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extracted text
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Turin - Bnenos-Ah·es
~
LIBBEIHA SALgSIANA - Sarriá (Barcelona)
I I
AL SANTISIMO SACRAMENTO Á LA VIRGEN MARÍA Y A SAN JOSÉ
por San AlFONSO MARIA de liGORIO
.Acaba de publicar la Tipografía Salesiana de Buenos .Aires
Edición elegante y esmerada. -
Un voL en-3 2° l)esetas
~
• .
.
.
O, 2 00
EL ANGEL DEL APOCALIPSIS
'
O VIDA DE S. VINCENTE FERRER
ESCRITA EN ITALIANO POR EL
P.bro
ÜARLOS Lül\:rBAR,DI
Traducida ai español por un Padre Salesiano
Un voL
en~3 2°
de pág. 112 (Ls. Cs. 6 3)
Pesetas
. . . . o,
80
FE Y LIBRE EXAlVIEN
EL PJ\P1\ Y EL CONCILIO VATICt\NO
RENAN Y LA VIDA DE JESUCRISTO
opúsculos del P. Francisco Ma1·tinengo
traducidos del italiano
por el P. FELIX CAPRIOGLIO de la Pia Sociedad Salesiana
Un vol. en-32° de pág. 140 (Ls. Os. 66) Pesetas
. .
o~
80
RASGOS; BIOG._RAFICOS
del joven seminarista LUIS C O l\1: O L LO
ESCRITOS POR SU OONDISOIPULO
DON, JUAN BOSOO
tradu.ción del P. JYIARIO JVIIGONE
Un vol. en-32° de pág. 124 (Ls. Cs. 66) Pesetas
o,
~
80
DEVOCIONARIO REGLAMENTO PARA NAS
por D.a ANTONiA R, de IJRIETA
Precios
En
En
En
En
piel • •
tela . ,
piel, corte
chagrin .
• .. • • . , .
. . . •
dorado
. . .
. 'Pesetas 1, 50
>>
»
»
11 25
2, 00
3, 00
Sale una vez al mes.
1lO V. N. ·9.
Debemos ayudar á nuestros herma.·
nos á fin de cooperar á la difuaión de la verdad.
(III S.
JUAN,
Oualquiera que reciba á un niño en
mi nombre 1 á mí me recibe.
(MAT. XVIII)
8)
Atiende á la buena lectura., á la exhortación y á la enseñanza.
(1 TIM. IV, 13)
Entre las cosas divinas la más divina es la de cooperar con Dios
á. la salvación de las almas.
(S.
SETIEMBRE de 1890
DIONISIO)
Un tierno amor al prójimo es uno
de los mayores y más excelentes
dones que la divina bondad puede
oonceder á los hombres.
(El Doct. S. FRANC. de SALES)
Os recomiendo la niñez y la juventud; cultivad con grande empeño la
educación cristiana; proporcionad
libros que enseñen á huir el vicio
y á practicar la virtud.
(PIO IX)
Redoblad vuestras fuerzas para retraer á la niñez y juventud de las
insidias de la corrupción é incredulidad y preparar de esta manera
una nueva generación.
(LEON
-+1 DIRECCION en el Oratorio Salesiano.- Calle de Cottolengo N° 32, Turín (Italia)_
XIII)
~
de un altar, el pago de una estatua etc.
La idea es excelente y extenderse puede
al costo de otros trabajos, como de una
de las L!2 columnas, una de las vidrieras
de colores etc. , etc. Las columnas del
templo del Sagrado Oorazón en Roma
esculpido tienen el nombre de las devotas personas que las pagaron; cosá semejante proyecta hacerse cori las del templo
Jk!!~!kk!!!l!!!!!!!!!!!!!!!!!k!k de Maria en Turin.
Las parroquias, ciudades, institutos, so. ciedades , cofradias contribuyendo de un
modo semejante~ podrian dejar constancia
.A. ERIGIR
perdurable de su afecto á Don Bosco. y
Ul\T MONUMENTO A D. BOSCO. á la Madre de Dios. Su obra será preVarias veces hemos hablado uol monu~ ciosa, y largamente recompensada en los
·mento que se consagra á la memoria de cielos.
Don Bosco, el cual consiste en completar
ALTAR MAYOR
la obra por él tan amada de decorar ridel Santuario de Marfa Auxiliadora.
camente el Santuario que erigió en Turin
á Ma.ria Auxiliadora.
Según el proyecto aprobado para compleIn Quién de sus ·devotos no contribuirá tar el adorno del altar mayor en la iglesia
de María Auxiliadora, el gran lienzo que
siquiera, con un óbolo á tal intento ~
Recomendamos encarecidamente coo- ::nide 7 metros de alto por 4,24 de ancho será
perar á la conclusión de este templo, colocado en un cu.adro de mármol y esbelta
.cada una de cuyas piedras , como decia construcción arquitectónica .
diseñ::> que acompañamos dará una idea
Don Bosco , conmemora una gracia ex- delElaltar
.
.traordinaria concedida por Maria AuxiEl material será granito rosado y granito
liadora.
de Balma para la parte inferior, mármol de
Algunas personas se han congregado 1 Oarrara, amarillo de Varona y otros no me·
··
para costear la decoración de una capilh:t, nos preciosos para la parte superior.
Su1nario.
·Concurramos todos a eriger un Monumento a D. Bosco.
Fies·ta ele familia - Homenaje á Don Rua.
Viaje de Don Rua al norte de Francia, é Inglaterra.
Misiones en la Patagonia - En Norquín.
Historia del Oratorio ele San Fmncisco de Sales.
Valentin 6 la Vocacion contrariada.
Puntos y conclusiones del congreso catolico espanol
publicados por orden del Em.mo Cardenal Presidente.
CONCURRAMOS TODOS
~
FRONTISPICIO
de la iglesia de María Auxiliadora.
Los :fieles que este año asistieron á las
fiestas de María Auxiliadma en el santuario
que le está, dedicado en Tnrín tuvieron el
consuelo de ver terminados los trabajos de
decoración y restauración del exterior de la
iglesia.
La fachada con dos elegantes torres y'" soberbia cúpula, sobre la cual se ostenta la
estatua de María, es de grandioso efecto.
.Admirable es el trabajo de aquella hermosa estatua en cobre recientemente dorado,
como también el de las que sobre ambas torres representan al arcángel san Gabriel
que con la diestra ofrece una corona á María
y al arcángel san Miguel con una bandera
en mano sobre la cual escrita se halla la
palabra Lepanto, como para recordar la gran
victoria alcanzada sobre los turcos por los
cristianos , mediante la protección de María,
en Lepanto.
Tres preciosas estatuas de mármol coronan
la facha da central; esto es las de los santos Solutor, Adventor y Octavio que sufrieron el
martirio en el mismo lugar ocupado por la
jglesia. Sobre las fachadas laterales Mtllanse
las de san Máximo, primer obispo de Turín,
y la de san Francisco de Sales, y en dos nichos las de san José y san Luis Honzag~, ,
protectores del Oratorio y' de las Casas Salesianas.
En el extremo triangular del tímpano dos
ángeles sostienen el lema de la Pía Sociedad.
Entre las gruesas columnas del frente represéntase en mármol la tierna escena evangélica en que Jesús rodeado de pequeñuelos
decía: Dejc~d qu,e los nMios vengan á mí,
Dos bajos relieves representan el uno á
Pio V que circundado de augustos personajes
anuncia la victoria de Lepanto é invita al
pueblo á invocar á Iv.Iaría con el título de
A uxili1un Ohristict1W?"Um, y el otro á Pío VII
que ofrece una corona á María é instituye
la :fiesta de María Auxiliadora.
Para no ser prolijos dejaremos de mencionar otros baJos relieves y bien exeogidos
adornos, todos ejecutados bajo la inteligente
dirección del R. D. Antonio Sala.
tt tft t t fft tft yt t yftf f1f f yyt1t l ff
FIESTA DE FAMILIA
Ho:n1enaj e á Don .R u a
o
Como el año pasado celebróse en é::;te la
:fiesta de Don Miguel Rua, Rector lVIayor de
la Pía Sociedad, al conmemorarse el día en
que se celebraba la de nuestro Fund.ador y
Padre Don Bosco.
98
Una gran multitud de niños, clérigos, sacm·dotes y bienhechores, en numero coll!-o. de·
2000, ;tsistieron al a5:-to solemne para fehc1~ar
á Don Rua. Despues de una marcha de mtroducción cantóse un himno preparado al
1
efecto por el coro del Oratorio, acompañado
de la banda musical. En seguida se pronunciaron varia::~ composiciones en prosa y verso
á cual más afectuosa y expresiva de delicados sentimientos de veneración y reconocimiento. Muy aplaudido fué un hermoso diálogo, con el cual los niños artesanos ofrecían
á Don Rmt algunos presentes trabajados expresamente en los respectivos talleres de zapaterí::i, s~strerí~, ferretería, carp~~tería, es.
'1 cultura, t1pografm y. encuadernacwn.
La declamación era mtercalada de ex cogidos
1
trozos de música, ejecutados ora por la ban~a
' musical del Oratol'io, ora por la del Oratorio
festivo.
Por :fin después de repetido el himno del
maestro Dogliani , Don Rua. ~anifestó conmovido su profundo agradeCimiento.
Hablando de los regalos observó alegreG
mente : « Se me ha querido presentar una
ofrenda de cada una de lcbs industrias de la
casa ; pero se ha olvidado una, de gran importancia: la pamtdería, que es la que mejor
hace recordar que se debe pagar porque abunda en salidas y no da entradas. »
Todos sonrieron y en especial los Cooperados quienes á la vista de aquel verdaderO>
pueblo infantil que come el pan del Oratorio
bien podían comprender la importancia de
tales palabras.
Don Rua terminó por recordar carii:i.osao
mente al amadísimo Don Bosco y así con
vivas á uno y otro terminó aquella hermosísima academia,
VIAJE DE DON RUA
al norte de Francia é hlgiaterra.
De regreso de España y despu~s de dos:
semanas ·de estadía en Turín Don Rua para
continuar la visita de las Casas Salesianas.
se dirigió á Francia.
Lyón.
Aunque tuviera gran interés eri. llegar
pronto á Lond.res á :fin de dar vigoroso impulso á la Obra Salesiana de Battersea, con
todo quiso pasar el 14 de abril en Lyón,
donde fué afectuosamente hospedado por la
excelente familia, Quisard, tan benévola, ca·
ritativa y protectora de los Sa~esianos. ~ la
mañana siguiente celebró la Mu;a en la Iglesia de las Clarisas en la calle de Sala, cerca
del lugar mismo en que murió san Francisco·
de Sales.
-
9f) ~
Después de la lVrisa hizo varias visitas : la da y el bien qne en Europa y America conprimera {t la Autoridad Eclesiástica., en au- signen bacer. Expresó gran simpatía por
sencia del Emmo Sr. Cardenal, al Vicario nuestra Casa de J\!Ienilmontant, establecida
:General Rmo. Sr. Belmont, con qnien con- en nn b~trrio donde hay vasto campo de acferenció largamente; luego al presidente de ción para. toda suerte de apostolado. Don
la Propagación de la Fe el Sr. Garets pHm Rna y Don Ronchail, director de la Casa de
agradecer del modo más expresivo los servi- Paris, dlieron las más efusivas graeias al recios prestados á los Misioneros de Don Bosco. presmHa.Ilte del Santo Padre en Francia por
El Secretario General Sr. de Hosieres con el aliento y apoyo con qne favorece á, nues~
exquisita gentileza quiso acompañar perso- trat> Casas:
nalmente al Sr. Don Rua á visitar el Museo
Le~ ...,onferencía se dió en la jglesia de San
de la Propagación de la Pe. Es este un liOlh•rato. El auditorio fué nnmerosísimo.
mundo en miñatura que encierra recuerdos Dou nua en un discurso familüw, interesante
de gmnde interés. Nuestro Rector vcmcró y eüifieantísimo, pasó en revista todas las
con partieular satisfacción las reliquias de Obra~ Salesianas 1 y luego recomendó singulos m{~rtires de Lyón y luego el Sr. de H.o- larmente el ensanche de la casa de 1\{enilsieres le dió una grata sorpresa conducién- montant : 800 personas piden ser alli aceptadolo ante los objetos enviados de Patagonia das y s6lo hay lugar para 90.
y Tierra del Fuego por los Misioneros Salesianos. Son estos o~jetos harto modestos como
Inglalteli"Jt-.a_.
que en comparación de otras misiones las de
En la, mañana del 19 Don Rua tomó el
los Salesia.nos son recientes. Con la ayuda tren de Calais. Una tempestacl había en la
de Dios habrán de acrecentarse y ~quién noche ftgitado el mar de la :IYiancha y la trasabe si el mismo Don Rna lleg·ne á ver allí vesía duró hora y tres cuartos. En Donvres
recuerdos ele sus misioneros, ante los cuales esperábale uno de nuestros sacerdotes el sese detenga á orar ?
ñor Rabagliati. A eso de las 6 de la tarde
El 16 Don Rua, , deseoso ele encomendar llegó á la Casa Salesiana de Battersea. El
su viaje á Nuestra Señora ele Fourviere, su- Sr. Director y Párroco Don Macey con sus
bió al santuario donde un día Don Bosco auxiliares ;r tres internos acompañan á la
había venido á rogar por sus bit:mhechores iglesia á nuestro Bector Mayor para dar grade Lyón: celebró allí la santa 1vlisa y visitó cias á Dios por el feliz viaje y grata visita.
con vivo interés la, nuevtt monumental iglesia. No le maravilló saber que la caja de
La llali~Jt~o~_[uia salesiana
fondos está constantemente vacía y que no
en Londres.
obstmlte no faltan jamás los recursos para
la construcción. Acostumbrado está á confiar
Una p2trroquü~ es en I-1onclres y en toda
absolutamente en h1 Providencia que cada Inglaterra el centro natural de las Obras de
día da el pan á millares de niños pobres, caridad y beneficencia. Ordinariamente lláconfiados á los Salesianos y á la falange de mase J1fisión.
JYiisioneros que anuncian el santo Evangelio
La parroquia salesiana de Londres hállase
en Patagonia.
en condiciones análogas á las demás de la
París.
), ciudad. La acción de los hijos de Don Bosco
En la tarde del 16 de abril Don Rua p::tsó debe ser allí ante todo parroquial. Las demás
de Lyón á París. ~unque por a~ora no pu- obra;s es~ar{t~ ~strechamente u~idas, á ella.
diera detenerse aqu1 más de dos dms, deseaba La Iglesm ongma la escuela: ~e ah1 l~s c~os
ardientemente hacer una conferencia á nues- grandes elementos de la 1lf~swn de lnglatros Cooperadores y Cooperadoras.
terra. Pero c-.;anclo los niños no. fre?uenta~
Recibido fué con particular afecto y vene- la escuela t, como atraerlos á la Iglesm ~ Y SI
:ración.
·
en la parroquia pululan los niños abandoEn la Misa que celebró el 17 los alumnos nados y huérfanos &cómo arrancarlos de los
divididos en dos coros cantaron varias eom- peligros ele una vid::~J ociosa y vagabunda~
posiciones en canto llano, con tal perfección Par~ ellos tenemos el. ~silo y el Ora~o.rj.o
que bie~ demostraba un s~rio ~s~ud~o y gran fest1 v.o, y en est?, se disti.ngue en la 1\_'íi~Ion
conocimwnto de las melodms hturgwas.
Salesuma su acmon propm y caractenstwa.
El 18 Don Rua cantó la Misa en la caBien sabíalo Don Bosco cuando consintió
pilla de los Benedictinos del Santísimo Sa- . en enviar sus hijos á Inglaterra, y fundó su
cramento.
mayor espemnza en un apostolado en LonEn la ta.rde, antes de dar principio. á. la d~e.s. Su fe n~ r~p~ró en que fuesen humilConferencia tuvo el honor de ser recibido d1s1mos los prmmp10s , en extremo pobre y
por su Emh~encia Mons. Rotelli Nuncio A- fatigosa la fundación. Ella mostróle que día
postólico de París, que se dignó informarse llegaría en que la misericordia de Dios pre'de la marcha del Instituto de Don Bosco. pararía copiosa, mies á la Iglesia Catolica ... (l).
Su Eminencia declaró que el Santo Padre
(1) Interesantísimo es el hecho referente á la conbendice á Dios por el apoyo que los Sale- versión de Inglaterra al catolicismo, que puede verse
ai.anos encuentran particularmente en Fran- en la Vida de Domingo Savio , escrita por Don Bosco.
~
100-
Por eierto que a los pobres Salesianos de
Londres no les faltan pruebas. Nada más
pobre que su iglesia: es una barraca que
oprime el corazón de quien viene de un país
católico.
La modesta habitación constrnlda á su lado
que costó 4000 pesetas dejó sin recnrsos la
caja parroquial ; pues es menester saber que
esta felígresía sólo cuenta unos 2000 católicos, casi todos irlandeses y en general bien
pobres.
E§cuela.
La escuela es un consnelo para el Párroco.
Los documentos de los gastos de 1888 mani·
:fiestan un eosto de 77ül pesetas. Las Hermanas de N. S. de Namur son las encargadas de regentarlas. El Gobierno inglés da
un subsidio en proporción a.I número de escolares. Así en 1888 siendo 210 los alumnos
examinados, el subsidio fué de 3612 pesetas,
de donde resulta que el Párroco debió reunir
4,148 para equilibrar el balance escolástico.
El número actual de alumnos es de 293 ca·
tólicos y 22 protestantes. El gasto anual de
cada uno asciende como á 24 pesetas y media.
Hé aquí lo que con verdadera imparcialidad dice el Boletín Oficütl de la nación : « I.~r~
escuela mixta se encuentra, en excelentes condiciones tanto por su disciplina como por la
instrucción que en ella se da. Los ramos elementales se enseílan con admirable resultado. La recitación nada deja que desear en
las clases superiores y muy eonveniente es
en los cursos inferiores.
Los trabajos de aguja son satisfactorios y
la enseñanza de la música merece espeeial
elogio. En cuanto al Asilo Infantil dice :
« Esta escuela es bien ordenada y los exámenes rendido8 en eHa han siuo en extremo
satisfactorios. Merecen singular aplauso los
resultados obtenidos en el canto y recitación. »
Esta escuela tan próspera es ya estrecha
para los escolares, y no obstante la pobreza
de la Casa. de I1onclres nue.stro Rector Mayor
ha dado orden de conRtruir un nuevo edi:ficio que l)ermitirá doblar el número de niños.
es también gran consuelo para nuestros Mio
sioneros.
La gran preocupación del Ilmo. Sr. Obispo
es t:>obre la manera de mantener en la práctica de los deheres cristianos á los jóvenes
que han couclnído de asistir al colegio. Grande
ha sido su satisfacción al conocer el éxito de
nuestro Oratorio festivo.
Los niños protestantes atraídos por la alegría que reina en este Oratorio llegan allí
tími<lamente ; pero llémmse de júbilo cuando
observan que también á ellos se les recibe
con los brazos abiertos.
El domingo que Don Rna pasó en Londres , un niño de 12 á 13 años llegó á Don
Bouavía y le dijo :
- Padre, yo soy protestante.
2v Y bien~
- f, Puede recibirme aquí~
-Sí, amigo mío, puedes venir cuando gu¡stes; te recibiremos siempre con el mayor
placer.
- Gracias, Padre; es Ud. muy bondadoso.
Y luego como adivinando la razón ele agradecer tal bondad, agregó :
~ N o es culpa mía ser protestante ¡,no es
verdad"?
Y alegremente se puso á jugar.
A§ilo.
Solo tres eran los uiños albergados como
internos en esta pobre Casa. Ahon"L son seis.
La estrechez del loca,l no permite aumentar
el número; pero hanse echado los fundamentos de una obra que no duda.mos será protegida con las bendiciones de Dios. Si bien·
muy pobre es el barrio en que trabajan los
Salesianos y escasos los recursos para un
edificio como se necesita, nuestros Cooperadores y Cooperadoras atenderán gustosos á
tantos niños en gran aba,ndono y miseria y
usarán de mayor caridad donde más triste
es la condición de la infancia,
Don Rua después de visitar á nuestros
bienhechores de Londres volvió á Franeia el
2.5 de abril.
Con ve.t~siones.
Otro motivo de consuelo para los 8ale¡;;fa,
.nos de Londres han sido las conversiones
obtenidas. En el eorto tiempo de su apostolado los anglicanos convertidos por ellos al
catolicismo son 33 personas, que ya han sido
bautizadas y 7 se preparan á reci!Jir el bautismo.
~HSIUNES
N mquín, Cordillera ele los Ancles,
14 ele noviemure de 1889.
El lh.1t1.o. Sr. Butt
y el Ora t o ll" i o fe § ti v o •
Apenas Dou Rua llegó á Londres .fué á
visitar al nmo Sr. Butt Obispo de South wark.
quien considera, como gran dicha tener en
su diócesis á los hijos de Don Boseo. La benevolencia y favor de este insigne Prelado
EN LA PATAGONIA.
En N oll~I[JU.!Ín.
1
Puesto que las nieves ya van cleshaciéndos&
tiempo es de emprender viaje. Así después
de saludar al señor Gobernador, que medió
cartas para Chile y cincuenta pesos para el
camino, el viernes pasado dejé á Ohos-'malal
y atravesé (le nuevo el Nr1uquén en compañía de Don Pana.ro y del c:1tequista Oirilo
Arevalo. Quedó solo el pobre Don Gavotto
con un joven que sirve de sacristán y coci~
nero.
-101------------~----------------------
Sin tocar en Nehueve ni en Vilo :M:allín, 1 N os preparamos para la gran travesía de
visitamos á Truquico y á Manzano donde pa- 1 la, Cordillera. Le escribiré de Chile.
samos una noche, celebramos la santa Misa
y adminis tramo sel bautismo. Poca gente encontramos allí, pues es eftiBmpo en que muConcepeión (Chile), 30 de noviembre de 188&
chos salen con sus animales á bs montañas y
Term'lnaJa,
la, misión en la vecindad de
pastos á veranear.
En Truquico quieren construír una capilla, Norquín espedbamos una ocasión favorable
á :fin de ser favorecidos con más frecuencia para p2¡,sar la Cordillera ele los Ancles.
El, 18 de noviembre un tal Peuro Burgo
con la visita de misioneros y verlos perm anecer allí mayor tiempo. Dos añ.os hacía ya partla para Jos Angeles y aprovechando su
compañía pasamos por el único camino libre,
que no veían sacerdote,
El via:ie de Manzano á1 Norquín fué fati- llamado dePicunleo, bien que más alto, largo
goso para nosotros y los caballos, eomo que y difícil que los dem.:ts.
Si~ndo poco fue~'Les nuestras cabalgaduras,
muchas son las subiuas y bajadas, á lo cual
se juntó el mal tiempo y un viento frío que e-l dut prunero solo llegmnos hasta Trucunos hacía tiritar. Como á tres millas de la man, qne eonoce V. S. I., como á siete lealtura cuando nos hallábamos en una gar- guas de Norquin. Allí dormimos bajo un arganta estrecha y tortuosa de ln montaña co- bolillo. A la mañana siguiente pasamos el
menzó á oscurecerse el sol y sentirse el trueno, río, bastfl,nte caudaloso, pero casi siu piedras,
y sin encontrar donde repararnos de la bo- luego me vi en la, necesidad de comprar un
rrasca debimos continuar camino. 'rres horas caballo eu 30 pesos. i Santas pa,scuas !
La noche dell9 al 20 ht pa,samos en Ag~~a8
duró la lluvia, después de lru ctutl estabamos
empapados de la cabeza á los pies, como si. Oc~liente8, en la profuncliclad del valle de Pi. cnnleo. Buscando repa.ro del viento nos coacabáramos de salir de un baño.
Un poeta habría encontrado abundante ma- l~c~mos como á 500 metros del lugar, en que
teria para pint:w el enGdro estupendo que lumeron a,Ito nuestros comnañeros.
Altos peñascos que form-:'"aban una especie
ofrecían los rayos, relámpagos, eeos broncos
y repetidos del trueno y una lluvia alternada de caverna nos sirvjeron de abrigo. Las aguas
corrían bulliciosas ú un paso ele nosotros, y
ya con granizo ya con copos de nieve.
ratigado mi caballo no obedeeía, ya ni á, acá y all{t nacían de entre las piedras aguas
la espuela, y necesario me fué ensillar otro, calientes, que sin necesidad de encender fuego
no mucho mejor, con el cual, cuando fué del nos sirvieron p[n·a tomar una taza de te.
Esperaba poder dormir ün poco , pero á
agrado de Dios, llegué {t N orquín viejo. Allí
al rl;)dedor de una hoguera secamos nuestros consecueneia del calor no pude cerrar los
vestidos y tomamos algún alimento. El juez ojos. JYias esto fué una ventaja, pues entrada
letrado de Chos-malal vino á nosotros con la noche uno de la comitiva vino á espiar
excelentes disposiciones para ayudar la Mi- si dormía y como no me encontrase en mi
sión. Desea misioneros en Coclihue, Norquín, cueva se alejó. No sé que intención le llevase
Junin etc. Por desgracia no es posible com- allí; pero motivos tenía yo para desconfiar.
En ht mañana del 20 montamos temprano
·
. placerle tan pronto.
La capilla que Monseñor en compañía de á caballo y caminamos el día entero sobre
Don Mihtnesio y de Don Panaro bendijo en las rocas de las altas montañas y á veces
1887 se arruinó de tal modo que sólo queda sobre la nieve para evitar la espesa neblina
de ella un montón de piedras y ladrillos. de las faldas. El viento eea tal que apenas
Los vecinos quieren edificar otra y tener un podíamos anclar. Al bajar era harto peligroso el sendero, fuerte el viento , la arena
sacerdote.
En la misión no fueron pocas las confe- nos venía á los ojos y los caballos cansados
siones y comuniones, y buen numero de ni- resbalaban fácilmente, de modo que Don Paños de ambos sexos ocurrieron á la explica- naro prefirió anclar á pié como una media
legua.
ción del Catecismo.
Al llegar al primer valle del lado ele Chile
Habríamos bendecido no menos de sesenta
matrimonios si no existiese la ley del llamado esperábamos tomar reposo ; pero no fué así:
matrimonio civil, que exaspera y relaja las al viento se unió la lln via y el día fué de
poblaciones. Es una ley imposible de cum- un andar fatigosísimo para los mismos aniplirse en estos puntos, y quien la dictó sin males.
N o fuimos más afortunados aJ venir la noduda que no conoce el territorio argentino,
según dicen las mismas autoridades civiles che. Al llegar á la cabaña .11fallín del gordo
de estos lugares, quienes lamentan profun- creíamos tomar entera posesión; mas ya otros
damente el estado de degradación é inmora- estaban allí. Con todo fueron éstos tan gdntiles que dividieron con nosotros el pobre
lidad de estas gentes.
hospedaje. Éramos 18 ; un largo día y dos
~Y quien pudiera creer que la mas~mería
extendiese su influencia aun en el eorazón de eternas noches pasamos en aquella estancia
la Patagonia? Pues es un hecho. El Señor casi sin techo, sin poder seguir la marcha á
causa de la lluvia y mal tiempo. Tan escatenga piedad de nuestros neófitos.
===
102 -
samente nos reparaba del agua aquella choza
que de día necesitabamos secar al fuego ,
hecho en ella misma , nuestra ropa que á
toda hora se mojaba.
Al cesar las lluvias partimos contentos 1
unos por una dirección otros por otra. l\f os otros nos clirijimos hacia el volcán Antuco,
cuya cima se escondía entre las nubes y las
nieves.
Reúnense allí tres senderos que vienen de
Norquín, hacia la rivera del lago de Antuco)
al norte del volcán. Este lago evidentemente
ha sido formado por alguna erupción del
mismo volcán. La enorme cantidad de grandes piedras, arenas, lava etc. cenó el valle,
y las aguas que corrían de las altas montañas se depositaron en la larga, y estrecha
cavidad que se ocasionó.
Por el tiempo que empleamos en reconerlo
de uno á otro extremo calculo que tenga unos
.40 kilómetros. El ancho es muy variable; en
partes de una milla , en otras sólo como de
200 metros. Tiene diversos brazos que á veces se internan en el fondo de estrechos valles. El hermoso río Laja, atl.uente del Bío
Bío y que desemboca en el mar Pacífico ,
tiene aquí origen.
**
>Y.<
Araucanía. -
A poco amlar, á 2762 metros sobre el nivel del mar, nos hallamos á
la vista de Arauco, el renombrado territorio
conquistado por. Chile con las armas, y ultimamente civilizado con la cruz.
Vencidas las tribus araucanas, los belicosos indígenas han guardado sus lanzas y sns
caciques, han penliclo la esperanza J.e reconstruír su antiguo imperio. AquBllos vastos, fertilísimos valles, amenas colinas y preciosos bosques se hallan ahora cultivaüos
por industriosos colonos chilenos y ex:traugeros. Acá y allá encuéntmnse algunos gTupos de tranquilos araucanos, que abandonando la vida nomade y salvaje se entregan
al traba¡jo agrícola y pastoril.
El Gobiemo promueve la, civiiiza'clón de
éstos particularmente con las rnisione8 encomendadas á los Franciscanos quienes con religiosos preparados en los conventos de Chillán y Castro evangelizan en los pueblos de
Nacúniento, An,qol, JYI1ücéhn, GollipulU, 'Trc&i·
gt~én, Tircia, Tmnuco y Tttca:pel.
Escasísimos son los sacm·dotes seculares
de la diócesis de Concepción, y apenas les es
dado atender á las necesidades espirituales
de un extenso territorio, cuya capital es
AngoL
Los araucanos no deben ser pocos, pero es
di:ficíl saber su número. Unos se convierten
y se acercan á los pueblos civiliz9.dos, otros
pasan la Cordillera y van á la Patagonia ,
ya en busca ele trabajo , ya á comerciar los
productos de su pobre industria. Tan Bólo el
año pasado, como V. S. I. sabe, bajaron al
Colorado po:r. l\ianzanares y Roca, como dos
mil cuya mayor parte eran infieles . .Afortunados estuvieron en encontrar á los misioneros Salesianos quienes cuidan de su conversión, instrucción y salud eterna.
Después de esta digresión vuelvo á mi
viaje y para~ no ser demasiado prolijo, le diré
que sólo en la noche pudimos llegar :1 A.n
tuco, donde nos alojamos donde pudimos,
esto es, en un despacho ...
Luego acogidos fuímos con exquisita bondad por el Sr. Párroco quien, en los tref
días que allí estuvimos, nos atendió como á
hermanos. Presentóse ocasión de cantar una
JYiisa de 1·equiem, lo cua1 pudo hacer pm primera vez por estar nosotros para ayudarles.
Vive solo y aclministra tres parroquias, extensas más que todo el Piamonte; ele modo
que por grande que sea su celo y buena volnnt.acl bien puede imaginarse como andarán
las cosas. A veces es menester dar un galope de un extremo á otro con gran fatiga
y peligro y no siempre se llega {11 tiempo.
Recibimos visita de la primera autoridad
y del jaez y se las restituimos.
El ~7 de noviembre ensillamos de nuevo
nuestros caballos y marchamos á los Angeles, no ya por senderos de ea.bras sino por
camino de coche y casi siempre por la llanura. Por mnelw que a~puramos á nuestras
pobres cabalgadtuas no pudimos llegar hasta
donde nos proponíamos, y á una legua de
los Angeles, avanzad::t la noche, pedimos alojftmiento á un rico propietrn'io que con la más
delicada atención nos recibió perfeetamente.
Este señor, eomo otms muchos, desea á los
Salesianos.
De los Angeles venimos cómo<lamente por
fenocarril á Concepción, donde fllimos recibidos con gran fiesta por nuestros queridos
hermanos.
Pronto fuí á visitar al R. Sr. V'"icario y á
nuestros principales bienhechores. Nuestros
hermanos de esí;a Casa de Artes y Oficios
trabajan con jóvenes internos y externos y
en varios institutos; además atienden á los
enf'ermos del vecindario, que no son pocos.
·Terminándose está l::o" construcción de la
f:'Lbricno · eou que se ensancha el colegio que
permitirá aumentar mucho el número de escolares.
Luego iré á Talca , de donde me prometo
escribirle. Mis afectuosos salnclos á todos los
heTmanos ele Patagonia y díg.nese V. S. I.
d::1r la bendición á su
Afnw. y h1Hno, hijo
ANGEL SA.VIO
Presbítero.
La Er.m.ita de Chos ....m.alal.
Chos··malal, 14 de diciembre de 1889.
lLLMO. SR.:
Treinta y tres días hace que solo me encuentro en este lugar, junto á las altas Cordilleras de los Andes.
-
10:1 -·
------------------------~---------------
Esta enorme CPudena de montañas cubiertn,s
de nieves y de donde corren numerosos torrentes de aguas limpias y frescas, me traen
á la memoria nuestro Piamonte con sns Alpes, con su Monte Cenis y nifonte Blanco y
hasta con su Monviso , representado por la
Sierra Velluda, que quiere decir montaña cubierta de lana blanca, .
. Don Panaro partió á Chile con Don Savió
y solo quedé con un joven que, descontento
por no haber sido llevado con ellos, huyó
de aquí.
Gracjas :), Dios , la pérdida no fué muy
sensible; pues era. un muchacho perezoso y
al cual debía pagar doce pesos al mes, lo
que no es poco en nuestra, gran pobreza.
Ahora tengo conmigo á un niño de once
años, que fué antes alumno de esta Casa y
la dejó por enfermo. Es de buen carácter ,
obediente, lmmílclf' y me sirve á maravilla.
Entre los alumnos que frecuentan nuestro
Oratorio ninguno hasta ahOTa da muestras
de vocaeión 8l estado eclesiástico. Como la
gente de ae{t sólo piensan en los intereses
materiales; pero espero que con la ayuda de
Dios y trabajando con empeüo en esta viña
del Señor llegarán días nH~jores. Nuestro Colegio poco á poco va en aumento y, por las
solicitudes que recibo, parece que tendremos
buen número el año que viene.
Desde que e~toy aquí no lw cesado de ocuparme en instruir en la doctrina y preparar para la Primera Comunión á a1gunos niños, la cual estaba dispuesta para la, fiesta de
la Inmaculada: esperaba entonces gran concurso de fieles, pero el mJÜ tiempo la malogró~
A decir ·verdad paréceme ha1larme aq m
como en una ermita. En medio de estas cordilleras á doseienta.s leguas ele Patagones
¡ oh ! cuánto consuela recibir el Boletín Sctlesictno, las LecliU?'C6s Oa,tóli(xts y algunas pn,labras de V. S. I. En ocasiones es de creer
que no pertenecemos á la sociedad de los
demás mortales !
Espero que ctuu1do vuelva Don Panaro
podremos cacb domingo dar la, bendición con
el Santísimo, que hasta ahora no se ha dado
por falta de lo necesario.
El Oratorio Festivo progor13sa lentamente ,
pues pocos son los niños que se hallan en
la vecindad ele la iglesia.
La instrucción de catecismo hácese regularmente el sábado y domingo. El numero
de niños y niñas llega á veces á 20 ; mas sin
duda que nuestras Hermanas de María Auxiliadora obtendrían mejor éxito respecto de
las niñas.
En ausencia de Don Panaro he intentado
enseñar el Catecismo en la escuela del Estado;
pero ¡,imagina V. S. I. quiep. me presentó
dificultad~ La maestra : negome el derecho
de entrar so pretexto de que el Presidente del Consejo Escolástico le había dicho que yo no era el Párroco del lugar y que
por lo tanto no tenía atribuciones para en-
se.ua,r la Doctrina. ¡ Qué tiempos! Es menester compadecer á quienes estorban una obra
semejante. En compeusación es una cosa qne
consuela. tener un juez ele letras tan buen
cristiano r comedido señor eomo el ele aquí.
Dígnese V. S. I. a,cept.ar los sentimientos
de mayor afecto y veneración de este ermitaño
que solicita humildemente 1a benclición de
v·. s. I.
Sac. MA.TEO GA.VOTTO.
HISTORfA DEL ORATOR!O DE SAN FRANCISCO DE SALES
CAPÍTULO
XXVI.
Dificultades.
Los sip;nos de estimación y bendición que
recibía el Oratorio no podían dejar de desn,gradar ai enemigo de todo bien y de encender su cólera. Sabe el demonio que un reino,
una ciudad, una familia en diseordia no 1me~
den duntr , y por tanto después de haber
tratado desde un principio de destruír la obra,
de Don Bosco con la malevolencia de unos
y las amenazas y calnm1.üas de otros ocurrió
por último á la desunión. Desde el a,ño anterior con poco resultado habíanse arrojado
entre los niños algunas semillas ele desunión;
mas estas ahora desarrolláronse por desgraeía entre varios de los auxiliares de Don
Bosco J que de la ciudad venían á enseñarnos el catecismo y otros ramos y pasar los
recreos con nosotros. Primeramente algunos
pretendieron que los alumnos en cuerpo tomaran parte en los espectáculos públicos y
:fiestas de aquel tiempo en lugares donde á
menudo resúnaban vivas, que no tardaron en
convertirse en gritos de mnerte; otros expre
saron extrañas ideas en punto de religión y
de política. Pero Don Bosco, que no se mezclaba en política, no dt{jaba, de advertirles
que la política que debía enseñarse á los
alumnos del Oratorio debía consistir en alejarlos de las ocasiones peligrosas, hacerlos
buenos r,ristianos, amantes y obedientes hijos
de familia. Por tanto jamás dejó que en
cuerpo asistieran á manifestaciones peligwsas y ele recomendar no distraerse en cosas
ajenas al cumplimiento del propio deber.
· Heconlaremos algunos hechos : Un día presentóse 8, Don Bosco el marqués Hoherto
d' Azeglio, y con insistencia lo invitó á que
con sus jóvenes asistiese á la vez que los
demás institutos de Turín á cierta fiesta en
la plaza pública.
- Señor Marqués, le respondió Don Bosco,
este Asilo y Oratorio no tiene representación
alguna; es tan sólo una pobre familia que
vive de la earidad de los vecinos , y faltaríamos á nuestro propósito si nos mezclára- ·
mos en tales manifestacion~s.
~ Precisamente conviene, replicó el Marqués, que los vecinos sepan que. esta obra
no se opone á las modernas instituciones.
Con ello se aumentarán las ofrendas y yo
mismo y el Municipio la apoyaremos.
- Agradezco la benevolencia de Ud.; mas
resuelto estoy á concretarme á sólo el bien
moral de los pobres niños por medio de la
instrucción y del trabajo sin llenarles la cabeza de ideas que tienden á distr:1erles de
sus tareas. Con recoger niños pobres y abandonados y trabajar por hacerlos buenos hijos
y ciudadanos, bien claro se verá que el Oratorio, lejos de ser contrario á las modernas
instituciones , es absolutamente conforme y
útil á las mismas.
- Comprendo, pero creo que Ud. se equivoca, y si persiste en esta idea su Obra ser{t
abandonada por todos y habrá de morir. Es
menester estudiar el mundo, mi querido Don
Bosco, es menester conocerlo y plantear toda
obra en eonformidad al progreso y exigencia
de nuestros tiempos.
- Procuraré aprovecharme de su" buenos
consejos; pero sírvase Ud. excusarme que
no asista con mis escolares á la :fiesta que
se proyecta. Si Ud. me invita á tomar parto
en una obra de caridad pronto estoy á complacerle; pero no quiero inquietar á los niños con espectáculos , cuyo significado no
sabrían apreciar debidamente.
Como Don Bosco permaneciera firme en
su determinación , aquel caballero partió y
no volvió más al Oratorio. Pero el asunto
fué menos sencillo con algunos eclesiásticos
que poco discretos se dejaron llevar por la
eorriente.
Un domingo á eso de las dos de la tarde
uno de los niños de mejor conducta hallábase en un ángulo del patio leyendo La Ar1nonía, diario que en aquel tiempo defendía
la causa de la l~eligión y de la justicia, con
doctrina y valor dignos de todo elogio. Entró
á la sazón en el Oratorio un individuo con
una bandera tricolor en mano, que acercándose al niño que leía, es tiem,po de eonclwír
con esta ~morralla, exclamó al ver La _¡Jll'·nwn,ía,
y tomando violentamente el diario lo rompe
en mil pedazos, arroja en tierra y pisotea
furiosamente. En seguida acércase á Don
Bosco y presentándole « .La Opinión, » Este
si que es ~m buen d·iario , d(gno de, ,,-ecomendarse á todo ci1tdadano , le dice.. Don Bosco
miró con extrañeza, y para ev-itar un esca,ndalo le rogó que reservase tales disputas para
hacérselas en privado. No, se1íor, respondió
aquél, naclc¿ en privado y secreto, hoy en d-ía
todo debe manifestarse ·claramente y á le~ luz
publica.
En tal momento sonó la campana que nos
llamó á la iglesia, y esperó Don Bosco que
al pié del altar se calmarían los espíritus :
pero no sucedió así. El sacerdote encargadÓ
de hacernos aquella tarde la instrucción, durante una media hora no hizo otra cosa que
hablar de enwncip((,cwn, úulipenclencia, liberta.d , argumentos si bien hermosos nada {t.
propósitos para tratarlos en la iglesia. Muchos niños se ma.nifesbaban sorprendidos ,
otros reían, otros hacían juegos de rima con
la palabra tantas veces repetida de. libertcr,d.
Quien más sufrió con esto fué Don Bosco 7
que de lo íntimo del corazón lo deploraba.
« N o sospechaba cosa semejante, dijo en la
sacristía. El diablo me ha embromado. Dios
mío, haced que tales cons~jos no sirvan de
escándalo Út mi8 niños. » Terminada la instrucción, pensaba él llamar al pobre extraviado y con buen modo hacerle eonocer su
falta, pero no tuvo tiempo para ello; pues
el sacerdote apenas salió de la capilla invitó
~'t sus colegas y niños {t cantar una canción
popular y con un eentenar de personas se·
retiró del Ül'atorio. J..~os rebeldes se dirigieron al monte de los Capuchinos, donde convinieron en no volver más al Oratorio si no
eratt invitados y recibidos solemnemente:
Don Bosco, ~tunque 1nu.eho lamentó semejante desorden, no decayó de ánimo y l~jos.
de ceder á las pretensiones de aquéllos hiz<Y
anunciar {t los jefes de ellos, que les prohibía volver á sn casa, y en cua.nto á los niños que les habían seguido exigió que si
querían volver al Oratorio debían presentarse uno {t uno á oír sus palabras. El asunto
tuvo un desenl:1ce superior á cuanto era de
esperar, porque aquellos señores por cierto
tiempo ni siquiera se dejaron ver, con lo que
eesaron las disensiones ; y la mayor parte
de los niños, que mal acons~jados les habían
dado oídos, vol vieron pidiendo excusa y prometiendo obediencia.
¡,Qué se proponían aquellos señores'~
Parece que su propósito , era llevar á
otro punto consigo á huen número sino á.
todos los niños d.el Oratorio v ton:mr la dirección conforme {¡, sus ideas: lVIotivos tenemos para creer que seguían además las indicaciones de un astuto demagogo. Sea lo
que quiera, el mal pndo ser grande y á Dios
se debe que fallaran tan perversos designios.
Los jóvenes que se retiraron de nosotros
para no vol ver tu vieron un deplorable fin,
y el autor principal del disturbio llegó á tan
críticas circunstancias que pan1 no perder
completamente su fama necesitó implorar la·
caridad de Don Bosco.
A consecuencia de lo ocurrido Don Bosco,
se encontró casi sin auxiliares, y debió cargar sobre sí todo el peso del trabajo. En los
días festivos, dejdG temprano, oía las confefesiones, á BSé) de las naeíre celebraba la
Mis~t, luego hacía la instmccióu religiosa y
en seguida coutinmtba con la enseñanza del
canto, lectura etc. hasta medio dít~J. A la
una posmeridiana asistüL 8J la recreación de
los niños, después al Catequismo , vísperas;.
instrucción, bendición con el Santísimo y escuelas nocturnas. En todas estas ocurnciones sólo el teólogo Borelli continuctb,t pres-
-
10;)-
tándole constante apoyo , y si bien debía
atender al Instituto del Refugio, L:ts prisiones del Estado etc., no le faJtaba tiempo para
estar con nosotros. No pocas veces robaba
horas al sueño para venir a confesarnos y
por muchas que fuesen sus fatigas gustoso
nos hacía la preclic.ación de la tarde. ¡ Gloria eterna á ese sacerdote incomparable !
XXVII.
Dos céleb1·es catequistas. - Clé1·igos de la
Arquidiócesis. - Maniobras militares.
En aquel tiempo de dificultades una vez,
después de medio día, tuvimos clos ilustres
vísitas. Dos distinguidísimos sacerdotes oyendo hablar del Oratorío quisieron conoeerlo. ErEm como las dos de la tarde. Eran
momentos en que nos disponíamos 1)ara a,sistir á la instrucción catequística. Don Bosco,
sin auxiliares , pensaba cómo organiz<:w la
enseñanza, cuando llegan dos eclesi{tsticos
con el intento de hablarle. Sin-preguntarles
su nombre, Dios les ha envütdo actu, díjoles
Don Bosco ; tengan la bondad ele ayucbrme
á1 hacer la ensefütnza del catecismo y en seguida ha,blaremos tranquilamente. Ud., eHrigiéndose á uno de ellos , podrá ha,cerla á
los má,s grandes en el coro, le dijo, y, volviéndose DJ otro, aüadió, con Ud. irán los
demás al presbiterio.
Ambos religiosos aceptaron la indicación
con todo gusto. Don Bosco observó que se
desempeñaban admirablemente , y cobrando
ánimo, rogó á uno que en seguida predicára
el sermón, y al otro que diera la bendjción
con el Santísimo.
Terminadas l:a,s funciones sagradas púsose
á conversar con sus amables visitas, y sorprendido quedó al saber que la una, era el
célebre Hosmini , fundador del Instituto de
la Caridad, y la otra, el Canónigo Arcipreste
Degaudenzi , homhre insigne por su celo y
hoy Obispo de Vigevano y lumbrera del
Episcopado Oa,tólico. Ha,bla.rou largamente é
hicieronse entusiastas cooperadores de la
Obra de Don Bosco.
Si el demonio procuraba suscitar dificultades en el Oratorio y privar á Don Bosco
tle casi_ todos sus antiguos ayudantes, el Señor le protegía en esa y otras dificultades.
A causa de la guerra habíase cerrado el
Seminario de Turín y ocupado había sido el
edificio por las fuerzas militares. Los seminaristas viéronse obligados á retirmse á sus
easa,s ó quedar en establecimientos de pensionistas , con gran peligro de la vocación.
Don Bosco, para remediar eu lo posible este
mal, confiando en Dios , resolvió abrir un
asilo para los seminaristas y arrendó al objeto toda la casa del Sr. Pinardi. Con esto
obtuviéronse dos notables ventajas: retirar
de allí á gente bullieiosa y disipada que molestaba de tiempo atrás al Oratorio, y tener
cerca de sí un verdadero Seminario. Los seÜA.PÍ1'ULO
minaristas vtvmn en ese Asilo y asistían ¡~
las ela,ses en casa de los profesores. El canónigo Don I.~tüs Anglesio hospedo en la
Pequeña Casa de la Providencia, á otros seminaristas y á la vez que Don Bosco contrjbnyó ú la obra que tanto reclamaba la,
triste condición de la, Iglesia de Turín.
Varios de lo.'3 seminaristas sirvieron de
ex.celénte3 auxiliares á Don Bosco para eusei'ütr el catecismo en el Oratorio, y no pocos
con su E{jemplo inspiraron el deseo de entregarse á Dios en el servicio sacerdotal.
Después de la campaña de 1S4D, un antlgno compañero nuestro que había tomado
las ::mna,s , eondnuó con edificante fidelidad
asistiendo ~~ nuestras reuniones dominicales.
Hoy día es padre do familia y ama entrañablemente á Don Bosco. Como había ocupado
un puesto entre los ber8c~glieri, lo llamábamos el ber·gagliere y pués conocía perfectamente las maniobras militares,, varios de nosotros le rogamos que nos sirviese de maestro en el arte, á lo cual condescendió con el
consentimiento de Don Boseo y forruó un
pequeño regimiento de muchachos. Obtuviéronse del (Jobieruo unos doscientos fusiles
sin cañas, y proporcionárouse bastones, para
ejercicio. El Bersr~glim·e trajo su trompeta y
mediante sus consta,ntes instrucciones al cabo
de poco tiempo contaba eon una brigada tan
disciplinada como la Guardia Nacional. Los
niños se manifestaban llenos de entusiasmo.
En todas las graneles solemnidades nuestra
milicia prestaba, excelentes servicios para el
buen orden de las funciones y hacia evoluciones tan variada y dieztramente que todo
el mundo hts aplaudía.
Estos E{jercieios contribuyeron á que volviesen al Oratorio varios jóvenes que antes
se habían retirado y rufirmaron en él á otros
que poco constantes en sus determinaciones
era de temerse que no tarcláran en desertar
de las sagradas instrucciones.
Una vez el pequeño ejército originó un involuntario descontento ~~ una persona que
nos era carísima, á la madre de Don Bosco,
mamá Margarita. Había ella en el fondo del
patio cultivado un pequeño huerto que prolijamente atendido le daba variaclas legumbres. Pues bien, un día de gran fiesta el Bm·
8C~glim·e divide su reg-imiento en dos porcione.s y di vierte á los espectadores con un
simulacro de ba·talla. Impartidas las órdenes
convenientes, det1erminó cual ele las dos filas
debía retroceder, cuM declararse vencida, y
sob:r.3 todo recomendó gran cuidado con el
huertecillo. Dióse la señal de marcha. Ambas :filas prorrumpieron en un urrá y de una
y otra parte del patio comenzó el simulacro
de batalla con los fusiles de madera. Al observar el movimiento, las carga,s y descargas
de las armas, las ordenadas evoluciones, pa,recía un verdadero campo de guerra. Sólo
:faltaba el trueno del eañon, el estampido de
los fusiles y la caída de muertos y heri<los.
-
106-
Los circunstantes aplaudían con vivo alborozo y repetíanse sonoros vivas y bravos que
encendían más y más el espíritu belicoso ele
los combatientes. Pero el entusiasmo creció
de modo que los guerreros sin observar ya
las órdenes de sus capitanes no se detu vieron en el punto debido y llegando hast::1J el
huerto lo destrozaron completamente. El Ber·
sagUere gritaba, tocaba la trompeta, pero la
algazara, los aplausos, los urrás y vivas no
dejaban oír nada. Cuando se retiraron las
:filas apenas si quedaban vestijios del huerto.
Margarita, creyendo que aquel asalto había sido combinado para dar más ímportancia
al espectáculo , vol vióse a Don Bosco y le
djjo : Jll[irc~ , J'lum, lo qtw hc6 hecho el Bersctgliete j 1ni1·a cómo ha (trNiSC6do el lvnerto.
Don Bosco, sonriendo afablemente le con
testó: JJ1ádre, ¿ qné lweer? son niiíos. Luego
par::'t serenar al general en jefe, que conturbado estaba p-or la desventura, le animó con
gr:.tciosas palabras. y dióle un paquete de caramelos para que los clístribuyese entre vencedores y vencidos.
VALENTI N
ÜA.PÍ'i'ULO
ÚLTIJ\'[0,
Muerte de ]l,fari.
1\iari fué uno de los ~tmigos que , presenciando la muerte de Hosnero, oyó la impreca.ción que salió de la boca del moribundo ,
cuando éste, maldiciéndole, fijó en él una
mirada que lo dejó aterrorizado; pues que
aquella mirada parecía decirle: Jli(m:, tú eres
ln ccw&b de ~mis clesventurcts y ele Jn'i rnuerte.
Y si bien la verdadera cansa era el mismo
Hosnero, porqi.w no debió nunca con:fia,r su
hijo á un hombre de tan depravadas costumbres, es también cierto que Mari fué el
instrumento fatal de aquella iniquidad, y jamá,s debió haber secundado la imprudente
proposieión de un amigo con ineclios tan impíos y abominables. Debe nota.rse aquí que
Mari se jactaba de ser un hombre despreocupado en matmia de religión, y no habín,
dado nunca señal alguna .de temor , ni por
los vivos ni por los muertos; y sin embargo,
desde la muerte de Hosnero, le parecía que
aquella terrible mirada) lo acompañaba dút y
noche; y de tal manera atormentaba su espíritu esta idea, que alguna vez se le vi6
abandonar la comiUa y huir espantado, como
él decía, de la tétrica figura de Hosnero, que
le amenazaba.
No pocas veces se desvelaba de noche gritando y llamanrlo ú sus criados para que le
. alejasen la sombra de Hosnero. Esta sombra,,
este espectro, creo yo que no fuese otra cosa
que los remordimientos de la conciencia, los
cu~úes se dejan sentir ta.mbién á los malvados. 111ari mismo , no pudiendo persuadirse
que todo aquello no fuese hijo de su fantasía, juzgó encontrar algún alivio en los juegos , en los banquetes , en la concurrencia
con los amigos, pero todo ello en vano; porque apenas vol via á casa, los espectros, las
sombras y su imaginación, le atormentaban
y aterrorizaban más que antes. Un amiga
suyo le recomendó un día que fuera en busca
del p{Lrroco, tuviese con él una conferencia
y le pidiese un consejo. « Los sacerdotes, le
decía, tienen ciertos secretos, consejos ó bendiciones, como ellos dicen , que muchas veces son muy eficaces para calmar las internas inquietudes. » Mari no había tenido
familiaridad y confianza con el párroco ni
con otro sacerdote , aunque solía tratar á
todos con urbanidad y cortesía, y no había
jamás mostr.ado aversión alguna contra su
párroco, sino aquella 1ne los hombres que
se llaman de mund.o suden tener á los ministros de la religión. Esto hizo que retal'·
clase por algnnos <1íf1s el satisfaoer los deseos del amigo, hasta que al fin, viendo que
sus penas y sus afanes ilmn en aumento, se
decidióf, hacer la propuesta visita á su párroco. Este hombre de Dios, le. acogió con
la mayor bondad, y en cariñosa conferencia,
oyó la relación de hts angustias y de los padecimientos de lVIaTi. Al fin, el buen pastor,
ttatando de calmarle, observó que aquello
era efecto de la profunda impresión que le
había. prodneiuo la pérdida del amigo Hosnero; y estreehúnclole afectuosamente la mano,
le dijo: « Toda.vía, ¡oh querido Mari! hay un
eficacísimo remedio para vuestros males y
q ne os reportará grande utilidad.
- Sí, hablad, y haré lo que me aconsejéis; os he estinwdo siempre y tengo en vo8
mucha confia,nza.
-- En el pa,sado lutbéis hecho ]Joco cas~
de la religión. Vuestras graves ocupaciones
sin duda habrá.n contribuido á ello. Escuchad ahora la. voz de vuestro pastor; haced
una buena confesión, y en ella hallaréis un
poderoso alivio á vuestros males.
A estas inesperadas palabras, 1\'Iari cambió
de color, y dirigiendo una severa mirada al
pttnoeo, tomó el sombrero y se puso en pié.
« Señor Cura, soy vuestro servidor, esas cosas no se propon•en á 1\'Iari. » Dicho esto ,
lleno de cólera se marchó inmediatamente.
Al llegar á casa, encontró con gran sorpresa una carta que le había, enviado V alentín; en ella le echaba duramente en cara
las perfidias é infamias con que le había conducido por el cumino de la deshonra y de la
desgracia. « Vuestros perversos consejos ,
concluía la carta , acarrearon l::t ruina á mi
casa, mandaron á mi amado padre antes de
tiempo á la tumba, y ele un joven honrado
hicieron un presidario. »
-107-
Estas terribles reprensiones, fueron un rayo
üe luz par:1 el abatido i'tuimo de Mari; tanto
que, más le parecía seguirle el remordimiento
de haber ,hecho infeliz á Valentín, que la
sombra. de Hosuero. Cayó, pues, en tal desfallecimiento y tal hastío á toda clase de
alimento, que en breve se encontró reducido
á la más extrema debilidad. Fiebres, infla,mación de los intestinos , y una especie de
úlceras, fueron la consecuencia de su enfermedad.
En este compasivo estado Ma,ri comenzó á
pensar seriamente en sus penosas heridas y
notando que las úleeras interiores llegaban
ya hast::1 ht garganta y que munb.as pequeñas llagas invadían la lengua é hinchándose
insensiblemente amenazaban impedirle el habla no pudo menos de llegar á comprender
la, gravedad de su estado. « Pobre Mari. oyó
exclamar detrás de sí, todo va á acab::tr'para
tí, pronto abandonarás el mundo, y &á dónde
irás á parar~ Tu cuerpo al cementerio &Y tu
alma~ ¡Pobre Mari! si hubieras pensado
antes en este momento ¡cuán confortado te
hallarías ahora! » Después pidió un poco de
agua y no la pudo tragar. Mandó alejar á
sus criados y á sus siervos para descansar,
pero apenas pudo conseguir algunos instantes
de sueño que se despertó gritando y pidiendo
auxilio. « Queridos míos, dijo á sus amigos,
se me ha apareeido en sueño tremenda la
sombra de Hosnero anunciándome mi nróxima muerte y mi comparecimiento ant~ el
Juez Supremo. Acaso no será ya tiempo;
sin embargo, quiero hacer la última prueba;
id pronto en busca del Sr. Onra y deeidle
que estoy á las puertas de la muerte y que
lo espero lo má,s pronto posible. »
El Sr. Oura acostumbraba todos los días
ir á casa de Mari para sa,ber de su estado,
pero siempre se le había impedido aproximarse á su cama. En aquel momento se encontraba precisamente llamando á la puerta
para entrar; en el iustante se le introdujo
en la habitación del enfermo.
- Señor Cura, le dijo Mari conmovido y
asombrado al ver que tan pronto se hallaba
á. su cabecera; perdonadme las injurias que
os he hecho ; .os he ultrajado ...
- N o habléis de perdón , no me habéis
ofendido; yo siempre os he amado, y más
ahora que me proporcionáis la gmn satis;?acción de admitirme á vuestra presencia.
- Señor Oura, añadió Mari rompiendo en
1ágrimas; z, puedo tener aún esperanza de
salvarme~
~
- Sí, querido Mari, la misericordia de Dios
es infinita. Él os da tiempo y voluntad y ha
dispuesto las cosas de modo para qrte yo me
encontrase aquí para ayudaros. Tened ánimo
que estáis en las manos de un amigo.
- z,Me perdonará Dios la multitud de mis
"' iniquidades~
- Sí, :Thfari, os lo aseguro en nombre del
Salvador cuya inmensa bondad véis repre-
sentada en este crucifijo.- Esto decía rnos·
trámlole lfl, imagen de un crucifijo que lle.
va,lm siempre consigo en sus visitas á los
enfermos .
io Y que debo haeer ~
Una buena confesión.
N o estoy eapaz, me faltan las fuerzas.
No tengáis cuidado, yo soy vuestro párroco y os ayudaré; responde<l solamente á
lo que yo os pregunte.
Después con celo y earidad le comenzó á
confesar. Uno preguntaba, otro respondía;
y donde lVIari ofrecía alguna confusión ó dudas, el púrroco, con claridad n,dmirable, hacía hts veces de confesor y de penitente.
Más ~l eabo de algunos minutos, Mari se
sintió tan falto de fuerzas y se le hinchó
tanto la lengua, que le impedía casi el ha·
blar. Esto no obstante pudo terminar su confesión. Concluída la, confesión , Mari se encontró mucho más tranquilo, y en medio
de sus sufrimientos demostraba una alegría
en su sembl9Jnte eomo muchos años hacía
no le habia, visto ninguno. Llamó después á
sus parientes y amigos y haciendo un supremo esfuerzo les dirigió estas palabras:
« Os. he escandalizado ; perdonadme, y sean
mis sufrimientos y mi muerte la penitencia
de mis pecados. Dios mío , os doy gracias,
Dios mío, misericorcliflo. » Deseaba mucho
cibir el Santo Viático , pero las úlceras de
la garganta y la hinchazón de la len gua no
se lo permitieron. Vivió todavía dos días en
aquel estado de angustia y de padecer, en
todo su conoeimiento, pero con la ma.yor resigmwión á la voluntad divina, sin poder
hablar. El párroco no le abandonó ni de día
ni de noche, y cuando intentaba alejarse,
aunque por breves instantes, Mari lo cogía
de la mano, se la besaba afectuosamente y
le invitaba con señas de un gran deseo .á
que permaneciese á su lado. Besaba frecuentemente el crucifijo y repetía lo mejor que
podía las jaculatorias que de cuando en
cuando le recordaban.
Pocas horas antes que expirase pareció
muy agitado: queria habla,r y no podía; besó
el crucifijo , dirigió después sus ojos á los
presentes y no pudiendo hablar se puso á
llorar. Los que le veían sentían un gran pesar porqu¿ no alcanzaban á comprender lo
que él quería explicar, y discurrieron traerle
una pluma , y un pliego de papel para que
allí, si podía, expresase sus deseos.
Mari se mostró muy complacido y tomando
la pluma , sostenido por uno de sus amigos
y apoyando la mano sobre el brazo del párroco escribió estas palabras: « Valentín:
perdóname el escándalo que te he dado;
vive como buen cristiano, y serás feliz á la
hora de la muerte, Yo muero arrepentido,
que la divina miserjcordia descienda sobre
mí y sobre tí; te espero en la eternidad. »
Dejó caer la pluma , y apareciendo en su
seinblante una ligera sonrisa como de quien
re-
-108------------------~----
ha satisfecho un gran deseo se voly!ó á echar sohre la almohada y entró casi Instantáneamente en la agonía, sin dar más seña.les de conocimiento. El pií.rroco que poco
úntes le había administrado la Sagradn: ~;Y
tremaunción, le dió entonces la bei~d_Enon
papal. A poco y mientras leía e~ p1·ojimsce1·e
~>l a.lma de Mari voló ~í, la etermdad, donde
~speramos habrá encontrado misericordia en
la presencia de Dios.
FIN.
~
.....
PUNTOS Y CONCLUSIONES
DEL CONGRESO CATOLICO ESPAÑOL
PUBLJC.ADOS POR ORDEN
del Em.. •n.o Cax•denal Presidente.
« 1 o Es deber de todo escritor católico a-
tenerse á lo recomelidado por nuestro Santísimo Padre León XIII en la Encíclica Onn¿
m~~lta, acerca de la mansedumbre , moderación y templanza en las polémicas que entre
los escritores se .susciten.
« 2° Debe además el escritor católico someterse á toda.s las enseñanzas de la Iglesia,
siguiendo la inspiración y deseo de ésta y
ofreciéndose incondicionalmente á sus respectivos Prelados para el bien y defensa de
la Iglesia; y debe asimismo abstenerse en
sus escritos de calificaciones denigrantes ú
ofensivas al publicista , mtyas opiniones se
proponga combatir.
« 3° N o es con-veniente, por regla general,
dar publicidad á los duelos, suicidios y modos ó detalles con que se hayan pE1rpetrado
ciertos grandes crimenes; ¡)ero cuando por
1a índole y circunstancias de tan execrables
sucesos no sea posible evitar su publicidad,
debe hacerse siempr'j añadiendo la debida
reprobación, y con la mayor prudencia y discreción en la forma de anunciarlos.
« 4° La prensa católica debe desde luego
someterse, ó estar dispuesta á~ someterse á
la censura que el Prelado de la Dióeesis respectiva tenga por con-veniente establecer,
« 5° Convendría que en ningún tiempo ni
lugar se discutieran por la prensa asuntos
religiosos y eclesiásticos, sin previo permiso
de la autoridad competente; mas si circunstancias excepeionales dificultáran el pedirlo
en tiempo oportuno, l)l'Ocurará el escritor católico producirse en sus escritos con la mayor prudencia.
« 6° Siendo estas materias de suyo delieadísimas, es nec0sario que se traten siempre
con la madurez y seriedad debidas, aunque
sean cuestiones libres, al tenor de lo que se
recomienda en la citada Encíclica de Su San·
tidad León XIII.
« 7° N o solamente es útil , sino hasta es
necesaria, la publicación de un diario católico, sin determinado color político. Igual
importancia tiene la de otro periódico económico de propaganda~ religiosa.
« 8° Reconócese como muy conveniente la
publicación d(3 una Revista científica que
se recomiende á sí misma. por su mérito intrínseco, y que ni sea ni pueda considerársela órgano de centro alguno particular.
« go El medio 1nás eficaz de sostener dichas
p~~blicaciones es h(~cer ~&Ju¿ exictac,ión á todos
los cattólicos á fin ele q1w mnpleen en sel sosten,im,iento ele lcts pnbUcclciones, q1u3 se consagran á la ciefensa de lct Religión, el dinero
mismo q~te tan incons,ideraclcmnente se gasta en
sostener periócUcos y revistc~s alejados de la
rel,igión y hc~sta, contrc~rios á ella.
« 10" A este propósito, sería utilísimo que
los prelados recomendasen al pueblo los periódicos, escritos y librerías que, como católicos, se hayan ofrecido á la Autoridad episcopaL
« 11o Es por último, medio eficaz para,
.
sostener la prensa católica y difundir las
,
buenas lecturas, establecer centros de publicación informados solamente por el espíritu
cristiano, como la Librería religiosa de Barcelona, pues de este moclo se podrían vender
libros y periódicos á ínfimo precio, y se lo•
graría por tanto , la circulación de los mismos hasta en la clase obrera. »
'
Con aprobación de la Ant. Eclesiástica • Gerente llUTTilO GIIIGLIOH!l
Tmin, lS!JO -
Tipografi::t Salesiana.
TURIN
Libreria Salesiana
TURIN
Album de los Papas con los retratos de todos los Soberanos Pontífices desde San
Pedro hasta León XIII, y un Resumen histórieo de cada uno ele ellos, escrito
en alemán por S. Em.ma el Cardenal José Hergenrtither, ampliado y vertido
al español y al francés bajo la dirección del M. l. Sr. D. José Vallet y Piquer.
con la colaboración de distinguidos literatos y con censura 3-r aprobación de la
autoridad eclesiástica, Espléndida edición hispano-francesa de gran lujo, con
130 magníficas láminas y los retratos originales de los 258 Papas; grande y
precioso tomo in folio. artística y ricamente encuadernado con fierros especiales en forma ele Alb1.,(¡m de como 43 p. 28 centímetros; 1885. Peset. 75,00
Qui est-EIIe? ou le Coour de Marie espérance du monde, par lVIaximilien Bardesono des Comtes de Rigras. Traduction de l'italien par l'abbé F. Marie Didier~
du clergé de Maurienne (Savoie ). Un vol. en-8° de 320 páges .
» 3 00
Compendiosa Regula Cleri. - 1881, in-32, pag. vnr-120 (Torino ).
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Compendium Biblicum seu Brevis expositio historiarum, praeceptorum, prophetiarum, admonitionum quae in Divino Volumine continentur. - 1881, en-3.2
» O 60
de pág. 164
lmitatione (De) Christi. Libri quatuor. Nova editio cui accesserunt varii indices.
- 1880, en-64 de pág. 458 .
» O 60
LAsELVE (Fra Zacharia). Annus Apostolicus continens conciones: I. Toto adYentu
- II. Tempore Uuadragesimae.- III. Omnibus diebus et singulis totius anni
diebus Dominicis.- IV~ De Sanctis.-Predicabiles stylo perspicuo elaboratas,
claraque metlw':lo concinnatas. Editio revisa ed adnotata a P. A. Saraceno.
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totius anni. Editio revisa et emendata a P. Stemmegoldo Ponzini l\fiss. Apost.
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