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ú o VII. -N . 10.
Publicación mensual.
OCTUBRE de 1892.
BOLETIN SALESIANO
Debemos ayudar 4 nuestros h er
manos 4 ñn de cooperar á la
difusión de la verdad.
(ni S. J uan, 8).
Atiende 4 la buena lectiira, 4 la
exhortación y 4 la enseñanza.
(I T imoth. IV, 13.)
Entrelas cosas divinas, lam ás di
vina, es la de cooperar con Dios
4 la salvación de las almas.
(S. Dionisio.)
£1 amor al prójimo, es uno de
los mayores y más excelentes
dones, que la divina bondad
puede conceder 4 los hombres.
(El Doot. S. F ranc. de Sales).
Quien recibiere 4 un niño en mi
nombre, 4 mi me recibe.
(Math. xvui.)
Os recomiendo la ñinez y la ju
ventud : cultivad con grande es
mero su educación cristian a; y
proporcionadle libros que le en
señen 4 huir del vicio y 4 prac
ticar la virtud.
(Pío IX.)
Redoblad todas vuestras fuerzas
4 fin de apartar 4 la niñez y
juventud de la corrupción é
incredulidad y preparar asi una
nueva generación.
(León XIII.)
DIR EC C IO N en el O ratorio Salesiano — Calle de Cottolengo N. 32. T U R IN (Italia)
SUiMAUIO.
Cristóbal Colón.
La mejor herencia.
El limo. Sr. Cagüero y otros misioneros Salesianoe en
Italia.
PiAMOXTE. Sétimo Torineae. Un misionero de la Patagonia.
Ls Cuna de Don Bosco.
Turín. Dos estatnas para el altar de María Auxi
liadora.
Certamen de Catecismo.
Tierra Santa. Belén. Asilo de la Santa Familia.
América. Noticia de nuestros misioneros. Concsa.
liepública Argentina. Mendoza.
El K. P. Miguel Angel Braga.
El Santo Bosario.
Gracias de María Auxiliadora.
Historia del Oratorio de San Franoisoo de Salee.
Grabados. Casa en que nació Don Bosoo. San Vicente
de Paul. San Feliiie Neri.
Cristóbal Colón.
Colón es nuestro.
(León XIII. EncicL Quarto
abeunte aaeculo).
El cuarto centenario del descubrim iento
de Am érica es celebrado con singular
esplendor en uno y otro continente. Es
Tilia aiMiteosis digna del ilustre genio y
éel carácter sobrenatural que sem ejante
acontecim iento reviste. El descubrim iento
del n n evo m undo y a se considere en sí
m ism o, y a e n su autor ó en sus conse
cuencias es m anifiestam ente providencial.
Su Santidad L eón X I I I con una sola
palabra h a glorificado al inm ortal descubridor. Colón es nuestro, ha dicho é l ;
es decir Colón pertenece á la pléyade de
su s hijos m ás em inentes.
Cristóbal Colón está enaltecido con
todas las grandezas h u m a n a s: es uii
gen io y un ai>óstol. E l suceso que recor
dam os es el m ás extraordinario de cuan
tos registra la historia do las cosa.s hu
m anas , y el hom bre que lo realizó es
uno de los m ás esclarecidos por su s
grandes dote.s de corazón ó inteligencia.
A l m ostiur eu el inesplorado océano un
nuevo mumlo, m illares de criaturas ra^
Clónales vinieron d e las tinieblas del
olvido á integrar la fam ilia hum ana; su
barbarie se cambió en mansedumbre, y
lo que es m ás de la m uerte eu que yacían
sus alm as pasaron á la regeneración y
esperanza de la vida eterna.
E lapostolado essu p erioral g en io:B iitre
las cosas divinas, la m ás sublim e es la
(le coojierar (ion D ios á la salvación de
las alma.s, ha dicho San D ionisio d e
A reopagita.
— UÜ Y en el héroe á quien el m undo aplaude cuestión la m ás grave de unestrós días
en este cuarto centenario el ardor del que j)reocupa á los individuos y pueblos,
apostolado cristiano es el dom inante en á las academia^; de los sabios y á los
HU p en sam ien to; dar gloria á D ios, con congresos de los gobernantes. Con des
quistar almas para el cielo es la 'a sp ira terrar á D ios de lós colegios, con ulfrajaT
ción m ás vehem ente de su a lm a ; no hay á su esposa la Iglesia; h a vellid o á re
sacriñcio n i contratiem po capaces á con sultar que con desconocerse ios imprescin
dibles derechos d e D io s se desconocen
tenerle en su santo proí)ósifco.
En el siglo x i v habíanse establecido los de ,toda autoridad, y la clase iirolecorporaciones á m anera de sociedades de taria exclam a entonces; N i Dios, ni
m utuo socorro para protejer á los obreros ñor. L a Ig le sia que tien e las palabras
d e las vejaciones de los señores feudales. de vid a eterna ha hablado por m edio de
A m ás (le la honradez y com petencia su J e fe para dar la solución de esta
para ejercitar un arte ó industria era cuestión tan difícil como peligrosa, y la
m enester ante todo la n ota de buen sohuñón que h a dado hállase concretada
cristiano. E l padre de Colón lo era fer- en las palabras del E v a n g e lio : Buscad
v en tísíjn o , y bien que su uficio era hu ante iodo el rdno de Dios y su jusñcia,
m ilde, como escardador de lana, procuró que todo lo demás se os dará por aña
educar del mejor modo posible á su hijo didura.
d e excelente índole, i)iadoso, inteligente,
d e gran corazón y apasionado carácter.
Cristóbal Colón, obrero como su padre,
tuvo á m ucha honra pertenecer á una
d e esas religiosas corporaciones; y la
atm ósfera bendita que dom inaba en ellas
U n o de los deberes m ás sagrados qne
contribuyó poderosam ente al desarrollo pesa sobre los padres de fam ilia es sin
d e sus admirables cualidades.
duda alguna el de la educación de los
E n Gónova, ciudad llena de conventos, hijos. E ste es el asunto principal de sus
aprendió á venerar las órdenes religiosas, desvelos, y jam ás serán dem asiado solí
y entro éstas la de los franciscanos que citos en punto de tanto interés. D e la
dedicada al trabajo m anual hizo floreíjer educación de la ju ven tu d depende el
en Italia la industria de la lana. P or esto porvenir de la sociedad. N o hay padre
á m ás del respeto y gratitud que se de fam ilia, cualesquiera que sean sus
granjeaban con el ejercicio del santo princi])ios, que no desee la felicidad de
m inisterio gozaban de singular sim patía sus hijos, T como ésta depende por lo
y prestigio sobre todo en la clase obrera. general de la dirección que se da en los
La devoción de los gen oveses á la c o le g io s , es de sum a im portancia la
Santa vSede fu é otra excelen te escuela elección de los que están basados en la
para Colón.
m oral cristiana, en los m ás nobles y
Por fin la espléndida corona de santos rectos ])rincipios, com o son los de la
d e que se halló rodeado no podía dejar fó católica, i D e qué servirá á los jóvenes
d e arraigar más y m ás en él los gérm enes aprender literatura, historia, matemáticas
rolm stos de virtud adquiridos en el hogar y adquirir nociones de todas las cien
p a te rn o ; porque es de notiu* que ou aípiel c ia s , si ignoran las verdades necesarias
tiem jx) la Kepúblioa de G ónova dió á para conseguir la salvación eterna, si no
la Ig lesia n u eve Saut-os, entre los cuales I se forman en la práctica de la virtud, á
resplandece Santa Catalina Fiosehi.
I la cual está prom etida la gloria inmortal,
Como dando Colón á la Ig lesia unm uudo ; y si eu vez de esto las enseñanzas y
n u evo le diera á la vez las alm as que D ios ejem plos que reciben son una i)alinaria
había allí sembrado, el cuarto centenario contradicción de lo que aprendieron de
do tan singular acontecim iento es ante sus padrest
A nadie se oculta que hay colegios
todo tiesta de la m aternidad de la Ig lesia y
d el apostolado ciU-ólico. Si Colón llegó que engañan aún á no pocos católicos
á ser apóstol es porque fué grande y fiel con el aparato de fina falsa ciencia, y
cristiano, un obrero m odelo como lo eran donde m ás que ilustrar el espíritu se
los que en aquel tiem po pertenecían á corrompe el corazón que es el tesoro por
las sociedades de que hem os hablado, y excelencia; colegios de donde está deste
cuando no había aun CKesfiiía odrera, rrado el crucifijo y hasta el nombre
LA MEJOR HERENCIA.
— 147 mismo de D ios, donde se llam a á la fé
superstición, á la piedad hipocresía y á
la religión fanatism o, donde las ense
ñanzas de la Ig le sia son constante objeto
de escarnio, donde s e la calum nia horren
damente y n i lo m ás santo se respeta.
¡Pobre ju ven tu d ! ¡Cóm o te-traicion an
arrastrándote inconciente á la perdición!
Deisgraciados los que son cóm plices á
veces tam bién inconcientes de tan n e
fanda traición. Si y o fu ese padre d e fa
milia, decía M ontalem bert, preferiría, que
mis hijos fueran antes ignorantes y rudos
que exponerlos á perder la fó y moralidad
íl costa de un poco de ciencia.
¿Cómo explicarse la conducta de los
padres d e fam ilia, que profesando la re
ligión católica y protestando que quieren
la sana educac'ó i de sus hijos, proceden
sin discernim iento alguno en asunto de
tan serias con secu en cias! 'No faltan por
fortuna escuelas y colegios donde ios
preceptores y m aestros se consagran á la
educación n o como á un negocio mer
cantil, n i por conquistar aplausos y ho
nores, sino expresam ente para salvar á la
niñez y ju ven tu d d e los peligros que la
rodean y labrar con todo em peño su ver
dadera felicidad. ¿P o r qué 310 acudir á
ellos? N o se d iga que por econom ía ú
otros m otivos tan efím eros como éste, pues
que bien vale la pena privarse de algu
nos placeres y cosas superfliias cuando
se trata de la felicidad tem poral y eterna
de los h ijo s ; n i es d e hom bre sensato el
, sacrificar el bien cierto de una buena
educación á la esperanza incierta de otras
tontajas. N o se diga que basta la moral,
que moral sin religión es contra la natu
raleza, decía Stuart B lack ie; para un
alma sana sem ejante moral es anormal y
monstruosa. L o m ism o h a dicho W as
hington. L a religión y la experiencia nos
enseñan que n o pueden haber moral sin
el principio religioso que la sostiene.
Harto m anifiestos son en nuestros días
los am argos frutos producidos por las
escuelas que proclam an la m oral sin re
ligión: la im piedad produce el orgu llo,
el egoísm o, la rebeldía contra toda autor id ^ e l descontento d e todo, el aburri
miento, la licencia y toda clase de vicios.
No n os extenderem os en m ás conside
raciones: baste recordar que de nada
vale ganar e l m undo entero si se pierde
el alma, y que la educación cristiana es
la mejor herencia que un padre puede
dejar á su hijos.
E L ILfflO . S R . C A C H E R O
y o tro s m is io n e r o s s a le s ia n o s e n I ta lia
E l 6 d é agosto el lim o. Sr. O a g licro ,
Obispo d e M agida y Vicario apostólico
de la P a ta g o n ia , desem barcaba en Gén óva acompañado do los m isioneros UK.
P P . D om ingo M ilanosio y J o s é Beanvoir,
de dos H erm anas de Alaría A uxiliadora
y de algunos salvajes de la Tierra del
F uego y de la Patagonia.
E l 8 del m ism o m es M onseñor ora re
cibido con indecible entusiasm o eu el
Oratorio de Turín adornado con graciosos
arcos y profusión de c e n e fa s, x>cudoiios
y banderas. M uy tierno y conm ovedor
fuó e l saludo cam biado con el R ovm o.
Sr. D on E u a y dem ás superiores. La
música., e l cauto, los v iv a s atron ad ores,
los sem blantes llenos de a leg ría , todo
expresaba m uy á las claras el gi-an re
gocijo general y el singular canño con
que es distinguido el celoso ó ilustre
Prelado.
D espués d e u n discurso, con que á
nom bre d e todos le dió la bienvenida
uno do los alum nos, M onseñor contestó
con v iv o a fec to , saludando en nombre
propio, de loa m isioneros que le acom
pañaban y d e cuantos trabajan en A m é
rica bajo la bandera salesiana. Su i)alabi'a
elocuente, paternal y encendida eu san!,os
sentim ientos fué escuchada con avidez.
E l recuerdo de Don Bosco, que lo am aba
como á la pupila de sus ojos, revivía con
grau fuerza en la memoria do cada uno.
¡A h cuánto gosaba Don Bosco al verle
llegar después de las penosas y a¡)0stólicas f a tig a s ! ¡ Cómo lo bendicira ahora
desde el Cielo!
• •
E l 14 del m ism o m es fueron á la vez
recibidos con solem ne fiesta los R B. P P .
L u is L a sa g n a , Insi)ector de las casas
salesianas de U ruguay y Brasil, y Carlos
Peretto, párroco y director de una iglesia
y casa salesiana del Brasil.
N o es fácil expresar el consuelo y re
gocijo que anim ó á todos los herm anos
al verles después de larga ausencia. Todos
querían llegar á ellos y les bebían las
p a la b ra s; todos se interesaban por saber
— US —
la suerte que han corrido en sus trabajos
y tener noticia de los demás m isioneros
^ue evangelizan á los im eblos de A m é
I T A
.L I A
.
rica.
Indígenos americanos.
PIA M O N T E .
U n m isio n ero d e la P a ta g o n ia ,
E l B . V. Beauvoir ha traído d e la
Tierra del F u ego una fam ilia de in d í
g e n o s; esto es un m atrim onio con dos
hijos. L os dos m uchachos d e n u eve á
diez años trocaron el arco y las flechas
por la pala y el azadón con que en la
Isla de D aw sou han com enzado á apren
der á cultivar el cam po bajo la dirección
de los Padres Salesianos. Convertidos al
cristianism o, como sus padres, han apren
dido el esi)añol y cam biado sus vestidos
de piel de lobo y guanaco por los de uso
euroi>eo. Con ellos llegó tam bién im chi(íuelo indígeno de la tribu de Onás. Otro
patagón de 17 a ñ o s, Santiago Melii>án,
vino con M ons. Oagliero. El padre de
Melipán combatió heróicam ente contra
las fuerzas argentinas en 1882; pero toda
su fam ilia y tribu, en numero de trescien
tas personas, cayeron prisioneras y fueron
conduciilas á Cliicliiual, cerca del B ío N e
gro. M ons. Oagliero y demás m isioneros sa
lesianos los han instruido y bautizado
juntam ente con otros 700 salvajes de la
tribu del caciqiie Sayueque. vSautiago
habla con facilidad el español, comprende
el italiano, es buen zapatero y músico.
Con las H erm anas de María A u xilia
dora vinieron dos m uchachitas, Severina
y Josefina, una hija y la otra sobrina
del cacique Sayueque. A m bas han sido
educadas en la casa de las H erm am is en
P a ta g o n ia ; hablan e l e sp a ñ o l, cantan
regularm ente y trabajan y bordan con
tanta habilidad (pie obtuvieron premio
en V iediua i)or obras de este género.
V istm i una traje sin m angas, cefiido con
un cinturón adornado con cuentas de
vidrio y de plata y adem ás una capa
que les llega hasta los pies. Como descen
dientes de fam ilia (ie caciques arau
canos, usan brazaletes y collares de plativ,
hablan tam bién el araucano y rccitan
ciertas oraciones en latín y en italiano.
Seguidme, dijo Jesús, y mülares de discí
pulos corrieron tras de él á la gran conquista
de las almas.
Seguidme, repitió á sus hijos el apóstol
de nuestro siglo, un pobre sacerdote de fama
universal cuyo lema era: JDa mihi animaHf
ccBtera tolle. Y esos hijos con ánimo gene
roso volarou á la Patagonia y Tierra del
Fuego á salvar las almas que allí se hallan
en las tinieblas de la muerte. Hé ahí á Don
Bosco y sus misioneros.
Uno de esos campeones de Jesucristo que
cou la cruz pendiente del cuello, el breviario
bajo el brazo y el amor de Dios en el corazón
se despedía en 1877 de su patria y familia,
después de quince anos de apostólicas fati
gas, rico de morales trofeos recogidos en lo
más áspero da aquellas apartadas regiones,
vuelve á su suelo natal para confereuciar
con el ilustre SuxJerior de su Instituto y
tomar de nuevo á su santo labor.
Ansiosamente esperado por todos, lo era
en especial por Sétimo Torüiese, ciudad de
que es originario, y la cual bien demostró
cuánto ama á quien consagrado al m;is
sublime apostolado le llena de tanta gloria.
A las (j de la tarde del 2ü de agosto el
pueblo entero, como se tratase de celebrar
una tiesta nacional, dando de mano al trabajo,
se reunía en la estación del ferrocarril y
alegre y entusiasta llenaba las calles y viales
contiguos. A l ver aquella inmensa muche
dumbre de gente vestida de g a la , agitada
como el flujo y reflujo del mar, bien se com
prendía el afecto cou que las personas de
toda edad y condición distinguían á su be
nemérito compatriota, el E . P . Salesiauo Don
Domingo Milanesio.
Al descender del tren el ilustre Misio
nero el pueblo prorrumpió eu vivas y aplausos
de indecible alegría, y cuando apareció el
Iv. P . MUauesio, de gran estatura, sonriente
y afable, tostaiio por el sol de las pampas
y con cabellos ya entrecanos, conmovido
sobremanera, las demostraciones ■de cariño
Y entusiasmo no turieron límite.
Luego que el clero presidido por el Bevereiidísimo Sr. Preboste le hubo dado la más
cordial bienvenida, el R. P . Milanesio abraza
á su querida madre de 77 míos ebria de con
tento y á sus hermanas, parientes y amigos.
La banda musical toca una marcha triuufal
y el venerado sacerdote es conducido proeesionalmente á la iglesia parroquial. Las
calles y balcones decorados de mil modos
estáu llenos de gente.
— 140 —
Se liíiu echado á vuelo las campanas, y
todos los corazones unidos eu uii mismo
sentimiento aclaman sin cesar al querido
Misionero. La magnífica iglesia, adornada
con todo lujo, regalaba la v is ta : la banda
de música queda en silencio y el 11. P . Milaucsio sube al pulpito y después dar á todo
el mundo los más expresivos agradecimientos
y de felicitarlo por la fé que le anim a, le
habla do las misiones y pueblos salvajes. El
auditorio estaba pendiente de sus labios y
la interesantísima relación que escuchaba le
enternecía hasta el punto do no poder con
tener las lágrimas.-
una fotografía la representa con toda fide
lidad.
¡Ah cuántos preciosos recuerdos trae esa
pobre cabaña! ¡Cuántas cosas admirables
han pasado entre sus paredes! Dios da su
gracia ár los humildes, los exalta y eterniza
su memoria.
A llí recibió Don Bosco las inolvidables
enseñanzas y el elocuentísimo ejemplo de su
santa madre Margarita; allí recibió las pri
meras divinas iimpiraciones, y fuó favore
cido ya á los diez años con extraordinarias
gracias de María; allí desde pequeño oraba
como un ángel y con un celo superior á sus
ií.rvMXTfMr
Casa en que nació Don Bosco {Castchiuom de Asti).
El domingo 21 de agosto el santo Misio
nero ofició eu la celebración de la fiesta de
San Luis, líepitiórouse las manifestaciones
de alegría; y el lunes partió para la Casa
salesiaua de San Benigno Canaveso.
Así Sétimo Torinese sabe honrar á sus
héroes.
{Corriere Kazionale).
L A CUNA D E DON BOSCOEn las faldas de una colina de Castelnuovo
de Asti, entie viejos arboles y 'N’iü a s , se
encuentra la humilde casa en que nació Don
Bosco, la cual hoy día visitan con piadoso
interés los viajeros y es líor todos conside
rada cual bendita reliquia.
El presente número del nuestro Boletín
va ilustrado con un grabado que tomado de
años reunía á los niños pobres como él para
euserniiies la doctrina cristiana.
Obediente á los consejos de su madre, evi
taba juntarse con maloscompafíoros, salía
de madrugada á pastorear con dos vacas y
empeñábase en consagrar al estudio todo el
tiempo que podía.
Si loa hombres miran con placer y con
cierta veneración aquella humilde casa, los
ángeles deben de contemplarla dulcemente
desde el cíelo. Es menester convertirla en
un santuario, dicen los devotos de Don
Bosco; conviene que en ella se eriga un
altar. Ese lugar es santo y muy digno de
ser transformado en casa de Dios.
Tales votos mil veces repetidos son tanbién los nuestros. ¡ Quiera Dios que antes de
mucho se realicen para mayor gloria suya y
de su buen siervo!
— 150
r
T u v íli
D o s o .s ln fiia s ¡mi'.'t e l a l i ñ e d e i'lla i'in A u x i li a d o i - a <‘ii e l S n u t ii a i - io d e s u n o m b r e .
neinoa hablado eu diversas ocasiones de
la docoracjóii de la iglesia de María Aiixiliadoni y del precio.so altar m ayor, que es
obra maestra del arte y del más delicado
gusto. A la verdad que iio se concibe cómo
pudiera darse más realce á la imagen mi-
y hermosura. TMcbas estatuas estáu ya tra
bajadas eu yeso : el Sr. Binelli de Leopoldi
ha regalado el marmol de Oarrara para reproducir los originales y darles el valor que
merecen; y como eu el templo de María
Auxiliadora hasta cada ima do las piedras,
según la expresión do Don Bosco, recuerda
una gracia do María, esperamos que esta buena
Madre no tardará'en favorecer á las personas
que vengan á contribuir á la decoración de
su propio altar.
■'f.-
i
i
' m
S. Viconte do Pa.nl.
lagrosa de Alaría, cuadro al óleo do gran
tamaño,do (jue tienen noticia nuestros Coope
radores.
Esto es tanto más de estimarse cuanto que,
como bien so sabe, uno de los escollos con
que regularmente so U'upieza al erigir un
templo es el de acertar un la consti'ucción
de un gracioso altar.
Proyéctase ahora colocar en los interco
lumnios del altar dos graudcs estatuas encoinelidadas al célebre artista Ginotti, uua de
San Vicente do Paul y otra de San Felipe
l^eri, con lo cual ganará todavía en gracia
S. Felipe Nori.
C ER T A M EN DE CATECISM O.
El 1- del junio del presente año efectuóse
en el Oratorio Salesiauo con la mayor so
lemnidad, presidido por el limo. Sr. Don
Agustín líiclielm y, Obispo de Ivrea, uu
certamen de catecismo para estimular á los
niños al estudio de la religión.
Keuuidos en gran número los escolares,
casi todos artesanos, su liallabau divididos
en dos bandos dispuestos convenientemeuíe:
do una parte los tipógrafos, fundidores de.
— 151 —
caracteres, cajistas de imprenta y encuader
nadores ; de otra los zapateros, sastres, car
pinteros, lierreros y escultores.
Después de una composición pronunciada
por uno de los alumnos, se dió comienzo al
certamen que se dividió en cuatro partes
alternadas con exeogidas piezas de música
ejecutadas por la banda del Oratorio.
1* parte. Preguntas del Catecismo explicado
para adultos, sacadas á la suerte por el D i
rector para cada uno de los alumnos, á las
cuales debían responder con toda precisión.
2* parte. Preguntas recíprocas entre los
alumnos sobre puntos del mismo Catecismo.
o** paríe. Preguntas recíprocas sobre puntos
del Catecismo explicado y del elemental, con
excepción de lo concerniente íí las solemni
dades de la Iglesia.
4‘ parte. Preguntas recíprocas entre los
alumnos vencedores sobre ambos Catecismos
y sin excepción de materia alguna.
El alumno que no sabía responder á una
pregunta retii'ábase á su puesto. E l certamen
quedaba al fin concretado á pocos conten
dientes. E l vencedor, al son de la marcha
real, fuó declarado Principe del Certamem y
recibió de manos del limo. Sr. Obispo la
recompensa y distintivos preparados. Según
el uso de estos certámenes, loa cuatro alumnos
que después dei Príncipe se defendieron
mejor, esto es resistieron contestando más
veces las preguntas del competidor, formaron
el cortejo del Príncipe y fueron decorados
con títulos correspondientes. Hé aquí sus
nombres:
Principe. Manfredo V ela , de Verolengo
(herrero).
1" Cónsul. Angel Consolini, de Brescia
(carpintero).
2* Gónsnl. Félix Giona, de Novara (car
pintero).
Legado. Francisco Ferrari, de Cremona
(oficial de librería).
Alférez. Camilo Gagliardi do San Salvador
en Monferrato (fundidor de tipos).
Una bandera en manos del alumno ven
cedor y otra en las del bando correspon
diente, las cuales pasaban de uno al otro
lado según las circunstancias, contribuían á
dar mayor animación al certamen.
El Dmo. Sr. Obispo dió fin á esta hermosa
fiesta con un precioso discurso en el cual
exhortó á los niños á repetir estos actos.
Certámenes como éste son de gran utUidad
y todo catequista debería empeñarse en probar
los resultados.
T IE R R A
S A N T A
BELÉN.
A s ilo d e la S a u ta F am ilia.
B&Ién, 20 de marzo de 1893.
B e v 3IO. S b . D on E u a :
Como todo lo concerniente á estos Santos
Lugares sea de interés á nuestros Coopera
dores, me es grato escribir á V. E. á fin de
que les trasmita las noticias siguientes:
La Palestina en esta época es pintoresca.
Después de las lluvias de invierno, bajo la
iufiuencia de un sol de primavera, los cam
pos se han cubierto de ñores. Éstas apa
recen por todas partes con gran variedad de
colores y matices | la naturaleza presenta el
más risueño aspecto y los montes y llanuras
se han transformado en inmensos jardines.
Pero con todo aseguran nuestros agricultores
que las lluvias de este afio han sido escasas
y que pronto vendrá la sequía que traerá
por consecuencia la pobreza de la cosecha.
L a la n g o sta .
Una gran plaga nos amenaza; á saber la
de la langosta que ya se ve aparever en
estado embrionario y sin crear todavía alas,
en las riberas del Jordán y cercanías de Jericó . E l Gobierno trata de proveí^ los
daños que estos insectos ocasionam y el
mismo bajá de Jerusalén acompañado de un
destacamento de soldados y una banda mi
litar ha partido para Jericó para ver modo
de conjurar el mal y dar valor al pueblo
inquieto y en gran manera preocupado. Bien
sabido es que la langosta se propaga en
tanto número que devora todas las plantas
de provincias enteras, y especialmente las
mieses. Esperamos que San José nos pro
teja.
F i e s t a en h o n o r d e S a n «José»
Ayer celebramos con toda la solemnidad
posible la fiesta de San José. El Protector
de este Asilo si bien habrá sonreído al ob
servar nuestra pobreza, se habrá ciertamente
alegrado de que los niños educandos hayan
hecho tan numerosas y devotas comuniones.
Se cantó una misa solemne con acompa
ñamiento de armonio en la iglesia de las
Hermanas de San José, por ser mayor que
la nuestra j y si no fuera por el traje de los
fieles y esteras de paja que acá se usan en
vez de sillas, era de imaginar nria fiesta
religiosa europea, con la diferencia de que
el recogimiento con que aquí niños y Q uitos
se acercan á la mesa eucarística es tal que
raras veces se ve semejante en las ciudades
de Europa.
— 152 S e q u ía .
Si la escasez de agua inspira inquietud,
el vacío de la bolsa de nuestro Asilo es aun
más crítico j pero confiamos en Dios y en la
generosidad de nuestros bienbecliores, que
no ha de faltar el pan para los chicuelos,
ni hemos de vernos en la necesidad de dis
minuir el número de los albergados en esta
casa, f Oómo abandonar en manos de los
lobos del cisma y de la herejía á estas pobres
obejiUas que el Señor se ha dignado confiar
á nuestro cuidado 1 j Ah n o ! San José vendrá
en nuestro socorro.
I g le s ia a l S a g r a d o C orazón .
Oontinúanse con gran actividad los trabajos
de la i{|;lesia que el Kevmo. Sr. Oan. Belloni
ha erigido en honor del Corazón del Hijo
do Dios, del Corazón adorable que por pri
mera vez con vida completa ó independiente
de su Madre Santísima palpitó en esta ciudad
de Belén.
La fábrica es elegante y de excelente ma
terial : será un monumento digno do la pie
dad de los fieles y una prenda de la mise
ricordia del Señor con esta su desgracida
patria.
A d ió s d el carn aval.
Ha terminado el carnaval y comenzado
la cuaresma con sus austeras enseñanzas.
Kuestros alumnos quisieron dar el adiós al
carnaval con la representación del hermoso
drama titulado M Emperador Juliano, al
cual asistió numerosa concurrencia de las
personas más respetables del lugar. La eje
cución filó sobre manera satisfactoria, y los
amigos del Asilo se manifestaron sumamente
complacidos, sin dejar de comprender cuanto
aprovecha á la juventud la no menos útil
que agradable enseñanza por medio de la
representación de dramas semejantes.
lle g r c s o d cl E m in en tísim o S r. P a tr ia r c a
d e «JeruNnlén.
Con el carnaval se despidió el cólera,
concluyeron las cuarautemvs y regresó de
Beyrouth el Exmo. tír. Patriarca. Con su
presencia ganarán en solemnidad y esplendor
las proseciones que de aquí se luiceu cada
sábado de cuaresma para venerar los Lu
gares Santos. El Exmo. Sr. Patriarca pre
side la función asistido del cabildo y acom
pañado de numerosos peregrinos. Y cosa
digna do notarse: un destaciimeuto de sol
dados turcos hace los honores militares al
eortqio.
Adiós, Kevmo. Sr. Don Kua. Mi pensa
miento vuela frecuentemente á Turíu. Pero
cuán grande es la fortuna de orar en esta
tierra honrada con los pasos del divino Sal
vador.
De T . K.
Áfmo. y IT. S . y 8.
A . NKrLB.
Belén, 30 de abril de 1^3.
ILa S e m a n a S a n ta en J c r u s a lé n .
Esta bendita tierra se prepara á recibir
la gran peregrinación que no tardará en
llegar. Estas peregrinaciones dan vida á
estos lugares, avivan la fé, dan mayor actidad al comercio y aumentan las relaciones
mercantiles con Europa. H asta los Judíos
esperan con interés á los peregrinos á fin
de hacer ventajosos negocios.
Pero dejando á un lado este asunto de
poco interés para las almas cristianas, mejor
será que le de una breve noticia sobre las
fiestas de Semana Santa en Jerusalén. No
le hablaré del esplendor con que se engalana
la iglesia de Jerusalén. Ya otros lo han
hecho antes. Pero por grande que sea la
impresión que aquí producen las sagradas
ceremonias, es muy triste que no puedan
efectuarse con entera libertad: el tiempo
está medido á los católicos con deaoladora
parsimonia. \ Ah cuándo será el día en que
la religión verdadera sea la única dueña de
estos ilustres sautuarios! Es muy doloroso
á los fieles verse obligados á retirarse, para
dejar en manos de musulmanes y cismáticos
estos lugares santificados con la v id a , pa
sión y muerte del Salvador. Por esto la Se
mana Santa es doblemente dolorosa para
los católicos de Palestina.
La ceremonia de los cismáticos que atrae
más gente es quizá la, del fuego sagrado. Los
griegos cismáticos procuran hacer creer que
son favorecidos del cielo con uu fuego sa
grado que dicen milagrosamente aparece en el
Santo Sepulcro el Sábado Santo. Esta in
vención engañosa es grandemente celebrada,
y en tal día los griegos, cada uno con una
vela en la m ano, llenan la iglesia de bote
en bote. A cierta hora determinada el Pa
triarca cismático, acompañado de dos diá
conos, entra en la iglesia del Santo Se
pulcro , y después de ciertas ceremonias
86 presenta al público con el fuego sagrado.
En un momento enciende cada uno su vela:
la iluminación es como uu lago de fuego y
una nube de humo sale por las altas ventanas
del templo. Las diversas sectas cismáticas,
de armenios, coptos, sirios y caldeos pagan
fuertes sumas por tomar parte en esta ce
remonia. ¡Y que se tenga el atrevimiento
de hacer esta farsa en el mismo Santo Se
pulcro 1
V isita d el E xm o . S r . P a tr ia r c a
d e J e r u s a lé n ,
E l domingo pasado nuestro Asilo fuó
honrado con la visita del Esmo. Sr. Luis
Piavi, Patriarca de Jerusalén. Su Excelencia
que vino á celebrar en Belén las nupcias de
oro de un venerable Padre Franciscano dignóse
llegar al Asilo de la Santa Familia: entre-
— 153 —
túvose largo rato con los superiores, visitó
la iglesia del Sagrado Corazón y felicitó por
tan importante obra al Sr. Can. Belloni,
tuvo una palabra bondadosa para todos, y
al partir, estrechando la mano del B . P . Useo,
le dijo: Eres muy querido amigo mió. Eeconocidos á neustro amado Prelado, no olvi
daremos jamás sus bondades y consideramos
sus bendiciones como expresión de las que
el Señor nos regala.
L a cosech a.
Le manifestaba en mi anterior el pánico
que se había apoderado del pueblo, temiendo
cierta devastación y escasez j pero el Cielo se
ha dignado mandarnos después abundantes
lluvias y el peligro de las langostas ha
desaparecido. ¡Bendita sea la misericordia
de Dios!
D e V . B.
Afmo. y S . S . y 8.
A. K e pl e .
A M E R IC A
N O TIC IA S DE N U ESTRO S M ISIO N ER O S
Xuevas fundaciones.
En los últimos tiempos los Misioneros Saiesianos de América á más de las funda
ciones hechas en Biobamba (Ecuador), San
tiago de Chile, Agua de Dios (Colombia) y
Lima (Perú), han establecido casas en Men
doza (República Argentina), en Mercedes
(Uruguay), en Conesa junto al Río Negro y
dos casas de Hermanas de María Auxilia
dora en San £*ablo del Brasil.
He aquí algunas cartas sobre varias fun
daciones :
Conesa, Bio Negro,
P de setiembre de 1891.
B e t .mo S b . D on B ú a :
Monseñor Cagliero lleno de ardiente deseo
de salvar las almas ha enviado á Conesa
seis religiosos para establecer una Misión.
Encargado yo de acompañarlos, partí de P a
tagones el 5 de julio después de decir la
santa Misa y recibir la bendición de nuestro
querido Prelado.
Recorrimos las noventa leguas de camino
sin novedad alguna. E l viaje fué una ver
dadera m isión: regularmente nos alojábamos
en casas hospitalarias, decíamos misa en
a lt^ portátil, administrábamos los sacra
mentos y enseñábamos la doctrina. A l caer
la noche del segundo día sin hallar nna ca
bana donde albergarnos y cuando caminá
bamos en medio de gran oscuridad, nuestros
caballos se resistieron de repente á seguir
adelante, y como todo esftierzo para hacerlos
andar fuera inútil nos bajamos, hicimos una
gran fogata en medio de un gran bosque y
procuramos reposar. Mas á poco vino una
lluvia torrencial que nos impidió dormir. Al
día siguiente cesó la lluvia, y apenas ama
neció observamos el gran peligro de que nos
había salvado la divina Providencia. Nos
hallábamos á la entrada de una espesa selva
y junto á un gran río. Bien diversa habría
sido nuestra suerte si no so detienen los
caballos.
Pasando cerca de Pringlos quisimos salu
dar al R. P . Luciani y demás Sulesianos y
Hermanas de María Auxiliadora allí resi
dentes. Nos acercamos á las riberas del Río
Negro, y apenas llegamos á la casa vinieron
á recibirnos multitud de niños y niñas acom
pañados los primeros del B. P . Luciani y
las otras do las Hermanas. Esta visita en
un lugar tan retirado y desierto no podía
menos de ser celebrada por todos nosotros.
Quedamos á comer, y se sirvió aun un poco
de vino, cosa que sólo se ve por acá en las
grandes solemnidades. No es posible pro
barlo con frecuencia, pues que cuesta seis
pesetas la botella. Este precio no sorpren
derá á quienes saben que aun los artículos
de gran consumo son de gran valor en estos
lagares.
Poco después de comer nos despedimos de
nuestros buenos Hermanos y Hermanas de
Pringles y seguimos viaje. Finalmente el
11 de julio llegamos á Conesa. Sin tener
nosotros sino lo más indispensable y faltán
donos sillas , camas y alimentos , solicitamos
la caridad del vecindario, y no fué vana
nuestra confianza, pues todos se apresuraron
á proveernos de cuanto era menester.
Si bien la casa de Conesa sea tan humilde
como la gruta de Belén, esper.amos que con
las bendiciones del Señor producirá grandes
bienes espirituales y temporales á toda la co
marca poblada en su mayor parto de in«lígenos. La casa que actualmente ocupamos
es alquilada y sostenida por los vecinos y
aún por la Autoridad.
Don Agosta le dará otras noticias. Yo
termino, R. P ., pidiéndole la bendición para
esta casa y para su afino.
U . y 8. 8.
D o m ing o M il a n e s io
Sacerdote Salesiauo.
Concaa, 1^* de setiembre de 1801.
E e t m o . S e . D on R ú a :
Hace días que llegué á este lugar donde
me esperaban Don Milanesio y otros herma
nos, á la vez que dos Hermanas de María
Auxiliadora.
— 154 —
La gente de esta comarca es de muy buen
natur^, hospitalaria y asiste gustosa á las
tiestas religiosas que nos es dado celebrar
en esta pobre casa.
Todo el mundo se empeñó en celebrar con
una novena y gran procesión la fiesta del
patrono San Lorenzo : no sólo querían que
por las callos irregulares y con mal suelo, pa
sasen la aiidas del Santo sino también el
Santo Saoriuneiito. Improvisaron cruces,
estandartes, baldaquino: ricos y pobres con
currieron al adorno de las cabanas, ya con
pieles de guanaco, ya con telas de color,
guirnaldas de flores, etc., y una joven esposa
llegó á regalar su vestido de novia para
formar el trono de la Majestad.
Oon talos disposiciones la tiesta fuó her
mosa y conmovedora. Comulgaron no pocas
personas y luego oyeron la primera predicaci(')ii que yo les hacía como á mis nuevos
parroquianos. El i)ueblo y autoridades asistie
ron á la misa, con mtísica, celebrada á las
10 lj2, y á las 3
de la tarde concurrie
ron á Ja procesión aun personas venidas de
muy lejos. Abría la procesión una cruz con
los alumuos de las escuelas, seguía la ima
gen de San Lorenzo conducida por loa pa
tronos de la fiesta y rodeada de las personas
méa ancianas del lugar; luego las Hermanas
<le María Auxiliadora cou las Hijas de María
y después las Autoridades con el balda
quino luyo el cual iba Nuestro Señor Sacra
mentado.
.Duraute el camino se cantaron himnos y
recitaron piadosas oraciones, y por fin se pautó
el Tantum ergo y se dió la bendicióu cou el
Santísimo j'i toda la coucurreucia. TJua fun
ción semejante en un lugar doude es tan
imponente la naturaleza lleua el alma de la
mós dulce impresión. Todos han quedado en
extrouio complacidos y se preparan ahora
para celebrar lo mejor posible la Natividad
de María.
Saluda á V. H. con el mayor afecto
Su- IT. JT.
E ua ^'cisco A gosta
P resbítero.
República Argentina.
lia ciudad de Mendoza se halla situada
los pies de la Cordillera de los Andes en
la parte en que ésta separa á la Itepúbliea
Argentina de la de Chile. Es famosa por
los grandes teiTomotos que ha sufrido y en
especial por el de 1801 que la arruinó casi
completamente. El 22 de febrero de 1802
han ido
abrir allí una nueva casa los Saíosianos. como lo advierte la carta siguiente:
Jlentloiía, 22 de -febrero do 1892.
E evjMO. Sr . D on E ua :
Muy grato me es anunciarle la fundación
de una casa en esta ciudad.
Partí on este objeto de Buenos Aires el
día de nuestro patrono San Erancisco de
Sales y llegué á. esta ciudad el 31. Los
E li. PP. Jesuítas me hospedaron afectuosa
mente en tanto que quedaba disponible la
casa llamada Escuela Católica conocida ya
cou el nombre de Colegio de Don Sosco, y
mieutras buscaba los muebles y demás útiles
indispensables para establecerla.
El 18 del corrieute llegaron inesperada
mente de Chile un sacerdote, un clérigo, uu
coadjutor y im ascrito enviados por el limo.
Sr. Cagliero para acompañarme en 16s tra
bajos de esta nueva casa; y todos recibieron
igualmeute la más cariñosa acogida de nues
tros buenos amigos y bienhechores, los Padres
Jesuítas.
Tomamos posesión del Colegio el día 22.
Nuestros excelentes Cooperadores nos han
provisto de todo lo necesario y han sido los
instrumentos visibles de la Providencia para
cou nosotros. Muy obligados estamos á todos
ellos y en especial ála s Sras. Doña Felicidad
y Doña Delñua Eodriguez quieues son como
verdaderas madres de esta casa. ¡ Dios ben
diga á todas estas almas generosas y las
premie con largueza en esta vida y en la
otra!
Esperamos poder inaugurar las clases en
la semana próxima. Lo que auu nos falta
son paramentos sagrados y un local apro
piado para capilla. Ya vendrá en nuestra
ayuda María Auxiliadora.
En este año la cosecha de uva se ha per
dido casi completamente. La langosta devoró
hasta las hojas de las viñas, que son la ri
queza principal de esta región.
Apenas podamos establecer una capilla,
abriremos uu Oratorio festivo y vendrá á
ayudjw’uos de Buenos Ayres otro clérigo que
tocará el armonio.
Dígnese, E. P ., bendecir esta nueva casa
y á cada uuo de los Salesianos que la ser
vimos.
De V. E .
Afmo y O. S. S.
L. B otta , sacerdote.
EL R. P. miGUEL ARGEL BRAGA
La Pía Sociedad Salesiaua ha sufrido una
gran pérdida con la muerte del R. P . Miguel
Angel Braga, ocurrida el día 6 de agosto
del presente año. El E. P . Braga hacía
como veinte años que se hallaba consagrado
cou vi\ o celo y oieucia no común á la edu-
— 155 —
cacióu (le los niños de nuestro Asilo de San el Padrenuestro enseñado por íTuestro Señor
Pier de Areua. Antes de ordenarse de sacer á los Apóstoles como el más acabado mo
dote perfeccionó sus estudios en el colegio delo de las peticiones; el Avemaríd de ori
Capráuica en Roma, donde tuvo por con gen también divino y la más excelente sú
discípulos al actual Obispo de Oremoua, al plica con que pueda honrarse á María; y el
Arzobispo de Florencia y á los dos carde Gloriapatri, salutación con que reverente
nales Vannutelli. Habiendo oído hablar de mente confesamos el misterio de la SautiDon Bosco, fué á verlo á Turín y se decidió sima Trinidad.
á entrar en la Sociedad Salesiana y á tra
bajar infatigablemente en ella por toda su
Las quince promesas de Haría hechas á santo Domingo
vida.
El día en que enfermo de muerte recibió
en faror de los derotos del Rosario.
el santo V iático, mostró singular contento
y dijo al R. P . Director del A silo : Se me
1. El que me sirviere constautouiente re
ha aparecido María y han desaparecido mis citando mi Rosario recibirá una gracia es
dolores. Multitud de hermanos sacerdotes, pecial.
2. A cuantos devotamente recen mi Ro
clérigos y seculares le acompagnaron en la
agonía en tanto que todos los niños del sario les prometo singular protección y gran
Asilo rogaban por él en la iglesia. Tanto des favores.
en nuestro Instituto como en otras casas re
3. El Rosario será un arma potentísima
ligiosas se hicieron triduos y oraciones espe contra el lulieriio: destruirá los vicios, disi
ciales durante su enlermedad para conseguir pará el pei*ado y abatirá la herejía.
•1. El Rosario hará tiorecer la virtud y
que sanara; pero el R. P . Braga estaba ya
maduro para el cielo y el Señor quiso no santidad, atraerá sobre las almas copiosas mise
ricordias de Dios, retraerá el corazóu de los
demorar en galardonarle.
El 8 de agosto tuvieron lugar sus funerales hombres del vano amor del mundo para lle
en la iglesia parroquial de San Cayetano, y varlo al amor de Dios y encenderlo en el
ñieron una manifestación solemne del gran deseo de las cosas eternas. ¡ Oh cuáuta>s al
afecto que le tenía toda la ciudad. El templo mas se santiñcarán por esta devoción I
se Uenó de gen te: á más del clero, estaban
5. El que á mi se recomienda por medio
allí los institutos de la Providencia, de la del Rosario no perecerá.
Visitación, de Santa Ana, la Sociedad obrera
6. Todo el que recitare devotamente el
de S. José, los miembros de la Conferencia Santo Rosario con la consideración de los
de S. Vicente de P aú l, la Congregación de sagrados misterios no será oprimido de la
las Madres Cristianas y la de las Hijas de desgracia, no será castigado par la justicia
María. E l R. P . Juan M arengo, Director de Dios , uo morirá de muerte improvisa,
del Asilo, pronunció con sentidas palabras sino que se convertirá si es pecador, so con
el elogio fúnebre; el acompañamiento al ce servará eu gracia si es justo y se hará digno
menterio fué extraordinario; las calles por de la vida eterna.
7. Los verdaderos devotos de mi Rosario
donde pasó el unmerosísimo cortejo estaban
llenas de gente. Era aquel un espectáculo no morirán sin sacramentos.
8. Quiero que los que recitan mi Rosario
imponente que bien claro demostraba el
aprecio con que todo el mundo distinguía á tengau eu vida y á la hora de la luuorLe la
tan digno sacerdote. Todos exclamaban : Ma plenitud do las gracias y sean admitidos á
mverto un santo; Don Anpel era un dnyel. participar de los méritos de los bienaventu
j Dios le tenga ya en su gloria ! Así lo espe rados eu el Paraíso.
9. A los devotos de mi Rosario yn los
ramos; mas si Don Bosco mismo pidió á los
suyos que no olvidaran hacer suíVagios por libro del Purgatorio el mismo día do su
su alma, tampoco debemos olvidar la del muerte.
10. Los verdaderos liíjos de ini Ríjsario
R. P. Braga y de pedir á Dios (jiie mande
á su viña obreros semejantes para su mayor gozarán de grande gloria en el cicio.
11. Todo lo í^ue pidieres por el Rosario
gloria.
lo alcanzarás.
lli. Los que propagan mi Rosario serán
socorridos por mí eu toda uecesidad.
13. Yo he obtenido de mi Divino Hijo
que los míenibros de la Confradía del Rosario
puedau tener por hermanos á toda la corta
celestial en vida y después de la muerte.
14. Los que rezan mi Rosario son mía
Hé aquí una de las prácticas religiosas
más recomendadas' por la Iglesia y más pro hijos y hermanos de Jesucristo, mi Hijo uní*
pias para atraer singulares bendiciones. En génito.
15. La devoción á mi Rosario es una
ella se armoniza perfectamente la oración
mental con la oración vocal y se recitan las gran señal de predestinación.
¡Qué (jopiosa fuente (!<» gracias y hendíoraciones más preciosas de nuestra religión:
EL SANTO ROSARIO
— 150 —
clones! La sola promesa de que el liosario
68 seual de predestíuacióu basta para de
mostrarnos su importancia.
Por otra parte puede considerarse el Ro
sario como la reina de las devociones enri
quecidas por la Iglesia con su tesoro de in
dulgencias. Largo sería enumerarlas; pero
(íonviene recordar que todo Cooperador Salesiano gana indulgencia plenaria con reci
tarlo ante el Santísimo Sacramento y, cuando
esto no es x)osible, delante de un crucifijo.
Gracias de María Auxiliadora
U n p a ís b e n d e cid o p o r M aría.
Nm-etto Villa, 10 ele uoviemtjie,
E e v m o . S u . D ir e c t o u d e l
O r a t o r io S a l e s ia n o :
Querría hacerle una larga relación de las
innumerables gracias aquí recibidas por in
tercesión de María Auxiliadora; pero siu
poder disponer del tiempo necesario para
ello me limitaré A emiineraiie tan sólo al
gunas de las principales:
El año de 1887 fuó para nosotros de gran
des desgracias.
A fines de febrero sentíame poseído de
tal melancolía que temía una mortal enfer
medad. Escribí entonces al carísimo Don
B osco. rogAudole me encomendara A María
Santísima y sin demora me sentí recobrado.
•
• •
En los primeros días de marzo presentá
ronse muchos casos de pulmonía. Hallándose
ya siu habla y echado el fallo de los médi
cos, un joven de 20 años, que aun no ha
bía recibido los sacramentos, fui A él y le
puse bajo la almohada una medalla de María
Auxiliadora A la vez que rogué A la Santí
sima Virgen obtuviera la gracia de que este
enfermo se pudiera confesar. A poco recobró
el conocimiento y la palabra, se confesó y
recibió el Sauto ViAtico con gran devoción,
y horas después se durmió en el Señor.
Casi no había una casa donde no se en
contrase algún enfermo do pulmonía. En al
gunas familias había tres. Varios estaban
desahuciados por los médicos.
Le escribí A Ud. pidiéndole una novena
de oraciones A María Auxiliadora y di una
medalla de la Santísima Virgen A cada uno
do los iiacieutes. El 19 de marzo comenzaba
en su iglesia la novena y en el mismo día
se alejó él m al; todos los enfermos comen
zaron A recobrarse y ninguno murió no sólo
en esta parroquia sino tampoco en la vecina
donde habían también recibido la medalla
de María Auxiliadora.
Habiendo un niño quedado tullido A causa
de una enfermedad, necesitaba ser condu
cido eu brazos por los suyos. En la mañana
del 22 de junio mientras yo celebraba la misa
en el altar de María Auxiliadora en Turín
y unía mis oraciones A las de la familia para
obtener la salud del niño, éste comenzó A
andar expeditamente con asombro general.
•
• •
El mismo día, A la misma hora, una mu
jer que había perdido la vista recomiéndase
A María Auxiliadora y repentinamente se
siente perfectamente sana.
«
* •
En la noche del tres de abril, día de do
mingo de ramos, habiendo ido A predicar A
otra iglesia cogí una pulmonía y el Jueves
Santo recibí el Santo ViAtico.
Mas como una piadosa señora escribiera A
TJd. pidiéndole oraciones por mi salud, no
tardé en restablecerme, y el 24 de mayo,
día de María Auxiliadora, he tenido la sa
tisfacción de cantar una misa de acción de
gracias en el altar consagrado A ella.
¡ A l i ! cuántos motivos tenemos para ma
nifestarnos constantemente reconocidos A
María.
B artolom é A m o
Eector.
U n a m e d a lla do ü la r ia A u xiliad o ra *
Muy R e v . S e ñ o r :
Hace poco que le envió una limosna para
que tuviera A bien celebrar una misa por la
salud de mi padre enfermo de gravedad.
Ahora le ruego que dé las gracias A los Sa
grados Corazones de Jesús y María. Cuando
ya se desesperalja de obtener la curación de
mi padre, anciano de 81 añ os, le apliqué
sobre la cabeza una medalla que en una de
sus caras representa al Sagrado Corazón de
Jesús y en la otra A María Auxiliadora. Y
mejoró instantáneamente. Recayó tres veces
y las tres veces volví A aplicarle la mila
grosa medalla, al contacto de la cual mejo
raba en el acto.
Había dicho el doctor que si después del
primer ataque ocurría otro era asunto de
horas; en caso contrario podría vivir aún
algunos pocos días.
Cuando puse por primera vez la medalla
sobre la cabeza de mi padre era mediodía,
157 —
y en la tarde se sentaba á comer con noso
tros. Indecible fué la sorpresa del doctor y
de toda la familia.
Víttorio, 18 de julio.
J u s t in a P a s m a .
B A R C E L O N A
Bajo la presidencia del 31. I. Dr. Cortés,
canónigo penitenciario de esta Santa Iglesia
Catedral, y del I. Dr. Sala, verificóse en la
tai’de del 15 del corriente mes de agosto la
repartición de premios á. los alunnos del
lustitnto Salesiano de Hostafranchs.
La espaciosa sala destinada al efecto estaba
atestada de niños. Amenizó el acto la banda
musical del mismo Instituto, ejecutando un
extenso y brillante programa.
AI concluir la función el señor Director
del Colegio dió una breve relación de las
obras realizadas por los Mjos de D . Bosco
en favor de aquella barriada.
Por ella resultó que durante el curso acadé
mico de 1891-92 asistieron á las clases de
párvulos, de solfeo, música, nocturnas, y
sección superior é inferior, unos 671 alunnos.
Las primeras Comuniones ascendieron á 118.
Ademas, para estimular á esos pobres niños
al exacto cumplimiento de sus deberes se
repartieron 1,089 premios, consistentes en
blusas, pantelones, cam isas, alpargatas,
libros, etc.
3íuy satisfechos quedaron cuantos asis
tieron á tan importante acto, y al salir todos
decían: «1 Lástima que no baya una Casa
salesiana en cada barrio de esta ciudad! »
{Diario Catalán).
HISTOfilÁ DEL ORATOEIO DE S. FRANCISCO DE SALES
C a p it u l o VIII.
f ContinuaciónJ.
« Pero á las empanadas es menester remo*
jarlas, > agrega dicho señor, y en consecuencia
manda de regalo al Oratorio una cantidad de
excelente vino de sus viñas de 3Ionferrato. «
Quiero ver, d^o, el efecto que dos tragos de
buen vino producen en estos chicuelos, » y lo
vio con gran satisfacción. -Después de cinco
minutos que habían bebido el primero ya no
cabían en el pellejo: la charla se convirtió en
algazara y repetíanse sin interrupción loa
vivas al Sr. Marqués. Era un inocente ani
mado espectáculo de carnaval. A l ser\'irle8 un
nuevo v a so , en visto de la alegría llevada
al colm o, Don Bosco pidió al Sr. Marqués
que le permitiese bautizar el vino á fin de
evitar alguna travesura de Buco.
Si grande fué en aquel día el contento de
los niños mayor fué el del señor Marqués.
La fé y piedad que guiaban sus acciones le
hacían recordar con intima satisfacción liM
palabras del divino Salvador: Todo lo que
hiciéreis en mi nombre por el último de wt
míos por mi lo hacéis ¡ sentíase feliz con ha
ber proporcionado algunos ratos de alegría
á pobres n iños, que rogarían á Dios le re
compensara con un eterno premio. Creo yo
que en atención á su ciuidad el Señor le
concedió la gran paciencia, resignación y for
taleza que jam.ós le abandonó en las grandes
pruebas con que acrisolada su vida se pre
paró á una preciosa muerte.
No ñié menoría alegría que este apreciable
señor proporcionó el día de san Luís á más
de ochocientos niños, reunidos en el Ora
torio á celebrar la fiesta del especial patrono
de la juventud. Hizo dar de nuevo á todos
pan en abundancia y una buena tajada de
salchichón, tan estimado en el Piamonte.
Alzándola en el aire y mirándola de cerca
los niños exclamaban: No se ve Superga,
¡Bra/ool ¡N o se ve Superga!
Es ésta una frase familiar entre nuestros
alumnos para indicar el espesor de una ta
jada de queso ó de salchichón: si es tan sutil
y transparente que mirando al través de ella
puede verse Superga, colina situada al nord
este de Turín, no merece tantos aplausos
como cuando nada se d iv isa : y de estas úl
timas eran las regaladas por el munífico
señor Marqués.
Actos de caridad semejantes del Sr. Mar
qués Passati y de otros bienhechores servían
de estímulo eficaz, para que los niños con
currieran á la enseñanza del catecismo y re
ligiosas funciones del Oratorio. Así se reali
zaba en ellos la seutencia dol Evangelio:
Buscad primeramente el reino de Dios y su,
ju stic ia , que lo demás se os dará por añadi
dura .
,
Y conviene recordar aquí á los dnectores
y promotores de los Oratorios festivos, que
para obtener la asistencia de los jóvenes son
necesarios los honestos entretenimientos. Sin
este aliciente la mayor parte de los niños
pudiendo hacer su propia voluntad, unos
porque son huérfanos y otros porque sus
padres no cuidan de e llo s, uo se sienten
movidos á asistir á las funciones sagradas y
á las instrucciones religiosas, como que todos
ellos por su vivacidad y ligereza huyen la
seriedad de estos actos y el sujetarse á una
atento vigilancia. Es pues menester atraerlos
como á las moscas con la miel, y por lo tonto
á fin de que un Oratorio festivo prospere se
requieren diversiones, juegos, recreos amenos
y suma bondad y amabilidad j conviene ade
más de tiempo en tiemxio una xe]>re.sento.;íón
teatral bien escogida para su ^mudición,
gona feria o rifa, regalillos, pascus, luerien-
— lóS (lafl, etc. Con esto los Oratorios llegan á
ser un colmenar de cliiciielos , que en caso
contrario irían ociosos y vagabundos á bormiguear en las calles y plazas, expuestos á
todo género de peligros, sin D io s , sin fé y
sin ley. Tristes ejemplos vemos de ello en
Italia y Francia, en España y en todas par
tes : rapaces que crecen en suma ignorancia
y abandono, dando rienda suelta á sus ma
los instintos y pasiones, los cuales corrom
pido el corazón llegan a ser bajó un nombre
más ó menos especioso verdadera calamidad
do las naciones. Tiempo es de que los favo
recidos con los bienes do fortuna procuren
evitar peores consecuencias y qne hagan el
sacrificio de algunas mone<las y de algo do
lo que consumen en el lujo y mil placeres.
Si más se espera quizá no será ya tiempo y
con mayor detrimento propio y ajeno habrán
de Lamentar los frutos de la anarquía y de
esa escuela, que hasta se gloría de rendir
culto á Satanás, enarbolando bandera negra
al grito de Viva el infierno.
Conviene aprovechar las enseñanzas de la
historia y recordar que el Señor se sirve á
veces do los mismos malos para castigar la
indiferencia do los qne piidiemlo salvar á la
juventud la dejan perderse. El presenti
miento de días terribles y nefastos es gene
ral : todo parece indicarlo. \ Qué la caridad
y bonoflconcia nos alcancen la misericordia
do Dios y detenga el brazo de su insticia!
Si, á Dios gracias, aumentaba la benevo
lencia do los hombres con el Oratorio, to
mando éste mayor incremento crecían sus
necesidades. Durante los años de ISoá y 55
sobrevino una gran miseria, con la cual se
llenó el Asilo d^e niños pobres. Como faltara
lugar para más, á Don Bosco sele partía el
alma con verso obligado á negarse á a(!eptar
huérfanos sin el menor amparo. Unos venían
recomendados por el Síndico Proeuvador,
otros por el intendente ó Prefecto de la Pro
vincia y no era raro que alguno llegase en
viado por los ministros del Bey. Agrégueso
que el año 1S55 fué funesto para el Piamonto y do gran pena para Don Bosco y sus
hijos.
En el espacio do pocos meses cinco per
sonas do la familia real fueron arrebatadas
por la muerte, entro ellas el sabio y esfor
zado Foruamlo de Suboya-Carignano, Buque
do Génova, y las reinas Alaría Teresa y Ma
ría Adelaida*, dos ángeles de la CoYíe y dos
madres de los pobres. IVtaría Teresa mujer
de Carlos Alberto y madre de Víctor JÍamiel II, favorecía al Oratorio con importan
tes limosnas : una vez mandó mil liras como
sufragio por su esposo difunto, y otra ha
biéndole escrito Don Hosco en gran necesi
dad le envió sin demora igual cantidad, Xo
ftieron esas las únicas ocasiones en que sir
vió de instrumeuto de la Providencia á Don
Bosco y así su muerte hubo do ser sentidí
sima.
Por otra parte la guerra de Crimea y es
pedición de 15,000 soldados piamouteses en
ayuda de los turcos, ingleses y franceses en
contra de la E u s i a e l oídinm que destruyó
las vinas más fiorecientes de la provincia;
la escasa cosecha obtenida en el año; la rea
parición del cólera en Cerdeña y otros con
tratiempos afligieron á ricos y pobres, y prin
cipalmente á las obras que como nuestro
Asilo se sostenían con la caridad pública.
Pero Dios manifestaba de cuando en guando
que no obstante los malos tiempos no aban
donaba á sus pequeuuelos. Tin día que Don
Bosco salía precisamente de casa á buscar
algún socorro se le presenta el señor conde
Renato de A gliano, gentilhombre no menos
ilustre por su noble origen que por sus sen
timientos de cristiana piedad, el cual le dijo:
« Mi esposa ha caído enferma de gravedad;
tenga la bondad de pedir á Dios por su
salud y de recomendarla á las oraciones de
sus niños.
Y al mismo tiempo le dió una limosna que
correspondía á la mitad de lo que se debía
al panadero. Don Bosco dió las gracias al
caritativo caballero, le alentó á conflar en
el Señor y le añadió qne con semejante li
mosna obligaba al Cielo en cierto modo á con
cederle lo que deseaba. Entre tanto en la mi
sma tarde Don Bosco hizo que los niños comen
zaran á rezar un Padrenuestro y Avemaria
por la curación de la enferma.
A l tercer día vuelve el Conde al Oratorio
y cuenta agradecido á Don Bosco cómo, con
gran asombro aun de los módicos, ha desa
parecido el peligro y su esposa empieza á
convalecer. Reconocido al favor obtenido
de Dios le entrega en nombre de ella una
limosna ignal á la anterior, que sirvió para
saldar la cuenta del pan.
Estos actos de caridad en que se advertía
lo extraordinario y prodigioso infundían á Don
Bosco gran coníianza en la bondad de Dios
y al mismo tiempo le sugerían las industrias
nuVs amorosas para cuidar de sus niños.
Solícito como una madre en que nada les
faltara, y temeroso al mismo tiempo de abu
sar de la generosidad de sus bienhechores,
creyó conveniente ocurrir á la caridad pú
blica, y organizó al efecto en 1854 una nueva
rifa, con billetes de veinte céntimos. « Hace
dos añ os, d ecía, solicitamos la caridad de
los fieles para fabricar iglesia y casa, ahora
recurrimos á ellos para apagar el hambre
estudiantina. » IS'ombró en consecuencia una
comisión compuesta de sus mejores amigos,
pidió la facultad necesaria, y luego se dió
á repartir billetes por todas partes: á los pá
rrocos y obispos, á las autoridades civiles y
senadores y hasta á los ministros del R e y :
procuró lio olvidar á persona alguna acomo
dada, dando así ocasión de hacer el bien
á tantos niños pobres que la divina Provi
dencia le había confiado. Pero como apare-
r
— 159 —
jieraotra vez el cólera, fu$ menester aplazar
[a obra para fines del año siguiente.
Cada paquete de billetes iba acompañado
de una carta, á este tenor:
Turíu 8 (le mayo de ,1854.
Las calamidades ocurridas en el presente
año y el haber quedado huérfanos y desam
parados muchos niños pobres con ocasión
del cólera me han ob li^ d o á. aumentar el
número de asilados recogidos en el Oratorio,
de modo que ya son cerca de ciento. Ha
llándome en suma indigencia y sin saber á
donde volver los ojos para mantenerlos, he
seguido el parecer de distinguidos y exce
lentes sujetos y resuelto obtener los recursos
indispensables por medio de la rila de al
gunos cuadros. Cumplidos ya los requisitos
legales, y al tratarse ahora de distribuir loa
billetes, me dirijo á los bienhechores, cuyos
piadosos sentimientos me son bien conocidos.
Me animo por esto á enviar..... á U . y á
rogarle se sirva colocarlos entre las personas
caritativas de su conocimieuto. En caso que
no fuera á U . posible la colocacióu de todos
ellos ni tomar los quo le sobren agradecería
á TJ. so sirviera devolver éstos últimos á
cualquiera de los miembros de la Comisión
establecida al objeto, del mismo modo que
el dinero correspondiente á los demás.
Habría deseado no tener que molestar á
U. en manera alguna; pero confío en que
U. se dignará excusarme al tratarse de la
subsistencia misma de tan desgraciadas cria
turas.
Sírvase XT. aceptar la expresión de mi más
proftmda gratitud en tanto sera para mí un
deber unirme á las oraciones de los pobres
hijo.s que he adoi)tado, áfiu de que el Señor
coime á U . y á los suyos de bendiciones en
la vida presente y de felicidad en la futura.
Soy de U . con todo respeto y afecto
.1. S. S. y C.
J
uan
B
osco
Sacerdote.
Grande y consolador fué el resultado que
consiguió Don Bosco en tal circunstaii<*.ia,
como que todos aceptaron los billetes y man
daron el valor añadiendo palabra.s de aliento.
Son de notarse entre los que concurrieron á
eUo el Síndico Procurador y el Ministro del
Interior Eatazzi quienes contestaron á Don
Bosco como sig u e :
Turíu, 13 de mayo de 1851.
E e T3TO. S b ÑOE:
Me apresuro á manifestarle, aunque hu
mildemente el vivo deseo de concurrir á
cnanto puede tornar de utilidad á los Ora
torios Pestivos, iniciados y dirigidos tan sa
biamente por V . S. R. para el bien moral
y material de los niños abandonados j y me
considero muy afortunado con acompañarle
el precio correspondiente á los cien billetes
de la rifa en beneficio de los Oratorios. Hago
votos por ,que sus obras obtengan la protec
ción muy merecida de que son dignas y quedo
de T. S. R.
A y S. 8.
Cav. N o t t a
Sindaoo de Turíu.
o
• •
Turíu, 12 de m.ayo do 1851.
iL ito. S eñor :
Tongo el mayor gusto eu concurrir á la
piadosa obra instituida para mantener á los
niños del Oratorio de S. Francisco de Sales,
Le incluyo L. 40 juntamente con los 200 bi
lletes recibidos. Agradezco á V. S. me haya
invitado á tomar parto en dicha obra y tengo
la honra de suscribirme con todo aprecio de
r . n . I.
T7. R a t a z z i .
A algunos lectores causará maravilla saber
que el ministro Ratazzi manifestara tal in
terés por Don Bosco y su Obra, pues bien
conocidas son las opiniones políticas de di
cho Ministro y cuánta parte tomó eu ciertos
hechos dolorosos, de que no es aquí el lugar
de tratar. Prescindiendo, p ues, de su polí
tica, la gratitud nos obliga á recordar que
miró siempre con gran benevolencia al Ora
torio y Asilo. Solía decir que el Gobierno
está obligado á proteger tales instituciones
que cooperan eficazmente al bien del erario,
con evitar el recargo de cuidados en la po
licía y el establecimiento de nuevas prisio
nes, con precaver nuevos gérmenes de mi
seria y desorden y aumentar el número de
brazos útiles á la prosperidad nacional. Alentaba por tanto á IXon Bosco á continuar
en su obra^ le enviaba subsidios, lo confiaba
la instrucción de varios muchachos y llegó
hasta colocar en el Oratorio al joven Cesar
Ratazzi, su sobrino, y cada vez quo subía
al Ministerio se dignaba hacer saber á Don
Bosco que, durante el tiempo de su cargo,
nada debía temer. Estos benévolos senti
mientos para con Don Bosco databan del
día en que le había personalmente conocido
en el mismo Oratorio. El hecho es el si
guiente :
Una dominica de abril de 18.ji, después
de oída la misa y de varias prácticas de
piedad los niños habían tenido un recreo,
tomado desayuno y á eso de las diez y inedia,
de nuevo en la iglesia, oían una instrucción
de Don Bosco sobre historia eclesiástica.
Mientras hablaba entró por la puerta que
daba al exterior un caballero que nadie co
nocía, tomó asiento y se puso á escuchar
sin moverse hasta terminada la instrucción.
Había Don Bosco comenzado el domingo^
— ino —
anterior á referir la vida del Papa San Cle
mente y contaba aquella mañana cómo, por
odio á la religión cristiana, el Emperador
Trujano lo había desterrado al Qiiersoneso
{hoy día Crimea) el mismo año que comenzó
allí la famosa guerra. Terminada la narra■ción era costumbre que interrogara á varios
niños para grabarles mejor en su mente la eusefianza nmrul que debía deducirse. A sí los
obligaba á estar más atentos y daba más
interés á la ensenanza. Ilizo, pues, una pre
gunta á uno de los niños externos, y á éste,
contra lo que era de esperarse, le ocurrió
proponer una cuestión, si bien apropiada al
caso, importuna y en tales tiempos un tanto
peligrosa. — Si el Emperador Trajauo co
metió una injusticia, desterrando al Papa
San Clemente, observó, sin duda ha hecho
mal el actual Gobierno en desterrar á nues
tro Arzobispo, el limo. Sr. Frausoni. — Don
Hosco le respondió tranquilamente: No es
•éste el lugar de decir si nuestro Gobierno
ha hecho bien ó mal en desterrar á nuestro
venerable Arzobispo; de tal hecho se ha
blará á su tiempo I pero á la verdad queeu
todos los tiempos, desde el origen del cris
tianismo, han hostilizado y perseguido particularmeiiLe á los jefes de la iglesia: pontiüces, obispos y sacerdotes, porque creen
que derribadas las columnas ha de caer el
eíüíicio, y que hiriendo al pastor han de
dispersarse las ovqjas y ser presa de lobos
rapaces. Por lo tanto cuando oímos decir
que éste ó aquél papa, éste ó aquél obispo
ó sacerdote han sido condenados á una pena;
como destierro, prisión ó muerte , no de
bemos desde luego creer que hayan sido ver
daderamente culpables , porque bien pueden
haber sido víctimas de sus deberes, como
los Apóstoles y tantos mártires y santos. Por
otra parte debemos tener presente que el
mundo, el pueblo hebreo y l'ilutos conde
naron á morir en la cruz á nuestro divino
Eedeutor cual impío blasfemo y sedicioso.
Añadió todavía algunas otras rellexioues
sobre el deber que cada uno tiene de
maiitüiiorse lirme en la fe y en la venera
ción y respeto á los ministros do la santa
Iglesia y habiéndose en seguida rezado un
Padronuostro y Avemaria en honor de san
Luis Güiizaga y cantado un himno á Jesús
y María, salieron los niños á recreo. Tras
de ellos salió el indicado caballero y mani
festó BU deseo de hablar con Don Boseo. In
troducido á la habitación de nuestro Padre
y cambiado un saludo entablóse la conver
sación , oída del niño que le había oonducidü, y, que en atención á las diticultade-s
va ocurridas, había quedado allí basta que
Üüii Busco le hubo mandado retirarse.
I h n Hosco. ¿ Con quién tengo el honor de
hablar t
Satazzi. Con líatazzi.
J>. B . j Con líatazzi! ; el célebre dipu
tado , presidente -del Oongreso y ahora Mi
nistro del Rey ?
B. Precisamente.
J). B . (Sonriendo). ¿Puedo entonces pre
pararme para ir á la cárcel?
JB. ¿ Por qué ?
I). B . Por lo que V S. acaba de oír en la
iglesia con respecto al limo. Sr. Arzobispo.
R. De ninguna manera. Sin entrar á apre
ciar la mayor ó menor oportunidad de la
pregunta, IJ. ha dado muy sabia respuesta,
y ningúu Ministro del mundo podría hacerle
ni la menor inculpación. Por lo demás aun
que no sea la iglesia para tratar de política
y menos con estudiantes, aún incapaces
de apreciar debidamente las cosas, á nadie
es dado renegar sus propias convicciones en
presencia de quien quiera que sea. Agréguese que un Gobierno constitucional y sus
ministros son responsables de sus actos, los
cuales pueden ser puestos eu tela de juicio
por cualquier ciudadano y por consiguieute
por Don Bosco. Yo mismo sin convenir en
todo con las ideas y proceder del lim o. Se
ñor Frausoni me felicito de que la severa
nieditla tomada contra él no halla ocurrido
durante el ministerio de que formo parte.
D. B. Siendo a sí, concluyó festivamente
Don Bosco, puedo aún respirar el aire libre
de Valdocco...
A este exordio siguió una conversación
como de una hora en la cual Ratazzi se in
teresó en saber prolijamente el origen, objeto,
progreso y fruto del Oratorio y Asilo ; y
como persona de corazón le tomó tal sim
patía que fuó ya para nosotros un amigo y
protector. A sí lo dis]mso la divina Provi
dencia para qne en las diftcultades que á
menudo ocurrían en tan ti'istes tiempos Eata zz i, peraona influyente en el Gobierno y
tantas veces m inistro, sirviera de apoyo á
la obra de Don Bosco y le librara de grandes
daños. Así también se sirvió Dios de un pode
roso ministro eu tiempo deNabucodoiiosorpaia
favorecer á Daniel y sus compañeros. Él no
cambia y es siempre padre providente. Fe
lices los que le uuian y eu É l coufían.
CoBap.obaciÓB de la Aatorídad
luriu, llfiU-
Eclesiástica • Gerente JOSÉ GA15IS0
Solcíiaua.
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