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Medios

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A b r il de 1906

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Turín - Oratorio de S. Francisco de Sales

SUMARIO: En favor del Obrero. Asociación . . .
85
Nuestro tesoro e s p i r i t u a l ......................................................89
E l Representante d el Sucesor de Don Bosco en
A m é r i c a .................................................................................91
D e nuestras Misiones. Matto G rosso : ¿ o f Colonias
tU tos Ooróros. Relación del P . M alán . . . .
95
A través d el E c u a d o r ........................................................... 99
G racias de M aría A u x i l i a d o r a ......................................... 101
Por el m undo salesiauo — U n salu do al Congreso
de Cooperadores en L i m a .............................................. 105
Por E sp añ a : M adrid, S a rria , Barcelona, Vilorta,

^ ^ 0 ^

i
^

Vigo~Pontevedra, U trera, Las l'ahnas — l'or \n>ér ic a : K a.fson, Trelew , B uenos A ir e s , Guauiguil,
Valencia, S a n t i a g o ......................................
M em orias biugráñats de Mnns. Lasagna
. .
G rabados: Cla.se degim ná.stíca del Oratorio de S . Fran
cisco de S ales, T urín 87 - Primeros •».>rii*s .lel
C írculo del S ag. C o ra z'ii, Roma 89 - Ahnn los del
C olegio Salesiano d e Méjico 93 • Col-miii <lel Sa­
grado Corazón en viaje para la nueva C olonia 96
Ibídem . Edificios centrales, C apilla provisional y
Dirección 100.

*05
III

Eq faVor del O b r e r o
II. — Asociación.

muy triste y muy re­
pugnante es el aspecto que
en muchas partes ofrecen los
menestrales, los trabajadores
del campo, los obreros, de­
bido al desaseo y á la em­
briaguez. Sobre esto llamamos muy par­
ticularmente la atención de nuestros Cooperadares, y en especial de los maestros
y dueños de establecimientos industriales
y haciendas, que son los que más directa
y más eficazmente pueden remediarlo.
En esto, como en todo, vale mucho la
costumbre y la educación. Cuán mal
dice de sí mismo el que se presenta
indecente y más el que embrutecido
^

A

K IS T E ,

por el alchool. Estos dos vicios revelan
mermado conocimiento de la dignidad
humana y ningún respeto de sí mismo.
La embriaguez además derrocha los
caudales, comete graves injusticias con
la familia, quita el juicio, debilita el
cuerpo, apaga el talento, enloquece é
impulsa á ;nultitud de crímenes. Pro­
curen, pues, los maestros, y en general
los que ejercen influencia sobre el niño
ó sobre las clases menos favorecidas,
infundirles hábitos de aseo y de so­
briedad ; ponderen la fealdad de tales
vicios, la hermosura de dichas virtudes.
Este quizás sea un paso á una regeración del obrero, más eficaz que las



86



declamaciones y las quejas populacheras, dación, asociación; he aquí lo que más
porque el hombre que sabe respetarse se impone hoy día.
Con cuánto placer vemos por do­
á sí mismo y hacerse respetar de los
demás, se esforzará á procurarse todo quiera ese despertarse de los antiguos
alumnos de D. Bpsco, que se estrechan
lo que á dicho fin conduce.
Decía Descuret que una vez adqui­ en círculos y asociaciones, quizás prin­
rido el hábito del aseo, ejerce tal in­ cipios de robustas sociedades, fuente
fluencia sobre el niño, que hasta le hace ciertamente de purísimos goces, prenda
repugnante lo que moralmente es malo; de seguridad en las amargas horas, tal
y añadía: H a y en el aseo algo de ho­ vez la base de la salvación social.
Sí, es bien que corramos también
nesto ó distinguido que anuncia el res­
peto de sí mismo y es signo de la nosotros al compás de los tiempos.
Curioso fenómeno el que presenta
pureza del alma. Y otro moralista decía
que en la sobriedad y templanza, sobre el período histórico del pasado siglo,
todo en cuanto á la bebida, estaba el con relación al obrero, y en general,
principio del engrandecimiento y una á las clases media y pobre. En esa
revolución de ideas y de tendencias en
fuente de riqueza.
que se obtuvieron espléndidas con­
quistas, desgraciadamente, (y quizás por
^ 5!<
Mas es verdad que nuestros pobres descuido de los buenos), perdió mucho
obreros muchas veces no pueden hacer la Religión de Cristo, presentándosela
nada por sí mismos, especialmente en como opresora dueña y no como piadosa
cuanto á lo del aseo: la pobreza y madre, de donde resultó que se au­
la miseria los ahogan, muchos viven mentaron las necesidades ó por lo me­
sin techo, sin abrigo, sin otra habitación, nos las ansias y anhelos de mayor co­
que la que les procura el zaguán de modidad y holgura, y como no crecieron
una casa ó el miserable corredor de en esa proporción los medios de satis­
una taberna, otros hacinados en míseros facerlas, la desesperación y la ira se
tugurios, donde faltan la luz, y el aire, apoderó de gran parte de las muche­
donde se comunican las enfermedades dumbres. Es claro, "sufriendo y teniendo
y consumen la robustez de sus miem­ conciencia del sufrimiento, y careciendo
de esa resignación serena que inspira
bros.
Aquí el corazón se estremece y de­ la fe^ no queda más camino que lan­
bemos buscar un remedio. Un hom­ zarse á sangre y fuego á la conquista
bre aislado, solo,- y por añadidura de lo que se cree puede hacernos felices^
pobre, no puede nada; pero uni­ De aquí las violencias ^y convulsiones
dos muchos , ahorrando cada cu a l, sociales á que asistimos de continuo.
administrando ciertos bienes -en una Aquí como en todo, la actividad lleva
como Compañía, pueden mucho, y pue­ la victoria.
Y a lo dijo el Maestro: los hijos de
den ampararse á sí mismos, defenderse
las
tinieblas son más prudentes que
de la miseria y aun amparar y proteger
á otros, ganarlos así á Dios y á la So­ los hijos de la lu z; los católicos, en
ciedad, y creo que esto todos lo po­ general, fiados en la bondad de nuestra
demos y aun lo debemos hacer. Aso- causa y á veces en las promesas de

-

los gobiernos, nos hemos mostrado y
nos mostramos indiferentes, ó á lo menos
nos contentamos con palabras y la­
mentos, como si los lamentos y las pa­
labras fueran podorosos á curar una
enfermedad tan honda.
En cambio los socialistas anduvieron
más listos, y fomentando, si no con
buena fe y con obras y verdad, á lo
menos con tales apariencias, los inte-

8 7

-

el cielo, pero tiene que atravesar la
tierra, y así como el que viaja Je una
parte á otra, procura hacer el camino
lo más cómodo que le sea posible, del
mismo modo el hombre, por natural
instinto, se esfuerza en hacer menos
penoso el tránsito á la vida de más
allá.
Jesucristo nos enseñó que debemos
preferir la vida eterna á la temporal.

Clase de {Imnástica del Oratorio de S. Francisco de Sales • Tuda.

reses materiales del pueblo, han logrado
arrastrarle á sus banderas. Es verdad
que han puesto una base falsa y tan
frágil, que el edificio debe venir á tierra,
porque negando entre otras muchas ver­
dades, el derecho de propiedad indivi­
dual, ahogan la actividad y la iniciativa
individual, que es casi como decir la
vida; pero como el pueblo es de
quien primero lo llama, por eso le van
siguiendo.
Es inútil, el hombre es espíritu, pero
también es materia; él es creado para

y cuando sea necesario, perder la pri­
mera, á trueque de no perder la se­
gunda; pero no por eso quiso que la
descuidáramos completamente, porque
eso sería tentar á Dios, y en la oración
sublime que nos legó como compendio
de oración, nos enseña á pedir el pan
de cada día; y al declarar que no de
solo pan vive el hombre, claramente
enseñó que vive de pan también: es decir
enseñó que debemos cuidar también
la vida temporal, y prácticamente no
lo demostró menos que en teoría. Los

guros contra falta de trabajo, inutilidad,
enfermedad, sino una imitación délo que
es en sí la caridad cristiana y un mo­
delo, un programa de lo que debemos
hacer nosotros? Ellos dicen al obrero,
al menestral, al pueblo que á duras
penas vive, que trabaja y sufre: « M ira;
todos te hablan de derechos que jamás
ejerces y deberes que debes irremi­
siblemente cumplir, te imponen cargas
pesadas y no te dan alivio ninguno.
En cambio yo te ayudo, fomento tus
intereses, y no con­
tento con esto, te ase­
guro la subsistencia,
la de tu mujer y tus
hijos: Yo te haré
feliz; ¿vacilarás en
seguirme? >
Hé aquí la causa de
que el socialismo cun­
da, y que á manera
de un aceite penetre
y se propague por do­
quiera, con daño in­
menso de las almas
que Jesucristo compró
Primeros socios del CIrcalo del Corazón de Jesús - Roma.
á tan caro precio.
Si el amor de Dios alienta en nues­
lo presente que lo futuro, que está más
tros
pechos, si nuestros corazones abri­
cerca de la tierra que del cielo, corre
tras él. abandonando el materno seno gan sentimientos generosos, anhelos
de la Iglesia. Es verdad que hoy día por el bien, amor á la humanidad,
se va ya desacreditando, cuando apenas acudamos á poner remedio al m al;
ha hecho sus primeros ensayos, porque hagamos ver que también nosotros, y
se ha ostentado muy poco formal, é con más verdad y mejor derecho que
incapaz de cumplir con sus promesas, ellos, podemos remediar la necesidad
pero no lo es menos que ha hecho y cortar el m al; imitémosles en lo que
grandes esfuerzos sociales, y que por lo tienen digno de imitación; mostrémo­
menos ha procurado remediar un mal nos sociables y caritativos que es algo
gravísimo. ¿Qué son sus uniones tan más que ser socialistas.
Para esto, apresurémonos á formar
compactas, que se levantan como un
sociedades,
pero sociedades serias y
solo hombre y se apoyan mutuamente,
sacriticando, si es menester, personales fuertes que aseguren á los desgraciados
rivalidades; sus cooperativas, sus ase­ contra los golpes de fortuna, para pro-

primfíros cristianos formaron algo así
como .‘.ociedades de mutuos socorros y
poseían los bienes en común. Ved aquí
las cooperativas que asoman.
El socialismo, aprovechando la na­
tural tendencia del hombre al bienestar,
ha remedado lo que hace la Iglesia desde
el principio y dándole nombres anti­
cristianos, ha logrado descristianizar
á medio mundo; ha tocado la cuerda
más sensible del hombre, el interés; y
es claro que la multitud que ve más

-

89 -

curarles á comportable precio alimen­
tación, hogar, vestidos, medicinas en
sus enfermedades, reposo decente á sus
cenizas cuando vayan á dormir su sueño
postrimero; en una palabra: tiempo es
ya de realizar las enseñanzas sublime­
mente prácticas que nos legó el In­
mortal Pontífice de inteligencia de
águila, León XIII, que tanto se preo­
cupó de la condición de los obreros y
menesterosos; tiempo es de que cum­
plamos los deseos del actual Jerarca
de la Iglesia, el de corazón de oro, y
entrañas de madre, el práctico Pío X.
Aseguremos, aseguremos el porvenir.
Bueno es ese remedio fácil y que por
el momento satisface la necesidad del
indigente: la limosna; pero hay otra
limosna mejor, porque es más duradera
y menos humillante : los socorros mu­
tuos, las cooperativas, el procurar trabajo
al obrero y con el trabajo el pan.
* *

ciudadanos, honraremos la memoria y
la obra de D. Bosco, que se ostenta
providencial en todo, y en todo mar­
chando al unísono de los tiempos, ten­
dremos la satisfacción de trabajar y
luchar como valientes y llevaremos á
Dios las almas que van por la senda de
la perdición.

NUESTRO TESORO ESPIRITUAL
ó las Indulgencias,
L A M A M O S l a atención de nuestros Coope^ radores al logro de las indulgencias es­
tacionales , que se pueden gan ar, en los días
señalados, visitando cualquier iglesia ú oratorio
público y para los que viven en comunidad,
sus capillas ú oratorios privados.
Existen en Roma algunas iglesias llamadas
estacionales, donde se conser\'an las más ve­
nerandas reliquias, y es muy antigua la cos­
tumbre de visitarlas. En ciertos días iba á
ellas todo el pueblo, capitaneado por el clero
y muchas veces por el mismo Sumo Pontífice.
Tan bella costumbre movió á San Gregorio
Magno á ordenar las estaciones mismas , de­
terminando las iglesias de visitarse y los días y
tiem pos, no sólo de la Cuaresma , sino aun
durante el año, estaciones que quiso se notaran
en el Misal Romano.
Para animar al pueblo á dichas visitas, el
mismo S. Gregorio Magno y sus Sucesores, con­
cedieron muchas indulgencias y favores espi­
rituales á ios que las hicieran, rogando según
la intención del Sumo Pontífice, todas las
cuales fueron confirmadas por la Santidad de
Pío V II, con decreto de la Sagrada Congre­
gación de Indulgencias el 9 de Julio de 1777.
Estas son, pues las indulgendas estacionales,
que se pueden ganar en los dios establecidos,
con las condiciones dichas.

Gracias á Dios, los Católicos ya van
entrando por ese camino y hombres
poderosos ó en dinero ó en ciencia ó
en influjo, escarmentados por dura expe­
riencia, se han persuadido que no todo
debe reducirse á teorías, sino que es
necesaria la práctica, que se debe tener
un método en algún modo utilitario, y
han puesto sus caudales al servicio de
las clases menos acomodadas. Su ejemplo
es digno de imitación, y si algo valen
nuestras humildes palabras, aplaudimos
su obra y les gritamos: adelante!
Los Círculos que forman nuestros
alumnos debieran tener este carácter.
Somarío de las íodoltencias estacioaaies.
Así, aprovechando las lecciones del
enemigo y el descontento que comienza
I. Desde la Criaresma á la Pascua.
á levantarse contra él por falso é in­
I® El Miércoles de Ceniza y el IV Domingo
capaz, nos aseguraremos nosotros mis­ de Cuaresma: Indulgencia de 75 años y 75
mos, ganaremos á la sociedad buenos cuarentenas.

— 90 —
2* lil Domingo de Ramos: Indiligencia de
3$ años y 25 cuarentenas.
3® El Jueves Santo, día de la Sda. Cena de
N. S. J. C., después de confesar y comulgar:
bidulgencia plenaria.
4“ El Viernes y Sábado Santo: Indulgencia
de JO años y j o cuarentenas.
5" Todos los demás días de Cuaresma, tanto
festivos como ferüiles: Indulgencia de 10 años
y 10 cuarentenas.
II. Desde Pascua al Adviento.
I® El Santo día de Pascua, confesando y
comulgando: Indulgencia Plenaria.
2® Los demás días de la Octava de Pascua,
hasta el Domingo in Albis , incluso el 25 de
Abril, fiesta de S. Marcos Evangelista; y los
tres días de Rogaciones: Indulgencia de j o
años y j o cuarentenas.
3° El día de la Ascensión de N. S. J. C.
al Cielo, confesando y comulgando: Indulgencia
Plenaria,
4® El Sábado, vigilia de Pentecostés: In­
dulgencia de 10 años y 10 cuarentenas.
5“ El Domingo de Pentecostés y todos los
días de la Octava hasta el Sábado inclusive y
los tres días de las Tém poras: Indulgencia de
JO años y j o cuarentenas.
6® Los días de las Témporas de Septiembre:
Indulgencia de 10 años y 10 cuarentenas.
III. Desde el Adviento á la Cuaresma.
I. El I, II y IV Domingo de Adviento:
Indulgencia de 10 años y 10 cuarentenas.
2® El III Domingo de Adviento: Indul­
gencia de 15 años y 15 cuarentenas.
3® Los tres días de las Témporas de A d ­
viento : Indulgencia de 10 años y 10 cuaren­
tenas.
4® La Vigilia de la Natividad de N. S. J. C.
por la Noche y á la Misa de la Aurora: In­
dulgencia de i j años y 15 cuarentenas.
5® El día de la Natividad de N. S. J. C., con­
fesando y comulgando: Indulgencia Plenaria.
6® Los tres días siguientes , San Esteban .
26 de diciembre; San Juan Apóstol y Evan­
gelista, 27 de Diciembre; Santos Mártires Ino­
centes, 28 de Diciem bre: como también las
fiestas de la Circuncisión, i® de Enero; Epi­
fanía, 6 de E nero; los tres Domingos de Septuai;ésima, Sexagésima y Quincuagésima: In ­
dulgencia de JO años y j o cuarentenas.

Indulgencias plenarias concedidas á los Cooperadores
Salesianos para el mes de Abril.
d) A los Cooperadores salesianos que confe­
sados y comulgados , visiten devotamente una
iglesia ó capilla pública, y rueguen según la
intención del Sumo Pontífice, se les concede
indulgencia plenaria en los siguientes d ía s:
I® el 6, día de los Dolores de la Sma. Virgen;
2® el 8, Domingo de R am os;
3® el 12, Jueves Santo;
4® el 15, Pascua de Resurrección;
5® un día al arbitrio de cada cu al;
6® el día del ejercicio de la Buena Muerte.
Además (y sobre esto llamamos la atención á
todos los Cooperadores) todas las veces que los
Cooperadores recen 5 padrenuestros y avemarias
y glorias por la paz de la cristiandad y un
Pater, Ave y Gloria, según la intención del
Sumo Pontífice, podrán ganar todas las indul­
gencias de las estaciones de Roma, de la Porciúncula, de Jerusalén y de Santiago de Compostela, con tal que se observe el decreto de
la Sgda. Congregación de Indulgencias del 7
de Marzo de 1678, que comienza Delaiae saepius (i). Estas indulgencias se pueden ganar
en cualquier lugar y tiempo y son todas apli­
cables á las almas del Purgatorio.
Indulgencias estacionales.
Véase sumario g II.
Todos los días de Cuaresma, tanto festivos
como feriales, indulgencia de 10 años y 10
cuarentenas.
(i) V. Reglamento de los Cooperadores, Sumario
de las indulgencias, ó el Boletín Bal. de Enero
1905. Pág. 8 y sig.

A v i s o im p o r ta r ife .
R ogam os en carecidam en te á nuestros
C oop erad ores que, p a ra ah orrarn os trabajo
y ser puntualm ente aten d id os, al com uni­
c a m o s cam b io s de d irecció n , defunciones,
y dem ás o b se rv a c io n e s, lo h agan por m edio
del C entro que le s exp id ió el D ip lom a de
adm isión ; acom pañando siem p re la faja
del B o le tín ; y en c a so de no ser atendidos,
por el que crean m ejor, pero haciéndolo
constar.

61 Representante íel Sucesor k Oon Rosco en América
^Correspondencia de D . Gilógero Cttsmano á nuestro Rector Mayor, D . Miguel Rúa}
(Continuación) (*).

En Méjico.
A nu estra lle g ad a.
g u a n d o nuestro vapor entraba en el puerto
de Veracruz eran las lO a. m., pero
antes que terminasen las acostumbradas visitas
pasaron varias horas, mas nosotros ni lo adver­
timos siquiera, pues nos entreteníamos con
nuestros hermanos de Méjico y Puebla, comuni­
cándonos rail noticias. De algunos de ellos hacía
10 anos que nos habíamos separado, es decir lo
que lleva de existencia en Méjico la Obra Salesiana.
Dormimos aquella noche en un hotel y á las
7 ^ de la mañana siguiente, celebrada la Misa,
estábamos en la estación. Fueron siete horas de
subida siempre creciente y siempre amena, entre
continuos panoramas. El clima iba mitigándose
más y m á s; estábamos á 2.300 metros sobre el
nivel del mar : estábamos en Méjico.
En la estación nos esperaban muchos Coope­
radores con sus coches, y entre ellos el que más
contribuyó al establecimiento de la Obra Salesiana, el que ha hecho siempre de padre á los
Salesianos, que fué en 1892 á recibirlos á Veracruz cuando pisaron por primera vez tierra meji­
cana, quiero decir, el Sr. D. Angel Lascurain.
Nuestra casa está situada al NO. de la ciudad,
en una vasta llanura llamada Colonia de Santa
Julia, que se va poblando cada día más. A poca
distancia hay varias líneas férreas y tranvías
eléctricos que la unen á la ciudad.
E n el C o leg io de S ta . Ju lia.
En el Colegio estaban todos impacientes ; los
músicos apenas oyeron el ruido de los primeros
coches, dieron aire á sus instrumentos, y los in­
ternos que pasan de 200, formados bajo los pór­
ticos, los amplios y estupendos pórticos, apenas
vieron á D. AJbera, lo saludaron entonando vivas
y hosannas con sus voces argentinas. Inmedia­
tamente nos dirigimos á cantar el himno del
(•) V. Boletín de Marzo pág. 63.

reconocimiento; y era justo después de 22 días
de viaje penosísimo, especialmente para Don
Albera.
El Colegio de Sta. Julia es uno de los mejores
que hemos visto ; el edificio está completamente
terminado, con excepción de la iglesia, la cual
interrumpe uno de los lados mayores del Colegio,
colocado sobre una superficie perfectamente
nivelada, en forma de rectángulo que mide
200 m. por 100. La parte exterior es elegante
en su sencillez de líneas; en la interior los pór­
ticos contornean todo el edificio, no sólo en la
planta baja, sino también en el primer piso
superior ; espaciosos son los salones, ventilados
los dormitorios y laboratorios.
Por ahora, la mitad del edificio lo ocupan las
Hijas de María Auxñiadora, pero y a han com­
prado terreno para fabricar su colegio, pues así
es insuficiente el local para ambos institutos á
pesar de que cada uno cuenta con 10.000 metros
cuadrados.
Al siguiente día, D. Albera quiso observar á
los niños ocupados en sus relativos oficios de
carpinteros, herreros, sastres, zapateros, im­
presores, encuadernadores, etc. é interrogarlos
en sus respectivas clases y quedó por extremo
satisfecho.
E n la C ap ita l.
Méjico no es la más populosa ciudad de la
América latina, ni tampoco la mejor situada.
Buenos Aires y Río Janeiro la superan por el
número la una y por el encanto de la natu­
raleza la otra, y sin embargo, como ciudad parece
tenga la primacía. Sus plazas, calles, avenidas,
la grandiosidad y magnificencia de sus palacios
y negocios hacen de ella una de las más bellas
capitales. Cuenta 350.000 habitantes y aumentan
cada día, haciendo suyas las comodidades de las
mejores ciudades europeas. Pero lo que cons­
tituye y constituirá siempre la mayor glo­
ria de Méjico es su catedral, la obra más
espléndida de los Españoles en América. No
pendíamos menos de admirar las soberbias
estatuas que adornan la fachada, la majestad
de las columnas que sostienen las altas cúpulas,
la riqueza y multitud de los adornos que hacen

_ 92 —
del tabernáculo una maravñlla. Señales todas
inequívocas de la piedad del pueblo mejicano.
Luego ¡quién podríadignaraenteapreciarlostesoros de la iglesia, ó calcular cuánto oro y piedras
preciosas acumuló allí la piedad de sus primeros
cristianos ? Al visitarla atentamente y verla
siempre tan frecuentada por los fieles, no se
puede menos de recordar lo que escribió Mozó :
cjam ás me ha sido posible pasar delante de la
catedral de Méjico sin sentirme profundamente
conmovido. Aquí, me digo á mí mismo, aquí,
dentro de estos muros, donde incesantemente
se ofrece, puro y sin mancilla el Cordero Divino,
hace tres siglos corría diariamente la sangre im­
pura de millares de víctimas. Aquí, donde ahora
los Mejicanos, dóciles á la palabra del sacerdote,
aprenden á perdonar las injurias, á compadecer
sinceramente al prójimo, á tomar parte en sus
aíliccioncs y á amarlo como á sí mismos, veían
en otro tiempo á sus bárbaros sacerdotes sacri­
ficar á los infelices que habían tenido la desgracia
de caer en sus manos, y lejos de reprochar su
atroz barbarie, los aplaudían y magnificaban con
inmenso júbilo. ¡ Qué diferencia entre religión y
religión ! »
Al NE. de la ciudad se encuentra el celebrado
Santuario de Ntra. Sra. de Guadalupe, tan cono­
cido no sólo en las Américas, sino también en
Europa. D. Albera pudo decir Misa en el mismo
altar de la taumaturga V irg en ; D. Grandis, Su­
perior de los Salesianos de Méjico, y yo celebra­
mos en los altares laterales. Allí se experimentan
las emociones de nuestros grandes santuarios y
se siente el contacto con lo sobrenatural; los
recuerdos y las impresiones se amontonan desde
el momento en que se entra en aquellos sagrados
muros y las lágrimas asoman á los ojos sin saber
porqué ni darse uno razón de lo que pasa. Los
devotos de toda condición se suceden continua­
mente y con un porte que edifica. A nosotros
por fortuna nos tocó un día sin peregrinaciones
y pudimos admirar gran parte de los tesoros del
santuario, que es, aquí en América, el más an­
tiguo, renombrado y rico, y que hace cuatro
siglos es meta de continuas peregrinaciones.

Puebla de los Angeles.
En Puebla se abrió la segunda casa salesiana ;
cuatro horas de tren la separan de la capital, y
es cabeza de la pro\nncia del mismo nombre y
setle arzobispal. Tiene algo más de 130.000 babiLlámase de los .\ngeles ó Angélica, porque se
dice que cuando se construía su magnifica ca­
tedral, dedicada á María, los Angeles a>'udaron
á levantar los muros. Al clarear la aurora cada
día se veían los materiales que se habían amon­

tonados en el recinto, colocados en su puesto por
manos misteriosas. También esta catedral es por
su riqueza y por sus obras de arte, una de las más
importantes de la República.
Nuestro Colegio cuenta más de 150 niños ; los
talleres están muy adelantados y gozan de la
estima de la ciudad : sus trabajos tipográficos
han sido premiados varias veces. El taller de
litografía es el mejor que exista en todas nuestras
casas y está provisto de toda la maquinaria nece­
saria que es del todo moderna. Notamos con gran
placer que en los varios talleres habla diversos
oficiales, que venían aun de lejanos lugares áperfeccíonarse en su arte respectivo y permanecían
algún tiempo con nuestros hermanos. La iglesia
pública es una joya artística, decorada espléndi­
damente por un italiano, magnífico el altar
hecho todo de ónice, bellísimo mármol nacional
que semeja cristal y es de un efecto sorprendente.
Las Hijas de María Auxiliadora están algo in­
cómodas. D. Albera las trasladó'á un local más
amplio y más conforme á su actividad y celo.
Pronto se repetirán en Puebla las maravillas
obradas por sus hermanas en Morelia y Méjico.
Muchas otras cosas hay dignas de admiración
en Puebla, pero el espacio no me consiente des­
cribirlas.

En M orelia.
De Puebla volvimos á Méjico y de ahí en 18
horas de tren, á Morelia, en donde los Salesianos
han abierto un colegio de artes y oficios. También
esta ciudad es sede arzobispal y capital del Esta­
do de Míchoacán. La ciudad no es populosa,
cuenta algo más de 30.000 habitantes, pero es
hermosa, y su grandiosa catedral, recargada de
oro y plata, ha sido decorada también por un
italiano. La acogida que allí se nos hizo fué una
verdadera sorpresa. Los Cooperadores, por pro­
pia iniciativa ofrecieron al visitador salesiano,
apenas llegado, y á sus hermanos, un espléndido
banquete y Ies hicieron brillante corona. Estaba
lo más granado de la ciudad y algunos caballeros
no quisieron faltar aun imponiéndose grandes
sacrificios. Ellos mismos desarrollaron el prog^ m a con magistrales discursos de que no me
es posible dar siquiera un resumen. Ensalzaron
la Obra Salesiana que en tan pocos años ha pres­
tado grandes servidos á Méjico y terminaron
didendo que mereda la cooperadón, no sólo de
los particulares, sino de los mismos Gobiernos,
á los cuales interesa que en el corazón de los
súbditos, espedalmente de los obreros, se
destilen las máximas de la Religión, en vez de
pestilentes doctrinas que amagan de muerte á
la sodedad. 1 Ayudemos á los Salesianos, decía

— 93 —
uno, a>'udémosles con nuestra influencia, con
nuestro dinero, con nuestros aplausos, con todo
aquello de que podamos disponer. X o paremos
hasta ver en cada ima de nuestras ciudades un
colegio salesiano. Que nuestros indios y nuestros
obreros sean educados en el temor de Dios, en el
amor á sus semejantes, en la idea de la santidad
del trabajo y del respeto á la autoridad, y en­
tonces los esplendores del siglo no ser\nrán para
ofuscar la \Tsta á nuestro pueblo, sino para ilu­
minar sus pasos y conducirlo sano y salvo al
puerto del verdadero progreso ».
E l Colegio de Morelia es exclusivamente para
artesanos, pero también florece una colonia agrí-

se ha hecho en menos de dos lustros. L a iglesia
de Méjico, dedicada á María Auxiliadora, de
estilo romántico puro del 1200, tiene tres arcadas
y la principal mide 63 m. por 8; sobre la fachada
se alzará una torre de 45 m. de alta. L a obra
entera costará más de un millón ; pero nuestros
cooperadores no reparan en eso : su caridad es
inmensa. E l Inspector mostraba á D. Albera más
de 22 peticiones de casas todas, engrandes centros
aptos al desarrollo de nuestra obra, todas dota­
das de lo necesario y con la existencia asegurada.
Algunos Comités las habían pro\ñsto hasta del
mobiliario, y sin embargo no se puede tomar su
posesión por falta de personal. Recuerdo con

A lum nos del Colegio S alesian o de Méjico.
cola donde se imparte instrucción teórica y
práctica que alcanza día por día mayor impor­
tancia. E l terreno se presta á varios experimen­
tos y abrigamos confianza de enamorar de la ^ r icultura á los hijos del país.
En cuanto al local son mucho más afortunadas
las Hijas de María Auxiliadora, que pueden asilar
más de 400 niñas y atender á un numeroso asilo
infantil que goza de simpatía universal. Don
Albera se complacía en asistir á sus diversas
funciones y entretenimientos.
£1 d e sa rro llo de la O b ra S a le sia n a .
D. Albera había visitado las siete casas de la
República y en todas partes admirado el desar­
rollo de la Obra Salesiana. Los Mejicanos no se
contentan con una simpatía platónica ni con
simples actos de obsequio y adhesión, ellos coo­
peran generosamente según sus fuerzas al des­
arrollo de nuestras obras. Es sorprendente lo que

esp>ecial complacencia á un compatriota que nos
instó repetidas veces porque fueran los Salesianos á su pueblo donde tenía varías fábricas.
« Venga, venga, escribía á D. Albera, á ver cuánto
hay que hacer aquí, cómo se multiplican las
escuelas y colegios protestantes, y nosotros los
católicos no sabemos dónde mandar nuestros
hijos. Venga y escoja el terreno que quiera ;
dénme el plano que gusten, que yo lo llevaré á
cabo ; pero dígame, sí, dígame que acepta. Aquí
estamos limítrofes de los £ £ . UU. en donde sé
que tienen Uds. un inmenso campo de acción :
tendrán así ocasión de estudiar la lengua y cos­
tumbres de los Xorteamericanos. »
G rito de A p ó sto l.
L o s b en eficios del A p o sto la d o .
Leer estas súplicas estando lejos, hace im­
presión, (Hrlas repetir de nuestros misioneros
puede parecer efecto de su ardiente celo, pero

— 94 —
constatar la verdad por nuestros propios ojos,
^ver lo que nos sucede doquiera y siempre, que
lio faltan los medios materiales y la buena volun­
tad y estar con todo constreñidos á no poder
socorrer por falta de personal, es cosa demasiado
dolorosa y que hacía repetir á D. Albera aquel
grito de apóstol que tantas veces oyó quizá de
labios de D. Bosco :
« Padres, madres, amigos y conocidos, sacer­
dotes y legos, sed generosos, sed generosos, sobre
todo fomentando ó por lo menos no impidiendo
las vocaciones al sacro apostolado. Recordad que
que la conservación y propagación de la fe está
confiada á los sacerdotes y particularmente á los
Misioneros ; que la Iglesia de Cristo no abraza
tan solo una familia, un pueblo, sino todo el
mundo; que continúa resonando la palabra divina
praedicaie Evangeliuni omni creaturae : Id por
todo el mundo y predicad el Evangelio á todos
los hombres. Sed, pues, generosos, y principal­
mente cuando tenéis un hijo que aspira á Misio­
nero, á seguir las huellas de los Javier, Sola­
nos, Beltranes, Las Casas . . . no le disuadáis,
antes, infundidle valor. Cierto que el privarse
de un sujeto útil á la familia es cosa que cuesta,
mas siempre ha costado el apostolado y costará
mientras haya una tribu que civilizar sobre la
tierra: al Padre Eterno lía costado su Hijo, su
delicia y complacencia, á Jesucristo su sangre y
su vida, á María el desgarrarse su propio corazón.
Y aunque nos cueste penas ; ¿no será una gloría
asemejarnos á Dios, á la Sma. Virgen, al Salvador
del mundo ? »
No olvidemos que las naciones americanas
nacieron á la civilización debido más al celo de
los misioneros queá la bravura de los conquis­
tadores. Estos pasaban, constreñidos talvez por
la necesidad,* aterrando, matando.....pero pasa­
ban... el misionero al contrario, edificaba, reunía
á los vencidos, les infundía confianza, levantaba
el ánimo del salvaje, lo convencía paternalmente
á la obediencia, lo animaba con la esperanza,
haciéndolo así verdadero amigo de la conquista
que edifica con la fe y la caridad... De este modo
surgieron mil aldeas que poco á poco se con­
virtieron en ciudades, prosperaron con la agricul­
tura y las minas, y cuando estuvieron maduras,
se constituyeron en naciones independientes; mas
entonces como ahora, ejerció poderoso influjo el
misionero.
El trabajo de los Hijos de D. Bosco, los últi­
mos llegados, es el de los misioneros de todo
tiempo, la misma cruzada continua que jamás
se interrumpe. Ellos procuran llevar á todos los
pueblos la buena nueva, la fe que fortifica, la
esperanza que fortalece, robustece y fonna
aquel carácter de que tanto necesitan las nacio­
nes, especialmente las que se van formando.

Sí, que se formen las nuevas generaciones en
la escuela del deber, del saber, del carácter viril,
dignas, en una palabra, de estas generosas Répúblicas en medio de las cuales hemos pasado
dos años y medio estudiándolas con afecto fra­
ternal, afecto que iba creciendo á medida que
penetrábamos su historia y cuya separación sen­
timos ahora.
P a r tid a p a ra lo s E sta d o s U nidos.
U n saludo.
E l 9 de Febrero partimos para los Estados
Unidos : el adiós á nuestros hermanos y niños
desplegados en el patio, no podía dejarnos insensibles. E n aquel momento pensábamos tam­
bién en otro Salesiano, ausente hoy de Méjico,
que fué en las manos de Dios el instrumento de
cuanto habíamos admirado, el fundador de la
institución Salesiana en Méjico, el que ideó y
comenzó el magnífico colegio : aquí en Méjico
lo recuerdan con particutar cariño, quiero decir
D. Antonio Piccono, aquel hombre todo acti­
vidad y celo que supo ganarse la simpatía y
admiración de los Mejicanos, y á quien hoy ha
destinado la Providencia á otra obra importantí­
sima. Desde la primera casa salesiana de Méjico
que á él y á sus compañeros costó tantas fatigas,
le enviamos nuestro férvido saludo, lleno de ad­
miración y cariño.
{Concluirá).

BiMioteca Agraria Solariana
P U B L IC A C IÓ N

M EN SU AL

dedicada al fomento de la Ágriciiltnra moderna
Direcclóa y Admiaistración; ARREBOLERA, 18 ■ SEVILLA

Tomos X X IX y X X X . — V iticu ltu ra, (se­
gundo volumen) por Don M i g u e l S á n c h e z .
Un tomo de 202 páginas, ilustrado. En
rústica 3,25 pesetas. Encuadernado 4,75.
Tomo X X X I. — E stu d io s A gron óm icos.
F ija ció n del nitrógeno aéreo por la a ven a ,
por Don B e r n a r d o G i n e r A l i ñ o . Un
tomo de 69 páginas. En rústica, 1,25 pe­
setas. Encuadernado, 2,50.
A lm a n a q u e A g r íc o la para el año de 1906. —
Regalo á los suscriptores de la Biblioteca
Agraria Solariana^

i
[

M atto G r o s s o (B r a s il).
Las dos Colonias entre los Boróros.
{Relación del P . Malán).
II.
L a C olon ia de la Inm acu lad a Concepción.
' ontinuando mi relación, paso á darle
cuenta con inmenso gozo de mi alma,
del grande acontecimiento, de la reali­
zación de un hermoso sueño de nuestro corazón,
que merece ciertamente una página de oro en
los anales de la Misión salesianadelM attoGrosso:
quiero hablar de la providencial fundación de la
Nueva Colonia, bajo el augusto título de la
Inmaculada Concepción.
Hacía dos años y medio que nos preocupaba
sin cesar un pensamiento en la visión de su bri­
llante porvenir. Veíamos la necesidad de la fun­
dación de una nueva residencia en la tribu de los
ya conocidos Boróros, á la distancia de 6o kiló­
metros de la floreciente colonia del Sagrado Co­
razón de Jesús. Pero como todas las grandes
empresas cuestan gran número de sacrificios,
inmensas dificultades provenientes unas de falta
de personal, otras de escasez de recursos, se amon­
tonaban en torno nuestro, como rabiosas ondas
en torno á frágil barqmchuela. Mediante no pe­
queños esfuerzos logramos vencer algunos de estos
obstáculos, y sin preocuparnos por los demás,
volvimos los ojos á la Providencia, la cual, sea
que sonría, sea que reproche, es siempre benigna,
como canta un poeta.
En cuanto al personal, obtuve un buen re­
fuerzo en mi última ida á Europa, porque, gracias
al interés que Ud., amadísimo Padre, y los Su­
periores que lo rodean, nutren para con las Mi­
siones, pude regresar con un buen grupo de mi­
sioneros abnegados y resueltos á todo. Así pude
emprender esta nueva obra, cuyo éxito depende
totalmente de la Divina Providencia y de la
abnegación de nuestros misioneros y de la caridad
de los Cooperadores que con su óbolo sostienen
la Obra de Don Bosco en estas apartadas regio­
nes del Brasil. Sí, mi último viaje á Europa fué
una verdadera providencia por las cuantiosas
limosnas que pude recoger. Ellas son las que nos
sostienen ahora__ pero á pesar de todo, en pro-

porción de la miseria que nos rodea, son muy
poca cosa y en breve desaparecerán como la
nieve al sol.
U n v ia je de exp loración .
U na p ro v id en cia l coincid encia.
Después de este preámbulo, paso á comunicarle
que el 8 de Junio salí de la Colonia del Sagrado
Corazón con los P. Bálzola y Salvetto, el Caodjutor Gabet, el Sr. Gabino y un indio y además
con los Sres. Francisco de Carvalhaes y Héctor
Ferreira, hijo este último de un grande amigo
nuestro con el fin de explorar el lugar destinado
por la Divina Pro\ddencia para la magna em­
presa. Después de algunas horas llegamos á
Estagáo General Carneiro, en donde fuimos ca­
ballerosamente hospedados por el Sr. Ferreira,
estimadísimo telegrafista de esta estación, y nos
aguardaba una feliz coincidencia que nos pareció
del todo providencial.
Diversas personas, entre las cuales los Señores
Lobo y el mayor Cicero, hombre de gran caridad
y prestigio, ambos considerados como hacen­
dados, y que viven junto á los ríos Araguaya y
Diamantino, el Señor Francisco Carvalhaes, de
la 4.» sección de este distrito telegráfico, el ha­
cendado Márquez de la localidad llamada Pega
con Deus, próxima á Registro, llegaban contem­
poráneamente con nosotros, de puntos diame­
tralmente opuestos y sin acuerdo ni aviso de
ninguna clase.
E sta reunión providencial me hizo recordar
instintivamente la de los tres reyes Mayos que
partieron en busca del Mesías y la de los A p ^ toles que se hallaron al rededor de la Sma. Vir­
gen antes de su muerte y Asunción gloriosa, y
para mí fué un rasgo amoroso de la Providencia
que quiso inteiA’enir en la fundación de la Colo­
nia dedicada á la Inmaculada Concepción, la
celeste Patrona de las regiones brasileñas.
Aquellos ilustres caballeros, conocedores mi­
nuciosos de estas fértiles comarcas, nos dieron
explicaciones é ilustraciones acerca de todos los
lugares circunvecinos, como también de los
indios que los h abitan; noticias indispensables
para nosotros que, internados en aquellas flo­
restas desconocidas, andábamos en busca del
mejor sitio para establecer la nueva misión que
ganará nuevas almas á Nuestro Señor Jesucristo.

-

A tra v e s a m o s el B a rre iro — A lo la rg o de
la rib e ra del A r a c y — U na m a ra v illo sa
c a sca d a .
líl día siguiente, consagrado á Nuestra Señora
de las Gracias, en número de 15 y con una pe­
queña provisión de vituallas, nos encaminába­
mos hacia el río Barreiro, á unos 300 metros de
la estación en donde nos encontramos y lo atra­
vesamos en una canoa hecha de un solo tronco
de árbol, de 12 m. de larga por i de ancha, capaz
de 20 personas, obsequiada cortésmente por el
telegrafista D. Alberto Ferreira, quien quiso

96 la naturaleza y dirección de esta corriente, si­
guiendo su curso por espacio de una hora; Y en­
tonces tuvimos el placer de descubrir una her­
mosísima cascada de 15 m. de altura y de un
medio metro cúbico de volumen. E n aquel ame­
nísimo lugar, á los pies de la cascada, donde
venían á romperse y colorarse los rayos del sol,
á las I I I/2
día, reparamos las fuerzas con
un frugal almuerzo seguido de una ligera
siesta, arrullados por el rumor de las aguas
que se rompen contra las piedras, y luego
proseguimos nuestra exploración hasta que
la Providencia nos hizo encontrar el sitio desti­
nado á la nueva colonia. Y gracias á Dios lo

gf

i

.

Colonia del Sgdo. Corazón. — E n via je p a ra la nueva Colonia.
guiar él mismo la improvisada expedición. I^a
travesía duró un cuarto de hora.
llenos á la otra orilla, los unos armados de
fusiles para defendernos de las fieras que pasean
tranquilamente bajo la fronda en busca de ricos
bocados, los otros provistos de grandes cuchillos
para ponernos al cubierto de las traidoras ser­
pientes que numerosas se arrastran |wr estas
llorestas, como también para abrirnos camino
en aquellos laberintos, verdaderas barricadas
de plantas y de arbustos. Pero ninguno de nos­
otros se había prevenido contra las bandadas de
importunísimos inseettw que cubren el terreno
y oscurecen el aire, tales como las gumifiafas,
pinguin/tos, tnos^iííos. f/io^uüis, borrachudos,
verdaderos flagelos que hacen más víctimas que
las hienas y los tigres feroces.
Idegam(%s finalmente al riachuelo llamado
.4 r<ícv. que con sus aguas mansas y cristalinas
debe más tarde abastecer la colonia. Estudiamos

hallamos bello y oportuno, y tomamos pose­
sión con una bella derrumbada, cortando cada
cual un árbol ó un arbusto cualquiera.
E l lu g ar elegid o p ara la nu eva C olonia.
V e n ta ja s que tendrá la M isión.
Creo conveniente describir, así en general, las
condiciones , la posición de esta incipiente co­
lonia. E stá situada frente al río Passavinte ó
Barreiro que la baña en dirección Oeste, y que
después, siguiendo su curso, la baña al Este,
hasta su confluencia con el impetuoso Araguaya.
conocido siempre con el nombre de Barreiro
(aunque algunos lo llaman impropiamente
Garbas). Las chozas quedan á la orilla derecha
del Barreiro y á la izquierda del Aracy, que hace
sentir hasta allá el perenne rumor de su límpida
cascada, de incomparable belleza. Mas esta be­
lleza de que hace muestra al \-iajero no es su

A

— 97
única cualidad : un día nos prestará también
grandes ser\'icios, suministrándonos la fuerza
motriz para el molino, el aserradero y si place
al Señor, también para la luz.
Esta envidiable situación entre las corrientes
de los ríos y los arroyos, es muy simpática á los
indios que jamás levantan sus ranchos sino junto
al curso de las aguas, de las cuales sacan partido
mediante la pesca y aun para la defensa en
caso de guerra, porque viéndose atacados de im­
proviso, se arrojan al agua, permaneciendo
ocultos 10 ó 15 minutos, para salir varios metros
más lejos, no de otro modo que los cisnes en
la mar.
Este nuevo centro de misión nos será m uy ven­
tajoso también á nosotros, teniendo en cuenta
la vida que llevan los indios, acostumbrados
como están á la vida nómada y por consiguiente
en la imperiosa necesidad de cambiar aire de
cuando en cuando, sobre todo cuando han ago­
tado las provisiones de boca.
Con este nuevo centro, ellos tienen un nuevo
lugar para sus emigraciones, sin perder nada de
su ad¿anto progresivo en la vida religiosa y civil.
L a Colonia del Sagrado Corazón y la de la Inma­
culada Concepción á ocho leguas de distancia
entre sí, se prestan excelentemente para esta
necesidad. Era á la verdad por extremo doloroso
el ver á ciertos indios, que después de vivir algún
tiempo con los misioneros, alejándose de la
Colonia, pasado algún tiempo olvidaban las
nociones civilizadas y se volvían como antes,
ignorantes y salvajes. Con esta nueva residencia
no lamentaremos más esta desgracia; porque
aun cambiando de lugar, continuarán recibiendo
la misma educación basada en los mismos prin­
cipios.
Hacia la tarde, á la dulce y poética hora del
Ava María, tornamos á la estación telegráfica,
que dista apenas tres kilómetros de la nueva
Colonia. Fuimos en el acto obsequiados por el Se­
ñor Ferreira con una excelente comida ; le dimos
las gracias y partimos á la vuelta de la Colonia
del Sagrado Corazón adonde llegamos á eso de la
medianoche, cuando el silencio reinaba soberano
en los aldeamentos.
H erm oso ejem plo de c a rid a d — L a p a r­
tid a á la n u eva C olon ia — L a noche á
la s o rilla s del B a rre iro .
Se determinó inaugurar solemnemente la
nueva Colonia el 22 del mismo mes. Pero antes,
amadísimo Padre, le narraré un edificante ejem­
plo, inspirado en la más pura caridad cristiana
y que es mi deber registrar en la crónica de
esta fundación. Cumplida la exploración, nues­
tro distinguido amigo el Sr. Francisco de Car-

valhaes, ayudado del benemérito Sr. Lisboa y
de las guardias Moraes, Theotonio, J anuario, etc.
construj’^ó un elegante rancho de troncos rectos,
que fué destinado á capilla mientras no se le­
vante una de material, más conveniente al culto
divino. E l Sr. Ferreira, siempre generoso, se
tomó el encargo de preparar con sus excelentes
hijos, el alimento de los obreros de aquel nuevo
templo de estilo original y sencillo, pero pinto­
resco y poético, que pudo ser ultimado en dos
días y medio. No pude pagar de otro modo los
servicios de estos caritativos señores, coope­
radores de la evangelización de los salvajes, que
repetiéndoles de lo íntimo de mi corazón el Dios
se lo pague. Sí, el Señor misericordioso y bueno,
que ha prometido no dejar sin recompensa el
vaso de agua dado por su amor al pobre, galar­
donará la generosidad que estos bienhechores
manifiestan para con una obra redentora, col­
mándolos de beneficios celestiales.
El 21 de Junio, el hermoso día en que la Igle­
sia conmemora afectuosamente las virtudes an­
gélicas de S. Luis Gonzaga, el infrascrito, Don
Bálzola y el personal de la Colonia, es decir Don
José Salvetto, Director, los clérigos Bernardino
Sena y César Rinetti y d coadjutor Gandón,
dej amos la antigua Colonia y partimos á la nueva
precedidos de un carrito tirado por bueyes, que
llevaba todo lo necesario para la fundación.
¡ Cuán humildes y pobres son los principios !
Los víveres para los primeros 20 días fueron
suministrados por la Colonia del Sagrado Co­
razón..... como para decimos que también la
Colonia de la Inmaculada gozará de las bendi­
ciones del vSagrado Corazón de Jesús. Mas, así
como la luz del sol va aumentándose sensible­
mente hasta alcanzar su radiante cénit, así
la Colonia de la Inmaculada, bajo la protección
de la amorosa Madre, progresará hasta donde
plegue á la Omnipotencia de Aquél de quien
canta Racine :
»EI universo entero está lleno de su magni­
ficencia ».
Era noche cerrada cuando llegamos al río
Barreiro, siempre resonante debido á sus saltos
y cascadas continuas. Tratábase de pasarlo con
todos los bagajes cuando y a la noche lo cubría
todo con su negro m an to; era cosa casi impo­
sible ; sin embargo el P. Salvetto con otras per­
sonas y algunos objetos, pudo ganar la opuesta
orilla. E l resto de la comitiva, impedida por las
sombras de la noche, acampó á la orilla. E l Padre
Bálzola y yo hallamos generosa acogida bajo el
techo hospitalario del Sr. Ferreira. Al siguiente
día, reanimados por el aire balsámico de la ma­
ñana, continuamos la difícil tarea de pasar nues­
tros bagajes, operación difícil por la rapidez de la
corriente y profundidad de la aguas. Finalmente

98 -

lanzamos las bestias al río, que lo atravesaron á
nado y así vimos nuestros esfuerzos coronados
con éxito feliz.
Por la misericordia divina, el resto del camino
fué muy dichoso y se pudo trasportar todo á su
destino.
A rrib o — L a solem nidad del C orp u s —
T e le g ra m a s de felicita ció n .
Finalmente llegamosallugardeseado! Una in­
descriptible alegría se reflejaba en el rostro de
todos. Era el 22 de Junio, día espléndido y se­
reno. La iglesia celebraba la encantadora fiesta
del Corpus, el tesoro divino, que dejó á los homl)res en prenda de su amor el Corazón de Jesús.
De todos los puntos del globo se alzaba sublime
el canto de Hosanna que se entrelazaba con el de
los ángeles y serafines. Y allá en medio de flores­
tas enmarañadas é inexploradas, saltaba de gozo
y felicidad nuestra caravana, considerándose
feliz y gloriosa en poner en aquel bendito día,
los fundamentos de un nuevo centro de irradia­
ción divina, bajo la protección de la Inmacu­
lada Concepción de la Madre de Dios. Parecíanos
que aquel día venturoso brillase el sol con más
esplendor, colorando sus rayos iridiscentes entre
el follaje de la se lv a ; que la naturaleza, envuelta
como en áureo manto por la fulgurante luz del
mediodía, desatase de sus pliegues perfumes más
embriagadores; que los céfiros de la mañana
murmurasen palabras de amor en la inmensi­
dad de la floresta; que los pájaros de mil colores
entonasen sus canciones más hermosas y lanza­
sen sus más delicados trinos para saludar la data
memorable. Todo era poesía y amor.
Nuestra modesta capilla empavesada de orna­
mentos de nuevos cuño , pero elegantes, es decir
de las hojas de palmas entrelazadas con gracia,
tenía un aspecto festivo.
Al santo sacrificio asistieron los amigos arriba
mencionados y una representación de la tribu de
los Boróros. Los sagrados Ritos, celebrados por
vez primera en aquellas florestas, en el silencio
de la naturaleza, predisponían al recogimiento
y ejercían en los ánimos un no sé qué de miste­
rioso y embelesador.
Cerróse la commovedora función invocando los
carismas divinos sobre aquella silvestre viña del
Señor, sobre los Misioneros que habrán de fe­
cundarla con su sudor y si ocurre, también con
su sangre, sobre todos los queridos salvajes que
vendrán á refugiarse en este asilo de paz, escuela
de verdadera civilización, de progreso moral y
religioso.
Así se cumplía oficialmente la fundación de la
nueva Colonia de la Inmaculada Concepción.
Dt'o ^ratiiis»

Reverendísimo Sr. D. Rúa. Imagínese S. R.
cuál debía palpitar mi corazón en aquellos so­
lemnes momentos de paraíso! Sabiendo perfec­
tamente cuánto hubiera gozado S. R. al conocer
estas noticias, atravesé con el pensamiento el es­
pacio que nos separa y me uní á S. R., para ele­
var juntos al cielo el himno de reconocimiento
y gratitud por el señalado favor que Dios con­
cede á los Misioneros Salesianos en estas deli­
ciosas comarcas del Brasil.
Creí de mi deber comunicar telegráficamente
la fausta nueva, no sólo á S. R. sino también á
todas aquellas beneméritas personas que se preo­
cupan por la civilización de tantos pobres salva­
jes para quienes no ha brillado aún la benéfica
luz de la Religión. De ellos recibí contestaciones
llenas de ardientes augurios y felicitaciones cor­
diales, de los cuales citaré aquí algunos :
« Petrópolis, Junio 23. Congratulándome, ben­
digo nueva Misión indígena. Julio Tonti, Nuncio
Apostólico.
« Coyaz, Junio 22. Hago votos por la felicidad
de la nueva Colonia. Fr. Andrés, Superior de los
Dominicanos.
« Río Janeiro, Junio 24. Reconocido, envío fe­
licitaciones. Doct. Manuel Murtinho, Ministro
Supremo del Tribunal federal.
« Cuyabá, 30 Junio. Agradezco y doy gracias
por feliz anuncio de la inauguración de la realizada
Colonia indígena en el rio Carpas y ruego, no
encontrando ahí lugar apropiado para Observa­
torio metereológico , al Coronel Antonio Páez
Farros levantarlo en una de las Colinas de la Co­
lonia del Sgdo. Corazón, que presenta óptimas con­
diciones. Felicitaciones á la operosa misión salesiana tan bien representada por U. por esta bella
y útil iniciativa . Cordiales saludos. Coronel An­
tonio Páez de Barros.
Río, 6 Agosto. M e congratulo por la fundación
de la nueva Coloixia de Araguaya. Doct. Benito de
Sousa, Diputado federal.
« Río, 24 Junio. Agradezco anuncio de la inau­
guración de la nueva Colonia para un pueblo
Boróro en la ribera río (farpas, me congratulo con
U. por el importante servicio que presta al Estado
Matto-Grossense. Saludos. Doct. Aquino Ribeiro,
Diputado federal.
« Petrópolis, Junio 24. Agradezco cortés anun­
cio inauguración nueva Colonia indígena sobre
el río Carpas. Abrazos y sinceros augurios. Doct.
Elias Machado, Jefe del Distrito Telegráfico del
Matto-Grosso.
« Río, 24 Junio. Congratulaciones! Doctores
Sen. Joaquín Murtinho y Francisco Murtinho.

— 99 —
<t B 5a Vista, 24 Junio. Reconocido agradezco
cortés anuncio inauguración nueva Colonia indigena Aracy. M is cumplimientos por su geyierosa
protección indígenas boróros de esa zona. M is
sinceros votos por la prosperidad de la santa causa
por que U. trabaja en esa zona del Brasil. Salúdalo
cordialmente. Ramón Rondón, Jefe Constructor
de las líneas telegráficas. »
Por esta serie de telegramas de autorizados
personajes del Brasil, podrá convencerse, ama­
dísimo Padre, de cuán amada y estimada es
nuestra Sociedad de todas las autoridades civi­
les y eclesiásticas. E n todo se ve la mano de la
Divina Providencia, (que sea alabada), la cual
muestra con frecuencia aun á hombres indife­
rentes en religión, cuán bello y elevado es el ideal
porque trabajamos. Nunca deje Ella de guiarnos.
Muchas otras cosas (y entre ellas la aparición
casual de tres caciques capitanes de tribu con
sus respectivos súbditos, lo que merecería otra
página de esta mi y a demasiado larga carta)
debería comunincarle, pero aquí, punto, dejando
para otra vez el término de mi viaje á través de
las majestuosas florestas matto-grossenses.
Dígnese, amadísimo Padre, bendecir la nueva
Colonia y á toda la nueva Misión Salesiana del
Matto-Grosso, y en modo particular á quien se
profesa
De V. R. dev.tmo hijo en el Corazón de J.
AN TO N IO M ALAN, Pbro. Sal.

través del Ecuador
(Relación del P . Abrahán Aguilera.')
(Continuación). *
Q u ito .

A no es el caballo nuestro vehículo: es La Rá~
.
pida más saltona y más veloz que un potro
desbocado. ¡Es inútil! Ya de uno ya de otio modo en
estos viajes se ha de sufrir, quiera que no. La dili;:;encia no tiene sobre la cabalgadura otra ventaja
que la de hacer en un día lo que aquella en dos,
y los viajeros no sacan otro provecho que el de
llegar doblemente cansados con la cabeza hecha
un remolino y el cuerp>o magullado. En fin, de
dos males el menor y de dos bienes el más próximo:
esta misma tanie nos hallaremos en medio de los
quiteños.
Con mucha razón se llama la diligencia La Rá­
pida porque se \^a devorando el camino á más no
poder. Así fué que á las ocho y media estábamos
en Latacuga, capital de la provincia de I ^ n ; á las
dos de la tarde en Tambillo, á las cinco y media en
el Blanqueado y á las seis en Quito ; total, trece
horas.
(•; Véase el Bo l e t í x d e M arzo d e 1905, pág. 70.

a

Este viaje ha sido uno de los más interesantes
por los recuerdos liistóricos que nos iban trayendo
á la memoria más de ocho volcanes, testigos in­
conmutables, monumentos de cien trastornos, der­
rumbes y erupciones : ai oeste de Latocunga, el
Quilitoa; en el nudo de TiopuUo, el Cotopaxi, el
Rumiñahui, Sincholagua, Antisana, Iliniza, Co­
razón y mas arriba el A tacazo. Sobre todos llama la
atención el tristemente célebre Cotopaxi, el prota­
gonista en las tragedias que han sido la destrucción
de los pueblos vecinos. Y pues sería largo referir
detalladamente las numerosas erupciones, me basta
recordar que en 1534 amedrentó á los indígenas
que se defendían á brazo partido contra los con­
quistadores ; en 1742 despertó después de casi 200
años de letargo y arrojó una enorme cantidad de
arena y de ceniza que llegó hasta el Pacífico, y una
columna de humo que subió á la altura de 900 me­
tros. Siguió una avenida de agua y barro que todo
lo devastó y sepultó á su paso. Aún se pueden ver
los restos de esa catástrofe asoladora : la provincia
de León ó Latacunga, que en tiempxjs anteriores
había sido una de las más fértiles y ricas, perdió
sus grandes fábricas y hermosas sementeras ; hoy
no es sino un recuerdo de lo que fué.
Recepción como la que tuvo filonseñor en Quito,
no la ha tenido en parte alguna. Siete ó nueve co­
ches de lujo salieron á esperarlo al Blanqueado, á
una hora de la ciudad con los principales Coopera­
dores de la Obra Salesiana á la que tantas simpa­
tías cautivó el de feliz memoria Padre Calcagno, y
hoy le cautiva el inteligente y diestro Director de
nuestro Colegio de la Tola, D. Guido Rocca. El
dignísimo Sr. Arzobispo de Quito, lUmo. y Rdmo.
Mons. Pedro Rafael González Calixto, mandó su
carruaje para Mons. Costamagna, y á dos Sres. Ca­
nónigos para que lo representasen. Después en
conversación nos dijo que, á permitírselo la salud,
hubiera tenido á honra salirle al encuentro él mis­
mo en persona. Veremos cuán de D. Bosco es este
insigne Prelado ecuatoriano.
También conviene diga dos palabras sobre el es­
tado actual del ♦ Instituto Don Bosco *, para que
nuestros bienhechores de Quito prosigan soste­
niendo á D. Rocca, con todas sus fuerzas y en la
medida de los haberes de cada cual.
Hoy que los sectarios se aúnan para minar los
fundamentos de la familia y la sociedad, bajo el
alucinador influjo del principio anticatólico de
que es menester dejarse de antigüedades y avanzar
á la apoteosis del progreso, hoy, digo, más que
nunca se hace sentir la necesidad de descender á la
práctica y activar los trabajos de la Buena Causa,
aun á costa de sacrificios pecuniarios, sin dejarse
caer en la muelle almohada de la inercia que en
este punto es indiferentismo culpable ; es necesario
poner un dique á las nuevas doctrinas tan siniestra­
mente halagadoras á la carne y á la disolución ; es
necesario no dejar los jóvenes á merced de la re­
vuelta ; es necesario asimos á la generación futura,
so pena de la más fatal de las derrotas. Presente­
mente podemos decir, gracias á Dios, todo
marcha bien; pero ¡ a y ! un descuido, una
dejadez cualquiera, puede trocar la escena ; ¡es tan

100

perniciosa y cundidora la mala hierba ! El infierno
y sus secuaces ¿verán realizados sus planes ?...
La juventud buena 6 mala nos dará la solución.
Bien han comprendido esta verdad los católicos
quitoño.s, y por eso les vemos afanados en socorrer
al <t Instituto D. Bosco como que es esta una obra
do actualidad que llena las exigencias de los tiem­
pos. Mientras no cejen, á buen seguro que los mal­
vados verán fallidos sus utópicos idealesde reforma,
esto es, de descristianización, porque es imposible
<Hie los .100 niños de los Salcsianos, los otros tantos
de los jesuítas, los 1220 de los Hermanos de las

mada por el eximio poeta nacional Dr. Quintiüano
Sánchez.
Después Monseñor se dedicó á pagar visitas y á
atender invitaciones, entre las cuales se llevaron
la pédma las de las Comunidades religiosas que,
á decir verdad, se lo disputaban y, permítaseme
la frase trivial, se lo han gozado, porque nunca dejó
de prodigarles la divina palabra en pláticas, con­
ferencias, consejos y, cuando era necesario, dulces
y sabias amonestaciones que pocas veces habrán
oído. Con razón decía un niñito de las Escuelas
Cristianas, al darle la bienvenida en nombre de

h-

Colonia del Sgdo. Corazón • Edificios centrales, Capilla provision al y Dirección.

Escuelas Cristianas y los demás de las otras órdenes
religiosas, prevariquen en masa cuando por sus
venas circule la savia del catolicismo.
He leído un llamamiento á la caridad de nuestros
Cooperadores, hecho por el Comité á nombre del
Sr. Director. Ciertamente le acudirán con pres­
teza, porque es indispensable extinguir ciertas deiidillas negras, y es de necesidad absoluta terminar
el colegio y especialmente la Iglesia, para que las
cosas tomen de una vez su curso regular y á la
sombra do la tranquilidad prosperen los estudios y
las artes.
A lg o m á s d e Q u ito .

Continuaron las fiestas con lucida academia, un
cordial banquete dado por la Junta de Coopera­
dores y un acto músico-dramático al que asistió
lo más sck>cto de la ciudad. Señaladísimos fueron
los números « El Instituto Salcsiano de Quito »,
discurso dcl Sr. D. Rafael Dávila ; * Saludo á Mons.
Costanuigna en diez idiomas, » y la poesía decía-

todos los Superiores y condiscípulos, que doquiera
pasa el Obispo Salcsiano va sembrando el bien sin
reparar en obstáculos, porque para todo encuentra
arreglo su fineza y prudencia.
Muy gustoso y más bien diré forzado por la vene­
ración al genio dcl cristianismo, que encumbra á
ciertos hombres sobre el común de los otros, re­
cuerdo con placer al Rdo. P. Luis Sodiro, jesuíta ita­
liano, uno de los mejores botánicos del mundo; al
Rdo. Fray Enrique Vacas Galindo de la Orden de
Predicadores, primera autoridad en la debatida
cuestión de limites, y al gran poeta colombiano
de fama mundial, Sr. D. Belisario Peña, cantor de
las glorias de nuestro Padr-^ y Cooperador decidi­
damente Salesiano.
Excusado me es decir que la primera \-isita íué
al Illmo. Sr. Arzobispo González, quien nos recibió
con los brazos abiertos y entabló luego una amena
conversación en puro y correcto italiano. Este ilus­
tre Prelado de la América, ha engastado en su
corona de méritos cien perlas refulgentes con la
entereza y sabiduría.

— lOI —
Justamente correspondido por el clero, es amado
por el pueblo hasta el delirio, al punto de que se ve
obligado á no salir sino en carruaje, por no verse
asediado por una multitud que le impide caminar.
Los Salesianos no sólo le admiran en el sentido que
dejo expresado, sino que le veneran y le aman como
á verdadero Padre porque es todo para ellos. Cuan­
do la salud se lo permitía, á menudo asistió á sus
fiestas religiosas y sociales. Hoy que las calamida­
des lo han agobiado, continúa siendo nuestro Padre
y por cierto que sus hijos no cesarán de pedir al
cielo lo conserve por muchos años á su gratitud
á y la religión del país.
Rogó á Monseñor que en su lugar consagrase
á cuatro Presbíteros, tres Diáconos y un Subdiá­
cono, quien se ofreció de mil amores. El tercer Do­
mingo después de la Epifanía, se verificaba la fun­
ción en la S. I. Catedral.
También lo invitó á \'isitar el Seminario Mavor,
para lo cual le puso á disposición el coche. Habién­
dolo visitado. Monseñor quedó enteramente satis­
fecho de la piedad y del estudio que en él han pues­
to muy en sdto los RR. PP. Lazaristas, cuya figura
más gloriosa es el malogrado Mons. Padro Shumacher, primer Rector que fué del Seminario y des­
pués Obispo de Portoviejo.
A ruegos del presente Rector, Monseñor habló
á los seminaristas por más de media hora sobre te­
mas muy apropiados para ellos ; recorrió enseguida
el Colegio, y no tuvo sino palabras de encomio y feli­
citación para el personal docente, de modo especial
para el profesor de canto llano por cuyos desvelos
allí se lo sabe muy bien y se lo estima sobre todo.
La Arquidiócesis puede enorgullecerse de tal Senkinario.
Todas esas pruebas de cariño y muchas otras dió
el limo, y Rdmo. Mons. González á nuestro amado
Superior. Afirman nu,..stros Hermanos de la Tola
que con ellos hace lo mismo ; los felicitamos, pues
tienen una alhaja para expresarme con esta frase
tan común entre los ecuatorianos. Alhaja es de los
Salesianos como lo es de la Iglesia y de la Patria,
ese hombre benemérito de todos porque se hace
todo para todos. ¡Dios le guarde por muchos años
para que presencie los triunfos de la religión.
El 2 de febrero celebróse en la Iglesia de la
Compañía la fiesta de S. Francisco de Sales.
Eran los últimos momentos que pasábamos en
la hermosa Quito :
„Ciudad superna
puesta en medio del mundo entre esplendores
con corona de nieves y de flores.”
como canta el poeta Peña en su Oda á D. Basco.
Partimos escoltados por ima partida de 40 de
nuestros alumnos á caballo que nos acompañaron
hasta Tesalia, hacienda en que pernoctamos, gra­
cias á la caridad de nuestro benemérito Cooperador
D. Nicanor Guarderas.
la mañana del día siguiente Monseñor dió
varias confirmaciones y á eso de las 9 a. m. nos dis­
pusimos á partir.
' ¡Adiós queridos quiteños ! Superiores, queridos
niños ¡adiós !* fueron nuestras últimas palabras

y, mientras ellos respondían con un clamoroso
¡Viva Monseñor 1 y flameaban sus blancos pañuelos,
las muías partieron como una flecha.
Ambato, Cicalpa y Huamote fueron todavía
puntos de parada antes de llegar á Guayaquil.
Entre ellos, Cicalpa nos interesó con su hermosa
laguna de Colta y las ruinas espantosas de la an­
tigua Riobamba sepultada en 1797 por el hundi­
miento del Carihuairázo. Los Superiores y niños
de Riobamba, que tuvieron noticia del paso de
Monseñor, salieron á obsequiarlo con un modesto
almuerzo de campo.
En Huamote dejamos la diligencia y tomamos
el tren que en 10 horas nos bajó de la altura de
3.000 m. al nivel del mar, por trechos \'erdaderamente temibles, tanto que algunos han dado en lla­
mar temeridad el arrojo de los ingenieros construc­
tores de esa línea que se va salvando peligros y
dificultades de todo género, á fuer de maravillosa.
E n P a n a m á y la L ib e rta d .

Debido á la fiebre que había en Guayaquil, el
vapor en que salimos para la República del Istmo,
perdió la coincidencia con el otro que de ésa de­
bía llevamos á S. Salvador, y así debimos esperar
allí catorce días, hospedados graciosa y providen­
cialmente por el limo, y Rdmo. Sr. Javier Junguito,
Obispo del lugar, quien nos trató con esa caridad
proverbial en los Hijos de S. Ignacio.
De ahí pasamos á las deseadas playas de S. Sal­
vador. Y aquí, amadísimo Sr. D. Rúa, permítame
decirle algo sobre S. Salvador y la Congregación Salesiana en esa República.
{Concluirá).

V e rd a d e ro p rod igio.
En Febrero del pdo. 1905, estando haciendo
una operación quirúrgica mi esposo, Dr. Rusca,
se hirió en la mano izquierda. La herida se
infeccionó y fué agravándose cada día más, de
modo que al calso de pocos días la lesión tomó
serias proporciones y declararon los facultativos
que era preciso amputar el brazo.
Viendo los inmensos dolores que mi esposo
padecía y desconsolada al pensamiento de que
perdiera el brazo, acudí á María Auxiliadora
con todo el fervor de mi alma , suplicándole
concediera alivio á las dolencias de mi esposo,
prometiendo al mismo tiempo hacer público el
favor, si sanaba sin la dolorosa operación.



102

Gracias á la protección de la Sma. Virgen
mi esposo está hoy fuera de peligro y yo doy
pi'iblico testimonio de gratitud á la Auxiliadora
de los Cristianos.
C l.E M K N T I N A C O D IN A

DE RU SCA.

Barcelona, Enero de 1906.

iC u á n buena es M aría!
Tenía á mi hijo único de cuatro años de
edad gravísimamente enfermo del sarampión,
complicado además con difteria, y el pobrecito se me ahogaba por momentos, y aunque
los médicos hacían todo lo imaginable para
salvarlo, todo era inútil; no había remedio,
se moría ; así nos lo dijeron los médicos; y
yo pobre madre desolada y llena de pena al
ver que mi hijo se moría, recurrí llena de
angustia á María Auxiliadora , rogándole me
diera la salud de mi hijo, y con ella la alegría
á mi alma y á nuestra casa : le hice varias
promesas, entre ellas una novena y publicar
el favor en el Boletín Salesiano. \Y oh pro­
digio! terminados mis ruegos, la Virgen obró
seguidamente el milagro! Las agonías de mi
hijo fueron disminuyendo y cuando vinieron
los médicos que creían encontrar á mi hijo
muerto , le encontraron una gran mejoría con
no poco asombro; y todos convinieron en que
había sido un milagro de María. ¡Gracias
Madre mía! jte las doy desde lo más pro­
fundo de mi corazón! hoy mi hijo está bueno
y sano por completo y robusto como nunca.
Cumplo todas las promesas que te hice por
este y por otro favor concedido también en
un grave apuro de familia. Recurramos todos
A María en nuestras aflicciones que siempre
será nuestro consuelo.
Tu agradicidísima devota y suscritora.
A . Ch. S.
Monovar (Alicante), 1906.

Cuán buena e s M aría A u x ilia d o ra !
Un deber de conciencia me obliga á hacer
pública manifestación de los favores que he
recibido de mi buena Madre Mana. Habiendo
sido atacado de una enfermedad mortal con­
sistente en un tumor sobre el honioplato iz­



quierdo, y no consintiendo ni aun los lavados
que suavemente me hacía la Hermana de Ca­
ridad, le ofrecí una novena, y una limosna á
nuestra Señora Auxiliadora, y en el mismo
momento sentí la curación y al otro día hice
mi primera levantada y recobré mi salud per­
fectamente. Quedé reducido á la última mi­
seria, le pedí me favoreciera con un empleo
para ganar el pan y al día siguiente al mismo
hospital me fueron á llamar para un empleo
y estoy en posesión de él.
¡Bendito sea Dios!
En María encontramos los cristianos la ver­
dadera riqueza.
J u a n B. M o r e n o

y

A.

¡b agué (Colom bia), Julio 7 de 1905.
C o m p le ta m e n te sa n o .

Encontrándome atacado de un fuerte dolor por
enfermedad en el hígado, y desesperando de los
auxilios humanos, recurrí en tal apuro á mi
madre María Auxiliadora, prometiéndole una
misa y una pequeña limosna para que en tan
precaria situación me auxiliara, y publicar la
gracia en el Boletín Salesiano. Y oh clemencia
la de María para los que la invocan de todo co­
razón !
No tardó en hacerse sentir la bendición, la
ayuda con que desde su morada celestial me tavorecia, haciendo que desapareciera completa­
mente el dolor que me tenía abatido y melan­
cólico. Por lo que, agradecido del favor que
nuestra tan bondadosa madre me ha concedido,
cumplo con gusto y satisfacción mi promesa.
José D almaü .
Barcelona, a enero de 1901.

A m b o s c u ra d o s.

Teniendo enfermos gravemente dos miembros
de mi familia, invoqué á María Auxiliadora y
le prometí dar una limosna para su Santuario de
Turin, y hacer pública la gracia. María oyó mis
súplicas, y agradecida cumplo mi promesa.
A na MARTINEZ S.
Barranquitla (Colombia). 1905.

G ra c ia s á M aría A u x ilia d o ra .

Con razón se le deben dar á tan buena Ma­
dre, que siempre nos está dispensando innume­
rables favores: entre otros mencionaré uno que
me ha concedido hace pocos días.

— 103 —
Viajaba en tren en compañía de mi padre
cüando sin pensar puse e! meñique en el borde
de una ventanilla. En aquel momento un fuerte
viento que vino del Poniente hizo presión so­
bre la ventanilla la que cayó cortando el dedo
por la primera falange. Quedó intacto el hueso
pero descarnado y sin uña, la que colgaba casi
del todo desprendida con la carne. El descon­
suelo de mi padre al verme el dedo colgando
y chorreando sangre, no es posible expresarlo:
al fin se aplacó y me curó lo mejor que pudo.
Apenas volvimos del viaje, fuimos á un pri­
mer quirurgo, el cual dijo que tenia que acabar
de cortarme el dedo; acudimos, á un segundo
y nos indicó la misma operación. Entonces
recurrí á María Auxiliadora con toda confianza,
prometiendo se mi curaba, publicar la gracia
en el Boletín Salesiano.
Al día siguinte volví al 2* cirujano, el cual
al ver lo mejorado que estaba, dijo que no
esperaba se curara tan bien y tan pronto.
A la vuelta de unos 10 días, estaba curado,
sin necesidad de ninguna operación.
Agradecido, pues, á María Auxiliadora, cumplo
mi promesa, publicando la gracia en el Boletín.
E

n r iq u e

T

anarro

.

V ictoria, 16 - 10 - 1905.
U n a g ra c ia m á s de M a ría A u x ilia d o ra .

Hace dos meses que venia sufriendo diaria­
mente triste dolor de estómago, sin que fueran
eficaces para calmarlo medicamentos, ni especí­
ficos, ni el estar sometido á régimen alimenti­
c io : hasta que habiendo acudido de todo co­
razón á nuestra buena Madre María Auxiliadora
ha desaparecido por completo desde el mismo
día que la invoqué.
Después de darle rendidas gracias, cumplo la
promesa que hice de mandar decir una misa en
su altar, y publicar la gracia en el Boletín Sa­
lesiano.
A

g u s t ín

G

o n zá le s

.

Maestro y Coof>erador Salesiano.
Salam anca, D iciem bre, 1905.
S a lv o p o r m ila gro .

Un niño de los mejores y más asiduos de
nuestro colegio, en el mes de septiembre u. p.
cayó enfermo tan gravemente que parecía debía
morir de un instante á otro.
La causa de su mal era una herida en los
riñones que se había hecho al subir y bajar de

una pared para evitar de ser atropellado por un
caballo que se escapaba. El caso estaba tan des­
esperado que sus padres y el mismo médico des­
confiaban de salvarle. Yo que acudí á su cabecera,
les animé á confiar en María Auxiliadora y á
acudir á Ella que es la salud de los enfermos,
y puse al cuello del enfermo su medalla bendita.
Además prometí rezar un rosario entero y pu­
blicar la gracia en el Boletín Salesiano que es
todo lo que podía yo hacer. La Virgen aceptó
nuestras pobres plegarias y la gracia no se hizo
esperar porque el querido enfermo empezó á
mejorar de tal manera que al poco tiempo pudo
volver á su clase para seguir sus estudios.
Gracias sean dadas á María S.ma, y esta
buena madre que le concedió la salud del cuerpo,
quiera conservar su inocencia y conceder á el y
á mí la salvación del alma.
José V. Pbro. Salesiano.
C iu d ad ela, 34 d e d iciem bre 1905.

L ib r e de d u d a s.

Estaba muy afligido por consecuencia de una
duda terrible. Se trataba nada menos que de mi
vocación. No sabía qué hacer. Todo estaba con­
tra mí. Acudí á María Auxiliadora, prometiéndala publicar la gracia y de celebrar una Misa
en su honor. La mañana sigfuiente, día de la Pu­
rificación, el que había de juzgar la cosa, me
hizo llamar y me dijo que no temiera nada, que
veía claramente que la sospecha no tenia funda­
mento serio. No cabe duda que María Auxilia­
dora le iluminó. Cumplo con mi promesa y yo
mismo celebré hoy la misa prometida.
N. N.
San tand er, febrero 1906

G ran fa v o r.

Teniendo un asunto muy complicado que me
traía atormentada, lo puse en manos de mi buena
Madre María Auxiliadora prometiéndole que si
el asunto se arreglaba, enviaría una limosna y
haría publicar la gjacia en el Boletín Salesiano.
Doy gracias á María Auxiliadora por haberme
concedido lo que pedia y cumplo mi promesa.
R u f in a

de

H aedo.

S a lu s in ñ rm o ru m .

Llena del más profundo agradecimiento y de­
seosa de ver extendida más su devoción, publico
el siguiente favor y gracia de la Virgen de
D. Bosco.
Mi madre, D* Catalina López, se hallaba gra-



104 —

vemente enferma y dejada por lo tanto de la
ciencia médica, como buena cristiana le fueron
administrados los Santos Sacramentos. En tan
supremo trance recurrí á La que es salud y au­
xilio de los que La invocan, pidiéndole que me
ayudara ofreciéndole una misa. Mi madre que
daba pocas señales de vida, apenas hice la oferta
comenzó á mejorar; se inicia la mejoría, y á los
pocos días, puede abandonar el lecho, comple­
tamente curada.
Con el corazón inundado de gozo, doy gra­
cias á tan buena Madre, por tan grande prodi­
gio y aconsejo á todos pongan su confianza en
la que es verdadero Auxilio de los Cristianos.
C

e s a r iía

G

on zález

L o ?ez.

(Oviedo) Oiila, 34 de enero de 1906.

Dan también, con toda la efusión de su alma, gracias,
á María Auxiliadora y envían una limosna:

Barcelona (España). — M. LL. Da gracias á Ma­
ría Auxiliadora por un favor obtenido por su in­
tercesión.
Ibidem. — D. G, Por haberme sacado bien d? un
grave asunto económico y librado de fuertes do­
lores de cabeza.
Barbéu (España) — Luis Fábrega Pbro. Se complacé en hacer público su agradecimiento á Ma­
ría Auxiliadora por liaberlo preservado de la ca­
tástrofe de perder á su madre y por otros varios
favores.
BarranquilU (Colombia) — Amalia B. de Palacio.
Agradece á la Celestial Señora el haberle recu­
perado la salud A su hermano P. Mario en una
grave enfermedad.
Carmona (España) — Valeria Palominos de Pérez.
Por una señalada gracia, las da expresivas á Ma­
ría Auxiliadora.
Ibidem. — Ana Marta Eckardt da infinitas gracias
á María Auxiliadora por haberla escuchado en
graves angustias.
Cuenca (España) — Margarita lUeseo. Por haber
sanado á mí esposo gravemente enfermo.
La Paz (Bolivia) — Modesto E. González. Por una
gracia singular.
La Plata (Uruguay) — N. N. Por haberme sacado
bien en mis exámenes, contra toda esperanza.
Santander (España) — Alfonso Cavestrany. Por una
gracia obtenida.
Ibidem. — N. Por haberla escuchado en una grave
necesidad,
Utrera (España) — G. S. Encontrándose una p.arienta mia en una grave enfermedad, acudí á
María Auxiliadora, haciéndole algunas promesas,
y fuimos escuchadas. Gracias, madre mia!
Vinces (Ecuador) — Elena Mendoza v. de Egtts.
Da infinitas gracias á María Auxiliadora por ha­

berle devuelto la salud y por otros muchos fa­
vores.
Granada (Nicaragua) — Felicitas Sandoval, deseando
alcanzar un favor de M. A. elevó súplicas al
Cielo, y oída por tan bondadosa Madre, la da in­
finitas gracias y manda una limosna.
Ibidem. — Además hallándose en gran conflicto
cuando ya creía muerto á su hijo clamó á M.
Aux. y ¡cosa admirable l inmediatamente vió que
su hijo volvió.
Ibidem. — S. F. Hace tres años sufría una enfer­
medad rebelde al tratamiento de los médicos:
cansada de sufrir me puse en manos de un in­
teligente curandero, y abandonándome en manos
de la Virgen de D. Bosco imploré las luces ne­
cesarias para el acierto en mi curación y la al­
cancé completa. Doy las gracias á M. A. y mando
una limosna.
Ibidem. — F. S. Fui atacada de fuerte disentería:
clamé á María ofreciéndola salir á implorar su
limosnita y hoy cumplo lo prometido.
Guatemala (Centro América) — Adela A. de Larrondo, da gracias á María Auxiliadora por ha­
berle sanado de una peligrosa enfermedad y en
acción de gracias da una limosna.
Ibidem. — Dolores F. de Rottman, por haberle
concedido á su esposo la salud.
Ibidem. — Modesta Navarrete da gracias á María
Auxiliadora por un favor otorgado á Juana de
Dios Morales y manda S 1,50.
Vinces (Ecuador) — Roza Muñoz y Francisca Coello
de Muñoz, dan gracias á la Virgen por favores
recibidos y envían una limosna.
Ibidem. — Vicente Gómez. Encontrándome bastante
mal de la salud, invoqué el Au.xilio de María la
que escuchó mis súplicas. No sabiendo cómo re­
compensar tan grande bien, remito una limosna
para el Santuario de Turin.
Ibidem. — María P. Muñoz. Habiéndome encon­
trado á las puertas del sepulcro, debido á una
fuerte fiebre, pedí de corazón protección á la
Sma. Virgen y al instante fui oída devolviéndome
la salud. Como ofrecí una limosna, hoy cumplo
con lo ofrecido.
Ibidem. — Adriana Trejo Portocarrera. En mayo
p. pdo. cayó enfermita con un fuerte constipado
la única hija que tengo. En tales angustias vino
un amigo y me aconsejó que, una vez que la
medicina era impotente para combatir tal peli­
gro, elevase oraciones á la Virgen de Don Bosco.
i Oh prodigio ! Fué verdaderamente un encanto
la curación con la súplica y el haberle puesto en
el pecho una medalla de M. Auxiliadora. Reco­
nocida de tan gran favor hago pública mi gracia.
Valdecolmenas de Arriba (España). — O. de R. Por
haber otorgado feliz éxito en una operación de
mi hermano.

U M

S ^ ^ C iU G D O

fUY afertuos^o y sentido enviamos á todos
los que han tomado parte en el Congreso
Salesiano de Lima, deseándoles que sus trabajos
sean coronados por éxito brillante y duradero. Al
mismo tiempo aprovechando que la mirada de los
Cooperadores está fija en la ciudad de los Reyes,
creemos o|X)rtuno dar una idea ligerísima de la
hermosa ciudad pieruana. Fundada por Francisco
Pizarro en 1535, en las bellas riberas del Rímac, ya
en 1541 fué erigida en obispado por Paulo 111
y en arzobispado en 1545, como Metropolitana de
diez sedes que comprendían toda la América me­
ridional, desde el Istmo del Panamá hasta La
Plata (Charcas). En 1571 Pío V le concedió el hon­
roso titulo de Primada de los Reinos de América.
En el Gobierno civil tuvo los mismos hono­
res. Junto con la Nueva España ó. Méjico, el Perú
fué erigido en Vireinato en 1542 p>or Carlos V,
teniendo jurisdicción en todo el Centro y Sud-América.
En el Perú y en Lima han brillado santos que
embalsamaron y embellecieron la Iglesia en las di­
latadas, feraces y hermosas regiones americanas :
Sto. Toribio, cuyo 3’' centenario da ocasión al Con­
greso Salesiano; Sta. Rosa de Lima, la tlor ameri­
cana, cuya fragancia se percibe todavía y continuanuará p>ercibiéndose; S. Francisco Solano; S. Martin
de Porres; la Madre Monteagudo, etc, corona que
basta para acreditar sus glorias y excelencias.
La sede de Lima ha sido hasta hoy ocupada por
25 Prelados, que han sido prez y ornamento de la
Iglesia católica, cuya doctrina han conservado in­
tacta y pura.
Esta es la ciudad donde se reúne ahora el Con­
greso de Cooperadores, cuyas decisiones ejercerán
benéfico impulso, no sólo en la Inspectoría PerúBoliviana, sino en toda la sociedad Salesiana.

Por España.
MADRID. Visita Mostré. — Tomamos de E l Uni­
verso. El 17 de Febrero á las once Su Alteza la In­
fanta doña Mana Teresa visitó las Escuelas que los
Padres Salesianos tienen establecidas en la Ronda
de Atocha.
No es para descrito el júbilo que se notaba en
el semblante de los zoo niños que reciben instruc­
ción y educación gratuita en dichas Escuelas, al
verse visitados y agasajados por dama tan principaL
Su Alteza hizo primero ima corta visita al San­

tísimo Sacramento, en la nueva y bonita iglesia de
María Auxiliadora, y, acto seguido, acompañada
por el Padre Castilla, director de la Casa, visitó las
clases, dirigiendo á los profesores frases de encomio
y aliento. Después pasó al salón de actos, donde los
alumnos de canto y declamación interpretaron una
bonita Marcha Real, á tres voces, y otras composi­
ciones clásicas, dirigiéndola, además, un saludo muy
sentido en acción de gracias.
Terminó el acto con un complicado ejercicio de
gimnasia, ejecutado por doce niños perfectamente
disfrazados de chinos, que resultó muy agradable.
Antes de despedirse subió de nuevo Su Alteza á
la iglesia, donde recibió la bendición con Su Divina
Majestad, y después de visitar la sacristía, y cama­
rín de la Virgen salió de la casa muy bien compla­
cida de lo mucho que en muy poco tiempo han hecho
los Padres Salesianos en favor de los niños pobres'
de los barrios bajos.
Los niños y demás presentes aclamaron á Su
Alteza, tanto á la entrada como á la salida, que­
dando todos edificados de la piedad y caridad de
tan noble dama.
Acompañaba á Su Alteza la Condesa de Mirasol.
Entre las personas que asistieron al acto vimos á
las Marquesas de Perijáa y Casa-Laiglesia y á las
señoras de Guedea., Trillo, Niculant, García y otras.
Quiera Dios que el noble ejemplo de la Infanta
doña María Teresa repiercuta en la alta sociedad
madrileña, para que todos unidos cooperen con los
Padres Salesianos al pronto y completo desarrollo
de la Obra de Don Bosco en España.
p4L

Ecos de las Fiestas Patronales
SARRIÁ'BARCELONA. — Nos escribe A. de C.:
Fiestas, fiestas i Se desean con ansia, setrabajapor
su éxito con actividad febril, llegan, pasan veloces,
como pasan las horas felices y ¿qué queda de ellas?
Un recuerdo grato, quizás una buena inspiración, un
buen propósito y.... nostalgia para los hombres, de­
seo de nuevas fiestas para los niños, que en su sen­
cillez y candor exclaman al ver lo velocesque pasan;
qué bien si el dia después de fiesta fuera fiesta !
— Algo digno de pendón ha ocurído en esta
casa de Sarria desde el comienzo del año escolar^
que interese á los lectores del Boletín; pero ¡pierden
tanto de su brillo y de su importancia las cosas al
pasar por d tamiz de la descripcidi l difícil es

io6 —
describirlas I El fervor, el entusiasmo vistos, senti­
dos, son algo, son mucho; descritos, contados son
música, al menos para la mayor parte de los lec­
tores.

T-a Inmaculada, el amory orgullo de los Españoles
debe ocupar en lugar principal en nuestro calen­
dario de fiestas, como Españoles y como SalesianosComo fué el inicio feliz de nuestra Congregación,
suele ser el comienzo de la vida Salesiana para cada
uno de sus miembros; en ese día suelen hacer su
entradaoficial en ella con la recepción del hábito re­
ligioso. La víspera de la fiesta se desarrolló en nues­
tra liermosa iglesia de María Auxiliadora esa escena
que por más repetida que sea nunca pierde nada de
su novedad y solemne emoción. Unos dieg recibie­
ron la sotana y unos catorce la medalla de los coad­
jutores, de manos del Sr. Inspector, que al terminar
les dirigió tiernas palabras de aliento y felicitación.
Con preludio tan santo, no podía menos de ser
santa, alegre y entusiasta la fiesta.
El Dr. D. Clemente Cortejón, digno Director del
Instituto de Barcelona, y siempre complaciente y
benévolo con los hijos de D. Bosco, celebró la misa
de comunidad y con palabras encendidas de celo
y amor invitó á los niños á acercarse á recibir á
Jesús, el padre de los niños; varios de ellos lo
hacían por primera vez.
Solemne la misa mayor, excelente la música li­
túrgica, elocuente y entusiasta el sermón, concu­
rridas y fervorosas las demás funciones que forma­
ron el programa religioso de esta fiesta.
Una hermosa representación del Drama «Bocuum
Altemburgo » cerró la solemnidad con que los 350
niños de esta casa honraron á la Purísima patrona
de España.
— Un mes antes nos había obsequiado con su vi­
sita y permanencia entre nosotros el limo Sr. Don
Juan Torres y Bibas, Obispo de Menorca, de cuya
amabilidad y generosidad, conservan los asilados
gratos recuerdos.
— Unas fiestas preparan otras y la Iglesia los
últimos días de Diciembre y primeros de Enero los
ha sembrado de solemnes conmemoraciones que
do fervor en fervor nos llevan hasta la Cuaresma,
hasta la Semana Santa de grandiosos y conmove­
dores recuerdos. Por eso la solemnidad de S. Fran­
cisco de Sales, nuestro amado Patrono, celebrada
el 4 de Febrero, con entusiasmo y éxito, honrada
con representaciones de varias órdenes religiosas
de esta ciudad, cerró con broche dorado el ciclo
de fiestas invernales que el frío de la átmosfera y
la desnudez do la naturaleza hacen más devotas y
recogidas al calor íntimo del espíritu.
BARCELONA — Dios bendice visiblemente al
losUtuto de San José y el celo y sacrificio de nues­

tros hermanos prestan terreno á propósito para que
estas bendiciones germinen y fructifiquen. Y da
pena al alma que siente los ardores del celo y los
deseos de expansión de la idea cristiana, ver que
muchas veces todos los sacrificios encuentran un
obstáculo y se estrellan en la imposibilidad mate­
rial. Aquí el celo más ardiente debe ahogarse por
la extrechez de lugar. — Dadnos local, dadnos me­
dios materiales y hacemos de esta barriada un cen­
tro de educación cristiana, de regeneración obrera,
de piedad y de moral; me decía un Superior del
instituto. Y es triste que el error encuentre anchos
y lujosos salones para sus adeptos, que la inmorali­
dad tenga asiento en vastos teatros, mientras el
eco de la verdad y de la moral, la palabra de Dios
no halla donde resonar. — Lucida, á pesar de la
tristeza que aquel día se dibujaba en el cielo, lucida
y frecuentada resultó la solemnidad de S. Fran­
cisco de Sales el día 11 de Febrero. La misa del
M“. Capocci obtuvo buena intrepretación de la escolanía; ensalzó las virtudes del Santo, con sencillez y
elocuencia, el Sr. Magriñá y la flamante banda in­
fantil hizo sus primeros ensayos, que resultaron exce­
lentes, en el patio del Instituto durante los recreos.
Los antiguos alumnos y los obreros del centro,
cuyas asociaciones tienen su sede en el Instituto
asistieron numerosos á las funciones y dieron la
nota amena de la fiesta con la representación de un
hermoso drama.
Pero el salón-capilla es incapaz para la multi­
tud de fieles que en los días festivos, y aun en los
feriales, acuden á las funciones religiosas : todo
acto solemne queda comprimido por la estrechez.
La Iglesia parroquial está distante y es de absoluta
necesidad una nueva Iglesia en esta barriada obrera
donde, si no nos apresuramos á ocupar el campo con
la instrucción religiosa y los actos de piedad, está
á pique de naufragar la fe en manos de las sectas
y de la corrupción socialista. El ancho solar com­
prado al efecto espera que manos generosas levan­
ten las columnas del templo. ¿Quienes serán las
caritativas almas que fomenten y realicen este santo
proyecto? — Dios las bendiga. Felices los que el
Señor escoja como instrumentos suyos para esta
obra que tanta gloria le ha de dar. Conste entre­
tanto la necesidad urgente, y que los hijos de Don
Bosco, si no llega á más no es por falta celo ni de
sacrificio, sino porque no pueden. Faciant majara
potentes. ¿Tendrá esta idea un brazo fuerte que la
realice? Dios lo depare.
A. de C.
VITORIA. — La solemnidad de S . Francisco
de S a le s en nuestro Patronato ha revestido la
novedad y el entusiasmo propio de las primeras
fiestas, de las primicias de un Instituto; de muchas
esperanzas para nosotros, pues era como la primera
manifestación del carácter Salesiano en esta ciudad
cosa muy apropósito para ganamos la opinión

— 107 —
pública, y de grande espectativa para nuestros
bienhechores que deseaban ver como el ensayo ini­
cial de nuestra obra. Con la satislacción más com­
pleta podemos asegurar que tanto para ellos como
para nosotros la prueba ha salido á maravilla.
De ello sea testigo el Heraldo Alavés de cuyas
columnas cortamos lo siguiente :
EN E L P A T R O N A TO .

Hermosísimos sobre toda ponderación han resul­
tado los festejos celebrados hoy en el Patronato del
Pilar en honor de San Francisco de Sales.
Durante la función solemne, en que ofició el
R. Párroco de Sta. María, Dr. D. Félix de Landa,
el Rdo. P. Tressens, de la Compañía de Jesús, ocupó
la sagrada cátedra después del evangelio, pronun­
ciando un hermoso discurso, en el que nos dió á
conocer las vidas del patrono San Francisco de
Sales, y don Bosco fundador de la Sociedad Salesiana.
Los alumnos del Patronato, admirablemente
dirigidos por el organista del mismo, cantaron
de manera correctísima, una hermosa misa original
y propiedad de la Congregación Salesiana.
Por la tarde á las tres y media, se rezó el rosario,
con exposición de S. D. M.
Terminada la parte religi<»a, los muchachos re­
cibieron una apetitosa merienda, costeada por el
caballero vitoriano don Cipriano del Valle.
Era de ver el jolgorio y alegría que se apoderó
de los jóvenes alumnos, quienes j>ara demostrar
su satisfacción, vitoreaban á Don Bosco, á San
Francisco y al señor del Valle.
A las cuatro y media comenzó la velada teatral,
para la que fué habilitado un salón del piso segundo.
Los pequeños artistas cosecharon aplausos en
abundancia en la interpretación de « Las vocales »
bonito juguete, que salió muy bien; « Luzbel »,
cuadro alegórico muy interesante; « Amor y com­
pasión », obra de efecto y < La escuela de aldea *,
zarzuela que produjo hilaridad y regocijo.
A los festejos acudió distinguido público.
Felicitamos á la fundadora, junta de gobierno
y profesorado de la nueva institución salesiana.»
Por nuestra parte sólo nos queda dar las gracias
más expresivas al P. Terresens, al Dr. Landa y al
Sr. Valle por la parte activa que tomaron en la
fiesta, Dios se lo pague y haga que tengan muchos
imitadores. El pueblo de Vitoria, que en esta oca­
sión no desmintió su conocida generosidad é hidal­
guía, reciba nuestras gracias también, con la pro­
mesa de seguir siendo, con el auxilio de Dios, dignos
de sus simpatías y beneficios.
A .d e C .
VIQO-PONTEVEDRA — De E l Restaurador, sema­
nario local cortamos :
El triduo á San Francisco de Sales que los PP. Sa-

lesianos de esta ciudad acaban de tributarle, fué
una nueva revelación de la creciente de\'0ción que
los fieles vigueses profesan á María Auxiliadora,
al acudir en tan gran número á honrar la memoria
de los Santos predilectos de la gran familia Sale­
siana. Y es natural que así suceda, porque todo
árbol bueno buen fruto Ueva, y la tierna solicitud,
los continuos desvelos é inagotable afán por acre­
centar la gloria de María y derramar el bien, en su
nombre, entre la infancia abandonada ó desvalida,
no podía quedar sin visible recompensa por parte
de Aquélla que es liberalísima en sus gracias y
auxilio seguro de toda empresa santa, y por ende
bienhechora.
Asi la Capilla de la calle de la Ronda se vela en
esos días muy frecuentada de fieles, á todas horas,
y más especialmente por la tardes, que ya no había
sitio cómodo para tantas personas como á ella
acudían.
Dió también gran realce á estos solemnes cultos
la elocuente palabra del P. Juan de Guemida, en­
cargado de explicar en ellos la palabra divina.
Siempre que tenemos que ocupamos de tan
meritísimo orador sagrado, tropezamos con el in­
conveniente de no poder compendiar sus elevados
conceptos ni cada atinadísima aplicación que de la
doctrina general hace á los casos particulares y de
palpitante actualidad, por lo que preferimos tribu­
tarle sencillamente nuestro aplauso de admiración.
UTRERA. — El XXV Aniversario de la fundación
del Colegio de Nuestra Señora del Carmen. — Con
motivo de celebrarse el 25® aniversario de la
llegada de los Salesianos á Utrera, que es como de­
cir de su llegada á España, hanse celebrado grandes
fiestas en esta ciudad, en las que se han dado cita
los antiguos alumnos del Colegio de Ntra. Señora
del Carmen, poniendo de manifiesto la simpatía
de que gozan los Salesianos y el amor que por ellos
nutren cuantos han recibido de ellos las saludables
enseñanzas predicadas con su palabra y con su
ejemplo.
El 16 de Fbro. fué el día señalado para celebrar
la fiesta de S. Francisco de Sales, Patrono de las
Obras Salesianas, y con ella el fausto aniversario.
Fué precedida de un solemne triduo en que predi­
caron grandes oradores, todos tres antiguos alum­
nos del Colegio.
La Misa pontifical fué celebrada á las 11 por el
limo. Sr. Obispo de Lystra.
Un nutrido coro de voces de alumnos del Colegio
interpetó una Misa de canto gregoriano. Terminado
el Evangelio ocupó la sagrada cátedra el Inspector
de Andalucía, don Pedro Ricaldone, el-que durante
una hora supo cautivar al numeroso auditorio con
un sermón en el que no se sabia qué admirar más,
si la elegancia de su forma ó la profundidad de su

— io8 —
fondo. V tod o lo dijo en ameno estilo, salpicado de
erudición, de frases hermosas, de pensamientos
bellísimos, de consideraciones atinadas hasta tal
punto que hizo derramar lágrimas á los oyentes
dejando á todos impresión gratísima.
AI ofertorio se cantó el verso del
Redde»
acompañando á la orquesta el señor marqués de
Casa Ulloa, que tanto hace para el mayor esplendor
de l.us fiestas salesianas. Terminada la solemnidad
religiosa pasaron al comedor los alumnos acompa­
ñados de los Cooperadores invitados. Ocupó la pre­
sidencia el limo. Sr. Obispo de Lystra.
Terminada la comida, se pasó al salón destinado
para celebrar la velada literaria. En el frente se
habla levantado una tribuna, y bajo hermoso dosel
de terciopelo rojo se hallaba colocada una pre­
ciosa imagen de María Auxiliadora.
Después de cantado un himno por los alumnos
del Colegio, ocupó la tribuna el señor don Andrés de
Mora liatanero, el cual empezó diciendo que si los
aplausos que escuchaba eran para él, no los recibía,
pero si eran al destino que ostentaba, eran pocos,
pues necesitaba más para depositarlos en la tumba
del R. P. Ernesto. Dedica un cariñoso recuerdo al
Cardenal Spínola y cita un consejo dado por el emi­
nente Purpurado.
Puso de manifiesto el espíritu de la obra de Don
BoSco, y en párrafos elocuentísimos, premiados
con grandes aplausos, se ocupó á grandes rasgos de
la confederación que ha de formarse por los alumnos
para difundir la semilla de la caridad y de la justicia
en todos los corazonés.fA/itcAísimos aplausos).
Tomaron luego la palabra varios otros caballeros
que con verdadera elocuencia pusieron de relieve su
amor á D. Bosco y su Obra.
El acto terminó con un resumen hecho por el
P. Ricaldone, que con la frase genial que le caracte­
riza. alentó á todos los alumnos para que persistie­
ran en la obra de regeneración cristiana á que esta­
ban obligados, leyendo al final el siguiente
Telegrama

Santo Padre celebrando que solemnidad vigésimoquinto aniversario de ese Colegio se halle enaltecida
presencia benemérito Superior General Salesianos,
bendice de corazón profesores, alumnos antiguos y tnodernos augura á todos se hallen siempre acordes en
la práctica defensa de los principios cristianos.
LAS PALMAS {Gran Canaria). Fiesta de S. Fran­
cisco. — F.l domingo 4 de Febrero celebraron nues­
tros Cooperadores la fiesta de S. Francisco de Sales,
cuyo panegírico estuvo á cargo el Sr. Pbro. D. Do­
nato Rodríguez. En el Palacio Episcopal tuvieron
una Junta General presidida porel amadísimo Pre­
lado que es admirador entusiasta de la Obra de Don
Bosco. Se c.Kpuso el objeto que la Unión se propone

y que no es otro que trasplantar á la isla la Institu­
ción que tantos beneficios bajo formas tan variadas
presta la Sociedad Salesiana en casi todas las na­
ciones del viejo y del nuevo mundo y se pidió á
S. Urna, lo bendijese. El venerable Pastor enterne­
cido y entusiasta, no sólo bendijo sino animó á con­
tinuar hasta lograr el objeto. Dióse cuenta de los
trabajos hasta entonces efectuados y después 'de
una colecta en favor de la Obra, se puso fin á la
Junta, saliendo todos más decididos y entusiastas
por la Obra Salesiana.

Por América.
RAWSON (Argentina). — Tomamos de la Cruz
del Sur: Exámenes de Religión en el Colegio Sale*
siano. — El día 30 del mes p. p., en el Colegio Salesiano, tuvieron lugar los exámenes de Religión y lo
que se llama porfia catequística.
Presenciaron el acto, en un espacioso salón ador­
nado para el efecto, el Señor Gobernador, el Inspec­
tor de escuelas nacionales. Señor Martínez, el Jefe
interino de Policía, Señor López y varios padres
de familia, con los profesores del Establecimiento.
Los alumnos rindieron examen sobre la ense­
ñanza dogmática y moral, cada grado y sección
según el respectivo programa.
No faltamos á la verdad si aseguramos que, á
pesar del rigor de los examinadores, todos los alum­
nos salieron bien, especialmente los del 4®. grado.
A todos, nuestras más calurosas felicitamos.
TRELEW. — Memorable fecha será, sin duda, la
del 8 de Dbre. p. p. para el pueblo de Trelew, en
que tuvo lugar un hecho que señala un gran pro­
greso para esta Sociedad, queremos decir la solemne
inauguración del nuevo Colegio María Auxiliadora
para las niñas y señoritas del Territorio.
Este Colegio, situado á trescientos metros de la
Iglesia , cerca de la Casa de Gobierno, en el paraje
más elevado del pueblo quizás, presenta un aspecto
imponente.
Y asombra el pensar que ha sido levantado en el
breve espacio de 6 meses, con limosnas recogidas
en el Chubut, que siempre se presta para las obras
buenas y en Buenos Aires. Tiene cerca de loo me­
tros de largo por 7,50 de ancho, 7 de alto en su
parte exterior, teniendo todas las habitaciones
interiores 5 metros de luz de altura, con abudantísima ventilación. Ofrece un conjunto tan higié­
nico que más no podría desear el pedagogo más exi­
gente y quisquilloso.
Después de bendecido el Oratorio privado para
uso esclusivo de la Comunidad y la artística estatua
de María Sma. Auxiliadora, con las bellísimas ora­
ciones del Ritual Romano, se principió la bendición
del Colegio, acabando con colocar en el lugar más

— 109 —
honorífico y patente del salón de estudios y actos
literarios la vene^d.nda Imagen de jesús Crucificado.
En la tarde, á las 8 p. m. según elegante invita­
ción, tuvo lugar en el mismo Colegio, organizado
por las Hermanas y educandas del Colegio, un her­
moso acto literario-rausical, que ellas dedicaron
á los Bienhechores de la Obra.
Todo lo que dijésemos para encomiar las bellí­
simas representaciones, sería poco. Todos los nú­
meros del reparto fueron desempeñados á plena
satisfacción del público que aplaudía estruendosa
é insistentemente.
Ha costado grandes sacrificios, sin duda, como
toda obra destinada á procurar el bien en vastas
proporciones; pero los frutos á recogerse corres­
ponderán, no lo dudemos, á la magnitud del sacri­
ficio. Las familias, se deben pues felicitar , especial­
mente las que han contribuido con su óbolo á tan
espléndido resultado.
Felicitamos muy de veras á las buenas Hermanas,
que, al fin, ven coronados todos sus esfuerzos y
cuentan con un edificio escolar, que figuaría bien
en cualquier centro de población.
BUENOS AIRES (Argenlina) — Congreso de Mú­
sica Sagrada — La Asociación de Sta. Cecilia que
reside en el Colegio salesiano de Bemal y edita la
ya célebre Revista del mismo nombre, promovió
un Concurso sud-americano con el fin de fomentar
más y más la restauración de la música eclesiástica,
según los deseos del Padre de los fieles. El Jurado
de Calificación, compuesto de maestros conocidos,
tuvo tres reuniones plenas en las cuales examinó
las obras y discernió los premios, cuya distribución
tuvo lugar con éxito completo el 5 de Noviembre
en el Colegio Salesiano Pío IX de Almagro.
Presidió el acto el Exmo. y Rvmo. Sr. Arzo­
bispo de Buenos Aires, Mons. Mariano A. Espi­
nosa ; la orquesta amenizaba el acto y la Escolanía
del Colegio interpretó magistralmente grandes
composiciones. Una de las notas salientes fué el
magistral discurso del P. Rota, Presidente del
Jurado. El primer premio fué asignado al Te Deum
del prof. Bruno Goyeneche, de Paysandú (Rep.
Oriental); el 2®al Tantum Ergo del Sr. Casildo G.
Thomson de Buenos Aires.
Todos los concurrentes quedaron satisfechos de
la escrupulosidad del Jurado y animados á pro­
seguir en la Santa Obra de la total regeneración
del Canto religioso.
El Boletín Salesiano felicita calurosamente á los
premiados y les desea larga \úda y grandes triunfos
en el arte divino.
GUAYAQUIL {Ecuador). Instituto Santistevan-_
Repartición de premios. — El sábado 6 del pre­
sente, tuvo lugar el acto de la solemne repartición
de premios en el Asilo Salesiano José Domingo de

Santistevan. Magnífico era el efecto que pre­
sentaba el Asilo mirado por el frente : hallábase
vestido de gala con innumerables banderas de las
diferentes naciones americanas, gallardetes y flores
naturales colocadas con arte y exquisito gusto.
Mucho antes de las horas citadas, el crecido nú­
mero de personas que llegaban seguían visitando
bis diferentes secciones del Asilo, puestas de mani­
fiesto para que todos aprecien la bondad del esta­
blecimiento.
A pesar de la distancia en que se halla el Asilo,
no faltaron muchos personajes, tanto del clero como
seglares y matronas de lo más distinguido de la so­
ciedad guayaquileña que con su presencia dieron
tanto realce á esa fiesta escolar.
A liis horas citadas se dió comienzo al acto ; re­
saltaba en el fondo del salón preparado para el caso,
el retrato del insigne caballero guayaquileño y de­
cidido protector de la niñez, Sr. D. José Domingo
de Santistevan, bajo un cielo de coronas y teniendo
por ios lados banderas muy vistosas.
Los números de! programa se cumplieron en
medio de ovaciones espontáneas. El Director del
Asilo, Sr. Domingo Comin, Pbro, hizo ver con bien
sentidas frases el adelanto que había tomado el
colegio en el corto espacio de un año de instalado,
manifestó su gratitud por la Honorable Junta de
Beneficiencia y bienhechores de las obras de Don
Bosco, y entusiasmando al público dijo que la ac­
ción de los Salesianos en Guayaquil debe exten­
derse á mayor número de niños que el que en la
actualidad contiene.
El señor doctor canónigo Samuel Jiménez en
representación de .Monseñor José M. de Santistevan,
leyó una expresiva alocución, la cual agradó á to­
dos. Las piezas de canto ejecutadas por los alumnos
nada dejaron que desear, habiendo llamado particu­
larmente la atcnciónla «Banda Vocal*,quemereció
aplausos calurosos por la seguridad y tino con que
los pequeños artistas se desempeñaron.
Dió conclusión al acto el Reverendísimo Sr. Vi­
cario general, con palabras llenas de animación
para los Salesianos y Cooperadores con ellos en la
grande obra de la regeneración social, y palabras
de admiración para el ilustre fundador del Asilo.
VALENCIA {Venetxiela)---- El Saotaarlo de María
Auxiliadora. — Nos escribe un Corresponsal en
data 22 de Diciembre de 1905.
Heme aquí á darle algunas noticias sobre nues­
tro querido Santuario de María Auxiliadora, el
cual, como Ud. sabe, reju-esenta uno de los más
hermosos ejemplos de cuánto pueda la caridad cris­
tiana en corazones profundamente amantes de
María. Pues, si ahora hay en Valencia un Santuario
á María Auxiladora, en gran parte es debido al
celo y abnegación de varias respetables Señoras
y Señoritas, las cuales con una constancia admi-

— no —
rabie, por casi todo un año, fueron de familia en
familia recogiendo el centavo que cada miembro les
daba gustosos para nuestro Santuario.
Sin embargo, aunque dedicada al culto público,
no crea Ud. Sr. Director, que esta Iglesia esté ya
del todo terminada. Es mucho lo que nos falta
para embellecerla y completarla, en todos sus detallc.s. i-*ero María Auxiliadora, que llevó la obra
hasta este punto, sabrá Ella por cierto darle per­
fecto cumplimento. Y para que Ud. vea que nues­
tras esperanzas no están mal fundadas, el día de
la inauguración de una de las seis capillas laterales
del Santuario, se bendijo solemnemente una her­
mosa estatua de S. José, ofrecida por el Sr. La­
dislao Acosta y la ñesta fué sobremanera solemne,
instalándose dicho día la Cofradía de María Auxi­
liadora.
Y a hemos encargado una hermosa estatua de
María Auxiliadora y la estamos esperando en estos
días.
Nuestros esfuerzos están ahora dirigidos á ver
si llegamos á poner el artesonado á toda la nave
central, y la cosa ya está bien encaminada.
Concluyo, mívs no sin antes decirle, que la devo­
ción á María Auxiliadora grande ya entre los ñeles
de esta ciudad, se va ahora extendiendo y arraigangando cada dia más.
La asistencia álos divinos oñeios que se celebran
en nuestro Santuario es sieinprenumerosa,y grande
la frecuencia á los Sacramentos de la Confesión y
Comunión, llegando á ser realmente extraordinaria
en el día de la Inmaculada, en el cual tuvimos el
gran consuelo de ver á todos nuestros niños acer­
carse á los Sacramentos con gran fervor, conve­
nientemente dispuestos por un triduo de predica­
ciones para ellos solos.
SANTIAGO {Chile). De dos diarios de la Capital
sacamos lo que sigue. En el Patrocinio de San José.
Hermoso triunfo escolar. — De tal pude califi­
carse el acto literario con que el Domingo puso
término este etablecimiento de educación, á los
trabajos del año escolar.
La numerosa y distinguida concurrencia que
asistió á la fiesta, pudo comprobar en qué forma tan
hermosa y amplia se desarrolla allí la instrucción ;
cómo el arte, la música, el drama marchan allí en
feliz consorcio con los demás conocimientos hu­
manos.
No Imblaremos aquí de los detalles del programa.
Bástenos decir que cada número era una revelación
para el público, que este instituto podrá ser igua­
lado en actos do esta especie, pero nunca superado.
Nosotros queremos hacer resaltar aquí el triunfo
moral que en el acto del Domingo iba envuelto, la
hermosa manera con que el colegio ha correspon­
dido á la confianza de los padres de familia que á
él mandan sus hijos.

En efecto, se recordará que á principios de año
este colegio fué objeto de una encarnizada campaña
y de graves inculpaciones. El personal fué blanco
de hirientes alusiones. Pero la justicia, solicitada
por los mismos inculpados, llegó hasta allá, hizo su
obra severamente, escudriñó, buscó, indagó, para
llegar á la más consoladora conclusión ; no había
allí ni la sombra de culpa ; el colegio era inmacu­
lado ; el personal era inocente.
El prestigio, el buen nombre del qolegio brilló
entonces con más fulgor, como el sol después de la
tempestad.
Y la sociedad, que nunca diera asenso á la ca­
lumnia contra la institución, se apresuró á darle
especiales pruebas de confianza, enviándole niños
en mayor número aún que en años anteriores.
Por lo demás, el éxito del Domingo como re­
presentación artística, tiene su explicación: los
salesianos se dedican á la educación de la niñez con
toda abnegación y entusiasmo, en la sociedad cuen­
tan con espíritus cultivadísimos y artísticos que
aplican sus facultades á ese mismo objetivo, y sus
actos públicos son reflejo de la cultura que allí
se imparte y del espíritu que en la institución
domina.
A los aplausos del Domingo, nosotros queremos
agregar nuestra cordial felicitación al cuerpo de
profesores, y singularmente á su hábil y entusiasta
director, nuestro querido amigo el presbítero Don
Luis Costamagna.
Premíacióa. — Con el objeto de comprobar las
honrosas referencisa que teníamos acerca de la
labor educativa de los Salesianos concurrimos
á presenciar la distribución de premios, verifi­
cada el 17 de los corrientes en el colegio que ellos
dirigen.
Es ese un instituto simpático á nuestra sociedad
porque propende de modo especial á la educación
práctica de los alumnos, formando en gran parte gra­
tuitamente una generacián sana, moral y apta para
el trabajo, en vez de sabios de cartulina que nece­
siten guarecerse á la sombra del presupuesto.
Por ser de esa índole benéfica y popular, nos com­
plació ver en el recinto de ese instituto al señor
Ministro de justicia, al señor Ministro de Obras
Públicas, á los señores Ministro de Italia, de Ar­
gentina y de Bolivia, al Senador señor Matte Pérez,
señor Mecket, al señor Inspector de Instrucción
Pública, y á otros distinguidos caballeros.
Una pieza oratoria delicada y sencilla, pronun­
ciada correctamente y un precioso diálogo en verso
declamado con exquisita gracia dieron á la fiesta
un matiz literario.
Mereció una oleada de sinceros aplausos el sim­
bólico cuadro de la Patria, en que los alumnos artís­
ticamente agrupados en tomo de la gloriosa estrella
de Chile y con las banderas nacionales desplegadas,
cantaron el himno titulado ¡ Vtva Chile l, con esa



entonación fogosa con que el patriotismo de los chi­
lenos se expresa y que los salesianos saben desar­
rollar intensamente en sus alumnos.
Tanto los caballeros que fueron particular y ga­
lantemente atendidos por el señor director del esta­

III



blecimiento, como la distinguida concurrencia de
familias que en número de 3.000 personas llenaba
el recinto, manifestaron la satisfacción que les pro­
ducía el éxito obtenido por esos abnegados edu­
cadores.

íDcmorias biográficas be íDons. fiuis fiaoagna
(Continuación) ( i )

CAPITULO X X V
V así vemos á nuestro misionero consagrado por
varios días á derramar el bálsamo del sentimiento
religioso en las heridas engangrenadas de aquellos
miserables presidiarios. No hay pluma capaz de
contar las industrias que le inspiró la caridad para
excitar el horror al vicio y al pecado en aquellos
corazones enconados por el dolor, á menudo endu­
recidos en el mal por la inveterada costumbre y
por la enormidad dé las culpas. Persuadido de que
ante todo le es necesario al predicador que úni­
camente anhela por el bien de las almas adaptar­
se á la inteligiencia y necesidades de sus oyentes, no
se pierde en altisonante palabrería ni se cuida de
los atavíos de la elocuencia que sin embargo le
eran tan familiares, sino que emplea el lenguaje
fácil y abundante que llega al corazón y conmueve
todas sus fibras. Algunos hechos y ejemplos narra­
dos con gran naturalidad y con mucho corazón
hacían más mella en su auditorio que los más estric­
tos razonamientos. Muy pronto cayó en la cuenta
de que era dueño del campo. A completar la obra
de la conversión de aquellas almas le ayudó sobre­
manera el tiempo del recreo que él cuidaba de pa­
sar por entero en compañía de sus amados presos.
Sentados en su derredor colgaban de sus labios
escuchando con inefable deleite y provecho espi­
ritual mil graciosas historietas; y respondiendo
á las preguntas que les dirigía daban suelta á la
corriente de afectos que ya parecían muertos en
aquellos corazones, porque desde tanto tiempo
atrás no habían hallado una persona que condivi(i) V éase B oU tin Sal. de Agosto d e 1905 pág. 318.

diese con ellos las penas y los dolores. Antes de
terminar estos ejercicios tuvo el envidiable consuelo
de ver á todos los penados reconciliarse con Dios
y refocilarse con el Pan de los fuertes, que les debía
dar la paz y la resignación. Por muchos años se
conservó entre aquellas escuetas paredes el re­
cuerdo de su predicación, de su agrado y particu­
larmente de su caridad.
Como á Don Sosco al visitar á los presidiarios
le asaltó el pensamiento de los Oratorios festivos,
así los ejercicios espirituales de la penitenciaría
de Montevideo redoblaron el ya tan ardiente celo
del P. Lasagna en propagar con todas sus fuerzas
esta institución que fué la cuna y debe ser el más
vasto campo de la acción salesiana. Y hé aquí al
verdadero hijo de Don Sosco más ocupado aún
que antes en recoger niños, especialmente los do­
mingos. para instruirlos y modelarlos en las vir­
tudes cristianas. Y como quiera que Dios le había
concedido el dón de comunicar con toda facilidad
el entusiasimo que ardía en su pecho, en breve
tiempo se vió rodeado de gran número de jóvenes
pertenecientes á las principales familias de Mon­
tevideo y exalumnos del Colegio Pío, dispuestos
á seguirlo y coadyuvarlo en fundar y sostener Ora­
torios festivos en diversos barrios de la ciudad y
en las cercanías de ella. Y no fueron vanas palabras:
bien pronto se cosecharon abundantísimos frutos,
como lo atestigua E l Bien Público de Montevideo
en su número del 8 de Agosto de 1882. No haya
el lector por pesadumbre y enojo que reproduzca­
mos algunos periodos del Estado que el Presidente
de la Sociedad de los Oratorios Festivos Don Luis
Pedro Lenguas publicó el 19 de Julio 1882.
« Acción — Oración — Sacrificio, — Le es suma-



II2 —

mente satisfactorio al Consejo directivo de nuestra
asociación el presentaros hoy la memoria de los
trabajos llevados á cabo en c! período de su admi­
nistración. Antes de entrar en los detalles de estos
trabajos, debemos hacer algunas consideraciones
acerca del origen y desarrollo de nuestra naciente
institución. Todos vosotros conocéis el origen de
la Asociación de los Oratorios festivos. Algunos
alumnos del Colegio Pío, compadecidos del la­
mentable estado de muchos pobres niños que en­
contraban en sus paseos, sumergidos en la más ver­
gonzosa ignorancia de todo principio moral y reli­
gioso, por no poder frecuentar las clases gratuitas
del Colegio, ni las funciones ni tan siquiera el cate­
cismo do los días festivos, considerando que los so­
los laimmtos no serian bastantes á impedir las con­
secuencias de tan grande ignorancia, impulsados
por los caritativos sentimientos de sus corazones,
se decitlieron á fundar una institución que tuviera
por objeto mejorar hasta donde fuera posible, la
condición de aijuellos infelices, presentándoles los
medios y atrayéndolos do mil modos á frecuentar
las funciones v explicaciones de la doctrina cris­
tiana que tollos los domingos y días festivos so ha­
cen en la capilla del Colegio Pío... Ellos, en verdad,
conocían la magnitud de la obra que acometían,
las dificultades que debían superar para llevarla á
c.ma, pero también se animaban á continuar con
denueilo siempre creciente y áno ceder jamás á las
dilicultudes.
« Un sacerdote docto y ejemplar, cuyo recuerdo
nos obliga á rendirle tributo de afecto y gratitud,
nuestro inolvidable P. Lasagna, dirigió aquwllos
primeros trabajos que eran necesarios para orga­
nizar la sociedad, y los jóvenes, encaminados por
aquel colosisimo sacerdote, pudieron fundar la
tan suspirada institución, bajo el nombre de Ami­
gos del Pueblo, que los socios cambiaron luego en
el de Oratorios festivos, indudablemente más ade­
cuado ul objeto do la institución. »
Después de narrar la fundación y las vicisitudes
de cinco Oratorios, es decir, del Sagrado Corasón
de Jesús en Montevideo, do S. /ígMsíí/* en la Villa
de la Unión, de S. Istdro en 1^ Piedras, de Mira.
Señora de la Pas on la Paz y de María Auxiliadora
en Villa Colón, el Presidente concluía : « Al prin­
cipio de nuestros trabajos, nos preocupaba la idea
de fortnar un reglamento par el régimen interno
de los Oratorios que aún faltaba á la Asociación.
Un miembro del Consejo, Manuel González, se
encargó de formularlo ; se pasó luego al P. Lasagna
para su revisión : hoy está impreso y á disposición
de los señores socios. Nos es también grato anunciar

que el Reglamento ó Estatuto de la Sociedad está
ya formulado y en manos del P. Lasagna. Estando
él para llegar de un día á otro de un viaje hecho
al Brasil, será fácil al Consejo pedírselo para im­
primirlo. »
Nos es grato leer en diversas memorias que nos
han llegado de Montevideo, que el Obispo se dignó
aprobar el uno y el otro reglamento, augurando de
allí un gran bien para la juventud de su diócesis.
Si esta página de los Oratorios festivos redunda
en loa del P. Lasagna que fué su inspirador en
Montevideo, mostrándonosle una vez más como
verdadero hijo de Don Bosco, nos llena al mismo
tiempo de admiración por la generosidad con que
aquellos jóvenes ardorosos, no perdidos tras los
devaneos del mundo, sino prontos á todo sacri­
ficio, se le brindaron por compañeros y cooperado­
res en una obra tan hermosa y saludable. ¡ Plegue á
Dios que tengan muchos imitadores ! Y ojalá que
su ejemplo sea parte á proveer á los Oratorios, que
muchas veces no los tienen, de celosos asistentes
y catequistas, los cuales á par de los misioneros de
las interminables comarcas de Africa y América,
podrían arrancar muchas almas al demonio y
guiarlas al puerto de salvación; sin contar otro beficio que Ies resultaría de esto ; y es que el ora­
torio en que prestaran sus servicios se convertiría
para ellos mismos en un baluarte contra los innu­
merables asiltos del demonio y del mundo, y en un
continuo excitamiento para progresar en el bien.
Sobrado motivo tenía un aventajado ingeniero
cuando al saludar á su querido Oratorio, excla­
maba : 4 ¿Cómo no amarte? A ti debo el que en los
años más peligrosos de mi vida durante el curso
Universitario se hava mantenido firme mi fe y sin
mancilla mi corazón. ».
continxtará)

Con aprobación de la Autoridad Eclesiástica:
Gerente: JOSÉ GAMBINO.
Turin, Tip. Salesiana (B. S.) — Via Cottolengo, 32.