BS_1910_10.pdf

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Turín — V ia eottoicnqo N. 32.

SU M A R IO .
El Sucesor de D. R úa á los Cooperadores Salesianos 273
El Decreto sobre la edad de la primera Comunión 276
Tesoro espiritual
.........................................................278
La III Exposición de las Escuelas Profesionales
. 279
A la Memoria de D. R ú a ...........................................282
Los Salesianos. ho que son y lo que hacen . . . 286
Asociación de e x - a l u m n o s ...........................................287
Cartas de F am ilia: Desde el Africa del Sur . . 288
De n u e s t r a s m i s i o n e s : Patagonia Septentrional:
En ¡as fuentes del Neuquén — En la China y el
Japón: Cuán pocos so?t ¡os católicos — Santa Cruz 290

^ ^ 0

Q

^

^

E l c u l t o d e M a r í a A u x i l i a d o r a : Curepto (Chile) 294
Gracias de María A u x ilia d o r a ......................................294
Ecos de la catástrofe del Colegio Salesiano de Con­
cepción de C h i l e .........................................................296
P o r e l m u n d o s a l e s i a n o : D. Albera en el Con­
greso Catequístico — Crónica de los Ex-Alumnos:
Turin — Crónica de los Oratorios festivos: Tries­
te, Sliema-Malta, Roma, Ñapóles, Turin — No­
ticias varias: New Y o r k ................... , 299
..............................................................
Bibliografía
Memorias biográficas de Mons. Luís Lasngna . . 302
Necrología : D . José P a g l i e r e ......................................3<>4

ffi*

El Sucesor de D. Rúa
á los Cooperadores Salesianos
Roma, 3 de Septiembre de tgio,

Pencméritos Cooperadores,
Beneméritas C o o p era d o ra s:
|cngo de la audiencia del Padre Santo. Después de parti­
cipar á mis hermanos los Salesianos los inefables consuelos
experimentados en aquellos preciosos instantes, me creo
en deber de hacerlo también con los infatigables sostenedores de
nuestras obras, cuales son los caritativos Cooperadores Salesianos
y las bondadosas Cooperadoras.
Aterrado por el inmenso peso de responsabilidad que han
impuesto sobre mis débiles hombros eligiéndome por Sucesor del

inolvidable P. Rúa, apenas me fué posible, corrí á Roma á pos­
trarme á los pies del Vicario de N. S. Jesucristo para recibir, a
])ar de la Bendición Apostólica, aliento y auxilio. Llegué ayer, é
inmediatamente se me informó de que el Padre Santo me recibiría
esta mañana á las 9,45.
Excuso deciros que fui recibido con la más exquisita bondad
y con esa inefable cordialidad que arrebata el corazón de cuantos
tienen la dicha de acercarse á Pió X . No satisfecho con haber
mandado á los Salesianos un precioso autógrafo, con haberles ma­
nifestado su plena satisfacción por la concordia de inteligencias y
corazones que había presidido á la elección de Superiores de la
Pía Sociedad Salesiana ; el Padre Santo Pío X ha querido mani­
festar una vez más la confianza, las esperanzas vivas que alimenta su
corazón respecto al porvenir de nuestras obras. ¡ O h ! que el Señor
se digne escuchar los votos ardientes del Supremo Jerarca de la
Iglesia Católica, y me ayude á caminar sobre las huellas del V.
D. Bosco y del sentidísimo D. Rúa, como nos lo ha recomendado
tan vivamente.
Y no olvidó el Padre Santo que si á los Salesianos les es dado
realizar algún bien, esto es debido, después de la gracia de Dios,
á vuestra industriosa caridad, ¡ oh generosos Cooperadores Salesia­
nos! Por eso, á mí me dió el particularísimo encargo de exhortaros
á continuar usando para con el nuevo Rector Mayor, la misma be­
nevolencia que tuvisteis para con D. Rúa. Será este un signo evi­
dente de que estáis aficionados no solamente á las personas, sino
principalmente á las obras de la Pía Sociedad Salesiana.
También se dignó el Padre Santo enviarles á todos los Coo­
peradores y á todas las Cooperadoras Salesianas, nna especial ben­
dición. en prenda del especial afecto que les tiene. Convencido
estoy de que la especial bendición del Padre Común será ma­
nantial fecundo de gracias espirituales y temporales, para vosotros
y para vuestras familias.
Aprovecho esta ocasión para aseguraros que, aun reconociendo
cuán pequeño y miserable soy en comparación de aquel gigante de
caridad y virtud que fué el llorado Señor D. Rúa, tengo la santa
ambición de no ser menos que él en la gratitud y amor que abrigo
y abrigaré siempre para con nuestros buenos Cooperadores Sale­
sianos.
Os prometo en fin, que junto con mis amadísimos hermanos
m

i

y con los niños confiados á nuestros desvelos , • cada día dedicare
un recuerdo especial para vosotros en mis pobres oraciones.
Dígnese escucharme el Señor y haceros felices en el tiempo
y en la eternidad.
De vosotros, oh beneméritos Cooperadores y beneméritas Coo­
peradoras,

Hmnildisimo y afmo. s. s.

PñB LO R IB E R A . Pdro..

La primera palabra del nuevo Rector Mayor de los Salesianos á los Coo­
peradores Salesianos es un augurio de bendiciones celestes. Desciendan también
abundantes sobre su frente y lo sostengan en su elevada misión!
En J^oma, el R.mo D. Albera tuvo el consuelo de presentar sus homenajes
también al Emo. Cardenal Secretario de Estado, al Emo. Cardenal Rampolla,
Protector de nuestra Pía Sociedad, al Emo. Cardenal Vives y Tutó, Ponente de
la Causa de Beatificación del Venerable D . Bosco, y á otros Eminentísimos
Miembros del Sacro Colegio, recibiendo de todos ellos cordial acogida y mues­
tras especiales de afectuosa deferencia.
El 3 por la tarde partía para Milán. Eran demasiado importantes las se­
siones del Congreso Catequístico de los días 5, 6 y 7 septiembre dedicadas á
formar la corona de las memorandas fiestas del III Centenario de la Canoniza­
ción de S. Carlos Borromeo, para que el Sucesor de D. Bosco pudiera dispensarse
de tomar parte en ellas. Allí recibió un nuevo aliento en las pruebas de al­
tísima estima que repetidamente le dió á la Obra de D. Bosco la imponente
.■ \samblea, y en las delicadas atenciones que le prodigaron el Emo. Cardenal
Ferrari, que quiso dirigiera la palabra á los Congresistas, el Emo. Cardenal
Agliardi, Legado Pontificio, el Emo. Cardenal Maffi, Arzobispo de Pisa, el
Emo. Cardenal Cavallarl, Patriarca de Venecia y tantos otros Rmos. Arzobispos
V Obispos, varios'de los cuales renovaron sus instancias mil veces repetidas á
D. Rúa, para que mandara Salesianos á sus respectivas diócesis.
En seg^iida, el Rmo. D. Albera regresó á Turín y sedió al trabajo en
los mismos aposentos de D. Bosco, en donde por espacio de 22 años trabajó y
en donde murió D. Rúa, y en donde alienta el espíritu de D . Bosco, y dice á
los Cooperadores todos:
« S í me habéis ayudado tanto á m í con tanta bondad y perseverancia, os
ruego qjie contintiéis ayudando á mi Sucesor.., Las obras que con vuestro apoyo
he comenzado, ya no tienen necesidad de mi, pero prosiguen teniendo necesidad
de vosotros y de todos aquellos que, como vosotros, aman promover el bien sobre
la tierra. A iodos, pues, os las confio y recomiendo. »

— 276 —

EL DECRETO
3obre la edad de la primera Comunión
------------------------- ---------------------------------■ h Pontífice de la E ucaristía ha
escrito u na nueva espléndida p á­
gina en la historia disciplinar de
la Ig le s ia ; y las enseñanzas y la p ráctica
de nuestro V . Padre y Fundador D. Bosco,
recibido una nueva y espléndida confirm a­
ción. E l D ecreto Qnam singulari Christus
amore, em anado de la S. Congregación de
la D isciplina de los S.icram entos, aclara
plenam ente y sanciona con sapientísimas
normas un punto de los m ás im portantes
en la v id a del cristiano, cual es el de la
edad de la prim era Comunión.
Eos Salesianos, á decir verdad, y a espe­
rábam os el Decreto; v isto el m odo de pen­
sar de Pío X . sus frecuentes exhortaciones
á la comunión diaria, su deseo de restaurar
la prim itiva disciplina, su afán por la pre­
servación y conservación de los niños, la
identidad entre su modo de ver las cosas
y el de D. Bosco; esperábamos que lle­
gando el m omento oportuno, el P ap a se
pronunciaría sobre ese pun to tan capital; y
el m omento llegó.
Con el Decreto Tridcntina Synodus de 20
diciembre de 1905, había declarado el ar­
diente deseo de Cristo y de su esposa la
Iglesia de que los fieles se acercarán fre­
cuente y aun diariam ente á la Sagrada Co­
munión, el m otivo de este deseo, que es la
unión con Dios, á fin de que los fieles sa<pien de esa unión la fuerza necesaria p a­
ra v e n ce rla rebelión de las pasiones, el re­
medio contra las culpas cotidianas y fla­
quezas hum anas y la m anera de preven’r
las m ortales. De la doctrina expuesta en
ese docum ento se deriva necesariamente
que la invitación de la Iglesia abraza á to­
dos los fieles bautizados (omw¿s Chrisfi fidc~
Us) que necesiten, no solam ente reparar los

daños reportados de los pecados y faltas,
sino tam bién y principalm ente, preservarse
de las caídas graves y prevenirse sobre todo
contra los asaltos de la concupiscencia.
E staban, pues, invitados á la frecuente y
aun diaria Comunión, todos los fieles desde
el m om ento que nace en ellos la facultad
de pecar, es. decir, desde los primeros al­
bores de la razón.
Pero desgraciadam ente estaba tan gene­
ralizada la costum bre de retardar dema­
siado la prim era Comunión de los niños, y
se aducían para ello razones no cierta­
mente despreciables, que era preciso un
nuevo docum ento pontificio que quitara to­
da duda y facilitara la p ráctica de tan sa­
ludable admonición. Y el docum ento es am­
plio, solemne y de una adm irable claridad.
Consta de dos partes: una expositiva y do­
ctrinal ; la otra reglamentaria y dispositiva.
E n otro número deremos la traducción ofi­
cial, ahora nos contentarem os con un
extracto completo.

P a rtá d o c trin a l.
Después de haber recordado el amor de N.
S. J. C. á los niños, el Decreto demuestra como
la Iglesia, para satisfacer este amor, ha tenido
siempre cuidado de acercárselos á Jesús, me­
diante la Comunión Eucarística. Hasta el si­
glo X III dio la comunión á los niños hajo la
especie del \nno, como se usa aún hoy dia en
la iglesia oriental, y continuaba dándoles fre­
cuentemente la Comunión, y a inmediatamente
después del Dero,ya después de los adultos, distnbuyéndoles los residuos del pan consagrado.
Más tarde, la Iglesia latina, antes de admitir
á los niños á la Sagrada Mesa, esperó á que hu­
bieran lib a d o á cierto grado de razón y á que
tu\deran alguna noción del Smo. Sacramenta
Y el Concilio Lateranense IV y el Tridentino
sancionaron esta nueva disciplina.

Pero los SS. Concilios al imponer la obli­
gación de comulgar en la edad de la razón, no
quisieron reprobar la antigua costumbre de
darles la comunión á los niños antes de esa
edad.
Pero al tratar de determinar la edad de la
disaeción. se fueron introduciendo con el andar
del tiempo algunos errores y deplorables abusos.
Se empezó á distinguir la edad de la razón
necesaria para la Confesión de la edad necesaria
para la Comunión, exigiendo para ésta un cono­
cimiento más completo de las verdades de la fe
y una preparación más esmerada; y se fijó la
edad de 12, 13 y hasta 14 años para la pri­
mera Comunión, prohibiéndose la Eucaristía
á los niños de menor edad.
Semejante prescripciones, introducidas bajo
protexto de honrar al Smo. Sacramento fueron
alejando de la Sagrada Mesa á los fieles con
grave perjuicio de sus almas. L a inocencia de
los niños, dice el Decreto, así arrancada á las
candas de Jesús, no puede alimentarse con el
jugo de la \*ida interior; la jm-entud, privada
asi. del más poderoso de los auxilios, rodeada de
acechanzas, pierde su candor y se precipita en
el vicio antes de haber gustado las delicias de
los santos misterios.
V no menos reprochable es el uso de no con­
fesar ó no absolver á los niños que no comul­
gan, los cuales quedan así envueltos en los vín­
culos del pecado, á veces grave, con grandísimo
Pehpo.
Y lo que es peor toda\-ía, en algunos lugares
priva del Santo Viático aun en punto de
muerte, á los niños que no han hecho la pri®era Comunión, y sepultándolos con el rito de
bs infantes, se les priva de los sufragios de la
Iglesia.
Tales son los daños acarreados por los que
:c¿isten en la necesidad de extraordinarias
preparaciones para la primera Comunión, no
comprendiendo que este género de prudencia
-en\-a del error de los Jansenistas que presentan la Sagrada Eucaristía c»mo una recom­
pensa y no como una medicina para la fragili^ humana.
La doctrina de la Iglesia romana es bien dilerente y la expuso el Concilio Tridentiuo y la
‘bclaró más abundantemente la S. Congr. del
^baoho el 26 diciembre 1905, abriendo á todos
ks fieles. viejos y jóvenes, la puerta á la Co®umón cotidiana, no imponiendo sino dos con­
cones. el estado de gracia y la rectitud de
mtención.
^0 se comprende oómo mientras en otros
^^®npos se repartían los fragmentos de las Sa5* * ^ Especies aún á los niños de leche, hoy
• deba exigir tma extraordinaria preparación

á los que se encuentran en las felices disposi­
ciones de su primitivo candor é inocencia y
que tienen m á s.necesidad que nadie, del ali­
mento celestial, precisamente por causa de las
mayores acechanzas y peligros de la edad.
E l Concilio Lateranense, hablando de la edad
de la discreción, no hizo distinción entre Con­
fesión y Comunión. Por consiguiente, así como
para la Confesión se consideró edad competente
la que y a sabe distinguir entre el bien y el mal;
así debe decirse llegado á la discreción suficiente
para la Comunión, el que alcanza á distinguir
entre el pan eucaristico y el pan común.
Así lo han entendido todos los intérpretes del
Concilio Lateranense. La historia eclesiástica
nos dice que muchos Sínodos y decretos Epis­
copales han admitido los niños á la primera
comunión á los 7 años de edad. Y esta misma es
la doctrina de Sto. Tomás, S. Antonino, del
Concilio de Trento, del Condlio Romano, reu­
nido bajo la presidencia de Benedicto X III,
del Catecismo Romano y de sus principales
comentadores. De todos estos testimonios se
deduce una sola é idéntica doctrina: « se deben
admitir los niños á la primera Comunión,
cuando saben distinguir entre pan y pan; no
se requiere un conocimiento perfecto de la fe,
basta un mediano conocimiento, ni se requiere el
pleno uso de la razón, sino un cierto uso.
Iva .Santa Sede condenó repetidas veces la
doctrina contraria.
Pío IX escribió por medio del Card. AntOiielH
á todos los Obispos de Francia, con fecha 12
de marzo de 1866, reprobando la costumbre de
aplazar la primera Comunión hasta una edad
fijada de antemano. E l 15 de marzo 1851 la
S. Cong. del Concilio, corrigió la disposición lo ­
mada por el Concilio Provincial de Rouen, que
prohibía á los niños acercarte á la sagrada Mesa
antes de los 12 años.
V más recientemente, la S. Cong. de los Sa­
cramentos el 21 marzo 1910 emitía una disposi­
ción muy semejante, con motivo de habérsele
consultado si se podía admitir á la primera
Comunión antes de los 12 ó 14 años.

P a rte d is p o s itiv a .
Por todas estas razones, el 15 de Julio del
presente año, la S. Cong. de la Disciplina de los
Sacramentos, para destruir los citados abusos
y para obtener que los niños se unan á Jesucristo
desde los primeros años, vivan de su vida y
tengan un presers^tivo contra los peligros de
la corrupción, ha sancionado las siguientes
Normas sobre la primera comunión de los niños,
que se han de observar en toda la Iglesia:
I. Acerca de la edad de la discreción, tanto

-

278 ~

para la Confesión como para la Comunión,
auntjue no se da una medida para todos, el
Decreto declara que se alcanza con el uso de la
razón, y éste se verifica poco más ó menos á
los siete años, {poco antes ó poco después); desde
este momento principia la obligación del pre­
cepto de la Comunión y Confesión.
2. No es necesario, para la admisión á estos
dos sacramentos, el pleno conocimiento de la
doctrina cristiana; la cual empero, se deberá ad­
quirir en seguida, según la propia capacidad.
3. E l conocimiento requerido para la pre­
paración conveniente á la primera Comunión,
es el de los principales misterios de la fe y el
suficiente á distinguir el pan eucaxístico del
pan común corporal, y para acercarse á re­
cibirlo con la devoción que es posible á esa edad.
4. La obligación del precepto para los niños
recae principalmente sobre los que deben cuidar
de ellos (los padres, el confesor, el institutor, el
párroco). E l admitir el niño á la primera Co­
munión, i)ertenece, según el Catecismo Romano,
al padre (ó al que hace sus veces).
5. Se dis])one que una ó dos veces al año los
párrocos promulguen una Comunión General de
niños, á la cual puedan tomar parte, no sola­
mente los de la primera Comunión, sino tam­
bién los demás que ya hubieren sido admitidos
á la sagrada Mesa con las disposiciones debidas.
6. Los que tienen niños á su cargo cuiden de
que los mismos niños tomen la hermosa práctica
ele comulgar frecuente, y hasta diariamente.
Ademá; se les recuerda la gravísima obligación
de continuar haciéndolos inter\*enir al cate­
cismo.
7. Se repnieba absolutamente la costrumbre
de no admitir á la confesión los niños que hayan
llegado y a á la edad de la discreción y de no
absolverlos.
8. Se declara del todo detestable (omnt»»o dctestabilis) el abuso de no administrar el Viático
ó la Extrema Ihición á los niños desj)ués del
uso de la razón, y sepultarlos según el rito de
los infantes.
Tales son. en compendio, las sapientísimas
Nontuiü de S. S. ^ b re este importantísimo
ns\mto. y es de esiíérar que se p o ica n pronta y
uni\'crsalmente en práctica y se recaben todos
aquellos frutos que el Soberano Pontífice y
Nuestro Señor Jesucristo se proponen.
Cemuemos este artículo con una cita del
V. D. Bosco. sobre el mismo argumento;
A Huyase como de la peste, la opinión de los
que quieren diferir la primera Comunión de
los niños hasta una edad demasiado a\'anzada.
cuando generalmente el demonio ha tomado
ya posesión del corazón del jovencito con incal­
culable dono de su inocencia. Según la disci­

plina de la Iglesia primitiva, se solía dar á los
niños las hostias consagradas que sobraban en
la comunión de los fieles. Esto nos da una idea
del gran deseo que tiene la Iglesia de que se
les distribuya á los niños con tiempo la Santa
Comunión. Cuando un jovencito sabe distin­
guir entre pan y pan, y manifiesta suficiente
instrucción, no se pongan reparos en la edad,
y venga pronto el Soberano Celestial á tomar
posesión de aquella alma bendecida & (i).

TESORO ESPIRITUAL
Los Cooperadores Salesianos que confesados
y comulgados, visiten devotamente una iglesia
ó capilla pública, ó si viven en comunidad, la
propia capilla, y ruegen según la intención
del Sumo Pontífice, pueden ganar las siguientes
indulgencias plenarias:
Para ei mes de Diciembre:
I® El día 8, Fiesta de la Inmaculada Con­
cepción de María SSnia.
2® » » 25, Pascua de Navidad.
En todo tiempo:
1. ®El día que dieren su nombre á la Uni*'n
de Cooperadores;
2. ®Una vez al mes, el día que cada cual quiern
escoger;
3. ®Igualmente una vez al mes, el día qwe
asistan á la Conferencia;
4. ®Asimismo una vez al mes, el día que
el eiercicio de la buena muerte;
5. ®El día que por primera vez se consagr-n
al Sgdo. Corazón de Jesús;
6. ®Cada vez que por ocho días consecutivos
se retiren á hacer ejercicios espirituales.
7. ®E n articulo de muerte, si confesados r
mulgados, ó almenos contritos, pronunciaron
devotamente el Smo. Nombre de Jesús con ¡a
boca á ser posible, ó al menos con el co­
razón.
(i)

EJ Sistema preventivo en la edacación de '4 Ja*

Tentod. II, aplicación del Sistema. Edición de lí/O-

— 279 —

La W Exposición de las Escuelas Profesionales
las casas salesianas y las clases de Religión,
ON motivo de la III Exposición y para
que nuestros lectores acaben de for­ moral, sociología etc..
marse idea de lo que son nuestras
Escuelas Profesionales, á lo dicho en el número
anterior, añadiremos algunos datos, tomándolos
casi todos del diario independiente turinés La Stampa.
L as E s c u e la s p ro fesio n ales Salesianas son .
institutos especiales para educar y formar •
obreros competentes y buenos jefes de taller:.
en ellas se cuida á la vez, de la formación in­
telectual, técnica y religiosa. Para lo primero,
los jóvenes tienen diariamente tres horas, poco
más ó menos, y los programas son un medio
entre la enseñanza primaria y la sectmdaria.
No admitiéndose niños menores de los 12 años,.
todos ó casi todos han hecho y a las clases
elementales; de consiguiente en cinco años hay
Salóa {o — Carpioteros y EbaoUlas.
tiempo para darles la instrucción conveniente á
un obrero y aún á un jefe de taller, en estos
E n la Exposición, como es natural, se ha
tiempos. Esta enseñanza abraza buena parte de
dado mayor, casi total desarrollo á lo segundo,
lo que se llaman Escuelas de comercio.
exhibiendo una muestra graduada de todos los
Para la s^ unda están los laboratorios ó
laboratorios salesianos.
Las casas salesianas que toman parte son 50 y
los talleres-escuelas son los siguientes: Carpin­
tería y ebanistería; artes gráficas: cajistas é im. presores; encuadernacióft; sastrería, guarnicionería,
zapatería, cerrajerías y mecánica, tallistas y escul­
tura; además están las granjas agrícolas.

S


• *

El atrio de iagreso.

Escuelas-talleres, con su enseñanza teóricopráctica, según^se ha explicado otras veces en las
columnas del Boletín (i).
Para lo tercero están el ambiente todo de
(i) V . los articnlos de febr. y niara) 1908 y octubre
de éste.

Puesto eminente en este concierto de la Pe­
dagogía del trabajo, ocupan las Escuelas Pro­
fesionales de Sarriá-BarceloTta, de Oswiecim,
de Milán, de Roma y algunas otras, las cuales se
distinguen especialmente por lo graduado y
progresivo de la enseñanza, según aparece de
la muestra ordenada de objetos, fotografías
y dibujos. Daremos una rápida ojeada á la
primera, en la persuasión de hacer cosa grata
á los lectores.
a) Ante todo, lo que más llama la atención de
los inteligentes, es el método sonido en esa
Escuela — que en realidad no es sino el método
único, dictado por el Consejero Profesional
General, segiiido escrupulosamente. — E n cada
escuela-taller, lo primero que se ve es el Ma­
nual compilado por los respectivos Maestros:
en él se contienen, no solamente las normas,
sino también la historia del arte re^ectívo, los
estilos, períodos y desarrollo. Todos están

— 28o --aún manuscritos, pues seguramente esperan la
última mano del Maestro.
Cada alumno tiene también su libreta de
apuntes y comi)OSÍciones; esto forma lo que
podríamos llamar la teoría del arte y cada seis
meses deben dar riguroso examen de ella, como
también de la práctica.
6) La parte práctica es muy variada: vense allí
desde los primeros y sencillísimos procedi­
mientos del aprendiz, hasta los más delica­
dos trabajos que señalan el mayor adelanto á
que han llegado Juista ahora las Escuelas, de
manera que el inteligente se da cuenta de todo
el plan tcórico-práctico.
Los carp in tero s, eb a n ista s y ta llista s pre­
sentan varios trabajos notables, entre los cuales
figuran:
á) Un dosel-retablo de altar con la estatua del
Redentor, de estilo gótico puro del tercer pe­
ríodo; el dibujo es de los maestros del labo­
ratorio y la ejecución de talla corresponde á
los alumnos Juan Miret y José Rodríguez,
ambos del 4® Curso;
6) un modelo de lámpara del Santísimo, mo­
delada des])ués en broce, « en la cual se ve, á
juicio del primer ingeniero de la Casa Damians,

Vicente Schiralli, Salesiano. Todos estos tra­
bajos son góticos.
d)
un candelabro de estilo bizantino-romano,
tiene la base triangular y sobre cada lado,

V•!-

til

Saióa 5° — Artes Gráficas,

entre adornos propios del estilo, un ái^el
con las inscripciones: Ave — Chrisie — lux
mundi;
e) un púlpito romano con escalera espiral
volada de hierro, reducido á IJ3 del natural.
f) variado material de escuela en miniatura:
pupitres, bancos, mesitas, tableros;
g) diversos muebles reducidos á 113 del na­
tural , en los cuales se hace gala de técnica,
siguiendo las reglas de la verdadera ebanistería:
en lugar de hacer los entrepaños macizos, se
han ejecutado á doble chapa á diagonal, ¡)ara
e\átar los defectos á que da lugar la contracción
y dilatación de la madera, bastante sensible á
los efectos de temperatura.
De todos los trabajos exhibidos y de la mayor
parte de los ejecutados en la escuelas en los
últimos años, están ahí los dibujos, para dar
más amplia idea.
I.,a escu ltu ra y el dorado presentan, como
obras completas, una María Auxiliadora extra
y un Domingo Savio, tamaño natural, y luego
la Escultura diversos trabajos en barro, yeso
y madera, y el D eco ra d o un cuadro en que se
\*e todo el procedimiento para encamar y do­
rar, y di\*ersas estatuitas con el mismo ob­
jeto. Esta última escuela tiene un grande re­
tablo en yeso, imitación bordado policromado
á alto relieve con fondo de mosaico; y siix’e de
marco al retrato del venerando D. Rúa, en
Reparto Didáctico.
cuyo honor se hacía.
Los c a jis ta s é im p reso res, ostentan un
el alto grado de adelanto á que ha lib a d o la
apropiado Uxto teórico práctico manuscrita
escuela;
c)
un m<irco con fondo cincelado y talla á alto Como trabajos hay un curioso dibujo, consis­
tente en la brevísima biografía de D. Sosco,
relieve, que encierra un cuadro de una Santa
con las letras dispuestas de tal modo, que for­
mártir acabada obra pirográfica del R. Sr. D.

man un hermoso busto del \’enerable; y varios
otros bonitos trabajos, entre los cuales merecen
señalarse una serie de planchas en celuloide,
ejecutadas en casa, manifestando el procedi­
miento de las láminas polícromas. Además hay
una numerosa serie de trabajos en tricromía
y policromía y libros con caracteres á mano y
estereotipados: el principal es la \úda de Do­
mingo Sario.
La C errajería expone cerraduras, fallebas,
tiradores de grandes puertas de iglesia y espe­
cialmente escaleras y el cancel de la casa de
Sarriá Los aliunnos que más se distinguen son
los Señores José Montomés, Ramón Forn, y
Dimas González.
Los S a stres presentan sus vestidos á la
moda; y los z a p a te ro s lindos pares de bo­
tines y zapatos de hombre y señora. Llaman
la atención tinas botas hechas de una sola pieza
án costura alguna y otros repujados delicada­
mente por los Encuadernadores.
El t¿ler-escuela que tal vez se lleva la palma
por la altura á que ha sabido llevar á sus alumnos
con un método rigurosamente pedagógico es la
Encuadernación. Lo primero que se ve es el
Manual, diligentemente compilado por el Maestro
aunque incompleto aún. H ay luego dos her­
mosos y grandes libros en que constan los me­
dios de emulación é interés para los alumnos,
cuales son los concursos en trabajos, las ex­
cursiones á bibliotecas públicas y p rivad as;
'.•ense las fotografías délos principales trabajos
y los álbumes en que consta el proceso del arte

Salófl de los Encnaderoadores.

desde el remiendo hasta el dorado y la incrus­
tación á mano. H ay libros encuadernados en
pié con trabajos en pirografía y repujado.
Un capricho del jo\"en Monje, del V I Curso,
flama justamente la atención, es un librito en

miniatura, diligentemente encuadernado en
estilo groller, cuyo contienido es un poemita
manuscrito: él librito está encerrado en una
nuez natural.
Compendio de las reglas de la encuader-

Reparto de Escultores.

nación son un misal, dos figuras y un cua­
dro artístico que se quería ofrecer á D. Rúa.
El Misal es bizantino, en chagrín rojo y los
adornos son cincelados en mosaico con piececitas de doce colores.
El cuadro tiene casi un metro de altura:
trabajo en alto relieve y mosaico en cuero de
diversos colores, con alegorías en cuero repujado
ejecutado todo á mano. E n el centro campea la
\’eneranda figura del llorado Superior, ceñido
con dos ramas de laurel y roble, símbolo de la
corona de méritos; de izquierda á derecha las dos
rirtudes Oración y Trabajo y las dos fechas del
nacimiento y muerte, sustituyendo evidente­
mente las de la misa que se quería conmemo­
rar; á los pies el escudo de la Pía Sociedad que
él r^igía y el de Barcelona, ciudad en donde ra­
dica la casa que se lo efrece: estos escudos
están unidos por la dedicatoria; el corte del
cartón-piel está cubierto con piel de ch ^ rín
y es trabajo de un alumno de V año. El dorado
es obra de un alumno del 2° año de perfeccio­
namiento, es decir, del V II año de asistencia á
la Escuela.
Las dos figiiras, una en dorado y la otra en
repujado indican el grado á que la Escuela
aspira á llevar á todos sus alumnos.

T a l es. á vuelo de pájaro, la Exposición de
de S aniá y tales son las de otras importantes
casas.

A LA MEMORIA
DE DON RUA
IT A L IA C E N T R A L .
F loren cia. — El 7 mayo en la abadía de la
vSuntísima Trinidad, bajo los auspicios de las
Damas del Comité « Ars et Chantas ». Cantó
la Misa Mons. Vettori, Obispo electo de Tívoli,
con asistencia de Mons. Ciolli, Vicario General,
en representación del Exnio. Sr. Arzobispo.
Da oración fúnebre la pronunció el R. Prof.
Gulbiati, quien con su ardiente palabra tuvo
susi>endido al auditorio durante una hora,
considerando á 1). Rúa y su obra, como el na­
tural A'alladar contra los errores del tiempo.
El templo estaba lleno de inscripciones del
doctísimo P. Manni, las cuales compendiaban
sintéticamente la mararillosa \*ida y las obras
del difunto.
Una decía: A Miguel Rua - que con jama de
genio y grandes virtudes sucedió A D. Bosco - y
que por 22 afios gobernó la Sociedad Salesiana
- lu rigió y propagó • robustecido por los coloquios
con Dios - al educador bueno - al apóstol de las
naciones bárbaras - Oh pueblo, pide para él la
eterna paz!
A los lados del túmulo:
1. Nacido humilde - gustoso vivió con los hu­
mildes - pero á la elevación de
alma y á su sa­
biduría - se inclinaron Principes.
2. Con el recuerdo del taller de Nazarel endulzó
á los obreros las fatigas - arregló discordias Padre entre hermmos contendientes.
3. /I los cmigrMlos bajo otro cielo - fue conso­
lador amante • abrazó d los leprosos á
morir por sus herfnanos.
4. Pué cátedra de luz
lecho de muerte - fu}
trono su féretro - triunfo síis funerales y aurora
de un sol eterno.
L iorn a. — El i i junio en Sta. María del So­
corro. debido á la munificencia de una noble
familia, con la asistencia de todas las autori­
dades, el Clero, las comunidades religiosas, el
el seminario, los Ctrcidos y asociaciones so­
ciales y esi>ortivas. U n grandioso pabellón co­
locado bajo la grandiosa cúpula llevaba her­
mosas inscripciones, alusi\-as á la \*ida y las
obras del difunto. Celebró la Misa el limo, y
Rvmo. Sr. Marenco. salesiano. Obispo de Massa
Carrará y pronunció la oración fúnebre S. Erna,
el Cardenal Maffi.
l.á parte musical fué sostenida por la Es-

colanía del Oratorio de S. Francisco de Sales,
bajo la dirección de Dogliani. E í Pides, diario
católico de la ciudad, publicó un número
extraordinario de 6 páginas, dedicado comple­
tamente á la memoria de D. Rua, y las Hijas de
María Auxiliadora costearon una linda mono­
grafía de la obra realizada por D. Rua.
L oreto. — E l 16 mayo en la Basílica de la
Santa Casa. Bellísimos epígrafes adornaban
la basílica y esclarecían la vida de D. Rua. Pon­
tificó S. Sría. Rvma. Mons. Ranuzzi, Obispo
diocesano, asistieron todas las Autoridades y
b más selecto de la ciudad. La música fué
ejecutada por la Capilla de la Basílica con esa
perfección que ella posee; pronnunció la ora­
ción fúnebre el Rvmo. P. Fernando de Pésaro,
con escultórica y arrebatadora elocuencia.
« Aunque es cierto, decía, que se necesitan
años y años para conocer á un hombre, bastaba
ver á D. Rua una sola vez, para leerle el alma.
Su sonrisa dulce y atractiva, su mirada bonda­
dosa, su continente devoto, humilde, su hablar
sencillo, pero lleno de suavidad y sabiduría,
dejaban ver como á través de un límpido cristal,
su alma bella y pura, su corazón grande y
tierno: si, bastaba verlo, acercársele un instante,
para comprender inmediatamente quién era
D. Miguel Rua.
M a céra la . — El 10 junio en la catedral, con
asistencia de todas las autoridades y selecta so­
ciedad: pontificó Mons. Samari. El orador, ca­
nónigo Crocetti, pronunció un elocuente dis­
curso. señalando en D. Rua el amigo más sin­
cero. el continuador y el intérprete más fiel
del pensamiento y el corazón de D. Bosco.
M assa. — El 20 abril en la Catedral, con asis­
tencia de Mons. Marenco y de todas las auto­
ridades y el Clero secular y regular. El orador
Rdo. prof. Mussi, saludó enD. Rua al sembrador
prodigioso del grano evangélico que isientras
estaba pronto á dar su \*ida por la fe, amó in­
tensamente á su Patria. La \-ida de D. Rua.
concluyó, es la documentación más completa
del heroísmo cristiano.
P isa . — El 23 abril en Santa Eufrasia. Asis­
tió pontificalmente S. Erna, el Cardenal Pedro
Maffi, rodeado de todo su Capítulo y de la con­
gregación de Párrocos; estaban presentes Toniolo. Fedeli, Bottini, Tomás Marconi, el conde
Giuli. etc.. Pronimció la oración fúnebre el RP. Jacopi de los Menores.
C iv ita v e c c h ia . — E l 13 abril en la parroquia
de Sta. María.
C o lle S a lv e tti. — E l 14 abril en la parro­
quia; pronunció la oración fúnebre D. Alfredo
Barré.
En G enzan o. Genazzano, Marina de
etc. en varios días.

-

283 -

IT A L IA M ERID IO N AL.
Bova M arina.— E n esta población todos re­
recordaban la última \dsita que les había hecho
D. Rúa el año de 1908, dejando grabada en sus
corazones su dulce y mágica figura. E l limo,
y Rmo. Sr. Pugliatti ordenó que los funerales
se celebraran en la catedral.
No menos cordiales fueron los celebrados en el
Seminario.
Solemnísimos fueron los que se hicieron en
la parroquia principal el 6 de mayo. Un anti­
guo alumno del Oratorio, D. José Antelitano,
trazó con maestría la veneranda figura del
Sucesor de D. Bosco.
Casería.— E l 7 mayo en la iglesia salesiana
con la asistencia de todas las Autoridades y
pontificando Mon. Cosenza. E l Rvdo. Sr. D.
Jaime Minozzi, rector del Seminario, pronunció
la oración fúnebre presentando á su auditorio
la bella figura del Continuador de D. Bosco y
del Educador de innumerable juventud en
Italia y fuera de Italia.
En Ñ áp eles, O lona a M are etc. etc. en diN'ersos días.

EN SICILIA.
A cireale. — E l 9 mayo en la Catedral. En
li puerta principal se leía esta inscripción: A l
iiUo concorde de la Iglesia de la Ilalia sobre el
iwmdo del venerando D. Rúa - los Cooperadores
■ fiíMSís - unen expiatorias preces.
Todas las campanas de la ciudad tocaron á
muerto; todas las Autoridades, todas las Comu­
nidades religiosas, el Clero, lo más selecto de la
ciudad acudió á rendir el ultimo tributo de
afecto y de lágrimas al amado Superior. Connio\ido, elocuente, D. A i^ el Scalia presentó á D.
Rúa • grande por sus admirables trabajos •>.
Catania. — E l 9 mayo en la metropolitana,
ta basílica estaba decorada con elegancia y
gusto: bellas inscripciones en latín explicaban
principales rasgos y los pasos de la \*ida del
Difunto; á los lados del soberbio catafalco estaI*aa medio plegadas las banderas de las asocia­
ciones y círculos de la ciudad; asistían todas las
autoridades y las representaciones de las enti^des religiosas y sociales, el Clero regular y
secular y la mayor parte de los c o la o s y escue­
las de la ciudad.
Su Erna. Re\~ma. el Card. Frandca X ava asistía
pontificalmente; las Escolanías metropolitana
y salesiana combinadas, ejecutaron la Missa 3°
de Perosi; la ejecución £ué grandiosa y de ma­
gnifico efecto. L a oración fúnebre, pronunciada
por Mons. Iklineo Janny, fué digna del célebre
orador y im himno para D. Rúa <ideal del santo

moderno, activo y m ístico, digno Sucesor de
D. Bosco » y para la obra mara\*illosa por 61
realizada en pro de la civilización.
M essin a. — E l 7 de mayo en la Parroquia
de S. Juliano, presididos por S. E. Rvma
Mons. Ivetterio d ’Arrigo, Arzobispo de Messina;
la parte musical fué ejecutada por la Escolanki
del Senúnario. Pronunció el elogio fúnebre
Mons. Scarcella, Director General de los Coo­
peradores Salesianos.
En N oto (Siracusa) llamó la atención del
culto auditorio la ele\*ada y severa oración fú­
nebre pronunciada por el Chantre M. I. Sr. 1).
José Sorrentino, quien presentó la figura de
D. Rúa bajo el doble aspecto de « apóstol'de la
caridad y verdadero y grande patriota ».
P alerm o . — El 7 mayo en la monumental
iglesia del Salvador, en donde D. Rúa solía di­
rigir la palabra á los Cooperadores. Tomaron
parte en la ceremonia el Exmo. Card. Alejan­
dro Lualdi y los limos. Srs. Obispos Zuccaro,
Bova y Schiró, de rito griego el último, los Pre­
lados pontificios y el Sr. Giglio Tramonte,
los magistrados, el Clero y selecto público.
En un lugar especial estaban los Colegios Sale­
sianos y las columnas esportivas Panormus y
Fervor. Llamaban justamente la atención las
Misioneras franciscanas de Egipto con una re­
presentación de sus educandos. Pronunció la
oración fúnebre el Rev. Fasulo.
S ira cu sa . — El 14 abril en la Metropolitana.
Durante toda la mañana rezaron misas de ré­
quiem en sufragio de I). Rúa, los sacerdotes coo­
peradores salesianos y á las 10 cantó la misa y
pronunció un magnifico elogio fúnebre el M. I.
Lantieri. Pll orador estuvo felicísimo al evocar
algunos recuerdos ]>ersonales y ej)isodios que
ponían en relieve las grandes virtudes del di
íunto.
En B ron te, Cammaraia, Casironow, Cesará
Licata. Marsala, Redara, Piazza Armerina, Ran
dazzo. Riesi, S. Calaldo, S. Gregorio de Caíania
Ademó, Alt, Barcelona de Sicilia, Biancavilla
Cercara, Módica, Palagonia, Parco, Nunziaia
Parlanna, Petralia, Sia Caialina, Sdacca, Sciara
Spadafora. S. Martin, Trecasiagni, Valguarnera
Villarosa y otros pueblos en varios días.

CERDEÑA.
Cágliari-. — El 10 mayo en la iglesia de S.
Antonio, con asistencia de grandísimo número
de cooperadores; pronunció el elogio fúnebre
Mons. Miglior.
L a n u s e i.— El 7 mayo en la parroquia. I..eyó
la oración D. Jacinto Latmi, sacerdote de la
Misión. « Las grandezas á que pueden elevarse
los hombres, dijo, son de dos clases: la una es



284 —

ban acabadas; al terminar la misa, subió al
pulpito y tejió el elogio fúnebre de su entra­
ñable amigo, ese modelo de sacerdote y ciu­
dadano, continuador y desarrollador de k
obra del inmortal D. Bosco. Conmovió á su
auditorio cuando narró que pocos días antes
de la muerte del Superior, él fué á visitarlo y lo
recibió como reciben los santos. (Aquí en el
Oratorio se recuerda como D. Rúa decía al
Arzobispo: « Haré saber á mis hijos de Esmirna
que las noticias más caras á mi corazón que me
pueden dar son las de V. Excia) ».
C onstantinopla,el22 abril, con la concurreucia más selecta que se pudiera esperar. Mons.
Nardi, Delegado Apostólico, asistía de pontifi­
cal. y se hallaban presentes el Ministro plenipo­
tenciario de Italia, barón de Planches y Sra., el
cónsul general, el barón Menzinger, el teniente
de Armada Vetori, el Inspector de la navega­
ción G. I. y no faltó la mamá buena y amada,
A Q U Í Y A LLÍ.
como llaman los niños á la señora doña Matilde
En L u g a n o (Suiza), tomó la inciativa el Co­ de Giustiniani. Los niños devotos y conmo­
mité del oratorio festivo, y celebraron solemnes vidos rodeaban el catafalco; eran los hijos reco­
funerales el 14 abril en, la parroquia de S. An­ nocidos que lloraban la muerte de su amadísimo
tonio; celebró el Arcipreste de la catedral, can­ Padre.
De igual modo se celebraron las honras ea
taba la Escolanía de los Padres Capuchinos,
prestaba' sus servicios el Seminario y pronun­ B elén y Jerusalén.. E n la primera celebró Moas.
Marelü, Obispo de Bobbio, que se hallaba allí
ció el discurso el Rvdo. D. Angel Pometta,
á la cabeza de una peregrinación. E n la s^
discurriendo sobre la humildad del difunto.
gunda el Patriarca de Jerusalén, asistido por
Iguales ceremonias tuvieron lugar en MaMons. Piccardo y todos los canónigos.
roggia.
L on dres. — El 18 de abril en la iglesia del
E scútari de Albania, el 20 de abril, á la pre­
sencia de todas las autoridades y numeroso pú­ Sagrado Corazón. El templo estaba atestado
de amigos y admiradores del extinto, entre los
blico. Asistía de medio pontifical el Sr. Arzobispo.
cuales se hallaban, en el trono S. S. E. E. Rmas.
A leja n d ría d cE g ip to , e liq abril en la iglesia
de Sta. Catalina. S. K. Rev. Mons. Briaute, Dele­ el Sr. Bourne, Arzobispo de Westminster y el
gado Apostólico quiso dar esplendor á la cere­ Sr. Amico, Obispo de Southwark; en los sitios
de honor los más distinguidos eclesiásticos de
monia con su presencia, pontificando la Misa.
Asistían las rej>resentaciones de todas las co­ I<ondres y las representaciones de todas las
munidades religiosas, del clero secular, el Cón­ casas salesianas de Inglaterra. La misa fué ce­
lebrada por el M. R. P. Scaloni, Inspector sasul de Italia el Sr. Ragheb bey Galy y varias
lesiano de Bélgica é Inglaterra. Cuando terminó
otras notabilidades. Al terminar la misa, el M.
R. D. Angel Cervesina evocó la memoria del ex­ la misa, subió al pulpito el ilustre Arzobispo de
tinto. dejando en todos los corazones un sen­ Westminster y con grande afecto habló de D.
Rúa, estudiándolo, como sacerdote modelo,
timiento vivo de pieilad y amor.
E sm irn a. en la iglesia de los Padres Domi­ como trabajador infatigable, recordando sos
nicas el 7 mayo. T.a triste ceremonia se \nó \-irtudes íntimas y sublimes, las relaciones q«
con él tu\’0 y declarando á nombre de Londres
honrada con la asistencia pontifical de S. E.
y de Inglaterra la gratitud más \nva para con
Rev. Mons. Zucchetti, Arzobispo de Esmirna y
los Salesianos.
\’icario Apostólico del Asia Menor. Cantó la
L is b o a .— E l i i mayo con inter\*ención de
misa el Rvmo. P. Hilario Monti i'Uperior de los
S. Sria. lima. D. Sebastián Vasconcellos. O bi^
l>ominicanos. Junto con las Escuelas y colegios,
asistían todas las comunidades religiosas, los de Beja. E l digno Prelado habló de la ^'id«
ejemplar del sacerdote apóstol de siglo XIX, de
(rriegos católicos, teniendo al frente al Vicario
sus relaciones personales con él y de la confianz»
capitular de la Iglesia Griega.
E l cónsul general de Italia tomó parte ofi­ que abriga de verlo pronto glorificado por d
Señor.
cialmente. con todo su ]>ersona].
E n B a h ía (Brasil) el 9 mayo en S. Francisco,
Las finezas del limo. Sr. Arzobispo no esta­

propia de los que. separándose de todo, fija la
mirada en Dios á Dios se elevan como divini­
zados en su humanidad; la otra alcanza el que
usando bien de los dones de inteligencia y co­
razón recibidos de Dios, difunde tesoros de
verdad y de bondad sobre los hombres que su­
fren, que tanta necesidad tienen de amor y de
luz. D. Rúa fué el tipo ideal que concentró en
sí las dos grandezas: fué el místico y el bienhe­
chor de la humanidad ».
La solemne ceremonia y especialmente la
magistral oración, que hizo revi\ár la dulce fi­
gura de D. Rúa, dejó en los asistentes una im­
presión vivísima.
lili Sanluri, el 6 mayo en la parroquia. Fué
consolador el número de comuniones; el discurso
fué pronunciado por el Sr. Vicaric teólogo
Barra.

ccn pontifical de Mons. López y representación
de todas las autoridades.
En S. P a u lo el 4 mayo en el santuario del
Sagrado Corazón, pontificando el Exmo. Sr.
Arzobispo Duarte Silva.
En Rio Janeiro, Campinhas, Cuyabá, Batataes, Nichteroy y otras poblaciones hubo tam­
bién honras y funerales en varios días y de
varios modos.
C aracas.— E l 8 mayo en la iglesia de María
Auxiliadora. La solemne y triste ceremonia se
rió realzada con la asistencia y los oficios de
tres insignes Prelados: S. E. Mons Aversa,
Delgado Apostólico, que celebró la Misa de Ré­
quiem de la mañana, para dar la comimión á los
alumnos y numerosos fieles que deseaban sufra­
gar el alma de D. Rúa; S. lima, el Sr. Silva,
Obispo de Mérida, que pontificó la Misa mayor y
S. Sría. lima, el Dr. Castro, Arzobispo de Cara­
cas, que cantó el responso y dió la absolución al
túmulo. Miembros insignes del Clero y laicado
católico, representaciones de todas las comu­
nidades religiosas, escogido núcleo de coopera­
dores, presididos por el Comité de los festejos
jubilares, grande número de 'pueblo, presen­
ciaban la su ra d a ceremonia; la música fue es­
trictamente litúrgica. Con la elocuencia de que
goza merecida fama y con el amor de quien es
uno de los más entusiastas Cooperadores, pro­
nunció la oración fúnebre el M. I. Dr. Arteaga.
Cerraremos esta incompleta 5' y a cansada
reseña, con la sucinta relación de los funerales
habidos en B u en o s A ir e s en el Nuevo Templo.
Recordarán nuestros lectores que la cripta del
magnífico monumento está dedicada á las
benditas almas del Purgatorio: allí se celebra­
ron los funerales por los grandes de la Patria.
¿En dónde mejor que allí celebrar los funerales
de D. Rúa, que aunque no \*isitó personalmente
la A^entina, amó á la Argentina como á su
Patria y de tal modo que podemos llamarlo
grande y bienhechor de la patria Argentixia?
La representación de todas las entidades y
de toda la sociedad, de todo el pueblo bonarense y argentino, era completa; aquí como en
Turin y en casi todas partes donde existen Salesianos, los funerales fueron un plebiscito de
®tima y amor, una testificación del grande
afecto que el mundo tiene por la Obra de D.
de quien fué D. Rúa el más sabio y de­
cidido intérprete. Autoridades, Prensa, sin
distinción de partidos, indi\úduos de todas las
^^lases (si es que dases hay) llenaban el vasto
^ p l o para « rendir honores póstumos al
Padre, al ciudadano y al amigo, desde el re­
presentante del Sumo Pontífice hasta el último
^^cerdote; desde las altas personalidades d ^es, hasta el más humilde artesano *.

A las 9 empezó el canto de Laudes y luego la
Misa oficiada por el Exmo. Sr. Arzobispo, te­
niendo por Presbítero Asistente á Mons. Orzali. Un nutrido coro de voces interpretó ma­
gistralmente la Misa de Perosi.
Antes del responso subió al púlpito el M.
R. P. Inspector D. José Vespignani y tomando
pie del texto grabado sobre la tumba de D.
Bosco: DejunclHS adhuc loquitur, anunció que
D. Rúa iba á hablar á los presentes. Con voz
timbrada, pero entrecortada por la emoción,
leyó la carta autógrafa por D. Rúa enWada á
los Salesianos y alumnos de la Argentina en
* 1888, cuando León X III lo confirmaba como
Superior de los Salesianos.
Enumerar los personajes que tomaron parte
en el funeral, es imposible y al querer hacerlo nos
expondríamos á sensibles omisiones; contentémo­
nos con dar los nombres de los Prelados y del
Gobierno: Mons. X,ocatelli, Internuncio Apos­
tólico, Dr. Espinosa, Arzobispo de Buenos Aires,
Mons. Orzali, Mons. Vilanova Saenz, Mons.
Perazo; representando al Gobierno estalla el Dr.
Iriondo, iiinistro de Haciepda.

Commemoraciones civiles.
Las ha habido en varios lugares y de varios
modos: en unas dedicándole las sesiones del
Ayuntamiento; en otros, creando con el nom­
bre de D. Rúa círculos y asociaciones; en otros,
como en Roma, con oportunas series de confe­
rencias sociales, ilustradas con los ejemplos de
D. R ú a ; en muchos sitios haciendo ver su
triunfo póstumo en repre^ntaciones de cinema­
tógrafo, grabados el 8 de abril en las calles de
Turín mientras el cadáver las recorría.

Una súplica.
Es común el deseo de que la veneranda figura
del primer Sucesor de Don Bosco pase á la posh^
rvdad viva y real como lo está actualmente en nos­
otros. Por esto se suplica á los Salesianos, alumnos,
Cooperadores, parientes, amigos y admiradores del
Difunto que anoten cuanto estimen digno de me­
moria sobre su vida, palabras y obras, y lo remitan
al M . R. Don Felipe Rinaldi, Via Coltolengo, 32 Turin, en cualquier lengua, en hojas donde no haya
más correspondencia, pero firmado con nombre,
apellido y lugar.
Se recibirá con gratitud cualquier apunte, aunque
sea una sola línea, que contenga un hecho, una frase,
digna de ser recordada.
Muchas son las personas que nos piden una de­
tallada biografía del padre que tanto estiman, y si
no se compila ahora, difícilmente se podrá hacer
más tarde.

— 286 —

LOS SALESIANOS.
Lo que son y lo que h acen
los que nos conocen y á los que no
nos conocen, les dedicamos estas po­
cas líneas, en las cuales está tra­
zarlo por el mismo D. Bosco el plan de nuestra
obra, con toda la sencillez que él tenia. El día
de S. Juan de 1883 D. Bosco tuvo una grata
sorj)resa: sus antiguos alumnos, aquellos que ^
había educado desde 1841, se presentaron casi
de imi)roviso en el Oratorio y festejaron á su
I’adre con música y discursos. D. Bosco, visi­
blemente conmovido cerró con temblorosa voz
la velada con estas palabras;
« El orador-poeta, rompió en exageraciones
é hizo uso de la figura retórica que se llama
hq)érbole. tratando de D. Bosco; pero es li­
cencia perdonable en los hijos que quieren ex­
presar los sentimientos, que obedecen más al co­
razón que á la cabeza. Recordad, eso sí, recor­
dad siempre que 1). Bosco no es sino un simple
instrumento en manos de un Artista habilí­
simo. de un artista sapientísimo y omnipotente,
que es Dios; á Dios pues, la gloria y el honor.
» Por lo demás, es cierto que el Oratorio (i) ha
realizado hasta ahora grandes cosas y os aseguro
que con el auxilio de Dios, y la protección de
María Auxiliadora, realizará otras y mayores.
s> Además del auxilio del cielo, lo que nos
ha facilitado y nos facilitará el trabajo, es la m turaleza misma de nuestra obra. E l objeto á
que nos dedicamos, es bien visto por todos los
hombres, sin excluir á los que en Religión no
piensan como nosotros. 5 » hay alguno que nos
hostiliza, preciso es decir que ó tto nos conoce,
ó no sabe lo que Imcc. Im instrucción intelectual,
la educaciót^ moral de la juventud abatxdonada ó
en peligro, para sustraerla al ocio, á la mala
vida, a¡ deshonor, ó quizás á la prisión, he aquí
el objetivo de nuestra obra. Ahora bien, ¿qtU
hombre prudente, cuál autoridad civil podrá tmpedirla? *
V traía un ejemplo:
« Vltimanxente, como silbéis, estme en París,
y pronuncié rfisfwrsos r» lurios iglesias para
perorar la amai de
obras y, digámoslo
francamente, para buscar cuartos Cím los cuales su­
ministrar pan y sopa á nuestros tiiJÍos. los cuales
jamás pierden el apetito. Ahora bien, entre los
oyentes había muchos que iban á la iglesia única­
mente p<ira conocer las ideiis políticas de D. Bosco;
(i) Es decir: La Obra Salesiana.

pues 'no faltaba quien creía que yo había ido á
París para levantar una revolución, ó almems para
buscar adheridos á un partido; y así hubo personas
benévolas que sinceramente temían que me su­
cediera algún desgraciado incidente. Pero desde
las primeras palabras cesáronlas ilusiones, cayeron
todos los temores y se dió á D. Bosco libertad de
recorrer la Francia de uno al otro confín.
»Nó, ciertamente, con nuestra obra no hacemos
política; (i) nosotros respetamos las autoridades
constituidas, observamos las leyes que deben guar­
darse, pagamos. los impuestos y seguimos adelanie como podemos, pidiendo solamente que nos
dejen ■ libertad -para hacer el bien á la juventud
y salvar las almas. S i se quiere, también hacemos
política, pero completamente inofensiva, antes
bien, proficua á todo gobierno. La Política es
el arte y la ciencia de gobernar bien el Estado.
Ahora bien, la Obra del Oratorio [Salesiano) en
Italia, en Francia, en España, en América, y
todos los países del mundo, ejercitándose espe­
cialmente á favor de la juvefUud menesterosa, tiende
á disminuir los díscolos y vagabundos, á disminuir
el número de los rateros y delincuentes mewres,
tiende á -vaciar la prisiones, tiende, en una pala­
bra, á formar buenos ciudadanos que, lejos de
dar molestias á las autoridades, serán su apoyo
para mmáener en la sociedad el orden, la tran­
quilidad y la paz.
íf Esta es la pólitica nuestra: en esta sola nos
hemos ocupado hasta ahora, en esta 7»os ocupare­
mos en lo porvenir. Es éste precisamente el mé­
todo que ha permitido á D. Bosco hacer el bien
á tantos y tantos niños de toda edad y nación \
É insistía:
« Y después ¿á qué fin entrar en política?
con iodos nuestros esfuerzos ,-qué podríamos
lograr? Nada más sino imposibilitarnos la vía
de co)áinuar nuestra obra de caridad. Las cosas
políticas de hoy pueden considerarse como unt
tnáquim de vapor que corre veloz sobre los rielen
arrastrando consigo un coni'oy talvez también vprecipicio y á la ruiíki. (Queréis acaso pararos
en medio de la carrillera y detener la máquifia:
Os aplastará. ¿Queréis gritar para espantarla? No
oye y os tomaríais inútiUnente la garganta.
hacer pues? Desplegaros á um parte y otra,
dejarla pasar, sea que se detenga por sí misnu^.
ó que la detenga Dios con sm
omnipoteiát.
*Ciertamnüe en la vida es necesario que hay^
quienes se ocupen en la política, ya -para acon­
sejar, ya para señalar los escollos y peligros.
(i) Recomendamos vivamente á los Sres. Decurión»
de los Cooperadores y á cuantos deseen conocer á (
la Obra Salesiana. el folleto de propaganda pub1u.i^ '
por la Tipografía Salesiana de Sarria, titulado; La
sfitución Salesiana, lo que es y ¡o que haee, por Ro­
dolfo Fierro Torres.

-

287 -

pero este encargo no es para nosotros. A noso­
tros, por el contrario, la religión y la prudencia
nos dicen: Vivid como buenos cristianos, ocu­
pados en la moral educación de vuestros hijos,
instruid bien en el Catecismo á los niños de vues­
tros colegios y de vuestras parroquias; esto es
iodo.
Hasta aquí Don Bosco. No seremos los Salisianos quienes vayamos á variar el programa.

ASOCIACIÓN DE EX-ALDMNOS. ^
w
radas á Dios, las asodadones de Antiguos Alumnos van asomando donde­
quiera, y hasta la gran Federadón Intemadonal de A. A. es un hecho. Pero como
todavía queda mucho por hacer y en todos los
lugares donde hay una casa salesiana,' sea de
internos, sea de externos, sea Oratorio festivo,
debe surgir la Asociación, y como de varios
sitios nos han pedido reglamentos; hemos juz­
gado conveniente presentar algunos modelos,
empezando por los más sencillos, últiles en to­
das partes y de facilísimo funcionamiento; advirtiendp que al establecerlas es necesario tomar
en cuenta el carácter peculiar, no sólo de cada
nación, sino también de cada colegio, de cada
lugar; de manera que al ofrecer estos modelos,
tan sólo damos una idea, trazamos un camino,
mostramos un ejemplar; los fundadores luego
tomarán lo que les cojivenga, añadirán lo que
les parezca y se atemperarán á sus peculiares
circunstancias.

I.
Asociación de los Antiguos Alumnos
de la Casa Salesiana de Bolonia.
1) Bajo la protección de María Sma. Auxilia­
dora se constituye en Bolonia la Asociación de
Antiguos Alumnos del
Juan Bosco, en el
Instituto de la B. V. de S. Lucas, ahderida á la
Inión General de A. A. de Turín y en corres­
pondencia fraterna con las demás Asociaciones
A. A- de los Saléganos esparcidas por el
mundo.
2) La Asociación tiene doble fin:
a) Promover entre los socios la conseiva^ n de los principios de educación religiosa,
®oral y cí\t1 aprendida en el colegio;

b) prestar auxilio fraterno, moral y posi­
blemente también material al Socio, en cual­
quier lugar y empleo en que se encuentre.
3) Todo Socio procurará ponerse en relación
con los Salesianos, sus Antiguos Alumnos y los
principales amigos y cooperadores, en cual­
quier lugar en que se hallare.
4) Cada Socio en el acto de inscribirse reci­
birá una cédula de reconocimiento.
5) Cada año en el mes de maj'o y el día que
lo determine la Junta directiva, se celebrará
la fiesta social y la asamblea general, y habrá
un banquete fraterno.
El mismo día se tomará la fotografía de todos
los Socios presentes.
6) L a Asociación es representada y gobernada
por una Junta directiva compuesta de un Pre­
sidente, un Vice-presidente, un Secretario, un
Vice-secretario, un Cajero y cuatro Vocales.
7) Los cargos se renuevan cada 4 años y siem­
pre que la Junta lo estime necesario y en todo
caso si \iene á faltar la mitad de los miembros
de la Junta.
8) L a Junta general se reunirá una vez al
año y posibleménte el día de la fiesta social.
Pero se podrán convocar sesiones generales á
propuesta de la Junta y también á petición
de los Socios, siempre que los motivos de la
convocatoria sean ratificados por la J unta.
9) La Junta se reunirá cada dos meses y
extraordinariamente todas las veces que el
Presidente lo juzgue conveniente.
10) Una representación de la Asociación to­
mará parte á la velada que se hace todos los
años el día del onomástico del Siíl)erior de la casa,
y mandará también el homenaje de afecto al Su­
cesor de D. Bosco el 24 de junio.
11) Cada Socio concurre al menos con una
cuota de 2 liras anuales á la formación de un
fondo necesario para las necesidades de la Aso­
ciación. Están dispersados de la cuota los indi\*iduos pertenecientes á una comunidad reli­
giosa.
La cuota se satisfará en el lugar y tiempo que
determine la Junta.
12) Cada sodo, según sus propias fuerzas y
las influencias personales, trabajará por el des­
arrollo de las obras salesianas, señalada­
mente las locales y tendrá particularísimo cui­
dado de dirigir á las casas salesianas á los niños
que lo desearen todas las veces que se les ofreciere
la ocasión.
A l mismo tiempo que se inscribe en la Asod ^ ó n de A. A. el Sodo se inscribirá en la Pía
Unión de los Cooperadores salesianos.
13) Cada Sodo se propone ile\'ar una conducta
que dé honra á la A sodadón y sea digna del tí­
tulo de alumno de D. Bosco.

— 288 —
14) Para ser admitido á formar parte de la
Asociación, el ant. almo, debe hacer una peti­
ción á la Junta, declarando en cuál colegio, en
cuál año estuvo con los Salesianos y dando todos
los informes y noticias que la Junta juzgase ne­
cesarios.
De la admisión ó no admisión la Junta es ár­
bitro inapelable.
15) Cuando el Señor llame á mejor vida á
alguno de los Socios, se dará aviso con la mayor
publicidad posible, á fin de que todos puedan su­
fragarlo con oraciones y comuniones. Además
se celebrará una misa en sufragio de su alma y
la limosna se sacará del fondo de la Asociación.
16) Da noticia necrológica se dará en el Bo­
letín Salesiano, cuidando de añadir al nom­
bre y apellido el título de antiguo alumno del
colegio de.....
17) Da Junta propone echar mano poco á
poco de cuantos medios sirvan para dar una vida
lozana y fecunda á la nueva Asociación y se
reserva apoyar y promover todas aquellas iniciati\’as que considere útiles para alcanzar los
fines que la Asociación se propone, principal­
mente las que sirven para afianzar los vínculos
de fraterna caridad y amistad entre los Socios
todos.
18) Para cuanto no esté contemplado en el
presente reglamento, la Asociación se remite al
Estatuto de la Federación de las Sociedades.
Uniones y Círculos de AA. AA. de Turín, á la
cual la Asociación de Bolonia se adhiere incon­
dicionalmente (i).

Cartas de familia.

DESDE E L AFRICA D EL SUR
El Instituto Salesiano de Cape Town.
II.
nchas fases del trabajo pacífico y
de la Wda íntima de no pocas ins­
tituciones se escapan á la obser\ ación d d pueblo que vive cutre d niidoso bu­
llicio d d uiodmiento industrial y comercial qire
agita esta dudad febrilmente activa.
Aquí como en otros lugares gran parte de la
pobladón no tiene idea de lo que es un Instituto
Salesiano. Pasando por la calle BuiUnkant, leen
de corrida esas dos palabras estampadas en d
(t) Este orgánico se publicará en breve.

frontis de una vieja casa y siguen su camino sin
entender el sentido de esas palabras ni preocu­
parse de lo que puedan significar. Mas toda r^Ia
tiene sus excepdones y esas dos palabras han
detenido en su apresurada carrera y excitado
la curiosidad de muchos hombres graves y re­
flexivos. Hemos visto personas de toda plata*
cruzar sólo por curiosidad el umbral de nuestra
casa y quedar luego sorprendidos y llenos de
admiradóu ante el espectáculo para ellos
nuevo de vida y de caridad que tan natural­
mente se desarrolla en nuestra pobre morada.
Miembros del Parlamento y del Senado, repr^
sentantes de todas las autoridades religiosas, ci­
viles y militares han quedado verdaderamente
prendados de nuestra obra y la han ensalzado con
grandes alabanzas y calificado de eminentemente
civilizadora. Y eso que, aimque bien encaminados,
nos falta mucho aún para llegar á la altura que
nos hemos propuesto.
Por ahora nuestro Instituto consta de Talle­
res-Escuelas de Tipografía, Encuademación,
Ebanistería, Sastrería 3’’ Zapatería.
Dos niños además de aprender su oficio cursan
las Elementales. Ix>s inscritos á las cuatro pri­
meras elementales tienen cinco horas de clase
y tres de taller. Los demás, es decir, los del
quinto, sexto y séptimo curso tienen tres horas
de dase y cinco de aprendizaje tcórico-práctico.
Ivos Cajistas é Impresores están siempre muy
ocupados si no en trabajos de carácter artísti­
co. eu obras de 110 escasa importancia. Entre
otras, citaré la Guia de los Católicos del'SuiAfrica y la importante Revista mensual: The
Caiholic Magazine.
Muy alabadas y premiadas con Mención espe­
cial en la Ütlima Exposición Internacional del
Cabo, han sido algimas encuadernaciones eje­
cutadas por nuestra Escuela para bibliotecas
públicas y privadas. Los Ebanistas han adqui­
rido también buena fama por lo elegante y aca­
bado de sus trabajos. En 1905 merecieron el se­
gundo ^remio en un concurso de muebles abierto
por el Gobierno: en 1909 en tma Muestra de tra­
bajos ejecutados por diversas escuelas, lleváronse
la palma los nuestros y la Gaceta de la Instruc­
ción Pública hada de ellos los mejores elogios.
Deiximos también confesar que tenemos unos
niños inmejorables tanto por buena conducta
como por aplicadón. E n pmeba de mi aserto
vaya d hecho siguiente: Un día habiendo salido
el Maestro de Carpintería por razones de su oficio,
quedaron sola»? los chicos. Yo, enterado de so
ausenda, no teniendo asistentes con que soplirle, me había propuesto bajar yo múuno ai
taller apenas hubiese conduido una carta que
tenia entre manos.
Pasaron pocos minutos, cuando 0^0 uno qo*

— 289 —
sube corriendo las escaleras. Temiendo alguna
dedada me levanto, me asomo á la puerta y ;
¿Que hay ?
— El doctor Muir, Superintendente de la Instmcdón Pública, entró por la puerta de campo y
se metió sin más en la carpintería.
Algo contrariado bajé inmediatamente. Era
h piiiuera vez que el alto personaje nos honraba
con su visita. L e di la bienvenida y con no poca
pepa empezó á explicarle la ausencia del maestro.
— ¡üh! exclamó él sonriendo, es precisamente lo

haber ejecutado por dos veces trajes completos
para el Duque de Norfolk que, durante la última
guerra, visitó la Colonia.
Tenemos también quince zapateros. En la
Exposición Intem adonal fueron ])remiados con
Medalla de Oro. Llamó la atención un par de
zapatos hechos de una sola pieza, sin costura.
He aquí lo que es nuestro Instituto.
No le podemos dar más ensanclie y desarrollo
porque vivimos aún en tres destartaladas casas
de alquiler que carecen de las condiciones nece-

SANTA CRUZ (Arg.) — Grupo de alomaos.
que más agradablemente me sorprendió, porque
'■ i todos estos jóvenes atendiendo cada cual á
su trabajo en perfecto orden y silencio. Y lu ^ o
«oadió; ¿El Gobierno no pasa nada para los
carpinteros?
— Ha prometido varias veces, pero hasta
ahora__
— Pues bien, mañana recibirá Usted el aviso
oficial de una subvención.
Le =graded en el alma tanta bondad y apro'■ «ché de la ocasión para animar á nuestros bue­
nos huerfanitos.
Los sastres no van en zaga á los carpinteros y
aunque sus trabajos no hayan tenido aún gran
resonancia, sinembargo y a tienen la gloria de

sarías para una grande aglomeración de per­
sonas.
Ahora hemos echado los cimientos de un gran
edificio adhoc, ma«; quién sabe si lo podremos con­
cluir en el tiempo que hemos prefijado. Estamos
en tierra de protestantes y los Cooperadores lo­
cales no son ni mudios ni muy ricos. Ojalá en­
viase Dios ima buena inspiración á algunos de
los muchos generosos Cooperadores Euroijeos
que los decida á concurrir eficazmente á llevar
á cabo lina obra de la cual depende en gran parte
el porvenir religioso-moral de este extremo re­
tazo de tierra Sur-.\íricana.
Es'- *. Tozzi, Pbro. Salesiano.

Patagonia sepkntrional

En las fuentes del Neuquén.
[Carta del P . Gavotto).
Chosmalal, lo febrero 1910.

Revmo. Padre Rúa :
UCHO tiempo hace

que V. R. no
recibe noticias de esta misión, y
conociendo el celo y el interés que
por las misiones tiene, me esforzaré para pre­
sentar aquí reunid 's en breve reseña nuestros
trabajos y frutos recogidos el pasado año.
Pero ante todo permítame darle una idea de la
misión realizada por el infrascrito en compaiiía
del P. Franchini. al N. E. de Chosmalal, en el
lumto llamado comúnmente Las J'eran as del
Río Malbarco, precisamente en las cabeceras del
Neuquén y del Neueve.
Acompañados de un guía, partimos el 4 de
enero con dirección á Malbarco, remontando el
Curileo y buscando el paso de la Cordillera del
Viento, por ser el camino más breve. A las 2 de
la tarde estábamos frente al pequeño paso, y
resolvimos descansar en casa de nuestro íntimo
amigo D. Belisario Cliand a. E n este inter\-alo
se encapota el cielo y se prepara un \*iolento tem­
poral. No sabíamos si proseguir el viaje ó aguar­
dar al día siguiente: temíamos no tanto el agua­
cero cuanto el viento que en esta región suele ser
tan impetuoso y fuerte, que impide viajar á ca­
ballo y á pie; pero al fin decidimos abandonamos
cu los brazos de la Providencia y afrontar el pe­
ligro, no obstante las rei)etidas instancias de
nuestro huésped; este caballero, viéndonos intlexibles en la resolución, montó á caballo y nos
acompañó por un sendero especial que llevaba
más directamente al paso buscado. No habíamos
caminado una legua, cuando el cielo acabó de
cerrarse, lo que nos puso en grande aprensión,
pues sabíamos que no encontraríamos ni nna
casa ni una choza en donde reparamos: relám­
pagos y truen s se sucedían sin cesar y el tempo­
ral avanzaba amenazador por todas partes. Pero,


gracias á Dios, á las 5 de la tarde estábamos en
la cumbre, á 2.200 metros, y mientras á bajo caía
una lluvia torrencial, nosotros estábamos tran­
quilos en una cabaña ol’mpica. No pudimos re­
sistir á la atracción de aquel panorama encan­
tador; lo contemplamos un rato y emprendimos
la bajada á la opuesta vertiente; á las 6 estába­
mos 100 metros más abajo; en un vallecito deno­
minado Biitalón, que despeña por entre rocas
cortadas á pique, sus espumosas aguas, ansiosas
de precipitarse en el seno del grande y lejano
Neuquén. Allá arriba, al abrigo de una mísera y
solitaria huta, contemplando con cierta fruición
la tempestad que 1 abíamos sorteado, nos dor­
mimos plácidamente.
Amaneció el día esplendentísimo, y ponién­
donos de nuevo en camino, á las 3 de la tarde
llegábamos á Pichiñires, aldehuela re .'estada á
las orillas del Malbarco, meta de nuestra primera
misión. Inmediatamente nos pusimos á la obra,
y trabajamos cinco días arreo, quedando conso­
lados del gran número de gente que se acercó á
la Sagrada Mesa y asistía á nuestras conferencias
y sermones.
K1 II pasamos al Roblecillo en el valle del
Neuquén de templo nos sir\‘ió una gran cabaña
cubierta con ramas y paja.que había improvisado
I). Ignacio Cerda, pues s • había caído la caw
donde solíamos misionar. Eos habitantes habían
tenido la feliz idea de enarbolar sobre la fachada
de la futrna basüica.las banderas chilena y argen­
tina, adornar su interior con delicadas flores y
preparamos un recibimiento triunfal. El prin­
cipal promotor de todo ese hermoso mo\’imiento
fué el chileno D. Julio Ta le, que veraneaba allí
y nos quiso dar otra agradabilísima sorpresa,
el regalo de un ser\-icio completo para celebrar
la santa misa.
El 15 continuamos hasta CuUincó, riachuelo
humilde que corre cerca del Neueve; íbamos á
dar otra misión en casa de nuestro excelente
amigo D. Dionisio Guzmán, pero supimos con
gran ¡)ena que d se hallaba con su familia en
Chile, para la curación de su digna esposa, enfer­
ma desde algún tiempo. Estaba empero allí su
hijo D. Isidro, quien nos recibió y hospedó con
magnifidenda, facilitándonos todo lo necesario



para la misión, la
pleto.

cupI

2Q I

tuvo también éxito com­

El i8 bajó á Chile el P. Franc’ ini, para pro\-eerse de algunas cosas de absoluta necesidad
vro continué misionando hasta el 23, en que
emprendí el viaje de \*uelta, deteniéndome á
linas 4 leguas más allá, en el lugar llamado Ove•<is. adonde había mandado á avisar que para co­
modidad de los imposibilitados de llegarse á
Cuüincó, me detendría un día entero. Y el con­
curso fué tan numeroso, que tuve que perma­
necer tres días completos.
El 27 estaba preparándome para seguir á
Chosmalal, cuando llega uno con un caballo, ro­
gándome ir á confesar á su padre enfermo á unas
4 l^uas de allí. Celebré y puse en el relicario una
Hostia santa, volamos á la cabecera del mori­
bundo y le administré todos los Sacramentos,
que él recibió con la devoción más grande. El
pobre hombre no acababa de alabar á Dios por
el gran favor recibido, favor por cierto especial
en aquellos lugares y en aquellas lejanías. Tam ­
poco sabía cómo agradecerme á mí también lo
que por él había hec.:o.
A las dos estaba yo de vuelta á la casa-misión,
pero me sentí de impro\*iso tan cansado, que
decidí aplazar la paitida para el siguiente día.
Muy temprano me puse en camino, resuelto á
llegar á Chosmalal para la fiesta de S. Francisco
de Sales.
Pero en llegando áAndacoUo, aldea nacida deHdo á las minas auríferas, una familia me su­
plicó que me demorara un día para bendecir un
matrimonio que debía llegar. Y de hecho, ben­
dije una pareja que se presentó de improv.so,
pero como no ll^a'^an los novios que se me
habían anunciado, el 30 partí para Chosmalal.
adonde llegaron dos días después también los
mencionados novios para casarse eclesiástica
mente, pues el matrimonio civil lo habían cel.brado en Andacollo.
Esta excursión duró del 4 al 30 enero y admimstramos, amadísimo Padre. 414 Comuniones,
107 Confirmaciones, 75 bautismos y bendijimos
lo matrimonios.
Haciendo ahora el resumen de lo poco que
hímos podido hacer durante el año de 1909, le
diré que dimos misiones en los s^uientes lugares;
Los Tres Chorros, Taquimilán, Trauncura,
Q^tinluco, Pilmanie, Las Lajas, Councó, Carreas,
Liamucos. Las Lajiias, Haychal, Codi^üe, JugmuLoncopué, Ranquüón, Norquín, Güecú,
Villa, Maüin, Sireco, Guanaco. PichiLa Fragua, Cuüincó, Las Ove as, Andacollo,
aymelekue. Cura, Mal n, Los Menucos, Cu*^¡fo-arriba, Tricau Malal, Chapua Barranca,
Bwjranywü, Trü y Chacayeó.
Los frutos recogidos con el auxilio de Dios y



de María Sma. nuestra madre, son los siguientes:
Comuniones;
1915.
Confirmaciones; 634.
Bautismos;
442.
Matrimonios;
36.
Haciendo votos porque el Señor le conceda
toda\da largos años de vida y encomendándome
á sus oraciones, pongo fin á esta carta, suscri­
biéndome de S. R. amadísimo Padre.
Devmo. yafmo. hijo i« Jesucristo,
M\teo G wotto , Pbro.,
Misionero Salesiano.

EN LA CHINA Y E L JAPÓN
¡Cuán pocos son los católicos!
[Carta del Inspector P . Cogliolo).
Yokohama, 29 marzo 1910.

Revmo. y amadísimo Padre;

añana partiré del Japón para S. Fran­
cisco de California, Nueva Y ork é
Italia. ¡Oh! ¡cuánto anhelo volver á
ver á mis amados Superiores y postrarme á los
pies de María Auxiliadora para darle gracias
por la protección especialísima que me ha otor­
gado durante esta mi larguísima y no siempre
agradable peregrinación!
Si mal no recuerdo, le escribí poco antes de
poner pie en el suelo chino.
El Sr. Director de nuestra casa de Macao me
esperaba en Houg-Kong y ambos nos sentimos
felices de volvemos á ver; el P. A’ersiglia por ver
un hermano venido de Europa en nombre de
D. Rúa y y o por a'brazar conmovido á los pri­
meros salesianos misioneros en la China. Nos
trasladamos sin pérdida de tiempo á la resi­
dencia de la misic'n católica, sostenida con ho­
nor por los misioneros italianos de S. Calógero
de Milán y es ciertamente deber de justicia el
darles á estos celosos misioneros un tributo de
gratitud, porque desde el momento en que llega­
ron los Salesianos á la China, se mostraron para
con ellos como verdaderos hermanos, prestando
á nuestra obra toda clase de auxilio. El A'icario
Apostólico de Hong-Kong es Mons. Domingo
Pozzoni, \'erdadero apóstol, de todos apreciado
por sus \irtudes singulares.
Macao, la hermosa ciudad portuguesa, que
era un tiempo el emporio de todo el comercio
europeo en la China, y donde de:-»embarcaron
tantos valerosos Misioneros, dista de HongKong cerca de cuatro horas de barco, paseo agra­
dable é interesante, porque primero se atra\’iesa

M

la espléndida y vastísima bahía de Hong-Kong
y después se costean las numerosas islas espar­
cidas á lo largo del litoral.
En el muelle estaban esperándonos los Her­
manos con su banda y varios amigos de la Obra
salesiana, entre los cuales el limo. Sr. Vicario
General, el Decano del Capítulo, varios señores
párrocos, los PP. Jesuítas etc. etc.. El Sr. Obispo
D. Juan Paulino Azevedo y Castro, se había
dignado mandar á mi encuentro á su mismo Se­
cretario.
La Obra salesiana en China apenas tiene
cuatro años de existencia, pero ha hecho mucho
en ese tiempo. Los hermanos, y especialmente
los sacerdotes, se impusieron desde el primer
momento el estudio del idioma Chino, y son
consoladores los adelantos realizados. Y a pue­
den confesar y predicar en esa lengua, cosa no
siempre fácil aun después de muchos años.
Nuestros alumnos son todos chinos, listos,
inteligentes, aficionados á sus superiores, y en
general muy piadosos. Están distribuidos en
cuatro talleres-escuelas; sastres, zapateros, im­
presores y encuadernadores. Su banda, á laeuropea, es muy apreciada, y aun las corpora­
ciones no católicas la suelen invitar á sus
fiestas.
\’a era tiempo de que á esta obra iniciada con
amor i>or el venerado Prelado Sr. Azevedo y
Castro, se le diese más conveniente y estable
morada y se viese la manera de dar un campo de
trabajo más amplio al celo de los misioneros.
Con el auxilio de Dios, y la voluntad del emi­
nente Prelado, confío que dentro de poco ve­
remos realizado cuanto deseamos para provecho
de tantas almas privadas de la luz del Evan­
gelio.
Cuando se considera que la China tiene más
de 400.000.000 de liabitantes y que de estos
apenas un millón son católicos, queda uno
])rofundamente apenado. ¡Y sin embargo los
misioneros católicos no son pocos y hace años,
siglos, que vienen trabajando para arrancar
este pueblo á la esclaWtud de Satanás!
Tres son las religiones dominantes aquí: el
Confucionismo, el Taoismo, el Budismo.
El ConfucioHistno, más que ima religión, es
un sistema de filosofía moral, inspirada en la
única y verdadera fuente de la verdad, es de­
cir, á más de la ley natural, en la religión re\-elada y propuesta por Dios á la humanidad.
El Taoismo tiene más de religión que el con­
fucionismo. Tao no tiene traducción exacta, pero
se acerca al griego lagos. Su fundador Tao-tze.
se propuso establecer un culto al verdadero y
único Dios. i>ero los siglos lo han transformado
en una verdadera idolatría.
La otra religión es el Budismo, importado de

Ceylán y difundido rápidamente en tan vasta
parte del mimdo.
Pero el culto más caro al corazón de los Chi­
nos lo mismo que á los Japoneses, es el de sus
antepasados. E n su honor y para hacéreelos
propicios en sus privadas y públicas empresas,
hacen sacrificios varias veces el día, quemando
inciensos y aromas y haciendo mil re\'erencias y
postraciones ante las tablillas que llevan el
nombre de sus amados mayores. Aquí está d
escollo mayor que encuentra el misionero: á
todo se acomoda el chino, menos á dejar este
idolátrico culto.
De todos modos, es cierto que este es el instan­
te más favorable para los operarios evangélicos.
I.,a China entra también en la éra de la civi­
lización moderna y y a no son de temer las per­
secuciones. La avidez y la necesidad de instruirse
les hacen desear las escuelas intelectuales y pro­
fesionales y las preferidas son siempre las de los
Misioneros. Si se retarda, acaecerá con la Chiia
lo que desgraciadamente ha pasado con el Japón.
Dentro de 20 ó 30 años difícilmente podrán los
Misioneros fundar escuelas y aprovechar de
este excelente medio de influir cristianamente en
el alma chinés. Entonces también el Celeste Im­
perio se habrá trasformado en gran parte y con­
fiado sus escuelas primarias á una falange de
maestros del país; tendrá sus Escuelas de se­
gunda enseñanza y sus Universidades en las
cuales enseñarán los numerosos jóvenes que
actualmente hacen sus estudios en las univer­
sidades de Europa y los Estados L’nidos. ¡Oh!
si tu\úéramos una falange de inteligentes y ce­
losos jó\ enes que oponer á los de los llamados
misioneros protestantes, americanos en su
mayor parte, los cuales, ricos en bienes mate­
riales. van difundiendo cada día más la he­
rejía!
¿ Y qué diré del J apón ? Llegado á Yokohama
el 20 de marzo, después de haber tocado en
Nagasaki y Kobe, emplée diez días en hacer al­
gunos conocimientos, tomar informes, y co­
nocer, siquiera de \*uelo, este pais que rivaliza
y a con las más adelantadas y prósperas nacio­
nes del mundo.
E n Nagasaki y sus alrededores está el mayor
número de católicos; 45.000. E n gran parte
son los descendientes de los primeros cristia­
nos, de los de S. Francisco Javier y otros san­
tos Misioneros. En esta ciudad murieron por
la fe mucho religiosos europeos, entre los cuales
el Beato Carlos Spínola, genovés, y tamlnéD
numerosos cristianos indígenas. Kobe ese) puerto
más comercial del Japón; siempre está lleno de
naves de todos los países y tonelajes y se halla
defendido con modernas y atrevidas construc­
ciones. D e Kobe parte el ferrocarril central que

en 12 horas lleva á Tokio, la capital. Y o preferí
d naje por mar aunque algo más largo.
Jokohatm es una de las más interesante y prin­
cipales ciudades. Tiene cerca de medio millón
de habitantes, industriosos y afables. Limpios y
citantes en el vestir, cualidades que por lo
demás tienen todos los J aponeses.
Curiosas é interesantes son las pequeñas ca­
sas y tiendas japonesas, construidas en su mayor
parte de madera, hermosa y decentísima la
manera de vestir así del uno como del otro sexo;
en \*ano buscaríais la moda irregular y ligera,
menos aún la inmodesta desnudez.
Esto es lo que más ha llamado la atención en
la India, la China y el J ápón. Son pueblos pa­
ganos, pocos ci\’ilizados, se dice... pero entre
tanto , la inmoralidad pública, las obscenidades
manifiestas, las palabrotas, los chistes inmorales,
la falta de respeto á los ancianos, á los deformes,
álos ministros de cualquier religión, son descono­
cidos hasta ahora. Talvez con el tiempo la \áeja
dvilizadón europea llegará á traer á estos pue­
blos jóvenes las últimas in\'enciones de la cien­
cia sin Dios, sin religión, sin moral; y entonces
caerá esta forma de natural y sencilla belleza,
este pudor externo que son ciertamente dotes
admirables en pueblos privados de las luces del
E\’angelio.
Y esto, veneradísimo Padre, para terminar
esta carta que comencé á escribir en Jokohama
y la termino á 28® 53 de latitud y 175® 34 de
longitud en el océano Pacífico.
En Tokio, la gran capital del Japón distante
apenas cuatro horas de Jokohama. pasé cuatro
días. La población es de casi dos millones de
habitantes; la superficie es más vasta que la de
París, está atravesada en todas direcciones por
la electricidad en todas sus formas, y tiene el
morímiento, la grandeza y la riqueza de las
grandes capitales europeas.
Hay cuatro parroquias, pero poqxiisimos co­
legios para ambos sexos. Las Misiones Cató­
licas del Japón están casi exclusivamente en
manos de la Sociedad de las misiones extranjeras
de París, á quienes fué dado establecerse en el
Imperio del Mikado después de las crueles per­
secuciones contra los Cristianos, y mantener al
menos cuanto habían hecho los anteriores após­
toles.
Los PP. Jesuítas, las Damas del Sagrado Co­
razón V otros pocos institutos han entrado en los
¿Itimos años; y yo hago votos para que los Hijos

de S. Ignacio, que tuvieron d honor y la gloria
de evai^elizar por primeros el Japón y ele\'ar
en pocos años el número de convertidos á más de
300.000, \Tjelvan á su campo y reanuden las
hazañas de S. Francisco Ja\*ier.
E l Japón tiene 50 millones de habitantes, y los
católicos no llegan á 70.000!! Las i>ersecucÍones que duraron hasta 1870 diezmaron y dis­
persaron el fruto de varios siglos de indecibles
trabajos. ¡Oh! cuán esi)ontáneo brota de los
labios el Adveniat ragnum tuum! ¡Oh! sí, quiera
el Señor mandar muchos y osados obreros á su
mies! E l Japón, dotado por el Creador de mu­
chos y preciosos dones, habitado por una po­
blación inteligente, sobria, laboriosa y de buen
corazón los espera y promete abundante co­
secha.
A bordo del Manchuria, 6 de abril.

Pasado mañana el vapor Manchuria hará una
breve escala en Honolulú (Islas Hawai) y el 15
llegará á S. Francisco de California. E sta mía
me precederá, lo espero, algunos días. He escogido
para la \’uelta la \*ía del Pacífico y los Estados
Unidos en lugar de la del Indico y Canal de Suez
porque se gana por lo menos una semana.
Me acompaña im niño indio de Tanjore que
\ríene como representante de nuestros alumnos
de la India y del Japón á sus fiestas Jubilares.
Saboreando anticipadamente el placer de
verlo pronto, le envío la expresión de mi pro­
funda veneración, y besándole la mano, me pro­
feso
De V. R.. amadísimo Padre.
Devmo. y Obmo.
P fdro C oguolo P. S. S..

SANTA CRUZ.— E l R. P. D. José Beavoir, uno
de los
antiguos y beneméritos Misioneros de
la Patagonia y actualmente Director de la
Casa de Santa Cruz, nos ha enviado algunas fo ­
tografías de su misión, de la cuales escogemos,
para efrecérselas á nuestros lectores, la de los
aliunnos del C e lt io que comienza á crecer al
lado de la nueva y hermosa iglesia parroquial.
« Los niños, escribe el Misionero, se habían
hecho fotografiar para presentarse de algima
manera al amado Superior con ocasión de sus
bodas de oro, y llegan ahora para rendir su pri­
mer obsequio de amor y gratitud al digno Su­
cesor. *

EL CULTO

de María auxiliadora
N6> (eaetnos la persuasión de que, eo las vlclsiludes dolorosas de los tiempos
que atravesamos, no nos quedan mós consuelos que los del Cielo, y entre estos,
la poderosa protección de la YIrieo tModlta, que luó en lodo tiempo el Auxilio
de los Cristianos.
pio x.

CUREPTO (Chile). — La conocida revista ti­
tulada « K 1 Mensajero de María Auxiliadora »
que con tanto celo propaga el culto y amor á
Nuestfa celestial Patrona, nos da cuenta de
un trono que Ella tiene en Chile.
El celosísimo Sr. Cura de Curepto, D. José
del Carmen Lagos, entusiasta propagador de
la revista, encendió en todos sus feligreses el
amor á María Auxiliadora y no pararon hasta
tener su imagen y prepararle \m trono. María
Auxiliadora por su parte, cuidó de preparar los
corazones por medio de favores y gracias; de
manera que cuando se trató el asunto ya estaba
dispuesto lo principal, que es el deseo de poseer­
la. La imagen se bendijo y colocó el 8 de junio
con grandísima concurrencia. Toda aquella
multitud estaba arrobada ante el altar i>rÍmorosamente arreglado por las srtas. Deidamia
de C. González y Sara Labra, desde donde sonreia
la Virgen-bendita de D. Bosco. Se r,.‘zó el ro­
sario ante su imagen y después el Sr. Labra les
dirigió la inflamada palabra, que fué una efica­
císima pro])aganda. Acto continuo se bendijo
la imagen apadrinada por 5 caballeros, tres se­
ñoras y 8 señoritas. Esa misma noche se dió
principio á una novena, que fué muy solemne.
El Sr. Párroco tm*o la feliz idea de hacer pe­
dir gracias y favores por escrito á la Sma.
Virgen y tuvo un efecto mágico: antes de con­
cluir la no^■ ena se habían obtenido ya muchas
gracias.
Sigan nuestros Cooperadores propagando la
devoción á María Auxiliadora, como el medio
más eficaz de merecer las celestiales bendicio­
nes.
Sarriá-B arcelon a. — Agregado el hermoso
Sanuiario de M. A. de Sarriá, á la Basílica ma­
yor de Stima María en Roma, con lodos sus
privilegios é indulgencias, sólo faltaba erigir en

él la Archicofradía da María Auxiliadora, y es
lo que se ha hecho el IP domingo de Octubre
p. p.. Los detalles los daremos en el próximo
número.

Gracias de María Auxiliadora.
jL o o r y gratitud á M. Auxiliadora!
Como tres meses hacia que el estado delica­
dísimo de salud de mi liija María, nos tenia muy
preocupados tanto más, en cuanto que su jrravisimo malestar no se resolvía en enfermedad
alguna determinada (para combatirla acertada­
mente) sino más bien en un conjunto de serias
complicaciones. A tal punto llegó su gravedad
y la persistencia de su fiebre, que un día bien
amargo por cierto para nosotros, el médico de
cabecera pidió consulta, la que se repitió al día
siguiente. Los médicos diagnosticaron, por el
momento, ser aquello fiebre gástrica, aunque se
temía fuera más bien tifoidea.
Nuestra querida enferma, conocedora de su
gravedad, pidió se le administraran los SS. Sa­
cramentos, lo que se hizo en seguida. En tan
angustiosos momentos todos acudimos con gran
confianza á Aquella que todo lo obtiene de su
Divino Hijo, d la potente Auxiliadora de ¡os
Cristianos, y la enferma, acompañada de mi
3'erno, empezó una novena prometiendo ambos
á tan buena Madre hacer celebrar una Misa
en su Santuario de Villa Colón y recibir la Sta.
Comunión los dos en dicha Misa.
Todos elevábamos ansiosos las más ardientes
súplicas á nuestra Celestial Madre y uno de los
miembros de mi familia prometió además pu­
blicar la gracia en el Boletín Salesiano.
Hoy han cesado ya nuestros doblemente fun­
dados temores por la salud y vida de mi que­

rida hija y me apresuro á dar público testimonio
de mi gratitud á María Auxiliadora.
Moatevideo (Uruguay), ai de Julio 1910.

J uan B.

de

GoyRET.

¡ T u lo h a s s a lv a d o !
El pasado abril mi amigo querido, estudiante
en el Real Instituto de Comercio de Milán, se
vio acometido de gravísima fiebre y los médicos
no lardaron en declarar gravísimo el caso ; las
fiebres seguían aumentando con intensidad alar­
mante, de modo que poco después mi amigo
estaba en fin de vida. Se reunió una consulta,
ia cual verificó una grave infección y declaró
gravísimo el mal; ya no quedaba otra esperanza
que la del Cielo para ahorrar un grande dolor
á aquella familia.
Era el primer día de la novena der María Au­
xiliadora y la familia decidió hacerle una no­
vena y publicar la gracia en el Boletín Saleúatio. ¡Oh prodigio! El 24 precisamente ia fa­
milia se inundaba de gozo, pues el joven estaba
perfectamente curado.
Eterna será nuestra gratitud para contigo, oh
Virgen bendita, y á todos narraremos tus mise­
ricordias! Continúa Tú derramando sobre nos­
otros el perfume de tus favores!
Milán, agosto de 1910.

D. A. T .
X (i ).' Estandp sola en casa, entró mi her­
mano pálido, desencajado, aterrado y me cuenta
que en lugar de una medicina se habia tomado
un veneno activísimo por equivocación. — ¡S,il*
vame! ¡no me dejes morir! eran sus únicas pa­
labras. Mandé á la sirvienta, anciana y enferma,
única que estaba en casa, á buscar un médico:
mientras tanto mi hermano se desesperaba ; yo
procuraba tranquilizarlo y, encomandándonos
confiada y resueltamente á M. A ., me puse á
hacerle las aplicaciones que creía convenientes.
Resulta que los médicos vecinos estaban todos
"cupado.s. y mi hermano acabó de desesperarse:
mas yo pude conservar suficiente calma y lograr
infudirle confianza. Mis aplicaciones, bendecidas
por M. A. produjeron buen resultado y cuando
d médico llegó, lo halló fuera de peligro y de­
claró que el caso habia sido desesperado.
¡Bendita sea María Aux. que nunca desoye el
niego de sus hijos!
.Mayo 31-1910.
Inés A l v a r e z L .

Valencia (Esp.). — Estaba muriéndose de
tifus una hija mía de 19 años; los médicos ha­
bían dicho que moriría esa misma noche y fui­
mos á verla por última vez; pero su hermanita
ti® 13 años, antes se fué á ver á M. A , en la
'glesia de los P. P. Salesianos y le pidió la salud de su hermana. María oyó la oración y mi
■ I-ja sanó. Gracias le sean dadas!
Juuio 1910.

Yum bo (Col.). — A punto de morir á con­
secuencia de una tremenda caída del caballo y
de las coces del feroz animal, oyéndole decir
al médico que dentro de dos horas moriría, le
pedí á M. A. me conservara la vida. Ella me
oyó y en breve recuperé completamente la salud.
Junio 1910.
V ic e n t e G a r c ía M.

Dan también, con toda la efoslón de su alma, gracias á
María Auxiliadora y envían una Hmosaa:
A b ía de la O bisp alía (E sp .). —

D a. Catalina N .

L . 5 p ías.
B u g a (C o l).. — U n C o op erado r.
C ád iz (E sp .). — D . A . M. Belirán.
C ali (C o l.). — D . Sera/in Rodríguez, por su cu­
ración verdaderam en te m ilagrosa — D a . Cipríana

Solarte, D . Ricardo Cobo
D a, Nicolasa E ,
vda. de Palacios, D . E . P., D a, Eugenia vda. de
R ., D a. María Domingo Lozano, D . Bernabé Vanegas, D a. Beruilia T r tjillo C.
^ B etu lia (C o l.). — D . A . C. Lim . 16 francos.
Cu en ca (E sp .). — Da. María Cencerrero, L . 5 p.
Cam pillos Sierra (E sp .). — D a. Josefa Palazón,
L . 3,50 pts.
Colm enar (E sp ,). —

D a. Antonia Molina de Ro­

dríguez.
Cartagena (C o l.). — D . Camilo M . Caviedes, por
varias gracias.
Cerrito (C o l.). — D . José Sicomedes Tenorio,
por varios favores espirituales.
Junia (C o l).. — Juana M. Gómez, por señ alad í­
sim os favores.
L a Coruña. — D . I). E . L . i p ía.
M ercedes (R . O .). Da. /!orlen.sia T. de Cardona
— D a. María J . de Chotezav, Eloísa ,S. de Chulegay, Francisca Juana y Dclñnn Inda.
M orales (C o!.). — U n C o op erad o r.
M asa ya (N ica ra gu a). — D a. María Luisa San-

dino de Barrera,
O viedo (Esp.). — Un devoto de M . A . por una
g r a c ia o bten ida, 10 pts.
Pradera (C o lo m bia). — D a. Alasia de Benavides
L . 2 ptv.
Santa A n a . — D . Florentino González.
S ilv ia (C o l.). — D a. Rosalía Domínguez — D a.
Julia Salazar — D a. Eufemia Mosiones — D a.
María Mariones: tod os en vían una lim osna.
Seo de U r g e l (E sp .). — D a. Antonia Moles de
Inglada, y m anda celebrar una m isa en su .San­
tuario d e Sarriá-Barcelona.
T acu b a ya (M éjico). — D . Manuel L . Hernández,
L . I pts.
V ied m a (R . A r .j. — D a . Lucía de Gusmerali,
p or la m ilagrosa curación d e lo.s o jo s, L . i i liras
— D a . Angela Lanza, 11 liras.
V aldecolm enas (E sp .). — D a. Carmen García de

León.
.M.^r í a C o r t i n a .

(t) Respetamos la voluntad de la Sita. Inés de callar
h loralidad en que esta grada se obtuvo.

I

Medellín (Col.). — Doy con toda la efusión
de mi alma gracias á M. A. por la completa
curación de mi nieta Carmín, á quien los mé­
dicos desesperaban de salvar de una cruel en­
fermedad. Ya moribunda, las Hijas de María
Aux. oraban conmigo y obtuvimos la stilud tle
la niña.
M. W . de R.

P iden oraciones varios co op erado res
para alcanzar gracias y favores.

Salesian os

Ecos de la catástrofe del Colegio Salesiano de Concepción
E X P O SIC IÓ N D EL D IR E C T O R D EL COLEGIO

El incendio fué obra de manos criminales
Consternación de la Ciudad — Obra de las Danxas
Dios quiso probarnos. Aunque la prueba es
enorme y terrible, con todo eso tenemos que decir:
¡Hágase la santísima voluntad de Dios!
Un incendio espantoso é indomable destruía en
.pocas horas en la noche del 22 de agosto nuestro
Colegio de Concepción [Chile).
Publicamos sin comejitarios la relación que nos
manda el director de aquel colegio y esperamos
que todos nuestros lectores se apiadarán de la si­
tuación penosa en que han quedado el personal
y los niños huérfanos que el colegio hospedaba.
¡Una limosna, una oración, queridos Coopera­
dores y celosas cooperadoras! ¡Lo enconirareis
todo centuplicado en la otra vida!

EXPOSICIÓN

DEL DIRECTOR

DEL COLEGIO.
el inmenso peso de la desgracia que
nos abruma, mi ánimo se encuentra
aún desconcertado y mi mano tem­
blorosa....
Sólo para cumplir un deber imperioso de con­
ciencia, y satisfacer una deuda sagrada de gra­
titud, después de cinco días de amargura y de
silencio, ensayo trazar estas líneas...
La prensa ha dado cuenta con bastante fi­
delidad de la horrible catástrofe ocurrida en la
mañana del 23 p. p. (1) en el Colegio Salesiano.
I )ebía de ser la i y media de la mañana, cuando
un resplandor rojizo iluminó de repente mi dor­
mitorio que ocupaba en los altos el centro del
l'lstablecimiento. Me desperté sobresaltado y
noté una imnens;i llamarada salir del techo de
los talleres de imprenta y encuadernación
que ocupaban un cañón central del edificio.
Dada instantáneamente la voz de alarma á las
dos alas de edificio ocupadas por los domütorios de los alumnos, bajé al teléfono para pedir
auxilio á la segunda Comisaria, y toqué recia­
mente la campana... Y a una oleada desbor­
dante de niños semidesnudos y despavoridos
(0 Arosio (N. d. 1. R.).

invadía la amplia escalera de granito, buscando
salvación.
Apenas en salvo, el voraz elemento, alimen­
tado por un viento impetuoso, había ya pe­
netrado al cuerpo central del edificio cerrando
todo paso.
La gritería y el espanto de una muchedumbre
de niños: los rugidos de un vendaval desenca­
denado: el humo, denso y asfixiador, que todo
lo invadía: el horrísono crepitar de un fuego de­
vastador: el estruendo de las vigas y techos
que ■ se derrumbaV ai; una vasta hoguera, de
más de una cuadra de largo, que alumbraba
siniestramente las tinieblas de esa nbche pa­
vorosa... todo es más para lo imaginado que
para lo descrito.
Y o no podría \’oh'er sobre aquello sin sen­
tir agitar nuevamente mi alma las mortales an­
gustias de esa noche....
A las seis de la mañana el floreciente Esta­
blecimiento que daba albergue á más de ciento
sesenta alumnos internos, quedaba reducido á
un montón de escombros humeantes...

¿ C ó m o s e explica la catástrofe?
Y o no me la explico. Quien conoce mis cos­
tumbres y mis trabajos de prensa, sabe que me
es preciso velar hasta las altas horas de la
noche. Mi puesto de \ngilancia ocupaba el
centro de la Casa. E l Colegio quedaba sumido
desde las 9 P. M. en la obscuridad y en el más
riguroso silencio. Es esta una regla disciplinar
sobre la cual nunca, nunca se ha transigido.
Además ha sido siempre nu preocupación
constante el cortar yo mismo, para mayor se­
guridad, la corriente eléctrica en la noche. La
noche del desastre quedó cortada á eso de las
10 y media.
Por otra parte el Sub-director del Colegio, d
\*irtuoso Sacerdote D. Enrique Ra>^asse, tenia
el encargo, que cumplía escrupulosamente y sin
faltar una sola noche, de \-igilar el Estableci­
miento hasta muy tarde. I^a noche del trágico
suceso, como de costumbre, había pasado por los

rincones de la Casa, cerca de las i i de la noche,
imponiéndose si todo estaba en perfecto orden.
Xada notó en los talleres de imprenta y encua­
demación. ni en la cocina contigua apagada
desde temprano.
En varias partes del Establecimiento vela­
ban otras personas de confianza. D. Agustín
Xmati, de la misma Institución, tenía á su
ca^o la parte que corresponde á los talleres.
Me consta que esta vigilancia se prolongaba á
\-eces hasta las 2 de la mañana.
.\si las cosas se produjo la horrible catástrofe.
El fuego comeruó por los talleres de imprenta y
encuademación. La cocina fué la última en
quemarse.
Hay que notar que hacía tres días que por
una rara coincidencia no se trabajaba en esos
mismos talleres. E l 20 fué asueto por el ono­
mástico dd Director; el 21, Domingo; y el 22, día
de retiro para los jóvenes obreros. Asimismo
que á las doce de esa noche misteriosa en tres
distintas partes del Establecimiento se sintió
raido y ladrar de perros.
El alevoso crimen ha sido á todas luces in­
tencional; manos aleves y venales lo han per­
petrado en el misterio.

ñtentado criminal.
Todo ha perecido. Pero nada ha destrozado
tanto nuestro corazón como la muerte trásiiA del niño mecánico Luis Morales, cuyos
íi-'tos se encontraron carbonizados entre los
<>:ombros. momentos después del desastre.
Tal \ez un síncope al corazón, mal del que
íiolecía. según confesión de la misma madre,
he causa de su violenta muerte.
Gracias á Dios, que en lugar de una víctima,
80 presenció el pueblo de Concepción una t errihecatombe, en que cien hijos de obreros
’ ubiesen sido los sacrificados...
¡Ay! ¡cuántas veces en las horas ai^ustiosas
estos días han llegado á mis oídos nombres
O'Tieltos en la sombra del misterio!! ¡Cuántas
‘wes en los insomnios de estas noches pasahan surgido en mi imaginación fantasmas,
®Qw el espectro de Macbeth, cubiertos de salare,
pitando venganza contro este crimen social!.,
hs justicia humana nunca tal vez alcance á
-sscubrir el hilo de una trama n ^ a y mistoiosa, pero ia Justicia de Dios, ante cuyo tri^TOial apdo, dictará sentencias... en el gran día
-e las reiv-indicadones sociales.
^nnea tan fuertemente como ahora he
^^0 en la inm<»talidad del alma y en la Jus^ de ultratumba!!
Ministro de un Dios de paz, siejito la nece­

sidad de implorar sobre los culpables el perdón
que Jesús pedía por sus verdugos...

Consternación general.
L a noticia de la catástrofe cundió ])or la
ciudad como un relámpago.
Desde las primeras horas de la mañana acu­
dieron al lugar del desastre el limo. Sr. Obispo,
el Sr. Intendente de la provincia y cuanto de
más selecto tiene la ciudad, para presentar á
los salesianos los más sentidos pésames y de­
positar en sus manos el óbolo de la caridad.
Porque la d e d a d a ocurrida no sólo ha
sumido en duelo á la Sodedad Salesiaua, sino
á toda la dudad, porque contadas eran las fa­
milias, nadonales y extranjeras, que no hu­
biesen allegado de un modo ó de otro su de­
sinteresada cooperadón á una Obra que todos
consideraban y amaban como propia.

Pérdidas considerables.
Ivas plrdidas han sido considerables: cuatro
cientos mil pesos que la caridad in^ otable del
pueblo diileno había ido condensando en esa
casa, al través de 23 años de trabajos y de sa­
crificios, con el fin de alcanzar un techo al hijo
del obrero y un pan al niño pobre!
Ni la Casa ni el Santuario de María Auxi­
liadora en construedón no tenían seguro; so­
líamos invertir las cuantiosas primas en pan
para el niño pobre y desvalido.
Ha quedado destruida completamente la
parte del edificio que corresj>ondía al Instituto
Comercial de S. Luis Gonzaga y á la EscuelaTaller de S. José. Otiles de enseñanza, un va ­
lioso Museo, una Biblioteca de 4000 volúmenes,
todo ó casi todo ha pereddo en las llamas. Ivos
Talleres de sastrería, zapatería, encuadernadón é imprenta con sus respectivas maqui­
narias, fueron destruidos en su totalidad. Se
salvaron los talleres de herrería, mecánica y
mueblería, gradas á los esfuerzos de la abne­
gada Compañía de Zapadores.
Se logró salvar también un ala interna del
edifido donde fundonaba la Escuela gra­
tuita < Don Bosco *, con asistenda de 200 niños
pobres.
Merced al arrojo de un joven, de un Sacer­
dote salesiano, y la acdón de los Bomberos, se
pudieron salvar milagrosamente el Santuario en
construedón de María Auxiliadora — que
sufrió im perjuido de 15.000 pesos — y la torre
monumental quel el pueblo de Chile, nadona­
les y extranjeros, estaba levantando á Cristo
Redentor, come homenaje de adoración y de

298 —
gratitud de toda la Républica en el centésimo
aniversario de la Independencia Nacional, (i)
K1 « Apostolado de la Prensa » que tenía su
centro en el Colegio y que repartía por millares
las Obras, los opúsculos y los periódicos del
<t líspigador i>, ha perdido todo, con un per­
juicio que no baja de 12.000 pesos. {2)

Noble actitud de las C olonias Extran­
jeras y de las damas de C oncepción.
Faltaría á mi deber, si no dejase constancia
de la noble actitud de las Colonias extranjeras,
en especial de la Italiana y Francesa, y de las
distinguidas Damas de Concepción, que espon­
táneamente se han constituido en Comités
para recoger erogaciones en pro de la Obra.
Cúmpleme á la par el deber de hacer llegar,
en nombre de los Salesianos, los más vivos agra­
decimientos á todos los que- prestaron su va ­
lioso concurso para que el incendio no tuviera
mayores proporciones y á cuantos han ofrecido
hosjredaje — como el Seminario, el Hospital,
el Hospicio — y prendas de ropa á los Hijos de
D. Bosco y niños desamparados.
Otra parte de estos niños ha sido recogida por
la Escuela de Artes y Oficios de la « Gratitud
l^acional» (Santiago).
Aprovecho al mismo tiempo esta ocasión
para expresar mis profundos sentimientos de
gratitud para con todos esos Cooperadores y
Amigos que de distintas partes de la República
han hecho llegar á nuestras manos sus notas de
pésames y el óbolo de su caridad.

Obra de reconstrucción.
No es dable imaginar cuán hondas simpatías
tenía arraigadas en la ciudad de Concq)ción
la Obra de D. Bosco. Unísono ha sido el grito
de protesta contro tamaño crimen, y unánime
el esfuer/.o individual de todos los buenos para
reconstruir, lo más pronto y sin dilación, un
Ivstablecimiento que tanto bien aportaba al
pueblo.
Nos han conmoxido hondamente ciertos
rasaos de desprendimiento verdaderamente he(t) Lo lamentable de la desgracia nos excusará si en
nombre del Comité venimos en pedir á ius p>ersonas
míe recibieron Listas pro -^fouumenl-* Conmemorativo d
Cristo fíedenior en ocasión del Centenario Nacional, la
Q|X>rtuna devolución de las mismas.
(a) Como los registros del < Apostolado de la prensa »,
y de la < Hoja volante > quedaron consumidos en el in­
cendio. rogamos á nuestros Agentes, Celadores y Suscritores y á cuantos simpatizan con esta Obra de propa­
ganda cristiana, nos envíen sus nombres, direcciones y
adhesiones con el fin de ordenar los libros. Pueden di­
rigirse al Colegio Salesiaoo de Concepción.

roico. Una pobre sirvienta — que gaua 10
pesos al mes — apenas supo la desgracia ocu­
rrida se presentó llorosa al dueño de casa y !e
rogó pusiese en mis manos 6 pesos, es decii más
de la mitad de su escaso sueldo mensual que
iba á percibir.
De estos hechos guardo muchos en mi me­
moria, y los guardaré grabados indeleblemente,
como un lenitivo en la desolación que nos apena,
y un rasgo de la legendaria nobleza de alma del
pueblo chileno.
Hace algún tiempo, he leído con asombro y
he conservado con pasmosa frialdad sobre mi
escritorio hasta el día del incendio la lista de las
personas que en Santiago, en una sola tarde,
arrojaron medio millón de pesos... sólo para el
derecho de llaves de los palcos de la Opera du­
rante esta temporada lírica. ¿Presentía tal vez
la dura necesidad de ir á golpear en nombre de
Jesucristo, representado en el pobre, á las
puertas de esas familias opulentas con el fin de
pedirles una migaja, una migaja sola de las
muchas que caen de su mesa, para tantos po­
bres artesanitos que nos piden un techo, un
vestido, un pan? (i)
Dejo á la Divina Providencia el encargo de
mover los corazones y de despertar en las almas
la santa ambición de ejercer la caridad cristiana.

El hijo de la pobre viuda...
Hoy, Domingo, explicaba á la muchedumbre
de huérfanos del Hosi)icio esa escena evangélica
que nos representa á la desolada viuda de
Naím acompañando con un piadoso cortejo el
cadá\-er de su liijo al sepulcro. Me saltaron las
lágrimas á los ojos al recordar como días antes,
también otra viuda acompañaba con un cor­
tejo de niños llorosos los restos destrozados y
carbonizados de su hijo....
Para completar la escena sólo faltaba el Di­
vino Maestro que dijese á la madre y ;i nos^
tros: No ^u^rdis llorar.... Yo soy la resurrcccü"'
y la Vida....
Él. el buen Maestro, no acompañaba el fé­
retro: pero desde las alturas, donde ha quedado
dominando un vasto desierto y un hacinaniienio
de ruinas, parecía decir, símbolo de esperanza:
No queráis llorar: Yo soy la resurrección y
Vida.....
Concepción, Agosto 28 de 1910.
B e r n a r d o G e n t i l i n i B.
( i ) Las ofertas se pueden dirigir al I?irei:tor de^
EscHela-Talleres de S. José • C o n c e p c ió n , Clii:*
d . l. R.).

--------

P O R E L M U N D O S flL E S I U N O
- .J ^

D. Albera en el Congreso Catequístico. — Inme­
diatamente después de la audiencia de S. S.,
nuestro Rvnio. Rector Mayor regresó á Turín,
pasando por Milán, y fué á presenciar la sesión
plenaria del 7 de setiembre. El Presidente del
Congreso, Mons. Radini Tedeschi, apenas lo ve.
anxmcia que allí se halla el Superior General de los
Salesianos. Toda la imponente asamblea se pone
en pie y aplaude con im entusiasmo ardiente, vi\-isimo; es una manifestación esterna de la grande
simpatía que sienten para una institución que en­
tre los números de su vasto programa, tiene pre­
cisamente el de enseñar el Catecismo y cuyo
Fundador fué imo de los mayores Catequistas
de la Iglesia.
El Presidente lo invita á hablar, y él con voz tem­
blorosa por la emoción, pronuncia im breve discurso
evocando la memoria veneranda de sus dos glo­
riosos antecesores y las normas que ellos dieron
como para enseñar el Catecismo, y para fomrar los
catequistas, empresa importantissima y ardua en
extremo.
La Asamblea le tributa una nueva ovación; los
Cardenales Ferrari y Maffi lo abrazan y besan y el
Card. Agliardi se entretiene afablemente con él.

Crónica de los Ex-Alnmnos,
TURIN. — La Federación de las Sociedades,
Tniones, Circuios de Antiguos Alumnos es ya im
hedió. El 16 de agosto por la tarde se reunieron
bajo la Presidencia del Superior General D. Pablo
Albera y del Prefecto General D. Felipe Rinaldi,
todos los Inspectores de la Pia Sociedad saleáana con sus respectivos Delgados que habían
inters'enido al Capítulo General, Mons. Domii^o
Muriana, el M. R. Canónigo D. Antonio Berrone. Pre­
sidente de la Unión Primaria de los A. A. de Turín,
al Téologo D. Carlos Milano, los Sres, abogados
Vicente y Próspero Battú, el Sr. abogado Javier
Fino, D. Alejo Pretto, expresidente del Circulo
Juan Bosco. con numerosos socios del mismo y
ouchos exalumnos. El Consiliario de la Asociación
turinesa, D. Juan Minguzzi, á petición de la asam­
blea. dijo algunas palabras sobre la manera práctica
de fundar las Asociaciones de Antiguos Alumnos;
d P. Félix Cañe dió cuenta de los trabajos lleva­
dos á cabo {x>r la Comisión encargada de la federaoón de Ant^uos Alumnos, é inmediatamente se
entró en el asunto principal, dándose lectura al

Reglamento elaborado, que tras larga y serena
discusión fué aprobado ‘éóu algimas modificaciones.
Para conocimiento de todos, lo publicaremos
apenas la Comisión encargada de estudiarlo, haya
terminado sus trabajos.
Entre tanto, es consolador el saber que se
aprobó la Federación y su estatuto orgánico y
que antes de levantarse la sesión 27 asociaciones
dieron su nombre á la Federación Internacional de
los Antiguos Alumnos.

^^ónica de los OratoriosFestivo^
TRIESTE. — El 2* Oratorio festivo. — Durante
su última enfermedad, el llorado Sr. D. Rúa se inte­
resó vivamente porque los Salesianos se resol­
vieran á tomar posesión del Oratorio festivo di­
rigido ya por el Clero diocesano que deseaba ce­
derlo. El Oratorio lo sostienen los Socios de las
Conferencias de S. Vicente de Paúl, que no se
contentan con repartir el pan material, sino cjuc,
y principalmente, se ocupan en sostener y propa­
gar todas aquellas obras sociales que dan el pan
del ahna y educan al hijo de ese pueblo por el que
ellos se desvelan.
La fiesta de las rosas también se verificó c.ste
año en el Oratorio viejo, debido á la carida»! in­
fatigable del Comité de señoras. En el grande pa­
tio se levantaron los kioskos con los hermoso.s y
variados objetos que la caridad regalara para Ix í neficio de dicho Oratorio festivo; en cada
banco había señoras y señoritas. * cuya vida es
un perfume de caridad y cuya misión es estu­
diar nuevos modos de que los ricos hagan partíci­
pes de su dinero á los pobres ». Centro de todas es
siempre la noble Baronesa de Seppi.
Eo qué se iavírtió el regalo del Comité impe­
rial. — Recordarán nuestros lectores que el Co­
mité parael Jubileo Imperial de Frandsoo José de
las 255.876.39 coronas recogidas daba 10.000 al
Oratorio
con el deseo de que se emplea­
ran en hacer algo estable para la obra. Con esa
ffiima el Oratorio «mstruyó una palestra queactualmente sirv'e también de sala de proyeccio­
nes cinematográficas; y para que quedara más me­
m orare el recuerdo de esta inauguración, laDireción del Oratorio hizo grabar una lápida de már­
mol con la s^uiente inscripción: « Para perenne
recuerdo - del Jubileo Imperial - el benemérito Co­
mité Pro Infaníia - con elevados senlimienios re-

— 300 —
ligiosos y civiles - hizo levantar esta palestra - escue­
la de fortaleza física y moral - á los jóvenes Triestinos. » La lápida se descubrió á la presencia de S.
A. el Principe Hohenlohe, de sn digna esposa y
muclias damas de la Asociación. Un niño ofreció á
la Augusta Doma im hermoso ramillete de flores,
el párroco Dr. Vattovaz pronunció un elocuente dis­
curso de circunstancia.
Ivn LUBIANAse reunió un Congreso para tratar
dc'la juventud abandonada, y unode siis oradores,
el Sr. Rinaldiiu habló de la obra Salesiana, como
de un medio preventivo para evitar ese abandono.
• La educación forzada, dijo, es siempre forzada;
jamás alcanzará el grado de elevación educativa

por lo educados que se muestran los niños que lo
frecuentan, por el olor de cristianismo y buen
ejemplo que derraman en tomo de si y por su
franca expansión social. Ultimamente, para honrar
la memoria de D. Rúa, que tanto los amó, inau­
guraron im nuevo salón, llamándolo: Sala D. Rúa.
En ella se reúnen todas las tardes los más grandecitos de ellos y pasan la tarde leyendo y estudiando,
pues tienen ahí una buena biblioteca y un buen ga­
binete de lectura con los periódicos y revistas que
más pueden interesarles. El retrato del Padre
venerado, rodeado de banderas, preside las reu­
niones y parece bendecirlos y sonreirles en todos
los instantes.

Nápoles — ürnpo de oralorlanos.

que se nota en los Oratorios, institución verdatleramente clásica de los Salosianos. á los cuales la
sot'ietlnd es deudora de los instituciones sociales
más fmetuosas. Si alguien renovará á Trieste,
serán sin duvla los Salesianos... Hoy se ven alli
en el oratorio soldados y voltmtarios, doctores,
empleatlos.... hombres que con gratitud recorda­
rán siempre que la amorosa mano de los Salesiauos los preservó ú su tiempo de los sendas del
mal y encendió en sus corazones el fuego del amor
cristiano. Los Salesianos han educado en Trieste
todo un ejército de buenos elementos de orden,
pues entre los metiios de proteger y educar la ju­
ventud. los oratorios festivos están en primera
linea. »
SLiEM.A-Malta. — Escribe un periódico local
<^ue el Oratorio Salesiano se distingue cada dia

Las secciones con que cuenta el Oratorio son las
siguientes: Círculo de S. Tarcisio: Pequeño Clr.o,
Compañía de S. Lino. Círculo Filodramático S.
Ginis, Compañía de S. José y Boys Brigade. Du­
rante el mes de Mayo y Jimio'y en las principales
festiridades. todos ellos van á porfía para llevar
flores al altar, compañeros al Oratorio, afectos
santos á la Coimmión.
S. E. Rm ia. Mons. Pedro Pace tuvo xm dia
gratísimo y fué el en que bendijo las banderas de
los Circuios de S. Luis, S. Ginés y S. Tarcisio, y
confinnó á 6o oratorianos.
RO.VIA — A los pies de Pío X. — El Presidente
del Circulo juvenil de Sta. María Libertadora fué
presentado recientemente á S. Su junto con el Con­
siliario, por el infatigable Pericoli. El Papa los re­
cibió y se entretuvo con ellos amablemente en la

301 —
sala del Trono, les recomendó permanecer incon­
movibles en la fe y mostrarse siempre vale­
rosos en confesarla y practicarla.
ÑAPOLES. — En el Oratorio del Vómero. — In­
teresante resultó la última porfia catequística en
este Oratorio festivo. Los contendientes se pre­
pararon con una fervorosa comunión, distribuida
por Mons. Ramón Pava, en representación del
Emmo. Card. de Náj>oles. Mons. Pava enfervorizó
á los niños con un oportomo discursito. Mas tarde
se desaroUó el certamen que por su novedad
Hamo la atención de los niunerosos concurrentes
al acto. Al vencedor se le regaló un magnifico
reloj de plata y la banda lo saludó con una mar­
cha.
— Después se inauguró una columna Esportiva,
Damada Parténope, haciendo su entrada triunfal
ea los recintos del Oratorio, adornados con ban­
deras y festones.
Ahora están trabajando para formar xm Gabittele de lectura con una biblioteca circulante, y
dada la decisión de aquellos Cooperadores, la
obra será presto una nueva realidad.
TURIN.— Émula pacifica de la Banda, vencedera
en más de 20 concursos, la Columna gimnástica
Valdocco. bajo la dirección de su digno Maestro,
D. Félix Masocco se presentó y gañó la copa de
Padua en el concxurso verificado en esta última
ciudad el 8 de Septiembre. La colunma realizó
después una exoxrsión esportiva, pasando por
\’erona y Venecia. haciéndose admirar en todas
partes no sólo por su habilidad, sino principal­
mente por su corrección y buen comportamiento.
A su llegada á Turin, acudieron á recibirla á la
estación, la banda del Oratorio y los Círctilos
Esportivos. El Director del Oratorio, D. Pavia
y el Presidente, le dieron una afectuosa y entuñsta bienvenida.

D O T I C I 7« S

V A R I A S .

NEW YORK. — Solamente para que se vea la
nnportancia de ciertas instituciones sociales, po­
cemos aquí estas lineas, resumiendo anos artí­
culos de L'IiaJiano in América.
La parroquia de la Traosfíguración — En el
X VII los luteranos fabricaron vma iglesia
® Nueva York, la Ciinl pasó luego á los episco|Ales y en el siglo pasado la adquirieron los cató­
licos irlandeses, quienes la llamaron Transfigu­
ración. Pronto se convirtió en un centro de mo’^ioiiento religioso; sus escuelas llegaron 4 contar
ittsta 1.500 alumnos y los sodalidos píos ccnteUíres de miembros.
Pero harp treinta años, poco más ó menos, coB>enzó d barrio á poblarse de chinos é italianos,
^ rusos y pcdacos, de portugueses y otros extranI^ros de todas las naf-i'mialtdadf^ de modo que los
ulandeses se corrieron más al Norte, á lugares más

aristocráticos y la iglesia comenzó á verse menos
frecuentada. El Rector Mr. R. T. Mac Laughlin,
viéndose asi en la imposibilidad de sastener las
escuelas católicas, que tan excelentes fnitos ha­
bían dado, las cerró en 1900. temiendo tener
que cerrar también la iglesia, porque sobre ella
pesaba la deuda de 50.000 dólares y los cri.stiano.s
que la frecuentaban, apenas si llegaban á 300.
Entonces el Sr. Arzobispo de Nueva York la con­
fió á los Salesianos, para que la hicieran centro
de su actividad social en beneficio de los emi­
grados italianos.
Desde 1902 aquello está regenerado: miles y
miles de italianos acuden alh á las funciones rel^osas y á oir la explicación de la verdad en su
lengua nativa; las escuelas están llenas, rebo­
santes y es im espectáculo hermosísimo ver la
^lesia los domingos á las 9 llenecita de bote de
solos niños, pues ha habido que poner para ellos
tma misa especial. Los Sodalicios y Compañías pías
florecen, las conferencias de S. Vicente de Paúl
derraman sus beneficios, reparten limosnas, vi­
sitan los pobres y los enfermos.
En 1907 hubo que fundar xm Secretariado del
pueblo, que presta todos los servicios que esta ins­
titución suele, y no contento con esto, ensancha su
esfera de acción: bxisca trabajo á los que lo ne­
cesitan, coloca los niños en orfelinatos y colegios,
defiende en los tribxmales á los que, injustamente
acxisados, corren peligro de ser encarcelados 6
mxxltados, en una palabra, hace á favor de los
obreros, cxianto dentro de sxxs limites puede.
Un caso cxxrioso acaeció en este misnxo año.
El Mayor ó Alcalde del barrio prohibió á los frxiteros italianos vender su fruta, por lo cual unas
doscientas familias se veían amenazadas de ruina.
El Misionero P. Coppo, se presentó al Mayor para
interceder por ellos, y éste le prometió revocar la
orden si los fruteros cumplían ciertas condiciones
que él creía necesarias para garantir la libre circxfiadón por las calles. El Padre rexxnió los 200 fru­
teros. les exhortó á la xmión y allí mismo fxmdaron xma Sociedad cooperativa que se denominó:
Unión carreteros, con la obligación de pagar xma
cuota mensual de 2,50 francos, y así comenzó
á fxmdonar desde Ixrego xma Sociedad de Mutuo
Socorro que procede á las mil maravillas. El
Mayor revocó la orden y la Sodedad es fuerte
y respetada.

BIBLIOGRAFIA.
L o s H erederos de Juan Gilí, Barcelona (Es­
paña) Cortes 581,
H an ten ido la feliz id ea d e inaugurar una Biblio­
teca 6 C.lecci6a de Obras cateqnífticas, y la ínaugurad ó n es verdaderam en te m agistral. L a prim era obra
es la Catcquesis del S r . E n riq u e S tig lítz , p red ítador
p arrcquiai d e M u n ich ; libro adm irable p or el m é­
todo y la am enidad con q u e se da n las leccion es.
H e m o s r e d b k k ) el I; tien e 400 p á gs. en V l l l y sé
v en d e á 3 p ts. en rústica y 4 en tela in gle sa con
herm osa p lanch a y rótulos en oro.

— 302 —
pañándole en persona y en su propio coche hasta el
Oratorio de Valdocco.
Allí Mons. Lasagna fué recibido al són de la mú­
sica y entre las entusiastas ovaciones de una mu­
chedumbre de niños arrodillados en ala á su paso
para recibir su pastoral bendición. Jimto coa el
C
(y" nÍ)
^
Sr. Arzobispo atravesó el segundo patio donde le
salieron al encuentro D. Rúa y los demás Supe­
CAPÍTULO X X X V .
riores. Después de los más cordiales y gratos sa­
ludos, sentároruse los dos Prelados en un trono
Un tristísimo caso — En volandas — Bondad del
dispuesto bajo los pórticos, y un niño, en nombre de
Arzobispo de Turín — Recibimiento en ei Oratorio
todos dió la bienvenida al segundo obispo sale­
de Valdocco ~
Una entrevista — ¡Aquí del mo*
siano. Respondió él con pocas palabras, pero con
vimiento perpetuol — El agente viajero del Papa
aquel acento con que sabía insinuarse en los cora­
—- Los medios no lo permiten — El día de Pascua
zones y dió luego al Arzobispo muy especiales gra­
en Alaría Auxiliadora — En Montevideo — Los
cias por su bondad sin límites para con los hu­
triunfos de Villa Colón — Sus delicias — La
mildes hijos de D. Bosco. En aquel día mismo tenia
realidad de su lema — ¡ExcelsiorI
que salir para visitar nuestras casas de noviciado
más cercanas, de suerte que los Salesianos y alum­
ntes de trasladarse A Turín Monseñor
nos del Oratorio no pudieron hasta el 1 “ de Abril,
Imbía resuelto hacer una breve etapa en
Milán, donde le esperaban ansiosamente sábado de gloria, dar suelta á su regocijo y á sus
afectos hacia el novel obispo, con una academia
algunas distinguidas familias con quienes le unían
intimamente los lazos de la amistad y del reconoci­ esmeradamente preparada, cuyas composiciones,
miento. Vivía también allí mía religiosa sobrina de impresas con toda elegancia, formaron im hermoso
volumen, ‘precioso recuerdo de tan gratas fiestas.
ncjucl martillo de los enemigas de la Iglesia, el
Para dar una idea de la actividad extraordinaria
teólogo Santiago Margotti, la cual debía á Mons.
I^jisagna sabios consejos y palabras de aliento en la de Monseñor, nos parece del caso reproducir lo que
éjxK-'a en que trataba de romper las ataduras del por aquellos días escribió im diario de la ciudad.
«Hada unos dias, dice el autor del mencionado ar­
siglo y hacerse esposa de Jesucristo. Aquella pía
religiosa apresuraba con sus deseos y plegarias el tículo, que se me había metido entre ceja y ceja la
momento de poder besar el anillo y de recibir la idea de una entrevista con el nuevo obispo sale­
bendición del novel obispo, tanto más cuanto la siano, Mons. Lasagna. Le habia visto á hurtadillas
visita del Prelado salesiano había de resultar una en la estadón el miércoles santo cuando vohia él
de S. Benigno Canavés, y en la misma tarde corri
fiesta y un precioso regalo para toda la comunidad.
al Oratorio de D. Bosco. Pero el obispo se habia
Pero el Señor lo había dispuesto de otro modo.
Monseñor, creyendo oportuno acceder á los deseas marchado á Fossano adonde su condiocesano Mons.
de aquella hermosa alma, en el plazo fijado llega Mauacorda le había convidado á consagrar los
al monasterio. Preséntasele la superiora con la an­ Santos Oleos. Volví en la tarde siguiente: Monseñor
gustia pintada en el semblante, los ojos arrasados en también había vuelto... pero enseguida tenia que
lágrimas y sin acertar á decir una palabra. A duras salir para Foglizzo, donde los acólitos salesianos le
penas consigue darle la tristisima nueva de que estaban aguardando como el agua de Mayo. Por
aquella religiosa angelical habia volado pocos mo­ fin el sábado hada mediodía me planté á la puerta
del Oratorio, resuelto á no marcharme sin verlo.
mentos antes á celebrar las bodas eternas con el
— I Mons. Lasagna ?
Espose) divino, dejando á toda aquella comunidad
— No está.
sumida en el dolor, Atligido el Obispo por el tristí­
— ( No ha vuelto ?
simo acontecimiento, tuvo palabras de consuelo
— Sí. pero salió esta mañana para los últimos pre­
para las reÜgiastis, y después de haber rezado una
fervorosa plegaria de sufragio jmito al ataúd, se parativos de la marcha. Llegará dentro de pocos
retiró, proñmdamente conmovido ante esta nueva minutos; pero (y aquí una risita del portero) tiene
que ir á comer.
tiemaslración de la fragilidad de la vida humana.
Mas el tiempo apremiaba. El vapor Vicioria
— ¿Y después?
— Y después tieue que asistir á la gran acadenua
que nuestro obispo habia pensado elegir para volver
al Nuevo Mmido debía zarpar de Génova el 3 de que se celebrará en su honor.
— ¿Y después?
Ahril, y ya corrían las últimos diaz del mes de
— Y después dará la bendidón, y después irá
Mar/xi. Por eso. acelerando sus pasos, hacia en voUuulius las visitas más indispensables. Impaciente­ á cenar, y después arreglará los baúles, y después,
mañana temprano, tiene que confesar á los estu­
mente agu;irdado en Turiti, llegó alli el 28 de M;irzo,
martes santo, hacia el m edióla. ¡Cuál no fué su diantes. y después á mediodía presidirá el almuerzo
de despedida á los misioneros, y después á las 4
sorpresa al encontrar en la estación al Arzobispo,
predica, y después á las 5 sale para el Brasil.
Monseñor Datnd de los Condes de Ricardi! Este
— ¡Dios nos asista! ¡Aquidel movimiento pff*
gran sucesor de S. Máximo quiso ser el primero en
abrazar el nuei-o hennano en el episcopado, y con petuo!
« Mas á pesar de todo, yo quería ver 1 Moasaquella bondad y fineza que eran el principal adorno
de su hidalgo corazón. tuTO á bien honrarle acom­ I.asagna, siquiera un minuto. Entré, pues, en d

MEMORIAS BIOGRÁFICAS
de Mons. Luís Lasagna

P

— 3C-3
Oratorio dispuesto á esperar aunque fuera hasta la
noche, y á dejar que mis colegas me llorasen por
muerto. Los patios del Oratorio ofrecían el pere­
grino aspecto de im campamento. Telas, festones,
banderas, decoraciones, aquí puestos en su lugar,
allá tirados por el suelo, palcos en construcción
ecaleras, cuerdas, cuadros: nng feria de carnaval;
yenmedio de todo esto unos quinientos muchachos
estudiantes, y otros tantos artesanos, otras tan­
tas pelotas voleando por el aire, y otras tantas
bocas abiertas capaces de poner grima al panadero
más listo de la Península. De cuando en cuando se
otan en lontananza los acentos de la banda que
estaba ensayando para la academia el gran final
de la Forza del Destino.
» De repente una fortisima gritería entre tma
salva de aplatases y la llegada de im bucéfalo guiado
por un cochero improvisado con su. correspondiente
sombrero de copa alta, me anunciaron la Üegada de
ilon. Lasagna. E l cual en cuanto bajó del coche
serió sin más ni más rodeado de un centenar de ga­
lopines que se lo disputaban tirándole de la sotana,
trabándole de la faja, de las mangan, paseándosele
sobre los pies, como si fuera la cosa más natural del
mundo; y lo bueno es que el obispo parecía abrigar
lamisma creencia.
»Al cabo de xm momento creí lo más acertado
hacer como los otros, y, buscando un resquicio, me
presenté á Mons. Lasagna, el cual, no poco asom­
brado de ver delante de si á uno que no era galopin
di D. Bosco, me saludó preguntándome en que po­
día servirle. — ¡Oh, limo. Señor, puede S. Ihna.
creer, vea, yo soy....
»Serenó¿ por completo el rostro de Monseñor. —
;0h! bienvenido sea, bienvenido sea, me dijo. Estre­
chóme la mano como mejor pudo, y, pidiendo peroiso á sus acóUtos que me miraban á lo zaino, me
Dwó á su aposento donde nos sentamos entre
cajas, cajones, balijas, baúles, paquetes preparados
para América.
— i Con que. Monseñor, S. lima, está de marcha ?
— Si, comenzó Monseñor: voy á salir con treinta
y cinco misioneros, entre ellos muchas Hermanas:
-es iremos desparramando por la Argentina, Pa^agOQia, Tierra dél Fuego, Uruguay y Brasil. Como
~e. siete para cada Estado: somos muy pocos, muy
pero ¿ qué le hemos de hacer ?
gastos son
'^®rensos: he andado caminando toda la mañana
reunir los últimos céntimos: se necesitan dos
2^1 francos por persona: basta, en junio esperamos
Cumplir la obra con otra expedición.
— ¿Y Su lima, va al Brasil?
^o, señor: primero voy á Montevideo para
~^tar las casas salesianas de la República Orien^ úel Uruguay, después entraré en el Brasil,
éY su residencia ?
En todas partes y en ninguna, dijo riendo
-.onseñor. El Padre "Santo me ha nombrado su
^ t e viajero. Ante todo ha sido confiada á los
^esiauos la tutela de los inmigrant^a italianos en
^ Estallos Unidos del Brasil; luego la evangelizay ci\ ilización de los salvajes, para la cual obra
'' solici'i.'ulo también el apoyo de los Gobiernos.
es necesario modelar la población de los
'^'fersos países en el espíritu militante de la Iglesia.

A raíz de haber confiado estos encaigos á los salesianos fué cuando Su Santidad quiso nombranue
obispo, axmque indigno, para que tuviera mayor fa­
cilidad de tratar con los Gobiernos.
— ¿Y los presentes Gobiernos de aquellos países
no son hostiles á la Iglesia?
— De ninguna manera: no nos ayudan, pero no
nos molestan: antes bien, nos dejan cierta liber­
tad de acción, y alguno de ellos reclama nue,stro
auxilio contra los protestantes ingleses.
— iOh!
— Así es: á la orilla derecha del rio Paraguay
han sentado sus reales los protestantes ingleses:
allí tienen importantes factorías y hacen propa­
ganda de herejías y de algo más. Al Gobierno no
le haría maldita la gracia despertarse el día menos
pensado con una provincia inglesa, y para con­
trarrestar esa influencia, de acuerdo con el Padre
Santo se ha resuelto implantar ima fundación salesiana en aquellos parajes.
jr
— No falta trabajo por lo visto.
— No, á fé: y tampoco faltarían obreros: lo q\ie
escasea son los recursos: si no tuviéramos que hacer
diariamente con la falta de medios, se podría hacer
mucho, pero mucho más. Vea, me decía con cierto
calor el obispo, tengo que dejar aqui seis sale^sianos
que de un año á esta parte no hacen más que supHcar que los envíen á América. Y sabe Dios si
los llevaría de buena gana: pero ¿cómo hacer?
Esperemos en la Virgen: Ella sabe que trabajamos
por su amor.
» Y diciendo esto, se levantó y me acompañó
hasta la puerta, mientras yo habría querido desnu­
darme de periodista para vestinne de misionero y
dar á Mons. Lasagna tantos compañeros cuantos
le ofrece con admirable porfía el corazón magná­
nimo de los hijos de D. Bosco.
El 2 de Abril, solemnidad de Pascua, el hermoso
santuario de María Auxihadora, con sus galas de
fiesta, henchido de las más suaves annonias,
estaba atestado de una innmncrable muchedum­
bre, ansiosa de asistir al pontifical del segundo
obispo salesíano. Entró este en la iglesia bendiciendo
y celebró la santa Misa visiblemente conmovido.
¡Qué cúmulo de dulces memorias en su mente! Por
la tarde, después del solemne canto de las Vísperas,
Monseñor dió una elocuente y ternísima conferencia
sobre el bien que habían hecho los Salesíanos y lo
mucho que les quedaba por hacer . Entretanto llegó
el Arzobispo, Monseñor Ricardi. quien, sin em­
bargo de las hmeiones de la metropolitana y la
bendición papal jque en el día de Pascua se suele
impartir á los fieles, quiso dar xm último adiós al
ablega misionero y pedir para él ante el al ar de
María Auxiliadora un próspero viaje y copiosos fru­
tos en sus apostólicas fatigas. Aquella misma tarde
Mons. I^as^na y su hueste de misioneros, acom­
pañados por los votos de tantos corazones aman­
tes. se trasladaron á Génova, donde al día siguiente
se embarcaron en el majestuoso vapor Victoria
con rumbo á su destino.
Al cabo de 'X'emtíún dias de tranquila navega­
ción. abordó Monseñor en iíontevideo. Viendo
desde cubierta las cúpulas y torres de aquella dudad
que él consideraba como s^unda patria, y en pro

— 304 —
de la cual habla empleado ya diez y siete años de
8u laboriosísima existencia, pensaba en el gran­
dísimo número de hijos, hermanos, amigos y admi­
radores que allí tenía y en el júbilo de que se llena­
rían al verle investido de la dignidad episcopal.
ICn efecto, aquellos pueblos de corazón generoso,
de ardiente imaginación, de lenguaje lleno de
imágenes y de poesía le aguardaban impacientes
para demostrarle de la manera más espléndida el
regocijo que los embargaba al contemplarle encmnbrado á la plenitud del sacerdocio.
No bien el Victoria echó anclas. Monseñor se vió
rodeado de los Directores de los institutos salesianos del Uruguay y del Brasil, acompañados por una
deputacióu de los ex-alimmos y de la Juventud
Católicíi, anhelosos todos de recibir las primicias de
sus bendiciones. El puerto á su vez estaba lleno de
una nudtitud imnensa de personas de todas clases
y condiciones, que como las olas del mar se movían
en continuo flujo y reflujo para llegar á Monseñor
y besarle el anillo y rendirle homenaje: de vez en
cuando también prorrmupian en vítores y salvas
de fragorosísimos aplausos. Avanzando lenta­
mente entre estas festivas aclamaciones llegó
Moiuseñor al principal instituto salesiano de Mon­
tevideo.
Aun más solemne y soberbiamente triimfal fué
el recibimiento en Villa Colón. Habían ido á reci­
birle á la estación Mous. Isasa, Obispo j^uxiliar de
Montevideo, representante de Mons. Soler, au­
sente en visita pastoral, las otras autoridades ecle­
siásticas y civiles, dos compañías de soldados y ima
inmen.sív muchedumbre de cooperadores salesianos.
Intervinieron también los aliunnos dél Colegio Pío y
de todos los otros institutos salesianos del Uruguay
con varias bandas musicales. Al paso se notaban acá
y allá arcos de triimfo adornados con gran pompa
y todas las avenidas estaban artísticamente enga­
lanadas con tapices, colgadmas, banderas y flores.
El espléndido cortejo se dirigió á la capilla de
Santa Rosa para cantar un solemne Te Deitm en
hacimiento de gracias. Las funciones religiosas, el
batuiuete. la academia músico-literaria, todo re­
sultó tan suntuoso, que el P. Costomagna, testigo
presencial, asegxm!) que en aquella República no ha­
bía asistido jamás á fiestas tan bellas y grandiosas.
lín medio de estas espléndidas demostraciones de
veneración, afecto y gratitud, lo que más admiraba
era
con la nueva <lignidad no había mennado
en Monseñor su tan genial afabilidad y sencillez.
« La investidura episcopal, escribió el Senador
Uauzil. transformó exterionnente su persona,
(quitándole ese aspcícto juvenil que es peculiar de
los salesituios, pero el hombre interior permaneció
idéntico, con su gran corazón abierto á todas las
expansiones nobles. Por eso sus amigos nos enorgu­
llecíamos de aquel aumento de honra que al le­
vantarlo sobre la multitud nos lo dejaba integro en
el alecto *.
Otra prueba la tenemos en ima carta del sacer­
dote salesiano D. Ambrosio Turrieda, por enton­
ces Director del Colegio de Villa Colón. Después
de haberse \-isto varios días rodeado por la socie­
dad uruguaya que lo colmaba de honores y elo­
gios. recordando las palabras del Aposto!: Grtucis

ac barbaris, sapientíbus et insipieniihtis debitor
sum (i), « quiso Monseñor, así escribe el P. Turriccia, que le acompañase á visitar un barrio de
pobres obreros y después una estancia. Los gauchos por estar mal trajeados se consideraban como
extraños á las fiestas y casi no se hablan atrerido
á mezclarse con los señores para feliíútarle: muchos
habían permanecido ocultos en sus pobres ran­
chos y se habían contentado con mirar desde lejos.
Mons. Lasagna se metió en medio de ellos, le di­
rigió á cada imo una palabra de cariño y de aliento,
é interesándose por sus trabajos y cuitas, sembró
p>or todas partes un pensamiento de religión y de
piedad y los dejó á todos asombrados de su l^evolencia. El novel obispo se entretenía c»n la
misma facilidad y cortesía con el docto y con el
ignorante, con el grande y con el pequeño, con el
rico y con el pobre: para todos tenía igualesentrañas
de caridad *.
(Continitará).

El 30 de septiembre entregó su alma al
creador en Buenos Aires el apreciado Sr.

Don J o s é Pagiiere.
Fué cristiano sincero, que se acercaba con
frecuencia á los Santos Sacramentos.
No era escaso cuando se trataba de hacer
el bien, pues fué miembro de la Conferencia
Vicentina prestándose á socorrer á los pobres
necesitados y costeó el altar de la Sagda. Fa­
milia que se está colocando en el Templo Su­
perior de S. Carlos en Buenos Aires.
En los últimos momentos de su vida, á pe­
sar de que hacia mucho que estaba sin cono­
cimiento, invocaba á la Inmaculada Virgen
María, con lo cual daba á entender cuán grande
era la devoción que profesó siempre á la Ma­
dre de Dios.
Damos á su apreciada familia, especialmente
al Pbro. D. Esteban Pagiiere, nuestro hermano
y sobrino del defunto, nuestro sentido pésame
é imploramos abundantes sufragios de nuestros
lectores.
R . I. P.
(1) Rom. I, 14.

Con aprobairión de la Autoridad Eclesiástica:
Gerente: JOSE G.\MBINO.
Establee. Tip. de la S. A. Int. para la B.
Corso Regina Margherita, N. 176 - TURIR*