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OLETIN
SÁLESIANO
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p .E D A c c i O N
Y ^A d m i n i s t r a c i ó n
Turfn (Italia)
■» ¿'i'T
AÑO X XIII — N. 8
PUBLIOAO/ON M ENSUAL
AGOSTO de 1902
OREMUS PRO PONTIFICE NOSTRO LEONE
OREMOS POR NUESTRO PONTIFICE LEÓN XIII
D o m in u s c o iise rv e t e u m , e t v iv ífic e t e u ra , e t
b e a tu m fa c ia t eu m iu té r r a , e t n o n trn c la t etim
iu a u im a m iu im ic o ru n i e jn s.
E l S e ñ o r le c o n se rv e , y le d é v id a , y le h a g a
fe liz e n l a ti e r r a , y n o lo e n tr e g u e e n hw m an o s
d e s u s en e m ig o s.
S i r U A B I O — Carta Enciolica de 2T. Sto. Padre León
Papa X l l i ............................................................................póg. 201
E l Ropresouttnte del Sucesor de D . Bosoo en America . 206
Documentos S a l e s i a n o s ...................................................................... 310
D e kukstkas utstONRS. — Gualaquiza (Eonador) — Matto
Grosso (Brasil) — Tierra dol P n e g o ................................... 213
F e de e r r a ta s ................................................................................................. 217
NuRSiUA COEUKSPONDINCIA. — EspaQa; Bqjar — A m érica:
L a P lata (Argentina) — Bogotá (Colombia) — Quito
(Ecuador) . • ..................................................................................... 217
Gracias de María A u x i l i a d o r a .........................................................223
Crónica S a l e s i a n a ..............................................................
224
D I M d e s t r q ) S antísimo S e í o b
L E O is r
I> O R .
X .A .
F E . O “V I X5 E3ST C I - A .
PAPA
XIII
á todos los Patriarcas, Primados, Arzobispos, Obispos y demás Prelados
ordinarios en paz y comunión con la Sede Apostólica.
De la Sagrada Eucaristía.
Teneralles Hermanos: salud y l>endición
apostólica.
Nos hemos esforzado hasta el presente en
raz<)n del carácter sagrado de Nuestro minis
terio, y hasta el último aliento de Nuestra
vida Ños esforzaremos, mediante el auxilio
de Nuestro Señor Jesucristo, eii considerar y
seguir los ejemplos de a<lmirable solicitud por
la salvación de los hombres, que por mo<lo
tan snblime dió el mismo divino Iledentor.
Viviendo en una época que se muestra tan
víolentemente hostil á la verdad y á la Jus-
— 2o:í —
ticia, jamás hemos cesado, cuanto ha estado
de nuestra parte, como de ello es nuevo tes
timonio Nuestra reciente Carta Encíclica, de
dar al mundo las enseñanzas y avisos ade
cuados, y de adoptar las determinaciones que
Nos parecen más eficaces, así para evitar la
difusión de múltiples errores como para re
animar el vigor de la vida cristiana. De estas
resoluciones hay dos do muy reciente fecha
que íntimamente se corresponden, y cuyo re
cuerdo Nos sirvo de oportuno consuelo en
medio de tantas causas de tristeza como Nos
agobian. La primera es que Nos pareció so
bremanera siüudable consagrar con especial
solemnidad todo el género humano al Sagrado
Corazón de Cristo, líedoiitor nuestro j y la
segunda, haber exhortado vivamente á todos
los hombres que profesan la fe cristiana á
unirse con Aquel que divinamente es para
los individuos y las sociedades, el Camino,
la Verdad y la Vida.
Nuestra misma caridad apostólica, velando
por los destinos do la Iglesia, Nos decide, y
en cierto modo Nos impulsa ahora á i>oner
remate á Nuestros propósitos recomendando
con nuevas instancias al pueblo cristiano la
devoción á la Sagrada Eucaristía, porque es
don divino, salido de lo íntimo del Corazón
del mismo Kedentor, que deseó con vivo deseo
esta unión especialísima con . los hombres, y
que además, es muy propia para asegurar
con abundancia los . frutos saludables de la
Redención.
En virtud de Nuestra autoridad ó ispirados por este mismo celo, ya hemos adoptado
antes de ahora diversas resoluciones en este
orden de ideas. Entre otras, Nos es grato
recordar que hemos robustecido con Nuestra
aprobación y enriquecido con insignes privi
legios á numerosas instituciones y asocia
ciones dedicadas á la adoración perpetua del
Santísimo Sacramento; que hemos procurado
que los Congresos Eucarísticios se reúnan
con la conveniente solemnidad y produzcan
los debidos frutos, y que estas obras y to
das las análogUvS hemos puesto bajo el celes
tial imtrociuio de San Pivscual Bailón, que
fuó devotísimo del augusto misterio de la
Sagrada Eucaristía.
As! es que Nos jdaco, Venerables FTermanos, hablaros de algunas cosas relativas á
este misterio, eu cuya defensa y gloria se
empleó siompi'o la solicitud de la Iglesia, de
que dan testimouio esclarecido muchos már
tires, como también el celo do hombros doc
tísimos y elocuentísimos y el magisterio de
las artes nobles, y Nos proponemos hacer
más evidente y poner más de relieve la vir
tud de la Sagrada Eucaristía, esi>ecialmente
en lo que toca á su gi'atidisima eficacia para
remeiiio de h\s actuales necesidades. Y j>orque halláudost* á punto do terminar su vida
mortal, Nnosti-o Señor Jesucristo dejó este
moumnenío de su inmenso amor hacia los
hombres y este poderoso auxilio para la i?ída
del mundo (1), nada podemos desear más gra
to, Nos que estamos cerca del término de la
vida, que poder reanimar y fortificar en to
das las almas los afectos de gratitud y de
voción á este admirable Sacramento, en el
cual creemos que tienen su principal funda
mento la esperanza y la seguridad de la sal
vación y la paz, que ardientemente solicita
el deseo de todos.
Ciertamente, no faltarán hombres que se
maravillen al vernos juzgar que principal
mente por estos remedios y esta fuerza se ha
de procurar alivio á un siglo tan profunda
mente revuelto y agobiado por tan graves
malesj acaso estos hombres recibirán nues
tras palabras con desdeñoso fastidio. Mas esto
ha de atribuirse en primer término al orgullo,
porque cuando este vicio penetra eu las al
mas, inevitablemente languidece en ellas la
fe cristiana, que exige una religiosa sumisión
del espíritu, y necesariamente las envuelven
horribles tinieblas que les impiden conocer
las verdades divinas. A muchos de estos des
graciados es aplicable esta palabra: Blasfe
man de todo lo que no conocen (2). Lejos de
renunciar por eso á Nuestro designio estamos
resueltos á insistir con más vivo ardor en
iluminar á los que están animados de buenas
intenciones y en implorar con religiosa y fra
ternal oración que Dios perdone á los que
hacen burla de las cosas sagradas.
Conocer con fe perfecta la virtud de la sa
grada Eucaristía tal como es, vale lo mismo
que conocer cuál es la obra que, en beneficio
del género humano. Dios, hecho hombre, llevó
á perfección por su poderosa misericordia. En
efecto; así como á la verdadera fe correspon
de confesar y honrar á Cristo, Señor nuestro,
como soberano autor de nuestra salud, que
por su sabiduría, sus leyes, sus enseñanzas,
sus ejemplos y por la efusión de su sangre
renovó todas las cosas; así también debe re
conocerle y adorarle presente en la Sagrada
Eucaristía donde quiso quedarse para perma
necer vordaderaineiite entre los hombres hast;i
la consumación de los siglos, y como maestro
y buen pastor é intercesor, gratísimo al Padre,
saca de sí mismo y reparte en perenne abun
dancia los beneficios de la redención que
consumó.
Así, pues, entre estos beneficios que dima
nan de la Sagrada Eucaristía, quien religiosa
y atentamente considere, verá resplandecer
en primer término el que contiene á todos
los otros; porque, en efecto, la Eucaristía
comunica á los hombres aquella vida que es
vida verdadera: E l pan que yo daré es rhi
misma oame para la vida del mundo (3). Como
hemos dicho en otra ocasión, Cristo es vida
de varias maneras. El mismo dió por razón
de haberse hecho hombre su voluntad de co(1) S a a Ju a n , v i, 52.
(2) S an Ju d a s, 10.
(3) San J u a n , vi, 52.
— 203 —
mullicarnos una seg'ura abuiidancia de vida
más que humana: Yo he venido para que ten
gan vida, y la tengan con más abundancia (1).
En efecto, después que Dios nuestro Salvador
manifestó su benignidad y amor para con los
hombres
sabido es que surgió una fuerza
creadora que renovó todo orden de cosas y
se infiltró en las venas de la sociedad do
méstica y la civil.
Nuevos lazos unieron á unos hombres con
otros, estableciéronse nuevas leyes y nuevas
obligaciones, públicas y privadas j se abrieron
nuevos horizontes á las instituciones, á. las
artes y las ciencias, y lo que vale más, la
voluntad y el corazón de los hombres se in
clinaron á la verdad de la religión y la pu
reza de costumbres. Y esto no fuó todo, sino
que una vida verdaderamente celestial y di
vina fué comunicada al hombre, como dan á
entender estas expresiones que se repiten
frecuentemente en las Sagradas letras: leño
de vida, palabra de vida, liSro de uida, carne de
vida, y, especialmente, pan de vida.
Mas puesto que la vida de que hablamos
tiene gran semejanza con la vida natural, y
como ésta se conserva y reanima por medio
del alimento, necesario es sustentarla y fortifi
carla con su alimento adecuado. Aquí es opor
tuno recordar en qué tiempo y circunstancias
Jesucristo convidó y llevó lUs almas de los
hombres á recibir conveniente y santamente
el pan vivo que había de darles. Cuando se
extendió la noticia del milagro que había
obrado Nuestro Señor á orillas del lago de
Tiberíades, multiplicando los panes para dar
de comer á la multitud, no fuó pequeña la
que acudió á El, esperando obtener igual
beneficio. Jesucri.sto quiso aprovechar aquella
ocasión, y así como á proposito del agua que
iba á sacar del pozo, inspiró á la Samuritaua
la sed del agua que manará hasta la vida
eterna (3), de la misma manera levantó las
almas de la hambrienta multitud hasta ha
cerles desear más vivamente el otro pan que
dura hasta la vida eterna (4).
Jesús insistió, diciéndoles que el pan de
que hablaba no era el maná celestial que
había alimentado á sus padres en el desierto,
ni siquiera el que hacía poco habían recibi
do de El con admiración, sino que El mismo
era aquel pan: Jo soy el pan de vida (5). B
inculcó largamente á todos la verdad, ya con
llamamientos, ya con preceptos. Quien comiere
este pan vicirá eternamente: y el pan que yo
os daré es mi 7nisma carne para la vida del
mundo {6) y É l mismo les ponderó en estos
términos la gravedad del precepto: E n ver
dad, en v e r d ^ os digo que si no comiereis la
(I)
(3)
(3)
(4)
(5)
Sau J a a o , X,
A T ito, lir, 4.
S an J n a u , iv ,
San J o a n , v i,
S an J o a n VJ,
(6) Ibid, 52.
10.
14.
27.
48.
carne del Hijo del Hombre y no bebiereis su
sangre, no tendréis vida en vosotros[l).
Apartemos lejos do nosotros el error, hurto
difundido y sobre toda ponderación funesto,
de los qne piensan que la Sagrada Comunión
debe dejarse casi exclnsivamonto á las almas
que, libros de cuidados y teniendo un corazón
recto, determinan hallar la paz en la vida
religiosa. La Sagrada Eucari.stía, excelente y
Siihulable como ningún otro bien, so ofrece á
todos los fieles, cualquiera qne sea su con
dición y su rango social, que quieran (y no
hay ninguno qne no deba querer) aliinentau
en sí mismos la vida de la gracia divina,
cuyo objeto es llegar al gozo do la vida ce
lestial con Dios. Plegue al cielo que piouseu
convenientemente en la vida eterna y se pre
paren á alcanzarla aquellos cuya inteligencia,
actividad y autoridad tienen eficacia para
promover los acontecimientos y dirigir á los
hombres; mas observamos y deploramos qne
la mayor parte de ellos estiman con orgullo
que de alguna manera han infimdido al siglo
nueva y próspera vida, porque con el impulso
que le han comunicado le obligan á caminar
á grandes pasos hacia la conquista de toda
suerte de progresos y maravillosas invencio
nes. Pues bien, adonde quiera que se vuelvo
la vista se hallará que la sociedad humana
que vive apartada de Dios, lejos de gozar de
la tranquilidad apetecible, vive eutre angus
tias y sobresaltos, como enfermo á quien abrasa la calentura, y que anhelaudo conseguir
la prosperidad, ésta se le escapa constante
mente lie las manos. En efecto, los hombres
y los Estjulos, como necesariamente son de
Dios, no pueden vivir, moverse y producir
obras buenas sino en Dios, mediante Jesu
cristo, por quien los tosoro.s más prciciosos so
han dorramiwlo y se derraman solire el mnndo. La principal fuente y el origen do todos
estos bienes es la Hagrada Eucaristía, porque
alimenta y fortifica la vida espiritual, cuya
ausencia es tan penosa, y mircce maravillo
samente la humana dignidad, á que ahora
vemos ixmer tanto precio. ¿Hay algo, por
acaso, más excelente y apetecible que ser
cuanto es posible participante de la natura
leza divina y cuanto es posible quedar aso
ciado á ella? Pues esto, principalmente, eje
cuta por nosotros en la Eucaristía Cristo,
Señor nuestro, ineilianto Ja cual se abraza
y une estrechamente al hombre, encumbrado
l)or la acción de la gracia á la posesión de
los tesoros divinos. Pero existe esta diferen
cia entre el alimento corporal y el espiritual,
que mientras aquel se transforma en noso
tros, éste nos transforma en sí mismo, á
propósito de lo cual San Agustín nos mues
tra á Cristo hablando de esta manera: «T ú
no me cambias en tí, como al alimento de
la carne, sino que serás combiado en mí» (2).
(1) San Ju a n , v i, 54.
(2) Con/.rionet, lib, vii, c. X.
— sn i —
J'ifitc Hiil)lime íáiícramento, el cual snminis(ni á loK lionibrea, eii primer término, el
medio de pailioij)ar de la naturaleza divina,
es famhién orij;en de los mayores progresos
en t<)da clase (hi virtudes sobraiiaturales, y
j)arti(ailarmeute en la fe. Esta lia tenido ad
versarios en todo tieiiijio, por que, si eleva
{\ los .liombres i>or el conoeimieuto de las
más sublimes viudades, sin embargo, como
deja omilto lo que son esas verdades, que la
misma fe nos ileelai’a siqieriores á nuestra
naturaleza, jiareee que cji esto mismo la dejirime. Sueedía antiguamente que ora se imjmgnaba un artículo de la fe, ora otro; más
con el transcurso <lel tiempo la guerra lia
extendido .sus estragos, y ocurre ahora que
80 niega todo el orden sobrenatural. Pues
]inra devolver á las almas la energía y el
fervor do la le, nada hay tan eficaz como el
]nistorio Encarístico, llamado con toda pro])iedad mlateno do fe^ porque su variedad cojiiosa de milagros contiene todas las cosas
que están por emúma de nuestra naturaleza.
Me»ioH(( dejó de ttiift maravillas ; misericordioso
y compasivo es el íifeííor: ha dado alimento á
los que lo temen (l). Cuanto Dios ha hecho de
sobrenatural lo ha referido siempre á la En
carnación del Verbo, por beneficio de la cual
había do restaurarse la salud del género hu
mano, como dice la sentencia del A póstol:
Se jiropuNO restaurar en Cristo todas U(s cosas
de los Helos y las de ¡a tierra (2). Según el
sentir do los Santos Padres, la Eucaristía
debe considerarse como una extensión y eontiiiuaeion do la encarnación, ya que, mediante
(día, la substancia del Verbo hecho carne so
.uno á cada uno de los hombros y el sacrifi
cio del Calvario so renueva, por modo admirubhs conforme aquel anuncio dol profeta
Wahuiuías (J{): TJn todo layar so sacrijica y se
ofrece al Xomhro mío una ofrenda pura.
Este milagro, que es el mayor en su gé
nero, va acompañado de otros innumerables,
porípie en el (im*dan susi)eiulidas todas las
leyes de la naturaleza: la sustancia entera
del pan y del vino se convierte en el Cuerpo
y la San'gio de Cristo, aunque permanecen
l>or virtud divina los accidentes del pan y
del vino sin eo.sa <pio los su.stonto; y el Cuerpo
de Cristo está al mismo tiempo en cuantos
lugares se tiene el Sacramento. Por otra parte
y ú ün do hacer mayor la .sumisión del en
tendimiento humano ú tan gran misterio, el
milagro viene como en auxilio de la razón y
]>ara mayor gloria de la Sagrada Eucaristía.
La Historia registra estos prodigios, ó viven
ci» nuestro recuerdo, y en más (lo una loca
lidad. 80 conservan notables monumentos
qne les conmemoran. Así, pues, este Sacra
mento augustísimo mantiene la fe^ alimenta
(1) Salmo e x , 4 y 5,
(3) EfMoa, I, 9 y 10.
(S) I, 11.
las almas, destruye las invenciones d é lo s
racionalistas y, sobre todo, ilustra el orden
sobrenatural.
La disminución de la fe en las verdades
divinas tiene por origen, no sólo el orgullo,
de que hemos hablado antes, sino la depra
vación del espíritu. Si la experiencia enseña
qne cuanto mejores son las costumbres de un
hombre, más despierto está su entendimiento,
sucede })or el contrario que la voluptuosidad
trae por consecuencia el embotamiento del
juicio. En las cosas divinas es donde más se
olíserva cnanto se oscurece con las pasiones
la luz de la fe, y cómo consiguen apagarla
enteramente por Justo castigo de Dios. Pues
el deseo insaciable de e.stas pasiones arde
abora en (jasi todos lo.s hombres , y como
pestífera enfermedad á todos ataca desde los
albores de hi Juventud. Mas la divina Euca
ristía suministra un excelente remedio contra
este liorreiuio mal, puesto que su primer efecto es refrenar la pasión y aumeutar la ca
ridad. Dice San Agustín: « Alimentar ésta
(la caridad) es debilitar la pasión y perfec
cionar aquélla es acabar con ésta. » (1) A de
más, la carne purísima de Cristo Jesús con
tiene la insolencia de la nne.stra, como enseña
Cirilo de Akjandría , diciendo: «Cuando
Cristo vive en nosotros sujeta los movimientos
de nuestra caruje » (2). Pero hay más, porque
el fruto especial y dulcísimo do la Sagrada
Eucaristía es el que anunciaba esta senten
cia iirofiitioíi: i. Cuál será el bien de él {Cvisto).
y lo hermoso de él, sino el trigo de los escogi
dos y el vino que engendra vírgenes (3). Estas
jialabras siguiíicíin el vivo y constante amor
do la virginidad qne aun en estos tiempos
do bartiira de placeres, florece diariamente en
la Iglesia católica, ca(Ía vez con mayor abun
dancia, y sabido es cuánto contribuye este
amor al jirogreso y esplendor, «así de la Eeligión como de la sociedad humana.
Ha de añadirse que por este adorable Sa
cramento se conñrma maravillosamente la
esperanza de los bienes inmortales y la couflanza en el divino auxilio. El deseo de feli
cidad, qne abrigan todas las almas y que es
natural en todas, se aviva más y más con la
índole engañosa de los bienes terrenales con
la injusta violencia de los hombres perversos,
y con los demás dolores que padecen el cuer
po y el espíritu. Pues bien; el augusto Sa
cramento (le la Eucaristía es motivo y prenda
de dicha y gloria, no solamente para el alma,
sino también para el cuerpo, porque, al paso
que enriquece á las almas con abundancia
de bienes celestiales y les colma de suavísi
mas alegrías, que sobrepujan con mucho á
cuanto imagina la esperanza, sea la que fuere,
V sostiene á los cristianos en la adversidad,
(1 ) De dirersit guaeet. L x x ii ii , q n aest. x x x v i.
(2) L ib. IV, c. 11. in lo a n n ., v i, 57.
(3) Z acarías, ix , 17.
IF
— 205 y les vifforiza en la lucha por la virtud, y
les guarda para la vida eterna, y les conduce
á ella surtiéndoles, si así puede decirse, de
vívenos para el camino; la Sagrada Hostia
introtUice en el cuerpo vacilante y débil del
hombre el germen de la futura resurrección,
y el cuerpo inmortal de Cristo pone en nos
otros la semilla de la inmortalidad, que un
día prodiioiiá sus frutos. Que tales sean los
que deben resultar de la Sagrada Eucaristía
es constante ejíseñanza de la Iglesia, .siguien
do así la doi'trina de Cristo cuando dijo:
Quien come mi carne y hehe mi sangre tiene vida
eterna, y yo le resucitaré en el último día(l).
Conviene con el asunto que tratamos é im
porta grandemente considerar que la Euca
ristía fué instituida por Cristo, Señor nuestro,
como « memorial perenne de su Pasión » (2)
y que descubre al cristiano la necesidad que
tiene de enmendar su vida de nii modo sa
ludable. Jesús dijo á sus primeros sacerdotes:
Haced esto en memoria de m í (3), es decir,
haced esto para conmemorar mis dolores, mis
amarguras mis angustias, mi muerte en la
Cruz. Por lo cual este sacramento y este sa
crificio son para nosotros continua exhorta
ción á hacer penitencia en todo tiempo y ú
soportar los mayores trabajos, y á la vez es
grave y severa comlenación de los ])laceres
que loa hombrea iinprudentc.s tanto exaltan
y ponderan. Todas las veces que comiereis este
pan y bebiereis este cáliz an^tmiarcis la muerte
del Señor hasta que renga. [-1)
Además, si se investigan cuidadosamente
las causas de los males del día, se verá que
consiste en que se ha enfriado la caridad
de unos hombres con otros, y la de toilos
con Dios, porque se han olvidado de que
.son hijos de Dios y hermano.s de Jesucristo, y no se ocupan en lo qm; personal
mente. fe - concierne, y no solamcnteíicscuidan
el interés ajeno, sino que lo combaten y per
judican.
De aquí nacen disturbios frecuentes y lu
chas de una clase con otras. La arrogancia,
la dureza y el fraude, prevalecen entre los
I>oderoses; la miseria, la envidia y la divi
sión, entre los ]>equeños. Y en vano es bus
car remedio á estos males en el miedo al ca.stigo y en los consejos de la prudencia humana,
porque como lo liemos dicho mfis de una vez
y ampliamente hemos expuesto, es necesario
resolverse á procurar con todo esfuerzo, que
las *5ifereiites clases sociales queden uni
das en la mutua prestación de servicios, y en
couconlía que se funde en Dios y que i>roduzca obras conformes con el es])íritu frater
nal y la caridad de Cristo. El cual trajo á
la tierra y quiso encender en to<los los co
razones ei fuego de aquella caridad que puell)
2)
(Si
Q)
San J u a n , vi. 5.^.
Thoni. Aípiiii.. O puse., L V u , oÉf. Sacram .
Liica;». XXII. 19.
I C oriut. X I , 26.
de hacer feliz, no solaraeubi al alma, pero
también al cuerpo en la vida presentí*, por
que reprime en el hombro el amor exeesivo
de sí mismo y templa el deseo imaoilermlo
de riquzas, que es la raíz de todos los males (1).
Es evidente qne deben observarse todos
los preceptos de la justicia en las relaciones
entre las diversas clases sociales; pero prin
cipalmente con el auxilio de la e.ariilad y
sus dictados sitú posibhí obtem*r que en la
sociedad humana resulte la igualdad salmlahle
que aconsejaba S. 1‘ablo (2), juu^s sidanu'ute
por la -íaridad podrá conservarse esta igual
dad. Daos como Cristo Jesús, cuando insti
tuyó este augusto Sacramento, quiso reanimar
la caridad de los hoinhres para con Dios y,
por este medio, avivar la mutua caridad entre
los hombres, innegable os (pie la segunda
nace de la primera por virtud do su misma
índole, y por decirlo así, que espontáneamente
mana de ella. Imposible es que en nada se
la halla defecto y aun en todo se manifestará
vigorosa y ardiente si los hombres meditan
en el amor de que los da testimonio Cristo
en este Sacramento, donde así como mani
festó magníficamente su poder y su sahiiluría,
también «derramó los tesoros de su divino
amor hacia los hombres » (3). Después de
este insigne ejemplo que nos legó Cristo
¡cuánto debemos amarnos y socorrernos unos
á otros, unidos por vínculo íratenial, cada
vez más apretailo!
Añáilase (lue los signos exterioses de este
Sacramento son propios á excitarnos oportu
namente á la mutua caridad. A esto propó
sito esc.ribi(') San Cipriano: « h'inalniente el
misino .sacrilh'io del Señor declara que la
Itiimanidad cristiana se halla unida á El con
firme é inseparable caridail. Eorque cuando
el Si-ñor llama á su cuerpo Pan, hecho me
diante la unión de muclius granos, significa
íjiie nuestro pueldo, rpio El rige, es un pueblo
unido; y cuando llama ú su sangre vino,
que es ¡u-oducto de muchos racimos y granos
de uva. signific^v igualmente que nuestra grey
está formada ¡mr multitud de hombres r<tuni<los»(4). Del mismo modo habla el Doctor
Angélico inspirándose en San A gustín:
Nuestro Señor nos dejó su Cueriro y su
Saugre en aquellas cosas que más so forman
de varias, porque el pan está formado de
multitud de granos y el vino se compone de
multitud de uvas, i>or lo cual exclama en
otra parte San A gustín: ¡Oh Sacramento de
piedad, oh signo de unidiwl, oh lazo de ca
ridad I » (5).
Todas estas enseñanzas se hallan confir
madas i>or la doctrina del Santo Concilio de
Tiento, el cual declara que Cristo dejó á su
(1)
(2)
(3)
(4)
(5)
I T im oteo, v i, 10.
u C o rin tio ., v m , 14.
Conc. Trid-, Sesa. Xiii, De Euch. c. 11,
E p ist. 69 ad Íía^num n." 5.
S koi. Theol. n i p., q . L xxix, a . 1.
— 206 —
Jglt'Bia el Sacramento de la Eacaristía «como
símitolo de la caridad con que quiso que los
cristianos quedsisen enlazados y unidos entre
sí... símbolo de aquel cuerpo, que es uno y
de que El es cabeza, y al cual quiso que los
miembros, (jue somos nosotros, estuviesen
unidos por los vínculos apretadísimos de la
fe, la esperanza y la caridad »(1), que es lo
que ya había ensenado San Pablo, diciendo:
TodoH loH que participamos del mismo pan, bien
que muchos, venimos d ser un solo pan, un hoJo
cuerpo {2). Ciertamente que es hermosísimo y
dulcísimo ejemplo de fraternidad cristiana y
de igualdad social la confusión con que se
agrupan al pie dol altar el patricio y el ple
beyo, el rico y el pobre, el sabio y el igno
rante íi fin do participar igualmente en el
banquete celestial; y si en los anales d élos
comienzos de la Iglesia se la atribuye con
justicia la gloria do que toda la multitud de
los fieles tenia una inisma alma y un mismo
corazón (3), está claramente ])robado que 'este
resultado preciosísimo se debía á que fre
cuentaban la Sagrada Mesa; y en efecto,
leemos <le los primeros cristianos que perse
veraban todos en ¡as instrucciones de los Após
toles y en la comunicación de la fracción del
pan (-1).
Ailcmás conviene saber que el beneficio
de la mutua caridad entre los vivos, que sa
ca dcl Sacramento Eucarístico tanta fuerza
y extensión, se derrama, principalmente por
la virtud del sacrificio, sobre todos cuantos
componen la comunión de los santos. Nadie
ignora que la comunión de los santos es nii
cambio de auxilios, expiaciones, súplicas y
beneficios entre los fieles, bien hayan con
quistado la patria celestial, bien padezcan el
fuego dol Purgatorio, bien continúen el viaje
do la vida.
Todos se hallan unidos y componen una
sola ciudad, (jiie tiene á Cristo por cabeza
y á la (lavidad por forma. Pues véase lo que
nos enseña la f e : « que aun cuando solamente
á Dios se puedo ofroeer el augusto sacrificio,
sin emlmrgo puede celebrarse en honor de
los Santos que reinan en el ciclo con Dios,
que los ha coronado; y esto á fin de conse
guir su patrocinio y también, según doc
trina de los Apóstoles, para borrar las faltas
do nuestros hermanos que, habiendo muerto
eu el Señor, no las han expiado enteramente.
La sincera caridad, que por la salud y
provecho de todos todo sabe hacer y sufrir,
inu'o ardiente y activa del SiU'ramonto euearistico, en el cual se halla vivo Cristo
mismo; en el cual so abandona principal
mente á su amor hacia nosotros; eu el cual,
por último, movido de uu im]>etii de caridad
divina, renueva perpetuamente su sacrificio.
(1)
(2i
»(S)
(4)
S nw». x m , /)<• fHcA., c. II»
C oriut., X , 17Hechos, IV, 32.
Hechos, ii, 4S
Así se descubre con facilidad donde tuvie
ron origen los arduos trabajos de los varo
nes apostólicos y de donde traen, junto con
su principio, su fuerza, su constancia y sus
gloriosos éxitos, tantos y tan diversos insti
tutos benéficos.
No dudamos de que estas breves enseñan
zas acerca de tan vasto asunto, han de ser
fecundas eu resultados para la grey cristiana,
si por vuestra diligencia. Venerables Herma
nos, se exponen y recomiendan opoituiiamente
á la atención de los fieles. Pero este Sacr.amento es tan grande y tan rico en virtudes
de todo género, que nunca podrá nadie tri
butarle todas las alabanzas y darle todo el
culto que merece. Sea que se le medite de
votamente, sea que x>iaúosamemente .se le
adore, sea ante todo que se le reciba con.
pura conciencia y santas disposiciones, ba
de mirársele como centro de la vida cristiana.
Todas las otras formas de piedad, cuales
quiera que sean, tienen eu la Eucaristía su
objeto y fin; y á este misterio se refiere y
en él se cumple todos los días aquella amo
rosísima invitación de Cristo: Venid d m i to
dos los que andáis agobiados con trabajos y curgas, que yo os aliviaré. (1).
Este misterio constituye el alma de la Igle
sia y la misma plenitud de la gracia sacer
dotal sube hacia él por los diversos grados
del orden. En él adquiere y posee la Iglesia
toda su virtud y su gloria, todos los tesoros
de gracia divina y todos los beneficios que
derrama sobre el mundo, por lo cual emjdea
todo su celo eu llevar á los fieles á unirse
íntimameute con Cristo mediante el Sacra
mentó de su Cuerpo y su Sangre, con el or
nato de sagradas ceremonias que aumentan
su veneración.
La perpetua solicitud que muestra en e,ste
punto la Iglesia, nuestra Madre, so puso elo
cuentemente de relieve en iiua exhortación
que filé publicada eu el Santo Concilio de
Trouto, de que se exhala una caridad y piedtwi admirables y que merece de todo eu
todo que el pueblo cristiano la reciba do
Nos, íntegramente reproducida: « Con x)uternai afecto advierte el Santo Sínodo, exhorta,
ruega y conjura, por las entrañas misericor
diosas de nuestro Dios, á cuantos llevan el
nombro de cristianos, á que se unan por fin,
y establezcan la buena harmonía eu este sig
no de unidad , en este vínculo de caridad,
en este símbolo de concordia. Acuérdense de
la grandísima majestad y del admirabilísimo
amor de Nuestro Señor Jesucristo, que dió
su alma amadísima en precio de nuestra sa
lud y nos ha dejado su cuerpo eu alimento;
crean los fieles y veneren estos sagrados
misterios del Cuerpo y la Sangre de Cristo
con fe tan constante y firme y con tal jiiedad, devoción y resjreto, que puedan fre
cuentemente recibir este pan supersustaucial;
(1) San Mateo, x i, 2S.
— 207 —
y sea verdaderamente para ellos salud per mos d ese por nuestro rey (1) y declara oato
petua de alma y corazón y que, fortificados nefando deseo: Exterminémosle (2). Y liay
con este alimento puedan al término del mi machos que no buscan con todo empeño sino
serable viaje de esta vida, llegar á la patria desterrar á Dios de toda sociedad, y hasta
celestial, donde este mismo Pan de ángeles, de la misma sociedad humana. Aun cuando
que ahora comen disimulado con sagrado velo, no en todas partes se llega á esto extremo
lo coman sin velo ninguno» (1).
de criminal locura, e.sto no obstíinte, allige
La historia da testimonio que la vida cris grandemente ver el crecido número do hom
tiana floreció sobremanera en los pueblos y bres que viven olvidólos de la Divina Ma
las épocas en que la recepcióu de la Eucaris jestad, de sus benelicios, y sobre todo, de la
tía era más frecuente; y por otra parte hay salud que nos lulquirió Cristo, Señor Nues
otro hecho no menos coniprobailo, á saber, tro. Es necesario que se reparen ahora esta
que cuando los hombres hacen poco caso de l>erversidad ó descuido gravísimos, por medio
este sacratísimo Pan y como que se hastían de un aumento en la piedad general hacia
de él. se ha visto debilitarse de un modo el sacrificio eucarístico. Con nada puede hon
palpable el vigor de la fe crivStiana. Para que rarse tiuito á Dios, ni nuda puede serle más
enteramente no se extinguiera, Inocencio 111 agradable, porque es divina la víctima que
adoptó una determinación prudentísima man se inmola. Por ella atribuimos á la augustí
dando bajo severas penas que siquiera en la sima Trinidad un honor igual al que exige
festividad pascual ningún cristiano se abstu su dignidad infinita, y además ofrecemos al
viese de recibir el Cuerpo del Señor. Pero Padre un presente de precio y suavidad in
es claro que este precepto fué establecido con finitos, de donde se sigue que no solamente
disgusto, y sólo á manera de remedio ex agradecemos sn benignidad, sino que ver
tremo, porque siempre ba sido deseo de la daderamente solventamos nuestra deuda con
Iglesia que en todas las Misas participasen El.
en el Sagrado banquete, « El Santo Sínodo
Pero aun se nos ha dado y sacamos de
desearía que en cada Jlisa los fieles que la este sacrificio otro doble y i>reciosísimo fru
oyen lio se limiten á hacer la comunión es to. No puede pensarse sin aflicción en el di
piritual, sino que reciban sacrainentalineute luvio de torpezas (jue á todas partes alcanza
la Eucaristía, y de este modo los frutos de por haber sido desconocido y menospreciado,
este sacratísimo sacrificio manarían sobre e- según ya hemos dicho, el divino poder. liealllos con mayor abundancia » (2).
mente, el género humano parece que en gran
Este augustísimo misterio no abunda sola parte }U’ovoca la cólera divina y el número
mente en frutos benditos para cada individuo de pecados que se han acumulado están cla
en particular, sino en razón de ser sacrificio, mando la justa reprobación de Dios. Urge,
para todó el género humano, por lo cual la pues, estimular el piadoso fervor de los fieles
Iglesia tiene costumbre de ofrecerlo asidua invitiindolos á que calmen la ira de nuestro
mente por ¡a salud del mundo entero. Conviene jiisto.Juez, Dios nuestro Señor, y alcancen
que los cristianos piadosos unan sus esfuer su auxilio para este siglo, agobiado por tan
zos á fin de que este sacrificio sea objeto de tos males; i)ero tengan en cuenta que estos
resiieto y culto cada vez mayores, lo cual es favores han de pedirse principalmente en
más necesario que nunca en los iiresentes virtud del sacrificio eucarístico. Y oii efecto,
tiempos; así es que queremos que la multi únicamente merced á la eficacia do la muerte
tud de virtudes que en él se contienen sean que padeció, es como pueden satisfacer ente
mejor conocidas y más atentamente medi ramente los hombres los derechos de la di
vina justicia, y alcanzar en abundancia los
tadas.
Son claros, aún para la razón natural, los beneficios de la divina clemencia. Mas esto
aignieutes principios: E l i>oder de D ios, misma virtud, virtud de expiación y de sú
criador y conservador de los hombres, con plica, quiso Nuestro Señor qne toda entera
siderados pública ó privadamente, es supre permaneciese en la Eucaristía, la cual no
mo y absoluto; cnanto somos y cuanto tene es una mera y vaua conmemoración de sa
mos de bueno, privada ó públicamente, dé muerte, sino una verdadera y maravillosa
bese á la liberalidad de Dios, en correspon renovación de ella, si bien incruenta y mís
dencia á la cual debemos manifestarle .el tica.
mayor resisto, como á Señor i^uestro, y la
Por lo demás, plácenos declarar que en
mayor gratitud en razón de los preciosísimos estos últimos años las almas de los fieles
beneficios de qne le somos deudores. Y sin han comenzado á renovarse con el resi)eto
embargo, ¿cuántos hombres le rinden hoy y el amor al Sacramento de la Eucaristía,
esos homenajes con la piedad debida ?
renovación que Nos mueve á esperar que
Más que ninguna otra, nuestra revuelta veremos nacer en tiempos mejores una si
edad sacnde el yugo de Cristo y lanza de tuación más floreciente. Como ya lo hemos
nuevo contra El este grito impío: 3'o quere dicho al principio de e.stas letras, una pied i Sess. X I I I , De EucK. c . v iii.
(2) Conc. Txid., Seas, x x ii y v i.
(1) S an L ocas, x i x , 14.
(2j Jerem ías, x i, Id.
— 208 —
<ín«l sictivsi lia oreado immerosos institutos,
sinK'danncnte asociaciones, que tienen por
objeto procurar el esplendor de los ritos
eucarísticos, adorar asiduamente, de día y
de noche, al auítusto Sáacramonto del altar y
reparar los ultrajes y sacrilegios de que es
víctima.
Pero ni á Nos, ni á. vosotros, Venerables
Hermanos, nos está permitido darnos por
satisfechos con lo alcanzado hasta aquí por
que todavía hay muchos jirogresos que rea
lizar y muchas instituciones que establecer,
para que este don, más que ninguno divino,
80 vea rodeado del mayor esplendor y honra
l>or los mismos que cumplen los deberes de
la Religión cristiana, á íin do que tan alto
misterio reciba todo el lionor de que es digno.
Por lo cual deben desarrollarse más y más
las obras eucarísticas que ya existen y reno
varse aíiucllas otras que hayan perecido,
como las Cofradías del Santísimo Sacramento,
el jubileo de las Cnaronta lloras, las solem
nes procesiones con el Santísimo, las piado
sas genufiexiones delante de los Sagrarios y
demás i>rácti(5as de la misma índole, santas y
saludables, afiadiémlose cuánto importa em
prender aquellas otras que sugiera en este
particular una discreta devoción.
Pero sobre todo, es necesario que se re
nuevo en todas las naciones-católicas la fre
cuencia de la Sagrada Comunión como nos
oiisefiau los ejemplos de los primeros tiempos
de la Iglesia, que aoal)araos de retíovdar. los
decretos de los Concilios, la autoridad do los
Santos Padres y los hombres más, eminentes
en santidad de todas las épocas. A la numera
que el cuerpo, también el alma necesitiv ali
mentarse con frecuencia, y la Sagrada ííncaristía la proporciona el alimento más fortifi
cante do todos.
Es necesario acabar con la errada opinión
do los que son hostiles á esta docti'ina, con
los vanos temores de no pocas persomu'i, con
los motivos especiosos para abstenerse de la
Comunión. Trátase, en efecto, de la devoción
que es para el pueblo cristiano útil como
ninguna, así para extinguir en las genera
ciones presentes el deseo desordenado de los
bienes terrenales, como para reanimar y man
tener de un modo permanente los afectos
cristianos. Gran peso tendrán en esta mate
ria los ejemplos y las exhortaciones de los
hombres que pertenecen á las clases eleva
das, pero principalmente el celo ilustrado
dol (fiero, fvos sacerdotes, á quien Cristo
confió la misión de consagrar y distribuir
su Cuerpo y su Sangre, nada podrán luwier
más acomodado á su obligación de agrade
cer tan insigne honor, que promover por
todos los medios á su alcance la gloria eucarística de Cristo y, conforme á los deseos
de su Sagrado Corazón, convidar y atraer
á las almas á refrigerarse en el manantial
saludable de tan gran sacramento y tan gran
sacrificio.
Sean, como vivamente deseamos, más abun
dantes cada día los frutos excelentes del
augusto Sacramento Eucarístico; puedan la
fe, la esperanza y la caridad y, en uiia pa
labra, todas las virtudes cristianas, aumentar
continuamente y asegurar la curación y el
progreso de la sociedad, y brillen con mayor
luz los designios de la previsora caridad de
Dios, (jue instituyó para Ja vida del mundo
la perpetuidad de tal misterio.
En esta esperanza y como prenda de los
favores divinos y testimonio de nuestra ca
ridad, os concedemos, Venerables Hermanos,
á cada uno de vosotros y al clero y fieles
puestos bajo vuestra vigilancia, la bendición
apostólica.
Dado en Roma, en San Pedro, el día x x v iii
de Mayo, víspera de la festividad del Santí
simo Sacramento, en el año de MCiiii, décimoquinto de Nuestro Pontificado.
L eón P a p a x iii.
EL REPRESENTANTE DEL SÜCBSOH DE D. ROSCO
{OorrespondeHcia de D . Calógero Gusmano rf «««tro Eector 3Ia¡/or D . Miguel Rúa).
-----------------------------------------------—
S. PAblo (B rasil), O ctubre d e l 1901.
R vm o. S r . D . M ig u e l R ú a .
^luY amado Padre: Si en el Brasil hubiese
nua Imena red de ferrocarriles, nuestro viaje
Aesde Ciiyabá á S. Pablo lo habríamos hecho
])or tierna y eu irnco tiempo; iHjro ante esta
imposibilidad hay que navegar por muchos
----------------------------------------------------------
ríos, volver al Paraguay y á la Argentina,
tocar en !>^ontevideo y después embarcarse
eii el Océano Atlántico basta el pequeño
puerto de ios Santos, que dista solamente
unos 18 kilómetros de San Pablo.
Aunque padecimos bastante por hacer nn
viaje tan largo y dar un rodeo tan grande,
sin embargo tuvimos el consuelo de saludar
nuevamente á nuestros hermanos de Rosario, queza y centro del progreso. En torno á la
Santa Fe y Buenos Aires, no pudiendo veri cruz del misionero los indios preparaban el
ficarlo con los de Montevideo, porque un de terreno, y dirigidos y ayudados por los miscreto que causó y cansa gran admiración á juos misioneros, levantaron iglesias y después
todos, prohíbe rigurosamente la entrada en se edificaron casas para fonnar más tarde
la República de todos aquellos que llevan populosa.s ciudades. Los beneméritos ó incan
traje ^ a r ó hábito monacal, y los empleados sables hi.jos de S. Ignacio de Loyola han
del puerto son todo ojos para impedir que traído una civilización verdadera, cuyos nom
ninguno entre clandestinamente. Un pobre bres se recuerdan con verdadero reconoci
zapatero venía de Pnntarenas á Slontevideo: miento, aun después do taiitíis generaciones :
un empleado mua celoso^ al verlo sin barba, el nombre JesuiUi es inseparable de la his
creyó que era un sacerdote disfrazado, ma toria de este inmenso territorio. Una guerra
reándolo con un sinnúmero de preguntáis, y de exterminio había despoblado (íonmrcas en
aunque no pudo obtener laconfe>sióu que de teras del Brasil. Ü linda, Espíritu Santo y
seaba, no lo quería dejar entrar en la Ciudad Puerto Ijogno habían sido reducidas á ceni
por tener, según él, cara de sacerdote. El zas, cuando hé aquí que dos sacerdotes, pe
asunto era repugnante y el procedimiento netrando en las selvas, fueron en busca de
bastante ridículo por lo cual lo dejaron en los bárbaros pira inspirarles sentimientos de
trar, aunque con mucha dificultad. Coa nos paz y de reconciliación, hasta entonces desotros se portaron muy bien, pues á pe^ar de C()uocidos. ]S'o dudaron aquellos heroicos mi
todo nos dieron permiso para estar ocho días nistros de Cristo sacrificarse en beneficio de
en compañía de nuestros hermanos.
los salvajes y comprar con su prolongada
De Corrientes á Buenos Aires viajamos en agonía la soberanía de Europa en aquellas
compañía de machos militares que iban á la colonias, y la civilización para aquellos fe
Capital porque, habiéndose sublevado el pue roces habitantes de las selvas: estos dos hom
blo, trataban de sofocar la rebelión. — Hace bres celebérrimos eran dos Padres de la Com
dos años, me decía uno de ellos, que estamos pañía de Jesús, cayos nombres Ancliieta y
lucbando en el Chaco no sólo con los indios, Xobrega conservará la Historia escritos con
sino con este clima homicida y con toda suerte letras de oro y serán benditos de generación
de dificultades sin conseguir nada. El in en generación. Desde luego Portugal, sin los
dio jamás vencerá al soldado... Lo tiene mu Jesuítas, habría perdido la mayor parte de este
cho miedo al fusil... Pero en tanto ellos nos nuevo territorio, pues se la disputaban los
destruyen con su sistema de guerrillas y em franceses. Los salvajes veían dos<le luego en
boscadas , retirándose después á los bosques aquellos Padres á los amigos de Dios, á sus
donde no puede penetrar una escuadra com protectore.s, á los enviados jx»r la divina Pro
pleta de soldados. El clima nos perjudica á videncia i>ara conjurar el .sinnúmero de males
nosotros y favorece á los indios. Compren que la dominación extianjera Imbía llevado
derá usted, decía dirigiéndose á D. Albora, en pos de sí. A nadie debe extrañar que los
que todas estas circunstancias unidas al deseo l'adres de la Cuinj)afiía de Jesú.s tuvieran
(le terminar esüivida, que en estas condicio tanto a.sccndiente sobre lo pueblos, al ver que
nes se hace insoportable, contribuyen á que al ante ellos dejaban Jos indios las selvas, dci)ogunas veces com(*tamos acciones que, juzgíuias níau sus flechas y gustosísimos rejidían ho
superficialmente, ]>arecen injustas é inlmma- menaje al Señor de aquellas colonla.s, 0 (;unas, porque los soldados en ciertas condicio rriendo lo ]>ropio siempre que liabisi algún
nes no discieinen. — Yo creo, continuaba el alzamiento ó rebelión. La Historia de estos
oficial, que Ustedes los sacerdotes, podían tiempos refiere miles de hechos prodigiosos
hacer aquí muchísimo, — y como sin darse obrados i>or estos Padres, y como consecuen
cuenta repetía las palabras que el inmortal cias el i)ueblo los respeta1)a de I)iien grado
Valdivia escribía al rey de España, D. Fe y se mostraba con ellos muy agradíjcído. En
lipe II, refiriéndose á Aranco: « Vuestros nombre de la civilización, el tristemente (cé
soldados, armados de espada y lanza, y lebre, Marqués de Pombal, expulsó á los Je
vuestros cañones no sirven para sujetar á suítas del Brasil ¡Qué consecuencias tan tris
estos indios y hacerlos que vivan en sociedad. tes se siguieron! Las misiones quedaron sus
Mandad en su lugar celosos misioneros y en pendidas; la.s Iglesias arruinadas; muchos
poco tiempo toda esta tierra será cristiana y pueblos desaparecieron; los salvajes volvieron
obedecerá vuestras leyes. > Ahora aquí en él á las selvas de donde los había sacado el
Brasil se ve con luz meridiana la verdad de celo y sacrificio apostólicos, practicando, como
fstas palabras. La Ilistoria registra á cente es naturaL sos antiguas costumbres; se su
nares los hechos en que, ála voz del ministro del primieron las escuel^, fundadas solamente con
Señor, el indio abandonábalos bosques y venía verdadera abnegación, y en una palabra,
con gusto á la humilde capilla del misionero, aquel Reino, donde poco antes se adoraba la
donde, después de ser instruido, recibía en su Cruz de Jesucristo, quedó sumido en la más
alma el carácter indeleble de cristiano. Este repugnante idolatría: he aquí la civilización
y no otro faé el principio de machas ciuda que implantó en el Brasil aquel sabio mi
des del Brasil que ahora son emporio de ri nistro portugués: sin duda que el año 1700
—
210
OH <1<‘. los más funestos para el Brasil, puCvS
Olí ál salían do sus tierras los abnegados y
liei'óicoH Padres do la Coiupafiía de Jesns.
K1 día U de Julio nuestro vapor eoliaba
jimdaH en el puerto do Los Santos. Era doTiiingo. Los Santos es una pequeña ciudad
<'.ompIetmmmte (;omoi’(dal y su puerto es uno
do los mejores del Brasil. La entrada es piutore,s(;a, la perspeetiva bellísima y el paisaje
encantador. Las colinas so suceden sin interi niicián, preludio de los montes que forman
la Tierra del Mar. estando cubiertos de vigo
rosa vegetación. Después de tantos días do
navegación, deseábamos encontrar una iglesia
para dar gracias al Señor por el buen viaje
que habíamos tenido y en una de las colinas,
desde donde se veía toda la población, había
una capilla lOuáutas veces el pensamiento
del marinero que tiene que luchar con las
embravecidas olas so dirigirá á aquel San
tuario ! El poco tiempo do que disponíamos
no nos permitió ir allá, pero encontramos
nna Parroquia: allí 1). Albera estuvo bas
—
tante tiempo ante el Santísimo, hasta que
fué avisado de que D. Peretto, Superior de
las Gasas Salesianas del Brasil del Sur. acom
pañado de dos bermauos, habíau llegado. El
vapor continuó por el río y nosotros fuimos
]íOv tierra á San Pablo. Las tres horas de
ferrocarril pasaron como desapercibidas, á
oaiisa de la variedad del paisaje. La vía férrea
80 pierde en medio de montañas donde hay
abundancia de árboles que dan café.
Parece ser que el Brasil debía estar en
inmejorables condiciones financieras, y preci
samente es todo lo contrario. Nos decía el
Barón de Araras que aunque la cosecha fuese
tres veces más no le producía, ni mucho
menos, lo que otros años, á causa del poco
precio que tiene el café. Esto es debido, entre
otras causas, á que muchísimos se han dedi
cado á este cultivo, de modo que la produc
ción ha aumentado muellísimo y las veutas
son muy exiguas.
( Continuará).
‘D ocumeníos Salesianos
g j e i t o d e u n o s e jjá m e n e s W
limo. Sr. Gobernador BcJetiiástico,
Señor Coronel Frefecto,
S o ñ o r A le a lile ,
Sevoras, Señores:
Nombrado por el Señor Presidente del Con
sejo Escolar, para presidir los exámenes de
fin de año en este Colegio Salosiano, cábeme
la honra y grata satisfacoióu do dirigiros la
palabra, cu esto modesta, pero signiíicativa
fiesta, para dar ououla del brillante éxito ob
tenido en los exámenes que acabamos de re
cibir eoü mis respetables ó ilustrados com
pañeros del J lirado, Señores Doctores J. Eiiriipio Vi\rgas. J. Carlos Moiiéndez, Eduardo
roncignon y Br. Eliodoro Zavala.
I.
Abierta la actuación el 20 del que rige,
duro S días consecutivos, por haberse pre
sentado 225 alumnos bien preparados, á exa
minarse en las 4 secciones en que se halla
dividida la enseñanza, según el prosiweto del
Colegio, ó sean loa cursos, primario, element*i¡. tvcnico^'omerciaL profesional ó escuela de
artes i/ ojictos, é instituto aerícola.
De estos 225 alumnos, pertenecen 117 á la
instrucción de primer grado, á quienes se pre
para para ingresar á la Escuela ó inatruc(1) Esto discurso fue prunuuciudo por el Dr. D. TonuSa AlbaroK Cnuo cu la re p a rtiriú u de ]>reinins t i los
«Im uaos del Colegio S alcsiano de A requipa (Perú).
cióii profesional: 43 á la enseñanza de se
gundo grado ó técnica y 05 á la instruccióu
profesional y agrícola, siendo de notar, que
en el preindicado número, han obtenido 138
el merecido calificativo de sobresaliente, 60
de bueno y 17 de regular.
II.
Satisface y enorgullece resultado tan proíicim, pues siendo pequeño el tiempo tras
currido desdo (pie se implantó este Colegio
Salesiauo, ya acreditado, se obtienen hoy tan
opimos ctimo sazonados frutos. Esto se debe
en gran ]iarte á la eficaz cooperación del n.
Concejo Provincial que venciendo no peque
ños olistáculos y haciendo grandes esfuerzos,
ha logrado subvencionarlo con sus fondos.
Tal retribución no bastaría por sí sola para
sostener el Establecimiento, pues para con
servarlo eu el estado floreciente en que se
encuentra, necesita do mayor renta. Empero
la constante, y abnegada condición é incesante
labor de los dignos hijos del inmortal Don
Bosco, (nombre tan simpático como venerando
y casi nuiversalmeute couocido, por sus vir
tudes y por los elevados fines de su Institu
ción) todo lo supera.
Eu osto Establecimiento, único de su esjiecio en Arequipa, se usa de prefereucia del
método intuitivo con textos especiales, cuyas
ventajas son ya demasiado conocidas i>or edu
cacionistas y pedagogos de noto-
— 211 —
La instrucción primaria es en todo con
forme al programa oficial. y la instnieción
técnica corresponde al segundo grado, pero
con carácter de industrial, y en cuanto á la
enseñanza de las ciencias físicas y naturales
es eminentemente práctica, debido al gabi
nete de primer orden que posee el Estableci
miento.
Así no es extraño el adelanto de los ni
ños, pues liay en la Institución ú obra de
Don Bosco profesores especialistjis para cada
sección y por lo mismo muy competentes en
su ramo, y sobre todo, el orden en la orga
nización y distribución do las clases tiene
de corresponder irremediablemente al fin pro
puesto.
Los ñiños están, pues, divididos en grupos
de á 30 y cada grupo tiene su profesor de
dicado esclusivameiite á él.
Por otra parte, en este Colegio se da toda
la importancia requerida al desarrollo de la
inteligencia infantil, pues que se instruye y
educa de una manet a insensible á la par que
entretenida. Cada alumno presenta diariamente
una composición escrita, ó un problema de
-^itméti<?a y algún tema de la.s otras mate
rias , como bemos tenido ocasión de iuzgar
de sus trabajos, en las pruebas escritas pre
sentadas al jurmlo, por todos y cada uno de
los examinandos.
En la clase de geometría y dibujo es es
pecialmente en la que han sobresalido los
niños, pues siendo este Colegio industrial y
técnico, son estos ramos iiini de las bastís
principales de la enseñanza.
Así, pues, la Geomoti’ia se etmoña por es
cala desde los ]>rimcroa años de instrucción
primaria y se sigue con el dibujo lineal en
todas sus partes, con métodos sencillos y
apropiados.
III.
Ha sido, pues, una sorpresa y verdadera
notabilidad haber examinado más de 40 alumnos bien jóvenes y expeditos en el dibujo
geométrico, y cu las partes más difíciles do
este ramo de proyecciones, perspectiva y teo
ría de las sombras.
También es sorprendente y maravillosa la
facilidad del edículo en las operaciones arit
méticas, puc.s meutiilmcnte y sin ir á la pi
zarra como lo acabáis de palpar hacen cuen
tas bien complicadas, lo que demuestra asiduo
trabajo y mucho sacrificio eii la enseñanza.
En la sección de agricultura hay 2o alum
nos del H. Concejo Provincial ba.stante ^ r o vechados .según se nos informa, y siendo pro
fanos en la materia, no les ha recibido examen
el Jurado de mi presidencia.
lY .
Como veis, pues, señores, en este Colegio
industrial técnico, no solo se concretan su
B. r . Sui»erior y distinguido cuerpo de pro
fesares á cultivar la inteligencia de los niños
puestos á su. vigilancia y cuidados, sino ¡)ar-
ticnlanuente á formarles el corazón, imlmyihidoles en la santa doctrina y en las más ¡niras
ideas en cuanto á la moral y la religión, baso
inconmovible del progreso moral y material
de toda sociedad culta.
V.
Towi ahora dirigirme al M. H. P. Superior
y á su digiH) é ilustrado cuerpo ilc profeso
res, manifc.stámlolea eii nombre del aefmr A l
calde .itimicipal (aciiu presento) <lo mis esti
mables compañeros del .lurado examinador y
del mío propio, nuestra má.s efusiva c:omo cor
dial felicitiuáóu por el triunfo obtenido en la
actuación literaria de que doy cuenta; y una
frase de aliento por su asiduo y vehemente
deseo de instruir y educar á los niños, con
el esmero y anhelo propios del .sacerdote c;vtülico, que es todo amor y caridad, cu bien
positivo de la juventud proletaria y de todas
las clases sociales que ávida del sabor, no
sólo se ilustra en los principios rudimentales
de la ciencia, sino que de sogiuo, tiene de
adquirir un oficio ó profesión, á la vez (pie
honroso y lucrativo, y conseguir así la reforma
paulatina de las masas, para que on lo pos
terior, se cuente, no con vagabundos, sino
con ciudadanos honrados y útiles á la socie
dad y á la patria.
V I.
Y á vosotros, niños, que os educáis en este
espacioso plantel, con todas las condiciones
apetecibles para la instrucción y para vuestro
desarrollo físico é iuttdcctual; aconsejo que
sigáis como hasta aquí, anhelosos por ia cien
cia y por la industria aprovechando siempre
de las enseñanzas y buenos consejos de vik3Stros queridos é ilustrados mnostros; ])orque
eii tiempo no lejano seréis adultos y enton
ces, (úudadanos útiles ]>ara la patria y el sos
tén de vu(í.str;LS familias.
íTo olvidéis, ahora que váis á descansar de
vuestras |>esa<h(s tiU’eas escolares, (para que
seáis más ajdicados), <jue según nuestro sisteiua republicauo de gobierno, estáis índistiiitameute llamados á ejercer los cargos pú
blicos.
Me asiste, pues, la firme persuacióri de que,
para tan provechosa como pacífica labor, con
tareis, como hasta ahora, á no dudarlo, (k>»
la decidida protección de la H. Junta De
partamental y del H. Couí^ejo Provincial que
se congrátula muy mucho en gastar los ha
beres del pueblo, en el pueblo mismo y de
una manera tan acertada como iiroficua, para
educar esta porción de tiernos jóvenes que
sabrán agradecer á su vez, tau mar<Mido be
neficio.
Para alcanzar, pues, tan nobles wino grand ic ^ s fines, é invocando el nombre de Dios
Todopoden^ y el de la Patria, espero fun
dadamente, qne en el año venidero, daréis
las mismas ó mejores pruebas tuii satisfacto
rias y acabadas, como las del presente año
escolar de 1901, que hoy queda clausurado.
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212
1
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I
f«DE NUESTRAS MISIONES
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{ j UAL.M3U1KA (Scuatloi').
(Relación de D. Francisco Maitana)
( Conclusión) (I).
E l 19 (le Diciembre, después que celebré la
Santa Misa, <;oiitimiainos la liiarcba, sin que
ocurriera nada especial, si se exceptíia el que
eucüiitraiuos un árbol, cuya suavísima fra
gancia se percibía desde algunas leguas: to
mamos algunos trozos de su corteza y al mo
mento quedamos todos perfumados. ¡Cuanto
valdría en Europa este perfume tan delicado!
Tor la tarde llegamos á casa del jívaro
Namebima, cufiado del jívaro Juan Cayapa,
jefe do los jívaros <jue me acompañabau : se
llalla situada sobre una berinosa colina desde
donde se ve un hermoso panorama. Fuimos
tratados con todas las cousideracioues debi
das, y estando allí nos visitaron nuestros jí
varos do todos aquellos ali'ededores. Desde
luego, á muchos los hemos bautizado, no
siendo infructuosas las instrucciones que les
hemos dado.
Continuando nuestro camino, atravesamos
vastos canqms sembrados de maíz, siendo ad
mirables el desarrollo y fecundidad que ad
quiero esta ¡llanta : encontramos varios jívaros
conocidos, alegrándose muchísimo y acompafiándonos á la casa de los Capitanes Anguazha y Zamareño, situada á la orilla del
caudaloso 1‘ante, llamado también de los jívai'os Jamangas. Fuimos muy bien recibidos,
¡miándonos un día con el Hn de adminis
trar los Santos Sacramentos. Manifesté á los
(¡lio mo acompaüaban la conveniencia de
¡msar el río l ’ante ¡>ara ir á casa del Ca¡dtán NniTinga que vive al principio del tiirritorio Maeabeo y á las márgenes del río
Macas, debiendo también ellos ir conmigo.
TíhIos unánimenU* mostraron disgusto con tal
noticia, aduciendo para ello que dicho Ca
pitán es muy malo y tmta de matarlos. Pro
curé persuadirles que uo había ¡leligro nin
guno, pero todas las razones fueron inútiles,
liaste que con gran traba.io ¡mde conseguir
que me acompañasen algunos jívaros mende(1) Víasu el u". de Julio, pag. 1S3.
s
c:r9
ños y de Oupianza. También conseguí que
me acompañaran ios capitanes Zamareño y
Auguazha, por lo que anuncié al capitán ífuñiuga y á las otras tribus que dentro de dos
días iría á visitarlos.
Al día siguiente emprendimos la marcha y
al cabo de poco tiempo estábamos á la orilla
del río Paute; no habiendo canoas por ha
berlas arrastrado la corriente, tuvimos que
atravesarlo sobre una viga atravesada de
parte á parte, flexible como una cuerda, por
lo que al llegar al centro se sumergía en el
agua y nos mojamos todos. En esta parte tiene
el río más de 20 metros de profundidad, des
lizándose entre dos orillas bastante altas.
Corre de IT. á S. y es casi todo navegable:
si lo fuese hasta el Zamora, facilitaría el co
mercio con la lie¡)ública del Perú. En el tra
yecto que hay hasta la casa del capitán Nnñinga, visitó algunos jívaros enfermos y los
que me acompañaban se dedicaron á cazar.
Por la tarde encontramos á los dos jívaros
que liubía enviado á decir al Ca¡)itáu nuestra
ida: venían tristes, pálidos y umedrenfados.
Padre Francisco, me decían, banda volviendo,
porque Capitán Fuñinga, mucho malo está, á vos
no queriendo, así d m í diciendo. Porque Padre
Francisco á mi visitando viniendo, parejo cris
tianos y jívaros trayendo. A u n mal trayendo pen
sando. Xo Padre Franciso d m i visitando, yo no
queriendo, para que Padre Francisco á mi tierra
viniendo acaso yo llamando.... Supuse, y no sin
fuiidamouto, que aquellos pobres habían sido
recibidos de un modo muy grosero, y hasta
que quizá les habrían amenazado de muerte,
¡)or lo que trataban de persuadir á los que
me acomjiañabau que uo fnoraii allá. Sus pa
labras produjeron efecto y hasta yo mismo
no me atrevía á ir adelante. Ko hubo medio
(le ¡lersuadirles de lo contrario y pensando
que esto pudiera quizá provenir del demonio,
por él buen éxito que pudiera tener la visita,
les per.suadí que era una cobardía volver
atrás, y ¡vara obligarlos más les dije: Xinguno.
absolutamente ninguno volverd, sino que todos
hemos de ir adelante en nombre del Señor. Yo
iré á la cabe:a y respondo de todos vosotros,
porque primero me quitarán la vida que á vos
otros os suceda nada. Dicho e.sto preparamos
todos bis armas <x>mo si se tratara de un
combate próximo, y ellos, viéndome tan re
— 213 —
suelto y animado concluyeron por asentir, y ÍTuñinga me ofreció algunos jívaros pura que
me acompañasen, y como los de Ciualuquizu
continuamos el viaje.
Después que [íasamos el río Macas y una estaban en la parte opuesta del río .lamanlegua antes de llegar á la casa del capitán gas, tuvimos necesidad de ir otra n’oz á (*asiv
Xiiñinga, nos i)reparamos, y para demostrarid del capitáu Zaiuareño. Después de saludarlos
que no temíamos sus amenazas, al divisar la á todos y de prometerles que volvería pronto,
casa, hicimos una descarga, y los jívaros del emprendimos el viaj«í. A las 4 de la tarde lle
capitán respondieron con otra. Temiendo una gamos al río Jnmangas y después de atrave
traición, dije á los míos que estuviesen pre sarlo, á las 5 estábamos en casa del capitau
parados para lo que pudiera sobrevenir, pero Zamarefio. Creyendo los jívaros de Gualaque estuvieran en todo á mis órdenes. Según quiza que me iiabrían matado, se marcharon
íbamos acercándonos, hicimos otro disparo, y á sus viviendas} pero tau prouto como supie
ellos respondieron, pero nadie nos salía al en ron que había regresado, vinierc)ii nueva
cuentro. Dispuse que entriiaemos en el patio de mente, maravillándose de que hubiera salido
.
la casa en pequeños grupos, aunque ninguno ileso.
Dos días después empreudimos la marclia,
de los que me acompafiaban so atrevía á acer
carse á la casa, sintiéndose dentro de ella y al pasar á nado el río Cliui)iaiiza, creí aho
ruido de ariiins y gritos infernales.... se tra garme en unión de un jívaro que fué á pres
taba de un asunto serio, y no sabía qué par tarme auxilio. Por la tarde llegamos á Mén
tido tomar: no debíamos retroceder porque dez, donde nos detuvimos algunos días para
en este caso todo hubiera sido inútil, y ade ver é instruir á las tribus que se hallaban
más estábamos mny causados y muertos de cercanas. Por último llegamos á Giialaquiza
hambre. Por fin hice la última tentativa. y después de algunos días de descanso, he
Tomé espejos, cuchillos y otros objetos y los mos emprendido nuevas excursiones.
Bendígame, amadísimo S.r. D. Rúa, y con
puse todos en orden. A l ver esto, los jívaros
que estaban 6 la puerta de la casa empezaron migo á todos los habitantes de estas floresUis
á gritar; pero no salió nadie. En vista de ecuatorianas.
Le beso la mano y me ofrezco obedieutiesto les ofdeiié que se preparasen, y^poco
después salieron algunos jívaros pequeños, y simo hijo en J. M. J. y S. S.
á su manera nos jiidieron objetos.
P r a n c is c o M a t t a n a
A l momento entraron en casa y ensenaron
Misionero Sales.
los regalos, saliendo después todos con el fin
de qu(í les diera también á ellos. Igualmente
el Oapitin [N’uningaen unión de seis robustos
jívaros vino «á pedirme objetos, poro de un
modo tan brusoo que me cogió por la cabeza
MATTO
(firiisií).
y barba. Viendo que el asunto iba mal, me
encomendé al Señor y como j)udo me vi libre
fíG ídó ííiiyjiltá ni m 'tiírinofto A ragm iya.
de él: entonces tomando el revólver hice que
(Relación de 0. Antonio Maián).
todos se apaciguaran , y después de ver que
había cesado todo género de hostilidiules Ies
Ciiyabií, 2iii\e Sejitiumbro de 1901.
dije que nos dieran algo que comer. El mismo
üápitíln, varios jívaros y jívaras nos trajeron
R e v e r e n d ís im o S u . D on m i o u b l R ú a :
(ducha, carne, yiicsi, etc., etc. dando visibles
Ya me encuentro en Cuyabá en el Colegio
muestras de contento. Los que me acompa
ñaban, temiendo alguna traición, dispusieron de S. Gonzalo, después de una lireve sí, i>cro
que por la noche uno hiciese centinehv.... fecunda excursión, llevada á fuibo en los úl
>'ada absolutunente ocurrió : á la mañana timos meses, en las riberas del vertiginoso
siguiente celebré el Sauto Sacrificio de la Araguaya y en el esbwio de Goyar que ^
Misa y en los dos días que estuve allí bau uno de los más extensos de la Confederación
ticé unos loü niños é instruí en los miste del Brasil.
rios de nuestra Santa Religión^ á todos los R e la c ió n d e e s t a o x c u rsio u con la
que fueron. También el capitán Xuninga, ap^
d e r>. Bdlasola. — E ntunianm o. —
E i-e p a ra tiv o s.
síir de su ferocidml, con el auxilio de la di
vina gracia, me pidió el santo Bautismo. En
Y'a hace tiempo que tenía vivos deseos de
vista de su comportamiento al recibirnos,
internarme
en las peligrosas y espesas flo
dudaba de sus disposiciones, pero al ver las
iustaucias y buena fe con que me suplicába restas del ÍT. para visitar las feroces tribus
lo hiciese hijo de Cristo, consentí en que fuese de los Cajabís, Baeais, Zapanhumas, Parecis
lavada su alma en las regeneradoras aguas de y otras varias que son muy iierseguida-s imr
este Sacramento, notándose en todos los jí los citilizados siningueiros y ixiayeiros, dedi
varos general alegría. Después de darles va cados res|>ectivamente á extraer goma y a re
rios regalos y de instruirlos lo me jor que pude, colectar la planta medicinal poaya, muy es
dispuse el viaje ))ara ir al pueblo de !Mac^ timada y de grau precio, y en general por
y después á Riobamba: el mismo capitán toílos los explotadores de estas ricas florestas,
★★
—
cuya exuberante vegetación es admirada por
todos los que la conoceu. Tan ardiente y
santo deseo pude satisfacer en los meses de
Mayo y Junio del aiio pas^ido, cuando Bou
Juan Bdl'/ola eu compañía del coadjutor Bou
Silvio Milanosio fueron también á otras le
janas regiones en busca de almas que sal
var , pobres y desgraciadas bajo todos los
puntos de vista.
Por lo que respecta á los copiosos frutos
obtenidos, tjinto entre la gente civilizada
como entre los síilvajes, ya babríi recibido,
amado Padre, una extensa relación, hecha
por el misionero que tan satisfactoriamente
(uiiuplió la dificilísima empresa de apaciguar
los ánimos de los que lo acompañaban, pues
querían responder á los flechazos que le en
viaron los indios.
Aunque el misionero no hubiese obtenido
otro resultado, solamente por este hecho era
digno do respeto, consideración y gratitud,
l>cnsamieuto (pie sale de los labios de todos
aquelios que han tratado algo con los indios.
lístíindo yo fuera de Cuyabá, regresó de su
exi»edicióii del N. el agrimensor B. Gregorio
llod steiu , jefe de una numerosa comitiva, y
saliendo de este i)uorto eu Junio líltimo, de
seando hacer lo que nuestro misionero. A l
llegar A la residencia central de ios Gajabís,
el equipaje que llevaban en la i^equena em
barcación fuó el blanco de las flechas lanza
das desde las robustas ramas de las armeiros
(árbol mucho más fuerte que la encina) pues
estiiban plagadas de centenares de hombres
desnudos que vivían á la orilla del río. An
clado el pequeño barco, arrojaron lú mar una
]icquofia canoa, desembarcando en ellas los
<liez compañeros del Sr. Hodstein: tuvieron
que defenderse á tiros de los rudos ataques
de los indios, eu cuya refriega murieron al
gunos do estos. Este hecho, bastante comen
tado, me lo contó minuciosatuente el jefe de
la expedición, y desde luego so ha exagerado
muchísimo.
A nosotros nada de esto nos ocurrió, gra
cias á Dios. Las flechas lanzadivs contra nues
tro barco no fueron imiy numerosas, y nues
tra conducta hizo que los indios se acercasen
A nosotros, y htuta el mismo B. BAlzola
danzó con ellos, abrazándose^ ix>r decirlo así,
las tinieblas con la luz, el ministro de la ver
dadera lieligión con los suimrsticiosos hijos
de la floresta.
sin razón se hallan cerra
das las pucrti^ de la civilízaeúón ptu:a aque
llos infelices indios, pues estando sus Animos
tan excitados, no es cosa de emprenderla con
ellos A tiro limpio.
El campo de nuestro trabajo estaba eu otra
parto, teniendo señales evidentes de que la
divina Providencia quería que ayudásemos
A los líbbres 6oj‘oró>, centro do nuestras fati
gas eu la infortunada colonia de San Loren::tK
Muchas i>orsouas. amig;is sincer.is de la obra
s;üesiana dicen que i>or qué no vamos al E.
dcl estado, doude se halla la linea telegrá
—
fica que une A esta Ciudad con la Capital
de la Kepública y cuyas regiones se hallan
devastadas por los coroados, indios que viven
muy bien y son muy pacíficos cuando habitan
en caseríos, pero que son feroces y terribles
cuando están en la selv^a: á todo esto añaden
que muchos sacerdotesy coadjutoressjüesianos
hablan muy bieu el dialecto de los borords y
conoceu bien sus costumbres. Urgente es la
necesidad, poro por ahora no hemos podido
atender msis que A evangelizar la tribu de
los bordros, quienes al faltarles el auxilio do
colonia de San Lorenzo, se convirtieron en
iiónmda.s, asesinando A los guardas de línea
y A los pacíficos habitantes de las colonias
cercanas.
A B. Albora su líepreseutante. al atravesar
estíis regiones, le causó profunda impresión
el considerar el gran bieu que aquí se puede
hacer bajo todos conceptos, tanto por lo que
respecta A educación, como A instrucción, y la
primera vez que habló en público dijo: « Al
j)isar los umbrales de este Colegio me acordé
de las palabras que el difunto Monseñor Lasagna escribía A B . Bosco : ¡Qtié vasta es la
Misión reservada á los hijos de D. Bosco en el
Brasil! y me maravilla el ver los progresos
de esta Misión tan difícil. Cuando escriba A
B . lilla le hablaré de las grandes empresas
llevadas á cabo por los hermanos nuestros
de Cuyabá, y del extenso campo que se pre
para al misionero. »
Decididos como estábamos A dar la Misión,
estas y otras palabras de B . Albera hicieron
que 80 empezara miis pronto de lo que se
pousaba: se nos quitó la Colonia de S. Lo
renzo que tanto prometía, y cuyos progresos
pasan desapercibidos solamente para aquellos
que no los quieren ver.
Firmes en esta resolución, empezamos tan
pronto como marchó B. Albera los prepara
tivos do viaie, el cual, dada la extensión del
territorio, las dificultados por parte de la eshición, el fin que nos proponíamos y otras
muchjis cosas, no dejaba do tener sn poesía
y sus bellezas íügún tanto horripilantes; horas
de alegría, «lías de sufrimiento y A la vez de
indecible consuelo para el corazón del misio
nero al contemplar la mies que va A recoger
X)ara el Cielo.
Dios quiera que estas páginas, escritas de
prisa, al descansar un poco de las i>enosas fati
gas del día y muchas veces antes de bajarme del
caballo y atormentado por múltiples insectos
do tollas clases, Dios quiera, repito, que sus
citen algún alma generosa que nos ayude en
tan ardua empresa, bien sea con oraciones,
bien con limosnas, y aun también acompa
ñándonos personalmente, esperando que ha
de recibir centuplicados favores y auxilios
eu esta vida y después eterna corona eu la
otra.
(Se continuará).
------------------>♦» —
-------------------
— 215 —
^ e m o p i a s d e l l^ e ^ . © . ) | e a t i^ o ií'
-
lio ^süíí^rñiío
TIElillA DEL FUEGO
A .p u n t e s Uíst<5i'ico.s so l> i ' 0 la. inissicSu
e v a iiu é lie a
en. e l A r c h i
p i é la g o F ueg^ m uo.
La misión evangélica inglesa, llamada primero
de la Patagonia y después de la América Me
ridional, fué fundada en 1850 por el Capitán
Alien Gardiner, quien desembarcó en la isla
Pieton (á la entrada E. del Canal de Beagle).
Lo acompañaban un médico, un catequista, un
carpintero y tres pescadores de Carnovalla, lle
vando dos barcos llenos de provisiones y mate
riales de construcción. Después de haber matado
uno ó más indígenas, para no verse obligado
á concluir con los demás, tuvo que ir á esta
blecerse sobre la costa N . del Canal de Beagle
á Port Spaniard en la bahía Aguirra, á venticinco millas de la ensanada Banner, donde había
tenido primero intención de establéceme. En
Puerto Spaniard todas las expediciones morían
de hambre y de enfermedades. Estoy conven
cido, dice Bridges, que si los misioneros hubie
sen logrado hacerce comprender de los indígenas,
éstos habrían sido para ellos buenos vecinos; las
circunstancias hicieron que procediesen de otro
modo: con todo eso los fueguinos no merecen
severos reproches. Aunque los misioneros les hi
ciesen algunos regalos, sin causarles mal ninguno,
eran para los fueguinos un enigma incomprensible.
Estos pobres indígenas son en efecto muy socia
les, que se tratan con familiaridad y viven todos
en una perfecta armonía, por lo que no podían
darse cuenta de las formas tan imperioras y
desagradables que usaban con ellos estos visi
tadores extranjeros, j u ^ n d o desde lu ^ o que
perseguían fines siniestros.
A l principio I<» fu^uinos nada hicieron ni
intentaron; pero al reunirse un número bastante
ccmsiderable para resistir, estaban decididos á
aprovechar de la superioridad numérica y á maá esos misioneros inofensivos por el solo hecho
de que no les inspiraban ninguna confianza. En
semejantes circunstancias no había más que dos
medios para vivir en territorio fueguino: ó hacer
la guerra á los indígenas, matando gran nú
mero para después vivir en el país, ó repartir
de buen grado con ellos todas las provisiones
traídas, adoptar el mismo género do vida y obrar
como ellos en todo. Habiendo tenido en 1854
noticia en Inglaterra de que la expedición del
Capitán Alien Gardiner no había conseguido nada,
se intentó llevar á cabo otra para evangelizar los
fueguinos; un buque llamado Alien Gardiner
fué el encargado de conducir misioneros á la
Tierra del Fuego, pero por consejo de los alm i
rantes Fits-Roy y Sullivan, decidieron estable
cerse en las islas Malvinas, donde se habían
traído algunos fueguinos para enseñarles el inglés
y para aprender su idioma, no yendo á la Tierra
del Fuego sin haber conseguido ántes este re
sultado. En efecto el año 1856 desembarcaba en
Keppel, isla de las Malvinas (concedida para la
misión por el gobierno inglés), un pastor evan
gélico, llamado Pakenham Despard, con su fa
milia, dos jovencitos, y tres otros misioneros,
entre los que se hallaba M. Alien Gardiner, hijo
del fundador do la misión. El año anterior ya
había llegado la goleta Allen-Gardiner al mando
del Capitán Parker Snow con el catequista M.
Garland Philips y un médico. En 1858 la go
leta de la misión hizo un viajo á la bahía de
Ponsonby, encontrando al indio Button Jemmy
que había llevado á Inglaterra F its-ltoy en 1830.
Recordaba el inglés y se hacía comprender de
los misioneros, acordándose muy bien de F itsRoy. Accedió á embarcarse con su mujer é hijos
para ir á pasar algún tiempo á la isla Keppel,
donde toda esa familia mantuvo una excelente
conducta. En Octubre de 1858 la misma goleta
los condujo á todos á la bahía de Ponsonby,
construyendo allí los misioneros una casa: al
cabo de un mes volvieron á Keppel con otros tres
fueguinos y tres niños. Los misioneros no podrían
hacer grandes elogios de los indígenas durante
todo el ano que pasm-on en Keppel. E l Señor
D. Garland Philips en Octubre de 1859 llevó
á esos fueguinos á W oollya, y allí M. PhíDps
el Capitán del Allen-Gardiner, M. F ell su her
mano y cinco hombres de la tripulación fueron
destrorados todos por los indios el 6 de Noviem
bre de 1859.
Diez años después fué definitivamente estable
cida la misión en Ushwaia, conservando la casa
—
216
en la isla Keppel. Tienen allí una pequeña liacieiula dü cuatro á cinco mil ovejas, cuidándola
unas í'ujnilias, que trajeron de -la Tierra del
Fuego.
El marinero que pudo salvarse sobre un bote
vió toda la horrible escena que pasó. Perseguido
por una canoa, pudo desembarcar ó internarse
en el monto, adonde los Fueguinos le dejaron
tranquilo. En la isla Navarino vivió doce días
sin otro alimento que mariscos cogidos ""ii la
playa. Encontró después una partida de Indíge
nas que 61 había conocido en 'Woollia. y le die
ron moluscos y pescados pero en cambio le qui
taron sus vestidos, quedando desnudo unos diez
días al cabo de los cuales fué reci))ido por el
indio Jemmy Bntton y le d¡6 algún vestido, y
viviendo con su iániüia pudo aprender el nombre
de las cosas más usuales en fueguino aunque
con Button liabíase en inglés. Ignoraba que ha
bían hecho de los restos de los ingleses destro
zados, pero Button le dijo que á unos los habían
quemado, sepultando los restantes. La causa de
este desastre fué el haber mandado el Capitán
F ell registrar los sacos de los indígenas que
volvieron de ICeppel antes de desembarcarlos, por
que había habido á bordo un altercado entre un
indio y el Capitán, encontrando en los sacos va
rios' objetos r o b a d o sc o m o cuchillos, pañuelos,
etc. Ellos desembarcaron sin querer llevar sus
sacos. E l mismo Jemmy Button, que había ve
nido á bordo, se mostró muy irritado por no
haber recibido todos los regalos. Dijo el marinero
salvado, que se llamaba Alfredo Cola, que cuando
desembarcaron, el número de indígenas era cerca
de 30 0 : durante el Oficio lleligioso, del Domingo,
celebrado en la casa edificada el afio pasado, dos
indígenas escondieron los remos del bote, y cuando
los misioneros salieron de la casa y fueron á la
playa, los indígenas empezaron á darles golpes
con mazas y gruesas piedras. Todos los ingleses
fueron allí* horriblemente destrozados. Alfredo
Cola, cocinero de la A/ffn-Gardwer^ después
de algún tiempo fué recogido, junto con una
nueva familia de indígenas deseosa de vivir con
los misioneros, i>or un biupie mandado desde las
Malvinas, en busca de los ingleses, siendo condu
cidos á Keppel.
El principal objeto de las misiones inglesas
erq de iniciar á los indígenas en la religión cris
tiana. El fin era noble, pero difícil de conseguir,
pues se trataba, no de convertir infieles, paganos
ó individuos de alguna religión, cualquiera que
' fuese, sinó de insinuar ideas y dogmas en seros
que jamás habían tenido creencia alguna, ni
adorado ú nadie. Era preciso tener una energía
de voluntad á toda prueba para no detenerae y
desistir do una empresa de tanta importancia.
Por esto lio es extraño que hayan coseclmdo bin
—
escasos frutos, á pesar de los medios que dispo
nían. Eli prueba de tal aserción óigase lo que
relatan los Doctores P . Hyades, médico primero
de la Marina Francesa y J . Deuiker proíesor de
ciencias naturales y biWiotecario del Museo de
historia natural de París de cuya Misión cientí
fica al Cabo Hoiui, traduzco los siguientes párraíus:
« A nuestra llegada á la bahía Orange adonde
estuvieron como un año (1882-83) comprobamos
en los Fueguinos todas las disposiciones señala
das por los primeros viajeros que las observaron:
desconfianza, curiosidad muda, ausencia completa
do ‘socialidad para con los extrangeros. Si no
hubiésemos tenido de antemano conocimiento de
la existencia de una misión en el canal de Beagle, nada habría podido hacérnoslo vislumbrar,
vista le actitud de los Fueguinos. Habían fre
cuentado, la misión inglesa; algunos la habían
habitado por espacio de algim tiempo, pero no
habían sufrido ninguna modificación moral, y
-fuimos sobremanera exti*añados después de una
visita de M. Bridges á la bahía de Oranges, sa
biendo que ese misionero era conocido de casi
todos. Los sentimientos religiosos eran nulos en
tre esos indígenas. Vimos en una choza de la
bahía Orange una treintena de Fueguinos indí
genas que asistían á un sermón que les Imcía
M. Bridges en su lenguaje. Su continente era
recogido, escuchaban cen atención, pero parecían
no dar importiuicia algmia á las ideas religiosas
que 80 les exponían. »
Esto sucedía después de quince años de esta
blecida formalmente la misión evangélica inglesa
en el Canal do Beagle y en las islas del archi
piélago fueguino con residencia en la cómoda y
risueña bahía do Ushvraia. con fáciles medios de
comunicación entre todos los puntos. Los misio
neros ingleses afirman que las nociones religiosas
han iiiHuido algún tanto en todos los yaguané.^
reformando sus costumbres, y algunos de sus
bárbaros usos, como el infanticidio; que se han
desarraigado algunos lml>itos contrarios á los pre
ceptos cristianos, como la poligam ia. corregido
malos instinctos y despertado sentimientos vir
tuosos, pero estú limitada solamente á los ya
guanés que viven en Ushwaia bajo la inmediaU
dilección de los Misioneros. Ahora si bajo el as
pecto religioso la influencia de los misioneros
ingleses ha sido tan poca y tan liniirada, bajo
el aspecto físico les ha sido pernicioso. E l vivir
en la misión inglesa en casas completamente
cerradas y ellos vestidos, alimentándolos jK>r
cuenta de la misión, les hizo perder el hábito
de atender á sus propias necesidades. Cambiaron
los tralíajos y peripecias de la vida errante cons
tantemente al aire libre por una existencia muv
apacible y al abrigo de la intemperie. Mas ¿qcé
217 sucedió? Que esta vida sedentaria fue causa de
su debilitación, contribuyendo poderosamente al
desarrollo de varias eníermedades y de numerosos
casos de tisis que atacó á los indígenas de la
misión de tal manera que muchos indígenas di
jeron que Usliwaia era p.ira ellos un Cementerio,
volviendo niuclios á la vida nómada.
En 188-i el Gobierno Argentino estableció en
Ushwaia una Subprefectura marítima, que dos
años después trasladó á bahía Buen Suceso, para
salvar á Jos náufragos, después una Gobernación
civil para atender á sus intereses, formando uu
Territorio Nacional. Se pobló esta parte de unos
centenares de habitantes entre empleados gober
nativos, negociantes é iiidigenas. Pero la misión
inglesa viéndose contrariada, aunque cons.'rvase
su establecimiento, M. Bridges se retiraba i
Downeant en la pequeña península de Cable, á
treinta m illas al Este en el mismo Canal, y ob
teniendo del Gobierno Chileno la isla Grevy, una
de las islas de “Wollaston, trasladó allí la misión.
Antes de abandonar la dirección de la misión
inglesa para tomar nacionalidad argentina, M.
Bridges hizo una especie de censo de los indí
genas y yaguanés esparcidos en todas esas islas
del Sur, ascendiendo á 949 clasificados en esta
forma: 277 hombres, 316 mujeres y 356 me
nores, omitiendo unos 51 huéllanos que dan un
total de 1000 habitantes. E l sarampión, de que
fueron atacados á fines de 1 8 8 4 , se llevó más
de la mitad de la población indígena, muriendo
todos los que vivían en Ushwaia, á excepción de
una mujer que ya lo había padecido an.es. La
fiebre tifoidea y la viruela, aparecieron también,
importadas por los blancos, é hicieron muchos
estragos, de modo que á fines de 1890 la pobla
ción yaguana estaba reducida á unas 3 0 0 per
sonas : de aqui se colige que los y guanes en
pocos años desaparecieron enteramente siendo la
causa el contacto con los blancos, por ser te
rribles para ellos todas sus enfermedades y no
haber podido hallar un medio de combatirlas.
d« erratas
Sapouemos que va nuestros lectores habrán
subsanado con su buen criterio algunas erratas
que han salido en nuestro número de Julio, hijas
de la precipitación, y agenas á la voluntad de
cuantos intervienen en el Boletín. En la pág. 173,
linea 3*. dice feminilea debiendo decir
niñíu.
Id. Id. p a r en vez de por. Pág. 195, línea 18 de
la columna 1*. de la Crónica dice Menagner, de
biendo decir Mestaguei'. En la id. línea 12 de la
columna 2’'. dice «tríos, debiendo decir ahrioe. En
la pág. 196. línea 14, columna 1*. dice solidario,
debiendo decir Salesiano. En la id. columna 2*.
línea 14 dice hijo, debiendo decir hizo: estas son
las principales.
U E S T R A
C O K R ESP O N D E N O IA
iía
*<5->'
^ 4
E É J A R (H ülam anca)
Sr. Director del Boi.ictín SAu:¡nANO.
Muy Señor mío y de mi mayor coiisidornción:
Varias lian sido Ins fiestas que en este colegio se
han celebrado diiruute el año de 1901 á 1902, y si
tuviera que decir algo do todas, no tendría más
que repetir lo que le escribí los demás años, so
lamente, pues, le diré algo do las que este uño
por especiales circunstancias han revestido al
guna particularidad.
La de la Inmacul.ida Concepción se celebró con
la misma solemnidad y fué muy concurrida, re
presentándose por la noche una función do teatro,
asistiendo los pa>lres de los niños: lo tuismo ocurrió
los días de Navidad y S. Fraucisco de Sales. El
25". aiiivei-sario del Pontificado de S. S. el Papa
León XIH se celebró con mucho entusiasmo pol
los niños con fuucioues religiosas per la mañana,
disparo de cohetes y elevación de globos por la
tarde.
Con verdadera edificación se han hecho los
ejercicios espirituales, dados por D. Juan Tagliabue, Director de nuestra casa de Salamanca, y el
Sr. Director de este colegio. El comportnmient-o
observado |>ot' ios niños durante estos días fue
verdaderumento exce])cional, asistiendo tanto los
internos, como los exterjio.s con mucha puiitiialidad y diligencia. El fruto bien presto so dejó
sentir. Los notas de conducta mejoraron, las Co
muniones fueron más fiecuentes, haciéndola mu
chos diariamente.
Con esta preparación llegó el día cii que de
bíase celebrai' la fiesta dei Sr. Director del Co
legio. La piedad que había echado raíces en los
juveniles corazones, fuó uno de los medios que
más contribuyó para que estos niños aproveciiarau la ocasión de iiianiresiar su agmdecímieuto
{tara ((uíen les hace de )>ndre: (ron vencidos de
que el mejor regalo que {todrían presentarlo era
una larga lista de nombres de niños modelos, iban
á porfía fiara ver quien mejor fiudiera presentar
ese regalo. La fiesta se celebró con verdadero
entusiasmo. La víspera del Santo se representó
el drama Las Pistriuas, contribuyendo á solemni
zar el acto la presencia de iiuesiro amado Ins
pector D. Ernesto Oberti. El día de la fiesta
además de laa fuucioues religiosas de la mañana
y de la tarde se le dedicó por la noche una aca
demia músico literaria. El espacioso salóu, mucho
tiempo antes de la hora estaba lleno de íxite eu
bote de lo más selecto de la ciudad, figurando
entre ellos nuestro díguísimo Párroix), el Sr.
Teniente Coronel de la Guarnición de esta Ciudad.
Se leyeron varias composiciones eu prosa y en
verso, en lengua castellana. Italiana, Francesa,
218
Alemana é Inglesa. Todos los números faeron
ejecutados ningistralmente anancaudo de los pre
sentes muy múridos aplausos.
I>e estas flc'stas, la que debía sobresalir era la
do María Auxiliailora. Bien preimrados los niños
como estaban, eiii])ezaron el mes de Mayo con un
voialadero frenesí. La júe-dad que ya había echado
mices en sus tiernos corazones, acabó «le consoliilavsü: internos y externos iban á porfía á honrar
ú nuestra Excelsa Entrona. Colocn«la la hermosa
y artística imagen sobro un elevado trono bajo
dosel «le raso azul, rodeada de luuchas y aromá
ticas llores, en medio de infinidad de luces, era
«■oiitimiamente visitada por los niños quienes se
sucedían lo.'- unos á lo.s otros en las visitas. Los
internos y muchos externos hiciernu la Comuuiiin
«liaría, en uim ])¡il:ibm cuant«)s visitaban nm-stra
ejij)illa salían eilificados y so sentían atraídos ú
la pieibul y devociiin hacia Mjiria Auxiliailora.
El día Jó se «lió principio á hi Novena, cousagrámlose tod«>s á Maria Auxiliadora ó inscribién<lüs«« en su Aruhicofradía.
El día 2 i so celebr«> la tiesta, y en la misa do
Commiiiiu general, «mee niños recibimon á Jesús
por pritnevavez; la capilla se llcn«> p«>r cojn[deto
de tieh‘8, siendo la mayor parto padres «le los ni
ños (pie venían para acompañar á sus hijos á to
mar el I*nn do los Angtdes. Varios de ellos viendo
la compostura y devociini con <{ue sus liijus se
íicercaliau ni banquete celestial derramaron lágri
mas de consuelo. El dignísimo Sr. Arcipreste de
esta eiudíid, D. Julián Muñoz, siempre dispuesto
á complacer ú los bi.jos de D. Bosco, celebró la
luisa, dirigiendo su autorizada palabra á los niños
y los padres antes de distribuir la Comunión,
«lando á los iiri meros la enhorabuena por la
dicha de poder hacer la primei*a Comunión en el
día de María Auxiliadora, felicitando ú los segumlo.s jior el acierto que han tenido en conliar
ñ sus hijo.s á los Salcsiauos pura que ios edmpicu
en el santo temor do Dios.
A las 10 finí la misa solemne celebrada por
nuestro amado Sr. Director, oticiando la Schola
Cantorum que bajo la sabia dirección del salesiano
D. JüSií Pujol, iutoipvctó admirablemente la misa
de S. Miguel, ensalzando infra mí^'snm las glorias
do María un P. Franciscano de la la^sideucia de
N. Señora del Castañar. Nos presentó á María
como el objeto de nuestro amor. Fué su decir
tan correcto, sem'illo y acomodado al auditorio
que lo tuvo pendiente do sus labios durante una
hor«i. Por la tarde so celebró una de aquellas
]>equeñas funciones á las cuales nuestro Padre
i). Bosco daba tanta importancia, so instaló ))or
ívimera ve* en esito colegio la Comiwvñía do San
mis. formando putte de olla gran número do
niños.
Deseamb) todos dar á nuestra tiesta un realce
extraurdiimrio so veritió mm solemne procesión.
Al día siguiente «le la tiesta, domingo, las visto
sas y elegantes baudei'as Es|iañola y del Papa
que en los engalanados balcones del colegio on«ienliau, el continuo disparo de cohetes, el no in
terrumpido i-epiqne de campanas de la Parroquia
de Sta. Maria, jinnuciabau algo extmordinnrio.
A las cinco de la «arde, hora señalada, salió la
nrocesión de la espaciosa Iglesia de Sta. María en
la forma siguiente: Agentes de ortlen luiblico,
pareja de la Guardia Civil, nuestros niños que
ostentaban todos la medalla de María Auxiliadom
pendiente de uu lazo azul, una banda de música,
niñas de los colegios de Béjar luciendo su unil'ormo y luuclias vestidas do blanco, no faltando
Í
—
algunas vestidas de ángeles que llevaban un ar
tístico pendón de Maria Inmaculada, otras con
canastitos llenos de llores las ofrecían á la Virgen;
señoras de la Archicofradía de María Auxiliadora;
después de estas uuos quiuce niños con sotanas
y roquete; la Virgen sobre ricas y artísticas andas
rodeada de flores, en medio de muchísimas luces
era llevada por nuestros niños.
Presidía la pi'oeesión, vestido de capa, el digní
simo Sr. Arcipreste D. Juliáu Muñoz, rodeado por
todo el Clero do la ciudad, «juien en pleno quiso
honrar á nuestra Madre con su asistencia. Otra
banda de música seguía al Clero, cerrando la pro
cesión una compañía de soldados con las cornetas
y tambores, que el Sr. Teniente Coronel se digmj
mandar para dar mayor solemnidad al acto.
Así organizada hizo María Auxiliadora su carrei'a
triunfal j)or las calles de Béjar. Durante el trayecto
nada diré de las ovaciones tributadas á la Reina
de los Ciclos. Los balcones de todas las calles
estaban eugalnnadas con vistosas colgaduras y
desde las ventanas y balcones tiraban continua
mente una lluvia de flores. Al cabo de dos boras,
regresó á la Iglesia del Salvador, donde, después
«le (iantar algunos motetes y el Tantuiii Ergo el
Sr. Arcipreste «lió lu bendición con S. D, M., terininaudo así los solemnes cultos que en unión de
los buenos Bejai'uuos tributamos lo.s Hijos de D.
Bosco á Muría Auxiliadora, que por ser la pri
mera vez ban resultado muy bien.
Damos las más expresivas gracias al dignísimo
Sr. Arcipr«íste y Clero quienes tan pronto como
se les indicó la idea de hacer la procesión nos
alentaron poniéndose á uno.stra disposicióu; al Sr.
Teniente, j)or haberse dignado mandar una com
pañía do soldados, dando así grande realce al acto;
al
Teniente alcalde, á los colegios, y á cuan
tas personas han contribuido á quo la jirocesión
resultara muy lucida. A todos pues prometemos no
olvidarlos en nuestras oraciones y en las de nues
tros niños. Dios se lo pague á todos y María
Auxiliadora derrame cojijosas bendiciones sobre
toda la p«>blación que tanto se esmeró en lionrarla.
■Sr. Directíiv, perdone la nn>le.stia y no olvide
en sus oraciones á S. S. en J. C.
q. b. 6. m.
B6Jar, 27 ile Mayo de 1902.
Ju.-tN D ei.xkguo ,
LA fMíATA-(Ai'fffilUifia.)
K e v . S u . D . Mig u e l R ú a .
Amntlo Padre en J. C.: Le envío una breve
relación de las tiestas que hemos celebrado al
inaugurar nuestro templo dedicado al Sacratísimo
Corazón de Jesús.
Hace varios años que la construcción, de un
nuevo templo, de projKUX'iones meuos reducidas
que las de nuestra antigua Capilla de madera,
era una necesidad sentida ;>or todos los católicos
de la Plata. Venciendo gravísimas diticultades se
empezó la obra, puesta la contianza en la Divina
Providencia y en la caridatl de nuestros Coope
radores y Cooperadoras. Después de tres años de
ruda labor, el templo quedó terminado.
Su superficie es de 50 metros de largo jwr 20 de
ancho, dividida en tres naves por dos hileras de
columnas de granito. Su altura máxima es «le 19
metros. Toda la obra se hace admirar por su sen
cillez y elegancia.
P"
219
Las fiesti\s jiava iuangiuavlo se celebi'avou los
«lías 2, 8 y 4 de Marzo : el primero de estos días
«üiimenioramos el 92”. aniversario del nacimiento
«le S. S. León X III: á las tres de-la tarde nues
tro querido Obisp«> diocesauo el E.temo. é limo.
®r. D. Juan Neponiuceno Terrero, acompañado de
Mons. Francisco A lberti, Provisor General del
Obispado y «le D. José Vespigiiani, Inspector salesiano con la asistencia del clero secular y re
gular de la ciudad y de numerosa imiltitud de
lides, dio comienzo lí la bendición de la nueva
iglesiíi, actuiimlo como padrinos el Excino. Señor
Ministro do Hacienda Dr. Emilio Canaliza, los
Doctores D. Miguel Esteves, l5. Dalinir«> Saenz,
D. Euriiiue Prark, y los Sres. D. Juan Ortií do
Roza-i, 1). José Burgueño, D. Martín Bonco, y
D. Augusto Castellano, y como madrinas lu.s Se
ñoras D**. Clara G. de Alberti, D". Astoruiia de
Esteves, D". Carmen S. de Merlo, D®. Pascuala do
Carranza, D‘‘. Mercedes Ortiz de Rozas, D *. Jose
fina de Albarracíu y D®. Geróuiina de Boueo. Ter
minada la Bendición abriéronse las puertas «leí
templo para dar entrada al numeroso público queesperaba eii la calle. Ent«>i)c«‘S Mons. Terrero pro
nunció desde el altar uii hermoso disimreo de
oportunidad , feüeitámlose de poder bemlecir en
una feclia tan simpática para los católico»^ nn
templo dedicado al Sacratísimo Corazón de Jesii.s,
«loude to«iüS irían á rogar por la prosperidad del
Vicario de Jesucristo.
Acto continuo su organizó la procesión con el
Santísimo Sacramento, desde la antigua Ca]>illa
de madera ni nuevo templo. Pocas veces ha pre
senciado La Plata un espectáculo tan imponente.
Uii gentío inmenso nconipafnvba al Santísiim», re
corriendo las calles 9, 57, 8 y 58 entre el estam
pido de bombas, loa ac«>rdes de la banda y el
cant-o «levoto del Faii;ie Liitt/un. En cada uno «le
las cuatro ctiailros haluanse Í«;vautado hermosos y
artísticos sitiales, por la Sia. 1)'‘. P«iscnala de Ca
rranza, y además la.s Sras. Gómez, Tapia y Ortiz
de Rozas, desde los cuales Monseñor T«MT«r«) im
partía la Bendición «:ou el Santí.-«imo. Todas las
Cougregucioues do La Plata delilaron en esta
procesión, descollan<lo «uitre «dlns la del Santísimo
de la parroquia d«; S. Poiiciami c«m su magnífico
estandarte, la de las Hijas «le María Auxiliatlorn
V la del Apostohnlo d«' la Oración. Al entrar en
el templo los cantores se n-partienm en «los gru
pos, uno en el co io y «ttro detiá.s del altar mayor
y entonaron el hermoso mot«*to Chriatiis vliicit,
de D. Pedroliui, «pie ]iuedc llamarse un himno
entusiasta «lu triunfo y «le gloria.
La Bendicióu con el Smo. Sacramento puso tér
mino á las funciones do este día, que han dejado
en tollos los corazones las más grutas impresiou<».
Al hablar de ella un órgano de la prensa local
La liepública, se expresó en estos términos: «La
ceremonia de ayer ha sido uii grandioso aconte
cimiento para la ciudad de la Plata, «jue cuenta ya
con un nuevo y soberbio etliflcio cual es el templo
que acaba de inuaugurarse. Toda la ceremonia
ha sido llevada á calM <mn gran pumpa inspirando
en los asistentes sentimientos de grata satisfac
ción y de entusiasmo religioso. >
A las 7 de la mañana «leí día 3, subía las gra
das del altar el limo. Señor Alberti para cele
brar la primera Misa en el nuevo templo. — A
pe.sar de ser día de trabajo, la iglesia estaba cooiplcramente llena de heles. En tod«>s los rostros
brillaba la nnós pura alegría, de todus 1abi«>s se
salía la oración que sube como incienso al trono
del Señor. En el coro un grupo de niños bien
prepara«los acompañaron la S. Misa con «>l cauto
de hermosos motetes. Al ll«5gj\r <d moimuito «le la
santa Comunión, Mons. Alberti ouipczii il «listribuirla. Durante media hora , la mesa ourarística
se vió rodeada de fieles que s«* s«ic«*diau sin ce
sar. Setecientas almas tuvieron la dicha «le ^l^cibir
en u«iueila Misa el Pmi de hw Angeles. .\ las
nueve. Mons. Torrero entró eii la igle.sia, acom
pañado de numeroso clero, «lirigiémloso al trono
«•piscopal. Revestido de lujosos «iriiaiiu'Utos , se
«lirigió al altar may«ir, comeuzamlo la Misa Poiitilical. Entro tanto en el coro los ;ilinmios del
Colegio salosinno de Bernal, acomiiafmdos por el
Imnuonium y una buena onim'sta , ejemitó con
adaiirable corrección la Misa del maestro Capocci.
Después del Evangelio ocupó la cáte«lra sagrada
el limo. Señor Alberti, describiendo c«ui frase
sencilla á la par que elocuciito las veiitajivs que
la Iglesia reporta á la 8«>cie«lad eii todas sus es
calas y el vacío que venía lí lloiuiv en esta ciu
dad el templo recién bendecido por el limo. Señor
Terrero.
Recordó á los asistentes el dobhi anivtirsario
que se celebraba en aquel día, el 2-1“ «lo la coronación «leí Sumo Pontífice León X III, y el pri
mero (le obispado diocesano de Mons. .1. Nepomuceiio TciTero. A las 5 de la tarde volvió á
Ilenarsi^ el templo. Después del canto do uii mo
tete, subió al pulpito el Rdo. P. Amiiuhástegiii
de la orden de S. Francisco, y habló sobro el
pontificado, demostrando su acción civiliza«lora
al través de los sigUis, hasta llegar al Pontífice
reinante. Dió la bendicióu con S. D. M. el limo.
Señor Francisco Alberti.
Por la noche una enorme multitud había concurritlo al gran patio d«d Colegio para asistir á
un entretenimiento teatral.
Ya se liabía caiita«lo el liimuo al Sumo Pontí
fice y representado el primer acto del grandioso
drama de D. Ijeinoye La última hora del payanismo en- liorna, cuando debido lí causas que no
se han podido averiguar so apagaron los focos de
la luz eléctrica.
Este incidente obligó á suspiuidur la función
dejándola pura la iiocÍi«‘ siguiente.
A las siete «leí día i oolebró la Misa de Comiiuidad el Sr. Director del Colegio D. Juan Bau
tista ZauiiKdti. I.aiK Comuniones fueron muy mimerosas.
A las 10 cantó la S. Misa el Rdo. P. Guardián
del Coveiito do S. Francisco de esta ciudad, asis
tido |)or dos Padres de la misiim Orden. A his
5 de la tarde después del canto de un motete
predicó ei serm«>u del Sagrado Corazón el Rdo.
P. Fray Pedro Ferrare. Acto continuo Monseñor
Juan Neponiuceno Terrero , que con tanto celo
había ]>romovido estas fiesta, entonó el solemne
Te Deum en acción «le gracias al Señor «|ue con
providencia especial ha asistido ú los hijos de
D. Busco en la con.struccíóii del templo, y euronar
la obra con éxito felicísimo.
La Bendición «M>n Jesús Sacramentado puso tér
mino Á los solemnes cultos «le estos días que á no
dudarlo habrá dejado en todos los que asistieron
lo.s más dulces recuerdos.
Por la noche tuvo lugar la funcíóu del teatro
ante una concurrencia compuesta de las familias
más distinguidas de la sociedad platense, figuraudo en primera línea nuestros queridos prela
dos Monseñores Terrero y Alberti, los padrinos y
madrinas del templo y las Comisiones de Señores
Coo|Hjradores y Cooperadoras.
Los seis Organos de la prensa local hablaron
—
220
(lo entft ñesta prodigando los mejores elogios á
los jóvenes actores por la soltura j corrección
con que deseiM])eñnron sus respectivos papeles.
-£n un entreacto el Dr. D. Emilio Carranza,
actual ministro de Hacienda, leyó un breve ó
inspirado discurso sol>re la acción del cristianisino en la sociedad, sÍ(mdo interrumpido varias
veces por los nutridos aplausos do la concurrencia.
En otro entreacto 5 niños cantaron la romanza
H Paatorello, mientras acariciaiian con sus manos
dos mansos corderitos : fueron muy aplaudidos.
Amenizó la flesta con escogidas piezas de mú
sica la Banda de Policía de esta ciudad.
Merecen especial mención la Comisión de las
Señoras Cooperadoras por la actividad y abnega
ción con que trabajaron para que nada faltara do
lo que podía dar mayor realce en las tiestas que
se lian celebrado. Esta comisión está compuesta
de las Señoras D“. Astermia de Esteves y D“. Cármen S. de Merlo, Presidenta y Vice rííspcctivamente; D“*. Laura Esteves y D"*. María Escobedo,
Secretaria y l’rosecretaria respectivamente; D“
Micaela Merlo , Tesorera : D“. Clara de Alberti,
D*. Josetina de Albarracín, D"*. Herrera Lastra,
D". Jeróniiiia do Poner, D**. Julia Merlo, liermajins Mascovol, D'. Tecla do Torcelli, D“. Octavia
de Olivera y I)'‘. Isabel Tapia. Adjunto á la pre
sente la limosna con que los Cooperadores de
La Plata desean contribuir á sufragar los gastos
que ocasiona la publicación del B o i . e t ín S a l é SIANO.
Bendiga, Beverendo Padre, á sns hijos de La
Plata y á sus buenos Cooperadores y Cooperado
ras, y especialmente á este su affmo. iu C. J.
q. b. 6. m.
E d v ig io P a o l i n i .
La Plata, 8 de Marzo de 1002.
fííífiOTA (Colombia).
Sr. Director del B oi.etín^S alksiano.
Muy Señor mío y de todo mi r('speto: Aprovecho
la partida del Rev. P. Ernesto Briat.» á la costa.
])ara enviarh' una pe<im‘fm relación de la Itesta
(]ue !<*s Salcsianos han celebrado en honor de San
Francisco do Sales. Aunque ('scrita á vuela pluma
y por tanto muy desaliñada . no dejará de ser
agradable, norque hv» lectores del Boi.ktíx aten
derán, no ni estilo, sino á los sentimientos que
la motivan.
Apesar do las estrecheces quo nos asedian y de
la lúgubre tristew» que cubre nuestro suelo, los
beneméritos hijos do D. Bosco han encontrado
medio para honrar con religiosa grandiosidad á
BU augusto Titular. Durante el triduo que prece
dió á la ñesta, 1>. Evasio Rabagliati. con esa p.alabra sencilla y sublime, con esa viril elocuencia
que lo constituye uno de los primeros oradores
(lo esta culta capital, tuvo pendieute de sus la
bios al numeroso concurso q^ne acudía á oirle,
sobre la excelencia, necesidad y práctica de la
mansedumbre, que tantos triunfos díó al Santo
Obis{io de Ginebra, y tan semejante le hizo al
Divino Salvador. Ayer, hasta bien entrada la no
che. loa sagrados bronces ensanchaban con ale
gres tañidos el (mrazón de los salesianos, coope
radores y alum nos, haciéndoles olvidar por un
momento la tristísima situación de la Patria, ó
mejor dicho, abriéndolos á la esperanza de que la
valerosa intei-cesión del Santo contribuya á darnos
pronto la suspirada paz. H oy, al rayar el alba,
ya las puertas-dol-templo se hallaban abiertas, y
las campanas invitaban á los fieles al santo sacri
ficio que en diversos altores se ofrece desde las
5 hasta las 9 de la mañana. A la 6 y t'j el Exemo.
Sr. Delegado Apostólico Mons. Antonio Vicco,
celebró la misa de comunión general, distribu
yendo el Pan que fortalece y engendra vírgenes á
los niños del colegio y á muchos de los coopera
dores. ¡Oh! ¡Cómo se enterneció el eximio Prin
cipo al ver la devoción y compostura de aquellos
educandos, y cómo nos sentíamos todos santa
mente orgullosos al ver la estima que de los SalosianoR hace el digno representante del santo
Prisionero del Vaticano I
A las 9, el pequeño clero desplegaba sus filas
á la puerta de la iglesia para recibir á su mnguánimo Pastor, el Exemo. é limo. Sr. Arzobispo
Dr. D. Bernardo Herrera, que tuvo la amabilidad
de venir á celebrar la misa Pontifical. Ejecutóse
con arte y aparato la armoniosa misa del Mtro.
Arrigo, contribuyendo á su éxito la venida del
primer tenor de la capital, el simpático D. Luís
Petrolli, cantor de la Metropolitana, y tuvo la
amabilidad de acompañar el coro de .salesianos y
niños.
Después del Evangelio, ocupó la cátedra de la
verdad el Rev. P. Galdós, de la Compañía de
Jesiís , haciendo el i)anegrrico del santo , ó por
mejor decir, del amor de Dios, que en grado tan
sublime tuvo el Patrono de los Salesianos, tomando
por testo de su discurso aquellas palabras de San
Juan : Erat ergo refíxiinhena tinus ex (Haci/mUfi ejus
fu $inn Jesii. quem diligebat Jesiis: Eatolm uno de
sus discípulos, á quien amaba Jesús, descansando
sobro el pecho de Jesús (Joan. x m . 23) j las aplicó
al Santo, y después de una brevísima explicación
de la naturaleza del amor diviuo, sacada de las
obras del mismo doctor, probó con palaln-a sen
cilla pero .arrebatadora, que San Francisco de
Sales fué una de las almas más amantes y ama
das de Dios; amor que mostró el santo, lo pri
mero, en los sacrificios y sufrimientos que por
Dios se impuso; lo segundo por los deseos de
amarle más y trabajar más por É l; y lo tercero
las obras que por su gloria llevó á cabo. Probó
también eómo D. Boaco tuvo idéntico espíritu
que el ai>ó.stol del Chablaia, y terminó con una
encendida exhortación al amor de D io s, en <íorrespondencia al que Dios nos ha manifestado,
sobi^j todo en la encarnación del Verbo, en la
institución delaStina. Eucaristía y en la revelacióu
de las riijuezaa inagotables de su Corazón Sagrado.
A las 2 y media después de un bonito motete,
el Rev. Canónico Dr. D. Leónidas Medina, díó la
conferencia á los Coopemdores y Cooperadoras
Salesianos. haciendo resa'tar las excelencias de la
caridad . siendo el mejor modo de praticarla el
fomentar las obras saleaíauns, aquí, especialmente,
donde el campo es tan vasto y tan grandes los
sacrificios á que por no.sotros se sugetan los hijos
del inmortal sacerdote del Piamonte.
Conclnyó la fiesta con la bendición de S- D. M.
y la papal, pero sus recuerdos durarán y frnctificarán en nuestros corazones.
Bajo los anspicios de San Francisco de Sales
parto el P. Briata, ya misionero de los Llanos de
S. Martín, á fundar una casa en Barranqnilla. Va
acompañado del simpático y valeroso minorista
Erequiel Borda, uno de los hijos de Colombia,
qne se han alistado bajo las banderas de D. Bosco.
¡Oh! Qué hermoso es asistir á fiestas como las
m
—
221
d© li«y. y contem|)lftv fl lievoismo y desiuteréa de
los religiosos, de la ñor del catolicismo, eu este
tiempo en que no se habla sino de guerras, odios
y venganzas, y eu que no se piensa ni escribe
sino de venganzas, odios y guerras! Difúndanse
las obras de D. Bosco en Colombia, y eu parte
al menos se remediarán tantos y tan tristes males.
Perdone, Sr. D irector, estos desahogos de mi
corazí'm, escritos al correr la pluma y en medio
del afán y créame siempre su affmo. y S. S. iu
C. J. y
—
posible la Conferencia anual á todos loa Coope
radores que prescribe el Reglamento. Pruoisameuto para dar tiempo á los preparativos, se ha
bía trasladado desde la fie.sta de S. Francisco de
Sales hasta el domingo do ayor, Patrocinio de
S. José.
Se eligió para ello la Parroquia principal de la
Ciudad , Itaiiiada el Sagrario. El Sr. Cura , muy
bondadoso con uosotn>s, puso á nuestra disposición
el hermoso tem plo, cooperando también eliejizmeuto para que ua<la faltaia. A las nueve ya es
b. B. m.
tuvo el templo ocupado por las priueipales Da
A. M. F.
mas, Señoritas y Caballeros de la Ciudad.
Al entrar el Exeiiio. ó limo. Sr. Arzobispo, que
Coop. Sales.
Bogotií, 29 de Enero de 1903..
so dignó presidir la Confeivuicia, como [uinier
Cooperador, y al tomar asiento en el trono pre
parado eu el presbiterio, acompañado por nueshu
entusiasta amigo el Sr. Dr. D. Manuel M. P«»lit,
Vicario general, y varios Cam'migos, nuestros ni
QUITO (Hcuiidor)
ños cantaron el motete Sacerdos H Vontifex, de
Mous. Cagliero. Letdos algunos capítulos del Re
ijE yrM O . S r . D . H i g u b l R ú a .
glamento do C<K>peradc)rt-s Salesianos , subió al
Muy amado Padre eu J . C : Me cabe la satis pulpito el M. R. Sr D. Carlo.s Latorro . distin
facción de dar cuenta ú V. R. de la conferencia guido orador, sjicerdote muy virtiuwo á la pjir
salesiana que públicamente se tuvo ayer por pri que muy inteligente, quien en fornm sublime y
mera vez en una de la principales iglesias de
elevada desarrolló con nniestría y arte el tema
Quito.
de la caridad, cuyo discurso le mando por si de
En los catorce años de vida que tiene la Obra sean publicarlo eu el B o i . b t ííi S a i . e s i a n o .
de Don Bosco en el Ecuador, no se había podido
Los Cooperadores y Cooperadoras que lean dicho
jamás dar á unestms Cooperadores y Coi>perado- B o l e i í n verán con satisfacción los adelantos que
ras Salesianos una conferencia pública, como pres la Obra Salesiana va efectuando en el despoblada
cribe el Reglamento , y según la costumbre de
barrio de la Tola. Eu un año mediante la caridad
nuestro inolvidable Padre Don Bosco.
pública, se ban traido de Europa, no sin sacri
Debido este año al celo y cín]>eño del M. R.
ficios mil, y sin contraer deudas, no saldadas anu,
S. Dr. D. Manuel María P o lit, Vicario general herramientas y maquinaria completa para dos
de la Arquidiócesis, á quien con jusbi raz4>n po nuevos talleres, el de curtidores y el de mecjínica,
dríamos lliimar Director diocesano de los Coope herramientas para complettir los ttilleres de Carpin
radores Salesianos, y que ama con verdadero tería, escultura, sastrería, herrería y zapatería;
amor entrañable y desinteresado á nuestra Pía
los instrumentos de música para 40 jóveu es; en
Sociedad, muchos mauifestarou de.seo de que se
seres para nuestra Capilla, dos hcniiostis cstátuas,
organizara bien la Asociación de Cooperadores,
una de María Auxiliadora y otra del Sagrado Co
para que a<{uí tunibiéu , en la hermosa Quito, se
razón de Jesú s; cinco lujosos estandartes, pinta
experimeutiivan en breve los prácticos y benéficos
dos en seda. Aquí eu la Tola, se instaló el local
frutos de tal Asociación.
y el nuevo taller do panadería, se concluyó é
S. F. I. bendijo y apoyó los esfuerzos de algu inauguró un salóu nuevo para dormitoi’io, se cons
nos caballeros y damas Quiteños, y se pensó ante
truyó el graudio.so local 4lu curtíilores desde
todo formar una Junta de Cooperadores y otra de BUS cimieutos; se ha adelantado en la obra de la
Cooperadoras. Constituyeron el primero el Dr.
conducción del agua imr socavones y acequias;
D. Mariano Aguilera, Presidente, D. Roberto Cruz,. se ha casi concluido oí cuer[H> bajo del Santuario
Secretario, y los Sres. Dr. D. Belieario Peña, Dr. de María Auxiliadora. El número de niños de 45
D. José Ignacio Arollano, Dr. D. Rafael Bucheli,
se ha llevado ú 130, y do los cuales fió son in
Dr. D. Manuel Cubi como vocales, los M. R. Se ternos, y de estos 30 no abonan nada, estando á
ñores Canónicos Dr. D. Alejandro .Mateas, D. Joa cargo de la Divina Provi«lencia. Pero si con el
quín Borja, Dr. Fnmcisco Jijóu Bello, los Señores favor de Dios algo se ha hecho, mucho imís queda
Abel García JaramÜlu y Ulpiano Espinoza Jarrín,
por hacer; la conclusióu de la Iglesia, la insta
como decuriones. Constituyeron el segundo las lación de la curtiduría, la necesidad de un nuevo
Sras. D*. Emilia Rhúger v. de Gnarderas, dis salón y más clases para ]>oder recibir más niños,
tinguidísima matrona en quien resplandecen tollas que insisten para ingresar en nuestra casa son
las prendas y virtudes de las matronas cristianas
obras estas de apuro y que piden con urgencia
de los primeros siglos de la Iglesia, como Presi el concurso de nuestros Cooperadores.
denta. Sra. D*. Leticia Boija de Cordovez. ViceTerminada la Conferencia, S. £ . I. se dignó
presitleuta : la Srtas. Anna Correa y i'ámien Co- dar la bendición con el Santísimo Sacrai^ento,
ivea como tesoreras; la Srla. Dolores Salazar como precediendo á esta el canto de algunos motetee
Secretaria, la Sra. D*. Amalia de Icaza, la Sra. y un Tantum ergo, que ejecutaron muy bien.
Como de costumbre hicieron la colecta para la
Eleodora Ampudia y Elena Carrea como vocales.
Obra Salesiana tres distinguidas Señoritas de la
Las primeras reuniones de ambas Juntas fueron
presididas por el M. R. S. Dr; D. .Manuel M. Re capital.
lis , quien sapo infundir en el corazón de cada
Aprovecho este ocasión oportuna para mani
nno ardientes sentimientos de amor hacia la obra festar á todos nnestros bienhechores la más profnnda gratitud, y el recuerdo cootinno qne de
salesiana y el mismo espirita de actividad que él
ellos tenemos diariamente en las oraciones nues
posee en alto grado.
Organizadas ya de este modo las Juntas se pensó tras y en las de nuestros niños.
Y para qne sea feenndo en bienes el trabajo de
entonces de celebrar con la mayor solemnidad
—
222
los Coop(‘rndor€8 y Cooperadoras de Qnito á favor
de la iiífií'Z desvalida, á favor del artesano y del
pobre, dínos, amado Padre, una bendición espe
cial, y envíenos auxilio de personal fervoroso é
inteligente, pues es el caso aquí de repetir con
liigrimns en los ojos: Messig quidem multa operarii
autcm pauci.
Se ofrece de V. el último de sus hijos y S. S.
en J. C.
q . b . B. m .
Guido Rocca.
Quito, 21 de Abril do 1902.
^ © ra d a s
--- >.> IDE
?)C------------------------3
C = -------------'
MARIA AUXILIADORA
O r u t i t i u l A M a i 'í a . A - x ix i li a d o r a ..
Hallábase la angelical y laboriosa niña
Nativblad Lacasa González, de 11 años de
odad, gravoinente enferma del tifus y á causa
do la gran fiebre que tenía y de los ataques
nerviosos que se lo presentaron, se encontraba
la jjnhrecita niña en brazos de la muerte y
parecía (pie de un momento á otro debía dar
el íUfcimo suspiro.
Eli tales momentos de angustia acudí á
María Auxiliadora, rogándole con todo fervor
•qne devolviese la salud á la niña, con pro
mesa que darían sus afligidos padres limosna
para los nin<vj asilados en las Escuelas Sasianas de ÍSarriá, y que la infrascrita haría
publicar en el B o l e t ín S a l e s ia k o la coueesiüu do tal gracia.
Hoy la cariñosa é inteligente nina Nati
vidad 80 enenentra complet-amente bien, y
sus buenos y amados padres han dado la li
mosna á la Casa Salesiana, y la que estos
renglones t'scvibe cumple gustosa y agradeeida su oferta.
ü . li. B.
J aca
(Huesca) 6 April 1902.
M i i> i’i m o i * a p e t i o l ó i i o l > t o u U l a .
Hesconocía hasta ahora en absoluto la de
voción extraoixlinaria que se tiene á María
Auxiliadora y los grandísimos ftivores que
la Virgen concede á los que la honran bajo
esta dulce invocación. A)xmas me enteró,
acudí llena de confianza á esta cariñosa
Aladre, suplicándole me concediese la primera
gracia que le i>edía y de la qne estaba muy
uecositada : María Auxiliadora ha confirmado
—
una vez más lo que aseguran los buenos Hijos
de D. Bosco, esto es, que no niega nada de
cuanto se le pide. En agradecimiento doy
una limosna de 50 reales para la Iglesia de
Sarriá y deseo se publique esta gracia en el
B o l e t ín S a l e s ia n o .
M. D, G.
Oviedo 25 de Abril de 1902
¡IM E il í*‘i ' a c i a s s o a n d a d a s A A l a r i a
A -iu c Ilta d o ira !
.Hallábamo agobiado por una maligna fiebre
tifoidea, que por espacio de un mes me tuvo
j)ostrado en cama, y desbauciado de los Mé
dicos. Estos trabajaron con interés por sal
varme; pero, por fin, confesaron que todos
los recursos de la medicina habían concluido
para mí.
En tan crítica situación, un amigo mío, Coo
perador Salesiano, me entregó una novena de
María Auxiliadora, y yo, lleno de confianza
en tan buena Madre, la comencé el mismo
día. A l sexto día de este piadoso ejercicio
noté una mejoría grande, y hoy me encuentro
completamente restablecido.
Ofrecí á la Virgen dar medio duro de li
mosna para la Obra salesiana, y pedí el
ingreso en la Pía Unión: lo cual cumplo cou
profunda satisfacción.
G e e g o b io M a t e o P a n a d e r o .
Paraouellos de la Vega (Cnonca)
23 de Marzo de 19Ü2.
ALln'l>n<lo. s e n j>£ni-fn. A L iix ilin d o r a .
Durante la santa Misión que en 24 de INÍarzo
dieron en esto pueblo infrascrito los Rdos.
PP. Itodontoristas tuvo lugar ol hecho si
guiente.
Cuatro años hacía que el que suscribe tenía
á su bija Victoria tullida por completo, pues
ai>ena8 iK)día moverse. Se había desesperado
ya de la eficacia de los medios temporales:
pero acudimos al Cielo toda la familia, y di
mos comienzo á una novena á María Anxiliadoi a dolante de una imagen del Perpetuo
Socorro. Creíamos que la Virgen no se había
dignado oirnos; pues terminamos la novena
sin que la enferma notara mejoría.
Eiiij^ero nuestra buena Madre parece que
se pro|x»nía probar nuestra fe: retardó, pero
no negó su soberana intervención. En la
noche en que se terminó la novena la en
ferma despertó á deshora, y comenzó á dar
voces diciendo que le parecía que estaba
buena. Se le soltaron las ligaduras, y en
efecto era así. Hoy anda tan bien como si
nunca hubiera padecido.
A n a c l e t o V i l l a l b u -l a .
Jábaga (CneiK^a) 4 de Abril de 1902.
3 X a i ’in . s i u l u < l < lo l o s c i i f e i * m o s .
El menor de mis hijos que cumple un año
el día 13 de este mes, cayó gravemente en-
2.3
ferino y fué desahuciado por cuantos médicos
le visitaron. Imploré la protección de nues
tra querida y celestial Madre, María Auxi
liadora. haciendo una novena en su honor y
prometí que si obtenía la gracia le haría
decir una Misa en su capillita que tienen
los Salesianos de esta ciudad, daría una li
mosna ]>ara los huérfanos de los mismos,
prometiendo además hacer público mi reco
nocimiento y gratitud. A los pocos días de
mi súplica empezó á mejorar mi hijito, acen
tuándose cada vez más su mejoría basta el
presente que se halla completamente bien.
Cumplí ya parte de mi promesa haciendo
celebrar la IMisa y dándola limosna, y ahora
cumplo la otra parte imblicaudo este seña
lado favor obtenido de la que es el Auxilio
de los Cristianos.
M a r g a r i t a S. de B o e r
Coop. Salesiana.
C u rajao (A n tillas H olandesas)
9 de O ctubre d e 1901.
A .) —
(P arag u ay ). — T uve u n tr a s
torno por el que no podía a rreg lar ciertos asuntos :
acudí á M. A. y el mismo d ía lo conseguí. Benigna
i?, de Aguirre. — I d . I d . Me h a lla b a eii tu i m ar de
am arguras por aauiit-os de m i fa m ilia : em pecí una
novena á M. A. prom etiendo reg alarle do»?e e stre llita s
de p la ta , m audar d ecir u n a M isa y ofrecer la Sagrada
Com unión. A los G meses todo estaba arregla<lo. Una
Cooperadora Saleeiana. — A .li» i< ‘ i l d i ’OH (CuencaEspafia). Por favores recibidos de M. A entregam os 12
pesetas. Los Coopi-radora Saleniaiwa de este pueblo. —
A l c i i d i í » (M allorca). A sistiendo á u n a e n fé rm a le
puse sobre el p e d io u n a m ed alla de M. A. bendecida
por D. K úa; a l d ía sig u ien te estaba^fuera de jieligro.
Andrea Domingo, P bro, — A . l { r » i e i i í l (Alicante-Espafia). C um plo la prom esa que hice lí M. A. de in s
c rib ir á mi uijo como Cooperador S alesiauo por h a
berle dado la salud. Una Cooperadora SaUaiana.
1 3 ) — B a i ’c e l o i i a (E spaña). Doy g ra c ia s á
M. A. por u n a gracia re c ib id a ; doy u n a lim osna y
deseo se publique. A. S. — I< 1 . I< 1 . A tacado por
unos fuertes dolores invoqué íí .M. A.
fuí atiímlid»».
E n acción de gracias doy u n a lim osna p a ra u n a misa
y deseo se publique. Pedro M artí. — I< 1. 1<1. Doy
5 pesetas de lim osna por un favor recib id o de M. A.
E , G. — I<1. I t l . E ncontrándom e m uy a trib u la d a
irometí á M. A. d a r u n a lim osna p ara los iiiflos de
as Escuelas Salesianaa, y g racias (í tan b uena Ma<lre
todo se h a arreglado bien. laabel Roaft. — I c l . I < i.
Doy gracias á M. A. y nna lim osna de 5 p esetas por
u u favor recibido, ./odgafnrt Reg, r . de Pagia. — I d .
I d . E n 1892 se libró de ir á la g u e rra de C uba n n
h ijo mío. re<'ibieudo el dinero p ara redim irlo dos días
antes del em barque y desde a q u ella fecha h a s ta hoy
he recib id o m uchas g racia s a l invocar á M. A. Joaé
R afel. — I 3 i i i *íj: o « (E sp añ a). Doy g ra c ia s á M. A.
p o r h ab erle concedido á m i h ijo la sa lu d : d o y nna
lim osna y deseo se pu b liq u e la g racia. Francisca Monieterde.
C ) — C a s o l e r o s ; (B arcelona). H abiendo enferBiado de g rav ed ad y desengañado de los médicos
me encom endé á M. Á.; después de 5 sem anas d e de
lirio me arrojé por u n a v e n ta n a á la a ltn ra de 3 m e
tro s y ta n to de e sta caída como del tifo s m e libró
ta n b u en a M adre. Doy 5 pesetas p a ra u n a m isa y
deseo se pnbliqne la gracia. José Reig Casals.
TP) — F o i . s e A (G erona-España). Doy gracias á
M. A. V lo ofrezco dos cirio s por u n fa v o r re c ib id o .
f
A. A. ■
O ) — < j r r * a n a .< ia (E spaña). U n herm ano mío
86 h a b ía entregado al vicio de la em briaguez. Acudí
á M. A. y y a e stá co m pletam ente cam biado, por lo que
doy la s g racias á ta n b uena Mailre y envío nna li
m osna. Una Cooperadora. —
(E spaña). A'í
Rvá. Sr. D . Felipe Tenas da nna lim osna p ara celebrar
u n a M isa en acción de gracias á M. A. p o r u n favor
recibido. — I < i . I t l . />.
fíaranger d a 25 pe
setas y D. Ravtoloiiic Rabosaa da 2 cirio s y m an d a ce
le b ra r u u a Misa ambo.s en acción de gracias por favores
recibidos do M. A.— 0 - r < % u a < t u (Nicjvragua). H acía
4 años que h a b ía perdido la vistiv: acudí á M. A y hoy
^ a puedo leer por lo que le doy las gracias y 4 pesos
in ertes. Gerónimo Do»n'w;;Hcr. — I< 1. I< 1. Doy g ra
cias á M. A. y envío un peso de lim osna, suplicando
á todos los Coox>cradores Salesianos pidan A tan buena
M adre por m í. Una Cooperadora niuv atribulada. —
I d . I < l . Dos años hace que p ed ía á la Sma. V irgen
la conversión de m i esposo: por fin M. A. h a oído
m is ruegos por lo qne le doy la s gracias por ta n sin
g u la r favor, i'alradoro de Robleto de Rodrigues. — I d .
I d . U ua pobre infeliz deseaba verso Ubre do la s g arras
de sa ta n á s: acu d ió á M. A. prom etiéndole in scrib irse
como C ooperadora Salesiana y a l presento d a m il
gracias á ta n excelsa M adre p o r h a b e r consoguido su
p e tició n y desea se p ublique. Lie. Manuel Pasos.
L l ) — H u o l i i M u y o x * (Mallorca). E stan d o
enferm o de los ojos acudí á M. A. prom etiendo una
p eseta de lim osna y p u b lic a r la g ra c ia : á los tros
d ías estab a com pletam ente bueno, p o r lo que, cumplo
la prom esa. Miguel Thomáa, P bro.
M ) — 3 I d l n s ’n (E spaña). H abiendo sido ata<ada de cale n tu ra s infecciosas acu d í á M. A. y me vi
lib re de ellas, i>or lo que doy la s gracias á ta n buena
.Madre y 2.50 pesetas de lim osna. Manuela G. Yuste.—
E stando en el Colegio tu v e algunos d is gnstós con m is compañeros : acudí á M. A. y después
de la novena term iuai'ou com pletam ente. Raimundo
Alcalá.
S ) — S a i ' i ’i í i (B arcelona). Mando decir u u a
.Misa y doy u u a vela en honor do M. A. p ar u u fa
vor rewúbido. 2). A. — S í i n
rto O r c l u l
IB arcelona). A M. A. se debo el jiroiito y to ta l resta
blecim iento de la salu d de mi h iiu M ag d alen a: des
pués de e star 70 d ías en cama y «lo ser v is ita d a por
acred itad ísim o s facu ltativ o s, todos la juzg aro n g ra v í
sim a, y que de san ar, ta rd a ría muclio tieiiipo: M. A.
hizo que se pusiese buena eu pocos días. En a g rad e
cim iento se na ea-lebrailo uua función en ho n o r de
ta n buena Mmire. Cristóbal Masaana.
T ) —
<l <‘ > £ o n < y ; i * Í t (G erona).
Doy 10 pesetas <le lim osna ñor un fav o r roi-ibido do
M. A. T. v iu d a de J . F , ~ X < * s * i i n t y (Paraginiyl.
Doy gracias á M. A. por bnber lilirado á este pueblo
de u n a te rrib le sequía y tí mí de otros iufiirtiiiiios.
M. -V, de Encina.
V ) — V illa S a n
(P araguay). H acía
tiem po qne no podía moverme.: acudí á M. A. y me
devolv'ió la sahnl. por lo cual m ando una limo.sna
p a ra una Misa y deseo se publiq u e la g racia. Dolores
.V. de Caroso. — I « l . I< 4 . G racias á M. A. v o lv ió la
tra n q u ilid a d á u n a fa m ilia : como ofrecí piibliíio la
gracia recib id a . TClisn Dolores M artínez. — V í i l v e r c l e d e l O s t m i u o (H uelva-Esjiaña). Augu.>tia d a por nu suceso, acudí cou to d a confianza á M. A.:
se re p itió nuevam ente, pero acndieudo o tra vez á la
E xcelsa M adre de Dios, se arregló por com pleto, jior
lo que envié u n a lim osna en acción de g racias, y
deseo se p u b liq n e en el B o l etííí S alesia n o . Una
H ija de María.
ANTIGUO CONTINENTE
Sni’iiá {Barcelona). — Yu coiioceu uuestros
lectores Ins tlcstus celebradas con uiotivu de la
coDSiigracióii dul tuiiijilu luvantudo eu España á
María Auxiliadora: Juzgando que será de su agra
do, transcribimoM la doscripcidu del mismo.
Desde luego nos consideramos incapaces de
transcribir las gratas impresiones que nos ha cau
sado este majesluoso Suntuario por desconocer
los términos aniuiteetdnicos, como las hermosas
combinaciones que trazara el sabio, católico ó in
signe bienhechor salesiano D. Enrique Sagnier,
acreilitadísimo arquitecto, cuva fama y humildad
son harto conocidas en toda llarceloua.
Con todo eso, y li íiti tío que nuestros lectores
tengan mm idea, siíjuiera sea vaga y defectuosa,
diremos lo que podamos.
La posición del templo es ventajosísima, pues,
so hulla en el Paseo ilo D. B osco, que va desde
Surriá á Barcelona. El estilo es gótico puro, tanto
en lo interictr como en lo exterior. La fachada,
aunque por concluir, se comiioue de tres cuerpos.
Eu el do centro se halla la doblo puerta, de en
trada que remata en un pilar, sobre el que eshí
colocada una imagen de piedra de María Auxi
liadora, cobijada por un doselete: el día que esté
concluida la torre central y las dos laterales,
donde irá la escalera para subir al campanario,
presentarán los tres capiteles eu que terndnan,
un hermoso golpo de vista, elevándose la central
á 88 metros.
El interior do la iglesia eatii compuesto por dos
partes distintas, ambas do forma rectangular, en
lazadas ¡mr un presbiterio común, donde se alza
el altar mavor, dispuesto de manera que pueda
estar al servicio tanto do una parte como de la
otra.
El destino, la époen. el sistoma de construcción
y lu disposición do onda una do ella son completamentu distintos.
Una se utiliza para que loa alumnos ó asilados,
y todos los do la Casa cumplan cou las prácticas
(lo piedad , siendo de construcción más antigua.
Con el lili de ajuovechar su entresuolo para ser
vicio do la Casa, esta imito so halla uu poco unís
elevada que la otra. Adeuuis, el buen orden y la
más fáeil vigilancia de estudiantes y artesanos
han obligado á darlo el asi>octo general de nn
gran sivlóu rectangular, iluminado por sencillos
ventanales laterales, en cuya.s aberturas hay va
rias combinaciones de cristales de colores, y cu
bierto por uu techo artesonado que descansa en
armadums ovaladiv*: en la imrte de atrás se
halla el magníúco y esimcioso coro.
La otra parte, destinada al piiblico, está divi
dida eu tres naves, mucho miís alta la central
que las latt'r.iles. y sepamdas entre sí por medio
ae ligerísinias columnas de piedra caliza, de las
duales arrancan los arcos apuntalados, de estilo
ojival, que sostieneo los dos muros longitudinales
en los (jHO se abren rosetones que proporcionan
luz, á la parte alta de lu iglesia: sobre éstos des
cansa la cubierta de dicha nave cuutral. Esta so
halla formada por im sistema de armaduras de
madera, combinada y decorada con forma de es
tilo ojival, que es el que caracteriza el conjunto
de la obra, y realzadas con herrajes conveniente
mente colocados eu los puntos de ensamble ó
unión de las distintas piezas, sirviendo de refuerzo
y al proprio tiempo de elemento decorativo.
Esas armaduras, sobre las que campea el artesonado del techo, que es de madera y cartón pie
dra, descansan sobre unos cartelones, también :le
madera tallada en forma de ángeles , que, soste
niendo escudos cou alegorías ó emblemas de !h
Virgen, se enlazan con unas columniras del propio
material, que á su vez reposan sobre unas peanas
de piedra con bustos de seratiues.
Uu friso de piedra esculturada corre á uno y
otro lado de esta nave.
Los dos muros que levantan la iglesia, están
revestidos en su parte baja por un nrritmulero *lc
piedra, parte de Moutjuich y parte calvia de G'rona, que se estieude por las jambas y doveliiN
de las aberturas principales. Sobro ese arrimado
se hallan situados cinco ventanales al lado dere
cho, y tres al izquiei*do; calados , y cou vidrios
de colores, debidos al eminente artista Sr. Kigali,
representando los primeros las imágenes de Sai:
José, S. Narciso, S. Enrique, Sta. Rosalía y San
Ramón, y los segundos los de S. Jaime, Sta. Dor<»tea y S. Felipe N eri: ambas naves quedan cu
biertas por uu artesonado de formas semejantes
á la central.
Un doblo arco do estilo ojival separa á las dtts
partes, ostentando sus caras interiores laterale.-dos hermosísimos lienzos, que repre.sentan la Aimricién del Sagrado Corazón do Jesús á la beata
Margarita María Alacoque, y la Aparición de la
Virgen del Pilar al Apóstol Santiago, debidos al
inmortal pincel del malogrado salesiano D. Vi
cente Gutiérrez.
El altar mayor, levantado sobre una gradería
do piedra de siete escalas, es de madera doi-ada
y de estilo gótico, presentando un sorprendente y
agradable golpe de vista. La majestad, esbeltez
y elegancia de este que había de ser el trono de
María Auxilitrdora, se disputan la primacía, de
jando grata impresión en cuantos visitan esta
nueva casa de Dios. Para camplir el doble objeto
á que se destina en ambas iglesias, se ha combi
nado de manera que se presentara con igual im
portancia en todas sus caras, para que la visual
fuera siempre agradable y artística, y el servicio
del culto independiente en las dos partes. Tiene
doble m esa, doble sagrario y doble puerta; el
manifestador, mostrando dos hermosas alegorías
y relativas al Santísimo Sacramento, pintadas por
dicho Sr. Gotiériez
La cúpula central, que termina en cruz, se eleva
— 2-25 —
hasta cerca del techo, y á esta le hacen coro otros
cuatro, que cobijan las imágenes de S. José y
S. Luís por una parte , y por la otra otras dos
que aún no están colocadas. Para concluir diremos
(pie el pavimento lleva mosaicos con dibujos alu
sivos al sagrado lugar en que se hallan.
B a r c e lo n a (España) . — El día 15 del pasado
Jimio se celebró en la Casa de S. José el ono
mástico del incansable Sr. Inspector de la Espiiña Tarraconense, D. Antonio Aime. Por la ma
ñana liubo misa de Comunión general y á las 10
celebró la Misa solemne dicho Sr. Ispector, ensal
zando las glorias del Santo el elocuente y sabio
orador D. J. Ramón García, cantando la Escola
ría de María Auxiliadora la misa Acterna OlivisU
muñera, de Palestrina. A las 5 y i'a una selectn
concurrencia llenaba el salón de actos con el fln
de lionrar al Apóstol de Hostafmnclis, escuchando
con verdadero interés y marcada cotnjilacencia
las diversas composiciones en prosa y verso, y
escritas en español, catalán, latín, italiano y fran
cés, dejando oír sus acordes la bien dirigida Randa
del Círculo de Obreros. Al final dirigió la palabra
en medio de aclamaciones, D. Antonio Aime, y
áfectado su paternal corazón por las mauifestaciones (le adhesión y cariño de qne era objeto,
dirigió frases llenas de amor, y como el lenguaje
del corazón es elegante y persuasivo, liizoq u elos
asistentes confirmaran más y más los sentimien
tos que abrigan hacia él.
S e v illa (España), — E l Correo de Andalucía.
Por falta de espacio dejamos ayer de consagrar
algunos párrafos á la hermosa procesión do María
Auxiliadora, que salió de la Iglesia de la Santí
sima Trinidad.
Dicha procesión tuvo todos loa caractéres de una
verdadera manifestación de fe realizada á la faz
del mundo por los centenales de ciiiitiiras que,
bendiciendo á Mniáa Auxiliadora, recihon educa
ción, y se preparan para las luchas de la vida
en los Establecimientos Salesianos.
Allí vimos centenares do niños de los barrios
de la Macarena, de San Bernardo y de la Cal
zada; allí iban eentennres de niñas de los barrios
de los Himunos, San Lorenzo y San Vicente, di
rigidas por la l»eiieniéritas religiosas salesianas
ue se consagran á la niñez en su casa de la calle
e San Vicente ; allí marchaban los obreros ya
formados y los que comienzan á recorrer la difícil
senda de ios que ganan el pan con el sudor de
su frente; allí vimos los maestros cristianos,
aprendices, los humildes religiosos salesianos y
los distinguidos cooperadores de sus obras; allí,
en nna palabra , iban jirotectores y protegidos,
discípulos y profe.'íores, pobres y ricos: es decir,
toda la familia de D. Hosco rodeando á su insigne
Protectora, la Reina de los Cielos y de la tierra,
á la que bajo su celeste manto acx>ge á los débi
les, á los de.samparados y á los afligidos.
A María Auxiliadora que sobre un trono de oro,
de flores y de luces extendía su mano celestial
sobre el pueblo pareciendo llamarlo así y prote
giéndolo de toda cla.se de peligros.
En la procesión figuraban porción de banderas
T pendones, llamando mucho la atención las lar
gas filas de obreritos qne vistiendo sotana y muceta celeste precedían al paso.
Las tres bandas salesianas contribuyeron á dar
más realce á la procesión.
Tanto el campo como las calles qne recorrió
riéronse invadidos por inmensa muchedambre.
3
Z ara^ foza (Esjyaña). — Para que vean nucstvo.-s lectores lo extendida que so halla la devorióu de nuestra bendita Madre María Auxiliutiom,
transcribimos á continuación lo que dice h l 2(0iiciero de esta ciudad , ndvivtieudo que no hay
Casa salesiana.
Como anunciamos oportunamente, con gran solemnidu se celebraron el sábado próximo jiasado
en la iglesia de Santa Cruz los cultos que la nueva
asociación do Salesianos dedico por luiniera ves
en ZaragoziV á María Auxiliadora.
A las siete y media id señor canónigo D. Fer
mín Erice celebró una misa en la que administr(S
la sagrada Comunión á casi todos los asoldados y
otros muchos fieles que asistieron al acto quo re
sultó brillantísimo.
A las diez y media tuvo lugar la gran fiesta
con el Señor expuesto, cantada niagistralnionto
por la capilla del Pilar, que dirige el inteligtmte
maestro D. Antonio Lozano, en la que ofició Don
Maximino Lói>ez, ocupando la sagrada cáloilrael
elocuente orador JI. I. Sr. I). Remigio Gaiidásog u i, canónigo lectoral de esta santa iglesia me
tropolitana , el que usando do la ciencia que el
Señor le ha concedido desarrolló un magnífico
discurso que le servirá para que el numeroso au
ditorio, que invadió completamente la iglesia, lo
ensalce una vez más y le coloque eutixj los más
elocuentes.
La ijuágeu de María Auxiliadora, colocada eii
un altar improvisado á la izquierda del presbi
terio, preseutaba un aspecto maravilloso, con lo
(pie demo.sti’arou tener sumo gusto las señoras
(pie lo adornaron.
La junta eii particular y todo.s los asociados en
general, no subiendo como pagar al pro.sidento
•Sr. Gandásegiii el celo y actividad con que tra
baja para aumentar (lidia u.sociacióii nos súplioan
encarecidamente hagamos constar desde las colum
nas de nuestro periódico su gratitud y profundo
ugradeciniicutü.
l ’ói'(lol>n (España).
El espacioso tmnido do
San Lorenzo, adornado con sus mejores galas, era
insuficiente imni contener el elevado niiinero do
adorador(*s de la Suntísiiiia Virgen <pie á i'l ha
bían acudido á la hora fijada jiam dar cumienzu
ni soleniue acto religioso.
Con nsiatencin de nui^stro Exemo. y limo. Pre
lado. acompañado jior los muy Ilustres Señores
D. Manuel Rodríguez Sánchez, Rector (hd Semi
nario de San P elagio, y D. Lucas Redondo, V i
cesecretario do Cámara y Gobierno, so celebró el
Santo Sacrificio de la misa ¡lor el señor Rector
de la referida Parroquia , oficiando dicho acto la
banda de músi(^a y Schola caníorvm de la casa
de Ecija, compuestas de 36 jieqiu-ños artistas, los
cuales interpretiiron acertadamente la misa del
maestro Arrigo, arreglada por banda por el joven
salesiano que la dirige.
Don Pedro Bii^aldone, In.spcctor de las Casas
salesianas de Andalucía, encargado de cantar las
glorias de María Auxiliadora, desenixs;ñ(3 su come
tido con palabra fácil y correcta, con elocuencia
verdaderamente cristiana, con unción denuncia
dora de un intenso amor filial y de no exiguas
virtude.s.
En hermoso exordio compara á la s<x;íedad ac
tual con un cadáver que á diario arroja nuevos
y pestilentes miasmas; y á nosotros con los esRetadores de una tragedia, que pudiérase dividir
en tres actos, el primero de los cuales empezó á
representarse allá por el siglo XVI, y el último
—
226
—
tumbre en tales casos y lectura de una breve re
toca á su término, sin que hasta ahora se prevea
seña histórica de la Obra de D. Bosco.
BU (iesenhice y consecuencias aterradoras.
El Sr. Riealdone, sin dar señales de cansancio
En mc<Íio (te tan completa obscuridad 6 igno
rancia, ante osas compactas nubes que ocultan por el trabajo de la mañana, dió principio á su
discurso, saludando ul distinguido auditorio que
tras sí el horizonte de lo futuro, sólo le es dable
á los cristianos encomendarse á .María, auxilio en había acogido benignamente la invitación al acto
y acudido á oirle á pesar de los rigores de la
toda ocasión do ellos y arra de segunda victoria.
estación, y deplora las condiciones del local que
En esUis dos partos divide su notable discurso ,
acabado modelo de oratoria sagrada. En la pri por su reducido e.spacio impide que los asistentes
mera presenta do una manera magistral á la Vir gocen de la comodidad que deseara.
Remóntase, entrando á tratar del objeto de la
gen, perfecta en todo género de perfecciones , y
en cuyo corazón estuvieron representados los do conferencia, á la Roma pagana. El egoísmo de
lores todos y tollos los sentimientos nobles do la sus habitautes de elevada esfera, solícito solo de
la voluptuosidad de los sentidos, atentos á las
Immaiiidiul, no de mo'lo distinto ([ue eu su divino
orgías y bacanales que siu intermisión se enla
Hijo Jesús. E itre todos los últimos sobresalen
zaban , era menospreciador de los desheredados
aquellos (lUü sirven do coi tejo á la maternidad.
Constienída allá eii la cumlu’o del Gólgota. Madi*e de la fortuna, hastii el punto de reducirlos á la
mayor abjecoión y aherrojar sus cuellos con el
del linaje bntimno, ella lo ama entrañablemente
odioso dogal de la esclavitud.
ella le auxilia en toda ocasión é infortunio.
De los palacios de los nobles sale y se escucha
La segúiula i)arto sobrejmjó en inérito li la an
terior. El orador recurre á la Ilist’iria de las na una voz que recopila los sentimientos malsanos
ciones cristianas que consigna en todas sus pá de sus poseedores: « Bienaventurados los ricos
que viven en la opulencia y en el goce de los
ginas el innegable auxilio de la madre de Dios,
deleites. »
liüvelando una imaginación viva y fácil eu la
Frente á tan inhumana pretensión y voz des
cüucoiK’.ióu do imágenes bollas y luminosos pennaturalizada se escucha la voz del cielo expresada
samieutos, el señor Kicaldone presta vida y calor
á hechos tan memorables como la batalla de Le por medio del J u sto : « Bienaventurados los po
bres. » « Bienaventurados los que lloran. »
pante, sitio de Viena y otros; modela la colosal
En elocuentes períodos narra los esfuei-zos de la
figura de Napoleón I, que eu su delirio insano
Iglesia Católica para unir en amigable consorcio
concibió el sacrilego proyecto de atar al carro de
y como entre hermanos á los de arriba y á los
BUS triunfos á la Iglesia Católica, aprisionando á
de abajo, esfuerzos de la Esposa Inmaculada de
dos Pontífices, y cuyo destierro á la isla de Santa
Cristo, á quien Bossuet apellida < Ciudad de los
Elena coincidía providencialmente con la entrada
pobres. »
de Pío VII en la ciudad de Roma, aclamado por
El éxito coronó al principio de la era cristiana
el pueblo.
Pasa el siglo XIX, eu el que el auxilio de Ma esos trabajos, pero imls tarde, deutro de la misma
Iglesia, imis no por ella, sino por príncipes secu
ría, á más de otras múltiples manifestaciones, se
lares que relegaron al olvido los principios cris
revela en un humilde sacerdote, en el Aposto!
tianos, volvió á surgir la división antigua.
Don Bosco. El cuadro que ofrece á nuestra vista
Hace uua hermosa descripción del siglo XVI,
la sociedad dividida en dos bandos, los dos sin
en el que el virus del indiferentismo religioso,
la idea cristiana de Dios en sus inteligencias y
corazones, los dos odiándose uiútuainente, el de y más tarde el del indiferentismo político, empozoñaron á la humanidad. El poder civil empezó
los ricos viviendo eu el regalo y voluptuosidad
de los sentidos, despreciando á los que no parti á menoscabar al proletariado y á negarle sos mjís
legítimos derechos.
cipan de BU dicha y deleites, y el de los pobres
Pasa el orador á tratar del siglo que última
con el odio en el corazón, la blasfemia en la boca
y la toa incendiaria en la m ano, reclamando un mente ha bajado á tumba. En párrafos de elo
cuencia sublime expone la lucha entablada por
puesto en el banquete do la vida, fué trazado de
el socialismo, que se presentó en el palenque pri
mano maestra por el orador sagrado.
Entre esos dos bandos colocó á D. Bosco im mero como uua secta, el socialismo ideal, y que
plorando protección para el desvalido, especial hoy de sus primeros principios deduce consecuen
cias aterradoras.
mente pava la juventud, cuya educación decidirá
Cuando esa lucha se entabla, aparece por es
mañana su suerte temjK>ral y eterna y acaso la
pecial providencia del cielo, un varón que ha de
suerte do la sociedad eu que vive. La caridad
cristiaua, atlrmó, es la úuica que puede solucio contribuir no poco á que ese pugilato se resuelva
por medio do la euseñauza cristiana: ese es el
nar amistosamente los problemas planteados.
Apóstol de la niñez, el inmortal Don Bosco.
Se felicita de que tan numeroso concurso de
Se entretiene en hacer un elogio del fiiudador
fieles haya acudido á honrar á María Auxiliadora :
egregio del Instituto, de sus primeros y pesados
hace votos porque la Obra salesiana so desarrolle
trabajos, encomiando la necesidad de la educación
en Córdoba con la rapidez que es de desear, para
de la juventud abaudonada, y expone el desa
lo cual dirijo un llamauuento á todos y termina
pidiendo & la Santísima Virgen que dé su vendi- rrollo rápido y floreciente del árbol secular plan
tado por Don Bosco, á cuya sombra se educan
ción á sus deseos.
Apesar de lo extenso de su discurso el Sr. Ri- hoy millares de niños, no solo de la Europa, sino
de' las demás partes del mundo ó innumerables
caldone no llegó á cansar al auditorio, con lo que
salvajes de la Patagonia y Tierra de Fuego.
está hecho el elogio de su admirable trabajo.
Píisa a tratar de la reciente fundación verifi
Cerca de la una, y con la bendición dada por
cada en Córdoba, cayo estado es lisonjera y auel Sr. Obispo, terminó el solemne acto religioso.
urio de un brillante porvenir, todo lo que so
A las seis y media de la tarde, y ante nume
ebe al desinteresado esfuerzo de sus insignes
rosa concurrencia que ocupaba la preciosa capicooperadores.
Hita, la terraza ium ediata, galerías y escaleras
¿Qué resta que hacerT pregunta. Que nos aso
que á la primera conducen, se dió principio á la
conferencia de reglamento con las preces de cos ciemos al elevado fin de educar á la juventud del
§
__ OOJ __
ivrroyo. Eu todos los tiempos y para todas las
pos leyó una hermosísima poesía el Sr. Dti-ector,
()liij\s ha liabido cooperadores: de ahí que Don D. José Pavía, concilinudo muy hion las glorias
Bo.«co ftmdara su « Pía Unión, * que cuenta en la de María Auxiliadora con el triunfo del Papa.
actualidad con millones de afiliados.
Hubo varias composiciones además, y al final to
Hace un llamamiento á Córdoba, á los cordo dos salieron muy contentos, llovaudo gratísimas
beses todos, que todos caben dentro de la Unión impresiones.
de Cooperadores, pues no se hallará uno que no
reúna algunos de lo» medios conducentes al fin
que persigue el instituto. ¿Cuáles son esos me
dios T El primero lo recibió D. Bosco de labios
NUEVO CONTINENTE
de León X I I I , y es la oración. El orador hace
uua cumplida alabítnza de e lla : segundo, el tra
bajo, he ahí el lema de la Congregación salesiana.
Las últimas palabras de su fundador fueron « tra
A Im n ffio Ilu oiiO K .A ifos. — La fiesta de
bajo, trabajo, trabajo. » El incesante trabajo de
M ana Amiliadora cu Buenos Aires-Almutjro. __
los malos debe servir de estímulo á los quo ca El sábado, 2-4 do Mayo, fué día de albricias para
minan en pos de ideales grandiosos. Otros medios los feligreses de la Parroquia do San Carlos y
son la propaganda en todas sus manifestaciones
para los alumnos del Colegio Pío XI, pues so fes
y la limosna.
tejó solemnemente á la Virgen Auxliadora, PaHace una bellísima comparación entre Igs se trona de los Institntos Salesianos. El limo. Mon
ñales que precedieron ú la erupción del vocán de
señor Cagliero en la noche precedente bendijo la
la Martinica y las que observamos en la socied<ad nueva estatua, obra que honra altamente los ta
civil, y exhorta á todos para que prevengamos lleres de la Casa Madre de Turín eu Italia. Mon
una erupción, no sea que por indolencia seamos
señor dirigió al concurrido auditorio breves pero
víctima de la lava del socialismo y del anarquismo, jugosas y acaloradas palabras, hablando de la de
como víctimas han sido los infelices habitantes voción de María Auxiliadora, herencia propia de
de San Pedro.
los hijos de Don Bosco y de todos aquellos que
Términa su discurso invitando á todos los que toman parte en sus obras y haciendo votos para
en crecido número le escuchan á unirse al pié del
que el nuevo Templo á Ella dedicado, en Alma
altar donde se venera la imagen de la Santísima gro, sea piadosa emulación del Santuario de T a
Virgen, con el glorioso título de Auxilio de los
rín, y revalice con él en el celo para difundir
cristianos, para que aunados los esfuerzos de todos
en estas playas la devoción á la Virgen bendita.
se consiga la regeneración hoy de la juventud y La fiesta no habría podido ser más solemne ya
mañana de la patria.
por el concurso de los fieles, oomo por las nume
Terminada la conferencia y trasladado el pú rosas primeros comuniones, y por lo escogido y
blico á una galería de la planta baja, donde se
bien interpretado de la música, por el oloonente
había improvisado un pequeño teatro, los niños panegírico y i)or el entusiasmo y ostentación de
que forman la banda y escuela de cantores pu fe que llegó á su colmo en la grandiosa y devota
sieron en escena dos preciosos coros titulados: procesión. La Misa fué cantada por el Rvmo. Ca
¡Brr, qué frío ! j el Marínero, de autores sale- nónigo Dr. M. Elzaurdia. Por la tarde tuvo lugar
sianos, y por último un bonito sainete que lleva
la primera procesión eu honor de Moría Auxilia
por título Tres valientes, y que con sus ingeniosos
dora. Oficiaba el limo. Cagliero, acompañado de
chistes hizo pasar un buen rato á la concurrencia.
un numeroso clero y procedido do siete compa
Después de las nueve de la noche terminaron
ñías de niños, revestidos de cándidos albas y do
las fiestas que en honor de María Auxiliadora han esclavinas de distintos colores con sus respectivos
celebrado por vez primera los Salesianos de Cór estandartes.
doba.
Tomaron parte en ella las las representaciones
de varías Casas salesianas de la Capital y en el
Tarín (Italia). — Maravillosos efectos ha pro curso de la procesión se alternaban las midodías
ducido en los jóvenes que asisten al Oratorio fes de dos hondas salesianas, la del Colegio Pío IX,
tivo de S. Francisco de Sales la academia que y la de loa « Hnerfunitos de Don Bosco » de Pahan celebrado el 25 de Mayo último. Mientras la
lermo, con los devotos him nos, cánticos y rezos
numerosa banda tocaba una marcha de introduc de los fieles.
ción, se levantó el telón del teatro y apareció
Sin embargo lo que se atraía las miradas de
sonriente y como queriendo participar de la ge todos y daba á la función visos de cortejo celes
neral alegría que allí reinaba la imagen de María tial era el magnífico templete, donde descansaba
Auxiliadora, circundada de luces y de flores,
el pedestal de la V irgen; artístico trabajo de essiendo saludada con entusiastas vivas y prolon- cnltnra y dorado llevado á cabo en los talleres
gudos aplausos. El cuadro era conmovedor y á del Colegio Pío IX. Es de estilo gótico italiano
todos les pareció como estar transportados en una y conste de ocho preciosas columnitas espirales
purte, aunque pequeña, de la bienaventuranza,
entornilladas en las esquinas de dichas columnas
porque todos sentían placer sobrehumano. La pa- arrancan cuatro majestuosos frontispicios corres
«bra fácil y elocuente de A. Michelotti sobre la
pondientes á los cuatro frentes y cuatro menores
devoción á la Sma. Virgen á través de los tiem que sirven de remate á la parte superior de las
pos sostuvo al público pendiente de sus labios,
esquinas y de ellas se levante una graciosa cndemostrando además que María ha sido la verda pnlite como corona al templete.
dera Maestra de la familia y Corredentora de la
El conjanto está trabajado con delicadeza de
hi^anidad, dedicando sublimes conceptos á los follaje, calado y recuadros mnltifonnes y ton bien
“isiones é invitando á todos los oyentes á favo- armonizados qne traen á la memoria los hermosos
l ^ r Mta obra. Se recitaron otras poesías y diá- monumentos góticos italianos y especialmente el
togoa intercaladas con escogidas piezas de música,
campanario de Giotto de Florencia, que, según
«Iti'e los que merece especial mención la batalla expresión de Miguel Angel era digno ae ser res
Lepanto, y después entre aclamaciones y aplan- guardado en una campana de vidrio. Ko preteu*
— 228 —
Todos vosotros habéis contemplado esas huel
gas que se han derramado por las calles . como
serpientes colosales, prutiriendo gritos subvcwivos;
V todos habéis oido horrorizudos el estampido de
jas armas que ayer han revolcado en sangre al
obrero en las calles de Barcelona.
No, Señores, ese trabajador que muere en la
barricada y deja á sus hijos sin p an : ese trabaja
dos que insulta al rico porque es rico : que ali
menta el odio rechinando los dientes en el fondo
do su taller, no es el trabajador salido de los ta
lleres salesinnos.
, • . t-,1
M o iito v iílo ii (Ürtiijiian). — Tomamos de E l
Anuí se nos ha enseñado a bendecir a Dios al
Amino del Olirero.
, « , 1 1
i..
limpiarnos con el dorso de la mano encaucellida
Tuvo lugar el 20 de Ahnl en loa Talleres do
el sudor que chorrea nuestra frente.
Don Bosco una hermosa y tierm'sima íiesta.
Aquí líos han euseñado á mezclar el humo del
Un grupo numeroso de antiguos alumnos, de
taller con el humo del incensario j á edificar la
j(»venes obreros con oficio aprendido en el benefábrica junto á la Iglesia; á elevar la chimenea
Heo Establecimiento, se reunieron en torno de sus
á la sombra del campanario.
antiguos maestros para dar forma al pensamiento
Aquí nos han ensenado á postrarnos ante el
de tiempo atrás acariciado do establecer una boaltar do la Virgen después do los trabajos del día;
ciedad entro ellos.
.
El Padre Gamba se sentía y con razón . satis á templar fí\ ruido de las máiiuinas al diapasón
de las campanas del Santuario.
fecho V feliz . al contemplar aquellos jovenes ,
¡ Pobre obrero! dice por ahí el himno anar
obreros ya formados, con onvidiablo lastre de vir quista.
Y tiene razón. ¡ Pobre obrero! Le han qui
tudes, que le recordaban y agradeciau todos sus
tado el cielo y no quieren darle su porción eu la
desvelos y sacrificios. Se pronunciaron discursos
— Al llegar aq u í, señores, veo muy na
entusiastas do los (lue publicamos mas abajo el tierra.
tural en el obrero de hoy la rabia, la amenaza,
del I’resideiite de la Sociedad Don Víctor Garla huelga. No digo que sea eso ni justo, ni bueno;
digo que es natural — quien no ha. sabido poner
u'i^detiillo simpátieo, fué el propósito revelado
diques y desagües al río, no se (lueje cuando este
por todos los antiguos alumnos de ingresar en el s e desborde y arruine la campana qne debía lerCírculo Católico do Obreros , respondiendo con
decisión y voluntad á las exhortaciones del Padre tilizar. Ese desbordamiento es natural aunque sea
pernicioso.
. ,
,
...
Gaiuba v del doctor Perea, Presidente del Cir
Ese río impetuoso es el trabajador. Si le quitáis
culo, qiíe so hallaba entre los
, m.
el dique de la fe, la esperanza de otra vida, se
Por la tarde se verifico en el teatro d élo s ia ha de desbordar necesarinmente; se levautarau
lleres una preciosa fiesta dramática, en la que
contra sus señores, y podráu más que sus seuores,
tomaron parte los ex-aluninos y otros que aun
porque son más poderosos. _
reciben enseñanza en los Talleres.
Y entonces tronará el cañón; no imiiorta. L».'!
Ya couiprendoráu nuestros lectores que todas
voz dol cañón no es la más fuerte. Entonces se
las partes del programa fueron desempeñadas con
enconará la rabia, y vendrán las horribles ven
la debida corrección y con el gusto que revelan
ganzas. Todos hemos contemplado hace pocas n<>'
siempre los RR. PP Salcsianos eu la organiza che.s á Montevideo iluminado l>or las almas del
ción lio tan hermosos festivales.
moUuu Gianelli.
_
A maestros y discípulos nuestras cordiales teEutoiices se forjarán^ en secreto la.s armas que
licitaciones.
, , o
■ If, .
arrojarán, como reto, al rostro de las
He jKpií ahora, el discurso dol Sr. GarciamUa,
atónitas, cabezas ensnngrentad.as, des<l(i el czar
ScjM)íC.“:
.
de R usia, hasta el cadáver todavía caliente del
El recuerdo de los años de colegio, del ruido
do los Estados Unidos.
de los tulleres, de los gritos del patio en las ho Presidento
Mas, en esc cuadro siniestro no cabe el nombie
ras de reen*o, do los cantos a los pies do Mana
de los alumnos de los Salesianos. No. piirque han
Auxiliadora, dcl cariño de nuestros antiguos sucompi-endido ipie la religión y el traba.p »oü
neriores- todo eso reunido formando una armonía
líneas paralelas: la primera sale de Dios j ter
ludefinible. ha dado vida á una pequeña sociedad
mina en el hombre: la segunda sale del lionibM
de antiguos aluiniios do los Talleres de D. Rosco.
Fu lumibre de esa incipiente reunión de jovenes Y termina en Dios. Han api-endido á sufrir, 11 per
donar, á buscar alivio á sus males á los
‘«
es (Ule vengo á felicitar al R. P. Gamba en su día.
altar, porsuadidos de que nunca es mas grande
Pocas v pobres serán mis palabras, pero serán
hombro que de rodiUa.s.
siueevás porque salen del fondo del corazón , de el Rvdo.
P. Gamba; se ha dicho qne no hay ^
allí precisamente donde so lian gravado las ensosin cruz. Vos sois redentor en
fiaiizas v recuerdos de los PP. Salcsianos, recuer deutor
, y tenéis las cruces que todos saben ^
dos V eiiseñauzus que brotan hoy. v se coml(>D8an patria
Consolaos, sin embargo, no son infecundos v i ^
en lili himno de agradecimiento al P. Gamba.
Hoy somos un pmiailo : pero m»nan»
Yo he visto, Señores, y veo diariamente al tros sudores.
de obreros vendrán en días como este,
obrero qne amasa las blasfemias insensatas, los miles
secarse el sudor á la sombra de este e^ificm. J
insultos groseros, las iras reconcentradas, con el
formaros corona y agradeceros eu
sudor de su frente.
,.
,
j
patria vuestros abnegados sacrificios. He diciioYo le he visto morder con rabia el mendrugo
de pan que arrancó con el trabajo del día. Le he
visto mirar cu silencio y con el puño en la boca,
el'ciKhe del poderoso, y he leído en sus ojos la
Cm «frtktwi k k
Moiíióa. - M t :
fiilBW
venganza, y había amenazas sordas eu sus labios
y mucha hiel en su corazón.
<leinoH tributar igual encomio á esta encantadora
obra; nevo sí, hacemos voto para que (como fue
iioanimomento declarado digno este hermoso tem
plete (0)11 la d(!Cüta imagen pueda cuanto auttó
«er custodiado ba,io las bóvedjis del nuevo temp o
y nos halaga la (esperanza de (pie Mai;va SS. desde
este su majestuoso trono, inspirará á muchos de
votos BuvoK |)ara <jue coutrihuyan con su generoso
/)holo A la erección del suntuoso altar que so ie
quioso dedicar. Fiat! Fiat!