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Boletín Salesiano
R E V IS T A DE LAS OBRAS DE DON BOSCO
Año XXXVII — N.°^ 10 y 11
Octubre-Noviembre 1922
--------------------------------------- ----------------------------------------------------------S u m f t r iO é — L a voz J el Papa. E n el
3
cenlenarío J e « Propaganda P id e * . —
E l adiós de
los Misioneros, — /// Asamblea Nacional de Antiguos alumnos salesianos en España. — En
la fiesta de S . Juan. — Tesoro espiritual. — D e nuestras Misiones: L a nueva M isión del
Asam : India. — Episodios de Amisiones. — Culto de María Auxiliadora - Gracias de María
Auxiliadora, — P or el mundo Salesiano — Los que mueren.
Basílica de María Auxiliadora en Turío.
<SOOIKI>A.r> :i©
I3l'I'ORA. IJVo:'RIV A.o I o IV
Avenida Regina Margarita, 174 — TURÍN (Itaila)
L U IS P IS C E T T A y A N D R É S GENNARO
S A C E R D O T E S S A L E S IA N O S
Theologiae Moralis Elementa
AD CODICEM JURIS CANONICI EXACTA
VOLUMEN pRiMUMj
DE THEOLOGIAE MORALIS FUNDAMENTIS
i) De actibus hamanis - 2) De conscientia - 3) De iegibas - 4) De. peccaíis.
Volumen en 16, de 405 págs: — Liras 15; franqueo postal incluido, 16,50 Liras.
La Obra se halla dividida en siete volúmenes, de los cuales se ha publicado solamente el primero.
Abarca dicho volumen los tratados fundamentales de la teología moral, a saber: D é actibus humanisi
De Conscientia, De Legibus, De peccatis. Precede a cada tratado un esquema o cuadro breve de todo él
Hállase dividida la materia en cuestiones, capítulos, artículos, títulos y subtítulos, de manera tan clara,
ijiie halla el lector en la misma división uii medio eficacísimo para facilitar la inteligencia del texto.
Tocante a la substancia del mismo, bastará solamente recordar la competencia del Doctor Luis PisCPtta, cultivador insigne de las ciencias morales y del dereho canónico, decano de la Facultad teológica
de Turin, y, por espacio de cuarenta años, profesor de Teología moral en el Seminario Mayor de la
Arquidiócesis de Turin.
Su colaborador Don Andrés Gennaro, Doctor en teología, enseña desde hace muchos anos teología
moral en el Colegio internacional de estudios teoló^'cos de la Pía Sociedad Salesiana.
No contentos los autores con una simple exposición de teorías y opiniones, han querido tratar la
materia, con profusión de discusiones, y profundidad de argumentos, teniendo para ello en cuenta los
resultados científicos más modernos. De ese. modo ofrecen a los estudiosos la manera de conocerla
fondo una materia importantísima para ejercer con acierto el ministerio sacerdotal.
Hállase el texto precedido de una lista muy exteiisa de proposiciones condenadas, cada una de las
cuales lleva al margen la cita correspondiente al núhlero en que se hallan inscritas en el Enchxridton
SyiHbotorHm etc. de Denziger. A dicho elenco sigue un índice de escritores de ciencias morales y disopliua.s afines- Son al pie de seiscientos los autores, y pasan de mil las obras citadas. Es una de las
bibliografías más completas, fruto del examen directo de muchas obras, y de la clásica de Hurter, titulada
Nomenclátor litterarius recentionis theologiae Catholicae, y comprobada con excelentes resúmenes de
Gaodé, Genicot y Lehmkul.
Por último, cierran el texto dos copiosísimos indices. El primero es un Sumtnario de más de cuarentaa página-a, que, conservando la división en capítulos y artículos de los diversos tratados, compendi.i
toda la sustancia de los mismos. Es una novedad que satisface al lector, que halla en dicho sumario
un medio prático y sencillo para refrescar con poco trabajo la materia una vez aprendida.
El segundo es el acostumbrado indice analítico o alfabético, que facilita muchisimo el encontrar
las materias que el lector quisiera tener presentes en el momento en que las necesite.
Seguirán al primer volumen, con breves intervalos, los otros seis, distribuidos en la siguiente forma:
Vol. II. — D E o n U G A T iO N iB U S E R G A D EU M E T N O S ipsos: (i® De virtutibus iheologicis; 2° De vtttute religionis; 3® De prndentia, fortitudine ei temperantia).
Vol. III. — DK ORLiGATtONiBUS ERGA PROXtMUMt (i® De iustitia et ju r e ; 2® De tniuriis et restit*(tone: 3® De contractibus).
Vol. IV . ~ D B O B U G A T IO N IB U S P K C U L I A R t D fS E T D E P O E N IS E C C L E S IA S T I C I S .
Y o l . V . — D E S A C R A M E N T IS IN G E N E R E E T D E Q U IN Q U E PRJM IS S A C R A M E N T I IN S P E C IE . {V* Dt Sscrameirtis in genere; a® ¿)e BapHsmo; 3® D e Confirntatione; ep De Encharistia; ^ De Poenitentia; Dt
Extretmx Untione).
V o l . VI. — D B O R D JN E E T D E M A T R IM O N IO .
Y ol. V IL — D E S E X T O E T N O N O P R A B C E P T O D E C A L O G I : D E USU M A T R IM O N II E T D E R A T IO N E SSRV A N D A IN S A C R A M B N T O R U M A D M IN IS T R A T IO N E .
Año XXXVII — N. 10 y 11.
Octubre-Noviembre 1922
BOLETÍN SALESIANO
REVISTA DE LAS OBRAS DE DON BOSCO
R edacción Y A dministración :
Vía Cottolengo, N.
32 •
TUPIN (Italia)
LA VOZ D EL PAPA
En el 3®*" c e n te n a r io de la in s titu c ió n de la S a g r a d a
C o n g r e g a c ió n
« D e P r o p a g a n d a P id e >
La sucesión fatal de los tiempos, la disolución
y corrupción del elemento humano que en esta
tierra acompaña siempre al divino, la pereza,
el abandono, la sornnolencia de los amigos del
bien juntamente con la perfidia y audacia de
los amigos del mal, los malos ejemplos de ciertas
clases elevadas y la fácil imitación de las de
abajo, y por último, el retorno al paganismo en
las costumbres, tanto públicas, como privadas,
desencadenaron en la Europa del siglo X V I
aquella terrible plaga que se llamó « La Rei' nna >y que arrancó del corazón de la Iglesia,
a tantos y tantos pueblos.
Pero el Señor, solícito y celoso del honor de
su Esposa Inmaculada, la Iglesia, y para mostrar
que su mano salvadora todavía derrama en
abundancia susf gracias, y que en su iglesia no
se han agotado los tesoros de ciencia y santidad
de que al fundarla la colmara, convierte el
siglo de ♦ La Reforma » en siglo del ♦ Concilio
L. Trenio », siglo de florecimiento de antiguas
órdenes monásticas, siglo de formación de in
numerables y miev’as familias religiosas, siglo
de oro de la santidad, siglo de S. Ignacio de
Loyola, de S. Carlos Borromeo, S. Felipe
S. Francisco Javier y Sta. Teresa de Jesús.
Esto hace el Señor para consolar a su Esposa,
pero para resarcirla de la pérdida de tantos
pueblos, inspira la creación de la Congre
gación . de Prof.aganda Fide ♦ .
aquella experiencia, de aquel apostolado fe
cundo que la Iglesia usara hacía 15 siglos y
que terminó por poner el mundo, entero en sus
manos victoriosas. L a Sda, Congregación «. d<e
Propaganda Fide » reunía, ordenaba y discipli
naba . cuantas fuerzas le parecían aptas para.
defender la fe, y con ellas se opuso al avance
provocador de la « Reforma » coronando-suSesfuerzos la conservación de los tesoros de la
vida cristiana, la difusión por todas partes de
la luz del e\*angélid y la conquista de nüévbs
pueblos para la iglesia de Cristo. Aguerrido
escuadrón se bate en dos fronteras. E n una
parte Fidel de Simaringa, con otros mil, defiende
la verdad de la fe católica contra los errores
de la herejía, y en la otra, Francisco Javier,
con un millón de noveles apóstoles que brotan
de todas partes, lleva por doquier la luz del
evangelio y hace conocer el nombre de Jesu
cristo- en todos los ángulos de la tierra.
Frutos maravillosos que consiguió.
Pocos siglos nos separan de fundación tan
benemérita, pero son suficientes para que pueda
presentar ante nuestros ojos un espectáculo de
maravillosa grandeza. Millones de confesores
sacrifican su \dda en aras de un apostolado que
ilustran con sus virtudes; miles y miles de már
tires que señalan con su sangre las huellas de
su jomada, dan a la verdad el testimonio más
elocuente
que darse puede, el testimonio del
^ostlíuclóa y naturaleza de la Sda. Coo~
martirio; innumerables falanges de religiosos
gregacióa < de propaganda ñde ».
llevan al seno de las tinieblas bárbaras las rosas
La Sda. Congregación * de Propaganda Fide » y las espinas de una vida que consagraron al
aunque sencilla en sus líneas generales, no fué Señor; miles y miles de vírgenes van siguiendo
i^lp^o^^sación de resultados más o menos los pasos del misionero para ayudarles y con
Pasajeros, sino el fruto maduro y sazonado de ellos difundir la luz de la verdad, y completan
1
—
212
fínaliueiite grupo tan admirable los millones
de almas arrancadas de las tinieblas del error,
(le la aberración y de la barbarie. Millones de
almas en las cuales brilla ya hermosa la imagen
(le Dios, antes casi extinguida; millones de almas
j)or cuyas tinieblas no debe ya lamentarse el
corazón del Kedentor, pues no está para ellas
¡)erdido el fruto de la redención.
De toda esta grandiosa obra se hace hoy
digna conmemoración, con motivo de celebrarse
el tercer centenario, de « Propaganda Pide »
y, al conmemorarla, se regocija nuestro corazón,
con el sentimiento del mayor reconocimiento
hacia el Señor, y hacia tantas almas generosas
que fueron el instrumento de la Bondad Infi
nita. Por eso Nos, y con Nos todo el mundp, eleva
el pensamiento de su gratitud al Señor, y de
todas las partes elp.va la Iglesia al trono del
Altísimo un himno de gloria y de amor.
Para poder apreciar mejor los frutos conse
guidos y tener iina idea exacta de la obra, es
necesario tener presentes varios puntos y abarcar
ciertas distancias. El Señor nos ha puesto en
estas condiciones. Hoy, las cifras de la estadís
tica mundial tienen su elocuencia y la grandeza
de esta elocuencia es la que alegra nuestro
corazón, porque el espectáculo que nos presenta
tiene algo de verdaderamente grandioso y
divino.
Mucho se ha hecho.,, pero cuantas son
¡as almas que aún se pierden.
Si nuestro reconocimiento para con el Señor
y para cuantas almas generosas fueron el instnuuento de sus gracias no tiene límite, le tiene
ciertamente nuestra alegría. Sí, Venerables
Hermanos e Hijos amadísimos, mucho se ha
hecho, mucho se ha obtenido, muchas almas
se han salvado y mucha .gloria se ha dado al
Señor, pero ¡cuántas almas se pierden todaría!
¡Cuántas hay para quienes es como derramada
inútilmente la sangre del Redentor! Existen
todavía regiones inmensas, tan inmensas como
el Africa, la China y la India que están casi
por completo privadas de la luz del evangelio.
El episcopado con su celo, los misioneros con
sus sacrificios, los catequistas con sus entu
siasmos, los religiosos con su abnegación y las
vírgenes con su plegaria, todos, todos están en
esas lejanOvS tierras y, formando un solo escua
drón, combaten con denuedo, sin tregua ni
descanso, pero, ¡cuán pocos son los operarios
para mies tan abundante! ¡Pobrecitos! Seguros
de la victoria, dispuestos a sacrificar hasta la
última gota de su sangre, se x’en obligados a
ceder el campo j>or falta de medios, y se retiran
con la angustia en el corazón, al ver que los
-----
puestos que ellos dejaron los ocupan otros que
ni están inflamados en el amor a Cristo, ni son
heraldos de la verdad. ¡Qué espectáculo tan
triste!. Esta era la angustia que atormentaba
de continuo el corazón de nuestro venerable
Predecesor y Padre en Cristo, la que no le per
mitía apartar por un momento los ojos de esas
regiones, regadas con el sudor del misionero
y la que le obligó a decir, que el día de hoy
vendría aquí y desde este lugar dirigiría la pa
labra a todo el mundo y llamaría a las puertas
de cada corazón cristiano, implorando en nom
bre de Jesucristo un óbolo en favor de las
misiones.
Momento oportuno para todo e¡ mundo
católico.
En nombre, pues, oh Venerables Hermanos
e Hijos amadísimos, en nombre de este nuestro
venerado Predecesor, Padre nuestro y Padre
vuestro, lanzamos el grito de que « este es el
momento oportuno para todo el mundo católico ».
Da esplén(iida perspectiva que ofrece el apos
tolado cristiano nos hace pensar que somos,
aunque indignamente, el Vicario de Jesucristo,
de aquel Jesús que dió toda su sangre por sus
ovejas, y por lo tanto, sentirnos que nuestro
corazón late a impulsos de aquella paternidad
universal a que Dios nos ha llamado. El nos
conceda la gracia de emplear la vida que nos
queda en procurar la dicha a tantas almas, que
sin ella viven, y haga que nuestra voz se
extienda por doquier, a fin de que, de todas
partes, lleguen socorros para favorer a tantas
almas, redimidas con la sangre del Cordero
Divino y que se encuentran todavía en las ti
nieblas del error. « Este es el mot^enio oportuno "
¿Qué corazón permanecerá insensible ante
las promesas tan halagadoras que esta causa
nos presenta? ¿Quién no querrá participar de
los méritos mayores a que el hombre puede
aspirar, cuales son: los méritos del apostolado
por la causa di\dna; los méritos de tantos
mártires de la verdad y de la caridad, los méri
tos de la obra más noble que puede darse,
pues es la misma obra del Redentor, la misma
obra de Jesucristo? No dejemos pasar momento
tan solemne y de esperanzas tan fundadas para
la difusión de la gracia. Que ni una sola alma se
pierda por nuestra tardanza o. falta de genero
sidad; que ni un solo misionero se vea privadt^
de los medi(5s que le animen a ir adelante, si
está a nuestro alcance el proveerlos.
La pérdida de un alma, redimida a costa de
tantos trabajos 5* sufrimientos del Dios lieclv»
hombre, es ima responsabilidad qne tal vez
olvidamos con demasiada frecuencia.
Procuremos que se extienda a otros la fe
que nosotros hemos recibido de Dios.
Cuantos nos encontramos en este lugar, todos
hemos gozado, desde niños, el beneficio de la
redención. Desde la cuna, la fe iluminó nuestros
pasos todos los momentos de nuestra exis
tencia; desde los primeros años nos fué dado
acercamos a la Sagrada Mesa y gozar las dul
zuras del banquete eucarístico. ¿Ctfántas veces
hemos meditado de un modo conveniente en
favores tan extraordinarios, recibidos de la
mano de Dios? Y ¿cuál ba sido el resultado de
tales reflexiones? ¿Tendremos valor para acer
camos al trono del Señor, sin haber agradecido
suficientemente, sin haber correspondido a los
beneficios que con tanta liberalidad nos con
cedió?
Nos, más que otro ninguno, nos consideramos
deudor de Dios, pero creemos que todos y cada
uno de los cristianos, se encuentra en condición
de repetir el « quid reiribuam Domino -pro óm
nibus quae rdribriit miki? ¿qué ofreceré al Señor
para agradecerle tantos beneficios recibidos?
pues una ocasión propicia, como nunca, es In
que se nos presenta ahora Por la fe que hemos
recibido de Dios,— por los tesoros de gracia de
que nos ha colmado, esforcémonos cuanto podamos
para que estas gracias, esta fe, se extienda a todiis
las partes de la tierra e ilumine al mayor número
posible de almas.
Esto es lo que pide hoy a sus hijos el Vicario
de Jesxicristo y esto es lo que le mueve a extender
su mano ante las personas de corazón generoso,
para pedirles ayuda, socorro y caridad.
(De la Homilía pronunciada en
S. Pedro el día de Pentecostés por
S. S. el Papa Pió XI).
E l adiós de los Misioneros
Cincuenta años hace, tuvo lugar la partida
de los primeros Salesianos para Misiones. Fué
un acontecimiento en Turín. L a amplia Basí
lica de María Auxiliadora estaba llena de pueblo
que deseaba contemplar a los abnegados sol
dados de Cristo, que, renunciando a las ven
tajas de la vida civilizada, al cariño y atractivos
de la familia y de la patria, se lanzaban, domi
nados por un ideal di\dno, a la conquista del
mundo salvaje, sin más bagajes que la cruz,
ni más apoyos diplomáticos que la benedición
de D. Bosco y de María Auxiliadora.
De locura hubiera calificado esta noble em
presa la prudencia humana, que todo lo reduce
a cálculo y fía exclusivamente al esfuerzo de
su brazo; pero D. Bosco, alentado por la fe
que traslada las montanas, descontaba seguro
el éxito, confiando sus hijos a la Providencia,
para la que no hay imposibles.
Idegó el momento de la separación. Rezadas
las preces de caminantes, y luego que hubo
ligado del cuello de sus hijos el precioso ta
lismán, la cruz del misionero, abrazó a cada
uno con toda la ternura de padre, musitando
al oído los últimos consejos. Sentimientos en
contrados de cariño, de pena y alegría, arran
caban dulces lágrimas a los misioneros, que no'
acertaban a desprenderse de los brazos de un
padre tan amado como D. Bosco.
rrohaba a sus ojos. Como preciosas perlas titi
laban en los párpados de los misioneros, al
pasar en medio de la muchedumbre, las lágri
mas, que por dulces, no se atrevieron a enjugar,
y su vista desbordó el entusiasmo, que ya con
movía a los fieles. Lloraban las señoras y los
caballeros no podían disimular su emoción.
Unos y otros se lanzan a besar y estrechar las
manos de los misioneros a encomendarse en sus
oraciones prometiéndoles su apoyo, y, entre las
bendiciones y aplausos de todos, se alejan del
Oratorio, nido de sus más dulces recuerdos, para
ir a predicar el Evangelio en las florestas vír
genes de América y ganar almas a Cristo.
Esta fué la despedida de los primeros misio
neros de D. Bosco, como nos la relató el vate
de las tradiciones Salesianas, el octogenario Don
Juan Francesia.
Desde entonces, todos los años presencia
Turín la misma ceremonia; numerosas carabanas
de intrépidos hijos de D. Bosco, parten del hogar
paterno, de la gran Basílica Salesiana, para
esparcirse por el mundo, con ansias de apóstoles,
a conquistarlo para Dios. Ayer, 27 Agosto,
tuvimos la fortuna de asistir al conmovedor
espectáculo. Por la mañana, reunidos como en
el Cenáculo en una capilla particular, oyeron
la Misa del Rector Mayor, quien, después de la
comunión, les dirigió sentidas frases, que llega
ban al alma. « Os he dado a Jesucristo, dería,
para que lo Uevéios a esos pobres hermanos
Ú
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nuestros, seres desgraciados, que a las puertas
de la civilización yacen en la ignorancia, en
las tinieblas del error. Esa es vuestra misión,
mi.s queridos tiijos. No os alejáis de la patria,
de la casa paterna, ni os desprendéis de nuestros
brazos para ir en busca de riquezas, de tesoros
escondidos, sino única y exclusivamente, para
engendrar a Cristo en las almas, para enseñarles
el camino del cielo y edificarles con vuestro
ejemplo y piedad. Con estos sentimientos y
líi benedición de María Auxiliadora, id y con
quistad el mundo ».
Caldeados los ánimos con los consejos pa
ternales, pasaron el día en santos afectos y
transportes de alegría, hasta que llegó el mo
mento de la solemne ceremonia.
A las 6 de la tarde no se cabía y a en la espa
ciosa Basílica. Comenzó el acto religioso con
vísperas solemnes, que oficiaron tres misioneros
de luenga y poblada barba. Acompañaban al coro
la masa de los fieles con gusto y unción. El pres
biterio lo ocupaban los misioneros, en número
de cuarenta, a más de las Hijas de María A uxi
liadora, entre los cuales, se destacaba la amable
figura de Mons. Comín, Vicario Apostólico de
nuestras Misiones del Ecuador.
Terminadas las Vísperas, ocupó la sagrada
cátedra el salesiano, Dr. D. Hermenegildo Carrá, Inspector de la Misión de Matto-Grosso,
que tomó como texto de su alocución las pala
bras de Cristo: « Euntes ergo docefe omnes
gentes '), id y enseñad a todas las gentes. Con
amenidad y sencillez desarrolló el tema, cauti
vando la atención del numeroso público. Mucho
amaba D. Bosco a sus hijos, decía, dolorosa le
era la separación, pero sobre todas las cosas,
amaba a su Dios y por su amor se imponía el
sacrificio.
Para salvar las almas de los niños, fundó
Oratorios festivos, F,scuelas de Artes y Oficios,
Granjas agrícolas. Colegios de estudios, asocia
ciones de antiguos alumnos, Cooperadores, y
a las Hijas de María Auxüiadora, para remediar
necesidades entre las niñas; pero con todas
esas obras, no se apagaba la sed de almas que
le devoraba. Sorprendiéronle en cierta ocasión
sus hijos, llorando a la vista de un mapa del
Imperio Celeste de la China, e, interrogado
sobre la causa de su desconsuelo, lloro, contestó,
al considerar que el emperador de laCliina cuenta
más súbditos que Jesucristo. I^e apenaba so
bremanera que se perdieran tantas almas en
las florestas de América, en las estepas de Africa
y en las inmensas llanuras de Asia, por cuya
redención parace que vertió inútilmente su
sangre el Divino Redentor.
Por eso envía a sus hijos, que hoy misionan
en Africa, América, Asia y Oceania.
Recuerda a los campeones de nuestras mi
siones salesianas: al Eminentísimo Cardenal
Cagliero y sus fatigas en la PatagonÁi, que evan
gelizó; a Mons. Easagna, mártir de su celo apos
tólico en el Uruguay y Paraguay; y Mons. Costamagna, aposto! de los Jívaros.
Mil ostáculos y contradicciones se opondrán
a tan santas empresas; pero el amor de Dios,
la abnegación y el sacrificio triunfan, al fin, y
los vencen.
¿Y habrá todavía quien diga que la Iglesia
muere? Pasarán los cielos y la tierra, pero las
palabras de Cristo no pasarán. Con la Iglesia
estará, según su promesa, hasta la consuma
ción de los siglos.
Conmociones sociales transformarán pueblos
y naciones; guerras espantosas marcarán nuevos
límites a los imperios, sólo la Iglesia de Cristo,
como roca firme, resistirá inconmovible el em
bate de las olas, y desafiará tranquila la acción
demoledora de los tiempos...
Mientras los pueblos restañan en convul
siones agónicas las heridas de una guerra desas
trosa, la Iglesia afirma y robustece su espiritual
poderío, y nótanse por doquiera ansias de reno
vación cristiana. Intensa acción misionera
sacude el letargo de los pueblos cristianos que,
a la voz del Papa, se lanzan a la conquista del
mundo pagano por la caridad y el amor.
Partamos, pues, queridos hermanos. Dios
lo quiere y millones de almas esperan nuestro
ministerio. Con episodios emocionantes de la
la Misión del Matto-Grosso, terminó su oración
el prestigioso Misionero.
Para la bendición con S. D. M., se iluminó
todo el Santuario. Con báculo y capa magna,
salió al altar el Eminentísimo Cardenal Cagliero,
asistido, con roquetes, por todo el Capítulo Su
perior. El órgano derramó un torrente de ar
monías, y el pueblo en masa cantó un hermoso
Tanium ergo. Recibida con religiosa piedad la
Bendición, el Cardenal tomó los crucifijos
que él mismo colgó al cuello de los misioneros.
A continuación y ohidándose sin duda de su
avanzada edad de ochenta y cinco años, reju
venecido a la vista de tantos misioneros, her
manos suyos, tomó la palabra.
Con sentida y \*ibrante voz dijo: « he aquí,
mis queridos hermanos, Ixe aquí una hermosa
función. Se inició hace cincuenta años y ya no
se ha interrumpido^ más. ¡Gloria a Dios y «
D. Bosco! E l nos profetizó que de aquí sáldúa la
gloria de la Virgen, de ¡a Congregación Salesiana
y de las Hijas de María Auxiliadora.
Recuerdo cuando partí con la bendición de
D. Bosco y de María Auxiliadora, y me lancé a
través de tnares desconocidos, y me iniern , t*»»
medio de mil peligros, en las selvas vírgenes f'.ira
— 2IS —
iuscoT clinas que salvar, y cómo, a fuerza de
abnegación y sacrificio, obtuvimos gloria y con
quistas j>ara la Iglesia y la Congregación.
« Eunies dótete cmnes gentes »: Id y enseñad
f todas las gentes. Vuestra misión es divina. N o
s: trida de una expedición científica que pretenda
nuevos datos y conocimientos para la ciencia,
sino de evangelizar, de ganar para Dios muchas
olmas qtie yacen en la más denigrante ayección;
Es la misión que D ios confió a los Apóstoles y
nos encarece el Papa. Plegados a vuestro destino,
dfda d Señor a los discípulos, anunciad él reino
¿eDios. Nuestra pátria verdadera está, allá arriba,
í ;i eJ cielo. Pensemos que tenemos un alma que
salvar y que este es él único negocio importante
de la vida. Yo os acompaño con él pensamiento,
con el corazón, con el alma. Yd, queridos hermanos,
Vtrabajad sin descanso. Dios será vuestra recom
pensa, « magna nimis », grande en extremo, pero
no os apartéis de predicar él reino de Dios.
Os recomiendo que no os distraigáis en cien
cias, literaturas, en bellezas naturales, que os
aparten de vuestro fin, y os perdáis. N o faltaron
quienes fueron a salvar almas y, seducidos,
perdieron la suya. Que un fin recto, con la más
fura intención, guíe todos vuestros actos. Propa:ad la devoción a Jesús Sacramentado, la co-«¡unión frecuente, haced amar a María A uxi
liadora y veréis sucederse los milagros, convertirse
ai cristianismo infinidad de gentes.
Nunca agradeceremos a Dios lo bastante el
privilegio que nos ha concedido. La Obra Salesiana ^arca todas las obras de celo, y, cumplic7ido
nuestro lema de Trabajo y Oración, salvaremos
el mundo. Reconoced, mis queridos hermanos
raisioneros, que él llamaros Dios, no sólo a ser
religioso salesiano, sino a misionero salesiano,
es un Privilegio para vosostros. ¡Cuántas gracias
ps reserva Dios Nuestro Señor! Corresponded,
vosostros, a la gracia, y enseñad a los niños el
nombre de Dios y a que amen a la Virgen San
tísima. Por él Sacramento de la Eucaristía y la
devoción a María Auxiliadora, es segura la cemquisia de las almas: pero requiere vuestro concurso
y sacrificio. E l camino es espinoso y difícil, mis
buenos hermanos; ya lo decía S. Pablo: « Pericults
in mari, pericults fiuminum, periculis ex gentibiis, cic. r. Peligros en él tnar, peligros en los
úos, piítgros con los hombres, tropiezos por todas
partes.
Encontraréis dificultades, os amenazarán pe
ligros por doquiera, pero nada tenéis que temer:
osacompaña la bendición de D. Bosco y de María
Auxiliadora, nuestra buena Madre. ¡En cua
renta a''os de misión, de cuántos peligros no me
ban lihuido a mi! Sed hombres de oración, án
geles de pureza, divinizaos, despojándoos de las
*"ísm'£75 de la humana naturaleza. Que el mundo
contemple más vuestras obras que oiga vuestras
palabras; les convertirán más vuestras virtudes
que vuestros razonamientos. E l mundo juzga por
lo que ve.
Y por último, confiad en D.ios y esperadlo
todo de su mano, recordando con S. Pablo que laconversión no es fruto y obra de nuestra palabra;
« Ñeque qui plantai est aliquid ñeque qui rigat:
sed qui incremenium dat, Deus », sino de Dios
que mueve los corazones y hace germinar la semilla.
Que María Auxiliadora y D . Bosco os acom
pañen. La Iglesia y con ella nosotros, rogamos
para que Dios os bendiga y su ángel os defienda.
Que vtiestra vida sea vida de fe, de caridad y
amor, y veréis multiplicarse los milagros, como
todos los hemos contemplado durante los dnafenfa
años de nuestras Misiones. Más de cuatrocientas
Casas donde se educan centenares de miles de
niños, aprendiendo a amar y servir a Dios, y los
Salesianos esparcidos por el mundo entero, es
el fruto de los trabajos y sacrificios de las Misiones.
SU nomen Domini benedictum », y, a conti
nuación, dió la bendición.
Como final, fueron acercándose los misione
ros, uno a uno, para dar un abrazo a los Supe
riores, y recibir sus últimos consejos. L a escena
era tierna y conmovedora en extremo, uno de
esos momentos que no pueden describirse,
en que se arrasan de lágrimas los ojos, y se
anuda la garganta, y late con \riolencia el co
razón. Era el abrazo del padre, de la madre y
de la Patria, con su adiós de despedida. Con ese
abrazo, rubrican sus promesas, sentimientos
Y cariños.
*
* *
Ayudemos, amados Cooperadores, a esta obra
santa de las Misiones. ¡Cuán dichosos pudiéramos
consideramos, si con nuestra limosna ganáramos
un alma para Dios y un ciudadano para la civi
lización!
Dirigid vuestra ofertas al Rdmo. D. Felipe
Rinaldi, Rector Mayor de los Salesianos. Via
Cottolengo, 32 Turin (Italia).
E l cuidado de los negocios es tanto más per
fecto, cuanto más se acerca y se parece al cuidado
que Dios tiene de nosostros; Dios todo lo hace con
la mayor actividad, a todo provee, en todo piensa
pero sin alterarse, sin perder nada de su tranqui
lidad y reposo.
San Francisco de Sales.
—
2 I6 —
III" A S A M B L E A N A C IO N A L
de Antiguos Alumnos Salesianos
B A R C E L O N A (E S P A Ñ A ).
Barcelona, la cindad hidalga, santificada con
la estancia del Venerable D. Bosco, fué la esco
gida para celebrar la Tercera Asamblea Nacional
de Antiguos Alumnos en los días 28, 29 y 30 de
Julio último.
Los primeros actos.
Reunidas las presidencias el 27 de Julio por
la noche para cambiar impresiones, resohderon
proponer como Regulador a D. Manuel Pérez
Díaz, y propusieron el orden de las discusiones.
Kl 28 empezaron los trabajos con la Bendi
ción de los Prelados españoles, de D. Pedro Ricaldone, del Revmo. P. Rinaldi y de Su Santidad
el Papa. A las 8 y y» celebróse la misa del Hspiritu Santo, para implorar su asistencia los Asam
bleístas. listos llegaban casi a doscientos. Todas
las regiones de la España Salesiana estaban
representadas. Notábase en los grupos ese mo\’imiento característico de los que se ven por pri
mera vez y se aprestan a una lucha o a una con
vergencia de ideas; miradas curiosas, sondeos,
pregimtas a media voz.
Bajo el dosel del estrado estaban las imágenes
del Sagrado Corazón y de María Auxiliadora y
un medallón bronceado con las efigies de Do
mingo Savio y Miguel Magone. En frente, y
como cobijando la mesa del Regrilador, la tri
buna de los oradores y el pupitre de los secre
tarios, los retratos de D. Rinaldi y D. Pedro
Ricaldone. Ea bandera de la Eederación on
deaba gallardamente. I.as paredes del salón
estaban colgadas con los retratos de los miem
bros del Capitulo Superior y de los Obispo Sale
sianos. lín medio de ellos el retrato de S. M. D.
Alfonso X III. ¿No es todo esto un símbolo?
A las 10 en punto entran en el salón los tres
Inspectores y los tres presidentes regionales,
llevando etv su centro al venerando P. Branda,
fundador y primer Superior de las tres primeras
casas Salesianas de España: Utrera, Málaga y
Sevilla, quien a i>esar de sus 80 años camina
derecho, mirando al cielo, sonriendo y moviendo
unos ojitos profundos y luminasos: y también
al R. P. n. José Vespignani, miembro del Capi
tulo Superior y Director e Inspector durante
más de 40 años, de los Salesianos de la Argen
tina. Una o\‘ación espontánea, filial y grandiosa
acoge la presencia de los dos Sui>eriores.
El P. Olaechea, Inspector de la Tarraconense,
en breves y jugosas palabras, da la bienvenida
a los Señores Superiores y congresistas. Las re
presentaciones regionales se saludan y saludan
a la Asamblea. E l momento es hermoso; el am
biente se ha caldeado. Léense entonces algunas
cartas de Prelados, entre otras, las del Sr. Car
denal de Tarragona, Sr. Arzobispo de Valencia,
de Barcelona y Madrid, y las de nuestros doble
mente Padres: por Superiores y por españoles,
Rvdos. D. Pedro Ricaldone y D. Felipe Rinaldi.
El P. Vespignani comunicó las Bendiciones
delEmmo. Card. Cagliero y del Santo Padre, y
en nombre del Rector Mayor declaró abierto
el Congreso.
La propuesta de D. Manuel Pérez Díaz para
Regulador es acogida con aprobación unánime,
y al levantarse el elegido, no para protestar —
como la moda hubiera querido — sino para agra
decer la muestra de confianza y prometer cum
plir como amante hijo de D. Bosco — cual que
ría el buen sentido — se le tributa una ovaciim
cariñosa. Desde las primeras palabras el sim
pático J uez de Alcalá se ha conquistado el ca
riño y le admiración de todos. Y , a la verdad, el
curso de las discusiones demostró lo acertado
de la elección. Un periodista de E l Debate que
asistió a algima sesión decíanos: « Este señor
podría ventajosamente presidir el Congreso de
Diputados ».
El hasta entonces Subdirector de la Federa
ción leyó la Memoria de los trabajos realizados
del 2° Congreso acá, y esbozó un programa de
la presente Asamblea.
Como es sabido, en la preparación del Con
greso habíase cuidado de dividir bien el trabajo;
tres eran los temas principales que debían tra
tarse: Organización; Espíritu salesiano; Acción
social: y habíanse confiado el primero a la Cél
tica, el segundo a la Bética, y a la Tarraconense
el tercero.
Entrase de lleno en los trabajos. L a Comisión
madrileña había estudiado su tem a profunda
mente. N o habiendo podido venir el Sr. García
de Vinuesa, sostuvo la ponencia D . Jesús Fer
nández.
Siendo el tem a de una im portancia capital,
entablóse desde el principio una discusión inte
resantísima y m uy viva, que en ocasiones llega
ba hasta las lindes del acaloramiento. Aqiu era
— 217 —
ionde rayaba la pericia de nuestro Pérez Díaz.
Discutíase con amplitud artículo por atículo,
propuesta por propuesta, a veces palabra por
palabra; y de entre la multitud de frases, pro
posiciones, enmiendas, etc., el Regulador sabía
,-iempre sacar el grano de la paja, dejar el con
cepto limpio, la propuesta clara; y cuando la
tempestad empezaba a cernirse en el horizonte
porque cuando se discute con interés es mu}*
fácil que surjan amagos de tormenta, una agu
deza desconcertante, un chiste oportuno disi-
En la discusión de este tema primero se invir
tieron dos sesiones largas. En ella se pusieron
de relieve las principales figuras del Congreso.
Das Actas oficiales darán cuenta de la orga
nización de la Asociación tal como sale del.Con
greso. Que algo difiere de la que teníamos an
teriormente, y esto para acomodamos todo lo
posible a la que tras maduro examen elaboraron
y dispusieron los miembros del último Congreso
Internacional de Turín, presididos por un mienibro del Capítulo Superior,
Antiguos alumnos asam bleftas en la cripta del TIbidabo.
paba las nubes. Diálogos animadísimos se sostu\Teron entre la Comisión Matritense y la Anda
luza, que terminaron siempre por dejar las cosas
í ’aras y los pensamientos exactos.
Un punto muy debatido el de la Revista ór-<no de la Federación,-í Juventud perenne »su*“•' su examen riguroso, saliendo bien de él,
reconociéndose que si no era lo ideal, había be
rilo lo que había podido, más de lo que podía
«ugírsele. Tras un vivo diálogo de cumplidos
*.ntre madrileños y andaluces, ofreciendo cada
• ual a su vecino la dirección de la Re\-ista Isac-onal, convínose que se encargara de ella Ma
cad.
El P. Bordas, Consiliario de la Asociación
- la Corte y Delegado Inspectorial, hizo un
estudio acabadísimo de lo que debe ser la Re-Lsta de los Antiguos Alumnos, que nos dejó
■ todos boquiabiertos y deseosísimos de que
iparezca pronto, porque sería una de las niejo^ publicaciones de España y América.
J ÉB
El Segundo tema.
En la discusión anterior se había puesto de
relieve la interesante figura del Sr. Alvarez Ma
chuca. De modo que al aparecer en la tribuna,
la Asamblea le tributó una cariñosísima salu
tación. A las dos o tres frases y a tenía comple
tamente enardecido a su auditorio. Hablaba
del ♦ espíritu salesiano • como pudiera el salesiano más fervoroso. Ora con períodos en que
resbalaban canoras las palabras como las ondas
de una cascada; ora con agudezas y bromas de
culto aticismo, y a con anécdotas en que acaso
podrá decir con el poeta: quorum magna pars fui;
logró dar idea clara y concreta del concepto tan
recóndito como' es el espíritu que informa a una
categoría de personas. Hablaba de la comunión
frecuente y de la devoción a ^faría Auxiliadora
con nna con\'icción tan honda, que el P. Vespignani nos decía: * Pero este joven forzosamente
tiene que
lo que está diciendo, porque esto
—
2 I8 —
no puede decirse de esta forma y con estas pa
labra si no se vive *. Hablaba de esa costumbre
salesiana, tan salesiana, como las « Buenas
Noches * y la obligación moral en que están
los Antiguos Alumnos de introducirla en sus
familias — y él entendía por familia lo que en
tiende el Derecho Romano — que nosotros nos
mirábamos gratísimamente sorprendidos, como
quien se viera de repente sumergido en un
mundo de esplendores con que algunas veces
soñó, en esos momentos felices en que somos,
sin saberlo, poetas y corremos, sin rumbo, tras
una idea hermosa. Sí. Sr. Alvarez, las « Buenas
Noches i> en familia y en el mismo de.spacho y
en el mismo estudio reportarían los bienes que
V. decía, los que D. Bosco se propuso. Las teo
rías del Sr. Alvarez sobre el trato con los criados,
subalternos, relacionados no podían ser más
salesianas y constituyen: una admirable lección
de Sociología.
Cuando el Sr. Machuca terminó su ponencia,
por algunos rostros deslizábanse mal reprimidas
lágrimas, expresión tal vez no sólo de emo
ciones sentidas, sino de vida vivida o... soñada.
Por eso todos, de pie, juntaron sus manos en
triple aplauso, que fué ovación clamorosa.
Las Conclusiones se discutieron luego y apro
baron con alguna ligera modificación. Since
ramente creo que hay en esta Ponencia un progranra del que harían bien en tomar nota todos
los jóvenes propagandistas. Empiezo a ver que
se cumplirán las palabras del Santo Pió X:
o Es necesario que en todas partes se viva del
espíritu de Don Bosco; pues Dios lo dió para
orientar nuestros pasos en estos siglos de lucha »>.
Sus conclusiones se aprobaron con alguna
ligera modificación.
Alguna de ellas dió lugar a una discusión
interesantísima sobre las relaciones de nuestras
Asociaciones con otras afines, y al fin se comi
no en que la Asociación, como tal, debe mante
ner su autonomía y debe ser completamente
apolítica: si conviene alguna unión cirermstancial debe consultarse caso por caso a los seño
res Inspectores y al Secretariado de la Fede
ración Nacional. Los individuos, daro está, pue
den obrar como les plazca, con arreglo a su con
ciencia.
La Asamblea tributó un aplauso de admira
ción aprobativo a los Antiguos Alumnos de
Huesca y de Málaga, que han realizado aposto
lado benéfico.
Varios otros temas se agruparon alrededor de
los anteriores. De ellos darán cuenta las actas
del Congreso.
La Comunión general.
Mucho se había hablado del « espíritu salesiano ». Los Congresistas dieron prueba de que
efectivamente estaban animados de este espíritu.
E l 30, a las 8 y 34 celebraba el P. Branda la
Misa de Comunión. ¡Y qué hermoso era ver, ya
una hora antes, al pie de los confesionarios lar
gas filas de Antiguos Alumnos, esperando su
turno, como en los días del ejercicio de la Bue
na Muerte en el Colegio!
A la hora de la Comunión, el comulgatorio se
llenó de Antiguos Alumnos que, modestos, ga
llardamente humildes, se acercaban a recibir el
Pan de los Angeles, de manos del anciano que
por primera vez lo distribuyera a Alumnos saleTercer tema. sianos españoles 43 años ha. Las hileras se su
Es el Sr. Lupó un hombre razonador, calcu cedían ofreciendo espectáculo grandioso. Los
lador, sereno, como matemático, al fin. Presentó* ángeles de diversas regiones y de las diversas
casas de donde aquellos proceden, andaban, de
una memoria sobre la acción social del Antiguo
Alumno, tan completa, tan sólida, tan prác seguro, entre esas filas ondeantes. El órgano
tica, que no se puede pedir más. Su palabra no tocaba motivos que, sin duda, despertaban en
tiene apenas acentos pasionales; es correcta, todos los corazones un cúmulo de recuerdos.
dialéctica, metódica; más expone que declama.
Y sin embargo entusiasma y hasta conmueve.
La Sesión de clausura.
Es q’*.e las ideas, limpidísimas y grandes, sono
A las 10 en punto entró en el salón de actos
ras y fuertes como el agua que el hombre ha
forzado a mover la turbina, producen energía, el Secretario del Gobierno Ci^'il Don Manuel
optimismo, alientos y hasta una música especial Luengo, vestido de gran gala y ostentando la
de i^nsamientos, que alumbran la inteligencia, representación del Exemo. Sr. Gobernador.
Proclamóse Presidente del ^ Secretariado ge
mueven la voluntad y llegan a sacudir los ner
vios. El espíritu social de Don Bosco halló neral » de la Federación Española de Antiguos
en.el antiguo alumno de Mataró un intérprete Alumnos a D. Angel García de ^’inuesa resi
fidelísimo y competente. Por eso la Asamblea dente en Madrid; y a propuesta de la Comisión
le tributó frecuentes aplausos, y al concluir, andaluza, se aclamó Presidente honorario a Don
los Siqwriores le abrazaron y los colegas lo pre José Duran.
Por la tribuna desfilaron luego oradores semiaron también con triple aplauso.
—
21 9
lectos: Cuéllar, Fernández, Francisco Pérez,
Machuca, el P. Alcántara. Entusiasmado, habló
al final el Sr. Luengo con la valentía cristiana
de un cruzado. En el ambiente flotaba un opti
mismo reconfortante.
—
siguió expresando sus ideas durante quince mi
nutos.
Saturados dé espiritualidad, y decididos al
trabajo, volvimos al Templo, en cuyas gradas
sacóse im grupo fotográfico que perpetuará
el recuerdo de tan gratas jomadas.
En el Tibidabo.
A las 12 en punto, concluido el acto, empren
díamos la ascensión al Tibidado, el sacro monte
que Jesús escogió para que los salesianos le
elijan un trono. Congregados los A.A., en nú
mero de i8o, bajo las majestuosas bóvedas de
la cripta, cuyos finísimos moasicos refulgen
centellantes, escuchan la palabra cálida, oportu
na, comunicativa del Sr. Inspector P. Olaechea,
quien con arte suprema supo condensar en bre\-es frases toda la labor de la Asamblea y ani
mamos a cumplir generosos el programa tan
bdlamente cantado por los Sres. Machuca y
Lupó. Así caldeados, espontánea vino la consa
gración al Divino Corazón, pronunciada por el
P. Vespignani y repetida por todos, palabra por
palabra. Luego uno de los presentes entonó un
cauto a María Auxiliadora y todos los Congre
sistas lo siguieron exactamente como lo hacían
cuando estaban en el Colegio. Era una revivis
cencia de corazones.
Agape fraternalSe preparó en el grande hotel. Reinó la
cordialidad más pura. Hablaron varios oradores,
cantando los ideales salesianos y la unión ac
tiva, salesianamente activa, de todos los A. A.
de la raza ibérica. Y cuando el entusiasmo estaba
en su punto más alto, a ruegos del P. Olaechea
levantóse a hablar el anciano P. Branda. Desde
ese momento, calló lo humano, y la Asamblea
bogaba sólo en un ambiente espiritual, diáfana
mente divino. Con la frase sencilla que usaba
b. Bosco mismo, la palabra temblorosa por la
edad y por la emoción, el venerando religioso
octogenario narró la epopeya de la fundación
salesiana en este bendito solar hispano, para
concluir diciendo: * Como véis, aquí todo es di\ino, todo milagroso, todo una cadena de bon
dades, eslabonadas por María Auxiliadora; este
es el pasado; el porvenir no será diverso si vo
sotros tenéis fe y trabajáis con entusiasmo *.
Y puso el broche de oro el P. Vespignani.
* Como en el pueblo escogido — decía —
bios conservó largos años la vida de los patriar
cas para que contaran a sus nietos los prodigios
del Scmor; así ha querido conservar al P. Branda,
para que hoy, en este auge de \ida, os cuente las
mara\-illas que Dios ha obrado para establecer
la obra salesiana en España ». Y por este estilo
Velada original.
Tan deseosos quedábamos todos de oir de
nuevo a nuestros Padres, que D. Marcelino in
vitónos a una velada en debido homenaje a los
Superiores. La velada empezó a las seis de la
tarde. Y es acaso la mejor a que en mi vida
he asistido. Fué toda improvisada. El citado
señor Inspector ojeaba el horizonte e iba
pidiendo ora al uno, ora al otro orador, poeta
o artista, una contribución para obsequiar
a los Padres. Así desfilaron por la tribuna
o las tablas o el piano Cuéllar, Maquiera,
Sánchez, de Huesca, famoso cantor de jotas,
Alcántara, Verdugo, Alvarez Machuca y Don
Marcos Tognetti.
Y luego, levando las áncoras del recuerdo
los dos Padres Branda y Vespignani, nos em
boscamos en pleno océano sobrenatural. Agru
pados, apiñados, todos de pie para oir mejor,
escuchamos, casi sin alentar, la narración de
la aparición de D. Bosco en Sarriá, de los pro
digios que la Sma. Virgen operó para estable
cer a las Hijas de María Auxiliadora en
España.
E l tiempo pasaba sin darnos cuenta; y ya se
nos erizaban los cabellos, ya se dilataba el co
razón, siempre en contacto con lo sublime y lo
sobreiratural.
También el P. Vespignani contó prodigios de
Don Bosco por él presenciados, de algunos de
los cuales fué objeto directo. Por todo ello, nos
confirmamos en la persuasión de que Don
Bosco es un santazo, un enviado de Dios, especialísimo, y de que sus hijos tenemos asegurado
el triunfo.
Los frutos del Congreso.
Y a han podido veree. Si no fuesen más que
ese conottrse y tratarse, era ya mucho. Los
catalanes se han portado con hidalguía conmo
vedora. Los castellanos, andaluces, aragoneses,
vascos etc., han quedado edificados y ganados;
la unión de las regiones es un hecho. Y esto es
ciertamente un gran fmto.
Otro es la revelación de valores. Se han dado
a conocer como elementos valiosísimos, entre
otros. Picó, Machuca, Cuéllar, Fuelles, Francisco
Pérez y sobre todo Pérez Díaz.
—
220
Y esto también es mucho. También lo es
el conocimiento de obras sociales y cultu
rales realizadas por algunos grupos, v. gr. los
de Málaga, Huesca y Sarriá.
Pero el mayor de los frutos quizás es el alto
ambiente de espiritualidad en que hemos vivido
y en que nos vemos envueltos todos, desde el
primero hasta el último; el convencimiento, más
aún, la persuasión de que la Obra de Don Bosco,
de la que los Antiguos Alumnos son una rama
necesariamente unida al tronco, es cosa de Dios
y como tal tenemos que tratarla, y como tal
cuenta .siempre con el riego abundante de la
gracia; prueba es la novísima « porchincula »
diaria, concedida por el Santo Padre a los SaIcsianos a los Antiguos y actuales Alumnos y a
—
sus Cooperadores. Nuestro lema no es ya « Ora
ción y Trabajo », sino Trabajo-Oración...
Se nos ha invitado para el próximo Congreso
en Sevilla, y se desea que no sea sólo Nacional
sino Hispano-Americano. Y o me permito decirle
al Sr. Cuéllar, que fue quien lo propuso, que
si es Hispano-Americano, no dejará del todo de
ser Nacional, porque los latino-americanos ya
nos consideramos como formantes con la Madre
España una sola nación. ¡Quiera Dios que para
1925 podamos estrecharnos las manos todos los
que, aunque tan distantes, hablamos la misma
lengua y llevamos en las venas unas gotitas de
sangre quijotesca. A pesar de todos los pesares
creo que sólo siendo un poquito Quijotes se pue
den perseguir y realizar los ideales.
EN LA FIESTA DE SAN JUAN
Cómo piensan ios buenos Cooperadores.
Rdo Sr. Inspector,
Señores,
Con frase tan verdadera como lapidaria dijo
el inmortal historiador Don Lemoyne que María
SSma. Auxiliadora es el Principio el medio y el
fin de todas las obras Salesianas. Y como quiera
que por inescrutable disposición de la Provi
dencia divina Don Bosco y sus hijos han sido
los elejidos para ser, en la rica heredad del Padre
de familia, los heraldos de esa vencedora y
triunfal advocación de Nuestra Señora, los
mensageros de su devoción, los apóstoles de sus
glorias y de su culto, es evidente que la primera
y principal y la más fundamental de todas las
tiestas salesianas, es la fiesta de nuestra Reina
y Madre la Santísima Virgen Auxiliadora: a la
cual el pueblo cristiano suele llamarla, por estas
razones, la Virgen o la Madonna de Don Bosco:
hermosa, simpática, popular, encantadora denoiniuación, tan amorosa para todo corazón salesiano, y tan honrosa y gloriosa para aquel grande
hombre que siempre campeará en medio de
todos los siglos Y en la fecunda historia de la
Igle.sia como uno de los más excelsos y fecundos
Apóstoles de la Santísima Virgen.
Pero si dejamos en su lugar la referida fie.sta
de María ri uxiliadora, fiesta que por si sola forma
coro aparte, no comparable con ninguna otra
de nuestras fiestas, tengo para mi que ésta del
alegrísimo día de San Juan que ho}* estamos
celebrando, conforme a la tradición que nos
legaron nuestros mayores, es, después de la
fiesta de nuestra Reina y Madre, la más casti
zamente salesiana que existe.
No fundaron esta fiesta ni Don Bosco ni Don
Rúa, que fueron por decirlo así, el Rómulo y
Remo, ó, para hablar más cristianamente el San
Pedro y San Pablo de nuestra amadísima Con
gregación. No fundaron tampoco la presente
fiesta ningún religioso salesiano, ningún coope
rador insigne y ninguno de los niños heróicos,
y hasta santos, que en el vergel salesiano han
florecido.
¿Sabéis quien fundó esta fiesta? Es flor, es
fruto, es árbol del corazón y del alma entera,
es fiesta de gratitud y de amor, fiesta de rego
cijo y santa alegría filial que naturalmente brotó
del corazón de todos los hijos de Don Bosco.
tanto religiosos como seglares, como de la raíz
el tallo, como del tallo la flor, como de la flor
el fruto.
Sin citación y sin convocación de nadie, acon
tecía allá en los primeros años de la Congragación, que al llegar la fiesta de San Juau Bau
tista, cuyo nombre llevaba nuestro Venerable
Padre, todos los salesianos de Turín (religio
sos, cooperadores, niños internos y externos,
niños del oratorio y antiguos alumnos) todos
se congregaban aquel día al rededor de su Padre
y Maestro, pero no se congregaban a la voz de
nadie, sino a la voz del alma y del corazón, del
ardiente amor, y de la gratitud, y de los recuerdos
y encantos de la juventud, y de la niñez y de los
favores recibidos de la milagrosa Madonna de
Don Bosco.
Los ausentes enviaban representantes o
mensages, y eran tan alegre, tan familiar, tan
amante, tan tierna y tan concurrida aquella
fiesta, y tan famosa y ruidosa llegó a ser en los
últimos años de Don Bosco (mayormente desde
el año de 1879) que los periódicos de Turín
tenían forzosamente que dar cuenta y razón
de esta cada día más ruidosa fiesta de familia,
porque era uno de los sucesos más memorables,
más sonados y más peculiares de la famosa ca
pital.
Entre los grandes héroes del Cristianismo ha
liabido muy pocos que hayan sido amados por
los suyos con un amor tan entrañable, tan ciego,
tan poderoso y tan fuerte, como ha sido amado
el inmortal Don Bosco. A cuenta de lo cual,
podría yo traer ahora a colación muchos ejem
plos admirables que se encuentran a montones,
lo mismo en el coro de los religiosos salesianos
que en el de los Cooperadores, lo mismo entre
los niños del Oratorio que entre los antiguos
alumnos. ¿Quién no recuerda las amargas lá
grimas que derramaba aquel santo salesiano
que se llamaba Don Juan Bautista Baccino
ícuya admirable semblanza fué tejida por Don
Barberis en el tomo i®del Boletín Salesiano) el
cual Don Baccino, cuando se partió para América
en la 1° expedición salesiana, lloraba tan amar
gamente, que el mismo Don Bosco llegó tal vez
a sospechar que tanto y tan amargo llanto no
casaba bien con la obediencia a que está obli
gado un religioso?
El cual interrogado por el Venerable acerca
de las causas de tan copiosas lágrimas, respon
dió estas sencillas y sublimes palabras de amor:
« Oh padre mió; yo voy contentísimo a Amé
rica y a cualquier parte para llevar la luz de
Cristo a los infieles. Solamente, únicamente, y
exclusivamente lloro un llanto tan amargo, por
que cuando y o me muera no podré morir entre
brazos de Don Bosco... ■>
Pues ¿qué diremos de aquel intrépido Don Costamagna.cuyaprimera y famosa misionera expe
dición marítima fué comparada por el mismo
a aquellos tres días que el Profeta Jonás estuvo
sepultado en el vientre de la ballena? ¡Qué admi
rable carta aquella en que, con más sublimidad
que Virgilio en el primer libro de la Eneida,
cuenta la tempestad que en medio del mar les
suscitó el infierno, que preveía los frutos de ben
dición que había de rendir la misión salesiana!
‘ Cuando y a creíamos que nuestra muerte era
segura (dice el intrépido, apostólico conquista
dor) la pena más grande que teníamos en aquel
trance, era la de considerar que ya no íbamos a
'■ er más a nuestro Don Bosco 1*. Como modelo
dd amor que le profesan los niños del Oratorio
y los antiguos alumnos que perseveran fieles
3 la casa paterna, valdría por todos la historia
dd simpático piamontés Carlos Gastini, niño
*®cogido en el oratorio primitivo y en lance muy
trágico, por Don Bosco, y primero y perpetuo
presidente de los primera^ antiguos alumnos;
y el cual Gastini, en la fiesta que hoy celebramos,
era siempre, después de D. Bosco, el personaje
más principal y más popular de la famosa fiesta.
Entre los antiguos alumnos que no son tan
fieles como Gastini, que andan años y años como
el hijo pródigo descarriados por esos mundos,
sirve de ejemplo magnífico de cariño, y amor,
y gratitud a Don Bosco, y a la educación que en
su infancia recibieron, aquel militar que después
de 30 años tom ó a Valdoco, y andaba como u
tientas buscando el sitio del antiguo, yermo y
desmido solar en donde pasó su lejana infancia.
Y no hallando más que una esplendida Basí
lica (cuya existencia no soñaba) y habiéndole
dicho que todo aquello era obra de Don Bosco
y que este todavía vivía, se commovieron
sus entrañas, pidió licencia para volver a ver,
al cabo de tantos años, a su antiguo Padre y
Slaestro, y aquel mismo día y sin perder tiempo
lloró sus extravíos, y felizmente se reconocilió
con Dios, confesándose humilde y fervorosa
mente con Don Bosco que aquel día parece
que tuvo (con ocasión de este lance tan feliz)
alguna ilustración providencial y consoladora
sobre la Asociación de los antiguos alumnos.
Y ¿qué diremos de los Cooperadores, qué de su
gratitud y adhesión amorosa al gran Don
Bosco que no esté encerrado como en cifra o
simiente en las cosas que de ellos cuenta el
proprio Don Bosco en la famosa carta o testa
mento que dejó escrita para sus amadísimos
cooperadores?
Pues bien, Sr. Inspector; pues bien, Señores
que me escucháis, ese amor tan filial, tan fuerte
y tan poderoso que Don Bosco engendraba en
el corazón de todos sus hijos; ese amor y esa
gratitud fueron los verdaderos fundadores de
esta salesiana fiesta, que hoy celebramos, la
cual es símbolo y realidad de los frutos natu
rales que producen aquellas virtudes que tan
singularmente resplandecieron, con divinos ful
gores, en San Francisco de Sales, al cual eligió
por Patrón celestial de nuestra Congregación
Don Bosco y la cual quiso que se llamase sale
siana, para que sus hijos se acordasen que con
aquellas virtudes del santo Obispo de Ginebra,
habían de abrazarse en especial predilección:
con el trabajo, con el sacrificio, con la paciencia,
la sua\*idad, la benignidad, la mansedumbre,
el cariño, el amor, la caridad. ¿Qué corazón hu
mano, por más seco que sea, no se rinde al dul
císimo imperio de estas virtudes? A la luz de
su hermosura y al calor refrigerante y vivifi
cador de sus rayos, germinarán siempre en la
tierra más ingrata el amor y la gratitud.
De ese amor y de esa gratitud es símbolo y
realidad y fruto lozanísimo la presente fiesta,
la cual es por tanto fiesta castizamente salesiana por sus cuatro costados. Ahora bien, como
quiera que las obras y empresas todas de la Pía
Congregación »Salesiana no son ni más ni menos
que las obras y empresas de Don Bosco, sin más
diferencia que las de ahora son incomparable
mente muchas más que en los días de nuestro
Padre; como quiera que en sus religiosos vive
siempre con alientos de perpetua juventud
y de robusta vida el mismo espíritu salesiano
o sea, el mismo espíritu de trabajo, de sacrificio,
de cariño, y caridad y de amor que alentaba
en el pecho de Don Bosco, acontecerá que hoy
y mañana por carino, hoy y mañana por gra
titud, hoy mañana y siempre por amor, hoy y
mañana y mientras por la misericordia del Se
ñor y por la protección especialísima de María
Auxiliadora aliente y viva aquel espíritu, como
hoy alienta y vive en nuetro Reverendísimo
Rector Mayor Don Rinaldi, en todos los Supe
riores de la Congregación y por modo muy es
pecial en Vuestra Reverencia Señor Inspector,
acontecerá, digo, que todos los años tendremos
que venir juntos en torno de nuestros supe
riores a dar testimonio de nuestra gratitud y
de nuestro amor a los siempre amadísimos y
dignos Superiores y sucesores legítimos de Don
Bosco; y vendremos juntos todos los miembros
de la gran familia salesiaua, conviene a saber:
los religiosos, los antiguos alumnos, los modernos,
los niños del oratorio y los cooperadores salesianos.
Y como yo he sido elegido para llevar la voz
de estos últimos en la presente salesiana fiesta,
tengo a gala y como gentileza, por ser uno de
los más antiguos cooperadores de España,
(puesto que muy pronto hará 30 años que lo
soy), dirigirme en el otoño de mi vida a mis
hermanos los cooperadores y contarles en dos
palabras la gran enseñanza que he aprendido
y que he visto corroborada mil veces en el libro
de la experiencia.
Señores Cooperadores, ¿queréis ser como se
dice en derecho, acreedores privilegiados de la
Santísima Virgen?
Pues cooperad fructuosamente a la obra de
Don Bosco, que no es precisamente cosa o em
presa de Don Bosco, sinó de nuestra Reina y
madre la Santísima Virgen Auxiliadora.
Pero ¿queréis saber ahora un medio sencillo
y fácil para cooperar con mucho fruto, con
frutos incalculables, con fruto de bendiciones y
cuya rica cosecha no podamos calcular? Y o
conozco un medio ^•erdaderamente prodigioso.
Produce siempre más d.el ciento y aún más del
mil por uno.
Si sois pobres leed, releed y aprended bien la
vida y los encantandores episodios de Don Bosco
y procurad contarlos y propagarlos entre vues
tros amigos y conocidos. Y aunque contéis con
pocos posibles, regalad por lo menos alguna que
otra vez algún ejemplar de la vida de Don Bosco,
de esa vida encantadora que en Sevilla y en
Sarriá se venden tan baratas. Y confonne a
vuestra posición y riqueza, regalad y seguid re
galando ejemplares y más ejemplares; y voso
tros mismos os admiraréis algún día del número
de amigos y cooperadores nuevos y limosnas
bienhechoras que con este sencillo arbitrio aca
rrearéis, en buena hora, a la casa y familia de
Don Bosco. Alabado sea Dios que con tan fá
ciles modos nos proporciona, por la misericordia
de María, cooperar copiosamente a la gran em
presa de Don Bosco que tengo para mi (por
varias y poderosas razones) que es o quizá la
más principal o por lo menos una de las más prin
cipales de la Iglesia. Alabado sea Dios que tan
copiosas bendiciones derrama sobre la lectura
de la vida de Don Bosco. Alabado sea Dios
a quien tantos ser\ricios podemos hacer tan
fácilmente, con tan sencilla propaganda, y feliz
y venturoso el que se emplea en tan apostólica
empresa y santo servicio. Alabado sea en fin
y sin fin. Dios Nuestro Señor que por tales ser
vicios olvidará nuestras ofensas.
No olvidemos nosotros nunca jamás la gran
promesa, la gran profecía de Don Bosco a sus
cooperadores a los cuales les decía: « Si sois
cooperadores míos. Dios mismo será cooperador
vuestro en vuestras empresas ». Así es, así sea
y así será.
He dicho.
J u an M. d e l C ampo
Cooperador Salesiano.
Los Cooperadores Salesianos que confesados
y comulgados visiten devotamente una Iglesia
o capilla pública, o, si viven en comunidad, la
propia capilla, y rueguen según la intención del
Sumo Pontífice, pueden ganar las siguientes
indulgencias plenarias:
Para el mes de Octubre
Día 7 Ntra. Sra. del Rosario
» I I La Maternidad de la Virgen SS.
» 16 La Puereza de la Virgen SS.
Noviembre
Día 21 Sta. Cecilia.
INDIA INGLESA
ha nueDa ÍDIsión del flssam
{Caria del sacerdote Don Luis Matías)
Shillong, 36 febrero 1933.
Rdmo. Señor D. Felipe Rinaldi.
Desde el día que llegamos, he procurado hacer
mi composición de lugar con la intención de
enviarle una relación detallada, que pueda darle
idea exacta de la nueva misión y de sus gran
des necesidades.
Le confieso ingenuamente que el trabajo
se multiplica y cada día se abren nuevos ho
rizontes, no siéndome fácil ordenarlo todo como
quisiera. Sobre mi escritorio hay un almacén
de cartas, fotografías, relaciones y notas de
cuentas de 32 años de Misión.
Porvenir halagüeño de la Misión. - Su
grande extensión. — Belleza del palsaje. — Los Khasis. — Cariñoso reci
bimiento.
Ninguno de nosotros se imaginaba una Mi
sión tan extensa, de vegetación tan exube
rante y risueño porvenir.
Para poderla recorrer, dado sus malos ca
lmaos y lo montañoso del terreno, es un labe
rinto de montes y valles, invertiríamos más
de dos años. A ninguno de mis predecesores
S€ le ocurrió probar tamaña aventura.
Í.A variedad de su fauna y flora, con la exu
berancia de la vegetación y la belleza del pai
saje hacen de estas tierras una región encanta
dora, de las más hermosas de la India.
Sus habitantes, los Khasis, son de un buen
natural. Sus costumbres patriarcales y sen
cillas les llevan a abrazar el cristianismo con
facilidad, lo que nos hace concebir las más
halagüeñas esperanzas. Así lo han entendido
también los protestantes, pues han invadido
todo el territorio del Assam, levantando igle
sias, hospicios y escuelas por doquiera, en tal
abundancia, que de las últimas y a cuentan
con Soo.
Nosotros, en cambio, apenas tenemos veinte
escuelas y algunas iglesias. Nos consuela.
sin embargo, la fe de los Khasis convertidos.
Son fervorosos y amantes de las funciones reli
giosas, alas que acuden con piedad y constancia.
Ix)s domingos, da gusto ver nuestra iglesia,
capaz de 600 personas, llena de hombres ro
bustos oyendo con devoción la Misa que cantan
sus mismos hijos. Estos chiquillos Khasis tienen
el oído finfeimo y cantan tan unidos y ento
nados, que es una delicia el oirlos. ¡Lástima que
resulte un poco monótono por falta de expre
sión, que no conocen!
A nuestra llegada, como ya nos reuníamos
un buen número, formamos un coro, y todos
los domingos cantárnosla Misa de Perosi, Hal-le
ro y Boüazzo a dos voces. Por la tarde, en la
bendición, ejecutamos algún Tantum ergo, de
los que con tanto placer hemos cantado en
nuestros colegios de Europa. Hace dos domin
gos volvieron de vacaciones un gran número de
niños del Orfanato de S. Antonio, y ellos se
encargaron de la Misa de Angelis que cantaron
admirablemente, dirigidos por un maestro in
dígena. En las funciones de la tarde les oímos
con maravilla las letanías y el !Taintum Ergo que
habíamos ejecutado nosotros unos días antes.
No lo habían oído más que una o dos veces,
y con todo, sin partitura ni papeles lo repetían
a perfección.
Pero aun no le he contado nuestro primer
domingo en Shillong, dos días después de nuestra
llegada.
A las 8 se cantó la Misa <<Te Deum laudamusit
de Perosi y hubo sermón en lengua Khasis.
No salíamos de nuestro asombro al ver la iglesia
tan llena y con tanto orden. Al lado de la Epís
tola, estaban los niños con los hombres; y las
mujeres y niñas, al del Evangelio, y entre
unos y otros no bajarían de 500. L a Comu
nión fue numerosa, unos 150, y me dicen que es
cosa de todos los domingos. A las 9
nueva
función para los europeos reducidos en número.
Por la tarde, después de las dos, rosario, cate
cismo y Bendición. L a iglesia llena otra vez.
Terminadas las funciones, nos presentaron
a nuestros Khasis cristianos en la plazoleta que
hay delante de la iglesia. Fuimos recibidos a
los acordes de una charanga de ocho músicos,
con pujos de banda, y a continuación nos di
rigió la palabra el alcalde en nombre del pueblo,
agradecdéndo nuestro espíritu de sacrificio, ya
que para el bien de sus almas, habíamos aban-
—
224 —
donado nuestra patria y familias, y poniéndose,
en mutua correspondencia, a nuestra disposición.
I^e agragdecí en nombre de los misioneros su
saludo y ofrecimientos, añadiéndole que ve
níamos dispuestos a sacrificar hasta la vida por
el bien de sus almas. Les manifesté la grata sor
presa que nos había causado ver entre ellos a
nuestra Madre Auxiliadora, y en agradeci
miento. les regalé una estampa a cada uno,
muy semejante a la misma estatuita.
Su satisfacción fue grande, no sólo por nuestro
regalo, sino también y especialmente, por ha
bernos sorprendido tan agradablemente.
Repartí cerca de 500 estampas entre los
Khasis. Alma del recibimiento, fué el bueno y
querido Padre Lefebre que me hizo además de
interprete.
Como final nos cantaron su himno católico
y marcharon a sus casas.
extender su acción a varias tribus, dada la di
versidad de lenguas. Añádase a esto las enormes
distancias y escasez de comunicaciones; lo que
brado del terreno que obliga a un continuo
subir y bajar de montes, casi siempre por malos
senderos. Para abarcar todo la Misión se nece
sitan, por lo menos, dos misioneros por cada
tribu, lo que exigiría un total de 350. Entonces
si que sería una de las misiones más afortunadas,
a pesar de las dificultades topográficas y hngüísticas. Regate Dominum raensis.
Mas no todo son dificultades; también hay
algunas ventajas en esta Misión, siendo una de
las más importantes la sencillez de los habi
tantes de esta región, donde no existen las
castas de los Indos, ni el famatisrA) musulmán:
dos plagas muy extendidas en
India y que
90
Idea general de la Misión. — Tiene 267.000
km.^ y se hablan 167 lenguas. — Los
Khasis son buenos, valientes e inte^
llgeníes.
Los Khasis y los Syntheng ocupan la paite
central y montañosa del Assan. Son inteli
gentes y de buen corazón; siempre se les en
cuentra de buen humor, con la sonrisa en los
labios y dispuestos a ser catequizados; son
de toda esta región los que más se nos aficionan.
Por de pronto, nuestra Misión se limita a los
Khasis y Syntheng. Los primeros residen en
los montes y valles llamados Khasis; y los otros
en los de Jaintia Hills. La extensión de estos
dos territorios mide 15,609 Km®., o sea: 1/17
ava parte de toda la inmensa Misión que, con
el Bhnián, Manipur, Varioti y Triber mide la
friolera de 267.860 Km*.
Los datos que se jjan suministrado hasta el
presente de esta Mislój», son ineaactos, por la
sencilla razón de que carecían de ellos los mi.smos que los daban. El númejfB de lenguas que
se hablan es de 167, sin contat }o6 dialectos de
muchas trib*\> de menos de mil habitantes.
He aquí el texto oficial de que me sirvo:
« Thereis frobably no ocumiry in (he ivorhi
uhich a§ords a richer field for (he philologist
(han /Issítm, for. thonght (he populaiion harcly
e.xeeds .siv miltions, not le^s tham om hundred
and sixty'Seven different langnages xvere returned
ai (he last. Census *. Census ogf. India: 1901
Yol. IV cap. 8 n.'^ 150.
Solo en la región de las Khasis y Sy'nihcng se
hablan ocho lenguas diferentes, sin contar los
dialectos. Con esto comprenderá lo dificil que
le resulta al misionero su apostolado en estas
tribus. Es imposible que un sólo misionero pueda
a
hacen poco menos que imposible su conversión
al Crtótianismo. Los Khasis, de raza indochina,
son muy joviales, pacíficos y afables' pero poco
amigos de la disciplina. E l tipo es pequeño,
aunque robusto, de color parecido al de la raza
mongólica; cara abultada, ojos ligeramente
oblicuos, nariz mas bien larga que corta, con el
pelo negro como el azabache y barbilampiños.
Cada cual viste a su manera. Los que viven
tierra adentro, medio salvajes aún, llevan un
paño ceñido a la cintura. En los pueblos, los
ricos visten velos largos que terminan arrollán
dose artísticamente en las piernas, a modo de
pantalón árabe, muy elegante, y de los hombros
cuelgan los mantos, que se asemejan a las togas
romanas. Muchos llevan turbante, cruzado cou
gracia.
Las mujeres son muy modestas; pudieran dar
lecciones de recato a las señoras de nuestras
grandes capitales europeas. Sus r-estidos son
largos y aun encima llevan un chal que llega
hasta los pies. L a cabeza la cubren con un pa
ñuelo grande y, en cambio, van descalzas.
La lengua es monosilábica y fácil. Carecen
de literatura, y usan en la escritura las letras
y alfabeto de la lengua latina, introducidos por
los protestantes Welcfis, que fueron los primeros
que llegaron al Assam. Pero todo loque tiene
de fácil esta lengua, lo tienen de difícil las demás.
Estado de la Mislóa
Tenemos dividida la Misión en distritos,
y en cada uno contamos con las siguientes
obras de apostolado:
Distrito de Shillong. —
Shillong es la residencia
principal de la Misión y en
ella reside la Prefectura
Apostólica. Tiene además:
Iglesia Parroquial con serr-icio para los Khasis y los
Europeos: orfanato con 50
niños y escuela anexa; es
cuela de Artes y Oficios,
para caqíinteros, mecánicos,
impresores, cajistas, encua
dernadores, sa.stres y zapa
teros. Como a nuestra llegada
todo estaba muerto, de mo
mento, se han trasformado
en escuelas de labores para
las niñas, a cargo de las
Hermanas de Ntra. Señora
de las Misiones. La escuela
graduada de primera ense
ñanza cuenta con 300 alum
nos indos, entre internos y
externos. También hay es
cuela de catecúmenos, pero
sin local propio. El colegio
de S. Edmundo, dirigido por
los Irish Cristian Brothers,
donde nueve religiosos pre
paran a más de 120 jóvenes,
de todos los rincones del
Assam, para los exámenes
que rinden en Cambridge.
Pensionado de Loreto, con
60 internas, europeas e in
dígenas, dirigido por monjas
irlandesas de Ntra. Señora
de Loreto. Como los religio
sos citados, preparan tam
bién a las jóvenes para los
—
226 —
a Shillong a fines de Febrero. Y a nos ha comu
exámenes de Cambridge. El convento de las
monias de Ntra. Señora de la Misiones, que nicado que tiene destinadas para Raliang cuatro
tiene a su cargo la escuela de labores de hermanas y que, si los Salesianos le permitimos
Sta. Ana, con 120 niñas; el de Sta. María con 200 residir en Assam, inmediatamente las envía
a dicho centro.
ninas, entre internas y externas, y un orfanato
Como el Assam puede muy bien albergar a
con 60 criaturitas, botiquín y asilo para ancianas.
Además de otras cinco escuelas en Mawlong 100 Congregaciones y se me presentaba tan
Txyrna, liongriat y Hoglmai, dependen del di oportuna la ocasión de poder ayudar a nuestros
feligreses, no titubeé en asegurar a la Rda. Ma
strito de Shillong los centros siguientes:
Centro de Cherrapoonge, a 50 Km de Shillong, dre que tenía a su disposición la residencia de
Raliang y otras más.
con una población católica de 52 almas, iglesia
en buen estado, residencia y escuela muy flo
El 21 de Enero emprendí la visita en com
pañía del Padre Lefebre, dirigiéndone a Ra
reciente.
Ce7itro de Lailkynsew, distante 25 Km. de liang. E l trayecto hay que hacerlo todo a pie
Cherrapoonge, con 231 católicos. Tanto la iglesia
y en un continuo subir y bajar montes, por
como la residencia y la escuela marchan muy
senderos de mala muerte. Cuando se llega a la
cumbre de alguno de los montes y se contempla
bien.
Centro de Raliang, a igo Km. de Shillong, . el horizonte en derredor, se ve todo cubierto
con una población católica de 625 almas. La
de crestas de la misma altura, poco más o menos.
iglesia está en muy mal estado, reclamando ur
Con buen acuerdo, y para hacer más cómodos
gente reparación. En cambio, la residencia, la estos largos viajes, el gobierno inglés ha hecho
escuela, la casa de las monjas y el pequeño or construir en las rutas, y a cada 26 Km., los
fanato, están en buen estado, como asimismo « Dack Bengalow », especie de posadas, donde
la enfernieria, que es un pequeño hospital con los empleados del gobierno y misioneros tienen
cuatro camas. Posee también unas casuchas hospedaje gratis por algunos días. Generalmente
para ganados y algunos terrenos, parte arro se hallan situadas estas hermosas casitas en
zales y bosque lo restante.
los altos del terreno. Con pagar la leña y una
Centro de Mongbah, a 30 Km. de Raliang, propina al guarda, está todo listo.
con 2gg católicos y una iglesia, tan pobre,.que
Después del mediodía, llegamos a Raliang,
da pena el verla. La casita del misionero está donde nos esperaba el Padre Grignand, S. J.,
todavía en buen uso y la escuela muy floreciente.
que lleva seis años trabajando en tres distritos.
Centro de Lamni, a 100 Km. de Raliang, con
A la vuelta, les hice a los hermanos una expo
140 católicos. Desgraciadamente es todo un sición detallada de lo que había visto, con mis
montón de ruinas.
impresiones acerca de lo que se puede hacer,
contando con las religiosas de que hablo arriba,
Fundación de ¡a residencia de Raliang conocedoras de la lengua y costunbres de estos
habitantes; y decidimos dar vida de nuevo al
entre ¡os Syntheng.
centro de Raliang, medio descristianizado y
Como las características de estas dos regiones despoblado.
Al efecto, el i i de Febrero, fiesta de la apa
de los Khasis y Syntheng son muy parecidas
y ambas ofrecen probabilidades de éxito, rá rición de Ntra. Señora de Lurdes, salieron para
Raliang los sacerdotes: Padre Hauber, Padre
pido y seguro para nuestro apostolado, hemos
determinado que cada región tenga su centro, Depouti y los coadjutores Conti y Calzi.
En amena charla y expansiva alegría, les
siguiendo la norma, de los primeros misioneros,
acompañamos varios kilómetros de camino.
que hicieron a Shillong centro de los Khasis y
a Raliang de los Syntheng. Allí tenían una co Cinco días más tarde, marchaban al mismo cen
munidad de monjas, que al marcharse, dejaron tro, acompañadas por la Madre General y Madre
sin asistencia a los cristianos que, poco a poco, Vicaria, las aratro religiosas mencionadas. Ac
se redujeron a la mínima expresión. E l Rdo. tualmente se hallan todos en su nueva resi
Padre Lefebre había ya rogado repetidas veces dencia, llenos de alegría y entusiasmo, a pesar
a las Hermanas de Ntra. Señora de las Misiones, de su extremada pobreza, y dispuestos a sacri
de Lión, sucesoras aquí en Shillong de las mon ficarse por el bien de sus queridos Syntheng.
Dos meses hace, amadísimo Padre, que está
jas alemanas expulsadas, para que se estable
cieran también en Raliang, deseo que compar bamos todavía en Europa, y y a llevamos cua
tía y aprobaba la S. C. de « Propaganda Pide •. renta días trabajando en la viña del Señor, y
1a\ Madre Superiora de estas hermanas se ha hemos \*isto partir a nuestros hermanos, des
llaba, a nuestra llegada, \4sitando las Casas pués de cantar el Veni Creaior y el himno a
María Auxiliadora, para el centro del Raliang.
que tieiKín en la India, y es¡)eramos que llegará
— 227 —
Debiera, antes de terminar la relación, ha
blarle también del distrito de Haflong, donde'
hay otra comunidad de las Hermanas de Ntra.
Señora de las Misiones (son tres las comuni
dades que tienen en Assam), y un Padre Jesuíta
que cuida de ella, del colegio anexo, de los cató
licos y de una plantación de té, con un conjunto
de 1200 católicos.
¡Cómo ve, Somos muy pocos operarios para
tanta mies! Mons. Perier, actual Obispo auxiliar
de Calcuta y el Padre Weys, Provincial de los
Jesuítas, que conocen bien el Assam, compren
e p i s o d i o s
diendo que los que somos no podríamos sostener
ni la mitad de lo que ellos misionaban, han per
mitido, con gusto, que algunos de sus Padres
continuaran en sus puestos, hasta que llegaran
de Turín, los Salesianos que deben sustituirles.
Por lo tanto, necesitamos, por lo menos, cinco
sacerdotes más y con este fin rogamos a Ría ría
Auxiliadora, seguros de que nos mandará ayuda.
Bendíganos, amado Padre, y con su bendi
ción envíenos nuevos misioneros.
Sac. L u is M.\thias
Misionero Saiosiano.
d e
¡Al menos bautízame!... ¡Bautízame pronto!
A fines de mayo de 1920 llegué a la Resi
dencia de Chú-Hing, y apenas supieron mi
llegada, acudieron los pocos cristianos de los
contornos. La primera fiesta que se celebró,
fue señalada con el bautismo de mi sirviente,
Lo-Tan-Sien. Era el primer adulto que bauti
zaba... y, sin duda, se harán cargo de mi satis
facción cuando sepan su historia.
Encontrábame en Chu-Hing, el 6 de diciembre
del año anterior, camino de Fong-Tong, donde
había de pasar la fiesta de la Inmaculada; pero
la inclemencia del tiempo me obligó a perma
necer todo el día en casa, estudiando el chino.
Cansado de leer, bajé un rato a la portería para
charlar con nuestro viejecito Sin-Shang y me
encontré con un mozalbete, bien fornido y senci
llo, que, delante de un cuadró, leía algunas pre
guntas de catecismo. Le dirigí la palabra y me
contestó con afabilidad, si bien, en honor a la
verdad, nos entendíamos muy poco. Intervino
' el viejo y supe que era un tal Lo-Tan-Sien de
Kayin-Tehieti, enviado por su amo, que se en
contraba enfermo, para que fuera a visitarlo
Sin-Shaug, que es también médico y goza de
mucha reputación. Mientras éste se arreglaba,
pregunté al joven:
— {Dónde está tu amo?
— En Tai Kai, en una gran zapatería.
— .-Y tú conoces el oficio?
— Hace pocos meses que estoy en su compañia, como cocinero, pero y a he aprendido a
<»ser sandalias.
— ¿Qué te parece del tuadro?
— Que es muy hermoso y contiene xma doc
trina interesantísima. Y si he de dedile la verdad,
muchas veces me disgusta el ambiente que me
rodea; siento gran inclinación al estudio y esta
doctrina me parece más adaptada a mi carácter.
— Escúchame: cuando estés desocupado
ven a buscar al inteligente Sin Shang quien te
instruirá, y puesto que ya sabes leer, toma
un catecismo donde podrás estudiar a tus
anchas.
E l médico estaba y a preparado y salió con
el simpático joven, dejando en mi una grata
impresión... « ¡Oh Señor! dije al punto con fe,
¡llamadadle a la verdad del Evangelio! »
Después de im mes, volví a verlo y ya sabía
algunas preguntas de catecismo; se quejó de
la falta de tiempo para estudiar, y me pidió
que le tomara a mi servicio.
— Presentemente, le dije, no tengo nece
sidad de ningún criado; pero, si hay ocasión
de proveer a los misioneros de sirvientes, me
acordaré de ti. ¿Y cuál es tu salario?
— Un dólar y la comida.
— Otro tanto te ofrezco yo y, además, tiempo
libre para el estudio.
— ¡Sí, sí, para estudiar! respondió gozoso,
pues en el taller no puedo hacerlo y tengo
deseos de aprender el catecismo. El otro día
viéndome el amo estudiar, mientras mis com
pañeros habían salido del trabajo, me riñó, y
yo le contesté que no creía hacer ningún mal
con haberme quedado estudiando aquella hora,
pudiendo como mis compañeros disfrutar del
juego y del opio.
Esto me dió a entender su bondad y rectitud
de corazón y le dije:
— Ten paciencia y evita toda discusión con
el dueño, y, si quieres venir conmigo, te espero
a principio de año.
Esta noticia le llenó de contento. A quel joven
de más de 20 años, aquella flor expuesta a los
rigores del invierno pagano, era menester tras
plantarla a las regiones más templadas del cris-
tirtnisnio. Recomendé, pues, al catequista que
se pusiera en relación con el joven y le mandase
venir a menudo.
Pero una mañana, sin saber como, se nos
presenta en Kian-Hong, diciendo que había
abandonado al amo por haber terminado el
plazo prefijado, y que venía sin dinero y con
las manos vacías, porque su dueño, queriendo
retenerlo por más tiempo, se había negado a
pagarle. K1 asunto me pareció un poco serio,
pues tenía trazas de una verdadera fuga; sin
embargo, le acepté hasta que se aclarara la
cosa, convenciéndome, en breve, de su veracidad,
sencillez y tenacidad por el estudio. Algunos
días después me encontraba en Leang Pai para
decir la misa del domingo, y se me presentaron
(los desconocidos, preguntándome por Lo Tan
Sien, uno de ellos era el antiguo dueño, tio
suyo. Les respondí que todavía no estaba ad
mitido definitivamente en la Misión Católica,
y que se encontraba en Kian-Kong, donde po
drían verlo. Marché yo también para ver cómo
terminaba el asunto y después de la entrevista
con el joven les pregunte:
— ¿Qué les parece?
— Hemos estado con él y, viéndole tan con
tento, no podemos menos de darle nuestro asen
timiento.
— ¿De veras?
— Tal como lo oye, y si fuese necesario,
nosotros le rogaríamos que tuviera a bien el
aceptarlo. Hágalo feliz y nos hará un gran favor,
pues no pretendemos obligarle a permanecer
con #p6otros contra su voluntad. Nos ha dado
lUm carta para su madre y todo está arreglado.
Di gracias a la Providencia que tanbién lo
había dispuesto en favor Üel amigo y él, por
su parte, se dedicó con tal empeño al estudio,
que en pocos días aprendió el catecismo y las
palabras de la Misa. El estudio de la religión
era su único pensamiento, y era de admirar su
constancia.
Supo, además, poner a prueba la ciencia de
su maestro (antiguo estudiante de teología), el
cual, respondiendo satisfactoriamente a todas
sus preguntas, le llenaba de alegría.
Un día se acercó a mi y, en voz baja, me diere:
— ¿Cómo es que Lcong Sin Shaitg, que co
noce bien la doctrina, no es sacerdote?
— ¡Ay! hijo mió, es que no todos son lla
mados al sacerdocio. K1 sacerdote debe renun
ciar a muchas satisfacciones, debe ser casto,
cosa que para muchos cliiuos les parece im
posible.
— ¡Bah! si solo se trata de no casarse, me pa
rece una cosa fácil.
— ICs necesario, además, estudiar muclios
años de latín...
— ¿Le parece que podría lograrlo yo?
* — ¡Quién sabe!... fomenta estos buenos de
seos y ya veremos.
Desde entonces hubiera querido ser misio
nero, y en verdad que tenía, y mostraba una
gran tendencia y dotes no comunes. En cierta
ocasión se me presenta sonriente y me dice, con
aire de triunfo:
— Apenas sepa la* doctrina, deseo reunir a
otros muchos para ensenársela y •hacer que
aprendan a conocer y amar a Dios, y si V. me
lo permite, iré de pueblo en pueblo a predicar.
— ¡Pobrecito! le respondí, mirándole fija
mente para leer en su interior. ¿Quién te va a
escuchar a ti? ¿Acabas de llegar y ya quieres
ser maestro?
Bajó humildemente la cabeza y permaneció
unos instantes en silencio, como diciendo —
¡Hágase la voluntad de Dios! y si soy indigno,
paciencia. Luego, como volviendo en si, levantó
los ojos y, al fin, me dijo: — ¡A l menos, bautízame!
¡Bautízame -pronto!... ¡Si supieras cuanto sufro
al pensar que aun me faltan varios meses.;.!
¡qué pena el vivir entre cristianos sin serlo!
¡Sobre todo, cuando les veo acercarse a la Sa
grada Comunión y no puedo acompañarles...!
¡Alma predilecta, qué hermosos sentímientc»
abrigas ya!
Cierto día le reñí por una falta cometida y,
sin querer, le dije que, sino se corregía, estaba
dispuesto a despedirlo de mi servicio.
— Sino está contento de mi, me respondió
sin inmutarse, puede despedime, si le place;
pero antes bautíceme, para que pueda salvarme.
Su buen comportamiento y asiduidad en el
e.studio le valieron a Lo T an Sien el ser admitido
antes de tiempo a recibir el santo Bautismo.
No encuentro palabras para expresar la pie
dad, devoción y fervor con que lo recibió. Quiso
que se le impusiera el nombre de José por amor
al castísimo esposo de María.
Al día siguiente se presenta en mi Iiabita*
ción y con mucho misterio, me diere:
— He determinado...
— ¿Qué cosa?
— He determinado conservarme casto y
consagrarme al servdcio de la Iglesia. Confieso
que ante resolución tan heroica, apenas pude
contener la emoedón grande que experimenté
en mi corazón al contemplar los misterios de
la gracia.
Al presente José Lo Tan Sien continúa sus
estudios con el mismo entusiasmo y es un ce
loso catequista, cuyo único pensamiento es la
salvación de sus hermanos.
Shiu-Chw (China)
Sac. Juan Guaraña
Misionero Salesiano.
CULTO
de María Auxiliadora
Nóa tenem os ¡a- peraaaslóo de que, ea la s vicisitudes dolorosas de lo s thm»
p o s que atravesamos, no n os quedan m ás consuelos que loa del Cielo, y en tie
éstos, la poderosa protección de la Virgen bendita, que toe en todo tiempo el
A u xilio de lo s Cristianos,
PIO X .
Soleie [oroDaci de M
aría Auxiliadora
MORELLA (Méjico).
Algo de historia.
Desde la tarde dél 24 de Mayo de 1919, en
que Mons. Guillermo Piani, Arzobispo Titular
de Darma y Ddegado Apostólico de Filipinas,
entonces Inspector de las Casas Salesianas de
Méjico, pronunció pública y solemnemente el
voto de coronar la imagen de María Auxilia
dora, si nos concedía la gracia de ver pronto
en esta arquidiócesis al Prelado, ausente por
la persecución de los enemigos, y que la Virgen
pocos días después, el 19 de Junio, concedía
el favor pedido, todos los buenos fieles y devotos
de María Auxiliadora, suspiraban ver pronto
realizado el voto, para lo cual empezaron a
llover donativós del país y Estados Unidos.
Una vez concluidas las dos coronas, que son
verdaderas obras de arte, por lo fino de la eje
cución y el valor de las mismas, no inferior a
20.000 pesos mejicanos, el Excmo. Sr. Arzo
bispo, nuestro dignísimo Prelado, estableció el
día del cumplimiento de la formal promesa.
Al saber que la Coronación Pontificia de la
imagen en la Basílica de Turín, había sido el
17 de Mayo del 1903, pensó conmemorar tan
fausto acontecimiento, celebrando la de Morella
el mismo día, convencido de que eso sería prenda
de las bendiciones del cielo, y que la Virgen fa
vorecería para que el acto resultara solemne y
grandioso.
Después de haber publicado el día 8 de Felaero un edicto para participar a todos los
fieles de la vasta Arquidiócesis el fausto acontedmiento e indicar el día establecido, invitaba
de nuevo, a primeros de Abril, para que todos
sos feligreses acudieran en peregrinación a los
de la Virgen, desde el primero de Mayo,
de ver como llegaban, desde los pueblos
Dás lejanos, muchedumbre de romeros a rendir
Ib
su homenaje de cariño a la Madre celeste, al
gunos de eños descalzos. Se calculan en más de
10.000 los peregrinos que visitaron a la Virgen,
los días que precedieron a la fiesta.
Llegó, por fin, la víspera y a las seis de la
tarde empezó la función de la imposición del
distintivo a 79 caballeros de honor, a 115 Damas,
a 119 padrinos y a 430 madrinas. Ivés precedían
50 niños y niñas vestidos de ángeles y 12 pajecitos de gala. A continuación se cantaron las
vísperas en fabordón que para el acto había
compuesto, como voto, el salesiano P. José
Roso y que el « Orfeón Pió X » interpretó magistralniente.
Una gran iluminación, disparo de cohetes y
repique de campanas, anunció a la ciudad que el
día siguiente era el día de la glorificación de
la Virgen de D. Bosco, el día de las esperanzas.
E l día de la fiesta.
Un álbum fuera preciso editar, no un simple
artículo, si hubieran de describirse en su tota
lidad las conmovedoras y suntuosísima.s cere
monias del 17 del actual, día en que fué colocada
sobre las sienes augustas de la imagen de María
Auxiliadora y por manos de un Prelado insigne,
la áurea corona con que los hijos todos de una
grey ofrendan a la Madre del Cielo, la Virgen
Auxilio de los cristianos, en testimonio de su
gratitud profunda y de su intensísimo cariño.
Segvuamente nadie que haya presenciado
alguna vez actos de la naturaleza de éste, podrá
afirmar que se encuentre algo ni más emocio
nante ni más espléndido.
Cuando el Pontífice asciende con el símbolo de
la realeza en sus manos y, reverente, corona las
sienes de la Virgen, algo singular, algo que no
es de la tierra, algo divino, embarga a las mul
titudes, que lloran de indecible regocijo, que
formulan plegarias nacidas de lo más recóndito
del alma, que aplauden frenéticas vitoreando
a aquella que, y a durante veinte siglos, lia reci-
— 230 —
bido y sigue recibiendo las aclamaciones glorificadoras de todos los pueblos.
¡Qué espectáculo más hermoso y conmovedor!
Intentaremos describir, siquiera sea pálida
mente, los diversos actos que constituyeron
la emocionante ceremonia y que con toda su
grandeza vinieron a herir nuestras fibras más
sensibles, haciendo brotar de nuestros ojos las
lágrimas e inundando nuestros corazones de
ternura.
A I despuntar el día.
Morella, la nobilísima ciudad de antiguas y
gloriosas tradiciones amaneció de fiesta; desde
las primeras horas del día una bulliciosa mul
titud recorría sus calles, marchando hacia el
sitio donde se levanta airoso el hermoso san
tuario de María Auxiliadora y la Casa Salesiana que le es anexa, ese santuario donde se
venera la Amantísima Madre bajo una advo
cación tan consoladora, y esa casa bendita en
que los Hijos de D. Bosco imparten tanto bien
a nuestras sociedades y a nuestra Patria. La
multitud se encaminaba a honrar a Mafia, iba
a coronarla, reconociendo una vez más en Ella
a la Reina del Cielo y de la Tierra; iba a agra
decer solemnemente una nueva e insigne merced;
iba a aclamarla otra vez Reina amorosa y tierna.
Madre salvadora.
La multitud se apiñaba frente a las puertas
del Colegio, anhelosa de entrar cuanto antes
jjara ocupar un buen sitio en qué poder apreciar
aún los menores detalles de la solemnidad.
Desde las tres de la mañana se empezaron a
rezar las misas, comulgando en todas multitud de
fieles. A los ocho llegaban los prelados: Exemos.
Sres. Arzobispos de Michoacán y de Puebla;
Iltmos Sres. Obispos de León, Querétaro y Tacámbaro realzando con su presencia el grandioso
acto. Ofició de Pontifical el Exemo Sr. Arzo
bispo de Michoacán y cantó la Misa el « Orfeón
P ío X », compuesto de 150 voces escogidas y
acompañado por nutrida orquesta. Ucupó la
cátedra del Espíritu Santo Mons. Banegas,
orador elocuente, que cautivó al númeroso au
ditorio con su grandiosa oración.
Al concluir la Misa, cincuenta angelitos, con
flores y una palomita en la mano, se dirigeren
al trono de María Auxiliadora para ofrecerle
en el momento de la Coronación su obsequios.
T.a presencia de estos angelitos conmovió
sobremanera a los diez mil concurrentes.
Apoteosis.
Angeles de inocencia y de candor se colocaron
a ambos lados del altar, formando corona a la
\’irgen sin mancilla.
Y a se acercan los Iltmos Prelados, vestidos
con ricas capas pluviales, y tras ellos, los Exemos
Sres. Arzobispos de Michoacán y . Puebla, lle
vando el primero la corona de la Virgen y el
segundo la del Niño Jesús, y los otros insignes
Prelados se arrodillaban frente al altar; el mo
mento solemne se acercaba, las miradas, los
pensamientos, los corazones, las almas todas
estaban concetradas allí...
Por fin, el Dgmo. Arzobispo de la ciudad de
los Angeles tocó con mano trémula por la emo
ción la cabeza del Niño Dios, de Cristo Rey...
y los aplausos y los, vítores entusiasmados de
la concurrencia, se dejaron oir avasalladores...
Subió entonces el humilde y amado Pastor
de Michoacán, y en medio de un júbilo inmenso,
de una espéctación y de una impresión inena
rrables, depositó sobre las sienes de María la
corona, símbolo de la -realeza, que en ella reco
nocen y proclaman sus hijos... Y el pueblo se
conmovió intensamente y prorrumpió en so
llozos, en gemidos, en gritos de júbilo y de espe
ranza, en explosiones de amor y de fe. Era la
apoteosis de la Inmaculada.
Las lágrimas se agolparon a lo ojos, senti
mos nuestras gargantas oprimidas, nuestros
cuerpos todos sacudidos por intensa, indes
criptible emoción, nuestras almas trasportadas...
y aquellas emociones solo tenían desahogo por
nuestros ojos que continuaban brotando lá
grimas silenciosas, mudas, sentidísimas...
E l coro entonó un himno hermosísimo, y
antes aún de concluirlo, obedenciendo a sublime
inspiración, como algo inusitado, pero grandioso
y hondamente conmovedor, se entonó el himno
patrio, enardeciendo más a la multitud... el
recuerdo de la Patria dolorida y triste, pero
creyente siempre, vino a vivificar nuestras emo
ciones y a precipitar más aún nuestras lágrimas
desbordantes...
Y más aún... aUá arriba, cuando aún no
terminaban los amadísimos Pastores de colocar
las coronas sobre las sienes benditas, un hecho
inexplicable, algo que Uan\.ba la atención de
todos, porque todos lo vimos, algo que comple
taba el cuadro, el escenario, el acto qiie en esos
instantes vi\nanios, vino a dar mayor impresión,
si mayor impresión cabe: sobre la corona de la
\”irgen María, sobre la corona que aun no terimnaba de colocarse, una paloma, ave simbó
lica, fué a posarse sobre aquella corona y entre
las manos de nuetro Padre amadísimo, el .Sr.
Arzobispo, todos lo vimos, mucho tiempo duró
allí posada; todos sentimos aquel tropel de in
presiones... La Madre Augusta coronada, el
himno patrio, la simbólica paloma... ¿fué ^■ erdaderamente un símbolo?... ¿Sería, cual la que
vohúera al arca de Noé, como después dijera
—
231 —
el Hmo. Sr. Ruiz, sería la mensajera de la paz,
la que llevando en su pico la oliva volvió a a quela
arcaí...
Por la tarde, Alaría Auxiliadora se paseó
triunfalmente por la ciudad, que, engalanada,
rítoreaba sin cesar a su Madre y Señora.
De esta manera terminaron las fiestas so
lemnes, consagradas por los Padres Salesianos
y por la sociedad morellana a la Virgen Santí
sima en su advocación de Auxilio de los Cris
tianos, con motivo de la Coronación de su vene
rada Imagen; y cuyas fiestas serán célebres en
los fastos de la historia de esta ciudad tradi
cionalmente creyente.
Solemnes fiestas de María Auxiliadora
Lebrija (Colombia).
Una vez más el pueblo católico lebrijense ha
celebrado, con inusitado entusiasmo, la fiesta
patronal de su inmaculada Madre Auxiliadora.
Era muy justo que así lo hicieran, pues, si en
años de prosperidad y holgura acudían fen'orosos
los devotos hijos de tan buena Madre, desde
Iqanas tierras, con mayor razón debían hacerlo
en los actuales días de miseria y crueles expecta
tivas.
Era de ver el gentío inmenso de fieles que
llegaba a postrarse a los pies de María Auxiliadora,
para rendirle sus homenajes de amor y gratitud
y pedirle nuevas gracias.
Ya desde el 22 de Mayo se vino celebrando
solemne novena de preparación, a cuya esplen
didez contribuyeron varios distinguidos sacerdotes,
ejerciendo su ministerio en el pulpito y el confe
sonario. En representación del Ilustrísiino Sr. Obis
po de la diócesis, que no pudo concurrir por
indisposición de salud, vino el ilustre canónigo
de la Santa Iglesia Catedral de Nueva Pamplona.
Durante el triduo, días 29, 30 y 31, conmovieron
y edificaron al numeroso pi'tblico con su inspirada
palabra los Dres. Peralta, González y Serrano.
El templo era incapaz de contener la enorme con
currencia que acudía, tanto de la parroquia como
de los pueblo vecinos.
Fruto de tan solemne novena y triduo fueron
las 5000 coimmiones que ofrendaron, en homenaje,
a María Auxiliadora el día de su fiesta.
El celo verdaderamente apostólico del Vene
rable y digno Párrocodeesta feligresía,.Dr. D. Luis
Fidel Pinzón H, congr^ó a gran número de niños
de ambos sexos, los cuales, después de tres días de
preparación, recibieron por vez primera al Dios
tres veces Santo, siendo este, a no dudarlo, el más
hermoso ramillete que se ofrendó a la Virgen
de Don Bosco en el día de su fiesta. Centenares
de niños v niñas fueron presentados y puestos
bajo el amoroso amparo de la bendita Reina.
Era tm espectáculo v'erdaderamente comovedor,
el ver a tantas madres postradas ante el trono de
la Sma. Virgen con sus pequeñuelos de la mano,
lujosamente vestidos unos y otros cubiertos con
pobres arapos, es decir: la opulencia y la miseria
en admirable consorcio y, sin distinción alguna,
ofreciendo a la Madre de las madres el fruto de
sus entrañas.
Durante los días 29, 30 y 31 todo fue oración;
el templo no se vió vacío un instante, y siete sa
cerdotes fueron insuficientes para oir el abrumador
número de confesiones, a pesar de que sólo dispo
nían del tiempo preciso para tomar algin ali
mento, y trabajando en el confesionario hasta la
ima o las dos de la madrugada. L a santa Mi.sa del
día 31 fue solemnísima, lo mismo que la pro
cesión, 5’ en estos actos pudo apreciarse, en lodo
su valor, la piedad de la concurrencia. Todas las
Congregaciones piadosas -y las clases sociales
iban allí representadas con lujosos guiones y
estandartes. E l orden y compostura observados
durante la procesión, han sido una muestra pal
maria de la devoción a la Siua. X’irgen y de la
cultura de este pueblo, que sabe honrarla.
Como se anunció en el programa el 1®de Junio,
se celebró solemne misa de Réquiem por los de
votos difimtos, especialmente, por el eterno des
canso del alma de nuestro llorado, el Rdo. P. Albera. L as comuniones fueron numerosas.
Cada día aumenta más y más la devoción y
confianza en María Auxiliadora, y esto nos llena
el corazón de santa alegría y satisfacción a
quienes nos ha cabido el honor de ser los inicia
dores de su culto y devoción en este rincón de la
Patria Colombiana.
B o R j a - España. — La niña María del Caniien
Loria, natural de Borja, Provincia de Zaragoza
(en España), adoleció de una enfermedad tan
grave, que puso en gran alarma a toda .su familia,
temiendo un resultado funesto, en tanto grado,
que sus padres y parientes, y hasta las mis
mos facultativos, dieron por desaudada o la
enfermita, esperando muriese de un momento
a otro. Mas un señor, tio de la niña, el Rdo. D. Mau
ricio Soria, sacerdote y beneficiado de la igle-sia
de Santa María, que había leído en el « Boletín
Salesiano » los prodigios de la \'irgen A uxi
liadora, al ver a los padres de la enferma tan
llenos de sentimiento y consternados, por no
hallar remedio en los recursos de la medicina,
lleno de confianza, acudió a litaría Auxiliadora
en demanda de favor, de un prodigio, que todos
anhelaban, por la vida de la enfenna, ofreciendo
ima limosna de 10 pesetas si se encontraba re
medio a tanto mal. Y ¿cuálno seríala adnuradón
de todos, cuando se observó que la enfennita mejo
raba, en contra de la opinión de todos y especial
mente de los señores médicos, que habían agotado
los recursos todos de la ciencia médica, que consi
deraban y a insuficientes? Los padres de la niña
V demás interesados, con el Rdo. Sr. Don Mau-
i
232
Soria Pbro., dan gracias a María Auxilia
dora y cumplen su promesa, quedando altamente
agradecidos a la milagrosa Virgen Salesiana.
tícío
T ai^aviíRA de EA R eina - España. — L a niña
Agustinita Gil Gunuán fué víctima de un violen
tísimo ataque neurótico que, repitiéndose varias
veces y a intervalos de mi mes, inspiraba serios
temores. Su piadosa madre se acordó entonces
de invocar el auxilio de la Virgen de Don Basco,
ofreciendo ima misa si curaba su liijita.
Cesaron los accesas. Esto sucedía el 26 de No
viembre pasado. Ahora, después de seis meses,
convencidos todos de la intervención de la Virgen
Auxiliadora en la curación de la enferma, se hace
pública la gracia para gloria de la que es siem
pre Auxiliadora de los Cristianos.
Z amora - España. — Hallándose mi esposo
Juan casi privado del sentido de la vista, a causa
<le las cataratas, fué menester hacerle la opera
ción en un ojo. Hecha ya, recibió un golpe en él
(pie le abrío brecha de nuevo y, soltándosele los
puntos, pegados a las gasas, se le llenó de sangre
el ojo y el hueco de la catarata, por lo que el ocu
lista dijo que sería un milagro que quedara bien,
y que, si no se retiraba la sangre, perdería el ojo.
Angustiada por tan tristes pronósticos, acudí a
María Auxiliadora, prometiéndole, si concedíala
vista a mi esposo, publicar la gracia en e l « Boletín
Salesiano » y entregar limosna para mía misa.
Habiendo obtenido la gracia, cumplo llena de
gratitud mi promesa para honra y gloria de esta
bendita Madre, que nunca desatiende a los que
la invocan.
I sabei, P rieto .
A i ,ICANTE - España. — Un hijo dé tres años
cayó eufenuo con dolores agudísimos en la boca,
hasta el punto de no poder tomar ni siquiera agua.
Acudimos a todos los remedios, pero inútilmente;
angustiada en extremo acudí a María Auxiliadora,
ofreciendo ir a pié a visitarla, a pesar de mi estado
delicadísimo, para pedirle la salud de mi hijito
y ofrecerle ima Umosna. Al volver a casa, con gran
regocijo mió, me entero de que el niño había tomado
sin dificultad un vaso de leche; desde ese día nunca
jamás se ha quejado. Gracias, Madre mía. que
todo me lo concedes.
I7«a amaniisima devota de María Auxiliadora.
CirDADEEA - Menorca. - • Ilallándase mi madre
m uy enferma de una pulmonía doble, y perdidas
las esperanzas de su curación, acudí a María A u
xiliadora. prometiéndole, si me <X)ncedía la salud
de mi madre, hacerle una fiesta en su Santuario
y publicar la gracia; fué atendida mi súplica, y
por eso publico el fa\ or y doy mil gracias a tan
buena y bondadosa Madre, que es Madre de
todo cristiano. —
C01.OMA T orres A.
CóRDOVA - España. — Agradecido a la protec
ción (lue la Sma. \'irgen me ha dispensado,
alcanzándome una gracia particular, envío una
limosna de 50 pesetas para el culto de María Au
xiliadora.
Marques de la Mota de Trkjo .
T umaco - Colombia. — Cumplo gustosa una
deuda de gratitud, publicando la gran merced que
me hizo María Auxiliadora y S. Francisco de Sales,
a quienes encomendé la salud de una sobrina mía
que estaba en gravísimo peligro y sometida a una
grave operación, sacándola sana y salva.
¡Gracias. Madre mía!
F u lvia Campo .
S an ta A n a - Salvador. — Estando grave de
un derrame cerebral y de ataques nerviosos, fm'
desahuciado por los médicos; al tomar una medi
cina me v i peor todavía. En tan angustioso trance
invoqué a María Auxiliadora y le.prom etí hacer
pubUcar la gracia, si me devolvía la salud. Y como
conseguí lo pedido, cmnplo con mi promesa v
mando una limosna.
Clem ente F olgar .
P u ebla - Méjico. — Me encontraba oculto en
mi finca de Huecapam, Chalchico (Estado de
Puebla) huyendo de la persecución que se me
hacía por cuestiones políticas, cuando fui sor
prendido por las tropas y cond^ado a ser fusi
lado en el acto. E n tan apurado trance, acudí
de todo corazón a María Auxiliadora, y no me
faltó su protección. E n el momento de formarse
el cuadro, rogué al jefe me permitiera escribir
una carta a la familia, a lo que accedió tras ruda
oposición. Cuando entraba en el despacho acom
pañado por ima escolta, aproveché im descuido
y pasé a la habitación contigua, saltando después
por la ventana para ocultarme en im pozo. Por
más pesquisas que hicieron mis enemigos, no
dieron con el escondrijo, lo que yo considero un
señalado favor de María Auxiliadora. Durante
la noche- y sin novedad alguna, pude incorpo
rarme al ejército revolucionario. Posterionueute,
me trasladé a la Capital de Méjico, donde fui
apresado de nuevo y conducido a la Mayoría de
Ordenes para ser juzgado; pero con el auxilio de
María, pude desvanecer los cargos que me hadan
v me pusieron en libertad, a los tres días.
Desgraciadamente olvidé los favores redbidos
y dejé de cumplir las promesas, no pensando
más que en diversiones y devaneos.
A l año de tales acontecimientos, cuando me
hallaba libre de persecuciones, fui víctima de
grave enfennedad, flebitis en las dos piernas, con
dolores agudísimos. Para colmo de mi desgrada,
el médico me declara abiertamente la gravedad
del mal, cu}'os dolores se prolongarían todavía
por lo meno§ quince días. Acudí de nuevo al
favor de la \'irgen de Don Bosco y, aunque imnerecidauiente. fui escuchado logrando alivio inmediato,
seguido de la curadón completa.
En septiembre último caí enfermo con tan fuerte
pulmonía, que ni la solidtud de los médicos, ni
los cuidados esmerados de mis-familiares lograban
vencer. Después de tres meses de cama, dedararon los médicos que mi enfennedad era incu
rable y que lo línic» que se podía hacer era probar
una operadón en los pulmones, que no garanti
zaban.
Sólo un milagro podía salvarme y no titubeé
1
— 233
en conseguirlo. Débil como estaba y con frecuentes
aocesc« de los, me dirigí al Santuario de María
Auxiliadora y le rogué con todo mi corazón que
me concediera la salud por mediación de D. Bosco.
Mi súplica fué acogida, porque desde ese día no
he necesitado más médicos ni medicinas, con la
admiración de la familia^ amigos y conocidos.
Por todos los favores que tan excelsa Madre me
ha concedido, le doy las más rendidas gracias y
hago público m i reconocimiento.
A rturo V elázquez.
Ba y .^íra - Colombia. — Nuestra amadísima
Madre, María Auxiliadora, acaba de concederme
un señaladísimo favor devolviendo la salud a mi
esposa, atacada de una enfermedad aguda, de
muy fácil diagnóstico, pero para cuyo trata
miento la ciencia médica se declara casi impotente.
.Agradecido hago público mi reconocimiento, por
haber escuchado tan bondosamente nuestras
oraciones, pues en menos de nueve días quedó
fuera de peligro. ¡Gracias, Madre mía!
Dr. S amuel Osorio .
Bogotá — Colombia. — Hallándome enfermo
atacado de un fuerte reumatismo, después de
haber consultado a los mejores médicos, viendo
que no tem'a ya curación, recurrí a María Auxi
liadora rogando me diera la salud. Comencé la
novena y al terminarla sentí deseos de caminar.
Y después de hallarme tullido, sin poder dar un
paso, pude en el acto caminar perfectamente.
R afael María R odríguez.
L.v Union - Colombia. — María Engracia Alvarez da gracias a María Sma. Auxiliadora por
haberla curado de xma grave enfennedad en la
garganta, el paladar y la nariz, y le envía una
limosna de un peso oro. ¡Bendita sea María A uxi
liadora!
CoMAYAGÜELi\ - Honduras. — Encontrábame
gravemente enfermo de un dedo de la mano. Su
fría atroces dolores noche y día, sin encontrar el
menor ali\-io. Confiada en la poderosa protección
.de mi celestial Madre Amriliadora, antes de buscar
médico, me dirigí de todo corazón a Ella; ofre
ciéndole una novena y misa para cuando me
devolviera la salud, ^ e mismo día me sentí
mejor. Ahora estoy completanrente curada.
Cumph' con mis promesas y doy de nuevo
públicas gracias a tan buena Madre.
Rafaela A ndino .
Gr o a d a - Nicaragua. — Ricarda v. de Mora,
de esta dudad, da gradas a la Virgen de Don Bosco
por haberle curado a su tierno niño milagrosaniente. Nació éste coa im bulto sobre la cabeza
y habiéndole visto los médicos dijeron que no
«tiodan el caso y que, por lo tanto, nada podían
liacer en favor del paciente. E n tan dura circunslanda recurrió la señora a la que es todopode
rosa, por grada, y empezó una novena. Al condiúrse ésta, el 24 de Junio último, desaparedó
por completo el bulto que amenazaba la vida
de la criatura. ¡Gracias, Madre!
S an ta A n a - Salvador. — En Juayúra, el 13
de Junio de 1913, sufrió una calda mi hija Julia,
quedando' completamente muerta. Mi hermana
Tránsito, al verla, rogó con todo corazón a María
Auxiliadora que le devorídera la vida, prometiendo
publicar la gracia.
Obtenida la gracia, llena de gratitud, cumplo
la promesa.
ISIDRA DE CiiOTO.
Santa A na - Salvador. — L a faiiiilin Reynosa
acudió a la Virgen Santísima, bajo el título de
* María Auxiliadora », en graves necesidnde.';;
parte de los favores pedidos fueron obtenidos y
parte se siguen pidiendo: por lo cual desean hacer
pública su gratitud a la Virgen de Don Bosco y
dan una limosna para la fachada de su templo,
en construcción, en esta ciudad.
Montevideo - Uruguay. — Encontrándome
atacada de una enfermedad crónica, acudí a la
intercesión de la más amante de las madres, a
María Auxiliadora, a qmen hice la promesa, si me
concedía la salud o alivio, de ima ofrenda para
la Obra Salesiana y dar público testimonio de mi
gratitud por medio del «Boletín SaUsiano *. H oy
que la gracia me fué concedida, cumplo gustosa
con mi promesa y levanto un himno de agrade
cimiento y de amor a María, que nunca desatiende
a los que coli fe acuden a su potente auxilio.
J ulia G onzález P enlos.
A reqltpa - Perú. — Doy gracias desde lo íntimo
de m i corazón a la Virgen de Don Bosco, María
Auxiliadora, por haberme alcanzado la gracia
de salir bien de una op>eración, hecha a causa de
una enfennedad, que hacía años me molestaba.
Ciunplo gustoso la promesa de hacer publicar la
grada en el < Boletín Salesiano 1 y de dar una
limosna para la conclusión del templo, que se
e.sta erigiendo en Lima, en honor de esta buena
Madre.
LEé)NiDAS Oliv e r a .
Dan también gracias a María Auxiliadora
por favores recibidos:
Valencia (E.spaña).
S. S. por un favor reci
bido ofrece 5 peseta.s.
Córdoba (España). — P. C. por favores recibidos
da 25 pesetas.
Comayagüela - Honduras). — Doña Soledad
Vallejo da efusivas gradas a María Auxiliadora
por espedales favores.
Buenos Aires (Argentina). — Adela T. Re su
mamente agradedda por la curadón de su mamá.
Canelón Chico (Uruguay).— Jorgelina Machín,
después de seis meses de obstinada enfermedad,
pidió la .salud a María Auxiliadora, prometiéndole
publicar la grad a en el Boletín Salesiano. Hoy,
completamente restabledda, cumple llena de
gratitud su promesa.
Estación Rodrigues (Urugimy). — Emilia Ver
dino. Catalina v. de Ííartínez, Aída Cambón de
Verdino, Carmen
Cambón, Manuela Rodríguez,
dan gradas a la Auxiliadora y envían limosnas.
POR Eb HUNDO SHLESI9N0
MADRID (K-spaña). — El Oratorio festivo de los
Cuatro Caminos.
En el popular y pobladísimo barrio de los
Cualyo Caminos, surge, de algunos meses acá,
como arca salvadora, un Oratorio festivo, gracias
a la caridad de la Exm a. Sra. Duquesa de T ’Serdaes y a la benevolencia del Exmo. Sr. Nimcío
de S. Santidad. Las vicisitudes por que ha pasado,
recuerdan los primeros tiempos de la Obra de
D. Bosco, tan llenos de trabajo y no exentos de
poesía.
Un gran patio, donde se dibuja el campo de
foot-ball, y a cuyos lados empiezan a crecer los
Arboles providenciales, que han de amortiguar
en verano el sol que allí reverbera, como en tierras
tropicales, y un edificio en fonna de escuadra:
con capilla muy capaz, vasto salón de actos, que
.sirve para todo, y algmias aulas para los cate
cismos es lo que cuenta hasta el presente el Ora
torio de los « Cuaifo Caminos ».
Lo demás, es necesario verlo para formarse
idea. Ivos domingos y demás días festivos aquello
es un hormiguero de cliicos que marea al que no
ha nacido, o. se ha formado para « la maniobra
de grandes masas ».
Era xm domingo, im domingo como cualquier
otro, sin fiesta especial, ni nada que llamara la
atención de un modo particular. Debíamos hacer
una visita por esos aledaños, y atraídos por la
gritería infantil, nos acercamos a curiosear. E l
patío parecía un campo de Agramante. Balones
|x>r el aire, escuadrones de muchachos disputándose
la victoria en juegos y deportes variados, que no
sé cómo podían compaginarse, grupos y grupitos
sueltos, y en medio de ese torbellino, unos «curiias »
más niños que muchos de los mocetes que * chuiaban » animándolo todo y manteniendo el orden
por doquiera. E l espectáculo nos sorjxrendió, y
permanecimos algún tiempo mirando.
En esto sonó una campana, y cesaron los juegas;
después de unas momentos volvió a sonar, y se
liizo silencio perfecto. Los muchachos, en ortlen
correctísimo, entraron en la iglesia: alli cantaron
un himno, el P. Director, que*lo es el infatigable
salcsiauo D. Antotiio Tona, les dirigió una plá
tica; tras ella, los mismos cliicos rezaron la estación,
cantaron y luego recibieron la Bendición. Otro
cunto y de nuevo al patio. — Pasaban de qui
nientos.
Apro\ eché la ocasión para .saludar al Padre y
felicitarle por la victoria, que a la vista estaba,
sobre la tradicional travesura de los muchachos,
de aquel barrio.
La gente es buena, nos contestó, las niños,
como en todas partes, bullangueros pero dóciles;
siempre que haya una voluntad que los gobienie
y un corazón que los ame. A l principio nos costó
mucho trabajo obtener orden, pero, poco a poco,
hemos llegado, gracias a Dios; hoy, como V. ve,
hacemos con ellos lo que queremos. E sta mañana
a la misa eran tan numerosos como ahora, y
siempre hay algimos que hacen la Sagrada Comu
nión. Y o doy por muy bien empleados todos mis
trabajos. Sin o se ve, es imposible creer la influencia
que, sobre un barrio entero, ejerce im Oratorio
festivo... Y o lo estaba viendo.
E l patio quedó casi desierto.
— Se van a merendar, nos dice el Padre; antes
de media hora estarán aquí de nuevo. Y , en efecto,
antes de media hora alli estaban. — Hecha la
visita que al barrio nos llevaba, también nosotros
estábamos antes de media hora allí.
— ¿Quiere ver una pequeña representación?
E ra imposible rehusar ofrecimiento tan ama
ble, y más, habiendo despertado aquellos niños
nuestro interés. Pasamos a un amplio salón,
bastante capaz, pero sin decoración ni mueblaje.
¡Quien lo dijera, que niños acostumbrado.s a las
pedreas, se trocaran, en breve, en muchachos
atentos y educadosl
Pero nuestro asombro subió de punto, cuando
vimos a los rapazuelos representando en las tablas
como consumados artistas. Los entreactos los
amenizaban con cantos, a coro, o recitando poesías.
No pudimos ocultar al Padre Tonn nuestra
admiración y continuada sorpresa, requiriemlo
de su amabilidad alguna explicación sobre los
medios o sistema, que tan admirables resultados
conseguía.
Nuestro sistema, dijo, es el que nos legó nuestro
\'^enerable Fundador D. Bosco, o sea: el sistema
preventivo. Desde luego, a base de sacrificio.
Procuramos interesar a los niños, con todas sus
facultades, en todo lo que signifique dignidad,
virtud, honradez. No los abandonamos un mo
mento. Como madre cariñosa, como amigo, toma
mos parte en sus juegos, penas y regocijos, alen
tándoles en los desmayos y previniendo cualquier
acontecimiento. Y como nadie es ajeno al cariño,
pues hasta los más pequeños lo adivinan por
instinto, se nos aficionan, nos quieren... y ya
puede mandar lo que quiera.
E n amena diaria, continuamos hasta el fin de
la función, gozando al ver la alegría con que pa
saban aquellos jóvenes y niños las tardes de los
días festivos.
Rebosando satisfacción, se despedían hasta el
Domingo siguiente.
— 235 —
i£i enhorabuena a esos Padres e « Institución
Saiesiana » que a tantos jóvenes arranca del
arroyo y salva con sus ♦ Oratorios Festivos », como
aiuismo a los Cooperadores, que contribuyen
cc« su limosna a tan grande obra social.
BERNAL (República Argentina). — Más sobre
ei pequeño Congreso Eucarístico de las Compañias.
En el número anterior del Boletín Salesiano,
dimos la noticia del Congreso que celebraron en
Berilal, los días 17, 18, 19 y 20, las Compañías de
idearon una grandiosa manifestación, un acto
soleume de adliesión al Congreso Eucarístico de
Roma.
Alentados por los Superiores de los respectivos
Colegios, comenzaron las diversas Compañías los
trabajos preliminares para el Congreso que debían
celebrar, por el mes de julio, en el Colegio de
Bemal, alma d d movimiento.
Cuanto se diga del entusiasmo que a todos
animaba, resulta pálida sombra. Sin abandonar
los estudios, encontraban tiempo para desarrollar
MADRID • O ratorio Salestanos de lo t Cuatro Camlnoa.
bs Colegios Salesianos de la ATgentiiia. A fe, que
nos sorprendió agrablemente, despertando nuestra
curiosidad, un Congreso de niños, pero nunca
uaaginamos que tomara tales proporciones y
llegara a conclusiones de tanta trascendencia e
importancia. Conocíamos el gran desarrollo y
organización de los Colegios Salesianos en aquella
•fortunada República, pero no creíamos que los
niños escolares pudieran reunime en Congresos,
oomo aquí los hombres, para manifestar sus
creadas y tratar cuestiones \-itales.
Al tener noticia del Congreso Eucarístico que
tlebía tener lugar en la Ciudad Eterna, tm noble
®turiasmo se apoderó de miles de corazones, de
llenes de nuestros colegios, que hubieran que^ atravesar los mares para rendir homenaje
* ] f ':- Hostia en el mismo centro del mimdo
Católico.
I’ara satisfacer de algún modo sus añílelos.
temas y comunicarse con los demás Colegios
Salesianos de la República, animándose niulúamente.
Ellos que tantas veces habían festejado con
sus representaciones y espectáculos ginnáslicos
a los personajes rie la tierra, querían ahora rendir
sus homenajes al R ey de los reyes y Señor de los
señores, a Jesús Sacramentado.
Una ola de espiritualidad impregnaba la atmós
fera y raoWa todas las voluntades. Se esperaba
con ansia, contando los días, la fecha del Con
greso.
Con antelación se imprimieron y repartieron
programas, señalando los diversos actos para los
días 17. 18, 19 y 20 de julio. L a Comisión organi
zadora trabajó sin descanso, para ordenar y
atender hasta los últimos detalles.
Entretanto, en todos los colegios, se celebraban
solemnes triduos de preparación a la fiesta.
— 236 —
E n la fie sta .
Amaneció, por fin, el día suspirado, y de todas
parte» acudían bandadas de jovencitos, en repre
sentación de los Colegios. Su llegada era acogida
con aplausos y vivas entusiastas, que desbordaban
la alegría de los huéspedes.
Ivl colegio de Bem al viste sus mejores galas,
adornado con gallardetes y cuadros simbólicos
de la Eucaristía; mil y doscientos jovencitos
íusambleístas discurren gozosos y parleros por
los claustros, esperando el momento de las sesio
nes. Por fin, se inició la apertura con la Misa
y comunión general. A las 2 de la tarde, tuvo lugar
la primera reunión pública, cuyo estudio versó
sobre la « Preparación Eticaristica ».
Con satisfacción íntima, pudimos contemplar
la formalidad y competencia, con cjue los cole
giales, en compañia de los Superiores, desarrollaban
los temas preparados.
Fuera prolijo reseñar todos los momentos
interesantes y diversos trabajos, abundantes
unos, meritísimos, sobremanera, los otras. L a
« Formación Eucaristica y Vida Eucaristica f.itúrgico Aposiólica*. fueron los temas de estudio
y discusión de los días 18 y 19.
En medio de la mayor armonía,’ se desarrollaron
los trabajos, llegando a conclusiones prácticas,
cuyas frutos no tardarcmas en cosechar. El co
razón se abre a las más halagüeñas esperanzas,
al contemplar a estos jovencitos, povenir de la
Iglesia y de la Patria, alünejrtando su inteligencia
con los verdades de la fé, robusteciendo sus ahnas
con el pan de vida y templando sus corazones en
el Amor de los amores.
Si, como afirma el Sabio, «los hombres seguirán
en ¡a vejez el camino que emprendieron en la ju
ventud », podemos cantar albricias a la vista de
los futuros adalides de la causa católica.
Cou entusiasmo creciente llegó el momento de
la clausura del Congreso. Una comunión general,
fervorosa, fué el primer acto del día. L a iglesia
y capilla lateral era un mar de cabecitas,
no
obstante el buen orden y disposición acertada,
era imposible dar un paso, ya que hasta los pa
sillos estaban llenos, 1?1 presbiterio lo ocupaban
300 congregantes; vestidas con sotana y roquete.
La procesión por los pórticos del Colegio, y la
Consagración al Corazón de Jesús de todas las
Compañías y Colegios Salosiauos de la República,
allí representadas, debía ser el digno remate del
Congreso.
x
E l trayecto de la procesión lo adQmaban grandes
cuadros alusivos a la Eucaristía: Xkodemus, —
7-íi curaciúH del Leproso
revírríe»
S. Andr¿'t
ruccitiiúM del joven del Evangelio — E l Centurión
- - i ‘omnnián de S. Luis — S. Tarsicio — Los
Discípulos de Etnaus, destacándose por encima, en
hermosa írnnja que recorría todo el edificio, la
Panem viiac quotidianum
.siguiente inscripv'ión:
da nobis ». Contemple el lector, como cuadro final,
casi dos millares de niños, postrados de hinojos
ante el altar, con los ojos fijos en la Hostia Santa,
arnsagrándase a Cristo. En mudo, pero elocuente
lcng\iaje, de corazón a Corazón, cou la generosidad
de las almas juveniles, se entablan coloquios
amorosos entre Jesús y aquellas ahnas inocentes,
jurándose eterna amistad. De seguro que Jesús
goza y; absortos, contemplan los ángeles ese
cuadro de cielo, escena tierna y conmovedora.
Recibida la Benedición con S. D. M., se rubrica
el Congreso con la lectura d d siguiente telegrama
de S. Santidad: « Ocasión solemne Congreso con
que numerosos representantes Colegios Salesianos
Jiacen eco reciente Congreso Eucaristico Interna
cional Roma, Augusto Pontífice imparte de ebrazón cada congresista Apostólica Bendición que
valga intensificar devoción y preparar triimfo
Santísima Eucaristía *.
Cardenal G asparri.
Que el noble ejemplo de los niños de los Colegios
Salesianos argentinos, sea imitado por todos
nuestros alumnos del mundo entero para que
pronto sea un hecho el deseo del Santo Padre;
el triumfo de la Santísima Eucaristía.
LORETO (Italia). — Solemne recibimiento de la
Virgen de Loreto.
Con gran dolor del mimdo católico, un incendio
había arrebatado a la piedad de los fieles la vene
rada imagen de Ntra. Sra. de Loreto. Nadie podía
resignarse a tan grande pérdida que dejaba un
vacío en el corazón de todos, y especialmente, en
el de los que soHan visitarla en la Sta. Casa.
E l Padre Santo, atento siempre a las necesi
dades de sus hijos, mandó reproducir la imagen
a un artista que, por fortima, presentó un modelo,
tan acabodo y perfecto, que el Papa juzgó fiel
imitación, hasta en los detalles, de la que fué
destruida por el fuego.
Inmediatamente, y para calmar la santa im
paciencia de los fieles, fué coronada solenmemente
eii la Capilla Sixtina, y enviada en procesión re
ligiosa hacia Loreto. Tres Cardenales y . gentío
inmenso acompañaron en peregrinación a la
Madre hasta su morada.
Para el Lacio y Umbría fué un acontecimiento.
En todos los pueblos del trájisito era recibida
en triunfo, aclamándola en medio de repiqueteo
de campanas y disparo de cohetes.
A más de media noche del 7 de Septiembre,
llegó el cortejo a Loreto y, apesar de lo avanzado
de la hora, el pueblo esperaba en masa la llegada
de la Virgen. Allí estaba Mons. Andreoli. lo'
Obispos de las Marcas, las Cofradías cou sus
faroles encamados, los religiosos y colegios, y las
tropas que cubrían la carrera. L a ciudad profu
samente iluminada parecía im ascua de fu ^ A l pararse en la escalinata las andas, Mons. Andreoli bendijo la estatua y im nutrido coro entono
preciosos lüinnos mediovales, que ejecutó con
maestría y a satisfacción del pueblo.
A l finalizar, elevan a la Virgen para bendecir
a sus hijos que prorrumpen en clamorosos vivss
a la Virgen de Loreto, al Papa, al Delegado Pon
tificio, vivas que duran largo rato, mientras h '
tropas rinden armas.
E s una grandiosa nranifestacíón de fe, de amor
a la Virgen Santísima. I.os niñes del Oratorio sa-
— 237 —
légano tomaron parte activa en los festejos, ro
gando a tan buena Madre: por les salesianos, alum
nos, exalumnos y cooperadores del mxmdo entero.
TIERRA SANTA.
Una antigua iglesia en Beit-
{Mtal.
En una floreciente colonia agrícola que poseen
los PP. Salesianos al pié de las montañas de Judea,
jonto a la vía férrea que de Jafa sube a Jerusalén,
acaba de realizarse im descubrimiento arqueoló
gico de alta importancia.
Sobre el flanco de la montaña, alegrada por
fresca fuente de excelente agua, tiéndese la jx>bre
aldea de Beit-Djemál, probablemente la antigua
Carbar Gamala, donde habitaba Gamaliel, el
célebre miembro del Sanedrín de Jerusalén que
depositó en su propiedad el cuerpo del protomártir
S. Esteban y que había prestado muy buenos
ser\’icios a los Apóstoles, según consta en Acia
Apost. (X. 34-40). Por un lado tiene el valle de
Pablo {uadi Bulos) y por otro las ruinas de Khirbet
tn-Nebi Bulos, antiguo pueblo del profeta Pablo.
.Ulí cerca es donde se alza el vasto edificio de la
escuela agrícola de los Salesianos, establecida
allí desde 1891, y en él, el sitio donde se han enccaitrado las ruinas importantes de que nos ocu
pamos, consistentes en im antiguo santuario con
su ábside, sus mosaicos y la diaconía que parece
proteger un sepulcro.
Sospéchase si será ésta la iglesia construida
por el sacerdote Luciano sobre el lugar mismo
dwide Gamaliel sepultó el cuerpo del protomártir
S. Esteban.
Un punto hay hasta el presente cierto, y es
que Bmt-Djemal se identifica con Caphar Gamala,
dependiente de Jerusalén, de la cual distaba
22 millas. Giemmáleh, su rival samaritana, que
según algunos gloriábase de conservar el precioso
tesoro del cuerpo del Santo Diácono, rehúsa hoy
tal pretendido honor. Consérvanse además re
cuerdos relacionados con el Apóstol de las gentes
S. Pablo, profimdamente arraigados en la región
y OI el cercano Caphar Semelia, lugar de la se
pultura de la esposa y del primogénito de Gamaliel,
según las más atendibles tradiciones judaicas,
argumentos todos que avaloran el parecer de los
que sostienen que Beit-Djemal es el antiguo
Caphar Gamala del Sacerdote Luciano.
El pequeño lóculo sepulcral mide de largo dos
sietros y de ancho y hondo uno y sesenta centínetros. E n el lado oriental, a derecha de quien
entra y desciende por la pequeña escalera tallada
en la roca, hay el suficiente espacio para rm ataúd,
y aquí estaba el cuerpo de Esteban. A Norte
estaban, el rmo sobre el otro, los ataúdes de Nicodemo y de Abibón, hijo éste convertido por
Gamalid, muerto inocente en la flor de su edad
^ los 20 años. E l cuerpo del Sanedrita llegó más
tarde a la tumba en que el había dado honrosa
sepultura cristiana a las dos mencionadas permas, por él bien amadas. T a l es la historia que
nos ha dejado el sacerdote Luciano.
Una prueba de la veneración que rodeaba esta
Stuta nos la da el sitio que se la reservó en la
constmedón de la ^lesia y en las manifestaciones
de respetQ que en aquella ocasión se le tributaron.
En yez de rellenarla para dar firme asiento a la
base de la colunma, se pensó más bien en sostener
el techo con im pilón de fuertes piedras cuadradas.
Un hermoso mosaico, cubierto actualmente por
una ancha lastra, indicaba al ^ terio r el sitio del
sepulcro, y por encima fué colocado el diaconicón,
en uso en todas las iglesias bizantinas en los siglos
V y VI. L a pared roquera del interno debió ser
cubierta por grueso estucado, del cual se conser
van acá y acullá restos esparcidos.
Esta gruta era por tanto venerada, y ¿quién
sabe que no fuera excavado oportunamente el
sepulcro del Santo Diácono durante tres sighxs
bajo el diaconicón, donde usaban conser\’arse
antiguamente los ornamentos sagrados, guardados
por los diáconos? L a iglesia superior, iglesia bi
zantina en miniatura de i8 metros de largo por
8*24 de ancho, tenía tres naves: la del centro
tenía 4*38 m ’ de ancho, y las laterales un metro
36 cm; las bases de las coluumas, que las sepa
ran tienen 57 cm. de lado.
Cubren el pax-imento notables trozos de mo
saico en el cual la delicada finura del diseño parece
querer emxilar con la suave variedad del colorido.
Atestiguan estos mosaicos la antigüedad del mo
numento, que pertenece con toda probabilidad
al siglo V o al menos a los primeros años del VI.
¡Lástima que la inscripción del lugar, casi
enteramente mutilada, no pueda revelamos el
secreto que se le había confiado! A primera vista
hubiera podido ella indicamos lo que buscamos,
y hubiera puesto el acuerdo entre las diversas
opiniones que sobre el particular discrepan, ofre
ciendo así aigmnento positivo en favor de lo que,
por el momento, no constituye más que ima fuerte
presunción.
Acariciamos la dulce esperanza de (^ue nuevos
excavaciones podrán dar luz suficiente con que
llegar a identificar el Santuario de Gamaliel.
H u é s p e d e s ilu s tr e s.
Durante los pasados meses hemos tenido
el honor de recibir la visita, aunque breve,
de varios ilustres Prelados, que de vuelta
de la Ciudad Eterna, han querido visitar los
lugares donde Don Bosco comenzó su Obra
mararillosa y providencial.
Fueron aquellos: Los Exemos. Sres. Obispos
de Barcelona, de \^toria de Madrid-Alcalá, de
la Habana y de Matanzas. Agradecemos el honor
y deseamos se repitan sus visitas con frecuencia.
También hemos tenido el gusto de felicitar a
la distinguida Sra. Doña Rosario R. Martínez y
famÜia, fundadora en la Elabana. Cuba, de la
Archicofradia de María Auxiliadora, que venía
a conocer la cuna de la Congregación Salesiana
y saludar a María Auxiliadora, de la que es de
votísima, en su Basílica en Turín.
Les deseamos agradable estancia en Italia y
feliz regreso a su tierra.
— 23» —
LO S QUE M UEREN
3DI
Don Francisco Saraleguí.
L a providencia divina ha visitado nn hogar
más y un hogar amigo, nuestro casi, llevándose
a su seno al jefe del mismo, Don I'rancisco Saralegui.
Caballero sin tacha, encamación de esa raza
ei'iskara varonil y fuerte, que sólo se inclina ante
Dios, chapado a la antigua, supo don Francisco
formar hogar modelo.
Gran amigo de los salesianos, a ellos confió la
educación de tpdos sus hijos, la educación escolar
puesto que esa educación insustituible del hogar
supo darla a todos ellos.
Su muerte fuá la del varón justo. Sufriendo
atroces dolores mostró siempre gran conformidad
con la voluntad de Dios, y ya al fin de su vida,
cuando más sufría, su única queja era ésta: «Dios
mió » Y a su Dios entregó el alma con este grito
de amor.
iQué herencia preciosa para su familia! ¡Qué
recuerdo más aleccionador! Pero nada ha de ex
trañamos, tal cual se vive, se muere.
Se sentirá su vacío en el hogar, pero su recuerdo
será suficiente para sostenerlo si no lo fueran ya
sus enseñanzas y su ejemplo.
A sus deudos, en especial a su crisUana esposa,
a sus hijos e lujas, exalumuos todos, y particularísimamente a nuestro querido compañero de
labor, Br. Miguel Saralegui, presentamos nuestras
sinceros pésames, a la vez que pedimos a los
exalumnos mi recuerdo ante Dios por el eterno
descanso de tmi buen amigo.
Sra. Dolores Lara, Vda. de Lozano.
En Monterrey, Méjico, falleció, el 12 de Agosto
último, la virtuosa .señora Doña Dolores Lara,
Wla. de I,o.’.auo. Modelo de madres cristianas, fué
ángel del hogar donde plasmó a sus hijos eu las
virtudes que hacen encantadores a los niños.
Fruto de sus desvelos y cuidados maternales,
bendecidos por Dios, fué la vocación al sacerdocio
y sacerdocio salesiano, de su adorado hijo José
María Lozano.
Dios Nuestro Señor habrá premiado ya sus
virtudes y trabajos con la corona de la inmorta
lidad.
Nuestro más sentido pésame al querido hennauo
en religión Don José M. Lozano y demás familia.
Rogamos a nuestros Cooperadores una oración
por el ahna de la finada.
O tro s S res. C o o p e ra d o re s d ifu n to s .
Sra. Doña Asunción Alcañiz de Pascual; Sra.
Doña Concepción Merle y Vargas; Sr. Don Carlos
Navarro Herrero; Rdo. Don Francisco Soler Ro
maguera; Sr. Don José Villalba; Sr. Don Pascual
Cruz; Dr. Don Pedro Antí Dallí; Don Rafael Diez
de Ribera y Muro; Sr. Don Simón Lenis; Doña Vi
centa Linares, Vda. de Oliag; Sr. Don Salvador
Freixas; Sra. Doña Lucía Mambrú; Sr. Don Fer
nando Gupert; Sr. Don Joaquín Vila; Sra. Doña
Cannen Masó; Sra. Doña Luisa Torralba; Sra.
Doña María Almedo; Sr. Don Enrique Noblón;
Sr. Don Enrique Morell; Sra. Doña Dolores Marato;
Sr. Don Ricardo Vives; Señora Vuida de Llopart;
Sr. Don Juan Figueraz.
Ayudad a las Misiones.
0 uranÍ2 este año, sotj ya varias
las expediciones de misioneros sa
lesianos que han partido a diversas
regiones.
Estos viajes y preparaciones, ama
dos Gooperadores, suponen tantos
gastos, que nuestros Superiores se
encuentran en grandes apuros.
7\yudadles, en (a seguridad de que
Dios bendecirá largamente vuestra
generosidad.
Las limosnas dirigidlas al Rdmo.
D. Felipe Rinaídi. Rector M ayor de
los Salesianos. Via Golíolengo, 32
Turin [Italia].
Con aprobación de la Autoridad Eclesiástica: Gerente: GEM IN IAN O FE R R A R I.
Establee. Tip. de la Sociedad Editora Internacional. — Corso Regina Margherita, N. 174 • TURIN
] ^ r > I 'I 'O R A .
I]V T K R IV iV O IO IV iV X ^
___________ Avenida Regina Margarita, 174 - TURIN (Italia)
FRANCISCUS VARVELLO
Sacerdos Philosophiae Professor in Seminario Salesiano apud Taurinenses
INSTITUTIONE^PHILOSOPHIAE
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universitatis alumnis. Hiñe earum bene elaborata elementa ad non facilem disciplinan! discendam
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Philos ac S. Theol. S. Scripturae et Theol. dogmaticae in Seminario Cremonensi Prof. k
Episc.' tit. quidem Canopitan., Auxiliarís vero Episc. Cremonensis. — Editio 1921, additis m
appendíce Commissionis Pontífidae de Re Bíblica Responsis, Propositiombusque per Decretum
Lamentabili reprobatis et proscriptis quae ad Evangelia referentur, cum índice analytico ac índice
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sentem sacrae scientiae statum adduxit D. D. Antonius Padovam. cum
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Vol. in.8»
vulgatae editionis Sixti V , P. M. jussu recognita et Clementís V III auctoritate edit^
editionibus Clementinis critice descripsit, dispositiombus logias et notis
appendíce lectionum hebraicarum etgraecarum auxit D. Michael Hetzenauer O. M. U
m¿c. pag. ...................................................Libellae 40.00. Apud exteros: hbellae 56,00
M. FABRI. S. J. - CONCIONES IN EVANQELIA ET PESTA TOTIUS ANNI cui acc^unt e^usdm
auctoris oonciones ftinebres et nuptiales. Editio emendatissiroa. 10
nao.
150,00. Apud exteros, hbellae 210,00
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CODICES JU R IS CANONICl.
CODEX lÜRIS CANONICl Pii X, P. M. iussu digestus, Benedicti Papae X V auctoritate promulgatus,
praefatione Emi. Petri card Gasparri et Indice analytico-alphahetico auctus.
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Ediíio minuta in-t8 (cm. 9 H x i 5) charactenbus nitidis lectuque facillimis, charla subtili non
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Libellae
INDEX LIBRORUM PROHmiTORUM Leonis XIII, P. M. auctoritate recognitus SS.
dicti XV iussu editus, i»raemitiuatur constitutiones apostolicae de examine Proh>hitorum
“ ^rum
................................................................................Libellae 6,00. Apud exteros: hbellae
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