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A Ñ O X X V II - N. 7
Julio de 1912
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Edición de España
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III.
La zo n a neutra.
‘AL vez algún malicioso, des
pués de leer nuestro artículo
anterior, haya dado a ciertas
frases, que hnnos escrito sobre la ne
cesidad del castigo, una interpretación
poco salesiana, tomando la palabra
castigo, no en su sentido genérico de
^a>ici6n 'penal, que le damos nosotros,
sino en el sentido violento y doloroso
que también se le da a veces. Don
Bosco h i escrito que « para los niños
es castigo lo que se emplea como t a l»;
y esto quiere decir que acepta el prin
cipio, rechazando las aplicaciones bír(i) V . el núm. de junio.
o
Via Gottoicngo N. 52.
173
SUM ARIO. L a caridad en la educación III. .
Don Pablo A lbera en Inglaterra y B élgica. . . . 177
Libros regalados a nuestra r e d a c c i ó n ......................179
D e n u e s t r a s m i s i o n e s . — B ra sil : E n tre ¡os Boraros del M atto G r o s s o ............................................180
El Culto de M aría A uxiliadora: L as ñestas titulares 187
Gradas de M aría A uxiliadora • .................................193
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P o n Ki- MUNDO sA i.icsiA No : Asoci.ación de Ex-alumnos: CiudadeUi — Noticias varias: Barcelona,
rig o , Huesca, M olaró, Cádiz. — Recom jwnsa me
recida ..................................................................................194
Tesoro e sp iritu a l.................................................................i 97
Memoria.s biográñcas de Mons. L u is Las.igna . . 197
N e c r o lo g ía .......................................................
. . .
200
l a
baras, tan en uso todavía a pesar de
los pesares.
« Úsense, son sus palabras, castigos
n e g a tiv o s ...; nunca un cachete suave
o fuerte... ni azotes, ni tirones de ore
jas , ni posiciones dolorosas, etc..... »
Jamás nos ha pasado por el pensa
miento apartarnos una coma de las
sapientísimas enseñanzas del gran Maes
tro, de cuya paternidad espiritual nos
gloriamos. Para evitar todo equívoco,
bastaría echar una ojeada a los artí-'
culos anteriores; pero como nuestra
insuficiencia nos da la convicción de
que ellos no merecen la molestia de ser
hídos dos veces ni confrontados, nos
parece oportuno hacer esta aclara,ción
a fin de poner en su punto conceptos
tan delicados.
— 175 —
vigilancia asidua para que el niño se
halle en la imposibilidad de faltar, es
una parte, tal vez la menos importante,
de las prácticas educativas; la verda
dera educación piensa más en fomentar
el bien que en evitar el mal, esto último
es el primer paso. Sin embargo, tratán
dose del período plástico en que se forma
la inacción y la nulidad. Por de
contado que no se puede desarrai
gar o prevenir un hábito malo, sin co
municar al mismo tiempo de alg;una
manera la virtud contraria; con todo
eso, entre no hacer mal a nadie y
hacer bien a algimo bien se ve que
hay gran diferencia. En general, las
M A T A R Ó ^Barcelona) — Superiores y ex-alumnos.
el organismo físico y la conciencia, el
im'pedir que se contraigan hábitos de
fectuosos es de grande importancia y
parte esencial de la labor pedagógica.
Convengamos, con todo, en que eso no
basta; es la parte negativa.
Después de evitar los vicios, el educadur debe cultivar las virtudes, des
an ollar las buenas cualidades, fomentar
las obras positivas; y no dejar la vo
luntad en ese estado pasivo, cuyos
resultados son la insensibilidad moral.
virtudes cívicas, las sociales, las do
mésticas y todas aquellas que nos re
lacionan con nuestros semejantes, se
componen no sólo de actos negati
vos o abstenciones, sino también de
acciones positivas exteriores; . algunas
cosas que no se deben hacer y otras mu
chas que deben hacerse, y el que másr
haga más bueno será opere el veritaU.
En el método activo se toma la ac-i
ción como medio para la educación;
mas si la educación sirve para algo,
176
ha de ser preci sámente la acción; co
municarle a la voluntad el movimiento
y la actividad, que deben ir intensifi
cándose a medida que se verifica el
desarrollo integral del hombre.
A nuestro juicio, el ¿efecto más grave
de nuestros procedimientos educativos
consiste en dejar al alumno en esa zona
neutra, un poco indeterminada aunque
m uy real, que existe entre el no hxcer
mal y no hacer bien: la zona inmensa
poblada por la masa indiferente, sin
inmoralidades y sin iniciativas, ni holgozanes ni emprendedores; que no to
man parte ni en las algaradas ni en las
procesiones, que dejan hacer a los malos
y ellos se meten tranquilitos en su casa
como el caracol en su conchi, abste
niéndose de toda manifestación de acti•vidad social; h )mbres y mujeres cris
tianos cuya virtud consiste en no tener
ningún vicio. Y esto, claro está, es algo
porque esa abstención puede ser muchis
veces y es en realidad costosa y me
ritoria ; pero si al educar, además de
hacer eso, no hicemos lo otro y nos
damos por satisfechas con formar el
carácter solamente para resistir, es muy
cierto que dejamos al niño a la mitad
del camino lo cual es dejarlo muy atrás.
Si la vida es lucha, y es en efecto luchi
moral, económica, fisiólogica, intelec
tual, etc., no siempre le bastará resistir
y defenderse; mal sistema de,guerrear
es la defensiva solamente, algunas veces
habrá que pelear huyendo, otras a pie
firme y con frecuencia avanzando y
ofendiendo; en la concurrencia social
pasa lo mismo que en la concurrencia
zoológica, los individuos que se ponen a
la defensiva o deben huir casi siemprey
vivir a escondidas o ser eliminados. La
Providencia ha querido que fuese así y
nosotros no tenemos que pregimtarle el
por q u é ; y a la vista está que por lo
mismo entra en el plan de la Provi
dencia el que triunfen los emprende
dores, la iniciativa personal; los que han
sido dotados por la naturaleza o por la
educación de acometividad más o menos
sana, más o menos ética ; los hombres
de arranque y buena voluntad que, su
jetándose en cuanto cabe en la h imana
imperfección a la equidad y a la moral,
se lanzan a vivir, a la acción, a progre
sar; y poco a poco, según las fuerzas
que Dios les haya otorgado, escalan los
peldaños más elevados de la vida y de
la sociedad. Mil y mil veces hemos oído
lamentar la apatía de tantos hombres
de bien, buenos, bonísimos en el fondo;
pero colocados por la Providencia en
un puesto de combate, y cada uno de
nosotros tiene el suyo, se limitan a esa
santa pasividad de que venimos ha
blando; plantas de decoración, como la
higuera del Evangelio, honrados, sí,
muy honrados, mes con una honradez
comodona e infecunda, que no se sabe
si es cobardía o humildad, mansedum
bre o egoísmo. Si nos fuera permitido
profundizar un poco este argumento, la
lógica intrínseca e inflexible de las leyes
por las cuales se verifica cualquier serie
de fenómenos naturales, nos llevaría?
tratar cosas muy graves ajenas, al pa
recer, a nuestro asunto ; tal vez descu
briríamos las relaciones ocultas, pero
muy verdaderas, que hay entre ciertos
procedimientos educativos y ciertos fe
nómenos sociales..;..
Llegados aquí, nos damos cuenta de
que aun nos falta por decir lo más im
portante del artículo; mas como se haría
un tanto laigo y por ende algo pesado,
dejaremos el resto para otro.
— 177 —
Don Pablo Albora en Inglaterra y Bélgica.
El 19 de abril, acompañado por las oraciones de
los Salesianos y niños del Oratorio, partió D. Pablo
Albera para hacer una visita a las casas de Ingla
terra y Bélgica, vohiendo a Turin el 23 de mayo
del Canal de la Mancha, volvió a Guerneséy, adonde
llegó el sábado, 13 de abril.
Guernesey.
En Guernesey, una de las islas nonuandás' oercanas a la Bretaña, aunque pertenece a Inglaterra,
tenemos una casa salesiana. El recibimiento fué
espléndido. En el salón de actos tuvo lugar la
solemne velada; D. Pablo se conmovió houdumente
cuando el coro cazitó la célebre balada bretona:
Vous qui vence si loin pour embrasser des fréres.
Parlez-nous du pays, oú naquireni nos pires.
{¡Oh vosotros, que venís de tan lejos para abracar
a hermanos, habladnos del país donde nacieron
— *......
nuestros padres.^.
Los Salesianos tienen eii Guernesey un colero
para aspirantes al sacerdocio, cinco capell mías y
tres parroquias. El 14 de abril celebró nuestro
S. Entela, el Card. Bourne, Arzobispo de Westminsier.
para asistir a las fiestas de María Auxiliadora.
Creyendo hacer cosa grata a nuestros lectores y
para dar una muestra de gratitud a aquellos gene
rosos cooperadores que acogieron a nuestro Su
perior con tanta cortesía, haremos xma breve reseña
de dicho viaje.
París.
En Chambéry esperaban al sucesor de D. Bosco
alólos amigos para saludarlo, y en París una fa
milia de cooperadores puso a su disposición el
automós'il para que pucÉese hacer sus visitas con
toda comodidad. Hospedóse en la casa de las
Damas Benedictinas que le trataron con la gene
rosidad más exquisita. Visitó a los principales
cooperadores, recibiendo en todas partes muestras
deprofxmda simpatía. S. E. el Cardenal Amette no
«staba en París, y D. P. Albera sintió mucho no
poder saludarlo. Por la noche, se entretuvo con los
ex-almnnos que acudieron con toda premura a
presentar sus obsequios al antiguo superior. La
mañana del 11 dió una conferencia a los coopera
dores en la capilla de las Damas Benedictinas; y
quedó maravillado de ver tantos y tan ilustres;
entre ellos estaban la Condesa d ’Eu, el Conde de
Mun, Mr. Piou, Flicher, Guénée. Diutey-Harispe
y otros. Terminó con la bendición de S. D. M. y
después muchos de ellos se entretuvieron con él en
íntima címversacióru Por la mañana del día sigiente salió de París; pero a causa de la huelga de
los mineros, que interrumpió el servicio r^ular
■ II
S. E. Moat. Amlfo, Obispo de f^oudiwark.
Rector Mayor en la de S. Francisco y explicó el
Evangelio a los fieles ansiosos de escucharlo. Le
acompañaron a comer muchos cooperadores y la.s
autoridades eclesiásticas. El cua^o dramático del
Instituto le obsequió con una hermosa pieza: « Les
deux Honneurs ». Terminó el día con una esplen
dida iluminación; toda la casa estaba llena de
luces, las bengalas derramaban sus fulgores por
entre los arboles y las camelias en flor, en . a ito que
les ecos de la charanga resonaban alegremente'.
-
178 -
Londres.
I). Pablo Albera llegó a Southampton el miér
coles, 17 (le abril, por la tarde, y sin pararse siguió
I)ura l^üudres adonde llegó de noche. La casa de
Hattcr.sea estaba toda engalanada para recibir al
de.seíulo lmé.s])ed. La mañana del 18 tuvo lugar la
recci>ción oficial. Des]>ut\s de una velada genialísima
comenzaron la.s vLsitas oficiales. La primera fué la de
Mons. Cartón, Canciller de la Arcliidiócesis de Westminsler. que venia a saludar al sucesor de D. Bosco
en nombre del Emmo, Cardenal Bourne. D. Pablo
por su parte hizo mía visita a Mons. Amigo, Obispo
de Soutliwark, y éste le restituyó la visita por la
temos y externos con una parroquia, fué visitada
por nuestro Superior; después le tocó a la de S. Ca
simiro, al Norte de la imnensa metrópoli, donde los
emigrados polacos encuentran escuela y oratorio
para sus hijos e iglesia para el culto, todo en su
propia lengua. Lós recibimientos llenos de entu
siasmo, como es de suponer.
Inauguración de una nueva capilla.
La tarde del 20 de abril inauguróse en Battersea
una nueva capilla interna, y fué uno de los princi
pales episodios de la visita de nuestro Rector
Mayor. El edificio de estilo Tudor es una joya.
D. Pablo la bendijo, dedicándola a María Auxilia-
L O N O R E S — Alumnos del Colegio Salesiano de Battersea.
tarde. Tíxlas las directores de las Ciusas Salcsianas
de Inglaterra actuUcrou a hace.rle corona durante
la comida, entrctcnicudo.se cu amables coloquios.
Por In tanlc le dtHlicaron tina función de teatro cu
la cual .se* rcprc.sentaron .seis cuadros artísticos de
la vida de S. Pablo, su s;mto patrono. Ix)s sabidos
cordialisintos y variados en las principales lenguas
europeas alternaban con los cantos, ortjuesta, etc.
Al salir (Id .s;ilóu se encontraron con una agradable
sor^ux'.s;i: tenía la CiVüt ostalwi iluminada a la veneciiuia.
1\1 u; l'.izo tm;» visita a S. E. el Sr. Cardenal
lUmme. el cual, interesado como está en el des
arrollo de la Obra Sjilesiiuia, tuvo una gran satis
facción en recibir al sucesor de D. Bosco. También
la ca.sa do Sta. María Magdalena, al Sur de Lon
dres. donde los Salesiauos tienen escuela de in
dora, como recuerdo del \'igésimoqtiinto anivessario
de la entrada de los Salesiauos en Inglaterra. No
faltaron d 21 los antiguos alumnos para ofrecerle
el homenaje que habían determinado hacerle, ju
gando una gran partida de foot-ball. A la hora del
the, uno de ellos leyó mi saludo entusiasta al cual
respondió D. Pablo con palabras de paternal afecto,
encargando al director, D. N. Macey, de darles
las gracias más largamente.
Hubo después solenmes cultos en la iglesia del
Sagrado Corazón que teniiinaron dando jiuestro
Superior la bendición con S. D. M.
Burwasti.
Salió de liendres el 22 para Burwasli, cerca de
Hastings. Allí tienen los Salesianos una parroquia
y mía casa de fomiación. La pequeña comunidad
w m
— 179 —
le recibió en triunfo, y no faltaron arcos, iunxinación.velada y demás. Por la tarde volvió a Battersea.
Parnbourough.
Ba mañana del miércoles, 24, partió pata Faniborottgh al Sur de Inglaterra, donde los Salesianos
tienen un floreciente colegio con escuelas elemen
tales y de segunda enstóanza. Degiués de haber
admirado las mejoras introducidas en el edificio,
presenció los variados juegos ejecutados por los
jóvenes en el vasto patio. Dió luego la bendición
con el Santísimo y al salir de la ^lesia le dedica
ron ima hermosa velada hterario-musical. También
visitó las escuelas parroquiales donde los alumnos
le habían preparado im recibimiento afectuosísimo.
La despedida en la estación, entre los aplausos de
todos los alumnos, fué conmovedora. Honores se
L« casa editorial de B. Herder, eo Fríbnito de Brisgovla (Alemania), acaba de dar a luz:
Saracinesca, novela de la Roma pontificia en los
últimos días del poder temporal, por F. Marión
Craivford. Traducida del inglés por Mariatux de
Lavalle de Vigors. Con 12 ilustraciones de Frau»
cisco Sarda y Ladico. Dos tomos en 12® (XVI y
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Rosario Perpetuo, PP. Dominicos de Almagro (Ciu
dad Real) y en casa del editor Luis Gilí, Claris
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’
Breve comentarlo sobre el Decreto Quam singjtlari
amore acerca de la Comunión de los niños, por el
Emmo. Card. Gennari. Traducido por V. I. para
LONDRES — La naeva capilla.
la Liga Sacerdotal Eucarística.
^
Precios: un folleto de i i x 19 cms., de 72 págs.
mejantes recibió también en las escuelas que dirigen
I ejemplar. Pías. 0,50 (Por correo,
las Hijas de María Axixiliadora en Chertsey.
certificado, Ptas. 0,80).
\uelto a Londres el viernes por la tarde, partió
loo ejemplares, Ptas. 40,— (Por co
En
rústica
definitivamente la mañana del sábado, 27 de abril,
rreo, certificado, Ptas. 42,_).
obsequiado afectuosamente por los hermanos y
500 ejemplares, Ptas. 190,— (Por co
alumnos en los cuales dejaba recuerdos tan gratos
rreo, certificado, Pías, 200,—).
como indelebles. Y no podía ser por menos; porque
Medltacloies sobre la Doctrina Cristiana , Parte III,
con la benéfica influencia que su dignidad y vir de Meditaciones y devociones, por el Cardenal fnan
tudes le confieren, dió eficaces consejos y sabias Enrique Newman, Sac. del Oratorio de .San l-'clipe
direcciones, inspirando a todos la más suave con- Neri.
Versión directa del inglés por Vicente /!/.« de
“Uuza y estimulando a los salesianos y cooperadores
a seguir con celo constante las gloriosas huellas Gilbert. — Un tomíto de 8 x 14 cm. Elegantemente
encuadernado en tela inglesa. Ptas, 1. (Por correo,
deD. Bosco.
certificado, Ptas. 1,30.)
{Continuará).
El cerebro, los nervios y el alma en sus mutuas re
laciones. — Estudio exi^rimental de psicología nor
mal y patológica , dedicado especialmente a Mé
C ltim regalados a nuestra Redacción.
dicos, Sacerdotes y Abogados, por el P. Francisco
de Barbéns, religioso capuchino. Un volumen de
Oircía
Presidente déla República delEcita- 12 1(2X20 cm., de xvi-446 págs., impreso en ex
aor, vengador y mártir del derecho cristiano. Obra celente papel veijurado. En rústica, Ptas. 5; ele
pcntz en francés por el R. P. A . Berthe de la gantemente encuadernado en tela alemana, rótulos
t^ngregación del Santísimo Redentor, traducida estampados en película blanca y adornos en tinta
ai español por D . Francisco Navarro Vitlostada. 2 negra, Ptas. 6. (Por correo, certificado, Ptas 0,40
tomos. — Librería de Víctor Retaux e Hijos, Rué más).
oonaparte, 82, París.
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D EJN ÍU ESTR AS M IS I0 J \ÍE 5
BRASIL
Entre los Bororos del Matto Grosso
Cuyabá, 20 de diciembre, 1911.
Revmo. Sr. D. Pablo Albera:
abemos que nuestros Cooperadores,
sobre todo los que se interesan por
las noticias de las Misiones, se han visto
varias veces contrariados al abrir el Boletín y
buscar una relación del Matto Grosso. Nuestro
amadísimo Sr. Inspector, deseoso de complacer a
las personas que con insistencia se la pedían e
imposibilitado para hacerlo a causa de sus nume
rosas ocupaciones, y más aun por encontrarse
ahora indispuesto por el mucho trabajo, me
confió a mi este encargo, pues he tenido la
suerte de acompañarlo en su visita a las Co
lonias.
Por lo tanto, me dispongo con mucho gusto
a complacerle; y a por la alegría que experi
mentan siempre los misioneros al entretenerse
con sus amados Superiores, ya por el estímulo
a la virtud y al celo que su grato recuerdo nos
causa.
Una gran promesa. — Exploración importante para
el censo de la tribu. — ¿Se habrá caldo al mar?
— Una luna más. — Contratiempo. -- El anun»
cío suspirado.
En la visita que el Sr, Inspector hizo a las
Colonias indígenas el año pasado, habiendo en
contrado a los indios bastante bien dispuestos,
les prometió hacerles un regalo a gusto de cada
uno, con tal que durante su larga ausencia se
portaran bien, aplicándose al trabajo y obede
ciendo al nvisionero.
Huelga el decir con qué entusiasmo recibie
ron la propuesta.
— Padre, decían algunos, ceddoriga kokuare
aduyo bittodd\i efacce..... no tenemos cuchillo
para matar al tigre.
Otros, más positivos y y a iniciados en la vida
civilizada, decían:
— Ya faro to mato ce barocce ceuo cenno boepa
bu kuricigoddo...... Tráenoe un hacha para
talar el bosque y hacer una plantación.
— Nuestra camisa, nuestros calzones están
ya viejos, trae otros nuevos...; y seguían pidiendo
de este modo.
Pero, en honor de la verdad, no se contenta
ron aquellos buenos neófitos con hacer castillos
en el aire; rogaron también y con gran fervor
para que el amadísimo padre tuviera feliz
viaje.
E n aquel tiempo el Gobierno Brasileño, pro
motor activo de la civilización de los indios,
había emprendido el censo de toda la Confe
deración y manifestaba deseo de que los Salesianos hicieran la estadística de la tribu de los
Boforos.
Tal fué la noticia que nos trajó el director,
P. Oliveira, que per aquellos días volvía de Río
Janeiro, adonde había ido de acuerdo con el Sr.
Inspector, por importantes intereses de la Misión.
Así que, habiendo lib a d o a Cuyabá, comunicó a
D. J. Bálzola que fuera a la capital para dicho
fin.
Y a para satisfacer el deseo del Gobierno,
ya para extender nuestro campo de acción, y
sobre todo para seguir la serie de visitas ya em
pezada, considerando que una excursión al cen
tro de la tribu habría resultado a mayor gloria
de Dios y bien de las almas, a más de contribuir
al incremento de la Misión, en seguida pusimos
manos a la obra.
Terminados los preparativos y acompañado
por el acólito Bautista Conturón y otros dos
indios encargados de la cocina y de los animales
de carga, partió el P. Bálzola in nomine Dotnini.
Pequeña era la comitiva; pero la acompañaban
las oraciones fraternas y las de nuestros niños.
Muchas fueron las dificuldades y no pocos los
sacrificios; les faltaron a veces las cosas más
necesarias; pero los intrépidos misioneros con
siguieron visitar la mayor parte de las aldeas
indígenas, pudieron volver a abrazar a antiguos
amigos y conocidos, asombrados de su llegada
a aquellos lugares tan escondidos y apartados
—
i8 t
de les caminos; y con la palabra y el ejemplo
procuraron disponer a la civilización a todos
los indios que encontraron.
De muchos de ellos registraron el nombre, y
en la zona recorrida de los grupos visitados y
les que avisados por éstes pasaban a un lugar
determinado, contaron hasta 1072; sin incluir
en este número los que residen en las Colonias
de la Inmaculada, del Sdo. Corazón y de S. José,
a más de los que por escasez de tiempo no pu
dieron \nsitar.
Esta excursión fué providencial, porque dió
principio a las ccmunicaciones entre nosotros
y muchos grupos centrales indígenas del Sur;
algunos de los cuales, aun antes que llegara el
—
Otras veces, al recibir una respuesta negativa,
el jefe se ponía muy serio, y como quien quiere
descubrir un secreto, añadía;
— ¿Sabes. Padre, que yo creo que se ha caído
al fobla maerem {al mar) y los peces lo han
devorado?
Y el misionero le respondía:
Eso no, porque vosotros, vuestros hijos y
nosotros, pedimos para que tal no suceda y Dios
lo protegerá ciertamente.
Por fin llegó el telegrama que anunciaba que
el P. Malán había llegado a Río Janeiro con una
infinidad de objetos. Figúrese la alegría y el
entusiasmo con que los indios recibieron la no
ticia. Por la tarde, el discurso del jefe de la tribu,
H U E S C A — Ejercicios del grupo deportivo.
P. Bálzola a sus residencias, habían venido a
visitamos, dejando siempre algunas familias
entre nosotros; después renovaron sus visitas
más a menudo.
Así pasaba el tiempo y habían ya pasado
cinco o seis lunas que a les indios parecían siglos.
Empezaron pues a preguntar al Misionero: —
(Padre Ma án u kanna meric’ iku baüaruddii ce
\ogai? ¿ha hecho ya el P. Malán hablar al alam
bre?... Es decir: — ¿Ha llegado ya el telegrama
del P. Malán?... Estamos impacientes por saber
cuando llega; pregunta por él.
El superior que no había recibido aún noticia
alguna y que también él la esperaba con ansie
dad. respondió al jefe;
— Boe imigera. Capitán, di a tu gente que
tenga un poco de paciencia todavía; entre tanto
ya me enteraré.
rodeado de todos, hombres, mujeres y niños, tuvo
por tema el grande acontecimiento y el mismo
objeto tuvieron los comentarios que le siguieron.
— i^Iadre, qué bonita será mi navajal decía
un muchacho. Tendrá el mango de hueso y relu
cirá, ¿no es verdad?
— Y mi cinturón de colores, j qué bonito
ha de ser 1 deda otro.
— Y o escogeré un cuchillo y lo clavaré en el
corazón del tigre que os traeré a casa, deda un
joven robusto a sus padres ancianos.
Y así cada uno echaba las cuentas según su
gusto.
Al día siguiente, el misionero repetía a todos:
— ¿No os decía yo que volvería cargado de
cosas?
Un mes después el Sr. Inspector llegó a Corumbá.
—
i82 —
Inspector levantó una cruz en mía visita ex
traordinaria que hizo a algunas tribus.
Por fin, ordenados en larga fila, entran en la
aldea y se reparten por las chozas de los pa
rientes. Los otros pasan de una a otra mirando
con curiosidad a los recién llegados. La im
presión debía de ser agradable para ellos que se
veían limpios y bien vestidos; pero humillante
para los otros q u e, aunque estuvieran are^
glados a su modo, se encontraban sucios y sin
traje. Sin embargo, habiéndoseles preguntado:
Conque, ¿habéis visto a vuestros hermanos? —
/ H uh! Sí, respondían todos; pero uno de los
jefes añadió:
— Colonia moíiu kure gettu kegge bó e fiemegara
(La colonia es muy bonita, los Bororos
Una visita. — La recepción de ios nuestros. —
impresiones. — Como se insinúa y desarrolia el de allí son buenos). T ’o boefia kuriciga, koddire
tu ghe feijdo, tu ghe giú aroe, takureu kuiadda
derecho de propiedad. — Caridad generosa.
maknguragare. Su campo cultivado es muy
Kra un domingo y la clase de catecismo se grande; por eso tienen muchas judías, mucho
estaba terminando, cuando uno de los mucha arroz, mucha mandioca, caña de azúcar y otras
chos más vivarachos de la clase, que deja ver un cosas— y seguía contando los géneros alimen
ticios que encontraron. — Dure cennoguaghe
vasto horizonte, grita: — Boetl’ aregoddo.
Dina voz rcs])onde a otra y todos dirigen la kuricigoddo tu ghegi, y por eso nos trataron bien.
Y a se sabe; basta darles buena comida para
vista a la colina, que se levanta delante de la
ganarlos.
casa, por la que baja una fila de Bororos.
L u ^ o añadían: T ‘o kuddan aroia kurire,
Después de dar la bendición con S. D. M. sa
tienen muchos vestidos — e indicaba el número
limos de casa.
— Padre, déjame el traje para irlos a en con los dedos: — Edori kare cei, Padre giamaddn
geiiori kare cei: no fueron tacaños con*nosotros
contrar con mis compañeros, dice uno.
— También a nosotros— añaden otros a coro y el padre lo mismo •— y contaban todo lo que
les habían dado.
— le lo devolveremos esta tarde.
Y en efecto, al día siguiente a la hora de partir,
H ay que advertir que, gracias a Dios y a la
caridad siempre generosa de nuestros bienhe se veía a algunos con cuchillos grandes, otros
chores, especialmente los de Europa, podemos con hachas, otros con mantas y ropa, cosas que
disponer de un traje de fiesta para todos los los nuestros les habían regalado; y a por la libe
indios de las Colonias; el misionero lo conserva ralidad natural o comunismo que existe entre
y se lo entrega sólo en esos días para no faltar las tribus, ya. no lo ocultamos, para aumentar
al decoro debido a la casa de Dios. Dando, su reputación entre sus hermanos, seguros por
por tanto, el misionero una mirada de com otra parte de que mediante el trabajo prestado
a la misión, ganarían el dinero necesario para
placencia al grupo que le rodeaba:
— Está bien, responde, podéis ir a encon proporcionarse de nuevo las cosas regaladas.
trarlos con el que tenéis puesto.
Por esto nunca falta quien después de tales
y los ojos de todos se dirigían al punto en visitas, se presenta ingenuamente al Director y
que se veía adelantarse la comitiva.
le d ice:
— Padre, ikuddan aroxa non kokuare i fiagora
— Serán unos veinte o treinta — dicen los
más jóvenes que ya están bastante instruidos giou hokuare: ya no tengo camisa, no tengo
tn la numeración.
pantalones, dame un par.
— Za mak‘ inn'ai... pero, ¿no los compraste
— ¡Veinte! ¡Treinta! ¡karcgal refunfuña un
vejete poco amante de novedades; wagaguragare anteayer?
— ¡Huh!... pero... se lo di todo a los Bororos
aimore bó geóe... Veinte, treinta no. Son mu
que han llegado poco ha.
chísimos.
Eran en efecto unos treinta, que venían de
¡Qué caridad más exquisita! ¡qué sencillez
las aldeas indígenas Ciarudd'ori y Aroe-giari, tan primitiva! E n estes casos, que no son raros,
situadas a unas 15 leguas al Sin de la Colonia hay que hacer una excepción y se practica una
de S. José del Sangradouro, y precisamente en las obra de misericordia vistiendo al desnudo.
cercanías del Cerro 11. mado de la Transfiguración,
Mas, como V. sabrá, para despertar y des
donde el mes de agesto del iqoS nuestro amado arrollar en el indio el amor al trabajo y al propio
— Falta sólo una luna para que el P. Malán
llegue, dijeron a los indios. Pero el Sr. Inspector
cayó enfermo y tuvo que detenerse en Corumbá
más de un mes. Se dió la noticia a los indios
diciéiidoles: — Oremos para que el Señor le
cure pronto y nos le traiga dentro de poco. —
Y Dios Nuestro Señor no dejó de escuchar las
oraciones de aquellos corazones sencillos; pues
por fin recibimos por telégrafo la noticia de que
el Sr. Inspector se había restablecido y seguía
su viaje por Cuyabá, pidiendo a las Colonias
muchas acémilas para trasportar todo lo que la
generosa caridad de nuestros bienhechores y
bienhechoras le había ofrecido.
— i »3 —
Un viejo, un tantico desconfiado, acercándose
a uno de la comitiva, le dijo en secreto:
— Tú que te las entiendes hrae-bo, (con los
civilizados) fíjate como van las cosas por allá;
no sea que esta gente nos esté engañando, hace
y a mucho tiempo que estamos esperando.....
¿e mureh? (¿qué es ésto?) Y muy serio se volvió
a su cabaña.
Dos nuestros los miraban, se sonreían; y, lan
zando todos juntos un grito salvaje, empren
dieron el viaje en dirección a la capital.
Llegaron allá en 15 días. Tanto por el ca
mino, entre latigazo y latigazo, como por la
noche cuando descansaban bajo el hennoso
cielo brasileño, la conversación predilecta era la
del dinero que habían reunido y de las compras
que harían. Figúrese, pues, cuales serían, después
de tantos comentarios, las exclamaciones de
admiración cuando tuvieron delante toda la
gracia de Dios que tantos corazones generosos
les habían procurado.....
•— ¡Huh! fué el grito común. ¡Ya diremos a
nuestros compañeros de las Colonias lo que hemos
visto!
Y preparado todo en pocos días, se pusieron
de nuevo en camino con el Sr. Inspector. Venían
también con ellos algunas Hijas de María Auxi
liadora que se sacrifican tanto por la educación
de las mujeres y niñas. Por fin, después de
otras dos semanas de viaje monótono, siempre
cabalgando en mulo y expuestos a los rayos
de un sol tropical, llegan a las Colonias. Siempre
suspira la llegada quien hace la visita; pero aun
más quien la espera; y esta vez el ansia era
mayor de una y otra parte.
¡Qué momento aquel!... Los de la comitiva
se pusieron a gritar:
— Naughe, ce erdu kare boimoddugi roga, boe
Ea Cuyabá. — Recomendaciones e hipótesis. — akeddu marigu moddu futre; naughe, i rigiore
Vuelta y llegada a las Colonias. — Aviso de la mare; aroía ricio raicigore i hori... ¡Amigos, no
venta. — Modo de contar el dinero. — Visita a hemos visto nunca tantas cosas; no se acabarán
las chozas. — « ¡No te vayas, quédate con nos* tan pronto 1
Uno continuaba:
otrosí >. — < La gaceta oficial ». — ¿De caza?...
— Compañeros, yo soy alto, ¿no es verdad?
Si, pero...
Pues el montón de las cosas es mucho más alto
Entre tanto se habían preparado los animales que yo.
para transportar los géneros y dejábamos las
Y todos a coro:
Colonias para ir a la capital. Y aquí debo, ama
— Hemos visto pantalones, camisas, mantas,
dísimo Padre, decir una palabra en alabanza de sombreros, etc.; y después de haberlo descrito
nuestros queridos B ototos, que, tanto durante todo detalladamente concluían:
el viaje hecho con el P. Bálzola, como en éste,
¡Y todo es para nosotros!
guiaron admirablemente más de cuarenta cabal
También por esto los indios de las Colonias
gaduras. Cuando iban a partir, algunos no se no podían contener el ansia de ver empezar
oh*idaron de encargarles varias veces:
el reparto.
— Naug he taddu haba mato au irá doghe keddo
— ¿Cuándo nos dará el Padre las cosas?
taho : kuri maie cemórót tobo... amigos, no volváis
— Espera un poco, y a os avisará.
con estas cajas vacías... y volved pronto con
Hasta los hombres y a entrados en años,
nuestras cosas.
cuando están esperando algo parecido, se
tiempo la idea de la propiedad individual, se
ban abolido en nuestras Colonias los dona
tivos, que a más de no moralizarlo, hacen al
indio exigente, presumido y perezoso; y se
adoptó el sistema práctico y bien fundado de
im salario justo que consiste en monedas... de
hojalata; presentándolas en la administración
de la misión, se cambian en géneros de valor
equivalente, a gusto del comprador.
De este modo, el indio adulto se procura la
comida y vestido necesario para sí y para su
fam ilia; despertadas así por el misionero sus
energías latentes, va proveyéndose de lo nece
sario para ima vida menos infeliz y más có
moda.
Esto se enseña a los mismos niños que reciben
todas las semanas sus buenas propinas; ellos las
guardan y después las cambian por objetos
proporcionados a su valor. También aquí los
pequeños prefieren un dulce o una golosina; mas
para los adultos y los grandecitos, la cosa ya
cambia, con satisfacción nuestra.
Hay más aún. E l misionero emprendedor y
activo enseñó a algunos de ellos a fabricar som
breros de paja que presentan en la administra
ción; y ésta se los paga en dinero o en los géne
ros que ellos quieran.
Así no sólo se insinúa la idea de propiedad,
que estaba muy ofuscada entre ellos, sino tam
bién se infunde el amor al trabajo, que es de
suma importancia para esta raza casi nómada,
inclinada más bien a la cacería, muy favorecida
por la fertilidad de la tierra con abundantes y
variados frutos.
Sin embargo los adelantos son lentos y se
comprende; raíces seculares no se pueden arran
car fácilmente.
— 184 —
muestran tan impacientes como los niños. Por
esto de cuando en cuando repetían la misma
l>regunta.
Por fin, después de la autorización compe
tente, el Cacique mayor, Miguel, se puso a gritar
por entre las chozas;
— ¡Padre Malán akoé tu moddu ie boe niaku
hóetiai, koddir' akoe taddiiiago toro iago dinheiro
tubo Borognalto meriri kuddii-kae! ¡El P. Malán
ha dicho que dará las cosas a los bororos; por
esto dijo que vayáis allí mañana a la señal de
la campana con vuestro dinero!
poco. Así pues, había quien medía sobre la
pierna, quien sobre el brazo; otros en los dedos
de la mano o del pie, prorrumpiendo de vez en
cuando en frases como éstas:
— ¡Innauoh! Yeri boe pugugn! inno dinheiro
kurire, i modde boe giameddu iroddo. ¡Muy bien,
muy bien! Mi dinero es mucho y compraré todo.
A l día siguiente, al primer aviso, muy pimtuales, se presentan los hombres de dos en dos,
o de tres en tres, en el lugar señalado; y entregan
a los nuestros que les están esperando sus aho
rros para que los cuenten. Unes les llevan en-
M A T T O G R O S S O (Brasil) —
El aviso agradó a todos, porque todos, quien
más quien menos, habían juntado su capita
lino. Aquella noche a la luz de la luna más de
uno se dejó ver midiendo repetidas veces su
dinero. He dicho midiendo, porque el adulto
que no conoce la numeración (que un niño de
la escuela puede ya usarla bastante bien),
metliante la obser\*ación ha descubierto, por
ejemplo: que una fila de monedas que coja
desde los dedos de la mano hasta el brazo, equi
vale al valor de una camisa, de unos pantalones,
etc. Sabe también que cuanto mayor o menor
es el artículo, tanto más o menos larga tiene
que ser la línea de las monedas; es más, algunos
están tan acostumbrados a usar esta medida
que difícilmente se equivocan ni siquiera en
Una chosa de Bororos.
vueltos en cortezas delgadas, otros en hojas de
maíz, otros en trapos. Todos están preparados
y esperan su tumo.
— ¿Qué quieres comprar tú? pregunta a
uno el misionero, después de haber contado el
dinero.
El comprador que es un buen trabajador
responde:
— Quiero una manta.
— ¿Kagiagit kanna? (¿tal vez encarnada?).
— ¡Hith! ¡Huh! Sí. sí.
Difícilmente yerra el tendero enseñándoles las
de color encamado, porque les gustan muchí
simo.
— ¿Y nada más?
— Una hacha.
r
— i «5 —
— ¿Basta?
— No toda\aa; una faca grande.
— Aquí la tienes.
— ¿Y tú?... pregunta al que viene después.
— ¡Kagia! (espera) inteirumpe el primero,
ia dinheiro geitu kimore woi ü ’ abo, aun tengo
más dinero.
Un ¡huh! de admiración se escapa de todos sus
compañeros al oír esto; y el indio dice muy serio
con otros envoltorios en la mano;
— I modde au giameddu hoe aru koddire di~
ttheiro biegabdda tu biegadda tog'ai: quiero com
prar todo, por eso doy poco a poco.
Y la venta continúa.
He aquí un presumido que busca un som
brero negro y un cinturón elegante; quiere darse
tono entre los otros. Pero esto no quita, si tiene
dinero, para que se le dé gusto.
Otro, un poco rezagado, presenta tmas pocas
monerías, pidiendo un objeto de alto precio.
Contado el dinero le dice el misionero:
— Amigo, el dinero es poco, no llega.
— t;Nub’akore? ¿qué ha dicho? pregunta al
vecino.
— Ako dmheiro biega rogu ie: que tu dinero
es muy poco.
— Igura remugo gi... responde el indio amos
tazado; yo lo medí y llegaba hasta aquí (e indica
el músculo del brazo).
— Pero ¿no tienes más dinero en el bolsillo?
Busca y rebusca, y por fin exclama;
— Cumaréii, (aquí está).
I Pobrecillü! se había olvidado de darlo todo.
Lo cuentan, y encuentran precisamente la
cantidad necesaria para comprar el objeto que
quería.
A Ic» capitanes que se distinguieron por su
constancia en el trabajo y por la diligencia en
comunicar a los compañeros los avisos de los
Directores, se les regalaron varias objetos,
según el mérito.
También fueron premiados los que se habían
portado mejor, y los que nos permiten enviar
a alguno de sus hijos a educarse con los estu
diantes o artesanos del Colegio de Cuyabá, o
con los agricultores de la Escuela de S. Antonio
de Coxipó.
Como ve V., veneradísimo Padre, aquí
además de no exigir nada por la pensión de
nuestros niños, tenemos que pagar a los pa
dres
El día de la distribución de que hemos ha
blado, es costumbre hacer una visita a cada choza
y — dicho sea en honor de la verdad — los
indios las habían reconstruido y las tenían bien
arregladitas con orden y limpieza
Entremos. Los hombres, en su mayor parte.
»e muestran indiferentes; otros que han sabido
aprovecharse de la civilización, reciben a la
comitiva con una sonrisa.
En una choza el Sr. Inspector, viéndola bien
provista, dice:
— Aquí tenéis muchas cosas, vosotros sois
ya ricos.
— Sí, responde rma vieja; pero es porque tú
nos las has dado. Tú eres bueno, no te marches,
quédate con nosotros.
— Si yo no me voy, no viene todo lo que
tenéis.
L a vieja no se da por entendida, y continúa;
— Escribe cartas y manda pedir todo , pero
quédate con nosotros; tú eres bueno y te que
remos mucho.
Es costumbre de los Bororos responder siem
pre con un huh (sí) a cualquier cosa que se Ies
diga; por lo tanto, para contentarles imitamos su
costumbre diciendo huh, lo qual equivalía a un
« no puedo » y salimos.
Llegó la noche y con ella salió la Gaceta oficial...
anunciando quien había comprado más quien
menos, quien había hecho las mejores compras,
quien las peores, excusando a éstos y alabando
a aquellos.
E sta Gaceta no es más que un indio buen ha
blador, que se encarga de dar noticia a sus com
pañeros de lo que sucede durante el día. El
indio no tiene a su disposición la prensa para
tomar de ella las noticias; pero es fino observa
dor de todo lo que cae bajo sus sentidos, y todo
lo recuerda para contarlo por la noche.
Esta vez la materia era abundante, y por eso
tuvo también suplemento y suplemento doble;
fueron varios los tribunos que entretuvieron al
auditorio hasta altas horas- de la noche.
Entre ellos había un bari, que, encontrándose
en estrecheces pecuniarias por ser un poco viejo
y por las obligaciones inherentes a su cargo, no
había podido comprar gran cosa; pero la bondad
del Sr. Insi>ector le había concedido todo lo que
deseaba. E ste tomó la palabra y comenzó a pe
rorar con entusiasmo;
— Padre Malán pamegaguragae, okuddu kuricigor’ it’abo, kodd’ ure aroia kurireu kugiangureu i ktiddau m u geragerareu inak'm'ai, okuddu
bokua kart tag’ abo gaimeddo koddire lág'oroe
kurire, dubboe ia ta moddu kare meri o kuada
BoroguaUo; m an ta maragoddu modde ta iameddu
íabo, imi rema karega; i mugu modde tu ik’innoigoddu boa tadda, iwo ta eru biltuddo, gioru re
koevo ta iwaitio ta iaghegge.
— El P. Malán es muy bueno, fué muy gene
roso conmigo, por eso me regaló una manta en
camada, una camisa de color..... y no lo fué
menos con vosotros, por eso tenéis muchas
cosas; así pues, ninguno de vosotros perderá el
día de mañana, sino que os levantaréis todos al
* *
— i86 —
mismo tiempo; pero yo no. Y o me quedaré en
casa para apagar vuestros fogones a fin de que
la llama no queme vuestras casas durante vuestra
ausencia.
jOrandísimo tuno! Se dispensaba del trabajo
y lo aconsejal)a a les demás.
Al día sigiente, uno de los capitanes vino a
referir la im])resión de la gente, y decía;
— Ahora. Padre, mi gente tiene mucha ropa;
y ya no volverán a andar desnudos.
— Así me gusta — respondía el P. M alán;
— Porque — continuó el Inspector — hay
muchos civilizados en esta tierra en que tú
vives, y muchos más en la tierra de donde yo be
venido, que piensan en tí y en tu gente. Os atnaa
y por eso os mandan estas cosas que tenéis y
muchas más que vendrán después; pero quieren
que os hagáis buenos y que pidáis a Dios por
ellos. Y por esto ves tú que estos niños rezan por
la mañana y por la tarde, para que Dios N. S.
nos mande lo que necesitamos y recompense a
las almas generosas que se acuerdan de vosotros.
fif
M A T T O G R O S S O (Brasil) —
pero si te acuerdas, ya te he dicho que no se
quiten el vestido cuando van de caza.
- - Está bien. Mañana hay cacería y yo los
avisaré esta noche.
Al día siguiente vuelve muy alicaído:
¡Hola, capitán! ¿Tu gente ha ido de caza
esta mañana?
Sí. respondió abriendo muclio los ojos,
pues esta señal es el modo de afirmar de los
indios. Pero no fueron vestidos, porque dijeron
(pie la selva está llena de espinas, y volverían
con les vestidos hechos pedazos.
¡Sueno, paciencia! Entonces Ies dirás que
dejen el \-estido a la entrada de la selva y se lo
pongan cuando salgan, ¿no es verdad?
— Sí, sí,
contestó.
Interior de una choza.
Aquí hago punto, por ahora. Tenga a bien,
amadísimo Padre, dar las gracias en nuestro
nombre a todos los bienhechores y bienchechoras, que se interesan por la Misión del MattoGrosso; de un modo especial a los de Francia,
a quienes tanto deben estas misiones; y asegú
reles que no Ies faltarán nuestras oraciones y
las de los indiecitos de estas florestas vírgenes.
Suyo, Padre amadísimo,
Afmo. hijo in C. J.
J osé P errino , Acólito.
oi(LJO„
’oooO®8
<
®00ooC)O®
®00O0',oO'‘
Ooo©
E L CU LTO
de María Auxiliadora
§
Nós tenemos la persuasión de qne, en las vlclsllodes dolorosss de los tiempos
que atravesamos, no nos quedan más consuelos que los del Cielo, y entre estos,
la poderosa protecc.ón de la Vircen Iteodlta, que fu i en todo tiempo el Auxilio
de los Cristianos. .
pío x .
La^ Fiestas Titulares.
Ix)S Padres Salesianos recibieron con motivo de
su fiesta inequivocas pruebas de la consideración y
e afecto que merecen.
{Diario de Barcelona).
SARRIA (Barcelona). — Con el esplendor que
todos los años ha revestido, se celebró en el
BÉJAR (Salamanca). — Después de un mes de
presente en el vecino pueblo de Sarriá la fiesta preparación, en el cual la numerosa concurren
de la Patrona de los Salesianos, María Auxicia llenaba la iglesia de modo que los niños del
liádora.
colegio tenían que apiñarse, a la letra, bajo el
Las calles por donde debía pasar la procesión,
manto de María Auxiliadora, y las comuniones
con dicho motivo organizada, estaban adornadas,
luciendo colgaduras todos los balcones. Un gentío y visitas no se podían contar, se ha celebrado con
una solemnidad nunca vista la fiesta de nuestra
imnenso llenaba las citadas vias.
La iglesia del Colegio estaba convertida en ascua excelsaPt-trona, gn-cias engran parte al admira
de oro, siendo la iluminación profusa y Iqs cultos dor de la obra del V. J . Bosco y propagador de la
solemnísimos.
devociónde María Auxiliadora, M. Rdo. Sr. D.
Desde primera hora se honró en ella a S. D. M.
Germán Moreno, cura párroco de Santa María
a su excelsa Madre por los Salesianos, por los
que puso a nuestra disposición su hermosa y espa
alumnos de las Escuelas por ellos regidas y por el
vecindario, siendo numerosisimas las comuniones ciosa Iglesia. Los sermones del triduo esUivieron
a cargo del Rdo. P. Dimas, Superior de los reli
en todas las misas celebradas. Predicó el Padre Joagiosos del C. de María, de Pla.sencia, el cual
quin Calper Franciscano.
Cerró dichos cultos una lucida procesión, a la con frase elegante y llena de unción evangélica
que concurrieron muchos niños y niñas, siendo lle ha sabido electrizar los centenares de fieles
vada en andas la imagen de Nuestra Señora. Le
que llenaban las naves del templo, hablándoles
daban guardia de honor varios niños vestidos de de las obligaciones de los hijos para con sus jiaguardias suizos, según el modelo (jue trazara Mi dres y profesores, de los deberes de los padres y
guel Angel al uniformar dicha guardia para el sersuperiores para con sus hije s é inferiores, y de los
ricio del Vaticano.
Ivlevaba el pendón principal D. Juan Antonio perniciosos efectos que se siguen de la ense
Oüell, y sostenian los cordones don Juan A. Uruela ñanza laica que es lo mismo que sin Dios.
La mañana del 2 de junio amanció espléndida
y el señor D. Javier Marti Codolar.
Detrás de la imagen de María Auxiliadora iban como era de desear y millares de personas hubie
todas las autoridades de Sarriá. figurando a la ca ron de admirar un acto por demás conmovedor.
beza de las mismas el Ayimtamiento con su digno A las 7 V2 en punto salían de uno de los salones de
Alcalde señor Margenat. A la entrada de la prodel colegio 61 niños con dirección a la mencio
cc-ij' >n. cuando el entusiasmo de la multitud ra nada Iglesia para cír la Santa Misa y hacer su
yaba en delirio, cayó sobre ella la palabra infl.'’ - primera Cemunióa. Con rostro alegre y expre
mada de im Padre Salesiano evocando losprofésión de candor desfilaron ante sus familias que
tic' > anuncios del V. Bosco, recomendando la Archicofradía de María Auxiliadora en el Santuario los contemplaban llenas de alegría y ante cen
de Sarriá, y pidiendo a la C'iigen una bendición tenares de personas que se hacían lenguas al
para los presentes en especial para el Ayunta TOntemplar tan simpático desfile. Comenzó
luego la santa misa que dijo el Sr. Director,
miento
— i88
quien al llegar a la Ccmunión felicitó a los niños
que por vez primera la hacían, y a los padres
que les cabía la dicha de presenciar acto tan so
lemne.
Terminado el fervorín, avanzaron de seis en seis
lcs6 i niños para recibir al buen Jesús en sus in
fantiles pechos, volviendo a sus puntos con tal
cr nipostura que no dejó de arrancar lágrimas de
puro consuelo. Después de darle gracias por tan
amorosa visita y terminada la misa, volvieron
al Colegio donde, en un espacioso salón conver
tido en comedor, sirvióselcs un espléndido de
sayuno que consistía en un riquísimo chocolate
con leche, pastas, bizcochos y rosconcillos, todo
a medida del apetito de cada uno. Al final del
desayuno se les repartieron preciosas estam
pas-recuerdos de la primera Comunión.
Durante la misa solemne cantó las glorias de
María Auxiliadora el M. Rdo. Sr. D. Felipe
García (Párroco de Candelario) con frase galana
y riqueza de doctrina presentó a María como
verdadero Auxilio del pueblo cristiano en estos
tiempos. L a escolanía del Colegio interpretó la
hcimosa Misa pontifical de Perosi y cantó es
cogidos motetes y letrillas a la Virgen.
Por la tarde dió la conferencia reglamenta
ria el JI. Rdo. Padre Dimas, sintetizando Inac
ción social las Ordenes religiosas, teniendo en
tusiastas párrafos para la obra civilizadora de
la sociedad Salesiana; hasta ta l punto agradó
el conferenciante que muchos de los presentes
parece ser que se olvidaran que estaban en el
templo o que no pudieron contener el entusiasmo
que bullía en su corazón, porque llegaron a
dar vivas a las obras del V. J. Bosco y al ora
dor que en tales términos caldeó los ánimos de
los oyentes. Terminada la conferencia, se dió
la bendición con el Santísimo.
Otro acto conmovedor gustó muchísimo a
la muchedumbre. Cuando menos se esperaba,
viüse desfilar ante el altar de la Santísima Vir
gen a los 6i niños de primera Comunión para
ílepositar ante sus pies un precioso y valioso
ramo de gusto moderno de que cada cual iba
I>rovisto. En breve quedó el hermoso lütar
convertido en ameno jardín. Durante este acto
se recitaron sentidísimas poesías al Amor de los
amort'S y dialoguilos a la Reina de los cielos
<iue contribiu’eron a darle mayor realce. Dieroiise vivas alD tífico Corazón de Jesús, a María
Auxiliadora y a la Virgen del Castañar patrona
do Péjar, que fueron contestades de lo mas ín
timo del corazón, terminado con el popular
« Adiós Reina del G elo » que fue coreado por
todo el pueblo.
El día 3 por la mañana a las 7
salían de
los patios del Colegio 150 niños seguidos de lo.s
61 q»e el día anterior habían hecho su primera
ccmunión, con dirección al Santuario de nuestra
Señora del Castañar.
A las 8 en punto comenzóse la santa misa en
aquel hermoso Santuario, enclavado en medio
frondosísimos y corpulentos castaños, durante
la cual se cantaron preciosos motetes y coplas
a la V irgen; la comunión fué general y los
niños de primera comunión la. hicieron por
segunda vez. Después de la misa, sirvióse un
sabroso desayuno a los 200 niños, que lo toma
ron con verdadero apetito y alegría bajo la es
pesa sombra de los frondosos árboles que cubren
el Santuario. Acto seguido, la compañía deportiva
jugó un partido de foot-ball que mereció los
aplausos y vítores de la muchedumbre que lo pre
senció con sumo gusto. A las 8 de la tarde se puso
en escena el hermoso drama de ocasión titu
lado « Un guía fatal », del llorado D. Francisco
I'enoglio, S. S. En los entreactos ejecutáronse
escogidas piezas de violín y piano y una hermosa
jota a cuatro voces, original del Rdo. P. Iturbide
del C. de María, de Plasenda. ¡ Bien por los
bejaranos!
VICO. — De la Parroquia del Sdo. Corazón nos
escriben:
Tan gratos recuerdos han dejado en nuestros
corazones los himnos de alabanza ofrecidos a la
excelsa Madre de Dios durante el florido mayo
que acaba de pasar, que no podemos resistir al
impulso de hacerlos públicos para honra y glo
ria de aquella Señora que, por mucho que se
alabe, siempre merece más y más.
Como por una especie de mágico e irresis
tible impulso nos sentimos atraídos a postramos
todos los días a los píes de la bendita imagen de
María, que sonriente nos invitaba a ofrecerle
nuestros corazones y con ellos nuestras penas y
alegrías: y tan dulces nos parecían aquellos
breves ratos que podíamos exclamar con S.
Pedro: Bueno es, Señor, quedamos aquí. Los
armónicos cánticos que en honor de la Auxi
liadora de los cristianos se entonaron y el aroma
de las fragantes flores que embellecían aun más la
encancadora imagen de María, parecen todavía
embargar nuestros sentidos; pero lo que más
embelesaba no era el sinnúmero de luces, ni el
olor del incienso, ni los perfumes de las flores,
sino el fervor religioso de multitud de almas
que agradecidas acudían a los pies de la Reina
de los ángeles, pmeba evidente de la con
fianza con que imploran su Auxilio en sus
necesidades.
L a festividad celebrada en honor de María Au
xiliadora puso digno remate ata n heimosos cul
tos. A las 6 empezó la Misa de Comumón general
con S. D. M. de manifiesto y bonitos cánticos,
la cual fué muy concurrida, dando a la misma
— 189 —
mayor realce un buen número de piadosos ca
balleros que se acercaron del Divine Convite
con las divisas del Apostolado. También fué
muy concurrida la que se celebró a la 8 en el
altar de la Virgen a los acordes del armonio.
La solemne en que fué celebrante el digno
Sr. Director del Colegio lie S. Matías, tuvo lugar
a las 9 34 y
ensalzó las grandezas, de la
que es Auxiliadora de los cristianos el Rdo. Sr.
D. Segundo Eslévez, quien con sublime pince
ladas describió la acción bénefica de María
sobre la humanidad en todos tiempos y cir
cunstancias, haciendo también resaltar admi
rablemente la protección visible que a manos
llenas dispensa esta buena Madre a la Congre
gación Salesiana especialmente por medio de
sus cooperadores. Recibió el orador, muchas y
bien merecidas alabanzas.
Aunque la función de la tarde merecería re
seña especial, diremos solamente que después
de exponer S. D. M. y rezar los piadosos
ejercicios del mes, ocupó la sagrada cátedra el
misionero salesiano D. Bemardino Simón,
quien con palabra fácil y elegante supo de tal
modo cautivar al numeroso auditorio que ar
rancó no pocas lágrimas de piedad y ternura
hacia la más tierna de las Madres.
Lo verdaderamente poético y encantador fué
que con candor angelical un númeroso grupo
de niñas ofrecieron a María profusión de velas,
fio:es y poesías que recitaron con tal encanto,
maestría y naturalidad, que mas parecían an
gelitos bajados del cielo para obsequiar a su
Reina, quei nocentes criaturas en carne mortal.
Xo es para descrita la impresión que dejó en
el ánimo de los fieles un cuadro que más tenía
de visión celestial que de terreno.
CARMONA (Sevilla).— « También en esta ciu
dad, dice E l Correo de Andaluda. sñ ha cele
rado con gran fervor y entusiasmo la tradicio
nal fiesta de la Santísima Virgen eir su hermo
sísimo título de Auxiliadora de los Cristianos.
Precedió a la fiesta un fervoroso triduo, que
predicó con elocuente y expresiva palabra el re
verendo P. Francisco Atzeni, S. S.
E l 2 de junio, día de la festividad, al rayar el
alba recorrieron los pequeños músicos del Co
legio las calles del vecindario, tocando alegres
dianas.
Poco después se celebró misa de Comunión
general, en la qxic el dignísimo señor Arcipreste
dirigió una conmovedora plática a los niños que
iban a recibir por vez primera al Dios del Amor.
Por la tarde salió la veneranda imagen de
María Auxiliadora por las calles de la ciudad en
elegante v artístico f).aso, adornado con profu
sión de luces y flores.
Daban cortejo a la imagen de la Reina de los
Cielos los niños del Colegio, llevando vistosos ra
mos en la mano, y un gran mimero de piadosas
señoras y señoritas.
Presidía la procesión el ilustrado señor cura
párroco de San Pedro, don José María Molina, y
detrás iba la banda del Colegio con numeroso
público.
Terminada la procesión subió al pulpito el pa
dre Atzeni para felicitar al pueblo de Carmona
por el entusiasmo y fervor con que ha honrado a
la Virgen del Venerable Don Bosco, animándole
a seguir confiando en tan bondadosa Madre, que
es nuestra única esperanza y nuestro poderosí
simo auxilio.
Al mayor realce de estas fiestas ha contribui
do la bondad de nuestro Emnio. Sr. Arzobispo,
cediendo para siempre a los PP. Salesianos el
hermosísimo templo parroquial de Santiago,
cuyas vastísimas naves han llenado en estos
días centenares de jjersonas n.
ViGO. — En la capilla de María Auxiliadora se
han verificado, como en año anteriores, esplén
didas fiestas en honor de la Patrona de las Obras
salesianas. E l altar mayor de la capilla, en
que se destacaba rodeada de luces y de flores la^
bellísima imagen, llamó mucho lá atención por
el buen gusto e inventiva de las señoritas' de
Arines que les merecieron unánimes felicitacioríes.
Predicó el triduo con su acostumbrada elo
cuencia el ilustrado cara ecónonio de S. Fran
cisco, D. Juan Domínguez Fohtenla, y la víspera
y día de la fiesta el párroco de Cangas, Sr. LoLosada. La misa de la comunión fue edifican
tísima por el número y devoción de los que se
acercaron a la sagrada mesa; en ella un crecido
número de pequeñuelos, recibió por primera vez
el Pan de los A n g ela de manos del dignísimo
párroco de Santiago, D. Argimiro Martínez. I/a
Escolanía dcl colegio amenizó el acto con pre
ciosos motetes.
Debido en parte a la generosidad de unas dis
tinguidas señoritas, todos los niños fueron ob
sequiados con un suculento desayuno.
Las oraciones sagradas de Sr. Losada acredi
taron una vez más la merecida fama que goza
de orador elocuente y galano. Se puede decir
que sus brillantes y sentidos conceptos le « nacen
en el pecho», porque su mucha cultura no basta
a explicar aquella undón profunda y persua
siva que perfuma sus frases cuando habla de la
\'irgen SS.. sobre todo como inspiradora de las
obras salesianas. L a conferenda que dió el
día de la fiesta por la tarde sobre esas mismas
Obras, puso de manifiesto que el celoso párroco
de Cangas, no solo siente en toda su trascen-
— 190 —
ciencia los magnos problemas de la educación
social que aquellas solucionan, sino también
sabe exponerlos con palabra de fuego, lógica
inspirada y claridad meridiana.
Que la Virgen Auxiliadora recompense a to
dos y D. Bosco desde el Gelo aumente en Vigo
los fnitos de su Obra, « institución admirable
de amor, como decía muy bien el elocuentísimo
párroco de Cangas, de autoridad paternal y de
beneficiosa y práctica utilidad en el órden ma
terial, precisamente en frente de los centros de
odio, de rebelión y de estirilidad, en cniya atmós
fera se desarrolla la existencia de las escuela sin
D ios».
MÁLAGA. — L a iglesia de S. Bartolomé ha re
sultado muy pequeña para la muchedumbre
que acudió a rendir el tributo de su devoción
a María Auxiliadora. Nada diremos de los cul
tos anteriores al día de la fiesta que fueron digna
preparación; pero debemos decir dos palabras
de la magnífica reseña que hace de la procesión
»L a Defensa » periódico católico de esta ciudad.
(( K1 adorno de la iglesia, dice, ha sido pri
moroso y el alumbrado abundantísimo, mere
ciendo en ambas cosas especial mención el al
tar mayor y caniaiín de María Auxiliadora, en
donde los salesianos han hedió gala de arte y
gusto delicado ».
l ’ronunció un elocuente sermón el sacerdote
salesiano D. Femando Ramírez en la misa so
lemne que fué solemne cuanto cabe. Por la tarde
el barrio de Capuchinos presentaba desde las
primeras horas el aspecto que le es caracteiístico en los dias de las grandes solemnidades,
siendo extraordinaria la animación.
L a banda del Asilo había recorrido por la
mañana, a las dnco, el itinerario de la proce
sión, tocando bonitas dianas, a las que co
rrespondieron los vednos adornando los balco
nes con vistosas colgaduras y flores que dieron
a l acto religioso la brillantez acostumbrada en
años anteriores.
A las seis y media y previo repique de cam
panas y disparos de colietes salió la procesión
de su templo, llevando el siguiente orden:
Ablían la mardia Gxuirdias de Seguridad a los
que regula el Real Cuerjjo de bomberos, con su
banda de cometas, al mando de su jefe don
Joaquín Ramírez.
Dtspués de K>s estandartes, cofradías, gntpos
de niños y niñas ricamente vestidas, y las númon^sim as y distinguidas señoras de la Archicofradla de María Auxiliadora, venía la hermosí
sima imagen colocaila en artístico trono, ador
nado con el delicado gusto con que lo hacen
•^unpre sus camareras, las señoritas de Moriat.
De los ángulos del trono pendían cuatro ber
ilio os lazos de raso que llevaban otras tantas 1 i
ñas vestidas de blanco, y daban escolta a la ima
gen cuatro números de la Guardia civil.
Iban después el Preste y diáconos, cerrando
la comitiva cabos y guardias del municipio y la
banda salesiana.
Durante todo el trayecto se arrojaron desde
distintos balcones infinidad de flores a María
Auxiliadora, mereciendo especial mención el
cuadro que se ofreció en la calle de la Madre de
Dios tanto en la casa del ilustrado presbítero
don Vicente López García, como en el Col^o
de la Concepción. Desde los balcones de la
del primero se arrojó a la sagrada imagen una
verdadera lluvia de flores, quemándose pre
ciosas bengalas; y en el Colegio de la Concepción
las Rvdas. Madres que lo dirigen y las educandas cantaron una salve y varios himnos, mien
tras arrojaban flores al paso de María Auxi
liadora.
Cerca de la diez de la noche entraba la pro
cesión en la iglesia repitiéndose los disparos de
cohetes y repiques de campanas. Al entrar Ma
ría Auxiliadora en el templo lo mismo que a la
salida, las bandas tocaron la marcha real y los
vivas no cesaron hasta después de entonar el
Preste la Salve, que cantó la capilla de la casa.
Finalmente el Director de los Salesianos, don
Manuel Gómez, subió al púlpito y todo emocio
nado arengó a la muchedumbre, invitándola
a que no cesara de amar a María Auxiliadora,
correspondiendo asi a las bendiciones que se
guramente habría derramado durante su paso
por las calles sobre los hogares de Málaga, e im
plorándole su intervención en las horas amar
gas de nuestra vida.
Terminó dando a los asistentes la bendición
especial de María Auxiliadora.
La banda de música tocó después en el patio
de la casa escogidos números y el desfile ter
minó próximamente a las once.
SEVILLA. — De los solemnes cultos que en ho
nor de la Virgen de D. Bosco se celebraron en la
ciudad del Betis merece especial mención la bri
llantísima procesión. De ella dice un diario local.
* Los alrededores de los Salesianos, en cuyo
templo de la Santísima Trinidad se venera esta
imagen, las cal’es Arrebolera y Recaredo y la
plaza de Carmen Benítez aparecían concurri
dísimos, \riéndose en ellas gran cantidad de co
ches y automóviles ocupados por aristocráti
cas familias.
A las seis y media de la tarde salió la proce
sión, que llevaba el orden siguiente:
Niños del colegio de San Benito, bandas de
cometas y tambores, niños externos de las es
cuelas de Artes y Oficios, niñas y obreras de la
»alie Castellar y del colegio de San \'icente, se
ñoras cooperadoras, estudiantes internos y ar
— T9 I —
tésanos, antiguos alumnos; hermandad del Sa
grado Decreto, señores cooperadores y clero,
llevando todos sus respectivos estandartes.
Seguía el paso de la Virgen, preciosa canas
tilla artísticamente adornada con gran canti
dad de ramos de flores dispuestos con verda
dero gusto.
Cerraba la procesión la banda de música salesiana.
Al llegar la procesión a la plaza de Carmen
Benítez se dispararon numerosos coh ete, y los
niños de las escuelas de San Roque y Carmen
Benítez cantaron preciosos himnos.
Al llegar el paso ante la puerta de San Roque
se detuvo, sahendo el clero a recibirlo, y ento
nándose por el cura párroco una salve.
La procesión fué recibida a su regreso a la
iglesia de la Trinidad con gran cantidad de co
hetes y bengalas.
Al nenetrar el paso prorrumpió el público,
que llenaba el tempo, en entusiastas vivas.
Después se quemaron varios ruedas de arti
ficio y la banda salesiana ejecutó escogidas com
posiciones.
ALICANTE. — Necesitaríamos unas cuantas pá
ginas para reseñar los solemnes cultos de esta
dudad donde la obra salesiana está todavía en
construcción (valga la frase).
-• A la hora señalada para la comunión general,
dice la V02 de Alicante cuya extensa reseña
extractamos, era imposible dar un paso en la
Capilla, materialmente ocupada por numerosí
simos fieles, que con un fervor verdaderamente
angélico se iban acercando ordenadamente al
ccmulgatorio, recibiendo en sus corazones al Dics
de la Eucaristía.
Terminada la Ccmunión de la mañana, los
numerosos fieles que y a habían cumplido con
este primer deber de todo buen cristiano, fue
ron acomodándose después en las amplias naves
de nuestra Colegiata hasta llenarla por completo,
a fin de asistir a la Misa solemne.
En medio de im religioso silencio, y con la
ranta curiosidad que siempre despierta en Ali
cante la presencia de. la Süiola Caníorum dcl
Campeilo, encargada de la parte musical de la
Misa, dió principio ésta, oficiando de Preste el
M. Iltre. Sr. Canónigo, D. Estanislao Espí. No
diremos cuál de las partes ejecutadas por los
I equeños artistas de Don Bosco, fué la nota sa
liente de la incomparable labor de los cantores
salesianos. Ocupó la cátedra del Espíritu Santo
el Sr. Abad de la Colegiata, D. Modesto Nájera,
quien después de exponer el origen de la festivi
dad que se edebraba, y hacer oportunas refle
xiones sobre la Obra de Don Bosco, concluyó
pidiendo la cooperación de todos los alicantinos,
a fin de que pronto sea un hecho el estabelecá-
miento de los Padre s Salesianos en nuestra
querida Ciudad. Al terminar la Misa, la Schola
Cantorum entonó un hermoso himno de despe
dida e la excelsa Reina de los Angeles, saliendo
la selecta concurrencia que asistió al acto alta
mente complacida de la fiesta.
E l festival de la tarde, último número del
programa, fué por todos conceptos brillantísi
mo coronamiento de los grandiosos cultos de la
mañana. A la hora anunciada, el espacioso re
cinto de la nueva Iglesia en construcción en nues
tros campos salesianos, jueviamente conver
tido en teatro-salón de inmejorables condicio
nes, ya por la gran cantidad de sillas galante
mente cedidas por Iso señores curas Párrocos y
Rectores de todas las iglesias de esta ciudad, ya
por el hennosísimo escenario, con exquisito gus
to improvisado por los mismos obreros que tie
nen a su cargo la construcción de las obras, bajo
la dirección del inteligente maestro D. Enri
que Cabrera, vióse inmediatamente ocupado por
un público tan numeroso como escogido, en el
que veíamos fraternalmente unidas todas las
clases de la sociedad. Ocupaban la presidencia
las señoras de la Junta en primer té’-mino, el
Cabildo colegial después, y por últim o, el ar
quitecto director, autoridades y personas de
significación de esta Ciudad ».
Nada diremos de los números del programa
en cuya ejecución cosecharon tantos aplausos los
niños del Campeilo. « Digno remate de la velada,
fueron los elocuentes discursos de los Sres, D.
Antonio Martínez Torrejón, y D. Vicente Ale
mán, Abogado y Canónigo respectivamente,
quienes en grandilocuentes períodos cantaron
la obra de D. Bcsco, enalteciendo su utilidad
eminentemente práctica y social, y entonando un
himno hermoso de gratitud a las virtuosísimas
damas de la Junta fundadora, que con tanta
abnegación y tenaz perseverancia trabajan
por dotar a nuestro querido Alicante de un cen
tro de cultura cristiana, presagio feliz de un
mañana glorioso. Nutridas salvas de aplausos co
ronaron la hermosa labor de los oradores que
recibieron muchas felicitaciones *.
No quereremos dejar pasar esta ocasión sin
consignar aquí el testimonio de nuestra pro
funda gratitud a la Junta de distinguidas da
mas cuyo celo y actividad jamás se podrá en
carecer cuanto merecen, y al Sr. Santafé, perítisimo arquitecto, que con tanto desinterés y
comp>etencia dirige las obras.
SALAMANCA. — Másbrillante, si cabe, que otros
años resultó la novena y fiesta de María Auxilia
dora. Durante todo el mes la Iglesia de Sn. Benito
se vió muy concurrida y un gran número de fieles
y niños se acercaba a recibir el Pan de vida. Si la
concurrencia durante el mes fué grande, el e^a-
— 192 —
cioso templo resixltó pequeño durante la Novená,
pues más de 5000 personas, sin contar los niños, se
arrodillaban a los pies de la celestial Madre im
plorando de su bondadoso corazón gracias y favo
res especiales. Al contemplar la bella imagen rofleada de infinidad de luces y cobijada bajo im ele
gante trono de brillante plata, parecía sonreír é
invitar a que se la invocara, para derramar cual
bomladasa Madre a manos llenas favores celes
tiales.
Ivas sermones de la novena que predicó el elo
cuente orador sagrado y misionero del Corazón
de María, P. líduardo Pernández, fueron verdade
ras conferencias sociales llenas de unción evan
gélica. Ku ellos puso de manifiesto los males
que corroen la sociedad actual, la vanidad, el or-
CIU D A D ¿LA
eucarística se les distribuyeron medallas de Ma
ría Auxiliadora, pasando de 1000 las repartidas du
rante las misas. Se cantó una misa a 3 voces acom
pañada por la orquesta, siendo ayudado el coro
por valiosos elementos admiradores de las obras
de D. Sosco. Después del Evangelio, oímos una
vez más la elocuente palabra del celoso misionero
que ensalzó las glorias de María de un modo admi
rable.
A las 4 34 después del santo rosario y el ejerci
cio proprio del día, dió la conferencia el mismo
P. Fernández, exponiendo a los Cooperadores
como D Sosco, ayudado por ellos, pudo fundar
grandes centros de educación, formando así hom
bres útiles a si mismos y a la sociedad. Orgullosa
puede estar Salamanca, pues posee dos de estos
L a banda de los ex-alumnos.
güilo, el prurito de figurar luusta en his personas
íjue se precian de muy religiosas y la necesidad
íjue tenemos todos de pisotear el resjieto humano
(jue tantas vlctinms arrastra por el camino de la
perdición. Delnunos levantar una cnizada, decía,
en pro de la buena prensa si queremos sostener y
que prosperen siempre más nuestras creencias religUvsas.
I/a gente acudía á\nda de oir doctrinas tan sa
ludables y la elocuencia sencilla y persuasiva del
van')u apostólico arrastraba a la multitud hasta el
pxmto de hacerse incapaz el espacioso templo.
Llegó al fin el día de la fiesta. A las 4 >2
muñiuia uu alegre rcpitpieteo de campanas y un
continuo estiUlar de cohetes y bombas reales anun
ciaban al vecindario y a Siiíumanca entera la fes
tividad del dia. Hubo misas desde las 5 hasta las
10 *2 que fue la cautatla. A todos los devotos de
nuestra buena Madre que se acercaron a la mesa
centros en donde no sólo se fonna la clase obrera,
sino que reciben su educativa influencia todas las
clases sociales. Hizo un llamamiento a los coope
radores para que autuentara el número de éstos
y no paralizar asi una labor que es de tanto pro
vecho a la clase obrera. Después de la solemue rcser\’a se organizó la procesión.
Entre los niños y jóvenes de las escuelas desco
llaban las compañías deportivas Virlus y Júnior.
que con su hermosa bandera llamaban la atención
del público. No era menos de admirar la de las jó
venes de las Hijas de María A\mliador.a que traían
también sus niñas. El grapo de la Archicofradia
era muuerosísimo y no menos crecido era el de
caballeros y socios de la Compañía de S. José que
con su precioso estandarte cerraban la marcha.
Frentea la imagen de María Auxiliadora iba im gru
po de más de 70 niñas vestidas con trajes ange
licales ofreciendo bellas flores. Radiante de luz y
— 193 —
de hermosura apareció en las andas, como en ma- conseguir la salud, prometiéndole, si me hacia el
gestuoso trono, la Madre del pueblo cristiano y con favor, publicarlo en el Boletín Sedesiano, lo que
paso majestuoso, fué recorriendo las engalanadas hice intencionalmeute, ofreciéndole una pequeña
calles de la ciudad derramando gracias y bendicio limosna y una misa. Siendo yo madre de doce
nes. Más de luil abnas form ado filas ordenadas liijos, que quedarían huérfanos, nuestra Señora
constituían el conjimto de la procesión. Hizo su lüzo el milagro de darme la salud para que con
recorrido de costumbre y a las 8
después de tinuara cuidando de ellos. Hago público lo ocu
más de dos horas de curso, entraba a los acordes rrido, llena de agradecimiento a la Sma. Virgen,
María Auxiliadora.
de la marcha real la bella y simpática imagen de
Marzo, i i de 1912.
la Reina de los Cielos, María Auxiliadora. La mul
P e t r o n il a C h ic a d e C a s t r o .
titud invadía el templo y de todos los pechos sa
lían sxispiros de amor, que en breve se convirtieron
Dan también gracias a Marta AnxÜiadoni y envtao n
en gritos de entusiasmo y en vivas a la siempre
limosna:
amada Virgen de D. Bosco.
Burgos (Esp.). — Francisca Monteverde, por ha
Después de rma breve exhortación en acción de
gracias, dimos por terminado tan hermoso día y ber devuelto la salud a su hijo y otros favores, y
envía una limosna.
simpática fiesta.
Baracaldo (Bilbao). — M. P., por haber librado
Mas de 300 voces entonaron el himno a María del servicio a un hermano suyo.
Auxiliadora «¡Viva, viva, la Virgen bendita! » y la
Cali (Colombia). — É. F. B., por liaberle pro
immensa multitud fué desfilando, saludando una porcionado un empleo en circunstancias muy cri
vez más con afectuosa despedida a la Dispensa ticas y por otros favores. — /d.: D. S., por haber
alcanzado una merced muy deseada._ — I d .:
dora de todas las gracias.
GRACIAS DE MARIA AUXILIADORA.
Santiago (Chile). — Para gloria de María Auxi
liadora, debo cumplir el encargo que me hizo una
persona de publicar ima gracia especial que ha
recibido de la Madre de Dios.
D. Alfonso Anguerre, que habita en los alrede
dores de Santiago, hallándose enfermo desde algún
tiempo sin esperanza de sanar, pues las medi
cinas no le obtenían ninguna mejora de salud,
(habiendo oído hablar de la Vii^en Auxiliadora y de
los portentos que obra en favor de la pobre huma
nidad), pidió a la Snia. Virgen, que se venera con
tanta devoción en la Iglesia de la Gratitud Nacio
nal de Santiago, que le curara, prometiéndole que.
de obtenerle tal favor, iría a su templo para con
fesar y comulgar en acción de gracias.
Hecha la petición y la promesa, no se Imo enerar
la gracia; casi inmediatamente se sintió aliviado
de los dolores, y a los pocos días (18 de marzo) pudo
venirse al Santuario para dar gracias a la Vi^eu
del Ven. D. Bosco y cumplir sus devociones.
F r a n c i s c o M a t t a n a , S. S.
Soledad (Colombia). — El 10 de diciembre de
19II fui atacada de ima fuerte hemorragia por
las narices, que duró hasta las cinco, hora en
que caí desmayada. Inmediatamente fué llamado
el Sr. Cura Párroco, quien me administró el sacra
mento de la confesión, y el i i a las siete la Sta. Co
munión. A las diez a. m. se repitió la hemorragia
con mág fuerza, pues se me vema por la boca; a
las doce volvió el sacerdote a administrarme el
sacramento de la Extrema Unción. A las cinco
•de la tarde se presentó el digno párroco de esta
población, trayendo una medalla de María Auxi
liadora ; me la dió a besar y me la impuso, didéndome suplicara a la Sma. Virgen me con
cediera la vida: pues sólo por milagro de ella podía
Ismael Marmolejo, y da 300 pesos de limosna —
La Sra. Carmen Palacios v. de Palacios y da 200
pesos de limosna, ambos por favores obtenidos.
Salao (Colombia). — María Manuela Collazos de
Ortega, y da 80 pesos de limosna por favores ob
tenidos.
Comalapa. — Por varios favores, Gil Murillo,
20 pesos ¡ Leona de Sándido, 5 ; Nemesio Sequeira,
5; Guadalupe Róliga, 5 ; Luisa Flores, 6; Juan
Urbina, 2; Fabio Duarlé, 2,50; Silvestre Somariva, 4; Jacinta Sequeira, 1,50; Brígida de Mátuz,
4 ; Apolonio Duarte, 2 ; Alicia Amador, 2 ; Fran
cisca de Sequeira, 3; Pbro. Cristóbal Rueda D.,
50; Juan P. Suárez, i i ; Manuel Urbina, 30 ; Juan
Ríos, 5 ; José María Ríos, 5 Santiago Urbina, 150 ;
Agapita de Jesús González , 3 ; Juan Olivar, 3 ;
Bertoldin.a Granja, por una gracia que espera re
cibir. I ; Entima del Carmen López, por id., 3.
Qirón(Colmbia). — Ana Paula Valdivieso, Ignacio
Prada, Juana e Isabel Rodriguez, Francisca Gon
zález de González, Soledad Reyes, Mercedes
Novoa A ., Felipe González G ., Catalina García de
Prada, Mariana Gómez de Prada e bijas por favo
res obtenidos, y envía cada persona una ofremla.
Ibagué (Col.). — Una cooperadora salcsiana, por
la curación de una enfermedad de 22 aúos.
Espinal (Col.). — Ana Polonia de Fuva, por va
rios favores y envía 150 pesos.
Guamo (Col.). — Edelmira Arciniejos, por favores
y envía 350 pesos.
La Corufta (Esp.). — E. U., por vanos favores
y envia 8 pts. de limosna.
La Unión (Col.). — María Bosso, para haberle
hecho desaparecer un dolor de cabeza muy intenso
y envia 2 pts. de limosna. — fd.: Marcelino Gar
cía, por innumerable favores y envia una limosna.
Orense (Esp.). — Hermógenes y Demetria Huilla,
por varios favores.
_
S. José de Cúcuta (Co!.). — El Sr. D. Camilo
Prada C., por favores obtenidos.
Tumaco (Col.). — Elena P. v. de Herrera, por
favores obtenidos y envia veinte sucres de limosna.
Vigo (Esp.). — María Mareda, por un favor muy
grande y envia 10 ptas. de limosna.
= ® v= S = =
POR EL MINDO SfILESlíINO
Asociación de Ex-alumnos.
CIUDADELA (Menorca). — La agmpación de exalunmosciiicladelanos va tomando tal incremento,
y de ello liemos dado varias muestras en estas co
lumnas, que pueden comparíU’se con los primeros.
Hoy tenemos el gusto de engalanar nuestras
columnas con la fotografía de la banda. a la cual
no falta nada a pesar de haber nacido ayer, como
quien dice, para constituir xm cuerpo artístico de
importancia. Los servdcios que viene prestando
en líus funciones religiosas y civiles, en el deporte
etc. indican bien u his claras que los exalumnos de
Ciudadela progresan también en este ramo, tan
apreciado por D. Rosco, el cual, como sagaz edu
cador, sabía muy lo que significa la música en la
educación.
BARCELONA — La Romería del Rara. —>-Uno de
los últimos días de Mayo se celebró la Romería
del Ram en el Tibidabo, cimipliendo el XX\H ani
versario de la misma.
Esta romería tiene remembranzas que corren
parejas con la obra del Tibidabo. El afxo 1886 fué
concedido al Venerable D. Bosco el solar de la
cúspide del Tibidabo y. en ella quedó instalada, al
tomar posesión, la capilla del vSagrado Corazón,
es decir, un modesto oratorio, con la imagen del
Sagrado Corazón de Jesús, que a lo lejas desta
caba como una piedra hita ó de ténnino. Ivutonccs
unos obreros concibieron la idea de subir alli to
dos los anos, y antes de volver a la ciudad atlonxab¿ux aquella capillita con llores de retama recogidas
en el camino.
Cuando la romería fué conocida, muchos se
ugreganm a ella y juntaban su manojo de llores al
de a({uellas obreros, llegando a cubrir con ellas,
no .sólo el interior, sino el exterior de capilla. Un
año <jucxlé> completamente cubierta de flores.
ICntonces ya se habían puesto los cimientos de la
cripta del templo expiatorio monmnental que ha
bía de substituir a la hixmüde capilla y los elemen
tas que se rcuniau todos los íuxos el lunes d e Pas•cua florida en el l'ibidabo, se constituyeron en
Asociación. Los Padres Salesianos. populares ya en
Barcelona, contribuían a los cultos, poniendo, para
que resultaran lo mas espléndidos posible, cuanto
estaban en su mano: la música, los adornos, sus
niños y los cooperadores de su grande obra. Y
con ellos se sumaron las asociaciones católicas todas,
y acortada la distancia de Barcelona al Tibidabo
por medio del funicular, la Romería del Ram fué
conocida de todos los barceloneses.
Este año, como entonces,’ celebróse la romería,
y. como siempre, se organizó en la iglesia 4 deis Josepets s, de Gracia. A las primeras horas de la
mañana, después de celebrarse una misa, en la
que muchos peregrinos recibieron la Sagrada Coinunión, provistos de ramos de flores, se diri
gieron al Tibidabo. La Asociación llevaba xm gran
macizo de flores natxirales simxxlando xm corazcai y
el nuevo estandarte de la Sociedad. Seguía la banda
de música de las Escuelas Salesianas, y cuando
cesaban sus acordes, los romeros entonaban cán
ticos.
Al llegar la romería a la Avenida del Tibidabo,
se disgregaron muchos de los concurreixtes, su
biendo al funicular. Los demás, en devota comitiva
subieron la montaña por el sendero que toca al
ténnino de Vallvidrera.
A las diez y media llegó la comitiva a la cumbre
del Tibidabo remxiéndose mas de 2.000 personas,
que con los recien llegados fueron a depositar sus
ramos de flores en la antigua capilla del Sagrado
Corazón. El Canónigo Penitenciario. Dr. Ballester,
hizo la presentación de la romería al Sagrado Co
razón. ofreciendo los afectos de todos, simboli
zados en el aroma de las flores.
La baixda de nxúsica acompañó a la peregrina
ción hasta la cripta.
En ella se celebraron desde primera hora de la
mañana solexnnes cultos. El altar estaba lleno de
flores. A las siete, se celebró la primera
de
Comxxuión.
Llegada la romcria, celebró otra nxisa el P. Vicente
Schiralli, S. S. y predicó el Rdo. Dr. D. Ramón
Balcells acerca del Sagrado Corazón de Jesús, al
qxxe debe dirigir su vista la ciudad de Barcelona
para avaixazr en su vida de progreso, sin dejar la
senda de la virtud, hoy casi borrada por las concu
piscencias sociales de nuestro pueblo.
En esta nxisa comulgaron asinxisnxo muchos fieles.
Dijo la última el P. Estanislao Garda.
Duraixte toda la mañana, y especialmente des
pués de las diez, la afluenda de público fué en au
mento.
En la residencia de los PP. Salesianos depen
diente del templo hubo xma comida, a la que
— 195 —
concunicron los o^anizadores de la romería, pre
sidiendo el canónigo Dr. Ballester. el provisor
eclesiástico Dr. Guitart, y D. Manuel Hermida.
SírN'ió dicha comida con todo esmero la Coopera
tiva popular, haciendo los honores de la casa, con
la amabilidad que los caracteriza, los Rdos. PP.
Salesiaiios.
Entre los concurrentes se lamentó la ausencia
del presidente de la Asociación del Ram, D. Ca
yetano Pareja, retenido en casa por enfermedad.
Por la tarde se celebró un t r i s c o cantado por la
Asociación Reparadora de Pío IX , siguiendo la
procesión que recorrió la plaza del Tibidabo.
Representa el venerable D. Juan Bosco, fun
dador del famoso Instituto, una de las más admi
rables obras sociales del pasad* i^ lo, y el artista
supo infundir en la fría materia-^’chispazo de vida
que revela el genio; aquellas líneas encierran la
expresión de bondad y energía que caracteriza
ron en vida al que adelantándose a su época, marcó
el camino que ha de seguir quien'aspire a empren
der la reforma de la sociedad con base segura y fi
nalidad definida.
Feliz ha sido la idea de dotar la Casa Salesiana
S E V I L L A — Grupo de ex-alunlnos.
El momento más solemne de la misma fué la
bendición con el Santísimo Sacramento, desde
aquella altura, de la ciudad, prosternados todos los
presentes y mientras la banda de música de las
Escuelas Salesianas ejecutaba la marcha Real.
A última hora de la tarde regresó la romería, que
se disolvió después de visitar el santuario de
Nuestra Señora de la Bonanova.
V ico. — Leemos en un periódico de esta dudad:
* Hemos tenido ocasión de ver un hermoso busto
en mármol blanco y una lápida que con destino a
la Casa Salesiana de Vigo, ha ejecutado en sus ta
lleres el conocido marmolista de esta dudad D.
Jesús Blanco, cuyo busto se encuentra expuesto
al público en uno de los escaparates del comerdo
«Pin de siglo *.
de Vigo de una obra artística de esta naturaleza, y
feliz ha estado el artista en la interpretación del
pensamiento; y eso que para la reproducción .sólo
pudo contar con un cromo, cromó al fin y no muy
bueno.
Muestra la lápida la gratitud de los P. P. ^ le*
sianos hada los que, como D. Teófilo Llórente y D.
José Rodal, prestaron su apoyo á la casa de Vigo,
que gracias a esos y otros generemos donantes ha
podido ir desarrollando y sosteniendo clases en
las que redben enseñanza gratuita más de 300 ni
ños, faltándole únicamente la instalación de ta
lleres para no ser la última entre las treinta y
tantas existentes en España.
Como el busto, demuestra la lápida el buen
gusto y perfecdón que a sus trabajos imprime el
Sr. Blanco ».
— 196
HUESCA. — Se ha organizado en estas escuelas.
(|ue cada día vtift despertando a nueva y vigorosa
vi<Ia, haciendo presumir en dia no lejano la aurora
de un Oratorio Festivo en todo su desarrollo, un
circulo deportivo de gimnasia. Ha dado ya vaTi(vi festivales ante selecto público que le ha pro
digado nutridas aplausos y felicitaciones. La foto
grafía está tomada en el momento de uno de sus
ejercicios con apoyos, al que siguió imo de esos
cuadros imponentes que coronan nuestros festi
vales. donde campea ondulante la insignia de
nuestra patria. Resuenan entonces los acordes
marciales de la marcha real española que con no
p(x:a precisión y gallardía ejecutan nuestros pe
queños músicos y cornetas, y en tomo presenta
armas nue.stro batallón infantil en ciernes aún,
pero luciendo ya s\is fusiles y alguno que otro
unifonue. Verdaderamente algo como la majestad
<le esíts grandes ideas de patria y ejército se deja
sentir entonces.
La l'ic.sta de María Auxiliadora no desmereció
en nada a las años anteriores. La junta de la Archicofradia tomó a su cargo el adorno del altar de
Míuia .Auxiliadora que se vió verdaderamente puesta
en un trono de luz. Uno de los mejores oradores
del pulpito español, el Padre Tomás líchevarria,
ocup<'> la síigrada cátedra durante el solenme tri
duo de la fcsti^'idad, cjuien al último tuvo que
confesar (juc se sentía insuficiente para colocar el
broche refulgente y rico (pie debía cerrar tan her
mosos cultos a la Soberana de cielos y tierra.
Realzó en sumo grado la solenmidad la augusta
presencia de nuestro amadísimo prelado. Nuestra
banda infantil de música y la Schola cantorum
desempeñaron su paijcl a satisfacción.
mía humana. — Un termómetro cenligrado. — (Xro
de máxima y mínima (Bellani). — Un barómetro
aneroide de \'idi. — Un alcoholímetro. — Un serpeniin. — Pila de Grenet. — Un pluviómetro, _
Un calcimetro de Urgellés. — Un arado (miniatura)
de vertedera giratoria. — Id. Brabant. — Una
colección de semillas compuesta de 54 especies en
sendos vasos. — Una colección de abonos en otros
46 vasos. — Un pingüino (Alca torda). — Un
Grebo (Podiceps comutus). — Una casulla verde j
candeleras.
El resto del salón, ocupado ya por las familias
y numerosos invitados, ofrecía el más animado
aspecto ».
De la variedad y enjundia de los números del
¡irograma. del éxito de la velada y de la satisfacción
del selecto público, respóndela conocida competen
cia y gusto de los futuros abogados, inédicos, in
genieros, etc. etc. El P. Calasanz comno\'ido y
ufano por las hermosas pniebas de la educación
moral e intelectual que sxis educandos se habían
asimilado. Ies dirigió al fin párrafos hennosisiuios,
que pusieron digno remate a la fiesta.
CADIZ. — Munífica re.sultó la excursión que el
16 del pasado, fiesta de la Ascensión del Señor, tu
vieron los niños de este hennoso colegio a la pin
toresca hacienda que en Puerto Real posee el ce
loso cooperador salesiano Exmo. Sr. D. José M.
Tejera.
A las siete y media de la mañana después de oir
la santa misa y de recibir la Sagrada Comunión
la mayor parte délos exemsionistas. precedidos de
la banda de música del Asilo Escuela; se dirigieron
al muelle donde los esperaba im vaporcito de la
Compañía trasatlántica, que debía conducirlos a
MATAKO.— Los alumnos de este centro docente la villa de Puerto Real y de alU encaminarse a la
celebraron con singular esplendor la fiesta del Pa suspirada finca.
trocinio de S. José, que era al mismo tiempo la del
Durante la travesía se cantaron varias coplas y
onomástico del Sr. Director. P. José Calazanz. dieronse entusiastas \ivas a María Auxiliadora y
Nada diremos, porque lo adivinan los lectores sin a D. Bosco.
que nosotros lo digamos, de la brillantez de líis
Próximamente a las nueve un alegre pasodoble
funciones religiosas, aunque desearíamos escri anunció al Sr. Tejera la llegada de los regocijados
bir dos palabras de la magnífica oración sagrada huéspedes, saliendo a recibirlos acompañado de
del P. Colomé, de las Escuehis Pias, sobre el'valor su señora esposa su hermano D. Cayetano, Con
social del ejempló de S. José. Pero no queremos tralmirante de la Escuadra, e hijos.
omitir un parrafito de nuestro colega « Juventud
Momentos después, pasaron a la hermosa capiSalesiana *. porejue pennite bannihtiu el ambiente llita donde por vez primera se celebró misa solemne,
de cultura que allí se respira y el progreso cada ejecutando la Sfcola Cantorum mía preciosa misa
vez mayor del colegio.
del maestro Bottazzo; terminado que h u ^ el
« Por la tanle; dice el cronista, a la hora anun santo sacrificio, fueron obsequiados los jóvenes con
ciada nos ^rigimos lü salón de actos que ofrecía unas copas de generoso jerez y se esparcieron por
el más animado aspecto. Una novedad muy del los hermosos jardines y \-iñedos que rodean el ca
gusto de todos fué la presencia de un quinteto serío.
dirigido por el conocido y laureado maestro Fran
A las doce pasaron todos al frondoso pinar de
cisco Bn^iet y Rccasens, que con la amabilidad nominado * La Pinaleta donde tuvieron una su
que le distingue, se dignó dar realce a la fiesta re- culenta comida aconpaña dos de los Sres. Tejera,
crcimdo nuestros oidos con alguna de sus inspira familia y otras personas, de la localidad in\dtadas
das composiciones interpretadas con smno gusto. al efecto.
Venia enseguida la mesa de los regalos ofrecidos
A los postres la banda hizo oir las mejores pie
por los lüiuunos al Reverenda señor Director, que zas de su selecto repertorio.
Uaixiabim justamente la atención. Entre ellos ha
A las siete dejaron aqueDos pintorescos lugares,
bía: Un hombre Plástico (Doctor Anzú) de 1.20 m. no sin dar antes mil gracias a las caritativas per
altura, dcscrnuponible en todos sus órganos y el sonas que proporcionaron un dia tan alegre a estos
más apropiado modelo para el estudio de Anato pobrecitos huérfanos, pasando lu^ o a saludar y
— 197 —
dar las gracias al delegado de la Compañía Trasa
tlántica. Esmo. Sr. D. Joaquín Rodríguez Guerra,
por su generosidad en poner el vaporcito a dispo
sición del Sr. Director del Colegio.
A las ocho llegaron a ésta rebosando de gozo
V alegría haciendo votos para que se repita paseo
tan lindo.
Gracias sean dadas a esas almas tan generosas.
Un excxirsionista.
Recompensa merecida. — En im penódico de
Buenos Aires leemos lo siguiente que con mucho
gusto trascribimos.
La importante sociedad * Academia de Historia
Internacional de París *. acaba de nombrar miem
bro de dicha sociedad al presbítero salesiano Don
Antonio Malán, otorgándole una medalla de oro, por
sus sabios estudios sobre los indios * Bororos * del
Brasil.
El R. P. Malón es Inspector de los colegios y
Misiones Salesianas del Matto Grosso y lleva largos
años de residencia entre los indígenas, habiendo
fundado varías Escuelas de Artes y Oficios y Co
lonias Agrícolas, donde se educan los liijos de los
salvajes.
Cuatro años hace, tmdmos ocasión de verle en
este colegio, acompañando una correcta y entonada
banda mtxsical, compuesta de indios bororos que
llamó grandemente la atención, no sólo a los pací
ficos moradores de esta parroquia, sino también
al mismo Presidente del Brasil y demás autoridades
de aquella República, que aplaudieron grandemente
la acción rivifizadora de los Sales.ianos.
Liguen nuestros plácemes al benemérito P. Ma
lán y a sus cooperadores en sus trabajos apostó
licos.
No es la primera vez que las corporaciones cien
tíficas recompensan los servicios prestados a la
ciencia por nuestros misioneros. Algunos de ellos
pueden juzgarse por los datos etnológicos publica
dos en nuestro Boletín. La Monografía de los Onas
y otra de ios Bororos, que tal vez que publiquemos
pronto, dan una idea de la actividad con que el mi
sionero contribuye al estudio de estas razas, que
dentro de algunos años deberán su puesto en la
Historia a los humildes hijos de D. Bosco.
TESOR© ESPIRITUAL.
Los Cooperadores Salesianos que confesados
y comulgados, visiten devotamente una iglesia
o capilla pública, o si viven en comunidad, la
propia capilla; y rueguen según la intención
del Sumo Pontífice, pueden ganar las siguientes
indulgencias plenarias:
Para el mes de Agosto:
El día 6. Fiesta de la Transfiguración de N. S.
Jesucristo.
El dia 15. Fiesta de la Asunción de María Sma.
El dia 16. Fiesta de S. Roque.
El dia 29. Fiesta del Sgdo. Corazón de María.
,L
MEMORIAS BIOGRAFICAS
de M ons. L U I S L A S A G N A .
6- n5 '
CAPITULO XL.
Bastón en mano — A bordo del ,.Diamantino** —Encuentro con Indios — Los mosquitos — En una
chata— Visita de Corumbí — A bordo del ,,Cox¡pó“ — Las estrecheces de la vida -- En el
río S. Lorenzo — Grata sorpresa — Un hecho
trágico — I Pobre hombre! — Entre los bancos de
arena — Un paso terrible — Llegada a la capital
de Matto Grosso.
Jesucristo al em-iar a los apóstoles a convertir
el mundo, les dijo: Elegí vos, ei posui vos, ul eaiis
et fructuni afferaiis (i): * Os he elegido y os he des
tinado para que vayáis y hagáis fruto ». En fuerza
de esta palabra divina la tradición pinta al apóstol
con el bordón en la mano, y nos lo figuramos en
acto de viajar de una a otra nación en busca de
que salvar. Nuestro Obispo, misionero bajo
este aspecto también, es un verdadero apóstol.
Su ardiente celo le impulsa a tentar todos los me
dios para granjear almas a Jesucristo, y por eso
viaja de continuo, haciéndose realmente, como a
veces se llamaba a á mismo, el corredor o agente
viajero del Vicario de Cristo.
El 6 de junio se embarcaba con los recién llega
dos en el Diamantino para remontar las apacibles
ondas del Paraguay en dirección a Cuyabá. El ha
llarse de nuevo en compañía de sus amados her
manos le llenaba el corazón de una indecible alegría.
Todos estaban concordes en liendecir y loar al
Señor por la grande y \-isible protección que hasta
aquel momento les habla otorgado. A gran dicha
tenían el poder celebrar la santa Misa, entre semana
en privado, y en los dias festivos en el salcui para
comodidad de los pasajeros. Soportaban con resigna
ción el calor que se iba haciendo intenso, como
quiera que habían pasado el grado 24 de latitud
y estaban para entrar en la zona tórrida. « A la
derecha, asi escribía Monseñor mismo, nos cml)elesaban las hennosas riberas del Paraguay, siempre
onduladas, siempre risueñas con sus collados y
montes cubiertos de árboles gigantescos, de cuyas
ramas pendían variadísimas lianas y plantas pa
rásitas. revestidas de flores de vivos matices. De
acá para allá revolaban en bandadas ó separados,
los más hermosos pájaros de todos tamaños y co
lores, y en el fondo verdinegro de la floresta resal
taban mara\*illosamente los nevados cisnes y las
garzas lucientes y mil otros pobladores del aire
De trecho en trecho a la sombra de las palmeras
y de los
se di\Tsaban modestos chozos de
pastores y de labri^os que allL viven en casi per
petua soledad ».
En la maigen opuesta se extendía aun el suelo
bajo y pantanoso del Chaco, poblado casi exclusi
vamente por Indios nómadas. Como las ^ uas se
— 198 —
habían retirado mucho, los pobres indígenas se
acercaban a la, orilla, y los misioneros antes de
llegar si su destino encontraron acá y acullá nume
rosos grupas de ellos.
El 7 de junio muy de madrugada llegaron a
Villa Concepción, donde vieron a los Indios deslizanse en sus canoas en tomo del vapor, pidiendo
galleta y bujerías de que hacen gran precio. No
tenían un harapo con que cubrirse y algimos lleva
ban los miembros embijados de rojo vivo y de
negro luciente. Otros ostentaban la frente ceñida
de plumas y las mimecas y los pies con ajorcas
también de plumíis, o de blancos huesecitos.
El viaje se hacía cada vez más penoso a causa
vaporcitos de ruedas, extremamente livianos, sin
carga de ninguna clase; y con todo las más de las
veces ni asi es posible continuar el viaje. Entonces
hay que trasbordar a barcazas de fondo no con
vexo, sino enteramente plano, y que por esta
razón se llaman chalas, e impulsadas, no a vela ni
a remo, sino con varales o botadores que hombres
robustos afirman en la arena, impeliendo así poco
a poco y como a saltos a la pobre chata. Esta es
la suerte que nos cupo a nosotros.
» En Corumbá vinieron a recibirme el párroco,
P. Constantino Tarzio, italiano, y el cónsul de
Bolivia. A la mañana bajé a tierra para visitar
la iglesia y al coraandanté de la plaza. Coronel
A L I C A N T E — Las obras salesianas.
del calor sofocante, pero .sobre todo por los mosqui
tos. que al través de las vestidos hundían su largo
aguijón en las carnes hasta hacer brotar sangre.
No habla nie<}io de librarse de sus asaltos, ni si
quiera encerrándose en las camarotes.
* Kn la noche del 10 de junio, prosigue Monse
ñor. llegamos al puerto de Commbá. Aunque esta
es la segunda ciudad de Matto’Grosso y rival de
Cuyabá en población e importiuicia, no hay que
figurársela sin embargo como uno de nuestros
jniertos tic Italia; apenas se la podría comparar
con las más modestas aldeas de nuestro país.
Cuando mucho cuenta tres mil habitantes, fuera
de Uvs .soldados de la guarnición.
» Aquí está la aduana del listado y aquí se de
tienen los vapores, pues más arriba el agua menna
tanto que piu-a navegar es preciso embarcarse en
Horacio, y al cónsul italiano, señor Carcano, de
Milán, cumplidísimos caballeros que después rae
acompañaron a bordo con la banda del regimiento.
El anciano Párroco está solo y desanimadísimo:
tiene que habérselas con muchos extranjeros, olgimos de ellos itaüonos, aventureros y especula
dores los más; el territorio de su jurisdición mide,
más de cien leguas, y por todo ^ to se le caen las
alas del corazón.
•• Solamente escuelas para niños y m'ñas diri
gidas por religiosos y hermanas poiiriaa con el
tiempo mudar el aspecto de aquella ciudad, cimen
tada en rocas calcáreas, abrasada por un sol cal
cinante y engolfada en el tráfico y en la vida mate
rial. ¿Podremos concurrir algún día a esta obra de
regeneración? Plegue a Dios que así sea •». Este
anhelo de Mons. Lasagna fué cmu;>llIo en el año
-
19) —
de 1899 por el celo del P. Malán, Superior de la
Caví Salesiana de Cuyabá, coadjnivado por los
buenos Cooperadores de Coruiubá.
< El dia n de junio, continúa Mons. Lasaba,
a eso del anochecer ya estábamos todos apretados
en un endeleble vaporcito llamado Coxipó, donde
bapenas se nos pemiitia llevar con nosotos una
valijita con la ropa indispensable. Todo el resto
del equipaje hubo que dejarlo en Corumbá, pues
habiendo bajado mucho las aguas, el vaporcito
coriia peligro de encallar y era preciso mante
nerle lo más li\*iano y flotante que fuera posible.
Amén de los ochenta y tantos pasajeros, iban en
nuestra compafiia tmos cuarenta soldados con
sus mujeres y niños, según la costumbre de estos
parajes, negros y mulatos, indios y mestizos. El
vaporcito no tenia sino algunos camarotes para
las señoras: ¡gracias que el piloto tuvo la galan
tería de ceder su chiribitil para mí y para mi secre
tario! A popa y a proa del vaporcito. lo misno que
a los lados, habia xmos corredores abiertos, con
banquetas fijas. De dia seiA-ian de paseo, centro
de remüüu y refectorio común, y de noche de dor
mitorio general.
» Cada imo se arreglaba como podía: sobre im
jergón o tma manta de viaje y con ima vahja por
almohada pasábamos la noche acurrucados a la
buena de Dios. IFelices de les que eran de buen
dormir y gozaban de salud a toda prueba; porque
éstos no tenían otro inconveniente que el de ama
necer con los huesos molidos! Pero yo no pude li
sonjearme de ello. Atravesando durante días y
semanas libares paludosos donde el sol ardiente
levantaba espesos vapores que de noche caían
como fina llm*ia en húmedo y nocivo rocío que no
se podía evitar, yo sentí despertarse punzantes mis
dolores rettnráticos en los hombros, en los costados
y en la espina dorsal. Pasé noches toledanas y
amanecía con ronchas y moretones en el rostro.
Sufrí tanto que toda\áa no estoy repuesto del todo.
Sin embargo ninguno de mis buenos compañeros
padeció la más leve indisposición: ni im solo día
faltó entre nosotros la hilaridad y el ánimo.
» El vaporcito se detenía cada veinticuatro
horas para proveerse de leña, en los raros parajes
en que algún hombre arrojado plantó su choza para
criar animales y cultivar arroz o maíz en aquellos
pantanos miasmáticos.
» Al cabo de dos días dejamos a la izquierda el
rio Paraguay para internamos en el S. Lorenzo en
cuyas orillas muclio más arriba están acampados
los Indios Coroados, a quienes iremos a visitar en
bre^-e. Navegamos ventiocho horas por sus plá
cidas aguas y después dejamos el S. Lorenzo para
embocar en el riacho Cuyabá que es tortuosísimo ».
Durante estos últimos días, debido a la estrechez
del lugar y al gran número de viajeros, no siempre
pudieron nuestros hermanos celebrar la santa
ni cumplir con sus acostmnbradas prácticas de
pedad. Era este un gran sacrificio, una dura pri^^ción que Monseñor trataba de suplir con pláticas
edificantes, con frecuentes jaculatorias y comunio
nes espirituales, elevando de continuo a Dios el
corazc>n y la mente de sus compañeros. Para el
16de junio, fecha a la cual había sido trasladada en
aquel año la fcsti^rídad de María Auxiliadora, dia
tan querido para los misioneros salésiaiios, nuestra
buena Madre les habia preparado una grata sor
presa. Mientras Monseñor no podía vencer im sen
timiento de profunda melancolía, pensando en las
hermosas fiestas que en aquel dia se celebran en
varias de nuestras iglesias, y mientras le afligía la
impotencia de hacer algo en aquella chata en
honor de su celeste Patrona, se le acercó \in vdajero y besándole respetuosamente el anillo le puso
en las manos una carta. !Cuál no ñió .su asombro
cuando al abrirla encontró en moneda brasileña
la suma de 296 pesetas y cuando supo que dicha
cantidad era el producto de xina colecta e.s|iont:\neamente realizada por los viajeros a beneficio de
la nueva misión de Matto Gros.so! Esta generasa
oferta, al paso que atestiguaba los nobles senti
mientos de aquellos señores, era también infalible
indicio de la simpatía que Monseñor había sabido
conciüase entre sus compañeros de viaje.
Remontando el rio Cuyabá nuestros misioneros
pasaron jimto a un lugar tristemente célebre por
un trágico suceso. Denominase fazenda do aterrado hacienda del terraplén por estar la casuca edi
ficada en im ribazo levantado artificialmente para
e%rítar las inrmdaciones.
Vivió allí hace pocos años im tal Figueredo con
su familia y varios peones, ocupado en la cria de
ganados y el cultivo de los cereales. Armados
de buenos fusiles para amedrentar a los Indios,
daban caza a los que se les ponían a tiro. Pero los
Indios en vez de alejarse para siempre, ofendidSe
en sus derechos de soberanía sobre aquel suelo y
provocados por l^^tropelias cometidas con sus her
manos, a fuer de salvajes juraron tomar venganza.
Acecharon, pues, el momento en que Figueredo
estaba con sus j>eones lejos de casa, afanado con
su trabajo en la floresta, y penetrando con cautela
por entre la tupida espesura, sorprencheron la mujer
con sus hijitos y los d^oUaron sin dejar uno a vida.
Enhastaron las cftbezas de las victimas en sus picas
que clavaron de trecho en trecío en el patio de la
casa, y sirvieron la sangre en los platos de la mesa
aderezada ya para la cena.
Al anochecer volvía alegremente Figueredo
hacia al amado caéerio y no oyendo según costum
bre la regocijada algarabía de su.s hijitos que solían
correr brincando a su encuentro, aceleró el paso con
el corazón lleno de zozobra.... En llegando al patío
dió im rugido espantoso y cayó al suelo sin sentido.
Sus criados le pusierom en una canoa y le llevaron
lejos del lugar nefasto adonde no volvió jamás.
Aim vive, pero como atolondrado: camina solo, a
menudo gesticula, «Ira los ojos al cielo y llora, llora
inconsolable su tremenda cuita. ¡Pobre hombrel
Nuestro Obispo, después de coñtar este hecho con
cluía: 4 Y o bendije con los ojos arrasados en lágrimas
la ruda cruz que descuella .en aquel sitio funesto,
e imploré la misericordia de Dios para las víctimas
inocentes y para los inconscientes verdugos *.
Pero aquí nos conviene voI^^ sol n nuestros
pasos El día 15 de junio al anochecer hicieron alto
frente a tma habitación camjjestre donde con el
caballo ensillado aguardaba im correo enviado de
la Capital por el Presidente del Estado para ver sí
—
200
los misioneros estaban a bordo del vaporcito. No
bien recibió respuesta afirmativa, ocupó los arzones
y desapareció por las veredas que serpean bajo la
opaca bóveda de los frondosos árboles de la flo
resta. Era indicios de que ya les quedaba poco que
andar. Pero más abajo el río se ensanchaba desme
suradamente y, menguando las fuerzas de las aguas,
amontonábase la arena y les atajaba el paso. El
Capitán hizo trasladar a una barcaza que habia
tomado a rcmokpie en la última parada todas las
valijas, totlos los objetos de algún peso a fin de
aligerar el buque y asi tentó el vado que salió feliz
mente. Nuestros viajeros esperaban, pues, estar
en Cuyabá en la tarde del siguiente dia; pero sus
esperanzáis quedaron fallidas. A la mañana si
guiente, apenas acababan de levantarse y se disIjoniau a celebrar la santa Misa por ser domingo,
cuando el vaporcito osciló con terrible sacudida
y por segunda vez encalló en los bancos de arena,
líl Ca])itán no omitió esfuerzos para vencer aque
llos obstáculos haciendo desembarcar a muclios
pasajeros y trasportando a la barca gran parte del
menaje; asi aquella cáscara de nuez volvió de nuevo
a flote. Sondeó el cauce del rio. hizo entrar a los
marineros en el agua hasta la cintura y con va
rales tentearon el fondo en varios puntos; retro
cedió y tornó a avanzar primero a la derecha, luego
a la izquierda y después por medio, tentando de
mil manenus trasponer aquel paso tan escabroso;
pero todo fué inútil. Entonces echó anclas*al abrigo
de unos árboles de la ribera adyacente para que su
sombra defendiese a los pasajeros de los rayos de
un sol de brasa, y por última vez los llamó a bordo
para el almuerzo.
Euego dejaron para siempre el Coxipó y se apre
taron como sardinas en banasta en la barca de
fondo chato. liste último trecho de viaje fué el más
penoso. Monseñor acurrucado en el medio de la
barca y apoyado de espaldas a la baranda, rebo
zado en ima manta para defenderse del copioso
rodo, y atonnentado sin tregua por los mosquitos,
no podia pegar los ojos, a lo cual también contri
buían los empellones que los cansados bateleros
daban a la barca y más aun las pisadas con que á
cada impulso del remo herían a compás del reso
nante sollado, y a fe que era un espectáculo digno
de admiración el ver al Obispo fie Trípoli sentado en
medio de todos aquellos pasajeros en el acto de
tomar alimento: una galleta y una rodaja de salchi
chón. remojadas con un buen vaso de agua del rio.
Por buena suerte, aumiue a duras penas, pudieron
finahuente continuar su derrotero hacia Cuyabú,
adonde llegaron el iS de junio a las doce en punto.
Monseñor con sus compañeros fué recibido con
repique de emupanas, al son de los conciertos
musicales y al disquiro de los morteretes. Abrazado
por el obispo diocesano Mons. Carlos d ’Amour,
felicitado jxjr el Presidente, magistrados y gene
rales, y festejado por mía población que se agol
paba en su derredor, fué acompañado entre remoliiK'S de polvo hasta la Iglesia de S. Gonzalo en la
<]ue se cantó im solemne Tt Dtum. Después de la
bendición con S. D. ^I. Moas. Las; gna dirigió al
gunas palabras de sentido reconocimiento al Obispo,
.a' l'residente, a todo el pueblo por la cariñosa re
—
cepción que le habían hecho: expuso el objeto de U
ida de los misioneros e hizo votos porque los Salesianos pudiesen procurar el bien de las almas, que
era el fin por el cual se habían trasladado con tanta
incomodidad hasta las regiones de Matto Grosso.
{Continuará).
D a. P urificación L u íta.
Con fecha 17 de febrero último murió santa
mente en el Señor la Sra. Da. Purificación
Euita, que tanto a5oidó a la Obra Salesiana
desde su fundación en Vigo, sacrificándose con
la mayor buena voluntad y solicitud en atender
a todo lo que le permitían sus fuerzas.
D . A n to n io Llanger.
Después de recibidos todos los auxilios espi
rituales, murió también piadosamente en Vigo
el día 29 de febrero el Sr. D. Antonio Elanger,
quien desde sus principios favoreció mucho la
Obra Salesiana de la que era entusiasta coope
rador, sin que hiciera alard; de sus bondades,
cuidando no supiese la mano izquierda lo que
hacía con la derecha.
D a . Lu cía C a rrizo .
Da. Eucía Carrizo, Vda. de Fernández, en
tregó su alma a Dios el 15 de febrero a la edad
de 73 años. Fué verdaderamente la mujer fuerte
del Sagrado libro y Dios se digno probarla con
toda suerte de tribulaciones, especialmente con
las enfermedades. También dió con corazón
generoso un hijo a la congregación salesiana.
Amó mucho a María Auxiliadora, a S. José
y al Sagrado Corazón de Jesús a quien ofrecía
sus graves dolencias y pruebas. Fortalecida
con todos los Santos Sacramentos y confiada en
Dios, en la Virgen Santísima y S. José, pasaba
a la otra vida en Arrecife, Canarias. Sufraguemos su alma e imitemos sus virtudes.
R. I. P.
Con aprobación de la Autoridad Eclesiástica:
Gerente: JO SE GAM BIN O.
Establee. Típ. de la S. A. Int. de la Buena Prensa
Corso Regina Margheriia, N. 176-TU R IN .