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Medios

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A b r il de i g i i

Edición para España

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Boletín $nIe$iano

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l^cvisía de las Obras de Don Bosco

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Turin — Via Gotíolcnqo N. 32.

SUMARIÓ. — T om ad y l e e d ......................................
Primer aniversario de la m uerte de D . M igu el R úa
Tesoro e s p ir itu a l...........................
La Pía Sociedad S alesiana - IV . S u desarrollo
Im portante.......................................................................
Después de la III Exposición d e las Escuelas Pro
lesiónales y Colonias A grícolas Salesianas .
Db N U ESTRAS M ISIONES. C h in a : U na visiía á Can
íón. — M ozambique: D e la residencia de M ochelia

85

89
90
91
94
95
98

T O M A I>
Os recomiendo encarecidamente
que leáis y hagáis leer á otros
el Boletín Salesiano (D. Rúa á
los Cooperadores. Circular de
Enero de 1908J.

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V

^

E t. C u l t o d e M a r í a .Au x i l i a d o r a ............................. 102
G racias de M aría A u .x ilia d o r a ........................................... 103
P o r e l m u n d o s a l e s i a n o : Reinaré en España.
— Crónica de los E x-Alum n os: Cindadela, Buenos
A ir e s . — Crónica d e los Oratorios festivos: Talca,
Valparaíso, S a von a ,Jeru sa lén . — Noticias varias:
A lica n te, Vigo, M ataré, Santiago, B ahía Blanca,
E l C u z c o ................................................................................. 106
Cooperadores Salesianos d if u n t o s ......................................112

Y
Sin embargo, nosotros no intentamamos ponderar lo imponderable ni
comentar los grandes pensamientos del
sabio O bispo; nuestra labor es mu­
cho más modesta. Aunque fundada por
otro Apóstol que, además de escribir
libros, creó una multitud de librerías
con un ejército entero de soldados de
la buena prensa, ejército completo y
admirable que comienza por el escritor
y termina con el lector, centenares de
imprentas, miles de tipógrafos con mi­
llones de libros y de lectores, nuestra
Revista, es un simple boletín de in­
formación salesiana que no se mete
en discusiones doctrínales y solo hace

ANTO se ha dicho sobre la ne­
cesidad de buena prensa, tanto
se ha ponderado el funesto
influjo de la mala, que ya no queda
nada que decir. Después de leer las
obras immortales en que el infatigable
apóstol de la prensa católica, limo. Sr.
Obispo de Jaca, ha condensado en vasta
síntesis cuanto se ha escrito y cuanto
su poderosa inteligencia ha pensado
acerca de ese apostolado nuevo, parece
que la materia ha quedado agotada y
no hay más que colgar la pluma como prot>aga7tda p o r e l hecho.
Cide Mámete.
D. Bosco sabía muy bien que el



86

pueblo ordinariamente no discute los
principios ni razona las conclusiones.
La mayoría de los lectores juzgan las
teorías por la práctica; y cuando ve
(|ue una doctrina produce buenas obras,
no se mete á inquirir más, porque sabe
muy bien que un mal árbol no puede
dar buenos frutos. Tampoco los escri­
tores perversos lo olvidan y procuran
ocultar al pueblo lo que el cristianismo
I)roduce hoy en el mundo, callan con
calculada ignorancia los hombres y las
cosas que confirman las enseñanzas de
la Iglesia, los hechos que pueden hon­
rarnos ; y en cambio averiguan con
diabólica sagacidad todo lo que puede
desprestigiar la religión, lo exageran
horriblemente y muchas veces ni siquiera
necesitan una noticia para forjar un
insulto : les basta su enemiga para hacer
de la calumnia una profesión. Dejando
aparte los embustes y las infamias que
cada día venden á sus lectores, el solo
silencio, este terrible asedio del silen­
cio. es para el pueblo más perjudicial
que la calumnia misma; la calumnia en­
ciende los ánimos, se refuta y tarde ó
temprano la verdad‘^iriunla; el silencio
no se discute ni se refuta, es el vacío
absoluto que cae sobre las realidades y
las hunde en la eternidad de la nada.
A ese silencio funesto que ahoga
los entusiasmos antes de que nazcan,
que seca naturalmente la fuente de la
simpatía por las obras que envuelve,
ese silencio que en el publo se con­
vierte en ignorancia de la exuberante
lozanía del catolicismo social, en igno­
rancia de los motivos populares de cre­
dibilidad, ignorancia del bien inmenso
que de la Religión y de la Iglesia re­
cibe; á ese silencio con que lenta é



infaliblemente se nos combate debemos
oponer la publicidad de lo que los
malos maliciosamente ocultan, para que
esa ignorancia no se convierta en indi­
ferencia que á la corta ó la larga de­
genera en antipatía.
Aunque parezca lo contrario, la ma­
yoría del pueblo ignora en gran parte
los triunfos de la Iglesia, ignora las
grandes conversiones, la labor de los
misioneros, los servicios que los reli­
giosos prestan á la Pedagogía y á la
cultura nacional. A fuerza de refutar
las imputaciones falsas no les queda
tiempo á los periódicos católicos de
contar las glorias del Catolicismo; la
Apologética ocupa ordinariamente el
sitio que se debía dar á la Historia
y la discusión violenta impide la ex­
posición serena de los hechos. El brillo
de los grandes astros de la civilización
cristiana apenas llega á las capas in­
feriores de la sociedad, donde se fragua
el socialismo y la barbarie. Hasta los
albañiles saben confusamente que hubo
unos sabios que se llamaron Darwin,
Heckel, Carlos Marx, los han oído ala­
bar y vilipendiar mil veces, pero no
sabrán tal vez quiénes fueron y qué
hicieron Pasteur, Laparent, Secchi, ICerteler; y aunque conozcan estos y otros
nombres, tienen una idea mucho más
vaga de estos que de aquellos, porque
todo el ruido se hace con los pri­
meros. Para gran parte del pueblo
< los partidos y los hombres terribles
delanticiericalismo lo llenan todo >, dice
Severino Aznar. Hasta nuestro mismo
deseo de perfección que nos hace fijar la
vista en lo malo que debemos corregir y
no en lo bueno que hemos alcanzado ya,
contribuye á que se desconozca tantc

-

bueno como hay, y comunica á nuestra
información un pesimismo desolador.
Y sin embargo hay que convenir, como
admirablemente demostró nuestro gran
filósofo Balmes, que lo bueno abunda
más que lo malo ; porque el bien es
la ley de toda existencia; y el día que
el mal venciera al bien, ese día sería
el de los funerales de la humanidad.

8 7

-

nunciado discursos y escrito libros mag­
níficos que no es este el caso de copiar. Esta demostración por el hecho
es lo que hace soberanamente eficax
la lectura de las revistas que, como la
nuestra, sin enzarzarse en controversias
y apologías, en las cuales la indigna­
ción, si es á veces un poderoso auxi­
liar, es también una tentación continua,

V I G O . :— L a C o n g r e g a c ió n

La exposición tranquila é imparcial
del bien que hace la religión es una
predicación provechosísima, y nuestro
Bo/eíí?i no solamente informa á nuestros
cooperadores, sino también publica la
inmensa vitalidad de la Iglesia
en una
o
de sus grandes manifestaciones de los
üempos presentes: La Obra salesiana.
Que la Obra salesiana es una demos­
tración viviente, maravillosa, de la efica­
cia de la doctrina católica, es cosa muy
^bida y sobre ese asunto se han pro­

de S . L u is G o n z a g a .

llevan al ánimo del lector sin acritud,
sin la humillación del amor proprio,
una convicción natural, serena y defi­
nitiva, como impuesta por los hechos
que no se pueden refutar ni destruir.
Y para vosotros, amados Coopera­
dores, esta Revista debe seros doble­
mente simpática porque, además de las
razones generales que militan en favor
de todo periódico bueno, difunde eí
conocimiento de la obra salesiana, hace
desear la salvación de tantos niños, eí

-

88

-

remedio de tantas necesidades, inspira también el Sr. Presidente del Consejo
con frecuencia obras de caridad pro­ los beneficios que los niños pobres re­
vechosísimas y os da á conocer lo que portan de su labor, lo que ha ganado
podéis hacer en bien de nuestros her­ la moralización de aquel barrio y todo
manos pobres de una manera eficaz. el bien que allí se hace, según afir­
Ella os enseña cómo se debe ralizar el maba el Sr. Felíu.
Conque, amados Cooperadores, ya
precepto de amar al prójimo, cómo se
véis
que el BoletÍ7i Salesiano no se lee
organiza la caridad, haciendo de peque­
ñas limosnas un capital fabuloso para bastante. O. Miguel Rúa, de gloriosa
realizar obras gigantescas en pro de memoria, os recomendaba no sólo su
lectura, sino también su difusión. ¿Y
los necesitados.
En el níimero de Marzo indicábamos qué cooperador hay que no pueda hacer
que nuestro Boletín entraba en una eso? ¿quién no puede darlo á un amigo?
nueva época; quisiéramos que esta época Si cada uno de vosotros hiciera un
fuese una época de multiplicación y lector, al cabo de poco tiempo tal vez
fecundidad. La Obra salesiana no es se multiplicasen las obras de benefi­
bastante conocida, no solamente del cencia salesiana.
Haced un poco de examen de con­
pueblo, sino también de mucho - que
no entran en esa clasificación. Todos- ciencia sobre este artículo de vuestro
recordaréis la curiosidad con que el reglamento, ó si queréis acerca de este
Congreso español escuchaba el Sr. Fe- 7na?i(l(vnienío de la Iglesia, como decía
líu, á quien no podemos menos de Windthorst; ¿Cuántos lectores he ga­
agradecérselo y darle por ello las nado para el B o letín ? ¿Lo he tirado
gracias publicamente, cuando en la alguna vez después de leído, en lugar
memorable sesión del 20 de diciembre de darlo á otro? ¿Cuánto doy para su
del año pasado, narraba algunos episo­ difusión? ¿No podría yo pagar lO , 50,
dios de la vida de D. Hosco, ponde­ 100 números para repartirlos? Si yo le
rando los méritos de nuestra humilde hubiera dado el BoleiÍ7i, ¿no hubiera
Sociedad. Masta el mismo Sr. Presi­ hecho D. Fulano, que.es muy rico, una
dente del Consejo le escuchaba con sumo buena limosna para las Obras salesiaagrado; pero, aunque ya sabía quién nas? Vosotros podréis continuar. No­
era D. Hosco, no sabía donde vivían sotros nos detenemos aquí para no ser
los Salesianos de Madrid; lo cual pesados. Pero insistimos « e7i suplicaros
quiere decir que ignoraba que hubiese que lo leáis y hagáis leer >; es menester
salesianos en la Corte. | Y hace más de que se conozca la Obra salesiana y los
i Taños que estos han abierto sus escuelas beneficios que de ella reporta la socie­
<in la Ronda de Atocha, frecuentadas dad. El caso del Sr. Presidente del Con­
por más de 300 niños ! ¡ Y tienen allí sejo de Ministros es muy común poi
una hermosa iglesia! j Y hasta S. M. desgracia; y bien comprendéis cuántc
la Reina Da. Victoria se ha dignado pierden con eso la religión, la moralidac
visitarlos! Claro está que ignorando la y sobre todo los hijos del pueblo.
existencia de los Salesianos, ignoraba

8 9





PRIMER ANIVERSARIO
DE Lñ MUERTE DE D. MIGUEL RÚñ
O
A hora hace un año, una des consoladora
^
noticia salida de Turín, se repetía de
ciudad en ciudad de región en región y
seextendía con la rapidez del relám pago por
toda Italia, poi
toda E u ro p a ,
por el m undo
entero:«D .Rúa
ha muerto». E s­
tas tristes p ala­
bras produje­
ron una conmo­
ción 1 rofu ida
en millones de
almas. E a P ía
Sociedad Salesiana había per­
dido su R ector,
su maestro; mi­
llares y m illares
de jovencitos
habían perdido
un amantísimo
padre, la Iglesia
ano de sus hi­
jos más ilus­
tres, la socie­
dad uno de sus
grandes bien­
hechores.
E n coro in­
cienso de voces
que salían de
_ _
todas las clases
sociales, de todos las regiones y de todos
los partidos, se alzó á enaltecer sus \irtu^es. Unos le llam aron é. apóstol d éla reel ángd -de la caridad, el padre de
-____
(i) Extracto de an a oración fúnebre del Dr. D . A
Pbro. Salesiaoo.

los huérfanos; otros un milagro de bondad,
un héroe del trabajo, un bienhechor de la huinanidad.
.

E s cierto; D . M iguel R ú a tenía del hombre

superior la agu­
deza del inge­
nio, la bondad
del corazón, la
energía de la
volun tad, la ge­
nerosidad
del
carácter, la ro­
bustez de la
constitución y
la perseveran­
cia del trabajo;
pero todas estas
c u a lid a d e s, y
otras todavía,
no pueden dar
por sí mismas
una razón su­
ficiente de la
grandeza de sus
obras, porque
D . Miguel R úa
no fué sola­

m ente el conti­
nuador de la
herencia espiri­
tu al de D o n
B o s c o , sino
tam bién su pro­
digioso acrecentador. X o h ay
ram o de activid ad á
que se dedicase antes la P ía Sociedad
Salesiana, que D . M iguel R ú a no h aya
desarrollado. ¡Y cuántas obras nuevas! Nuevos colegios, nuevos hospicios, nuevos
O ratorios festivos, nuevas escuelas de A rtes
y Oficios, nuevas Colonias Agrícolas, nue-

_ 90 —
hospitales, nuevas Iglesias, nuevas
fundaciones de todo género; no sólo en Italia,
sino en casi todos los estados de E u rop a y
de A m érica, en E gipto, en la Palestina, en
T urquía, en el Sur de A frica, en M ozambique
y h asta en la Ind ia y en la China.
A tanto, repetim os, no podía llegar con
sus fuerzas sim plem ente h um an as; es preciso
recurrir á una causa superior, al socorro que
viene de lo alto, pedido por él con tanto
fervor y otorgado á sus incesantes oraciones.
Y si queremos darle un títu lo que abrace y
explique todos los que se le dieron, debemos
llam arle forzosam ente :« Hombre de oración >>.
; A h s í ! D . R ú a fué un trabaj ador infatigable,
prodigioso, pero m ás profundam ente que el
amor del trab ajo sen tía en su alm a el amor
de la oración. N o acometía em presa, ni to ­
m aba decisión alguna, ni tra tab a asuntos de
im portancia, sin haber orado largam ente y
sin haber pedido las oraciones de los demás.
Y esta virtu d que había brillado con tanto
esplendor en el curso de su vida, brilló más
aún en sus últim os días. D. R ú a fué hombre
de oración.
Vivim os en u na época tan saturada de
naturalism o que casi se ha perdido el sentido
de las cosas espirituales. Cada día se nos
está diciendo: « ¿P ara que sirve la oración?
T rab ajo, trabajo es lo que hace falta. ¿Cómo
os atrevéis á hablarnos de religión, ascetismo
y piedad ante los esplendores,de la actual
civilización ? E l ascetism o seca el corazón y
ahoga los más bellos sentim ientos del alma».
No, no es verd ad ; 1). Miguel R ú a fué un
asceta que estrecho’ contra su pecho paternal
á tixlos los hijos de la d esven tu ra ; un asceta
que. si bien tenía y a que m antener millares
y m illares de niños, cuando el terrem oto de­
soló la Calabria y la Sicilia, telegrafió á las
autoridades eclesiásticas y civiles de Regio
y M esina: « L as Casas Salesianas abren sus
puertas á los huérfanos... ».
Dicese que la religi«’)n es incom patible con
el p atrio tism o ; y D . Miguel R úa al mandar
sus misioneros á rem otas tierras les dice:
H ijos de mi corazón, id, id á llevar el con­
suelo de la fe á los pobres salvajes del
Ecuador, del M atto-Grosso. de la Patagonia,
VOS

de la 1 ierra del F u eg o ; pero donde plantéis
la cruz de Jesucristo, enarbolad también la
bandera de la patria.
H a y quien dice á v o z en grito que la fe
católica es enem iga de la ciencia y del pro­
greso, y D . Miguel R ú a fundó cientos de
escuelas donde se cu ltivan estudios de todo
género y centenares de otras donde las
m áquinas m ás perfectas sirven para dar
instrucción profesional á los hijos del
pueblo.
Se nos repite que la oración no sirve para
nada, que es un entretenim iento de gente
ociosa, y la oración hizo de D . R ú a un hom­
bre capaz de realizar una obra inmensa que
tiene algo de prodigiosa; un hombre cuya
m uerte fué calificada de luto universal; un
hombre que a trajó en torno de su féretro,
confundidos en una oleada inmensa, los perpersonajes más ilustres de que puede enva­
necerse T u rín ; un hombre, en fin, á quien
espontáneam ente llam ó uno de los más gran­
des bienhechores de la humanidad la voz
pública en periódicos de todos los colores.
P a ra conmemorar dignam ente el primer
aniversario de su muerte, elevemos, amados
Cooperadores, nuestras ft-núdas plegarias
al Señor en sufragio de su a lm a : y per­
suadám onos de que sólo por medio de la
oración podremos contribuir en la medida
de nuestras fuerzas al triunfo de la verdad
y de la justicia, a l bienestar de la Iglesia,
de la patria y de la sociedad.

TESORO ESPIRITUAL
Para el raes de Mayo;
El día 3. Invención de la Santa Cruz.
»
S. Aparición de S. Mig^uel Arcángel.
» 24. Fiesta de María Auxiliadora. Hay
obligación de visitar una iglesia ó Capilla
lesiana; si no existe en el lugar, la propia
parroquia, y para los Religiosos, la Capilla de
la Comunidad.
El día 25. .Ascensión de N. S. Jesucristo.

-

91



Nuevos comentarlos al decreto de la
S. Congregación de Ritos para la íntroduccióo de la Causa de D. Bosco.

I lq £ íq

^o cied o d ^ a le s io n o

----------------- ---------------------------- ---------A ñn de qu e la obra qu e habla fundado á
beneficio de la juven tud no pereciera con
el andar del tiem po, antes bien continuase
estable y segura, el Siervo de Dios, des­
pués d e aconsejarse con varones pruden­
tes y con el mismo V e n . Cafasso, h a­
biéndolo aprobado personalm ente con
sum a com p l^ en cia el Rom ano Pontífice
Pío IX , el ano 1859 fundó en T u rin la
Pía S ociedad S alesiana, que gobernó por
voto unánim e de su C apitulo con e l título
d e Rector M ayor. E sta Sociedad, qu e iba
creciendo y extendiéndose de d ía en día,
fué alab ad a y recom endada el año 1S64
por la S . S ed e Apostólica, y aprobada
y confirm ada con decreto del i" de marzo
de 1869.

IV

(I).

Su desarrollo.
ON las más risueñas esperanzas terWí I minó en 1851 el primer decenio de la
Obra de los Oratorios. « E n el mismo
año, dice el prof. Rayneri, habíase hecho una
rifa; los agraciados fueron muchos y por lo tanto
muchos los satisfechos. Por último, D. Bosco tiró
caramelos desde el balcón á derecha é izquierda:
como había tantos con la boca endulzada, se com­
prende que se multiplicarau los vivas. Cuando
D. Bosco bajó del balcón, los niños lo alzaron en
volandas paseándolo triunfalmente en una ma­
nifestación de supremo regocijo. En esto un
estudiantino que esperaba ser clérigo dijo: ¡Oh
D. Bosco! ¡Si V. pudiese ver todos los rincones
del mundo y un oratorio en cada uno de ellos!
D. Bosco (me parece verlo aún) voh-ió los ojos
y con mirada majestuosa y suave responthó:
¡Quién sabe si vendrá im día en que los hijos
del Oratorio estén extendidos por el tc^o
mundo! — Y fué profeta *.
Cuando murió, y a la obra de los oratorios se
halliba extendida por Italia, Francia, España,
Inglaterra, República Argentina Patagonia,
Uruguay, Brasil, Chüe, Ecuador y Trento; bajo
la dirección de D. M. Rúa se difundió por Suiza,
Austria, Alemania, Africa, Asia y en otras repú­
blicas del la América central, del S u ry del Xorte.
fj; V’ id-: I) S u origen, B o l. de fe b r e r o i g t o ; II; Su
>fir.. B ol. de m arzo ip r o ; III) Su carácter. B ol. de a b ril
d '! m íe ,0 atlo.

Las primeras ramificaciones fueron el Ora­
torio de S. Luis en la barriada de Puerta Nueva
en 1847 y el Oratorio del Angel de la Guarda
en Vanchiglia en 1849.
L a primera colonia salesiana que salió de
Turin, se dirigió á Giaveno en 1860 y allí se
quedó durante dos años trabajando en la reor­
ganización del Seminario. I^a primera casa
nueva se abrió en 1863 en Mirahello. A esta si­
guieron las fundaciones de Lanzo Turinés en
1864, la de Chzrasco en 1869, la de Alassio
en 1870, I2 ne Génova-Marassi en 1871 y la de
Valsalice-Turín en 1872: hasta que en 1875 la
Pía Sociedad pasó los confines del Piamonte y
de Italia, abriendo una casa en Francia y otra
en la Argentina.
Italia que había tenido la dicha de ver nacer
en su seno al gran Apóstol del siglo X IX , debía
naturalmente, no sólo ser la primera, sino tam­
bién la más beneficiada con los frutos de su
apostolado.
H oy cuenta Italia con las casas salesianas siguentes:
fl) Turin: Oratorio de S. I'rancisco de Sa­
les (1841): Avigliam (1894): Cavagliá (1894)
CoUbretlo-Castelnusvo (1890); Toglizzo: {1886)
Ivrea (1892): Lombriasco (1894); Penango (1880)
S. Binigno Carriicse (1879); Turin-Martinetto
(1894); Turin-ValHiPc: (1872).
6) Alejandría (1897); BorgoS. Martina (1870);
Canslli (1896); Casalc (1905): Casielnuovo d'Ast
(1988), Ckieri (1898); Fossano: Colegio Don
Bosco {(1890); id.. Colegio municipal del Beato
Juvenal Ancina (1899); Niza-Monferraio (1880).
c) Bolonia (1896); Comacchio (1899): T'aenza
(1881); Ferrara (1896); Lugo (1892); Módena
(1896) : Parma (1888): Ravena (1907).
d) Alassio {1870); Bordighera-Tarrúme (1876);
Coüe Salvetti (1893); Figline (1900); Florencia
(1881): Liorna (1899); Marina de Pisa (1909);
Pisa (1897); S. Pier d'Arena (1873); Savona
(1897) ; Especia (1877); Varazze (1872).
Ascona (1894); In/ra (1896); Iseo (1903);
Müán (1894); Pavía (1897); Sondrio {1897);
Treviglio (18^); Vigevano (1907).
f) Alvüo (1900); Bari (1905); Casería (1897):
Cakelamare de Stabia (1894) ; Corigliano de

Otranto (1901); Gioia de Marsi (1909); Ñapóles
(1901); Portici (1903); S. Severo {1905).
g) Ancona, Hospicio de S. Luis (1901): Frascati (1896); Genzano (1896); Gualdo Tadino
(1893); Jesi (1897); Lanusei- (1898): Loreto
(1891) : Macérala (1890): Roma ( i 88 ü ); id., Testiicio (1901); Trevi (1893).
h) liorgia (1905); Bova Marina {1898); Bronte
(1892) ; Callagirone (1909); Catania, Oratorio de
v^. Felipe de Neri (1885); id., Instituto de S.
Francisco de Sales (1891); Marsala {1892);
Mesina (1909); Módica (1907); Monteleane (1904);
Palermo (1902); Pedaru (1897); Randazzo {1,879):
S. Gregorio (1892); Soverato (1907); Slicma-Malta
{1903)i) Biella (1898); Cuorgné (1896); Lanzo Fo­
rmes {1864): Maihi (1877): Novara (1893); Onix
(1895); Perosa Argentina (1898); Tnrtn, Colegio
de S. Juan Evangelista (1882); Trino Vercellese (1890).
j) Chioggiu (1899); Coíiegliano (1900): Este,
Colegio de S. José (1878); id., Colegio muni­
cipal (1904); Legfkino (1896); Mogliano Véneto
(1882). 5 . Vito al Tagliamento (1906); Schio
(1901); Verana (1891).

l^cpública 7\rg2nlina
y Misio7tes de la Patagonia.
D. Bosco. inflamado de celo ardentísimo por
la sah’ación de las almas, acariciaba ya desde
hada tiempo la idea de civilizar alguna tribu
sah'aje, cuando tuvo un sueño. Yió inmensas
llanuras rodeadas de altas montañas y manadas
de salvajes cubiertos de grandes pieles y ar­
mados de largas lanzas y hondas; ú lo lejos mi­
sioneros de varias órdenes... :pcro cuando llegaron
los misioneros, los salvajes los mataron. Después
descubrió otro grupo de misioneros precedidos
de niños.... Tembló al pensamiento de que les
tocarla la suerte de los primeros.... Los miró con
atención y reo.>noció en ellos á sus Salesianos.
Los salvajes los acogieron con elegria, los escu­
charon con gusto y rodeándolos depusieron sus
armas; luego se hincaron de rodillas y rezaron
el rosario (ib
Después del sueño, indagó cual podría ser la
región que había visto. Primero creyó que sería
la Austmiia ó la China y comenzó á poner los
meiUos para iniciar una misión en aquellos
países: pero la misión no pudo ir adelante. F i­
nalmente le iu\-itaron á que abriera una casa en
la Argentina, voh*ió los ojos á la Patagonia y
(i) En conformidad con los decretos de Urbano V III
y de otros Sum os Pontífices, repetimos que A todos los
aechüs sobrenaturales expuestas en est.is p.ásinas, no en:endenu.Mt dar m;is te qu e la qu e merecen atendibles
:estimonios humanos.

tom ó á encontrar los salvajes que había \isto.
E l abandono en que se hallaban tantos ita­
lianos en la República del Plata lo estimuló
á aceptar la propuesta; allí precisamente hi­
cieron sus primeras armas con gloria los Sa­
lesianos, antes de emprender la conquista de
la Patagonia. En efecto, el i i de noviembre de
1875 decía D. Bos^o á los primeros diez mi­
sioneros: « Os recomiendo con particular insis­
tencia que mejoréis la dolorosa situación de
muchas familias italianas que abundan en
aquellas ciudades, pueblos y hasta en las aldeas.
Los padres y los hijos, poco instruidos en la len­
gua y. costumbres del país, lejos de la escuela y
de la iglesia, ó no asisten á las funciones reli­
giosas, ó, si asisten, no entienden nada.
Me escriben que encontraréis un número
grandísimo de niños y también adultos que
\úven en absoluto analfebetismo y lastimosa
ignorancia de todo principio religioso. Id, buscad
á esos hermanos nuestros que la miseria ó la
desventura llevó á tierra estraña, y procurad
hacerles comprender cuán grande es la miseri­
cordia de aquel Dios misericordioso que os envía
para bien de sus almas......
Más de doscientos italianos recibieron gozosos
en el puerto de Buenos Aires á los misioneros;
éstos, aunque destinados á la fundación del
colegio de S. Nicolás de los Arroyos, no su­
pieron resistir á las súplicas de sus compa­
triotas y á la invitación del Sr. Arzobispo,
D. N. Aneyros; si bien no no eran más que
diez, so dividieron en dos grupos y uno deeÚos
tomó á su cargo la iglesia de la Madre de la Mi­
sericordia, llamada vulgarmente Iglesia de los
italianos, situada en la misma capital (i).
(1) Nn son solamente los einÍRradi»s italianos los fa\“0recidus por los salesianos en Am érica. Precisamente est«
días /.a Citwisión .S<tlesia>ia dr la íim if;ración e.\iiidió
una circular A li.s C asas Salesianas en que se tmta de
actuar los deseos qu e l). Rúa exponía á todos mi..-.tros
Cooperadores en su carta anual de 190S (üol. de Enero
de osi- mismo aHo, paR. 10). « A pro|>ÓRÍto de los emi­
grantes. dice D. Rúa. me place manifestaros nmstro
plan de am pliar y m ultiplicar, .según nuestras fuerzas lo
perm itan, las obras de asistencia en favc»r de aquellos
qu e, {Hir necesidad ó j>or conveniencia, se determinan i
abmuionnr la tierra natal.
Contando ya la ScKiedad Salesiana con varios miem­
bros de muchas naciones distintas, nos sería fácil de hoy
en adelante establecer secretariado-s y obras de asi-teiic:a
en favor de los em igrados de varias naciones, como se
ha hecho con m uy buen resultado con los einigr.ul' S
italianos. Asi como nuestros sacerdotes italianos se inte­
resan por sus com patriotas em igrados, deseo m uy mucho
que ios salesianos de otras naciones se consa.gren tam­
bién, donde sea menester, A la asistenci.a de los suyos.
L o qu e vam os haciendo y a en Buenos Aires por medio
de nuestro Secretjiriado en b e n c 'c io d e todos los emi­
grados europeos, lo qu e se viene practicando desde hace
varios años en O aklam l (California) con los emigrados
portugueses y en Londres con los (x>Iacos, eso mismo
quisiera qu e se re.alizase en grande escala, máxir^-í en
los puertos d e mits movimiento y en las dudade.-* más
importantes, en bien .te los otros em igrados, cualquier^
q u e sea su nacionalidad >.

En 1879 los salesianos pasaron de Buenos
Aires á la Patagonia. ¿ Qué era la Patagonia y las
Pampas cuando llegaron á Buenos Aires los sa[esianos capitaneados por D. Jxian Cagliero?
Un espantoso desierto, habitado á trechos por
los indios más belicosos y audaces de la Ar­
gentina, que obligaban al Gobierno á mante­
ner un numeroso ejército en las fronteras; ejér­
cito que desgraciadamente fué muchas veces
impotente para detener las ^■ andálicas irrupcio­
nes de los salvajes, los cuales desbarataban los
destacamentos y sé arrojaban sobre las pobla-

B U E N O S A I R E S (L a B oca) —

I g le s ia y C o le g io S a le s ia n o d e S . Jxian E v a n g e lis ta .

ciones como una horda devastadora, talándolo
todo á fuego y sangre. Pues bien, después de
cinco lustros de improba labor, de inenarrables
sacrificios y de heroicas privaciones que los Safesianos han debido prod^ar animados por Mons.
Cagliero. que fué el primer Vicario Apostólico
de la Patagonia, ésta se transformó por com­
pleto. < X i resistencias, ni incomodidades, ni
escasez de medios, ni peligros, escribe la Patria
ie los Italianos, im gran periódico de Bueno Aires,
fueron parte á entibiar el ardor de los sale­
sianos, ni debilitar su temperamento de solda­
dos de la d\ 41ización y del bienestar moral y
Materia] de aquellas poblaciones casi bárbaras...

II

Aquello era un nido de salvajes y hoy es tierra
de ci\TlÍ2ados ».
Actualmente cuéntanse en la Argentina 42
casas salesianas. De éstas:
а) seis en la ciudad de
AtVcs; Colegio
Pío I X (fundado en 1877); Colegio D. Bosco
(1893 en Almagro; Colegio de S. Juan Kvangelista en la Boca (1877); Colegio Iveón X III en
Maldonado (1901); Colegio de S. Catalina en la
calle del Brasil {1885) y de el la Madre de la
Misericordia en la calle de Salís (1877).
б) Siguen las casas de Berm l {1895): Córdoba

(1905); Ensenada {1900): La Plata (1886); Men­
doza {1892); Rodeo del Medio (1901); Rosario
(1890); 5 . Nicolás de los Arroyos (1875); S. Is i­
dro (1903); Uribelarrea, C o l^ o Don. Bosco
(1894);
Colegio de S. Miguel (1894); Vignaud
(1903)c) Bahía Blanca, Colegio D. Bosco (1890); id.,
Paroquia de X . Señora de la Merced (1890);
id.. Colegio de X. Señora de lá Piedad (1894);
Choel-Choel {1901); Chos-Malal (1888); ConesaSur (1891): Fortín Mercedes (1895); General
Acha (1896); General Lagos {1896); Guardia
Pringles {1889); Junín delos Andes (1895); Pa­
tagones (1879); Roca, C^jlegio de S. Miguel (1898);

— 94 —
id., Escuela Agrícola de S. José {1909); Vtctorcia (1897); Viedma (i88o).
d) Puerto Madryn (1910); Rawsotí (1892); y
Trelew (1908) en el Chubut.
c) Cabo Peña, en la Tierra del Fuego (1893);
Cabo S. Inés (1910); Gallegos (1885); Santa
Cruz (1904); Ushuaia (1903); y Puerto Stanley
(1888).
Estas últimas, con otras del territorio chi­
leno de la Patagonia Meridional y Tierras Magallánicas, son fruto del celo ardentísimo, ilus­
trado y constante del Prefecto Apostólico,
Mons. José Fagnano.
AI mismo tiempo que la Argentina otra na­
ción generosa recibía á los Hijos de D. Sosco.

Frarjda.
El abogado D. Ernesto Michel de Niza, Pre­
sidente de una Conferencia de S. Vicente de Paul,
habla estudiado leyes en Turín y conocido el
celo de D. Sosco y sus grandes éxitos en la
educación de la juventud, y lo invitó el 1873
á implantar su obra en Niza. Tratándose de
abrir una casa fuera de Italia D. Sosco pidió con­
sejo á Pío I X y el gran Pontífice respondió...
con dos mil francos para la fundación, diciendo:
« Que Dios bendiga esta nueva fundación, y
llegue á ser, como el grano de mostaza, un ár­
bol á cuyas ramas vengan á cobijarse gran
número de palomas... y Dios aleje de eUas el
milano.....».
En 1901 el Oratorio de S. Pedro de Niza ce­
lebró sus bodas de 'plata, cuando se empezaba
á hablar del proyecto de ley contra las Congre­
gaciones. Aprobóse pronto la ley y se desenca­
denó la tormenta, destruyendo tantas obras
que la generosa y católica nación había creado,
entusiasmada con el nombre de D. Sosco.
En el año de 1901 se habían establecido en
Francia las fundaciones sigxieutes: "Sica Maritima (1875): Marsetta (1878): La Navarra (1878)!
?aint-Cyr (1878); 5 . Pierre-de-Canon á Salón
(1801); París (1886); L ih (1884); Coigneaux
(i88o); Dinan {i8go); Mordreux (1889); RuHz
(1891); SainiC'Margucrite (1883); Tolón (1893):
MonpcUer (1893); Nizas {1894); Ííomans (1896):
Rucil (1806); Montmorot (1897);
(1899);
OVm's (1898); y además las casas
de Orkn ( i 8 q i ) ; La Morsa (1888): La Manouba
(1896); y 7'ií«<*r (1S96).

Uruguay y Paraguay.
E l 24 de Noviembre de 1876 partió la primera
expedición compuesta de 24 misioneros que se
dividieron en tres grupos. KI primero, dirigido
pi-ír D. Francisco Bcalrato, salió de Genova para
la Argentina y el segundo á cu>-o frente estaba
D. I-uis Easagna. de Burdeos para el Uruguay.

Este digno hijo de D. Sosco, honrado con el
carácter episcopal en 1893, fué el fundador y
propagador de la obra sdesiana en el Uruguay
y en el Brasil. E l primer colegio, el de Vilh
Colón, cerca de Montevideo, llegó á ser bajo su
dirección el centro de estudios más acreditado
de la República. D. Luis Lasagna promo\-ió
además eíicacísimamente los estudios metereológicos y agrarios; se tomó gran interés por los
emigrados, especialmente por los italianos, y
comenzó atrevidamente la evangelización de
otros países salvajes.
Del Uuruguay la obra salesiana se extendió
á la capital del Paraguay, cuyo instituto, en ho­
menaje á su incansable fundador, lleva el nom­
bre de « Colegio Luis Lasagna ».
La Obra de D. Sosco en el Uruguay com­
prende los siguientes institutos: La Paz (1880);
Las Piedras (1879); Manga, Colegio Juan Jackson (1898); id., Escuela Agrícola (1908);
Mercedes {1892); Montevideo, Colegio del S.
Corazón de Jezús (1889); id., Colegio D. Sosco
(1893); id.. Colegio de S. Francisco de Sales
(1907): Paysandú, Colegio de N. Señora del
Rosario (1881); id., Colegio D. Sosco (1890):
Villa Colón (1877).
E n el Paraguay, á la casa de Asunción (1896)
se debe añadir la de Villa Co'ncepción, fundada
en 1900.
Del desarrollo de la Obra Salesiana en EsPaña, ya hemos Ivxblado en el articulo de fondo
de Marzo; así es que, en el número siguiente,
pasaremos sin más á dar cuenta de la acogida
que otras naciones hicieron á los hijos de D.
Bosco.

Importante.
Como saben nuestros amables lectores,
uno de los fines priridpalcs de esta edición
especial del boletín Salesíaqo Español i?
precisamente mejorar las condiciones de la
expedición. Por lo tanto, robamos á nuestros
benemérito^ Cooperadores, tengan la bondad
de advertirnos, cuaqdo lo reciban con ex­
cesivo retrajo, para remediarlo en cuanto
sea posible.



95 —

Después áe la W Exposición ile las Escuelas Profesionales
y Colonias Agrícolas Salesianas
' orno habíamos prometido, ponemos en
conocimiento de nuestros lectores un
extracto del juicio emitido por los
Jurados que examinaron y juzgaron los tra­
bajos de la Exposición. L a Dirección general se
encargará de enviar á cada casa lo que le con­
cierne; y para mayor estímulo, se publicará,
además, por extenso la relación de los Jurados
que se refiere á las « Artes gráficas puesto que
ha sido la sección más importante de la E xpo­
sición. Dicha relación se mandará después á
todas las Casas. Por ahora nos limitamos á resu­
mir algunos;

Ju icio s y co n sejo s.
SECCIÓN D E A R TES GRÁFICAS.
La relación comienza manifestando « vivísima
complacencia por el éxito excepcionalmente lison­
jero de esta Tercera Exposición, la cual constituye
un indicio segurísimo del incremento de la ins­
trucción profesional en los Institutos Salesianos;
incremento que aparece luminosamente confir­
mado. pues las diez y ocho escuelas profesionales
de Artes Gráficas que se presentaron en la de 1904,
han llegado en ésta á ireiía y tres *.
Después de haber examinado las muestras de
cada escuela. « con el deseo de que las Escuelas
Salesianas lleguen á aquel grado de perfección
técnica y artística que está en la mente de todos
y es la meta de la Pía Sociedad Salesiana ». observ’-a
que algimas escuelas, sobre todo fuera de Italia,
no siguen im plan, un programa « fiadas única­
mente en la aptitud del maestro, en la buena
voluntad de los niños y, más que nada, en la san­
tidad del fin que anima y guia dichas escuelas >.
* Ahora bien, todo eso no basta; se necesita a%o
más para que el aliunno reciba educación profesio­
nal completa, no sólo desde el pimto de vista
técnico, sino también {lo que importa tener en
cuenta hoy día que el arte p ilc a d o v a ocupando su
puesto natural) desde el pimto de vista artístico.
» Por lo tanto el Jurado cree muy justo alabar
la Dirección de la Sociedad Salesiana por la firmeza
con que exige en las escuelas que instituye rm pro­
grama didáctico práctico y progresivo tal, que
constituya nna sólida garantía para la formación
de operarios hábiles.
* El Jurado que suscribe observa, como y a debió
hacerlo en la ab u n d a Exposición salesiana, que
tí personal, puesto al &ente de la dirección técnica
de cada casa, es digno de la mayor consideraaón

por el esfuerzo con que procura sacar el mayor
prevedlo posible de sus respectivos alumnos; más
aún, no faltan maestros de arte dotados de las
mejores cualidades didácticas que son por si solos
una garantía de buen éxito. Con todo eso, aun­
que sus producciones, sino impecables, son siem­
pre técnicamente buenas, la educación artística
se manifiesta escasa y defidente...
» Las causas de este inconveniente el Jurado cree
que se deben atribuir á la falta ó, por lo menos, á la
insufidenda de la enseñanza d d dibujo aplicado
á las artes gráficas. Prueba de ello son las muestras
de las escuelas de Turín, Florenda, Milán, Lieja y
Sarriá (encuademadón), las cuales son induda­
blemente fruto del conocimiento del dibujo á lo
menos en sus primeros elementos.
* Hecha esta salvedad, el Jmado manifiesta una
vez más el deseo manifestado en las rdaciones pre­
cedentes, á saber: que se dé mayor amplitud, propordonada á los grandes benefidos que de ella se
pueden sacar, á la enseñanza del dibujo aplicado.
Mas aún, que el artista tenga su puesto al lado del
maestro de arte, y que los dos con inteligencia y
cariño lleven á cabo la educadón profesional y
artística del alumno, que no podrían completar
separadamente.
* E sta será una evohidón bienhechor.^ para el
arte tipográfico que se enseña en las escudas sulesianas; y para el Instituto católico de D. Bosco
será im título de gloria nuevo y singular el de haber
contribuido al progreso de la industria del libro y
al bienestar de los jóvenes confiados á sus cuidados,
que encontrarán en el ejerd d o de su arte los
medios para conservar una existenda decorosa...
» E l Jurado de las Artes Gráficas está intima­
mente persuadido de que la Sodedad Salesiana,
que tantas pruebas ha dado de saber comprender
las exigencias de los tiempos modernos, hará lo
posible para que sus Escuelas Profesionales con­
tinúen siendo im modelo de organizadón técnica y
didáctica, llegando con el tiempo á ser modelo ade­
más de sai3a y genial direcdón artística.
»Con este deseo, qne le sale de lo más hondo del
corazón, el Jurado acompaña un saludo triste á la
memoria veneranda de aquel para quien había
de ser lá Exposición un homenaje de alabanza y
gratitud férvido y solemne en su jubileo sacerdotal;
para aquel á quien hubiera causado tanta alegría
y satásfaedón.
* D. Rúa y a no existe; pero el gran Instituto Salesiano que de él 7 de D. Bosco ha redbido tanto
trabajo, tantos consejos 7 tanta gloria, queda
bien confiado 7 seguro bajo la direcdón afectuosa
é inteligente de un Sucesor digno de los dos, el
M. R . Sr. D. Pablo Albera, al cual el J tirado envía



un caluroso parabién á fin de que pueda gobernarlo
por una larga serie de años acrecentando cada día
su prestigio y su esplendor».
SECCIÓN DE SASTRES.
« El J urado encargado de examinar las Escuelas
de sastrería que se presentaron á la Exposición
de las Escuelas Profesionales, ha examinado los
trabajos de las Casas expositoras que alcanzaron
el número de veintiocho. Estas Escuelas se presen­
tan de manera y forma diversa, ya por la lejanía y
potencialidad de las Escuelas mismas, ya por el
método adoptado por cada ima de ellas en la E x­
posición... ».
Pasando revista á todas ellas:
o) Alaba en gran manera el método de corte que
han adoptado, haciendo notar, no obstante, que
en alguna hay evidente contraste entre la ejecu­
ción y el método de enseñanza:
b) en otras encuentra trabajos « confeccionados
con cuidado y gusto artístico superiores, que dan
lugar á que se dude sean de los niños indicados * y
reconoce que todo ello es fruto « del buen método
de enseñanza, secundado por el desarrollo com­
pleto del programa didáctico »;
c) en otras al paso que reconoce el progreso « casi
precoz » de los almimos de los primeros cursos,
(como en la del Oratorio de Turín-Valdocco, cuyos
alumnos quiso interrogar, comprobando «con sumo
gusto » la autcncicidad de los trabajos expuestos),
encuentra « una disminución notable en el pro­
greso de los alumnos de los últimos »:
d) en fin se complace « en felicitar á la Dirección
por los progresos indiscutibles que en general
hicieron todas las casas ».
SECCIÓN D E CU LTU RA GENERAL.
ESCUELAS DE DIBUJO Y DIDACTICA.

Culhtra general y didáctica.
Tomaron parte en este ramo (y merecen citarse
á titulo de encomio) los Institutos Salesianos de
Turin-Vatdocco. S. Benigno Caiuivese, Oswiecim,
Boma. Alejandria de Egipto, Bogotá, Quito, C u íco .
Sucre, Callao. Piura, Lieja, Cape-Town, La Paz.
Sarriá y Parma.
<La Comilón nota con gusto que de las varias re­
laciones resulta que todas estas escuelas tienen lui
gran deseo de continuar y mejorar siempre más
este ramo á beneficio de los jóvenes obreros, y
mloptor todos los medios sugeridos por el progreso
de la cultura profesional ».
Una obser\*acióu, < que fácilmente se explica
dada la dificultad de relacionar la porte didáctica
con los materias mecánicas y teniendo en cuenta
la mieva dirección de las escuelas profesionales ».
se refiere al hecho de no verse aún la perfección de
la cultura general profesional en las casas expo­
sitoras.
« La causa no se ha de buscar en la voluntad de
los maestros ni en los prc^romas, sino en la natu­

g6 —

raleza de la materia. El conducir los niños á for»
ruarse ideas claras y expresarlas con r^las
proporcionadas y precisas, no es cosa de suyo fácil:
y lo es menos aún el poner de acuerdo el pensa­
miento con la acción. El que tenga experiencia de
escuelas profesionales, habrá advertido que los
alumnos aprenden mucho más pronto á dibujar
y hacer la mano de obra que no á recoger sus pn>pias ideas y darles una expresión lógica y grama­
ticalmente correcta. Las escuelas profesionales,
tal como se entienden en nuestros días, exigen que
la mente esté de acuerdo con el brazo, el pensa­
miento con la acción y que ambos formen en ia
expresión una sola cosa.
i Y cómo se ha de hacer para obtener este resul­
tado? Limitando los programas á los pm-os ele­
mentos y suprimiendo el análisis lógico y grama­
tical por escrito. Los componentes lógicos de la
oración deben enseñarse con cuadros sinópticos en
la pizarra y por vía de conversación sobre 1m trozos
que forman los ejercicios de lectura, y sobre las
correcciones simultáneas de los ejercicios escritos
ú orales... ».
Clases de dibujo.
* Algunas casas expusieron solamente lo que
creyeron que había de honrarlas; otras expusieron
los resultados, sin dar idea del método y princi­
pios; algunas hubo que, aunque tengan clase de di­
bujos, no presentaron nada; otras finalmente (pocas
por cierto) expiisieron con sinceridad sus productos
desde los más humildes del principio hasta los más
complicados del fin *.
Por lo tanto la relación observa que:
a) en algimas escuelas la enseñanza no está sufi­
cientemente especializada y se emplea demasiado
tiempo 4 en la copia de los ordinarios modelos que
deberían servir para todos los que dibujan, y en
tanto resulta escaso el estudio de la geometría; de
aquella geometría que, enseñada con poca extensión
y mucha intensidad, es la base del dibujo profe­
sional... »;
b) en otras escuelas no se ve « ni temas de ejer­
cicio, ni sistema, ni orden progresivo, tanto que
los últimos resultan iguales que los primeros... ♦ ;
c) otras presentan « separados los dibujos y tra­
bajos de los herreros, carpinteros, zapateros, com­
positores, impresores y encuadernadores *; pero
en realidad * todos estos aprendices dibujan las
mismas cosas que se reducen á la simple reproduc­
ción de los oi^narios motivos decorativos ».
Por lo tanto inculca la necesidad de atener»
ordinariamente al verdadero y modesto dibujo
profesional.
LAS OTRAS SECCIONES.
El J urado de los Encuadernadores, aunque en
algunas casas encuentra ciertas deficiencias — 7*
en el conjunto de las encuademaciones, especial­
mente en las ordinarias, ya en el dorado descuidado
á veces en el interior — ve con gusto « que en U
mayoría de las casas expositoras hay mejora pro-



‘97 —

greava tanto en la o^anización teórico-práctica programa adoptado y actuado corresponde per-'
de la escuela y su regular fundonaraento, como en fectamente al del Consejero Escolástico, al paso que
el número de alumnos aumenta cada dia y éstos
la perfecta ejecudón de los trabajos... ».
El Jurado óa Artes decorativas envía « un aplauso encuentran fácil y segura colocación después de
bienmereddo por el magnifico éxito de la muestra *> los últimos cursos. Todo lo cual prueba que la
T«una alabanza justísima á todos los maestros ». escuela responde bien al fin con que se fimdó...
»Mención particular merece el material didáctico
El Jurado de los Zapateros nota que en general
los trabajos expuestos * abundan en fantasías de la escuela, traído también á la exposición, donde
demasiado evidentes; y por lo tanto ni útiles ni se ve, además del plano de la finca primitiva con
aanerdales, alejándose así del fin de la escuela que sus divisiones, mapas murales, fotografías, etc. una
riquísima colección de semillas dé hortalizas y
es adiestrar á los alumnos en trabajos prácticos,
cereales; muestras de fruta cultivada y preparada
sencillos y sobrios *.
«El Jurado de la secdón de Herreros mecánicos en la misma escuela y una colección de iiiaderas:
afirma que esta exposidón ha obtenido un éxito varias, riquísimas é interesantes, de ingertos y de
plantas enfermas, el herbario general y el agrario,
brillante... *.
Cerramos la serie de estas breves indicadones notables por la exactitud de la nomenclatura y,
recordando, con el Jurado de los Ebanistas, que finalmente, la riquísima colección de aves y ani­
el criterio del p-xamen se basó sobre el « programa males de corral... ».
El segundo premio correspondió á la Escuela
que reguló la exposidón *, á saber, « notar sobre
todo la organizadón didáctica de las varias escuelas de S. Benito de Parma. «... cuyos méritos son bien
profesionales, ó sea, el método teórico-práctico conocidos por la publicación de la Revista de Agri­
cultura. que es tal vez el único periódico solariano
para preparar los jóvenes para el taller, cuidando,
difundido por toda Italia que, conservando el
no sólo de la ejecudón material de los trabajos,
sino también dándoles conocimientos útiles teórico- rigor cient^co, supo despertar la apatía de los
prácticos de tecnología aplicada al arte... necesarios agricultores con la práctica de sus consejos *.
para formar obreros inteligentes, hábiles y labo­
3) Publicaciones de instrucción y propaganda.
riosos ».
Y precisamente por este carácter estrictamente
El primer premio fué concedido á la Biblioteca
escolástico de la Exposidón, fueron preferidas
A
la
r ia Solariana, editada en español por la Escuela
algunas casas que, sin ostentar trabajos de gran
mole ni de gran valor artístico, manifestaron ca­ Salesiaua de Sevilla, «la cual expuso una importan­
tísima colección de publicaciones gricolas, repre­
rácter deiermiiuxdo de escuela y bien organizados
sentadas por 88 volúmenes, en parte originales y
y distribmdos los cursos de aprendizaje.
en parte traducidos. Estos volúmenes, al poso que
llaman la atención del visitador por la elegancia
de su vestido tipográfico, constituyen en su con­
ESCUELAS Y CO LO N IAS AGRÍCOLAS.
junto la más completa biblioteca solariana. y han
1) Cultivo y productos.
ejercido una influencia notable en el' progreso
agrícola de España. Prueba de la importancia y
El primer premio, como ya hemos anundado,
faé otorgado á las Colonias indígenas, fundadas por valor de los volúmenes que componen esta Biblio­
onestros misioneros entre los Bororos-Coroados teca es la colaboración del Conde de S. Bernardo y
la dedicatoria, aceptada por S. M. D. Alíoaso XIII,
del Matto Grosso.
« Estas Colonias del Matto Grosso — escribe el del tomo titulado «El problema forrajero* de D, P.
Jurado — merecen todas espedalisima conside­ Ricaldone. Consideradas las dificultades de una
ración por las grandes dificultades que han de­ propaganda intensa y provechosa de las doctrinas
ludo vencer para establecerse en una región sal­ solarianas en un país donde Solari era desconocido
vaje é introducir, con el cultivo radonal de ex­ y donde no se había hecho ningún*experimento que
tensos campos, las máquinas agrarias más per- (xjmprobase su sistema, ccxisiderada sobre todo la
fecdonadas para la labranza y para las industrias influencia que tal propaganda ha ejercido en el
rurales que asi se han introduddo entre los indios. progreso ic a r io español ». se ha otorgado « á esta
P. ej. la destiladón de la caña de azúcar, la curti- Biblioteca la más alta distinción ».
El segundo premio le tocó á la Tipografía y Li­
dsria, elaboradón de aperos, confecdón de sombrería Fiaccadori de Parfna la cual expuso una
l»ero8 de paja, cestos de junco y varios tejidos.
Merecen alabanza sobre todo por el método adop­ ratiHHaií extraordinaria de libros solarianos; y
tado que, acomodándose á la índole andariega de « merece además xm enonnio especial por haber
los indios. logra dvilizarlos cristianamente, ha­ tomado por su cuenta y rie^o la publicación de
ciéndaos labradores libres, instruidos y propie­ las Obras Solarianas y por la propaganda que hizo
tarios de nnft finca con su correspondiente casa ». entre el clero con los opúsculos del malogrado D.
C. Baratta... *.
2) Escuelas de Agricultura.
Obtuvo d primer premio la Escuela Agrícola
<ie S. Isidro de Ivrea. « Todo lo expuesto por esta
interesante escuela es
prueba indiscutible de
rápidos progresos que hizo en pocos años; el

D EJN ÍU ESTR AS M IS IO N E S

CHj_NA
Una visita á Cantón.
{Del Diario de nuestros misioneros).
I.
L a h erm o sa a p arició n de lo s a lcio n es. —
L o s o rad o res de abordo. — E n tram o s
en C antón. — D esen gañ o.
.............salimos de Hong-Kong á las 8 de la
mañana. Según se va alejando el vapor, el pa­
norama de la ciudad de Victoria y su puerto se
extiende magnífico á nuestra vista. Dejando á
nuestra derecha la activa Kowloon, continuamos
la marcha entre montes y colinas que nada tie­
nen de extraordinario. Pero súbitamente distrajo
nuestra atención un encuentro agradabilísimo.
E l mar se puebla de alegres alciones, con su
pecho y cabeza blancos, el dorso de las alas
de color oscuro, tan hermosos, limpios y
elegantes que es un gusto verlos. ¡Cuánto
tiempo después y á qué distancia los volvía á
encontrar!
Sin embargo, no sé de donde vienen: primero
tres, cuatro; después veinte, cincuenta, ciento;
por fin ima numerosa bandada tan prolongada
como la estela que iba dejando el buque, revolo­
teando á lo lejos en pos de nosotros.
Con las alas abiertas y quietas, aquellas herciosas avecillas parecían inmóviles, volviendo
á uno y otro lado con un ligero movimiento de
cabeza los ojos dulces, serenos y tranquilos. De
cuando en cuando, alguno se zambullía en los
espumosos remolinos y pronto voh*la á aparecer
con algún pececiUo en el pico, esquivando en
seguida la persecución de sus compañeros, que
se le acercan más de lo que él quisiera. Muchos,
arrollados por las olas, aparecían poco después
sin presa. Aquello era un rumor regocijado y
creciente de plumas blancas y alas plateadas,
acompañado de ligeros graznidos que parecían
suspiros. Se diría que era una palpitación viva
del mar.
( i) V . «I Boletín d e M an o .

A bordo otra novedad. Toda una serie de ora­
dores improvisados no se cansan uno después
de otro, de aturdir los oídos del público que los
escucha sentado en cómodas sillas, descuidado
y soñoliento. Entre ellos pude admirar uno
completamente europeizado, un verdadero pi­
saverde acicalado hasta el extremo, con sus zapatitos de piel krom amarilla, pantalones y cha­
quetilla que delineaban con mucha elegancia
la poco geométrica delgadez de su cuerpo. Como
los sabios antiguos, hablaba con voz suave, in­
terrumpido á veces por unas risitas de satisfac­
ción de sí propio, volviendo sus ojos brillantes á
uno á otro lado, como si quisiera comunicar á
sus oyentes una felicidad misteriosa, sólo por él
conocida. Me pareció al principio un reformador
convencido que predicaba el nuevo verbo á sus
anticuados compatriotas. Pero luego perdió
para mí toda su poesía porque advertí que ter­
minaba con el vulgar estribillo de Dulcamara:
¡Compren, señores, compren que es barato!
repartiendo una hojitas que ensalzaban la virtud
milagrosa de su específico. Todos aceptaban las
primeras, muy pocos el segundo. Después de
una bordada regular, el vapor silba y poco i
poco se va parando en medio del mar. Allí no
hay ciudad ni pueblo alguno; en lontananza, al
nivel de los campos, se descubre por entre los
árboles algunas hileras de lanchas y el humo de
una chimenea. Una flotilla de samj>ans nos sale
ruidosa al encuentro y se lleva parte de los \iajeros á la cercana ciudad de í^amj>oa, último
paraje adonde llegan los buques de gran calado.
Mas allá, hasta Cantón, sólo pueden llegar las
barcas de pesca. Pasada la confluencia de las
llamadas « Bocas del Tigre * entramos en el Rio
de las Perlas, ancho, tranquilo» como nuestro Po,
costeado de pequeñas colinas en forma de pan
de azúcar, sobre las cuales se yergue alguna
p ^ o d a y algunos pueblecillos escondidos entre
las manchas que dibujan los tupidos árboles.
Los haces de miserable paj a que flotan sobre las
aguas y las pilas de leña estivada en extrañas
gabarras ó balsas, contrastan vivamente con el
hermoso nombre del río. E n lugar de perlas s«yo
se ven riberas desiertas y melancólicas.
Me parecía que caminábamos hacia el país de



la tiisteza, de la soledad y de la muerte. De no­
table, nada; solamente el juego de las olas re­
vueltas á nuestro paso, que al resbalar por el
casco del buque se deshacían en una asquerosa
ebullición de fango, con repentino sobresalto á
veces de algún raro pescador. ¡Qué cuadro más
triste y qué tristeza infundía en el alma aquel
cielo gris!
Finalmente unos grandes depósitos cilindricos
y algunos edificios á la europea en los cuales se
leía en caracteres cubitales « Standard oil of
New York nos indicaban que estábamos cerca
de alguna ciudad; la poderosa América ha ex­
tendido hasta allí su comercio. A poco me pongo
malo cuando me dijeron que estábamos y a en
Cantón, la ciudad más grande del imperio más
poblado del mundo. Aunque ordinariamente
desconfío de tales exageraciones, abría los
ojos desolado porque no veía nada que pu­
diera fijar mi vista y mi pensamiento. ¿Qué
no había visto yo en París ai apearme en la Gare
de Lyon? ¿Qué cosa me podría renovar la pro­
funda impresión que experimenté al entrar en
Londres de noche, caminando casi entre dos
torrentes de fuego ?
Aquí vuelvo ansioso los ojos y veo cuatro
cañones que asomaban sus negras bocas por
entre el cieno, para hacerme creer que allí hay
una fortaleza ó más bien « tía madriguera de
ratones. Después una llanura de casas de un solo
piso. Ni un monumento siquiera rompe la in­
terminable uniformidad de aquella inmpnsm
aldea. Solamente el río comienza á animarse
con vaporcitos y lanchas.
II.
El R io de la s P e r la s en C antón. — U na
d esg racia en el puerto. — E n lo s c a lle ­
jones de la ciudad. — Ilu sió n y d e se n ­
canto. — E n la ca te d ra l.
De repente el vapor se vuelve rápidamente,
eutra en otro brazo del río y nos presenta de
golpe lo necesario para satisfacer nuestra curio­
sidad hasta entonces burlada.
Lo primero que nos encontramos á la izquierda
es un hermosísimo jardín lleno de palacios y
^diias, como se admiran en nuestras mejores ciu­
dades. Es una isla llamada < Cha-men *, cuya
superficie arenosa y árida se ha convmtido en
O ciosa morada de los cónsules europeos que
rili residen como soberanos. De frente aparece
d espectáculo soñado. Instintivamente la ima­
ginación me recuerda el Tátr.:?.Í3.
Veo ante todo los vapores esbeltos, elegantes,
^^iaucos cisnes, ufanos de sus chimeneas en que
®*mpean matrículas de todos los colores; después

99 —

las lanchas, las gabarras, barcos pequeños y
grandes de todas las formas y tamaños que pasan
ligeros y rebullen en todas las direcciones, como
un hormiguero vivaz y negruzco caldo en e>
agua, que escapa para salvar la vida, l^ero las
lanchas que se ven reunidas á lo largo de orilla
izquierda tocándose unas coa otras ¿ quién las po­
drá contar ? extendidas como manchas grandes de
tierra. Basta saber que en ellas \ri\'e un pueblo
flotante de más de cien mil personas. Más fácil
es de imaginar que de decir; describirlo es impo­
sible. Aun medio aturdido v o M los ojos á la
multitud innumerable, que desde el larguísimo
muelle miraba inmóvil hacia bajo en espectativa. E l vápor mainobra con lentitud y mientras
tanto las .fangosas olas parece que escapan re­
torciéndose por entre las barcas, con gran re­
gocijo de sus dueños que las miran y se echan
á reir, com o. si aquel vulgarísimo fenómeno
fuese cosa nunca ■ vista. Se abre por fin el puente
y una oleada de coolies ó faquines, provistos de
gruesas cañas y cuerdas, nos envuelve gritando
como si vinieran á acométanos.
U n extraño policía comienza á descargar
con todas sus fuerzas rapidísimos vergajazos
sobre las espaldas de los que vienen á la
vanguardia; estos, acometidos por aquella
granizada, apenas se pueden volver deses­
peradamente, empujados por los que venían
detrás; parecían bueyes furiosos abriéndose paso*
á través de un rebaño. A l mismo tiempo, y con
no menor actividad, un marinero azotaba con
una cuerda desde la baranda del buque las ca­
bezas de los más audaces que habían esqui­
vado el vergajo del guardia. L a escena esalgo sa lv a je ; pero si se dejase á toda aquella
chusma obrar á sus anchas, de seguro que todosacabarían por arrojarse unos sobre otros al
río. E l vergajo es el único medio de evitar tantas
víctimas. A llá va un ejemplo que yo mismopude ver. Un muchacho y a crecido, gateando
por debajo del puente estaba para colarse á bor­
do, ufano de haber burlado la vigilancia del digno
fimdonario y el chicote del marinero. En esto la
cadena que sujetaba el vapor al muelle le cogió
un píe. Los huesos se le hicieron añicos y la piel le
colgaba de los dedos en trozos. Y todo esto de­
lante de Tnis ojos á un metro de distancia. La
carne desollada con tanta ■ violencia, de blanca
se volvió gris con pintas rojas y la sangre corría
en abundancia. Los gritos desesperados llamaron
la atención; pero pasó rm buen rato antes que la
cadena soltas^ la imprudente presa. Lo que más
impresión me hizo fué que lo lle\’aron á un re­
codo de la orilla del rio, y allí lo dejaron como im
perro al cual se le hubiera roto una pata de un
palo.
Bajamos. Dos palabras solamente: siak-sat

(casa de piedra) me sacaron á mí y á mis compafieros del más serio de los apuros.
Meto la cabeza en una especie de litera romana
cerrada y allí me repantigo con la gravedad de
un mandarín, alzado en vilo por tres forzudos
mozos de cordel. Entregado á merced de ellos,
atisbo por entre las oscuras cortinillas ávido de
ver, aunque sea al vuelo, todo lo que pasa á uno y
otro lado. E l convoy de las tres sillas gestatorias
marchaba con bastante rapidez, rozando casi
con uno de los costados de la calle que tendría
metro y medio de ancho ó á lo más dos; mientras
por el otro lado caminaba á prisa y compacta
la muchedumbre de la gente con coleta.
1,0 primero que me impresionó fueron las
voces de los faquines; ¡Chiao-yao! ¡Che-inai!
jT'ai-pongl... que quiere decir: A izquierda, á
derecha, cuidado, amigos, señores, señoras, etc.
I,os que van delante dan la voz de alarma que
van repitiendo los ocho compañeros de atrás, ba­
lanceando la litera á compás de las palabras.
Los voces no cesan con un estribillo melancó­
lico, eterno, que produce una sensación de pro­
funda tristeza cuaqdo se oye por vez primera.
Si bien á veces son más que necesidad costumbre,
hay que convenir que tienen mucho de estatégicas para evitar encuentros y desgracias, espe­
cialmente en los cruces. Y o miraba y- miralía;
las tiendas variadísimas pasaban en fantástica
visión, ó mejor dicho, pasaban las calles porque
en cada calle una se vende un solo artículo.
Pasa, por lo tanto, la calle del alumbrado es­
pléndido y la de las finísimas sedas. Entre tanto
noto que muchas casas tienen los marcos
de las puertas cubiertos de estravagantes figu­
ras en relieve. Pasan las calles de los pesca<leros, la de la verdura y la de la fnitn; luego la
de las zapatillas bordadas, la de los sombreros
de fieltro y la de las farmacias. Después \-ienen
las de las porcelanas, la de las piedras preciosas;
en fin, una serie enterminable de tiendas, sino
<le extraordinarias proporciones, á lo menos de
limpieza y orden admirables. Y o no v i otra cosa
sino comercios que me ofuscaron la vista cou
su esplendor y ^'ariedad continuos.
M;us numerosa, más compacta y más apre­
miante pasa la muchedumbre de gente presurosii, contrariada con frecuencia por nuestro en­
cuentro. A ciertos choques imprevistos la multi­
tud se arremolinaba murmurando impaciente,
como un torrente detenido en su curso. E n las
vueltas sobre todo era mayor el peligro de chocar
cou la cabeza ó las espaldas de los transeúntes;
los nueve faquines gritaban todos á un tiempo,
y á mi me producía aquello un escalofrío como
si presintiese una catástrofe. De cuando en
cuando alguna pequeña cuesta; subíamos y ba­
jábamos pasando por debajo de un arco de

piedra defendido con gruesas cadenas. A veces
la estrecha calle está casi entoldada por úna espe­
cie de redecilla de estera que va de tejado á
tejad o; entonces entre la penumbra de la calle,
el ruido ensordecedor de la muchedumbre y la
luz nebulosa de los faroles de los establ^imientos, en cuyo fundo se divisan siniestras lámparas
alumbrando á los falsos dioses, parece que uno
ha penetrado en una misteriosa gruta sin tér-

E 1 P . E s te b a n B o u rlo t fu n d a d o r y p rim e r párroco
de la I g le s ia de S a n J u a n E v a n g e lis ta en << La
B oca

» f¡‘'. Bol. de fgbr. p. 46).

mino, donde moran los espíritus y los magos;
y encerrado en aquella estrecha prisión, anda
errante condenado á dar \nieltas i>or aqu^l ca­
llejón interminable.
¿Cuándo saldremos de este laberinto, de estas
diabólicas cavernas? Creo que pocos europeos,
ó tal vez ninguno, aunque hayan \-isto todas las
novedades del globo, puede librarse de esta
pede de inexplicable melancolía que produce el
aspecto, hermoso y siniestro á la vez de las o r e ­
juelas de Cantón. Supe de personas que \ iven
aquí desde anos ha, y no se atreverían á meterse
por esas catacumbas paganas, aunque les dieran
todo el oro del mundo.
Cuando el convoy se detuvo, me palpé D
frente y estaba ardiendo; pero levantando de

pronto los ojos divisé la gallarda y amable
figura de Mons. Merel que me hospedó galan­
temente en su casa.
La primera visita fuá á la catedral, enorme
monumento todo de granito. Entré y aquella
semioscuridad me causaba tedio y melancolía;
un poco de luz me hubiera ensanchado el co­
razón. Tal vez la tristeza del cielo influía en mi
ánimo.
Pero debo advertir que si la tal iglesia sería
admirable en Europa, aquí en China, en Cantón,
es un prodigio de actividad é ingenio humano.
¿Quién podrá decir las increíbles dificultades
que se debieron vencer para levantarla?
Oí contar que siendo la iglesia mucho más
alta que los demás edificios de la ciudad, de nin­
guna manera hubiese tolerado su construcción
ción el fanatismo chino, si no huljiera visto que
el conjunto presentaba los perfiles de ima cabra,
animal de buen augurio. Bajo la sombra de
aquella soberbia mole florecen muchas obras
cristianas, dirigidas por las beneméritas Misiones
Extranjeras de París.
Todas las mañanas esta hermosa casa del Se­
ñor se llena de gente devota. E l coro de las
oraciones que entonan primero los hombres y
repiten después las mujeres, parece im llanto
prolongado, un profimdo suspiro colectivo
que brota en las tinieblas y se pierde en ecos
melancólicos entre los arcos góticos y los cris­
tales pintados.
Con el rostro oculto entre las manos yo tam­
bién suspiraba; y el pensamiento se me iba á
nuestros primeros padres en la fe, salmodiando
escondidos en los santos horrores de las Cata­
cumbas.....

MOZANBIQUE
De la residencia de Mocheiia.
[t)e una carta del misionero D. Martín Recálcaix
dirigida á D. P . Altera con fecha del 21 de
noviembre, tomamos lo que sigue).
Esta misión comienza á vivir; tengo conmigo
algunos niños; el coadjutor Machado los inicia
en los trabajos del campo y yo les enseño el ca­
tecismo... estos principios prometen bastante.
¡Que Dios los fecunde y haga prosperar! Oiga
la aventura que me sucedió con estos niños.

Estaba yo sentado á la orilla del río Monapo
observando á irnos negros que pescaban y entre
ellos im negrito que nadaba como im pez.
— ¿ De dónde eres ? le pregunté.
— Soy de Macuana.
— ¿CómoPledije. ¿Y vin iste aquí de Macuana
que dista tres días de camino?
— Pero ahora vivo aquí cerca en Monapo.
Comencé á comprender y continué:
— ¿Dónde viven tus padres?
— No tengo padres.
— Bien, respondí. ¿Quieres vimr conmigo?
Te daré de comer, buena cama y un traje muy
bonito.
Aceptó; fuése á despedirse de los suyos y al
otro día era y a im amigo alegre y vivaracho de
nuestros niños.
Pero, después de algunos días, dos hombres
armados de lanza y del imprescindible cuchillo,
con la carra pintarrajeada (parecían dos demo­
nios) vinieron á prenderlo y se lo querían llevar
atado como si fuera un perro. E l pobre negrito
tembloroso y llorando corrió á buscarme y ex­
clamó:
— Padre no permita que me lleven, estos dos
me matan. Los Macúas, y a los conozco, son ca­
paces de cosas aun peores.
Y o le alenté diciendo:
—í No tengas miedo; pero dime la verdad,
¿ a^imo de estos es tu padre ?
— No; ni siquiera los conozco. Un día estaba
jugando en mi pueblo y pasaron por allí estos
dos; me cogieron y me llevaron á su casa. Allí me
hacían trabajar todo el día, apenas me daban
de comer y me pegaban mucho. A estas palabras
me volví á ios dos y les dije severamente:
— Este niño no es vuestro; bien sabéis que las
leyes prohíben la esclavitud; marchaos y dejadle
en paz, si no os hago prender.
Bajaron las armas, se marcharon y no vol­
vieron más, con gran alegría de mi protejido.
¿ Cuando podremos ir al país de este muchacho,
centro de innumerables tribus Macúas, feroces
y ladrones sí, pero sencillos, no infestados aún
por el mahometismo y por lo tanto de fácil ad­
quisición para el Evangelio?
Quisiéramos, amado Padre, presentarle en
pocos años im buen número de convereiones...
Digo en poco años, porque bajo este sol abra­
sador la vida dura poco y debemos andar á
prisa.
Y nuestros ardientes deseos serán una realidad,
si otros « losos misioneros vienen en nuestra
ayuda...

EL CULTO

de María 9u\iliadora
Nós tenemos la pertoatlóo de qoe, en las rlclsllodei dolorosas de los tiempos
qne atravesamos, no nos quedan más consuelos que los del Cielo, y entre estos,
la poderosa protección de la Virfen bendita, que fuó en lodo tiempo el Anxlllo
de loa Cristianos.
p ío x .

x

g u a n d o ^s(c ;6 olelíi\^ llegue á vucsíras n]Qqqs, gucijidos jTooperadores,
esíará muv
prójimo J 12ü^o, el mea simbólico gue la Ig l^ ia caíóHca conaagija á Jijaría ^aníísima.
^ería ocioso cf ijecomendaros fa devoción ^ darqs normas para que j^onréis en él debidómenle á la j 32odre de Dios, siendo así gue iodos fa andáis con loda vuesíro alma; i
el amor es in^cpjoso y Jecui^do en recursos para ob^eguiar á guien se ama. £ci[o como
podrío suceder gue alguno fe^ese el boletín por vc2 primera, no csíard demos el recoi^darlo
^ ojalá gue nugaíijas palabras Ifevarai^ á algupa Jan^ilia solomcnle un acto e^ferno de devociói]^ á j]2aría Auxiliadora, ^odos sabéis por propia expcriei\cia cómo cf culto de fo
'Virgci^ ^ap^tísima derrama en las familias ui^ perfun\c de pureza ^ sop^íidad, cómo difui\dc ei\
ef anjbicqte doméstico una placide» ijclígiosa tan caracícrísíico, gue allí donde entra, se cebo
de ver gue con él ba entrado ef a m o r h erm oso. :l?or desgracia mucbgs faniilíos, gue
se creen todavía cristiai^as, están ii\vüdidas por ui\^ naturalismo pogapo gue mala en elfae
toda manifestación religiosa; una especie de desprecio iconoclasta gue ba ido 8uslitu^ci\do
las imágengs de los sapiqs por rclralqs de hombres i muieres, mucbqa de elfos célebres por
sus vicios, gue si algo enseñan son co^as gue jamás debíamos apgende^. Ha in^agen de fo
'Virgep^ purísin^a ^c ve ó veces a f lado de una acígiz decentemente desnuda; ^ier\ifo máí
bien profanada gue honrada cop_ haberla dejado allí.
!E8 preciso, pues, gue Jijaría jUuxiliadbra recobre el puesto gue merece, gue su imagen,
gue todavía gueda presidiendo nuestros honores, seo algo más gue up^ popel pintado para
adorpar la pared; es preciso obrir Iqs ojos de la fe ^ ver el ijcí^olo de fo J]2adre de í)io3,
de lo :í\cino de todos los pontos ^ la Auxiliadora de los familias cristianas, A®
abrir los ojos de fa fe durante este mes de J 32avo; ^ osí como besamos cf retrato mil
veces besado de nuestra n\odrc, cuapdb la bcipos perdido; osí como oguef pedazo de popel
en gue la luz ha grobudo fas facciones amables de pueslra madre, p^qs recuerdo lanías
cosos gue nos copn\iicvcn; def miando modo la imagen de la "Virgen tantísima nos debe
recordar lo gue ella nos amó, fo gue le debemos, lo gue de su bondacf podemos esperar,
fo gue de sus virtudes dcbcn\os aprender, fo gue de ^u
podremos conse_guir. :§aciendo las prácticos del mes de mavo con este espíritu, poniei\do ep^ puestros luces, eo
nuestros cantos ^ en nuestras flores esc sobrepaíuralismo íntimo v eticaZ, eplonccs Abaría
Auxilindbro se dará por muv honrada v pqsotrqs recibircn^qs^racios á cambio de nucslraa
luces, virtudes á cambio de nuestros contos ^ niéntos á cambio de p^ucstras ffores.

— 103 —

F

Gracias de María Auxiliadora.
V
Cali (Colombia), (i) — E l 6 del presente cayó
gravemente enferma una hija mía de 8 años, y ha­
biéndole aplicado una infinidad de remedios, to­
dos fueron inútiles. La niña seguía empeorando
7 se puso hinchada de un modo lastimoso; era tal
la hinchazón que casi se ahogaba. Mi esposa y yo
estábamos desolados. El 8 vino el Pbro. D. Fran­
cisco Solazar y le puso la Extremaunción porque la
muerte era inminente. El 9 vino el Pbro. D. Fran­
cisco A. Valverde á celebrar la misa de costumbre
y le dije que la ofreciera por la enfermita, enco­
mendándola á María Axmliadora. Acabada la
misa, como inspirado por la Virgen Santísima, me
dice: Su niña se salva. Llame V. al Dr. D. Agustín
Escobar. En efecto, llamé á dicho señor y éste como
fervoroso cristiano recetó en nombre de la Vir­
gen Santísima. El tercer dia la niña se encontraba
sana y salva; quedando todos maravillados de
verla viva, siendo así que la dábamos ya por
muerta. Por este gran beneficio quedó eterna­
mente ^radecido.á María Auxiliadora.
Diciembre d e 1910.

J o s é A . A r iz a b a l e t a .

Pasto (Colombia). — Hace irnos seis meses
fui atacado de paludismo, que en pocos días me
puso á las puertas de la eternidad. En esos mismos
dias suM muchas pérdidas en mis intereses, lo
que aumentó mis sufrimientos. En tal estado acudí
á mi Bienechora María Auxiliadora; cogí la me­
dalla y supliqué á mi buena Madre remediara mis
necesidades. El auxilio no se hizo esperar, pues
al tercer <fia estaba cumplido todo lo que deseaba.
Hoy cumplo mi promesa de hacer público mi reomocimiento y doy ima limosna en acción de gra­
das.
I s m a e l M. V il l a t a .

Managua (Nicaragua).— No es esta la vez pri­
mera que tengo el placer de publicar mi gratitud
á Nuestra Celestial Madre, la Virgen María, conodda bajo la advocación de María Auxiliadora.
Varios son los favores extraordinarios que Ella
me ha concedido desde que comencé á invocarla,
y hoy un nuevo y especial favor me proporciona
la Ocasión de volver á hacerlo.
En Jubo del año pasado fui atacada de parálisis
qne puso mi existencia en gran peligro, aparte de
los dolores constantes que esta enfermedad me pro­
porcionaba. Me puse en manos de varios facultahvos y después ^ haber agotado todos los recursos
de la ciencia, lejos de recuperar mi salud, la enfer­
medad progresaba dia por día; y no encontraba
(>) En confcn aidad coa los decretos de Uiteno VIII, d
e
c
ía
n
*
■ o* C'.i Tcs más q
o
eá la gracias pobücadas en naestra Revista
* Ie$ damos más valor que tí poraioente histórico, sujetándonos
i las deoswoes de naestra Ssnu Madre Iglesia.

otra esperanza de recuperar mi salud, que un fa­
vor de Dios que me la devolviera. A El dirigí mi
pensamiento, encomendándome con gran fe á Ma­
ría Auxiliadora, esperándolo todo de su di\’iiia
protección. Mis ruegos fueron atendidos, pues desde
entonces comencé á sentir la tranquilidad de espí­
ritu que me había abandonado; la enfennedad
comenzó á ceder y la esperanza renació en mi co­
razón. Hoy me encuentro en ^'ias de convalecer
y espero que pronto Ella me dará mi completa
salud.
Daré gracias á María Auxiliadora todos los
días de mi vida por este favor, y en cumplimiento
de mi promesa, doy publicidad á esta gracia y en­
vió ima pequeña limosna.
M ayo de 19x0.

T e o d o s ia de E sco b a r .

Córdoba(R. Argentina). — Años hace mi her­
mano y yo abandonábamos nuestra querida his­
pana para dirigimos á las playas Americanas; pero
al paso que yo me embarcaba para la Répuública
Argentina, él se d ir^ a á la Isla de Cuba. Temía­
mos por él, porque no teniendo experiencia de la
vida, dudábamos pudiera hacer frente a los muchos
peligre» que se presentan á los jóvenes. Nos alen­
taba sin embargo el pensamiento que María SSma.
lo protegería doquiera que fuese.
Durante los prim^ps años, nuestros relacione»
epistolares eran frecuentes y cordiales; despué»
no volvimos á tener noticia de él. Se puede más
bien imaginar que describir las angustias de fa­
milia. En tan doloroso trance no dejábamos
nunca de suplicar d la Reina de cielos y tierra
que asistiera á nuestro querido hermano.
Mientras tanto él encontrándose solo, vencido
por el respeto humano y dirigido por malos com­
pañeros, dejó toda práctica religiosa y contrajo
matrimonio dvil, por obra especialmente del
padrastro de la esposa que resultó ser un pastor
protestante.
Dios entonces hizo pesar su mano sobre él;
muy pronto vióse abandonado casi de todos, sin
porvenir, pobre, careciendo de lo necesario para la
vida, hasta que agobiado por toda clase de sufri­
mientos físicos y morales, cayó gravemente en­
fermo y en una consulta de médicos fué des­
ahuciado. La muerte era inevitable; pero María
Auxiliadora escuchaba finalmente nuestras hu­
mildes súplicas y quiso consérvale la vida, de­
volviéndole la salud del cuerpo y la del alma
también Reconoció sus extravíos, debidos en
gran parte á la inexperiencia juvenil, bendijó la
mano de Dios que tan mflagrosamente lo llamaba
al recto sendero, volvió á ser el hijo afectuoso, el
católico práctico, hizo benddr su matrimonio por
el Sacerdote, y aún más, le inspiró la Virgen San­
tísima que volviera al seno de la familia, en donde
hoy tranquilo y contento es el consuelo de su
mamá y demás parientes.
Por este y otros muchísimos favores, recibidos
de María Auxiliadora yo y toda mi familia, le damos
las más sentidas gracias, y habiendo ya cumplido
en parte la promesa de hacer celebrar una misa
en su Altar en el Colegio Salesiano de esta dudad.

— 104 -cumplimos ahora con la otra parte de publicar la
gracia en el liolelin Salesiano.
C órdoba, i F ebrero 1910.

E lo y D o m ín g u e z .

G ranada (Nicaragua).— El 19 de Agosto del
año pasado estalló la revolución en esta ciudad, y al
sentir las detonaciones continuas y el toque del clarín
me eneerré con mi familia en lapieza que nos servía
de dormitorio; pero quedándome im hijo afuera,
por andar entonces por la calle. Me eché al suelo en
una esquina con mis hijos más chiquitos é hicetambienque las niñas mayorcitas hicieran lo mismo, des­
pués de arrimar algunos trastos al rededor nuestro,
pues había dos puertas de débil madera á los extre­
mos, por las que fácilmente podían pasar las balas
de los combatientes que se acribillaban despiadada­
mente. Entonces me sentí con una angustia y
pena infinitas, pues comprendí el inminente pe­
ligro en que me hallaba yo y los míos, por estar la
casa que habitamos muy cerca del cuartel de San
Francisco en donde se hacía más resistencia.
Continuaba la terrible ludia y pensaba que taivez yo, uno ó varios de los míos para mí tan
queridos moriríamos; quizá el que andaba por
fuera, pues mucha balas, varias de explosivo,
estallaban encima de la casa y caían en el patio.
En aquel terrible conflicto cogí una imagen de
María Auxiliadora que yo venero, y llena de fe y
esperaifea en Dios y en ella, la puse al lado del
mayor tiroteo, y le prometí que con tal que no
pereciéramos ninguno de nosotros, ni de los de
la otra familia que ocupaba la misma casa, pu­
blicaría. la gracia en el Boletín Salesiano, en­
cuanto las circunstancias lo permitieran. La Vir­
gen SS. como siempre compasiva y buena, oyó
mis ruegos y me concedió todo lo que le pedí; y
no obstante estar continuamente rodeados de pe­
ligros varios días, estamos todos, gracias á Dios y
ó ella, sanos y salvos.
Por lo que desde el fondo de mi alma doy gra­
cias á María Auxiliadora, y para cmnplir la pro­
mesa, publico la gracia en el Boletín Salesiano y
doy tres pesos plata de limosna.
Octubre 1 de 1910.

C a t a l in a C.de L ó p e z .

M a s a y a (Nicaragua). — Desde el dia en que fui
llamado á las anuas comenzaron las luchas con nues­
tros enemigos. En medio de nidos combates viendo
caer á mi lado iimumerables compañeros míos,
me encomendaba siempre á María Auxiliadora y
parecía que esta poderosísima Señora velaba por
mi existencia, pues yo vivía de milagro. E l 21 de
diciembre el peligro fué tan terrible que cai en
poiler de mis enemigos. Crei llegado el fin de mi
vida y esperaba de un momento para otro qne me
fusilaran; sin embargo la esperanza en la Virgen
Santísima no me abandonaba y entonces con más
fé que nunca invoqué su poderoso auxilio, ofre­
ciéndole una limosna y publicar la gracia si me
sacaba de tan terrible trance. Cuando menos lo
pensaba me dejaron en ima isla en medio del mar.
María Auxiliadora quería probar mi fé, pero
yo presentía que la gracia había de ser completa.

L

En efecto, un dia me llega la noticia de que el 3 de
abril me pondrían en libertad. Ahora estoy tran­
quilo en mi hogar, dando gracias á María AuxiHadora que me ha sacado sano y salvo de tatitos
p elaos.
Junio 18 de 1910.
A

b RAHAN

B.ARRER.V.

E l M orrito (Nicaragua).— Hallábase la esposa
de mi padre gravemente enferma en un sitio reti­
rado. por temor de la guerra civil. A la gravedad del
mal se añadía el temor de perder á mi padre au­
sente y perseguido por sus enemigos. Estando
así las cosas, el 18 de Julio á las 8 de la mañana
llegó al muelle la laucha en que mi padre venia.
Al oir los disparos de fusilería que atronaban el
airé temblé por mi padre, mientras tanto mi ma­
drastra iba perdiendo toda esperanza de vivir.
En tan grande tribulación acudí con fervor á
María Auxiliadora pidiéndole salvara dos vidas
que me eran tan queridas. Comencé ima novena y
prometí publicar en el boletín ima gracia, que de
concedérmela, sería dos veces milagrosa. Casi al
mismo momento comenzó la mejoría de la enferma
y poco después mi padre entraba en casa sano y
salvo. Hoy cumplo gustosa lo prometido y doy gra­
cias con toda mi alma á María AuxÜiadora.
O ctubre 1910.

E s m e r a l d a de M e m b r e Ro .

Jinotepe (Nicaragua).— El seis de Enero de este
año fui atacado de fiebre perniciosa con síntomas
tan alarmantes, que llegando á cierto periodo la
enfermedad, los médicos creyeron inútiles los es­
fuerzos de la medicina.
En este estado mi señora madre invocó el nom­
bre de María Auxiliadora, ofreciendo á esta buena
madre dar limosna para una misa y comulgar en
ella en su obsequio, ofreciendo además que las
primeras letras que yo escribiera serian su mi­
l i c o ; lo que hoy cumplo, lleno de salud y dando
gracias infinitas á María.
CUPERTINO BUITRAGO.

Asunción.— Hacía tiempo que padecía del co­
razón, dándome fuertes ataques, tanto que en
imo de éllos yo me creía estar ya á las puertas de
la muerte, líntonces me enconiedé á María Au­
xiliadora haciéndole la promesa de mandar celebrar
una misa, dar diez pesos para las obras del
DBosco, que mi hija pertenecería á la * Corte de
María Auxiliadora » y hacer publicar la gracia en
el Boletín Salesiano.
Habiendo obtenido la gracia, cumplo ahora mis
promesas.
Septiem bre 33 de 1910.

V ic e n t e d e G o n z .ález.

¡ G r a c ia s M ad re m ia !

En el mes de Octubre de este año, cai grave­
mente enfermo con pulmonía, sufriendo ya de
anemia. La situación era grave, tanto por nu
enfermedad, como por la escacez de medios de
subsistencia de que disponíamos. En tan amargos

-

105 -

momentos me acordé de la que es « Consuelo de
los afligidos » Mana Auxiliadora,, y le pedí nos
socorriese en tanta aflicción. Asi lo hizo, conce­
diéndome la mejc»ía y un empleo, que aimque de
poca remuneración, me permitirá atender á- mi
madre y á mis hermánitos. Como le ofrecí publicar
el favor y mandarle una limosna, cumplo hoy mis
promesas agradecidísimo á tan buena Madre.
Pasto (Colombia), Noviembre 23 de 1910.
L u is F e l ip e G óm ez .

Com alapa (Nicaragua) — Mi pequeña hija
Agustina padecía de una enfermedad crónica,
j»ro poniendo toda mi confianza en María Auxi­
liadora, le ofrecí publicar la gracia que le pedia y
puse á la vez una medalla al cuello de la enferma.
El favor no se hizo esperar, pues mi hija se encuen­
tra perfectamente sana. Después mi esposo Agus­
tín por cuestiones de política fué preso, pero yo
invoqué el nombre de María Auxiliadora prome­
tiéndole que se haría cooperador y la gracia fué
concedida luego, siendo puesto en libertad. Por
estos favores envío al decurión mi limosna de 10
pesos y cumplo con mi promesa.
B e r n a b é M. de M ir a n d a .

San R a fa e l de D e sa m p arad o s (Costa Rica.)
—Habiendo tenido á nuesta hija María del Ro­
sario con ima grave enfermedad y viendo que las
medicinas eran inútiles, invocamos á la que es
Auxilio de los cristianos ofreciéndole 10 pesetas
de limosna si curaba y publicar la gracia en el
Boletín Salesiano.
Con gran consuelo mió y de mi esposa hoy puedo
cumplir la promesa.
S alomón V a l v e r d e .

A) — Asunción (Paraguay). — Dolores A. San­
tos, por haberla socorrido en una gran afflicción y
manda 100 $ de limosna.
B) — Bahía de Caráqnez (Ecuador): Mariana Vepor haberle concedido un feliz alumbramiento
dispués de otros muy difíciles en que vió peligrar
vi vida y la de sus hijos. Envía veinte sucres de
.imosna. — Id .: Gertrudis Santos Montaibán, por
vario'í favore.s recibidos. — Id .: Una persona pia­
dosa, por otros favores. — Id .: Angela Celia, por
algunas gracias. — Ciudad Bolívar (Venezuela):
Da. Silvana de Yuady, por haberle concedido en breve
tiempo cuatro favores especiales. — Barranquilla
(Colombia).: Carmen M. Palacio, por la completa
curación de su hija Rosa que estaba ya moribunda.
— Id.: Ana María de Cepeda, por haberla curado
de una peligrosa hemorragia que los médicos no
podían atajar.
Q — ía/i(Colom.): Manuel M* Osorio, por haberle
curado de dispepsia á su señora después de tres años
-s penosa enfermedad que los médicos no habían po­
dido curar, y ofrece una limosna. — CuraqSo (An­
illas) : Una devota, por haberle concedido la salud
d« su hijito. — Córdoba (Rep. A rg.): María A u­
tora Vemier, por hablarle curado la vista de la
cual venía sufriendo desde hacia 14 años; y ahora
i>ace más nno que sencueütra muy bien, por lo que
«nvía además una limosna. — Id .: Pastora Ferrer,
^ r haberla curado de neuralgia. — Id .: M. del
C., por haberla socorrido en una angustiosa
»tuac;ón. — Id .: Secundina L. de Moreno, por
«ber devuelto la salud á una hijita suya, enfermo

desde hacia mucho tiempo -y hoy completamente
sana. Envía 5 pesos de limosna. — Id .: Dominga
de Posada por una gracia muy importante y enviu
50 pesos de limosna. -7 Id .: La Superiora tlel
Asilo de S. Luis, por haberle concedido la salud
para una de las hermanas. — ¿5»// (Colombia) :
Antonio N. de N., por haberle curado cuatro hijos
que cayeron enfermos á un mismo tiempo. — Id .:
Mercedes N. y B., por haber concedido la saluda
su madre gravemente enferma.
Ch.) — Chinandega (Nicaragua): Carmen de Pa-'
redes, por un gran favor recibido y envía una li­
mosna.
D) — Diriamba (Nicaragua): M. Parrales , L.
Romero, P. Bendaña , F. v. de Parrales, A. Ra­
mírez y R. de Rappaccioli, por favores reciliidos y
envían § 27 de limosna. — Id .: Sra. Estébaua Gu­
tiérrez, por haberla curado de un dolor.
G) — Granada (Nicaragua): J. M. Gutiérrez, por
haberle devuelto la fe que en gran parte había perdido,
y por otros grandísimos favores como el haberle pro­
porcionado un medio fácil para solventar créditos
considerables y curado en enfermedades graves á
dos de sus hijos. Envía diez pesos ele limosna. —
Id .: Sras. Modesta Mora, Gregoriana Mejia, Ro­
salía Guerrero, Sabina de Navas por favores reci­
bidos. — Id.: Francisco López, por favores reci­
bidos dorante la revolución, y manda una limosna.
I d .: Clara de Montoya, por un favor y envía una
limosna. — Guarafirú (Uruguay): Juana M. Salaberri por haberle librado del servicio militar á dos
hermanos suyos durante la guerra civil. — Guaya>^
quil (Ecuador). — Simona Mercedes, por haberle
alcanzado una gracia á su hija Eufemia y otra á
su hija Mercedes y envía 20 pesos de limosna,
J) — Jatisa (Colombia); Agustín Ferreiro, por
liaberle librado de las consecuencia de un golpe
mortal, lo cual considera como un gran milagro.
— Id .: Salvador Torres y esposa, por haberles sal­
vado dos veces una hijita de inminente peligro.
M) — Montes de Oro (Costa Rica). — Maria de
Matamoros, por halierle curado á su hijo tic una
enferineda<l que amenazaba hacerse crónica. — Masaya (Nicaragua): A . B. por haber recobrado la
salud, y envía una limosna. - Manayua I d .: Sal­
vador Castrillo, por haberle devuelto la salud, y
envía una limosna.
N) — Nandaime (Nicaragua); Sra. Ascensión
Saborio, por haber librado á su hijo de los peli­
gros de la guerra.
P) — Puerto España (Trinidad): Una devota, por
haberle deshecho una calumnia á su marido. —
Puutarenas (Costa Rica): Josefa Torres, por favores
recibidos.
Chinandega (Nicaragua): Elisa Figeríno, por dos
gracias y envía limosna para dos misas.
R) — Rio Frío (Costa Rica): Juana Rosales, por
haberla curado de un fuerte dolor de pecho, y
envía 5 pesos de limosna.
S) — Bto. Tomas (Nicaragua): José Angel
Lamo, por haberle librado de los peligros de la
guerra. — S. Carlos «Nicaragua): Catalina de
Peter, por favores obtenidos. ~ S. Rafael (Costa
Rica); Salomón Valverde, por haberle curado,
V) — Filíela (Paraguay): Emiliano Benítez, por
liaber devuelto la salud á una hija suya de una
manera maravillosa.
Z) — ZambraTto (Colombia): Rita A . de Contreras, por un favor. — Id .: J. P., por varios fa­
vores.

p®s

^

P O R E L M U N D O S ílL E S I S N O
R ein aré en E s p a ñ a
Tiste es el grito que acude espontáneamente á
nuestros labios al leer el último número de < El
Ven. J. liosco y el Tibidabo ». I^o que ayer era
deseo, hoy está muy cerca de ser maravillosa
realidad. Mucho camino falta aún por recorrer,
pero es imposible volver a trá s; « tardaremos
dos, diez, veinte a ñ es; el tiempo no importa #.
E l Corazón de Jesús va ganando los corazones, y
amor coino el cpie prueban las ofrendas que á con­
tinuación copiamos, debe cautivar necesariamente
el Amor oumi¡>otente.
Dice asi nuestro apreciable colega:
«El hermoso ejemplo de las religiosas de Galicia,
q\ie publicamos en nuestro último número, empieza
á difundirse y esperamos que no habrá Comunidad
Religiosa (pie no lo imite.
Entresacamos de algunas cartas recibidas.....
I./a Comunidad que suscribe, deseando contribuir
coji el óbolo de la mortificación á la erección del
templo del Sagrado Corazón de Jesús, en el Tibi­
dabo, ofrece á este objeto el importe del extraor­
dinario (jue la Regla permite tomar en la fiesta
de la Purísima.
Pocos días después, esta misma Comunidad nos
remitió una segunda carta ofreciendo también
el importe del chisico (tirrón de Navidad, para el
Saf;yarid de la Cripta.
También la « Gaceta de Cataluña ■' en su número
del 14 de enero, en .su articulo de fondo <- Hermoso
balance *, habla de la idea de lenuiuar con sólo sacri­
ficios de vanidad y mortificación de los sentidos
el templo del Tibidabo y termina diciendo: b^tablezcamos en esta adnuünLstración la primera
« hiicha de (aboco *. cu la que nuestros rniigos y
suficriptores pixlrún tlq>ositar lo.i sacrií.cias de
huiro (pie se transformará en oloroso incierso*para
el templo cx^iiatorío del Tibidal».
¡V <1110 el Señor bendiga el pequeño ólolo. la
llor de s;uTÍticio (pie ú El ajiortemos! ^
En la lista de sacrificios que viene á continua­
ción. figuran
más edificantes que se puedan
inu'.giuar: colegiide,'., obrenxs, religiasas, nifuis, se­
ñora'*-. ¡Ibista un ix>bre ciego nuuida su o.reuda!
Rcix'timos que estos son sacrificios, es decir,
privaciones que se imponen por amor al Sagrado
Corazón. \’ay;ui meditando los que para contribuir
á esta obra no tendrían ijue S i i c r i f i c a i nada, poique
les Ixistaria no malgastar algo; y después pregún­
tense si cumplen el primero y nuis grande de tixlos
Uxs mandamientos t Amar á Dios sobre todas las
cosas.....

A

Crónica de los Ex-ülamnos,
Poco antes de entrar nuestro número en má­
quina, recibió nuestro R. Superior General el
siguiente telegrama de V a len cia : Motivo iitauguración antiguos alumnos presididos Arzobispo
envían filia l saludo reiterando inquebrantable adhe­
sión. Presidente. El Sr. D. Pablo Albera contestó:
Agradecidísimo gracias Arzobispo. Bendigo so­
cios que prometen abundantes frutos. Feliz prin­
cipio. En el número siguiente daremos más
detalles.
CIUD.4DELA (Baleares).— Por fin los Antiguos
Alumnos de Cindadela han logrado lo que se pro­
ponían formando la Junta directiva de su « Unión *.
E l domingo 19 de Febrero, dc.spués de una sesión
animadisima en el salón de actos del Col^io, dicha
Junta quedó definitivamente aprobada y casi
todos los presentes se inscribieron en la Federación
Internacional de ex-altimnos salcsianos cuyo fin es
« el mutuo apoyo moral y material de los asociados,
mediante Patronatos, centros de infoniuición y
asistencia social*. La« Uniou •»cuenta ya con un peritidico tpie es el órgano de la sociedad y promete
los mejores resultados.
BUENOS-AIRES. — Leemos en La Nación: «Los ex­
alumnos de la escuela Santa Catalina efectuaron
ayer mui excursión á la escuela agrícola ejue lt«
padres salcsianos tienen establecida en la estación
de Uribclorroa.
I./3S excursionistas, después de oir misa en el
pueblo de destino, se trasladaron á la escuela,
donde fueron obsequíalos con im almuerzo cam­
pestre.
Tenuinado éste con un espiritual brindis en verso
que pronunció el reverendo padre Bodo, pasaron
los visitantes á inspeccionar las diversas instalacio­
nes y los plantíos de la colonia, la cual merece por
su importancia unos párrafos aparte.
Ocupa la escuela una extensión de 300 cuadras,
donadas para ese objeto por don Martin Uribela*
ixea. y de las cuales 12 están destinadas á cultii-os
de quinta y 35 ;i los de chacras.
E l resto ilel terreno está repartido en potreit*
para la hacienda, montes de árboles frutales, vh
veros, establecimientos de quesería y de
criaderos de aves, conejos, abejas y cerdos: y

— 107 —
demás con plantaciones de árboles para sombra,
que dan motivo para agradables paseos y fiestas
campestres ahora, en verano, ép>oca en que los
sacerdotes de las distintas instituciones similares
son ennados allí, por tumo, á pasar pequeñas tem­
peradas de vacaciones.
Para las faenas agrícolas y para la provisión de
la quesería y del tambo cuenta la escuela con 50
cabezas de ganado caballar y 150 de vacuno.
Además tiene allí mismo instaladas diversas de­
pendencias, como herrería, carpintería, depósito
de forrajes, etc., que hacen de la escuela ima ver­
dadera colonia agrícola.
La enseñanza en el establecimiento es eseucial-

Podría fácilmente la escuela, con la construcción
de rm pabellón, albergar hasta doscientos alunmos,
para lo? cuales hay soaficiente extensión de terreno
que podrían cultivar.
Asi y todo, la escuela ha llegado á un grado de
adelanto altamente satisfactorio.
En la misma escuela se han hecho también plantaciones de madera para la cría de gusanos de seila
y que, si bien en escasa cantidad, han dado resul­
tados excelentes, habiéndose fabricado tejidos (jue
aliora adornan la capilla del instituto.
Los establecimientos prodcctores. que funcionan
bajo la dirección de técnicos, están perfectamente
organizados y son también los mismos alunmos los

VALPARAISO (Chile) — Grupo de oíños que hicieron su primera comunión el 8 de diciembre p. p ..

mente práctica, dándose además á los almunos
que trabajan en la herrería y carpintería, donde
algunas horas de instrucción teórica, con sujeción
se hacen todas las reparaciones de los instrumentos
á mi programa que comprende los principales co­ en uso.
En fin. el propósito que persigue la escuela, que
nocimientos de climatología, agrología, botánica,
horticultura, arboricultura, viticultura, floricul­
es formar individuos competentes en todas las
tura, enología, jardinería y nociones generales de
múltiples fases de los trabajos agrícolas, dejándolos
policultura y apicultura.
en condiciones de poder asumir la dirección de
La escuela, d ir^ d a por el P. Serafín Rizzi y re­
chacras, se cumple á satisfacción.
gentada por el P. Angel Bodo, alberga actualmente
Después de la inspección, los exemsionistas
unr población de 50 alunmos, número escaso en
tomaron im lunch, servido bajo los árboles, aban­
realidad, pero excesivo con relación á los recursos
donando luego el establecimiento. »
del establecimiento.
•En efecto, la enseñanza es en su mayOT parte gra— El domiofo 22 Eaero del corriente, como
tu íi: habiendo unos pocos alunmos que p ^ a n una
estaba anunciado, celebraron los ex-alumnos de
pensión de quince pesos mensuales, corriendo en « Don Bosco del colegio de San Francisco de Sales,
estos casos por cuenta de la escuela todos los gastos,
la segunda jira anual de la asociación.
desde la manutención hasta el vestido.
Después de oída la santa misa en la capilla del

V

— io8 —
colegio, partieron los animosos jóvenes en número
de 90, desafiando todas las amenazas del tiempo,
hacia vSím Isidro, paraje designado para la fiesta.
Instalados en la pintoresca playa, se organizó un
variado programa deportivo para la hora del al­
muerzo. A l cabo de ima prolongada sobremesa en
la que se entonaron cantos patrióticos y populares
y se dieron entxisiastas vivas á la obra de Don
Bosco, á los ex-alunuios y también al circulo de
jbreros de la Parroquia de San Carlos y al centro
Ido IX de estudios sociales, dignamente represen­
tado, se continuó el programa deportivo de la ma­
ñana.
A la hora de la merienda el ex-alumno señor
vSimón tíoroet, tomó lo palabra leyendo un bri­
llante discurso sobre temas sociales, qiie le valió
una verdadera ovación. Subió luego á la tribuna el
señor Carlos Conci quien, cu una inspirada im­
provisación conquistó igualmente nutridos aplausos.
Antes de abandonar el pueblo, se hizo una visita
á la iglesia parroquial, emprendiendo luego el re­
greso á la capital con xmánime satisfacción por el
éxito do paseo.

se bendeda la preddsa bandera del drculo «
*
y para dar mayor solemnidad al acto vino de San­
tiago nuestro Inspector D. A . Nai. A las 8 tuvo lugar
la conmovedora fim dón y cincuenta niños se ade­
lantaron á redbir por vez'primera á Jesús Sacra­
mentado. Una vez fuera de la iglesia se lés sirvió
un suculento ahnuerzo. Después se bendijo la ban­
dera. A l salir de la iglesia la banda del colegio tocó
el liimno chileno y con la bandera al frente los sodos
del drculo defilaron bajo los largos pórticos de la
casa en medio de frenéticos aplausos. Luego hi­
cieron varios ejercidos gimnásticos á los cuales
siguió la distribución de medallas de plata y objetos
artísticos á vencedores.
Una bienhechora, D. Clara de la Piedra, repartió
á todos cortes para trajes, según el mérito de cada
imo, poniendo colmo á la alegría de tantos muenadios. Los premiados fueron más de tresdentos.

Crónica de los Oratorios F e s tiv o ^
TALCA (Qiile). — Cortamos de un periódico de
esta ciudad. — E l domingo 25, se llevaron á efecto
dos fiestas en la Casa Salesiana de esta ciudad;
utia religiosa y la otra social, ambas en beneficio
de la niñez desvalida.
'
Da primera tuvo lugar á las 4 de la tarde y con­
sistió en la bendición de un estandarte para la Compauia de San Lxús. formada por niños del üratori(x
Festivo.
ivl estandarte costeado ]>or perstuias caritativas,
es una maravillosa obra <lc arte. De felpa granate
con incmstacionc.'^ de ro. rew la en su ejecución un
contingente no escaso de ctnux'imientos en bordado
artístico.
Da ceremonia se verificó en la Iglesia y revistió
gran soloumidail. l'^s^i do la palabra el Pbro. Salcsiíuio Sr. Don Evasio RabagUati, dirigiendo un
hermoso lUsctirso al auditorio, en frasi's llenas de
unción y caridad.
MomonUxs des¡>xiés de las 5 de la tarde, el salón
de actos literariits de la Casa Salesiana se hacia
estrecho para ct>itteuer á la imuensa muchedumbre
que asi.stia al acto solemne de la distribución de
premios.
líu cuiuito á la parte literaria y musical del prognuua no tenemos sino frases de encomio para los
pequeños ejecutantes.
VALPARAISO (Chile). — Nos escriben: ¡Viva la In­
maculada! este íué el grito que lanzaron doscientas
boctxs al abrirse la puerta del oratorio festivo de
\qüparaiso el 8 de diciembre. I^a Inmacxüada es
para el pueblo cliileno la fiesta más simpática. En
el Oratorio hadan varios niños la primera conuuiión,

SAYONA — Grupo deporlivo de la socleda'd « D. Bosco *.

SAYONA (Italia). •- Ll teatrito del colegio salesiauo se vió lleno de niños y personas mayores que
(jueriau tomar parte cu la fiesta que allí se celebró
el 8 de enero. Después do un disciu^o del abogado
Sr. Cuneo se pasó á la rifa. Los premiados iban
redbiendo números regalos de todas dases y colores
desde los escudós de plata basta el cururudio de
caramelos sin excluir trajes y juguetes, á gusto del
consumidor.
JERUSALÉN (Palestina) — En el Instituto de Mana
Auxiliadora, el 18 de diciembre, tuvo lugar la solenme distribución de premios á las aliuunas de la
Esaiela y del Taller. En la velada luúsico-literana
las jovencitas ejecutaron admirablcsmente un
escogido programa de composidones y cantos en
italiano y francés. Presidia Mons. Cainassei, Pa­
triarca latino de Jcnisalcn. el Conde de l>nni. el
Sr. Cónsul de Italia y muchos distinguidos ecle­
siásticos y seglares. Todos felidtaban a las celosas
maestras que en tan poco tiempo han sabido sacar
tan hermosos resultados.

— 109 —

NOTICIAS VARIAS
ESPAÑ A.
ALICANTE.— Z,a Voz de Alicante nos tia e vma
extensa reseña de la colocación de la primera piedra
de las obras destinadas á * Escuelas Salesianas ».
La ceremonia fué un verdadero acontecimiento,
como verán nuestros lectores leyendo estos párra­
fos que copiamos de dicho diario.
«Después de Dios, deberáse este éxito á la muni­
ficencia y religiosidad acendrada del difunto mar­
qués del Bosch, excdentisimo Sr. D. José de Rojas
y Galiano, á los que le han sucedido en sus timbres
y en su fortuna, á la piedad y abnegación de la
Junta de Señoras que ha trabajado y trabaja con
verdadera fé y entusiasmo para allegar fondos con
que acometer esta obra, y á cuantos han contri­
buido con su óbolo, grande ó chico, á su realización.
Ya se ha recogido el primer fruto de este esfuerzo.
Anteayer se bendijo y colocó la primera piedra del
edificio que v a á levantarse para las Escuelas Sale­
sianas, y á este acto precedió el domingo último
una función religiosa en nuestra Colegiata en
honor de María Auxiliadora, especial Patrona y
Protectora de la Obra de D. Bosco, de sus liijos
y de sus casas. E n esta función se expuso á la vene­
ración de los fieles la hennosa Imagen de la Señor:-,
que se destina á la de Alicante, primorosa y a(; bada obra de arte que ha sido justamente cele­
brada. La ñmción resultó digna de su objeto, bri­
llantísima con inmensa concurrencia de piadoso
público. Ofició uno de los señores Canónigos de
la Colegiata, ocupó la sagrada cátedra tm Revdo.
P. Salesiano de la resklenda de Sarria y la Schola
del Seminario que esta benemérita Con­
gregación tiene establecido en el Campello. inter­
pretó á maravilla una de las misas gregorianas de
su excelente repertorio, llamando de nuevo la
atención la unidad, gusto y delicadeza de esta
masa coral y la especial competencia de la batuta
que la dirige.
Todo encomio resulta débil para la realidad, y
muy particularmente respecto al Et ieruhrae creaifie sunl que como especie de motete se cantó al
Ofertorio, dé armonía y delicadeza suma, de ex­
tremada belleza y de ejecución esmeradísima é irre­
prochable, que mereció unánimes, entusiastas y
justísimos encomios.
A la brillantez de la función religiosa ha corr^pondido la brillantez de la inauguración dé las
obras de las Escuelas Salesianas, que se emplazan
® los terrenos d d ant^uo huerto del Chorret, cantínuación de la calle de Alfonso el Sabio, cedidos
por ios herederos d d difunto marqués del Bosch.
® compensación de los que éste demara en vida
* la orden Salesiana para este importante fin.

En la línea que ha de ocupar d muro de levante
d d edificio que se v a á levantar, se abrió la zanja
en que se había de colocar la primera piedra, que
y a labrada y preparada al efecto, pendía de un
aparejo hábilmente dispuesto para hacerla des­
cender con facilidad. A su frente se levantó un
altar que ostentaba nn Crucifijo y sostenía la-;
ropas sagradas, libro é hi.sopo para la ceremonia.
R ev a lid o el M. I. Sr. Abad D. Modesto NAjera
y López de Tejada con capa pluA-ial morada, a.sistido d d Maestro de ceremonias D. Juan Malarredona y precedido de cruz alzada con ciriales, ben­
dijo la piedra que iba á colocarse, y descendida y
puesta en su lugar, d Alcalde Presidente d d Ayimtamiento. Exnio. é Ilrao. Sr. D. Federico Soto,
dió sobre la piedra varios golpes de argamasa con
una paleta de plata.
Extendida d acta de esta ceremonia, la leyó en
alta voz d canónigo de la Colegiata M. I. Sr. Don
José Cilleros, y firmada por las autoridades asis­
tentes y las señoras que forman la Junta de Damas
que realiza esta obra, se encerró en una caja me­
tálica cxm d número de la Voz de la Alicante que
ammdaba esta ceremonia y varias medallas, y
soldada esta caja se colocó en una cavidad abierta
al efecto en la piedra, recubriéndola después de
mortero.
L a ceremonia terminó rezando el Muy Ilustre
Sr. Abad seam dado por todos los presentes un
responso por d eterno descanso del iniciador y
promovedor de esta obra Fxino. é limo. Sr. Don
José de Rojas y Galiano. Marqués del Bosch de
Ares. Conde de Casarrojas y de Torrcllano, Caba­
llero profeso de Calatrava y .Senador del Reino por
derecho propio.
Durante la ceremonia y en los intervalos de la
misma, la Scnnla Cant<'rum salesiana intepretó con
acompañamiento de annonium la plegaria Salve
María de Pctrella, la barcarola En la ¡a/;una de
Antolisei, religioso .salesiano, y la Eitudiautina de
Oiarada de Brelón. resplandeciendo en su ejecudón
la maestría, delicadeza y buen gusto que distingue
á esta masa coral.
L a concurrencia ha sido numerosísima compuesta
de todo lo distinguido y más selecto que encierra
nuestra dudad, espedalraente de señoras ísín
descender á determinadones particulares que nos
resultarían imposibles) y de ima gran masa del
pueblo noble de Alicante que con su prftsencia dig­
nificaba la ceremonia y patentizaba que la obra
á que se contraía era preferentemente para él y
para sus hijos, protestando con su respectuoso sílendo y reverente actitud, contra las imposturas
que inventa el sectarismo y la impiedad, en des­
crédito de las obras de la caridad cristiana.
L a esplendidez de la tarde, la inmensidad del
concurso extendido por d acddentado suelo y el
creado número de carruajes y automóviles, ofre­
cieron un conjunto verdaderamente brillante y
grandioso.
Entre los asistentes hubo muchos señores sacer­
dotes y religiosos, recordando entre los primeros
á kjs canónigos señores Genestar, Alemán, Cilleros
y Galbis, á los Sres. Curas Párrocos de Santa María,

— lio —
Misericordia y Campello y á los Rev. PP. José M.
Maufredini y Alejandro Battaini, Inspector de
esta provincia Saíesiana y Superior de la casa
del Campello, respectivamente; como autorida­
des el Abad de la Colegiata, el Alcalde »Sr. Soto,
el general de la Plaza Sr. Villa, el capitáii de segu­
ridad D. Antonio Baigorri, en representación del
Sr. Gobernador civil que no pudo assistir por en­
fermo; los donantes del terreno líxmos. Sres. Mar­
queses de la Hennida, Maniueses del Bosch y los
condes de Torrollano y de Casa Rojas, y todas las
señoríis que conqK>nen la Junta de Danuis que
gestiona los medios para la realización de esta im|K)rtante obra.

limo. Sr. Obispo que lo vió todo, no nos atrevemos
á suprimir nada; arnique de buena gana suprimi­
ríamos las llores que nos echa el repórter. — Bos
Salesianos, maestros en la organización del género
dramático infantil, nos sorprendieron con la eje­
cución de un melodrama titulado Hav providencia
que, habia que ver... mejor diré que habia que oir.
Vaya, que los alumnos Lasaosa. F errery Bitrián
hacían lui papá y unos niños que ni de veras; y para
dar el contraste más retefino entre el hombre ca­
balleroso y el avaro más rufián y acanallado se pu­
sieron en porfia Jesús Cejudo y José Diez. De las
gracias típicas y ocurrentes del baturro Anoro y
de la formalidad y estoicismo del marinero De

VALPARAISO (Cblle) — Los alumnos de la Escuela Profesional ea la Exposición industrial del Centenario patrio.

Acabnnuis esta cnSnica dedicando un recuerdo
de cariño y gratitud al que fué queridísimo amigo y
ptxdector de la Vot de Alicante, iniciador y alma de
la fundación de las Escuelas Salesianas en nuestra
ciudad. Exmo. Sr. D. José de Rojas y Galiano,
Manjués del Bosch, felicitamos á Alicante por el
bien que ha de reportar de la piadosa generosidad
de su ilustre protector y damos el más entusiasta
piuabién á cuantos han contribuido y contribuyen
lU éxito de esta importante empresa, muj* en par­
ticular á la abnegada Junta de Damas que lleva
el peso de su laboriosa realización.
Dios premiará á todos su caritati\*o y heroico
esfuerzo y Aliciuite les guardará eterna gratitud. '
HUESCA.— Tomamos de un perit'idico de esta
ciudad el sueltecito que sigue, y por respeto al

Miguel solo diré que hicieron la risa durante su per­
manencia en escena. Vilas y Albasini, excelentes
en su empresa.
L a música del establecimiento prt^esando,
como pudo verse en la interpretación de la jota
dcl padre salesiano F. Alcántara y la barcarola dd
padre Pedrolini. cantadas en escena; La totrui
Gurugú coreada por 243 alumnos salesianos. Farola
matutina y la overtura E l Mingonetí fueron tam­
bién primorosamente ejecutadas.
Presidió la velada nuestro bwidadoso Prelado,
gran amante de las glorias salesianas, acompa­
ñado de D. Higinio Lasala. D. Juan Cáncer. Don
José M ^cellán y otros sacerdotes celosísimos y
seglares de más ó menos \-iso en la buena sociedad
oscense.

— III —
¡Lástima que los beneméritos, ingeniosos y celo­
sísimos padres Salesianos tei^au para ejercitar sus
iniciativas santas una casa tan bonita, pero tan en
estremo insuficiente:
VlOO (Pontevedra). — Los marinos católicos
de los buques de guerra alemanes que durante el
mes de febrero estuvieron en el m i r í f i c o puerto
de esta ciudad, no dejaron de visitar nuestro Cole­
gio, como han hecho en varias ocasiones, atraídos por
el buen trato que los Salesianos Ies dipensan. Otras
veces los hemos visto en nuestra graciosa capilla
que llenaban por completo, asistiendo con edifi­
cante compostura á la santa 3Iisa y á la explicación
del Evangelio que en su propia lengua les hacia
nuestro hermano D. Germán Lampe. E sta vez
ayunos oficiales han realzado con su presencia las
fiestas de S. Francisco de Sales y la hermosa velada
que allí tuvo lugar en honor de nuestro generoso
bienhechor el lim o. Sr. Obispo de Beja.
S. lima, celebró, además, la misa que dichos
marinos, en número de más de doscientos, oyeron
en la Colegiata donde los majestuosos corales can­
tados por 200 hombres llamaban la atención de la
nucliedmubre que se apiñaba para escucharlos. E l
P. Lampe les hizo después una hermosa plática
en su lengua. Por la tardecí Sr. Obispo, acompa­
ñado por el Sr. Director del Colegio, el P. Lampe
y nuestro eximio bienhechor D. Leopoldo Gómez,
devolrióles la visita á bordo del Victoria Luise,
donde fué recibido con todos los honores y aten­
ciones debidos á su alta jerarquía y obsequiado
con las nuestras más sinceras del respeto y prorerbial cultiua que distingue al pueblo alemán.
MATARÓ (Barcelona). — Tomamos de E l Ora­
torio festivo, semanario para los niños, que á su vez
b toma del í)iarto de Matará y su Comarca, im
rasgo generoso que merece publicarse porque todos
tenemos algo (jue aprender de él.
* A’irtud simpática es siempre la compasión
a»i el desvalido: pero sus encantos se hacen más
rivos cuando son los niños los que la pratican.
HemAso ha sido y conmovedor el ejemplo que
acaban fie dar los niños del Colegio Salesian o de
San Antonio de Padua. de esta ciudad. Enterados
de las desgracias causadas por el último temporal
® los pueblos de nuestra costa, conmoviéronse sus
corazones, y también ellos quisieron en la medida
de sus fuerzas reunir lo que pudieran para socorrer
U necesidad. Mas no permitiéndoles el Reglamento
dd Colegio tener dinero en su poder ¿ cómo se iban
a arreglar? L a caridad es ingeniosa, y al ptmto les
snginó un medio muy sencillo con que poder cxk>pcrar: y fué el privarse algún día de los postres y
demás golosinas, y destinar su importe para re­
mediar la necesidad del prójimo. A ese fin una
cwnisicm presentóse al re\*erendo Sr. Director del
^ 1^ 0 pidiéndole se dignara aprobar su proyecto,
'■ omnovido el Director ante ese ra^ o de generosidad
®ncedióles lo que pedían: y al día siguiente se
^®abía en la Secretaria de Cámara del Obispado
^ carta d d Sr. Director en la que, á la par que
dd)a cuenta del hecho, entregaba la cantidad de
50 pesetas, pequeña en sí, pero grande en su signi­

ficación, pues es grande texio lo que entraña sacri­
ficio.
Nos es grato dar publicidad al hedió para animar
á todos á que aporten su óbolo para remediar el
estado lamentable en que habrán quedado tiuitas
familias, al perder los brazos que les suministraban
d pan.
Hemos sabido que con fecha 9 del corriente, d
Sr. Director del Colegio Siüesiano recibió una carta
d d Ivxmo. Sr. Obisixj, Dr. Laguorda. concebida en
estos términos:
fl Leo cxuimovido su hermosa carta: Muchísimas
gracias á Vd. y á sus excelentes niños, á los cuales
efusivamente bendigo deseando que el Cielo les
reconipen.se con la i^ e z a esa caridad santa y sim­
pática que en su niñez todavía muestran. A los
Padres mil recuerdos ».
Conduye el citado periódico dando la más eordial enhorabuena al Director, Padre D. José Calasanz y á los profesores del mendonado centro
docente que tales sentimientos saben inspirar á
sus educandos, y fd icita al propio tiempo á los
alumnos que tan bien saben aprovediarse de la
esmerada educadón. que se les da

Hemos recibido los dos primeros números de un
amable colega que nos ha salido en Ciudadela con
el titulo de « Nuestro Auxilio *, órgano de la Aso­
ciación de María Auxiliadora en Menorca. Nos
alegramos lo indedble de que la devoción á María
Auxiliadora vaya encontrando estos i)redicadores;
que de papel y todo, uno de ellos predica mejor y
con más eficada que seis predicadores de carne y
hueso, como deda Pió I X hablando de las buenos
])eriódicos. Lo que sentijnos de veras es que sea
uno no más; en América tienen nuestros Coopera­
dores ^manarios y revistas de este género á do­
cenas. los cuales llevan á los liogares la devoción
de María Auxiliadora juntamente con el nombre fie
su gran Apó.stol, el Ven. Juan Bosco. ¿Cuándo ten­
dremos el gusto de fdicitam os por el nacimiento de
otro hemianito que nos ayude en España á ganar
corazones para María Auxiliadora y simpatías para
la beneficencia salesiana?

A juzgar por lo que ha dicho la prensa de España,
y señaladamente el Imparcial en ima de sus cró­
nicas dentíficas suscrita por un hombre de tanta
ojm petenda como Vicente Vera, nuestro hermano
el P. Carballo, Director del C o l^ ’o de Santander,
ha hecho un descubimiento interesantísimo en la
cueva de Ibeas (Buigos); y tan interesante que,
según dicen los doctos, viene á modificar textos
tenidos hasta ahora por clásicos. Si la nuestra fuese
una revista dentifica con sumo gusto extractaría­
mos la memoria de la Real Sociedad de Historia
Saíural que tenemos á la vista en la cual se exponen
los resultados de las investigaciones del activo
espeleólogo. « E l interesantísimo descubrimiento
del P. Carballo, afirma d Sr. Vera, constituye un
positivo y enorme avance de la glíptica espeolcigica
y una gran conquista para la historia de la huma-



II2 —

nidad •. Para los legos en estas materias un sol y una
luna y algunas constelaciones, dibujados y orien­
tados en el tedio de una caverna, no significará
gran cosa; pero para los sabios significa que los
hombres trogloditas de la dedad paleolítica tenían
ya conocimientos de astronomía. « Con las figuras
de las otras cavernas, continúa el Sr. Vera, el
hombre prehistórico acreditó su arte, y ahora con
las de Ibeas acredita su'jcienda *. E l Sr. Vera no
añade, pero lo añadimos nosotros, que la Apolo­
gética encuentra también en el descubriente de
P. Garbullo una arma poderosa para combatir á los
inventores del hombre-mono; pues muy claro es
que un hombre prehistórico que sabe astronomía,
por muy hotentote que sea, está á una distancia
infinita del gorila más intdigente, para que éste
]nieda ser su abuelo. Termina el Sr. Vera su cró­
nica didendo que debe felicitarse el P. Carballo por
su descubrimiento que tanta luz arroja sobre la
historia de la ciencia; y nosotros lo felicitamos
muy de veras porque creemos que también contri­
buirá á la gloria del Creador.

A M É R IC A .
SANTIAGO (Chile). — iín el colegio «El Patrocinio
de S. José * el 25 por la noche, se efectuó la distribudón de premios ante ima munerosa concurrenda,
que pasaba de mil personas.
ICl programa era corto y escogido: menos de dos
horas diuó el acto literario-musical y durante él
ejecutó escogidos trozos de su repertorio la banda de
la Escuela-Talleres de la « Gratitxid Nacional *.
E l cuadro alegórico ¡Viva Chile! primorosamente
elaborado, hizo que el público exigiera su repetidón.
L a comedia Un señor que lo loca iodo, propor­
cionó ratos alegres á los presentes, siendo en ella
protagonista el joven don Rafael Barros, excelente
artista.
Pero Ui nota más henuo.sa de la fiesta fué la aparicióti en el eswnario de un gnqx> <le cincuenta y
cuatro jóvenes y niños, (jue m lia u sus premios para
la reconstrucción del Colegio Comercial de San Luis
y líscuela-T'alleres ile i^au Jasé, últimamente incen<Uados cu Concepción, l'n ciUnroso y repetido aplau­
so los saludó. s\i l>cUa acción conmovió honda­
mente á los circunstantes: y haciéndose intérprete
de los seulimientos de todos, el Diputado Sr. Don
Dorio rrzú a. los saludó con xuia ckK'ucnte y entu­
siasta improvisación con que electrizó los ánimos
y realzó la bella obra que habían ejecutado.
(De E l Düxrio Ilustrado).
BAHIA BLANCA (.Argentina). — Esta ciudad es un
campo imnejuw de trabajo para nuestros hermanos.
En un solo trimestre del ano pasado se registr.aron
575 nacimientos de las cuales sólo 3 pasaron sin
bautismo; de 119 matrimonios. 96 fueron bende­
cidos soleinuemente; se hicieron en la parroquia
19.533 comuniones de l;\s cuales eran primeras 16S,
sin contar Uis otras munerosisimas que tuWeron lu­
gar en los capülits de nuestros colegios. Se ha fun­

dado en las parroquias la Congregación de la
Doctrina cristiana; y á la enseñanza del cateecismo
concurren más de 1400 niños, no contando los otros,
mas numerosos aún, que reciben instrucción cate­
quística en los colegios.
EL CUZCO (Perú). — E l jueves se verificó la solenme clausura del año escolar en la Escuela salesiana de Artes y Oficios. Con la llegada del Bmo.
Sr. Obispo, se dió principio al programa asistiendo
varias familias, algimos caballeros, niuclios exalunmos de la Escuela y varios señores socios pro­
tectores de la misma.
Entre los trabajos puestos á la vista del público,
se veian: en tipografía, obras de limpia y correcta
impresión; en carpintería, mesas, rinconeras, mesa
de noche, varias repisas, trabajos de tomo y cazado.
Sabemos que se trabajó para el limo. Sr. Obispo, un
elegante escritorio con maderas del país, al estilo
de los últimos escritorios que muestran los catá­
logos de Nueva York, obra que puede presentarse
en los talleres más adelantados de esa misma gran
ciudad; en sastrería, obras que revelan ostensible­
mente el arte y reglas estrictas con que en la Es­
cuela se enseña no como quiera, sino como para
salir de allí á enseñar á cualesquiera de los talleres
que tenemos en el país.
Esto, aparte de la instrucción y moralidad de
que también se nutren los jóvenes en ese plantel,
que muy bien se puede llamar de cordicultura.
Tenninó con la bendición que dió el limo. Sr.
Obispo, agradeciendo y alentando, á la vez, la be­
néfica labor que hacen los institutores salesianos
que — es sensible decirlo — tal vez no han recibido
todaria entre nosotros toda la protección é impulso
que se les da en otros lugares.
De todos modos, quédeles la satisfacción de que
su obra es buena y beneficiosa para E l Cuzco, en
nombre del que nos complacemos en enviarles
nuestros calurosos parabienes.
(De ¿7 Comercio).

Cooperadores Salesian o s difuntos.
ESPAÑ A.
S ra. Da. L u isa Serra
Sr. D. Aureliano BusUos
» > V alentín Jim énez
Rdo. S r. D . M anuel C añete
S ra . D a. M ercedes Bertolin Peña

Bat
C astillejo (Cuencal.
Sotoca
Tarancón
U seras (Castellón.

R. I. P.

Con aprobación de la .Autoridad Eclesiástica:
Gerente: JO SE GAM BIN O.
Establee. Tip. de la S. A. Int. déla Buena Prensa
Corso Regina Margherita, N. 176-TURIN-