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OLETIN
SALESIANO
CottoIenQO, 32 ® J I e d a c c io n y A d m in is t r a c ió n
I
Turín (Italia)
C'«'i
ANO X X II
— N. 2
PU BU G AC /O N M EN SU AL
S U M A R I O. — BxtensÍ6n del Jabileo ¿ teto el Orbe
C a tó lic o ...............................................................póg.
S3
Fieetaa Jubilares de la Obra de Don Bosoo en América.—
Segundo Congr«w internacional Salesian o.....................
Documentes Salesianoa.—Discurso del Sr. D, Bmilio Lamarca
D b KUBsrnAS uisionrs. — l^erra d el P n ^ o . . . , »
Oradas de María A u x ilia d o r a ..................................... ....
K urstka Cobubspondb.vcia. — E tpaña. B. Yioena déla Horta
(Barcelona). — Aiwriea. La Paa (Boliria). — Asunción
(P a ra jes ;). — Quito (Ecuador)
............................. »
Noticias r Vakikdadks..........................................
Nbcrolooia.........................................................
F E B R E R O de 1901
Begeneradón (p o e a la ).....................................................» SO
BiBLioaaaviA..................................................................... » 00
A d rerten cia......................................................................» 00
&RARAUOS. — R. P . D. Pablo Albora, rcprosentante del Rmo. 8r.
D. Rúa en Amérioa.—Colegio Pió IZ e n A Imagro.—D. Ontmano.
secretario d eD . Albora. — Plaza de la Victoria en BncnM
Airee. — Fueguinos Anas. — Alumnos de la Caaa Balealana
de la P a i (Bolivia). — Taller de Carpiuteria de la Casa Sa
leaiana de la Paz. — Taller de eaoultnra de la Caaa Baleeiana
« la Paz. — Imagen de Marta Auxiliadora de Muntilla. —
vista de Montemagno. — Procesión de Marta Anxiliadota mi
Cagliari.
jJlen sióti (Jcl iju b ik o
IE2ÍDO inmensos los tesoros es
pirituales que la Iglesia ofrece
á sus ñeles hijos en el santo
tieinxio del Jubileo, es muy
oportuno decir algo sobre tan
interesante asunto.
A l terminar el
el Sumo
Pontífice promulga la B ula de extensión
tlel Jubileo á todo el orbe. E l tiempo que
por ley general se concede es el de seis
meses, á contar desde la publicación de
la B ula en cada diócesis, y sin especial
Año Santo,
privilegio sólo admite prórroga para los
que, habiendo emprendido un largo viaje
por mar ó por tierra, vuelven á sus res
pectivas diócesis cuando, ó ha transcu
rrido ya el tiempo legal, ó los días que
restan no son suficientes para cum
plir todas las obras preceptuadas. Esos
por tanto puedon ganar el Jubileo á la
vuelta. Y creemos que en esta excepción
están comprendidos los que imx>eQ8adamente, y cuando ya han empezado á co
rrer los seis meses, se ven jirecisados á
emprender un viaje del que no vuelven
en tiempo oportuno. P or el contrario, opi
namos que los que, i>reviendo que en los
últimos meses del Jubileo han de encon
trarse imposibilitados para llenar las con
diciones que se exigen, no procuran cum
plirlas antes que llegue el impedimento,
deben considerarse incluidos en la ley
1
— 34 —
m caum
general, toda vez que
se impo paschali, et simul aequiri Jubilmum. >
(25) Jun. 1875, por mandato especial de
sibilitan voluntariamente para lucrarlo.
A s í como al tratar del Jubileo ordinario Pío IX ).
Sin embargo, cuando la confesión y la
en genera], es clásica y fundamental la
comunión
se hacen dentro del tiempo pas
B ula
de Benedicto X I V ,
de igual modo lo es, en lo que á la ex cual y con el fin de ganar el Jubileo, no
tensión del mismo á todo el orbe se re es necesario repetir la confesión, aunque
fiere, la que empieza
del sí la comunión: «E x S a c r » Poenitentiariae
mismo sapientísimo Pontífice. P o r tanto responsis certum est, haud satisfieri posse
á ella deberán atenerse los Obispos y los praecepto paschali et Jubilseum lucrari
confesores, en todo aquello que no se única coufessione et commuuione: pooponga á la Oonstitucióu actual, por la testne unus et alter attingi finís duabus
communionibus et única coufessione t
cual se concede el Jubileo.
firma tamen remanente
Los que durante el año jubilar reser Besp.
vado á Bom a hubieren ganado allí las obligatione satisfaciendi, si nondum quis
confesionis.»
gracias que se conceden ó por privilegio satisfecerit, praecepto
vol. v m , pág. 361
hayan sido partícipes del beneficio, sin ir (V .
á la Ciudad Eterna, podrán nuevamente V II).
Síguese de esta resolución que quien
conseguirlas todas, cumpliendo, como es
(íonsiguiente, las prácticas que se pres se hubiese confesado antes de empezar
el tiempo pascual, lo mismo que el que
criben.
A fin de proceder con método y cla no tuviere pecados mortales durante ese
ridad en estas indicaciones, expondremos tiempo, sólo está obligado á confesarse
en párrafos separados los puntos más im una vez, y esta ordenada á ganar el Ju
portantes, advirtiendo q u e , para evitar bileo, pues que el cumplimiento del pre
enojosas repeticiones, damos por sabido cepto pascual no impone á los fieles, que
cuanto en otros lugares dijimos respecto carecen de pecados mortales actuales, la
de la materia, á los cuales remitimos al confesión ; pero debe comulgar dos veces,
lector que cuidará de no aplicar al Ju una por el precepto y otra por el Jubileo.
bileo extendido á toda la Iglesia, lo que M as después de haber confesado y co
es propio del mismo durante el año santo mulgado una vez, sea para cumplir el
precepto, sea para ganar el Jubileo, claro
para sola Boma.
I.
— Estas son, es que deberá repetir también la confe
mientras otra cosa no ordene la Santa sión, pues de otro modo ó no satisfaría
Sede, la confesión y comunión, y visita al precepto, ó no ganaría eí Jubileo.
de iglesias. Para ganar el Jubileo basta (Véase Lehmkuhl, vol. ii, n. 549, a).
Hemos dicho que basta que la última
que se haga la última en estado de gracia.
rt)
— Como den obra prescrita se cumpla en estado de
tro de los seis meses puede coincidir el gracia; por consiguiente, quien antes de
tiempo pascual, y según el principio ge ejecutar otras hubiese confesado y co
neral las obras prescritas se entienden mulgado (lo cual recomendamos eficaz
á no ser que en la Bula mente hagan todos al principiar y al ter
de indicción y extensión del Jubileo conste minar las obras prescritas) y cayere por
lo contrario, es indudable que no basta su desgracia en pecado mortal, debe nue
cumplir con el precepto de la Pascua para vamente confesarse antes de hacer la úl
ganar las indulgencias jubilares, sino que tima, advirtiendo que no basta la perfecta
es necesarios repetirlas. «Sacra Poeniten- contrición, pues Benedicto X I V exige la
tiaria declarat (4.®) única coufessioue et absolución sacramental
Inter preeteritos^
Benedictus Dens
affirmative:
Acta C. Seáis,
anmuB
ad
Obras que se prescriben.
Confesión y Comunión.
non aliundo debita^
commuuione non posse satisfieri prsecepto
^ 70).
(Inter prísteritos,
I
— 36 —
P or una razón semejante, si un confei¡or impusiera á su penitente como satis
facción una confesión y comunión, mien
tras aquel no lo exprese, debe entenderse
que de ningún modo bastaría una para
el cumplimiento de la penitencia impuesta
y para obtener el Jubileo.
6)
— Respecto del
número de iglesias que es preciso visitar
nada decimos, pues bien claramente lo
determina Benedicto X I V en el § 2.° de
su constitución
que está
siempre en vigor, á no ser en lo que sea
derogada por la Bula de extensión.
Claro es que son más los puntos en
que existe una sola iglesia, que en los
que hay cuatro ó más. Cuando no hay
más iglesia que la parroquial, el Ordinario
está autorizado para mímdar que se vi
site tantas veces esa sola, cuantas son
las que cada día de los quince prescritos
debieran visitar, es decir cuatro veces en
el mismo día, y con algún breve inter
valo entre una visita y otra (Decret.
15 Mart. 1852). Lo cual pueden
autorizar los Ordinarios aum[ue nada diga
la Bula de extensión del nuevo Jubileo.
En cuanto á los regulares, téngase pre
sente, que, aunque gozan del privilegio
de poder gaivar las imlnlgencias anejas
á la s visitas de las iglesias existentes en el
lugar en que residen, vi.sitando la propia,
este privilegio no se extiende al Jubileo,
que no ganaváu sino visitando las res
pectivas iglesias designadas por el Or
dinario, en cuya dióce.sis está enclavado
el convento, salvo el caso en que la Santa
Sede autorice al Obispo para designar
sola la iglesia regular para los regulares,
<S estos, legítimamente impedidos, hayan
obtenido de su confesor la conmutación,
Esta doctrina está basada en repetidas
y nada ambiguas decisiones de la Sa
grada Penitenciaría, de las que se colige,
además de lo dicho, que los abades y
otros prelados regulares con jurisdicción
cuasi episcopal, si bien son de derecho
Ordinarios de sus religiosos, no son como
tales considerados en orden á la designa
Visita de Iglesias.
Benedictus Deas,
,
f
[
■I
his etorhe.,
TTr-
ción de las Iglesias que sus súbditos de
ben visitar para ganar el Jubileo. — t.\n
religiosi jiibilíeum lucrarl valeant poragentes in propia occlesiavisifutiónos ad id
prjBscriptivs T — Rosp. AVí/níire» (1875.
Véase
vol. viii, j>ág. 564.)
— «Utrum abbates ofi prrelati regulares
utpoto jiirisdictioneni quasl episcopalom
in subditos intra septa sui respectivo monasterii habeute.s,ooo)esiam seuorntorium
monasteriipropriisnis 8ul)ditisvi8itandam
designare valeant ad luernndam Jubilsei
indnlgentiam ? — Resp.
* (15
Dec. 1886). Lo más práctico ]>ara los re
gulares es obtener singulurmonto del con
fesor la conmutación, según se deduce
de las siguientes resoluciones: <1. ütriim
regulares
indnlgentiam
Jubilíei lucrari valeant ex sola dispo.sitione litterarum.
visitando propriam ecelesiam, qnin
opus sit aliqua concessione vel commutaíione T II. Et quatenus negativo ad primnm, utrum Orílinarius id ipsis conce
deré valeatt I I I . Utrum potius recurrere
debeant singuli ad confessariuin pro commiitatione obtinenda?— Resp. (24 April,
1886). A d I,
— A d II. Proviííe— Ad III
Solamente los abatíes
pueden
.««er consideiwlos como Ordinarios para
los indicatlos efectos.
A l hacer las visitas y rogar por los
fines que Benedicto X I V expresa en el
l>árr. 2.® citado, no basta orar sólo men
talmente, sino que también debe hacerse
algunaoración vocal
par.
83), qne basta por sí .sola.
En gracia de aquellos que no pudieren
por sí mismos dilucidar ciertos puntos se
cundarios, cúmplenos hacer algunas acla
raciones.
1.* El número de visitas preceptuatlas
debe hacerse durante los seis meses, pero
catia día han de visitarse cuatro iglesias,
ó cuatro veces una sola, donde no haya
má.s. El día puede computarse ó civil, de
media noche á media noche, ó eclesiás
ticamente, desde las primeras vísperas
Acta S. Seáis,
Kegative.
inclaustris dsgentes
Uca,
Quoad auctoritate apostO’
Negative.
hitur in sequenti.
Affinnative.'^
ntiUius
(Interprateritos,
— 36 —
\
del díai, hasta el crepúsculo más claro:
desde las diez y media de la mañana, en
Cuaresma de un día, y fuera de la Cua
resma, desde la hora en que suelen re
zarse las Vísperas (1) hasta después de
puesto el sol al siguiente.
H e aquí la tabla que trae en su
(v.
art. 6,
Miotheca prompta
IndulgenticB
Bi~
n. 63) respecto de la hora en que termina
el crepúsculo de la tarde, y, por consi
guiente, en que concluye et día eclesiás
tico :
«Desde el l.° de Enero hasta el 25 de
Febrero, cinco cuartos de hora después
de puesto el sol: desde esta feche hasta
el l.° de A bril, una hora: 1.® de Mayo,
hora y m ed ia: 1.® de Jimio, una hora y
tres cuartos: 13 dd Julio, hora y media:
26 de Agosto, cinco cuartos de hora: 17
de Septiembre, una h o ra : 1.® de Noviem
bre hasta 1.® de Enero, ciuco cuartos de
hora.»
N o somos competentes para responder
de la exactitud de dichos cálculos, que
los astrónomos podrán corregir en rela
ción con la duración del crepúsculo ves
pertino en los diversos países; pero mien
tras no tengamos otros, á ellos debemos
atenernos.
N o se olvide tampoco que el
por la tarde suele tocarse media hora
después de puesto el sol.
Pueden, por tanto, hacerse las cuatro
según el cómputo civil ó eclesiástico ; y
aun en un mismo día pueden terminar
se las cuatro del día civil antes de vís
peras, y á la hora de estas anticipar para
el siguiente computado eclesiásticamente
una, dos ó m ás; pero debe dejarse alguna
para lo que resta, esto es, para todo el
siguiente hasta el crepúsculo.
2.* Y a hemos indicado que en cada vi
sita la oración debe ser vocal, sin que
ría
Ave Ma
(1) Donde baya Catedral, colegiata 6 convento,
la hora para empezar las visitas fnera del tiempo
de Cuaresma, es la que en dichos sitios tocan á
Vísperas. En algunos pueblos suelen cantarse las
vísperas del Patrono 6 titnlar á la puesta del m I.
Esto no es norma; si no hay catedral se pueden
eni pesar á la una de la tarde.
por esto se excluya la mental; y los fines
por los que se ha de rogar son por la exal
tación de la Iglesia católica, la extirpa
ción de las herejías, la paz y concordia
entre Jos Príncipes católicos y la salud
del pueblo cristiano. N o es, pues, nece
sario hacer las visitas á pie , caminar
orando^ de una Iglesia á otra, visitar de
terminados altares, orar de rodillas, y re
zar determinadas preces, aunque todo esto
es altamente recomendable y meritorio,
si se practica con espícit 1 de penitencia.
Tampoco es necesario rogar expresa
mente por cada uno de los fiues expre
sados, bastando que se rece algo , por
eiemplo: un Padrenuestro, Avem aria y
Gloria, según la intención del Eomano
Poutífice. (S. Ind. O,
ad 3”"
12 de Julio de 1847).
N ad a hay determinado acerca del tiempo
que ha de durar cada visita; pero S. A l
fonso (lib. V I, n. 638, quaer. X ) enseña
que su duración debe ser, cuando menos
la del tiempo que se tarde en rezar
devotamente ciuco veces el Padrenuestro
y A v e m a ria ; doctrina que está muy con
forme con lo que dice Benedicto X T V
x^árrafo 83).
3.® Respecto de la comunión, baste ad
vertir que con los adultos no está per
mitido el conmutar la comunióu, á no
ser que por razón de enfermedad no pu
diesen retener la sagrada Forma, en cuyo
caso el confesor podrá conmutarla. M as
como no todos los niños que hau llegado
al uso de la razón han hecho la primera
comunión, con estos puede cualquier con
fesor sin especiales facultades, conmutar
in Valentina
(Inter prcBteritoSj
esta obra.
Finalmente, no es necesario guardar
orden en e. cumplimiento de las obras
prescritas; pero no se olvide que las vi
sitas á las cuatro iglesias, ó cuatro veces
á una, deberán siempre hacerse en el tér
mino de un día eclesiástico ó civil, y que
la última obra ha de ejecutarse en estado
de gracia.
(D e
La Ciudad de Dios).
— 37 —
¿lESTAS ||UBILARES
"N* /
De la Obra de D. Bosco en América
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*’<§> ■
Segundo Congreso internacional Salesiano
------------ ----------------N Buenos A ir e s y con abundancia
de bendiciones celestiales se b a
celebrado el Segundo Congreso
in tern acion al Salesiano. V a rio s
____________ inspectores am ericanos habían
propuesto á S. S. tan plau sible y benéfica
idea qu ien por conducto d e l C ardenal E am poUa e n v ió á nuestro qu erid o R ec to r M a yor
un escrito en e l que anim aba á los de A m é
rica á lle v a r á cabo tan fe liz pensamiento.
T a n pronto como estos supieron la decisión
y que ir ía á aquellas apartadas regiones un
Bev. P. D. Pablo Albora
representante del Rmo. Sr. D. Bda en América.
representante de B . Búa, a l no poder este
hacerlo x>e^Bonalmente, e í entusiasmo creció
d e una m anera fabulosa. E l tiem po apre
m iaba s i habían de co in cid ir las Sesiones
d el Congreso con la celebración d e las B odas
d e P la t a ; pero aquellos habitantes, ayudados
por la D iv in a P ro v id e n c ia , para qu ien no
h ay tiem po n i m edida, y anim ados d e fe b r il
actividad, prepararon a l m om ento lo que en
B o lo n ia se tardó cuatro meses. C onstituida la
Junta D ire c tiv a por lo más selecto de Huenoa
A ires , esta convocó á todos los üooperadorea
Salesianos quienes respondieron sin la menor
dificultad á este Iliunamiento. Se ac.ordaroa
bases, se redactaron y repartieron los temas
de los discursos y á la vo z fueron invitadas
tam bién á tom ar parte (dándolo esto e l ca
rácter de in tern acion al al C ongreso) las Hspú blicas d e l U ruguay, e l Brasil, C h ile y Boliv ia .
E l Excm o. é lim o Sr. A rz o b is p o de Buenos
A ir e s D . M ariano A n to n io Espinosa no sólo
tom ó parte activísim a en e l Congreso, sins
que lo considera como nu homenaje que su
A rch id ió cesis ofrece á C risto R edentor al
fin al del siglo x ix .
H e aquí la relación que la excelente R e
v ista de B e r n a l« Santa Cecilia * hace de todas
las funciones.
€ L a celebración d el 25.® aniversario de la
O bra de D on Bosco en A m é ric a ha side
todo un acontecim iento re ligio so y desde ub
principio debemos confesar que nos sentimos
incapaces de ofrecer á nuestros lectores una
crónica detallada de las grandiosas fiestas
qne han tenido lu ga r en tan fausta c ir
cunstancia. E l Congreso Balesiano celebrado
en Buenos A ire s los días 10, 20 y 21 de N o
viem bre h a asumido tales proporciones y ha
tenido un éx ito tan b rilla n te qu e im posible
sería querer presentar este hermoso cuadro
con todos sus tintes y colores. P a ra x>erpetuar
sin em bargo el recuerdo de estos días taa
hermosos y satisfacer así e l deseo de nuestros
lectores, iiitenfcircmos dar una b re v e resefia
de las solem nidades religiosa s y de los actos
públicos d el Congreso Salesiano.
EN L A CATED RAL.
Solem nes éim im n ea te s're sa lta ro n la sfa n e i»nes religiosa s celebradas en la Ig le s ia Me
tropolitana, que ostentaba sus m ejores gabis
y o& ocía un hermoso go lp e de v is ta por la
abundancia de luces y la riq u eza de sus
gaduras.
— 38 —
B1 lunes 19 ofició d . p on tifical S. S. lim a .
Mons. D . A n to n io Espinosa, A rz o b is p o de
Buenos A ires . A sistía n en e l p resb iterio los
H ustrísim os O bipos de C u yo F r a y M a rcelin o
B enaven te, e l A u x ilia r d e Oórdoba, Mous.
A q u ilin o F erreyra , Mons. Terrero, O bispo
electo de L a P la ta , M ons. C a gliero, Mons.
Oostamagna, va rio s C anónigos y gra n número
de sacerdotes d e varias órdenes. Ocupó la
cátedra sagrada Mons. T errero quien con pa
la b ra fá c il y elocuente desarrolló e l tem a :
Infiueneia de la devoción d M a ría en la edu
cación de la niñez. U n coro compuesto de las
escohinias salesianas do Bernal, A lm a g r o y
L a s P ied ra s (R . O .), en tod o ciento cincuenta
voces, ejecutó e l Sacerdos á 4 voces (sin
acompauaiuiento) d e M a ttio li y la M isa Salve
Regina á 4 voces d e Sthele. E l desempeño
eorresi>ondió plenam ente a l m érito d e la
obra; aquellas voces educadas, henchidas de
v id a y colorido, que inundaban las naves
d el templo, ejecutando m úsica genuinainente
sagradii, flotaban en derred or del alm a como
una atmósfera de devoción y piedad y hacía
brotar de e lla la p leg a ria fervien te. E s en
efecto la !Misa de S th ele h erm osa, llen a de
unción, solem nidad y robustez, y en algunos
puntos de suavísim a delicadeza. E l grandioso
Laúdate de H a en d el puso térm in o á la cere
m onia re ligio sa d el p rim er día.
E l d ía 20 pontificó S. S. Urna. M ons. D r.
M . S o le r, A rz o b is p o de M on tevideo, con
asistencia de va rios Prela d os y numeroso
clero regu la r y secular. E l sermón d el lim o.
Mons. F r a y M . B enaven te sobre L a ejioacia
de Ice Sacramentos en la educadón de la j u
ventud fu ó una verdadera p ieza oratoria.
L a Schola Cantorum (sopranos y contraltos)
ejecutó con acom pañam iento d e orquesta la
bellísim a M isa del Capooci y un iM udate de
P erosi. l í o menor solem nidad re vistió e l P o n
tifica l del ú ltim o d ía que se celebró en acción
de gracúas i>or e l fe liz é x ito d el Congreso.
O fició S. S. lim a . M ons. F r a y M arcolin o Beuaveute, dando gran realce a l acto la preseuoia de algunos Prelados, muchos sacer
dotes y religiosos y distin gu idos Cooperadores
Salesianos. S. S. lim a . Mous. C a g liero h izo
un uot))ble sermón sobre Xas Vocaciones ecle
siásticas en relación con la sana educación de
los hijos del pueblo.
L a numerosa miisa coral se desempeñó con
e l mismo i>rograma m usical d el p rim er día,
dándonos á gustar de n uevo música clásica
Y qjecutuda d e uua m anera irreprochable.
(;Salón del Gulb CatólicoJ.
Monseñores B ch agu e y Lugoues. M ás tarde
lle g ó tam bién e l E xcm o. Señor In tern u n cio,
M onsenenor Sabatucci. E n la mesa p resi
dencial estaban e l D octor. D . Santiago O ’ F arreU, presiden te; e l D o cto r D . J . Z o r r illa
de San M artín , vice-presideute, y M r. F lo
rencio V illa n o v a Sanz, secretario general.
E n otra mesa estaban e l R . P . A lb e r a , v is i
tador de los Salesianos, y lo s Superiores d e
la C on grega ción en l a A rg e n tin a , B ra sil y
U ru gu ay. Num erosísim a y selecta concurren
c ia llen aba e l salón. L eíd o s va rio s telegram as
y adesiones de Prelados, personajes y A s o
ciacion es, l a bendición en via d a p o r S. S.
León X I I I , y otro telegra m a de D o n Rúa,
abrió e l acto con breves y conceptuosas pa
labras, é interrum pido varias veces por los
aplausos M onseñor A lb e r ti, presidente d el
Com ité Prom otor. Subió In ego á la tribu na
e l D o ctor D . E m ilio Lam arca, que trató e l
tem a D o n Rosco y su Obra. E l discurso del
D o cto r L am arca fuó m agistral, sublime, im
ponderable, interrum pido á cada paso p o r
aplausos y saludado a l term in a r con una ca
lurosa ovación . E l coro ejecutó, además d el
H im n o d e l C on greso y e l Salesiano, L a p r e ghiera deUa sera de Gounofi, verdadero pro
d ig io d e inspiración y d e lic ^ e z a .
H a b la ro n tam bién e l R . P . J. V esp ign a n i
sobre la Cooperación 8alesia)ia y e l D r. L . P .
Len gu as sobre los O ratorios festivos. C oron ó
e l acto con breves palabras y con la bendi
ción papal e l Excelen tísim o Señor In tern u ncio.
E l d ía 20 h icieron uso de la palabra e l
R . D r. Pons, e l Conde D r. G on zalo S eg o via
y Sr. Fern an do B oiidien. E l A v e M a rta do
G n arany fu é e l coro e le g id o para am enizar
el acto. Se term inó esta sesión con algunas
entusiastas palabras de Mous. Soler, qnien
llam ó á D . Bosco e l H o m b re más provid en
cia l do la época y su obra la Obra más grande
del siglo.
B rillan tísim a fu é la sesión de clausura en
la que no decayó un jm nto e l entusiasmo
que rein ó desde un principio. L a inspirada
palabra d el orador orien tal, e l D r. T . Z o rrilla
de San M artín fuó eschuchada con interés y
su discurso arrancó repetidas veces los aplau
sos de la numerosa concurrencia. N o menos
felices fueron los D rs. Carrasco y D u rA E l
ooro ejecutó e l Jerusalem á 5 voces d el M aestro
V erd i. E u tre las aclam aciones d e los pre
sentes h ablaron tam bién lo s lim o s. Mons. Ca
gliero , y Mons. C ostam agn ^ y e l R . P . A lb e ra .
Con las palabras q n e d ir ig ió á los C on gre
sistas e l lim o Sr. A rzo b isp o Mons. Espinosa
y sil bendición episcopal, se clansnraron las
sesiones d el Segundo C on greso d e C oopera
dores Salesianos.
A las 4 Va de la tarde del d ía 19 ocupaban
los sitiales del estrado de honor loa A r z o bisi>o8 de Buenos A ir e s y M o n tevid eo los
Uustrisim os señores Obispos A lb e r ti, Lastra,
F erreyra , T errero, C a g liero O ostam agna y los
E l d ía 23 ten ía lu ga r en e l C o l e r o P ío I X
de A lm a g r o n a certam en m ú sico-literario, en
nn am plio patio vistosam ente adornado con
banderas, gallard etes y escudos.
E X E L A U L A D E L CONGRESO.
L A ACAD EJH A.
— 3í) —
Estaban presentes lo s Señores O bispos T e
rrero, Beuavente, C a g liero y Costamagna, el
Sr. M in istro de Marina, Com odoro R iva d a via ,
y mnchos otros in vitados.
L a nota sobresaliente de la sim pática fiesta
fn é la ejecución de L a Cena del Señor de P e ro s i
y d e i f l B atalla de L l a n t o de Mons. C agliero,
á cargo de nua orquesta form ad a p or más de
30 Profesores y de una gran masa coral de
150 voces. ¿Quién podrá ponderar abiertam ente
la 1* p a rte de L a Pasión de P erosi y transcri
b ir a l papel las im presiones que ba causado
su a u d ició n ? E l delicadísim o pi'eludio, los
R osario y la del O ratorio festivo (A lm a gro).
Todas ellas dieron en esta (HMisión sobradlas
pruebas de su preparación, luciendo las me
jores piezas de su repertorio. L a gm n .IfuroAa jfttWtor del M tro. Harderi qiiHMitada i>or
las cinco Bandas fué de gi'audiosísinio etVnito. »
bellísim os recitados corales, la alocución de
C risto á los A p ó sto les : Uno de los doce me ha
de hacer t r a ic i^ , que refleja la inm ensa pena
d el H ijo de Dios, la frase de la consagración
sencilla si se quiere, pero de una elevación
de concepto enteram ente apropiada á la so
lem nidad d el acto, e l estupendo coro fin a l:
E t himno dicto y e l cántico La u d a Sion fueron
de un efecto sublim e. E l Señor Sagi-B arba,
á quien se había confiado la p a rte do Cristo,
se m ostró un can tor de a rte y sentim iento.
D ir ig ía la orquesta e l M tro. D o g lia n L E l
him no Scepe dum CkrisH v a lió a l Rustre autor
a llí presente una calurosa ovación. P o r la
noche tu vo lu g a r una com ida en la qu e to
maron i>arle numerosos in vitad os y más de
SOO niños de v a rio s C o leg ios Salesianos.
recolectar íuiidus con destino á la obra de
D on B oseo y prom over en tre los católicos
e l espíritu do actividad, celo y « K rificio ¿mr
las obras de caridad c ris tia n a ;— conservar la
unión entre los cooperadores, i>or medio de
conferencias frocueiitesj establecer además dos
reuniones anuales, una couferencia mensual
para las decurias, y otra para los decuriones
y celadores; expresar la conveniencia de que
se traslade á la fiesta de San Carlos, 4 de
N oviem bre, la segunda conferencia anual, fi
ja d a para el 31 do I m e ro ; añadir al Boletín
Salesiano un suplemento para cada república;
y procurar que los cooperadores asistan á las
fiestas de 1 ^ iglesia s y colegios salesianos:
— que los cooperadores procuren dar la ma
y o r pu blicidad posible á las m áxim as de Don
B o s c o ; que á la m ayor brevedad se publique
un periódico edu cativo d e la Ín d ole del JJon
Bosco, de M ilá n ; que los colegios salesianos
procuren in clin a r un número de r*»!** alumnos
a l m a gisterio ; que se funden oratorios festi
vo s en lo s barrios más lejanos de la capital,
como asimismo escuelas ó academ ia» <W R e li.
B A X D A S D E M U S IC A .
Fu eron cinco las Bandas Salesianas que
t;on su presencia prestaron gra n realce á las
fiestas ju bilares, á saber, la d el C o leg io P ío
T Y la de M ontevideo, la de V iedm a, la del
R E S O L U C IO N E S T O M A D A S
EN E L OONQllKSO.
Estas han sido las sigu ien tes: Fomen
tar en la fa m ilia la piedad y la d evoción ;
no servirse de diversiones profanas para
— 40 —
gión , en las cnalea se den explicaciones espe
ciales que correspondan á los estadios supe
riores , y se am enicen dichas lecciones con
actos públicos, prem ios y otros m edios de pro
p a ga n d a ;— d is trib u ir por todas partes pro
gram as de los colegios salesianos; recoger los
huérfanos y desam parados para darles ins
tr u c c ió n ;— hacer la m ayor propaganda para
é l establecim iento de escuelas de artes y ofi
cios, y efectuar exposiciones anuales con este
fin ;— que la cooperación salesiaua ponga toda
su intiuencia con lo s gobiernos, ú fin de
restar a u xilio á las m isiones católicas del
ur de A m érica ; in teresar á loa católicos en la
fundación de templos, escuelas, asilos, hospi
tales, etc., y crear reuniones periódicas á cargo
de los mismos cooperadores, para recolectar
fondos, p roveer ropa y alim entos para las ca
sas y colegios de m isión :— orga n iza r una co
m isión particular, para que desde e l momento
d el desembarco y durante su perm anencia en
e l h otel de in m igrantes hasta su d efin itiva
colocación, sean p restid o s ú los in m igrantes
los au xilios de la li e l i g i ó n ; visita r de tiem po
en tiem po las colonias de in m igra n tes y pro
teg e r decidam ente á los h ijos é hijas de es
to s ;— qu e lo s cooperadores presten su apoyo
y concurso lite ra rio para la form ación de
textos morales, y v ig ile n a l mismo tiem po los
lib r o s , n o v e la s , etc., de sus h ijos y depen
dientes.
A sim ism o se adoptaron otras resoluciones
de carácter puram ente interno.
g
J U N T A P E ltM A N E N T E
DE GOOPERADOEES.
E n la sesión de clausura quedó consti
tu ida en la form a que se ve rá á continua
ción una ju n ta perm anente de cooperadores
salesianos onoargada do ejecutar las resolucio
nes d el c o n g re s o :
Presiden te, D r. E m ilio L a m a rc a ; vicopreBidente, D r. S an tiago O ’F a rre l y seSor F e r
nando B o u rd ie n ; secretario, m ouseiíor F lo
rencio V illa iio v a Sauz; prosecretario, o lP b r o .
Juan N . K io rn u u ; tesorero, señor Francisco
R e p e tto ; protesorero, señor Juan F ^ ix io n e;
decuriones, doctores A b e l Bazáu, A im lin a rio
Cnsabal, P ed ro G irau d, it ig u o l E stévez, G on
za lo S eg o via , G a b riel Carrasco , Francisco
D a rá , Juan A ra ta , Bornardino B ilb ao, Joa
qu ín C ulleu , E n riqu e B . P ra c k , in gen iero
R óm u lo A y e r z a , señores F ran cisco V iv a s , José
L m s A m adeo, F é lix D o llán . A u gu sto Dedcn
m in ié is , Francisco P ic a b e ^ L u is D ebenedetti,
C arlos C aim i y Juan O iria li.
N om b róse, además, una com isión a u x ilia r
de damas compuesta d é l a sigu ieu te m anera:
P resid en ta honoraria, señora T eo d o lin a F .
d e A l v e a r ; p re s id e n ta , E n riq u eta A la is de
V i v o t ; vicepresiden ta , Justa E lorton d o de
G a rc ía F e rn á n d e z ; secretaria, D o lores A u ch oreu a d e E lo rto n d o ; prosecretaría, E len a T a
rragon a de S aga ata ; tesorera, E rn estin a B . de
M osq u era ; protesorera, M ercedes T errero de
M é n d e z ; c ela d o ra s: M ercedes B . de Casares,
M aría P e t it M aglion e, E lis a A . de Bosch, Ma
nuela Suárez de F igu eroa , C ir ila Suárez de
P erd rie l, Tom asa P . de Estrada, Josefa B . de
A rrotea , M ercedes E lorton d o de A lvea r^ A n a
B. de M a glio n i, M ercedes C ria rte de Terrero.
M a ría C ristin a Sagasta de Eguía, Josefa S.
de Pach eco, M a gd alen a B.^de M artínez, A n
tonia B. de Frabosch i y señ orita E m ilia Fraboschi.
E l resultado d e l Congreso no pudo ser,
como se ha podido apreciar por la a n terior
relación, más espléndido. F a lta en e lla un
detalle im porbm tísiiu o qu e nosotros com ple
tamos como indispensable y es la acción de
gracias que los C ongresistas dieron a l T o d o
poderoso y á nuestra ben dita M adre M aría
A u x ilia d o ra por los innum erables beneficios
y bendiciones recibidos. E l d ía 26 de N o
viem b re m illares de niños de las va ria s Casas
Salesianas y lo s clérigo s de B ern a l se d ir i
giero n en trenes especiales a l celebérrim o San
tu ario de Luján. L a ca p illa era in c a p a z:-lo s
Exem os. Sres. Obispos C a g liero y Costamagna
celebraron e l Santo S acrificio d e la M isa, no
pudiendo cantarse p o r lo reducido del local
y e l ex cesivo calor. Se cantó un A v e M aría
compuesta expresam ente p a ra aqn el acto por
e l E xem o. Sr. Costam agna, qu ien d ir ig ió la
palabra á la numerosa concurrencia. D ió fin
á la fu nción un solem ne Te D eiim y la ben
dición dada con S. D . M.
Como recuerdo d el solem ne C on greso do
Buenos A ir e s se abrirán dos Casas de S ale
sianos y una de H ija s de M aría A u x ilia d o ra
en e l arrab al llam ado Patenno, corrom pido
por las diabólicas doctrinas del repugnante
protestantism o.
E s U b re v e y sucinta
relación que h oy damos,
procuraremos
am pliarla
con los datos que reciba^ ^
mos. N o privarem os tam ‘▼ i
jMjco á nuestros lectores
de los hermosos y elocuen
tes discursos qu e se pro
nunciaron.
D em os todos g ra cia á
D io s por las ben dicion es
que derram a sobre nuestra
amada C on gregación y
anim émonos á trabajar
d . Gosiuauo,
más y más p a ra que se
secretario
de D. Albera.
m u ltip liq u en estas ben
diciones.
— 41 -
í)ocumeníos Salesianos
DISCURSO PRONUNCIADO POR EL DR. D. EMILIO LAMARCA
en la primera sesión del Congreso Salesiano
Tenemos el gmU de honrar las columnas de nuestro B oletín con algunos de los
discursos que se pronmiciaron en el Congreso internacional Salesiano en América^ no
fincándolos Íntegros en el presente número^ y que lo haremos en los sucesivos, por
la abundancia de original.
E xomo. t R vjio . Se ñ o r :
iLMos. Se ñ o r e s :
Señores y Se ñ o r a s :
UESTRA bondadosa acogid a sería para
pií nn a lie n to , s i esos aplausos no
im plicaran qu izás una espectativa.
P o r lo tanto, deb er m ío es preve
n iros contra una decejKiión. E l tem a de m i dis
curso « D o n Bosco y su ob ra » es dem asiado
vasto y de tan grandiosa trascendencia, que
no es posible abarcarlo en breves 'd ía s de
preparación. Confieso que no lo dom ino. M u y
grande, m uy elevad a es la em inen cia: m uy
pequeño e l que la aborda.
E n tides con d icion es, fu era osadía d e m i
p a rte tratar esta m ateria ante e l N u n cio de
Su Santidad, ante m i prelado, ante los prín
cipes de la Ig le s ia que lo acompañan y el
d istin gu id o círcu lo que los rodea, si no pu
d iera aducir en m i favor, que m e encuentro
aquí á instancia de los reverendos padres
salesianos. N o debéis, pues, v e r en mis pala
bras sin o una m a n ife s t^ ió n del aprecio y del
respeto que me inspiran, y d el v iv ís im o deseo
de com p la cerlo s, aun quando h ayan e x ig id o
de m í a lgo superior á m is fuerzas.
S eñ ores:
L a v id a de D o n Bosco im presiona como
práctica del E v a n g e lio : su obra, cual p ágin a
de los Hechos de los A p ó s to le s ; y su retrato
está en la espístola á los C o rin tio s ; porqu e
era paciente y benigno, no era envidioso,
no obraba precipitadam ente, no se ensober
becía, no era am bicioso, no buscaba sus pro
vechos, no se m ovía á ira n i pensaba mal, no
se gozaba de la in iqu idad, mas se gozaba de
la verdad. T o d o lo sobrelleva, todo lo cree,
todo lo esp era, tod o lo soporta y nunca fe
nece >; por cnanto r e v iv e en sus hijos.
Elocuentes oraciones á su m em oria glosan
aqu ellas líneas, y de ellas su rge d e b u lto e l
fu ndador salesiano, tom a v id a y se nos pre
senta cual genuina encarnación de la caridad,
— espejo sin mancha con fu lgores do luz e te r
na, hom bre sin m ancilla á cuyo ju icio la vid a
« no era buena sino para padecer, no era
corta sino para trabajar. » (A p lausos).
C rece a l lado de una madre que era nna
mujer fu e rte , de acendrada virtu d , de im po
nente piedad y de una abnegación que la lle v a
hasta desprenderse de sus pocos bienes para
m antener a l estudiante y aun p ed ir limosna
para sostenir la pobre v id a del hogar.
T res hechos la pin tan :
TTn d ía v u e lv e su niño con la cabeza r o t a :
lo cura y le p roh íbe andar con muchacho.s
que así lo maltratan. É l, por complacerla, obe
decería; pero la observa que la herida ha sido
casual; que, cuando está con ellos, hacen su
g u s t o : no riñen, son buenos y no usan malas
palabras. S orprendida la m ^ r e v a cila : temo
im p ed ir un b ien : m ira á su hijo, re flex iva ;
y, presintiendo a l apóstol, concluye por de
c ir le : va puré.
Cuando D on Bosco recibe las sagradas ór
denes, o lla lo en trega i>or com pleto á Dios.
L e llam a aparto y lo d ice: — « E res sacerdote ;
€ dices M isa: ahora estarás más cerca de Joc Bucristo. liecuerda, sin em bargo, que, prin< cip ia r á decir M isa es com enzar á padecer.
< N o te a¡)ercibirás de esto in m ediatam en te;
€ pero poco á poco ver.ás que tu m adre ha
€ dich o la ver<iad. E sto y segura d e que, v iv a
« ó muerta, todos los días rogarás por m í:
« esto m e basta. T ú , de aqu í en adelante,
« piensa únicam ente en la salud d e las a lm a s:
« no te preocupes por m i en m anera alguna. >
!Más tarde, en m edio d e las ansias de la
muerte, esta madre ru ega á su h ijo la deje
sola; se h alla bien a sistid a ; su fre más con
estarlo v ie n d o ; le pide como ú ltim o fa v o r qu e
se re tire á orar por ella. Y e l hijo qu iere
protestar, — iq n ó hijo no lo h aría?... — pero
ahoga e l llanto, se dom ina y o b ed ece; v a se
gu ro d e qu e' su m adre q u iere y sabe m orir
b ien ; com prende que en los umbrales de la
e te r n id a d , n i la devoción d el hijo por la
madre, n i e l purísimo am or m aternal deben
d istraer á qu ien lucha y agoniza, y sin em-
— 42 bargo, se prepara á com parecer ante la ja s tic ia divin a.
L a influencia de semejante m adre no podía
dejar de grabar su sello propio en la v id a de
D on B oscoj y en efecto, m adre é b ijo se com
plem entan.
D esde la n iñez ejerce su m isión y sueña con
e l l a : le parece h allarse en una pradera, donde,
á bofetones, co rrig e á una m u ltitu d de niños
que blasfem an y obran m al, hasta qu e una
figura blanca y lam inosa le a d v ie rte j « l í o
con golpes sino con la caridad debes traer al
esto e l h ijo de José, s i se lo contásem os!
¡C óm o lo sentiríaI... » E n los alrededores del
caserío de B ecch i ocu rría a lg o a n á lo g o : los
padres para lo g ra r qu e sus pequeñuelos se
portasen debidam ente los am onestaban: « si
hacéis algu na tra vesu ra se lo direm os áJu au ecito. > Estas palabras bastaban para in cu lcar
obedien cia y docilid a d . E lla s tam bién prueban
cuan dign o discípulo d el D iv in o M aestro era
D o n Bosco desde su m ás tiern a edad.
L a hum ildad y la m ansedum bre; la fo rta
leza a lia d a á una bondad encantadora y atra-
Phiza de la Victoria ou Buenos Aires.
b ien á estos am igos tuyos. » L lo ra , a leg a su
ágnoranein, y por tiii cobra ánim o para obe
decer y cu m p lir la orden, cuando una señora
lle n a d e majosbvd le previen e « sea hum ilde,
fu erte y robusto... > Y los sueños se repiten,
y sueña encontrarse en e l campo, y v e va rios
corderos «im b ia rs e en pastores, y éstos se le
ofrecen como auxiliares para apacentar y d i
r ig ir una numerosa g r e y ....
Jja visiÓJi d el niño es la em presa in iciada
en tre sus compañeros de in fa n cia con un éx ito
s in g u la r, m erced á su tra to suave, jo v ia l y
a grad ab le, no reñ ido con e l contin en te g ra ve
qu e lo im im nía á los rapazuelos qu e aleccio
nara, haciéndose á la v e z seguir, apreciar y
am ar de ellos.
R efiere la M . Em m erich qu e la santa inñuencia d el n iño Jesús trascendía á ta l punto
en las criaturas qu e frecuentaban su compañía,
qu e las madres soban lle v a r le amistosas quejas
contra sus bivios, rogá n d ole les acoiiseiara esto
6 aquello, y á menudo x>onían á los chicos en
vered a con sólo d ec irles: — < ¿Q u é d iría de
y e n te ; grandísim a lim p ieza de corazón, una
in efa b le a le g ría de espíritu y una carid ad que
arde sin cesar, son sus principales virtudes.
D e su conjunto, como la flor se alza d e l tallo,
b rota la C on gregación Salesiana.
A l l í en con traréis, bajo form as sencillas y
aparentem ente fáciles, la práctica d e una ab
n egación constante y absoluta, sigu ien do e l
cam ino auténtico de la cruz qu e le señalara
su fundador. A l l í e l irre fra g a b le desm entido
d e que la mansedum bre sea in com patible con
las grandes empresas y con esos sacrificios
qu e sólo d ic ta e l heroísmo. ('A plausos).
Mauso y humilde, no se siente perplejo, sin
em bargo, para poner á ra y a á los qne le acu
san de faccioso, n i para bu rlar y desenten
derse d e los que lo hubieran enchalecado como
un loco. — I Faccioso.... lo c o ! — L o prim ero,
X>orque, así como el físico, experim entando con
e l im án sobre partículas v a ria s y dispersas,
las electriza, las agrupa en form as regulares,
y m ediante la p ola rid a d las im prim e una
m ism a d irecció n : así é l , ensayando su in -
— 43 —
fluencia sobre el pueblo, atrae á todos, — bue
nos, tib io s y descarriados, — los T ivifica , los
reúne bajo condiciones propicias, y m erced á
la gra cia , lo s conduce hacia su D ios... ( A p la u
sos). I G ra v e atentado contra e l orden pú
b lic o ! — L o segundo, porqu e y a no se trata de
un G a lileo , astrónom o g e n ia l y sabio m ate
m ático, desesperado por p robar con tra las
aparencias que en realid ad e l sol no naco
n i se pone, sino que la tierra, voltea n d o sobre
su eje, g ira a l rededor d el astro d el día. N o;
la situ ación es mucho p eo r; se trata de un
pobre aldean illo de Oastelnuovo, qu e com ienza
por declararse incapaz de nada por sí mismo;
que se a flig e y protesta con severidad cuando
4‘on ju sticia em piezan á llam ar « bosquinos »
á sus h ijo s: n ada m erece su n om bre: todo lo
a trib u ye a l espíritu d e su protector á la mano
de D io s. S in em bargo, creyen do en a lg o más
que lo qu e se ve, toca , se pesa, se cuenta y
se m ide, rebate con sus profecías á lo s o rá
culos d el p o s itiv is m o ; dem uestra qu e no somos
m ateria bruta, la cu al en sus evolu ciones se
o rg a n iza y se descompone, v iv e y muere, sino
seres ennoblecidos p o r un alm a in m orta l en
camino h acia una v id a fu tu ra ; y persiste con
firm eza en q u e é l y los suyos han de actuar
fervorosam ente en tre los llam ados á m over
o l m undo é im pulsarlo h acia las alturas donde
resplandece e l S ol de Justicia... jL o co, señores;
loco de atar',!... E m pero su locu ra es la locu ra
de la cruz, in exp liea b le para una m u ltitu d
-iobre las m árgenes d el J o rd á n : y , después de
<liez y n u eve siglos, no com prendida aún por
o tra m u ltitu d á orilla s d el P ó .... (A p la u s o s ).
Im p erté rrito y tenaz, aunque sonriente, lle v a
adelan te su obra, á pesar de las vacilaciones
de gente buena, em peñada en disuadirlo, —
m algrado las aberraciones y la persecución
de los que con ánim o perverso ponían piedras
en su camino.
A todos les hace frente, y, — cosa m a ra v i
llosa, — todo cede ante la palabra y autoridad
de hom bre tan sen cillo y tan d u lce: y él
llen a sus oratorios, y abre sus escuelas y funda
sus institutos, en condiciones de una duración
que re v e la e l jioder y la sabidu ría de sus
concepciones. (A p la u so s).
Soporta los escandalosos allanam ientos de
sus casas, las injuriosas in vestigacion es o fi
ciales y los vejám enes de funcionarios m al
dispuestos, ju n to con las conjuraciones ende
rezadas en contra d e su apostólica labor.
Consejos de m u nicipio. D irecciones de In s
trucción P ú b lic a y m in istros d e la ta lla de
F a r in i y de C avou r, se irrita n y están á
punto d e decretar la destrucción d e su obra.
E l, desbaratando las más insidiosas m aquina
ciones, lo s refuta, los convence y les arranca
la prom esa de no ser m olestado en adelante...
< I H a ce tanto b ie n ! » Im pertu rbable y se
reno persevera en su sagrado m inisterio y en
su n obilísim a m isión d e p a z; no im porta que
lo apaleen, qu e bandidos se em peñen en en
ven en a rlo; nada sign ifica que un día la bala
d el asesino en acocho le agujeroc la sotana
ó que los atentados contra su v id a se m u lti
pliquen. (A p la u so s).
E l no cejji, no desmaya, priM'.isamonte ]mvque es m anso; razón por la cual, no t<*niendi>
nada, todo lo poseo: como su Congregación
que se lanza in defen sa, fa lta de recursos, y
sin em bargo se ex tien d e y florece doquiera
em prenda sus tarejis civilizadoras. E u 61 no
h ay d eb ilid a d : so ha adherido íntim amente
á en modelo, San Francisco de Sales, y sigue
su huella. l i a p referid o á D io s á todas las
cosas, y confía en la P ro v id e n c ia : he ahí i>or
qne triu n fa. Su fortaleza debía necesariam ente
doblegar la m aligna tenacidad de los secta
rios: su encendida caridad derrotar la sinies
tra m alevolen cia de sus opresores.
L a cien cia de D on Bosco sorprende á los
qne ign ora n ó niegan, que, en los justos, hay
una intu ición que descubre la razón de ser y
e l secreto de las cosas humanas, y un subido
sen tir de la d iv in a l esencia que ilu m in a el
en ten d im ien to: sabiduría que es « un va p o r
de la virtu d de D ios, una sincera emanación
de l a claridad, del O m nipotente. » E ra gran
am ante d el lib r o , es cierto: e l lib ro era su
constante compañero y su solaz; em pero, n i
sus conocim ientos como h istoriad or y como
teólogo, n i su va ria d a erudición como hom bre
d e letras, n i la ló g ic a d e sn raciocinio, ni
las sagaces deducciones d e un espíritu o b
servador bastan para explicar su perfecto
a cierto en e l consejo, sus prediccioues del por
v e n ir, sus anuncios de catástrofes aun remo
tas, las soluciones tan adm irables como rá
pidas en las cuestiones de mucho momento
y en los g ra ves \ roblemas.
P ron ostica á monseñor C a gliero su episco
pado, las prelacias futuras de nuestro querido
padre Oostam agna y d el m ártir del Braaü no
le eran descon ocidas; y sensible es no se
encuentre entre nosotros un dignísim o sa
cerdote á quien m anifestara que su vocación
no lo llam aba á la orden do L oyola. n i á la
de A sís, que debía regresar á su p atria doude
habría de lle g a r á una alta dign id a d eclesiás
tica. E ra la m itra do Ancud, que esperaba á
nuestro lea l y excelen te am igo Jlonseñor
A n g e l Jara. (A p lausos).
P u ed e decirse que D on Bosco ca.si no ne
cesitaba convencer: decía sin m ayqr razona
m iento, convertía sin argü ir. E s que no era
posible desatender la palabra de wn hom bre
que respiraba sa n tid ad , que jnstificaba sn
doctrin a con p rodigios d e caritad, m ovía á
un mundo con Su fe, daba vista á los ciegos,
curaba los enfermos, m u ltiiáicaba panes, i)rodigan do m ilagros, como uno de los apóstoles
p rim itivos. (A p la u sos).
H e leíd o en los P roverbios, que, « así como
relucen de las aguas las caras d e los que se
m iran en ellas, así los corazones d e los hom
bres están manifiestos á los prudentes. » Es
lo qne pasaba con é l: tenía el don de escu
d rin a r los pensamientos, de discernir las in-
— 44 —
tenciones, leía en los corazones y en las con
ciencias ; y si bien se acomoda á las personas
más cu ltivadas como á las más incultas, si
aco£^a con igu a l afabilidad a l ric o y a l pobre,
al poderoso y. a l débil, no por eso dejaba de
estim ar á cada uno en grado d ife re n te según
la proporción de sus m éritos. E sta cla ro v i
den cia le servía para d ir ig ir á las gentes con
acierto y para saber em plear á los suyos,
ajustándose estrictam ente ó la m edida y al
carácter de sus aptitudes.
TIEliR A DEL FUEGO
F e li z linllnzaro.
X.io»« iloM p rim e ro s uiüos.
k caza del guanaco, mamífero de la
región p a t ^ n ic a y fueguina, abun
dante en esta, aunque no tanto co
mo en aquella, fué la que nos pro
porcionó casi exclusivamente, por
espacio de dos años, sabrosa carne para nuestra
cocina. Cada tercer día, 6 por lo menos dos ve
ces á la semana, constituía la única ocupación
de dos individuos de la casa.
ü n dia, habiendo salido estos para hacer pro
visión de carne, volvían dos horas después de
anochecido sin haber podido cazar nada. Cami
naban cerca de un matorral, cuando percibieron
Eeunía, en verdad, todas las virtu d es y
dotes requeridas para d a r cim a á la gran
em presa salesiana: y se conciben e l entusiasmo
que deapartara por su obra, y las aclam acio
nes que en todas partes recib iera e l hom bre
hum ildísim o y anonadado ante su D ios, ^
sacerdote d e incontrastable y h eroica perse
verancia, santo, discreto, certero, constante,
seg u ro , amante d e l b ien y amador d e loa
hombres. (
(S e continuará.)
un ruido que de él
procedía, se aproxi
man, le rodean y á
una penetran en él
por distinto sitio, pen
sando encontrar lo
que en vano habían
buscado todo el día.
Pero ¿cual no sería
su asombro cuando
lugar de lo que
creían h allar, ven á
dos infelices criaturas
acurrucadas al pié de
un árbol, medio des
nudas, pues para cu
brirse no tenían más
que algunos miseraWes andrajos de piel
de guanaco, transidas
de frío, estaba nevando,
tiritando, en fin, más
muertas que vivas ?
Conmovidos á la vista
de tan lastimoso cua
dro, se bajan de los
caballos y con sumo
cuidado los suben á ellos y con tan precioso ha
llazgo se dirigen á la misión. Sumamente intranqui
los estábamos ya, temiendo no les hubiese acaecido
alguna desgracia, cuando á una hora bastante
avanzada de la noche, entra uno de ellos, y di
rigiéndose á donde yo estaba, me d ice: « Padre,
mire el guanaco que le tra ig o ,» mostrándome, al
decir esto, un niño de nueve á diez años, bien
formadito, alto, pero muy flaco y sucio, con el
pelo y las uñas estremadamente largos y tem
blando de M o de piés á cabeza. ¡Pobrecito, qué
compasión me produjo! T ¿cómo no si estaba en
tal estado que hubiera enternecido á una fiera?
L e arropamos bien con una brazada de lana, y
le dimos un buen pedazo de carne, logrando rea
nimarle un poco.
Mientras tanto el otro cazador no ven ia;pre
gunto al primero y me contesta que se había
quedado un poco atrás, pero que no tardaría en
llegar. Efectivamente, aun estábamos hablando,
cuando oímos las pisadas de su caballo que se
aproximaba: salgo á recibirle y me presenta el
otro niño que era más pequeño que el primero.
jPobre criatura! ¡E n qué estado más lasti
moso se hallaba! L e tomo de la mano, y abra
zándole, lo llevé dentro de la casa y cubrí con
una brazada. Apenas se hubo calentado algún
tanto, le presenté un buen trozo de carne asada,
á cuya vista se animó un poco el pobrecito, mi
rándola de tal manera que parecía que se la
quería comer de un solo Iwcado; pero tanta era
su debilidad, que apenas tenía íueraas para mas
carla. Poco á poco, pues, se la fué tragando, más
bien que comiendo. Luego les preparamos sus
camitas, é inmediatamente se acostaron.
tismo José Simón, formaron el primer
permanente de la Misión Salesiana (1 ).
•T o k <S
núcleo
X iiiitlu ^ '
E1 cuarto que entró en la misión, fue un jo
ven de dieciocho á veinte años, llamado José
Benito Sunday, del cabo de esto nombre, en
donde el año anterior le habíamos encontrado en
compañía de su padre Simeón Nostén, habiendo
permanecido entonces dos días con nosotros.
Presentóse, pues, ahora en la misión, y coiik
era primo de José Santiago, y según parece, tío
de José Juan, creimos que venía para llevarse
los, pero sucedió muy al contrario, pues habién
dole gustado nuestro género de vida, y atraído
por el buen trato que lo dimos, que
dóse con nosotros, aunque en rigor no
podemos decir permanentemente, pues
su manera de vivir era la siguiente:
permanecía con nosotros de quince á
veinte días, haciendo lo menos y co
miendo lo más que podía, pasando el
tiempo bromeando y divirtiéndose con
los muchachos; marchábase después á
vagar por el campo, que él llamaba
suyo (campo mío, decía, indicando cuanto
abarcaba la vista en rededor) volviendo
después de otros quince ó veinte días.
Lo bueno que tenía este joven y lo
que nosotros sacábamos de sus fre
cuentes idas y venidas, era que rara
vez volvía solo, trayendo á uno ó varios
compañeros, de los que algunos se que
FuoguinoH Anas.
daban con nosotros atraidos por lo bien
i. José Isidoro Pelado, — 2, María Eulalia su mujer. — 3.
que se les trataba y aficionándose los
José Bautista Roca. — i. M*. Teresa Gama de Diass.
demás á nosotros, á nuestra casa y á
nuestro modo de vida. Servíanos ade
más como de via de comunicación entre
loe indios lejanos, diciéndoles lo que yo
A l día siguiente les cortamos el pelo y las
le encargaba y trayéndonos su contestación, re
uñas, les lavamos bien y les vestimos, y como
firiéndonos todo lo que veía u oía, en fin, como
no estaban acostumbrados á esto, al verse con
una especie de correo.
los brazos, piernas y cuerpo envueltos en tela,
quedaron como si se les hubiera atado con ca
• J o s ó O a u ti^ ^ ta R o c a
y «Jo«<S « T o a q u i u T i e r r a .
denas, embarazados y sin saber como moverse;
pero después que hubieron dado los primeros
Poco después que el anterior, vinieron á la m i
pasos, coa miedo y como probando á andar, y
sión otros dos jóvenes de quince á veinte años, lla
reídose bien á su sabor mirándose á sí mismos
mados José Bautista Boca y José Joaquín Tierra.
y al compañero y visto que se podían mover
Habiendo ^ tos pasado un día por delante de
como querían, y principalmente que con ellos es
nuestra residencia, de vuelta de la casa cargados
taban preservados del frío, consintieron en que
(1) He dicho ntícleo permaneute, porque SDt«riore«
darse vestid(». Póseles por apellido Belmonte y
á estos habían Tenido otros mochos níAos j jóvenes,
Mata, por el lugar donde fueron hallados, y des
pero á lo más habían estado con nosotros de diez á
pués que los hube preparado convenientemente,
doce días, marchándose después para no volver más.
Por cierto qne en una ocasión nno de ellos se llevó
los bauticé, llamándolos José Santiago y José
nuestra perra de caza, pero se le escapó j volvió al
Joan. Estos, con otro qne vino poco después y
día sigmente travendo al cuello el lazo (de fapa) con
á quien llamé Delfrío, porque cuando me lo pre qne la había atado. Otro se llevó también an í«ballo.
pero este, llegado á nn punto, lo tiró, volviéndoss á
sentaron estaba tiritando, y después en el bau
casa.
í
.1
— 46 —
con unos cuantos centenares de tucus-tucus cada
uno con aquella confianza y tranquilidad que
da hi seguridad de no ser por nadie molestados,
como por las muchas relaciones que ya tenían
con la misión les constaba, me encontré con ellos
y les hice pasar un buen rato, haciéndoles infi
nidad de preguntas en tono festivo, á las que
ellos contestaban del mejor modo que podían,
procurando dar á sus respuestas toda la gracia
que en su pobre ó inculto ingenio les era dado
encontrar. Les insté á que se quedaran en la
misión, y aunque no lo hicieron aquella misma
noche, volvieron á los pocos días.
Fueron los dos desde el principio de los más
aficionados y que mayores beneficios reportaron
á la misión, en especial José Bautista Roca,
joven muy servicial, que en poco tiempo salió
buen labrador y carretero, yendo él mismo en
busca de los bueyes, trayéndolos, unciéndolos al
carro y trasportando en él cuanto en la casa se
necesitaba, haciendo todas estas faenas con la per
fección que el más consumado carretero las hubiera
ejecutado.
Después de estos, llegaron á la misión otros
dos jóvenes, ambos de unos veinte años, el uno
del norte y el otro del sur, llamados respecti
vamente José Matías y José Felipe.
Aprovechando el vapor T o rin o que á fines de
Octubre de 1894 había venido para traernos v í
veres y materiales de construcción me embarqué
en él para Puntarenas, llevando en mi compañía
á estos dos indios, juntamente con Joaquín. B e
nito y los otros tros más pequeños con el fin de
premiarles sus buenos servicios con esta excur
sión y para que al mismo tiempo empezaran á
conocer á los civilizados y aprendieran práctica
mente do ellos algunas cosas, ya en cuanto al
lenguaje, ya en cuanto á las costumbres.
Las muestras de admiración y estupor que
dieron á la vista de las casas alineadas formando
calles y al comtemplar tan grandes y hermosos
edificios y al ver á tan gran número de personas
y el ir y venir incesante y en todas direcciones,
más que para descritas, son para imaginadas.
Después los llevé á visitar la misión de la
isla Dawsón en donde, por aquella fecha, no
había, con raras excepciones, más que Alacalufes
ó indios de los canales, estando ya á pesar de
esto bastante adelantada. N o les dejé permanecer
por muchos días en ella por causa de los A la
calufes que, desde muy antiguo, eran declarados
ó irreconciliables enemigos do los Anas, y los
que aun los miraban con desprecio. Para satis
facer sus ardientes deseos y al mismo tiempo
para que con ellos comunicasen las impresiones
recibidas durante aquella excursión, á m i vuelta
los devolví á los suyos. Quedaron estos no poco
contentos al volverlos á ver después de una au
sencia de dos meses, y se disiparon como el
humo los temores que habían concebido sobre
su suerte; temores no infundados por cierto pues
una triste experiencia les había convencido de
que todo aquel que abandonaba la patria, no
volvía á pisar más el suelo amado.
Y a antes de partir, yo les había asegurado
la vuelta. Por otra p a rte, ni amenazas , ni
promesas mías les forzaron á acompañarme: en
mi deseo de premiarles se lo había consentido.
A sí que mucho fué lo que creció en sus co
razones el cariño que ya sentían hacia mí y tra
ducían su agradecimiemento en actos de sumisión
y obediencia. En su sencillez me llamaban;
C apitán tololichen (de buen corazón).
N o había sido otro el objeto de mi ida á
Puntarenas, que el de encargar un nuevo carga
mento de maderas, útiles y víveres con que dar
mayor impulso á la construcción de los edificios
de la misión. Interinamente, a l frente de esta
había quedado un sacerdote, que como arquitecto
que era, dirigía á la vez los trabajos de los car
pinteros y oficiales. Cuando todo el material
traído se tubo desembarcado, Benito, Joaquín,
Felipe y Bautista lo transportaron de la plaza
al sitio donde debía alzarse la misión, cargando
y descargando, guiando los bueyes con tal ha
bilidad que no parecía sino que en toda su vida
no habían trabajado en otra cosa.
G r a c i a s
MARIA A U X I L I AD O RA
J>£ai*ia s a l u d d e l o s e u f ^ i 'm o s .
L a Sra. P a z C la v ijo , distin gu ida bienhechora
de la O bra de D . Bosco en esta ciudad, cayó
gravem ente enferm a de un ataqne en la ca
beza. L o s médicos la habían y a desahuciado;
l>erdida, pues, toda esperanza humana, se
pensó acudir á la Salud de lo s enfermos, á
la V ir g e n A u x ilia d o ra .
Con este m o tivo fu i llam ado á la cabecera
de la enferm a. L e d i la ben dición d e M aría
A u x ilia d o ra , y anim ándola á ponerse en sus
manos, le prom etí que en aquella m ism a tarde
haría p rin cip ia r por los niños d el C o legio,
nna n ovena á la A u x ilia d o ra de los C ristia
nos, para obtener la salud.
— 47 —
jOh p ro d ig io ! A l día sigaien te me presenté
an la casa de la enferm a para pedir noticias,
Y con muy grande consuelo supe que había
pasado m u y buena noche y que estaba en
vías de m ejoría; esta sig u ió d ía por día y
i l presente se h alla perfectam ente bien.
Sean dadas las gracias á M aría A u xiliadora.
J osé R b y n e r i , Pbro.
La Paz, 2 de Agosto do 1900.
G-rneias A Mai’íu A.iixllln4loi’a..
H a cía 11 años que m i esposo no se confe
saba. D u ran te este tiem po luce verdaderos
esfuerzos para que se arrepintiese, y nada
pude con segu ir; entonces enterándom e de
los p rodigios que hacía esta gloriosísim a
M adre, recu rrí á E lla, com prando la m edalla
y l a . coloqué debajo del colcbóu á la ca
becera. O frecí que si se confesaba lo haría
pu blicar en e l B o l e t ín Saleslano y que en
acción de gracias com ulgaría toda la fam ilia.
lOh p ro d ig io ! H ic e la n oven a y á los pocos
días encontré á m i m arido con un lib ro exa
minándose y m e m anifestó que qu ería con
fesarse. ¿Q u é gozo no sería para m í a l ver
qu e se cum plieron mis deseos? H asta ahora
sigu e frecuentando lo s Sacramentos.
U n a Oo o per ad o e a Sa l e s ia n a .
Lima (Perú), Agosto de 1900.
M.nri<i A-uxilindora.
tiúuufadoi’u en u.u pleito.
L a Señora N". de esta Ciudad, estaba m áy
m olestada desde algú n tiemi>o p or un p leiji)
injusto. Y a se había gastado mucho y aun
no se v e ía una próxim a solución á tan in trin
cado asunto. E n buena hora se pensó poner
en manos de M a ría A u x ilia d o ra . Con este
ñu se comenzó uua n oven a y a l sexto <lía
e l p leito se había concluido, h abiendo tenido
un éx ito m uy fe liz para d icb a Señora.
A g ra d e c id a d e tan señalado favor, desea
que se publique eu e l B o l e t ín Sa l e s ia n o
la gra c ia recibida.
J osé R a y n e u i , Pbro.
La Paz, 2 de Agosto de 1900.
G racias ¡ oh 3Xui*ia!
A g o b ia d o por unas m alignas fiebres tifoideas
por espacio de un mes y a cía desahuciado eu
e l lech o d el dolor. Todos lo s médicos traba
jaron con ahinco para salvarm e, pero por fin
confesaron que todos los recursos de la cien
cia m édica habían acabadlo para mí. Vanas
é ineficaces parecían tam bién las oraciones
y novenas que hacían en nuestro In stitu to
y en las Casas Salesfanas de la comarca.
X o parece sino que M a ría qu ería probar la
fe y confianza d e los qu e tan d e vera s la
im ploraban. C onfortado con todos los anxílio.s
espirituales, esperaba com pletam ente confor
mado que se cumpliese en tod o la volu ntad
de D ios.
L a enfermedad hacía tan grandes pw grosos
que de uu momento á otro parece que dt‘bia
dar e l últim o suspiro. Todas bvs seüalivj de
una inm inente muerte se notaban eu toóo
m i cuerpo, l ’ ava a gravar más mi situación,
m i gjvvgantív quedó lairalizada de modo que
inútiles eran todo.s los esfuerzos que Inu'ían
los que m e asistían eu Imeeriue tomar las
inedicin;w y alimientoa, pues me era d el todo
im posible el tragarlos.
En tales momentos de angustia, m i querido
d irector Sr. 1). A im e, autos <le qu oespirasis
bajó presuroso a l altar de M aría .\uxiliadora
y con aquella confianza y fam iliaridad que
tien e con nuestra buena Madre, pidió gracia
para e l que estaba arriba agonizando. D es
pués do rezado e l AconUws, una vo z in terior
le h izo creer que la gracia Inibía sido con
cedida. A l impulso de esta voz .subo do nuevo
á m i cama, toma la m edicina y con tono im
perioso m e d ic e : « G-uillerino: la V irg e n lo
quiere, tom a la m edicina, que aun no ha lle
gado tu h o r a : M aría A u x ilia d o ra no quiero
que te mueras....I » y me aplicó la mediíúna
á los la b io s ; io h portento! tom é la medicina
y alim entos con ta l facilidad, que los lier*
manos que estaban presentes no pudieron
menos de exclam ar que lo que acababan de
v e r era uua gra cia señaladísima.
D esde entonces, todo lo lo m ó ; las calen
turas fu eron bajando rápidam ente, y en poco
tiem po m e he encontrado com pletam ente sano.
¡O h M a ría ! iO ó m o podré pagarte, decía,
estíi g ra cia tan extraordin aria? Enseguida
l>en8Ó eu uu buen ox-voto que a l presento
está colocado eu su precioso altar, poro á fin
(le que se h aga público e l fa vo r, ruego Sr. D i
rector, inserto Ja presente relación en nuestro
B o l e t ín Saliosiano y sea uua prueba más
do la bondad y protección de M aría A u x ilia
dora á los que do veras la invocan.
G u il l e r m o V iñ a s .
lastituto SaltíHÍauo de Barcelona.
I> O W f g V H O t U H O M I X i C i u l e S .
Juan M anuel R ivas, natural de Topas (S a
lam anca), ven ía i)a<Ieciendo muchísimo de
una hernia. « Empecé, dice, á h acerle una
n oven a y á los dos (lía.s obtuve lo que le
había pedido. D o y m il gracias á J la ría S an
tísim a A u x ilim lo ra y cumplo m i promesa
haciendo público e l fa v o r recibido. * A g u e d a
Ivolláu, del mismo pueblo, pidió y o b tu vo la
curación de una niña. Cada uuo en vía de l i
mosna cinco pesetas.
(Gloria por siempre á la qu e es y será
Salud de los enfermos!
J u l iá n M.* S á n c h e z .
¡ Q u é h u e n a e s M a r í a A u x ilia a o í* u l
A b rig a n d o la firme persuasión de que sólo
á la protección de nuestra angosta Madre
M a ría A u x ilia d o ra , debo la v id a de m i que-
— 18 —
rid a mamá, sin perjaioio d el cum plim iento
d e las promesas ¿echas, m e decido á pu blicar
el hecho para g lo ria d e María.
A ta c a d a de una te rrib le enferm edad (intlueiiza com plicada con catarro pu lm onar) y
considerado el caso por e l D r. Llam ado,
declara la gra ved a d suma, tanto p o r e l ca
rácter que presentaba la enferm edad cuanto
por la edad de la paciente que cuenta G9 anos,
líntonoes pedí con todo e l fe r v o r de m i alma,
% nuestra Santa M adre, d e v o lv ie ra la salud
á m i qu erida madre, que ya em pezaba á ne
garse á los nieilicam entos; coloqu é debajo de
su almohada, una m edalla de M aría A u x ilia
dora, y con ánim o y resign ación m e entregué
á sus cuidados. A l momento pareció agravarse
la enfermedad, pero después de algunas horas
de crueles sufrim ientos em pezó á operarse en
olla n otable mejoría, tan rápid a qu e en pocos
días pude v e r á m i m adre amada en conva
lecencia, á ta l'p u n to qu e h oy se h a lla tan
sana como lo estaba antes de caer en cama.
E n agradecim iento h ago pú blico este in sign e
fa vo r á fin de estim ular á los que lo lean á
recu rrir á esta buena M adre, á quien no en
van o se la honra con e l títu lo de M aría A u
x ilio de los Oristianos.
B e r n a r d in a P. G a l a r z a ,
congestión cerebral ofrecí áM . A., sí le daba la salud,
publicar esta gracia: liabieudo obtenido su restablecimieuto á los dos días llena de agradecimiento cum
plo lo prometido. — I\ Sandobal, de Granada (Nioa1‘agiia^: Doy gracias á M. A., por favor recibido. —
Catalina C. de López, Braulio Angulo, CandelaHa JUarazán, Flora Delgado, Teodora Burgos y Alfredo López,
de Id. dan gracias y una limosna á M. A. por favores
recibidos. — F. Sandohal, de Id 6 Ignacxa Rojas de
Diriá han alcanzado favores especiales. — Bex-nardo
Tristdn F., de Lontné (Venezuela): M. A. libró de la
muerte á mi esposa 6 hijo; ambos enfermos de pul
monía. Prometí dar uua limosna y hacer una novena
y la mejoría fuó bastante rápida, por lo cual suplico
se publique para contribuir á propagar su gloria. —
rioeníe Pérez y Griselda Salcedo, de Yaritagua: dan
gracias á M. A. por favores recibidos y acompafiau
una limosna, suplicando se publique eu el Bo l e t ín . —
E. B. de N., de Molles (Payaandó). Tenía gran peca
por los obstáculos que había para poder salvar su alma:
ofreoí una Misa á la qire es Auxilio de todos y en
sufragio de las almas del Purgatorio y al momento se
.allanaron todas las dificultades.
-í—
i-
U EST R A
C O M E S P O N D E N C IÁ
íia
‘’4?>^.5 5 «/?>•.V''
4
Cooper. Salesiaua.
Las Maulas (Sorlauo) B. O., Juuio 19 de 1900.
Catalina J. de López, de Almendro: Doy giauius ú
M. A. poi haberme curado de unos violentos ataques
que padecía hace siete años, siendo en mí inútiles los
medicamentos: doy dos pesos fuertes de limosna. —
Fraaoisoa Monteverae, riada de Luis Hozas de Burgos.
Una sobrina mía estaba grave con accidentes epilúnticos; le puse una medalla de M. A., y ofrecí publioav la gracia y dar una limosna: boy lo hago pues
se ououeutra completamente restablecida. — Aurea
Montrverde, de Id.: Estando enferma una persona de
familia, y temiendo el uuSdioo fuese tifus la encomen
dó lí M. A., y ofrecí publicarla gracia en el Bo letín
y mnudiir una limosna. La enferma recobró la salud
y cumplo lo premetido, — £ l Rdo. D. José liochaca,
do Urgel, da gracias ú aI. A. por uua gracia recibida.
— Úna h\ja muy deroia de la Santísima T^rgen, de Almodóvar. Halliíudome ima noche en uu grave apuro
me eucumaudé ú M. A., prometiendo hacer tres no
venas, y publicar la gracia, y á la maQana siguieute
todo estaba arreglado. En otra ocasión teniendo que
hacer mi pago unas personas, allemidas mías, o ñ ^ is i
eucoutrabau el dinero publicar la gracia, encomeudando el asunto á M. A.: pocos días antee de cumplir
el plazo y por uu conduot-o que no esperaban recibie
ron el dinero, siendo manifiesta la protección de la
Sma. Virgen, — Rohei lo G. Xandiu, de Cádiz : Teniendo
uu asuuto que resolver y sin medio de mí conocido
para conseguirlo acudí á M. A. empezando una novena,
y antes de terminarla obtuve la favorable solución.
En Bocióu de gracias le remito 25 pesetas. — La M.
ie Camposagrad^o, de V illa Peña Rubia (Asturias):
.Miles (te gracias á Nuestra Sefiora M. A., por haber
curado á mi hija. — II. T. A., de Orizaba, da gracias
á M. A. por una gracia recibida y le ofrece una li
mosna. — A/anía de Asunción F., de Id : da gracias á
M. A. por grandes favores recebidos de su boudad
maternal m concederle la salud de un enfermo. —
Una Cooperadora, de Chalohicomula: Gracias mil á
M. A., por haber obtenido una amiga la salud después
•le haberle hecho una noveua. — Teresa Charles de
Sarro, de Puebla; Estando uno de mis bijos con uua
8. V U IS N S 6 E L 8 H 0 R T 8 (Bai-oeíona).
’oma de hábito y üesta de la
Perieim a.
Sr. Director del Boletín Salesiano .
Muy Sr. nuestro: El día 29 de Nov. era, coido
todos saben, el priiuero de la novena de la Fu
lísima, y nosotros la comenzamos con ese ardor
y (Mitusiasmo propio únicamente de salesianos y
e6p:iñules. Esto me excusa el decir que todos los
días iiubo letanías en música, solemne Tantum
ei-go y uua plática para inflamar más en nuestros
corazones el amor hacia nuestra excelsa Pationa.
Desde el tercer día la iiesta fué doble, pues em
pezamos un triduo de preparación para la toma
de hábito, sin interrumpir por eso la novena, ya
que ambas cosas se conciiiaban admirablemente.
Pero era ya el último día del triduo, 4 de D i
ciembre, y jK)cas Loras faltaban para que los 26
jóvenes que lo hacían vieran complido uno de
sus más ardientes deseos, el de vestir la librea
de D. Bosco, cuando la Virgen Purísima quiso
tra.splautar do este valle de miserias al jardín de
su gloría á uno de nuestros clérigos qne desde
algún tiempo yacía postrado por una doiorosa
afección de corazón. Edificante fué su muerte y
admirable la resignación con que la aceptó, á
l)esar de los nobles fines que le habían traído
aquí y que él dejaba por cumplir. Joven nicara
güense (le las más balagüefms esperanzas, al ha
cerse hijo de D. Bosco tenia por mira el poder
introducir á los Salesianos en en desdicha^ pa
tria, donde, como es sabido, no se admite á
— 49 —
religioBOS extranjeros. El Señor en sus inescruta
bles designios lo dispuso de otro modo, pero per
suadidos estamos de que Adolfo Zambrauo (que
tal era su nombre) será para Nicaragua lo que
el príncipe Czartoriski fué para Polonia, haciendo
desde el Cielo, donde sin duda está, ingresar á
muchos compatriotas suyos entre los hijos de Don
Bosco. No podemos menos que mandar desde aqiii
nuestro pésame á la desconsolada madre del que
rido difunto, asegurándole al mismo tiempo (jue
no dejaremos de pedir al Señor le dé resignación
por tan sensible pérdida y le recompense con
creces el sacriñcio que hizo entregaudo su hijo á
Dios N . S.
pector veintiséis jóvenes resueltos todos á no
abandonar jamás los pendones de N. P. D. Hosco.
A las 10 cantamos la Misa en suñ'agio dcl alma de
nuestro querido Adolfo, y á las 3 do la tardo le
acompañamos á su última morada on la tierra.
Pero la ñosta de la Purísima nos atraía irresis*
tiblemeote. ^Debíamos dejar do tributarlo los solemues cultos que teníamos proparadosf (Kra pru
dencia cou la memoria tan reciente de una muertt'
en casa, dar imieba solonuiidad á la fiesta t Y
4 por qué n ol Esto no hacia más que aumentar
nuestros deseos de amar siempre más á nuestra
Madre celestial, para merecer la singular gracia
de tenerla propicia en el liltimo tranco. Así es
Alumnos de la Cusa Salesiauu do La Paz (B olivia).
Podría creerse que este suceso haya estorbado
la función de la toma de hábito; pero si bien es
verdad que no se la pudo dar la exterior solem
nidad que teníamos proyectada, esto fué todavía
un estímulo mayor para no retardar tan impor
tante acto. Porque ^qué mejor ocasión para morir
al mondo, qne tener ante los ojos nn difunto?
¿ Qné mejor estímulo para darse todos al Señor,
que el haber oido poco antes de boca de nuestro
llorado Adolfo estas palabras; ¡Qaé dicha es morir
siendo lUjo de D . Bosco! ^ Con qué ardor no abra
zarían el hábito qne les aseguraba una santa
mnerte, los qne tenían á la vista á uno, qne por
.aquel mismo camino había alcanzado (como con
tadamente esperamos) aquella felicidad que en
este va lle de lágrimas inútilmente se basca? Por
eso no se aplazó el a cto , y al día siguiente por
la mañana, antes de la Misa de comunión reci
bieron la sotana de manos de nuestro Rdo. P. las
que en los últimos tres días de la novena tripli
camos nuestro fervor y devoción para darle á
María todo, hasta la última fibra de nuesfros co
razones.
Amaneció radiante de júbilo el $ de Diciembre...
Y lo demás, por sabido lo dejo. Motetes, misa
solemne^ panegírico, vísperas.... todo de lo más
escogido que puede imaginarse. Por la terde ve
lada músico-literaria, que, á juicio de todos, fué
la major que se ha hecho hasta hoy en esta casa,
L a parte literaria, lucidísima. Cuanto á la musi
cal, sólo diré qne con la afinación con que nues
tro coro interpreté la música de Petrella, Capoccí,
Campana, etc. hacían singular contrasto las no
muy afinadas cuerdas de nuestro único y viejo
piano. I Pobrecito, ya chochea! Y eso que en al
galias casas de esos mundos de Dios ha de haber
más de uno qne podría sostituirlo admirablemente,
y se estará en un rincón con dos dedos de polvo
— 50 —
sobre el teclado. ¡ Cuánto no agradecería nuestro
maestro de música á quien hiciera la caridad de
dejárselo despolvorear con sns dedos! Esto entre
parántosis. Como digno remate de la velada pro
nunció nuestro Sr. Director algunas palabras in
vitándonos á formar allí mismo propósitos de no
cejar nunca en el amor hacia la Sma. Virgen, y
preferir antes la muerte ó ser ingratos á tan ca
riñosa Madre, y terminó dándonos la bendición
de María Auxiliadora.
Y acabo esperando nueva ocasión para entre
tener á Vd. y á los lectores del B o lk tín .
LA.D1V.
8. Vloens delH Horts, 11 de Dioiouibre de 1000.
U
fA K
(B o liv ia ).
Señor Director del Boletín Salesiano .
Respetable Señor: Persuadido de que le ha de
proporcionar un grato placer la descripción de
la llegada de S. E. Rvdma. Mons. Pedro Gasparri
á esta ciudad, así como también la pequeña fiesta
que didicamos ó S. E. el día 7 del presente mes,
lie de narrar, aunque brevemente, tan fausto suceso.
Es la primera vez que un Delegado, de S. S.
visita esta nación. Su llegada debía ser el día 22
de Septiembre} por esto tanto desde el día ante
rior cuanto el mismo día muy de mañaua habían
salido algunos coches, para Puerto Pérez (pueblo
situado ó las orillas del Titicaca) conduciendo los
unos á varios representantes de las autoridades
civil y eclesiástica, y los otros á distinguidas per
sonas, tanto del clero como del Estado, los cuales
esperaban al Excmo. Sr. Arzobispo. A las 2 lle
gaba á las' puertas de la ciudad seguido de nu
merosos coches y un sinnúmero de personas, de
toda edad y condición. Habiendo llegado el coche
del Ecxmo. Señor Presidente de la República, Dr.
D. José M. Pando, fué invitado Monseñor á subir
en él. ¡ Quién podrá describir el universal entu
siasmo que se apoderó del corazón de todos! Es
tal la aglomeración de gente qne ni aun el coche
puedo dar un paso.
Do todos los balcones penden banderas y bla
sones y todas las personas se arrodillan para re
cibir l*a l>eudición. El E.xcmo. y Rmo. Señor Arzo
bispo es entonces el blanco de una lluvia do fiores.
Idogado frente á la Iglesia de los P P . Francisca
nos, que es la primera que se encuentra entrando
en la ciudad, es recibido por los alegres acordes
de una marcha tocada por nuestra banda de mú
sica y por los representantes de todas las socie
dades y cofradías qne enai-bolau sus ricos y flameiuites estandartes.
Monseñor entonces bendice ó todos y continúa
su marcha en dirección al palacio episcopal donde
debía ser su residencia. La banda del Colegio y
todos los alumnos internos entraron en el siüón
y mientras los músicos tocaban algunas piezas de
su numeroso y selecto rejiertorio. Monseñor habló
familiarmente con el Señor Director y con los
demás salesiamvs y alumnos del Colegio. Revestido
á las 4 de las insingias jmotiñcales, se organizó
una procesión solemne compuesta de todos los
Colegios, de las cofradías y comunidades religio
sas, yendo Monseñor bajo uu lujoso palio rodeado
de los Señores Canónigos y seguido dq la banda
del Colegio.
Habiendo llegado á la Catedral se acercó con
muchísima dificultad al altar mayor donde tomó
asiento en nn trono preparado al efecto. Rezadas
las oraciones del ritual en seguida se entonó nn
solemne Te Deum en acción de gracias estando
el Santísimo expuesto. Termina e l acto con la
bendición papal y después, aclamado por nn nu
meroso pueblo, regresa nuevamente en procesión
al palacio epíscopm.
S. E. Rma. aceptó muy gustoso la invitación
que le hicimos de celebrar la Misa de comunidad,
no pudiendu realizarse á causa de su quebrantada
salud. Sin embargo vino su digno Secretario y
todos los alumnos recibieron la santa_ Comunión.
A las 10 y 1/2 llegó también Monseñor y mieutras la banda le saludaba con una marcha triunfal
y le acompañaba á la capilla, los cantores lo sa
ludaron con el Sacerdoe et Pontifez de Monseñor
Cagliero. Revestido S. E. lima, de los ornamentos
pontificales, administra á algunos alumnos in
ternos y externos el Sacramento de la Confirma
ción. Fué padrino de los 4 alumnos internos el
Sr. Dr. D. E. Villazón, Miuistro de relaciones
exteriores. También presenciaron la solemne ce
remonia el Sr. Presidente de la Municipalidad y
otras distinguidas personas. Acabada la función
Monseñor se dignó tomar parte en el modesto
almuerzo preparado' en el Colegio, compañándole
el Sr. Ministro, <*1 Sr. Presidente de la Mnnicipalidad y el Sr. Rector de la Universidad.
A la 1 y 1/2 faimos al improvisado salón donde
debía celebrarse una academia, habiendo ya f‘U
él numeroso y selecto público. Se dió principio
al acto y todo resultó mny bien, dejando gratas
impresiones en todos. Aunque tarde, por motivos
de salud, también nos honró con su presencia el
Excmo. Sr. Presidente de la República. A l fin del
acto tomó la palabra S. E. Rma. diciendo g^ue
amaba de una manera especialísima á la Institu
ción Salesiana: 1.® por haber nacido en Italia ;
2.“ por haber tenido el honor de conocer á Don
Rosco, y 3.® porque en ella se baila la solucióu
del gran problema social del obrero. Terminó
agradeciendo ó los Señores que so habían dignado
honrarle con su proseiicia y concluyó con afectoosivs
palabriks animando á todos los alumnos.
Estamos preparando la fiesta de la claosara
del año escolar que tendrá lugar el 21 del pre
sente mes. Además de la acostumbrada distribu
ción de premios se inaugnrarán dos nuevos talleres:
el uno de mecánica y el otro de escultura y plás
tica ; por primera vez haremos una pequeña ex
posición de los trabajos hechos por los alumnos.
En fin, encomendándome á sus oraciones, me
suscribo de Ud.
Afmo. A. y S. S.
José R etnebi.
L a P u , 17 de Octubre de IdOO.
(F’arafuay).
Sr. Director del Boletín Salksiano .
Mnv Señor mío:
I jU D ivina Providencia se ha dignado visitar
á nuestros amigos de V illa Concepción y nos ha
arrabatado á uno de nuestros mejores Coüi>ei-a-
«lores. Sa muerte ha sido tun santa, y tan dulces
sus últimos momentos que mei'ecen conocerse,
pues dejan ver claramente como Dios protege y
remunera á los bienhechores de los huérfanos y á
les qu6 cooperan á la salvación de la niñez.
Pocos meses ha, le daba cuenta de como los
Salesianos se habían instalado en V illa Concepció n j'y de la fiesta que realizamos con motivo de
la inauguración de un Colegio para niños externos.
A pesar de la pobreza é incomodidad del lugar,
aquella fiesta había despertado en muchos el en
tusiasmo y enfervorizado el celo de muchos co
razones amantes de la civilización y del progreso.
Tuve aquella vez ocasión de conocer al padrino
de la ceremonia, el Sr. Don Julián Quevedo ( q.
é. p. d.). Era una de esas almas grandes y pri
vilegiadas y ó quien Dios guiaba por secretos
Taller de Carpintería de la Casa Salesiana
(caminos, cuya grandeza Dios mi.smo se había re
servado la oportunidad de manifestar.
Hombre de regular fortuna, v ivía en estos úl
timos años alejado de la política y casi diríamos
de la sociedad, á treinta leguas de la Villa. Había
tomado parte en la guerra de la Triple Alianza,
y después se había dedicado á la medicina, ejer
ciéndola, por muchos años con general satisfacción
á pesar de no tener titulo académico. Su casa
era la morada de la caridad, ejerciéndose tan
sublime virtud en mny alto grado. A llí encon
traban los enfermos hospitalidad y asistencia
facultativa para sus cuerpos; saludables consejos
y consuelos sin cuento para sus almas, saliendo
de tan bienhechora estancia bendiciendo á la
Providencia qoe tanta caridad derramaba por
medio de aquellos corazones generosos.
Frío é indiferente se mostró ai tener conoci
miento de la llegada á los Salesianos al Paraguay,
y por creerlos meros exploradores no los estimaba,
y según referencias no quiso ayudarlos al empe
zar BUS trabajos apostólicos en Concepción.
Motivos de salud y negocios particulares le obli
garon ir á la V illa y entonces tuvo occasíón de
conocer á los salesianos muy de cerca: exanínó
BUS obras, conoció sus fines é inmediatamente se
declaró el mas decidido amigo y protector do la
Obra de Don Bosco.
Enfermó un Sacerdote Salesiano: las comlioiones higiénicas de nuestni Casa enui biistauto
malas; mas teniendo conooimieítto el Sr. Quevwlo
lo llevó á su misma casa, auxiliámlolo con su
ciencia y solícitos cuidados.
Cuando fie trató de elegir padrino para la inau
guración del primor salón que debía servir do
capilla, todos umtnimemente propusieron á Don
j u l i ^ . La necesidad do una Iglesia so dejaba
sentir y tón decidido protector no pordonó medio
para persuadir á sus amigos á tlu do que coopera
sen á tan santa y bonéüca obra; pero notaudo
frialdad, su rosuolto caráctor depositó en mano do
los salesianos una fuerte suma con la quo dieron
principio á la obra.
Satisfecho de tan santo pro
ceder regresó A su casa quo
tuvo quo abandonar en breve,
pues BU salud so había resen
tido sobremanera. Fuóó Asun
ción para atondi'r untos que á
la salud del cuerpo, á la do su
alma. Dos luoses duró su última
enfermedad. Ib'cibió con ad
mirable piedatl todos los auxi
lios religiosos, edificando y
conmoviendo A todos los cir
cunstantes. Deseaba ardiente
mente comulgar en la Capilla
de Majía Auxiliadora y no pudíendo so resignó exchununao:
“ ;Qué bueno es Dios! Porque
yo tendría que molestarme mu
cho para ir A recibirle en su
Casa. E l mismo quiere venir
donde yo estoy. Ayudadme A
darle gracias!”
El Señor, que da el ciento
por uno, ha sabido recompensar
iiiagnániniamcute la generosi
dad de Don Julián. Tan buou
señor edificó A Dios en la
tierra una morada desde donde
de L a Paz.
lo han de bendecir tantos jó v e
nes, y antes que se emi>ezara ese
edificio, Dios lo llevó A la morada eterna de los
justos.
Espero que el alma grande, generosa y carita
tiva de Don Julián Quevedo esté gozando do las
delicias eternas, sin embargo lo recomiendo en
carecidamente á BUS oraciones.
Su affmo. y S. S.
A . M. T . •
Asunción,
de Julio de 1900.
O U ITO (BcuaiJor),
Sr. Director del Boletín Salesiano .
Aquí me tiene otra vez. Amadísimo Hermano^
para darle más noticias sobre este Colegio de
Quito que tanto debe llamar U atención de los
Salesianos y Cooperadores después de la catástrofe
que ha sufrido.
A pesar de haber recientemente iniciado 1»
—
reorganización intelectual y moral de este Colegio
he juzgado sin embargo muy conveniente hacer
pública nuestra fiesta de repartición de premios y
conclusión del año escolar, dedicando el acto á
nuestros beneméritos Cooperadores con el fin de
agradecerá los que ya se han dignado ayudarnos
así como también despertar el entusiasmo en otros
dándoles á conocer el campo inmenso que les
queda abierto en esta Capital para ejercer la
caridad.
JLP«í Va r i e Da Des
Preparamos pues dicha fiesta con esmero y con
forme el programa que le adjunto.
El pequeño salón de que disponíamos estaba
lleno de bote en bote. Muchísimos fueron los
Cooperadores que acudieron á la invitación, de
mostrando así cuanto aprecian la Obra Salesiana.
Tuvimos el honor de ver presidido nuestro
modesto acto por los Ezcmos. Sres. José Pirroni
Ministro Plenipotenciario y Enviado Extraordi
nario del reino de Italia y el S. D. Antonio Diaz
Miranda, Ministro de España. Con esta ocasión
con un discurso improvisado tuvimos la grata
satisfacción de poder dar la bienvenida á nuestro
Ezcmo. Ministro Italiano; llegado de pocos días.
Todas la piezas fueron bien ejecutadas y el
acto dejó suavísimos recuerdos en todos, pero de
un modo especial llevó gratas impresiones graba
das en su corazón el Excmo. Sr. José Pirroni quien
admirado exclamaba: «Verdaderamente los Sale,
sianos son los verdaderos francmasones, pues
ellos todo lo hacen, aun cuando no cuentan con
elementos. »
En otro correo le enviaré mi Memoria, tal vez
importante para que sea publicada, pues con ella
nuestros Cooperadores tendrán noticias exactas,
claras de esta Casa, de lo que ha sucedido, y
al mismo tempo tendrán concimiento del rumbo
y carácter que sigue este Colegio Salesiano.
Válgome también de la ocasión para manifestar
publicamente la gratitud que abrigan los Salesia*
del Ecuador y de Quito especialmente hacia el dig
nísimo Ministro Italiano Exorno. Sr. D. José Pirroni.
El no sólo manifestó simpatía por los Hijos de
Don Sosco, sino que defendió su cansa ante el
Gobierno dol Ecuador, y mediante su valioso
influjo confiamos ver pronto allanadas las conse
cuencias del destierro del 189G. Conozca el Sr.
Ministro nuestros sentimientos y su noble y pa
triótico proceder le valga bien de Dios y de
nuestro Gobierno italiauu. Palabras también de
gratitud al Excmo. Sr. Diaz Miranda Ministro de
España, quien autos de la venida del Ministro de
Italia tomó á pecho los intereses italianos y salesiauos. Rem ítele algunas gracias de María Auxi
liadora, siempre buena Madre de este
Afirmo. Hmo. en J. M. J.
Qnito,
G u id o R occa .
de Septiembre de 1900.
E S F .A .lS r A .
U l t i m o d í a d e l sigrlo X I X y p r i m e r o
d e l s ifflo X X e a S a r r i á ( B a r c e l o n a ) . —
Con la mayor exactitud y lo mejor posible so
cumplieron en la Casa Salesiana de Sarriá las
prescripciones de nuestro amado Padre D. Rúa
relativas al último día del siglo x ix . Nada diré
de la solemnidad con que se hizo el triduo de
preparación que dió comienzo el 28 de Diciembre
y en el que se dejó oir la paternal y en un todo
cordialísima palabra de nuestro querido Inspector,
y á fin de no cansar á los lectores, me limitaré
solamente á la función principal del 31. Todos
los de Casa, sin exceptuar ni uno solo, se en
contraban en la iglesia á las 12 menos cuarto.
No puedo decir lo que pasó por mí al contemplar
á una multitud de niños y Salesianos en sn ma
yoría que, dominados por el pensamiento de la
muerte, cuyo ejercicio se Labia Lecho aquel día.
y excitados por el Rdo. Sr. D. Rinaldi á pedir
á Dios perdón por las ofensas que en el siglo
que iba á expirar se habían cometido, rendían
homenaje á Jesús Sacramentado, y todos unánimeute deseaban á porfía desagraviar en aquellos
momentos á tan excelso Señor de las befas, escar
nios, blasfemias, insultos y profanaciones (jue ha
sido objeto. ¡Qué afectos tan variados se dibujaron
en todos los semblantes durante la función ! Unos
terroríficos al contemplar que la nada, la impo
tencia, la criatura, lo finito y el esdnvo se había
rebelado tantas veces contra el Todo, la Omni
potencia, el Criador, lo Infinito y el Señor. Otros
consoladores al ver que tantos coraz4>nes, procu
rando pedir perdón á tan bendito Señor en los
p4)8trero8 momentos y cuando iba á desaparecer
para siempre el siglo de las abominaciones, su
adherían á los que entonaban los sentimentales
versículos del iliserere de Bórdese. Ora encerra
ban en sí la compasión al rezar el De pro/undis
y considerar que nosotros, parte de la Iglesia mi
litante y colocados entre las purgante y triun
fante, somos los únicos que podemos romper la.s
cadenas de los que se encuentran en las lóbregas
y torturosas prisiones del purgatorio, y podemos,
mediante facilísimos y en sí insignificantes me
dios, hacer que se acreciente el número de los
que entonan el deífico Hosanna; ora de valor y
heroísmo al colocar nuevamente todos en su brazo
el defensor escudo por medio de la renovación
de las promesas bautismales, y algunos de los
concurrentes, armándose aún mils con lanza,
espada y coraza, se hicieron, si las esgrimen bien,
invencibles al renovar los votos de pobreza, cas
tidad y obediencia.
Auuque el alma algunas veces sufría, sin em
bargo en ese sufrimiento, como dice la Doctora
Mística, encuentra abundancia de gozo y placer.
Se acerca el momento deseado. £ I silencio es
.
— 53 —
absoluto y solamente parece que se oye una voz
que d ic e : In tra in gaudium Dom ini í « » (1). El
dignísimo preste, D. Rinaldi, dijo las palabras
de la formula de consagración que todos roiMítimos. ¿Qué pasó entoncest No lo sé: me pareció
estar dentro de la Llaga del Costado de Jesús y
en ella permanecí largo rato embriagado por tan
suaves perfumes y tan sabrosos vinos. ¡Qué gratos
son los placeres en que la virtud es el único ele
mento ! Sin darnos cuenta, nos encontmmos en el
siglo XX. 4 Será el siglo del Sagrado Corazón de
Jesús f ....
Los acordes de la orquesta se dejaron oir, can
tando los niños con muclio gusto la Misa de
V a l e r a . Por primera vez en el nuevo siglo ado
ramos á Jesús Redentor bnjo las sagradas espe
cies al Lacer el celebrante su elevación, siendo
saludado nuestro Divino Rey por la marcha real,
T a ller do Escultura de la Casa Salesiana de
tocada con nuevos instrumentos. L a Comunión
fué verdaderamente general, pues no hubo nadie
que no diese posesión completa y absoluta de su
pobre y mezquino corazón al rico y liberalísimo
Corazón de Jesús, quien hizo á no dudar ver
dadero derroche, permítaseme la expresión, de gra
cias para con sus hijos que se habían consagrado
á El por completo. Dímosle gracias uniéndonoé
á los cantores que entonaban el Te Deum de
Hons. Caglieuo , y El, {>or medio de su ministro,
nos dió su consoladora bendición, quedando ex
puesto á la adoración de lo.s fíeles hasta las 12
del día primero en su trono de amor. Todos pro
cesionalmente fuimos á los dos patios de la Casa
para presenciar la bendición que nuestro querido
Inspector hizo de dos placas en las que se hallaba
la imagen de tan enamorado Corazón, dando fin
á la fiesta nocturna, que duró próximamente tres
horas, con la ida al refectorio donde tomamos on
alegre pescado qne el bondadoso D. TagUabne
nos había preparado de antemano.
En la fiesta del día
todo respiraba amor,
pero amor verdaderamente cordial, puro j sin
cero, dirigido á honrar al bondadoso D. Manuel
6. Hermida en su fiesta onomástica. Todos los
U) K stth., ZXT, 2 L
niños, acompañados de sus respectivos asistontos,
fueron á felicitarle, regjilúmlolos una bonita
estampa de María Auxiliadorn. Por sor tan cre
cido el número, tuvieron que suspt'uderso Im
visitas para después porque oran las 10 y me
dia y el que era objeto de los mús cariñosos
beneplácitos aun no había oelobrailo ol Santo Sacri
ficio de la Misa. Todo resultó muy bien incluso
el teatro por la noche al representar la FenWs
y adoración de ¡os lícyes Magos: buho poesías y
discursos muy bien leídos, pero lo que subió de
punto en toda la fnneión nocturna fuó la S e re
nada de P e d r o lin i primorosamente cantada por
los niños. Terminada la función dió las gracias
el Sr. Director y á continuación, después do l)reves
reflexiones, leyó D. Rinaldi ol aguinaldo de nues
tro Rector Mayor.
Doña Jesusa, hija de Doña. Dorotea (q. e. p. d.),
representó en las funciones religiosas
á los Cooperadores y Cooperadoras
ie la locuIí<Iiui. Comprendo que ya
os he cansado, amados lectores ; pero
permitidme una pregunto : ( Disfru
tarán los mundanos en sus bacanales
y repugnantes espectáculos v en los
que se ofende á Dios en todo,lamillonésima parto que nosutros, doiids
estos no son otra cosa que una ora
ción continuada T No, y mientras sa
placer {si esto nombro puedo dárselo)
es momentáneo, ol nuestro dura siem
pre, pues siempre se goza al tener
tan grato recuerdo.
F i e s t a d e M a r ía A iix illn d o r a
l a M o n d lln (CónconA) — Hornos
recibido, aunque con algún rotraso
debido á la tardanza en hacer k
fotografía de la nueva imagen de
Muría Auxiliadora, la relación d*
la fiesta celebrada en honor «le nues
tra Excelsa .Madre en Montilla. He
aquí lo «lito á esto propósito dice el
Diario de Córdoba.
« E l día 16 del pasado Mayo se
La raz.
recibió en el Cob-gio de Snlesianos,
estoblecido en esta ciudad, una imágen do María,
hecha en las Escuelas Salesiauas de Artos y
Oficios de Sarriá, que como obra de arte acre
dita los talleres de que procede.
Durante el tiempo que estuvo expuesta en una
de las dependencias del Colegio, puede decires
que todo el pueblo desfiló ante la preciosa ima
gen, admirando la majestad de su apostura j la
corrección y belleza de sus líneas.
Ei día 18 del actual tuvo lugar en la iglesia ds
San Luis el solemne acto de ^ n d ecir la hermosa
estatua q u e , bajo la advocación de Blaría Auxi
liadora, tendremos la dicha de venerar en lo lucesivo. L a ceremonia estuvo á cargo del Arci
preste de esta ciudad don Luís Fernández Casado,
siendo padrinos los Excelentísimos señores Condes
de la Cortina.
Dorante ella se cantaron los salmos de rúbrica
7 el Magníficat de Monseñor Caglíero, primer
obispo Salesiano.
Aunque á la inmediata traslación de la imáges
no se quería dar carácter ostentoso, numerosos
fieles se incorporaron en dos largas filas hasta la
iglesia parroquial de Santiago.
En las tardes de los días 19, 20 y 21 y ea
dicha iglesia parroquial, magníficamente exornada
eoB flores, plantas de salón y profusión ds Uses,
— 64
• « celebró un solemne triduo con exposición de
S. D. M., estación, santo rosario, letanías canta
das y sermón á curgo las dos primeras tardes de
Don Lorenzo Civera, sacerdote salesiano que estnvo acertadísimo en sus discursos.
L a última tarde predicó el Reverendo Sr. Don
Pedro Eicaldone, Director de los Salesianos de
S e v illa , que pronunció una elocuente oración
muy del agrado del numeroro y escogido audi
torio.
Esta tarde se retardó nlgo la bora por esperar
á la banda interna de música de la Escuela Salesiaua do Sevilla que llegó en el tren mixto. Desde
la entrada del pueblo basta la repetida iglesia
vino tocando escogidos números y seguida de
mucho público que admiraba la magistral inter
pretación. L a banda consta de 35 individuos, to
dos ellos jóvenes de 12 ú 18 años y educados por
los salesianos.
Por la noche la banda recorrió, tocando, las
calles de la ciudad, dando una serenata al señor
Alcalde.
E l domingo 22 recorrió también algunas calles,
tocando diana, asistiendo después á la Misa de
Comunión general en que recibieron el Pan Eucaríatico por vez iirimera 20 niños alumnos del
Colegio, comulgando también los socios de San
Vicente de Paúl, los músicos y numerosísimos
fieles.
El señor RieaUlone dirigió al auditorio una sen
tida plática alusiva al acto.
Terminado esto y ya en el domicilio del Co
legio, se dió un modesto almuerzo á los ñiños de
la primera Comunión. almuerzo que ayudaron á
servir distinguidas damas de esto ciudad.
A las diez so celebró en la parroquial de San
tiago la solemne función en honor á María Auxi
liadora. Se cantó la misa de los Ilustrísimos Se
ñores Cagliero y Castamagna, Obispos Salesianos
y Misioneros de la Patagoniay Tierra del Fuego
y Méndez y Gualaqniza respectivamente. En el
Ofertorio ejecutó la banda un precioso preludio
sinfónico.
La oración sagrada estuvo á cargo del señor
Ricaldone, quien ensalzó las glorias de María,
exhortando á los montillauos á acogerse bajo sn
sonta protección.
L a capilla vocal ó iustrumentíil, en la que to
maron parte los niños cantores del Colegio, estovo
admirable. La iglesia ostíibn, literalmente ha
blando, llena do fieles.
A las seis y media de la tarde salió la proce
sión por el orden siguiente; Cruz parroquial;
alumnos externos del C olegio; numerosísimos
fieles e«>u volas encendidas; señores Cooperadores
precedidos i>ov el esteiidarto de la Sociedad llevado
por el Diputado provincial don Enrique CoMollar
qnien lucía el distintivo de su cargo y presididos
por los señores Conde de la Cortina, Marqués de
Cardeñosa. don Francisco Riobóo y Pineda y don
Manuel Villa-Zevallos; detrás del estandarte iba
la banda Salesiana.
Después ibau niños del Colegio con sotana azul
y roquete, seguidos do cuatro de ellos vestidos
de obispos; esto grupo formaba uu cuadrito de
color que gustó nmebísimo.
L a imagen de María Auxiliadora era llevada á
hombros por jóvenes artesanos y de las familias
más distingxúdas de la ciudad. Seguía el clero de
las dos parroquias, cerrnudo el cortejo el Ayun
tamiento biyo mazas, seguido de la banda rauni«ipat.
L a procesión recorrió las principales calles de
la ciudad, que lucían vistosas colgaduras, que
mándose bengalas al paso de la Virgen, y termi
nando en el convento de Santa Clava. A su en
trada el entusiasmo de los fieles era conmovedor,
dándose vivas á María Auxiliadora, á Don Roseo,
fundador de la Sociedad Salesiana, y á ^ t a So
ciedad.
E l patio del convento estaba iluminado con
luces de bengala. El señor Ricaldone pronunció
una sentida plática, dando las gracias á los asis
tentes y recomendando la devoción á María Au
xiliadora.
A las diez de aquella noche se celebró una ve
lada á la que fueron invitados los señores Coope-
Imagen de María Auxiliadora
de Montilla (Córdoba).
i-adores con sus familias, las familias de los niños
que asisten al Colegio, el Ayuntamiento y la
banda de música municipal.
El acto dió principio tocando la banda salesiana
una introducción; después se puso en escena por
los niños del Colegio un juguete cómico titulado
Dos horas de reinado de un limpiachimeneas y la
banda tocó la preciosa sinfonía Mazzo di fiori
del maestro De-Vecebi.
El joven Señor Santaolalla leyó una oda á la
V irg e n , original del señor Roaés. profesor del
Colegio de Utrera, tocando la banda un Tvals del
maestro Nocetti.
Acto seguido, y también por jóvenes salesianos,
se representó la zarzuela Morirse d tiempo, con
cluyendo la velada con unas malagueñas y el
paso doble de
azucarillos y a<?i«iríJí<ii/e por
la repetida banda.
El teatro presentaba un golpe de vista admi
rable, y la concurrencia aplaudió todos y cada
uno de los números, resultando una fiesta muy
— Oi> —
agradable y simpática, de la que quedará grata
meiuoria.
A l día siguieiite p e r la tarde tocó la banda en
el Ayuntamiento y en las casas.de las principales
familias, y por la noche dió un concierto en el
paseo de las Rosas, donde la concurrencia, que
era numerosísima, aplaudió todos los números
interpretados con singular maestría por los niños
músicos.
A despedir á estos bajaron á la estación mu
chísimas personas, y al arrancar el tren la banda
iba tocando, pronunciándose entusiastas vivos.
El pueblo de Montilla ha dado una prueba más
de su religiosidad asistiendo con fervor munitlesto
á los solemnes cultos promovidos por los salesianos, y do su cultura, aplaudiendo los relcvautes
méritos de los jóvenes artistas que nos han v i
sitado.
Por su parte el señor Director del Colegio de
Salesiauos de esta ciudad merece plácemes por
la actividad y celo que ha desplegado en la or
ganización de los cultos y festejos referidos.
El expresado Director, don Emilio Maiía Nogués y demás personal del Colegio me ruegau que
desde las columnas del D iario y en su nombre
exprese su reconocimiento á los señores Coopera
dores por el auxilio moral y material que han
prestado para la celebración de los cultos y festejos y que dé hvs gracias á todos los moutillanos
en general por las atenciones de que bau sido
objeto y su adhesión ai pensamiento realizado. »
Castr o .
» •
Creemos cumplir con mi deber sagrado mani
festando aquí que la preciosa Imagi-n do María
Auxiliadora, de 1 metro y SOccuiimetrosde altura,
y Injosamente decorada, es (lonativo de unos ex
celentes Cooperadores Salesiauos, devotísimos de
nuestra buena Madre. Por indicación de los mis
mos, nos abstenemos de publicar sus nombres,
aunque éstos permanecerán constantemente gra
bados en nuestra mente.
También el Jiennoso y artístico trono y peana
en donde se halla colocada la esbelta y grandiosa
Imagen, es donativo de otra celosísima Coopera
dora que su modestia nos impide publicar también
su nombre.
¡Que la Virgen Sma., María Auxiliadora, re
munere abundantemente la esplendidez de dichos
Cooperadores, y les amparo siempre bajo su
manto maternal !
¡V iv a María Auxiliadora!
IX .A .X .X A .
C o n s a g ^ r a e ió n d e l a P í a S o c i e d a d d e
S . F r a n c i s c o d e S a le s a l S ag^ ra d o C o
r a z ó n d e t fe s ú s . — h'o solamente todas las
Casas Salesianas se consagraron al deífico Corazón
de Jesús en la noche del 31 de Diciembre último
y en el momento crítico qne separaba á los dos
siglos, con arreglo á las prescripciones dadas por
nuestro Reyerendisimo Rector Mayor en su circnlar del 21 de Noviembre, sino que el mismo
D. Rúa en nníón del Capítulo Superior hicieron
á dicha hora y mediante una fórmala especial la
consagración de toda la Sociedad Salesiana á tan
abrasado Corazón. Incaicnlables son los beneficios
que esta debe á Cristo Redentor, y por lo tanto
nace lo que debe al consagrarse por completo y
de ana manera tan generosa como lo ha hecho.
Que este acto sirva para obtener dol Señor abun
dancia de las infinitos groems que jwsee, y que
da con largueza á quien se las pido con coustancia.
L ,a b e D d it* ió ii d o l S a n t o l*a d i> a a l
B otetÍH SaiesioMo. — Veinticinco años hace qne
empezó á publicarse la edición italiana de mu»tn>
B o l k t ín ; con Uú motivo habiendo pedido mu\stn>
Rector Mayor al Sumo 1‘oiitítlco una bendición
especial para todos loa que cooperan á que so
difunda, S. S. con focha 13 <lo Novienibi'o y por
conducto del Kiiimo. Cardenal Uainpolta se ha
dignado coucedorla en loa siguientes términos:
« Reverendísimo Señor.»
« El Santo Padre ha visto con mucho agrado
la gran difusión que ha adquirido ol Hoi.kt Í n S.vLKSIANO, el cual cumplirá cu breve ol vigésimoquinto año do sil fundación. Por tal circunstancia
S. S. c incedo de todas veras una bendición es^wcial para todos h»s que cooperan do una manera
ú otra á su propagación, haoieiulo anlientos votos
á fin de que dicha publicación consiga, ahora más
que nunca, los fines que se (impuso su fundador
y sobre todo que extienda ¡mr dotiuiera la cris
tiana educación do la jiiventml (lobro y aban
donada. A l paso que me os grato el hacerlo pre
sente estos deseos do S. S., aprovecho la ocasión
para ofrecerme de V. R. afmo. S. S.
M. Card. R a h p o l l a .
Soma, 13 de Noriembre de 1900.
Que esta bendición del Panto Padre descienda
con abundancia sobre todos los que cooperan á
tan santo y piadoso fin, y sea también un ali
ciente ()íira en adelante continuar en tan impor
tante Obra cual es, la de cooperar á la salvación
do las almas.
F l t ilo le g io
« le O i 'v i c t o A lo s
l>i«'*H « le í
I*a«li*«*. — De un artículo
quo (mblicaba d oxceloiitc periódico semanal la
Vira Roma el 2 del p. (). Diciembre, entresaca
mos los signientes jiáiTafos: « Entre los qne tu
vieron la dicha de ser recibidos jior el Sto. Pmlrocn
audiencia privada se incluye una nqiresentación,
en uúmoru de 40, do los ahimiiüs del Colegio Leo
nino de Orvieto que, juntimxmte con su digno Sr.
Director y algunos de sus profesores, fueron á
Roma para ganar el Jubileo. Séanos perniiiido
nutur aquí alguna (>articularídad que bien de
muestra cuanto estima el Panto Padre esto Co
legio á el dedicado, y quo á su decidido apoyo
debo en gran parto sn existencia.
» £1 Papa loa acogió benignamente en su saloncito de estudio y los admitió al beso del sa
grado anillo, entreteniéndose con ellos un buen
rato; tuvo palabras de encomio para los PP. Salesíanog y para sn digno Superior General D. Mi
guel Rúa¡ luego hablando del Colegio dijo: P u t h
enorgullecerá Orvieto de tener una tan ben/fira
institución... Las noticias que hasta elpresente hon
llegado hasta Nos son (nteramenU satisfactorias. Ooiviinúe, continúe y florezca cada vez m d s.
» Luego dirigiéndose á los jóvenes les recomendó
eficazmente el amor y obsequio á la Religión para
resistir al indiferentismo que es, son sus mismas
palabras, el mayor mal que aqueja A la mnderna
sociedad. Por último bendijo amorosaineute á lo.s
pequeños visitadores deseándoles un fe'iz regreso
á su Colegio, >
Nos unimos á las muchas felicitaciones de que
—
66
han sido objeto estos caros jóvenes y sus dignos
Superiores y deseamos qne la bendición de S. S.
sea para ellos abundante y copiosa en frutos.
ln a u g : u p a c i » n d e u a O r a t o r i o F e s t i v o
e n iM o n t e in a ^ n o . — Después de superadas
todas las dificultades, pudo abrirse el 25 del úl
timo Noviembre el Oratorio festivo que hace mu
chos años deseaba la católica población de Montemagno. Y a desde 1893 el nunca bastante llo
rado Mons. Lnsagna había formado el plan de
proveer á su i)iiís natal do un Oratorio festivo en
el que pudieran reunirse todos loa niños de dicha
población.
El entonces Cura-Párroco de Montemagno Don
Tomás Camera á quien, juntamente con el Cav.
Dr. Rinotti, tutor y segundo padre de nuestro
difunto Obispo, comunicó su pensamiento, moría
víctima do cruel enfermedad á los tres años si
guientes de la muerte de aquel. Pareceque el asunto
—
la ceremonia religiosa, retirándose después lleno
de gratas esperanzas.
91es y fie s t a d e U fa r ía A u x ilia d o r a e n
C a ^ lia r i. — Con el más grande entusiasmo se
celebró este año en Cagliari el mes de la San
tísima Virgen, costeado por la Pía Sociedad ¿e
María Auxiliadora, que cuenta ya con numerosas
asociadas. Predicó durante todo el mes, qne em
pezó el 22 de Abril, el celoso director de nues
tros cooperadores en aquella ciudad,Rdo. D. Mario
Pin. Distinguidas personalidades se unieron á él
para hacer m¡ts hermoso y solemne el mes de
María, contándose entre éstas D. Cayetano Desogus, quirurgo del hospital y presidente de la
Archiconfradía do la Sma. Virgen de latría, el
cual, por encargo de dicha Asociación, costeó
el precioso altar de mármol en que se venera á
nuestra excelsa Patrona. El «lía de la fiesta, 27
de Mayo, el panegírico estuvo á cargo del M. R.
Vista de Montemagno.
del Oratorio debiera sufrir retraso, pero no fuó
así: pues el nuevo párroco D. Luís Rossetti, en
tusiasta admirador de la obra de D. Bosco y an
tiguo alumno de nuestros Colegios, continuó con
gran actividad el asunto, coadjuvando el autos
nionciotindo Dr. Riuottí, el Municipio y algunos
propietarios de aquella población, con lo cual
llevó á feliz término la benéfica institucióu.
N u o v a C n a a S a le s la iia . — El día 1.® de No
viembre del pasado año se puso en Ragusa (Sicilia)
la primera piedra de un nuevo edificio salesiauo
para clases elementales y gimnasiale», obra de la
fe y religiosidad del pueblo ragusano, digna
mente representado eti la persona del sacerdote
D. Juan Leggio Lnoognata, el que por muchos
años había trabtyado sin descanso para la funda
ción de esta casa. El párroco de Ragusa bendijo la
primera piedra do la que fueron padrinos los nobles
jóvenes marqueses D. Francisco Schiniuá y D.*
Mariannina Schiniuá. Dentro de la piedra se cerró
cuidadosamente nn manuscrito que explicaba el
actoduntamente con una medalla de María Au
xiliadora, otra del Papa, dos fotografías de Don
Bosco y de Don Rúa una de los nobles padrinos,
V una moneda de plata del rey Humberto I.
Numerosa gente del pueblo presenció hasta el fin
D. Adeodato Massa, Párroco de santa Eulalia,
iglesia eu que se celebró el mes. Por la tarde
verificóse un acto por demás significativo y so
lemne, cual fué la procesión con la bella imagen
do María Auxiliadora. Nuestra querida Madre
paseó por la calles de Cagliari en verdadero
triunfo, siendo venerada y aclamada por el extradrdinario concurso de fieles que se apiñaba
por toda la carrera.
FI
a n iv e r s a r io d e la O b r a d e
1> I t o s c o e u F r a n c i a . — Con el mes da
Noviembre del 1900 llegó también el año jnbilar
do nuestras Obras en Francia. Efectivamente tras
los mochos esfuerzos que D. Bosco hizo para man
dar á sus hijos al Nuevo Continente, tuvo que
acceder, con no menos sacrificios, á las viva»
instancias del limo. Sr. Sola, Obispo de Niza, y
á las continuas peticiones del Consejo particular
de la Sociedad de S. Vicente de Paul de aquella
Ciudad, fundando en dicha población e l Patro
cinio de S. Pedro.
Hamilde en sus principio», esta Casa fué el
grano de mostaza del Evangelio, tomando en breve
]
— 57 —
tal importftucia, que en los 25 años que han trans"
currido de su íundáción, ha extendido sus ramas
por toda la Francia y hoy son ya más de 20 los
establecimientos que poseemos en aquella Na
ción, tan fecunda en toda clase de Obras Ca
tólicas, que abiertas tienen sus puertas para al
bergar en ellos á los huérfanos y á los niños po
bres y abandonadosNo podemos menos de reconocer en esta fe
cundidad la mano de Dios, y después de dirigir
á El nuestras alabanzas y nuesti’o himno de gra
titud, para vosotros, beneméritos Cooperadores
y Cooperadoras, que con vuestra inagotable cari-
desempeño de su sagrada misión. Hi^gularizada
esta, mediante el perseverante esfuerzo do sn Di
rector y demás P P . Salesiauos, subvienen estos á
las necesidades del plantel que regentan, ya dotóndolo de mejoras que permitan su progresivo
incremento, ya distribuyendo sus clases con arreglo
á las exigencias sociales acordes con el cspíriiu
y elevados fines do esta institución boueüoiosa.
En breve los estudiantes darán una función dra
mática, que al mismo tiomiK) que revele su apro
vechamiento, está llamada á acreditar la ilustrada
competencia de sus infatigables directores.
Séanos permitido estimular los sentimientos
Procesión de María Auxiliadora en Cnglinrí.
dad 08 habéis querido hacer instrumentos del
Altísimo, sea nuestro eterno reconocimiento.
B O X .IV I.A ..
I/A f i e s t a d e S . A g r u s tín e n e l t e m p l o
S a l e s i a n o . — De un periódico de Sucre (Bolivia), tomamos lo siguiente :
« El 28 de agosto, tuvo lugar en el templo de
San Agustín, con asistencia del Timo. Sr. Arzo
bispo, de miembros notables del Coro SIetro|>olitano, del clero y de concurrencia tan numerosa
como distinguida, una magnífica función religiosa,
con ocasión del día que se conmemoraba. L a
brillante orquesta de 300 voces contribuyó á so
lemnizarlo, dándole las proporciones de un acto
extraordinario. £1 jóven y aventajado sacerdote
D. José María F. de Córdoba hizo el panegírico
del Santo, con notorio lucimiento.
A consecuencia de los deplorables sucesos po
líticos que conoce el país, snfríó el Colegio Sale
siano de esta Capital graves perturbaciones en el
enerosos del vecindario, al que recordaraon el
ober de cooperar al engrandecimiento de la Casa
Salesiana, á cuyo normal desarrolle concurre el
Gobierno con laudable decisión.
El esforza<lo espíritu de estos propagandistas
de la civilización católica, y su vigoroso empuje
á la educación de la jnveutud, les dá fácil acceso
en todos los pueblos cultos. No surgen contra ellos
resistencias, ui provocan animosidades; por todas
partes se extiende su acción bienhechora, vigori
zada por el« espontáneo concurso de pueblos y
gobiernos.
Toca á la sociedad de Sucre difundir y formar
en todas las clases el conocimiento de la abne
gada misión, realizada por los renombrados educatores, hijos de Don Bosco. »
g
pr<
^ i o S a l e s i a n o ele ¿ a P a z C l t o l i v i a l . —
H e aquí una breve reseña de la distríbacíón de
premios á que hace alusión la carta de Bolivia
traDBcrita en otro lugar.
58 ~
« Se efectuó, ayer, el featival preparado en este
cBtablecimiento.
L a flestn faé inaugurada con una notable alo
cución del cancelario doctor Mariaca, dedicada á
poner de manifiesto los progresos realizados por
(‘nte establecimiento en La Paz, que, en todas
sus clnscB socialeB, contribuye eficazmente á darle
ma]7or impulso. Fué muy aplaudido por el audi
torio, que en la palabra autorizada del doctor
Mariaca vió la fiel interpretación de los sentiiiiientos del pueblo iiaccño.
Siguieron varios actos musicales y literarios
realizados por los alumnos, con muy buen éxito.
Terminnua la distribución do premios, los
alumnos fueron obsequiados con juguetes que el
señor Presidente de la Ropiíblica había enviado
al establecimiento, contenidos en un artístico y
voluminoso globo.
Se distribuyeron entre los concuiTentes ele
gantes colas, i’egnlndas también por el señor
Presidente.
Lo HUIS notable y de utilidad préctica, fué el
estreno de los nuevos talleres, en cuya bendición
sirviiTou do padrinos el señor general Pando y
la señora .luHa C. de Romero, esposa del señor
Ministro de Gobierno y Fomento. »
CONOBPÍÍIGN
(C h ile).
€1 IPbro. Sr. Don Iflanuel Smitl),
Cura y Vicario de Constitución.
ConntmmaUn m
(«>nj>ora multa.
expUtit
OS H ijos (le D on Bosco estableci
dos i‘u Concepción de C h ile han
IKTdido 5 uno de sus mejores
am igos y entusiastas C ooperado
res, con e l fallecitnionto d el d is
tin gu ido Sacerdote D on M anuel
Sinith y Canales.
U n a muerte cttói roi>entii)a lo
arrebató lú (Mirlfio de su piadosa
m adre y d e enantoa lo amábamos. H a muerto
ou la tior de la existen cia; pero en e l corto
tiem po d e su v id a sacerdotal, que fu é fecunda
en obras de celo, recorrió un la rg o camino,
pudiendo sin ex a gera r d ecir de 61 lo que el
Siigrado E v a n g e lio d ice de N u estro S eñ or:
« transiit bene/aciendo » pasó su v id a haciendo
e l bien.
L a C on gregación Salesiana debe a l P b ro.
Sr. Sm ith inqm rtautes servicios y p or eso el
in frascrito, se hace un deber en recom endar
su alm a á las onudoues de todos los Coope
radores de la O bra do D . Boseo.
Esperamos confiadam ente que sn abnega
ción, su v id a ejem plar y su c tío verdadera
m ente apostólico le h ab rá coronado y a con
espléndida aureola en e l C ie lo ; con tod o ro(fuemos p o r él, recordando qu e e l Sauto Job
nos d ice que N u estro Señor encuentra man
chas hasta en sus mismos A n g e le s .
L u is H éctor Sa x l a b e b s y ,
D ire c to r d el C o le g io Salesiano.
M O N T E V lG fiG
(ü ru gaay).
sra. Da. Sofía i de Buxareo.
o venim os á hacer e l e lo g io de la
in sign e m atrona qu e M o n tevid eo
h a llorado en estos días. L o s
discursos fúnebres, los artículos
n ecrológicos de la prensa nacion a l y extran jera lo han hecho
infinitam ente m ejor de lo que
p o d ría hacerlo nuestra pobre
pluma. Sin em bargo á esa corona
fa lta una flor, á ese concierto una nota, y es
la d el B o l e t ín Sa l e s ia n o , e l órgano d e la
O bra de D on Bosco, de la cual la difu n ta
fu é bienhechora más que in sign e desde la
fundación de la prim era Casa Salesiana en el
U ru gu ay.
L a Sra. D *. S ofía J. de B u xareo hacía bien
como lo q u iere e l E va n g elio , sin ostentación
n i pu blicidad, im r eso muchas personas ig n o
ran lo que solam ente saben D io s y las p er
sonas ó corporaciones por e lla socorridas y
las oraciones de estas unidas á los m éritos
de la virtu osa Señora y a le habrán alcanzado
e l prem io qu e D io s depara á lo s que en la
tierra distribu yen lo siiporlluo á los pobre.s,
pues es sabido q u e : Quién da á los pobres,
da á Dios.
En todas las Casas Salcsianas d e la R e
pú blica se han celebrado M isas y aplicado
numerosísimas O om iinioiies en su fragio del
alm a de tan in sign e B ie n h ech ora ; y á má.s
de esto se celebraron solemnes funerales i>or
el mismo fin, obedeciendo á la orden im
p artida por e l E evd o. P . G am ba en la c ir
cular que á continuación reprodu cim os:
A LO S S A L E S IA N O S D E L U R U G U A Y .
!Mis QUERIDOS H e r m a n o s :
A esta hora y a lle g ó á vu estro conoci
m iento la n o ticia de la m uerte d e nue.stra
gran biehechora la Señora D oña S o fía J. de
Buxareo.
N o h ay ningun a d e nuestras Casas en el
U ru gu a y que no h aya exi>erimentado de nno
ó d e otro modo los efectos de la carid ad de
nuestra distin gu ida C ooperadora Salesiana.
H a lleg a d o e l momento de m an ifestarle
toda la gra titu d de nuestro corazón agrade-
— 59 —
cido. Y es cou muchos sufragios que para
bien de su alm a deseo que se hagan, mos
trando de este modo nuestra gratitu d.
Sería m i deseo que en todas las Gasas Salesianas se h iciera uu solem ne fu n era l in
vitando á los Cooperadores locales que asis
tieran,
A l fin de la v id a se recoge e l fru to de las
obras buenas, decía nuestro in o lvid a b le P a d re
Don Bosco.
j Qué fruto tan copioso habrá recogid o la Se
ñora D o ñ a S ofía J. d e B u xareol
Os saludo con todo cariño y soy
V u estro afioo. H erm ano en O. J.
P . José G a m b a .
lí. I. P . A .
I^cgcncración (1).
I.
(C iu s a u d a )
Descalzo do pié y de pierua,
más desnudo que vestido
cou miserables harapos
sin forma, color ui alifio ;
expuestas las uegras carues
á las punzadas del frío,
y mal cnbierto el cabello
eiimaraQado y oreoido,
por una vieja boina,
un gorro de lana antiguo,
6 el casco de algún sombrero
en cl arroyo caldo;
la cara como careta,
entro el polvo de ladrillo,
y el de la tierra qno coge
en j liegos y desafíos;
la honda de cordel guardada
en los profundos bolsillos,
para lucirla en pedreas
que no perdonan ni un vidrio:
penetrante la mirada
como adiado cncliillo,
para encontrar en el snelo
lo que apenas se ha caído ;
y en una mugrienta lata
recogiendo con ahinco
las despreciadas eolillas
qne son gajes de sn oficio ¡
Desde que al nacer la aurora
deja el portdn esculpido,
ó el montón de sucia paja
do halló descanso y abrigo;
para baldón y vergüenza
aún de los pneblos más ricos,
se ve vagar por sos calles
(1) Beta eompoeicion fué leida eo la solenios academia qoe
les Cooperadoree Saleeiaaoa de SeviHa celebraron para feetqjar
A noestoo Tanerasdo Saperior D. Miguel BAa, miestraa vialtaba laa Caaaa Saleelanaa de BapaBa en 1899.
al abandonado niSo,
Dgero como la ardilla,
y desvergonzado y oímeo,
como el que no tuvo mnica
ui hogar, ui paz, ni ent ino.
Fruto aciago do deagriicin
ó do crimen ó de vicio,
en el arroyo criado
sin pan y sin «iteciaiHO :
despierta su iutoligenciii
sólo á los mulos instintos,
y cou pésimos ejemplos
poco á poco envilecido ;
recordando en sus acoioiins
las do los célebres tipos.
(pesadilla de los buenos)
^ÍNCOncte y Corhidifio ;
cual miserable crisálida
cuyo aspecto ropulsivo,
dice qne su paradero
ha de ser el precipicio ;
maroha el uifio abaiuloimdu
del mundo por los enmiuos,
siendo hiocctite primevo,
mas siendo muy pronto picaro.
Golfo, granuja, píllete,
son sus timbres y apellidos,
y unas veces engañado
y otras engañando él mismo:
Comiendo el rancho que sobra,
durmiendo como ha podiilo,
sin conocer ley alguna
de lo humano ó lo dirino,
va siempre, siemiíre adclauíe,
indiferente y altivo,
hasta llegar ul cadalso
ó ser carne de presidio
II.
( M a UII'OSA)
De entre el lodo de los callos
ó el fango de los oamiuos,
recogieron al iimcbaoho
del buen Don Hosco los hijos.
Nutrieron su cuerpo y alma
cou pan y con catecismo i
sus harapos miserables
convirtieron cu vestidos,
cu estudio su ignorancia,
sil desnudez en abrigo;
y la crísdlida impura
tomando cristiauos bríos,
rompió el capullo y trocada
vióse en el instante mismo,
por mariposa brillante
de hermosos colores vivos.
La librea del trabajo,
del trabajo noble y digno
fué sn gala más preciada
y sn tesoro más rico.
Sns manos antes tan rudas
para aprender nu oficio,
en Salesianos talleres
dieron á las artes brillo :
y el qoe fuera poco antes
pobre, abandonado niño,
b^o el manto de D. Bosco
amparado y protegido,
en honrado ciudadano,
en trabajador solicito.
-
6« —
gala de bq madre patiia
se halló pronto oonvertido.
dirán qne no hay milagros
en este realista siglo f
iPaeden pedirse mayores
del bnen D. Bosoo á los hijos t
Transformar rápidamente
al perezoso en activo,
no es un milagro oaalquiera,
antes son milagroa vivos.
{Gloria, pues, á aqnel humilde,
sacerdote bendecido,
que en nifios abandonados
pnso todo sn oarifio!
] Gloria al sucesor ilustre
de tan ilustre caudillo,
que hoy honra con su presencia
nuestros verjeles floridos;
y al ejóroito iucausable
que por el mundo esparcido
va recogiendo deshechos
de la miseria ó el vicio,
pikra dol cielo eusofiarles
el verdadero camino!
y pues qne es tan grande obra
y de tanto beneficio,
ensenar al qtie no sabe
y levantar al caído;
hoy que por nuestras desgracias
clamamos en altos gritos,
Begeneración pidiendo
desde el fondo del abismo;
tomo no hemos de lograrla
en los progresos del siglo
y hemos de lograrla solo
en la doctrina de Cristo;
unamos nuestros esfuerzos
í los de los nobles hijos
de D. Boaco y que su obra
en mil lugares distintos
crezca y prospero cual árbol
do fruto santo y bendito.
Cooperemos generosos
á fin tan alto y tau digno;
y por doquiera qne vayan
•i/anemos sus caminos.
T cuando se haya logrado
qne el ptieblo «en instruido,
so vea libre para siempre
do sofimns y delirios ;
cuaudo no exista siquiera
un abandonado nillo,
que entre el
y la cultura
vaya á parar á presidio;
/kV/7eneractón tendremos
aún más de la que pedimos,
que da Dios ciento por
al que le sirve propicio.
Ayudemos entre tanto
en sus piadosos designios
á los tiernos protectores
áe los nifios desvalidos,
qne por amor á Dios solo,
eon paciencia y con oarifio
matren bus cuerpos y almas
sea pan y con cotedmo.
XSABSL ChEIX-
Cuto Salesiano
ifi-
Mientras teníamos este número á la
imprenta, una dolorosísima noticia nos
vemos precisados á comunicará nuestros
beneméritos Cooperadores y Cooperado
ras. El ángel de la muerte con su Ine
xorable guadaña cortaba, casi de Impro
viso. la preciosa vida de nuestro digno
Prefecto genera:
Rdo. Sr. D. DOMINGO BELMONTE
que dejaba de existir confortado con
todos los consuelos de la Religión, al de
clinar ei día 17 de Febrero, después de
poquísimos instantes de agonía, precedldés de violento ataque.
Reservándonos hablar extensamente
de nuestro caro difunto en el próximo
número, llenos de profunda tristeza, da
mos en el presente sólo el anuncio de su
muerte, seguros de que nuestros buenos
Cooperadores y Cooperadoras se aso
ciarán al dolor que en estos instantes
embarga el corazón de nuestro Rector
Mayor y de todos los Salesianos. y diri
girán al Dios de las misericordias abun
dantes sufragios y fervorosas oraciones
para el eterno descanso del ílustse flinado.
BIBLIOGRAFIA
■ l l « Í 4 ''n e R n z o i m t l n d e I n B o c a , — por D. J ob6
Buniquet. — Dos tomos ricanionts encaailemados, tunaCo
en 4." prolongado, con m&s de 480 páginos de texto y 84 gra
bados — 1900 — Precio 5'30 pesetae y 6 peeetae per correo:
en casa del antor, Pelayo 64, Barcelona, y es la Librería
Saic.siana de Sarrid (Barcelona).
En lengnnge claro y huyendo de terminología
científica, sin digresiones y revelando toda la obra
la profundidad de conocimientos adquiridos en
una larga práctica, el libro del Dr. Boniquet no
solamente es indispensable á todo médico, sino
que también reúne la envidiable cualidad de ser
un libro do vulgarización científica, y de utilidad
humana para toda persona que estima la salud
de sus hijos.
El Dr. Boniquet cuyo valioso conocimiento pone
generosamente á contribnción con la anuencia
de los alumnos Salesianos de Barcelona, ha mericido la honra que sn obra de Higiene fuese
declarada de texto en el Colegio dental de Car
tagena (Colombia), distinción la nnls elocuente
en favor de su valor científico.
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C«i ^irobsdoi ds It &otorídsd Bcleñútíes. - Gfrsits: JOSÉGilBISO