BS_1906_07.pdf

Medios

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AÑO XXI

Julio de 1906

52-

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Toría - Oratorio de S. Francisco de Sales

SUMARIO: El IV Congreso Salesiano . . . pag.
Nuestro tesoro espiritual.........................................»
£1 Representante del Sucesor de Don Bosco en
América (C onclusión).........................................>
De nuestras Misiones.* China. (Carta del P. Versiglia)
................................................................. »
Patagonia Meridional: (Carta de D. P. Rossi) . >
Matto Grosso: Las dos Colonias de los Coreados.
(Relación del P. Malán — Conclusión) . . . »
B ib lio g ra ñ a ............................................................ »
Traducción del Himmo de Maria Aux. . . . »
El Culto de María Aux.............................................»
Gracias de Maria Auxiliadora............................... »

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Q^

^

El 24 Mayo en el Santuario de Turln . . pag.
Por el mundo salesiano— España: Ecos de la Visita
del Sr. Don Rúa: Madrid, Valencia^ Barcelona
Sarria, M a ta r á ................................................... »
Huesca: Inauguración de las Escuelas de S. Ber­
nardo ......................................................................»
Barcelona, Béjar. Por América: Chubut, Sta. Te­
cla ...........................................................................*
Congreso Salesiano de M ilá n ................................ >
Grabados: Exposición de Lima. - Don Rúa con los
exalumnos de Sarria - Exmo. Sr. D. Bernardo
Monreal - limo. Sr. D. Mariano Supervia.

189
19a
193

195

196

El IV Congreso Salesiano


mm

iQuísiMO brillante en la
I corona de gloria que la
^ devoción entusiasta de
_
las naciones del Peni y
BoHvia, y podemos decir de Sud América
coloca en la frente de Sto. Toribio de
Mongrovejo en el III Centenario de su
muerte, el Congreso Salesiano de Lima,
atrae á sí las miradas de todo el mundo
salesiano. Idea feliz, soberanamente
bella y sin duda muy agradable al Santo,
porque muy práctica y muy eficaz, la
de convocar un Congreso Salesiano, al
tratarse de celebrar las glorias del A r­
zobispo de Lima! Un Congfreso es
siempre una reunión de los elementos
selectos de una sociedad, donde las más

^

poderosas inteligencias, puestas al ser­
vicio de una causa que han estudiado
con amor, y por lo mismo de corazones
caldeados por el entusiasmo y deseosos
de hacer triunfar la causa que patro­
cinan, se dan cita para resolver pro­
blemas serios, que les vienen preocu­
pando y que con frecuencia son de
inmensa utilidad para el mundo ó para
una nación. Tal es un Congreso Sale­
siano. ¿Qué mejor idea, pues, y cuál
más oportuna que celebrar una asamblea
donde han de decidirse los arduos
problemas de la educación y engran­
decimiento de un pueblo, que lleno de
vida y en la fuerza de la juventud,
emprende su marcha majestuosa á través



170

de las generaciones, en memoria de un
hombre que trabajó sin descanso en
ese pueblo, que lo iluminó con los
esplendores de sus virtudes y su ciencia,
que por él sacrificó su caudal y energías
y (jue, cuando ya no tuvo más que darle,
le entregó su propia vicia? Lleno de
complacencia debió de mirar el Santo
la Exposición agrícola y el Congreso
salesiano, y debió de sonreír de gozo
al contemplar lo que ello representa:
un esfuerzo más para continuar y per­
feccionar la obra por que él rindió la
vida; un esfuerzo acomodado á los
tiempos, amoldado al estado de la ci­
vilización que alcanzamos.
Los Salesianos lo entendieron así,
cuando en 1902, en que se reunió en
Lima el Episcopado peruano para co­
locar solemnemente la primera piedra
de la monumental iglesia que el Perú
deseaba consagrar á la memoria de su
apóstol, y discutir los medios de celebrar
espléndidamente su tercer centenario ;
deliberaron tomar parte en las gran­
diosas fiestas, celebrando un Congreso
salesiano y preparando una Exposición
agrícola regional.
Su fin era interesar más á la nación
])eruana en la educación del pueblo y
hacerla amar más y más la agricultura,
esa madre cariñosa de las naciones,
fuente de la riqueza, base del bienestar,
manantial de goces y dulce refugio en
los desengaños de la vida. Creían, y
con razón, que así secundarían en la
medida de sus fuerzas, el celo de los
Pastores.
Preparar una exposición más ó menos
completa de ios trabajos ejecutados en
sus colegios, era cosa difícil, pero
factible. Pero reunir un Congreso! y
un Congreso que no fuera una simple
copia de los congresos precedentes, á
enorme distancia del centro de la Con­
gregación, era empresa bien atrevida.
Es verdad que ya se había reunido uno
en Buenos Aires, pero el caso era di­



verso : circunstancias excepcionales lo
habían favorecido. Con todo, la idea
era grande, era noble, era digna y
debía acometerse. El éxito vino á de­
mostrar que no era imposible, y que
muchas veces es conveniente una au­
dacia santa.
S. S‘^. lima, y Revma. el Sr. Tovar.
Arzobispo de Lima, aprobó y fomentó
la idea, y no sólo la bendijo, sino que
se hizo su patrocinador y aceptó la
presidencia honoraria. Formóse un co­
mité central, encargado de organizar,
preparar y determinar los trabajos, y
íué tan atinado el nombramiento de sus
miembros, que desde el principio gozó
de simpatías las más vivas en todo el
Perú.
Demos algunos detalles.
C O M ITÉ E F E C T IV O .
Presidente: Sr. D. Carlos M. Elias, Expre­
sidente del Consejo de Ministros y actual Pre­
sidente de la Junta de Beneficencia.
Vicepresidentes: Señores' Ores. D. Felipe
Barreda Osina, Senador, y D. Eulogio Romero,
Exministro.
Oradores: Sres. D. Pedro Beltrán, Presi­
dente de la Junta departamental, D. Víctor
González Obregoso, Dr. Alejandro Romana,
Expresidente del Consejo de Ministros.
Secretario general: Sr. D. Víctor González
Olaechea, Relator de la Corte.
Secretario particular: D. Isaac Sicher, Pres­
bítero salesiano.
Reunido en asamblea general el 1“ de Fe­
brero, el Comité Central resolvió nombrar la
Presidencia honoraria, que quedó constituida
por los Exmos. é Illmos. Sres. Alejandro Ba­
yona, Delegado Apostólico, Manuel Tovar, Ar­
zobispo de Lima, Sebastián Pifferi, Arzobispo
de Sucre. Manuel Vallón, Obispo de Arequipa.
Manuel Medina, Obispo de Trujillo, Ismael
Puirredón, Obispo de Puno, Antonio Falcón,
Obispo del Cuzco, F. Nicolás Armeitia, Obispo
de La Paz, Fidel Olivas Escudero, Obispo de
Ayacucho, Mariano Holguín, Obispo de Huaraz.
Pedro Pablo Drino, Obispo de Huanuco, José
Irala, Obispo de Chachapoyas.
C o m o Vicepresidentes honorarios fueron nom­
brados : Mons. Luis F. Polanco, Vicario Ge­
neral de la Arquidiócesis y Monseñor Carlos
García Irigoyen, Secretario particular del Ar-

A

ir


zobispado de Lim a; como miembros honorarios
los Superiores de las Ordenes y Comunidades
religiosas y los Presidentes de las Sociedades
católicas.
Entre tanto, por medio del Superior Ge­
neral, Revmo. D. Rúa, se enviaba una carta
á la Santidad de Pío X , pidiéndole la Ben­
dición Apostólica y otra al mismo Sr. D. Rúa,
suplicándole les diera un representante, y tué
nombrado en la persona de Mons. Santiago
Costamagna, Obispo Titular de Colonia.
Túvose más tarde otra reunión preparatoria
en que se arregló el programa, y así se divi­
dieron los trabajos en cuatro partes. La
se
desarrolló el i8 de Marzo con la inauguración
de la Exposición didáctico-profesional-agricola;
la 2* el 25 de Marzo con la apertura del Con­
greso; la 3* se fijó para el 3 de Mayo y la
4“ y última para el 24, y esta clausura de los
trabajos se ha coronado con la bendición de la
primera piedra de la grande iglesia que los
Salesianos quieren levantar en Lima á María
Auxiliadora, por ser el 24 de Mayo, por una
feliz coincidencia, aniversario de la llegada de
Sto. Toribio á la ciudad de los Reyes y de
de la proclamación que hizo él de la San­
tísima Virgen como patrona de la Arquidiócesis,
colocando en la catedral un cuadro muy ve­
nerado de esta amorosa Madre.
I» P A R T E .
lastaladóo de la Exposición profesional.
Magnífica resultó la ceremonia celebrada para
inaugurar la Exposición agrícola en el colegio
de Breña, á la que tomaron parte los Colegios
salesianos de Lima, Callao, Arequipa y Cuzco
en el Perú, y La Paz y Sucre en Solivia.
A las 3 p. m. abrióse la función con asis­
tencia del Exmo. Sr. Pardo, Presidente de la
República, el Delegado Apostólico, Mons. Ba­
yona, el limo. Mons. Costamagna, el Sr. Bovedo. Ministro de Fomento, el Sr. Elias, Di­
rector de Beneficencia, el Sr. Pardo y ligarte,
diputado y presidente de la Exposición, el di­
putado Sr. Pacheco, el Sr. Benavides, gerente
del Banco Internacional y miembro de la E x­
posición, el Sr. Góngora, miembro también, el
Dr González Olaechea, relator de la Corte
Superior, el Dr. Habich, jefe de la sección de
agricultura é inmigración y otras muchas per­
sonas, entre las cuales muchos sacerdotes y
religiosos y padres de familia.
Cuando se presentó el Jefe del Estado, los
alumnos entonaron el Himno Nacional con
acompañamiento de banda y este fúé el prin­
cipio del acto. En seguida el Presidente de la
Exposición, Sr. Dr, D. Mariano I. Prado y

171



Ugache pronunció un elocuente discurso, sal­
picado de frases felices y bellísimos conceptos;
en que hizo resaltar la importancia que tiene
para el país una institución que, como la Con­
gregación Salesiana, tiene por ideal la edu­
cación obrera del p a ís, formando hombres
penetrados de la conciencia de sí mismos y
de los deberes religiosos, morales y sociales,
hombres que sirvan á su patria, avezados desde
temprano á hacer frente á las luchas de la vida
y al embate de la seducción. El orador con­
sagró felices frases al Gobierno, que en el Perú,
se preocupa de veras y con verdadero amor,
por desarrollar la educación obrera, factor im­
portante del engrandecimento de la Patria.
Después de una nueva pieza musical el
R. P. Marchand, salesiano, pronunció un bien
elaborado discurso sobre la importancia de la
instrucción agrícola y meiereológica en países
en donde, como en el Perú, se puede todavía
fundar la familia rural.
La banda ejecutó una sinfonía y tocóle el
turno al antiguo alumno Jorge Moreno, cuyo
discurso fué un himno de gratitud á sus edu­
cadores, los Salesianos. « ¿Qué habría sido de
nosotros, decía á nombre de sus compañeros,
si la Obra Salesiana no nos hubiera refugiado
bajo las alas de la caridad cristiana? ». Digno
es también de citarse el final de su discurso:
« No puedo terminar estas desaliñadas frases,
sin manifestar mi alegría á S. E. el Presidente
de la República por el interés y cariño que
tiene á este lugar. Comprendemos por aquí la
simpatía que tiene por la labor salesiana, que
es labor de salud para la patria. Laborioso,
inteligente, progresista y ávido de engrandecer
la nación que está bajo la egida de su go­
bierno, traducirá en hechos, en elementos po­
sitivos, esas simpatías, esas promesas, que le
granjearán la popularidad, el cariño y el respeto
del pueblo, cuya resonancia se irá aumentando
á medida que crezca su cooperación y apoyo ».
Un alumno presentó al Sr. Presidente un
cuadro de 9 0 X 6 5 cm. que cont4ene el retrato
de S. E., el escudo peruano y dos medallones
con los bustos de Grau y Bolognesí; encima
de estos bustos, está la victoria en actitud de
ceñirles una corona de laurel. Tiene esta ins­
cripción : « Los Salesianos á S. E. el Presi­
dente de la República. Lima, 25 de Marzo —
24 de Mayo de 1906
Entre profundo silencio manifestó S. E , su
adhesión á la Obra Salesiana, la felicitó por
su obra en beneficio del país, á cuya juventud
inculca el amor á la moral y al trabajo y pro­
metió su decidido apoyo.
Aplausos fragorosos acogieron las palabras
del digno Jefe.

buena voluntad, debemos contribuir á que
progrese esta obra, tan esencialmente popular
y democrática ».
El Dr. Rodrigo Herrera pronunció un her­
moso discurso, en que hizo el encomio de la
Obra de D. Bosco. Luego el Dr. Ismael Portal,
demonstrando la importancia y necesidad de
la educación cristiana. Después de haber des­
arrollado su tema, discurriendo por los campos
de la historia, y saludado á D. Bosco como
uno de sus héroes, terminó diciendo:
« Ah! señores: al fuego se le vence con el
agua, á las fieras se las aprisiona ó domestica,
las epidemias se combaten con los preceptos
II» P A R T E .
de la ciencia, para las tempestades hay abrigo.
Apertura del Congreso.
Pero un pueblo sin fe, un pueblo entregado
á
la pereza, un pueblo ignorante de que Dios
Inauguróse en el ala derecha del palacio de
le ha puesto sobre la tierra para que con el
la Exposición el 25 de Marzo. El arreglo del
sudor de su rostro viva de los frutos que co­
magnífico salón estaba hecho con sencillez y
arte. Banderas y escudos adornaban las paredes secha; un pueblo así es un elemento de des­
y columnas del local. En el estrado tomaron equilibrio que manejan á su antojo en daño de
la sociedad los desgraciados que se revuelcan
asiento el limo. Sr. Arzobispo Tovar, el Exmo.
Sr. Delegado Apostólico, el limo. Mons. Cos- en el lodazal de las malas id eas......... Siento
hervir bajo mis plantas el volcán de la anarquía
tamagna, el Sr. Elias, Presidente del Comité
que si no se domina, que si no se apaga con
organizador del Congreso, el P. Santinelli,
la educación cristiana, amenaza aniquilar á la
Inspector de las Casas Salesianas del Perú y
sociedad civil y sepultarnos en un mar inson­
Holivia y varios otros distinguidos personajes.
En los demás asientos la representación de las dable de calamidades!
Cerró la serie de los discursos el Sr. D. Gui­
Comunidades religiosas, señores, señoras y
llermo Basombrio, desarrollando el tema: la
señoritas de la sociedad peruana.
acción salesiana á beneficio de la familia. « El
Comenzóse con el Himno Salesiano, en sededo de Dios, decía, está visible en la Obra
gviida leyóse vina carta que Su Santidad di­
de D. B osco. . . la escuela que ha fundado y
rigía al Sr. .Arzobispo con motivo del Congreso,
la educación que proporciona, está llamada á
autorizándole á dar en su nombre á los Con­
hacer honrados á los individuos, venturosas á
gresistas la Bendición Apostólica. La lectura
las familias, prósperas á las sociedades y viriles
fué escuchada en pie. Leyóse también una
y poderosas á las naciones ».
carta del Revmo. Sr. D. Rúa. El Sr. Arzo­
El limo. Mons. Costamagna felicitó á la
bispo, con magistral discurso declaró abiertas
asamblea y luego el Sr. Delegado declaró ter­
las sesiones y propuso el siguiente telegrama
minadas las sesiones. Pusiéronse todos en pie,
qué fué aprobado y enviado:
escucharon la palabra del Arzobispo y reci­
Lima, 2$ de Marzo de r^o6,
bieron la Bendición Apostólica. Los concu­
rrentes llegaban á dos mil.
A Su Santidad Pió X.
Mientras desfilaba la concurrencia, la banda
E l Congreso Salesiano reunido hoy, saluda
y la escolanía entonaban el Himno Salesiano.
reverentemente d Su Santidad y le pide su
Reservándonos hablar en otro número de
Bendicidn Apostólica.
las sesiones del 3 y 24 de Mayo, copiamos á
E l Arzobispo.
continuación los
El Sr. Carlos M. Elías, Presidente del Co­
flcucr&os prcscnlaíos al Congreso.
mité orgaitizador, pronunció su magnífico di­

Visitaron luego el salón de la Exposición:
las íliversas obras exhibidas están distribuidas
según el colegio á que pertenecen. Vense nu­
merosas muestras de sastrería, zapatería, car­
pintería, imprenta, encuadernación, etc.; la
sección agrícola es sumamente interesante :
vinos, semillas de aclimatación, manzanas, pa­
tatas, frutos en suma de toda clase, diferentes
muestras de tierra cultivada y cultivable; ade­
más muestras de caligrafía, dibujo, materias
escolásticas, varios libros de autores salesianos
y ¡irogramas detallados de los varios Institutos.

scurso sobre la influencia benéfica que ejerce
la Obra de D. Bosco. Hé aquí una muestra
de la practicidaddesuautor: «Proteger á los
Salesianos. ayudarles en la magna empresa que
les legara D. Bosco, es acto de previsión, de
verdadera conveniencia social.de patriotismo;
v los Cooperadores Salesianos. con nuestro
dinero, con nuestra influencia y con toda nuestra

I.
Educación.

Considerando que el principal estudio y tra­
bajo del Apostolado de D . Bosco f u é la edu­
cación cristiana de la juventud;
Que han aumentado hoy en grado sumo los
peligros contra la f e y las buenas costumbres:

— 173 —
Qiu para la instrucción y edricación moral
es indispensable la enseñanza cristiana ;
Que es deber de todo católico, y especialmente
de los padres y madres de fam ilia, procurar
que esta enseñanza no fa lte ;
Que los instituios de educación pueden ser,
según los principios que en ellos se desarrollen,
esaielas de virtud, ó germen de vicios é ideas
disociadoras ¡

catecismo y en las de instrucción media, las de
Religión;
4® Que los Cooperadores según sus medios
concurran al sostenimiento y desarrollo de los
Oratorios festivos donde existan y contribuyan
á la fundación de otros, especialmente en los
centros populares;
5® Que miren como una obligación el enviar
á dichos oratorios á sus dependientes;

Exposición de Lima.
Que uno de los medios más eficaces para la
educación de los niños es proporcionarles ho­
nestas diversiones, lo que se consigue por medio
de los Oratorios festivos;
Por tales razones, las comisiones reunidas en
los pasados meses, han to/nado las siguientes
resoluciones :
1® Que los Cooperadores que tengan tiempo
disponible, se consagren con voluntad y
celo á la educación de la juventud, toman­
do como ejemplo los consejos y prácticas de
Don B osco;
2® Que dichos Cooperadores preparen con­
venientemente y á su debido tiempo los niños
para la primera comunión;
3® Que procuren contribuir á que se intro­
duzca en las escuelas primarias la enseñanza del

6® Que al elegir las escuelas y colegios
procedan con criterio y conciencia, informán­
dose en la fe y la moral;
7® Que sostengan generosamente á los Salesianos en la obra de los colegios y hospicios,
no sólo en los que existen, sino en la funda­
ción de otros nuevos.
II.
Pía Unión de Cooperadores.

Considerando que e l fin que se propo7ien los
Cooperadores Salesianos es eminentemente social
y moralizador ¿ indispensable para impulsar y
sostener la acción salesiana; que es de impe­
riosa necesidad unb todos los esfturzos para
conseguir este fin ; que es necesario multiplicar

— 174 —
su número d fin de que en todas partes se deje
sentir de una manera práctica su benéfico in­
flu jo ; las comisiones particulares que se reuJiieron en los meses de Enero, Febrero y Marzo,
de acuerdo con el Comité central, han resuelto:
i" Que en la ciudad de Lima se forme un
Comité central permanente de caballeros y que
al de señoras se le sostenga y se le dé nuevo
im pulso;
2“ Que bajo la protección y con el debido
permiso del Ordinario se proceda á la elección
de los directores, tlecuriones y vicedecuriones
en las ciudades donde no exista la obra;
3“ Que caria uno de los socios se esfuerce
en toda ocasión y tiempo para aumentar su
número;
4“ Que siendo el Boletín Salesiano el órgano
de esta institución, se difunda en la mayor
escala posible;
5“ Que como la Pía Unión no ata á sus
socios con vínculos ilc conciencia, pueden
formar parte en ella las familias seglares y
religiosas, los institutos ó colegios por medio
de sus jefes ó superiores.

El Boletín Salesiano felicita vivamente

á los SalesianoR y á sus Cooperadores
de las dos naciones por el éxito obte­
nido, at^radece á los periodistas la
parte que tomaron, y hace votos porqtuí las decisiones del Congreso sean
otras tantas realidades hermosas, y
porque su ejemplo sea seguido en las
demás naciones, especialmente en las
hispano-americanas. unidas por la Re­
ligión católica y el robusto lenguaje
de Castilla.
i

-i'- -i'-

NUESTRO TESORO ESPIRITUAL
Indulgencias plcnarias concedidas á los Cooperadores
Salcsianos para tos meses de Julio y Agosto.
A los Cooperadores salesianos que confe­
sados y comulgados, visiten devotamente una
iglesia 6 capilla pública , y rueguen según la
intención del Sumo Pontífice, se les concede
indulgencia plenaria en los siguientes d ía s:

Indulgencias plenarias.
1. ® Julio I, Fiesta de la Preciosísima San­
gre de N. S. Jesucristo.
2.®
2, La Visitación de María Sma.
3.®
16, Fiesta de Ntra. Sra. del Carmen.
4.®
Un día al arbitrio de cada cual.
5.0
El día del ejercicio de la buena muerte.
6.®
El día que se reúnan en conferencia.
1. ®Agosto 6, Transfiguración del Señor.
2.®
15, Asunción de la Sma. Virgen.
3.®
16, S. Roque, confesor.
4.0
Un día al arbitrio de cada cual.
5.®
El día del ejercicio de la buena muerte.
6P
El día que se reúnan en conferencia.
Además nuestros Cooperadores ganan in­
dulgencia plenaria la primera vez que se con­
sagren al Sagrado Corazón de Jesús.
Además (y sobre esto llamamos la atención á
todos los Cooperadores) todas las veces que los
Cooperadores recen 5 padrenuestros, avemarias
y glorias por la paz de la cristiandad y un
Pater, Ave y Gloria, según la intención del
Sumo Pontífice, podrán ganar todas las indul­
gencias de las estaciones de Roma, de la Porciúncula, de Jerusalén y de Santiago de Compóstela, con tal que se observe el decreto de
la Sgda. Congregación de Indulgencias del 7
de Marzo de 1678, que comienza Delaiae saepiiis (i). Estas indulgencias .se pueden ganar
en cualquier lugar y tiempo y son todas apli­
cables á las almas del Purgatorio.
Recordamos qüe para ganar estas indulgen­
cias. es preciso rezar todos los días un Pater,
Ave y Gloria en honor de S. Francisco de
Sales rogando según la intención del Sumo
Pontífice.
Una nueva gracia á los Cooperadores. — Con res­
cripto de la S. Congr. de Indulgencias S.S. Pío X
concede que los Cooperadores puedan ganar direc­
tamente, como los Salesianos y sus alumnos, 300
días de indulgencia cada vez que digan con corazón
contrito la jaculatoria : María, Auxilio de los Cris­
tianos, rtiega por nosotros. María, Auxiliutn Christianorum. ora pro nobis
(il V . Peglamento de tos Cooperadores. Sumario
de las indulgencias, o el Botetin Salesiano de Enero
1905. pág. 8 y sig.

i

ir
61 Represenfantc íicl Sucesor íe don Bosco en América
(Correspondencia de Z?. Calógero Gnsmano á nuestro Rector Mayor, D . Afiguel RúaJ
(CoBciusión) (*).

E n N u e va Y o rk .
'na semana no interrumpida llevábamos
de tren : era sábado y nos decidimos á
pasar todavía una noche en el vagón,
continuando á Nueva York, después de breve
detención en Búfalo. A las 9 a.m. llegamos á
la gran capital comercial de los EE. UU. que en
breve tiempo se ha adornado con todos los atrac­
tivos de las ciudades modernas y que encarna
talvez en su seno la potencialidad toda de la hu­
manidad. Cuando llegamos, una espesa niebla
cubríalo todo: parecíanos no llegar nunca á nues­
tra casa.
De pronto el tranvía se pára y se nos presenta
una gran multitud de gente con sus'paraguas
abiertos porque llovía, silenciosos y y firmes de­
lante de una iglesia, esperando que saliera la
gente que estaba oyendo Misa, para entrar á su
vez á cumplir con el precepto. Mucho me edificó
aqviel espectáculo : los católicos de los E E . UU.
tienen muy radicada su fe y pratican su religión
sin sombra del vano respecto humano. Por lo
demás, se respetan siempre escrupulosamente las
creencias religiosas, nadie se burla de ellas y la
policía, compuesta toda de robustos irlandeses,
está encargada de protegerla.
•\penas hubo celebrado la Sta. Misa el P. Albera, acudieron á cumplimentarlo varios miem­
bros de las compañías establecidas en nuestra
parroquia de la Transfiguración, á los cuales di­
rigió palabras de agradecimiento, benevolencia
y satisfacción.
Al día siguiente visitamos las escuelas parro­
quiales, que en los Estados Unidos son las escue­
las como un complemento de las parroquias.
En muchas de estas escuelas los párrocos reciben
y mantienen hasta 2.000 entre niños y niñas,
con gasto anual de 80.000 francos y la piedad y
caridad de los fieles no sólo cubre estos gastos,
sino que sostiene el culto y mantiene con toda la
decencia á sus ministros. Grato me es citar las
palabras con que el Nuncio Apostólico daba
cuenta de la difusión de las ecuelas parroquiales,
en una conferencia dictada en Filadelfia; » Para
nosotros los catóíicoss, la educación que no se
apoya en las bases del catolicismo es, moralmente hablando, imposible. Esta es la razón
suprema de las escuelas parroquiales, escuelas

n

(•) V. Boletín de Junio pág. 146.

donde se dan todas las enseñanzas necesarias
y útiles para la vida doméstica, civil y comercial
y se pone la perfección por medio de la enseñanza
moral y religiosa. Las escuelas sin religión no
deben existir, porque son perjudiciales al indi­
viduo, á la familia y á la sociedad. Por esto los
católicos, sin violar para nada ni faltar al res­
peto del Estado y usando sus derechos, tienen
sus escuelas propias, y han merecido el respeto
y la aprobación de todo el mundo.
Los Salesianos están en un barrio de italianos,
lígures y meridionales en su totalidad, los cuales
y a por la miseria, y a por la falta de instrucción,
son los que más peligro corren de abrazar el pro­
testantismo, que esmás rico y más activo. E l co­
locar un hijo en sus escuelas es cosa cuanto fácil,
peligrosa. Puédense calcular las dificultades que
encuentran los Salesianos, sabiendo que las es­
cuelas, el culto y los Ministros deben vi\rir del
óbolo espontáneo de los fieles. Muy difícil es
hacer comprender á nuestros compatriotas la
obligación de esta cooperación, acostumbrados
como están en Italia á no escuchar razones sobre
el particular. Y o mismo tuve sobre esto graves
cuestiones que excuso tratar aquí. Diré sí, que
en la sola ciudad de Nueva Y ork los italianos
pasan de 400.000. I^os Salesianos han levantado
para ellos otra iglesia, dedicada á Sta. Brígida.
En el vasto campo trabajan muchos otros sacer­
dotes regulares y seculares, pero todos están
conformes en que los sacrificios y fatigas son
siempre desproporcionados á las necesidades de
estos emigrados, muchos de los cuales, como
encuentren el pan del cuerpo, se olvidan de su
salud eterna. El P. Albera impulsó muchó la
fundación de un seminario para las vocaciones
eclesiásticas. Ojalá el Sagrado Corazón de Jesús
bendiga esta obra que no tiene otro fin que su
gloria y la satisfacción de las innumerables ne­
cesidades ed tantos em igrados!
Una excursión hasta Brooklin.

Durante nuestra demora en Nueva York, el
P. Albera, por cuanto recargado de abrumadoras
ocupaciones, no quiso dispensarse de nnq visita
al limo. Sr. Arzobispo, que nos acogió con mu­
chísima afabilidad, y á varios señores que se
muestran generosos coa nuestras Obras. Y o no
sé cómo vu d a el tiempo en Nueva York, donde
muchas veces se va medio día en una sola visita



176

Un día, mientras el Padre iba á ver en la vecina
ciudad de New Ave, un terreno que nos ofrecían
para fundar un instituto para los Hijos de María,
tomé un elevated-train y gasté más de tres horas
es atravesar la ciudad de Nueva Y ork y la de
Brooklin, que se le une con un puente de hierro.
Menos mal que aquí no se paga sino al subir al
tram y con 25 céntimos uno puede estar en él
hasta un día entero. El puente de Brooklin
fué terminado en 1883 y á juicio de la Civiltá
Cattolica es uno de los mejores triunfos de la
ingeniería moderna. Brooklin no forma con
Nueva Y ork sino una sola ciudad, á la cual se.
unió ya desde el siglo pasado, formando el enor­
me centro llamado Greatcr New York: sin em­
bargo, están separadas por un brazo de mar,
conocido con el nombre de Easi-Rivar. De los
4.000.000 de habitantes que cuenta Greater
New York, i . 000.000 pertenece á Brooklin y
fácil es imaginar la comodidad que el puente
ofrece á las dos ciudades. Eos vapores, usados de
todos los modos imaginables, no daban todas las
garantías, porque además de ser insuficientes,
con frecuencia debían susj)ender su marcha de­
bido á las tempestades. Debía tomarse el par­
tido de lanzar un puente, cual nadie había imagi­
nado. En 186786 discutió el proyecto y se confió
su estudio y ejecución al famoso ingeniero
J. Roebliug, famosíí yap or sus atrevidos puentes
sobre el Niágara y el Cincinnati, y muriendo él,
su hijo Washington se encargó de los trabajos.
El puente salva de un solo tiro el East-River
y mide 486 metros, con una altura de 84,25 m. en
la alta marea. Cuatro cables de hierro lo sostienen
que partiendo de las márgenes, se van á unir en
dos enormes pilares colocados en el centro del
abismo. Contando todos los planos y div'ersos tra­
bajos hechos en tierra para buscar el conveniente
nivel, el puente mide 1.826, 60 m. y es todo de
acero. La anchura es de 26,20 m. distribuida en
cinco partes : la del medio, más ancha que las de­
más, está destinada á los de á pie, las dos laterales
destinadas á trenes y tranvías eléctricos y las
restantes á los vehículos tirados por animales.
Mucha dificultad ofreció el tirar el primer cabo
que debía unir las dos torres ó estribos ; compo­
níase de 5.582 hilos de acero de 3 inilím. de diá­
metro y pesaba 866 toneladas: el entero puente
pesa 6.470, y resiste 49.200 toneladas. En esto
consiste la gran seguridad que ofrece y de esto
me persuadí cuando lo atravesé á pié y vi que
conmigo plisaban millares de personas y 200
entre carros, tranwías, coches y trenes.
Notable circunstancia es que muerto el in­
geniero. dirigió la obra la Sra. de Roebling, su
viuda, durante 12 años. Cuando su marido enfer­
mó de gravedad, la inteligente señora que po­
seía ya conocimientos grandes, se dió más á es­



tudiar y conocer los planos y de tal modo los
penetró, que luego pudo desempeñar la np muy
fácil tarea. Como homenaje á su incontestable
talento, se le concedió la honra de pasarlo la
primera el día solemne de la inauguración.
R ecap itu lan do.
Multidud de cosas tendría todavía que con­
tarle, aun limitándome á las de más importancia;
pero cuando se trata de Nueva Y ork es inq)osible
mantener determinados límites : por esto, no
hablaré ni siquiera de su catedral magnífica, ni
de los monstruosos edificios de 20, 30 y 33 pisos,
provistos de ascensores ómnibus y expresos y
habitados por millares de personas, iii de las
particularidades de sus calles y avenidas donde
pulula multitud increíble de gente, que á ciertas
horas dificulta y embaraza el paso é impide el
ir acompañado y da un no pequeño trabajo á
los robustos agentes que deben regular el alter­
nado pasage de hombres, trenes, tranvías y
carros, para evitar desgracias. Paso también en
silencio las grandes demostraciones de afecto
y estimación de que fué objeto el R. P. Albera,
de parte de la numerosa colonia italiana, ora
acudiendo á escuchar Sus sermones, ora cele­
brando en su honor academias y teatros, como
también las numerosas obras que tienen los
nuestros entre manos y a para atender á las dos
iglesias que se les han confiado, y a para dirigir
convenientemente el periódico V ltaliano úi
America, que tanto favor ha encontrado. Me
ciño á decir que nuestro viaje fué sumamente
feliz, si se exceptúan dos días de borrasca que
retardaron de 24 horas nuestra llegada á Londres,
á donde arribamos el 26 de Marzo á las 10 a.m.
recibidos entusiásticamente por Salesianos y
alumnos que hicieron al R. P. Albera una mani­
festación imponente y cordialísima. E l R. P.
Macey le rogó visitase las siete casas de su ins­
pectoría, que están muy cerca una de otra, y así
pudimos admirar el notable desarrollo de la obra
salesiana en Inglaterra, especialmente en la ciu­
dad más populosa del mundo, donde se han
abierto cuatro casas salesianas.
En Francia.
Un himno de acción de gracias.

En siete horas de viaje nos pusimos en París.
La Mancha se atra\'iesa en cortísimo tiempo;
pero qué diferencia de lengua, de costumbres,
de tradiciones, de tipos, de caracteres: el estrecho
separa dos pueblos enteramente diversos y ente
ramente rivales.
En Francia vimos nuestras casas un día tan
florecientes... en vísperas de cerrarse. A y ! que
talvez es muy corto el tiempo que les queda de
vida salesiana á los centenares y millares de ni-

IL

— 177 —
ños que \dven á la sombra de las casas salesianas (i), que disfrutan de las magníficos talleres y
délas amplias escuelas! Ahora corren alegres y se
divierten en los extensos patios ¿qué será de dios
y de sus compañeros de las granjas agrícolas den­
tro de algunos meses? Para d P. Albera que las
ha visto nacer á casi todas, que regó con sus su­
dores á muchas de ellas, como fundador de ellas
y superior por espacio de once años, esta vista
es triste por demás.
Iremos á deponer á tus plantas ¡oh Virgen

cayendo d Superior á quien acompañaba y
quedando enredado pendiente de un estribo
sobre d borde d d espantoso predpido, no per­
mitiste que d caballo se moviera, ó cuando nos
vimos precisados á dormir con soldados enfermos
de fiebre amarilla, comer con ellos, tú nos libraste
d d contagio, en fin por tantos y tantos bene­
ficios otorgados en tres año de viajes, durante
los cuales abrazamos en breve los peligros corri­
dos por nuestros Misioneros en cinco lustros I
Gracias, oh Madre ! mil veces gracias !

Exposición de Lima.
Auxiliadora! los férvidos votos de millares y
millares de corazones devotos, de Cooperadores
celosos, de niños amantes, de convertidos y neó­
fitos que como un solo corazón, tendrán en Ti
fija la mirada de su alma, d día fd iz de tu corocoronación. Pocas habrá tan espléndidas, á j\isgar por d entusiasmo con que en toda la América
se ha recibido la fausta nueva.
Y nosotros iremos á entonar d himno d d re­
conocimiento por los innumerables favores que
nos concediste, por loá múltiples peligros de que
nos libraste en mar y en tierra, especialmente
cuando allá en las excelsas cumbres d d Anzuay,
(i) Y no se engañaba al pensarlo! (N. d. R.).

Antes de deponer la pluma, ijennite ¡oh Virgen
Santa que implore tu inmenso poder en favor
de nuestros hermanos diseminados en los anchos
campos de las dos Araéricas. Bendice su misión
y dales fuerzas para sobrellevar las rudas pruebas
de la \ddá. Ellos han levantado centenares de
templos y capillas en tu honor ; haz que propa­
guen más tu culto y que logren sus fatigas y es­
fuerzos conservar la fe, que desgraciadamente
también allá se ve reciamente combatida. Fi­
nalmente, que todos vayamos á formar parte
de la viva é inmortal corona que circunda tus
sienes.
Devotísimo in C. J.
CALOGERO GUSMANO, Pbro. Sal.

CI)ina
F e liz arrib o de lo s M isio n ero s á M acao —
R a sg o s de la P ro v id e n c ia — M agníñco
recibim iento.
(Carla del P . Versiglia al Sr. D . Rúa).
Macao, (China) Febrero, 13 de 1906.

Amadísimo Padre,
on el corazón henchido de gratitud hacia
Nuestro Señor, le doy la noticia de
nuestra llegada. E l viaje fué más feliz
de lo que se pudiera desear, y hemos experi­
mentado los amorosos cuidados de la Providencia
hasta en las cosas más insignificantes. Ni un
contratiempo, ni un olvido, ni un inconveniente;
todo á pedir de boca, precisamente como si todo
se hubiera meditado y estudiado con toda di­
ligencia.
¿Llegábamos á un puerto? E n el acto las per­
sonas que nos esperaban. E n Colombo encontra­
mos como por encanto á los PP. de las Misiones
francesas, enSingaporá los P P .d e la Misión por­
tuguesa, y así en todas partes. Un buen señor por­
tugués, práctico de estos lugares, apenas llegá­
bamos, cuidaba, sin decir nada, de prepararnos
gratísimas soq>resas : y fué una especial provi­
dencia dcl Corazón de Jesús.
No me detengo sobre los contratiempos que
necesariamente hubieran acaecido en HougKong, por la anticipación de la hora señalada
tanto por el telégrafo como por los periódicos.
I2n lugar de esto, todo salió á las mil maravillas
como si hubiera sido dispuesto con orden pre­
ciso. Deo gratiasf
¿Y el recibimiento ?
En Hong-Kong hallamos al Secretario del
Obispo y al excelente Canónigo Dr. Su árez,
los cuales tomaron todo á su cargo, sin dejarnos
el mínimo embarazo. En Macao nos aguardaba
el Decano de la Catedral, persona muy resi>etable, el Vicario y varios Canónigos. El Superior
de loí PP. Jesuítas y varios miembros de la Com­
pañía nos acogieron con la mayor cordialidad,
como hubieran podido hacerlo con los más que­
ridos de sus hermanos.
S. Excia. el Sr. Obispo nos esperaba en nues­
tra casa y si no vino á la estación, fué porque

llovía. Nos acogió con tan paternal bondad y
con tanto cariño, que comprendimos en el acto
que habíamos adquirido en él un padre cariñoso
y santo. Con todo el amor, nos condujo á nuestra
capillita y allí nos bendijo en nombre de María
Inmaculada, á quien él había dedicado el Ins­
tituto.
Después del recibimiento, como era necesario
hacer los últimos preparativos para instalarnos
definitivamente en nuestra casa, fuimos alo­
jados por los PP. de la Compañía de Jesús y
tratados con afecto más que fraterno, con ver­
dadera cordialidad, admitiéndonos en su \dda
íntima de familia, donde permaneceremos tres
días aún, pasados los cuales iremos á habitar
nuestra casita, que es decente y cómoda y su­
ficiente por ahora.
Con gran admiración hemos encontrado una
imprenta con toda la maquinaria, y los tipos y
todo lo necesario, y todo completo y abundante.
Esto quiere decir que es preciso pensar en el
personal necesario.
Además, como debemos hacer á los Chinos clase
de portugués, y esto nos es muy difícil, será con­
veniente que S. R. nos mande un buen hermano
portugués. Por ahora nos arreglamos haciéndoles
frecuentar las clases de los PP. Jesuítas, pero
S. R. comprenderá que su horario para estu­
diantes no se adapta cómodamente á un horario
para artesanos, como es el nuestro.
En fin, me atrevo á pedirle un favor. Aquí en
la Diócesis, h ay un periódico llamado Boletín de
la Diócesis, que es el Organo oficial del Obispado
y que contiene además una abundante revista
de asuntos literarios, científicos, etc. Tal Boletín
deberá pasasr á nuestra tipografía apenas em­
piecen los trabajos. Foresto le ruego que al asig­
narnos el refuerzo de personal, tenga presento
también esta necesidad.
Dándole anticipadamente las gracias por todo,
termino porque me urge mandarle cuanto antes
esta mi carta, escrita la tarde misma de nuestra
llegada, con el fin de apresurarle el gusto que
su corazón de padre ha de experimentar por
noticias tan satisfactorias.
Bendíganos y ruegue por nosotros.
A nombre de todos,
Obtmo. hijo iii C. J.
L U IS \’E R SIG L IA , Pbro.



Paíagonia Meridional

179



sión, pero uno me respondió que no había ter­
minado todavía su canoa, otro así en el mo­
mento no se sabía qué responder, pero co­
Una excursión por la Isla Grande de la brando ánimo exclamó : «Cuando el sol esté
algo más alto me iré. »
Tierra del Fuego.
Saludándolos proseguimos el camino hacia
{Carta del Caiequista Pedro Rossi á D. Rúa)
el Mirantaxo.
Veneradisimo y amadísimo Padre:
E n este viaje tuvimos ocasión de constatar
que el demonio no estaba contento de nosotros.
'a la segunda mitad del p.p. Agosto,
partí acompañado del hermano Faus­ Habiendo logrado con sus artimañas alejar al­
tino Minicci y de algunos neo-cristia­ gunos nuevos cristianos de la Misión, cierta­
mente pretendía que le dejásemos tiranizarlos
nos, á la Isla Grande en busca de Indios. La
á su gusto. Pero sabiendo cuán mal amo es él,
excursión, que se hizo en el buque de la Misión,
no le cederemos el campo.
duró 12 días.
A los 8 días, como habíamos repartido con
Encuentro con lo s In d io s — Sin v ív e re s
generosidad los \dveres aún á aquellos mismos
— P e s c a p ro d igio sa.
que no nos siguieron, nos encontramos sin v i­
El primer día fué bastante feliz : el viento era tuallas, á pesar de haber cazado tres guanacos ;
favorable y se hizo la travesía del estrecho á el viejo Elíseo, con su vista de lince descubrió á
velas desplegadas. A varios kilómetros de la lo lejo dos lobos marinos sobre un escollo. Fusil
costa, divisamos humo, señal evidente que allá en mano, nos acercamos con las debidas pre­
había g e n te ; así que el timonel dirigió allá el cauciones, y cuando estábamos á tiro, se dis­
barco y desde la primera tarde encontramos paró; desgraciadamente los proyetiles no los hi­
en un toldo dos indios con un niño, de pocos rieron de lleno y se arrojaron al mar. El asunto
meses, los cuales algunos días después vinieron comenzaba á ponerse peliagudo : la estancia
más cercana distaba más de 80 km. y como es
con algunos otros, á la Misión.
Dejada la embarcación al seguro en un pro­ sabido, aquí en la Patagonia no existen todavía
fundo seno, nos dispusimos á pasar la noche los ferrocarriles. Sin embargo reinaba entre
á unos cien metros de la plajm, para proseguir nosotros el buen humor y hasta una franca,
al día siguiente nuestro viaje por más de 50 ki­ dulce y caritativa alegría. Nos acordamos de
aquel dicho del B. Cura de Ars : « L a Cruz está
lómetros. L a misma vela del barco nos sirvió
para levantar la tienda. Por Ja mañana temprano, plantada en todas partes, á fin de que á cada uno
me alejé con los dos de más edad, Cristóbal y el le corresponda su parte ». Después de recomen­
darnos con toda confianza á nuestro Padre del
\iejo Elíseo, hacia la Punta que los Indígenas
llaman del Río Grande. A l principio no descu­ Cielo, nos abandonamos al cuidado de la Probrimos sino tolderías abandonadas, pero luego \ndencia y en nombre de Cristo, lanzamos la red,
la cual en pocos minutos se llenó con gran ma­
divisamos algo que se movía en lontananza.
Elíseo me aseguró que era gente y tenía razón : ravilla nuestra, de tal suerte que para sacarla
eran ocho personas, tres indios con sus mujeres á la playa sin romperla, fué necesario usar de
Y dos hijos. Habían visto el humo de nuestro todas las precauciones. Eran 120 peces de casi
toldo y venían en busca nuestra. E l año anterior un kilogramo cada uno. Nosotros, vista la abun­
dancia, echamos nuevamente la red, mas en
habían estado en la Misión, mas ahora venían
solamente en busca de pan ; ellos no manifesta­ vano : la Providencia nos había dado lo nece­
ron su intención, pero yo se la conocí al momento sario y así no cogimos nada más.
y los conduje á nuestro acampamento, donde
se les sirvió abundantemente de todo cuanto po­ T e r r ib le tem pestad. L a in v o c a c ió n : “ M a ­
ría A u x ilia d o r a ” — V u e lta á la M isión.
díamos disponer.
T o d o s en p eregrin ación a l m onum ento
Entre tanto, el hermano Minicci, habiendo
del “ C erro A lto .”
llevado consigo unas tablas, improvisó un magní­
Consolados con semejante pesca que nos pa­
fico nicho sobre la cima de un monte, en proxi­
midad del mar, y colocó en él la imagen del Co­ reció prodigiosa, nos lanzamos de nue\*o al mar
razón de Jesús. Es más que justo que surjan para la travesía, navegando hacia el Canal de
acá y allá estos pequeños monumentos al Cora­ S. Gabriel. Habíamos andado apenas 10 km., se
zón de Jesús, que va derramando sus gracias levantó un fuerte viento sudeste, y al mismo
tiempo una furiosa borrasca. Salamente quien
sobre estas tierras.
L ib a d o el momento de la partida, Ín\-itamos ha navegado por estos lados, puede fórmame
también á los recién llegados á seguir con nos­ una idea de las tempestades que suelen levan­
otros el \naje y después ir todos juntos á la Mi­ tar los \*ieatos inconstantes del Archipiélago

— i8o —
fueguino. No hace mucho' tiempo que el vapor
Ventura, que viajaba para Puntarenas, hubo
de retroceder y refugiarse en la Punta S. Va­
lentín donde se levanta nuestra Misión del Buen
Pastor; y el Magallanes en un pasaje ordinario
de siete horas, empleó más de cinco días.
Otras borrascas habíamos sufrido de Génova
á Montevideo y de las Islas Malvinas á Punta­
renas, pero, teniendo en cuenta la calidad del
transporte, no eran comparables con ésta. Las
olas, inmensamente más altas que la embarca-

gadas del todo aún, y con gestos, cantilenas y
prolongados suspiros, poníase con mucha se­
riedad á conjurar las ondas. E n otra ocasión
hubiéramos reído de buena gana, mas aquel no
era tiempo. Mandóle callar, pero él no se dió por
entendido y continuó impertérrito sus exorcis­
mos. Viéndolo irremovible en sus ideas, eché
mano á mi Rosario y me lo puse al cuello ; el
indio Cipriano hizo lo mismo y casi todos siguie­
ron el ejemplo. Pusimos entonces toda nuestra
confianza en María Auxiliadora; coloqué su

D . Rúa con los antiguos alum nos de la s E s c u e la s S a le sia n a s de S arriá.
cíón, se acumulaban y chocaban con asordante
rumor, y aunque no eran sino las i i del día, las
densas nubes y la palpable niebla producían
tal oscuridad qeu parecía llegada la noche. Una
pobre india, envuelta en una piel de guanaco y
con su párvulo atado á la espalda, miraba de
cuándo en cuándo las ondas esjnunantes y llo­
raba. Dirigí una mirada al rededor de m í: éra­
mos once personas : unos temblaban de pies á
cabeza, los demás se miraban silenciosos. El
temor que <le alguno hubiese olvidado el Estate
parati dcl lívaugelio, me afligía profundamente.
Humanamente no había esperanza de llegar á
tierra. .\l viejo .4 íúí»f se le despertaban las me­
morias de liis antiguas supersticiones, no apa-

medalla en el palo de la vela y con lágrimas X
con todo el fervor rezamos las Letanías Laurotanas. La victoria estaba reservada á María.
I,as ondas amenazantes hacen todavía los últimos
esfuerzos y el sordo rumor en torno nuestro se
hace más asordante ; pero fué por poco tiem po:
llegadas á la invocación: A uxilium Christianorum, ora pro nobis, con grande admiración
nuestra, cesa por completo el vien to: las ondas
se calman y después de tres horas llegamos feliz­
mente á tierra. En el acto resuenan el Ave, maris
slella y el Tedéum como acción de gracias en
estas tierras lejanas por un favor tan señalado.
Una consoladora sorpresa nos aguardaba en
la misión. Había llegado de Roma una nueva

— i8 i —
Encíclica de la Santidad de Pío X , y es bueno
que el mundo sepa que también en estas pla> as
remotas la palabra del Papa es acogida y practi­
cada, como los hijos obedientes y obsequiosos
acatan y practican la palabra de su padre. Tam ­
bién aquí el trabajo se encamina á restaurar
todas las cosas en Cristo.
El i8 de Septiembre fué un día de común
alegría para todos los de la Misión. Después de
Misa nos encaminamos al Cerro Alto, que dista de
la misión de S. Rafael cosa de 5 km., desde donde
se goza una estupenda vista , y sobre cuya
cima campea, desde hace dos años, un magní­
fico monumento á los Sagrados Corazones de
Jesús y de María. E l panoroma es espléndido :
á más del Puerto Occidental, algunos lagos pri­
morosos, la Punta S. Joaquín y el Territorio de
la Punta de S. Pedro y S. Pablo, se ve también
una parte de la tierra del Fuego, con sus altos
montes (2.155 in.) cubiertos de nieves perpetuas.
V ahí nos detuvimos algunas horas en honesto
pasatiempo y antes de bajar hacia nuestra re­
sidencia, elevamos fervientes oraciones al Re­
dentor, para apresurar aquel venturoso día en
que mediante la protección de la Sina. Virgen
Aladre de Dios, resonará también en estas co­
marcas el Cristo vence. Cristo impera. Cristo reina.
Bendígame, amadísimo Padre, y conmigo á
todos los habitantes de estas remotas tierras,
D. V. R. afino, hijo in C. J.
P E D R O M. ROSSI,
Misionero Sales.

Matto Grosso (Brasil).
Las dos Colonias de los Coroados.
{Relación del P . Malán).
III.
Conclusión.
? aseguro, amadísimo Padre, que d
(f/3k,\ tiempo que pasamos en medio de la
excelente Colonia de Macedina, fué
un tiempo de gracias y bendiciones. Nos rogaron
encarecidamente que fuéramos á visitarlos á
lo menos una vez al ano, prometiéndonos edi­
ficar una hermosa capilla donde podamos cele­
brar los divinos misterios con decencia y decoro.
Una tribu te rrib le — D e vu e lta — E s c e ­
nas de terror.
la distancia de 8 ó 10 leguas de aquel centro
vive una robusta columna de indios, amedrenta­
dos y temerosos de las persecuciones de la fuerza
militar que ha tratado de someterlos al orden,
siendo ellos los autores de los terribles asesinatos

cometidos antes de fundar nosotros la Colonia
del Sagrado Corazón. L a providencial fundación
de la Colonia de la Inmaculada Concepción con­
tribuirá no poco á acabar con estos desórdenes.
L a Inmaculada A'irgen María, Madre del buen
Consejo, alzando su esplendoroso cetro por en­
cima de estas florestas de árboles seculares y
gigantes, inspirará á estos indios el espíritu de
mansedumbre y de paz.
E l número de estos indios es completamente
desconocido. Cuando atraviesan las blanque­
cinas arenas del Alto Araguaya y del Diaman­
tino, tienen gran cuidado de lx)rrar las huellas de
sus pasos, para ocultarse más y hacerse descono­
cidos á los civilizados. Preguntados repetitamente sobre su número, han dado siempre res­
puestas evasivas y es sabido que disminuyen
considerablemente su número como para pre­
caverse de algún fuerte asalto imprevisto.
D. Balzola y yo quisimos ir á \úsitarlos y ha­
cerles saber que á 20 leguas de su campamento
existía una Misión donde serían acogidos pater­
nalmente y \dvirían libres y al seguro de todo
peligro ; pero el Sr. Mayor Cicero, conociendo
perfectamente la índole traidora de estos indios,
nos desuadió, diciéndonos que podríamos ir,
siempre que nos acompañaba una respetable
escolta de soldados y á ser posible, algunos indios
y a domesticados. No estando en semejantes con­
diciones , determinamos acogernos al dictamen
de la prudencia y nos contentamos con enviarles
algunos indios de la Colonia de la Inmaculada á
llevarles nuestro saludo }’■ á invitarlos á venir á
la Colonia, encargándoles nos refirieran la im­
presión- que produciría la invitación y las dis­
posiciones que en ellos observaran. Verdad es
que los indios manifestaron delante de nosotros
mucha confianza, pero la solidariedad en sos­
tener las doctrinas del Bari (que dice estar siem­
pre en directa comunicación con Bope, el dios
malo de la tribu) y la prohibición de revelar las
respuestas de sus sacerdotes, nos hacen dudar
mucho de la embajada, y más si se consideran
las circunstancias de lugar y número. Con todo,
algo esperamos rastrear. Plegue al Señor ben­
decirnos y concedernos que todas estas almas,
agrupándose en torno de nuestros Misioneros,
empiecen cuanto antes á experimentar los sa­
ludables efectos de la civilización de la Reli­
gión Sacrosanta,
El 25, después de celebrar la Santa Misa y
refocilarnos con el opíparo almuerzo que el Sr.
Mayor nos preparó, nos dispusimos á partir. No
podía el Sr. ila y o r tratarnos con más cortesía
y generosidad durante nuestra demora en su
colonia, y á tantas finezas añadió la de propor­
cionamos un haielam ó barcón de forma muy
sencilla, en el cual partimos entre los repetidos
* ^



i 82

saludos de los Colonos á vuelta de Registro, dis­
tante más de 30 leguas, siguiendo siempre el
curso descendente.
E l sol, reflejando sus ardientes rayos en las
ondas, nos ofendía la vista, pero lo que nos
preocupaba verdaderamente eran las pendientes
y cascadas del río en que temíamos se deshiciera
de un momento á otro nuestra embarcación de
sistema ])riinitivo. ¡Cuántos involuntarios aye^l
salieron de nuestra boca ! El punto más peligroso
fué el de Oiro fino, así llamado por su abundancia
de oro. Nuestro fiel compañero H o no podía di­
simular su embarazo y temor al salvarlo ; su
cara cambiaba continuamente de color y en sus
ojos se revelaba el temor y la inquietud. Apenas
conjurado el peligro, él, exhalando un fuerte res])iro, gracias á Dios, exclamaba, ha pasado tam­
bién ésta.... pero mi corazón se había hecho pe­
queño, pequeñísimo... y así diciendo, mostraba
la jíunta del índice. Y en realidad aquella cas­
cada tenía yo no sé qué de terrible. L a impetuo­
sidad de la corriente iba á romperse contra un
grupo de rocas que allí se erguía á manera de
corona infausta, mientras de una parte sé abría
un pozo negro, cavernoso y profundo, donde
las ondas se perdían en un remolino que infun­
día pavor. Imáginese, amado Padre, cómo es­
taría nuestro corazón al salvar aquel dificilísimo
]>aso en una tan mísera embarcación. Gabet y yo
<ineríamos mostrarnos fuertes, pero el corazón
nos traicionaba.
Por la tarde llegamos á la hacienda del Sr.
Marcos llamada Pega con Deus. Aquí nos refo­
cilamos y compensamos el sueño perdido en las
ondas dcl .\lto Araguaya, como otros tantos tatús
(i). á fin de cscai)ar al temporal que caía sobre
aciucllas selvas como queriendo destrozarlas.
I-'n la confluencia del Barreiro con el Araguaya. los remeros nos indicaron el sitio de un
campamento de indios, donde cuatro años hace,
mataron á golpes de hoz á toda la familia de los
Señores Manuel Ignacio y Clarismundo, que ha­
bitaban en aquellas alrededores. En la relación
de mi primer viaje al desierto, la describí aquella
hazaña nefanda. Ahora el aUleamento ha desapa­
recido. Un grupo de hombres justamente indig­
nados lo destruyó. Testigos oculares me han ase­
gurado que no muriendo ningún indio á la pri­
mera descarga, todas se desbandaron y unos
huyeron al monte, los otros se arrojaron al río.
(O Titiú .'Dasihtt^
animal muy wmún y oriuinario tlr hw selva* del Brasil forma el arfi;ume»Uo d<“
las cMUscjas <lc los Imlii's. Ku la eabeia sobre el lomo y
en la cola tiene una inerte armadura íHsea de varios
estratos; pierna wrt.as, cabeia i>equeAa y puntiaRiula.
oios latcmlcs, l>oca pequefla. lenyua eslrv'cli-t Pertenece
S la t'amili.a de los desdentados. y aunque del uénero
de los hormieneros, se alimenta de insectos, gus,inos y
aun de vcjtetales.



Desgraciadamente á las subsiguientes descargas
que no se hicieron esperar, muchos quedaron
tendidos. Dos particulares de este triste epi­
sodio de la historia de la floresta merecen re­
cordarse. Un viejo, el capitán Luln, refugiado
actualmente en la Colonia del Sagrado Corazón,
para salvarse de la muerte recorrió más de 500
metros debajo de agua en el espacio de 10 ó 12
minutos, saliendo luego bien lejos del lugar del
desastre, y una pobre india, al silbo siniestro de
las balas, huyó aterrorizada á la floresta, aban­
donando en la confusión una párvula de leche,
quizá una hijita querida.... pero apenas se dió
cuenta de la falta, volvió sobre sus pasos en
busca de la niña, penetró donde tronaba la fu­
silería y estrechándola á su seno, procuró huir
con su tesoro sobre el corazón, mas una bala
vino silbando é hirió á la madre desgraciada,
postrándola en el suelo. Minutos después, la
creaturita, recogida viva, era cortada en pedazos
por manos civilizadoras... ¡Qué horror !
Amado Padre, estas tragedias concluyeron,
gracias á Dios, desde que los Salesianos asenta­
ron el pie en estas regiones desgraciadas y seme­
jantes fechorías no se repetirán más en estas
florestas, que van iluminándose con los vividos
resplandores de la ci\’ilización católica.
En Registro — L a fiesta de S. Pedro y
S. Pablo — D e nuevo en el río.

De la casa de D. Marcos, quien nos colmó de
beneficios, partimos el 28, de nuevo sobre el
famoso hatelam, y hé aqui que impensadamente
nos encontramos en la simpácita y suspirada
poblacioncita de Registro.
Era la víspera de la fiesta de los Santos Após­
toles Pedro y Pablo, fiesta que se solemniza de un
modo especial en esta incipiente ciudad, la cual
inmediatamente tomó un aspecto solemne de­
bido á la presencia del ministro de Dios. Nuestra
visita fué por sus religiosos habitantes consi­
derada como un beneficio del Señor. Resonó
inmediatamente un festivo repique que invi­
taba á todos los fieles á las sagradas funciones,
y ellos en el entusiasmo ardoroso de su corazón
por tener dos ministros en medio de ellos, ento­
naron cánticos á la Madre Nuestra, á S. Pedro y
S. Pablo, sin olvidar el himno Dios te salve oh
S. Juan! en honor del Bautista, que no habían
podido celebrar el 24 con la asistencia á los
Sagrados Misterios. Y no faltó la tradicional
reza ó sea el rezo de las oraciones de la tarde en
común, que se prolongó hasta las 9. Aprove­
chando de tan hermosas circunstancias y de la
concurrencia tan bien dispuesta, terminé la
función con un discurso de ocasión que escu­
charon devotamente. El día siguiente ocupamos

los confesionarios para comodidad de los que
quisieron aprovechar y en la Santa Misa distri­
buimos la Santa comunión. Nos hospedó nuestro
excelente amigo, el Sr. Mayor D. Calixto Barbosa.
Aquí adquirimos otro batelam que cargamos de
comestibles para llevar á la reciente Colonia.
En la fresca mañana del 30 después de haber
celebrado y tomado un excelente desa5nino que
nos preparó la generosa familia del Sr. Marcos,
entramos de nuevo en nuestro hatelam, que por
cierto no daba muchas garantías, sobre todo si
se considera que debía superar toda\úa 30 cas­
cadas que era preciso pasar antes de llegar á la
Colonia de la Inmaculada Concepción.
El sol era sobremanera ardiente y parecía
querer incendiar la floresta; con razón dice el
P. Vieira que si no fuesen frescas las tardes, se
podría tener por verdadera la fábula de Faetón.
Ordinariamente pasábamos la noche sobre el
río, sometiéndonos al abundante rocío que pare­
cía una verdadera lluvia. Algunas veces tendía­
mos nuestras hamacas de dos árboles sobre las
orillas del río. E n la tierra se descubrían los
rastros de las antas, capivaras, iatús, y de las
formidables onzas (i). Con frecuencia nos des­
pertábamos al rugido de estos moradores de las
selvas, que no conocen las le5’^es de la caridad
ni los vínculos de la amistad. L a agitada palpita­
ción del corazón nos tenía despiertos las enteras
noches. Nuestro buen Pío nos entretenía con fre­
cuencia durante el día con la enumeración fan­
tástica de los peligros reales ó imaginarios de la
noche pasada en la cual había tenido frecuentes
sobresaltos.... No era miedo, era simplemente
un gran temor. Teníam os, p u es, un excelente
guardián á nuestro lado mientras esperábamos
que viniera el sueno á cerrarnos los párpados.
También había noches en que el importuno
pemilongo, danzando en torno nuestro por el
aire, pretendía festejarnos con su monótomo
zttm zum en las horas necesarias al descanso.
Otra plaga que tuvimos que aguantar fué la
de la iiormiga llamada carregadora mucho más
(i) La .tinta ó tapir es, como el elefante, un paqui­
dermo, y es llamado elefante americano, pero es de
forme de jabati, la trompa es pequeila y la acorta y
alai'í i á su gusto. Nadie mejor que él se abre paso á
través de los bosques precipitándose con la trompa en
alto, como desdeñoso de hallar obstáculos á su paso.
El r,jpi6aras (hidrocherus capibara) es de la familia
de los zeodores. tamaño de un cochino de pocos meses;
c^!.*e2a corta, labios hendidos, ojos grandes color pardo
sin cola y con listas longitudinales negras.
La Onza,^ fiera indígena, puede llamarse tigre ameri­
cano y según el color, toma diversos nombres. La del
Brasil ó vermeja por su color amarillo-roso oscuro, es
precisamente el Coguario (Puma concolor). Algunos la
llaman león y es por derto una de las fieras más bra­
vas de estas regiones. Da saltos de 5 y 6 metros y trepa
con la agilidad del gato en los árboles, acomete el paese
el paquibara y también al hombre, cuando se ve per-

•e^ida.

183

-

grande que la ordinaria, y que tiene fuerza sufi­
ciente para destruir en breves instantes un ob­
jeto cualquiera. Aun ahora recuerdo con pesar
el asalto que dieron una noche á mi pobre poncho
ó cubierta superior que repara de la intemperie
á quien está tendido en la hamaca, hermoso
ponche de caucho que yo había colocado sobre
la red en forma de toldo. Hallélo hecho trizas.
Un trabajo semejante puede ser agradable á
quien tiene dinero para cómprame otros ponchos
pero no á un salesiano. Paciencia ! L a caracterís­
tica de las hormigas es el trabajo, mas no como
el nuestro que mira siempre al progreso y uti­
lidad ; el suyo con demasiada frecuencia no
sm^e sino á destruir lo que el hombre con tantas
fatigas edifica. Comoquiera ellas siguen el ins­
tinto que recibieron del Creador, y lo siguen es­
crupulosamente y sin respeto humano. También
los mosquitos, los piunzeeinhos, borrackudos etc.
no cesan de molestarnos á su gusto.
Llegamos á las mencionadas cascadas. Eranos
forzoso saltar al agua, descargar la embarcación
y llevarla á fuerza de pulso hasta más abajo del
salto (que mide en ciertas ocasiones 500 metros)
con las espaldas cargadas de cuanto llevaba el
batelam. Interim los remeros terminaban de
pasar la ropa y los víveres, mis compañeros y yo
nos acercamos á aquel bosque que nos inspi­
raba maravilla y terror ; pisamos aquellas arenas,
impresas todavía de las recientes huellas de an­
tas y onzas. Además de las hojas de los árboles
caía sobre nosotros una verdadera lluvia de
garrapatas que nos daban que hacer durante
todo el día para buscarlas y arrancárnoslas de
la piel, de la cual nunca se desprenden sin ha­
berse saciado abundantemente de la ajena sangre,
dejando heridas de las cuales yo conser\'o todavía
muchas cicatrices... y han pasado varios meses !
L a M isa en la floresta — E n b u sca de
alim entos — E n la nu eva C olonia
L a lle g a d a de lo s Indios — E l dolor
del M ision ero.
En el hermoso día de la Msitación de María
Sma. {24 de Julio) celebré en el altar sui generis,
formado por una red pendiente de dos árboles
teniendo por candeleros dos tacuaras bien plan­
tadas en tierra y por adornos, ramos de graciosas
palmas que se entrelazaban naturalmente. A mi
\*ista extendíase blanca y brillante una esplén­
dida playa acariciada por las aguas cristalinas
del río. Era pintoresca aquella capilla formada
naturalmente en aquella playa perfumada y
virgen, capaz de hacernos recordar la primera
Misa celebrada en estas tierras brasileñas, tan
ricas de vegetación, por su descubridor Cabral.
Ciertas escenas que se admiran en estos de-

— i 84 —
alertos serían dignas de la pluma del inmortal
Chateaubriand que tan al vivo pintó la belleza
de las florestas americanas. Tuviera al menos
la pluma del grande novelista brasilero Alencar,
que en su Iracena tiene muchas imágenes y senti­
mientos nuevos, inspirándose completamente en
una naturaleza desconocida en el antiguo mundo,
y entonces podría yo dar algún colorido á esta
desmañada relación.
Desde el día 5 nos fué faltando la carne, único
alimento en estos viajes, y entonces, manos á
la obra. De cuándo en cuándo Pío y Gabet, con
el fusil en mano y sin salir del batelam, mataban
palomas, capibaras y otros animales que nos
suministraban un buen alimento. Un día, pasó
una musculada anta á 50 metros de nuestra cha­
lupa y cayó atravesada por las balas de los fu­
siles. Con gran placer nos paramos, la descuarti­
zamos y bien preparada, cargamos cuanta carne
nos fué posible.Es verdad que no era muy tierna,
pero suplía el apetito que es la salsa mejor. La
piel, que es muy hermosa y apreciada por su
espesor, el cual es de 2 ó 3 centímetros y muy
estimada de los guarnicioneros y silleros, estaba
toda acribillada por las uñas de las onzas con
que se había encontrado. E l resto de la carne,
no cabiendo en nuestra barca, fué arrojado al
agua para que se lo disputaran los peces.
A medida que avanzábamos, las cascadas se
hacían más peligrosas. Una de ellas ha quedado
tristemente célebre desde hace cuatro años,
porque en ella perecieron seis hombres que iban
en una canoa y que precisamente se habían des­
nudado para estar más libres en caso de peligro :
de repente la canoa se rompe y se sumerge con
armas y vestidos y cuanto en ella iba : sólo un
poncho flotaba sobre las ondas. Este punto es
verdaderamente fatal para el viajero, á causa
de la rápida caída de las aguas y de un vórtice
que se forma donde las aguas, remolineando se
tragan cualq\iier cosa aun de gran volumen.
Gracias á Dios y á María Inmaculada, lo supe­
ramos felizmente.
Al caer de la tarde del 6, teníamos el consuelo
de contemplar la colonia de la Inmaculada Con­
cepción, que apenas contaba, quince días de
fundada, y parecía sonreímos en medio del
verde multicolor de las palmas que la encierran
como en una cuna infantil, donde se aspiran
auras balsámicas que juguetean entre el denso
manto de una vegetación exuberante, regada por
las aguas del Ganjas sobre todo en las poéticas
horas de la mafiaua y la tarde.
{Cuilutas cosas se liablan hecho en tan breve
espacio y con tan reducido personal! Hallamos
dos ranchos, cubiertos caprichosamente á modo
de bóveda con anchas hojas de «<issií, trabajo
ejecutado por los indios, bajo la dirección de

los misioneros y teniendo por modelo el rancho
construido anticipadamente y que sirve de ca­
pilla. Y a se habían practicado varios caminos
que llevan al río, al bosque y á otras partes ; se
había hecho un desbosque de considerable ex­
tensión, que ostentará cuanto antes las rubias
mieses que el Señor se dignará bendecir para
saciar tantas bocas.
El número de indios era limitadísimo, pues
no pasaban de siete porque faltaba todo, aun
los artículos de primera necesidad, por lo cual
era humanamente imposible dar asilo á mayor
número de salvajes, los cuales destruyen en
poquísimo tiempo cuanto se les da.
Viendo realizada la providencial ftmdación
de esta amada colonia y abandonándome á
dulces ensueños sobre su porvenir rico de pre­
ciosos frutos, he sentido mi corazón lleno de un
no sé qué sentimiento inexplicable que me hace
gustar las más gratas emociones ! Pero una nube
vino á oscurecer un poco un horizonte tan bello;
una grave preocupación vino á apoderarse de
mi espíritu, cuando se me acercaron Miguel
y Totó, dos baris de grandísima autoridad en su
tribu, que hasta ahora han estado ambos acam­
pados en el Alto Araguaya, á 40 km. al Norte.
E n la Estación del General Carneiro habían
dejado á sus súbditos, que pasan de 50, y ve­
nían á pedir á nombre de todo que los aceptára­
mos en la Colonia. ¿Qué hacer en semejantes
circunstancias ? Los objetos que
venían de
Europa no habían llegado todavía y no había
medio de proveer á aquellos pobres salvajes.
Con todo el dolor de mi corazón tuve que darles
un nó temporáneo, expresándoles la causa. Para
no darles lugar á pensar mal de nosotros, á lo
que muy inclinados, Ies señalé un sitio cercano
á la colonia y les aseguré que les prestaríamos
las herramientas y les daríamos las semillas de
que tuvieran necesidad. También les prometí
que apenas llegaran los carros con los vestidos,
herramientas y provisiones, les daríamos parte
y que en el mes de Enero á más tardar, los ha­
bríamos recibido á todos en la Colonia, porque
para ese tiempo esperábamos tener víveres suflcieutes. Con esto se aseguraron un tanto, pero
con un poco de desconfianza. El día siguiente,
pasando por aquella estación, vi á toda aquella
tribu de indios, y me hizo mucho daño el ver la
situación verdaderamente precaria en que se
hallaban (i). ¡Pobres hijos de las selvas ! vSin la
luz del Evafigelio y de la civilización, no tienen
más ideal que su vida errante y brutal ! No viven,
sino vegetan, desconociendo en sí mismos el
Estos indios, en número de 90 fueron mis tarde
recibidos, como lo recordarán nuestros Lectores. V. N.
del p. p. Nbre. pág. aS6.

— iS í —
alma, imagen del Creador, capaz de perfeccio­
narse y dotada de las más excelentes fracultades.
Sepultados en sus oscuras florestas sacian su
hambre con la carne de las fieras que matan con
sus flechas, sin tener con qué cubrir su desnudez
y ni aun mitigar los rigores del tiempo ! ¡Qué
miserable vida, digna de la compasión universal!
jOh ! quiera el Señor hacer brillar cuanto antes
en aquellas inmensas florestas la luz benéfica de
de la Religión que ennoblece y de la civilización
que endulza la vida ! E ste es d fin por que tra­
bajamos, pero cuyo éxito depende en gran parte
del apoyo eficaz de aquella falange poderosa
hoy repartida por toda la tierra : quiero decir de
los Cooperadores Salesianos. L a limosna que
cae de estos corazones generosos es el bálsamo
que consuela d alma sacrificada del Misionero,
es el rayo fecundo de luz, que penetrando en d
corazón de los salvajes infelices, los ilumina,
los mejora y los convierte, apartándolos de sus
brutales costumbres : es, en suma, un medid
necesario para la regeneradón de una parte de
la humanidad, que mora en estas sdvas inmen­
sas. El cido sabrá recompensar sobreabundante­
mente á todos los que contribuyan, en la medida
de sus haberes, á la vida y sostén de esta obra
importante. E l les dará aqudla felicidad que
comenzando en la tierra se perpetuará en d
cielo.
Permítame, Padre, terminar con estos pen­
samientos mi relación d d maje al través de las
florestas habitadas por los salvajes de este E s­
tado. Sírvase encomendarme á las oradones de
los amados Superiores que lo rodean y dígnese
bendecir de lo íntimo d d corazón estas misiones
que prometen tanto, y especialmente á quien
con gran consuelo goza suscribirse
Su humilde y afmo. hijo in C. J.
AN TO N IO H ALAN .

Traducción literal del Himno litiirgico
de María Auxiliadora.
(Buando de Qristo e l pueblo p o r las armas
impíos tiranos oprimido vióse,
^ e su alto trono á soconcrh vino
La

Jluxifiadora.

U ls i vetustos monumentos narran,
qA s í

m il templos en despojos ricos,

oA si las fiestas que p o r voto brillan
T'odos los años.
Billas y a himno nuevo p o r e l éter sube
ÍBasta dltaria p o r favores nuevos,
Saltan de gozo y en concierto cantan
Rom a y e l mundo.
¡ Oh dulce fecha de renombre eterno l
Sn que a l BLflaestro de la fe, su Ssposo,
Tras lustro acerbo de viudez recobra
Roma felice.
Oirgenes puras, candorosos niños,
(Blero celoso, agradecido pueblo,
J^oned, poned, en fcs ty a r la Reina
dioble porfía.

BIBLIOGRAFIA.
R. Donoso Pbro. : Cosmografía elemental: i grabado
en la portada y 59 figuras. Herder. 8“ y 128 pág.
Recomendamos este librito tan útil y acomodado
para emprender el estudio de la Cosmografía.
Conferencias y Disertaciones religiosas y fanrílíares, por
Fr. Bernardo Ocampo Ex-Comisario General de la
Orden Franciscana en Colombia. - Medellín (Colom­
bia). — Es un elegante volumen de 420 pág., en
donde su autor trata con amenidad y elegancia ar­
gumentos útiles y de actualidad.
Biblioteca Agraria Saleslaoa: Cartilla agraria para la
Región meridional de España, por D. Juan Priego
y Jaramillo, ingeniero agrór>omo; 112 p., 1,75 pts.
Inoculación de la Tierra para el cultivo de las
leguminosas, obra de George T . Moore, traducida
por D. Fernando Flores é Iñiguez.

R uja de rabia el enemigo malo,
oArmense huestes prepotentes, nada,
diada tememos que de ^ io s la díladre
S s con nosotros.
Birgen fecunda, de Sesús dichosa
dJladrc, derrama liberal tus dones,
S u ia r e l J^astor á su rebaño pueda
Libre y seguro.

* * * EL CULTO
de MARIA AUXILIADORA
*

*

*

N ób ten em os la persu asión d e qu e, en la s v icisitu d e s d olorosas de lo s tiem p o s
que atra vesa m o s, no nos quedan m is co n su elo s qu e lo s del C ie lo , y en tre é sto s, la
poderosa p rotección de la V irge n ben d ita, que fu é en tod o tiem p o el A u x ilio d e los
C ristia n o s.
P IO X.

IV.

El Santuario.
(^UCKDK

con fiecuencia que a l querer re-

me acordé de una persona

que pocos

días

fe rir la hiatoria de un Santuario, el
historiador se halla con tal deficiencia de

antes había comenzado una novena y prome­
tido una limosna, s i obtenía la gracia que

datos y

necesitaba. S ra una señora á quien la tos,
la debilidad y una fiebre continua tenia ha­

tan escasas memorias, que debe la­

mentar la aoara reserva de los cronistas y
no pocas veces contentarse con presentarlo
envuelto en e l misterio de los tiempos, dedu­

cia tres meses, clavada en cama.
S ra n favor seria p a ra mi, me había

ciendo sus glorias de la misma antigüedad
veneranda que circunda sus orígenes, dituy

dicho, si a l menos pudiera dejar la cama y
dar algunos pasos en m i p ie z a : haría gus­

de otro modo sucede con e l Santuario que á

tosa cualquier sacrifeio.

^ITaria Auxiliadora levantó en Tu rin Q).
oJi^osco, a l lado de- la (Sasa madre de la J^ia
Sociedad fundada p o r él. Nacido aijer, hoy
es conocido y venerado en e l mundo entero
posee una historia rica, de cuyos hechos y
y acontecimientos viven todavía muchos tes­

«—

«—
«—
«—

S in duda alguna.

«—

A

¿ ÍDariais lo que y o os indicara ?

(Comenzad entonces sin demora una
novena á dltaria (^Auxiliadora.

«—

que manera

Q)iciendc p o r nueve días tres padre-

tigos.

riucstrxrs, avemarias, gloriapatris y salves, en

Fruto del celo ardiente de Q). JSosco, que
veía que en una parroquia de 35.000 almas

su honor.

apenas había una iglesia, y de su amor á
dFlaria, á quien debía todo lo que era, es
un milagro patente.

«—

Sstá bien ¿ y qué obra de caridad
debo hacer?

«—

S i queréis y

verdaderamente sentis

m jo r ia , podéis hacer una oferta á la iglesia

(Ruando se trato' de comenzar los trabajos,
JSosco no contaba con un céntimo. S i
Santo J^adre ^Pío FX , a l darle la aprobación
de la obra, le donó 500 francos, que habían
contribuido a l pago del terreno (I.ÍO O m*).
Oigamos a l mismo ^í). oJSosco :

de jííCaria A u x ilia d o ra que se comienza en
Saldocco.
S í, sí, con mucho gusto.

«—
« Tal

promesa

era todo con

lo que yo

contaba. S ra e l octavo día y fui, no sin an­

pagarse i.OOO francos á los obreros y no era

siedad, á averiguar el resultado, ha sirvientaa l verme, exclam ó: L a señora ha sanadodos veces ha salido y a y ha ido á la iglesia

posible retardarles e l salario, S n ta l aprieto.

á dar gracias á Q)ios.

« J^asada

la primera

quincena,

debían

— i 87 —
Sn esto se presenta e lla : íBe sanado, pa~
dre mío, me dice: y a he ido á dar gracias
á la Bma. Birgen. Siroase aceptar m i ofrenda,
añadió presentándome un cartucho, es la p r i­
mera mas no será la última.

« Q>?/

llegar á

casa

abrí e l cartucho:

eran 50 napoleones de oro, es decir los m il
francos que precisamente necesitaba.

«

oAunque y o nada dijese sobre esto, la
noticia se divulgó como centella eléctrica. Luego
ocurrieron otros y otros hechos; un número
extraordinario de personas se presentaron a l
director prontas á hacer novenas y contribuir
á edifcar e l santuario s i obtenían las gracias
deseadas. S n Turin, Genova, ^Tlilán F lo ­
rencia, Jñolonia, Roma, Jlápoles, EHena,
J^aris, Londres, oBerlin se renovaron los p ro ­
digios y llovieron las limosnas que bastaron
á cubrir las necesidades.' dism inuyeron con­
siderablemente cuando más activa era la yecución de los trabajos: mas á poco sobrevino
el cólera y los corazones se volvieron de nuevo
á la Reina de los Qielos. L a medalla de
Afilaría ^Auxiliadora f i é

como

un

divino contra la epidemia y los
fueron más abundantes que nunca
La piedra fundamental f i é

talismán
recursos

».

bendecida e l

27 de t jlb r il de é865 p o r e l fimo, § r. d . oAntonio Odone, Obispo de Susa, estando va­
cante la sede oAriobispal p o r muerte del
limo.

S r.

Franzoni, y

colocada

solemne­

mente p o r B. qA . R. e l príncipe oAmadeo de
Maboya, d uqu e de oAcsta.
Los

trabajos

prosiguieron

rápidamente.

Sn e l curso de aquel mismo año la iglesia
fue techada y se hizo también la bóveda, á
excepción de la cúpula. Ssta se levantó maj c ‘>!ucsa e l año siguiente, y en ÍS 6 7 se colocó
la estatua de bronce de JUaría <2ÁuxilÍadora
en actitud de bendecir la ciudad. S I interno
fué ultimado en i8 6 8 y asé en tres años se
¡levó á cabo uno de los templos más hermosos
de la hermosísima ciudad piamontesa y e l p r i­
mero de los erigidos á JfXaria oAuxiliadora.
S i 9 de Jfunio de Í868, con un esplendor
más único que raro, e l fim o. § r. Ricardi,
•sArzebispo. de

Turin, consagró solemnemente

d ^onluario j)rod¡3Íoso.

GRACIAS
k (Daría Auxiliadora
V ita et spes nostra.

Mi vida en el colegio era triste y sombría
pues que la gracia de Dios me faltaba y era
atormentado por crueles remordimientos.
Veía la virtud muy bella y me encantaba,
pero estaba hundido en el vicio y me dejaba
arrastrar. Los superiores me comprendieron y
trataron de salvarme, mas fué iniitil porque
estaba yo empedernido y de nada hacía caso.
Así pasaron tres años y salí del colegio sin
dar á mi buen Director y á mis profesores el
consuelo de verme vuelto al buen camino y
entoces me uní á un mal compañero que me
condujo al borde de un abismo...
Más tarde entré en otro colegio. Allí los
superiores no me comprendieron y ésta fué la
mayor pena qué' sufrí, porque nadie me com­
padecía y mi corazón necesitaba consuelo...
Con todo, la gracia de Dios obraba entonces.
Mis compañeros se divertían en los recreos;
yo casi nunca jugaba. Siempre solo y pensa­
tivo, acrecentaron los remordimientos, crecieron
mis torturas y se encendieron en mí los deseos
de volver, como el Hijo Pródigo, á los brazos
de Jesi'is. Comencé á orar con más fervor (cosa
que nunca dejé y á ello atribuyo el haber sa­
lido de tan triste estado) hice una novena á
la Virgen, prometiendo publicar la gracia si la
obtenía, probé el último esfuerzo y... me con­
fe s é bien. ¡Ah! ¡qué paz y qué alegría expe­
rimenté en aquel momento!
Ahora soy religioso. Con.sngrado al bien de
las almas, sólo anhelo salvarlas, i Se ¡lierden
tantas...! A ella me he entregado por cOin¡>leto,
pero sobre todo á los que el .Señor por medio
de mis superiores se ha dignado confiarme.
Una de ellas seguía el camino que yo antes
había recorrido; la vi como una viva repro­
ducción de mis extravíos y de mis penas y en
verdad que me interesé por ella. Por una parte
puse toda la solicitud de que yo era capaz y
por otra á María Auxiliadora, prometiéndole
rezar algunas oraciones, comulgar 3 días con­
secutivos y publicar el favor si lo alcanzaba.
i Oh bondad y misericordia de María I No
bien terminé la novena que al efecto había
empezado, cuando obtuve la gracia suspirada.
L a oveja descarriada volvió al redil del Buea

— i88 —

Pastor, se postró á los pies del confesor, de­
positó allí todos sus pesares y salió con el
alma llena de consuelo y la alegría verdadera
pintada en el semblante.
¡ Gloria, pues, reconocimiento y amor á
María Auxiliadora, esperanza y salud de los
que la invocan!
'
N. B. M. S.
Bnrceloim, 1906,

Manifiesta intervención de María A.

Habiendo tenido enfermo un sobrino de
cinco años, á consecuencia de una pulmonía,
con una nefritis, arrojando sangre en la orina,
por la nariz y encías, pues tenía los dientes
desprendidos, con manchas al ])arecer cance­
rosas en todo al cuerpo, efecto sin duda <le
la falta de circulación de sangre, y habiendo
llegado al extremo de no poder orinar ni aun
con .el auxilio de una sonda, invoqué muy de
veras á María Auxiliadora, prometiéndola si
sanaba mi sobrino ayunar en su obsequio to­
dos los sdbatlos <lurante un año, no probar
vitto ni licor :dgvmo durante dos meses, ce­
lebrar treinta misas, renunciando el estipendio
en favor de esa Casa y publicar la gracia obteniila.
Tan luego como hice la promesa, noté alivio
en el niño, y en muy pocos días, sin tener
convalecencia, se encuentra completamente cu­
rado con asombro de cuantos le vieron en­
fermo. Por lo cual, muy de veras reconocido
á tan liberal Señora, cumplo lo prometido y
m ego se publique esta gracia en el Boletín
Sah'siano.
T o m á s N a v a l p o t r o Pbro.
Barcelona, 1906.

Tuvieron un disgusto dosdistlnguidas personas,
y mm de ellas, en un momento de arrebato hirió
á su contrario, tan gravemente, que los médicos
pronosticaron que moriría, no siendo posible
extraerle los. proyectiles (uno de ellos alojado en
el estómago) por el estado de gravedad en que
se encontraba,
Kn esta situación tristísima para esas dos fa­
milias, acudí llena de fe y confianza il la Capilla
de María Auxiliadora de esta ciudad y allí se
celebró una Misa para pedir A tan poderosa
Matlro que salvara, haciendo un milagro, la vida
del berilio; ofreciéndole si asi lo concedía, otra
Misa en acción de gracias, y publicarlo en el
Boletín.
Hl herido coiuinuaba gravísimo y en opinión
de los médicos que lo asistían y de cuantas per­
sonas tenían conocimiento del desgraciado su­
ceso, no tardaría en un mal dcscnlacfe. Mi co­
razón empero guardaba una dulce esperanza, y

ésta no se frustró. El herido con asombro de
todos, al poco tiempo hacía su vida acostum­
brada ¡ estaba bueno! apesar de no haberle po­
dido extraer los proyectiles.
¡ Oh María, Tú eres la esperanza, el remedio,
el consuelo, el descanso de tus hijos afligidos,
de todos los que en tu bondad sin límites esperan
y confían!
M. C. A . (Hija de María).
Córdoba (España), 2 de abril de 1906.

De los andamios de una casa que Domingo
Arroyos tiene en costrucción, se rompe una viga
y caen á tierra diez ó doce hombres envueltos
en el maderaje suíriendo varios contusiones leves,
pero el dueño mencionado quedó tan grave que
en el acto tuvo que ir el celoso párroco D. Julián
Ballestero y prohibió la entradadelaconcurrencia
que se aglomeraba, pues apenas respiraba y se
creía perdida su vida. Es seguidamente visitado
por el facultativo D. Lope del Castillo, el cual
también reconoció su gravedad.
En tal estado, su buena esposa y la familia
ofrecen una misa á María Auxiliadora y al día
siguiente oyen y nos entregan de limosna 5 pe­
setas, deseando vivamente se inserte esta especial
gracia en el Boletín, estando ya el enfermo le­
vantado y todos oyendo una novena en acción
de gracias.
H ip ó l it o S.\ n t ia g o .
Salamanca, 1906.

¡ Cuán buena es M aría!

A mediados de febrero de este año corrió
grave peligro mi vida por unos ataques cere­
brales. Cinco médicos me visitaron y todos pro­
nunciaron la fatal sentencia que para mi no
liabia remedio. Una persona de casa, que tenia
una medalla de María Auxiliadora, me la pu.so
al cuello, comenzamos luego una novena y pro­
metimos hacer celebrar una misa en su altar.
El día siguiente se notó una gran mejoría. En­
tonces los médicos dijeron que dado caso de
que me curara, quedaría loca, Pero la Virgen
Santísima que me curó de los ataques no per­
mitió que me quedara tan desgraciada. ¡Gracias.
María, gracias!
D olores Ballester.
Benimndet (Valencia), 26 de abril de 1906.

Bendita sea María Auxiliadora.

Atacado por una terrible enfermedad y deshauciado ya por los médicos, como único recurso acudí
A María Auxiliadora, ofreciéndole una pequeña
limosna y la publicación de la gracia apenas
la obtuviera. Feliz inspiración ! Al día siguiente
ya me desperté bastante repuesto y cinco días
después estaba completamente sano. Gustoso,
pues, y lleno de agradecimiento á María, cumplo
mi promesa.
I. S. G.
Mosquera (Colombia), 1906.

— i 89 —
Dan también, coa toda la efusión de su alma, gracias
á María Auxiliadora y envían una limosna:
Barcelona (España). — Z?.
F ., por inmensos
favores — • M. V., por la salud de su hijita — Juan
Gilí, por la curación <le un hermano — C. B., por
una gran ^ a c ia — Da. R. P. Joaquina Pey de P.

— Ana Rivera — Ratnón Catalá — Da. Mercedes
Plorens v. de C. 5 pst. — Elvira Pasiors — Utui
devota, por su curación — C. G., por el arreglo de
un asunto — Tres agradecidas — Elvira Dilur.
BarranquíUa (Colombia). — Margarita de Insignares, por la milagrosa curación de su esposo.
Barquismeto (Venezuela). — Por favores recibidos:

Frofuisco de P. Briceño — Clara Delgado — Isabel
Ernest — iM. V. /. — C. M. de V., por la salud
de su hija — M. P. de
por haberle librado de
las consecuencias de una funesta caída.
Cuenca (España). — Julián H de A — Olaya
dcl Rincón — Tiburcia Tenegos 16 i>st. — José'
Unguit, por la curación de un hijo — Leonardo
Baquero,
la de su esposa deshauciada.
Chinandenga (Nicaragua). — . E. de V., por la
salud de su hija incurable en opinión de los mé­
dicos.
Guatire (Venezuela). — Carmen M. Gorzález V.,
por un favor.
La Unión (El Salvador). — Ménica Faca, por un
favor recibido.
Madrid (España). — J. R. — Vicente Tirado, por
favores recibidos — Una devota de M. Auxiliadora,

5

por la salud de su nietecita, 25 pst. — Dionisio S .
de la Mara, por la salud obtenida.
Málaga. — Una hija de María, por la salud de
un enfermo.
Montalbán (Venezuela) — Ju lio T. Mauro, por
haber curado á papá-de-nn-grave mal de hígado.
Oviedo. — Benito Fuentes Isla, por haber curada
de cruel enfermedad.
Palm a de Mallorca. — J . M . Vidal Arcediano,
por haber recuperado varios objetos de gran valor
que habia perdido.
París — A . P . Por urna curación portentosa.
Pasto (Colombia). — R . S. F . T ., por haber ob­
tenido la gracia de entrar en la vida religiosa.
Salamanca (España). — La madre de la niña
Floriona Evas, por haber obtenido prodigiosamente
la salud de ésta, 8 pst. — María Angela Vicente,
por la salud obtenida, 6 pst.
Seo de Urgel (España). — Joaquín Solans Pbro,
por haber obtenido la salud de una pariente etifernia y envía 10 pst.
Sevilla. — D a. Francisca D íaz, por el pronto
restablecimient en una enfermedad — Trinidad
Hoyos, por la terminación favorable de un asunto.
Valencia. — Teresa Ballester, por un gran favor.
Yaritagua (Venezuela). — Por favores recibidos,
R ito Fernández — Leopoldo Peraza — Magdalena
T . de Martínez, por la salud obtenida.
Piden oraciones á los Cooperadores para alcanzar
favores que necesitan. G. C., una devota, Elvira de
Pasiors y Joaquina Pey de Barcelona.

® >c o>o<3z><><::íi><><:.(o<><aE><E><><za><><CiE2<E><><3ir><E>o<ac><><3L><>OEXc><><3X><>cac><><:ic><®

I

en el la n to rio de te ln

'ay lugares que ejercen sobre el corazón
(i>PB del hombre una atracción misteriosa,
un encanto irresistible, sobre todo en
determinados días. Vais quizá distraídos por
una calle y oís una cam pana; os detenéis, en­
tráis en la devota iglesia y algo indefinible se
apodera de vosotros; calla el rumor de las pa­
siones y se despierta en vuestra alma una sen­
sación diversa de las que habíais probado : vues­
tra fantasía vuela, vuela y 110 os dais cuenta por
dónde va y cuál será su término ; de vuestro co­
razón se apodera un amor tranquilo que le da
suavidad y paz, en suma, algo misterioso des­
ciende al hombre, el contacto casi directo con
la divinidad. Esto es lo que sucede en los San­
tuarios donde á Dios place manifestarse de un
modo especial y por ello cobran renombre y son
visitados con ansia. ¿ Por qué sucede así ? ¿ no
está Dios en todas partes ? ¿oye acaso mejor
nuestros ruegos y encuentra más facilidad de
remediar á nuestras necesidades aquí que en
otra parte ? Misterios más bien del corazón hu­
mano que de Dios, que se palpan pero que es

difícil explicar. Dios en todas partes se comunica
y el hombre puede eii todas partes oírle. Y sin
embargo en el arca santa residía de un modo es­
pecial y allí dictaba sus oráculos; en Lourdes
siente el devoto más devoción que en otras
más grandes y hermosas basüicas,yen Jerusalén
está más dispuesto á orar y meditar y re­
cibir los carismas celestiales. Entráis en una
catedral monumental y apenas si exj>erimentáis
otra sensación que la curiosidad; entráis en el San­
tuario de M. Aux. y os sentís tocados. El hombre,
las masas, que sienten el vacío en el alma, acuden
en tropel á estos lugares; allí se sienten mejor
dispuestos, se aviva la fe; vienen las voces majes­
tuosas del órgano á adormecer más el sentido
y despertar el alma, se añade el coro de voces
delgadas y argentinas que os trae la memoria
de los ángeles que velan el santuario, ó quizá
la ilusión se hace completa.... y entonces pedís
con más fe, con más fervor, con mejores disposidones y atraéis más fácilmente las miradas del
que dijo : Pedid y redbiréis.
Estos pensamientos y muchos más, pasaban



TQO —

por nuestra mente al contemplar las multitudes
agolpándose como las olas, á los pies de María
Auxiliadora en el Santuario de Valdocco. L a
solemnidad del 24 fué un verdadero triunfo, un
triunfo más de María Auxiliadora. De lejanas
ciudades y de diversas naciones hubo peregrinos:
fué un himno de fe, una manifestación de la so­
ciedad á la fe de nuestros padres.

La preparación.
El fervor de las muchedumbres que afluían
al Santuario, encontró pasto en la palabra infla­
mada de los oradores sagrados durante el mes
de preparación. El prof. D. Francisco Zublena
trató de los deberes del cristiano, proponiendo
con amor filial y sentido práctico, la imitación
de la Sma. Virgen. Durante la Novena repartió
el pan de la divina palabra el Rvmo. Sr. D. José
de Isengard, profesor de Sagrada Elocuencia
en el Seminario de Turín, y trazó con fino cri­
terio y sana moral, las virtudes de María. A l en­
tusiasmo de los predicadores correspondía el
entusiasmo del pueblo ; cuántas personas á las
Misas que sin interrupción se celebraban de las
4 á las II y cuán numerosas comuniones en ellas !
A medida que avanzaba la fiesta, crecía el entusicisniü y durante la Novena las multitudes se
sucedían á todas horas y se remecían bajo las
bóvedas hermosas del Santuario que se presen­
taba engalanado con todas sus ricas colgaduras,
con sus innumerables luces, con sus encantos
indecibles. Los Colegios Salesianos de los con­
tornos hacían sus peregrinaciones por turno.
Pero el tiempo, inconstante todo el mes, se
puso lluvioso y molesto : nada impidió la de­
voción de los fieles, que acudían lo mismo, desa­
fiando la intemperie. El 17, aniversario de la Co­
ronación, pontificó Mons. Cástrale, Obispo tit.
de Gaza é impartió la Bendición. L a Escolanía
del Oratorio interpretó la Misa á 4 voces del
Mtro. Gruber y un Tantnm Ergo del Conde
Carlos Gromis.
En los dos últimos días del triduo, serenóse
el tiempo y la primavera ostentaba toda su
belleza : animáronse de un modo extraordinario
los alrededores del Santuario y se oían resonar
con más frecuencia las voces de los peregrinos.
Cuántas cxclamaciottcs á la vista del Santuario !
cuánta premura cu visitar á la \’ irgen y cuánta
alegría cuando se lograba asegurar un puesto
bajo las bóvedas del edificio ! Muchos que ve­
nían de los campos, impresionándose bajo los
séricos adornos y el centelleo de los cirios y elec­
tricidad puesta al ser\*icio de María Auxiliadora,
exclamaban : « Es un paraíso. >' Y dicho sea de
paso, lo que más nos ha impresionado es esa
multitud de cami>esinos, que dejando sus casas

y rebaños acuden á saludar á su Madre ¡ cuánta
fe todavía, cuánto am or! ellos, al contacto con
la naturaleza, sienten tal vez mejor la mano
amorosa de Dios y su amorosa Providencia, y
vienen á darle gracias, á implorar su favor, á
desahogar su corazón, á exponerle sus temores,
á pedirle sus bendiciones, á suplicar por sü pa­
tria, ellos que mediante la agricultura alimentan
las ciudades y su industria y conservan, hasta
donde se puede, la moralidad de las naciones;
sí, ellos pedían estas gracias y todo por la inter­
cesión de María Auxiliadora!

La Víspera.
En este día tuvo la Conferencia Salesiana
D. Albino Carmagnola y con su frase viva y
abundante demostró que no se puede hablar
de María Aux. sin que ocurra á la mente el nom­
bre de D. Bosco que vivió por ella y propagó su
culto; por tanto, debiendo los Cooperadores
Salesianos imitar hasta donde puedan, el espí­
ritu de D. Bosco, deben honrar é invocar á la
Sma. Virgen preferentemente bajo la advoca­
ción de Auxiliadora. Explicó convenientemente
en qué consiste la devoción á M. A. y concluyó
animando á su auditorio á esperar los favores
que la Madre de bondad había de derramar
sobre sus devotos en su gran día : el de la so­
lemnidad. El orador estaba conm ovido: sus
palabras no eran una convención, eran expresión
de los sentimientos que lo dominaban y así en
el rostro de sus oyentes se veía pintada la con­
moción y confianza.
A las 6 comenzaron las Vísperas solemnes,
pontificadas por Mons. Spandre; siguió la Ben­
dición del Smo. Sacramento y terminadas las
funciones, llamaron la atención y el entusiasmo
de la multitud la espléndida iluminación de la
fachada, torres y cúpula del Santuario y el Con­
cierto de la Banda del Oratorio.

LA

s o l e m n id a d

.

5.000 Comuniones — La Procesión.
El Santuario que había permanecido lleno de
gente hasta las loy^ p-m. se abrió de nuevo á las
3 a.m. cuando y a comenzaba la celebración de
las Misas en los numerosos altares. El tiempo
volvió á descomponerse y el día se mostraba
lluvioso, opaco y triste. Esto no obstante, el 24
de Mayo aportó á María Aux. un triunfo más y
al Santuario otro día de gratos recuerdos 5' de
feliz memoria. Renunciamos á describir la so­
lemnidad, el fei^’o r ; la celebración de Misas
duró hasta pasado el medio d í a ; la frecuencia
cia de Sacramentos fué inmensa, á pesar de que

— I9 I —
antes de la Misa Pontifical quedó impedida toda
circulación en el templo, por la aglomeración
excesiva. Las comuniones pasaron de 5.000 !
Fácil es explicar este entusiasmo : numero­
sísimas fueron las relaciones de gracias obteni­
das ; en los altares ardían innumerables cirios,
unos señal de gratitud y otros de súplica, y á
^’^arios centenares llegaron los exvotos de plata
que fueron á adornar la estatua de la Virgen
Taumaturga. L a fe revive, la necesidad de la
Religión se impone.
El Emmo. Card. Richelmy celebró la Misa de
las 7V2 y S. E . Mons. Spandre pontificó á las 10 :
injra Missam pronunció el panegírico el y a men­
cionado Sr. Isengard.
A las 4, como muchos deseaban partir, se can­
taron las Letanías y se impartió la Bendición.
Todo el día resonó el templo con la música y el
canto. A las 6 comenzaron las 2“ Vísperas, ter­
minadas las cuales, estaba anunciada la pro­
cesión. E l tiempo estaba muy borroso, y efecti­
vamente llovía. Sin embargo el entusiasmo no
podía contenerse, y comenzó el desfile, inmenso
y devoto. Afortunadamente la llovizna cesó y
la hermosa estatua pudo salir, precedida por
numerosos estandartes, escoldada por un Cor­
tejo imponente y encabezado por Mons., Spandre
con tres bandas á su ser\úcio. Atravesó triunfal­
mente por entre dos densas columnas de fieles
la Vía Cottolengo, y las Avenidas Príncipe Odone
y Reina Margarita. Caballeros, damas, militares,
obreros, campesinos, niños, testificaban su fe y
su amor. ¡Cuánto dicen á quien quiere ver, estas
imponentes manifestaciones, sobre todo en una
gran ciudad moderna como Turín !
Al presentarse de nuevo la estatua ante el
Santuario, se iluminó como por encanto la fa­
chada, la cúpiila, las torres con millares de lam­
parillas eléctricas y el gentío estalló en aplausos.
El Emmo. Sr. Richelmy impartió solemne­
mente la Bendición, primero desde el altar ma­
yor y luego desde la puerta del templo. A l aso­
mar el Smo. la muchedumbre que atestaba el
atrio y la plaza, cayó de rodillas y luego pro­
rrumpió en entusiasta palmoteo y ovaciones á
María.
Los muros y las bóvedas del Santuario con­
tinuaban resonando con cánticos é himnos; la
imagen coronada brillando entre lámparas, focos
y cirios, á lo lejos presentaba el aspecto de una
\’isión ultraterrena; á sus pies, la gente conti­
nuaba orando.

-sza
P O R Eli NONDO S a iiE $ 13 N0

0

4

Por España.
MADRID. — A la hermosa capital de España
llegaba el Superior Mayor el 23 de Marzo, á las
8. a. m. La presencia del padre produjo contento
singular á los hermanos y cooperadores de la ciudad,
que en sus palabras, exhortaciones y ejemplos,
hallaron una fuente fecunda de enseñanzas y ani­
mación al bien.
El 26 dió una conferencia en el * Centro de la
Defensa Social, * uno de los más cultos de la Capi­
tal. Habló de la Obra de D. Bosco presentándola
como obra social, especialmente de los Oratorios
festivos, ensueños de la niñez de D. Bosco y fun­
damento de sus magnas empresas. Llamó espe­
cialmente la atención del auditorio á las escuelas
diurnas y al Oratorio de esta ciudad, obras que ne­
cesitan la eficaz protección del pueblo matritense.
Acerca de esta conferencia. E l Universo se ex­
presa así;
< Fué tan persuasiva la elocuencia de este ilustre
padre Salessiano, que cautivó el corazón de cuantos
tuvimos la fortuna de oírle, penetrando su palabra
en el ánimo conlos sencilUos -acentos de la ingenui­
dad, realzados por la figura nobilísima y ascética
de un hombre, cuyo impetuoso fervor se templa
en el decir con la alegría y la dulzura de la caridad.
* El auditorio quedó encantado de la conferencia
de Don Rúa, á quien felicitaron con efusión y res­
peto muchas personas distinguidas, y muchos asis­
tentes, además, se inscribieron, al final de la con­
ferencia, como protectores de la obra de María
Auxiliadora (digna, por cierto, del más generoso
apoyo de los buenos).
« A pesar de lo desapacible de la tarde, asistie­
ron á la conferencia algunas damas, el señor Nuncio
de Su Santidad, el reverendo padre provincial de
los Salesianos, los marqueses de Casa-Amao y Ra­
fal, los condes del Retamoso y de Codillo, el barón
de Yecla y numerosos señores, aficionados á estu­
dios sociales.
4 El Centro de Defensa Social puede estar satis­
fecho de esta conferencia, que será una de las pá­
ginas más brillantes de su historia. »
El 29 visitó el Superior la Casa de VALENCIA.
Llegó á eso de las dos de la tarde, y fué recibido
á la puerta del Colegio á los acordes de la banda
de música, y apenas entrado en los claustros, se en­
contró con más de quinientos niños, que le obse­
quiaron con un himno hecho ex profeso para esta
ocasión.
A pesar de la hora ya tan adelantada quiso aún
celebrar la Sta. Misa, á la que asistieron con de\'Oción muchas personas de esta barriada, que se
habían reunido para verle y saludarle y que qui­
sieron demostrar de antemano el aprecio en que le
tenían, adornando sus casas con preciosas colgagaduras.

— 192 —
A las cinco p.m. del mismo día tuvo lugar una
bonita academia. Se comenzó con un himno can­
tado por todos los niños. Hubo discursos, poesías
y cantos, de los cuales llamaron justamente ú aten­
ción algunos con los cuales los Cooperadores de
Valencia quisieron honrarlo, feliz pensamiento
debido en gran parte á D. Angel de Pablo que tanto
contribuyó á la venida de los Salesianos á Valencia.
Siendo excelente músico, su apoyo íué valiosísimo
en el acto.
Por último habló el Sr, D. Rúa dando las gra' i is á todos los concurrentes por las demostracio­
nes de afecto hacia su persona y por el apoyo que
¡¡restan á la Obra Sabsiana de Val inda, animán­
dolos á proseguir en tan santa obra, para que se
pueda aumentar pronto el local, y así extender
á mayor número de niños el beneficio de una sólida
instrucción religiosa, moral y literaria.
£1 día 30, á las siete y media, cantó 61 la Misa,
y los niños en número de casi trescientos ejecuta­
ron la Misa de Angelis, lo cual no dejó de agradarle
muchísimo, viendo tan fielmente interpretados sus
deseos, que lo eran también de nuestro llorado
l-'undador D. Bosco, de que se cultivase en nuestras
casas el canto gregoriano. Muchos niños internos,
externos, que recibieron de su mano la Sda. Co­
munión. El día lo empleó en hablar á los hermanos
y niños y recibir numerosas visitas, entre las cuales
la del Emo. Sr. Obispo de Loryma, auxiliar que
fué del difunto Carde.nal Espinoza, Arzobispo de
Valencia, queriendo con esta visita manifestar su
grande aprecio á la Obra .Salesiana. Por la noche
dió una conferencia para todos los del Estable­
cimiento.
A las 10 del día siguiente dejaba la ciudad, siendo
1 despedida tan conmovedora como la llegada.Los
niños formados en los claustros cantaron un himno
la banda ejecutó una de sus mejores piezas, y de
todos los corazones se levantó un entusiasta. ¡Viva
D. Rúa 1 mientras él subía al coche que debía' lle­
varle á la estación. Muchas personas de esta ba­
rriada, de Valencia y de otros pueblos presenciaron
la cariñosa despedida.
En BARCELONA y SARRIÁ fué recibido como
era natural con grande entusiasmo \' suma alegría.
Muy satisfactorias fueron las veladas y conciertos
celebrados en su honor.
MATARÓ. — El 3 de Abril llegó á esta ciudad,
acompañado del Dr. D. José Bertelllo y del Ins­
pector de las Casas salesianas de Cataluña, V a­
lencia, Aragón é islas Baleares, D. Manuel B. Hermida, á quienes recibieron en la estación el Sr. Di
rector del Colegio de San Antonio y muchísimos
Rvmos. Sacerdotes y religiosos de la ciudad.
Después de cordiale.s y afectuosos saludos, es­
trechadas las manos de los que le esperaban, se
dirigieron al Colegio de San .\ntonio en los coches
galantemente ofrecidos por los Sres. D. Joaquín
Bartra y Da. Irene Ro\nra, y por don Rafael de
Foxá. donde los Superiores y alumnos le hicieron
un entusiasta recibimiento no faltando vistosas
colgaduras, ni artísticos p.'ibellones y demás ador­
nos de estas circunstanci;is; siendo verdadera­

mente un cuadro deslumbrador el que presenta el
patio profusamente iluminado, radiante de luz á
causa de numerosos farolillos que con sus múlti­
ples cambiantes hacían un efecto mágico ; mas
ninguna de estas cosas podía dar exacta idea del
estado anímico de sus hijos.
Sus semblantes que reflejaban la afectuosa emo­
ción del alma, y los delirantes vivas y estruen­
dosos aplausos que tendían los aires enardeciendo
más y más los ánimos, marcaban la alegría y ésta
se tradujo al exterior con tal viveza y entusiasmo,
que no era posible acentuarla más.
Visitaron al Rector Mayor de los Salesianos el
M. I. Sr. Alcalde de esta ciudad D. Emilio Arañó
y el señor concejal síndico D. José Borrás y varios
personajes eminentes.
Al siguiente día regresó á Barcelona, y la despe­
dida de todos fué con la emoción que á todos les
producía tan pronta separación, lamentando el
apremio del tiempo que les impide gozar de tan
grata compañía.
Enterado D. Miguel Rúa de la enfermedad que
ha tenido postrado en el lecho del dolor al virtuoso
P. Rector de la Escuela Pía, le visitó momentos
antes de su partida ; y desde allí se dirigió á la es­
tación. (De E l Diario de Matará).
HUESCA. Inauguración de las Escuelas de San
Bernardo.
Vencida 5 por fin no pequeñas dificultades y gra­
cias al desinterés y honradez de los Sres. Albaceas
y del Sr. Monreal y al celo paterno del Exmo. Sr.
' Supervía, ha podido celebrarse la solemne inaugu­
ración de las Escuelas de S. Bernardo en la ilustre
ciudad de Huesca. Terminado el hermoso edificio
hace varios años, á pesar de los ardientes deseos
de los nobles habitantes de Huesca y de los no
menos vivas ansias de los Salesianos, por motivos
y obstáculos provenientes de la Hacienda, no había
podido hasta ahora efectuarse la apertura de este
centro de enseñanza que á no dudarlo, dado el en­
tusiasmo de todos los buenos oscurenses ha de
reportar grandes beneficios á aquella región.
Origen de las Escuelas.
Justo es que tributemos un recuerdo cariñoso y
entusiasta al ilustre patricio, Don Bernardo Mon­
real y Ascaso que por su laboriosidad y constancia
se conquistó brillante posición social, por sus arrai­
gadas convicciones religiosas aspiró á premios que
no concluyen, y por su amor á la provincia, cuna
de su nacimiento, la legó los frutos de su trabajo
y estudio para engrandecerla.
Nació D. Bernardo el 20 de Agosto de 1824 en
Lierta, y nació pobre, circunstancia muy digna de
tenerse en cuenta, pues su conducta puede servir
de modelo á la juventud estudiosa. Ni el talento, ni
la gloria, están reservados al capital.
(•) Para la redación de esta reseña hemos preferido
servirnos de los datos publicados por la < Memoria >
r. Commeleran, académico de U
que ha publicado el Sr.
lens;ua, por « La Asociación popular y « La voz de
la J*roi>incia > periódicos de Huesca.
N. d. C.



193

En la suprimida Universidad Sertoriana y en la
célebre de Zaragoza cursó los estudios teológicos
V á los veinte años de edad recibió la prima tonsura
clerical y, habiendo sido considerado apto en 1850
para recibir las órdenes sagradas, por entonces
declinó tan gran honor y ya no las recibió nunca,
conser\-ando sus convicciones religiosas que pro­
fesó siempre y defendió.
En 'SU carrera literaria obtuvo muchos y muy
importantes triunfos, viendo coronados sus tra­
bajos, con las borlas de Doctor en Derecho civil y
Canónico y en Filosofía y Letras , con la regencia
de Matemáticas en el Colegio de Santiago de Huesca
y con la Cátedra de Historia y de Geografía en
Avila, obtenida por oposición el año 1865.
Sus obras, Otrso elemental de Geografía y la
Historia de España, le conquistaron verdadero
renombre y con ellas adquirió sus conocimientos
en esas ciencias la mayor parte de la juventud de
España y América.
Fué socio de número de la Geográfica de París ;
correspondiente de la Real Academia de la Historia;
Comendador de la real Orden de Isabel la Católica;
socio fundador de la Asociación de Agricultores de
España, etcétera ; tomó parte en varios Congresos
geográficos á cuyos estudios se dedicó con entu­
siasmo.
Hay im hecho en la vida del Sr. Monreal muy
digno de mencionarse. Por creencias católicas y
por sus convicciones políticas, militando en el
campo de la tradición se negó terminante y caba­
llerosamente á jurar la Constitución famosa del 69
y á reconocer á D. Amadeo. Aquel rasgo plausible,
por cuanto obraba por con^^cción y en uso de su
derecho, fué premiado como tantos héroes que
prefirieron sufrir privaciones á abdicar de sus ideas.
El Sr. Monreal fué dado de baja en concepto de
excedente en el escalafón de catedráticos.
Don Bernardo vivió modestamente, distribuyó
muchas limosnas y, en su amor á su país, un pen­
samiento grandioso le preocupaba, y para que se
realizase econoiñizó sus intereses que dejó á su
muerte para el bien de sus paisanos.
Legar un nombre ilustre, dejar obras científicas
que perpetuasen su recuerdo, era poco para el co­
razón m agnánimo y caritativo del señor Monreal;
amaba mucho á SU patria, á este rincón de Aragón,
y algo imperecedero, de incalculables beneficios
sociales dejó á sus paisanos. Al abrir su testamento
después de su muerte, acaecida el 28 de Julio de
1894, se supo el legado que dejaba á su querida
provincia.
En nna claúsula de su testamento disponía que
con sus bienes se íundaara una Escuela de Artes y
oficios en la ciudad de Huesca, dejando por ejecu­
tores testamentarios á los ilustres y católicos Se­
ñores D. Blas Laiuente, D. Antonio Gil, D. Emeterio Juaña, D. Fancisco Commelerán, bajo el Pa­
tronato del Excmo. Sr. Obispo de la Diócesis.
E l edificio.
Sencillo, pero esbelto, se halla situado al Noroeste
de la ciudad, lindando con la carretera de Jaca,
á la que da su fachada principal, separada por una



bonita verja, y un pequeño jardinillo, y con la
calle de Sanjuanistas. .\1 pie de la antigua Univer­
sidad Sertoriana, parece como que le rinde pleito
homenaje.
Se halla emplazada dentro de una parcela de
regadío, que tiene \ma superficie de 84 áreas, equi­
valentes á 11 fanegas y 8 almudes, siendo su perí­
metro un polígono irregular.
El edificio afecta la forma de un paralelogramo
rectangular de 50 metros de fachada, por 16 de
fondo, con un cuerpo saliente en la parte opuesta
á la fachada, formado por la capilla y salón de
actos, y su extensión superficial es de g22 metros

Utno. Sr. D. Mariano Supervía.

y 71 centímetros cuadrados, que por ser cuatro las
plantas, resulta una superficie habitable de 3.690
metros cuadrados.
Todas sus dependencias, incluso sus galerías
centrales, se hallan profusamente bañadas por la
luz, que reciben directamente, y por el aire, que se
puede renovar completamente en pocos momentos.
Así es que reúne con exceso todas las condiciones
de higiene y salubridad que pueden desearse.
La distribución de habitaciones está hecha con
verdadero acierto, llenando cumplidamente los
fiTip-s de la institución.
En la planta entresuelo, á la que da acceso una
pequeña, pero cómoda escalinata, se halla el atrio,
espacioso, pintado con gusto, teniendo, á la derecha,
el salón de visitas, también pintado, y á la izquierda
la portería.



194

La Capilla está situada enfrente del atrio, deco­
rada con sencillez, pero con gusto, y en cuyo re­
tablo, de estilo greco romano, se ven tres imágenes
de talla, trabajadas en los talleres Salesianos de
Sarriá, y que reprensentan á María Auxiliadora,
la dcl centro ; á San Francisco de Sales, la de su
derecha, y á San Bernardo, la de su izquierda. Cada
una se halla colocada en su correspondiente hor-’
nacina. Debajo de la que contiene la de María Auxi­
liadora hay un pequeño templete para colocar la
custodia en los dias que haya exposición de Su Di­
vina Majestad, y, debajo de éste, el Sagrario.
Por una amplia escalera, perfectamente ilumi­
nada, se sube á la planta principal, y sobre el atrio,
está el salón-despacho dcl patrono, decorado con
gusto, y frente á él, el de visitas y capilla, por D.Ma­
nuel Ros.
3C1edificio, que se halla coronado por una estatua
de piedra de Novelda, que representa la imagen
de María Auxiliadora, es de estilo mixto, de líneas
severas, formando un conjunto muy agradable,
pues la variedad de sus huecos y líneas produce
armonía.
Cuatro puertas dan entrada al mismo, haciéndolo
rápidamente dcsalojable, en caso de incendio.
Sus cimientos son de sillarejo, y en lo restante
alternan la piedra y el ladrillo, que forma dibujo,
queriendo recordar el gusto mudéjar.
El proyecto es obra de nuestro querido amigo
D. Vicente Muzás ; la construcción corrió á cargo
del competente maestro de obras D. Vicente Filió.
Llegada de los Salesianos.
El dia i6 de .\bril salieron de Sárriá para inau­
gurar y dar principio á las Escuelas el Sr. Inspector
y seis Salesianos. En Tardienta (Huesca) fueron
recibidos y agasajados cordialmente por el digno
Sr. Párroco, á quien desde estas columnas damos
las gracias.
l-'n compañía de los Sres Albaceas, que llegaron
de Madrid á las 9, prosiguieron su viaje hacia la
capital.
A pesar del mal tiempo, se dignaron.salir á la
estación á recibirlos el bondadosísimo Prelado,
Excino. Sr. D. Mariano Supervía, representación
del cabildo, el Superior de los PP. Jesuítas y otros
distinguidos personajes, que los acompañaron hasta
el Colegio.
Inauguración.
De acuerdo con el limo. Sr. Obispo, se verificó la
inauguración el dia 20 de Marzo con grandiosa so­
lemnidad, pudiendo calificarla de verdadero acon­
tecimiento.
El dia anterior, en el Palacio episcopal se firmó
la escritura de entrega de la fundación al Prelado.
Bendijo la capilla á his 8 de la mañana el Muy
litro. Sr. D. Miguel Sut>crvía, canónigo Arcediano.
A las nueve, lomó posesión nuestro venerable Pre­
lado del Patronato de la Escuela de .Vrtes y Oficios
presenciando el acto las autoridades y comisiones
invitadas al efecto



Después trasladóse el Santísimo Sacramento de
la iglesia de Religiosas Capuchinas á la Capilla de
la nueva Escuela, oficiando luego de Pontifical
el limo. Sr. Obispo asistido del señor Deán, como
Preste; de los señores Arcipreste y Arcediano ,
como diáconos de honor, y de los prebendados
D. Mariano Mola y D. Higinio Lasala, como diá­
cono y subdiácono de oficio.
La CapUla-orquesta de la Santa Iglesia Catedral
interpretó muy acertadamente la misa de Gorriti,
ejecutando durante el Ofertorio una bonita marcha,
y al terminar la misa, la renombrada de San Ignacio
A continuación se cantó el Te~Deum del conocido
maestro Ledesma.
La oración sagrada estuvo á cargo del reverendo
Padre Aguila S. I. que puso una vez más de mani­
fiesto sus relevantes dotes de elocuente orador.
Después de exponer la verdadera teoría del trabajo
combatiendo los errores de las escuelas socialistas
y anarquistas que persiguen una utopía, probó
que el trabajo que en esta escuela se ha de enseñar
será cristiano, porque así lo garantizan la ciudad
en que va á desenvolverse, la Congregación Salesiana que lo dirigirá, el Patronato del Sr. Obispo
y la misma religiosidad del fundador D. Bernardo.
Terminó felicitando á los dignos y celosos testa­
mentarios que con tanto desinterés han llevado
á cabo su difícil misión ; felicitó á Huesca porque
de hoy en adelante puede contar con un centro mis
de cultura y de virtud ; al digno. Patrono, que ten­
drá ocasión de ejercer su misión espiritual de una
manera más eficaz, y pidió protección á María Auxi­
liadora para que derrame sus gracias á manos lle­
nas sobre los humildes hijos de D. Bosco, á los
que tantas ha prodigado ya.
A las 12 -i- en una de las espaciosas salas dcl ins­
tituto dieron los tres Albaceas un magnífico ban­
quete al cual asistieron más de cuarenta comen­
sales. El limo. Sr. Obispo, Sr. Alcalde, Presidente
de la Diputación, Albaceas, Presidente de la Cá­
mara de Comercio ó industria y el Dr. Dieste brin­
daron á la prosperidad de la Escuela y á la memoria
de su esclarecido fundador.
Terminado el Trisagio, el reverendo Prelado dió
la bendición con el Santísimo.
A las seis se celebró una velada literaria, en el
hermoso salón de actos de la Escuela, en el que re­
saltaba un bien trabajado busto de D. Bernardo
Monreal y Ascaso. Presidía el limo. Sr. Obispo con
las autoridades, testamentarios y el inspector de
los Salesianos ; asistían las comisiones y represen­
taciones invitadas, y numeroso concurso que lle­
naba el salón de actos y los pasillos inmediatos.
Lii velada literaria consistió principalmente en
la lectura de la Memoria publicada por los señores
testamentarios, que está escrita en estilo elegante,
con precisión de frase y envidiable corrección, y
en ella se detalla la inversión de los capitales por
parte de dichos señores testamentarios. Además el
P. Inspector de los Salesianos pronunció breves
palabras de saludo cariñoso, explicando la misión
que habían de cumplir para instruir y formar á 1 1
juventud no viniendo á perjudicar á los obreros,
ai á hacer competencia al trabajo, por cuanto su

— 195 —
misión es mucho más elevada y grandiosa. El limo.
Sr. Obispo puso fin al acto poniendo de relieve la
laboriosidad, nobleza de carácter y firmeza de conN'icciones de D. Bernardo Monreíd, al que Huesca
debe honrar é imitar ; hizo algunas consideraciones
muy importantes sobre las cuestiones sociales y
terminó agradeciendo, en nombre de Huesca y
propio, á los señores testamentarios los trabajos
realizados hasta lograr entregar hecha la fundación.
El Sr. Arbizu ejecutó magistralmente en los
intermedios algunas piezas musicales y los infantes
de la Catedral cantaron dos preciosas y conmove­
doras plegarias.
Con esto se dió por inaugurada la Escuela de
Artes y Oficios.
Quiera Dios bendecir el celo de nuestros herma­
nos en la ínclita patria de San Lorenzo, y recomp>ensar la caridad inagotable que del Exemo. Sr.
Obispo y Albaceas, han desplegado en el desempeño
de su delicada y ardua misión.
Un recuerdo perdurable á la memoria de D. Ber­
nardo Monreal y Ascaro ; una oración constante
en sufragio de su alma. Ese es el tributo que Huesca
y la Congregación Salesiana deben á su bienhechor.
BARCELONA. — Cortamos del Diario de Barce­
lona del 27 de A b ril: « En las Escuelas Salesianas
de Hostaíranchs dióse el domingo pasado una co­
mida exclusivamente para los niños que asisten á
dichas Escuelas, cuyo comportamiento se premiaba
en ^•ista del resultado obtenido en los exámenes se­
mestrales.
A las primeras horas de la mañana se vió el patio
más concurrido que otros domingos.
A las diez se celebró la misa, en la cual.cumplieron
el santo precepto los pequeños escolares.
A las doce y media, reunidos en grupos de diez,
sentáronse á las mesas qüe en los espaciosos claus­
tros del Instituto Salesiano habían sido preparadas.
Creció la animación á los acordes de la banda in­
fantil del Colegio.
Esta vez los PP. Salesianos se reservaron el ser­
vir á los comensales que en número de 250 ocupa­
ban las mesas, sin contar otros muchos que no
tenían, pues entre niños y jóvenes de la sección
dramática del Centro D. Bosco, á más de 250 as­
cendían los reunidos.
El Director, Rdo. P. Lorenzo Civera, que pre­
sidía la fiesta, fué saludado repetidas veces por los
reunidos.
Por la tarde, terminado el Santo Catecismo y
demás funciones religiosas, se dió en el patio una
función para recrear á los convidados y á sus
padres.
BEJAR (Salamanca). — Nos escribe A. R. L. an­
tiguo alumno : Fiesta de S. Francisco de Sales: Esta
simpática fiesta tuvo lugar el día 4 de Febrero, y
puede asegurarse que este año superó muy mucho
á la de otros años. Precedió la fiesta un solemne
triduo, predicando en el los PP. Salesianos. Al ama­
necer el día 4, el Colegio ostentaba en los varios bal­
cones sus colgaduras, mientras que las banderas
nacionales, y del Papa ondeaban en la p>arte principaL

A las 8 de la mañana celebró la misa de'Comu­
nión el M. I. Sr. Deán de la S. L C. de Plasencia,
D. Eugenio Escobar. Todos los niños se acercaron
al banquete Eucarístico, acompañándolos en tan
solemne acto muchos Cooperadores y Cooperadoras.
A las loj- fué la misa solemne, siendo celebrante
el M. Rdo. Sr. D. Ramón Pérez, cura de la Parro­
quia de S. Juan de Béjar. Infra missam ocupó la
cátedra del Espíritu Santo el M. Rdo. Sr. D. Do­
nato Sánchez Campo, cura-párroco de Naraconsejo.
Los fieles que asistieron fueron tan numerosas que
los niños no pudieran entrar en la capilla.
Para las 4 de la tarde estaba anunciada la
conferencia salesiana, y el Colegio presentaba tan
hermoso cuadro, que yo necesitaría ser poeta para
describirlo. Los pequeños músicos en el jardincito,

Exmo. Sr. D. Bernardo Monreal y Ascaso
fundador de la Casa de Huesca.

mientras iban entrando los fieles para asistir á la
conferencia, dirigidos por el profesor D. Julio Goífard, quien presta sus servicios gratuitamente, to­
caban escogidas piezas.
Después de la elocuente conferencia, tuvo lugar
la velada literaria, que, como hija del agradeci­
miento, no pudo menos de resultar brillante.

Por América.
CliUBUT (Argentina). — La última excursión
evángélica del R. P. D. Juan Muzio que duró tres
meses, dió el siguiente consolador resultado : 200
bautismos, entre los cuales, muchos de indígenas y
algunos ya mayores de edad; 357 confirmaciones,
18 casamientos religiosos, 54 confesiones y 20 co­
muniones. Llegó también en tiempo para «idministrar los auxilios religiosos á un muribundo.
El Revdo. Padre Muzio recorrió los siguientes

— 196 —
puntos : la costa del río Chubut hasta Fofocahuel,
los cafiadoncs de los alrededores que son bien po­
blados ; Cochamó, Morquinco, Colonia Cushamen,
las tribus del cacique Mancuche, el Bolsón, Escubien, Cholila, cruzando las Pre-Cordilleras para el
proyectado pueblo Esquel; las tolderías del cacique
Nahuelpan, las costas del Pescador, Gualcaina,
Languiñeo, cruzando varias veces el Tecka donde
terminó su misión, con una gira de unas 300 leguas.
Luego después de su regreso, presentó á la Auto­
ridad correspondiente las inscripciones del Registro
•Civil.
El mejor elogio del celo y actividad del Rdo.
Misionero lo hacen los guarismos apuntados. Nos­
otros le presentamos por todo nuestras más cor-diales fcUcitaciones.
STA. TECLA (S. Salvador). La fiesta de S. José.
Patrono de la Iglesia universal y Protector especial
de la Pía Sociedad Salesiana, suele revestir todos
los años en este Colegio de Santa Cecilia, una so­
lemnidad del todo extraordinaria, por ser el día
onomástico de nuestro amadísimo Superior y Padre,
el Pbro. Don José Misieri.
La noche de la víspera celebróse una academia
músico-literaria, en la que se leyeron, alternando
con preciosos trozos de música vocal é instrumental,
escogidas composiciones en prosa y verso, todas
demostrando el amor más encendido al Patriarca
San José, y el cariño más sincero al fiel imitador
de sus virtudes, nuestro queridísimo P. Inspector.
Hubo adhesiones y representaciones las más afec­
tuosas de todos los Colegios' Salesianos de la Re­
pública, cuyo tan rápido desarrollo y óptima mar­
cha se debe, después de Dios y su Madre Santísima,
al celo iluminado de nuestro amadísimo Superior.
Pusieron fin á la grandiosa velada unas palabras
•del mismo Sr. Inspector, quien, al dar las gracias
por tantas demostraciones de cariño filial, dijo
que éstas no se le debían á él como individuo, sino
como representante del Superior de la Congregación
Salesiana en Centro América; de aquella Congre­
gación tan correspondiente á las necesidades de
los tiemi>os actuales, que al Superior General en
Turín, Pbro. Don Miguel Rúa, le llegan continua­
mente peticiones de Sres. Obispos, Gobernadores y
personajes de todo el mundo, para solicitar la aper­
tura de Colegios Saiesianos en sus respectivas loca­
lidades. Concluyó la paternal alocución exhortán­
donos á traducir en práctica los buenos sentimien­
tos y propósitos, que se acababa de expresarle
bajo las formas más variadas.
El día propio de la fiesta se contaron 315 comu­
niones entre los Oratorianos y demás personas,
especialmente Cooperadoras. Asisitó también mu­
cha gente á la Misa solemne de las nueve, lo mismo
que á las vísj)cras y bendición de la tarde, ejecu­
tándose siempre música netamente litúrgica, como
la de los Mtros. Perosi, Pagella y J. Haagh. El pa­
negirista nos presentó á San José como modelo ca­
bal del obrero cristiano, el cual en humildad y sa­
crificio, sin ambición ni orgullo, pasó su vida á la
sombra de pobre taller ganándose su humilde sus­
tento.
Para que se pudiese hacer el ágape fraternal

todos juntos, Superiores y alumnos, se preparó todo
en los corredores contiguos al salón de actos y á los
talleres . Nunca se vió alegría más pura pintada
sobre más de 150 rostros juveniles ; nunca se vió
democracia cristiana más perfecta, por la que Su­
periores y alumnos estaban sentados á una misma
mesa, no formando sino una grande familia pa­
triarcal.
Se terminó la inolvidable fiesta con la represen­
tación de la siempre agradable y conmovedora co­
media en tres actos « E l Cuadro de la Virgen », en
la que el ilustre autor, Pbro. Don Juan Bautista
Lemoyne, Salesiano, patentiza el auxilio maternal
de la Virgen de Don Bosco, en los apuros de la vida.
Al salir del teatro se presentó á la vista de la nume­
rosa y selecta concurrencia una fantástica ilumina­
ción en forma de kiosfto, en cuyo centro la banda
del Colegio ejecutó un escogido concierto musical
que gustó muchísimo á los espectadores, que así
como los niños, al ver que los momentos dichosos
de la Fiesta se iban escapando, habrían debido de­
sear perpetuar su gozo en las Fiestas eternales.
(De el D. Bosco).

Congreso Salesiano de Milán.
Aprovechando la ocasión de la ben­
dición solemne y apertura al público
de la parte construida de la monumental
iglesia de S. Agustín en Milán (3 de
Junio), se reunió en la metrópoli lom­
barda el V Congreso de Cooperadores
Salesianos en los días 4, 5 y 6 del
mismo mes. Si no tan numeroso é
imponente como los anteriores, no
dejó de ser muy interesante y espera­
mos, de grandes resultados prácticos
Discutiéronse puntos de gran trascen­
dencia, tales como la asistencia á los
emigrados europeos en las diversas re­
giones de América y algunas del Asia,
la enseñanza y vulgarización de la agri­
cultura racional moderna, el sport y los
oratorios festivos, las clases nocturnas
y varios otros, todos prácticos y de
actualidad. Siéndonos imposible dar de­
talles por falta de espacio, los remi­
timos al próximo numero.
Con aprobación de la Autoridad Eclesiástica:
Gerente: JOSÉ GAMBINO.
Turin Tip. Salesiana (B. S.) — Via Cottolengo, 33.