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LIBRERÍA EDITORA INTERNAQO NAL DE LA S. A. I. D. BUONA STAMPA
TORINO — Corso Regina Margherita 174-176 — TORINO

PSEPH RICKABY S. J.

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^

NIÑO A HOMBRE

Traducido directamente de la 3* Edición inglesa por R o d o l f o F i e r r o T o r r e s , Salesiana
Volumen de 300 páginas
............................................................. .......... ^ .
Ptas. 3 —
P a f c lI c a c io H e s r e c i e n t e s

T H E O L O G IA E M O R A L IS S IN O P S IS
A uctore P E T R O R A C C A

fíroh¡diwc08i* Taurintntis SactrdoM Saorat Thtohglaa Docíort,
B r e v e o p a s ex sapíentissímis scriptoribus in R e Morali eductum et ad normam n o v f
C o d i c i e J n r i s G a n o n i c i exaratum. — Vol. ( 2 0 x 1 3 ) en 16**, casi 600 págs. Ptas. 12,50

DE CENSURIS “LATAE SENTENTIAE,,
QUAE IN e e o i e s j d r i s enN O N iei c o n t in e n t u r c o m m e n t a r io l u m d ig e s s it
JOHANNES CAVIGIOLI - Archipresbyter S. Maurítli a Clive
Hermoso volumen en 16* páginas 164

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Ptas. 3 75

NOVUM JESU CHRISTl TESTñMENTUM
Vulgatae Editionis iuxta exempiar Vaítcanum cum appondix
Volumen manual ( 1 3 x 8 ) impreso en finísimo papel opaco, contorno encarnado en todas las
páginas. Págs. xvi-800. Encuadernación en tela negra, corte encarnado
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7 5®
BECHIS Sac. MICHÁEL

15 i

1 i o x i ix :i

sen totius Sacrae Scripturae concordantiae iuxta vulgatae editionis exempiar Sixti V P. M.
iussu recognitum et Clementis VIH auctoritatae editum pr^fier »lphabeticupt •tdincm in
grammaticale redadae. — Dos grandes tomos en 4, de más de 200 páginas Ptas. 14 —
M AZZELLA Mons. ORAZIO
(ARZOBISPO DE TARBNTO)

PRAELECTIONES SCHOLASTICO-DOQMATICAE
B r e v io r i c u r s u i a c c o m o d a t e
Volumea
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Cuatro tomos en 8* mayor Ptas. 25.
I complectens Trsctatus de vera Rellgtone, de Scrlptura, de Traditione, de Ecdeela Chrlstl Ptas. 6 ,ss
II complectens Tractatus de Oeo uno ac trino et de Deo creante
.
% 6,35
III complectens Tractatus de Verbo (ncamate, de Gritia Christl et de Vlrtutlbus Infusis > 6,35
IV complectens Tractatus de Sacramentls et de N o v i s s i m i s ..................................> 6 ,aS

T ld v c r tc n c is s* — Todas estas ediciones se hallan sélo en la Sodeémé Eéitorñ ¡atet’
:l0mMt pmtm Im difusiéa ée ia Bueaa Prensa, Corso Regina Margberita I 74 ‘ I 76 ,
Tmria (Italia), a la atal deben dirigirse los pedidos acompañados de su importe. — E l precie
dal franqueo está calculada para cada volumen. — Se hacen rebajas tansolo para los grandes
pedidos. Los gastos de envió son a cuenta del comprador. — Las rebajas son sobre el precio del
libro, no sobre el franqueo. — De la rebaja disfrutan los SemÍTiarios, Colegios, Institutos.

AÑO XXXV - N. 4

A bril de igao

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Turin — Via Golfolcngo N. 32. ^ ¿^^ 0 ^ ^

SUMARIO.
Nuestres próximas Fiestas y Congresos . . . . .
99
Ei problema d la juventud abandonada y los Coo­
peradores Salesianos — I I I ................................... 100
Voces de g ra titu d .............................................................lo i
Una carta e d iñ ca n te .....................102Db n u k s t r a s m i s i o n e s : Pref. Apost. del Río Negro
(Brasil): 111 • A 10 largo dei Iss;tna (Relación de.
Mona. L. G i o r d a n o .................................................. 104
— Kuang-Tung (China): Nuestros misioneros en el
campo de trabadlo (Apuntes del P. Garelli, II). . 110
— Un llamamiento oportuno
................................... 114
Tesoro e s p ir it u a l.............................................................115
Cu l t o d e M a r í a A u x i l i a d o r a : Rodeo del Medio
(Arg.): La Reina del p a tío .........................................116

¿)

^

Gracias de María A u x il ia u o r a ......................................115
Favores del Ven. J. B o s c o ....................................... lao
Por Domingo S a v i o ..........................................................lat
Ecos de la Fiesta Patronal: Vigo, Málaga, Sarrlá,
Mataré, G e ro n a ...............................................................133
En los Oratorios Festivos: Madrid
............................la j
De los Colegios de las Hijas de ftlaria Auxiliadora:
Torrente (Esp.) - Buenos Aires, Montevideo, Ber­
na!, C h u b u t......................................................................134
Nuestros Exalumnos: Paysandii (Uruguay)
. . . 123
P o r e l m u n d o s a l e s i a k o : Frutos en sazón: Bue­
nos Aires, Chubut, General Roca, Rodeo del Me­
dio, Bemal, Montevideo, Manga, Valparaíse, Pa­
namá, C a r a c a s ...............................................................135
N e c r o lo g ía :.........................................................................138

Muestras próximas Fiestas y Goqgresos.

Lícgaq noticias de diversa^ paríe^, que soq portadora^ de ío^ viví­
simo^ entusiasmos, que despiertan doquiera nuestras próximas solemni­
dades, Lo^ Cooperadores, los Exalumnos, las Exalumnas de todos los
Gentro^ tienen reuniones, estudian los temas, deliberar) y toman acuerdos,
que luego expondrán eq los Congresos regionales, los cuales a su vea
preparan las imponeqte^ Asambleas nacionales, que preludian y ^on prenda
secura de la eficacia y felia resultado de la Magna Conferencia Interqacioqal.
Las actuales convulsione^ que ahítan al muqdo. y la^ aqorrnalidades,
que son ^u consecuencia, dificultaq y embarazan en parte la marcha de
los preparativos: pero la fogosa voluntad de nuestros amigos, rompe y
salta por eqcima de todos los obstáculo^ y allana la^ dificuldades.
Los dias 21, 22 y 23 del próximo mayo han de dejar, han de quedar
perpetuados qo sólo en lo^ bronces y granito del moqumento que inau­
guraremos. sino en los fastos de que^tr'as Asociaciones, de las que se­
ñalarán uq notable avance en la actuación de sus grandes fines, ü «n
«spiriíu de cada uno de sus miembros, que á partir de esa fecha se senHrán más inclinados a la virtud, más fervorosos en la piedad, más afi­
cionados y dignos hijos del Veqerable Juan Bosco.

El problema de la juventud abandonada
y los Cooperadores Salesianos
, III.
No es menester insistir más sobre la exis­
tencia y gravedad del problema en los actuales
tiempos ni sobre las causas que lo motivan y
agravan. Kilo está en la conciencia de todos.
Lo que importa ahora sobre todo es poner coto
al mal y buscarle remedio. Aun mirada la cosa
por el viso material y meramente humano,
por las fatales consecuencias que del abandono
de la niñez se pueden seguir para la civil socie­
dad, merece toda la atención de los hombres
de buena voluntad.
Mas nosotros, los cristianos, hemos de alzar
los ojos más arriba y mirar todas esas cuestiones
por un aspecto infinitamente más alto. E n esta
de que estamos tratando entra por mucho la
gloria de Dios y el bien de las almas. Por ese
lado miró nuestro Venerable Padre Juan Sos­
co este punto y por ahí deben mirarlo tam­
bién cuantos se precian de seguir sus huellas y
colaborar en la nobilísima empresa salesiana:
es decir, que los Cooperadores Salesianos deben
intervenir en la solución del problema, guiados
y empujados por la caridad.
Ahora bien, caridad es amor. ¡He aquí la
gran palabra: he aquí el gran remedio! ¿Queréis
salvar a la juventud, evitando su caída o sa­
cándola de sus \úcios? ¡Amadla!
Según vimos en el artículo anterior, casi todas
las causas y motivos que determinan el aban­
dono material y moral de la niñez, se reducen
a una sola: desamor, egoísmo, falta de genero­
sidad en los que tienen estrechísima obligación
de atenderla, de educarla.
Dadme un padre que ame de veras a sus
hijos y yo os certifico que hará de ellos unos
ángeles. Se* han visto hombres desalmados
y descreídos, pero en a iy o corazón no habían
muerto los afectos de la naturaleza: y esos hom­
bres dieron una educación adimrable a sus
hijos, negándose a sí mismos, en sus predica­
ciones y ejemplos.
Y en este amor, que es la vida, la salvación
de los propios hijos, hemos de buscar también
la redención de los hijos de los demás.
*

* *
E l salvamento de la juventud vagabvmda,
abandonada, es por excelencia una empresa de
caridad. Sólo el amor, la sublime y desinteresada

caridad cristiana es capaz de reparar y poner
remedio a las ruinas y estragos que acumulan
el desamor, el egoísmo brutal y criminal aban­
dono de la actual sociedad descristianizada.
Ved a esos jovencitos callejeros, de pálida
tez y más o menos andrajoso Vestido, que cam­
pan por sus respetos en nuestras modernas
urbes, bebiendo el mortal veneno del vicio en
mil fuentes emponzoñadas, ayunos de toda
educación moral y religiosa, antes siendo ma­
teria propicia para cualquiera propaganda in­
fame. Hallaréis que son ramas desgajadas del
árbol de la familia, que se secan y pudren por
falta de savia vivificadora; son inexpertos paj arillos, escapados prematuramente del nido,
donde escaseaba el calor y el alimento; son
corazones aislados y errantes, que carecen del
amor de una madre cristiana, del apoyo de un
padre honrado y cariñoso, o porque los han
perdido o porque los han olvidado..... mucha­
chos que empiezan a ser malos, porque nadie
les ha enseñado a ser buenos.....
Los pobrecillos necesitan tanto como un
pedazo de pan una limosna de amor, de cariño,
de instrucción: ¡perecen de hambre de corazón,
que es la más terrible y desastrosa de las hainbresl'Baáta un poquito de amor, una migaja de
verdadera caridad, para acallar esa hambre
devoradora. ¿Queréis verlo? Acercaos a uno de
esos rapazuelos, sucios, harapientos, a quien
la sociedad trata con más desdén que a muchos
animales (¡cuántos niños hay que podrían en­
vidiar a muchos peíritos! ); susurrad en su oído
una palabra de afecto, una pregunta de in­
terés..... al punto echaréis de ver cómo ese co­
razón se esponja y ensancha: veréis disiparse
la tristeza de su semblante; dibujarse una son­
risa en su cara e iluminarse con un rayo de
felicidad, semejando una flor que exhíüa su
perfume y descubre sus bellos, colores a los pri­
meros besos de un sol madrugador.
Muy roto, estragado y empedernido ha de
andar un corazón, para que se muestre sordo
e insensible a las suaves acometidas del amor,
de la caridad. Hombres han sido vistos de tor\'0
aspecto y negra conciencia, agobiados bajo el
peso de atroces crímenes, 'enternecerse como
blanda cera y derretirse en lágrimas, ante una
muestra de sincero afecto, al escuchar una pa­
labra de cariño. ¡Cuánto más han de rendirse
y entregarse esas almas jóvenes, esas almas

— lOI —
oiñas, a los irresistibles hechizos y formidables
asaltos de la cristiana caridad!
Y cuando hayáis logrado entrada franca en
tales corazones, y a podréis verter en ellos a
manos llenas el bálsamo maravilloso de las
didnas enseñanzas, que cicatrizarán todas
sus heridas y trocarán todos sus pensamientos
Y el jovencito así conquistado, comenzará a
n\'ir una vida nueva.
Tal fué el arte que empleó nuestro Venerable
Padre Don Bosco, para arrancar del peligro a
un infinito número de jovenzuelos. E l buen
Sacerdote, guiado por una caridad heroica, iba
a reclutar sus amigos en las calles y plazas de
la ciudad, tomándolos del medio del arroyo:
tendía una mano al desamparado, enjugaba las
lágrimas del huerfanito, y compartía con ellos
su pan, su casa y hasta el amor de su madre.
Y los muchachos, atraídos por tanta afabilidad
y subyugados por su dulzura, .se entregaban
a discreción, poníanse en sus manos y se deja­
ban conducir sin resistencia por las sendas del
bien, del deber y de la honradez.
¡Oh! ¿quién es capaz de decir lo que era
nuestro Venerable Padre en medio de los niños?
El era su guía, su maestro, su padre: una sola
palabra, una mirada de ese buen Padre, bas­
taba para llenar de dompunción al culpable o
tranquilizar al atribulado; a él acudían los jó­
venes en sus dudas y abrían de par en par las
conciencias... y como en otro tiempo las turbas
seguían embelesadas a nuestro divino Salvador,
por caminos y despoljlados, así más de una vez
se vieron correr en pós del santo sacerdote
bandadas de jovencitos, que se olvidaban hasta
de comer y descansar, cop ta l de poder confiarle
los secretos de su alma y escuchar de sus labios
una palabra de aliento o un consejo saludable.
He aquí un dechado en que pueden poner
los, ojos cauntos sienten arder en su pecho la
llama del celo y caridad en favor de la juventud
abandonada y desvalida; he aquí un modelo
que proponemos principalmente a la imitación
de nuestros Cooperadores y amigos.
No es posible que un hijo de Don Bosco, un
colaborador de su Obra, permanezca frío e in­
diferente ante esos pobres niños, desechados
por la familia y la sociedad; sino que el espectá­
culo de su miseria material y moral le sacudirá
fuertemente todas las fibras del corazón, y se
sentirá hondamente mo\*ido a piedad y com­
pasión. Mas quisiéramos que ésta se «extendiese
* algo más que a echar la mano al bolsillo y alar­
gar al pobre niño ima moneda: es este un ex­
pediente demasiado cómodo y poco eficaz para
ri caso; las sangrantes heridas de esas tiernas
almas no se remedian con im mendrugo de pan:
es preciso a^ o más para dejarlas socorridas;
y eso es lo que veremos en otro artículo.

Voces de gratitud
En el Osservatore Romano de 15 de febrero
último encontramos una conmovedora cartita,
toda candor, ingenuidad y sencillez, con'que
los pobrecillos niños del Oratorio Festivo Sale-,
siano de Viena, manifestaban al Papa su v iv í­
sima gratitud por la tierna y maternal solicitud,
con que les ha socorrido, recomendándoles a
la caridad del orbe católico.
Para alcanzar todo el valor sign'ificati\’o de
este sencillísimo documento, hay que conocer
de cerca la tristísima situación en que se han
hallado esas criaturas. Mucho dijo Su Santidad
en la sensacional Encíclica: pero la gravedad
del documento pontificio no descendía a ciertos
pormenores, que atenacean el corazón. A me­
diados de' febrero tuvimos ocasión de hablar
con dos jóvenes escolares salesianos, proce­
dentes de Viena, de paso para el Teologado.
Por ellos supimos noticias de los padecimientos
de aquella infortunada nación, que traspasaban
al alma: privaciones, hambre, frío..... Precios
fabulosos de las cosas más ordinarias, y usuales
y necesarias.....
Y bien se les parecía por el semblante que
era mucha verdad lo que decían; pues lo traían
flaco y descolorido en extremo. Pero donde las
lágrimas no podían contenerse era cuando pin­
taban la miserable suerte de los niños, princi­
palmente de los que más frecuentan nuestros
Oratorios, que suelen ser los que menos pan y
calor tienen en sus casas.....« Vienen los pobrecitos por la mañana, contaban nuestros in­
formadores, y se quedan quietos, parados y
cabizbajos en los rincones y paredes del patio.
Invitados a jugar, no se mueven; al preguntarles
si han comido, no contestan; ... si se les apura,
el interpelado dice que sí, que su madre le
dió ayer al mediodía una racioncita de pan.....
— ¿Y por la noche? — Mamá dijo que no tenía
nada que darme y me mandó a dormir... Y así,
apenas clarea el día, se escapan de casa, y se
arrastran hasta el Oratorio, donde esperan en­
contrar alguna cosilla, que nos proporciona lU
Misión Norte-americana de socorros. E sta por
un marco, da sopa y cacao a los niños. ^;Y el
vestido? (Qué coippasión! Rotos, andrajosos,
envueltos los pobres chicos en la guerrera o ca­
pote desechados de los solda(k>s. Se ven muchos
con ios pies descalzos...».
No queremos continuar: lo dicho basta para
darse cuenta de la a la r ía y gratitud inmensa
con que esas inocentes, cuanto desdichadas cria­
turas, recibirían la noticia de los esfuerzos que
ha hecho el Papa para aliviar su suerte. Esta
gratitud les puso la pluma en sus temblorosas
maní tas y les hizo escribir el siguiente mensaje,

102

que traducido literalmentede su original alemán,
sin quitarle ni añadirle ni una coma, dice así:
Amadísimo Padre Santo:
Nosotros, niños de Viena, le escribimos esta
carta. Le hacemos saber que le queremos mucho,
mucho, y que muy a menudo rezamos por V.
Usted, Padre Santo, es muy bueno. Nuestros Su­
periores nos han contado que V. nos ama tanto,
como Jesús amaba a los niños. Usted, Padre
Sanio, ha socorrido a nuestros queridos padres,
cuando estaban prisioneros y les ha mandado de
comer. Usted nos ha recomendado a los países,
donde no padecen hambre. Por esto proponemos
ser buenos y diligentes, rezar mucho y bien, y
mostrarnos dóciles y obedientes a nuestros Supe­
riores. Seremos asiduos al Oratorio y haremos
iodo lo que nos digan los Superiores, y cuando
seremos mayores, le estaremos siempre muy agra­
decidos y seremos siempre buenos, para darle
gusto a Usted.
Amadísimo Padre Santo: nosotros le decimos:
Vergelts Gott! {Que Dios le recompense!) y le
deseamos mucha sahtd y felicidad. Nuestros pa­
dres hacen lo mismo. Rogamos al Padre Santo de
Roma, que no se olvide de los pobres niños de
Viena. Le enviamos muchos saludos y le supli­
camos que «os bendiga a nosotros y a nuestros
padres.
Nosotros, niños del Oratorio Salesiano de Viena.
21 de enero de 1920.
Wien III. Hagenmullerg. 43.,
« Siguen ochocientas veinte firmas, comenta
el referido periódico, las cuales, al paso que
representan ochocientos veinte corazones, hen­
chidos de afectuoso reconocimiento al Vicario
de Jesucristo, son también una prueba del fioreciente desarrollo que la Obra educadora de
los Hijos de Don Bosco, ha alcanzado en la
Capital de la República austriaca ».

Importantísimo.
B todos los Centros de Sres. Coopera"
dores, Bxalumnos y Bxalumnas, se reco~
mienda encarecidamente, que a l paso que
se unen particularm ente y en espírtiu a
nuestros próximos Congresos, enofen y
hagan ¡legar a ellas su adhesión respectioa por correo o telégrafo. Tales adhe­
siones se harón constar luego en las
actas de los Congresos.



U n a C a r ia edifican te.
E l Comité Central de Señoras Cooperadoras
de Tuxín, ha recibido del Comité de Santiago
de Chile, la sigmente carta que reproducimos
aquí muy gustosos, porque las noticias que
contiene, a m ^ de ser consoladoras de suyo,
pueden resultar también edificantes y estimular
a la imitación.
Santiago de Chile, 15 de octubre 1919.

Muy distinguidas Señoras: Recibin os oportu­
namente su atentísima carta del 15 de febrero
últiino, en la que Vdes. elogian encarecidamente
la labor y trabajos de este Comité local.
A la verdad, si algo hemos hecho, siempre nos
parecerá poco, sí lo comparamos con las grandes
obras y empresas que Uevan a cabo los abnegados
hijos de Don Bosco y de María Auxiliadora.
De la carta de Vdes. se dió cuenta a este Comité
en la sesión del 24 de agosto p. p. y todas unidas
correspondemos con la más viva gratitud al deli­
cado recuerdo que Vdes. han tenido para esta
modesta sección de la falange mundial de Ccop^
radoras Salesianas, a quienes une un mismo sen­
timiento de amor y caridad.
Accediendo a los deseos n anifestados por Vdes,,
les damos aquí una breve reseña de las obras a
que hemos puesto mano y dado cima desde nuestra
fundación.
El año 1906, hallándose en ruinas el edificio
de los « Talleres de la Gratitud Nacional » de esta
ciudad de Santiago, varias señoras de la misma
acordaron constituirse en Junta o Comité par.!
reunir fondos y emprender la reconstrucción dd
citado Colegio desde sus cimientos.
Nuestra primera reimión tuvo efecto el día
17 de julio de 1906, siendo presidida por el limo
Sr. Dr. Don Ramón Angel Jara, Obispo de Ancud,
de venerada e imperecedera memoria.
En agosto del mismo año fue azotada nuestra
querida patria por un violento terremoto qu«
dejó desamparadas y sin abrigo a mües de fami­
lias. Inmediatamente los Salesianos, siguiendo las
tradiciones de su Fundador y Padre, abrieron
las puertas de su Casa y recogieron algún cen
tenar de niños, lo cual provocó im movimienio
entusiasta entre las Señoras para proporcionarles
camas, ropas, comestibles, etc.
Después de esto, obedeciendo al amor y devo
ción que profesamos a nuestra Madre la V ii^
Auxiliadora, nos propusimos estucar el extenor
de la iglesia, al paso que se colocaba im gran cuadm
de María Auxiliadora en el altar mayor, obseqow
y eterno recuerdo de ima de nuestras socias.
Continuamos recaudando fondos por medio df
bazares, actos públicos y colectas privadas par*
contribuir a la terminación del edificio y acotno-

Á

'k



103

damiento de los salones, dormitorios, escuelas,
etc. a la dotación de los talleres y a proveer a la
Casa de las cosas indispensables, habiendo que­
dado éstn, a juicio de todos, bastante bien provista
y arreglada.
Otra empresa en que hemos puesto manos y
tomado con empeño, siempre con el intento de
socorrer a los pobres niños abandonados, objeto
predilecto de la caritativa cooperación salesiana,
es la fundación de becas. La primera de ellas la
constituimos el año 1910; en ocasión del Cente­
nario de nuestra Independencia; asociándonos


Cotapos de Pereira; y últimamente la Sra. Elena
Erazo de Buzeta ha fundado con su dinero la sexta.
La suma que la Jimta ha empleado este año
en bene^cio de las obras que protege, asciende
a 40.078 (cuarenta mil setenta y ocho) pesos,
sin contar los donativos particulares, hechos
directamente por las señoras a los Padres.
Esta.s son en resumen las modestas obras y
trabajos realizados por este humilde Comité de
Cooperadoras Salesianas de Santiago de Chile;
pero unidas con Vdes, y las demás compañeras
esparcidas por el mundo nos proponemos seguir

P r « t« c t u » A p o s tó lic a d o l R ío N a g ro ( B ra s il) - U n a p o b la c ió n In dlg an a d a l rio A y a rl.

entonces al entusiasmo patrio le dimos el nombre
de * Beca del Centenario *.
El año 1911 fundamos la segtmda bajo el título
de - La Purísima ».
En 1913, para celebrar las Bodas de Plata de
la Obra Salesiana en Chile, constituimos una
tercera beca, dedicada al « Vble. Juan Bosco ».
Las fiestas Ontenarias de María Auxüiadora
y jubilares del Rmo. Don Pablo Alfiera, serán
perpetuamente conmemoradas por la cuarta beca,
dedicada a • María Auxihadora ».
Además de éstas, que se fundaron por inicia­
tiva y común concurso de toda la Junta, ha esta­
je a d o otra por su cuenta la Señora Da. Carmela

trabajando con redoblados bríos para ayudar a
los Hijos de Don Bosco en la magna em|)resa de
salvar a la juventud.
Al Señor y a María Auxiliadora Patrona e inspi­
radora de todas estas obras, pedimos que bendi­
gan nuestros comunes propósitos y esfuerzos y
nos den gracia y favor para seguir trabajando en
su santo servicio.
E delmira E. D e L e t e u e r .
E lv ir a Caldeso

de

E astman

Vice~Presidenla.
E len a G. H üidobro

Secretaria.

de

V aldes

DEJSÍUESTRAS MI5IOJ\lE5

RIO NEGRO (Brasil).
Excursiones Apóstollcas
a los afluentes del Rio Negro.
III.

A lo largo del Río Issana.
Entraba en mis planes proseguir la excursión
del alto XJaupés, y en el caso de que ésta se
frustrase, emprender la del Issana, que tenía
por más fácil. Así sucedió en efecto. Desde Bella
Vista escribí al carísimo Padre Balzola, pidién­
dole una remesa de regaluchos para los indios
y algunas cosillas para mi uso. Me trasladé
enseguida a San Felipe, donde hube de aguardar
quince días hasta que llegó la barca con su tri­
pulación.
E l rio Issan a y lo s indios B a n iu a s — L’a
prim era trip u lació n — U n g ra v e riesgo
— C a b r io la s y C atecism o .
Es el Issana uno de los más caudalosos ríos
que desaguan en e l . Negro, pues tiene sus
fuentes en Colombia a la banda de San Felipe.
Puebla sus orillas la numerosísima tribu de
los Baniuas, sin mezcla de ninguna otra. En
el primer trecho de su curso, compite con el Río
Negro, así por la anchura de su cauce, como
por la limpieza y transparencia de sus aguas?
y los terrenos que atraviesa, el linaje de casas
que se ven en las riberas y las costumbres de
los habitantes, no le hacen en nada inferior a
su rival y aiiu podría dudarse sobre quién tri­
buta a quien.
Todas esas ventajas parece que debían ser
parte para que mi viaje marchase muy viento
en popa: pero la realidad fué muy otra.
Primeramente hube de partir solo, sin un
compañero con quien departir y compartir las
buenas o malas aventuras del viaje. Mediaba
el día 14 de octubre, cuando comenzaron su oficio
los remos, manejados por siete robustos mozos
BanÍMos, de dilatadas espaldas y pecho y ner­
vudos brazos, que constituían la tripulación.

Estos debían llevarme hasta Sta. Amj, y que­
darse allí, pues eran naturales de ese lugar.
Desde aquel punto, érame preciso para conti­
nuar el viaje, cambiar de tripulación cada dos
o tres días.
Pronto eché de ver la diferencia que mediaba
entre los usos y costumbres de los indios del
Issana y los del Cayarí, de quienes hablé en mi
carta anterior. Eos Baniuas, si bien van descal­
zos, visten bragas y chaqueta, y de ellos hay
que llevan su lujo hasta traer .camisa. Además,
dales un aire de gallarda gentileza su negra,
espesa, limpia y bien tratada cabellera. Y o veía
a mis remeros, entre bogada y bogada, aliñarse
los cabellos ante un espejillo que se sacaban del
seno, teniendo tan a mano además el barato y
cómodo tocador de las aguas, en cuyo terso
cristal de continuo se miraban. Mi prolongada
espera en San Felipe, habíame dado lugar de
adoctrinarlos una y más veces: y ellos quedaron
tan amigos y aficionados de mi persona, que
no me dieron ningún disgusto durante todo el
viaje, antes se mostraron en extremo respe­
tuosos y dóciles a mis órdenes y deseos.
Estos mozos iban muy decidores, alegres y
expansivos: tornaban a su lugar con el fruto
de varios meses de trabajo, trocado en prendas
de vestir y otras provisiones de primera nece­
sidad, sin que faltasen entre ellas, según sospe­
cho, objetos de tocador y perfumería. !^te
barniz y máscara de civilización es común a
todo el territorio de Río Negro. Departían entre
sí en su cerrado e indescifrable idioma Baniua,
mas también cruzaban gustosos conmigo una
que otra palabra en Nhengatú.
Era ya noche cerrada cuando detuvimos la
marcha e hicimos alto; y sin saltar a tierra, nos
acomodamos a esperar el día en la misma barca.
Así que despuntó la aurora, acudieron de nuevo
los brazos a los remos, y proseguimos el \’iajé
río arriba, y serían cosa de las siete cuando arri­
bamos a la primera casa de Uaratní, donde ce­
lebré misa.
Vuelto con toda priesa al esquife, a poco
andar sobrevino un temporal, y una ráfaga de
\nento echó al agua toda la provisión de cecina
que llevaba conmigo, la cual había puesto a



105

secar fuera del toldo. Resultaron vanas las di­
ligencias que puse en tornarlas á pescar.
Mejoró el tiempo y echamos a andar de nuevo
hasta Juacaná, frente a Cnhaiá (día 15). De
allí pasamos a Camarao y Teyii (día 16), después
a Maiiriaú (día 17) y Paxiuba, en la desembo­
cadura del Piraiaura (día 18).
E l día 19, recibimos la visita del capitán An­
tonio Gabriel, que tiene su morada en M itw a,
en la confluencia del Rio Castaño.
Por fin el día 20 llegamos a'Sania Ana', cuyos
habitantes nos dispensaron un solemne y cari­
ñoso recibimiento.
Mas aquí me aguardaba un trance poco agra­
dable. Habiendo despedido a los remadores,
que volaron a sus hogares, me quedé solo en
la barca, donde me acomodé conío pude para
descansar de las fatigas del día, Mas a eso de
media noche me despertó un murmullo de
aguas, como de un vecino arro5melo, al paso
que me invadía los huesos un frescor desacos­
tumbrado: me alcé para averiguar qué novedad
era aquella y me encontré... rodeado de agua
por todas partes: la canoa se hundía a popa.
Gracias que el río no era muy hondo en aquel
punto, y la sumersión no fué total ni repentina,
pues de lo contrario la hamaca me hubiera
servido de sudario y el toldo de sepultura.
Salté enseguida de la red, salgo del toldo y
gano la orilla braceando. Desarropado y chor­
reando agua tal como salí del naufragio, di
voces pidiendo socorro a las cabañas más cer­
canas, a fin de acudir al salvamento de la
barca.
Vino el auxilio más abundante de lo que de
desear fuera, pues que aquellos buenos hombres,
comenzaron a su vez a desgargantarse a puros
gritos para llamar a los de otras casas más le­
janas: y la gente que presurosa de todas partes
acudía, se juntaba y añadía a los primeros en
vocear y atronar los aires con sus clamores.
Sucedíame a mi entonces algo parecido a lo
que, según Manzoni nos describe, le acaeció al
bueno de Don Abbondio, cuando el poco a\isado sacristán, con los calzones bajo el brazo,
corrió a tocar las campanas a rebato, en vez
de acudir a casa del cura y ayudarle a repeler a
los intrusos. ¡El caso es que me encontraba y
me encontraron hecho poco menos que un indio
en medio de los indios!
A l cabo de. una hora logramos sacar del agua
bultos, cajas y maletas y poner nuevamente a
flote el peligrante esquife.
E l abrigo de una estancia y el calor de un
buen fuego, a donde me acogí, junto con una
hainaf^a y una canúsona, que caritativamente
me proporcionaron, diéronme notable alivio.
Gradas a Dios, el altar portátil estaba en salvo,
porque en el mismo punto que llegué, tuve el



feliz pensamiento de trasladarlo a una casa
privada. Celebré, pues, misa .a las ocho, con la
asistenda de toda la pobladón Santaneca, en
cuya compañía hube de pasar dos días, mientras
mis trapillos se secaban al soL.IvOS que mayor­
mente pagaron el pato fueron los donecillos
que para los indios me traía: de ellos del to<lo
se malograron, como las cerillas y estampas;
de ellos quedaron notablemente deteriorados,
como la sal, tabaco, jabón, azúcar, medicinas,
espejillos, etc. e igual suerte corrieron mis
pobres libros y cuadernos. Por lo que toca a mi
persona, saqué de la aventura un resfriado en

P r« f. A p o s t d * aro N « g ro (Brastt) • In dio Plrat^ puyo.

los bronquios, que me ha dejado tristes recuer­
dos.
Esos dos días aproveché para catequizar y
administrar el bautismo a los que hallé sufi­
cientemente preparados. Los muchachos sobre
todo no se apartaban ni un punto de mi lado:
adiestrábalos por largas horas en ejercicios
gimnásticos, que resultaban de agradabilísimo
solaz y esparcimiénto a los chicos, y de curioso
espectáculo a los mayores. De tales diversiones
me serv’í en p e la n te con muy excelente resul­
tado , para reunir a la gente en las plazas de­
lante de las malocas, y dar comienzo a la doc­
trina.
E s Sania Ana lugar muy a propósito para
centro de misión, por lo que de acuerdo con el
Tuchaua (jefe) he escogido ya en él y señalado
el solar para la capilla.

— io6 —
Is la 4 e « M a ñ a A u x ilia d o r a » -i- T r e s p a so s
p e lig ro so s — « T u nu h í » — H u id a de la
trip u lació n — U n a sem ana a tr a v é s de
una región in h o sp ita laria — E l esp ectro
del h a m b r e ,— D e nuevo entre indios
en e sta d o p rim itiv o — E l « purú-purú »
enferm ed ad co n ta g io sa de la p iel — E n
Jandü: e x p lica cio n e s del T u c h a u a L u is
— U n a fiesta.
Puestos nuevamente en viaje, pasamos el
23 por Carmen y metiéndonos por el afluente
Ecuarí, lucimos una visita a la familia de An­
tonio. Allí encontré a una de sus hijas, chiquilla
de I I años, a quien habla bautizado el pasado
enero en San Felipe, que llevaba todavía al
cuello la medalla y conservaba un borroso
recuerdo de la señal de la cruz, que en tal oca­
sión le babía enseñado.
A l siguiente día, 24, llegamos a una islita
sin nombre: y a la que, por ser tal día, puse el
de María Auxiliadora. H abita en ella la fa­
milia de Joaquín, que tenía un hijo enfermo
de bastante cuidado, a causa de un constipado
desatendido.
De allí fuimos a Pariomoni-igarapé, donde
mora Eduardo, en cuya casa hicimos noche:
pasando luego por Cabezudo, en la desemboca­
dura del Umaca-igarapé, día 25, llegamos a la
vivienda de Hilario y Fráncisco, a orillas del
mismo riachuelo; de allí pasamos a Acoti-acanga,
habitación de Victorino, hasta Tatú-pereira,
donde tiene la suya Andrés Velloso.
Kn el trayecto del Issaua, que acabo descri­
bir, encuéntranse tres pasos de harto peligro
en el período de rebajamiento de las aguas, que
se llaman Corrientes de Talú-pereira. Nosotros
atravesamos el primero sin novedad alguna:
mas no así el segundo, donde' corrimos graves
riesgos, por falta de brazos bastante robustos,
para vencer la fuerza del agua. Fué preciso
arrastrar la barca con cuerdas para remontar
una pendiente rocosa, y dar en igual forma
un largo rodeo a fin de evitar una cascada de
tres metros de altura. Apercibíme para cual­
quier contingencia, aligerándome de ropas y
poniéndome de pie, fuera del toldo, a punto de
ecliarme de la barca por el lado derecho, dado
caso que la viese acostarse por el izquierdo.
Mis siete valientes mozos Baniuas, sobrepu­
jándose a sí mismos, vencieron la corriente a
fuerza de brazos, y así salimos con felicidad del
arriesgado y desastroso trance (día 2$).
Tocando muy a la ligera los poblados de
Santiago y San José de Tapira, luego un ter­
cero en Piracapú-igarapé y por último la casa
de Cándido en d/urjítrntí, a media tarde llegamos
Tuf$tt/jí es una aldea o villorrio bastante bie’n

dispuesto, con tres calles cortas pero anchas,
limpias y bien tenidas. Su posición es también
muy hermosa; hállase situado en lo alto de una
colina y llégase a él por un abrupto sendero,
abierto entre peñascos. ¡A fe, que es preciso
sudarla aquella altural Por el lado del río el
montecillo apareece cortado a pico; y desde
arriba se oye sin cesar el horrísono estruendo
de la cascada, que es la desesperación de los
navegantes del río Issana.
Hallé que el tuchaua Alvaro, había ido a par­
ticipar en un Ducuhuri, al que había sido con­
vidado por unos parientes de Santarem. Su
hija mayor, llamada Cordotina, hízome pre­
parar alojamiento en una de sus chozas' de paja
deshabitadas.
Cuando el capitán Alvaro estuvo de vuelta,
no me costó mucho trabajo persuadirle y acor­
darme con él de que Tunuhí fuese escogido
como centro de la evangelización del Issana
Alto, concertando de paso la edificación de una
iglesia en aquella altura. Ese día y el que le
siguió tuve el consuelo de ver acudir un buen
golpe de gente a la misa de la mañana y al
rosario de la tarde.
E l 31 me salí para Santarem, donde hallé a
la mujer del tuchaua, capitán Marcelino Cordeiro, enferma de reuma, a quien procuré con­
solar y aliviar del mejor modo que sabía.
A l siguiente día, primero de, noviembre, me
encaminé a la choza de Feliciano, a la desemcocadura del Cuyari. Allí me obsequiaron con
un beijú (papas de flor de harina de mandioca),
el mejor , que he comido en toda la región de
Río Negro. Pronto hube de arrepentirme.de no
haber hecho provisión y repuesto de él: ense­
guida diré el porqué.
Puestas otra vez las manos a los remos, lle­
gamos a una cabaña, de cuyo dueño pude al­
canzar me cediese a sus tres hijos mozos y otro
que consigo tenía, para remar.
A l otro día no encontramos más que una
choza desierta, hasta que siendo y a muy en­
trada la noche, llegamos a la cabaña del nejo
Joaquín.
Aquí me sorprendió otro inesperado caso.
Mis cuatro remadores indios, muy de madru­
gada, metiéronse en una canoa del n e jo y se
tornaron presurosos a su casa sin pedirme li­
cencia ni decirme adiós. Para continuar el viaje
no me quedó más remedio que aceptar los servncios de Joaquín, su hija y yerno, hasta hallar
quien ocupase su puesto. Quiso el Señor que al
cabo de dos días encontrásemos en nuestro
camino a Hilario, baniua colombiano, que ba­
jaba acompañado de toda su familia.
Siguiéronse a esto siete días de camino a
través de parajes desiertos y desolados de todo
todo punto. Ni una cabaña, ni una choza mise-

— 107 —
sable topamos, ni rastro de vida humana. Ni
un silbido, -ni un gorjeo de pájaros alegran la
soledad de los aires. Tan sólo el destemplado
graznar de las ranas rompe el sepulcral silencio
de aquella muerta naturaleza. Es una llanura
arenosa, árida y desnuda de vegetación: hasta
el mismo río, cuyas aguas se están quietas y
estancadas, parece haber perdido la vida con
el movimiento. E n medio de tanta desolación
era mi único refrigerio la Santa Misa, que todas
las mañanas, al rayar del alba, celebraba sobre
el tronco de algún árbol. Mas como si aún de
esta dicha me quisiesb privar aquel riguroso y
despiadado cielo, dos veces me obligaron a
interrumpir el sagrado rito amagos de tempo­
ral, a los que en efecto se siguió una deshecha
lluvia.
Pero no acabaron ahí nuestras desventuras,
sino que a ellas vino a juntarse el espectro
espantoso del hambre, porque la bolacha (una
especie de galleta) que a prevención traía,
habíaseme alterado y corrompido, después que
se había enmohecido a consecuencia del baño
imprevisto y desgraciado de Sania Ana. Por
otra parte el beijú estaba acabado hacía días.
De nada me sirvió haber dado al buen viejo
Joaquín algunos anzuelos como paga antici­
pada de sus servicios; porque ix)r más que los
echó al agua, no parecieron trazas de peces por
aquellos parajes, para hacer más sin remedio
nuestro situación desastrosa. Desde la boca del
Cuyarí, que dejamos el día 2, hasta la del Ayarí,
a donde llegaínos el 9, no pudimos encontrar
cosa que llevar a la boca. No nos quedaban sino
unos puñaditos de harina de mandioca. A ella
me acogí, como a único y liltimo recurso y tabla
de salvación, tomándola bajo la forma de chibé
en compañía de mis pobres remeros, para quie­
nes no es nueva esta vida tan frugal y mise­
rable. Mas lo cierto es que el chibé no alimenta
ni da fuerzas, sino que solo sirve de dilatar el
estómago y engañar el hambre.
El 9, llegamos, como Dios quiso, a la desem­
bocadura del Cayarí, donde en una choza cu­
bierta de ramaje, hallamos la familia de un
trabajador. A trueque de algunas cuentas de
cristal de color, que los indios aprecian mucho
para sus coUares y lujos, logré rae vendiesen
un pescado frito, que nos repartimos fraternal­
mente entre todos los mordidos del hambre.
Son Cuyari y el Ayari dos afluentes del Issana,
con buenas y feraces tierras, y por tanto, muy
pobladas. No sé cuándo llegará el tiempo de
visitar esas gentes.
El día 10, yendo río arriba, nos salió al en­
cuentro el capitán Chico, tuchaua del Pachi,
maloca adonde llegamos a mediodía.
A partir desde este punto hasta las fuentes
del Issana, éntrase de nuevo en cerrada civili­

zación indígena con sus malocas, fiestas y eostimbres primitivas, como en el Cayarí. Tienen
estos dos ríos sus cursos casi paralelos, y únelos
transversalmente el Ayari. Y en el vastísimo
territorio que entre ellos se encierra, viven núUares de indígenas en el mismo estado salvaje
e inculto, qué tenían en tiempo de Colón y
Cabral. ¡Para ellos han pasado en balde cuatro
largos siglos!
Es de notar con todo una diferencia entre
los indios del Cayarí y los del Issana. Eos pri-

P r tf. Ap. de R(o Negro (BraslO - Indiecito Tucano del rio T1qul4.

meros preséutanse sanos y limpios de enferme­
dades en sus vigorosos torsos. De los otros en
cambio vense muchos con la piel cubierta de
manchas, arrugas y ampollas, como si hubiesen
sido escaldados. Pero, )ay del viajero que se
atrevisese a hacer burlas o afearles y echarles
en cara ese defecto! Algunos se han vengado
de stis huéspedes burladores o maldicientes,
echándoles una gota de su inficionada' sangre
en los manjares, e inoculándoles por tal modo la
enfermedad del purú-purú, que ellos padecían.
E l viajero prudente y avisado, rodéase de todos
las cautelas y diligencias necesarias para evitar

io8 —
cualquier contacto coa ellos, poniendo, al propio
tiempo un sello a sus labios y sordina a sus
burlas y haciéndose como el que nada ve y
nada sabe.
La mañana del día i i , después de la misa,
mo embarqué con rumbo a Jandú-cachoeira,
acompañado en otras varias canoas por las
familias de la maloca de Chico, que marchaban
a una gran fiesta del Jmuparí, a un lugar dis­
tante dos jornadas. Al atardecer llegamos al
pie de la gran cascada del Jandú. Todos echa­
ron pie a tierra, menos yo, que me quedé en la
canoa para pasar la noche; pero ni ésta, ni la
siguiente noche, que pasé al otro lado de la cas­
cada, pude pegar el ojo, pues el estruendo en­
sordecedor de las aguas, el b a la n c e continuo del
esquife y el temor de que éste a la hora menos
pensada; rompiendo sus débiles amarras, fuese
arrastrado por la vertiginosa corrente, y me
llevase a una muerte segura, no me daban punto
de reposo.
Un Jamiú tuve una cordial acogida por parte
liel capitán Luis, que habla un-lenguaje mestizo
compuesto de baniua, ñengatú, castellano y
portugués. Celebré misa apenas salté a tierra:
y después del Evangelio según mi costumbre,
enderecé una breve plática a la agreste concu­
rrencia, y díjeles al fin que el iuchaua Luis les
declararía en su lengua mis palabras. Así que
yo hube terminado mi plática, comenzó la suya
mi improvisado intérprete, que duró tanto
como la misa. Interrumpíanle los oyentes a
cada paso con preguntas, a las que el buen
licmibre, daba al punto larga y cumplida res­
puesta. Sólo Dios sabe lo que el uno dijo y lo
que los otros sacaron del rústico sermón baniua.
Me fué preciso detenerme allí cuatro días
para dar lugar a los indios de la comarca de
acudir a mi llamada: los aproveché para pre­
parar a algunos catecúmenos al bautismo. Y
puesto que en ese espacio de tiempo tuvieron
un solemne Ducubtiri, que duró sus dos días
bien enteros, por no dar estorbo ni recibirlo,
me estuve retirado y solo en una choza de paja.
L o s in dios piden a l m isio n ero — V ia je
de v u e lta — B a ja d a p e lig ro sa — Sin
m isa — N au frag io inm inente — D o s días
en cam a — L a P a s c u a en S an G a b riel
— E n M anaus — H a c ia .e l A lto U a p és.
Estando en Jandú recibí una diputación de
indios de Jurupari-cachocira, que venían a
rogarme fuera con ellos a su lugar, donde mu­
chos mé esperaban. Sabe Dios cuán doloroso
fué para mi el no que hube de dar a una demanda
tati justa y puesta en razón, pero lo cierto es
que m e era imposible de todo punto compla­
cerles, pues carecía de lo más preciso e indis­

pensable para mí y para ellos, sin poder dejar
tampoco de cumplir los compromisos anterior­
mente contraídos con los indígenas de varios
parajes, que debían reunirse en fechas y puntos
de antemano convenidos, para administrar
bautizos.
Finalmente el 17 de diciembre por la mañana,
fué Uevada mi canoa a la parte de acá de la cas­
cada, salva y entera, a despecho de los formi­
dables golpes que la arremolinada e impetuosa
corriente hacía dar al frágil leño contra las
rocas, al zarandearla entre sus revueltas ondas.
En ella iban todos mis bagajes. Y o bajé e pie
en compañía de mis amigos, saltando de piedra
en piedra. Llegábamos y a al fin del peligroso
paso, cuando, a pesar de todas mis precauciones
y diligencias, se me fué un pie, de modo que al
posarlo en tierra sentí crujir los huesos de la
rodilla derecha, dándome en ella un repentino
y agudísimo dolor. Temí por 16 pronto que se
tratase de una disloción, mas por el libre
juego de la juntura, advertí enseguida que no
era sino una simple torcedura: pero el dolor
me quitaba el sentido. Mostré la parte dañada
a Luis, quien no dió importancia a mi mal, y
así me dijo sonriendo:
— Padre, esto no es nada. En este mismo
sitio, se cayó un viajero, dió de cabeza contra
una piedra, se la abrió en dos mitades y quedó
muerto.
¿Qué había que decir a esto? Tenía razón el
hombre: después de todo, no tenía yo porqué
quejarme.
Alcancé cojeando mi barca y dispúseme a
anudar el viaje, poniéndome en manos de la
Providencia divina. Hinchóseme la pierna du­
rante la noche y a falta de otros mas indicados
remedios, eché mano del que me servía para
el estómago, es decir, de la harina de mandioca.
E l chibé frío (pasta cruda) servía de emplasto
frío y el mingan, pasta cocida, de emplasto ca­
liente a mi dolorida pierna.
Dije aún misa algunos días, excusando las
genuflexiones: pero luego me fué forzoso desistir
de ello, pues que debía ahorrar fuerzas para
los bautizos.
Pasamos en el Ayari el 18; en el Cuyari, el
20; y el 21 y 22 en Tunuhl, donde me aguar­
daba una copiosa muchedumbre. Tocamos
luego Humacá y Parumoní el 23 en la i Isla
de María Auxiliadora», Bcuari, el 24; y los días
26 y 27 los pasé en Santa Ana, donde hubo dos
reuniones.
La última reunión de indígenas llevóse a
efecto en Miiuca, con mucho lucimiento, gra­
cias a la eficaz cooperación y apoyo del capitán
Gabriel.
Pero a fuerza de estar en pie se me agravó
notablemente la hinchazón de la rodilla; por lo


que resolví retirarme a mi barquita y no poner
los pies afuera hasta llegar a S«n Felipe.
E¿e mismo día, esto es, el 28 de no\dembre
de 1917, y en el mismo paraje, donde el 15 de
octubre anterior me salteó el temporal que de
un resoplido me echó al agua la carne que tenía
puesta a secar, nos sorprendió la tormenta más
horrorosa que he pasado en mis viajes por estos
ríos. Atravesando e l Issana a poca distancia de
la desembocadura, nos vimos a pique de nau­
fragar. Y a el agua saltaba dentro de la barca;
y aunque nosotros no dábamos paz a los brazos
para desembarazarla de tan peligroso huésped,
ésta con todo se hundía por momentos. Aún
los indios, que dan muestras de jovialidad y no
domada braveza en los más desesperados trances,
comenzaban ahora a mostrar temor del nau­
fragio sobrestante, y acudían a todos los re­
cursos para evitarlo. Después de veinte minutos
de desesperada lucha y mortales congojas;
ganamos por fin la orilla y al abrigo de un re­
codo bajo unos árboles frondosos, nos -guare­
cimos como Dios quiso de la lluvia y el viento
que arreciaban con gran furia. Parecía que los
cielos se viniesen abajo... Mas... ¡velaba por
nosotros María Auxiliadora! ¡Ella nos salvó
la vida! Ahora, más que nunca, puedo y debo
decir que le pertenece por entero la míal...
Así que hubo pasado la borrasca y las reMieltas olas recobraron el sosiego, nos pusimos
nuevamente en marcha. L a una de la noche
sería cuando aportamos en San Felipe, siendo
muy cordialmente recibidos por los Sres. de
Garrido, nuestros leales amigos. E l buen an­
ciano Germán vino muy de mañana a darme
los buenos díaSj riñéndome paternalmente de
que me hubiese andado por esos mmidos., decía
él, en un día tan revuelto.
Estuve allí acostado dos días, aplicando varios
remedios a la rodilla. A l tercero dije misa, y
administré algunos bautismos.
Me despedí enseguida de la piadosa familia
y acompañado del Señor Francisco, salí para
>úK G ^riel adonde llegamos sin novedad al
cabo de dos días. Era el 5 de diciembre de
1917.
Aquí me esperaban con ansia los hermanos,
■i quienes habían llegado voces de mis trances
La pierna se puso buena, pero el estómago y
la salud no acababan de reponerse. Con todo
tenía proyectado, pasada la Semana Santa y
Pascua, acometer una nueva excursión por el
Alio Vlupés, mas el Señor desbarató mis planes.
El Juev’es Santo, z8 de marzo, después de la
oisa, hube de meterme en cama, permaneoendo acostado el Viernes y Sábado santo. No
pHde resignarme a pasar la Pascua éntre las sábanas; y así me levMité a celebrar de mañanita
y prediqué en la misa mayor; pero cuando me

109



disponía a recoger velas, me llamaron a la ca­
becera de un joven gravemente enfermo. Me
encaminé al punto hacia su casa, mas en el
camino sentí faltarme las fuerzas y hube de me­
terme en la primera casa que encontré abierta,
echándome en una hamaca porque desfallecía.
Rodeáronme al punto muchos amigos, que me
llevaron en peso a casa, después de prestarme
los primeros auxilios.
Cediendo a los ruegos y consejos de todos, me
embarqué cinco días después para Manaos.

P re f. A p o st. d s Rio N e g ro (B ra s il) • In dio B a n lu a d t l rio Issana.

Mons. José Joffily, Obispo de Amazonas, grande
amigo de ios Sales ianos, quiso hospedarme en
su palacio; y para imitar más puntualmente al
buen Samaritano, llevó su bondad hasta darme
por su propia mano las inyecciones de suero
antincurasténíco, que con otros remedios, me
había recetado el celosísimo médico, Dr. Jere­
mías Valv’erde, hermano del Obispo de Sta.
María (Río Grande del Sud).
E l tiempo de la conv'alecencia aprov'eché
para visitar a las Autoridades Eclesiásticas.
Civiles y Militares, Comunidades religiosas y
principales bienhechores, recabando nuevas y

— lio —
y mayores seguridades de protección y apoyo
para nuestra Misión.
Al cabo de dos meses tom é a San Gabriel
con salud y fuerzas bastantes para ponerme
de nuevo al trabajo y llevar a cabo los prepa­
rativos próximos para la excursión al Uaupés
Superior, que desde mucho tiempo atras venía
proyectando, y la cual emprendí tan pronto
como el carísimo Padre Bálzola estuvo de
vuelta de la misión, que realizó en la región in­
ferior de Río Negro.
Mons. L o r e n z o G i o r d a n o . . .
(Continuará).

K U A N -T U N G (China)

Nuestros Misioneros
en su campo de trabajo.
(Apuntes del Misionero Dr. Don Santos Garelli). (i).
II.
N och ebu ena — P e tició n de un catecúm eno
G en ero so d esin terés de lo s niños —
{ P a d r e , el Señor te p rotege! — E ntre
lo s cristia n o s de T o n - T o n — D e vu elta
a P e -S c io n — L a cristia n d a d de CiúnF úen n ecesita un p rotector — E n P eS cion .
L a tarde precedente a Nochebuena se empleó
toda entera en las confesiones: ninguno de los
que tenían la comunión dejó de preparar su
alma para la gran solemnidad de la noche. Los
buenos rapazuelos, con asombro mío, en pocos
minutos estuvieroh listos para el canto del
Avemaria (en chino, por supuesto) sobre una to­
nada popular, y«el Tantiim crgo, en canto gre­
goriano, tan puntualmente ejecutado, que no
había más que pedir. A fe, que el Padre Misio­
nero irancés que les había enseñado, había
sembrado en buen terreno;
La función de media noche resultó en ex­
tremo tierna y conmovedora, a lo que contri­
buían la devoción y recogimiento con que todos
aquellos fervorosos cristianos se llegaban a la
mesa eucarística y las oraciones y cantos de los
niños, cuyas dulces y delicadas \'oceciUas pe­
netraban hondamente en el corazón y levanta­
ban sublimes afectos.
Por unos momentos me sentí como enaje­
nado. trasportado en alas de la imaginación a
mi Oratorio de San José (2), entre mis bravos
(i) Véase la relación en el « Boletín » de m ano pasado.
{») Refiérese sin duda aquí el P. GarelU, al Oratorio
de San José de Turin que dingla cuando fue escogido
por los Superiores para capitanear una expedición de mi­
sioneros a la China.

jóvenes del « Círculo Obrero », los niños y sus
familias, reunidos todos la noche de Navidad
en la m ^ santa y cordial alegría. A todos lle­
vaba entonces dentro de mi corazón y los mi­
raba con el mi.smo afecto: los que veía allí pre­
sentes con los ojos del cuerpo y los que contem­
plaba lejos, muy lejos con los de la imaginación:
•a unos y otros abrazaba y confundía en un solo
amor y una oración sola.
E n un rincón de la Capilla se veía a un hombre
rodeado de sus cuatro hijos: los cinco miraban
con envidia cómo los cristianos iban y venían
del altar. Eran catecúmenes todavía. La vís­
pera ese buen hombre, que ama entrañable­
mente a sus cuatro pimpollos, vínome a encon­
trar y me suplicó muy humildemente: — ¡Padre,
hoy es'Nochebuena: bautízame!
Tal petición me maravilló, y así le dije:
— Pues, ¿cómo no te ha bautizado L u i Sen
fu (el P. Versiglia)?
— Porque no sabía aún la doctrina.
— y ahora ¿la sabes ya?
— Sí, un poco mejor.
E n efecto, leía en el catecismo con mucha.
facilidad y sin tropiezo, lo que en China es muy
de apreciar, si se atiende a que a cada palabra
corresponde un signo diferente: pero no había
podido aún aprendérselo de memoria. Mas, por
otra parte, no era ya un chiquillo.
De mil amores le hubiera otorgado entonces
mismo y sin más dilación lo que tan ardiente­
mente deseaba, para que tuviese la consolación
de renacer a la gracia el día que nos recuerda
el nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo,
autor de la gracia y salvador de los hombres
todos. Pero como medida de prudencia tuve
por mejor atenerme a lo que resolviera sobre
el cago el jefe de aquella cristiandad, quien fué
de parecer que era mejor esperar hasta Pascua
E l buen catecúmeno sosegó y dióse por satis­
fecho, de que su esperanza se trocase en una
formal promesa.
— jPor Pascua, decía el hombre con gran
resolución y viveza, seremos cristianos todos
los de la familia!
Por ta l arte, premiaba el Señor el fervor de
aquellos cristianos, arrimándoles nuevos y fer­
vientes catecúmenos.
E l viernes siguiente me fué forzoso aban­
donar Kon~kei, donde permanecí seis días,
constantemente encerrado en casa, por causa
de ima fría y enfadosa llovizna, que no cesaba
de caer. Estaba sentado a la mesa, tomando
la última refección antes de la partida y rodeado
de mis traWesos y bullidores rapazuelos, que
no me daban punto de reposo, empeñados en
hacerme comer a cuatro carrillos, si los tu\dera.
Uno me ofrecía una botella de vino chino,
que quema la garganta como el aguardiente,

— iir —
diciendo: — Padre ¿qmeres? Bebe, verás que
bueno es. Otro me presentaba una gallina estu­
fada, y repetía: — Padre ¿quieres? cómela:
está muy rica. E l de más allá venía con un par
de huevos, y me convidaba: — Padre ¿quieres?
tómalos: son muy buenos. Así, por este tenor,
iban haciéndome mil ofrecimentos; uno me
daba carne de buey, el otro, tocino: éste, dulces,
aquel, naranjas, y todos acompañando su don
con el consabido estribillo: — : Padre, ¿quieres?
¡tómalo, es muy bueno! A tanta bondad no
debía hacerme yo el malo, y así procuré conten­
tarlos a todos tomando un poquillo de cada
uno, y de este modo dejé también repuesto y
apercibido mi estómago para el largo camino
que iba a emprender.
De pronto, oigo una alegre vocecita, que
grita: — ¡Padre, el Señor te protege! mira,
¿ves? acaba de aparecer el sol. Así era en efecto:
im dorado ráyo de sol venía a saludarme en mi
aposento, después de ocho días que no aso­
maba en el cielo. — ¡No hay duda, exclamé, si
nosotros amamos Dios, Dios nos ama también
a nosotros!
Tales fueron los ñltimos momentos que pasé
en aquella cristiandad, que si bien no cuenta
todavía un centenar de fieles, deja entrever con
todo las más risueñas esperanzas. Tiene una
iglesia que no ha mucho se inauguró, expuesta
a todos los vientos e intemperies; hay también
casa para el misionero, pero donde la vida se
hace incomportable si no se la acomoda y arre­
gla pronto: pero, tales^desventajas nada valen
frente al fervor y santa vida de aquellos cris­
tianos, a quienes por fuerza el Señor habrá de
conceder la gracia de la expansión y crecimiento.
Pusímonos, pues, en camino, y a las tres de
la tarde llegamos a Ton-Ton. Parecía por lo
pronto, que nadie allí hubiese reparado en mi
llegada: pero la verdad era, que antes de venir
a saludarme, habían corrido a prepararme la
, comida.
Componen la cristiandad de Ton-Ton unos
sesenta fieles, que viven en su máyor parte
desparramados por los cortijos y casas de campo
que rodean a la población. E l mozo de la resi­
dencia avisó mi llegada de casa en casa y tuve
el placer de verles acudir presurosos a la mía
a casi todos. A trentidós de ellos confesé y di
la comunión en la Misa del domingo. Mas, harto
se echaba de ver que no estábamos en Kon-kei
y que esta cristiandad no era aquélla. También
los de aquí se daban cuenta de ello, y así me
decían: — Y a ve. Padre: vivamos muy dispersos
y alejados unos de otros: nos es imposible mu­
chas veces acudir cuando el Padre pasa por
aquí. Además, Padre, no tenemos doctrinero.
¡Tenían razón los pobredllos!
Cuando nuevas vocaciones vengan a aumen­

tar el ejército de misioneros en este campo salesiano de China; cuando el ardor y celo de
nuestros Cooperadores y Bienhechores logre
reunir los recursos necesarios para redimir a
estos .millones de almas, entonces podremos
establecer de asiento un misionero en Ton-Ton
con su catequista, entonces cada uno de estos
cristianos será una semilla caída en terreno
fecundo y toda este pintoresco vallecito se con­
vertirá en un delicioso jardín de Cristo-Jesüs.
Acabada la misa, salí de Ton-Ton y continué
mi viaje de vuelta.
— Padre, ¿quieres que te llevemos a hom­
bros sobre una silla? — me dijeron aquellas
agradecidas gentes.
— No; prefiero marchar a pie: gracias a Dios,
tengo buenas piernas.
Y es la verdad: soy buen andador. Por ven­
tura lo debo a una gracia del estado. Lo cierto
es que cuando estuve de vuelta a Pe-Scion, un
rato a pie y otro andando, como suele decirse,
había recorrido la friolera de ciento cuarenta
kilómetros. Las piernas, no lo niego, después
del viaje, me flaqueaban un poco y aún el cuerpo
todo no me lo sentía muj»^ entero y sí bastante
molido, pues al fin de cada jomada tenía que
dormir a la china, esto es, tendido sobre tres
malas tablas, cubiertas con una simple estera
de bambú. Pero lo que había perdido en fuerzas
habíalo ganado en vugor y aceros, y las penali­
dades sufridas quedábanme abundantemente
recompensadas por la alegría y consuelo que
bañaba mi alma, al pensar ,que mis pasos no
habían sido vanos ni sin fruto. Fuera de unos
doscientos bautismos, entre infantes y adultos,
en este viaje pude administrar una unción,'93
confesiones y l o i comuniones. Todos esos te­
soros de gracia de Dios, quizá no liabrían ba­
jado sobre las almas, de ro haber mediado las
modestas fatigas del mis'onero.
Este vúaje me ofreció además ocasión de ser
testigo y admirar de cerca el celo apostólico
que anima a los Padres de las Misiones Extran­
jeras de París, de quienes hemos heredado este
campo de trabajo; así como también la ferti­
lidad de este rinconcito de la viña del Señor,
pues que el origen ¡de la cristiandad á f Kon-kei
nq remonta más allá de los treinta años ni de
los veinte la de Ton-Ton.
Pero lo que mayormente llena de satisfacción
y consuelo al misionero que por primera vez
atraviesa estas comarcas, es la Cristiandad de
Ciún-Fúen. Tiene apenas ocho años de exis­
tencia y cautiva y embelesa con el candor, sen­
cillez y encantos de su infancia espiritual.
Allí el ifcion ero es recibido como un Padre por
esos cristianos senoUos, fervorosos y amables,
que no conocen más que un título de gloria,
esto es, ser y a unos setenta al de cabo de solos

II2



ocho años; a quienes no embarga y preocupa
brían nuevas y desconocidas bellezas de la viva
sino un vivísimo y ardiente deseo: el de con­ verdaderamente cristiana.
vertir a todo el pueblo, de unas mil almas, y
Y o no llegué sino ocho días después de esa
hacerlo enteramente cristiano.
fiesta: pero a tiempo todavía para probar y
El Señor no les puede negar esta gracia.
gustar de los regalos y presentes de Pascuas,
¿Y dónde aparecerá el noble y generoso co­ que en prenda de su amor y agradecimiento
razón, que escuche la voz del Señor y acate d ó­ habían hecho los fieles a los Padres Misioneros.
cilmente las inspiraciones que le infunda en
Cierto, en medio de los inevitables abrojos
favor de esta misión? Treinta mil francos no más y espinas de la vida, no le faltan al Misionero
bastarían para poner Iglesia y residencia y
de la China gozos y alegrías suavísimas.
constituir una dotación fija para el manteni­
miento de un Misionero estable. No creo que
III.
pueda darse a un capital colocación y émpleo
más ventajoso que éste: pues ¿quién podrá cal­
cular ni decir los réditos e intereses enormes de
Para que nuestros amables lectores se hagan
méritos y grados de gloria que obtendrá de su cargo y tengan noticia de las costumbres que
dinero el piadoso y caritativo donante, así en se estilan por acá, daremos a continuación la
vida, como después de su muerte, por las ora­ descripción un tanto particularizada de unas
ciones y sufragios que durante siglos y sin in­ bodas y funeral solemnes, que hubo en esta
terrupción alguna, aplicarán por él los fervo­ localidad y en los que, en fuerza de nuestro
rosos cristianos, presentes y venideros de esta ministerio, hubimos de inten^enir.
población?
E l primogénito de uno de los notables de
Por lo que a mi llegada oí contar, también esta cristiandad iba a casarse con una mucha­
en Pe-Scion debieron revestir solemnidad ex­ cha pagana., después de haber obtenido para
traordinaria las fiestas de Navidad. Para ello la necesaria dispensa. Lo singular del caso
aquella señalada fecha, había vuelto y a el P. es que el joven no habíá inter\"enido para nada
l'rigo, estudiante, hortelano y panadero, todo en negocio que tanto le importaba: sino que
de una i)ieza, que si tenía manos de oro para todo había sido tratado y Uevado a término
cultivar coles, las debe detener menos que de por su padre. Ni una vez tan siquiera pudo el
lüerro para hacer panes. Dígolo porque en cierta presunto esposo hablar o entrevistarse con la
ocasión, a los aparejos ordinarios de la mesa, mujer con quién debía unir indisolublemente
como son la cuchara, tenedór y cuchillo, fué me­ su suerte y convivir toda la vida: más aún,
nester añadir el martillo para poder partir el pan, cuando su padre le anunció oficialmente la
fabricado por nuestro flamante panadero. ¿Qué fecha señalada para la sólemiiidad de las bodas,
se le va hacer? ¡Gajes del oficio de misionero!
el muchacho desapareció del pueblo y no se
Juntamente con el P. Trigo llegó también el dejó ver por ninguna parte.
P. Guárona de su misión de Ton-Ton: con su
lié aquí lá razón del ocultamiento. A l joven
llegada recobraron los Padres de aqúí intérprete, chino le está rigurosamente vedado saber nada
predicador y confesor.
de bodas ni casamiento, hasta que le meten la
La función de Nochebuena fué un aconteci­ esposa en casa y se le ponen delante de los ojos
miento. En la amplia capilla de la misión se por vez primera. Claro está que esa ignorancia
reunió una apiñada mucliedumbrc de fieles, es un decir y que no hay tales carneros: pero
que la llenaban de cabo a cabo: hubo numero­ así debe aparecer a los ojos del .mundo, como'
sísimas comuniones, y on ta l ocasión, por pri­ quien nada sabe, por exigirlo así las leyes del
mera vez, se unieron y acordaron para rezar, pudor y la decencia: donde no, el mozo pierde
arruUaf y cantar villancicos al Niño Jesús las la cara, en expresión chinesca, es decir, pierde
dos lenguas, china e italiana; la del Vicario de el buen nombre y opinión de joven virtuoso y
Nuestro Señor Jesucristo y la de los últimos de limpias y honestas costumbres.
llamados al Reino de Dios; unión que sim­
Así es que nuestro novio, para substraerse
bolizaba a maravilla la fusión y comunión de a preguntas indiscretas e impertinentes, que
los más diversos y apartados pueblos eu una pusiesen en peligro su reputación, se eclipsó,
sola fe y un solo amor, a los pies del Divino sin dejarse ver ni siquiera en misa.
Infante, nacido en Belén.
Acabados los sagrados oficios, juntáronse eu L a solem n id ad nu p cial — B an q u etes —
R eg alo s — L le g a d a de la e s p o sa — R u ­
ágape fraternal todos los cristianos de la Misión.
b o r fingido.
No es para dicho el gozo y sincera alegría que
se traslucía en los semblantes de aquella gente,
Entretanto llegaba el día de la fiesta. Advir­
que eu la unión y afecto mutuo y en el trato tiéronnos su llegada los disparos de morteretes,
familiar, llano y cordial del Misionero, descu­ y músicas de dulzainas, platillos, tim bales.y

Bodas y funerales solemnes.



113

tambores. Notábase además por todo el pueblo
un desusado vaivén y trajín de gentes; y por
encima de las voces de alegría, bulla y algazara,
sobresalían los agudos y desesperados cWUidos
de los cochinos (salvo honor de las gentes hon­
radas), que eran degollados en medio de la calle.
En los banquetes de bodas no reparan los
chinos en gasto más o menos ni cuentan el nú­
mero de los convidados: esta vez sentáronse a la
mesa al pie de unas cuatrocientas personas, que
durante tres días pudieron comer, beber y ahi­
tarse, mientras hubo de qué. Eas bolsas de los
médicos y boticarios son las que celebran des­
pués las consecuencias de tan descomunales
comilonas.
Estábamos en la víspera: precedidos por un
grupo de tañedores de instrumentos antes
dichos, vimos llegar a lo largo de un sendero y
en interminable fila los regalos hechos a la
novia, consistente en muebles y otros enseres
de casa: al cabo dentro de una silla de manos,
muy adornada y peripuesta de ñores y bien
cerrada por los cautro costados, venía la novia
en persona.
Así que ésta llegó frente a la casa del esposo,
paró la comitiva. Los chiquillos se abalanzaron
al punto en tom o de la silla con grande alga­
zara, metiendo los ojuelos por todos los resqui­
cios y hendiduras. Nadie trato de aventarles ni
irles a la mano, y así pudieron curiosear a su
sabor, pues los chinos proceden siempre con
mucha cachaza y no se estomagan por tan poca
cosa. Por fin, llegóse la madrina a abrir la estre­
cha jaula y apareció la esposa; digo mal, no
apareció, pues que en el mismo punto se cubrió
la cara con las manos, en una de las cuales tenía
el abanico abierto y en la otra un gran pañuelo
encarnado para enjugarse las. lágrimas. La
buena crianza chinesca no excusa a la esposa
de la obligación de correrse y mborizarse.
Apoyada en los brazos de otros llegó basta el
umbral de la casa, donde la asaltaron dos ami­
gos del esposo, que en burlas le arrebataron de
las manos el abanico y pañuelo. Era la primera
de las bromas, que es a todos lícito hacer a la
esposa en los tres primeros días de casamiento:
lo que a veces viene a ser un tormento, harto
doloroso y nada decente.
No creo que el esposo hallará mácula ni
reparo- alguno en su esposa, la primera vez que
se la vió delante: pero en cambio, no sé lo que
pensaría ésta al encontrarse con un novio cojo.
Si ai cruzarse en aquel pimto sus miradas, no
se amaron los dos esposos, mal rato les esperaba,
porque antes no se les dió nunca ocasión de
poner a su enlace un fimdaniento de mutuo
afecto. Hé ahí cómo im pudor bastardo y mal
entendido, destruye la base del matrimonio y
de la felicidad conjugal, que es el amor.



La Iglesia, con muy buen acuerdo, prohíbe
toda solemnidad religiosa en los matrimonios
mixtos (en que uno de los contrayentes no es
católico): por esto los novios no pudieron venir
a la iglesia. Mas como la familia de él era cris­
tiana, en-viónos a los misioneros una espléndida
participación de la comida de bodas, e insistióporfiadamente en que fuéramos almenes tomar
el té, ser\ddo por los recién casados. Las pa­
redes de la sala estaban tapizadas por largas
tiras de papel, cada una de las cuales ostentaba
rma inscripción cliina: es el adorno preferido
de esta gente. A fe, que era una magnífica coyun­
tura para avezar el ojo a los enrevesados garra­
patos de la escritura chinesca. Tres días después
de la boda, la muchacha tenía los ojos hinchados
aún por el llanto; bien que no sería fácil definir
si las lágrimas eran naturales,y espontáneas o
más bien forzadas y postizas. Digo esto, porque
habiéndose pedido a la familia que hiciese a la
esposa repetir el ademán de cubrirse la cara
con el pañuelo y abanico la primera vez que
llegaba a la casa del marido, hízolo ella, pero
después de un momento de estar en esa actitud,
dió de pronto una gran risada. E sta puso de
manifiesto toda la comedia y fingimiento que'
se escondía tras de tantos lloriqueos y ceremo­
nias, que no son otra cosa que residuos, de suyo
inocentes, de costumbres paganas, no olvidadas
aún del todo ni siquiera por los cristianos. No
es difícil dar con la hilaza; véase sinó. Escón­
dese el esposo por rubor y vergüenza de que le
digan que va a casarse: ¡delicada y sutil ver­
güenza! se dirá. Pero ella no le impedirá, con
la venia de la gentil moralidad chinesca, de
tomarse después, no una, sino dos, tres y cuatro
mujeres a un tiempo. Cúbrese el rostro y deshácese en lágrimas la pudorosa esposa a impulsos
del sonrojo virginal; mas por otra parte el pudor
y decencia de la Chiua pagana, no le impide en
manera alguna menudear visitas a la casa de
su futuro esposo, cuando este es niño todavía
y ¡cosa que no se creyera, si no estuviese pal­
mariamente comprobada! aún llevarlo a cuestas
sobre los hombros, siendo infautuelo, como si
fuera su propia madre.
Mas no es esto solo; el chino no toma por
esposa la muchacha que le destina y muestra
el Criador a través de los irresistibles impulsos
del corazón, mas cómprala con el dinero que al
fortuna o la volimtad de sus padres le pone en
las manos.
¿Qué mucho, pues, que faltando la base del
augusto contrato, que Dios estableció para la
continuación de su obra creadora, y que Jesu­
cristo elevó a la dignidad de sacramento, qué
mucho, digo, que al tratar de llevarlo a efecto
Se apodere dei alma un irresistible sentimiento
de vergüenza?

I

I

Ii



— II4 —

Jvl Cristianismo va abriéndose paso y desha­
ciendo embelecos: pero como obra que es de
Dios y por las dificultades enormes que en­
cuentra, su acción restauradora procede len­
tamente.
V írg en es c ris tia n a s — M o tiv o s que in cli­
nan a p referir el e sta d o de virgin id ad .
Hemos hablado de las costumbres del matri­
monio chino, que miradas en su origen pagano,
significan el total envilecimiento de la mujer,
en sí niisma y en sus fundones más sagradas:
pero aquí con gusto contraponemos al grotesco
cuadro anterior, el hermoso papel que desem­
peñaban en torno de la desposada un grupo de
vírgenes cristianas, que la rodeaban y prodi­
gaban los más solícitos cuidados, sostenién­
dola y aliviándola en aquellos primeros días,
de tanto aturdimiento para una débil niña.
Kn esa escena aparecía toda la suave hermosura
de nuestra santa fe, a la que esas doncellas espe­
raban atraer a la recién venida, mediante los
irresistibles lazos del amor.
Son verdaderamente dignas de admiración
estas niñas cristianas.
Los lugares y aldeas con cristiandades algo
numerosas, son raras todavía y muy distantes
entre sí. Además los apellidos chinos, heredados
de los primitivos conquistadores del país, son
muy poco variados, de tal suerte, que se en­
cuentran a veces pueblos enteros de un solo
apellido. 'Ahora bien: los chinos prueban una
repugnanacia y dificultad invencible a casarse
con una joven de su mismo apellido o del mismo
lugar o aldea. Por otra parte, las niñas, que
desde que se. casan hasta que llegan a la vene­
rable categoría de abuelas, suelen ser el burro
de carga de la familia, al hacerlo prefieren ale­
jarse lo menos posible de su lugar, porque, de
ordinario, parejas con la distancia suele andar
la diversidad de costumbres y condiciones de
la vida. Ivstando las cosas así, no les queda a
las niñas cristianas, más que dos caminos: o
queadrse, como dicen, para vestir santos toda
la vida; o casarse con un pagano. Ivste es el
portillo por donde se pierden muchas almas:
porque metidas en una casa de infieles y estando
alejadas, poco o muclio, del centro de la misión,
fuera de rarísimos casos, tóruanse de nuevo a
las abominables supersticiones paganas.
De ahí que muchas niñas opten por el estado
de iK'rfocta virginidad, renunciando por amor
do la propia salvación y con desinterés heroico
a las alegrías de la maternidad, en las que quizá
habían soñado mil veces desde p«.'queñas. Cierto
que la auréola de virginidad les granjea una
particular consideración y estima, hasta de
parte de los mismos paganos; pero no hay duda

que les ha de costar grandes sacrificios conservar
esta reputación y estima, por cuanto no viven
en comunidad ni encerradas dentro de las cuatro
paredes de un claustro ni guardadas por el
cerrojo de siete llaves que son las reglas, sino
dentro de sus propias casas, luchando con mil
obstáculos y peligros. Pero Dios les tendrá en
cuenta este especialísimo mérito.
E l p roblem a de la co n versió n de la China
es m u y v a s to y com plejo.
Pe-Scion tiene un buen número de esas vír­
genes ejemplarísimas. Y si es verdad que cada
una de ellas representa un solemne homenaje
de la naturaleza a la gracia y a la fe: pero tam­
bién son otros tantos hogares cristianos de me­
nos, donde se educaría cristianamente cierto
número de hijos, coadyuvando poderosamente
la obra evangelizadora del misionero. Por donde
se ve que cada una de esas vírgenes significa
un retraso notable en la cristianización de la
China.
Dígase otro tanto de los matrimonios mixtos,
de cristiano y pagana, por más que ésta prometa
convertirse o dejar educar los hijos en la fe cris­
tiana.
Enseña la experiencia que_^ el hondo sentir
cristiano se mama con la leche; y si la madre
no es cristiana o bautizada más o menos posti­
zamente y para salir del paso, es muy diiícil
que sus hijos salgan cristianos a carta cabal, que
es como deben ser todos los cristianos.
De ahí, pues, que la conversión de los cuatro­
cientos inillon.es de cliinos es una empresa tan
vasta cómo compleja: para lograrla es de todo
punto necesario multiplicar y unir entre sí los
núcleos cristianos: mas ¿cómo hacerlo sino se
multiplican al mismo tiempo y reúnen nutridos
ejércitos de misioneros y gruesos caudales?
A nuestro Señor pedimos las vocaciones: pero
a las almas piadosas, a las personas que tienen
un corazón bastante bueno para interesarse por
la gloria de Dios y bien de las almas, suplicamos
por amor de Dios, nos proporcionen los recursos
materiales que se necesitan.
(Con/w«aríí)
D r. S a n to s G a r e l l i Pbro.

M is. Salesiano.

Un llamamier|to oportuno.
Aquellos de nuestros amigos que ha^’an leído
atentamente un mes y otro las cartas de nues­
tros misioneros, particularmente las que vnenen
de la China, habrán podido notar la insistencia

con que lamentan éstos el desmantelamiento de
las iglesias y extremada penuria de ornamen­
tos y utensilios del culto que padecen aquellas
remotas cristiandades. Los misioneros, que ven
y palpan la necesidad urgentísima que hay de
tales objetos, no sólo para efectuar los más
indispensables actos litúrgicos, sino además y
mayormente para mantener en la fe a los recién
convertidos, quien^, sino se les proporcionan
imágenes sagradas y otros objetos de piedad,
que substituyan y reemplacen los pasados sacrflegos ídolos, con toda facilidad se toman a
sus antiguas supersticiones, piden con vivísimos
clamores que se les envíen desde Europa esas
cosas, donde corren con tanta abundancia. No
pensamos que esa estampa, ese cuadrito, que
desechamos, esas cintas, telas y trajes pasados
de moda y que yacen en el fondo de un baúl
o de una cómoda, podrían servir para el culto
divino y ser prenda segura perseverancia para
una familia o una población de pobres neófitos,
que peligran en la fe.
Por esto nunca será bastantemente alabada
la iniciativa de la Jutúa Central de Damas Pro­
tectoras de las Obras de Don Bosco, las cuales
en una reunión que tuvieron en diciembre úl­
timo, acordaron hacer todos los anos por las
fiestas de María Auxiliadora una Exposición de
Ornamentos y lienzos litúrgicos para las Misiones
Salesianas.
Con ta l fin han dirigido una circular a todos
las señoras asociadas, suplicándolas den a co­
nocer entre sus amistades la necesidad y pe­
nuria que de tales objetos padecen las misiones
y que las que puedan, envíen casullas, pluviales,
dalmáticas, panos de hombros, conopeos, albas,
sobrepellices, manteles, corporales, amitos, purificadores, lababos, etc.
También piden se les envíen telas de seda,
terciopelo, damascos, y a sean en pieza, y a pro­
cedentes de vestidos de señora, y cintas de seda
de todas las anchuras; lienzos de lino; puntillas
y encajes de hilo, anchos y estrechos, para man­
teles, albas, sobrepellices, purificadores, etc.;
galones de oro o seda; telas fuertes de color
para forros, y también, si así se prefiere, ofrendas
de dinero. Correrá a cargo de las Señoras de la
Junta, vigilar y dirigir la hechura de las prendas,
conforme a las leyes litúrgicas.
CT'

A esta obra tan santa y oportuna, están in­
vitadas a llevar su contribución todas las se­
ñoras Cooperadoras Salesianas. IvOS objetos
pueden entregarse en cualquiera Casa Salesiana
indicando claramente que se destinan « para las
Misiones » o enmarlas directamente a cualquiera
de estas personas: .
1) Revmo. Sr. D. P a b l o A jobera, Rector
Mayor de los Salesianos — Via Cottolengo, 32 Tuiín (Italia).
2) Contessina L o r e n z in a M a z ¿ d e
R oche,
Corso Vinzaglio, 25 - Turín (Italia).
3) Contessina Ma r ía T e r e s a C a m e r a n a ,
Corso Oporto, 23 - Turín (Italia).

TESO RO

E S P IR IT U a L .

Los Sres. Cooperadores Salesianos cumpliendo
los requisitos de costumbre, pueden ganar In­
dulgencia plenaria:
I® El día que se inscriben en la Pia Unión.
2® Una vez al mes, a elección de cada cual.
3° Una vez al mes, asistiendo a la Confe­
rencia.
4® Asimismo, una vez al mes, el día en que
hagan el Ejercicio de la Buena Muerte.
5* El día que por primera vez se consagren
al Sdo. Corazón de Jesús.
6® Siempre que hagan Ejercicios espirituales
durante ocho días seguidos.
Además, los siguientes días dcl mes de niaio:
Día
»

3—
8—
13 —
23 —
» 24—
» 30 —

La Invención de la Sta. Cruz.
Aparición di S. Miguel Are.
Ascensión de N. S. Jesucristo.
Pascua de Pentecostés.
Fiesta de María Auxiliadora.
La Sma. Trinidad.

También pueden ganar otras muchas indul­
gencias parciales y gozar de varios privilegios,
como puede verse en el Reglamento o « Cédula
de admisión en la Pia Unión > a la cual nos
remitimos.

EL CULTO
d e M a r ía ílu x ilia d o r a
Nói lenemos la perauailéa de que, en lai viclilliides dolorosas de los tiempoi
que airaresaoioa, oo noa quedan inda coniiielos que los del Cielo, y caire esloi,
la poderosa protección de la Virteo bendita, que lué en todo tiempo el Anxlllo
de los Cristianos.
¡«lo x.

€1 din 23 de abril, comienza c( mes de
Alaria Auxiliadora. £1 Venerable Don Bo^co
daba a csfe mes una imporfancia grandí­
sima. Mo lo olviden los aficionados devotos
de la celestial ^íñora-. que duraqte el her­
mosa me^, no dejen faltar las flores cq su
altar, qi su recuerdo se les aparte un punto
del corazón. Subaq a la Virgeq nuestras
continua^ plegarias y encendido amor: que
Ella desde su trono qos soqreirá, nos ben­
decirá, no^ dispensará las mercedes y fa­
vores que hemos menester.
iSea bienvenido el hermoso mes de ^\aríal
R O D E O D E L M E D IO (A rgen tin a).
L a R kina del patio . — Los niños de la Escuela
Don Bosco, deseosos de tributar a su querido
Padre Director uu homenaje de cariño y gratitud, le
hicieron donación de un gracioso monumento sobre
el cual descansa una imagen de María Auxiliadora.
Iniciados los trabajos a mediados de Noviembre,
termináronse en vísperas de la Inmaculada. Por
la tarde de dicho día, hacia las 7, reunidos supe­
riores y aluumos en tomo del monumento, enga­
lanado con banderas macionales, el R. P. Director
bendijo solcumcmcnte la estatua. Enseguida se
cantó una leí ri la y luego un niño tomó la pa­
labra para explicar a sus compañeros el signifi­
cado del monumento en el patio de la Escuela y
para hacer entrega de él al R. P. Director, en
nombre de sus compañeros. Este a su
agra­
deció el gentil obsequio y con delicado pensa­
miento proclamó a Mana Auxiliadora Reina del
patio y de las recreaciones de los niños, así como
unos meses antes al inaugurarse un nuevo salón,
había sido elegida Reina del dormitorio y del
sueño do lus mismos niños.
El canto de una co^'lita y los acordes de la
banda instmmental aumentaron la solemnidad
de la ceremonia, que fué coronada con ima cena

al aire libre y con una interesante función de cine­
matógrafo.
El recuerdo de este sencillo acto efectuado en
vísperas de salir nuestros niños a vacaciones, los
acompañará sin duda durante esos días de descanso
y confiamos sea un medio para que ellos conserven
en sus corazones el amor a la Reina del Cielo, que
con tanto empeño se les ha inculcado durante el año.
E l Trono. — La base del monumento es una
fuente rústica de irnos tres metros de diámetro,
llena de agua que permite ver en el fondo, dise­
minadas acá y allá, con un gusto exquisito, piedras
de todas fonnas y tamaños, que forman mi pe­
queño laberinto donde nadan graciosos pececillos.
En el centro se levanta a la altura de metro y
medio una graciosa columna imitación piedra, con
riscos y concavidades que se va agrandando hasta
terminar en mía taza redonda, en cuyos bordes
aparecen hermosas estalactitas. Del centro de la
taza arranca el pedestal de piedra sobre el (jue
descansa una hermosísima estatua de liaría Auxi­
liadora en la actitud de bendecir y sonreír a los
niños que juegan en el patio cercano.
A ios pies de la estatua brotan chorros de agua
cristalina que caen en la taza y se derraman en
la fuente inferior. Da realce al conjunto el ¡fondo
verde formado por el follaje de árboles y viñedos
que se extienden atrás.
Alrededor de la fuente se está formando un
gracioso jardín, separado del patio por un pequeño
cerco.

Gracias de María /luxífiadora.
^

________________________ Sr/

V u elve a la vida.
Mi querida tía, la Sra. Da. María de la Paz Gu­
tiérrez Cabrera se hallaba jxjstrada en el lecho a
causa de im \ioiento ataque de euremia con com­
plicaciones al corazón; su estado era verda era-

i

-

II7 —

mente lastimoso y el doctor que la asistía daba
poquísimas esperanzas. Pero nuestros temores
subieron de punto al repetirle el ataque; tanto que
después de administrarle el Sto. Vmtico y la
Extrema-unción, todos esperábamos por mo­
mentos tí fimesto desenlace. Perdidos el conoci­
miento y la vista, veíamos con profunda pena
cómo la muerte se iba enseñoreando de un ser
para nosotros tan querido; se presentó en efecto,
el iiltimo síntoma, el estertor de la agonía y su
director espiritual le dió la bendición papal y
empezó las oraciones de los agonizantes. Todos
los de casa la habíamos encomendado a María
Auxiliadora coa toda la fe y la confianza de
que éramos capaces. Pero al verla en aquel
trance tan terrible, tuve el feliz acuerdo de colocar
en su almohada una estampa de la misma celes­
tial Señora y prometí al mismo tiempo en unión
de la familia, celebrar una misa solemne en su
iglesia de Extramuros y publicar la gracia, si éra­
mos escuchados. No bien lo hube ejecutado,
cuando mi tía vuelve la vista hacia el lado donde
estaba la stampa, como sf quisiera contestar a
alguien que la hubiese llamado. Fué el momento
de la gracia; María Auxiliadora había dejado caer,
juntamente con su imagen im raudal de b^diciones sobre la querida enferma y la arrebató a la
muerte. Desde este dichoso momento se vió como
que volvía a una vida nueva, la mejoría se hizo
cada vez más sensible y después de una breve conx’alecencia, se encuentra arin mejor y más fuerte
que antes de su enfermedad.
Cumplo gustosísimo la promesa publicando
tan señalado favor en estas páginas y celebraré
D. m. el santo sacrificio el próximo día venticuatro.
¡Gracias infinitas sean dadas a In que es sdud
de los enfermos y Auxilio poderoso de los cris­
tianos!
Cádi2, 24 de enero 1920.-

FRAxasco JiMENTJz Axfaro , Pbro.

No se hizo esperar mucho tiempo el socorro
de tan bondadosa y tierna Madre: pronto pudimos
comprobar los efectos de su protecdón y cómo
en su poder hallan remedio todos los dolores y
necesidades de la vida. La enferma recobró las
fuerzas poco a poco: primero comenzó a andar con
la auyda de imas muletas: y con admiración y
pasmo de cuantos facultativos la A-isitaron, al
poco tiempo, pues que la pierna aparecía curada
de todo punto, dejó las muletas y boy anda libre
y expeditamente, como si nunca liubiera padeddo
mal alguno.
Profimdamente agradedda a la Reina del délo
por tan señalada merced, cumplo hoy mi promesa,
publicando mi recoiiodmiento y amor y el poder
y gloria de María Auxiliadora de los Cristianos.
Valencia (Esp.), i de agosto de 1910.

A mparo S ii-irra,
Cooperadora Salcsiana.
U na esposa consolada.
Quedo profimdauiente agradedda a María Smn.
y cumplo con el sagrado deber de hacer públicas
las gradas que he obtenido de su maternal Co­
razón. En d pasado mes de mayo, dedicado a
María Auxiliadora, mi esposo, arrastrado por
malos compañeros, se apartó de la senda del bien
y comenzó a íindar por mal camino, sintiéndose a
la vez enfermo en el alma y en el cuerpo. Eii mi
desolación acudí confiadamente a mi amantísima
Madre en demanda de auxilio y le prometí hacer
celebrar en su altar una misa en sufragio de las
almas del Purgatorio y publicar la grada redbida.
María Auxiliadora escudió mis aráiente.s sú­
plicas: mi esposo ha recobrado la doble salud per­
dida; V yo cumplo lo prometido. Además de ésta,
debo á mi querida Madre otras muchas mercedes,
(jue solo Dios y yo sabemos. ¡Bendita seas, María
Auxiliadora, una y mil veces!
Bueoos Aires, nov. de 1919.

U na pierna curada.
A ima sobrina mía de 19 años de edad, se le
declaró la tuberculosis en ima pierna, la cual le
causaba terribles dolores, impidiéndole estar sen­
tada y en pie. Llegó el mal a tales extremos, que
los médicos que la examinaron, dijeron ser inútil
toda operación y no haber alivio para su mal sino
en la muerte. I.a pobre niña iba agravándose por
puntos. Puesta en un carrito y en una postura
incomodísima por lo fija e invariable, era llevada
de xma parte a otra: tomaba baños de sol que du­
raban seis horas cada día, los cuales no servían
sino de acrecentarle los padecimientos. Consumíala
la tristeza y todos veíamos inminente el fatal de-.
senlace.
Agotadas las medicinas de la tierra, acudimos
a las d d délo. Ll^ia de confianza encomendé la
amada enfennita a María Auxiliadora: le puse
al cuello una medalla de la misma y empezamos
enseguida una novena de oraciones, ofreciéndole
al mismo tiempo una misa en su altar y publicar
la gracia en el Bolsín ScUesúino, si nos otorgaba
la deseada curadóo.

J.M . DEP.

Su marido confirma la grada recibida con la
siguiente dedaradón escrita de su puño; * Para
confirmar una vez más la certitud de todo lo so­
bredicho, yo, indigno siervo de María Auxiliaílora,
me firmo y me recontiendo a las oraciones de los
fieles ».
J. G. P.
C elestial Medicina.
Habiendo caído gravemente enferma, llegué a
punto de morir con inmensa desolación de mis
hijos. Un sacerdote salesiano, que sabía mi devo­
ción a María Auxiliadora, pues soy de la J unta de
su Arcfaicofradía de esta dudad, me recomendó
acudiese a Ella con fe y me pusiese a mi y a mis
hijitos en sus manos. Durante el peligro redbí
varias veces la Comunión, como Viático. Y ella
fué mi medicina. Recobré perfectamente la salud
y hoy cumplo los deberes de madre viuda de nu­
merosa familia, fuerte y robusta cetno nunca
había estado. Gradas mil a María Auxiliadora,
bajo cuyo amparo nos ponemos de nuevo toda la

- ii8 —
famüia, prometíendo segiair siendo aficionados
devotos suyos.
(Bolivia), i6 diciembre 1919.

Cr.o'Cii.DE A i ,v a r e z , Vda.
I Gloria

d e jVIa r t i n y .

a María Auxiliadora!

Durante este año que termina, ha pasado nues­
tra familia por muchas tribulaciones, en todas
If^ cuales la Virgen de Don Bosco nos ha soste­
nido y ayudado.
Nuestro buen padre, ya anciano, se puso enferiho de improviso; y era inmensa nuestra pena,
por(]ue, habiendo perdido el habla, no podía
ajustar las Cuentas de su alma, como procuran
hacerlo en ese trance todos los buenos cristianos,
a cuyo mimero pertenecía nuestro querido papá.
Encomendamos el asunto con viva fe a María
Aujdliadora y enseguida se echó de ver su maternal
auxilio: nuestro papá recobró el pleno uso de sus
facultades, y pudo recibir los sacramentos con
toílo el conocimiento y todos los amdlios de la
religión antes de morir.
Ashnismo una de nuestras hennanas, fué decla­
rada incurable de una enfermedad interior por los
médicos; pero gracias al auxilio de María Sma.
después de hacer los quince sábados en su honor,
se encontró notablemente mejorada y hoy puede
andar, la que no podía moverse de la cama. El mé­
dico que la atiende hubo de exclamar: « ¡Da fe la
hace vivir! »
Por estos y otros favores que esperamos alcanzar
de la bondadosísima Auxiliadora de los Cristianos,
al paso que le damos publicamente las más ren­
didas gracias, enviamos xma limosna para su
templo de esta ciudad.
•La Paz (Bolivia), 16 diciembre de 1919.

J .R .
Una jamilia de Cooperadores Salesianos.

cándole igual gracia; y al tercer día experimenté
mejoría, que fué completa al terminarla. Hoy he
recobrado casi del todo mi apetito y se restablecen
mis furzas.
Cumpliendo la promesa que hice a María Auxi­
liadora, publico esta gracia y animo a enfermos
del cuerpo y del ahiia a acudir a María Auxilia­
dora para alcanzar la salud.
Puebla Larga (España), febrero de 1919.
L o r e n zo S a n t a m a r ía ,

Médico.
Mi hijo Vicente hallábase gravemente enfermo;
y en tal angustia me dijo una prima que hiciese
una novena a María Auxihadora, cuya devoción
no conocía vo ax'm. Comenzamos la novena y al
tercer día se puso yabueno el enfermito con grande
alegría de todos. Llenos de gratitud hacia la Sma.
Virgen Auxiliadora, la fuimos a visitar a Valencia,
en su precioso altar de la iglesia de San Antonio
Abad de los PP. Salesianos y dimos cinco pesetas
de limosna, rogando a dichos Padres, publicaran
esta gracia en el Boletín Salesiano. '
Villanueva de Castellón, 22 de febrero de 1919.
D olores Soro.

En tres ocasiones distintas me encomendé a
María Atmliadora y experimenté enseguida los
efectos de su bondád y poder: una de ellas fué
en una enfermedad de pertinaces calenturas que
me duró cuatro meses: invoqué a María Auxilia­
dora y Ella me alcanzó la salud. Habiendo prome­
tido publicar sus favores en el Boletín Salesiano,
en el caso de ser atendida en mis peticiones y ha­
biéndolo sido muy cumplidamente, cumplo hoy
lo ofrecido, dando vivísimas gracias a la Sma. Vir­
gen, mientras le pido que me siga protegiendo.
Valencia (Esp.), febrero 1920.
P e p it a A iíd r e s ,

Cooperadora Salesiana.
El seminarista Don Femando Jimeno de Fuente
la Higuera, al terminar la* carrera sacerdotal, cayó
gravemente enfermo, con indecible constemnción
de la familia. Viendo yo la adicción de ésta, acudí
a María Auxiliadora pidiéndole la salud del en­
fermo, si le convenía y ofrecí al propio tiempo
hacer celebrar una misa y dar una limosna. Ha­
biendo (ücanzado la gracia pedida, cumplo hoy
lo ofrecido.
Valencia, 5 de enero 1920.
J u a n a B io s c a .

Sufrí una hemorragia cerebral el 2r de agasto
último Con todo su acompañamiento de pariilisis
del lacio izquierdo, atrabismo, etc. Hallábame ya
muy mejorado, casi bien del todo, cuando en oc­
tubre siguiente pierdo por completo el apetito v
voy debilitándome de día en día, hasta que a \\itimos de enero, falto de furzas ya, hube de aban­
donar nüs ocupaciones y guardar cama.
Muy atligido por este estado y cansado de re­
medios sin resultado, acudí a Mana Auxiliadora, y
encargo a mi henuana, muy devota de Ella, re<^
una novena, pidiéndole mi restablecimiento: yo
por mi parte comencé otra con mi familia supli­

En mayo último cayó gravemente infenno mío
de los sacerdotes de nuestra reducidísima Comu­
nidad. Al propio tiempo se puso .en cama eJ Co­
cinero, con muy alannantes síntomas y en peores
condiciones que el primero, según declaración del
médico. El sacerdote murió al siguiente día y el
hennano. según todas las probabilidades, no tar­
daría en seguirle. En tan tremendo apuro y ante
el temor de que quedase nuevamente mermado el
escaso personal de la Casa, acudí a María Auxilia­
dora, suplicándole muy ahincadaiueiite que, pues
el Señor había llamado a. sí a uno de los dos enfeniios, nos salvase al otro, )* prometí pubücar la
gracia. Al tercer día había desaparecido el peligro
y a los quince pudo nuestro buen hermano voh er
a sus habituales tareas. Doy por tanto publica­
mente gracias a tan buena Madre, en ciuiiplimiento de la promesa.
Huesca, abril de 1919.
R a f a e l M e r c a d e , P b ro .

Director de las Escuelas Salesianos.
Hace al pie de tres años, tuve la desgracia de
caerme desde una altura muy considerable: por

i

II9 —
efecto, de ella me quedó el pie completamente
destrozado. Viéndome en tan afligida situación,
invoqué a la Sandísima Virgen Auxilia ora ro­
gándole rae pu.siera bien, sin neceSdad de operanne. Comulgué feirorosamente, mandé decir
una misa y di uüa limosna al Colegio de PP. Salesianos de Valencia. Hoy que estoy mucho mejor,
manifiesto mi gratitud a María Auxiliadora, su­
plicándole acabe de ponerme completamente bien.
Fuente la Higuera; 8 de mayo de 1919.
BEr,EN B io s c a

de

T orto sa.

En abril próximo pasado eníemró gravemente
en esta ciudad una nietecita mía y en el momento
que el médico y cuantos la asistíamos creíamos
que se moría, in\’oqué a María Auxiliadora; al
pimto desapareció el peligro y a los pocos días
estaba completamente buena. Agradecidísimo a
mi Sma. Madre, doy una limosna y encargo una
misa en su altar, que hemos ido a oír toda la fa­
milia.
E e B arón

de

Sa n ta B a r b a r a .

Hallábase gravísimamente enferma mi tínica
hija, de treinta y cinco años de edad, de grippemeningitis, con parálisis de los pies a la cabeza de
todo el lado izquierdo. Se le administraron los Sa­
cramentos, pues los médicos perdieron toda espe­
ranza de curación. Ko encontrando ya ningún
remedio humano, acudimos a nuestra Madre María
Auxiliadora, ofreciendo una misa y una pequeña
limosna y pubUcar la gracia en el Boletín Salesiano,
si nos conservaba a nuestra querida -enfenna. La
Virgen nos ha escuchado, pues esta sigue bastante
bien y cíumplo por tanto lo ofrecido.
Valencia, 26 de junio de 1919.
A n t o n io G im e n o .

Encontrándome sin destino y casi inútil para
trabajar, acudí a María Auxiliadora suplicándola
me ayudara, y muy pronto encontré donde ganar
para la subsistencia, obteniendo al mismo tiempo
una mejoría suficiente... Lleno de agradecmiiento
para con esta bondadosa Madre, publico esta
gracia como se lo ofrecí.
Barranquilla (Colombia), julio de 1919.
T o s ía s B a l z a G .

Encontrábase mi nietecito de tres años atacado
de unas m^ignas calenturas tíficas, que le pusie­
ron a punto de morir, pues el médico no nos daba
ya estepanzas. Su madre y yo acudimos a María
Auxiliadora, pidiéndole la salud del enferraito;
y le ofrecimos una ral.i-tA cantada con exposición
en la capilla del x^silo-escuela de San Ignacio de
esta ciudad, una limosna de cera y publicar la
gracia en el Boletín. E l niño se puso bueno mila­
grosamente: y nosotros expresamos hoy nuestro
agradechniento a María Auxiliadora.
Cádiz, 24 diciembre 1919.
Ca r m e n S á n c h e z .

ManHn nrta limosna de cinco peSOS oro, q U €
ofrecí a Nuestra Señora María Auxiliadora para
que me librara de una dispepsia, que me había

hecho su snctima. Y a estoy bien, así es que cumplo
gustosa la promesa de publicar esta merced y
juntamente la de haberle devuelto la vida dos
veces a mi papá, cuando estaba casi expirante;
era ya un cadáver e imploramos a María Auxilia­
dora con la fé y la esperanza de que Ella lo rcsiuscitaría — puedo decirlo así — y mi papá vuelve
a la vida. Puesto qu los ofrecí, quiero que conste
en el Boletín Salesiano, para mayor gloria de
nuestra augusta Madre.
Tumaco (Colombia) 14 octubre 1919.
E u f e m ia I cemos V .

Habiendo sido necesario practicar a mi csjkdso
una importante operación quinirgica, pedí a María
Auxiliadora la gracia de que aquella tuviera un
éxito feliz, prometiendo- publicarla en el Boletín
Salesiano y entregar 2 pesetas de limosna. María
Auxiliadora atendió mis oraciones, puesto que la
operación se llevó a efecto sin el menor contra­
tiempo, y yo, reconocida por el favor recibido,
entrego la cantidad ofrecida, y publico esta gracia
en el Boletín, para mayor gloria de María Auxi­
liadora y aliento de los que invocan su valiosa
protección.
Barcelona noviembre 1919Jesusa V ara

de

Re y

de

Mo rales.

Estando muy enfermo de la cabeza que me
quedaba sin sentido, y amenudo me daban gran­
des vahídos, acudí de veras a María Auxiliadora
y al Venerable Don Bosco para que su protección
fuese mes eficaz, con la confianza de que, si me
convenía, me alcanzara la gracia deseada, ofre­
ciéndole ser en adelante más celoso cooperador,
dar una limosna y publicar la gracia cu el Boletín
Salesiano. Habiendo alcanzado lo que tanto de­
seaba, doy gracias a María Auxiliadora y deseo
ponerme cada día más bajo su protección.
Valverde (Orense) septiembre 1919.
J o s é Ma n g a n a .

No puedo menos de dar las gracias más expre­
sivas a la Sma. Virgen bajo el hermoso título de
Auxiliadora por un favor recibido de su ¡roderosa
y bendita mano, i^radecida de todo corazón
cumplo lo prometido deseando la publicación de
la gracia y mando una limosna para los liijos dé
Don Bosco de las Escuelas Salesianas.
A n d r e a Sa m it ie r ;

Hallándome muy enferma y agotada mi salud
y cuidada por todos los médicos de ésta, invoqué
llena de confianza a María Auxiliadora; y Ella
me mostró tan claro su poder que el 24 de Mayo
fué el último día que tuve que guardar cama a
consecuencia de mi larga enfermedad, pues desde
entonces sigo bien. Por lo que satisfecha y con­
tenta doy a mi Protectora mis íntimos agraded•mientos y espjero siempre su protección valiosa.
Envío Tina prequeña limosna.
Bocodó, 6 de febrero 1919.

IS.%EEL M. DE A lTUVE.

i



120

Dan también gracias a María Auxiliadora y envían
una limosna:
B arciv I.o n a . — Una Cooperadora Salesiana por
una gracia recibida, y envía xuia limosna.
Id. — Da. I‘\ C. por una gracia recibida y da 25
ptas. de limosna.
JUURANQÜIU.A (Colombia). — D. Abel Carbonell da gracias a María Auxiliadora por haberle
alcnn/,ado la curación de unas mu}’’ hiertes hemo­
rragias nasales, que alarmaron grairdemente a la
familia. Habiendo sido encomendado a la Sma.
Virgen, obtuvo la salud pronto y de ima manera
radical.
lir, T r e b o i , (Argentina). — Da. Terej^ de Cerruti da gracias a María Auxiliadora por vaios
favores recilñdos y envía cinco pesos de limosna
para su culto y las obras de Don Bosco.
HONDON DK I.OS h'RAiuts (AHcante-Rsp.). —
Da. Teresa Mira, Cooperadora Salesiana, da gra­
cias a María Auxiliadora por haber librado a su
hijo de la grippe y envía 6 ptas, de limosna.
Id. — Da. Purificación Jo\'er, Cooperadora Sal.
<la gracias a María Auxiliadora por haberle cu­
rado a un lujo de la grippe y envía 3,50 ptas. de
-liino.sna.
LíHl)RlJA (Colombia). .— Ceclaran haber sido
favorecidas y don gracias a María Auxiliadora:
Da. María Jesiis Bcnavides, y envía cinco pesos:
Da. Rosíuia Tenorio, y da 15 p. por varios favore.s
recibidos; D. CHmaco Reyes, y da un p. para el
Santuario de María Aux.: Rosalina de Reyes da
0,50 p. por un favor.; Deonilde Tenorio, da ó,6o p.
por un faVor; D. Miguel Tascón da dos p. por favorCvS recibidos; Da. Leticia Tenorio envía un peso
por una gracia y otros cinco p. por la milagrosa
curación de un liijo, que sufría de exenia, sin que
ningún medico le hubiera podido curar. ; Da.
Josefina Avala da tui peso por un favor; D. Lisímaco Saavedra da 2,50 p. por favores.
M o r a d e R u b ie e o s (España). — Da. Encar­
nación Aznar Allepuz da gracias a María Auxi­
liadora por varios favores recibidos, por los cuales
y otros que espera recibir entrega una limosna
para la Obra Salesiana.
P a y s a n d ü (Uruguay). — Sra. Lilia Bulanti de
'Origgioni hace público su agradecimiento por una
señaladísima gracia recibida de María Auxiliadora.
T eruEI, (España). - Una devota de M. A. da
gracias a tatt buena Madre por haberle alcanzado
la salud do la .suya, (jue estaba muy enfenna, y da
cinco po.setas de limosna para su culto.
V a e k n c i a (Ivspaña). — Da. Concita Albors hace
público su rcconocimieuto a María Auxiliadora en
ciuupUmionto de ttna promesa, por haberle sanado
a .su padre gravemente enfermo, y envía una li­
mosna.
VAI.PARAISO (Cliile). — Un Hennauo Escolar
Salesinno da gracias a María Auxiliadora por ha­
berle otorgado la salud y sacádole victorioso de
umvs graves dificultades y contradiccioues que se
oponían a su vocación.
ViLUí.N.\ (España). — Da. Cruz Figueroa Pérez
<ia gracias a María Auxiliadora por muchos favo­
res v da una limosna para su Santuario de dicha
ciudad.



¡Gloria a Don Bosco!
Rn el Orfanotrofio de las Hermanitas de los
Pobres de San Pedro Claver, en Barranquilla,
a fines de agosto último, fué atacada una niña
de fiebre, con carácter tífico, según opinión del
médico que la examinó; pasaron varios días y
se presentaron síntomas más graves, al paso
que la fiebre no cedía; se emplearon todos lomedios del caso, baños, etc. y apenas si bajaba
unas décimas para volver a subir con mayor
fuerza. Por fin, una noche, después de haber
lucha,do en' vano contra el mal, le a^ñiqué una
reliquia del Vble. Don Bosco y se la entregué..
confiada en su protección. En la madrugada
siguiente fui a ver a la enfermita: dormía apa­
ciblemente; toméle la temperatura y la encontré
normal. Creí haberme equivocado y voKri a
tomásela. No había duda: la fiebre va no existía.
Varias veces en -el día hice la misma prueba y
me convencí de que la niña estaba bien. Y
siguió lo mismo, de manera que volvió a la sa­
lud sin convalecencia, pues quedó bien de una
vez, y así ha seguido.
Aprovecho esta ocasión para hacer público
un hecho acaecido en Caracas el año de 1908.
Fué atacada de tifus maligno una joven ayu­
danta de la Congregación de Hermanitas de
los Pobres. Pasó todo el mes de mayo entre la
vida y la muerte y ya en los últimos días del
mes no quedaba esperanza de curación. Entró
en la agonía, que fué difícil y larga, y por fin
quedó rígida, yerta, y sólo se sabía que aun
había vida en aquel cuerpo por el estertor que
tenía. Me tocó velarla con otras dos Hermanas
la noche que se esperaba su muerte. E l médico
había encargado se tuviera todo preparado para
enterrarla en seguida muriera, por lo maligno
de la enfermedad, y se tenía y a el ataúd a los
pies de la cama. Era casi imposible permanecer
cerca de ella por algún rato, a causa del mal
olor que despedía aquel pobre cuerpo, y a casi
sin \nda. Por los ojos, los oídos, las narices ma­
naban ya las señales de la corrupción interior.
Se me ocurrió acudir a Don Bosco, de quien
sabía había conseguido en otra ocasión la salud
a una religiosa en un caso parecido, y le apliqué
(i) A todas estas relaciones de respetables personas,
que creen piadosamente haber sido favorecidas por in­
tercesión de la Sma. Virgen Auxiliadora o de los Siervos
de Dios Don Bosco y Domingo Savio, declaramos que
uo se les debe más fe que la meramente humana y que
de ningún modo queremos anteipar el Juicio de nuestra
Madre la Iglesia'.



121

ana reliquia que poseíamos del \n>le. Padié.
Esto fué como a las- lo de la noche. A las 3 de
la mañana cayó un fuerte aguacero y con el
cambio de temperatura temimos viniera el
desenlace final. Pero no fué así. Amaneció, y
ann n\*ía. Cuando el médico llegó a la mañana
se admiró de que no hubiese muerto. Pasó ese
día y otros muchos y cada uno de ellos traía
a la enferma nueva vidq, y por fin al mes y
medio estaba y a en completa salud, robusta,
y hoy ha consagrado su \dda al Señor como reli­
giosa en la Congregación de Hermanitas de los
Pobres de S. Pedro Claver, agradeciendo y
amando mucho, a Don Bosco, que le alcanzó
gracia tan señalada.
Otras gracias y favores ha alcanzado Don
Bosco a quien esto escribe, entre ellos el verse
libre de una temida operación.
¡Glorificado sea a Dios en sus Santos!
Barranquilla (Colombia) 14 de octubre 1919

H . (ühxiTiLDE DE S a n J o sé ,

Hermanita de los Pobres de San Pedro Claver.
Hacía tres meses que esperábamos a nuestro
único hijo Gpido, oficial del ejército, cuya pre­
sencia reclamaban con urgencia ciertos asuntos
de familia. Cuando creíamos inminente su llegada,
recibimos un parte del Ministerio de guerra, que
nos quitaba toda esperanza. Encomendé entonces
el asunto a María Auxiliadora, poniendo por in­
tercesor cerca de Ella a su fiel siervo el Ven. Don
Bosco, a quién atribuiría la gracia, en el caso de
alcanzar alguna probabilidad, siquiera lejana, de
tener a nuestro hijo con nosotros.
Era esto el 26 de enero; y el 31, aniversario de
la muerte del Venerable, recibí la buena nueva
de que los pasos que se hacían, andaban por buen
camino, y aún la seguridad de que nuestro recurso
sería favorablemente despachado. Y esto, ¡cuando
no se vislumbraba esperanza alguna, en lo humano!
En efecto, el 17 de marzo tuvimos la dicha de
estrechar a nuestro querido hijo entre nuestros
brazos.
Publico el favor y nuestro vivísimo reconoci­
miento, cumpliendo una promesa hecha en trances
de angustia mortal e indecible desconsuelo.... y
bendigo ima y mil veces a la potente Auxiliadora
que escuchó las súplicas del Vble. Don Bosco.
Florencia 24 de marzo 1919.
CONCEPCION GIUNTEJI MOCENIGO SORANZO.

Cumplo un riguroso deber dando públicamente
gracias al Vble. Don Bosco, por los muchos favores
asi temporales como espirituales, que me ha otor­
gado por el espacio de cuatro años, y que sería
largo nairax. Sea ello de estímulo a otros, para
que acudan confiadamente a su inercesión.
Florencia, 15 febrero 1919.
A n t o n io M a r c l z z i .



Por Domingo Savio.
En mayo próximo, en que se inaugurará el
monumento del Ven. Bosco, no quedará en el
olvido su discípulo más ilustre y aventajado, íjue
fué el angélico jovencito y Sier\*o de Dios, Do­
mingo Savio. Uno de aquellos días, dedicados a
celebrar la apoteosis del Padre, aprovechando la
presencia en Turín de los delegados y representan­
tes de toda la Familia Salc.siana, se innuginará
en Mondonio d'Asti un monumento en honor del
santo niño.
Se necesitan recursos: todos los Institutos edu­
cativos que se inspiran en los principios y ense­
ñanzas del Ven. Don Bosco. deberían contribuir y
enviar su óbolo para esta obra, que representa la
glorificación de la educación cristiana y salesiana.
Varios seminarios diocesanos han enviado do­
nativos.
G racias atribuidas a su intercesión.
Desde mis primeros años padecía un mal. que
iba en amuento al paso de la edad. Al entrar en
el no\iciado, declaré mi mal al Superior, quien me
indicó me encomendase a Domingo Savio. Mas,
debido acaso a nu flaca fe, no acaba de alcanzar
el deseado milagro de mi curación: pero al fin dcl
noviciado, luego que hube hecho la profesión reli­
giosa, aquella vino, cabal y entera: fué la feclicitación de Domingo Sa\río en mi profesión. Han
pasado muchos meses y mi salud continúa de bien
en mejor. ¡Bendito sea Domingo Sa\río!
Puebla (Méjico), 13 julio 1919. .•
R ic a r d o M . A b a r c o s .

En agosto último nuestro hijito de tres años y
ocho meses de edad, fué atacado de meningitis.
El doctor tenía muy pocas esperanzas de salvarle,
pues que esa enfermedad suele ser mortal por lo
común: otros dos médicos, llamados a consulta,
uos acabaron de certificar de la gravedad «leí mal.
El día 7 de dicho mes, un señor. Cooperador
Salesiano y amigo de mí mar.do, que vino a
visitamos, aconsejónos con mucho ahincfí que
pidiéramos a Dominyo Savio la .“alud de nne.stro
hijito. Aquella misma tarde comenzamos con esa
intención y propósito una novena.
Da noche inmediata fué tremenda. El enfennito
no seseaba un punto y parecía sufrir más que
nimca. Con todo no me descorazoné: la confianza
había hecho asiento en mi pecho y ella me hacía
ver en esa inesperada agravación una última
prueba de mi fe. Pasé la noche rezando y con el
corazón torturado por la ansiedad: pero no des­
mayaba mi esperanza. Desde entonces la enfer­
medad se mantuvo parada e indecisa por espado
de varios días, hasta que comenzó a ceder y el
niño a mejorar por momentos, con grande mara­
villa del doctor.
E l 15 de agosto, fiesta de la Asunción de Nuestra
Señora, paredó que se le recrudecían los padedmientos al enfermito: pero al otro día el médico
nos aseguró que la curación andaba por buen
camino.



122

La mejoría fué avanzando de ima manera cons­
tante; y al presente nuestro querido hijito goza
de perfecta salud, sin que la terrible enfermedad
le haya dejado ninguna huella, pues, según dicen,
ésta suele dejarlas tales, que duran toda la tnda.
lil doctor nos ha declarado posteriormente,
que temía de verdad im fatal desenlace y que el
niño, para decirlo en su misma gráfica expresión,
«se coló por el ojo de xma aguja».
Gustosa le envío la relación de este suceso, que
según espero y deseo de todo corazón, que rebosa
de gratitud, servirán para acelerar la beatificación
del Siervo de Dios, Domingo Savio.
Lieja (Bélgica), 38 noviembre 1919.

Madame ^Lt.MET RUTTEN.
La noche del 2 de septiembre tuve im repentino
atucpie en el corazón, causado por la rotura de imo
de sus vasos, segi'm más tarde declaró el Sr. Doctor.
líOs superiores, justamente alarmados, me admi­
nistraron los últimos Sacramentos, y yo, conven­
cido que era llegada mi última hora, estaba resig­
nado al divino beneplácito.
El sacerdote, que me asistía, hizo una oración
a Domingo Savio, pidiéndole que intercediera por
mí cerca de la Virgen Sma.: y en seguida me dió
la bendición de María Auxiliadora. jOh prodigiol
La agitación convulsiva de todo el cuerpo, que
no me había dejado desde el momento del ataque,
cesó de pronto mientras el sacerdote pronunciaba
la fónnula de la bendición. Púseme entonces xma
rcli(iuia de Domingo Savio sobre el' corazón y
prometimos una limosna y publicar la gracia, si
acababa de curanne del todo.
Al poco tiempo me repuse completamente: y
hoy cumplo mi promesa con vivo reconocimiento,
suplicándole al angélico jovencito que me ayude
a emplear la salud alcanzada en el servicio de
Dios.
Macal (Chile), 34 octubre 1919.
B a lta sa r L ópez D a j ,

Esiud. Salesiano.

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Ecos de la Fiesta Patronal.
VIQO (España). — En la iglesia de María AuxiKadora dcl « Colegio San Matías » se solemnizó
con mucha esplendidez la fiesta de San Francisco
de Sales, Patrón de la Pía» Sociedad Salesiana y
de la Pía Unión de Cooperadores.
En la misa solemne ocupó la sagrada cátedra
el muy ilustre Sr. D. Lorenzo Miguélez. Doctoral
de la Cate<lral de Tuy, el cual con galanura de
frase describió la admirable figura del Santo, ha­
ciendo ver cómo a través de su sepulcro perdura
su espíritu en la Obra del Ven. D. Bosco, y termi­
nando con xma cáhda exhortación a la caridad
coixxo remedio de los males que ftinpnayati a la
sociedad modenxa.
Iguíúmente por la tarde la palabra evangélica
del Revdo. Padre Pacífico, capuchino, entretuvo



al auditorio con xma sabia exposición de la máxima
del Eclssiásiico, * el niño, cuando llegue a anciano
no se apartará de la senda por la que anduvo en
su juventud *. Y con textos de los sabios de la
antigüedad y principalmente con la doctrina de
Jesucristo, hizo ver la necesidad de la educadrá
de la juventud, dando para ello muy acertadas
reglas; describe la labor que realizan los hijos de
Don Bosco, y termina exhortando a los coopera­
dores a segxxir incansables en su cooperación.
La Schola Cantorum ejecxxtó con mucho ajuste
mxxsica de escogido sabor sagrado, contíbuyendo
al esplendor de los sagrados cultos, lo mismo que
el aspecto del altar adornado con exqxxisito gusto
artístico.
MALAGA (España). — Con la amable asistenda
del limo. Sr. Obispo de Olimpo, que acaba de ser
nombrado titular y propio de Málaga, celebraron era
todo esplendor la fiesta de su Patrón, los Salesianos
y Cooperadores de esa ciudad.
A la misa solemne, que celebró el Sr. Cxira Pá­
rroco, Dr. D. Ildefonso Mayorga asistió bajo dosd
nuestro amadísimo Prelado y predicó el M. I. Sr.
D. Francisco Velasco Estepa, Canónigo.
Después de la Bendición del Smo. Sacramento,
que dió el Sr. Obispo, se pasó al salón de actos,
donde el Diputado a Cortes Don José Martín Velandia con sugestiva elocuencia habló de la Coo­
peración Salesiana al distinguido axxditcrio, que
llenaba el salón. — A continuación, los Antiguos
Alumnos derrocharon sal y chiste en la represen­
tación del sainete « E l Zapatero anarquista »; los
alumnos en el diíUogo « Raterín * y la graciosa
zarzuela de Barbieri: « Los dos ciegos i. La banda
de música ejecutó bonitas piezas en los entreactos.
SARRIA. — I,a fiesta de San Francisco de Sales
fué en su propio día, zg de enero. Comulgaron por
priixxera vez 3'S alunmos. Caníó la misa el Sr. Cura
Párroco D. Juan Basany: a ella a.sistieron las Comxmidades religiosas de la población y dijo d
panegírico el Revdo. Don José Rossell, salesiano.'
Por la tarde dió la conferencia reglamentaria »'
los Sres. Cooperadores Don Rodoffo Fierro, asis­
tiendo a ella el nuevo Presideixle, Excnio. Sr. D.
Ramón BofiU, Marqués de Pascual, con la Junti
de Barcelona.
MATARO. — En este floreciente C ol^ o
Segxmda Enseñanza también revistió • gran so-^
lenxnidad la fiesta de nuestro Patrón. Predicó d|
P. Fierro y asistieron las Autoridades Eclesiásticas'
y Conxxmidades, el Dxno. Director del Instituto
General y Técnico de Barcelona, y varias otras ^
distiñgxiidas personalidades civiles y militares.
GERONA. — En la < Granja Salesiana de
Isidro > de hizo la fiesta de San Francisco de Sales
el S de febrero. Además de los actos religiosos'
acostmnbrados, celebrados con la mayor pompa. í
túvose por la tarde la Conferencia, que texistiá'
xma importancia especial por la fama y compe
tenda del orador Don Rodolfo Fierro, que atrajo;
xm nxmxeroso y distingxtido auditorio.
He aqxii xma sucinta reseña de ella:



123

< Comenzó por examinar la custión social tal
como se presenta hoy día y dijo que no es de la
cuestión obrera, ni agrícola, ni del sindicalismo,
ni de las federaciones patronales, sino de algo más
hondo de donde derivan estas cuestiones como de
fuente propia: y a donde vuelvai como a su centro
natural. Ese algo, es, dijo, la natural tendencia
del hombre a la fe’idda i.
Esas cuestiones toman un aspecto de dolor y
de mal porque se las ha desviada, haciéndolas
sei^dr al egoísmo individual. Bien encauzadas
serían lo contrario.
Examinó la condición del obrero y dedujo que
aunque se ha elevado, bastante en lo material, en
lo demás se ha agravado porque los valores mo­
rales han sido completamente ahogados por los
materiales y el hombre no es sólo un cuerpo, sino
antetodo xm alma con destinos imnortales.
Hablando de los patronos dijo que no estaban
exentos de responsabüidad, porque debiendo cui­
darse de los intereses intelectuales, espirituales,
morales, y materiales de todos sus subordinados,
en general los han descuidado, buscando sólo su
lucro, destruyendo la vida de familia y aún no
dando a süs obreros el tiempo de educarse y de
cumplir sus deberes con Dios.
El único remedio eficaz para la actual situación
es volver a Dio.s y practicar la ley del Evangelio.
Buenas son las istituciones sociales y económicas
pero su acción no es
si no las alienta d soplo
del cristianismo.
De aquí la necesidad de intensificar la educación
popular con la palabra, la prensa y el ejemplo.
Y pues la niñez y la juventud son factores nece­
sarios de toda restauración, a ellas hay que dedicar
los mayores esfuerzos. Cada obrero y cada agri­
cultor, cada patrono y cada jefe de taller deben
formar im núcleo de acdón salvadora. A eso tien­
den ccm ardor los Salesianos.
El orador terminó su conferencia con un himno
a las excelencias de la agricultura, madre de todas
las industrias y sostén de todas las naciones, y
ponderando la gran obra que realizan cuanta
dedican sus esfuerzos a la formación esmerada ae
obreros y agricultores. •
El ilustre Salesiano fué al terminar ovacionado
por la numerosa concurrencia.

En los Oratorios Festíoos.
MADRID (España). — De ese Oratorio Festivo,
que por su regularidad y ñoredmiento puede pasar
por modelo, nos escriben la siguiente rdadón, que
creemos agradará a nuestros lectores:
« El día 15 del pasado enero llevó a efecto la
feria anual con que se premia la asiduidad y buen
comportamiento del millar de ñiños que frecuen­
tan nuestro Oratorio Festivo. En ella pueden cam­
biar los vales de asistenda que redben cada do­
mingo y día festivo por objetos de un valor proporcioiiado al número de asistendas.

Ciento cuatro niños presentaron todas las asis­
tendas; lo cual significa no haber dejado de asistir
ni una sola vez, ni por la mañana ni por la tarde,
así en verano como en invierno. Además im 60 por
100 de los que concurren al Oratorio tenían más
de la mitad de las asistendas. Así se explica el
grande interés que la Feria inspira a los niños,
que ven premiada su constanda y que cada año
sea mayor el número de los que tienen el total
completo de las asistencias.
Dispúsose la feria en el amplio salón de actos
que se trasfonua en esta drcuuistanda en im ver­
dadero bazar, pro\*isto por la caridad de los Srcs.
Cooperadores Salesianos y de otras personas aman­
tes de la niñez pobre y desvalida. Veíase en primer
lugar ima secdón de alpargatas y zapatos; seguía
otra de camisas, camisetas, corbatas, cortes de blusa
y boinas: esta sección aimque bastante abundante,
se hubiera agotado tres veces y solo pudo agolarse
una vez. Venían luego algimos juguetes, mercancía
muy apetecida por los niños, pero que la mayor
parte sacrifican para proveerse de alguna prenda
de vestir; se lib a b a después a la secdón de Librería
y objetos de escritorio que por lo reduddo del precio,
agotó muchas de sus existendas; era también
muy visitada la secdón sígnente donde podían
adquirirse medaXlas, estampas, estatuitas y otros
objetos religiosos. Seguía luego una bien provista
secdón de bufandas de varias dases y tamaños,
calcetimes y pañuelos en escaso número, que fueron
tomados por asalto por estar al alcance de casi
todas las fortunas; y Ufábamos a la secdón de los
pri\Tlegiados que por tener todos los sellos podían
hacerse con un corte de traje completo de paño, o
algo equix'aíente. Unos 60 fueron los cortes de
traje repartidos. jCuántos miraban hada esta
secdón a la que hubieran podido llegar con.im poco
más de constanda, pues hay que advertir que
eran 97 aquellos a quienes faltaban menos de 6
asistendas para tenerlas todasi
Seguía después una secdón de jerseys y chalecos
de Bayona que, a pesar de ser de las más nmnerosas,
desaparedó como por encanto. Por último había
un puesto de caramelos y naranjas y alguna golo­
sina donde iban a se acabar y consumir los últimos
recursitos.
De manera que allí se podía entrar sin nada, y
sa'ir, rjLlyjtdo, vestido interior y exteríonnente,
con libros bajo el brazo, con algún juguete para
pasar el rato y chupándose los dedos tras algún
caramelo o barrita de guirlache.
En lugar preferente y debajo del cuadro de S. M.
el Rey, figuraban los regalos de SS. MM. las Reinas
Da. Victoria Eugenia y Da. María Cristina, a las
cuáles renovamos la expresión de nuestro más
vivo reconodmiento por el afecto con que distin­
guen a nuestras Escuelas. También nos compla­
cemos en dar las tnás expresivas gradas desde estas
al ilustre presidente de la Asodatíón
Matritense de Caridad D. Francisco G. Molínas,
a la Hígnígima Junta de Sras. Ccoperadoras, a los
importantes almacenes de tejidos de D. Augustín
de Vega^ y de los Hijos de Blas Morales, al acredi­
tado industrial, nuestro querido ex-alumno, D. An­
tonio Castañdra, así como a cuantos contribuyeron

_

con sus regalos o donativos a que pudierajn que­
dar contentos y animados al bien tantos niños
¡xjbres y aun tantos padres, que \’isiblcmente con­
movidos y agradecidos, abrazaban a sus hijos que
con su constancia se habían hecho acreedores a
tules premios. Nosotros no podemos recompensarles
su caridad, pero María Auxihadora y nuestro
Ven. l ’adre Don Bosco, desde el Cielo lo harán ab­
undantemente ».

TOBBEIfTE (España). — Las Hijas de María
Auxiliadora llegaron a ese pueblo a principios de
octubre del pasado año. Al cabo de cuatro meses
'escasos han logrado establecer luia Escuela Doniinical, modelo, a la que acudcií-' obra de cuatrocicutas jóvenes y niñas, t<)dos los domingos y
fiestas. Allí las jovencitos, bajo la maternal vigi­
lancia de las Religiosas se solazan en bulliciosas
recreaciones: asisten luego silenciosas v recogidilas a las fmiciones de la iglesia, donde rezan,
contím y reciben apropiadas instrucciones doctri­
nales. Tienen también sus actos literarios, donde,
al pixso que educan el gusto artístico, hallan tam­
bién honesto esparcimiento. Todo esto es y -signi­
fica el Oratorio Festivo para niñas y jóvenes. —
Ciento cincuaita de esas muchachas frecuentan
diariamente el colegio de las Hermanas: y es admi­
rable la mudanza que se nota en esas criaturas de
los comienzos acá. Todo su exterior parece -trocado
para bien: pone admiración y gusto oirlas rezar
y cantar las letrillas, sagradas: y más que todo
encanta y embelesa verlas asistir en buen munero
todos los días a la Santa Misa con edificante com­
postura.
BUENOS AIBES.
En el Colegio y Oratorio
Festivo de Slaría Auxiliadora á d barrio de la
Boca, los días 19 y 20 de diciembre, ante numerosa
y selecta concurrencia tuvo lugar el acto de la
distribución de premios a las aluninas de las clases
diurnas y noctunias de este importante centro
de educación. El programa fué desarrollado con
perfección tanto en las declamaciones como en
los cantos y con gusto exquisito en los hermosos
cuadrOvS vivos, líl K. P. Bonetti clausuró el acto
con frases de aliento a las alnmnas para que practitpieti durante toda su vida los sabios consejos
recibidos en el Colegio, y que mantengan siempre
unidas con sus celosas superioras.
MONTEVIDEO. — Las Ex-Aluranas de la
Escuela-Taller • María Auxiliadora * de esta Ca­
pital, quisieron dar una nueva muestra de la viva
gratitxid que profesan al benemérito Instituto
en cuyo seno se educaron. Con ese noble propósito
onienaron la celebración de un gran festival artís
tico, que se llevó a efecto el 9 de diciembre en el
salón del Circulo Católico de Obreros, 7 cuvo
producto íntegro
destinaba a la reparación de

124

"

los Colegios de las Hijas de M. A. devastados por
la guerra. Las generosas niñas pusieron en escena
el grandioso y patético drama « La Hija del ISIártir », en que se pintan las angustias y mortales
agonías de Margarita, la hija del Cansiller inglés
Tomás Moro, cuando su padre subió al cadalso
con cristiana entereza, por no someterse a los
heréticos propósitos del inicuo .Enrique \TII.
la representación no se sabía qué admirar más,
si el arte y graciosa naturalidad de las jó^•enes
actrices o el aparato y fastuosidad de la escena.
— En un entreacto el Dr. Canzani, ex-al-ufimo salesiano e iiitrépido paladín de la causa católica,
dió mía conferencia sobre la Obra de Don Bosco.
Las señoritas ICx-Alumnas, ayudadas de las
alumnas del Colegio, acabaron de amenizar el
acto con bellos cantos y mi cuadro plástico: « El
triunfo en las ruinas » que agradaron sobrema­
nera.
Al acto asistió el Ministro de Italia en Uruguay,
Exemo. Sr. Marqués Maestri Moliuari, con su
gentilísima esposa y una muy selecta concurrencia.
Las Ex-Aluinnas recaudaron cinco mil liras que
han enviado a la Superiora General de las Hijas
de M. A. para la restamración de los C o la o s, arrui­
nados por la guerra.
BEBNAL (Buenos Aires). — Las Ex-Alumnas
de María Auxiliadora obsequian todos los años
a las niñas que asisten al Oratorio Festivo de Santa
Cólóma con mi reparto de valiosos premios. Con
tal fin la Junta Directiva de las mismas se trasladó
el Domingo 21 de diciembre a ese Oratorio donde
fueron recibidas con grandísimo júbilo por ciento
cincuenta niñas, acompañadas de sus madres.
Las agradecidas oratorianas, antes de recibir
los anhelados premios, obsequiaron a sus amables
y gentiles visitadoras con una linda fiestecita,
en que sacaron a plaza, con gracioso .donaire, sus
dotes declamatorias, sus delicadas voces y aptitudes
musicales, los conocimientos de doctrina cris­
tiana, adquiridos en el Oratorio durante el año,
y sobre todo los bellos afectos de amor y gratitud
que guardan sus sencillos corazones para las su­
perioras y generosas donantes. Fué sobremanera
^cantador el cuadro « Las dos rizos de Jeséis »
que interpretaron tres nenitas como tres ángeles.
— Enseguida comenzó el reparto de cortes de
vestido, zapatos,' zapatillos, medias, pañuelos,
abanicos, muñecas, ropa blanca, objetos de fan­
tasía, etc, amén de quinientos bolliios y cinco kilos
de caramelos, que se entraron muy bonitamente
por entre aquellos labios de cereza.-..
CHUBUT [Patag. Central.-Argentina). — En los
dos Colegios que las Hijas de Alaría Auxiliadora
dirigen en Rawson y Trelew, cerrábase el curso
escolar contempor^eamente el domingo 21 de
dicienibre con sendas fiestecitas. con que las gen­
tiles colegiales obsequiaron a sus familias y bien­
hechores. Sabemos que en Raieson aqudlas, con­
vertidas en pequeñas actrices cosecharon muchísimós aplausos en la representación de la hennosa
comedia: <El anillo de oro » a cuyas escenas dieron
vida con xma naturalidad, sencillez y gracia en­
cantadoras.

— 125 —

En uno y otro Colegio se expusieron a la \'ista
del público las labores ejecutadas por las niñas
durante el curso. Allí se advertían una multitud
de acabados trabajos, desde los más usuales prendas
interiores, basta los lardados artísticos, los encajes
delicados y las más variadas labores de fantasía,
cosas todas que revelaban tanto la habilidad y
soltura de las finas manos 'que las ejecutaron,
como la paciencia y pericia de las beneméritas
llaestras. ¡Flores preciosos de la agreste Patagonia
que bien pueden ponerse al lado de las más bellas
y vistosas de la culta Europa!
k< > 0 0 0 0 -0 -0 -0 < H H > 0 -0 -0 -0 -0 '0 ^ > 0 9

N u e str o s

B x a tu m n o s.

Por
el
mundo
$ale$iano
___________

-J)

F R U T O S E N SA Z O N .
Síientras en nuc.strns Casas de Europa se siguen
las tareas escolares y profesionales en pleno curso,
llegan del otro hemisferio salesiano, intersiintísimns
y consoladoras noticias de la tenninacióu del curso,
con sus solemnes premiaciones y hennosns esta­
dísticas de fructos cosehados. Es ttna gallarda
muestra de la \dtabdad robustísima <lel grandioso
árbol salesiano, cuyas ramas se extienden \yjT lodo
el mimdov perennemente cargados de flores visto­
sas y frutos en sazón.

PAYSANDÚ (TJrt^ay). — Otra vez hemos de
tributar im aplauso a nu^tros Ex-alumnos uru­
guayos, que con sus febeísimas iniciativas y em­
BUENOS AIRES. — En el « Colegio de San
presas admirables merecen llevar tras sí la atención Juan Evangelista » se echó el cerrojo al curso el
de sus compañeros de todo el mimdo. Aunque otra día 15 de didembre con un lucidísimo acto. «Se
prueba y testimonio no tu\iéramos de la robus- estrenó ima bonita zarzuela, original del P. Eran- '
tfeima vitabdad de los Centros de Ex-alumnos dsco Zaninetti, titulada « Dejando el Kido »,
de la Rep. Oriental, nos bastarían las provecliosas sobre un bbreto escrito por el ex-alumno D. Ense­
empresas que de continuo acometen y dan cima bio Speroni. Después de otros bonitos números
con juvenil ardimiento, para certificarnos de ella. bterarios y musicales, se dió lectura a los pre­
Es nobilísimo empeño procurar a las intebgenciase miados, cuyo mhneix) alcanzaba a algunos cente- .
sano y abimdante pasto; y esto ha hedió el Centro nares. Entre estos premios merece señalarse el
a Allavena í de Paysandú, constituyendo una que la Asociación de Ex-alumnos de Don Bosco
buena biblioteca para sus socios, donde no el mx- adjudica cada año alálmnno que más se ha aven­
mero, sino la bondad, la exquisitez, la excelencia tajado por conducta y aplicación, entre'los que
de los bbros prevaledesen sobre toda pondera< Íón. tenninan los estudios: este premio, consistente en
Tras largos años de trabajo tenaz y consta; íte, una preciosa medalla, correspondió al alumno
se han reunido ochocientos i>olwncncs, todos buenos, Lorenzo Ferro.
todos escogidos, donde los socios hallan sólida
_ Del í Colegio Pió IX » sabemos que abrió al
doctrina y deleitosa y honesta recreadón. Una de público e.ste año al fin del cursíi la Exjxisición In­
la.-í mayores calamidades que afligen a las mo­ dustrial de sus Escuelas Profesionales, fjue suele
dernas generaciones, es la fatal y sutil ponzoña efectuar anualmente. Todas las secciones demues­
que se les sirve en la dorada copa de la literatura, tran adelanto, esmero en la ejecución, orden y
sea doctrinal o amena; tiembla la mano al tomar método, junto con un delicado gusto arlí.stico.
im libro, que no sabéis si contiene la muerte o la Los trabajos son ejecutados todos exclusivamente
dda: y como la fiebre del leer todos, quien más, por los artesanitos, por el orden rigiiroso seña­
quien menos la padecemos, ved si no es gran \’en- lado por los métodos vigenu-s cu nuestras Escuelas
tura tener a mano una alcancía, de donde con toda Profesionale.s. Basta una mirada a la expo.sicíón
seguridad y descuido podáis sacar el refrigerio y para echar de ver la bondad de esos métodos: así
solaz de vuestro espíritu. Esta bibboteca, los Ex- lo han reconocido los jurados peritos que la lian
alunmos, con muy buen acuerdo y tma generosidad visitado.
que les horura y merece las bendidones de Dios,
_Jxjs niños artesanos de este Colegio han te­
han puesto al servido de las famibas cristianas, nido un rasgo que pone de manifiesto la nobleza y
que no siempre pueden encontar los bbros, que la elevación de sus afectos y pensamientos. Habiendo
honestidad y condenda recomiendan.
sabido que el Sr. Inspector Rmo. Sr. D. José Vesifignani, recauda fondos para la obra de María
Auxüiadora en favor de las vocaciones eclesiás­
N osotros queremos almas y nada ticas. un grupo de esos niños, socios de la Compa­
ñía del Smo. acordaron hacer una colecta entre
más. ¡Enviadnos, Señor, eruees, eUos, que produjo venticinco pesos (sacados de
espinas, persecuciones de todo sus exiguas propinas) y los renirtieron al Sr. Ins­
lin a je ; pero que podamos salvar pector, acompañados de una carta conmovedora,
muchas almas juntamente con la en que dan muestras de que se dan perfecta cuenta
del alcance e importancia de esa obra necesarísima
nuestra!
de las vocaciones. Este hermoso rasgo, aunque
'
Vble. Don Bosco.

— 126
lio fuera, que sí lo es, una lección y ejemplo a los
que pueden hacer mucho por esa grande obra, es
dertaniente otra regaladísimo fruto de la educa­
ción salesiana de esa Casa.



RODEO DEL MEDIO (Argentina). — En la
« Escuela Don Bosco » de esta localidad, la re­
partición de premios se efectuó con la solemnidad
acostumbrada el día 14 de Diciembre. También
aquí la Asociación de Antiguos Almnnos otorga
un gran premio de honor al joven, que al terminar
sus estudios, más alto ha mantenido su buen
nombre durante la permanencia en el colegio: el
premia fué concedido al alumno de sexto grado,
Ernesto di Doménico.
Repartiéronse premios de < Conducta », a los 10
vencedores del « Certamen Catequístico > y de los
ordinarios de cada grado con algunos especiales,
como de música, declamación, ghnnasia, etc.
Pero merece mención especialísima la « Escuela
de Viticultura y Enología ». aneja a ese colegio, y
de la cual han salido este año doce nuevos viti­
cultores, que en ella han terminado los cursos, des­
pués de rendir un examen satisfactorio ante una
comisión compuesta de seis distinguidísimos ing.
agT(^omos, empleaclos del Estado.
Se advertirá la importancia que tienen esos doce
nuevos viticultores, que la « Escuela Salesiana >
ofrece a la Patria como regalido fruto de sus fati­
gas, si se tiene en cuenta que la viticultura y eno
logia es la principal riqueza de esa fértilísima re­
gión argentina.

CHUBUT (Argentina). — También de las
apartadas regiones del Chubut llegan noticias de
haberse solemnizado la clausura de las tareas
escolares, con bellísimas exhibiciones artísticas,
que son un complemento necesario e indispensable
de- la vida humana. Los Salesionos, que han asis­
tido al nacimiento y desarrollo de aquellas pobla­
ciones, hoy florecientes y llenas de vida, no han
descuidado im pimto la instrucción y educación
de los niños, al paso que prodigaba^ sus atenciones
espirituales a la población, que aiunentaba de
día en día. En el Colegio Salesiano de Rawson, el
14 de diciembre se repartieron los premios. Una
vaUente orquesta interpretó piezas de tanto valor,
como i Anillo de hierro • e • barbiere di Siviglia »,
mientras los alumnos dieron muestras de su des­
pejo y soltura en la recitación de la conmovedora
comedia « Los dos Saboyanitos », que se entró
por el alma de la concurrencia, a quien arrancaba
ora dulces lágrimas, ora bulliciosas risas. Tenninóse el acto con la proclamación de los alumnos,
que se habían hecho acreedores al premio por su
conducta y aplicación.
Igualmente en el 1 Colegio de Santo Domingo »
BERNAL (Argentina).— D ie c io c h o n u e v o s
de Trelew (Clmbut) nna semana después, se llevó MAESTROS. — En esa populosa ciudad, inmediata
a efecto la lUtiina solemnidad escolar. Con el gusto a Buenos Aires, dirigen los Salesianos un grande
y exquisita habilidad de verdaderos artistas, los Colegio, bajo el patronato de « Nuestra Sra. de la
jóvenes alumnos pusieron en escena el drama Guardia » donde se educan más de quinientos
medioeval, en cuatro actos 1 Boemundo de Altem- alumnos, y tienen establecido el Noviciado y
burgo » y algunas piezas cómicas, que hicieron Escolasticado. Una sección de ese Colegio está
pasar im deUcioso rato a la numerosísima concu­ destinado a Normal de Maestros. No hay porque
rrencia. La orquesta del Colegio por su parte ame­ ponderar la importancia inmensa que tiene .hoy
nizó los entreactos con las más bellas composi­ día la fonnación de buenos maestros.
este un
ciones de su repertorio. Distribuidos los premios, campo que nuestros enemigos, los enemigos de
el Padre Director cerró el acto con ima sentida -Dios, cultivan con preferencia y que quisieran
alocución de plácemes a los premiados y despedida monopolizar de todo pimto. Los Salesianos se
a los que se disponían a volver a sus familias.
percataron enseguida de esa urgentísima ne­
cesidad y a remediarla se han dedicado con ardor.
GEXERAL ROCA (Argentina). — En el i Co­
Fonnar hombres, que a la vez que difimdan la
legio San Miguel * de esta población sudargenlina
luz de la civilización y cultura, sean apóstoles del
se clausuró el curso e.scolar con una belhsinia ve­
bien y de la verdad entre los niños, es no sólo
lada artística, a la que asistieron las principales
secundar la obra de Don Bosco, sino atajar por
familias de la población y las de los alumnos.
lo más corto y contribuir eficadsimamente a su
Estos lucieron su garbo y habilidades en la inter­
realización. Sólo que a veces no alcanzan ios re­
pretación de cantos, poesías y piezas dramáticas,
cursos tan lejos como la voluntad y el deseo...
que como « Los dos caracteres opuestos » (sainete),
He aquí, pues, porque apuntamos hoy con viva
I El saboyouito » y « // PastoreUo » (romanza),
I ¿Angel o diablo? 1 (monólogo) y la « Escuela de satisfacción y gozo inmenso en nuestra crónica
la salida del gallardo escuadrón de dieciocho
la Aldea » divirtieron grandemente al público
Luego- se procedió a la proclamación de los nuevos maestros, que acaban de graduarse en
premiados de los cuatro grados, en medio del si­ nuestro Colegio de Bemal, a batallar las nobilí­
simas batallas de la ci\ üizacióu cristiana para
lencio emocionante de la asamblea y el justo rego­
bien de la religión y de la patria argentina.
cijo de los agraciados.
¿Quién hubiera dicho hace treinta años, que en
esas poblaciones incipientes enloncss y olvidadas
en meilio de las inmensas pampas, se celebrarían
esas hennasas fiestas con la precisión y exquisito
gusto de las más adelantadas ciudades europeas?
Frutos son estos de lo que se sembró cutre
sudores y fatigas: nuestros infatigables misioneros
pueden dar por bien empleados sus trabajos.

MONTEVIDEX) (Uru^ay). — En los Talleres Don
Bosco de la capital Uruguaya han terminado d
aprendizaje cinco alumnos, habiéndoseles otorgado
la correspondiente patente en diciembre pasado..
Fueron ellos: Héctor Osorio, sastre, C. Antonio Cajarville, José Baliñas, carpinteros, José Derrosa, zapa­
tero y Luis Goró, encuadernador. El aprendizaje
dura cinco años, divididos en semestres, a eada uno

— 127 —

delos cuales corresponde una serie ordenada y me­
tódica de trabajos, de cuyo suficiente desempeño
se da muestra en exámenes rigurosos, lo que les
da ima competencia especialísima y un dominio
del arte fu toda su extensión.
Estos cinco jóvenes van a la sociedad con im
caudal de conocimientos que los hace útiles para
í y para los demás, y con el espíritu y el corazón
fonnados en la fragua de la religión, lo que es garautía de honradez acrisolada.
HANGA (Uruguay). — « La Escuela Agrícola i
del Manga ha coronado también el curso, otor­
gando' a cinco de sus alumnos el título de « Perito
Rural » o « agrícola *. Es este d segundo grupo
de agricultores, racional y dentíficamente ins­
truidos. que lanza a las fecundas luchas d d tra­
bajo esta joven institudón salcsiana. Para las
feradsimas tierras de su patria estos ardorosos
jóvenes, sólidamente preparados para el cultivo
de la viña, serán sin duda una bendidón d d délo.
— En d I Colegio Jakson » de esa misma loca­
lidad, donde se dedican a los estudios un escogido
escuadrón de jóvenes religiosos salesianos dd
Uruguay y d d Brasü, se cerraron las tareas esco­
lares dd pasado curso con una ceranonia memo­
rable, de esas que llenan de santa alegría a toda
nuestra Congregadón. En efecto, a prindpios de
diciembre redbieron allí d sagrado orden d d pres­
biterado siete escolares salesianos dd Brasil, que
a estas horas habrán ^'udto a su patria para ser
¡lás y sal en medio de los pueblos. Y estos ya son
frutos de mayor cuantía.
Así mismo d d i Colegio de N. S. d d Rosario »
de Paysandú, han salido tres jóvenes, con la ca­
trera de Estudios secimdarios felizmente termi­
nada.
Esos han sido los friutos de más relieve que se
han recogido en la cosecha del illtimo pasado
eirso en las Casas Salesians del Uruguay. A ellos
habría que añadir los centenares de niños que se
han instruido y educado en los Colegios y Ora­
torios Festivos: las oraciones, actos piadosos, pri­
meras cominiones... y tantas otras preciosísimas
cnsiUag que brotan regularmente de todo árbol
salesiano...
VALPARAISO (Chile). — F i e s t a s d e h n d e
CURSO. _ En Valparaíso d Instituto Salesiano
está diddido en dos secdones ü^ependientes y
autónomas: las Escudas Profesionales y d Co1^0 Comercial.
Cerró éste las tareas escolares d 19 de didembre
último con un hermoso acto público, presidido
por Mons. Eduardo Gimpert, Gobernador Ecleáástico, d Rdo. D. Luis Kai, Inspector de las
Casas Salesianas de Chile, D. José Fabrés Pinto,
Alcalde Munidpal y otras distinguidas personali­
dades d\-iles y edesiásticas. Las escolares entreturieron a la selecta concurrenda muy agradable­
mente con varios cantos y recitadones cómicas,
owtio la linda zarzudita « A jugar » de nuestro
Pedrolini y d chistosísimo monólogo • Un huaso
de Examinador * que redtó con comiddad insu­
perable l)on Ernesto Esparragués. Luego se re­
partieron los premios a ios aliuunoa da los cuatro

cursos dementares y de los dos años de comerdo.
Algunos días después, es dedr, el domingo inm^
diato, día 21. se repartieron los premios a los
alumnos artesanos de las adjimtas Escudas Pro­
fesionales. Honraron la fiesta con su presencia
d Ministro de Italia Exmo. Sr. Conde Kam Mocenigo, d Padre Inspector Salesiano y varios
ilustres miembros de ambos Cleros de la población.
Lo más notable d d acto fué la entrega de los
diplomas de oficiales a tres alumnos, que termi­
naron d aprendizaje, a quienes la Dirección dd
Colegio entregó al propio tiempo sendas libretas
de la Caja de aliorros, dos de ellas con imposiciones
de ciento veinte pesos cada mta, y la tercera, de se­
senta.
Los alumnos solazaron a la concurrencia con
hermosos ejerdeios literarios y musicales, cose­
chando müchísimos aplausos los p^ueños artistas
de la banda instnunental, por la afinación y exac­
titud con que interpretaron bonitas y difíciles
piezas.
Antes de terminar d acto, el Sr. Ministro de
Italia tomó la palabra para felicitar efusivamente
a los alumnos y profesores, inculcando sobre todo
a los jóvenes d amor al trabajo y a la virtud.
PARAMA (Centro-América). — A gradable
— Así se titulaba un sudtedto que leimos
en « Acdón », publicadón mensual dd « Hospido
de Huérfanos 1 de aquella Capital (jue dirigen los
Salesianos y d d cud no queremos privar a los
lectores del Boletín. Detía así:
« En estos días hemos tenido la satisfaedón
de estrechar la mano a nuestro antiguo alumno
Claudio Ylesio, indio de San Blas, titulado en d
ofido de carpintero. Llegó por primera vez este
machigua a nuestro Ho.spicio coiiduddo |x)r d
Padre Misionero, aún de tierna edad,- sin saber
ima palabra de castellano e ignorante de todo y
por todo. Después de cinco años de trabajos y
cuidados se tituló de carpintero, saliendo tan
aprovechado, que le valió d que los de su raza,
espedahneute el dmento joven, lo esogiera como
jefe.
Nos contó que está luchando a brazo partido
con los protestantes, que quieren arrollarlo todo,
y vino a Panamá para gestionar con d Sr. Presi­
dente de la República, d modo de traer a nuestro
Hospicio en donde él se educó, a la nueva generadón, porque no habiendo por allí misionero cató­
lico, redba ésta la reKgú'm católica, la lengua, la
instrucción y la educadón: y añadió que ya había
Jiecho quitar muchas pé.simas costumbres en medio
de los indios, como por ejemplo: beber chicha
hecha con ingredientes nodvos a la salud y con
pdo dd cabello, fomentó una campaña para que
no entrara en aqudlas islas el aguardiente, causa
de toda.s las sangrientas lucha.s, y plantó al amparo
de la religión, prindpios moralizadores.
Deseamos a nuestra primer flor de las sdvas,
nn éxito completo en sus trabajos dvilizadqres ».

VISITA.

CARACAS (Venezuda). •— F i e s t a c o n m e m o ­
— El domingo 23 de noviembre, fué esco
gido por los Salesianos y sus Cooperadores de Ve­
nezuela, para festejar d 25® aniversario de m

r a t iv a .

w
— 128 —
licjíníla a esa nación y dar gracias a Dios y a la
■ Sina. Virgen jMr los beneficios y favores sin cuento
(ine han procligaflp sobre la Obra Salesiana du-.
rante los cinco primeros lustros de su existencia
en ella. Ix)S festejos se mantuvieron dentro los
límites de una severa sencillez, sin pompa ni fas­
tuosidad.
A las 7 de la mañana dijo misa de comunión
general, el Kxemo. Sr. Internuncio de S. S. La
igle.sia estaba completamente llena, A las g, misa
solemne con asistencia del Sr. Internuncio. Cantó
la misa el Dr. Silva, Canónigo y Deán de la Cate­
dral de Colabozo; fué diácono el Padre Lucas Cas­
tillo, uno de los primeros alumno.s de los Salesianos
y Cura hoy de San Casimiro; quiso venir expresa­
mente para ese día; la música toda del más exqui­
sito gusto y segi'm las nornias de la Igle.sia. Ocirpó
la cátedra sagrada Monseñor Micolás Navarro,
Protonotario Apostólico y Dean del Wnerablc
Capítulo Metropolitano y el mismo que \einticinco años hace, desde las columnas de La Religión,
Director entonces de ella, daba la bienvenida a
los vSalesianos y les miguraba toda felicidad. En
lenguaje correcto y atildado puso de relieve la
obra de los Hijos de Don Boscó en Venezuda,
país esencialmente religioso y católico.
Desijués de la misa fueron invitados a modesto
almuerzo con los Padres Salesianos el Sr. Inter­
nuncio y su Secretario Mons. Bartoloni, Mons.
Navarro, el Canónigo Santiago García, los Padres
que habían oficiado durante la mañana, d Sr, Dr.
J ose Avala y el Dr. J uan de Dios Méndez y Men­
doza, constante amigo de los Salesianos y en oca­
siones Profe.sor del Colegio; se excusó a causa de
luto el Dr. Luis Espdozín, Rector hoy d d laceo
Caracas, iMinistro de Instrucción Pública cuando
llegaron los Salesianos y siempre sincero admira­
dor de éstos.
Al brindar, el R. P. Enrique Ris a, Primer Su­
perior de los Salesianos en Caracas, por la felicidad
de los allí presentes, tuvo también frases de justo
reconocimiento hacia las autoridades eclesiásticas
y civiles y de una manera especial hacia el Señor
ínteruundo que encarna, como decía el orador,
las dos cualidades que distinguen al l'ontifice
reinante: sabiduría y santidad; terminó haciendo
\ otos de felicidad por esta nación, a la cual ellos
llaman su segunda patria. No hubo aplausos, pero
el profunso silencio que por algunos instantes
siguió Irás sus palabras, bien manifestaba la ciúoción <tue embargaba a tocios. Después vinieron a
la memoria y recordaron los pre.scntes a tantos
Prelados ilustres, tantas buenos religiosos muertos
o ausentes, tantos alumnos distinguidos y buenos.
A las 4 y media tuvo lugar la segunda parte de
las funciones religiosas; asustió el limo. Sr. Arzohisix^. Tras un canto religioso, ocupó la cátedra
el Dr. Reinaldo Esculpí. Canónigo y Secretario
del Sr, .\rzobispo. Trató su oración sobre lo que
es el wra/.óu del niño, para de ahí fácilmente pasar
a la importancia de su educación; tuvo también
bellas frases jutra la Ol)ra de Don Bosco. Acto

continuó se dió la bendición Papal; se cantó d
Te Deum y se concluyó con la bendición de S. D. M,
La numerosa concurrencia que llenaba el templo
pasó a feliétar a los Padres, a visitar el Colegio,
recorrer sus salones, contemplar el patio ocupado
en esos momentos por los niños que llenaban todo
de alegría y a ver el brazo del Santuario, que está
en construcción.

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Sres. Cooperadores difuntos:
En Vülena (Alicante-Esp.):
Rdo. Dr. D. Federico López González.
i> D. Ciro Palao,
» D. Agustín Barberá,
Da. Joaquina Fernández de Falencia.
En -Barcelona:
Muy Ilustre D. Ignacio Janer de Milá y de la Roca,
Da. Enriqueta Montéis, Vda. de Torres,
D. Joaquín Durán y Bach,
Exmo. Sr. D. Hermenegildo García,
Exiua. Sra. Da. Anita Roca y Pons de Pons,
Da. Pascuala Jimcadella y Uliva.
En Sarriá:
Don Joaquín Ruiz,
En A/fl/Zíríí (Valencia): ■

Rdo. Dr. D. Ihancisco Carreras Lnñana,
1
i D. Rafael Carreras Tortosa,
Da. Herminia Luñana Sancho,
Ivn Valencia (del i ‘>enero 1919 al
febr. 1920);
Da. Amparo Sebastiá de Escrich, *
D. Antonio Gimeno,
Da. Amparo R. de Olóriz,
lima. Sra. Da. Carmen Barber,
Exema. Sra. Da. Carmen Galiána,
Da. Carmen Riera,
Don Carlo.s-Blanco,
Da. Dolores Tomer.
Exema. Sra. Da. Encamación Ibáñez, Vda. de
Gadea,
D. Eduardo Carrasco,
Da. Francisca Sancho,
Don Francisco Pastor.
Don Guillermo aioiiüs,
Da. Isabel Sancho,
D. José Calvo,
Da. J osefa, Vda. de Cortina,
Da. Josefa Bereuguer,
Don J osé Mares,

(t'ojhmuará).

Con aprobación de Ja Autoridad Eclesiástica: Gerente: GEMINIANO FERRARI.
Establee. Tip.de la S . A. lnt.de la Buena Prensa. Corso Reg;ina Margherita, N. 176-TURIN