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Año XLV - N. 1.
Enero, 1930.
BOLETIN SALESIANO
REVISTA DE LAS OBRAS DE DON B O SC O
Caria anual del Sucesor de D. Bosco
a los Cooperadores Salesianos
Turín,
I
de enero de 1930.
Amados Cooperadores
Beneméritas Cooperadoras:
Mi mente, apenas tomo la pluma para
escribiros la acostumbrada carta anual, vuela
enseguida al gran acontecimiento que muchos
de vosotros habéis tenido el consuelo de pre
senciar de cerca. L a Beatificación de D. Bosco,
que ha colmado de gozo el corazón de sxis
hijos, suscita también en todos los fieles sen
timientos de admiración e impulsos de fer
viente piedad; de tal modo que el mundo
ha quedado convencido de que su gloria es
la gloria de la Iglesia Católica, y que su
misión providencial no se ha circunscrito a
determinado tiempo y lugar, sino que pre
senta caracteres de perenne universalidad.
En Roma y en Turín, en Europa, en América,
Asia y Africa, tanto en las populosas capi
tales como en las humildes aldeas, se han
elevado fervorosas acciones de gracias a
Dios, admirable siempre en sus santos, y
que en nuestros tiempos ha dado al mundo
un modelo tan insigne de todas las virtudes
y un tan grande bienhechor de la Humani
dad.
Frufos de ¡a BeafiBcación.
En las manifestaciones públicas que en
todas partes, se llevan a cabo en honor del
luevo Beato, me llaman poderosamente la
atención dos cosas: el fruto espiritual pro
ducido en las almas y la adhesión espontánea
de todas clases sociales.
¡Cuántos son los que en tales circunstan
cias se acercan a los dos santos sacramentos,
que Don Bosco con mayor interés se esfor
zaba por inculcar en los fieles, especialmente
en la juventudl Y ¡cuán edificante es el
espectáculo de concordia que se renueva
dondequiera se celebre la exaltación del
Beato, en el que parece se han borrado todas
.las divergendas de ideas y toda distinción
de categorías sociales!
El Boletín os da cada mes la relación de
estas fiestas; pero lo que el Organo de los
Cooperadores puede dedr, es bien poco com
parado con la multitud de noticias privadas
que el correo nos trae cada día y que que
darán en nuestros arcliivos para atestiguar
en todos los tiempos el espléndido triunfo
de D. Bosco en esta hora grandiosa.
Otras cosas os dirá el Boletín. — Os ha
blará del nuevo aspecto que la Casa de Valdocco y el templo de María Auxiliadora han
tomado desde la fausta fecha del 9 de Ju
nio en que nuestro Padre volvió a su Casa,
en medio de un triunfo indescriptibile. Os
contará las gradas y bendidones que derra
ma a manos llenas sobre sus devotos. Os
informará de las peregrinadones que llegan
desde todas las partes de Italia y del mundo.
Nosotros, que somos testigos oculares de
-(
2
estas cosas, comprendemos siempre mejor los
designios de la Divina Providencia acerca
del humilde pastorcülo de Becchi y senti
mos cada vez más imperioso el deber de
corresponder a tan sublimes destinos, ya
que el Señor en su bondad ha querido lla
mamos a participar en ellos.
E l Capitulo General.
Permitidme ahora que os hable de un
acontecimiento, que al par que contribuyó
a hacer más solemnes los honores tributados
a nuestro Padre, ha influido en tan gran
medida en el desarrollo de su Obra. Me re
fiero a la Reunión General de nuestros Supe
riores Mayores, celebrada en Valsalice ape
nas terminadas las fiestas de la Beatifica
ción. como para recoger sus frutos más inme
diatos y duraderos. Desde el Canadá a la
Tierra del Fuego, desde España al Japón,
desde el Cabo de Buena Esperanza a la
Australia, todas nuestras Inspectorías y Mi
siones ennaron sus representantes. Reuni
dos todos en nombre de D. Bosco, trataron
extensamente de los medios más eficaces
para hacer frente a las necesidades socia
les y religiosas, especialmente de la juventud
obrera, deseosa de conocer a Nuestro Señor
Jesucristo y de ^iv’ir una vida cristiana;
y estudiaron los medios más conducentes a
hacer llegar la ci\dlización del Evangelio a
los pueblos infieles .=
— ya muy numerosos,—
que la Santa Sede, solícita por la salvación
de las almas, ha confiado a nuestros cuidados.
Uno de los problemas más estudiados en
esta Asamblea fué el de la juventud aban
donada a la que es necesario educar cristia
namente y profesionalmente, introduciendo
en los edificios y talleres las mejoras reque
ridas por el progreso de los tiempos. También
fué objeto de nuestros cuidados la necesi
dad imprescindible de numerosas vocacio
nes, y la urgencia de tener muchos y bien
formados Misioneros. En \*ista de estas obras
tan apremiantes, hemos creído conveniente
dar tregua por algtín tiempo a la expansión
de nuestra actividad, y dedicar con mayor
solicitud nuestros esfuerzos a la prepara
ción de nuestro personal.
Necesidad de vuestra cooperac/ón.
1 le creído conveniente deciros estas cosas,
oh beneméritos cooperadores, porque voso
----tros habéis querido en todo momento encon
traros a nuestro lado. Don Bosco estuvo
ciertamente inspirado cuando intentó cons
tituir la Pía Unión de los Cooperadores Salesianos. Dos hechos han demostrado que la
Divina Pro^ndencia le inspiró el sabio pen
samiento de rodearse de tan valiosos auxi
liares, agrupándolos en una asociación or
gánica, la cual, sencilla y agilísima,, fuese
susceptible de fecundo desarrollo en todo
tiempo 5’- bajo cualquier cielo. Vosotros sois
para la Congregación Salesiaua, permitidme
la comparación, lo que los pulmones para
el organismo humano: partes Altales de nues
tro ser. En efecto, el mismo Beato ha dicho
y escrito repetidas veces que sin sus Coope
radores y Cooperadoras no habría podido
hacer nada de cuanto hizo. Por este motivo
en su testamento a los Cooperadores les
hizo una calurosa recomendación: que des
pués de su muerte, continuasen haciendo
por sus lujos lo que por el Padre habían
hecho. Nosotros constatamos cada día con
más evidencia, que nada podríamos hacer
en beneficio de tantos niños pobres y aban
donados y de tantas almas infieles que pue
blan nuestros campos de Misión, sin vuestra
constante cooperación, oh beneméritos Coope
radores y celosas Cooperadoras.
Y la razón es evidente. Los pobrecillos que
ingresan en nuestros hospicios, no pueden
contribuir con nada a su manutención. ¿Y
cómo podrían seguir adelante sin vuestra
generosidad? Y por lo que se refiere a los
•países de infieles ¿qué podemos esperar de
los paganos, de los musulmanes, de los sal
vajes? Rehacios, cuando no hostiles, a nuestra
religión y civñlización, no nos proporcionarán
jamás los medios necesarios para trabajar y
convertir. Sobre unos cuarenta millones de
almas confiadas a nuestros cuidados, apenas
unos cuantos millares gozan de las dulzuras
de nuestra santa religión, y la mayoría de
estos fieles son pobres, porque ellos son siem
pre los primeros en cobijarse bajo el re
gazo materno de la Iglesia. El Señor nos
manda a evangelizar a los pobres, como
un día mandara a sus Apóstoles; los ricos
vendrán después. Por consiguiente, no nos
queda otro recurso que la caridad de nuestros
Cooperadores. Ellos que nos quieren y apre
cian, no dejarán de venir en nuestra aj*uda.
Por lo demás, la experiencia del pasado nos
da confianza para el per\*enir. H asta ahora
siempre ha bastado una simple llamada a
(
nuestros Cooperadores, exponiendo nuestras
necesidades, para que \*inieran generosa
mente en nuestra ajiida. Acordaos pues,
de nuestras becas misioneras, multipli
cad vuestras limosnas para los bautismos
de infieles, continuad socorriendo nuestras
Obras, para que podamos, como hasta el
presente, hacer el bien a tantos pequeñuelos, a tantos pobres, a tantos enfermos {Ve
nid, oh amados Cooperadores, en nuestra
aj-uda! En todos vuestros países hay casas
y establecimientos que tienen necesidad de
3
)certeza, confirmada por los sucesos, que a
aquellos lugares en donde no le fué dado
explayar su celo de apóstol, llegaría igual
mente por medio de sus hijos.
En el pasado octubre hemos despedido una
expedición de 174 Misioneros y 103 Hijas
de ^ aría Auxiliadora. A dondequiera que
les destine la obediencia, sientan que hay
corazones generosos que laten al unísono del
suyo y manos benéficas que se alargan para
socorrerles. A l mismo t'enipo, que podamos
nosotros aquí, con la ajmda de nuestros poope-
Torfn — Los Superiores que fotnaron parte en eJ Capitulo General
celelvado en la primera quincena de Julio.
vuestras limosnas Algunas de vuestras na
ciones tienen en su seno varias misiones,
que lo esperan todo de vuestra cooperación.
¡Nuesfras misiones!
No os olvidéis tampoco del Asia y del Afri
ca, que fueron igualmente redimidas con la
sangre de Jesucristo y aún yacen sumidas en
su mayor parte en las tinieblas del error y
en las sombras de la muerte. Nuestro Bie
naventurado Padre tem'a puesto su corazón
en estos dos pafees ya desde cuando, novel
sacerdote, sintió en su pecho el deseo ar
diente de hacerse misionero Más tarde, en
sus admirables sueños, recorrió varias veces
estos inmensos territorios, entreviendo con
radores, reclutar nuevos apóstoles para prepa
rarlos a la santa misión que les espera, y que,
sucediéndose sin interrupción, contribuyan a
extender por toda la tierra el reino de Dios.
Ahora la costumbre me llevaría a entre
tenerme con vosotros sobre las fundaciones
que han tenido lugar el año pasado y las
que tenemos en perspectiva para el presente.
Pero por esta vez lo dejaré; porque como os
decía hace poco, lo que con mayor urgencia
necesitamos,,es proveer al desarrollo normal
de las obras que ya existen y al serio incre
mento de las actuales Misiones. Es necesario
que hagamos un alto en el camino para
consolidar lo hecho y para preparar el per
sonal que ha de engrosar nuestras filas en
los años venideros.
E l Insfifufo P I O XI.
Con todo no me es posible dejar de men
cionar el Instituto P ío X I , del que y a os
hablé largamente el año pasado. Los tra
bajos siguen con entusiasmo, gradas a la
esplendidez de un alma generosa que, éiendo
rica, se hizo pobre y siendo libre, se ligó
a la Obra de Don Bosco con' el único fin de
hacer el bien a las almas, especialmente a
la juventud. E sta Escuela de Artes y Ofidos,
construida y dotada conforme a las exigen
cias modernas, absorberá varios millones, que
ya fueron con liberal mano concedidos Pero
junto a estas Escuelas, el Santo Padre desea
que se erija una Iglesia de vastas dimen
siones, digna de Roma, dtótinada a satisfacer
las necesidades espirituales de aquella ba
rriada de reciente origen, y por consiguiente
desprovista de edificios destinados al culto.
El mismo Romano Pontífice, para animar-
docco. Y no se redujo a éste su soHcitud; a
pesar de las insuperables dificultades que le
obstruían el camino, consiguió crear otros
Oratorios en diversos puntos de la ciudad,
todos según el modelo del de Valdocco.
Más tarde, cuando sus hijos se esparcieron
por el mundo, a dondequiera que fuesen, les
recomendaba con particular empeño que el
Oratorio festivo fuese siempre la Obra pre
dilecta y la que con más interés se cultivase.
¿Y qué cosa es el Oratorio según el pensa
miento de Don Bosco? E l Oratorio es un
centro creado para recoger del arroyo a los
niños, especialmente en los días festivos;
mediante una exquisita bondad, hemos de
hacemos amar, y para esto la caridad cris
tiana y el celo sacerdotal disponen de medios
inagotables; y luego les inculcaremos las
verdades de la fe, les acostumbraremos a
oir la palabra de Dios, a la frecuencia de
los sacramentos; nos pondremos en relación
AGUINALDO DEL R EC TO R M AYOR PARA EL AÑO 1930.
Saludar con frecuencia a D. Bosco en el primer año de su Beatificación con las siguientes invocaciones:
Loa Niños: Para que podamos ser devotos de Jesús Sacramentado y de María Auxiliadora Íoh
Beato D. Bosco, rogad por nosotros! Los Cooperadores y AnUguos Alumnos'. Para que podamos
trabajar asiduamente en el sentido y en el modo con que Vos habéis trabajado, ¡oh Beato Don Bosco,
rogad por nosotros! Los Saleaianos: Para que podamos amar a la juventud como Vos la habéis
amado, ¡oh Beato Don Bosco, rogad por nosotros I
nos en la santa empresa, nos regaló un millón
de liras; los otros millones los esperamos
confiados en la caridad pública, especial
mente de los devotos de María Auxiliadora,
a quien será dedicado el templo, y que
tendrá de este modo una sede digna en la
Ciudad Eterna.
Los Oraforíos Festivos.
Otra cosa quiero recomendaros con el
mayor encarecimiento: es la Obra’ de los
Oratorios Festivos. Los honores tributados
a nuestro Padre serían poco menos que
estériles, si no trajesen como consecuencia
un despertar'general en favor de esta sim
pática Institución. Fué la primera obra de
D Bosco; y fué la predilecta de su corazón.
Ella es para muchos jóvenes el arca de sal
vación. Quien lee la \*ida del Beato Don Bosco,
no puede menos de conmoverse profunda
mente al ver los grandes y penosos sacrifi
cios a que tuvo que someterse para crear,
desarrollar y proteger el Oratorio de Val-
con ellos durante la semana; les ayudaremos
en sus necesidades espirituales y temporales;
nos esforzaremos, en una palabra, en irra
diar en torno de su juventud, el calor de una
santa paternidad. No hay en el mundo una
región (y yo podría aducir pruebas sobre
pruebas, sin salir del último ventenio) en
donde el Oratorio Festivo, si se ha implan
tado según el pensamiento de Don Bosco,
no haya producido un bien inmenso y con
quistado la aprobación y el aplauso de todos
los hombres de recto criterio, sin distinción
de ideas ni de partidos.
No hay duda que se requieren para esto
locales aptos; se imponen los atractivos, es
necesario mucho espíritu de sacrificio; pero
basta la buena voluntad para que a la vista
de los felices resultados obtenidos, se centu
plique nuestro entusiasmo y nuestras fuer
zas. Nadie lo dude: sin el Oratorio festivo,
los niños del pueblo, en las grandes ciudades,
n a podrán adquirir los hábitos de una vida
verdaderamente cristiana. Si no es en el
Oratorio, ¿en donde se podrá poner un dique
(
5
)
ki
Bueno» Aire* — Interior del Templo de Sen Cario* dcrante las fiesta* de la Beatificación.
---(
a esa pasión por los modernos deportes
que es la ruina de la educación cristiana?
¿No es por desgracia, demasiado verdad,
que ciertas formas de deporte paganizan
nuestras ciudades alejando de la iglesia, del
sacerdote, de Dios, a tantos jóvenes, que
en los días dedicados al Señor no tienen otra
preocupación que la de di;^ertirse?
Me decía el celoso Obispo de una grande
ciudad: — Mis diocesanos están todos bauti
zados; pero tanto entre los ricos, como entre
los pobres, son muy raros los que saben
<iue existe Nuestro Señor Jesucristo.
No, no hay otra solución posible; es nece
sario atraer la juventud a la doctrina cris
tiana y a la Iglesia con la obra providencial
de los Oratorios Festivos. Quisiera que mi
voz angustiosa llegara a oídos de todos los
Salesianos, de todos nuestros queridos ex
alumnos, de nuestros Cooperadores y amigos,
para gritarles continuamente: ¡Oratorios, Ora
torios, Oratoriosl
i")í
La Basílica de M ar/o Auxiliadora.
Después de hablaros de las misiones y
de los Oratorios Festivos, una cosa aún me
queda por deciros. Se trata de honrar dig
namente a nuestro Beato Padre en la igle
sia por él erigida en honor de María A uxi
liadora. En este Iglesia hay una capilla de
dicada a los Santos mártires Patronos de
Turín: Solutor, Adventor y Octavio; porque
la Sma. Virgen indicó en sueños a su siervo
el lugar exacto en que padecieron el marti
rio. Aquí descansan los restos del Beato.
Desde la mañana hasta la noche, sin interrupción, el pueblo acude a venerar los des
pojos mortales de Don Bosco. Las paredes
están ya tapizadas de exvotos: tantas son
las gracias otorgadas. Pero ¡cuán estrecho,
cuán mezquino nos parece este lugar, para
nuestro deseo de honrar a Don Bosco como
se merecel Kn las grandes solemnidades, los
fieles reclaman el poder acercarse más y en
mayor número. También por este motivo
nos preocupa seriamente el Santuario de
María Auxiliadora, que cada vez resulta más
pequeño para la creciente afluencia de fieles.
¿Qué hacer? Presentar hermosos proyectos
es cosa fácil; pero la solución definitiva de
pende de los gastos. Sabemos que en honor
de santa Teresita.del Niño Jesús, se pien
san gastar 30 millones, y ciertamente no
han de faltar. Para el Beato Don Bosco.
6
)
no pedimos tanto. ¿Cómo podríamos hacerlo
dadas las apremiantes exigencias de nuestras
Misiones, de nuestros huertanitos y de nues
tras obras? Las limosnas que nos llegan para
estos fines, son sagradas y no podemos em
plearlas en otros menesteres.
A l presente yo no encuentro otra solución
que dirigirme a la caridad pública. Todos los
que deseen contribuir a edificar al Beato
Juan Bosco y a María Auxiliadora una de
mora conveniente, que nos den la prueba,
mandando sus ofertas para este fin deter
minado. En el éxito de la presente llamada,
veré yo la respuesta de la Divina Providencia.
Coíicyi/s/d/7.
Estas son las ideas que el pobre süéesor
de D. Bosco quería comunicaros al empezar
este nuevo año. Hágase en todas las cosas
la voluntad de Dios. Nosotros pongamos de
parte nuestra todas nuestras tuerzas y buena
voluntad, para promover siempre más y
más la gloria de Dios y el bien de las almas.
He aquí, amados Cooperadores y benemé
ritas Cooperadoras, los proyectos que tene
mos para el presente año. Salvemos a la
juventud educándola cristianamente, donde
quiera que nos hallemos. Salvémosla con la
escuela, con el taller, con la agricultura,
con la Misión, con el Oratorio Festivo.
Conduzcámosla a Dios, con la protección de
María Auxiliadora y siguiendo las huellas
del Beato Don Bosco.
^
Nuestros jovencitos, nuestros convertidos,
todos nuestros colaboradores, rogarán sin
cesar a la Sma. Virgen y al Beato Don Bosco
a fin de que recompensen abundantemente
a nuestros Cooperadores y Cooperadoras,
impetrando del Señor derrame sobre ellos
sus más escogidas bendiciones.
Y también vosotros, beneméritos coopera
dores, rogad, rogad, para que toda la familia
salesjana corresponda siempre a la misión
que el cielo le ha confiado, siguiendo fielmente
las huellas que eu nuestro camino ha impreso
nuestro Bienaventurado Fundador.
Quiera el Señor y María Auxiliadora re
compensaros abundantemente en esta vida
por vuestra caridad, y al fin de ella os otorgue
el galardón merecido.
Esto es lo que pide diariamente en sus
oraciones vuestro aSmo.
In carde fesu
F e lipe R ecaldi . Pbro.
l
7
LA P Á G IN A D ñ O R O
destinada a registrar los nombres de las Becas Misioneras que se van Formando
para responder al llamamiento del Sucesor de Don Bosco. He aquí la duodécima.
IIP SERIE.
24. Beca P . D e Giorgís
fundada por el Sr. De Giorgis en recuerdo
de su amado padre.
25. Beca Recuerdo de la BeaUBcación
de Don Bosco
costeada por M. de M. (Francia).
26. Bieca Beato Don Bosco (3*)
costeada por la piadosa señora M. C.
27. Beca Beato Don Bosco (4*)
fundada por el Sr. A. C.
28. Beca Mons. J . B. Nery
■ fundada por el Liceo María Auxiliadora de
Campiñas con la cooperación de una pia
dosa Señora.
29. Beca María Auxiliadora (iS*)
fundada por dos piadosas hermanas.
30. Beca Hermanos Albano
costeada por la Señora Teresa de Albano,
para atraer sobre sus hijos las bendicio
nes de Dios.
31. Beca Nuestra Señora de las Nieves
fundada por un Bienhechor que quiere
ocultar su nombre.
32. Beca Don Esteban Fantini
a cargo de los ex-alumnos y Cooperado
res de Spezia.
33. Beca Foglizzo Canavese
completada entre los Cooperadores», ex
Alumnos y Alumnos de Foglizzo.
34. Beca Colegio Manfredini
Es la primera que ofrecen los alumnos
del Colegio de Este con sus limosnas,
iniciativas y sacrificios.
35. Beca Exemos. Sres.CarlosDeFontcu~
berta y Dolores de Senfmenat
fundada por sus hijas Doña Carmen y Do
ña Pilar de Fontcuberta (Barcelona).
i
36. Beca Nuestra Señora de las Mercedes
costeada por los Cooperadores de Barcelomi,
57. Beca María Auxiliadora (19*)
hmdada por los Cooperadores Salesiuuos
(le \'alencia (líspaua).
38. Beca María E. D e Etchegoyen
oirecida por la Sra. D‘ . María E, de Iribarne para recuerdo y en sufragio de su
querida madre (Buenos Aires).
39. Beca B. Teresa Margarita del Sa
grado Corazón de Jesús
fundada por una piadosa señora en acción
de gracias por un favor recibido de la
Beata.
40. Beca D . Rafael M. Piperni
fimdada por la Inspectoría San Andrés, de
Cahíomia, en recuerdo del iniciador de la
Obra salesiana en aquella región.
41. Beca Francisco Besucco
por iniciativa de l a Sra. C; M. L.
42; Beca Don F. Cerruti (2*)
completada entre los Salesianos, Coopera
dores, ex-alumnos y alumnos del colegio
de Alassio.
43. Beca Sagrado Corazón de Jesús
costeada por los salesianos' del Colegio
de Lieja.
44. Beca D . L. Mertens
fundada por los ex-alumnos del Colegio
de Lieja.
45. Beca María Auxiliadora (20*)
fundada por los alumnos estudiantes del
Colegio de Lieja.
46. Beca Beato Don Bosco (5*)
fundada por los alumnos artesanos del
Colegio de Lieja.
-(
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)-
EL T R IU N F O D E D O N B O S C O
en la República Argentina
Triunfo rotundo, apoteósico, digno de D.
Bosco y de la gran nación Argentina. Las Re
vistas, los grandes rotativos, las humildes hojitas
locales: todos los sectores de la prensa, han
nutrido sus columnas con artículos encomiás
ticos y con la relación de las fiestas celebradas
en la Capital Federal en honor del Beato Juan
Bosco. I.,a gran urbe rioplatense ha alterado
ix3r unos días el ritmo de su próspera vida para
ver desfilar por sus magníficas avenidas la masa
imponente de jóvenes entu.siastas, de fervientes
l)atriotas y dignos ciudadanos, que acompa
ñaban, en honrosa guardia de honor, la imagen
bendita de su Pastor y Padre, de su santo
líducador. Todo el pueblo bonaerense ha visto
con simpatía este acto de gratitud y de justo
homenaje a imo de los hombres más dignos
del aprecio de todo buen Argentino, por el bien
incalculable Cjue en beneficio de la civilización
y de la Patria han realizado sus hijos en 12
lustros de incesantes trabajos.
■ vinculaciones, sin recursos humanos, iban a
extenderse tan rápidamente por todos los ám
bitos del país ?
Era la mano de Dios que los guiaba, era la
Virgen SS. que, invocada por tantas almas
nobles, enviaba a la Patria, el auxilio ansiado,
en tiempo oprtuno. ¿Acaso no hemos %isto cum
plirse, paso a paso, las predicciones precisas
del Beato con respecto a nuestro país, «sueños »
como los llamaba él, en los que demostraba
poseer nociones de nuestra topografía, como el
más avezado explorador y que le merecieron
ser inscripto como miembro de la Sociedad
Geográfica de Lyon?
Si Nos, personalmente. Amadísimos Her
manos, reconocemos el bien que ha hecho a
nuestra Patria, como hijos del pobrecillo de
Asís, no podemos menos de alegramos por la
beatificación de Don Bosco. que tuvo tantas
vinculaciones con nuestra Orden y cuya \ida
tuvo tantos pxmtos de semejanza con la de
nuestro Seráfico Padre.
Caria PasforaJ d el Arzobispo
de Buenos Aires.
Al tratar de reseñar sucintamente el triunfo
de D. Bosco, no nos es posible dejar de men
cionar la hermasísima Pastoral que el Exemo.
Sr. Arzobispo de Buenos Aires, Fray José María
Bottaro, dirigió a los fieles todos de la Arquidiócesis. Nuestro gusto sería trasladarla íntegra
a nuestras columnas, para que las hermosease
y enalteciese; pero la estrechez del espacio nos
lo veda; por lo que nos limitaremos tan sólo
a trasladar algunos de los párrafos que más
nos han impresionado.
Los salesianos en la Argenfina.
¿Quien al comparar la humilde casa de la
calle Tacuarí, donde se inició el primer colegio,
con Icvs actuales establecimientos, no reconoce
la mano de Dios en esta Obra? ¿Quién no se
conmueve al reconlar que ese puñado de sale
sianos, desconocidos el año 1875, que se instalan.ni en la iglesia de Mater Misericordiae, se
multiplicaron en tan gran número en épocas
rehacías a los vocaciones religiosas y sacerdo
tales? ¿Quién podía pensar <jue sin mayores
Las Hijas de ^\aría Auxiliadora
y los
Cooperadores,
¿Cómo pasar por alto los méritos adquiridos
por el Instituto de las Hijas de María Auxil'adora que celebran este año el cincuentenario
de la llegada al País de sus primeras misioneras
y que fueron para la Obra de Don Bosco el
« adjutorium simile sibi » las cuales elevaron
a tan alto grado la enseñanza normal catóUca,
profesional y especial que merecieron ser con
sideradas como de las primeras entre las pri
meras tanto en el juicio de los técnicos como
en la opinión popular?
¿Y qué diremos de la vasta organización
providencial en nuestro País de la Pía Unión
de Cooperadores Salesianos que, a semejanza
de la Tercera Orden sostiene y apoya todas las
obras de caridad salesiana y es prolongadón
en el mundo del espíritu de Don Bosco, en su
piedad y en su actividad apostólica?
No podemos menos que pedir al Señor ben
diga a esas piadosas Damas que, como las mu
jeres del Calvario, acompañan al Misionero en
su -camino de sacrificios; a esas beneméritas
Comisiones de Cooperadoras Salesianos que
(
se ocupan de los intereses de Dios y de las almas
con un tesón y constancia dignas de todo elogio.
Los Exalumnos de Don Bosco.
Queremos también señalar y ponderar esa
nueva institución que sui^e espontánea en
derredor de cada Colegio Salesiano y se extiende
a todos ios órdenes sociales llevando há1itr»s
de vida de fe a las m ente; institución cuyc»
miembros son motivo de consuelo para el co-
Modelo y dechado de virtudes.
Don Bosco fué modelo y dechado de todos
las virtudes. Así como aun no ha surgido el
pintor que reproduzca con exactitud líis .sem
blanzas del Beato y satisfaga las nK'íK'rdas do
los que le conocieron en vida, así jvvrece ini¡x>
sible hallar quien sepa describir su ligum moral
No hay mente capaz de abarcar el alcance de
la acción de Don Bosco. liiqKXsihlc dc.scribir
Buenos Aires — Los roanifeslenfes ante el Palscio Arzobispel.
Arriba: El ex Alumno Prof. Amadeo Barous«e dirigiendo la palabra a xus eom} afleros.
Abajo: S. E. Monsefior Bolfaro saludando a la mu'lifud.
razón de los Prelados, Pastores y Misionero:que encuentran en ellos almas siempre prontas
a secundarlos en sus trabajos apostólicos. Nos
referimos a la Asodadón de Exalumnos de
Don Bosco. hombre^ que demuestran poseer
siempre reservas de energías espirituales, dis¡juestos a dar ejemplo de d d a cristiana, a coad>-uvaT a toda obra de acdón católica, a dar
la cara por Dios, a defender los intereses de
la Iglesia. Los queridos Exalxminos de Don
Bosco son como fruto exquisito de la labor
salesiana. exponente de la savia sobrenatural
que alentó su educadón y se transmite por ellos
a todas las esferas sodales.
el poema grandioso de esta existencia. Muchos
libros se han escrito y se han prouundado innu
merables panegíricos, pero aún queda mucho
por dedr, aparecen costantcmente facetas inex
ploradas, nuevas luces y ftdgores de este astro
de primera magnitud que brilla con luz propia
én el firmamento de la Iglesia Católica.
En algrmas regiones se propuso al Beato
Bosco, como moddo del maestro, en otras como
patrono de una comarca; no faltó qmen le pro
pusiera como protector de los obreros, apóstol
de la Prensa, cultivador insigne de vocaciones
sacerdotales, defensor del Pontificado Romano,
dirigente de la a c d ^ catóh'ca sodal y demás.
----(
lu )-
Esa misma preocupación denota cómo Dios
admirable, con un solo hombre humilde pero
generoso haya subvenido a todas las necesidades
de una época.
Nos, amadísimos Hermanos, admiramos espe
cialmente al Beato Don Bosco como modelo
de apostolado sacerdotal. Si Don Bosco fué
grande, lo fué precisamente porque supo cum
plir h ^ ta el fin sus deberes de buen sacerdote.
Adherido con toda su alma a los dogmas de
la fe, sin claudicaciones, supo acercarse al pe
cador con toda la compasión de su corazón de
Padre para atraerlo a Dios, haciéndose como su
Santo Patrono San F. de Sales«todo para todos
tros agricultores a cuyos hijos se consagró en
vida; que sostenga y mantenga el magisterio
dentro de la recta pedagogía cristiana; que
ilumine al pueblo a fin de que siga las verda
deras normas de la acción social que se encuen
tran únicamente en la acción católica; que en
todas las dificultades los dirigentes como El,
tiendan su mirada hacia la cátedra de San Pedro
que posee la virtud infalible de orientar todos
nuestros pasos y guiar nuestras acciones hacia
el recto sendero.
Relación de los Festejos.
E l solemne triduo.
Grafiíud hacia D on Bosco.
En Roma y en Turín, el amor de los que co
nocieron a Don Bosco se extendía a los circuns-
Reseñar, siquiera en síntesis, las fiestas so
lemnísimas que tuvieron lugar en U'^primerii
semana de Octubre, sería tarea incabame. Decir
Buenos Aires — Diversos grupos de nifios qae {ornaron parte en los feslejos.
tantes; acá la gratitud de millares de corazones
que recibieron de la Obra de Don Bosco el ali
mento del alma y el pan material, como fuerza
misteriosa, se difundirá en las almas y se trans
formará en nuevas energías de virtudes y de
apostolado.
Que el Beato Don Bosco proteja a nuestra
amada Arquidiócesis; que facilite la solución de
aquellas dificultados que pudieran oponerse al
libre desenvolvimiento de la Iglesia; que proteja
a nuestras autoridades civiles para que en ar
monía, lleven adelante por el camino del verda
dero progreso al país; que iny>ire y oriente al
periodismo del cual fué valiente paladín, que
encauce nuestra juventud hacia los más nobles
ideales, diseñando días mejores para las futuras
generaciones; que sostenga y defienda los ver
daderos intereses de los obreros de los que fué
amigo constante; que obtenga las bendiciones
del cielo y la fecundidad de la tierra para nues-
del entusiasmo, del orden^ de la originalidad
y extraordinaria brillantez de los festejos, sería
.empañar la hermosura de los mismos y empe
queñecerlos, muy a pesar nuestro. I.as foto
grafías que publicamos y las breves notas que
las acompañan, apenas bastarán para dar una
pálida idea de la grandiosidad de los actos rea
lizados, pero al menos harán ver al mundo que
en la Argentina D. Bosco ha sido honrado cual
corresponde a la Nación en que más extendida
se halla la Obra Salesiana, sí exceptuamos la
Patria del Beato. Y fuera de Turín, difícil será
que la manifestación de ¿mor a D. Bosco revista
caracteres de mayor entusiasmo o atraiga mayor
afluencia de manifestantes.
El triduo que precedió a las fiestas tuvo lugar
en el hermoso templo de San Carlos, con rma
concurrencia extraordinaria de fieles. A pesar
de que la entrada era por rigurosa invitación,
centenares de personas tenían que tomar parte
a las funciones desde fuera del templo. Para
{
II
no privarles del placer de asociarse a ellas, se
dispusieron potentes altavoces, que transmi
tían a todos los discursos y cantos que en la
Iglesia tenían lugar. Acabadas las funciones
religiosas, en la misma plaza del templo esco
gidas Banda de Música daban todos los días
hermosos conciertos.
Digna de toda loa es la labor realizada por
los Ex-Aliunnos. A su cargo corrió casi por en
tero la organización exterior de los festejos y
ellos se encargaron de caldear los ánimos para
el gran día. Valiéndose de la radio, lanzaron al
espacio i68 abusos y 12 conferencias. Consiguie-
) —
hombres, que, mientras oían con recogimiento
la Santa Misa celebrada por el Sr. Arzobispo,
se preparaban a recibir en sus corazones a
Cristo Jesús. Aún cuando casi todos se habían
confesado los días anteriores, sin embargo, die*
y ocho sacerdotes atendieron a los que quisieron
reconciliarse antes de acercarse* a la .sagn\da
Mesa. Diez sacerdotes se encargaron de distribuir
la Santa Comunión, repartida simultúnoumouto
en el Altar Mayor y en k'is altnrc.s latcrale.s,
Terminada la función roligiasa, t<xla uq\u‘lla
multitud de jóvenes cntusia.«tas se dirigió a
rendir su tributo de veneración al héme de la
Buenos Aires — Diversos aspectos de la manifestación en honor a Don Bosco.
ron que durante varios días todos los tranvías
de Buenos Aires se engalanaran con banderitas
azules y blancas con la inscripción; «Don Bosco ».
En las calles y plazas aparecieron infinidad de
llamativos carteles ammdando las fiestas. En
las estaciones del ferrocarril se colocaron igualn i^ te originales anuncios ofreciendo rebajas
e.speciales para la semana de Don Bosco.
5' //egó e l día de ¡a fíesfa,
que se inició con un acto, el más grato sin duda
ai Ap(%tol de la Eucaristía: con una nutrida
y fervorosa Comunión. A las 8 de la mañana
el aspecto de la Catedral era imponente. No
cabía ya nadie, porque con antelación habían
sido ocupados todos los puestos por jóvenes y
Patria, y ante el mausoleo del General San
Martín depositaron una corona de fiores natu
rales. La manifestación se dirigió luego al Pa
ludo Arzobispal, donde aclamaron al Ar^bispo,
obligando a que el anciano Prelado se asomara
al balcón para bendedrles. La cálida y vibrante
palabra del infatigable exalumno Amadeo P.
Barousse, contribuyó a caldear los entusiasmo»
de todos, que se retiraron luego para prepararse
a la fundón pontifical.
Esta tuvo lugar a las 10 en la S.I. Catedral
Pontificó el Exemo. Sr. Nimdo Apostólico y
la parte coral estuvo a cargo de las escolaní¿
sa lta n a s, que interpretaron admirablemente
la Í>lisa del Maestro Pagella. El Panegírico del
Beato estuvo a cargo del Mons. Miguel de An
drea cuva elocuenda es harto conodda de tod'>->
•{ 12
p\ra detenemos en encomiarla. Inspirado por
el amor que nutre hacia D. Bosco y la Obra
Salesiana, su discurso fué una obra maestra
di Jira de su talento y de su justa fama. Gracias
a potentes altavoces, pudo apreciar su discurso
la multitud estacionada ante la plaza. La fun
ción de la mañana terminó con el canto del
Te Deum.
) -------------------y nutrida representación del clero secular y
de religiosos de diversas Órdenes, seguidos de
las comisiones ejecutivas de caballeros y Señoras
E ¡ Presidente y sus Ministros.
U1 éxito extraordinario de la gran manifesta
ción religiosa, se podía prever desde las primeras
horas de la tarde, cuando empezaron a llegar
a la Plaza del Congreso las primeras columnas
de exploradores y gimnastas.
Luz, colores, alegría, milsica, canto, marcia!'dad y afecto: f\ié lo que imperó durante toda
la tarde.
Abrían marcha los batidores y la banda del
Escuadrón de Seguridad, vestidos de gala. A
continuación venían los Exploradores « Don
Bosco i, en su vistoso uuifonue, con una sección
de ciclistas cuya espléndida presentación cau
saba grata sorpresa a los niunerosos especta
dores que cubrían aceras, balcones y ventanas,
deseosos de presenciar el desfile.
Detrás de los Colegios de niños y niñas de la
Capital, venían los gniix)S de Cooperadores y
Cooperadoras, los círculos de obreros, en nutrida
columna, encabezada por su Presidente y demás
autoridades. Altamente simpático y llamativo
fué el paso de los jóvenes ex-alumnos, cuyo
entusiasmo no decayó un momento durante las
trcvS largas horas dél recorrido, \*itoreando sin
cesar a D. Bosco.
Detalle interesante fué el pa.so de un gnipo
de niños enarbolando más de 70 carteles con
los nombres de las ciudades y pueblos de la
República en donde hay casas salesianas y otro
grupo de niñas qxxe ostentaban los escudos de
todas las pro\nncias argentinas, aunadas en
el grandioso acto de homenaje a D. Bosco.
Y así, entre ininterrumpidas aclamaciones
y entusiastas vítores recorrió el Beato el largo
trayecto hasta llegar frente al Templo de San
Carlos. En la espaciosa plaza se había levan
tado un suntuoso palco desde el que presen
ciaban el desfile las más encumbradas autori
dades de la Nación. El mismo Presidente de
la República quiso sumarse al entusiasmo po
pular y rendir cual correspondía al primer Ma
gistrado de la Nación Argentina, su tributo
de veneración al gran bienhechor de su Patria,
al Beato Juan Bosco. Su aparición en el palco
fué saludada con gritos de júbilo por todos los
presentes, y a medida que pasaban ante él los
manifestantes, le aclamaban con entusiasmo.
El Doctor Hipólito Yrigoyen asistía compla
cido y hondamente emocionado a esta manifes
tación de fe y amor a D. Bosco, interesándose
por los diversos grupos que componían el cortejo.
Junto al Presidente de la República se halla
ban el Vice-Presidente, Dr. Enrique Martínez;
el Ministro del Interior y los Ministros de
Guerra, Hacienda, Justicia e Instrucción Pú
blica, con las demás autoridades de la capital
y Pro\incia.
La llegada de la carroza frente al Templo
fué acompañada de escenas imborrables: el
entusiasmo de aquellas nutridas masas de jó
venes y de hombres; los marciales sones de las
Bandas de miísica; los entusiastas cantos y
aclanraciones, junto con el fragor de las cam
panas echadas al vuelo, constituían un ambiente
tan propicio a la conmoción, que eran nmnerosos
los que no pudiedo contenerse, derramaban
lágrimas de alegría. Imposible describir el im
ponente espectáculo. Son cosas que sólo quien
las ve puede apreciarlas en su justo valor.
La Carroza.
En e l Templo.
Detrás venía la carroza, que a imitación de
la de Turín, consistía en un cliasis de auto,
maguíficiuneute adornado. Iba cubierto con
riquísimo paño punzó y adornado de ñores y
con los escudos Argentino y de la Congregación
Salesiana. La estatua del Beato se levantaba
sonriendo a la multitud, mientras a su lado
mi grupo de niños, le rodeaba como buscando
en su amor el afecto de que carecía su orfandad.
Al paso.de la carroza caía sobre el Beato una
lluvia de flores. Desde las azoteas, balcones y
ventanas llovían continuamente flores mezcladas
con plegarias y aclamaciones.
Rodeaban la carroza el clero infantil de Bemal,
Huelga decir que el templo fué incapaz para
cobijar a una míiiima parte de los fieles.
E l Presidente con sus ilustres acompañantes,
ocupó el lugar de honor que le había sido
preparado; la iglesia lucía sus mejores galas:
el altar Mayor se hallaba decorado fastuosa
mente, campeando el retrato del Beato entre
luces y flores. Pero sin duda el mejor adorno
era aquella corona de jóvenes y de niños, de
hombres y mujeres de todas las clases sociales,
desde el primer Magistrado de la Nación hasta
el más humilde de los rapazuelos de la calle.
Subió al pulpito Mons. Napal y supo sacar
partido con su arrebatadora elocuencia del en-
P o r la Tarde - E ¡ Gran Desfíle.
(
tusiasmo y fervor de todos los presentes, tejien
do im hernioso discurso de ocasión.
Terminada la disertación se impartió la Ben
dición con el Smo.
Al salir del templo la multitud aclamó frené
ticamente al Presidente de la República tribu
tándole un merecido homenaje de simpatía,
mientras las Bandas entonaban el Himno Na
cional y las guardias le presentaban armas.
Con una mara\'illosa iluminación por la noche,
terminaron los solemnes festejos, que han su
perado y con mucho a las más risueñas espectativas. Más de 50.000 personas tomaron parte
13
)
por el Rvdo. P. Inspector D. Pablo Vicarri. El
pueblo en masa sal'ó a recibir el sagrado depó
sito, y su veneración y amor fué tan graiule
como si fuera el mismo D. Bosco en persona
a quien recibían.
Imponente y extraordinaria devoción pixtdujo la Hora Santa, celebrada a la media noche
entre el primero y segimdo día del tríd\m, se
guida de ima Misa Solemne y de Comunión
general, como homenaje de fe y de adho.sión
a S.S. el Papa Pío XI, por ser el ano de su Ju
bileo y por haberle de.stinado la Divina Pixn idencia a ser el Pontífice de la Beatificación.
Colonia Vignaud — Delalle de la Procesíde*
en la manifestación, y al decir de muchos,
mmca se vió en la gran Capital de la Argentina
un espectáculo tan grandioso y tan imponente.
CO LO N IA VIGNAUD.
Jamás se ha visto a Vignaud en segundo tér
mino cuando de acción salesiana se trata; pero
al celebrar los festejos dedicados al Beato Juan
Bosco. el fervor y entusiasmo producido en
aquella floreciente colonia no tuvo límites.
La fiesta fué precedida por un triduo solem
nísimo, en el que por la mañana se ofrecía a
D. Bosco un consolador ramillete de comuniones
y por la tarde hermosas veladas en que los
discursos, la música y el canto rivalizaban en
conquistar la palma.
El primer día del triduo tuvo lugar el solemne
recibimiento de la Reliquia del Beato, llevada
i
Era verdaderamente poético el e.spectáculo
que ofrecían los centenares de autos, que lla
mados por los sagrados bronces, acudieron
transportando a una muchedumbre inmensa,
y con sus potentes reflectores parecían liacer
competencia al vivo fulgor de las estrellas.
Pero mucho más grandioso y perfumado de la
más dulce poesía fué el ejemplo de centenares
y centenares de hombres, que, después de re
cibir a Jesucristo en su corazón, se postraban
a venerar las sagradas reliquias del Beato e
implorar su protección.
La clausura de los festejos fué una soberbia
apoteosis del humilde pastordllo de Becchí.
Además del pueblo de Vignaud, llegaron a la
fiesta más de cinco mil personas de los alrede
dores. Los automóviles, en número de más
de seiscientos, formaban tma doble fila a ambos
lados del camino dándole un aspecto íntere-
M
sante y rompiendo la monotonía con primorosos
arcos triunfales.
La Misa solemne revistió una solemnidad
jamás igualada. El numeroso clero infantil, q\xe
ejecutaba las ceremonias con precisión y serie
dad admirables; los pajecitos de la Virgen que
prestaban su servicio en derredor de la sagrada
imagen; un numeroso grupo de niños vestidos
con ricos trajes a la romana, que empuñando
C O LO N IA BARON.
Resultó sencillamente grandioso el homenaje
tributado a D. Bosco en la Colonia alemana de
San José y de Barón en la Pampa. Fué im eco fiel
de los imponentes festejos de Buenos Aires. Parti
ciparon todas las autoridades del territorio y la
adhesión del pueblo fué tan completa que jamás
se ha visto reunido tan gran número de personas.
Como preparación a la fiesta los Rvdos. Padres
Thiele y Wasel predicaron en alemán una Misión
que dió consoladores frutos. La función reli
giosa y la procesión con la reliquia del Beato
fué solemnísima, como no las registran iguales
las crónicas de la localidad. Determinación muy
acertada fué la de las autoridades de Barón,
de dedicar al Beato D. Bosco la calle principal
del pueblo. Con tal motivo los gimnastas de
D. Bosco, dirigidos por el capellán D. José
Kutsche, dieron xana preciosa exhibición de su
selecto repertorio, que fué muy del agrado de
todos, así como el desfile de las niñas v'estidas
de gimnastas y los exploradores, que montadas
en ágiles caballos, daban muestra de xma gran
maestría, haciendo Ixicida escolta a la bandera
nacional, donada por el Exemo. S,. Gobernador
Ingeniero Erañi.
A los organizadores de la fiesta y a todo el
pueblo de Barón, nuestras más cordiales felici
taciones.
CA STEX.
Colonia Vignand — Aapecfo que ofrecía el Aliar
Mayor de la Iglesia.
una palma, evocaban el recuerdo de los már
tires de la fe, el coro de cantores, que. dirigido
por el maestro salesiano P. Bmder, interpretó
a maravilla la Misa dedicada a D. Bosco por
el Maestro Pagella, S.S., y por último, la gran
diosa procesión celebrada inmevliatamente des
pués de la misa, todo contribuyó a enardecer
los ánimos, a afianzar en los corazones el amor
a D. Bosco y a robustecer en la fe a todos los
presentes.
Las solemnes Vísperas de la tarde y la ma
nifestación popular de la noche, con las fantás
ticas luces de las clásicas antorchas, fueron los
últimos ecos de la magnífica expresión de amor
con que la Colonia Vignaud ha querido demos
trar su adhesión a su glorioso Padre y Protector.
Los festejos realizados en honor de D. Bosco
resxiltaron solemnes y grandiosos, superando las
previsiones más optimistas. E ldíazóde septiem
bre se bendijeron los nuevos altares en que
debían entronizarse María Auxiliadora y su fiel
Sierv'o. Por indulto Pontificio se celebró duraixte
los tres días del triduo, la Jlisa del nuevo Beato.
El día 29 tuvo higar la demostración más
elocuente de las simpatías que D. Bosco ha
sabido conqxxistarse en todos los corazones.
Incontable fué la rauchedximbre de fieles que
se acercó a recibir los santos Sacramentos. La
Misa de 8 fué alegrada con la primeras Comu
niones de un escogido grupo de niños, qxiienes
a continuación fueron obseqxiiados con un sucxxlento desayuno. En la Misa Solemne el Rvdo.
P. Carlos M. Cremaschi tejió en xm brillante
panegírico las glorias del Beato, comentando
magistralmente el sueño misterioso que tuviera
a los nueve años.
En el altar del Beato se expuso a la veneración
pública una reliqxúa suya, que el pueblo devoto
acxidía a besar después de cada misa que se
celebraba.
A las 11 se congregó la gente frente a la placa
con que se dedica xma calle al nuevo Beato.
Al aparecer ante la muchedximbre la placa de
bronce con la efigie de D. Bosco, los aplausos
■ ( >5
V aclamaciones se hicieron ensordecedores,
mientras las Bandas de música alegraban el
ambiente con sus festivos acordes. En esta
ocasión pronunció un elocuente discurso el
agente consular de Italia, D. Emigdio Sloscardi,
quien dirigiéndose a la numerosa colonia pia*
montesa de esta zona, la excitó a ser digna de
su ilustre compatriota.
Por la tarde tuvo lugar una grandiosa ma
nifestación popular, que recorrió las callef prin
cipales de la población; al volver a la Plaza los
Gimnastas les obsequiearon con ima vistosa
exhibición de ejercicios y evoluciones, que ñieron muy aplaudidas
dumbre. En el presbiterio se veía el trono desti
nado al Exano. Mons. Dr. Isidro Fernández,
ricario de Cuyo, que asistió en la Misa Mayor.
A las lo comenzó la Misa solemne oficiada
por el Rvdo. Sr. Pbro. Dr. José Aníbal Veniaguer, pro Vicario Foráneo de Mendoza. Da escolania de Rodeo del Medio cantó (X)u arte y
maestría la Misa a tres voces « Cf>r Jfsu Sacratissimum »del Mtro. Zaninetti.
El Rvdo. P. Andrés Doglia S. J. elc\'ó desde
la cátedra sagrada, un lúmno gigante cu hacimiento de gracias a Dios que donó al mundo
uu héroe, un santo del temple vigoroso y suave
de San Francisco de Sales.
Casiex — Grapo de alomnos rodeando a ras uperíores.
A continuación se dirigieron todos al vasto
patio del Colegio Salesiano en donde en un
escenario improvisado, el cuadro dramático de
los alumnos entretuvo a los concurrentes con
la apropiada y meritísima interpretación del
sencillo pero conmovedor drama t La casa de
la Fortuna * escrito por el mismo D. Bosco.
Terminada la fimdón, retiróse el público
gratamente impresionado de los diversos actos
del día, que para todos ha sido de tan hondas
y gratas emociones.
R O D EO DEL M EDIO.
El Santuario de la Virgen de D. Bosco osten
taba sus mejores atavíos; la imagen del Beato
colocada en lugar eminente ejercía dulce atracci&i despertando la admirade^ de la muche-
A1 fin de la Misa la escolania dcl Colegio Don
Bosco de Mendoza, dirigida por el Mtro. Frandsco Baracchini, interpretó con exquisito gusto
artístico el Te Deutn de Branchinay el Taníum
ergo de Zaninetti.
A las 11,30 llegaron las autoridades de la
Prorinda que fueron redbídas al son de los
aires mardales de la banda de la Escuela.
El R. P. Director invitó luego a las autori
dades a visitar el establecimiaito y en espedal
el nuevo salcki dormitorio, que se iba a inau
gurar por la tarde.
Después de la breve visita se pasó al refecto
rio donde se sirvió a los concurrentes im al
muerzo familiar.
A los postres el Rvdo. P. Director agradedó
en nombre de los salesianos a las dignas auto
ridades su solídta concurrenda. En seguida
-(
i6
tomó la palabra el Dr. Ismael Viñas quien con
frases entusiastas e\'idenció los copiosos frutos
de la Obra de D. Bosco en Mendoza y en la
República entera, invitando a los presentes a
tributar im nutrido aplauso al gran pedagogo
de los tiempos modernos que la Iglesia acaba de
nimbar con la aureola de los Bienaventurados.
A las 15 se procedió a la bendición del nuevo
dormitorio, ceremonia que efectuó el limo.
Mons. Isidro Fernández.
Inmediatamente se dirigió la concurrencia a
las galerías de imo de los patios, adornado con
banderas de todos los países, donde asistió al
acto gimnástico-Músico-Literario, que comenzó
a las 15,30 estando presente todas las autori
dades antes mencionadas.
Los gimnastas dirigidos por el Capitán de
Exploradores del Colegio de Mendoza Sr. Santos,
ejecutaron con corrección ima serie de ejercicios
de manubrios, clavas, bastones y apoyos, atra
yendo la admiración del público, que le tributó
calurosas ovaciones.
El Rvdo. P. Valentín Bonetti agradeció a
los cooperadores y padrinos su acción bienhe
chora. en especial a la Sra. Lucila B. de Bombal
insigne cooperadora salesiana.
Se terminó la jomada obsequiándose con un
lunch a las autoridades y concurrentes.
La multitud al ténuino de la velada fuese
dispersando con visible emoción y con el nombre
de Don Bosco en los labios. El triunfo de Don
Bosco en Rodeo del Medio ha sido completo.
G R A C IA S
D EL BEATO JU A N B O S C O
VILLAFRANCA D EL PANADÉS (España ).
— Padeciendo por espacio de tres años, de un
tumor en el vientre sin encontrar algún ali^^o
a pesar de las visitas de eminentes especialistas
quienes creían indispensable ima operación, a
la que no quería someterme, empecé, llena de
confianza, \ina novena a M. Auxiliadora, po
niendo por intercesor al Beato Juan Bosco y
prometiendo mía limosna de cinco pesetas, en
caso de ali^'ia^ne. Habiéndose reducido bas
tante dicho tumor, sin necesidad de operación
alguna, y encontrándome ya casi restablecida,
cumplo mi promesa, Ueua de gratitud a tan
buenas protectores.
3 noviembre 1929.
María R egüix vda. de G il .
AGUASCALIENTES (México ). — Hallán
dose un sacerdote gravemente herido, se aplicó
una reliquia del Beato Juan Bosco y sanó a los
pcxxKí minutos. Los médicos no daban ya espe
)
ranza alguna por encontrarse la herida junto
al hígado y ser muy dificultosa y comprome
tida su intervención. Una persona caritativa
que le ofreció la reliquia le instaba a que se la
colocase sobre la herida, pero él se resistía por
no ensuciarla. Por fin se la colocó y casi al
instante empezó a clamar el enfermo: ¡E<»toy
sano, estoy curado! Habiendo prometido pu
blicar el milagro, lo cumplo hoy muy gustosa,
enviando tam bi^ ima limosna para las Obras
Salesianas.
junio de 1929.
M. E ngracia C uellar .
Celadora salesiana.
MARQUESADO (Argentina). — Encon
trándose muy grave mi esposa, tuvo que some
terse a una difícil inter\’ención quirúrgica. Como
a iiltimo recurso acudí con fe al Beato Juan
Bosco, y gracias a su intercesión, mi esposa
salió bien de la operación y ahora ya se puede
levantar. En aquellas dolorosos circunstancias
prometí aPBeato una limosna de 500 liras para
sus huérfauos y asimismo prometí hacerme
celoso propagador de su ilevoción. Empiezo a
cumplir lo prometido incluyéndole la limosna
antedicha, y Dios mediante trataré por todos
los medios de cumplir el resto de lo prometido.
Le ruego inserte en el Boletín el favor recibido,
pues así prometí hacerlo, para estímulo y con
fianza de otros necesidades y afligidos, como
lo estuve yo en aquellos graves momentos.
21 octubre 1929.
P atricio E chazu
Teniente del 5° de Caballería.
BUENOS AIRES (Argentina ). — Pocos
días después de la Beatificación de D. Bosco,
mientras, para un trabajo que estaba haciendo,
quería partir por la mitad un clavo con las
tenazas, de repente, sin que pudiera danne
cuenta, saltó mi trozo del clavo que fué a he
rirme el ojo izquierdo, perforando la córnea y
el cristalino. En aquel instante invoqué la pro
tección de D. Bosco y a él sin duda, debo mi
curación. Me vió el doctor de Magallanes, quien
declaró tratarse de un caso grave, dando casi
por segura la pérdida del ojo. Como la cura
era de muclia responsabilidad, el Doctor acon
sejó me trasladara a Buenos Aires y nosotros
empezamos enseguida una novena a D. Bosco.
Al cabo de diez días me embarqué para Bue
nos Aires donde me puse enseguida al cuidado
del mejor oculista de la capital, quien al cabo
de una semana intentó una operación, que.
gracias a la protección de D. Bosco resultó feli
císima. Actualmente ya veo por el ojo herido,
que se halla en vías de pleno restablecimiento.
Pronto, quizá este mismo mes, podré volver
a Magallanes. El deseo de volver a mis clases
— (
17 )
y a mis niños me hace suspirar por el regreso.
Volveré contentísimo con los dos ojos sanos,
gracias a mí buen Padre D. Bosco.
20 julio 1929.
^
Vl,ADnnRO B orIC, Salfsíaao.
V ictoria (Argeniiná). — En ocasión de
hallarme muy apesadumbrado por una des
gracia que sufría, me dirigí al Beato Bosco
lleno de confianza en su valiosa protección y
le rogué resolviera felizmente el asunto en que
me hallaba comprometido, prometiéndole en\-iar la relación de la gracia al Boletín Salesiano.
Gracias mil a tan buen padre que me concedió
lo que le pedía llenando cumplidamente mis
angustiosos deseos. Gustoso cumplo lo prome
tido para mayor honra y gloria del nuevo
Beato.
24 agosto 1929.
J. C.
Dan también gracias al Beato D . Bosco:
M xico — Hesiquia Valdés, por una gracia
señalada y se hace Cooperadora Salesiana.
PA1.JLARES [Costa Rica) —• Victoria de Váz
quez, y en\na una limosna.
[España) —
Enriqueta Castrol, agradecida al Beato Juan
Bosco en\na cinco pesetas para que se bautice
una indiecita con el nombre de « Esperancita ».
VnXAFR AX CA
DE
P a n .a d e s
A bia de la Obispalía [España) — Julián
Herráiz Serilla, y envía ima limosna.
A güascalientes [México) - M. Cannen
Medina, por haber conseguido la curación de
la pierna.
B etijoque [Veneziula-Trujilló) — María
Cresencia P. de Estrada, Josefa Ramona de D.
Bricenó, María Concepción Duran, Mario de
Jesús Vergara, María Luisa Luzardo, Francisca
Sih*ia de Briceño y Hnas.Lera expresan su más
profundo agradecimiento a María Auxiliadora
y al Beato Don Bosco por gradas esjx^ales
redbidas y envían una oferta para las Obras
y Misiones Salesianas.
H uesca [España) — A, Ramón, por un favor
redbido. Envía ima limosna.
M. Lacosta por haber llevado a feliz término
un asimto de gran interés.
Cada una de las grandezas de Dios, es Dios:,
y todas juntas, son Dios.
Ven J ÜAN Bosco.
TESORO ESPIRITUAL
Los Sres. Cooperadores salesianas, i\ilemi\.s
de las indulgendas ordinarias que se detallan
en el Reglamento, pueden ganar, ciunplieudo
los requisitos de costumbre, indulgencia plcnaria, los siguientes día.s:
I
3
6
18
lo
23
25
Mes de Enero.
— Circundsión d d Señor.
- El dulcísimo Nombre de Jesús.
- Epifanía.
• Cátedra de S. Pedro en Roma.
- Sagrada Familia.
— Desposorios de María.
- La Conversión de San Pablo.
Mes de Febrero.
Purificación de Nuestra Señora.
25 — La Cátedra de San Pedro en Antioquía.
8
Seis Misas diarias perpétuas.
Recordamos a nuestros lectores el privilegio
extraordinario concedido p>or el Papa León XIII
(d. i. m.) a nuestro Vble. P. Don Bosco en favor
de todos los que contribuyeron con sus limosnas
a levantar la Basílica del Sagrado Corazón de
Jesús en Roma o cooperen en lo porvenir al
sostenimiento de aquella Iglesia e internado
de Artes y Oficios para niños pobrés.
Basta entregar una sola vez la limosna de
I peseta (20 centavos de dólar más o menos)
para tener derecho, en vida y después de muerte
a la aplicación diaria de 6 misas, que se celebran
en el altar mayor de dicha Basílica; como tam
bién, de todas las prácticas de piedad que en
ella se practican. Pueden también ser in.srrita.s,
entregando por cada una de ellas la misma li
mosna, las p>ersonas auserites o fallecida.^, las
cuales gozan igualmente de dicha aplicación.
Para gozar de esta gracia tan extraordinaria
basta reunir en una lista los nombres de los
que desean inscribirse y enviarla, junto con la
limosna correspondiente, al Rector Mayor de
los Salesianos - Via Cottolengo 32 - Turín (109)
Italia - y apenas inscritos en los registros, em
piezan a gozar de la aplicación de dichas o
misas. Como testimonio de la inscripción cada
uno de los inscritos recibe ima cédula con su
nombre y con la explicación detallada de este
pririlegio.
Los que ya conocéis este privilegio dadlo a
conocer a todos vuestros amigos y conocidos
y veréis como no queda ni uno que no se ins
criba y que no haga inscribir a sus difimtos.
D e nuestras M isiones
merecido descanso De pronto le despierta
un confuso griterío proveniente de las cer
Prefectura Apostólica d el A lto Luapula.
canas cabañas de los negros. Parecía como
si toda la tribu se hubiera dado cita para
no dejarle dormir.
— ¡Diablo! exclama el Misionero. Y a se
podrían ir con la música a otra parte. Y
Los Geógrafos antiguos, cuando querían esto diciendo, se vuelve del otro lado para
disfrazar su ignorancia acerca de los países tomar una postura más cómoda. Pero al
desconocidos, los llamaban enfáticamente:
dar la vuelta ve aparecer a la puerta de su
dominio de los leones: Hic leones sunt.
cuarto a su compañero de ministerio, que,
Hace ya tres cuartos de siglo que ha sido vestido m uy a la lijera, hubiera causado la
explorado el Congo; se ha podido trazar su
hilaridad del durmiente, a no ser por el
plano geográfico hasta los menores detalles; espanto que reflejaba en sus ojos y el can
pero a pesar de que el explorador lo haya sancio de que daba evidentes muestras.
recorrido en todas direcciones; a pesar de
— Pero ¿qué hace V. todavía en la cama?
que el geógrafo haya bautizado los ríos más
¿Es que no ha oído esta noche el infernal
insignificantes y los más ocultos valles, el estrépito que se ha armado? — Y a podía
león no ha desaparecido: está siempre allí:
yo gritar y llamarle...
Uic leones sunt.
— Pero vamos a ver, ¿qué ha pasado?
Ninguna fuerza humana ha podido desa
— ¿De veras que no ha oído nada?
lojarle, ni las caravanas de los exploradores,
— A decir verdad, a eso de las nueve oí
ni el despertar de la industria, ni la marcha ladrar furiosamente a los perros; pero des
lenta, pero progresiva, de la civilización. pués me dormí y hasta ahora no me he des
El Congo es su Patria, y no la abandonará pertado.
jamás Y decir el Congo es decir nuestra
— ¿Posible que no haya oído a los leo
Misión de Katanga, que no es de las menos
nes? — Pues han pasado, y con seguridad
visitadas por el terrible rey de la floresta.
habrán hecho alguna de las suyas. Me pa
Simba, el león, el terrible león terror de rece que nuestras cabras habrán sido diezma
las cafrerías congolesas, nos hace con fre das. En toda la noche no se ha oído otra
cuencia importunas visitas. V oy a relatar cosa que rugidos de leones, trituración de
la última con que ha querido honramos Su
hueso«í y ladridos de perros. Nuestro viejo
I'iera Majestad.
Castor no aparece. Ea. de pié, tome su fusil
y vamos a constatar la extensión de la orgía
que han hecho a nuestras expensas.
Visita inoportuna - Banquete a nuestras
Pocos minutos después nos hallábamos
expensas - Trampas ingeniosas - Nueva
sobre el lugar de suceso. A diez metros de
visita - E l balance de la primera noche.
nuestra residencia, encontramos los huesos
Era la mañana del dos de diciembre. Do descamados de un perro. ¡Pobre Castor! Un
poco más lejos unos charcos de sangre ya
mingo; por consiguiente, como las funciones
religiosas eran un poco más tarde que los 4 coagulada. Sobre la tierra, húmeda por la
pasada lluvia, se veían claramente las huellas
días de trabajo, el buen Misionero quería
del león. Más lejos todavía, los restos de un
aprovechar aquellas horas para tomar su
C O N G O BELGA
Tres noches de asedio.
( *9
abundante banquete: manchas de sangre y
la piel de una de nuestras cabras. ¿Eran
tres, los \dsitantes nocturnos? Por algún
tiempo seguimos sus huellas que acabaron
por perderse entre las hierbas del bosque.
La prudencia nos aconsejó no ir más
lejos, para no turbar la digestión de las
fieras que podrían tomarlo a mal y recibir
nos con poca cortesía.
Volvimos, pues, a nuestro poblado y di
mos comienzo a las funciones sagradas. Al
salir de Misa había que oir los animados
comentarios de nuestros negros.
acabadas. Consistían en estacas puntiagu
das, de cerca de dos metros de altura, plan
tadas circularmente. Dentro del recinto, atada
por una cuerda, una cabra, que había de ser
la víctima inocente de los feroces carnívoros.
Cada trampa tenía una puerte«.'ita y junto
a ella un fusil que las mismos fieras habían
de disparar, mediante un ingenioso mecanis
mo de cuerdecitas. Tan bien calculado estaba
todo, que venir la fiera y metérsele en el
cráneo un kilo de metralla debía ser la
misma cosa. Contentos con nuestra invención
nos retiramos esperando los acontecimientos.
Grnpo de negros, con los despojos de la caza.
A la derecha el P. Ponsard. protagonista de la hazafia, acariciando al fiel Motako.
— Han venido por aquí, decía uno, mos
trando recientes huellas de león.
— Sí, afirmaba otro. Han atravasado el río.
Y luego han seguido la orilla.
Ayer noche, refería otro, veía yo bri
llar dos ojos por encima del termitero que
hay cerca de mi cabaña.
Y así seguían charlando estos grandes
niños, sin decidirse a tomar ninguna
determinación práctica.
- Bien, dije yo. Dejaos de cuentos. No
se trata de charlar, sino de obrar. Disponed
todo lo necesario para la captura de las
fieras, porque seguramente volverán esta no
che. Tomad vuestras hqch^s y a la floresta.
Es necesario armar alguna trampa para
cazarlos vivaos o muertos.
Dos horas después las trampas estaban
A eso de las cinco de la tarde ya todos se
hallaban en sus chozas. Antes habían te
nido la precaución de rodearlas de hierbas
espinosas, para alejar en lo posible al león.
Nosotros tres, eramos los únicos que con
cierto aire que el mismo Tartarín envidiaría,
nos paseábamos por el poblado.
Hubiéramos querido tener en aquella?, cir
cunstancias un buen reflector, o al men(/7>
un faro de auto, pero no teníamos otra cosa
que un farol de bicicleta. Algo es algo. Para
una noche sin luna, más vale esto que nada.
De pronto rasgan el silencio de la noche
los ladridos de los perros: el peligro se acerca.
L a prudencia se impuso y nos hubimo?
de retirar a nuestra habitación, no sin an
tes aseguramos de que nuestro fusil estaba
en condiciones.
•( 20 )
Pasan unos minutos de intensa zozobra:
el más leve ruido nos llena de sobresalto.
Los negros no se atreven a chistar. Una
calma absoluta, precursora de la tempestad,
se cíeme sobre nosotros.
— Baba, murmura un negrito, escucha:
ya están aquí. ¿Los oyes?
En efecto, empiezan a oirse vagos rumores;
parece como si unas zarpas poderosas se
entretuvieran en arañar la tierra.
' ¿No será que el león está haciendo de
las suyas en la trampa número i? — me dice
al oído mi compañero.
Así debía de ser porque a poco rasgó los
aires el triste y angustioso balido del cabrito.
Luego otro más ahogado, y por fin, cesó
todo mmor. Tras unos instantes de espera
se oye un ruido como de un cuerpo que cae.
¿Será que el león, con la presa entre sus
dientes ha saltado la valla?
— Nos arriesgamos a asomar las narices
por la puerta entreabierta. De repente,
como una exhalación cniza ante nosotros
una sombra gigantesca, lis el león. Nos
echamos el fusil al hombro, pero cuando
intentamos disparar ya. no se veía la fiera
])or ninguna parte. Con la obscuridad rei
nante era imposible hacer buen blanco.
¡Paciencia! Otra vez será. Entretanto nuestros
jierros ladran furiosamente. Seguramente la
fiera debe estar a poca distancia, espiando
nuestros movimientos, en espera del menor
descuido para lanzarse sobre nosotros.
Y así pasa un buen rato. Por fin, cansados
de aquella tensión de nervios, que y a nos
tenía agotados, nos dispusimos a tomar un
poco de descanso. Apenas habíamos penetra
do en nuestra estancia resonó en el silencio
de la noche una fuerte detonación. Es la
trampa número 2 que ha cumplido su misión.
El león ha debido dirigirse allí cuando vió
que nos habíamos retirado y que nuestros
perros habían cesado de importunarle. No
habiendo oído nada más, suponemos que el
león ha debido caer fulmíneamente. ¿Vamos
a enterarnos? Pero ¿y si el león no estaba
sólo y su compañero espera nuestra im
prudencia para vengarle ferozmente?
Mejor será que mortifiquemos nuestra cu
riosidad. Mañana podremos verlo todo sin
peligro. Ahora lo mejor será aprovechar las
pocas horas que nos quedan para tomar un
puco de descanso.
Apenas las primeras luces de la mañana
empezaban a disipar las tinieblas de la
noche, cuando vistiéndonos rápidamente, nos
dirigimos hacia nuestras trampas. En la nú
mero 2 nos esperaba una agradable sorpresa.
Tendida con las patas al aire yacía una so
berbia leona, de talla gigantesca. L a des
carga del fusil la había herido en medio del
pecho, traspasándole el corazón.
— ¿Y el cabrito?preguntaréis .— De la
pobre bestia no quedaba más que la piel
destrozada y unas manchas sanguinolentas
sobre la yerba. Señal evidente de que eran
dos los leones. El primero había recibido
la descarga; el otro, pasando por encima
del cadáver de su compañera, se había co
mido tranquilamente a su víctima. Verda
deramente estas fieras tienen poca delica
deza. Ni siquiera saben respetar a la muerte.
Nos dirigimos después a la trampa nú
mero I. E l cabrito había desaparecido, el
fusil estaba cargado, las cuerdecitas intactas.
Nuestras suposiciones eran fundadas. La
bestia, escarbando con sus zarpas había
conseguido derribar algunas estacas, y por
aquel portillo había sacado tranquilamente
su víctim a para merendársela a dos pasos
de la trampa, casi en nuestras propias na
rices. L a piel sangrienta del cabrito, estaba
aún allí. E l león nos la había jugado. Total,
balance de aquella jomada: pérdidas, dos
cabritos; ganancias, una magnífica leona.
Conclusión: queda aún a lo menos una fiera
que hay que hacer desaparecer. Para ello es ne
cesario perfeccinar nuestros procedimientos.
Comenf arios de ¡os negros - E l arfe de
perfecionar las (rampas - Táctica de
¡as Seras - / Bien por Mafako l - Alelancólicas consfafaciones de ¡os caza
dores en acecho.
Durante el día que siguió a noche tan agi
tada, multitud de negros de los cercanos po
blados, vinieron a enterarse del resultado de
nuestra caza. Quedaron maravillados al ver
la rara belleza del ejemplar capturado. Pero
a duras penas pudimos encontrar entre ellos
un par de valientes que quisieran quitar la
piel del león. Creen que esta operación trae
inevitablemente alguna desgracia. Y mien
tras contemplan la tarea, no tienen parada
su lengua; sus discursos no son ciertamente
los más apropiados para encender el ardor
bélico en nuestros congoleses.
— N o oUndeis, dice uno, que no hace
i
m
•( 21
mucho, un sólo león ha devorado eu Kimfeta a catorce personas.
— Seguramente. inter\*iene otro, esta leona
tendrá su macho, que no dejará de venir a
vengarla.
— No, sentencia un tercero. Y o creo que
deben ser una banda numerosa.
Y a consecuencia de tan consoladores co
mentarios, todos se apresuran a fortificar
del mejor modo posible sus pobres chozas.
Van al bosque y vuelven cargados con gran
des haces de matas espinosas, con las que
rodean sus viviendas a fin de tener al leóií
lo más alejado posible. Nadie se atreve a
) —
el más le\^e ruido. Cansado de esperar, me
dispongo a tumbarme en el lecho; pero antes
quiero tomar una bocanada de aire fresco.
Apenas abro la puerta veo a poca distancia
cuatro ojos, brillantes como lámparas eléc
tricas, que se clavan sobre mí. Al mismo
tiempo se oyen sordos gniuidos, poco cariuos<^ por cierto. Son los leones, que se ha
llan a pocos metros de nosotros. Nos apre
suramos a cargar nuestras carabinas y apun
tamos. El fulgor de aquellos ojos nos ofre
ce un buen blanco; pero nos es imposible
disparar. Detrás de los leones están las ca
bañas de los negros, y si erramos el tiro, tal
f; .i
Congo Belga -
3
i
Vista general de nucAfra Misión de KochcJo, fealro de lo presente aventuro.
salir sólo por las afueras del poblado. To vez nuestra hala vaya a herir a alguno de
dos renuncian a su paseo cotidiano... y a nuestros queridos congoleses. Entonces, con
pesar de que el bosque les brinde tenta nutótra lámpara de bicicleta, intentamos lo
dores frutos maduros, no aciertan a sepa calizar las fieras. Pero apenas liiere .sus pu
rarse de sus cabañas.
pilas el resplandor de la luz, amnentan sus
Nosotros por nuestra parte, nos dedicamos rugidos y se adelantan amenaza.lores ha
a perfeccionar las trampas. La experiencia cia nosotros. Apenas nos separan de ellos
nos ha demostrado que el león puede so diez metros. Es evidente que vienen a bus
cavar y derribar las estacas; pues las ase car nuestro pellejo. Pero no se lo daremos,
guraremos poniendo en derredor una valla
así, sin más ni más. Afianzo el fusil en mi
de matas espinosas. Así no se acercará si hombro y apunto hacia aquellos ojos fosfo
no es por la puerta.
rescentes, esperando el momento oportuno.
Mucho antes de que se haga de noche,
Pero no me quieren dar esta satisfacción.
ya no circula un alma por las calles. T o Por unos momentos rae miran fijamente,
dos se han retirado prudentemente... N o y luego se marchan precipitadamente uno
sotros hemos colocado los cabritos en las por la derecha y otro por la izquierda. Sin
trampas; las infelices bestias parece que adi- duda, quieren poner por obra la célebre
nnan su suerte, y balan tristemente.
táctica envolvente. Entonces lanzamos a los
Hasta las nueve de la noche, no se ove perros sobre su pista, mientras con la débil
-(
22
Tres son las trampas que hemos preparado.
luz de nuestro farolillo intentamos descu
En ellas atamos a nuestros tres últimos ca
brirlos. Uno de nuestros perros, el valiente
Matako se aproxima a menos de un metro britos. Esperamos ser hoy más afortunados.
de una de las fieras y sólo su ligereza le salva
de un zarpazo mortal. Pasa un cuarto de
Alba de vicforía - Un faro providencial
hora en tan comprometida situación; nues
- La huida de la Sera - Las (rampas
tros nervios están en su máxima tensión,
funcionan bien ~ Balance consolador al sentir las fieras a tan corta distancia,
La influencia d el león en e l fervor de
adivinando en la sombra sus ojos que ace
chan el más leve descuido de nuestra parte
las oraciones.
parte para hecernos pagar cara nuestra re
Hacía una hora que nos habíamos retirado
sistencia.
De repente, un desplazamiento formida a nuestra casa, cuando resonó una fuerte
detonación. Era la trampa número 3, que
ble de aire. Por segunda vez nuestro bravo
Matako ha sido perseguido por una de las había funcionado. Mucho nos extrañó, pues
aún era demasiado pronto.
fieras. Pasan como un rayo por delante
— Esto es que el cabrito, desatándose,
de nuestra puerta. ¡Pobre perro! exclama
habrá
disparado el fusil; me dijo mi compa
mos; ya está perdido; pero no, a poco vuelve
ñero.
Vamos
a ver. Será necesario volver a
a pasar ante nosotros, ladrando con una
ferocidad inaudita. Ha podido esquivar la cargar el arma y poner una nueva víctima.
Y a nos disponíamos a seguir sus indica
acometida del león que le perseguía y aiín
ciones
cuando el furioso ladrido de los perros
librarse del otro, que le esperaba en direc
nos liizo comprender que el enemigo estaba
ción contraria.
Usa situación no podía proseguir por mu cerca. No era ciertamente el cabrito quien
cho tiempo. No había nervios que la sopor había disparado. Por otra parte, a la entrada
tasen. Nos pusimos en manos de Dios, lla de la trampa se veía una masa inerte. ¿Era
mamos a nuestros perros y asegurando bien el león? Uno de nosotros propuso ir a averi
las puertas, nos acostamos para tomar un guarlo. Pero ¿y si detrás del termitero se ha
llaba emboscado otro león? Titubeábamos
{)oco de reposo.
K1 alba nos despierta completamente arre aún acerca de lo más conveniente, cuando
glados. Ante nuestra puerta, se ven las de una de las cabañas próximas, emerge
enormes huellas de las fieras. En un abrir un foco poderoso de luz eléctrica. Era que
V cerrar de ojos nos lanzamos al lugar de uno de nuestros hermanos, a fuerza de per
severancia y de ingenio, había salido con
las trampas.
la suya mediante unas pilas que se había
Trampa número i.
b^l gatillo del fusil proporcionado.
ha caído, pero el percusor no ha funcionado
Traiga esa luz, le gritamos.
Las fieras han devorado su presa: lo atesti
Se adelante, tembloroso, y y a a nuestro
gua claramente la piel ensangrentada del
lado, dirige el haz luminoso a la entrada
cabrito...
de la trampa. Efectivamente, un león había
Trampa número 2. - Los leones no se han sido herido por el mortífero artefacto. Pero
apenas la luz había posado sobre él, vimos
dignado visitarla. Tenían bastante con la
primera. El cabrito nos mira con ojos tris aparecer encima del cadáver otro león, que
tes, como reprochándonos la mala noche después de miramos fijamente por breves
momentos, de un salto prodigioso desaparece
que le hemos hecho pasar. Pero ¿y la nuestra?
de nuestra \-ista iutemándose en la floresta.
Total, que hay que empezar de nuevo,
¡Magnífica bestial exclaman todos. ¡Qué
pues nuestros visitantes, enardecidos por su
agilidad!
¡Qué mirada tan fiera y retadoral
victoria no dejarán de venir otra vez. Todo
— Espereremos, dije a mis compañeros.
el día lo pasamos perfeccionando nuestras
La fiera, atraída por el sabroso bocado que
trampas y montando otra, último modelo.
le espera, no dejará de volver.
Esta seguramente será infalible. E l león,
Hacia la una de la mañana nos despierta
si quiere devorar su presa, tendrá que in
una nueva detonación. Es el fusil de la se
clinarse para pasar por la puerta. Entonces,
gunda trampa. La fiera ha debido caer
funcionado el mortífero artefacto, destrozará
muerta, pues no se ha oído el más leve rugido.
el pecho de la fiera con su carga de plomo.
i
- (
Nos ecliamos de nuevo a dormir, esperando
el día.
I
¿Cuanto tiempo estuvimos durmiendo?
No sabría decirlo, pero nos despertó una
tercera detonación. — Una nueva .\dctima,
decimos todos a un tiempo.
Y ya nos fue imposible pegar los ojos.
Esperábamos con ansia las primeras luces
de la mañana para cercioramos de nuestra
fortuna. Por eso, apenas empezó a clarear,
nos lanzamos todos a inspeccionar nuestros
artefactos.
Delante de la trampa número 3, yace
tendido un soberbio león. Tiene el cráneo
acribillado por la descarga recibida a boca
jarro. Es una fiera gigantesca; [qué colmi
llos, qué garras, qué melena! Su muerte ha
debido ser instantánea.
Trampa número i: Se ven huellas de la
fiera, señales de la descarga y un reguero de
sangre. Esta nos da la pista del animal he
rido. En efecto, siguiéndola, descubrimos, a
unos doscientos metros, una leona, con el
vientre destrozado por la descarga, pero
aún viva.
— ¡Pronto, mi fusil! exclamo. H ay que
rematarla.
Pero la fiera conserva aún toda su arro
gancia; sus instintos se han despertado y
se afianza sobre sus patas. Sus ojos nos
miran con aire de desafío, mientras de su
garganta se escapan espantosos mgidos. Me
he conseguido acercar a unos dos metros.
-Apunto mi fusil, aprieto el gatillo y ¡oh
desgracia! el tiro no quiere salir.
¡Y pensar que durante tres noches conse
cutivas ha sido este el fusil con el que no
sotros contábamos para un caso desesperado!
¡Qué buena idea tuvieron las fieras en no
atacamos!
Me pasan otra carabina y esta vez el
plomo se incustra entre los ojos de la fiera
que cae fulminada.
En aquellos momentos tocaba la campana
llamándonos a la iglesia. Y o no sé si los
Padres de la vida espiritual señalan a los
leones como una de las causas de acrecentar
la devoción; pero por mi parte, puedo confe
sar que aquella mañana la mía aumentó
extraordinariamente al agradecer a María
Auxiliadora su visible protección hacia no
sotros y hada nuestros queridos congoleses.
L
L u is P ansard
Misionero Salesiano.
23
(• —
L IB R O S S A L E S IA N O S .
LECTURAS CATOLICAS. — De la Librería
Salesiana de Sarriá hemos redbido la preciasa
no^’elita «Luis Colmenares *, que corresponde a
las entregas de los meses de Agosto y Septiem
bre. Interesante es el argumento y moral el
epílogo, por lo que recomendamos su lectura a
los que no buscan tan sólo distracción, sino
instrucdón, en la lectura.
« El desterrado del Desierto ». Es el título de
otra novelita que recrea al lector con la narradón de las conmovedoras aventuras de un mu
sulmán convertido al cristianismo.
LIB R E R IA DEL COLEGIO PIO IX . —
B uenos A ires . — EL TEOSOFISMO por B ernar
do Gen Tieini . Siguiendo la tradidón de pre
sentar a sus lectores temas de palpitante actua
lidad, este mes las Lecturas Católicas obsequian
a sus lectores con el predoso opúsculo del
P. Gentilini en que con profundo conodmiento
de causa e irrefutable lógica se hace la crítica
de ese sistema de doctrina.
EL BEATO DO.N BOSCO. — por el P. Cauvi,
S. S. — Es un librito elegantemente presentado,
que contiene, narrada en fonna amena y con
predosas imágenes y fotografías, la vida de
nuestro Beato Padre. La esmerada presentadóu
y el interesante contenido, hacen de esta obrita
mi libro útilísimo para regalo.
Pedidos a la
Sociedad Editora Internacional • T üRin .
L IB R O S R E C IB ID O S ,
ENCICLOPEDIA DE LA EDUCACIÓN. - edi
tada por la D irección de E nse S akz .v Pri
maria y K ormai., de Monteddeo.
ANALES DE INSTRUCCION PRIMARIA
tado por la misma sabia corporadón.
¿di-
Culío de M aría Auxiliadora
La asociación de los devotos de María Auxiliadora
(Conclusión)
A últimos del afio 1893 Don Miguel Rúa,
(jue dirigía entonces los destinos de la Con
gregación, juzgando de gran importancia para
el mayor incremento de la piedad cristiana,
difundir más y más esta Piadosa Asociación,
se dirigió humildemente al Sumo Pontífice
León X III suplicándole se dignase conceder
el permiso para establecer la Archicofradía
en todas las Iglesias de la Congregación,
agregando cada una de ellas a la establecida
en Turín. El Santo Padre accedió gustoso
a la petición del Sucesor de D. Bosco y
en un breve fechado en Roma el día 19 de
enero de 1894, le concedió bondadosamente
cuanto le pedía, no sólo a él sino a sus suce
sores dándole facultad de erigir válida y
lícitamente otras asociaciones del mismo
nombre c instituto en todo lugar donde
existan casas e Iglesias de la Congregación,
concediendo a los socios los mismos privi
legios ya otorgados anteriormente.
Y no satisfecha la generosidad del Pon
tífice con este acto, se dignó conceder el
señalado favor de que siempre que un sa
cerdote de cualquier Orden, Congragación
o Instituto secular o regular celebrare Misa
en un altar donde se halla erigida la Asocia
ción, por el alma de un asociado, dicha alma,
quede libre de las penas del Purgatorio.
Aún hizo m ás: el día 2 de marzo del
año 1903 concedía que todas las Misas ce
lebradas en sufragio de los Salesiauos di
funtos inscritos en la Archicofradía, gozasen
los beneficios del altar privilegiado.
En nuestras páginas anteriores hemos in
tentado hacer una breve historia de la Asociaaón, porque la creemos de gran utilidad
—
para muchas personas que a pesar de oir
hablar continuamente de ella, ignoran en
absoluto su naturaleza y sus fines. Por no
hacernos pesados, dejamos de mencionar
otras muchas particularidades que se re
fieren a ella, limitándonos solamente a re
comendar a todos que propaguen con entu
siasmo la difusión de esta Archicofradía, que
fundada por nuestro Beato Padre y bende
cida por los Romanos Pontífices tanto bien
ha hecho a las almas y tanto hará todavía.
Para que mejor se pueda poner en práctica
este deseo de los Superiores, insertamos a
continuación la
NO RM A
para erigir la Pía Sociedad de los devotos
de M aría Auxiliadora y para agregarla
a la Archicofradía del mismo nombre,
canónicamente establecida en su san
tuario de Turín.
Los directores de la Casas o iglesias salesianas que deseen erigir la Sociedad de
los devotos de María Auxiliadora y agre
garla a la Archicofradía del mismo nombre
deben observar lo siguiente:
I.
Es menester qire la iglesia u oratorio
donde quiere erigirse la Sociedad sean pú
blicos. Los directores de nuestros colegios y
asilos que no tienen iglesia ni oratorio pú
blico pueden estaUecer la Sociedad interna
mente para todos sus moradores y hacerlos
participantes de todos los favores de la So
ciedad, con tal que se manden apuntar los
T
— { 25 ) nombres en la Cofradía más próxima, o en el
Santuario de María Auxiliadora de Turín.
dores se sirv^an hacer inscribir los nombres
>' apellidos de los interesados en la Cofradía
2.
No se puede en un mismo lugar esmás cercana o en la Archicofradía de Turín.
tablecer más de una sociedad del mismo
4. Conriene, empero, notar que no es ne
nombre, salvo que diste la una de la otra no cesaria la presencia de los que quieren ins
menos de tres millas italianas, equivalentes
cribirse, ya que la Archicofradía de María
a cuatro kilómetros y medio.
Auxiliadora no tiene fórmula alguna espe
Es necesario hacer una súplica al cial que exija la presencia física. No obs
tante la S. Congregación de las Indulgen
efecto al Ordinario Diocesano, designando
la iglesia y altar en que se quiere establecer cias recomienda vivamente que se asista
personalmente a la aceptación a fin de evi
la Sociedad, acompañándola con una copia
del reglamento de la misma, a fin de obtener tar incovenientes y abusos.
su aprobación y consentimiento por escrito
5. Recordamos asimismo que los Párro
y la comendaticia para la erección y agre cos y cuantos tienen cura de almas, y los
gación.
Directores de Colegios o casas de educación
4. En seguida enviarán este consenti e institutos de l>eneficencia, según el Regla
mento de la Sociedad ya publicado, pueden
miento y comendaticia al Rector Mayor de la
a su vez agregar a cualquiera de las per
Pía Sociedad Salesiana, quien se apresurará
a en\-iar el diploma respectivo de erección sonas confiadas a su cuidado, con tal (jue
>• agregación con un catálogo de los pri\'i- manden el nombre de los socios al Rector
del Santuario de María Auxiliadora, que lo
legios e indulgencias concedidas a la Ares también de la Archicofradía.
chicofradía. E ste catálogo no se publicará
sin manifestarlo al Diocesano del lugar en
6. Finalmente los interesados en obtener
que se quiere establecer la Sociedad.
cédulas de inscripción en la Sociedad, re
gistros, imágenes, cuadros, estatuas o me
dallas de María Auxiliadora pueden diri
ADVERTENCIAS
girse al Director de la Librería Salesiana de
1. Se recomienda encarecidamente a los Turín, o de la Casa Salesiana más próxima.
Directores de cada Sociedad erigida canóni
camente, en\den cada año a la Arch'cofradía de Turín ima lista completa de los
G R A C IA S
nuevos socios, a fin de poder conocer mejor
el desarrollo y progreso de la misma.
DE M ARlA AUXILIADORA
2. En los lugares en que por falta de
iglesia u oratorio público salesianos, no se
pudiese erigir canónicamente dicha sociedad,
los Directores de nuestras casas u otros sa
cerdotes delegados por el Rector Mayor tie
nen la facultad de admitir en la Sociedad a
todos los fieles que lo solicitaren, a condi
ción de que inscriban sus nombres y apelli
dos en la Soaedad más cercana erigida ca
nónicamente, o en el libro general de la
Archicofradía de Turín. Esta es condición
indispensable para gozar de las gracias con
cedidas a los socios.
PRADERA (COI.OMQIA). — En Abril de 1926
cayó gravemente enfermo uno de mis hijos de
cuatro años de edad y perdida ya humanamente
toda esperanza de curación, acudí lleno de fe
a María Auxiliadora pidiéndole la salud de mi
eiifemiito. Este mejoró enseguida y hoy se
halla gozando de completa salud. I.leno de
agradecimiento a María Auxiliadora publico
hoy la gracia recibida y ofrezco una pequeña
limosna para su culto.
ju lio 20 de 192.
Manuei, A ntonio L ozano.
3. Del mismo modo, conforme al Breve
mencionado, donde no existe casa alguna sale
siana los fieles que deseen participar de las
gracias acordadas a los socios pueden agre
garse a la Sociedad aún por medio de una
persona designada al efecto. Recomendamos
por tanto a nuestros beneméritos Coopera
Idem. — Me encontraba stimamente preo
cupada por la tardanza en resolverse im negodo; la única solución posible era depositarlo
en manos de María Auxiliadora a la que invoqué
con toda mi fe. prometiéndole »na limosna
para sus huerfanitos. He obtenido la grada y
hoy, agradecida, enrío la limosna prometida.
En el mes de mayo me v i gravemente postrada
26
en cama, y desconfiando el médico de mi salud
por lo avanzado de mi edad, me encomendé
íle nuevo a María Auxiliadora y obtuve la cu
ración deseada. Por este motivo envío otra li
mosna para los huerfanitos de Turín.
Julio 20 de 1929.
I’OBREZA Girón.
GUADALAJARA (México). — Después de
seis años de sufrimientos producidos por una
ciática sin encontrar para mi mal remedio algimo, no obstante la asistencia de renombrados
médicos y la aplicación de toda suerte de re
medios, siguiendo el consejo de una amiga, en
comendé mi salud a María Auxiliadora y esta
buena Madre me proporcionó muy pronto un
alivio completo. Agradecida, hago publica mi
gratitud a tan buena Protectora y mando una
limosna para las Obras de D. Bosco.
Carlota Castellanos.
Idem. — Doy gracias a mi buena Madre
María Auxiliadora por haber sanado a mi mamá
de una infección en la nariz y mando celebrar
una Misa en su Santuario de Turín, como le
habla prometido. Doy igualmente gracias por
haber conseguido tambiói la salud de una per
sona amiga que había encomendado a la pro
tección y bondad sin límites de la Snia. Virgai.
Carolina M éndez.
ZARAGOZA (España ). — Hago pública ma
nifestación de mi eterna gratitud a María Au
xiliadora y al Beato Juan Bosco por una gracia
recibida: ya que teniendo que someterme a
una dificilísima operación, le supliqué no hu
biera comphcaciones, y esta buena Madre oyó
mis súplicas y aunque aún no me hallo comple
tamente restablecido, mando la hmosna de
cinco pesetas.
E, O.
Dan también gracia a María Auxilia
dora y envían una limosna:
ARGENTONA (España ). — Doña Teresa
Pujol de Abril, agradecida por una gracia
especial manda ima limosna de cien pesetas.'
BOLEA (España ). — Una devota, agradecida
envía una limosna.
CALI (COLOMBIA-VAI.LK). — Adelmo Rizo,
I^eopoldo Ríaseos, Natalia Zéa vda. de Sánchez.
Trinidad Sarasti y Eloísa Tórrese expresan su
viva gratitud a la Virgen del Beato Don Bosco
por señaladas gracias que les otorgó y mandan
una oferta para las Obras y Misiones Salesianas.
COBAN (Gu.^TEMala ). — Rosa de Ligorio,
J. Vicente Pérez, Rosita Pérez, Mathías Ga
briel, Jesús Molina, Modesta de Barrientos,
Rafaela v. de Leonardo, Luisa Fernández, Bonifacía San José, Vicenta Chavarría, Rosenda
V. de Leonardo, Tránsito García, Adela García.
Clotilde L. de Paz, Felicitas de Ramos, Marina
R. de Gómez, Herminia R. v. de Enríquez,
Angelina v. de Sayle, Rosario Valdez, Fran
cisca Flores, Odilia de Gómez, Concha de Pénce,
Eloísa Sierra e Isabel A. de Gómez se "han ser
vido del honorable conducto de la activa Cela
dora Salesiana, Sra. Da. Silvia R. vda. de Perez
para mandar xma ofrenda para las Obras y Mi
siones Salesianas, en agradecimiento a favores
recibidos por la maternal bondad de María Au
xiliadora.
GUADALAJARA (MÉXICO). — Jesús Vidrio
Ortíz vda. de Villaseñor, manifiesta su intensa
gratitud a María Auxiliadora por beneficios
que le otorgó y manda una limosna para las
Obras y Misiones Salesianas.
JAMUNDI (Colombia-Valle ). — Francisco
Micolta, Claudina Azós de Sierra, Ursulina de
Pérez, María Cruz Peña, Santiago Bonilla. Pri
mitiva Galarza y Cayetana Quintero hacen
pública manifestación de su gratitud a la Virgen
del Beato Don Bosco por señaladas gracias
que les deparó, y por el digno conducto de la
Celadora Salesiana, Sra. D.» Rafaela M. de
Bonilla envían una ofrenda para las Obras y
Misiones Salesianas.
MERCEDES (Uruguay ). — Angélica M.
de Souterás, agradece la protección de María
Auxiliadora y envía una limosna para las Obras
Salesianas.
N ogales (Sonora-México ). — Una devota.
Agradecidaa María Auxiliadora por la curación
de una amiga gravemente enferma, envía una
limosna para el culto en su Santuario de Turín.
PASTO (Colombia-Nariño ). — Las Alumnas
de la Escuela Normal de Institutoras de Nariño
y dos devotas de María Auxiliadora en agrade
cimiento por favores recibidos de tan buena
Madre mandan una limosna para el culto de su
Santuario-Basílica de Turín.
VERA (Alíiería -E spaña ). — Carmen Ferrer,
Juana Cen'antes de Pujol, Cruz Verga y Lo
renza Ruíz Vda. de Montoro agradecen a la
Virgen del Beato Don Bosco varios favores que
les dispensó y envían una limosna para las
Obras Salesianas.
Y ebenes (España ). — Mercedes López Martüiez, hallándose en una grave necesidad fué
escuchada por María Auxiliadora y agracecida
envía una limosua.
ZAMORA (MÉXICO). — María Luisa R. de
Méndez, da gracias por haber conseguido la
curación de su hijita de una enfermedad muy
penosa.
LLUVIA DE GRACIAS
atribuidas a la intercesión de la Sierva de Dios
DOROTEA DE CHOPITEA.
Aguixana {España). — Boy gracias a Doña
Dorotea de Copitea por im favor señaladísimo
obtenido rápidamente por su intercesión, des
pués de haber hecho una novena y de prome
terle ima limosna para los gastos de su bea
tificación. Hoy cumplo mi promesa pidiéndole
me siga protegiendo siempre.
5 julio 1929.
D. B. L.
B.ARCEI.ONA {España). — Hace ya im año
y medio, en ocasión del traslado de Ibs restos
de la Sier\-a de Dios a la Iglesia de Sarriá,
rogué a esta santa mediadora que intercediera
cerca de María Auxiliadora — a cuya archicofradía pertenezco en calidad de celadora —
a fin de que me obtuviera una importante
gracia de la que dependía el bienestar de toda
mi famiha. Muchos son los favores que de la
sierva de Dios se han obtenido, pero creo que
ningtmo se alcanzó tan rápidamente, pues
transcurridos solamente dos días obtuve la
gracia pedida.
Ahora hace im mes, nuevamente apurada
por im asunto de difícil solución, recurrí otra
vez a tan buena Mediadora y de nuevo, en un
plazo sumamente rápido he visto concedida
mi petición de una manera prodigiosa.
Agradecida, publico las gracias y animo a
todos a que recurran confiados en el poder de
Doña Dorotea, en todas sus necesidades,
n agosto 1929.
María T eresa Madueno .
Rubí {España). — Mi tía María Rigol estaba
tan enferma que los médicos que la vieron
aconsejaron, y así se hizo, que ingresara en el
santo Hospital durante doce semanas. A las
nueve semanas de estar allí y después de ima
operación difícil quedó con un estreñimiento
tal que los intestinos no fimcionaban y se
hallaba en inminente peligro de xm fatal des
enlace. En tal angustia acudí a la protección
de la santa señora Doña Dorotea, empezando
su novena y a los tres días los médicos la en
contraron ya fuera de peligro y al terminar la
novena, mi querida tía se encontraba comple
tamente curada y pudo regresar a casa con
gran contento de toda la familia.
26 agosto 1929.
T eresa Caneeeas y R igol.
Cali {Colombia). — A consecuencia de una
grippe mal cuidada, me quedó una tos pertinaz
que me molestaba mucho. En febrero del año
pasado llegó a mis manos el Boletín Salesiano
que traía la novena de la Sma. Trinidad por
intercesión de Doña Dorotea. Inmediatamente
di comienzo a diclia novena pidiendo a la sier\'a
de Dios me alcanzase la salud ofreciéndole en
cambio publicar la gracia y mandar imprimir
otros ejemplares de dicha novena con inten
ción de propagar más y más la devoción a la
sierva de Dios. ¡Oh prodigio! Dios, que para
enaltecer a sus sierv'os se sirve de ellos para
alivio de nuestras dolencias, escuchó mis po
bres oraciones gracias a la intercesión de la
caritativa Señora. Hoy hace im año que emjieci^
a rezar dicha novena y en todo este tiempo
lio la he dejado ningún día. Eternamente agra
decida por este favor y otros varios que me ha
concedido cumplo con lo ofrecido, enviando
además una limosna para los gastos de su
Beatificación. Deseo que todas las personas
se encomienden a ella en sus necesidades, se
guras de ser escuchadas.
15 de jebrero de 1929.
María V. de C i evas .
Cangas {España). — Hallándome muy afli
gida por una enfermedad que me causaba in
decibles angustias, sin que los médicos acer
tasen a precisar con exactitud su diagnóstico,
empezé una novena a la Sierva de Dios, Doña
Dorotea de Chopitea, ofreciéndole publicar la
gracia si me curaba y ima limosna de mis
ahorros para los gastos del proceso de su bea
tificación.
El feliz resultado no se hizo esperar; a los
pocos días del comienzo de la novena empe
zaron a ceder los ataques que tanto me moles
taban, y antes de terminarla, desaparecieron
del todo, estando hoy completamente curada.
Agradecidísima por tan insigne gracia, cum
plo lo ofrecido.
Abril de 1929.
María Zabala de Haz .
L abateca {Colombia). — Hallándome muy
apenado por un compromiso financiero del que
dependía en gran parte mi tranquilidad per
sonal y la de mi familia, recurrí a la sierva de
Dios Doña Dorotea de Chopitea, empezando
ima novena y pronto me vi atendido. Deseo
se inserten estas líneas en el Boletín como prueba
de gratitud y para ensalzar las virtudes de
Doña Dorotea. Envío una limosna para los
gastos de su beatificación, como le jirometí,
y le ruego siga siendo siempre mi protectora.
IT mayo 1929.
F rancisco Pabón O iavi-:z .
Monterrev {México). — Encontrándome en
una grande aflicción, recurrí con fervor a Doña
Dorotea de Chopitea y con grande consuelo
mío me fué otorgada la gracia tan deseada.
Lena de gratitud cumplo mi promesa de pu
blicar la gracia y envío una limosna.
Marzo de 1929.
I sabel de F ox .
'I
J
P or el mundo saJesíano
El íríunfo de D. Bosco
en Barcelona.
Hace cuarenta y seis años Barcelona
tuvo la incomparable satisfacción de hospe
dar a D. Bosco, cxiya fama de santidad,
traspasando las fronteras de su Patria, se había
extendido ya por el mundo entero. El recibi
miento que en aquella ocasión le tributara,
puede muy bien compararse a los triunfos de
París, Eyon y Marsella, y aún les superó en
esixnitaneidad y entusiasmo. Los milagros obra
dos y las conversiones obtenidas durante el
mes de su permanencia en la ciudad Condal,
fueron incontables; el bien realizado incalcula
ble. Barcelona le aclamaba por doquier. Desde
las autoridades eclesiásticas y ci\-iles, que se
disputaban el honor de obtener una visita,
hasta los humildes hijos del pueblo, que pasabiui días enteros jmito a la entonces incipiente
casa de Sarriá, con la esperanza de verle a lo
menos ima vez y recibir su santa Bendición,
todos se sentían hondamente conmovidos y
entusiasmados.
El humilde sacerdote partió de Barcelona,
llevándose de su grata estancia imborrables
impresiones. Por su parte legó a la Ciudad
Condal como recuerdo de su visita esa joya
artística, que emplazada en la montaña más
hennosa de Barcelona, es adniiradón de propios
y extraños, y cuando esté acabada será sin
duda el Templo más hennoso que la líspaüa
Católica ha erigido a su Rey, el Divino Corazón
de Jesús...
Pasados los años Barcelona \nielve a recibir
a aquel lumvilde sacerdote, que ya lleva nim
badas sus sienes con la aureola de los santos,
lis una parte de aquel cuerpo santo, la que
llega hoy, p;rra quedar depositada en la Iglesia
de los PP. Salesianos. Y Barcelona ha que
rido recibirle como le corresponde, sin quedar
atrás en la manifestación de amor y simpatía
con que le recibiera la vez pasada, cuando vino,
aún en d d a a visitar a sus amados hijos.
La relación de los solemnes festejos, nos la
da cumplida el Diario católico; « El Correo
Cafalán », en la siguiente forma;
« Ayudada valiosamente la dirección de las
Escuelas por los .¡Vntiguos Alumnos, se pudo
hacer el programa de fiestas tan hennosas.
Comenzaron el 15 de octubre. A las siete de
la mañana, el Exemo. e lUno. señor Obispo de
la diócesis, consagró el altar del Santísimo y
de San José, construido como recuerdo de las
fiestas de la beatificación; después celebró la
santa Misa y dió la Comunión a varios cente
nares de fieles.
Por la tarde de este mismo día, elm uyRvdo.
señor don José Calasanz, Uevó a las Escuelas
una reh'quia del Beato Juan Bosco, colocada
en bonito relicario, regalo de una distinguida
y muy piadosa cooperadora salesiana.
La recepción de la reliquia resultó muy so
lemne. Esperaban a la puerta de la Iglesia,
todos los sacerdotes de la casa, el clero infantil,
los A.A. con la Junta directiva en pleno y su
bandera, el Centro Beato Juan Bosco y una
lucida representación de Cooperadores.
Vestido el M. R. señor Inspector con roquete
y estola, entró con la reliquia en la iglesia y la
expuso solemnemente en el altar de María Au
xiliadora, mientras la Escolanía, que antes había
cantado un himno de gloria al Beato, entonaba
el « Isie confessor «.
El Rdo. señor don Julián Massaiia, salesiano,
dirigió luego a la multitud de fieles cjue llenaba
la iglesia, vibrante sermón sobre el Beato y
sobre lo que significaba la reliquia en\-iada por
el Superior General, a las Escuelas. Al terminar
el sermón, el muy Rdo. señor Insepctor <iió a
besar la reliquia del Beato a das fieles.
El 16 por la tarde, se celebró a las seis y
media, soleiimísima Hora Santa, de<licada al
Corazón Eucaristico de Jesús por el coro « Beato
Juan Bosco * de los Jueves líucaristicos para
darle gracias por la glorificación del Beato Juan
Bosco, y como plegaria por la propagación de
su devoción. Monseñor Lisbona predicó con
mucha piedad y elocuencia sobre el tema: « El
Beato Juan Bosco, Apóstol de la Eucaristía ».
Después de la Bendición con S.D.M. las ban
deras de diversos centros eucarísticos de Bar
celona, que se habían rendido ante Jesús Sa
cramentado, escoltaron la reliquia del Beato
Juan Bosco, gloriosa por la Eucaristía.
El 17 comenzó el Triduo en honor dcl Beato.
El anuncio de las fiestas había despertado gran
( 29
interés y devoción y si los fieles habían acudido
numerosos los días anteriores, en el Triduo
aumentó el número. Las campanas con su alegre
voltear y un hermoso cuadro del Beato colo
cado en la fachada de la iglesia, entre luces,
guirnaldas y ñores, anunciaban los actos so
lemnísimos que se iban a celebrar.
¡Cuánta co n cu rrid a, cuánta devodóu, cuán
ta fe en el Beato!
El ejerddo del Triduo se hizo a las siete,
ocho y nueve de la mañana.
Por la tarde, expuesta S.D.JI. se rezó el Santo
)
solemne. Ofidó el muy reverendo Padre Pablo
de Castelló de Ampurias, Guardián de los Ca
puchinos de Nuestra Señora de Pamplona y
predicó el P. Superior de los Misioneros liijos
del Corazón de María.
Este día honró al Beato el Colegio dirigido
por Hijas de María Auxiliadora, en la calle
Sepúlveda.
El día 19, fue la fiesta dedicada jxir los
alumnos de las Escuelas al Beato.
Estos se habían preparado con \ui triduo
predicado por el Rdo. señor don Digno Outei-
Barcelona — Inierlor de la Iglesia Sales ¡ana de San José,
durante el solemne Pontifical celebrado con ocasión de las fiestas de D. Bosco.
Rosario. los tres días, y después del ejercicio del
Triduo, predicó el Rvdo. P. Ramón Sarabia.
Superior de los Padres Redentoristas de Bar
celona. Con su palabra de arrebatadora elo
cuencia y con su gran conocimiento de la \-ida
del Beato, electrizó los tres días a la multitud
que llenaba la iglesia y se agolpaba a las puertas
para poder entrar.
El Beato Juan Bosco amó a Dios, a las almas
y a la Iglesia; he aquí los temas desarrollados
por el cultísimo y elocuente Redentorista, escu
chado por todos con religiosísima atención, y
con lágrimas en los ojos muchas veces y con
creciente entusiasmo cada Hfa
El día 18, a las diez de la mañana, hubo misa
riño, salesiano. A las ocho Ies celebró la misa
de Comunión el reverendo P. Creixell. S. J.
quien cuando jovenciio, conodó al Beato Juan
Bosco aquí en Barcelona y habló con él.
A las diez, misa solemne, oficiada por el muy
Rvdo. Padre Tomás Taiadura, Provincial de
Nuestra Señora de la Merced y sermón por el
R. P. Vicente Olivares, Superior de los PP.
Camilos y antiguo alumno salesiano.
El 20 de octubre se celebró la fiesta principal.
Fiesta magna en verdad. A las ocho dijo misa
de Comunión general Monseñor Juan Icart,
Decano de los Párrocos de Barcelona, el cual
pronundó sentidísimo fervorm.
A las diez entró en la iglesia el excelentísimo
30
stüor Obispo doctor don José Miralles Sbert,
vestido de Capa magna y acompañado de los
muy ilustres señores canónigos doctores Puig.
Vilaseca, Tejedor y Moreno ministros de altar
los dos primeros y de honor, los dos últimos.
Como presbítero asistente íué el muy ilustre
señor l3eán doctor Llópez.
I<os cinco entraron con los vistosísimos traj^
de coro del Cabildo barcelonés.
Se cantó la misa del Papa Marcelo, de Palestrina, dirigida por el maestro Millet, con
el ajuste y afinación peculiares de los elementos
del Orfeó Calalá, que forman la Capilla de San
P'elipe Neri. Durante el Ofertorio llenaron los
ámbitos de la Iglesia, las bellas annonías
del * Canticum atnoris » del maestro Millet.
Ocupó la Cátedra del Espíritu Saiito el Excmo.
e limo, señor Obispo de Gerona, doctor Vila
Martínez; el cual apoyándose sabiamente en
textos de la Sagrada Escritura, definió con
abundancia de doctrina y sólidos argumentos,
la esencia de la santidad, para deducir en con
clusión, recorriendo la vida del Beato, que esta
era la característica del nuevo Bienaventurado,
estrella fulgidísima de la Iglesia CatóUca.
Después de la misa se cantó solemnísimo Te
Deum del maestro Cornelia, en acción de gracias
por haber sido elevado a los altares, el insigue
Fundador de las Obras Salesianas.
Por la tarde hubo bendición con Su Divina
Majestad dada por el muy ilustre señor doctor
don Francisco Ortega de la Lorena, Canciller
del Obispado.
Se cerraron las magnas fiestas con una bri
llante velada en el salón de actos, lleno a rebosar,
a pesar de su gran capacidad.
El muy Rdo. P. Joaquín Seguí, pronunció
notabilísimo discurso presentando al Beato,
fundándose en hechos de su vida, como hombre
extraordinario por su inteligencia soberana,
voluntad recia y . corazón magnánimo, y como
excelso Fundador. No pocas veces fué interrum
pido en su discurso maravilloso por entusiastas
aplausos, arrancados a los oyentes por su elo
cuente, exquisito decir sobre elBeatoJuaiiBosco.
Don José Luis Carreño, salesiano. recitó una
hermosa poesía, original suya, sobre el lema
salesiano: « Da mihi animas » y un grupo de
alumnos de las Escuelas declamó un precioso
diálogo titulado « Triunfal ha sido la fiesta ».
El Orfeón Goya, dirigido por el maestro Mayral, interpretó escogidísimas composiciones mu
sicales que gustaron sobrenuuiera.
Iva velada estuvo presidida por el doctor
Ortega de la Lorena. por los M. Reverendos
señores Inspectores salesianos de Cataluña y
de Cirstilla, y por la Junta Directiva de .\ntiguos
Alumnos.
Ivntre los asistentes se hallaban muchos coo
peradores y gran número de ex-alumnos de las
Escuelas.
Durante los días de la fiesta se repartieron
varios miles de novenas en honor del Beato;
en la misa pontifical, preciosas fotografías del
mismo y al fin de la velada im foUetito de diez
y ocho páginas con la narración del viaje del
Beato a Barcelona, en abril del año 1836.
El Rvdmo. señor don Felipe Rinaldi envió
cordialisima adhesión a las fiestas, adhesión
leída por el Rdo. señor Director de las Escuelas
al hacer el ofrecimiento de la velada.
Fiestas de amor, eminentemente populares,
desborde de cariño al Beato y a sus obras, cán
ticos de júbilo, sentida devoción, fervorosas
plegarias; he aquí el hermoso y fragranté ra
millete de flores, deshojado como tributo de
veneración al Beato Juan Bosco, jxjr los mi
llares y millares de almas barcelonesas, e i la
semana gloriosa e imborrable de los festejos
conmemorativos de la beatificación del Beato
Juan Bosco, en el Centro de vasta e intensa
labor salesiana, de la bella Ciudad Condal.*
VALFARAISO (CAí7f).
El día de los Exalumnos. Confonne al programa establecido,
fueron numerosos los Ex-Alumnos que por la
mañana se acercaron al sagrado Banquete. Des
pués de la funciones religiosas, los ex-alumnos
se esparcieron por los patios, donde jugaran de
pequeños, no faltando señores graves que se
sintieran atraídos y como contagiados por aquel
ambiente tan añorado, entregándose a los de
portes más variados con verdadero entusiasmo.
A las doce se sentaron a la mesa en medio
de sus antiguos Superiores, transcurriendo el
ágape familiar en medio de la más franca alegría.
Tomaron la palabra el Presidente de los ex
alumnos D. Osvaldo González, D. Oscar Stock
y el director del Colegio, abundando todos en
ios mismos seutimieirtos de afecto y gratitud
y de incondicional adhesión al Colegio donde
transcurrieron los años más felices de su vida.
Después de la comida continuaron con ardor
los juegos, hasta que al caer de la tarde pasaron
todos a la sala de la Dirección para recibir los
trofeos conquistados, tenninando la hermosa
fiesta con una conmovedora alocución del Sr.
Director, exhortando una vez más a todos, a
que consideraran siempre el Colegio como su
propia casa, en donde siempre encontrarían
ayuda en sus necesidades y sincero cariño en
todo momento.
PUNO {Perú). — El día 4 de julio del pasado
año se inauguró en esta ciudad la Granja-Es
cuela para los indígenas. A la solemne ceremonia
de la inauguración asistieron todas las autori
dades de la capital del Departamento y lo más
granado de la misma, junto con un gentío in-
31
menso, constituido por personas de toda cate
goría social. Numeroso era el elemento indígena
y entre todos llamaban la atención 45 niños,
muy bien vestidos, y que han de ser la base
moral de la obra que se inauguraba y que de
claró abierta el representante del Gobierno
Nacional. Hubo verdadero derroche de entu
siasmo, mucha cordialidad e inmensa admiración
por obra tan simpática, planeada por corazones
generosos, prohijada por el Gobierno y puesta
bajo la dirección de los hijos del Beato Juan
Bosco, quienes fueron objeto de calurosas feli
citaciones por parte de todos los presentes.
citaciones más sinceras, por el enorme trabajo
que implica el preparar a 200 presidiarios para
que purifiquen sus conciencias y se acerquen
a^ la ¿lesa Eucarística. Don Bosco, complacido
sin duda al ver que hay quien le imita en sus
trabajos en la « Generala » de Turm, le dará
el merecido galardón.
BUENOS AIRHS. -— En el Consejo Nacional
de Educación tuvo lugar el día 14 del pasado
octubre im acto simpático, consistente en la
entrega que al Instituto hacían las Asociaciones
de Cooperadoras y Ex-Alumnas salesianas, de
Kit hermoso busto del Beato Juan Bosco. Asis
tieron al acto el Presidente del Consejo, Sr.
Rodríguez Jaúregui con otras distinguidas
personalidades. El Sr. Lasarte pronunció im
discurso ofreciendo la obra en nombre de los
es-alumnos de D. Bosco. Le contestó el Doctor
Jáuregm con ima breve alocución, finalizando
el acto con unas breves palabras de la Señora
de Puyrredón, haciendo entrega al presidente
del Consejo de ima medalla conmemorativa.
MARQUESADO {San Juan, Rep. Argentina).
— Digno de imitación y de encomio es el celoso
Cooperador Salesiano D. Patricio Echazú, de
cuya labor verdaderamente salesiana e inspi
rada en los ejemplos de nuestro Beato Padre,
dan fe los siguientes párrafos de una carta di
rigida al Rector Mayor y que con gusto trans
cribimos para edificación de los lectores del
Boletín.
* Soy Cooperador Salesiano, igual que mi
jefe militar .el Sr. Tnte. Coronel Domingo
Cuello y a ambos qos ha favorecido nuestro
Beato con favores manifiestos en trances apu
rados. Ahora me encuentro transitoriamente
desem^ñando las fimciones de Director de
esta cárcel por encontrarse intervenida por el
poder Federal esta Pro\’incia de San Juan.
Hace poco tuvimos una misión muy fructífera
y tuve el gusto de comulgar a la cabeza de casi
doscientí^ presos.
^'ayan estos datos para que vea cómo infiama
en fuego de apostolado la devoción al gran
smto contemporáneo Don Bosco; cuando me
siento fatigado por tantas luchas y trabajos,
le recuerdo con intenso cariño, alentándome sus
tradicionales palabras: «Trabajo, trabajo, que
ya descansaremos en el paraíso ».
Reciba el pundonoroso militar nuestras feli
£xcmo. Sr. D. Manuel Perís y Fuentes
fervienfe Cooperador Salesiano
generoso fundador de la Casa de Bnrríana.
BURRIANA (España ). — Nos es sumamente
grato el insertar en las páginas del Boletín el
rápido incremento que en la bella ciudad levan
tina ha tomado el culto y la devoción a nuestra
excelsa Madre María Auxiliadora, debido al
celo y entusiasmo desplegado por las infatigables
celadoras D.» Vicenta Cando, D». Amparo
Gombau y D.* Teresa B. Mingarro, quienes
a fuer de fervorosas devotas de María Auxilia
dora, no perdonan sacrifidos ni fatiga alguna
jxjr formar numerosos y fioredentes coros de
la Visita Domidliaria, a fin de que la Virgen
de D. Bosco tome posesión de los hogares
burrianenses, aún antes de que sus hijos los
Salesianos ocupen el magnífico Colegio, que
debido a la caridad del insigne Ox)peradoi
Salesiano Exemo. Sr. D. Manuel Perís y Fuentes,
se está levantando en dicha pobladón
Mientras felidtamos desde estas columnas
a tan feiv''orosas celadoras, hacemos votos para
32
que la Vitgen de D. Bosco haga pronto su en
trada triunfal en la laboriosa ciudad deBurriana,
junto con sus hijos los Salesianos, a quienes
se espera con creciente simpatía, para que se
ocupen de la fonnación cristiana de la juventud
burrianense.
S e recomienda a cuantos, envían fotografías
fiara el Boletín Salesiano o fiara el Archivo
de la Congregación, noten claramente en el
dorso de cada fotografía: i . L a Insfiectoria
o M is ió n de donde firoviene - 2. L a
Casa
o localidad - 3. E l asunto de la fotografía,
ENSENADA (Argenlina). — Con gran ani
mación se celebraron las fiestas Patronales, a
las que tomaron parte las autoridades e inmenso
gentío. Acto de especial importancia fué la
inauguración dé la placa e:i la Calle Don Bosco.
TU infatigable ex-ahunno Prof. D. Amadeo
Barousse pronunció im vibrante discurso ha
ciendo resaltar la importancia del acto que
congregaba a los allí reunidos y tejiendo un
bellísimo elogio del nuevo Beato, cuya obra
ha tenido ocasión de apreciar por ser ex-alumno
sulcsiano y por haber podido tomar parte
activa en los solemnes actos realizados en Roma
y Turín en los días de la Beatificación.
Euego se inició la procesión, que fué nutridísúna, adamando por doquier a la Virgen de
la Merceil. a la que daban escolta el Gobernador
de la Provincia, el Ministro Ratto, el Sr. In
tendente y demás autoridades. El entusiasmo
culminó al hacer la Virgen su entrada en el
templo, entre aclamaciones entusiastas y a los
acordes del himno Patrio, coreado por todos
los presentes.
BOGOTA {Colombia). — El 29 de pasado
Junio celebró sus bodas de plata .sacerdotales el
Rvdo. Padre Heredia, benemérito salesiano cuya
fecunda labor ha tenido con tan fausta ocasión
el merecido homenaje de sus admiradores que
•.son todos los que han tenido la suerte de tratar
le. Hizo sus estudios en la Universidad Gre
goriana de Roma, siendo apreciado por todos
I>or sus raras dotes y sólida virtud. De vuelta
a su patria fué director de las incipientes casas
de Ibagué y Mosquera, supliendo con el ardor
de su trabajo, las deficiencias de medios y la
escasez de personal. Capellán de los lazaretas,
supo infmidir en aqiiellas almas destrozadas
por la enfennedad, el bálsamo suavísimo de la
resignación cristiana. Eué luego Profesor de
'i'eología y Maestro de No\'icios, desplegando
siempre una acti^^dad veixladeramente apostó
lica \mida a mía prudencia poco conu\n. Su
labor en el confesionario y en el púlpito es digna
de todo encomio estimulando siempre a la ju
ventud a la práctica de las ^^rtudes cristianas,
de la que él es acabado modelo. Mientras unimos
nuestnis felicitaciones a las de sus admiradores,
supÜcamos a María Auxiliadora le conceda
largos años de vida para que siga aún produ
ciendo abundantes frutos en el campo que Dios
le ha destinado.
con indicación de los fiersonajes imfiortanies
s i los h u b ie r a -^ . L a fecha en que fu é tomada.
o
NECROLOGIA
Sr. D. Juan Francisco Méndez.
El día 19 de mayo del pasado año falleció
en Cuchilla de Cañas (Uruguay) este nuestro
bienhechor. Era hombre muy bueno, que siem
pre recibía con mucho cariño a nuestros iEsioneros en las giras parroquiales. Muy devoto
de María Auxiliádora, del Beato Don Bosco
y de Domingo Savio. Ayudaba, en cuanto
podía, a la Obra Salesiana y en particular a
los Misioneros que iban a dar misiones en aque
llas tierras. Descanse en paz.
Recordad en vuestros sufragios a:
BARCEI.ONA (España). — D. Manuel Mayol
y Ferrer; Exetna. Sra. Doña Dominga Villar
Juera, Condesa de Sicart; Doña Filomena Fons
Llubiá de Quera.
BOEUF (Argentina). — D. Benvenuto Beccaris.
Cali (Colombia). — Lisimaco Orejuela.; Doña
Mercedes López.
P almira (Colombia). — Doña Dolores Ptzarro vda. de Cantillo.
T unia (Colombia). — Sra. Gómez; Doña Cíetneutina Bolaños de Quintana.
V amundi (Colombia). — Doña Cristina de
Llanos; Doña Pacifica, vda. de Montes; Doña
Zola Rodríguez; Doña Peregrina Rodrigues;
Don Lisanáro Martínez.
Coa mpnbacióH dt la aulorldad ecksiásiica.
Gerente: D. DO.MENICO GAR.NÜRI.
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