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J u lio d e 1914
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Roictín Sak$iano
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V ia Golioícngo N. 32.
El triunfo de los Antig:uos A l u m n o s .............................. 169
El Discurso de S . E . el O bispo de Bérgam o en la
Conmemoración de Dom ingo S a v i o .........................171
B ib lio g r a fía ............................................................................... 176
El O ratorio F estivo — Su necesidad - Su oportu
nidad - S u s frutos fD ¿ l C ard. N a v a ) ......................... 177
D. A lbera en S i c i l i a ............................................................... 179
D k n u e st r a s m isio n es . — E l R ev, Padre Malán,
Obispo. — Rep. A rgentina: Necesidad-es esp iri
tuales r riq uezas m ateriales de la Palagonia —
M alto G rosso (Brasil): Consoladora noticia
. . 181
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E l C u l t o u e M aría A uxii . iadoka :
La fiesta «le
M aría A uxiliadora en la Basílica primaria de Turin
— La Peregrinacitjii E s p a ñ o l a ....................................184
G ra d a s d e M aría A u x i l i a d o i 'a ......................................... 188
P or e l mundo s a l k s ia n o : Felicitaciones — El
V II Congreso de Cooperadores Selesianos — llarcelona, Jbagué. Valdivia, — Asociación de ExA lum nos: 2tlataró, ÜeviUa, Ituenos A ir e s , Bahía
B l a n c a .................................................................................... 189
A los niños de España y de . \ m é r i c a ......................... 190
Tesoro espiritual - N e c r o l o g í a ......................................... 196
El triunfo de los ñntiguos ñlumnos
pueden estar los A n
tiguos A lum nos de su feliz
iniciativa de conm em orar so
lem nem ente el centenario del naci
miento del que fue su Protector y
Padre, y del entusiasm o con que pro
siguen la tarea em pezada. L a inicia
tiva ha hecho necesario el estudiar y
conocer m ejor al hom bre, ha hecho
necesaria la discusión y la valuación
de sus m é rito s; de su nom bre y de
sus obras se ha apoderado la prensa;
individuos y entidades se han agru
pado alred ed o r de esa m odesta per
sonalidad, que tanto amó la sencillez,
que con tanto cuidado evitó el ruido
)• la gloria del mundo. Y hoy la dulce
figura de D . Juan Bosco, a sem ejanza
de un astro, asciende más y más, ra
diante y m ajestuosa, sobre el horizonte
de la historia, derram ando a cada
.ATisFECHOS
avance, sobre los dilatados cam pos de
la sociedad y la Iglesia, nuevos haces
de luz, que reverberan por especial
manera sobre las obras que él em
prendió.
A y e r era él para muchos solam ente el
filántropo que com padece y rem edia
las necesidades de los niños y de los
d esh eredad os; a lo más el ped ago go
que introdujo en la educación un sis
tem a más hum ano; el varón piadoso
que, lleno de ternura, propagó d evo
ciones caras al corazón humano. No
pocos quizá llam aron exagerad o al C a r
denal A lim onda cuando, atribuyéndole
la llam a del gen io, lo llam aba «el divinizador de la P e d a g o g ía >. H oy Juan
B osco es mejor conocido y por consigriiiente más estim ado. O radores, escri
tores, ayuntam ientos, sociedades ente
ras le saludan como el hom bre pro-
—
170 —
videncial de su siglo, que en intuicio
nes geniales dió la clave de gravísim os
problem as y resolvió con la m ayor
sencillez cuestiones de trascendencia;
€ como el apóstol que forma la glo ria
de la centuria en que floreció >; como
un glorioso sím bolo de la educación y
de la sociología cristiana del porvenir ;
como un alto representante de la eterna
y pujante vitalidad del C ato licism o ; y
m irando a lo futuro, espontáneam ente
repetim os los versos del poeta colom
biano :
Hoy te alzas héroe superior al canto,
Quizá manaiia al pedestal del santo (i).
Sí, satisfechos pueden estar los A n
tiguos Alum nos. Sobre ellos se proyectan
hoy principalm ente los rayos de la
esplendente figura, y aparecen en el
mundo- com o un nácleo poderoso que
dará origen en día no lejano a quién
sabe cuántas obras.
L a decisión con que en todas partes
trabajan, la gen erosid ad de que dan
prueba, dem uestran lo que puede un
ideal, despiertan doquiera viva adm i
ración, excitan una sim patía siem pre
creciente; la adm irable unión de inte
reses y voluntades, lá cordialidad de
sus relaciones dejan concebir las más
halagadoras esperanzas de tpie la fra
ternidad universal no es un absurdo.
Com o prueba de ello, véanse los si
guientes docum entos, que no son los
únicos que podríam os citar:
Sociedad de la Juventud Católica Italiana — Reu
nión trimestral del Consejo, celebrada en Roma
en el próximo pasado abril:
... t Se decide concurrir con una oferta, en nom
bre de la Sociedad entera de la I. C. I. a la erección
del monumento al Ven. D. Bosco en Ihirín, como
pnicba de obsequio debido a quien tan a pechos
tomó la educación cristiana de la juventud *.
De suma importancia fué también la decisión del
Ayuntamiento de Turín, de contribuir con 20.000
ptas. ni la erección del momunento. L a discusión
fué una hora de trimifo para D. Bosco. € L a per
sonalidad del Apóstol, dice 11 Monunio. se ele\-ó
tan alto en la discusión, que apareció dominadora
(i) Belisarío Pcn.v. O da a D . Bosco.
afectuosa de todos los corazones, y los reparos de
la extrema izquierda no fueron sino ima ligera nubecilla gris que dejó ver en toda su belleza la pa
terna bondad del grande a quien se honraba.
Frente al monumento que los Antiguos Alumnos
quieren levantar al Padre, se levantaba otro mo
numento: el que D. Bosco mismo se erigió con sus
instituciones esparcidas en todos los continentes.
Los aplausos que coronaron las aladas palabras dei
comendador Rinaudo y las nobles frases del Al
calde.' expresaron el reconocimiento de todos al
sentirse tan sinceramente representados. Los ciu
dadanos de Turín se sienten orgnllosos del home
naje que su Ayuntamiento rinde a aquel que a
Turín y al mundo entero ha dado su corazón vigo
roso de asceta, su vida entera de bienliechor in
fatigable ».
E sta decisión tuvo lugar en la sesión del 13 de
mayo, y merece una detallada descripción.
E l concejo estaba en pleno y las tribunas abar
rotadas. L a extrema izquierda, o mejor, cinco de
sus individuos (el consejo consta de 80 miembros;
la extrema izquierda tiene 8) pone algunos reparos,
alegando que « D. Bosco no pensó como ellos »,
pero« reconociendo al mismo tiempo, y admirando
en D. Bosco a un hombre de gran corazón, im
grande trabajador, un gran filántropo ».
E l Alcalde, Conde Rossi, senador del reino, le
dedica frases de grande elogio, llamándole « gloria
de Italia y de la humanidad, una de las mayores
figuras del siglo pasado » y añade que en sus
\najes por Europa, Africa, Asia y América ha
tenido ocasión de ver la magn^ obra salesiana v
apreciar la grandeza de D. Bosco.
Ivas palabras del Comendador Rinaudo, profesor
de historia, conocido en toda Italia y fuera de ella
por sus escritos, desgraciadamente no siempre or
todoxos, elevaron el asxmto a la región altísima v
serena de la historia. Evocando tiempos que fue
ron, recordó con los mayores acentos de sinceridad,
que ix-netrabau en el aula como un perfimie, aque
llos años ya lejanos (1858-66) que pasó al lado de
D. Bosco eii la mayor intimidad; se glorió de haber
sido por él beneficiado y expresó sentimiento por
no disponer de tiempo para exponer ante el Con
cejo los grandes méritos de la acción humani
taria de los Salesianos; y añadió: • Los promotores
del monumento son los ex-alunmos de D. Bosco v
de sus institutos esparcidos por el mundo, moridos
por mi sentimiento que todo hombre honrado debe
admirar; el sentimiento de la gratitud. A los exaluinnos se unen los 350.000 hijos del pueblo alber
gados actualmente a la sombra de la bandera sa
lesiana en Colegios, Escuelas y Oratorios festivos.
Y aimque se trata de im monumento costoso, que
honrará a Turín, se podría muy bien llevar a cabo
sin auxilios extraños. Aun prescindiendo del en
tusiasmo de los Antiguos Alunmos, bastaría que el
Padre General recomendara un día de ayuno rigu
roso en todos sus institutos. Pero al Comité pro
motor le ha parecido un deber invitar a la Adm i
nistración de la Ciudad que más que otra alguna
experimentó y experimenta d beneficio de la Obra
Salesiana, a contribuir a la erección, como testi-
— I7 I —
monio de admiración de Turín a su grande hijo
adoptivo. Hemos acudido al Aj'untamiento por
que nos parecía indelicado no invitar a la ciudad a
tomar parte.
Creo cumplir xm deber e interpretar los senti
mientos de todos, al dar al Sr. Alcalde las gracias
por la benévola acogida que ha dado a la petición.
Una voz potente se unirá mañana a la mía: el coro
internacional de la Federación de Antiguos Alum
nos y de los 350.000 alumnos de los iustituttis
Salesianos. *
¡B ien por los A n tig u o s A lu m n os!
R edoblen su zelo. ¡A d e la n te sin des
m ayos ! L a partida está ganada.
EL DISCURSO
S. Iv. E
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IvOBISPO J
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IvBE>R
O
A.M
O
en ia Conmemoración de Domingo Savio
¿Merece Dooiingo una conmemoración?
...Una simple mirada a esta flor, que a la ma
ñana despunta y por la tarde y a se marchita, a
este relámpago cdeste que apenas brilla se des
vanece, a este ángel en carne, arrebatado ape
nas se muestra; sí, esta instantánea mirada me
basta para responder que Savio merece mucho
más que un discurso, más que un libro, más que
un poema, inmensamente más que una conme
moración, por cuanto solemne, magnífica, im
ponente se la suponga, como lo es de verdad
ésta. ¿Qué vale Domingo Savio?
Si me lo permitís, señores, os responderé, o
por lo menos intentaré responderos. Me conten
taré con trazar unos pocos rasgos, algunas líneas
vagas, rápidas de un cuadro cuyo asunto íué, al
decir de D. Bosco, notoriamente maravilloso.
Esbozaré el mármol para un monumento que,
si resulta pequeño, será culpa mía, pero que de
bería ser magnífico, pues magnífico es el mérito
de Savio. A Vos, Eminencia, a Vuestras A lte
zas reales. Serenísimos Príncipes, que no habéis
venido solos a rendir homenaje a Savio, sino
que habéis traído a vuestros ax^ustos hijos para
que conocieran más de cerca a un niño modelo;
a vosotros, señores; especialmente a vosotros, oh
Salesianos, maestros nuestros, os toca dar d
verdadero realce a esta modesta tentativa de
monumento, que y o quisiera fuese igual al mé
rito del pequeñudo que festejamos, pero que
resultará, lo sé, demasiado lejano de lo que yo
quisiera porque mi palabra no puede llegar a
expresar las impresiones que en mí produce la
vida de este ái^ d .
.....D e 1842 a 1857 trascurren apenas tres
lustros. Son toda su existenda. L a pasa entre
gente ruda y pequeña, en una familia ignorada.
en los bancos de escuda insignificante, dentro
de los muros d d Oratorio Salesiano. Como vivió
en la oscxiridad, en la oscuridad va a morir.
¡Esto es todo’.
Ah! no! señores! No son los años los que ha
cen la gloria. Bastan a veces pocos momentos.
Bien los sabe la dudad de Pietro Micca (i). Y
no es d contorno, o como se dice hoy, d ambiente,
el que fonna la grandeza, sino lo que se destaca
en él. Y aqxií esto es espléndido, sublime, y re
salta tanto más, cuanto más estrecho es el am
biente, cuanto más humilde es la comisa.
H ay ricos, andanos, poderosos, aclamados
si queréis, cual genios, pero sobre fácil candeiero, que mirados de cerca no valen nada, si no
es frecuentemente d despredo. H ay al contra
rio, pequeños, humildes, pobres, débiles, que el
mundo ignora o finge ignorar, pero que tienen
altísimo valor. Domingo Savio, no vacilo al
afirmarlo, es de deste mímero. ¿Queréis verlo?
Y o tomo por base un hecho insignificante,
que pasará inobservado para quien no reflexiona,
pero que es seguro, decisivo por su significado.
Y este es, que Savio es un niño, que nada tiene
de extraordinario a simple vista, nada de lo que
d mundo sude llamar grande.
Y sin e m b a lo , él en persona, este humilde
niño, después de casi 60 años, vive, y se le festej a,
y se le conmemora, y se le exalta con credente
triunfo.
Miradlo allá, miradlo: imberbe, sendllo, in
genuo, tranqxiilo; no hay más. Y con todo, se
habla de él. Y con todo, las mxiltitudes se agitan
a su memoria y a su nombre. Y no sólo vosotros.
(t) Soldado piam ontés qu e volando una mina en T u rín ,
para qu e no cayera en poder d el enem igo, pereció en
la acd ón (1706).
— 172 —
oh Salesianos, sino los Obispos, los Príncipes,
los Cardenales, el Sumo Pontífice, y con
ellos un mundo entero, se conmueven cada día
más, al rededor de este adolescente. Es más, y
j)or esto estamos congregados aquí, la divina
autoridad de la Iglesia Romana, que no fabrica
' croes de arcilla, que con extremo rigor discute
la vida de los mejores entre sus hijos, la Iglesia
decreta solemnemente que se introduzca por
apostólica autoridad el proceso canónico, enca
minado a decretar a este niño los honores de la
canonización. Son los principios, ciertamente,
mas no podían ser ni más felices ni más glo
riosos.
Señores, confiéselo el mundo, si aun escucha
la voz de la razón. Entretanto, proclamémoslo
nosotros: aquí hay un tesoro de altísimo valor...
Observad... Después de 50 años, después de
20, después de diez solamente, muchos que en
su vida eran tenidos por ilustres, pierden su
esplendor, y hasta el eco de su nombre; ni bas
tan a salvarlos del naufragio las lápidas en las
esquinas de las calles, ni las estatuas en las
jilazas. ni el busto en los salones, ni el ruido
bullanguero de los partidos que crean glorias
sin base y escriben haciendo decir a la historia lo
{[ue quieren. jCuán al contrario con este niño
que el mundo llamará oscuro, que está sin nom
bre en las calles, sin estatuas en las plazas, sin
clamores populares al rededor de su figura; pero
(jue sobrevive, que suscita aplausos y entusias
mos, que recibe tan solemnes honores, que parece
próximo a recibir los himnos de la Iglesia Cató
lica y el esplendor de los Santos del Dios \dvo.
¡Quién lo creyera!
¿Domingo Savio no será un mito?
El mundo replica; Acabad de una vez de fa
bricar héroes a capricho. ¿Sabéis por qué se
habla de Domingo Savio? Los Jesuítas han
creado un Gonzaga, un Kostka, un Berchmans;
recientemente los Pasionistas, un Gabriel Possenti de la Dolorosa; otros institutos religiosos
de hombres y mujeres inventan sus héroes, los
revisten de virtudes y los ensalzan hasta el ter
cer cielo... Sin mayores escnípulos también los
Salesianos han puesto en circulación vSu fácil e
iuteresiula hechura.
Señores, los labios me abrasan; pero la res
puesta que voy a dar me justifica a mí, que he
oído la desvergonzada calumnia, y honra a los
Salesianos, a quienes enaltece el odio que les
detlican los caUminiadores.
Pero ante todo, ved lo que suele hacer el mun
do Ante la figura de un siinto, niega su santidad;
probada ésta, responde; ¡Es una invención! ¡es
una superstición! Y cuando habremos probado
que es un fiel siervo de Dios, acusará aún y dirá:
L a santidad no es grandeza (II). Siempre así:
acusar siempre, acusar a todo trannee.
Pero la justicia se abre paso.
No. Domingo Savio no es una impostura, no
es una creación nuestra: es una creación de Dios,
admirable en sus santos: es una realidad esplén
dida. Un insigne Príncipe de la Iglesia, el Card.
Parocchi, escribía en 1895 a propósito de Savio:
« Me parece señal de predestinación de las Or
denes religiosas la adquisición de jóvenes ma
duros para el cielo. Es el espectáculo de una ad
mirable santidad dentro de una vida breve ». Y
luego retrata a Savio con estas palabras escultorias, que valen por un libro: «Todo del Señor,
y sabio en El, el admirable niño, a los 4 años
como a los 15, siempre igual a sí mismo, exhaló
fragancia como el lirio... todo piedad y candor,
desplegó una virtud tan varonil y dió prueba
de virtudes tan extraordinarias, que nos fuerzan
a exclamar: ¿qué serán los atletas, si los pequeñuelos son y a tan grandes? Aprendan de Savio
los jóvenes el modo de santificarse en medio de
los pdigros, cómo unir la austeridad a la a la ría ,
la inocexKÍa a la expansión más afectuosa, la
franqueza a la reserva, la dignidad á la modestia,
la vida interior altísima hasta la unión con Dios,
a los ejercicios asiduos, múltiples, fatigosos de
la vida exterior; aprendan de E l la manera de
ser amados de Dios y de los hombres y dejar de
sí mismos gratos y grandes recuerdos a la pos
teridad......
Un elogio semejante, de un Cardenal de tan
elevada inteligencia, sólo los insensitos pueden
objetarlo, mientras da de Savio un retrato su
blime.
Semejantes elogios le tributaron escritores de
altura: Obispos como Riccardi, I'arfán, Soler.
Cagliero; Cardenales, como Vos, Eminencia,
como Capecelatro, Svampa, Richard, Francica
Nava, Mauri, Bacilieri. Es una galería bellí
sima. Y yo quisiera desplegarla toda entera a
vuestra vista. Pero prefiero detenerme sobre un
opúsculo que vale un volumen, decía el mismo
Card. Parocchi; sobre una vida de Savio, breve,
sencillísima, casi ingenua, espejo de un alma,
pero escrita con tanto afecto, con tanta unción,
con tan paterna complacencia, por el piísimo
y hoy Venerable Fundador de los Salesianos,
que más no cabe desearse. Vida y opúsculo en
el a ia l no sólo está pintada la verdadera imagen
de aquél inocente, sino que también se refleja
límpida, la grande imagen del escritor.
Aquí me apoyo, señores, y dando un rápido
vistazo a una vida brevísima que equivale a los
largos años de tantos otros; tomando como a
vuelo este espíritu celestial que esplende cual
astro m unífico en el tiempo y en d espacio.tengo
pruebas más que suficientes para demostrar que
no es ombra vana fuorché ndl’aspetto (Dante,
Purg. II, 79), sino que es un alma que vale, que
vale inmensamente para quien tenga entendi
miento para pensar y conciencia para apreciar.
... (Aquí el orador traza a grandes rasgos la vida
de Savio, y cita esta frase de Mons. Soler, el
elocuente Arzobispo de Monte^údeo: « Si lo hu
biera yo conocido, le habría dado tantos be
sos, cuantos daría a un ángel que se me apa
reciera visiblem ente».
Y prosigue): ¡Es tan hermoso y tan inocente
nuestro Domingo!
C A T A N IA —
sus tintes delicados y difunda el perfume del
amor de Cristo.
A tos cinco años.
¡Miradlo! ¡miradlo! se presenta como visión de
lo alto; cinco años tiene, cinco solos, pero para
él son ya muchos. A los 5 años él está ya ma
duro, cuando para otros mil se requieren tan
tos. Para los demás, esa es la edad inconsciente,
la edad ligera, vaga, que se divierte en cosas
pequeñísimas, que vive sólo de impresiones extenias, no de ideas ni de conciencia. Ubre cier-
D . A lb e r * e n e l O ra to rio F e s tiv o de S . F e lip e .
E l ilustre Pastor americano, de inteligencia
elevada y de corazón ternísimo, tenía en su besos,
en sus mil besos, doblemente razón: porque Sa
vio es verdadero ár^el, ángel de inocencia y de
amor, y porque no se puede dar al ángel un elo
gio con humano labio, sino imprimir el beso del
asombro, de la reverencia y del amor: admirar,
callar y saborear en silencio la fragancia de ine
fables perfumes. Entre tanto, vuelo y me coloco
a los umbrales de la humilde casita, no de Riva,
donde nació, sino de Munaldo, adonde se ha
bían trasladado sus padres, y espero que la
flor asome y el tallo se muestre y se abra al con
tacto d d rodo de la gracia divina y descubra
tamente de culpa, pero también vacía c’ e vir
tudes. Para Domingo no. Cinco años son para
él la edad de la discreción, d principio de una
madurez precoz. ¿Cómo así?
Vosotros me lo pr^untáis. Y yo os contestaré
con la palabra sagrada: Dios lo había prevenido
con las bendiciones de su dulzura. E l Amado
d d Cantar de los Cantares había venido a apaunlarse en los lirios y en pequeño cáliz de oro
había derramado d rocío de su gracia.
Os diré lo más admirable, lo que es un misterio,
pero que lo explica todo. E l Esposo que está en
d santo tabernáculo le había hecho sentir ar
canamente y gustar sus atractivos divinos, que
— 174 —
debían crecer en altas y manifiestas mara
villas.
Kra un encanto verle en la iglesia. Iba a ella
frecuentemente y festivo permanecía largo tiem
po de rodillas, como estático, este ángel del Sa
cramento. Y cuando las puertas de la iglesia,
esa iglesia que escucho las primeras oraciones de
Juan Bosco niño, estaban cerradas, y la mañana
tardaba todavía en venir, él, sin reparar en el
frío y en la nieve que en gruesos copos caía,
esperaba tranquilamente que abrieran. Madru
gaba a cantar las alabanzas del celestial Esposo
de su corazón. ¡Oh! los ángeles de la Eucaristía
debían de darse cita deliciosa, y atónitos y ale
gres, revoloteando como palomas sobre aquella
cabecita, unir sus cánticos de gloria al cántico
ferviente y ])uro de aquel corazoncito seráfico,
ya encendido en el intenso y tiemísimo amor a
la ICucaristía, verdadero Pan de los ángeles.
Era la mayor delicia de Domingo asistir a las
funciones religiosas, tomar parte en los ritos y
misterios del altar, saborear sus íntimas goces,
ayudar todos los días a la santa misa, a los cinco
años, cuando apenas llegaba a l altar para tras
ladar el misal empinándose mucho, cuando
apenas empezaba a soltarse su lengua en el uso
de su nativo idioma. Preparábase así a recibir
a su tiempo el Pan Divino que debía ser el sello
de la Gracia para sii ardiente e inmaculado co
razoncito, quetan tas veces debía sacarlo fuera de
sí, como preludio de los cercanos goces del cielo.
Así creció. Y le brilló la aurora de los siete
años.
A los siete años recibe la Santa Comunión.
Las madres lo señalaban cual modelo: los
maestros decían que no habían tenido nunca un
discípulo como ese discípulo; los compañeros
lo tenían como jefe y consejero y el mejor de
los amigos: el sacerdote había jienetrado en su
alma y conocía su pureza de toda culpa, sus
anhelos y su.spiros ardentísimos: todo decidía,
cosa nueva cu aquellos tiempos, a permitirle
recibir a Jesils.
Cuando so lo dijeron, no podía contener su
alegría. Corrió ante la imagen de María, se arro
dilló ante Jestís Sacramentado, se postró a los
pies del confesor, formuló ])ropósitos admirables
y arrojándase en los brazos de sus padres les
pidió ]>erdón por faltas que nunca había come
tido. llon’) e hizo llorar a todos de conmoción.
Despuntó la aurora feliz. En un nimbo de
luz, en una annonía de cielo. Jesús y Domingo se
encontraron, se estrecharon, se fundieron en el
alma; congluiituUa esí anima cjvs atiimae Jfsu.
Señores, yo callo. ¿Qué sucedió ese dichoso día,
cuál elevación, cuál transformación tuvo lugar
en aquella alma, yo no lo sé. O mejor, algo sé
de algún modo, porque eso está fuera de todo
modo humano: pero me es imposible a mí de
cirlo: non licet homini loqtii arcana Dei, repetiré
con Santa Catalina de Sena.
Fué un secreto, un sacramento de Dios, que
es forzoso callar; pero al mismo tiempo fué una
obra magnífica que yo quisiera revelar, para ena
moraros a todos, especialmente a los jóvenes, de
la Santísima Eucaristía, de la Comunión fre
cuente, tan bella, tan santa, tan útil, tan practi
cada por Savio.
Pero ¿cómo lo haré? ¿Diré que de cuando en
cuando salía un chispazo de luz y se expandía
en su alrededor un perfume de cielo? ¿Diré
que el fuego divino que había prendido en aquel
corazón virginal, llameaba por los ojos, la boca,
las mejillas, por el cuerpo entero, de manera que
él subía muy alto y permanecía laicas horas ab
sorto en éxtasis suavísimo, adorando, contem
plando, amando como un serafín? ¿Diré que
arrastraba, admirándolos, a sus compañeros, que
llenaba de admiración a sus Superiores que lo
sorprendían en sus éxtasis, y que era objeto de
santa envidia y de indomable amor? Señores, sí,
lo diré, y lo diré cuanto queráis; pero cuando
baya dicho todo esto, cuando haya dicho cuanto
me sea posible, no habré ni siquiera esbozado
la sombra de cuanto era en realidad. Esto de
pende de mi pequeñez; pero creedlo, cualquiera,
mil veces mejor que yo, no podrá decir lo que
ni siquiera D. Bosco acertó a reproducir.
Entre tanto nuestro ángel desplegaba sus alas
a los vuelos de las más sublimes \nrtudes.
Recorriendo en tres años, o poco más, las cla
ses elementales, emprendió sus primeros pasos
en las Immanidades, porque sentíase llamado a
salir de la casa paterna y ocupar en el mundo el
sitio que le señalaría Aquel que se lo fija a los
astros como a los granitos de arena: el sitio que a
él le parecía entre los Sacerdotes, para trabajar
por la gloria de Dios y para ganarle, a ser po
sible, todas las almas, como dijo él mismo que
ardien temente lo anhelaba, colocando en esta
esperanza toda su felicidad.
Fué entonces cuando Dios hizo que se encon
traran dos almas que por instinto sobrenatural
se atraían mutuamente. Y a comprendéis que
aludo al apóstol mara\dlloso de Turín y del
mundo y a nuestro joven, a la sazón de 12 años.
Encuentro con Don Bosco.
Conmovedor es el encuentro. D. Bosco nos lo
narra. Nada más sencillo, señores, y nada más
sublime. E n el acto reconoció D. Bosco en ese
niño un espíritu según el corazón de Dios, y
quedó admirado y lo llamó « buena tela ». Y
Savio conoció en el digno sacerdote — a quien
con agudeza y sencillez replicó — al sastre
mente se descuidan. De día en día hacíase me
nos de sí, más de Dios, todo de Dios. Con la
penitenda — y para hacerla debía luchar dul
cemente — con la oradón, con el sacrificio con
tinuo de su propia volontad, con el despego abso
luto de todas las creaturas, se hacía cual quería
ser siempre; verdadero Savio y verdadero Do
mingo, consciente y sensata propiedad del Se
ñor.
Y porque era todo de Dios, era también todo
del prójimo. ¿Quién le había enseñado, pregunta
Mons. Soler, a anhelar y decir: « ¡Qué feliz se
ría yo si pudiera ganar para Dios a todos mis
compañeros? » E l mismo, señores, que encendió
en su corazón la ternura más suave, la sencillez
más amable, la alegría más santa; el mismo que
lo hizo insensible a todo interés i)ersonal y acce
sible a todos los dolores ajenos y a todas las es
peranzas del cielo; el mismo que lo hizo afable
en el trato, suave en las palabras, en suma, tesoro
de gracias.
Por eso su modo de orar, de jugar, de estudiar
era en él un ejemplo siempre admirable, un
apostolado. Todo lo empleaba él; consejo, ruego,
aviso, sufrimiento, fortaleza, ternura, para apar
tar del mal a sus compañeros, para conquistar
a los pecadores, para contentar a sus superiores,
para agradar a Dios. Y como la devoción a la
Inmaculada Concepción, definida dogma en esos
Su vida en el Oratorio.
días por el angélico Pío IX , sabía él que era po
Nada de extraordinario se observó en la vida deroso medio de santificación propia y ajena, a
de Savio en el Oratorio. Pero esto de extraordi ella se consagró con ardor. Estableció con los
nario hubo, y bien lo notó D. Bosco: que su vida mejores de sus compañeros la Compañía de la
fué sublime en lo ordinario, perfecta en lo ordina Inmaculada, enfervorizó a sus miembros, desarro
rio. Y no es cosa fád l ser siempre exacto, exacto lló su incansable obra de apóstol, de cazador
en todo hasta en las menudencias; aplicarse con de almas, como le llamaban los demás.
ardor al estudio y al cumplimiento minucioso
Dos heroísmos.
de todos los deberes, con delicia a todas las prác
Señores,
remmcio
a
contar
la.s
particularida
ticas de piedad, con entusiasmo a crecer de vir
tud en virtud, de tal modo que « difícilmente des de una vida, siempre bella, y me limitaré
se puede llegar más allá, y aun es imposible ima a citar dos episodios de una belleza indecible.
ginarlo ». Quería ser enseñado, dirigido, corregido El uno es su propósito; La muerte antes que el
llevado a la perfección, y lo pedía incensante- pecado. E l otro es su anhelo de consagrarse a la
mente a los que podían hacerlo, y de un modo asistencia de los apestados. Y con esto he dicho
especial a su D. Bosco. Estudio, mortificación, una virtud encumbradísima, sublime, porque
humildad, obediencia, angélica virginidad, fe, son, señores, dos sacrificios tales, interno el uno
mansedrunbre, intenso amor a la Iglesia, al Papa, y externo otro, que demuestran que en pocos
a María Sma., en ima palabra, todas las más her años recorrió e r a d o s no breves: explevit tém
mosas \-irtudes las practicaba, sostenido por una pora muía.
gracia manifiestamente abundante, obtenida
Su preciosa muerte.
especialmente en la Santa Eucaristía. A l reci
Pero planta de tan maduros frutos, ¡ay! de
birla, a menudo quedaba en éxtasis dulcísimos,
durante los cuales Dios le hada conocer cosas bía permanecer poco sobre la tierra. Cuando
extraordinarias que él manifestaba luego inge todo dejaba esperar que a aurora tan b d la se
nuamente a D. Bosco, y que eran vínculos in guiría im día magnífico, cuando el apóstol salesiano se ddineaba ya, Domingo se hallaba en
disolubles de su unión íntima con Dios.
Domingo practicaba diligentemente todas las realidad, al ocaso de la vida terrena, en la bri
cosas, aun las más difíciles, aun las que fádl- llante aurora de la vida celeste.
que debía hacer el traje y regalarlo al Señor.
D. Bosco le midió la potencia de la mente, la
profundidad del corazón: y para ello le bastó un
momento. Correspondió Sa\do a la improvisa
prueba gallardamente, y desde ese instante se
le franqueron las puertas del Oratorio de S.
Francisco de Sales, que debía él honrar tanto,
jardín encantador donde fué recibido a brazos
abiertos como graciosa flor, llena de los perfu
mes de las más exquisitas virtudes, promete
dora de las más risueñas esperanzas.
Desde ese momento el alma de Savio se aban
donó por completo en las manos de D. Bosco.
D. Bosco lo miró como su S. Luis Gonzaga. Ohl
¡cuán bello es ver a ese adolescente compen
diando el programa de su vida al decir al após
tol de la niñez: « Ayúdeme a ser santo, quiero ser
todo de Dios y leer la respuesta de D. Bosco:
<‘ Desde este momento perteneces al número de
•mi<; hijos amados: comienza tú también desde
ahora mismo a rogarle nos ayude a ti y a mí a
cumplir siempre su santa voluntad. » E ste hom
bre que abrazaba con su corazón a todo el mundo
y lo quería llevar a Dios con ardimiento indecible,
cual nuevo David, se estrechó inefablemente al
alma del nuevo Jonatás, y lo amó con la predi
lección con que el padre tierno ama al más ama
ble, al mejor de sus hijos.
—
Pocos rasgos faltaban para el completo puli
mento del ángel, y a la obra pusieron mano el
cielo y la tierra. Fueron tesoros de gracia que
Dios le otorgó. I'ueron finezas maternas que la
Inmaculada le dió en profusión. Fueron oracio
nes. penitencias, enfermedades, separaciones.
Fueron santas enseñanzas de D. Bosco, Fueron
comuniones y actos sublimes de virtudes. El
movimiento de ascensión era velocísimo. Motas
in fine velocior.
Tiene quince años apenas: siendo débil de
complexión, precoz en el entender, teniendo
siempre en tensión el espíritu, inflamado en
amor, enferma gravemente y se ve obligado a
dejar el Oratorio amado, entre las lágrimas de
profesores y compañeros.
Conoció él que su fin se aproximaba; lo pre
sentían los dem ás; trasparencias de cielo se re
flejaban en su enflaquecido rostro; luz celestial
fulguraba y a en sus ojos. Lo vió él, lo anunció
con seguridad, saboreó sus delicias. Y el 9 de
marzo de 1857, en el seno de la familia, confor
tado de todos los Sacramentos, le sonó la hora
allá en Mondonio — adonde fui ayer a besar su
tumba — y con la vista en el cielo que veía
abrírsele delante, cual pura colomha dal desio
chiamata, esa alma pura de ángel que ni la más
leve impureza había manchado, saliendo del
cuerpo con la misma inocencia con que salió de
la fuente bautismal, voló per l’aer dal voler por
tata, al encuentro de la muerte. Libre ya de las
cadenas del cuerpo, batió las alas y en un su
premo arranque de amor, tendió su vuelo hasta
Dios, su centro, su amor, allá dove il gioir s’ tnSempra.
Señores, os he presentado en síntesis una \nda
breve eu años; pero larguísima en realidad.
Así lo atestiguan cuantos le conocieron. Así
lo atestiguan los favores que el cielo dispensa
por su medio. Así lo confinna su tumba gloriosa,
desde la cual hablan con lenguaje sublime no
pocos prcKÜgios que toca a la Iglesia inteq>retar.
Así nos autoriza a mirarla la misma Santa Sede,
aunque no haya pronunciado su palabra infa
lible. Es la \*ida de un niño, pero jqué niño!
¿Qué vale Domingo Savio?
Y es hora de que yo mismo pregunte: ¿Es Do
mingo Savio una invención Salesiana, una su
perstición católica?
Si los hechos no se niegan, si no se desmiente la
liistoria. si no se quiere voluntariamente cerrar
los ojos la la verdad, no hay sino una sola res
puesta y es esta:
« Domingo Sa\*io vale, inmensamente vale. •
\’ale como obra de Aqiiél, que es admirable
en sus Santos; vale como un héroe, que en todas
las cosas quiso ser grande sin parecerlo. \’ale
~
como una gloria purísima de la juventud cris
tiana, de la Familia Salesiana, de la Iglesia Cató
lica. O vale Savio, o hay que destruir la historia.
Quizá os tengo cansados. Pero aun me permi
tiréis una palabra más.
Corre una edad en que a la Iglesia y a la ju
ventud se hace una guerra rabiosa. Guerra dolorosa pero inútil para la primera, fatal por des
gracia, para la segunda. Frente a esta guerra,
yo me pregunto: ¿qué vale Domingo Savio?
Vale, señores, un gran aviso a la juventud; vale
una nueva y magnifica gloria para la Iglesia.
(C oncluirá).
De la L ib rería de G u stav o GUI — Galle
U niversidad» 45, B arcelo n a.
El Evaagello de la Eucaristía, o la Vida de iV. 5‘. Jesu
cristo conltniiada y reproducida en e l Sino. Sacra
mento del Altar, por M g r . P i c h e n o t , Arz. de
Chambery; traducida por e! P. D i o n i s i o F ie r r o
G a s c a , Escolapio. — Uii touio 430 págs. 17 X tt
cms. En rúsi. ptas. 2’50.
Jesucristo meditado y cootemplado iodos los días del
año. Traduc. de la 12 edic. francesa, por el P. D.
F i e r r o G. Escolapio. Tres tomos de 1 7 X 1 1 cms.
con 1474 págs. en conjunto. — Son dos obras no
tables por su fondo y por su forma, llenas tle doc
trina sólida y de jugosa devoción, como que e.sláii
directamente inspiradas en los Santos Evangelios.
El mayor deber y la mayor necesidad del cristiano
es conocer y amar a Jesucristo. En estos dos libros
se hallan verdaderos tesoros. El segundo tiene en
apéndices oraciones para la Conf. y Comunión, re
tiros, visitas, Oraciones de la Misa y Vísperas del
domingo.
El Evangelio de las Madres, por Mgr. E n r i q u e Ro l o ,
trad. del P. F i e r r o G.\ s c a , Escolapio. Un lomo
I 7 x II y 270 págs. 2‘5o pías. He aquí otra preciosa
o bra. El autor, inspirándose en el Evangelio, el libro
por excelencia, se propone ti azar y liaza, el retrati-,
“ la lisoiiomia de la Madre, “ la madie cristiana” .
El culto y laborioso P. Fierro sabe siempre con
servar en su traducción esa gracia y esa claridad
que distingue a los escritores franceses.
La Educación de las jóvenes, )>or F knhi .ó n , traduc.de
Da. L fi S A U k p o l l é s d e Yus. 1 7 x 1 1 cms. 125 págs.
4» edic. 1.a obra es ya conocida. Kl solo titulo y el
nombre del autor dicen bastante.
Tratado completo de Religión, por C. S o l e r , Pbro.
3» edic. Hermoso volumen de 355 págs. elegante
mente presentado. Es de veras un tratado completo,
de carácter preferentemente apologético. El Dogma,
el .^ño Litúrgico, están clara y abundantemente
tratados con un método socrático.
La Agricultura al alcance de todos. Un hermoso álbum.
de 116 pags. de 22^X28 cems. De estas 116 págs.
48 son láminas con ricos grabados. Encnad. cartoné
policromado. 4 ptas. Es la enseñanza elemental de
la agricultura; método gráfico, en 33 lecciones, y
tiene 600 grabados. Es una buena obra de divul
gación, escrita bajo da <lireccióii del célebre Prof.
Daniel Zoila, tan conocido en Francia y fuera de
Fmncia, por A. J k x .v e p i n y A d . H er i . e m .
— 177 —
EL ORATORIO FESTIVO
JS u L r x e o e s i d a . d
= ¿Su . o jD o r t i x u i c ia d
u Eminencia el Gard. 3 osé Ilaua, Arzo
bispo de Catania, en su Pastoral para la
cuaresma de este ano, 1914, trató im ar
gumento importantísimo en el momento actual:
El Oratorio Festivo. Plácenos citar algmios pasos.
Comienza el Eminentísimo Príncipe recordando
sus últimas exhortaciones, directas e indirectas,
sobre la educación cristiana de la juventud, que « si
ha sido siempre en la Iglesia Católica la base de la
santificación de las familias y de la restauración
moral de la sociedad, mucho más lo es en nuestros
días, en que el soplo maléfico del laicismo ha enti
biado el sentimiento religioso ?. Habla después
de sus cuidados para « hacer comprender a los pa
dres la necesidad imperiosa de encaminar a sus
hijos, apenas llegados a la edad del discernimiento,
en la práctica de nuestra Santa Religión, con la en
señanza de los rudimentos de la Fe en la propia
familia y la más amplia, impartida en las escuelas
de Catecismo, fundadas en las varias Parroquias »,
y añade no haber cesado de exhortar a los Rdos.
Párrocos y sacerdotes « a no cansarse de adminis
trar a los niños los domingos y fiestas del año el
nutrimento de las verdades eternas, poniendo en
práctica todas las indiistrias sugeridas por la ca
ridad de Jesucristo, para hacer más frecuentadas
las clases y feom das frutos de salvación». Pero,
como él dice, es limitada la enseñanza, escaso el
número de los alumnos, poco el provecho que se
saca. De aquí la
Necesidad del Oratorio Festioo.
* Este es el hecho doloroso, en toda su cruda
realidad, que amarga grandemente Nuestra ahna
y la de todos los buenos. Mas, ¿de qué sirve el
constatarlo, si no procuramos poner un remedio
eficaz? ¿Podemos quizás asistir indiferentes al
triste espectáculo de innumerables almas, que irre
misiblemente se encaminan a la eterna perdición?
Si poco o nada ha valido el insistir oportune et im
portune, con la predicación dominical, los ejerci
cios espirituales, las hojas volantes, las in^útacioDes y avisos espirituales para sacar a los padres de
su indolencia y descmdo de sus deberes esenciales
sobre la cristiana educación de los hijos, ¿hemos
de concluir que están ya agotados los medios para
salvar a la juventud del naufragio que la amenaza?
No. por cierto; como no hay fuerza creada que
pueda resistir al infinito poder de Dios, tampoo)
hay obstáculos que puedan llamarse insuperables
ante la caridad que E l ha encendido en el corazón de
los continuadores de su obra redentora, cuya acción
es omnipatente pwr la gracia divina; y debemos
a toda costa abrirnos el camino a la conquista de
- 5S \ i 9«í f r u t o » « <
las almas, contrariado siempre i>or los eternos ene
migos del bien.
• » Tenemos un luminosísimo ejemplo en la His
toria de la Iglesia. Doce pobres pe.scadores, igno
rantes, tímidos y desprovistos de medios Immanos,
apenas reciben en su corazón la llama de la gracia
del Espíritu Santo, avanzan intrépido.s por \ astas
regiones para ellos desconocidas, inho.spitalarias,
hostiles, y saben coirquistar en poco tiempo los
corazones, disipan los errores, corrigen las oostiunbres, regeneran con nueva vida a lo.s pueblos
idólatras, sensuales y embrutecidos p>or los vicios.
•Tanto puede la caridad de Jesucristo! — Y , para
no alejamos de nuestro argumento, ¿creéis que la
educación cristiana de los hijos no haya encon
trado en otras éjxjcas del Cristianismo gravísimas
dificultades en la corrupción de la sociedad y en la
guerra continua del enemigo del hombre contra la
juventud? Pero Dios suscitó grandes hombres,
que, guiados p>or la luz suprema e instigados por
ardiente celo de la salvación de las almas y la mayor
gloria divina, supieron fundar obras maravillosas
de sabiduría cristiana, adaptadas a las condi
ciones de la sociedad en que vivieron, y con ellas
pudieron arrancar a los niños de las manos del ene
migo y guiarlos dulcemente al puerto de salvación.
Tal fué mi S. Felipe Neri, llamado el Apóstol de la
juventud, y tales han sido muchos fieles di.scípulos .suyos, que han continuado su santa empresa.
Los Oratorios, erigidos por ellos en mucho.s lugares
de nuestra Italia y fuera de ella, han sido el arca
de salvación de muellísimas almas en el más peli
groso período de su vida ».
E l Oratorio Festioo de Don Sosco»
« Tal ha sido en tiempos más vecinos a nosotros
el hombre que la Divina Providencia, mirando com
pasiva a nuestra patria, ha suscitado para detener
la marcha de la incredulidad y la disfdución que de
un siglo a esta parte avanzan en nuestra nación
para envenenar con su baba cuanto de grande su
pieron crear y c»nservar nuestros antepasados, en
la Religión, en las artes y en las ciencias. Este hom
bre — ¿quién no lo adivina? — es el inmortal
D. Bosco, honrado no hace mucho por el Augusto
Soberano de la Iglesia con el título de Venerable,
» Examinando las dificultades de los tiempos,
estudiando atentamente la índole del joven, sus
inclinaciones naturales, las múltiples asechanzas de
que está rodeado para ser arrastrado al mal, D.
Bosoo reconoció en el sistema educativo de S. Fe
lipe Neri, es decir en el Oratorio, el secreto eficaz
para ll^ a r al corazón de los niños y llevarlos en se
guimiento de Jesús. Es más, se propuso hacerlo
-
178 -
más fructuoso, teniendo en cuenta las diversas con
diciones de la sociedad presente y las necesidades
nuevas que de ellas han salido. .
* Modesto y humilde fué el origen del Oratorio
Festivo de D. Hosco, como el de todas las obras de
Dios, y se debe a su exquisita caridad hacia rm jovencito, golpeado y bruscamente echado por el
sacristán de la iglesia de S. Francisco de Asís en
Turín, porque había dicho que no sabía ayudar a
Misa. Don Hosco, que iba a revestirse de los or
namentos sagrados, viendo aquel acto inhumano,
hizo llamar amorosamente al joven, le llamó amigo
suyo, lo persuadió a quedarse hasta después de la
Misa; luego, se entretuvo familiarmente con él y
con maneras de padre lo indujo a volver la fiesta
siguiente para instmirle en las cosas de la Religión.
Otro tanto hizo poco después con otro jovencito
que habla vi.sto en una capillita de la Iglesia en acti
tud de dormir. Con dulces palabras lo invitó a ir
toílas las fiestas con sus hermanos a la sacristía,
para eiiseñarles a vivir como buenos cristianos. Y
ellos aceptaron gustosos. A estos primeros jóvenes
se luúeron poco a poco otros compañeros, atraídos
por la bondad y el celo del sacerdote de Dios, que
vió multiplicarse de día en día a sus queridos discí
pulos y se vió obligado a trasladar su Oratorio a
locales más amplios, donde erigió aquellos grandes
edificios que abarcan diversísimas obras de cultura
religiosa y civil, con las cuales se forman óptimos
y hábiles obreros, doctos hombres de ciencia, ge
niales artistas y todos cristianos prácticos.
» Da obra ha crecido cual árbol gigantesco y ex
tiende ya sus ramas sobre otras naciones de Europa,
hasta las tierras del nuevo mundo. Pero ¿cómo
pudo obtener D. Hosco que niños y jóvenes de con
dición diversa acudieran asiduos y tan numerosos
a su Oratorio? — Alternando la enseñanza de las
verdades eternas y las prácticas de piedad, con jue
gos y diversiones variadas, conformes a su índole e
inclinación natural. Para esto dividía las reimiones
de los jóvenes en dos partes: una set^-ía de estí
mulo y atractivo: la otra constituía el fin último al
cual tendía, es decir la instmcción religiosa de la
mente y la fonuación del corazón. lín e.slo consiste
el Oratorio Festivo. ICstos son los elementos esen
ciales ([ue lo constituyen.
* De este modo se pue<len poblar de alumnos las
escuelas de Religión y hacerlas fecundas de abun
dantes fruli>s de salvación. De este nu>do fué D.
lUxsco el Apóstol de la juventud, y sus hijos, que
han heredado su espíritu y su celo, multiplican
con igxial medio el bien entre los prieblos en que se
honra aún a la Religión y llaman a nueva vida
cristiana y ci\*il a las regiones en que está aban
donada >• en ([ue los vicios habían casi destniído la
Fe de Jesucristo ».
Y aquí el Eminentísimo Cardenal señala los
• frutos grandísimos, inesperados, maravillosos que
produce «i ¡as parroquias de uno y otro hemisfe
rio, el Oratorio FestiN*©, cuando se funda y cultiva
bajo el impulso de la ardiente caridad de Jesu
cristo.
» Si en alguna ciudad de Italia — dice él — y en
alguna aldea veis que se respira mi aire más sano
de virtud, y que se tiene mayor respeto a nuestra
Religión, que se practica con mayor fer\-or la piedad
cristiana, que se observan más exactamente las
leyes divinas; estad seguros de que allí hay un flo
reciente Oratorio Festivo frecuentado por una turba
de alegres jóvenes, guarecidos alrededor del sacer
dote y los catequistas. Vedlos a todos contentos
de hallar una honesta distracción a sus ocupaciones
diarias del estudio, un alivio al penoso trabajo de
una semana, y al mismo tiempo vedlos satisfechos
de haber aprendido las lecciones de Catecismo, de
haber oído la conmovedora narración de la vida de
J esús y de los Santos, y de haber cumplido las prác
ticas de piedad».
De aquí su propósito de tomar como argumento
de su Carta Pastoral el Oratorio Festivo, que reco
mienda eficazmente a los Ministros del Santuario
como a la multitud de los fieles, pidiendo a todos
generosidad y sacrificio para que en todas las ciu
dades, en todos los pueblos y aún en las aldeas
pequeñas nazca y tenga vida lozana y salvadora.
G e n e ro sid a d y sa crificio .
* E l Venerable Don Hosco y cuantos han con
tinuado su obra benemérita, han tenido como au
xiliares a bienhechores insignes de uno y otro sexo:
almas grandes que han puesto a disposición de los
apóstoles de la juventud ima parte de los bienes
que Dios les concediera, afin de preparar a la so
ciedad nuevos y abimdantes elementos, sin los
cuales no es posible obtener su restauración moral,
civil y religiosa.
* Los corazones bien nacidos, que sienten incli
nación a la beneficencia, se persuadan de que no
podrían encontrar más noble objeto en que usarla,
con ventaja inmensa, que el alma del niño, y que
no cabe mérito que iguale el de la cooperación a su
salvación, o mejor dicho, a un mismo tiempo a la
salvación de muchisimas almas.
» Además, algunos fieles pueden contribuir a la
vida del Oratorio ayudando al director a man
tener la disciplina entre los jóvenes, con la vigi
lancia, con la enseñanza de ¿g u n a clase de Cate
cismo. Sobre todo deben contribuir al desarrollo
del Oratorio los padres de familia, que son los na
turales coadjutores de quienes se dedican a la edu
cación. Por lo menos deben conducir y animar con
su autoridad y afectuosa insistencia a frecuentarlo
asiduamente.
« Tomad, pues, oh sacerdotes y fieles, tomad a pe
chos la obra de los Oratorios festivos, cuya gran ne
cesidad hemos procurado demostraros breve
mente, para educar a los niños en el santo temor de
Dios y para prepararlos a ser óptimos ciudadanos,
decoro de la Religión y de la Patria. Debe ser tanto
mayor vuestro celo para tal obra, cuanto más in
tenso vemos es el esfuerzo de nuestros adversarios
para multiplicar análogas instituciones en daño de
la juventud. A nuestros Oratorios Festivos oponen
ellos sus recreatorios laicos. Es el mismo sistema,
con fin diametralmente opuesto. Nosotros trabaja
mos para conducir almas a Dios, ellos para hacer
las esclavas del demonio. Nosotros nos afanamos
— T79 —
para instruir a nuestros queridos jovencitos en sus
deberes morales y religiosos, ellos miran con sus
artes nefandas a borrar de su mente todo princi
pio de Fe, el temor de los juicios divinos y la Espe
ranza de una \-ida feliz más allá de la tumba. Nos
otros aspiramos a formar buenos ciudadanos en el
tiempo y bienaventurados en la eternidad; ellos
sólo están empeñados en aumentar las filas de las
sectas tenebrosas, en multiplicar los facinerosos y
subversivos y llegar así a la destrucción de la fa
milia y de la sociedad».
L a e xh o rta ción final.
• Nos complacemos en terminar nuestra exhor
tación Pastoral con la siguiente página hermosa,
escrita por el Venerando Don Bosco sobre su ben
dita o b ra :
» Las palabras del Santo Evangelio; ut filios
Dei, qui erant dispersi, congregarei in unum (Joan.
X I, 52), que nos muestran al Divino Salvador ve
nido del Cielo a la tierra para reunir a todos los
hijos de Dios dispersos por las varias partes de la
tierra, creo puedan aplicarse literalmente a la ju
ventud de nuestros días. E sta parte, la más de
licada y la más preciosa de la humanidad, sobre la
cual se fimdan las esperanzas de im por\-enir feliz,
no es de suyo de índole per\'ersa. Quitado el des
cuido de los padres, el ocio, los malos compañeros,
a los que están sujetos especialmente en los días
festivos, resulta cosa facilísima insinuar en los
tiernos corazones los principios de orden, de buenas
costumbres, de respeto, de religión; puesto que , si
acontece alguna vez que estén ya maleados en
aquella edad, lo son más bien por inconsideración
que por malicia consumada.
» Estos jóvenes tienen verdadera necesidad de
ima mano benéfica que se tome el cuidado de ellos,
y luego los cultive a la virtud, los aleje del vicio.
La dificultad está en hallar el modo de reunirlos,
poderles hablar, moralizarlos. Tal fué la misión del
Hijo de Dios: sólo la Religión puede hacerlo. Pero
este Religión, eterna e inmutable en sí. Maestra de
los hombres en todo tiempo, contiene una ley ten
perfecta que sabe acomodarse a los tiempos y
adaptarse a la diversa índole de todos los hombres.
• Entre los medios aptos para difimdir el espí
ritu de religión en los corazones incultos y aban
donados se hallan los Oratorios... Cuando me en
tregué a esta parte d d Sagrado Ministerio entendí
consagrar todas mis fatigas a la mayor gloria de Dios
y ventaja de las almas, entendí trabajar para for
mar buenos ciudadanos en este tierra, para que
fueran después un día dignos habitadores del Cielo.
Dios me ayude para poder continuar asi hasta el
último respiro de mi \nda».
• Dios haga que muchos de nuestros queridos
sacerdotes sepan meditar bien estes palabras de oro
del Venerable Fundador de la Pía Sociedad Salesiana, v seguir después sus huellas gloriosas en la
obra sublime de los Oratorios Festivos. Para Nos
seria esta la mayor consolación.....».
íQue Dios, siempre rico en bondad y misericor
dia, dé al FTniTif»ntí«;imf» Pastor de la Archidiócesis
de Catania la consolación implorada! ¡Nosotros se
la deseamos de corazón, movidos además ix>r el
reconocimiento que nos liga a él por mil te.stimonios de benevolencia recibidos, a los que debemos
agregar este reciente, de haber ilustrado con su
autoridad personal y con su doctrina la Obra nuls
grata a nuestro \^enerable Fundador.
NOTA. — En castellano existe un trat t o
excelente sobre esta instihicúSn admirable; Los
Oratorios Festivos, por Rodolfo Fierro.
Libro-herramieuia llama el grande sociólogo
español, Severino Aznar, este tratado, en un
grande artículo que le dedicó, rorque es \m ma
nual completo para la fundación de obras so
ciales para la juventud, y añade: « Es i)equeño
pero jugoso y de una* amenidad atrayente...
H ay que fundar obras para la juventud...
pero ¿como hacer? Es para mí satisfacción
inmensa poder replicarles; — Leed el libro
del P. Fierro; sus Oratorios Festivos son Pa
tronatos ideales: dentro de ellos caben la cul
tura religiosa, moral, literaria, profesional, ar
tística y social, toda clase de escuelas y de obras
de piedad sólida, no de beatería superficial y ru
tinaria; lo que puede atraer y educar ». [El No
ticiero de Zaragoza 10 de marzo de 1913.)
<f Los Oratorios festivos son las Instituciones
juveniles más prácticas, eficaces y sólidamente
cristianas, dice el mismo sociólogo en otro sitio ;
son institución eminentemente popular; son fá
ciles de organizar, muy r.comendadas por el
Papa y se están difundiendo por todo el mundo.
Nada mejor para conocerlas y crearlas que el
libro d d culto e insinuante escritor salesiano *
{Correo Esp. 28 febrero, 19T3).
A esto se añade lo económico del precio: una
peseta. Puede pedirse a la Librería Salesiana,
Apartado 175, Barcelona.
D. ALBERA EN SICILIA.
'Í V \ u e s tr o venerado Rector Mayor ha vLsitedo recientemente las casas salesianas
de Sicilia, presenciando en todas partes el
trabajo de los salesianos y el entusiasmo de los
Cooperadores. Parecían haberse renovado las jor
n a d a gloriosas de España.
A Genova salió a esperarle el Obispo de Massa
Carrara, Mons. Marenco, salesiano, quien lo condujo
a su diócesis y le rogó bendijera a los seminaristas y
les dirigiera su apostólica palabra, como lo hizo.
En Nápoles le esperaba el R. Sr. Inspector de
las casas de Sicilia, D. Juan Mlnguzzi.
— i8 b —
Al llegar a Palermo hallarou en los muelles ima
numerosa representación de Cooperadores, es-alximnos, columnas de gimnastas vestidos de uniforme.
E l Emmo. Sr. Cardenal Arzobispo le invitó a dar
una conferencia salesiana en la sala magna del ar
zobispado y a ella acudió lo más granado de la ciu
dad.
Atravesando la Conca d'Oro, se encaminaron a
Marsala, recibiendo durante el camino los obse(luios de las poblaciones, y en alguna, como en
Mazzara Vallo, le obligan a bajar del tren y le im
provisan una bienvenida, con el Sr. Obispo, Mons.
Andino, al frente.
En Marsala el mismo Sr. Obispo le da la bienve
nida en un discurso que hizo vibrar todos los sen
timientos, y arrancó aplausos y lágrimas.
En Messina y en Alf se repitieron las manifesta
ciones de simpatía, tomando parte el Sr. Arzobispo,
los institutos religiosos y los elementos cívicos.
Otro tanto debe decirse de Caíanla, a cuya es
tación salieron a recibirle S. líxc.ia Mons; Ferraris,
Obispo Auxiliar, en el landeau del Emmo. Card.
Arzobispo Nava, la Princesa Emanuel y varias
otras distingxiidas personas. En esta cmdad se
reunió otra conferencia, dándola el elocuentísimo
P. Gerardo, de los ConvenUrales; fué una pieza de
esas que raramente se oyen y que no pueden olvi
darse.
Hay en S. Gregorio de Caíanla un floreciente insti
tuto de fonuación salesiana, cuyos alumnos se preparmi especialmente para las misiones en el ex
tranjero, haciendo sus primeras armas en la parro
quia al mismo agregada y en los numerosas pueblecillos de los alrededores. No es de admirar que
el entusiasmo por el General se desbordara: todas
las calles estaban embanderadas, las casas osten
taban colgaduras de gala, la plaza inundóse por la
noche en im mar de luz, los cohetes de colores cru
zaban sin cesar el aire, las madre.s se arrodillaban
al paso de D. Albera presentándole sus hijos para
que los bendijera. En suma, se repitieron las es
cenas de Cindadela y Utrera.
En Redara y Bronte. dominadas ¡wr el Etna, los
habitantes se distinguen por un entusiasmo y una
espontaneidad (pte desde el primer momento arran
can lágrimas.
Mons. Arista. Obispo de Aclreale había ido a Cataiüa ct.»n Mons. Pennisi y el Rector del Colegio de
S. Ttxsé, expresamente para saludar a P . Albera.
Era justo (juc éste correspondiese con igual fineza
y así lo hizo. Ix)S admiradores de la Obra salesiana
liabían acudido en gran número a la estación, po
niendo a dlsjxwición dcl P. General elegantes au
tomóviles, de los cuales se sirsdó para visitar al Sr.
Obi-spo, cuyo huésped fué, los Oratorios festivos
que allí florecen, la Obra de Mons. Pennisi, las E s
cuelas de los Hennanos de la Doctrina Cristiana,
el Seminario etc.
Taormina es uno de los sitios más deliciosos de la
isla. Allí salió a obsequiarle la colvmma esportiva
« Taoromfnixon » perteneciente al Oratorio festivo.
Las Misioneras franciscanas de María, tan bene
méritas de las misiones Orientales, tienen allí un
laboratorio nruv floreciente dedicado a « Jesú.s
Redentor ». Pues bien, ellas quisieron obsequiar a
D. Albera con un acto solemne; « como muestra de
gratitud por el bien que de los Salesianos reciben *.
Entre las personalidades que acudieron a obse
quiarle, estaba el xdce-cónsul de Inglaterra y el
Exemo. Sr. Walsh, Obispo de Portiand. Los alum
nos del Oratorio y el Taoremenium le ofrecieron
un magnífico acto gimnástico.
En viaje para Randazzo, recibió n\imerosos ob
sequios en las estaciones intermedias y al llegar
halló esperándole uiia multitud inmensa, prece
dida por el Clero. Los Antiguos Alumnos se dis
tinguieron por su entusiasmo y fervor, y también
D. Albera los distinguió con su especial cariño.
Los Cooperadores de Malta, habían querido a
toda costa tener a su lado algunos días al sucesor
de D. Rúa. Y había que satisfacerlos. A l bajar
del barco, le esperaba una lancha automóvil, y
en la aduana, lejos de registrar el equipaje, las
autoridades inglesas le ruegan pase adelante, que
le espera un autemóvil para llevarle al Instituto
de S. Patricio, atravesando las calles que la ciu
dad ha dedicado a D. Bosco y a D. Rúa. E l Go
bernador le visitó y le declaró que estaba satis
fecho de la labor salesiana en la isla. E l Gobierno
inglés ha respetado religiosamente cuanto recuerda
la gran Orden de los Caballeros de Malta, que
fueron centinelas de la civilización.
Allí permaneció 8 días, durante los cuales re
cibió e hizo visitas, asistió a espléndidas frmeiones, dió la primera Comxmión a medio centenar
de Oratorianos, tuvo conferencias etc.
E n Módica asistió a una espléndida reunión de
Antiguos Alumnos, de la cual dió larga reseña el
Boletín Eclesiástico de la Arquidiócesis de Catania
y qire re.sumiremos, D. m., en otro número.
De vuelta a Catania, lo niños del Oratorio de
S. Felipe, le procuraron impresiones que no se
borran, consuelos qire siempre palpitan.
En Caltagirone halló esperándole al Sr. Obispo
De Bono, al Subgobemador d ril. Alcalde, Junta,
Capítulo de la Catedral, de la Coleg ata, los Pá
rrocos, el Seminario, el Director del Instituto Na
cional y muchos otros, y obligado a ocxipar un
auto ai lado del Alcalde, se le tributó una ma
nifestación pxiblica.
De Sicilia pasó de nu.vo a la península y visitó
las casa.s de Calabria.
Para la Semana Santa estaba de nuevo en el
Oratorio de Txirín.
Gracias a Dios, en el óltirao terremoto nada su
frieron los Salesianos ni las Hijas de María Au
xiliadora; antes bien pudieron consolar d e ^ a c.ados v aliriar miserias.
DE MUESTRAS MISIONES
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E n el C onsistorio del 25 m ayo, el
Padre Santo creaba y preconizaba al
R . P. M alán, Sup erior de nuestras
M isiones del M atto Grosso, O bisp o ti
tular de A m iso (Sansum) y Prelado de
R eg istro de A ra g u a ya , en el Estado
de M atto Grosso.
L a S an ta Sede, de acuerdo con el G o
bierno del B rasil, ha erigid o esta nueva
P re la tu ra , circunscripción eclesiástica
que com prende todo el territorio ocu
pado por las M isiones Salesianas.
A l nuevo O bispo, a sus am ados in
dios, y especialm ente a su veneranda
señora m adre, D® M argarita V ían, vda.
de M alán. nuestro cordial saludo y fe
licitación.
D . Antonio Malán nació en 1862 ; en 1883 co
noció a D. Bosco y D . Bosco lo conoció... de
un modo m aravilloso... En 1889 partió para el
Uruguay con el P. Lasagna d. f. m. y ese mismo
año le ordenó Mons. Cagliero. Muerto trágica
mente Mons. Lasagna, el P. Malán, con sus her
manos, los PP. RAlzoIa y Solari, .se propusieron
desarrollar los grandiosos proyectos del Obispo
mártir, y en gran parte lo han logrado, siendo
el P. Malán el alma de toda esta colosal labor.
REP. M G M T IN A
necesidades espirítnles y ríiinezas materiales de la Patagosia.
{Carias del R . Inspector D. Luis Pedemonte).
I.
A bordo del vapor «C am aron es» i6 feb. 1914.
Rdmo. Sr. D. Pablo Albera:
Me despedí ayer tarde de nuestros queridos
hermanos de Rawson y Trelew, y hallóme en
viaje hada Comodoro Rivadavia. Ambas casas
necesitan personal; son dos colegios, con parro
quia anexa y con un hos]iital, el más ini])ortante del lugar. L a influencia de los protestantes
es grande; y si no se trabaja mucho y sin des
canso, se va fonnando un ambiente difícil para
el catolidsmo. Nuestras dos capillas y las dos
casas de las Hijas de María Auxiliadora, están
rodeadas por once capillas y oratorios protes
tantes evangélicos. E n tanto apenas ven itn sa
cerdote católico pueblos como Caimán a donde
se v a solamente los domingos y no se tiene igle
sia, y Madryn, el puerto más importante de la
costa Patagónica.
E n el año 1883, nuestro V. P. D. Bosco deda,
después de exponer uno de sus proféticos sue
ños: « Los trabajadores europeos se derramarán
por la América del Sur, y especialmente en la
Argentina *. Y ahora vemos la Patagonia, desde
hace cuatro años, redbir incesantemente emi
grantes europeos españoles, italianos, portu
gueses, rusos, ingleses y polacos. Pero la fe de al
gunos vadla, mientras la incredulidad sembrada
por el contacto de herejes con católicos y por la
propaganda de la escuda atea, se dilata en propordones alarmantes. ¿Será siempre que los hi
jos de las tinieblas superen a los hijos de la luz?
Esta región, llamada un tiempo por Darwin
tierra maldita, produce pa.stos abundantes, ali
menta millones de cabezas de ganado, útiles al
hombre; exporta millones de toneladas de lana
y sólo aguarda brazos generosos que la culti
ven, para damos granos de la mejor calidad,
como dan buena prueba las abundantes muestras
que embarcaron en nuestro mismo vapor. V i
sitando la primera fábrica de « Conservas de
pescados * aquí establedda y dirigida por d
bravo católico Sr. Domingo Depolo, dálmata de
origen, uno se convence d d porvenir que aquí
tendría una colonia de pescadores.
E l Goljo Nuevo, entre los 42° y 43° de latitud
sur, es un predoso seno formado por d Atlán
tico en la costa d d Chuhut; al abrigo de las tem
pestades d d océano, sirve de refugio a los peces
menores pers^uidos a muerte por los de mayores
dimenáones, dando así un éxito seguro a la pesca.
E n d establecimiento implantado por e l Sr.
Depolo, se daboraron durante d 1913, 30.000
* •
—
i 82
Kgfi. de pescado preparado en 16.000 recipientes
de diversa cualidad. El artículo de fuerza es el
'pejerrey en aceite: le sigue la anchoa salada. Des
arrollando esta industria, se podrían preparar
excelentes calamares en su tinta natural. Se
encuentra en abundancia el exquisito sabón,
reputado igual, si no superior al maquero es
pañol y francés. El bacalao y especies semej antes
abundan en tanto grado, que ofrecen lindas ga
nancias. Abundan mucho los leones de mar, y esto
demuestra la abundancia de la pesca; pues según
dicen los pescadores de estas regiones, los hay
que pasan de 1000 Kgs. y consumen diariariamente de 50 a 80 Kgs. de peces útiles al hombre.
El benemérito Sr. Depolo y las demás familias
de pescadores encuentran válido apoyo en D.
Enrique Zwank, cooperador nuestro y entusias
ta del progreso de su patria.
Pues bien, amado Sr. D. Albera, un puerto de
tanto porvenir, que cuenta y a más de 2.000 al
mas, que es término de un ferrocarril de más de
170 Kms. a través del valle del Chubut, no tiene
iglesia y no ve al sacerdote sino una vez al mes!...
Es así; ni más ni menos.
Sírvase, amado Padre bendecir a este su
afmo. hijo in C. J.
L uis P edemonte, Pbro.
II.
A bordo del vapor < Asturiano >, i m arzo 1914.
Hdmo. Sr. D. Albera:
Zar¡)amos ayer del puerto de Comodoro Rivadavia y aprovechando un poco de bonanza
desusada por estos mares, recojo algunas im
presiones para comunicarlas a nuestro buen
Padre, siemi)re deseoso de recibir noticias nues
tras. En Comodoro se encuentran desde hace
cuatro meses tres de nuestros buenos hermanos
y experimentan todos los apuros de las casas
incipientes y tienen que sufrir bastante. El sa
crificio que ofrecen voluntaria y continuamente
al Señor, será oración acepta para la conversión
de tantos pobres herejes, cristianos descuidados
y pobres fkiysatios, que empleados en los campos
de Rivadavia, son con poco honor ex^ilotados por
hombres civilizados devorados por la auri sacra
james. No teniendo casa, tomamos en arriendo
una de madera y zinc, i>agando al mes 70 pesos.
Esto, junto con los gastos para la sustentación
y la ninguna correspondencia de los habitantes
del país, hace esta misión muy penosa, pero es
por otra parte absolutamente necesaria si se
quieren remetliar las necesidades es]ñrituales de
esta ya importantísima región.
Comodoro Rivada\'ia es como el centro de una
extensa región montañosa con valles aptos para
—
el pastoreo. Del puerto de Comodoro se expor
taron el año pasado 5 millones de Kgs. de lana,
que ahora se paga a 7 y 8 pesos los diez Kgs.
Pero lo que ha dado fama mundial a Como
doro Rivadavia y le asegura un porvenir más que
espléndido, es el yacimiento de petróleo descu
bierto cinco años há mientras se hacía una per
foración en busca de agua potable. Precisamente
en un valle o cavadón casi a la orillas del Océano,
se ven en plena actividad hasta doce fuentes pe
trolíferas que darán lugar a una industria de in
calculables ventajas para Patagonia y para la
Argentina.
Observando el movimiento de comercio que
se está desarrollando, y viendo y a las grandes
locomotoras movidas con petróleo de la r ^ ó n y
los trabajos que se están haciendo para preparar
grandes tanques o lagunas de petróleo que faci
liten la exportación, experimenté, amado Padre,
un sentimiento tal de alegría y de amor hacia
nuestro inmortal y Vble. P. D. Bosco, que no
pude contener las lágrimas. Me acordaba en
tonces de lo que oí contar a mis queridos maes
tros y superiores cuando niño, cuando tenía
diez años. Leíamos en el mapa de la República
sobre toda la parte de P at^ o n ia al Sur del Río
Colorado: « Desierto inexplorado ». Se nos decía
entonces que un Padre aun viviente y muy
amante de los niños argentinos, D. Bosco, pro
metía un grande porvenir para aquellas regiones
inexploradas; que grandes ferrocarriles la habían
de atravesar cargados de mercancías de gran
valor; que se descubrirían minas de carbón fó
sil y yacimientos de petróleo de gran impor
tancia; que los indígenas patagones se civiliza
rían fácilmente, si bien a costa de trabajos, su
dores y sangre derramada por su regeneración,
y que entre los mismos hijos de la Patagonia
habían de surgir buenos misioneros y apóstoles...
Siempre que me acuerdo de estas cosas, que
aliora veo maravillosamente realizadas, doy
gracias al Señor que tuvo la dignación de hacenne hijo de D. Bosco.
Bendíganos, amado Padre y que su bendi
ción sea la bendición fecunda de Abraham y de
Jacob, para que multiplicándose nuestro espíritu
y nuestro número, podamos extender en estas
zonas el pacífico y santo reino de J esucristo.
De V. R. afmo. hijo en J. y
Luis P edemonte, Pbro.
III.
A bordo d el vapor < M endoza >,
33
m arzo 1914.
Rvmo. Sr. D. Albera:
Me detuve quince días en Puerto Deseado
donde di una breve misión, verdaderamente
-
183 -
necesaria. No obstante el ^’ivo deseo del infati
gable apóstol de estas regiones, nuestro que
rido Mons. José Fagnano, Puerto Deseado no
tiene aún misionero. Y no obstante es uno de
aquellos pueblos que en Patagonia surgen casi
por encanto de un año a otro, llenos de vida y
con fiebre de progreso. E s el centro de una red
ferroviaria gubernativa que se inai^uró hace
cinco años y que tiene hoy un desarrollo de 283
Kms. Al frente de los trabajos está el Ingeniero,
antiguo alumno nuestro, Sr. D. Juan Briano,
que con otros exaliunnos dependientes suyos, es
válido apoyo para la misión. ¡Cómo reclaman
la presencia de un sacerdote!
También aquí se han cumplido las prediccio
nes de nuestro Ven. Padre. Como V. R. sabe, D.
Bosco decía a sus hijos que la P at^ on ia, enton
ces casi desconocida a los mismos Argentinos,
sería atravesada por grandes líneas férreas, y
especialmente describía una muy larga que por
la falda de los Andes iría de Mendoza (donde
el vió un gran túnel, ahora existente, inaugu
rado en 1910) a Puntarenas. Que se descubrirían
después en los valles y colinas grandes minas
de metales, de petróleo, de carbón. Pues bien, el
proyecto del ferrocarril que parte de Puerto
Deseado se extiende precisamente paralelo a la
pre-cordillera hasta el gran lago Wahuel-Huapi
tan pintoresco y rico, que con sus alrededores
forma la Suiza Argentina.
Conmigo navegan algunos mineros que se
disponen a explorar yacimientos metálicos de
grande valor y minas de petróleo de excepcio
nal importancia. 0>'éndome hablar de las pre
dicciones de D. Bosco se maravillan y apenas
prestan fé a mis palabras. Eos inmensos desier
tos están ahora cubiertos de infinidad de cabezas
de ganado y hoy se expondrán en Puerto deseado,
dos millones de Kgs. de lana al docuente precio
de 8 pesos y 70 centavos; o sea i i fr. cada 10 kgs.
E l vapor a bordo del cual escribo trasporta
200 pasajeros y con tres días de intervalo le si
gue otro que recoge el exceso de carga y los pa
sajeros que el <- Mendoza » no puede recibir.
Pues bien, casi la mitad de esta gente es protes
tante. Sus hijos conservan no solo la fé sino tam
bién el idioma de sus padres, resultando casi
imposible acercarse a ellos. Huyen del misio
nero, que es mirado no sé decir si con compasión
o con despredo.
Por fortuna entre los pasajeros hay algunos
sinceros cristianos y con-ellos y sus hijos hemos
logrado hacemos dueños de la situación. H ay
misa, catecismo; se cantan coplas y se hacen pe
queñas fiestas que interesan a todos; se puede
decir que d Oratorio Festivo de D. Bosco nos
ha servido también aquí para hacer un poco de
bien, aun a despecho de alguno.
Durante este viaje me he convencido de la ne
cesidad que tendrá d misionero de estas tierras
de poseer no sólo d castellano é italiano, sino
otras lenguas extrangeras, como d inglés, ale
mán y francés. Estas lenguas serían otras tan
tas puertas de entrada para muchos de los co
lonizadores de estos países.
Amado Padre, nosotros hacemos cuanto po
demos, siguiendo el consejo de D. Bosco ]>ara
despertar vocadones, pero no olviden los amados
jóvenes europeos que se sienten llamados al
apostolado, que Dios N. S. da el ciento por
uno a quien por El y para extender su reino, hace
algún grande sacrificio. ¡Cuántos jóvenes se en
cuentran que se separaron de los suyos para
veniraPatagoniaahacerfortuna... ¿y tendremos
que dedr que el amor del oro es más eficaz y
poderoso que d cd o de las almas? ¡Cuánto nos
alegra d pensamiento de que vendrán nuevos
y animosos misioneros para continuar la obra
de dvilizadón cristiana tan valerosamente ini
ciada por nuestros primeros misioneros!
Bendígame y créame siempre su afmo. liijo
en J. y M.
L uis P edemonte, Phro.
----------------- -------------------------------------
MATTO GROSSO (Brasil)
Consoladora noticia.
Redbimos de la colonia indígena del Matto
Grosso la siguiente notida (¡ue no pudimos dar
en d pasado número.
« Un grande consuelo (jue María Inmacu
lada se ha dignado proporcionarnos en medio de
tantas pruebas, fué el hecho siguiente, acaecido
en la Colonia d d Sagdo. Corazón de Jesús. El
día 7, vigilia de la gran fiesta de la Inmaculada,
todos los indios cristianos de la colonia deddieron espontáneamente, para hacer cosa grata
al Sgdo. Corazón de Jesús y a María Sma., aterrar
d Bahyto (grande cabaña en d centro de la A l
dea que sirve para todas las reuniones y ceremo
nias diabólicas) y quemarlo! Y así lo hideron en
medio de grande entusiasmo y con grande ale
gría nuestra. A l día siguiente, fiesta de la Inma
culada Concepdón, levantaron una gran Cruz
en d mismo sitio, prometiendo no hacer más
ningún Bacururú (espede de danza frenética
y superstidosa). Fué un verdadero triunfo para
nuestra Sta. Rdigión, que ninguno de nosotros
podía imaginar se consiguiera tan pronto ».
Así nos escribe nuestro querido P. Bálzola.
EL CULTO
de María Auxiliadora
N6s tenenos Ii persuailóa de que. en las vicisitudes dolorasai de los tiempos
que atravesamos, no nos quedan mds consuelos que los del Cielo, y entre estos,
la poderosa protección de la Vlrieo bendita, que fué en todo tiempo el Auxilio
de loa Cristianos.
pío x.
La fiesta de María Huxiliadora
en ¡a B asifica p rim a ria de Tarín.
Necesario es ver estas funciones en el Santua
rio basílica. De otro modo es difícil formarse
una idea exacta de su grandiosidad.
Comienza el mes el 24 de abril. L a gente acude
numerosa a festejar a María Auxiliadora. De
las 4 de la mañana a las 9 de la noche es un
oleaje continuo de devotos. Dos oradores tejen
las glorias de María diariamente, y recuerdan
al pueblo las grandes verdades de la fe, el uno a
las 6 de la mañana, el otro a las 8 de la tarde.
Hste año ejercitaron este ministerio el M. R. P.
Angel Amadei, salesiano, Director del Boletín
salesiano italiano y el M. I. Sr. Ghisi, canónigo
de la catedral de Pisa.
Los coros populares hinchen de armonías
las amplias naves del templo. — Durante las
fiestas, se Utrnan en el Coro las Escolanías de
R1 Oratorio, ValsAlice, Martinetto, Cuorgne.
En la novena que precede a la fiesta, el en
tusiasmo y la devoción aumenta, como el río
cuando se acerca a la mar.
S. Emma. el C ar d en al R ich elm v , Arzobispo
de Turín, quiso tener la satisfacción de inaugu
rar la novena, diciendo la misa y dirigiendo
su apostólica palabra al concurso numerosísimo.
Los confesonarios se ven atestados, y los con
fesores tienen que turnarse, durante todo el día
especialmente en el triduo: la barandilla de la
comunión presenta aspectos imponentes y
consoladores. Prelados que \*inieron de otras
diócesis. i>eregrinos que hicieron un alto en
la basílica de la Auxiliadora, exclamaron repe
tidas veces en nuestra presencia:« ¡Qué hermo
sura! Aun hay fe en Israel! »
La víspera. ¿Como describir la Fiesta? Y a el 23
es una animación de esas que solamente se ven en
los grandes santuarios, en Lourdes o Loreto. Pre
lados que se turnan en el altar, colegios que se
suceden en la visita, madres que llegan a pre
sentar a la Virgen sus niños inocentes, también
hombres de negocios y de armas que hacen un
alto en su agitada vida y vienen a purificar su
conciencia a los pies del confesor. Es un murmullo
continuo de oraciones, una armonía de cantos,
vaivén de personas, que sacude las fibras y desI)ierta la fe y eleva el alma.
A las 3 comienzan las Vísperas solemnes.
Pontifica el limo. Sr. Obispo de Albenga MoNS.
Cattarossi, y en el canto alternan la Escolanía
y el pueblo: el pueblo toma parte en las fundo
nes en esta parroquia de María Auxiliadora.
Tenninadas las Vísperas, sube a la tribuna el
P. E. Trione y da la conferenda salesiana. Su
palabra es fádl, sencillísima, casi familiar; pero
llena de nobleza y originalidad. Recuerda las
glorias de este santuario, elevado hoy a basílica,
cada una de cuyas piedras y ladrillos representa
un prodigio de la bondad de María Auxiliadora;
repite a los Cooperadores el programa que D.
Bosco les l^ ó : • Sois los terciarios Salesianos, les
dice, y como tales, no os contentáis con orar y
con hacer limosnas, sino que procuráis confor
mar en un todo nuestra \ida al Evangelio;
apoyáis la Prensa Católica, socorréis las mi-
siones, educáis la juventud, os e sforzáis con todas
vuestras energías por establecer en el mundo el
reinado social de Nuestro Señor Jesucristo ».
Explica estos conceptos y para terminar anun
cia con soberano entusiasmo las grandes solemni
dades que tendrán lugar el año entrante, si
Dios quiere, con la básilica restaurada
mediante la generosidad de los coope
radores y la bondad y misericordia de
la Virgen, cuyos favores serán segu
ramente muy grandes.
A continuación sube el venerando
D. A lbera y dice a los cooperadores
que quisiera darles las gracias, por
cuanto hacen por las obras de D. Bosco, pero formando una sola familia, te
mería ofenderles, y así, se contenta con
evocarlos ensueños de D. Bosco y mos
trarles aUá en lo alto la imagen de
María Auxiliadora, cu3'o templo se debe
restaurar espléndidamente, y el santo
Tabernáculo, donde mora Jesús, cu>'o
reinado vamos buscando. E l Excmo.
sr. Obispo de Albenga da la bendición
solemne.
De la iglesia se sale parala recepción
de S. Emma. el Cardenal F errari,
Arzobispo de Milán que llega para tomar
parte en las fiestas y pronunciar d pa
negírico de María Auxiliadora.
A las 8 se oye de nuevo la palabra
del Sr. Ghisi y se da la Bendición con
S. D. M.
Mientras tanto otros grupos de sacerdotes,
caballeros, damas y niños se postran ante el al
tar mayor y se suceden cada media hora. lU la
Guardia de Honor de María Auxiliadora.
Y esto dura toda la noche, sin interrupción.
D e 9 ^2 ^
J2 da concierto en la plaza la
La ilumlaaclóo.
A l terminar lafundón, se han ilumi
nado la fachada, las torres, la cúpula.
Miles de bombillas fiúguran, presentan
do una visión de délo; los edifidos de
los alrededores están iluminados tam
bién con esplendidez y gusto; las puer
tas del santuario están abiertas de par
en par desde la plaza se ve la iglesia
como navegando en un mar de luz; allá
en el fondo está el cuadro milagroso,
nadando en ríos de luz, con sus co
BARCELONA — L« esutos del Sentó en le oneva Iflesla de S. Jo«é.
ronas de oro y de diamantes. Las gen
tes rezan, cantan, suspiran, contem
banda del Oratorio festivo de S. Francisco de
plan la iluminadón, entran de nuevo en la
basílica, se apiñan alrededor de los confesiona Sales.
rios, se ^ ru p an delante de la estatua qiK suele
El día 24.
salir en las procesiones, y con una fe ardorosa,
A la Tina comienzan las misas, y comienzan las
comunicativa, rezan el rosario, la oración * ¡Oh
Santísima...! *, cantan el himno de María Auxi comuniones. Puede dedrse que es una sola co
munión desde esa hora hasta las 12. De las 6
liadora, y aquel otro himno internacional A
Dios queremos... que cual guerrera canción enar- a las 9 hay dos sacerdotes distribuyendo con
áec£ los espíritus y hace que é Cristiano se tinuamente d Sagrado Pan. Otros dos reciben
y apuntan las rdadones de gradas y favores;
sienta orgulloso de su fe.
—
i8 6 —
otro da sin cesar la bendición a María Auxilia
dora,
Y no son sólo las señoras; los caballeros son
quizá más abundantes. ¿No es María Auxilia
dora la Virgen de los fuertes?
Su Emcia. cIC afd . F errari dicelaM isa alas
7
ilutes la han dicho MoNs. Cástrale , Obispo
Auxiliar de Turín y el Revmo. D. A lbera.
F a lluvia cae a torrentes; pero eso no impide el
concurso; sirve sólo para hacer ])atente el amor
del pueblo a la Virgen de D. Bosco.
Uno de los espectáculos más bellos son las pe
regrinaciones de niños. Vienen de los Oratorios
festivos repartidos i)or la ciudad; cantan, oyen
la Misa, comulgan. ¡Oh! ampara su inocencia,
Virgen !María!
A las 10 el Pontifical. Oficia el Sr. Obispo de
A luenga; el Clero, numerosísimo, da una impo
nencia elevadora; el trueno rasga de fuera los
aires, la lluvia choca contra las tejas, contra las
piedríis del paviniieiito; adentro la Escolam'a,
dirigida por el M.® Cav. Dogliani y acompa
ñada al órgano por el P. Pagella, llena las al
mas de dulcísimas emociones. La gente que no
cabe en la iglesia y en las tribunas, se apiña en el
atrio, reparándose con paraguas. ¡Oh! sí! se
ama, se ama mucho a la Virgen! Aun hay mucha
fe en Israel!
Lleno de gracia y majestad sube al pulpito
el Cardenal F errari, el apóstol del Catecismo en
Lombardía y en Italia: su palabra fiuye abun
dante, suavísim a; canta el auxilio de María
en lo pasado, en lo presente, en lo pervenir;
ensalza a su apóstol, el V. Bosco, a quien. Dios
mediante, pronto veremos sublimado definiti
vamente a la gloria de los altares.
Acaba el Pontifical, y los sacerdotes siguen
confesando, y siguen distribuyendo la sagrada
Comunión y dando la bendición de María Auxi
liadora.
A las 3 cesa la lluvia, ¿Habrá procesión? ¿Y
por qué no? — Las calles están mojadas y hay
barro. — ¿Y qué ini])orta? ¿N o se vió ha poco
en Viena una procesión bajo la llu via, yendo
el mismo Enq>erador, anciano y quizás en
fermo? ¿Y no se vió el año pasado a los Con
gresistas del Eucarístico de la noble capital de
Colombia, desde el Arzobispo Primado hasta el
último monaguillo y desde el Presidente de la
Rqníblica hasta el liltimo lustrabotas, recorrer
la ciudad a pie, con una lluvia torrencial, des
echando los paraguas?
Pero María Auxiliadora quería triunfar.
A las 6 comienzan las segundas Vísperas so
lemnes pontificales.
lai lluvia había templado el calor verdadera
mente excesivo de los días anteriores, y la pro
cesión se verifica sin el menor incidente. Dos
Obispos, numerosos clero, cinco bandas, colegios
de niños y niñas, cuyos miembros todos llevan
un grueso ramillete en las manos, corporaciones,
un centenar de banderas escoltan el paso de la
Reina, que va majestuosamente en un automó
vil que rueda sobre flores esparcidas por los
niños, bañada en ríos de luz, asistida de media
docena de niños vestidos de ángdes. De 20.000
pasaban seguramente las personas que tomaban
parte en la procesión, sin contar los que llenaban
los balcones (adornados de colgaduras) o la con
templaban a pie firme a lo largo del paseo, y que
aclamaban al paso de la estatua.
Y a han avanzado las sombras de la noche.
Al volver a la iglesia, se iluminan repentina
mente torres, fachada, cúpula, santuario; tocan
las bandas, se echan a vuelo las campanas, pre
ludia sonoro el órgano y se entona el grandioso
Magníficat, compuesto por Pagella.
Luego el Sr. Obispo de Albenga da la Bendición
con S. D. M. desde el altar, y como la mayor
parte de los fides han tenido que permanecer
en la plaza, sale con el Señor a la puerta de la
iglesia; las trompetas saludan a su Rey; domina
el más profundo silencio; se recibe la Bendi
ción y prorrumpen los cánticos de júbilo.
En fin, el triunfo de los amores de D. B o sco :
el Santísimo Sacrame^ito y María Auxiliadora.
De 10 a II la Banda del Instituto da concierto
en la plaza; la gente continúa su peregrinación
en el Santuario.
Y a se entrevé lo que serán las fiestas de 1915.
El centenario se ha inaugurado bien.
Después de media noche el aguacero volvió
a coutinar con furia su interrumpido trabajo.
Diríase que había concedido una tregua para
que pudiéramos acabar con solemnidad y a la r ía
la fiesta de María Auxiliadora.
l_a Peregrinación Española.
A las II 1-2 del siguiente día llegan a Turín los
200 peregrinos de la Península Ibérica, proce
dentes de Roma, Asís, Padua y Loreto. Casi to
das las pro\*incias españolas están represen
tadas, como lo están todas las profesiones:
30 señores sacerdotes, damas, caballeros entre
quienes hay empleados, industriales, abogados,
agricultores.
La Junta está compuesta por el Rvmo. Dr.
Juan Casademont, que es su dignísimo Director,
por el Rvmo. D. Rosendo Fortunato, su activo
Oiganizador, por el Sr. Agustín Burgas pundo
noroso militar, que en breve cam biad d cuar
tel por el seminario y la e^ ad a por la Cruz,
que actúa 'de Secretario. L a Prensa Asociada
¿ t á representada por D. Miguel Torres.
_
i 87
El Revmo. Sr. D. Albera, que tan gratos re
cuerdos conserva de España, al saber que se en
caminaban a Turín, envió a saludarlos en la
estación al Redactor d d Boletín Salesiano y a
otros dos hermanos españoles.
A las 4 estaban reunidos en la plaza de María
Auxiliadora los peregrinos y salían a recibirlos
a la puerta del templo el Rvmo. P. General,
asistido por los Rvmos. Padres Rinaldi y Ricaldone, Prefecto y Consejero Generales de la Pía
Sociedad Salesiana, y la Redacción en pleno
del Boletín Salesiano, con sus redactores de las
nueve lenguas en que se imprime el órgano de
los Cooperadores salesianos.
Las campanas se echan a vuelo y el óigano
saluda majestuosamente a los hermanos.
Acto seguido sube al pulpito el venerando su
cesor de D. Rúa y les da la bienvenida en caste
llano, recordando lo que ha visto él recientemente
en Zaragoza y Monserrat, en la Macarena y en la
Virgen de los Desamparados; enalteciendo la fe
gallarda y la religión práctica que admiró él en la
Patria de Sta. Teresa. Les dice que siempre ha
rogado y seguirá rogando por la prosperidad de
España, por la conservación de su fe, en la cual
está d. nervio de su vida, el secreto de su legen
daria grandeza, la esperanza de su porvenir.
Les habla de los amores de D. Bosco, del Saniísimd Sacramento y de María Auxiliadora, cuyo
título y fiesta están tan íntimamente vinculados
a la historia de España, pues el primero tiene
su punto de partida en Lepante y la segunda en
Bailén, en Zaragoza y Gerona. Termina pidiendo
a la Virgen una bendición para los peregrinos,
para sus familias, para su Patria entera. Se en
tona el Magníficat y el mismo Rvmo. P. General
les da la bendición con el Santísimo Sacramento.
Puestos en pie, los peregrinos entonan el Firme
la voz, serena la mirada, cuyas viriles y robustas
notas resuenan en las bóvedas como un eco de
la robusta fe española.
A la salida les esperaba una grata sorpresa.
Se abre la puerta que da al patio; allí esperaban
los 700 alumnos del Instituto con la banda al
frente. Los primeros prorrumpen en aplausos y
la segunda entona la Marcha Real Española.
Aplausos, exclamaciones, saludos, furtivas lá
grimas son la respuesta de los sorprendidos pe
regrinos. Por entre las alas del infantil escua
drón se dirigen al salón de actos. Allí él Rvmo.
D. Pedro Ricaldone, Director General de las
Escuelas Profesionales de la P. S. S. les saluda
en nombre de la Institución Salesiana, como d e
mento social. ¡Y qué acreditados títulos tiene
para desempeñar ese papd, d fundador de la
• Biblioteca agraria solariana ». que hasta hace
poco ha vi\’ido en España entregado a toda dase
de obras sodales!
Con fruidón recuerda sus 21 años de vida es
pañola, durante los cuales ha visto desarrollarse
la Obra Salesiana en d fecundo suelo de Recaredo y Femando, de Teresa y de Isabel, de Orio
y de Isidoro. España en un tiempo mandó a
Italia a Sto. Domingo de Guzmán, a S. Ignado
de Loyola y a S. José de Calasanz. Muy jx^sto
era que Italia pagara siquiera en parte esa deuda.
Por eso le eim ó a D. Bosco y a sus hijos. Y
aquí, con elocuencia riempre creciente traza, el
P. Ricaldone un cuadro breve pero vigoroso de
la Institudón Salesiana, de sus ideales, de sus
anhdos por la restauración social , y concluye
cantando la grandeza de la España d d siglo de
oro, cuando entre las garras de sus leones paseaba
por el mundo la Cruz de Cristo, y augurando
un porvenir no indigno de las pasadas glorias.
Conmovido y vibrante, contestó brevemente
d docuente Sr. Director de la Peregrinación,
dando las gracias y ensalzando la figura de D.
Bosco y de su obra, y enlazando con maestría
en frases y en vivas los nombres d d Papa, de
nuestro V. Fundador, de Italia y de España.
A la salida recibieron una estampita de Ma
ría Auxiliadora, con que les obsequiaba Don
Albera.
Guiados por los Superiores Mayores, los del
Consejo General, visitan lu ^ o las escudas pro
fesionales y los aposentos donde moró y murió
D. Bosco.
Desafiando la lluvia que caía a torrentes, atra
vesaron la ciudad y se trasladaron a la tumba
d d V. D. Bosco y de D. Rúa, a cuya sombra se
levanta d seminario donde los Salesianos for
man sus maestros y profesores y buena parte
de sus Misioneros. La crudeza del tiempo no les
permitió gozar de las encantadoras bellezas de la
colina de Valsálice ni visitar la linda cai)ital
piamontesa. Será otra vez; será quizás d año
entrante durante las grandes fiestas centenarias.
Al despedirse nos decían los miembros de la
Junta: « No tem'amos una idea d d Santuario de
María Auxiliadora; las guías tampoco la tienen.
No debe faltar en ningún itinerario. Créannos
que después de la Bendición d d Padre Santo,
el mejor recuerdo que llevamos de Italia es la
visita al Santuario de María Auxiliadora *.
Conmo\idos les dimos las gradas.
Los per^rinos españoles han dejado aquí
gratísimas impresiones, y sinceramente fd id ta mos a la Junta por su sabia oiganizadón y a los
per^rinos todos por d honor que con su piedad
le dan a nuestra inolvidable España.
-
— i8 8 —
que el enfennito obtuvo su completa curación, y
hoy se encuentra a D. g. sano y robusto, por cuyo
favor vengo a mandar decir ima misa en acción
de gracias a María Auxiliadora.
Gracias de María auxiliadora.
^
--------—
fc-
G u a y a q u il. — Traje a mi hijo del campo con
el costado derecho atravesado de un balazo que le
pasó también el pulmón. I/ds médicos lo declararon
de muerte, hiena de dolor y de confianza en María
Auxiliadora, le puse la medalla al cuello y empecé
la novena. A los tres días los médicos le declaraban
fuera de peligro, y uno de ello.s, al saber mi con
fianza en María Sma. me dijo; «Si en la vida hay
milagros, este es imo; el caso era desesperado ».
Agradecida envío lui sucre y pido para él una
una nvieva gracia importantísima.
17 de enero de 1914.
10 de Junio de 1912.
E lena P e r e ir a .
V itigu d in o (Salamanca). — Hallándose en pe
ligro de muerte mi hermana Teresa y sin casi es
peranzas de salud, implorado el favor de María
Auxiliadora, con promesas de limosnas y reitera
das oraciones, la Excelsa Señora le concedió cabal
salud. Por tan señalada gracia bendice mil veces a
la Reina de los Cielos.
L eopoldo A rn és .
Cura-Párroco.
Dan también gracias a María Auxiliadora y envían so
limosna:
A lp e r a (Esp.). — Da. Josefina Garibaldi y her
mano por un señalado favor. — Una cooperadora
por haber solucionado favorablemente una crisis
económica, 2 ptas.
Baldellón (Esp.). — D. Vicente Llaquet, por ha
berle salvado en un apurado trance económico.
Bogotá (Coi.). — D. M. P. de G. por haberle
facilitado una solución que dió la salud a una hija
suya gravemente enferma de un mal ya crónico.
— Da. Isalina Cañera, por un favor.
Bruznal (Ven.). — D. Lorenzo Alfaro, por la
salud recobrada, 3 ptas.
Cali (Col.). — D. Rafael Rincón L. por la salud
de su sra. madre, milagrosamente alcanzada y por
P in ta d a (Panamá). — Estando casi muerto un la suya propia.
hijitü de un amigo y pariente mío, cuando y a sus
Coruña (Esp.). — D. E. U. por sus continuos
padres habían perdido toda esperanza, llevé yo la favores, 126 ptas.
Granada. — D. Juan Martin López, por gracias
imagen de Nuestra Señora Auxiliadora, se la puse
en la cabecera al niño y en seguida volvió en sí y recibidas y para implorar otras, lo pta.s. — Da.
Encarnación López, por id. manda celebrar dos
empezó la mejoría.
E n diciembre viltinio mi primera liija de tres años misas.
G ü tcá n (Col.). — Da. Visitación Herrera, por la
de edad tuvo lui paludismo terrible. Las fiebres
portentosa curación de una hija suya de 8 años.
•no la dejaban, estaba muy agotada de sangre, y con
M á la g a (Esp.). — Da. Asunción U. de Lacave,
todo, hinchada. Era casi imposible curarla porque por la salud suya y la de una sobrinita, 5 ptas.
vom itaba toda medicina. Como lo acostumbro
Orense (Esp.). — Una devota agradecida, por
siempre, recurrí a mi poderosa Madre y ya mi liijita un gran favor.
Poxoblanco (Esp.). — D. A . I. C. por un gran
goza de perfecta salud.
Hace seis dias tuve yo mismo una fiebre con milagro a favor de una pariente.
Pueblo Viejo (Ecuador). — D. José M. Paredes
escalofríos y fuerte dolor al castado derecho. to<lo
R. por muchas gracias.
esto acompañado de catarro y tos. Como siempre.
Puebla de Feltes (Esp.). — Da. Tecla Garda por
E lla me libró de luia gravedad y y a estoy sano. la milagrosa curación del niño José de la Nava
Por todos estos favores y otros que no menciono García, 5 ptas.
aípií y por los que espero me alcanzará mi compa
Puerto Nutrias (Ven.). — Da. Ricarda Ramírez
siva y dulce Madre, doy con todo mi corazón las por una gracia, 5 ptas.
Sevilla. — Da. María Girón, por el notable ali
iná-s rendidas gracias a mi bienhechora.
vio concedido a su padre, que sufrió una conges
34 de abril de 1914.
tión cerebral.
CoRioL.sNO G uardia .
Verín (Esp.). — D. G . O. por varios favores.
Vinces (Ec.). — D. Leticia de Horn, por favo
S e v illa . — E l niño Manuel Pereira, mi primo,
se hallaba enfermo de mi catarro intestinal y con res recibidos. — D. José Aguilera y su señora por
síntomas de tauta gravedad, que el médico que lo lo mismo. — D. Diego Montalván, por la salud
milagrosamente recobrada, 2 sucres.
asistía creyó indispensable una consulta.
Villanueva de Arosa lEsp.). — Da. Carmen
Reunidas Uis doctores Murga y Vázquez, imániUanger Domínguez, por una gracia otorgada.
lueiueute dijeron que para el niño no había remo
Villanueva de Tapia (Esp.). — Da. Nicolasa
•■ \yesta, por favores recibidos, 5 ptas. de limosna
rdió.
lumetiiatiunente acudí n María Auxiliadora, y V manda celebrar una misa.
Zapatoca (Col.). — Da. Ana Francisca de A ce
ai{uella misma noche so inició la mejoría, contra el
«iiclameu de los médico.^, la cual continuó hasta bedo, por una gracia recibida, 20 frs.
A. de C.
L a t iv a N o rte (Col.). — Hallábame gravemente
enfermo v sin esperanza de vida, cuando llegó a mi
casa un inunero de E l Boletín Salesiano, en el cual
había varios milagros de María Auxiliadora, con
lo cual renacieron nuestras esperanzas. Oramos,
hicimos una promesa, y al día siguiente estaba ya
curado. Agradecido mando decir mía misa en ac
ción de gracias, y envío una limosna a la casa salesiana de Bogotá.
B elisario D á v ila .
=^G=v=t:>
POR Eb MUNDO SfIbESlíINO
F E L IC IT A C IO N E S
las más cordiales dam os por su ele
vación al E piscopado,
al lim o, e R evino. Sr. D r. D . Juan
Antonio Dueñas y Argumedo, D irector
G eneral de los C ooperad ores Salesianos de la R epública de E l Salvador,
nom brado para la sede de
M ig u d ;
al lim o, y R evm o. D r. D . Santiago
R. Vilanova, V icario y Prov. del O bisp.
de San Salvador, para la sede titular de
M opsuestia, y A u xiliar del O bispado
de S. Salvador.
al lim o, e R evm o. D r. D . Joaquín
Oomingues OHveira, antiguo alumno del
C o legio Salesiano L yceu de San Paulo
en el Brasil, para la sede de Florianópoíis, en el Estado de S an ta Catalina.
El Vil [ODireso de toopeiadores Ummi
S e reunirá, D . m. en S.-^x P a u l o
(Brasil) en el próxim o mes de O ctubre.
D e antem ano podem os decir que
será un éxito, dado el entusiasm o de
los Sres. Cooperadores y la decisión
con que viene trabajando la digna Junta
O rgan izad ora.
T o d o el Episcopado, com enzando
por el N uncio de Su Santidad y el
Em m o. Card. A rzobispo de R ío Janeiro,
han tom ado cartas en el asunto, lo
mismo que elevados personajes del
mundo civil. — jO jalá acudan num ero
sas representaciones de todo el mundo,
en especial de las repúblicas lim ítrofes!
D esd e ahora roguem os porque sea
práctico y fecundo.
BARCELONA. — Inauguración de la Iglesia Sa>
lesiana de S. José. — Han sido días de júbilo para
los Salesianos, sus Cooperadores y para los vecinos
de la barriada, días de gloria en los anales de la
Pía Sociedad y en la crónica de esta Casa, por la es
plendidez, magnificiencia, entusiasmo y concurren
cia con que se han celebrado.
La bendición. — E l día dos de Mayo, por la tarde,
la barriada estaba de fiesta: así lo anunciaban las
campanas con su alegre repiqueteo, los niños, ve.stidos de fiesta }• que formados un largas filas, lle
naban el espacioso patio del Colegio, adornado con
colgaduras y banderas; la banda de las Escuelaes
Salesianas de Sarriá que al son de marcial pasodoble recibía a los que habían de ser los padrinos
de la bendición de la nueva Iglesia, el entusia.sta
Cooperador D. Ja\-ier Huelüi y su distinguida Se
ñora, Da. Beatriz Rocamora.
L a Iglesia llena a rebosar.
Comienza la sagrada ceremonia. Hace de preste
y bendice solemnemente con el ceremonial de rú
brica. la nueva Iglesia, por delegación del Vicario
Capitular, S. R., el Rdmo. D. Felipe Rinaldi, Pre
fecto General de la Pía Sociedad Sale.siana, venido
exi>resainente de Italia para presidir nuestras fies
tas, asistiéndole el Sr. Ins]>ector yTJ. José Calasanz,
Director del Colegio de Mataró.
Tenían asiento en el ])resbiterio el capitán Sr.
Salas, en representación del Exemo. Capitán gene
ral. el arquitecto D. Enrifjue .Sagnier, Sres. í',u.stavo GLspert. H. Villaescusa, Policarix) Pascual.
Marqués de Alós, párroco de Sta. Madrona, I).
Majín Barrera y el teniente de la antigua Rdo.
Mirabet, Rdos. Directores de los Sale.sianos de
Sarriá y Gerona. Rdo. D. Manuel Hennida, otros
varios Sres. Sacerdotes y distinguidas personas.
Entre las señoras figuraban las distinguidas fami
lias de Martí Codolar, Pascual, Lallana vda. Godó,
Baster, Marquesa de Alós y otras.
Organizóse luego la procesión, presenciada por
numeroso público, para trasladar el Santísimo,
desde la Capilla vieja a la nueva Iglesia, entre mú
sicas. cohetes, cantos y repiejue de campanas. Al
llegar a la Iglesia, el P. Valloerdú, Sch. P., predica
dor del triduo, con su caldeada palabra, enfer\'0rizó los ánimos, terminándose con la bendición de
S. D. M., resultando, en conjimto, im acto solemne,
hermoso y típico, por ese tinte popular que le
comunicara el entusiasmo de- la barriada.
La nueva Iglesd. — El solar mide 900 mz. y la
Iglesia 41 X I 7. L a primera piedra se puso el 12
de Octubre de 1907. Interrumpiéronse los trabajos
cuando la semana trágica de 1909, reanudándose
—
ly o
tres años más tarde liasta terminarla felizmente.
Dentro de la .sencillez el arquitecto ha encontrado
clegante.s líneas que definen admirablemente la
obra: dos series de ccíliunnas y apuntados arcos detenninan a derecha e izquierda largas naves com
plementarias de la central, que es espaciosa, asi
como el crucero. I<as colunmas se yerguen esbeltas
so.steihendo, por medio de originales y graciosos
arcos, unas amplias tribunas que casi duplican la
capacidad del recúito sa g ra d 'I< a esl>eltez del tem
plo, la originalidad de las líneas y ima factura toda
La fachada de la nueva l|leala de S. Jo8¿.
E i cam panario se elevará bástanle miM.
e.sJx^cinl y propia, dan fe, una vez más, del talento y
cx<iuisito giusto artístico del autor, D. Enrique
Sagnícr. Séonlc mil parabienes por su obra y agra
decimiento i>or parte de los Salesianos.
Digna de admiración, por sus formas originales
w in o ixu su fino policromodo, es la nueva imagen
de S. José, expuesta a la veneración en el nxievo
templo, obra del reputado artista Sr. Coscolla y
regalo de la Srn. Da. Elvira l’érez, vda. de Eelip,
en inenuiria de .su difunto esposo (q. g. h.).
la iglesia. — 3 de Ma>*o. Era la
fie.sta del l’atnH'inio de S. José. Y ¿qué día más
indicado que éste para inaugurar una iglesia, en
un barrio eminenteinente obrero? L a parte que el
pueblo tomó en nuestras fiestas se patentizó en las
nxunenxsas comutviones que se repartieron en todas
las Misas qxie so celebraron, pero en especial la de
—
las 7 ^ , por el Rdo. Sr. Inspector, quien dirigió
su cálida palabra a los 180 niños que por primera
vez se acercaban al eucarístico banquete. ¡Qué
espectáculo tan consolador! se dieron más de dos
mil comuniones. ¡Con qué gozo entraría el buen
J esús en el corazón de estos tiernos niños, obreros
y vecinos amantes de S. José!
I<a Escolanía, acompañada por la orquesta cantó
con ex^jresión y delicado gusto varios motetes que
imprimieron al acto im aire de mayor devoción y
recogimiento.
Para después de la Misa, el Centro obrero, que
radica en la Casa, había organizado un reparto de
200 bonos de pan, carne y arroz, a los pobres de la
vecindad.
A las 1 0 ^ a los alegres acordes de la banda, ha
cían su entrada los que habían de ser padrinos de
la fiesta del día, Da. Elvira Pérez, representada
por su sobrina, la Srta. Elisa Puyg, y D. Gustavo
Gispert. Una vez en la iglesia, el Rdo. D. Rinaldi,
asistido por los Sres. Directores de las Casas Salesianas de Sarriá y Gerona, bendijo solemnemente la
nueva imagen de S. José, siendo saludada al fin
por el canto de un majestuoso himno, compuesto
para esta ocasión por el M®. Silesius, salesiano y
cantado por todos los niños del Colegio. L a nutrida
masa coral de las Escuelas Salesianas de Sarriá
interpretó con delicado gusto artístico, la misa
X I I en honor de la Inmaculada, del Mtro. Pagella,
salesiano.
Ocupó la Sagrada cátedra el M. I. Sr. Magistral
doctor don Francisco de P. Más, quien pronunció
xm elocuentísimo sennóu alusivo al acto que se
celebraba.
Empezó recordando la semana trágica, en que
las turbas saquearon é incendiaron los templos,
tratando de destruir las Casas de Dios, sin que por
ello lograran sxis fines, pues todos los templos han
.«ido reconstruidos más tarde, inaugurándose hace
pocos meses la nueva parroquia del Carmen y
aliora la iglesia de San José de los PP. Salesianos.
Dijo que los católicos debemos congratulamos
del acto qxie se celebraba, por tratarse de la inau
guración de un templo católico, por pertenecer al
Instituto Sale.siano y por estar dedicado ul Santo
Patriarca San José, glosando cada xmo de estos
extremos.
Respecto del primero, explicó lo que son los
templos católicos y la misión que cxuuplen, propor
cionando a las almas santificación, ilxumnación y
pacificación. Tratando del segxmdo punto, aludió
a la cuestión social, que cada día se presenta con
más pavorosos caracteres y dijo que a pesar de las
ventajas conseguidas por los obreros en sus luchas,
se muestran tan descontentos como el primer día
porque les falta el espíritu cristiano; a evitarlo
tiende la labor que realiza el Instituto Salesiano,
proporcionando a los obreros del porvenir a más
de la educación profesional que necesitan para
lucliar por la existencia, el sentimiento cristiano,
que está fxmdado en el amor; pues sólo por el amor,
por la caridad, por la doctrina cristiana aplicada
por todos, puede resolverse el terrible problema so
cial, a lo cual tanto contribuye la Iglesia, que con-
— I9 I —
sidera a los obreros y en general a los humildes
habían hecho por la mañana su primera Commiión,
como sus predilectos hijos.
Escolanía de la Casa, \-istiendo los monaguillos
Dijo también que es motivo de alegría el estar el
trajes de variados colores; pendón principal, que
templo dedicado a San José, de cuya vida ejemplar
llevaba el Dr. D . Manuel J. Terán, cóusul general
hizo una entusiasta loa, manifestando que San José,
de Nicaragua, siendo cordonistas D. Bernardo
humilde obrero, recuerda la nobleza y la dignidad
G arda Prieto, cónsul de la república dcl Salvador,
de la clase trabajadora.
y D. Víctor Bellvcr, canciller del consulado do Ni
Terminó su notable oración sagrada felicitando
caragua; Comunidad de Padres Sale.siauos y rt'prea la barriada, a la clase obrera por
tener este nuevo templo, lugar de
paz, de iluminación espiritual y
de santificación de las almas y elo
giando la labor del Instituto Salesiano y animándole a que perse
vere en ella, como también a los
Cooperadores que han contribuido
a la construcción de la Santa Casa
inaugurada, que es un monumento
elocuentísimo demostrativo de que
si Dios permite a veces al espíritu
del mal realizar su obra malsana y
destructora, no permite nimca que
U^ue a lograr sus peiv’ersos fines,
y haciendo ima invocación a San
José para que bendiga al Insti
tuto Salesiano y a su protectores
y concurrentes al acto.
Cantóse después un solemne Te~
Dextm y se repartieron entre los
fieles recordatorios de la ceremonia.
Duego, Cooperadores, autorida
des, representantes de la prensa y
cuantos habían tomado parte acti
va en la fiesta, en número de más
de 130, fueron obsequiados con ima
espléndida comida. Presidía el
ágape el M. R. P. Rinaldi, que
tenía a sus lados al M. I. Canónigo
Magistral Dr. Más y a D. Gu*iavo
Gispert.
La procesión. — Por la tarde, a
las cinco y media, después del rezo
del Rosario se organizó una pro
cesión para trasladar la sagrada
imagen de María Auxiliadora a la
nueva iglesia. E l vecindario enga
lanó sus balcones y nuevamente
los patios de la casa salesiana se
Iflterior de la ooeva Iflesia salesiana de S. José.
llenaron de público, ocupando asi
mismo las calles y el curso que de
sentaciones católicas; imagen de María Auxiliadora
bía recorrer.
La procesión se puso en marcha por el orden si conducida en andas, marchando a los lados exguiente; ima pareja de guardias de seguridad
alumnos de las Escuelas Salesianas, hoy afectos al
abriendo marcha, Cruz alzada y ciriales. Colegio
servido militar, seguían los cooperadores salcsiade Religiosas Salesianas de la calle de Sepúlveda;
nos y sacerdotes revestidos, haciendo las veces de
preste el Rdmo. P. Rinaldi.
llevando flores las niñas; Hijas de María del propio
Cerraba la com itiva la banda de las I^scuelas
Colegio; bandas de cometas y de música del Asilo
Xaval; Escuelas del Instituto Salesiano de San José
Salesianas de Sarriá.
con crecidísimo contingente de niños; Asociación
E l paso por las calles del religioso cortejo era
de Antiguos Alumnos de las Escuelas Salesianas y
presenciado por un gran gentío, espedalmente en
su banda de música; una bandera del Círculo trala Gran\*ía. Slientras la procesión recorría el curso
dicionalista de Santa Madrona; Asociación Repa prefijado, que eran las calles de Rocafort, Cortes,
radora de Pío IX ; Centro Obrero de Don Bosco;
Borrell, Floridablanca, Calabria y Sepúlveda, el
banda de la parroquia de la Bonanova; niños que
disparo de multitud de cohetes, la festiva música
192 —
de las bandas, los marciales cantos de los niños, el
alejare repique de las campanas, la llmna de flores
íinc sin cesar cubría a María Auxiliadora y el entu
siasmo <le todos, producían una emoción yalborozo
indescriptibles.
Pero cuando este debía rayar en verdadero de
lirio era al j>enetrar María Auxiliadora en el nuevo
templo. I^s vivas, los aplausos, los acordes de la
marcha real por todas las bandas citadas... E ra un
momento emocionante.
Acto seguido la gran masa coral del Orfeón de la
Reparadora de Pío IX , con afinación y arte cantó
el Tu es Petrus de su Director D. Mariano Mayral,
el Tantum ergo de Winter y el Laúdate Dominum
del citado Maestro.
Dió.se la bendición de S. D. M. y el Sr. Director,
D. Julián Massana, visiblemente emocionado, su
bió al pulpito para dar a todos las gracias por el
apoyo (jue habían prestado para el esplendor de la
fiesta, moviendo de nuevo los ánimos a prorrumpir
en vivas a María Auxiliadora, S. José y D . Bosco.
Dos actos de imjx)rtaucia debían celebrarse el
(lía 4, en la nueva iglesia y que formaban parte
del Programa. Un solemne Oficio al Sdo. Corazón
de Jesús, celebrado por el Rdo. D. Majín Barrera,
Párroco de Sta. Madrona, el teniente de la vieja
parroquia Rdo. Mirabet y im Padre del Colegio.
K 1 P. Gutiérrez. P'ranciscano, con elocuencia fogosa
y expresiva hizo hernioso panegírico del Corazón
do Jesús. El otro acto era la inauguración del mes
de María Auxiliadora a las 8,.de la tarde, con ser
món por el Rdo. Sr. Director. D. Julián Massana.
¡M Velada. — Tomamos de * E l Correo Catalán ».
Con motivo de la bendición de la hennosa iglesia
de los P.P. Salesianos de la calle de Rocafort se
celebró una hermosa fie.sta literario-musical en
honor del venerable fundador de la Congregación,
D . Bosco, que presidió el Ihustrísimo Dr. don Carlos
('.arcía Irigoyen, Obispo de Tnijillo {Perú). E l Dr.
don Ramón Angel Jara, Obispo de la Serena, (pie
debía hablar en la volada, no pudo asistir por
encontrarse indispuesto.
En el fondo, en lugar preeminente, se colocó un
lionito dasel en el que figuraba el retrato del ve
nerable Don Ho.sco.
.Veompuñaban al limo. Presidente el Muy Rdo.
don PelijK' Ritialdi. Prefecto y General de la Con
gregación; Conde de Santa Muría de Poniés; don
Jasé Parcdlada, .secretario de la Junta Diocesajia
de Acción Católica: nuestro querido compañero
Mos.sen Jaime Barrera: Rdo. Mental; don Primi
tivo Sanmartí; don F. Javier Iluelin; don Valentín
de La Lastra; Rdo. Manfredini. Provincial; Rdo.
MiralH't. teniente de Santa Madrona (antigua);
Maniués de Alós y Padres Superiores salesianos.
En sitios de preferencia vimos a las distinguidas
señoras doña Beatriz Rocaniora; doña Antonia
Lallana. Vda. de Godó. y las distinguidas familias
de Villavecchia. de Martí Codolar. Marquesa de
Alós. Nadal y otras muchas que sentimos no rectudar.
Empezó la fiesta con la interpretación de « Ouverture * de Bauman por la banda de las Elscuelas
Salesianas de Sarria.
A continuación el P. Director don Julián Massana prommeió ima breve dedicatoria de la fiesta,
dedicando xm sentido tributo al venerable fxmdador
de la Pía Sociedad, dando las más expresivas gra
cias al Ilustrísimo señor Obispo que presidía y a los
cooperadores de la obra.
Después nuestro querido amigo y distinguido li
terato Mosén Barrera leyó unas cuartillas llenas de
erudición sobre D. Bosco.
El himno a San José, del maestro Vilani, salesiano, cantado por todos los alumnos de las Es
cuelas, produjo hermoso y majestuoso efecto.
E l señor Conde de Santa María de Pomés pro
nunció luego un elocuentísimo y oportuno dis-
Secclón de lii nax’e ceotral,
curso, tratando de la significación de la inaugura
ción de una iglesia en mi barrio obrero y por los Sa
lesianos, a quienes tributó justos y calurosos elogios.
Taiubién fué muy celebrada la cansoneta í El
Scrafí de Ausona », de Romeu.
El distinguido abogado y secretario de la Junta
Diocesana de Acción Católica, don José Parellada.
pronunció un elocuente discurso enalteciendo la
obra y a cuantos habían cooperado en ella.
La Banda salesiana interpretó lu ^ o una pre
ciosa sinfonía de Corrideri, con notable afinación
y colorido.
E l celoso P. Director señor Massana pronunció
luego un discurso sobre la obra realizada por D.
Bosco.
En elocuentes y patrióticas frases saludó a la
concurrencia el Exemo. Sr. Olñspo de Trujillo.
— 193 —
Después de ima preciosa « Barcarola » a dos vo
ces del maestro Pagella, Salesiano, levantóse a
hablar el Rdmo. P. Rinaldi, quine en expresivas
y elocuentes frases expresó el profundo agradeci
miento de la Congregación a cuantos habían coo
perado a la realización y mayor esplendor de las
fiestas celebradas, que aj-er tuvieron im digno epí
logo con el solemne acto que acabamos de reseñar
y que cerró la bonita marcha « Valencia ». de S.
I^ope, interpretada magistralmente por la Banda.
Los P P . Salesianos de la calle de Rocafort, es
pecialmente el director, recibieron multitud de fe
licitaciones, tanto por la feliz inauguración del no
table templo como por el trabajo apostólico que rea
lizan en la barriada.
Estas son, a grandes rasgos, las fiestas celebra
das, que se distinguieron por el cariñoso interés de
nuestros buenos Cooperadores, y especialmente
por el entusiasmo con que ellas coadyuvó la barria
da, en señal de agradecimiento, por lo que por ella
trabajan los Salesianos.
A todos sean dadas las gracias. Sea el nuevo
templo lugar que atraiga las celestiales bendicio
nes de prosperidades espirituales y temporales que
a todos deseamos.
BARCELONA. — Ei limo. Sr. Jara. — E l elo
cuentísimo Obispo de la Serena cayó gravemente
enfermo a principios de mayo. Fué viaticado y
extremaunciado. Desde que supimos la ingrata
noticia hemos rogado por el ilustre enfermo. En
el momento de entrar en máquina — 3 de junio —
sabemos que va mejorando de su dolencia. ¡Que
el Sgdo. Corazón nos lo conserve todavía muchos
años para su gloria y el bien de las almas!
IBAGUÉ (Colombia). — Una visita ofcíal a la
Escuela Salesiana — Tomamos de E l Orden.
Por galante invitación de los Reverendos Padres
Superiores, la Honorable Asamblea del Departa
mento X'isitó el sábado 21 de los corrientes la E s
cuela Salesiana de Artes y Oficios. Hace diez años
que se colocó la primera piedra de este Instituto en
el cual el Tolima finca legítimas esperanzas y era
oportuno que la Asamblea apreciara el desarrollo
que ha tomado y los frutos obtenidos en tan corto
tiempo.
Los Sres. Diputados visitaron la hermosa Ca
pilla en construcción, obra de arte que pronto
estará tenninada. y con ella se habrá satisfecho
una necesidad de primer orden en esta ciudad.
Y la visita se extendió a las escuelas de Carpin
tería y Ebanistería, Sastrería, Zapatería, Tala
bartería. Tipografía y la primaria de letras. Todas
ellas funcionaban en el momento de la visita. J jx
pequeños alumnos con su respectivo maestro, tra
bajaban como de costumbre, con entusiasmo, con
verdadero interés, y era per demás hermoso y con
solador el cuadro que presentaban aquellos pe
queños obreros. Las obras exhibidas en las escuelastalleres, testimonio elocuente son de que las ense
ñanzas son completas.
Los trabajos de los talleres de la Escuela Sale
siana de esta dudad han sido y a bien apreciados
del público. En el conctirso abierto aqm' con ocasión
del Centenario de la Independencia, el J urado Ca
lificador discernió diplomas y medallas j>or h\s
obras de carpintería, ebanistería e imprenta ipie
se exhibieron; La Pía Societá Salesiana do Turin,
le otorgó mendón de primer grado al Iustili\to Sa
lesiano de Ibagué por la obra que expuso la l')scuela de ebanistería, y la propia Sociedad concedió
mención honorífica por los trabajos de tipografía.
Todo esto demuestra que la Escuela de Artos y
Oficios en lo que lleva de existencia, ha conquistado
ya. triunfos que al projjio tiempo ejue la recomien
dan, sirven de estímulo para ctiantos fiuieran entrar
a ella en busca de elementos jxjsilivos para la lu
cha por la vida.
Pero si todo esto es así, si dentro de esas Escuelas
el altmmo se hace hombre y hombre digno, la E s
cuela Agrícola merece la más encarecidas recomen
daciones. Los experimentos que se hicieron en la
preparación de la tierra, los cultivos, las podas, in
gertos, abonos, fueron sorprendentes. I/OS Sale
sianos combaten el empirismo que reina todavía
en la Agrictütura; ellos dan a esta importantísima
materia todo el desarrollo que se merece para (lue
la obra del hombre no traiga desfallecimientos y
para que el sudor del ^ ricu ltor se torne en si
miente remimeradora. L a enseñanza es teórica y
práctica, a la vez. E l señor Giordana, Profesor
competentísimo en la materia, no bien expone una
regla, hace que sus discípulos la practiquen, y así
viraos a esos pequeños agronómos en el propio cor
tijo de San Isidro, que es bello por sobre toda pon
deración. aplicar sus métodos en las plantas que
allí se cultivan. E l Profesor Giordana ha publi
cado sus Lecciones de Agricultura moderna, obra
recomendada por muchos expertos en el ramo, es
pecialmente p>or el Hermano Teodoro. Provincial
de los los Hennanos Maristas, por el Reverendo
Padre Julián Zabala, de la Compañía de Je.siLs,
y jx)t el señor don André.s Rocha, com}>etentísimo hacendado.
En el lunch con que los Reverendos Padres ob.sequiaron a la honorable Asamblea y a los caballeros
que asb-tieron a la visita, se tomó de la miel que
producen las colmenas que se cuidan en el propio
San Isidro; otra industria fácil y provccho.sa para
desarrollarla entre nosotros.
E l Reverendo Padre Aime, Superior de los Sale
sianos en Colombia, dirigió la palabra al señor Pre
sidente de la Asamblea, para pre.sentar sus agra
decimientos por la antención de la visita y para
dejar constancia de los anhelos de los Salesianos
por dar mayor desarrollo a la obra emprendida.
Y el Presidente, a nombre de la Corporación, rindió
el debido testimonio de reconocimiento a los Hijos
de Don Bosco en el Tolima, demostró la necesidad
de apoj'ar e impulsar obras tan benéficas para la
regeneración de las sociedades y deja constancia de
las buenas dispx>siciones en que a este respecto se
encuentra la Asamblea.
VALDIVIA (Chile). — Una nueva desgracia ha
alcanzado a nuestra obra en Chile. E l 3 de mayo,
a la 1 40 de la madrugada, se declaró im tremendo
incendio en el colegio Salesiano. A p>esar de los
esfuerzos de los bomberos, el colegio y la iglesia
— 194 —
fueron totalmente destruidos. Gracias a la serenidad
de los profesores, no ocurrió desgracia alguna per
sonal. E l Rdo. Sr. Director, D. Carlos Ameno, des
pués de haber organizado y dirigido el salvamento,
tuvo íjue arrojarse por una ventana, quedando
ileso. En el colegio había lo profesores y 250 alum
nos. Las pérdidas ascienden a 500.000 pesos. E l
colegio estaba asegurado por 70.000.
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MATARÓ (Esp.). — Reunión presidida por el Rdo.
P. Rinuldi. — Anualmente se reúne una asamblea
de ex-alunuios en el delicioso colegio de Mataró.
Se distingue por su franca cordialidad, por esa
respetuosa familiaridad propia de los miembros de
una misma familia.
La de este año, 26 de abril, tuvo la honra de
verse presidida por el Rvmo. D. Felipe Rinaldi,
Prefecto General de la Pía Sociedad Salesiana. ya
Inspector de las casas de España.
Como era natural, a los actos religiosos se les dió
grande imixirtancia y solemnidad. Bastante tem
prano celebró Misa de Comunión el Rmo. P. R i
naldi. Algo más tarde cantó el Oficio solemne el
M. R. P. Manfredini, prontmeiando el sermón el
R. P. Julián Massana, con su conocida elocuencia.
En la reunión íntima que suele tenerse y en la
cual exalmnnos y superiores departen amigable,
famüiannente, como un tiempo, se hicieron im
portantes declaraciones sobre la organización y
normas que deben ñrformar a la Asociación parti
cular de exalumnos de &Iataró.
Contestando a los brindis pronunciados por v a
rio-; ex-alumnos,habló primeramente el Sr. Director,
Rdo. P. Cahusatiz con la llaneza y el entusiasmo
que le son pectiUures, y, cual padre de aquella
florida juventud, les recordó la simpática contri
bución que le corres|X)ude en la erección del monu
mento del \'enerable Hosco en Turín. Después de
un caluroso elogio de D. b'rancisco Massana. cuya
profesión de Médico lejos de Barcelona, le impide
continuar en el cargo de Pa^sidente, inspirado en
el gran interés que siente por el porvenir de sus
antiguos ahunnas, propuso para reinplazarle a
1). b'roncisco Brunet, designación que fué acogida
con aclamación, por tratarse de un joven que
tiene dados grandes pruebas de actividad y constmicia.
El favorecido dió las gracias y pidió elocuente
mente la colaboración de todos.
E l Rdo. P. Massana manifestó que tenia encargo
de significar la adhesión al acto y a los acuerdos
tpte se tomasen, de parte del antiguo almnno y
actual Cónsul General del Nicaragua, D. Manuel
Terán, y terminó invitando a los presentes a la inau
guración de la iglesia de S. José.
A continuación tisó de la palabra el P. Manfre
dini congratulándose del entusiasmo que mostra
ban los ex-alimmos y recordándoles que espectá
culo S3mejante a este había podido presenciar en
Madrid, de donde acababa de regresar.
E n medio de aplausos ensordecedores se levantó
el Rmo. P. Rinaldi, diciendo que iba a hablar en
calidad de abuelo de los antiguos alumnos, puesto
que la paternidad se la había atribuido el P. Calasanz. Mostró especial interés en que todos los
antiguos alumnos salesianos de España formasen
xma Federación, constituyendo de este modo con las
federaciones hermanas del extranjero, xm magní
fico y robusto cuerpo social, que coadyuvase a la
obra salesiana, difundiendo el bien, al mismo
tiempo que sería de gran provecho para sxis afi
liados, que estarían así seguros de encontrar en las
principales capitales del mundo, compañeros dis
puestos a favorecerlos con aquel desinterés y aque
lla entrañable caridad que aprendieron en las Casas
salesianas.
Antes de terminar invitó a los que pudiesen de
los antiguos alumnos de Mataró a conciuxir en
Turín al 2° Congreso Internacional de Antiguos
Alximnos anunciado para el año venidero.
A instancias de todos los presentes dió la ben
dición de María Auxiliadora, con lo cual terminó
el familiar ágape.
A propuesta del señor Arquer se redactó el si
guiente telegrama dirigido al Riho. P. Albera, que
fué entusiastamente aplaudido;
« Rmo. D. Pablo Albera, Turín. Reunidos an
tiguos alumnos Colegio Salesiano Mataró, presi
didos Rmo. D. Felipe Rinaldi renuevan filial adhe
sión y piden bendición. — Presidente, B ru n e t».
Acto seguido se hizo entrega al Rmo. D. Rinaldi
de 500 pesetas a nombre de esta Asociación de an
tiguos alunmos de Mataró rogándole se dignase
entregar dicha cantidad a la Comisión encar
gada de la erección del monumento al Venerable
Bosco.
Más tarde tuvo lugar luia lucida sesión literariomusical en honor del Rmo. D. Rinaldi, quien la
cerró exlxortando a los presentes al amor a la Sma.
Virgen Auxiliadora.
SEVILLA. — E l 24 de abril se reunieron los Anti
guos Alumnos. — L a Comunión general fué muy
numerosa.
En la función solenme, prommeió im elocuente
panegírico de S. José, don Dionisio Ferro, S. S. y
ofició el ex-ahunno don José Camps. L a Schola cautorum estuvo admirable en la interpretación de la
parte musical.
Se reunieron los socios en fraternal ágape.
A la hora de los brindis, levantóse el secretario
de la Asociación, señor Torres Silva, quien después
de leer varios telegramas de adhesiones, recordó
a sus compañeros los alegres años de la niñez, en
los cuales los Superiores depositaron en sus cora
zones la semilla de una sana doctrina y una es
merada instrucción, con el objeto de que más tarde
fructificara y diera muchos y sazonados frutos.
Expuso el peligro en que a veces podían encon
trarse en las sociedad, tan llena hoy de doctrinas
perniciosas, y alentó a acudir a María Auxiliadora
en todas los peligros.
Fué muy aplaudido.
Seguidamente se levanta el señor lUanes, siendo
ovacionado.
Dar una idea del elocuente discurso del señor
lUaiies, sería tarea más que difícil, imposible.
Baste decir que caldeó los ánimos de tal manera,
que su brillante discurso era frecuentemente in
terrumpido con entxisiastas aplausos.
Habló del monumento que los Antiguos Alumnos
levantarán en la plaza de María Auxiliadora a D.
Bosco, el año entrante, excitando su generosidad.
Fué felicitadísimo.
Finalmente, el señor director se levanta diciendo
que en aquel momento acaba de recibir un tele
grama del antiguo Inspector, don Pedro Ricaldone.
Bastó esto solo para que, desbordándose el en
tusiasmo, se pusieran todos de pie y escuchara:!
con religioso silencio el contenido del telegrama,
en el cual el P. Ricaldone se adhería a la fiesta y al
mismo tiempo invitaba a todos los exalumnos se\’iUanos a enmar a Turín el próximo año una nu
trida representación para las fiestas que antes in
dicó el señor Illanes.
A l terminarse la lectura del telegrama dióse un
entusiasta viva a don Pedro Ricaldone, siendo
contestado con gran entusiasmo y acogido con una
ensordecedora salva de aplausos.
E l señor director terminó dando las gracias a
todos los asistentes y haciendo atinadas observa
ciones a los socios.
Por la noche, después de la bendición de S. D. M.
pasaron todos al teatro, donde se representó el
chistoso sainete « E l zapatero »y el hermoso drama
titulado (« Guzmán el Bueno ».)
Tvos actores fueron felicitadísimos.
E n ima palabra: puede decirse que el día 24 de
abril será célebre y jamás lo olvidaran los exalunuios salesianos.
BUENOS AIRES. — E n la última asamblea de los
Ex-alxmmos de D< n Bosco, del colegio Santa Ca
talina, quedó oonstitm'da la comisión directiva
para 1914-1915, por los siguiente.*» señores:
Presidente, seilor Robustiano J. Pazos; vicepre
sidente, doctor Pedro R. Tiesi; secretario, señor
Luis Giecco; prosecretario, sefior Juan A. Sorondo;
tesorero, señor Luis Sloreno; protesorero, Sr. Fer
mín Lacoste; vocales: Sres. José Pazos, Vicente
Arroche, Joige A. Schiaflfino, Enrique Bnmi.
Se ha resuelto que la secretaría f
nezca
abierta las días limes, miércoles y viernes, de 8 a
10, para lectura, escritirra a máquina, informes y
diversos juegos instalados.
.BAHIA BLANCA. — Se ha dicho que en Bahía
Blanca los católicos están entregados a ima larga
tregua después de muchos años de labor fecunda
en la acción social católica, y los ex-alumnos de
las escuelas' salesianas, para desmentir esa versión,
constituidos en centro social bajo la denomina
ción de Ex-alumnos de Don Bosco. propician un
m olim iento de resurgimiento del espíritu católico,
animados del sano propósito de propender a la
mayor eficacia de los principios inculcados en la es
cu d a y que sustentan en la vida social, en las re
laciones con los semejantes.
Para hacer efectivo su programa de acción y
llevar a cabo plausibles iniciativas, Im puesto e.special cuidado en atender a la difirsión y propa
ganda de los buenos principios por medio de actas
públicos, por la biblioteca y la pn:pagamla jieriodística.
Se puede afirmar, sin temor n equivocarse, que
esta acción tiene eficacia, desde que el público res
ponde, concurriendo numerosas familias a todos
los actos que propicia el centro Ex-alumnos Don
Bosco. E s el centro social y de cultura (juo mayor
popiUaridad tiene en la ciudad, y sus visibles pro
gresos son vistos con satisfacción por los que si
guen su desarrollo.
Actualmente se preocupa de la reorganización
de su biblioteca, y con e.specialidad de la propa
ganda católica por medio de los diarios que los
socios indiindualmente realizan, respondiendo a los
fines de su programa.
En Balüa Blanca el periodismo puede decirse
que es favorable a los católicos, y que no exi.ste la
hostilidad sectaria que caracteriza a los diarios
que navegan en aguas neutrales, manifestándose
generalmente dados al sectarismo, del que bus
can el apoyo porque les da la vida. E l periodismo
báldense sigue la acción católica y se ocupa de ella,
no conspirando como en otras capitales con el si
lencio.
Dentro de algunos meses, el centro Ex-alumnos
de Don Bosco contará con im amplio local propio,
situado en la calle Moreno esquina Guenies, en el
que instalará su biblioteca, ima amplia sala de
reuniones y un salón de billar.
Para responder al movimiento católico iniciado
en la capital federal, propiciará actos públicos, en
los que se exterioricen las a<lhesiones con que
cuenta y que son ya numerosas, y de personas ca
racterizadas de la localidad.
Es grato con.statar e.sto.s progrcso.s Cjue señalan
la eficacia de la acción católica en Bahía Blanca,
y que hablan con altura de la fonna como cumplen
los ex-aliunnos de las escuelas salesianas sus de
beres cristianos.
A los niños de Españna y América.
Julio. Comienzan las vacaciones; termim ya la
angustia de los exámenes. ¡Adiós, colegios! ¡Adiós
libros! ¡A vivir y a gozar!
¿ Y no tendréis un obsequio para la Preciosí
sima Sangre del Señor que en este mes de julio se
conmemora? ¿No os la recuerdan las amapolas
de vuestros campos ’y las cerezas de vuestras huer
tas? ¿Podéis gozar sin ofrecer el sacrificio de una
merienda, de una excursión a este trono de amor
que Dios os pide para « reinar en España con más
veneración que en oíros partes >?
— 196 —
T E S O R O E S P IR IT U A L .
Los Cooperadores Salesianos que confesados
visiten devotamente una iglesia
o capilla pública, o si viven en comunidad, la
propia capilla, y rueguen según la intención
del Sumo Pontífice, pueden ganarlas siguientes
indulgencias plenarias:
y comulgados,
En el mes de julio:
El 2 Visitación de María Snia.
E l 5 La Preciosísima Sangre de N. S. J. C.
En el mes de agosto:
El 6 Transfiguración del Señor,
l'-l 15 Ascensión de María Sma.
El Ib S. Roque.
O
N E C R O L O G IA
los Salesianos y especialmente a 20 de sus huerfanitos. Para ellos donó un predio sembrado de café,
construyó im edificio, valuado en $ 36.000 y ase
guró $ 225 mensuales para que a perpetuidad se
eduquen en él 20 huerfanitos.
Como se ve, el doctor Gallardo ha sido un coope
rador eminentemente práctico. Su memoria no se
perderá. ¡Quién puede calcular el bien que sigue
haciendo aun después de muerto? Esos 20 huerfa
nitos que, hechos hombres, cada quinquenio sal
drán, bien a ganarse la vida con el oficio que el Sr.
Gallardo les procuró, bien a un Seminario o a una
Universidad, serán seguramente la corona mejor
que ceñirá las sienes del bienhechor imsigne.
Sus funerales fueron solemnes. En iglesia del
Carmen, mientras estuvo en capilla ardiente, se
turnaron los niños del Colegio haciéndole guardia y
elevando sus plegarias; los Padres Salesianos le
acompañaron en sus últimos momentos y celebra
ron misas por el eterno descanso de su alma.
1 Suscite Dios muchos imitadores del Dr. Ga
llardo !
O
En Sta. Teda. Rep. de Al Salvador, confortado
con los Sacramentos, pasó a mejor vida el
Dr. D. Manuel Gallardo
a la avanzada edad de 88 años. Era un médico
excelente, y fue repetidas voces Alcalde, Gober
nador. Diputado. Miiüstro y hasta candidato para
la l*u'.sidcncia. Pero sus méritos mayores están en
su caridad inagotable, en su empuje valeroso por
todo lo grande y a todo lo bueno.
La obra maestra suya, las delicias de su ancia
nidad. fué la obra Salesiana. Apesar de tener una
familia numerosa (cinco hijos) adoptó por tales a
La Sra. Jesusa Itúrbide de Piérola.
E n Lima, murió esta distinguida matrona, que
tantos aprecios y simpatías mereció durante su
muy cristiana y laboriosa vida.
L a extinta brilló siempre pHDr sus grandes vir
tudes. especialmente por su práctica y ardiente ca
ridad.
Ixis Salesianos, a quienes ella amó con corazón
verdaderamente materno, sufren con su desapari
ción una pérdida irreparable. A ella deben los Hijos
de Don Bosco la dación de la ley de establecer ima
Escuela-taller en cada departamento de la Repú
blica: a ella deben su educación tantos jóvenes que
han cursado sus estudios y hecho su aprendizaje
en nuestra Escuela Profesional de Lima.
¡Que el Señor pague merecidamente las muchas
bondades y ternuras que usó con los Salesianos de
Lima! Su nombre, junto con el de su ilustre esposo,
el notable hombre público, Sr. don Nicolás de Piérola, expresidente de la República, será para nos
otros de imperecedero recuerdo y gratitud.
Como prueba de su incansable labor, baste citar
la Iglesia de N. Sra. de los Desamparados, cuya
restauración llevó a cabo con un celo y actividad
edificantes.
Deja también un monumento aere perennius en
la Institución de las c Hermanitas de los Pobres »,
a quienes hizo venir con su propio peculio, favore
ciéndolas siempre con el más exquisito amor
y solicitud.
Al deponer sobre su tumba este humilde re
cuerdo. rogamos a nuestros buenos Cooperadores
que sufragen el alma de esta celosa propagandista
de las Obras Salesianas.
¡Que su ejemplo tenga muchos imitadores!
¡Paz en su tumba!
Con aprobación de la .Autoridad Eclesi istica:
Gerente: JO SE G A M BIX O .
Establee. Tip. de la S. .A. Int. de la Buena Prensa
Corso Regina Margherita, N. 176- TURIN.