al llamamiento del Rvdmo. P. Rinaldi. Pro
curaremos publicar cuanto antes ios resul
tados del trabajo que allí desarrollan con
tanto afecto nuestros amigos.
Nos conmueve además el delicado pensa
miento con que tantos buenos Cooperadores
quieren dedicar Becas Misioneras a la me
moria de los Hijos y amigos más insignes
de la Congregación Salesiana y a sus misio
neros más distinguidos.
Hermosa también la idea de dedicar una
Beca al Venerando D. Juan Bta. Francesia,
hijo predilecto de Don Bosco, que con sus
90 años cumplidos no se causa de hablarnos
del Padre y de su Obra, a cuyos difíciles
inicios asistió y cuyo triunfo definitivo espera
presenciar. Su nombre figurará dignamente
en la Página de Oro, junto con los de tantos
otros que a la Obra de Don Bosco han con
sagrado todas sus energías, desarrollando una
acción vasta y fecunda, tanto en los países ci
vilizados como en las lejanas tierras do gimen
en las tinieblas del error los pueblos infieles.
También nos ha emocionado la iniciativa
de los parientes del Cardenal Massaia, que
envían un donativo de 500 liras para iniriar
la fundación de una Beca dedicada al gran
apóstol de la Etiopía. Oportunísima la idea
de los Salesianos y Cooperadores de Pisa de
dedicar una Beca Misionera a su E m da. el
Cardenal M a ji, que tan bien ha dicho en pá
ginas admirables de Don Bosco y de Don R úa.
i
lOl
P.\vs.^^NDú (Uruguay). — Largos años hacía
sufría de tma enfermedad al estómago que me
imposibilitaba para el ciunplimiento de mis
deberes. Poco o nada pude conseguir de la
ciencia médica, pues la eiiíenuedud iba agra
vándose cada vez más, reduciéndome a menudo
a crisis de violentos y frecuentes vómito.s, que
acaban i>or hacerme caer largamente desva
necida, con otras desastrosos efectos.
Para someterme a lui examen ra Uognlfico
tuve que trasladarme a la ciudad de Buenos
Aires, no sin grandes dificultades; pue.s miestado delicado me tenía casi inii>osibilitada
para el movimiento. El dia 23 de mayo de 1928
regresé nuevamente a Paj'sandi't creyendo mis
hermanas recibir xm cadáver ¡Tan deshecha
voM a de mi forzado viaje!
Del examen radioscópico los médicos dedu
jeron que era necesaria una operación, pero yo
no sabía determinarme a dar mi consentimiento.
De pronto llega hasta mi celda un grupo de
hermanas trayendo en procesión una hermo
sísima imagen de nuesrío Padre Don Bosco,
regalo que acababa de hacer xma señora en re
cuerdo de la Primera Comunión de su hijita. El
retrato de nuestro Vble. Fundador fué para
mi como una visión de Cielo, que infundién
dome fuerzas hizo que me dispusiera con calma
a la inter\-ención quirúrgica.
En efecto, 20 dias después en el sanatorio
de esta ciudad se me practicó la difícil operación
de cuyo resultado mucho temían los mismos
médicos, dado el estado de gravedad en que
yo me encontraba.
Mas la intercesión del Vble. Don Bosco
imiilorada por las hermanas y niñas durante
varios meses, en los cuales, sin interrupción se
rezaba la Novena para obtener la Beatificación
de nuestro queridísimo Padre; su reliquia, que
Al hablar de Don Bosco, como de los demás Siervos
me acompañó siempre, aún en la mesa oix;rade Dios, nos importa hacer constar que no queremos
toria, me obtuvo la gracia pedida de la que
en manera alguna contravenir a las disposiciones ponti«
son testigos todos los que presenciaron mi en
ficias, ni atribuir a ningún hecho una autoridad superior
fermedad.
a la que merece un simple testimonio humano, ni prc>
Hoy, después de una larga convalecencia,
venir el juicio de la Iglesia, de la cual, a ejemplo de
recobrada milagrosamente la vida, hago pú
Don Bosco, nos gloriamos de ser obedientisimos hijos.
blica mi gratitud al Vble. Juan Bosco para
CamagOe y (Cuba). — Hace años hallándose gloria de Dios y de su Siervo.
ima amiga mía en estado preagónico, se le puso
15 E n ero 1929.
ima reliquia del gran Fundador de la Obra
Sor Angelina L emoyne
Salesiana y, a p>esar de que tenía un tifus ma
ligno, fué mejorando gradualmente y hoy se
B uenos A ires (Argentina). — Sara Hechart
encuentra en perfecto estado de salud.
agradece vivamente al Vble. Don Bosco la
Pero lo que me mueve hoy a hacer púbhco gracia de que haya podido caminar im sobrimi agradedmieuto es que hace apenas lo días ' nito cuya salud inspiraba serios temores y
tuve a tma hermana gra\‘ísima, con unos sín en%-ia agradecida la suma de L. 400 para el
copes tan alarmantes que temíamos se quedara Boletín Salesiana.
en algtmo de ellos. Invocamos a Don Bosco y
le aplicamos su reliquia y ens^uida se dió con la
S an G regorio (Uruguay). — Sofia Frantán
causa de la enfermedad, que se curó rápidamente. de Peláez agradece a Don Bosco el ahvio de
su enfermedad y envía «na limosna para su
29 Enero 1928.
Caii-m de Beatificación.
Una Cooperadora Salesiana.
Pasaron muchos días..... Una mañana el
Cacique Mayor se presenta al Misionero y
le dice: — Hoy los he visto a mis hijos; se me
aparecieron sonrientes y vestidos de blanco. Me
dijeron que estuviera contento, que fuera bueno,
que un día iría con ellos. ¡Ah mis queridos
hijos, se han vuelto más hermosos; jamás los
había visto así!
***
Apreciados amigos, todos los que os afa
náis para el éxito de esta Cruzada y con
oraciones, con la propaganda, con las li
mosnas cooperáis a la salvación de tanta
pobre juventud, levantad vuestra mirada a
las legiones de niños que nimbados de luz
celestial os sonríen desde el Cielo. Son los
niños por vosotros salvados y arrancados del
error y del vicio, son el fruto de vuestra
caridad y un día serán vuestra corona.
Cada uno de vosotros, absorto ante tan
hermosa visión puede exclamar con el Ca
cique Mayor:
¡M is hijos se han vucllo más hermosos:
jamás los había visto asi!
P e d r o R i c a l d o n e , Pbro.
Por intercesión
del Vble. Juan Bosco.
REINA Y MADRE
Pero tambén fué para España Madre y
¡Ha muerto la Reina Madre!
Madre cariñosa. No sólo mientras fué su
Jamás un epíteto de categoría o dignidad
reina sino y, casi diríamos especialmente,
ha podido significar mejor las dotes ‘d e la
persona a quien se aplica; porque eso'es lo después. Cuando libre de los cuidados y
preocupaciones de la regencia, se dedicó por
que han perdido España y su Rey con la
completo a aliviar las
inesperada muerte de
penas y dolores de
la virtuosísima Señora
sus súbditos más nece
Dña. María Cristina:
sitados, entregándose
Una Reina y una Ma
a aquella \ada activa
dre, de valor inesti
de caridad, de la que
mable en ambos con
tantos episodios ha re
ceptos.
cogido la prensa y que
Reina y Madre para
le captó el amor de to
Su Majestad el Rey
dos los españoles, que
(q. D. g.). Porque Ma
en ella veían la personi
dre cariñosa y ejem
ficación de la bondad.
plar fué para él cuan
He aquí por qué su
do, tierno infante, lo
muerte ha sido tan
mecía en sus ieales
generalmente sentida
brazos, cuando depo
y ha despertado un
sitó en sus sienes la
plebiscito tan espon
corona real. íntegra y
táneo de admiración y
gloriosa, cuando con
de cariño que ha cul
sus oraciones y con
minado en una de las
sus cuidados le acom
demostraciones más
pañaba en todas las
circunstancias tristes
grandiosas de duelo
que haya presenciado
y alegres de su azarosa
España.
vida, cuando con en
S . M . la Reina M adre . D A s . A laria C rislina
tusiasmo frenético lo
Y para la Obra Sa(q. s. g. h.)
lesiana en España fué
estrechaba contra su
pecho al volver tras larga ausencia, cuando
también Reina idolatrada y madre cariñosa.
complacida y humildemente orgullosa con Varias veces los hijos del pueblo que se edu
templaba a su augusto . Hijo convertido can en las Escuelas Salesianas de la Corte
en ejemplo de gol>ernatvtes y soberanos, pudieron aclamarla gozosos, recibiéndola a
llevando a nuestra Patria hacia las cumbres los acordes de la marcha real, cuando en
de la gloria.
alas de la caridad no se desdeñaba de atra
Y Rfina fué también para su Alfonso que vesar los llamados barrios bajos para acudir,
en su corazón le tuvo siempre levantado un en los momentos en que la Obra Salesiana
trono y (jue cual otro Salomón le dedicaba daba pasos importantes en sus Instituciones
la parte mejor de sus gloriosos éxitos.
a favor del pueblo, a tomar parte en su
¡Y una reina y una madre ha perdido tam alegría y animar con su presencia a la pro
bién ICspaña! Reina amante, solicita, valiente, secución de aquellas obras a las que no re
que recibió el delicado encargo en momentos gateaba nunca el concurso de su caridad.
bien difíciles, que se captó el respeto y el Grande aprecio nutría la Augusta reina por
amor de sus súbditos, que supo llevar con la Obra Salesiana que hoy la llora y deposita
honor y conservar para su hijo, una corona una oración sobre su tumba, como lo demos
que corrientes sectarias y antipatrióticas tró en reciente ocasión queriendo confiarle
hubieran querido arrebatarle.
uva importante obra benéfica oficial en la
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Capital de España y siguiendo con interés
el desarrollo de la misma en pro de la niñez
pobre y desvalida.
Es por eso que nuestro Superior General,
D. Felipe Rinaldi, que tan imborrable re
cuerdo conser\*a de su ^'isita al Regio Alcázar,
apenas conoció la triste nueva se apresuró
a enviar a Su Majestad el Rey (q. D. g.)
la expresión del sentimiento suyo y de toda
Salesiana y a su dignísimo Superior, con
testó inmediatamente en la siguiente forma;
Felipe Rinaldi - Superior General Salesianos Turin.
Profundamente reconocido por afectuoso
pésame y sufragios de Religiosos, Cooperadores
V Alumnos por mi inolvidable amadísima
Madre - Alfonso, Rey.
Por todo lo cual el Boletín Salesiano, une
M adrid íñspaR a) — S o s M a jesla d ts los Reyes y la Reina M adre
en la C a sa Salesiana. coa mofivo de la colocación de la prim era piedra d e las Escaelas Profesionales.
la familia salesiana por tan irreparable pér
dida, con el siguiente telegrama:
Majestad Alfonso X I l l - Palacio Real Madrid.
Superior General Salesianos envía sentido
pésame Su Majestad y Real Familia muerte
sania Reina madre/ nombre Salesianos, Coope
radores y alumnos ofrece oraciones y sufragios.
Felipe Rinaldi.
Y Su Majestad el Rey que tantas pruebas
de aprecio tiene dadas a la Congregación
su voz a la de toda España para rendir
tributo de cariño y admiración a la Reina
buena, para pedir a todos, fervorosos sufra
gios por su alma y para presentar a la Real
Familia y especialmente a su Majestad el
Rey -el pésame más sentido e invocar sobre
su Real Persona el bálsamo del consuelo cris
tiano, seguros como estamos que si hasta
aquí tuvo siempre reserv'ado en su corazón
un trono para su santa Madre, hoy le t a
consagrado y a un altar.
DE NUESTRAS M ISIONES
Excursión por el rio Demini (Brasil)
Primer encuentro con los Indios Chinanas y Aicars,
(D e una relación del P. M isionero Angel C erri, desde el B arracón de T abatinga)
Amadhhno Padre,
I^as funciones sagradas ejercidas ayer en
este sitio y en las que pasé el día entero, me
produjeron tal satisfacción, que sin poderla
contener en mí, quiero hacer a S. Rvcia. par
tícipe de ella a fin de que conmigo y a los
])ies de María Auxiliadora, agradezca al Se
ñor el gran bien que, con su divina gracia,
se va haciendo por estos inmensos Ríos y en
el mismo corazón del <f.infierno... verde •i
Conforme a lo establecido por Mons. Massa, de acuerdo con el Sr. Luís de Souza, el
comerciante más importante del Río Demini,
partí el día 12 de noviembre de Barcdlos,
con el fin de recorrer dicho río y ver si me
podía poner en relación con las tribus de
los Chirianas y
que habitan en las
orillas de su curso superior. Era esta una
visita sumamente necesaria ya que el año
pasado entró en este río, por primera vez.
una lancha protestante, con el fin de con
quistar a U>s indios y establecer un Centro.
|Cónio amarga el corazón ver a tantas almas
bien dispuestas, que, por falta de Misioneros,
puetlen ser presa de los enemigos de la Iglesia
de Cristo! Desgraciadamente hube de com
probar U>s des;\strosos efectos de esta primera
visita protestante; pues uno de los tres co
merciantes de este Río se ha afiliado ya a
la secta y se ha ofrecido a coadyuvar a la
propaganda protestante entre los indios.
¡Pobre hombre! agobiado por las deudas se
deja alucinar por el dinero y las promesas
de los protestantes y todo lo sacrifica. Daba
pena ver la indiferencia con que avisaba a
las familias de él dependientes, de la visita
del misionero para los bautismos y casamien
tos que hubiera que hacer.
Pero el Señor misericordioso quiso le
vantar mi ánimo del abatimiento que este
triste hecho le producía, con el espectáculo
que ayer presentaba este sitio de Tabalinga,
propiedad del buen Sr. Luís de Souza.
Al cabo de tres días de estar en él, ocupado
en enseñar el catecismo a las familias del
núcleo más próximo, al amanecer del do
mingo, entre un dialogado tiroteo de esco
petas, revólveres y cohetes, fueron llegando
desde muy lejos canoas y más canoas reple
tas de familias, con el fin de ver al misionero
y cumplir sus deberes religiosos.
K1 nuevo barracón, aiín sin terminar, en
que había de celebrar la Sta. Misa, se llenó
por completo. Las mujeres con sus numero
sas criaturas de pecho sentadas sobre esteras
en el suelo y alrededor, de pie o sentados
sobre cajones, un nutrido grupo de hombres
y mozos en actitud respetuosa y devota.
L a función iniciada con unas piezas que
toqué en mi armonium, compañero de \daje,
en medio de la general admiración y entu
siasmo, fué desarrollándose solemne; sin que
fueran obstáculo a ello ni el mo\'imiento de
I>erros, gallinas y cerdos compañeros inse
parables del indio, ni la gritería, cantilena
y lloros de las criaturas que se arrastraban
a mis pies.
Terminada la misa pude administrar 21
bautismos, entre ellos unos doce de indios
Chiri.inas y a adultos; por la tarde fué la vez
i 05
de la legitimación de matrimonios. Con
grande consuelo de mi alma pude bendecir
10 uniones, algunas de las cuales llevaban ya
vanos años sin legitimar. I^a enérgica pro
paganda, en este sentido llevada a cabo por
el inolvidable P. Bálzola, va produciendo
sus frutos y el casamiento religioso va en
trando en las costumbres de estas pobres
gentes.
Terminados los casamientos, di comienzo
a las confirmaciones en número de 21 y no
terminé la labor apostólica de este día sino
Indios qué en las ignoradas selvas arrastran
una vida llena de miseria y barbarie.
Mañana seguiré mi viaje remontando el
río Demini. para pasar un día en el Barra
cón de uii señor judio, último límite civili
zado de estos parajes, y seguir luego, p(ír
otros tres o cuatro días de monótona nave
gación, hasta la Cachoeira donde se encuen
tra la primera Maloca de indios Chiriunas,
por medio de los cuales he de procurar entrar
en relación con los Aicars, que viven mucho
más arriba. Todo lo he preparado para que
C erca de Barcellos desemboca en el R io N egro, el R ío Demini, de! caal habla el P . C errí en su relación.
En la parle alta de su curso se hallan las tribus de los C hiriaoas f de los A icars.
con la puesta del sol, hora en que emj)ezó
la desbandada, .pues varias de las fanülias
allí congregadas debían viajar largas horas
de la noche para llegar a sus solitarias chozas.
No sin profunda pena veía partir aquellas
canoas, cuyos tripulantes quizá por mucho
tiempo no oirían más las palabras de con
suelo y esperanza del Misionero, ni recibi
rían los auxilios de la Religión. jVengan, sí,
vengan pronto nuevos misioneros que re
corran siquiera nna vez al año estos inmensos
ríos y visiten estas familias tan bien dispues
tas, que con tanta veneración reciben y escu
chan al misionero y que puedan llevar tam
bién la luz del Evangelio a tantas tribus de
este primer encuentro les sea simpático y
sirva de imán a infinidad de tribus descono
cidas que pueblan estos parajes.
(La carta fechada en 19 de noviembre de 1928
sufre aquí una interrupción y la continuación
lleva la fecha de 29 d d mismo mes).
Hacia la Maloca de ¡os Chinanas y en
busca de los Aicars.
Van y a dos días que nuestra lancha des
ciende velozmente del alto Demini y mien
tras nos acercamos a los puestos civilizados
voy a darle cuenta del resultado de esta
larga excursión.
io6
Gonlo le decía anteriormente, el día 20 de ron apareciendo los ornamentos de la misa,
tíovienibre, después de la activa jornada mi allí fué el correr de los indios en su adamítica indumentaria, y medio escondidos
sionera, áalímos de Tabatinga en compañía
detras de los árboles asistieron con atención
del Sf. Luís de Souza, que nos facilita la
y silencio al Santo Sacrificio, que el sacer
lancha y llena de atenciones al misionero.
Tres horas después llegábamos a la propie dote ofrecía por su redenc ó i.
Pero su curiosidad y atención subió de
dad del señor judío, último puesto civilizado,
punto cuando sentándome en el harmonium
donde pasamos la noche. Al día siguiente,
empecé a tocar algunas piezas y a cantarles
fiesta de la Presentación, celebramos la santa
Misa y pude decir algunas palabras de oca alguna copla. ICntonces se fueron acercando
cada vez más en apretado círculo y algunos
sión a las familias que se habían reunido de
querían también cantar como yo.
los sitios adyacentes. Y tuve el consuelo de
Aproveché la ocasión para sacar diversos
administrar 14 bautismos, 18 confirmaciones
grupos fotográficos no sin grandes esfuerzos
y un matrimonio.
Y a aparecía tras las florestas la hermosa para vencer su desconfianza. lluego nos di
faz de la luna, cuando emprendíamos nue rigimos juntos a la próxima maloca de los
vamente el viaje (jue debía durar dos noches Chirianas y entonces pude ver lo que era
y dos días consecutivos, hasta que llegamos la fila indiana y admirar la velocidad y sol
por fin a la primera cachoeira, o cascada, cuyo tura con que caminan por la floresta.
Las malocas de los chirianas son de forma
rumor oíamos ya desde muy lejos, y a cuyo
nivel se encuentra la primera maloca de los rectangular hechas por completo de hoja de
palmera y con techo a dos aguas; son bajas
indios Chiriaiias.
No hallando allí a los indios, mandamos y con solo dos puertas. Las dos malocas que
al día siguiente una canoa con dos de nuestros aquí existen formando una sola, tienen unos
12 m. por 6; son muy oscuras y húmedas y
chirianas ya civilizados, que están al servicio
en su interior se ven troncos de árbol cor
del Sr. de Souza y allí resolvimos aguardarlos.
Tan fuerte era el calor del sol, que se tados. Al ver tanta lobreguez no me extrañó
reflejaba en las rocas en que nos habíamos que estos indios quedaran diezmados por
refugiado, que optamos por bajar hasta la entermedades de pecho. De las costumbres
de los aicars nada puedo decirle, pues nadie
abandonada maloca, internada en la floresta,
ha llegado todavía hasta sus malocas, luí
(joude los indios tenían su morada y sus
mi futura Misión de abril o marzo espero
cultivos de mandioca.
Tendiendo nuestras hamacas entre los poder llegar a conocerlos íntimamente y po
árboles pasamos allí dos días y tres noches derle decir algo de su género de vida.
Los que ahora vinieron a vernos junto con
en espera de los indios, hasta que el día 2O
a media noche, mientras la luna lucía su los chirianas me llamaron la atención por su
mejor luz, fueron llegando sigilosamente 3 pelo cortado a lo fraile, tanto las mujeres
como los hombres, formando cerquillo, del
canoas cargadas de indios con el producto
de su pesca, 25 enormes tortugas. A la ma cual penden girones de algodón. E l cacique
ñana siguiente cuando bajaba yo al río para ostentaba además una corona roja en forma
de solideo, cual si se hubiera pintado la ca
lavarme, estaban allí todos escondidos tras
del follaje contemplando maravillados aquel beza con tinta encarnada. Algunas mujeres
llevaban adornos alrededor de la boca y de
«bicho raro ».
Solo cuando fuí saludando al tuchana {ca la nariz, hechos con palitos incrustados en
cique) de los chirianas y con mil señas con la carne y además llevaban el cuello y los
brazos rodeados de fibras vegetales.
seguí que viniera el tuchana de los /I icars y
¡Si hubiera \*isto amado padre, con cuanta
le extendí la mano y lo abracé sin que él
acertara a devolverme el saludo, fuerou acer ávidez recibían las medallas que les di 5’ los
espejitos y collares de \*idrio que les regalé'
cándose los más valientes, a los que también
A l atardecer se reunieron nuevamente al
saludé con afecto.
Allí estaban por fin los .4 icars en contacto rededor del altar para presenciar la ceremo
con los civilizados por medio del misionero nia del bautismo de dos chirianas y oir em
y era de esperar que las demás tribus se bobados las piezas de armqnium y ensayos
de canto que allí hice.
irían también aproximando.
Cuando las sombras de la noche empezaron
Cuando comencé a annar mi altar y fue
107
a desplegar su manto los indios encendieron
sus fogatas junto a las hamacas y el paisaje
adquirió fantástico aspecto.
A l pie de un gigantesco árbol y junto a
una de esas fogatas hice mi parca cena, con
sistente en sabrosa carne de tortuga y cuando
todos hubieron terminado los reum' por úl
tima vez al son de mi harmonium junto al
altarcito y tras el rezo del rosario y unos
cantos, no pudiéndoles hablar, les fui ense
ñando el estribillo de alguna copla y la señal
de la cruz. A l intentar hacerla el viejo tn~
chana de los Aicars suscitó la hilaridad ge-
Excursión por los afluentes
del Río Negro (Brasil).
(Relación del P . G iaccone).
Taractui, Octubre 1928.
Rvdmo. Sr. D. Rinuldi.
A l llegar de mi larga e.xcursión apostólica,
que ha durado 49 días en canoa, tocando
casi los cuatro puntos cardinales de nuestra
extensa misión, deseaba \’ivamente enviarle
cuanto antes una -relación de los peligros y
El P . C erri, misionero salesiono argentino entre los indios del R io N egro (Brasil).
neral, pues resultando para él muy compli
cada la cosa, con grandes esfuerzos hizo la
señal de la Cruz hasta la palabra Espíritu y
no sabiendo como continuar llevó decidido
la izquerida al hombro derecho diciendo
Santo. iPobrecitos! N i besar el Crucifijo sa
bían, pues algunos lo lamían con la lengua
y otros lo introducían en la boca como prara
morderlo.
Terminada aqudla original primera misión
a los Indios Aicars todos se retiraron hacia
sus chozas para dormir y a la mañana si
guiente mientras ellos regresaban a sus tie
rras el misionero emprendía el ^naje de \*uelta
con la impresióiL dolorosa de la gran falta
de operarios para recoger tanta mies ya
madura y bien dispuesta!
peripecias del \naje y del bien que con la
gracia de Dios se había podido hacer; pero
mis ocupaciones me han obligado a diferirlo.
Antes de empezar le ruego, amado Padre,
una a las mías sus fervorosas oraciones para
dar gradas a María Auxiliadora y a nuestro
\T>le. P. Don Bosco, por haberme salvado
hasta tres veces de una muerte trágica en
las terribles cascadas de estos ríos. Sin una
espedalfsima protecdón del Cielo yo no hu
biera regresado de mi escursión apostólica.
En e/ río Tiquié. — Primeras difículfades»
— Como se viaja en ubó- — La IJuvie,
E sta vez no salí solo; sino en compañía
del P. Algeri, que desde Sav Gabriel bahía
io 8
venido a Taracuá para reponerse algo de las
fiebres que lo habían dejado agotado; y sa
limos decididos a viáitar los lugares escogidos
por el P. Marchesi para las futuras residen
cias. Dejamos Faracud con un poco de preo
cupación y de tristeza: el viaje era largo y
peligroso, las lluvias torrenciales no daban
sfeñal de terminar y había que cambiar va
rias veces de canoa. Pero confiados en las
oraciones de nuestros niños y de tantas al
mas buenas que rezan todos los días por los
misioneros, salimos en un sencillo ubá (i).
I'.l río Tiquié corre en continuo zig-zag,
obligando a los remeros a atravesarlo dos
veces al día, lo cual retrasa mucho la mar
cha. Cuando se va de una orilla a la otra,
para evitar un largo rodeo, la fuerza de la
corriente es tal que la canoa no puede avan
zar, antes al contrario retrocede. Cuando
en cambio el río está crecido se pueden evi
tar grandes rodeos y ganar así horas de viaje,
entrando en los canales laterales, accesibles
sólo a los ubá. listo explica la prontitud
extraordinaria con que los indios de una ma
loca avisan a los de otra cuando llegan co
merciantes o misioneros. Nuestra canoa se
metió casi enseguida en uno de estos canales.
Después de dos horas de marcha entre árbo
les gigantescos, nos encontramos delante de
un enorme tronco que a flor de agua nos
cerraba el paso. Dos remeros discutieron
cual era la mejor solución; descargar la ca
noa no era posible, porque toda la selva
estaba inundada, volver atrás era perder
casi un día de viaje, cortar el tronco, no se
podía por faltíi de medios... finalmente deci
dieron pasar a todo trance. Se echaron al
agua para levantar la canoa y arrastrarla
por encima del tronco, utilizíuido palos y
lianas en lugar de cuerdas. Tam bi6i nosotros
dimos una mano a los pobres indios y al
cabo de una hora de trabajo el obstáculo
fué superado. Pero todos nosotros estábamos
mojados hasta la cintura.
La lluvia que hasta entonces nos había
respetado \-olvió a caer con violencia. A los
remeros les importa poco, porque se quitan
los vestidos, los ponen en lugar seguro, y
luego se los vuelven a pt)uer enjutos cu:uido
cesa la llu\'ia. En cambio nosotros nos refu
giamos biijo el toldo de la canoa.
El ubá, es óptimo para viajar cuando hace
IM Embarcación consistente en nn tronco de árbol
N^iciado como se ve en el adjunto grabado.
buen tiempo, pues es velocísimo. Pero cuando
llueve resulta muy incómodo. H ay que encojerse y hacerse un ovillo bajo el toldo que
a duras penas llega a cubrir el altar portátil,
la caja de las medicinas y las provisiones. Y
esta vez el caso era más grave, porqué éra
mos dos y uno bastante voluminoso. Imagínes^, amado Padre, que todo el espacio
disponible era de 1,20 m. de largo por 80 cm.
de ancho y 1 m. de altura; de manera que no
se podía ni extenderse ni hacer movimiento
alguno, debiendo permanecer inmóviles como
estatuas; y en tan penosa situación pasamos
cuatro días y cinco noches. Si la lluvia va
acompañada de viento, entonces el movi
miento producido en las hojas del toldo hace
que penetre el agua y al poco tiempo uno
queda empapado y se empiezan a sentir
escalofríos terribles. Además en ciertas zonas,
de aguas estancadas hay que luchar con los
mosquitos, que asaltan con tanta violencia,
que hay que trabajar continuamente de ma
nos, si uno no quiere quedar tan desfigurado.
La prim eras malocas. — La alegría de
lo s indios. — P a d re no p ierdas de
visfa a m i hijo.
Hacia las tres de la tarde llegamos a una
maloca de Tucán s. De la enorme cabaña
salía una espesa columna de humo: todos
corren a saludamos en medio del entu
siasmo de los niños que gritan, de los perros
que ladran y de los papagallos que chirrían.
La parada es breve y mientras decimos al
guna buena palabra a aquellos indios y co
locamos ima imagen de María Auxihadora
en el palo principal de la maloca, nuestros
remeros se aprox-echau para calentarse un
poquito al fuego, y en seguida reanudamos
la marcha. La llu\*ia torrencial sigue caj'endo y se escurre por las espaldas desnudas
de los remeros, que no por eso retardan el
ritmo de los remos, ni pierden su buen hu
mor; al contrario, de cuando en cuando es
tallan en sonoras carcajadas. Se ve que han
nacido para eso; no pierden su buen humor
y natural alegría, ni bajo un diluvio de agua,
ni bajo el sol abrasador de estas latitudes.
Tienen tanta costumbre y ejercicio, que re
sisten hasta quince horas remando continua
mente, hablando, riendo y silbando con la
mayor tranquilidad.
Hacia las 8 de la noche llegamos a la ma
loca del Maiapy, primera etapa del misio-
109
ñero, que desde Taracuá remonta el río Tiqiiié. Encontramos allí apenas tres familias,
dos de tucanos y una de desanos; a esta úl
tima pertence uno de los dos catequistas
(alumnos internos de la misión) que nos
acompañan. E l recibimiento fué cordial y
afectuoso. — Finalmente ha llegado el Pa
dre, se decían unos a otros. Mientras hacíamos
secar nuestros vestidos junto a una gran
hoguera, los buenos indios nos prepararon
un ángulo de la maloca para pasar la noche.
algo y nos dispusimos a partir. L a familia
del niño que nos acompaña estaba fuera de
sí por la alegría; pero el padre, al despedirse,
me recomendó mucho que no lo perdiera de
vista, para que nadie le diera ningiin veneno;
y henos de nuevo en nuestro pequeño uhd,
encogidos e inmóviles. Los primeros días de
tal modo de viajar son inaguantables; menos
mal que los dos pequeños catequistas, siem
pre alegres, nos tenían de buen humor. Sen
tados delante de nosotros se entretenían
A taniobras indispensables para remontar las cachoeiras (cascadas) d d Rio N egro y de sos afluentes.
Después de ima modesta cena, colocamos
una imagen de María Auxiliadora en lugar
preferente y preparamos el altar ante el cual
rezamos las oraciones en común y luego nos
acostamos en las hamacas. La lluvia aguan
tada, t í cansado del viaje y el calordUo de
la maloca, nos sumieron pronto en profundo
sueño.
A la mañana siguiente nos levantamos
tempranito y seguía lloviendo. Celebramos
la santa misa, durante la cual se rezaron las
oradones y el rosario; los dos catequistas
hideron la santa Comunión con grande edificadón de los indios y luego les hidmos
un poco de catecismo. La llu\'ia disminuyó
leyendo o haciendo algún ejerd d o de arit
mética o cantando las coplas que han apren
dido en Taracuá con gran placer de los
remeros que los escuchaban embobados. Y
entre tanto van desfilando ante nuestra vista
las dos orillas de la selva, como grandes
murallas, siempre iguales, con la exuberante
vegetadón verde-oscura que les da un as
pecto sumamente tétric». No encontramos
ni una cabaña, ni una canoa; la soledad es
completa; sólo de cuando en cuando nos
distrae algima bandada de loros o tucanos
o grupos de monos, atléticamente suspendi
dos de los árboles. Viajamos hasta después
de mediodía, siempre bajo la Uu\'ia, hasta
que llegamos a la última cabaña de los indios
(jue habitan este punto del río Tiqnié.
Son tucanos que viven escondidos en tres
pequeñas chozas, algo internados a orillas de
un pequeño afluente de aguas frías y ne
gruzcas. Desembarcamos para hacerles una
visita, tomar uu poco de alimento, enjugar
nuestros vestidos y calentamos. Digo ca
lentarnos. porque hasta los remeros, a pesar
de que han trabajado y no poco, están tiri
tando de frío. Parece mentira que sobre el
ecuador se sienta la necesidad del fuego y
no solamente de noche sino aún de día,
cuando la lluvia no ceja. El buen Calixto,
un viejo tucano, nos preparó con cariño un
buen fuego, mostrando mucha pena por vernos en tal estado y luego nos ofreció pescado
fresco, que estaba asando a fuego lento. To
dos formamos un gran corro y los indios no
cesaban de preguntamos sobre nuestro viaje,
sobre sus hijos que se educan en la misión,
sobre el P. Marchesi etc. etc. l'u é una hora
de verdadera expansión familiar mutua, que
nos sirvió de gran consuelo. Calentados y
algo refocilados, dejamos también aquí la
imagen de María Auxiliadora, después de
decirles alguna buena palabra.
Iva lluvia había cesado casi por completo
y nos pusimos de nuevo en camino para
aprovechar las últimas horas del día, con la
esi)eranza de encontrar a lo largo del río
alguna vieja choza de seringueiros — colec
tores de caucho — • dónde pasar la noche.
Nos encontramos en una zona deshabitada
y por cinco días no veremos más malocas.
TCl río está bastante crecido y hace acudir
a mi mente i>ensamÍentos tristes. Hace dos
años que ya no se trabaja en el caucho; pro
bablemente las pequeñas chozas deben estar
destruidas o medio sepultadas por la exu
berante vegetación o hutididas en el agua
que todo lo invade. Con estos pensamientos
trascurrimos varias horas, haciendo hipó
tesis y obser\*ando atentamente a cada nuevo
recodo del río si aparecía alguna choza. ¡Inú
til empeño! La noche se nos echaba encima
y U>s remeros, habiendo descubierto un lugar
algo elevado, atracaron la canoa y se pre
pararon ¡xara pasar la noclie.
Alhenas desembarcados, desaparecieron en
la selva en busca de leña y comimos con
alegría, que gracias a Dios no nos deja nunca;
rezamos las oraciones y luego cada cual
buscó un lugar para dormir. El ubá fué nues
tro dormitorio, donde tu\imos que estar
como sardinas en banasta. Los remeros en
cambio colgaron sus hamacas en los árboles
de la selva, alrededor de su imprescindibile
hoguera. Pero apenas trascurrida una hora,
un tremendo trueno nos despierta. ¡Ogkoro
aiinti — que viene la lluvia!, exclaman los
indios y en seguida saltan de las hamacas
para improvisar una pequeña choza donde
refugiarse. La oscuridad no les permite bus
car hojas de palmera y tienen que conten
tarse con pocas ramas que encontraron a
mano y en pocos minutos el techo estuvo
listo, pero tan pequeño y bajo que apenas
caben acurrucados como pollitos bajo la
clueca. Entre tanto el temporal ruge ame
nazador, los relámpagos rasgan siniestra
mente la oscuridad de la selva y la lluvia
se desencadena, junto con un terrible hu
racán. En la selva se produce un rumor in
fernal, los árboles crujen, las ramas secas se
desgajan y caen al suelo con gran estruendo
y alguna alcanza el toldo de nuestra canoa.
¡Qué pequeño se siente el hombre ante la
grandiosidad de los fenómenos de la natu
raleza! ¡Qué feiA’orosa acude entonces a los
labios la oración! En ciertos momentos exj>erimentábamos la misma impresión que en
los frecuentes terremotos de cpie éramos víc
timas en Chile. Los indios impertérritos, de
bajo de su impro\isado techo, hacen esfuer
zos inauditos para mantener encendido el
fuego. ¡Pobrecitos! ¡Después de trabajar todo
el día verse obligados a pasar la noche acurnicados sin poder descansar! Y la furiosa
tempestad dura cuatro largas horas y cuando
dismiiuu'e la fuerza de la lluvia, en la selva
sigue goteando el agua de los árboles gigan
tescos. Pero los remeros muertos de cansan
cio, \uelven no obstante a colgar las hamacas
en los árboles y se acuestan lo mismo. Y
así bajo aquel gotear continuo y sobre el
fuego encendido, pasan las liltimas horas de
la noche, dándose vuelta cuando una parte
del cuerpo está mojada y la otra caliente.
Sin misa. — Avanzando en la soledad.
— Ofra noche en la selva.
La lluvia continúa durante toda la mañana
y no podemos celebrar la santa Misa. Es el
mayor sacrificio para el misionero. Después
de hacer nuestras prácticas de piedad y de
tomar una taza de café reanudamos el \úaje
con la esperanza de encontrar im día mejor.
Pero no fué así. Una densa lluvia nos acom
paño hasta las cuatro de la tarde y no pu
dimos calentar ni una taza de café. Abri
gábamos la esperanza de encontrar al menos
hacia el anochecer ima barraca donde pasar
la noche; pero cuando llegamos al lugar se
ñalado, no vimos más que las ruinas de la
antigua habitación. Había sufrido la suerte
de las demás y no tuvimos más remedio que
pernoctar en la selva. Menos mal que cesó
la lluvia y nos dejó tranquilos hasta las cua
tro de la madrugada, pero luego no nos dejó
tampoco celebar la santa Misa. ¡Paciencia!
Pero nuestra comitiva no cambia de hu
mor y alegres risotadas interrumpen el mo
nótono chapoteo de los remos. Sin una com
pañía tan alegre y divertida aquellos días
se nos habrían hecho eternos. Entre tanto
nuestro pensamiento vuela 3’ se adelanta ha
cia las muchas malocas que esperan nuestra
llegada, deseosas de recibir la pequeña se
milla de bendición que nosotros esperamos
poder sembrar en los corazones de tantos
salvajes como habitan en aquellas regiones.
También aquel día pasó como Dios quiso,
molestados de cuando en cuando por la llu
via. Pero hacia el anochecer tu\ámos el con
suelo de encontrar un techo, aunque mise
rabilísimo, para pasar la noche en compa
ñía de una familia de indios que también
habían buscado allí un refugio nocturno. Un
Deo gratias nos vino espontáneo a los labios,
porque nuestras piernas, encogidas e inmó
viles desde varios días, exigían con insistencia
poder extenderse para encontrar im poco
de cómodo descanso.
La barraca era pequeñisima >* abierta por
los cuatro costados y si no llovía reparaba
de la lluvia; la hierba en su interior era alta
dos palmos y el agua del río a pocos pasos.
Mientras nos disponemos á hacer un poco
de hmpieza, hacen su aparición dos enormes
y asquerosos sapos dueños absolutos de aque
lla mansión. A nuestros más terribles ene
migos, los mosquitos, los ahuyentamos con
un buen fuego, que mantenemos encendido
toda la noche, porque todo el que se des
pierta de noche baja de la hamaca para
atizarlo. A l alba, montado el altar en plena
seh*a, celebramos la santa Misa seguida de
un poco de catecismo. Antes de partir in\*ité
a dos de los indios a acompañamos como
lemeros y aceptaron. Entonces emprendimos
la marcha con mayor animación; pero el día
no se presentó mejor que los anteriores. E l río
iba creciendo y se desbordaba inundando la
selva. Ni una persona, ni una mísera choza
donde cobijamos. Hacia el anochecer nos
detuvimos en un punto algo ele\’ado para
pernoctar 3' mientras preparábamos un te
cho de hojas de palmera, un inesperado agua
cero nos obligó a intermmpir todo trabajo
y a refugiamos en el ubá.
El huracán y lluvia continúan toda la no
che y no podemos ni encender fuego para
preparar un poco de comida. Con algunos
Jaeces asados la noche anterior 3' un poco de
harina de mandioca tuvimos que conten
tamos. Sólo Dios sabe cómo pasamos aque
lla noche, siempre bajo una lluvia torrencial.
Nos animamos con el pensamiento de que
quizá sea el último día de aislamiento, porque
luego encontraremos malocas de indios todos
los días y la cosa cambiará de aspecto. ¡Ade
lante, pues, alegres 3’ contentoe!
E l encuenfro con los indios.
Hacia las cinco de la tarde divisamos una
choza de donde salía humo 3* grande alegría
inundó nuestro corazón. Efectivamente en
contramos una familia de cinco personas,
entre h s cuales dos niños de diez a doce
años. Pero la miseria reinaba allí y las caras
aparecían pálidas y macilentas. I^os pobrecitos, para huir de una epidemia que 'se ha
bía declarado en una maloca del Iraiti lf;arapé, se habían trasladado a aquel lugar,
sin más alimentos que las fmtas silvestres,
que se disputaban con los monos. I/ís in
vité a tomar parte en nuestra modesta cena,
pues me parecía duro hablarles del alma 3’
de Dios cuando sentían los estímulos del
hambre. Efectivamente después de cenar
escucharon con gusto la lección de catecismo.
A la mañana siguiente, durante la misa,
Don Algeri con los catequistas y remeros
rezó las oradones y el Rosario; y mientras
él celebraba, yo expliqué , en tucano, el
catedámo a los salvajes. Estaban mu3' aten
tos y los padres Harían de cuando en cuando
con la cabeza signos de asentimiento a las
verdades que Ies animciaba. Cuando llegué
al cuarto mandamiento: Honrar padre y ma
dre, la madre tocó la cabeza del hijo mayor
que tenía delante y le dijo: — Tota ualJie
dugtipi. Así lo manda Dios. Y quiso que yo
repitiera el mandamiento y, para darle gusto,
lo hice cuatro veces. Antes de salir regalé
a cada uno, una medalla de María Auxilia
dora.
112
Acíividad Misionera en el Siam
(Relación del P . M . Almazón, Mi&ionero Salesiano)
Primeras impresiones.
Después de largo, pero feliz viaje, el grupo
de misioneros salesianos siameses ha Uegado
a su destino.
Hablar del sinnúmero de agradables im
presiones que al entrar en esta misión se
reciben, es punto menos que imposible. Cual
quier europeo que llegue por primera vez a
estas regiones, tendrá que confesar, que se
encuentra en un mundo nuevo. Clima calu
roso, que hace sea la naturaleza en extremo
rozagante y fecunda, mientras nuestras cum
bres tal vez estén cubiertas por la nieve.
Abundan, en efecto, las inexploradas flores
tas, y las hermosas plantaciones de cocos y
bananas. Frutos de perfume nuevo y de
sabor exquisito y refrescante.
Construciones originah'simas, y abundan
cia de palafitos en las orillas de los ríos y
de los canales, dan a la vida un carácter
nuevo, por cuanto toda ella se desarrolla
sobre la superficie de las aguas, surcadas
constantemente y en todas las direcciones,
por barquichuelas conducidas con suma ori
ginalidad y arte. Tipos característicos, a
base de líneas chinas, pero más suaves y
muelles: rostros francos y abiertos sin huella
de preocupaciones de ningún género; por
cuanto la naturaleza les brinda con todo lo
necesario para su vida austera y sencilla:
vestidos adaptados-al ambiente y la natura
leza en que viven, sin faltar ni remotamente
a las fundamentales leyes del pudor. Sentido
extraordinario de limpieza personal, por lo
menos, los que viven próximos a los ríos y
a los canales.
Todo esto, y un sin fin de detalles, difíciles
de concretar en estos primeros instantes, nos
hacen entender que estamos en regiones muy
remotas de Europa, donde la agitación febril,
la lucha por la existencia, el remolino de la
civilización actual, dan un carácter comple
tamente diverso a la vida en todos sus as
pectos.
Y conro henu'is venido a estas regiones en
nombre de aquel Dios que derrama bondad
cu el mundo y busca a la oveja perdida in
cesantemente hasta encontrarla, hemos sen
tido desde los primeros momentos, gran
consuelo para nuestro corazón misionero.
Hemos visto a estos sencillos cristianos recil)irnos con la alegría del que recibe al dele
gado de Dios que viene a cuidar de sus
almas, con entrañas de caridad: los hemos
visto rezar devotamente en la hermosa iglesia
de la misión, en voz alta, modulando sus
plegarias con los tonos originales de su len
gua: los hemos visto asistir atentos y fervo
rosos al sublime sacrificio, sin distinción de
edades ni de sexos, y postrar sus frentes en
el polvo ante su Dios una vez recibido en la
Sma. Eucaristía, y hemos quedado honda
mente conmovidos al saber se encuentran
acechados por todas partes de enemigos de
nuestra sacrosanta religión, porque a parte
de que el cristianismo no es la religión del
estado, las pagodas y los bonzos ocupan
todos los puntos estratégicos de estas tierras.
Originalísimo también es el saludo que nos
dirigen arrodillándose en el suelo, e incli
nando su cabeza, con las manos juntas pe
gadas a la frente.
Los he podido ver ante el Rvmo. Sr. Obispo
Monseñor Perros, todos arrodillados en el
atrio de la Iglesia, escuchando sus paternales
consejos, y me han recordado las turbas ante
Jesús en el sermón del monte, recibiendo
sus palabras de vida.
Dos fíesfas hermanas.
Son una de la comunidad misionera de
Bang Nok Khuek, y otra de la cristiandad
del mismo centro y en los mismos días: asis
tió a las dos Mons. Perrós, Vicario apostólico
de las misiones del Siam.
Se refiere la primera al congresillo mariano,
celebrado por el personal de esta casa-misión.
I/OS jóvenes estudiantes de filosofía, des
arrollaron en él dos temas adaptados a las
circunstancias: influencia de la Sma. Virgen
en la vida sacerdotal el primero, e influencia
de la misma en la vida de los jóvenes el
segundo, con otras diversas composiciones
literarias y musicales y un hermoso dialoguito en lengua siamesa. A l fin de la velada
” 3
el Rvmo. Sr. Obispo dirigió paternales pala
bras de felicitación y nos dió su bendición
pastoral.
L a segunda fiesta la celebró la cristiandad
de Bang Nok Kbuek.
L a constituyó la comunión solemne de
varios niños y niñas, y la bendición de dos
campanas para la iglesia de la misión, pa
gadas por una buena señora siamesa recono
cida por su piedad cristiana y devoción al
Sdo. Corazón de Jesús.
©0
bendijo las dos campanas adornadas con
toda gala, rodeado por todo el personal de
la Misión de Bang Nok Khuek, por una nu
trida representación de P. P. del Seminario
indígena, y por todos los que habían acudido
a cumplir con sus deberes de buenos cristia
nos.
Todavía a las tres de la tarde ante Mon
señor e inmenso concurso de fieles, los niños
y niñas de la primera comunión acercándose
de dos en dos al presbiterio, juraron sobre
©
c«.®
I>
I I
©0
©
©
Los niños úam escs se dirigen a las E scuelas de la misión en Frógiles barqoícbnelas conducidas por ellos misinos.
Desde muy de mañanita, empezaron a pu
lular buen número de cristianos, con sus
trajes de fiesta de vistosos colores, por la
plaza y alrededores de la iglesia. E l Rvmo.
Sr. Obispo, celebró la Misa de las primeras
comuniones, concurridísima por numerosos
fieles que llenaban la iglesia y el atrio, du
rante la cual un sacerdote preparó los cora
zones de aquellos niños a recibir, en medio
de la magnificencia del ambiente, con el ma
yor fervor, a Jesús Sacramentado.
A las 8, después de cantada 3Iisa solemne
en honor de S. Fr. Javier, el Rvmo. Sr. Obispo,
revestido con los omament<» pontificales.
los evangelios que jamás se separarían de
aquel buen Dios que había tomado posesión
de sus almas.
Durante todo el día los cristianos se entre
tuvieron por los alrededores de la. misión en
honestas y tranquilas recreaciones, hasta que
al anochecer, tomando cada uno su barquichuelo se desparramaron por las tranquilas
agixas del río, en dirección de sus hogares,
llevando consigo la dicha y la paz que da la
amistad con Jesucristo, R ey de todos los
hombres, y de todas las regiones.
Ma n u e l A lmazán Pbro.
Misionero del Siam.
r
£L CULTO DE MARIA AUXILIADORA
í ;í:ii;i
n
La Virgen de Don Bosco.
XXV.
Moría Auxiliadora ¡¡ama a su fíeJ siervo
a! premio eferno.
K 1 día 4 de diciembre de 1887 Don Bosco
celebró por liltinui vez la Santa Misa. El
día 6 se hizo acompañar todavía al Santuario
de María Auxiliadora para dar el abrazo de
despedida a los Misioneros salesianos c^ue
partían hacia el Ecuador.
Cuando- entró en el presbiterio sostenido
por dos sacerdotes, la muchedumbre que
llenaba la iglesia se puso de pie. como movida
por un .resorte. Todos querían contemplar
al venerando anciano. Asistieron con las lá
grimas en los ojos a la conmovedora escena
de despedida de los misioneros, que uno a
uno pasaron besándole la mano y recibiendo
su bendición y ajieuas acabaron de pasar los
Misioneros, el público invadió el presbiterio
para ver de cerca al Siervo de Dios y besar
su benéfica mano. iCuántos lloraban al ver
el estado de postración en que se encon
traba! Al salir al patio fué aclamado j>or los
niños y cansado en extremo se retiñí a su
habitación.
Al día siguiente llegaba Mons. Cagliero de
América, restablecido casi milagrosamente de
una mortal caída que había sufrido atrave^ando los Andes. En su interior había oído
una voz que le decía: Corre a Turin si quieres
re'o^er ci último suspiro tie Don Bosco.
Por la lan le de aquel mismo día llegó
t imbién el Obispo de Lieja, Mons. Doutre1 ux, que deseaba obtener la fundación de
una Casa Salesiana en aquella ciudad. Don
Bosco que al principio parecía contrario, al
día siguiente, fiesta de la Purísima, contestó
afirmativamente. ¿Qué había sucedido?
Por la mañana había dictado a su secre
tario estas palabras: « Palabras textuales de
María Inmacxdada que apareciéndoseme esta
noche me ha dicho' Es de beneplácito Divino
y de la Bienaventurada Virgen María que los
Hijos de San Francisco de Sales vayan a
fundar una Casa en Lieja, en honor del Santí
simo Sacramento. A llí empezaron las glorias
de Jestis públicamente, y desde allí deberán
ellos difundir estas mismas glorias en todas
sus familias y especialmente entre los muchos
jovencitos que en las diferentes partes del
mundo están y serán confiados a sus cuidados.
E l Día de la Inmaculada Concepción de M a
ría de 1887 #.
El día 20 de diciembre recibió la Sagrada
Comunión y en un momento de calma que
le dejaron las visitas, a megos de su secre
tario, escribió detrás de algunas estampas
de María Auxiliadora las siguientes frases:
Oh María, obtenednos de Jesús la salud del
cuerpo si es conveniente para el bien del alma,
pero sobre todo aseguradnos la salvación eterna.
Sac. Juan Bosco.
Daos prisa en hacer obras buenas, pues puede
faltaros el tiempo y quedar asi engañados.
Y en seguida observó: — Me siento can
sado. Casi no sé ya escribir.
Y al rogarle que lo dejara y descansara —
Xo, no; añadió, es la última vez que escribo.
Y prosiguió:
Felices aquellos que se dan a Dios desde la
juventud. - Cuántos quisieron darse a Dios
y quedaron engañados porque les faltó d
tiempo. - Quien difiere el darse a Dios pone
A
115
en gran peligro la salvación de su alma. *
Hijitos 7n(os, aprovechad bien el tiempo y el
tiempo os conservará para la Vida eterna. Quien siembra obras buenas recogerá buenos
frutos. - S i obramos bien recibiremos el pre
mio en esta y en la otra vida. - A l fin de la
vida se recoge el fruto de las buenas obras......
A este punto don Viglietti le hizo observar:
— Don Bosco, escriba cosas algo más alegres...
éstas son un poco tristes.
Don Bosco levantó sus ojos anegados en
lágrimas y con una sonrisa imposible de des-
alma, lo salva todo; quien pierde su alma, lo
pierde todo.
Habla vuelto a los i>eiisamientos que em
bargaban su alma y contimió en el iiiisiiio
tono:
Quien protege a los pobres será abundaixfcmente recompensado ante el Divino Tribunal.
- Quie^i protege a los huérfanos sérá bendecido
por Dios en los peligros de la vida y protegido
por la Santísima Virgen en el trance de la
muerte. - ¡Cuán grande será ¡a recompensa que
recibiremos por el bien obrado durante la vida!
e imprimen un beso en aquella mano que lanías veces se habla levantado para bendícirlos..,
cribir: — Pobre Garlitos, dijo, eres todavía
muy niño... no llores... y a te he dicho que
eran las últimas estampas que escribo... pero
para complacerte vo y a cambiar tema.
Y siguió escribiendo:
Dios nos bendiga y nos libre de todo mal. Oh María, proteged a Francia y a todos los
franceses. - Dad mucho a los pobres si queréis
haceros ricos. - Date et dabitur vobis.
Que
Dios nos bendiga y que la Virgen Santísima
nos guie a través de los peligros de la vida. Los niños son la delicia de Jesús y de María. Dios bendiga y recompense abundantemente a
iodos nuestros bienhechores. - Sagrado Corazón
de mi Jesús, haced que os ame siempre más. E l mayor enemigo de Dios es el pecado. Oh María, sed mi salvación. - Quien salva su
- Quien hace el bien en vida, encontrará bien
en la hora de la muerte. - Qualis vita finís ita. Yo rezo todos los días por vosotros y vosotros
rogad por la salvación de tni alma. - Oh Virgen
piadosa, tu brazo fuerte defienda al alma mía,
en punto de muerte. - En el Paraíso se goza
de toda clase de bienes por toda la eternidad...
Cesó de escribir y dió las z8 estampas a
Don Viglietti con los ojos llenos de lágrimas:
contenían su testamento. Más tarde escribió
toda\-ía en otra estampa; — - María, tu nos
ab hoste protege et mortis hora suscipe y en
otra, que fué la última, volvió a escribir:
Oh Virgen María, tu brazo fuerte defienda al
alrna mía, en punto de muerte.
E l día 28 de enero, antes de recibir la sa
grada Comunión dijo a>n voz casi ímper-
it6
ceptible: — Esto se acaba. Y luego dirigién
dose a Don Bonetti añadió: — Di a los niños
que los espero a todos en el Paraíso. Estas
palabras fueron recogidas con afecto y con
tribuyeron a aumentar la común tristeza.
El día 29, fiesta de San Francisco de Sa
les, mientras los sagrados bronces doblaban ■
a fiesta y en el Santuario se desarrollaban
solemnes funciones, la pena más honda em
bargaba los corazones de todos. Don Bosco
recibió todavía la Sagrada Comunión, pero
fué la última, siendo después sobrecogido
por una especie de sopor, del que no salía
sino cuando alguien le hablaba del Paraíso
o de cosas del alma. Y a no admitía nada de
alimento o bebida. Don Bonetti le sugirió
la jaculatoria: María Mater gratiae, tu nos ab
hoste protege y él contestó: et mortis hora
suscipe. De cuando en cuando exclamaba:
¡Madre, madre! ¡Mañana!
Al toque del Ave Jlaría, repitió claramente
las palabras: ¡Viva María! y mks tarde aña
dió : Jcstis, María, Jesús, María, os doy el
corazón y el alma mía. In manus tuas Domine commcndo spiritiim meum... ¡Oh Madre, M a
dre, Madre... abridme las puertas del Cielo!
Y con las manos juntas iba repitiendo algu
nos textos de la Sagrada Escritura que ha
bían sido el programa de toda su vida: Diligite ininiicos vesiros... Benefacitc his qui vos
persequuntur..... Quaerite primum rcgnum
Dei...
Durante la noche dijo todavía varias veces,
alzando la mano iziiuierda, pues la derecha
la tenía ya inmóvil. • ¡Hágase la voluntad
de Dios!: fueron sus últimas palabras.
El día 30 de enero los médicos anuncian
la muerte inminente. La triste noticia siem
bra la desolación en el Oratorio; entonces
kís salesianos piden verlo por última vez y
Don Rúa permite que todos pasen a besarle
la mano. Silenciosos se reúnen en pequeños
grupos en la antecámara. El buen Padre está
en cama y uno a uno van pasando por la
alcoba del moribundo que, con la cabeza algo
levantada por almohadas y con los ojos en
treabiertos, sereno y tranquilo el semblante,
tiene las manos extendidas sobre la cama,
un crucifijo en el pecho y a los pies de la
cama una estola morada. Los hijos se acercan
de puntillas, se arrodillan un instante, con
templan llorosos las facciones del padre e
imprimen un beso en aquella mano que tan
tas veces se había levantado para bendecirlos.
V fueron varios centenares los que pasaron;
pues, además de los Salesianos del Oratono
y de las Casas más próximas, fueron admi
tidos a la conmovedora escena los alumnos
estudiantes y artesanos de los cursos supe
riores.
E l día 31 de enero, a las dos menos cuarto
de la madrugada, Don Bosco entró en agonía.
Don Rúa se puso la estola y empezó la re
comendación del alma. Y con urgencia fue
ron llamados los demás superiores. Bien
pronto la alcoba quedó llena de los que a
aquella hora estaban todavía en pie; todos
se arrodillaron. Entretanto llega también
Mons. Cagliero, a quien Don Rúa cede la
estola y él pasa a la derecha del moribundo
y acercándose al oído del amado padre, le
dice con voz ahogada por los sollozos: —
Don Bosco, estamos aquí; nosotros, s«s hijos.
Le pedimos perdón de todos los disgustos que
le hayamos podido ocasionar; en señal de per
dón y de benevolencia paterna, denos una vez
más su bendición. Yo le guiaré la mano y
pronunciaré la fórmula de la bendición. ¡Des
garradora e inolvidable escena! Todas las
frentes se curvaron y Don Rúa sobreponién
dose momentáneamente a la emoción que
le embargaba, pronuncia las palabras de la
bendición, mientras levanta la diestra para
lizada de Don Bosco e invoca la bendición
de María Auxiliadora sobre los hijos presen
tes y sobre los ausentes, esparcidos por el
mundo.
A las tres de la madrugada llegó todavía
un telegrama con una bendición especial del
Santo Padre « a Don Bosco gravemente en
fermo ». A las cuatro y media Mons. Cagliero
entona el Proficiscere. L a campana de María
Auxiliadora toca el A ve María; todos los que
se hallan en el cuarto rezan el Angelus. Don
Bonetti sugiere al oído del moribundo la ja
culatoria que otras veces él había repetido:
— ¡Viva María! — Cesa el estertor que du
raba desde hora y media; por un instante la
respiración se hace libre y tranquila; luego,
de repente, cesa... ¡Don Bosco muere! exclama
Don Belmonte. Todos se estrechan alrededor
del lecho y ven como exahala tres suspiros
a breve intervalo. Mons. Cagliero le sugiere
las últimas jaculatorias: — Jesús, José y
María os doy el corazón y el alma mía y el
alma de Don Bosco volaba al Cielo, donde
lo llamaba María Auxiliadora para dar a su
Siervo fiel el premio a que se había hecho
acreedor.
¡Así. mueren los santos!
II7
Piesía de M aría Auxiliadora
en S. Andrés (Colombia)
Verdaderamente dignos de especial men-ción y alabanza son los Cooperadores Salesianos de Colombia que han sabido oi^anizarse en tantas localidades donde todavía no
han llegado los Hijos de Don Bosco y que dan
muestras de una vitalidad y entusiasmo por
María Auxiliadora y Don Bosco, que consuela
y edifica.
G R A C IA S
DE M ARÍA AU X ILIAD O RA
CARTAGENA (Co w ííbia ). — Estando su
mamente enferma, casi a las puertas de la
muerte, vino a visitarme una amiga piadosa
y me trajo una estampita de la Santísima Virgen,
que ella había recibido de Turín (Italia). Insistió
que me encomendara con fe y confianza a nues
tra excelsa y celestial Madre. Desde luego cou-
Sao A odrés (C olom bia) — Procesión en honor de M aría Auxiliadora,
De San Andrés, nos escribe xm celoso Coope
rador cómo se celebró, precedida de solemne
triduo, la Fiesta de María Auxiliadora el día
29 del pasado noviembre.
La Misa solemne fué ampriizaHa con gran
orquesta y por la Banda Municipal. Ocupó la
sagrada cátedra el virtuoso sacerdote, hijo de
la Parroquia, Dr. D. Gabino Orduz,
De las II en adelante estuvo abierto al pu
blico im gran Bazar, con el obieto de recaudar
fondos para la construcción de la capilla dedi
cada a María Auxiliadora, que está y a muy
adelantada.
Por la tarde del día siguiente hubo solemne
procesión con la imagen de María Auxilia
dora siendo admirables la piedad y el entu
siasmo de los feligreses.
sentí y s^ u i el consejo de mi buena amiga, y
con inmenso placer de mi alma y sorpresa de
cuantos vieron mi gravedad, al poco tiempo
recobré mi salud.
Persuadida de la bondad y potencia de la
Virgen de Don Bosco, no dudé en invocarla
en otras necesidades, viéndome siempre aten
dida. — Del fondo de mi coraate doy gracias
a la Divina Señora, y deseo hacer pública mi
gratitud. Envío una oferta para las Obras y
Misiones Salesianas.
Abril de 1928
Juana Carmela Bonoli.
CALI (Colombia). — Un sobrino mío sufrió
por eq>ack> de tres meses, de una infección en
una pierna con probabilidades de paralizár
sele. En nuestra afli«aón acudimos a la pode-
r
ii8
rosa y celestial Auxiliadora de los Cristianos,
ofreciendo dar una limosna para las Obras de
su Siervo Don Bosco, si nos conseguía la salud
del enfermo.
ba Santísima Virgen se dignó atender nuestros
ruegos, y siguiendo nuestro sobrino en perfecta
vSalud, cumplimos con lo prometido, deseando
a la vez hacer pública nuestra inmensa gratitiul.
26 de Noviembre 1928.
María Josefa Cabal y familia.
CASTI.CLPLANIO (It a l ia ). — Escribe el
Vicario de la Parroquia: Nuestra Parroquia
ha sido objeto de especial benevolencia divina
con una curación portentosa que ha impresio
nado vivamente toda la población.
Constantino Marini, padre de familia, enfer
mó de tifus maligno, el día 10 del pasado
agosto, has condiciones del enfenno a los pocos
días se hicieron desesperadas: tanto, que hasta
los mismas médicos llamados a consulta, lo
desahuciaron unánimemente.
Pero sus deudas y amigos no cesaban de
encomendarlo a María Auxiliadora y a su fiel
siervo Don Bosco. Por la mañana del primer
viernes dcl mes de setiembre, el enfermo se
encontraba en estado agónico, ruando de re
pente, mientras en la Iglesia Parroquial se
estaba haciendo la función en honor del Sagrado
Corazón, el enfenno dió una sacudida como
tlesjjertando de un sueño y en seguida dijo
que se sentía bien.
La gracia estaba hecha y todos la han jxidido
comprobar, pues hoy el enfermo desahuciado,
goza de perfecta salud. ¡Gracias sean dadas
a Dios, a María Auxiliadora y al Vble. Don
Bosco!
10 Octubre 1928.
Dominf;o Hornipia, Pbro.
COLOMÉS (Es I'ASa ). —• Para cumplir la
promcvsa hecha lo ruego publique en el Boletín
Salesiano la siguiente gracia obtenida de
María Auxiliadora;
Habiendo perdido todas las esj>cranzas hu
manas do Siüvar a nuestro tierno hijito, recu
rrimos a Moria Auxiliadora y tal fue la gracia,
ciue, a pesar de haber pasado cuatro meses sin
jxxicr amamantarlo y de sufrir enfennedades
graves como la viruela, catarro, granos y tu
mores que cubrían gran parte de su cuerpo,
salimos de todo sin más remetlio que la protec
ción del Cielo: y al cumplir los dos años ni
los mismos vecinos lo reconocían de lo sano y
robusto que estaba.
Por tan grmide beneficio dan gracias a María
Auxiliadora sus padres.
6 Enero 1929.
Joaquín Ferrer y Mercedes Salvá
ECIJA (E s p a ñ a ). — Encontrándose grave
mente enfermo D. José Elias Muñoz, su esposa
acudió con confianza a María Auxiliadora, pi
diendo su salud por intercesión del Vble. Don
Bosco, ofreciendo a la vez enviar una limosna
y publicar la gracia en el Boletín Salesiano, si
se obtenía. La Santísima Virgen oyó los ruegos
de esta atribulada familia, devolviendo la salud
al querido enfenno. —- Hoy, profundamente
agradecida, cumplo mi promesa, enviando a
Tarín (Italia) mía limosna para los gastos de
la Beatificación del Vble. Don Bosco.
24 Enero 1929.
V. R.
ENSENADA (A r g e n t in a ). — A mediados
de Mayo de 1928 nuestro liijito Mario Raúl
de apenas dos años, enfermó de gravedad.
Llamado con urgencia el médico puso en juego
cuantos medios pudo segerirle la ciencia para
combatir una" fuerte bronconeumonia que se
había declarado; pero todos los esfuerzos de la
medicina fueron vanos... el mal progresaba y
nuestro pobre Mario deshauciado y moribundo
estaba ya próximo a expirar.
Fué en tales angustias y cuando inexora
blemente fallaban los medios numanos, que
sentimas renacer con más intensidad en ■ el
corazón la confianza en María Auxiliadora y
con todo fervor acudimos con insistencia a tan
bondadosa Madre, encareciéndole no nos aban
donara en tan duro trance. Llamado el sacer
dote, puso al pequeño enfermo bajo la protec
ción de María Auxiliadora y recordándonos
que en este año se conmemoraban las bodas
de oro de la Bendición que el Vble. Don Bosco
daba en su nombre a los eafenuos, le impartió
la Bendición de María Auxiliadora y colocando
en la cabecera una imagen de esta bendita
Madre, nos exhortó a poner en Ella nuestra
confianza e invocarla con devoción. — En
tonces prometimos hacer celebrar una Misa
en su Santuario de Turín y publicar la gracia
en el Boletín Salesiano.
Desde ese momento, con admiración del
mismo médico, el niño comenzó a mejorar
rápidamente y pronto se halló completamente
restablecido, sin que hasta el presente haya
vuelto a experimentar la menor incomodidad,
por lo que reconocidos, cumplimos nuestra pro
mesa.
el padre, Francisco Sisio.
la madre, Francisca G. de Sisto,
In fidem,
Pbro. Luis J . Muras, S. S.
HORQUETA (P a r a g u a y ). — J li hijita
Yolanda Concepción, de nueve meses se encon
traba atacada de ima bronquitis-capilar y daba
pena el verla; agoté los reculos de la ciencia
J
.
íig
sin ningún resultado, mientras la fiebre per
sistía muy alta y casi estacionaria. Fué entonces
que por consejo de mi tío. Cura Párroco de
esta feligresía de Horqueta, Pbro. Rafael
Maggi, hicimos una ferviente oración a María
A n d ad o ra, pidiendo la salud de la enfermita,
y obligándome, en caso de recibir la gracia, a
mandar 50 liras italianas para aplicar una Misa
en su Basílica Santuario de Turín. Con asombro
mío. de mi esposo y vecinos, a la media hora
mi chiquita se encontraba sin fiebre y con
semblante risueño pedía jugar con su muñequita.
I I Diciembre 1928.
—
SALAVLANCA ( E s p a S a L — Teniendo a mi
hijo menor, niño de cinco meses, enfermo con
una infección intestinal, acudí a Marín Auxilia
dora haciendo una novena y prometioiulo pu
blicar la gracia en el Boletin Sahsiano si obtenía
la deseada curación de mi enfennito. Y In l>ondad de nuestra Madre no se hir.o esperar: Al
terminar la novena, mi hijo estaba fuera de
cuidado, por lo que cumplo con gusto mi pro
mesa dando las más expresivas gracias a María
Auxiliadora.
3 Febrero 1929
María del Rosario Sánchez de Cuadrado. .
Ana Vera de Maggi.
MONTEVIDEO (Uruguay ). —
Encon
trándonos en una apremiante situación, acu
dimos a la que es «Auxilio de los Cristianos»,
invocando al mismo tiempo a su fiel siervo
Don Bosco, en demanda de mejorar nuestra
condición. Y ¡oh prodigio de María! antes de
terminar la novena que habíamos principiado,
con inmensa satisfacción de todos, nuestro
asunto familiar estaba plenamente arreglado
según nuestros deseos. Eternamente recono
cidos a la Celestial Señora y al Vble. Don Bosco,
enviamos la ofrenda para ima Misa en el San
tuario de Turín en acción de gracias.
10 Noviembre 1928
Angela R. de Vilardébo y familia.
CHONE (Ecuador). — Hallándome el año
]>asado sumamente grave, atacado de fiebre
infecciosa recurrí a la Snia. \firgen Auxiliaílora
ofreciendo una limosna para los huerfanitos
de Don Bosco, tan pronto como recobrara la
salud, la cual obtuve enseguida.
Pero como por mi descuido no cumplí mi
ofrecimiento, el Todopoderoso quiso recordár
melo, mandándome nuevamente la misma
fiebre, de la que, gracias a María Auxiliadora,
pude nuevamente salvarme.
Hoy cmnplo con lo ofrecido, dando públi
camente gracias a la Virgen Santísima y en
viando ima hmosna pra los huerfanitos de Don
Bosco.
Julio 1928.
Macario Gutiérrez.
RONDA (E s p a S a ). — Hace años cayó
eufeimo mi esposo y de resultas de la enfermemedad quedó ciego. En aquella tribulación
lo recomendé a la Sma. Virgen María Auxilia
dora, prometiendo publicar la gracia en el
Boletín si mi esposo recobraba la ^dsta.
La Sma. Virgen escuchó mis fervientes ple
garias y en la actualidad mi esposo se encuentra
‘ otalmente bien.
Enero 1929,
Presentación Fierro.
Dan fambién gracias a María Auxilia
dora y envían una limosna:
A guasCALIEísTES (Méjico). — M<». Guada
lupe Castro da gracias por la curación de una
pulmonía y envía una oferta para el Santuario
de Turín. —- Josefina Ledesma da gracias por
la salud obtenida para ima tía suya y envía
una limosna.
C a i .1 (Colombia). — José Alvear, Dolores
López, Dolores Charria, Otoniel Zamorán y
María Josefa Domínguez y envían una limosna.
Carixina (España). - Rosa Ferrer envía
una limosna en agradecimiento a María Auxi
liadora y al Vble. Don Bosco jxjr un favor
recibido.
Carmen* (Colombia). — Marcelino Monioya
por im favor recibido.
Car NERILLO (Argentina). — Lucia Amhrngio,
agradecida envía una ofrenda para las Misiones
Salesianas.
CobAn (Guatemala). — Carolina v. de Molía.
Leonor de Portee, Rosita Pérez, Celso M . Narcisj,
Elisa de Calderón, Servando v. de Gómez, Concha
S. de Fortín, Albina Dclacruz, Vicenta Chavarria. Chica Ponce y Matías Gabriel, ofrecen las
flores de su más sincera gratitud a la excelsa
Auxiliadora por beneficios que les otorgó gene
rosamente y por el digno conducto de la entu
siasta Celadora Salesiana, Dña. Silvia R. v. de
Pérez envían ima ofrenda para las Obras y
Misiones Salesianas.
F unes (Colombia-Pasto). —
Concepción
ViUola de S. y Tomasa X . hacen manifiesta su
gratitud a la Virgen de D. Bosco por haberles
otorgado especí^es beneficios y mandan una
limosna para su culto en el Santuario de Turín.
J erez ¡Méjico). — Rafael Rivera, p>or habci
obtenido él remedio de una gran necesidad.
J erónimo Cort /cs {Argentina-Córdoba). —
José Pigozzi envía una oferta en agradecimiento
a María Auxiliadora ]>or .señalados favores
que le otorgó por medio del Venerable Don
Bosco.
Los A ngici.es {California). — Luz Padilla
hace manifiesta su eterna gratitud a la Virgen
de Don Bosco por im señalado favor que le
consiguió y envía una ofrenda para los huerfanitos salesionos.
P asto {Colombia). — Gonzalo Moreno, Pas
tora Jaramillo, Rosario Pabón de M., Joaquín
Figueroa, Luis Martínez Sanabria hacen pública
su gratitud a María Auxiliadora por favores
conseguidos y por mediación del Decurión Salesiano, D. Jorge López Alvarez envían su limosna
para las Misiones y Obras Salesianas.
P avas (Co/om6»a). — Librada Garda de
Salinas, Gregaria Escobar Vda. de Correa, María
Escobar de Lemas, Julia Moreno de Salinas,
Lisimaco Motaio, Soledad Escobar de Orejuela,
Ermila Satizábal, Heliodora A . de Collazos, Pau
lina B. de Gamboa, Alfredo Mayor, Benedicta
Reina, Juan M. Motato, Isaac Mayor, Mercedes
Escobar de Buenaventura, Lucinda Mayor, Mar
garita Escobar de Orejuela, Trinidad Escobar,
Sccundina Bonilla de Cuero, María Albán,
Elena Mayor, Juana G. Vda. de Vázquez, Clementina Perlaza, Carlos M. Albán, María Con
cepción Albán de Reina, Margarita Mondragón,
Virginia Sánchez de Bonilla, Vicente Díaz,
Concepción Camocho, María Cardona, Eusebia
Velasco, Justina Vareta de Guevara, Clara
Orejuela, Margarita Pardo de Perca, José M.
Albán, Ramona Motato de Becerra, Gregorio
Medina, Rosa Amelia Reina de Motato, Puri
ficación Cruz, Ermelinda Caicedo, Sinforosa
Satizábal, Benedicta Díaz y Darío Reina, dan
gracias y envían su limosna para las Obras
Salesianas por mediación del distinguido y
activo Decurión. Sr. D. Marcelino Albán.
S alto {Uruguay). — T. C. por haber obte
nido plaza en un concurso muy reñido.
V illa de D. Padrique {España). — Angela
Villarrubio, Salustiana Villarrubio, Marta Luisa
Izquierdo, Isabel Manzanero, y Costanza Maqufdo corresponden públicamente a la bondad
de María Axixiliadora por beneficios recibidos
y por mediación de la local Celadora Salesiana
nuuidan una limosna en favor de las Obras
y Misiones de Don Bosco.
ViNCES {Ecuador). — Lucila León, Coope
radora Salesiana, publica su gratitud a la Virgen
de Don Bosco y a Dña. Dorotea de Chopitea
por un señalado favor que obtuvo mediante
su intercesión, y manda una limosna para el
Santuario de Turín.
LLUVIA DE G RA CIA S
aíribuídas a la intercesión de la Sierva de Dios
DOROTEA DE CHOPITEA.
A rtós del Panadé S {España). — Dña. Josefa
A rnau da gracias a la Sierva de Dios por haberle
alcanzado la venta de mía finca y envía una
limosna para las Obras Salesianas.
B arcelona {España). — Doy infinitas gra
cias a Dios que se dignó concederme el
arreglo de un asimto sumamente difícil, el
cual me parecía imposible solucionar, habiendo
puesto por intercessora a Dorotea- Chopitea
a la cual hice una novena.
Eugenia Tovar de Poirino.
V alencia {España). — En dos ocasiones
he hecho la Novena a Dorotea de Chopitea
pidiéndole, la primera, el arreglo de im negocio
difícil de solucionar y la segunda, otra gracia
especial.
Las dos peticiones fueron atendidas de modo
tal que no me queda la menor duda lo fueron
por intercesión de la Sierv’a de Dios.
Deseo la inserción de estas lineas en el Boletín
Salesiano como prueba de gratitud y para
ensalzar las vnrtudes heróicas de Dña. Dorotea
y envío una limosna para los gastos del proceso
de Beatificación.
22 Noviembre de 1928.
Carmen Montagud .
Los A ngeles {California). ■— Catalina y
Consuelo Freese agradecen a la Sierva de Dios
algmios favores obtenidos.
Bucaramanga {Colombia). — Una Coopera
dora Salesiana. agradecida a Dorotea de Chopítea por un favor obtenido, manda una ofrenda
para su causa de canonización.
G irón {Colombia). — Una devota cumple su
promesa de hacer pública su gratitud para con
la Sierva de Dios y envía una limosna para su
causa de Canonización.
'S an A ntonio {Salto-Uruguay). — Deseo se
publique en el Boletín mi agradecimiento a la
gran Cooperadora salesiana, Dña. Dorotea de
Chopitea, pues por su intercesión he obtenido
una gracia de la Sma. Trinidad y envío una
limosna para la causa de beatificación.
L eon oo P intos.
Moron (España). — Margarita F. Moran
da infinitas gracias a la sierva de Dios Dña
Dorotea de Chopitea por un favor recibido y
hace público su agradecimiento.
D a vos PL-ATZ (Suiza). — Matilde González
atribuye a la intercesión de Dña Dorotea un
señalado favor que ^radece, enviando ima
limosna para los gastos de beatificación.
Por el mundo
Snleúano
CIUDADELA (España) — Bodas de Oro sa*
cerdotales del P. Salesiaao Don Federico Pareja.
El dia 5 del pasado enero^ la ciudad de Cinda
dela estuvo de gran fiesta para honrar a uno
de sus preclaros hijos adoptivos, al sacerdote
ejemplar a quien se debe la fundación de la
Casa Salesiana, el cual después de haber dado
a los hijos de Don Bosco cuanto era suyo, dióse
a si mismo entrando a formar parte de la Con
gregación Salesiana.
La fausta fecha de las Bodas de Oro sacer
dotales de Don Federico Pareja, dió motivo a
una serie de festejos en que todos se congratu
laban con él por haber traído a Ciudadela a los
Hijos del Vble. Don Bosco.
El Sr. Obispo de la Diócesis escribía para
dicha ocasión: f La Divina Providencia quiso
hacer de vos el caput anguli de una Obra bella y
grande. Sobre esa piedra angular fué levantado
y se mantiene el edificio de doble estructura mate
rial y espiritual, la Casa Salesiana, que, como
i
I
frondoso árbol regado por la mano de la Auxilia
dora, viene creciendo en años y extiende sus ramas
cargadas de opimos frutos, una Juventud culta
y cristiana ornamento de la Sociedad, esperanza
de la Religión y de la Patria. Quiera el Señor
alargaros en más dilatados años la preciosa vida
en continuo aumento de bendiciones. En este
glorioso dia recibid la cordial felicitación con
bendición de vuestro
Obispo de Menorca.
Número importantísimo de los festejos fué
sin duda la recepción en la Casa Ayuntmniento
donde el virtuoso salesiano fué condecorado
con la medalla de la ciudad, creada para la
fausta circunstancia. El Sr. Alcalde, despuéi
de recordar los méritos del festejado que ya
en 1899 le merecieron del Ayuntamiento el
nombramiento de Hijo adoptivo de Cindadela,
y la trasformación que j>or virtud de la obra
Salesiana por él fundada ha experimentado
la ciudad, dice que el actual Ayuntamiento
C io ila d d a (M esorca) — £1 Rvdo. D. Federico P areja en la facsU fecha de
coo el perM>oal del c o le ^ aatesiaao.
mu
B odas de O ro aacerdoialea
122
se lionra en conceder a tan esclarecido y bene
mérito cíudaílano la Medalla de la Ciudad y
termina diciendo: Pava él la crea, para que en
fecha tan señalada y en acto tan conmemorativo
como el que hoy celebra con recocijo Cindadela,
sea como el ósculo de paz y de gratitud de nuestra
población al inmortal apóstol y bienhechor Don
Pedcrico Pareja y Mesa, a quien en nombre de
la ciudad felicito y abrazo.
Mientras el Sr. Alcalde le colocaba la medalla
resonaban frenéticos aplausos y vivas y el
fcvStejndo visiblemente emocionado dió luego
las gracias con breves y sentidas frases.
K1 Kxemo. Ayuntamiento que acababa de
llevar a cabo un acuerdo que tanto le honra
quiso completar su obra acompañando en cor-
-
familia y el hogar». Comenzó el P. Conde su
entusiasta oración, felicitando a cuantos habían
cooperado a la magna obra, proporcionando
un hogar confortable a cien familias, de las
cviales 27 iban a recibir aquella misma tarde
las llaves de sus nuevas viviendas. Dió sentidas
gracias a los excelentes cooperadores salesianos,
don José Gil del Castillo, que por un precio
modicísimo cedió los terrenos en que está-encla
vado el barrio «Don Sosco », y a don Manuel
Peris, afamado arqiiitecto, que levantó los
planos del mencionado barrio.
Relató luego las vicisitudes, trabajos y
amarguras por que pasó la junta directiva de
la Cooperativa «Den Sosco #, y singularmente
su presidente, don Joaquín Aznar, a cuyos d,es-
Valcncia (Eapaha). — F.l Arzobispo bendice las C a sa s del ‘‘B arrio Don Bosco"
construido por iniciativa fellcisimn de los Fxalumnns de aquel C olegio Salesiano.
velas, tesón y constancia, dijo, se debe, en gran
parte, la con.strucción del barrio « Don Bosco *.
Por iiltimo, después de unas atinadas consi
deraciones sobre la felicidad del hogar, tenninó
felicitando efu.sivamcnte a los antiguos alumnos
salesianos, agraciados con tan hermosas casas,
a quienes encareció que en ninguna debe faltar
la imagen de María Auxiliadora, bajo cuyos
auspicios se etlucaron, y el retrato del vene
VALENCIA (Españfl)
Entrega de las llaves
rable Basco, maestro y padre de todos.
dcl Barrio “ Don B asco" y Bendición de las
Tenuinado el discurso, los beneficiarios reci
nuevas Casas.
bieron emocionadísimos las llaves de las nuevas
K1 ilía 27 del pa.vulo enero, con la asistencia viviendas de manos del Padre director, de don
Enrique Vallbona. don Manuel Peris, doña I.sade casi tocia la jxqnilasa barriada de Sagunto,
que invadió el amplio salón-teatro y patios bel Miralles y de la junta directiva que presidía.
El domingo siguiente, 3 de febrero, se celebró
do las Sulesianas. se veriliex) el acto comnoveiior
de la entrega de las- llaves a los veintisiete an con toda solemnidad la Bendición de las 27
tiguas alumuas sale.sianos, beneficiarios de las cosas ya habitad.as.
Fué jirecedida de una Misa de Comunión
■ 27 primeras casiis tenninadas, de las loó dé
que a las siete y media de diclio día y en el
que ha de constar el barrio « Don Bosco *.
lil acto fué amenizado con una hermosa colegio de Padres Salesianos de la calle de
\-clada durante la cual el Padre Conde, director Sagunto, dijo el reverendo Padre Director don
Daniel Conde, asistiendo a la misma gran nú
de la«s Kscuelas Salesianas, pronunció un briÜante discurso, desarrollando el tema «I^a mero de beneficiarios. De esta manera dieron
poración al humilde sacerdote a la Casa Salesiana en varios antas cjue habían sido ofrecidas
por sus propietarios.
líl Boletín SiiUsiano une su voz a la de tantas
amigos y admiradores del bueno y humilde
hijo de Don Sasco para felicitarle e invocar
sobre él las más escogidas bendiciones dcl Ciclo.
i-i3
principio a las fiestas preparadas con motivo
de la bendición de las 27 vi\dendas reciente
mente terminadas, correspondientes a la primera
serie del primer grupo del barrio de Don Bosco.
A las diez de la mañana fueron llegando los
invitados, quienes, a j^esar del tiempo lluvioso
y desapacible, no quisieron dejar de asistir al
acto, anunciado de antemano en el programa
del Primer Congreso de Acción Católica que
•se estaba celebrando en Valencia.
Asimismo acudió el excelentísimo y reveren-
enfermo. y a instancias suyas le acompañaron
hasta su habitación, situada en el piso alto;
con dulces palabras le animó y le dió su ben
dición, con lo cual demostró clara y evidente
mente su gran corazón de padre. Tonninadas
de bendecir la.s 27 viviendas, sin haber ce.sado
la lluvia y pisando el barro de los terrenos
que hasta hace i>oco habían sido cultivados,
regresó Su Ivxcelencia al punto de partida, desde
donde dió al pueblo su bendición, disiiurAiidose una larga traca.
Sevilla (E spaña) — El C ard. Ilundaín bepdice una nueva máquina de imprenla de las Esenelaa P. Salesianas.
dísimo señor Arzobispo, siendo recibido con una
salva de aplausos, a los acordes de la marcha
de Infantes, ejecutada por la banda La Vega.
Revestido Su Excelencia y asistido pior varios
señores Canónigos del muy ilustre Cabildo de
la Metropolitana, dió principio la bendición de
todas las casas, entrando y recorriendo las
dependencias de cada ima de ellas. 1Si la bondad
y simp>atias de S. E. no fueran de antemano
conocidas por todos los valencianos, nosotros
]X)dríamos dar fe de ellas.dando a conocer minndosamente infinidad de detalles que para
nosotros no pasaron desapercibidos y que pusiercm de manifiesto la bondad de nuestoo Pre
lado ». Después de bendecir éste cada vivienda
daba a besar el anillo pastoral al jefe y familia
>' se interesaba px>r todos; en una de las casas
supo que había uno de los hijos gravemente
Al terminar el acto se le . despidió con los
mismos honores qua a la llegada, habiendo
encarecido S. E. a la Directiva, que tan pronto
esté terminado el otro grupo en construcción,
se le avise para repetir tan simpática fiesta.
¡Bien por los antiguos alumnos de los S le*
sianos, que con celo y perseverancia han conse
guido un alto puesto, al desarrollar una obra
social de tanta trascendencia como es edificar
im verdadero pueblo para familias modestas
junto a las escuelas del Venerable Bosco.
SEVILLA (España) —
la fiesta patronal.
Digna celebración
de
En las Escuelas Sales lanas de la Sma. Trinidad, con motivo de la Confereucia reglameutaria
a los Cooperadores Salcsianos prescrita para
124
la fiesta de San Francisco de Sales, celebróse
un acto solemnísimo y de capital importancia
j)ara aquellas Escuelas Profesionales.
A las cinco de la tarde, bajo la presidencia
del Enmio. Sr. Cardenal de Sevilla, dió la con-
y extemos cantaron varias composiciones a tres
voces, siendo admirablemente interpretadas.
A continuación el Sr. Cardenal Ilundain,
que tanto aprecia y distingue a los humildes
e infatigables hijos del V. D. Bosco, en su her-
Valencia
floreciente Colegio
(V enezuela).
S alesiano “ D . B osco”
V arias visfas del
de aquella ciudad.
ferencia a los Coo|>eradortís y Cooperadoras
de li\s obras salesianas el Muy Iltre. Sr. Don
Balbiuo Santos, Lectoral de la S. I. C. quien
expresó con admirable claridad y elocuencia
las obras de celo emprendidas por los Salesianos.
Dió la bendición coa el Santísimo el Emmo.
Sr. Cardenal. Las escolauias de los internos
moso y fecundo apostolado de educar y en
señar a la juventud las ciencias y las artes,
bendijo la nueva Máquina tipc^ráfica alemana.
Fue designada con el nombre de nuestro
Venerable Fundador para dar a conocer a los
niños el bien que £1 sabia hacer y el que sigue
haciendo por medio de sus hijos los Salesianos.
125
Terminada la bendición fué puesta en marcha
para imprimir unos recuerdos en honor de
Don Bosco, que fueron distribuidos como
obsequio a los asistentes.
Fueron padrinos de tan solemne acto el
Sr. D. Félix Sánchez Blanco y su distinguida
esposa Dña. Francisca de Borja Pardo.
Los salesianos confían que la caridad de los
Cooperadores no sólo les permitirá cubrir este
gasto, sino hacer otros nuevos para el desarrollo
de la grande Obra de las Escuelas Profesionales.
VALENCIA (Veaezuela) — Colegio “ Doo Bosco”
Extractamos de la ariistica Revista «Billiken ».
El Colegio Don Bosco, imo de los primeros
de la República, está situado en la parte más
sana de la Capital de Carabobo, ocupa m a
manzana de terreno y los parques que rodean
el edificio están plantados de eucaliptus, que
aiunentan con la salubridad de sus hojas la
mucha higiene- del plantel.
Sus aulas espaciosísimas, ventiladas, llenas
de aire y luz, sus dormitorios con capacidad
para roo camas, en el segundo piso, sus patios
de Deportes, su Salón Museo, su Salón Teatro,
su artística Capilla, consagrada a la Reina de
los Cielos, la inspiradora de Don Bosco, la
que en visiones le enseñara el Sistema Preven
tivo, para salvar a los niños, no con el rigor ni
los castigos, sino con el consejo oportuno y
cariñoso; sistema que ponen en práctica los
Hijos de Don Bosco, haciéndose niños con los
niños, para jugar con ellos, intimar con ellos,
y sembrar en ellos el germen de sabiduría y los
sentimientos nobles, religiosos y patriotas en
las almas.
Para desarrollar el germen de piedad que
deja en el alma el Bautismo, tiene el Colegio
Don Bosco. la confesión frecuente, la Misa y
la Comunión diaria en su propio Santuario,
sai como los demás actos de piedad; para la
sabiduría humana sus Cuidos de Instnicción
Primaria Elemental, Superior, Bncliillerato,
Idiomas.
Para despertar el arte en las almas que se
les confían, las clases de Música, canto; sus fre
cuentes representacion^is teatrales en su Salón
Teatro, donde se inician con producciones
propias en la tribuna, los oradores de mañana;
sus clases de Dibujo y de Pintura; todo lo
que el Arte de los hijos de Don Bosco sabe
enseñar.
Para el desarrollo físico, los patios de Depor
tes, la Gimnasia, las excursiones campestres.
Y para estimular el amor a la Patria, los
P ad r¿ Salesianos, llevan en excursiones patrió
ticas, sus alumnos, a Bárbtila, San Mateo, Carabobo, enseñándoles los sitios donde supieron
conquistar la Gloria y damos Patria Libre
nuestros Libertadores.
Cuenta además el Colegio Salesiano, con una
Granja, la Granja San José, situada entre Naguanagua y Valencia, de donde viene la le
che purísima, los cereales, la miel, y donde se
enseña agricultura y donde se dan clases noc
turnas, fonnando hombres de trabajo y de
honor, a los chiquillos pobres, que los Padres
Salesianos acogen como suyos!
El Colegio o Don Bosco * ha formado casi
todos los hombres de Valencia, que en el terruño
querido son honra y orgullo y a otros, que lejos
del terruño y de la Patria, han ido a dar gloria,
a la sabia, silenciosa y abnegada educación
Salesiana, y de la cariñosa cordialidad de sus
aulas, han salido Médicos, Abogados, Diplo
máticos, Sacerdotes y artistas que al volver
la mirada al pretérito, sienten confortar su
espíritu con el recuerdo de los años pasados
bajo las frondas de sus árboles, o en el calor
cariñoso de sus aoUas, o en el suave y místico
ambiente de la amada Capilla consagrada a
la Virgen dé Don Bosco, la amada Madre María
Auxiliadora.
BARCELONA {España). — En * La Van
guardia » del 27 de enero último vimos con
gusto \m artículo titulado * Una Obra benificosocial sin terminar en el cual se señalaba a
la caridad de los Barceloneses la importantí
sima Obra que la Congregación Salesiana desa
rrolla en la Barriada obrera de Hostafranclis.
Después de un resumen de su historia y de las
dificultades con que ha tenido siempre que luchar
tan benéfica Institución, debida a la Sierva
de Dios Dorotea Chopitea, se enumeran las ac
tividades a que se dedica en bien de la juventud
obrera de la popialar barriada:
Escuelas de primera enseñanza gratuitas
para unos 300 alumnos.
2®, Escuelas nocturnas para adultos, con
doscientos aliimnos.
3®. Patronato escolar que proporciona comida
y prendas de vestir a los niños más necesitados.
40, Oratorio Festivo, donde los domingos y
días festivos redben instrucción religiosa más
de 800 niños, a quienes se proporciona además
alegre y sana diversión.
- !:
'^ í V ', . ^
*■
1
^ 1
B fZ 09
C orrientes (Arj{.) — £1 O ra to rio Festivo y una sección de E xploradores que hicieron la
5." Floreciente Asociación de Exalumnos.
0 ". Iglesia pública frecnentadísima y de una
intensa vida eucarística.
Y termina haciendo un llamamiento a la.«?
I'íersonas caritativas j>ara que cooperen.al desa
rrollo de esta Obra, sobre todo ahora en que
se divisa el b.ello día de la Beatificación del Vble.
Don Bosco, a quien Barcelona recibió en regio
triunfo en 1886.
CORRIENTES {Argentina). — Orgullasos
imedeii estar los amantes de la Obra Salesiana
Comunión.
de esta ciudad por los éxitos obtenidos durante
un año que funciona en ella el Oratorio Festiva
de Don Bosco. Al celebrar el primer aniversario
cuenta dicha Institución con una hermosa
Capilla generosamente dotada; una Escuela
de primera enseñanza, cuyos títulos se hallan
equiparados a los de las Escuelas Fiscales;
un Batallón de Exploradores que ix>r lo nume
roso y disciplinado llama justamente la admi
ración del piíblico: un Oratorio que reüne todos
los domingos y fiestas varios centenares de
niños a]>artáiidolos de los peligros de la vagancia
y dándoles histruccióu religiosa. Un centro
bien organizado de Exalumnos y Cooperadores
salesianos, que coadyuvan con su óbolo en la
delicada misión de educar a la niñez j>obre y
desvalida.
MAR DEL PLATA {Argentina) . — También
en esta veraniega ciudad, aún no trascurrido
un año de la inauguración del Oratorio Festivo
se están cosechando yo, abundantísimos frutos,
líl día de la Inmaculada se distribuyeron un
centenar de Primeras Comuniones y luego la
Comisión de las Cooj>eradoras Salesianas orga
nizó una espléndida fiesta para bendecir una
preciosa bandera que el Coronel Irigaray, des
pués de un elocuente y entusiasta discurso,
entregó a los Exploradores, y a cuyos lemas
juraron fidelidad las numerosas escuadras in
fantiles. Y alguien pudo decir que los niños
de hoy, obedientes y sumisos, no parecían los
de ayer, revoltosos y rebeldes. Son los milagros
del Oratorio Festivo.
PAM PLONA {España). — Las Escuelas
ProfesionaUs de la simpática capital Navarra
AVar del P lata (A r^.) — Un grupo de oralorianos.
van siendo cada vez más conocidas y aprecia
das por el culto y generoso público de Pam
plona, como lo demostró al asistir con entu
siasmo a la Conferencia Salesiana dada por
■
lÉH
127
el Director de las mismas con motivo de la
fiesta patronal de San Francisco de Sales.
También la Diputación Provincial dió una
gran prueba de aprecio a dichas Escuelas con
cediendo una medalla para premiar a sus
alumnos más aventajados.
SALAM AN CA [España). — Los Exalumnos
de las Escuelas Salesianas de San Benito to
maron por su cuenta la celebración de la Fiesta
de San Francisco de Sales que revistió im es
plendor inusitado. Tanto la parte religiosa,
en la que sobresalió el panegírico predicado
por el Rvdo. Don Joaquín Rodríguez, salesiano. como la recreativa, a cargo del cuadro
artístico de los Exalumnos, merecieron los
plácemes imánimes de toda la población.
SALTA (Argentina). — Alcanzó im éxito
inesperado la fiesta de los Reyes Magos, cele
brada el Domingo 6 de enero en el Colegio
Salesiano «Angel Zerda ». — La acción eficaz
y fecunda del P. Director del Oratorio Festivo
Rvdo. Tomás C. della Vedova, se puso de
relieve en el citado día con una concurrencia
infantil de más de 1500 niños. El interesante
jnograma fué desarrollado con mucho entu
siasmo gracias a la cooperación de los Ex
alumnos de Don Bosco del mismo Centro
Táriba (Venezuela) — La C a sa Salesiana.
«Angel Zerda». que tan activa parte toman
en todas las fiestas del Colegio Salesiano.
TÁRIBA (Venezuela). — Solemnísima re
sultó la fiesta de la Imnaculada que coincidió
con la distribución de premios del Curso ante
rior. Número saliente fué la velada celebrada
en el salón de actos y amenizada por la banda
del Distrito galantemente cedida por el digno
Jefe Civil, Oral. José Antonio González, du
rante la cual el P. venezolano Cosme F. Alteri
pronunció un jnagLstral discurso y fueron dis
tribuidos los premios a los agraciadas.
Solta (A rgentina) — Los aiSos d d O ra to rio F e ^ v o el dfa d e Reyes,
128
■¥•
B9
necrología
Sr. Dr. D. V íd o r Góm ez Jurado.
Profunda impresión ha causado en la socie
dad Ibarreña el fallecimiento de este ilustre
jurisconsulto y sincero amigo de la Obra Salesiana en el Ecuador.
Su distinguido talento, su exquisita cultura
y sobre todo su gran probidad le granjearon
las simpatías de todos los elementos de la
Sociedad.
El Iltre. Concejo Mimicipal y el Colegio de
Abogados de su ciudad natal formularon
\’aliosos acuerdos deplorando la desaparición
de uno de los abogados más distinguidos del
foro ibarreño.
Nosotros, además de adherimos de corazón
a tan justas manifestaciones de admiración
para con tan distinguido ciudadano, lo pre
sentamos a nuestros queridos Cooperadores
como modelo de caridad para con el niño pobre.
Ultimamente trabajaba con grande interés
a fin de que sus queridos salesianos se estable
cieran en Ibarra.
Esperamos que Dios N. S. le haya dado el
I^remio por su vida ejemplar y especiales mere
cimientos; sin embargo lo recomendamos a
las oraciones de nuestros amigos y Coopera
dores.
A sus distinguidos deudos enviamos el más
sentido pésame y esperamas que María Auxi
liadora derramará sobre sus corazones el sua
vísimo bálsamo de le resignación cristiana.
Don Jacinío Pimenfel.
Después de larga y dolorosa enfermedad,
confortado con los auxilios de nuestra santa
Religión, el día 24 de Diciembre de 1928,
\ igilia de Navidad, entregó su alma a Dios
D. J acuito Pimentel. esposo de nuestra antigua
\- generosa Cooperadora. Sra. Dña. Elena Arrumctuli.
Hombre grandemente laborioso, de grandes
iniciativas y de vida integérrima, fué D. Ja
cinto esposo modelo y padre ejemplar. Las
vicisitudes de su Patria (Méjico) lo obligaron
a refugiarse en la ciudad de Los Angeles. La
oración piadosa de todos los Cooperadores,
sirva de consuelo a su atribulada esposa y a
sus afligidos hijos, a quienes renovamos la
expresión de nuestro sentimiento por la pér
dida irreparable con que el Señor ha querido
probarlos.
Don Dionisio Cabof y Rovira.
En Diciembre último falleció en la ciudad
de Barcelona este modelo de caballeros cris
tianos. Todo su prestigio y los bienes de for
tuna ponía al servicio de las causas santas,
siendo incalculable lo que le débe la Acción
Católica de la ciudad de Barcelona.
Convencido de la Providencialidad de la
Obra Salesiana la contaba entre las especial
mente por él favorecidas y era entusiasta
admirador de la gran figura de Don Bosco.
El Boletín Salésiano da a la familia el más
sentido pésame y pide a sus lectores una ora
ción para el finado.
Recordad en vuestros sufragios a:
B.a.RCEW)NA (España). — Miguel A . Plana
y de Goytisolo, Miguel Casas Marturet, Rosa
Serra Vda. de Romaní , Dña. Elvira Pich Vda.
Crehuet, falleció en Barcelona el 9 de enero.
Alma entusiasta de las Obras Salesianas supo
ayudarlas con la generosidad de su hermoso
corazón.
V illa db D on F adrique (España). —
Carmen Isquierdo, Victoria Villarejo, Cándido
Martines.
R. I. P.
« Sé caritativo según tu posibilidad: si tuvieres
mucho da con abundancia; si poco, procura dar
de buena gana aún de lo poco que tuvieres; pues
con esto te atesoras una gran recompensa para el
dia de la muerte; por c%tanto la limosna libra de
todo pecado y déla muerte eterna y no dejará caer
el alma en ¡as tinieblas del infierno; pues la
limosna será motivo de gran confianza delante
del Soberano juex.
T obías IV, 8-12.
C o a a p n b m c ió m d e U tm fo rid m d e c Ie s ié e U e e .
G e m f o D . D O .N t E N iC O G A R N E R l.
E»lableeiaiiea(o T ip . d« la Socied ad Editora l a t e r a i d c a l - T a r is
C o r s o R e g ie * .Wmrg h e r ile , IT -t.