BS_1909_09.pdf

Medios

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Setiem bre de 1909

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Turin — V ia GoUolcngo N. 5 2 .

SUMARIO: Misión Social de la O bra Snlesiana
. 229
Cuestiones p e d a g ó g i c a s ..................................................... 232
A los amantes de la J u v e n tu d ...........................................236
C ro n iq u illa ................................................................................23S
Tesoro e sp iritu a l..................................................................... 238
D e NUESTRAS m i s i o n e s : Matto Grosso (Brasil):
L a T rib u d i los Moraros - República A rgentina:
Misión de R io G allegos en el T errito rio de
Santa C r u z ...........................................................................239

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....................................................................... 247
M a r í a A u x i l i a d o r a : M adrid, Bar­
celona, H uesca, Carraona Santander, V alencia,
- A m é r ic a : Bogotá, B arranquilla, Concepción . 24S
G racias d e M aría A u x i l i a d o r a ................................. 250
P o r e l m u n d o s a l e s i a n o : E s p a ñ a : S a rriá -B a rcelona, B arcelona, S . J o sé del Valle, Santander,
- A m é ric a : Santa T ecla, Q uito, Concepción
. 253
Necrología y C ooperadores salesianos difuntos . . 256
B ibliografía

El

culto de

Misión Social de la Obra Salesiana
III.
Lo que son las Escuelas profesionales
— Alemania, Inglaterra, Estados Unidos. Bélgica — La Pía Sociedad Sa­
lesiana — Origen de las Escuelas Pro­
fesionales.
UÉ son, pues las Escuelas profe­
sionales? D e lo dicho lo habréis
deducido ya: Instituios destinados
á la formación de obreros perfectamente ins­
truidos en su arte y capaces de ser más
.ta^decapataces y jefes de taller. P ara llpnar
^cum plidam ente su objeto, deben abrazar
* la formación del ciudadano, y la del maes­
tro de arte.
X o somos partidarios del inteleciualismo
¡•en el obrero, pero sí sostenem os que u na cul­
tu ra intelectual m edia, le es indispensable.
I'or eso las Escuelas profesionales no deben

descuidar la cultura que se llam a general,
y que consiste en los conocim ientos litera­
rios y científicos ordinarios de la clase media
de la sociedad.
Más im portante, si cabe, es la instrucción
técnica. H o y nuestros jóvenes obreros se
ven precisados — antes tam bién sucedía,
aunque menos, con los célebres grem ios —
á trab ajar con m uchos otros obreros, y por
consiguiente deben procurarse to d a la po­
sible habilidad, en los secretos del arte respec­
tivo. H em os conocido varios jóvenes inte­
ligentes que, usando de inocente astucia y
gran disimulo, han logrado sorprender tales
secretos. Claro se v e que esto es irregular,
antinatural: en las fábricas no pueden for­
marse los aprendices ni salir obreros com­
pletos: así se exp lica que h a y a tan tos sastres
y zapateros que ignoran el corte, encuader­
nadores que no saben dorar, carpinteros
que no saben hacer im dibujo ni un plano

230 —

de la obra que van á tra b a jar....... pues á
corregir ese error y á llenar ese vacío, á
restablecer las leyes naturales, á dar á la so­
ciedad obreros completos, vienen las Escuelas.
Alem ania, Gran B retañ a y los E stados
Unidos son hoy las naciones que se distúi
guen por esta clase de institutos; sus escuelas
son verdaderas universidades de obreros. Sus
bien estudiados program as comprenden dos
grados: el inferior, ]>ara los simples obreros
y el superior para hijos de patrón ó los que
aspiran á ser patronos.
Bólgica lleva la palm a en ésto como en
las demás obras sociales. E l Gobierno. Ca­
tólico que allí domina — ó m ejor dicho,
que allí administra paternalmente — no ha
om itido nada de lo que puede elevar la di­
gnidad del obrero y la prosperidad de la
patria. U na ve n ta ja les lleva el belga á los
citados sajones; estos, como partidarios
de la escuela neutra — y eso que para ellos
neutralidad no es persecución, sino abso­
lu ta independencia — forman al obrero,
quizás al ciudadano, pero olvidan al miem­
bro de fam ilia y al cristiano; aquél procura
educar al ciudadano, al hombre de hogar
y al católico práctico.
Los cuatro países gozan de un poderío in­
dustrial indisputable, pero la condición
del obiero es, tam bién sin disputa, m ejor
en Bélgica. E l amor á la hum anidád y el
respeto á la libertad hum ana los ha llevado
á reunir en Bruselas un Congreso para estu­
diar la m anera de acabar con la guerra in­
dustrial entre las naciones. E ste era el sueño
dorado del católico Solari.

« «
Como Dios suscita sus obras cuando son
convenientes á su gloria y necesarias al
m undo, suscitó en el siglo de la industria
á la P ia Sociedad Salcsiana, y aunque le
asignó por misión educar á la juven tu d
tanto en las letras y ciencias como en las
artes é industrias, le dió esto últim o como
señal distintiva.
Es natural que cada miembro de una A so­
ciación, esté contento de ella, tan to más

cuanto m ejor la conoce y penetra sus des­
tinos. A sí no es raro que los salesianos y sus
cooperadores sientan inm ensa gratitud para
con Dios, cuando consideran los graves pro­
blem as de la Econom ía y del Trabajo. Por
lo que hace á nosotros, cuando llegamos
á ese punto de la v id a en que es preciso de­
cidirse y escoger la nave que debe llevamos
á la P atria, nos em pinam os ansiosos para ver
m ejor, y contem plam os con cierta indeci­
sión esa adm irable variedad de flotas que
Dios ha puesto á disposición de los hom­
bres. Pronto queda nuestra atención fija en
esa p ujan te que constitÚ5^e el nervio déla
Iglesia Católica: los Institutos religiosos,
P ero h a y tan tos y ta n bellos, ta n gloriosos
y ta n seguros. D e pronto vem os, allá medio
escondida una n ave m ás pequeña que otras
muchas, pero fuerte y lla m a n te : acababa de
salir del astillero, bañ ábala el sol en resplan­
dores, m archaba en medio de sus hermanas
de quienes recibía m uestras dé cariño, sim­
p atía y amor entrañable; corría por las lí­
quidas llanuras con p resteza..... E n medio
del piélago había ocurrido un esj^autoso nau­
fragio: todas aquellas naves rivalizaban en
heroísmo, pero á nosotros nos llam ó la aten­
ción aquella em barcación nueva y veloz, (en
estas cosas, bien lo sabéis, predom ina el ele­
m ento subjetivo) la veíam os volar de una
parte á o tr a deteniéndose donde el peligro era
niíis grave. E n tre los destrozos vim os una
caldera y m inas flotantes que, á estallar, lo
hubieran hundido todo ó casi todo; la nave
nueva voló, se apoderó de las máquinas,
las iiicorijoró en su m ecanismo, y continuó
su obra, m ientras las dem ás gritaban:
¡B ravo! E sto decidió de nuestro destino.
Así se nos presentó la P ía Sociedad
Salesiana: así la vim os en la historia, así la
vem os en su por^^enir, así nos la enseñaron
otros religiosos y grandes plum as que han
penetrado su espíritu. E lla en efecto se in­
corporó en esa arm ada avan zada de la Iglesia
Católica, que se denom ina clero, y especial­
m ente el R egular, ú Asociaciones Religiosas
cad a una de las cuales es un acorazado nario_
que inspira confianza á los buenos, terroj
al infierno. E lla abrió en Ita lia magnífic

— 231 —
colegios de
y 2® enseñanza, Gimnasios,
Liceos, Bachilleratos y Escuelas de Co­
mercio p ara llenar los vacíos que causara el
vendaval revolucionario, supliendo así en
la medida de lo posible la enorme pérdida
sufrida por la cristiana cultura con la exp ul­
sión — de hecho si no legal — de las tres
congregaciones educadoras por excelencia:
Baraabitas, Jesuítas y Herm anos de la
Doctrina Cristiana (i).
sit
*
1.0 que con los niños liizo el Salesiano, lo
hizo la H ija de María A uxiliadora con esa
flor delicada y pura que se llam a niña (2).
Cuándo hablam os de H ijos de D . Bosco
tomamos la obra en todo su conjunto: de
hombres y m ujeres y sus cooperadores.
E n todas las naciones han fundado Co­
legios de letras y de ciencias donde había
necesidad, y los mantienen con honor. L a
clase media necesita esta especie de Colegios
poco más ó menos en todas partes, y ade­
más nosotros necesitam os sacerdotes ins­
truidos y á la altura de su misión. Creo que
nuestros apreciados Colegios de U trera y
Matan') no desdicen de los demás de su género.
Pero ésto no es lo que la distingue. E sta ­
mos hablando de las E scud as Profesionales,
de los institutos para form ar obreros hábiles
que á la vez sean modelos de ciudadanos y
(i) No nom bramos á los Padres d e las Escuelas Pias
tan Ixínemérilos de la Enseñanza y educación, porque
en ese tiem po no estaban m uy desarrollados en Italia.
He aquí lo qu e dice el Boletín Salesian o de
enero del pte. año sobre una nueva obr.a de las H . M.
de M. A . « Entre estas obras ^rato nos es recordar en
f>te año de un modo especial los pensionados para jó t enes obreras, cuya oportunidad no sabrem os nunca bien
jwnderar. El progresar y m ultiplicarse de mil clases de
industrias en Italia arranca á la tranquilidad d el hogar
d.miC-siico y á las sosegadas faenas del campo un in­
menso número de jóven es, las cuales sem ana por se­
mana llevan á sus casas un lucro qu e d e otra suerte
no podían tener sus fam ilias, p efo frecuentem ente á
causa del aislam iento y abandono en qu e viven, lejos
lie la casa paterna, hallan en el nuevo género de vida
terribles escollos p ara la religión, para las buenas cos­
tumbres y para la m isma preparación á la v id a de
familia. H ace muchos años qu e las H ijas d e .María
Auxiliadora s e dedican con especial em peño á com batir
estos inconvenientes, abriendo pensionados para obreras
donde las jovenes no sólo reciben alim ento sano y con­
veniente, sino tam bién aq u ella instrucción necesaria á
estado presente y futuro, teniendo por m ira particuJar• las inteligentes educadoras, prepararlas á ser b.ajo
todoo concej>to hábiles y diligen tes m adres d e fam ilia,
f o d ^ sin duda com prenderán la origin alid ad é iroporancia sum.v d e este n uevo género d e apostolado » fV'.
nU Ü H de Enero 1909).

católicos fervientes. A q u í es donde está eldistintivo.
D . Bosco no bien hubo proveído á los estu­
diantes, sintió encenderse en su corazón
un fuego extraño: era el amor al obrero que
lo atorm entaba.
H e aquí, cómo com ezaton las Escuelas
Profesionales. L a narración es de un escri­
tor reposado y roílexivo, quo lo apoya todo en
documentos.
« E ra el año de 1847. D. Bosco había de­
dicado gran p arte de su activid ad á los ni-'
ños aprendices de oficio. L os domingos los
tenía consigo para instruirlos en Religión
y Moral. Como esto no b astara abrió lasclases nocturnas convencido de que el mejor
medio de atraer á los obreros era cuidar d iiigeniemenie de su insiruccióh intelectual. •
Pronto llegó á tener 300: Redoblando p ro -'
digiosam eiite su abnegación y activid ad ,
hallaba medio de pasar sucesivam ente por
las diversas secciones y hacerlos trab ajar
y adelantar á todos. E n tre tanto escogía
lo m ás granado de entre sus hij os y los hacía
seguir la carrera de. m aestros. F u é ta n ta la
im portancia que tom aron estas clases, que
comenzaron á llenarse de hombres de bigote
y barba, que obedecían como niños. D . B os­
co tenía un sistem a pedagógico suyo propio
p ara enseñar, am enizándolo todo con his­
torias, epigram as, sentencias, agudezas, que
les grababan profundam ente las m aterias.
» E n medio de todo daba grande im por­
tancia á la educación moral.
» E l arte se tenia tam bién en gran
consideración especialm ente el dibujo y la
m úsica. R especto de esta últim a, era edifi­
cante v er en el presbiterio y en el coro,
ju n to con los internos, esa m u ltitu d de
obreros cantando las Misas en m úsica ó
canto gregoriano y entonando las A ntífonas
y Salm os de las vísperas » (i).
. ..
R especto á la. p a rte técnica, « acostum ­
b rab a \*isitar tod as las sem anas los talleres
ú Oficinas en donde trabajab an sus h ijos (2),
(1) V . L em oyn e — M em orie Btografíche del V . G iov.
Bc»co. T om o III, C a p . i.
(2) E ste era el -nombre q u é e l V e n . daba á los n iños
q u e la Providencia le confiaba.

' '

v er con sus proprios ojos los adelantos que
realizaban, inform arse m inuciosam ente de
Ku aplicación y conducta; los anim aba, les
d a b a regalitos en género y m etálico p ara que
se constituyeran un pequeño peculio de que
disponer en las festividades ó en caso de ne­
cesidad. L os recom endaba m ucho á la ca­
ridad y á la vigilancia de los jefes. H acía
conq)render á éstos que si él se esforzaba
por que los jóvenes fueran dóciles, obedientes
y laboriosos, era deber de ellos instruirlos
bien en el oficio y alejar de su presencia todo
escándalo.
» Si alguno los m altrataba, los defendía
con entereza, exigiendo que se les tratara
con dignidad y se respetaran en sus personas,
aunque débiles, los fueros de la justicia y
de la igualdad humana. P ara patronos y
obreritos era una fiesta la visita de D. Bosco.

Si á pesar de sus recomendaciones, se les
m altrataba, ó si había peligro p ara sus al­
mas los alejab a inm ediatam ente, lo cual
era una pérdida para el patrono, y los colo­
cab a con otras personas de su confianza » (i).
A h í tenéis, el primer origen, el esbozo, por
decirlo así, de las Escuelas Profesionales,
á que ta n ta im portancia dan, y no sin razón,
los econom istas y sociólogos.
E s bueno reivindicar estas glorias de la
Iglesia tild ad a de oscurantista y retrógrada
por quien no tiene más m éritos que una len­
gua pronta, una palabra fácil, cuatro frases
altisonantes para deslum brar y buena dosis
de audacia para mentir.
Pero veam os cómo fué el V en. contorneando
la figura h asta sacar la obra perfecta.
(C ontin u ará).
(i) V . Lem oyne, ibtd. C . 33.

Comentarios al Decreto de Venerabíiidad
de nuestro Padre.

«8> «8»

CUESTIONES PEDAGÓGICAS
íl Sistema Preventivo
E N I.A

educación de la juventud
V.
D . B osco P ed agogo y E du cad or.
^ 1. D. B o sco en la h isto ria de la P e d a ­
g o g ía (I).
Tres figuras soberanas, escribe el Dr. P. Fran­
cisco Cerruti, brillan con luz más que refulgente
en la historia de la educación; Quintiliano,
Victorino de I’'eltre y D. Bosco.
Quintiliano nacido en Calahorra (España)
el año 42 de Jesucristo, y llevado á Roma
(i) T ckIo este articulo eslA M eado de Ia obra del P.
C e rru ti. S . , S . . titu lad a: T riiitgia (•.•dacogita (Quiutiliauu , Victorino de P eltre y ü . Bosco).

desde niño por su padre, donde permaneció
hasta el 120, fué educador y pedagogo; fué pro­
fesor de Retórica durante 20 años, y habién­
dose retirado después para descansar, escribió
la principal de sus obras, « De Instüutionc ora­
toria » dedicándola á su amigo Marcelo Víctor y
publicada á instancias del librero Trifón; es el
resultado de profundos estudios y larga expe­
riencia.
El primero de los doce libros de dicha obra,
sin ser un tratado de pedagogía en el sentido
en que se toma hoy día esta palabra, nos pre­
senta magistralniente recopilado cuanto de
bueno y útil existía en la Pedagogía antigua.
Las enseñanzas educativo didácticas de Qtiintiliano conser\'an, después de 19 siglos, una no­
vedad maravillosa, una marca diríamos de actua­
lidad, que parecen escritas para nuestros tiem­
pos, tanto que Quintiliano, si bien pedagogo
antiguo, podría llamarse, bajo cierto aspecto,
pedagogo de todos los tiempos y de todos los
lugares.
Editcador. pero no pedagogo, puesto que
nos dejó nada escrito de pedagogía, fué

— 233 —
riño Rambaldoni, llamado comúnmente Vic­
torino de Peltre, por ser este el lugar de su na­
cimiento.
Vhió, desde 1377 á 1446 es decir á las pos­
trimerías de la edad media, y se levantó como
un coloso para demostrar á qué altura pe­
dagógica se había elevado esa Edad, tan mal
apreciada por lo tan mal conocida y tan poco
estudiada.
Recogió en sus doctrinas lo mejor y lo más
grande que hasta sus tiempos se había dicho
y hecho acerca del magisterio y de la educación,
haciéndose digno en gran manera de aquella
aureola de inmortalidad con la que los descen­
dientes de todos los partidos y de todas las
escudas circundaron la frente d d Educador
de Peltre.
Pedagogo y al mismo tiempo educador lo
fué D. Bosco, gloria del siglo X I X , puesto
que escribió preciosas cosas sobre la educación,
y las sabias máximas y atinados consejos que
dejó escritos, comenzó por enseñólos y practi­
carlos d mismo con grande y mara\dllosa efi­
cacia.
Ahora bien, entre estes tres grandes genios,
que nos ofrece la historia de la pedagogía, an­
tigua, medioeval y moderna, existen tales pun­
tos de contacto, de semejanza y hastíi diría, de
igualdad en la orientación, el método y el fin
en la ciencia y arte de la educación, que podrían
llamarse contemporáneos, o por lo menos for­
mados en un mismo molde en todo lo que dice
relación á los principios fundamentales de la pe­
dagogía, y al método que debe observarse en
la educación física, intelectual y moral de la
juventud.
*
* *
«Cuales deben ser los primeros cuidados, las
primeras obligaciones de un educador y de un
maestro en el acto de empezar á cumplir
su nobilísima misión? Estudiar. — dice Quintiliano. — estudiar profundamente la índole par­
ticular de los jóvenes confiados á sus cuidados
y conforme á dicha índole regular su modo de
obrar; que de los niños irnos son lentos y será
por lo tanto necesario estimularlos con destreza,
otros impetuosos y necesitan ser refrenados con
prudencia; éstos demasiado vivarachos, aquéllos
>-rán la misma torpeza; á algunos les aprovecha,
de vez en cuando, la severidad y el temor, á
otros por el contrario les hacen poca mella;
la mayor parte sin embargo no dan im paso ade­
lante sino se Ies anima y estimula; pocos son
los que tienen su verdadero genio; la mayor
parte no van adelante sino con la aplicación y
, el trabajo; domina en unos una fantasía deslarreglada, en otros una excesiva precocidad.

pero todos son susceptibles de educación, con­
tinúa Quintiliano, todos pueden llegar al fin
que la naturaleza les ha señalado, y a general
como particular con tal que encuentren quien
los comprenda y excite, quien sepa el arte
difícil de temperar y equilibrar sin huir del
trabajo, pero también sin sofocar con su peso,
quien sepa dar imidad de fin á esa variedad in­
finita de índoles y caracteres. Ordinariamente,
son palabras estas de Quintiliano, falta más el
arte que la naturaleza, más el cuidado que el
talento el cual es innato en el hombre, como en
los pájaros el volar; pues es en nosotros natural
la actiiddad y perspicacia de la mente, lo cual
hace ver el origen divino del alma. Prueba de
ello lo es la misma etimología de la palabra
ingenio, es decir; in nobis genitum. Desterremos
las ideas antiguas de que hay niños ineducables,
ideas, que no son otra cosa la mayor parte de las
veces que impericia ó pereza por parte del
maestro; el educador, y especialmente el padre
deben animarse prometiéndose im brillante
porvenir para su hijo; y así de este modo será
desde un principio más diligente 5’- más activo en
la formación fisica, intelectual y moral de su
pequeñuelo.
Apenas el niño sea suficientemente capaz, dedíquesele pronto al estudio sin esperar la edad
de los siete años. No se pierda el primero y más
precioso tiempo de la niñez; y esto tanto más
cuanto que los principios de las letras y del sa­
ber se fundan todos en la memoria, la que no
sólo existe ya en los pequeños sino que en ellos
es tenacísima y constituye el signo principal
del ingenio revelándose de dos modos;-en la fácil
percepción y en la memoria. Desgraciada aquella pedagogía, que siguiendo un camino con­
trario al de la naturaleza, tiene en poco aprecio
en la enseñanza de la edad primera los ejerci­
cios de memoria, pretendiendo, con enorme
perjuicio, tanto moral como físico, concentrar
toda su obra sólo en el desarrollo de la inteli­
gencia. E s cierto que tanto en esto como en
todas las cosas son necesarios el criterio y me­
dida, y así no debe cultivarse sólo esta facultad
ni los alumnos deben verse obligados á apren­
der aquello que no entienden. Asignad á los
niños, escribe sabiamente Quintiliano, dictados,
composiciones que requieran conceptos, no y a
frívolos y ligeros pero sí morales y educativos.
Su memoria conser\*ará tales conceptos hasta
la vejez, y además imprimiéndose éstos en un
alma no embebida todavía en otras ideas, les
ayudarán en gran manera para regir sus cos­
tumbres.
De este modo pensaba y obraba también
\^ictorino de Peltre, haciendo estudiar de me­
moria á sus aluíonos hermosos trozos de Cí-

-

— 234
cerón y Virgilio, Denióstenes y Homero, que él
previamente les había explicado bien, de ma­
nera que junto con los ejercicios intelectuales
adquirían los niños un conjunto de conoci­
mientos útiles ([ue les ayudaban en gran ma-ñera durante el transcurso de su vida.
De este mismo modo también obraba y en­
señaba el Ven. Bosco que no solamente daba
suma importancia á la memoria, sino que pro­
curaba hacer agradables los trozos selectos de
los mejores prosistas y poetas mediante la de­
clamación, la música y el canto; é inculcaba
sieni])re á los maestros que « escogieran para
temas los trozos mejor adaptados para pro­
mover la moralidad entre los niños ». Pero la
educación propiamente dicha era su primero y
más ])rincipal fin, el último ideal hacia el cual
dirigían todos sus trabajos tanto el educador de
I'eltre como el de Turín.
Los primeros cuidados de Victorino de Pel­
tre eran los de conocer y penetrar hasta lo más
proíundo la índole y las disposiciones parti­
culares de sus alumnos.
La naturaleza, decía él, ha distribuido sus
dones con suma variedad; á nadie se- los dió
todos, pocos son los que de ella reciban muchos,
pero á todos concedió el que se pudieran aplicar
con más ó menos buenos resultados, con mayor
ü menor abundancia á un ramo del saber hu­
mano. ICl ])unto capital y decisivo del buen re­
sultado de un joven está en que él conozca por
si mismo y con el auxilio de sus educadores, el
lugar hacia el cual lo dirige la naturaleza, y
ctmocido, se dirija á él animosa y confiada­
mente.
.-\hora bien, ¿no hacía lo mismo D. Bosco?
Cuando trataba por primera vez á un niño,
escudriñaba su índole, sus disposiciones, sus ten­
dencias i>articulares, penetrando con aquella
mirada tan llena de bondad, los más recónditos
.senti uicntos de su corazón, sin desanimarse
nunca á la N'istu de he? dificultades que so prcseutaii al cducailor. V todo cuanto enseñaba con
las ijahibras y con los e.scritiis lo practicaba
cviuliuua.uculc. I.os jóvenes, dice él en su RcgUr.Jiento (i). suelen manitostnr uno do csta-í ca­
racteres diversos; índole buena, ordinaria, di­
fícil y mala, ]h.to todos pvutlen ser chicados.
iXucstio deber, pro.dgne,
puc-s, eiicontiur
los medios que sírvan ¡xira rcgirlar dichos caiaetcri..<. has advertencias (jue hace á los maes­
tros acv'iea <le que h-s más atrasa«los de la dase
deben sor el objeto de sus ])riueipales cuidados,
uo en\ ilccicudolos nunca y animándolos contimaamente. uo son más que una reiK'ticióu
(I-

V. Reglamento de his casas. Cap. X. del maestro

d e clase

de lo que enseñó Quintiliano sobre aquel
tural ingenio de que todos más ó menos esta­
mos dotados, y de cuanto practicaba Victorino
de Peltre que nunca alejó á niño alguno de su
escuela por más idiota que fuese.
¡Qué hermosas son, y cuánta sabiduría no
encierran aquellas pocas pero importantísimas
páginas de D. Bosco sobre su sistema ó mé­
todo de educar la juventud, sistema que .según
él y según los buenos pensadores debe ser pre­
ventivo y no represivo! D. Bosco en verdad
ha resuelto con este sistema el problema más
difícil para el educador, cual es el conciliar la
severidad para el mantenimiento del- orden y
de la disciplina, sin la cual no puede obtenerse
provecho alguno ni moral ni intelectual, con la
caridad paciente y benigna, la única que puede
sujetar las voluntades y los corazones. Ahora
bien, las mismas cosas enseñaron Quintiliano
y Victorino de Peltre.
Lejos de nosotros el vicio de pegar, escribe
el primero, lejos de nosotros tal costumbre, que
esto es propio de esclavos y sólo sirve para en­
durecer más el corazón; procure por el contrarío
el maestro obtener la formación de sus alumnos
con una vigilancia continua, con una asistencia
dulce y severa al mismo tiempo y que siguiendo
el justo medio entre la dulzura y el rigor, impida
el mal sin verse obligado á tenerlo que reprimir
después de hecho. Y ¿qué hace Victorino de
Peltre? No abandona nunca á sus alumnos ni
de día ni de noche antes por el contrario siempre
que le era posible los asistía él personalmente.
mayor parte de las faltas las prevenía con
la continua \ igilancia y con las buenas com­
pañías, pues solía decir, que la soledad y esj>ecialmcnte á los jóvenes es causa de mucha-5
faltas.
l ’cro la cualidad principal, la cualidad abso­
lutamente indispensable para un educador es la
moralidad de su vida. ¡Ay si esta falta! líl c«>legio y la escuela se con\-crtirán en un antro
iniquidad. Y aquí es admirable ver como Quin­
tiliano. á jjcsar de ser ¡xigano. aunque naturnlmeute cristiano, procedía de acuerdo con aque­
llos dos modelos de católicos que fueron Vic­
torino de Peltre y D, Rosco (i). « El oradT
exclama ch con M. Catón, ha de vser homl-ro
de bien. > y va todavía más adelante diciendo
que la bondad es condición indispensable para
salir orador. '■ A y de aquel que junta el in-il con
la facultad del bien decir convirtiéndola en anna
contra la inocencia y puñal contra la verdad.
fi) A decir verdad, cito no nos sorprende, ;i.onio :ampoco e l que kis m áxim as m orales de Séneca
h.-slien
conformes con las <lel E v.m geliol. i>ues lodo cI'-- ti<.ue
su base en la t:
v ésla es igual en lo.-; •

N. del R. .

— 235 —
Mucho mejor sería haber nacido mudos y pri\ ados de razón, que emplear para el mal los
dones de la Providencia ». Y guiado por estos
santos principios, quiere que se ponga im
grandísimo cuidado al escoger los maestros
V preceptores para un niño, exigiendo que en
primer lugar sean de buenas costumbres, y
después que sean instruidos ó que al menos no
sean presuntuosos. No bay nada más detestable,
escribe, que aquellos maestros imperiosos y
con frecuencia crueles, que acabando quizá
de saludar las primeras letras, se pavonean
como si fueran grandes sabios, y bajo la máscara
de la ciencia pretenden imponer á los demás
sus torpezas. La obra de tales maestros, con­
tinúa el inmortal pedagogo, será fatal no sólo
para la formación intelectual sino para la misma
formación moral de sus alumnos. Tal fue la
obra de I^ n id a s maestro de Alejandro Magno
el cual, según cuenta Diógenes de Babilonia,
inculcó en su real alumno, éi. celebérrimo Macedonio. ciertos defectos que le acompañaron
desde la infancia hasta la edad madura cuando
era y a un gran rey.
Ahora bien, ¿no es lo mismo lo que dice D.
Bosco, que la honestidad moral y la integridad
de costumbres son condición sine qua non para
educadores y educandos? ¿No dice él en su
Reglamento que un estudiante soberbio es un
í^túpido ignorante? Y no podía ser de otro
modo dado el concepto nobilísimo que tenía
D. Bosco del educador, según el cual el arte de
educador es una misión, y misionero el educador
á quien define un individuo consagrado al
lien de sus alumnos, dispuesto á afrontar ciiatqiUc: ceuiradenipo, cualquier fatiga para con­
seguir .'-.ti fin que es la educación civil, moral y
de su\ alumnos (l).
Dd mismo modo obraba Victorino de Peltre
quiñi no admitía en su Gioeosa (i) maestros
que 11-> fuesen religiosos y de buenas costumT-íIavia más; con un rigor que parecía
<;->r;:ilo para quien no conoce cuán fácil y
una impresión contagiosa en el ánimo
de i-'- jovenes, negaba la entrada al Instituto á
to l es aquellas personas que no tenía bien coIV:.: ’.is. A todos exigía docilidad y moderación
miramiento alguno, tanto que siendo pre' • '-•r ch- los hijos del Duque Gonzaga supo
iuNi-irar humildad y recato al primogénito LuuiAv. r. que en estos dos puntos dejaba mucho
qjo ¡itsear. No es pues para mara\-illarse, si
el Instituto educativo de Victorino atraía una
'Tcver/.’vo.
q v " el D uque Goná Victoriu-j como
r- r.is y qjj*» •; .. ..
poco. |»or la ceiC V icíorm o. coiivirtK~e eii un graiidi»—• edi-

. ; M mr-Tn
l'.T ü

'i

multitud de personas ávidas del saber, no so­
lamente de Italia sino que de la misma Ale­
mania, Francia, Países Bajos y de la misma
Grecia.
*

Existe un punto en la obra educativa en el
cual Victorino de Peltre y D. Bosco, permanecen
solos; y éste es el de la piedad cristiana, como
el más importante medio de educación. A esto
no podía llegar de ningún modo el ingenio de
Quintiliano pues no se hallaba iluminado por
los resplandores de la fé. Y aqui es admirable y
sorprendente la semejanza entre estos dos edu­
cadores insignes. Victorino ama con el más
tiérno afecto á la Virgen Sma. y desde sus pri­
meros años le consagra la virtud de la santa pu­
reza, virtud que consér\'ó intnolada hasta su
muerte. Victorino no deja pasar día sin oír
la santa misa, comulga á menudo, y antes de
dar principio á sus ocupaciones diarias se en­
trega á la oración y se dedica á la lectura de la
S. Biblia y á cantar las alabanzas del Señor.
Victorino no deja ni un día festivo sin escuchar
la di\*ina palabra multiplicando particular­
mente en estos días las obras de caridad que
forman el ejercicio cotidiano de su vida. V ic­
torino con fervientes palabras y breves pláti­
cas, recomienda á sus alumnos la frecuencia de
los Santos Sacramentos, fundando en ella todo
su edificio educativo.
Y ¿no hacia lo mismo D. Bosco? ¿No fué
D. Bosco un tierno amante de María Auxilia­
dora, celador delicadísimo y constante de la
ca.sticlad, sacerdote modelo en el a lta r, en
el púlpito ó en el confesonario? ¿No fué I).
Bosco un portento de caridad y de fé, que aconsejó siempre la frecuencia de Sacramentos
y que proclamó y escribió por todas partes que
no puede nunca darse verdadera e<lucación
si ésta no va acompañada con la reccqKión de
los Sacramentos?

Dando un paso más veo que hay un punto en
que D. Bosco permanece solo, sublimeniente
solo, y es en la cualidad* de los jóvenes que él
hace objeto particular de sus cuidados edu­
cativos. La educación en Quintiliano conserva
siempre, á pesar de todo, un fondo aristocrá­
tico, consecuencia natural del paganismo cu> •>
principio era la acepción de clase y separación
de castas, mediante la cual el servas, la plebe, se
juzgaba á sí misma de una naturaleza diversa
é inferior á la del senaius populusque romamis.
Victorino de Peltre, si bien profundo y en­
teramente cristiano, se dedica casi exclusiva­
mente en su obradidáctico-educativa á las clases

— 2.^6 —
alta y media. D, Hosco por el contrario hace
su objeto principal y casi exclusivo de sus pa­
ternales solicitudes á la juventud del asi lla­
mado Ijüjo pueblo y sobre todo la más pobre y
abandonada. Una tendencia particular lo atrae
hacia sus pilludos, como él los llama, á aquellos
que una soberbia y perezosa pedagogía les llama
sin más, incorregibles; éstos son los que busca
y trata como á hijos, los libra de las cárceles,
los salva del vicio, y los saca de la abyección
en que yacen, los conduce á Dios y los convierte
en honra de la sociedad.
Una tarde de 1860 volvía el buen sacerdote
á su Oratorio, rodeado de siete muchachos
que contaban entre los 12 y 18 años, con sus ves­
tidos hechos jirones, de mala catadura, gro­
seros, mal educados y repugnantes. — Ármate
de mucha paciencia, se dijó entre sí al recogerlos,
ellos son más bien desgraciados que malos. En
verdad que es necesaria mucha paciencia, por­
que no podrán sufrir la disciplina, á cada
momento estarán con riñas, con conversaciones
inmorales y blasfemias, y al fin venció la cari­
dad cristiana: desaparecieron por completo de
V aldücco aquellas cuadrillas de ladronzuelos
contra los que el mismo municipio resultaba
impotente. Uno de éstos, habiendo emigrado
pocos años después á América y habiendo vuelto
cou una regular fortuna, lo primero que hizo
íué dirigirse á Turín para contar á D. Hosco
sus aventuras y darle gracias por cuanto por
él había hedió. Después que el joven hubo ter­
minado su narración, volviéndose D. Hosco
á nosotros continuó: « No es cierto que los jó­
venes sean incorregibles, trabajad por dios,
amadles con afecto cristiano, las más de las ve­
ces son más bien infelices que malos; la buena
\'oluntad ayudada en gran manera por la gracia
de Dios vence dificultades que se creían in­
superables ».
En suma, el fin. el supremo ideal de la peda­
gogía de D. Hosco es la elevación moral y civil
del joven proletario. Tal es el carácter educativo
y particular de D. Hosco á quien los pensadores
llaman el hombre de estos tiempos.
En el fondo es sustanciahuente igual en mé­
todo y sistema con Victorino de Feltre. porque
ambos son hijos del Cristianismo, porque son
hombres de fé, y fé católica, apostólica y ronmna. «El Evangelio, escribía José De Maístre,
divinizólas leyes de la naturaleza» (i) así Victo­
rino y D. Hosco divinizaron la p^agogía. El
primero es el nioddo d d educador cristiano laico,
el segundo el ejemplar d d sacerdote católico
como educador. De la Giocosa. se esparcieron
por todo el mundo hombres insignes en las cien(I) Soirées d« Sainl-Pétersbowrg. EiUretieii IX .

cias, en las letras y en las armas. En la escuela
de D. Hosco se formaron y de ella salieron v
esparcieron por d antiguo y nuevo mundo hombres ilustres en todos los ramos del saber, pre­
gonando por todas partes la fama de aquel hu­
milde sacerdote de Valdocco, de aquel padre
afectuoso, y tan lleno de amor, diré hasta sobre­
humano, porque sobrehumano era el ascendiente
que tenía sobre los niños, sobrehumana la efi­
cacia moral, sobrehumano el prestigio que poseía
sobre d corazón de sus pequeñuelos, sobre el
corazón á cuya pura y santa formación se diri­
gían de un modo particular todos sus cuidados
y solicitudes.
Dos años ha d Vicario de Jesucristo cenia
sobre la frente de D. Hosco la diadema de la
Venerabilidad; pero sus hijos, los hijos de su
corazón le habían y a levantado un altar de amor. ¿Quién mejor que él pudo llegar á penetrar
los secretos más recónditos d d corazón humano,
haciendo á este mismo corazón d objeto de las
más nobles y arduas empresas? Si, como sa­
biamente observa d protestante Royers, ilustre
profesor de la Universidad de Oxford, si en la
Religión está el secreto de los grandes aconteci­
mientos de la civilización, no iré yo muy
equivocado si afirmo que én d corazón está el
secreto de la grandeza de D. Hosco; en el corazón
aquella laboriosidad intensa, incesante, mara­
villosa para la salvación de la juventud, en espe­
cial, pobre y abandonada.
{Concluirá).

A LOS AMANTES DE LA JUVENTUD


-K -K * *

P

Reverente llamamiento al Clero.
Después de nuestro articulo anterior, recibítnos una carfila de un celoso cura-párroco de h
arquidiócesis de Zaragoza, en que nos decía:
* Verdaderamente los Oratorios festivos son nece­
sarios. Hace años que lo pienso asi y una ie
las causas por que me gusta leer el Boletín SaIcsiano, es precisamente esa que es el propagador
y defensor de una obra tan hermosa, que yo coloco
en primera fila entre las obras sociales. Ojalá
lograra abrirse campo en el ánimo de mis ve­
nerables hermanos, los sacerdotes españoles ».
Gracias al Sr. Cura-párroco por sus palabras.
A veces necesita el pobre periodista una voz de
aliento y esta carlita nos la ha traído, y muv sonota
y muy fuerte.
Abrigamos si, la firme convicción de que la
idea de los Oratorios Festivos arraigará, y mttv pro­
fundamente. en el clero español. Y la razón es sen-

— 237 —
cilla. E l señor Cura aragonés lo ha dicho: es
obra social y no de las úüimas. Ahora bien, do­
quiera que dirijamos la vista, hallamos obras
sociales en España, y el Clero es el alma de todo
ese movimiento: vemos Sindacaios Agrícolas,
Semanas Sociales, Cooperativas, Ligas, etc., etc..
Vemos esos seminaristas admirables, cuyo ardor
admiramos precisamente en Zaragoza, dados en
alma y cuerpo á la gran cruzada de la Bi\ena
Prensa, porque la juzgan conveniente y necesa­
ria, y no dudamos un punto, que dentro de poco
los veremos trabajando también decididamente
por los Oratorios festivos, que es una cruzada
también digna de esas energías juveniles. A l
genio de nuestro celoso clero no se le escapa que
es mds fácil y práctico encauzar el arroyo que
detener el rio desbordado ; que el medio más
pronto para restaurar la Sociedad es encauzar
las energías del niño. S i al hombre le predica­
mos desde niño el dogma y la moral evangélica, si
le formamos la convicción de que es antievangélico
y antimoral y antiinteresado — sísem e permite
la palabrota — leer los malos periódicos, cree­
mos que es más fácil que evite la tentación cuando
grande. Es dedr que en este caso prevenimos el
mal. Es mds fácil no comenzar á leer, que aban­
donar la lectura una vez comenzada. A sí pues,
la campaña contra la mala prensa y la cam­
paña en favor de la buena, deben comenzarse en
las Í7tieligencias jóvenes, y especialmente en los
hijos del pueblo, que son los quí más fácilmente
se seducen, y los que engrosarán mañana las
partidas de los lectores de los papeluchos de la
cáscara amarga.
Supongamos hallarnos en un Oratorio festivo
y que en la explicación de ¡a doctrina cristiana,
hemos llegado al primer mandamiento. Este
m*¡ndamiento nos prohíbe poner en peligro la
fe. Pues aquí les doy una estocadita 6 unos híte­
nos latigazos á los diarios que emponzoñan las
cabezas y revuelven los cerebros y pudren el co­
razón.
Y ,;qué si explico las virtudes teologales?
Pu:s al explicar la fe, hago hincaj>ié sobre el
asunto: explico la caridad; aquí me viene muy
á cuento hacer ver que la caridad comienza por
el r,}nor á sí mismo y cómo la lectura de esa mala
prensa es completamente contraria á ese amor,
cómo voy contra mis intereses más caros leyén­
dola. cómo no nos conviene leer esas cosas, á la
manera que no conviene ser borrachos ó jugadores
Si \e
que el niño y el joven se interesen de
verui en el asunto de la buena prensa la mitad de
la bju lla está ganada.
* *
Pero ¿no estaremos perdiendo el tiempo en
harLir ? No es tiempo ya de discutir, sino de hacer.

Por ufM parte se ve y se palpa la corrupción
creciente de la juventud; por otra los buenos re­
sultados de los Oratorios festivos; pues ¡á la obra!
No muy lejos de este criterio está el de S« Santi­
dad Pío X . E n un Breve que comienza Si consentanea, del 17 de Agosto de 1904 se leen estas pa­
labras: « Deseamos que en todas partes, sea en
las ciudades, sea en las aldeas, ó se viva en el
espíritu Salesiano. ó se cultive s« amor.... ya
que en los tiempos presentes lo inás urgente es
la educación de la juventud
Los Rdos. Sres. Párrocos tendrán en el Ora­
torio festivo consuelos inefables; si lo ensayan,
no dudamos pronto será el oasis de su vida y
centro de sus aspiraciones.
E l Oratorio se impone; se impone aun en los
pueblos de los Pirineos. Es verdad que el huracán
no se ceba en todas partes igualmente, que á al­
gunos lugares no ha llegado aún; pero en todas
partes se escucha ya el sordo rugir del trueno,
se ve el relámpago amenzador. ¡A y de msoiros si no
preparamos un invernadero! ¡Animo pues! Dicen
que un ideal en la vida es un arranque con­
tinuo y como una renovación perenne de las ener­
gías gastadas en la lucha diaria. Y ¡qué ideales
tiene el Oratorio festivo! E l supremo es el reinado
social de Jesucristo. Pero hay otros secundarios
ó intermedios, que son como caminos que llevan
á aquel. Uno de los mayores y más puros con­
suelos que puede tener un Sacerdote es el que los
niños confuidos á su celo hagan bien la primera
comunión. Compréndelo el adversario de las almas
y por eso se esfuerza en alejar á los niños de la
comunión ó por lo menos en que la hagan mal.
Pues ¿ quién mejor que un Párroco con Oratorio
festivo podrá preparar los niños á ese grande
acto? En el Oratorio se vive una vida de fe y se
respira en un ambiente sereno de piedad. A llí
no hay burlas que alejen ni m ilos ejemplos que
retengan. Por el coTÜrario, todo estimula á esa
pritnera é importantísima unión del alma con
su Dios. Otra ventaja es el buen ejemplo para
toda la parroquia.
¡Cuantas veces hemos visto que las conmovedo­
ras comuniones de los niños, verificadas con lasolemnidad y la imponencia con que suelen rea­
lizarse estos actos, entusiasman á los jóvenes, con­
mueven á los hombres y enternecen á los ancianos
trayendo á sm memoria el recuerdo de mejores
días y estimulan á todos á echarse en brazos de Dios
y quizá á abandonar una vida de disipación é
indiferencia. E l ejemplo contagia y hoy nece­
sitamos el santo contagio del bien.
Un ■ célebre escritor italiano ha dicho en el
Osservatore Cattolico qiu 4 los Oratorios festi­
vos’ son el complemento necesario de toda pa­
rroquia, hoy nuestros hijos no enciuntran en la
escuela el alimento religioso y en la calle hay

— 2 XS —
un ambiente envenenado -por la blasfemia y el
'■ urpiloquio. Los Oratorios á lo menos son puertos
abrigados t>.

C R O N IQ U IL L H .
QUITO (Ecuador).— InatiguraClón de ui Oratorio
festivo. — Hasta el 28 de febrero del corriente año
el Oratorio hallábase anexo al instítxito de Escuelas
Profesionales de la Tola. Pero ese día, mediante la
geucrasidad de la señora Doña María Barba de La­
rrea y otros señores cooperadores, se trasladó á otro
sitio. líainaugiuación fuéim éxito para la causa de
los Oratorios festivos. Acudieron el Comité de Coo­
peradores, el Colegio de la Tola, vestido de miifomie.
la banda y 300 niños que eran la primera piedra
moral de dicho Oratorio. H1 M. I. Señor Mateas,
Canónigo de la S. I. C. y Director diocesano de los
Cooperadores bendijo la bandera, apadrinada por
los ¿res. Dr. D. Míiriano Aguilera y D. Rafael Bucheli y las Sras. Da. Dolores Gómez de La Torre y
Da. Josefina Rebolledo de Zaldumbide. Acto se­
guido pronunció lui bello discurso el Dr. D. Justiniano Estupiuáu é hizo lo propio el M. I. S. Dr.
Mateas, definiendo el Oratorio festivo una palestra
para robastecer el alma y vigorizar el espirita.
Siguió luia corta función religiosa. El P. Guido
Ro ca dió la.s gracias á los bienhechores, animán­
dolos á seguir ayudando al Oratorio.
J^a CiUldad no había de contentarse con esto. Las
seuonus repartieron allí mismo una infinidad de
pnnuios. consi.steutes en juguetes, libros y prendas
de vestir.
TRIESTE (Austria).— Secolocó primera piedra
de la iglesia del Oratorio festivo. Las fiestas se
abrieron con xuia feria dé beneficencia á favor del
Oratorio.
líntre los personajes que honraron el Oratorio el
5 de junio con su ]>resencia y donativos, figuran el
Contraalmirante Couarde, el coronel del ejército im­
perial. Sr. Conde Stürgkh, el Capitán I'abiani. y
en representación del Revino. P. Rúa. hallábase
el M. R. P. Dr. D. Francisco Cerrnti.
K1 6 jx>r la mañana lo visitaron la serenísima
Princesa Doña bVancLsca Ilohonlohe. el Podcstá
Candrinolli y Señora, la baronesa Doña Kinnia De
Seppi, el impcri;ü diputado Spadaro, el Conda de
Perra, el P. \'ob crt y representaciones de las Co­
munidades religiosiis.
b'l autor ilc los planos es el Dr. D. Conidio Budinich.
Como dato importante sobre la protección que se
men.\vu los Oratorios festivos, hacemos conocer
con viva satisfacción que el Comitf paui el Jubileo
llamado v Pro Infancia ■' asignó die¡ mil
coronas al instituto salesiano. * á fin <le robustecer
su villa y ayudarlo á realizar el bieu eu medio de la
juventud ».

TÜRÍN (Italia).— Fiesta social del 4^Auxilium>
con iatervenclón de un Diputado. — El primer do­
mingo de junio era el día destinado para la fiesta de
esta Asociación que, como todos nuestras lecto­
res saben, goza de vida muy lozana siendo sus
socios los jóvenes de mayor edad que frecuentan
el primer Oratorio festivo de Don Bosco. Tu­
vieron los socios la feliz idea de in\’itar para pre­
sidirla al H. Longinotti, Diputado al Parlamento
Nacional. En el tren de la mañana del día 6 llego
el Honorable.
Bajo la presidencia del Revmo. P. Rinaldi, Pre­
fecto general de la Pía Sociedad Salesiana, se con­
gregaron por la noche, á más de sacerdotes, abo­
gados, médicos, personajes ilustres por su saber y
posición, deseosos de asistir á esa fiesta nueva por
el ambiente en que se verificaba, las representa­
ciones de veintimia Asociaciones y centros católicos.
Mientras el socio D. Emilio Zublena saludaba á
los presentes, aparece la veneranda figura del P.
Rúa. El Honorable Sr. Longinotti se adelantó á re­
cibirlo, agradeciéndole la atención de presenciar
la fiesta y empeñándose en que la presidiera.
Acto seguido, levantóse el orador Sr. Longinotti
y se reconoció discípulo de los Salesianos, porque
en la clase de Religión de Parma aprendió de los
labios del insigne Salesiano P. Baratía, cuáles son
las necesidades más urgentes de la sociedad y 1 is
analizó brevemente : la necesidad de la fe y la ne­
cesidad de las obras de la fe. Por esto, primer deber
de nuestras asociaciones será reforzar la fe, refor­
zarla para tener el valor de manifestarla, y el se­
gundo, dar cristianamente al pueblo todo aquello á
que tiene dcrechoí « La obra de D. Bosco la debéis
coronar vosotros antiguos alumnos de D. Bosco:
por medio de vosotros Dios debe salvar la sociedad,
y la salvaréis *. S ’gaió una muy animada discu­
sión a'. erca de los estatutos de una sociedad ca­
tólica de obreros y oportunamente sirvióse un
genero 50 refresco á todos los presentes. Cerró el
Revmo. P. Rúa la velada. Por la mañana todos
los .socios del * Auxilium t habíanse acercado coa
ejemplar devoción á recibir la Santa Comunión.

TESORO ESPIRITUAL
Los Cooperadores Salesianos que confesados
y comulgados^ visiten devotamente una iglesia
ó capilla pública, ,ó si viven en comunidad, la
propia capilla, y rueguen según la intención
del Sumo Pontífice, pueden ganar las siguientes
indulgencias plenarias:
En el mes de Octubre :
1°. £ l día 3, Fiesta del Sino. Rosario.
20. F l día 10, Fiesta de la Maternid.td de
María Santísima.
30. El día 17, Fiesta de la Pureza de Ma*
ría Sma.

DE MUESTRAS MISIOJSÍES
' L í --------Í 5 '

liiano Grd$$o (Brasil)
La tribu de los Bororos
{Estudio del P.

Antonio Malán).
IV.

SUM ARIO: E l « Bahafo
el<t Bahyto » — Los
caciques — Vida nómada — Industria y co­
mercio — Cabañas, vestidos y ornamentos —
Banquete común en el Bahyto — Pesca —
i4 ;ios, meses y modo de contar — Riñas —
Ejercicios de guerra — Caza de la « Yaguaterica y del « onfa > — « Aroe - rema t> —
FíSíVas del Baire supremo — División de la
tribu — Nuestras Colonias.
E l « B ah a to » y el « B a h y to ».
^mando los Bororos apasionadamente
las cercanías de los ríos y los puntos
más espesos de las florestas, escogen
con preferencia para su morada estos lugares,
y se establecen en grupos formando los Bahatos,
ó aldehuelas gobernadas por un jefe supremo,
el aroe-torari, ó bien por un baire del que depen­
den todos los demás y del que hemos hablado
ya en la tercera parte de la presente monografía.
Viven encada aldea tres categorías de personas:
los <' baires *, es decir los nobles, los paguimigeras. la burguesía y los bororos, la plebe.
Los bororos se subdi\-iden en dos clases: los
tnedos. los paisanos y los paredos ó soldados.
Los parientes viven generalmente todos bajo
un mismo techo, á veces cada uno en su propria
cabaña; los baires \*iven en comunidad y los
caciques habitan con su propia familia que les
está sometida en todc y por todo. Los baires
mandan á los guerreros ancianos llamado iagaTxzuedos mientras que los caciques gobiernan
á los más jóvenes, llamados cheraides.
En el centro del Bahato (ó de la aldea) se le­
vanta el Bahyto. tantas veces recordado en
relaciones, es decir, la gran cabaña central,
que es al mismo tiempo templo, sala de conseje,
pc’-’.av/.ento. -lugar de reuniones, cuartel, dor>, refectorio, oficina y lugar de recreo.

E n este mismo lugar los baires cumplen sus ce­
remonias rituales y los guerreros veteranos y
bisoños reunidos como si estuvieran en \in ta­
ller, reparan las armas viejas y fabrican otras
nuevas.
L o s « C a ciq u es ».
Los caciques son los legados parlamentarios
los espías, los exploradores y los generales del
baire supremo. Instruyen á los cheraides lo
mismo en los ejercicios militares como en la
caza y les hacen de tutores, provej’^éndoles lo
necesario para la vida y procurándoles esposa á
su tiempo.
Los caciques presiden el canto del bacucurú
en ocasión de la muerte de una on^a ó de una
yaguaterica ó un irara. Dirigen la caza y las dan­
zas y tienen el gran honor de entonar los cán­
ticos: Aroia curireu, aroia boiugeu, aroia merigeu, aroia ecureu y aroe nogári. Por delegación
del Baire supremo pueden cumplir con el bacururú de los aroes, pero no tienen el poder de
evocar á e.stos para alguna entrevista, aunque
sí, pueden como los baires, hacer uso de los la ­
pos, pequeños y grandes.
V id a nóma.da. — Industria y com ercio.
Los Borosos apenas obser\*an que en algún
lugar escasean los \dvcres, volubles por natura­
leza, emigran inmediatamente á otra parte
donde la fertilidad les garantice por algún
tiempo la manutención necesaria.
E n el día destinado para la salida dan
fuego á todas sus cabañas y luego se ponen en
camino por este orden: van en el medio las mu­
jeres y los niños, á la retaguardia un núcleo de
guerreros veteranos, á los lados otros dos gru­
pos de guerreros, un cuarto grupo, el más va­
leroso, marcha adelante preparado para cual­
quier encuentro.
Toda la industria de estos salvajes consiste
en sacar provecho de las pieles de los animales
que matan, pieles que ellos saben extender há­
bilmente y conser\'ar con toda su frescura hasta
que no encuentran el modo de usarlas.Construyen
las flechas y los arcos con gran habilidad;
saben además elaborar ollas y cazuelas de barro.

— 240 —
tejer esteras y cestas y confeccionar sus múlti­
ples ornamentos. Así que el comercio se reduce
todo á cambiar estos objetos con vestidos, uten­
silios ú otros objetos de los que necesitan.
C ab a ñ a s, vestid o s y ornam entos.
Las cabañas ó casuchas presentan toda­
vía la forma primitiva. Plantan cuatro palos
alrededor de un árbol, los atan á otros dos pa­
los trasversales que cubren con hojas de palma,
y he aquí construida en un abriry cerrar de ojos
la humilde cabaña que debe protegerles de la
intemperie y de los rigores de la estación.

inogue. uñas de tatú elaboradas en forma de
media luna; el paragugo, dientes de mona atados_en^órma de corona; el nabure-hatagáge,
hilos de plufnas de arara y de higúa; el
qua-hourada, plumas de las alas ó de la cola de
águilas brasileñas; el aquigo-boareu ó cinturón
multicolor; el cogua ihuvi, una faja negra
tejida con fibras de coguai con las cuales las
mujeres ciñen los costados etc., etc..
B an qu ete com ún en el B ah y to .
Algunas veces se reúnen todos juntos en el
bahyto para celebrar algún banquete. En tal
caso, antes de todo uno de los capitanes pro-

T R IE S T E (Austria) — Oratorio festivo salesiano.

Los \'cstidos no los usan; ordinariamente si­
guen la costumbre de .Adán. Sin embargo en los
días de tiesta se adornan con plumas multico­
lores y se cubren ct>u el tejido de las fibras de
una planta llamada codobie-i. Innumerables
son no obstante sus ornamentos. Los más colUK'idos son: el parteo, especie de corona de plu­
mas de arara que llevan alrededor de la cabeza;
el pari-há ó pendientes; el aquigo-boeiadadau.
una faja que se ajustan en torno al cuerpo; el
icana-gagigeti, especie Ue cordoncillos con que
se ciñen los brazos; el hiurc-paro-gagigeu,
hilos con que se atan los brazaletes; el jucubti,
cuerda hecha de pelos de mona; el bocadori

nuncia un discurso para anunciar el solemne
banquete. La noche precedente al día estable­
cido tiene lugar un bucururú solemne que no
termina sino hasta las cinco de la madrugada,
el cual tiene por fin invitar á los aroes á que
tomen parte en el festín. Una hora después,
un grupo de jó\*enes va á recoger hojas de pal*
mera para adornar el bahyto; á las ocho todos los
habitantes de la \*illa se reúnen é inmediaUmente empieza la ceremonia para la recepción
de los aroes á los que reciben con una gritena
atroz. Finalmente á las nueve empieza el ban­
quete y no termina sino hasta las cinco de 1'
tarde.

— 241 —
La comida abunda en gran manera y en este
día consumen más de lo que sería suficiente para
tres comidas ordinarias. Sir\*en los manjares en
cazuelas de barro cocido, á cuya ^dsta se le­
vanta ima batahola infernal; y siempre consis­
ten en maíz cocido de diferente manera y cocos,
caras (patatas salvajes), palmitos, raíces de
plantas l^uminosas y frutas variadas, ni tam­
poco faltan los excitantes vinos de frutos de
palmeras, ni la miel silvestre. Cuando se hallan
hartos se extienden en el suelo entre los mismos
utensilios de cocina y duermen á pierna suelta.
P e sca .
Una de sus diversiones más favoritas es la
pesca. Son dos anualmente las pescas solemnes
una de las cuales va precedida del hacururú.
Como no dudan del auxilio eficaz de sus di\*inidades y confían en el feliz éxito de sus expedi­
ciones, parten en busca de pescados exquisitos.
Para pescar á veces hacen uso de sedales como
nosotros, pero casi siempre se sir\*en de instru­
mentos hechos por ellos mismos, y con frecuen­
cia levantan esclusas dentro del agua, donde con
largas varas apuntadas y largas palas de ma­
dera óbligan á los peces á recogerse y así en un
tiempo relativamente breve llegan á pescar una
enorme cantidad de toda especie.
La otra gran pesca tiene lugar á fines de la
solemnidad del Hayge que es una de las mayores
fiestas del año. En esta circunstancia preparan
al través del río una ingeniosa barricada á la
cual atan varias barquillas de tacuára {6 bambú)
mientras que ellos con gran vocería siguen an­
dando por el agua alineados, obligando de este
modo á los peces á que huyan hacia aquella
parte. Espantados los peces buscan el modo de
superar aquel obstáculo, pero la mayor parte
van á caer dentro de las pequeñas barcas donde
pronto quedan inmóviles hallándose fuera del
agua.
Años, m eses, y m odo de contar.
El almanaque de los Bororos no deja de apa­
recer ningún año.... bajo la dirección de la naturakv.a; en efecto, ellos cuentan los años según
las estaciones que para ellos son dos, la de la
seqciit y la de las lluvias y calculan los meses
s ^ n las fases de la luna.
Ta-r.bicn su ciencia numérica es muy limi­
tada Cuentan de este modo:
— i;
p'
— 2;
au'-:-p: ''■ c-inametia-boquare — 3;
■ :-.iUT£-póbe — 4;
pohemá-inametia-boquare — 5 -

Y basta!
De seis en adelante todo es un gran número
único — magari! — es decir, * mucho » ó talvez
hiacá-guragua, esto es ¡mucho, mucho!
R iñas.
Catjsa de riñas y de conflictos lo son ordinaria­
mente las palabras injuriosas; sean por ejemplo
¡auraqitigado! (cabeza pelada) ¡iurc-boareu!
(pié torcido) y otras semejantes según los de­
fectos físicos de cada uno. Pero los altercados
no pueden durar mucho. Después de algunos
días el ofendido invita al ofensor á una lucha;
y si el vencido no se rinde, \’ienen á un segundo
desafío en el que usan como armas el terrible
dardo de la arraja brasileña; y si tampoco esta
prueba es suficiente, sírvense de las armas or­
dinarias, es decir, el arco y las flechas, pero
después de esta tercera prueba el vencido está
obligado á emigrar á otra aldea.
I.,os altercados entre las mujeres son todavía
más emocionantes. Las dos mujeres rivales
salen de las cabañas y despu^ de haberse
echado en cara los nombres más groseros, vie­
nen finalmente á las manos cogiéndose por los
cabellos, poniendo en movimiento no sólo sus
uñas sino también sus dientes agudísimos con
una rapidez violenta y vertiginosa y no se suel­
tan sino cuando una de ellas se siente desvane­
cida. La infeliz, se retira entonces gimiendo á
su cabaña entre los escarnios de sus compa­
ñeras y las risas de los hombres, para los cuales
semejantes escenas constituyen una de las diver­
siones más agradables.
E je rc ic io s de guerra.
Dotados de una pasión extraordinaria para
toda clase de aventuras y ejercicios violentos y
de ima intrepidez á toda prueba, les Bororos
arrostran con la mayor sangre fría las fieras más
terribles é irritadas, y se ríen de los peligros más
graves con que se encuentran en su vida tras­
humante. Dirigidos por expertos- capitanes,
pasan la \-ida en los ejercicios militares.
Todos los días se ejercitan en el tiro al blanco,
la carrera, la natación, etc.. E l tiro es siempre
á la distancia de más de 200 metros; para las
luchas escogen siempre lugares arenosos donde
se dirigen en grupos y lib a n d o al lugar deter­
minado, el más valeroso sale del grupo y desafía á
cualquiera de sus compañeros; para la natación
buscan el punto más profundo y más rápido del
río, donde se arrojan todos á la vez; y mediante
estos ejercicios es como ll^ a n á desafiar los pe­
ligros de ctialquier género, en cualquier tiempo
y en cualquier lugar.
* *

— 242 —
C a z a de la « Y a g u a te ric a » y de la « on^a ».
Ciertíuuente no todos los salvajes son capaces
de enfrentarse á estos feroces animales, que á me­
nudo destrozan á sus cazadores, pero sí los más
valientes y ejercitados; los cuales armados cen
la flecha y el arco se adelantan apuntando,
pero ¡ay de ellos! si apuntan mal pues les ha
llegado su última hora. Antes de dar principio
á esta caza, suelen teñir su cuerpo con iiyucú
pues saben (jue el color rojo espanta á los tigres.
Cuando un salvaje, aunque sea joven, mata una
« onga o ó una « yaguaterica s>, la aldea entera
le ofrece un banquete de honor, al que toma
parte sentándose sobre la piel del animal que
ha matado; y también para este banquete usan
de ceremonias particulares. Al llegar la tarde
pintan al vencedor con urncú por todo el cuerpo,
y dentro de su misma cabaña, luego lo conducen
al bahyto. Allí todos los hombres, mujeres y
niños le ponen las manos encima para teñírselas
con urucii, con el que pintan su persona, persua­
didos que de este modo adquieren una pequeña
parte de la fuerza y del valor que posee el fes­
tejado.
« A roe-reru a »,
Estas palabras quieren decir: « Las almas de
los indios bailan
Con estas mismas palabras
significan el bucururú que celebran para evo­
car los .4 roes á fin de tratar de los destinos de la
aldea. El Aroe que preside la ceremonia es el
viejo Bororo, fundador y padre de la tribu,
al que acompañan todos los demás aroes. pero
entre todos se distingue un bororo, guerrero de
Ytoburi que se encarna en el baire supremo,
el cual toca la flauta, y tomando el bapo lo bate
á compás bailando al mismo tiempo.
En la víspera á las diez de la noche, se celebra
una ceremonia para anunciar la fiesta á los
Arocs la que es tributo de veneración y amis­
tad hacia los muertos. Al día siguiente á las cinco
de la madrugada adornan el bahyto con hojas de
acury. y á las diez tiene lugar otra ceremonia para
invitar las almas á la fiesta que comienza una
hora después. De«ie aquel instante los Aroes
toman posesión de los salvajes hasta la hora del
baile, que consiste en saltar de derecha á iz­
quierda y \dco\'ersa con una carrera acelerada.
I.a parte interior del Bahyto está adornada
con párteos y pedazos de tela que cuelgan de les
paredes; cerca las tres postmeridianas, el baire,
los caciqttes y los salvajes más ancianos, to­
mando los párteos y los pedazos de tela, ador­
nan sus cabezas y saliendo del bahyto empie­
zan á bailar de lado de oriente. Durante esta ce­
remonia el baire supremo toca la pana por­
que en el se halla encamado Ytubori. Mien­

tras tanto las familias introducen los manja­
res en el bahyto y los presentan á un capitán
que inmediatamente entona el bucururú in­
vitando á los Aroes parientes de cada una de
las familias para la comida familiar. Los aroa
evocados acceden á la invitación, se encaman
en sus parientes y comen mediante la boca de
los mismos.
V is ita s del « B a ire » supremo.
De vez en cuando el Baire supremo visita una
por una las aldeas de la tribu. Durante estas
visitas va acompañado de un cuerpo de guardia
compuesto de doce hombres que se cambian
en cada aldea. Uno de estos célebres baires,
estimadísimo en estas florestas, es el baire Cunha Mallos, (llamado ahora Miguel Rúa, en ho­
nor de nuestro amadísimo Superior General)
que en 1895 llevó á cabo una \dsita del modo
fétido. Indescriptibles fueron las fiestas con que
se le recibió, entre gritos y aplausos, bucumrm
solemnes y espléndidos banquetes. De él aprendí
el siguiente censo de las aldeas que entonces exis­
tían y que confío á la paciencia del lector á fin
de que los legue á la historia.
Junto á los ríos Cargas, Araguaya y adya­
centes encuéntranse las aldeas: Nonogo-giuroparo] Cugubo-paro; Turigau-paro; Jaruru-paro;
Uai-uaiu-paroBocaian-paro ; Orauau-paro ;
Troguiati-paro; Baregue-jau-paro; Torigarireuparo; Cupijau-paro; Jarubujau-paro; Carigadoparo; Tugorigau-paro. (i).
En el Roncador y cercanías las aldeas: Merojau-paro; Noidori-paro; Bacugomabado-paro;
Poectireu-paro; Taricurireu-paro.
E n elCayapó grande: Okiara-i-iau-paro; Buturico-paro.
En S. Lorengo y contornos: Poguborureuparo; Jurigne-paro, y cerca de este río está
la Colonia « Teresa Cristina. »
En el Barreiro: Cogiba-paro, donde existe
la C )lonia del Sgdo. Corazón.
Muchas de estas aldeas han desaparecido.
D iv isió n de la tribu.
E l territorio ocupado por la tribu de los
roros se puetle di\-idir en dos partes, septentrio­
nal y meridional. La septentrional comprende.
1) L a parte superior del rio S. Lorenzo.
2) El rio Roncador con dos aldeas á la orilla3) E l rio Cayapó-Grande con tres aldeas.
4) El rio Barreiro con una aldea.
5) Los afluentes del Araguaya con dos ald
(1) L a palabra p aro si.^niñea desem bucadura. Los U
za re s preferidos por los Indios son siem pre las cuii.*up
d a s de los ríos.

— 243
La parte meridional comprenda las aldeas si­
tuadas en los afluentes y confluentes del Paranapanema, Pardo\,Verde, etc. y comprende ade­
más las grandes extensiones del Camapuan.
N u estras C olonias.
Se calcula un número total de diezmil Bororos.
Nosotros hemos abierto y a para ellos tres Co­
lonias y una residencia:
1) La Colonia del Sgdo. Corazón en el Rio
Barreiro;
2) La Colonia de la Inmaculada en el Río das
Garfas.
3) La Colonia de S. José en el Sangradouro.
4) La Casa-Misión de Palmeiras.
Si no nos faltasen los recursos; ¡cuánto más abundantes no serían los frutos entre estos esti­
mados salvajes!
A ntonio M .^ án

Pbro. Sal..

República flpgcníina
Misión de Río Gallegos
en el Territorio de Santa Cruz.
{Carta del P. Pedro Renzi).
Río G allegos, i M arzo ic>o9.

Revmo. y amadísimo Padre:
^^Vntes de partir para la otra Misión de
los Indios, en\*iarás una relación á
nuestro Superior el R. P. Rúa dándole
cuenta del bien llevado á cabo durante estos tres
años que te encuentras en esta casa y no callando
tu última visita á los indios.
-\sí me escribía, pocos días hace, Mons. Fagnano. Y he aquí, amadísimo Padre, que obe­
dezco alegre, haciéndole antes una pequeña des­
cripción de estos lugares á fin de que se haga V.
cargo de lo grandes que son las dificultades que
aquí encuentra uno para lograr un poco de bien.
Rio Gallegos. — S u s habitantes. — Indife­
rencia religiosa. — A specto de sus con­
tornos.
Rio-Gallegos, ó simplemente Gallegos, es una
ipoblación que cuenta apenas unos 600 habitan­
tes, la mayor parte europeos y españoles sobretíKio; pero á pesar del reducido número de habi­
tantes, es el centro más importante del territorio
dt >anta Cruz, por lo que es residencia del gobernacior y demás autoridades.

E l nombre de Gallegos data del tiempo
de Magallanes. Se cuenta que éste, no pudiendo
soportar y a por más tiempo en su nave á algu­
nos españoles de Galicia, por rebeldes é indisci­
plinados, los abandonó en estas desiertas playas,
ó mejor dicho, á la desembocadura de un río que
desde entonces llevó el nombre de Río Gallegos.
E ste es el origen. Pero la actual ^^lla, de \'einte
años á esta parte, pretende progresar más y más,
con el fin de rivalizar con la floreciente ciudad
de Punta Arenas perteneciente á la vecina re­
pública de Chile. Viendo el Gobierno de la Ar­
gentina el partido que podría sacar de un puerto
propio, en el estrecho de Magallanes, y no po­
seyendo ni siquiera un palmo de terreno en aquel
punto, favoreció el incremento de Río Gallegos
que es el que se halla más cerca al estrecho, pero
y a sea por la dificultad del puerto, y a por el pro­
digioso desarrollo de Punta Arenas que absorbe
todo el comercio, el caso es que Gallegos después
de un primer empuje en que llegó á más de mil
habitantes, empezó de nuevo á decaer y conti­
nuaría decayendo siempre más si no la sostuviese
la ventaja de hallarse cercana á Punta Arenas.
L a mayor parte de los habitantes son cató­
licos; por esto es que el Prefecto Apostólico Mons.
Fagnano encargaba y a desde Septiembre de
1899 al P. Juan Bernabé, la construcción de una
iglesia y un colegio que inmediatamente se halló
frecuentado por 28 alumnos, cuyo número fué
siempre aumentando, hasta que el año p. p. lle­
garon á 66 entre iqtemos y externos. Alguno se
figurará que es una cantidad muy exigua, pero
hay que tener presente que en todo Gallegos no
pasan de 70 á 80 los niños de seis á catorce años
esto es, de la edad en que el Gobierno manda
frecuenten las escuelas. Con esto puede V. \ cr.
amadísimo Padre, que casi todos los niños asis­
ten á nuestras escuelas, y se les instruye en
nuestra Santa Religión y este, en efecto, el
consuelo más grande que nuestro corazón e x ­
perimenta.
Pero también aquí, ¡cuántas amarguras y
cuántos desengaños! También aquí se ven niños
de tierna edad que dan y a muestras de impiedad
ó indiferencia religiosa á pesar de nuestras fati­
gas... Pero no hay que extrañarse de esto, puesto
que los hijos siguen ordinariamente los ejemplos
de los padres; en efecto, siendo los tales habi­
tantes la mayor parte comerciantes y hallándose
del todo preocupados por sus negocios tempo­
rales, frecuentan raras veces la iglesia, por lo cual
pueden contarse con los dedos las pocas almas
verdaderamente fieles. Y lo que es peor, muchos
padres ni siquiera permiten que sus hijos cum­
plan con los deberes de un buen cristiano. Esta
es ciertamente una triste verdad.
Otro escollo que aquí encuentra el misionero

— 244 —
es el continuo cambio de la población. Pueden
contarse las familias que tienen ocho ó diez
años de permanencia; la mayor parte permanecen
uno ó dos años y marchan después á otras re­
giones. Imagínese pues, amadísimo P. Rúa, cual
no será nuestra pena, al ver que tan pronto como
hemos comenzado á recoger algún fruto, nos
hallamos siempre obligados á comenzar de nuevo.
lam bién el clima de Gallegos, aunque sano,
contribuye mucho á alejar á sus habitantes, pues
no es agradable. Raros son los días en que no ten­
gamos viento, y éstos casi todos en invierno
cuando el termómetro marca i8, 20 y hasta 26
grados bajo cero. Y cuando le digo que el viento
sopla, no crea que sea un vientecillo suave, sino
que es un viento tan fuerte que una ó dos veces
al mes se convierte en un violento huracán, que
barre las calles, que llena las casas de un polvo
denso y espeso, levanta las planchas de zinc que
forman los tejados de las casas y las hace volar
como ligeras plumas, derriba las chimeneas de las
casas y arranca hasta las paredes. En la fiesta de
la Purificación de la Virgen, el año pasado, nos
destruyó el huerto que con tanta fatiga habíamos
cultivado y en cambio nos trajo el techo de dos
ó tres casas; y «ste año en el mismo día, á fin de
conmemorar el aniversario, arruinó una parte
de un cuartel tx)n una extensión de unos 200 m.
de longitud. Y me bastará decir que desde el 12
de P'noro hasta hoy, no nos ha dejado en paz un
solo día.
Con tales vientos, todos podrán comprender
que el panorama de Gallegos no puede ser de
ningún modo bello y hermoso, .sobre todo para
aquellos que han nacido en las li.anuras.de Italia,
ó cutre los valles de los Alpes tan ricos de vege­
tación y perfumados con el aroma de mil llores.
Aquí todo es monotonía y tristeza. Desde el Sud
al Oeste se extiende una inmensa llanura ar­
diente por los rayos del sol y sólo á lo lejos se ve
alguna que otra colina; y se engañaría todo aquel
que se figurase enc<mtrar á lo menos allí entre
dichas colinas bosques frondosos, valles amenos
y fuentes cristalinas. Nada de esto; sólo se en­
cuentran rocas vv>loánicüs y montones de piedras
de la misma especie, donde sólo resuena el pene­
trante chillulo del halcón, acurrucado en su nido,
mientras que entre la abertura que forman dos
piedras asoma el luK'ico de una zorra que espan­
tada ]ior el trote del caballo corre á refugiarse á
su guarida. Aquellos montones de piedra que no
son otra cosa que las faldas de otros montecillos
en cuya cima se divisa el cráter de un volcán ya
eNtinguido son las únicas cosas que rompen la
monotonía de la llanura; la que se encontraría
abundantemente cubierta de vegetación si ol
cielo fuese más benigno en la lluvia; y si el
viento no lo arrebatase todo despuntarían tam­

bién las florecillas: existe no obstante una planta
llamada mata negra que es una especie de ciprés
de olor resinoso y de color verde-oscuro, que es
el único combustible para el pobre y que se le­
vanta sobre las demás hierbas como d mirto en
un cementerio. Árboles un poco altos no se ven
ni siquiera en los huertos, donde á pesar de todos
los cuidados apenas un sauce puede levantarse
raquítico á la altura de dos metros.
Escasos son también los animales si exceptua­
mos el avestruz [rhea americana) y d guanaco
{lama hnanacus) con cuya piel se cubren los in­
dios. Estos dos animales son los únicos que han
siempre suministrado al pobre indígena la carne
y los medios de obtener alguna ganancia. Existe
también la zorra patagónica más pequeña que
la europea y mucho menos astuta y que por cierto
no honra á sus hermanas de nuestras regiones.
H ay también otro animalito que abunda bas­
tante y que merece ser descrito aúnque es bien
conocido por los americanos de estas regiones.
Se llaman zorrillo {mephitis suffocans), es de la
familia de los carnívoros, es d d tamaño de un
gato, de un color pardo oscuro y adornado con
dos listas blancas por ambos lados de su cuerpo;
se alimenta de huevos, insectos, pájaros y pe­
queños mamíferos y alguna que otra vez entra
en los gallineros de las casas para hacer es­
tragos tanto más qué ni eí perro ni el hombre
se atreven á acercársele. Esto es efecto 110 tanto
del miedo sino más bien del asco que pro­
duce á causa de un líquido de un color ver­
doso y de un olor muy repugnante que encierra
en dos glándulas y que cu caso de peligro escupe
á más de dos metros de distancia. Esta es su
única defensa pero tan potente, que produce un
asco terrible, sobre todo á quien lo ha probado
una vez. Basta decir que si una pequeña gota de
aquel líquido cae sobre un vestido, 110 haj' medio
de hacerle perder aquel mal olor y es necesario
quemarlo. Es necesario hasta abandonar la casa
.si este animalito, tan hermoso en apariencia,
llega á ensuciarla con esta ponzoña. Un perro, de
cualquier modo que se manche con este líquido,
empieza á correr como un loco, se echa en el
agua, se arrastra por el fango y por semanas y
semanas quedá como estúpido. Y no obstante,
la piel del zorrito, ahumándola pierde todo el
mal olor y es bastante buscada, y no falta quien
dice que hasta sus carnes son agradables al pa­
ladar.
Estos son los seres más importantes del reino
animal en los contornos de Rio-Gallegos.
I,a única riqueza de estas tierras v no de escasa
importancia es la cría de ganados en gran escala.
Todo propietario compra, ó alquila á lo menos
un centenar de km. cuadrados de terreno y ailí
mantiene millares y millares de ovejas, cuva

— 245 —
mas!... ¡Oh! Estamos ciertos que la devoción á
la Sma. Virgen ha de salvar á Río Gallegos; y ella
demuestra en efecto su predilección con gracias
continuas y señaladas.
Una pobre esposa educada cristianamente
sufrió el desengaño de unirse con un sujeto que
la prohibió entrar en la iglesia; y habiendo enfer­
mado gravemente, no quería de uiugún modo
recibir los SS. Sacramentos por temor á su ma­
rido que la había amenazado con el divorcio si
llamaba al sacerdote. Sus padres y hermanas,
católicos fervientes, afligidos en gran manera
hallaron el modo de introducirme á visitar á la
enferma, pero todo fué inútil. E n vano traté de
persuadirla que antes que obedecer al marido era
necesario en aquella circunstancia obedecer á
Dios. Tuve que salir sin haber conseguido nada,
pero le aconsejé que empezara una novena á
Oratorio festivo y pequeño teatro. — D e­ María Auxiliadora y a que nos hallábamos á mi­
voción á la Sm a. V irgen. — E n tre los en- tad de mayo. ¡Oh bondad de María! E l día 24 por
' carcelados. — Bautism o de un indio y a
la mañana mientras me preparaba para celebrar
adulto.
la santa Misa, llega á toda prisa una de sus her­
Como y a dije antes, el número de niños que manas y me dice que corra á administrarle los
asisten á nuestro colegio aumentó hasta ahora Santos Sacramentos, porque quería morir como
de año en año, pero esto seria poca cosa si, gracias católica, y en efecto los recibió con-gran edifica­
á Dios, no creciese entre ellos el espíritu de pie­ ción y pocos días después expiraba en el Señor.
Un pobre padre de familia, empleado público,
dad. l,a mayor parte de ellos no faltan nunca á
la Santa Misa en los días festivos, lo mismo que fué hallado en una habitación donde hacía poco
á la clase de catecismo. Entre los mayorcitos se había sido robada una suma considerable de di­
ha establecido la compañía de S. Luís y todos nero. Y aunque la tal suma no fué encontrada
en su poder, no obstante las sospechas y las cir­
los meses se acercan á los SS. Sacramentos.
Con el fin de animarlos siempre más. hemos edi­ cunstancias comprobantes se multiplicaron de
ficado un pequeño teatro según el espíritu de tal modo en su contra que fué puesto en la cárcel
porque parecía absolutamente falsa la protesta
D. Bosco; y fué una verdadera novedad para
de su inocencia. L a familia se dirigió en tales cir­
Gallegos cuando dos años hace, en el día de la
distribución de premios, nuestros niños represen­ cunstancias á María Auxiliadora y esta buena
taron por primera vez una farsa en dos actos ame- Madre acudió en su ayuda cambiando inmedia­
nizand«i la función con algunos ejercicios gimnás­ tamente las cosas de tal modo, que el juez, des­
ticos, cantos y diálogos. Asistieron las autori­ pués de pocos días, tuyo que declararlo ino­
dades del territorio y las principales familias y
cente.
Hacía algún tiempo que visitaba á un enfermo
todos quedaron satisfechos y maravillados.
Y aquí, en honor á la verdad, debo decir que de gravedad, pero lo exhortaba inútilmente á bien
el bien se propaga aunque con lentitud; y debido morir. Siempre que tocaba este punto me res­
al buen ejemplo de los niños, en las novenas, tri­ pondía: #No me hable de ésto, padre, no lo quiero.
duos y fiestas de la Virgen, la afluencia á la igle­
Pecados no tengo y con Dios y a me arreglaré yo *,
sia empieza á ser un poco más numerosa. Tc^os y se mostraba tan decidido que me parecía mejor
los años en la fiesta de la Inmaculada, si el tiempo
no insistir. Mientras tanto, la muerte se acercaba
lo permite, organizamos una procesión; y en á grandes pasos y ¿qué hacer en tales circunaquel dia ¡de cuánta a la r ia no se llena el cora­ tancias? Una tarde habiendo recibido la misma
zón de todos! « Vhim os en otro mundo — ex- respuesta, vol\*i á casa y llamando á los niños,
cl ;:naban algunas personas el 8 de diciembre p. p.
los reuní ante d altar de la Virgen, y les hice rezar
— en un mundo nuevo, sobrenatural y lejano por aquel pobrecito. ¡Oh! si esto no me hubiera su­
del materialismo que todo lo invade Y cuando cedido á mi, quizá me costaría creerlo, A l día
las últimas notas del <• Adiós. Reina del Cielo > siguiente cuando vol\ú á \TsitarIo, apenas me
bajan graves y trémulas, sobre la multitud de los \-ió, me dijo: « Padre, me parece que y a no me
fieles, cuando aquel adiós tan dulce espira entre levantaré más de este lecho, por lo que le ruego
acordes del arraonium, nadie se mueve, todos me confiese. A estas palabras no supe que res­
'Utienen el aliento y muchos derraman lágri­ ponder, pero dos lágrimas de alegría corrieron
lana se transporta todos los años á Gallegos y de
aquí á los grandes mercados europeos. Además
en los almacenes se hallan ocupados en grandes
V pequeños negocios que suministran víveres y
vestido á la gente del campo y hé aquí como ^dve
la gente de Gallegos, toda dedicada, como decía
antes, á los quehaceres materiales y bien poco
dada á las cosas del alma.
Pero y a es tiempo que dejando todas estas par­
ticularidades, le hable, amadísimo P. Rúa. del
bien, aunque escaso, que sus hijos, gracias á la
bondad de Dios, han podido llevar á cabo. No
valdría siquiera la pena de recordarlo, pero á fin
de dar un consuelo á su corazón, y al mismo tiem­
po para que nuestros cooperadores vean que ha­
cemos lo que podemos para cumplir con nuestro
deber empiezo mi breve narración.

— 246 —
por jiiÍH inejillüs, y bien preparado el pobre hotabre expiró pocos días después.
También entre los encarcelados nuestra mi­
sión produce abundantes frutos. Todos los do­
mingos les damos alguna conferencia religiosa,
les explicamos el S. Evangelio ó el catecismo y
¡con cuánta satisfacción nos reciben! El año pa­
sado, hablándoles de la misericordia del Señor
pude obtener que casi todos encontrasen el per­
dón de sus culpas á los pies del sacerdote; y fue
en la misma cárcel donde también encontré el
primer indio adulto al cual administré el Santo
Bautismo.
Este pobrecito ha caldo en manos de la jus­
ticia por un delito, del que ni siquiera él mismo
sabe darse cuenta; pero mientras hay otros que
se desesperan y no pueden sosegarse, él trabaja
tranquilo y es el que más estudia. Si V. lo viese,
amado B, Rúa, en los momentos libres; con su
silabario en las manos, arrodillado en el suelo y
escribiendo sobre un escañol De este modo, en
poco tiempo, no sólo ha aprendido el español con
bastante corrección, sino que sabe leerlo y escri­
birlo bastante bien. ¡Y tan ignorante como pa­
recía! Cuando empecé á enseñarle el catecismo
le rc]>etí un sin número de veces que sólo había
un Dios. Volví al día siguiente y le pregunté :
— ¿Cuántos dioses hay ? — y él con toda tran­
quilidad me respondió :
— Dos.
— ¿Dos? conteste yo; pero ¿qué es lo que te
enseñé ayer? ¿No te dije que hay un solo Dios?
— Sí.
— Entonces, ¿porqué me dices dos?
Y me contestó;
— Ayer uno, hoy otro y mañana otro.
Se habla figurado que Dios cambiaba cada día,
como cambian las hojas del calendario. Con toda
paciencia continué instruyéndolo, y en poco tiem­
po tuve el consuelo no sólo de }>oderlo bautizar,
sino que también el de poderlo administrar la
S. Comunión en pública iglesia, en el día de Pas­
cua, apadrinándole el Sr. Juez, nuestro bene­
mérito Cooperador, D. Domingo Guglielmelli.
Como V. puede ver, amadísimo Padre Rúa,
también en estas tierras algunos frutos alcan­
zamos.
Una excursión por el Territorio. — Tres
bautismos. • -- Entre los indios — Cele­
bración de la Santa Misa y otros n bau­
tismos.

Después del 25 de Diciembre p. p. con el per­
miso d» Mons. Kagnano hice una excursión por
el Territorio. Deseando hacer algún bien tomé
en mi compafiia el coadjutor Pablo Coffré y nos
dirigimos directamente donde habitan los indios
en sus atrpas ó cabanas. Están á la distancia de

tres días de Gallegos si se llegan á hacer 60 km.
por día. Durante el camino no hay nada nuevo,
siempre la misma monotonía. Sólo de cuando en
cuando se ven correr de una parte á otra ban­
dadas de avestruces, que atraviesan el campo
en todas direcciones y manadas de guanacos que
con sus relinchos todavía más agudos que los
del caballo, interrumpen aquel silencio sepulcral
en el que se halla envuelta la naturaleza. Lle­
gando no obstante á un cierto punto, he aquí
que el terreno cambia de aspecto, nos encontrá­
bamos ante un pequeño valle regado por un ria­
chuelo, el Coy que dividiéndose y subdimdiéndor* en \’arios arroyos, parecía todo de plata á
los reflejos de los rayos solares. Las plantas cre­
cían verdes y abundantes y las blancas ovejas
acabadas de trasquilar pacían en medio del verde
prado; por ambos lados del valle se levantaban
varias cabañas con su techo de relucientes planclias de zinc; por una parte oíase el ladrido de
un perro, por otra el relincho de los caballos y el
canto dulce del pastor, en suma allí reinaba la
vida, ia prosperidad y la alegría. Era un verda­
dero oasis en medio del desierto. ¡Qué bello es,
después de años y más años el poder contemplar
un pedazo de tierra que se asemeje á lo menos
á las verdes campiñas de la Italia! ¡Qué alegría
no siente el corazón, cómo se agolpan á la mente
las memorias de la primera edad I
En todas las cabañas fuimos recibidos con
mucha cortesía aunque la mayor parte de aque­
llos propietarios son protestantes. Bauticé á tres
niñoíí en el primer día del año, y en aquel mismo
día mo puse de nuevo en camino y después de un
día entero y una noche, al escampado llegamos
finalmente á las cabañas habitadas por los indios,
situadas á la orilla de una laguna. Con gran dis­
gusto no encontré sino cinco familias, todas las
demás habían salido á la caza de guanacos, y
se encontraban muy lejos.
I,as cabañas de estos pobres indios pertene­
cientes á la raza de los TehuelcJtes. son todana
rudimentales. Imagínese unos cuantos palos de
unos dos metros de altura clavados en el sudo,
y atra\*esados en alto por otros palos y cubiertos
de pieles; por la parte que mira ai mediodía están
abiertos y sólo cierran en las noches que hace
mucho frío; cuando el viento sopla por aquella
parte hacen dar la \'uelta á las pieles y entonces
quedan abiertas por el lado opuesto. Dentro de
estas miserables cabañas, vive toda la familit
no sólo las personas sino que también los peños
y a\-estruces que los indios aman como ásns
hijos. Durante el día las mujeres se ocupan ef
coser las pieles de los guanacos para que
de frazadas mientras que los hombres montad^
en sus caballos se dirigen á la caza.
Encontré, como le dije, solamente cinco íai

— 247 —
lias que me acogieron muy bien y prepararon
inmediatamente una cabaña para m í y para mi
compañero. Permanecí algunos días entre ellos
instruyéndoles en las prácticas de nuestra santa
Religión, y tuve el consudo de poder adminis­
trar once bautismos. Todos los indios,' reunidos
ante nuestra tienda, asistieron á esta c^emonia
con un silendo rdigioso. Cdebré también la santa
Misa en un altar pobre, hecho como se pudo con
tres cajones, entre los ladridos dé los perros que
venían hasta mis piés olfateando y siempre ro­
deado por los indios que con la boca abierta, obser\ aban todas las ceremonias, sin dejar por esto
de pasarse entre ellos uno tras otro la media ca­
labaza en la que aspiran el maU. ¡Qué fotografía
más original no se hubiera podido sacar entonces!
Después de haberles regalado á todos una me­
dalla de María Auxiliadora, que inmediatamente
colgaron de su cuello, nos vohúmos á Gallegos
plenamente satisfechos de nuestra excursión.
Dejo para otra vez algunas otras noticias por­
qué ya es demasiado larga esta mi carta.
Mañana, por orden de Monseñor, saldré de
nuevo para visitar todo el Territorio y bautizar
á muchos otros indios. A mi vuelta le escribiré
de nuevo. Mientras tanto bendígame, amadísimo
Padre, y no se olvide en sus oraciones de
^ Su aftno. hijo en J. C.
Pbro. P edro R enzi ,

Misionero Salesiano.

BIBLIOGRAFÍA
Mucho nos alegró, el haber recibido bien encuader­
nada toda la .colección del Periódico Semanario
« Don Bosco » que editan las Escuelas de Artes y
Oficios de Santa Tecla (El Salvador C. A.). Mil
a^n^deciniientos, mientras encomendamo.s á los
C;-.o¡)cradores de Centro América de proteger
dicha publicación que ha ya recibido los para­
bienes y bendiciones de muchísimos miembros
úu! Episcopado Americano.
Libreril Siiesiaos de Sarrii (España) acaba de
public.^r im magnifico Catálogo ilustrado de María
AN';ii¡a;iom. Contiene la lista (catálogo) de todas
>'bras, trabaj''.- y objetos que se refieren al culto
id-j Mnría .Auxiliadora, como libros, medallas, alfifs;>, iinperdibles, prendedores de corbata, etc., etc..

Se manda gratis á quien lo solicite (Barcelona,
España, Apartado i 75-)De la Librería loternadooal de Luis GHl (Barcelona,
Balmes 83. Datos para la Historia del Tradicionalismo
Político durante nuestra revolución, por D\ José
Bnrch y Veniós Pbro... Un volumen en 4®de .16x25
cm.. En rústica 3 ptas., en tela inglesa, rótulos en
oro 4,50. Está inspirada en las doctrinas de Bahhes
y de los dos Papas Léon XIII y Pió X,
La Caridad Sacerdotal. II Tomo. En el anterior el
R. P. Desurmoui, redentorista, e.studióla Teología
Pastoral como ciencia; en este segundo la estudia
como arle de conducir las almas á Dios. Es el
III Tomo de la Biblioteca Religióit y;CuUura 607
págs. de 12^X20 cm. 4 pts. en rústica y 5 encua­
dernada.

Religión y Cnltnra. Vol. III. — La Candad sacer­
dotal. por el P. D e s u r m o n t , Redentorista. II Tomo.
Trátase en él con admirable competencia la Teo­
logía pastoral como arte. 607 pág. de 12 per 20 cms.
4 pts. en rústica y 5 encuadernado.
Recnerdo del Colegio. Lecturas amenas y edificantes,
dedicadas á la juventud de los colegios católicos, por
la Madre M a r ía L o v o l a , autora de Jesús de Nazaret. — El nombre de la ilustre autora y el de su
director P. Thurston son la mejor recomendación.
Un vol. de 12 i p per 19 112 cms. de nutrida lec­
tura. — Ene. en cartoné, en artística cubierta á tres
tintas; ptas. 2; lujosamente encadernado pts. 3.
Poesías Litúrgicas ó Metro y Ritmo de las compo­
siciones poéticas contenidas en el Breviario y Mi­
sal Romano para uso de los Seminarios por Vicente
Catalagury B. — Valencia (Esp.). Ti|X)grafia .Salesiana, 1909. Elegante volumen de 104 pág., i pta.
El autor ha prestado con este corto ¡>ero exce­
lente tratado un verdadero servicio nó sólo á los
Seminaristas, sino á todos los que a.spiren á co­
nocerla hermosa poesía eclesiástica, tan acomodada
á la manifestación de los sentimientos cristianos y
al fin á que se la destinó, cual es el canto y, me­
diante él, la elevación del alma.
De los herederos de JUAN GILI, Barcelona,
C. Cortes, 581.

Guía de la alma infantil, devocionario para los niños
por Dña E l v ir a C a s .n b l a x x a . — Elegante tomito
de 191 págs. encuadernado en tela inglesa, rótulos de
oro I p í a .

EL CULTO

de

? \u x ilia d o ra .

NóB ten em os Im p e rsu stió n d e qu e, en la s vicleitu d es & lorosaa de lo s tiem p o s que
ntraveaam oa, no nos quedan m is co n su elo s que lo s d el C le 'e , y en tre é sto s, la poderosa
p rotección de la V irgen ben d ita, que fué en todo tiem po el A u xilio de lo s Cristianos.
P ío X .

-------

Boo8 (lo la PioBfa de M. Auxiliadora
MADRID. — lil mes de nuestra excelsa Patrona
María Auxiliadora fué celebrado en la Casa salesiana de la Corte con solemnidad. Fué todo él
predicado, turnándose en las pláticas los sacer­
dotes de la casa. La novena predicada por los
distinguidos y fervorosos Cooperadores D. Jesús
Porta. D. Lucio Herrero y I>. Juan José San­
tander. sacerdotes de Madrid, resultó solemní­
sima, tanto por la elocuencia y unción de los
oradores sagrados como por las angelicales voces
de los niños y el esplendor de las sagradas
ceremonias, á todo lo cual hay que añadir la
sorprendente y celestial visión que ofrecía el ar­
tístico camarín de María Auxiliadora en el que
la imagen se destacaba radiante entre una
nube de luces y flores.
El día de la fiesta, sobre todo, fué cuando se
vió realmente lo mucho que en pocos años se
ha extendido en esta Corte la devoción á la dul­
císima advocación de Auxiliadora de los Cris­
tianos. No obstante ser día laborable y hallarse
la iglesia en un barrio eminentemente obrero,
desde muy temprano acudieron numerosos
fieles de todas clases á oír Misa y <iomulgar.
Pero donde el entusiasmo llegó al colmo fué en
la misa de ocho en la que se llenó materialmente
la iglesia, recibiendo el Pan de los Angeles todos
los alumnos, entre éstos cuarenta por primera
vez. y un número extraordinario de devotos ve­
nidos muchos de ellos de los barrios más lejanos
de Madrid.
La Misa solemne se cantó á las lo y ^ Ueinándose nuevamente de fieles el templo.
A las 5^2 Pse cantaron solemnes vísperas
y á continuación pronunció el panegínco de
María Auxiliadora el fervoroso Cooperador Don
Antonio Carralero. Párroco de Vallccas (ifadrid)
quien con mucha elocuencia y entusiasmo de­
mostró la sabiduría de la Iglesia en invocar á
María como Auxilio de los Cristianos así como

(
''

^

el acierto y celo del Venerable Juan Bosco en
escoger y propagar esta devoción por todo el
mundo. Todo este día fué muy visitada la be­
llísima imagen de María Auxiliadora tanto por
los niños como por sus familias y Cooperadores
de todos los puntos de Madrid, los que tam­
bién presenciaron la ascensión de bonitos globos
y la quema de fuegos artificiales en el patio.
L a conferencia reglamentaria fué dada el día
27 del mismo Mayo en el salón de actos de la
casa por el ilustre y sabio Director del Obser­
vatorio Astronómico D. Francisco Iñiguez,
quien desarrolló magistralmente el siguiente
tema: « Causa priníripal del malestar que siente
la sociedad en los momentos actuales » ó sea el
abandono total en que por parte de los más
se deja al pobre, é injusticias que con él se co­
meten. lo que trae como consecuencia necesaria
el odio profundo del pobre al rico y el fomento
de las ideas destructoras de la misma sociedad.
De esto dedujo que era necesario un hombre y
utia obra que, enseñando al rico práticamente
sus deberes y atenciones para con su hermano
pobre y á éste el conocimiento y práctica de la
religión junto con lo necesario para vdvir hones­
tamente y contento con su suerte, formase como
el lazo de unión entre j>obres y ricos; este hom­
bre, dijo el ilustre conferenciante, es el V. Juan
Bosco, y esta obra, la Obra Salesiana ó sea la
fundada por él mLsmo.
Como digno remate de esta reseña diremos
que el sábado 29 de Mayo recibieron los Salesianos de Madrid la honrosa y agradabilísima sor­
presa de la visita de S. A. R. la Srma. Sra. In­
fanta Da. María Teresa á quien acompañaba
su dama la Sra. Condesa de Mirasol. Sabido es
que la Augusta Señora es Presidenta honoraria
de las Cooperadoras de la Corte y que se inte­
resa mucho por la obra salesiana. de lo que tiene
dadas muy elocuentes pruebas. Por esto, y po*
niendo una vez más de manifiesto su rara hu­
mildad, sin pre\-io aviso quiso visitar por se­
gunda vez la casa salesiana construida y la®
reformas llevadas á cabo en las escuelas.

— 24 Q —
S. A., acompañada por el Director, visitó
detenidamente la iglesia, las dependencias de
la casa y especialmente las escuelas, dirigiendo
á todos frases de aliento y cariño que hacían
prorrumpir especialmente á los niños en ver­
daderas explosiones de vítores y aplausos. L a
bondadosa Infanta dirigió al Director muchas
T acertadísimas preguntas que demostraban
claramente el grandísimo interés que tiene por la
obra salesiana y lo muy acostumbrada que está á
proteger las casas de beneficencia. Terminada
la minuciosa visita se dispidió la Augusta Se­
ñora muy complacida y haciendo votos por la
prosperidad de la obra. E l Señor le recompense
tanta bondad y haga que tenga muchos imita­
dores.
BARCELONA. — Sigmendo la costumbre de
años anteriores, se hizo el mes de María con toda
la solemnidad posible, predicando todos los
días el P. Matías Buil S. S. Durante la Novena
se turnaron en el pulpito renombrados oradores.
Muchos niños hicieron su primera Comunión
el día de la fiesta; la procesión fué muy concu­
rrida.
HUESCA. — El aumento de fieles que tomaron
parte en el mes de María, demuestra que la de­
voción á la Virgen Auxiliadora se extiende
por la Pro\’incia. Durante el triduo, predicó
magníficos y prácticos sermones, el R. P. Su­
perior de los Jesuítas D. Joaquín Ferrer y Na\-arro. Versaron sobre que la perfección es posi­
ble en todos los estados. La Sckola Canioruin,
dirigida por el hábil Mtro. D. R. Merca­
der, S. S. ha puesto de manifiesto su aprove­
chamiento en el arte divino en la interpretación
de la misa del Prof. Ravanello en honor de S.
José de Calasanz, el Trisagio de Alcántara, el
Tantum ergo de \'illani y Salve de Brunet.
Treinta niños recibieron por primera vez á
Jesús Sacramentado de manos del limo. Sr.
Obispo el día de la fiesta. Ofició solemnemente el
M. I. Sr. Arcediano de la S. I. C. Dr. D. Miguel
Supervía y cantó las glorias de María el R. P.
Ferrer. Honraron la mesa de los Salesianos el
Rvmo. Sr. Obispo y otros personajes eminentes
El mismo Prelado dió la Conferencia á los Coo­
peradores Salesianos, y la Bendición con el
Santísimo.
Los artísticos y devotos adornos de la iglesia
contribuyeron no poco á realzar las solemnida­
des y encender la devoción. Fueron debidos al
crio y buen gusto de las Señoras Presidenta y
Vice-presidenta de la Archicofradía de María
.\\ixiliadora.
8
B

V

CARMONA. — E l mes de Mayo celebróse con
A la fiesta precedió un majestuoso
I p d u o en la iglesia de Santa Clara, adornada

B

con exquisito giisto. Dirigía al numeroso au­
ditorio su autorizada palabra el R. P. D. Maxi­
mino Rodríguez S. S. L a Schola Cantorum Do­
mingo Savio, ejecutó varios cantos escogidos.
A las 7 de la mañana del 23 los músicos de la
Casa salesiana tocaban alegres dianas por las
calles de la ciudad y á las 8 se celebró la misa
en que hicieron su primera comunión 14 niños.
A las 10 oficio solemne, en que se cantó una misa
á cuatro voces y en seguida se organizó una lu­
cida procesión.
SANTANDER. — E l 2 de Junio el Rvmio. é
limo. Sr. Obispo bendijo solemnemente una
hermosa estatua de María Auxiliadora para
la iglesia parroquial de la Anunciación, siendo
padrinos D. José Sisniega y su digna esposa
Dña. Carmen Diego. E n los días 3, 4 y 5 tuvo
lugar el solemne triduo, predicando con ad­
mirable imción el P. Manuel Grana S. S..
¡Cuán satisfecha debió de quedar María Auxi­
liadora con la numerosa comunión que le ofre­
cieron los niños el día de su fiesta! Había cin­
cuenta que la hicieron por primera vez.
A toda orquesta se cantó la misa solemne.
Oficiaba el Dr. D. Jacinto Iglesias, Arcediano de
la S. I. C., asistido por los Rdos. D. Melchior
Salazar y D. Santiago Lobato, capellán de la Ado­
ración Nocturna. E l sermón estuvo á cargo del
P. Grana.
Por primera vez salió en Santander la proce­
sión de María Auxiliadora y á juzgar por las re­
laciones de los diarios fué un verdadero triunfo
para la Virgen de D. Bosco. Presidía el mismo
Sr.Obispo; había muchas banderas y 50 estandar­
tes. E l Sr. Coronel del Regimiento de Valencia
cedió galantemente la banda, los vecinos enga­
lanaron los balcones por donde había de pasar
y el cortejo fué numeroso y brillantísimo.
María Auxiliadora ha puesto su trono en San­
tander para gloria suya y provecho de la reli­
giosa ciudad.
VALENCIA. — E l entusiasmo conocido de los
Valencianos, no se ha desmentido en la celebra­
ción del mes y fiesta de María Auxiliadora.
Ochenta niños del Oalegio recibieron por vez
priníera el Pan de los Fuertes y también lo hi­
cieron casi igual número de niñas del Colegiode las Hijas de María Auxiliadora. E l panegí­
rico estuvo á cargo del elocuentísimo orador
sagrado Dr. D. Joaquín Guimerá Roca.
L a procesión fué lucidísima y hermosa. En
el cortejo llamó justamente la atención la Archicofradía de María Auxiliadora, que aunque
reciente, y a cuenta un gran número de socias.
Dos bandas de música amenizaron d tránsito,
y la devoción d d pxiebio fué verdaderamente
p d ifir a n tp .

— 250
A M É R IC A .
BOGOTÁ (Colombia), — De grandiosa califi­
can los diarios de la Capital la fiesta de nuestra
excelsa Patrona. No es raro. Conocido es el amor
que los colombianos profesan á todo noble ideal
y lo exquisito del gusto de los bogotanos, y la
devoción á María Aux. reúne en sumo grado
estas condiciones.
I/Os oradores del mes y en especial de la no­
vena se esmeraron sobremanera. Eminentes per­
sonajes y entre ellos el limo. Sr. D. José M.
Guiot, Obispo de los llanos de S. Martín y el limo.
Sr. Secretario de la I,egación Apostólica, tuvie­
ron á bien realzar con su presencia las funciones
y oficios en el altar.
lyU Escolanía del Instituto T.éon XTII se pro­
puso ejecutar música litúrgica de autores salesianos. como Pagella, Dogliani y Antolisei.
El pequeño clero dió á las funciones ese realce
y majestad que eleva tanto el alma. Da Aso­
ciación de María Auxiliadora que tiene ya
qoo socias celosísimas, trabajó con entusiasmo
IH)r laSiua. X'irgen. Su celo y sobre todo su buen
ejemplo contribuyeron á que el pueblo bogotano
honrara á la Sma. \’irgen con más de 4.000 co­
muniones el día de la fiesta.
Da Misa solemne tuvo lugar en la S. I. C.
Basílica, que para ese día se colgó de sus más
preciosos adornos. Ofició el limo, y Exrao.
Sr. l)r. D. Bernardo Herrera Restrepo, Arzo­
bispo de Bogotá y Primado de Colombia, asis­
tido ]>or su Cabildo, en el cual figura el limo.
xSr. Higuera. Obispo titular de Maximópolis.
Da hermosa y solemne Misa María .-D/.v/limti Chrisíianoritm de Pagella fué brillante­
mente ejecutada por la Escolanía .Salesiana.
El elocuente Padre Mateo Colón. Agustino,
tejió las glorias de María Auxiliadora, desarro­
llando un tema interesantísimo, cual es i) que
María es el entero consuelo y el porfi^i'to modelo
para el indiv iduo, la familia y la Iglesia y 2) quo
es la defensa y baluarte de la Patria.
El colegio salesiauo se vio honrado durantj
el (lía con las visitas del Exmo. Delegado Apostó­
lico. de los dignísimos Prelados arriba men­
cionados. de lus Ministros de Instrucción Pú­
blica. Guerra y Rclacióues Exteriores, del JI.
I. 8. Rcctivr (lel Colegio Mayor de Nuestra
Señora del Rosario, varios .señores canónigos y
personas notables de la capital. Cerró la fiesta el
limo. 8r. Übis])o Higuera, dando á los fieles la
Bendición del Santisisinio.
B\RR.\NQU1LL.\. - - Existen en la ciudad varias
c(.»fradias. Pues bieu. ellas quisieron tener el pla­
cer rio adornar por turno el altar y la iglesia para
las sagradas funcioucs, á las cuales acudía gran

número de fieles especialmente á las de la tarde,
en que había siempre sermón.
E l día de la fiesta tuvo que ser de gran ale­
gría para los ángeles y la Sma. Virgen. En todas
las misas se distribuyó buen número de Comu­
niones. En la Mayor, la Escolanía ejecutó muv
buena música y celebró las glorias de Mana
Aux. el R. P. Jacinto Bassignana, Director de
las Escuelas Salesianas.
Más de 50 personas dieron ese día su nombre
á la Asociación de María Auxiliadora.
Una imponente procesión cerró la fiesta.
Tomaron parte los Colegios y Cofradías con sus
respectivos estandartes, la Banda Nacional y
señores y damas principales. Sin embargo no
fué la pompa la nota principal: fuélo el recogi­
miento y la piedad. Al regreso de la procesión
recibieron los fieles la Bendición papal.
CONCEPCIÓN (Chile). — Hermoso proyecto. —
En el año 1912 celebrarán los Salesianos de
Chile las bodas de plata de las fundaciones sa­
lesianas en aquella República.
Para solemnizar esta fecha se levantará en
Concepción — primera cuna de las Obras sale­
sianas en Chile — un templo á María Auxiliadora
como testimonio de gratitud de los Hijos del
Ven. D. Bosco, de sus Cooperadores é Hijaj
de María Auxiliadora.
Para tan magna obra no se cuenta más que
con las riquezas de la Divina Providencia y la
caridad inagotable de los dev’otos de Nuestra
Madre.
I<os que contribuyan cíon su óbolo á la construcciüu del Santuario de María A., se harán acree­
dores á las bendiciones de esta Virgen bendita
y á todas las oraciones que los niiTos asilados
elevarán ante su trono todos los días.
Encoraendamos esta obra á nuestros lectore.'
y los tendremos al a>rriente de los progre.-"'
que luediante sus limosnas se podrán re.alizar.
I,,as ofertas se pueden remitir á los directores
de todos los Colegios vSalesianos con el fin de que
las remitan al Pbro. Bernardo Gentilini, director
del Colegio salesiano de Concepción de Chile,

Protección m anifiesta.
Seríamos hijos ingr.atos si no liii'iéseinas públi.'"'
i-uestro profundo agradecimiento á María Auxilié'
dor.a por las gracias especiales que nos ha dispm* j
sado durante el pasado curso de 1908 á loc '•
\
Por tres veces la muerte con mano despi.^.dad-'J
trató de arrebatanios la preciosa existencia de tr;

de nuestros colegiales heridos por una grave enfer­
medad que los puso á las puertas del sepulcro. Da­
das los armantes pronósticos del facultativo y la
pertinacia de la enfermedad, hubieran debido su­
cumbir en la flor de sus años, pero María Aux. á qmen
invocamos desde lo íntimo de nuestros corazones,
compadecida de nuestros sufrimientos, tendió su
reqio cetro y la muerte abadonó sus ya seguras pre­
sas. — El último de estos tres casos fué el más alar­
mante y en el que más resplandeció el poder de
María, pues el paciente atacado de una intensa
fiebre ataxia, en el paroxismo de la misma, deli­
raba casi continuamente, haciéndose tan extrema
su situación que todos temíamos de un momento á
otro el fatal desenlace. — En tan críticos instantes
lo encomendamos de nuevo á María Auxiliadora,
juzgando ser deseo de Ella el ser coronada si el en­
fermo sanaba de tan terrible mal. como sucedió
casi inesperadamente con gran alegría de todos.
— Hallábase la ciudad de Utrera presa del Sa­
rampión; temíame» sobremanera por nuestros ni­
ños. ¿Cómo en tan criticas circunstancias librar
de tan funesto contagio á los 300 alumnos de este
colegio? Nuevamente brilló el poder de María Au­
xiliadora bajo cuyo maternal manto nos cobija­
mos. El terrible morbo entró en el colegio, ataró
benignamente á 3 colegiales y retrocedió como im­
pulsado por fuerza misteriosa, demostrando asi que
uó á las excepcionales condiciones higiénicas del
colegio, sino á la protección de María Auxiliadora
debíamos el no lamentar las tristes consecuencias
de tan terrible mal.
— De nuevo vimos la protección de nuestra ce­
lestial Madre en el resultado de los exámenes ofici.aU-> pues los felices resultados superaron en mu­
cho ;i luanto nosotros pudiésemos ambicionar.
Y no N>lo en el Colegio sino también en la ciudad
se ha cxiH'rimentado la eficacia de la de%-oción á
M.:rií Auxiliadora, pues una señora de esta localid.id no.s comunica haber .sanado repentinamente
de !•-s olanuantcs.si.itomasde ima ‘^rave enfermedad.
De í.;stos favores hacemos público nuestro agrailecimiento .1 la Virgen de nuestro Ven. Padre y
fundador, al par que hacemos un caluroso llama­
miento .1 cuantas .se precian de ser sus devotos para
<iue ’.cudan á Ella en todas sus necesidades.
3 Junio 1905.

J osé M. M\^x f r e d in i Pbro..

Mosquera íColomb.;. — En la vecina ciudad de
J .iv atirú jugaba un niño de dos años llamado Teo■ brico Ih:erto, en un balcón del segundo piso de la
‘' ••,.1, De repente la creaturita desaparece, precipi­
ta :d) sobre el empedrado del patio. La abuelita que
«•-■ .taba alli, sobrecogida de horror, no pudo prestorU.- <jtro socorro que el grito desgarrador y confi.í:I * do
Asixiha.'jra!
\ los gritos de la anciana acude gente, bajan al
patio recogen al niño y. . no le hallan ni el más leve
ra-guñij ni magullamiento alguno.
.ágradecida la familia ha venido á dar gradas á
'loria Aux. en este su santuario redén levantado.
M iyo de 1909.

C é s .kr C é s a r i .

PresbUero Salesiano.

L a B isbal (Ecuador). — Diez meses hacía que
una hija m íid e 17 años era víctimade continuos dolore ^ sin que los más afamados médicos pudieran
aliviarla. Y a se terminaba la novena á María Auxi­
liadora que se hací \ por ella, sin notar mejoría cuan­
do hé aquí que una mañana, precisamente mientras
se celebraba por ella en el Colegio de lo.s PP.Salesianos, la encontramos vistiéndose sola y llena de
alegría. La curadón ha sido completa.
13 .•tbril 1909.
R \ món F a r n e n i.

Madrid (Esp.). — Estando ausente nuestro padre
le rogamos A María Auxiliadora que nos encontrá­
ramos á su lado en sus últimos momentos, y Ella nos
concedió no sólo eso, sino que muriera, como buen
cristiano. Además, cayendo enferma nuestra madre,
comenzamos ima novena, y antes de terminarla,
estaba completamente bien.
M a ! i V, F r e g u e r a s .

Santander (España).— H ada diez años que mi
hija Rosa padeda acddentes. Hace diez meses que
María A. se los quitó. Otra hija perdió el trabajo,
María se lo devolvió. Un hijito torddo por la espina
dorsal, se lo ofrecí á Ma: í i Auxiliadora y ya está en
\ í is de curadón. Este año temía una calamidad y
Ella la ha ahuyentado.
17 M .iyo 1909.

L

u is a

H id a l g o .

B ah ía B lanca (Argentina). — Cayó gravemente
enferma mi mujer. El médico de cabecera Dr. Adria­
no De Veres me dijo que no había esperanza alguna.
Se celebró una consulta de tres, y me declararon
que de un momento á otro la señora moriría. Afli­
gido en extremo acudí A María Auxiliadora seguro
de alcanzar la grada.
La eníenuedad. al decir de los médicos, era una
casi completa coiguladón de la sangre. Yo no .'^é
lo que seria, sólo sé que los médicos le hirieron sufrir
cuatro dolorosa.s operacioues y que si no. murió á
cansa de la fiebre y de la .sangre perdida, se debe á
un prodigio de María Auxiliadora.
Agradecido, ¡mblico la gracia y envío una li­
mosna.
A bril 25 1909.
E

l ís e o

Z .a t t i .

M ontevideo (Uruguay). — Atacado al terminar
el noddado de vómitos de sangre que me debili­
taron en extremo, miraba irrealizables los anhelos
de mi existencia; la vida religiosa y el sacerdodo.
Los médicos, irnos me aconsejaron dejar los estudios
y no faltó uno que tuvo la frajiqueza de aconsejarme
me preparara al gran paso de la eternidad.
Con poco éxito en los remedios, supliqué á María
Auxiliadora me permitiera realizar mis aspiraríoaes.
Fui mejorando, pude terminar m’s estudios filo­
sóficos. el trienio de magisterio y los cuatro años de
Teolí^a. Hoy, después de nueve años, he llegado

— 2 ^2 —
al sacerdocio, y gracias á Dios me eucueutro coa
fuerzíus para trabajar; por todo lo cual doy gracias
á María Auxiliadora.
J .J . A.
Sacerdote Salesiano.
L a Coruña (España). — Teniendo gravemente
enferma á mi liennana que según diagnóstico de los
principales doctores de Madrid tenia que sufrir ima
operación ó padecer durante toda su vida, recurrí
confiada á María Auxiliadora suplicándole curase á
mi hermana sin necesidad de ser operada. Cuando
ya mi querida hermana estaba decidida á sufrir la
operación á pesar del temor que le tenía y estaba
todo dispuesto, empezó la enferma á sentir tan no­
table mejoría que los médicos aplazaron primero y
desistierouTuego de la operación y hoy mi hermana
se encuentra completamente curada.
Convencida de que se trata de vma c\ira mila­
grosa por la intercesión de la Snia. Virgen María,
le ruego la publicación de este .señalado favor para
(jue redunde en mayor gloria de tan excelsa Madre
al mismo tiempo que le remito la limosna ofrecida
pora las obras salesianas.
Jo s e f a

de

F orreo

Pante (Ecuador). — Emprendí im viaje áQuito;
pero acometido en Guayaquil por las fiebres, perdí
completamente el cerebro. Los hábiles médicos de
la ciudad desesperaron de mi curación.
Mientras tanto, mi piadosa esposa, enterada por
personas amigas, de mi triste situación, se postraba
ante la imagen de María llena de fe. implorando so­
corro. Y el socorro vino. Estoy perfectamente bien.
Envío la limosna de lo sucres.
j6 abril 1906.
J u a n J osé G o n z á le z.

Dan también con toda la eluslóa de su alma, gracias ¿
Marta Auxiliadora y envían una limosna:
Bogoti (Col.).— La familia A. P, C., por haber
devuelto la salud á uno de sus miembros, ya via­
ticado.
Bahía de Cariquea (Ec.). — Da^ M. de /. A..
porque habiendo perdido completamente la salud
por unas fuertes hemorragias que le duraron cinco
mese.s, Maria Aux. le devolvió la salud. 10 pe.
setas. — Mafias Mesa, por la salud recobrada.
— Da. Juana Maria Jirón , por haberle devuelto
la salud, perdida por wna grave enfermedad de gar­
ganta que le impedia hasta respirar. — (7n devoto
por un gran favor. ■— D, Luis Maria Prieto, por
un favor recibido durante su penosa enfermedad.
Ecija (Esp.). — D. Patricio Estévex, jjor haber
conservado la vida y devuelto la salud á su madre.
Can¿ de la Selva (Esp.). — La familia Sallador,
por innumerables favores, y esi>ecialmente por la
curación de su hijo Narciso, enfermo de tifus y ya
extremaunciado.

Comalapa (Nicar.). — Da. Adela Enriques, por
haberle devuelto la salud á su tío Francisco, n
desahuciado y á su hermano Abelardo, gravisinio.
Cabudare (Ven.). — Una devota de M. A. por
la curación de su hermano. — Da. Elisa Perazi,
por la curación de un cooperador enfermo.
Legames (Esp.). — Un atnante de M. .<4. por U
curación de su hermanito y por haberle concedido
presentar nn examen muy satisfactorio.
Mataré (Esp.). — Los jóvenes D . Juan S. Sequeira, R. D. — Juan Ortega, Ernesto Garrete,
Ceferino Cuffi., Pedro Escursella, Rafael Ferrery y
Rafael Cerdá , alumnos del Colegio Salesiano de
segunda enseñanza, por haberles concedido brillantisimo éxito en los exámenes.
Mino de Medina (Esp.). — D . Víctor Relio,
Pbro., por haberle devuelto milagrosamente la sa­
lud á su sobrino Francisco Relio Monje.
Rocafuerte (Ec.). — Da. Rosario A . de Zambrano, por haber devuelto la salud al contacto üe
una medalla, á su nietecita María, á quien lloraba
por muerta. — Da. Angela Victoria Alcívar, por
haberla curado de una grave enfermedad á la vista.
L. 3 pesetas.
Sigsig (Ec.). — D . Adolfo Coronel, por la mi­
lagrosa curación de su hijo Salomón. L. 2. ptas.
— Da. Maria E. Bastes, por haber sanado de grave
enfermedad. L. 10 ptas.
Santa Tecla (El Salvador). — Da. Maria Re­
talia Ruis, por haber arreglado satisfactoriamente
un asunto.
Santander (Esp.). — Da. M. M. por haber su­
perado un obstáculo serio que se oponía á un pro­
yecto de necesaria realización.
Tumaco (Col.). — Da. Julia Campo fVeir, por
haber sanado á una sobrina suya de alienación
mental.
Utrera (Esp.). — D. José Narváes, alumno del
Colegio salesiano, por un favor recibido.
Vigo (Esp.). — lima. Teresa Pasó, por un favor
recibido. — D. A. C. por una gracia. L. 10 ptas.
— Da. Rosa Mediero, por un favor. — Da. Cartnen Seane del Porriño, por el gran favor de ha­
berla curado de la neurastenia, que había resistido
á médicos y medicinas.
P ID E N

O R A C IO N E S .

Da. Carolina Aria, de Tumaco (Colombia) para
alcanzar un favor.

o*

I,

y
1-

POR EL MUNDO SALESIANO
ESPAÑ A.
SARRIÁ-BARCELONA. — Fin del año escolar. —
Reputados artistas de la capital catalana (entre los
cxiales figuran algunos antiguos alumnos de esta
casa salesiana) han dado los exámenes finales á los
alumnos de nuestras Escuelas profesionales. Varios
de nuestros alumnos han terminado su aprendiwje
quedando á voluntad de ellos el hacer el curso espe­
cial de perfeccionamiento ó lanzarse á la lucha de la
vida en los talleres. Estamos seguras de que sabrán
mostrarse siempre y en todo li^ar católicos prácti­
cos. La Asociación de Antiguos Alumnos Ies abrirá
inmediatamente sus puertas.
El i8 Julio se verificó la distribución de premios.
No podíamos figurarnos tan solemne y gran­
diosa la distribución de premios y clausura del
año escolar.
A las 4 -J- de la tarde entró el Sr. Dr. Angel
Osorio , Gobernador de la Provincia y pasó á
ocupar la presidencia, mientras los alumnos en­
tonaban un himno de ocasión. En el estrado
tomaron asiento á un lado y otro del Magis­
trado, el R. P. Costamagna, Director del Esta­
blecimiento, el Magnifico Ayuntamiento de Sarriá, presidido por el Sr. Alcalde y el Sr. Juez,
el limo. Sr. Conde de Santa .María de Pomés,
el orador de brío, y varios otros personajes.
El patio central, en que se verificaba el acto,
estaba adornado con los atavíos de las grandes
fiestas. El lleno era inmenso. Los trescientos
alumnos se replegaban bajo los árboles fron­
dosos: toda la izquierda de la presidencia la
ocupaban los padres de los alumnos y numero­
sísimo público.
Ante ese auditorio pronunció el Sr. Conde de
Pomés un breve discurso de oca.sión , manifes­
tándose obserN'ador inteligente y agudo y pro­
fundo conocedor de la obra salesiana.
Inmediatamente después, la Presidencia re­
corrió la Exposición Escolar instalada en los sa­
lones del Establecimiento. El Sr. Gobernador
se mostró no sólo satisfecho , sino hasta admi­
rado al ver los trabajos realizados por los alum­
nos. que están rigurosamente clasificados por
cursos y secciones. Figuran allí obras de cada
escuela taller, cada una con su correspondiente
dibujo ó plano. S.>bresalen por su limpieza las
de los tallistas y encuadernadores. La escultura
nene bellísimas muestras, entre las cuales llama
just.tmente la atención un Santo Cristo en ta­
maño natural, no concluido aún, pero que re­
estudio anatómico y una Inmaculada Conípción — que los doradores han decorado con
sobriedad y gusto — de líneas delicadas y
fgular expresión de rostro.
"orno se ha dicho, cada taller y cada alumno

tiene su representación, asi como cada cual tiene
la suya en la enseñanza literaria y técnica.
Los estudiantes del Colegio del Santo Angel
ocupan con sus trabajos todo el salón de actos.
Hay allí trabajos manuales en papel cartón,
en madera y en mosaico de vidrio, que revelan
un buen caudal de paciencia, de consagración
y de gusto.
No puede uno menos de fijarse en una gran
esfera ó globo terrestre, trabajado en cartón y
yeso por los alumnos de la
clase comercial.
Los paralelos y meridianos, los mares y conti­
nentes, los ríos y montañas, los países, las ciu­
dades, todo está trazado con pintura de diversos
colores con verdadera habilidad.
Los jarrones, los paisajes en mosaico, las pa­
peleras y el edificio de Sarriá en pequeño, son
obras que denotan buena dosis de trabajo y
aplicación.
Es claro que en una exposición de esta clase
no deja de haber obras defectuosas; si las hay
en la Exposiciones de artistas ya perfecciona­
dos, no es de extrañar que las haya tratán­
dose de aprendices.
Pero en general la impresión es excelente,
como unánimemente lo ha declarado la Pren.sa
de Barcelona.
Inaugurada asi la Exposición, procedióse á
repartir los premios, principiando por los arte­
sanos. Se hizo por Escuelas y secciones, dis­
tribuyendo ante todo los premios de conducta,
luego los de trabajo y finalmente los de las
clases literarias.
El Catecismo tuvo su premio aparte, como
había tenido su certamen aparte.
Luego les vino su turno á los estudiantes.
La banda y la Schola amenizaban el acto.
Por lo bien ejecutados y la novedad en la in­
terpretación merece que consigpiemos aquí E l
Naranjero del Mtro. Pedrolini y el canto de des­
pedida del Mtro. De Vecchi.
A las 7 estaba terminado el acto.
Los superiores de la casa se creen en deber de dar
las más expresivas gracias á todos los señores coo­
peradores que contribuyeron con sus donativos á la
recompensa del mérito, y con su presencia al esplen­
dor de la fiesta.
BARCELONA — En el Instituto de S. José. — Her­
mosa sobre toda ponderación ha sido la fiesta en
honor del dulcísimo Corazón de Jesús. La banda ex­
terna del Instituto recorrió al amanecer las calles
adyacentes, anunciando á todos que se trataba de
honrar al Imán de los corazones.
Las Misas fueron amcurridísímas, las comunio­
nes muy numerosas, inspiradísimo el orador, R. P.
Buil, director d d Instituto.

— 254 —
I^a procesión de la tíirde no podía ser mejor: formabmi el cortejo: los Coros del Apostolado, el Cen­
tro « Ven. Juan Bosco *, los Antiguos alumnos, las
Hijas de María Auxiliadora con sus educandas, los
colegiales del Instituto, que pasan de 400 é innume­
rables fieles. Las graves marchas de la Banda y los
coros animaban aquel solemne cortejo.
lín medio del más religioso silencio cayó sobre
los fieles la inflamada palabra del P. Buil, animándülos á portarse siempre como buenos vasallos
del Rey Inmortal de las siglos y como dignos cela­
dores de la gloria y las leyes del Señor. H1entusias­
mo estudió en vivas á Cristo Rey.
Sí. icjue viva el Sagrado Cora/Zni de Jesús y (jue
nunca se apague su amor en nuestros corarxmes!

dores de la casa aprovecharon la fiesta de S. Rafael
para dar una prueba de agradecimiento al benemé­
rito Fundador, limo. Sr. Dr. D. Rafael Romero y
García. Para la fiesta se invitó á los músicos, can­
tores y cómicos de la casa salesiana de Cádiz.
I?1 amado Sr. Fundador celebró la Misa de Comu­
nión y al ver acercarse tantos niños á la sagrada
mesa, se conmovió profmidamente.
Por la tarde se hizo mía velada, primera fundón
de esa clase que presenció la barriada de S. José
del Valle. Esta circunstancia y el deseo de dar una
muestra de gratitud al bienhechor del barrio 110uienos que de los Salesianos, congregó en la casa sale­
siana la población en masa.
En fiestas de esta naturaleza se apodera del alma
•un seutimieiito indefinible,
mezcla de ternura, de devo­
ción, de alegría por el bien
realizado, de entusiasmo por
el bien que en lontananza se
\ islmnbra y de esa tristeza
vaga C[ue en medio de nues­
tros mayores trimifos y de
nuestros más legítimos goces
nos advierte que no somos
de este mundo. Todo debió
sentirlo el limo. Sr. Ro­
mero y García. Al fiuabzar
la velada, se levantó conmo­
vido á dar las gracias. Po­
dríamos reducir su breve
discurso en este pensamien­
to: « Mi afán durante toda
la vida, ha sido llevar alma-5
al Corazón de Jesús. Por
e.so esta mañana, al tener la
dicha de dar la Santa Coimmión á tantos niños, no
pude reprimir las lágrimas,
lie a(jui rcalizaílo mi sueño
dorado; he visto cou la iustalación de los Hijos del Ven.
QU ITO (Ecuador) — Nuevo O ratorio F estivo de Belén.
J uan Bosco cu estos campos,
reinar á Jesús entre estos
S. JOSÉ DEL VALLE.— Los comlenios de una casa.
campesinas necesitados y pobres. Doy jxir bien
— lín im risueño barrio rural de J erez de la Fron­ empleadas los sacrificios de toda mi vida. Esta ma­
tera se abrió no há mucho, una c;usa salosiana. Se ñana he sido recompensado con largueza *.
debe á la mmiificn geuertvsidad del limo. Sr. Dr. D.
El dia sigtiiente fné de campo para toda la casa.
Rafael Romero y Garda. Fl 31 de marzo llegaron Los uiños subían y bajaban y rodaban colinas y
los PP. Sulesiauos que hablan de abrir la futura
valles, hechos unas pascuas. La mayor parte de
Cíisa. Aguardábalos el fimdador, quien les hizo ima ellos no habían dado más paseos que los de las calles
rectqK'ióu .ligua de su Cíuridad y amor ú Dios y les y bancos de arena de Cádiz.
dió hasiKHlaje. Al día siguiente del Patrocinio de
El veterano de los colonos, Sr. Salvador, cono­
xS. Jasé ( i i maj’o) de 1908 se echaron las cimientos
cido nuis por el sobrenombre de t El Cojo la Brisa •.
de la nueva casa y se trabajó con tal empeño tjuo el obsequió á todos los niños con dulces y café. Ma.-; no
día de la fiesta del sirgrado Corazón de Je>sús {¿6 de queiiaba todo terminado. Después de cenar, U
junio) se aceptaron Uv>primeixvs alumuas cu la |)er- banda ilió un concierto en honor de D. Rafael.
sona lie los huérfanos P'raucisk'o y Antonio FcrEl 26 volvieron todos los niños á Cádiz, llevando
uaudez.
consigo las bendiciones de todos los habitantes de
Trabajumlo sin descanso, á mctliadas de setiem- S. José del Valle, que se quedaron suspirando por­
bn‘ se cubrió el cuerpo de ctlifido que había de ha­ que volvieran pronto de nuevo.
bitarse durante el curso de i9oS-i9x«4.
Sin uovalad de importaucia transcurnió el tiejupo
SANTANDER. ^
— • En honor de nuestro Exmo. Prc
hasta el ¿4 de octubre. Kra natm-al que la gratitud lado y Pastor, celebraron los Salesianos una espléj
so manifestara de alguna numera y asi los habita­ dida velada el día de S. Pedro, en que cump i-J

años de su entrada en esa diócesis. La concurrencia
t'ué muy nmnerosa y selecta. Todos los alumnos,
tanto los antiguos, como los que asisten actual­
mente á las clases, tomaron parte en ella. Las di­
versas piezas oratorias y poéticas fueron muy
aplaudidas. El coro de tiples, nutrido y bien edu­
cado interpretó diversas piezas con rara maestría
y los antiguos alumnos se portaron como verdaderos
artistas en la interpretación de Barro y Cristal y
La prova d'jm'opera seria.
Hubo necesidad de repetir varias de las compo­
siciones. Parece imposible que se puetian convertir
de este modo á minúsculos diicuelos en artistas de
verdad que saben cantar y sentir á la grande.
El Exnio. Sr. Obispo concedió á los niños mi
extraordinario día de campo. »
(Extractado de «Páginas Dominicales ¡t).

A M É R IC A
SANTA TECLA (El Salvador),— Mejor obsequio
no podían hacer á nuestra Augusta Madre María
Am^adora, los Salesianos salvadoreños, que el que
le hicieron instituyendo formalmente la Sociedad
de Antiguos Alumnos. Cuarenta fueron los que acu­
dieron al llamamiento del P. Misieri el 23 de mayo.
Además de ellos, asistieron á la inaugiuración dis­
tinguidas personalidades. Todos ellos se reunieron
en fraternal banquete. A los postres pronuncia­
ron entusiastas discursos el Dr. D. Salvador Flameuco saludando á la protectora de las Obras Salesianas, Maiii Auxiliadora y el Dr. D. Miguel
Fortí.i que felicitó ú los antiguos alumnos animán­
dolos á corresponder á las enseñanzas recibidas en
las c.)legios salesianos. Contestáronles los ex-almnnos Br. 1). Pedro Nuila G. y Br. D. Oliverio Valle
agradeciendo las frases y alientos que les dedica­
ran y manifestando á los superiores el agradeci­
miento de totios los ex-almnnos por las pruebeis de
afecto recibidas en aquel di i. La banda de la
casa ejecutó bellLsimas composiciones y no fal­
taron bellos cantos ejecutados al piano por nues­
tros hennanos Pbro. D. José Dini y D. Juan
V adone.
I^roceílióse á la elección de la Junta directiva, y
fue aclamado Presidente Honorario el R. P.
Misieri; y elegidos los efectit*os: Director, P. Miglia;
Presidente. D. José Prado A., Meepresidente, el
Br. Pedro Nuila G., Vocales. D. Laureano Za­
mora. Br. Oliverio Valle, y Br. Manuel Huezo; su­
plentes D. Roberto Esteves, Isaías Escobar, Sebas­
tián López Z., secretario Br. José Rivas R. y pro­
secretario D. Manuel Zelada.
A continuación se discutieron los estatutos y
se nombró una comisión para elaborar y fijar defi­
nitivamente el reglamento.
No podemos meaos de felicitar á los Salesianos y
antigiK» alumnos de la América Central por el
acontecimiento que. aimque sencillo en apariencia,
entraña un grande paso y tiene mucha importancia
^para la sociedad salvadoreña. En nuestros artículos
piulados Misión social de la Obra Salesiana. dedica^inos algunos párrafos á este asunto capital de Anios Alumnos de las casas del Ven.Juan Bosco.

ECUADOR. — De Guayaquil á Quito. — Por lo
visto, también en las fértiles repúblicas americanas,
existe cierto antagonismo entre provincia y pro­
vincia, lo cual ciertamente es demasiado natural y
hasta puede ser beneficioso á la nación por la noble
emulación que puede producir para el progreso en
la virtud; pero no deja de ser peligro'io, si no se
entiende bien esa rivalidad. Por eso conviene unir,
estrechar, y como el mejor medio es conocerse, los
hijosdelVen. D. Bosco luui aprovechado una co­
yuntura para apretar los relaciones entre las ahimuos de Guayaquil y los de Quito. A este fin treinta
de ellos se trasladaron de Guayaquil á la capital,
acompañados ix>r algunos de sus profesores.
Los 300 quiteños salieron á recibirlos á la estación
de Qiimbacalle llevando al frente el Pabellón Na­
cional y su banda de música, y ostentando todos
sus bellos unifonnes. Una gran cola de curiosos
seguía al colegio de la Tola. Al decir curiosos no
damos á la palabra ima significación ordinaria,
pues en este caso esa curiosidad no sólo era inocente
sino hasta santa y provechosísima. Nos consta que
muchos iban para observar y estudiar, y los aplau­
dimos.
Al bajar los costeros del tren, resonaron vivas y
aclamaciones. Regresaron al colegio de la Tola lle­
vando á los 30 entre la banda, que abría la marcha
y el resto del colegio. El desfile era imponente.
Los quiteños se portaron espléndidamente con
sus huéspedes: dieron veladas y banquetes en sii
honor, los acompañaron á visitar la ciudad é hicie­
ron cuanto pudieron para que llevaran buenos re­
cuerdos de la ciudad del Pidiinclia, como oportu­
namente y con acentos comnovedores lo dijo uno
de los treinta en su (iLseurso de despedida.
En el templo de los Padres de la Compañía oyeron
todos, juntos la misa y comulgaron el día de la Vir­
gen de los Dolores, con edificación de la ciiidad. Los
Reverendos Padres Jesuítas colmaron de agasajo.s
y finezas á sus pequeños huéspedes.
El 24 de marzo regresaron á las orillas del mar
los alumnos del colegio Santistevan, llevando im­
presiones • que no se borrarán ».
CONCEPCIÓN (Chile), — Secretaría del pueblo á
favor de los imnigrantes italianos. Extractamos de
\m diario local esta noticia que nos da una idea
del incesante trabajo <iue llevan á cabo nuestros
hermanos. — « Ayer se estableció en el C o l^ o Salesiano ima Secretaria para los inmigrantes ita­
lianos.
He aquí el acta de fundación :
> En la dudad de Concepdón de Chile á dias 23
de mayo de 1909. rigieudo los destinos de la Iglesia
Su S^ tidad Pío X , gobernando la República de
Chile el Exmo. Sr. D. Pedro Montt, siendo Prelado
de esta Diócesis de la Sma. Concepdón el limo,
Sr. Obispo Dr. D Enrique Luíz Izquierdo, Inten­
dente de la pro\-inda D. Gregorio Burgos y siendo
director de este C o l^ o salesíano el Pbro. D, Ber­
nardo Gentilini, se instaló una Secretaría del Pueblo
á favor de los Inmigrantes Italianos, sobre estas
bases:
I . El fin de esta Secretaría es:

— 2!;6 —
a) Proteger á los inmigrantes italianos, buscán­
doles ocupación y empleo.
b) Tutelar sus derechos y ampararlos contra ve­
jámenes y engaños.
c) Facilitarles, si es del caso, docmuentos y reco­
mendaciones, y toda comunicación ya sea por envío
de dinero ó cartas.
2. Todo servicio será gratuito. I/)S gastos de ofi­
cina serán cubiertos por erogaciones pro-inmi­
grantes.
3. La oficina estará abierta todos los días de 2 á
4 p. m.
4. El jefe de oficina llevará los siguientes regLstros:
á) de inmigrantes, con respectivo nombre, ape­
llido. patria, estado y oficio.
6) De ocupación, con las especificaciones del caso.
c) De cartas y encargos.
d) De documentos.
5. Cada año se enviará una memoria del movi­
miento de la Secretaria, revisada debidamente por el
Agente Consular italiano, al Ministerio de Relacio­
nes Exteriores de Italia, otra á la Federación para
la protección de inmigrantes « Itálica Gens » y otra
al Comité Salcsiano de la Emigración (Turín).
[Siguen las firmas).
- • Presenciaron el acto el Agente Consular italiano
y otros personalidades ».
Dios bendiga la buena voluntad de nuestros her­
manos á fin de que sea mucho el bien que puedan
realizar en provecho de tantas ahnas necesitadas.

C

N E C R O L O G IA

= r i l l = =

3

Después de larga y penosa enfermedad, so­
brellevada con la entereza del varón justo, dejó
de existir el

limo, y Rvmo. Sr. Dr. Juan A. Falcón,
dignísimo Obispo del Cuzco (Perú) en la ma­
ñana dcl 1® do muyo. Tenía 71 años. Rigió la
extensa diócesis durante 16 años, en los cuales
hubo épocas difíciles: pero su celo, energía y
prudencia lograron sobreponerse á todas las
pasiones y á todos los obstáculos. Dicese empero,
que donde desplegó mayor tacto, mayor ener­
gía y desprendimiento sin límites fué en la ins­
titución de los Salesianos. Conoció personal­
mente á D. Bosa>; su \’encración para con este
gran bienhechor del mundo, no tenia limites.
Para los Stüesianos fué el sostén más poderoso.
Era su norma el mandato evangélico: « El
bien qne hace tu derecha, ignórelo tu izquierda *.
Sólo después de su muerte se ha logrado saber
hasta donde se extendía su caridad. Hoy se le

llama á boca llena « el padre de los pobres».
Los Salesianos han hecho de su propio corazón
una urna y en ella guardan el recuerdo y la gra­
titud para con el grande amigo. Iti memoria acterna erü justus.

Cooperadores Salesianos difuntos.
ESPAÑ A.
D. S alvad or O ller Pedral — Barcelona.
D . Eusebio Pellón — Santander.
D. Juan C asas — Vigo,
D.a An gela G reire de F eijó o — Vigo.
S o r B uenaventura Fuentes — Carm ona.
Srta. Ju lia M icaela Lasarte
»
D . José S ie rra y Ponce
»
,

A M É R IC A .
S ra . D a. M anuela de Solagute — Cabtidare Venezuela
»
* F elician a M endoza
>
* M aria Moreno
» Josefina de Roh
»
» Rosaura H eredia
%
» M aría L ópez
%
* S an ch a G . de Rojas
»
. Rosenda de X im éiiez
>
» F lora Orozco
» A d ela Mesa
>
» Juana Bta. H eredia
»
» Encarnación Autiche
» Ignacia Jim énez
»
» M argarita de .■ \rauJo
»
Rdo Sr. D . Jesús M. Hurtado
%
D. Rafael Pereira
»
» Andrés Asunje
»
» Jesús M. Sequera
»
» D aniel Cam acho
> Juan Manzanares
»
» Pedro
»
»
» José Jesús Ponte
» Segundo E. G uevara
»
» M atías Pérez
»
» Asisolo Tnnella
>
» Rafael Pérez
»
> Nicasio Rojas
»
» E lias
»
>
> Juan E PatiAo
»
» Teotiste Méndez
>
» D. Jesús M. H eredia
» D iógeiies George
» Antonio Bedoya — C er rito Colom bia
S ra . D a. M aría J. de Pino
» Benilda Barona — C ali Colom bia.
► Rosa .\na S algu ero »
»
» .\uguslin a C aicedo
»
»
» Julia R. V . d e V elásqu er — C a li Colom bia.
R . I. P.

Con aprobación de la Autoridad Elclesiástica.:
Gerente: JOSÉ GAMBINO.
Establee. Típ. de la S. A. Int. para la B. Fren
Corso Regina Margherita, N. 176-TURIN-