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Boletín Salesiano
REVISTA DE LAS OBRAS DE DON BOSCO
Año X X X V II — N . 3.

Marzo 1922.

Sumario. — A l<¡ luz de un Centenario. — Facullades e ¡ndulgenchi concedidai en el Cente­
nario de S. Francisco de Sales, — La Iglesia de luto. — Tesoro espiritual. — Tenemos Papa.
— Fiestas solemnísimos de S. Francisco en el Santuario de María Auxiliadora de Turin. —
Centenario de la Congregación de Propaganda Fide. — La Causa de Beatificación del Siervo
de Dios Leonardo Murialdo. — Prensa Salesiana. — Culto de María Auxiliadora. — Gracias
de Domingo Savia. — De nuestras Misiones. — Bibliografía. — En sufragio del P. .4/6era.
— Por el Mundo Salesiano. — Los «fuc mueren.

¡San Francisco de Sales, Maestro dulce,
encarnación de la mansedumbre,
habla a nuestras almas, ruega por nosotros!

R ed acció n *

L

y

A d m ix is t r a c ió n :

V ia e o tt o le n g o

N.

3 2 ' T tJK I X 9 (Ita lia ).

::

::

B A R C E LO N A (España)

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Año X X X V II — N . 3.

M arzo 1922

BOLETIN SALESIANO
REVISTA DE LAS OBRAS DE DON BOSCO
R e d a c c ió n

y

A d m in is t r a c ió n : Via Cottolengo, N. 32 - TURIN (Italia)

A la luz de un Centenario
— —

r

B o sq u ejo

La Iglesia Católica, maravilloso, único
ja ­
más reproducido modelo de conser\'ación y. de
prc^eso; hace gala de hermosear sus fastos glo­
riosos con ricas gemas labradas para ella casi
cada día y con preciosas joyas de incalculable
valor, que llenan las arcas de sus tesoros. Vérnosla
joven y hermosa ostentar los trofeos de santidad
y exponerlos a la vista y ponderación del mundo,
al inscribir el nombre de uno de sus héroes en
d catálogo de los santos; vérnosla al 'mismo
tiempo, renovar los siglos, al traer a la memoria
de los fieles, juntamente con la excelsa figura de
los héroes que fueron, las instituciones gloriosas,
emanadas de su seno fecundo, y manifestacio­
nes de su vida y robustez inextinguibles. Así,
no ha mucho celebrábamos el ano centenario de
S, Gregorio Magno y S. Juan Crisóstomo; de
S. Carlos y S. Jerónimo, del insigne teólogo Suárez
de la fundación de la Ven. Orden Tercera de
S. Francisco, del esclarecido Patriarca de la
‘hden de Predicadores; y hoy se anuncian soIwnnc-s festejos para conmemorar el tercer cen‘^nario de la Canonización del Apóstol de la
Ciudad Eterna, S. Felipe Neri; del humilde la­
brador y Patrón de la Villa Coronada, S. Isidro.
Ocnrre también este año el centenario de héroe
'le- Pamplona S. Ignacio de Loyola, de S. FranJavier, de la mística Doctora Sta. Teresa
Jesús. Con toda verdad podemos y debemos
que la Iglesia, Madre fecunda en santos,
hunde sus manos en los cofres de sus tesoros,
y las saca repletas de nuevas y antiguas joyas y
HijUezas.
^'o es inferior a las demás ni menos refulgente
y deshunbradora la que hoy nos muestra en
Francisco de Sales. Conocidísima es la figura
*1^ expone a nuestra admiración e imita­
ron, y cuyas sienes aparecen nimbadas con
^ cuádruple aureola de Apóstol, Obispo, Fun­

■■



dador y Doctor de la Iglesia. Es un santo de fama
universal como su homónimo el pobrecito de
Asís. Numeroso público los admira y los
sigue: riemócrata el de Asís, se ve rodeado
de gente humñde y sencilla. Damas, caballeros,
almas delicadas y sensibles se reúnen en torno
al de Sales. Ambos son lumbreras de primera
magnitud en el firmamento de los santos, am­
bos personifican una virtud evangélica, ambos
encaman uno de aquellos admirables artículos
del código cristiano, promulgado por el Divino
Salvador desde lo alto de aquella montaña,
púlpito eminente desde el cual ha aprendido el
mundo entero máximas de paz y de ventura.
* Bienaventurados los pobres », fué el comienzo
de aquella sublime lección. Pobreza y bienan­
danza ¿cómo se concilian? Francisco de Asís
nos lo dirá con la más arrebatadora elocuencia
que cabe imaginar. Lejos de agobiarle el peso
de la pobreza, le sale al encuentro, la recibe en
sus brazos y se entrega a ella en místicos des­
posorios. * Bienavanturados los mansos », fué
el segundo artículo de aquella moral sublime.
Francisco de Sales encama la bienaventuranza
de la mansedumbre. Es im guerrero que lleva al
combate por todo arnés un latiguillo; ni aun eso,
es un batallador que lucha con ios bolsillos lle­
nos de dulces, para lanzarlos al enemigo; es un
conquistador que se gana los pueblos con la sola
palabra, es im polemista, cuya sonrisa no muere
en sus labios. Hijo del amor, espuma y quintae­
sencia de la bondad, de una bondad natural,
aquilatada y robustecida y depurada por la
gracia, Francisco es un correcto caballero. Si
no hubiera ostentado en su frente la aureola del
sacerde^o, hubiera sido un perfecto cortesano, tal
cual lo concebimos hoy. Correcto en sus formas,
impecabíé en sus modales, el señorío le acompai'iaba como un hábito natural, como un instinto.

— 52 —
Con los primeros nublados sangrientos de un
horroroso cataclismo comienza la vida de Fran­
cisco en la historia del cristianismo. E l volcán
de la Reforma había arrojado en su primera erup­
ción un torrente de lavas encendidas y abrasa­
doras, que envolvían en su líquido fuego buena
parte del redil de Cristo, en el corazón de Europa,
'fres veces vomitó el volcán otras tantas mon­
tanas de rencores, odios, divisiones y tenaces
guerras; la primera fraguada con elementos lu­
teranos, lava calvinista trajo la segunda erupción;
y anglicana vomitó la tercera. ¡Horrible catás­
trofe que ha desconcertado y revuelto el mundo
entero durante cuatro siglos! Ea lava del calvi­
nismo cayó sobre Ginebra, extendiéndose por
toda Suiza, ^resbalando por encima de sus fron­
teras, inundando gran parte de Francia, y sem­
brando en todas partes espantosas guerras polí­
tico religiosas. Pasiones ocultas bajo la máscara
de religión; pasiones religiosas que se abren ca­
mino esgrimiendo la espada de la política. ¡Eabor de titanes, la de reconstruir y levantar de
nuevo sobre un cimiento neta y puramente cris­
tiano aquellas sociedades carcomidas por odios
concentrados! Ea Providencia no tarda en en­
viar al Apóstol, al gigante que emprende tan
descomunal tarea. Encerrado Calvino en su
torre de Ginebra comienza su labor destructora.
Francisco de Sales desde París y Saboya em­
prende la obra de restaurar la parte de edificio
de la Iglesia Romana destruido. Aquél impone
a su Cristo apelando a la violencia, echando
mano a las armas, poniendo en juego cuantos
medios puede sugerir la intransigencia más ti­
ránica y opresiva. E l apóstata rebelde, el im­
pugnador de la tiranía papal, levanta su iglesia
sobre el cimiento de la fuerza y del terror. Fran­
cisco de Sales edifica a base de libertad y amor.
Calvino retrocede al Viejo 'festamento; Francis­
co de Sales sigue imperturbable su ruta por las
sendas amplias y trilladas dcl Nuevo, abiertas
por Jesucristo.
Donde alienta el espíritu de Dios, la libertad
vive en su cabal elemento; por el contrario, don­
de aquél falta, no puede haber sino sombras y
apariencias de libertad.
Calvino, orgulloso y testarudo, melancólico y
sombrío, imprime su fisonomía rígida enla ciudad
entera de Ginebra, hasta el punto de darle aspec­
to de claustro. Ginebra es su obra maestra, rí­
gida, puritana, roca firme del evaugelismo. Eutero, Y>ot el contrario, satírico y mordaz, alegre
de genio introduce en el claustro el bullicio del
mundo. Francisco de Sales no abriga en su alma
ni el humor negro de aquel, ni la alegría loca e
irreflexiva de éste; su alegría es plácida, tran­
quila. serena. Ks la del fiel discípulo de Jesu­
cristo, que uo acierta a decomponer el rostro

con dramática y fingida melancolía, ni el ánimo
con tristeza real y efectiva. Está demasiado cerca
el Esposo,, para permitir que la tristeza ocupe
asiento en el espíritu; los hijos tienen derecho
a la alegría que cabe en el corazón del Padre.
Pero el júbilo del hijo no es la irreflexión loca
del pródigo, alejado de la casa paterna. Así
el Evangelio halla realización cabal en Fran­
cisco de Sales: diríase que es Jesucristo redivivo,
cuya vida se manifiesta en la mansedumbre
triunfal de su discípulo fiel. No alza éste la voz
al tono terrible y amenazador de los profetas;
discurre, no grita; amonesta, no reprocha. Sabe
muy bien que la mecha humeante puede llegar
a levantar abrasadora llama, que más moscas se
cazan con una gota de miel, que con un barril
de vinagre.
Su delicadeza le inclina a las almas femeniles;
es maestro único y sin segundo en el arte de la
dirección. No desconoce el caudal deenergísa,
ocultas bajo apariencias de debilidad. No se le
oculta que el alma delicada áie una mujer ena­
morada del ideal cristiano es xm arma poderosa
y bien templada en las lides del apostolado.
S. Francisco es maestro de muchas Marías.
Quisiera juntar y formar una fam ilia,de Martas
hacendosas, pero le resultan Marías. Sus monjas
son muy caseras. ¡Cosa rara! Escribe «Visitación.»,
en el dintel de una puerta que nunca se abre.
Con estas almas escogidas del Señor conversa
Francisco largamente, sin que se resientan sus
pláticas de enfado. Teología y polémica fluyen
de su maravillosa pluma y de sus labios, des­
pojada de toda aspereza y abstrusidad: se vul­
garizan, sin adquirir aire de vulgaridad.
Su teología es la del amor. Deus qui
animas: he aquí reducida a compendio y cifra
su teodicea. E l . misterio fundamental, « Dios
amador de las almas », ilumina y casi desvanece
todos los demás. Todos éstos se reducen a aquél
al amor, que es su teología, el arma desús ba­
tallas de sus controversias, misterio de dul­
zuras y de encantos. Teodoro Beza, (el más fie*
continuador y heredero de la doctrina calw
uista), se encuentra frente a Francisco en el cam­
po de la polémica. Tiene algo de semejanza el
encuentro con el que relatan las Sagradas Letras
entre David y Goliat, 'feodoro Beza se preseuU
forrado con el duro bronce de su sapiente eritendimiento. Francisco, cuya superioridad inte­
lectual no le queda atrás, sale al cami>o, con d
el corazón por toda arma: con él, con la bondad,
derriba al coloso y lo vence. Sus discursos tienen
mucha semejanza con los de Jes-ú-*; ingeni^
y parabólico, como el Divino Maestro, su pala r*
brota fresca y limpia como las madejas de crista­
les de un manantial risueño.
.
Como el poeta de Asís lee en el gran libro de

— 53 —
naturaleza. Las hierbas, los arroyuelos, los pá­
jaros, las florestas, la abrasada campiña, la liiz
deslumbradora del;astro rey: todo penetra por
'lossentidos de aquel incomparable poeta, con­
moviendo las fibras todas de su corazón y arran­
cando de él un canto sublime a la naturaleza,
en la cual Francisco de Asís lee un poema in­
menso y sublime, y lo interpreta, y lo escribe.
En la naturaleza avizora Francisco de Sales
símbolos de sabiduría; la naturaleza es para él
un libro lleno de enseñanzas y significados. É l
lo lee; y sin esfuerzo, sin sombra de sofistería,
fluyen de sus labios y de su pluma las palabras,
como en el Evangelio. El perfume embriagador
de las flores, la frescura de los prados, el canto de
los pajarillos, la astucia o ingenuidad de los ani­
males, las gemas optimistas del mar, del cielo,
de la pradera, todo penetra en el alma de
Francisco de Sales.
Para todas las cosas es útil la piedad, tal
es la expresión de S. Pablo. Ella es virtud
que a todos y para todo apro\-echa. S. Fran­
cisco de Sales restituye la piedad a su ver­
dadero señorío, que quisieran menguar los
enemigos de la fe, conceptuándola de nimiedad,
y los que se alistan en los bandos de la derecha,
que la empequeñecen, poniéndola al nivel de
sus gazmoñerías. Nuestro Santo Doctor la co­
loca en su verdadero puesto, tal como es, tal
como debe ser, inefablemente noble y bella,
grave sin enojo, ligera sin frivolidad; en hábito
claustral, o de sociedad: es indiferente.
Genial innovador sin ser futurista; conser­
vador ajeno a la estereotipia, reproduce fiel­
mente en su espíritu con cierta fisonomía propia,
la imagen del Divino Maestro Jesús. L a fidelidad
en la nota característica de sü aprendizaje; la
personalidad -más acabada re.splandece en su
m«'igisterio de caridad, de dulzura, de amor: ma­
gisterio fecundo, de mansedumbre que se adueña
de las voluntades, magisterio vivificador, del cual
lia brotado, la Institución Salesiaua, que si bien
es la última, considerada desde el punto de vista
cronológico, no lo es por la importante misión
que abarca su programa, destinado a renovar
1^ viejas y decadentes sociedades, hundidas
en el paganismo y en la cobardía que ocasiona
la «nciencia de la propia debilidad. E l matenabsnio más grosero incita a los directores de
las mulütudes a remediar la bancarrota de las.
naciones con tratados inútiles, vacíos de toda
efectiridad.
Pureza de miras, tolerancia, amor, caridad
Cristiana: es lo único que puede salvar a las
pueblos y subyugarlos como los subyugó nues­
tro Santo.
Aun resuena el eccr de la dulce palabra de
Francisco, palabra luminosa, palabra caldeada

de amor, palabra suave. En las horas de resi­
stencia tenaz en deponer las armas, precisa oirla,
para que los pueblos entiendan que el arma
más fuerte y que con más certeza asegura la
victoria mas hermosa y cabal, no es la que arran­
ca la vida violentemente; sino la mansedumbre
que se apodera de las voluntades humanas y las
subyuga dulcemente.
. Es palabra divina: <>Bienaventurados los man­
sos, porque ellos poseerán la tierra.» |S. Fran­
cisco de Sales, Maestro dulce, luchador manso
atiéndenos, habla a miestras almas, mega por
nosotros!

F A C U L T A D E S E INDULQENCIAS
concedidas por SS. Benedicto XV, para conmemorar
el Centenario de S. Francisco de Sales.

Con objeto de que la s fiesta s centen arias
de S . F ra n cis c o de S a le s re v is ta n m ayor
esp len d or, e l P a d re San to B enedicto X V
(q. e. g. e.), a in sta n cia del R evm o. P . Rih aldi, V ic a r io G en eral de la P ía S o cied a d
S a le s ia n a , con rescrip to de la S. C on grega­
ción de R ito s, fech a i8 de enero, concedió:
1. Indulto de la m isa p ropia del Santo
(se r v a tis serv a n d is), p a ra to d a s la s m isa s
re z a d a s o can ta d a s que se celeb ren en
lo s d ia s del trid u o solem n e en honor de
S . F ra n c is c o , sea cu al fuere la época del
año, en to d as la s ig le s ia s sin excepción,
de ios S a le sia n o s o del Institu to de H ijas
de M aría A u x ilia d o ra .
2. In d u lgen cia p len aria , a p lica b le a las
Á n im a s del P u rg a to rio , ca d a día del iriduo,
a tod os lo s fieles que, con fesad os y co­
m u lga d o s, v is ite n un día cu a lq u iera del
tridu o la ig le s ia o c a p illa donde se celebren
dich os fe ste jo s , y rueguen según la s inten­
cio n es d el P a d re Santo.
3. Ind ulgencia p a rc ia l de 100 d ia s, ap li­
ca b le a la s a lm a s del p u rg ato rio , a todos
lo s fieles que, arrep entid os de su s p ecad os,
h agan la v is ita en la form a in d ica d a an­
teriorm ente.

— 54 —

LA IGLESIA DE LUTO.
**Ofrezco gu stoso e l sacriíício de m i vida
por la paciñ cación de ¡os pueblos,,.
I,a tumba que guarda las cenizas de los seres
q^ue consagraron su existencia al servicio del dolor
y la miseria material o moral, es un ara divina
sobre la cual el espíritu de los vivientes se puri­
fica y adquiere nuevos bríos para lanzarse
con vigoroso esfuerzo a la lucha, y salir victo­
rioso .en las recias batallas de la vida y del pen­
samiento.
Un ara de infinita belleza es para todos los
ciislianos, y de un modo especial para los Salesianos, la tumba del Pontífice Benedicto X V ,
Príncipe de la paz, dechado perfecto de caridad,
qujos ejemplos ha visto, admirado y aplaudido
el mundo entero sin distinción de clases, razas
y;r^eligiones, durante los siete años de su breve
iJÓntificado, al cual ha puesto cima el acto su­
blime y heroico de ofrecer a Dios su vida eu aras
de la concordia y bienestar de los pueblos.
La humanidad entera lo llora presa de acerbo
dolor, por que ha sido testigo de su labor bené­
fica . sin igual en la historia; por que ha visto que
el coloso que desaparece de la escena de este mun­
do fue de hecho y de verdad, con toda la hermo­
sura y candor de su alma, con toda la potencia
de su espíritu, el Siervo de los Siervos del E van ­
gelio.
Inmensurable es el dolor que aflige a los Salesianos. Del Ven. Don Bosco heredamos la adhe­
sión firmísima a la silla de Pedro. Tal fué la en­
señanza continua de Don Bosco en su vida,^ y
uo de otro modo el testamento que dejó a sus
hijos en el lecho del dolor. La Eucarislia, María
Auxiliadora, el Papa. En tres palabras sintetizó
aquel venerable moribundo su vida, al mismo
tiempo que dejó con ellas abierto a sus suceso­
res, un camino seguro de prosperidad espiritual.
Por eso los salesianos, fieles a las máximas de
su fundador, y profundamente reconocidos a los
beneficios del Papa difunto, depositamos hoy
sobre la tumba del Pontífice de la caridad y de
la paz, transfigurada en ara de luz, de bondad
y de amor, la flor del agradecimiento que nunca
nmete y las lágrimas del más sincero y profundo
dolor.
*

* «
La historia del pontificado de Benedicto X \'
se enlaza íntimamente con la marcha de los
acontecimientos de la execrable guerra mundial,
escritos en los anales de la humanidad con ca-

racteres de sangre y lágrimas. Considerada la
vida del Pontífice con relación a dicho aconte­
cimiento puede compendiarse en esta expresión:
E l pontificado de Benedicto X V fué una labor no
interrumpida de paz y caridad. De paz, sobre
todo. Cuanto la mente del más experto hombre
de estado puede concebir e imagiiiar, y el cora­
zón de un padre tierno puede sugerir, todo fué
puesto en juego por Benedicto X V , para asentar
el reinado de la paz entre la multitud de pueblos
que se aniquilaban mutuamente.
Dejóse oir el blando y amoroso acento del
Papa, una y o tr a ' vez; vertió humanitaria y
cristianísima doctrina de amor en documentos
que se sucedieron sin interrupción, y con tanta
mayor solemnidad, cuanto más se hundían los
hombres en el fango rencoroso de la lucha: cuan­
do juraban destrucción, hasta perder el úl­
timo soldado, el último fusil.
Aún no había pasado ima semana a partir
de su elección a la Silla de S. Pedro, cuando
manifestó el propósito decidido de «uo perdonar
medio para adelantar el término de tantas cala­
midades como sembraba la guerra ». Dos meses
después, en su primera y admirable Encíclica,
antes de enumerar las causas de los males que
afligen a las sociedades 'modernas (la ausencia
de amor mutuo, el desprecio de la autoridad,
la lucha injusta de clases, el bien^^sensible y ma­
terial, erigido en finalidad única y exclusiva de
la actividad humana etc.), considerando como
necesidad de mayor urgencia, la pacificación
de las naciones, se dirige a los jefes que rigen los
destinos de los pueblos para vindicar la ofensn
del derecho ofendido, por otros medios que no
sean las armas, y que indudablemente no faltan
a quieúes animados de recta conciencia y buena
voluntad desean sinceramente la paz.
Los mismos conceptos que en Navidad d®
1914 brotaron de labios del Pontífice, se repi­
tieron en la alocución del Consistorio celebrado
el 22 de enero de 1915. Más tarde ordenó en 7
de febrero y el 21 de marzo se rezara en todo el
mundo católico la oración especial para implorar
la paz, compuesta por el mismo Pontífice. Al
cumplirse el año de la ruptura de las hostilida­
des se oye de nuevo la voz del Pontífice que
ho'rta a los pueblos a cesar en su encamizanuen
to. ¡Qué solemnidad, cuánto amor rebosan las
palabras del Papa dirigidas en tal ocasionl

— 55 —
«Escuchad, dice, nuestra demanda, oid la pater­
nal voz del Vicario del eterno y Supremo Juez,
a quien abréis de rendir cuentas de vuestras
gestiones públicas y de vuestros actos privados.»
Pero la voz amorosa se perdió entre el estruendo
del cañón y el fragor de la batalla.
Sin desmayar en su propósito, vista la cegaedad de los pueblos, en la cuaresma de 1916,
en carta dirigida al Cardenal \'icario, invita a todaS las familias
cristianas, y en especialidad a las
de los combatientes, a realizar obras
de penitencia y de caridad, para
aplacar la divina justicia, ofendida
por las maldades de los hombres.
En esta admirable carta define la
guerra, diciendo ser ella « un suici­
dio civil de Europa», y se representa
a sí mismo « como un padre que se
lanza en medio de sus hijos, tra­
bados en lucha. »
Al cumplirse el segundo año de
laguerra, no se.dirige el Papa a los
pueblos ni a los gobernantes, sino
llama a los niños inocentes de toda
Europa, y los congrega al rededor del
tabernáculo. Cuatro mil niños de
la Ciudad Eterna reciben de manos
del Pontífice la Sagrada Comunión
el 30 de julio de 1916, y después de
la hmción les habla con elocuencia
y entonación patética. Oyen su pa­
labra los niños, pero ella va dirigida
a los mayores.
Y continúan las exliortaciones de
paz, en carta escrita al Cardenal
Secretario de Estado el 5 de mayo
de 1917, en la que aconseja que las
familias cristianas se consagren al
Sagrado Corazón de Jesús, e incluye
definitivamente en las letanías lauretanas la invocación Regina Pacis,
introducida temporáneamente. Pero
donde el Papa realizó la última
tentativa de paz, en la que com­
pendió todas sus gestiones pasadas y propuso
tt pocos artículos las condiciones de paz ver­
dadera y justa, fué en la célebre nota del
I ' de agosto de 1917, presentada a los jefes
de los pueblos beligerantes. Aquella nota tan
dia-utida y tan contrariada es un momumento
ipie acusará la mala voluntad de los gober®^tes en aquella sazón, al mismo tiempo que
itteditará el talento político del difunto Pon­
tee. y su labor incesante por la paz de los puePuede decirse que después de esta última
Ifttativa cesa por completo la acción diplomá^ del Papa en pro de la paz.

Esto no obstante, el 29 de junio de 1918 ofre­
ció al mundo entero un nuevo espectáculo de
fe. Se dirige a todos los sacerdotes del mundo,
y los invita a ofrecer en unión consigo el Sto.
Sacrificio de la misa para la pacificación de las
naciones. A fines del mismo año se suspenden
las hostilidades, y se comenzaron las negocia­
ciones de paz.

He aquí en breve síntesis la acción de Bene­
dicto X \' para devolver la concordia a las nacio­
nes. Si su palabra no consiguió el efecto deseado,
en nada mengua su talento profundo y su mag­
nánimo corazón; antes bien lo agiganta'más, al
paso que pone de relieve la dureza de los hom­
bres de gobierno que pretenden levantar el trono
de la paz sobre el terreno movedizo de sus am­
biciones. G>ntrastando con aquel coro desen­
tonado de caudillos egoístas, patrocinadores
falsos de la concordia, se destaca la voz dulce
del Pontífice moribundo que ofrece su vida por
la harmonía <k los pueblos, y abre su mano

- s e ­
para bendecirlos, sellando con este acto la jor­
nada gloriosa de 67 años de existencia.
Por la paz de los pueblos ofreció su vida; para
el establecimiento de la paz dió su última ben­
dición.
Y ¿qué decir de su caridad? Ella lia escrito
con caracteres de oro páginas gloriosas, en el
corazón de multitud de familias, de infinidad
de soldados, eii un sinnúmero de poblaciones.
Nadie desconoce la iniciativa del Padre Santo,
Benedicto X V para obtener una tregua en N a­
vidad de 1914, tregua, que por desgracia no halló
en la.s naciones beligerantes acogida. Pero si
los primeros intentos cayeron en tierra estéril,
otros fructificaron en terreno abonado. Con fe­
lices resultados gestionó el rescate de prisioneros
inhábiles para todo servicio militar. Mas tarde
obtuvo, de inteligencia con el Gobierno Suizo,
([ue un determinado número de soldados ingre­
saran en sanatorios de la citada Confederación.
Intervino en el cambio de prisioneros civiles e
internados, consiguió la moderación de trata­
mientos inhumanos a que fueron sometidos mu­
chos prisioneros; proveyó a las necesidades mo­
rales y religiosas (pie muchos de ellos padecían;
entre otras concesiones logró el descanso do­
minical para los prisioneros, y se interesó por
ellos, ordenando fueran visitados en su nombre
por Nuncios, Delegados Apostólicos y Obispos.
Por mediación del Delegado Apostólico en
Coustantinoida, mejoró la condición de los A r­
menos y no cesó en sus gestiones ante el gobierno
alemán en Bélgica, hasta conseguir la sus^nsión
o conmutación de sentencias capitales dictadas
a súbditos belgas. ¿Y qué diremos de las oficinas
abiertas en el Vaticano para comunicar noticias
de prisioneros, y dispersos a tantas familias de­
soladas? A donde no alcanzaba la informaci(í)n
gubernativa, llegaba con sobras la diplomacia
Pontificia de Benedicto X V ; por su mediación
fueron otorgados 700.000 instancias de infor­
mación. Para acallar el hambre y cubrir la
uiiseria espantosa en las regiones devastadas,
donde la guerra dejó sentir con más intensidad
sus horribles efectos, hizo llegar a las familias
de Bélgica, de la Polonia, de la Prusia Oriental,
y norte de Eraneía, generosos socorros materialea Los estados Balcánicos, los Armenos, los
Miuonitas del Líbano, sintieron los calurosos
rayos de caridad que emanaban del corazón
del Pontífice, y que también alcanzaron a los
niños de los Imperios Centrales, y a la mí^ra
población de Rusia. Donde quiera que surgiera
una necesidad grave, allí velaba el corazón del
Papa, encendiendo al mismo tiempo en caridad
las entrañas de todos los católicos, que uo tarda­
ban en imitar sus heróicos y merilisimos ejem­
plos.

Profundamente .reconocido el Oriente a los
desvelos del Papa le levantó un monumento en
la antigua metrópoli del Imperio Otomano.
Musulmanes, judíos, ármenos, griegos hetero­
doxos, • protestantes, miembros de todas las
dases sociales: desde el Sultán de Turquía, hasta
el Virrey de Egipto, desde el Gran Rabino de
Constantinopla, hasta el Patriarca Armeno,
todas las religiones del Oriente, con exdusión
de los católicos, concurrieron a levantar aquel
monumento de gratitud al bienhechor de los
pueblos. Mucho significa una obra así en una
ciudad en cuyas calles uo se ve una estatua, y
que precisamente la del Papa sea la primera que
se alce en todo el imperio otomano.
Nuestra maravilla a vista de semejante hecho
se disipaiá si consideramos que en ninguna na­
ción fué reconocida y justamente apreciada,
como en Oriente, la labor benéfica del Vicario de
Jesucristo: su obra de paz, de amor, de caridad,
de paternal protección, dispensada a todos los
hombres, sin distinción de raza, religión o nacio­
nalidad, eu todo el período de desastres que
trajo consigo la ruptura de las hostilidades entre
la mayor parte de las naciones del mundo.
Indeleble quedará impresa su memoria en
aquel monumento, al pie de cuya estatua se lee
la siguiente inscripción: « A l gran Pontífice de
la hora trágica mundial — Benedicto X V —
bienhechor de los pueblos — sin distinciÓ7i de fwcionalidad ni religión — en señal de agradtámiento — el Oriente — 1914-1919.
***
Singulares manifestaciones de aprecie) nos
dispensó a los Salesianos en repetidas ocasiones.
A su entrada en Bolonia declaró que profe­
saría a la Congregación Salesiaiia el mismo amor
que nutrió por ella nuestro insigne bienhechor
el Cardenal Svampa; que se sentía orgulloso de
contar con los Salesianos eu.el mejoramiento de
su arquidiócesis; y que si S. Erna, el Cardenal
Svampa se había sentido dichoso en pronunciar
el panegírico de D. Bosco al ser declarado
Venerable, sería mayor la suya si alcanzaba a
pronunciarlo al ser declarado Beato, dado caso
(pie tal suerte le cupiera en los años de su indaDurante su pontificado adelantó en manera
extraordinaria la Causa de Beatificación del \ en.
Don Bosco. Promovió la apertura de nuevos es»*
blecimientos salesianos de educacióu, y confinó a
nuestra Congregación para el desarrollo de las
misiones, duraute la guerra, la rvcfcctum Ap«'
tóUca de Río Negro en Brasil, el \ icanato
Apostólico de Shiu Chow en China; y, despu®®
de la guerra, la transmisión de la Prefectura
Apostólica del Assam (India).

— 57 —
En las fiestas centenarias del nacimiento del
Ven. Don Bosco, creó Cardenal al Emmo. Sr.
D. Juan Cagliero, y en prueba de devoción y
estima al Venerable, envió como representante
de S. S. a S. Erna, el Cardenal Almaraz (q. s. g. h.).
En fin, cuando el Vicario de Jesucristo se ha­
llaba en sus últimos momentos, acudieron a visi­
tarle los Cardenales de la Curia. S. Erna, el Car­
denal Cagliero se acercó al muribundo, y le dijo:
«Santidad, los Salesianos y alumnos de nuestras
casas ruegan a Dios y a María Auxiliadora por la
salud de S. S. ». — « Rogad también a Don
Bosco », respondió el moribundo Pontífice.
* *
No nos detendremos en exponer la labor del
Papa en favor de la Iglesia. Nos limitaremos a
enumerar los títulos de gloria, a parte los ya
expuestos, de Príncipe de la Paz y Apóstol de
ía Caridad, a que se ha hecho acreedor durante
su breve Pontificado.
Primeramente, la 'promidoación del nuevo Có­
digo de Derecho Canónigo, iniciado por su pre­
decesor Pío X , de grata memoria; obra colosal,
cuyo mérito pueden barruntar solamente los
entendidos.
En segundo lugar recordaremos sus nobles es­
fuerzos para atraer a la unidad de la Iglesia Cató­
lica las iglesias orientales; empresa magna.' cuyos
géraienes brotaron de la esclarecida inteligencia
del Papa I^ón X III, y a los cuales dió vida y
desarrollo Benedicto X V , con la fundación de
una nueva Congregación para resolver asuntos
orientales, y un Seminario para estudios par­
ticulares de aquellas religiones.
Recordaremos además el impulso que dió a
las Misiones ca/d/jcas, tan quebrantadas a causa
de la guerra, y que debido a la acción del Pon­
tífice resurgieron con \rigorosa vida.
No queremos dejar de mencionar el propósito
que animó a Benedicto X \ ' de volver por los
fueros de la predicación sagrada, cu^'as normas
y medios de eficacia dejó escritos en su Encí­
clica del 15 de junio de 1917. No son éstas so­
lamente los cláusulas del testamento que Bene­
dicto X V deja a su sucesor. Sin relatar los he­
chos políticos, consoladora para todos los cris­
tianos, y de un modo especial, para el corazón
paremal del Vicario de Cristo en la tierra, como
son la erección del nuevo estado de Polonia y
la liberación de Irlanda, mencionaremos el esta­
blecimiento relaciones oficiales con casi todas
las grandes Potencias del mvmdo.
Ponderemos el hecho que determina la aurora
precureora del día en que veamos retomar a la
unidad de la Iglesia Católica la multitud de igle­
sias orientales heterodoxas.

k .

Dirijamos nuestra mirada a la Iglesia Cató­
lica, purificada en sus luchas con el Modernismo y
dotada de admirable legislación, y admiremos
la rica herencia qué Bendicto X V deja a su Su­
cesor.
¿Quién osará decir que el Pontificado de Eenedicto X V no fué un Pontificado grande en la
historia de la Iglesia y en la de todos los pue­
blos?
¿Quién a vista de tantas mara\'illas no se
siente movido a agradecer tan enorme caudal
de beneficios, de que ha disfrutado toda la hu­
manidad?
¡Oh, si, nuestra gratitud más profunda al
Pontífice de la pazl Alostrémosla con hechos
que la acrediten; y para ello, elevemos una ple­
garia por el eterno decauso de su alma.
R. I. P.

Los Sres. Cooperadores Salesianos, cumpliendo
ios requisitos de costumbre, pueden :ganar
diligencia plenaria:
El día que se inscriben en la Pía Unión.
2° Una vez al mes, a elección de cada cual.
3® Una vez al mes, asistiendo a la Confe­
rencia.
4® Asimismo, una vez al mes, el día en que
hagan el Ejercicio de la Buena Muerte.
5® El dia que por primera vez se : consagren
al Sdo. Corazón de Jesús.
6® Siempre que hagan Ejercicios espirituales
durante ocho días seguidos.
Además, los siguintes días del mes de Abril:
El 7, festivid ájde los” Dolores de*Ntra. Sra.
El 9 Domingo de Ramos.
El 16, Pascua de Resurrección.
También pueden ganar otras muchas indul­
gencias plenarias y parciales y gozar de varios
privilegios, como puede verse en el Reglamento
o « Cédula de admisión a la Pía Unión », a
la cual nos remitimos.

Toda ¡a ciencia de let Sanln te retume en dot capílulos: Acción ¡I sufrimiento. A mayor grado de santidad,
corresponde más perfecto cumplimiento de ambas doctrinas,
S. Frsacísco de Sales.

T E N E M O S
La elección del Sumo Pontífice, verificada
bajo la asistencia del Espíritu Santo, recayó
sobre S. E. el Cardenal Arzobispo de Milán
Aquiles Ratti, que gobernará la Iglesia con el
nombre de Pío X I.
¡Bendito sea el que viene en nombre del Señor,

P A P A

María Auxiliadora, cuyas puertas aun ostentan
el anuncio de festejos para el Centenario de San
Francisco de Sales, con intervención de Vuestra
Augusta Persona, los Superiores de la Pia So­
ciedad Salesiana, los Cooperadores y ahimnos,
al paso que elevan al Altísimo fervientes preces

Nació en Desio (M ilán),
el 3i de mayo de 1857.

Ordenado de sacerdote,
el 20 de diciembre 1879

Creado Cardenal Arzo­
bispo de Milán, el 13 de
Junio de 1921

Elegido Papa, el 6 de
febrero de 1922.

como príncipe de la paz, para mostrar a los hom­
bres, que corren desconcertados buscándola por
vias extraviadas, el camino que conduce a ellal
A petición del Emmo. Cardenal Cagliero
concedió, antes de que los Príncipes de la Iglesia
salieran de del Cónclave, una bendición especial
para los Salesianos, Hijas de María Auxiliadora
y Cooi>eradores, y para los alumnos y alumnas
que se educan en nuestros colegios y en los de
las Hijas de María Auxiliadora.
E l P. Rinaldi, Vicario de nuestra Congre^ción,
dirigió inmediatamente después de sabida la
fausta noticia de la elección, un telegrama reda­
ctado en estos términos: « Desde la Basílica de

de acción de gracias, imploran de Vuestra San­
tidad la primera Bendición Apostólica *.
A este telegrama contestó S. Erna, el Car­
denal Gasparri, Secretario de Estado de S. S.
con el siguiente;
R in a ld i , Vicario General Salesianos, \ aldocco.
Turin. —
Pontífice, agradecido vu^tro
homenaje, imparie.de corazón V. S., Superiores,
Cooperadores, alumnos implorada henedición Apos­
tólica, — Card. G asparri .
El Señor conceda largos años al nuevo Vi­
cario de Jesucristo, para bien de la Iglesia y
pacificación de los pueblos.

— 59 —

fieitai \Mmmi de i FrancistodeSales
en el Santuario de María Auxiliadora
d e T u r in .
El día 27 de enero, desde el esbelto campanile
de la Basílica, el juego de campanas anunciaba
al pueblo turinés, de madrugada, el comienzo
de las fiestas de S. Francisco de Sales, que este
año, por coincidir con el tercer centenario de
su muerte, había de revestir solemnidad espedalisinia.
A las 6 y 15, S. E . Mons. Castelli celebró la
misa de Comunión a la sección de artesanos,
los mejores tapices cubrían las columnas del
templo, y ricos terciopelos alternando con fran­
jas de tisú de oro y plata se entrelazaban, for­
mando un arco gracioso y esbelto a la entrada
del presbiterio.
A las 7 y 30 celebró la misa de Comunión a
losestudiantes S. E. Mons. Juan Pinardi, Obispo
titular de Eudoxia.
Alas diez, ofició de Pontifical S. E . Mons. Hum­
berto Rossi, Obispo de Susa. L a majestad de las
funciones pontificales, la suntuosidad de los
ornamentos, la música sagrada, de riguroso
corteclásico, la ejecución exquisita de la misma:
todo, llenaba el espíritu, lo abstraía de la tierra
y lo elevaba a las regiones de la belleza suma,
del bien por esencia, de la suprema verdad. Eran
iquellos momentos trasunto de de paraíso.
A las 4,30 de la tarde, se cantaron con toda
solemnidad vísperaá pontificales, en las que
ííció S. E. Mons. Rossi. Después el orador
llons. Manzini, cuyo púlpito se ve concurridíámo en toda Italia, expuso a los oyentes la inbncia y juventud de S. Francisco de Sales, de
oaoera tan acabada, que pudimos deducir de lo
expuesto, que si S. Francisco' hubiera dejado
«ste destierro a los 20 años, cuando se vió al
iorde del sepulcro, víctima de gravísima enferwdad, se hubieran encontrado en él méritos más
que suficientes para canonizarlo.
Terminado el sermón, hubo exposición con
S p. M., Bendición pontifical, y reserva.
^Áhado 2S. — Segundo día de festejos. A las
^■^5 de la mañana ofreció el Santo Sacrificio,
ofendo lo marcado en el programa, S. E.
Ucrns. Castelli,. Obispo Tit. de Gaza. A las 10,
^ ’ués del canto solemne de. Tercia, ofició de
Pwitifical S. E . Mons. Rossi.
Capaban una tercera parte de la Basílica
^ jóvenes y niñas del Refugio y de los Colegios
^ Hijas de María Auxiliadora (en total, más de
•lentas), que ejecutaron a cuatro voces una
preciosa, interpretada con admirable ajuste
y afinación, bajo la batuta del conocido musi*'^0 P. Grosso

Por la tarde, las citadas escolanías cantaron
las vísperas del Santo, lo mismo que la tercia
de la mañana, en música polifónica, alternando
con canto gregoriano. Ofició S. E. Mons. Castelli.
Terminadas las vísperas, Mons. Manzini nos pintó
al Apóstol, con rasgos tan magistrales, como
pocas veces hemos oído hablar del Santo en
forma igual. Todo era macizo,todo sustancia
jugosa y rica; no había allí desperdicio. Más de
una hora nos deleitó con su palabra de fuego,
sin que nos diéramos cuenta de que el tiempo p a­
saba. Lo restante de la función, lo mismo que
el día anterior. Como complemento de ella, el
coro femenil cantó un deprofundis, en sufragio
alma de S. S. Benedicto X V (q. e. d.).
Día 29. — Festividad del Santo. — A pesar de
la nieve que había caído en abundancia días
antes, y del frío intenso que se deja sentir en las
calles de la ciudad, fué numerosa la concurrencia
que llenó las naves del grandioso templo desde
las primeras horas de la mañana, el día de S.
•Francisco de Sales.
A las 6,15 celebró la misa S. E. Mons. Rossi.
Distribuyéronse, lo mismo que los días ante­
riores, numerosísimas comuniones. A las 7,30
con no menor número de éstas celebró S. E.
Mons. Bartolomasi, Obispo de Trieste, hijo de
Turín, y muy estimado de sus paisanos.
A las 10 ofició de pontifical S. E . Mons. CastelH. Cediendo a un impulso de amor al pueblo
turinés y a los Salesianos, a los cuales no sabe
negar nada, subió al pú'.pito el limo. Mons. Bar­
tolomasi, y con grave, sencilla, robusta y precisa
palabra tejió el panegírico del Santo. L a escolanía de la Basílica, dirigida por el Mtr.® Dogliani
ejecutó la partitura Missa hrevis del nunca igua­
lado maestro L. Palestrina.
Tiene la música de este genio del arte reli­
gioso la expresión más acabada y definitiva
de fe y de amor: conmueve y maravilla; es
música dulce, bañada en suave melancolía,
« sin la cual, según expresión de Standaí,
no hay música apasionada. » Es sencilla,
como la música gregoriana, y al mismo tiempo
encierra las dificultades que sólo el genio
sabe superar con ventaja. Es la música que du­
rará mientras haya templos que muestren en
lo alto de sus torres la cruz del Redentor de la
humanidad. Eterna será como la memoria del
artista, porque sobre las ruinas que el tiempo
va dejando en su carrera se alzíi siempre el espí­
ritu gigante del genio, cuyas bibraciones que­
dan indeleblemente grabadas en sus obras
inmortales.
Aquella música subyugaba podeíosamente
nuestras potencias, y recogía nuestros sentidos
como si ella fuera el eco de la conciencia, el grito
del dolor y la esperanza.

— 6o —
Rn esta embriaguez de espíritu, bajo las su­
gestiones de este arte admirable, permanecimos
todo el tiempo que duró la función. A l terminar,
las campanas anunciaban a los fieles, mientas
salían del templo, la hora del mediodía.
Por la tarde, a las 4,30 se celebraron las vís­
peras del Santo, pontificadas por S. E. Mons.
Castelli. El citado orador, Mons. Manzini, expuso
al auditorio una pintura del Santo Pastor,
cuya grey apacentó siempre con sabrosos y
nutritivos pastos. Cotejó admirablemente la
vida de Cristo con la de Francisco y hallamos
a éste tan perfecto, tan semejante a su divino
Arquetipo, qtie diríamos no mediaba otra dife­
rencia entre ambos fuera de la divinidad; por­
que S. Francisco de Sales copió, decimos poco,
se asimiló las virtudes de Jesucristo con toda
la i>erfección íntegra y cabal que cabe en lo
humano. Terminó la función con la Bendición
Pontifical, impartida por S. E. Mons. Castelli.
Lunes 30. — Todas las misas, oraciones y co­
muniones celebradas en la Basílica, fueron apli­
cadas en sufragio de las almas de nuestros que­
ridos Cooi>eradores difuntos.
A las nueve se celebró un funeral imponente,
con asistencia pontifical de Mons. Rossi, quien, al
fin de la misa, pronunció el elogio fúnebre de nue­
stro inmortal Pontífice Benedicto X V (q. s. g. h.).
Ofició el P. Rinaldi, y la Capilla de música
estuvo insuperable en la ejecución de la misa
y responsos en música polifónica, de autor clá­
sico, y en la interpretación del canto gregoriano,
de ese canto, que es « la sencillez profunda, la
antigüedad eterna y siempre nueva ».
Los responsos al túmulo pusieron remate a
la función, que venía a ser como un tributo de
eterna gratitud a los muchos beneficios que la
Santidad de Benedicto X V dispensó en tantas
ocasiones a la Pía Sociedad Salesiana.
Estamos seguros de que nuestro Ven. Padre
habrá visto complacido desde el cielo que, des­
pués de festejar al Santo que él escogió como
Patrón y Titular de nuestra Congregación, su­
fragáramos el alma del Vicario de Jesucristo en
la tierra, a quien siempre veneró de manera, que
fue y ha sido entre sus hijos la figura del Papa
objeto de amor y culto especialísimo.

1

[CDtenaÉ ile la [oogiagatian de Ptoaaganda File.

E l Emmo. Card. Van Rossum, Prefecto de la
Sagrada Congregación de* Propaganda Fide, ha
dirigido una carta a todos los Obispos del orbe,
a fin de conmemorar el tercer centenario de
dicha benemérita Institución.
S. S. Gregorio X V , en la Constitución Apostó­
lica del 22 de junio de 1622, fimdó solemnemente
la Congregación de Propaganda Fide, .cuyo altí­
simo cometido se extiende a presidir, dirigir y
reglamentar las misiones destinadas a predicar
el Evangelio a las gentes.
« Solo Dios sabe, dice el eminentísimo Pur­
purado, el cúmulo de ventajas que en estos tres
últimos siglos han acarreado las misiones a la
religión y a la civilización.... Con todo, queda no
paqueña parte de la mies en el campo sin recogen
inmensas regiones a las cuales no ha llegado la
luz de la civilización, masas incontables de seres
racionales aguardan los albores de paz y de ven­
tura que irradian del Evangelio. Conviene, por
tanto, recordar solemnemente en estas fiestas
tres veces centenarias, y ponderar en su justa
medida, la labor benéfica en pro de las misiones
realizada por los Sumos Pontífices, a partir
del citado Gregorio X V ; los beneficios que ha
aportado al consorcio humano la Sagrada Con­
gregación de Propaganda Fide, cuyo cometido
es enderezar el espíritu humano por los seguros
caminos de la fe y de la verdadera civilización;
las imponderables fatigas de los misioneros y
sus colaboradores, y la munificencia de ricos y
pobres en cooperar con largueza durante vanos
siglos a esta obra de redención. De todo lo cual
hay que dar rendidas gracias al Señor y a la \ irgen Inmaculada, Reina de los Apóstoles, qu«
ha conseguido de su Divino Hijo y Salvador
del género humano, ese cúmulo de gracias, nie
diante su valiosa intercesión. » S. S. Benedicto
X V (q. g. h.), no se limitó a aprobar la ficsto
únicamente; sino que además, manifestó su de
seo de participar a ella con su asistencia peisoiul
y concedió copia de bienes espirituales a cuan­
tos se asocien a la celebración de dicho aoflte
cimiento.
A l mismo tiempo ha ordenado el Padre Sa^
se haga saber a todos los Obispes del mun®
FcneJ prej«nle gu« la perfección no te consigue a bra­ su voluntad, de que en todas las iglesias ca^
drales, en las parroquias y en las demás iglcsi»
zos cruzados, sino <¡ue es preciso irabajar de veros para
principales, tanto en las incardinadas ^ ^
vencerse y refrenaise a si mismo y hacerse a vivir, no condiócesis, como, las enclavadas en jurisdición «
forme a ios pasiones, sino en conformidad con los dicia­
misiones, se celebre un triduo, según lo
dos de la razón y según la obediencia. Es ardua empresa, ran las circunstancias de tiempo y lugar.
cierto, pero es necesaria, J la costumbre la torna fácil y Romano Pontífice ha vinculado a las funcioci^
religiosas y conmemorativas de esehecho lusto*
guilosa.
rico indulgencias especiales; y a los Obispo®í

6i —
sacerdotes delegados por éstos, la facultad de
dar la Bendición Papal al clausurarse el triduo.
Por último, S. S. ha compuesto para dicha oca­
sión una oración preciosa, que puede, donde se
crea oportuno, rezarse cada día; pero, en manera
especial, los días del triduo. Dice así:
¡Oh Jesús.' Aun no ha muerto el eco de la pa­
labra con que ponderasteis la escasez de obreros,
amparándola con la inmensidad de la mies messis quidem multa, operarii autem panci. Tres
simios kan pasados desde que la Sede Apostólica
cemenzó a proveer ordenada y constantemente a
:j aan^elización de los pueblos infieles. Frutos
(fimos ha cosechado el celo de los Misioneros, enmios por la Sagrada Congregación de Proparamíf? Pide; semilla de cristianos ha sido la sangre
urtida de aquel generoso atleta (i) que tres siglos
abrió la lista de los mártires de la misma Sairo.ia Congregación.
A pesar de iodo esto, ¡cuántos pueblos no yacen
ír.:uellos en las tinieblas de la ignorancia! ¡qué
ir lentes se asientan en las sombras de la muerte!
j%, qué doloroso es cotejar el número de creyentes
t.í! el excesivamente mayor de infieles!
SemL",ante parangón, al mismo tiempo que nos
mc.íve í: cobrar mayor aprecio a la luz de la fe,
(uyos rayos nos alumbran en nuestra peregrina­
ción por el mundo, evoca en nuestras almas el
ucuerdo de la expresión divina: « Rogad, pues,
alduevii de la mies que mande a ella muchos obrerc-s *. Uogate ergo dominum messis ut mittat
operarios in messem suam.
rps, Señor, sois el Dueño de la mies, en la cual
s: J:aUi> simbolizada la humanidad entera. A Pos,
■ Hs. suplicamos multipliquéis el número de miüi'íicTés, avivéis más y más su celo, y bendigáis
íiís faenas y sudores, para que la buena semilla
éeladivina palabra produzca frutasen abundancia,
i'W r
a recogerse en los graneros celestiales.
D'znths, Señor, escuchar esta plegaria, hija
¿seo de ver propagado vuestro santo reino. V,
tm hrc-ia cada dia de nuestro corazón más bien
íw no de nuestros labios la aspiración hermosa:
idveniat regnum tuum, otorgadnos firmeza y
c(‘TisUinc\ii en mantener el propósito que os pro•íífewrs realizar, de contribuir ¿n el mejor tnodo
fv nis: ica posible, y conforme a la medida de
I! rs/ftís fuerzas, a favorecer la obra de la Propaizcicn de la Fe.
Concedemos a todos los fieles, cada vez que
íteen la presente oración, 300 días de indulgeny plenaria, una vez al mes, a los que la re<»n
Wes ’nc días, en la forma acostumbrada.
y.-ficono, a i '] de noviembre de 1921.
BEN E D ICTO P.P. X V .
f*) S. Fidel de Sigmaringea.

La Causa de Beatificación

del Siervo de Dios Leonardo Murialdo.
A nadie que haya leído una vez la admira­
ble vida de nuestro Ven. Fundador le cogerá
de nuevo el nombre del esclarecido varón, apun­
tado arriba, cuya causa de beatificación se acaba
de introducir.
En vida del Ven. Don Bosco fué Turín cuna
y morada de santos, que han añadido nuevo
esplendor con sus rayos de caridad deslumbra­
dora a la Iglesia, y han beneficiado a la huma­
nidad doliente, enjugando muchas lágrimas y
mitigando acerbos dolores.
La historia de nuestro Oratorio de Valdocco
y del desarrollo de la Pía Sociedad Salesiana lo
consigna con caracteres brillantes. Otro tanto
atestigua el monumento de caridad levantado
a la Iglesia Católica por el Beato Cottoleugo, al
abrirla Casa de la Providencia, donde se cobijan
millares de desgraciados, y donde el mal físico
se ceba sin tregua, con toda la infinita variedad
de manifestaciones, en aquella pléyade de in­
felices que no tienen más padre en este mundo
que el Dador de todo bien, ni otro refugio que
la Casa de la Providencia.
Por aquel tiempo descollaba en la dirección
espiritual y en el magisterio de la ascética el Ven.
Cafasso, confesor y director espiritual del Ven.
Don Bosco, cuyo nombre va unido al del Teó­
logo Murialdo, apoyo firme, defensor decidido
y coadyuvador generoso de nuestro Fundador
en la Obra del Oratorio.
Nació el Siervo de Dios en Turín, el 26 de
octubre de 1828. De bonísima índole y muy dado
a la piedad, entró en el seminario, donde vistió
el hábito clerical el 26 de octubre de 1854. Su
pasión por el estudio le llevó a cursar varias
materias en la Real Universidad de Turín; pero
d i im modo más ahincado se entregó a los estu­
dios de Teología y Sagrada F..scrilura en el Se­
minario de dicha ciudad; y tales prodigios realizó
en ellos, que la Academia fundada por el Abate
Solaro no tardó en escribir el nombre de nuestro
joven estudiante entre los miembros de la misma,
y por unanimidad del tribunal le fué conferida
la borla de doctor en Teología.
Fué luego adscrito al Clero de Sta. María, y
en este nuevo ambiente no varió un ápice su
reglamento y norma de vida; y así, .se preparó
con el recogimiento y la oración al sacerdocio,
cuyas gradas subió el 21 de septiembre de 1851.
Desde los comienzos de su ministerio, la caridad
que ardía en el corazón del Dr. Murialdo, y la
piedad que iluminaba todos sus actos, comenza­
ron a producir frutos consoladores en las inteli­
gencias
en los tiernos corazones de los niños



y mozalbetes que frecuentaban los Oratorios
del vSto. Angel Custodio y de S. Luis, fundados
ambos per el Ven. Don Bosco, a ruegos del cual
y juntamente con Don Rúa se asoció aquél a la
labor del Ven., ofreciéndose con singular celo a
compartir el trabajo y las fatigas con los pri­
meros salesianos, el año de 1857.
Tal es en sustancia el contenido de el decreto
de introducción a la Causa de Beatificación delsusodiclio Siervo de Dios, decreto emanado por
disposición del Padre Santo, con fecha 23 de
noviembre del pasado 1921, y publicado en las
Actas de la Sede Apostólica, el 5 del pasado ene­
ro. Todo él derrama abundante luz sobre el am­
biente de la sociedad en que vivió, separada de
la nuestra por varias generaciones, tiempos, en
que, muerto el Beato Cottolengo algunos años
hada, y tocando ya a su término la vida del Ven.
Don Cafasso, nuestro Ven. Don Bosco, con la
mira fija en levantados ideales, trataba de fun­
dar la Pía Sociedad Salesiaua, y se disponía para
realizar su primer viaje a Roma, en el cual le
acompañó Don Rúa, que a la sazón no era aún
I resbítero, y después les siguió el Doctor Murialdo, quien al llegar a la Ciudad Eterna los
presentó al Papa.
Al mismo tiempo que nos congratulamos con
los beneméritos alumnos del declarado Siervo
de Dios, por el alto honor que reporta a la Pía
Sociedad Salesiana el mencionado Decreto, ro­
gamos a nuestros lectores quieran unir sus ora­
ciones a las nuestras, para que su Divina Ma­
jestad se digne bendecir y apresurar la Causa
<le Beatificación y Canonización, del Dr. Mulialdo, en retorno de los sacrificios y desvelos
que se impuso por el desarrollo y prosj^eridad
de la Obra Salesiana en sus comienzos.

PRENSA SALESIANA
El P. Fierro, cuya competencia en materia peda­
gógica es más que conocida de nuestros lectores,
acaba de publicar uno de los tomos que integran
su justamente alabada Biblioteca.
La labor pt'dngógica del P. Fierro obedece a un
plan fijo, amplio y lógico, dentro del cual se des­
arrollan sus publicaciones; y si bien es verdad que
cada una de ellas puede de suyo subsistir ind. pen­
dientemente de las otra.s, piu'de. no obstante, con­
siderarse como parte de un todo, cuya finalidad
va emlerezadu a educar cristiaiiamente a la ju\ cutud. Iniciase su actividad en el campo de la pe­
dagogía con • El Eislfma Educaiiw del Ven. Juan
Bosco, obra de trascendental iuteré.s, elogiada por
la prensa española y por autoridades de reconocido
magisterio en estas doctrinas. Sigue después su
marcha con « La Insiiíitción Salesiana *, en la que
deja impresa la fisonomía más acabada de la Obra

Ó2



de Ven. y la labor de sus hijos Dio a luz más
tarde las obras «Por los Campos Sociólogos*, tSigue
tu estrella í, etc., y llega al último i'olumen lítul do
«A los Umbrales do la vida,» que corona v com­
pendia los precedentes.
De él ha dicho una autoridad pedagógica de
nuestra patria, que es un libro digno de Póster y
de Marden, y superior a ellos por su fisonomía la­
tina y el espíritu cristiano en que se halla embebido.
No seremos nosotros quienes nos extendamos en
elogios; pudiera echársenos en cara que somos bue­
nos mercaderes, pues sabemos alabar nuestras
agujas. Nos limitaremos a transcribir un juicio
crítico que ha publicado de las dos últimas obras
una conocidísima y muy extendida revista de la
Ciudad Condal.
A los umbrales de la vida, por el P. Rodolfo
Fierro Torres, de la Pía Sociedad Salesiana. Pró­
logo de D. Salvador Minguijón, Catedrático de
la Universidad de Zaragoza. (Biblioteca educa­
tiva II). Volumen de 334 páginas. Librería Sa­
lesiana, Sarriá /Barcelona). Precio: 5 pesetas,
en rústica, 0,50 en tela.
« El subtítulo de esta obra, «Conversaciones con
los niños sobre lo problemas que más les interesan,*
dice lo bastante para que uno pueda figurarse el
contenido. Habla en ella del colegio, de lo bueno
que en éste puede hacerse, y de las cosas malas que
es preciso evitar. Plabla de Dios, de la Patria, de
la Religión, del alma, de lo que debe saber el niño
para ser más tarde un buen caballero, y siempre
im buen cristiano. Y como el P. Fierro conoce a
maravilla todos los rincone.s de los infantiles corazoncitos, ni que decir tiene que ningmio de ellos
queda a obscuras, sino bien iluminado como con
penetrante luz meridiana. Su lenguaje es de atrac­
tiva naturalidad, y de sencillez encantadora, y
sabe hacer sumamente amables ejercicios manua­
les o intelectuales que no sólo a los niños, sino a los
mayores causaban antes casi invencible repug­
nancia. Créanos que es digno del mejor elogio d
libro del P. Fierro, y que puede ser de imiiensa
utilidad, no ya a los niños de doce o catorce años
a quienes especialmente se dirige, sino a los «j«<»
qxte peinan canas, a los que recordará lo que acMO
olvidaron, o enseñará lo que tal vez nunca apren­
dieron. *
Sólo nos resta añadir que el P. Fierro ha mostra­
do palm.''riamente a los educadores cristianos o
procedimiento de anuonizar la cuestión de la
señaliza religiosa con la de educación propiamentí
dicha, y la ruta que deben seguir, al mostrar a to
ojos de la niñez, abierto d camino del ideal cu­
tiano, .sin que se deban sacrificar las exigen^
absolutas de la Religión a las relativas que pudin*
reclamar sin derecho la razón.

á

CULTO

de María Auxiliadora
N6a tenemos la persuasión de que, en ¡as vicisitudes dolorosas de los ti -nr*
pos que atravesamos, no nos quedan más consuelos que los del Cielo, y enríe
éstos, la poderosa protección de ¡a Virgen bendita, que fue en todo tiempo el
Auxilio de ¡os Cristianos.
Pto X.

BARACALDO (Bilbao-Bspaña). — Inauguración
de una imagen. — Como estaba anunciado en
el número anterior, el día primero de este año
tuvo lugar la inauguración de la imagen de Alaría
Auxiliadora que adorna la fachada de nuestra
iglesia de Baracaldo. A las onde de la mañana,
d disparo de cohetes y el alegre tañido de la
campana hizo que se reunieran eñ la plazuela,
que la voz del pueblo y a la bautizó con el nom­
bre de María Auxiliadora, un número conside­
rable de Cooperadores salesianos, de antiguos
alumnos, de devotos de María Auxiliadora y de
todos los niños del Oratorio Festivo. Todos los
balcones y ventanas de las casas adyacentes esta­
ban adornados con hermosas y variadas colga­
duras que duraron puestas todo el día. A una
señal cayó la cortina que ocultaba la imagen, y
en aquel mismo momento se encendieron las
155 bombillas eléctricas que formaban la insta­
lación, y por todas partes se levantó el grito de
Vira María Auxiliadora. Bos niños del Oratorio
festivo con entusiasmo indescriptible entona­
ron un himno, y, acto seguido, el señor Director,
desde un balcón, dirigió- la palabra a todos los
presentes, ponderando el acto que se llevaba a
cabo en aquel momento. Dijo entre otras cosas,
que todos y cada uno de los buenos baracaldeses
debían considerar aquella imagen como suya,
puesto que todos habían contribuido con su
óbolo para costearla; que María Auxiliadora
desde lo alto de su nuevo trono tomaba bajo su
protección a Baracaldo entero y sería su para­
rrayos que los defienda de los muchos males
que amenazan constantemente a la humanidad.
Dijo a los antiguos alumnos que aquella imagen
les recordaba a María Auxiliadora, a quien ha­
bían aprendido a amar en sus años de colegio;
a KUa dirigieran su saludo todos los días. Dijo
Limbién que en el acto de ser bendecida la ima­
gen el día 27 del pasado octubre en el patio del
colegio salesiano, presenciaron el acto y fueron
a María A uxiliadora consagrados y recibieron

su medalla cerca de cinco mil, entre niños y
niñas baracaldeses, y deducía de este hecho tan
tierno a la par que tan grandioso, que todo el
porvenir de Baracaldo está en las manos de
María Auxiliadora.
Por la noche, después de la función de teatro
que tuvieron los niños del Oratorio festivo, apro­
vechando el momento en que la iluminación
eléctrica podía contemplarse en toda su belleza
artística y grandiosidad, reuniéronse los niños
en la plazuela de María Auxiliadora, y entre el
disparo de cohetes y el sonido de la campana
cantaron varias coplas a María Auxiliadora,
dieron varios vivas, y contentos de haber con­
sagrado a tan buena Madre el primer día del
año, con su bendición se retiraron a sus casas
con la paz y la alegría en su corazón.
L a imagen de María Auxiliadora que se inau­
guró el día primero de enero, está hecha en los
talleres salesianos de Sarriá; es de piedra arti­
ficial y mide m. 1,50 de alto. Puede con.siderarse
como una obra muy acabada en su género y
que honra mucho a las Escuelas Profesionales
Salesianas.
La instalación eléctrica corrió a cargo de la
casa Eguidazu y Landecho. lUla está formada
por las palabras « V iva María Auxiliadora »,
puestas en la parte superior de la puerta de la
iglesia, siguiendo las líneas arquitectónicas de la
misma fachada. Más arriba un arco de bom­
billas hace corona a la imagen, j" al rededor de
la cabeza de la Virgen y del Niño Jesús se han
colocado dos atireolas.
Con el acto llevado a cabo el i.® de enero se
dió comienzo a las fiestas que durante el año
se celebrarán para conmemorar los veinticinco
años de la Obra Salesiana en Baracaldo.
MORELIA (Méjico). — El voto de un pueblo. —
Era el 24 de mayo de 1919. Las últimas oleadas
de gente que había acompañado a María A uxi­
liadora en procesión triunfal por las calles de

Morelia, inundaban las naves del santuario que
la taumaturga Virgen de Don Bosco tiene eri­
gido en dicha capital.
iín medio de aquel entusiasmo que dominaba
a la concurrencia; entre aquel ambiente ilumi­
nado con profusión de luces y perfumado con
los aromas del incienso, una voz robusta y valinte apagó el rumor de la gente piadosa que se
apretujaba en los ámbitos del templo, insufi­
cientes para contener aquella masa viva que
devotamente rezaba. Kra aquella voz un voto

64 suspiraban por la vuelta del prelado. ¿Fué mi­
lagro? No lo sabremos decir; ello fué que a los
tres meses, cuando no había medio de hallar
una puerta abierta a la esperanza, el pueblo de
Morelia sin distinción de clases se apiñaba en
los andenes de la estación, en espera de su amado
Pastor. K 1 trayecto de la estación a la Santa
Iglesia Catedral fué un verdadero triunfo. Vo­
ces de hosanna llenaban los e.spacios, vítores de
alegría y frases de bendición al que llegaba en
nombre del Señor, sembraban el paso triunfante

Los Salesianos en la celebración del í ü
j iiblico pronunciado solemnemente por el Rd''.
P. Inspector de las Casas Salesiauas de Méjico.
Hacía tiempo (jue el dignísimo Señor Arzo­
bispo de Michoacán Hxmo. e limo. Sr. Dr.
D. Leopoldo Ruíz Flores vivía alejado de su
amada Arquidiócesis, sin que hubiera por en­
tonces probabilidad de retorno; el pueblo desea­
ba su vuelta y no hubiera perdonado medio para
veila realizada.

K1 Rdmo. P. Inspector, intérprete de los
sentimientos del pueblo, hizo voto solemne y
I úblico do coronar la heimosa imagen de María
Auxiliadora, venerada en Morelia con corona
de oro y piedras preciosas. No hulxí terminado
de hablar el referido Padre, cuando \'arios caUülerüs se adelautanni y ofrecieron al P. encar­
gado dcl Santuario sus anillos de oro, primera.->
ofrendas que encabezaban la lista de los que

de Mons. Ruiz. Sucedía este acontecimiento el
8 de septiembre del mismo año de 1919. María
Auxiliadora había escuchado las súplicas y aco­
gido los votos de su pueblo escogido.
Pasó lo restante del citado año, y a princi­
pios del nuevo de 1920 fué autorizado el Rd'. P.
encargado de allegar fondos, para llevar a cabo
la promesa popular: y era de ver el ardor y en­
tusiasmo con que muchos devotos de María
Auxiliadora se desprendían de sus alhajas, para
ceñir con ellas, convertidas en rica corona, las
sienes de nuestra Reina y Señora.
Sabedor el Exmo. Prelado del voto que su
pueblo había emitido en favor de su Pastor,
se despojó conmovido de su rico pectoral de
oro, y lo entregó juntamente con otras joyos,
para que fueran destinadas a la constnicdoa
de las coronas. Y no sólo de Michoacán, sinoade-

-

más de otras poblaciones de Méjico se envían
ofertas en dinero y joyas, con destino a dichos
objetos preciosos. Con todo este material por
delante, pudieron ser comenzados los trabajos,
que esperamos ver concluidos en feclia no muy
lejana. La labor corre a cargo del renombrado
artista joyero Don José Altamirano. Actual­
mente se hallan ambas coronas, (verdaderas
obras de arte), a punto de ser terminadas.
Ha establecido S. E. el Sr. Arzobispo llevar
a cabo la ceremonia de la coronación el día 17 de

i.

65



Formarán Corte de Honor a la hermosa ima­
gen de nuestra Auxiliadora numerosos distin­
guidos caballeros y nobles damas, entre los que se
contarán los Padrinos y Madrinas de la Ceremonia
Habrá Pajes de Honor para aguantar las co­
ronas y acompañar a los Prelados. Los nombres
de la Corte de Honor se conservarán en un gran
corazón dorado, que será colocado en luga^ v i­
sible, cerca de la Imagen, en su Santuario.
Sea hecho todo para gloria de Dios y honra
de nuestra Señora.

nario de ,1a Independencia del Perú.
aayo del año corriente, noveno aniversario de
■ i Coronación Pontificia de María Auxiliadora
en su Basílica de Valdocco (Turín).
Qiiera Nuestra Sonora dar cumplimiento a
■ ' deseos de un pueblo, que la aclama unánime
a su Reina. Será aquel un día de gracia
I ira todos sus hijos que de cualquier manera
ontribuyan al esplandor de las fiestas y tomen
P^rte en ellas.
lnter\-endrán en éstas, según programa trazado
p r la junta de festejos: el Exmo. e limo. Sr.
Leopoldo Ruiz Flores, Arzobispo de Michoael limo. Sr. D. Otón Núñez y Zárate, Obispo
p Zamora; el limo. Sr. D. Emetrio Valverde
leles, Obispo de León, el Timo. Sr. D. Francisfanegas y Galván, Obispo de Querétaro; el
Sr. D. Leopoldo Sara y Torres, Obispo de
l2riaibaro.

Gradas de María auxiliadora.
De España:
Bilbao . — En varias ocariones he sido favore­
cida con la protección de María Auxiliadora.
Una de ella fue haber hallado solución a un asun­
to difícil de resolver conforme a mis deseos; otra,*
el haberme librado de una desgracia que amena­
zaba a mi familia, y otras varias, en las cuales fui
siempre atendida.
Doy gracias de todo corazón a mi Madre celeste
por las mercedes recibidas de su mano, y las pu­
blico.
Ü X A COFRADE.



66

S antander . — Doy gracias a María Auxiliadora
por liabenne escuchado en varias ocasiones, espe­
cialmente en una gran necesidad que pasaba, y
otra vez, en la resolución de un caso muy apurado.
Cumplo mi promesa de dar una limosna y pu­
blicar la gracia, y pido a tan buena Madre conti­
núe dispensándome su valiosa protección.
12 de octubre de 1921.
I sabel Urive .
De Argentina:
B uenos A íres . — Hallándose mi e.sposa enfenua
de gravísima pulmonía, acudimos con fervor a
nuestra Madre y Protectora la Virgen de D. Bo.sco,
pidiéndole salud para la enfenua, si tal era la vo­
luntad de Dios.
1.a Virgen Auxiliadora escuchó nuestras ple­
garias. y así, cuando casi habíamos perdido to<la
esperanza, la enfenua salió del peligro, y agradece
hoy con su esposo y con sus hijos el beneficio de
la salud recobrada.
líu cumplimiento de la promesa que pronuncie
■ enacjucl trance, envío cincuenta pesos para la Obra
de María Auxiliadora.
6 de noviembre de 1921.
E steban Musante .
De Colombia:
C ali . - Para aminorar la itmiensa deuda de
gratitud contraída con la Sma. Virgen, bajo la
advocación de Auxiliadora de los Cristianos, no
puedo dejarsin publicar una gracia que me ha
otorgado, y por la que he de guardar en mi corazón
eterno agradecimiento.
Hcia tiempo que un ántrax radicado en la nuca
me producía dolores horribles, sin que valieran
remedios que lo lucieran desaparecer; antes, por el
contrario, empeoraba de manera, que se hallaba en
principio la canceración. Xín situación desesperada,
con escasos medios y menos fuerzas para sometenue
a una operación, rae encomendé a María Auxiliatlora, que no tardó en escucharme, pues muy
pronto rae devolvió la salud, haciendo que un fa­
cultativo renombrado se ofreciera a opcramie.
No pararon aquí las fiueza.s de María, pues con
su protección logré el bienestar para mi familia,
cosa que no me valieron recomendaciones muy in­
fluentes. Agradecido, cumplí la promesa de hacer
celebrar uiva misa, a la que asistió toda la familia,
mandar una limosna al Ámtuurio de Turín, y pu­
blicar en el Boletín Salesiano la grada con que fui
favorecido.
25 de agosto de 1921.
ROBlíRTO jARAMnj.O
Cooperador Salesiano.
Hallábame en necesidad apremiante de vender
una.s propiedades que poseía cu \ amundi, y ha­
biéndoseme dificultado la realizadón de la venta,
acudí a María Auxiliadora, prometiéndole, si rae
deparaba im comprador que las aceptara en condi­
ciones ventajosas para mí. la limosna de mil pesos,
con destino a los huerfanitos que se educan en los
Colegios Salesianos, y publicar la grada.

-

Hoy que he visto realizados mis deseos con plena
satisfaed^n, cumplo la promesa, al mismo tiempo
que reitero mi agradecimiento a mi querida Ma(^
María Auxiliadora.
22 de agosto de 1921.
E mperatiz Z arria , Vda. de Sardi.
Cooperadora Salesiana.
Doy infinitas gracias a la Sma. Virgen Auxilia­
dora por muchos favores redbidos, y en especia­
lidad por haberme propordonado mi casa ea pro­
piedad. y habenne librado de un sin fin de trabajos
antes de lograrla. En agradecimiento envío mil
pesos colombianos para su santuario y deseo .-e
publique la gracia en el Boletín Salesiano, pues ad
lo prometí a María Auxiliadora.
29 de octubre de 1921. •
D olores S ardi p e Otero
Decuriona Salesiana.
Llena de gozo y agradecimiento, cumplo hoy con
im deber de gratitud, publicando en el Boletín Sa­
lesiano una gracia singular que la Virgen Auxilia­
dora me ha concedido, pues debido a su intercesión
he recobrado bienes de fortuna que daba per per­
didos. Como Cooperadora Salesiana que soy, y
convencida de que e.ste favor me ha venido del
Cielo, envió una linrosna de un peso oro en agrade­
cimiento a nuestra Señora.
Yotoco, 17 de octubre de 1921.
María J esús Cardoka
Cooperadora Salesiana.
Mi hija Paulina se vió atacada de graA e enfer­
medad a la garganta, ijue la obligó a guardar cajua
a las pocas horas de comenzar a sentir lo.s primeros
golpes de i quél a.
En aquel trance me hallaba yo ausente de casa,
V así como llegó a mi conocimiento el estado de g»
vedad de mi íiija, mi primer pensamiento íué in­
vocar a María Auxiliadora, y poner a la enfenmu
bajo su protección. Comencé en seguida mía novena
a María Auxiliadora, poniendo además por íntercescre«i al Ven. Don Bosco y a iJomingo Savio .V.
.segundo día recibí un telegrama de que mi hijiri
entraba en franca mejoría. A los cinco días recib'
carta de ella, con la noticia de que estaba sana}
fuera del lecbo.
, .
Agradecido a la Reina del Cielo por tan insigne
favor, d )v cumplimento a mi p;omesa, de pu­
blicar la gracia en el Boletín, y de enviar un*
limos’ia, confiando en que es'.a Madre amorosa
seguirá dispensando su protección a mi Wja T
su a;.,radecido devo'o.
Tofxa, 20 de octubre de 1921.
A deodato A guilera
Cooperador SalesianeNuevamente he sido favorecido por mi Ma'-^
dulcísima María AuxiUadora, a quien siepipre in­
voco con ternura y absoluta confianza.
Presentóse en este lugar la epidemia de la IñJ*causando horrible mortandad en los morador»-

— 67 —
Acudí a María Auxiliadora, hice una novena en su
honor y el mal que comenzaba a manifestarse en
mi cuerpo, cedió, sin llegar a gravedad y sin efectos
subsiguientes.
¡Bendita sea para siempre la Virgen Auxiliadora
de los Cristianos!
Tona, 22 de septiembre de 1921.
A déodato A guilera .
A consecuencia de tma caída se \dó ima niñita mía
de diez meses a prmto de agonizar. Por espacio de
trece días ta atormentó una fiebre aguda; no tomaba
casi alimento, porque su estómago no se lo admitía:
de manera que enflaquecía aquel cuerpecito por
días, y adquiría al mismo tiempo una rigidez tal.
que no nos permitía tomar a la criatura en brazos.
Del diagiió.stico de tres doctores reunidos en con­
sulta resultó que mi hija se hallaba presa de te­
rrible colerina infantil, complicada con meningitis,
males ambos que habían ganado campo de tal modo,
que no dieron los n édicos a mi pequeñita más
horas de vida, que las que median entre las nueve
de la mañana y el mediodía.
Angustiada por el estado de la enfermita, se me
ocurre pedir protección al Cielo para que remediara
lo que no tenía arralo con medios humanos. Entre
tanto mi niña se agitaba, presa de horribles commlsiones: ya me despedía de ella y corría a anunciar
a mi esposo el triste desenlace, cuando de pronto
se serenó y entró en mejoría. A las siete de la tarde
la niña volvió en sí, balbuceó algunas de Jas pocas
palabras que sabe decir, y el día siguiente se ha­
llaba fuera de peligro.
En agradecimiento a tan gran favor, me complaz­
co en publicar la gracia, como lo había prometido
a María Auxiliadora.
D olores García de González.
Dan también gracias a María Auxiliadora por
favv)(S recibidos:
De E spaña : Arcos de la Frontera (Cádiz). Da. Ju­
liana Rodríguez, por gracias recibidas, y envía 10
pts.— Da. Engracia Checa y ima devota, y envían
ambas una pta.
Bólliga (Cuenca). Da.Manuela Castellanos, agra­
decida a la Virgen Auxiliadora por un singular fa\ or
ofrece para el culto de la Virgen 5 ptas. — E. M.
por gracia recebida manda i pta.
Calesas del Pozo (Cuenca). Da. Diodora Sánchez,
agradecida a María Auxiliadora por varios favores,
y envía 5 ptas. de limosna.
y.llay de Domingo García (Cuenca). Da. Basilisa
de Julián por favor recibido, y enria 2 ptas.
Oliicnzo (Badajoz). Da. Ana María Marzal, por
haberle la Virgen solucionado im asunto favoramente: envía limosna.
Ast.yga (León). El Rd. Sr. D. José M. Cómbanos,
por un favor, y envía 5 ptas.
De Colomblk: Bogotá.— D. Guillermo G. Mar­
tínez |x>r varios favores; envía sellos de valor, cuyo
pTocucto desea se destine al culto. — Una familia
agradecida por haber concedido reposo y sosi^o a

un enfermo en una noche crítica. — La misma
familia por haber salido incóJimie de un peligro
enorme en que se hallaba, y del cual se ha risto
libre contra toda esperanza y opinión probable.
Cerrito. — D. Elias González y Señora, por varios
favores; enrian 5 pesos. — Un devoto, 1,20. — Da.
Leticia Tenorio, 2,50. — D. Clímaco Reyes, j)or
un favor, 5 pesos. — Da. Rebeca de Saavedra, i
peso. — D. Julio Aj-alde, por varios favores, 5 }).
— Da. Maria Teresa, Da. Bárbara y D. Adán
Reyes, 1,50.
Tumaco. — Sra. Pancha, Vda. de Bolívar, ¡xn un
favor recibido, y envía un peso oro. — D. Jorge
Moreno por id., dos pesos. — Da. Carolina N. Vda.
de Arias, id. — Da. Isinenia Paz, 0,30. — Da. Fe­
lisa Cuero, 0,50. — Da. Kdilura Bolívar, 1,30. —
Da. María Olaya, 0,20. — Da. Lucía de Hidalgo,
0,50
D e Chile : Punta Are^xas. D. Ramón Díaz por
haber sanado de gravísima enfermedad, durante
la cual invocó la protección de María Auxiliadora.
D e P erú .- Arequipa. Don I. A. G., por haber re­
cibido un favor notabih'simo durante su enfemedad.
Guadalupe. Da. Edmunda R. de Abreo por haber
concedido instantáneamente la salud a su hijo
Isaac, enfemo de meningitis y deshauciado por los
médicos. — Una Cooperadora Salesiana, por un
favor, y aivía un peso de limosna.
D el U ruguay ; Cerrillos.Da.. Ramona Torres,
manda limosna para la celebración de una misa
en el altar de María Aiixiliadora, erigido en su Ba­
sílica de Turín. — Da. Gerarda E. de Soria, por
gracias recibidas, y envía la limosna de 2 pesos para
que se celebren 2 misas en acción de gracias. —
Da. Eugenia Piñeirua, i peso, por gracias recibidas.
— Da. María A. por favores recibidos, manda dos
pesos para dos misas. — Una devota, 9 pesos para
un novenario, en agradecimiento a mercedes reci­
bidas de María Auxiliadora. — Montevideo. Un
hacendado de Soriano, por haber obtenido abun­
dancia de lluvia, mediante la invocación de la Vir­
gen Auxiliadora, en tiempos que sus propiedades
atravesaban horrible scejuía.

Gracias de Domingo Savio.
Jugando un muchacho interno con sus compañe­
ros en el patio, se hirió con una bastilla aguda
en im ojo. La herida revestía síntomas de gravedad,
y el ojo se hinchó de tal manera que horroríza1)a
verlo; un médico oculista declaró haberse produ­
cido principios de tumor, con riesgo de propagarse
el mal al otro ojo.
En trance tan angustiado, todos nuestros almnnos comenzaron una novena a Domingo Savio,
en demanda de salud para nuestro querido enlermito. Al tercer día de la novena, la hinchazón comen
menzó a bajar; al cuarto, casi desaparecía, y al
qtiinto, el ojo sopK>rtaba la luz del día, y su estado
as^uraba cabal y pronta curación.
No hubo uno que dejara de atribuir curación tan
mara\*illosa a milagro de Domingo Savio, y todos



68

fonnulamos el propósito de invocar el favor del
S ervo de Dios en todas nuestras necesidades.
Bahía (Brasil), octubre de 1920.
Constantino Z aikwski, Pbro.
A fines de agosto del año de la fecha me vi asal­
tado de una enfennedad terrible que moftraba to­
dos los síntomas del cólera. Me aco.std, y al momento
comenzó a subir la fiebre, de manera tan alarmante,
que temía me sobrecogie' a el delirio.
Kn tan doloroso estado acudí a María Auxilia­
dora, y le pedí que por intercesión de Domingo Savio
me librara de la dolencia que me tenía postrado,
y me restituyera a mis ordinarias ocupaciones.
l ’nsaron los horas de la noche, que conté con an­
gustia entre convulsivas agitaciones; al amanecer,
todo peligro había desaparecido, y la fiebre cedido
por completo. Al llegar el médico me halló entera­
mente sano, lo qual no quiere decir que dejara de
prcscribinne algunos cuidados, con objeto de impe­
dir una recaída.
Lhitiendo por este hecho, cine Domingo Savio
me ha favorecido con una gracia singular.
A él me encomendé varios veces en momentos
Je agudísimos dolores de muelas, y casi siempre
obtuve completa y absoluta calma instantánea­
mente.
Lima (Pcn'i), 1® sef>liembre de 1921.
P ascuai, K.ichkI'Ta, Pbro. S.xlesiano.
Mi hermano político Don Apgel C. Ari^s cayó
gravemente enfenuo de pneumonía agirda, de car.icter infeccioso. He de advertir que este género
de enfermedades acarrean la muerte en casi la to­
talidad de los casos.
Hallábase el enfenuo en su finca «Da Palca s, a
fvgular distancia de la capital, a donde fué condu­
cido en estado casi agónico, en mía camilla, a falta
de mejor veliículo posible.
Jixaminado aquél por los médicos, aconsejaron
se suministraran al enfenuo los iiltinias auxilios
e>pirituales, pues su estado de gravedad 110 daba
lugar a esperanzas. Acordénie entonces de los pro­
digios obrados por el Siervo de Dios Domingo Savio,
e inmediatamente coloqué una imagen suya bajo
la abnohada del paciente. Desde luego, la familia
cutera confió en la mediación del justo. De ella
nos convencimos al día siguiente, cuando vimos
al enfenuo fuera de peligro y en vías de próxima
curación.
Ivn otra ocasión padecí A un dolor de muelas terrilde, del que me vi libre repenüuumcnte, invo­
cando a Domingo Savio.
A. Dií 'Fiínazos Pinto
Pn^í.u Kíe de la Corle Superior de Sucre.
h'l j.t de diciembre de 1920. mientras los mucha­
chos nímorzabaii. mm de ellos, en un movimiento
bruscv', tuvo la de.sgrncia de hincar inadvertida­
mente el teiKxlor en un ojo del wmpañero que junto
a él ct>uua. bien ajeno al jK'iisamieñto de ejue le
alcalizaría .semejante de.sgracia.
Alannado ante la gravedad del ca.so, sin pénlida
de tiempo lo hice conducir a casa de un renom­



brado especialista, el cual confirmó cuanto yo me
venía sospechando: que el infortimado muchacho
perdería el ojo, pues se registró ima herida en todo
el espesor de la córnea, con derramamiento del iris
y lesión en el cristalino.
En semejante trance acudí a Domingo Sardo, y
emití ima promesa que cumpliría si me otorgaba
la gracia que le pedía. Hablé de ello a los niños,
e interesé de un mode especial al causante de ta­
maña desgracia. Todos rezamos con fe y confianza.
No se hizo esperar el favor, y fue tan completo,
que el día del aniversario del Siervo áe Dios, el
Doctor, que nada sabía de nuestras oraciones, al
levantar la venda declaró que el enfermo se ha­
llaba completamente curado.
Roma, 22 de noviembre de 1921.
S ai,vator ROTor,A Pbro.
A principios de marzo del pasado año 1921, se me
clavó mía espina en el dedo corazón, cosa insigni­
ficante por el momento, y a la cual no di absoluta­
mente ninguna importancia.
A los pocos días se declaró una infección tal, que
amenazaba cangrena a toda la mano. No había
en el lugar médico a quien poder acudir, y rae pre­
senté al fannacéutico, el cual se asustó al verme la
hinchazón de la mano. Durante varios días me so­
metí a la dolorosa operación de sajar la parte co­
rroída por el pus que infectaba poco apoco la parte
sana, para dar salida a aquel foco de materias púru entas comprimidas bajo la piel.
En caso tan apurado, y sin resignación suficiente
para dejarme amputar la mano, acudí a Domingo
Sa\úo prometiéndole interesarme en su causa de
beatificación. El santo jovencito no tardó en so­
correrme, pues al cabo de pocos día-s desapareció
el peligro de amputación; y si bien la curación conpléta tardó algún tiempo en verificarse, con todo
me veo en el deber de manifestar mi gratitud a Do­
mingo Savio, por habenue atendido en los días del
pt'ligro.
Cumplo la promesa que pronuncié de enviar cin­
cuenta liras para la Causa de Beatificación del
Sier\*o de Dios.
Ncu.¡uen (Argentina), 30 de octubre deic)2i.
J uan G. B, T osí.

D». Iilanuela de Tenorio, por im favor de Do­
mingo Savio ofrece 50 pesos.
D». Lucrecia Tenorio, por otro favor de Do­
mingo Savio. un peso.

IMPORTANTE. - Rogamo* a lo* Srs. Directore» de
revistas y folletos que no* distinguen enviándonos publi­
caciones. nos favorezcan con indicar a sus dependiente*
se sirvan atenerse a las nuevas Tarifas de Correos, vigente*
en España desde el 15 de enero de 1922.
Aparte la solvencia de mullas que a diario nos im­
ponen por no aplicar a los impresos las tarifas corres­
pondientes en los puntos de partida, nos evitarían no
pocas molestias; y,, sobre todo, el peligro de verno*
privados de tan dignas producciones»

2

CHINA

Dd3Visitaalos flisMtos MVicariatoOeSMq-Cow.
Traducción de un informe del P . Versiglia.
A m erced de la llu v ia . — ¡ A H ong H o w !
B arb ería m o d elo . — Un ap ó sto l m enos.
La bajada la hicimos por el mismo camino
que habíamos subido; pero no fué aquélla tan
feliz como la ascensión. Después de dos horas de
marcha comenzó a caer una mollizna suave al
principio; pero que poco a poco se fué desha­
ciendo hasta trocarse en redo aguacero que lan­
zaba sobre nuestras espaldas torrentes de lluvia.
¿Qué hacer? E n nuestra mano estaba el refu­
giamos en algún albergue: sitios no nos faltaban
dónde entrar con confianza; pero era y a tarde:
la lluvia nos dejó hechos una sopa, y, no llevando
con nosotros ropa interior para cambiamos,
hubiera sido más perjudicial detenemos. ¿Qué
remedio quedaba? Seguir el camino y aguantar
la lluvia, abandonados en brazos de la Provi­
dencia didna.
En el mercado de Lo Pa situado a mitad de
la jomada hallaríamos ima litera o una mala
barca; pero ni barca, ni silla, ni cosa que lo va ­
liera. Así es que, andando, nos tiramos todo el
caniinito a pie, cargados con una cantidad de
agua más que regiilar, que nos tuvo bañados
de pies a cabeza por espacio de ocho horas.
Había el agua calado el impermeable, y tanta
había empapado la ropa interior, que no quedó
vedija seca.
La lluvia nos había transformado de manera,
que casi no nos conocieron en casa cuando lle­
gamos. Una vez en ella, nos dimos im baño de
agua caliente, y así, logramos entonar el cuerpo
y vemos libre.s de las consecuencias de aquel
más que mediano chaparrón. E l baño caliente
es una prática muy en boga en estos pueblos;
y por experiencias realizadas en nuestro propio
cuerpo, podemos salir fiadores de su eficacia.
El día siguiente lo pasamos todo entero en
Hong How, centro donde concurren todas las
embarcaciones de regreso que siguen la corriente
del río. E n aquella aldea \’iven dos familias
cristianas, cuyos jefes se ganan el pan trabajando
de üriibeios. E l amo de una de ellas es un apóstol

a carta cabal: mientras afeita con singular ha­
bilidad a sus clientes, entretiene a todos con plá­
ticas de Dios y de la religión. I^as dos familias
convertidas frutos son de su apostolado. La lle­
gada del misionero es para él fiesta de incienso;
en tales días no vive el buen hombre: a todo
está presente mientras disponen la habitación del
misionero y las demás dependencias de la casa,
de manera que el Padre pueda morar allí a todo
su sabor. Todo lo preve, en todo piensa, y por
muy honrado se tiene en preparar cuanto pre­
cisa para dar hospitalidad al Padre. Las bar­
berías en China son, como en lo que conozco de
Europa, emporios de noticias, mentideros desde
donde .se gobierna el país y se resuelven en cua­
tro palabras problemas que ocupan toda la aten­
ción de hombres hechos a toda marea en el mar
revuelto de la política. Pires bien, nuestro bar­
bero dirige el agua de la conversación por otros
por más derechos cauces, aprovechando los ra­
tos de espera de sus parroquianos, que los tiene
en abundancia, para hacer propaganda religiosa.
Llegada la noche, a deteraiinada hora, se
planta en el corro de los fabrióintes de comidi­
llas, y sin embozo de ningún género les dice:
« Señores, es hora de rezar: los que quieran ha­
cerlo, que se queden; y los que no, ya saben que
en la calle sopla un \úento muy fresco, y en ella
podrán charlar a todo su sabor», lín seguida or­
dena todos sus aparejos, prepara el altarcito
transformando la barbería en capilla; coloca
un reclinatorio en medio, que ofrece con mucha
cortesía al Padre, y comienza la oración. Aca­
bada ésta dirige el amo del establecimiento una
invitación a los presentes, exliortándolos a con­
fesarse, y comienza él el primero a dar ejemplo.
A la mañana siguiente antes de amanecer llama
a todos y los reúne para recibir la Sagrada Co­
munión.
Vive con él im angelillg de cinco años, que
es un encanto oirle rezar las oraciones y cantar
de coro el catecismo. E sta es la única recreación
de que disfnrta nuestro simpático barbero. Toma
al niño en los momentos de reposo, lo sienta so­
bre sus rodillas y le enseña la doctrina cristiana.
Cuatro veces con ésta son las que he pasado
por su casa, y he ix)dido observar que no ha su­
frido un ápice de mengua ni sus delicadas aten­
ciones, ni su fe robusta y encendido fervor.
Abrigamos el presentimiento triste, visto el



7

0



suceso con ojos mortales, de que el Señor lo •de los últimos trabajos del malogrado P. Beobide
haya hallado maduro para el cielo, pues la úl­ (q. e. e.), en el que supo reunir con exquisito gusto
tima vez que nos despedimos de él lo hallamos varias producciones literarias de autores contem­
poráneos. que gozan de merecida fama miiversal,
gravemente enfermo.
y amenizarlas con profusión de bellísimos grabados
Kn los disturbios revolucionarios, arriba men­
en papel cuché.
cionados, fue el pobre hombre hecho prisionero
Es im trabajo de gusto que no nos cansaremos
juntamente con otros del pueblo que huían a la de elogiar, y que deseamos ver reproducido en los
desvandada, por haber provisto de municiones años venideros.
a sus soldados, bajo mano. Un poco duro de
Andanzas de un estudiante, por el P. F ierro S. S.
Volumen de Lecturas Católicas, correspondiente
bisagras, dada su edad que le incapacitaba para
caminar con ligereza, no podía seguir al grupo .a los meses de octubre y noviembre. Es una narra­
ción interesante, con fondo histórico, de las aven­
de soldados enemigos; uno de éstos viéndolo
turas
que im estudiante americano pasó en una
rezagado, descargóle tan brutal y fiero golpe
guerra en la cual tomó parte como voluntario. El
con la culata del fusil sobre un pie, que se lo teatro donde se desenvuelven los episodios es una
magulló causándole una herida muy profunda.
región de la América central, cuyo ambiente polí­
No hallando medio de curación en aquel mo­ tico y social, al mismo tiempo que el paisaje opu­
mento, a empellones se vió obligado a seguir la lento y lleno de luz, describe magistralmente el
autor.
marcha que llevaba aquella desalmada gente.
Ambas obras se venden en la Librería Salesiana.
Un tal estado la herida se inficcionó, comenzó
(Apartado, 175. Barcelona), al precio de ima pta.
a manar pus, y se apoderó del pie una hincha­
El Reverendísimo P. D. Pablo Álbera Superior
zón desmesurada y horrible. Dejado en libertad,
volvió nuestro jigaro a su hogar, como mejor General de los Salesianos. Oración fúnebre pronmiciada por Rd®. D. Julián Massana. Director
pudo; pero la llaga había comenzado a corroer de las Escuelas Salesianas de Madrid, en el solemne
el hueso, de manera, que cuando nosotros le fimeral celebrado en Barcelona el i® de diciembre
visitamos tenía ya la sangre inficcionada y ape­ de 1921 en sufragio del mencionado P. Albera.
nas ofrecía esperanzas de curación. Con visible
De la Librería de Eugenio Subirana Editor Pon­
conmoción dió gracias a Dios por haberle de­ tificio, Puertaferrisa, 14 — Apartado 203 — 'Bar­
parado la suerte de pasar por su casa el misio­ celona.
nero, y con entero conocimiento de su triste
Gramática latina por el P. I gnacio E rrandonea,
estado quiso prepararse a bien morir. Recibió
S. J.
la noche de nuestra llegada los sacramentos de
Tercera edición notablemente corregida y au­
la Penitencia y la Extremaunción, y a la ma­ mentada.
La enseñanza de la legua latina se hace di­
ñana siguiente, le dimos el Santo Viático.
Con profundo dolor me separé de aquel cris­ fícil, si no se quiere incurrir o en divagacio­
tiano ejemplarísimo, y fuerza fué hacerlo presto, nes filológicas y lingüísticas, con descuido de
pues la barca que estaba ya fletada con antici­ la didáctica, o viceversa. El P. Errandonea ha
sabido annonizar y combinar ambos elementos,
pación, no admitía demora y estaba a pimto de
de forma tal, que las reglas gramaticales se van
partir. Merced a la corriente violenta adquirida distribuyendo ordenadamente en la inteligencia del
por el río con el tributo de las lluvias recientes,
alunmo, y sin esfuerzo. Para mayor eficacia pone
arrastró la barca agua abajo, apenas se vió en al lado de la regla un ejercicio adecuado que la
medio de la corriente, libre de las amarras que graba liiás profondamente en la memoria. Es un
la sujetaban a la orilla. Fué tal la velocidad de texto que puede ponerse a la altura de los mejores
que hoy día se han implantado para el estudio de
la marcha, que a las tres de la tarde me hallaba
lenguas vivas modernas. — Un tomo en 8®mayor,
de regreso en Shiu Chow, donde me aguardaba
a pts. 10 en cartoné.
impaciente el P. Braga, deseoso de mostrarme
Propaganda «>/<5/íca, Palencia.
las primicias de sus trabajos y de su celo.
Escuelas de Artes Industriales. Inauguración del
{Continuará).
curso de 1921 a 1922. — Memoria leída por el Di­
rector D. Pablo Madrid Manso. Canónigo PontifícL
de la S. 1. C. y Cooperador Salesiano.
B IB LIO G R A FIA .
De la Librería * Revista popular ♦ :
Almanaque de la Rivista Popular. Lindo y ele>
Han Uegado a ¡a mesa de esta Redacción las obras
gante ejemplar de 24X ló . Hermosa y clara imsiguientes:
pre.sión y exquisito gusto en la selección de asmitos.
De la Librería Salesiona de Sarríá:
luuclios de ellos eutre.sacadas de autores que
El Hombre de Bien. Precioso almanaque para 1922 vieron mie.stro siglo de oro, alternado mara\*iUoque la Redacción de Lecturas Católicas regala a los samente con otros modernos.
suscriptores de las mismas cada año. Es \m volmuen
li-s un trabajo que acredita el b e 1 gusto de
de 24 X 16 cm. y de un centenar de páginas. Uno los directores del Establecimiento tipográfico.

En sufragio del P. Álbera.
Ktunerosas relaciones de fimerales celebrados
ai sufragio del P. Albera ban llegado y continúan
viniendo a esta Redacción.
En todas las poblaciones donde se baila abierto
nn Colegio de Salesianos o de Hijas de María AnxiKadora, las demostraciones de duelo seguidas a la
muerte de nuestro venerado Superior han sido ver­
daderos plebiscitos de adhesión a la Obra SaJesiana.
A las Autoridades Ci\úles y Eclesiásticas que
formaron parte del duelo , a los Cooperadores y
amigos que asistieron a los funerales celebrados,
nuestro agradecimiento más profundo.
Ko podemos dejar de manifestarlo a la benemé­
rita Compañía de J esiis por el rasgo de caridad ge­
nerosa que el Revmo. P. General de la misma ha
realizado en favor de nuestro llorado difunto. Es­
cribía así a raíz del doloroso acontecimiento:
• Tan pronto como recibí la triste noticia del
fallecimiento del Re\nno. Don Pablo Albera, Rec­
tor Mayor de la H a Sociedad Salesiana del Ven.
Don Bosco, profundo dolor se apoderó de mi espí­
ritu, al sólo pensar en el gravísimo e inesperado in­
fortunio que sufren los por tantos títulos bene­
méritos Hijos del Ven. Don Bosco, y en la viva
lumbrera y robusto sostén que pierden la Religión
y U sociedad con la desaparición de un personaje
de tan elevada estatura moral.
No he cesado de sufragar el alma del venerando
difunto con mis pobres oraciones y con la oferta
de trescientas misas, abrigando al mismo tiempo
plena confianza en que él por sus copiosos méritos,
fruto de su vida laboriosísima, cousiunada a mayor
gloria de Dios, jimtamente con las plegarias de
tantos admiradores de sus obras, a quienes con­
movió su tránsito, goza ya de Dios, y ha sido cons­
tituido valioso protector de su familia rebgiosa.
P. L edochowski
Prep. Gen. de la Compañía de Jesús.

MELILLA (Africa). — Nuestros soldados sale­
sianos y exalumnos, actualmente combatientes en
suelo africano, celebraron el i S del pasado enero
on solemnísimo funeral eri la iglesia de la Purísima
Concepción de Melilla, para sufragar el alma del
Rdmo. P. Albera de dulce memoria.
Presidió la ceremonia el Rd.® P. Viñas, Inspector
de la Provincia Bética, al cual rodeaban los Sale­
sianos y exalumnos combatientes, que con legal
autorización dejaron eventüalmente sus puestos
para honrar al héroe de la caridad y del trabajo.
Al mismo tiempo que elogiamos esta muestra de
patitud tan elocuente, expresión \riva de los inme­
jorables sentimientos que animan a nuestros sol­
dados, encomendamos la suerte de éstos a las oraQoues de nuestros Cooperadores, y todos juntos
redaremos a Dios por la \4ctoria de las armas es­
pañolas y la conserv-adón de las vocadones que
^ hallan fuera de su elemento, luchando contra
u^nidad de obstáculos que no hallarían en el amiúente tranquilo y reposado de la Casa religiosa.

ULTIMA ESPERANZA (Chile). — Muy pocas veces
se verá la Iglesia Parroquial tan concurrida como
en fimerales celebrados por el Rdm.® D. Pablo Al­
bera, General de los Salesianos,
La Iglesia Parroquial con sus capillas laterales
era pequeña para dar cabida a la gran cantidad de
gente, entre la que se notaba lo más distinguido
de nuestra sodedad el Colegio «J osé Fagnano »
y la Escuela Munidpal N®. .j.
A las lo, hora indicada, se dió principio al divino
oficio, y el templo con sus numerosas luces y negros
pendones adquirió un no se qué de majestuoso,
que daba el tono más augusto y solenme al acto
funerario.
En la puerta mayor de la iglesia, enlutada con
crespón, apareda un sencillo cuadro en el que fi­
guraba el retrato del extinto Presbítero.
Celebró la santa misa el señor Cura Párroco Rd.®
D. Juan Alibertim, quien después de ella, leyó
una sentida oradón fúnebre.
A las 11,30 acabaron los funerales, que ban sido
la prueba má sacabada del apredo en que nuestra
Sodedad tiene de la Sodedad Salesiana.
LIMA (Perú). — Con solemnes sufragios se con­
memoró en la Merced el día trigésimo de la muerte
del venerando Rector May'or de los Salesianos,
Revmo. P. Pablo Albera.
Al efecto' se habían enlutado severamente las
amplias naves del templo, con esa eleganda y buen
gusto que distingue a la comunidad mercedaria,
la cual puso generasamente a disposición de los
Salesianos el sagrado rednto y sus más ricas colga­
duras y cortinajes. En el centro se elevó un gran­
dioso túmulo, que contorneado de lamparillas eléc­
tricas, presentaba un magnífico golpe de vista.
Ofidó la misa el Revmo. Mons. Octavio Ortiz
Arrieta, Obispo electo de Chachapoyas, y actual
Inspector de los Salesianos del Perú.
En el presbiterio ocuparon asientos espedales
el Exmo. señor Nundo Apostóüco Monseñor Petrilb, el Arzobispo de Lima, Monseñor Lissón, Mon­
señor Drinot, antiguo obispo de Huánuco y Mon­
señor Irigoyen obispo de Trujülo.
En asientos colocados frente al túmulo, en la
nave central, asistieron el Exemo. señor Agnoli,
Ministro de Italia, el caballero Perrero, candller
de la Legadón Italiana, y el Oficial Mayor de la
Cámara de Diputados en representadón del Pre­
sidente de la cámara Don José Rada y Gamio.
Entre los presentes se hallaban monseñor Cbiarlo,
miembros de todas las comunidades religiosas
Don J . Domingo Barrera Gómez, cónsul general de
Colombia; el Revmo. señor Corcuera, canónigo de
la Catedral, la Rd.* M. Décima Rocca, \isitadora
de las Hijas de María Auxüiadora, el doctor Eu­
logio T. Higueras, presidente de la Unión Cató-^
lica de Caballeros; doctor Eduardo Sánchez Con­
cha, doctor Armando José Vélez, doctor Nicanor
Aguilar, canónigo de la Catedral de Cuenca; el

— 72 —
R. P. f/arzón director del Colegio Don Bosco del
Callao; numerosos cooperadores salesianos, y coopcradoríus cxalumnas de las Hijas de María Auxi­
liadora, exalunmos salesianos, el Colegio Salesíano
(le Ivinia, él Ivxtornado vSalesiano, el Colegio Don
Basco del Callao, las brigadas de Exploradores pe­
ruanos, lo Institutos de las Hijas de María Auxilia­
dora de Breña, de Negreiros, del Prado y del Ca­
llao, etc. Todas estos colegios colocaron sus respec­
tivos estandartes en tomo del túmulo, cerca del
cual hacía guardia de honor un pelotón de alumnos
exploradores.

tad divina: fué hombre de fe profomda y sincera,
y puesto que creyó y puso toda su confianza en Dio^
armque ha muerto para nosotros, vive; en él se
cumple admirablemente la promesa de resurrec­
ción y de vida cjue C'risto hiciera: su memoria será
bendita y no perecerá jamás....
Terminada la oración fúnebre, el Excm.o señor
Petrilli, revestido de los ornamentos pontificales
y rodeado del pequeño clero, procedió a la abso­
lución del túmulo, entonando las preces litúrgicas
en sufragio del Revino. P. Albera.
Antes de salir del templo se repartieron entre

MELiLLAS (Africa) - Salealaaos j Exalana«s que ailitleroo a loa (aaerales del P. Albera.

A las 9 y media a. m. comenzaron los solenmes
oficios. La parte musical corrió a cargo de la banda
y de la « Schold canlorum * del Colegio salesiano de
Lima, que ejecutó la misa tercera del maestro Pagella, a dos voces, con acompañamiento de ór­
gano y orciuestra.
Al terminar la misa, el Rd®. P. Martínez Véle/.,
(le la Orden de San Agustín, ocupó la sagrada cá­
tedra, y con elocuencia y profundidad de conceptos,
prommeió una hemosa oración fúnebre. Tomó como
texto de su discurso la frase bíblica: Ego sum resurrecíio ct vita... etc. ^ Yo soy la resurrección y
la vida: quien cree, cu mí, aunque hubiera muerto,
vivirá. Y todo aquel que vive, y cree en mí, no
morirá para siempre. »
Y prescntafdo con magistrales rasgos la figura
amable y ascética, del Rd.® P. Rector Mayor de las
íNtlesiauos, probó como el P. Albera, en toda su
\ ida de adolescente y de jo\ en, de mae.stro y de
saceniote, de director y de Rector Mayor, en una
palabra, desdo* la cuna hasta el sepulcro, recorrió
una trayectoria de tideUdad pasmosa a la volmi-

los presentes unos recuerdos con el retrato del P.
Albera. En el reverso, la sigtiiente inscripción com­
pendiaba la vida del ilustre, amable y piadoso sa­
cerdote:
La luz eterna de los cielos, resplandezca el almt
escogida del R dm®. P. Pablo A lbera , Rector M»yor de los Salesianos. predilecto hijo de Don Bosce
modelo desde su nifíez de angelicales costumbres. ^
virtud firme y de aplicación al estudio, Sacerdetf
ejemplar, condecorado con la Gran Cruz del Ordn
Alauriciano, Profesor y Doctor en Bellas Letns
Educador sabio y prudente, Superior iluminado y
Director celoso de almas, que prodigó doquiera
múltiples viajes, torrentes de bondad y de consuelo,
y cuya memoria vive aún en esta ciudad de los Reyi^
en el corazón de los Salesianos, de las Hijas de Ma­
ría Auxiliadora, de los Cooperadores y de las Coeferadoras del Perú, de los exalumnos y exalumnasp^.
lo conocieron, de los niños y niñas que le llamona
Padre, y que hoy al llorar su muerte, depositan so­
bre su tumba sagrada iodo el fervor de sus plegarias
Requiescat in pace. Amen.

de los Oratorios Festivo.s, distribuyendo el Imbajo
entre todos, y realizándolo dentro de una deiuarcacióii fija que se señalaría a cada uno. Propviso
además, que se dirigiera a lo.s comerciantes de la
ciudad una circular, invitándolos a promover entre
sus dependientes la nsi.stencia a las escuelas no­
cturnas, y que se de.siguarau premios cuya reparti­
ción se efectuaría al fin del curso, para remunerar
el trabajo y la coitstancia de los alumnos.
El Rdo. Sr. Cura de la Parroquia de í^aiitiugo
insistió eu lo aruntado por el Sr. Arcipreste y pro­
puso, como complemento, la apertura de una aca­
demia comercial en toda regla, a beneficio de los
maj’orcitos.
Varios señores sacerdotes y profesores se ofrecierou a prestar su colaboración en la enseñanza
comercial.
E l señor Xiveiro, propietario de una de las más
renombradas fábricas de ceránrica, se ofreció a cola­
borar eu este sentido: Depositar ima cantidad deter­
minada para socorrer a los niños pobres que se hi­
TALAYERA DE LA REINA (Toledo-Espaí5,aJ. — El
30 de octubre de 1921 se reunieron en asamblea fa­ cieran acreedores a ello con su coustancia y buen
miliar, por vez* primera, los Cooperadores Salesia- comportamiento. El Secretario del Centro « Don
nos de esa pintoresca ciudad. La distinguida se­ Bosco», Don José Verdugo, interesa a los supe­
riores para que estimulen a los niños mayorcitos,
ñora fundadora del Colegio contestó a la invitación
que se le dirigió para presidir este acto, diciendo con objeto de que as'staii a Ir s escu 1 -s noc urna',
que se consideraba dichosa en poner por obra in­ para lo cual pueden valerse de premios especiales,
condicionalmente y de buen grado, todo cuanto en como serían: paseos, entrada libre al cine del co­
la reunión se resolviese. En total, unos veinte fue­ legio, etc.
No faltó quien propus > se dictar; n a los niños
ron los congregados, todos varones distinguidos;
Conferencias sobre asiuilos seticillos, evitando
alguttos de ellos pertenecientes al Clero secular y
regular; los demás, entusiastas sostenedores de cuestiones abstrusas; que se inviten de cuando en
cuando a los socios del Centro a dar dichas conferennuestra Obra.
Comenzó el acto el Rdo. P. Director de la Casa cia.s, que versarán sobre tema.s previamente visados
Don An stasio Crescenzi, proponiendo a discusión por los Superiores.
La más sincera y franca cordialidad reinó en
las siguientes propuestas, consideradas como más
prácticas y convenientes a las necesidades de la ju­ aquel pequeño Congreso, ensayo de otra futura y
más imponente asamblea.
ventud de Talavera.
Quiera Dios que todos los buenos hijos de TalaJ®. Medios adecuados para preservar a los jó­
venes de la irreligión, e insubordinación a toda vera se convenzan de la necesidad de dar vigoroso
autoridad divina y humana. Apuntó como más empuje a la Obra Salesiana en la ciudad, y se
principal la implantación del Oratorio Festivo en arrojen a la acción con entusiasmo.
toda la extensión de su programa.
SAN JOSÉ DEL VALLE (Cádiz). — Üa Oratorio
2®. Medios eficaces de sostenimiento y desarrollo
para las escuelas nocturnas de adultos, abiertas festivo. — Una de las más salientes obras reali­
en la Casa Salesiana. Se propone como medida zadas durante este curso es<»lar, en la Casa de
Noviciado de S. José del Valle, ha sido Ja reapertura
resolutiva el concurso de las personas piadosas.
3». Medios prácticos para desarrollar más y más del Oratorio festivo del A'enerafjle D. Bosco, in­
la obra del v Centro Don Bosco », destinado a fa- terrumpido durante algún tiempo por causa-s pe­
rentorias.
ríli^r la perseverancia de nuciros exalumnos.
Para dar mayor solemnidad al acto, verifi­
Para ello se solicita el apoyo de las Autoridades,
de' CleT: >. Proprietarios e industriales de Talavera. cado el día 14.del presente, a udió expresamente
El Kdú. Sr. .rVreipreste propuso también la Obra ei inca sable inspector Rdo. P. Gtüllenno Vi-

BILBAO. — La Obra Salesiana. — La señora
Pi^identa de la Jmita de Cooperadoras Salesianas de Bilbao. Doña Carmen Coste, Viuda de
Jáuregixi, y el maestro de obras, acompañados por
el señor Director de los Salesiaiios, visitaron a lil*
timos de diciembre la casa y la huerta que deberán
servir para Oratorio festivo. Quedaron muy gra-v
lamente impresionadc^.
La parte principal de la cqsa será dedicada a
capilla y a salón de actos; la huerta se convertirá
eu un hermoso patio, donde los chavales de todos
aquellos parajes cercanos y lejanos encontrarán
sitio para correr, brincar, saltar, jugar y estar
al^es.
Dentro de muy pocos dias empezarán, Dios me­
diante, las obras más indispensables para el Ora­
torio festivo y después... María Auxiliadora tomará
posesión de Elejabarri y se encargará Ella de
que acudan muchos chicos a su casa.

— 74
ña.s, propagador celoso de la obra de los Oratorios
festivos. Reunidos los niños, se sacaron fotografías
del grupo, que fué presidido por el Rdo. P. Viñas,
Rdo. vSr. Director de la Casa, Noviciado, de S. José
del Valle, el digno Director del nuevo Oratorio
Rdo. Sr. D( n José Torrens Camprubí y el celoso
maestro de la escuela pública del pueblo Don
Gregorio Gómez. A continuación el Rdo. P. Viñas

planos del benemérito y renombrado arquitecto
Rd®. P. Ernesto Vespignani, de la Congregación
Salesiana, y ocupa ima superficie de dos mil metros
cuadrados. El estilo del mismo es románico-bizan­
tino. Consta de tres naves, con una longitud total
de 70 m. de largo por 30 de ancho y 20 de alto.
Corona la fachada principal ima torre que se
eleva a 56 metros.'

LIMA (Perú) - Niñee iiremlados ca el cerlamen celequlstlce.

hizo pasar a todos a la Iglesia, donde postrados a
los pies <le la Sma. Virgen, dirigieron a Dias fervo­
rosas plegarias por la prosperidad de la obra que
enlonce.s con nuevo entusiasmo se comenzaba.
De.spués se dieron a los niñas varios regalas.
A la mañana simiieule se reumeK)n de nuevo
los, niñas pur.i asisiir a la Santa Misa, celebrada en
la Iglesia ParKKjuial, por el Rdo. Sr. D. Cristóbal
Pi*rras; el resto del día lo pasaron en diversas re­
creaciones hasta la taitlo y marcharon a sus casas
contetas ¡>or haber encontrado donde pasar ale­
gremente los días festivos.
LIMA (P^ni). — Inauguración de rn templo. —
El año 1921, centenario de la Independencia del
Perú, se celebraron gnuidiosíis fiestas conmemo­
rativas en la capital de República peruana, a las
que contribuyeron los Salesianos. con la inaugu­
ración de un santuario, dedicado a María Auxilia­
dora El nuevo templo se ha lc\autado según los

Bien que sólo fueran iitilizables las dos naves
laterales y el ábside, sin embargo se procedió a la
inauguración, a fin de que la solemnidad religiosa,
manifestación viva y sincera del afecto que el pu^
blo peniano nutre por Alaría Auxiliadora, coinci­
diese con la fecha centenaria.
Un certamen catequístico. — Siguiendo la cos­
tumbre que de años atrás se viene repitiendo
cu nuestro Colegio de Lima, celebróse el pasado
noviembre mi certamen catequístico ccmpuesio
por todos los elementos que se educan en el men­
cionado Colegio: artesanos y estudiantes internos
y alumnos externos.
Presidió el acto el Exino. Sr. Petrüli, Nuncio
•Apostólico, celoso propagador de la istrucción re­
ligiosa entre los niños.
El certamen duró una hora entera. El resultad»
feliz del mismo es prueba com-incente del empeño
con que los alumnos habían estudiado la doctrina

— 75 —
El i.° de diciembre último, en el vasto salón de
estudio, engalanado con guirnaldas y banderas, se
llevó a cabo la repartición de premios a los \'encedores del certamen.
Presidió d acto S. E. el Sr. Nimcio de S. S., el
cual quiso entregar por su mano los premios, con­
sistentes en im reloj de oro el primero; el segundo
en una medalla de oro y el tercero en xma banda
de seda con el nombre de los premiados primo­
rosamente escrito. Como grato recuerdo de acto
tan memorable, se impresionaron varias placas
fotográficas.
VILLA COLON (Uruguay). — Un certameo literario.
— Ko es la primera vez que desde estas columnas
elogiamos la labor que los Salesianos de Uruguay,
y especialmente los del Colegio de Villa Colón des­
pliegan por el desenvolvimiento y cultivo de la
herniosa lengua de Castilla. Con d título de Aca­
demia de Cervantes se ha fiuidado una institución
cuyo lema es im precepto que d novelista sin se­
gundo ha dejado estampado en su obra genial.
Es aquél im reproche que Maese Pedro, escon­
dido detrás de su retablo, dirige a su trujamán
^ue se deshacía en hiperbólicas ponderaciones
hacia los fi^ tivos de Sansueña.
t Llaneza, muchacho; no te encmnbres; que toda
afectación es mala ». Tal es el lema que la Aca­
demia Cervantes ha escogido para no perder de
vista un escollo terrible, contra d cual suden
chocar los principiantes.
Un mes tras otro vemos complacidos los frutos
benéficos que la juventud salesiana de Villa Colón
reporta con estos ejerdcios en d terreno de la cul­
tura y de la moral, a la vez que se estrechan los
la/.üs espirituales que une a la hijas con la madre
patria. A estas justas literarias ha concurrido lo
iiiejordto de Villa Colón. Presidió el acto d Dr.
D. Juan Zorrilla de San ilartín. ilustre figura lite­
raria, cuyas obras han puesto de relieve su esdareddo y elevado estro poético en obras como
Tabaré, poema en d que ba imnorlalizado la vida
de una raza; en la « Epopeya de Artigas
y en
mudins otras, cada una de las cuales basta para
darle lugar entre los más inspirados y esclarecidos
poetas y prosistas contemporáneos.
Los trabajos literarios de los escolares fueron
escmpulosaniente examinados y calificados por
nn tribunal competente, compuesto por D. Raúl
Montero Bustamante, (Presidente de mesa), d
Br. D. Eustaquio Tomé, y el Rdo. D. Ramón Mon­
tero. De los 99 trabajas encerrados en sendos sobres,
án finna y con im lema de contraseña, fueron pre­
miados í6, de los cuales, d mejor, con la flor na­
tural;' nueve, (uno de cada secdón), con medalla
de oro; ocho, con medalla de plata; y los restantes
con mendones honoríficas.
En el acto de la repartición de premios, d Dr.
B. Eustaquio Tomé, mantenedor de los Juegos fiorules. dió cuenta al púbHco d d trabajo realizado
por la Academia en la íormadón intdectual de inditiduüs que más tarde han de frecuentar la.s aulas
de la Universidad. Como buen patriota y profesor
entusiasta de la Universidad de Montevideo, abriga
deseos de devar dicho Centro a la altura de las más

^cumbradas Universidades extranjeras, «y riva­
lizar victoriosamente con ellas.
Doble M la finalidad que se persigue en estas
justas: pedagógica la primera, resultante de la ejrmlación y d premio; y en s^undo lugar, la enseñanza
moral que origina d acto de premiar solemne y
equitativamente el esfuerzo efectivo y concreto
del alumno. Leyóse después d acta del jurado, e
inmediatamente fueron adjudicados a los autores
de los trabajos literarios de más valía los premios,
que recibieron de manos de esclareddo poeta
Sr. Zorrilla de San Martin.
,
Aplaudimos de corazón estos certámenes, tan
provechosos para d desarrollo de la intdigencia, d
robustecimiento de la voluntad y la depuración
del sentimiento, y nos coniplaccnios en felicitar a
los incansables profesores; de mi modo espedal
hacemos •extensivos nuestros parabienes al Dr.
Tomé que con tanta delicadeza y particular afecto
se complace en mantener estos Juegos fiorales un
año tras otro, siempre animado de un sentimiento
de fe indefectible por im ideal sagrado que alienta
en su pecho: el engrandecimiento de la patria.
No oculta a los presentes este nobilísimo senti­
miento, antes bien con entera franqueza dedara
a aqudla vigorosa, fresca y lozana juventud que
le escucha, que día ha nacido para labrar el renom­
bre de la nación. «¡Quién sabe, dice como remate
de su docuente discurso, si al leerse allende las
fronteras la prosa y d verso que hoy nos han deIdtado no brota de labios admirados esta excla­
mación: ¡Dichosa patria que tiene por hijos, es­
tudiantes autores de tan bellas páginas!
SANTIAGO (Chile). — Las Escuelas profesionales
de la Gratitud Nacional. — Vale la pena llamar
la atendón de los que en este país se esfuerzan se­
riamente por desarrollar la educadón práctica del
pueblo, sobre la exposidón que de sus trabajos
abril ron en dicianbre del pasado ig zi las Escudas
Profesionales de la Gratitud Nacional, que dirigen
los Padres Salesianos.
Para el ohseri’ador poco habituado a buscar la
huella de ¡os métodos pedagógicos, es esa una de
tantas exposidones escolares como se abren y se
derran en esta época d d año. Para quien conozca
los fundamentos pedag^cos de la educación dd
obrero, aquello es mía verdadera revcladóu.
Hay en la exposidón trabajos de carpintería,
mueblería, tallado en madera, herrería y mecánica,
dectriddad, imprenta, sastrería, etc. Son muestras
en diferentes grados de perfecdón y de iniportanda, según d curso que seguía d alumno autor dd
trabajo.
Pero, de un extremo a otro de la exposidón, se
advierte en cada secdón un método rigurosamente
dentífico, en que hay un paraldLsmo estricto entre
la educadón cultural y d trabajo manual. El
obrero comienza por redbir derta instruedón ge­
neral y aprende poco a poco la teoría d d ofido que
se le enseñará. La base de todo está en d dibujo,
que es d secreto de la perfección en toda industria.
El herrero dibuja sus rejas, d carpintero dibuja
los ensambles de maderas, d sastre dibuja prendas
de vestir, d electricista dibuja dioram as de insta.

ñ

76 —
ladon^ y máquúias, el impresor^ combinaciones
do viñetas y tipos que educarán su gusto para
combinar y crear bellas portadas.
l'!n primer lugar, gracias al nrétodo de estas es­
cuelas en que la enseñanza es gradual, y como decí­
amos muy armónica, el joven obrero adquiere la
paciencia para el trabajo.
ICn .segimdo lugar, la disciplina de trabajo que
hemos podido observar en estas ecxcelentes escuela.s pnn'esioiuiles educa al obrero en la perseve­
rancia. y la continuidad del esfuerzo.
Por iiltimo, basta recorrer las salas de la expo­
sición y examinar con cuidado cada uno de los
trabnjo.s, desde una simple ensamblacjura, hasta
un tallado en madera, desde un objeto de hojalata
luusta una instalación eléctrica, para comprender
que se ha hecho una enérgica labor con el objeto
fíe habituar al alunino a que todo lo haga a la ma­
yor perfección posible, lo mismo lo grande, que lo
pequeño, lo sencillo^ que lo complicado.
Ko .sabríimios encmecer lo bastante la saludable
imlucucia de esta euseñan/.a industrial sobre ba­
ses pedagógicas, cu un equilibrio perfecto de los
elementos intelectuales y manuales, puede tener
eu d futuro desarrollo de ,1a industria en nuestro
país. Nuestra o-aza inteUycntlshu’a, con extraor­
dinarias facultades de asiinilacióii y el don de imitar
hará maravillas cuando pueda apoyarse en una
educación conqdeta de esta naturaleza.
Una visita a la exposición de las escuelas de la
(Gratitud Nacional es consoladora y enseña mucho,
l ’cro debe .ser visita de estudio, para desentrañar
de aquella sene dc'hnmildes objetos el s^ tidó ín­
timo de un método educacional, quenos parece bajo
todo punto de vista de gran valor.
(De El Mercurio).

después, cuando contaba veintisiete años de edad,
obtuvo eu memorables oposiciones la dignidad de
Canónigo Magistral de dicha Catedral.
El Cabildo catedral lo eligió secretario, y el Pre­
lado, ilustrlsimo señor Martínez Izquierjio, que fué
luego primer Obispo de Madrid-Alcalá, al ser de-

LOS QUE MUEREN
El Em.° Card* Almaraz*
Doble luto viste hoy la iglesia española. Al llanto
de la Iglesia universal, debido al fallecimiento del
Sumo Pontífice, añade el duelo por la muerte del
Cardenal Arzobispo de Toledo, doctor Don En­
rique Almaraz y Santos.
Elev ado redeutemeute a la Silla de Toledo, su
muerte ha sido muy sentida en el pueblo español,
que ha penlido en él a uno de sus más eminentes
lujos.
El Cardenal Dou Enrique Almaraz y Santos
contaba setenta y cinco años de edad.
Nució en la pequeña villa de I^a Velles (Salamancal, el 22 de septiembre de 1847. Despviés de
brillantísima carrera fué en la diócesis de Salamanca
coadjutor en varias parroquias, y desempeñó luego
las cátedras de Teología y Oratoria S u rada en el
Seminario Conciliar de Salamanca: poco tiempo

signado para la diócesis madrileña, lo llevó con­
sigo a la corte, como Arcipreste y secretario de Cá­
mara y Gobierno.
En esta época nació su amistad con el entonces
secretario de la Nunciatura, monseñor Della Chiesa,
el hoy llorado Benedicto XV.
El Cabildo catedral de Madrid le nombró \’icario
Capitular, sede vacante, y, tenuinado el interregno,
el señor Sancha, nuevo Obispo de Madrid-Alcalá,
le encargó de las cátedras de Sagrada Escritura,
Patrología y Oratoria Sagrada en el Seminario
madrileño.
En 1891, fué nombrado Deán, y, im año después.
se le designó para la sede de Paleiida.
En el Consistorio de 18 de abril de
íué pre­
conizado :s.r/obispo de Sevilla, vacante por muerte
del insigne Cardenal Spíuola.
Fué promovido al Cardenalato en el Con.->i»torio
de 2 de diciembre de 1912.

— 77 —
En 191! iué a Koma, y tomó parte en el Cónclave
que eligió Papa a Su Smitidad Benedicto XV.
Ha publicado muchas y notables pastorales, y
gran número de ariícu.os.
Entusiastade la preasa católica, iutendno en el
primer Congreso celebrado en Sevilla. También
como admirador del arte religioso, convocó el conoreso de música surada, y estableció varias cá­
tedras de ella en el Smuinario de Sevilla.
A los Salesianos dió en repetidas ocasiones mués
tras de particular aprecio, asistiendo a las fimdones solemnes en nuestro Colegio de Sevilla, y dis­
tinguiéndonos con su presencia en muchísimas de
las representaciones que se celebraban en nuestro
pequeño teatro.
En 1920 asistió como delegado del Sumo Pon­
tífice a las fiestas de inauguración del Monmuento
al \'en. Don Bosco, frente a la Basílica de María
Auxiliadora en Turín.
En la Primacía de Toledo continuó su labor meritísima, llegando a ser considerado en todo el mundo
como una de las más relevantes figuras delalglesia
Católica.
jDtócanse en paz el eminente purpura ’ o!

dor, coiisum. do asceta, escribió diversidad de obras
de este género, enderezadas al Clero.
Seríamos injustos si no mencionárainos su pre-,
cioso " Manual de piedad.para uso de los Coopera-'
dores Scüesianos ” , que quisiéramos ver difrmdido.
Encomendamos a Dios esta gloria de la Iglesia,
y, de un modo especial, encsirecemos a nuestros i-xalumnos no olviden en su.s oraciones a este escla­
recido discípulo de Don Bosco.

Srta- Asunción de Alvear y Abaurrera0

El ánge^ de la muerte, al segar hoy una preciosí­
sima vida, ha sumido en el dolor el ])iadosísimo
hogar de los Kxemos. Sres. Condes de la Cortina,
a quienes tanto debe la Sociedad Salesiana.
" L a fe»c«fsím'i A.-unción", como la llaniabaii
cuantos la conocían, era luia de e.sas criaturas excep­
cionales que tienen la iumesa dicha de hacer el bien
con sola su presencia.
No se contentaba con ser caritativa, virtuosa,
apóstol de la Sagrada Eucaristía, cosas muy natu­
rales en los miembros de su familia; sino que dedi­
caba sus brillantes condiciones y una bxiena parte
de su tiempo a la acción social, siendo en este cam­
po uno de los más eficaces auxiliares de su amado
Exemo- S r. D- Pascual MorgantiPadre, en la ingente labor que el ilustre Conde lia
Sobre la tumba del Arzobispo de Ravena depo­ realizado.
Fué fundadora de la Caja Dotal de esta ciudad,
sitamos la flor de nuestro más sentido duelo.
Alunmo del Ven. Don Bosco del 1864 al 1S70, catequista incansable de los niños de los cortijos
veneró y difundió por'fdoquier la memoria de tan y de las obreritas y jóvenes de las reuniónes do­
bondadoso Padre, con su palabra Recuente, aso­ minicales, Asesora del Gremio de Empleadas de
la Federación C. O. F. de Madrid, y mil otras
ciada al heroísmo de la más robusta virtud.
El Exano. Sr. Don Pascual Morganti nació en cosas más; pues era muy solicitado su concurso,
Lesmo, arquidióce^ de Milán, <.1 3 de diciembre por ser indiscutible el éxito en todo aquello en que
de 1852. Realizó sus estudios, primero eií el Ora­ ella interviniera.
Dios Nuestro Señor se ha serxrido de la gripe,
torio, V más tarde en el Seminario de Milán. En
1875 fué ordenado de sacerdote, e inmediatamente para trasplantar a los jardines celestiales esta pre­
le fué confiada la dirección espiritual del Colegio ciosísima flor que ni era de este mundo ni vivía
Ar¿obispal de S. Martín, y la cátedra de Teo­ para él.
A sostener a los Exemos. Condes de la Cortina en
logía en el Saninario de S. Pedro Mártir, que
desempeñó por espacio de odio años, mereciendo su inmenso dolor habrán servido, ante tofio, su
bien de dichos institutos. Más tarde fué nombrado profunda piedad y su completa resignación a la
Director Espiritual del Saninario Mayor, que con­ voluntad de Dios; pero también el grandioso espec­
taba a la sazón cerca de 250 estudiantes de Teolo­ táculo de cariño y de duelo dado por el pueblo
montillano, y las constantes pruebas de aforio
gía. Durante los 12 años que permaneció en el cargo,
fué im padre para las seminaTÍstas, cuya dirección y estima de toda España, manifestadas a i el sin­
número de telegramas y cartas que constante­
esriritual ejercía con indescriptible celo.
El 9 de junio de 1902 S. S. Pió X, de feliz me­ mente están reábieado.
El Boletín Saíeaano se asocia de corazón al
moria, le nombró obispo de Bobbio, diócesis que
dolor de tan insignes Bienhechores, y pide a los
dirigió poco niM de dos años.
Su trabajo pastoral desplegado en esos dos años amigos nna oración por la ilustre finada
fué enorme.
La tarde dél 21 de octubre de 1904 le llegaba el
R d .° Don Ricardo Beobidecomunicado oficial, en virtud del cual erap^omo^■ ^do
a la silla de Ravena. donde puso en juego su
Sacerdote salesiano, muerto prematuramente
actividad portentosa por espacio de 17 años, que
fueron los que permaneció como Pastor de aquella a la temprana edad de 31 años.
¿Quién no le conoció? ¿Quién de nuestros lecto­
Diócesis.
res
no haTeído bellísimas p á g i ^ de nuestro que­
En ! 909 fué preconizado Obispo de Ceivia,
rido difunto, bajo los seudónimos de Ribé y de
donde edificó a expensas propias una Parroquia,
Salesi- s? La Casa de Sarriá ha perdido un miem­
coe;o \ l’.abía levantado antes en Ravena un Ora­
bro de talento fecundo, laborioso sin descanso,
torio uara niñM.
\ aro:i de singular naturaleza, profimdo pensa­ batallador sin tregua de la buena Prensa.



Su desaparición del escenario del mundo ha de­
jado tras sí una estella luminosa de virtudes. Ha
sido su muerte como deliciosa mú.sica que se aleja
y se pierde dulcemente, dejando el corazón lleno
de suaves e inefables ternuras.
A/.pcítia fué la cuna que meció a nuestro llorado
hermano; el 3 de abril de 1891 vió la luz del mundo
en el seno de una familia cristianísima, chapada a
la antigua, de fe robusta y religiosidad profunda.
ICn aquel ambiente altamente religioso creció, jun­
tamente con otros cuatro hermanos y dos hermanas
todos los cuales, a expcepción de uno, troca"on
las vanidades del siglo por las delicias, el sosiego
apacible y la tranquilidad del clau.stro. A los 12
años ingr. só en nuestro colegio de Vills^erde de
Pontones ívSantander), donde no tardó en paten­
tizar s\js dores singulares: su inteligencia clara y
despejada, su amor al arte bajo todas sus manitestaciones; pero, de im modo particular, se desen­
volvió su actividad en el fecundo campo de la mú­
sica. Armonizaban perfectamente con sus cualiaudes intelectuales sus muclias virtudes, manifesración de su carácter bueno y sencillo unas; de­
bidas al esfuerzo de su voluntad firme, bajo el in­
flujo de la gracia otras. En igo6 pidió ingresar en
nuestro Noviciado de Carabanchel, donde emitió su
profesión trienal, e imuediatamente fué destinado a
la Casa de Santander, donde dejó recuerdos iinperecerleros en medio de sus aliuimos, que a' 11 le
nombran con cariño. Más tarde hizo su profesión
prepetuo, y comenzó en nuestro Colegio de voca­
ciones establecido en Campello, los estudios teoló­
gicos. En 1917. se abre ima nueva era de apostolado
para nuestro llora<lo Don Ricardo, al recibir la
Ordenación sacerdotal. Desde entonces comenzó
un nuev’o apostolado, que ejerció celosamente en
el confesonario y desde el púlpito, con preciosos
frutos espirituales para sus .dirigidos y oyentes.
Al mismo tiempo cultivaba la música y las letras.
Himnos, zarzuelas, operetas salieron de su pluma
fecunda, y vieron la luz con aceptación del público.
Sus castizos escritos eran devorados con fruición,
mayormente por la juventud, a la cual dedicó sus
mejores páginas. El estilo sencillo, el lenguaje fácil,
nítido y trasparente de sus novelitas lilstóricas, géiiuero literario que más cultivó, y en el (|ue obtvivo
verdaderos triunfos, los hacían en extremo inte­
resantes y deleitosas. En 1919 entró en la redacción
de nuestras Escuelas Profesionales de Sarriá, y
con su labor, dió vigoroso impulso a los Lecturas
Católicas que mensuahnente se publican en los
citados Escuelas, y al Oratorio Fe<.ih'0, folleto ame­
no, semanal, escrito para los Oratorios. Entre tanto
no perdía de vísta su ministerio sacerdotal entre
los uiflos.Predicaba y confesaba mucho, muchísimo.
No respondía la delicadeza de su fibra a la forta­
leza y robustez de su espíritu. En 1918 se vió presa
tle incurable eufenuedad. No menguaron sus arres­
tos unte los destrozos que el mal iba acmnulando
en su físico endeble y flaco; y sólo cuando le fué
orvlenado cpie mitigara sus ardores y procurara por

7 8



su salud, obedeció; pero sin abandonar sus trabajos;
y así. en semejante estado, escribió muchos y pre^
ciosos opú.sculos e incalculable número de artículos
y folletos sobre diversas materias. Su vida se con­
sumía lentamente, como una antorcha, al golpe
continuo y sordo de la enfermedad.
Después de las fiestas de la Purísima advirtió
que le quedaban pocos días de vida, y manifestó
que no alumbraría su'í días la luz del año nuevo;
en vista de lo cual, se dispuso a bien morir, tran­
quilamente, con sencillez, sin modificar su régfiueu
de vida. Dos días antes de expirar, arm escribía: y
cuando la pluma no la aguantaban ya las dedos,
llamó a un .secretario y comenzó a dictarle. M si­
guiente día, sintiendo que las fuerzas le abando­
naban, resistiéndose a coadyuvar el esfuerzo heróico
del moribundo, rendirlodefatiga. dijo al amamiense
que escribía a su lado; « La última línea, y basta.
El Señor me pide este sacrificio. Hágase su santa
voluntad, o Se acostó, se hizo afeitar, llamó a su
confesor, pidió con urgencia el Viático, y a conti­
nuación, la Extrema Unción. Sin perder un punto
su habitual serenidad, siguió tranqxiüo todas las
ceremonias del Ritual, y respondió a las palabras
de rúbrica. Después, con indefinible sonrisa exclamó:
í Sólo en horas como la presente se puede apreciar
en toda su integridad el yalor de la vocacióri. ¡Oh
qué felicidad la mía en ser religioso salesiano y sa­
cerdote! ■> Hondamente conmovido pidió perdón
a todos los hermanos, 110 sólo de las ofensas que
pudiera haberles causado; sino también, del bien
omitido con perjuicio de elloí.Pasó la noche entre padecimientos, sin pro­
ferir un lamento; solamente salía de sus labios
un ¡Jesús, Jesús wío.'saturado de amor. Venida.la
mañana, dijo al sacerdote que le asistía: « He pa­
sado toda la noche con Jesús en el Getsetnani; sed
cerea la hora del reposo *; después pidió se le le­
yera la recomendación del abua. Pidió mi cruci­
fijo. y estampándole im beso en los pies, sin con­
torsiones, sereno, sonriente, como había vivido,
expiró. Los hermanos que le rodeaban no cesaban
de repetir: * jl’odemos dar por bien empleados todos
los trabajos de la vida, a trueque de abrazar.se al
fin de ella con la serenidad y la calma, como la
vemos refiejada en nuestro henuanol •»
Y voló al cíelo, el mismo día en que dejó este
destierro el Siervo de Dios Don Andrés Beltrami,
cuya vida tenía proyectada escribir nuestro que­
rido difunto.
Pero otros eran los designios de Dios. El Señor
se había contentado con el deseo de nuestro malo­
grado hennano. ¡Feliz él que en tan pocos años supo
llevar a cabo grandes empresas! Su caudal copioso
de buenas obras, sus escritos, que, a no dudarlo,
habrán sido para muchos puerta de salvación, le
habrán valido quizá la serenidad y goce antici­
pado del cielo que disfrutó en sus últimos momentos.
No obstante s;is incalculables méritos, rogue*
mos por su ahna.
R . 1. P . A.

Con aprobación de la Autoridad Eclesiástica: Gerente: GEMINIANO FERRARI.
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