-
extracted text
-
J t-í= S f
OLETIN
SALESIANO
El p « ] f ^ . Padre Saoto, está en la conUnua difu
sión de libros iotemes; y para poner coto & tamaño
mal. yo no reo otro remedio, que la fundación de
una imprenta católica, puesta bajo el patrocinio de la
Santa Sede. De esta manera, no haciéndose esperar nueetr.ns respuestas, podremos con mayor ventaja descender
al campo de la lid y responder con feliz éxito á las
provocaaones de los apóstoles del error.
(S^LSt)
No se engañarla mucho quien intentara atribuir prin
cipalmente a la prensa malvada todos loa males pre
sentes, asi como la deplorable condición de las cosas
i la cual hemos venido a parar. Los escritores católicos
deben con todas sus fuerzas valerse de la imprenta para
bien de la sociedad.
i
{LmAmXlll)
1-5
La prensa periódica somet2 da i la autoridad jerár
quica, revestida del espiriui de Jesucristo, n ene i ser
no poder inm enso; ilumina, sosuene la verdad, hace
desaparecer el error, salva y civiliza; es una especie de
apoáolado sublime.
(Aluovba)
Buenos-Aires — LIBRERIA SALESIANA — Sarriá (Bareeloua)
LECTURAS CATÓLICAS. Pablícación qae b6 propone
exclnsivamente la enseñanza j defensa de la Re
ligión Católica mediante la difusión de libros
morales y amenos adaptados ó la inteligencia
de todo el mundo. Cada mes sale á luz un opÚBoulo de 100 á 150 páginas quo se envía á los
•efiores suscritores.
Precio de gnscrícíoD (pago adelantado).
En Buenos Aires: Un año pesos m^n. 1 50
— Provincias:
—
— . . .
1 75
•— En el extranjero: —•
en oro . . 1 50
A los Señores Suscritores, que quieran consti
tuir centros de siiscrición, se les concederá un
10 o/® de descuento.
Para los pedidos y precio de la suscrición se
ocurrirá á cualquier casa Salesiana, á los res
pectivos agentes ó á la Direción de las Lecturas
en el Colegio Pío I X de Aries y Oficios, en Al
magro, Buenos-Aires.
Catecismo en Ejemplos por el Pbro. Salesiano D. Ca
milo Ortázar. — Es una recomendable obra en
la cual no sólo se exponen con gran claridad
las enseñanzas de la religión, sino que también
con variados y preciosos ejemplos se alienta á
practicar la virtud.
Tercera edición en prensa en los Talleres Salesianos de Sarriá.
Manual de la Primera Comunión por el mismo autor. —
Obrita sumamente á proposito para preparar á
los niños á tan importante acto. — Tercera edi
ción. En tela Pts. 2 00.
El Joven instruido. Devocionario muy recomendado
y del cual so ban publicado más de cien edicio
nes, escrito con gran esmero por el Pbro. D.
Juan Bosco.
Encuadernado en tela Pts. 1,00 — En badana
de color 1,25 — En vitela y con cortes dorados
2,60. — Preciosa edición de 1891. Pts. 6.
Vida de Margarita Bosco por el Presbo. D. Juan Lemoyne. Obrita en la que se refieren con gran
amenidad los admirables trabajos y virtudes de
aquella buena aldeana, que con un corazón digno
de una reina estaba escogida por Dios para
la formación del San Ticonte de Paul de nuestro
siglo.
Tercera edición. En riiatica Pts. 1,00. — En
cuadernada en tela 1,25. — En tela y cortes do
rados 1,70.
Mot de María, por el Sr. Presbo. Don Rodolfo Vergara Antúuez. Es uno de los más preciosos y
recomendables libros que de este género puedan
encontrarse para honrar á María en el mes que
le está consagrado. El método, la tmeión y pie
dad de las oraciones y reflexiones, los hermosos
qjemplos, la amenidad y pureza de estilo, lo
hacen digno de la fama y popularidad de que
goaa.
Tercera edición recién estampada en loe Ta
lleres de Sarriá (Barcelona). Precio en Europa,
Pts. - 1,00.
OBRAS PUBLICADAS 0 DE VENTA
en la Casa Salesiana de Almagro - Baenos ürei
Severino 6 las aventuras de un Joven montañez seguido
de la Vida de Santa Margarita de Oortona,
La Misa por Mñr de Segur.
La Semana Sania explicada por el abate Glaume.
¿Mi hijo fraile? Prefiero verle muerto! Memorias de
un joven contrariado en su vocación por el Pbro
D. C. M. Viglietti.
Dicha y desdicha* — Los dos caminos por Matilde
Bourdón.
Vida del Bienaventurado Fray Martín dt Porros de la
Orden de Santo Domingo.
Veladas de un artesano por Juan M. Pastor.
Fe y libre examen. — X I Papa y el Concilio Vati
cano. Renán— yla Vida de N. 8. Jesucristo.
Una nueva devoción por Francisco Martinengo.
Él Cruzado. Leyenda original por Francisco Her
nando.
El Gran Hecho. El Mundo adora á un Jndio Cmoi
ficado, por G. Gaume.
El Corazón de Jesús al alcance de los niños por el
Pbro Don Ramón Barberá, seguido de La Au
rora de la devoción al S. Corazón de Jesús por
el P. Luis Coloma de la Compañía de Jesús.
Pilatillo, — La Maledicencia y Periquillo sin mieds
por el P. Luis Coloma.
Vida de San Alfonso María da Ligorlo por el P. Vio*
torio Loyodice.
Agustín ó el triunfo de la verdadera cruz.
Valeria y ol secreto por Matilde Bourdón.
Valentín ó la vocación contrariada por el Pbro Dos
Jnan Bosco.
Angela ó la pastorclUa de los Apeninos por el mismo
autor.
Compendio dt la Historia de la Iglesia por el mismo.
El Católico en el Siglo por el mismo.
El Gran Paso por el Presb.™ Francisco Martinengo.
El Arte divina de la oración mental según San Alfonso
M. de Ligorio.
Respuestas claras y sencillas á las objeciones que
más comunmente suelen hacerse contra la reli
gión por Mñr. de Segur, traducción de Don Ga*
bino Tejado.
El buen Combato dt la ft por Mñr. de Segur.
De la Imitación dt la Virgen María por una monja del
monasterio de Marchtall.
Antonio ó el pequeño huérfano de Florencia.
El Liberalismo es pecado. — Cuestiones Candentes
por Don Feliz Sardá y Salvany.
Josefina ó una santa de nueve años por Mñr. de
Segur seguido de la Vida de la Vensrmble Albina
piadosa modista.
Los Francmasones por Mñr. de Segur.
La Gran Bestia señalada á la juventud por el Pbro
Don Francisco Martinengo.
AKO X - N. 8.
Publicación mensual
AGOSTO de 1895
BOLETIN SALESIAHO
Quien recibiere & un nino en mi
nombre, á mi me recibe.
( M a T H . X V I I I .)
Ob recomiendo la niñez y la ju
ventud ; cultivad con grande es
mero su educación cristiana; y
proporcionadle libros que le en
señen á huir del vicio y á prac
ticar la virtud.
( P í o IX.>
Bedoblad vuestras fuerzas á fin
de apartar &la niñez y juven
tud de la corrupción é incredu
lidad y preparar asi una nueva
generación.
(L e o x X II I .)
Debemos ayudar á nuestros her
manos k fin de cooperar á la
difusión de la verdad.
a i l S. J
uan,
8.)
Atiende & la buena lectura, á la
exhortación y & la enseñanza.
(I T im o t ii . IV, 13.)
Entre las cosas divinas, la más su
blime, es la de cooperar con Dios
a. la salvación de las almas.
(S. D i o n i s i o .)
DI amor al prójimo, es uno de
los mayores y m&s excelentes
dones que la divina bondad
puede conceder á los hombres.
(E l D o c t. S. F r a n c . (lo Salea)
—J3 ^( DIRECCION en el Oratorio Saiesiano — Calle de Cottolengo N. 32, TURIN (Italia)
s _____
S U M A R IO .
obrado en la tie rra j p a rte en v isitar aq u e
llos santos lugares que su H ijo babía con
sagrado con sus p ié s , doctrina y m ilag ro s;
y p a rte en form ar aquella prim itiva Iglesia
del Señor que se comenzaba á p lan ta r y á
extender por el m u n d o : y habiendo pasado
xiliadora.
Am é r ic a . S a n t ia g o d e C h i l e . Escuela práctica de su v id a en estos divinos ejercicios y santas
Agricultura en MelipUla (conclnsión). — V il l a d e ocupaciones, y guardándola Dios algunos
C u r a (Venezuela). Fiesta de María Auxiliadora. — años p a ra consuelo y bien de to d a la Iglesia,
C o n c e p c ió n (Chile). Talleres Salesianos.
siendo y a de anciana edad y viendo florecer
N o t ic ia s d e n u e s t r o s M is io n e r o s . El Camarujo en
la Pata^onia ó el culto público al Espirito bueno y el la fe y el nom bre de su Hijo, abrasada en
culto pnvado al espíritu malo, y su terminación. (R e amor y encendida en deseos de v e rle , le
lación de Mons. Caeliero). — B r a s il . Carta de Su
intensam ente qne la librase de las
Excelencia Reverenduima Hmo. Sr. Luis Lasagna, en suplicó
tem pestades y congojas de esta vida, y la
tu primer viaje al Matto Grosso (Conclusión).
llevase al puerto seguro de la bienaventu
G r a c ia s d e M a r ía A u x il ia d o r a .
E cos d e l P r im e r C o n g r e s o I n t e r n a c io n a l S a l e ranza, donde p a ra siem pre le viese y gozase
S IA N O .
de E l. Oyó el Hijo los piadosos ruegos
N o t ic ia s y V a r ie d a d e s .
de su M adre, y envióle u n ángel con la
H is t o r ia d e l O r a t o r io d e S. F r a n c is c o d e S a l e s .
nueva de su m uerte, y con u n a palm a en
B ib l io g r a f ía .
señal de la perfecta victoria que había al
canzado del p e c a d o , del demonio y de la
misma m uerte.
se puede fácilm ente creer
el júbilo qne tuvo el espíritu de la Inm acu
lad a V irgen con ta n alegre nueva, por ver
^
L A _____
que se cum plía lo que tan to deseaba. M andó
aparejar m uchas velas, lim piar y aderezar
el aposento, componer su pobre cama p a ra
giESPuR s que C risto, como victorioso y h acer fiesta y aparejarse á la m uerte y á
: triunfador, ftté recibido con ta n ta gloria recibir en ella la visita del A utor de la
en el cielo, la Sma. V irg en , los años que vida.
Luego que se supo en Jerusalén la nueva
vivió en J e ru s a lé n , p a rte se ocupó en
altísim a contem plación de Dios y de los que la V irgen Sma. b ab ía tenido del cielo,
misterios que E l vestido de su carne babía y se derram ó por aquella com arca entre los
L a A s u n c ió n d e X u e s t r a S e ñ o r a .
E l I l m o . S r . C o st a m a g n a A lo s p i e s d e l S a nto
P adre.
I m p r e s io n e s d e v i a j e . Tarín (Italia).
E spa N a . m á l a g a . Un paseo. Párrafos notables— R ia l p .
Se v il l a . — Solemnísimos cultos en honor de María Au
— 170 —
crÍHtiaiios, vinieron m uchos de ellos y se
juntaron en la casa de la Virgen M aría, que
era' en un apartado de la casa de la m adre
de San Jiiíin, en el Monte de Sión, donde
Cristo liabía cenado con sus discípulos ó
instituido aquella mesa real de su sagrado
c u erp o , y el E sp íritu Santo bahía venido
en lenguas do fuego. Trajeron los beles m u
chas velas, ungüentos olorosos y especies
aromáti(;as, como los hebreos tenían de cos
tum bre, muchos himnos compuestos y cau
ciones divinas, p ara celebrar su glorioso
ti'Ansito.
H abía la H ienavonturada Virgen deseado
ver en esta hora á los sagrados apóstoles,
que á la sazón vivían y andaban predicando
las victorias y gloria de su Hijo por el
mundo, y echarles su bendición antes do
salir de 61, y el Señor, á quien todas las
cosas están sujetas y obedecen, por ministorio de ángeles ó de otra m a n e ra , se los
trajo para (onsuelo de E lla y de los mismos
apóstoles (lue so hallaron p re se n te s, y con
ellos otros varones apostólicos.
Incroible ñió la alegría de la Virgen cuando
vió en su presencia aquella dichosa y san ta
com pañía; y después de haber hecho g ra
cias á su precioso Hijo })or haberla regalado
con e lla , volvióndose á e llo s, con rostro
blando y con nn sem blante del cielo, les
dijo el deseo que E lla había tenido de p a r
tirse de esta vida, y que el mismo habían
tenido los espíritus angélicos de verla á E lla
en el cielo; que Dios se lo había concedido;
y que p ara esto los había traido de dife
rentes partes. Todos so enternecieron con estas
nuevas, aunque le dieron el parabién de su
gloria y bienaventuranza y encendieron las
velas; y la V irgen sacratísim a se recostó
en su hum ilde cama, y m irándolos á todos
con su aspecto m ás divino que hum ano, les
mandó que se acercasen y les hedió su ben
dición, suplicando á su Hijo que El la conllrmase. Oonsolábalos y decía: 'Quedaoft con
hijos míos muy amados, no lloréis por
que 08 dejo, sino alegraos porgue voy d mi
querido; y al ver á su divino Hijo bajar del
cielo acompañado de innum erables cortesanos
de su corte, con grande júbilo de su espí
ritu , le dijo la Madre purísim a: l ’o te ben
digo, Señor, dador de toda bendición, y luz
de toda luz, porque te dignaste vestirte de carne
en mis entrañas. Bien segura estoy de que todo
lo que tú dijiste se cumplirá en mi. E n di
ciendo esto se compuso decentemente en su
cama, y llena de increíble gozo por ver á
su Hijo que la llam aba, alzando las manos,
le d ijo : Cúmplase en mi
palabra: y d i
ciendo esto, como quien se hecha á dormir,
sin p e n a , ni dolor alguno, sino de puro
amor de su Amado y de un fervorosívsimo
deseo de verle y abrazarse eternam ente con
E l, dió su espíritu aquel Señor á quien E lla
haliía dado su carne. Murió la sacratísim a
V irgen, no en pena del pecado, que no le
■
fM
É
íiÉ
Í
tuvo, sino porque habiendo m uerto Je su
cristo su H ijo, no era razón que este privi
legio se diese a su M adre ni á o tra persona.
A l cabo de tres días llegó Santo Tomás,
apóstol, que no se había hallado en la m uerte
de la Sma. V irgen, y con grande instancia
y sentim iento pidió á los demás apóstoles se
abriese el sep u lcro , jiara que él tam bién
viese y reverenciase el santo c u e rp o ; pues
no había merecido venir antes y v erle, or
denándolo Dios así p a ra que con esta oca
sión se descubriese la gloria de la Purísim a
V irgen, porque abriéndose el sepulcro, no se
halló en él el sagrado c u e rp o , sino sola
m ente los lienzos y la sábana en que había
sido envuelto, y con esto entendieron que
había re su c ita d o : y tornando á cerrar el
sepulcro, del cual salía un olor celestial, se
volvieron á la ciudad llenos de incomparable
gozo, teniendo por cosa ciertísim a que la
R eina de los ángeles y Señora n u e stra ya
estaba en el cielo en cuerpo y alm a, gozando
de la cara y bienaventurada presencia de
su Hijo, por quien, en solemne triunfo, fué
presentada delante del P a d re E te rn o , reci
bida de E l como Esposa dulcísim a y temiólo
suyo y coronada de gloria y constituida Em
peratriz del universo y R eina soberana de
todas las criaturas.
EL ILMO. SR. OOSTAMAGNA
á los pies del Santo Padre.
Koma, 20 de Junio de 1895.
L'N estos momentos acabo de ser recibido
__ en audiencia privada por Su S antidad,
habiendo durado aquella un cuarto de hora,
sin que, durante este tiempo, alguno me acom
pañase. ¡Qué consuelo!
E n tré solo en su cám ara privada y al
hacer la genuflexión. Adelante, adelante, me
dijo el Santo P ad re, adelante, Mons. Costamagna; icóm o estás f — Le besó el sagrado
pie y el anillo de su san ta m an o , y p ara
obedecerle me senté á su lado, pero no pude
perm anecer de este modo mucho tiempo,
porque ta n ta m ajestad y bondad me anona
daban ; por lo que me arrojé á sus pies
p ara responder á sus dulcísim as y am abilí
sim as palabras.
Quiso le hablara mucho del pobre E cu a
dor, en la actualidad en manos de u na cruel
revolución, y á continuación de mi difícil
Misión entre los Jíb aro s , preguntándom e ,
después de algunas indicaciones m ías, sobre
la R epública A rgentina, sobre el Sr. Saenz
P eña, á quien tan to estim a, el Sr. TJriban, en
quien cifra sus esperanzas, sobre el futuro Ar-
—
171 —
^obispo, Vicario C apitular Mons. Bononeo y
^obre nuestro querido Mons. Espinosa. Me
preguntó tam bién sobre todas nuestras Casas
(le América y en modo especial de las de
la Argentina, adm irándose al saber que liabía
más de veinte, correspondiendo nueve á la
sola provincia de Buenos A ires. Se detuvo
algún tanto sobre el deplorable estado de las
Repúblicas Sudam ericanas y las dificultades
por que en ellas atraviesa la Iglesia C ató
lica, arrugándose su noble frente y p in tá n
dose la tristeza en su amable rostro, m ien
tras hacía estas reflexiones.
ÍTo es necesario que diga que ante el P a p a
me recordé de mi sucesor en la dirección de la
Inspectoría A rgentina, D . José Yespignani,
pues, accediendo á mis súplicas, le bendijo
para que el Señor le dé fuerzas en su difi
cilísimo cargo, y benignam ente le otorgó la
facultad de d ar la bendición p ap al en cada
una de las Casas salesianas é H ijas de M aría
Auxiliadora, de la A rgentina. 2íunca ni en
ninguna p a rte podré olvidarm e de los Salesianos que por tan to s años com partieron
conmigo las penas y las glorias de aquella
Misión y á los que siempre he am ado, no
solo como á herm anos, sino como á queridí
simos hijos. ¿Como -podía, pues, de ellos
no recordarme an te el Vicario de H . S.
Jesucristo? Parecíam e verles á todos á mi
rededor, suplicando, gozando y llorando de
consuelo ante este m ilagro viviente del m ori
bundo siglo X IX . También he obtenido una
especial bendición p a ra los Cooperadores
Salesianos de A m érica y p a ra los limos.
Sres. Cagliero, L asagna y P agnauo y para
sus respectivas Misiones.
Después de todo esto, permitíme presentar
á Su Santidad los obsequios del Emmo. C ar
denal F errari, en cuyo palacio me hospedó
poco há cuando fui á d ar u n a conferencia
en su ciudad de M ilán. E l Santo P a d re los
acogió con m ucha complacencia y bendijo á
este valiente campeón de la R e lig ió n , á su
Clero, Seminario, al naciente In stitu to Salesiano y á los Cooperadores Milaneses. A l
hablar del reposo festivo recientem ente ini
ciado en M ilán, el Santo P ad re se anim aba
y á sus labios asomaba un sonrís lleno de
dulzura; lo bendijo p ara que persevere y
continué avanzando.
Le hablé de los preparativos que en la
capital lom barda se hacen p a ra el X I I I Cen
o s o Eucarístico, que se celebrará en se
tiembre , y al saber que yo a s is tiría , me
exhortó á no desistir de mi propósito. —
Lleno todavía el corazón de los purísimos
goces probados en Bolonia, d u ran te el Con
greso Salesiano ju n to á la gran figura del
Emmo. Cardenal S vam pa, no pude menos
de hablar tam bién sobre este argum ento al
Papa, que se mostró muy informado de todo
y w u gran satisfacción me decía : ¡O h, tr a
baja mucho aquel mi querido C ard en al! Sí,
á él se debe el reciente triunfo de los cató
licos en las elecciones adm inistrativas. V á
propósito de esto, el Santo P ad re continuó
hablándom e con igual satisfacción de la no
menos expléndida victoria de los católicos
turiueses, teniendo palabras de gran enco
mio hacia la persona del Arzobispo lim o.
Sr. D avid dei Conti E ieardi. E s un A rzo
bispo providencial, decía, y m uy á propósito
p ara las necesidades de la Ciudad y de la
Archidiócesis de Turín. Am a mucho á T urín
y á los Piam outeses, y es por ellos corres
pondido , siendo al mismo tiempo acérrimo
defensor de la Iglesia y del P a p a ; por esto
os encomiendo mucho de llevarle mis saludos
y mis más cordiales gracias.
H abiéndole dicho al final que volvía á
Turwi p a ra celebrar la fiesta conmemorativa
de Don Bosco y la de Don P ú a , p ara el
que pedí una especial bendición como ig u al
m ente p a ra todos los Salesianos y sus Coo
esclamó
peradores, ¡AJiJ Don Rúa, Don
el Santo ÍPadre con inefable complacencia.
Sí, ¡e bendigo^ y buenas fiestas á todos. E n el
Kombre del Padre., del S ljo y del E spíritu
8anto. Igualm ente bendijo á mi herm ano
Luis, á su fam ilia y á todos los de Caram agua, mi pueblo.
X uestro estimado- procurador general en
P om a D r. D. César Cagliero y D . Miguel
Fassio, misionero de Chile, fueron en este
punto adm itidos á la audiencia. E l P a p a
escuchó sus súplicas y les bendijo á ellos
y á los niños del Colegio del Sagrado Co
razón, los que, como prometió D. Cagliero,
hicieron al d ía siguiente la Comunión por
el P apa. Su S antidad nos despidió con p a
labras llenas de fe y de ternura, confiándo
nos á la Om nipotencia y M isericordia del
Señor. Deo et M arta gratias.
A fino, in C. J .
0 SA>’TIAG0
Obispo titu la r de Colonia,
en la Arm enia.
IMPRESIONES DE VIAJE.
T u r í n (Italia).
Entre laa muchas personas que continuamente
visitan el Oratorio de Turín, se encontraba últi
mamente un rico señor de Méjico, el cual, llegado
á su país, trasmitió á uno de los principales dia
rios las impresiones recibidas, qne copiamos á
continuación, para conocimiento de machos de
nuestros lectores que aún no han podido visi
tar dicho Oratorio.
c Be cnanto he visto en esta capital, lo que más
me ha llamado la atención es el Oratorio de San
Francisco de Sales ó Colegio de Don Bosco, fon
dado por el célebre sacerdote de este nombre.
» No hay obra pía qne pueda comparársele. Es
tablecido para la educación de niños pobres y
—
172 —
abandonados, ba venido á atender una necesidad
imporiosa de la clase proletaria y de la sociedad
inquiotii y sacudida por el pueblo desmoralizado
ior la impiedad. Si el cultivo del espíritu y la
orinucióu del corazón es el íin más noble tanto
do las instituciones civiles como de las eolesíásticas, ninguna más digna de aprecio que esta.
> Las ciencias y las artes transforman á los indi
viduos ; y en pocos establecimientos esta transfor
mación es más grande y benéfica que en los co
legios de Don Hosco.
» El Oratorio do San Francisco de Sales educa
casi mil niños: tinos estudian la letras, otros
aprenden un arte ú oficio, y todos se informan
en los santos principios y afecciones purísimas de
la religión. Es este Oratorio una como colmena,
una pequeña ciudad infantil llena de vida y
alegría. Dicen que la recomendación más frecuente
do aquel Santo á sus niños o ra: « Estad siempre
alegres, » recomendación que continúan haciendo
los hijos de su instituto j y en efecto, en el Ora
torio Salesiono no so ven caras mustias, tristes
ni enfadosas; son plácidas como la aurora y pa
recen gozar de perpetua primavera.
» En los talleres no hay lujo ni por sombra; pero
sí mucho orden y diligencia. El vapor hace fimcionar las máquinas de las diversas oüeinas: diez
para imprenta, cuatro para fundición de tipos,
una para harina, etc., etc. Además hay allí litogi'afía, calcografía, encuadernación, carpintería,
taller de escultura, cerrajería, sastrería y zapa
tería. Soria de no acabar si me pusiese á descri
bir los trabajos de aquellos pequeños industriales
y artistas, cuya sola vista produce la más íntima
satisfacción.
» Ese Oratorio, « Casa madre » de los Salesianos,
contiguo al Santuario do María Auxiliadora, ha
dado origen á centonares de asilos y colegios,
donde se educan millares de niñoSj y á varios
centros do misiones en Patagonia, Tierra del Fue
go, Ecuador y el Brasil, donde se regeneran y
ganan muchas almas para el cielo.
» Despertóse en mí el más vivo interés por conocer
el sistema do educación y la clave de que los Salesianos so valen como de resorte m í^co para
conseguir tau asombrosos resultados.
» No necesitó aguzar mucho el ingenio para com
prender que tal sistema no es otro que el seña
lado por Nuestro Señor Jesucristo mismo: la ca
ridad. Por eso ha dicho con gran sabiduría un
ilustro prelado : « El mundo será do aquel que nuis
le amo y mejor sopa demostrárselo. »
» Con la práctica llel y constante do este sistema,
para lo cual es menester suma virtud y abnega
ción, la Obra do Don Hosco toma do día en día
mayor incremento. Armonizadas en ella las letras
y las artes, la escuela y el taller : alti'ruado el
trabajo con las recreaciones : amenizados los estu
dios y faenas C(»n juiseos sivludables, con t'scogidas
representaciones dramáticas y con las armonías
de la música y el canto, la niñez es santitícada
por la religión, y sus días so i>asau ligeixis, ino
centes y gozosos, lia imlxima que con caracteres
indelebles estampó Don Hosco en su instituto fué
la de San Francisco de Sales : « Todo por auior ;
nada por fuerza. » « Ama, y haz lo que quieras, »
decía con San Augustín. Asi para el educador
SiUesiauo el luuor expansivo, afectuoso, ingenuo,
paciente, es el móvil de toao, el imán con que
cautiva los corazones ; y excluye no solo el retrai
miento, la austeridad y las numeras imperiosas,
sino todo áspero eastigt). Nada más evangélico y
exqnisitmiu'ute patevual.
Í
» La Sociedad Salesiana ha sabido aprovecharse
de las virtudes y enseñanzas de su fundador y
cumplir su misión sublime. Por esto atrae sobre
sí las bendiciones del cielo y los aplausos de los
hombres; y no hace mucho que recibió de Su
Santidad León XIII una carta de felicitación y
aliento por sus trabajos. El sujeto que Don Boseo
escogió para sucesor suyo es Don Miguel Rúa, sa
cerdote de grau virtud é inteligencia. Sus trabajos
rayan en lo increíble: sigue exactamente los
pasos de Don Bosco, se inspira en sus mismas
ideas y es la bondad personificada.
» La vida de Don Bosco no se ha publicado aún
por extenso. So me asegura que la tiene ya
concluida su propio secretario, escritor distin
guido, el Presbítero D. Juan B. Lemoyne, pero
que no la dará á la estampa hasta la terminación
del proceso do beatificación del siervo de Dios.
» Un Cooperador Salesiano (1) y el doctor d’Espiney han dado entretanto á luz dos biografías
en las qne, como testigos oculares, refieren intere
santísimos sucesos y las cuales han obtenido la
aprobación de la Sociedad Salesiana y gran acepta
ción del público.
> Ambas se bailan en lengua española y merecen
recomendarse como hermosa, edificante y rega
lada lectura.... »
---- ^
M ÁLAG A.
T J ls r
IP A .S E O -
Llevóse á efecto el paseo largo dispuesto por
los PP, Salesianos y á él asistieron 150 niños del
Oratorio que aquellos dirigen.
Salieron de Málaga á las siete de la mañana y
una vez en pleno campo, los pequeñuelos comen
zaron á gozar las impresiones particulares de la
vida libre que dá vigor y enerva.
El trayecto hasta la barriada del Palo pasó rá
pido cual un vuelo de golondrina.y los niños lle
garon á aquella, alegres y sin cansancio, en com
pañía del director, Padre Epifanio, del P. Mau
ricio y de dos estudiantes en teología que prestan
sus servicios en el Oratorio de San Enrique.
Luego de llegar á la barriada, los expediciona
rios oyeron misa, que celebró el P. Epifanio y
eu la cual cantaron los niños diferentes coplas.
La presencia de tan numerosos huéspedes en
la pequeña localidad, llamó la atención de los
vecinos y la multitud se aglomeró á su paso,
cuando so disponían á seguir su escursión á la
hacienda del Candado, propiedad del respetable
y elocuente abogado D. Arturo Torrea.
El trayecto desde el Palo basta el magnífico
predim se recorro en pocos minutos.
El Candado revela todo el buen gusto del Sr.
Torres y haríamos aquí su descripción, pero e l,
deseo de ser breves, nos lo impide.
(1) D. Camilo Ortúzar, Pbro.
—
173 —
En el Candado estaban á más de la señora de
D. Arturo Torres y otras distinguidas damas, los
Sres. D- Baldomero Grliiara, D. Ramón Pérez
Costales, ex-ministro de la República, D. José
Kuiz Blasco, D. Emilio Encinas, D. Juan Pareja,
D. Diego Delgado y D. Pablo Ruiz Picazo.
El agasajo del día para loa niños, (almuerzo,
comida y merienda) fué costeado por D. Diego
Delgado.
El almuerzo se compuso de salcbichón, vino,
pan y frutas; la comida de carne asada, baca
lao, salcbichón, frutas y vino, y la merienda de
un bollo, dulce y ciruelas.
Antes y después de las distintas comidas, los
niños tuvieron en la hacienda expansión cumplida;
jugaron á sus anchas, treparon á las alturas,
descendieron á la playa y puede asegurarse que
el día de campo resTiltó para aquella iufancia
completamente feliz.
JPúi*i*afos iio ta 'b lo s ;.
Copiamos los siguientes párrafos de una no
table comunicación dirigida á uno de los diarios
de Málaga, por juzgarlos de general interés.
«En el número 3.324 del periódico de su digna
dirección, aparece un suelto del mayor interés,
por tratarse del más importante de los asuntos
que preocupan á la humanidad civilizada; ello
es la educación y sustento de los niños abando
nados. Pero es el caso, que lo mismo en ese
suelto que en otros muchos publicados por la
prensa de todos los países, parece significarse,
que son niños abandonados, solamente aquellos
desgraciados que se hallan privados de todo cui
dado y auxilio, y arrojados en medio del arroyo.
Este error do apreciación, produce, á mi ententender. los funestos resultados de que todos los
procedimientos que se emplean, sean ineücaces
para curar tan repugnante lepra moral que pa
dece la sociedad por el abandono de los niños
pobres.
» Todos estamos de acuerdo en que para com
batir una dolencia física, es lo primero la exacta
calificación de ella para averiguar las causas, y
que sin verdadero diagnóstico, ocurre á veces que
el trabajo de curar ha dado por resultado ponerse
del lado del m al; y si esto ocurre en lo físico,
4 qué peligro no se corre en lo moral donde los
esperimentos se miran de ordinario con graves
prejuicios, necesitándose siglos para comprobar
que la pasión ocupó el lugar donde debió sen
tarse la razón 1 Ocurre con el procedimiento de
loa asilos para niños pobres, que la sociedad no
fijándose en las causas qué producen el daño,
cree solucionarlo recojiendo de modos varios, á
los que siempre son inculpables, desde la crueldad
con que los lleva á ima cárcel á purgar culpas
ajenas, hasta la hipocresía con que los conducen
á un asilo montado por la caridad de algunos
Juanes de Robres, atendidos por piadosas y már
tires mujeres dignas de ser empleadas en mejor
causa.
>Todos esos asilos sin excluir aún aquellos fa
mosos que la tiesa Inglaterra tiene perfeccionados
hasta admiramos porque parecen una finísima y
complicada máquina de relojería, obedecen á un
falso principio de moral y es de ello prueba evi
dente que las clases bajas de los civilizados países
del norte, se bailan hoy más distanciadas de las
clases directoras, qne en la bárbara edad media.
La cansa de tal resaltado se esplica fácilmente •,
esos asilos tienen casi siempre por objetivo el
privar á los opulentos del repugnante aspecto de
la miseria y en honrosos casos de atenuar el sxrfrimiento del*^mísero, pero jamás el móvil es el
verdadero amor del prójimo. El verdadero amor
al prójimo ha de consistir en emplear todos los
medios á nuestro alcance, para hacer con los
niños de las clases desheredadas lo que unos
buenos padres hacen con sus propios hijos , es
decir, manifestar con sus hechos la aspiración do
que todos podamos ser iguales según los méritos
de cada uno.
» Ahora b ie a ; la obra de Don Bosco realiza el
hecho por medio de su sistema educativo moral
y económico; en perfecta armonía coa los leccio
nes del divino Maestro, los Salesiuuos dicen;
dejad venir á mí los tunos, y los educan con ver
dadero amor de padres bondadosos ó instruidos.
» No teniendo esta carta por objeto hacer el
paueglrico de Don Bosco y su obra, sino censurar
las falsas bases é injustos procedimientos de edu
cación social que conocemos, y también justificar
nuestro vehemente deseo de llamar la atención
de las almas generosas al estudio de un procedi
miento que creemos eficaz, esperamos que en lugar
de aconsejar á los Salesianos lo que deben hacer,
se estudie y se analice su método y la manera de
practicarlo; y del exámen y detenida crítica de
su trabajo, resulte la cooperación de los que crean
en el hermoso resultado de tan perfecta obra, ó
la demostración de los defectos, por los que de
otro modo la aprecien. »
R1AL.P (Lérida).
E evm o . S e . D. M ig u e l R ú a .
Muy Rmo. P adre; deseando que la más per
fecta salud impere por osos para mí muy deseados
é inolvidables recintos, cábeme la dicha y ele
vada honra de manifestar á V. Rma. que en Rialp
donde desde el 93 existo uu Colegio Balesiano de
1* y 2^ enseñanza, con niños, que sí bien monta
ñeses y por lo tanto no tan listos como los que
pululan y medran en populosas y meridionales
ciudades, sin embargo tienen un corazón que ama,
cuyas chispas saltan cuantas veces se les presenta
ocasión.
Así es que con el fin de festejar en sus días al
Sr. Director del Colegio, D. Antonio Cometti, y
darle nna prueba inequívoca del cariño que le
profesan cuantos alumnos ya internos, ya externos
se hallan en él congregados, abrieron una suscri*
ción para costear nn objeto de capilla, como así
se efectuó comprándose una casulla de valor y
mérito tan significativo, como laudable.
Por la crudeza del invierno y otras causas de
alguna monta se trasladó la fiesta de S. Antonio
al de Padua, y no podiendo celebrarse el 13 de
Jnnio por ser la fiesta del Corpus Christi y ^ e más sufrir los exámenes en Lérida los matricu
lados aquí en los tres primeros cursos del Ba
chillerato, se difirió el festival para el 24 de Ju
nio, conmemorando de esta manera el que fué
onomástico del que desde el Cielo alienta y pro
paga la Congregación Salesiana, de nuestro muy
amado Padre y Fundador D. Juan Bosco.
Así pues el 23 y como preparación á la gran
fiesta se dedicó ai Sr. Director un acto recreo
—
174 —
familiar en uno do los patios que tan solo para
internos existo, patio muy bello y artísticamente
adornado con mástiles que cubiertos de retama
unos y otros do raúlti]des y variados papeles,
Bujotaluui vistosos gallardetes y ricas banderolas.
En el sitio i)residencial se improvisó con bande
ras de Su Santidad, España é Italia un hermosí
simo y muy vistoso pabellón que ostentaba en su
centro un cuadro facsímil de D. Hosco.
A las ü en punto se presentó el Sr. Director
acompañado del Párroco do Rialp, Mosón Fran
cisco Picolo, D. Salvador Carrera, notario, ambos
muy entusiastas admiradores y muy propagadores
de la Obra do D. Hosco, y enti-e atronadores
vivas y calurosos palmoteos tomaron asiento.
Seguidamente el Salesiano D. José Pujó acomañó con el barmonium el himno dedicado al
r. Director, composición de muy sorprendente
efecto, (jue fuó muy bien aplaudida por la con
currencia y no profana, como también el Orfanello, II 2[arÍiuiio y la Eondinella, habiéndose
ejecutado con maestría y gran entonación por los
niños anteriormente aleccionados.
Las com])08Íüiones que se leyeron en lengua
del Lacio, francesa, en la del divino Dante y en
la moliílua del inmortal Cervantes, como en el
jícculiar lenguaje (dialecto) de lloger de Flor,
fueron una expi*osión verdadera de los sentimien
tos, que do simpatía y cariño sincero á todos vivilicu para con el que es Padre amoroso y Di
rector celoso jamás olvidado y siempre amado.
El 24 á las 7 li2 de su mañana los del Colegio,
convencidos do que solamente se disfruta verda
dera alegría con Jesús, se acercaron con devoción
y fervor, que admiraron sin duda loa Angeles y
contemplaron los concurrentes, á la Mesa eucarística, confortándose con el pan divino para pro
seguir 011 las lides entabladas con los irreconcilialiles enemigos; mundo, demonio y carne.
El oñcio solemne celebrado á las 10 de la
mañana, fue cantado con sentimiento y delicadeza
según dictamen emitido por las distintas clases
jerárquicas, que, previa invitación, honraron el
acto con su presencia. Entre la numerosa y dis
tinguida concurrencia figuraban las nimias, Ma
gistratura y ciencias médicas, representadas por
otros tantos padres que en el Colegio tienen sus
hi.io8.
\
Por la tarde y á las 4 112 so continuó el mes
del Sagrado Corazón de Jesús, que terminó con
la Hendición solemne. La escolauía del Colegio
procuró dar el mayor realce posible cantando ya
motetes ya el
eryo más célebres y arroba
dores^ do su bastante repleto repertorio, aunque
incipiente, cautivando con sus melodiosos acentos
ó impresionando vivamente á los que sintiendo
interés por los cantores, absortos estaban asis
tiendo.
A las en punto so dió principio á la función
teatral que el director do escena había preparadi) 5 esta consistía en un dranm titulado Xa cíis<j
de la ¿ortuud, por D. Hosco. Todas sus ]iartc8
pr»icurarou desempeñar sus papeles, teniendo pre
sentes lo preceptos do Horacio, y nuestro Regla
mento.
Los intermedios fueron amenizados con los
ciuitos del Marítimo, üomiineUa, iíimno alSr. Di
rector, que con mayor efecto que en el patio por
razones acxisticas complacieron en gran manera á
la distinguida cuanto selecta concurrencia, por
espacio de dos horas.
ro r la noche hubo ilumiuación á la veneciana
y algunos cohetes, experimentando todos y cada
g
uno una verdadera expansión de alegría que es
exclusiva de la Obra de Don Hosco, pues todo es
amor y en ella todo respira cariño, en eUa el Su
perior es Padre, á veces amigo y otras hermano
según convenga.
Tal ha sido la fiesta, que atendidas las cir
cunstancias de local, de difícil comunicación y casi
de absoluto asilamiento, ha excedido en mucho á
lo que podía y era de presumir, siendo preciso
reconocer en todo la mano poderosa, la decidida
y manifiesta protección de María Auxiliadora á
cuyo manto y sombra va desarrollándose y adqui
riendo imponente cuanto atrevido vuelo este centro
de educación salesiana.
En esta convicción eptá el que reiterando á
y. Rma. los más expresivos afectos y saludos,
implora paternal bendición y s. m. b. su siempre
hijo
T. M. S. P.
Rialp, 27 de Junio de 1895.
S E V IL L A .
Solemnísimos eultos en honor
de María Auxiliadora.
^P'oN el corazón henchido del más vivo entuH áí siasmo y movidos al mismo tiempo por el
más puro agradecimiento, sentimos una verdadera
necesidad de dar á conocer á todos, las hermosas
fiestas que se han celebrado en Sevilla por los
Salesianos y sus buenos Cooperadores y Coopera
doras en honor de María Auxiliadora.
Acostumbraban los antiguos grabar en los már
moles con curactéres indelebles los bechos glo
riosos realizados por sus decantados héroes, y
nosotros que llevamos en nuesti’o corazón el grato
recuerdo de estos días, saturados de la alegría
más pura y de llenísimo gozo, intentamos tam
bién comunicar á todos los amantes de María Au
xiliadora y admiradores de la obra de Don Hosco,
las gratas impresiones que axin hacen latir dul
cemente nuestros corazones y á lodos animarles
para que honren, ensalcen y glorifiquen á la que
es Auxilio poderoso de los Cristianos.
Sentimos una verdadera necesidad de exclamar
como nuestro buen Padre Don Hosco: \ Cuán
buena es María!
Sí, buena, infinitamente buena es María Auxi
liadora.
Ella es quien vino á despertar en Sevilla el más
vivo entusiasmo en favor de su Obra, porque bien
udemos decirlo con orgullo y satisíacción que la
bra de Don Hosco es Obra de María Auxilia
dora.
Sevilla, la ciudad de los Recaredos y los Fer
nandos; Sevilla, la hermosa sultana de Andalu
cía, el Edén de los moros, la que se mece dulce
mente sobre las aguas del Guadalquivir; Sevilla
con su artística y suntuosa catedral, con sus miles
de iglesias, con su esbelta Giralda, con stis torres y
minaretes, con sus alegres habitantes, con su azu
lado cielo, con sus gloriosos hechos, con sus heróicos recuerdos históricos, dió muestra patente
en esta ocasión también de ser por excelencia la
Ciudad de María.
S
i
175
El corazón Sevillano late por María, vive por
María y muere mil y mil veces por la gloria de
María. Sevilla fné conquistada por María, pues
Inchaban los valientes campeones del Eey Santo
cobijados bajo el pendón de María.
I Cómo no tenía pues que resultar solemne, im
ponente, majestuosa la manifestación de los nobles
Hijos de Sevilla en favor de María y de María
Auxiliadora f
Llegada de la Imagen
Ya teníamos la Imágen de Mana Auxiliadora,
éramos felices, un solo pensamiento nos aflig í y
enturbiaba el júbilo de nuestros corazones. ¿ Cómo
podremos á medida de nuestros deseos y con el
mayor esplendor honrar á María Auxiliadora, si
nada tenemos ?
Educados en la escuela de nuestro buen Padre
Don Hosco, solo nos quedaba uu recurso pero efi
caz, potente y seguro: ¿ Cuál es el Salesiano que
en sus apuros no acuda á María Auxiliadora t Y
en electo, así hicimos y el éxito más feliz vino á
confirmarnos una vez más en nuestra contiaiiza.
¡ Viva mil y mil veces nuestra buena [Madre!
Se había anunciado que la Imagen llegaría
para los primeros días de mayo. Habíase encar
d o á los Talleres Salesianos de Sarria y so
esperaba con vivísimas ansias el momento deseado
Regalos á María Auxiliadora.
en que podríamos contemplar la efigie de la que
nuestro buen Padre nos había enseñado á amar
No teníamos nada. La Imágen sin pagar, no te
con tanto afecto y confianza. Los días nos pare níamos altar en donde colocarla, desprovistos de
cían años. Aquello era un continuo preguntarse, todo, pero gracias á Dios con sobrada confianza.
un deseo afanoso, un frenesí febril, ya no podía Ella, dijimos, se encargará de todo, nada le fal
mos vivir sin la Imagen de María Auxiliadora. tará ; y así sucedió. Se puso á los pies de la Imá
A llenar nuestros deseos y á excitarnos al más gen un cartel en el cual se indicaba sencillamente
vivo entusiasmo he aquí que el día 6 de mayo se todo lo que bacía falta para el altar de María
oye un solo grito que circula con la rapidez de Auxiliadora, y todo llegó. Siento no poder pu
la chispa eléctrica: Ya está a h í: Ha llegado Ma blicar los nombres, pues su humildad me lo im
ría Auxiliadora. No es para describirse el júbilo, pide, de un matrimonio virtuosísimo cuya fe y
la alegría, el contento que inundó los corazones confianza en María Auxiliadora es digna del más
de todos. Dejitremos la palabra al ilustrado Dia alto encomio , pero sí diré que desde el día en
rio de Sevillu, que escribía en aquella ocasión.
que tuvieron noticia de María Auxiliadora, que
creo fué en noviembre del pasado año, no deja
ron pasar ni un día siquiera sin venir, con gran
María Auxiliadora.
dísimo sacrificio á veces, á visitar la pequeña
« Quien se hubiera encontrado el día 6 del co Imagen que se veneraba antes en nuestra iglesia.
Pues bien, estos virtuosos señores se hicieron
rriente entre los Salesianos instalados en el edi
ficio de la Santísima Trinidad, á eso de la una de cargo de hai-er dorar y pintar un hermoso y gran
la tarde, hubiera notado una animación y movi dioso altar para María Auxiliadora.
Dos generosos cooperadores, cuyo afecto á la
miento insólito, una gritería alegre y bulliciosa,
un vaivén, un correr precipitado, un afanoso pre Obra de Don Hosco se ha patentizado en muchas
guntarse y á las mil preguntas una unísona, ale ocasiones en que dieron muestra de generosidad
gro y rápida respuesta: Ya está ahí. ¿Y quién y caridad, se porfiaron wintamente para pagar la
estabat ¡Oh, contestaban mil voces, Marísi Auxi imagen de imcslra buena Madre.
Y después comenzaron á llegar hermosos canliadora ! En efecto, había llegado la artística y
primorosa Imagen de la Protectora de los Sale- deleros costeados por generosos cooperadores,
BÍanos, obta acabadísima de los Talleres de Sa- cuyos nombres quisiéramos publicar como el de
rriá dirigidos por los mismos Padres. Es una ver todas las demás personas oferentes si no nos lo
dadera joya de hermosura y de arte. Al desta impidiera su modestia, ti\n grande como su ca
parse el cajón y aparecer la bella y querida Imagen ridad. Y enviaron luego liermosísinios mantel<«,
se levanta uu*entusiasta, fragoroso y prolongado preciosos jarrones y artísticos floreros. Una vir
viva á María Auxiliadora mientras la banda Sa- tuosa señora envió una hermosa lámpara y otros
lesiana hace resonar los alegres acordes de la diferentes y hermosos regalos en agradecimento
marcha real. Aquello no es para describirse. Los de un señalado favor que había alcanzado de
vivas, los gritos, las exclamaciones, las súplica, María Auxüiadora.
Llegaron después dos hermosas casullas y un
la alegría, el entusiasmo, el frenesí no tenían tér
mino. — Ya la tenemos, decía uno. — Es nnestra artístico misal, diferentes juegos de sacr^ y atri
Madre, repetía otro. — Yo la quiero una atroci les, algunas hermosas cruces, palmatorias y un
dad, añadía un tercero más vivo que el azogue; estuche que contiene un artístiw y riquísimo cá
y era aquello un hermoso desahogo de los más liz con BUS correspondientes vinageras. En fin,
tiernos afectos y sentimientos de aquellos juve como era de esperar, nada faltó para el altar de
María Auxiliadora. Quisiera también publicar los
niles corazones.
» Se colocó sobre un trono provisional en donde n«*mbre8 de otras insignes bienhechoras que con
estará expuesta hasta el día en que empiece el generosa caridad nos ayudaron para hacer frente
solemne triduo que piensan dedicar este año los á los grandes gastos de las fiestas.
A todas estas generosas personas damos las gra
Salesianc» á su Excelsa Protectora.
» Nos consta que pieusan hacer una gran fiesta cias más sinceras y les aseguramos que nunca las
con nna solemne procesión y nos halaga el pen olvidaremos en nuestras oraciones á fin de que
sar que tomará gran incremento también en Se María Auxiliadora les centuplique el bien que
están haciendo y del mismo modo que ellas con
villa esta devoción tan simpática y tan tierna.
» Mandamos mientras tanto la más cumplida currieron á preparar nn hermoso trono á su efigie
enhorabuena á la Congregación Salesiana y á sus aquí en ia tierra, Ella sin duda les preparará un
Cooperadores y tendremos el gusto de dar más excelso asiento allá en el Cielo.
Damos también vivísimas gracia á todas las
detalladas noticias acerca de la hermosa fiesta de
parroquias, iglesias é Institutos religiosos que geMaría Auxiliadora.
—
176 —
norosamonto pusieron A nuestra disposición los
objetos do ijue carecíamos para arreglar y ador
nar nuestra desprovista iglesia.
No dejaró do emunorar entre los regalos que
se hicieron A Muría Auxiliadora el desprendi
miento y generosidad de algunas pobres mujeres
de nuestro barrio ouo dieron muestra tiernísima
de su amor A la Virgen Santísima. Vinieron las
pobrocitas para ver la imagen que tanto habían
oído ensalzar y quedáronse prendadas do su her
mosura. Al ver luego los regalos que se habían
hecho A nuestra buena Madre dijeron con una fe
encantadora: nosotras no somos señoritas, no te
mónos nada que ofrecer A la Virgen y ya que no
i'odemos otra cosa, limpiaremos toda la iglesia y
-María Auxiliadora nos agradecerA estji pequeña
oirenda. Madre mía, decía una pobre ancianita
con los ojos hechos dos fuentes do lAgrimas y
mirando con una ternura indecible á la Virgen'j
Madre mía, si he sentido en mi vida el ser jiobre,
es ahora, pero Tu eres también madre de los
pobres y agradccerAs lo único que puedo ofre
certe (lito es limpiar tu casa.
V cu efecto pusiéronse con un afán digno do
todo encomio A aljolitav nuestra gran iglesia in
tercalando entro un cubo y otro de agua tioruísimas y nidionti^B jamilatorias A la Virgen.
ómo
verdad tiue el corazón sevillano late
]ior Maiía!
Ella os imgurA , oh i>iadosas hijas de Sevilla,
vuoslia caridad y el Señor que tanto agradeció
la pequeña ofrenda, de la ixibro mujer del Evan
gelio. ii() dejarA siu galardíSn vuestro hermoso y '
tiorno ofrecimiento.
(Se continuará).
que no recibe A menudo en la vida mAs que la
parte del trabajo y del dolor j sus pesares son
mAs inconsolables, sus decepciones más punzantes,
sus desamparos más sin refugio; no conoce las
ternuras del bogar que suavizan las batallas de
la vida, ni las delicadezas del amor que suelen
transformar las lágrimas eu sonrisas, las desespe
raciones en esperanzas ni los consuelos sin pa
labra de las artes, que distraen al espíritu de las
preocupaciones y de los afanes materiales.
Arrebatar al pueblo su fe, que es el único ideal
de su existencia sin ilusiones, es matar on su co
razón la consoladora idea de una justicia sobe
rana que igualará al fin todos los destinos hu
manos 5 sin fó en Dios, la vida so vuelve la más
cruel de las injusticias y el pobre que no baeo
más que sufrii* y que no aguarda compensación
alguna, nos dirá con razón que, puesto que lo
quitamos el cielo, le demos su ])arte de placer y
de ventura en la tierra. Todos los horrores de la
anarquía quedan justificados, y el socialismo se
torna no solo justo, sino necesario. Arrebatar al
pueblo su fé es también apagar en su alma todo
fulgor de esperanza •, y es cierto, señores, es cierto
en las clases altas y en las bajas, que cuando
muero la esperanza es cuando sobre su tumba
suele nacer el vicio.
Los que no tienen ventura en la vida ni espe
ran en la inmortalidad, buscan lógica y natural
mente el aturdimiento, que es la anestesia de
los pesares; y el pueblo, bien lo sabéis, no acierta
á buscar olvido más que en la embriaguez, engendradora maldita de aquellas tragedias de es
posas abandonadas, de niños que mueren á mi
llares, de hijos pervertidos desde que abren los
ojos á la luz, de hogares en que no se oye jamás
una palabra de afecto ó de ternura, porque la
boca que debiera pronunciarlas no despide más
que hálitos de alcohol y de blasfemia.
Esta escuela será como un lazo de unión del
pueblo con Dios y con la sociedad: levantada
A M T '] R I C A .
con las donaciones de los ricos, es una ostensible
prueba (le que estos aman al pueblo y trabajan
por su bienestar; fundada y dirigida por sacer
dotes, Im do probar (jue la Iglesia católica, madre
SANTIAGO DE CHILE.
veladora y cariñosa, consagra sus mejores esfuer
zos á los hijos del ^dire, que son sus bijos pre
dilectos. Aijuí recibirán ellos, de maestros t.an
excelentes
que ni los h\ios del rico los tienen
Escuela Práctica de Agricultura en Mellpllla.
mejores, lecciones do trabajo que los coloquen en
aptitud de vencer honradamente en las batallas
de la vida, y lecciones do moral y de virtud que
abran su corazón á las dulces esperanzas y les
( Conclusión ).
asegui'ou las inmortales recompensas do la patria
Termina el discurso del Sr. Egafm, cooperador celeste. N() puede depositarse ofrenda de más
valía ni más grata en los altares de Dios y de
salesiuno (1).
la patria, que formar obreros morales, inteligen
tes, cristianos, que realicen la fortificante y fe
Puesto que el mal de la hora presente esté en cunda alianza del trabajo y de la fé ; brazos ro
la pérdida de la fé, el único remedio posible se bustos y corazones sanos, (^apaccs de impulsar á
encuentra en el renacimiento de las creencias re la i>atria por la senda del progreso, y de formar
ligiosas. Hay que hacerlas brillar de nuevo en la hogares en donde el alegre rayo de sol, las plá
sociedad, jiara ilisipar estas sombras de euliia v cidas sonrisas y las íntimas bendiciones del alma,
malestar (jue la envuelven : hav que hacerlas bri sean la prueba luminosa y risueña de que la fe
llar eu el oorazéii ilel pueblo, sobre todo, que es licidad en la tierra no es herencia esclusiva del
el que uiAs sufre al perderlas, v el que mús ne opulento, y que la fe cristiana, la creencia en xna.
cesita , aún inu-a su bienestar de abiyo, la esi>e- patria inmortal para los buenos, hace iguales á
raura de reeompensas inmortales arriba. Poniue todos los hombres, no solo ante Dios, sino aún
es unís amado de Dios, y porque encoutrará sin ante las dichas verdaderas de la existencia.
La educación vanamente abstracta que se dá
duda mayores compeusaoioiies después, el pobre
en la generalidad de las escuelas, tiene graves pe
ligros, y aún diría irreflexivas crueldades para
(l) Véase el utlm sro do julio.
los desheredados de la fortuna. Los ramos de
—
177
simple y dislocado adorno, para los cuales no
encontrarán jamiís aplicación positiva en el medio
social en que han de vivir, solo sirven para
poblarles la imaginación de anhelos sin forma, la
voluntad de deseos imposibles, la conciencia de
sublevaciones irritadas y desastrosas. Hay estudios
que, siendo muy útiles y aún necesarios para los
favorecidos de la fortuna, son para los que deben
vivir de sus manos tan perturbadores y perni
ciosos como la lectura habitual de las novelas
T a lle r e s
-
lias consideraciones públicas y privadas que el
mundo tributa á los privilegiados del nacimiento
y la fortuna. Esta Escuela será una hermosa y
ancha puerta por donde pueden pasar hacia las
cumbres luminosas los que han nacido en rincón
humilde y oscuro; y pues que el rico, á menudo
tan injustamente odiado, y el sacerdote, siempre
tan calumniado, ‘se unen aquí para tender la
mano al pueblo, hágase este digno de la Crus do
Cristo, que le abre sus brazos protectores, y do la
S a le sia n o s d e C o n c e p c ió n
(K pág. 178).
l>ara los caracteres apasionados y las imaginacio
nes soñadoras. Ellos les infunden disgusto por la
realidad, cólera ó desaliento ante las exigencias
de la vida, espíritu de rebeldía contra el orden
providencial establecido ]wr Dios. La Escuela que
lioy se inaugura con brillante y merecida so
lemnidad, salvará esos escollos, ofreciendo una
educación que, junto con dar al obrero todos los
conocimientos útiles á su estado, le ofrezca los
medios prácticos de vivir holgadamente y_ de
aspirar, por la honradez y el trabajo, á surgir á
las alturas sociales. El cristianismo es la democracia
en el bien; hay, señores, un fraternal y orde
nado socialismo cristiano, que concede á la práctica
de las virtudes v á los méritos personales aque-
(C hile).
sociedad, que le ofrece los medios de hacerse útil
para la patria y para sí mismo.
Esta será la mejor recompensa á que puede
aspirar el virtuoso y abnegado fundador de esta
casa; será el estímíilo más poderoso para hacer
fáciles y amables las tareas de los maestros que
van á dirigirla j y será, jmr último, lo que hará
que la escogida concurrencia que hoy solemniza
esta inauguración, recuerde como un día bien
empleado, como un gran día, para la patria,
aquel en que vino aquí á poner esta primera
p ie¿^ .
— 178
V
J ^ N
VILLA
E Z U
E L A
.
DE CURA.
F iesta de M aría Auxiliadora.
sagrado recinto; los cánticos, modulados con voz
sonora por gargantas privilegiadas en combina
ción con notables composiciones religiosas, con
movían de manera halagadora las fibras mds ín
timas del corazón; la oratoria sagrada presentó
rasgos sublimes, suma elocuencia y dicción fácil
y correcta que dejaron admirado al auditorio, cosa
no extraña, sabiendo que el orador fué el señor
canónigo Doctoral de Caracas, Dr. Arteaga, y las
potestades eclesiástica y civil, personificadas en
el Sr. Arzobispo de Caracas y en el Exemo. Sr.
Presidente del Estado, se unieron en estos so
lemnes momentos como para presentar al Dios de
las naciones la significación do la armonía que
existe en nuestra P atria, entro la Iglesia y el
Estado. •
Con sentimientos como los quo acabamos do
rifiatar d vuela pluma, prueba esta población quo
sus creencias, sus costumbres y sus prácticas,
descansan sobre base que ha de resistir como la
Piedra del Evangelio, los embates de las pasiones
humanas sin ser derribada.
Nos permitimos dirigir nuestras cordiales felicitacionoB d los encargados de llevar á feliz tórniino la festividad expresada, así como á las
7)ei’aonas que con sus facultades y dotes especia
les contribuyeron á realzarla
R. G. G.
Mayo 25.—1895.
!bVuicioii(*8 inofiibloB exi)erimontnn los corazones
(|i|ü laten ú iinimlaos do sentimientos olevailos,
riuuuío presencian los actos con que nuestra
li'ligión ofrece li los humanos las ningnificcucins
do la Divinidad.
Para aciuellos <ino lian aspirado desdo la inf.iucia una atimVsfeia saturada do buenos consejos,
(lo educación escogida, do ojomplos moralizadores
y do instrucción Ideii encaminada, formándose
organismo moral y religioso capaz de soportar
las intluencias de las falsas creencias, del indife
rentismo y de la imitación ridicula, encierran
estos momentos indecible dicha.
Gracias il las generaciones anteriores niín se
conservan guardadas con celo ovangólico las se
millas del bien y celt'diranse con la esplendidez
lino so merecen las manifestaciones do amor do
la ereatuva ni Supremo Hacedor.
Nos comidacemos, pues, en admirar la venera
ción y lospeto con que la mayor parte de esta
liuulosa poldación concurre á festejar en nuestro
.gK—
-------- :
t(‘mplo lo (lue dil realce y preeminencias d las
sublimes creencias cristianas , que viene lí ser
como un reto á los descreidos, d los que imbuidos
cu ideas del Iihrt'-¡>ÍCH80 , y do otros sofismas, q\ie
ni aún oomi»rcndeu, no hacen otra cosa (pío de
nigrar d la religión del amor sublime })ura ver
(le impbvutur en los espíritus débiles sus ridículos
ó iuox|»licabU*8 pensamientos.
T u n e ro s Salosiauots.
Numeroso concurso do fieles ha recibido la
gracia celestial, y los escogidos jior Dios para
siTvirlü do mediadores entre Kl y la crinturu han
En el importante diario E l País, de dicha ciu
cumplido con la divina misión formando cora dad, leemos cou gusto lo que sigue:
zones diapvu'stüs para el bien y bi virtud, teniendo
* Hemos tenido la oportunidad do hacer una
la es\>eeial satisfacción do babor oido la profesión
(le fé católica d un venerable anciano d (juicn la visita al establecimieutt) que dirigen los Rvdos.
Providencia ha, iluminado el buen camino, des Padres Salesiauos do esta ciudad, y merced d la
viándolo así do la sonda extraviada (Uie seguía. amable iiivitacióu que nos hizo uuo de ellos, pu
Feliz (U, que aumiue ya en el ocaso de su vida, dimos recorrer dicho establecimiento, apreciando
lia entrado en la gracia de Dios.
Gratas, muy grabw omocioues fueron sentidas el magnifico pie en quo se encuentra y los im
))or las alnum nobles que presenciaron la suntuosa portantes progresos (pie ha realizado en un corto
fiesta con quo el día 24 de mayo el centro Salo- espacio de tiempo.
siauü, cuya directora es la Stiv. Isabel Bdez, quo
» Nunca, nos imaginamos, ni siquiera por un mo
jiov sus virtudes es preciada gala do estu respe mento, que una obra que hace pocos años se
table sociedad, entro laque ha promovido el fer levantaba protegida xinicamente por la caridad
voroso culto d María Auxiliadora, oonsiguieudo cristiana, hubiese alcanzado d tocar los límites d
despiuls con grandes esfuerzos y persoverauto vo
luntad hacer venir do Europix la preciosa imagen quo ha llegado la Obra Salesiana en Concepción.
» Instalados los Padres Salesianos el año 1887 en
(|UO 80 ostenta en magnífico albir de estuco de
bellísima forma arquitectónica, imitación de ex- un modesto asilo, capaz apenas para dar cabida
(piisitos nidrmoles y de cuyo cuidado olla misma en su intt'rior d un reducido número de alumnos,
coa diligente celo vola, rindió d Miu-ía Auiilia- y faltos, casi por completo, de loa elementos de
dora, en la ssmta iglesia parroquial, los tributos trabajo indispensables para llevar á cabo las cm(lo su veneración y do su amor.
prcvsas quo pretendían realizar, parecíanos eso
En el alt-ar mayor luciía la preciosa imagen, en imposible; creíamos que no pasaban de ser ilu
medio d una decoración sencilla pero bella y siones de exaltada fantasía, imposibles de llevar
atractiva; la iglesia contenía una concurrencia
contrita y piadosa que asistía d demostrar su fé d la realidad.
» Empero: ;cnán equivocados estábamos!.. Aque
d la Corredeutora del géneri.) humano ; la música
en raudales de bollas melodías se esparcía por el llas empresas han visto su desarrollo, y han ve-
CONCEPCION (CHILE).
-
lío
nitio á demostrarnos, de una vez por todas, que
para el trabajo y la constancia no hay vallas que
se paedau oponer.
» Desde aquel año hasta la fecha, los Talleres
Salesianos han aumentado su primitivo edificio
con recientes y magníficas construcciones, en las
cuales se han instalado toda clase de maquinarias,
que proporcionan á los alumnos diversos trabajos,
á fin de que cada uno opte por el que crea más
conveniente aprender j siendo ese el que le ha de
proporcionar después el pan que sustente su vida
y la de sus hijos, mientras llegan estos á adqui
rir también los medios de podérselo proporcionar.
» Actualmente, so está terminando la cousü’ucción de una parte nueva, al lado norte del edi
ficio.
« Eü ella tuvimos oportunidad de ver dos mag
níficos salones dormitorios, en los cuales, consi
derando la extención y la ventilación inmejorable
de que están dotados, pudimos comprender que
estnrán los alumnos completamente desahogados
y Ubres de toda enfermedad que, en otras cir
cunstancias, pudiese sobrevenir.
* Vimos también la cómodas salas destinadas para
las clases y estudios de los educandos j los hi
giénicos lavatorios de agua corriente que, en po
cos días, quedarán terminados e tc .; y todo esto,
de una construcción que en nada deja que envi
diar á los mejores establecimientos de la Repú
blica.
»¡Y pensar que todo esto es obra puray esclu8Íva de unos cuantos celosos sacerdotes, que acep
tan como norma de su vida, la consagración com
pleta de ella, al alivio de ajenas necesidades! I
» Verdaderamente que la Sociedad de Concepción
debe sentirse orgullosa de ostentar en su seno á
«na asociación como la que se distingue con el
modesto pero honroso título de Congregación de
San Francisco de Sales.
» Trescientos niños que, sin medios para propor
cionarse siquiera una escasa educación, vivían en
medio de la, corrupción del mundo, espuestos á
aparecer quizá algún día deshoniíulos ante la so
ciedad; encuentran allí en los Talleres Salesianos
«n hospitalario abrigo que, no solamente les proporciouará educación, sino que les enseñará un
honroso oficio, que asegurará,el porvenir de sns
vidas.
*Sin tiempo p.ara entrar en suscintas relaciones,
nos concretamos , por ahora , á enviar nuestras
más sinceras felicitaciones á los Padres Salesianos
de esta ciudad, por las grandiosas empresas que
han logrado realizar; y felicitamos, al mismo
tiempo, á la sociedad penquista, por los auxilios
que haya podido preltar á la Obra Salesiana. Con
satisfacción puede ver con cuanto acierto é inte
ligencia lian sido aprovechados. *
NOTICIAS DE NUESTROS MISIONEROS.
Con sumo placer publicamos la presente rela
ción, que nos envía nuestro muy amado Monse
ñor Juan Cagliero, Vicario Apostólico do la i ’atagonia.
Es una descripción do las tiestas del GamariijOf
ó rito supersticioso de los Indios do la Pampa,
de la Patagonia y de Chile, que ahora, gracias
á Dios, se Im podido impedir , para dar Ingar á
las solemnidades y ritos sagrados do nuestra
santa religión.
EL CAMARUJO
E N " X.A.
ó
el cu lto público al E sp íritu bueno y el cuitó
privado al esp íritu m alo, y s u term in a
ción.
I.
Camarujo es el rito religioso de los ludios
Pampas, de. los Theliuelches de la Patagonia, y de los vecinos Araucanos de Chile. No es
propiamente idolátrico j la superstición es su ele
mento predominante.
Ellos no tienen sacerdocio, ni templos, ni ído
los, ni dogmas, ni un sistema de doctrina moral
ó religiosa con que puedan rendir hoiuenajés á
la Divinidad. No saben leer ni escribir y tratan
con los civilizados y cristianos por medio de sus
intérpretes.
Cada cacique, ó capitanejo, ó tribu lieiie h)s
suyos, y los estiman en mucho. Ellos no poseen
ni libros ni públicos manuscritos. Se guían pol
los primeros dictámenes de la ley natural, según
BUS leyes tradicionales y acordes con algunas re
miniscencias antiguas do origen asiático; y todo
su credo ó fé estriba sobre dos principios á gui.sa
ded dualismo maniqueo.
Creen en uu Esjúritu Rueño que otorga todos
los favores y beneficios do que necesitan: y en
un Espíritu malo (gualichú.) autor do todos Ies
males, de todas las enfermedades y causa do la
muerte.
Los Indios sin darse cuidado del Espíritu bueno
que poco conocen ; aúnan todas sus fuerzas y co
nocimientos para aplacar y conjurar al espíritu
malo que temen mucho.
Después que los Misioneros salesianos pene
traron en la Patagonia, los Franciscanos en la
Arancania , y loe Indios se familiarizaron con los
cristianos, poseen alguna noción de Dios , y
saben que Gualichú (Lucifer) es enemigo de Dios
y del hombre. Careciendo de sacerdotes, cada
tribu tiene su Perimontán ó pitonisa que es adi
vina y cura las enfermedades.
Culto a l espíritu bueno.
Para los Indios, el único acto de culto público
y solemne es el Camarujo, ó acción de sacias al
espíritu bueno por loa beneficios recibidos; ó do
petición y rogativa para impetrar mercedes y
gracias.
—
180
Interviunon al logro do este ñu toda» las famiHaa de la tribu , y Á voces también las de las
tribus limítrofes, y entonces se cuentan por miles
los‘concurrunt«!8.
A falta de templo , escogen una llanura, ó un
oasis del desierto cercano á cualquier río ó lago
poblado do verdes sauces (llorones), donde plan
tan BUS toldoa á guisa de soldados acampados.
El Oamnnijo dura varios días, en los cuales
atruenan los aires con gritos salvajes y cantos
desentonados^ bucen libaciones do agua, y so ro
cían con la sangre exprimida del corazón do un
tornero degollado por el cacique.
A la estruendosa algazara suceden vortiginosos
bailes de los hombres, do las mujeres, do los ni
ños y de las niñas repartidos en cuatro grandes
cíi'culos, y separados los hombres de las mujeres,
así como los niños de las niñas.
En pos do los bailes siguen las orgías, las ba
canales depravadas, y las borracheras con bre
bajes alcohólicos y adulterados de suerte que los
hacen dormir por dos ó tres días. ¡ Pienso cada
uno como queda paradanl la moralidad !
II.
C ulto A Q ualichu-Pitoniea.
om.TO li (iHítUchu no es tan solemne} reviste más bien un carácter privado. Toman
parto en él los miembros de una familia que
tonga nn enfermo, y los vecinos acosados por
opidemins ó enfermedades contagiosas, tal como
la viruela, las liebres tifoideas, la injluenza etc.,
oto. Consisto en los conjuros y extravagantes
exorcismos que hace la machif curandera y _pcr»moííhÍH ó pitonisa.
Para intimidar á Gualichú, ella manda ¡zar dos
lanzas sobre el toldo ó choza del enfermo para
<1110 no entre.
Cuando la enfermedad es grave y temo que ya
haya <nitrndo, entonces echa mano á tizones en
cendidos , y corro al rededor de la choza einltioiulo gritos ilesesperados y levantando á lo alto
ó bnjamlo los mencionados tizones á derecha 6
izquierda, miimtras que dos jóvenes robustos lla
mados por ella, con las lanzas on ristre, azotan
el viento y traspasan los aires.
Si sana el enfermo, os un indicio cortero do que
han expulsado á Gnalh-hu-, ai muere, es señal <\uo
Gualichú ha vemeido ; y outonces queman el toldo
y emigran do aquel fatídico paraje infestado por
el demonio.
No solamente queman el toldo y huyen <lespavoridos del sitio donde croen que haya penetrado
Gualichú, mas si por desgracia <ludan de que la
pitonisa (machi) esté p<»seída imr Gualichú, y de
<iuo loa enfermos mueren por causa suya, entonces
a imitación do las antiguas costumbres orientales,
le dan cnziv como á una maléñca hechicera y la
matan despiadadamente (!'.
Cabalgando ]»or el ilosicrto, no es cosa rara dar
con alguna planta que descuella entre los demás
arbustos, las ramas cargadas de andrajos de vesdi
escribo, vlsitamlo 1m circeloA pAbllcas de
Vie<lme, capital de 1» r«t»)^uia setentrional y lujEar de nnes<
tra residencia. haliS i cinco indios torturados con coposas y
itrillos y condonadlas por haber muerto bárbaramente i nn'm
«nii.-ái á cunrenia leonas do distancia do noxotros, con la conTicriúu de qne en olla estuviese Qnatichn. Y para que sa1ie.«e
reatnielito de su cuerpo, cotí todo y ser ya rmláver; pisoteáTonlo el Tientro basta tviincirla á una t^lomcracidn do carne
podrida.
—
tiduras, pedazos de estofas, trapos de pieles y
otras zarandajas por el estilo, en señal de voto
que los Indios ofrecen y consagran á Gualichú.
Esta planta es para ellos sagrada, pues entraña
la virtud de apaciguar al enemigo, y hacerle á
lo menos inofensivo.
Cuando muero algún jefe de familia, le envuel
ven en una mortnja do cuero y lo entierran con
su lanza y sus boleadoras} si fuere además capi
tanejo ó cacique, entierran también su caballo
pura que en su largo trayecto hasta la eternidad
no le falte con qué viajar, cazar y sustentar la
vida. Luego so entregan al llanto por ocho días.
Por la mañana al despuntar el sol, y por la tarde
hacia el crepúsculo , dada la cara al oriente, gi
men y hacen resonar el desierto con lúgubres
caiitiuelas y plañidos como los que describen de
Raquel los libros santos, plorans jilioa suoa. A fó
que dichos cantares traspasan el corazón y ló em
bargan de dolor y melancolía.
Yo mismo he oído esos plañidos con el P. Milanesio, el P. Panaro y con el catequista Zanchetta en el año 1886, mientras nos bailábamos
en la misión de Cbichiual, á cien leguas de la
residencia central - de Viedma y Patagones y en
la circunstancia en que había muerto el jefe de
una numerosa parentela de Sayuhueque.
Aun rae acuerdo que aquellas lúgubres y des
compasadas cantinelas en medio al silencio del
páramo, producían en mi corazón emociones nue
vas que no había nunca experimentado en Eu
ropa, escuchando la bellas y artísticas armonías
de nuestros célebres compositores, do suerte que
durante ocho días, por la mañana y por la tarde
salía de mi choza y escuchaba sólito el lejano eco
de sus quejas y lamentos.
iir.
C am arujo impedido en la trib u de Yanouche y disuelto en la del cacique Sayu
hueque.
^uó cabalmente en esta misión que supimos
^ por primera vez lo que era el Camarujo.
fUnos
meses hacía que seguíamos en la tarea do
instruir y catequizar á estas dos tribus : ya ha
bíamos bautizmlo y conlirmado á todos tos chi
quillos } los niños y las niñas más adultos, habían
recibi<lo también el S. bautismo, y las mujeres
aguardaban á que los hombres estuviesen de re
greso do la caza del guanaco y del avestruz pa
tagónico, para recibir la ^ a cia de lafé. Llegaron
en efecto con varias tropillas de caballos carga*
dos de pieles, plumajes y de carne secada al sol
y salada con las aguas salobres que abundan por
estos desiertos.
Para festejar la llegada de sus boleadores y dar
gracias al Grande Espíritu por la abundante caza
obtenida y por su afortunado regreso á las fami
lias, surgió en ambas tribus el jproyecto de cele
brar con pompa tos ritos tradiciomues. Los que
componían la tribu de Yancuebe, capitaneada por
el buen caudillo Miguel Yancuche, recién conver
tidos y bautizados en número de trescientos^ pidié
ronme licencia para hacer la confesión a Dios,
esto es, la fiesta del Camarujo; y sospechando
nosotros de que fuera un rito extraño y supers
ticioso, como lo era realmente, los persuadimos á
que desistiesen de semejante proyecto, y lo al
cancé, por lo que todos asistieron á la S. Misa,
que celebré en acción de gracias al ver<lader<í Di<»s
-
lá l -
Daeüo del cielo y de la tierra y dispensador de
todo bien.
No tal sucedió con el cacique Sayubueque, quien
temiendo recibir una negativa, como había sido
dada á la tribu de Yancuclie, preparó la fiesta A
la callandita y reuniéronse en número de qui
nientos.
Érase un domingo del mes de diciembre, que
en este hemisferio austral es caluroso como nues
tro mes de junio allí, y después de la comida es
perábamos, como de costumbre, que los niños y
las niñas yinieseu á la doctrina cristiana •, pues
siempre solían acudir en cuadrillas de á treinta,
cuarenta, ochenta, ciento ó doscientos. Viendo
que no parecían, salimos de nuestra choza; ten
dimos nuestra mirada en cuanto abarcaba por el
horizonte sensible j oh estupor!... Columbramos
en el fondo del valle más cercano, una mancha
que eclipsaba los fulgentes reverberos del sol,
mientras entre torbellinos de polvo agitábase y
hormigueaba por todas partes, una multitud de
Indios, centelleaban las lanzas y cruzábanse ca
ballos, jinetes y pedestres sin numero.
Como nada sabíamos de aquella reunión, roga
mos á tres jovencitas que se dirigían hacia aquella
muchedumbre , que se apearan j y habiéndonos
satisfecho, por ser ellas de las más instruidas
y asiduas al Catecismo} nos dijeron que se cele
braba la fiesta del Camamjo. Luego al punto
mandé preguntar por Sayubueque para que sin
demora se presentara á la casa de la misión
adonde lo llamaba el Obispo.
Vino en seguida acompañado por los lanceros,
sus dos hijos y otros dos intérpretes. Preguntóle
entonces porque aunara tanta gente y celebrara
festividades sin invitar á su amigo el Obispo j y
que por eso mismo habíanme acometido sospechas
de que así la reimión como la fiesta fueran malas.
Le hice observar que su tribu, habiendo sido bau
tizada en parte, y otra siendo ya catecúraena, no
podía más tomar parte en aquellos ritos supersti
ciosos ; y que tratiindose de una reunión religiosa
para dar gracias á Dios de la abundante caza
hecha, cumplíale al ministro de Dios, al obispo
con BUS sacerdotes misioneros, presidir la festivi
dad, no ya al cacique.
Estaban conmigo el P. Milanesio^ el P. Panaro
y el catequista Zanchetta, un temeule de divi
sión y tres sargentos mayores llegados en el
mismo día, de la próxima guarnición de Eoca.
Por de pronto, viendo el cacique Sayubueque que
el Obispo estaba rodeado de un Astado iíayor
harto más noble y fuerte que el suyo, dejó su
nativa fiereza, y me suplicó que permitiera la
fiesta solamente por aquel día y aquella noche.
Mas conjeturando nosotros los desórdenes que
por ende seguirían, me mantuve inflexible exhor
tándole á no querer apesadumbr.ar á su amigo el
obispo, que había venido de su lejana residencia
para instruir á sus hijos y á su tribu en la fé
cristiana y en la civilización.
Prometió disolver el Camamjo que ya había
empezado con danzas, sonidos y gritos salvajes,
mientras corrían las cuadrillas de los lanceros á
caballo á gnisa de nn gran torneo.
Pero temiendo que Sayubueque ó no quisiera
escucharme, ó no pudiese ya tener á raya á la
turba, di oi^en de preparar nuestros caballos y
revestido de las insignias episcopales, monté á
caballo. Vinieron conmigo el P. Milanesio y el
P. Panaro; y á galope tendido fuimos en la di
rección del Camamjo con ánimo resuelto á disol
verlo . Buena ventura diónos la Providencia, pues
en cuanto nos vieron, los niños escaparon pronto
y se retiraron en los toldos, las mujeres abando
naron las danzas, y Sayubueque con sus lanceros
fuese mohíno, no queriendo acarrear disgusto á
su amigo el Obispo.
Desde entonces acá, no se babló mjls de este
acto de pública superstición, y las mismas fami
lias ya no llamaban á machi, pitonisa, para loa
exorcismos contra Gualichú.
(Se coiiiiiiHard).
B R A S IL .
Carta de Su Excelencia Reverendísiraa limo. Sr.
LUIS LASAGKA, en su primer viaje al Matto
Grosso. _ _ _ _ _ _ _ _ _
(Gonclmión).
IX.
V uelta <ie C uyabíl —E l E. >Xai*iaiio
<le Bagrunlia —Oazu <ie lu d io s —
E l Oaeique Gruazti.
Moutevideo, 17 de Setiembre de 1894.
A m a d ís im o PA DEEj
S^ONTiNüANDO láá notioias anteriores, el 22 do
julio salí de Cuyahá con solo mi secretario
para desandar el largo y fatigoso viíyo descrito
en mi carta anterior. Hasta m río nos acomi)añaron el ilustre señor Presidepte del Estado, el
ilustrísimo Sr. Obispo y una gran multitud do
pueblo, de entre loe cuales más de doscientos
niños de los más pobres y necesitados do la
ciudad, de quienes éramos ya cordiales amigos.
No podían separarse de mí y me preguntaban
con las lágrimas en los ojos: — ¿Cuando volverá
á vemos? — Abracó y bendije todo conmovido á
nuestros queridos hermanos, me despedí do aque
llos señores y de tan buena gente que reverente
nos saludaba, y luego nos colocamos en la famosa
barca chata, que no nos molió tanto porque, llevada
9r la corriente, descendía á buen paso sobre el
uyabá.
Al día siguiente á mediodía alcanzamos al vaporcillo Coxipó, que, no obstante sus estrecheces
é incomodidades, nos pareció nn palacio en com
paración de la bafea, y el día 17 estábamos ya de
vuelta en Commbá.
Acompañado |K>r el párroco, por el cónsul ita
liano y por otros señores, vom á visitar la ciudad
y sus alrededores, para examinar el sitio en que
un día deberán plantar sus tiendas los Salesianos,
y entre otras cosas vi la construcción, ya bastante
adelantada, de nna bonita iglesia dedicada á
Santa Ana, y cayos trabajos ha ya veinte años
están snspendidoB, razón por la qne las paredes
del presbiterio y un hermoso arco ya conclnido
amenazan mina. Inició esta obra un buen Capu
chino italiano, el P. Mariano de Bagnalia, el qne
fué Misionero entre estos salvajes de la floresta
S
-
1^2 -
l>or cimienta año», fornmmlo algunas aldeas que
^ orilla. Generalmente son de la tribu de
al prcHente estim ya conipletamente derruidas.
depuesto su fiereza.
i^oH JmlKw, viíiuloHo solos y sin defensa, y ame
nazados do ser lieeínm esclavos por nlguiids civi- Donde quiera que habite alguna familia cristiana
animales, ellos van de tanto en
Jizados sil) írntmfms que les preparaban embosca ?.?,L
das para Horpremlerles y vendeilos como esclavos
en los mercados de la ciuilad, se internaron de largos y pesados trabajos, reciben algún pan
vizcücho, anzuelos, cepos, ó alguna otra friolera
nuevo en las iiniienetrables llorestas del Matto de
ningún valor, y las mujeres si pueden adqniUrosHo, para conservar su libertad y volvieron á
sus coHiiimbrcs salvajes. Y no debemos maravillar m alguna, sábana, se envuelven estrechamente
nos de tales tropelías de los civilizados, en tiem- tu ella. AI tercer día el vapor se detuvo un poco
para cargar dos bueyes para el consumo de á bordosalté a tierra para visitar á los amoa de hi facmu
,1
m íandades
se repiten hoy en día, á pesarmismas
de que toría y a los pobres ludios que se acumulaban
a h para vender á los pasajeros una especie de
na ya sie.te anos <iue la esclavidud está abolida
abanicos tejidos con hojas de palma. También yo
<-‘»«“ntré con un Doctor de les
compre uno, para tener ocasión do hablarles
tuiitiba, (luien, huyendo do una muerto cierta
como que era uno de los cabecillas do la taii y les regmlé medallas y oti-os objetos; mas no
desacmisejada y mal parada revolución contra el pude onteuderlos, jiorque hablan una lengua endiablada. Estos Indios son muy desventurados v
íw!¡¡Ílí‘"
Brasil, atravesó las florestas,
no menos que ellos lo son los cristianos que so
l in ¡1 I
y muy mal parado
l la ciudad do Concepción del Paraguay, desde aventuran á vivir sobro las orillas de estos ríos
las costas dcl Athuitico, habiendo empleado tres pues en la enorme distancia que media enti-e Corumba y Concepción del Paraguay, no hay ni un
S n i / '"
con frutos
salva ies y de <-aza, cuando podía hallarla , y n¡- bacoidotc, ¡m siquiera un Misionero! Y esto oue
. umd.) inuisna á las varias tribus do s/ilvajls, O n r n r . i r R
de Coimbra, de
que hallo en su camino, las que siempre lo reci- üii npo. de Bahía Negra y ¡ tantas y tantas fac
torías de cristianos y tantas tolderías de salvaiesi
Iirnwln
l>mu, este Sr. me contaba
mío til un sitio llamada \accai-ia, poco distante ¡I obres almas! y ¿hay de qué admirarse si con
«jo la atluem-m del Parapanema con el Paraná, sus costumbres se hacen semejantes á las bestias?
El viernes 2() de julio el vapor se detenía frente
vive mi ermd oíicial del ejército, que en unión
c e otros iierdidos, cazan á los Indios para veu- á (Joncepción. fsos despedimos del buen capitán
y de los compañeros de viaje y siütamos á tierra
o besE
^<^torías do criaderos
o bestias. A aquellos sitios tan leíanos llega sobre la barca de la capitanía del puerto. Varios
señores nos salieron á recibir y nos condujeron á
m í? "
^
hi acción del Gobierno, la casa del Sr. Ildefonso Fermíndez, uruguayo do
abíisd? ^
B.davm se deploran tan enormes oiigen, y que aquí es un rico señor, propietario
^
mmiorosos rebaños.
^’olvien(lo á nuestro querido P. Mariano, estuvo
I gnmm anos como jiárroco en Corumbá, y ya Había llegado el día autenor de su factoría, con
\ lojecito so retiro á Kío Janeiro para concluir sus su señora y un hijo, y nos colmó do nteiiciónes
d a« 011 un lamvento Al pasar ¿or Montevideo! iba..
te aiu.s hace, se detuv() algunos días con nosotios en Villa Colon, donde admirados oíamos la . n X
nnnaeión de sus aventuras y de sus fatigas aposViéndome contilolieas. ( liando llegó á Kío Janeiro dejóse llevar
nuevamente do su celo, y coadyuvado por el Í-? . V í® asediado por la multitud á quien maJa Confirmación y la
I.stado de S. labio, donde, cinco años hace, tuvo
• mm tnigiea muerte. ¡Que Dios premie á aquella V ai n ¡
vaporcito que hace el
alma generosa!
uqueim Ma.10 nua^ez á la somaiia, por lo que si vo hu
Cortésmonto invitado pt.r el Coronel, visité el biera pi'rdido la salida del domingo, habría de8i!.nana antvra ; ’p^ro temlnarsenal do guerra por él dirigido y que so en b.,I„ 08|,m„piepararnie para
cuentra á dos millas do Corumbá, haciendo el
trayecto en un hermoso vaporoito, con que mandó
a lecibirme. 1 rahnjan en él más do trescientos
Entro la ciudad y el Chaco hay una gran na
o irc'ros, y la población del enserio «nexo, á más
del cuartel, va de t;erea dos mil quiiiieutns per- homs”drím??^i
«I
tres
sonas, do los que un buen número son italiaims. mnas do barca . contando con buenos remeros
ilo b itu llo s. hace doec años que no tienen ea- Esto no obstiuite, todas las mañanas llcgau mipidlnii y viven completamente abamlonados á sí meixisos ludios, iwrdioseros la mayor m rte y
mismos. lU aituible Coninel, que liá [mico llegó
imcittcos del Chaco y pertenecen á la tribu de
allí, > la oliomlidad, me colmaron do ateneioues
y todos mo suplicaron les mandara un Misionero
®‘**‘vwi»les y do buena índole
prometiemlome que lo amarían de todo corazón
tuti.m en las c ^ s , patios, tiendas, pero nimoa
y lo a.\ udarían con todas sus fuerzas
se apropian nada pidiendo en cambio hasta ¿ s t í
a boribi dcl Inuiano, grande v cómodo vanor reHrn¿
Soldados los obligan
” á
brasileño- que á las once levaba nudas v nos retirnr>.e á la otra parto del rio.
conducía hacia el Paraguay. Esta ver el vapor cabira dí^íw
cacique Guazií,
tocaba de día ciertos puntos que la vez anterior caboM de e.stos salvajes, excoltado por cuatro dé
pasamos de noche, por lo que ptidemos ver nue- SI 3 Indios abigarradamente pintados, llevabau ape?
n 8 un andrajo que les cubría parte del cue?K
giupos do Indios qUe tlccha en mano se acerca- quulando el resto completamente d e s n u d o ^
hubiera visto, ¡qué pedazo de gigante era aque
1
—
183 —
ludio! Me pasaba de más de un palmo, tenía la
niueculatura de Hércules, derecho, con la cabeza
f espaldas algo hacia atrás, tenía el aire de un
formidable guerrero. Chapurreaba un poco el es
pañol y Tenía á felicitarme por mi llegada y á
invitarme á su tienda. Me prometía leche y uvas
muy buenas. Quería á todo trance lleTarme con
sistí y llegó ya á tomarme por un brazo con sus
sucias manos. Tenía la canoa preparada y sus
cuatro ayudantes de campo me íisegnraban que
eran valieules remadores y tan expertos nada-
ríales, cargado de deudas, que agravan mi Mi
sión, ante el espectáculo de tantas necesidades
que no se pueden remediar, yo me sentía caer
de ánimo.
Además debe saber, amado Padre, que en esta
tribu se há ya establecido una Misión protertante,
espléndidamente sostenida por la Sociedad Bíblica
de Londres. Todos me dicen que es impotente y
estéril j mas ¿ quién no ve que esto será un te
rrible obstáculo al Misionero catélico ? Lt)s píotestantes nos lian precedido, tomaron la van-
T a lle r d e Carx^intería —
(lloncepcióii (C h ile).
( V. pág. 178;.
dores, que me habrían llevado sobre sus espaldas
basta la orilla opuesta del gran río.
Les hice buenos regalos y amablemente me
despedí de ellos y se foeron algo disgustados y
con la cabeza baja. <Qué habrá pensado entre sí
aquel infeliz hijo de la floresta? ¡Si él hubiera
podido leer en mi corazón habría visto que más
grande era mí tristeza y dolor por no poderle
a^mpañar! En aquellos momentos yo me desha
cía por un lado en deseo de ayudarles, y por
otro me adoloraba el pensar que por ahora y tal
ve* por muchos años no podré prestarles auxilio
alguno. Buscaba dentro de mí algún recurso,
hacía cálculos imaginarios, mas sin poder llegar
á nada positivo. Sin personal, sin medios mate-
guardia para sembrar la cizaña ; y nosotros men
sajeros de salud llegaremos tarde y tal vez j quién
sabe cuando podremos llegar! ¿Cuando, cuando
amanecerá el día, en que tamb’én sobre estas
tierras, como en las regiones patagónicas, se
puedan multiplicar los Misioneros, Hermanas de
María Auxiliadora, buenos catequistas y honestos
agricultores para plantar la civilización y salvar
á estas desgraciadas'tribus? A aquel Dios que sabe
sacar de las piedras hijos de Abraham , y ablan
dar los corazones empedernidos, suplicamos nos
mande cuanto antes buenos Misioneros y limosnas
para sostener con trato estas cristianas empresas
y para conquistarle á estos pobres hijos de la
floresta.
—
184
X.
^
domingo 22 de julio, ncojniíañudo do muclia
gonto, me omburcabn on el vapor Pingo que
Ho dirigía íi la eapital dol Paraguay. Muchos In
dios Lenguas se revolvían en canoas entorno ni
vapor y ino miraban no só si por curiosidad ó
por <Iesconsuülo. Yo partía con el ardioiito deseo
do volver luogo á aiiuollos lugares á dejar Misio
neros. Tanto más que al Esto do Concepción, A
la parto opuesta del Chaco, hay otras tribus de
Indios, más dignos de compasión y do socorro
nuo los otros. Estos son los Kaiguá, vulgarmente
llamados CaimoA. De las lejanos montañas do
Amambay y do Maracnyú muchos de ellos han
descondido A las llanuras y Alas colinas próximas
A Concepción. Estos salvajes conservan tradiciones
(lo orílen, moralidad y trabajo y esto les hace
superiores A los otros. Conservan vestigios del
Evangelio predicado A sus antepasados por los
JoRuitas. Cuando ven A un ostranjoro, levantan
alto una tosca cruz en señal de paz.
Todas las tardes al caer el sol, el Cacique reúno
su tribu, y con las manos levantadas entona un'
cántico, (}ue vm-lven á repetir todos juntos al
despuntar del alba ; se sabe que este cántico os
el
noHter traducido en la antigua lengua
guaranítica, desconocida hoy d ía , pues la que
habla el vulgo en bulo el Paraguay es un gua
raní degenerado, un dialecto que casi no tiene
Romcjanza alguna con la antigua lengua do las
Misiones de los Jusuibis.
Ijos KaiguA son pacíficos, de buen corazón y
de una moralidail maravilh>sa. He aquí una prueba.
1)uraiito la guerra (lue el sanguinario tirano López
B»>stuvo con las potencias aliadas del Brasil, Uru
guay y Argentina, no contento con fusilar A los
pi'vsminjes que por razones infundadas lo parecían
sospechosos, aprisionaba A sus mujeres é hijas y
las trasporbiba A estas ílorestas, condenándolas A
morir de hambre.
En el año 18<)9, de una sola voz, mandó más de
mil. Descalzas, mal vestidas y rodeadas do las
lanzas de viles soldados, se bis obligaba A caminar
doscientas y más leguas sin descanso ni alimen
tos, siendo dejadas en medio do espesos bos
ques, abandonadas A sí misnms, para (juo murierivn do hambre. Las pobrocitns so alimentaban
con raicea y frutos silvcstroa y especialmente con
ciertas naranjas muy aimvrgns, que se crían en
los montos. Dormían sobre el duro suelo, espuostas A los vientos, A las lluvias torrenciales, y en
peligro de ser devorados i>or las fieras. Y jay de
la que intentara huir! pues un cordón de sol(iadoB las impedía el paso. Algunas 8ncumbiei*on
A las fatigas y al hambre; otras murieron desospí'Tadus, pero imiclms, ^quión lo creería? fueron
salvadas ñor los salvn.fe8. Los KainguA de las
montañas lejanas, al sabor cuanto sufrían aque
llas infelices eriatunrs, cautamente se acercaban
A los soldados, con caza v buenas frutas, y se
Ib'vaban consigo, robándolas, unas cincuenta cada
vez, para quitar toda sospecha A los crueles cen
tinelas del tirano ; v A travós de ios bosques, con
largas ó iuteviuinables caminatas, las conducían
al eampamento del ejercito enemigo, que las re
cibía V mantenía ou sus tiendas. De este modo
estos ludios KainguA ó CnimoA salvaron casi A
la mitad, y yo mismo he hablado varias veces y
largamente con las señoritas Bedoja y con la
viuda del es-presidente Gil. que fueron de las
afortunadas arrancadas A una muerte cruel por
la piedad de los salvajes. Y ellas mismas me ase
guraron conmovidas que en el trato con aquellos
ludios, en cuyo poder estuvieron más de dos
meses, habían admirado tanta caridad y pureza
de costumbres, que quedaron altamente maravi
lladas. Fácilmente se adivinará , pues, con que
instancias y con que acentos me suplicaron man
dara algún Salesiauo para bautizar aquellos pobres
Indios y así premiarlos con el tesoro de la fe por
la gran caridad que habían usado con ellas.
Al anochecer, el vapor echaba anclas frente A
unas casitas escondidas entre los Arboles, donde
debía cargar leña para la máquina. Yo miraba
sobro el caserío para observar un numeroso grupo
de Indios que desnudos estaban recostados A lu
sombra de un árbol. El señor, que es argentino,
de la provincia de Córdoba, al vernos, corrió al
mayordomo del vapor, cierto Domingo Savio, genovés, rogándole intercediera conmigo para que
fuera á bautizarle un niño de seis meses. Lo hice
muy gustoso y Don Balzola preparó lo necesario en
una salita. Vinieron las mujeres, los curiosos y
la función principió. Entonces se separó del grupo
de los Indios un hombrazo, desnudo, todo sucio
y con sus largos cabellos en confusión subió
A bordo, y acercándoseme, me hizo compren
der que también él y todos los suyos que
rían ser cristianos, pedían el bautismo. \ Pobre
Indio! Sope que era uno de los Caciques de la
tribu de los Lenguas, tan numerosos en el Chaco.
Le hice comprender que antes debía instruirlo,
prepararlo bien, y que no teniendo tiempo ahora,
volvería otra vez. También mi secretario intentó
con signos y con gesticulaciones hacerlo un poco
de catecismo, y trasmitirle la idea de Dios, (jue
desde el cielo gobierna el mundo y que también
se cuida de ellos y proveerá A su necesidad. Dió
A entender que había comprendido, y contento
de los regalos que le hicimos, descendió A tierra,
donde los suyos le rodearon para oir el éxito do
su embajada; nosotros, partimos.
Autos de despedirse de nosotros, aquel Indio
gigante, cu prueba de su gratitud, se sacó de sus
orejas L‘l nula hermoso ornamento que tenía y se
lo entregó como recuerdo A Don Balzola. ^ Qué
cosa era? Un palillo de madera de seis ceutímetros de largo y cinco de diámetro, que llevaba
atravesado en un enorme agujero hecho en la
parto inferior de la oreja. i Bien diverso por cierto
del que usan nuestras mujeres de Europa para
los pendientes! | Aquel era una abertura horrorosa!
No obstante aquellos infelices lo tienen como un
adorno, como una belleza, y todos van á porfía
A cuiü le lleva más grande. También esto her
moso objeto lo mandaré A Turín para nuestro
museo de ValsAlice.
Veo que no concluiría nunca, amado Padre, si
quisiera darle aunque no fuera más que un bos
quejo de las mimerosas tribus salvajes que ya de
siglos esperan un Misionero, que los levante do
su postración y los saque de su embrutecimiento.
Son razas tan desventuradas, tan decaidas y
degradadas por la ignorancia y por la supersti
ción , que muchos civilizados desnaturalizados
creen poder justificar los asesinatos é infamias
que cometen contra ellos, con decir que no son
hombres, que no son seres de nuestra especie.
¡Oh si supiese cuantos horrores, cuantas nefandades execrandas se cometen, amparándose en
estas impías razones!
Tristemente célebre fué la espedición de Crevaux, que en 1882 explorando el río Pilcomayo y
siguiendo su cauce atravesó todo el Chaco lla
gando hasta las montañas de Bolivia, siendo ho-
—
185 —
rriblemente asesinado con toda su gente por los
Indios Tobas. ^Cual fué la causa de este crimen?
El ingeniero Vemiaud, que se aventuró en medio
de aquellos Indios y que entre ellos estuvo nueve
meses consecutivos para rescatar al menos el ca
dáver del explorador Crevaux, me dijo él mismo
que los ñeros Tobas habían cometido aqueUa bar
baridad para vengar el honor de sus mujeres é
bijas, desvergonzadamente ultrajadas por el audaz
explorador y por su gente.
^jNo hablo de los Guayaquis, de los Matacos, de
los Guaycurus y de otros muchos; llegará tiempo
en que nuestros Misioneros podrán darle noticias
más detalladas y relaciones más consoladoras. Mi
corazón se angustia á la vísta de tantas miserias
que no puedo socorrer como quisiera. Me en
cuentro tan impresionado que no tengo valor
para proseguir por este año mis exploraciones.
Tanto más que en la Asunción tendría que en
tenderme con un nuevo Gobierno y con él tomar
nuevas medidas para el largo y peligroso viaje,
ya anteriormente concertado , pues una revuelta
militar bechó á tierra al Gobierno del Sr. Gon
zález, desterrando á este y á sus principales par
tidarios. Hasta mi salud en medio á tantos mias
mas palúdicos ha empeorado mucho, y mis dolores
reumáticos me hacen temer que un día ú otro
me quedaré postrado sin movimiento en algún
desconocido rincón de estas lejanas tierras.
Además recibí en Asunción im telegrama en
que se me notificaba la dolorosa noticia de la
inesperada muerte de nuestro amado hermano
Don Carlos Cipriano, hombre de mucha expe
riencia y prudencia, que durante mis viajes go
bernaba en mi lugar las Casas del Uruguay,
i Cuanto lo sentí, qué terrible y grande aflicción
para mi corazón !
También de Nictheroy y de San Pablo recibí
noticias graves, que me hicieron apresurar mi
vuelta. Muy bien pensé^ cuando decidí dejar para
otra ocasión mis excursiones á través del Para
guay, del Alto Paraná y del Alto Uruguay, y re
solví apresurar mi vuelta á Montevideo j)iira tratar
de las cosas de aquella Misión y cuanto antes
volver á salir jiara Río Janeiro.
En Asumpción ordené en la catedral á dos
nuevos sacerdotes paraguayos, administré la Con
firmación, reanudé- con el nuevo Gobierno los
asuntos para la futura fundación de nuestras Mi
siones, y despidiéndome de Monseñor Bognrín,
preconizado Obispo del Paraguay (1), de Monseñor
Arrúa y de otros amigos que quisieron acompa
ñarme á bordo del Centauro, el 29 de julio salí
del Paraguay en dirección á Montevideo.
i Bendito sea el Señor que me ha conducido
salvo en medio de mis amados hermanos, después
de haber tocado con mis propias manos lo pro
fundas que son las llagas de estas pobres pobla
ciones del Alto Paraguay y del Matto Grosso! A
esta vista desconsoladora, nace expontáneo un
grito de reconocimiento al Señor, que me dió
por ctma, no tierras salvajes, sino la Italia, tierra
clásica de la religión y civilización, cima de las
bellas artes y de toda ciencia verdadera; tierra
privilegiada, donde resplandece inmortal la cá
tedra de San Pedro, donde el Papado irradia en
cada ciudad, en cada aldea y aún en los más
(1) Este naevo Prelado de Asumpción del Paraguay
fué consagrado Obispo por el mismo Monse&oi Lasagna, el domingo o de febrero del presente año.
Asistieron á ]a ^em ne ñ i n c i ó D el Presidente de la Re
pública, los Ministros y todo el cuerpo diplomático.
obscuros rincones de nuestra patria tanta luz de
verdad, tanto calor de vida y de virtud cristiana;
donde á millares florecieron los héroes y los santos
dejándonos á nosotros una preciosa herencia de
ejemplos inmortales y de gloria imperecederas.
A estas enormes distancias, circnndados de la
barbarie y de la soledad, oprimidos por las pri
vaciones, i con qué sauto amor recuerda ol Mi
sionero su amada patria! ¡ con qué santo ardor
nuestra alma se levanta á Dios y reconocida im
plora cien veces al día sobro la lejana patria,
sobre sus amados amigos y bienhechores todas
las bendiciones del Cielo !
Diga V. á todos los buenos que no se olviden
de estos pobres Misioneros, esparcidos por este
grande continente americano para ganar almas á
Dios y extender los confines do la civilización
cristiana ; dígales que rueguen por nosotros, que
nos ayuden, y que se asocien con su caridad á
nuestras apostólicas fatigas, á nuestras civiliza
doras empresas.
Su affmo. hijo en J. C.
L uis
Obispo Tiiular de Trípoli.
GRACIAS DE MARIA AUXILIADORA.
S e . D on Mig u e l R úa .
JBsUmadmmo Señor:
Un sagrado deber hacia la Sma. Virgen Auxi
liadora me x>oue en el caso de distraer á V. de
sus muchas ocupaciones, contando con que la
bondad de V. me dÍ8X)eusará. £n el mes de enero
del presente año, encontrándose mi hermano An
tonio Gómez gravemente herido por un enemigo,
en su establecimiento de Campo Alegre, hice yo,
Mercedes Gómez, la promesa de mandarle decir
una Misa á María Sma. Auxiliadora en su santuario
de Tuiín y de hacerle una novena ]iara que mi
hermano recobrase su salud, y así me lo conce
dió y desde el primer día que empecé á hacerla
se notó la mejoría y al terminarla estaba com
pletamente bueno. Hago esta manifestación ]>ara
probar una vez más las gracias de María Auxi
liadora que nunca abandona á sus devotos, siem
pre que la imploren con fe y devoción.
También le pido á V. que me en<^oiuiende en
sus oraciones y le niege á la Sma. Virgen jior la
paz de mi casa y la unión de mi familia.
Venezuela, 1895.
M e r c e d e s G ómez
M uy R d o . P. D. Mig u e l R ú a :
Severendo Padre:
Hace algún tiempo escribí á S. R. suplicán
dole pidiese á la Santísima Virgen María Auxi
liadora, por la conversión de un hijo mío. La
Virgen Sma. me ha hecho el milagro , pues des
pués de una grave enfermedad qne le llevó á las
puertas del sepulcro, recuperó milagrosamente la
— 186 —
salud del cuerpo, y con esta la salud de su alma j
por lo cual doy gracias incesantemente á la San
tísima Virgen.
Su atenta S. que besa S. M.
Una devota de María y
Cooperadora Salesiana.
Caracas, 30 do abril do 18Ü">.
]>£ai*iti l u o l iu H n lv tu lo . — Hace algu
nos meses que me asaltó una ardiente fiebre que
muy pronto degeneró en malignas viruelas. El
médico nsust^ido, {>uso sobro aviso á mis amados
Superiores ]>ara lo que pudiera sobrevenir 5 lo
que, yt> advirtiendo, comoncó uua fervorosa no
vena á nuestra oomiin ^[adre María Auxiliadora,
durante la cual, mi Sr. Director D. Luis Piscetta,
no me visitaba todos los días, me daba la bonioión de María Auxiliadora.
K1 primero y segundo día do la novena arreció
tanto el mal, que creimos que nuestras oraciones
me disponían para el tremendo paso de la muerto;
mas al torcer día so inició una sensible mejoría
que continuó rápiíliimeute, hasta quedar comple
tamente bien en poc<ts días. No es esto solo; aco
metido también jior un agudísimo dolor de oidos
y agotado.s h*s recursos do la ciencia, acudí á
María y desaparecieron los dolores.
¡ Gloria sea siempre dada á la Salud de los en
fermos y Auxilio (7c los cristianos por sus contin\ias bondades en favor do sus devotos! No nos
olvidemos nunca (uie María, como dispensadora y
acxioducto do las (livinas misericordias, está siem
pre pronta á escuchar nuestros ruegos en Qualquior necesidad eu <100 estemos , tanto en favor
nuestro, como en el do otras personas, por quie
nes con fe y confianza, la pidamos.
a
A d o lfo M a r ía T o r o .
Bdo. P . £}irector de los Talleres Salesianos
de Sarria.
Barcelona, mayo de 1895.
Mi respetable P. y Señor :
Habiendo visto amenazadas mis rentas de grave
disminución, imploró la protección de María Au
xiliadora al objeto do que me librara de tal que
branto si esta era su santa voluntad. Pocos días
después, gracias á María Auxiliadora, me fué favorableiuonto otorgado tan singular favor. Al pe
dir la gracia, entregué 25 pesetas de limosna para
invertirlas en la construcción de la iglesia que
en esa Casa está eu proyecto; ahora que ya la
tongo recibida, mando d V. la cantidad de 250
pesetas, con destino al propio objeto.
l'ougan la bondad R. P., V. y asilados, de ayu
darme d dar gracias d la Abogada de causas di
fíciles y, si como (áspero, alcanzo nuevos favores,
se complacerá en avadarles con su óbolo esta su
humilde S“. S \
Q. S. M. B.
Una Cooperadora salesiana.
ECOS DEL 1.^" CONGRESO INTERNACIONAL
SALESIANO.
Comenzáramos en este número á trasladar
á estas colum nas algunos de los más nota
bles discursos pronunciados por insigues ora
dores en las diversas sesiones del Congreso y
antes parécenos conveniente d ar á conocer
alguna que otra de las m uchas adhesiones
llegadas de E spaña y América.
Viilsalice (Tarín), julio de 1895.
BARCELONA.
Vri;ol, 2 do muyo <lo 1S95.
lido. P. Superior de los Talleres Salcsianos
Sarria (Píírnu).
Mi;v AIMIECIADO Y lll>0. P aDRK
Hace meses pedí una gracia especial d nuestra
liondadcRÍsima Madre Níaría Auxiliadora, prome
tiendo repartir cineuenta ejemplares do ía her
mosa obrita La ÍTrt/c» de Don Boseo, y publi
carlo on el Boletín Salesiano, si alcanzaba lo que
podía. Después do oueomendarme con gran con
fianza d la Santísima Virgen, repartí los libritos ;
y habiendo la Señorji acogido benigna mis súplicas, oonoediéndome la gracia pedida, esporo do
la amabilidad de V. se dignard hacer público mi
aCTadecimiouto d las finezas do tan cariños»
Madre.
Sírvase V. aceptar la limosna que le mando
para la iglesia on construcción de María Auxilia
dora. y disiHuiga como gusto do su afmo. S. S. y
Capelldii,
Q. B . S. M.
JOAQVÍX SOLAXS, Pbro.
Coopmidor Salesiano,
Adhesión de los Cooperadores.
E íimo. Sb.
- Imposible fuera á la Junta do Cooperadores Salesiauos de Barcelona permanecer indiferente ante la
próxima celebración del Congreso.
El lazo de cristiana fraternidad que con sus ini
ciadores nos une, la índole de las cuestiones en que
el mismo dol«ni ocuparse y el fin nobilísimo á que
se encaminarán sus tareas, habían de despertar, como
en realidad han despertado, simpatía vivísima y ad
miración entusiasta entre los cooperadores con que
en Cataluña y en España toda, cuenta la obra
vadora del inmortal D. Bosco.
Esta Junta, al saludar muy cordialmente al pri
mer Congreso Salesiano, se adhiero <á sus resoluciones
y con gran rendimiento implora de la que es Auxilio
dulcísimo del pueblo Cristiano, que derrame gracias
copiosísimas sobre osa egregia Asamblea.
Besan, con el mayor respeto, el anillo de V. Emi
nencia y suplican su bendición.
L a junta.
(Siguen las firmas).
.
— 1S7 —
Adhesión de las Cooperadoras.
Eminentísimo Señor Cardenal D. Domingo
Svampa, Arzobispo de Bolonia y Bresidenie del
primer Congreso Salesiano.
E m inentísimo P r ín c ip e :
mirada de águila, descubrió el nuevo Apóstol del
siglo XIX al terrible enemigo de la época, midió sus
fuerzas, aquilató su poder, reconoció sus trincheras
y dirigió contra él la certera puntería do sus tiros,
creando, como acertadamente dice uno do sus admi
radores una de las «irfs asombrosas y espléndidas
maravillas para salud de nuestro siglo.
Mas, creada su obra, era necesario qiio se arrai
gase y propagase en el seno do la doliente huma
nidad para que el hombro pudiera aprovecharse do
sus frutos do salvación y do vida ; y hé aquí la
razón de eso Congreso de Cooi>eradores Salosianos,
do cuyos fecundos trabajos tantos y tan grandes
bienes esperamos. Roma habló y sus hijos obedecen;
por la boca del Vicario de Jesucristo habla la di
vina Sabiduría: Los enemigos de la Iglesia ame
nazan vuestra fé ; defendeos. Obrad, mas sin tur
bulencias : extended la esfera de t'uestra arción á
la defensa de cuanto hay de más sagrado: oponed
prensa a prensa y reunión á reunión. Saleaos á
vosotros, salvad á vuestras familias y á vuestra fé.
La Junta de Señoras de las Obras Salesianas de
Barcelona (Hostafranchs) aplaude, pues, con todo el
alma el Congreso Salesiano de Bolonia, considerán
dolo como salvaguardia avanzado de la sociedad ; se
adhiere con entusiasmo á todas sus tareas y deci
siones, que recibirá como órdenes y avisos del cielo
para la propagación de la grandiosa obra á la que
se ha consagrado, y eleva fervorosos votes á Dios
misericordioso para que sea fecunda, provechosa y
bienhechora su salvadora actividad.
Besa respetuosamente el Pastoral anillo de Vuestra
Eminencia
La Junta.
(Siguen las firmas).
Cosa cierta es que el espíritu de las tinieblas, en
su constante afán por abatir la dignidad humana,
encadenando al liombre á su dominio, suscita á cada
paso contra la sociedad obstiiculos sin cuento que
obstruyan su marcha y la alejen de su tármino y
destino, que no es otro que la posesión del reino
celestial, único fin de su agitada vida. Así, en todas
las épocas y paises ha procurado soliviantar las bas
tardas pasiones que, como recuerdo del barro vil
que sirvió de materia á su existencia, anidan en
el fondo del corazón Immano, ya suscitando errores
que obscurecieran la luz de la verdad, hija del cielo,
ya fomentando el espíritu de rebelión, hijo del or
gullo y del odio que naturalmente engendra, ya pro
vocando persecuciones horrorosas para quebrantar la
costancia y energía de los fieles y detener el vuelo
prodigioso de los grandes atletas, continuadores de
la obra divina del Crucificado. Mas no es menos cierto
que Dios Nuestro Señor, en su infinita misericordia,
vela constantemente como Padre amorosísimo por su
criatura predilecta , y á su impulso incontrastable,
brotan pnr modo maravilloso en el fecundo jardín
de la Iglesia, invencibles campeones que, con la luz
esplendorosa de su inteligencia y con el indomable
esfuerzo de su voluntad, desafían, ¡cual cedros secu
lares del prodigioso Líbano, el furor de las tormentas
y desbaratan para siempre los planes del infierno,
reduciendo á la impotencia su astucia y su poder.
Uno de estos adalides victoriosos, uno de estos atletas
invencibles , es sin duda alguna nuestro glorioso
Adhesión de las Sras. “ Roperas.,,
Padre y fundador D. Bosco.
Hoy como nunca la rabia destructora del averno
amenaza do muerte á la humana sociedad: los ene
Emincntisinu} Sr. Cardenal Svampa, Presidente
migos declarados de Dios rigen los destinos de las
naciones ; hállase reducido á prisión el Padre comün honorario del Congreso de Cooperadores Saleeiade los fieles; odiada y perseguida la Religión, ca nos. Bolonia.
lumniados sus ministros, pervertida la enseñanza,
solo y sin freno el principio de autoridad y do tal
EMINENTISIMO SEÑOR.
modo trastornados los fundamentos del orden social
Las señoras que suscrilien faltarían á uno de sus
y religioso, que la anarquía más espantosa domina
en todas las esferas, baste el punto de convertirse más sagrados deberes si á las muchísimas adhesiones
el hecho de la fuerza bruta en derecho de las turbas que de todas las partes del Globo se elevan á V. E.
desenfrenadas, y de tributar incienso de adoración Rdma. con ocasión del primer Congreso de Coopera
al padre de la mentira que en todo tiempo había dores salesianos, que tendrá lugar en Bolonia los
sido considerado como raiz y ñindamento del mal días 23, 24 y 25 del próximo Abril, no unieran la
y causa y origen de tedas las humanas calamidades suya, aunque la mAs sencilla y humilde.
Las señoras sobredichas unidas en un mismo sen
y miserias.
En ten tristes circunstancias, y para hacer frente timiento y animadas de unos mismos deseos de coo
á tan horrendas calamidades, suscitó la divina Pro perar á la obra del inmortal D. Bosco, se impusie
videncia uno de sus hombres escogidos, que con la ron la voluntaria y caritativa obligación de consa
alteza de su intendimiente y el ñi^o sagino de su grar algunas horas de la semana, horas que tenían
corazón supiera elevar una barrera infranqueable al para su solaz y recreo, para recomponer las prendas
mal típico del siglo, que no es otro que ese terrible de ropa de los muchos pobres huérfanos y abando
socialismo, cuya ^tima manifestación es la anarquía nados que se educan cristianamente en las Escuelas
destructora, verdadero remedo del infierno. Con su salesianas de Sarria (Barcelona), haciendo en este
—
188
jjoquofia parto ol olicio do madres cariñosas de unos
seres vordadoramonto dignos do lástima y compasión.
En hacer esta obra do misericordia de vestir al
desnudo, nos cabo la dicha do sor flelos imitadoras
de la primera mujer do quo so valió la divina Providoiicia para ayudar al Fundador do la Congrega
ción salesiana á soportar tantos sinsabores y superar
miles y miles do dificuitad,os como se presentan á los
jirincipios de una obra como la Salesiana. Esta mujer
i’uorto ha sido Margarita Occhieiia, madro del mismo
I), Bosco.
¿ Quión ha sido la madro do los primeros Imorfanihjs recogidos por Don Bosco on ol oratorio do Turin y La madro ora Margarita; asi la llamaban aquollos pobres niños; olla después de atender á los
quehaceres do la casa, la tardo so la pasaba arre
glando la ropita do sus acogidos, pasando así todos
sus años en una continua vida do privaciones.
Además nos consuela el pensamiento do quo somos
las primeras on España quo nos ocupamos en esta
caridad, osporando quo á las pocas quo ahora nos
hallamos reunidas para un fm tan laudable, vendrán
otras á engrosar ol número y so formarán juntas do
osta Índole allí donde hay casas salosianas, especialmonto do aquellas señoras y señoritas quo no saben
en (juo ocupar las horas del día.
Nosotra-s, i)ues, con toda miostra alma nos adhe
rimos al Primor Congreso Salesiano y ])rometomos
dar á conocer entro nuestras relaciones la importante
obra do D. Bosco y continuar siempre, con la ayuda
do Dios, la empresa quo hemos empezado de coope
rar, según la medida do nuestras fuerzas, al bien do
la ])obre juventud abandonada.
Y á íin do quo sean fnictiiosds nuestros trabajos,
suplican á V. E. lídma. su Pastoral Bendición estas
sus hmuihlcs hijas.
CSif/iien las firmas).
NOTICIAS Y VARIEDADES.
— La Memoluoria trimestml de laa niisioneá itrotestautcs do
Batavia, contieno el testimonio siguicuto en fa
vor do loH niisbmeros católicos :
« Nu se puedo negar que la Iglesia do Koimi
hace progresos alarmantes en las Indias. Unidos
en nu cuerpo como una falange macedónica, los
católicos avantan siempre y ganan victoria sobre
victoria.
» Como Iglesia, la Iglesia Itomaua cria una
impresión favorable. Al menos ofrece el oapectóculü do una Iglesia quo es verdaderamente una,
» Lo quo uno pix>fesív como articulo do fe. el
otro no lo niega. Por su organiMción nos sobrepiya niuolio. El superior de nuestro establcoimientó eolesijlstico os nombrjtdo por el Gobierno
y es ordinariamento algún funcionario del Estado.
A la cabera de las misiones romanas se halla un
Obisi>o nombrado por el Jefe do la Iglesia cató
lica y reconocido por el Gobierno. Este Obispo
—
es generalmente un misionero que ha envejecido
en el país y posee nna autoridad real.
» El desinterés de los sacerdotes romanos es
verdaderamente admirable.
» Las misiones católicas tienen escuelas en to
das las ciudades. Esas instituciones son magní
ficas bajo más de una relación. Todo el mundo
las admira, y muchos protestantes no vacilan en
instruir á sus hijas en los conventos.
» Las religiosas educan á las niñas que les son
confiadas, con mucho tacto; y es raro hallar una
de sus discípulas que no hable de sus maestras
con gran afecto.
» El celo con que los sacerdotes romanos visi
tan los hospitales y las ])risioues, merece todo
elogio. Los pobres jtroclaman unánimemente su
caridad y su espíritu de sacrificio. De ahí viene
que el pxiblico y el Gobierno tengan de ellos una
opinión tan favorable. »
T e r r i b l e e x p i u c i ó n . — Al terminarse
la revolución francesa, un respetable sacerdote
entró en las salas de un hospital, y se acercó á un
enfermo que, sumido en pobre lecho, disfrutaba
al parecer de una paz y alegría envidiables.
— Parece que seguís bien, le dijo el sacerdote.
¿ Cuál es vuestra dolencia ?
— ¡ O h! heridas muy graves, contestó el en
fermo.
— Esperareis verlas en breve cicatrizadas, pues
vuestra calma me dice que muy pronto imdreis
salir de aquí.
El pobre enfermo se puso á sonreir.
— Miro V., Padre. ¿Porqué no levanta V. un
poco la sábana V
Levantóla el sacerdote y se estremeció al ver
que al enfermo lo faltaban los dos brazos.
— ¡ Qué! repuso el enfermo, ¿ se espanta V.
do tan poca cosat levántela V. un poquito más..
Así lo hizo el sacerdote. Al infeliz le faltaban
también las dos piernas.
— ¡ Oh! exclamó el sacerdote, ; cuanto os com
padezco !
— ¿ Compadecerme ? muy merecido lo tengo.
Así traté y puse yo la imagen sagrada de Jesu
cristo crucificado. Un día mis camaradas y yo nos
encontramos una imagen del santo Cristo en
mitad do un camino, y empezamos á hacer burla
y mofa de ella. Animado por las brom;is de mis
compañeros, quise aventa^iarme á ellos, y me subí
á la cruz como mejor pude, rompí á la Imagen
h)8 brazos y las piernas, y el tronco se cayó al
suelo. Al poco tiempo entramos en fuego. A la
primera descarga del enemigo quedé yo de ma
nera que para salvar mi vida se hizo posible po
nerme en el deplorable estado en que me veis.
Así castigó Dios mi sacrQego ultraje, y confío
que me concederá expiar mi crimen en este
mundo, para concederme el perdón en la otra
vida.
¡ Dichoso aquel á quien castiga la justicia di
vina con -peuns temporales y que sabe aprove
charse de ellas para evitar las peuas de las eter
nidad !
—
189 —
D io s s e lo p a g u e . — £n el mes de Marzo
de 1880, Don Sosco, encontrándose de paso en
Niza (Francia), reunió á sus Cooperadores en la
modesta capilla que tenía entonces el Patronato
de San Pedro} ante una numerosa j escogida
concurrencia hizo una interesante exposición de
su Obra y de los resultados obtenidos, é hizo en
seguida personalmente la colecta.
— Dios os la pague, dijo á un caballero que le
daba una moneda de oro.
— j Oh! si es así, contestó el caballero, que me
pague un poco más; y puso en la bandeja otra
moneda semejante.
Fensum ientos Xlueaiústlcos.
Este es el Pan de cada d ía : recibidlo, pues,
cada día, para que cada día os haga el provecho
apetecido; pero es de todo punto indispensable
que vuestra vida esté de tal modo arreglada, que lo
podáis recibir dignamente todos los días.
8. Augustin.
£n los primeros siglos del Cristianismo admi
tíase indistintamente á la Comunión diaria á los
niños y á los adultos: de ella procedía aquella
vigorosa savia de la vida cristiana, aquel espíritu
de fe, de oración y de fervor, que dió á la Igle
sia tantos Santos y Mártires de diez, doce y quince
años.
Segur.
H IST O R IA DEL O RATORIO
DE SAN FRANCISCO DE SALES.
C a i' ít o l o
X V I ( 1 ).
(CtrMiíi%acióK).
En la primera clase del bachillerato, donde en
señaba el clérigo Celestino Dorando, el caballero
Gatti preguntó sobre la geografía y límites de
Ita lia , entre otras, hizo á un alumno estas pre
guntas:
— ^En cuantas especies se divide el gobierno
moná^uico?
— En dos: en' gobierno monárquico absoluto y
en gobierno monárquico moderado ó constitu
cional.
— ¿Cuál de estos dos gobiernos es el mejor?
El pobre niño al oírse hacer una pregunta tan
superior á sus ñierzas no supo cont^tar. Lo notó
Gatti, y como si bramara por oir una expresión
contraria al gobierno constitucional, que vige
entre nosotros, le hizo esta insinuación:
fl) Yease el Boletín de Mayo.
— ¿No te parece que sea mejor el gobierno
absoluto, en que el rey hace por sí solo, lo que
le parece y gusta?
A tal insinuación el profesor Durando se creyó
en deber de observar á Gatti que tales preguntas
no eran para un niño del primer año del bachi
llerato. — ¿Cómo puede pretender de un niño, lo
dijo, una respuesta adecuada á una pregunta, quo
daría seriamente que pensar á una persona an
ciana y profunda en política?
Mas el niño cómo si hubiera recibido la inspi
ración de un ángel, respondió:
— Me parece que cualquier forma de gobierno
es buena, cuando son honrados los gobernantes.
Una respuesta tan bien apropiada sorprendió
mucho á Gatti y á sus colegas, y fué por muchos
días el toma de nuestras conversaciones.
Las preguntas más capciosas fueron hechas en
las clases 4^ y 5“ del bachillerato, en las que en
señaba el clérigo Juan Bautista Francesia. Un
alumno de 5^ fué interrogado y respondió del
modo siguiente:
—■¿Has estudiado la historia romana ?
— Sí, señor; he estudiado aquella parte, que
según el programa escolástico, será materia del
examen dual.
— ¿Me sabrías decir por quién fué muerto Julio
César?
— Julio César fué muerto por M. Bruto y por
otros conjurados.
— ¿Bruto, procedió bien matando á aquel opre
sor de la libertad, á aquel tirano del pueblo ?
¿ qué me dices?
— Digo que Bruto procedió m al, porque un
súbdito jamás debe rebelarse contra su soberano,
y mucho menos quitarle la vida.
— ¿Y cuando un soberano obra mal?
— Si obra mal, será juzgado y castigado por
Dios, mas los súbditos lo deben respetar.
— Pero dim e: ¿no se podría atentar contra
Víctor Manuel, para que deje en paz á los reli
gioso^ á los sacerdotes, á los obispos y al Papa?
—> Señor, dijo entonces Don Alasonatti, estos
preguntas no son para un niño; esto más bien
que examen es una trama.
El pesquisidor insiste, no dándose por enten
dido, y el niño respondió :
— No, señor, no se puede. Si un rey no obra
bien, á su tiempo dará cuenta á Dios, pero los
súbditos no pueden en conciencia hacerle mol
alguno. Antes bien, deben rogar al Señor tenga
de él misericordia, le toque el corazón y le con
vierta, entre tanto, paciencia.
— Si debemos rogar al Señor le toque el cora
zón y le convierta, luego es malo; ¿no es así?
— Yo no he dicho que el rey sea malo; hablo
en general y nada más. — Dichas estas polabras
el alumno todo turbado se puso á llorar, y Gatti
le preguntó :
— ¿ Porqu^ lloras ?
— El alumno le dijo entre sollozos, lloro por
que V. me pregunta cosas que no pertenecen á
historia, y temo responder mal.
— No te turbe, concluyó G atti; me has res
pondido muy bien. — Y tal vez á pesar suyo,
demos afirmar nosotros, el examinador no podía
decir otra cosa.
En la misma clase á un alumno de 4® el Ca
ballero le preguntó:
— ¿Conoces al rey?
— No lo he visto nunca, pero sé que es nuestro
soberano.
— Soberano perverso, que persigue á los sa-
—
190 —
<;erdoteH, á los n-ligiusos y á la Iglesia, ¿no es
verdad ?
— Estas cosas no pertenecen á la historia que
debemos estudiar, y por esto no se que respon
derle.
— Si lio las estudiaste en la liistoria, se las
habrás oído á alguno.
— Jaimts las he oido j antes, por el contrario,
la historia do Italia escrita por Don Hosco, que
nos sirvo de texto, elogia á Victor Muimol y á
mis antecesores.
nadie ciertamente podía haberse imaginado que
V. me hiciera tales preguntas.
En la clase 3^ del bachillerato donde enseñaba
el clérigo Juan Turchi, las preguntas fueron sobre
la geografía de Italia, y el examinador quedó sa
tisfecho de las prontas y adecuadas respuestas
del nino Luis Yarak, hijo de un docto rabino de
Ivrea, que con su padre había sido instruido en
la religión y bautizado poco tiempo antes.
Mas á los alumnos que verdaderamente pusie
ron en tortura fueron á los de la 2^ clase del
t
P a t io d e lo s T a lle r e s S a le sia n o s d e C o n c e p c ió n (C hile).
rV .pdg.
— Pero, en resumen, los pereoguidores de la
religión son unos malvados : Victor Mamiel es un
perseguidor de la i*eligión j luego es un malvado.
— V., señor, conoce los hechos mejor que yo.
y podrá razonar asi; pero yo jamás he dicho' ni
oí decir á Don Hosco ni á mi profesor que el rey
sea un malvado. Tan sólo sé que hace algún
tiómpo, habiendo enfermado el rey, Don Hosco
ordenó se rezara por su restableciuiiento y por
el bien ile su alm a; yo tAmbiéu rogué por ól.
— Pero tu me estás diciendo costis que alguno
te ha sugerido.
— No. señor, respondo lo que me dicta el co«wón. Nadie me ha sugerido cosa alguna, porque
1 7 S ;.
b.achillerato, que tenían por maestro al clérigo
Segundo Peltiva que ya pasó á la eternidad. En
estA clase los perseguidores hallaron por fin de
que gloriarse. Visitando los cuadernos en limpio
<ie los alumnos, hallaron que el profesor les había
lÜetndo por trabajo un trozo de una carta latina
del Papa Pío IX, que ya había visto la luz
pública.
— ¿Cómo? preguntó Gattij ¿se dictan á los
niños las cartas del Papa?
— Obser>'e, señor, respondió el maestro. que
no es una carta, sino tan solo un trozo; y es un
texto de pura Latinidad, que parece extraído de
uua obra de Cicerón.
—
191 —
El Gatti, que no sabía niuclio de latín, sin mi
rarse en nada replicó:
— De cualquier modo que sea, no son estos
los autores que se deben explicar en las escuelas.
— Yo no be indicado á mis alumnos, como
cbísicos, los escritos del Papa; les be dictado so
lamente algunas lineas para que las tradujeran
como trabajo de prueba. Para esta clase de tra
bajos que se dan una vez por semana, general
mente elijo temas aislados: cayó en mis m ^o s
este trozo, que juzgué adaptado á la capacidad
de mi clase, y lo dicté. Creo no haber violado
con esto ninguna ley escolástica.
Tales razones no sirvieron para nada j los tres
pesquisidores, juzgando haber por fin hallado el
hilo de la temida conjuración, quisieron examinar
uno á uno todos los alumnos de aquella clase 5
mas como los niños debían ir á comer, lo dejaron
para la tarde.
Era ya mediodía. Clérigos, asistentes, maestros
de enseñanza y de oficio y los niños se fueron á
comer, y los pesquidores acompañados por Don
Bosco, que había reemplazado á Don Alasonatti,
aprovecharon aquel tiempo para inspeccionar la
casa en busca del quimérico delito. No dejaron
rincón ni escondrijo sin visitar; todo lo que inñmdía la más mínima sospecha era atentamente
examinado. Entraron en el refectorio estando co
miendo los niños, examinaron lo que comían y
preguntaron á algunos si padecían hambre. Des
pués visitaron la cocina, la bodega, los dormito
rios, los talleres y por equivocación ó por dema
siado celo, abrieron hasta los lugares conumes.
En la cocina miraron las bollas, hicieron abrir los
armarios y su vista escudriñadora llegó hasta la
tinaja del aceite y el saco del arroz. Y el Gatti,
que era el que se mostraba más celoso, viendo
en el pavimento un ladrillo colocado hacía poco,
sospechó se hubiera allí escondido el cuerpo del
delito, y acercándose a él le golpeaba cou el pie
y escuchaba á ver si algún vivo ó muerto le con
testaba. En el mismo sitio habriendo una alacena
saltaron dos ratones y Don Bosco se puso á reir.
— i Porqué se ríe ? le preguntó el señor Masnnrdi.
— Verdaderamente, respondió Don Bosco, de
bería mejor lamentar lo mucho que rebajáis vues
tra dignidad y autoridad con tan pueriles inda
gaciones; pero me río porque espantáis á los ra
tones.
En la bodega indagaron no solo por los rin
cones más obscuros, sino también dentro de los
toneles. Viendo una grande cuba, el señor Masnardi preguntó si estaba bacía ó llena.
— Desgraciadamente está bacía, respondió Don
Bosco.
Entonces el señor Masnardi subió sobre la cuba
y miró dentro, sospechando que estuviera llena
de dinero ó de armas, ó tal vez de conjurados
como el caballo de Troya. Sucios y disgustados
por no hallar lo que buscaban, los tres pesquisi
dores se animaban mutuamente diciéndose:
— St: nos ha asegurado que algo existe en esta
casa; por lo que, bascando, lo debemos en
contrar.
— Yo os aseguro, añadió Don Bosco, que en
esta casa no ha habido ni hay cosa alguna
que os iuterese. v por esto no lo hallareis aunque
lo busquéis hasta el día del juicio.
Ya no faltaban más que los dormitónos. Allí
palpaban y examinaban los jergones; pero los
pol'vecUlos no pudieron hallar más qne alguna
pul;;a y llevársela consigo á pesar suyo.
Eran ya las dos de la tarde. Los niños, con
cluida su congojosa recreación, se dirigieron á
sus respetivas escuelas y talleres.
Entonces los tres pesquisidores cesaron de su
indecorosa ocnpación y volvieron á emprender el
examen de los estudiantes para el que se mos
traban más gustosos. Aquí les dejó Don Bosco
para ir á tomar un poco de alimento.
Para estar más á sus anchas, los examinadores
tomaron asiento en la antecámara del prefecto, ó
hicieron pasar uno á xmo á todos los ahimuos de
la 2^ clase del bachillerato y á otros, poniéndoles
en tal tortima con sus preguntas, que era una
barbaridad y bajeza.
De esto nos da una prueba el interrogatorio
siguiente, hecho á uno de aquellos pobres niños:
— íCon quién te confiesas?
— Con Don Bosco.
— ^Hace ya mucho tiempo que te confiesas
cou él ?
— Desde hace dos años que estoy en esta casa,
pues siempre me he confesado cou él.
— i Y qué te dice de bueno en la confesión ?
— Me da buenos consejos.
— Dime alguno; ¡tengo tanto deseo de cono
cerlos !
— He oido decir que las cosas oidas en confe
sión no es bueno decirlas á nadie. Ademjís, si
V. desea buenos consejos, puede ir á confesarse
con Don Bosco, y estoy cierto que le dará cuantos
quiera.
— Ahora no tengo tiempo. Pero dim e: <no te
dice que el Papa es un santo?
— Dice que el Papa se llama Santo P adre; y
yo creo muy bien que es santo, porque es muy
bueno y es el Vicario de Jesucristo.
— <Ño te dice que son malvados los que le
han quitado sus Esüidos ?
— Estas cosas no pertenecen ti la confesión.
— <Pero estas cosas, no son pecados?
— Si son pecados, piénsenlo los culpables
cuando van á confesarse. Yo, no habiéndolos co
metido, no estoy obligado .á confesarlos.
Por esto cjvda cual podrá deducir lo demás. El
señor Gatti insistía en preguntar qué liabía dicho
el profesor al dictar el ya citado trozo de carta
pontificia; maó todos alinnahan cou verdad, que
no había añadido nada.
Ya fuese jwr el «lusancio ó por la convicción
de no poder hallar el quimérico delito , los jmsquisidores, después de casi 7 horas de inútiles
pesquisas, desistieron de tan ignominiosa tarea y
se retiraron. Empero so llevaron un paquete de
cuadernos que tomaron en las escuelas para exami
narlos mejor en sus oficinas: el Gatti unió ade' más un ejemplar de la Vida del joven Domingo
Savio, hallada á un alumno de la clase 1® del
bachillerato; y Don Bosco para completar la me
dida añadió también las reglas de la casa, aún
todavía manuscritas. — En estas reglM, les dijo
al entregárselas, verán los señores ministros sobre
qué principios y máximas morales se apoya la
educación que doy á mis niños, y podrán persu^
dirse de qne ecte instituto lejos de cansar festidioB al gobierno, coopera al bienestar de
fa.milias y de la sociedad, formando buenos hijos y
sabios ciudadanos. Espero por lo tan to , añadió,
que nos dejarán en paz á mí y á mis niños. —
Mas por la malignidad de algnnM indignos em
pleados esta esperanza quedó fallida.
(Se continuará).
192 —
BIBLIOGRAFIA.
£jS ttu (llo R ILiltcx*ariON. — En los Talleres
Snlesíauos de Sarriií (Barcelona) acaban de editarse
bj\jo el títnlo genérico do Eiitudio>i Literarios, tres pri
morosos artíonlos gramaticales y nn breve epitomo
de galicismos, por el P. Ortiízar, de la Congregación
do D. Bosco, bajo el pseudónimo de Abeja. Son sos
epígrafes: La lengua y el arto, La lengua y el uso, La
lengua y el abuso, y contienen Anas observaciones pro
pias sobro el arte de la palabra en general y mós
partionlarinente sobre ol idioma castellano, que pu
dieron muy Justamente haber merecido á su malogrado
autor, lugar muy señalado entre los tratadistas do
míís valía Lo corto de este sustancioso opdsoulo baoe
deplorar no baya tenido ocasión el perspicaz crítico
y erudito filólogo de desarrollar tal materia en mis
amplio volumen. De venta en la Librería Católica,
Pino, 5, Barcelona y librerías salesianas.
F. Sarda y Salvany.
IL<(i S o i ii u ii t i O c i'tó lio a de Barcelona. Revista
semanal dirigida por D*'. Antonia Bodrigues de TJreta,
con la colaboración de insignes escritores.
Esta importantísima Revista se halla en el séptimo
ano de su publicación. Do humildísimos principios,
gracias it la extraordinaria actividad y reconocido
mérito de su digna y virtuosa Directora, ha logrado
ponorso á la altura de las mejores publicaciones de
BU género. No siendo otro su ñu que el de cooperar,
con otras no meuos importantes Revistas, como la de
Madrid, Yalonoia y Salamanca, & poner valla á tanta
Revista inmornl como se viene publicando en España,
no dudamos sertí favorecida por cuantos de católicos
se precien. — So suscribo al módico precio de 5 pts.
anuales, en la calle del Bruch, 90, 3® y en las prin
cipales librerías católicas de España.
E l ID iflim aclo i* . Novela original de D'^. Anto
nia Rodríguez de Ureta.
Esta notable obra, cuyo éxito igualan pocas, ha
merecido los plácemes á su autora de los hombres más
eminentes en las letras, y sobre todo, una bendición
apostólica de Sn Santidad León XIII, cuya augusta
persona tantos alientos ha dado á doña Antonia Rodrígnez de Ureta, á fin de que continúe trabajando,
cual lo hace, en pro de la difusión de sanas y esco
gidas obras literarias. — Véndese al precio de dos
pesetas en rústica, y tres elegantemente encuader
nada en tela, en Barcelona y en las principales libre
rías de España y Ultramar.
I*e<xw.eño Ca.to<í¡sino do lii Música,
para uso de los Colegios y Oratorios festivos, por
el Pbro. Antonio Motalli, Cura Vicario de Viuces.
Quito, Tipografía Salesiana.
Agradecemos la bondad con que su autor se ha
<lignado remitirnos un ejemplar del Pequeño Catecismo
de la música, que recomendamos ú nuestros lectores,
especialmente á aquellos que están al frente de algún
Oratorio festivo, pues en pocas páginas y de una ma
nera sencilla y clara, como quien á niños se dirige,
dá las más importantes nociones de tan bello arte y
simpliñea sobre manera el trabajo de los que en los
oratorios festivos ó colegios tienen á su cargo ense
ñarle á los niños.
C a t e c i s m o S a l e s i a n o , por el Pbro. D. Gabino Chávez. Puebla (Méjico), Tipografía Salesiana.
Entre los muchos Catecismos que sobre diversos
asnntos religiosos ha dado á la Propaganda Católica
el celoso sacerdote Sr. Chávez, se encuentra el de que
ahora nos ocupqmos, dedicado á la Obra Salesiana.
Divídelo el autor en tres partes; en la primera habla
del Obrero, 6 sea de Don Bosco, detallando á grandes
rasgos los hechos más culminantes do la vida del va
rón de Dios, hasta los primeros años de su aposto
lado ; trata en la segunda de la Obra, diciendo ser
obra de Dios, por reunirías cuatro señales por las que
estos obras se distinguen; á saber: 1^. La nada de
I jU v o * d o l F u l p i t o . Excelente Revista de sus principios y de sus instrumentos; 2'. La especial
cenal, interesantísima ó todos loa sacerdotes, en i" intervención de la Virgen María; 3*. La persecución
menor, papel fuerte y dieciséis páginas. Publica: de la tierra y del inñcrno, de los hombres y de los
P’Aotos de la Santa Sede, y fallos de los tribunales. demonios; 4*. La rapidez y extensión de su’desarrollo
2” Sermones y panegíricos originales. 3“ Ejemplos his en el mundo: dedica, por último la tercera, á los
tóricos, sagrado.s. religioso» y profanos. 4" Respuestas Cooperadores Snlesianos. — Consta de 55 pag. en 16®
á las consultas hechas por los subscriptores. Su precio, y 63 muy á propósito para la propaganda católica.
6 ptas. al ano en la Peuísnla, y 3 en Ultramar y paí Agradecemos al autor su atento envío.
ses de la Unión Postal; pago adelantado. Puntos de
subscripción: Tluesca, D. José Banzo, director de la
L í i s M is io n o s s O n t^ S lic a s . Publicación
Voa del PtUpito.
qnincenal ilustrada que contiene ameno ó interesante
texto formado por conmovedoras cartas de Padres Mi
Cat<Ui<»u, por D. Félix Sanlá sioneros. relaciones de atrevidos viajes, progreso de
y Salvany, Pbro., Director de la Reriafa PopMÍnr de las distintas cristiandades, etc. etc. acompañando á
las relaciones preciosos grabados. Cada año forma nn
Barcelona.
elegante tomo en folio mayor de más de 500 peinas
Acaba de publicarse el tom o v i i i , eu ol que se con cerca de 400 grabados. Precio de subscripción en
dau reunidos varios de los artículos del Sr. Director España é islas adyacentes: 14 pts. al año, ó 7 pts.
de la Rci'ísta Popular, que ra:ís permaneuto interés semestre, Puede remitirse el importe en libranza del
ofrecen para la controversia de nuestros días, y que Giro ^lutno, letra de fácil cobro ó sellos de úanqueo,
pueden considerarse casi siempre como otros tautos oertiticando en este caso la carta. Se subscribe en la
opúsouh^, no indignos do figunir entre los más di Re«lacoióu y Administración, Librería y Tipografía
fundidos «leí referido escritor. — Véndese, al igual de Católica, Pino 5, B.arcelona, y en casa de los señores
los siete precedentes, á cuatro p«^setas eu rústica, seis corresponsales de la misma.
h\josauieuto enouadema«lo en tela y plancha dorada y
7,60 con la misma encuademación y corte dorado, en C«a apnbadin de la AatoridadBclesástica - 6«nat« JOSE GIKBIXOla Librería Católica, Pino, 6.
Tarín —- Tipografía Salesiana.
Buenos-Aires — LlBBERiA SALE81ADIA — Sarriá (Barcelona)
Mis dificultades. — /Pero si yo no tengo f i ! Yo gui- El Heroísmo en sotana por el General Ámbert.
íícra practicar mi religión, jgero no pneáo, por Taxil. Un varapalo á las sectas.
Yo he sido impío. Bevelaciones espiritistas y mar
el P. D. Damás S. J.
sónicas por José Huertas Lozano.
La Lámpara del Santuario. Novela moral religiosa
por el Emmo. Cardenal Wiaeman. ¿Say un Dios El Dios de otro tiempo por Conrado de Bolanden.
gue cuide de nosotros y de su Iglesia 7 por 31ñr. Quién es Jesucristo? D. L. C. de Segur.
de Segur.
Opúsculos de propaganda contra el protestantismo.
La té y la Ciencia moderna por el mismo.
Los verdaderos amigos del Pueblo por el 11.'“'^ S.r
Los Viajeros del Ferrocarril, seguido de la Vida de
Obispo de M á l a g a ....................... Pts. 0 60
la Dastorcita Santa Germana Cousin por el Pbro. Don Bosco y su Obra por el
Obispo do Milo,
Francisco Butiña de la Compañía de Jesús.
hoy día de M tila g a ............................» 0 60
Vida de San Luis Gonzaga por el K. P. Bivadeneira. Don Bosco por el Doctor Don Carlos D^Espiney^
Los Muertos y los Vivos. Conferencias acerca de las
Caballero Gran Cruz de la Orden pontificia de
San Gregorio Magno. Acaba de publicarse la
comunicaciones de Ultratumba por el P. Matignon.
segunda edición española muy aumentada y re
El Mejor libro 6 el Crucifijo por el Sacerdote Bonvisada con todo e s m e r o ...................> 3 —
giovanni.
Principios Elementales de Gramática Latina, por el
Benjamina.
Presbo Salesiano Don Celestino Durando ¡tra
tado el más sencillo,' metódico y práctico para
Lecturas recreativas por el P. Luis Coloma.
alcanzar el conocimiento de dicho idioma, y
Vida de Santa Rosa de Lima por el P. Pedro Bivaque ha sido aplaudido por excelentes latinistas
deneiia.
y
maestros.
Sel Infierno al Paraíso, beclio Mstórico del siglo pa
Segunda edición hecha en Barcelona > 2 —
sado por el P. Juan José Franco.
Maquinaciones tenebrosas y Rasgos edificantes. Colec La Casa de la Fortuna, Drama del Presbo. D. Juan
Bosco................................................... » 0 áO
ción de historias escogidas por el Presbo. Don
Semana Santa. Texto en latín, con traducción al
Camilo Ortúzar.
castellano de las lecciones, espístolas, evange
La Presencia Real de N. S. Jesucristo en el Santísimo
lios, y con explicación de las ceremonias de
Sacramento del Altar por Mñr. do Segur.
cada función, recientemente publicada en loa
imitación de Cristo. Edición elegante y económica.
Talleres de Sarriá. En tela pts. 1 25. En piel
El Poder Temporal del Papa ó ¡a Cuestión Romana.
de 1 50. á 3 25.
Vida de San Vicente de Paul seguida de la del B. Juan
Don Bosco. Amenos y preciosos Documentos sobre
G. Perboyre.
su Santa Vida y admirables Obras compilados
Cartas espirituales escogidas de San Francisco de Sales.
por un Cooperador Salesiano. Un voL en-16 de
De los deberes del hombre por Silvio Pellico.
pág. 440, P e se ta s..................................... 1 00
Las siete maravillas de la Virgen del Valle por el B.
Vida
de Miguel Magone. Narración interesantísima
P. Bemardino Orellana.
hecha con no menor gracia que naturalidad y
Vida da San Agustín por el Presbo Don Julio Bar
sencillez, por el Presbo. Don Juan Bosco, y en
bería. Edición popular encomiada por varios
la cual se manifiesta cómo un niño recogido de
Cardenales y Obispos, traducida al español de
la calle llegó á ser uno de los alumnos más »•
la última edición italiana. — Talleres Salesiaventajados y virtuosos del Oratorio Salesiano
nos de Sarriá.
de Turín, donde murió en olor de santidad.
Vida de Domingo Savio el San Luis Gonzaga del 0Segunda edición, traducida cuidadosamente y
ratorio Salesiano. Belación de singular interés
publicada
con elegancia en los Talleres Salesiaescrita por el Presbo. Don Juan Bosco y tradu
nos de Sarriá. P e s e t a s ....................... 0 40
cida con todo esmero para los Talleres SolesiaCulpa y Perdón - Seyano. Son dos de los dramas más
nos de Sarriá.
a c r^ tad o s del muy distinguido escritor Presbo.
Primer libro de Lecturas graduadas con nociones
D. Juan B. Lemoyne.
elementales de aritmética, geometría y cate
Traducción española. Cada uno, Pts. . 0 40
cismo. — Sarriá.
Üistoria Sagrada. Cien lecciones con grabados saca La Virgen de Don Bosco, por el Presbo. Don Camilo
Ortúzar. Preciosa colección de gracias y favo
dos de la Biblia ilustrada de Doré. — En rús
res alcanzados por intercesión de María Auxi
tica 0,75 Pts. En tela 1. De lujo 1,50.
liadora, muy eficaces para avivar la fe y piedad
Felicidad desconocida por el Presbo Esteban Trione.
Leyendas y Tradiciones por Francisco F. de Capella,
de los fieles.
Tercera edición de lujo, Pesetas . . 0 60
La Fe y la Incredulidad.
La Perla escondida por Matilde Bourdón.
Vida del Presbo Salesiano Don Víctor Alassonati, por N. B. A l precio de cada obra es preciso añadir el
10 p. % por los gastes de correo y expedición^
el E. P. Franceaia.
Buenos-Aires — LIBRERIA SAIESIASA — Sarriá (Barcelona)
PURLfCACIONES RECIENTES
CATECISMO ESPllCADO CON EJEMPLOS
por el Salesiaiio D. CAMILO ORTIÍZAR, Pbro.
La Tipografía Salesiana de Sarri«1.-Barcelona acaba de publicar la tercera edición, m
una obra de sumo interés, la que recomendamos de un modo especial á los señores P á
rrocos y personas dedicadas al espinoso cargo de in stru ir á la juventud, no siéndolo menos
á toda suerte de personas, y m ayorm ente á los padres de fam ilia. E l piadoso autor lia
espuesto con c la rid a d , no sólo las enseñanzas de nuestra san ta Religión, sino que, con
acierto, lia reunido variados y preciosos ejemplos que alientan á practicar la virtud.'
K E l Catecismo constituye el fundam ento indestructible de la educación cristiana. En
él se resuelven todas las grandes cuestiones y se enseñan los más sagrados deberes; es el
aso viisterwso que une al hombre con Dios, el cielo co» la tierra, el tiempo con la eternidad.
« P a ra facilitar su conocimiento n a d a más á propósito que añadir los ejemplos á la
doctrina. Las palabras mueven; los ejemplos arrastran. E l camino de los preceptos es largo
y penoso, el tfe los ejemplos corto y agradable. N uestro Señor sem braba de parábolas sus
enseñanzas. »
E l Catecismo explicado con ejemplos que anunciamos, tiene, pues, el objecto propuesto.
Constituye un tomo de 1010 páginas, y se vende al precio de 4 ptas. en rústica, y 6 en
cuadernado.
AL CI ELO
POR MARI A
por el Presfa. Don CAMILO ORTÚZAR,
de la Pía Sociedad de San Francisco do Sales.
Tip. Salesiana T arín. E n rústica
.
P ta. 1.
BOLETIN SALESIANO
Afio X. - K. 8-
—
Publicación mensual
—
AfíOSTO de 1895