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E l amor al prójimo es uno de loa
mayores y m:l6 excelentes dones que
la divina bondad paedo conceder ó
los hombres.
{S. P baxc. de Salee.)

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, y- la -Jnvcn- <* Eodoblad vneetras fuersae A fin
1 tud : cultivad con grande esmero «n í do apartar á la niHoa y juvuntud do
ílodncacion cristiana; y proporci^^^^
i ja corrupción ó inovoa«1ida.l y pro*1 libros que la enseñen á huir del vicio
parar asi unu unova generación.
♦ y á practicar la virtud
(L kón X III.)

(PIO IX.)

-ervi-

C'¡^
P U B U C A C IO n M EN SU AL

M A R Z O de 1 9 0 1

S U M A B IO . — San José y la Sociedad Saleeiana , pág. 61
NiCBOLOGU.: D. Domingo Belroonto................................... » 64
Dooumentoe Salesianos. — Disoorso del Sr. D . Emilio La*
marca ( codoI qbíóii) ............................................................... > 6 6
D b nukstkas UISI0.VR8. —TioiTa d el Fuego .
71
Gracias de Matia A u x ilia d o r a ................................................> 7 3
K ubstka Gobursfonuxncia. — Anw'rtea. Qnito (Ecuador) —
Callao (P«*rú) — Santa Rosa (Coraqao— La F as (Bollvia) 74
N oticias r V abik o adub ..............................................................> 8 0

B iblioorabía...............................................................................> f f
Cooperadores Salesianos difuntos .
. . . .
. . > 88
G rabaik» . — San José. — Región de los Arroyos ceroa de
Bnenos Aires. — Oratorio de N iea.— Mr. Chapón Obispo da
Nina. — Salvajes Ouas de la Tierra del Fuego. — Fiesta
Saleeiana en La Paa (Bolivia). — Bolivianos. — Casa Sale,
eiana de Concepción. — Nuevo pnente de hierro sobre el
Malleoo en Chile.

tK el azulado firmamento de la
Iglesia Católica, con deslubra,^
dora luz y de u n a m anera especial brillará el díía diez y nueve
y aparecerá mucbíshno más radiante que
todos los demás un astro de prim era
m agnitud, cuyo centelleo penetrando en
los corazones, los dejará inundados de
vivificaute y salutífero resplandor. El día
diez y nueve derram ará en la costa tor­
rentes de luz un hermo.so faro, librando
de m uerte segura á todos los que nave­
gan por este borrascoso mundo, si á él
dirigen su mirada, y evitará que su na­
vecilla choque y se estrelle, al ser ju ­
guete de las tempestuosas pasiones que
se desencadenan en el corazón humano,
contra la escarpada roca del vicio. El día
diez y nueve se celebra la fiesta del P a ­

trono de la Iglesia Católica, del Padre
nutricio del Salvador del mundo, del
glorioso P atriarca S. José. Santa y con­
soladora alegría experim enta el alma
considerando que á pesar de vivir en
medio de mil peligros, puede triunfar
de todos ellos si de veras se acoge al
patrocinio del A ugusto Patriarca. D e
adm irar es la consideración siguiente:
aun aquellos que han caminado por la
vertiginosa carrera que conduce al pre­
cipicio y se han revolcado en el fango
de sus vergonzosas, denigrantes y estú­
pidas pasiones, buscando el falaz y apa­
ren te placer, pueden volver atrás, lavar
todas sus manchas en las puras aguas
de la Penitencia y acogerse al amparo
del que patrocinó al Padre de todo lo
criado: todos los hombres encontrarán

63 —

en él consnelo y remedio para todas sus
necesidades.
L a Sociedad Salesiana, constituida prin­
cipalmente por niños, cooperadores y so­
cios salesianos, no va á considerar los fa­
vores que ha recibido del Esposo de
M aría Anxiliaflora porque estos los expe­
rim enta á cada paso, sino más bien á
estudiar las virtudes en las cuales debe
im itar á tan perfecto modelo.
ü n niño que se educa é instruye en
una Casa Salesiana, cumplirá perfecta­
m ente todas sus obligaciones con sólo
practicar la obediencia, mas antes de prac­
ticarla es preciso que la estudie bien en
el obedientí.simo S. José. Este no resiste
al llamamiento que la D ivina Providencia
le hace cuauílo so tra ta ele elegir con­
sorte para Aquella que más tarde había
de ser M adre dol Yerbo hum anado; y
aunque sus títulos, según el mundo, eran
inválidos, sin embargo quiere obedecer
á Dios que le habla por medio del pa­
rentesco con que está ligado á la futura
y Santa Esposa, y deposita su seca vara
en el altar: esta fuó la única que floreció
entro las muchas que se colocaron, premiamlo Dios así tan hermosa y sublime
virtud.
¿Cómo quedaría el alma del santo P a­
triarca al ser él mismo, según o])inan al­
gunos Santos Pailres de la Iglesia, el
m inistro de la Circuncisión de Aquel que
era la Vida de su vida y el A lm a de
su alm a? T á pesar de todo practica tan
dolorosa ceremonia, aunque tenga para
ello que torturar su dolorido corazón,
porque así lo ordena el Ordenador de
todo el universo. Ni un solo in.stnnte re­
tarda el viaje á Egipto cuando es avisado
lK)r el Angel, no arredrándole las casi
iusu|>erables dificultades que debe vencer:
estas entre otras eran el estado de sn
amada Esposa. la tierna edad <le sn atlorado Jesús, el largo viaje, la crudeza de
la estación, el carecer liasta de lo indis­
pensable... S. José lo encuentra todo dis­
puesto al obedecer á su Dios y Señor.
Sería no concluir si se narrasen todos
los hechos donde brilló la obediencia <lel
Santo Patriarca porque estos fueron tantos
como momentos tuvo de vida en este
destierro, ]mes ni uno solo dejó de obe­
decer pronta y voluntariamente. Si imi­
táis en tan sublime virtud á S. José,
cumpliréis siempre bien todas vuestras
obligaciones, y aunque en ellas está in­
cluido el trab ajo , os he de decir que lo

santifiquéis como el Sauto Carpintero de
Nazaret, pues si bien sus manos movían
los instrumentos, su corazón estaba siem­
pre fijo en Dios.
¡Qué hermosa es la misióu del coope­
rador! ¿En qué debe im itar al Jefe de
r.-f'v

San José.
(Escultura de los talleres de Sarrid.)

la Trinidad terrestre? En todo; i>ero de
una manera especial en las virtudes que
en el Varón justo brillaron como coope­
rador y como padre de familia. ¿ Quién
contribuyó más que S. José á la redeucióh
del lin.ije humano después de Je.sús y de
la Santísima Virgen ? Na<lie: ¿Quién con­
tribuye más que el cooperador á la sal­
vación de las almas después del misio­
nero, sacerdote ó de aquel que e<Iuca é
iiistruve santam ente? Nadie. S. José

— C3 —
alimentó con el sudor de su trabajo al
que más tarde había de romper las ca­
denas que tenían sujeto al hombre por
el pecado, para franquearle las puertas del
Cielo: el cooperador alim enta con su
óbolo al que rompe las cadenas del pe­
cado por medio de la Penitencia y X)rocura sostener á las almas en gracia hasta
cerrarles los ojos de la vida terrenal y
conducirlas al eterno Paraíso. S. José
alimentó al Kedentor del hom bre; el coo­
perador alim enta al que continúa la obra
de la redención.... 4 Puede darse mayor
semejanza? No. Luego el cooperador debe
imitar á tan perfecto modelo. Como padre
de familia. ; Qué consideraciones guardó
el Santo á su Hijo y Esposal ¡Qué deli­
cadeza en su trato! En la Sagrada Familia
había paz perfecta porque perfecta era
la armonía en todo y perfecta la confor­
midad de pareceres. Estudie, profundice
y medite el buen cooperador, y después
coj)ie, pero copie con tin ta indeleble i)ara
que jam ás se borre de su corazón tan
hermoso escrito.
El socio salesiano encuentra en S. José,
lo mismo que el niño y el cooperador,
muchísimo que aprender; mas fije su
atención sobre todo en las tres brillantes
y principales joyas que adornan su her­
moso manto, esto es, en la pobreza, cas­
tidad y obediencia. ¡Que perfección al­
canzaron en el Santo Patriarca! El no
fué pobre, fué pobrísimo y á pesar de
esto todos sus actos demuestran que su
corazón estaba lleno de santa indiferencia
respecto de todas las cosas que no fuesen
Dios. A<leinás S. José experimentó casi
continuamente los efectos de la pobreza
al faltarle lo indispensable con que sub­
venir á las primeras y aprem iantes nece­
sidades cori)orales, sin que ¡)or esto se
contristara su alma grande, pues sola­
mente le afligían los pa<lecimientos y
ausencia de su Jesús y de su María. ¿Se
acuerda siquiera de preparar provisiones
para un viaje tan largo, á la ida y re­
greso de B g ip ^ ? N o: su i>ensaraiento
fijo siempre en Jesús y aprisionado ,
digámoslo así, por Jesú s, no se ocupa
más que de salvar á Jesús.

¿Que diremos de la bella virtud? |Oh!
El día de sus desposorios se unieron la
pureza, con la pureza, la blancura del lirio
con la nitidez de la nieve, el perfumo d<*l
nardo con la fragancia de la violeta, y am­
bos renovaron, con absoliitay supreinaalegría de sns almas, el voto (jue antes ha­
bían hecho sin que la más leve ó insig­
nificante mancha oscureciera tan ta be­
lleza. Poseyeron todas las virtudes 011 <d
mayor grado que pueden existir en una
criatura y por esto eran dichosos y felices;
pero aun cuando las demá.s virtudes no
hubieran alcanzado tan sul)l i me perfección,
esta sola, la santa castidad, hubiera hecho
su vida feliz y dichosa en medio de
tantos sufrimientos con que fueron ator­
mentados.
Baste lo anteriorm ente dicho respecto
de la obediencia aunque muchísimo más
pudiera añadirse.
Ahora bien: niños, cooperadores y salesianos no desistáis de visitar al Santo
P atriarca des{>ués de haberos acercado
una, dos, diez ó más veces y no haber
conseguido vuestras petioiones: ¿no pu­
dieran ser im portunas? Acudid á él
siempre, y siempre encontraréis cosas
nuevas que aprender y nuevas virtmlo.s
en que imitarle. Pedidle, pedidle mucho,
])ues muclio puede dar y mucho se coni(►lacen Jesús y la Santísima Virgen al
conceder gracias por intercesión de aquel
que en la tierra fué el Jefe <le la Sagrada
Familia. Valeos para ello de sus dolores
y gozos. jOh! Tienen estos tal valimiento
que desde luego, sí no se opone á vuestra
salvación, es dc 8 |>acliada favoralileinento
la súplica que lo hagáis al recordarlo
sus siete mayores dolores y gozos, como
él mi.sino lo prometió.
Todos, ab.solutamente todos tenemo.s
bastante que im itar, liastaníe que pe<lir
y bastantes necesiíla<les (pie llenar: acu­
damos con absoluta confianza á tan po­
deroso Santo, como lo liacía nuestro buen
Padre D. Bosco, y á )a vez cuantos
quieren im petrar favores tanto esx>irituales como temporales.

— G4 —

® o n

© O T T iin ^ o

J le lm o n te

Prefecto General de la Pía Sociedad Salesiana

’L día 18 de Febrero último, asistido por
D. Búa, confortado con todos los auxi­
lios de nuestra Sacrosanta Religión y
en medio de las lágrimas y sollozos
mezclados con las fervientes oración^ que ele­
vaban al Cielo muchos de nuestros hermanos,
entregó su alma á Dios el piadoso, humilde é
infatigable D. Belmonte, modelo del sacerdote
y religioso, é hijo muy predilecto de nuestro
buen Padre T>, Bosco. Su muerte es una pérdida
incalculable para nuestra Pía Sociedad dado el
carácter ó índole del delicado á la vez que ar­
duo cargo que desempeñaba.
Machas virtudes trascendían en él, haciéndose
sentir cual delicado perfume, descollando entre
ellas la humildad, y el amor al trabajo, pues aunque
respecto á la primera el nombre de D. Belmonte
se pronunciara con mucha continuidad tanto
por Salesianos como por Cooperadores y extra­
ños, esto no era debido á que él hiciera osten­
tación, sino á que tan elevada virtud no puede estar encerrada en un pequeño reciuto,
elevándose sobre todas y difundiéndose casi indefinidamente. Por lo que respeta á
su laboriosidad baste saber que él solo desempeñaba su cargo, aun cuando para
ello fuera necesario trabajar hasta, altas horas de la noche y sacrificarse por una
causa que bien se puede decir era su misma causa: esto no impedía el atender á
las innumerables visitas, consultas y confesiones que diariamente tenía.
Las excasas páginas que disponemos, y sobre todo nuestra insuficiencia nos prohiben hacer una biografía que más experta pluma hará después, sin embargo no
dejaremos de consignar algunos apunté biográficos de la vida de tan emúiente
personaje. Kació en Génola (Cúneo) el 18 de Septiembre de 1843 y el 13 de Abril
de 18C0 ingresó en el Oratorio do S. Francisco de Sales, bajo la sabia direción de
D. Bostm, haciendo los votos con admirable fervor y animado por su amor á la
perfetíción y al trabajo. Ya conocía la música y tocaba admirablemente el piano y
esto contribuía á solemnizar las novenas y funciones religiosas no solamente en el
Oratorio sino en otros institutos religiosos de Turín. Siendo clérigo aún, dió á
conocer que su laboriosidad no era nada común. Al principio fué asistente y maestro
de música en Mirabello y en esta Casa y en la de Borgo S. Martino tuvo el cargo
de prefiH'.to, distinguiéndose siempre imr su virtud y ciencia: el día 17 de Abril de 1870
recibió el sagrado orden del Presbiterado. Al año siguiente desempeñó en el Colegio
^lunioipal de Alassio el cargo de profesor de ciencias físicas y naturales y en Sep­
tiembre de lvS77 fué nombrado Director del Colegio de San Carlos de Borgo Sau
Martino, dándole gran incremento. En 1881 fué trasladado á San Pier d’Arena y
aquí parece que le dió rienda suelta al trabajo, tanto al dirigir aquella importan­
tísima y complicada Casa como al atender á la parroquia de S. Caefano y allí per­
maneció hasta el año 1886 que, elegido D. Rtia, (entonces Prefecto General) Rector
Mayor y suoessor de D. Bosco, fué honrado con el cargo que desempeñaba en la
actualidml y que según todos era el único que podía llevar tan pesada y difícil carga.
Si el Sucesor de D. Bosco era y es la mente sagaz y vigilante, D. Belmente era
el brazo derecho de la Pía Sociedad. El se sabía multiplicar y se encontraba en
todas las partos que le asignaba la divina Providencia por medio de su Superior.

— G5 —

Su natnral bondad y su trato agradable y dulce para todos lo hacen no «Indar
un perfecto modelo como religioso y como Sui>erior. Su carácter era a«li5nu'ia muy
alegre, pues nunca le faltó esa grato sonrisa que cautiva poro do un modo im^sistible: su mansedumbre siempre fué inalterable. Parece q«ie sin darse cuento oran
ya como suyas aquellas palabras de S. Francisco Javier: Plm ultra, Domine,y
verdad que D. Belmonte siempre deseó trabajar más y más.
Siempre fué apasionado por la música qne qiecutaba con veidudera inteligencia
y sentimiento: su predicación cuando sacerdote estaba adornada do partioulares
afectos que atraía como irresistible imán. Baba las instrucidonos dominicales en el
Oratorio festivo de S. Francisco de Sales con tonto provecho qno muchos jóvenes
al oir su i^alabra quedaban como heridos por dulce flecha y acababan por ca«ír en
sus dulces redes, siendo hoy ya muchos de ellos verdaderos hombrea, los cuales sin
esto hubierau seguido la desgraciada senda qne otros uo tan afortumulos; y para
GOQcluir, su palabra donde quiera que ora «lerramada parece ser (pie siempre cafa en
terreno bien preparado, pues producía ópimos, abundantes y sazonados frutos de
virtud.
La terrible enfermedad que padecía era debido al mucho trabajo y aunque él co­
nocía su gravedad y q«ie de un momento á otro podía dejar de existir, aiin estando
en la vida activa y cuando menos lo esperase, como sucedió, no por eso cesó im
momento en sus ocupaciones por lo cual bien se puede decir que fuó «a verdadero
mártir. Hacía 20 díaa que el Dr. Lanza le babía salvado de una peligrosa nefritis,
con todo nunca le faltó el ánimo; mas el día 17'de Febrero fuó sorprotidido por su
terrible y última enfermedad al hallarse por la tarde en la función del teatro. Al
principio se le dió poca importancia^ pero después se vió que se trataba de un atoque
apoplético. Conducido á su habitación se manifestaron casi señales inequívocas de
un fatal desenlace como sncedió á la una de la madriigadá, hora en qne tan ben­
dita alma dejaba este valle de lágrimas para ir á recibir el imemio de sus virtu­
des en la mandón de los justos y al lado de nuestro amado Padre y de otros de
nuestros hermanos que ya gozan de paz y ventara perdurable.
A sus funerales asistieron personas de toda edad y condición siendo la más es­
pléndida prueba de ios afectos que ha dejado en la tierra el finado. El féretro era
precedido de rail y más jóvenes, y de superiores del Oratorio de Valdocoo; de la banda
interna del Istituto y también de la del Oratorio festivo qne hacían resonar en los
vastos patios tristísimas sinfonías; de representaciones de otros institutos aalesianos de Turín; de numeroso clero, y del Rmo. D. Rúa con capa plnvial y asistido
de diácono y subdiácono. Era llevado en hombros por sacerdotes salesianos dispu­
tándose el honor ])ara tributarle este último acto de estima y afecto. Inmediatomente
después del féretoo iban los parientes del finado, todos los Sn])«íriores mayores de
nuestra Pía Sociedad y numeroso clero de la ciudad. Muchas eran las representa­
ciones entre las que recordamos la del Instituto de la Consolato, d,o la Unión Ca­
tólica Obrera, de San Joaquín (de la casU D. Belmontejora socio honorario), de San
Luís Gonzaga, de San José, del Santo Rosario, de la Unión de los Antiguos Alum­
nos del Oratorio festivo, del Seminario de Valsalice, de las Ilija.s do María Auxi­
liadora de Niza Monferrato, del Oratorio de Santo Angola de Turín, y de las Oasas
Salesianaa de S. Benigno, Foglizzo, Mathi, Ohieri, Milán etc. y do numerosas fa­
milias de Turín.
El hermoso Santuario de María Auxiliadora estaba lleno de gente y todos sin
escepción vertían lágrimas, y oraban fervorosamente: terminadas las preces de rúbrica
fué condneido al cementerio donde sos cenizas reposarán en la tumba de la fa­
milia Salesiana.
No dudamos que ton insólitas virtudes habrán recibido ya centuplicada recom­
pensa; sin embargo la Justicia divina ve manchas en todos los justos, por lo cual
Movemos nuestras preces para que aquella alma grande vaya lo más pronto posible,
si aun no está, á la Eterna Jerusalén.



66



^Documenios Salesíanos (1)
DISCURSO PRONUNCIADO POR EL DR. D. EMILIO LAMARCA
en la primera sesión del Congreso Salesiano de Buenos-Aires
( Oonohmón)

Los pueblos aplaudían unánimes la eficiencia
dol reformador, las conquistas del apóstol, y
no podían equivocarse ante las creaciones su­
cesivas de una obra que iba asumiendo tan
amplias y generosas proporciones: estaban
viendo levantarse ese espléndido edificio cuyos
profundos y sólidos cimientos descansan sobre
las más bajas capas sociales, y que se alza
de grado en ^ad o hasta coronarse con los
estudios teológicos en las escuelas superiores,
donde se fomentan las vocaciones religiosas.
Con todo, la base de tan vasto monumento
es sin duda la instrucción de los niños in­
digentes y su regeneración moral. T se ex­
plica.
Había observado con detención y amor á
los pilluelos á quienes con facilidad desper­
taba á la luz de la fe. Esos salvajítos de la
civilización, arrojados á la calle por corrien­
tes adversas, para ser más tarde fatalmente
precipitados á loa presidios, él los recogía
como el hábil y entendido artista recoge gui­
jarros deformes y cantos rodados, cubiertos
do lodo, á fin de desbastarlos, pulirlos y
transformarlos en instrumentos ¿tiles, en par­
tos integrantes y aun en sostenes del edificio
social.
La exi>eriencia adquirida entre esos rapaces
de ciudad y de aldea, la halló confirmada por
el hkstimoso osi>ectáoulo de las cárceles, donde
una juventud numoro8}^ sumida en la hara­
ganería, roída por la corrupción moral, ex­
piaba las delincuencias de una malicia precoz.
Comprendió que esos adolescentes i>er8onifiraban las desgracias del hogar, la deshonra
«lo las familias y la vergüenza de la patria;
lH)rqne, ai>onas rozados por el mal, no tarda­
ban en perder todo pudor, y se colocaban al
nivel de la j>erversidad consumada de sus
ccmpafioros de prisión: — las almas envile­
cidas y degeneradas trabqian con ahinco en
producir la mutua desmoralización. Las cár­
celes resultan ser escuelas de perversión:
encerrad un cuerdo entre dementes y éstos
acaban iK>r enloquecerlo: poned á un joven
entre criminales, y éstos concluyen por des­
moralizarlo.
i l ' V(<nse el número de Febrero, i>ág. 41.

Averigua las causas de tanta depravación,
y las descubre en el alejamiento de las prác­
ticas religiosas, pues quien no aprende desde
la infancia á guardar fe á su Dios, mal la
guardará más tarde á los hombres; y si, no
obstante haber sido educada por personas de
convicción y de fé, la juventud suele apar­
tarse de la verdad y de la virtud, dejándose
arrastrar por caprichos y veleidades, por las
doctrinas falaces del siglo, por sus propias

Región de los Arroyos cerc.i de Rueños Aires.

pasiones — 4 qué no habrá que temer cuando
ios primeros anos se pasan alejados de aquel
contacto precioso, que modela el corazón del
niño, depura y fortalece el alma del jóven?
— Fundadísimas eran, pues, la zozobra y las
angustias de Don Bosco, y no le cabía duda,
sería obra de la mayor imi>ortancia, no sólo
para la religión, sino para la sociedad, el
tentar la prueba de moralizar esos miles y
miles de niños privados de toda educación.
Tres cosas difíciles hallaba Salomón: el
camino dol águila por el aire, el camino de
la nave en medio de la mar, el camino de
la culebra sobre la j)ena; y la cuarta del todo
la ignoraba: el camino del hombre en la mo­
cedad. La última es la que inquieta el cora­
zón, preocupa la mente y causa los insomnios
del padre de familia. Los mismos que har
arrancado á Cristo de la escuela, se sienten
desazonados, si no arreiMíntidos, ante las re­
beldías, los extravíos y aún desenfrenos de



«7

811S bijos. Por eso los envían á los to'.egioa
de las órdenes relifriosas. Allí hay un norte
fijo: no se les abandona_cual aves á merced,
del huracón; se les ensena á gobernar en la
borrasca, y no se les permite errar por la
senda tortuosa de la serpiente. ( Aplausos).
Los Pontífices Pío IX y León X III habían
liablado al siglo con la superioridad del len­
guaje inspirado de los vicarios de Jesucristo.
Don Bosco atesora la palabra infalible y so
ufana en divulgarla en las formas niós atraventes y mós adecuadas para las masas ix>*pulares. Si se les hubiera esoucliado, si se
hubieran afrontado las graves emitiónos
sociales con el espíritu de la Iglesia y de
sus órdenes religiosas, no se habrían foineiitado tantas tendencias malignas, ni dejado
minar los cimientos de la sociedad: habríiiso
lK)r el contrario, generaliza<lo y difundid.o
más ese sentimiento honrado, enérgico y viril
de los pueblos cristianos, que basta por sí
solo para alejar el miU, sino para supri­
mirlo: nos habríamos ahorrado más de un
error, más de una mancha, y aeaso no hu­
biéramos visto caer durante el último dece­
nio, á manos de alevoso asesino, un presidente,
una emperatriz y un rey. (Aplausos.)
No creáis que me aparto de mi tema.
Esos y análogos hechos sangrientos, que
han sublevado el espíritu y provocado la
indignación pública en las naciones cultas,
no pueden, es cierto, compararse á movi­
mientos revolucionarios cuyo estallido lanza
turbas enfurecidas á subvertir todo orden y
toda creencia,—como cráteres cuyos desbor­
des arrasan todo en su paso;—i)ero son á
manera de precursores que escriben el omi­
noso reto con letras de sangro; lícito entonces
y exacto es comparar esos atroces asesinatos
:i los puntos rojos que á veces aparecen en
el cuerpo humano, y bastan al hombre ex­
perimentado y de saber para diagnosticar la
existencia de una enfermedad moitol que
está envenenando el sistema. En el cuen>o
social, tamaños crímenes son indicio de que
el fuego está latente, bulle y amaga acarrear
un día la ruina de más de una nación, si no
•so le sofoca con tiempo. (Aplausos.)
No haría referencia á este tópico, si no
nos afectara en manera alguna, si fuera inú­
til traerlo á la memoria, si sólo señalara el
l>eligro á quienes no les es dado conjurarlo.
En la ciudad de la lava, irónicamente diría
5^heil, con una montana ardiendo encima, con
Pompeya y Herculano, sepultadas á sus pies,
—já qué alarmar á las gentes diciéndoles
escuchen el sordo rugido del trueno subter­
ráneo,... á que hablar de erupción á los que
no pueden extinguir el Vesuviot... Pero es
que está en su mano salvarse del peligro
que los amenaza á ellos, y que no habría ^

debamos ilesos á nosotros, á pesar de la dis­
tancia,... es que pueden y podemos contener

la descomposición 80cial.-^s que se puede
apagar el volcán del socialismo agitador y



de la anarquía doctrinaría y militante, orí­
genes de esa fiebre de codicias que enardece
á las masas y de esas fanáticas esaltacioues,
que, más de una vez han he<du) sonar el
pavoroso somaten de los incendios, de hw
matiiuzas y do la desolación... Cruentos y
abominabU« sacrilegios de Madriil en 1834;
horrores de la Comuna do París en 1870,
quemazones de graneros, homicidios y des­
trucciones de vías en los Esbidos Luidos
en 1877; reiteradas explosiones nihilistas en
Rusiji, conflagración del Colegio del Salvador
en Buenos Aires... llamadlos como queráis,
señores, pero cuidemos de que no se repita
la hora de espanto y do vorgiieuza, de igno­
minia y de amargo dolor,—de oso dolor del
cristiano y del patriota, que no es como los
demás dolores. {Frolotujados aplomos.)
¿Que esos hechos nefandos no so remedian
con blandicias evangélicos, con amonas phW
ticas salesiauas, con frases de cri.stiana suavi­
dad? — No se lea remedio; poro se Ies proviene
para en adelante; se Ies disipa como los mibarroues de la tormenta al soplo de las auras
ó como las tinieblas de la monto ante la luz
de las eternas claridades.
iQue esos monstruosos excesos se cortan
cou el hacha del verdugo, y, si necesario, se
les hace retroceder cotí descargas de plomo
ó de metralla t Estas escarmientan, y no siem­
pre, señores, pues suelen embravecer á la flora
humana y exacerbar el mal. La violencia
reprime con crueldad: no persuado. La fuerza
refrena con mano de hierro que rasga y la­
cera; no convence.
¡Obi No olvidemos que «la respuesta suave
quebranta la ira, mientras que la dura aviva
la saña.» Y si la resina mitiga la irritecióu
y cura la llaga: la mansedumbre y la per­
suasión del apóstol piicificau y transforman
los corazones enconados. Si el bálsamo calma
el ardor y cicatriza la herida: la unción
de la palabra evangélica aplaca los 0 (llos,
amortigua los rencores, oxtiiigno la coilicia,
domina las pasiones más rebeldes y bendice
con la psiz de Aquel, que es la vía, la luz y
la vida.— Esta y no otra as la historia del
Cristianismo: esto y no otra es tombien la
misión de Don Bosco y de sus hijos. ( Gran­
des aplausos.)

• *•
Y es misión de pobreza, de grandes vici­
situdes, de congojas, de paílecimientos inde­
cibles y aun de martirio; mas naíia de eeto
arredra á Don Bosco: la escasez de recursos,
la austeridad de vida, las resimnsabilidades
que gravitan sobre él, las contrarie<lades que
pululan á su rede^lor, las enfermedades que
lo tuvieron á punto de morir, no le impiden
recorrer la Italia de un extremo á otro, fun­
dando asilos, hospicios, orfanatos y e.sos orar
torios festivos, tan benéficos y tan amenos
para los niños, pero cuya instructiva diver­
sión se trueca para él en abrumadora tarea»



á términos que más de una vez vuelve tan

deshecho y tan exhausto, que es menester
nevarlo cargado á su aposento. Por todos
estilos prueba á sus compatriotas que su vida
es en verdad «milicia, y sus días como días
de jornalero.» La patria de San Luís y de
Juana de Arco aprende también á venerarlo:
en varias de sus ciudades arroja la simiente
de salud; en Lyon su recepción es la que se
hace á los santos; en Marsella se agolpa el
pueblo á su psxso y arrodillado le pide su
bendición; y su presencia conmueve á París

68

^

Hijas de María Auxiliadora. La institución
se propaga inmediatamente con admirable
rapidez; porque es una bendición para las
familias, un refugio donde las doñeólas se
inspiran en la virtud y se educan al abrigo
de toda sospecha, un amparo del pudor y de
la inocencia.
La ruda labor que todas esas fundaciones
implican, y las fatigas de tantos y tan pe­
sados viajes lo habían rendido; mas su espí­
ritu no descansaba, ni estaba satisfecho.
Eli 1869 había contemplado en sueños ex-

XXV-’ Aniversario de la Obra de D. Bosco en F rancia — Oratorio de Niza.

ouyos templos se llenan de bote á bote por
los que desean oir su misa ó anhelan escuohar su palabra. La Suizt^ la Salioya, á su
turno reconocen su santidad y sus insignes
Bervicíos; y en su ac^tivísimo aimstolado no
olvida á la España, dtksde cuyas playas tiende
la vista hacia el Africa, que más t^de. fran­
quea sus puertas, como el Asia las suyas, al
misionero Salesiano. f ApUiMoaJ.
Su alma generosa extieude á las niñas lo
realizado en favor de los varones. Recono­
ciendo las espe<'ialísimas dotes de corazón de
la mujer, la llama á participar en su grande
obra de regeneración. Quince animosas jóve­
nes, encaliezmlas iK>r la angelical Hermana
Mazzarello, responden á su Uamada, y con
la aprobación del sumo pontíüce, crea las

tensas comarcas, recorridas por hombres casi
desnudos, hacia las cuales se dirigí.an Misio­
neros Salesianos, siéndole desoouociílos mu­
chos de ellos. Ante sus ojos se extendía una
tierra inmensa, que al nov’te se rompía en cien
islas; dasarrollábanse á su vista la majestuosa
Cordillera de los Andes, los caudalosos y di­
latados ríos, las planicies y las selvas vírge­
nes de América. Había recorrido en espíritu
la América Meridional, desdo el mar de las
Antillas basta la zona Magallánica: podía
indicar los países por su propio nombre, y
hablaba de estas regiones como si las cono­
ciera palmo á palmo en todos sus detalles,
señalando lagos, valles, serranías, montes y
hasta los caminos con maravillosa precisión,
á tal punto que la Sociedad. Geográfica de

— 69 —
Lyon premió con una medalla de oro la in­
teresante y completa conferencia sobre la Patagonia dada ^ r él en esa ciudad.
¡Lo que suena en 1S69 se está realizando,
después de su muerte, en 19001 Lo que fué
considerado quimera, utopía por hombres cuyo
saber no llega
< A no entender entendiendo,
Toda ciencia trascendiendo »,

según se expresa San Juan de la Cruz, lo
aprueba Pío IX, y en 1875 envía Don Sosco
su primera expedición á tierra argentina.
La Congregación Salesiana p la n te a de gajo,
como la vid, da fruto inmediato y ópimo eu
nuestra tierra americana; y es árbol vigoroso
y noble, que no distingue clima, ni elige
suelo especial: donde cae la semilla, aUí brota
la planta: lo mismo crece en el trópico ó en
la zona tórrida que en la región austral; pero
es indudable que para ella la tierra por ex­
celencia, la tierra donde más ha prosperado
es la República Argentina. (A;pla‘nso8).
Aquí, como en Europa, ha hecho sentir su
influjo la « Pía Unión de Cooperadores Salesianos », que convoca este Congreso, y cuyo
importantísimo cometido es mantener la edu­
cación gratuita, alejando el paligro de que se
fuerza el rumbo de la congregación, si por
falta de recursos abandonara la enseñanza de
los ñiños desvalidos.
< Sin la caridad de los Cooperadores > —
dice Don Bosco en su carta-testamento, —
« poco ó nada se habría podido hacer, y, por
el contrario, con ella se han enjugado muchas
lágrimas, salvado muchas almas, fundado
numerosos asilos y establecido misiones hasta
en los confines de la tierra ». Antes de con­
cluir sus días, nos ruega prosigamos la labor
comenzada por él, auxiliando á su sucesor,
Don Rúa; y nos confía y recomienda su obra,
tributando de corazón á cuantos le han
ayudado su más rendido agradecimiento ».
Es obvio el objeto con que fundara aquella
tercera orden. Sabía que en todas partes el
espíritu cristiano sostiene las obras cristianas:
y desde los albores del Cristianismo el mi­
nisterio pastoral ha encontrado generoso apoyo
en las personas del mundo. Adhiriendo á
esta verdad nos reunimos; siéndonos además
evidente, que, si la Congregación Salesiana
se arraiga, se ensancha y adelanta entre nos­
otros, es imrque responde á una necesidad vi­
vamente sentida. ( AplausosJ.
Ella inició sus trabajos bajo auspicios poco
favorables en San Nicolás de los Arroyos, y,
apenas han pasado veinte años, cuando ya
vemos levantarse su magnífica escuela de ar­
tes y oficios en Buenos Aires, y fundarse
instituciones escolares en la Boca y en Ba­
rracas, en La Plata, en el Rosario, en Santa
Fe, Mendoza, Bahía Blanca, Viedma, Chubut,
Patagones, Chosmalal y otros puntos: junto
con las residencias de Conesa, Choele-Choel
y Junín de los Andes, cuyos Misioneros re­
corren los territorios regados por el Río Co­

lorado, el Río Negro y el Limay; mitMiteus
que en Cabo Pena y en la Tierra del Fuego
se abren escuelas elementales y se atiende á
gran número de indios. Y hoy se cuentan
por millares los niños que educan los Sal(‘sianos y por millares también las niñas á
cargo de las Hijas do María Auxiliadora.
Las hazañas apostólicas en el extremo Sur
del Continente, las repite con los suyos el
obispo Costamagua en el Norte. Penetra entre
las indiadas del Perú y del Eouatlor, y crea
hogares cristianos en tolderías donde parecían
haberse borrado hasta los últimos sentimien­
tos que soparan al hombre del bruto. A su
turno, el limo, monseñor Lasagna, después
de legar imperecederos recuerdos de talento,
de virtud y de ciencia á la Banda Orienbil,
de evangelizar en el Paraguay, entra con su
cayado en las selvas del Brasil, cuyo suelo
riega con su sangre de mártir y bendice al
expirar. (Aplausos,)
En las dos Américas hay ya 104 casas, con
un personal de 1010 Salesianos, do los cuales
215 trabajan en nuestro país donde funcionan
alrededor de 70 establecimientos para edu­
candos de uno y otro sexo. Cúmpleuso así do
una manera sorpreudente las palabnis de Don
Bosco, al declarar que la República Argen­
tina era la segunda patria de su Congregación.
( Aplausos).

Nuestro extenso y hermoso suelo, sobre el
cual parece que se hubiera detenido la mano
del Creador para hacerlo llano, rico y feraz;
la índole de nuestras industrias rurales; las
tradiciones de otros ]>ueblos, y hechos incues­
tionables de la historia universal, nos acon­
sejan fomentar su obra. La Francia, la In­
glaterra, la Alemania, por ejemplo, de los
siglos XI y XII, no gozaban, ni podían gozar
de las condiciones de nuestiu tierra; y claro
es que no disponían de los mlelautos acumu­
lados por setecicntes años más como elemen­
tos civilizadores. Entro tanto las piedras de
los monumentos y de las iglesias de aquellos
países narran una historia: — allí donde se
fundó una abadía ó un monasterio, allí donde
se erigió un templo, no tardó en congregarse
un pueblo y en surgir una gran ciudad. No
descubro por qué, en una nación que ha
cumplido una gloriosa misión hurtadora en
este Continente, y en la cual y a se diseñan
y acentúan los perfiles de una gran potencia,
no haya de acontecer lo mismo.
Nuestra campana está clamando x>or esos
centros destinados á atraer el exceso de las
poblaciones urbanas, y á formar en ellos
hombres sanos, trabajadores y verdaderamente
Ubres. Ellos contribuirían á cimentar esas so­
nadas autonomías, que hoy languidecen y
son, en su mayoría, desfigu]^o aborto de la
disposición constitucional que las establece.
Conviene, pues, pro])ender á que se difunda
la granja agrícola. Donde ella est^ con el
campanario salesiano á su lado, no puede ca­
bemos duda que aUí germinará la civilización

70
y encontrará la patria cindadanos capaces de cuanto teníais para comprar la margarita de
la parábola, símbolo del Reino de los Cielos.
contribuir á su eugraudecimiento.
Es innegable la solidariedad que reina entre ( AplaitaosJ. Atravesáis los mares, y, sin de­
las clases sociales: las unas no pueden existir fensa humana, — que os basta la armadura
sin las otras; y saltan al rostro los beneficios de la fe, — animosos váis á la Patagonia, sin
que está recibiendo el país merced á la in­ reclamar la escolta que resguarda ^ último
molación que de su persona hacen los hijos de nuestros agentes de gobierno. Os internáis
de Don Bosco. Palpamos cuantas deficiencias hasta la falda de los Ande», llevando el es­
han suplido y están supliendo los Salesianos, tandarte de la Cruz, y ensenáis al pobre indio
cuantos males remedían, cuanto hacen que á valorar aquella joya de incalculable precio.
nosotros no podemos hacer. Lo reconocemos, No 08 detieneu las penurias del desierto, ni
los honramos por ello: justo es les proporcio­ los rigores del clima, ni las miserias de sen­
nemos los elementos para hacer vivir las das no trilladas por la planta civilizador^ y
instituciones donde ellos immolan la propia no descansáis hasta sentar los reales de Cristo
en medio de la tribu bárbara de la Tierra del
vida.
Asombra á todos lo que estos celosos siervos Fuego, f Aplausos). Apetitos brutales y pasio­
del Señor logran implantar en las poblaciones, nes tan inveteradas como rehacías, se revuel­
pero lo que se hace ininteligible para los ven, se yerguen y atontan rechazar la moral
cristiana} el espíritu de incontinencia y de
venganza, de crueldad y de rapiña, resiste á
vuestro espíritu de sobriedad y de amor, de
benignidad y de paz ; supersticiones, brujerías
y divinidades feroces se alzan contra el Dios
de bondad y misericordia. — Los obstáculos
se aglomeran y se agigantan....Lo que no
han podido los ejércitos, ¿cómo lo consegui­
réis vosotros? — Los salvajes son muchos:
vosotros sois pocos... ¡No importa! — Su torva
desconfianza y sus instintos bravios no po­
drán menos de ceder ante virtudes para ellos
desconocidas y cuyo ejercicio os convierte en
consuelo de sus aflicciones, en recurso de sus
calamidades, en alivio de sus desgracias, eu
luz de su ignorancia y sal de su vida, con
una solicitud y una paciencia infatigables.
CAplausos).

Mr. Chapón Obispo de Niza.

espíritus mercautili/.ados es: qué interés puede
impulsarlos fuera de los límites de la civili­
zación: allí donde todo es iusoguro, donde
nada se arriesga sin fuerza aruuula, y donde
tantos han hallado su tumba.
Esto me sugiere la idea de d ir i^ le la misma
conceptuosa pregunta que les hiciera el Car­
denal Alimonda:
€¡01i! Monseñor Cagliero! ¡Oh, Salesianos!
« iQue negocios váis ñ tratar con los pata« genes t i Cuál es vuestro tráfico en las pam« past ¿Cuál es vuestra mercancía? »....
lOnsayemos la respuesta,
Ko váis en busca de tesoros, no volvéis como
los conquistmlores de Indias, con séguito de
esclavos, cargados do oro y de exóticas rique­
zas. Regresáis tan pobres como fuisteis, más
achacosos quizá, y ciertamente con más ar­
duos problemas y mayores responsabilidades
pesando sobre vuestros hombros.
^fercaderes de piedras finas y de buenas
perlas, abandonasteis patria y hogar, dando

Es que instaurándolo todo en Cristo, la
fraternidad cristiana es un hecho, la regene­
ración su consecuencia; y el milagro se ha
operado oponiendo el Orncifijo á las flechas y
á las lanzas que amenazaran vuestro x)echo. Y
salís vencedores, porque no teméis la muerto,
que ya habíais snorificado la vida y resigiiádoos á todo suplicio con tal de salvar almas.
(Aplausos).
' Esta es la respuesta que nosotros daríamos

á la pregunta del eminente Cardenal; porque
aqueUa margarita inapreciable es vuestra mer­
cancía, aquella abnegación vuestro negocio en
los yermos patagónicos, aquellas conversiones
vuestro tráfico en la llanura y en la sierra
donde mora el salvaje. ( Aplausos).
Termino, señores, reconociendo cuan defec­
tuoso es el bosquejo que he hecho del Fun­
dador salesiano y de su Obra. Me felicitan^
si hubiera conseguido siquiera hacer sentir
qne ella ha empeñado seriamente la gratitud
argentina. Por lo demás, ya os lo había pre­
venido: era demasiado vasto y trascenden^
el tema; muy grande y elevada la eminencia:
muy pequeño á que la abordara.
He dicho.
(Entusiastas y prolongados
aplausos: una ovación).

\ w

— a —

TIEHRA DEL FUEGO
J o s ú HiUis Mig-uel OalafUcte y
Pedro Grama.
ARA que nuestros amables lectores

conozcan todo el personal indígena
que ya en aquel tiempo estaba asi­
lado en nuestra misión de Hío
__________ Grande, preciso es que á los ya
iresentados agreguemos estos dos m ás: José Luis
^Miguel Calafacte y Pedro Gama.
E ra el primero un muchacho de unos quince
á diez y seis años, á quien, volviendo yo de
Montevideo el año noventa, había encontrado á
bordo del vapor inglés de la carrera del Pací­
fico (Pacific Steam Narigation Company).
Tendría entonces unos doce años y, juguetón
como pocos, se entretenía fácilmente con los de
su ^ a d . E ra el más pequeño de los once fue­
guinos secuestrados alevosamente el año anterior
en la bahía de San Felipe, costa norte de la
Tierra del Fuego sobre el estrecho de MagaUanes, por un tal Maurice. Conducidos á bordo de
un vapor fiancés desembarcaron en playas fiancesas y después fueron llevados á París como
muestra en la exposición con motivo de conme­
morar el centenario de la revolución. Allí fueron
expuestos al público en una jaula de hierro.

por cuyas aplatadas
rejas les daban tix*s ó
cuatro veces al día
pedazo do carne
y á d\iras penas al­
canzaban de sus ver­
dugos un poco de
agua. El inhumano
Maurice hizo creer
que eran feroces an­
tropófagos y hacía
pagar á los que acu­
dían con vivas ansias
do ver á aquellos in­
felices. Era esto una
explotación, un nego­
cio infame do carne
Immana que se hacía
en París, precisamente
en el tiempo en que
se conmemoraba el
centenario de la pro­
clamación de los irri­
sorios derechos del
hombre.
Lo supo el ministro
chileno residente en
París. Protestó enér­
gicamente ante el go­
bierno francés conti'a el infame comercio, pidiendo
se castigara ejemplarmente al infame autor del
criminal secuestro para escarmiento de los que
intentaran en el porvenir tamaña abominación.
Sabedor Maurice de la borrasca que se le venía
encima después de tan enérgica protesta, puso en
libertad á sus infelices prisioneros y, abandonando
su cruel explotación tomó sin más las de V illa­
diego.
Libres de su cautiverio, los desgraciados fue­
ron recogidos por el ministro y enviados en el
vapor inglés “Aconcagua" de la Compañía del
Pacífico, á su tierra. Llegados á Puntarenas, el
gobernador del territorio, Sr. Valdivieso, los aco­
gió ^ bondadosamente y los entregó á nuestra
misión. De once quedaban c u a tro ; dos habían
muerto al entrar en el estrecho, tres en la tra­
vesía y el más pequeño, nuestro Calafacte, había
quedado algunos meses más en Inglaterra, de donde
al fin y al cabo le mandaron también teniendo
la s u e ^ de encontrarse conmigo, que le con­
duje inmediatamente á nuestra casa de Punta­
renas donde estaban recogidos sus otros cuatro
compañeros de infortunio. Eran estos un m atri­
monio, una vieja y un niño, los que apenas
vieron al muchacho prorrumpieron en exlamaciones de contento: « ¡CalafacteI ¡Calafacte¡» El
niño á tales muestras de cariño correspondió con
una sonrisa.
Allí, en nuestro colegio fué instruido lo has-

— 72 —
tante para que, poco tiempo después de su feliz
encuentro conmigo, pudiera ser regenerado en
].i8 aguas del bautismo. Tomó los nombres de
José, Luís, Miguel este último por nuestro su­
perior mayor D. Miguel Rúa.
Se aficionó muy luego á los superiores, así
como también á los niños, con los que pronto se
unió en íntim a y sincera amistad dando y reci-

los Onas, entre los que tiene aún un hermano y
una hermana casados, y poseyendo admirable­
mente su lengua, me trajo muchos compatrio­
tas suyos.
José Pedro (Jama era el otro. Rayaba en los
doce años. Los empleados de la comisaría de San
Sebastián le habían tomado en su territorio junto
con su anciana madre. Por algún tiempo vivió
en dicha comisaría, después
en el Páramo. Cuando noso­
tros nos vimos obligados á
desembarcar en el Cabo de
S. Sebastián y precisamente
en esta pampita seca en el
verano y anegada en el in­
vierno por el Ríogrande, el
Sr. D. Bruno Ansorge, ad­
ministrador del citado esta­
blecimiento nos lo cedió ge­
nerosamente.
Taciturno por naturaleza,
si bien estaba contento y
había tomado cariño á nues­
tro género de vida, nunca
lo demostró con palabras.
Se amoldó, eso si, á nuestras
Salvajes Onas de la T ierra del Fuego.
costumbres,desempeñó siem pre con admirable habili­
hiendo sus bromas como las de antiguos compa­ dad las tareas que se le señalaban y sobre todo
ñeros. Con este método bien pronto aprendió á en el oficio de panadero trabajada á maravilla.
expresarse en el habla castellana, y aquellos
No se prestaba tanto ni él ni su compañero
modales propios de la buena educación.
Calafacte para el estudio. Por cuanto hicimos,
Tanto era el cariño que hacia mi sentía el po- no logramos enseñarles á leer y á escribir; y
brecito, que cuando salía á dar alguna misión, tanta aversión tenían á las letras, que conside­
en la imposibilidad de seguirme, se deshacía en raban como un castigo, que les pusiéramos en
lágrimas, y, puesto en la
mitad del camino, me seguía
con los ojos hasta que me
perdía de vista. Le había
sin embargo prometido re­
petidas veces, que, cuando
abriéramos en Ríogrande
la misión, de tantos años
proyectada, él me acompa­
ñaría y sería entre sus pai­
sanos uno de los misioneros,
lo que le regocijaba en ex­
tremo, y casi fuera do sí
por el contento me asegu­
raba que con todas sus
fuerzas me ayudaría. En
Salvajes Onas de la T ierra del Fuego.
efecto, llegado el caso me
servía de compañero á la vez
que de intérprete. En estos servicios mi querido Ca- las manos una cartilla ó un cuaderno. Aprendieron
lafacte estuvo admirable. Con su compañía ahorró con todo bastante bien las oraciones ordinarias y
setenta pesos mensuales, á lo que hubiera ascen­ á hablar con tanta corrección la lengua caste­
dido el jornal de un peón, que necesariamente llana que con dificultad se distinguía en ellos á
hubiera debido llevar conmigo de no llevar á los antiguos indígenas. E l trato familiar con los
Calafacte y, lo que es más todavía, siendo de demás, es decir, la enseñanza práctica y su propia

— 73 —

docilidad les había transformado por completo.
Esta docilidad del discípulo al maestro, que
aún entre los habitantes de los países civilizados
es necesaria para la instrucción de aquél, es de
todo punto indispensable entre los salvages de la
Tierra del Fuego. Sin ella se hace materialmente
imposible la instrucción del indígena por su na­
turaleza salvaje y rudas costumbres, que precisa
vencer, y por las dificultades que lleva consigo
el estudio de un idioma, en todo diferente al
propio. Si á esto so añade que nuestro sistema
de educación no estriba en la fuerza, sino en la
dulce y suave persuación, se comprenderá fácil­
mente lo dificultoso y largo de nuestra tarea,
si en el indio falta esta docilidad. En medio de
tan rudo trabajo satisface y consuela el pensar
que el éxito es tanto más cierto y feliz cuanto
mayores dificultades haya que vencer y más pa­
ciencia deba emplearse para llegar á él.

G r i ' a o i a s A ]M !a i* ia A . u x l U n < l o r a .

Ha poco enfermó de tal gravoilml mi potiueño
hijo Luís, quelleguóáoreer imposible, hmuiummente hablando, su salvación: le tuve por cu­
teramente perdido. Poro en tan crítico lance,
acudí AHalaría Auxiliadora, rogándolo que de­
volviese A mi lujo su salud, y esperó entonces
llena de confianza. Eusoguida el pequeño en­
fermo empezó A mejorar de una manera no­
table; y hoy gracias al Auxilio do María, mi
hijo 80 halla restablecido y gozando do salud
como nunca.
Agradecida, y cumpliendo iin voto lieclu) A
María Auxiliadora^ publico (^Mt■as líneas.
J osefa 1')si*inosa .

U u a g ^ ra e ia <lo M u r ía A.uxlUa<lt>ru.
Habiendo recibido mi hijo uu fuerte golpe
de uua cuida, se le presentó una fiebre altí­
sima con mareos Ala cabeza, y tomiomlo uiiu
congestión ó enfermedad grave lo oucomemlo
con fervor A María Auxiliadora, ofreciendo
una limosna, publicar la gracia en el Boletín
y hacer una novena. Ensognida empezó Aba­
jar la caleutiira, desapareció el mareo; el me­
dico le encontró muy mejorado, pudiendo ya
al día siguiente salir do casa completamente
restablecido.
Cumplo con gusto mi promesa daudo gracias
con todo mi corazón A María Auxiliadora.
Burgos 25 de Soptienilire de 1900.

F rancisca Montevehde
Vea . d e L. R ozas.
O r u o i a s ( i M a i ’i a A L itx Í lia < l o i* a

Una. jyraeiu m u y esp eciu l.

Hago saber á todos los Coiípevadorus ^alesianos que desde la edad de ocho años im*
resultó una fuerte enfermedad de mmn que
me veía ahogada, perdía el aj)etito y el sueno,
y mis pa<lres no dejaron médico que no me
viera; pero no hubo ninguna dase de medi­
camento, y nunca sentí uu alivio ni de un
año sequiera^ sólo era un puro martirio. Y al
oir los portentos publicados en el B olelín
S aeesiano de María Auxiliadora, clamé á
ella con fe y confianza para recuperar mi
salud. i>edí con todo mi corazón para alcanzar
esa maravillosa curación y hoy como devota
publico ese favor recibido para que tengamos
más fe en nuestra Madre que es la Reina po­
derosa. Contribuyo con esa limosna para los
hijos de D. Bosco.
Sea alabada, honrada y glorificada María
Auxiliadora.
(iRiiiada 15 de Agosto d e l 1900.

J o sefa D omínguez .

Eli el mes do Febrero fuó atacada mi hija
üarnieu de una terrible enfermedad de gar­
ganta, y hallAiidola sumaimmte grave acudí
A la Santísima Virgen invocAiidola con el
diücísimo nombro de Auxilio do los Cristisiuo.s, pidiéndole de limosna me le diera la
salud, ofreciéndole que haría publicar la gra­
cia en el Boletín S alesiano y lo nuiudsiría
decir uua Misa eu su cai)illa, y además le
ofrecí contribuir con lo que pudiera para su
fábrica y propagar su devoción y ayudar en
todo lo que mis facultades me permitan para
su obra. Había deJa<lo pasar bastante tiemis)
y no había cumplido con tan sagradlo <lel>er,
cuando me cae gravemente enferma la última
de mis hijas, y hallAudome tan aíribuhuLi
invoco con toda mi alma A hv Santísima Vir­
gen de Lourdes pidiéndole la salad de mi
b ijita: en el acto recuerdo la promesa qae
hice y que no había cumplido, y le ofrecí
inmediatamente cumplirla, y si me concedía
la gracia de dármele la salad, inmediatamente
hacer publicar ambos favores y hacerle decir
otra Misa. Llena de fe y agr^ecimieuto doy
gracias A tan soberana Médica y misericor­
diosa Madre, pues mi hijita estaba gravísima
y al invocarla con Ja afiicción que me caa-

— 71 —

«liba BU establo, calmó la Madre amorosa mi
«:ran afíiiccióii, y llenándome de consuelo
principió á darle unas cucliaraditas de agua
de Lourdes, fué notable como principió á. me­
jorar, y esa misma noche principio á ceder la
mifermedad. Hoy está enJe];cuarto día y ha ce­
dido tanto su mal que el médico y todos esíanios sorprendidos al ver tan prodigiosa mojoría, y (ioiiüada cu su gran misericordia es­
liere lo dará la completa salud y me librará
á to d i^ i familia de tan (U'uel enfermedad,
ileeoiiücida por tan gran favor doy gracias á
María Auxiliadora y lo hago público para su
jiiayor honra y gloria
A m e l ia L1. do G aucía
C aracas (Vimozuola).

llalla lia «Icvuelto l a waliid *1mi

Un día se presentó á raí una pobre mujer
con una niHita muy enferma en sus brazos,
la cual pa«locía horribles dolores en los oídos.
Los médicos opinaban que se trataba de
un tumor canceroso que muy en breve la
llevaría á la tumba. Dicha señora me x)idió
una medallii de Bfaría Auxiliadora para apli­
carla á los órganos enfermos de su niña pro­
metiendo oir la Santa Misa en la Capilla que
<i tan buena Madre está dedicada y además
obsequiarla con cera si obtenía la salud de
su niña, A los pocos días se x>reseutó á enm])lir su promesaá la vez que me decía: “i'adre,
Lila ha devuelto la salud á mi hija”.
Creo un deber el publicar esta gracia i)ara
gloria de María y consuelo do los añigidos.
Q uito 7 Febrero do 1900.

CÍEUAKDO DIAZ d o JU N G IN T U

G uido I íoca '
31ai*ia

caso perdido : momentos de.spués de tormimida
la confesión, so despide do los hijos, bermuuos
y del que esto escribe, manifestando, que á
la mañaua siguiente quedaría todo terminado
y disponiendo la manera de como había de
verificarse el entierro.
En vista de tales vaticinios, y encontrán­
dome solo en la habitación con la enferma,
me lijo en los cuadros que á la cabecera de
la cama se hallaban y como movido xmr uu
resorte me acuerdo de María Auxiliadora
cuya estampa conservo eu uno de los ciuulro.s
y en ella depo.sitó toda mi confianza, con pro­
mesa (le que daría una limo.sua, mandaría en­
cender dos velas delante de su imagen, una
por la madre y otra por la hija y du que
haría publicar en ol B oletín la concesión de
las gracias.
El resultado no se hizo esperar, puesto
que so inició una franca mejoría que termim')
por la vuelta á una salud completa en el
transcur.so de pocos días, tanto en la madre
como eu la hija.
La primera salida que hizo uii esposa fué
á la Iglesia, con oi>jeto do oir una misa([iio
había mandado celebrar en lionor de la \'irgen, y el Padre Espiritual, no creyendo (|iní
la enferma estuviere cu el teuipio, procuró
pasar junto á ella con objeto de couveiiccrs(5
y según manifestó después, ih'eía (pie le pa­
recía un sueno que lo realizado eu la enfer­
ma no era eosa do hombres, sino del Cielo.
Cumpliendo con mi promesa, hago x>úblico
eu el B oletín , ini amor y gratitud hacia la
Virgen Auxiliadora.
Mayagtiez (Puevío-liico) Septiem bre 0 tle 19ÍK).

la Siulucl <lo loí>< <iuc la

i u ^ ' o c a u <*ou 1<5 v i v í »


* <*x v oi’tlurtoi'o au xilio

lOíS <‘l*Í2StÍM110S.

L1 día ^•oiutieinoo de Julio del presente ano,
din en (pie Ntra. Sta. Igle.sia Cátolica celebra
la festividad do Santiago Apóstol, mi esposa
cayó gravemente enferma, i>resa de una de­
bilidad cerebral, hasta el extremo de llegar
¡I perder la razón, pues no decía mas que (lisparates: al siguiente día después do liaber
puesto en observación á la enferma, el facul­
tativo la recetó, pero negada en absoluto á
tomar alimentos y medicina, viendo que la
enfermedad iba á pasos agigantados hubo que
retirarle la crianza de una niña do ocho me­
ses, x>recisameuto en el momento mas crítico
pues so encontraba en ol i)eríodo do la den­
tición: esto fué causa de que la expresada
nifuL so enfermara también hasta el extremo
do perder las osimrauzas de que pudiera sal­
varse.
La madi'6 iba perdiendo terreno por mo­
mentos, y eu esa situación, tres días después
pide confesión ; acude uu Padre Espiritmxl, y
tanto éste como toda la demás familia oreen el

Sor Marta Seraais (H ija do M aría A uxiliadoraj d f
S.NiooMs (Buenos Airesi. Mi papá hacía 48 años ipn‘
no se ooiifcsaba, aiinqne ú sus hijos nos o b lig ab a ú
p ra c tic a r esto pivoepio. Toda m i fam ilia y los niños
Cüiilhulos á m i ouidado rogaban á María A uxiliailora
jiara que mi p.apíí recib iera los Sacram entos do CouIcsión y Coinuuión. Ya h ab ía hecho mui-Iuis novenas a
ta n piadosa M adre y ;í la vez le prom etí pub licar la
gracia eu el B o lk tís S alksiano . El prim er vicrin-'
del m es de Ju n io obtuvim os ta n señalado favor. Sieinpro espenS esta graci.a de M. A. y ab o ra le m ego la
p u bliquen p a ra su m ayor h o n ra y g lo ria. — A . Sol».
Encontriíinluino m uy afligida por ten e r u u liermami
gravem eute eufonuo y decir el confesor qno tpiizá no
podría re c ib ir el S anto V iático invoíiné á Xlaría A uxi­
liad o ra prom etiéndolo cinco m isas eu su honor y p u ­
b lic a r la gracia. .Mi herm ano recobró el sentido
y recib ió los S antos Suorainentos por lo c a a l doy
gracias á n u estra Madre: aq u el mismo d ía dejó de e s is tii
el enfrim o. — Una Cooperadora de S. José (N icaragoa).
E stando u n a jo v en grav em en te enferm a, u n a parieiit.i
do e sta im ploró el a u x ilio de la V irgen A u xiliadora
y eu brevísim os d ías se pnso eu teram en te buena, poi
lo cual te rendim os gracias ¡oh piad o sa M a d re ! —
Dolores Serrano de Riac, de EÍ Rosario (Id .). F u i a ta ­
cada de u u dolor que me cortaba casi la respiración.
M ientras m i m arido salió eu busca del médico aendí
Á M. A. p id ién d o le que con la m edicina q u e m e m an ­
d a b a el m édico se me calm ara ta n g ra n dolor, y en­
tonces empecé con g ra n trabiyo u n a n o v en a. Todo
ocurrió como deseaba por lo c u al doy m il gracias á la

Santíailua V irgen. — D. G. — T. C .— y otros varios
eii el departam ento de C hontales (N icaragua). U na
Señora de Santa In és tnvo cale n tu ra s invoco á M. A.
y sanó perfectam ente. P o r otros favores recibidos en
este departam ento dan gracias lí M. A .— Josfjina Alrarez, de Caracas (V enezueia). A m ediados de Marzo
del año pasado cayó enferm a tina tía m ía. Comencé
una n ovena & M. A. y le ofrecí p u b licar la g racia; puse
a l cuello de la enferm a u n a m ed alla bajo la mism a
advocación y poco á poco recobró la salud. ElGeueral
Roque J . Caballero, de Y aritag n a (V enezuela), da g ra­
cias & M. A. por haberle concedido el favor que le
p idió y agradecido m anda de lim osm a vein te pesetns
y suplica se pu b liq u e la g racia o b ten id a p ara m ayor
gloria de M. A .— La Sra. Cipriana Ramos de García,
de Id. da gracias lí M. A. por haberlo devuelto la
salud y agradecida cumplo su promesa do iuscribirse como Coojieradora y p u b lic a r la g racia — Una
Cooperadora d eC u atiro (V enezuela). Ofrecí A la Virgen
hacerlo u n a novena como la in d icab a D on Bosco y
20 bolívares de lim osna si me lib ra b a lí mí y lí mi
fam ilia de la horrible p este do la v iruela, y habiendo
conseguido esta gracia cum plo con lo que ofrecí. —
Af. F . de M . de Caracas (V enezuela). Eucontrííudom o
en la m ayor an g u stia por un grav e disgusto entre
m iem bros de m i fam ilia y cuyas cousecnencias serían
de tem er acudí á il. A. ofreciéndole p u b lic a r la gracia.
Se arregló el negocio del cual dependía e l desagrado,
or lo cu al <toy gracias á María. — Clementina Galindo
6 (Id .) A principios de este mes ofrecí una novena á
M. A. por la salud de m i herm ano, y an tes de te r­
m inarla estaba com pletam ente bueno. E stas líneas son
e l hom enaje de m i g ra titu d á M. A. p o r el grandísim o
favor qne N uestro Señor rae h a concedido por su in ­
tercesión- — Doña Araceli Bautista Rubio de M aría
(A lm ería), da gracias á M. A por u n favor alcanzado
y en acción de gracias ofrece pesetas 3,75 A las O bras
Salcsiaiias
Eugenio Jiléndez y Mendosa de Caracas
(Venezuela). H abiendo la m enor de mis n iñ ita s caído
ta n gravem ente enferm a que el médico la creía en pe­
lig ro do m uerte, h ice íí M. A. la prom esa do rezarle
la novena, en v iar u n a lim osna á la obra Salcsiaua y
liaeer celebrar u n a M isa en ac< ión de gracias, la cual
oiría confesado y com ulgado. L a S an tísim a V irgen
me obtuvo con su poderosa interce.sión la g racia pe*
<Uda, y después do naber cnm))lido lo qiio ofrecí pu­
blico ileiio do ngradeeimi<-nto el beneficio.— / . A.
y i í . li. de P. G uatire (V e n e z u e la ). Agobiados por
iiitensu dolor cu presencia de Ja gravcnla<l de una
h ija mie-stra, que ya parecían iiisnlieientcs los leciirsos
de la ciencia p ara salvarla , invocam os en ta n aüiclivos in stan tes la iiitercesién de M. S. A. , a]enfa<los
por la esperanza «lo su in term in ab le bonda«l. A las
pocas horas notam os cu el sem blante de un>-Btra a«1orad a h ija los prinn-ros síntom as de u n a m ejoría ra d i­
cal. Ya curada venim os á cum plir el ofrecim iento que
lo hicimos, coal füé e n v ia r cinco pesos p ara qne se
la d iga u n a mi^a y p u b lic a r e sta g racia. — l>oúa M ag­
dalena Cabo de Castañnla de S. Nicoliís de los Arroyos
(Venezuela) en agradecim iento por iina g racia verda­
deram ente especial que recibió de M. A. ofrece «loce
francos y un aro do oro, de.seamlo que se pnbliqni*
para m ayor g lo ria y hon o r de M. S. A. — FtUpe Ronco
ib« I«l. da g racias á M. A. por un favor recibido.
l'iia Gortufrariora de Cam piñas (B rasil) U na m adre de
(le fam ilia, viendo gravem ente enferm a n n a persona
«lo BU fam ilia, se encomendó íí M, A. prom etiéndole,
si d evolvía la salu d á la enferm a, p u b lic a r la g ra c ia
V m andar u n a limosna de 100.000 re is (500 pesetas) a l
Liceo Salcsiauo de C am piñas, p a ra los niños a llí reof»gidos en obsequio á tan b uena Madre. H abiendo ob­
tenido la gracia so licita d a cum ple lo p rom etido.

S

^

WARi,'

i m ^ U E ^ T R A

CORRESPONDENCIA

<3U1T0 (flotiiHlor).
R elación tleí R. P. Unido Roca Minioiici'o
Salc&iaiio en la República del Ecuadof.
Muy K evebendo Sr. D. M ig uel Kúa,

X oytos moinoiitüS en qiiotlisponj'o
de un poco do tiempo, me ocu­
paré, Revino. Padre, en darle tletalladas noticias do osla «-asa de
Quito y de loda.s las peripecias
qne acompañaron mi viajo y mi pcrinaneneia
liasta el presente .en e.st¡i Capital de la Re­
pública dcl Sdo. Corazón.
E.stoy scsíuro que süri'ín agradables á los
lectores del B oletín S alesiano , al mismo
tiempo que servirúii para que todos los que
las lean lieiidigaii una vez má.s la Divina
Providencia, quien dirijo siempre los aoonteeimieiitos á sus inescrutables fines.
lVoti<r¡iis <l<í lili i'Of^roNO íl Q u ito . —
w-VdioK
7l«» O h lle . — l-'-n
X«|ui<|it<‘. — líii.lo v o ii p a lm ito poi*
iK*<*<‘KÍ«la<l. —lOii Ar<‘<|iiii>a. —Oi*iífiiia l .^V(*a<{4'iiiia y S a iitu a iá o li
.NIai’ía A u x ilia ilo r a .
K1 día 4 de üetubre del i(ño p. p. despuc.s
de miK'has semanas de diid.is é íiicertídumbr<‘.-i. fnómo anunciado por mieslro »SnperÍor
y Vicario el llmo.y Riño. Sr. U. Santiago Costainagna, que por orden de V. R. debía regre.sar á Quilo y eneargarmo de la nueva
Casa que eu la Tola se estaba fabriiaimlo.
Kííla noticia, si bien no dcjcj de iiDi>re.'sioliarme \>or las graves diíicnltades qne se
preseiitaliflu, me llenó de (amiento, j>oi«jne.
de!>-puc.s de mi patria Italia, á ninguna otra
nación lie amado más que al ICcuador, poi’
ser eami>o inmenso de trabajo, y csis-cialmente
cou.sagrado al Divino Corazón d«í Jesú.s.
Se me designó como compañero de viaje al
hermano coadjutor .Juan Polo y salimos de
Santiago do Chile el 10 de Octubre.
Xada le diré de los preparativos del viaje
que consistían especialmente en procurar el
ajuar necesario para mi disfraz con qne debía
viajar, ni de la fiesteeita do des}>edida que
Sale.sianos, alumnos y Señores de la alta
sociedad santingüeña me dedicaron en la

— 76 —
víspera del viaje: solamente le he de decir
que antes de mi j)artida celebró la Misa de
Comnnidad para los niños del “Oolegio de
N. 8. del Carmen’'’ en nuestra Iglesia de
María Auxiliadora y después de haber escu­
chado los últimos consejos y las últimas
muestras de carino del limo, y Eevmo. Sr.
(’ostjunagmv, recibimos su bendición especial,
siendo ésta la mejor prenda que llevábamos
l)ura nuestro viaje y el buen éxito de la
ariesgada empresa.
Su lima, tuvo la bondad do acompañarnos
hasta el cocho que nos debía llevar al ferro­
carril y allí filé el último abrazo, el último
adiós, tanto más tierno cuanto más incierto
era el porvenir que la Providencia nos de­
paraba. Nos ora de mucho consuelo el pensar
que desde este momento nos acom])añaban
las oraciones de los Salesianos y alumnos do
todas las casas de Chile, á quienes encare­
cidamente nos tenía recomendados S. 8. lima,
hasta recibir noticias del arribo á nuestro
destino. En las 5 horas de ferrocarril de
Santiago á Valparaíso, mi mente se perdía
cutre los suaves recuerdos que dejaba en
Chile y los peligros que me esperaban. En
A’'alparjiíso fuimos recibidos muy cordialmeute
por aquellos Superiores y Hermanos, y muy
alegres fueron los dos días que pasamos en
su compañía, mientras se terminaban las últi­
mas diligiencias para el viaje.
May necesarias nos eran las oraciones do
los Hermanos y niños, pues nuestro viajo
y regreso al Ecuador ofrecía serias dificul­
tades, con motivo del estado político de aquel
país. Todavía dominaba en la República del
Sagrado Corazón de Jesús la persecución al
clero, ú la Religión, odio personificado en el
partido radical; todavía ocupaban las prime­
ras jMagistraturas los mismos que habían ex­
pulsado de Quito á los Hijos de Don Rosco,
decretando su viaje do destierro por las flo­
restas del Pailón; aun el nombre Salesiano
era oído cu aquella República con marcadas
Bcnales de odio; ú esto añádase la reciente
promulgación de la inicua ley del Patronato,
terrible ;iteatado contra la libertad de la
Iglesia, y fácil será imaginar cual fuese la
inospoctiva del éxito déla recomendada em­
presa. No estaban muy lejos de nosotros los
peligros de una nueva prisión, do un segundo
ílestierro; sin el amparo especial de la Divina
Providencia no nos hubieran faltado serias
ostilidades que podrían imposibilitarnos hasta
la entrada en el puerto de aquella República,
fracasando así nuestro intento de la nueva
apertum de aquel Colegio. Empero Dios ha­
bía hablado i>or medio de los Superiores, era
preciso obeiiecer; auu cuando ellos mismos
uo dqjabau de manifestar sus serios y fun­
dados temores.
Al principio había ideado hacer el viaje
directameuto de Valparaíso ú Guayaquil, más
lK)r prudencia y \>or conseio de ¡lersonas
sensatas me determiné hacerlo por partes,

deteniéndome en nuestras casas de Iqnique,
Arequipa y Lima.
Así filé; el 17 salimos de Valparaíso en el
vapor “Serena” y el 22 llegamos á la Casa
Salesiana de Iquique: nos recibieron muy
bien, y nos guardaron todo género de ateuciónes durante los tres días de permanencia
en espera del otro vapor.
El Colegio tiene allí una hermosa Iglesia,
que, debido al celo del Director, R. D. Luís
Valetto, no deja de producir copiosos frutos
mediante la devoción á María Auxiliadora,
muy honrada por los buenos moradores de
Iquique. Pude celebrar siempre el Santo Sa­
crificio déla Misa en el altar de Nuestra buena
Madre María, llenándome esto de consuelo,
pues bien conocía yo, cuan necesarios me eran
sus maternales favores.
El 25 de Octubre salimos de Iquique en el
vapor alemán “Serapis”. Pero aquí princi­
piaban las dificultades. Eii el Ecuador no era
posible introducirse con hábito talar, ora por
haber sido desterrado de aquel país en com­
pañía del malogrado P. Oalcagno, ora por las
circunstancias políticas de aquella República,
por lo que era preciso viajar de incógnito y
con traje de seglar. Esto no deja de ser uu
gran sacrificio, y én Iquique tuve que hacei'
este cambio ofreciéndolo al Señor; así quo
desde este punto ya me tiene V. R. trocado
en elegante joven de mundo, en un ingeniero
de cortos bigotes y barba, con bastón y ante­
ojos, muy lejos de sospechar que bajo este
traje se oculta el Sacerdote, se oculta el Re­
ligioso.
Así llegamos el 27 á Moliendo, donde uo.s
quedamos uu día en el Hotel esperando el
tren que nos debía conducir á Arequipa.
Debo aquí hacer mención do un incidoule
que una vez más prueba lo arriesgada y difí­
cil que era mi situación. Al llegar uu vapor
al puerto, este es iuvailido por una multitud
de sirvientes de diversos hoteles con el fin
de llevar á sus establecimieutos el mayor nú­
mero de viajeros. Así pasó cou nuestro barco
aloman “Serapis”. Yo por evitar dimes y di­
retes enti'egiió al primero que se presentó
mis valijas y con mi compañero me lüspuse
á seguirle. Mas jcnal no sería mi sorpresa,
cuando advertí que nos conducía al mismo
hotel en donde ocho meses antes me había
hospedado por dos veces al pasar por Are­
quipa eu mi viajo á Ciiilet Por una de aquellas
raras coincidencias que se dan en la vida
del hombre fuimos colocados en el mismo
cuarto que la vez anterior, pero lo más pe­
ligroso fué el encuentro cou el dueño del
hotel: es itoliano, y naturalmente me debi«’>
conocer en el acto. Digo esto, porque aun
cuando sólo se atrevió á manifestarme indi­
rectamente sus dudas al dirigirme preguntas
capciosas, á las cuales naturalmente contesté
con mucha franqueza y soltura, pero supe
después que claramente había dicho á otra
persona que yo debía ser sacerdote, pues me

— 77 —
Imbía visto otra vez en su hotel cou hábito
talar. Por este mismo motivo deseaba salir
cuanto antes, pero para mayor desdicha
no había tren para Areqtiipa, sino al día
siguiente.
Llegamos á esta ciudad situada á las faldas
del Misti el 28 por la tarde, sin ser esperados
por nuestros hermanos. Mi deseo fuó darles
una grata sorpresa y al mismo tiempo hacer
una especie de ensayo para ver si era conocido
con mi disfraz: grande fué la sorpresa del
óptimo Director y Hermanos, quienes no
tardaron en reconocerme, alegrándose por mi
llegada á su Casa en este nuevo viaje. Que­
damos con ellos tres días que se pasaron rá­
pidos como rápidas son siempre las horas de
placer.
Esta Casa se puede llamar con razón el
trasplante de la casa de Quito, pues Supel icres y Hermanos pertenecián todos á aquella
y á la de Sangolqui, por cuyo motivo éra­
mos nosotros el objeto de sus atenciones y
gratitud por haber sido destinados á volver
á su querida Patria. Antes, queriendo mani­
festar de algún modo su agradecimiento y
carino en la víspera de despedirnos, impro­
visaron una pequeña y tierna academia, en
la cual habló el corazón, y se evocaron todos
los recuerdos de nuestro Ecuador y de su
]>rimer Superior el E. P. Oalcagno.
Otra cosa también ocurrió que no debo
}>asar en silencio. Durante el destierro, el
Ji. P. Oalcagno en nombre de todos había
hecho voto de levantar im Santuario á IMaría
Auxiliadora si nos salvábamos de los peligros
y en particular del naufragio que teníamos
como seguro en las aguas de Esmeraldas.
Al encontrarme de paso en esta Casa de
Arequipa en unión de los demás Superiores,
todos desterrados, ratificamos la promesa, de­
clarando que el Santuario de María Auxilia­
dora que se levautsiba en Arequipa sería el
<-umplimiento de nuestro voto, en virtud de
lo cual en el ábside del altar mayor se colo­
caría una lápida con los nombres de los des­
terrados, mientras tjuito cada cual en parti­
cular estaba obligado á trabajar según sus
fuerzas y sus medios para la conclusión del
Santuario.
El día 31 tuvimos que abandonar aquella
casa para seguir tí viaje á Guayaquil. Nos
embarcamos en tí vapor “Aconcagua”, que­
dándonos día y medio en el Callao, en donde
pude visitar á aquellos Hermanos y cele­
brar la Santa Misa en la Capilla de las Hijas
de María Auxiliadora.
Al embarcarme con mi compañero en este
vapor, ocurrió otro incidente que no dejó de
desagradarme y tenerme algo preocupado.
Encontrábase en este vaimr el mismo que en
otra ocasión había servido en tí vafwr “Loa”,
en el cutí pocos meses hace, había viajado
desde Moliendo á Valparaíso i)or el espacio
de nueve días. Me conoció t í instante y tí
l>edirle un camarote más hacía el centro y

más cómodo con gran sorpresa oí eonti'Starme.
“Padre, no hay disponible otro mejor que
este”: t í oir tal palabra (pues me interesaba
mucho ser completivmente desconocido), me
di, como vulgarmente se dice, mucho tono,
cual podía hacerlo el mejor galante eduoiulo
en los clubs y eu los imsatiem)>os de París.
Croo que debido á esto logró (jue desapare­
ciera de aquel sirviente la idea de que yo
fuese un clérigo disfrazado, pues nada más
dijo á aquel próposito ni siquiera imiirectamento durante los nuevo ilías que lucimos
de viaje á bordo del “Aconcagua”. El 4 de
Noviembre seguimos el viaje y el 8 á la.s
nueve de la mañana nuestro vai>or fomloaba
en la ría dei Siiayes frente á la perla del
Pacífico.
(Se continiuirá.)

OALLAO (reró)
Señor Director del Boletín Salesiano .

Hace tiemx>o que deseaba hacerle «na relación
de varias fiestas celebradas en este lejano ])lant<d
y al fin lo bago en este bollo mes del rosario,
porque si las fiestas alegres son flores lozanas que
embellecen y hermosean el sendero escabroso d«*
nuestra pobre vida, no faltiin espinas como en la
contemplación del rosario de Nuestra Señora.
Mai'ía Santísima es la Soberana Madre de todo-*,
pero lo es de una manera especial de e s ta , la
más pobre de todas los casas-de Don Btwco, y
Ella es quien nos consuela y a liv ia , como lo ha
hecho últim am ente, enviándonos á nuestro buen
Angel tutelar, nuestro amado Vicario G eneral el
limo. Sr. D. Santiago Oostamagna.
lL.ástima que su visito haya sido ta n breve!
Fuó debido al segundo Congreso Salesiano (y pri­
mero do Amórica), que tendrá lugar á mediados
del próximo Noviembre en la Capital Argentina
tan digna émula de la noble y querida Turín, eu
re c ib ir, protejer y extender la Obra de iiuestio
inm ortal Fundador: j)or esto ha tenido que suspend<*r la visita y dejarnos como de improviso.
Que Dios lo de feliz viaje, le allane los sende­
ros y le proteja especialmente en el paso de la
Cordillera, para que como Angel de paz Heve
nuestros saludos á los hermanos y Cooperadores,
que quieren dar nuevo impulso y extensión á la
m ultiplicada obra salesiana.
Llegó Su lim a, entre nosotros á fines de Sep­
tiem bre p. p. y p u d o en el mismo día de su lle­
gada recibir los obsequios de las dos casas del
puerto y de la capital.
Debió cerciorarse una vez más de la gran mies
que aquí en el Callao nos h a deparado el Señor,
derram ando lágrimas al ver la escacez de obreros
y la indiferencia con que se m ira por mnchoe la
enseñanza católica.
Esto sin duda le movió á quedarse con noso­
tros para celebrar la fiesta del Santo Rosario ju n ­
tam ente con la del Santo P atriarca de Asís. P re­
dicó todas las noches del triduo, y despertó en
todos gran deseo de practicar el bien y de ser
cristianos prácticos. L a Comunión general de! día
de la solemnidad fué num erosísim a, asistiendo

— 78
timibién por la tard e al trisagio y bendición,
los trabajos, resultó que no teníamos una nueva
iluda con S. D. M. por nuestro Sr. Obispo: hubo casa, sino una ya usada. ¿A qué pues una fiesta
Jiiucua gente.
de estreno ? Por el contrario una parte de la casa
Los líevdos. Hijos del Pobrecillo de Asís, que­ antigua podíase llam ar n u e v a , al menos en su
daron muy contentos por sus trabajos y bendije­ forma y destino : esta era el teatro. El antiguo
ron á Dios con nosoti-os.
comedor, corregido y aumentado, se había conver­
Mas ¿que diré ahora? Veo que esta vez hago tido en teatro. Estas dos obras se inauguraron
lina mezcla do cosas j pero es necesario que no en. la fiestas de María Auxiliadora y de D. Bosco
doje pasar nada do lo referente al desarrollo de respectivam ente: faltaba aún exponer al público
cooperación de los buenos para con los pobres la tercera, y efectuóse el día 7 de los corrientes,
Salosiaiiüs on este puerto. Así que retrocediendo
para obsequiar á los Bienhechores residentes en
«los meses debo d e c irle , que con motivo de las la isla, tributándoles una pequeña demostración
licstas patrias, que aquí son los días 28, 29 y 80 de gratitud.
do J u lio , enviaron los Señores Cooperadores y
A eso, p u e s, de las 6 y i/g de dicho día, un r e ­
Cooperadoras varios objetos do fantasía á este gular y selecto público llenaba el nuevo teatro,
Colegio con fin de socorrerlo en sus más apre- y tras una alegre m archa de apertura fué deeainiantos nccesitadcs. Así que con aquellos orga­ iTolláudose el anunciado program a, cuyo punto
nizóse una rifa, que debía llevarse á cabo el día sobresaliente era la representación dol dram a L as
80. Mas el asesinato de Hum berto I, Roy de Ita ­ Pistrinas, magnífica producción del insigue escri­
lia, nos contrarió la íiesta y so dispuso hacer el to r Salesiano D. Lemoyne. Mas..... ( no es este
sorteo de dichos objetos, divididos en 150 lotes una locura? jN o será esto un poner en peligro
<‘I 80 do Agosto, fiesta de Santa Rosa de Lima,
la fama de tan bella obra? j No se inferirá un
Patrona de las Américas y rosa fi'agrantísim a y
ilicio á su ilustre a u to r? ..... ¿Cómo podrán
gloria do este pobre Perú.
Huerfanitos, pocos en número y que ignoran
Así so hizo. Después do haberla honrado por la
casi por completo, el hermoso idiom a español,
mañana con la Comunión general de los niños,
interpretar un dram a de esta índole?..... ¿Qué
tributando culto especial á las reliquias de la
com oiíodrán?..... Dispénsenos V. señor Tmparciat
Santa que aquí tenemos, y cantada la Misa so- y responda á esta pregunta. — « E l éxito ha sido
lenine, verilicóso por la tard e el sorteo de los sorprendente en la p arte dram ática, tomando en
objetos, que ayudaron con su producto á pagar consideración que representabau en un idioma
parte de las deudas del Colegio.
casi desconocido para los niños que tuvieron á su
Debemos pues d ar gracias á los buenos Coope­ cargo los diversos papeles. La música no h a de­
radores y especialmente á las Señoras y Señoritas jado nada que desear. » (El Imparcial, año XXVII,
que quisieron así m anifestar una vez más su buena núm. 2388). Y por si á alguien aun le quede alvoluntad de socorrer á los Salesianos.
ún residuo de duda, vaya estotro sueltecito de
Tenga á bien, Señor Director no deiar de en­
•a Omz, (año 1, núm. 24) : « El famoso dram a
comendar á Dios á todos los amigos de la Obra en cinco actos « Las Pistrinas, ó s e a , la últim a
do nuestro Padre Don Bosco á estos lejanos bien­ hora del Paganismo en Roma », fuó magnífica­
hechores, porque hacen verdaderos sacrificios para
m ente ejecutado por los Huérfanos, coadyuvados
socorrernos, siendo la pobreza en esto puerto muy
por sus maestros. En el quiuto acto, en particular,
sensible.
arrancaron los jóvenes actores calurosos aplausos,
Invocando la bendición de Dios sol)re ellos,
representando tan liúdam ente el triunfo de la ino­
se despide de Ud. este S. S. v hermano en
cencia sobre la vil traición. En los entreactos la
N. S. J . C.
nueva banda del Asilo tocó escogidas piezas me­
reciendo los elogios de las personas que concu­
Pbro. A. Sa m .
rrieron á esa v e la d a , por el rápido progreso al­
Callao (Peni), Octubre de 1900.
canzado en tan poco tiempo. » Un ¡ bravo ! pues
á los minúsculos cómicos, y vosotros, ó pequeños
m úsicos, recibid los merecidos elogios, ya que,
Imbióudous entregado el instrum ento en el p. p.
Agosto, os estreuáeteis ta n lucidamente. ¡ Es que
8ANTA ROSA (Ouraoao)
el amor, herm anado con la gratitud hace prodi­
gios I
Sr. D irector dol B o l e t ín S a l e s i a n o .
Fácil es im aginar lo contenta y satisfecha que
quedó la selecta concurrencia, y es de notar que
Muy Señor mío y de toda m i consideración: el Asilo va progresando, poco á poco si se quiere,
Kn m i xíltima, fecha 22 de Marzo, hablábale de
pero diaram ente y con constancia.
uu proyectado ensanche dol Asilo de Huéifanos
Lilstima que á ten laudable progreso se le
en Cura«.>ao j y ahora tengo el gust4í de partici­ vayan oponiendo obstáculos ! Me refiero al obstá­
parlo que hoy es ya una realidiul. El nuevo edi­ culo que quiere ponerle la deuda contraída para
ficio cob\ia bajo su beuética sombra á los pobres
llevar á cabo el nuevo edificio j deuda que con
Huerfauitos, Iw cuales hallau en él un poco más su negra y desagradable sombra espanta é impide
de holgimi y commlidad.
que otros pobres niños puedan disfrutar de la ben­
Por eso, ju sta y bien fundada ora la intención
d ita protección de la caridad.
del M. R. P . Savoia, de festejar con solemnidad
P o r esto, Sr. Director, en nombre de los Sale­
el estreno de dichos locales: empero al fin y al
sianos de la Ca.'^ do S. José le suplico se digne
cabo no pudo ten er lugar sem ejante tiesta por hacer un eficaz llamamiento al generoso corazón de
falta de..... motivo, pues ha de sitber, Sr. Direc­ las lectores del B o l e t í n S a l e s i a n o , invitándolos
tor, que no bien loa albañiles concluían una ha­ á acudir presurosos en auxilio de este tan nece­
bitación, cuando ya penetraban en ella los niños sitado Asilo.
con sus m uebles, estreuáudola y festejando el
Toda limosna, por pequeña que sea, será acep­
estreno con aquel alborozo y aquella alegría pro­ tad a con el más vivo agradecim iento y cada ofe­
pios de la niñez. De m anera q u e , a l concluirse rente pai'ticipará de las oraciones especiales que

C

f

los Hoerfanitos y sus Educadores ofrecerán á Dios
■por sus Bionbechores; figurando además el nom­
bre de las pei*Souas, que enviaran una cantitad
algo consitlei’able, en la « Sala de Bienhechores. »
Qué S. José, de quien es la casa y los corazo­
nes de sus habitantes m ueva el corazón de m u­
chos buenos y que los Salesianos puedan experi­
m entar cuan gríinde y generosa es la caridad de
los Cooperadores y Cooperadoras Salesianos.
¡ Cuánto bien harán entonces los Hijos del in­
m ortal D. Bosco, y que abundancia de celestiales
bendiciones, qué cúmulo de méritos alcauzarán

LA fA K (Boiivia).
Sr. D irector del

B oi .e t í n S a l k s i a n o .•

Voy á describirle, con la concisión posible, la
¿esta celebrada con motivo do la clavisura del
año escolar, efectuada el 21 del presente.
A pesar dol mal tiempo, que casi siempre es­
tuvo lloviendo , la función sin umbargo resultó
en todo ninv hermo.sa, habiendo acudido á ella

F iesta Salesiana en la Paz (Bolivia).
los misericordiosos que les prestaren auxilio!
U na V. Sr. D ire c to r, su autorizada palabra á
m i pobre voz y v erem os, m ediante la bendición
de la Virgen de Don Bosco, realizarse m uy pronto
un nuevo triunfo de la caridad.
Me repito de V. Sr. D irector, a. y s. s.
J acinto I. Macchi.
St... Eo m , A silo do S. José, 28 de Ociabro de 1900.

mochísima gente.
El salón de actos so preparó en el i*atio, cu­
bierto con un gran telón y engalanado con ban­
deras, colgaduras, cuadros y flores. A un lado y
debajo del pórtico del edificio se habían colocado
muy ordenadamente todos los trabajos de los
alumnos pertenecientes á los varios talleres. En
medio de la pequeña exposícióu descollaban los
bastos de nuestro amadísimo Padre Doii Bosco,
y del Exemo. Sr. Presidente de la Eepública, obras
del nuevo taller de Escultura de este Colegio.
Se dió principio á la función con la bendición
solemne de los dos nuevos talleres de Mecánica
y Escultura y Plástica. Fueron padnnos el Exce.
lentísimo Sr. Presidente, General José M. Pando
y la Señora Ju lia C. de Romero, esposa del Señor
D. Carlos V. Rom ero, Ministro de Gobierno, "ia

i



desde la u na próxim am ente gran m uchedum bre
de gente de toda edad y condición ocupaban el
amplio salón y galerías. Poco antes de las 2 lle­
gaba el Excmo. Sr. P re sid e n te , acompañado por
todos los Señores M ioistros de Estado y de v a ­
rios senadores y diputados y de muchas otras
personas im portantes de la ciudad. Casi en se­
guida llegaba tam bién S. E. el Delegado Apos­
tólico, Monseñor Pedro G a sp a rri, que, revestido
ul punto do los arnam entos sagrados, asistido por
dos sacerdotes y acompañado de los Señores P a ­
drinos , dió principio á la bendición del nuevo
taller de Escultura, pasando después al de Mecá­
nica. Term inada esta ceremonia causó gran estu­
por y admiración en los presentes el v er girar
ion regular velocidad y á un tiempo todas laB
m áquinas por medio de u n torno dado á mano.
E ra la prim era vez que se veía en Bolivia un taller
como este casi completo. A las 3, habiendo ce­
sado un poco la lluvia, se dió comienzo á la fun­
ción músico-dramática conforme al program a im­
preso y filó dedicada á S. E. el Sr. Presidente,
como tributo á los inucbos beneficios de él reci­
bidos en el corto tiempo que lleva de mando.
A la m itad de la función se distiábuyeron á
todos los concurrentes m edallas conmemorativas
de la inauguración de los nueves ta lle re s , maniladas fundir expresam ente por el Excmo. Señor
Presidente, como padrino de la fiesta.
Al fin de la función se repartieron tam bién á
todos los alumnos internos, estudiantes y artesa­
nos, varios juguetes, que el Excmo. Sr. Presidente
había tenido la bella idea de colocar en un
gran globo de s e d a , que colgaba en medio del
salón á la vista de todos los concurrentes. T er­
minado el acto, una banda del ejército, que tam ­
bién había asistido para solemnizar más la fiesta,
tocó algunas piezas do c o n cierto , m ientras los
Señores Padrinos, los Ministros, Senadores y Di­
putados en compañía de S. E. ol Delegado pasa­
ban al salón de visitas á reposar por algunos
momentos.
Por último, todos los Señores antedichos, des­
pués do haberse congratulado con los Salesianos
])or ol feliz éxito de la función, antes de despe­
dirse, quisieron v isitar la pequeña exposición
do los trabajos que arrancaron de los labios de
todos palabras de adm iración y encomio en favor
dol Colegio.
Aquí tieue, Sr. D irector, descrita la herm osa y
Roleroue fiesta do fin de año y aprovechándome
de la ocasión me repito
A /ino. y S. S.
J . K eyneki
I a Pai, SO dft Ootabre d« 1900.

80



0T ie i& i
P« í V a

r i e

1- ^
Da D

e s

I

IX^X.X-A.
F ie s t a d e l P a t r o n o d e l a P í a S o c ie »
d a d S a le s ia n a y d é e in io t e r e io a n iv e r ­
s a r i o d e su F u n d a d o r en la Ig -lesia d e
M a r í a A u x i l i a d o r a e n T u p ín . — ¡ Qué

co n traste!.......
Anteayer pendía só b rela puerta de entrada del
hermoso templo de María Auxiliadora una colga­
dura en carn ad a, destacándose en medio de ella
un cuadro de S. Francisco de Sales, el cual in­
dicaba la fiesta que se ib a á celeb rar; hoy pende
del mismo sitio una colgadura tam bién, pero n e ­
g ra, manifestando que se celebrará una lúgubre
función. Anteayer el sonido de las campanas^ p e­
netrando en el corazón, alegraba al más t r i s t e ;
hoy su tañido entristece al más alegre. A nteayer
engalanaban el interior del artístico templo de
nuestra bendita Madre, adornos que contribuían
á m ultiplicar el gozo, ó por lo menos á disponer
favorablem ente al ánimo para re c ib irlo } hoy los
adornos causan profundo dolor al creyente y ho­
rripilan al más estoico. A nteayer los acordes do
la orquesta y las sonoras voces de varios y n u ­
tridísimos coros de cantores hacían elevar los
corazones al trono del Altísimo al tocar y cantar
la bellísima misa Benedicamus del coloso P erosi ,
y allí, poniendo por intercesor al Santo P atrono
de uiia Sociedad se dem andaban auxilios y g ra­
cias al Señor de los señores: hoy la m isa lúgu­
bre dol sacerdote salesiano Sr. R ota transporta
al mismo sitio para pedir por el eterno descanso
del amado F undador de la misma Sociedad. A n­
teayer en todos los rostros se dibiyaha la alegría?
hoy surcan por las mejillas de la mayor parte de
los asistentes lágrim as que evidencian la tristeza
que reina en su interior. Anteayer S. E. I. Mon­
señor Jacinto A rcángeli, Obispo de A s ti, todos
los sacerdotes y clérigos asistentes y el numeroso
clero lucían vistosos y bordados ornamentos blan­
cos ; hoy todos ellos llevan vestiduras de luto y
de dolor. Anteayer el centro del crucero del tem ­
plo era ocupado por m ultitud de gente? hoy aquel
sitio es ocupado por lúgubre oat^alco. Anteayer,
en conclusión, todo era alborozo y regocijo ? hoy
todo dem uestra pena y dolor............................... *.
En el Oratorio de S. Francisco de Sales todas
las funciones religiosas participan de inconcebible
su b lim id ad , por lo cual la fiesta del P atrono de
la Congregación Salesiana, precedida de solemne
triduo en el que todos los días hubo Misa de
Comunión General, rezo del santo Rosario, Misa
solemne, plática y bendición con S. D. M. por la
m añana? cánticos, sermón y bendición por 1»
ta r d e , resultó hermosísima. L a Misa de Comu­
nión general del día 29 fue celebrada por S. E.
Rvma. Mona. Luís S pan d re, Obispo A uxiliar del
Emmo. Sr. Cardenal Arzobispo de T urín, y el pa-

creciente qne va tomando en el mundo outm'u la
insigne Congregación Salesiana. El grano do mos­
taza sembrado ayer por el huiuible sacerdote do
Valdocco hase convertido en frondoso árbol, cu­
yas ramas esparcen por do<iuior su bonéllca som­
bra. Conmovidos, pues, nuestros corazones á vista
del gran bien que tan caritativa Obra ha do re­
portar á la sociedad, fácil es imngiuar con tol
motivo la alegría de todos tos buenos cindadelanos al ver ya felizmente planteada en esta ciudad
tan benéfica Institución.
No hay día más hermoso en la vida del hombro
como aquel en que, llegando al suspirado fin do
sus más fervientes anhelos, satisfecho do sus ta ­
reas, vé, por fin, coronada su frente con los laure­
les de la victoria. Sin duda quo el corazón do nues­
tro amadísimo Prelado rebosa do la miU ¡mra
alegría ni ver los felices
resultados de los incesan­
tes desvelos y 8acriflcií)s por
él practicados, no tan sólo
pnra conseguir cu esta ciu­
dad la instalación de tan
santa Obra, si que también
para que so conserve y
prospero... Todavía, ¡lareco
resuouan en nuestros oídos,
las palabras quo pronunciara
OD su discurso el Dr. Custullote cuando, con motivo de
la venida de los Sule.^innus.
su celebró en el salón de
grados del Seminario aquel
certam en literario. Decía.
Su Exceleucia lim a ., « yo
auguro felices resultados á
esta santa empresa; porque
ningún sacrificio ha resul­
tado nunca infructuoso, y
ol sacrificio que va á prac­
ticar este sacerdote; (el
Bvdo. Sr. Pareja) de hacer
entrega, no tan sólo del
fruto do sus sudores si que
tam bién do su ¡Kírsona, cousngránd(da al servicio de esa
B olivianos: preparación de la comida.
Congregación, atraerá sin
duda las bendiciones del
C ielo!..... » Las palabras del atnadísiino Prelado
dable P ad re Don Boscu presidieron el duelo el
Brm o. Sr. D. Miguel Búa y todos los Bdos. Señores hanse convertido en una liennosa realidad.....
Los frutos de tan bello sacrificio, la cooperación
del Capítulo Superior.
Pidam os todos al Todopoderoso, pero pidá­ de todos los que han tenido la dicha de a.vndar
mosle de veras y con todo el ahinco posible que á la Obra Salesiana y los heróicos sacrificios de
nos conceda la gracia de v e r colocado pronto en
nuestro amado Pastor bao fructificailo y a.....
los altares á nuestro querido Padre, y no dude­ Los Salesiauos poseen un nuevo y hermoso edi­
mos que acelerará los días si esto lía de contri­ ficio que el 27 del actual tuvierou el consuelo
buir más y más á encender nuestros corazones en
de inaugurar. £1 entusiasmo que despertara en
los cooperadores, ha sobrepujado las esperanzas
el amor divino para que trabajem os con más efíOMÍa en la salvación de las almas.
de nnestros benémeritos religiosos y la activi­
d ad que desplegaron para que la indicada
inauguración resultara hermosa y brillante , ha
obtenido su apetecido resultado.
A parte del solemne Oficio de la mañana, que
In a n ^ iip a c ió n d e u n a n u e v a C a s a S a l e s i a u a — J£1 día 27 de Deciembre últim o veri­ consistió en misa de Comunión celebrada por el
M. I. Sr. Arcediano y solemne Misa en La qne fué
ficóse en Cindadela de Menorca la inauguración
de la Casa Salesiana de dicha Ciudad. He aqní celebrante el M. I. Sr. Penitenciario, y ocapó la
lo qne dice á este propósito el Vtffía Oatólico de sagrada cátedra el M. LSr. Maestrescnela, al ano­
checer verificóse la inauguración del nnevo edi­
aquella localidad.
ficio, según el orden del prognima anunciadlo.
¡¡HONOR A D. BOSCOÜ
Todos los alumnos del Oratorio qne tomaron
Altam ente consolador es p ara todo corazón
p arte activa en los indicados actos de la inangaamante del bien, al contem plar en los calamitosos ración llenaron, cojuo era de esperar, los deseos
tiempos qne atravesamos, el desarrollo siempre de los Profesores Salesianos, como asimismo de la

negírico de San F rancisco, pronunciado por el
Bvdo. Canónigo de la £ . Basílica de Superga,
Sr. B o nn et, á las tres de la tarde y después de
solemnes vísp eras, fue adm irable, demostrando
el orador sus vastísimos conocimientos y em>
pleando períodos llenos de belleza y elocuencia
al ensalzar las virtudes del Santo Obispo de Gi­
nebra. ¡ Qné solemnidad prestan á u na función
religiosa las ceremonias episcopales! Dios premie
centuplicadam ente el amor que estos Bvmos. Pre­
lados y otros muchos profesan á nuestra P ía So­
ciedad, demostrándolo bien claram ente al sufrir
con agrado los sacriñcios que siempre llevan con­
sigo las fiestas solemnes.
Nada añadiremos á lo dicho anteriorm ente sinó
queen ambos días la concurrencia fué numerosísima
y que el día d e los funerales de nuestro inolvi­

~ 83

fielecta concurrencia qne llenaba por completo el
espacioso saló n : ta n ta fué la so ltara j donaire con
que dusonipeñaron sn cometido qne arrancaron
repetidos aplausos del nnmeroso concurso. ¡Ah!
¿Y qué pensarían los padres y m adres que allí
asistieron al contem plar á sus queridos rapazuelos
declamar con tan ta gracia aquellas bonitas composicionesf.., Sin duda qne desde lo intim o de
sus corazones agradecerían de veras los sacriticios
que en pro del bien moral é intellectual de sus
hijos vienen practicando tan benem éritos R eli­
giosos. [Cuán bella es la misión de cultivar el
espíritu y formar el corazón de los niños según
las enseñanzas do la Iglesia!...
E l dram a que se representó y en el que actu a­
ron, D. Luís Vicent, D. Miguel Boi, D. José Tudurí, y D. Andrés B enejaiu; y los alumnos del
Oratorio J . Soliveras, Payas y R eselló, { quienes
desempeñaron con brillantez sus respectivos pa­
peles) tan honda impresión causó á los concu­
rrentes que arrancó lágrim as á muchos de ellos.
ICs una escena patética en la qne se representan
al vivo los males que acarrea á la sociedad el
socialismo y la profanación del día festivo. Es de­
bido á la plum a del Presbítero Salesiano, Dr.
1>. Francisco Fenoglio.
« Los lamentos de un arrependido » poema en
<liAlogo escrito por el Dr. D. Sebastián J . Sampol
de Palós, según el sentir de personas peritas en
esto, ciase de literatura, es de un m érito indiscu­
tible. Actuaron en el indicado poema, los Sres.
Vicent y Boy los jovencitos , T udurí y Capella.
E l discurso inaugural que el Rdo. P . Director
de nuestra Casa Salesiana se dignó confiar á nues­
tro buen amigo y paisano el Notario de esta ciu­
dad, Dr. Anglada fué un notabilísimo trabajo, en
el que demostró : « Que los males que tanto en las
ideas como en las costumbres está deplorando la
sociedad, son efecto de las perversas doctrinas
que se le han enseñado, y que los pueblos igno­
rantes suelen ser inconscientemente, reflejo fiel de
las tendencias de sus gobernantes. * Como uno
de los remedios más apropósito, para curar dichos
males, indicó el Dr. Anglada, la Institución Salosiaua. ¿Qué sentiría el corazón do nuestro amigo
al recordar (casi al fin do su discurso) la fecha
en que tuvo la dicha de conocer al venerando
Funuador de la Congregación Salesiana y cambiar
algunas palabras con ó ll..... Sin duda, que senti­
ría verdadera fruición, al considerar convertidos
«u una hermosa realidad los deseob que desde
aquel entonces le anim aran, de ver establecida
en su ciudad natal tívn benéfica Obra.
Luego quo el M. 1. Sr. Penitenciario hubo leído
una memoria, en la que dió minuciosa y detallada
m e n ta de todos los gastos verificados en la cons­
trucción del nuevo odifioio, el Exemo. ó limo. Sr.
Obispo dirigió dos palabras de conclusión á la
eoncurroucia, encomiando la benéfica obra de
1). Rosco ; con sentidas frases indicó el gran bien
4]ue ha de reportar á esta ciudad la instalación
de los Salesiauos: favor que no h an conseguido
otras de mucha más im portancia. ( De todos es
sabido las dificultades qne nuestro amadísimo
Prelado tuvo que superar para conseguir sn im ­
plantación). Luego que hubo recomendado la Obra
Salesiana á la caridad de los cooperailores, fina­
lizó con un voto de gracias para todos los qne
basta el presente han tenido la dicha de contri­
b u ir á ella.
Antes, pues, de term inar esta ligera narración
interpretando los sentim ientos de todos nuestros
(sMbpatricios, no podemos menos de d irig ir votos

al Cielo para que bendiga al amadísimo Pastor,
ya qne tantos sacrificios tiene ya realizados desde
su permanencia en esta Diócesis en pro de bi juven­
tud. Bendiga asimismo al D irector de esta Casa ya
qne tanto celoha demostrado, en lo qne de él de­
pende para colocarla á sn mayor altura. Y ... qne
Jesu-cristo Redentor nuestro (áquien se ha dedicado
el nuevo edificio) m ueva los corazones de aquellos
qne, pndiendo contribuir m aterialm ente al iesarro- •
lio de tan santa institución, lo bagan y el amado
Jesús, que no deja nada sin recompensa, grabará
sus nombres en su divino Corazón, como asimismo
en los anales de tan simpática como regeneradora
Congregación.
A n a -E ^ T iis rA .
D e s p e d i d a y r e c e p c i ó n . — L a preci­
pitación al preparar el m aterial por el núm ero de
nuestro B o l e t í n del pasado Febrero fué la causa
de que no diéramos cuenta á nuestros lectores
de la despedida de que fué objeto en la P lata y
de la recepción en Buenos Aires el Exemo. é limo.
Sr. Arzobispo Dr. D. Mariano A. E spinosa, tan
decidido protector de la' Congregación Salesiana.
He aquí algunos párrafos de un diario de aquella
Capital.
“ Gran día fué el de ayer para el elemento ca­
tólico de L a P la ta y Buenos Aires j día de emo­
ciones gratas y contornos salien tes, cuyas pro­
yecciones se habrán de sentir muy pronto en favor
de la Iglesia, pues se puso de relieve la gran es­
peranza que el nombramiento de Monseñor Mariano
A. Espinosa para el Arzobispado argentino, ba
hecho nacer en todos los fieles.
En L a P lata las manifestaciones de despedida
fuefon ruidosas á la vez que patéticas, pues hubo
lágrim as en muchos ojos y pena en muchos co­
razones, que no se despide sin dolor á los seres
queridos.
A la una y m edia salió su Ilnstrísim a del pa­
lacio episcopal para dirigirse á la catedral pro­
visoria, San Ponciano, acompañado del g o b ern a­
dor Dr. Irigoyen, los ministros doctores Baldías
y Carranza, la banda de m úsica del colegio de
Artes y Oficios y una m ultitud inmensa de es­
pectadores.
En San Ponciano nn coro de señoritas cantó
una Salve m ieutras el virtuoso Prelado, con su
ilustre comitiva, hizo su entrada en el templo.
Subió luego al púlpito el lim o, señor Obispo T i­
tular de Siunia y Vicario Pro-Capitular de la
diócesis de L a P lata , monseñor Francisco Alberti para despedir en nombre de la diócesis á
S. S. I. Pronunció un discurso breve pero elo­
cuente y conmovedor.
No menos tierna fué la oontostación de parte
del limo. Sr. Espinosa, term inando con la bendi­
ción postrera á la inmensa concurrencia.
E n el andén de la estación de Buenos Aires
esperaba el batallón de la Correccional de Me­
nores, con bandera y música, delegaciones muy
nutridas de los Círculos de Obreros, otra del Club
Católico y muchos sacerdotes y caballeros p a rti­
culares, qne iban á dar la bienvenida á Sn Hustrísim a. En la plaza Constitución esperaban los
Círculos de Obreros de Santa Lucía, del Sur, de
la Concepción, de Barracas, de N ueva Pompeya
y de San Cristóbal. En la calle Buen Orden, desde
Alsina hacia el sur, los círculos Central, Balvanera, Palerm o, San Carlos, y Flores, qne se in­
corporaron á la colnmna en la plaza M o n serrat:

— 83 —
desde Victoi-ia á Alsiaa, había varias sociedades
de hombres, j los colegios que tom aron sitio á
medida que fueron llegando, y en la A venida de
Mayo, se reunió la comisión y el Seminario Conci­
liar, y en la plaza Victoria esperaba formado en
cídumna de honor, el batallón del asilo de H uér­
fanos , con bandera y música, y varios colegios
de niños y niñas, asilos, etc.
A las 4 llegó el tren, siendo saludado el ilustre
viajero con aplausos, vivas atronadores y las dia­
nas de las diferentes bandas de imísica. Kl Vi­
cario C apitular dió la bienvenida rt su llustrísim a
lo mismo que á las comisiones y distinguidos ca­
balleros y sacerdotes que estaban en el andén.
D. Alejandro Calvo, comisario general, orga­
nizó la columna, y una vez q ue tom aron'asiento
en dos carruajes de gala, facilitados ]ior la casa
Mirás, monseñor Espinosa, doctor B ernardo Irigoyen y el Vicario C apitular don Luis D uprat
en el uno, y monseñor A lberti, Sres. Saldías y
Carranza en oti’o, la comitiva se puso en marcha.
Seguían á pié á los carruajes el edecán del señor
gobernador, los Círculos de Obreros ante', m en­
cionados todos con sus respectivos estandartes,
banderas y bandas de música, el Colegio del Niño
Obrero, Congregación de niños de San Luís Gonzaga, e tc ., etc.
A ambos lados del trayecto se habían instalado
varios colegios , asilos e tc ., de niños y niñas y
una concurrencia enorme llenaba las aceras y se
asomaba d los balcones saludando complacida á
monseñor Espinosa.
Al llegar á la plaza V ictoria donde y a espera­
ban el batallón del Asilo de Huérfanos, muchos
<’olegio8 y m illares de personas, Su Ilustrísim a
se separó de la columna x>ara dirigirse al palacio
arzobispal, donde le esperaban Monseñor Sabatucci, los Obispos Terrero, Benavente, Cagliero,
vicario castrense Echagüe, prelado doméstico de
S. S. Villaiiova Sanz, protoiiotario apostólico Lugones, senador Anadón, diputado Santam arina y
muchos otros distinguidos personajes cuyos nom­
bres nos es imposible rexmrdar, pues los salones
del palacio se llenaron de caballeros y sacerdotes,
al punto de ser imposible d a r un paso y poderlos
ver á todos.
La columna dió vuelta á la plaza, y una vez
que hnbo salido al balcón monseñor Espinosa á
recibir el homenaje de cariño de los m anifestan­
tes, el doctor 0 ‘F arell leyó con voz clara y vi­
brante un hermoso discurso.
Monseñor Espinosa dirigiéndose a! pneblo dijo
que agradecía en el alm a las m anifestaciones de
cariño que se le hacían. Hoce pocos momentos,
coutinnó, he dejado n na población qne me es muy
uerida, y en la cual he recibido tantas muestras
e aprecio y consideración que hasta he sorpren­
dido lágrim as en los ojos do muchos.
Tales triunfos no los atribuyo á mis pocos mé­
ritos y servicios, sino á los de la Iglesia Católica
Apostólica Romana.
Dió las gracias á los Gírenlos Católicos y dijo
qne ellos serán el mejor baluarte de la religión y
de la hum an id ad , recordándoles qne tienen la
bendición papal.
Encomendó á los obreros qne no se aparten de
la senda piadosa trazada por la Iglesia y conclnyó
dando su bendición á la apiñada machednmbre
qne le escuchaba entusiasm ada, aplaudiendo al
final de cada párrafo del discurso.
Después las bandas de m úsica tocaron varias
dianas y los círculos y colegios desfilaron por de­

a

bajo del balcón, retirándose á sus tespootivos lo­
cales.
L a manifestación term inó á las sois do la tarde».
De todas veras so oongrutula ol B oi. k t ín S a i . k SiANo de tan espontáneas y cordiales despedida
y recepción, y eleva preces al Altísimo para que
derram e sobre tan digno pastor gracias ©specialísimas para el buen desempeño do tan arduo
pero iuteresitnte y santo ministerio.

C Ü IL E
Fio.staM p a t r ia s

rn

rl

b a rrio

Don

,, — He aquí lo que dice el País do Con­
cepción (Chile). So efectuaron con gran solemni­
dad las fí(^8tas patrias eii ol barrio Don Bosoo,
obra m eritoria del Reverendo Padre Salesiano,
Don Héctor Sallaberry.
La callo del Comercio, frente al Colegio Salesíano presentaba un golpe de vista espléndido con
varios arcos triunfales adornados con banderas,
gallardetes é inscripciones entro las cuales recor­
damos las siguieutes : « 18 de Septiembre de 1810»
«Viva la Independencia del Chile » : « 18 de Sep­
tiem bre de 3900», «Dios y patria i.

Casa Salesiana de Concepción.
£1 arco principal adornado con exquisito gusto
estaba colocado fronte á la plaza « Don Bosco >.
Lo formaban dos columnas de odio metros de al­
ta ra sosteniendo la coronación, en «^iie se leía con
grandes caracteres, la ínscrí{>dón signiente : «Los
Hijos de Don Bosco y sus alumnos saludan con
entnsiasmo el XC° aniversario de la Independen­
cia de Chile.» De cada una de las columnas pen­
dían dos grandes medallones con los trofeos de
las ciencias, las artes y la industria, representindo
las secciones de Estudiantes y Artesanos qne com­
ponen el Colegio Salcsianos de Concepción.
La parte superior del arco estaba adornada con
el escodo de la Congregación Salesiana en el qne
se destacaba la siguiente inscrípedón : « Da mihi
animas, costera tolle» y esta otra : Fia Salesianorum
Soeietas a Joanne Bosco fúndala. »
L a plaza « Don Bosco» adornada con proñisíón
de b an d eras, escudos, etc. reanim aba el entu­
siasmo del público. El monumento en qne deacansa el busto de D. Bosco se veía rodeado de
niños qne entonaban alegres cantos é bíronos mar­
ciales. L a Banda de músicos del establecimiento
ha desempeñado un papel importantísimo en las

— S4 —
fiestas patrias siendo entuaiasm adam ente acla­
mada por el pueblo.
£1 edificio del Colegio Salesiano hallábase ador­
nado con guirnaldas, gallardetes y escudos. En
•1 centro del edificio y á la altu ra del segundo
iso se yeía una hermosa statu a de la Virgen del
arm en, con bancleras y trofeos. A los pies de
la estatua se leía en un fondo tricolor lo siguiente :
« Gloria á la Virgen del Carmen P atrona Ju rad a
del ejército chileno. »
£n la portería del C o le ro se veía pintado un
condor chileno de grandes dimensiones sosteniendo
el escudo y bandera nacional coronados de lau­
reles.
El interior del Colegio y sobre todo el vastísimo
ártico que mide un<is 7 metros de ancho por más
e 100 de largo llamaba la atención por su belleza
y ornato. En un extremo se levauUiba el albir de
la « Religión y de la P atria» con un gran Crncifijo de tamaño natural con trofeos formados de
banderas, nacionales, arm as y escudos.
Los })atio8 dul Colegio se hallaban tam bién en­
galanados con verdes guirnaldas y banderas trico­
lores. La oruanientación no dejaba nada que de­
sear, revelando clannm m te el entusiasmo y anhelo
de loa dignos dii’ectores y alumnos del Colegio
Salesiatio.
El variado program a de fiestas patrias que pu­
blicó la sección tipogi-áfica del establecim iento
Salesiano, fué rigurosam ente ejecutado
E ra digno de verse el espectáculo que presen­
taban los Salesiaiios ocupados cada uno de un
juego ó diversión para los niños. Aquí uno con la
olla de la cucaña, allá otro organizando las car­
reras de ensacados, mas allá un tercero encargado
de los ejercicios de gim nasia, la elevación de
globos, el divertidísim o juego del arroz con leche,
el rompe-cabeza, la barra fija, etc. Cada Salesiano
ocupaba su puesto como soldados en un campo do
batalla, así estos abnegados guerreros del bien se
esforzaban en sostener la batalla contra el ocio y
sus tristes consecuencias duraute estos días de disipasión.
El pueblo recordará con g ratitu d los deliciosos
ratos pasados en la plaza « Dou Bosco » los alegres
festivales y las inolvidables retretas de estos días.
Segóu lo anunciaba el programa tuvieron lugar
también los fm-gos artificiales que entretuvieron
agradabloniento al put'blo y que teuíau el m érito
de sor hechos en su m ayor parte en el Colegio
Salesiano por uno de loa sacerdotes y algunos
alumnos atieionad«>8. Contribuyó mucho á d ar auimaeión á las tiestas la elevación de globos y la
linterna mágica que duraute las tres noches ha
entretenido moceutemoute á ceuteuaros do per­
sonas.

S

S

Misa campal
Ya el público coiunm la pintoresca posición dol
Colegio Salesiano sobre todo en el interior de los
patios, sitiiatlos al pié de los cerros.
En el patio principal se verificó en la m añana
del 18 este hermosísimo acto. Asistieron á él dis­
tinguidos representantes de nuestro ejército. La
banda del Regimiento € Chacabiico», distinguidas
damas y caballeros y no monos de cuatro mil per­
sonas ; los |>atio8 los corredores, todo estaba in­
vadido de gente.
Celebró la misa campal el Director del Colegio
Salesiano Pbro. D. Luís Héctor Sallaberry, asis­
tido por los señores Negropimte y B ergia' sacer­
dotes do la misma Congrogacióu.
misa fué
cantada por los alumnos del Colegio Salesiano

con acompañamiento de orquesta. En el momento,
lie la consagración m ientras reinaba el más reli­
gioso silencio, al alzar el sacerdote la Hostia Santa,
rompió la Banda del Chacabuco con los acordes de
la Canción Nacional.
Imposible nos sería describir las emociones de
aquel momento. Vimos muchas lágrim as... aquello
habría llegado á las fibras más delicadas del co­
razón... Laconmoción em bargaba todos los ánimos
sobre todo los de nuestros queridos veteranos que
se hallaban arrodillados y profundamente commovidoa... quizás aquellos acordes en momento
tau solemnes les recordaba las rudas campañas
sostenidas por la Patria...
Concluida la misa, el Director del Colegio Pbro.
D. Luis Héctor Sallaberry pronunció uua b rilla n ­
tísim a alocución ^ tríó tic a .
Después tuvo lugar el Te Deum que toda la
concurrencia oyó de pió. Resultó solemne j fué
cantado alternativam ente por los sacerdotes y el
coro de cantores del Colegio.
L a Banda del Chacabuco tocó el Himno de
Yungay m ientras se retiraba la numerosísima
concurrencia. La Banda de música del Colegio
Salesiano ocupó el entabladillo en la Plaza «Don
Bosco » tocando himnos m arciales hasta las 12
hora en que se retiró gran parte del pueblo.
El acto de la misa campal del -18 h a sido un
triunfo para la Religión y para la P atria.
Acto Literario.
En la tard e, según estaba anunciado, se veri­
ficó á las tres el solemne acto literario musical
que resultó soberbio, hermoso y sublime.
Presidió el acto el lim o. Sr. Obispo Don Plácido
Labarca.
Varios números del program a fueron repetidos
á peticiones reiteradas del público. Term inado se
procedió á la bendición de la piedra fundam ental
del monumento que se erigirá á María Auxilia­
dora, en el patio principal del colegio, en con­
memoración del XXV.® aniversario de las funda­
ciones s.'ilesiauas en América. El acto fué solemne.
Han sido descritas á grandes pinceladas las fiestas
patrias celebradas en el < Barrio Don Bosco » No.s
es grato consignar que en estos tres días á pesaide haber intervenido en estas fiestas varios miles
de personas, no so ba notado el menor desorden.
Todos estaban animados de sentimientos de grati­
tud á los Hijos de Don Bosco.
Sólo nos resta agradecer en nombre de nuestro
patriotismo los sacrificios, desvelos y entusiasmo
de la Cougregacióu Salesiaua, dignam ente d iri­
gida por el R. P. Luís Héctor Sallaberry á quien
nuestra sociedad, con justicia, estim a y venera.
Loa P P . Salesianos se han hecho dignos de
teda la gratitud y de las consideraciones de la
Perla del Bío-Bío.
Ellos han venido á probar nna vez más el ca­
riño que profesan á esta faja de tierra, á la coal
nosotros los chilenos no sabemos amar.
C o lo c a c ió n d e la p r im e r a p ie d r a d e )
m on u m en to á M a r í a A u x ilia d o r a . —

Esta ceremonia se verificó en el Colegio Salesiano
el 18 del corriente.
Terminado el acto literario que resultó esplén­
dido, se procedió á la bendición de la piedra fon*
dam eutal del monamente que se erigirá en breve
á la Virgen de Dou Bosco. D istiuguidas dam asy
caballeros de nuestra sociedad fueron padrinos en
este solemne acto. El presb. Don Luis H éctor Salla­
berry, director del Colegio, procedió á la bendi-

— 85 —
<úón de la prim era piedra, dirigiendo antes la
palabra á la nnm erosa concurrencia.
L a Congregación Soleeiana, dijo, celebra en este
año el XXV* aniversario de las fnndaciones Sa*
lesíanas en América. Es grato señores, ver el pro­
greso de la Obra de Don Bosco en este continente
qne cnenta hoy ciento cuatro establecimientos de
educación dirigidos por Salesianos. Con razón este
año es de regocijo para los Hijos de Don Bosco
al ver bendecida por el Cielo su Obra en favor
de la juventud. De aquí el entusiasmo con que
todas las fnndaciones de América celebran este
fausto acontecímieuto. Los Salesianos de Concep­
ción, señorea, qne tal vez han sido los qne más
han podido experim entar la protección visible del
Cielo, no podían perm anecer insensibles debiendo
Ser por el contrario doblem ente agradecidos al
Señor.

cuales son internos y ciento veinte externos. Esta
obra h a sido, señores, un triunfo del poder ^ de
la misericordia de Moría. A Ella honor y gratitud
eterna. Gracias también á vosotros admiradores
de Don Bosco qne me habéis ayudado con vuestra
cooperación y vuestro aliento, Vosotros liahéit
sido testigos de nuestras nenas y de luuwtras
aleg rías; al servir hoy do pnuriuos en la colocación
de la piedra fundam ental de este muumneuto, lo
seréis tam bién de nuestra gnititud a María.
Quiero que aquí quedeu vuestros nombres que
confiaremos al mármol á los pies de María para
que este mouuinento sea á un mismo tiom|>o el
testimonio de mi gratitud hacia la Virgen Auxi­
liadora y hacia vosotros, mis amigos, adm iradores
de Don Bosco y cooperadores de sus obras. Bien
sabéis que el Salesiano es el soldado de Cristo y
que los que hoy estamos en vuestra querida P atria'

Nuevo puente de hierro sobre el Malleco en Chile,
Deseando pnes conmemorar del mejor modo po­
sible el XXV* aniversario de las fundaciones Salosianas en América, ha creído qne de ningún
modo podíamos hacerlo meior que erigiendo un
monumento á María Auxiliadora que inspiróy pro­
tege tan to la Obra de Don Bosco. Quiero colocar
á los pies de María los trofeos de mil triunfos
alcanzados por los Salesianos en el campo de las
cieucias, las artes y las iudnstrias en estos cinco
lustros de existencia en las playas de América.
María ha inspirado nuestra Obra, sí. Ella visible­
m ente la ha protegido; bendigamos sn dulce nom­
bre y coloquemos los laureles á sus pies. E st^
monumento ba de ser tam bién testim onio de mi
g ratitu d á la qne es Madre y Auxilio de loe crístianos. E llabasido la que me ha ay u d ad o en la dificil
obra de la nueva apertu ra de esta Casa y yo ex­
perim ento hoy satisfacción gratísim a al poder darle
público testimonio de mi am or y gratitud. Bien
recordáis, señores, la d ura prueba que el Señor
se dignó m andar á la Obra Saleeiaoa establecida
en Concepción, debiendo cerrar sus anlas y ta ­
lleres. Hoy, señores, gracias á la protección de
María la obra de Don B<mco se halla o tra vez
floreciente, educando el Colegio Salesiauo de Con­
cepción á más de doscientos alumnos, cíen de los

nos hallaremos tal vez mañana bnjo otro ciclo y en
otros climas sirviendo á la Redigión y á la sttciedad en el puesto asignado por la obediencia. Si
mañana ella me alejara de vosotros sabed, señores,
que llevaré doquiera en mi i'onizóii, vuestro re­
cuerdo y la gratitud que os del>o. Eutre tauto de­
mos gracias á María Auxilisilora i>ur los beneficios
concedidos á los humildes Hijos de Dou Bosco en
Concepción. Vamos á bendecir la primera piedra
de sn monomento y á im plorar jnntos sos bendi*
cioues.
Deseaba que nuestro amadísimo Prelado hubiese
bendecido la priiners piedra de este moouineoto:
no ha sido posible y de veras lo lamento. Quiera
el Cielo confirmar la bendición que daremos á esta
piedra y afirmar cada día más los ciiiiieutos de la
Obra Salesiana en Concepción para gloría de Dios,
honor de vuestra querida patria y bieo de la ja ventad.»
En seguida el señor Sallaberry bendijo la pri­
m era piedra en la que se colocó el acta que fué
autorizada por ios señores Notarios Públicos don
José de los Dolores García y don Edmundo Larenas, y además firmada.

— 8G
L a p atriótica actitnd d e lo s b ijo s de

I> . B ohco . — Latentes están aún en nuestro co
razón los generosos y entusiastas ecos de las fies,
tas <juo, para solemnizar dignam ente el aniversario
de nuestra gloriosa Independencia Nacional, liabían preparado loa abnegados hijos de D. Bosco
Los Prenhíteros salesianos, gracias á la patrió­
tica iniciativa del Director de dicho establecim iento
señor don Luís Héctor Sallaberry, confeccionaron
un program a do festejos populares en Inmor del
XC“ aniversario de la In d ep en d a de C hile; pro­
gram a que, dado su carácter entera y exclusiva­
mente particular, podemos calificarlo de espíen'
dido.
Fueron aipiellos festejos entusiastas, — como
tuvo ocasión de presenciarlo la sociedad de Con­
cepción, — oco espontáneo de corazones nobles
y patriotas, iefl«‘j n fiel de alm as sublim es y gene­
rosas virtudes particularm ente personificadas en
los abnegados sacerdotes salesianos, cuyos des
velos y saci'ilicios propenden á un hermoso fin ’•
la gloria de la Iglesia y de la P a tria forman la
nieta de sus santas aspiraciones.
• T o r lo cual estos entusiastas religiosos, prepa­
raron, m ediante la asiduidad y constancia del se~
ñor Sallaberry, las homiosns fiestas que con gozo
ha presenciado el pueblo de Concepción.
L a labor patriótica x*ealiza«la con tan felices re ­
sultados por los hijos de Don Bosco es tanto más
m eritoria para éstos sí consideramos que la nacioualidad del señor Sallaberry, feliz organizador
de los festejos, no es chilena : sólo el am or in ­
menso que profesa á nuestra P atria, pudo inspi­
rarlo tan feliz id e a ; am urcón fidelidad retratado
en BU sem blante dulce y apacible, y expresado
con arrebatadora elocuencia en mil ocasiones. Estas
fiestas han venido a dem ostrar nua vez más, con
la elocuencia de la realidad, que la Institución
Salesiaua es digna del aprecio de la sociedad en
general, y acreedora á la protección de los cora­
zones de nobles sentim ientos. Al p ar que propor­
cionan con tesón y entusiasm o la instrucción á
los niños, tratan de iuiprim ir en éstos, hábitos
morales qua morigeren sus pasiones. En una p a ­
labra, según más arrib a hemos expresado, en es­
tas dos palabras so encuentra sintetizada su m i­
sión : Iglesia y P atria.
A la aureola de veneración y prestigio de que
están adorimdus los beneméritos adalides do
Don Bosco, lian agregado con sus hermosas fiestas
una nueva gloria que el transcorso de los años
no hará olvidar. El señor Sallaberry, virtuoso
hijo de la nación oriental, de la sincera herm ana
do Chile, la República del Uruguay, ha demos­
trado palpablemeute á un pueblo entero los su­
blimes sentim ientos de su alm a, siendo una prueba
evidente la solemnísima misa campal celebrada
en el Colegio Salesiauo, el día 18 de Septiembre.
Hubo allí actos sublimes, que coum oríeron hon«
daiueute á la numerosa concurrencia y se sentía
uno transportado á una región ideal sobre todo
en el acto solemne de la Consagración, en cuyos
instantes, á insinuación del señor Sallaberry, to ­
cóse la Canción Nacional, herm anando así los

sentimientoá de la Religión con los de la Patria.
Nada diremos de la alocución patriótica que, á
continuación de la misa, dirigió á la enorme y
distinguida concurrencia: nuestra débil inteligen­
cia no es suficiente para dar siquiera un pálido
bosquejo de ella. Sólo diremos que sus hermosos
pensamientos quedaran eternam ente grabados en
el corazón de todos los o\entes.
Humildes adm iradores, haciéndonos eco de los
agradecimientos de un pueblo entero, enviamos
nuestx'os sinceros parabienes y feliciticiones á los
preclaros hijos de Don Bosco, y en especial al
digno y virtuoso Director, señor dou Luis Héctor
Sallaberry, por su actitud generosa y desinteresada
ante el glorioso aniversario de nuestra ludipencia
Nacional, — por los padrinos y madrinas dándo­
selo en seguida lectura.
Cada uuo de los padrinos tenía una cinta blanca
con uno m edalla de la Virgen A uxiliadora en la
extremidad y con la siguiente in scrip ció n ; Re­
cuerdo de la bendición de la piedra fundam ental
del monumento que se erigirá á María Auxiliadora
en conmemoración del XXV.® aniversario de las
Fundacíoues Salesianas en América.» Estas cintas
concluida la ceremonia fueron obsequiadas á los
padrinos por el D irector del Colegio.
L a concurrencia se retiró complacidísima.
Felicitam os nuevam ente á la digna Congre­
gación Salesiana y le deseamos brillante éxito en
la empresa iniciada. La sociedad de Concepción
sabrá corrresponder á los buenos hijos de Don
Bosco.
(El P aís.1

Oltimas noticias
G a p itn lo S a le s ia n o S u r a u ie r ic a n o y S a g r a d a s O r d e n e s . — Con

macho gusto publicamos lasi siguientes noticias
que con fecha 1 de Febrero de 1901, nos re­
miten de Almagro (Buenos Aires).
Hállanse reunidos en el Colegio Pío IX
de Almagro, haciendo corona á ios dos Obis­
pos salesianos Moas. Cagliero y Costamagna,
el Rvino. Sr. D. Alberay 45 entre inspectores
y directores, que representan los varios cole­
gios de I). Bosco esparcidos en la América
del Sur.
Después de unos días de retiro espiritnal
para implorar las luces del Espíritu Santo,
celebraron un «Capítulo extraordinario» en
los días 26, 27 y 28 en el que trataron varios
asuntos religiosos y educativos de los Insti­
tutos relacionados con las necesidades de hi
juventud en los países donde, desde hace 2->
años, se han planteado las benéficas Casa<
y misiones.
Los Prelados de las varias Metrópolis y
Diócesis, donde residen salesianos. al desixedir

— 87 —
á los Superiores que se lian dirigido á esta car
pital para celebrar dicho Capítulo, hau ma­
nifestado vivo interés por estas reuniones j
las han bendecido. También nuestro Metro­
politano á quien visitó Mons. Oagliero para
implorar su bendición sobre tan importantes
actos, tuvo palabras de complacencia y ani­
mación; lo mismo el Bxcmo. Internuncio Pon­
tificio, quien personalmente asistió á la in­
troducción del retiro espiritual y bendijo en
nombre del Santo Padre aquella escogida
reunión de Hijos de Don Bosco.
QUIKOE SACERDOTES MAS
El Domingo último á las 6 y 1{2 en la Igle­
sia de S. Carlos el limo. Mons. Dr. D. Jnan
Cagliero Obispo titular de Magida, confirió
las sagradas órdenes á un crecido número
de Salesianos.
Entre éstos, quince recibieron la orden del
Presbiterado, siendo todos ellos de los Cole­
gios de la Argentina y buena parte también
hijos del país. Mientras hacemos votos para
que sea fecundo en frutos de salvación el
sacerdocio de los nuevos Levitas, los felici­
tamos cordialmente por su elevación á tan
alto ministerio.
He aquí los nombres de los nuevos Sacer­
dotes: Domingo Sorasio, Luís Bertagna, San­
tiago Doyle, Santiago Mac-Dermott, íHcolófl
Mac-Cobe, Teodoro Dryzmala, Angel Orescini,
Salvmlor Gaglianoni, Luís Cieucio, Serafín
Sautolini, Pedro Perrina, Pablo Bobotti,
Constancio Melano, Luís Valle, Adalberto
Liberski.
Los Prelados Salesianos manifestaron el
deseo de que fueran Padrinos de los Orde­
nandos los Sliembros de la junta i>ermanente
del Congreso de los Cooperadores Salesianos
y Madrinas las distinguidas Damas que for­
man el Comité auxiliar de Cooperadoras.
La ©lección no podía ser más acertada,
pues así el Capítulo Salesiano como esta ex­
traordinaria consagración de Sacerdotes han
venido á ser una hermosa conclusión, que co­
rona el brillante éxito del Congreso y asegura
sus frutos para la clase más menesterosa de
la juventud y del pueblo.
También se ha celebrado en esta Casa la
fiesta de S. Francisco de Sales con gran solemnidadyenlaquecelebró deimntifical elExemo.
é limo. Sr. Arzobispo de esta Capital y el Rdo.
Sr. D. Albera bendijo é impuso la sotana á
16 novicios.

NOTA. Para evitar pérdida de tiempo y gastos
inútiies. suplicamos encarecidamente ó nuestros
lectores que, para la adquisición de los libros
que anunciamos en esta sección, se dirijan á
ias librerías que en cada uno de ellos se ex­
presan.
IV u evo C u r s o d e M«*dila«*-ion*‘s S a ­
c e rd o ta le s , ó sea el Sacerdote Bautiib’ado me­

diante la práctica de la ovación, por el R. P.
Chaignon . Tomo 4*. — A los señores Sacerdote»
que ya han saboreado esta interesante obra, nada
hemos de decirles sino que el 4*’. tomo que la li­
brería salesiana de Sevilla pone hoy á la venta,
no desmerece en nada á. los tres anteriorm ente
publicados. T an sabio y santo Padre divide e-te
volumen en dos secciones , titu la d a s: Propio det
tiempo y Propio de los Santos, incluyendo en la
prim era las fiestas movibles que celebra nuestra
Santa Madre la Iglesia desde la Dominica p ri­
mera de Adviento hasta la segunda después do
Pascua de Resurrección, ó sea el domingo del
Buen P a s to r; y en la segunda las meditaciones
de S. Andrés, S. Francisco J a v ie r, L a Inm acu­
lada, Santo Tom ás, S. Esteban , S. Jnan Evan­
gelista, la conversión de S. Pablo y S. Francisco
de Sales. Al ab rir el tomo en cuestión, nos pveguntanios: ^ qué d irá el P. Chaignon en este li­
b ro !.... Y al leerlo admiramos una vez más la
santidad y sabiduría que Dios concedió á tan em i­
nente Padre. ¡Qué doctrina! ] Quó pensam ien­
to»! ¡Qué elegancia!.... Quisiéramos poder tra n s­
cribirlos todos; pero para que jtizgiio el lector
bastará este de una de la» nieditacíono» de San
Andrés apóstol al hablar del te x to : Nos autem
praedicamus Chrisíum criicijirum, d ic e : « San An­
drés predicó la cruz m ientras él misino pendía
de la cmz. Por esto confirió á la predicación no
solamente la autoridad que prueba, sino la con­
vicción que persuade. » Por él se verá la subli­
m idad que contiene, podiendo asegurar que en é)
encontrarán los sacerdotes abundancia de m ateria
para pláticas y panegíricos.
Su pre^sio es como los anteriores 3 ptas en rús­
tica y 3,75 en pasta flexible y corte encarnado.

E l O ra to rio F r s tiv o , semanaiío para ni­
ños publicado con aprobación eclesiástica en
Sarriá (Barcelona). — H oy, comí» dice un escri­
to r moderno , todo se tra ta en* el periéniieo : ias
ciencias han dejado de formar voliíiiiene«, lleván­
dose faldas las cuestiones al perió<lico ó re­
vista. E l rico, el pobre, el instruido, el ignorauf^,



• el anciano, el niño..... todos leen el periódico y
parece ser que su lectura constituye hoy un ar­
tículo de prim era necesidad. Pues b ie n ; el niño,
im itando, lee y lee con avidez los trozos de re ­
vista que e n c u e n tra : aunque no sea este el fin
principal del pequeño sem anario El Oratorio
I’ kstivo, sin embargo se propone d ar á los ni­
ños, no ponzoña, sino nutrido y sabroso alim ento,
(•omprendo el Santoral de la Semana, y á conti­
nuación un artículo en forma de cuento narrado
por El A buelito . Sigue un punto de Doctrina
licsarrollado por El Catequista : pone después
unas cuantas Noticias, u na Sección recreativa j
t'malizn con sus Variedades. Lo recomendamos
('.ficazmonte á lo Sres. Sacerdotes y Profesores de
1* enseñanza, sirviendo de estim ulo p ara los pe
queños y futuros hombres que asisten al Cate­
cismo y á la escuela.
P ara más detalles pueden dirigirse al Señor
Admor. de la L ibrería Salesiana de Sarriá (Bar­
celona).

Cooperadores Salesianos difuntos.
Rdo. Sr. D. José M.“ Garzón
Aracena
Sra. D.* Asunción Soto y Palacios
»
» Ana Bruoet Vila. de Espeso Barcelona
Sr. D. Joaquín Castells de Pons
»
»
José Madorel y Pedrosa
»
Rdo. F ray Olegario
»
Sra. D.* Emilia Fortuny-Alemany
Blanes
» Rafaela G. Pérez Vda. de Surga
Cabezas de S. Ju an
Sr. D. Pascual Marín Martínez
Cieza
Rdo. Sr. D. Ju a n E ril
Espot
» Antonio Vidal
Gerona
Sra. D.* M.* do los Desamparados B eltrán Játiv a
>
M* de la Asunción Martínez
»
8r. D. Tomás Roig
»
»
Ambrosio Ruiz
>
»
Rdo. Luciano de la Cruz y Ruiz
Los Navalmoralis
»
> Agustín Cuberes
Llusás
»
Ju an Mdfiez Sánchez
Madrid
»
D r. Lesmos Sánchez de Castro
»
Sccur V ille filie do la Charité
>
Sr. D. Antonio Roca Varez
Mahón
Rdo. Sr. D. Bartolomé Jo rd á
Olot
Sr. D. Juan de Mata Sánchez
Palm a del Rio
Sr. D-* Josefa A lvaret Pazos
P u en te Sampayo
»
M." de las Mercedes G uihirte Salamanca
»
Nicolasa Bassoco Vda. de Aguirre
Santander
8r. D. Bartolomé do la Maza y Bárcena
>
Sra D .“ Gregoria Arraj*aa y Yanes
Sevilla
» Adela Pagé y Monsalvo
»
Sr. D. Peilro de la Puente y Oleo
»
8ra. D.* M.* del Carmen Morga y C om et U trera
Rdo. Sr. D. Andrés Cercano, Villanueva del Duque.
Sr. D. Gristobal flerrero García, Vélez-Rubio.
» Ju au Ribera,
Zaragoza.
» Francisco Rebello, Braga (Portugal',
8 n . D,* Francisca Torres
»
»

88



*
Carmen G. de Cordal, Asunción (Paraguay)
>
María G. García
»
Felioiana Rojas
>.
Sr. D. Ju lián Qnevedo
11.“ ®Sr. Dr. D. Rafael París Betíjoque (V enenóla)
Rdo Sr. D . Leonardo Castillo Cabudare *
»
Luís Roseliuo Heredia >
»
Sra D.* Araeelis R. de Ponte
»
»
Sr. D. Cristóbal Castro,
Caracas
»
Sra. D.* Carmen P . de Diaz
»
»
»
Manuela Echezuría
>
»
Sr. D. Guillermo Espina
«
»
Sta. D.® Fulgencia Infante
»
»
Sra. » R ita La G rang
»
>.
Sr. D. Nicanor Linares
»
»
Sra. D®. Concepción López
»
»
Sr. D. León Machado
»
»
Sra. D.® M.® de los Santos Méndez >
>
Sr. D. Antonio Parejo
»
»
Sra. D.® Isabel de L. P astrán
«
»
» M.® de la Paz de Seijas »
«
» Ursula de Peláez
»
>
» Josefa de Q uintana
»
»
> Luisa Segobia
>
>
Sr. D. Guillermo Santana
>
>
> Rafael Seijas
»
»
» José Yzquierdo
>•.
>
Sra. D.® Carolina de Montemayor, L a Guayra *
Sr. D. Jesús Agnítas, Sábana de Mendoza »
» Eleazar Hernández
»
>
» F em ando Méndez
»
»
» Andrés Roncuejolo
>
»
» Federico Campos
Valencia

» Antonio Fernández
«
>
» Domingo Olavarría
»
>
» Sebastian P ineda
»
»
Sra. D .“ Ana G. Coronel
»
»
María F . Ercorihnola
»
>
M atilde G arcía Reverón •
»
Isabel de Ruiz M irabal »
»
Ju lia Vázquez
»
»
Eva M. V illaquirán
»
>
Sr. D. Críspalo Uncar, Villa del Cura
»
Sra. D.® M.® de los Angeles Colmenares,
T a rita j^ >
Evangelista González
»
»
Aurelia de Marín
>
»
Francisca A. Martínez <
>
María de Jesús P a rra
>
>
Ju an a Bolaños, Granada (Nicaragua).
M arta Cortez
»
»
E ster Vega de Ortega »
»
Ju an a Campos, S. Marcos
»
Sr. D. Angel García,
Méjico.
» Luis García
»
Sra. D.® M.® de Jesús del Río >
Sr. D. Enrique Ponce, Zacatecas (Méjico).
»' Flavio Lombada, Quito (Ecuador).
» Tuerto Avila, Macnl (Chile).
Rdo. Sr. D. Manuel Smith, Maulé (Chile).
Srta. D.® Elena Gaete, Talca
»
Sra. D.® Tránsito Gaete de G., Talca »
C«s tpnlweiti

U iitoridsd Seletiutiet. - 6<mU: j03Í fiiKBUO