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A Ñ O XXIII
52-
Junio de 1908
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Turín . -
V ia Cottolengo N. 52.
SUMARIO: El SalesiaiK) como Educador . . .
Tesoro e s p ir itu a l............................................................
Oratorios fe s tiv o s............................................................
Alífunos rasgos de la Vida del V en . Juan Bosco
Cartas de F am ilia: Brasil, C arta del P. Peretto
De nuestras M isiones: Matto Grosso (Brasil): Cuatro
meses entre los Bororos-Coroados. carta del P
Malán — G ualaquiza (E cu ad or); Carta del P. San
t i n e l l i ............................................................................
14:
144
145
145
148
^
G racias de Marín A u x i l i a d o r a .......................................... 158
Por el inundo salesiauo — Fiestas de Fam ilia y
Ecos de la Fiesta P a tro n al: I ta lia : Faenza, F lo
rencia, Loreto, M ilán, Ñ apóles, Rom a; ICspaña;
Carinona, M adrid, V i g o ................................................ 162
Noticias varia.s: E u ropa; Barcelona, Bolonia, Rnveiina, Lisboa - A m é rica : Bogotá, Barran<iuilla,
Jaboatáo, N i c i e r o y ........................................................... 165
Necrología. Coó}>eradores Salesianos difuntos . . 168
El Salesiano como Educador.
■ 5^1^ Concluye
H istoria (i) — i. En las demás ma
terias se puede y se debe dejar á los
alumnos el placer de descubrir: no así
en la historia. De aquí que el maestro
debe comenzar jioniendo en su punto
la verdad. Nada tan peligroso como
una historia bastardeada.
2. Procure encaminarla al mejora
miento del alumno.
3. Los niños son naturalmente cu
riosos; aprovéchese el maestro, para
dirigirlos al bien. Las anécdotas son
eticacísinias; no se ahorren pues.
Pero es tiempo perdido (á lo me
nos así lo creemos) el que se gasta
en narrar inverosimilitudes, c Más que
fábulas, hechos reales * es el grito de
la pedagogía moderna.
4. « Todos aprenden más por los ojos
<1, V . N- anterior.
{pie por los oídos » , ha dicho admirable
mente Smiles, porque es más fácil y
eficaz ver, que atender á una lección,
especialmente en la niñez, durante la
cual el ojo es el instrumento de aj)i*endizaje por e.xcelencia. El escritor y peda
gogo italiano, Tommaseo, quería que á
los muñecos y títeres se sustituyeran
estatuitas que representaran personajes
históricos, las cuales, puesto que deben
educar el gusto, deben ser bellas. Es lo
cierto que una galería de personajes
históricos (sean estatuas ó pinturas)
se presta á multitud de enseñanzas
objetivas y por ocasión. Ahí está la
escritora Hdgeworth que lo atestigua,
5.
Lo que interesa, no es enseñar
mucho sino enseñar bien, y la historia
también se pre.sta á pensar, desarro
llar el juicio, elevar el espíritu, formar
el carácter.
—
142
—
6.
Dice un eminente pedagogo que asíllamos, por la bondad divina, distribui
como en la escuela elemental la historia dos de cuándo en cuándo á través de
se da á conocer por anécdotas, en las los campos, por desgracia frecuente
clases medias debería enseñarse por mente áridos, de la historia humana?>
biogradas. Sin pronunciarnos ni en pro [Evelina Mariinengo).
ni en contra, ya que generalmente los
Esta clase de biografías es muy á
maestros deben desarrollar programas propósito para la edad presente. Can
impuestos, en un hecho que las bio- sada ya de sangre la humanidad, to
gratías son un excelente medio de edu dos anhelamos á que se nos deje vivir
cación.
tranquilos, ocupando nuestro puesto en
Mas en esto es menester mucho tino: la tierra, como Dios manda; y así no
es preciso escoger los tipos, porque, pueden menos de entusiasmarnos esos
téngase presente, son verdaderos mo héroes benéficos que infunden amor á
delos que ponemos delante. Smiles los desvalidos y encienden la llama del
advierte que como la naturaleza de los amor al prójimo.
niños es en extremo plástica, si no les
Como las verdaderas virtudes, las
damos á copiar los buenos, se pren que realmente manifiestan el carácter
darán de los malvados. Las bioorafías
del hombre, son las que ejercita en su
o
de Heródoto han formado grandes hom vida ordinaria, no callemos sus virtu
bres, y la autogratía de Fraqklin no se des sociales, su vida de familia. Pero no
puede leer sin sentirse uno animado á seamos exclusivistas ; nadie es del todo
la economía y al buen empleo del tiempo, perfecto en este mundo: defectos los
como observa acertadamente un Autor tienen todos; no se ponga empeño en
presentar á los hombres como tipos ini
italiano.
Las páginas de la Historia no han mitables ; ciertos yerros conviene que se
de llenarlas solos los guerreros, á no conozcan, ya que las mismas faltas de
ser que ella se reduzca al recuento de los grandes hombres enseñan á las
las iniquidades humanas. ¿ Y serán sólo generaciones.
dignos de ellas los que pasaron como
7. Aborrecedores del empirismo, pro
huracanes, derribando altares, destro curan los Salesianos que la Historia
nando reyes, destruyendo pueblos? ¿Y contribuya á la formacióii de hombres,
no habrá puesto para los artistas, los de caracte7'es\ prácticos, aprovechan to
escritores, los sabios... que han dado das las circunstancias: muere un per
lustre á la patria y muchas veces pre sonaje, ó celébrase su aniversario ó
pararon los guerreros que le dieran li centenario, pues hablan de é l : existe
bertad? ¿ Y serán indignos de ellas los un monumento, una lápida, un campo
que, olvidados de sí mismos, vivieron glorioso, lo visitan ; alli, allí al calor de
enjugando lágrimas, que descuidados de la palabra del maestro, y algunas ve
su propia felicidad, atendieron al alivio ces al de un admirador silencio; los
d élas miserias humanas? ¿Q ué sería monumentos hablarán, se animarán los
este valle de dolor sin esos ángeles de escombros, resurgirán los héroes, pal
paz?
pitarán los campos testigos de sus ha
« Los grandes hombres son como zañas; con ellos palpitarán los alumnos,
columnas de fuego que nos introducen y al contacto misterioso se impresio
en la tierra prometida. Vivimos de narán, y se injpresionarán profunda
admiración. ¿ Qué cosa sería el mundo, mente.
qué cosa sería esta vida sin estos ti
8. Papel no despreciable juegan las
pos de abnegación y fortaleza que ha fiestas nacionales, y no deben dejarse
—
pasar inadvertidas; las monedas, los
retratos. Las elocuentes páginas de la
realidad enseñan mejor que las muertas
páginas del libro.
Moral. — De esta materia no debié
ramos hablar: todo lo dicho hasta aquí
manifiesta claramente nuestros ideales y
los programas salesianos. Con todo, re
cogeremos los principales principios que
acerca de esto dominan en las escuelas
salesianas.
1. La escuela educa para la vida. De
aquí, enseñanza práctica. Y esta prác
tica debe ejercitarse sobre todo en
tratándose de los deberes y derechos
del hombre. Poco importa conocerlos,
si no se saben practicar; más obras,
menos palabras. EJ cumplimiento de
los deberes de hijo y de alumno, es
garantía del de los de las edades si
guientes. No se reduzcan estos debe
res á textos áridos y empalagosos para
aprender de memoria, que hacen de la
clase un objeto de horror: deben ser
la atmósfera de la escuela, la luz en
que vivimos: una realidad viviente, no
una recomendación aérea, casi siempre
enojosa.
2. Sin prÍ7icipios religiosos, nada se
hace, si no es minar la autoridad y
echar al mundo aquellas generaciones
de que decía Napoleón; « no se go
biernan, se ametrallan. » De aquí, que
la Justicia, la Caridad, y demás virtu
des que forman el precioso patrimonio
del Cristianismo, han de ser el objeto
preferido de la enseñanza.
Es inexplicable que haya Gobiernos
que se complazcan en cavar su propia
ruina, aboliendo los principios reli
giosos, que son el único freno que con
serva en la sumisión á los hombres.
3. Mucha obsej'i'acióu de parte del
Maestro. Desde la más temprana edad
empieza á manifestar el hombre sus
propias inclinaciones: cuide el maestro
143
—
de encaminarlas al bien; corrija y acon
seje, pero posiblemente en privado y
con amor. En sus discursos y amo
nestaciones combata sobre todo la men
tira. Para ello, es menester que él sea
amante de la sinceridad y sepa inspirar
confianza.
4. Mantenga la disciplina y ame muchisimo el orden y la puntualidad.
Sírvase de tocias las ocasiones para
hacer amar ese orden, ese respeto mu
tuo, como lecturas, sucesos, la vista de
un hombre dominado por un vicio, como
la cólera, la embriaguez. Dé siempre
buen ejemplo: él es maestro no sólo
en la escuela, sino en todas partes.
5. Sea su preocupación conslatite elfo r
mar caracteres. Fuerte es quien debela
enemigos, pero más fuerte el que do
mina sus pasiones, dice el Sagrado
Texto. No será mal hacer ver que hasta
por conveniencia debemos ser honrados,
honestos y fieles: ' toda picardía se
viene á saber y perderemos nuestro
buen nombre. Tampoco deje de hacer
conocer las penas que inflige el Código
Civil á ciertos vicios. Pero sobre todo,
predique la Religión, más con el ejemplo
que con las palabras, destílela, por de
cirlo así. todos los días en el córazón
de sus alumnos.
6. Guerra sin cuartel á la mala pretisa
y á la pornografia. Imágenes bestiales
entran por los ojos, y quieras ó no,
van á enturbiarte y revolverte los pen.samientos puros y tranquilos, y á ar
rastrarte por el fango.
7. Complemento indispensable de
nuestra educación moral, sea la enseñanza
clara y precisa de los deberes y derechos
del ciudadano; hoy tanto más nece
saria, cuanto que pululan, cual saban
dijas venenosas, ios principios subver
sivos. cuanto andan sueltos por esos
mundos de Dios, infinidad de vivido
res que adulan al pueblo para mejor
embaucarlo.
Haga conocer, pues, la organización
—
144
—
dul país, infunda el sentimiento de su
Parécenos que esto es, en compen
gloria y el deseo de mejorarlo. Hable
dio,
lo que hemos oído y visto practi
<lel deber de votar, del de pagar las
car
en
los Colegios Salesianos, espe
justas contribuciones — diga qlie los
cialmente
en el citado Seminario de
impuestos equitativos y justos son ne
cesarios al Gobierno, porque causán Valsálice, donde se forman muchísimos
dole tantos gastos la administración de los maestros salesianos y. que es,
con que desarrolla el bien de la patria, según tenemos entendido, el modelo de
con que nos procura á todos orden y todas las Escuelas Normales Salesianas.
tranquilidad, defendiéndonos y hacién
donos justicia; es justo {pie le ayude
TESORO ESPIRITUAL
mos con esa insignificante parte de
nuestros haberes.
Los Cooi)eradores Salesianos que confesados
Pero también haga conocer los de r comulgados^ visiten devotamente una iglesia
rechos. Deberes y derechos; con los ó capilla piildica, ó si viven en comunidad, la
primeros solos, seríamos esclavos; con propia capilla, y nieguen segv'in la intención
solos los segundos, no nos entende del Sumo Pontínce. pueden ganar las siguientes
indulgencias:
ríamos en anarquía permanente. Tenga
Pienarias. En todo tiempo:
presente el maestro que sin esta en I." El día que dieren su nombre á la Unión
señanza. tendremos siempre electores
de Cooperadores;
inconscientes, tpie se alquilan como a.” Una vez al mes, el día que cada cual quiera
e.scoger;
jumentos á quien primero los so
> Prualniente
una , vez , al mes, el día que
3
o
‘
licite.
asistan á la Conlerencia;
Cuente que esto no es política, es 4. “ Asimismo una vez al mes, el día que hag.in
purísima Moral. A la política ojalá
el ejercicio de la buena muerte;
permanezca indiferente todo maestro, 5. " El día que ¡>or primera vez se consagren
al .Sgdo. Corazón de je siis ;
como permanece y debe permanecer
ó." Cada vez que por ocho días consecutivos
el Salesiano.
se retiren á hacer ejercicios espirituales.
Concluyamos con dos sentencias de 7.“ E n articulo de muerte, si confesados r co
escritores célebres; « Las institucio
mulgados, ó almenos contritos, pronunciaren
devmaniente el Smo. Nombre de Jesús con la
nes libres no pueden ser de prove
l>oca A ser posible, ó al menos con el corazón.
cho sino en un país en donde los
En ei mes de Julio.
ciudadanos seiian estimarlas debida
i.o
El 2. Visitación de Ntra. Señora.
mente, Cuanto mejor conozcamos nues
2.“ El 5. Fiesta de la Preciosísima Sangre
tros deberes y derechos, menos que
de Ntro. Señor J. C..
hacer daremos á los guardias civiles ».
3'> El 16. Fiesta de Ktra. Señora del Carmelo.
(Cantil).
Además, pueden lucrar muchísimas indul
Y el mismísimo Má.ximo d Azeglio gencias i>arciales. las cuales están, todas enu
dejó escrito; « Precisa ilar a los pueblos meradas en el Reglamento, en las páginas 26
educación, y no sólo leer, escribir y y 27 y en el Roletin Salesiano del mes de
^■ ncro de 1905, al cual remitimos á nuestre»
hacer cuentas, sino también y princi Cooperadores. Notamos especialmente, el pri
palmente, la más importante de todas: vilegio de poder ganar, sin necesidad de con
la que enseña el respeto á la ley mo fesarse. estando eso sí, en gracia de Dios, todas
las indulgencias de las estaciones dé Roma, de
ral, civil y política » .
De otras materias, como matemáticas la Porciúncula, de Jerusalén y de Santiago de
Compostela. todas las veces que recen cinco
hemos dicho lo bastante de paso. A- Padrenuestros, Avemaria y Gloriapatris, por
demás. nuestro objeto no es escribir un la paz de la Cristiandad y un Pater, Ave V
Gloria según la intención del Sumo Pontífice.
Tratado de Pedagogía.
— 145 —
R A S O O S
A los niños y á los amantes de los niños.
Con este título abriremos, Dios mediante,
desde el próximo número, rma sección en nuestro
Boletín para tratar de argumento tan hermoso,
tan interesante, tan capital.
Recreatorios, jardines, salas, conferencias,
patronatos.....qué sé yo cuántas cosas se ponen
hoy en juego para atraer á los niños, ganarlos,
formarlos según las ideas de los patrocinadores
de esas obras.
No incurrimos en temeridad si afirmamos
que toda esa diversidad de obras no son sino
desenvolvimiento de los Oratorios festivos que
ideó y fundó el Ven. Juan Bosco.
En Roma vimos con dolor que los malos, pla
giando la obra iniciada y tan felizmente desa
rrollada por el Venerable, han fundado Recreatorios festivos; (corruptorios los llamaría yo) en
donde se reúnen multitud de jóvenes y niños
para divertirse y ..... corromperse. Es verdad
que el mal está contrarrestado. En la ciudad de
los Pontífices hay también Oratorios festivos,
dirigidos por Salesianos y no Salesianos, (pues
que las ideas redentoras no deben monopolizarse).
en donde también se divierten; pero se divierten
honestamente y en lugar de llenar su alma de
odios y lodo, la atavían con los ornamentos de la
virtud.
Hablaremos de los Oratorios, trataremos de
popularizar la idea, de dar luces sobre el asunto,
hablaremos del alma de los Oratorios: el Calecismo; pero no el Catecismo árido, seco; sino
como debe hacerse hoy; de la Música, e^e arte
divino, educativo por excelencia, del Espori;
y más que disquisiciones áridas, reseñaremos,
á modo de Crónica, lo que se hace en los varios
puntos. Desde ahora recomendamos se nos
envíen buenas relaciones.
vSí, la nuisica y el Esport no son inútiles, no;
hoy son medios para hacer el bien: testigo lo que
hacen los Católicos de Italia y la gran Asociación
¿a Bonne Presse de Francia.
P a ra e v ita r cu alq u ier inconveniente, ro
gamos á nu estros le cto re s se sirv a n d irigir
la corresp ond encia r e la tiv a á la P ía U nión
de C oop erad o res y al B o le tín , ó al Rm o.
Señor P b ro . D. M igu el R úa, ó á la D i
rección del B o le tín S a le sia n o , C alle C ottolengo, 32, T u rín .
de la Vida del Venerable )uan Bosco
TOCADOS E N E L D EC R ET O
( Conlinuación) (i).
De Duevo ea Murlaldo.
Al fin dcl año escolástico 1831-3.’ , los amigos de
Murialdo, con quienes mantenía siempre relación,
sabiendo que Juan volvía á casa para las ferias
autumnales, corrieron á su encuentro y lo cojidiijeron casi en triunfo hasta la casa materna, lista
escena se renovó después todos los años con una
fiesta especial.
También entre estos jóvenes se estableció la So
ciedad de la Ale^ria, á la cual se incorporaban los
que durante el año se habían señalado por ejemplar
conducta, y de cuyo catálogo se borraran en otoño
los que se hubiesen portado mal. especialmente si
habían blasfemado ó tenido malas conversaciones.
Así, al fin del año escolástico 1832-33 en los días
festivos reunía á los niños de su barrio bara instnúrlos en el catecismo y enseñarles á leer y escribir,
pidiéndoles por toda recompensa que se acercasen
una vez al mes á los Stos. Sacramentos.
Este es como el germen de aquellas clases noc
turnas y dominicales que fundó más tarde en Turín.
A propósito de las vacaciones del año 1834-35,
que fué cuando vistió el hábito talar antes de entrar
en el seminario episcopal de Chieri para cursar
filosofía, leemos en las <
■ iMemorias *,
« Yendo á casa para las vacaciones, dejé de hacer
el charlatán y me dediqué á las buenas lecturas que
hasta entonces, lo digo con vergüenza, había descui
dado un tanto. Continué sí, ocupándome con los jovendios, entreteniéndolos con cuentos, agradables pasa
tiempos, cantos de alabanzas sagradas; más aún, ob
servando que muchos ya entrados en años, eran muy
ignorantes de las verdades de la je, me di prisa en
enseñarles las oraciones cuotidianas, el modo de
prepararse á recibir los Stos. Sacramentes y otras
cosas muy importantes para aquella edad. Era aque
llo una especie de Oratorio, al que intervenían cerca
de 50 niños que me amaban y obedecían como si fuera
su padre ♦ .
•
Ed el Semloario de Cbierl.
En cuanto le era compatible con la observancia
del Reglamento, también de seminarista continuó
ocupándose de los niños. Sus primeros cuidados
fraternales fueron para sas compañeros los semi
naristas. entre los cuales fundó nn Círculo escolá
stico cuvo fin, era no sólo allanar las dificuldades de
los estudios, sino también formar como una santa
(i i Véase B oletin de .Marzo.
—
146
Uga para la observancia de las reglas del Seminario
y para el exacto cumplimiento de los propios de
beres de piedad y estudio.
Todos los jueves iban á visitarlo muchísimos
jovcncitos externos, que habían sido sus condiscí
pulos en el Gimnasio, a y nosotros, dice uno de sus
más íntimos amigos, D. Juan Giac.omelli, oíamos
siempre á la hora acostumbrada la voz del portero
que gritaba: — Bosco de Castclnuovoí
4 Til bajaba, se entretenía alegremente con aque-41os jóvenes que lo rodeaban como al padre los hijos,
entraban en con\'crsación sobre el estudio, clases,
]>rácticas de piedad, sin dejar nunca de darles un
buen consejo, los llevaba también á la capilla á
—
no puso obstáculos á esa inclinación á trabajar por
la juventud que sentía en su corazón.
Claro se ve que el Fundador de los Oratorios
festivos, del encuentro con Bartolomé Garelli, la
mañana dcl 8 de Diciembre de 1841 en la iglesia
de S. Francisco de Asís, no tuvo otra cosaque como
la última invitación á entrar por el camino de tiempo
atrás entrevisto y del cual había hecho brillante
mente los primeros ejercicios desde la más tierna
edad.
Juan Bosco, pues, nació con el pensamiento fijo
en los niños, y siempre se ocupó de ellos. < Aquel
apostolado que había comenzado en Murialdo, lo
continuó también en Chieri, dice el Decreto de
JABOATÁÜ (Pcrnombuco-Brasil) — Coloaia Agrícola Salesloaa.
hacer una breve oración, y les demostraba afecto
especial. Hacía más aún, porque á algunos les daba,
después de la comida, clase de repetición.
4 r.u tiempo de rccrco leía, ó estudiaba ó paseaba
con los compañeros y siempre contaba algún ejem
plo edificante; frecuentemente iba á hacerle una
visita á Jesús Sacramentado. En los cinco años que
estuvo conmigo en el Seminario no faltó nunca al
propósito de contar todos los días un ejemplo to
mado de la Sagrada Escritura, de la Historia Ecle
siástica, la Vida de los Santos ó las glorias de María,
nuestra Madre amorosísima *. Hasta aquí el testigo
ocular.
*
♦ «
Así se \dno preparando Juan Bosco á su Misión.
Es cierto q\ie el Señor no dej ó de ayudarle y asistirlo
clara y directamente, pero también lo es que él
introdución de la causa, y ordenado sacerdote lo
prosiguió en Turín, y de Turín lo extendió por
muchas partes del mundo preocupándolo durante
toda su vida. *
Fuoda un Hospicio ea Valdocco.
Érase una tardecita del mes de Abril y D. Bosco.
habiéndose entretenido más que de costumbre &
la cabecera de un enfermo, dirigíase lentamente
hacia su casa, ya algo entrada la noche, y cruzaba
los prados llamados entonces de la ciudadelo,
cubiertos actualmente de suntuosos palacios.
Cuando se halló á corta distancia de los cuarteles
de la calle Dora Grossa y á la entrada de la avenida
Valdocco. se ofreció á su \ista un cuadro muy
poco agradable. Era la junta de unos 20 mocetones
de primer bozo, que aun no conocían ni á D. Bosco
ni el Oratorio. Al divisar á un Sacerdote que avan-
i r
— M7 —
2aba hacia ellos, comenzaron á lanzar chistes de
muy mala gracia, — Los curas son unas sanguijue
las, decía éste. — Soberbios é intolerantes como
el mismo Satanás. — añadía aquel. — Pues, mirad,
compañeros, ahí \iene uno que no os dejará mentir,
gritó un tercero'— y otras lindezas que no quiero
recordar aquí.
\ estas pullas poco halagüeñas, D. Bosco había
ido acortando ^1 paso: hubiera dado un sentido
para evitar aquel corrillo; pero viendo que ya era
tarde, siguió adelante su camino con ánimo deci
dido. Haciéndose el que no los había oído:
— Buenas noches, amigos míos, les dijo, ¿ Cómo
están Vds.?
— ¿Mal, muy mal. señor teólogo, contestó el más
audaz, tenemos una sed de todos los demonios sin
maldita la blanca para poderla satisfacer; á ver si
DOS paga Ud. un par de cuartas?
— Sí. sí. un par de cuartas, un par de cuartas,
gritaron todos á una con voz estentórea, cuando
no, con qpsotros va á vérselas el abad.
Y diciendo esto lo rodearon de tal suerte que ya
le íué imposible dar un solo paso,
— De mil amores, dijo entonces el buen sacer
dote. de mil amores; diré más. en vista de que
sois muchos, no digo yo dos, sino cuatro os pagaré,
con la condición empero de que yo también he
de tomar una copita con \-osotros. —
— Claro, señor teólogo, claro que sí; pues, no
faltaba más! ¡pero, que buen curita es Ud.! ¡oh si
todos los curas fueran cortados por el estilo! Conque
varaos, -vamos á la fonda de los Alpes.
Y D. Bosco, quiera que no, hubo de acompa
ñarse con aquella gavilla de pillastrones. ya para
evitar males mayores, ya para ver si se le ofrecía
la oportunidad de hacer algún bien á sus almas.
¡Ya puede figurarse el lector el espectáculo que
ofrecería aquel cuadro! ¡Un cura en una fonda, ro
deado de tales piezas! A su entrada, todos abrie
ron tanto ojo, pero á los pocos momentos, en
terados de quien era aquel sacerdote y del motivo
que allí lo había traído, más bien que escandali
zados, quedaron edificados. •
Una vez sentados á la mesa, D. Bosco cumplió
su palabra y mandó al fondero que trajese un par
de botellas de vino generoso. Cuando advirtió que
los pilluelos, algo achispados, se habían puesto
más mansos y benévolos, tomó la palabra y les
dijo:
— Ahora vamos á ver si son Uds. gente agrade
cida y si están dispuestos á concederme un favor,
— Hable, hable Ud. Sr. D. Bosco (ya les había
manifestado su nombre), hable Ud. con toda con
fianza y ya verá que no uno sino dos y tres y todos
los que Ud. quiera le serán concedidos, puesto que
de hoy en adelante queremos ser sus amigos.
— Si realmente quieren ser mis amigos, el pri
mer favor que deben hacerme es el de no seguir
blasfemando el santo nombre de Dios como alguno
de Uds, lo ha hecho con harta frecuencia esta
aoche.
— Tiene razón, contestó uno de los blasfemos,
tiene razón, Sr. D. Bosco. ¿Cómo ha de ser? A
veces no podemos irnos á la mano y la palabra se
oos escapa de la boca á pesar nuestro; pero yo, por
mi parte, prometo que me emendaré aunque sea á
trueque de arrancarme la lengua. — Lo mismo
prometieron todos los demás.
— Está bien, yo se lo agradezco y me salgo sa
tisfecho. Otra cosita más. El domingo próximo re
cibiría con sumo placer una \ásita de Uds. en el
Oratorio. Ahora salgamos de aquí y cada tino,
como hombre de bien, vaya tranquilo y silencioso
á su casa.
— Es que yo no la tengo, contestaba uno.
— Y o tampoco, añadió xm segundo v un ter
cero, etc..
— ¿ Pero dónde solían Uds. pasar la noche ?
— A eso. Señor Abad, no se puede contestar á
punto fijo; á veces vamos á pasarla én la caballeriza
de tal ó cual escudero con los caballos; otras veces
(y son las menos) al dormitorio común donde se
nos hace gracia de un tablado como Dios quiere,
mediante el pago de 20 céntimos por cabeza.
D, Bosco cayó luego en la cuenta del peligro
de inmoralidad en que se hallaban aquellos pobrecitos, en su mayor parte forasteros; así es que
añadió:
— Pues bien, los que tienen casa y familia vá
yanse (lo que ellos hicieron después de haberlo
saludado cortósmentej. En cuanto á los demás,
tengan la bondad de seguirme. — Y tomó el ca
mino de Valdocco, escoltado por diez ó doce de
aquellos desgraciados.
Llegado al Oratorio, donde la madre lo esperaba
con ansiedad, D. Bosco hizo rezar á sus huéspedes
el Paíer nosier y el Ave Maia que ya tenían olvi
dado casi por completo; luego por una escalerita de
mano, los hizo subir al pajar consabido; distribuyó
á cada uno una sábana y una frazada, y recomendó
les silencio y orden; les dió las buenas noches y
bajó contento y ufano de haber dado principio,
en su concepto, al proyectado hospicio.
Pero no era, por lo visto, de gente de tal calaña
que la Divina Providencia quería servirse para
echar los cimientos de un edificio tan m.agnífico,
y D. Bosco pudo convencerse de ello á las pocas
Ixoras. En efecto, no bien rayó el alba del día si-'
guíente, salió del cuarto con el objeto de visitar
á sus beneficiados y exhortarlos á que fuese cada
uno á su trabajo respectivo. Llegado al patio no
oyó el menor ruido. En la suposición de que estu
viesen aun durmiendo á pierna suelta, sube para
despertarlos, pero los bribonzuelos, callandito,
habían escurrido el bulto hacia más de dos horas,
llevándose de paso sában«is y frazadas, para ven
derlas luego Dios sabe dónde.
De tal manera fracasaba la primera tentativa
de un Hospicio, pero la buena voluntad de aquel
que estaba llamado por Dios para la realización de
obra tan caritativa, no se disminuía un punto.
Érase una tarde de mayo. Negros nubarrones, que
desde algunas horas venían encapotando el cielo,
se habían resuelto en una lluvia torrencial. Don
Bosco y su Madre acababan de cenar, cuando se les
presenta á la puerta de casa un jovcncito que ra
yaba, al parecer, en los 25 años, empapado desde
la cabeza hasta los pies, pidiendo pan y asilo. Ha
bíalo quizás dirigido á ellos alguna persona piadosa
conocedora del Oratorio, ó mejor dicho, la Provi-
— 148 —
dencia de Dios, que cabalmente en aquella noche
quería dar principio al Oratorio de San Francisco
de Sales.
Como quiera que fuese, la buena Margarita lo re
cibió amorosamente en la cocina y después de ha
berlo reanimado al calor de la lumbre y secadole
la ropa, le suministró sopa y pan. En cuanto se hubo
refocilado algún tanto, D. Sosco le preguntó de
donde venía, quienes eran sus padres y que oficio
ejercía.
El contestó: — Soy un pobre huérfano llegado
hace pocos días de Valsesia en busca de trabajo;
mi profesión es la de albañil. Lo único que traía
conmigo eran 3 francos, pero los gasté antes de
ganar otros; ahora nada tengo y ya no soy de nadie,
— ¿Has recibido ya la primera Comunión?
— No señor.
— ¿Y la confirmación?
— Tampoco.
— ¿Te has confesado alguna vez?
— Sí, alguna que otra vez cuando aún vivía mi
buena madre.
— Y ahora, ¿adónde piensas ir?
— No lo sé, pido por favor de pasar la noche
en algún rincón de esta casa.
Diciendo esto rompió á llorar. A tal vista, la cari
tativa Margarita que tenia un corazón de madre
compasiva, no pudo contenerse y mezcló sus lágri
mas con las dcl huerfanito. D. Sosco por su parte,
sentíase conmovido en extremo. Después de algunos
instantes volvió á tomar la palabra y dijo:
Si supiera que tú no eres un ladroncito, con
mucho gusto te alojaría en esta casa; pero es el caso
que otros me robaron una parte de las frazadas y
mucho me temo que tú te lleves las demás.
— No, señor, no tema Ud.; soy pobre pero en mi
vida no he robado un céntimo á nadie.
— Si quieres, preguntó á D. Bosco su madre,
veré de acomodarle por esta noche, y mañana Dios
proveerá.
— ¿Dónde quiere Ud. ponerle?
— Aquí mismo en la cocina.
— iVaya! Le birlará á Ud. las ollas.
— Tendré buen cuidado de que esto no suceda.
— En hora buena, haga Ud, lo que mejor le pa
rezca ; yo estoy perfectamente conforme.
Entonces la madre y el hijo, ayudados por el
huerfanito, salieron en busca de algunos ladrillos,
levantaron con ellos cuatro pilarcitos, asentaron
sobre ellos dos ó tres tablas sobreponiéndoles un
jergón con dos sábanas y una frazada.
b'uc aquella la primera cama y el primer dormi
torio dcl Hospicio Salcsiano. que cuenta hoy día
e:\trc sus paredes ú un millar de asilados repartidos
en más de 40 salones. ¿Quién no divisa en este
hecho la mano de Dios?
i'reparada la cama, la piadosa mujer dirigió al
muchacho un scrmoncito sobre la necesidad del
trabajo, de la fidelidad y de la Religión. Con esto,
ella dió origen, sin advertirlo, á una práctica que se
conserva aún actualmente en el Oratorio y que fué
insinuándose poco á poco en todas sus casas su
cursales, la de dirigir por la noche algunas palabras
cordiales á los niños antes del descanso.
Por li»\ lo invitó á rezar las oraciones.
— Y a no las recuerdo, contestó.
— I.as rezarás con nosotros, añadió la buena
madre.
Y puestos de rodillas, se las hicieron repetir
palabra por palabra. Dándole en seguida las buenas
noches. D. Bosco y su madre se retiraron á sus res
pectivos aposentos para descansar; ésta empero
tuvo la precaución de cerrar con llave la cocina para
poner al seguro sus ollas durante la noche. El mu
chacho no era, sin embargo, un bribonzuelo como los
anteriores ; al contrario, su buen comportamiento
lo hacía muy digno de servir de piedra fundamen
tal de un Instituto enteramente providencial.
Al día siguiente D. Bosco le buscó una ocupación.
El afortunado niño continuó acudiendo al Oratorio,
para comer y dormir, hasta la llegada del invierno,
época en que, faltándole trabajo, regresó á su
patria. Desde entonces no se ha vuelto á tener no
ticia de él, lo cual hace presumir que ya no exista.
Sentimos sobremanera haber tenido la torpeza de
olvidar su nombre. Pero acaso lo haya dispuesto
así la Divina Providencia para que resaltase con
mavor evidencia su intervención en una obra que.
con todo y tener principios tan humildes, debía
con el tiempo llegar á ser tan grandiosa.
( B o n e t t i : Cinco lustros).
Cartas de Familia
Brasil
Cartas del hispector D . Carlos Peretío,
III.
Misión en el Estado de Minas — De Caratinga á
Cuyethé.
Lo ren a, 10 d e N bre. d e 1007.
Revmo. P. Rúa:
Permítame darle algunas noticias más acerca
de Caratinga al enviarle la tercera parte de mi
relación sobre el vi.ajc apostólico al Estado de
Minas.
I„a ciudad de Caratinga es muy moderna. Fué
D. Juan Cayetano do Nascimento, padre del
actual D. Manuel, quien tomó posesión de Caratinga en 1848, aterró los bosques y formó la actual
plaza de la iglesia parroquial. En 1861 ya se no
taba bastante progreso; 60 indios provenientes de
Batataes, formaban el núcleo de una población
llamada Riachuelo del Oro. Juan Cayetano era
señor de estos lugares hasta Jacutinga, donde se
encuentran actualmente sus hijos.
La parroquia comenzó en 1865. La iglesia se
construyó el 67; el primer matrimonio celebrado
— 149 —
filé el de D. Cayetano. Hasta ahora ha habido
cuatro párrocos. Él verdadero nombre de la ciudad
es S. Juan Bautista de Caratinga, en memoria de
su fundador. La esposa de éste había muerto pocos
días antes de nuestra llegada, á la edad de 111. años,
conservando completamente la lucidez de sus fa
cultades hasta el último momento. Nueve hijos
y un buen número de nietos rodeaban su lecho.
Dándoles á todos su última bendición, tuvo el
consuelo de poderles decir: « Os doy gracias,
amados de mi corazón..... Ninguno de vosotros
me ha dado jamás el más pequeño disgusto. » Ah!
sólo el amor y la práctica de la Religión pueden
dar á una madre felicidad de esta clase.
con grande aparato. El celoso sacerdote, aprove
chando nuestra presencia, quiso celebrar con gran
solemnidad la fiesta de Sta. Ana, gloriosa patrona
del lugar. .^Ldeinás de la Comunión General, embe
lleció la fiesta una imponente procesión.
El mismo día, á las 3 J nos trasladamos á la
hacienda de Aguas Claras donde trabajamos con el
mismo éxito que en los otros puntos.
De ahí nos fuimos á É l Botn Jesús donde nos
acogió muy cortésmente el Capitán Juan Morcim
da Cruz. Tuvo éxito brillante la pequeña Misión.
Encontramos una familia de indios: la anciana
María Erancisca y su hija Juana, casada con un
negro africano, y siete hijos. Dícese que esta fa-
JABOAlAO — La roca sobre la cual descansará la Capilla de Marta Auxiliadora
^La cruz indica el lu gar donde se.colocó la i* piedra)
El 30 de Julio dejamos, con verdadero senti
miento Caratinga, para trasladamos á Slo. Do
mingo. pequeña aldea, donde recogimos también
opimos frutos. Entre el gran número de personas
que recibieron el Pan Eucarístico, hubo muchos
niños que lo hacían por vez primera.
El 31 salimos para Inhapim, donde senosrecibió
con entusiasmo, al són de repiques y cohetes. El
mismo Sr. Párroco nos dió hospitalidad y nos pro
digó tantos cuidados que debido á él fué muy fruc
tuosa nuestra misión.
El 2 de Agosto fuimos á la hacienda de D. Juan
Barbosa, donde también predicamos, confesamos,
celebramos y administramos otros Sacramentos.
El 3 por la tarde proseguimos, remontando la
sierra Baldo. Pasado el río omónimo, llegamos
al pueblo de Imbi, donde nos esperaba el Párroco
milia vino á Bagres en tiempo de la guerra del Para
guay, cuando aun no existía Caratinga, El esposo
de María Francisca se llama I^ópez. Juana me dijo
que su madre era ya crecidita cuando so traslad '>
á Caratinga, en tiempo de las misiones de los Padre {
Capuchinos, PP. Benito, Joaquín, y Miguel, de
donde deduje que la india tenía do 140 á 150 años.
.Ambas están bautizadas. Esta familia es de la raza
Pury, cruzada con Cwoados.
Juana, narrándome sus aventuras, me decía:
< Esto era en el tiempo en que los tigres rondaban
nuestra casa y nos robaban cerdos y ovejas. Dios
nos protegía y por esto el rígre no nos devoró *.
En el temor de que Marí.t venga á morir sin co
modidad de recibir los sacramentos, la invité á
confesarse y así lo hizo. La hija y el -marido, que
hablan regularmente el portugués, lo liabían
— T50 —
hecho por la mañana. La buena anciana vino
hasta nuestra mansión á devolvernos la visita, lo
que no dejó de sorprenderme.
F.l 7 partimos para Bananal, donde hallamos
Rcncrosa hospitalidad en las familias de los Sres.
Francisco Pantaleao y Juan Paulino dos Reis.
El día sippiiente nos dirigimos á Jatahy. Después
de 6 horas de camino con lluvia, llegamos al puerto,
y deseábamos pasar el río Cuyethé. La barquilla
estaba del otro lado, y el barquero, que habita á
tres kms. de allí, no pudo oír nuestros gritos. Vol
vimos una legua atrás para alojar en una casita.
Kn medio de la floresta nos sorprendió la noche y
la tempestad: nada veíamos sino el brillo fugaz de
los relámpagos. Y entre tanto se percibía el rumor
confuso de las alimañas del bosque, y claro y dis
tinto. el rugido del tigre.
Oh! qué momentos!.... A cada instante gritaba
el P. Migliarina, que iba delante. ¡Espinas 'á la
derecha! ¡Atentos! una rama d la izquierda! ¡Un
árbol caido que saltar! é intercalaba sus avisos con
algunos ay! ay! que le arrancaban las poco delica
das caricias de las espinas y los canillazos contra
troncos. Finalmente, como Dios fué ser\údo, llega
mos á la casita de Barra de Urucúm.
Pedro A. de Costa, dueño de la casa, viendo
pasar hacía nna hora ?il hermano Aps con el com
pañero de viaje y los cuatro bagajes, los detuvo,
diciéndoles que era una temeridad internarse en el
bosque á esas horas, cuando los misioneros esta
rían ya al otro lado del río, Y fué providencial el
no hallar el barquero. Hubiéramos tenido quó dor
mir en una casa destartalada tal vez, sin puertas
ni ventanas, donde, nos dijeron, solían los tigres
hacer sus visitas cada noche. Es imposible describir
la alegría que experimentamos al encontramos allí.
Pedro nos acogió con alegría,
Pero luégo notólo un poco mortificado, y nos
dijo:
— Tengo á mi mujer enferma, y por ahora no
hay nada preparado para la comida de Sus Reve
rencias. Procedan Vs. con toda libertad, como en
casa suya. Después de dar la bendición de Mari v
Auxiliadora á la enferma, pedimos harina de maíz
é liicimos una polenta que fué devorada con apetito
de cazador. Tendimos las hamacas, y á dormir!
Al dia siguiente la señora estaba mejor y se le
vantó. El caritativo marido nos acompañó y ayudó'
á pasar el Cuyethé; de modo que á las 4 i de la
tarde llegábamos felizmente a Jatahy, y alojamos
en casa de D. Adolfo Kuens.
En latahy la misión duró varios dias con muy
buen resultado. Aquí encontramos algunos indios
medio civilizados, y entre ellos aquella María Tamareca Pcrcreca de que le hablé en la primera parte
de mi relación y que fué bautizada por el P. Ca
puchino Benito, de la antigua colonia de Itueto.
\ dos indios uní con los sagrados lazos del matri
monio.
El iz de Agosto debíamos estar en Travessdo do
Pega Bem; para esto era preciso repasar el Cuyethé.
Si el pasarlo hacia acá había sido muy fácil, no lo
fué la vuelta, porque las lluvias lo habían engro
sado. Las cabalgaduras pasaron con gran diácul-
tad, y mi macho, para acreditar su nombre, el
Perigoso, (el Peligroso) fué precisamente á salir
en el punto más difícil, lanzándose denodadamente
sobre un barranco, en donde cayó -dos veces. Te
miendo que á la tercera me cogiese debajo, juzgué prudente desmontarme, lo que hice con faci
lidad, no sin hundirme en el agua hasta más arriba
de la rodilla.
Un poco más allá encontramos fresquecitos los
rastros de un tigre.
En Pega Bem hay todavía dos familiar de indios.
El Tj" llegamos al pueblo llamado La Floresta,
y pasamos los días 13.. 14, 15 y parte del 16, hos
pedados en casa del caritativo señor D. José L.
Meirellis.
Floresta está situado en la confluencia del rio
de su nombre con el Alvarenga. El clima es más
bien cálido: las casas están distribuidas en ángulo;
su aspecto es aislado y melancólico. La primitiva
capilla está en ruinas, pero la nueva está para ter
minar. El panorama general contrasta con, el
nombre. Pero es grande la indiferencia religiosa,
por lo cual fué escaso el fruto de nuestra misión.
La tarde del 16 llegamos felizmente á Cuyethé,
siendo recibidos y hospedados por el Capitán
Vicente Vasconcellos; juez de paz. Como era el día
de nuestro Venerable Fundador, reuní la gente
y les hablé de él, de su obra, anunciando que el do
mingo siguiente se celebraría con toda pompa la
festividad de María Auxiliadora, la celestial Patrona de las Obras Salesianas. La devoción á María
Auxiliadora despierta en todas partes entusiasmo
saludable. En la capilla de este lugar dejamos
una imagen de tan buena Madre, como en todos los
otros puntos por donde pasamos.De Floresta á Cuye
thé, se sube la crestería del Cataqttc (nombre que
recuerda la trágica desaparición de un indio, y se
llega á la altiplanicie de 150 m, de elevación; luego
se sube la altura del Gado, de 310 á 320 m, y re
corriendo una vasta llanura se descubre un pere
grino panorama.
Vuelve á aparecer la soberbia roca hendida y
más allá de E. á O. se divisa el perfil de la sierra
de Jodo Pinto, con sus- colinas y barrancos prolon
gados. Bien reducido es el número de los habitantes
del pueblo que se abre en medio de la floresta.
Cinco ó seis casas habitadas y otras tantas de
rruidas.
Pero aquí debo consignar que estamos muy
agradecidos al Capitán Vasconcellos, á su esposa
y sus virtuosos padres los sres. Raimundo y Claudina, por la exquisita bondad con que nos trataron.
.\l terminar esta tercera parte de mi relación,
permítame, amado Padre, besarle la mano y supli
carle bendiga con especial afecto esta Inspectoría
de María Auxiliadora y particularmente al
Ultimo de sus hijos in C. J.
P. C a r l o s P e r e t t o .
O
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S
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DE JSÍUESTF^AS MI510J\ÍE5
l í
tnatto Gro$$o (Brasil)
Cuatro meses entre los Bororos-Coroados.
{Cartas del P . Malán, Inspector), (i)
II.
El encuentro con los indios del Río S. Lorenzo. —
2600 indios dispuestos á la civilización.
Cuyabá, 8 de Enero de 1907.
Venerado Padre Rúa:
iel á la promesa que le hice en mi última,
vo y á darle noticias que ciertamente
le serán m uy agradables y que todavía
llenan de emoción mi alma: quiero decir del en
cuentro con los salvajes en las densas florestas
que se extienden cerca de las cabeceras del río
S. Lorenzo.
B
El Suceso — Presentación — Interesante entrevista.
El 9 de Agosto, aniversario de la Coronación
de la Santidad de Pío X , fué el día señalado por
la Divina Providencia para el suspirado en
cuentro. En la cima de la escarpada eminencia
de la izquierda del ancho y abundante Pogubo,
que es el primer punto culminante del S. L o
renzo, vimos por fin, como le dije, aparecer un
buen grupo de robustos bororos.
Es cierto que*ya estamos habituados á encon
tramos con los hijos de las florestas; sin embargo
debo confesar que experimenté indescriptible
emoción al descubrir, á medio kilómetro de
nuestras tiendas, aquellas figuras atléticas y
rudas, de piel cobriza teñida de rojo-oscuro con
urucú, desnudas, armadas de arcos y flechas, y
acompañadas de mujeres las cuales van cargadas
con sus baquetés, que llevan suspendidos de la
frente con cuerdas de corteza de árbol y les
bajan sobre las espaldas.
Precedidos de nuestros enviados extraordi
narios, quienes los habían informado suficiente
mente acerca del recíproco encuentro y de nues
tras actuales condiciones, bajaron de la eminencia
subieron otra explanada de 40 ó 50 metros de
altura y caminando en fila, se acercaron para
V. N. anterior.
presentarnos con formalidad, debiera decir
maravillosa, sus'obsequios. También las mujeres
se acercaron con el mismo fin, pero ciertamente
lo hicieron por ex^íreso mandato de los caciques,
porque todas, temblando, procuraban esconder
el rostro, poniendo de manifiesto su empacho y
su vergüenza.
El Capitán Joaquín nos presentó á los caciques
de la numerosa embajada, y éstos á su vez, uni
dos con nosotros, digámoslo asi, con los vínculos
de la Divina Providencia, nos presentaron á sus
terribles compañeros.
Apenas concluida tal ceremonia, depusieron
sus armas y baquetés, y con rapidez asombrosa
corrieron á cortar hojas de oacuri, palmas, etc.
y las trasportaron cerca de nuestras improvisadas
chozas, para levantar las suyas, una para cada
familia.
Como supieran que nuestras municiones de
boca estaban para terminar, nos brindaron al
morzadas de. coco y peces, que, aunque fritos
al natural, en aquellas circunstancias nos pare
cieron el bocado más exquisito. Por parte imestra,
les dimos á cada uno, un puñado de harina de
mandioca y un pedazo de rapadura ó panela.
Y a había sobrevenido la noche. L a luna llovía
tranquilamente sus rayos de plata sobre aquellas
florestas pintorescas, mientras nosotros pensá
bamos en la infinita bondad del Señor que visi
blemente nos ayudaba á derramar sobre aquellos
infieles los primeros rayos de la luz del E van
gelio. De repente se pone en pie el capitán Joa
quín y comienza un largo discurso sobre el re
sultado dé su embajada.
Dijo que los indios habían abandonado sus
aldeas temerosos de algún ataque de los civili
zados 6 de las tropas; que y a no bebían de las
aguas de S. Ix)renzo, á no ser en las fuentes,
porque sus baires (sacerdotes-profetas) les habían
dicho que estaban envenenadas por los blancos;
que contra éstos estaban preparando sus armas,
no sólo para defenderse, sino para ofender y
combatir hasta la última sangre, dado el caso;
que* querían á los Misioneros porque éstos los
querían á ellos (i); en fin que por sus propios
intereses y mayor seguridad querían que abrié
semos una Colonia en medio de ellos.
(t> Bororos taJdu magari padres; padres laido magari
bororos.
Terminado que hubo el cacique, se me invitó
á tomar la palabra. Y o delegué al P. Bálzola, por
NT más práctico de la lengua.
El Padre lÓs as^guró'que apreciábamos mucho
á los Bororos. y á este fin.les.recordó las fatigas
á que por ellos nos sometíamos; declaró que ellos
solos eran el objeí'o de nuestra pacífica empresa
(le regeneración, y añadió las razones por las
cuales merecían nuestra protección. Luego les
demostró lo falsa que era la profecía de los bari,
{pie las aguas del vS. T^orenzo no estaban envene
nadas; que el Gobierno no tenía sed de la sangre
borora, sino quería ihiicamente castigar al ase
sino de Melchor, para darles á todos una salu
dable lección de justicia y moral; y en fin les
dijo que hablaríamos con el Bxmo. Sr. D. Gene-
explicaciones que se les pedían acerca de los pun
tos más difíciles. Así pasó una hora y la voz.del
P. Bálzola se debilitaba y empezaba á enronquecer. Entonces tomé yo también la palabra y
emprendimos con el P. Bálzola un .diálogo sobre
mi último viaje á Europa con el indio Miguel,
cuyos recuerdos, y las alusiones que á él se hadan;
enorgullecían al viejo padre, que se mostraba
satisfecho, pagado, de las consideradones que
á su hijo se guardaran.
Descanso — El Santo Sacrificio — Desayuno en
común — Regalos — 10 aldeas, 52 caciques y
2600 indios dispuestos á la civilización.
Hacia la media noche nos pareció conve
niente retirarnos á descansar. Dejándolos pues
JABOATXO — Estados de los trabajos de la Capilla en Febrero de 1908.
roso Pacs Iv. de S. Poiice, gobernador de la
Pioviticia, para recordarle las promesas que en
otro tiempo hizo á los Bororos.
A cada frase que les gustaba, aquellas broncea
das figuras aprobaban emitiendo mgidos elo
cuentes, acompañados de sonoros hum! hum!
humJ 6 bien hu/ hu! hu!
Eran y a las diez y so empeñaban en que el
orador siguiese hablando. Convenía darles gusto.
Cambió de argumento, y giró el discurso sobre el
grande acto que realizaríamos al amanecer el
día siguiente: la Santa Misa, durante la cual el
Rey de todos los pueblos, comprendidos los
Bororos, se imuolaría sobre el altar de la Reden
ción. Al paso que el orador les presentaba los
l>cnsaiuientos más oportunos, que ellos escucliaban embebecidos, los dos caciques les daban las
á ellos pasar en fiesta la noche, nos echamos e:i
brazos de Morfeo, llenos de satisfacción por el
éxito de la jornada.
M despuntar la aurora (y era la festividad
del santo titular del Río á cuyas márgenes está
bamos acampados), preparamos el altar al pie
de una cruz que habíamos enarbolado en un pe
destal de piecira. y celebramos la misa de acción
de gracias en honor de S. Lorenzo, á la cual asis
tieron todos los sah'^ajes con una atención sor
prendente.
Después de Misa, banqueteamos todos juntos,
con un excelente jacuba.
En seguida, aprov’echando la ocasión de te
nerlos á todos reunidos, hicimos la repartición
de los regalos que les llevábamos: cuchillos, tije
ras, agujas, anzuelos, espejos, etc., etc.. Además,
—
á cada cacique le dimos media manta ó un ch U,
y á cada mujer tres metros de tela, á todos los
demás un pañuelo. Terminada la distribución,
todos aquellos rostros brillaban de contento.
Pobre gente, tal vez nunca se han creído
más ricos que entonces! Y bien merecen por
muchas razones, el apoyo decidido y franco de
los civilizados! Que brille en ellos la luz del Evan
gelio y los veremos convertirse en ciudadanos
laboriosos é inteligentes!
Grande fué nuestra fortuna de encontrar allí
im gran cacique que tiene bajo sus órdenes á
52 caciques ó capitanes subalternos, jefes de
otras tantas aldeas. Cada uno de éstos manda
generalmente 50 hombres, de manera que soii
sobre 2.600 los que dependen de dicho jefe y
residen en una superficie de 40 leguas poco más
ó menos.
El nombre de las aldeas es como sigue:
Pouchereu, sobre el río S. Juan, afluente del
vS. Lorenzo, con 4 caciques;
Noiddori con 3 caciques;
Jardori, con 5 caciques;
Cogtuau Vari, con 10 caciques;
Tadiramanna-Pari, con 5 caciques;
Pobori, junto á la Gran Cascada,ó Cachoeira
Grande con 3 caciques y i baire;
Jorigui-Pari, con algunos indios apenas;
Hejari, cerca del arenal del Plata, la localidad
donde nosotros levantamos una cruz en 1897 y
denominamos S. Francisco de Sales; con 10 ca
ciques y 2 baires;
Colonia (Teresa Cristina), nuestra antigua re
sidencia.
Aiygieri, que es el punto más distante; hacia
el Tadarimanna, con 10 caciques. Todas estas
aldeas se encuentran sobre el río S. Lorenzo ó sus
afluentes, que para los indios tienen todos el
mismo nombre.
Entusiastas felicitacíoaes — Para la 4* Colonia —
Necesítanse 12 misioneros más.
. Conociendo el grande interés de las princi
pales autoridades del Estado por estas Misiones,
me apresuré á telegrafiarles para darles cuenta
del éxito de mi excursión, y recibí las más cor
teses y afectuosas contestaciones. Permítame
copiar algunas.
Pelrópolis. Felicitando misiones salesianas
por su apostolado y nuevas conquistas, envío
bendición. — Nuncio apostólico.
Cuyabá. — Agradezco comunicación designio
nueva Colonia indígenas; felicito gozoso afortu
nada exploración interno tribu Bororos Coroados
óptima acogida; auguro felicísimo resultado
grandiosa empresa evangelizadón tan ventajosa
al Estado. Generoso Ponce, (Presidente Estado
Matto Grosso).
153
—
Rio Janeiro. Reconocido fatigas sufridas por
gloria del Matto Grosso y del Cristianismo,
Joaquín Murtinho, (Senador de la Confederación).
Río Janeiro. Agradecido noticias feliz explo
ración interno Bororos Coroados, aplaudo her
mosa idea fundación colonia indígena entre
pueblos numerosos y caciques deseosos civili
zación. Congratulaciones sinceras. — Ignacio
Posta, (Diputado de la Confederación).
Cuyabá. Reconocido su comunicación, ale
gróme nuevo triunfo en pro de la humanidad y
de nuestros aborígenes. Sinceras felicitaciones.
— Pedro Celestino, (Vice-Presidente del Estado
Matto Grosso).
Goyaz. Satisfecho feliz descubrimiento pueblos
indígenas, comuniqué noticia Presidente. —
Elesbáo, (Diputado del Estado de Goyaz).
Cuyabá. Agradecido participación, alegróme
buen éxito exploración. Saludos. — Enrique
Vieira. (Diputado del Estado del Matto Grosso
y Director General de los indios).
Estos cordiales y unísonos aplausos de las
principales autoridades son para nosotros mo
tivo de grandes consuelos; porque son un aprenda
de su apoyo moral y de los auxilios que nos pres
tarán, y de que tenemos la más urgente necesidad
para poder establecer la Colonia y hacer pro
gresar más y más la gran misión de la civili
zación de estas tribus que la Divina Providencia
nos ha confiado.
He aquí, en compendio, amado Padre, el in
forme de nuestra excursión entre gente ferocí
sima, pero que gradas á la mediación de sus her
manos residentes en las colonias ya florecientes,
nos reconoce como sus verdaderos amigos y nos
estima mucho, condiciones indispensables para
poder trabajar tanto en su evangelizadón como
en su civilización.
Tan hermosas circunstancias, tan excelentes
disposiciones en los indios, principiando i)or los
jefes, la espléndida topografía de esos lugares
encantadores, que no se puede desear nada mejor
sea por fertilidad, sea por posición; el ansia viva
de nuestros ardientes Misioneros de obedecer á
las palabras de Nuestro Divino Salvador; He et
docete, id y enseñad á las gentes, todo esto me
ha induddo á fundar pronto, cuanto antes la 4*
Colonia, á orillas del S. Lorenzo.
Los medios de transporte necesariamente
tienen que ser por ahora mucho más difíciles que
para las otras colonias; pero eso no importa; nos
otros estamos decididamente apoyados por los
Gobiernos Federal y Provincial y por nuestros
excelentes cooperadores, que siempre nos han
auxiliado y seguirán auxiliándonos.
Pasando á una necesidad de otro orden, debo
manifestarle que tenemos necesidad de una do
cena de misioneros resueltos al sacrificio y llenos
if
— • 154 ^
de cntusiashio pata tr y predicar d todas las %entes,
y esto sí que depende de V., amado Padre; por
lo cual desde ahora le ruego que venga en nues
tro auxilio. Y se lo pido en nombre de tantos
pobres salvajes sumergidos en tinieblas, pero
deseosos y anhelantes de lu7. y de mejor suerte,
lo que ni la Religión ni la Patria les deben negar!
K n otra Relación le daré cuenta del estado
de las colonias'del Sagrado Corazón, la Inmacu
lada y S. José, á las cuales espero encaminarme
dentro del mes que corre.
Y termino, veneradísimo y amadísimo Padre,
pidiendo su santa Bendición y suplicándole me
encomiende á las oraciones y á la caridad de
nuestros amados coo'peradores y cooperadoras.
Bendiga especialmente á su
Humilde hijo en J. (■ .
tuosas y atronadoras ondas, nos tuvo por cuatro
días 'seguidos, suspendidos entre la vida y la
muerte. Momentos hubo en que nuestras jacu
latorias llevaban eri su angustiosa voz el acento
de la última plegaria, y el recuerdó de nuestra
querida Madre Auxiliadora fué, más que nunca,
la única esperanzas Pasaron, D es plácente, aque
llos terribles cuatro días y al recalar en Corral,
primer puerto después;de Punta Arenas, emo
cionado aún el corazón, dimos graciasá Dios y á
María que nos habían salvado de tamaño peligro.
El viaje de Genova al Callao (Peni), por la vía
de Magallanes, tiene sus ventajas, y a por la eco
nomía en los pasajes, y a por evitar las molestias
,del trasbordo de un \*apor á otro; aunque, por
otra parte, hay el inconveniente de prolongar
el tiempo de viaje; Se dice qite el viaje en los va-
A ntonio M.m . án
Pbro.
Gualaplza (Ccuador).
Presentamos á nuestros lectores la siguiente
interesante Carla dcl P. Santinelli, ex-inspeclor
lid Perú, hoy Superior de las Misionesde Mcndce
y Gualaquiza [Ecuador).
Muy Reverendo y Amado P. Rúa:
,
Analmente, gracias al favor de Dios y á
la protección de nuestra querida madre ,
María Auxiliadora, he llegado á la suspi
rada Misión de Gualaquiza, y doy por y a con
cluidos los muchos peligros de cuatro largos me
JABOATÁO — La Gruta dedicada á Ntra. Sra. de Lourdes.
ses de viaje.
Creo conveniente darle una breve relación de
este viaje, para, manifestar de algún modo, mi pores de esta compañía Cosmos, dura poco más
ardiente gratitud hacia tantos hermanos y coo ó menos 50 días; pero en nuestro caso, aquel
peradores que me prodigaron atencionesy exqui poco más alcanzó á 22 días, de modo que, con
sitas bondades, y patentizaron su elevada esti una estadía de 8 días en Valparaíso, el trayecto
duró 72 días!
mación hacia las obras de uuesto Ven. Fundador.
vSucedía que en algunos puertos, no era i»De Genova á Lima.
sible descargar la mercancía, debiendo por ello
prolongar la parada por uno ó m ^ días. En
A lx>rdo del Bermonihys, de la Compañía
Cosmos, zaqminos de Genova el 6 de Noviem tonces contábamos las horas, y mortificados por
bre, y puedo decirle que. el viaje ha sido relati el atraso, pensábamos en otros hermanos que
habían ido en diferentes direcciones, contemporá
vamente bueno. El capitán y todo su personal
neamente ó tal vez después, y que. según ^no
nos guardaron muchas atenciones. En consecido cálculo, y a estarían en su destino.....Y nos
aiencia gozábamos de completalibertadycoiuootros
todavía en el mar! Difícilmente ni mis com
tUdad para cumplir nuestros deberes religiosos,
pañeros ni yo olvidaremos los puertos de Taltal,
y aun tener regularmente clase de castellano.
lira la primera vez que viaj aba en vapor comer Aniofagasta é iquique. Sin embargo, debo con
cial. y por la vía Magallanes, notable por las tem fesar que hemos tenido también dias muy her
mosos.
pestades y natifragios, principalmente en el
Sin hablar de las maravillas del océano, re
Estrecho. Y también nosotros debimos rendir
cuerdo,
con placer, las horas agradabilísimas que
tributo á las magallánicas aguas; pues, pasado
hemos pasado en compañía <le nuestros hetel Estrecho, el alborotado mar. con sus tumul-
r
—
manos de'.Cádiz (Es:)aña); Puntarenas, Valpa
raíso é Iquíque (Chile), que agotarou con
nosotros su amabilísima caridad. Llegados á
Puutarenas en la festi\ddad de la Inmaculada
Concepción, fuimos acogidos y tratados con esa
caridad exquisita y franca, propia del Apóstol,
Pastor-y Padre
^ ciudad; Mon^ñor José
Pagiiano. *\llí, asistiendo á'.lá’selemne procesión
y demás. CDOcurridísimas funciones de la fiésta,
pudimos hacemos cargo, en parte siquiera, de
los grandes bienes que en esa ciudad produce la
Obra Salesiana.
Merece también' nuestro grato recuerdo, el
estimable caballero genovés, Sr. Serra. capitán
de nn velero de Iqtiiqiie, católico práctico y ad
mirador de los trabajos de los Salesianos en pro
de la humanidad. Tuvo la fineza de visitarnos
en el vapor y aun invitarnos á un almuerzo en su
barco; favor que. agradecimos cordialmente, pa
sando, en su compañía, momentos muy placen
teros. Que el Señor, le recompense tantas bon
dades, T multiplique el .número de católicos
como él.
De Lima á Gualaquiza.
Pennanecí cuatro ó cinco días en Lim a para
descartarme de algunos, negocios de u cen cia,
y despüés de de^edirm e de los hermanos y
alumnos con qíiienes pasara 6 años y cm*as
distinguidas atenciones jamás olvidare, zarpé
con rumbo al Ecuador el 23 de Enero.
.\i'm conmovido por la despedida del Colegio
de Lima, donde dejaba tantos dulces recuerdos,
bajé en Paita penúltimo puerto de la República
Pentana, indeciso sobre el camino que tomaría
para llegar á la Misión: dos \áas se presentaban:
la de Guayaquil y la de Loja. Aquélla presen
taba serias dificultades á causa de la peste bu
bónica y de la cuarentena que sufrían los vapores
procedentes del Sur; ésta la de muchos días de
duración y por caminos dificilísimos de desiertos
y montañas. Después de reflexionar me decidí
por la vía de tierra y en consecuencia, habiendo
agradecido la hosi>italidad y bondad del Rdo.
Sr. Moisés Sabogal, párroco de Paita, nuestro
buen amigo y cooperador, partí para Piura.
Llegado á Sullana, villa antes de Piura; hallé,
con gran consuelo mío, á nuestros hermanos de
la casa de Piura, pasando las vacaciones en casa
del excelente y cariñoso cooperador, Rdo. párroco
Sr. Dr. Toribio Jaramillo, sacerdote ecuatoriano.
Él me proporcionó guía y caballo, además de
recomendaciones, para el camino de Loja.
Ix)S dos primeros días, el viaje me fué peno
sísimo; atravesábamos campos dilatados de
arena y bajo un sol abrasador; el calor era tan
sofocante y el sudor tan copioso que apenas se
podía resistir,, hasta que empezamos á internar
—
nos en la selva, donde, como decía el guía, po
dríamos oír un dúo de tigres y leones.
Llegado á Macará, pequeña población eu las
confines de la República del Perú, y principip
de la del Ecuador, me presenté al buen párroco,
Sr. D. Juvenal Jaramillo, quien al leer Ki cartel
del párroco de SuUana, pariente suyo, me recibió
con verdadero entusiasmo. En la misuui pobla
ción vive u a antiguo alumno de los SalcsiaiU)s
que se educó en el Colegio de Qtüto, antes de lii
espulsión; es músico y tiene una escuela de banda.
Entre varias otras atenciones, quiso hacerme
conocer el adelanto de sus aprendices, tocando
ellos en mi alojamiento varias piezas de su re
pertorio. Tanto al reverendo Párroco como al
querido*antiguo alumno Sr. SiUvador Bustamante les debo eterna gratitud; pues además de
sus finezas, me proporcionaron caballos, buen
guía y cuanto ocurría ])ara el largo y difícil viaje
á Loja. Igualmente debo gratitud á la buena
gente que durante el camino nos proporcionaron
hospedaje y alimento, sin retribución y con tanta
caridad, que quedé muy maravillado.
Después de cuatro días de penoso viajo, de
lluvias y peligros, llegamos bastante cansados
á Loja, donde hospedamos en casa de los RR.
PP. Franciscanos. Allí r-econocí á algunos Padres
que habían estado antes en el convento de Quito;
como el P. Gómez y el P. González. A ellos debo
si en uu solo día pude tener g\úa, caballos y
demás adminículos para proseguir el difícil viaje
hacia Cuenca, tanto más dificultoso cuanto los
caminos se hallaban en pésimo estado. Varios
Señores Párrocos conocedores de nuestra Obra,
nos prodigaron finas atenciones, y merecen espe
cial recuerdo, el párroco de Calderón, Dr. Abe
lardo Mosquera Vélez. y el párroco de Oña y
Naljón, Sr. Díaz y n io a . Después de cerca de
doce días de camino llegamos á Cuenca el 10 de
Febrero.
Los dos días que permanecimos en Cuenca,
cansados por el viaje y ocupados en los prepara
tivos de la reorganización de la casa, no hice vi
sita alguna, y el limo. Sr. Polit, obisjX) déla Dió
cesis. como lo hiciera en I^oja el limo. Eguiguren,tuvo la dignación de visitarme; igual
mente el Revmo. Dr. Mattovelle; conocedores
ambos de la Obra de D. Bosco, muestran mucho
interés por sus hijos. El limo. Polit, como V.
R. lo sabe, desea á toda costa, que en su ciudad
se establezcan los talleres salesianos. Habiendo
descansado ya un poco, aunque molestado por
la fiebre, decidí partir á la Misión, a<»mpañándome hasta Sigsig nuestro querido coadjutor
M. Naranjo.
En Sigsig encontré al muy querido hermano
nuestro Rdo. Sr. Spinelli, á quien volvía á ver
de^ ués de 15 años, desde que nos separamos
— Í5Ó —
■ floreciente, como desearía, por falta de personal
•y medios materiales, con todo no se deja de
hacer mucho bien. Como y a por otras relaciones
del Boletín Salesiano es conocida la Misión, en
esta mía me limitaré, á simples datos acerca
de la administración de los Sacramentos, excur
siones, catecismo, etc. etc. practicados en el
Vicariato, en los años de 1906 y 1907.
Es notable cómo los jíbaros, por medio de la
instrucción y atractivos, vienen continuamente
á la Casa-misión y se van poco á poco docilizando.
Bautismos de niños jíbaros hubo 50 en los dos
años y existe una escuela para niños jíbaros. Los
domingos, el Rdo. Sr. Cadena, dedicado especial
mente á la Misión y que posee bien la lengua in
dígena, instruye de 20 á 30 jíbaros, y lo mismo
hacen las Hermanas con las niñas y mujeres.
Las confirmaciones suben á 4 0 . 1/O que más con
suela es que, varios de los jíbaros bautizados,
piden los últimos Sacramentos cuando están en
peligro de muerte. Ultimamente el Misionero
Cadena, fué llamado al lecho del moribundo
Sumagashi, en un lugar llamado Pachicosa,
distante dos días á pie; y otro á Chuchipanga al
de cierto Antonio Undi. De estas ocasiones apro
vecha siempre el misionero, para instruir á los de
la casa y vecinos, y así extender poco á poco la
gran obra de la evangelización.
En el mismo Vicariato existeu’varios pequeños
centros de cristianos blancos, como Gualaquiza,
San José, el Rosario. Aguacate, que sumarán
unos 500 fieles. A todas estas poblaciones se les
atiende mensualmente con el santo sacrificio
de la Misa y dándoles comodidad de recibir los
SS. Sacramentos. Especialmente en el tiempo
pascual, se les dan Misiones y oportunidad para
cumplir con el precepto eclesiástico.
E n estos dos años se han contraido 5 matri
monios: han sido auxiliados 25 moribundos; con
fesiones y comuniones se contaron 900.Y0 mismo
en ocasión de mi venida á Gualaquiza, y espe
cialmente á la vuelta, además de celebrar el
S. Sacrificio en dichas poblaciones, pude admi
nistrar los SS. Sacramentos á un buen número
de fieles.
Vuestra Reverencia, amadísimo Padre, se in
teresa mucho en dar impulso á la Misión. Es obra
importantísima; pero también las -dificultades
son gravísimas. L a primera es la del personal:
tenemos necesidad de sacerdotes celosos, ins
truidos y verdaderamente llamados al minis
terio de Misionero, robustos y capaces de re
sistir á las innumerables fatigas del apostolado;
pues tales los necesitamos para hacer nue%’as
excursiones y establecer nuevas residencias, dis
Noticias de la Misión.
tantes de la Misión de Gualaquiza hasta dos
días de camino, como en Pachicosa é Indanza.
Como lo ha querido Dios, estamos en Guala¡Oh. quiera el Señor que cuantos sienten en
quiza. El estado de la Misión, si bien no es tan
en 1893 en Quito. Durante el viaje de Loja á
Cuenca, y luego en Cañar y Azóguez, he podido
vci cuán admirable es el entusiasmo que hay
por nuestra Obra y por la devoción á María Au
xiliadora. Tyos reverendos Srs. Mattana y Spinelli han ejercitado en varios años, un verdadero
apostolado. Es notorio á V. R. y á nuestros coo
peradores el entusiasmo del pueblo de Sigsig
por los Salesianos, y allí con la ayuda de esos
buenos cooperadores, han podido nuestros her
manos poner mano á una buena casa y una bo
nita iglesia. Por este ano estará un sacerdote de
los nuestros al frente de los trabajos; mas el año
venidero, procuraremos establecer una casa su
cursal; porque el Sigsig está propiamente á las
puertas de la Misión, tanto por Gualaquiza,
como por el lado de Gualaceo é Indanza. Per
manecí allí dos días, en los cuales pude admirar
la fervorosa devoción de esos buenos amigos, a
María Auxiliadora; pues la capilla provisional
está llena por la mañana y por la tarde de de
votos, siendo muy consoladora la frecuencia á
los santos sacramentos. En dos exhortaciones,
les manifesté nuestra gratitud y las ventajas de
ser devotos de María Auxiliadora y cooperadores
salesianos. El párroco, hombre muy celoso, nos
(piiere mucho y se interesó mucho por la funda
ción de una casa de Hijas de María A uxilia
dora, y pronto se efectuará. En el Sigsig recuertlan con entusiasmo al Rdo. P. Mattana, por su
celo y abnegación en el ministerio sacerdotal, que
él ejercitó con verdadero ardor en esos contornos.
El 15 por la mañana, acompañado del coad
jutor Zanfrini, partí para Gualaquiza. Del Sigsig
á Gualaquiza hay tres días á caballo; pero qué
memorables tres días. Estábamos en tiempo de
lluvias, y ello basta para quien conoce aque
llos lugares, terribles. Parece imposible, que se
llame caminos, á aquellos abismos, barrancos,
precipicios, torrentes de fango y horrorosos ato
lladeros. E n cierta ocasión un viajero que atra
vesaba por aquellos fangales, decía desconsolado:
Que delitos habré cometido para tener la desf^raciade pasar por aquí? vY en verdad, que varias
veces me asaltó también la misma idea. Y o no
esperaba llegar sano á Grialaquiza, y en cuanto
llegué salvo, di gracias al Señor de todo corazón.
He aquí, amado Padre, la vida del misionero.
V si se quieren hacer excursiones por las jibarías,
nos hallamos en peores condiciones; y sin em
bargo se han hecho y se harán aún a costa de la
vida. Amado Padre, haga rogar mucho por nos
otros. y ayúdenos de todos modos á llevar ade
lante la barquilla.
—
sí la voz del Cielo que los llama al apostolado
entre los salvajes, no la desoigan; recordando
también, que en medio de tantas pniebas, el
corazón goza muchas dulcísimas consolaciones!
La otra díñcultad á la que debemos hacer
frente, es la falta absoluta de medios materiales.
En Cuenca tenemos entre manos un edificio
incipienté, y en G ualaquizalaIglesiay el edificio
se hallan en destrucción, y casi inhabitables.
jCuántas molestias tienen que soportar los
157
—
falta de recursos. Nosotros, por nuestro parte,
en medio de toda clase de dificultades y aun con
el sacrificio déla vida, nos esforzaremos entonces
á propagar más el reino de Dios.
Bien sabe; V. R., amado Padre, cuántas ora
ciones se elevan á Dios por medio de la Liga
Santa, en favor de nuestros Misioneros, y así
nuestros cooperadores bien pueden prometerse
innumerables gracias de María Auxiliadora, al
socorrer esta Misión consagrada á Ella en modo
NI-TEROY (Brflsll) — El Colecto Salesiano de Sta. Rosa visitando las baterías del Fuerte S. Juau.
Misioneros y Hermanas, principalmente en
tiempo de lluvias (que es la mayor parte del año)
no pudiendo repararse del agua que por todas
partes Ies persigue! En fin, se deberían erigir
capillitas en varios centros, abrir caminos y
atender á la subsistencia del personal; 'recibir
niños pobres y tener variados regalos con que
atraer á los salvajes; pero la Misión no cuenta
w u fondos propios y las necesidades apremian.
No sabemos á quién volver nuestros ojos después
de Dios, sino á la inagotable caridad de V. R. y
de los celosos cooperadores. Quiera el Señor
tocar el corazón de tantas almas generosas, para
que nos en\*íen socorros, no dejándonos abando
nados é inutilizados en nuestro ministerio por
Él
particular. Desearíamos, amado Padre, conocer
directamente, ó por su mediación, los nombres
y apellidos de nuestros principales bienhechores,y a para recomendarles particularmente en nues
tras oraciones, y a para poner esos mismos nom
bres, á nuestros neófitos.
Dispense, amado Padre, que me liaya alar
gado tanto en esta carta, y termino, implorando
una especial bendición para la Misión y particu
larmente para
Su afmo. y obediente hijo in C. J.
C ir ía c o S a n t i n e l u
Sacerdote Salesiano.
—
158
P
D o s g ra c ia s e s p e cia le s .
A principios de noviembre u. p. cayeron
enfermos en esta casa dos hermanos clérigos,
uno con grandes vómitos de sangre y otro
con tifus y complicaciones de penoslosis ma
ligna. Ambos enfermos fueron desahuciados
porlos médicos desde las primeras visitas; de ma
nera que se les administraron los Santos Sacra
mentos. Como ya la ciencia humana se había
declarado impotente, acudimos con fervientes
súplicas á la que es verdadera Madre de los
Salesianos, á Marta Auxiliadora, encomendando
la salud de los enfermos á las oraciones de
los niños.
Humanamente hablando la muerte de los
dos era inminertte; el uno después de tantos
vómitos, sucumbiria al menor esfuerzo ó golpe
de tos; y al otro lo consumía una horrible
fiebre de 40® y 41® y décimas constantemente.
Cuando ya creimos llegado el momento para
éste, quisimos ver la temperatura que tenía
y aumentó nuestro temor al ver que el ter
mómetro no señalaba; se volvió á poner y
sucedió lo mismo ; se le puso otro termómetro
y nos dió lo que el anterior.
En este trance tan apurado, recurrimos con
más fervor á la Sma. Virgen, suplicándole nos
concediese lo que fuera para la mayor gloria
de Dios y bien de los enfermos. A las dos
lloras, esto es, cuando los alumnos estaban en
misa, se le volvió á tomar la temperatura
y sólo marcaba algunas décimas; á las 7 llegó
á 35®, á las 8, 35
hasta que quedó en
aquel día en una temperatura propia de la
gran debilidad á que lo redujo la terrible en
fermedad.
Este enfermo á los dos días, esto es, el i6
de noviembre, y octavo do la enfermedad, no
parecía haber sufrido tal enfennedad. Ahora
sigue tan bueno, sin haber vuelto á sentir el
menor síntoma, y como todo hijo de nuestro V e
nerable Padre D . Bosco, sólo anhela corres
ponder más y más á una gracia tan singular
ayudando á salvar almas y á aumentar el rei
nado de Jesucristo.
El otro eniermo siguió mejorando también,
y aun cuando todavia está algo resentido,
—
espera con fé en la poderosísima intercesión
de nuestra querida Madre, que le concederá
la salud tan deseada para la mayor gloria de
Dios y bien 'de su alma.
A l considerar los favores tan portentosos
que cada día otorga la Sma. Virgen á sus
devotos, iiQ puede uno menos de inclinar la
cabeza y confundirse, pues mayores son los de
seos que tiene tan buena Madre de socorrer
á sus devotos, que ellos de acordarse de pe
dírselos.
S ev illa, 24 - 2 • 1908.
A
n t o n io
M
arcolungo
Póro. Sal.
D e m uerte á vida.
Hago pública manifestación de mi eterna
gratitud á María Auxiliadora por haberme sa
cado con su poderosa mano de la garras de
la muerte,« Habiendo enfermado gravem ente, fué
llamado un médico quien declaró ser caso grave
de apendicitis. Puso en practica todos sus
conocimientos, pero después de ocho dias de
terribles sufrimientos, viendo que la enferme
dad no cedía que antes iba en aumento á
causa de los grandes accesos del dolor, pidió
una consulta antes de practicar una operación,
único recurso probable para salvarme del caso
según él confesaba. En tal apuro, una hermana
mía me sugerió la 'idea excelente y magnífica
de recurrir á María Auxiliadora y al Venei-able padre D. Bosco. Dicho y hecho. Colo
camos una memoria del Ven. Don Bosco y
una estampa de la bendita Madre sobre el
sitio del dolor prometiéndole rezar muchas
veces el Ave María y hacer pública la gracia
en el Boletín Salesiano, si al revísame el mé
dico en la consulta, declaraba haber desapa
recido la gravedad del mal, y por lo tanto
no ser necesaria la operación, j Prodigio ine
fable! vinieron los doctores, me revisaron y
después de larga conferencia concluyeron lo
que nosotros de corazón pedimos á la más
bondadosa de las madres, á'saber, qbe la apen
dicitis había desaparecido, y que por lo tanto
era inútil la operación. ¡ Gracias, María, gracias!
Mi corazón se inundó de gozo y creció en
mi el amor á María Auxiliador.'^. ■ El médico
de cabecera no podiendo convencerse del
hecho quiso examinarme todavía , — pero,
viendo que mi salud iba cada vez mejor y que
iba yo cobrando más fuerza' desistió no sin
—
maravilla, pues decía : « la ciencia dice todo
lo contrario y no puedo convencerme* de que
esté Vd. bueno ». Ahora casi completamente
restablecido, vuelto y a á mis ocupacionesj llena
mi alma de la más viva gratitud hacia tan
bondadosa madre, cumplo la 2* parte de mi
promesa deseando hacer público tan grande
y portentoso beneficio, invitando á todos cuantos
lean y todos aquellos á quienes llegue esta
noticia á recurrir á María Auxiliadora en to
das sus necesidades, seguros de qué no les
negará cuanto pidieren. Mando, una limosna
para úna misa al altar de María.
La Plata (Rep. Arg.)i 12 - i • 1908.
B e r n a r d o G u sta v in o
Ex-altimno Sal.
M aría salu d de ío s enferm os.
Cumplo con un deber de agradecimiento,
publicando el prodigio que María ha hecho
con mi querida madre. Después de atroces
padecimientos, desahuciada por los mejores
médicos de esta ciudad por tener un tumor
canceroso en el estómago, no babía ya espe
ranza de salvarla. Recibió los Santos Sacra
mentos, pero yo tenía la firme convicción de
que no moriría pues ya la había puesto bajo la
protección de María Auxiliadora, La que no
tardó en concederme la gracia, pués, con gran
admiración de los médicos, el tumor desapa
reció y mi madre vive.
Para mayor gloria de Dios y estímulo de
los cristianos, hago pública manifestación-de
nuestra gratitud á la Virgen de Don Bosco.
La Plata (Rep. Arg.), Marzo de 1908.
A l e ja n d r in a G . M o r e d a .
Belchite (Zaragoza-Esp.) — Nuestra hija Sa
grario Blasco y S. cayó enferma gravemente de
sarampión complicado con bronco-neumonía y
alarmantes síntomas de meningitis. En tan amargo trance acudimos á María Auxil. y con
gran consuelo vimos pronto la eficacia de fa
confianza en tan buena Madre. Los síntomas
comenzaron á desaparecer y la niña se curó.
Agradecidos enviamos 10 ptas.
U r b a n o y F e l is a B la sco y S .
B ahia B lanca (Arg.) — Una terrible epide
mia de viruela asolaba la ciudad. Mucho te
míamos por las 700 alumnos de nuestro colegio.
Llenas de angustia y de confianza también acu
dimos á nuestra Madre Celestial... y hoy nos
es grato manifestarle públicamente nuestro pro
159
—
fundo agradecimiento porque la epidemia pasó
y en el Colegio no se'dió un solo caso.
La Superiora de las Hijas de ' María A ux.
Elgoíbar (Esp.) — Ocho días hacia que estaba
enferma una sobrina mía y con tal gravedad que
la ciencia era impotente. Con todo mi corazón
acudí entonces á María Auxiliadora y hace quince
días que se encuentra perfectamente curada.
R amón A u so i . a .
M olina de A ragón (Esp.) — Murió una sobrinita mía, y al poco tiempo la hermanita en
fermó de la misma enfermedad. Yo acudí á Ma
ría Auxiliadora, empezando una Novena el din
que más grave estaba, y a! terminarla estaba yá
fuera de peligro.
N. Z.
Cooperadora Sales: '
Medina Sidonia (Cádiz) — Doy gracias á
María Auxiliadora. Estando mi madre enferma,
ofrecí á María Au.xiliadora una novena, una li
mosna y publicar la gracia en. el Boletín Salesidno,’ ú curaba.
A los pocos dias había conseguido lo que
deseaba, pues la enferma estaba completamente
buena.
Cumplo con lo prometido, suplicando se dé
á conocer á todos los devotos de María Auxi
liadora, para que en sus enfermedades acudan
siempre á Ella con confianza.
1 de A bril de 190S.
M e r c ed e s d e la C u e v a .
Salam anca. — Mi esposa, Sabina Lucas, fué
atacada por una fuerte fiebre infecciosa que á los
pocos día la puso postrada de tal manera que
temíamos se complicase con otras enfermedades.
En efecto, una mañana, después de visitarla
el médico de cabecera, nos dijo que el estado
de la enferma era de mucha gravedad : á la
fiebre se babia unido la gástrica y que la de
bilidad se habia apoderado de un modo tal que
seria un milagro si saliera.
Al momento mandé llamar otros médicos, y
en número de cuatro, tuvieron consulta. Después
de haber bien examinado el caso ; todos dijeron
que mi esposa se moría.
Acabado de este modo con los medios liumanos, acudí á los divinos y al momento mandé
al Colegio de Los Salesianos por una medalla
de María Auxiliadora; se puso al cuello de la
enferma, empezando en familia una novena y
prometiendo publicar en el Boletín la gracia.
María Auxiliadora nos escuchó. Mí esposa rectiperó la salud.
Gracias te sean dadas, buena madre.
L ázaro Pér ez.
— iCo —
Salam anca (Esp.) — La Señorita Da. C iriiien
Peñalosa y Rivero, sufría unas calenturas infeccio.sas ; en el segundo septenario lo.s médicos
que la asistían vieron que la ciencia era impotente
[>ara evitar un funesto desenlace. Yaadmrnistrados
los últimos auxilios espirituales, una persona la
encomendó á María Auxiliadora, encargando
una novena y misas, y cuando todo se creía hu
manamente imposible, recobró la salud después
de una breve convalecencia.
L. R. Miguici-.
S evilla . — Se hallaba mi padre atacado gra
vemcnie de una congestión, perdido el conoci
miento. Mi temor era que no pudiera recibir los
Stos. Sacramentos. Me enconjanclé á la que es
Auxilio de los cristianos .y al siguiente día re
cobró el conocimiento y recibió con todo fervor
al que es Salud de los enfermos enseñando á
sus hijos como debe morir un cristiano.
Tú le quisiste alcanzar la salud, Madre mia,
y hoy al verlo completamente bueno, publico
esta grande gracia.
A n to n ia E sp in o sa II. de M.
San Juan del Norte (Nicaragua). — En
una riña que sostenían unos amigos m íos,
el dia 24 de Noviembre de 1907, sufrí la
lesión de un proyéctil que aún tengo alojado
en el muslo derecho. La hemorragia que ine
sobrevino fué muy grande debilitándome de
masiado : mi familia desconfiaba de la ciencia
méilica ; y yo atribulado, invoqué el auxilio y
la salvación de mi alma á la Santísima Virgen,
colocándome con verdadera fe una medalla en
el pecho y rezándole por dos veces su novena:
y Ella,, la consoladora de los afligidos, la pro
tectora de los desvalidos y la que és un amparo
en nuestra última hora, me salvó milagrosa
mente.
J uan B. B o n i u .a .
S . Pedro (El Salvador) — En Junio cayó
mi madre gravemente enferma: el to tic Abril
recibió los últimos Sacramentos. El dolor era
agudísimo, la paciente no podía estar ni sen
tada, ni acostada, ni dé ninguna manera. T o
dos los recursos humanos estaban agotados.
Como por inspiración, acudí á María .-^ux. y
le ofrecí contar sus bondades. A los diez dios
le dió un ataque furiosísimo y le encomendamos
el alma. Pasó y al dia siguiente trató de repe
tirle; entonces acudimos con lágrimas á la
Auxiliadora. La enferma quiso sentarse y hacia
eafuerros violentísimos, que creíamos fueran los
últimos sacudimientos de la vida. Pero de pronto
habla y dice que tiene hambre y sed , y se le
dió alimento.
Luego dice: Vístanme, que quiero alabar á
Dios y á" María. .Se hinca en la cama y entona
una alabanza, pues se sentía curada. Aunque
al volver á la cama sintió de nuevo el dolor,
pero muy mitigado, y cuando yo escribo no ha
desaparecido del todo, nos ruega se divulgue estar
ya curada, y firmamente esperamos no sienta ya
nada.
20 Obre. 1907.
T e r e s a B e a t r iz M o r e n o .
V igo (Esp.) — Unos fuertes vómitos de sangre
pusieron á un hermano mío muy delicado ; acudí
á María Auxiliadora, prometiéndole hacer una
novena, mandar una limosna para su culto y
además hacer pública la gracia.
Pocos momento.s después de haber hecho la
promesa, cesaron los vómitos, entró en una re
lativa tranquilidad, y, gracias á la podero.sa
protección de tan bendita Mailre, mi hermano
hoy se encuentra bien.
E. D. J.
Zaragoza (Esp.) — Macia ya bastante tiempo
que venía sufriendo un interno dolor de- estó
mago y en nada~ encontraba alivio. Entonces
una amiga mía me indicó que recurriera á María
Auxiliadora empezando una novena en su com
pañía ; así lo liice, y el quinto día de la
novena‘(13 de Enero) en que celebramos la
fiesta mensual de esta hermosa asociación de
María Auxiliadora á que tengo la dicha de per
tenecer, fui á casa de la Sra. Presidenta quien
me había ofrecido regalar una estatuita de Ma
ría Auxiliadora; llegué sufriendo atrozmente y
¡ oh beneficio singular ! en el momento de reci
birla, la besé y sentí como una impresión in
terior indecible quedando en el mismo insianie completamente libre de tan penosa en
fermedad. Hoy ya han transcurrido siete meses
en completo bien estar.
I’osteriormente padecí de dolor nervioso y
aciuli también ú mi querida Madre María Auxilia<lora y mi súplica fué escuchada bondado.'^amente.
I’ocp después una familia amiga sufria un gran
disgustó sobre intereses, recurrí á tan buena
Madre ofreciéndole mandar cclélirnr dos misas,
conseguí iu gracia y cumplí lo o.^ecido llena
lie agradecimiento.
F. B. Cooperadora,
X . — Hace muchos años que vengo pade
ciendo de graves dolencias, como anemia cere
bral, afección cardiaca, ataques nerviosos. Fal
lándome las fuerzas físicas, era preciso dejar el
claustro, lo que me repugnaba sobremanera. Me
ofrecí como víctima á Dios Ntro. Señor y me
preparé á morir. En esta ocasión me presen
taron una medalla de María Aux., me la puse
— 16i —
al cuello y le pedí la salud, si me convenía,
para poder seguir los ejercicios de comunidad,
haciéndole varias promesas, entre ellas la de
propagar su culto.
María Aux. me oyó y hoy me encuentro muy
repuesta y puedo seguir en todo á la comu
nidad.
Sor A s c e n sió n C a p d e v it a Clarisa.
Dao también, con toda la efusión de su alma, g;racias á
María Auxiliadora y envían una limosna:
Arequipa (Perú). — Una Cooperadora envía una
limosna al templo que se está edificando y agradece
á María Aux. su oportuno aii.xilio en un asunto
delicado.
Borchín del Hoyo (Esp.). — Da. Josefa dfl Rio,
por haberle curado á su hijo.
Conciero (Allariz-Esp.). — D .J . N., por un favor
recibido.
Coruña (Esp.). — Por un favor recibido: Don
Enrique Suárez Gómez, Da. Beatriz Moran de
Sudrez (por la curación de un tumor de una joven)
5 pts. — Da. Carolina López , por la curación de
su e.sposo de una enfermedad rebelde, 5 ptas —
D. M. V., por la salud de sn madre — Da. Amalia
Garán, por un favor — Una devota, por haber hecho
cesar grandes disgustos de familia,
Cartago. — Da. Lucia Pérez, por haber sanado
de neuralgias á su hermana Angela y por la salud
de su padre que estaba ya gravisimo, de muerte.
Compás de la Laguna. — D . Diego de León So
telo, por la curación milagrosa de la Sra. Rosa de
León de S.
Cuenca (Esp.). — Varios Cooperadores «le Baraja.s de Meló, por varios favores recibidos.
Ciudad Bolívar (Ven.). — Da. Silvana Sfeffani,
por dos favores reaibidos. — Dña. Josefa Silvana,
por un favor obtenido.
Copabana (Col.). — Da. Ana Felisa Díaz de J.,
por haberla curado de cólicos, y envía 4 francos.
Granada (Esp.). — Da. Angela Contreras , por
la curación de la madre, gravemente enferma.
Guatemala (Am. C.). — /. F. A . L., por la cu
ración de un niño enfermo — I m s Stas. Pifar y
Elena Corzo, por un favor recibido — Una Coo
peradora , por la salud de un sobrinito suyo —
Da. Pilar de B., por un favor recibido — D. M.
B., por haber concedido la salud á una hijita .suya
recién nacida, atrituida á laintercesión del Ven. Juan
Rosco — Da. T. R. v. de G., por una insigne gracia
concedida á uno de sus hijos y por otros favores
— D .J . B. Coop., por haberle airado de unos doloros continuos y fuertes.
Junquera. — D. Pedro Mateos Pbro., por haberle
sanado de grave pulnionía.
León (Esp.). — Da. Trinidad Otero y Frías, por
favores recibidos y envia 5 ptas.
Pisagua (Perú). —: D . Consiantino Rodríguez,
por haberle sanado de unas terribles fiebres.
Pontevedra (Esp.). — D . fosé Magariñas, jxjr
varios favores de Marta .Vux. i pta.
Salamanca (Esp.). — Da. Dabel Sánchez, Don
Félix Cueto Ramos, por favores recibidos — E. N.
por muchas gracias, especialmente por la milagrosa
curación de su hijo Eladio Encinas.
Santa Ana (Rep. dei Salvador). — Da. Manuela
Valdcs y Da. María Elisa Alarcón, por una mila
grosa curación.
S. Vicente de A. (Orense-Esp.). — E l R. Sr. D„
Domingo Díaz, Cura-Párroco, por un favor recibido.
Soria (Esp.). — D. Víctor Relio, Pbro., |)or ha
ber sacado-de un grave apuro á un amigo suyo.
Sarriá (Esp.). — D. Elias Franoell, por un gran
favor de carácter intimo que le ha otorgado.
Sevilla (Esp.). — Da. Mercedes M. de ¡ árga.\', por
un favor obtenido.
Tomé (Chile). — D. José' Luis '/.dada , por fa
vores recibidos.
Tinacillo (Ven.). — Da. Elena C. de Bcluchc por
un favor recibido, 4 fr.
Valencia (Ven.). — D. Miguel A. Nays, por ha
ber escuchado su petición, 2. fr. — Da. María T.
Hernández, por su admirable curación de ataques
epilépticos — Da. Herminia de Franco , por un
gran favor, lo fr. — Srta. Beatriz Silva, por un
favor señalado, 4 bolívares — D. Arturo Tavasca
S., por el providencial remedio á una enfermedad
que lo afligía — D. Francisco 'Kcda , por haberle
devuelto la salud , 2 fr. — Da. S. R . , por la cu
ración de su padre — Un devoto, por un gran fa
vor, 10 fr. — D. J. D . C., por un favor recibiilo,
I fr. — Un devoto, por un favor, 5 fr. y una Misa
— Da. Rafaela Briceno, por haberle devuelto la
salud — Da. Liitrccia de López, por innumerables,
favores , especialmente la salud de su hijo , 5 fr.
— Todas estas limosnas s'e han enviado ai San
tuario que se está levantando en la misma ciudad.
Valdecomenas (Esp.). — Da, María Martínez,
por la salud de su esposo — Otro devoto, por un.
favor.
•Valladolid (Esp.). — Z. G. de S., por la porten
tosa curación del M. I. Sr. Canónigo I’enitencíarioD. Ildefonso López Gómez, y envia 25 ptas.
Vigo (Esp.). — D . ll. E., por un favor — Da.
Eugenia Atvarez, por un favor — Dña. F.ulogia
Prieto, por dos favores recibidos.
Zaragoza (Esp.). — J. C. L. G., por un favor—
Da. Julia Cabello, por varios favores.
X, — Una devota, por haber conjurado una grave
desgracia de familia — Da. Carmen Riva, por
una gracia — Los Sres. Manuel Torres , Manuel
Castro y Emilio Martínez, por grandes favores.
Piden Oraciones: Coruña — Da. Beatriz Morán
de Suárez. 2 pías. — Da. Amelia García.
Copabana (Col.). — Da. .María /'. de Castrellón..
Todas ellas para obtener favores.
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P O R E L M U N D O S A L E S IA N O
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Fiestas íle Familia
y Ecos
dz la Fiesta Patronal
IT A L IA .
Faenza. Los días 23. 24 y 25 de' Enero celebróse
nn triduo en el Colegio Salesiano, de preparación
á la fiesta de S. Francisco de Sales teniendo lu
gar en ella la solemne acción de gracias al Todo
poderoso por la Introducción de la Causa de
nuestro V. Padre. El limo. Sr. Cazzani, Obispo
de Cesena dió una, espléndida conferencia sobre
D. Hosco y su obra, en que poniendo al 'Venerable
en relación con los tiempos en que vivió, se pro
puso demostrar y afirmar los derechos humanos
de la Obra Salesiana. El 26, día de la fiesta, S. Sría.
lima, en la misa de Comunión distribuyó el pan
divino á más de 500 personas, entre las cuales ha
bía 34 niños de primera Comunióñ y 200 del Ora
torio festivo.
A las 9 celebró el que es gloria de Faenza y de
Italia, Mons. Berarni. Alas 10 cantó la Misa el Rdo.
Sr. Inspector y tejió el panegírico del Santo Mons.
de Cesena. Por la tarde, la Compañía Gimnástica
« F o r td ió muestras de su habilidad, á la presencia
de los Obispos: acompañaba la Banda del mismo
Oratorio festivo. Más tarde el Tedeum solemne,
ia Bendición con el Sino, y una función de teatro.
Florencia. ICl 9 de febrero se reunieron salcsianos
y cooperadores en el teatro dcl Oratorio festivo
de la Sagrada Familia, para conmemorar á Don
Bosco, Entre los más insignes personajes, estaba
Mons. Donato Velluii-Zati. Arz. de Palrdsy el ge
neral Adcmollo. Abrióse la tiesta con una marcial
marcha y un himno de ocasión.
Ocupó luégo la tribuna el célebre prof. Solón
Monti, director del Popolo. En un discurso cual
oonveuia :i un literato y critico de literatos desa
rrolló este tem a;
D. Bosco como educador y
apóstol siendo el alma de su discurso este pen
samiento; D. Brisco, con feliz intuición y como
genio, supo conocer y comprender las necesidades
y tendencias de su tiempo. aplicarles remedio
eficaz y dirigirlas ul bien.
Se leyeron telegramas de adhesión, hubo selectos
trozos de música v se terminó con la elocuente pa
labra del ilustre Arzobispo de Patrás.
Lorcto. En la ciudad de la Santa Casa y en la
Basílica í.(»nrr/<in<i, se desplegó con toda
la pompa la función de acción de gracias el 9 de
febrero. F.n la nave central, (de esas amplias naves
<ie las catedrales italianas, no divididas ni cortadas
a=
por elementos extraños), ocupaban el puesto de
preferencia los 350 alumnos dcl Colegio Salesiano
y Oratorio festivo. Presidían la función el limo.
Sr. Obispo coh su Ven. Capítulo y el Clero de la
ciudad, secular y regular. La conferencia sobre
D. Bosco estuvo á cargo del elocuente P. Fernando
de Pésaro, de los Menores, quien con palabra
potente, electrizó al numeroso público.
Al siguiente día hubo una velada en honor del
Venerable. El salón de actos era un ascua de luz,
y presentaba una vista imponente el brillo de las
ricas oriflamas de seda, estandartes, gallardetes
y tapices de que estaba adornado y que refleja
ban la luz de las bombillas y lámparas. Sobre el
proscenio se ostentaba sobre majestuoso trono la
estatua de D. Bosco, reproducida al vivo y de
una semejanza completa. A los lados las estatuas
de la Fé y el Trabajo. En los püares y columnas
grandes cuadros representaban los pasos más im
portantes de la vida del Venerable y en la parte
principal leíase en caracteres de oro una magnífica
inscripción debida al corazón del rev. Sr. Canónigo
Cicconi de Fermo.
Un concierto de canto y música y hermosas poe
sías fuéron el homenaje al Padre.
Milán. Celebróse la fiesta en la Basílica de
S. Fidel V en el Instituto de S. .Ambrosio.
Pontificó en rito ambrosiano Mons. Mapclli,
obispo de Borgo S. Donino y cantó la Escolanía
del Instituto bajo la habilísima dirección del re
putado Mtro. y compositor Luis Cervi, la misa á
4 voces de Goller, con partes variables de Perosi
y Donini y el 0 Salutaris y Tantum crgo de Palestrina.
Después del Evangelio subió al pulpito el Emmo.
Card. .Andrés Ferrari honor del Sacro Colegio, y
estableció y desarrolló un admirable paralelo entre
S. Francisco de Sales y D. Bosco. La ceremonia
de la Basílica terminó con el Te Deum y la Ben
dición del Smo. Sacramento.
.A las 3 J- tuvo lugar la conmemoración de Don
Bosco en el Instituto, á la cual asistían más de
2.000 personas y un centenar de sacerdotes. Pre
sidía el Emmo. Ferrari acompañado de otros tres
obispos y varios marqueses y condes etc.. En re
presentación del Capítulo General de la Pía So
ciedad Salesiana, hallábanse los Rvmos. Sres. Fe
lipe Rinaldi y Luis Rocca, Prefecto- y Ecónomo
generales icspectivamentc.
La ceremonia se'abrió con un estupendo himno
compuesto expresamente por el renombrado
Mtro. Cervi. bajo cuya dirección lo ejecutaron
los coros de numerosos niños.
Sin embargo, la nota saliente fué el discurso del
marques Felipe Crispolti, al que vino á agregarse el
del Emmo. Cardenal I'errari.
Es imposible para un cronista seguir la magistral
composición del grande Orador, alma de -los Con
gresos, y reuniones, gloria del Isúcado católico, que
á una vasta erudición literaria y artística une
una grande inteligencia, un sentimiento dclicadisimo, una voz sonora y una presencia atraente.
Crispolti comienza con uno de esos exordios
suyos propios, exordios de ocasión que inmediata
mente despiertan la atención y la fijan. « Al con
memorar á D. Bosco, dice, no solamente celebramos
la gloria suya, sino también nuestra propia gloria
y la fortuna nuestra »>. Presenta luego la estadística
de las obras de D. Bosco en Europa y en todas
•tí.,-.
,íri:r
. . .. .
.
^ A
-
lencia y el auxilio universa’.... No fueron las insti
tuciones las que aci editaron y salvaron al hombre;
fué el hombre quien acreditó v salvó las institu
ciones, mediante la santidad, que se hizo fiadora
de los beneficios que aportaría la obra. Encendido
en caridad, ordenaba, disponía, mandaba, triun
faba con celeridad maravillosa, como suele el amor,
cuando es verdadero. Grande y humilde siempre,
á los grandes como á Francisco II, rey de las dos
Sicüias, á Cavour, Rattazzi y Víctor Hugo, les
dijo verdades inspiradas ó les anunció catástrofes,
y supo bajarse hasta el nivel de los humildes.
.... « Y este concurso de virtudes, esta su original
____—
'mm T
.
.
-
.1 .,
NICTEROY (Brasil) — Los aiumaos del Colegio Saicsiano dirigléadose al puerto.
partes, « porque esas desnudas cifras, tan áridas
al parecer, representan un alto valor y son cantos
de un poema de amor, de caridad y beneficencia *.
Observa que * estas obras no son sino el desa
rrollo de aquellas maravillosas tendencias que.
á manera de gérmenes existieron en el corazón
del apóstol desde su tierna infancia; que D. Bosco.
no desdeñó buscar inspiraciones también fuera
de sí. que antes bien, fué la humilde obediencia la
que puso’ el sello á su santidad; que si esta obe
diencia le veló por un momento su prodigiosa ori
ginalidad. se la restituyó más tarde, como sucede
en la economía de las \-irtudes cristianas, toda
entera, perfeccionada y segura.
Esta humilde obediencia, ese no despreciar el
consejo ajeno fué lo que le conquistó la benevo-
grandeza, ese estudiar los tiempos y atemperarse
á ellos siguiendo las tendencias dominantes y pro
porcionando los medios á los gustos y necesidades
del ambiente en que vivía,... hiciéronlo tan grande,
que su figura se destacará, con singular majestad
y brío entre todos los educadores del pueblo y dió
á la Iglesia el mayor de los tributos que en acción
católica le haya dado el Píamente ».
El orador concluyó diciendo que «ha venido
providencialmente calculado el decreto que lo en
camina á los altares, porque era necesario tener el
tipo de la santidad de nuestros días y ver prácti
camente cómo el viejo credo, lejos de oponerse á la
modernidad, la dirige, la guia, la dilata y ofrece al
mundo esos modelos hermosísimos de patriotismo,
de caridad, de acción social ».
— 164 —
?Iabl6 luego el Emmo. Ferrari y su discurso fué
un himno alado al Venerable, que entusiasmó al
auditorio, el cual hizo votos porque llegue pronto á
su plenitud esa aurora que acaba de despuntar y
<|ue d mundo pueda cuanto antes recibir el bené
fico influjo del nimbo inmortal con que la Iglesia
va á coronar al Nuevo Héroe.
Ñápeles fué la única ciudad meridional que gozó
el honor de la visita de D. Bosco. Muchos allí re
cuerdan aquellos brevesdías: lasmuUitudoscorrían
á contemplarle, atraídas por la fama de sus virtu
des y electrizadas por su palabra, los niños se le
acercaban para recibir una caricia y una bendición;
el siervo de Dios bendecía conmovido y hablaba
inspirado y en una ocasión estrechó contra su
corazón ese otro corazón cándido y hermoso, el
venerable Ludovico de Casoria.
« El 9 de l-'cbrero, dice el corresponsal, parecía
que D. Bosco había vuelto á Nápoles. La iglesia
Salc’siana'rebosaba de gente y las comuniones
fueron numerosísimas, A las ic, el Rvmo. Sr. Ma
raño, Director de los Cooperadores Salcsianos,
pontificó la Misa y pronunció una bellísima Homi
lía-conferencia, de forma sencillamente elevada, es
tilo fluido, concepto claro y profundo. Lágrimas
arrancó cuando terminando el epílogo, exclamó:«Y
ahora, todos entonemos el TeDenm para agradecer
al Señor tan grandes beneficios <>. El clero mezclado
olli con altos personajes y con humildes aldeanos,
las damas de la alta aristocracia y las humildes
sirvientas, los niños y el pueblo todo pusiéronse
de pie V cantaron al Dios Omnipotente aquel
himno solemne y majestuoso.
Por la noche hubo una velada, que terminó
dignamente la fiesta de tanto corazón y de tanto
entusiasmo.
Romn. El 29 de Enero se celebró la función reli
giosa en la iglesia del Sagrado Corazón. Aumentó
la solemnidad la presencia de SS. EE. Rmas.
Mons. Passerini, Patriarca de Antioquía y V, Camcrlcngo de la Santa Iglesia y Mons. Begín, Ar
zobispo de Quebee en el Canadá, de los Kmmos.
Card. Vives y Tuto, Rampolla y Cassette..
La Misa de Comunión fue celebrada por el Emmo.
Sr. Cassetta y quiso él mismo distribuir á todos la
Santa Comunión, lo que duró algo m;\s de una
hora. En la Misa Mayor ]>ontificó Mons. .\ndrcoli. Obispo de Monteícltro y los cantores del
Instituto ejecutaron la grandiosa Mis.i del Mtro.
Dobici, bajo la dirección de Tebaldini, el director
de la Capilla de Loreto.
Por la tarde, después de las Vísperas solemne.»,
pot\lificadas por Monseñor Cagliero, pronunció
el sermón el Rmo. P. Juan Gcnocchi. Misionero
del Corazón de jesús, v el Emmo. Car<l. Rampolla
entonó el Tedeum. ¡Era muy justo que resonxsc
el 'IVileum. entonado por un Principe de la Iglesia,
en aquel templo que tantos sacrificios le costó al
Venei-able y bajo cuyjvs bóve<las, dcsnvidas to<lavia,
estuvo confundido con multitudc.s que conmovidas
le contemplaban, el día solemne de la consagración,
en el último año de su vida!
La conmemoración se aplazó hasta el 16 de
Febrero. Entre los altos j>crsonajes estaban los
Emmos. Card. Vives y Tuto, Satolli, Cassetta.
Cagiano de .\zevedo, los Exmos. Sres. Cagliero,
Sili, arz. de Cesárea. Begin, arz. de Quebee y Pri
mado del Canadá, Andreoli, obispo de iíontefeltro, Symon, obispo de Attalia, Pardini y Serafini; los Príncipes Barberini, los Príncipes Falconieri, Boncompagni, Antici-Mattei, Massimo; los
Condes Santucci, Soderini, Mengoni-Feretti, las
condesa Lavinia de Brazzá; S. E. Ida Orlando,
etc. etc..
La conmemoración se abrió con una lírica á
cuatro voces del Mtro. Tebaldini, que acompañada
por el mismo autor y ejecutada con rara perfección
por la Sckola caníorum del Instituto, fué profun
damente sentida y gustada por el inteligente au
ditorio.
Éntre aplausos subió á la tribuna el infatigable
Marqués Crispolti y con su palabra viva y potente
tuvo suspenso al auditorio por espacio de 40 mi
nutos. De cuando en cuando el orador se vió in
terrumpido por aplausos y felicitaciones. La con
ferencia es una Obra maestra: profunda, persuasiva,
completa.
Después se ejecutó una poderosa composición
musical de Edgar Tinel, director de la Escuela mu
sical de Malines, á cuatro voces con accompañamiento de armonio y piano, titulada: Inveni David,
aileluja,
Al salir .la selecta concurrencia, halló formados
en el patio los 600 niños, del Instituto y Oratorio
festivo, quienes saludaron militarmente y acla
maron á sus bienhechores al eco de las bandas
del colegio y Oratorio festivo. Muchas personas,
que no conocían todavía de cerca la obra Salesíana
se conmovieron profundamente al ver allí, en es
pléndida realidad lo que habían oído de los labios
elocuentes del valeroso, del elocuente Crispolti.
E SP A Ñ A .
Carmona. Precedidas de solemne Triduo, las
fiestas de familia resultaron magníficas. Tuvo
lugar el Triduo los días 6. 7 y 8 de Febrero, predi
cando el R. P. Federico Pareja, Director del Colegio
de S, Benito de Calatrava en Sevilla.
El 9 celebróse la fiesta de S. Francisco de Sales.
Ensalzó las glorias del Santo el P. Fermín Mol^ceres, Director del Colegio Salesiano de esta ciu
dad. Después de la Misa solemne se cantó un so
lemne Te Deum, terminando la función con la
Solemne Bendición de S. D. M.. El día 8 á las 4
de la tardo verificóse la Velada músico-literaria.
Hermosas poesías y selectos trozos de prosa al
ternando con magistrales números de música
llenaron el programa.
El 9 la función músico-dramática, en que se
pusieron en escena « Las Pistrinas * y la Zarzuela
VMorirse á tiempo *. Todo ésto ha tenido un éxito
brillante.
(Madrid. ¿Era posible que en medio del entu
siasmo general de celebrar á porfía el faustísimo
acontecimiento de haber sido coronado D. Bosco
con la luciente aureola de Venerable, quedase muda
la capital española, testigo elocuente de los pro-
dipos de su obra? Basta leer la portada del sen
cillo V elegante programa que publicaron las
Escuelas Salesianas de la Ronda de Atocha para
convencerse de que el homenaje que los Salesianos y Cooperadores de Madrid han tributado
á su Fundador y Padre ha sido imponente. Dice
textualmente. « ^'elada Músico-Literaria que al
^'enerable Juan Bosco, Apóstol de la niñez aban
donada, dedican sus hijos y Cooperadores de
Madrid bajo la augusta presidencia de S. M. la
Reina Doña María Cristina, S. A. la Infanta
Doña María Teresa y los Exemos. é limos. Sres.
Nuncio de Su Santidad y Obispo de Madrid, Al
calá y de Sión
A las 2 de la tarde, se notaba en el Colegio Salesiano una animación inusitada. Dentro los Su
periores. alumnos y algunos distinguidos Señores
corrían presurosos de un lado á otro disponiendo los
últimos preparativos para la fiesta; fuera una larga
hilera de coches y una multitud de curiosos espe
rando la familia real. La entrada estaba adornada
con valiosos tapices y plantas, levantándose en
medio del patio un arco muy artístico dedicado
á la Reina y á la Infanta. La magnifica iglesia
transformóse en elegantísimo salón de actos y ador
nada con gusto exquisito, y con el regio estrado
en el fondo, presentaba un aspeto encantador.
Empezó la velada á los acordes de la Marcha real
y entre las manifestaciones de cariñoso respeto
que tributaba el selecto público á los ilustres per
sonajes. que habían de ocupar la presidencia.
Empezado el acto llegó el Gobernador Señor
Marqués del Vadillo que ocupó un sitial en la
presidencia.
Todos los números del programa fueron muv
aplaudidos. Entre los varios cantos magistralmente ejecutados por la Capilla Isidoriana v la
Schola Caniorum de las escuelas sobresalieron; el
himno « Viva D. Bosco » de Mons. Costamagna
(Obispo Salcsianojcuyos delicados motivos y bri
llantes notas embargaron de suaví fimos afectos,
las almas de todos los presentes, la sublime Caritá
de Rossini, Los Remeros del Volga y los Zíngaros
de Schuman. Elocuente y erudito fue el discurso
de introducción leído por el Excelentísimo Sr.
Marques de Rafal, distinguido Cooperador Salesiano. acerca del Venerable Juan Bosco y su acción
social: tierna y conmovedora la p>oesía ca5-tellana
del P. Campaña de las Escuelas Pías. Magnífico el
trabajo de D. Jesús Porta; pero el número que en
nuestro concepto más cautivó la atención de todos,
el que arrancó más aplausos á la distinguida concuirencia. fué el diálogo * Don Bosco nuestro sal
vador • en que cuatro niños típicamente disfraza
dos representando las cuatro partes del mundo
adonde ha llegado el celo de los Salesianos, eleva
ban un canto- de amor y gratitud á D. Bosco que
los conquistó para el cielo.
M salir de la velada con el p>er:samiento fijo en
D. Bosco. me vinieron á la mente las últimas pa.labras de la hermosa px>esía que habla leído el
P. Escolapio y exclamé conmovido:
«Que hermoso es tu stuño convertido en realidad.»
Un Cooperador.
16^ V¡go. Fiesta de S, Francisco de Sales. Celebróse
en preparación á esta fiesta un triduo, que empezó
el domingo 26 de enero. Durante dicho triduo di
rigió la di\fina palabra á los numerosos Coopera
dores, que llenaban la Capilla, el Rdo. P. León de
Santibáñez, Capuchino, quien, con palabra elo
cuente habló de la educación de los niñt')s >• de la
poca fe que en general informa esta cduc;ición.
disertando extensamente sobre dicha virtud que,
como lo demostró muy bien, es la que uxás falta
hace en nuestro días.
El 28. tuvo lugar la Misa de Comunión general
celebrada por el Rdo. Sr. D. Argimiro Martínez,
Párroco de Santiago de Vigo, v en la que por vez
primera recibieron el Pan de los Angeles algunos
niños del Colegio Salesiano. .\ntes de repartirles
el Manjar celestial, les dirigió una fervorosa ])lática , exhortándolos á que, durante su vida, fre
cuentasen la Sagrada Mesa á la que, en aquel día,
iban á acercarse por primera vez.
El 29, fiesta del Santo Doctor, cantóse Misa so
lemne á las diez, en la que ofició el Rdo. Sr. D. Faustino Ande. Prior de la Colegiata. Al Evangelio,
celebró las glorias del Santo el mismo P. Capu
chino, presentándonoslo conro modelo de celo ar
diente y eficaz.
Por la tarde tuvo lugar la Conferencia á los Coo
peradores Salesianos y que. después de la lectura
del Adiós del V. Bosco á los Cooperadores Salesia
nos, dió dicho P. Capuchino. Su palabra convincente
llevó la persuasión á todos los presentes, arraigando
más en ellos el entusiasmo que sienten por la Obra
Salesiana.
Al día siguiente se celebró el funeral de costum
bre por los Cooperadores difuntos.
Es de esperar que , con los cultos que anual
mente se celebran en honor de este gran Santo,
se aumentará la devoción de los Cooperadores á
su Patrón.
g
Dofidas varias
^
EUROPA.
Barcelona. En el Externado de S. José celebróse
con entusiasmo y éxito la fiesta del gran Santo,
Protector de la Iglesia universal y Patrono de la
casa. En la misa de las 7 J. que celebró el R. P.
Puig, de las Escuelas Pías, distribuyó cl Pan de los
Angeles á más de 200 niños. Escogidos motetes
acompañaron el acto.
A las 10 tuvo lugar cl Oficiosolemne, celebrando
el Rev. P. Rector de las Escuelas Pías y haciendo
el discurso el notable orador sagrado. R, P. Figneras. Sus conceptos claros, su dicción pura, el
—
i66 —
tono y argumento, todo fué adaptado al auditorio
y á 8u porción escogida: los niños , y todos sacaron
gran provecho para sus almas.
Tanto en la misa de las 7 ^ como en la de las 10
llamaba la atención un grupo de 39 niños, coloca
dos en lugar preferente que ostentaban cinta
blanca y cirio, que á través de sus miradas dejaban
ver una alegría y una satisfacción nada comunes.
Eran los héroes de la fiesta, los afortunados que
tuvieron la dicha de recibir por vez primera al
Cordero Divino en sus corazones.
A las 3 verificóse una función extraordinaria
mente tierna y hermosa. Después del Tnsagio,
ese oficio tan español, tan bello, tan sublime, tan
agradable á la Sma. Trinidad, hubo la renovación
de las promesas del bautismo. Allí á la presencia
del Santísimo que brillaba en un trono de luz y
parecía sonreír á sus hijos, todos los niños pro
metieron de nuevo, y solemnemente, no abandonar
los caminos de Dios y resistir á las seducciones de
los enemigos del alma.
La Bendición del Smo. puso el sello á las fun
ciones religiosas, como para declarar que acep
taba las promesas do los niños.
La fiesta terminó con una espléndida velada
en honor de S. José.
Barcelona. El domingo 8 de marzo en el Colegio
do S. José tuvieron reunión general los antiguos
alunmos de las casas del venerable Don Bosco,
para elegir nueva Junta.
Presidieron el acto el reverendo Inspector don
Manuel B. Hermida y el padre Roca.
Una vez leída por el secretario, señor Mas, l a
memoria de los hechos realizados por la asociación
desde la fecha en que quedó constituida, y apro
badas las cuentas del tesorero señor Castells, pa
sóse á la votación de la nueva Junta. •
El presidente señor Duran expuso la idea de
agregar á la propia entidad un Montepío para fa
vorecerse en caso de enfermedades.
Para estudiar la manera de poner en práctica
tan laudable idea se nombraron los señores reve
rendo padre Malla, cinco vocales y el secretario.
Puso fin á la reunión el reverendo señor Inspector,
animándolos con cariñosas palabras á que perse
veraran en el camino emprendido y airunciándoles
además las gratrdes fiestas que se preparan en la
casa de Sarria, cuales son el sexto Congreso de
Cooperadores salcsianos para el vigésimo quinto
año de la fundación de la casa de Sarriá.
Quiera el Sagrado Corazón de Jesús hacer do
los antiguos alumnos de Bivrcelona lo que de los
del l ’icmonte, cuyo centro está en Turín: una
poderosa .Asociación Católica, temible á los malos,
deseable á los buenos, respetable á todos.
Bolonia. El domingo 23 de Febrero liizo su en
trada en la docta ciudad S. E. Kma. Mons.
Santiago dei Marchesi Dolía Chicsa, como sucesor
del Emmo. Card. Svampa. Unos días después
fué á rendirle homenaje una Comisión dcl Instituto
Salcsiano. y le ofreció un lindo Alisal encuadernado
con elegancia por 1(» alumnos dcl mismo.
El 10 de imurro hizo el Exmo. Sr. Dclla Chiesa
una visita al instituto. Halló á los alumnos for
mados en dos filas, por entre las cuales pasó en
medio de vítores v manifestaciones de amor y res
peto. Así escoltado subió al salón de actos, donde
se le ofreció una pequeña academia literariomusical. Al final, levantóse el Prelado, y con su
frase elocuente y caldeada evocó la memoria de
su gran Predecesor y dijo que sentía inmensa sa
tisfacción al encontrarse en el Instituto que tanto
había amado y fávorecido el eminente Gárdenal
Svampa y que mayor la tendría en continuarle su
protección; añadió que entre los más puros goces
de su vida contaba el haber ayudado eficazmente
á los Salesianos en España, Portugal y Suiza y que
se daría esa satisfacción y esa gloria en la ciudad
donde tanto se amaba á los hijos del Venerable.
En seguida visitó detenidamente los espléndidos
locales, que mientras estén en pie. contarán el
acendrado cariño dcl siempre llorado Cardenal
Svampa.
Ravenna. Nuevo Instituto Salesiano. Costeado
por la señora Dña. Adelaida Argelli Drandolini
se levantó el Colegio Salesiano de S. Apolinar.
Inauguróse el 12 de Febrero p. p..
Dios recompense la generosidad- de la caritativa
dama.
Portugal {Lisboa). Los alumnos de las Escuelas
Profesionales salesianas de S. José, en su calidad
de Cantores de la Capilla Real del Palacio de Las
Necesidades, pagaron un tributo de afecto y grati
tud á las Augustas Víctimas el 7 de Febrero. Era
el primer viernes; hacían el ejecicio de la Buena
Muerte, y se trasladaron en cuerpo á la Capilla Real
donde celebró el.Inspector Rdo. P. Cogliolo, y les
distribuyó á todos la Sagrada Eucaristía. El fervor
con que cumplieron estos actos y rezaron por el
eterno descanso de esas almas enternecieron á los
gentiles hombres y Damas de Corte que asistían
desde las tribunas. También rogaron por la feli
cidad del joven Monarca D. Manuel II.
A M É R IC A .
Bogotá. {Colombia). Solemne dislribucién de
premios.
Estimado Sr. Redactor:
Escasas son las noticias que se mandan de estas
tierras, y sin embargo aquí también se cosechan en
abundancia las bendiciones del Cielo....
El año 1907 tan fecundo en gracias é irradiado
por el favor divino, no podía terminar sino entre
bendiciones celestiales. Benéfico y grato es siempre
para los niñc« el día de premiación, y tal es su fin.
Despierta en los negligentes el sentimiento dcl
deber y colma de alegría á los que ven coronados
sus esfuerzos por el aplauso unánime de sus pa
dres. superiores y compañeros. Satisfacción pura,
gaje de la aprobación de Dios que, perfumado el
éxito de sus primeros trabajos, impregnará sus
almas de amor al trabajo y á la virtud.
La solemne función de clausura de tareas se
dedicó á S. S. el Sr. Ministro de Instrucción Pública,
Dr. José María Rivas Groot. Acto de gratitud por
que el Dr. Rivas Groot, que siempre ha favorecido
las Obras Salesianas. se dignó asistir en el presente
-
i
año á los exámenes solemnes; nos honró con su pre
sencia en casi todas nuestra! fiestas, y no satisfecho
con esto, dió varios premios y dejó en el Registro
del Colegio un Acta en que « se manifiesta satisfe
cho del buen resultado de los exámenes y pone
su firma ».
No pudiendo asistir personalmente á los exá
menes privados, comisionó al Sr. Dr. Andrés Var
gas Jluñoz y al Sr. Roberto Morales Olay^a para
presenciarlos como representantes del Ministerio
de Instrucción Pública. Dignas de gratitud son
también las palabras de encomio y de felicitación
con que los dos representantes del Gobierno ter
minaron todas las actas.
Abrió el programa del día 26 el M. R. P. Jacinto
67
—
inconstancia de los niños y la falta de energía dé
los padres *de familia, ahogan tantos gérmcnesde vida laboriosa é inutilizan tantas y tan bellasaptitudes como para las ciencias , artes liberalesy manuales, hay en la privilegiada tierra de Caldas,
Acevedo y Cevallos. Felizmente el Gobierno del
Exmo. General Reyes y del actual Ministro de
Instrucción Pública se ha propuesto poner remedio
á mal tan pernicioso. Asi quedarán los Institutos
de educación al abrigo de los malintencionados
que atribuyen á impericia de los institutores su
propia ineptitud é inconstatteia en la educación
de sus hijos.
La Instrucción pública en Colombia ha tomadohoy un vuelo prodigioso, y los Hijos de D. Bosco-
mí
S. A. R. el Príacipe D. Luis Felipe y.S. *1. el Rey D. Carlos
victimas del horrible atentado del
de Febrero de 1908.
Bassignana con un hermoso discurso sobre el estudio
de la Religión. Despedíase de sus amados alumnos
repitiéndoles, como director las amoroscis doctrinas
del Divino Maestro, y como padre dando á sus en
señanzas la dulce eficacia del amor. Tras el canto
del Himno Nacional y entre los vítores de todos los
presentes, recibieron de manos del limo, y Rmo.
Señor Arzobispo Primado el Diploma de Maestros
6 alumnos. Son los primeros que, liabiendo cum
plido los años reglamentarios de aprendizaje,
logran graduarse en estas Escuelas de Artes y Ofi
cios. El Sr. Ministro firmó los Diplomas y quiso que
los entregara el limo. Sr. Arzobispo, dejando así
que la Iglesia por su representante, coronara este
noble triunfo del trabajo y de la perseverancia.
Pluguiera al Cielo que cada año escolar pudiese
coronarse con tan feliz éxito. Pero con frecuencia la
m
D. Maouel II
nuevo Rey de Portugal.
tan amantes de la niñez, trabajan como en su pro
pio campo en esta obra. No son deslumbrantes su»
programas de enseñanza porque atienden más bien
á la enseñanza elemental y á preparar á sus alum
nos para la mayor instrucción de los colegios y
seminarios; pero no es menos fecunda la lluvia
tranquila y constante que la copiosa,, ni menos be
néficos son los rayos solares que penetran por
entre las r«imas de los árboles, que el pleno fulgor
dcl sol en las pampas ó llanuras. .
Permítasenos, ante de concluir, dar desde esta»
columnas, públicas y solemnes gracias al limo,
y Rmo. Arzobispo Primado y á S. S. el Sr. .Ministro
de I. P. quienes no sólo se dignaron honrarnos con
su presencia, sino que concurrieron á la premiación
de lo niños con premios dignos de su munificencia
y dignidad.
— i68 —
Bendito sea el Señor que nos ha dado tan pode
rosos apovos y nos proporciona campo tan fe
cundo. K1 amor, aprecio y favor de que aquí somos
objeto es para nosotros fuente de aliento y de
alearía.
L. S. R.
Barranquilla
{Col.). La simpática fiesta patro
nal de S. l'rancisco de Sales, fué celebrada también
este año con bastante solemnidad. Fué precedida,
como de costumbre, de la novena, predicada por
el P. Briata, y la festividad tuvo lugar el
de
marzo. lín la víspera el P. Bacna dió la confe
rencia á los cooperadores y amigos de la Obra
salcsiana en esta ciudad. A la misa solemne del
siguiente día asistió una numerosa y selecta con
currencia apesar de ser domingo de carnaval. El
panegírico estuvo á cargo del joven sacerdote
D. Né.stor Coronel), cura administrador del cercano
pueblo de Soledad. Después de la misa dióse prin
cipio á las grandiosas funciones de las Cuarenta1 loras que por ser las primeras, que so hacen con
regularidad, no podian resultar,ni más devotas ni
más concurridas, pues durante los tres días y á to
das horas la iglesia estuvo siempre llena de gente.
Con motivo de la fiesta del Patrono de la So
ciedad salcsiana. después de haber vencido un
sinnúmero de dificultades y gracias á la generosidad
de los buenos barranquilleros, se inauguró otro
cuerpo de edificio de dos pisos (lue consta de
cuatro grandes salones y de dos galerías. En él se
han reanudado las tareas de la Escuela S^esiana que fundada en marzo de 1903. hadado ya
buenos y abundantes frutos.
Quiera Dios bendecir á los favorecedores de los
hijos del venerable Juan Bosco para que éstos, con
el apoyo de aquellos puedan realizar su grandiosa
obra de regeneración.
JaboatSo (Brasil). El 22 de Marzo de 1905 se
echaron los cimientos de tin templo á María .Auxi
liadora. Los trabajos proceden satisfactoriamente.
El edificio se eleva sobre una piedra colosal que
le sirve de base; tal piedra tiene 36 metros de larga,
22 de ancha, y 7 y 11 de gruesa. El edificio es de
estilo bizantino, y mide 31 m. de largo. 15 de ancho
y 20 de alto. Bajo el enorme granito que le sirve
de pedestal, se abre una gruta, que puede contener
200 personas, y fué dedicada á la Virgen de Lourdes.
El Sr. Obispo de Ülinda ama mucho este San
tuario, pues es el primero que se erige á María Au
xiliadora en el Brivsil dcl Norte.
Nlcteroy (Z?rusí7 l. Gratísimas noticias nos lle
gan dcl Colegio Salcsiano Sunía Rosa de esta ciudad.
Grande es el bien que allí se hace y los niños corres
ponden. En honor do la verdad es preciso decir
<iuc los Salcsian<» nada dejan de hacer de cuanto
pueda contribuir directa ó indirectamente á la
educación de los alumnos, como entre muchas
cosas lo pnicban las excursiones y paseos cientí
ficos que suelen dar. Uno de éstos fué al Fuerte
de S, Juan, á la entrada del gran puerto de Rio
Janeiro, en donde los alumnos tuvieron de toda
la oficialidad muy buena acogida, recibiendo las
mayores muestras de simixitia.
NECROLOGIA
=
111=
4
A principios de Febrero pasó á m ejorvida la
S r a . D olore s de M endoza
en Madrid (Colombia).. Se distinguió por su la
boriosidad infatigable, su hacendosa adminis
tración y su caridad generosa. Los hijos del Ve
nerable Juan Bosco, y especialmente los del No
viciado de Mosquera le deben grandes favores.
Presentamos nuestro pésame al General su
esposo, á los huérfanos, á la suegra y á toda la
católica familia, á la vez que la encomendamos
á los sufragios de nuestros Cooperadores.
Cooperadores Salesíanos d ifu n tos.
ESPAÑA
Sra. Da. .Antonia Camps vda. de Vilarasa 'Camprodon (Gerona).
o » María Pérez —
Carlaya (Sevilla).
» » Josefa Gómez Pérez
»
»
Sr. D. Narciso Puig de Marcillo — Gerona.
■> 9 Eduardo Cofñ — La Pera (Gerona).
» » Juan Montsalvaje — Olot
*
» 9 José Prats — S. Felíu de G, »
D. José Bardasé, Cura Párroco de Pamel (Huesca
España).
Rdo. Sr. D. Manuel Cabero, Párroco de Bandalíos (Huesca).
Sr. D. Luis Herrera —
Sevilla.
■» * José Pérez —
Sra. D.a Dolores Vaquero —
9
* Jesusa de Mier y Terán —
9
»Dolores Carmena —
» »
* I.ecaroz —
*
»
* Cabeza —
AMÉRICA
Sr. D. J. Isaac Cáceres Bedoya — Arequipa (Perú).
9 Luis M. La Fuente
—
limo. Mons. Nicanor Pórcel, Prot. Ap.
. »
Srta. Rosalina Agrámente
»
•'
Sr. D. Miguel Vera y Loor — Calceta (Ecuador).
Sr. D. Scrapio Peralta — S. Luis Lauz (Nicaragua).
R. I. P.
Con aprobación de la Autoridad Eclesiástica:
Gerente: JOSÉ G.AMBINO.
Turin, Tip. Salesiana. (B. S.) — Via Couoleiigo,