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USSISQUID» flULTlT^.
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SUMARIO
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iMrOUTAKTIBIMO.................................................
piíg. 27'!
■VAI.8AMCR Y CA8TKLXUOVO
....................
* 27Í
S. S. L rón X I I I y loB Misioneroa Salulftaos
. . » 280
lUtUNioN de D lrüctona y Deourlone* áe loa Coopera. ”
dures S a le a ia n o a ...........................................
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A Ix » Klllos. ha otemidad (loyonda). . .
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U k .suKSTKtó MIBIO.XK8. Jiolivin. Xucva oxcuníon apoa- “
tolica dol limo. Sr. Costamagna, I I . — Colombia.
Lasoroto da ContratacioQ..............................
• » 28.’‘
G raCIAB DK MARÍA AUXIUADORA
. . . *
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NUKSniA CoRuasrosusKCiA. Jiip a fla . E cija (sáviilai Gerona - Bójar (Salamanca) - A raccna (Upolva).
— Ámiriea. Yalencla (YenezneU) . . .
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Nkcrolooia....................................
Noticias r VAKiKUAüas..................
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G juüauob. Jíonunionto da D.
_ Indios Com doB Indioa da I^ liv ia - Hinoa. Sres. Taborga y Coetamagna
— Exemo. Sr. D. M ig a d M uraba y Galán.
S a r t a ( B s r o o ío n » ) , B u e n o * A ir e * . O h ila .
M c n le v id a o . L in t * . B o lt r ia . B e o o t á .
P a ra g u a y M * fio o . P u e b la .
t-J ;
V
aBosco
Sarria (Barcelona) — LIBRERIA SALESIANA — Tnrin atalia)
LIBROS DE TEXTO
C o m p e ix lliim l'h e o lo p ;i« i I \I o r f tI ís ex
Oí'rcgiia auctorilms n Jtaymuudo Alsiita, Pbro. tlieolugiro inor.alis in Somiuario CcBlsoiiensis profossorc (lopromptuni, ab auctorítate eccleaiastica
ivcognitmu ct approbatum.
Acaba de publicarse Ja sóptima edioidn deJ Comju ndio de Moral, en dos tomos, compuesto por el ci
tado sacerdote, profesor dol Seminario de Solsona,
irotablemeiite mejorado por el mismo autor. Kstíl cal
cado solire el Código civil ydereoliosforales espalioles;
matrimonio civil y sus impedimentos, consentimiento
y consejo jiaterno; Constitución jíjiostoUoa Sedia y
Mía comentarios, Bula de Cruzada y su explicación;
im njióndiCB do indulgencias; otro do riíbrioas para
toda clase do misas; nmebodumbro do decretos pon*
filicios hasta el jirescnte publicados, que aolaran y
itiodifloau no pocos puntos de derecho positivo de
grande importancia y do necesidad, mayormente para
Jos Srea. l'rtrrocos y onfeaores. Do snorto qne con
sólo este C om pendio puede cualquier contMor roH-rlver casos los mós difteiles dol sagrado ministerio,
porque se hallan en <51 resumidas cu pocas palabras
las doctrinas de loa autores miís uetables uutiguos y
modernos. — 15 pías, en pasta.
S . A lfo n s o
d o L ig -o rio , — Tlieologíft Moralis. — 7‘00 ptns. ‘
lto im 4 » in a A . — Theologiao Moralis univerb;i nmnuiilo. — 5‘00 ptas.
IV Ioriiio *1. — Eucbiridíou Theologiao Moralis.
~ S‘00 ptas.
V i g o i i r o u x «‘t l í a í f u e r . — Mannale Bíblico
o corao di sacra scvittuva. — 4 vol. 14‘00 ptns.
A l l i c v o Cí.— Ijogicainstitutioncs.— 1‘00 ptas.
j , l . — Metapliysicn iustitutionos. — 0‘40 ptas.
I t o s s i g i i o l i <». — Principii di íllosofia socondo i princijiii di S. Tomaso. — G‘60 ptas.
S a v i o C . ( i. — Stovia della Filoaofin. —
2‘50 ptas.
l*i‘iii«*ii>los HíM iUM italos d o G ra n iA l i c a In tiiitt, jmr el salosiano Cclaitino Varando,
1‘bni. Tratado el más aeneillo metódico y prdclico
]>ara alcanzar el conocimiento do diclió idioma
y que lia sido elogiado jior excelentes latinistas.
— En rdsUca, ptas. 1‘50; ene. A media pasta
ptns. 2.
A r l t i m ^ l lt 'a para uso do las esencias de pri
mera etuseñnnzn, por «n Salfsiano. Esta Aritmótica estA dividida en tres grados:
El jrra d í» p r i m o r o trata de los conocimien'toa que di'be poseer un pArvulo cuando por su
edad pase A ocupar un lugar en la clase elemen
tal. Abarca la mmienición hasta 1000, sumar, res
tar y multiplicar, nociones do sistema métrico
y nnmoración romana.
El j j r a d o s o jju n d r t comprende la numera
ción en toda su oxtensión. las cuatro reglas con
nvlmeros enteros y decimales y el sistema métrico
decimal.
El g cm d o le in s o ro abarca ol complemento
ie l sistema métrico decimal coa las relaciones
que tienen entre si unas medidas conotrasyea
las antiguas de Castilla. Números complejos. T».
ría do los quebrados comunes. Regla de tresy
sus diversas aplicaciones en los múltiples cálcnloi
A qne so presta la vida acttial del comercio y íi
la industria. Estos dos lillimos grados contien-s
inAs de tros mil ejercicios y tareas. — Fomm
tres Tolúmenea en
prolongado de 47 pág. ell.*
y 96 los dos últimos. En cartonó 0‘25 ptas. ell.'
y 0‘50 el 2.° y 3.®*^ grado.
G c o ív r a fin , obra escrita para los alumnos de
l.'' y 2.“ enseñanza y para las escuelas normal»,
por I). Migu-cl Sánchee Fraile, profesor de 1.* en*
señanzu superior. — En rústica 0‘90 ptas.;ei
tela 1‘20.
M e m o r ia l ele G e o g r a f i a por S. B. y Jí.
profesor de 1.“ enseñanza. — En cartoné 0‘50 pta*.
C ie n le c c io n e s d e H is t o r ia Sagrada,
con grabados sacados de la Biblia ilustrada por
Doré. Octava c<lición; con licencia eclesiést^
Obrita destinada A las escuelas de iustmcci^
prim aria; comprende el Antiguo y el Nuevo T»*
tamento. — En nistica 0‘75 p ta s.; en enrtoné L
P r i m e r lib r o d e le c t u r a s ¡graduadas,
con las nociones elementales de aritmética, gf**
metría y preparación al estudio del cateciamo.En rústica 0‘75 ptas.; en tola 1.
S i s t e m a m é tr ic o d e c im a l, teoríay piifr
tica del mismo, por D. Miguel Sdneltcz, profeooi
de 1.* enseñanza superior.— En rústica 0‘50ptu.
H is t o r ia d el m a r tir io del Bienaventund»
S. Clemente y de su compañero Agatángelo, ^
el V. P. M. F r. Zuis de Granada. — En n.»*
tica 0‘30 p ta s.; en tela 0‘60.
P h a s m a t ó n ic e s se n T jarvaru m
to r. C n r o li M a r im R o s in i, Episeo^
in ifeo lan i* comoedia ab Aloysio PahMv'
trnetnta. — En rústica 0‘40 ptas.; en tela f
plancha 0‘70.
IV u evo D io e io n a r lo d e la lengua
tc lia n a , por Foque Barcia. Undécima cni'-' -
dispuesta con arreglo A la lUtima de la Acacies
y aumentada con mAs de veinte pnil voces nsn:..^
de ciencias, artes y oficios, y diez mil A 1“® Española acaba de dar carta do naturaleza
idioma. Contiene adomAs un diccionario ue jvoces V locuciones latinas y extranjeras máa
_
en la literatura, el periodismo y la converM»
— En pasta 6 ptas.
D ic c i o n a r i o m a n n a l de locuciones
'
V de correcciones de lenguaje, por el
fcamilo Ortdzar, Pbro. Este Diccionario,
por guía las enseñanzas de la Academia, r^_
lo que han escrito sobre correcciones del
nuestros niAs ilnstres hablistas, á la vez
preciosas observaciones sobre palabras
de mala ley que privan y se aceptan ^
sor enrevesadas y extravagantes. — E®
6 p ta s , í e n t e la 6.
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1 ConolenoD, 32
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A ÑO X II — N. a
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PUBLICACION MENSUAL
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N O V IE M B R E de 1898.
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JOS acontedmientos á cual más grandes para la Congregación Salesiana, y gratísimos,
á no dudarlo, para nuestros Cooperadores, se han cumplido en el p. p. Setiembre: la
bendición de la primera piedra del templo de Valsálice, homenaje á nuestro querido
Padre en el décimo aniversario de su muerte, de que hablamos en el número último, y la inaugu
ración del hermoso monumento que sus conciudadanos han levantado á D. Hosco en Castelnuovo
de Asti. El gran retardo, sin embaído, con que hemos recibido los detalles de estos hechos, espe
cialmente del último, pues esapdonales circunstancias nos han impedido asistir y tomarlos por,^
nosotros mismos, nos obliga bien á pesar nuestro á dejar para otro número didias reladones,
porque de otro modo el presente se retrasaría demasiado. Dispénsennos nuestros lectores si aun
les hacemos desear por algún tiempo esos detalles gratísimos para todo corazdn salesiano, que
están ansiosos de conocer, pues wmo decimos es contra nuestra voluntad y obededendo á causa <1
mayor. No queriendo, sin embargo, prim les en absoluto dd placer que esta lectura les produdría, adelantamos en este número los siguientes predosos pensamientos que sobre tan faustos
hechos nos remite un distinguido y benemérito Cooperador nuestro, á quien nos complacemos en
mandar desde estas columnas el testimonio de nuestra sincm gratitud.
— 278 —
ALSALICE
08 nombres que hoy vuelan
j)or ei mundo llenaiulo de
admiración; dos' hombres,
que circunvalan la tierra, no
como dos nubes tormentosas
que inspiren temores, sino
como dos brillantes mete
oros atrayentes, bendecidos,
aclamados, girando armonio
samente con un sonoro ru
mor uno en torno del otro, y suscitando
dulces emociones según las fases, las
potencias de las vistas y los puntos desde
donde so les observa.
Concreto mi pensamiento.
Vahálice^ valle de los sauces, es el
nombre de un barrio de los contornos
extramurales de Turín, situado en la
falda do una colina: CasíehiMow, es un
])ueblecito de 4.000 almas «4 35 km. de
Turín, y como tales no significan nada,
ni son meteoros algunos luminosos dig
nos de la admiración universal. En YalsáUcc hay muchas quintas do recreo, y
entre ellas un Seminario, y como tal,
TahálíGe jamás se hubiera distinguiclo
por nada notable; pero en el Seminario
hay uua tumba y una tumba cercada de
los llorones sauces del valle. A ella acu
den numerosos peregrinos que hablan
diferentes lenguas y tienen distintas cos
tumbres. El oprimido Polaco y el inde
pendiente Suizo, el retinado Francés y
el genthmdii Inglés, el serio Alemán y
el caballeroso Español, el Austríaco y el
Huso, el Asiático y el Americano, etc.
Ijuego en YalsdUce hay algo que atrae,
algo que tlespierta deseos de irlo á ver,
porque los hombres no se moverían inú
tilmente de tantos paises por el sólo
gusto de ir á pasear por Yahálice que
nada tiene de admirable.
Lo que llama, lo que atrae, lo que
brilUv, lo que suena allá lejos á través
de los mares y las montañas, en las ciu
dades populosas y en las villas, en los
bosques y las selvas es esa tumba, es lo
que ella encierra, lo que allí reposa: jUU
sacerdote! ¿Un sacerdote puramente! Un
fundador de una institución educativa.
¿Solamente? Un hombre justo y pío.
¿Nada más? Un gran bienhechor de la humanidad, padre de huérfanos, que no es
cribió ni pocos ni muchos volúmenes en
8.° para demostrar la bondad de su sis
tema, sino que lo puso en práctica por
.sí mismo sin hacerse anunciar á son de
bombo y platillos por revistas extranje
ras, y adquirió no obstante discípulos y
Cooperadores por millares, fama y admi
radores por todos los ámbitos civilizados.
Y e.sto ya es mucho.
Pues bien, ese sacerdote de humildí
sima cuna, pobre pastorcillo, fué Dou
Hosco, el fundador de la Institución Salesiana.
T hé aquí porqué Yahálice suena por
todas partes, y despide atracciones en
vías de convertirse en un Santuario y
foco de luz universal donde irán los fi
lósofos á meditar, los artistas á inspirarse,
las letras á consagrarse; los historiadores
á escribir, porque la obra de aquel sa
cerdote toma proporciones colosales y
fases dignas de estudio.
No he dicho todo.
El 3 de Setiembre Valsálice se convu'*
tió en algo grandioso donde afluyó una
concurrencia selecta de damas y alta
categoría eclesiástica y civil. Se iba a
erigir un monumento útil, conveniente y
necesario: una Iglesia consagrada á &
Francisco de Sales, que D. Bosco escogm
para patrón de sus obras, donde templa
rán su espíritu los discípulos, los niisioueros y los peregrinos. ^
A cincuenta metros á la derecha «e
esa tumba, fué puesta la piedra en pre*
— 279
seucia (le los representantes de más de hombre superior, que la Patria honró con
tres mil salesianos esparcidos por el orbe, un monumento.
de un Príncipe de la Iglesia, un arzobispo,
La inauguración del monumento pa
ocho obispos, eclesiásticos ilustres, Su trio asumió la pomposidad de una fiesta
periores Generales, jurisconsultos, magis nacional. El alto Gobierno estaba repre
trados, periodistas, nobles y el pueblo. sen tá is por dos diputados y un senador
La ñincion fué solemne y los discursos ex-ministro; el Gobierno ordinario por el
correspondieron al acto. Aquel humilde Síndaco, el Juez departamental, y las
sacerdote fué presentado como grande autoridades civiles y militares locales;
eii su vida, admirable en su obra, opor la nobleza tenía barones, condes, caba
tunísimo en sus principios y universal lleros, comendadores; la gerarquía ecle
mente benéfico en todos sentidos. Don siástica un Arzobispo, seis obispos y otros
Bosco fué glorifica
dign.atarios, el Su
do, y cada uno lo
perior General de
concibió á su modo:
..
los Salesianos y un
para el eclesiástico
número
grande de
filé un santo, para
sacerdotes
regula
el jurisconsulto un
res
y
seglares;
la
sabio práctico, para
prensa,
las
ciencias,
el magistrado un
las artes y las letras
modelo de princi
se hallaban repre
pios morales, para
sentadas
selecta
el periodista un imente
por
discípu
deal, liara el noble
los del personaje
un emblema y para
del monumento; el
el pueblo nn bien
pueblo formaba el
hechor.
cuerpo de esa aglo
Para elevar este
meración
y comu
monumento, concunicaba
elmovhnienrreel óbolo de todos
to, la alegría y la
los pueblos que
vida. Hó aquí porhan esperimentado
(iué Castélnuovo so
la influencia bené
une
á Yalsálice y
fica de la Obra Saporqué
su nombre
lesiaua; y era con
va rodando sonora
veniente que la pamente por el mun
hm natal no se
do. Yalsálice y Casdejara eclijisar por
telnuovo se uueu por
ese tributo (le admi
consiguiente
por dos
ración universal; y
a
c
o
n
te
c
im
ie
n to s
aquí viene Castelmonumentales, ü n
Hworo.que en sí tiene
templo y una esta
tonto mérito á homenaje como Yalsálice. tua. tributo uno de la admiración del
hl mundo erigió un templo á su memo mundo, homenaje grato el otro de la
ria, la patria debía erigirle un monumento patria; en el primero el viajero recono
perenne esculpido en mármol y eterno cerá un santo, en el segundo un bien
|rauito. Los castelnoveses lo hicieron. hechor de la humanidad. El monu
hl 18 de setiembre, quince días después mento de Castélnuovo merece un exa
fle la erección del 3, se descubría eu men: no soy artista, y dejo á los del arte
^'itehniovo un monumento como todo el la parte que Ies corresponde en la eje
wuudo entiende: una estatua personal cución. Voy á considerar la expresión
c marmol. D. Bosco con dos niños á del monumento. D. Bos(M) sonriente
tos flancos sobre un pedestal de granito, está de pié sobre un pedestal de gra
^oicjcado en una plaza pública de su nito bruñido; á su derecha se ve á un
Paeblo natal.
niño civilizado, también de pié, en ac
La P a tria á D on B osco: hé aquí titud de pedir algo á D. Bosco; á su
^ únicas palabras que indicarán en el izquierda otro niño salvaje, patagón, que
porvenir al viajero, que allí hubo un envuelto en su quillango de pieles, estando
— 2sn —
con mía rodilla incada, besa la mano de
fiu bienhechor.
Allí hay dos mundos; la caduca Euroi>a y la joven América; el viejo y e l
nuevo mulido. Allí están representadas
la niñez civilizada y la salvaje; la culta
y la bárbara. D. Bosco es su centro, su
f?uía, su refugio, su esperanza y su ideal.
Si lio me equivoco, D. Bosco está en
aptitud de caminar, arrastrando consigo
el trofeo do su gran corazón: la niñez.
¿Y para dondet D. Bosco sonríe y en su
ironto inspirada so descubren intenciones
vastísimas, y la seguridad de poseer una
ruta sin jioligro que conduce á un tér
mino feliz donde domina la justicia,
reina la verdad, impera el espíritu y
triunfa la religión. A esta región quiere
conducir á la niñez D. Bosco, y sonríe
porque ve que lo seguirá apenas se ponga
en camino. Para mí el pedestal de gra
nito simboliza la lirmeza do los princi
pios de D. Bosco; los Évangelios expli
cados por la Iglesia Católica: en ellos
hace pió firme, sin temor de verlos
desplomarse, y marcha tranquilo á tra
vés del mundo y en medio de esas
tempestuosas convulsiones que derrum
ban y desquician las instituciones pura
mente humanas que no se apoyan en esa
roca inconmovible de Cristo y su Iglesia.
D. Bosco se apoya en esta roca viva y
luminosa, y tiende á conducir á la ju
ventud por la vía abierta en ella.
¡Cuánta caridad y sabiduría reunidas
011 un sólo hombre! ¡Bienaventurados los
(pie le sigan!
Tahálice y Casteínmvo ¡cuántas ideas
grandiosas encerráis! ¡Cuántos secretos
reveláis en esos monumentos!
Como linternas mágicas proyectáis á
las alturas la bendecida imagen de Don
Bosco, que sonríe siempre y llama á la
niñez. Al proyectar esa imagen, dejáis
un sendero de luz que descubre vuestro
faro donde vendrán los admiradores y
eonceutraván sus largas vistas los pen
sadores impaveiales para apreciar la mag
nitud de la obm, como los astrónomos
concentran su telescoiiio hacia el punto
de donde atranca la estela de im cometa
ó de un bólido que atraviesa majestuo
samente la bóveda azul, para medir su
extensión y velocidad. — X.
C antidad ® eón x iii
T LOS
iSísioneros Salesianos
OTORio es á nuestros «amados
C ooperadores el am or y el in
terés que siem pre se h a tomado
»S.S. León X l l l por las Misio
nes Salesiami.s, á las que dis
tin g u e con p a rtic u la r predilec
ción y en la s que tien e fundadas
grandes y risueñas esperanzas.
B asta hojear las páginas de
n u e stra hum ilde R evista x>ara encontrar prue
bas m ás que suficientes de la verdad de
cuanto decimos. P ero «aun cuando éstas no
existieran, serían suficiente testim onio las dos
audiencias que S. S. h a concedido últimamente
á los liR . P P . B á lz o la , del M atto Crosso, y
Borgatello, de la T ie rra del Fuego.
L as noticias de estas dos audiencias, que
á continuación publicam os, las leerán con
tan to m ayor placer nuestros beneméritos
Cooperadores, estam os seguros d e ello, en
cuanto que en am bas n u estro s M isioneros les
h an tenido presentes, como siem pre hacen en
ocasiones parecidas, im plorando tam bién para
ellos la A postólica B endición en prem io á la
cavidad con que sostienen las M isiones Salesiauas, que sin ellos no p odrían prosperar
n i au n su bsistir.
B í'iM a y tres iiultos Ooroades.
Acom pañado de los Señores D. Tomás Laure ri y 1). V icente S ch iralli D irectores respectivaineiite do las C asas Salosianas de Roma y
do B éjar (E spaña), logré obtener una au
diencia del P a d re Santo y presentarle á los
tres indios Coreados que he traído conmigo
del M atto Grosso (Brasil).
E n el m om ento en que llegam o^ S. S. vol
v ía eii silla de m anos d e su cotidiano paseo
por los jard in e s del Vatic«auo. Llegado á la
sida llam ada d e los tapices, donde se le espe
raba, form aron las guardias, se abrió la por
tezuela de la sUla y apareció la Veneranda
figura de S. S. León X II I. Todos permmieciluos estáticos; los tre s salvajes lo miraron
con sumo respeto y veneración sin proferir
palabr.i. S. S. dirig ió alg u n as p alab ras á cada
imo de los tre s sacerdotes, como t i b i e n a
u n a Sra. que lo esperaba, é inmediatamente
llegó p a ra m í ¿l solem ne momento de a r ^
d iliarm e á sus piés, besarle el sagradí)
y presentarle las prim icias d e m i m isión dd
M atto Grosso.
—
281
D. Balzola, superior de la Misión
Federico - 16 años
Felipe - 14 años
D. De Bella
Antonio - 18 años
Indios Goroados del Matto Grosso (Brasil).
— 28z —
— iQ uieuea Bon estos liombres, y de doude
vien en ? l’ué la prim era p re g u n ta que me di
rig ió S. S.
— i*adre Santo; son tre s salvajes del M atto
Groase) (B rasil), de la M isión iniciada por
el in o lv id ab le ó Utmo. Sr. Lasagua.
— iS o n del A lto B rasil, no es v erd ad ?
— Son d el centro, S antidad, y p a ra llegar
allá, es necesario atrav esar to d a la R epública
A rg en tin a, el P arag u ay , tocar la B o liv la y
e n tra r en el M atto Grosso.
— iH ab eis traíd o m nebos á T urín?
— Solam ente estos tres, S antidad.
— í Q uó in strucción les dais, y cómo les
h ab é is preparado al Bautism o?
— Estos, P a d re Santo, no están todavía
bautizados, porque apenas hace cuatro meses
q u e h a n dejado la floresta; les bautizarem os
en T u rín antes de n u e stra p a rtid a (1).
— iSon id ó latras estos salvajes?
— P a d re Santo, no tien en culto alguno;
tem en sólo al esp íritu del m al, q u e sus sa
cerdotes conjuran y p rocuran alejar. Cuando
yo les habló de D ios y les dije que es bueno,
q u e les qu iere m ucho y que es sui>ei‘ior y
vencedor d el dem onio so pusieron conteutísim os.
— Muy bien, ¿éstos son to d av ía jóvenes'?
— U no tie n e 1-1 años, otro 16 y otro 16.
E s tá n m uy desarrollados.
— ¿Quó pensáis hacer y qué esperanzas
ab rig á is de aquellas gentes?
— P a d re Santo, con la ayuda del Señor
confío hacerlos buenos cristianos y buenos
ciudadanos.
— B ien, b ie n ; adm iro vuestro Apostolado.
Y o os bendeciró á txuios, á fin de que vuestra
M isión prospere y dó ópimos frutos.
— G racias. S antidad, bendecid tam bién á la
M isión del M atto Grosso, á to d a la Am érica,
á todos nuestros herm anos, CooiHírudoros é
indios.
^ ,
— Sí, con m ucho gusto os bendigo á bulos.
N os arrodillam os y recibim os la, boudiciou
A postólica; besó el sagrado anillo, y tam bién
lo besaron los tre s sulvqies, y S. S. desapa
reció de n u estra vista. P u é u u a visión c<deste,
im m om ento de ;ilügría que jam ás olvidare
mos.
JU A >' B
alzola
MisioM iv iSalcsiatw.
Kuma, 27 de Julio de 1898.
Aiiiliencia coücHida á
M . fiorgateílo
y á D. Durando.
E n la m añana
podido vüi' á B. S.
se nos com unicó
tlía á las 6
de
tapices.
del 3 do A gosto habíam os
y con g ran sorpresa n uestra
que nos recib iría el mismo
la ta rd e en la sala d e los
(1) Víase la pág. 304
A la h o ra establecida nos encontrába
mos en el sitio indicado, y pocos minutos
después S. S. volvía de su acostum brado paseo
por los jard in es en s illa de m anos cerrada
con cristales, y al p asa r ju n to á nosotros nos
bendijo. P asado que hubo tre s salas, descen
dió de la silla y entró en u n saloncito donde
creo que ord in ariam en te recibe.
Inm ediatam ente se nos in tro d u jo ; S. S.
estaba sentado en u n g ra n sillón de brazos,
su cara y sus cabellos eran blancos como el
hábito que vestía, pero en su m irada se veía
la lucidez de su m ente y la energía de su
ánimo.
H echas las debidas genuflexiones nos arro
dillam os próxim os á S. S. uno á la derecha
y otro á la izquierda, y le besamos el pió y
la m ano que nos presentó. S. S. que ten ía en
sus m anos el b illete de nuestro ingreso, en
el cual se leian nuestros nom bres y nuestra
procedencia de la T ierra del P uego, nos dijo;
— ¿Con que vosotros venís de la T ierra del
Fuego? Tened cuidado de no abrasaros. ^
— P a d re Santo, dije yo, somos dos misio
neros que venim os de aquellas lejanas tierras
y que antes de volver a llá deseamos vuestra
A postólica B endición, á fin de que nos confoi-te y nos ayude á hacer algún bien. Este
com pañero mío h a pasado y a 20 anos en las
M isiones y yo 10. E l campo de nuestras fa
tig as se Uaiíia T ierra del Fuego, si bien allá
no hace mucho calor, antes por el contrario
d u ran te o ó 6 meses hace mucho frío y ordi
nariam ente la tem peratura m áxim a jam ás pasa
do los 15 grados.
— Conozco. resjK)lidió S. S., aquellos lugares
y só i>eiieet.ameute el m ucho bien que aUÍ
hacéis. E xisten todavía salvajes 4 no es ver
dad?
— Sí, S antidad, respondió D . D urando, y
son los m ás infelices que se conocen, puesto
que si so les quiere hacer alg ú n bien es ne
cesario proveerles de casa, alim ento y vestido
jim taincnte con la religión que so les enseña.
— E n la actualidad, añadí yo, tenem os re
cogidos á m uchos cu n u estras Misiones, y
ciiti'o estos hay unos 300, buenos cristianos
tjue con toda regularidad confiesan y co
m ulgan.
— Bien. bien, dijo S. S., es u n a obra her
mosa y grande la de deiUcarse á la salvación
dt‘ las alm as; hacedlo por am or d e Dios y
E l os lo recom pensará. Confiad en el Señor
y adelante. Yo os bendigo con todo el co
razón.
— Pivdre Santo, dije yo, bendiga también
á nuestros herm anos m isioneros ó fíijas do
M aría A uxiliadoni, á nuestros parientes, á
nuestro S uperior Iltm o. Sr. F aguano y
cuantos concurren con sus oraciones y limos
nas al sostenim iento de nuestras M isió n ^
— Sí, sí, á todos os bendigo, respondió el
P apa.
1>. D urando imntimió: — ben d ig a tambicu
S. S. á nuestros iKibres indígenas, muchos
*
— 2S3 —
(le los cuales de algún tiem po á esta p arte
mueren con sum a facilidad por u n a ú o tra
(iausa, oou gran sentim iento nuestro que ha
bíamos puesto en ellos n u estra s m ás risueñas
esperanzas.
Entonces su S. S. colocó su s m anos sobre
las nuestras (que las teníam os apoyadas sobre
sus rodillas) y levantándose u n poco, dijo con
acento foerte y m arcadísim o: — Que mueran
m grada de
lo demús importa poco. __
Bendigo á todos los Salesianos, á sus Oooperad()r^ y en p artic u la r a l S r. D . Kúa.
Benedictio I)ei omnipotente.
ílg iiiiÍQ n
IN’uevam eute le besamos la m ano y el pié,
y nos retiram os con el corazón lleno d e ium enso júbilo.
E l recuerdo de este d ía lo conservarem os
indeleble en nuestros corazones.
D e regreso al C astro P reto rio visitam os
al Emm<). Sr. Card. P arocchi, q u e nos reci
bió cordialm ente y nos entretuvo largo ruto
hablando de n u estras M isiones de A m érica.
M a y o iu n o B o r g a t e l l o , P b r o .
.l/^íouero Saleaiano.
Uom:i. .=5 de Agosto de 1898.
B lr a c t o r o i
y
DE LOS
C ooperado3?es S a le s ia n o s
grandioso C ongreso M ariano, de
que en otro núm ero nos ocuparemos,
jO por fa lta d e espacio en éste, presentó
á nuestro venerando S uperior D . Mi- . - &ug1 P ú a u n a propicia ocasión p a ra
celebrar una re u n ió n , sem ejante á la q u e se
verificó en V alsálice en 1895, d e los D irectores
diocesanos, Decuriones y Celadores de nuestros
^ e m é rito s Cooperadores, los días 5, 6 v 7
de Setiembre.
Dos han sido h a s ta la fecha los Congresos,
Uamémolos así, de D irecto res y D ecuriones:
106 celebrados en 1893 y 1895 ju n to á la
tamba de nuestro am ado P a d re D. Bosco,
cayos resultados h a n sido inm ejorables p a ra
el acrecentamiento de l a P ía t/nion de CoopffQdores Salesianos.
Especial im po rtan cia h a revestido la reu
nión de este ano, así p or los asuntos trata d o s
])or las sesiones celebradas, que fueron
dos en nuestro Colegio d e S. J u a n B^ g e lis ta , y la ú ltim a en el O ratorio de
''aldocco. Más d e 40 diócesis h a n estado digtmmeote representadas, y no pocos ilu stres
personajes h an h o n rad o n u estra s sesiones,
entre los cuales se con taban los obispos de
j ^ i a , M ontefeltro, F o ssanoy los lim os. Sres.
^ l i e r o y C ostam agna; los B E . Sres. D on
r ^ n a l M organti, d irec to r diocesano de los
•^p er^o res d e M ilán, D . B arissone, de los
* Alejandría, D . PedrelJi. d e los de B olonia,
^ el abogado Sr. Bicci. de Bapallo, P resi
d i e de la J u n ta líg u re p a ra á Homenaje
^t^rnaeional á la O b ra d e D. B osco; el Bdo.
A gu stín A nzini, rep resen tan te del
fSr. Molo, A d m in istrad o r A postólico d el
T icinoj el C om endador Sr. ik n ra ^
directores salesianos d e Es])aña, Ita lia
y F rancia, y algunas d istin g u id as Coopera
doras S ^ e sia p a s de T u rín y otros puntos.
Los D irectores diocesanos y D ecuriones q u e
tom aron p a rte á las sesiones serían m ás ó
m enos 150. E stas fu ero n siem pre presididas
p o r nuestro venerando S uperior D . M iguel
B úa, á quien form aban corona varios m iem bros
d el C apítolo Siqierior d e n u e stra P ía Socied ^ , y algunos m isioneros salesianos d e A m é
ric a venidos á T u rín p a ra las elecciones de
nuestr()s Su}>eriores M ayores y tom ar p a rte
a l C apítulo (len eral de n u e stra C ongregación.
A ctuaron como secretarios, p o r nom bra
m iento d e D. B úa, el in trép id o é infatigable
periodista católico Sr. lía v a ro tto , d e V icencia,
y el B. Sr. JJ. C arlos Salam ano, d e V ercelli.
E n las tre s sesiones que, como hem os dicho,
se celebraron, fueron som etidos á la consi
deración de los congresistas las sig u ien tes
im portantísim as cuestiones:
I. Necesidad y medios prácticos para el desa
rrollo de la acción Salesiana.
II. Ventajas de las Conferencias Salesianas —
Conferencias públicas y privadas.
H I. Homenaje Internacional á D. Bosco en el dé
cimo aniversario de su muerte.
IV. Obra de los Hijos de María Auxiliadora para
las vocaciones de los adultos al estado ecle
siástico.
V. La Virgen de D. Bosco — Devoción — Archícofradía.
VI. Publicaciones Salesianas — Manaal de Pie
dad — Antiguos alumnos.
vn. Oratorios festivos — Colocación de los Jó
venes obreros.
v m . Medios eficaces de cooperación á las Obras
Salesianas.
— 284 —
IX . Comunlcaolon de los favores y privilegios
oonoedidos á los Directores y Decuriones de
los Cooperadores Salesianos.
X . Misiones Saleslanas.
X L Propuestas varias.
Todos estos puntos fueron m uy bien y prác
ticam ente trata d o s por los encargados de
ello, y discutidos por todos tom ándose exce
lentes resoluciones que no publicam os ahora
falta do espacio, poro que publicarem os
Í>or
o m ás pronto posible. A h o ra sólo direm os
que los pimtí>8 que m ás caluiosa y eficaz
m ente se recom endaron por todos fueron la
O b ra de los Hijos de M aría, de que ta n ta s
veces nos hemos ocupado, y Dios m ediante
volveremos á ocuparnos, y el H om enaje in te r
nacional á la O bra de H . Bosco.
E n la segunda sesión se acordó por u n a
nim idad enviar al P ap a u n telegram a de cor
d ia l afecto, y al Excino. Sr. A rzobispo un
aten to B. L. M., á los que am bos se dignaron
responder en los siguientes térm inos:
líVDMO. BEflOH D . M . ItÚA. T U llííí
Fadre Santo agradece Hentimientos de filial
afecto^ y de coraxón bendice congregados.
Card. M. B a x p o l l a .
— Agradecido por el delicado recuerdo que
de m i se ha tenido, bendigo de todo corazón,
como Fastor de la Iglesia de Turín, cuna de
la Congregación Salcsiana, d los Hijos de F on
Bosco y d todos los que se unen con ellos para
^ectuar los designios de tan gran Faüre, a glo
ria de Dios, honor de la Sma. Virgen A uxilia
dora y honejicio de la sociedad cristiana.
^ A g u stín Arzobispo.
Santuario dcl Sagrado Corazón de Mana, torcer
día dcl Congreso Hariano Nacional, Tuna 7 de
Sbre. de 1898.»
Como y a so tiene de uso en estas reuniones,
nuestro venerando tíu¡>erior D. Uúa, después
de h ab er dedicado u n afectuoso reciiei'do ó
los D irectores Diocesimos y Decuriones fnlkv
oidos desde la últim a reunión, invitó á todos
los presentes á hacer especisiles sufragios por
sus olm as y á asistir á los solem nes funera
les que por su eterno 1H3POSO so cMobraron
en td S an tuario de M aría AuxiUadonv, en el
(lue adeiuávS se puso térm ino á estas reuniones
con la bendición solem ne con S. D. M., dada
lK)r el lim o, sehor A udreoli, Obisix) de Moutedeltro.
De todo corazón hacemos votos y encare
cemos á miesti'os benejnéritos C\Kq>eradores
q u e nieguen al Señor p a ra que prontam ente
veamos inMilizados los santos propósitos to
m ados Olí* esta imi>ortante asam blea de D i
rectores diocesanos, D ecuriones y Celadores
d e los Cooi>üi'adores Salesianos.
LÁ ETERNIDAD,
( L F Y E X F A .)
^ N la hermosa Edad Media, y en uno de
. A los más soberbios monasterios de las o•sJu rillas del lUiin, vivía entregado ál estudio y la oración un piadoso ál par
gMc sabio monje, llamado Álfús.
E l tiempo que no pasaba en intiyna comunica
ción con Fios, encerrábase en la bien provista hihlioteca, encontrando inexp>licáble placer revolviendo
los in-folios, en que se encontraba la ciencia toda
de las pasadas edades.
¿ E ra feliz con su oración y su estudio Fr. Álfúé?
No. Un pensamiento importuyw, una tentación dz
Satanás llevábale triste y turbado. ¿ Cómo i>odria
ser la eternidad feliz?
L a gloria, el paraíso tendría felicidades sin
cuento, bienestar completo, ciencia superior é i«fusa; ¿pero no se haría larga, pesada, monótona,
y fastidiosa la eternidad contemplando si&npre lo
ííiiswo, sin necesidad de trabajar para adquirir
la ciencia, recorriendo siempre los mismos lugares?
Este era el pensamiento, y tal la tentación gve
llevaba triste y turbado al monje Alfús.
A l caer de la tarde salió un dia Fray Alfv.'
á pasear por un frondoso bosque. Un silencio im
ponente reinaba en la naturaleza; n i el vienh
hacía gemir á los árboles, *ii las aves caniabafi,
ni voz alguna humana turbaba el religioso silencio
dcl bosque; iodo era reposo, tranquilidad y ímuNo asi el alma del monje, que entonces, máspit
nunm , veíase agitada de la malhadada ientacioñ.
¿Cómo vencer al tentador?
Fosiróse de rodillas en tierra, oró al Señor y
Sí* oración voló hasta el trono de Fios, llevada
en las alas de su ángel de la guarda. Besó después
el suelo y prosiguió su inten^umpido paseo.
En nicdio del espeso y d ila te ^ bosque habió
una pequeña plazoleta á donde todos los días
acostumbraba á dirigir su paseo F r. Alfús, seif
túndase u n momento al pié de uno de Jos más
coqiulvnfos árbolcó- del bosque, antes de regrtsv
al monasterio.
No bien húbose sentado, «n placer súbito i t»^^
fable inundó toda su alma.
E l sol, «MÍs resplandeciente, lanzaba rayos más
hermosos y deslumbradores: letantóse suave y
perfumada brisa, la naturaleza toda aparecía irasfoinuida y radiante de hermosura. Un ave oeutía
y misteriosa comenzó á exhalar tan dulces
montas, tan delicados trinos y tan trttwdaW®
I
— 285 —
m>dulaciones, que trasportaban su alma. Cuanto
ÍÍW5 escuchaba aquel canto, aquella música, más
dulcísima le parecía.
Por fin calló el pájaro, traspuso el sol el horisonte y Fr. A Ifús, inundado de goso no sentido,
se arrancó más que se levantó del pié del árbol
para regresar al moncísterio. ¡Nunca hábiapasado
m a hora tan deliciosa!
Más he aquí que á medida que andaba todo
se le aparecía cambiado. Buscó el estrecho y flo
rido sendero perr donde caminaba todos los días, y
m logró encontrarlo, pues se había tornado en
ancha carretera sombreada por árboles seculares.
El pequeño arrogúelo que alegre serpenteaba
por el bosque y que se pasaba por misero puenteetilo de tablas y maleza, hallábase cruzado por
puente soberbio de piedra sillería. E l monasterio
había cambiado de forma. Hasta la antigua puerta
había desaparecido para dar lugar á otra prece
dida de una gran plaza.
Frotábase los ojos con sus manos, creyendo ser
fresa de horrible pesadilla. ¿Estaba loco? Corre
á la portería del monasterio, llama, y un monje
desconocido le franquea la entrada.
— ¡Por piedad! — exclama F r. A lfús — ¿no
es este el 7nonasterio?
— Si — responde el portero. — Mas ¿qué os
pasa que estáis tan agitado, de donde venís, quien
sois?
— ¡Pero si soy A lfú s ! — respondió tcmblojvso.
Há poco más de una hora que he abandonado
esta santa casa que tan transformada encuentro,
que no la reconozco.
Encogióse de homh)-os el portero y llamó al
Superior. Acudió éste con sus monjes y nadie,
íi» aún los más ancianos, reconocieron á Fray
Alfús, que seguía asegurando había partido del
stumasterio hacia poco más de una hora.
E l Superior del monasterio mandó traer el libro
de registros; allí se encontraron los nombres de
todos los fnonjes sus contemporáneos, allí el de
Er. Alfús, que había desaparecido sin lograrse
tncontrarh, por más pesquisas que se hablan rea
lizado.
Cn rayo de luz iluminó de repente la mente
del religioso, que postrado en tierra, suplicó le
dijesen cuánto tiempo había transcurrido después
de haber desaparecido Fray Alfús.
— Trescientos años, respondió el superior.
— Gracias, Dios mío, exclamó F'ray A lfú s;
eontó entonces su tentación, su oración en medio
del bosque y cómo el Señor había acogido su
plegaria, enviándole un pajarillo, u n pequeño
*en^jero del cielo que le había deleitado por esde trescientos años, probándole que no fas^ia n ni cansan ¡os placeres que Dios prepara
d los justos en la eternidad.
Bicho esto, expiró plácidamente en el ósculo del
Beñor.
¡Queridos niños! Trabajemos por la eternidad
^ feliz, que trescientos años de oir un insigniflpajarillo, parecieron una hora á Fray Alfús.
¡Cuán grandes son las delicias, Señor, que
P ^ r a s á los que te aman y te sirven! Desfallece
I •usía mi alma por entrar en tus tabernáculos.
BOLIVIA
Nueva excursión ApostMioa
del limo. 8r. Oiietamagua,
II.
M uy QTjERno y V enerado P adre
S r . D on Miguel K ua.
[EXTRAS estoy esperando que nuestro
m uy amado lim o. Sr. Cagliero
vuelva de la Patagonia para acom
pañarle á Turín, quiero cumplir con
la promesa que en m i últim a hice
á Vuestra Reverencia de describirle: l.° E l es
tado actual de nuestro colegio de Sucre; 2.° La
consagración del Rvdmo. Arzobispo, limo, señor
Taborga, y 3.® E l término de mi último viaje á
B olivia.— Mi intención es de ser breve; si lo
he alcanzado vamos á verlo enseguida.
I.
Elstaclo a etu a l Uo nuesttro Col earío
*lo SSacx'o —l?i’ovoc*lio y aclol<into
e a law urteM y en luiü lotran —U na
locciqii ao limtoriu <lo
lo» iiiiio» — Kl Ex<»ino. Sir I?reHÍd eu te d e la l^oi>iil>liea y uucHti*a»
E sc u e la » — S uk ureuei*oHÍclaae» y
pruel>u» <ie aleoto.
Tanto las escuelas como nuestro Oratorio fes
tivo de Sucre adelantan á paso de gigante. Aún
no se ha podido como en Zci P az obtener una
sección de solos niños indios, para poderlos educar
con más facilidad y provecho; pero quod differtur non aufertur. Ya hasta los más pequeñitos todos hacen muy bien la señal de la santa
Cruz, es decir, rite pieque como la Inmaculada
Concepción enseñó á la afortunada Bernardita;
y no son pocos los que ya saben al dedillo todo
el Catecismo.
Están á la vista de todos los adelantos hechos
por estos artesanitos en las artes y oficios.
También han adelantado mucho en el idioma
nacional, en la aritm ética y especialmente en la
geografía é historia de su patria. Es cosa que
encanta el oir con cuánto desparpajo y soltura des
criben las bellezas que poseen, ía, fauna y la flora
del suelo boliviano; de aquel suelo, dicen ellos,
( 1) V.
y sigs,
B o l e t ín
de Setíembre-Octubre pág. 231
■k
—
286
tan favorecido por la divina Providencia que
parece que contiene en sí la sintesis de toda la
Creación. Sería preciso pasar una media horita
siquiera en aquellas escuelas para aprender de
los misinos alumnos cómo la capital do Bolivia
se llam ara antes Charcas, después Ghuquisaca
luego L a Plata (fundada por el capitán Pedro
de Ansures en el año de 1539) y en el año de
1840 Sucre, en honor del gran mariscal de Ayacucho; cómo ya desde el año d» 1552 el Papa
Julio I I I erigió en esta capital una sede episcopal
sin duda su mejor adorno es la devoción de aquellos nuestros queridos alumnos que son para
el pueblo un continuo y elocuente sermón. ¡Oh,
si hubiese visto, queridfeimo Padre, con cuál santo
empeño empezaron y prosiguieron el mes de Majo
para honrar á María Sma. Auxiliadora!
Después de su buen Director D. Gasparoli, el
que más se alegra y goza por su progreso en
las ciencias y en la piedad es el mismo Sr. Pre
sidente de la República, el Sr. D. Severo Fer
nández Alonso. E l va siendo muy de casa, casi
diría, con nuestros niños de Sucre. Durante el
breve tiempo que yo pasé allá, su Excelencia
nos hizo varias gratas sorpresas. Vino á presen
ciar la academia preparada para mi llegada;
asistió á la ordenación sacerdotal de dos de nues
tros clérigos Salesiauos; volvió á Tisitarnos
para darnos las buenas pascuas; tuvo á bien
además asistir como padrino á la primera Misa
de uno de los sobredichos sacerdotes y nos honró
con su presencia en el modesto almuerzo de aquel día. E l Sábado Santo mandó nada menos
que un buey vivo de regalo para que nuestros
alumnos pudiesen pasar unas alegres pascuas, y
finalmente, alentado por su óptima señora esposa
Doña Filomena, que es muy devota de S. José,
hizo construir á este santo un hermoso altar en
nuestra iglesia de S. Agustín. ¡Colme el Señor
de las más electas bendiciones á este nuestro
iucompurablo Amigo!
n.
l. — O oiisnjurnicioifc <Iol l i m o . S r . T n lK>ryr« — Ui» re < *u o i‘<lo A iiu<‘í«tro
l& o n n iitio A .iiís:u »to lT'lul>l>.y’ — F u i»<«iouo>s <lo
Shunto — P iii<i<>KaH <?o!sliiiiil>r<‘ w y <5o«t-ttiiil>rois.-.
liA r lm r a H — l.íiu ‘ u u s
■"
O iiio o m i l <*oi»íii*m«<loí«i —
S a u to
V Ú V tio o — 3 1 ÍWÍ011 A l o s lu d io s <lo
O U u i'o o m a —JL-ii. tii m i l l a O Uavui*i*iu
jyXiisai jjio j>actí — X.<u X £ o to u d a .
Indios Quichua de Bolivia.
dotándola de los misinos privilegios de que gozaba
la sede de Sevilla tKspoña): tíitnlmeiite cómo en el
año do 1(>0!) Paulo V la erigió en sede metropo
litana, siendo CK'upada sucesivamente por 32 ai*zoIdspos, entre los cuales se distinguieron un S.
Alberto, esclarecida lumbrera de ciencia; un Mojó,
gran poeta: un Cisneros, tan generoso como santo,
que invirtió 10.000 escudos en el sólo adorno del
altiir mayor de la Catedral y murió pobre, siendo
muv llorado de todos los pobres y menesterosos.
Pero con la ciencia de aquellos nuestros sucrensos corre parejas, si no precede, su dulce
piedad. Nuestra iglesia de S. Agustín, poco há
tan pobre y desmantelada, se m uestra cada día
más encantadora á los ojos de los fieles: pero
El suspirado Breve que me debía autorizar
para la Consagración del limo, señor Taborga
se hizo esperar por uii largo mes, que sin em
bargo pasó rápidamente debido al trabajo quo
halló en aquella Capital.
Fui primero á visitar la tum ba de nuestro
inolvidable clérigo Augusto Flabby, que por
ahora duerme el sueño do los justos en una pe
queña cripta señalada con el número 435. He
dicho por ahora; porque D. Gasparoli me pro
metió que apenas las Autoridades lo permitan,
liará trasladar los restos de nuestro querido
Augusto á la grande cripta de nuestra Iglesia.
De esta manera aquel santito volverá entre sus
amados salesiauos.
No llegué á tiempo para dar la Comunica
Pascual á los soldados del Regimiento, poro he
podido otra vez pontificar en todas las funciones
— 287 —
de la Semana Santa, que allá se hace siempre
muy solemnemente. En ellas tomaron parte, como
de costumbre, el Sr. Presidente de la fíepública,
los Ministros, él Cuerpo diplomático, la Corte
Suprema, la Superior, la Marcial, y todas las
Corporaciones civiles. Todos asistieron á la con
sagración de los Santos Oleos, todos hicieron la
Adoración de la Cruz y la visita á los siete Se
pulcros con el Presidente á la cabeza. Con las
palmas recibidas del Obispo el Domingo de R a
mos adornan los balcones externos de sus casas,
dejándolas allí hasta poder renovarlas con las del
año sigu ente. ¡ Dígnese el Señor conservarles aá
m>dtos minos estas costumbres de fe patriarcal,
que en el mundo se va liaciendo cosa rara! No
pasaré por alto el modo con que muchos sucrenses
S'.ilemnizan el Sábado Santo. Desde la madru
gada quien sale de casa topa á cada paso con un
indio que lleva solire los hombros en busca de
compradores un cordero de marca roja, el cual,
l-iilando. recmn'da al vivo al verdadero Cordero
Pascual inmolado por nuestra salud. Más tarde
se suceden pequeños terneros enmaromados que
oíros indios llevan por las calles de la ciudad,
aguijoneados, azuzados y espantados por una
caterva de pillastres que no desisten de su bru
tal empresa basta que el animal caiga ó dé
algiin saludo poco agradable á alguno de los
transeúntes. Estos corderos y terneros, como fá
cilmente puede comprenderse, sirven para las
fiestas de Pascua. En este año el azuzamiento
de estos animales fué muclio más moderado. Se
'«pera que dentro de pocos años desaparecerá
por completo esta costumbre tan extraña y pe
ligrosa.
Toda la Semana de Pascua la pasé confiriendo
el Sjcrainento de la Confinuacion, subiendo á
más de cinco mil los confirmados en nuestra
Iglesia.
Al alborear el Domingo in ATbis, que aquí
Uimaii de Cuasimodo, fui despertado brusca
mente por suaves cánticos religiosos de todo el
pueblo. E ra el Smo. Viático que, saliendo con
temporáneamente de todas las Parroquias de la
ciudad, iba á dar las verdaderas buenas pascuas
á sus queridos enfermos. Más tarde, á eso de las
lo llevaron también con mucha solemnidad
de acompañamiento de música y cantos á visitar
J los pobres encarcelados y después á los invá*
Mos del hospital.
En la segunda semana de pascua dimos una
á los indios de Charcoma, pueblecito disde Sucre media jomada. E l Sr. Coronel
wmyarría nos hospedó y trató como lo sabe haél, que es todo corazón. Acudieron los indios
* todas p a i ^ . ¡ Oh, que sencilla es aquella
pute! Llevan todavía todos una ó más trenzas
* m Mitigua y tubren su cabeza con un som
brero grande, pero muy grande, que los más
ricos adornan y hasta cubren por completo de
monedas de plata grandes y pequeñas. De Char
coma llevo conmigo un recuerdo imperecedero:
la bondad de la familia Chavarría. De vuelta á
la ciudad, el Coronel insistió tanto que me llevó
á la Ilotonda para celeb-ar una misa /n*o pace.
Intervino también el Sr. Presidente de la Re
pública con su noble señora esposa. El Señor
})i’emió su piedad. Las eU‘ceion'*s políticas que
sucedieron i imcdiatamente á aqiiulla Uiisu iuerou
Indias Quichua de Bolivia.
pacíficas como las que más. L a Rotonda es una
pequeña Iglesia muy hermosa mandada construir
por el Presidente Isidoro Belzú en el mismo
lugar donde las numerosas balas que sus ene
migos le tiraron en la nuca y en la cara á quema
ropa se embotaron y no pudieron quitarle la vida.
Aquel pobre Presidente, así me lo narró el Co
ronel Chavarría, viéndose acometido gritó: ¡ Vir
gen del Carmen! Pué dgado por muerto en el
suelo. Pero poco después Belzú pudo retirarse,
sanó, y marchó á Rom a á los pies de Pío IX,
el cual, conocido el caso milagroso, mandó más
tarde al Presidente una hermosa estatua del
Carmen, que llevaba colgando del cuello algunas
reliquias de S. Isidoro. Fué luego cuidado de D.
—
288
—
ristas, pero desgraciadamente in cauda venenun.
Precisamente hacia el fin una mano no demasiado
grosa gracia que la Virgen del Carmen le h a bendita tocó el órgano, y, como para no perder
la m ala costumbre nos hizo oir un trozo.....de
bía obtenido.
la N orm a. ¡Pobres de nosotros! ¿Quousque
íí. —
d e l B r o v o p o n tific io
tándem ?.....
— ^ l o í f r i i L ^ e iie x ’u l — C o x ’c in o x iia
E l Gobierno, los Canónigos y el pueblo en
d o l a coi»K U ííi*a<iion — X Jn a n o t a
d lM o o iv la iito ~ A-lÉffunos d a t o » so - masa acompañaron hasta el palacio arzobispal á
Ibx'o o l n u e v o A .i’;e o b is p o .
su dignísimo Pastor, haciéndole pasar por debajo
Pero vengamos al acto de la consagración. de cuatro arcos de flores, y las músicas tocaron
A eso de las 8 de la noche del 5 de Mayo, mien sendas y repetidas tocatas para coronar la fiesta.
E l limo. Sr. Taborga es el trigésimo tercer
tras la gente salía de la Iglesia después del ejer
Arzobispo
de Sucre: tiene sesenta y cuatro años,
cicio acostumbrado del Mes de M aría, he aquí
que las dos campanas mayores y las otras 24 de pero es sano y robusto. Es bueno como el que
la torre de la Metropolitana rompen el majes más, sabio y santamente enérgico. Manifestó
tuoso silencio do la noche. En un instante cunde hacia su consagrante un afecto y un agradeci
por doquiera el suspirado anuncio: — H a lle miento extraordinarios. Además de los vaiiís
gado el Breve; — y de las diecioclio torres de dones que me hizo á mí y á los salesianos de
Sucre salió de golpe im concierto tal, que p a Sucre, nos regaló también una estrella cuajada
recía que el Cielo se hubiese abierto entonces, de diamantes, que colocada en la parte su
entonces, para derramar sus más electas gracias perior de la custodia para la Exposición del San
sobre la capital de Bolivia. La luna misma a- tísimo Sacramento, parece que esté allí sicut
pareció sonriente y mostrando su cara llena y flamma coruscans et Regem R egum Reuní derefulgente cual un sol, tanto que parecía qui m onsirans. No solamente ad inultos sino ad
siese cambiar en día la noche. Había cabalmente m ultissimos annos dígnese el Señor conservar á
llegado en aquel momento el suspiradísimo Breve, aquel queridísimo é inolvidable Hermano mío en
que el Padre Santo se había dignado firmar el Jesucristo, limo. Sr. D. Miguel Taborga.
20 de Marzo, es decir, apenas terminada la fiesta
III.
de S. José, y el mismo día en que fué consa
1. — l«':i
— B o p e t i d a s y do»
grado el limo. Sr. Anaya, Obispo de Cochabamba.
tlenpedltlíis —E l último á
ú :SiK»re — Mox-o-MLoro —Ca«
Fuimos luego á felicitar al limo. Sr. Taborga
i'íUítfM* *le tüus
—Parc
y yo avisé á quien era de razón que después de
ela au ^auto.
dos día se habría procedido á la consagración,
E l día después de la consagración, á pesar de
contrariis qiiibuscumque non óbstantibus.
las
muchas instancias que se rae hicieron para
L a nevada y peligrosísima cordillera que te
nía que atravesar enseguida para ir á Turín, que me quedara, al rayar el alba salí de la Ca
era la que rae incitaba á no atender ni á sú pital dirigiéndome á Challapata. Ni el limo.
plicas ni á dulces protestas. El 8 de Mayo, fiesta Sr. Arzobispo, ni el Sr. Presidente pudieron al
de S. Miguel, que es üunbien el cumpleaños de canzarme; pero el primero mandó á su querido
Vuestra Paternidad, muy amado Padre, fué el sobrino D. Manuel para acompañarme por un
día designado para aquel grande y solemne acto. largo trecho de mi primera jornada, y el segundo
jY vea qué hermosa coincidencia! El lim o. Sr. me hizo escoltar durante cinco días por dos ofi
Taborga so llam a cabalmente 'Miguel. Parecía ciales del ejército boliviano. Pasadas las puertas
verdaderamente que como dyo Dios á S. Miguel de la ciudad nos encontramos con todos los S^
Arcángel: constitui te principem super omfies minaristas capitaneados por sus óptimos Rector
animas susciniendas, quisiese decir de hecho y Vice-Rector, los cuales todos nos siguieron
a l lim o. Sr. Taborga: — Te hago príncipe mió corriendo jadeantes por más de un kilómetro t
sobre todas las almas de la vastísima archidió- dándonos de cuando en cuando un tierno á Dios.
Más allá, después de una horita de carrera,
cesis píntense.
No me detengo á describir la solemne función. cuando no sólo la bella Sucre, sino también los
Fue como la de Cochabamba, sino más tierna, dos montes Sica-Sica y Ghuruquella, en curas
fué sin duda más grandiosa por la intervención faldas descansa la ciudad, habían desapareado
del Gobierno y del Ejército. El Sr. Aniceto Arce, de nuestra vista, hallamos á todos nuestros que*
ei-Presidente, y el mismo Presidente Sr. Alonso ridos alumnos y salesianos del c-olegio Sucre:^
fueron los padrinos. Pronuncié infra actionem que habiendo salido de casa ante lucem. habiu
ol indispensiible discurso de ocasión; oí una mú llegado hasta allá para darme una dulce sorprea
sica muy religiosa preparada por un buen pro y un último y amargo á Dios. Más tarde tuve
fesor italiano y por los queridos alumnos Semina que despedirme de mi queridísimo Coronel C3#*
Isidoro Belzu el construir aquella preciosa Ro
tonda para p erp etu a la memoria de la mila
— 289 —
yarría y de su buen hijo Melcliito que me pres
taron im brioso caballo llamado el T r im ip e ; y
finalmente con gran pesar mío tuve que sepalamie de mi valeroso D. Gasparoli, del Eector
y Viee-Rector del Seminario y de un numeroso
^ p o de Salesianos, Cooperadores y queridísimos
niños chuquisaqueños. ¡ A tí también á Dios, oh
venturosa S ucre!
Seguimos por el sendero que guía á MoroMoro (no bautizados). Una gran muchedumbre
(le jóvenes indios esmerábanse en prepararnos el
dos días, pero por ciertos j^busos á veces deben
trabajar gratis hasta diez días seguidos. Los
pobres indios son m uy tímidos; no saben leer,
ni escribir. ¿Quién los defenderá?
Llegamos á Moro-Moro á boca de noche. En
derredor del pueblo no se veían sino pequeños
puercos olfateando y removiendo la tierra con
su hocico. Los habitantes reciben al Obispo con
las acostumbradas banderas. Luego se da la Con
firmación á cuantos estaban preparados. Se siento
un frío excesivo debido á la altura de aquellas
escabrosas montañas. En este pueblo y con este
fi’ío el clérigo Flabby, ya bastante grave, tuvo
que pasar tres días, porque le faltaban las fuerzas
para seguir el viaje. — Parecía un santo aquel
clérigo, así me decía el Sr. Cura Párroco; en
medio de tantos sufrimientos no se dejó escapar
la más mínima queja. Esto mismo me decían
los parroquianos de Moro-Moro.
—3Paso d e l Iulxei*iiiIlo —‘ALX*ieta
a l A ug-el d e l a G -u a rd ia — A.cux*i
—Sol>ex’l>io p au o x ^ain a—Sieiiipx*e y
eix t o d a s i>ax-tes s e deseul>x*e l a
m a u o aiH O fosa d«i la P i 'o v i d e a c i a
—IL<as l l a m a s —U a a l e e x o a e it a d e
I lis to x 'ia I V a ta r al.
El día siguiente, caminando por cuatro horas
enteras á la claridad de la luna entre fragosas
y quebradas montañas, llegamos iiacia el ama
necer al terrilde monte que llaman Infiernillo.
Compuse luego un aricta, de cuyas estrofas
pongo la primera:
Angel de mi guarda
Dulce compañía,
No me desampares
De noche ni de día, etc.
indios Quichua de Boiivia.
Canüíndola m is con el corazón ([ue con la boca
llegué incólume á la otra falda de la escarpada
y peligrosísima montaña. ¡ Y pensar que el buen
Flabby había debido seguir la misma senda, que
brantado como estaba de salud! ; Y por cerca
de cuatro siglos, indios y cristianos, senadores
y diputados han tenido y tienen la paciencia de
ir á la Capital por tal camino! ¡Lien merece
un sincero aplauso el Sr. Presidente Alonso que
ha empezado á trabajar de todas veras para aca
bar de una vez con estos malhadados cauiinos!
.Aprieten lo más que puedan en el trabají' pues
'-amino. Sencillos, humildes, robustos, de ojos
rr:ondos, de caliellera negra, espesa, encrespada,
aquellos queridos indios trabajaban sin cesar pai-a
• Obispo que debía pasar, y por todo galard(íii
tenían por m uy satisfechos con su bendición,
recibían postrados de hinojos. Más allá tocon muchos otros indios, de madura edad, op'ris praetium erit.
‘‘ ; scon un bulto á las espaldas y encima de
Llegamos cansados á Ocuri. Se administró la
- un.! pequeña vasija de barro para hacer su Confirmación y se pasó allí la noche. En este
'■-‘mida. El Cura Párroco de Moro-Moro, que punto el distinguido señor D. Miguel Lara me
p ? acompañaba, me dijo que aquellos pobres prestó su buena muía y el Senador D. Miguel
iban á trabajar en la reconstrucción de Argandoña, mny conocido de V. P., y su hijo
públicas carreteras á las órdenes del Corre- Luis se ofrecieron á acompañarme hasta Uyuni.
en fuerza de la ley llamada Prrstanon
El día siguiente antes de rayar el alija deja
por la cual cada uno debía trabajar por mos á Ocuri. Luis me indicaba á la claridad
— 290 —
de la luna los muclios ingenios para trabajar
la plata derruidos y abandonados que rodean el
pueblecito de Ocurl^ que según aseveraba Luis,
in illo tcmpore fue una ciudad de cuarenta rail
almas. Ahora apenas cuenta ochocientas.
E l frío se hace siempre más intenso y pene
tra los huesos, y las muías amenazan resbalar
lí cada paso sobre el suelo helado, por lo cual
todos enmudecimos y seguimos caminando ca
llandico hasta levantarse el sol. Hacia las ocho
liabíamos ya ganado la cima de un monte de
unos cinco mil metros de altura. Desde allá el
Senador Sr. Avgandona me hizo contemplar la
inmensa superficie do los Departamentos de Chuquisaca, Potosí, L a P az y Cocliahamha, que
por la continuidad absoluta de sus montes pre
sentan el aspecto do un océano en borrasca. Me
indicó el no lejano pico del Chorolgue, el cual
si no levanta la cabeza tan soberbiamente como
el Yllampu, el H uaina Potosí, el Murrurata
y el lllim ani, parece sin embargo que quiere
medirse con el Sajama, el Corolo y el Tunari.
Me indicó después las cercanas montañas de
Colquechaca donde al presente hierve el trabajo
para extraer la plata en gran cantidad, y final
mente me señaló el grupo de montes y mesetas
que desde Vikapugio á Sucre forman el gran
divortiwn aquamm, que manda á la izquierda
su tributo al lejano Amazonas, mientras á la
derecha deja otros caudalosos afiuentes destinados
á engrosar el estuario del Plata. Bajando por la
falda de aquel escarpado monte, que no tiene ni
un hilo de yerba, el buen Senador quiso demos
trarm e cómo también en aquellos lugares desiertos
y muy fríos la divina Providencia ofrece á los
pobres indios su paternal mano. En efecto, á
falta de leña so encuentra allá mucha yarda.
combustible muy resinoso cubierto de una super
ficie verdosa parecida al musgo y do la figura
do un gran hongo sin tullo. A menudo entre las
capas de rocas y sedimentos hállanse otras capas
do grama reducida á carl>ón fósil. Pinalmente
los mismos escrementos (llamados tagaia] do las
Uamns, que estos cuadrúpedos instintivamente
amontonan, sirven admirablemente para encen
der y alinuMitar el fuego.
Apropósito de Ihvm s. el Sr. Argamloña des
pués de liaberme indicado en el fondo de ciertos
grandes valles manadas innumenibles de ellas,
quiso contarme sus maravillas. — Según él, Uis
¡lamas se distinguen de laá alpacas, que allí son
muy numerosíis, i>or la forma de las orejas, del
cuello, de la cola y especialmente por la lana
menos fina que tienen. Las llamas llevan sobre
el lomo pedazos de sal-roca y cualquier otra
carga que no pase de cuatro ó cinco miriágramos. Son de buen contentar en la pastura, pues
les basta paja brava, hierba durisima que los
asnos comen solamente cuando un hambre canina
los devora.
Son caprichosas. Si una por ejemplo, cae á
tierra cediendo á la demasiada carga, por más que
se la azote y se la libre de su peso no se mueve,
y prefiere dejarse m atar á levantarse. Solamente
la paciencia del indio sabe vencer su obstiiacion. E l indio recoge entonces algunas piedrecitas, se sienta al lado de la llama y á cada
cinco segundos tira una de aquellas en la oreja
de la testaruda; y no cesa de azotarla suave
mente hasta que no ve que aquella perezosa se
incorpora y levanta. Las llamas, seguía diciéndonos D. Manuel, son una verdadera providencia
para estos pobres indios del desierto. Ellas les
proporcionan vestido, sacos, sogas, etc., con su
lana, alimento con su carne, dinero con su lento,
pero seguro transporte de mercaderías que hacen
de una á otra ciudad; transporte tan económico
que puede competir con los mismo.s ferroca
rriles.
3 . — E x c e l e n t e s p r o v i d e n c i a s do
l o s i n d i o s — S u p e r s t i c i o n e s - I-ti
v i e i u d e l c a l e n t a d o r — ¡ V i v a oí
n ú i n e i ’o 1 3 ! — E l ta n il> o d e l Libte liu c o — E le a r a d a A S u n tia « :o P a s o d e líi C o i ’d il le i* a — C o«lor e n c i a A l o s C o o p e r a d o i* < iS «lo
M e n d o a s a — E n S u e ñ o s A .i r e s .
Pero veo que me extiendo demasiado. Aquel
mismo día bajanios á Macha. El clero y el pue
blo nos recibieron festivamente. Se dio la Con
firmación á cerca de doscientas personas, y luego
partimos para el Tambo de Ancocagua situado
casi en la cima de una alta montaña llamada
el Libk'hnco. El día siguiente apenas ganames
su cumbre, la falta de aire nos liizo parar un
l>oco y pudimos contemplar allá una cosa muy
curiosa. Toda aquella cima estaba cubierta de
l>equeños montones do piedras, algunos de
cuales tenían forma de pequeñas casas como las
que acostumbran á hacer nuestros niños, llenas
de excrementos secos de muías. Se me dijo que
los indios preparan eso para que durante el pe
riodo de las nieves los viajeros puedan hallar
con qué hacer fuego y calentarse en aquella des
apiadada montaña. Pero en el punto culminante
de la misma, y precisamente al lado del camino,
vimos un enorme montón de piedras (apacheta)
todo rociado de coca masticada. Por más que
haya preguntado á más de dos lo que sigui^
caba aquella rareza no pude llegar á conoc^w
bien. La opinión más probable asevera que pof
un resto de superaticion los pobres indios, quf
para engañar el hambre van masticando de b
mañana basta la noche hojas de coca, llegada
allá tiran sobre la apacheta el bocado mastica®
de coca como para d ^ a r en aquel l u ^ r ^
cansancio y tal vez para hacerse propicios áw
—
201
—
litmos. Sres. D. Miguel Taborga, arzobispo de Sucre
y Gostamagna, obispo titular de Golonla.
L
“•'
— 292 —
espíritus que, como ellos creen, dominan aquella
altura. ¡Es necesario compadecerlos algo á a quüllos pobres indios! Puro no lo liice así yo el
(lia anterior en Ociíri. Antes de salir del Tambo
uiia vieja india so me presenta con brasas encen
didas en una especio de calentador que alzaba
hacia el cielo para obtener quo la muía no ca
yese por el camino 6 pura que no nos encontrá
semos con malandrines y salteadores (que en
llolivia no existen), en fin para que nuestro viaje
l'ueso feliz. La reprochó severamente y le hice
comprender quo un Ave M aría bien rezada
valia más que todo su fuego y también que
aijuul rito suyo era pecaminoso. Mientras aquella
vitja su retiraba confundida apuradamente yo
meditando dije para mis adentros; ¡ pobre vieja!
¿Quien hasta alura te ha enseñado una sola pá
gina de catecismo? ¡Ay, cuántos cristianos po
dríanse contíu- que después de haber frecuentado
la escuela y aprendido á leer hasta varios diarios
por día, con todo creen sor una verdadera des
gracia el pasarse uno á otro la sal en la mesa,
ó palideciendo como á la vista del puñal de un
sicario, huyen de un convite si contados los co
mensales han encontrado el tremendo número
quo ellos llaman de la muerte; el 13!!!?
Pero ¡qué muerte ni qué calabazas! ¡Viva el
13! E l gran León do liorna que desde tantos
años desaña á la muerte, es cabalmente el León
13.“ Pero poco falta p ira que este bendito 13 me
llaga perder el camino, y no pueda llegar al
término de mi viaje. El penúltimo día de nuestra
correría en muía, llegamos al Tambo dcl U b i
chuco. En esta cabaña mi sobrino, el director
do nuestra casi de La Paz, quo acompañado
jior el lldo. P. Latorre, do los lieligiosos de
Piepus, deseaba intervenir á la Consagración
del Sr. Arzobispo, estuvo dos días en peligro de
muerto á causa del aire demasiado rarefacto do
aquella altura. Varios remedios quo llevaban
consigo y especialmente el éter le restituyeron
las fuerzas suficientes para desandar lentamente
el camino hecho. Con la mayor prontitud quo fué
posible partimos dcl Tambo del Libichuco,
¡orquo tampoco para nosotros en aquel lugar
s 'piaba buen viento. Hacia el anochecer atraves.imos la meseta de VilcapugiOy donde el Gene
ral Pclgruno, argentino, dospues de las victorias
alcalizadas sobro los españoles en SalUi y Tucunián fué derrotado por el General Pozaela,
español. Al anochecer llegamos al pueblo de Hnauato, en donde dos años hace no pude admi
nistrar la confirmación por haber perdido el va
sillo del sagrado Crisma. E sta vez. sin embargo,
la dimos y todos quedaron contentos.
Desde -iMcacflfo á ChaUaixita el camino es
c;\rretero y el Sr. Presidente de la Uepúblicii
había enviado un parte telegráfico á aquel In
tendente para que me mandase un coche. Este
llegó cabalmente aquella noche, pero las tres
muías que lo habían traído,' apenas se hallaron
desatadas, escapáronse hacia su casa, y el dú
siguiente tuvimos que seguir el viaje á caballo
del Fríncipe que después fué restituido al Sr.
Coronel Chavarría juntamente con la muía del
inolvidable Sr. Lara. En Challapata encontrúá
mi sobrino ya medio restablecido; confirmé á
varios centenares de personas y luego partimos
para Uyuni. Aquí confesamos y yo administró
la Confirmación por un día entero. Lo restante
del viaje hasta Valparaíso y Santiago es de
communi.
En Santiago hallé á todos los Hermanos de
Congregación animados de la mejor buena volun
tad. Celebré con ellos la querida fiesta de María
Auxiliadora y después de un horrible temporal que
cubrió de espesa nieve los montes, y durante
el cual un viajero murió helado y otro perdió
pies y manos, tenté el paso de la Cordillera en
compañía de Don Cavatorta. Al segundo día de
travesía encontramos la valija compuesta de ocho
bolsas de correspondencia chileno-argentina casi
enteramente cubierta de nieve; el conductor se
había visto obligado á abandonarla en aquellas
alturas. Gracias á Dios nosotros atravesamos
con felicidad la cordillera: tan sólo mi pobre
milla al fin de la bajada cayó para no levantarse
más. Apenas llegamos á Mendoza entonamos coa
los Hermanos de aquella Casa un Beo graim
et M arine Auxiliatrici por la visible protección
que nos prestó en aquella difícil travesía.
En Mendoza di la Santa Confirmación á una
gran muchedumbre de gente, dicté una oonferoucia á los Sres. Cooperadores, y despu(?s de
tres días de relativo descanso tomamos el camino
de Buenos Aires y llegamos felizmente á mi
antiguo y queridísimo nido de Almagro donde
hallé progresos tan admirables, que se lian de
dar las más sentidas gracias al Señor por ellos.
Lo que queda esporo podérselo referir per^
nalmento dentro de poco tiempo, muy querido
Padre.
Bendiga y encomiende en ;ms oraciones á este
su siempre afmo. hijo en J . y M.
S axtugo
Obispo Tit. de Coloiiiu.
Buenos .Aires. 10 de Juuio de 1S98.
— 293 —
COLOMBIA
Lazareto de ^onírataeioB.
K vdmo. Sr . D. Miguel B úa.
os encontramos á la mitad del corriente
año de 1898 y hace ya cinco meses
que sus hijos se establecieron definiti
vamente en este Lazareto. Me parece
_____
conveniente por lo tanto enviarle alpuias noticias que estoy seguro han de alegrar
IQcorazón de padre, siempre pronto á participar de
alexias como de las penas de sus hijos.
Las novedades son pocas, porque ¿quó novedades
poede haber en un pueblo situado entre los preci{¿’ios de los Andes, segregado de todo humano con
sorcio por caminos poco menos que impracticables?
Blanco, Obispo diocesano, se dignó visitar nuestro
Lazareto. Nos lo había prometido hacia ya algunos
meses; pero por varias circunstancias se vió obligado
á diferirla hasta el 19 de Abril. Apenas el pueblo
tuvo aviso de su venida, por todas partes se difundió
nna inmensa alegría; y bien había razón para ello,
pues acostumbrados estos pobres leprosos á vivir ol
vidados, veían que no lo estaban de todos y que su
amado Pastor los recuerda y desea consolarlos, vi
sitándolos frecuentemente. Todos, por lo tanto, co
adyuvaron á erigir arcos triunfales; eran pobres, es
muy cierto, pero fueron construidos cou un corazón
Las H ^scuelas 3Stjtu.iiioipa.les —O r a
torio í e s t i v o — "Visita d e l Ol>isi>o
diocesauo.
Las autoridades civiles de este Departamento
dfi Santander habían pedido á nuestro Inspector,
D. Evasio Eabagliati, que se encargaran los Salesianos de la dirección de las Escuelas ülunicipales;
tsiiendo en cuenta el bien que se puedo hacer en
nn pueblo donde la instrucción está á cargo de reli
giosos, aceptó la propuesta. Fuó esto para el pueblo
nna verdadera victoria, porque desde hacía tres años,
época en que murió la última maestra leprosa que
¿irigia la Escuela mixta, ésta había permanecido
cerrada. Nada tiene esto de extraño, porque ninguna
persona sana se arriesga sin más ni más á meterse
en una escuela donde casi todos los alumnos están
atacados de la lepra y que por consiguiente, según
la Opinión médica, es un foco de contagio.
Llegado el día de la apertura, nos dirigimos á la
escuela; pero ¿cuál no fue la maravilla de los res
pectivos maestros al observar que todo el mobiliario
de las dos escuelas consistía en sólo cuatro bancos?
La división fué inmediatamente hedía, y los bancos
colocados en su sitio; pero la cuestión más dificil
ffa la de colocar á anos 50 niños en dos bancos;
i^hlema que todavía está por resolver, y por consguiente la mayor parte de los niños deben sentarse
a el suelo.
La cuestión de los libros se presentaba como un
En este estado do cosas se dió principio y
Be continua el año escolar consolándonos con aquel
dicho: ad impossibilia nema tenetur.
Pasando ahora á otra cosa, le diré que ya se ha
Bliierto el Oratorio festivo para niños y niñas; pero
Pn falta de local el Oratorio de los niños está al
*ire libre, en medio de barrancos y rocas debajo de
^ cuales enseñamos el catecismo ó nos defendemos
dd sol y de la lluvia. ¿Qué le jiarece, amado Padre,
di este Oratorio festivo su» getieris? ¿No es cierto
trae á la memoria los principios de la Obra de
ttestro amado Fundador y Padre D. Bosco?
Eo hace todavía dos meses que experimentamos
*11* grande a la ria : el Dmo. señor Don Evaristo
Indio Quichua de Solivia.
generoso y por personas que olvidándose por un ins
tante de sus atroces dolores, empleaban en su cons
trucción las pocas fuerzas que les quedaban. Estas
circunstancias bastaban para dar un valor inmenso
á aquellos pobres arcos.
Salimos á caballo á es^rar á S. S. Dma. á dos
horas del pueblo, y á mecüda que nos aproximábamos
á Contratación, nos encontrábamos nuevos grupos de
hombres á caballo que, después de saludar á S. S.
Urna., se unían á la comitiva que en buen orden
descendía por aquellas rocas, alegrándola los disparos
de morteros y el henneeo espectáculo de algunos
centenares de personas que de trecho en trecho salían
de sos cabañas embanderadas y corrían á saladar a
su amado Pastor, el cual aceptaba con la sonrisa de
nn padre aquellas humildes demostraciones de afecto.
— 204 —
y dirigía una palabra de consuelo á los que podían
uproximársole.
Al día siguiente el limo, señor Obispo pronunció
un discurso, en el que con la elocuencia que le es
propia manifestó el paternal afecto que nutre su
corazón p(jr los infelices leprosos. « Desde hace mucho
tiempo, les decía, deseaba haceros una visita; pero
hasta hoj no me ha sido posible, porque, como po
déis comjirender, el trabajo que me da la organiza■cion di! una diócesis nueva es mucho, y me impide
visitar d mis hijos diseminados por estas inmensas
regiones. Y si bien os cierto que hasta ahora no me
ha sido posible venir á consolaros, he pensado siempre
do un modo particulansimo en vosotros que sois la
parto Jiiils desgraciada de mi querida grey. Prueba
idení.sima de cuanto os digo la teneis en haberos
traido ú los Salosianos 6 Hijas de María Auxiliadora.
Mi jirimer pirnsainiento al sor elegido vuestro Pastor
y Padre, fuó escribir al K. P. líabagliati para que
me enviase algunos religiosos Salesianos; éste con
descendió á mis deseos, y ya los teneis entre vosotros
trabajando infatigablemente por vuestro bien. » Ter
minó S. S. lima, animándolos y aconsejándoles una
santa resignación, diciéndolos que en premio obten
drán el paraíso, donde serán recompensados larga
mente de la grande desgracia que han sufrido en
esta tierra.
Por la tardo S. S. lima, administró el Sacra
mento de la Confirmación á más de 400 personas,
teniendo que hacer todas estas funciones en medio
de la plaza jniblica por falta de local. El recogimiento y el ordon que reinó siempre fueron tales que
no dejaron de sorprender á S. S. y á cuantos lo
acompañaban.
Mn la mañana del torcer dia, habiendo estable
cido S. S. lima, continuar su pastoral visita, partió
acompañado do un buen número de personas á ca
ballo que lo siguieron hasta las riberas del rio
Suanz. Allí se paró la comitiva, y desjHies do una
abundante comida, que so hizo sentados todos en el
suelo, sirviendo el verde musgo de manteles y las
manos de todo lo demás, nos despedimos del celoso
Prolado desotándolo im felicisiino viaje.
Ho aquí, amado Pudre, todo lo que liemos podido
hacer en este Lazareto en el hrovo espacio do poco
más de cinco meses que hace que llegamos. Hasta
ol presente, gracias á Dios, nos encontnimos todos
bien, y estos pobres leprosos su uos muestran agra
decidos del poco bien que por ellos hacemos. Quiera
ol Señor continuar dándonos su bendición y María
Auxiliadora su valiosa protección, y V. E. amado
Padixs haga rogar jior todos ostos Salesianos ó
ligas de María Auxiliadora, por los infelices leprosos
y por su
humilde hijo tn Corde Jcsu
Gerónimo Cera, Pbro.
Cuutratsiciou, 1 do Juuio do 18Ú8.
MARIA AUXILIADORA
/t
-'k'' v,\¡ G l o r ia lí A la ría HIa<lrc d e I>ÍO!^!
Estando una amiga inia, la señorita Ernestina
Aguirre, gravemente enferma, con la fiebre amarilla,
los médicos hacían soberanos esfuerzos por salvarle
la vida, pero el mal se aumentaba cada vez más.
Acudí á María Auxiliadora, le supliqué con todo el
corazón le devolviera la salud, y le prometí hacer
público este favor. María Auxiliadora oyó mis pobres
súplicas y mi amiga sanó completamente.
Hoy cumplo mi promesa y ruego que se publique
en el B oletín S alesiano.
S alome de J esús Gainza.
Yaritagua, 2'i úe Pobroro de 1898.
L.a m c e la lln d e If la rin A u x ilia d o ra .
En el mes de Mayo de 1897 una joven de iiii es
timación fue atacada de una terrible eiiferme4.ad, j
arrojaba pus de una manera espantosa por espacio
de dos meses; sólo María Auxiliadora podía devol
verle la salud. Culocósele al cuello una medalla de
esta bendita Madre, se empezó á decir una novena
y al momento, no sin admiración de toda la ciudad,
se vio jialpablemente la mejoría.
En agradecimiento por tan gran favor envío una
limosna y hago pública mi gratitud y mi amor á
María Auxiliadora.
E. Y. S. de V.
YftrltftguA, E boto de 1898.
C o iiU a n z a e n ü l a r í a .
Hacia seis años que mi hermano A. G. L. se habí»
alijado de nuestra santa Koligion, entregándose por
consiguiente á toda clase de desórdenes. ¡ Quién sabe
hasta cuando so hubiera prolongado su estado mise
rable si María Auxiliadoi*a no le hubiera hecho co
nocer el error en que se hallaba!
Aproximándose el mes de Noviembre, que es el
dedicado 011 ésta á María Sma., escribí á mi que
rida madre para que durante aquel mes redoblar»
sus súplicas y juntamente conmigo pidiera á Mari»
que iluminara á mi hermano y lo trajera al buen
camino. Por disposición del cielo mi carta que ib»
dirigida á mi madre, en vez de recibirla ésta, cayó
en manos de mi hermano, el que rae contestó bas
tante disgustado. Le escribí diciéndole los motivi»
que había tenido para escribir dicha carta y termi
naba invitándole á recibir los santos Sacrainentis
para honrar á María Sma. en el dia de su lumao^
— 295 —
lada Concepción. A los dos meses de temores y dudas,
recibí la contestación siguiente;
« Querido hermano: No dudo que has de leer con
las pocas lineas de ésta. Recordarás que en
la tuya me hiciste la propuesta de acercamos á reábir los santos Sacramentos el día de la Inmacu
lada Concepción; pues bien, ni mi tibieza, ni mi dejaaon me lo permitieron, ni yo hice caso de ello.
Pero i castigo del cielo! Cosa que yo jamás había
pensado. Apenas habían transcurrido dos dias cuando
una fiebre abrasadora me condujo al lecho. Reconocí
«n ello un castigo del cielo, y creyendo no encontrar
remedio en lo humano, no vaciló en prometer á María
Sma. que si me curaba, confesaría y recibiría la santa
Comunión el día do Navidad. He curado, como de
seaba, y sumamente agradecido á María Sma. he
cumplido exactamente mi promesa......»
No he de ser yo menos agradecido que mi her
mano, por lo que reconociendo en esto la bienhechora
mano de María Sma. hago pública sn gracia á fin
de que se acreciente el número de sus devotos.
a . L.
Hacnl (Chile), 23 de Sacio de 1S98.
¡V i v a H a r ía !
Encontrándome mny contrariado en mi vocación
para entrar en las filas de los Hijos de D. Hosco,
empecé una novena á María Auxiliadora y ...'. ¡ oh,
maravilla! todo se allanó. Mis padres quedaron ven
cidos y me otorgaron el deseado permiso con gran
'>:>&teQto de todos.
Sepan aprovecharse do esto los que, como yo,
fiierau contrariados en su vocación.
A . A . A guilera.
HmuI (Chile), 1 de Marzo de 1886.
G ra cia» á H a r ía A u x ilia d o ra .
Doy las gracias á María Santísima por haber sar.ido en menos tiempo del que so creía, según el
Doctor, á dos de mis sobrinitos y por haber evitado
d que fuese tifus la enfermedad de uno de ellos, pues
«i parecía, y yo estaba muy aflijida por semejante
i í s ^ i a ; lo pedí mucho y con mucha fe á la Virgen
Auxiliadora, como siempre lo hago, ofreciéndolo su
DOTena y mandar una limosna de una peseta en
Dwnbre del niño, además de los rezos y oraciones
.zi yo estaba haciendo. A los ocho días se le cortó
^ c^entura sin haber aparecido manchas ningunas.
Cen tal motivo, llena mi alma de la gratitud más
íiucera, cumplo con lo ofrecido dándole gracias pú
dicamente, pues también le ofrecí ponerlo en el
®*CTís Salesiaxo , y además le doy gracias por
“dos y cada uno de los favores que recibo cada vez
recurro á Ella.
D olobes B abboso.
lUjico, 17 de Meizo de 1898.
loa p ru eb a má.» d e la H a te rn a l bondad
d e S l a r i a A u x ilia d o ra .
Se hallaba mi sobrina, de 4 años, desde más de
^ t e días con fiebre tifoidea, y estando ya algo
®Íoada, sufrió una recaída, que como en todos los
era de gravedad, pues su cuerpo estaba frío,
-Jurando de un momento á otro, según la manifesde.ios médicos, el fimesto de^nlace. En esta
imploró la protección de la Sma. Virgen
María Auxiliadora, para que con su misericordia me
concediese la gracia de mejorar á la niña, ofreciendo
publicar este milagro. En el momento de estar en
esta oración empezó á iniciarse la mejoría, encon
trándose hoy ya completamente restablecida do su
enfermedad. Me apresuro á publicar este grandioso
milagro que María Auxiliadora se ha dignado con
cederme, no dejando de alabar las grandezas de su
infinita misericordia.
T eresa P erez R ivas.
Altueria, 28 de Febrero do 1808.
¡V i v a H n ria A iixillatlo i'a!
Eshuido gravemente enferma do pulmonía mi que
rida y única hija María do la Luz, ofrecí á María
Sma., si le devolvía la salud, hacerlo una novena,
publicar la gracia en el Bolei’ín Salrsiaxo y enviar
una limosna á los huerfanitos de los Salesianos. AI
cuarto día de la novena la niña estaba fuera do
todo peligro.
Agradecida por tan singular favor, doy las más
rendidas gracias á María Auxiliadora y cumplo con
sumo placer mi promesa.
Además, vivo muy agradecida á María Auxiliadora
por otros varios favores que se dignó hacerme el
año pasado.
M aría de J esús Moran de Martínez
Méjico, 8 de Alayo de 1808.
Fe en Alaría Auxilinilora.
A consecuencia de una caída que recibió un tío
mío se le abrió una horiJa en el pié de
cm. do
profundidad y de 11 cm. de e.xtensioii. La hincha
zón so extendió hasta la rodilla y unos fuertes dolores
le quitaron el sueño.
Se mandó celebrar una misa, se principió una
novena y se hiz<> !a promesa do publicar la gracia
en el Boletín .Sale.siano; pero todo fue en vano, los
dolores no ceden. Kl enfermo no pierde su fe y re
dobla sus súplicas en ■1 último dia de la novena, y
después de un sueño iranquilo de.s])ertó sin sentir
ningún dolor. Pero como la herida no
cerró liasta
casi cuatro meses, mi tío atribuyó la curación al
tiempo y á las medicinas, por esto no pensó en cum
plir su promesa, pues, según decía, la Sma. Virgen
en nada había inb.Tvenido. Pero he aquí que el
mismo día que juzgaron que ya podría trabajar, lo
volvió á aparecer el terrible carbunclo. La úlcera
aumentó como nunca y amenazaba cstenderse por
los tobillos y media antepierna. En tíin crítica si
tuación un pariente le recomendó que eo colgara al
cuello una medalla de María Auxiliadora , lo cual
hizo mi tío.
Empezó otra novena, prometió confesarse é hizo
que rezaran por su salud los niños de los Salesianos.
Entonces María Sma. para premiar su fe no tardó
mucho en concederle lo que le pedía, pues el penúl
timo día de la novena estala el enfermo en pié y
en perfecto estado de salad.
E. C. C.
Poatíbéo (Colomhú), 25 de Atbre. de 1897.
Becarrid á Haría Auxiliadora.
Me es sumamento grato cumplir con un deber de
amor y gratitud haciendo público un favor recibido
por intercesión de María Auxiliadora á ¿n de qu»
— 296 —
80 propngao cada día más la devoción á la Beína
do los cielos bajo cl tíornisimo título de Auxilio de
los Cristianos.
Encontrábase mi hogar en cierta Ocasión desolado
por ia tristeza y el dolor á causa de una calumnia
horrible, y como es natural, á punto do sufrir una
desgracia; pero en medio do esta triste situación nos
acordamos do nuestra cariñosa Madre María Auxilia*
dora, solicitando su maternal protección, ó inmedia
tamente derramü su bendición sobre nosotros y de
volvió la alegría á nuestro hogar.
Cumplo, pues, la promesa que- liico do publicar
■esta gracia en el Büi-ctín Sai-esiano y doy infinitas
gracius á María Auxilio de los Cristianos.
U na Cooi’EUADoitA S alesiana.
nepúblioa Argoutiuu, 180S.
illarla AuxÍlla<lora o ye iiilts sáplicaH.
IlalUindomo alligida y sabiendo que María Auxi
liadora no desampara nunca á los que la invocan
con fe , empecé á hacerlo una novena y comulgue
3 veces durante ella; al noveno día obtuvo lo que
lo había pedido.
Doy mil gracias á María Sma. Auxiliadora y
■cumplo mi promesa liaciondo pxiblico el favor recibido
Obdulia S antiago B odbíguez.
Duouod Alvos, 12 (lo A bril do 1806.
¡C iiá ii b u e n » C!S Ifla rla !
Habiendo enfermado un hijo mío de cierta epidemia
peligrosa, mi esposa, angustiada por el diagnóstico
do los médicos, acudió á María Auxiliadora rogán
dola concediese la salud á nuestro hijo, prometién
dola, si se la concedía, publicar la gracia en el B o
letín S alesiano y reunir de limosnas el donativo
do un peso para el culto do esta benditísima Madre.
Conseguida la gracia solicitada, cumplo la pro
mesa hecha por mí esposa y quedo profundamente
xoconocido á la Virgen Sma.
A nteuo L ópez.
Cudral (Ülójioo), 25 do Mayo de 1806.
A ^ rm leciiiiicn to a M aría.
Habiéndose quemado unas bodegas do una casa
contigua á la mía, nos vimos en inmíiionto riesgo
do un terrible incendio; poro cuando ya ardía una
pieza do nuestra casa, mi esposo y yo invocamos á
María Auxiliadora y esta Sma. Madro nos salvó mi
lagrosamente de una catástrofe.
Agradecidos á María Auxiliadora publicamos este
soüaladisiuio favor para su mayor honra y gloria.
Adroka b^AiLB do Kosales.
M<^JÍco, 20 de M*yo de 1808.
S o a Mlonipre beii«llta H a r ía A u x ilia d o ra .
Sufriendo desde hace algunos años una penosa
onfermodud, tuvo que sujotarme á una peligrosa ope
ración á cúiisucuoncia de la cual so temía que que
daría mutilada y no en completa salud. En tan
apurada situación invoqué cl auxilio do María Sma.,
y esta benditísima Madre mo devolvió la salud ó
hizo que de la dificilísima operaciou me quedara so
lamente una linea que más que cicatriz es un re
cuerdo dol favor quo mo dispensó María Auxiliadora.
Soledad H eeeeea .
HAJico, A b ril de 1898.
i G lo ria á H a r í a !
El 20 de Enero del presente año, como á las 8
de la mañana, pasaba por mi casa un coche parficnlar, cuyos caballos iban desbocados. Los cuatro
viajeros que en él iban pedían á gritos auxilio, y
viendo yo el peligro en que se hallaban invoqué al
instante á María Auxiliadora, ofreciendo un peso de
limosna. A poca distancia de mi casa paráronse los
caballos y á los viajeros no les sucedió nada á pesar
do que uno de olios se tiró del coche.
Nadie podrá imaginarse la fe con que yo invoqué
el auxilio do la Virgen Sma., por lo que yo creo
quo esta bendita Madre se apresuró á concederme
este señaladísimo favor que yo publico para su mayor
gloria.
María Celinda M. do Mübica.
Santiago de Cbile, 20 do Enero de 1898.
R e c u rrid á H a ría .
Hallándose gravemente enferma mi querida esposa,
y sin esperanzas de encontrar remedio en lo humano,
acudí á María Auxiliadora, cuya santísima imagen
se venera en Sarria, y adquiriendo su medalla la
coloqué á la cabecera de la cama de la enferma.
Prometí, si le concedía la salud, mandar celebrar
una misa á la que asistiríamos toda la familia, y
publicar la gracia en el B oletín Salesiano para
mayor gloria de Dios y do su Sma. Madre, y lifiu
do aumentar la devoción á María Au.tiliadora.
Habiendo logrado la completa curación do mi
esposa, cumplo con sumo gusto mi promesa.
J uan L arocha.
Sarriá (Barcelona), 1808.
H n i'ia o y e á l 08 q u e c o n f e r v o r
l a iiiv o e a ii.
Hallándomo separada de un ser querido, recurrí i
ilaria Auxiliadora pidiéndola que me concediera la
gracia do poder estar reunida toda la familia. Por
esto tiempo empecé á recoger limosnas para el templo
quo so lo construyo á María Auxiliadora en Sarriá
(Barcelona). No tardó mucho María Sma. en conce
derme lo que lo pedia, pues al poco tiempo estábamos
reunidos toda la familia y disfrutando de una paz
y tranquilidad envidiable. Por esta gracia y por otras
muchas quo he recibido de tan ■cariñosísima Madre
envió la limosna quo ofrecí y deseo que se publiqne
este favor en el B oletín Salesiano para mayor gloria
de la Virgen Sma. y para que acudan á Ella todos
los que se encuentran afligidos.
T eresa F errer de G arcía.
Bnroelonn, 13 de Knyo de 1698.
Soledad Alvarez, d© Méjico, da machas gr«iM í
María Aux. por el siguieute favor: Josefa Bamire»,
do 6 oQos. estaba moribunda por ai e nía; su mamiy
su tía hioieruii la uovena de M.* A ix ., acabad» a
cn.al se alivió la nina, que ahora está peifectameaU
bieu. —Olegaria de AíontaiUx, de Urachicne, da
á la Madre amorosa por haber recuperado la salad,
hacia mucho tiempo quebrantada, y envía dos pta»Leoncio Giménez, de Id., envía ocho ptas. en agrad^
oimiento de nn especial favor recihiao. — Eamona dt
Ameche, do Id., da gracias & M.* Sma. por lepetidM
— 29’
úivorea recibidos, y euvía seis pesetas, — Estci- de
GalÍKáei. de Id., da gracias á la bondadosa Madre por
nuevos wvores recibidos, y envía dos ptas. — Eastora
P. de AltarK, de Asuuciou (Paraguay), oucoutrándosc
bastaute mal y Labieudo decidido irse al bospital,
hizo sutes, por consejo de su director espiritual, una
novena &M-* Aus. y si los tres días estaba completsmeute bien. — V. del Carmen Alejo, de Yaritagua,
habiéndose presen Cado eu el pueblo una epidemia que
hacía muchas víctimas, acudió con fé á María Aux.
que la hizo cesar. Agradece también si tan buena
Madre el haber sanado á un hermanito suyo de una
enfermedad iueurable. — Una Religiosa, de Yigo, dsi
gracias & María Aus. por dos grandes favores aleanudos }ior medio do una novena, y cumple lo que Jia
})ublicándolo cu el Holetííj Salksiano. —
Írometido
mliaFerran de Martines, de Barcelona, mauda 5 ptas.
á los ¿ulesiauos de Sarria por una gracia recibida de
María Aus. — K. K-. de Id., ofrece 50 ptas. i)ara el
templo eu construcción de María Aux. por nua gracia
concedida á uua persona de su familia. — Antonio
Plans, de Moulstiol; uua bueua mas pobre mujer te
nía las piernas enfermas desde hacía mucho tiempo,
sin que ningún médico pudiera curárselas; la reco
mendé una novena á María Aitx. y al cabo de ella
estaba perfectamente carada. Agradecida euvía 5 ptas.
—Regina Medina de Zamorano, de Ahuacatláu, encoutráudose tan gravemente enferma de las piernas, que
no podía moverse, y no encontrando remedio en lo
hnmauo, acudió á María Aux., con su novena y pro
metiendo uua limosna, y obtuvo pronto ol deseado
alivio. — Carmen Avilés, de Talca, teniendo á su es
poso gravemente enfermo de resultas de ima calda de
caballo, acudió á María Aux. prometiéudolo uua li
mosna, lo que cumple con gusto, pues su marido ha
uñado completamente. — Antonio Mcjta y familia, de
M^ico, dan gracias ú M.^ Aux. por uua gracia reci
bida y le envían 10 ptas. para su templo. — Uva perf«aa, de Id., mauda 10 ptas. para la iglesia de María
Ah í . eu agradecimiento de uua gracia recibida. —
- Melicia A. Vázquez, de Yaritagua, humildemeute
rinde fervientes votos de gracias á ia Sma. Virgen
Aux. y le euvía 4 ptas. como limosna por uua gracia
obtenida. — Micael Ran-ios, de id., da gracias á M.“
Aux. por haberle concedido la salud á Eugenio Ni
colás Anzola que padecía uua fuerte neuralgia. —Flor
ie Marta Rarrtos y Cbrnelía Finura de lu., dau las
más Túudidas gracias á M.* Aux. por grandes favores
recibidos. — Andrea de Garrido y ilasííía de ¿'«púlales,
de Id., dau gracias á M.‘ Aux. por especiales y gran
de.' favores recibidos, y la segiiiida euvía 4 i>tas. de
limosna para uua misa eu acción de gracias jior haK-r obtouido mUagrosaiueute la salud. — María Jluiz
i’' Farra, de Id., da las más reuiUdas gracias á María
Aux. por haberle concedido la salud de uua gravísima
enfermedad, estando ya sacramentada y cuando había
perdido toda es)>erauza de vida; manda 4 píos, do li
mosna. — Concepción del Castillo Vda. de Mujica, de
U^ico, da gracias, á M.* Aux., por un favor obtenido,
—Isabel Pinedo, de Valencia (Venezuela), encontrándo'o gravemeuté su padre, ofreció á M.“ Aux., si lo
(tiraba, una misa y x>ablicar el milagro, como ahora
bsce, aunque tarde.
Isidora Giménez, de Yaritagua; A. P., de Almagro;
I*. T., de Santiago de Chile; M.^ M. de Castillo, de
S. Joan B. del Baguero; Severo Moiitoy, de El Co
lmo; Valentín P. Bodxíguez, de Zipaquira; Luis
Vuar Pía, de Artana; Carmen Valla y Amigó, do
8, Vicens deis Horts; Pelipe Lelo de Larrea, de
Méjico: N. N., de Pozoblauco; Eliodoro Castrillo, do
Caneas; Santiago Ghione, Pbro.. de Gerona; Josefina
^lórzano de Gayón, de Méjico; Una Cooperadora Saléúsna, de B ^ar; José Al varado, de Méjico; G. A., de
Utrera; Socorro García Laudaeta, de Valencia (Veu.);
M. A. A. y Señora, de liL; Rafhel Pasos, de Eiras
(lücar.); JT. A., de Valencia (Ven.) é Isabel Rosa BaReto de Canoabo (Ven.) nos han remitido relaciones
favores recibidor de María Auxiliadora, las cuales
i>iil>licui*eiiios* o u iiu rlu
cada.
Una m llo g r u e &»a i * c s i > e c t i v o t;u i*ao .
UE ST R A
O O E R E S P O N D E N O IA
‘‘-.i’
KCitlA (íit'villa).
Sr. Director del B oletín S alesia no :
Muy Sr. mío; Voy á hacer una breve reseña
(le los cultos celebrados eii esta ciudad por los
PP. Salcsiauos cu obsc(j[uio y bouor do su excelsa
patrona, con motivo de su festividad que se con
memoró a(pií el domingo de Peutecostes.
Precedió ¡í este día un solemne y devotísimo
triduo á la Santísima Virgeu y eu él se procuró
por los oradores que ocuparon la sagrada cátedra
bosquejar- y dar uua idea ú los fieles de las gran
dezas infiuitas de María Auxiliadora.
La iiriuiera noche del triduo predicó el E. P.
D. Fraucisco Atzeui. Sirviendo á su discurso estas
X>alabras del génesis: Ipse enhn conteret capul tiium,
explicó lleno de unción evangélica y elocuencia
sublime la gran obra de regeneración social, que
María Auxiliadora ha comenzado en el mundo
moderno. Mientras con más fui'ia manifiesta el
infierno su ira, más glorioso resulta el ti-iuufo de
la gran Madre do Dios j y así como el vidrio que
se lanza contra una roca salta hecho tantos pe
dazos cuanta mayor es la fuerza con que se le
arroje, así á las plautos do la Virgeu se estrella
todo el poder del demonio y se destroza y este
riliza m:ts violentamente cuanto más grande fuera
el aliento de su insistencia y do su malicia. Por
esto ha do ser colosal la victoria de liaría Auxi
liadora en los tiempos xuesoutea. Eesumieudu
todas sus conclusiones un los puntos capitales,
esplauó este triunfo de la Virgeu en tres grandes
obras que se están llevando á efecto. Coulravrestar las enseñanzas laicas con la educación católica,
acogiendo de manera especial :l los niños pobres
y desvalidos quo son loa que corren mayores jielígrus y más grandes exposiciomis ; contrurrestar
la mala }>rciisn, esas publicaciones del vicio y dol
error; y ]ior últim o, reformar y mejorar las cos
tumbres del obrero; pues bíeu, estos tres prin
cipios capitales de la regeneración social baii
sido mirados con predilección singularísima x>>r
María Auxiliadora y á ellos ba extendido su ex
celso patrocinio. (Írecidísiiuo es el número do
niños xiobres que X'or todas j>artee oucueutran uua
instrucción sana y educación católica eu los co
legios, en los oratorios y eu las casas salesianas
extendidas por todo el mundo. La bueua prensa
encuentra propaganda inmensa eu las imprentas
de Don Bosco, donde se publican millares y mi
llones de libros, todos ellos sometidos ú la cen
sura de la Iglesia, y con el fin principal do des
acreditar esos ])ríncipíw y esas conclusiones que
sostenidas x>or la prensa impía, funestos desastres
]>rovoea á los pueblos. Y x>or lo que hace al obrero,
i'l valladar más fueite y xx>deroso contra el socia
lismo y la anarquía y los desarreglos escandalosos
que taji inquietos traen al capital y al trabajo, á
]H>bres y á ricos, efectos de la falta de religión
en linos y eu otios, las ICseiula» JjrofesionaU^
Sales¡ana$ y los círculos católicos x>atrocinados
— 208
tan especialniento por María Auxiliadora. Ella
coi'uiiavá con el éxito niáti prodigioso lo Que á su
Sombra ha uin|M-/.ado, y si los pueblos no so des
penan OH ül abismo do su ruina, uno de los unís
pmlorosos frenos <jUo los detienen en su caida, y
de los caminos más seguros y suaves para su sal
vación es la gran reina que en su mano ostenta
el cetro del inmenso poder que Dios lo concediera
para nuestro consuelo, remedio y auxilio.
A la noche siguiente Don Lorenzo Fernández
Canmcho, Fbro. dio nuevos motivos al llel audi
torio para <iuo ame tiernamente ú la gran Kestauradora. Ella es la madre del amor hermoso,
y bellamente demostró el orador cómo la Sma.
Virgen es reina de todos los santos por ser reina
do todas las virtudes; en Ella está la fortaleza
do los mártires, la fe de los confesores, la pureza
de las vírgenes y el heroismo sublime de todo.s
los santos, que de Ella aprendieron y por ella
fueron fortalecidos y salvos.
Como complemento do estas dos noches, la úl
tim a D. Kafael Fernández del Rincón manifestó
á BUS oyentes lo agrntlable que eran á la Madre
de Dios las oraciones y ofrendas de los hombres.
i'ulüilti me Jloribtta (juiti amore lamjueo. Este texto,
tomado del cantar do los cantares y que tan bien
simboliza lo que quería expresar en su discurso
el R. Sr. Riucón, fuó la base do donde partió la
argumeutuciou do verdad tan consoladora, y como
si prácticamente quisiera la Sma. Virgen que
viéramos lo que se nos acababa do decir, entró
por las puorhis de la iglesia uua mujer que lle
vaba largo tiempo postrada en cama con uua pa
rálisis total, y que desahuciada por la medicina
había puesto su fe en María Auxiliadora; la traían
cogida varias personas, mas al entrar en el templo
extiende los brazos temblorosos bacía la gmu
Madre do Dios, y con lágrimas en los ojos pide
á los que la acompañan que la dejen sola y con
inmensa alegría diciendo ya puedo andró-, anda
sola; fuó sin muletas y sin ayuda alguna basta
el presbiterio, y allí arrodillada dió gracias á la
Divina Bienhechora.
El Domingo do Pascua de Pentecostés á las 8
hubo misa de comunión general. A las diez can
tuso la misa solemne, música de A. Solís, ejecu
tada brillautomento por his Heruiaims Hijas do
.María Auxiliadora que con no menor a«-.ier'to suj)ieron interpretar los motetes JSfiuUta ¡tea de
Prado, en el gradual, y en el ofertorio el O salatari» do Mozart. El panegírico estuvo á cargo de
D. Manuül Montero Perreño, misionero apostólico.
El temor de iiuceiíue molesto me impide el
compendiar con alguna extensión su sermón, «jue
fuó brillante y do gran fruto. Dos puntos abrazó
en ó l: presentó á la8m a. Virgen como esperanza
de la humanidad antes de Jesucristo, y como au
xilio eúeaz y protectora del mundo desdo el cal
vario hasta la cousumaciou do los siglos. Parécorno traseeudentul el participar á V. que dicho
sermón debía servir al iuísukí tiempo que á cantar
las glorias do María, do conferencia para los Co
operadores do la obra de D. Bosco.
lucíípaz soy y fallo do palabras {Mira decirle á
V. lo muy bien que ol Sr. 1). Manuel Montero supo
ttiumaruos á todos á que oooporáramos con todos
los medios pi>sibles. manifestando la situación do
los PP. Salesiunos en esta oiudad, cómo hasta el
presente era su resitleiicia un propio noviciado,
'l'ermiuó su elocuente discurso pidiendo á la Suia.
Virgen toda clase «le favores jK»ru todos, en es
pecial para hvs Sres. C«s>pt radores y Si-as. Coope
radoras y muy en particular para que terminara
pronto el noviciado de los PP. Salesianos y se
pudiera ver pronto una casa con más personal
A las 6 y media de este día salió por vez pri
mera María Auxiliadox-a á recorrer las calles de
E dja eu devotísima procesión, á la que tomó parte
distinguido y numeroso concurso de personas.
¡ Cuántas de ellas iban allí rindiendo gracias á
.María Auxiliadora ! Es en extremo consolador ver
cómo en esta ciudad tan necesitada por todos
conceptos y en que reina una indiferencia lasti
mosa y tristísima en cuestiones de trascendental
valía, es consolador, repito, narrar cómo María
Auxiliadora se ha posesionado de elia, y no hay
gracia <1110 se lo pida (lue no conceda. Son tantas
las ya recibidas <iuo parece que la Sma. Virgen
trate do coiiquistanios á fuerza de mercedes. Su
devoción arraiga en los Ecijaüos y echa profundas
raictís eu este pueblo, y la gran Restauradora nos
proporcionará mejores días y uua cristiana rege
neración ; como es do esperar por el amor que
nos está mostrando.
Do V., Sr. Director, afmo S. S.
U n C o o P E U A D O ii S a l e s i a x o .
E cija, 30 do Jim io do 1898.
-Km-
URm L
Sr. D irecto r d e l B oletín S alesiano .
Muy Sr. mío: Aun no se han borrado de nuestra
memoria las muy agradables impresiones que re
cibimos el uno pasudo en la visita que hiciiuos
eu número de sesenta ú la comercial Villa de
Caesá de la Selva, y ya debo darle cuenta de
otriis y ciertumento también muy agradables, que
recibimos el domiugo, 10 do los corrientes, cu la
industriosa villa de La Bisbal.
Vistos los exceleutes resultados que lian pro
ducido tanto eu Bañólas como en (.hissa ilo la
Selva bis visitas que hicimos á estas pobiacionee,
sirviendo admirablemente pura propagar nuestra
obra, y también para tener á nuestros niños ale
gres como deseaba nuestro inolvidable padre Don
Busco, y animarlos á portarse bien, concebí el
pensamiento iIo llevarlos esto uño á la imporraute
villa de La Bisbal, ipio dista unos 25 kilómetros
de esta capital.
Umv diticiiltad no pequeña se oponía á este pro
yecto, cual era la carencia de relación alguua en
aqnvlla población: u})euas si conocía al padre de
un iiino que desdo hace dos años y medio está
en esta casa. lai Divina Providencia, sin embargo,
nos abrió pronto el camino. El día cuatro de No
viembre vino á esta Granja un muy distinguido
ingeniero, D. Javier F errer, ú recomendar un
niño, huérfano de padre. Hablando me dijo que
tenia casa eu La Bisbal, donde pasaba
tem
porada durante el verano. Entonces le expuse el
deseo de ir á aiiuella población con nuestros
niños, y él muy contento me dijo que lo dejar»
para cuando ól estuviera, avisándole con auticipuoion. Mi deseo era también tener algunos niños
nnis de allí para poderlos presentar en aquella
ocasión y mi deseo fué satisfecho. El día 27 de
Mayo de este año recibí carta del Cura Párroco
do aquella Villa recomendándome un niño muy
pobre, eucarg-áudose la Conferencia de S. Vicente
de Paul do pagar uua módica’ pensión, estando
entonces, como también ahora, m asque cubifrtíW
las plazas gratuitas. Le contesté quo el niño podía
1 9
*- 299 —
xenir cuando quiaieae, y al mismo tiempo le paradpé nuestro proposito de ir á visitarle con todos
loe niños, cosa que fué muy de su agrado, como
Kdignó manifestármelo ea una carta suya, po¡iéndose en todo á nuestra disposición. Así las
(oeas, no faltaba sino fijar el día de la salida,
ene se estableció para el 10 de los corrientes. Los
lióos lo esperaban con mucha ansiedad; no sa•iin hablar de otra cosa que del paseo á La
iüiba], y los días se les hacían años. Creció su
diligencia en las prácti
ca religiosas y en el tratejo, y se esmeraron en
portarsemejor para poder
participar del paseo, pues
esa era la condición sine
{«] fton.
El Domingo anterior
le Uegué á La Bisbal
pon pedir los necesarios
pmoisos, á saber ; al
Sdo. Sr. Cura Párroco
pin que nos permitiera
(debrar allí la Sta. Hisa,
Til Sf. Alcalde á fin de
fiaban da pudiera tocar
por la población. Ambos
recibí de improviso dos bultos de ropa, la sufi
ciente paiu el caso, que nos mandaban las familiasdel Sr. Alcalde y Sr. Ferrer.
La víspera del paseo rezamos todos juntos antes
de acostarnos tres A.ve Marías á María Auxilia
dora para que todo saliera bien, como así fué.
Salimos de casa en tartanas á las tres de la
madrugada, y llegamos á eso de las siete. Autos
de entrar en la población se formaron los niños*
Precedía la banda tocando y seguíau los demás
niños con los dos de la
poblucíuii á la cabeza.
A las ocbü celebró la
Stu. Misa y casi todos los
niños cüuiulguruu, cosa
que enterneció ú más de
uuo, como me fuó asegu
rado después. Llamó tambieu la atención la uiur
ñera y el reuogimieuto
cou que rezaron las ora
ciones de la mañana y el
Sto. llosivrio.
A las imeve salimos
de la iglesia, y
«»tíjuulos del apetito uo tar
daron en dejarse sentir
y hacer suspirar por el
Banda de música y pequeños agricultoresde la Granja Saleslana de Gerona. almuerzo. La ilustre poe
tisa Sra. D.”* Trinidad
Aldricb, colaboradora de
permiso» nos fueron concedidos con una generosidad la Bevista Fopular de Barcelona y de otros pe
qse no podremos nunca agradecer bastante, ü n a riódicos católicos, llevóse á almorzar á su casa á
cosa todavía no poco me preocupaba y era la co la mitad de los ñiños, regalando después á todos
sida para tantas bocas; mas la Divina Provi con dulces, fruta y vino cuando pasamos á tocar
dencia me sacó también de este aprieto. El mismo á su casa* ¡ Qué buena Señora! Ella misma servía
•ttor, D. Javier Perrer, con quien había hablado á los niños cou un amor ó interés como si hu
pw vez primera d© este paseo, con su muy digna bieran sido sus hijos.
A las diez asistimos torios al wlemne Oficio que se
«posa se brindó generosamente á proveernos de
'odo. (Quien no descubre en esto la mano pode oantó en la Parroíiuia. Los ñiños cantaron un mo
rosa de Dios, qne mueve los corazones en favor tete al Sgdo. C. de Jesús, y la banda tocó algunas
piezas, viéndose la iglesia más concurrida que de
ds los necesitados 1
Habiendo en mi visita expuesto el temor de que costumbre por el deseo que todos tenían de oir á
oopodieran participar al paseo todos los ñiños por nuestros pobres niños. Terminado el Oficio p a s^
d estado de ropa en qne algunos se encontraban mos á dar un poco de música á todas las autori
y naestra precaria situación, la semana siguiente dades y familias principales de la población, sieudo
— 300 —
oxcclciite tíl rcBultado, ijuc-b cou lo recogido tu
vimos pura ])ugur el víuje y sobró uua regular
euutidad para las apreiiiiaiitcs necesidades de esta
casa. La «-omida fué muy abundante y sabrosa,
i'ciiiaDdo durante ella niuclia alegría, retratñiiduiioH todos en dos grupos al tennimii', para acceder
á la amable invitación de un fotógrafo.
Amennzaiido el tiempo lluvia, nos dispusimos
nava la vuelta, ]>asaudo antes ú. despedirnos de
la familia del señor Forrer, que día tan bueno
nos Labia dejuirado. Volvió á obsequiaruos á todos
con dulces, fruta y viuo, sieudo digno de verse
á aquellos buenos señores servir cou sus propias
iiiaiius A nuestros niños, que confundidos no sa
bían decir palabra, viéndose objeto de lautas de
mostraciones do afecto y cariño. La banda tocó
una bonita marcha religiosa mientras nos dirigía
mos á las tartanas que estaban usperáudonos en
liks afueras de liv publnciou, y autos do subir ú
ellas tocó alguuas piezas qiie fueruii muy aplau
didas por el mimerosísimu público que se Labia
allí reunido, y tiuc prorrumpió en aclamaciones,
que uosuU'os cuutestamos con repetidos vivas á
La Bisbal.
A las ocho y media ya cstilbíuuos eu casa muy
contentos y satisfechos, jiovque, ú decir verdad,
todo había salido muy bien y á In medida de
nuestros deseos. No so borrartl tan fácilmente de
nuestra mumuria el recuerdo de^la visita becba
ú aquella hermusa población, eu donde recibimos
pruebas inequívocas de simpatía y afecto.
Abora debo añadir que el ediücaute comporta
miento de los niños on la iglesia y perlas calles,
BU alegría y robustez y las melodías de los mú
sicos han producido exeeloutes resultados, disíIMiudo ciertas falsas voces que por allí corrían
rosnecto ú esta casa salosiaua. Más tarde me fué
dicho que no pucos babíau quedado admirados y
vencidos por la buena educación y trato que mos
traron los uiñus, añadiendo que era uña fortuna
para la provincia do Gerona el poseer uua casa
como ésta eu donde tienen abrigo y alimento tan
tos pobres nmos, que fueraseguiríuu un gran parte
el camino del crimen y aquí adquieren los hábitos
del bien y se jíreparau á ser cristianos y honrados
ciudadanos con los del trabajo. For mi parte sólo
me toca añadir que es una verdadera lástima que
uu podamos dispuuer de más medios y local para
atender á las numorusas v)otieiuues de uiñus po
bres que aumentan cada día, y que muy ú posar
nuestro uo pudemes admitir. Urge i>ur lo tautu,
y 08 de absuluhv necesidad que á más de la
iglesia, que cuino ya saben los lectores del BoLKTÍK, pensamos ediliciu', levantemos t4Uubiou uu
brazo de ediüuio. Yo desearía que los que pueden
ayudarnos en esta empresa y no lo hacen, pu
dieran presenciar las conmovedoras escenas que
suceden á menudo eu el locutorio de esta casa,
cuando vienen, muchas veces llorando, á reco
mendar á algún niño que va por el camino de la
perdición, y yo mo veo obligado ú decir que
el
momento uo os posible, por faltar medios y local.
Estoy eu la seguridad de ^ue estos tales uo podriau ri«istir, y yo por lui parte aseguro que se
me desgorra el cornzóu. La falta de local nos ha
obligad) también ú suspender los clases gnvtuítas
que teníamos abiertas para los niños pobres de
estos contornos.
Y' ya que he montado la iglesia que construimos,
quiero licuar uu iuvoluutorio vacío quo dqjó eu
una de mis anteriores currespoudencias, y es que
loe que se suscribau con una determinada canti
dad, imdráu disinmor de un plazo de tres años
para satisfacerla. De este modo no dejarán dt;
favorecernos muchos que en los críticos momentos
liresentes no podrían absolutamente hacerlo v
prestar este obsequio á nuestra Madre Auxiliadora.
Y abom, Sr. Director, dispénseme si he sido
demasiado largo, y como correctivo le pide un
vicmciito delante de María Auxiliadora en su
Santuario de Tarín, esto su afino. S. S. tn Corde
Jesu.
S antia -GO G h io se , Pbro.
üüi'uua, Z:.’ tle Ju lio de 1898.
ííKílAfi (Raílunailoa).
Sr. D irecto r d el B oletín S a lesia no ;
Muy estimado señor mío: Después de un
fervoroso triduo de oraciones, los Salesiauos de
Béjur celebraron en su Colegio el 24 de Junio
último la tiesta de S. Juan Bautista, como re
cuerdo do gratitud y afecto á su Fundador y Padre
D. Juan Bosco. En la misa de comunidad la co
munión fué muy numerosa y concurrida por niños
y no pocos Cooperadores j y en ia solemne, ofi
ciada por el celoso Cooperador D. León Ovejero.
Párroco de Sta. María, cantó su primer evangelio
D. José M.'* llosell, prefecto del Colegio. Termi
nadas las vísperas y dada la bendición con S. D.
M., se pasó al salón-teatro, donde con gran satis
facción de todos se puso on escena el precioso
sainete “ i n cuadratura del circulo^' y se leyeron
excelentes, trabajos on prosa y verso, eu caitellano, latín, italiano y francés. Apesar de la ge
nerosidad con que la fundadora del Colegio D.*
Felisa Estebauez Rodríguez y su distinguida prinií
D.“ Justa Rodríguez de Gómez han reglado al
gunas piezas do tela y un número suficiente de
tablas de castaño para montar el teatro, éste se
halla todavía eu pañales, por así decirlo, pues le
falta una parte esencial, algunos caballetes para
poderse tener derecho. Cou todo, el acto de este
día resultó brillante y á satistiiccion de todos,
como he dicho. Termino congratulándome con mi
«luerida ciudad natal por la dicha que le ha ca
bido eu suerte de poseer uu Colegio Salesiano,
que tanto ha de contribuir al mejoramiento físico,
moral ó intelectual do nuestros hijos: pero para
ello es necesario que todos los Cooperadores nos
decidamos á serlo de verdad contribuyendo eu la
medida de nuestros medios á la difusión de esta
obla providencial y al adelanto y prosperidad de
nuestro Colegio para que con mayor desahogo v
comodidad pueda formar á la verdad y al bien el
corazóu y la mente de nuestros hijos, haciéndoles
hombrea honrados, decoro y lustre de la patria
y de la familia cristiana.
De V. Sr. Director afmo. S. S. in C. J.
B. B.
Béjar, 25 de Junio do 1898.
ARAOKNA (Huelva).
Señor Director del B oletín S alesiano :
Seguramente le llamará la atención el recibir por
vez primeia correspondencia de esta villa, pero
ha de sabei' V.. señor director, que ya se c o n ^
y se ama mucho aquí á nuestra buena Madre
— 301
Marfil A uiiliailora, com o lo com prneba la sig u ien to
relación de cu ltos que ten go el honor do en v ia rle,
por si juzga oportuno in sertarla en e l B oletín
de BU digna dirección.
Una fervorosísima Cooperadora Salesiana de esta
TÜla ha sido la que nos na dado el inmenso placer
de proporcionarnos la preciosa imagen, objeto de
«tos cultos, recaudando la cantidad suñcicnte de
limosnas. Instalóse en un precioso altar, erigido
por otra Cooperadora Salesiana en la misma iglesia
del convento de Sta. Catíilina.
El día 20 del pasado Agosto dio principio una
Míenme novena con la bendición de la nueva ima;en, efectuada por nuestro dignísimo Arcipreste,
gT. D. Anastasio Ramos y Rodríguez, y amuiciada
desde la víspera por los alegres repiques de las
campanas y multitud de cohetea. Un coro do niños
acompañados con el piano por el distinguido pro
fesor I). Enrique Parrilla y dirigidos por los se
floree D. Isidoro Barrero y D. Antonio Vázquez,
interpretó admirablemente preciosas canciones en
floDor de tan buena Madre.
£1 día 28 por la mañana se verificó la Comu
nión general, y á las 10 la función, que resultó
Bolemnísima, ocupando la sagrada cátedra el inngne orador sagrado Dr. D. Juan Flaviano Sán
chez, quedando todos complacidos de tan solemnes
enItoB.
De V., señor director, afmo. s. s.
q. b. 8. m.
U n C ooperador S a l esia n o .
Alacena, 29 de Setiembre de 1S98.
\a LB N 01A (Venezuela).
R vdsio . Sr. D. M ig u e l R úa .
A m.adísimo P a d r e : '
Tristes y desolantes son las notici.as que debo
comunicarle. A la guerra c'vil que desde Imce algniiusmeses devasta á esta República, se ha unido
on tremendo azote que amenaza acabar con noso
tros. Lu viruela está haciendo verdaderos estragos,
•«pecialmente en esta ciudad de Valencia, desde
tnedi&dos de Abril último. Falta la población de
iucerdotes, á causa de has circunstancias, nosotros
hemos tomado á nuestro cargo la asistencia espi
ritual de la ciudad, bieu que nuestro escaso núutro nos impide en absoluto atender á todo, y
ilesde que empezó la epidemia me he constituido
y» eu el Lazareto para la asistencia espiritual de
!"j pobrecitos atacados. £ l haber asistido en otro
tiempo en la India á millares de variolosos me
hs servido de mucho para mejor cuiuplir con mi
«^rado ministerio y para lu asistencia material
íe los enfermos.
£I número de éstos es verdaderamente extra<>^dinario. Sólo en el Lazareto pasan de 400, y
^Áriamente entran de 10 á 15. La incapacidad
hospital p.ara contener tanta gente, nos obliga
(ui á amontonar los enfermos. Las camas se tocan
á otras de manera que para poder adminis^ los Sacramentos á algún enfermo, es uecesaiio
^* ^r primero á sus vecinos. La muerte ha estó
l i d o aquí sus reales, y con cmel ensañamiento
** ceba en estos infelices sin distinción de sexos,
edades ni condiciones. Y lo peor del caso es qno
ya la epidemia ha invadido todos los ángulos de
la ciudad, sin que los esfuerzos verdaderumeiito
heróicos de las autoridades valgan á contenerla.
Mucho contribuye á este estado deplorable de
cosas la insensatez de no pocas familias quo es
conden á los enfermos ó no permiten quo sean
llevados .ol hospital, formando así nuevos focos
de infección.
Esta enfermedad se manifiesta primero con una
fuerte calentura y granulaciones en la frente, estendiéndoso á los pocos días los tubérculos por
todo el cuerpo dejándolo hovrildemeiito <lesfigurado. No pocos desgmciado.s pierden el juicio con
la fuerza do la calentura, y arrojándose do la
cama corren como desesporailos por las dejiendeucias del hospital y sallan do eaina en cama
llevando la consternación á todas p artes; otros
lograron burlar la vigilancia do los enfermeros,
abandonaron el hospital y so dieron á correr y á
gritar por las calles y afueras de la ciudad hasta
que les abandonaron las fuerzas y pudieron ser
recogidos del suolo más muertos quo vivos. An
tes do presentarse la muerte muchos pierden
completamente la p iel, quedándose en carnes
vivas j los gritos y los ayes de dolor resuenan
por doquiera y á cada momento nos toca presen
ciar escenas desganudorns de padres, hermanos y
parientes que ven morir á su mismo lado á seres
queridos sin phderles prestar auxilio alguno: fa
milias enteras compuestas de cuatro y más indi
viduos han desaparecido por completo.
Dejo de narrar otros particulares, no menos
horripilantes, que cualquiera persou.a que conozca
esta enfermedad podrá imaginarse, para no nau
sear á los que leyereu esta carta. Mu basta decir
que es necesario violentarse mucho y continua
mente para poder seguir prestando asistencia
material y espiritual á tanto de8gr,aciado.
Eu esta difícil empresa me acompiumn cuatro
Hermanas de S. José de Tarbes, francesas, quo
están haciendo prodigios de caridad y son una
verdadera providencia para estos enfermos. Estas
pobrecitas, ó mejor dicho, estos verdaderos án
geles de caridad, trabajan sin descanso do la
uiuñana á la noche y de la nocho á la mañiina,
eu la asistencia de los enfermos. Con una curidmí
y un valor heroico Ies prestan todos los servi
cios posibles é imaginables, desinléctau las salas
y no su retiran ni un sólo momento de su lado.
Con tan valíossi cooperación me ha sido facilísimo
el cumplimiento do mi sagrado ministerio, ha
biendo tenido hasta alior.a la inmensa satisfacción,
quo para mí es la mejor paga (pie pudiera dár
seme, do que de las muchas personas que Imu
muerto ya en el hospital, ni una sola ha muerto
sin los auxilios religiosos.
A este cúmulo de desgracias liay que añadir
otra no pequeña, cual es ia muerte re¡>entÍDa de
nuestro gran amigo y Cooperador R. Sr. D. Fran
cisco Pérez, párroco primario de la ciudad. Fué
un sacerdote ejemplar y lleno de celo por Ja
gloria de Dios y salvación de las almas, y muy
querido de todos } de los niños por su amabilidad,
de los jóvenes por su prudencia, de los ancianos
por sn rectitud y de los pobres ¡wr su liberalidad.
Para completar su re tra to , nada mejor que laa
palabras de S. Pablo que le vienen como anillo
al dedo: era sobrio, prudente, manso, modesto,
ejemplar, casto, benigno, justo, virtudes que le
atrajeron el amor y veneración no sólo de sus
feligreses y sus hermanos en el sacerdocio, sino
de cuantas otras personas tuvieron la suerte de
— no2 —
trntiirlo. Valencia entera doRfiló ante su cadáver
expiuiHlo en la catedral. ll«'Comiendo su alma á
las <»rncione8 (le V. R. y á las de nuestros Coo
peradores.
¡ Qué desconocida y cuan otra es Valencia de
lo que ora hace algunos m eses! Sus calles, antes
eoncurridas y bulliciosas, parecen ahora un ce
menterio. Sólo se von do «mando en cnando tran
sitar por ellas patrullas de soldados que la deíiendon contra los ataques de los revolucionarios;
illas de prisioneros políticos que smi deportados
á la capital, y camillas de heridos caídos en la
ludia fratricida que lian encendido los partidos
<luo se disputan el poder, y ha costado ya la vida
á ilustres generales, entre ellos al general Crespo
último Presidente de. la República. ¡No podría
imaginarse un cuadro de mayor desolación! La
.iuventud en su mayor parto bajo las armas, divi
dida entre el gobierno y la revolución: las po
blaciones en continua zozobra por el temor de ver
entrar por sus puertas á cualqtiiera ó á ambos
contontlientes; los campos asolados ; la propiedad
privada en continuo peligro, y los particulares
sospechosos contiimamente molestados con fre
cuentes pesquisas. También nosotros, que nos en
contramos en el foco principal de la revolución,
hemos sido acusados por algunos como cómplices
de ésta, ni igual do muchos otros sacerdotes, entre
«líos el Dr. Arocha, y nuestra casa ha recibido
también la visita do la a u to rid a d p e ro después
(le un minucioso reconocimiento ésta ha podido
convencerse una vez más de que la política de los
Salosianos no es otra que la d e /o rn a r generaciones
cristiuniis // salvar ahnae, danio á Dios la mayor
gloria qne pxieden y dispensando á sus semejantes
t i mayor bien míe les es dado.
Quisiera hablarle ahora de las causas que, á mi
parecer, nos han traído á este deplorable estado,
pero es demasiado sabido que donde el maldito libe
ralismo «iouta sns reales con sus libertades para
el mal y travasó impedimentos para el bien, no
puede suceder otra cosa ni haber nada bueno.
Ahora nos jiroparamos á celebrar lafiesto de M.“
Aux. con un octavario y otros cultos para implorar
de BUmaternal bondad qtiese apiade do nosotros.
No nos olvide, amado padre, en sus oraciones,
en modo especial á su afmo. S. S. é hijo ou J. y M.
F rU X
a
incansable, fué favorecido por Ntro.Sefiorcon
m uy alagüeños resultados eu su fortuna. De eUa
supo gozar siem pre como D ios manda, para
sí, sin olvidar el date pauperibm. Sin olvidar
al pordiosero, fijó su atención preferente en
las necesidades de la ju v en tu d de uno y otro
86X0 y u n verdadero ejército de éstos han
sido am parados, sostenidos, salvados del vicio,
hechos hom bres y mujeres de provecho ya en
el siglo y a en la R eligión. ¡ Benditos esos
ricos que así usan de sus riiiuezas! el pobre
. BKUCiiaiKTTI
Misionero Apostólico.
Taloncia, 1 do Junio do 18B8.
Exemo. Sr. D. Miguel Murube y Galán.
E x e m o . S r . D . M ig ru e l M u r u b e
y G a lá n .
UvDMO. S k. D. M ig u e l R ú a :
¿ON g ran pena participo á Y . la i>érdidu de nuestro in sig n e B ienhe
chor y amigo atentísim o, el Exemo.
Sr. D. Miguel M urube y G alán.
Perdem os los Salesianos un g ra n
Cooi>enulor, y pierden con él su
apoyo un sinnúm ero de seres q[ue vivían ú la
som bra de su caridad inagot-able. Trabajador
no los envidia, los b en d ice; el m undo los ad
m ira, D ios los glorifica en el tiem po y en la
eternidad. E l Sr. D. M iguel M urube perteneció
á esta clase de corazones rectos y generosos;
en pos de sí se llev a no sólo el m érito de un.
sinnúm ero d.e obras d e caridad, q u e no pe
recerán, sino el agradecim iento d e m il agr^
oiados que bendecirán siem pre su memoria
y ro garán siem pre p o r su felicidad.
¡Consuele Dios N. Sr. á su dignísim a esp o ^
Exem a. Sra, D.* Rosario M aureta y á su hija
D.* M aría y con<íédales toda aquella resigna
ción q u e eu esta oc.ii8Íou necesitan! l o s Sa
lesianos veneram os y venerarem os siempre
en estas Señoras la m em oria del Bienhechor
n u estro insigne, rogando á Dios que á todos
les conceda el prem io á su carid ad .
,
— 303 —
>'o dudando de la efieaeia de sus oraciones
de Y. para el ilu stre finado y su a trib u la d a
familia, ruégolo recib a el m ás rendido se n ti
miento de filial afecto de este q. s. m. b.
afmo. hijo en Jesús
E büíesto Ob e e t i , Pbro.
Utrera (Sevilla), 12 dé Agosto de 1898.
Hacieudo nuestros en un todo los sentimieutos de la ca rta an terio r, suplicam os por
BDfistra parte á todos n u estro s C ooperadores
el óbolo de sus oraciones p o r el alm a del
ilostre ñiiado.
R. I. P. A.
de los cuales han obtenido honrosos lauros en
Certámenes y oposiciones. Su repertorio consta de
más de 600 composiciones de música religiosa,
dramática, coral, de concierto, de orquesta y de
banda: y una gran parte de los músicos mayores
que en nuestros regimientos han obtenido sus
plazas por oposición, le deben su preparación a r
tística. Varela Silvari no se ha detenido a h í: Im
espigado todo el vasto campo de la bella arte que
juofesa. Ha cultivado la historia, publicando, en
tre otras varias obras do esto género, I m música
Popular en JSs2)aña,\ lin ejercido con acierto y
brillantez la crítica en numerosas revistas, entro
ollas el Polettn Musical (1), que publica actual
mente, y ha mostrado en todas las ocasiones una
erudición copiosa en materia de arce.... Su jlfnínmi
TeóricO'práctico de Armonia es, por sus condiciones
especiales, único en su género en España.... Va
rela Silvari és un genio de origen modesto: á
los catorce años daba ya conciertos en Lisboa;
es académico en Suiza é Italia, ha sido condeco
rado en varias naciones extranjeras y pensionado
por Luis I de P o rtu g al: el mismo Conservatorio
Nacioual de Madrid le ha utilizado en diversas
ocasiones para formal* tribunales de exámenes y
oposiciones y le ba honrado con el título de pro
fesor honorario..... »
O O r^ O ^ B I.A .
E S F ^ IS T A .
Esoiiolax Salc-sianas. — Cortamos de la extelente revista decenal “ .Ecos Literarios'' que
Tela luz cu Bilbao: « Dice un periódico: “ En
Asilo de S. Bartolomé, de Málaga, se hallan
l*» Escuelas Salesianas de Artes y Oficios, que
íll)ergan en la actualidad 170 niños pobres. Fuutionau las escuelas profesionales y academia de
■úrica iustrumeiiüil y vocal. Cuentan para la alijMíaciou, vestido, instrucción profesional y re
ligiosa de los asilados con una suscripción de
• ^ p e s e ta s mensuales, siendo el gasto diario
« 25 daros. La caridad de la Iglesia señala cous*Mtemente las necesidades sociales, pero el ego*
umo de los hombres se desentiende de lo que no
tttigface á sus pasiones.”
» Y, decimos nosotros; ¿ cuándo terminará el
Mificio que esa benemérita institución está edifi
cando en Baracaldo á las puertas de nuestra opu
lenta villa! La verdad es que la casi paralización
úe los trabajos de ese edificio nos hace pensar
'■ta cuando tendrán los dineros nuestros capita'arela Silvari. — Damos gracias muy cuiiipbdas y de todo corazón al eximio y popular
asístro Varela Silvari por la expontanea oferta
W hace, con una generosidad que le honra, de
w obras religiosas suyas, con destino á las Esf’irias Salesianas establecidas en España. Y para
todos nuestros lectores puedan apreciar en
b aracho que vale el regalo del insigne maestro,
pwniitimos copiar los siguientes párrafos de
** artículo publicado recientemente en una re^*^española, ensalzando sus méritos y relevantes
•riidades que le adornan.
Varela Silvari es- el compositor español
pe ha escrito más obras en todos los géneros á
w presta la noble arte que inmortalizó á
^«strina, Meyerbeer, Wagner, Gonnod, Calvó
y Clavé. Ha llenado el mundo no sólo de
obras, sino también de sus discípulos, muchos
O tra o b ra b en iflcio sisím a p a r a e l l<azareto d e A g u a d e nio^ü. — Nuestro hermano
el R. P. Luis Vai'iara, de dicho Lazareto, ha di
rigido una conmovedora carta á los jóvenes y
niños cobnnbianos solicitando su apoyo, ó más
bien dicho, ,uiia limosna por amor de Dios para
sus compatriotas los niños que viven y sufren lo
que no e.s decible en aquella mausiou de dolor.
« El i>lau del R. P. Salesiono Luis Variara, dice L a
Eslrella de Panamá, do quien tomamos la noticia,
consiste en construir un local amplío y espacioso
exclusivamente dedicado á los niños enfermos del
horrible mal de lázaro dundo puedaji jugar libre
mente y elevar á Dios sus preces por sus padres,
hermanos, i)rotectores y amigos. También quiero
un taller donde puedan adquirir hábitos de tra
bajo, huyendo del ocio que engendra tantos malos;
una capilla donde fortifiquen sus corazones para
la lucha; un dormitorio que reúna todos las con
diciones higiénicas, una escoleta donde estudien
música; en fin, ' ‘ un monumento que acredite la
bondad é hidalguía de los jóvenes y niños de este
hermoso país, y un arco iris que incline la mise
ricordia divina en favor del pueblo colombiano
para alejar y contener la propagación alarmante
del mal.” »
El mismo Padre ha dirigido la siguiente carta,
que tomamos de la Perista de S. LázarofOX E.
Sr. D. Leopoldo Medina, director de la “ Socie
dad de S. Lázaro de Bogotá, para recabar fondos
é interesar á dicha Sociedad en tan beneficioso
proyecto ;
« Muy Sr. mío: El grande empeño que así V.
como los miembros de la benemérita ** Sociedad
de San Lázaro” han tomado, á costo de los ma
yores sacrificios, en favor de los enfermos de este
Lazareto; y más particularmente las maestras de
cariño que en varías ocasiones han dado á loe
(I) Se p a b lie s q o io c n ia lm e D te en M ad rid , c alle d e Tolade,
119, coetando la soacripcion nn a peseta al mea y diex a l a&o,
con Opción á tree o b n s escogidas d e b a n d a , aiJdo, orfeonaa,
6 del género religioeo, biempié í elección del so icrip to r. Fago
adelantado.
— 304 —
jiifoliccs niños (lo oste Establecimiento, me aniniiiii á dirigirlo á usted, señor Director, una siíplicii, la C lin ! dada la posibilidad, confío sea aten
dida.
» Desdo que he tenido la dicha do entrar en esto
Lazareto, he procurado trabajar con todas mis
fuerzas, coudj'uvado por mis hermanos, en favor
do estos niños. Como usted sabe, hace como tres
años quo superando grandes obstácnlo.s se ha
podido fundar un Oratorio Festivo, destinado d
recoger ñ. los niños en los días de flcstn, para que
alternando inocentes juego.s con el estudio del
catecismo, siintincaran así el día del Señor.
» Pero ahora ya no basta el Oratorio ; aquí hay
niños, los cuales ó son huérfanos ó bien obligados
por la desgracia á dejar sus hogares, á sus padres
y hermanos, vienon a<iuí sin tener quien de veras
60 tome cuidado do ellos.
» Adhiriendo á la idea del R. P. Unia (q. e.
p. d.), he pensado fundar otro Oratorio para asilar
á estos niños y así mientras quo á unos so les
enseñara d leer y escribir, otros apronderáu algún
oficio. Hechos grandes, cuando saldrén do esto
Oratorio, ú más do sor Imenos cristianos, tendrún
con qué ganarse el pan.
» Con esto (In mo dirijo hoy ú usted, señor Di
rector, pava »iuo tenga ú bien solicitar do la be
nemérita “ Sociedad do San Lazare ” una limosna
para dar priucipio ú la obra.
» Conozco su buen corazón, ó miqor dicho, aquí
todos conocemos la grande caridad que anima á
los miembros do la Sociedad que usted dirige,
en favor do los seres más infelices do la tierra,
y no dudo de quo mi súplica ha de sor atendida.
— Do V., 8(iñor Director, afectísimo atento ser
vidor — P. Luis Variara, Salesiano..»
F.A.T?, A -G -T J
C'oletfto SalOMlaiio
Ija«(ng;iia **
ilvi Amuiioíoii . — En el número 3 dol nuevo
somanario “ El Amigo del Hogar,” correspondienti*
al 28 do Agosto último leemos la siguiente grata
noticia:
« En la capilla de dicho Colegio so ha inaugu
rado una bella estatuado S. Antonio. Es do pe(luefias dimensiones, pero muy preciosa. Se debo
á la generosidad del Señor D. Antonio Peroira,
íntimo amigo de la Congregación Salesiaua, el
cual resido en Montevideo. S. Antonio, quo es el
proveedor del alimento del pobre, bendiga y pro
teja ú los pequeñuelos que se ediioau en aquella
casa y ayudo ú proveer el pan de una sana edu
cación ú muchos y mueiios desvalidos. »
I X A .X .I A .
llnultM iiiu tU' (rcN iii«llO!s Cui*oa<10M. itii
l»roUv<stmi(o y u ii Jiitlio e n e l S a iiU ia rio
d e M .” A uv. d e T iiriii. — Conmovedora eu
extremo resultó la solonme ceremonia (pie so verülcó el domingo lü de Octubre último, de ad
ministrar el Santo Bautismo, primero do los Sa
cramentos de nuestra Santa Madre Iglesia, á los
tres indios Coroados d é la Misión Salesiaua d éla
Colonia Tcrema Cristina del -Matto (íiosso tBrasil),
(pie nuestros Misioneros han traillo para que fi
guren cu la Kxposicion de Arfe S’U'/etKÍo, Mistoiua
y Obras ikitólU'as do Turín, á un joven judío de
^ á 80 años, y á uu niño protestante valdeuse de
13 años.
Pura esto acto, el más solemne, sin duda, de
su vida, los nuevos cristianos habían sido con
venientemente ¡ustruidos y preparailos. Desde «pie
llegaron á Italia, puede decirse, y aun ¡lute»,
desde qne dejaron su tribu, los indios coreados
han tenido constantemente á su lado al Superior
do la Misiou, E. P. Bsvlzola, hábil y experto ca
tequista, qne con paciencia y abnegación iacreihles y admirables ha inculcado continuamente en
sus ánimos rudos y envueltos en las sombras de
la ignorancia y el error las verdades de nu ‘str*
sacrosanta Religión, habiendo logrado frutos naitct
imaginados, hasta el punto, que durante la larga
ceremonia del bautismo fnó tal el comportamiento
y devoción do que dieron prueba los indios, qne
al mismo tiempo quo estupor infundía recogi
miento en la numerosa concurrencia.
InúLil nos parece descender á detalles de uní
ceremonia hurto conocida de nuestros lectores.
El espacioso Santuario do María Auxiliadora ae
llenó do bote en bote do representantes de toda»
las clases sociales, atraídos por la novedad y so
lemnidad del acto.
Fué bautizante nuestro Rvdmo. Rector Mayor,
D. .Miguel Rúa, asistido por el Sr. Canónigo Don
Severino Papera y otros sacerdotes Salesianos;
y padrinos de los tres indios Coroados el Sr.
Barón. D. Antonio Manno y su consorte D." Eleo
nora Cordero di Vonzo, de Antonio Ponce; elSr.
Comendador D. Angel Costamagna, y su consorte
D.“ Eugenia Costamagna, do Anyei Federico GoH'
zarja; el Sr. D. Ansidmo Poma y su consorte D.*
Josefa Poma, de Anselmo Felipe Rinaldi] doBodolfo Vitorio Golombo (judío) el Sr. D. Rodolfo
Sella y su consorte D.“ Evnesta Ambrosettij y de
Emilio Pablo Pons (valdense) los hermanos D.
Emilio y D.^‘ Isabel Durbessio.
Puso término á esta conmovedora ceremonia Is
bendición con S. D. M. dada por el R. Sr. D. Rúa.
¡ Qué el divino Espíritu conservo siempre y
aumente en los iiuev<»s cristianos la gracia que
les comunicó por medio del Santo Bautismo!
F r u í a d o l lio m p o . — Una de las qne más
abundan en nuestros días es la muerte impre
vista ó uo proveniihi: imprevista después de se
senta ó más años de vídaj imprevista después del
aviso eterno quo resuena en nuestro.s oidos, r&v
lizacion tremenda do la palabra de Dios: Yon»
burlaré de vosofros en vuestra última boro. Talrt
muertes improvistas son consecuencia de la indi
ferencia habitual de muchos , (leí egoísmo, dol
respeto humano de los quo asisten al enfermo, y
(luo procuran no molestar al moribundo con ideas
(lo religión. ¡ Cuáutrs almas arden eu el infierno
por esto maldito egoísmo! ¡ Cuántas madres han
enviado allá á sus hijos, cuántas esposas á sos
maridos!
l-'r-:NSA.MIKNXOS
— Divina es una voligi«>u que hasta de la muerte
80 sirvo para estrechar la fraternidad entre los
hombres.
— Divina es una religión que hace elevar al
cielo por uu alma si>la, todas las oraciones de
hv tierra.
— Levantaos los que sufrís y lloráis : mirad á lo
alto Y alegraos; porque todos hemos de morir.
— Morir para quien muere eu Jesucristo esMb
tar eu el bajel que aporta á las playas eterna»;
es dormirse entre los hombres y despertar entre
los ángeles.
Aparisi y Guijarro.
Coatpnbsdoa dt U Astoridid Eclesisstiss. - Gemía:
L IB R E R IA S
S A L E S IA N A S
^rríi (Bare«loDa), Buenos Aíres, Santiago de Chile, Hontondeo, Bogotá, Quito, Aícthero;, Puebla y Méjiee.
CUSIOOS UTINOS CORREGIDOS Y ANOTADOS.
S. H ieronym l, de Tiris ülu strib os líber smgnlaria.
Vite S. Panli ^riini erem ite, S. Hilarionis eremit®,
MalcM monacbi et ep isto ls seleo te oom adnotatio*
nibQS J0Aif>’i 8 T am iettii . — 18T7, edición 2.=*; nn
volumen de 260 p^;ina3 . . . , . P esetas 0,90
Sulpícii S e v o r i, ‘H istoriee Sacre lib rl XI cnm aduotationibns J. T amirttii . — 1878; nn Tolnmen de
12á p á g i n a s ....................................................... ■ 0,50
SulpIcií S a v eri, v ita S. Martini. E d id it atqne adnotationibns illn stravit J. T a m ibit iu s . — 1880; nn
volumen de 112 p á g i n a s .............................. » 0,60
L. C. F irm ian i, de Mortibus persoontorum líber
tinns, oum aduotationibus T. T am iettii . — 18861
nn Tolnmou do 88 p á g i n a s ......................... » 0,70
S. A. A ugustinl, de C ivitate D ei libor V. E d ld it
J-T amiettius- — 1877; un vol. de 68 pág. * 0,50
S. TH. C. C ipriani, líber de mortalitato et epístola
ad Demetriannm, cnm adnotationibns, J . T amiet T i i . — 1887; nn volum en de 64 páginas
. » 0,50
Acta S S . M artyrum Vlti, MotfestI e t C ra scen tim. E didit J. T amiettius . — 1892; nn volumen
de 22 p á g i n a s .............................. .....
. .
. > 0,30
S. Am brosii, de Officiis lib rl tres. E d id it J . T amiettius.
— 1888; un volum en de 264 pág. » 1,—
L. Caec. L acta n tii, F . D lvinatum lustitntionnm
Hber V, D e Jnstitía. E d id it Sac. J oannks T aMiKTTius. — 1889; nu volumen de 90 pág. » 0,60
Epitome historisB e c c le s ia s tic s e , a J o a n x e B osco
conscriptum. lu latinnm sermonem convertit J . B.
Fraxcesia Sao. P olitiom m litter. Doctor. — 1^89:
nn volnmen de oerca 330 páginas .
* 1,60
P. Virgilii M aronis, Bucólica et Geórgica. — Edi
ción 4-^. con 89 p á g in a s ................................... » 0,30
H. A. P lau fi C aptivi, e x recensione (f^iderioi Honriel B otiie, a taurinensi editore passim emendata.
— 1884, edición 3.®: nn volnmen de 92 pág. » 0,50
■. T. C ic e r o n is, P hilippica II in M. Antoniiim.
Recensnit adnotationibns a n x it I. B accius. — 1881j
nn volumen de 8 ) p á g i n a s ......................... » 0,60
A. T ib u lli , Carmina castigata cnm notis. — 1892,
edición 6.-*; nn volumen de 100 páginas . » 0,50
T. C. L ucretii, do remm natura. In nsnm tironum
selegit, adnotationibas an x it J . B accxus. 1872; nn
Tolnmen de 88 p á g in a s ................................... • 0,60
T. Livil, Historiarnm líber II. In usnip tironnm eelegit, adnotationibns anxit J . B accius . — 1892, edi
ción 6.=^; un volumen de 96 páginas . . . »
0,60
A. Palum bi Minerval, oomrcdia. — 1877; nn volnmen
de 64 páginas . . . ' ....................................... » 0,60
M. T. C ic e r o n is, Tnscnlananim Dispntatioiinm lí
ber I. In nsnm tironnm enravit, adnotationibns
anxit J. B accius. — 1880; nn volum en de 96 pá
ginas .......................................................................... » 0,50
H, T. C ice ro n is, Tnscolanam m Dispntationnm lí
ber II. In nsnm tironnm enravit, adnotationibns
anxit J. B accius . — 1880; nn volnm en de 68 pá
ginas .......................................................................... » 0,50
M. T. C ice ro n is, Lmlins, siv e de Amioitia. Diaiogns ad Titnm Pomponínm Attácnm. — 1888, edi
ción 3.*; nn volnm en de tO páginas . . . »
0,30
C. C. S a llu stii, de Bello Jogortm o historia. In imnm
tironnm enravit. adnotationibns a n x it J . B accius .
— 1885, edición 2.*; un volnm en de 160 pág. » 0,70
C. G. S a llu stii, de Conjnratione C a tilln s historia.
In nsnm tironnm e n ra v it adnotationibns an x it J.
Baccius. — 1 ^ , edición 2.*; nn volnmen de 96 pá
ginas ...................................................................... » 0,30
C. P iinli C. S . Paneg3TÍcns Traiano imperatori dic
tas. curante V. L ajíeraxcbio . — 1884; nn volumen
de 68 p á g i n a s ...................................................... » 0,40
P* Virgilli M aron is, Bncolíca et Geórgica. In nsnm
tironnm enravit, acteotationibns anxit J. Baccius.
Aocedit Carmen Cometes Australia anni MDCCCiXxn.
— 18S4 • xm volumen de 394 páginas . . . »
0,90
Ciaudlanl, de B aptn P r o se ^ in a lib i i i n , Becensn it
•t variis lectionibns anxit V. I<aK7BA50 eiu 8. —
• OfiO
1884} un Tcdomen de 40 páginM ,
P . V irgilii M a r o n is , Aeneia ex recensione ohr.
Gotuk H ryne . V ariis lectionibns Inatrnxit atone
adnotationibns illn strav it V. LAjíFUAMCniua, LiWi
tres priores. — 1877; nn vol. de 73 pág. Pesetas 0j60
P . V irgilii M a ro n is, Aenols ex recensione 'ü h r,
Gotub ÍIrymr. Variis leotionibns iiistrnxit, atqjie
adnotationibns illn strav it V. L anrrancihus . Roliqui lib ti novora. — 1889; nn volumen do 278 pá
ginas tamaño 16.®............................................* 2,10
C. J . C assaris, do Bollo Gallico líber III, IV e t V.
— de 60 p á g i n a s ............................................» 0,36
M. A. P lau tí, Aiiliilaria, Ad roocntioros exegit, aulmndvorsionibus a n x it editionos e t scholasticis pr?o*
lectionibns aocomodavit Thomos V a l ia ü r iu s . —
188-4, edición 6.^; un volumen de 130 pág. » 0,70
M. A. P la u ti, Trinnmiis. Ad recentioros odltiones
exegit, animadversionilms an x it e t scholasticis prmlectionibus aocomod.avit Thomas V alla u riu s . —
1882, edición 3 '; nu volumen de 144 páginas » 0,70
C. J . C se sa r is, Commentaríornm de bello clvili
líber I et II. — 1892, etlioión 4.*; nn volumen de
68 p á m n a s..........................................................> 0^35
C. J . C assaris, Commentariornm de bello gallico
líber I et II. — E dición 8.“ ; nn volumen de 58 pá
ginas ........................................................................ 0,35
M. T. C ic e r o n is, Cato Major, son de seuectnte et
de somnio Scipionis. — 1892, edición 3.*; n n volu
men de 44 p á ^ n a s .......................................» 0,30
M. T . C ic e r o n is, Epistolarnm selectam m líber I .—
1^1, edición 4.®; nn volnmen de 48 páginas » 0,30
M. T . C ic e r o n is, Epistolnrnm selectam m líber ll.
—• 1891, edición 4.®; un volnmen de 44 pág. » 0,30
M. T. C ic e r o n is, in Marcnm Antoninm Philippica
I II e t oratio pro Archia poüta. Adnotationibns anxit
e t illn strav it J . B. F raxcesia . — 1889; un volumen
de ‘40 p á g i n a s ................................................ » 0,25
C orn elil N a p o lis, Vitm excellentium iniperatoram'
in nsnm adolescontnlorum. — 1891, edición 7.*; de
100 p á g i n a s ..................................................... » 0,60
P . T a c iii, Vit-a C. J. Agricolro iu usum soholarum. —
1883; nn volnmen de
páginas . . . . • 0,50
H oratli F la c c i, ex librts odanim selecta. — 1 ^ ; nn
volumen de 74 p á g in a s ........................... *
0,36
H oratli F la c c i, Satyno e t epístolas. — 1867 ; nn vo
lumen de 64 p á g i n a s ...........................»
0,30
T lli LIvii, Historiarnm líber I. — 1889, edición 6.“ /
nn volumen de 68 p á g i n a s .................»
0,4o
Titi Livii, H istoriarnm líber XXI e t XXII. — 1888.
edición 5.*; un volnmen do 116 págiinis . > 0,50
P . Ovidll N a so n is, ex operlbns selecta iu nsura
soholaram. — 1892, edición 7.*; nn volnmen de 61
p r u ín a s ....................................................... «
0,3C
Q. Curtii R u fi, do robas gestis Alexandrl Mngni
historiarnm líber III e t I \^ — 18SÍ; nn volumen de
80 p á g i n a s .............................................. »
0,4U
P h a ed ri, Ang. Llb. Fabnlarnm Aesopiarnm liber I
e t II cnm notis. — Edición 5.*; un volumen do 32
págin.as.......................................................»
0,25
P n a a d r I , Ang. Lib. Fabnlam m Aesnpiantm lib. III,
IV e t V, — 1890, edición 4.*; on volumen do 48 pá
ginas .............................................................. >
0,25
C. P lin ii C. S ., ex epistolis selecta.— 1877; nn volam en de 44 p á g in a s ............................... »
0,30
C. C. S a llu stii, de Conjoratione C a tiü n a historia.
— Edición 5.®; nn volnmen de 48 páginas > 0,30
C. C. S a llu stii, de Bello Jngnrtlno historia, in nsoni
tironum . — 1890, edición 5 ? ; nn volumen de 80 pá
ginas
.............................................................. »
0,40
H is to r ia c r ític a , litteram m latinaram accedit aliqnot monnmentornm la tin i seimouis vetustioris.
Edioíón 13* en 1 6 . ® ............................... »
1,60
H u o v o V a lb n e n a , ó Diccionario l/atlno-EspafioI j
Espafiol-lAtino. Formado sobra el de D. Manuel
VaJbnena con machos aumentos, correcciones 7 me
joras por D. V ic x x n Sa lt I .
D m to m o s .
........................................... ..... 20,Oí
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QBRA DE DON BOSCO
ESCUELAS DE ARTES Y OFICIOS
S A R IilA .
J S A R O E L O IV A
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M E JO R
M E D IO
lio íoinentar la dovoeioii á ■gííavta JlitxtCia6ora es tener en casa una de
sus eslatultns; á este íiu las tenemos prei)aradas á propósito, buenas y á
pieeios sumamente módicos, como á continuación jTuede verse:
TAM AÑO
eu C e u tím e tro s
30
•iO
4o
no
Gü
C L A SE E X T R A
P e s e ta s
»
»
»
»
50
75
85
100
150
O I3 S E
C L A SE PR IM ER A
»
»
»
»
»
P e s e ta s
»
»
»
»
40
55
05
80
100
C L A SE SEGUNDA
»
»
P e .s o ta s
»
»
»
»
»
»
30
45
50
55
70
»
»
»
»
»
I ^ ^ Y \0 1 0 >í E S
estatuas son de posta vaoiada tí mano; tienen peana de inndcra y cincelada. La
corona y el cetro son do metal dorado. Las do clase extra
con ropaje adamascado, fondo
oro. Las do primera van con vna rica orla de oro bruñido, cincelado y policromado. Las
de segunda con ««a orla dorada cincelada, y entrelazada con adornos.
I V O T L ^ V fe ^
E s ta s e s ta tu ita s reciben la bendición.
2.“ E l em balaje se c o n ta rá p o r sep a rad o .
3 “ No .se s e r v ir á ningún pedido que no v a y a ac o m p a sad o de s u im porte.
4. * A n u e s tro s c o rre sp o n sa le s s e les h a r á un d escuento re la tiv o á la im p o rtan cia
L1
de s u s pedidos.
?
5. " D iríjanse lo s pedidos á la I i I B R E R I A S A L E S IA N A — S a r r i a (Barcelona).
í:
E l Joven In stru id o en la práctica de sus deberes y cu los ejercicios do piedad cristiana, seguido
del Oílcio do la t^ma. Vii^en, dol Oficio do Difuntos y de las Yisperas do todo el año por el ^car
dóte Don JuAS Búsco. Un tomito cn-82.
K»t» ubrit» m U dU*i<U(U en tros psrtos. Kn U primera
oncoutrarOls tmlo lo que dobóls nractioary lo que dol»'ie
tiulr pava vivir crieliauamonto. Kn la ao^unda se ouriicutran reunidas las princlpaies oravionos que eeUii en uso
on las paneqniaayoQ las casas de oduoaoion. 1.a terrera,
cvt Un, (hmtiono el Oficio do la Smn. Vircou, las Vlspo*
ras de UmIo el afio y «l OHoio do Uiftuitos. Kncuatratvls
ademAs un poiiuofio diAl<>{to sobre loe fundamentos de nues
tra santa relixiou católica, adaptado al tiempo en que vivhnoe. Afiadliuos a l fin una corta colección de cancionee
oapiritualeo.
queridos tutos, oe amo con todo mi oorasdn, y me basta
no soAis jOvenes para que os ame tanto. Conaerrad coi-
dadoMmente on vuestro oorasdn el tesoro de la virtud;
con eso solo sois bastante ricos y eaLiis en posesión de
toiioe los demás, pero ai lo pordóis, llogarúis d se r los m i s
m iserables y des-m eiados dcl luiindu.
Que ol Sefior os acoiiipafio siempre, y os baffa la gracia
do p«>oor en p ráctica m is oousqios. p ara que p c ^ i s aumen
ta r la gloria de Dios y sa lv ar viicetra alm a, único fia que
mo he propuesto conseguir al escribir este librito.
(Del prólogo).
Encuadernado en t e l a ...................p tas. 1*25
>
p ie l
. . . .
» 1'50
» chagrín , corta dorado .
» 3'0O