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Afto XLII.

M A YO , 1927

Número 5.

BOLETIN SALESIANO
REVISTA DE LA S O B R A S DE DON B O SC O

S U A IA R IO : M aría Auxílíam Chrístianontm. — E co s del D ecreto sobre la heroicidad de las Virtudes del
Vblc. Ja a o B osco. — En el 17® aniversario de Don Miguel Rúa. — D e nuestras M isiones: Congo belga:
Granja agrícola “Don B osco., - C h aco P araguayo: Los primeros frutos. — Culto de M aría Auxiliadora:
^ Virgen de Don Bosco (X II). - G racias de M aría Auxiliadora. — Tesoro espiritual. — P o r el mundo
salesiano: B arcelona: Fiesta de familia - Buenos Aires: Los Coadjutores saiesianos - C a ra c a s : El Centenario
de S . Luis - Lugo: Honrando a un salesiano ilnstre - Vignaud: Un plantel de vocaciones - Y p acarai: Nueva escuela
agrícola. — Al vuelo: Bem al - Bogotá - C artago - Pigneras - G o ^ n a - Panam á - Santander. — Los que mueren.

M aría Auxilium Chrisíianorum, ora pro nobis.
¡Menos de nuevo en
el mes de mayo; en el
mes de M aría Santísima
Auxiliadora! A l dispo­
nernos a honrarla con
todos los trasportes de
nuestro amor filial, recor­
demos que Ella ha querido
ser especialmente invoca­
da con este titulo en estos
tiempos, porqué resu­
miéndose en él todas las
grandezas de María, se
adapta admirablemente a
las múltiples necesidades
de nuestra época.
Pidámosle que sea la
Auxiliadora de la Iglesia
y del Papa, para que la
mística Esposa de Jesu­
cristo sea amada, obede­
cida y respetada por todas las Naciones de la
Tierra y pueda hacer penetrar la luz del
Evangelio en las regiones que todavía yacen
en las tinieblas del error y de la muerte y
para que el Vicario de Jesucristo experimente
una vez más los efectos consoladores de su
protección maternal.
Pidámosle que sea la Auxiliadora de la
Patria y de la Sociedad en general, para
que los pueblos y las Naciones se convenzan de
que sólo r^ugiándase bajo su manto maternal
y Sometiéndose al suave Reinado de su D i­

i.

vino Mijo, podrán encon­
trar aquella paz y feli­
cidad por la que tanto
se afanan y que en vano
buscan fuera de su ma­
ternal regazo.
Pidámosle que sea la
Auxiliadora de las fami­
lias, en las que ha de ser
honrada como Reina y
Soberana y como Madre
cariñosa, a fin de que
en la familia reine aquel
espíritu cristiano que hace
que los padres eduquen
santamente a los hijos,
que éstos sean obedientes
y cariñosos para con sus
padres, y que unosy otros
encuentren la felicidad y
el consuelo, en aquella
unión de corazones que hace de la familia
cristiana, una antesala del Paraíso.
Pidámosle que sea la Auxiliadora de los
individuos, de cada uno de nosotros, para
que sepamos corresponder siempre a su so­
licitud maternal, tomándola verdaderamente
por Madre en todas las circunstancias de
la vida, invocándola en todas nuestras
necesidades, viviendo constantemente en su
compañía y en unión con su Divino Hijo
Jesús, para que nos preserve de todo mal,
especialmente del pecado, durante la vida

i?o

y sobre todo nos asista en el trance de la
muerte: Ñunc et ín hora mortis nostrac.
Pidámosle finalmente que siga siendo la
Auxiliadora de la Congregación Salcsiana,
la Obra suya por excelencia, a fin de que,
conservando el espirita de su fundador y
viendo aumentar sus filas con siempre

mayor número de vocaciones, pueda llevar
a cabo aquel bien para el cual Ella la suscitó,
ensanchando cada vez más su campo de
acción, para contribuir a que cuanto antes
todos los pueblos de la Tierra la aclamen
como Reina y Auxiliadora y se sometan
gustosos al Reinado de Jesucristo.

*•••••••*••»«••••*«*««•«•«••••*•••**•*•***********

Ecos del Decreío sobre la heroicidad de las Virtudes
de nuestro Vble. Padre Juan Bosco.
Extraordinaria ha sido la resonancia
ue en todo el mundo ha tenido el paso
ccisivo, que hacia la glorificación defi­
nitiva de nuestro Venerable Fundador
y Padre, se dió con la declaración solemne
de la heroicidad de sus virtudes, el día
20 del pasado febrero.
Plácemes y felicitaciones sin cuento,
procedentes de todas las clases y jerar­
quías sociales, artículos y crónicas en los
principales diarios de todo el mundo, un
himno unísono en que se percibían los
acentos de todas las lenguas, se ha levan­
tado de los cuatro ámbitos de la tierra
para ensalzar al Aposto! de la Juventud
de nuestros tiempos.
Esto, al paso que completa nuestra
alegría y satisfacción, tiene que avivar
más y más nuestra fe, para que no sólo
admiremos al héroe, sino que de corazón
invoquemos su poderosa intercesión para
obtener las gracias y milagros que lo
eleven cuánto antes al honor de los altares.

3

La alegría de los Ex Alumnos.
He aquí como el Presidente de la Fe­
deración Internacional de los Ex-alumnos
Salcsianos, Don Félix Masera, Abogado
y Comendador, se hace interprete de los
sentimientos de todos sus compañeros,
esparcidos por todo el mundo:
• ....¡E s, pues, cierto! ¡Don Bosco, nuestro Don
Bosco, ha recibido de nuestra Madre, la Iglesia, la
sanción de la heroicidad de sus virtudes!
E l secreto anhelo de nuestras almas de hijos y
de alumnos se ha trocado en himno de gloria...
mientras el alma contempla ya en lontananza un
altar magnifico, desde donde nos invita hacia si
una dulce figura de Santo.

Un tumulto de impresiones se agita en nuestro
corazón.
La Iglesia nos parece más Madre; el Papa, más
nuestro Papa, por cuanto con divina autoridad
han sancionado ante el mundo, lo que en ¡o íntimo
de nuestras almas era ya realidad perfecta.
Porqué ésta es la verdad: los ex~alumnos salesianos aman intensamente a Don Bosco. He ahí
el milagro: Don Bosco se ha multiplicado no sólo
en sus hijos, sino también en sus alumnos, los cuales,
aún extraviados, aún cuando en la práctica de la
vida dejen algo que desear, conservan en el alma
como prenda de amor, como áncora de salvación,
una profunda simpatía por su Maestro.
Nosotros queremos a Don Bosco... Nuestra ju ­
ventud está empapada de su nombre y, Dios lo
quiera, de su espíritu. Se nos echa en cara, a veces,
que en nuestras manifestaciones de afecto somos
clamorosos, exuberantes; será cierto, pero no te­
nemos más remedio que ser asi: seguimos siendo
los « piltuelos de Don Bosco ». Como los primeros,
que a su alrededor se reunieron, estorbamos a la
vecindad y quizá nos ganamos alguna reprensión,
alguna mala cara... pero somos y seguiremos siendo
asi; es el amor que nos hace exuberantes, es aquel
sentimiento de cristiana alegría, que sólo Don Bosco
ha sabido inculcar en sus alumnos, que nos hace
clamorosos.
Pero, bendito sea este clamor de santa alegría y
de amor filial, aún en medio de las preocupaciones,
cargados de años, de responsabilidad y de famiiia;
esa alegría es indicio de nuestra perenne juventud.
Don Bosco es el Santo de los jóvenes, no sólo
porqué fue su educador, sino porqué en sus hijos,
en sus alumnos, hace que reine, sin menguas, cierta
simpática juventud de espíritu.
Quizo se nos dirá que no somos comedidos y que
no sabemos contenernos. Es cierto, pero es que como
Don Bosco procedemos de los campos y de los ta­
lleres. de familias modestas, somos hijos del pueblo;
y esta característica nuestra hace que soñemos para
nuestro Padre y Maestro, triunfos llenos de gloria,
manifestaciones, ceremonias, iernplos nunca vistos.
¡Hasta nuestra fantasía es popular!

La Corona del Venerable Juan Bosco
F U iu s s a p ie n s la e liB c a t P a l n m

(P ro v . X - l ) .

D on M IG U E L R Ú A (■. I S i r . f
• Prim ea Sa<
ce»ar M V c a « ra b lc. F » e S a p e n o r G e a cra l doraale
SS a to a j m i s ea olor de aaa(idad. D e ¿I Kablaraoi
e a otra parle de o l e a á n c ro .

D oa P A B L O A L B E R A ( a . 1 8 43. f > *3 t) - S eg o a d o
S a c e s o r del V eo era U e D oa B o tc o , dt*liat(aído per él
coa Biocslra* de especial a féelo y c¡oe
asa ie rr a
coleccida ^ Cmrimt tdlBcMMlea.

D oa A N D R É S 5 E L T R A M I (a . 1 8 79. f 1897) - C ay o
c r * 1 de B e a li6caci6a iu »«do ya infrodacida. de »>da
c f< n p lariaÍM y <jae ae e¡erci(ó daraa e (Bacho* a io »
e a el a p o lo la d e del aatrn aiealo. S a leiaa e ra :
o r a r a i m iorir: tim o rir/ r pmrm mmfrir.

C a rd ea a i J U A N C A G U E R O ( a . t « M . f I 9 U ) U a o de los prim eros y la és preclaro* k i o s de O oa
B o sco . por ü escogid o para i o i r w la O b ra d e la»
M isioa e s. Foe el p rü a rr O b isp o sa lesiaao y decoro
del S a c r o C o le g io C a rd e a a lk ío .

OoB A U G U S T O C Z A R T O R Y S K I (a . I8 S » . t « 8 9 »
- P r ie c v e P o laco , qae * e hizo aalesiaao. a triid o por
ta «aaltdad de D oa R o sco y c^ e »c e le» ó lamhiea <1
• ■■ «Mo fro d o de aaatidad. S e halla e a carao ta
c acaa de Realihcactda.

D O .M IN G O S A V I O (a . 1842. f I8S 7) • A egélíco
{o re a . alaiaBo del V e e e ra b 'e . 90c o is rr lo a la e ¿ d de
>3 a i a s . fa é propoesto p e r el bu * ibo D oa B o tc o cooM
■ o d elo a loa a á o s de »o* C o te g io a . E scogid eexao
l e s a de so « id a: Am tes m o rir ^ a e p rtm r.

S o r M A R IA M A Z Z A R E L L O (a . 1 8 ) 7 , + 1881) - 1* M adre G e a c r a i de las
H .)** de M a ría A sxU iadera. coya c a s t a de B ea1i£caci6a ha sido lanfaíea
iatradaeida. D e d í a habl amo s c a la seccióa “ C d t a de A iaria A a xilJa d o ra ...

«72
Soffr’nos, ardientemente soüamos, en el templo
de. M afia Auxiliadora, que será para nosotros do­
blemente querido, porqué se convertirá también en
altar del Maestro... Y asi como nuestro corazón
se 'ensancha por la alegría que no cabe en nuestros
pechos ', también quisiéramos que su Templo, su cú­
pula, se embelleciera y ensanchara basta el punto
de poder contener a toda su inmensa familia.
/Soñamos! y es la alegría que nos sumerge en este
sueño; es el amor que nos persuade de que no será
sueño vano y que se verán cumplidas nuestras es­
peranzas.
¡Alumnos de Don Bosco, el gran dia se acerca;
que su amor nos haga permanecer constantes en las
buenas obras; que asi se honra a Don Bosco: Trabaiando con 3u espíritu por el Reino de Cristo I

Cómo su Su Santídad Pío XI
conoció a Don Bosco.
En la magnífica Alocución Pontificia
con que el 20 del pasado febrero Su San­
tidad presentó al mundo al Vble. Juan
Bosco, como uno de los más grandes héroes
del Cristianismo, dijo el Papa hablando
de la Figura del Venerable:
* .....figura que hemos siempre admi­
rado.,. que hemos estudiado bien de cerca
y en ana visión no breve, en una conversación
no momentánea...».
Y en varios otros puntos del Discurso,
hizo alusión a sus relaciones personales
con el Venerable, que ciertamente con­
tribuyeron no poco al afecto y entusiasmo
con que de él hablaba. He aquí como
tuvo lugar su encuentro:
Hacia fines de enero de 1884 u i88y,
tres Q cuatro años antes de la muerte de
Don iBosco, se presentó en el Oratorio
de Tun'n, para hablar con el Venerable,
un joven sacerdote, Profesor de elocuencia
sagrada en el Seminario de Milán, Don
Atmiles Ratti.
Tenía que arreglar un asunto especial
con el Director del establecimiento: Un
jovencito, protegido suyo, que Don Bosco
había aceptado gratuitamente en el Ora­
torio de San Francisco de Sales, se había
escapado del Colegio en una forma in­
geniosa, pero poco correcta y su protector,
sintiendo en el alma la travesura de su
recomendado, que tan mal correspondía
a la generosidad de Don Bosco, quiso
presentar personalmente sus excusas a
Don Bosco y Don Bosco, con su amabi­
lidad característica, le dijoi

— No se preocupe V. por eso; es cosa
de poca importancia; a pesar de todo este
niño tiene buen corazón y el espíritu de
iniciativa que ha manifestado en su eva­
sión, me hace entrever que en la vida no
le irá mal del todo, no. (El éxito comprobó
más tarde que Don Bosco no se equivo­
caba).
Sin embargo, el jóven sacerdote seguía
mostrándose muy impresionado por el
incidente. Entonces Don Bosco le rogó
que aceptara hospitalidad en su Casa y
que honrara su mesa con su presencia.
Durante la comida, un hecho impre­
sionó profundamente al joven sacerdote.
Se celebraba en aquellos días la fiesta de
San Francisco de Sales, solemnidad que
en aquel entonces reunía en el Oratorio
de Turín a casi todos los Directores de
la naciente Congregación. Así, a la par
que se festejaba al Patrono de la Congre­
gación, podían hablar con Don Bosco de
los asuntos de las Casas.
Para ganar tiempo, y no quitar dema­
siado a sus audiencias ordinarias, Don
Bosco hacía sentar junto a sí, en la mesa,
ya a uno, ya a otro de sus directores fo­
rasteros y entre la sopa y el cocido se
hablaba de los asuntos de las Casas. Y
el Rvdo. Ratti se fijó en un contraste:
Mientras los buenos directores, en su ardor
juvenil, exponían a veces sus preocupa­
ciones y dificultades con cierta calurosa
vivacidad, Don Bosco siempre tranquilo,
sonriente, sereno, escuchaba y solucio­
naba los más delicados asuntos, con
palabra sumamente segura y sosegada.
Este hecho debió quedar profunda­
mente grabado en la memoria del ¡oven
huésped, pues recordamos que, 4 años
después de su elevación al Solio Ponti­
ficio, el Rvdo. Ratti, trocado en Pío X I,
decía, en una audiencia concedida a un
grupo de salesianos: — ¡Oh Don Bosco!
Yo también lo vi y lo conocí; era un verda­
dero hombre de gobierno; ¡Qué calma más
admirable!
De esta breve estancia en el Oratorio
de Turín, que duró dos días, conserva
el Santo Padre los más gratos recuerdos.
Se acababa de inaugurar en el Oratorio
la gran sala de máquinas de imprenta y
mientras el joven Profesor manifestaba
su admiración y maravilla ante una em­
presa de tales proporciones, Don Bosco

157
que lo acompañaba, con cierta legítima
satisfacción, le contestó: En cuestión de
prensa y tipografía Don Sosco quiere ir
siempre a la vanguardia del progreso. Frase
que también recordó Su Santidad en la
citada Alocución.
En otro momento, mientras Don Bosco
se entretenía con el huésped en íntima
conversación, llegó alguno de sus salesianos para hablarle, y ai advertirlo
Don Aquiles Ratti, delicadamente, hizo
acción de retirarse. Pero Don Bosco
cariñosamente lo retuvo.
Como la conversación se prolongaba
y entraba en detalles cada vez mas íntimos,
la delicadeza del joven sacerdote milanés
le hizo hacer nueva instancia para reti­
rarse y entonces Don Bosco con una de
aquellas frases, en él bastante frecuentes,
pero que dejaban honda Impresión en el
alma, paternamente insistió: — No, no;
quédese V; porque lo que ahora oye, no
dejará de hacerle algún bien a V. y tam­
bién a nosotros. Aquel y también a nosotros,
quedó profundamente grabado en el alma
del joven sacerdote, quien amenudo du­
rante su vida se había preguntado cuál
sería el verdadero significado de la enig­
mática expresión y cuando subió al Solio
Pontificio la recordaba con particular
emoción. ¿ Habría quizá Don Bosco en­
trevisto que aquel joven sacerdote que
hospedaba en su casa, llegaría a ser el
Supremo Jerarca de la Iglesia?...
Pero la Impresión más profunda que
el joven sacerdote milanés sacó de su
^tancia en el Oratorio Salesiano de Turín,
todo, la impresión de la san­
idad de Don Bosco. El pudo observar a
Don Bosco en los diversos momentos del
/°^or»t®nipló yendo y viniendo en
medio de la turba de niños que lo rodeaba,
como también en medio de los más in­
trincados asuntos, lo observó postrado,
con la piedad de un serafín, ante Jesús
Sacramentado y María Auxiliadora y
vio también como aquel anciano, que
habja consagrado todo el día al servicio
de sus hermanos, tenía que robar las horas
al descanso, para acabar de despachar
los asuntos del día y, a pesar de aquella
actividad extraordinaria, a pesar del cú­
mulo de preocupaciones que lo agobiaban,
lo encontró siempre igual a sí mismo,
tranquilo, dulce, bondadoso; porque su co­

razón y su alma estaban fijos en un mundo
superior, de donde a cada instante recibía
luces extraordinarias, fuerza sobrehumana.
Inefable recuerdo, que durmió 45 años
en la memoria del ilustre huésped, para
despertar el día 20 de febrero último, en
aquel discurso conmovedor, con que pre­
sentó al mundo entero a Don Bosco como
astro de primera magnitud en el .cielo de
la Iglesia y de la Historia.
Algunos días antes de pronunciar este
discurso, Pío X I recibió al Promotor de
la fe, Mons. Salotti, que iba a, hablarle
de la Causa de Don Bosco.
« Estudiando minuciosamente esta causa,
dijo el citado Monseñor, queda uno más
admirado de la intensidad de vida interior
que encendía y avivaba aquella llama de
apostolado, que de la magnitud y desa­
rrollo maravilloso de la Obra de Don
Bosco. Muchos, por desgracia, no se
fijan más que en esta Obra exterior y
olvidan este edificio sublime de sabiduría
cristiana, lentamente levantado por aquella alma sacerdotal, con el ejercicio
cotidiano de las virtudes propias de su
estado.
Y Pío X I le contestó: — Algo sabemos
Nos de ello; Nos, que un día Je vimos
actuar allá mismo, en la cuna de su Obra.
Novimus et vidimus..... Y en sonora
frase latina, digna de San Ambrosio,
patrono de su querida Milán, el Papa,
ante su interlocutor que atentamente y
emocionado le escuchaba, improvisó con
los recuerdos de 45 años atrás el más
hermoso y justo elogio del Siervo de Dios.
Novimus et vidimus.....

Muy agradecidos.
La acreditada y benemérita Ilustración
Católica La Hormiga de Oro de Barcelona
(España), con motivo del Decreto Pon­
tificio sobre la heroicidad de Jas virtudes
de Don Bosco, dedicó a nuestro Vble.
Padre un hermoso artículo ilustrado, que
apareció en el número correspondiente
ai 3 de marzo del presente año.
Entre las ilustraciones que lo adornan
figuran: un retrato de Don Bosco en
actitud de escribir; otro del Venerable
ya difunto, sentado en el sillón con que
fué expuesto para ser visitado por la po­
blación en masa de Turín, que le quería

«54

rendir este último homenaje; los retratos
de su santa madre, Margarita Occhiena,
y de la Ilustre cooperadora de Barcelona,
Dña. Dorotea Chopitea de Serra; una
vista de la humilde casita que vió nacer
al Venerable; otra de la cumbre del T ibidabo, cuando dicha montaña estaba
completamente despoblada y solo existía
en la cumbre una capillita dedicada al
Sagrado Corazón de Jesús, levantada por
los salesianos después de la visita de Don
Bosco a Barcelona en el año 1886; el
proyecto completo de la artística cripta
y del magnífico Templo que se está levan­
tando en dicha cumbre, ya toda rodeada
de hoteles y chalets; el glorioso sepul­
cro de Don Bosco en Valsálice (Turín);
el Monumento que le levantaron los
ex-alumnos de todo e! mundo delante
de la Basílica de María Auxiliadora de
Turín; una vista de conjunto de las Es­
cuelas Salesianas de Sarriá, fundadas aún
por el mismo Don Bosco; y un interesan­
tísimo grupo fotográfico, sacado con oca­
sión de la visita de Don Bosco a Sarriá
(Barcelona), en el que aparece el Venerable
rodeado por todos los salesianos y alumnos
que en aquel entonces (1886) componían
la naciente casa,
Y en c! artículo que acompaña los
citados grabados, da una abundante reseña
del solemne acto de la lectura dcl Decreto,
sobre todo dcl hermoso discurso del Papa,
que hace preceder de algunos juicios
interesantes sobre Don Bosco, que con
gusto transcribimos;
« El ilustrísimo Doctor Catalá, obispo
de Barcelona, puso término a la velada
iiccrológica, que el día 5 de marzo de
i888, los católicos de la Ciudad Condal
dedicaron a Don Bosco, con las siguientes
palabras:
Don Bosco ha sido un ser, gloria de ¡a
humanidad, puesto que empleó su vida en
el bien de sus semejantes. Don Bosco es una
gloria del sacerdocio, porqué en sus palabras,
en sus escritos y en sus obras se mostró im­

buido del espíritu de Jesucristo. Don Bosco
es gloria de la Iglesia y de todos los Institutos
Religiosos, porqué poseía su espíritu y sus
virtudes, y se ha visto en él lo que puede la
Religión en un hombre que obra por virtud
del Espíritu Santo.
Hoy hemos honrado la memoria de un
gran hombre, el día de mañana levantaremos
una Iglesia a un gran Santo.
El Papa León X III escribió estas pa­
labras: La Obra de Don Bosco es sin duda
extraordinaria y excede a las fuerzas hu­
manas, pues no se concibe que un hombre
solo, desprovisto de medios materiales, un
sacerdote pobre y humilde, haya podido
hacer en breve tiempo, que breve tiempo son
treinta o cuarenta años, las maravillas
que asombradas contemplan Europa y Amé­
rica... E l dedo del Altísimo se descubre
patente en ¡a Obra Salesiana.
En 1896, el Cardenal Sarto, Patriarca
de Venecia, expresaba su ardiente deseo
de ver publicada una extensa Biografía de
Don Bosco, escribiendo entre otras cosas:
Cuanto más se difunden las Obras del
Instituto de Don Bosco, tanto más se siente
la necesidad de conocer, hasta en sus de­
talles, la vida del Sacerdote admirable,
fundador de la Congregación que parece
destinada a subvenir a las múltiples necesi­
dades de nuestro tiempo.
Y elevado a la Cátedra de San Pedro,
el admirador de Don Bosco, escribía lo
siguiente, hablando de la Pía Unión de
los Cooperadores Salesianos:
Fundada esta Pía Sociedad por aquel
ilustre varón, en el que resplendecía un
modelo de todas las virtudes cristianas,
principalmente de la caridad, afanándose
sólo por promover con toda pureza la gloria
de Dios, esta Unión reportó grandes ven­
tajas a la Sociedad C ivil y emprendió mu­
chas obras para la salvación de las almas,
teniendo en cuenta de un modo admirable
la índole de los presentes tiempos *.
Damos públicamente al acreditado co­
lega barcelonés las más expresivas gracias.

Fomcnidd I« 0 ¿ r a de M aría A axiiiadora p ara ios Vocaciones según el programa qne ya co>
noceis; por falla de medios no dejéis nunca de recibir a un joven que manifieste verdadera vo>
vocación. G astad todo lo que tengáis, id a pedir limosna, si es necesario y si, a pesar de iodo,
os cnconiraís apurados, no desmayéis; que la Santísima Virgen aunque sea prodiposameaie.
vendrá en vuestra ayuda.
V U e. J U A N B O S C O .

»75

En el 17 Aniversario de la muerte de D . Miguel Rúa
°

------ ■

í--é

1 9 1 0 - 6 a b ril - 1 9 2 7

Aunque por falta de
espado no pudimos el
pasado mes hablar de es­
te extraordinario Sier­
vo de Dios, Que el Señor
deparó a Don Bosco co­
mo auxiliar inteligente
y sucesor incomparable,
no queremos dejar pasar
el aniversario de su
muerte, sin dedicarle u~
na página de recuerdo
y de cariño filial y lo
hacemos dando a sabo­
rear a nuestros lectores,
traducido del italiano,
un hermoso artículo del
conocido y genial escri­
tor de cosas sale^ianus,
Rdo. D.Juan Cassano,
actual Director del Boliettin o S alesian o .

¿ Quien fué Don
M igue! Rúa?
Un santo sacer­
dote. Un héroe de
bondad. Otro Don
Bosco.
Los que lo conocieron lo recuerdan.
Una figura sutil, recogida en profunda
humildad; su vestido ordinario, pobre;
su rostro, delgado, casi macilento. Sus
ojos parecían llorar constantemente sobre
las miserias y sobre las penas de todo
el que se le acercaba para abrirle su co­
razón.
Voz profunda, acento cordial; Don
Rúa hablaba con el corazón. Sus palabras
quedaban esculpidas en el alma. Hablaba
de Don Bosco con intensa emoción.
Don Rúa fue el primer Sucesor de Don
Bosco.
Un día Don Bosco, hablando con el
jovencito Miguel Rúa le dijo: — Nosotros
dos hemos de ir a medias — ¿a medias,
de que? De todo: d I bien que se estaba
haciendo y que se había de hacer a tantos
niños; de los sufrimientos que habría que
soportar para llevar a cabo este mismo
bien; de los consuelos y de ¡a recompensa

■—

que el Señor no de­
ja faltar a sus fieles
siervos.
Y así fué.
El primer encuen­
tro de Don Bosco
con Miguel Rúa se
verificó en agosto
de 1845.
Miguel era en­
tonces alumno de
ios Hermanos de
las Escuelas Cris­
tianas, donde Don
Bosco, recién orde­
nado sacerdote, ejcrcía el ministerio
sacerdotal. Todos
ios sábados iba a
dar una lección de
religión, paca prepa­
rar a aquellos niños
a la recepción de
los sacramentos de
la confesión y , de
la comunión.
Miguel se sintió
irresistiblemente atraído hacia él ¿Porqué?
Oigámoslo de sus mismos labios (1).
— Me acuerdo que cuando Don Bosco
venía a decirnos la Santa Misa o a predicar,
apenas entraba en la capilla parecía que
una corriente eléctrica movía a todos
aquellos niños: se ponían de pie, salían
de los bancos, se estrechaban a su alre­
dedor y no estaban contentos hasta que
habían logrado besarle la mano... Y cuando,
en los días de confesiones, se anunciaba
que entre los confesores vendría Don
Bosco, todos queríamos Ir con él, para
confiarle nuestros secretos. El motivo de
este cariño y confianza filial era la con­
vicción de que Don Bosco nos amaba y
buscaba con todo ardor el bien de nues­
tras almas.
El encuentro de Rúa con Don Bosco
sucedió así:
(1) M eaorias B io frá fica s de D. ]. Lemoync.

IJÓ
Un día de agosto de 1845, un compa­
ñero le habló del Oratorio de Don Bosco
(que estaba entonces en el Rifugio), ense­
ñándole una corbata que le había tocado
en una de las pequeñas rifas que Don
Bosco hacía para animar los recreos. Al
joven Miguel le entraron ganas de ver el
tal Oratorio y ambos se dirigieron al
Rifugio. Pero era la época de los cambios
de casa y Don Bosco había trasportado
su Oratorio a los Molinos Dora. Y allá se
fueron los dos amigos y se les dispensó
una acogida tan cordial, que Miguel
quedó prendado.
Don Bosco se encontró frente al de­
signado por la Providencia para continuar
su misión, que entonces estaba apenas
empezando. Le habló y fué suyo para
siempre.
¿Quien iué Don M igu el Rúa?
El Obispo Salcsiano Mons. Santiago
Costamagna ha dejado escrito:
« Por la tarde del día 3 de mayo de
1863, en el tren, de vuelta hacia Turín,
Don Bosco, en una de aquellas expan­
siones cordiales que con su hijos tenía,
me manifestaba su gratitud para con
Dios Nuestro Señor, por las muchas
gracias con que le favorecía, especial­
mente por haberle enviado jóvenes co­
laboradores, dotados de excelentes dotes.
Y pasaron los nombres de Durando,
Franccsia, Caglicro, Cerrutti, Bonetti,
Albcra, Ghivarcllo y muchos otros c
iba diciendo: Este es un buen lingüista,
el otro gran literato, uno músico excelente,
el otro escritor; uno buen teólogo, el otro
santo etc. Y de algunos anunciaba cua­
lidades especiales, que después fueron
apareciendo, pero que entonces nadie
sospechaba.
En esta enumeración, al llegar a Don
Rúa, me dijo: «M ira, Santiago, si Dios
me dijera prepárate para morir y escoge
a uno como sucesor, porque no quiero
que la Obra que has empezado decaiga
con tu muerto; pide para este sucesor
tuyo todas las gracias y virtudes, todos
los dones y carismas que tu creas nece­
sarios para que pueda desempeñar bien
su cometido, que yo se los concederé...
— Aquí Don Bosco hizo una breve pausa
y casi en seguida continuó — te aseguro

que no sabría qué más pedir al Señor,
pues todas estas cualidades y gracias las
veo ya en Don Rúa 1^.
¿Quien fué Don M igu el R úa?
Nos lo dice el nunca bastante llorado
cardenal Cagliero, en una página que
vale todo un volumen. Es un documento
precioso que, entre otras cosas, revela
como saben apreciarse y amarse los Hijos
de Don Bosco.
Parece casi que el Cardenal Cagliero
haya querido tomarse el desquite, des­
quite digno de su alma noble y generosa,
sobre el que un día tuvo el encargo es­
pecial de vigilarle y corregirle.
Leemos, en efecto ([Preciosos recuerdos
de los tiempos heroicos!), que Cagliero
y Rúa, junto con otros alumnos del Ora­
torio, iban a clase a una Academia de la
ciudad, dirigida por el profesor Bonzanino.
El joven Cagliero — así lo narra el fiel
cronista — demostraba agudeza de ingenio
y carácter alegre. Era el primero en todos
los juegos y partidas, jefe y maestro de
gimnasia, siempre rico en vivaces inicia­
tivas.
Su índole fogosa parecía en un prin­
cipio incapaz de freno y disciplina. Sobre
todo cuando salían por la ciudad para ir
a clase, no había quien le hiciera ir en
grupo con los demás. El clérigo Rúa,
encargado de la asistencia no lograba, ni
a las buenas ni a las malas, ponerlo en
cintura.
Cagliero abandonaba a sus compañeros,
daba una corrida hasta la plaza Milán,
donde se daban títeres o ponían sus
circos los charlatanes, daba una mirada
a todos los puestos por si había alguna
novedad y a correr otra vez.
Cuando sus compañeros llegaban a la
puerta de la Academia, Cagliero estaba
ya esperándoles, jadeante y secándose
el sudor. Llegaba siempre a tiempo y
aún antes que los demás.
Rúa le advertía: — ¿ Pero, por qué no
te vienes con nosotros?
— Pues toma; porque me gusta más
de la otra manera. ¿Q ué mal hay en
pasar por una calle más que por otra?
— ¿ Y la obediencia?
— 6 La obediencia ? ¿ A caso no soy
puntual en llegar a clase? íS i casi siem-

157
pre llego antes que vosotros! La tarea
ía traigo hecha, la lección la sé siempre.
ls!o sé porque fijarse en estas niñerías.
¿Que os parece el futuro Cardenal?
Pero ¿sabéis qué sucedió? Hubo quién
llegó a proponer a Don Bosco que habría
sido mejor enviar a su casa a un joven
que no quería sujetarse a la disciplina.
Pero Don Bosco que apreciaba grande­
mente la franqueza de Cagliero y que
sobre todo tenía dos ojos que valían más
que un buen microscopio y que un po­
tente telescopio no quiso oir hablar de
expulsión. Y he aquí que al año siguiente
el joven Cagliero era ya el más observante
de la regla, y no tardó en ser modelo de
todos.
¿Quién había obrado el milagro? El
corazón de Don Bosco, que llegaba hasta
lo más íntimo del alma de sus niños.
Pues bien, he aquí como Juan Cagliero
llegado a Obispo y a Cardenal, se tomaba
el desquite de las observaciones y avisos
que en cumplimicn to de su deber le diera
el que fué su asistente:
« Digo — atestigua el Cardenal Cagliero
— que el siervo de Dios Don Miguel Rúa
en los 35 años {1850-1885) que pasamos
en fraternal convivencia, como estudiante,
clérigo, sacerdote, hermano en religión.
Prefecto y Director de! Oratorio de San
Francisco de Sales, fué.sictnprc primus
inier pares. A saber: el más exacto en el
cumplimiento de sus deberes, el más
recogido en la oración, el más observante
de las Constituciones Salcsianas, el más
celoso entre los sacerdotes, el más activo
c incansable en el trabajo para gloria de
Dios Y de la Congregación y para la sal­
vación de la pobre juventud.
Superior General y Rector Mayor de
nuestra Pía Sociedad, después de la muerte
de nuestro Vblc. P. Don Bosco, siempre
vi en él al asceta consagrado a! trabajo
en íntima unión con Dios, mortificadísimo
en sus sentidos y delicadísimo, como lo
había sido siempre desde niño, para con­
servar el candor de la bella virtud, hasta
vislumbrar en él. al Hombre de Dios
perfecto y preparado para toda obra
buena. .
Humilde, inocente y penitente como
San Luis, severo con sigo mismo, era en
2xtremo afable para con los hermanos y
una exquisita amabilidad para con los

niños del Oratorio y para cuantos re­
currían a él para pedirle consejos o favores.
Es también persuasión mía, como’ de
todos mis hermanos salesianos, que el
siervo de Dios practicó con perseverancia,
con devoción cxpontánca y constante,
con fervor espiritual y siempre con un
cresciendo de perfección cristiana y re­
ligiosa, las virtudes teologales, cardinales
y morales, como las practicaron los más
grandes santos.
Y por eso no me causó sorpresa nin­
guna cuando, hablándose en el Oratorio
de las virtudes angélicas de Domingo
Savio, de Miguel Magone, de Francisco
Besucco, muertos en olor de santidad,
nuestro Venerable Don Bosco dijera:
Entre estos hay uno — y aludía al Siervo
de Dios Don Miguel Rúa — que a todos
los supera y que, si quisiera, podría hacer
milagros ».

¿Quien fué Don Miguel R úa? Fué otro
Don Bosco. Con él fué a medias durante la
vida. ¿Porqué no irá también a medias
después de muerto?

A las Celadoras
y Cooperadoras Salesianas.
El Comité Centra! de las Dama' Protectoras
de las Obras deL Venerable D. Bosco, invita a las
beneméritas Celadoras y Cooperadoras Salesia­
nas, para que se dediquen con celo a la actuación
de las siguientes conclusiones del X Congreso
Internacional de los Cooperadores Salesianos.
» El Congreso hace votos:
— por que se promueva y se recomiende la
hechura, reunión y envío al Rector Mayor de
los Salesianos, de telas de lino, ornamento^ sa­
grados para las iglesias y capillas de las Misiones
Salesianas, y vestidos y obietos para los neófitos
y neófitas de las mismas Misiones;
— por que en los grandes centros se procure
la apertura y funcionamento normal de talleres
dedicados ai mismo objeto, procurando mandar
anualmente, al Rector Mayor de los Salesianos
(Turin) un catálogo exacto de los mismos objetos,
a fin de que él pueda realizar la repartición en
conformidad con las necesidades de cada una
de las Misiones de los Salesianos y de las Hijas
de María Auxiliadora.

T
Una escuela de Agricultura
en medio de las selvas africanas del Congo Belga,
La Granja “ Don Bosco" a orillas del Kafabu en Kalanga.

¿Q ué cuente algo sobre el lejano Katanga? ¡Habría tanto que contar! — ¿Q ué
cuente lo que sepa mejor? M i propia
historia, evidentemente. Pero ¿ va a ser
interesante? Yo no soy más que un hu­
milde categ^uista-agricultor de un país
de negros. Sin embargo puede ser que a
alguién interese. ¡E l Boletín Salesiono es
leído por gente de tan diversos gustos!
Y por otra parte la historia de nuestra
Granja vale la pena de ser conocida.
¡Animo, pues y adelante!
Una obra necesaria.
Cuando partimos hacia Katanga en
19 11 tres sacerdotes y tres coadjutores
no llevábamos más programa que crear
en Elisobeihville, la capital, una escuela
primaria para blancos y negros y talleres

para el aprendizaje de oficios para lo»
indígenas. Pero necesariamente la lógica
de los acontecimientos tenía que llevarnos
a la Colonia Agrícola, porque somos hijo»
de Don Bosco y porqué no íbamos a
estar siempre dependiendo del mercado
de Elisabethville, en el cual, para dar de
comer a nuestros niños teníamos que
pagar 4 francos por un litro de leche, dos
francos por un huevo, 1^50 franco por un
kilo de harina de maíz y lo demás por el
estilo. Y porqué al fin y a la postre formar
buenos mecánicos, cerrajeros, carpinteros,
sastres, zapateros, encuadernadores, es
cosa buena, pero toda esta gente tiene
que comer y esto se saca de la tierra.
Ahora bien, el negro, como buen hijo
de Adán, en estado primitivo, tanto tiene
de agricultor como de obrero: esencial­
mente pertenece a la categoría de los
perezosos. En medio de las selvas todo

159
SU trabajo consiste en hacer lo justito
para no morir de hambre y esto aún su­
poniendo que la estación sea buena. He
aquí en que consiste su faena: durante
la estación seca, hacia junio y julio, cortan
ramas de árboles en la selva y los extienden

de cenizas con una pequeña azada de
cobre (el cobre es abundantísmo en esta
parte del Congo y los indígenas desde
hace mucho tiempo se sirven para sus
utensilios de este metal casi puro) y
luego siembra un poco de sorgo, de maiz

Kafanjja (C 0020 & el¿a) — Una población indígena a orillas d d K aíaba.

I

sobre la pequeña porción de tierra que
han escogido para cultivar; el negro les
pega fuego y tranquilamente vuelve a
lomar su pipa para pasarse las horas
muertas medio adormecido, echado a la
sombra de su cabaña.
Cuando llegan las primeras lluvias,
Hacia noviembre, la mujer, llevando a
su último bebé colgado de las espaldas,
se va a rascar un poco el suelo cubierto

o de patatas, que los hijos mayores se
encargan de defender a grandes voces
para ahuyentar a los habitantes de la
selva, especialmente a los monos y a los
pájaros de todas las medidas, pichones
verdes, faisanes, gallinas faraónicas etc.
y se acabó su agricultura.
El P . Sak (i) comprendió en seguida
( t ) Salesiano, Prefecto Apostdico en d Con yo Belga.

i 40

que hacía falta formar a aquellas gentes
al hábito del trabajo y por otra parte los
P P . Benedictinos y el comité especial de
Katanga habían ya abierto el surco. Pero
lo primero era lo primero y como nosotros
habíamos ido allá para montar talleres,
empleamos dos años en la organización
de éstos y luego vino la guerra que nos
dejó sin persona! y sin recursos, de modo
que a duras penas pudimos sostener al­
gunos pequeños puestos de misión. Fué
un compás de espera.
Una extensión de 2.300 hecfáras. - Bus­
cando e l lugar a propósito. - La lucha
contra ¡a selva. - La primera tierra
de labor. - Un camino, un puente y
un canal.
Una tarde de marzo de 1921 el P. Sak,
extendiendo delante de mí un mapa de
la región, me señaló una extensa porción
de selva a orillas del gran río Kafubu,
a 19 kilómetros de Elisabethvilie. El G o­
bierno nos ofrecía allí, casi regaladas
2.300 hectáreas de terreno.
— Muchas gracias del regalo, dije
yo; pero ahí no hay hierbas que se puedan
quemar fácilmente; todo este pedazo is
plena "Selva virgen y además hay más
de diez kilómetros sin camino ninguno
y hay que atraversar el Kafubu casi
siempre amenazador.
— Tienes razón, me contestó el P. Sak.
Pero en lo del camino pensará el G o­
bierno; en cuanto al terreno nosotros
lo iremos desmontando poco a poco y
para pasar el río construiremos un puente.
iYa verás qué trabajo más lindo!
Resultado: que el martes de Pascua,
4 de abril de 1921, los dos salimos para
aquel lugar, al principio en bicicleta,
pero luego a pie, a través de árboles,
lianas y altas hierbas, con los brazos en
alto, sosteniendo horizontalmente por en­
cima de la cabeza el fusil cargado. Des­
pués de mediodía pasamos el río y ar­
mamos nuestra tienda en un pequeño
claro de! bosque.
Combinado el plan de campaña, mi
superior se volvió aí centro de la Misión
y vo me puse a recorrer el país en busca
de obreros. Na era yo algo práctico, pues
nueve años atrás había reclutado entre

estos indígenas nuestros primeros apren­
dices negros. Reunida mi brigada, pu­
simos manos a la obra; empezamos por
hacer un poco de sitio entre los árboles
para construir nuestras cabañas de barro
y techo de paja y luego emprendimos la
lucha contra la selva.
Lucha terrible. Aún después que el fuego
hubo consumido las hierbas y malezas,
nos encontramos frente a graneles árboles
más o menos corpulentos, que alcanzaban
a más de cuatro por metro cuadrado,
unidos entre sí por enormes lianas; había
entre ellos hasta 65 especies distintas de
maderas durísimas, las únicas respetadas
por las termitas u hormigas blancas, y
algunas higueras salvajes. Y a todo esto,
con instrumentos rudimentarios y con
una compañía de artistas que me cortaban
los troncos a una altura de 75 cm. por
miedo de no quebrarse la espina dorsal.
Por su parte el P . Sak no perdió tiempo
y obtuvo del gobierno una compañía de
soldados y de prisioneros, que empren­
dieron la construcción de la carretera y
al cabo de cinco meses un ancho camino
nos unía con Eliscbethville y un puente
de troncos unía nuestras viviendas con
la otra orilla del Kufubu.
Hizo venir también de la capital un
grupo de nuestros aprendices carpinteros,
que me ayudaron a construir una verda­
dera residencia misionera, la capilla, el
establo para las primeras bestias, y las
cabañas para los obreros, que iban au­
mentando de día en día, resultando un
verdadero pueblo en formación. Yo mismo,
cuando mis hombres empezaron ya a ser
prácticos en el asalto a la selva, me puse
a fabricar ladrillos.
Entre tanto el Gobernador, Sr. Lippens,
tuvo la feliz idea de poner a nuestra dis­
posición un socavador mecánico y un
tractor para el trasporte de los árboles
y entonces el desmonte fue viento en
popa. Al mismo tiempo para precavernos
contra los seis meses de estación seca,
con la ayuda del comité especial de Ka­
tanga, empezamos a abrir un amplio canal
que pudiera distribuir a través de toda
la propiedad las aguas del Kafubu. Pronto
estuvo terminado habiendo resultado de
una longitud de 7 kilómetros, por una
anchura y profundidad de 7'50 m. Riega
200 hectáreas de terreno.

141

Katanga (Congo Belga) — Desgranando las mazorcas de maíz en la Granja “ Don B o sco ".

Kataaga (Congo Belga) — Arando la dora tierra coa arado de d < ^ e sarco,
tirado por cuatro 700(05 de boeyes.

t42
Tierra dura. - Los prim etos frutos. - Un
bosque de naranjos. - Una mognífíca
huerta a ¡a sombra de /os plátanos.
- Campo de lechugas en país tropical.
- Cultivo en grande escala. - Las hor^
migas blancas.
A fines de 1925, de las ^.200 hectáreas
que se nos habían concedido, sesenta
estaban ya no solo desmontadas sino en
completa explotación. Tierra dura, que
sin cesar hay que ir rompiendo y remo­
viendo mediante un arado con tractor
mecánico l^íat, de tres surcos y otros dos
arados sudafricanos de uno y dos surcos,
tirados por tres o cuatro pares de robustos
bueyes.
Las primeras siembras en serio las
hicimos al principio de la estación de las
lluvias, octubre de 1923. Pero ya antes
habíamos empezado a experimentar gran
número de cultivos. Nuestro vergel de
experimentación abarca 6 hectáreas y ha
alcanzado una magnificencia y hermosura
que deja muy atrás a nuestros pobres
jardines de Europa. Si los lectores del
Boletín se dieran un paseíto por aquellas
tierras daríamos una vucltecita por nues­
tro jardín pasando extasiados a través
de 500 naranjos, de 4000 ananás, de 600
plátanos, de 350 mangas (cuyo hermoso
fruto jugoso despide un perfume de
esencia de terebinto que molesta algo la
primera vez, pero que luego se gusta con
avidez), de 400 papayos de gi’ucso tronco
cilindrico con un ramillete de anchas
hojas palmadas en la parte superior y en
el nacimiento de las hojas con enormes
frutos (2 y 3 kilos) de forma y gusto pa­
recidos a nuestras sandías. También plante
cincuenta limoneros pero bien apartados
pues si se mezclan con los naranjos, dan
lugar a una naranja agria.
¿ Y las especies europeas? Alguna ten­
tativa no ha salido del todo mal y tenemos
24 manzanos y otros tantos melocoto­
neros que han resistido; de los perales
no queda ni uno, como tampoco de 400
cepas que hicimos venir de Rodesia; son
de madera demasiado blanda que es en
seguida pasto de las terribles hormigas
blancas. Pero no dejaremos de hacer otra
vez la prueba, obligando a las termitas a
retirarse como lo han hecho en Rodesia.

Por lo demás no es probable que se pueda
llegar aquí a grandes resultados en estos
cultivos europeros; no hay que pretender
enmendar la plana al Creador. Nuestros
frutales no se encuentran en su ambiente
y por más que hagamos están de mala
gana. Los manzanos y melocotoneros
que han resistido producen pocos frutos
y de muy mediocre calidad. Tienen la
piel demasiado fina y encuentran a faltar
el sol templado de nuestras tierras que
poco a poco a fuerza de repetidas caricias
ios perfuma, los endulza y los dora. El
terrible sol africano es excesivamente
fuerte y poco graduado y los seca y los
quema sin dejarlos madurar. Los Padres
Blancos de Tanganika, que tienen grandes
extensiones de viña, recogen a penas lo
indispensable para vino de misa.
Después de este jardín de frutales
viene una hectárea y media de huerta en
la que procuramos obtener un poco de
todo: patatas de Rhodesia o de Europa,
coles, guisantes y fréjoles que, a pesar
de abundante riego, parece que nacen
como pidiendo un favor. Desgraciada­
mente las termitas roen ávidamente los
tallos y en un santiamén son capaces de
tender al suelo un bancal entero.
Estas legumbres europeas un poco de­
licadas, las plantamos debajo de hileras
de bananos, cuyas anchas hojas tamizan
algo aquel sol que cae siempre a plomo.
También he logrado obtener ensaladas
y por cierto muy tiernas y hermosas, pero
protegiéndolas todavía con mayor empeño,
debajo de espesos bambúes plantados a
70 cm. de altura.
Además de estas 6 hectáreas de fru­
tales y de esta hectárea y media de huerta,
tenemos todavía 52 hectáreas para siembra
de cereales. Dos años seguidos sembré
trigo y resultó espléndido; pero el tizón
se comió las espigas y sin embargo la se­
milla venía del Africa central, de Tanga­
nika, donde los Padres Blancos recejen
mieses magníficas; aunque el suyo es un
terreno seco y pedregoso mientras que
el nuestro debe ser demasiado húmedo.
La avena traída de Europa apenas ha
brotado. Quizá depende también de ser
la tierra demasiado joven y dentro de
algunos años convendrá repetir las pruebas.
El año pasado teníamos 23 hectáreas
de maíz, cultivo que hemos de intensificar,

|

^

145
pues la harina de maíz y la papa son la
base de la alimentación en estas tierras.
De boniato jugoso y dulce tenemos lo
hectáreas. Pero tiene el grande inconve­
niente de que no se conserva y hay que
arrancar sólo lo que se come; 4 hectáreas
y medía de remolacha, de zanahoria fo­
rrajera y de falsa caña de azúcar nos sirven
admirablemente para proveer de comida
a nuestro numeroso ganado mayor y

Kafanga (C oogo Belga) —

El calaUo para las Tacas lecheras «n la granja “ D oa Bosco**.

menor. Las otras 60 hectáreas están con
vertidas en prados artificiales con alfalfa
y fheosanto, forraje de grueso tallo, pa­
recido a los altramuces y habas.
200 bovinos, - Lo acJimafación. - Dos

grandes enemigos: Ga//’s /I/ness y Pupenefrans, - Los remedios.
Dejando a un lado no solamente la
camioneta Ford, que asegura la comuni­
cación de la granja con Elisabethville,
sino también un mulo y cuatro asnos de
Tanganika que sirven más o menos para
lo mismo (el caballo aquí no resiste), te­
nemos 20 bueyes de labor, magníficos
ejemplares, de grandes cuernos, sobrios
V nervudos, obtenidos por medio del
Á

cruzamiento de la especie local con una
venida de sud Africa, a los que hay que
añadir 125 vacas de las cuales, dos tercios
son lecheras, con un promedio anual de
unos 70 o 75 terneros.
Pero este es el resultado de grandes
esfuerzos y de grandes sacrificios. Noso­
tros empezamos con algunos animales
del país y una docena de cabras, que han
ido después a alimentar a nuestros pc-

queños negritos de Kiniama. No podíamos
sin embargo pararnos ahí. La vaca indí­
gena, de talla pequeña, pelo corto y grandes
cuernos da a lo más de 3 a 4 litros diarios
de leche; había que aclimatar mejores
razas lecheras. Y el Gobierno nos ayudó
con condiciones favorables.
El primer ganado recibido, con la obli­
gación de devolverlo a los 7 anos, fué la
raza Southdevon, de gran tamaño y color
rojizo del Africa del sur, que resistió bien
la prueba; también las Shorthorn, de
largo pelo castaño. Pero de 10 Herscher
inglesas no quedó ni una y de las 40 pri­
meras holandesas solo quedan 15. En un
solo día vi morir seis vacas que quemé
en medio de la selva.
¿ Y de qué morían ? De una enfermedad

144

cstraña que el veterinario de Elisabethvillc llama Gall's Illness (enfermedad dil
ratón) y que las acaba en pocos días.
Ningún animal atacado de esta enferme­
dad ha podido salvarse, ni de los nuestros
ni en ninguna parte, que yo sepa.
Los grupos sucesivos hechos llegar a
L a Kafubu durante la estación seca han
sufrido ya mucho menos que los primeros,
y al presente ya se puede decir que la
aclimatación es definitiva: durante' el úl­
timo año no hemos perdido por la gall's
Illness más que dos cabezas de las 225 •
que tenemos. Ahora que aún las mejores
razas lecheras que en Europa darían 20
litros de leche diarios, aquí no dan más
que diez o doce; pero también la leche
tiene a lo menos un tercio más de
crema.
Con todo, el enemigo más terrible que
se multiplica de una manera pasmosa, es
el llamado Pulex penetrans, y que penetra
de lo lindo. Es un minúsculo insecto
rojo o color de cobre, no mayor que la
cabeza de un alfiler, que se suspende de
las hierbas elevadas, se deja caer encima
de las bestias cuando pasan y penetra
enseguida en la piel, de manera que no es
posible distinguirlo y menos sacarlo; se
hincha de sangre y deja allí sus huevos,
que convertidos en larvas se nutren a
expensas del huésped, que queda conver­
tido bien pronto en una sola llaga.
Se combate esta plaga con baños de
arsénico [Coopwperdev, del nombre del
inventor). Al principio se los dábamos
con una bomba a mano, perdiendo mucho
tiempo y dinero y obteniendo bien escasos
resultados, pues siempre quedaba alguna
parte del animal a donde el liquido no
llegaba.
Ahora, todos estos inconvenientes han
desaparecido mediante el dipping-tank.
Imaginarse un gran depósito de cemento,
de 8 metros de largo por dos de ancho
y i'8o de profundidad. A la entrada, una
bajada rápida y al otro extremo, un corredor
de doce metros, también de cemento en
suave pendiente y el conjunto cerrado
y cubierto. Las bestias son empujadas
en grupo hacia la entrada, en una especie
de antecámara y ellas mismas se meten
en un corredor estrecho por donde no
pueden pasar sino una a una y así llegan
a la bajada rápida de la piscina; o a re»

volcones o de corrida quedan sumergidas
enteramente y con la cabeza levantada
nadan por unos seis metros en el líquido
desinfectante. Al tomar de nuevo tierra
se encuentran en el corredor de cemento
de suave pendiente, donde se escurre el
líquido para volver al depósito. Un mo­
mento de exposición al sol tropical de
aquellas tierras y todos los nidos del
terrible insecto caen en forma de escamas.
El baño es semanal y obligatorio y han
de pasar por él no sólo los animales bovinos,
sino también los seis perros y hasta las
100 gallirtas blancas indígenas que una a
una, cogiéndolas por el pico, son sumer­
gidas en el delicioso baño. Cada seis meses
se renueva el líquido que cuesta 1000
francos.

¿Y los Tsé~fsé?
He ahí la famosa mosca que produce
la enfermedad del sueño. Existen de ella
dos variedades. Una, cuya picadura pro­
duce la terrible enfermedad al hombre
y que es común un poco más al Sur, en
el Luapula, en el centro de nuestra Pre­
fectura apostólica y que es casi descono­
cida en nuestra residencia.
La otra, con las mismas alas finas y
cruzadas en forma de tijera, pero algo
más largas, ataca también al hombre y con
picadura dolorosa que hemos experimen­
tado más de una vez; pero no produce
efectos graves más que en los animales.
Diez años atrás la había hasta en Elisabcthville y los dos primeros bueyes que
allá tuvimos, murieron de su picadura
que en dos o tres días los hizo caer des­
plomados. Al presente hasta en La K a­
fubu es rara. Ha seguido en su emigración
havía la selva inexplorada a los grandes
rebaños de búfalos y antílopes salvajes
que son su plato preferido y que se han
inmunizado de manera que ya no les pro­
duce la muerte. Los solos animales que
nos arrebató a nosotros fueron algunos
perros que en una partida de caza llevamos
demasiado adentro, en la alta vegetación
tropical.
Para protejer al ganado mayor, se han
hecho espaciosas cuadras de 40 a 50 metros
de largo construidas con gruesos troncos
unidos con fibras de agave, rccubicrtos
de alambres puntiagudos y con techo de

J 45

paja. Las fieras, si se acercan, no pueden
más que dar vueltas al rededor.
Por lo demás, las bestias no están en­
cerradas más que durante la noche, pues
de día hacen vida al aire libre. En grupos
de 30 o 55 son confiados a dos negros
que se dividen la jornada, debiendo ha­
llarse presentes los dos a la salida y en­
trada de las bestias.

seminario menor de indígenas, pues hay
que hacer notar que ya tenemos aquí 22
latinistas negros de los cuales algunos
cursan el tercer año de latín.
El P. Schillinger es el héroe de las
escursiones, ausentándose por semanas
enteras, y recorriendo todas aquellas po­
blaciones indígenas; es capaz de predicar
5 y 6 veces al día; va creando nuevos

Kaion^a. — Un gnipo de aspirantes al sacerdocio, estudiantes de latín, en la Granja “ Don Bosco

E ¡ personal. - Pob/ación saíesfana. - La
vida de Familia. - M isa diaria. - For­
mación intelectual y m ora! de pequeños
y mayores. - Apéndices de ¡a granja:
pequeño seminario indígena y puestos
de misión.
El personal blanco de la granja “ Don
Bosco“ está compuesto del Prefecto Apos­
tólico bipns. Sak, que ha dejedo Elisabethvillc para establecerse aquí con su secre­
tario P. Edgard Noel, los PP. De Rosa y
Shillinger, el coadjutor salesiano que escribe
estas líneas y dos aspirantes coadjutores
muy entusiastas, inteligentes y seguros.
La ocupación principa! de los PP. Noel
y De Rosa son las clases en el pequeño

puestos de misión y deja en todas partes
diligentes catequistas.
Nosotros habitamos una casa bastante
elegante de 20 metros de largo por 10
de ancho y ^'50 de alto. Las paredes son
de ladrillo, el techo de cinc ondulado, con
armazón de hierro para evitar las ter­
mitas. El interior está dividido en 10
salas, nuestras habitaciones y almacenes.
A dos pasos tenemos la capilla, rectán­
gulo de 18 m. de largo por 4 de ancho.
Pero cstámos preparando otra en forma
de cruz latina que tendrá 57 metros de
largo. Y bien cerquita el edificio del se­
minario menor.
Para ios trabajos de agricultura con­
tamos con un centenar de negros adultos



I

I4Ó

y unos cuarenta jóvenes, que son los ver­
daderos alumnos agricultores. Estos úl­
timos ocupan un edficio separado, en­
frente del nuestro hecho de ladrillo con
techo de paja.
En cambio los hombres tienen sus
habitaciones a unos ■ joo metros de dis­
tancia, formando un verdadero pucblecito
de 70 a 75 casas, construidas por nosotros
según la necesidad y a la manera indígena:
muros de barro, techo de paja que forma
un ancho alero hasta muy cerca del
suelo, para dar abundante sombra al re­
dedor de la cabaña. El pueblo está bajo
nuestra dependencia, pero organizado a su
manera y con un jefe responsable.
A los obreros se les paga por semanas
y reciben además una prima según la
antigüedad. Cada, sábado reciben además
de la paga la ración semanal, consistente
en: 8 kilos de harina de maiz, 100 gramos
de sal, un kilo de carne, un poco de pes­
cado salado y tabaco. Los casadós reciben
una ración suplementaria por cada hijo.
Cada negro dispone además de un pe­
queño huerto personal al lado del pueblo
y tiene tiempo y facilidad para pescar en
el río.
No exigimos a los que se presentan
sino buena voluntad. Así es que tenemos
entre los obreros, cristianos, catecúmenos,
y algunos que han de empezar todavía a
recibir instrucción religiosa. Los cristianos
y catecúmenos tienen la obligación de
asistir cada mañana a las 5 y media o a
las seis, a las oraciones en común y a la
misa, alegrada siempre con algún cántico.
Los demás, aunque solo invitados a tomar
parte a estas funciones, asisten a ellas de
muy buena gana.
Por la tarde entre y y media y seis se
nos echa encima la noche casi sin crepús­
culo; es la hora de la retreta general. De
seis a ocho se dan ciases a los distintos
grupos: clase de canto diaria, de lectura
y escritura en kiswahili, un poco de cál­
culo y luego clase de religión. Los cua­
renta alumnos de la Escuela Agrícola
tienen además otra clase de dos a cuatro
de la tarde.
El canal que nos ha permitido instalar
un molino, nos da también la posibilidad
•de iluminar eléctricamente toda nuestra
propiedad.
A las diez de la noche ya todas las

luces se han apagado; sólo queda la que
vela delante del buen Dios que nosotros
hemos ido a llevar a aquellas tierras y
la noche extiende su negro manto, la
terrible noche ecuatorial, siempre algo
rumorosa. Cerca de la granja se oyen
los aullidos de la hiena, de la grande hiena
gris que va buscando alguna buena tajada
para su banquete nocturno; y en la pró­
xima selva gritos de monos que se dis­
putan los boniatos o espigas que han
robado en nuestros campos; más lejos
todavía el sordo rumor de un tam tam
que llora a un muerto o festeja a un vivo
danzando y bebiendo Pombe.
Tras breves vacaciones en Europa i que
llegue pronto la hora de volver a aquellas
tierras! Me aburre esta vida llena de ficcio­
nes; a cada instante hay que estar vigi­
lando los bolsillos y uno se ve obligado
a viajar con personas que se portan como
no lo haría el último negro de Katanga.
Allá al menos hay sol y libertad; no faltan
penas y sufrimientos, pero cuando se
hace por amor de Dios son el camino
más seguro para el Paraíso.
i Viva pues el Congo! ¿Quien se viene
conmigo ?
Turín, Diciembre de 1926.
Jo s é M

au s.

Coadjutor Salesiano
Misionero en Katanga (Congo Belga).

C H A C O PA R A G U A Y O .

Los primeros fruíos
de ia Misión Salesiana.
Nos escriben desde Asunción {Paraguay):
« Han sido nuestros huéspedes por una
semana los representantes de los indígenas
que se van civilizando en la misión salcsiana de Napegue.
La ciudad de Asunción, los recibió y
los agasajó con cariño fraternal.
Primero nuestros niños, luego los dis­
tintos órganos de la prensa, después el
público, más tarde las autoridades, nues­
tras familias y por fin toda Asunción los
saludó y los acompañó en todos los actos
en que fueron ellos los protagonistas.

J

147

1
E l solemne casamienfo.

Con e l Presidente de ¡a República.

Un simple aviso en los diarios bastó
para que el sábado a las 6 de la tarde se
volcara toda la Capital en nuestro Colegio
y Capilla para presenciar el solemne ma­
trimonio de tres parejas indígenas.
Los nuevos desposados son:
Eugenio Fernández con Rosa Yatebá,
apadrinados por D. Romualdo Irigoyen
y su Sra. D. Rosa R. de Irigoyen:
Ensebio Gómez con María Clara Samaniego, apadrinados por Don Víctor
Avente Haedo y Sra.
Augusto Mayor con Isabel Elizeche,
apadrinados por Atilio Spinzi y Doña
María B. Banchez de Spinzi en repre­
sentación de Don Angel Spinzi y Sra.
Terminada la ceremonia, apenas el
Colegio podía rontener a la multitud
deseosa de ver y felicitar a los desposados,
quienes, ¿companados de sus padrinos
y una selecta concurrencia, participaron
a un espléndido lunch, servido en su
honor.
Nunca ^e ha visto en nuestra Vice
Parroquia una ceremonia nupcial tan
solemne y concurrida.

Terminado el solemne acto religioso
pasaron los felices comulgantes a la casa
patricia del Dr, Pedro Bobadiüa donde
la ilustre familia les había preparado un
abundante desayuno.
Enseguida pasaron al Palacio de G o ­
bierno donde S. E. el Dr. Eligió Ayala
quiso recibirlos con todos los honores.
El Sr. Presidente extrechó efusiva­
mente las manos de esos habitantes del
Chaco olvidados por tanto tiempo y que
ahora se incorporan definitivamente a
la vida ciudadana y cristiana del pueblo
paraguayo.

Presenciando las fíesfas.
Durante los diversos números de los
brillantes programas oficiales y populares
dieron la nota simpática con su presencia
nuestros adustos habitantes de las selvas
chaqueñas.
La prim era comunión.
El Lunes i6 de Agosto, día del naci­
miento de Don Bosco, se llevó a cabo la
conmovedora ceremonia de la primera
comunión del primer grupo de indí­
genas del Chaco paraguayo.
Monseñor Bogarin, visiblemente con­
movido les distribuyó la sagrada comunión
previas paternales palabras y en presencia
” *^^umerables cristianos que presen­
ciaban la conmovedora escena, reteniendo
a duras penas las lágrimas de emoción
ante un acto tan solemne, que nos recor
daba una escena de las catacumbas de
los heroicos primeros tiempos del cris­
tianismo.

La Conferencia en e l Granados.
Del Palacio del Gobierno pasaron al
teatro Granados que ya estaba* repleto
de familias de cooperadores y amigos,
que ansiosos esperaban aplaudir la pre­
sentación de los indios y oir al Padre
Pittini.
Cuando se pusieron de pie para en­
tonar el Himno Nacional, los saludó una
estruendosa ovación.
Después de algunos números de canto
y declamación ocupó la tribuna el Rdo.
P. Ricardo Pittini y pronunció una con­
ferencia brillante como las que el sabe
hacer y constantemente interrumpida por
frenéticos aplausos.
También habló el Rdo. P. Emilio Sosa
Gaona, superior de la Misión salesiana,
exponiendo los puntos de mira que se
proponen realizar los salesianos, en aquellas apartadas regiones de nuestro
Chaco.
Fué también muy aplaudido. Cuando
los indios, en el escenario, de frente a
aquel imponente auditorio repitieron el
Himno, resonó un estallido de aplausos
y ovaciones que se prolongó después en
infinitas felicitaciones a la obra salesiana
que en tan poco tiempo supo producir
tan copiosos y prometedores frutos.
El Martes 17, regresaron los hijos de
las Selvas a sus lares, dejando en la Ca­
pital la sensación de estupor y admiración
por el desarollo de la misión salesiana que
calladamente está haciendo obra de rege­
neración entre las tribus del Chaco pa­
raguayo.

Lü Virgen de Don Bosco.
xn.
M aría Auxiliadora hace que D . Bosco
extienda sus cuidados a la juventud,
femenina.
María Auxiliadora quería que la grande
Obra Salesiana, que Ella había inspirado
y suscitado, no se dedicara solamente a
los niños y jóvenes, sino que extendiera
sus solicitudes a las niñas y jovencitas
pues, dada la importancia que tiene la
mujer en el hogar cristiano, era necesario
preparar para los tiempos nuevos, mujeres
fuertes que supieran adaptarse a las nuevas
exigencias de la situación de la mujer en
el nuevo ambiente obrero y social.
Es este otro de los puntos en que la
Obra de Don Bosco aparece verdadera-

mente providencial y hace ver como
nuestro Padre, inspirado por Dios, pre­
vino en más de medio siglo los aconteci­
mientos, preparando una Institución que
se adaptara a las necesidades de la mujer
en los tiempos actuales, en que tanto se
la ha hecho cambiar de manera de ser,
haciéndola entrar en esta lucha febril por
la existencia, abriendo para ella las aulas
de institutos y universidades y obligán­
dola al trabajo en las fábricas y oficinas;
todo lo cual ha creado un conjunto de
elementos nuevos que hay que tener
muy presentes en la educación de la
joven y a los que responde perfectamente
el Instituto de ¡as Hijas de M aría A uxi­
liadora, que el Vble. Juan Bosco fundó
inspirado y sostenido por la* Santísima
Virgen.
María Auxiliadora prepara
a sus escogidas.

M OTOese (Italia). — Casita de campo donde nació
Alaria M axxan lh (9-V-1&37).

Como para la fundación de la Congre­
gación Salesiana los ojos de la Virgen
Santísima se habían fijado en un inocente
niño de un humilde hogar de campesinos,
poco distante del pueblecito de Castclnuovo, también para iniciar la Obra de
la Congregación de Religiosas que tenían
que llevar su nombre, fijó su mirada en
una humilde y candorosa joven, M aría
Mazzareíio hija de una familia de cam­
pesinos, que habitaban un caserío poco
distante del pueblo de Mornese. He aquí,
brevemente, como la fue disponiendo
para que llegara a ser la Madre de las
Hijas de María Auxiliadora.
iln celoso y santo sacerdote de Mornese,
Don Domingo Pestarino, para promover
mayormente el bien de las almas confiadas
a sus cuidados, aconsejó a una joven que
se distinguía entre todas por el ejercicio
de las más hermosas virtudes, que se
tomara especial cuidado de las mujeres
y niñas del pueblo, entre las cuales había

149

adquirido gran ascendiente y así nació
una Pía Asociación de jóvenes decididas
a consagrarse enteramente a Dios, sin
dejar la familia, para dedicarse por com­
pleto a obras de celo y de caridad. Se
llamó la Pía Unión de ¡as Hijas de María
Inmaculada. Cinco dieron su nombre
para formar el primer núcleo de la simpá­
tica Asociación y entre ellas M aría Mazzarello. Era la más joven, 17 años, pero la
más entusiasta y activa. Una fuerza mis­
teriosa la impulsaba a ocuparse especial­
mente de las niñas, que tomaba de la
mano y conducía a la Iglesia para ense­
ñarles el catecismo. Y las cinco apóstoles,
llenas de celo y santo ardor, se pusieron
a avivar la llama de la caridad en los co­
razones fríos, a romper obstáculos y a
atraer a la Iglesia a los indiferentes, a
recoger a las niñas para instruirlas, pre­
venirlas contra los peligros y conducirlas
por ia recta vía de la virtud.
Poco a poco aumentó el número de las
Asociadas y a los dos años, el -51 de mayo
de 1857, un numeroso grupo de Hijas de
la Inmaculada, recogidas en la Iglesia
de Mornesc, renovaban pública y solem­
nemente sus promesas de castidad y
obediencia, pronunciando cada una con
voz clara y decidida la siguiente fórmula:
" Estando decidida con el auxilio divino
a procurar mi santificación, sobre todo evi­
tando hasta las más pequeñas faltas ple­
namente advertidas, y dedicándome a obras
de caridad hacia el prójimo, prometo ob­
servar las reglas de la Pía Unión de las
Hijas de M aría Inmaculada *.
El plantel estaba preparado.
María Auxiliadora prepara a Don Bosco.

Cuando ya la obra del Oratorio de Valdocco se hallaba en marcha, Don Bosco
tuvo uno de sus sueños, que él mismo
narra en los siguientes términos:
« Atravesaba la gran Plaza Vittorio de
Turín, cuando de improviso vi delante
de mí un pequeño ejército de niñas que,
divididas en grupos, saltaban, corrían
unas tras otras, hablaban y discutían,
llenando el aire de una clamorosa grite­
ría. Apenas me vieron corrieron todas a
mi alrededor y agitando las manos en
señal de alegría gritaban:
— i Viva Don Bosco! Y aplaudiendo

Don Domingo Pesfaríno, apóstol de Móntese,
primer Director Espiríhial de las Hijas de M . A.

alegremente me miraban con ojos ansiosos
dando a entender que tenían algo impor­
tante que decirme. Después, extendiendo
los brazos hacia mí con voz suplicante em­
pezaron a pedirme con grande empeño:
— I Don Bosco, ocúpese también de
nosotras! ¿N o lo ve V .? Estamos aban­
donadas...
Yo quería alejarme, pero formando
pared a mi alrededor, no me dejaban,
como diciendo: No debes abandonarnos.
Entonces quise hacerles comprender que
no podía ocuparme de niñas; que bas­
tante tenía con los niños, que a duras
penas podía con ellos.
— Ya habrá quien se ocupe de vos­
otras, les dije para animarlas.
A estas palabras las más pequeñas se
conformaban y volvieron a sus juegos;
pero un grupo de las mayorcitas se me
acercó y con acento suplicante y conmo­
vido, más con sollozos que con palabras,
volvieron a insistir:
— ¡Don Bosco, por piedad; no nos
abandone; no nos deje en medio de la
calle; cuídese de nosotras!

>50

Pero esta vez el
Indeciso me en­
Rdo. Pestarino ve­
contraba, sin saber
nía a echarse en los
casi que contestar,
brazos de su grande
cuando se adelantó
amigo para decirle:
una noble Señora,
— D. Bosco, con­
de rostro resplande­
sidéreme de ahora
ciente como el Sol,
en adelante como
y dirigiéndose a mí,
uno de sus hijos;
me invitó dulce­
mis bienes son su­
mente a satisfacer
yos; disponga de mí
los deseos de aquel­
y de ellos como le
las jovencitas diparezca.
ciéndome:
— ¡ Muy bien!,
— i Cuídate de
contestó Don Bosco,
ellas; son hijas mías!
pero por ahora con­
Dijo y desapareció.
viene que V. conti­
Y yo me desperté...»
nué en Mornese, y
Aquellas palabras,
lleve adelante con
son hijas mías, en­
toda libertad las ocontraron eco probras que tiene entre
fuodo en c! cora­
manos. En Mornese
zón paternal de Don
hay un campo rico y
Bosco. 6 Podría él
fecundo. Las «////as
rehusarse, cuando
de M aría » necesitan
aquel nuevo rebano
de su Director.
se lo confiaba a— Haré lo que
quclla Virgen que
V . dice Don Bosco,
le había señalado su
repuso contento el
misión desde niño,
buen sacerdote.....
que lo había lla­
volveré allá, pero
mado a Turín, que
quedamos entendi­
había obrado ya y
dos : En Mornese
que quería obrar por
S o r Marfñ M azzartllo, primera M adre General
como en Turín.....
medio suyo tantas
de las H i/aa de M aría A uxiliadora (*^ 14-V -1S 81).
considéreme siem­
maravillas?
pre como...
Pero Don Bosco
era prudente y esperó que la Providencia
— Sí, SÍ, concluyó bondadosamente
abriera el camino. Y la ocasión no tardó.
Don Bosco, como uno de mis más que­
ridos amigos.
Entre tanto la Obra de las Hijas de
El Rdo. Peslaríno y Don Bosco.
María Inmaculada de Mornese se iba
Un día se presenta en el Oratorio de
dilatando y la Mazzarello, inspirada por
la Virgen Santísima, ideó y dirigió una
Turín, el Rdo, Pestarino, el apóstol de
sección que se propuso la educación de
Móntese. "No era la primera vez que se
las niñas más pobres y necesitadas del
veía con Don Bosco. Viajando se habían
pueblo, montando para ellas un pequeño
encontrado, habían hablado de sus obras
obrador o taller de confecciones. Y así,
y se habían entendido. Don Bosco había
poco a poco, Don Bosco por medio del
manifestado gran interés por el bien
Rvdo. Pestarino pasó a ser el Superior
que en Mornese hacía la Pía Unión de
de la nueva Obra para la cual dictó un
las Hijas de la Inmaculada y había puesto
reglamento que, dada su fama de santidad,
ya sus ojos en aquel humilde pueblo
fué aceptado con gusto por todas las
monferrino que, en un día no lejano,
debía resonar por toda la tierra con ecos
asociadas.
En 1864, Don Bosco, en uno de aquellos
de bendición, como su hermoso pueblepaseos largos que daba con todos los
cito de Casteinuovo de Asti.

151
niños del Oratorio de Turín, que duraban
días y aún semanas enteras, hizo - una
primera visita al pueblo de Mornese. El
entusiasmo que despertó en la población,
fué extraordinario; todos querían oir su
palabra, recibir su bendición. También
ías Hijas de María Inmaculada le fueron
presentadas para que las bendijera. Don
Bosco habrá sin duda visto entre ellas
a la escogida de María Auxiliadora y la
Mazzarcllo por su parte, impresionada
por la santidad de Don Bosco, sintió que
en él la Virgen le deparaba ai Padre y
Director de su alma. El entusiasmo de
los raornesinos fué tal que surgió la idea
de edificar en Mornese un Colegio para
los niños del pueblo y confiarlo a Don
Bosco. La población en masa prestó ge­
nerosamente su obra para levantarlo.
Dios dispuso las cosas para que aquella
fuera la Casa Madre de las Hijas de María
Auxiliadora.
La decisión.

A primeros de mayo de 1871 Don
Bosco reunió el Consejo de la naciente
Sociedad Salcsiana: Rvdos. D. Miguel
Rúa, D. Angel Savio, D. |uan Cagliero,
D. Celestino Durando, D. Carlos Ghivarcllo y D. Pablo Albera y después de
anunciarles que los reunía para un asunto
de importancia, continuó:
— Muchas y autorizadas personas me
exhortan con insistencia a hacer en favor
de las niñas algo parecido a lo que, con
la gracia del Señor, hacemos para los
niños. Consultando mis inclinaciones per­
sonales no me decidiría a este nuevo apos­
tolado; pero como la insistencia es con­
tinua y de parte de personas dignas de
todo aprecio y respeto, temo casi con­
trariar un designio de la Providencia si
no procuro, al menos, considerar la cosa
seriamente. Por eso os lo propongo a
vosotros, para que lo penséis delante del
Señor, y ponderéis seriamente los mo­
tivos en pro y en contra, a fin de poder
tomar luego una deliberación que resulte
para la mayor gloria de Dios y bien de
las almas. Por eso, durante todo este mes,
en nuestras oraciones, tanto comunes como
privadas, pongamos esta intención: ob­
tener del Señor las luces necesarias en
asunto tan importante.

Todos los reunidos se retiraron pro­
fundamente impresionados y, trascurrido
el mes, Don Bosco volvió a rcunirlos y
uno por uno les hizo exponer su propio
parecer, empezando por D. M . Rúa.
Todos estuvieron de acuerdo en la con­
veniencia de que Don Bosco se ocupara
de la educación de la juventud femenina
como ya lo hacía en favor de los niños
y jóvenes.
— Pues bien, concluyó Don Bosco;
ahora podemos estar seguros de que es
voluntad de Dios que nos cuidemos tam­
bién, de la educación de las niñas. Y para
concretar en seguida algo propongo que
se destine para esta Obra, la Casa que el
Rvdo. Pestarino nos está acabando en
Mornese,
Al mes siguiente, junio de 1871, Don
Bosco yendo a Roma para la provisión
de las Diócesis vacantes del Piamonte,
aprovechó la ocasión para hablar a Pío IX
de la nueva Fundación. El Santo Padre
lo escuchó benignamente y le prometió
que en otra Audiencia le habría manife­
stado su parecer.
Efectivamente cuando Don Bosco vol­
vió a ver al Papa, lo primero que éste le
dijo fué: — He pensado sobre vuestro
designio de fundar un Instituto de Reli­
giosas y me ha parecido que es cosa que
redundará a mayor gloria de Dios y pro­
vecho de las almas. Por lo tanto yo soy de
parecer que el fin principal de esas reli­
giosas sea hacer para la instrucción y
educación de las niñas, lo que los miem­
bros de la Sociedad de San Francisco
de Sales hacen en favor de los niños.
En cuanto a la dependencia, que sean
dependientes de tí y de tus sucesores
como las Hijas de la Caridad de San V i­
cente de Paul dependen de los Lazaristas.
En este sentido formulad las Constitu­
ciones y empezad la prueba.
La prímera Comunidad
de Hijas de M ana Auxiliadora.

Al año siguiente 1872, hallándose Don
Bosco en Varazze convaleciente de una
grave enfermedad, el Rvdo. Pestarino fue
a visitarlo y Don Bosco, después de haber­
se interesado por el Colegio que se estaba
construyendo en. Mornese, le preguntó
si entre las pocas Hijas de María Inma-

152
culada que djsdc hacía dos años habían
empezado a hacer vida de comunidad,
habría alguna apta para la nueva Con­
gregación, de la que ya habían hablado,
otras veces.
El Rvdo. Pestarino, como él mismo
narra en sus memorias, contestó que de
aquellas pocas que vivían en Comunidad
el podía garantizar que estaban dispuestas
a obedecer y a hacer cualquier sacrificio
para bien de sus almas y para ayudar a
sus semejantes.
— Pues entonces, repuso Don Bosco,
podemos dar comienzo a aquello de que
hablamos el verano pasado y si V. no
tiene inconveniente ahora, volviendo a

gación, que Don Bosco quiso que se lla­
mara de las « Hijas de M aría Auxiliadora »,
no sólo porque Ella la había inspirado,
sino también como testimonio de grati­
tud hacia tan buena y generosa Madre.
El 5 de agosto de 1872, fiesta de Ntra.
Sra. de las Nieves, tuvo lugar la primera
toma de hábito cuya forma había también
determinado Don Bosco. Mons. Sciandra,
obispo de Acqui bendijo los nuevos hábitos
y recibió la primera profesión trienal de
11 de aquellas religiosas.
Sor M aría Mazzarello continuó dos
años como Vicaria hasta que el 14 de
junio de 1874 fué elegida definitivamente
Superiora General.

Nizza Monferrato (liolia). — C a sa gtncraiicia de las Hijas de M aría Auxiliadora.

Mornese, las reúne y hace que elijan una
especie de Capítulo, con Superiora, asis­
tentes, etc. según las Reglas de que ya
hemos hablado; y que tomen parte todas
las Sodas de la Compañía de la Inmacu­
lada, aún aquellas que no viven en co­
munidad; yo entre tanto pediré al Señor
y a la Virgen Santísima que colmen de
bendiciones al nuevo Instituto,
Y he aquí que el día de San Francisco
de Sales, 20 de enero de 1872, se reunieron
27 jóvenes de la Compañía de la Inma­
culada, bajo la presidencia del Rvdo.
Pestarino y cantado el Veni Creator, se
dispusieron a elegir una Superiora. Por
mayoría absoluta de 2t votos fué designa­
da María Mazzarello, la cual en su hu­
mildad no quería aceptar el cargo hasta
que Don Bosco confirmó la elección,
consintiendo que por entonces tomara
el título de Vicaría de la nueva Congre-

Más tarde en 1878, por necesidades de
local y conveniencia de clima, fué aban­
donada la casa de Mornese y la Casa
Madre de las Hijas de María Auxiliadora
se estableció definitivamente en un antiguo
Convento adquirido y adaptado por Don
Bosco en Nizza Monferrato.
Y el Instituto de las Hijas de María
Auxiliadora creció paralelamente a la
Congregación Salesiana, extendiendo por
doquiera el nombre y la devoción a.María
Auxiliadora y fundando las más variadas
obras en pro de la juventud femenina:
lardines de infancia. Escuelas elementales
y Normales, Obradores y Academias de
Corte, Asistencia en Fábricas y Colonias,
Pensiones, para jóvenes obreras y estudiantas de Universidad, Oratorios Fes­
tivos. Como también, bien pronto, al lado
de los Misioneros Salesianos, partieron
las heróicas hijas de María Auxiliadora,

r

«55
que no dudaron en internarse en los
países infieles y llegar hasta el corazón
de las selvas, para prestar su cooperación
valiosísima a la conversión de los sal­
vajes; en este año de 1927 se cumplen
los 50 años de la primera expedición de
Misioneras, Hijas de María Auxiliadora.
En el Gobierno de la nueva Congre­
gación se han sucedido después de la
muerte de Sor María Mazzarello en 1881,
Sor Catalina Daghero que la gobernó
hasta el año 1924 y la actual Sor Luisa
Vaschetti. De la Madre y Fundadora ha
sido iniciado ya el proceso apostólico para
la Causa de Beatificación.
María Auxiliadora ha demostrado su
protección maternal sobre el Instituto
que Ella inspiró y dirige, el cual cuenta
en la actualidad con 293 casas en Italia,
15 €n España, 9 en Béligica, 6 en Ingla­
terra, 5 en Egipto y Palestina, 2 en Ale­
mania, 2 en Polonia, 3 en la India una en
la China, 33 en Argentina, 35 en Brasil,
13 en el Uruguay, 8 en el Vicariato de
Magallanes y Tierra del Fuego, 11 en
Chile, 10 en el Perú, 5 en el Ecuador, 14
en Colombia, 9 en Centro America, ly en
Méjico y 7 en los Estados Unidos; o sea
un total de más de 500 casas esparcidas
por todo el mundo, tanto en los países
civilizados, como en los territorios de
Misión.
i Admiremos y alabemos una vez más los
milagros de la bondaddeMaría Auxiliadora!

G R A C IA S
DE M ARÍA AU XIU A D O RA

A vellaneda (Argentina). — Hallándome en­
ferma recurrí a la Sma. Virgen pidiéndole la sa­
lud por intercesión del Vble. Don Bosco, y ha­
biéndoseme aplicado una reliquia del Venerable
hallé pronto alivio y a los dos días completa
salud. Por lo que agradecida cumplo la promesa
de publicar la gracia.
26 febrero 1926.
M aría Z. Hardoy.
C ali (Colombia).
Hallándose uno de mis
hijos atacado de la dolorosa y terrible enferme­
dad llamada hostiomieJitis y cuando, después de
cinco operaciones consecutivas, ios médicos des­
esperaban de salvarle ia pierna afectada por el

terrible mal, considerando como único remedio
posible la amputación inmediata, resolví enco­
mendar su curación a las manos bondadosas de
la tierna Virgen de Don Bosco.
Hice la promesa de publicar el milagro y en­
viar mi 'óbolo para las obras salesianas, rena­
ciendo entonces en mi pecho la cspcranca de
salvación por largo tiempo perdida. María Au­
xiliadora escuchó benigna mi plegaria dolorida,
comenzando a manifestarse bien pronto felices
resultados y cuando ya ios médicos consideraban
imposible la curación, vióse de un momento a
otro disminuir la intensidad del dolor, hasta
quedar completamente curado y sin ulterior
intervención facultativa.
Agradecida por este milagro, cumplo mi pro­
mesa de publicarlo, enviando también mi con­
tingente para las florecientes Misiones Saicsianas, que con tanto celo dirigen los incansables
hijos del Vble Don Bosco.
Noviembre 2 de 1926.
E milia M ercado J uri.
C oncepción (Paraguay). — iGracias, mil ve­
ces, Madre mía! Habiendo enfermado de gra­
vedad mi hermana Carmen y con todos los sín­
tomas de una terrible enfermedad, llena de in­
mensa pena acudí con fe y confianza a nuestra
celestial Madre, María Auxiliadora, invocándola
con la Nfovena aconsejada por el Vble. Don Bosco
y prometiendo publicar la gracia en el Boletín
Salesiono. A la novena uní la Comunión diaria,
pidiendo la salud de este ser tan querido, si era
conforme a la voluntad de Dios.
Pocos días después los médicos que la asistían
declararon encontrarla fuera de peligro y sin
ninguno de los síntomas de la terrible enferme­
dad y hoy se halla completamente curada.
Cumplo gustosa mi promesa exhortando a
todos a acudir con fe y confianza a María San­
tísima Auxiliadora.
13 febrero 1927.
D eidamia D. Vda. de F ranco.
G erona (España). — Un hermano y una her­
mana mía se hallaban gravemente enfermos del
estómago. La enfermedad no era ia misma, pero
en los dos se presentaba con caracteres de gra­
vedad, pues rpi hermana había recibido ya los
últimos sacramentos y mi hermano debía some­
terse a una complicada operación.
Puse sus vidas en manos de nuestra queridí­
sima Virgen Auxiliadora, prometiendo publicar
la gracia en el Boletín si les devolvía la salud.
Con gusto cumplo lo prometido, pues sin ope­
ración ni medicinas, mí hermano se curó com­
pletamente y mi hermana salió del peligro, ba­
ilándose en franca convalecencia. Agradecidos
enviamos una limosna a tan buena Madre.
it febrero 1927.
L uisa M artorell de B usquets.

‘ 54

M orón (Argentina). — Sumamente agrade­
cida a nuestra muy querida Madre Celestial
María Auxiliadora, cumplo la promesa de pu­
blicar este milagro obtenido por su intercesión.
Desde muy pequeña sufría del estómago, sin
conocer la causa y sin encontar nunca alivio,
resultándome casi imposible alimentarme, pues
lo poco que comía me producía grande malestar.
Trascurridos así muchos años sobrevínome,
como consecuencia, una extrema debilidad,
complicándose pronto con una grave afección
a! hígado.
Sometida a los Rayos X, los médicos com­
probaron que el estómago estaba completamente
caído y grandemente dilatado, casi en la impo­
sibilidad de funcionar.
Una tarde del mes de mayo me sentí tan mal
que caí postrada. Hondamente apenada, viendo
que mi vida se iba extinguiendo, sin que pu­
dieran hacer nada los remedios humanos, acudí
con toda confianza a María Auxiliadora, pidién­
dole un milagro. A los pocos días recibí la Ben­
dición de María Auxiliadora y me impusieron
una mcdan.-i de esta Virgen, bendecida por el
Vbic. Don Bosco, que llevo siempre con especial
cariño.
Llegó por fin el día 24 de Mayo, fiesta de
María Auxiliadora. La invocamos con todo el
fervor do nuestra alma; especialmente mientras
se celebraba con gran solemnidad la procesión
en su honor.
A las pocas horas, vino el doctor quien com­
probó con gran maravilla que el estómago había
vuelto a su posición normal. Empecé a repo­
nerme rápidamente y actualmente me hallo
fuera de todo cuidado.
Que estas líneas sean para mayor gloria de
Dios, de nuestra querida Madre María Auxilia­
dora y sirvan para alivio de las personas que
sufren. Enviamos también la limosna ofrecida
para las niñas pobres de la Madre Maczarello
y para los huerfanitos de Don Bosco.
24 febrero de 1927.
Isabel P. F asciolo .
S astre (/írgení/na). — Agradecidas cumpli­
mos la promesa de publicar las gracias que por
intercesión del Vble Don Bosco pedimos a
María Auxiliadora y que esta buena Madre nos
ha concedido, especialmente devolviendo la
salud a nuestra querida Madre y la tranquilidad
a nuestro hogar.
Estas y otras gracias nos ha concedido la Sma.
Virgen y agradecidas mandamos una limosna
para la Causa de Beatificación del Vble. Don
Bosco.
7 febrero 1927.
A njta

y

C atalina T olozano.

Dan fambién gracias a M aría A u x i­
liadora:
A licante (España). — Emilia Pesen de Vargas,
por la curación de una enferma y envía una li­
mosna.
Baracaldo (España). — Faustino Fuaondo por
la curación de una grave afección en las vías
respiratorias.
Barcelona (España). — / . F . Q. da gracias,
envía una limosna y pide oraciones.
B luefields (Nicaragua).— Flora M . Arin de
Hammon, Gabriel Gómez y Gonzalo Arauz por
señalados beneficios y envían una limosna.
C antalapiedra (España). — J . P . por un fa­
vor recibido y entrega una limosna. — P. E. por
gracias obtenidas y envía una limosna.
C assá de la selva (España). — Mercedes Geronés por gracia obtenida y envía una limosna
C olín (Chile). — E. de Grez.
C oncepción (Chile). — Adelaida Tapia.
C hitre (Panamá). — M . R . por haberse so­
lucionado satisfactoriamente un grave asunto
de interesses.
CORDOBA (Argentina). — Una devota, por
haber curado a su madre de unos mareos que
la molestaban mucho.
G uadalajara (Méjico).— Sor Jacinta Aldayturriaga por haber obtenido la salud de una her­
mana gravemente enferma y otras tres gracias
muy importantes.
L abateca (Colombia).— Una cooperadora por
la salud de un hermanito y envía una limosna.
M éjico . — Vasquez Legorreta, por un favor
recibido. — G. A. de Castillo Negrete, por la
salud de una hija.
PuREN (Chile). — Luciano Urbina, por haber
recuperado el uso de las piernas tullidas.
S alamanca (España). — Paulino Espinel, por
haber salido con vida de un gravísimo percance
y p>.>r la curación de una hija que recomendó a
María Auxiliadora.
S alto (Uruguay)J — L. A. S., por haberla
librado de graves enfermedades.
S an J osé de M ariquina (Chile). — Froselia
Pucci da Casanova.
S anta tecla (El Salvador). — Fily de Pena,
por varias gracias obtenidas.
S evilla (España). — Juan Bautista, por la
protección que me prestó durante el servicio
militar, c implora otras gracias.
T alca (Chile). — R. Gutiérrez, por haber re­
cuperado la vista perdida.
V alencia (España). — Máximo Match Mejias, por haber curado de un grave dolor al cos­
tado sin intervención de los médicos — Elisa
Soria, por gracia recibida y envía una limosna.
V alparaíso (Chile). — Raquel X ., por el ha­
llazgo de una cartera de su papá que contenía
una considerable cantidad.
V ico (España). — Catalina Molins, por la

155

Panamá (C fntro América) — Sapcríores y Alumnos dcl "Asilo de Huérfanos" que el dia 25 de enero útíimo
dedicaron un sentido homenaje de amor filial a su celoso y activo Director. Kdo. D. Hugo Lunati. - Los
Cooperadores y Admiradores de la O bra Salesiena de aquella generosa Re(.fiblica, manifesfaron también
su gratitud al festejado, por el bien que la O bra 5alcsiana lleva a cabo en Panamá.

salud de su nietccita Angelina y hace celebrar
una misa. — Rosita Cambra de Losada por un
favor recibido. — Natalia Garda ofrece una li­
mosna por un favor recibido y pide la protección
de la Virgen.
V illa colon (Uruguay). — María Guerra,
de Fiare, por haber curado de la fractura de una
pierna, hace decir dos misas y envía cera para su
Santuario. — María G. de Navia envía una li­
mosna par haber recobrado la salud. — Con­
cepción Machiavelo, por haber obtenido mila­
grosamente la salud de un hermano muy en­
fermo.

4. Asimismo, una vez al mes, el día en que
hagan el Ejercicio de la Buena Muerte.
5. El día que por primavera vez se consagren
al Sagrado Corazón'de Jesús.
ó. Siempre que hagan Ejercicios Espiritua­
les durante ocho días seguidos.

Además, los siguientes d ías:
Mes de Mayo:
7.
8.
24.
2Ó.

*

Invención de la Santa Cruz.
Aparición de S. Miguel Arcángel.
M aría Sma. A uxiliadora.
Ascensión del Señor.
Afes de Junio:

Los Sres. Cooperadores Salesianos, cumplien­
do los requisitos de costumbre, pueden ganar,
Indulgencia plenaria:
1. El dia que se inscriben en la Pía Unión.
2. Una ves al mes, a elección de cada cual.
7. Una vez al mes, asistiendo a la conferencia.

5.
12.
16.
24.
25.

Pascua de Pentecostés.
La Santísima Trinidad.
Smo. Corpus Christi.
Natividad de S. Juan Bautista.
Sagrado Corazón de María.

También pueden ganar otras muchas indulgendas plenarías y pardales y gozar de varios
privilegios, como puede verse en el Reglamento o
« Cédula de admisión a la Pía Unión >, a la cual
nos remitimos.

BARCELONA-SARRIA (España) - Fiesla

de familia.
Espléndido resultó el homenaje que las
Escuelas Salesianas de Sarriá tributaron a su
dignísimo Direcior, D. Guillermo Viñas los días
19 y ¿o del pasado marzo, con ocasión de sus
Bodas de Plata Sacerdotales. En la misa solemne
jubilar, ocupó la sagrada cátedra el M. Rvdo.
Sr. Inspector D. José Calasanz, que había ya
predicado el sermón de primera Misa ai fes­
tejado. Le apadrinaron en tan solemne acto
Dña. Elvira Pérez Vda. de Felip y el Exemo.
Sr. Marques de Pascual Bofíll, Presidente de
los Cooperadores Salesianos.
En la Velada-homenaje, además de la Casa de
Sarriá, tomaron parte representaciones de Bar­
celona, donde el festejado esgrimió sus primeras
armas; de Ciudadela, donde pasó muchos años
como Director, haciendo de la Isla de Menorca
un feudo de María Auxiliadora; de Valencia,
donde su nombre es recordado y bendecido y
donde un majestuoso edificio será su monumento
perenne y de Sevilla, donde ejerció durante 6
anos el cargo de Inspector, ganándose el corazón
de todos los andaluces.
En la presidencia, acompañaban al P. Viñas
la madrina del obsequiado, Dña. Elvira Pérez,
Vda. de Felip, la Rvda. M . Luisa Vaschetti, Superiora General de las Hilas de María Auxilia­
dora, el Sr. Inspector Don josé Calasanaz, el
hermano del festejado Don Modesto, el Sr. Vice
cónsul de Italia, Cav. Alfredo Andreoli, el Su­
perior de los Hermanos de tas Escuelas Cris­
tianas de la Bonanova, los Sres. D. javier y Don
Sebastián Martí Codolar, D. fosé María Pascual
de Fcmtcuberta y el Dr. Forcada, presidente re­
gional de los ex-alumnos.
El solemne acto terminó con un elocuente dis­
curso de gracias del P. Viñas, quien atribuyó
todos los obsequios que se le tributaban, al ca­
rácter sacerdotal y a la Institución Salcsiana, a
la que se honra en pertenecer.
BU EN O S AIRES (Arsenfina) - Los Coad­

jutores Salesianos.
Motivo de consuelo ha de ser para nuestros
Cooperadores la contemplación del grupo fo­
tográfico con que hoy honramos nuestras co­
lumnas. Todos estos caballeros, que, sin distin­
tivo alguno que los diferencie de los seglares,
rodean el busto de Don Bosco y a su Sr. Ins­
pector P. Serié, son Coadjutores Salesianos,
formados, casi todos, en la República Argentina.

Coadjutores Salesianos, o sea la creación
genial de Don Bosco, de religiosos que, sin parecerlo exteriormente, más que por su modestia
y vida ejemplar, hacen vida de comunidad, con
votos trienales y perpetuos de pobreza, castidad
y obediencia, y que así como los sacerdotes for­
man uno de los brazos de la Congregación Sa­
lcsiana, ellos son como el otro brazo de la pro­
videncial Institución, creados especialmente
para dedicarse en los talleres y en las granjas, a
la enseñanza profesional y agrícola, y para llenar
todas aquellas mansiones de confianza y com­
promiso en las casas, que difícilmente podrían
desempeñar los sacerdotes y que tan compro­
metido sería confiar a seglares extraños.
Pues bien, la mayor parte de los que figuran
en el adjunto grupo, son hijos de América, donde
se creía más difícil que en Europa encontrar
vocaciones y este es un hecho que abre el co­
razón a las más lisonjeras esperanzas.
La adjunta fotografía fué tomada con motivo
de una reunión, organizada por el Rdo. Sr. Ins­
pector P. Serié, a fin de que pudieran animarse
mutuamente y dar desahogo a sus iniciativas y
entusiasmos. Tuvo lugar en la Casa Inspecto­
ría! de Buenos Aires y en las cuatro Conferen­
cias generales se trataron los asuntos siguientes:
1. E l espíritu religioso del Coadjutor Salesiano,
por el Rvdo. P. Scandroglio.
2. E l Coadjutor según la mente de Don Bosco,
preparado para los tiempos modernos, por el Rvdo.
P. Domingo Martínez.
3. E ! Coadjutor en su vida práctica, por el
Sr. Carlos Conci, coadjutor.
4. E l Coadjutor Salesiano corpo catequista en
los Oratorios, por el Rdo. P. Borgatti.
IAmados Cooperadores: Pedid al Señor que
se aumente el número de estas vocaciones tan
necesarias para las casas salesianas y que tan
providencialmente María Auxiliadora inspiró
a Don Boscol
C.ARACAS (Venezuela) - Segundo Cente­
nario de la Canonización de San Luis.

Con gran pompa y solemnidad celebróse en
el Colegio de S. Francisco de Sales de Ca­
racas la gloriosa fecha del Segundo Centenario
de la Canonización de S. Luis Gonzaga.
Entre los números dcl variadísimo programa
que se desarrolló, merece especial mención el
gran Concurso literario promovido entre todos
los colegios de la república y cuyo resultado fué
muy satisfactorio.
El Concurso estaba dividido en dos secciones;

157

ana para los alumnos de los cursos superiores
y otra para ios cursos elementales. Los temas
que se dieron para ser desarrollados fueron los
sifuientes:L <3 religión y la nacionalidad venezo­
lana. — La religión y la formación del carácter. —
San Luis y el ideal cristiano (para los cursos su­
periores) y San Luis y los niños. — Recuerdos de
mi infancia. — Necesidad de la instrucción {para
las elementales).

numento de su gran -corazón y de su alma de
apóstol, el presbítero salesiano Don Ernesto
Vespignani.
Para ello se organizaron una serie de home­
najes cívicos y religiosos a los que participó
toda la ciudad de Lugo. .
El día 4 de marzo último, en el espacioso Po¡iteama Venturini, tuvo lugar una magnífica
Conferencia, con proyecciones luminosas, ilus*

Buenos Airea (Argentina) — Los "Coadjafores Saleaianos” de la Ibapectoría de San Fraocisco de Sales.

El Exemo. Sr. Nuncio Apostólico se dignó
enviar una hermosa carta y ofrecer un premio
que dió poderoso impulso y contribuyó grande­
mente al completo éxito del Concurso.
La entrega de los premios, seis de los cuales
tocaron a alumnos de colegios salesianos, se ve­
rificó en el mismo Palacio de la Nunciatura
Apostólica.
LUG O (Italia) - Honrando a an ciadadano
ilasfrc, hijo de Don Sosco.

La ciudad de Lugo sintió la necesidad de de­
dicar un grandioso homenaje a uno de sus más
gloriosos hijos, que el 4 de febrero de 1925 fa­
lleció en Buenos Aires, ínclito miembro de la
Congregación Salesíana, cuyas excelentes obras
de arquitectura quedarán como perenne mo-

trativas de la labor artística del insigne arqui­
tecto salesiano, que estuvo a cargo del Pro­
fesor D. Alberto Caviglia, verdadero artista de
la palabra y catedrático de Arte Sacra en el Ins­
tituto Internacional Salesiano de Turín. A la
solemne conmemoración asistió el Municipio
en corporación y todas las autoridades civiles
y ecclesiásticas de la ciudad, con gran número
de personalidades. También asistió, siendo ob­
jeto de generales manifestaciones de simpatía,
el ilustre hermano del recordado D. Ernesto,
Don José Vespignani, miembro del Capítulo ■
Superior de la Congregación Saiesiana.
Al día siguiente, en la Iglesia Saiesiana, se
celebró un solemne funeral, oficiado por el ve­
nerando hermano del difunto y cantado por todos
los alumnos, con asistencia de los superiores de

158
varias Casas de la Romana, de los canónigos y
clero de Lugo, de representaciones de varios
Institutos de educación y Círculos Católicos y
gran muchedumbre de pueblo. Fué un home­
naje digno de! ilustre hijo de Don Bosco y del
pueblo que se honra en contarlo entre sus hijos.
VIGNAUD (Argcníine) - Un plantel de vo­

caciones.

Consoladoras en extremo son las noticias que
nos llegan de la Casa de Formación de la nueva

el clamoreo festivo de las campanas echadas
al vuelo y el estallido de bombas y cohetes. Y
ved ahora — de acá de la balaustrada — los
asientos especiales de los padres de los novicios,
de los padrinoá, insignes cooperadores salesianos; de allá, la fila recogida de los Novicios.
Pocas veces se habrá visto cosa tan conmo­
vedora como el desfile de los elegidos, despo­
jándose de las prendas del hombre viejo, para
recibir la sotana, el bonete y el magnífico cruci­
fijo, atravesando luego el presbiterio para que
el padrino le abroche el primer botón y la madre
le estreche contra su corazón, bañada en lá­
grimas.
No se oyó, mientras duró la ceremonia más
que cl aliento, contenido apenas, de muchos y
los sollozos mal reprimidos de no pocos. El
pueblo apiñado, puesto de pie, pendía de ella.
Y fue de ver cómo, apenas los clérigos no­
veles asomaron al atrio de la Basílica, fueron
objeto de la admiración y del afecto palpable de
la concurrencia electrizada e incontenible...
La conferencia a los cooperadores fué te­
nida, infra ;n/ssom, por el Rmo. Padre Inspector *.
YPACARAI (Paraguay) - La nueva Granja
Salesiana para la enseñanza de la Agricultura
y Ganadería.

Arifsfica lápida conmetnoraliva del arquitecto salesiano. Rdo. D . E rocsio Veapi¡íiHini, en el atrio del
Templo de S.C arlo s (Buenos Aires), su olu-a maestra.

Inspectoría Argentina de San Francisco Solano,
que comprende ahora, en sus principios, 7 Casas.
Se albergan ya en Vignaud tóo, entre aspi­
rantes c Hijos Je Mario, habiéndose inaugu­
rado c! primer año de Noviciado con ¿b clérigos
y 7 coadjutores, He aquí como nos describen la
fiesta de San Francisco de Sales, que coincidió
con la vestición do sotanas a los novicios:
Figuraos una gran Basílica repleta de público
devoto, hombres y mujeres, llegados de los
pueblos de treinta leguas a la redonda, en in­
contables automóviles, detenidos al rededor
dcl templo. Imaginad, en el interior del Templo,
una pompa de misa solemne y de clero, digna
del amplio presbiterio de las mavx>res catedra­
les, y fuera, el tremolar de cien banderas,

El Sr. Marques de Monteclaro, que honró
con su visita las Obras de esta Nueva Escuela,
manifestó luego sus impresiones en un artículo
publicado en La Nación de Asunción (Para­
guay), dcl que entresacamos algunos párrafos:
« Esta Obra representa un verdadero pro­
greso para el porvenir de la Agricultt^ra en el
Paraguay.
La nueva escuela se encuentra enclavada casi
en la cima de un cerro en Guazuvirá, distante
un kilómetro dcl centro de Ypacaraí. Su posi­
ción es excelente, pues domina todo el valle y
es un lugar batido continuamente por un aire
fresco y sano que nos trac los aromas de las flores
de estas vegas y de sus deliciosas frutas.
El padre Benito se hizo cargo de los terrenos
para la edificación de la escuela cl i° d e marzo
de 1925 y es asombroso ver como, debido a su
laboriosidad y constancia, una escuela que pa­
recía una quimera, en poco tiempo ha tomado
una realidad corpórea.
El edificio constará de dos pisos sólidamente
construidos, reuniendo toda clase de condicio­
nes higiénicas, con un frente de ciento treinta
y dos metros por setenta y seis metros de fondo.
Convenientemente distribuidos se encuentran
los dormitorios, con capacidad para cien alumnos,
clases, comedores, depósitos para cereales y fru­
tas y otros departamentos con todos los ade­
lantos modernos para la enseñanza y comodidad
de los colegiales, quienes además dispondrán
de campos apropiados para deportes.

7

T

159
El costo total de las obras está presupuestado en
7.000.000 de pesos, moneda parafuaya, suma muy
inferior si se tiene en cuenta la clase y magnitud
del edificio en construcción y que además hay
doscientas hectáreas de terreno cultivable, las
cuales se están preparando para que constituyan
una demostración práctica y fuente de ingresos
para la época en que este nuevo plantel educativo
comience sus cursos.
Con el deseo de contribuir a que la escuela
salesiana llene su misión cuanto antes, varias
distinguidas y altruistas familias se han ofrecido a

tura es que dispone de varios manantiales de
agua pura y cristalina, que producen diariamente
medio millón de litros.
La « Escuela tcórico-práctica, ganadero-agrí­
cola salesiana » será uno de los centros de en­
señanza más perfectos en su clase, pues aparte
de toda la instrucción teórica, cada alumno ten­
drá los conocimientos prácticos adquiridos por
si mismo y al mismo tiempo aprenderá tam­
bién la industrialización de todos los productos,
bajo la dirección de quince profesores salesianos
catedráticos en las materias ».

Ypacarai (Paraguay) — La nueva Escuela Salesiana de Agricultura y Ganadería, en construcción.

dotar por su cuenta los enseres necesarios de
distintas dependencia que llevarán el nombre
de los donantes. Entre estas familias figuran los
apellidos de Manzoni, Barón, Pfannel, Casaccia,
Campos, Ros y Renpheldt.
En toda la construcción se está siguiendo un
plan muy económico y para aminorar todos los
gastos posibles, las maderas necesarias se obtie­
nen de los propios terrenos y además se ha mon­
tado una pequeña fábrica para la construcción
de baldosas, balaustras, ecc.
Simultáneamente a la construcción del edi­
ficio se han emprendido los trabajos de limpieza
de las tierras y preparación para su cultivo y ya
cuenta la escuela con viveros y plantaciones de
yerba mate, arroz, naranjas, maíz, caña de azúcar,
tabaco, mandioca y diferentes hortalizas. Posee
además criaderos de aves, conejos, ovejas y va­
rios ejemplares de reses finas, regaladas por el
señor Carlos Pfannel.
Otra de las ventajas que tiene esta escuela
para el desarrollo experimental de la agricul-

AL VUELO
BERNAL (Argentina). — Desde el sábado,
z6 de febrero, hasta el miércoles de ceniza, 2 de
marzo, un numeroso grupo de ex-alumnos sa­
lesianos de los Centros de Buenos Aires se reu­
nieron en Berna! para pasar los días de Carnaval
recogidos en completo retiro, haciendo los Ejer­
cicios Espirituales. Así se dió principio, también
en la Argentina, a esta obra redentora. Con jó­
venes que manifiestan tal decisión y carácter se
conquista el mundo.
DCXaOTÁ [Colombia). — En el CZolegio
'' León X I I I tuvo lugar el pasado Noviembre
una hermosísima fiesta gimnástica. Dieron realce
al acto el Sr. Nuncio de S . S. Mons. Giobbe,
los Ministros de España e Italia, varios repre­
sentantes del Gobierno y de las demás Congre­
gaciones Religiosas de la Capital. El festival tanto

i6o
por el número extraordinario de gimnastas, como
por la precisión de los ejercicios, mereció re­
petida* ovaciones.
C A RT A G O (Costa Rica). — Para aumentar
el número de alumnos de las florecientes Es­
cuelas Profesionales Salesianas de esta ciudad,
que ya albergan casi 200 aprendices, el activo
Director Padre Soldati, solicitó del municipio
la concesión de una calle, que no prestaba nin­
gún servicio al público y que será muy apta para
una ampliación del edificio. Y el digno Muni­
cipio, con gesto patriótico donó la calle, escri­
biendo con su actitud, según frase de un diario
locol, * una pagina de gloria en la historia del
progreso de la ciudad de Cartago».
Al solemne acto con que se puso término al
Curso escolar asistió el Presidente de la Repú­
blica, con el Secretario de Educación Pública
y varios diputados, que visitaron sumamente
complacidos la Exposición profesional de cada
uno de los talleres, pronunciando al terminar
el S. Presidente de la República un magnífico
discurso.
FIG U ERA S (España). — El entusiasta Coo­
perador Salesiano, Rvdo. D. Arturo Rovira, dió
el día 22 de marzo una magistral Conferencia
en el Teatro Principal, en la que desarrolló los
siguientes puntos: E l V en . J uan B oscO: E l se­
creto de la Vocación divina - E l sacerdote apóstol
de la Juventud - La Congregación Salesiana Los Oratorios Festivos - La Obra de Don Sosco E l Milagro - La Tumba triunfal de Valsálice Conclusión; la eterna fecundidad del Catolicismo.
G ERO N A (España). — Deseando las cela­
doras de la Archicofradía de María Auxiliadora
que los coros de la Visita Domiciliaria tengan un
constante recuerdo en el Santuario de María
Auxiliadora de esta ciudad, han reunido entre
todas las asociadas la cantidad necesaria para
costear una de las ricas ararías que deben rodear
el altar de la celestial Madre. Lo propio piensan
hacer los antiguos alumnos de dicho Colegio.
PANAM A (Centro América). — En pre­
sencia dcl Dr. Julio Fábrega, Secretarlo de Ins­
trucción Pública, se celebró con grande éxito,
el día 10 dcl pasado febrero, la velada con que
se clausuraban las tareas escolares y se entregaban
los diplomas a once jóvenes graduados, dcl Hos­
picio de Huérfanos, confiado a los Salcsianos.
El citado Dr. Fabrega pronunció un magistral
discurso, ensalzando la labor educativa de los
Hijos de Don Bosco y haciendo ver la necesidad
de cooperar a las Obras que tienen entre manos.
S.ANTANDER (España). — Los entusiastas
y activos ex-alumnos salesianos de esta ciudad
han organizado un importante curso de clases
nocturnas, con Us asignaturas de Gramática y

Correspondencia comercial, Aritmética y Con­
tabilidad, Geometría y Dibujo y Música. Tam­
bién han abierto a los Socios una bien nutrida
biblioteca y han organizado un curso de confe­
rencias literarias y científicas. ¡Así se hacel
Idem. — En el Oratorio Salesiano de la calle
Viñas, se celebró el día 9 de enero la Feria anual,
para premiar la asistencia dominical. Gracias
a la generosidad de los Cooperadores y de varias
entidades y también de algunos comercios, que
respondieron generosamente a! llamamiento
del Director del Oratorio, los niños adquirieron
prendas de vestir y otros objetos útiles y se pudo
premiar así la asistencia de los 800 niños que
frecuentan el Oratorio Festivo.
SEV ILLA (España). — La Junta de Damas
Protectoras de las Obras'Salesianas, organizó para
el día 24 de enero una Asamblea de señoras, a la
que acudió lo más selecto de la sociedad sevillana,
para allegar recursos y estudiar la manera más
práctica de reparar los enormes daños del incendio,
que destruyó gran parte de las Escuelas Profe­
sionales Salesianas de aquella ciudad.
El conocidísimo abogado, Sr. Monge y Bernal
dirigió a las congregadas su elocuente palabra
y todas salieron decididas a trabajar para la re­
construcción, en forma mucho más amplia y
moderna, de las destruidas Escuelas.

Recordad en vuestros sufragios a :
Apalit (Filipinas). — Rvdo. Felipe de Guzmán.
Cali (Colombia). — Srta. María Francisca
Ochoa.
Valencia (España). — Da. Elvira San Vicente
de Sanz, — Dña. Desemparados Nogués. —
Dña. Amparo Bartrina. — Dña. Josefa Gaseó.
— Dña. Antonia Berga.
Villa de Don Fadrique (España). — Isidoro
Girón, Andrés Ruiz, Joaquina Sácz, Anastasia
Ramos, Gumersindo Coso y Marcelino Coso.

R . !• P.
Coa «pro& ocM a

dr la amlorldad rvIeaJéaiicm.

Gcrcat^i D . D<')V \eN lCO U A R .SC R I.
E *U I»l««i«icat« T ip. de U S o cied ad E d ilo r* U lef orioa a l > T w ia
C o rto fie g ioa .H a rg im im , I T I .