BS_1915_01.pdf

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r^cvisía de las Obras de Don Bosco
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Turin — Via GoUoIcngo N. 52 .

S U M A R IO . C arta del R evin o . D. Pablo Albera . > i
E l Sistem a educativo del V e n . Juan Bosco . . » 7
Para la beatificación d el S iervo de Dios Dom ingos
Savio. Traslación de los restos mortales
. . > 10
D e n u e s t r a s m i s i o n e s : China, Ecuador, República
A rgentina, Matto G rosso (Brasil) - A los uiños > 12
D e la g u e r r a .......................................................................17
L a Biblioteca A g-aria Solariana en la E xptsicióu de

-S í
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G é n u v a ................................................
19
Tesoro e s p i r i t u a l ..................................................................... 19
G racias de María A u z i l i a d o i a ...........................................90
P o r El, MUNDO SALKSiANo: Por la p a z — A lia em­
presa de am or — Noticias varias — Por la memo­
ria de P ío X
......................................................................93
B i b li o s r a f la ................................................
26
N ecrología - Cooperadores Salesianos difuntos
. . 27

Carta del Revmo. D. Pablo Albera.
T u rin , Enero 10 de 1915.

hombre de Dios, apóstol de la huma­
nidad y dulcísimo Padre nuestro, y
/oí> <^ze:>, (Boo^ezacíúte:>
para postrarse a los pies de la que ha
sido, es y será siempre la Inspiradora
^ (3oc^ezac/ozas <§a¿€siatiot>. y Madre de las Obras Salesianas.
Y en lugar de todo esto, vemos a
' i el Año Nuevo viene siem­ Europa y al mundo sumergidos en el
pre acompañado de plá­ dolor más tremendo, en la más dolocemes y de generosos rosa de las pruebas.
Por nuestra parte tal vez nos veremos
propósitos, nosotros de­
biéramos alegrarnos y abrir el ánimo obligados a aplazar la celebración de
a las más halagüeñas esperanzas al los dos centenarios, porque no hay ape­
entrar el año de 1915, el año cente­ nas ánimo para pensar en otra cosa que
nario del nacimiento de Don Bosco en las grandes calamidades que afli­
y de la institución de la fiesta de María gen a las naciones.
En efecto, la guerra v a hundiendo
Auxiliadora. Pero desgraciadamente
se ha oscurecido por completo la dulce en sangre la prosperidad de varias
alegría de que nos lo imaginábamos de ellas, mientras sus consecuencias
lleno. Esperábamos fundadamente ver paralizan la vida de las demás. Y con
llegar a Turin grandes multitudes de todas ellas los Salesianos nos sentimos
)ex-alumnos y amigos de todas partes unidos por vínculos de profunda gra­
lei mundo, para aclamar a aquel titud y viva amistad, pues en todas

son bendecidos y amados los nombres
de María Auxiliadora y de D. Bosco,
en todas tenemos obras que florecen
al abrigo de la caridad.
¿Y cómo podríamos entonar cán­
ticos de júbilo y celebrar grandes
solemnidades, mientras tantos seres
humanos mueren trágicamente o sufren
de mil maneras? Muchos de nuestros
hermanos han muerto ya, y otros están
expuestos a morir de un momento a
otro, envueltos en la ola de sangre;
muchos institutos un tiempo flore­
cientes, hoy están cerrados o reducidos
a situación misérrima; falanges ente­
ras de Cooperadores están ahora como
separados de nosotros, sin noticias ni
comunicaciones, dadas las dificuldades
para el envío de el Boletín.
Nosotros, aterrados de las propor­
ciones del incendio, comenzámos desde
sus principios, desde el 2 de agosto,
a elevar especiales oraciones ante el
alfar de María Auxiliadora implo­
rando la paz, y estas humildes oracio­
nes continuarán elevándose hasta que
la divina clemencia se digne escu­
charlas. E l 24 de cada mes, dedicado
por los devotos a la conmemoración
de María Auxiliadora, se aviva en
nuestros alumnos y Cooperadores el
fervor en estas súplicas, al mismo
tiempo que se ruega según las inten­
ciones particulares de Su Santidad el
Papa. jHaga Ella que se verifique lo
que decía nuestro Ven. Padre Don
Bosco: que « nuevos y grandes benefi­
cios concedidos al género humano por
tan tierna Madre, excitarán a todos
los pueblos a postrarse ante sus altares
y prometerle devoción imperecedera »!
E l momento es grave: es la hora de
una gran expiación social. Dios quiere
hacer comprender a los pueblos que
aun su felicidad temporal está única­
mente en la práctica de las enseñan­
zas del Evangelio. Cuando lo hayan
comprendido, despuntará la aurora de

la restauración de todas las cosas en
Nuestro Señor Jesucristo, que dará
nuevos triunfos a la actividad humana.
Guardémonos pues, amados Coope­
radores, de entregarnos al desaliento
o al m iedo; redoblemos más bien
nuestros esfuerzos para que reine Jesu­
cristo en la sociedad moderna. Ponga­
mos nuestra confianza en María A uxi­
liadora, que, como ha sido constituida
Madre de la humanidad doliente, sabrá
dar a Europa y ál mundo la suspirada
paz.
Obras realizadas en I9'4.
Y ahora, para cumplir con el Re­
glamento, voy a deciros lo que, con el
auxiho de Dios y con vuestra caridad,
hemos podido hacer el año pasado y
lo que deberemos hacer el venidero.
Y ante todo, conviene recordar que
las Obras de Don Bosco, antes de morir
el inolvidable D. Rúa habían alcan­
zado tal desarrollo, que se necesitaba
anualmente más de dos millones de
pesetas sólo para el mantenimiento
y educación de niños pobres y abando­
nados, sin incluir en esta cifra las enor­
mes sumas necesarias para las Misio­
nes en pueblos infieles o salvajes y
para las demás obras de civihzación
y religión. Ahora bien, el hecho de que
hayamos podido continuar y aumentar
estas obras ¿no os parece digno de
admiración y de gratitud para con
la bondad de Dios?
Pero jsea E l bendecido también
por la asistencia que nos ha otorgado
para poner mano a nuevas empresas!
Hablar de una nueva expedición de
Misioneros con estas estreches, pare­
cería un disparate. Y sin embargo, ce­
diendo a vivas y apremiantes instan­
cias, repetidas casi diariamente, y con­
fiando en la Divina Providencia, nos
hemos decidido a mandar también
este año, una de 25 nuevos Misioneros.
iSea alabado el Señor también por

— 3 —

haberse dignado alegrar con nuevos
retoños el árbol salesiano!
Tales son aquí en Italia las parro­
quias de la Sagrada Familia en Flo­
rencia y Ancona y de S. Agustín en
Milán, las cuales esperamos harán
mucho bien con el auxüio del cielo, en
los barrios populares en que se hallan.
Fuera de Italia, me es gratísimo re­
cordar dos fundaciones particular­
mente gratas a mi corazón, por el
objeto a que se destinan; la de Talavera.
de la Reitia en España (pr. de Toledo)
y la de Unter-Waltersdorf, cerca a
Viena, en Austria, pequeños seminarios
destinados a cultivar vocaciones ecle­
siásticas.
Otra fundación no menos necesaria
tuvo lugar en Filadelfia (Estados Uni­
dos), para hijos de emigrados. Tam­
bién las Misiones se felicitan de nuevas
fxmdaciones.
Una de ellas en Rivadavia, en la Patagonia Argentina, en esos inmensos
Territorios donde, como sabéis, sería
necesario abrir inmediatamente otras
diez por lo menos.
Otra en Indanza para los Jíbaros del
Ecuador, debida al celo de su Vicario
Apostólico, el limo. Mons. Santiago
Costamagna. Esta requiere de un modo
especial grande espíritu de sacrificio
de parte de nuestros misioneros, y de
caridad de parte vuestra, amados coo­
peradores.
Nueva disposición y por lo mismo
un verdadero desarrollo, recibió la
Misión de Heung-SJtan en la China.
Aquellos buenos hermanos, con sus
no pequeños sacrificios, se han distri­
buido todo ese vasto territorio y ahora,
debido a su celo, no solamente reciben
regular asistencia todas las pequeñas
cristiandades, sino que surgen nuevas
capillas y con el auxilio del Señor se
obtienen grandes conversiones.
Finalmente, como si todas estas
tierras de Misiones, fueran campo

estrecho para nuestra humildísima So­
ciedad, hemos tenido que ceder a las
instancias de la Santa Sede y aceptar
la Prefectura Apostólica del Rio Fícgro
en el Brasil, incomodísimo y dificilísimo
campo, que ha rendido ya la robustí­
sima fibra de otros celosísimos misio­
neros. ¡Ah! plegue al Señor que no de­
fraudemos las esperanzas en noso­
tros depositadas por el inolvidable
P ío X !
Motivos de aliento.
De intento he querido recordar este
nombre dulcísimo, para repetir pú­
blicamente nuestra gratitud a aquel
gran Pontífice por el afecto paternal
que tuvo siempre para con nuestras
obras y por los auxilios generosos que
con regia munificencia prestó a varias
de ellas. L a historia de nuestra Pía
Sociedad recordará, entre otras prue­
bas del afecto de Pío X , el haber mi­
rado con ojos de predilección nuestras
Misiones del Matto Grosso y su perso­
nal, del cual no sólo sacó al Obispo
Auxiliar del Arzobispado de Cuyabá,
en la persona de Mons. Francisco d’Aquino Correa, sino que eligió el primer
Obispo de la nueva Prelatura de Araguaya, (que abraza todas las Misiones
del Matto Grosso), en la persona del
Superior de dichas Misiones, Mons.
Maián, el infatigable apóstol de esas
tierras: y el del Vicariato de Río Negro,
en la del activo Padre Bálzola.
A l nombre santo de Pío X , séame
lícito unir el de su sapientísimo Su­
cesor, Benedicto X V . L a alegría mayor
que experimenté el año pasado fué
la probada al postrarme a los pies del
nuevo Papa. En aquella hora entera
que me tuvo a su lado, no sólo gusté
la inefable dulzura del creyente a la
presencia del Vicario de Jesucristo,
Pastor Supremo y Maestro infalible,
sino también el goce profundo del beneficado ante su bienhechor. Yo no sé.

-- 4 — ■

amados Cooperadores, si D. Bosco Savio; pero también lo es que la fama
mismo, que tanto amaba al Papa, de santidad de Domingo ilustrará no
habría sentido mayor dulzura al ver poco la de su Director. E sta era la
sus ideales tan conformes a los del V i­ impresión dominante en aquella ilustre
cario de Jesucristo y tan estimada de asamblea de Turín, presidida por
él la Obra Salesiana...
el Emmo. Cardenal Richelmy, Sus
¡Gracias, Beatísimo Padre; en el Altezas Reales los Duques de Génova,
corazón llevaremos indeleblemente gra­ varios Excelentísimos Sres. Obispos,
bados vuestros augustos deseos y vues­ cuando el malogrado Mons, Radinitras amables voces de aliento!
Tedeschi pronunció su espléndida ora­
Y ya que de consuelos hablo, per­ ción en elogio del piadoso jovencito.
mitidme recordar otros. E l anuncio
Tampoco se puede pasar en silencio
de las fiestas centenarias de María el magnífico empuje de filial afecto
Auxiliadora y de D. Bosco despertó dado por los Antiguos Alumnos a la
en todas partes tal entusiasmo que, inolvidable memoria de Don Bosco.
como desbordando, trajo de remotos No contentos con reunirse periódica­
países numerosas peregrinaciones.
mente en los institutos donde pasaron
Fuera de las de diversas pro^dncias tan felices años formándose en la vir­
italianas, no puedo menos de citar las tud y el saber, para retemplar su espí­
de Austria, España, Colombia y Mé­ ritu, se han entregado con toda acti­
jico, conducidas por ilustres Prelados vidad a la tarea de recoger la suma
y miembros del catolicismo social. necesaria para el monumento que ha
J amás olvidaremos la devoción con de recordar dignamente el primer cen­
que celebraron las funciones en el San­ tenario de D. Bosco. Reciban también
tuario, ni la veneración con que visi­ ellos la expresión de mi más viva gra­
taron los aposentos y las tumbas de titud y de mi afecto de padre.
¿ Y debería yo callar el entusiasmó
D. Bosco y de D. Rúa. Algunos de
ellos han dicho que la impresión más y generoso empuje con que muchos de
dulce que llevaban de Italia, después vosotros, amados Cooperadores, han
de la recibida a los pies del Papa, era respondido a mi llamamiento para
sin duda la alegría espiritual experi­ restaurar el Santuario de María A uxi­
mentada en el Santuario de María liadora? Por confesión vuestra sé yá
Auxiliadora. ¡Diosos recompense, ama­ que la misma Santísima Virgen se
dos peregrinos, y María Auxiliadora ha encargado de recompensaros, y no
mantenga siempre extendido sobre vos­ me resta sino agradeceros y exhor­
taros a continuar hasta que estén ul­
otros su bendito manto!
Otro grande consuelo ha sido la timados, y hacer votos para que vues­
introducción de la Causa de Beatifi­ tro ejemplo sea imitado de muchos
cación y Canonización del alumno de otros fieles, de modo que la santa em­
D. Bosco, Domingo Savio. «Si, como presa tenga pronto feliz coronameinto.
decía el sapientísimo León X III, la L a Santísima Virgen seguirá bendisantidad de los hijos es la mejor prueba ciéndoos.
de la santidad del Padre », nosotros
hemos gozado íntimamente al ver tan
Para e! ano de 1915.
honrado por la Iglesia a un simple
Pero tiempo es y a de que os señale las
alumno de tan gran Maestro. Cierto es
que la fama de santidad de Don Bosco nuevas obras en que desplegaremos
ha contribuido mucho a la de Domingo nuestra actividad en el nuevo año.

E l año de 1915 es el centenario de
la fiesta de María Auxiliadora y del
nacimiento de D. Hosco; sea, pues,
un año de especial fervor. Por esto:
i) Practiquemos y difundamos la
devoción a Marta Auxiliadora, como
inculcaba l>on Bosco.
Decía el buen Padre — y en esto
recalcaba mucho — que la devoción
a la Virgen Santísima no debe limi­
tarse a un simple obsequio de oracio­
nes y de actos externos ante sus imá­
genes y santuarios, sino que debe radi­
carse en el corazón, y dar a nuestros
pensamientos, a nuestras palabras, a
nuestras acciones, a toda nuestra vida,
un carácter profundamente cristiano.
María es la Madre de Jesucristo, y
pues J esucristo se dignó llamamos
y hacemos hermanos su5^os, deber
nuestro es asemejarnos a E l en todo.
Así, pues, la devoción a María nos ha
de auxiliar primera y esencialmente
en la empresa de imitar a Jesucristo.
Para Don Bosco éste es el primer
objeto y el primer fruto de la devoción
a María. Esforcémonos, pues, en al­
canzar el nobilísimo ideal.
Para facilitarlq también a otros, de­
searía yo que dondequiera que haya
un núcleo de Cooperadores, o a lo me­
mos donde haya una iglesia, una ca­
pilla, una imagen de María Auxilia­
dora, se introdujera la piadosa práctica
del 24 de cada mes. Todos saben que
S. S. Pío X , de s. m., concedió una
• Indulgencia Plenaria, aplicable a las
benditas ánimas del Purgatorio, a los
que toman parte a estas devotas fun­
ciones, las cuales, promoviendo la fre­
cuencia a los Santos Sacramentos,
son siempre mensajeras de grandes ben­
diciones del cielo y de fmtos copiosos.
Y para que sea concorde y más
acepta a Dios, invita a los que la practi­
quen, a ofrecerla según las intenciones
del Sumo Pontífice, que, siendo el
Padre de todos los Cristianos, el Re­

presentante directo de los hombres
ante Dios y de Dios ante los hombres,
sabe mejor que nadie lo que conviene
pedirle a La que es Auxiliadora del
pueblo cristiano.
2) Vivamos dcl espiritu de Don Bosco
y difundámoslo en medio de la sociedad.
Esta propuesta pudiera a un ex­
traño parecerle audaz; mas no a vos­
otros, amados amigos, no a nosotros,
que somos hijos del Vble. Bosco. ¿No
es precisamente la común admiración
por el espíritu de este nuestro héroe
de la caridad, la que nos tiene unidos,
fonnaudo una sola familia? Por lo
demás, la propuesta no es mía; como
sabéis, salió del corazón de Pío X,
quien, escribiendo a D. Rúa, precisa­
mente sobre los Cooperadores »Salesianos, le dice: « De lo íutimo del corazón
deseamos que esta Unión de los Coope­
radores Salesianos, tan ilustre ])or
excelencia de méritos... tome cada día
mayor incremento, y por la bondad de
Dios llegue a ser tal, que, en todas las
ciudades y aldéas, y en todas partes,
se viva del espíritu dcl Fundador de los
Salesianos, o se cultive su amor y se
aumenten sus secuaces, cooperando
a ello especialmente el celo de los
Obispos » (i).
Ahora bien, he aquí lo que creo con­
veniente ])ro])oneros para lograrlo:
I® Procure cada uno en su esfera imi­
tar a Don Bo.sco; se esfuerce en asimi­
larse su esi>íritu. — Y así, los padres
de familia ]>rocuren educar cristia­
namente a sus hijos, imitando aquella
diligencia e indu.stríosa vigilancia en
evitar el mal, que ponía Don Bosco en
la educación de sus alumnos. — Los
sacerdotes procuren inflamar su cora­
zón en santo celo, prefiriendo, como
Don Bosco, « los niños, los ancianos ylos enfermos ». En una palabra, pro­
cure cada cooperador inspirarse, para
(i) Breve S i eonsenlauea, 17 a^oUo I9C^.



el cumplimiento de sus deberes, en los
ejemplos y enseñanza de D. Bosco.
2® A esta obra personal añada,
quien pueda, su propia cooperación
a toda obra buena, como sería: prestar­
se a los Señores Párrocos para la ense­
ñanza de la Doctrina Cristiana, la di­
fusión de la Buena Prensa, la afirma­
ción de los principios católicos, las
funciones religiosas, etc. ». Cuando los
Obispos y Párrocos, decía Don Bosco,
lleguen a conocer bien la Obra de los
Cooperadores, que es en sus manos un
eficaz auxilio para la conservación de
la fe y el ejercicio de la caridad en sus
diócesis y parroquias, no podrán me­
nos de favorecerla de todos modos ».
3 o H ay más: Algunos Cooperadores
son llamados a una misión más gene­
rosa, cual es la de imitar directamente
a Don Bosco dando vida a nuevas
obras de salvación para la niñez y ju­
ventud. No hablo sólo de los que, do­
tados por Dios de grandes medios de
fortuna, pueden ofrecer las sumas ne­
cesarias a estas obras, sino, y sobre todo,
de los que, solos o asociados, pueden
personalmente fundar un Oratorio
festivo, un círculo, un instituto cual­
quiera pero la juventud, asegún el
espíritu de D. Bosco. Son ya muchos
los que han tocado la meta generosa
que señala el máximum asignado por
vuestro benigno Reglamento a los Coo­
peradores Salesianos. E l Boletín Salcsiano pasará en reseña sus nombres,
comenzando lo más pronto posible,
para común edificación. Por mi parte
ruego encarecidamente a María A u­
xiliadora, se digne señalar el cente­
nario de su fiesta con un florecimiento
universal de tan santas obras.
Estas son, amados Cooperadores,
las mejores propuestas que puedo ha­
ceros este año. A l ponerlas en práctica
hallaréis quizá dificuldades; pero como
la causa no piíede ser más santa, seguid
el ejemplo del mismo Don Bosco y

6



trabajad sin desmayos, que el Señor
coronará vuestros esfuerzos.
Teimino recomendando a vuestra
caridad, especialmente a la caridad
de vuestras oraciones, las Obras Salesianas. Vuestro Regle mentó dice, en
efecto, que se puede cooperar de cuatro
modos. Algunos trabajando directa­
mente según el espíritu de la Pía Unión;
otros, enviando su óbolo al Sucesor de
Don Bosco, lo ponen en grado de con­
tinuar las obras emprendidas y em­
prender otras nuevas; otros buscan
personas que hagan lo que no pueden
hacer ellos; otros finalmente, ruegan
al Señor que bendiga las Obras Salesianas. H ay quienes cooperan de todas
cuatro maneras. Mas aquí yo reco­
miendo muy especialmente la última
manera, por ser lo más fácil y la más
fructuosa.
Conclu5^o, tm idos Cooperadores y
benc m ritas Cooperadoras, asegurán­
doos que no pasa día sin que me acuerde
de todos vosotros en la Santa Misa.
Ruego al Señor que por intercesión de
María Sma. Auxiliadora, se digne li­
braros de todo mal y colmaros de ben­
diciones junto con vuestras familias.
Y la misma oración se repite diaria­
mente en todos nuestros institutos, en
todas las residencias de nuetras Mi­
siones. En cualquier momento podéis,
pues, contar con nuestras oraciones.
E n la esperanza de que resplandezca
pronto una época más serena, de modo
que en la plenitud del júbilo podamos*
celebrar nuestras fiestas centenarias,
os renuevo la promesa y seguridad de
mis oraciones y de mi más profunda
gratitud, y me profeso de vosotros
Humilde y afmo. S. S. y Capellán,
PñBLO ALBERA
Rector M ayor de los Salesianos.

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— 7 —

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*

E L SISTEMA EDUCATIVO DEL VEN. JUAN BOSCO
Hace algunos años que el Phro. Salesiano D.
Rodolfo Fierro recibió de los Superiores el en­
cargo de estudiar detalladamente e ilustrar el
Sistema Preventivo, o sea, el método pedagógico
que el genial Fundador de la Pia Sociedad Salesiana introdujo en la educación de la juventud. El
encargado se dedicó con ahinco a su cometido, propo­
niéndose especialmente estudiar las relaciones del
Sistema de D. Bosco con las más célebres escuelas
pedagógicas y a su luz resolver, con criterio Sale­
siano, los principales problemas de esta ciencia.
Fruto de estos largos y pacientes estudios es una
obra que lleva por titulo el que encabeza estas lineas,
de la cual, empero, no hemos recibido sino el pri­
mer tomo de los dos que la componen. Pero es ya
suficiente para juzgar de ella.
E l Autor ha evitado muy acertadamente la rigidez
de un texto, y sin dejar de ser cientipci y didáctico,
presenta la materia en la amena forma de conferen­
cias, con toda la variedad de modos a que este género
se presta: y así el estilo es ora elevado, ora familiar,
siempre atractivo y noble, salpicado a trechos de
sales de inocente gracejo y a trechos de ternuras
maternales.
Hasta las materias más áridas tienen los encantos
de la amenidad, de modo que no sólo interesa al
que se dedica a estas disciplinas, sino a toda clase de
personas, y en especial a los padres y inadres de fa­
milia, y a los que de cualquier tnanera se dedican a
los niños. Podría muy bien servir para un regalo de
aguinaldo o de cumpleaños este hermoso libro.
De su tendencia pueden fonnarse una idea nues­
tros lectores, por el lisonjero juicio qite ha dado el
Rvmo. D. A Ibera, y por la Introducción y el Plan
de la obra, que nos permitimos trasladar integra­
mente a estas columnas.
Las condiciones materiales del libro son excelenles.
Forma este primer tomo un volumen de 320 páginas,
en papel couché con precioso tipo elzeviriano. La
composición tipográfica es hermosa y hasta fan­
tástica. si bien se ha deslizado una que otra errata,
debido sin duda a que el libro se ha impreso mientras
el autor reside en el extranjero.
Cada tomo cuesta 2,50 frs. en rústica y ¡ e n Ula.
Hállase en la Librería de María Auxiliadora
de Sarriá-Barcelona, Apartado 175. Pero puede pe­
dirse a culaquier casa salesiana y a las principales
librerías de España y América.
A nuestros Cooperadores se lo recomendamos en­
carecidamente.

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I j m t i ' o c l v u o o 1 <^>1X.

A los jóvenes de la Pía Sociedad Saleslana y a cuantos leyeren el presente
librejo.
Desde el primer momento en que se me franquea­
ron las puertas de una Casa Salesiana, noté xm
ambiente nuevo, un medio, una atmósfera especial,
bien diversos de los que estaba acostumbrado a res­
pirar. Llegaba de uno de los mejores colegios de
la capital colombiana y antes había frecuentado
mía escuela que pasaba ix>r la mejor de Bogotá.
A pesar de mis cortos años, no pude menos de
estaWecer comparaciones.
En el nuevo instituto noté desde luego más
espíritu de familia, más fraternidad y. si me es per­
mitido decirlo, amor más tierno.
Veía a los Superiores descender más. casi hasta
ponerse a nuestro nivel, amitjue sin rebajarse;
jugaban con nosotros, no y a de cuando en cuando,
sino continuamente. Noté también mía grande
osadía en lanzamos por las sendas de la piedad: la
comunión semanal era ordinaria, algunos niños
comulgaban tres veces por semana, y no faltaban
los que lo hacían diariamente, y diariamente lo
hacían los Religiosos.
Parecióme que se nos daba nuís libertad, que se
confiaba en nuestra rectitud y buen corazón, y
eso que no se podía dar un paso sin encontrar mi
ojo atento; pero ese ojo no parecía que nos vigi­
laba, sino ejue nos acompañaba. En suma, algo
diferente noté en todo el régimen disciplinario, y
ese algo me cautivó no bien me hubo pasado el
dolor de la separación de la familia.
También en el régimen escolar noté algo diverso y
nuevo. Acostumbrado a estudiar páginas y más
páginas de memoria; a copiar en la clase las tra­
ducciones — pues el profesor las daba y quien era
im poco listo interlineaba el texto; — no podía
menos de extrañar ese sistema de explicarlo antes
todo, de manera que nada estudiásemos sin ha­
berlo antes <x>mpreadido: de facilitar las traduc­
ciones vertiendo algunos rayitos de luz sobre los
pimtos más difíciles, pero dejándonos el mérito
y el trabajo de la dificultad vencida.
|Y los castigos! En el colegio de donde venía no
los había excesivos ni violentos; pero se conser­
vaban algunos harto humillantes; aquí los castigos
eran rarísimos, y éstos más blandos, más humanos,
enteramente morales, al menos así me pareció.
Mucho me s^radó esa costumbre de las ¡Bue­
nas Noches! El ver al Director del Establecimiento
como im padre en medio de sus hijos, contarles un
hecho, deducir con arte alguna moraleja, desearles

-

mi feliz descanso y enviarles a donnir con el alma
suavemente oreada con un soplo de amor; eso me
encantó y hasta me dejó entrever como horizontes
de luz.
Veintiún años han pasado, veintiún años —
puedo asegurarlo con. toda verdad — de obser­
vación y estudio de este sistema educativo, y diez
y seis iK>r lo menos de preparación; porque desde
m uy temprano he venido acariciando el proyecto
de escribir mi libro sobre él para darlo a conocer
doudetiuiera que llegue mi esfera de acción. La
lectura en comunidad, que dos veces al año se da
al lieglamento de las Casas Salesianas y sus expli­
caciones continuas; el estudio particular que de él
vengo haciendo con verdadero amor desde el No­
viciado; el anhelo tenaz, quizá no logrado, de pe­
netrar a fondo en el espíritu de nuestro Venerable
Fimdador; la comparación con los demás sistemas,
la asidua lectura de libros de índole pedagógica,
propios y extraños, nacionales y extranjeros; la
observación, cuan atenta he podido, hecha en las
diferentes casas educativas que he visitado y en
cpie he vivido, especialmente las Salesianas y en
particular el modelo de todas éstas, aquella en que
se forman nuestros maestros y licenciados áé Ita ­
lia, al amparo del sepulcro paterno, bajo la iimiediata mirada del Capítxdo Superior, bajo la di­
rección de los mejores profesores que en todos los
ramos de las letras y las ciencias posee la Pía So­
ciedad; la práctica personal de varios años: todo
esto y más que omito, ha producido en mí im
grande amor a nuestro sistema educativo y susci­
tado multitud de ideas que he ido acumulando día
tras día en mis cuadernos, y que después de ha
berlas vertido en conferencias y lecciones, (que
vur.o • d^' vosotros habéis aplaudido y deseáis poseer)
he condeusado en este librito y os lo oírezco en
la esperanza de que os sirva de algo a vosotros,
amados hermanos menores, que fonuáis la espe­
ranza de nuestra Pía Sociedad, y de que contri­
buya a mantener a ésta su unidad dt dirección
educativa.
Mis aspiraciones, como veis, son algún tanto
atrevidas. Amique no hago propiamente mi texto,
en mis ensueños he \nsto mi humilde tratado como
el manual que sir\'a de pie a las explicaciones pe­
dagógicas qite dis|K>nc nuestra Santa Regla se
den durante el Noviciado y Estudiantado, y que
hojeéis a menudo, cual el amigo con quien habléis
frecueutcjuente.
Aconsejan los grandes maestros a quien desea
a]>render mucho y bien, formarse ciertos escjuema-s
dentro do los cuales se puedan colocar o a los
cuales se puedan referir todos los nuevos conocíuúcut<xs, aunque sea rectificando los antiguos:
dicen también que el mejor esquema es mi manuaHto « con tal que no sea del todo disparatado »,
que, como se trata con frecuencia y familiaridad,
llega a seriar de punto de apoyo y i'entro de acción.
listo quisiera yo que fuese mi librejo: vuestro
manualito de Sistema Preventivo. No me parece
ni corto ni largo: he proctirado que sea ordenado
y espero no sea disparatado del todo. ¿Es mucho
pretender? Tal vez sí, y he vacilado mucho antes
de lanzarlo a la publicidad, tanto más cuanto últi­

8



mamente se han escrito preciosas obras pedagó­
gicas también en castellano. Gustavo Gili y la Li­
brería religiosa de Barcelona; Calleja y la Biblioteca
de Arcliivos de Madrid, tienen tma primorosa co­
lección de ellas. Entre las cuales sobresalen la^ de
Rufino Blanco y las del P. R uiz Amado, S. J.,
obras que yo devoro con ansia apenas van viendo
la luz: sé de antemano que contienen la flor y nata
de lo que en Alemania, Inglaterra, España, Fran­
cia y Estados Unidos se dice y piensa en materias
pedagógicas. Sé que además son frutos de estu­
dios profmidos y de observaciones personales en
las naciones más adelantadas.
En acabando de leer « L a Educación Moral >
del P. Ruiz Amado, estaba plenísimamente con­
firmado en la excelencia del sistema del Venerable
Bosco y en la originalidad de su genio: conforme
estaba con las grandes tendencias pedagógicas
modernas, actuales; y v i que las había antevisto
y encauzado y aim en algún punto me pareció
que Don Bosco ya practicaba lo que el eminente
jesuíta apimta como factible. Esto no obstante,
y por esto mismo, tuve el pensamiento de romper
mis papeles. Fuera de algima cosa netamente salesiana, ¿qué diría yo que no lo dijeran ellos?
Además, ellos lo dicen con una forma y de un
modo « como quien tiene autoridad » y yo lo diría
cual su el^ los novicios y bisoños.
Pero por otra parte ¿es verdad que nada hay
de original'en m i obriUa? ¿ Y no sería bien que
nuestros jóvenes y nuestros amigos y cooperadores
tuvieran im librito explicativo propiamente del
Sistema Preventivo con sus reglas explanadas en pa­
labras y ejemp’o.s del mismo Padre Don Bosco,
con sentencias del reglamento; en suma, lo más
salesiauo posible?

A l terminar la tanda de Ejercicios Espirituales
que violentamente interrumpió la semana negra,
entraron en mi apasento dos Rdos. Sres. Directores
de Colegios Salesianos de i* y 2* enseñanza y me
dijeron: • ¿Por qué no recoge usted en un libro los
artículos titulados « El Salesiauo como educador >
que publicó usted hace dos años en el Boletín
Salcsiayxo? Recuerde usted que ha prometido
completar esos estudios.
— Es verdad — conteste — ; esos estudios no
fueron sino el ensayo de una obrita que prepa­
raba; es simplemente la parte destinada a la en­
señanza educativa, tal y como me parece que la en­
tendía nuestro Venerable Padre. Y o deseaba tratar
de las prácticas de piedad, de los recreos, de la hi­
giene, de la urbanidad, de la alegría, de las famosas
tres eses, de la no menos célebre fórmula a-j-b— c;
en ima palabra, del Sistema Educativ / Salesiano;
pero antes quería ver la impresión que producían
esos estudios, que no son más que un incompleto
capítulo de mi obra.
— Pues y a la sabe usted; la impresión es favo­
rable.
Y como para animarme, el uno me dijo: — En
la ca.sa que la obediencia me ha confiado, cada
indiríduo tendrá im ejemplar.

— 9 —
— Miren ustedes — respondí; — se ha escrito
tanto sobre Pedagogía, que de no rayar muy alto,
vale más callarse.
— ¡Fuera vacilaciaones y manos a la obra!
Nuestros estudiantes necesitan un librito como
el que usted proyecta, que les exponga metódi­
camente las enseñanzas del Sistema Prei-entivo.
A tan discretas razones ¿quién no cede? He
revisado y ordenado escrupulosamente todos mi.s
apuntes, he meditado, he orado, y os presento a to­
dos, estudiantes y coadjutores, cooperadores y

nerla me han inducido, son los versos dcl ixicla
florentino:
Poca fa\álla gran fiainma seronda.
Forse diretro a me con miglior vtx'e
Si pregherá perché Cirra risixmda.
(Auf/í*. Parad. C . /.).

En general he conservado la forma que tenía
en mis cuadernos de apiuitos; el estilo y el tono del
libro es, segiin los casos, el de la conferencia, la
lección, el artículo de periéKlkx); cu gracia a la
esixiutiuieidad, he sacrificado quizás la
unidad de lenguaje y estilo; jiorque m:»s
que mi texto he procurado hacer un libro
instructivo de lectura pedagógica.
Ante la tmnba de nuestro Venerable
Padre deposito mi libro; y espero tjue
de allí lo levante el Rmo. Sr. Superior
General, en cuyas manos lo pwngo; y
asi santificado con su bendición y san­
cionado con su autoridad, pase a las
\Tiestras, estimadísimos hennanos y ami­
gos en el Corazón de Jesús.
E L AUTOR.

PLAN DE LA OBRA.
El fin principal de nuestros colegios es
la educación; y ésta consiste sobre todo
en la formación del carácter. Ix> demás,
la misma instrucción, son simplemente
medios o recursos.
Pero saberlos emplear es indispensa­
ble. Todo ello requiere ideas precisas
sobre lo que vamos a hacer; conoci­
miento del objeto sobre el cual debemos
trabajar, y .su formación completa — en
cuanto puede ser.
Así, pue.s, trataremos en primer lugar
dcl Fm que nos proponemos; luego intcntarcmas brevemente un estudio psioofi.siológico-moral del Mito, con sus cua­
lidades y defectos. listo nos lleva de la
mano a examinar los Pecursos con que
contamos ¡jara lograr cu ellos ese ideal
que perseguimos. Pero como quiera que
M o n s. C o s ta m a g n a y dos n u e v o s criitt<anos jíb a ro s .
la Enseñanza con.stituyc-, sí no el prin­
cipal. sí el más comjileto de talci r-amigos, el sencillo Manual, exento de discusiones,
ciu-sos, la estudiaremos separadamente. Por i;lsin más citas que las extrictaraente necesarias:
timo procuraremos trazar el retrato del Educador
Salesiano tal como lo vemos en no pocos de nue ;más bien relatando k) que se hace, que discurriendo
o enseñando, como quien está convencido de no
tros hermanos, y como parece que debemos ser
todos para asemejamos lo más posible a nuestro
decir nada extraordinario.
Venerable Padre y Fimdador Don B<aco; y
Me he inspirado en la vida de nuestro Venerable
añadiremos algunas ideas a modo de corolario-.
Padre, más que en cualquier otro libro. ¡Admirable
Esto lo haremos en siete capítulos o tra tad ilo .:
^•^da y admirable varón el que la inspira! Cuando
I. — Misión del Educador y en especial de Sa­
me he dedicado a estudios sociales, la lie hallado
lesiano.
tm código social, y dado a la Ped^ogía, encuentro
II. — El Niño.
'^•n ella un excelente código pedagógico. Confío será
III. — Recursos pedagógico.? generales.
litil también a los maestros en general. Los que no
IV . — La enseñanza literaria y la profesional,
conocen a Don Hosco puede que encuentren algo
\*. — Nuestros Ant%uos Alumnos.
nuevo, algo que no han visto en sus textos.
VI. — E l Salesiano Educador.
No pretendo haber hecho obra perfecta; muy
V II. — I/) fijo y lo variable.
al contrario. Y uno de los estímulos que a compo­



El juicio del Rvmo. Don Albera.
A l Superior de los Salesianos interesa de una
manera especial que se conserve siempre el espíritu
del Venerable Fundador, y que se practiquen sus
sabios consejos, principalmente en la Educación
de la juventud. Y por esto, experimenté particular
alegría cuando supe que nuestro amadísimo hevnumo
O. Rodolfo Fierro estaba para publicar el fruto de
sus largos y diligentes estudios sobre <l ¿¿s/ewa Educativo-didáctico de D. Bosco, tan ensalzado por los
más célebres pedagogos de todas las naciones.
Ha sido después para mi xtna grande satisfacción
el ver cómo Don Rodolfo Fierro ha logrado poner en
clarísima luz las ideas del Vble. D. Bosco, de modo
que hay derecho a esperar que sacarán de él grande
provecho no solamente los Socios de la Pía Sociedad
Salesiana en el cumplimiento de su noble misión de
educadores, sino también otras personas c.xtraiias a
nuestros institutos, deseosas de preparar a la sociedad
una nueva generación, formada en el saber y bien
aguerrida para las luchas de la vida.
Reciba por tanto, el autor de este importante tra­
bajo, tnis más cordiales felicitaciones y mis más
c.vprcsivas gracias. De todo carazón le deseo que tenga
muchos lectores y que su libro llegue a ser el compa­
ñero y guía de muchos maestros y educadores de
l:i noble y católica España, de quien yo guardo y
guardaré siempre el más dulce y afectuoso recuerdo.
T uriii, 25 de Diciembre 1913.

P a r o Af.rE'.i.', Pbro.
Rector Mayor de los Salesianos.

PARA LA BEATIFICACIÓN
del Sieruo de Dios Domingos Sanio.
Traslación de los reslos m oríales.
lín la Archidiócesis de Turín se ha ini­
ciado felizmente el Proceso Apostólico de la
Causa de Beatificación y Canonización del
Siervo de Dios D o m in g o S a v io .
Suplicamos a nuestros lectores una fervo­
rosa oración para que proceda con la misma
felicidad y con la rapidez conveniente.
A fines de octubre y en virtud de un
expreso Decreto de la Santa Sede y con
la competente autorización de las autori­
dades civiles, se trasladaron del cementerio
de Mondonio de Asti a la Basílica de María
Auxiliadora en Turín, los restos mortales
del angélico niño.

10



Así descansa a la sombra de la Señora a
quien tanto amó y al lado de ese Oratorio
donde se formó a la virtud y que el honró
con sus excelsas virtudes.
De todo sea alabado el Señor y su San­
tísima Madre.
*

*

Como nuestros lectores saben, Domingo Savio
embalsamaba con sus virtudes el Oratorio de San
Francisco de Sales, correspondiendo con gran ge­
nerosidad las maravillas- que la gracia divina
obraba en su alma virginal y activa, cuando en­
fermó de cuidado, el año de 1856, cuajido con­
taba apenas 141/0 de edad.
Por consejo del medico, D. Bosco lo mandó a
pasar mía temp rada respirando los aires nativos,
en Mondonio, distrito de Castelnuovo d ’Asti.
E l jovencito mejoró y súitiendo la nostalgia de
D. Bosco y del Oratorio, se apresuró a volver.
Pero a los pocos meses, es decir en febrero de 1857,
enfermó de nuevo y el r ^ de marzo tom ó D. Bosco
a mandarlo a Mondonio.
Domingo se entristeció mucho y sólo se resignó
por ofrecer un gran sacrificio al Señor.
— Extraño tu tristeza, le dijo D. Bosco, cuando
debieras alegrarte de pasar unos días con tus que­
ridos papás.,
— Es que deseo terminar ttiLs días en el Ora­
torio, le respondió.
E l 9 de marzo murió como un santo, expresando
ingenuamente a Don Bosco el deseo de ^•enir algmias veces a i'isitar a sus compañeros del Oratorio.
Don Bosco escribió su vida en áureas páginas,
y mientras vivió exaltó siempre las virtudes de su
aluiiuio predilecto, de modo que todos nos hemos
acostmnb;adü al pensamiento de que un día será
elevado al liouor de los altares este lirio primero
del Oratorio Salesiano.
Era natural pensar también n sus despojos
moríales. D. Bosco mandó constmir en el cemen­
terio de Mondonio mía tmnba especial y hasta
pensó trasladarlos a Castelnuovo de Asti, para
que pudieran con mayor facilidad visitarla fra­
ternalmente sus aluimios que todos los años iban
a pasar las vacaciones en i Becchi.
Quizá también pensó trasladarlos sin más a
Turín, sabiendo cuánta influencia ejercerían sobre
los almmios del Oratorio y de los demás institutos;
pero no lo qui o p>or el mismo motivo porque tam­
poco trabajó por mtroducir la Causa de Beatifica­
ción y Canonización, es decir, porque el resplandor
de las virtudes del alumno se había de refiejar
sobre el Director, y esto no se lo permitía su grande
humildad.
Pero lo que él no hizo, hanlo hecho sus hijos;
la Causa se ha introducido desde el i i de febrero
y los restos se trasladaron el 27 de octubre del año
pasado.
Y por cierto que esta traslación ha dado »na
prueba más de la fama de santidad que el jovencito disfruta.

r


IT

Iva Santa Sede y la Prefectura Civil de Alejandria (ésta por petición de la hennana del Siervo
de Dios. Da. Teresa Savio de Tosco, residente en
Tarín) autorizaron la traslación.
E l 19 de octubre se personaron en el Cemen­
terio de Mondonio los Delegados de las Curias
eclesiásticas de Turín y Castelnuovo d ’Asti para
dar ejecución a los decretos. I'ero los habitantes
del pueblo se habían ya congregado en los alre­
dedores para protestar e impedir que se les pri­
vara « de su tosoro 9.
A decir verdad, Savio no era de Mondonio, sino
de R iva de Cliieri, y en Mondonio no habla pasado
sino poco tiempo, pero era tan estimado y su .se­
pulcro tan apreciado, que, como decía el Sr. Cvira
párroco, desde 1869, en que él entró en la parrociuia,
había \isto que la miraban como la tumba de mi
santo.
Aquel día, pues, durante cinco horas, de las 7 a
las II, los habitantes de Mondonio no hicieron sino
confirmar la veneración que r>or Savio sentían.
La lluvia caía a torrentes y <'
no cejaban en su
actitud: la mayor parte permanecían en el cemen­
terio vigilando a los Delegados; algunos entraron
a la Capilla del mismo, encendieron cirios alrededor
de la tmnba del Siervo de Dios, y se pusieron a
cantar las Letanías y a rezar el Rosario, mientras
otros subieron al pueblo y, apoderados del campa­
nario, tocaban a rebato.
En vano tratóse de persuadirlos; en vano se
prometieron cQrapensaciones generosas, como la
de levantar im monumento elegante delante de la
casa donde murió. A todo esto oponían a ima voz;
— ¡No queremos que se nos lleven a nuestro
santo!
— ¿Qué será de Mondonio sin Domingo Savio?
— ¿Quién bendecirá nuestras campiñas? ¿quién
las defenderá del granizo ?
— ¿Quién nos hará buenos a nuestros hijos?
¿Quién los hará crecer virtuoso^?
— ¿Donde iremos a orar cuando nos sobreven­
gan las i>enas? ¡En todas nuestras congojas y
dolores vamos allá y siempre volvemos aliviados!
Amonestados para que no hablaran así, porque
compete sólo a la Santa Iglesia dar patente de san­
tidad, respondían:
_ Ko decimos que Savio sea sanio, pero el
hecho es que si uno acude a una persona influyente
para obtener una cosa de mi tercero más poderos,
y el favor se obtiene; se dan las gracias al que in­
tercedió. y Savio nos ha consolado cuantas veces
nos hemos postrado ante su tumba.
Viendo t ¿ disposición, que amenazaba d^enerar
en algo más grave, los D elgad os cedieron, tanto
mág que la S. Coi^regación de Ritos prescribía
el reconocimiento de los restos en la misma capilla
del Cementerio, cósa por cierto que en taltó cir­
cunstancias hubiera sido más que temerario in­
tentar.
Pero tampoco se podía desistir. Se pidió a la
Santa Sede autorización para hacer el reccmocímiento en Turín. y el 1 7 de octubre se llevó a cabo
una fulmínea sorpresa que dió por resultado la
traslación de los preciosos restos.



Vivo fué el dolor de la población; vivo también
el nuestro al tener que cau.'iurlo; y gunrdan'uios
siempre recuerdo gratísimo de lOvS buenas habi­
tantes de Mondonio.
La traslación se hizo en fonna privadísima y
secreta. Sin embargo, se difundió la voz y Imlxj
que penuitir mi desfilo ante la caja que contonía
los preciosos despojos.
E .l 29 se rompiomn los sellos, n la presencia do
la Comisión l^dosidstica nombrada ni cñ'oío jior
S. Emcia. el Cardenal Richolmy, Arzobis)» de
Turín, del Vicario General, del Cíuicillor de la
Curia de Asti, del Re\nno. Sr. 1). Albora y de los
demás Superiores, entre quienes se hallaba el vene­
rando Don J. B. bh-ancesia « el afortunado Maestro
del Siervo de Dios *, y de otras personas entre
quienes se hallaba la hermana dol mismo.
Mientras los doctores Cario i Colombo y José
Eugenio Rocca reconocían el escjueleto y, acaldados
de algunos lu nuanos e hijas de María Auxiliadora,
lo recomponían en una urna, se prc.sentó S. l-'m.oia
el Cardenal para ver los restos del « piadosísimo
alumno de D. Bosco ».
L a urna es de nogal y contiene otra de cinc,
fonada en terciopelo verde, con una inscriiKióii
que dice: Corpus Serví Dei Domiuici Savio, a la
cual los almmios del Oratorio, que costearon la
tela, añadieron esta otra bellísima en .su áurea
sencillez; A l dolce amico gli alunni dell'Oratorio
1914-1015 (-^ dulce amigo los alumnos del Ora­
torio) .
Dentro de la urna se colocó también mi elegante
pergamino finnado por el Emmo. Sr. Cardenal y
gran parte de los presentes, para testificar que ese
era verdaderamente el cuerpo del Siervo de Dios,
cuyo esqueleto fué declarado auténtico e íntegro,
a excepción de algunas priececitas de las manos
V pi.s, evidentemente extraviadas en la primera
exlmmación.
Esta urna .se colocó dentro de una caja igual­
mente de nogal. V antes de .sellarla hubo que ceder
a las instancias de los Almnnos y de muchas otras
personas y permitir otro desfile para ver los pre­
cióse» restos.
Luego .se trasladó al Santuario y se tumuló en
un modesto monumento sejjulcral en el arranque
del haz de columnas que sostienen la cúpula, a la
derecha de la capilla de S. Pedro. En la pilastra
se grabó una inscripción que traducida dice;
Aqui reposa en la ¡íar del Seüor— bajo la mirada
de María Auxiliadora — el cuerpo del dulcísimo
alumno del Ven. D. Bosco— el siervo de Dios Do­
mingo Savio — debidamente autenticado — trasla­
dado de Mondonio de Asti — donde el piadoso joven
murió
el 9 de marzo de 1857.
En el sitio se levantará cuanto antes un mo­
desto mausoleo de mármol, A su erección puedt-n
cooperar los que deseen.

S i hacemos e¡ bien hallarem os bien en
esta Oída y en la otra.
Don Bosco,

f
DE JNÍUESTRAS M IS I0 J \ÍE 5

CHINA
Una vuelta del Norte al Sur de la Misión
de Heung-Shan.
{Carta del P . Versigha).
Macao, Julio 24 de 1914.

Rvnio. Sr. D. Pablo Albera:
...Encontrábam e en la ciudad ed HeungShan, cuando me llega noticia de que el P. Canazei hallábase enfermo, y determiné ir a sus­
tituirlo, estando cerca la fiesta de Todos los
Santos.
P artí con el P. Olive, y nos separamos des­
pués de dos horas de camino.
5 Ii viaje duró seis horas; y cam biando varias
veces barca, llegué a la penúltima de nuestras
residencias al N. la de Tam-Ciau, pequeña
cristiandad, confiada precisamente al P. Canazei, quien desarrolla un celo verdaderamente
admirable. L a Capilla y residencia están en una
casa que un buen cristiano puso generosamente
a nuestra disposición.
L a piedad de aquella gente es edificante. Al
día siguiente, domingo, celebré temprano,
porque deseaba visitar un grande pueblo, de
30.000 habitantes, llamado Tai-Wong-Po, donde
h ay algunos catecúmenos. Couraingo iban un
catequista y un cristiano.
Atravesam os campos extensos, sembrados
de frutas, arroz, bananos, moreras, palmas
cuyas hojas sirven para techar las chozas; a tra ­
vesamos varias llanuras, y saludando pueblos
tendidos al pie de las colinas, llegamos a la
m eta tres horas después.
E sta vez no podíamos ser m ás desgraciados.
N o encontramos a nadie en su casa, ni siquiera
al m aestro catecúmeno. H abía dado asueto a
kís alumnos.
Viendo la inutilidad de nuestras \*isitas,
montamos de nuevo en la barca y nos alejamos.
Una hora habíam os andado cuando, en un lugar
en que el río se ensancha desmesuradamente,
nos vemos perseguidos por una barca como la
nuestra. ¡Los piratas! ¡los piratas! dijeron tem ­

blando los barqueros, m ientras el catequista
y el cristiano, mudos de espanto, sacan el ro­
sario y el crucifijo, y yo me encomiendo fervo­
rosamente a M aría Auxihadora.
De repente la barca que nos perseguía, se
detiene, permanece un instrante indecisa, y
luego retrocede a toda velocidad y se refugia
en una ensenada.
¿Qué había pasado ? T a l vez llegaban al­
gunos soldados. Sea lo que fuere, dimos de co­
razón gracias a Dios y a María Auxiliadora.
Apenas llegado a casa, se me presenta una
buena catecúmena, con un muchacho a la es­
palda, como acostumbran las mujeres chinas,
otro, m ayorcito, en los brazos y un tercero, de
unos diez años agarrado a sus faldas.
L a infeliz lloraba, lloraba y por fin me dijo.
— Padre, este es mi hijo y ninguno piensa por
él. Viuda y sin recursos con este niño, tuve que
volverm e a casar, y ahora mi nuevo marido,
contrariam ente a las promesas, no quiere re­
cibirlo en casa; la abuela, único pariente, vieja,
¡)obre y enferma, no puede ni consigo misma;
así este niño tiene que ir de aquí para allá bus­
cando un pedazo de pan, y seh acem alo, porque
no puede menos de serlo. E l pobrecito y a no
tien padre y y o soy tratad a como una bestia de
carga...
Y entre tan to gruesos lagrimones le surcaban
el rostro.
Mientras ella Uoraba, el clúquillo se me había
agarrado a las rodillas y decía llorando:
— P a d r e , llévam e contigo al O rfanato de
Macao; es cierto que soy malo, pero me haré
cristiano y seré bueno.
Sus ojos declaraban una gran sinceridad y
dejaban entrever un carácter bueno, aunque
descuidado y rudo.
— E stá bien, dije a la madre: si no tiene p a­
dre, yo lo seré de hoy en adelante, pero necesito
toda la autoridad.
— ¡Toda, Padre, toda te la doy!
— ¡Bien! aunque el O rfanato está atestado,
lo llevaré allá, para que aprenda a ser cristiano
y un arte que le sirva más tarde para ganarse
el pan.
Y vu elto al muchacho:

1



— Vendrás conmigo. Pero m ira que de­
biendo hacerte de padre, te corregiré y si es ne«.'esario, te castigaré.
— Sí, sí, gimió, agarrándoseme más fuer­
temente, castígam e todos las veces que me
porte mal.
j Pobre cria tu ra ! A hora está en el Orfanato,
contento como una pascua. Demasiado niño
para ir a un táller, se contenta con la escuela;
es dihgentísimo en el cumplimiento de sus de­
beres, y si bien es verdad que su índole salvage
se descubre alguna vez en algima r iñ a , sin
em bargo hace cuanto puede para dominarse.
Cada vez que v o y al p a tio , corre a mí con algría, y cuando he pasado algún tiempo fuera, me
abruma de preguntas:
— ¿Dónde has estado? ¿qué has visto?
¿cómo has venido?
Pero la que no falta nunca es:
— • ¿Cuándo m e bautizas?
¿Quién sabe si entre nuestros celosos coope­
radores no habría alguno que quisiera adoptar
uno de estos huerfanitos, ponerle su propio nom­
bre en el Bautism o y encargarse de su educa­
ción en el Orfanato. A nosotros no nos faltatarían modos de satisfacer estos nobles deseos.
Setecientos jrancos nos darían ya. la posibilidad
de dar a un niño, aquí en Macao, una educación
profesional.
Llegó el día de los muertos, y segiin el privi­
legio hispano-portugués, celebré tres misas,
cosa que tanto agrada a los chinos, siendo como
son, tan am antes de sus muertos.
Algunos días después partí para Scak-Kei,
y de ahí salí con el P. Pedrazzini, el maestro y
dos criados.
Nuestro
o m aestro chino, se convirtió
del paganismo al protestanti.'^mo, y no encon­
trándose contento, se hizo católico. Conocedor
de las cavilaciones protestantes, nos jnesta
grandes servicios en la predicación; y amante
de su lengua y celoso de la fe, no se aparta del
P. Pedrazzini, de quien espera hacer un hábil
sinólogo. Buen orador y sin sombra de respeto
humano, apenas llega a un pueblo hace traer
una silla para sí y otra para el Misionero, y si
h ay peca gente se sienta, si bastante, sube .-obre
la silla y se pone a predicar, admitiendo tam ­
bién, así a sangre iría, la discusión. Con los pro­
testantes ha tenido y a largas y siempre victo ­
riosas discusiones.
Caminamos todo el día sin incidente, de pue­
blo en pueblo, dando conferencias, y por la
noche entramos en otro, sin saber dónde la pa­
saríamos, cuando cerca de una éra, donde lim ­
piaban arroz, al P. Pedrazzini se le ocurrió decir
en esp a ñ o l;
— jBuenas noches!

I ?



— ¡Buenas noches! respondió una voz cu la
misma lengua.
Sorprendidos, mas no extnifuulos, pr».‘g»mtamos:
— ¿Sois cristiano?
r-rr. Sí, por la gracia de Dios, respondió la voz.
— ¿Tenéis fimülia?
— Tengo m ujer e hijos.
— ¿Católicos?
— Por supuesto!
Todavía estábamos hablando con atpiel hom­
bre, cuando un m uchachito corre a la casa gri­
tando:
— ¡Madre, madre! llegó el Padrecito.....
¡el Padrecito! — Y a breve volvió, y tom indonos de la mano, nos tiraba hacia la casa. A
nuestro encuentro salió una m ujer que diríase
el retrato del d o lo r: no tendría arriba de 30
años, y los hondos rastros del sufrimiento, si
bien habían am igado su frente, no borraban
los rasgos de cierta nobleza, tanto de rostro
como de actitud. Kra una pobre Hcuatoriana,
engañada por un rico comerciante chino, que se
hizo cristiano para casarse con ella. Vinieron a
la China, y con gran sorpresa, vió la infeliz que
su marido tenía y a otra mujer.
— Seis años hace, nos decía, que me encuen­
tro aquí, seis años de dolor, y lo que más me
aflige es la falsa posición en que me encuentro
ante el que yo creía legítimo marido. Sólo el
pensamiento de Dios y el amor a mis hijos me
han impedido quitarme la vida.
— ¿Cuántos hijos tienes?
— Dos y una niña.
E l Padre Pedrazzini se había puesto a charlar
con los muchachos que, vivos y alegres, le ha­
cían mil fie.stas. Uno de ellos, más atrevidillo,
al ver el cordón (jue llevaba al cuello y curioso
¡)or ver lo que sería, le alzaba la e.sclaviiia
como para esconderse, y de.scubríó el Crucifijo.
E n un instante .saltaron todos y se ¡¡usieron a
besarlo con tales transjjortes, que nos arranca­
ban las lágrimas.
¡Pobres niños y pobre madre! ¿O'»mo ayudar­
los? Son estos los casos en que más apurado se
halla el Misionero.
D ije a la mujer.
— ¿ Y no podrías alejarte?
— Sí, padre, me respondió y tal vez sin gran
oposición. Pero ¿ y los niños? De ningún modo me
me los dejarían. ¿Quieres que ios abandone?
¿como podría dejarlos en este ambiente pagano
y en las manos de un padre ren d ad o ? líÜos son
todos cristianos. Mira su rostro sincero, son
todavía inocentes porque yo velo sobre ellos:
yo misma les enseño a rezar y el Catecismo, con
cniánta dificultad, sólo Dios lo sabe, porque
en esto no se me deja la libertad que de« *

bería tener. ¡Padre, m i condición es demasiado
que casi no h a y pueblo donde no existan muje­
dura!
res americanas en las mismas condiciones. L as
Y diciendo esto, rompió a llorar. L os niños,
h a y del Perú, de California, del Ecuador, de
que habían permanecido divertidos con el P.
Chile, casi todas cargadas de muchachos medio
Pedrazzini, viendo a la m adre llorar, dejaron
paganos medio cristianos, porque aunque bau­
al Misionero y se estrecharon alrededor de ella,
tizados, carecen de instrucción religiosa.
diciendo: ¡Madre! ¿por qué lloras ? ¿ N o estás
Dos días después llegamos a Ma-Wam, que
contenta de que hayan venido los Padres a
tiene poco m ás o menos 30,000 almas. Nunca
visitarnos? Ellos nos ayudarán a rezar las ora­ Misionero alguno había penetrado hasta allá.
ciones. Ellos... y pediremos a Dios que nos haga
Fuim os causa de admiración universal. Muchos
buenos.
nos seguían haciéndose m ñ preguntas sobre nos­
Quedamos profundamente conmovidos. L a
otros. Parece que nos tom aban por expías euro­
pobre madre, haciendo un esfuerzo para sere­
peos. Cierto que sus exclamaciones no eran m uy
narse, los besó y dirigiéndose a m í exclamó:
tranquilizadoras. Pero pronto tom ó la palabra
— ¿Ves, Padre? ¿cómo podría abandonar­
nuestro maestro, explicándoles nuestro estado,
los? Y luego, a ellos: id, hijos, a divertiros con
nuestro fin etc. y las cosas cambiaron de aspecto.
el Padrecitol
Muchos nos hicieron curiosas preguntas y nos
pidieron mil explicaciones. N o pocos term ina­
— No, madre, no estamos contentos, si tú
lloras.
ron por invitarnos a su casa a descansar y to ­
— N o lloraré — y esbozó una sonrisa. Ellos,
m ar té, al mismo tiempo que m anifestaban de­
contentos, volvieron adonde el P. Pedrazzini
seos de oir nuestra doctrina.
Ma-Wam es un lugar central, situado sobre
y yo continué hablando con e lla , procurando
uno de los principales brazos del río. Todos los
consolarla como m ejor podía e informarme
más y más de su cond ición ..
días h ay allí grandes barcas, que van a SeakK ei, Sin-Sam, Tan-M un, K en-M un, Yan-Kei,
Habiéndose difundido la noticia de nuestra
llegada, vino otra m ujer y nos saludó besán­ Chau-Chen y mucho m ás arriba, casi hasta Kanton. — E s p u e s, una verdadera necesidad
donos la mano.
— E s una amiga mía, dijo la primera; somos
abrir una nueva residencia para poder visitar
del mismo pueblo y nos hallamos en las mismas , esta JMisión sin tener que estar sin siempre ate­
nidos a Jlacao, con enonne pérdida de tiempo
circunstancias : tiene dos niñas y un n iñ o ,
y dinero.
todos cristianos; pero su marido, o mejor, su
amo, es peor que el mío, porque la tra ta como
Con gran contento vo lví a ver aquel buen
una esclava.
viejo que seis meses antes había reconciliado.
Pobre mujer! E l dolor y la miseria la habían
E l buen hombre se alegró muchísimo al verme
y me rogó la confesara otra vez, diciéndome:
vuelto medio estúpida. Parecía que ni siquiera
— S o y viejo y la m uerte no anda m u y lejos.
se daba cuenta de su miserable situación.
Y no sé si volveré a tener la dicha de verte.
Después llegaron chicos y chicas, unos treinta,
E n este viaje descubrimos un pueblo singular,
todos cristianos, nacidos en Am érica. Algunos
hablan castellano y saben rezar; otros, dema­ como no creía que los hubiese en China, y que
siado pequeños cuando llegaron, y por añadim e recordó las descripciones de jardines y pa­
d tra huérfanos, no hablan sino chino y de re­ lacios encantados, leidas de niño no sé cuántas
ligión no saben sino que son cristianos, porque
veces. Imagínese un pueblo rodeado de un pro­
alguien se lo ha dicho.
fundo foso, con torres altísim as a los cuatro
¿Cómo abandonar estos degraciados?
puntos car(fmales, guardadas a cada puente le ­
E n nuestro orfanato hay varios otros : les
vadizo por soldados, que en la divisa y las
arm as difieren poco de los europeos.
buscaremos un puesto. Pero ¿ y las niñas?
A l presentarnos en un puente se adelanta
listam os decididos a tom ar ¡)ro^*idencias en su
hacia nosotros garbosam ente un centinela y
favor; pero nos faltan dineros. ¡Y i>ensar que
nos pregunta qué es lo que deseamos. L e entre­
bastarían de 25 a 30 francos mensuales por cada
una! Tam bién se podría mirar por las madres
gamos nuestra tarjeta. Se aleja rápidam ente en
busca del Oficial y a breve vu elve con el per­
(¡ue se hallan en casos como los descritos atrás.
Pernoctam os en aquel sitio y fué un espectá­ miso de entrar.
Nos hallamos en im vastísim o jardín, en el
culo conmo\'edor ver rezar las oraciones a todos
aquellos cristianos que desde que dejaron la Am é­ cual están esparcidas m uchas quintas de estilo
moderno, con avenidas adoquinadas de granito;
rica no habían escucliado la voz de un sacerdote.
laguitos y bosquetes, una m agnífica instalación
Por la mañana oyeron todos la santa l\Iisa.
eléctrica y jardines con .dibujos y juegos de luz
A quellas pobres mujeres no hicieron sino llorar.
Proseguxnos el viaje y con dolor hallamos
admirables.

¡

í

{


Casi en el centro h a y una m orada maciza
A- majestuosa, de varios pisos, que tiene encima
una plataform a de m aterial, de seis o siete me­
tros, a la cual se sube por escalas pensiles, prontas
a ser retiradas en caso de peligro.
E s la residencia del dueño del pueblo, quien,
siendo riquísimo, naturalm ente quiere estar
seguro, porque si los piratas lograran cogerlo, ha­
rían im grandísimo negocio exigiendo unas
cuantas decenas de millares de dólares por su
rescate. E l palacio tiene todo el confort mo­
derno, sin que falte un jardín pensil y un potente
faro eléctrico que pueda prevenir cualquier sor­
presa nocturna.
E sto y contento de haber \’isto esta m aravilla,
tau to más cuanto vine a saber que el dueño es el
mismo caballero que pocos años ha, invitó la
banda de nuestro orfelinato de Macao, a tocar
en un bazar de beneficencia en favor de los
pobres inundados.
D e Hen-Shan volvim os a Macao. Pero aquí
haré punto para no fastidiarle m á s ; confío
empero que experim entará siempre placer al
recibir noticias de sus hijos lejanos; y tam bién
nuestros amadísimos cooperadores, viniendo a
conocer nuestra vid a y trabajos, tam arán
parte en ellos.
Bendíganos, amado Padre, en especial a su
Humilde y devmo. hijo in C. ] .
L u is V e r s ig lia
Pbro. Salesiano.

ECUADOR
La 1* Comunión de dos Jíbaros — Nueva
residencia en Indanza.
{De Mía caria del lim o. Sr. Costama^m, fe ­
chada en Cuenca el 29 de agosto).
«...El día de Santiago, 25 de Julio, hicieron su
primera comunión dos ji! aritos, acompañados
de la flor y nata de esta dudad. E l uiio se llam a
José Yuizahua y el otro Ram in Tibí. Son dos
niños arrancados ‘ al furor de la lucha en que
perederon sus padres, asesinados por otros J í! aros. Y a saben leer el Castellano, las cuatro operadones de la A ritm ética y ajTidar a Misa...
jLástim a que una feroz enfermedad cutánea
amenace su existenda! ¡Dios quiera que sa­
nen! Nos sir\’en admirablemente, hasta para
aprender la d ifíd l lengua jíbara.
Acabam os de abrir la no fá d l misión de Indanza. H an ido los Padres A lbino del Curto y
Bonicati. ¡Han sufrido y sufren tanto!
; Y cómo no? A brir casi sin medios ni re­
cursos una Misión en plena floresta!

Orate pro me etpro missione mea difficiUinia...'. *
E l apóstol salesiano, venciendo animosa­
mente las dificultades que se oponían a «u in­
greso a la Misión que la Santa Sede le confiara,
entró el 17 de junio, habiendo partido de V alpa­
raíso (Chile) d II de febrero y desembarcado en d
Callao (Perú). Kn esta república se detuvo tres
meses, trabajó sin trega ni descanso. E l 4 de
junio se dirigió a Cuenca. Su paso jior las diversas
]X)blacioncs fué un no interrumpido triunfo.
E l encuentro con .S. S. lim a, y Rcvm a. el Sr.
Polit, Obispo de Cuenca, íné connu)vedor jair
demás. Este dignísimo Prelado hospedó en su
palacio al \acario A¡>ostólico de los pobres Jíba­
ros y lo ayuda eficazmente con cuantos medios
están a su alcance para que desarrolle la difi­
cilísima Misión del Oriente lícuatoriano.
¡Que Dios, misericordioso y justo, recompense
a los generosos bienhechores y derrame sus bendidones sobre nuestros celosos Misioneros!

REPUBLICA ARGENTINA
E l M. R. P. Pedemonte en una correspond' ud a recuerda que en una preciosa carta cjue Don
Bosco escribió el 6 de Agosto de 1885 al A¡)óstol
de la Patagonia, Mons. Cagliero, le decía te.\-tualm en te:
<i Haced cuanto podáis para tener vocaciones
del pais... ayudándonos en este sentido. »
Y agrega con modesto entusiasmo: « los her­
manos que nos han precedido supieron pre­
parar para estas Misiones a varios jóvenes ar­
gentinos que, sostenidos jior la gracia, ejercitan
hoy su ministerio apostólico en su país natal,
con laudable empeño.
(Ivl P. Pedemonte es precisamente uno de
ellos).
« H oy el J.atín se estudia en todos los Colegios
sale.sianos de la República, y los aspirantes al
sacerdocio dan m uy huena.s esj>cranzas.
<' E l canto gregoriano se ama, se estudia y se
ejecuta concienzudamente, h o mismo la.s sagadas ceremonias, y en general la Liturgia.
« E sto impresiona de tal modo al j»ueblo, que
hasta los mismos niños pequeños hallan corto el
tiem|x> dedicado a las funciones religiosas.
« A l de.scribir D . Bosco en i8 8 j su mi.steriov»
sueño por la América, decía;
“ Los Salesianos atraerán muchos pueblos a
Cristo mediante la dulzura de S. Francisco de
Sales. Los primeros salvajes será difícil morali­
zarlos; pero sus hijos se prestarán dócilmente y
para ellos se fundarán colonias y la civilización
se extenderá rápidamente per doquiera."
♦ H oy se \-erifican estas palabras ¡Cómo go*

— i6 —
zarán desde el cielo nuestros padres, viendo
desvanecidas las dificultades de un tiempo y la
mies en sazón!
... iVengan pues, a recogerla muchos esfor­
zados jóvenes europeos, pues los que estamos
aquí somos m uy pocos, demasiado pocos. ¡Ven­
gan muchos y santos m aestros a cu ltivar estas
flores, a recoger esta mies! »

MATTO GROSSO (Brasil)

la seriedad y las ventajas del paso que han dado.
¡Roguemos para que esto sea pronto!
Tam bién nuestros cooperadores pueden con­
tribuir a este triunfo de la civilización cristiana. ■>

Nosotros volvem os a recomendar a las oracio­
nes de nuestros lectores al valiente Misionero,
que h a sido nombrado Obispo y Prefecto A pos­
tólico de R ío Negro, misión vastísim a y difícil.

A I05 Niños.
Bautismos y Matrimanios en la Colonia
de S. José en el Sangradouro.
E l P. Bálzola, antes de recibir su nombra­
m iento de Prefecto Apostólico de Río Negro
en el Brasil, emprendió por las Misiones bororas algunas correrías para preparar a los ca­
tecúmenos a recibir los Sacramentos de la
Iglesia. D e regreso de ellas a la Colonia de S.
José en el Sangrodouro, «dispuso todo lo conve­
niente para los espirituales ejercicios anuales
de los Salesianos y los de los indios que debían
recibir el Bautism o o celebrar el Matrimonio.
En estas estaba cuando recibió por telegram a la
noticia del nombramiento del P. Malán para
Obispo de Registro de A raguaya, lo cual equiva­
lía a elevar de grado la Misión. E ra precisamente
el 24 de mayo.
«Poco después llegó el P. Malán; se empezaron
los Santos ejercicios y se trató de los indios.
Pero en la premura del tiempo, (pues Mons. Ma­
lán no podía esperar, ya. que el Exm o. Sr. Nuncio
de Su Santidad lo llam aba de urgencia a Río
Janeiro), hizo que no estuvieran prontas las
cosas que liabían de distribuírseles en aquella
circunstancia, especialmente la ropa. Se les
dijo que en vista de esto, se aplazaba la cere­
monia del Bautismo, líntristeciéronse mucho y
rogaron los hicieran cristianos cuanto antes, que
de buen grado renunciaban a todo. Mucho nos
alegramos nosotros con esto, pues vivam ente
lo deseábamos.
fl Así, pues, la vigilia de Pentecostés bautiza­
mos 20 entre niños y niñas y al siguiente día,
la grande fiesta cristiana, a los adultos, y se
celebraron 14 matrimonios, que. con los de que
habíam os ya bendecido, nos dan 18 familias
cristianas en esta colonia. E ntre ellas están la
del viejo Capitán Lobo y de su hijo, quienes
trajeron un acompañam iento de 88 personas.
* Ahora con este hermoso grupo de familias
cristianas es m uy fácil aum entar el mímero de
los indios, pues todos tienen parientes y dan
maestras inequívocas de haber comprendido

Com o veis, am iguitos, muchos son
los que yacen todavía en las tinieblas
del paganism o y del error. Y muchos
son los dolores y las m iserias que
sufren.
Y los niños, los que tienen vuestra
misma edad, -son* muchísimos, y muy
desgraciados. E llo s no saben sonreír
al Niño Jesús ni conocen las miradas
am orosas de la Santísim a V irg en . Son
las víctim as inocentes de tantas des­
gracias.
V o sotro s, más favorecidos de D ios,
¿no sentís com pasión por ellos?
¿ V erd a d que si pudierais iríais a
socorrerlos ?
Pues bien, lo podéis... muy fácilm ente
y... hasta lo debéis. Y esto sin que
tengáis necesidad de em prender viajes,
ni siquiera m overos de vuestras casas.
En otro número os indicarem os a l­
gunos medios sencillísim os, que podéis
poner en práctica en vuestras casas,
en vuestras escuelas, en vuestros ins­
titutos.
Por ahora os recom endam os sola­
mente la oraezóu.
Cuando hayáis recibido a Jesús y lo
tengáis sobre vuestro corazoncito, de­
cidle: « jO h bendito Niño Jesús, que
tanto am áis a los niños, gracias infi­
nitas os doy por haberm e hecho nacer
de padres cristianos, en una nación
católica; pero os suplico echéis una
mirada de com pasión sobre los niños
.salvajes y p a g a n o s ; también ellos son
herm anitos v u e stro s: haced brillar tam-

b ié .i p a r a e l lo s la lu z d e v u e s t r o E v a n 1- t D J - * J
1
Ai- •
I
g e h o ! B e n d ic jd a l o s M lS S I o n e r o s U
¿ V e r d a d q u e c o m e n z a r é is d e s d e h o y
m is m o a r o ^ a r p o r n u e s t r a s M is i o n e s ?
®
^
. .•*,*:
rf.t , f,“: , ■
.“.t , Tf:. , ♦** ■ f .

Ohl sí, os confieso que vuestro luuublo rovuor.lo
y la promesa de que rogareis por mí. luí siUo e.
mojor regalo que he recibido.
Podéis estar seguros de que no habéis orado
en vano, pues, amique lejos de los míos he padado el día en santa paz y hasta con alegría.
La primera semana teníamos un oficial que lu»
decía \ma palabra sin una bla.sfemia. (irimdc imD c l a ffU C r r a
presión me hacía el oírlo, y aunqne no delicmos
®
*
odiar a nadie, ya no jxidía mirarlo muy bien.
Ofrecemos a musirás lectores estas tres cartas dePocos días después había |X’rdido la voz y no jxidia
dos jóvenes universitarios, que frecuentaban el Oradar órdenes. Asi nos lo quitaron y yo no sufro el
torio Festivo salesiano de..., ayudando epcazmmtc
tormento de oírlo blasfemar.

M A C A O (C h in a ) — L o a a lu m n o s d e l O rfa n a to S a le sia n o en i g i 4 >

a los directores, como catequistas. En su
sen­
cillez son una demostración palpable de lo qtu son
estas instituciones benditas.
.....6 de Noviembre de 1914.
Amadisimos amiguiios: {los de la Compañii
de S. Luis)
¿Cómo podré expresaros la grande a la r ía , el
consuelo sin igual que me halx-is procurado con
vuestras sinceras felicitaciones y votos el día de
mi santo? ¡Con cuánto placer leía esas palabras,
lodos esos dulces nombres!
Me parecía estar entre vosotros, leer en vue.stro
semblante esa sonrisa que tantas veces me ha con­
solado, ver sTiestros ojos inocentes que manifesta­
ban todo el candor de sniestra alma.

¡Qué extraña es la vida milítarl no tanto p^r
las fatigas que impone, cuanto por el ambiente
en que nos envuelve. No hay aquí esa delicadeza,
esa buena educación del Oratorio, esa jusentuf;
formada en el santo temor de Dios, itwno la -y v
crece a la sombra hospitalaria del Oratorio, b.->;
la protección de im nombre santo, el dulce y ve­
nerado nombre de Don Bosw.
¡Oh! rogad, amigos míos, rogad para que me
mantenga siempre lejos del pecado aun en medx.»
de los malos ejemplos. Y rogad también pfjr le
que tienen tanta necesidad de volver al buen 4'=*
mino, que los llevará a salvación. Y esto a mayor
gloria y alabanza de nuestro Señor.
Lejos de vosotros, no puedo dejar de exhor­
taros a que perserveréis en vuestra prácticas relí-

— i8

giosas y siendo constantes, asiduos en frecuentar
el Oratorio y nuestra amada Compañía de S. Luis.
Mi gozo aumentó al leer ^n^estros nombres: me
parecía que cada uno de ellos significaba lüia pro­
mesa; la de ser dignos imitadores de S. Lu.s.
Amadme siempre.
Siempre vttesiro,
CARLO S G.
II.

Dígame también cómo andan las cosas en la ciudad,
qué se dice, qué se piensa. Aquí no se sabe nada.
Mil recuerdos a todos los Superiores.
Siempre suyo,
JU LIO P.
III.
12 noviembre de 1914.
Sr. Director amadísimo:

9 de noviembre 1914.

Perdóneme si he dejado pasar algunos días sin
dirigirle un saludo, sin mandarle cuatro letras. No
ha sido de cuido, ha sido imposibilidad. ¿Cómo
¿Qué dirá V. de mi largo silencio? V. nos ha olvidarlo a V. que como lui padre amantísimo ha
mandado dos cartas relxjsantes de cariño y llenas procurado aligerar imestra nueva \*ida? ¡Oh!
de excelentes consejos. Y no.sotros no hemos con­ ¡cuánto siento la diferencia, no por las fatigas,
testado! Pero V. nos perdonará. V. sabe lo que es que, gracias a la constitución que el Señor me ha
la vida militar, la vida de campaña. E sta incomo­ dado, no han hecho sino fortificar mi cuerpo, sino
didad general, esta disciplina férrea, esta ausen­ por el ambiente. ¡Cuántas cosas feas me toca oir!
cia de dralzura y de amor, este ambiente viciado
Pero lo soporto todo y sé también compadecerlo
aturden, confimdcn, abaten.
todo.
Pero poco a i>oco se acostmnbra imo, las ideas
¡Pobres jóvenes! Si al menos conocieran el error
se aclaran, el ambiente aparece tal cual es, y al en que viven. Y ’o quisiera que estos mis nuevos
mismo tiempo viene a la memoria el recuerdo vivo
compañeros experimentaran las dulzuras de tma
de la familia, de las pf reonas amadas.
vida morigerada y pura. Por ahora yo no puedo
Entonces se comprende la verdadera amistad
sino rogar por ellos.
y se siente la verdadera gratitud, consistente no en
Los infelices imprecan contra la guerra ¡y no
palabras sino en obras dignas de las personas que saben que precisamente son los impíos quienes
nos l.an hecho bien. Así, aliora más que nunca com­ la han desatado! es este el castigo del Señor, el
prendemos nosotros lo que es el Oratorio, y hemos flagelo del ciclo; y los buenos son demasiado pocos
pensado tantas veces, durante las horas monótonas,
para poder aplacar con sus oraciones el enojo de
durante las noches de insonmio, en sus dulces reu­ D ; O S . Pero vendrá el día de la misericordia, y vol­
niones, en nuestra ^lesia, en los niños, en toda esa
verá el día de la paz; lo esperamos, lo queremos.
vida a que nos habíamos aficionado, y experi­ ¡Cuánta satisfacción me ha procurado su carta!
mentamos dolor, sentimos anudarse la garganta,
Me parece volver a vivir los días felices de nuestro
llenarse de lágrimas los ojos... sobre todo los do­ Oratorio, me parce t>ír esas palabras de su viva
mingos con sus fimciones hennosas, sus cantos, la.s voz. l.e agradezco profundamente también los
voces argcntina.s, amorosas, el murmurio de Uis votos y felicitaciones por mi día. Lo que siento es
oraciones. Y durante todo el día pensamos ¿qué
que mañana partiremos para.....En lugar de acer­
estarán haciendo los niñas? ¿estarán en la iglesia?
camos, nos Mejamos siempre más de nuestra her­
¿todavía cu el recreo? ...
mosa ciudad, avanzando siempre hacia el Norte.
¿Cómo podremos agradecerle dignamente sus
También se dismúiuye la posibilidad de volvemos
cartas?
a ver.
¿Cómo podré j’o rcsix)i\dcr convenientemente?
Adiós, padre mío amadísimo; consérveme siem­
Carezco yo del calor de sus frases, de la abundan­ pre su afecto paternal; y yo no me olvidaré nimca
cia de su seutimiento, de la espontaneidad de su
de V. y de su gran bondad.
expresión. En esas líneas sentimos palpitar su co­
También le mego se digne saludar de mi parte
razón generoso, vibrar su ahna nobilísima. Y si V.
reverentemente a todos sus buenos hermanos; a
se coimiovió a nuestra partida, yo le aseguro que
todos quisiera escribirles, pero me falta el tiempo.
nñigimo de nasotros lloró al desprenderse de los También salúdeme a todos mis niños y compa­
brazos de nuestras madres, y en cambio se nos sal­ ñeros y encomiéndeme a sus inocentes oraciones.
taron las lágrimas cuando V. nos saludó llorando:
Ruegue por nosotros; yo siempre rogaré por V.
todos comprendimos su dolor de padre y lloramos y así en la oración que elevaremos juntos al Señor,
con V. Aquel momento jamás lo oEndaremos.
viviremos santam ^te unidos.
Nosotros los tres estamos toda^^a en.....
Lo abrazo de corazón.
No sabemas a punto fijo cuándo partiremos al
Siempre suyo aftno. y humildisimo.
campo: podría ser de un momento a otro. Los
otn.^ siete han sido todos separados... no sabemos
CA RLO S G.
adonde l<\s han mandado.
> -x x :
Estamos bastante bien. I<as fatiga.s no son toda­
vía excesivas. Cierto que no estamos muy bien
¿Q ueréis saber ¡o <jue son lo s O ra to rio s F estio o s f
tratados ni en el alimento ni en la cama. Pero
cómo se fundan
d irig e n ? Leed e l lib rito que ¡es han
paciencia. I^ compaña es así.
dedicado ¡as Escuelas Sa/esianas de S arrid-B arceh na.
¿Y cómo sigue el Oratorio? Escríbame presto.
Amadísimo Sr. Director:

Lfl BIBliIOCEC/1 aCRIIRIfi SOliaRmNíi
en la Exposición de Génova.

E l Cittadino de G nova publica la relación
del Jurado de la Exposición sobre la BiblioteiM Agraria Solariatia, de^.tinada a ilustrar el
célebre sistema del ilustre agrónomo Estanislao
Solari, que produjo una revolución en la agraria.
D ice a s í:
« E l adm irable despertar de la Agricultura
Española se debe en gran parte a la publicación
de obras ad Jioc, claras, concisas, al alcance de
todo el mundo.
« E ste mérito es justicia reconocérselo a la
publicación sevillana titulada: BiblioU.u Agraria
Solariana, que lleva editados de 1903 acá, 96
volúmenes.
E ntre los entendidos en Agricultura no hay
quien ignore el nombre de Estanislao Salari y
su adm irable método para la inducción gra­
tu ita del elemento más caro y más necesario a
las plantas: el ázoe. K^o es nuestro ánimo ex ­
poner los principios científicos en que se basa.
H oy es unánime el acuerdo entro los inteli­
gentes en reconocer y exaltar los méritos del
insigne italiano, gloria de la Patria. D ulce nos es
notar cómo, merced a la publicación Salesiana,
la gratitud de la noble nación española une su
imponente coro a la de los agricultores italianos.
« Digno de especial mención es el difunto
conde de S. Bernardo, quien no sólo fué en­
tusiasta del Sistema, sino colaborador de la re­
vista, escribiendo su precioso libro f< E l pro­
blema del pan, que fué traducido al italiano.
« Pero como todas las grandes empresas, el
trabajo de penetración y propaganda en España
exigía un hombre que a la clara visión de la ver­
dad uniera firmeza de voluntad, robustez de
inteligencia, prudencia en la ejecución, y se
halló en la persona de D. Pedro Ricaldone, Salesiano, Director por muchos años de la Obra
Salesiana en Andalucía, hoy Director General
de las Escuelas Profesionales y Granjas A grí­
colas de ia Sociedad Salesiana.
« Ricaldone, descubriendo, como hombre de
genio y de corazón, en la fortuna de la Agricul­
tura la suspirada solución de im portantes pro­
blemas sociales, concibió el plan de la Biblio­
teca A graria Solariana, se rodeó de los mejores
elementos que lo pudieran coad\’u var en la
empresa benemérita y atre\úda y dictó sus dos
primeros volúmenes: E l Clero, la AgricuUura
y la Cuestión Social — E l Labrador, la Agri­
cuUura y la Cuestión Social.
Estos volúmenes fueron una revelación para
hombres competentísimos, para ministros del
reino, propietarios y simples labradores. E x ­

perimentos felices, iniciados por el P. Ricaldone
mismo, -vinieron a confirmar los i^rincipios y a
difundir siempre más su práctica y sus indiscu­
tibles ventajas.
<' N o faltaron naturalmente las oposiciones.
Y fué mejor, porque dieron al ilustro salosiano
ocasión de escribir su excelente volumen cien­
tífico y polémico: Im s leguminoms v los cereales,
que le mereció la aprobación y los más calurosos
elogios de toda la Prensa seria e indejamdiente.
« L a pluma brillante de Miguel A lvarez Chape
trazó un maravilloso articulo en E l Correo
de Andalucía, en que hablando de esa obra decía:
„ E 1 libro de que hablo es un libro de pok’ mica.
jY qué polémica, Dios mío! No sé qué admirar
más, si el razonamiento profundo y lógico dcl
Autor, si la cantidad de ciencia y de erudición
derramada en el folleto, o si la caridad verdade­
ramente edificante que resjúandece en todo é l!"
« Después pasa a examinar punto j>or jmnto
las partes de su aserto.
« L a m ayor parte de los tom os de la Biblio­
teca son originales: otros son traducidos de
varias lenguas.
« E ntre los debidos a la pluma de Ricaldone
figura E l problema forrajero, que consta de v a ­
rios tomos, algunos en prensa todavía. E sta obra,
dedicada a S. M. Alfonso X I I I , fué saludada
por la Prensa como una de las más importantes
y útiles que se han publicado en nuestra época.
« E n i Q ii el P. Ricadone fué llamado por
la confianza de sus Sujjeriorcs a cubrir el im ­
portantísimo cargo que con tanta competencia
llena, y continúa siendo desde Turín el alma
de esa publicación que desarrolla con estima
.siempre creciente su obra iluminada y moral en
España y en la América Latina.
<' Pasan de 350.000 lo.s libros que .se han d i­
fundido en España y América, para llevar los
I)rinci])ios de una sana y racional .\gricultura
y suscitar doquiera sim patía y ajdausos... ».

T E S O R O ESPIR ITU A L.
L os Cooperadores Salesianos que confesados
y comulgados, visiten devotam ente una iglesia
o capilla pública, o si viven en com unidad, la
propia capilla, y rueguen según la intención
del Sumo Pontífice, pueden g an arlas siguientes
indulgencias plenarias:
Febrero, 2, la Purificación; 24, la Cátedra de San
Pedro.
Merlo. 25, ia Anunciación; 28, Dominico de Ramos,
Abril. 4, la Resurrección.
Fuera de esto, pueden ganar tres más cada mes:
I® uti día de libre elección, (jue bien puede ser el
PrÚTter Viernes; 2® el día del Ejercicio de la Buena
Ó Ji^te: 3® el de la conferencia meiu.ual.
\

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®00O0®.» ® “o o o o = -° ° r V o / ‘S'

EL CULTO

de María Auxiliadora
Nii tenemot ta persuaBláo de que, ea las vicisitudes dolorosas de les lieoipcs
que atraveumos, ao oos quedan más consuelos que los del Cielo, y entre estos,
la poderosa protección de la Vlrien bendita, que fuó en todo tiempo el Anxilio
de los Cristianos.
pio X.

Gracias de María Auxiliadora.
C a ra p eg iíá (Paraguay). — Un día me encon­
traba muy afligida por rui asunto de mi bija del
cual dependía su felicidad. Me llegó el Boletín
Salesiano y me despertó la confianza en María
•Auxiliadora. Plise en sus manos el asunto y además
le rogué me fuera bien durante todo el año. H a­
biéndomelo otorgado, le doy gracias rendidas y
envío de limosna 50 pesos.
17 de m ayo de 1914.

S i l v i a A. de P e r a l t a .

C o rra le s (Col.). — Más de un ano padecí de
fiebres, sin encontrar un remedio eficaz. Cansada
de tomar medicinas, acudí a María Auxiliadora
prometiéndole publicar la gracia si me curaba,
y enviar una limosna para su Santuario de Turíii.
Desde entonces comenzó mi reposición y hoy ya
hace dos años que no he vuelto a sentir ninguna
novedad, por lo que cumplo agradecida mi pro­
mesa. JanuLS nuestra bendita madre ha desiádo
las súplicas de los que la invocan con fe.
'15 do seticmlíro de 1914.

M e r c e i ->e s M a r in o .

C o ro n el de D o rreg o — Habiendo perdido a
mi esposo (g. e. p. d.) y sobreviniéndome varios
accidentes, vine a encontrarme extremadamente
débil, sin poder comer, ni dormir, ni hallar gusto
cu nada v en tal agotamiento físico y moral, que
invocaba a la muerte como a mi libertadora, pues
había consultado grandes médicos y hecho cuanto
IKHlia para librarme de ton horribles sufrimientos.
.Acorbardada va no tenía esperanza, cuando una
IK'rsona me aconsejó acudir a María Auxilia­
dora. a lo cual accedí más por cortesía que por es]K'ranza, no jxirque dudase del poder y bondad de
Nuestra Sonora, sino jiorque y a la vida no tenía para
para mi ni aliciente in interés.
Pero el hecho es que desde entonces comencé a
mejorar, naturabuente sin remedios, porque éstos,
causada, hacía mucho los había dejado.
Hoy me encuentro perfectamente, atendiendo

a mis seis hijitos, sin que el trabajo me cause la
menor novedad. Doy rendidas gracias a María
Auxiliadora y le mego nos siga protegiendo.
M arzo de 1914.

M a r ía H . d e M a r t í n e z .

G ero n a (Esp.).— Entré en sorteo para el Africa
y armque personas caritativas mandaron decir
ima misa en honor de María Auxiliadora,salí y tuve
que marchar a Melilla. Ellas nos se desalentaron
y siguieron rezando. Catorce días después se pre­
sentó un voluntario y los Jefes ordenaron mi re­
greso a España, lo que parecía imposible. Y o veo
en todo esto la mano de María Auxiliadora, le
doy gracias y le ruego me siga protegiendo. Envío
4 ptas de limosna.
13 de abril 1914.
B u e n a v e n t u r a C o m a s PnALLEXA.

Del Regimiento de S. Quintín.
P u lí (Colombia). — E l 21 de agosto en mi H a­
cienda de « L a Esmeralda » se declaró im incendio
y en menos de media hora el fuego atravesaba por
todos lodos la finca exponiéndome a pérdidas de
mucha consideración y amenazando causar graves
perjuicios en los predios colindantes. Viéndome ea
tan terrible situación, invoqué a María Auxilia­
dora, ofreciéndole una limosna de $ 100 oro para
las obras de D. Bosco. E principal objeto de esta
promesa era que se salvaran del incendio los pre­
dios vecinos, pues el fuego atravesaba mi finca en
contorno en una extensión de ima legua más o
menas. E l fuego empezó a suspenderse al llegar a
ima de las Haciendas vecinas por una parte, y por
otra, contigua a las Haciendas más ricas, aparecie­
ron tres hombres y una mujer como a las nueve de
la noche y empezaron a ponerle coutrafuego de tal
suerte que a las cuatro de la mañana y a no había
peligro en los predios'vecinos, aun cuando el in­
cendio continuó lentamente en mi propiedad
hasta las 12 del día 22. L a casa de habitación que
se hallaba rodeada por las llamas, en la cual no
había más que la sir\'ienta, que se dedicó a desocu-

T



parla, y un niño de odio años que con ima rama
fué apagando poco a poco sus alrededores mien­
tras llegaron unos peones que mandé contener el
fuego quedó salva del todo.
E ste favor celeste ha sido tan patente, que nin­
guno de los predios vecinos sufrió perjuicio d-j nin­
guna especie, y en cuanto a lo mío, tan solamente
perdí los pastos, sin que hubiese perecido'ni Tma
sola cabeza de gánado, de lis ciento ochenta que
exist an en la parte incendiada.
Como testimonio de este valioso beneficio, fumplo gustosamente mi promesa y me inscribo como
cooperador pidiéndole a la Santísima \'irgen otros
favores.
V ic e n t e JI o .e o B.

S a n t a C ru z de Patagonia. — Hacía tiempo
sentía yo intensos dolores de oídos, sin salier de
dónde hubiesen provenido, ni cómo poderlos cu­
rar. Inútiles habían salido todos los remedios y
curas que los facultativos me habían indicado y que
yo con esmerada prolijidad había aplicado, to­
mando escrupulosamente y rep>etidas veces, en el
modo y en diferentes tiempos, según sus consejos.
A tanta intensidad habían llegado esos dolores v
tan seguidas eran esas pimtadas en mi pobre y
atolondrada* cabeza, que me veía como desespe­
rada. En buen pimto entonces recordé haber leído
en el Boletín Salesiano las infinitas gracias que
M. A. dispensaba a sus devotos. Animada tam ­
bién yo por ésta fé en nu csf a buena Madre, a Ella
recum, confiada que E lla sola me alcanzaba cu­
ración.
¡Oh Santa ideal ¿Por qué no haberlo pensado
antes?... Sí, la Bu<.na Madre, verdadera Salus
infimiorum y poderoso Auxiüo y Consuelo de los
Cristianos, me .sanó completamente, no bien
había yo empezado mía Novena con tal fin.
[Bendita, alabada y ^radecida sea María Au­
xiliadora!
Reciban los PP. Salesianos corno prenda de mi
gratitud por el gran beneficio recibid.©, mi pequeño
obolo lo ps. arg. (22 pesetas) para su Santuario.
Julio de 1914.

MAKI^ B e so de T i ó
P u n ta A re n a s. — Mi henuano Eduardo estaba
gravemente enfermo en Valparaíso, habiendo per­
dido todos los Doctores la esperam^a de curación.
Entonces recurrimos con toda confianza a nuestra
Viigen María' Auxiliadora, que es consuelo de kxs
afligidos y salud de los enfermos, y nuestra petición
tuvo feliz acogida, pues, al cabo de pocos días un
tele^am a nos trajo la tan esperada noticia de la
completa curación de nuestro querido Eduardo.
Damos gracias a nuestra Señora María Auxilia­
dora, pidiendo se publique la presente declaración.
5 de Setiem bre de 1914.

M. A. S.
S . R a fa e l de D esa m p arad o s. — Diez años lle­
vaba sufriendo terriblemente de apendidtis. Iwos
Uiédicos no me daban esperanza. Al fin, le regué a
María Auxiliadora que me curara, hice la Novena
y ofrecí publicar la gracia. A l poc» tiempo me en­

2t —

contraba bueno y sano. Por ello doy mil gracias u
María Auxiliadora.
F. V. ZúÑio.\.
Dan tambiéa gradas a .María AiixlHadura y envían una
limosna:
. Asunción (Paraguay). — D. Jn.sé Galiiulo — Da.
Maria C. de Lainos — D. Alcjaiulro Rumero —
D. Julio Antonio CeiUurióu. por haberle solucio­
nado un asuiuo importante — Dh Anastasia Kreies,
por su proJigiosa curación de una enfermedad a
la cabeza — D. Luis l-'erriol, por haberle sacado
})rodigiosameiUe de una sunación embarazosa —
D. G. por la salud recobrada.
Barcelona. — I). J. p. — M. c . por mía grada
— Da. Pilar Recaséns, [lor un favor, 5 ptas. _
Una devota, jior la salud de su hijo -- b a . Jesusa
Amor de Krieira, por la salud do sus hijos— Da.
Elvira Carreras, por dos gracias — Da, losefa San­
io y Rosa — Da. .Maria Ualdricli — D. Joaquin Juan
S. 5 pls. -r Una devota, por favores recibidos y
pam implorar otros, 25 pías.
Bogotá. — n . iMarianu N. por un gran fa v o f_
í l. 1. K. y 0 % M. |)ur grandes favores.
Barranquilla (Col). — Da. Mercedes Angulo Osio
I peso oro — Da. K. de M. g i oro.
Buenos Airea. — Da. R. J. de Prioli — D. 1).
F. de M.
Boconó (Venezuela).' — D. José de Jesús G < j i i zalo Gabaldón — D. Eveticio Monbilla, por la.curación de una larga y penosísima enfermedad cmi
los riñones — Da. Margarita jaramillo, por la sa­
lud de su padre — Da. Maria i-Ater de Berrjos, por
la salud de su hija Josefa de González — Da. Car­
men Camacho — D. Juan Nepomuceno Aranjo
I). León Torres — Da. Mercedes C. <le Cardosa
— D. Domingo Milani — D. Antonio Tálamo —
Da. Siriaca tlel C. Briceño — Da. jo.sefa Cabezas
— Da. Isabel C. de Araújo — lJa.‘ Rosalía B. de
Briceño. — 1). Rafael Gudiño, por la curación <le
su hijo — Da. Florencia Jaramillo y Da. Petia
Briceño — D. Francisco Corrillo — D. Rito Mnrchena — D. Andrés A. Rosalez — D. Juan Rafael
Treviño — Una devota Cooperadora — Da. Maria
de Abeiidaño — Da. l'rancisca de Atiuilera _
D. Pedro Pascal Gonziili-/ — Da. Cleofc de Montilla — D. Sebastián Velazco — Da. Ceiba Boraran<ia.
Cádiz. — Una Hija de María.
. Cali (Col.). — Por gracias y favores: ü . Cl.iudio
Filigrana, pías. 2.50 — Da. Paulina F. de Donunguez, 25 — .S. .Scarpetta, 5
Da. Beatriz de
Abella, i — R. E. — Da. Dorotea Filigrana, 3,50
— Da. Rosa Zapata, v. de León, 2,50 — Da. Nicolasa de Palacios, 25 — D. Sixto Vega — Don
Claudio Filigrana, 5 — D. A . T . G , r.
CallÚB. — Un devoto, por un gramlisinio favor
a la .Sra. Ramona .Sala.
Campo Elias (Ven.). — Da. Zoila P. de San­
tander.
Cartago (Col.). — Da. Ivmperatriz Bueno, frs. 3,50
— Da. Paz Bueno, 3.55 — Da. Merminda de Ara­
gón, 2,50 — Da. Mercedes de Aragón, 2,50 —
Da. Fidelina de Morlones, i — Da, Paulina de Pcnilla, I — Díñ Inés Moriones, i — Da. .Susana de
Zapata, r — Da. Julia Aragón. 2,50 — Da. Matea
Moriones, i — Da. Arcelia Auslestia, 1,25 — Da.
Rosalvina de Mondragón, 2,50
Castillo de Alvaranez. — E, Remigio S. Julián,
5 pías, — Da. 'I'rinjdaíl Bueno. 5 — Da. Carmen
Martínez, 2 — D. Cirilo de Julián, i — Angela Ca-



22

■ brejano, 9 — Da. justa Castellanos, id. y mandó decir
una misa, 2 — Da. Florencia Castellanos, una misa.
Corrales (Col.) — D. J. Lisandro Prieto, por la
•curación de su señora.
Coruña.-T- D. E. U. porvarios favores, ptas. 105,50.
El Salado. — Da. M. Manuela Collazos de O.
ptas. 2,50.
Espinal (Col.). — Da. Magdalena Guzmán P.
ptas. 2,50 — Una cooperadora, 2,50— Da. Casilda
de Giizmán — Dr. J. Caicedo Leiva por una gra­
cia insigne a su esposa.
Facatatívá. — D. María de S. por grandes fa­
vores.

M A C A O ( C h in a ) —
F la s s á (Gerona). — Da. Margarita Pascual de
Amal, por un favor, 5 ptas.
Florida (Col.). — Da. María Josefa Reyes, frs. 10
Galdar. — Da. Josefa Falcón Presada, 5 ptas.
— Una cooperadora, 15.
Gascuña. — Da. Elisa Herraiz, 8 ptas. — Da.
Luisa López, 5 — D. Eugenio Herraiz, 3 — I). T o­
más Martínez, 10 — Una devota 5 — Da. l.insa
Herraiz nos ntega hagamos constar que sumpre
invoca a María Auxiliadora por intercesión del V.
Bosco, y obtiene cuanto pide.
Hondón de los Failes. —- Da. María Martínez,
por un favor.
I b a g u é . — Da. C. de C. por la salud recobrada.
Liadó. — Una devota por un favbr, frs. 10.
Overas. — Da. Juana Ruf.erta Jiménez, por muy
señalados favores.
Pasto. — D. Felipe Obando Idrobo por la obte­
nida salud de una enferma.
^
.
San Vicent deis Horts (Esp.). — D. José Rigol,
y manda celebrar una misa.



Sevilla. — D. José M. y Da. Esperanza Díaz, por
la portentosa curación de su hermano Francisco
de A-sís.
Sigsig. — D. Manuel Samaniego por su salud
portentosamente recobrada. — Da. M. Mercedes
Zegarra y Da. Antonia Arévalo de Cuchil por igual
favor.
Socorro (Col.). — Da. Blanca Morales y herma­
nas, por la curación de su señora madre.
Trujillo (Ven.) — D. José Atilio Méndez, por la
salud de su amada madre.
Vigo. — Da. Asunción de Pereira Borrojo, por
la milagrosa curación de su hijo Manolito — Da.

E l O rfa n a to de fiesta.

Antonia Vda de Aranoz, por un favor, 10 ptas. —
D. C. P. G. por la curación milagrosa de una sobrinita.
X . — D. J. C. y S. y Da. M. de Rey y familia
por la salud otorgada a un miembro de familia —
D. C. y M. H. por varios favores.
Yaraundí — D. Guerrero Z. por la portentosa
curación de su señora. — Da. M. Josefa Espinosa
por la parte de una amiga, 1,25.
Yaritagua (Ven.). — Da. Francisca L. Vázquez,
opr la salud de un hermano — Da. Josefa Ruiz,
por la de una niñita pupila — D. Víctor Vázquez
por la realización de un negocio.
Yecla de Yeltes. — Una devota por haberla sa­
nado de un grave mal de ojos.
Zurgena. — Da. Ana M. M. Moreno, por la cu­
ración de su madre.
E s M a r ía B a x H ia d o ra fa ro en la s dadas, f en
penas consáelo.

¡ús

T
POR Eb MUNDO SfIbESISNO
POR LA PAZ

María Axixiliadora, d beneficio inapreciable de la
paz.

B asílica Ceníral de (Daría fluxiliadoro,
. Desde el mes de septiembre se vienen celebrando
en el Santuario fimciones especiales todos los días,
y particularmente el 24 de cada mes, para obte­
ner del Señor el beneficio de la paz, y según las
intenciones especiales del Sumo Pontífice Be­
nedicto X V .
Son conmovedoras estas funciones del 24. A
las 6 de la mañana el templo está lleno de devotos,
entre los que figuran algimas comunidades reli­
giosas y representaciones de muchos institutos, co­
legios y círculos. Das •comuniones son numerosí­
simas y los cantos y plegarias resuenan en las bónedas majestuosas como el eco potente de los sus­
piros de la humanidad.
Terminada la Misa, él celebrante dirige a la
muchedumbre una alocución y luego da la Ben­
dición con Su Divina Majestad.
El 24. de septiembre ofició S. E. JIons. Cástrale,
ei 24 de Octubre S. E. Mons. Bartolomassi, el 24
de Nbre. y pbre. el Rev.mo P. Albera, General de
los Salesianos, quien dió al pueblo la Bendición
Ajxjstólica que le autori/ó Benediccto X V a dar
todos los meses en el vSantxiario.
T a lc a (Chile). — I^os Salesianos y Coopera­
dores de esta ciudad, convencidos de que sólo Dios
puede detener la ola de sangre que va envolviendo
a Europa y al mundo, liaai hecho grandes rogativas
y plegarias, poniendo por intercesora a la Santí­
sima Virgen Auxiliadora.
El 4 de septiembre comenzaron ima solemnísima
Novena, con Misa Cantada, Rosario, Seniióu, E x ­
posición y Bendición con S. D. M.
Grandes cartelones y anmicios en los diarios in­
vitaban al pueblo a tomar parte a ellas.
Y el pueblo corresjxmdió fervorosa, magní­
ficamente.
Inauguró la Novena Mons. Miguel León del
Prado, cantando la Misa, y durante nueve días se
turnaron en la cátedra sagrada los más brillantes
oradores de la ciudad. •
Las comuniones fueron también muy niimerosas.
Esta Novena se terminó con una grandiosa y
devotísima romería que saliendo de la iglesia Salesiana llevando procesionahnente la estatua de la
taumaturga Virgen, terminó en la i^esia matriz de
la ciudad.
En todas las casas salesianas del mundo se hacen
ahora plegarias especíales para alcanzar de la
misericordia de Dios, mediante la intercesión de

Rila empresa de amor.
A todas liis almas bnena.s de la española tierra
nos dirijiinos. A las (}ue quieren la paz. A las
Madres, a las E.sposas, a las jóvenes prometidas
que ansian preservar a sus seres queridos de los
horrores de esta guerra mundial.
Como presagio de dicha dice el « Mesajero del
Corazón de Jesús »: <(... los ejércitos no pueden
» deshacer las tempestades, porque las tempes» tades vienen de arriba: nadie puede arrancar
» el rayo de las manos de Dios si no e.s con la
» oración y el sacrificio. Necesitamos, pues, un
» pararrayos, y e.se pararrayos es el 'fibidabo.
» Las.^bejas Místicas, son una fuerza más grande
» que los soldados y los cañones».
Pues b ien ; nosotros formaremos las huc.sies
de este ejércitos salvador; y subiendo a la ben­
dita cima del Tibidabo, con la miel y la cera
del sacrificio, endulzaremos las amarguras del
Sagrado Corazón, y encenderemos esta pira de
amor que lia de templar los rigores de su Ju.sticia
y abrir las fueme.s de su Divina Misericordia.
Las « abejas místicas
realizan el sorprendente
milagro de lucrar inmimerablc.s indulgencias, sin
rezar una sola jaculatoria; sufragar un obra cos­
tosísima, .sin pagar la más mínima cuota, y for­
mar la asociación más numero.sas de España,
sin convocar a junta.s ni imponer distintivos.
Las «abejas mi.stica.s >-, sólo piden amor, ¡am or
a Dios, para ofrecerle un solo sacrificio, y con
el conjunto de todos los sacrificios labrarle un
tro n o !
¿Y no contribuiréis a este trono, que es el
templo expiatorio nacional del Corazón de Jesús,
vosotros, Apo.siolados de la Oración, Guardias
de Honor, Marías de! Sagrario, Congregantes
Marianos, Ordenes Terceras, Asociaciones Reli­
giosas todas, que trabajáis con tanto celo a
mayor gloria de Dios? ¿N o contribuirá la Buena
Prensa, los colegios católicos, la familias cris­
tianas, cuando se pide un sacrificio tan p>equeño
para lograr un benefiieo tan grande? ¡
por
D ios! ¡Por la Paz! ¡P o r España!
No es una obra más; no es una nueva manera
de pedir; la « idea del sacrificio > aplicada al
templo nacional consiste en « ab sten erse de
A L G O , m ortificarse en A L G O , ofrecer a Jesú s
aq u ella sen sación que siente el alm a cuando
se p riva de A L G O que desea, y d ar p a ra

— 24 —
su tem plo el im porte del A L G O ren u n ciad o ».
El que toma un refresco, compra un dulce, ad­
quiere un adorno o asiste a una fiesta, gasta
indudablemente. Pues si sacrifica este gusto por
amor a Dios y entrega lo que en el gusto iba
a gastar, ni aumenta eii'u n céntunó'el gasto de
su casa, ni merma la más mínima caridad. ¿Y
ea posi.ble que cuando el azote de la guerra
amenaza al mundo entero, y muere la juventud
en flor, y se derrumban los templos y la désolación se ensañorea de Europa, podáis gastar
en lujos y diversiones, sin sacrificar siquiera una
mínima parte de tanta suj;crílu¡dad, para levantar

M A T A R Ó — L « n u e v a ig le s ia de M *. A u x ilia d o ra .

el pararrayos que preserve a nuestra patria que­
rida? Cuando la tortura del hambre nos ame­
naza, ¿no sacrificaréis un postre, una merienda...?
Cuantió la tea incendiaria desiruye tantas belle­
zas, ¿no sacrificaréis al buen Jesús, el humo de
un tabaco...? Cuando son tantas las viudas y tas
huérfanas que visten luto, ¿no sacrificaréis un
adorno de vuestro traje...? jÜ h, s í ! ! Pedid hojitas del « Panal de amor
para íormar enjam­
bres! (i). No olvidéis que «las Abejas Místicas,
han tic poder más que los ejércitos y los cañones>. ¡E s por Dios! ¡P o r la paz! ¡Por España!
(O Estas hojas iiululgenciadns por el Excino. S r N u n ­
cio de Su Santidad y |K>r la mayoría de los Prelados de
España, pueden pedirse a D.» Am elia V iv é , Plaza M ayor, i,
SarriA-Barcelona, o al Sr. Encargado de las ob ias del
T em p lo d el S . C. de Jesús del T ibidabo. .Apartado 175,
Burcetoim (•).
Sabemos aue también varios Rvmcs. P'elados Americanos
las nan aprobado e iihlulgendado. La obra <el Tibidabo ha to­
mado el carácter de obra de n u a : representa un hoiueuaje de la
raza hispana al Sagrado ConzOn. L. R.

BOGOTÁ (Col.). — El Presidente de la Repú­
blica dn las Escuelas Salesianas. A mediados de
Octubre hizo ima visita especial cariñosísima al
Colegio León X III el Exemo. Sr. Dr. Concha. Iba
S. E. acompañado de sus Edecanes, del Sr. Ministro
de I. P.. del Sr. Ministro del Em ador y su Secre­
tario, del Secretario del Gobierno, del Subsecre­
tario de I. P., del Gobernador del Departamento
y Director de I. P. del mismo, del insigne Dr. J..
M. González Valencia, hermano del expresidente
y de varios otros distinguidos personajes.
Iva llegada del primer Magistrado fué saludada
por la banda del Instituto con elHiim io Nacional.
E n sitio preferente, arreglado con .sencillez, se
colocó el doctor Concita, a quien rodeaban todos
los ahoimos. E l niño Manuel Mahecha leyó una
salutación, que fue contestada por el señor Pre­
sidente en disctirso oportrmo y patriótico, que
terminó con las siguientes palabras; «Laeducación
del pueblo es la obra por excelencia de las demo­
cracias cristianas ».
En seguida se le obsequió en nombre del Colegio
con un bellísimo retrato impreso a varios colores, ■
en elegante marco, obra de los alumnos de tipo­
grafía. Los mvitados fueron conducidos a los saiiones de artes y labores, en donde pudieron admi­
rar los bellos trabajos hechos en las Escuelas Pro­
fesionales.
Recorieron detenidamente todos los locales.
Fué una visita inolvidable. S. E. y su séquito,
verdaderamente demócrotas y estimuladores de
todo cuanto sea cultura y trabajo, se entretenían
familiarmente con Superiores y alumnos, dejando
eii unos y en otros las más dulces impresiones.
BUENOS AIRES — Un homenaje a D. Bosco. —
Almmios y exalujnnos del Colegio de Santa Ca­
talina tuvieron grandes festejos religiosos y aca­
démicos en honor del V. Bosco y como adhesión a
las fiestas centenarias, los días 15 y i6 de agosto.
Honraron las fiestas y tomaron en ellas parte
importante los Excelentísimos Señores IvOcatelH,
Internuncio de Su Santid ad , Espinosa, Arzo­
bispo de la Plata, el Diputado Nacional Sr. Cafferata, el R. P. Vespignaiii y varios otros emi­
nentes eclesiásticos y seglares.
Tenían representaciones el Cosejo General de
exalunmos, las comimidades reUgiosas y m ulti­
tud de institutos.
I^a falta de espacio nos impide dar más detalles
de estos importantes actos.
CONTRATACIÓN (Colombia). — E l Congreso Eucarístico Nacional tuvo herniosa repercusión en
este Lazareto confiado a los hijos del V. Bos<x>.
Hubo ümninación general en todo el valle,
Cuarenta Horas solemnes, commüoncs generales,
procesiones magníficas.

1

Una nota simpática la dió el J efe de la Guar­
nición, quien con toda su gente quiso obsequiar al
Señor de los ejércitos con mía commiión fervorosa
y ganando el Santo Jubileo.— Las autoridades
civiles rivalizaron en amor y devoción con el pun­
donoroso elemento militar.
Todos se han mostrado dignos de Colombia, ca­
tólica y Valiente.
IBAQUÉ (Colombia). — Inauguración de una
iglesia a la Santísima Virgen. — L a constancia, la
fe de los Salesianos y la inagotable generosidad
de los ib^uereños y comarcanos, han tenido ,su
premio. L a nueva iglesia parroquial está inaugu­
rada. Es grande, hermosa, sólida, de estilo basilical. Está dedicada a Nuestra Señora del Carmen.
Una persona importante, muy enterada de
cuanto se ha hecho, de las dificultades que han
tenido que vencerse, nos d i.e e n luia carta; «Crea,
Padre, que aquí se han renovado los prodigios del
Sántuarío de María Auxiliadora de Turín: son
innumerables los prodigios que la Santísima Vir­
gen ha obrado en favor de sus devotos; son incon­
tables los sacrificios que muchos devotos se han
impuesto: es edificante la generosidad de este
pueblo. L a iglesia ha costado hasta hoy 20,980
pesos oro, (algo más de 104,900 pesetas), y nuestro
pueblo, si no es pobre, tampoco se puede llamar
rico. Esto es sencDlamente admirable. ».
« El mérito principal', añade, corresponde ál
celosísimo Sr. Obispo, Dr. Pérdomo, que a más
de otras limosnas y de su constante auxilio moral,
ha costi ado el cielo ra q metálico y el techo de
hierro, y luego a los abnegados e infatigables Salesianos Heredia y Biu^er, que se han sacrificado
y multiplicado, de mil maneras 1.
La inauguración resultó espléndida; mejor no
se podía desear. Desde el cinco hasta el treinta y
uno de julio, puede decirse fué una sola fiesta,
notable por el concurso, por la piedad de los fíeles
y por la solemnidad de las funciones religiosas.
Los frutos de la misión, fueron copiosísimos, como
era de esperanrse. E l vecindario todo se puso en
movimiento para venir a escuchar la palabra de
Dios, islas el éxito de íuia misión se mide sobre
todo por el número de confesiones y comuniones.
Su número'alcanzó a la respetable cifra de diez
mil, según la cuenta que .se sacó de las formas con•sagradas. No podía tener mejor estreno una iglesia
que por estar dedicada a la Santísima Virgen, está
llamada más que cualquier otra a fomentar la pie­
dad cristiana, y a santitcar muchas almas alimen­
tándolas con el pan celestial de la Eucaristía.
A la nueva iglesia le faltan todai*ía varias cosas,
mas no dudamos que quienes han sabido hacer
lo más, completarán su obra en brei-e y Inego
harán de ese templo un centro de intensa vida
religiosa y social.
LA PLATA (Argentina). — Un Oratorio Festivo
dedicado a .Miguel Magooe. — Feliz idea tuvieron
los salesianos y cooperadores de L a Plata, al de­
dicar un Oratorio Festivo al santo jovendto que
en el de D. Bosco halló abrigo y jardín, donde
crecer y esparcir su arcma delicado, porque Miguel

Magone fué como una flor selvática (juc, rodeada
de sus propias espinas y expuesta a ser desvirada
por los orugas, halló por fortuna un hortelano há­
bil que la trasplantó y la regó y nlxinó y lu hizo
d^na de adornar el altar de la Virgen purísima.
L a inauguración se efectuó el 30 de si'ptiembn?,
bendiciéndose también la capilla, dedicada a S.
Miguel Arcángel.
S. E. Mons. Terrero ofició la Misa. I/Oa Comu­
niones fuer< n mimerosísimas.
F\ieron padrinos de la bendición los donantes del
terreno, doctor don Miguel b'stvves y su señora
doña Astermin Alsina de ICstcvcs. y madrina del
altar maj’or. .su donante la distinguida matrona
doña Emilia Saavedra de Silva, cu cuyo donúeüio
fué servido más tarde un almuerzo del (jue partici­
paron el doctor l'errero y sus acompañantes.
Por la tarde el Oratorio c.staba animadísimo:
hubo un reñido partido de foolball, ejercicios gim­
násticos y fmitión teatral, bazar-rifa organizado
por las señoras que comjxiucn la coiuisión pro
capilla y fomento del barrio y hasta carreros de
caballos y de sortijas.
La banda de bomberos amenizó con escogidos
piezas de su repertorio, la función de la ma­
ñana.
. Por último, el doctor Serraluiiga Langhi, re­
presentante de la I/iga Social Argentina, dirigió
la palabra á los presentes, para pro^xiner la fmidación de una cooperativa rural para la explo­
tación de la verdura, indicando la forma práctica
de su constitución. L a idea lanzada en tan feliz
oportunidad, fué acogida con smua complacencia
por todos los circunstantes.
¡Que prospere esa nueva palestra de virtudes!
MATARÓ (España). — Bendición de la Capilla
pública del Colegio. — Tuvo lugar el 29 de no­
viembre don grají concurrencia de fieles, anima­
ción y entiLslasmo, aunque sin la solemnidad que
se pensaba, « porciuc, como dice una córrcspoiídcncia, cuando hay tantas familias que lloran, y
por el mundo se pasca la muerto, no hay Animó
para expansionarse aunque .sea con un aconteci­
miento religioso y de la importancia de éste. '•
Por delegación del Exemo. Sr. Obispo de Barce­
lona. Ijendíjola el M. R. Sr. Irnspector. D. José
Ma. Manfredini. Dirigió su elocuente palabra el
R. P. Ramón Roger, de las Escuelas Pías. La Esoolanía cantó la Misa soUmnü dcl P. J. Süeshis,
saJesiano.
Un generoso impulso de generosidad y nobles
sacrificios han levantado
bellísima capilla.
Dignos de especial mención .son los Sres. Antonio
Cuyás y de María Segarra, q. é. p. d. y sus here­
deros de confianza, como también los aíimmos del
establecimiento.
L a capilla es digna del magnífico y espléndido
colegio. E s obra del notable acrquitecto D. Emilio
Gabanes. Llaman la atención su elevación y ele­
gancia de lineas, sus preciosos ventanale.s poli­
cromados, que ostentan en tamaño casi natural
la imagen de diversos santos. — Está dedicada a
María SS. Auxiliadora.
Felicitamos sinceramente a los Superiores,



alumnos y exalumnos por esta indiscutible mejora
de su bellísimo colegio.
RODEO DELMEDI9 (Arg ). — S. E. Rma. el Sr.
Obispo Auxiliar de la diócesis de Cuyo,
consagió el 27 de septiembre seis nuevas campa­
nas destinanadas al Santuario de María A uxi­
liadora, que es y a n^erecidamente célebre en toda
la provincia de Mendoza.
Las seis companas son un homenaje de la colo­
nia italiana a # la Virgen de D. Bosco ». E l cónsul
italiano, D. Pablo Brenna tomó oficialmente parte
a la ceremonia y actuó de padrino, con varios
otros distinguidos caballeros.

Zapata,





Lo recomendamos vivamente a nuestros Ictores.
Deseamos ver pronto los Estudios sociales y el
Manual de la Educación de la Castidad en las cu­
biertas anunciados, y sobre todo hacemos votos
por su larga difusión.

De Luis Gili, Barcelona: Las Universidades Cató­
licas, por M o n s . B a u d r i l l a r t , trad. de Luis M u r ,
Pías. I. — Ruiseñores, poesías del R. P. F a b o ,
Agustino, de la R. Academia Esp. Ptas. 2,50; en
3,50 — |Ay del Bajo Imperiol, escrito por u n o
DEL PUEBLO, 0,15 — Devocionario del soldado, por el
Dr. D, J. ViLLAPLANA José , 0,50; en tela 0,70.
El Libro de la salud: Cartas de lín médico desti­
nadas a la lectura en las escuelas elementales^ por
‘ Ricardo Ptyxdels y García Muniz, He aquí un libro
realmente útil y provechoso, que desearíamos ver
largamente difundido. En solas 175 págs. encierra
un mundo de preciosas enseñanzas sobre higiene
(y vivir higiénicamente es vivir mucho y bien), te­
Por lo Sonta íDemorio de Pío
rapéutica, primeros auxilios o socorros de urgencia,
etc., etc. Ha sido premiado por la Real Academia
E n el Santuario de María Auxiliadora de Tudi Cirugía y Medicina de Barcelona. La edición es
rín se celebró el solemne fimeral el 29 de agosto.
clara, elegante, adornada de magníficos grabados
E ra un deber de gratitud al Pontífice que tanto
explicativos del texto. '
apreció y amó la obra salesiana. Todos los alumnos
y muchos Cooperadores tomaron parte, e in/ra
De la Librería Salesiana de &z»77/a.-.Devocionario
tnrssam hicieron la santa Comunión en stifragio
de María Auxiliadora, traducido del italiano y arre­
del alma escogida de Pío X . También tomaron
glado para los países del habla castellana , por el
parte varios institutos, Comunidades e Institu­ P. E l a d io E g a ñ a , S. S. — Hermoso manualito
ciones sociales con bandera.
que recomendamos.
Celebró el Rvmo. Sr. D. Pablo Albera.
— Igual tributo de afecto se pagó al Pontífice
De la Librería Salesiana de Sarriá. Lecturas Ca­
en la Parroquia e instituto del Sagrado Corazón tólicas. Opúsculos de julio, agosto, septiembre y oc­
en Roma ; en la del Testaccio de la misma cuidad
tubre, cuyos títulos son: E l Condecito de Saltent,
y en casi todas las casas salesianas del antiguo y
por J o s é B o r d a s , tipólogo; ¡S i yo tuviera madr^l
del nuevo continente.
bellisimo cuento moral del P. C o n r a d o M u iñ o s ,
Iva falta de espacio nos impide reseñarlas, como Agustino; E l triunfo del Ave-Maria, episodio del
desearíamos, para <jue se viese una vez, a común cerco de Granada: ensayo dramático en tres Jor­
edificación, la gratitud inmensa de los Hijos del
nadas y en verso por R ib é ; Sania Teresa de Jesús,
V. Bosco hacia su Augusto Bienhechor, el afecto
por M a r ía d e E c h a r r i .
y la adhesión finuísima al Vicario de ÍT. S. Jesu­
Son las Lecturas Católicas una publicación mensaal
cristo.
de lo más variado, sano y barato que se puede
de.sear.
D e la misma Librería
n® 32 de la revista bi­
mestral, E l Pble. Bosco y e l Tibidabo . Viene tan
interesante como siempre.

X,

B fB L fO G R B F IB ,
Manual del Educador por B e r n a r d o G e n t i l i n i ,
Salesiano. Santiago de Cliile. 1914. Escuela Tip.
Salesiana de la * Gratitud Nacional ». — También
el infatigable P. Gentilini ha dedicado largos años
al estudio y a la práctica de la Pedagogía, especial­
mente de la P e d í^ g ía Salesiana, y como concreción
fecunda de todo ello, nos da un hermoso libro de
544 páginas, en el cual están condensados los dichos
y enseñanzas de los grandes maestros. E l Autor
conserva en él, con no poca fortuna, su método
favorito de entretejer su exposición con las sen­
tencias de celebrados autores, formando un bri­
llante mosaico, rico , agradable y sobre todo ins­
tructivo.

De las Escuelas Salesianas de Ibagué
Quince minutos a la Virgen del Carmen: Visita y No­
vena. Forma el n® 9 d élas Lecturas Católicas, que
publican las Escuelas.
D e la Editorial S. A . Industrias Gráficas, Bar­
celona: Geometría (estudio de las formas), por Don
J u a n P a l a ü V e r a , fundador del Colegio Moni d ’or.
Es un elegante texto de 134 págs. con muchos y
buenos grabados, 3 ptas. De su interesante método,
un tanto original, no podemos ocuparnos expresa­
mente en estas páginas. Sus lecciones comienzan
'por los sólidos.
De Herder, Friburgo di Briszovia: (Biblioteca
instructiva para la Juventud). Nociones de Física, por
el Dr. D. M. W il d e r m a n n . Quinta edición, corre­
gida y aumentada. Con 174 figuras intercaladas en



27 —

el texto (XVI y 210 págsl). En rústica Fr. 2 00;
en media tela Fr. 2 35.
Historia natural, destinada a las escuelas y cole­
gios, por el Dr. D. A . R im b a c h . Tercera edición,
cuidadosamente revisada. Con 142 figuras (X y 244
págs.). En rústica Fr. 2 50 ; en media tela Fr. 2 85.
EleoUa del Dios Santo. A los niños y a los amantes
de los niños y de Jesús Sacramentado, presenta la
casa Herder la preciosa vida de la maravillo.sa vio­
leta del Sino. Sacramento, hermosísima en todo
sentido, y baratísima, i franco.
Como todas las ediciones suyas, estos libros se
presentan admirablemente impresos.

D

N E C R O L O G IA

O

D. José Marino.

E n Corrales (Colombia), ha muerto este dis­
tinguido ciudadano, modelo de padres de familia
y entusiasta cooperador salesiano. Veinte años
hacía que conoció la obra de D. Bosco, y desde
entonces se declaró su activo favorecedor y amigo,
coadyuvando a su progreso, y a con su generosidad,
y a con la influencia de su palabra. Padre de una
numerosa familia, educaba sus hijos en nuestros
colegios de Bogotá. Pero su más valiosa oferta a
D. Bosco fué un hijo que hoy es Sacerdote Sa­
lesiano. y una hija en la «jmunidad de Hijas de
María Auxiliadora.
Una muerte santa correspondió a su -s-irtuosa
vida: él que había sido tan amigo del Clero y había
edificado a todos con su piedad ferviente, tuvo
la dicha de ser acompañado por dos sacerdotes en
su enfermedad, y de recibir la Sagrada Comunión
hasta en su último día. Sin cesar de bendecir a
Dios recibió la Extremaunción; durmió después
y al despertar dijo como se había soñado en una
reunión donde le exigieron que hablara de D.
Bosco y de María Auxiliadora; volvió a dormir y
dormido entregó el alma al Criador; era el 24 de
Julio, conmemoración de María Auxiliadora y
aniversario del día en que D. Bosco fue decla­
rado Venerable.

D. Francisco Gil.
Pasó a mejor vida en Valencia (España).
E ra un caballero bastante rico y sobre todo muy
bueno. Amaba tiernamente a los Salesianos y se
complacía mucho de haber tenido el honor áe alber­
gar en su casa a los principales Superiores, cuando
todavía no existía en Valencia la Casa Salesiana.
E n varias ocasiones mandaba importantes su­
mas para la Misiones, de las cuales era muy de­
voto entusiasta. Hace años que estaba muy de­
licado de salud hasta que por fin pagó tributo a la
muerte el día 6 de octubre.
Todos sus amores a la Congregación Salesmaa
le vin.eron de la lectura del Bolítin Soi^süifto.

Sra. Da. Soledad Hurtado de Mendoza
y Escacena.
Después de penosa enfermedad, sobrellevada
con espíritu de la más cristiana rcsiguaoióu, dejaba
este destierro en -•Vhueudmlejo (Badajoz) co­
ronando con luia muerte wlilicautfsima, una vida
llena de merecimientos.
Poseía grandes virtudes, era afabilísima en su
trato, y cuantos la conocieron recuerdan can en­
tusiasmo su cultura, amable seuoülez, .su piisiad su
mucha hmnildad, y sobre lodo su gran modestia,
que era la nota saliente de su carácter.
Amaba con una predilección singular a la Con­
gregación Salesiana. Dió con indecible gozo de su
noble alma, a esta Congregación el primogénito
de sus hijos.
Dios N. S. le concedió el asistir a su primera Misa,
experimentando entonces ella una alegría itiiposible de explicar.
Como buena Cooperadora tenía un profimdo e
inmenso amor a J esús en el Santísimo Sacramento
y a nuestra Patrona María Auxiliadora.
Como fué su vida, así fué su término; tan suave,
tan sereno, tan envidiable, que parecía más bien
la muerte de un ángel que volvía al Cielo. Durojite
su enfermedad tuvo el inefable consuelo de recibir
la Sagrada Comimión con alguna frecuencia y
varias veces oir la Sta. Misa d e^ e su lecho. Con­
servó el conocimiento hasta el último instante y
voló al Creador, dejando a propios y extraños
admirables ejemplos que imitar. Su muerte fué
el último sacrificio que con generosidad hizo al
S ^ a d o Corazón de J esús.

D. Dámaso L. de Romana.
L a Casa Salesiana de Arequipa (Perú) ha su­
frido una grandísima pérdida con la muerte de
este fervoroso católico e insigne Cooperador.
Espíritu fuerte y recto, jamás se apartó, ni ur
punto siquiera, del camino que su fe y su concien­
cia le trazaran. Fué todo un carácter. No cedió
jamás a esas injustos condescendencias que suelen
acompañar al dinero o a la posición social, y que
son fruto de incoherencias y debilidades.
Su mirada estaba en el cielo, y por eso su vida
fué ima enseñanza y tm modelo.
Dios quiso que este celoso Cooperador, en las
altas esferas de la sociedad, hiciera amable la
virtud, y llenó cumplidamente su misiou.
Los Salesianos de Arequipa le deben mucho,
porque gastó en bien de ellos su corazón, su inte­
ligencia, su dinero, sus influencias. Viva permane­
cerá entre ellos la memoria del insigne Coopera­
dor, y jimto con el más grande cariño y profunda
gratitud recordarán y harán recordar ese nombre
que es toda ima prueba de caridad.

-

28 —

E l día 26 del pasado noviembre falleció, casi
repentinamente en Barcelona la virtuosa señora
ferviente cooperadora salesiana

Doña. Emilia Flaquer de Bordas

Barcelona (España). — Da. En gracia C harles V .d a de
P u ig ; S r. D. E zequicl G a y a ; S riiá . Da. Dolores de Pas­
cual y de Foncubeita' Srito. Dn. Sebastián Com ás R ib o;
M . J. D. Fernando de Cam pos.
Useo (Huesca). — Rdo. Sr. D . Antonio Ade.
G aldar (Canarias). — S ra . D a. C ecilia Santana.
O rihuela (España). ^77 S r. D . Manuel Sim ón.

Como la mujer fuerte del Evangelio, fué su vida
A M É R CA .
un ejercicio continuo de heroicas virtudes. Un cui­
dado especial puso en la educación cristiana de sus
G irón (Col. Santander). — S r. D . V ícto r M anuel G on­
hijos, empleando una delicadeza exquisita y valién­ zález O ; Srita. Bárbara Arango S . ; S ra. D a. Rosaura
dose, sobre todo, del ejemplo, pues practicaba las
U ribe de Rodríguez.
Granada (N icaragua. — S ra. D a. M atilde F errey de
más heroicas virtudes con la mayor naturalidad y
P erey; S ra. Francisca B. Riv.as; S ra. M agdalena Q uin ­
eu las diversas circunstancias de su vida. Muchos
sacrificios le costó la empresa, pero la vió coro­ tana; Sra. A na de la C ruz R ivas; S ra. G regoria Mo­
rales. , .
,
nada con un éxito completo: de sus cinco hijos,
•Malás'alpa -(Nicaragua) — Sra. Lorenza de C u a d ra;
dos son salesianos, dos son religiosas, hijas de N.
Sra; Dom inga V e g a ; Sr. D. N.azario V e g a ; Sr. D. L o­
Señora y Enseñanza en Calella, y el mayor, Don
renzo Ortuño.
Mariano Bordas, nuestro entusiasta Cooperador,
Santa Teresa (Nicaragua). — Sr. D. Anselm o Mina.
bien conocido es por el celo con que trabaja en
Q u ilo (Ecuador). — Sr. l). Antonio Robalino, y Sr.
D . M anuel Belalcálzar y Sra. D a. Rosa Victoria Vaspro de la Religión y de la Patria.
Todo lo que eran obras buenas o de caridad en­ conez Jijón.
Bahia de Caragues (Ecuador). - - Sr. D. Federio León
contraban en el corazón de la difunta señora la
más entusiasta acogida. ¡Cuántas miserias sua­ y S ra. Da. Antonia Barrete.
y a rita g u a (Venezuela). — Sra. D a. M ercedes D. de
vizó y cuántas lágrimas enjugó! Solía decir que * no
G aitia; S ra. D a M icaela A n gu lo ; S ra. Da. M ercedes
sabía cómo se pueden desear las riquezas si no es V á sq u e z; S ra. Da. E ucaris V ázqu ez.
para hacer bien con ellas *.
S ilv ia (Colom bia-Cauca) — S ra. D a. M aría Josefa
Sostén de su abnegada vida fué su grandísima V elasco; M icaela A n gulo; M ercedes V á sq u e z; M ercedes
piedad; basta decir que ningún día, por más que
D. de Gaitán.
C ali (Colom bia-Cauca). — S r. D. E . S . Hoffmann.
el cansancio tuviera rendidos a varios individuos
Boconó (Venezuela). — S r. G eneral Santana Saayed ra ;
de la familia, se dejaba de rezar en común el Sto.
Rosario, que siempre ella dirigía. E n los últimos Sr. D. José del Refugio H ern án dez; S r. D . Gracián Briceño; Sra. D a. G ertrudis d e A ra q jo ; S.ra. Da. Zoila
años comulgaba diariamente. E l día antes de morir
C arrillo ; S ra. Da. Juana M. del R. Q uevedo.
había tomado parte a una Comunión general.
A su n ción (Paraguay). — Sra. Da. E lodia d e Ca.sal RiA su señor esposo, D. Gerónimo Bordas, a sus
beiro; Sra. Da. E lvira de (barra; S r. D r. D . E m ilio Pa­
liijos y demás parientes, nuestro sincero pésame.
dilla.
A todos los Sres. Cooperadores pedimos oracio­
S . L o ren zo d el C. G ran de (Paraguay). — S r. D. Agustin Encina.
nes y sufragios por nuestros amados difuntos.

Cooperadores Salesianos dífunios.
ESPAÑ A
Se. D . Alejandro d e Latorre;
Sr. D. C arlos V illalonga; S r. D. José R ibera; Sr. D.
Rafael T e r o l ; Sra. Da M elida Pifledo de M añero; Sra.
Da. Antonia T eresa R íos; Sra. Da. M argariU Gómis
Vda. de G arcía; S ra. Rita Blanquet de B o tl; S ra. Da.
Dolores R u lx d e Sehastia; Sra. Da. M aría Ochando de C o­
gollos; Srita. Leonor Sainper.
5 . /-V/tó rfí G híxo Is (Gerona). — Sra. Da. Josefa Chatar V d a. de Ribot.
Para/rug-fiJ (Gerona). — S ra . D a. M aría T eresa de
Ferrer.
0 ¡ot (Gerona). — S ra. Da. M aría de Bolos y S r. D.
Martirián Puig M itia.
L a Bisbai (Gerona). — Sr. D. A lejandro d e Mir.
I
(Gerona). — Sra. Da. F rancisca Torres Fernándex.
Valencia (EspaBa). — Sra. Da. Antonia Codoñer de Farr e r e s ;S r a Da. C oncepción S a u r; Sra. D a. Carm en Gonlále» V .d a d e S e d ó ; S r. D. José R. d e O lo rii; S r. D.
M ur; S r. D. M anuel C asan ova; S r. D . Pedro G a rd a
Jaime M am an et; S r. D. M anuel G arair; S r D. Ramón
M.artíuet V a lle jo ; Sr. D. Ramón de R os; Exm a. Sra. Da.
Rosalía D a s i; S ra . Da. Rem edio M iñana V .d a de Llibrer; S r. l>. Rafael Mata y S an *; Sr. D. Ramón R eig
G en ovés; Sr. D Serapio^ G arcía j S r. D T om ás Trenor;
S r. Dr. Can. V icente RócafuU; Sra. D a. M atilde Re­
quena.
A lie a n íé {EspnRa).



C ali (Colom bia). — Ramón G alin do ; S ra. D a. Jesús
López de R o dríguez; S ra. D a. T eresa C alcedo de R o a;
Sra. D a. D olores N ieto de A ra gó n ; Srita. M aría Jesús
A.itdr.ade; Sra. D a. M ariana C araacb o; S ra. D a. C aro­
lina R ivera; S ra. Da. M aría Santos Figueroa d e C orrea.
T u n ia (Colom bia). — S r. D . D elfín Bolaños.
Villavicencio (Colom bia). — S r. D . Calasátiz R ey.
B agolá (Colortbia). — Sr. Augusto D elgad o; S ra . Da.
D olores León d e T urriago
Y am un di (Colom bia). — Sr. D . José M aría M osquera
Navarrete.
Fontibón (Colom bia). — S r. D . Pedro G on zález; Srita.
Santos González.
Caldas (V alle, Colom bia). — S ra. Da. Cleofe Barreiro
de Cerna.
Popayán (Cauca, Colom bia). — S r. D . Pedro Pablo
Paredes.
Santander (C a u ca Colom bia). — Sr. D . Doroteo M era;
Sra. Da. Josefa V .d a de A ra ra t; Srita. G regoria M edina;
Srita. Petronila Zúñiga.
C ali (Cauca, Colom bia). — A d ela M ercado Q.

Con aprobación de la .Autoridad Eclesi istica:
Gerente: JO SE G.AMBINO.
Establee. Tip. de la S. A . Int. de la Buena Prensa
Corso Regina Margherita, N. 17 6 -TURIN.