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Medios

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Sale una vez al mes.

9.

Instruyó al pueblo y divulgó todo lo que había hecho.
J?uscó las doctrinas útiles y E'$cribió documentos
rectísimos y llenos de verdad. Las palabras de los
sabios son 'como punzas ó clavos, que penetran profundamente, y nos fueron dadas mediante nuestros
maestros por el único pastor.
(EcLESIASTÉs

--···-

XII, 9, 10

Y

ll)

'

1



1

SETIEMBRE 1887

No se engañaria mucho quien intentase de atribuir
principalmente á la prensa malvada , todos los males
y la deplorable condicion de las cosas, á la cual
hemos llegado actualmente ... , los escritores católicos
deben con todas sus fuerzas volverla en bien de la
sociedad.
(LEON XIII)
---·e•-

El peligro, Sto. Padre, está todo en la continua
difusion de los libros infames; y para poner un dique
:\. este mal inmenso, yo no veo otro remedio, que la fundacion de una imprenta Católica, puesta bajo el patrocinio de la Santa Sede. De esta manera , no haciéndose esperar nuestras respuestas, podrémo-s con mayor
ventaja descender al campo de la lid y responder con
feliz éxito á las provocaciones de los apóstoles del
error.
(SALES)

La prensa periódica sometida á la autoridad jerárquica, revestida del espíritu de Jesucristo, viene á
ser un poder inmenso: ilumina, Bostiene la verdad,
hace desaparecer el error, salva y civiliza; es cási
una forma de apostolado sublime.
(ALJMONDA)

ROMA .. EIBRERIA SALESIAr\IA . . TURINe
BUENOS AIRES - MONTEVIDEO -

SELEC1~1~.

NICTHEROY

EX LATINIS SCRIPTORIBVS
IN VSV1V1 SCHOLARVlVI

p

ULTIJ\tlA

FA 811

PUBLIOACION

VINTILIANI

INSTITVTIONIS ORATORIAE
LIBER DECIMVS

Testo latino con prólogo y notas italianas del Rev. Prof. Sr. D. Juan Garino.
Un vol. en 16.0 de 100 pág. Peset. 1 00
No eludamos del sumo gusto y agrado con que nuestros cooperadores ele España, acogerán la presente obrita. Ninguno ignora el mérito del celebérrimo retórico, tanto griego como latino, Marco Fabio Quintiliano, gloria
imperecedera de la España citerior. Es, pues, el décimo libro ele los 12 en que se divide tan preciosísima obra
titulada (( De institutione o1•atoria ll , que nuestro autor escribió después ele haber enseñaclo dicha
asignatura en Rom3, por espacio ele 20 años. No puede dudar se sea entre todos los libros· el más importante y
necesario para los jóvenes que asisten á la Universidad y desean instruirse bien en la literatura griega y latina.
En Italia fué adoptado como texto en todfLS las Universidades. Como djimos arriba está anotado en lengua italiana,
lo cual no impide puedan comprenderlo todos, dada la mucha afinidad que existe entre dicho idioma y el nuestro.
Fué cotejada esta eclicion con las más autorizadas, v. g, la de Spalding, Krüger, Bonnell y Halm. Sus copiosas
notas gramaticales, históricas y literarias dan bien á conocer la mucha erudicion del ilustre expositor Sr. Garino.
Lo recomendamos, pues, vivamente á todos los profesores y alumnos de las Universidades.

SELEOT~

EX LATINIS SCRIPTORIBVS IN
JOANNES iUPTiSTA

7:\~ . . ,.; : T pro viribus bello

Ff~ANCES lA

VSV~1

SCIIOLARVM

lECTORt

occurrerem, quod abhinc aliquod anuos Romanorum literis in)'Cf\
fertur, consilium fuerat uníversa iterum in vulg·us edere opera TnoMAE VALLAVRII,
~~ ~jegregii illius latinarum elegantiarum arbitri, qui hac fioret aetate. Hoc ante m opus,
apud omnes intelligentis judicii viros probatissimum sane, haud satis esse videbatur, nisi et
classicos, quos adpellant, scriptores adjungerem, qui romanarum disciplinarnm auctores optimi
semper habiti sunt. Vernm íntegros eos publicare magnum quid em et grare opus foret atque
humeris meis impar. Nec me fugiebat, maximum sibi odium comparasse libros anthologicon,
quos haud ita multo ante per fas atque nefas pueris nostris obtrusos vidimus; neque tempus
obstiterat quominus altissime acllmc in corde manerent liberiora et verissima verba, quae de
hac re nuperrime habuit in Athenaeo nostro Taurinensi, ipse TnoMAS VALLAVRivs, qui jamdiu
habetur tamquam veteris sapientiae strenuissimus custos et propugnator.
Ac propterea, medium me quodammodo gerens, ut pueris, qui nunc prima in latinis literis rudimenta ponunt, pro virili parte, prospicerem, in animo fuit, nonnulla ex omnibus lectissima excerpere; e quibns tamen unum corpus totum atque perfectum absolveretur. Et faxit
Deus, ut levis hic meus labor nonnullis sit adjumento.
Roe sit tamquam specimen; namque alio nomine adpellari gravatim feram. lis vero, qui
judicium suum hac in re libero prorsus ore, haud dubitabunt mihi aperire, magnas quidem
gratias habebo, et, quoad ejus :fieri poterit, ne transversum quidem digitum ab eorum sententia me discessurum polliceor.
Et primum omnium unum e Lrvro excerptum tibi librum exhibeo, qui erit veluti aliorum
dux. Neque id sane absque consilio. Quis enim historicorum est Lrvm plenior et comptior~
Quis lactea ubertate laudabilior ~ Ab hoc igitur prímam historiarum suarum parte m selegi,
qua omnia continentur a septem Romanorum regibus acta, quaeque optimum studiosis exer=
citationis exemplum fieri posse videtur, Quod vero de LIVIO sum adgressus, et de ams optimis
latinis scriptoribus faciam, qui prosa tantum oratione opera sua condiderunt.
De poetis autem PHAEDRVM unum nunc evulgandum putavi, quem puerorum manibus teri
semper fuit in more positum, quemque totum tibi exhibeo. Verum si tibi adprobatum hoc consilium meum sensero, candide lector, alia propediem, communium studiorum causa, maxime ·
numeris adstricta, emittenda enrabo. Vale.
Haec eg·o praefaturus scribebam, abhinc quindecim circiter annos (magnum sane mortalis
aevi spatium, cum ¡)rinmm edebam s;electorum locorum volumen, ab optimo quoque auctore
depromtum. Nunc vero quot jam volumina fuerunt edita, et quam scitissime, ac perpetuis saepe
adnotationibus aucta et perpolita, tum de profanis tum etiam de sacris scriptoribus! Mihi sit
satis in primis dicere de '.rrroMA illo VALLAVBJO ( quem semper honoris gratia memorabo ), onmium
recentiorum la,tine scribentium facile principe, quemque jucundissimum olim magistn~m meum
adpellitare juva,bit, cujus plautinae fabulae, animadversionibus auctae, sapientissimis scholasticis praelectionibus accommodata iterum atque iterum magno literaru'Q}latinarum incremento,
pro,dierunt; quo facto nomen subalpini Professoris vel apud exteras gentes renovatum fuit,
atque italorum ingenium ab invidorum calumniis strenue vindicatum. Nec equidem fas esset
hk silentio praeterire JoANNEM BAccrviYr, c]arissimum V. qui, solers in primis, atque ü:igenio
tofi:tptissimus, latinarum elégantiarum peritissimüs, ve~ inter graves $Cholasticas. occupationes,
nunc Livianos coepit nunc Ciceronianos locos publicare et copiosis adnotationibus insignes,
haud sibi parvo honore, et fructibus minime poenitendis pro alumnis nostris Italicis, in quornm
unice utilitatem hoc sibi munus sumendum putavit.
His ergo viris praeclaris gratias mecum habeto3 candide lector, et iterum vale.

Sale una vez al mes.

AÑO II. -N. 9.

SETIEMBRE 1887.

BOLETI
Debemos ayudar á nuestros herma~
nos á fin de cooperar á la difu~
sion de la verdad.
(III. S.

JUAN,

(MAT. XVIII)

8)

Atiende á la buena lectura1 á la exhortacion y á la enseñanza.
(I. Tm. rv. 13)

Entre las cosas divinas la más divina es la de CQoperar con Dios
á la salvacion de las almas.
(S.

Oualquiera que reciba á un niño en
mi nombre 1 recibe á mí mismo.

DIONISIO)

Un amor tierno hácia el prójimo es
uno de los más grandes y excelentes dones 1 que la divina bondad
puede hacer á los hombres.
(El Doct. S. FRANC. de SALES)
t

Os recomiendo la niñez y la juventud; cultivad con grande empeño la
educacion cristiana; proporcionadles
libros que enseñen á huir el vicio
y á practicar la virtud.
(Pro IX)

Redoblad todas vuestras fuerzas para
retraer á la niñez y ,juventud de
las insidias de la oorrupcion y de
la incredulidad y preparar de esta
manera una nueva generacion.
(LEON

XIII)

-7. DIRECCION en el Oratorio Salesiano. - Calle Cottolengo N° 32, Turiu (Italia) ;<Sumario - Aviso - D. Bosco y loE Salesianos en la
República del Ecuador - Noticias de Chile -- El Sagrado Corazon ele Jesús y los consuelos de lo sobrenatural - Historia del Oratorio de S. Francisco de Sales
- Gracias de Maria Auxiliadora.

AVISO
Mulchos , Cooperadores y Cooperadoras nos preguntaron cuál es
el precio de suscricion al « Boletz'n
Salesiat.w. » Responden1os que á
dicho periódico no hay un abonamiento fijo, segun lo prescrito en
el artículo
·cap. V. del reglamento de los Cooperadores. Cada
cual ayuda á sostener las b bras
salesianas segun sus. propias fuerzas y generosid.ad, y los salesian~s
mostrándose ·vivamente agradeCidos ruegan todos los dias, junta·mente con sus huerfanitos , por
todos los Cooperadores y Cooperadoras, mientras que con el Bolelin les dan cuenta de cómo em-

t.

plean los socorros que reciben y
de los buenos efectos que con ellos
obtienen.
Si alguno, pues, no pudiendo
hacer 1nás, desea cubrir al menos
los gastos de papel, impresion y
demás, nosotros les notificamos
que dichos gastos podrían satisfacerse pagando cada Cooperador tres
pesetas al año.
Esta limosna podrán remitirla
á D. Juan Branda, Director de
los Talleres Salesianos de Sarriá
(Barcelona), ó bien á D. Ernesto
Oberti, Director del Colegio de Ia
y 2a enseñanz?- de N tra .. Sra. del
Cármen, en Utrera (Sevilla).

D. BOSCO Y LOS SALESIANOS
en Ia República d0l Ecuador.

Ya saben nuestros lectores que actualmente se está cortando el istmo de Panamá,
'el cual une las dos Américas. Una vez que
esta obra gigantesca se haya terminado ,.
p'ondrá en comunie,acion el Océano Atlántico con el Grande Océano ó Mar Pacífico,

-

i06

acortando y facilitando no poco el VIaJe
desde la ·Europa á clicha República. Esta,
si cuenta hoy con un considerable número
de Europeos, entonces por la facilidad del
viaje, salubridad del clima, bondad del Gobierno y por su mucho cornercio, no podrá
menos de poblarse extraordinariamente.
Pues bien; á esta República dirigió en
estos dias su pensamiento el sacerdote Don
Juan Bosco. Después de haber sembrado la
Italia de Colegios para los hijos del pueblo;
después de haber, por medio de sus alumnos
formados en su escuela y embebidos de su
mismo· espíritu, llevado la luz del Evangelio y los beneficios de la civilizacion
cristiana hasta los últimos confines de la
tierra, es decir, hasta la Patagonia y Tierra
del Fuego ; después de haber establecido
en las Repúblicas Argentina y del Uruguay,
en el Brasil y en Chile un buen nümero
de Hospicios, escuelas y talleres para educar cristianamente á tantos y tantos niños
pobres y abandonados; después de todo
esto, y mucho más aún , está preparando
hoy todo lo necesario para hacer lo mismo
en la católica República del Ecuador.
A Quito, pues, su capital, cuyo Gobierno religioso y solicito por el bien de la juventud
llamó á los Salesianos, enviará en el próximo
mes de Octubre una compañia para abrir una
Casa de artes y oficios en beneficio de todos
aquellos niños pobres y a~andonados, tanto
indígenos como europeos. Allá, D. Bosco, además de proveer á las necesidades presentes,
prepara nuevos medios para atender á las fu.turas. Él, pues, prevee el número grande de
Europeos que emigrarán á dicha República
una vez cortado el mencionado istmo, y
por consiguiente comprende cuánto será el
consuelo que sentirán cuando encuentren
. .allá hermanos, maestros, consejeros y Padres
en los Salesianos, los cuales se cuidarán de
ellos, hablarán su idioma, los instruirán y
ayudarán á mantener viva la memoria de
la madre patria. ¡Qué feliz pensamiento !
Sin embargo su celo no se limitará tan
solo á esto , sino que se extenderá hasta
Jos habitantes de las montaüas más re-motas.
Desde la capital de la Repüblica, como
desde un centro de operacion, como desde
un cuartél general, los Salesianos tomarán
su vuelo para explorar nuevas tierras y
conquistarlas á la religion y c:i vilizacion ,
proporcionando de este modo grande utilidad al Estado, consolando á la Iglesia con
.el aumento de nuevos hijos y regocijando
el cielo con infinidad de almas salvadas.

~

D. Bosco, si bien cansado por sus pasados trabajos, y falto ya de fuerzas f{sicas,
no deja sin embargo de conservar aún
fresca su inteligencia y tenáz su voluntad
como en la flor de sus años. Segun los
cálculos humanos, si la emigracion continuará á este paso, dentro de dos ó tres generaciones las tierras americanas, que hoy
dia están en su mayor parte estériles y
desiertas, vendrán á ser fertilísimos valles,.
se alzarán en ellas soberbias y populosas
ciudades, se construirán caminos de hierro
que facilitarán el comercio entre sus habitantes; y por ültimo sus altas y numerosas
montañas se podrán atravesar cómodamente,
como sucede en nuestros Pirineos, Alpes
y Apeninos por medio de túneles.
Ahora bien; la Divina Providencia, como
una madre que está en vísperas de tener
algun hijo, comienza desde ahora á pensar
en las necesidades morales y espirituales
de las gentes que un dia irán allá; ella
envia anticipadamente á sus siervos, sacer-·
dotes y apóstoles. Cuando los Salesianos
compongan un buen número en las principales ciudades de América, cuando hayan
establecido numerosas residencias por aque~
llas montañas donde aün nuestra santa re~
ligion es por muchos ignorada, entonces se
nos hará menos doloroso el ver cada año
tantos miles de compatriotas darse á la
vela en direccion al Nuevo Mundo. Entonces al dar el último adios podremos
decirles: vosotros dejais aquí á los amigos
del alma, pero allá, entre otros, encontrareis tambien á los hijos de S. Franeisco
de Sales, á los alumnos de D. Bosco , encontrareis á los Salesianos, los cuales con
el ejemplo y con la palabra os ayudarán
á conservaros buenos cristianos y Europeos
honrados. Id, pues , con más confianza y
mayor tranquilidad, puesto que adquiriendo
una íbrtuna sobre la tierra no corrcreis
peligro de perder la felicísim.a suerte de
poseer algun dia el cielo.
Recomendamos á la caridad de los lec tores esta nueva empresa de D~ Bosco. Eila
es tal,, que el haberla indicado solamente,.
puede bastar para su mayor elogio y recomendacion. Y ¿qué persona de caridad y
fe, qué hombre dotado de sentimientos de
humanidad, pudiendo, no querrá ayudar á
otro hombre que, para llevar á cabo dichas
obras, confia enteramente en la pühlica be,.
neficencia?

107

NOTICIAS DE CHILE.
:Sermon de Mons. Cagliero á los primeros
niños de la Casa Salesiana de Conoepcion.
La salud 'de Monseñor mejoraba de dia en dia,
tanto que, si se exceptua alguna pequeña incomodidad en varios días húmedos, no se hacia ni
·siquiera de cargo que estaba aún convaleciente.
Se quería que descansase un poco por algunos
dias, pues lo necesitaba mucho, pero no pudo
·conseguirse; déseaba trabajo, y como ninguno se
lo procuraba, él mismo se lo buscó.
Durante muchos días fué á celebrar la santa
Misa en varias iglesias de comunidades reUgiosas,
predicando en todas su sermoncito y siempre
muy apropiado. Habló de la caridad en el hospital
y hospicio del Sagrado Corazon; de la Virgen
Inmaculada en el Convento de las Religiosas
·del Sagrado Corazon y en el de las Alemanas;
varias veces de la Provideneia en la iglesia de
este nombre; de los deberes de un buen seminarista en la Capilla del Seminario .....
Pero el sermoncito que salió más hermoso fué
,el que hizo en nuestra capilla á nuestros niños.
No cabe duda que esta pobrísima capilla hízole
recordar aquella otra , tambien pobrísima , del
Oratorio en V aldocco, segun era 30 años hace ,
·en la cual Monseñor había orado tantas veces.
Aquellos 20 niños, arrodillados al pie del altar,
Je trajeron á la memoria los primeros 20 de
'Turin. Con estos recuerdos fijos en su mente,
concluida la santa Misa , comenzó á hablar del
siguiente modo:« Vuestra Comunion me recuerda
las de 500 ó 600 niños, que se hacen en nuestra
Casa de Turin ; vuestras oraciones me traen á
la memoria las que, todos reunidos , hacen allá
tambien nuestros niños, postrados á los pies de
nuestra amorosa Madre María Auxiliadora. ¡Cuán
felíz me considero en medio de vosotros~ ¡Y cuán
·dichosos sois vosotros al hallaros aquí recogidos
'bajo el manto de S José! Sois, pues, los escogidos para formar la primera piedra de esta
Casa, y ciertamente que S. José tiene miras
especiales para con todos vosotros. Debeis estar
muy contentos y creeros verdaderamente felices.
1 Cuántos niños en el mundo, de vuestra misma
·condicion desearían hallarse á vuestro lado, disfrutar de los beneficios de la caridad que á vosotros se os dispensa, y sin embargo están obligados
á quedarse en él sufriendo siempre 'mil y mil privaciones!
« A ellos les falta todo : el alimento material y
más aún el espiritual; ¡ son unos pobres desgraciados ! Vosotros no ; estais aquí en una casa de
·caridad, te neis por Padre á S~ José, por Madre
á la Vírgen Auxiliadora, por protectora á la Divina Providencia; nada os faltará , como nada
faltó nunca á los Salesianos y á sus protegidos.
Procurad solamente haceros dignos del favor que
recibís. i Y en qué manera? Observando una
buena y santa conducta, que no desdiga de la
casa en que os hallais.

El avenir del Taller de S. José depende de
vosotros; sois toclavia pocos; muy pronto sereis
muchos; y estos muchos serán buenos ó malos
segun vuestra conducta y el ejemplo que les
, dareis. Si vosotros sereis buenos , ellos serán
tambien buenos. »
Despues les manifestó el amor de los Salesianos
hácia la juventud pobre. « Es esta su mision ,
dijo, y una mis ion tan difícil y delicada no se
cumple sin amor. Y además i cómo no han de
amaros si son h\jos de D. Bosco, el Apóstol, el
amigo, el Padre amantísimo de la juventud?
i Cómo no han de amaros si solamente para haceros bien, para conoceros y amaros , lo han
abandonado todo, el mundo, la familia, la patria,
los amigos y al veneradísimo Padre D. Bosco ?
¿Para qué vinieron aquí los Salesianos? ¿ Acaso
para busc~Lr riquezas? N o. ¿En busca de placeres
y de gloria? No, no, queridos niños. Vinieron
· para amaros á vosotros y á todos aquellos niños
que la Divina Providencia confiarA á sus cuidados.
Luego si los Salesianos os aman , como podeis
estar ciertos de ello, amad tambien vosotros a
ellos, obedecedles, respetadlos, no les deis ningun
disgusto. Este es el mejor modo de corresponder
á su amor; no quieren otra recompensa sobre
la tierra más que esta. »
Habló tamhien, y muy extensamente, de los
deberes de 1a j nventud y concluyó diciendo:
« No envidieis la suerte de los hijos de los ricos
que se educan en los grandes Colegios; en ellos
se da generalmente una educacion del todo mundana, y mientras se adorna la mente de conocimientos se corrompe el corazon con los vicios;
para muchos niños el colegio es su ruina; y en
él a prenden la ciencia que de he hacerlos desgraciados eternamente. Vosotros no aprendereis aquí
la ciencia que aprecia, alaba y busca el mundo,
sino que recibireis abundantemente la gran ciencia
de la religion que os hará felices en esta vida
y más aún en la futura. Os enseñaremos la
práctica de la virtud ; y con la virtud vosotros
os comprareis el Cielo. »
Necesidades espirituales de la Araucania Viaje de Mons. Cagliero á Traiguen Vuelta á Concepcion.
Sin embargo, la mision de Monseilor en Chile
no dehia limitarse á Concepcion. El Sr. Vicario
instaba para que visitase la Araucania , y viese
con sus propios ojos las necesidades espirituales
de aquella tierra. Son 80,000 almas , decía á
Monseñor el Sr. Vicario , y no tienen más que
un sacerdote que se cuide de ellas. Hay muchísimos Indios que no son aún cristianos porque
no pueden serlo; falta absolutamente quien les
haga la caridad de instruirlos y bautizarlos; ellos
no se opondrían en lo más mínimo ; es una miés
mél.dura, falta solamente quien la recoja. Un dia
llegaron á Monseñor varios regalitos mandados
por el Sr. Vicario. U no de ellos consistía en una
carta geográfiC'.a de Chile ; hácia el Sur de Concepcion habia cuatro puntos marcados con tinta

-108
roja y después una pequeña nota en el márgen
que decia : futuras casas salesianas. Dichos
cuatro puntos eran los siguientes; Traiguen ,
Temuco, Angol y Los Angeles: los dos primeros
hállanse situados en el centro de la Araucania
y los otros dos hácia el confin.
El día 19 de Abril Mons. Cagliero, el Rdo. Sr. Vicario y D. Rabagliati salian para Traiguen y llegaban allá despues de un dia y medio de viaje.
El mismo dia D. Fagnano salia para Ancud á
fin de tratar con el nuevo Obispo acerca de la
Tierra del Fuego y de Punta Arenas que hasta
ahora dependen de él. Sería demasiado prolijo si
me entretuviese en hablar del recibimiento que
Monseñor tuvo en Angol, donde se vió obligado á pernoctar. Diré tan solo que una gran
parte de la poblacion se hallaba ;en la estacion, con una banda de música que tocaba admirablemente; por la noche hubo serenata hasta las
once en honor de Monseñor. Fué hospedado muy
gentilmente por una de las principales familias,
y . el Sr. Intendente vino en persona á saludar á
Monseñor, quien aceptó la invitacion que le hizo
de· cenar con él. Habló después de la política de
Europa con tan buen acierto y discernimiento
que encantó á todos.
El dia siguiente por la tarde, Monseñor y sus
compaf:íeros de viaje llegaron á Traiguen, y tuvieron tiempo para poder visitar y conocer un
poco dicha poblacion. Fueron á ver los dos terrenos que el Sr. Vicario habia comprado para los
Salesianos ; ambos están situados en una posicion
muy hermosa y á poca distancia el uno del otro :
el primero está destinado para la iglesia parroquial, el segundo para Colegio. Actualmente no
hay más que una pobre capilla, vecino á la cual
vive un Padre Franciscano, que se ocupa particularmente de los Indios que habitan por aquellos
"
alrededores.
Monseñor pudo ver con sus propios ojos las
necesidades espirituales de aquella poblacion , y
el grandísimo bien que se podría hacer. Traiguen
tiene presentemente cerca de 3000 habitantes ;
la mayor parte son agricultores Chilenos, muchísimos Alemanes, bastantes Franceses y tambien
no pocos Italianos. Es ya un centro importante
por su posicion geográfica, pero lo será aún
mucho más apénas se una con Angé>l, por medio
del ferro carril que está ya en construccion.
El Sr. Vicario habría deseado proseguir el
viaje y llegar hasta Temuco, sitio bastante céntrico de la Araucania , pero comenzó á llover y
se tuvo que prescindir, por lo muy difícil que
es viajar por aquellos sitios en tiempo de lluvia;
y además Monsef:íor tenia prisa , pues deseaba
volver pronto á Concepcion y desde allí salir
cuanto antes para visitar las casas de la República Argentina.
De suerte que, al dia siguiente por la maf:íana,
Monseñor , el Vicario y D. Rabagliati, á pesar
de lo mucho que llovia, se metieron en un coche
y pasaron nuevamente por el camino del dia
anterior. La lluvia lo habia ya enlodado todo, y
por consiguiente los caballos no podian dar un
paso cuando se trataba de subir alguna cuesta,

~

y los tres viajeros se hallaron indecisos si volverse ó no atrás.
Al anochecer estaban de nuevo en Angol y al
dia siguiente por la tarde en Concepcion. Tambien
en Angol, ciudad importantísima y capital ele
provincia, se trató de la fundacion de una Casa
Salesiana, y la necesidad es indudablemente grandísima. Monseñor, cuyo celo no tiene límites, y
que desearía, ya por sí ó por medio de sus misioneros, remediar todas las necesidades que se
le presentan, prometió que los Salesianos irían
á fundar dicha Casa lo más pronto posible.

Monsef:íor hace la prim.era conferencia
á los Cooperadores Chilenos.
Antes de salir ele Concepcion quiso Monseñor'
satisfacer los deseos de muchos católicos, que un
dia serán el brazo derecho y el apoyo de nuestra
casa, es decir, ele muchos Cooperadores futuros.
A este efecto hízoles una conferencia, á la cual
asistieron muchísimas familias distinguidas ele
aquella poblacion. Como era la primera conferencia que de este género sentían lo Chilenos ,
Monsef:íor se vió obligado á comenzar desde muy
lejos. Así es que habló de D. Bosco, de sus prin-.
cipios, de las dificultades que debió vencer , de
los obstáculos que superó, y de las persecuciones
que sufrió. Hizo como un compendio de la Vida
ele D. Bosco, como él solo podía hacerlo, conociéndolo tan bien é íntimamente desde hace ya
35 años. Habló despues de los Cooperadores de
Europa : « Nuestra Congregacion, dijo, si es ya
hoy dia tan grande, á pesar de ser tan jóven, si
es ya tan conocida, respetada, amada y solicitada
por todas partes, después de Dios y María Auxiliadora, lo debe á aquel núcleo numerosísimo de
buenos católicos que se alistaron bajo nuestras
!)anderas para aumentar las que entonces eran
pequeñas filas salesianas, y trabajar con nosotros
en la grande empresa de salvar á la pobre juventud ele las manos ele las sectas impias , que
trabajan con tanto empef:ío para clescristianizarla
y perderla. Pio IX, de santa memoria, quiso para
sí la gloria de tener su nombre escrito por el
primero en el Catálogo de los Cooperadores; y
después la bendijo y enriqueció con muchísimas
indulgencias parciales ·y plenarias. Leon XIII ,
que busca el bien de la sociedad, como lo buscaba
su santo Predecesor, que ama á la juventud con
todo el amor de padre y de Pontífice, Leon XIII
es el primero y el más celante de nuestros Cooperadores. Los Cardenales, Arzobispos, Obispos,
Prelados, Sacerdotes, Comunidades religiosas y
en fin miles y miles de católicos que viven en
el siglo están unidos con nosotros y trabajan
tambien con nosotros; .Y la victoria será. ciertamente de todos los que trabajamos por Dios,
puesto que él no puede dejar ele bendecir nuestros esfuerzos, y confundir á nuestros enemigos
que son tambien suyos. »
Luego pasó á hablar ele las diferentes maneras·
de cooperacion; el rico puede prestar auxilio con
los m0dios materiales, el pobre con sus oraciones.

-

109-

Trató de los Oratorios festivos, de nuestros Cooperadores de Turin que no se avergonzaban ni
se avergüenzan de mezclarse con los pobrecitos,
entretenerse con ellos y despues explicarles el
Catecismo; habló asimismo de las Cooperadoras
de Turin y de otras ciudades, las cuales cosen las
camisas y vestidos de los niños del Oratorio.
Narró las muchas y santas astucias de que muchos de nuestros Cooperadores y Cooperadoras
se sirven para atender á las necesidades de los
pequeüuelos de Jesucristo. Trató de la difusion
de los buenos libros y demostró todo el bien que
se puede hacer con este medio de propaganda.
« Miles de máquinas infernales, exclamaba, trabajan
de día y de noche para esparcir por doquiera el
veneno que debe corromper poco á pocQ la sociedad; preparemos , pues, á dicha sociedad un
contraveneno, procurándole el folleto , el libro
bueno, el opusculíto ó el diario que la instruya
y mejore. ¿Son muchas, pues, las obligaciones
de conciencia para un Salesiano? Ninguna. La
única obligacion que hay, y que tampoco liga en
nada la eonciencia, es la de rezar una vez todos
los días un Pater á S. Francisco de Sales segun
la intencion del Sumo Pontífice. Y ventajas ¿hay
muchas? Sí, muchísimas, como podreis verlas
leyendo el diploma que recibireis el mismo dia
que i.nscribais vuestro nombre en esta pia Sociedad. Os baste saber que cada Cooperador puede
ganar indulgencia plenaria cada vez que recibe
la sagrada Comunion, ó bien, si es sacerdote ,
siempre que celebre la santa Misa, siendo dicha
indulgencia aplicable á las benditas ánimas .del
Purgatorio. »
El éxito de la conferencia fué como se esperaba de aquellos fervorosos católicos de Concepcion , que lo son de palabra y corazon.
Todos los circunstantes, sin excepcion alguna, quisieron ser Cooperadores y Cooperadoras. Eran
cerca de 300, y la lista esperamos irá aumentando á medida que se vaya conociendo el objeto
de esta Pia Sociedad. N o pudieron distribuirse
aún los diplomas, po1' haberlos dejado olvidados
en Buenos Aires, pero se distribuirán apénas
lleguen.
Llegada de Mons. Blaitt , nuevo obispo de
Concepcion - Encuentro conmovedor. Visita de Mons. Cagliero á Mons. Blaitt Salida de Mons. Oagliero de Concepcion
- Mons. Blaitt visita el Hospicio Salesiano.
La Mision de Mons. Cag'liero en Concepcion
ya se habia concluido; babia reunido ya un buen
número de Cooperadores Salesianos, que es una
de las más grandes necesidades para toda Casa
Salesiana, á fin de que tenga vida y se desarroye
poco á poco, se puso al corriente de todas las
necesidades espirituales de esta Diócesis de Concepcion, para remediarlas apénas pudiese. Además
su salud había mejorado bastante desde el dia
de su llegada, de suerte que podía ya ponerse
en viaje y visitar las provincias del Norte, por
las cuales debía pasar para llegar hasta las Cor=

dilleras donde lo esperaban muchas otras personas
para tratar de varias fundaciones.
Ya se haJJia fija do todo para la salida cuando
sentimos deeir que Mons. Blaitt, obispo de Concepcion, consagrado recientemente en Santiago ,
vendría á tomar posesion de su Diócesis el mismo
dia que Mons. Cagliero babia fijado para su salida. La suspendió por consig·uiente á fin de dar
mayor solemnidad al recibimiento. La iglesia de
Concepcion , huérfana hacia ya cuatro años, recibía á su Pastor y lo recibía come recibe al
propio Obispo una poblacion católica llena de fe.
¡Qué mnehedumhre! ¡Qué entusiasmo!
Mons. Blaitt, á su llegada á la puerta. mayor
de la Catedral , se quedó verdaderamente sorprendido. Subida la escalera y puesto el pie en
el umbral, encontré1 á Monseñor Cagliero , que
arrodillado, le entregaba en sus manos el aspersorio para que hendij ese á todo aquel pueblo. El.
Ilmo. Sr. Blaitt, que comprendía bien lo que
sucedía, se postró á los pies de Mons . Cagliero,
y entonces á porfía querian besarse el uno al
otro el sagrado anillo. Despues se abrazaron
afectuosamente á la presencia de un pueblo innumerable, diciéndose las palabras más hermosas
de verdadero y sincero afecto. Cuando Monseñor
Blaitt llegó al Sancta Sanctorurn, la iglesia
estaba llena Cie bote en bote. Fué un verdadero
milagro si no hubieron desgracias en aquel momento. La Catedrál presentaba un golpe de vista
magnífico; el Padre y los hijos se hallaban arrodillados al pie de un mismo altar y las oraciones
más fervorosas salian expontáneamente del corazon de todos; del corazon del Padre que daba
gracias á Dios por haberle encomendado una
poblacion tan buena, del corazon de los hijos ,
que tambien daban gracias porque les había regalado un Pastor tan santo.
Pór la tarde Mons. Cagliero quiso visitar particularmente á Mons. Blaitt , y si bien éste se
hallase muy cansado por el viaje y por las vivas
emociones que había sentido en aquel memorable
dia, sin embargo se dignó entretenerse con él
durante varías horas. Muchas é importantes
fueron las cosas que trataron en aquella larga
conferencia.
El Ilmo. Sr. Blaitt no concluía de recomendar
á Mons. Cagliero la Diócesis de Concepcion , y
éste recomendábale tambien sus hijos que dentro
de pocas horas tenia que dejar. Al dia siguiente,
á las ocho y media de la mañana, mientras Monseñor Cagliero estaba ya en la estacion dispuesto
para salir, ven con no poca maravilla llegar á
Mons. Blaitt que venia para saludar una vez
más al Obispo Salesiano y darle el último abrazo.
A las 9 salia el tren, y robaba á los Salesianos
por ¡quién sabe cuánto tiempo! al carísimo Monseñor Cagliero y así quedaban huérfanos de
padre. He dicho mal y me corrijo; perdían un
· padre, pero adquirian otro.
En el mismo dia, á las 12 y media , cuando
menos lo pensaban, ven entrar en su casa·taller
al veneradisimo Pastor, Mons. Blaitt. Les parecía
imposible y sin embargo era verdaderamente él
que iba á visitar á los Salesianos. Dábales en

-110todo la preferencia y tratábalos como otros tantos
Benjamines , porque siendo la nuestra, por mil
razones, la última de las Congregaciones que allí
existen, quiso visitarla por primera. Visitó, pues,
los talleres, bendijo á un hermano salesiano que
estaba enfermo, y después tratándoles con indecible bondad y con palabras llenas de afecto :
« Pues bien, dijo, no os aftijais tanto; habeis
perdido un padre, pero teneis ya otro en mí.
Escribid, pues, á Monseñor que yo protegeré
siempre á la Congregacion Salesiana, y que los
hijos de D. Bosco serán tambien de aquí en adelante mios. » ¡ Oh cuánta bondad paternal ! Que
el Señor lo conserve por muchos años para bien
de esta Diócesis y de nuestra cara Congregacion.

Mons. Cagliero en Valparaiso y Santiago La Casa del Patrocinio de S. José - Ingénuas palabras de los niños - Decidese
el regreso de Mons. á la República Argentina por mar.
Monseñor Cagliero no descansó ni siquiera un
momento. D. Fagnano, que había vuelto de Ancud,
le acompañaba. Visitó Chillan segun lo había
prometido á aquellos Padres Franciscanos que
tan cordialmente lo habían hospedado; después fué
á Linares, Talca, Valparaiso, Santiago, volviendo
otra vez á Valparaiso y siempre trabajando y
combinando las cosas para futuras fundaciones.
En todas partes recibió extraordinarias pruebas
de afecto y amor. Fué un verdadero triunfo del
carácter Obispal y, puede decirse tambien, de la
misma Iglesia. En todas partes fué recibido por
las Autoridades eclesiásticas y civiles con suma
veneracion, las cuales juntamente con el pueblo
iban á esperarlo en las estaciones para recibir
su bendicion, besarle el anillo y oir su palabra.
J-'os sacerdotes tenían un vehemente deseo de
ver al hijo de D. Bosco, y el Arzobispo estaba
ansioso de tener una conferencia con él. Monseñor Cag-liero, siempre atento, siempre dispuesto
á hablar con todos, á complacer á la poblacion ,
al Clero y á los Obispos, no dejaba pasar ocasion
sin predicar, lo cual sucedía dos , tres y áun
cuatro veces al día.
Si no fuese por la falta de personal, habría
podido fundar veinte casas y todas contemporáneamente.
De semejante entusiasmo es ciertamente causa
el Clero de esta ilustre República, que por cierto
es sumamente celante y edificante. Para hacerse
una idea de ello es preciso saber que aquí las
misiones se hacen con muchísima frecuencia en
todas las poblaciones , á pesar del poquísimo
clero que hay. Aquí existe el espiritu cristiano
J' el amor verdadero á la Religion. Aquí el Sacerdote es respetado, reverenciado y escuchado.
No hace aún treinta años se abolió el diezmo
que se pagaba religiosamente al Gobierno eclesiástico, y ahora se paga una limosna por la
Bula de la Santa Cruzada. Con ésta la Curia
sostiene los Ejercicios espirituales y las Misiones.
En Talca visitó Monseñor la cuñada de la
Excma. Sra. D.a Dorotea Chopitea, viuda de

Serra, nuestra primera e msigne bienhechora de
Barcelona. Hay fundadas esperanzas de que se
abrirá muy pronto una casa en dicho pueblo.
En Santiago, la capital de la República, que
por belleza, gentileza y devocion es igual á la
de Turin, las fiestas que hicieron á Mons. Cagliero fueron espléndidas. El Ilmo. y Rdmo Sr. Arzobispo quiso dar á los Salesianos la casa del
Patrocinio de S. José. El senador Valledor insistió
mucho suplicando se ocupasen de sus huérfanos,
y Monseñor aceptó la propuesta.
Fué á visitar la Casa, y los niños allí recogidos por el Gobierno. Tienen de 7 á iO años ,
é hicieron una pequeñita, pero preciosa academia
en honor de Monseñor. - ¡Hace dos años, dijo
uno, que· lloramos y rogamos, á fin de que Don
Bosco nos dé un Padre ! - D. Fagnano, que se
entretuvo un poco con ellos habló con algunos de
los más pequeñitos é inocentes, los cuales le decian sencillamente: - Las niñas tienen la madre
(que es una religiosa) y nosotros no podemos
tener un padre. Nuestro padre es Don Bosco,
. pero ahora no ha podido venir.- Este Colegio,
que alberga más de 300 niños y 300 niñas ,
está sostenido por el Gobierno y dirigido por
la Monjas de la Providencia, Institucion de Chile.
Además de las dos grandes secciones, que viven
enteramente separadas, las Monjas han dividido
aquella comunidad en otras secciones más pequeñas,
compuesta cada una de 25 alumnos con su correspondiente sala, escuela, dormitorio, etc. Al frente
de cada subdivision hay una Monja, que la llaman
Madre, vive con ellos y los cuida con una caridad y diligencia inexplicables.
En Valparaiso Monseñor vió la casa y terreno
que la señora Ramirez dejó á los Salesianos.
Dicha señora murió en el mes de Diciembre de
1886, pronunciando el nombre de D. Bosco y de
los Salesianos.
Cuando Monseñor fué á visitar la referida casa,
iban corriendo detrás de él más de dos cientos
niños, diciéndose los unos á los otros llenos de
regocijo:- Ahora llegaron nuestros padres; mañana podremos ir á la escuela. ¡Ay que alegria!
Los diarios católicos publicaban todos los dias
lo que hacia, lo que decía, donde iba el Obispo
Salesiano. En un mes y medio pasado en Chile,
no tuvo ni siquiera un dia de descanso. Sin embargo se consolaba pensando en la excursiones
que D. Bosco hizo á la Espaü:a y F'rancia.
Habíase ya formado todos sus planes de regresar á la República Argentina, atravesando las
Cordilleras por Mendoza, pero , como era de
esperarse, todos sus proyectos cayeron por
tierra cuando llegó á Santiago. Apénas hubo
manifestado su deseo, encontró fuertísimas oposiciones. 'Todos le aconsejaron lo contrario, pues
no veían bien nijuzgaban prudente que un Obispo
se expusiese á hacer un viaje por aquellas altísimas montañas llenas de nieve , y tanto más
después del suceso de Aguas Calientes.
-Pero, señores, decía Monseñor, si soy Obispo,
soy tambien Salesiano , y un Salesiano debe
buscar la économia.en todo, hasta en los viajes.- ·
Alguno entendió más de lo que Mons. queria

-111.decir, y después de pocas horas se presentó un
generoso bienhechor entregándole dos billetes de
primera dase para ir desde V al paraíso hasta
Montevideo. No era JlOSible rehusar á un favor
tan generoso, por cuyo motivo Monseñor se decidió á salir con el primer vapor. Se embarcó ,
pues, en un vapor inglés el dia 15 de Mayo,
y pasando el estrecho de Magallanes y Punta Arenas, se espera llegará á Montevideo en menos
de 15 días. D. Fagnano debía acompañar á Monseñor.

Salida de Mons. de Chile.

El Colegio de S. José en Ooncepcion.
D. Rabagliati por carta del 22 de Mayo describia la salida de Mons. Cagliero de Chile , en
los siguientes términos :
« Apénas tuve noticia de aquella decision, salí
para el puerto de Talcahuano, donde debía pararse el vapor que llevaba á nuestro Obispo, y
conmigo vino tambien el Sr. Vicario Dr. D. Domingo B. Cruz. Con el tren que llega á Talcahuano á la una y media, debía llegar tambien
S. S. Ilma. Mons. Blaitt y varios otros sacerdotes y Cooperadores, los cuales querían saludar
una vez más al Obispo Salesiano y recomendarle
nuevamente les mandase más personal. Pero el
tren sufrió un retardo de dos horas, y Monseñor
Cagliero tenia que encontrarse á bordo á las 4
de la tarde. Se mandó , pues , un telegrama á
Mons. Blaitt y su comitiva; rogándoles que no
se molestasen, porque quh-:á no llegarían á tiempo.
» Sin embargo vinieron varios señores, que no
habían podido acompañarnos por la mañana, entre
los euales el amigo intrínseco de Mons., D. Hesperidion Herrera.
» Finalmente á las cuatro y media de la tarde
nos hallábamos todos á bordo , felicitamos una
Monseñor y recibimos su
vez más el viaje
última bendicion. El se fué lleno de entusiasmo
y amor por esta tierra Chilena, donde lo acogieron
con extraordinaria benevolencia. N o hay una
persona de las muchas que lo trataron, que no
lo ame y hable de él con singular entusiasmo.
» Nosotros nos volvimos inmediatamente á
Concepcion. Estábamos al principio de la novena ·
de María Auxiliadora, y esperamos que esta buena
Madre, la cual ama tanto á Monseñor Cagliero, lo
acompañará en su larg·o y peligroso viaje hasta
dejarlo entre los brazos de . los hermanos de
Montevideo y Buenos Aires.
» ¿Y ahora? Nosotros estamos aquí bajo el
manto de nuestro Patrono S. José, en medio de
los nijJos Chilenos. Al principio recibimos con
los ojos cerrados á todos aquellos que nos recomendaron, y actualmente nos disgusta tener que
responder negativamente, porqne no tenemos
puesto, y las peticiones no tienen fin. Son todos
huérfanos aceptados gratuitamente. ¿ Cómo los
mantendremos y vestiremos? No lo sabemo:3, ni
tampoco queremos pensar en ello. La Divina
Providencia que provee tan baratamente ...
» En el Colegio actual no cabian más que
unos veinte niños, y nos hemos arreglado de tal

*

modo que son ya 35. Los externos que frecuentan
nuestra única escuela elemental son más de 50,
y muy pronto llegarán á 90. El Oratorio festivo
es tambien una cosa que encanta. El dia de la
Ascension no eran menos de 150 los niños que
jugaban con nosotros y asistían á nuestras funciones ; esperamos que su número aumentará
hasta 250 ó 300, apéna::; corra la voz y se sepa
lo que se hace. Deo gmtias!
» Nuestros niños son todos de buen corazon
y muy dóciles. ¡Caro Padre D. Bosco! si pudiese llevarlos á esa, á fin de que, postrados á
sus pies, los bendijese y les dijese alguna palabl'ita, ¡ cuán con ten tos estarían! Todos me preguntan : - ¿Cuándo vendrá D. Bosco á hacernos
una visita?
» ¿Qué es lo que debo responderles? - Que
amen mucho al Señor, y así lo verán en el Cielo;
que rueguen mucho por V. á fin de que todavía
lo conserve en vida muchísimos años.
» Tanto los niños de la escuela externa como
los del Hospicio le dirigieron dos cartas donde
le felicitaban el dia de su santo y firmaban todos
los que sabian escribir. ¡Viva San Juan! ¡Viva
D. Bosco! »

Mons. Cagliero en Punta Arenas y en Montevideo - Carta del Rdmo. Sr. Vicario Capitular.
Damos fin á nuestra narracion con la carta que
Mons. Cagliero escribió á Don Bosco desde el
estrecho de Mag·allanes,
«

RDllfO. y

Al\IADÍSIM:O pADRE :

» La última carta que le escribí, llevaba la
fecha de Enero, y salia del medio de la Patagonia. Desde entonces no he podido escribirle
nuevamente, porque me faltaron las fuerzas y el
tiempo. Pero sé que lo hicieron otros por mí,
y yo sufro aún considerando lo qu~ su paterno
corazon habrá padecido por causa mia, es decir,
por las desgracia que me acaeció en las Cordilleras.
» Mi salud continúa siendo buena, y ni siquiera siento las consecuencias de la caída , á
excepcion del fuelle izquierdo que no sopla como
solia antes. Sin embargo los médicos me aseguran que en el pulmon no hubo lesion alguna.
» D. Fagnano y yo salimos el i5 de Mayo de
Valparaiso; nos paramos en tres puertos, y el24,
dia de María Auxiliadora, estábamos en la bahía
de Punta Arenas. En este dia, tan solemne para
nuestra Pía Sociedad, ¡cuántos y cuán hermosos
recuerdos nos vinieron á la mente!· Deseamos
celebrar en tierra la santa Misa y hablar á
nuestra futura poblacion, pero no nos fué posible, porque el vapor debia salir muy temprano
á :fin de recuperar el tiempo perdido en los puertos
y vencer una tormenta que nos cojió á la entrada
del estrecho, y que por cierto nos hizo bailar
muy bien.
» Entonces tanto D. Fagnano como yo corrimos á Turin, y allí celebramos en espíritu la

-

112

santa Misa en nuestra envidiable iglesia de María
Auxiliadora.
» En los primeros días de Junio llegaremos ,
Dios mediante, á Montevideo , donde nos detendremos una semana con nuestros buenos hermanos
Orientales. Saldremos despues para Buenos Aires
y desde aquí nos iremos más tarde á Patagones.
» Y á :fin de que no nos sorprenda el retardo
ó la falta de tiempo para felicitarle el dia de
S. Juan, lo hago ya desde ahora, deseándole toda
clase de bendiciones del Cielo y todos los consuelos de la tierra. Y además deseamos que tanto
aquellas como estos aumenten de dia en dia ,
para V., para nosotros y para la Congregacion,
has,ta el fin de los siglos. Amen.
» N os ame y bendiga siempre , á fin de que
podamos cumplir santamente nuestra mision en
estos últimos confines de la tierra y salvar
nuestra pobre alma.
» Nosotros rogamos todos los dias por su larga
conservacion, para que pueda ver á los hijos de
los hijos hasta la cuarta generacion.
» Suyo afmo. hijo en J. C.

«

-¡- JuAN , Obispo de Magido.

»

Punta Arenas, 24 de Mayo de 1887.

. El dia 4 de Junio Monseñor llegaba .felízmente

á Montevideo. Deo gratias et

Ma~·iae.

Casi contemporáneamente á la referida carta,
D. Bosco recibió otra muy grata del Rdmo. Sr. Vicario Capitular de Concepcion.
« MuY Rno. SR. D. JuAN Bosco :

» Gracias infinitas doy á Dios Ntro. Señor y

á la Sma. Vírgen María Auxiliadora por estar
ya fundada y radicada en esta ciudad de Concepcion la Sociedad de S. Francisco d~ Sales.
Doy tambien gracias con todo mi corazon á
V. R. por haber sido el digno instrumento de
que Dios se ha valido para hacer este beneficio de
inmensa importancia á la Diócesis de Concepcion.
» He tenido el gran consuelo de recibir al
Ilmo. Sr. Dr. D. Juan Cagliero y á los sacerdotes, acólitos y hermanos que V. R. ha tenido á
bien hacer venir á Chile. Todo el pueblo de esta
Diócesis , así como el clero y todos lo católicos
de Chile, ha celebrado justamente la venida de
la Congregacion Salesiana. Por mi parte ya he
arreglado una casa bastante espaciosa, áunque no
del todo concluida, con ayuda de otras persona,s
y especialmente del Pbro. Sr. D. Esperidion
Herrera, y la hemos cedido en propiedad al
Ilmo. Sr. Cagliero. Ya la Congregacion Salesiana
tiene :í su éargo en esta ciudad 12 niños pobres
internos, y hace gran bien á todos los :fieles.
Repito á V. R. mi más profundo agradecimiento , me encomiendo en sus oraciones así
como tambien á esta Diócesis , y me suscribo
afmo. S. S. y C.,
Q."B. S. M.
DoMINGO B. CRuz, V. Capit.

N. Plácenos concluir estas páginas con una
breve refl.exion. Jesucristo se ha humillado hasta
morir en una cruz por salvar nuestras almas.
Cooperar á la salvacion de estas, es una obra
divina, y tal, que merece del Señor las bendiciones más electas. Felíz el Misionero que, sacrificando su vida con mil trabajos, eleva los ojos al
cielo y piensa : Allá arriba hay ~uchas almas
que triunfan, porque yo las he librado de la
esclavitud del demonio. Dichoso el Cooperador
Salesiano que puede tambien añadir : Si ellas se
salvaron, tengo yo parte en ello, puesto que he
dado los medios al Misionero para que pudiese
cumplir su obra de salvacion.

EL OORAZON DE JESÚS
y los consuelos de lo sobrenatural.
Hace ya más de dos siglos que aquella humilde y piadosísima vírgen salesiana, la B. Margarita Alacoque, veia por :fin cumplidas con la
pública consagracion de la casa de Paray-leMonial al Sagrado Corazon de Jesús, las promesas que le babia hecho nuestro Divino Redentor, como tambien satisfecho el vehementísimo
deseo de su ardiente corazon. Aquella consagracían indicaba en sus modestos principios, la consagracion futura de toda la Iglesia Católica, á la
cual asistimos en nuestros dias; aquella primera
y humilde capilla encerraba en su sencilla grandeza los templos suntuosos y monumentales de
la segunda mitad del siglo XIX ; aquellos primeros públicos honores , eran como el crepúsculo
precursor de aquel ancho y universal culto, del
cual vemos entusiasmada á nuestra edad por el
Corazon de Jesús. Ahora bien ; i Cómo y ele
dónde aconteció esto? ¿Por qué esta. devocion:
debía ser predestinada de un modo particular á
un imperio tan suavemente provechoso y á regeneradora influencia ? La razon es clara ; puesto·
que ella, sobre todo en su índole y objeto, nos
presenta el remedio más apto para aquel terrible y tan propagado morbo de lá sociedad actual
que es el enfriamiento ocasionado por la superabundancia de la iniquidad , enfriamiento que
Ntro. Señor Jesucristo había anunciado ya como
la señal principal y precursora del próximo :fin
del mundo. Et quoniam abundavit iniquitas,
?'e{rigescet charitas mult01·um (i). Y el despertamiento de la caridad, ó sea, del amo}, es precisamente lo que constituye el fin principal y el
fruto. más noble de esta suavísima devocion. El
Corazon de Jesús , que es el que da el nombre
á la devocion y á la :tiesta, es, pues, el objeto,
porque él, como tambien cualquiera parte de su
santísimo cuerpo , requiere por su inseparable
union con el Verbo, no solamente todo nuestro
afecto , sí que toda nuestra plena y entera adoracion. Pero este sagrado Corazon que es el objeto visible ó sensible, segun se quiera decir,
(1) Matth. xxrv, 12.

-

113-----------------------

basta para que sea digno de culto, pero no bastaría para la celebracion de una fiesta particular. Tambien los dedos, por ejemplo, y las manos
y cualquier otra parte del cuerpo de Jesucristo,
merecen un culto de adoracion , y sin embargo no
se eelebra, ni se celebrará nunca la fiesta, puesto
. que la Iglesia prohibió, hace muchos siglos , se
hiciesen efigies de alguna parte separadamente de
aquel santísimo Cuerpo. Si, pues, nosotros tributamos al Corazon de Jesús un culto especial, si este
reune todas las razones particulares para ser profundamente .conocido y propagado por todas partes, es partieularmente por el objeto invisible y
sobrenatural, del cual el Corazon de Jesús es el
espontáneo y natural recuerdo , ó sea, por el
amor grande con que él nos amó. Sí, el amor,
aquel sol del alma, del cual se extienden los divel'Sos rayos que son: la humildad, castidad, piedad y semejantes ; el amor, del cual no son otra
cosa más que órden, seg·un la sapientisima frase
de s. Agustín, nuestras mismas virtudes, áunque
sean las más nobles y sublimes ; el amor , que
con su llama divina y poder sobrenatural enciende y sostiene á todo el Cristianismo ; el
amor, prineipio y centro de toda la vida divina
y humana de Jesús.
Pero este amor es intrínseca y eficázmente
operativo , y esta virtud operativa nosotros la
reconocemos en el mundo del espíritu, así como
en el mundo de la materia , puesto que uno y
otro no son otra cosa más que una manifestacion
del amor de Jesucristo.
Tres son, segun el dicho del filósofo y mártir
s. J nstino ( 1 ), los nombres con que en la S agrada Escritura es conocida la segunda Persona
de la Santísima Trinidad, á saber, Verbo, por
la generacion eterna del Padre; Cristo, esto es,
Rey y Señor, ó sea Creador; y Jesús, es decir,
Salvador ó Redentor. Pero sea cual sea de
estos tres el nombre que empleemos, siempre será una sola la persona á quien se dirigen, quiero decir, al Hijo de Dios, Creador,
Redentor y Glorificador. ¡Ay de aquel que se
atreva á dividir en algun m0do á Jesucristo, que
es siempre uno é indivisible ! Fijar nuestra atencion en la vida de Jesús solamente desde la Encarnacion, es empequeñecer el plan sacrosanto,
porque la idea de la Encarnacion no puede absolutamente separarse de la idea de la Creacion,
pues la presupone reálmente , á la manera que
el crepúsculo matutino presupone la existencia
del sol. Mysterium Incm·nationis, escribió el
angélico Dr. santo Tomás, est quorlclam gene~·ale
príncipium, ad quod omnia Angelorwn et hominwn otficia ordinantur (2). La Encarnacion es
el fin, el decoro, el cumplimiento de la creacion
y está á ésta como lo entero y perfecto está al
medio é imperfecto.
Pues bien, la devocion y la fiesta del Corazon
de Jesús, al propio tiempo que es destinada para
tenernos siempre presente el amor que nos profesa, nos representa tambien continuamente la
(l) Apolog. 11.
(2) P. 1, q. LVII.

obra, la manifestacion extrínseca de este amor,
obra y manifestacion que se desarrollan poco á
poco en los seis días de la creacion y se cumplen en el séptimo de la Encarnacion. De aquí
deriva no solamente la intrínseca excelencia, sino
tambien la soberana oportunidad de dicha devocion en nuestros dias, en que Satanás y sus secuaces emplean todas sus fuerzas en demoler,
no tan solo una parte, sí que todo el órden sobrenatural, sobre el cual se funda el Cristianismo
católico.
Y aquí querríamos poder deducir convenien- ·
temente, en cuanto á nuestra rüente finita es posible comprender una accion infinita , las manifestaciones exteriores de este amor operati,vo del
Corazon de Jesús, Creador, Redentor y Glorificador.
Ved, pues, aquí al antiguo de los dias del profeta Daniel ( i) al primogénito de todas las c¡·iaturas, del apóstol Pablo (2), presentarse an~e el
informe caos y hacer que compat•ezcan tanto las
cosas que existen como las que no existen , comenzando por el firmamento hasta la formacion
del hombre.
Y á fin de que éste no pueda perder jamás la
idea de su Creador, fórmale un cuerpo sirviéndose por modelo del Cristo futuro, Aclae qui est
forma (utun: (:3), créale un alma dotada á imágen de la S::mtísima Trinidad, de entendimiento,
voluntad y potencia activa, para llevar á efecto
lo que habrá pensado y querido. Con él conversa
familiarmente, le da el don de la palabra, le llena.
su corazon de discernimiento é ilumina su entendimiento con sus lucesJ y en fin constitúyelo
dueño y señor de toda la creacion. Y sin er~­
bargo , cuando el hombre prevarica y peca , El
no lo abandona; Cristo y Creador vuélvese á él
en Jesús y Salvador, con la imágen consoladora
de la futura redencion, que le pone expresamente
por delante.
.
Pero no paran aún aquí sus afectuosos cuidados. Como Padre , maestro y médico , le anima
para que obre el bien, le rarifica las tinieblas de
su entendimiento oscurecido y sánale las llagas
de su deteriorado corazon.
Pero ¡oh Dios mio 1 la ingratitud del hombre sobrepasa todo límite; la carne ha corrompido su camino, y el Corazon de Jesús lleno de
grande dolor, tactus dolare corclis úürinsecus ( 4),
se resuelve <1 borrarlo haciéndolo desaparecer de
la faz de la tierra , por medio del diluvio universal. Mas tambien aquí ¡cuánta misericordia
precede, acompaña y sigue á este acto de justicia ! En efecto, él es, quien cien años antes ordena á Noé la fabricacion del arca para provechoso arrepentimiento de los perversos ; él, quien
despues de 40 días y 40 noches los deja en libertad, acoge benignamente el sacrificio que ellos
le ofrecen, renueva toda la enseñanza y todos los
preceptos que había dado ya á Adan y confirma
á los afortunados sobrevivientes el dominio sobre.
todas las cosas creadas. Enorgullézcase, pues, el
hombre siempre ingrato, y sueñe la construccion ·
(1) Cap. vu, 9.

(2) Acl Coloss. I, 15.

1

(3) Acl Rorn. v, 14.
(4) Genesi, VI, 6i

-114de una torre que, para eYitar el futuro castigo,
deberá tocar con la cima en el eielo. Si el Corazon de Jesús castiga como Dios á aquellos
hombres con la confusion de idiomas, sin embargo como amante del hombre dá lugar á la
misericordia, elige á la familia de Abraham y de
sus descendientes , y forma con ellos un pueblo
de predileccion , al cual confia todo el depósito
de sus leyes, y de su doctrina, rigiéndolo y gobernándolo El mismo de una manera visible (1).
i Y quién ignora las ternuras del Corazon de
Jesús para con este pueblo terco y desobediente
á los avisos de su Señor, insensible muchísimas
veces á los beneficios que de él recibía, duro y
grosero poniendo en contínua prueba su paeiencia?
Pero hé aquí que asoma la plenitud de los
tiempos y con ella tambien la inundacion, por
decirlo así, de las ternuras del Corazon de Jesús.
Por una de aquellas dispensaciones, que hacen
tan admirablemente sublime y amable nuestra fe
santísima, el mundo, ó sea, las creaturas salidas
del Padre por el Verbo, vuelven al Padre por
el Verbo mismo, que toma la naturaleza humana
y cumple la mision que se le confia por eterno
decreto, para satisfacer á la divina justicia y salvar así á la humanidad. De una Vírgen inmaculada, que él elige como corredentora, de una Vír~
gen la más rica de dones y de gracias, compendio de todos los inmensos é infinitos beneficios
de su Corazon , de esta Vírgen, á quien Él infundió y participó todo su amor, nace Jesús pobre
y abandonado ; en los brazos de esta Vírgen y
Madre, y bajo la forma de un hermoso y amable
niño, se pl'esenta al afecto de los hombres. Circuncidado, sujeto al hambre, al frío y á todas
las enfermedades humanas, fugitivo en Egipto,
escondido y cori:w aniquilado por espacio de 30
años en casa de un humilde carpintero , diríase
que su Corazon estudiaba todas las industrias ,
más afectuosas á fin de que el hombre no se
asustase, oprimido por la gloria de su majestad
divina. Y cuando dá principio á la vida pública
no hace otra cosa más que andar de beneficio
en beneficio, de favor en favor, hasta la consumacion sobre la cruz, en la cual Cristo, Rey y
Señor nuestro, cumple como Jesús Salvador la
obra sublime de la Redencion, presentándose al
Padre con el principio do Ia expiacion á la derecha, y con el de la mancomunidad á la parte
izquierda de su amabilísimo Corazon. Y de esta
mancomunidad nos ofrece una prueba inefable
en la Eucaristía, en la cual se revela la abnegacion de un Dios-hombre por amor á causa del
amor, eomo en la muerte apareció su abne(l) Si alguno se admira del empleo que desde. ahora se
hace de las voces Cristo y Jesús, puede leer la earta católica del apóstol s. Judas, que atribuye precisamente á
Jesús el castigo dado á los ángeles rebeldes, como tambien
el ele los desgraciados habitantes de la Pentápolis ; á Jesús
atribúyese tambien la salvacion de su pueblo de Egipto y
el exterminio ele los que no creyeron. Importantes palabras
para hacernos comprender aquella gran verdad, que Dios
es el autor del Viejo y Nuevo Testamento, y que segun
el g-ran principio de s. PaLio, todo lo que existe en la antigua Ley pertenece á Je.sucristo y á su Ig·lesia.

gacion por amor , á causa de la justicia; sí, en
la Eucaristía llamada merecidamente el génesis
de la sociedad cristiana. A los pies ele la Cru.?;,
observa un profundo entendimiento , hállase el
hombre en la soledad ele su natw·aleza pm·a
ser redimido; en la mesa Eucarística se sienta
el hombre clio']Juesto á salvarse en medio de una
multitud de indivícltws ( 1).
Pero con la Creacion y Redencion ¿concluyen
acaso las divinas manifestaciones del Corazon de
Jesús ? N o por cierto. La vida de Jesús , segun
hemos dicho , es vida de amor , y el amor es
eterno como lo es el pr:íncipio del cual emana.
Este amor lo continúa El á la derecha del Padre
donde subió para llenar más y más de dones á
los hombres (2), y desde donde envió el Espíritu
Santo , que es el amor sustancial del Padre y
del Hijo. ¿Y quién puede decir aquí cuál vasto
campo se nos abre á la contemplacion del pri~
mero y más grande don del · Corazon de Jesús
Glorificador, que es la Iglesia Católica. ¡ La Iglesia ! ¿Y quién nos dará palabras suficientes
para explicar tan alta idea? La Iglesia , esta
nueva Eva, que brota viviente del costado del
nuevo Adan Jesús , en el mismo momento que
saltan en tierra sus últimas gotas de sangre,
llevando de este modo consigo la señal imperecedera del amor y del dolor. La Iglesia, cátedra
de la verdad, presidida por un soberano Moysés,
el Vicario de Jesucristo, que asistido por la virtud del Eterno , guia sus pasos con su infalible
magisterio y juntamente con él y sometidos á él
á todos los nuevos Araones, que guían á los fieles
por el camino que conduce á Jesús, camino ~rer­
dad y vida. La Iglesia con sus ordenadas falanges y con sus resplandecientes pabellones. La
Iglesia ... ¡oh! ¿porqué no reeonocerémos en su
sublime profundidad y extension los inestimables
beneficios que nos vienen del Corazon de Jesús
Creador, Redentor y Glorificador ? ¿Y hasta
cuando estarémos sin comprender que es el Corazon de Jesús; conocido como es, vivo y entero
en la Iglesia, quien ha de bendecir al hombre y
á la sociedad civil? Demostremos, pues, con las
obras la gratitud y el amor que le debemos y
sobre todo en estos tiempos de guerra y persecucion por qué atravesamos_. en estos tiempos que
tan impia y descaradamente se le ofende y ultraja por todas partes.

HISTORIA DEL ORATORIO DE S. FRANCISCO DE SALES.
(Continuacion).
En vista de la estrechez de dicho lugar, y de
la imposibilidad de quedarnos en el Ospitaletto,
el Oratorio fué (puede decirse) ambulante por
espacio de dos meses, y observamos el sistema
(l) Tosti, Proleg. á la Historia Unive·rsal de la, Iglesia,
cap. vr del período segundo, La Et~caristía es el fundamento de la sociedcbd cristiana.
(2) Ascendens in altum ..... dedit dona hom,inibus (Ad
Eph. lV, 8).

-115siguiente : Por la mañana nos reuníamos en la
casa de Don Bosco cada una con su provision
para todo el día. A cierta hora nuestro Capitan
nos ponía en órden y en seguida nos llevaba ora
á Sassi, ora á la Vírgen del Pilar, ora á la
Virgen de Campaña, ora al monte de los Capuchinos y á veces hasta Superga. Apénas habíamos
llegado, Don Bosco celebraba et Santo Sacrificio
de la Misa y nos hacía una breve explicacion
del Evange.lio. Por la tarde, despues del Catecismo, se cantaba una cancion y referíase algun
ejemplo en forma de plática, y en seguida nos llevaba á pascar ó bien nos conducía ~i algun lugar en
donde pudiésemos divertirnos sin perjuicio nuestro ni del prójimo. Cuando el sol empezaba á declinar tras las encumbradas cimas de los Alpes, á
la órden de Don Bosco volvíamos á la ciudad dirigiéndose cada uno á su casa para referir los episodios de la jornada. Parece que esta crítica posicion debía echar por tierra todos los planes del
Oratorio y dispersar á todos los jóvenes; pero sucedió todo lo contrario ; esto mismo contribuyó á
aumentar el número, porque Dios estaba con
nosotros.
Entre tanto había ya llegado el mes de Noviembre, estacion importuna para paseos. Era
por lo tanto necesario buscar en la ciudad un
sitio en donde pudiésemos reunirnos. Y en efecto,
Don Bosco de acuerdo con el teólogo Borelli
alquiló tres piezas de un cierto Moretta, casi en
frente del Santuario que poco despues fué levantado en honor de Maria Auxiliadora. Allí pasamos cuatro meses, y áun cuando muy reducidos, sin emlnrgo estábamos muy satisfechos
por toner en aquel invierno un local en donde
podíamos juntarnos, confesarnos, instruirnos, divertirnos y frecuentar las clases nocturnas bajo
la vigilancia de nuestros dos Angeles de la
Guarda, Don Bosco y el teólogo Borelli.
En aquella misma estacion empezaron á divulgarse rumores que, si no á Don Bosco, á lo
menos á nosotros nos causaron graves disgustos.
Hubo quien empezó á llamar á nuestro Director
un revolucionario; otros lo calificaron de loco, y
otros de hereje. Creemos que el fin de estas
voces era el alejar· á los jóvenes de Don Bosco,
y disolver nuestras reuniones; pero nosotros que
ya conocíamos á Don Bosco lejos de perder el
aprecio que le profesabamos, mas bien le cobrábamos siempre mayor afecto y nos uníamos á él
cada vez más numerosos y adictos.
Los párrocos de 'Turin tambien hacían sus
observaciones. Ellos decían: Este Oratorio aleja
á los muchachos de la parroquia ; por lo tanto
nuestras Iglesias quedarán vacías y no podrémos
conocer á los niños, de los cuales tendremos que
dar cuenta en el tribunal de Dios. Debe, pues,
Don Bosco cesar de reunirlos y mandarlos á la
parroquia. Y en efecto dos respetables párrocos
se le presentaron un dia y le habllaron en dicho
sentido. Los niños que yo reuno, contesto Don
Bosco, no impiden de manera alguna la frecuencia en las parroquias, porque son casi todos
extrangeros que han venido aquí en busca de
trabajo. La mayor parte de estos jóvenes son

Suizos, Saboyardos, Valdostanos, Bieleses, Novareses, Lombardos. - Pero i no podría mandarlos
á la parroquia en donde han fijado, su domicilio~
- N o la conocen - ¿ Y porqué no se la hace
conocer V.? - Porque es casi imposible. La
distancia que los separa de sus padres, la diversidad del idioma, la incertidumbre del domicilio
por trabajar ora con un amo, ora con otro, el
ejemplo de sus compañeros generalmente poco
aficionados á la Iglesia, son un obstáculo insuperable para que estos jóvenes conozcan y· frecuenten sus parroquiaR. Además, muchos de ellos
ya son adultos; algunos tienen 15, 18 y 20 años
y todavia ignoran las cosas de la Religion. Ahora
bien: ¿quién podría inducir á estos á mezclarse
con muchachos de ocho ó diez años mucho más
instruidos que ellos? - No podría V. mismo
acompañarlos á la parroquia y allí enseñarles el
catecismo ? - A lo más podtia. ir á una parroquia, pero no á todas. Esto se podría hacer si
cada párroco qu]siera tomarse el trabajo de venir
ó mandar á buscar á los niños para que fuesen
á sus respectivas parroquias. Pero tamhien esto
es dificil en práctica. Muchos de estos jóvenes
vienen al Oratorio atraídos por los recreos, diversiones y paseos que solemos hacer (Don Bosco
habría podido añadir : at?·aiclos por las maneras
con que los trato) y con estos medios se logra
que asistan tambien á la enseñanza del catecismo
y á muchos otros ejercicios de piedad; sin ellos,
muchos quizás no irían á Iglesia alguna, y suce~
dería que no los tendrían ni los párrocos ni
Don Bosco con grave perjuicio de sus almas.
Para evitar este peligro , añadió , sería muy
útil que cada parroquia tuviese un lugar determinado en donde reunir á estos jóvenes y entrete~
nerlos con amenas recreaciones. - Eso no es
posible; los párrocos no tenemos ni locales para
eso, ni sacerdotes. -· ¿ Y entónces? preguntó
D. Bosco. - Por ahora obre V. como le parezca mejor; nosotros entre tanto nos reuniremos
y resolveremos lo. que juzguemos más conve~ "
niente.
En efecto, poco después se reunieron todos
los párrocos de 'Turin con el fin de resolver la
cuestion, esto es, si debían ser promovidos ó más
bien reprobados los Oratorios. Hubo razones en pro
y en contra, pero al fin prevaleció la opinion
favorable. El cura de Borgo Dora Don Agustín
Cottino y el teólogo Ponzati cura de S. Agustín,
fueron designados para presentar á Don Bosco
la resolucion en los siguientes términos : « Log
párrocos de la ciudad de Turin reunidos en consejo han tratado sobre la conveniencia de los
Oratorios. Pesados los temores y las esperanzas
y no pudiendo cada párroco establecer un Oratorio en sus respectivas parroquias, exhortan al
sacerdote Don · Bosco continue en su empresa,
hasta que no se haya tomado otra resolucion. »
Aquí nos permitiremos una observacion. El cura
está ciertamente obligado á dar la instruccion
religiosa, necesaria . tanto á los grandes como á
los pequeños que le son confiados á sus cuidados; .
mas cuando ve ó sabe que ella se da convenien=
temente en un lugar .ú otro, parece por lo menos

-116una imprudencia el oponerse á ello. Estuvieron
siempre muy lejos de cometer semejante imprudencia los Curas de Turin, amantes y celosos
como son del bien de la juventud. Antes bien,
muchos de ellos no solo protegieron los Orato·riós que ya existían aconsejando á los padres y
madres de familia enviasen á sus hijos, sinó que
además establecieron otros nuevos con no pequeños sacrificios personales, como en adelante
tendremos ocasion de notarlo. Por este medio
'tuvieron ellos el dulce consuelo de ver bien
alimentados á los pequeños corderos de sus rebaños, y al mismo· tiempo alejados de los lobos
rapaces con honestas y agradables diversiones.
Monseñor Franzoni, Arzobispo de Turin, hombre
de recto pensar y de corazon generoso, prestó
tambien su eficáz apoyo, estimulando así con su
ejemplo á los párrocos de la ciudad.
Mientras esto sucedía, llegó la primavera del
1846, y nuestro Oratorio tuvo que trasladarse
nuevamente. La mayor parte de la casa del
Sr. Moretta estaba alquilada á diferentes inquilinos que, áun cuando veían gustosos el gran
. bien que se proporcionaba á la juventud, sin
·embargo disgustados por el barullo de tantos
niños, se quejaron con el dueño indicándole al
mismo tiempo que todos se irían de la casa si no
impedía aquellas reuniones. Con este motivo
el buen sacerdote Moretta se vió en la necesidad
de avisar á Don Bosco buscase otro paraje. Al
darle este anuncio le manifestó su sentimiento,
y usó con Don Bosco maneras muy corteses,
.pues desde el suceso ya referido del Secretario,
del Capellan y de la sirvienta, todas las personas
'honradas prodigaban á Don Bosco y al Oratorio
muchas atenciones. En el siguiente capítulo veremos el Oratorio en un prado.

(Continuará).



Gradas de María Auxiliadora.
I.
Trento, 17 de Abril de 1885.

El dia 15 de Marzo hallábase jugando en el
balcon de mia casa situada ·muy cerca de la Ca. tedrál, una ·niña de tres años. Su madre h~bia
salido de casa. para ir á la parroquia .á oir la'
explicacion de la doctrina cristiana dejándola al·
cuidado ·de una sirvienta.
. La niña, viéndose sola, se subió á la barandiua y, perdiendo el equilib:do, se cayq repenti~
·námente. La-'si~viénta, I:iabiendo oido
fuerte
..grito de la niña ··f' presintiendo una desgracia
fatal,· exclamó al momento :· ¡ María Sma. ·Auxilia-

el .

dora, salvadla! Apenas hubo pronunciado la sirvienta estas palabras en medio de una comnocion
y afan indecibles, bajó creyendo encontrar á la
niña ya cadáver, y vióla por el contrario, llena
de admiracion , enteramente ilesa. La Vírgen ,
siempre piadosa, había acudido á auxiliar á quien
la habia invocado con tanta confianza. La niña,
después de algunas horas, salió á paseo tan sana
y tranquila en compañia de sus parientes.
Sus padres, llenos de agradecimiento, hicieron
pintar en tin cuadro esta escena conmovedora.

Una Cooperadora
II.
Legnago, 23 de Setiembre de 1885.

El amor que tengo á María y la gracia que
por su mediacion obtuve hoy, impélenme por
primera vez á dirigirle los siguientes rengloncitos. Escuche, pues, benignamente el favor de la
Madre de Dios y nuestra, María.
Esta mañana, volví, segun costumbre, de la
caza, y entrado en casa, púseme á extraer de la
escopeta el cartucho lleno aún de pólvora y perdigones.
Estaba ya para cogerlo, cuando ¡ me estremece
el decirlo ! cayó al suelo, encendiéndose inmediatamente el piston.
Cierto que yo, como tambien mi querida abuela
que estaba sentada muy cerca de mí, debíamos
ser víctimas de tan terrible explosion, pero María,
sí María, no quiso que sucediese así, puesto que
la pólvora se encendió toda y los perdigones se
quedaron dentro del cartucho intactos y sin ocasionar el mínimo daño.
Imagíne V., Rdo. Sr. D. Bosco, primero él
susto y despues el reconocimiento hácia María
de Quien yo soy, ámique indigno; devoto é hijo.
No puedo menos, pues, de ensalzar á tan amorosa Madre por la gracia grandísima que se dignó
concederme, y por consiguiente le ruego se dign'e
publicarla en su Boletin Salesiano lo más pronto
posible.
JUAN LUCCIOLI •

ilon aprobaeion de 1~ !ut.' Eele~lástioa - Gerente MlTEO GHIGLIÓn.
Tnrin,' 1887 - Tipogralla· Saiesian,

COLEGIO DE NU-ESTRA SEÑORA. DEL CÁRMEN
EN UTRERA (SEVILLA)

DIRIGIDO POR LOS SALESIANOS

FROGRA.JMA~
La pia Sociedad de San Francisco de Sales, fundada y dirigida" por el Rvdo. Pl)ro .. D.)uan Bosco,
tiene abierto en la ciudad de Utrera un Colegio de 1a y 2a enseñanza. g¡ fin es de proporcionar á la
juventud una sólida instruccion y educacion religiosa y científica. Lo muy arreglado del pupilaje 1 el sitio
ameno y sano, la mucha comodidad de trenes, grandemente recomiendan este Colegio.
La ensefíanza se dará conforme al Reglamento interior del Colegio, teniendo en cuenta los programas oficiales.

~ -----~tp-~

V' El que desee entrar en este Colegio debe tener culi1plidos los siete aí'íos de edad y no pasar de

2.a

3. a
4.a
5.a
6.a
· 7. a

8. 0
9.a

catorce; ha de presentar la partida de Bautismo, el certificado de buena conducta del Párroco,
el de los estudios que ha cursado si viene de otro Colegio,· y el del médico, en que conste haber
sido vacunado y no adolecer de enfermedad crónica ó contagiosa.
No será admitido el niño expulsado de otro Colegio.
Los niños no tienen entre año salida á sus casas, á no ser que estén enfermos ; en este caso
sus familias los pueden sacar y tener consigo hasta que se restablezcan.
Concluidos los exámenes, tendrán los alumnos vacaciones, quedando sin embargo reservado al Director determinar el dia ele la salida para sus casas.
· Las vacaciones elurarán hasta el 1 o ele Octubre, debiendo en dicho dia estar todos los alumnos en
el Colegio.
El elia para visitar lus niños, es el Jueves, en las horas que el Superior determine ..
Los pupilos no poelrán conservar dinero en su poder; el administrador lo recibirá é irá gastando
á voluntad del alumno.
·
Todos los meses los Padres ó Encargados del pupilo recibirán un informe sobre el estudio, conducta
y estado sanitario del alumno.
La irreligion. inmoralidad, insubordinacion y pereza habitual se consideran como motivos de expulsion.

Es de 30 pesetas mensuales para los de l.a enseñanza, y de 40 para los de 2.\ pagadas por trimes ..

.· tres .adelantados; por esta mensúalidad, además de la. habitacion y servicio, .se da. á los alumnos. ·¡a
enseñanza de las debidas asignaturas, 'inclusa la de música vocal, y la alimetltacion, que consiste en
lo siguiente: para el desayuno, pan y café ó chocolate; pata la comida, sbpa variada , cocido con to ..
cino ó un principio y postres ; por la tarde merienda, y para la cena, sopa ó ensalada, segun la estacion,
y un plato. Hay tambien para los que lo desearen otro tratamiento superior.

Para lor gastos del médico en enfermedad ordinaria, lJara el uso de la cama o Jergon que propor·
dona el Colegio, y para otros gastos de aseo, etc., abonará el pupilo á su entrada y cada año 26 peseta¡
que no se devolverán áun en el caso de permanecer el niño poco tiempo en el Colegio. Quedan á cargc
de los Padres del pupilo los gastos de botica, libros y composturas de ropa y calzado. Para el lavado:
plancha y repaso de ropa blanca se abonarán 5 pesetas mensuales.
Si el alumno no acabase el mes, deberá pagar la mitad de la pension, si sale antes del 15; y entera la mensualidad si despues.

Cada alumno deberá traer consigo lo siguiente:
Colchon de lana, largo 1,75, ancho 0,75 .
Almohadas
Colcha blanca
Sábanas
Cobertores
Servilletas
Fundas de almohadas
Tohallas
Camisas .
.
Bolsas para la ropa
Camisetas •

1
2
1

6
2
4
6
6

6
2

4

Pañuelos
• 12
Calzoncillos
6
r.i1rajes para casa
2
Pares de medias ó calcetines
8
Corbatas
2
'rraje de salida que ha de ser paño negro • 1
Bavis ó blusas para casa .
3
Pares de zapatos ó botines

3
Cubierto, vaso de metal blanco, y lo necesario para
el aseo y limpieza de la persona, como peines,
cepillos, etc.

'l1odos estos objetos y prendas deben estar marcados con elnU:mero que á cada uno se le señalará.

1. 0
2. o
3.0
4. o

\i!'·

El externo deberá tener cumplidos los siete años y traer la partida de Bautismo y el certificado
de buena conducta.
Los de 1."' enseñanza pagarán de 5 á 1O pesetas mensuales, segun sus adelantos ; los de 2. a enseñanza 15j si pertenecen al 1.0 y· 2. 0 año de latin; y 25 para todos los demás cursos.
Obsenarán los externos estrictamente el reglamento interno del Colegio en la parte que á cada uno
pertenece.
El descuido en el cumplimiento de sus deberes religiosos, puede dar motivo á la expulsion del Colegio.

La· direccion del Colegio admitirá gratuitamente 50 alumnos pobres.
Estos, además de las condiciones susodichas, deberán ser pobres de solemnidad, lo que harán
constar por un certificado del propio Párroco ó del Alcalde.
Para ellos dispondrá el Colegio un local á propósito y les proveerá de Jos libros y objetos para
la clase.
No se vuelven á admitir los niños que hayan salido una vez del Colegio.
Los Superiores no son responsables de la conducta de los alumnos externos fuera clel Establecimiento.

NOTA. - Para la admision de alumnos, dirigirse al Director de los
Salesianos de Utrera.