BS_1992_06

Ficha

Título
BS_1992_06
Descripción
Boletín Salesiano. Julio-agosto 1992
extracted text
SAUESIANO
BOLETIN

REVISTA F U N D A C A POR SAN JU A N BOSCO EN 1877

,

I

JUNIO /JULIO /AG O SrO 1992

1 ^.
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PRESENCIA SALESIANA EN AMERICA
Han colaborado en este número, patrocinado por la Procura
Salesiana de Misiones: Rafael Alfaro, Juan Am oretti, Basilio
Bustillo, Teresa Esteban, Alvaro Ginel, Angel Izquierdo, Pedro A.
Izquierdo, Juan Linares, Antonio Mélida, Jesús Mary Mélida,
Luciano Odorico, José Antonio Rico, Antonio Sánchez Romo y
Egídio Víganó.
Fotografías de José Luis Mena y de los archivos de la Casa General
de los Salesianos en Roma, de la Editorial CCS y de la Procura
Salesiana de Misiones.
Ha sido confeccionador Nicolás Ortega.
Fotomecánica: Da Vinel.
Impreso en Gráficas Don Bosco de Arganda (Madrid).

SUMARIO
D ire c to r
RAFAEL ALFARO
C onsejo de R edacción:
Antonio Sánchez Romo, Eusebio M o­
reno, Juan José B artolom é, Jesús
Rojano, Alvaro Ginel, Alfonso Francia.
A d m in istra d o r
Ramón Gutiérrez.
D irección, Redacción
y A dm inistración:
Alcalá, 164.
Tel. 725 20 00. - Fax 726 25 70.
28028 MADRID.

3 La Familia Salesiana de Don Bosco en América, de E. Viganó.
5 Gritad el Evangelio en América, de A. Ginel.
7 Historia y Figuras, de B. Bustiüo.
8
12

Los primeros salesianos en Argentina, de A. Izquierdo.

15 Como un inmenso río, la expansión, de A. izquierdo.
23 Ayudar a crecer en la fe, de A. Sánchez Romo.
27 Encender una luz cristiana para iluminar culturas milenarias,
de A. Mélida.

Dep, legal: M. 3.044-1958.
(Con censura eclesiástica.)

El origen de una historia, de J. M. Mélida.

31

Aportaciones científicas de tas Misiones salesianas en América,
de J. A. Rico.

33 A/uc/nactón de una tierra entre real y soñada.
poema de R. Alfaro.

36 Centros escolares, de P. A. Izquierdo.
40 Un conjunto de fuerzas apostólicas al servicio de la Iglesia
en América, de J. A. Rico.

44 Celebrar la presencia del Señor, de J. Linares.
48 Presencia ssúesiarta en la marginadón, de J. Amoretti.
PORTADA
San Juan Bosco, el fundador de los
Salesianos, envió a sus hijos a Améri­
ca. Educacior y Padre de los jóvenes,
profeta de la nueva evangelización.
Pintura de Goyo.
Fotografía de sJosé Luis Mena.

52 Presencia salesiana en el mundo del dolor, de J. Amoretti.
56 B testimonio de la santidad^ de A. Izquierdo.
58 Testigos de la vida nueva, de R. Alfaro.
60 Fundadores de congregaciones religiosas, de R. Alfaro.
63 / la obra sigue: perspectívas y retos, de L. Odorico.

LA FAMILIA
SALESIANA

EN AMERICA

DE DON BOSCO

CENTRO SA LESU HO
OE E S TU D IOS EGLES I.-J IG :
BIBLIOTECA
P.“ Delicias. 2 0 - MADRID

P

U E B LA , 31 d e e n ero d e 1 9 7 9 : e s la m e m o ria litúrgica d e san Juan B osco.
En la m a ñ a n a p reside la a sa m b le a e p isco p a l d e la III.® C o n fe re n cia general
del e p is c o p a d o la tin o a m e rica n o Su E m inencia el cardenal S ebastián Baggio. D irigiendo la pala b ra a los se ñ ores o b isp o s, recu e rd a la m e m o ria litúr­
g ic a del S a n to y co m e n ta : "En ía h isto ria d e la prim e ra evangelización de
A m érica Latin a n o e stuvieron io s hijos y las hijas d e D on B o sco . p o rq u e n o existían. H oy
em pero n o se p u e d e h a b la r d e la evange lización del c o n tin e n te sin te n e r en cu e n ta su
.aliosa a p o rta c ió n ".

3^

En las p á g in a s d e e sta revista se p re se n ta una rápida síntesis d e la la b o r d e los Salesianos y d e las H ijas d e M aría A u xilia d o ra en el C ontinen te. Ellos son d e ayer. En 1975,
cele b ra ro n el c e n te n a rio del p rim e r c o n tin g e n te q u e llegó a A rgentina. Habían p a sado
ya c u a tro siglos del Inicio d e la evangelización. La nueva situ a ció n so cio cu ltu ra l era de
rep ú b lica s in d e p e n d ie n te s y se id e n tifica b a un flujo ro b u s to d e inm igración. Las tareas
a enfrentar eran p a ra ellos m últiples: s o b re to d o d o s: las m isiones en va rio s territorios
b a sta n te va sto s y la d e d ic a c ió n a la ju v e n tu d y a los pobres, espe cia lm e n te en las peri­
ferias d e las ciu d a d e s.
Ellos y ellas han s id o p io n e ro s d e la evangelización en La P atagonia, Tierra del Fuego,
C h a c o p a ra g u a y o . M a to G ro s s o , v a rio s te rrito rio s a m a z ó n ico s, re g io n e s d e C e n tro a m é rica y M éxico, y m á s re cie n te m e n te en las p o b la cio n e s d e las alturas andina s {Bolivia, Perú, Ecuador).
A d e m á s , han p ro m o v id o la e d u c a c ió n d e la ju v e n tu d y del p u e b lo en n u m e ro sa s ig le ­
sias p a rtic u la re s , c o n c e n tro s ju ve n ile s y e scu e la s, e s p e c ia lm e n te d e tip o pro fe sio n a l
y a g ríco la , c o n p a rro q u ia s y c o n el u so p o p u la r d e va rio s m e d io s d e c o m u n ic a c ió n
social.
H oy las c o m u n id a d e s eclesiales d e A m é rica Latina se d isp o n e n a ce le b ra r la IV.® C o n ­
ferencia G eneral d e su E p isco p a d o : en S a n to D om ingo, a p a rtir del p ró xim o 12 d e o c ­
tubre.
L o s hijos y las hijas d e D on B o s c o se sienten ca rism a vivo y c o m p ro m e tid o y asum en y
hace n suyas c o n g e n e ro sid a d las o rie n ta cio n e s episcopales.
En las p á g in a s d e e sta revista van las n o ta s h istóricas de los orígenes d e la presencia
salesiana, a lg u n o s d a to s b io g rá fico s d e los pioneros y una m u e stra de las o b ra s y a c ti­
vid a d e s. La n o ta b le e xpansió n d e la Fam ilia Salesiana en to d a s las repúblicas pro cla m a
la p e cu lia r afinidad q u e se d a entre la m isión juvenil y p o p u la r d e D on B o s c o y la vitali­
d a d y p ro b le m á tic a d e A m é ric a Latina.
El S a n to recorrió el C o n tin e n te en s u e ñ o s p ro fé tico s y sus discípulos lo fe cundiza n con
su tra b a jo d e evangelización e d u ca d o ra .
¡Ojalá las im ágenes y el te x to d e e sta s p á g in a s sepan o fre ce r una visión o b jetiva del o ri­
ginal c o m p ro m is o e va n g e liza d o r y p u e d a n servir d e lla m a d a p a ra los g e n e ro s o s q u e
quieran in c re m e n ta r el n ú m e ro d e c o la b o ra d o re s, p o rq u e la m ies es m u c h a y tos tra b a ­
ja d o re s pocos!
H a ce m o s v o to s p a ra q u e la "m e m o ria " del Q u in to C entena rio la tinoam erica no se c o n ­
vie rta en "profecía" q u e sirva p a ra d a r im p u lso a una eficiente "nueva evangelización".
La V irgen Santísim a, tan a m a d a y ve n e ra d a en to d o s los países del C ontinen te, sea M a ­
d re y A uxilio en e sta c o m p le ja hora d e renovación latinoam ericana.

D on E gidio VIGANO,
R e cto r M ayor

GRITAD
EL EVANGELIO
EN AMERICA

m


S p li

s

E oyó: "¡Tierra a la
vista!". Y un inmenso
continente apareció
com o horizonte.

Para unos fue una meta de ri­
queza.
Para o tro s un lugar nuevo
donde gritar el evangelio a to ­
dos los hombres.
Mamá Margarita había susu­
rrado el evangelio al oído de
Juanito Bosco. Y el evangelio
prendió en su corazón. Un día
Juan soñó.Su vida estaba lla­
mada a ser un grito de buena
nueva en medio de los jóve­
nes. El sueño se hizo profe­
cía.
Era el 14 de n o viem bre de
1875. Un grupo de salesianos

embarcan cam ino del Nuevo
Mundo. Argentina es su desti­
no. Don B osco los despide
para que vayan a g rita r el
evangelio allí donde la injusti­
cia acalle la voz y libertad de
los hombres.
Partieron. Gritaron el evangé­
lico. El eco de su voz fue ca­
lando la espesura de la selva
y recorriendo el cauce de los
grandes ríos. Se extendió por
la Pam pa hasta la Tierra del
Fuego. Voló por las cimas de
los Andes y se en-tretuvo en
el C aribe. C am inó despué s
hasta alcanzar los grandes la­
gos y a los hielos del norte
americano.
Los hijos de Don Bosco mez­
cla ro n el g rito de la buena
nueva a los jóvenes de todas

las Am éricas con el anuncio
recio de los primeros evangelizadores. Y se hizo un solo
clam or polifónico. Hoy el nú­
m ero de los p rofetas es in ­
contable. Profetizaron en el
silencio y nadie esculpió sus
iniciales. Pero sus palabras se
grabaron en los corazones de
m uchas generaciones y de
ellas viven.
La Congregación Satesiana y
la Familia Salesiana han cola­
borado en la construcción de
la Iglesia de A m érica desde
los rincones más inhóspitos a
las grandes concentraciones.
La meta, siem pre la misma:
encontrar a los jóvenes y ha­
cer de ellos buenos cristianos
y honestos ciudadanos.
Un siglo ya largo de anuncio

es una aportación significativa
en la evangelización del Nue­
vo Mundo. La balanza de las
luces y de las som bras está
desequilibrada a favor de la
luz. La vida de muchos hom­
bres y mujeres -c o n el carisma de Don S o s c o -, ha sido
sembrada en los surcos de la
tierra reseca y esperanzada
de los pueblos descubiertos a
pa rtir del 12 de o c tu b re de
1492.
El sé p tim o su ce so r de San
Juan Sosco, el P. Egidio Viganó, escribía al regreso de la
conm em oración de los cien
años de la presencia salesiana en Perú -o c tu b re de
1991-: "Vosotros, to d o s los
que amáis a las misiones, os
invito y os re to a m irar con
predilección 'El Valle Sagrado
de los Incas' en la región del
C uzco (Perú)" Una voz que
reco g e la p re d ile cció n del
Fundador por los pueblos de
A m érica y sigue llam ando y
sigue convocando a todos los
que sienten inquietu des de
entrega misionera o de expe­
riencia de voluntariad o. Al
otro lado del océano, el g rito
de la Buena Nueva sigue ne­
cesitando hombres y mujeres
que lo proclamen porque hay
miles de oídos de hermanos
que lo están esperando.
Grito de Buena N ueva es lla­
mar a Dios con el nombre de
Padre, com o Jesús de Na zaret nos enseñó. Pero es tam ­
bién poderse sentir persona
respetada en sus derechos, y
ayudada, no explotada, hasta
alcanzar la plenitud y el desa­
rrollo de todo ser humano.
G rito d e Buena Nueva es lla­
m a r al o tro herm a n o y p e r­
d o n a r al e n e m ig o . P ero es
tam bién subir a las azoteas
y a las a lturas p a ra p ro c la ­

GRITAD
EL EVANGELIO
EN AMERICA

m ar la verdad y anunciar el
tie m p o de la libertad, d e la
ju sticia y de la paz d u ra d e ­
ras sin m ie d o a n a d ie que
n o s p u e d a se g a r la vid a ,
am ordazar la palabra o m a­
niatar para siempre.
G rito d e B u e n a N ueva es
confesar un m ás allá feliz de
encuentro con el Padre. Pe­
ro es tam bién hacer un aho­
ra m á s d ig n o y un fu tu ro
m á s fra te rn o d o n d e te n g a
un espacio propio la sonrisa
de los niños y la tranquilidad
de los mayores.
Con la hum ildad de quienes
se sienten colaboradores en
la viñ a del S e ñ o r; c o n la
fuerza de quienes han reci-,^
b id o un e n c a rg o d e m ira r
hacia las com unidades cris­
tianas que están en Am érica
La tin a : co n la s e n s ib ilid a d
de quienes sienten que algo
suyo alienta y gim e a la vez
en el continente am ericano;
con la esperanza d e quienes
han puesto su confianza en
el Señor y en la Virgen Auxi­
liadora; co n la generosidad
de quienes saben m uy bien
q u e to d o lo han re c ib id o
g ra tis y g ra tis tie n e n q u e
dar..., los Hijos y las Hijas de
Don B osco siguen y se g u i­
rán a n im a n d o y e n v ia n d o
misioneros y misioneras, no
sólo religiosos, sino tam bién
laicos, a las n a cio n e s h e r­
manas de América.
El V Centenario que co n m e ­
m oram os en 1992 ha sona­
d o en la a u ro ra d e l n u e vo
milenio para despertar c o m ­
prom isos contraídos y para
espabilar corazones d u b ita ­
tivos.

Alvaro GINEL

1

HISTORIA
Y FIGURAS

EL ORIGEN
DE UNA HISTORIA

ES el 31 de enero de 1888.
Y son las cuatro y media de una fría madru­
gada en la ciudad semíalpína de Turín.
Monseñor Cagliero se ha quitado la estola y,
con dolor y respeto, la pone sobre el cuerpo
ya inerte de Don Bosco que, cansado y ago­
tado de su larga y dura enferm edad, acaba
de llegar a tos brazos del Padre.
Y es, tal vez, ese gesto filial y desgarrado de
Cagliero, a quien Don Bosco había enviado a
fundar las Misiones de América, el que le ha­
ce sonreir gozoso y confesar con cariño ante
quien lo recib e en el País de la Luz eterna:
"M i buen Padre Dios, a pesar de mis ardien­
tes deseos, no me perm itiste m archar a las
Misiones...
Valga esta fantasía para representar la vocación
misionera de Don Bosco como motor, razón y
gozo de su vida: vocación imposible y frustrada
pero furiosa, capaz de enviar a América lo mejor
de su congregación recién fundada.

tantes palabras cuando narra la estancia de Juanito Bosco en la granja de los Moglia: "...Y ade--.
más llevaba consigo un sueño."
Y cómo le pesaba el sueño.
Lo tuvo a los nueve años: cuando estaba apren­
diendo a leer en la escuela de Castelnuovo;
cuando le fascinaban todavía los nidos de los
pájaros y le atraía el vértigo de las ramas altas de
los árboles.
Lo tuvo a los nueve años: cuando los problemas
familiares -huérfano de padre y maltratado por
su hermanastro Antonio- comenzaban a morder
su todavía tierna existencia.
"Apenas contaba nueve años, narra el mismo
Don Bosco, cuando tuve un sueño que me
quedó profundamente impreso durante toda la
vida."

¿Para qué?

La vocación misionera de Don Bosco estuvo
además puntual e implacablemente marcada
por el dedo de Dios a través de los sueñosA/isión
que se iban repitiendo, como estrellas fugaces,
en el firmamento, no siempre claro, de todas las
encrucijadas importantes de su vida.

Fue una mezcla alucinante y misteriosa de cor­
deros, cabritos, perros y gatos, y osos y chicos
malhablados. Una confusión de puños y "nocongolpes" que le recomienda entre cariños y firme
el "Hombrenoblementevestido" que dice ser "Hi­
jo de Aquella a quien tu madre te ha enseñado a
saludar tres veces al día"; y una "Señorademajestuosoaspecto" que le ordena: "Hazte humilde,
fuerte y robusto."

Niños, cabritos y osos.

¿Para qué?, tenía que haber preguntado Juanito
a la Señora. Pero..."comencé a llorar".

Leo en la "Biografía Nueva de Don Bosco" escri­
ta por el periodista Teresio Bosco. estas inquie­

Demasiada carga emocional para una noche,
para un niño de nueve años.

Capitán de Bandoleros

de su vida, de su futuro y generoso apostolado.

Para más confusión, a la mañana siguiente,
cuando Juanito narra el sueño a su familia, escu­
cha las más peregrinas interpretaciones. Lo
cuenta é! mismo.

En ese guión cabían todos: Desde los niños del
primer Oratorio en la Casa Pinardi, hasta los go­
zos valientes de aquellos m uchachos de fina
sensibilidad espiritual que dieron vida y forma a la
Congregación salesiana.

-"Vas a ser pastor de cabras" -m e dijo mi her­
mano José-.
-"O capitán de bandoleros" -apuntilló Antonio
con acento burlón-.
-"¡Quién sabe si algún día serás sacerdote...!",
me dijo mi madre.
La abuela, sigue narrando Don Bosco en sus
memorias, que sabía mucha teología, aunque
era analfabeta, dio la sentencia definitiva: "No
hay que hacer caso de los sueños."
Pero Mamá Margarita y Juanito se miraron a los
ojos y, en silencio emocionado, se comprendie-

Y en el guión estaban, como no, las Misiones, el
trabajo difícil y arriesgado en tierras desconoci­
das, a miles de kilómetros de las dulces colinas
del Piamonte.
Don Bosco había empezado a pensar en serio en
las Misiones siendo estudiante en Chieri. "Por
entonces -nos cuenta su biógrafo Lemoyne- so­
bresalía en Piamonte la Obra de la Propagación
de la Fe. Se leían con avidez los escritos que na­
rraban los trabajos y los martirios de los misione­
ros. Y Juan Bosco acariciaba el deseo de consa­
grarse a las misiones extranjeras."

ron y se prometieron unir amor y sacrificio para
que el sueño se convirtiera algún día en realidad.

Dios no lo quiso misionero. Pero a su muerte tra­
bajan en América Latina 150 Salesianos y 50 Hi­
jas de María Auxiliadora.

"A su tiempo lo comprenderás todo"

1872. Un sueño dramático

Estas habían sido las palabras de despedida de
"Aquella Señora". Al niño Juanito le quedaba una
vida entera y mucha ilusión para descubrir ese
"tiempo" y ese "todo" de su misión.

Después del sueño de los nueve años tuvo Don
Bosco otros cinco sueños misioneros. En tres de
ellos -años 1872, 83 y 8 5 - se pasea por tierras
de América Meridional. En 1885 y 1886 sueña
con horizontes más universales: Asia, Africa y
Oceanía.

El guión de una película

Es particularmente dramático el panorama que
ve en el sueño que luego denominará el mismo
Don Bosco 'Sueño de la Patagonia".

Juanito quedó marcado por aquel sueño. En rea­
lidad aquellos breves flashes, de cabritos conver­
tidos en corderos, fueron el guión de la película

Me pareció encontrarme en una región salva-

-serán finalmente el Negro y el Colorado- que
cruzaban el desierto también visto en el sueño.
La tierra era la Patagonia, en la zona sur de Ar­
gentina.

11 de noviembre de 1875
Sabe a leyenda la crónica nerviosa y apresurada
de la Primera Expedición Misionera a tierras
americanas: son 325 días frenéticos los que dis­
curren desde el 22 de diciembre del 74, fecha en
la que llega la carta de petición del arzobispo de
Buenos Aires para que Don Bosco envíe salesia­
nos a su diócesis, y la salida de los primeros diez
misioneros del puerto de Génova en el buque
francés Savoie, el 11 de noviembre del 75.

je y totalm ente desconocida. Era una inmen­
sa llanura com pletam ente inculta...
"Vi en ella una turba de hombres que la reco
irían: estaban casi desnudos, eran de estatu­
ra extraordinaria, de aspecto feroz...
"...he aquí que aparecen en los lim ites de la
llanura numerosas personas en las que reco­
nocía, por sus ropas, a m isioneros de varias
Ordenes...
"Se m ezclaban con los salvajes, pero ellos,
apenas los veían, se les echaban encim a y
los mataban...
"D espués de o b se rva r la te rrib le m atanza,
m e d ije : ¿Cóm o c o n v e rtir a esta gente tan
salvaje?
Y son ahora los misioneros salesianos los que
aparecen en la pantalla del sueño, y, entre el te­
mor y la alegría, ve Don Sosco cómo lo s salva­
jes echan las armas a los pies de sus hijos los
Salesianos, y se arrodillan.,."

Dos ríos en un desierto
No deja de tener sus ribetes de santo triunfalismo esta sencilla narración que Don Sosco hace
por primera vez al Papa Pío IX en marzo del 76,
cuatro años después de tener el sueño, y que
luego repitió a varios salesianos el 30 de julio del
mismo año.
Para Don Sosco este sueño es el punto de
arranque de la aventura misionera. Tardará toda­
vía dos años, en ardua búsqueda por embajadas
y atlas geográficos, en localizar las tierras de
aquellos gigantones del sueño, y ios dos ríos

Don Bosco acaba de cumplir los 60 años: Cin­
cuenta años atrás había soñado con osos y ca­
britos.

Brasilia, Paralelo 20
Los cuatro restantes sueños misioneros de Don
Bosco fueron puro caramelo de Dios: Ya no le
ordena, le hace ver llanuras inmensas hermosas
y llenas de recursos naturales, campo Irturo de
la labor misionera salesiana. El buen Dios entre­
tiene las largas y dolorosas noches del Santo en
excursiones fantásticas por tierras americanas,
australianas: Santiago de Chile. Pekín, Brasilia...

¡Brasilia!
"Era la noche precedente a la fiesta de Santa
Rosa de Lima, el 30 de agosto -estam os en el
año 1883- y tuve un sueño...
"M ira b a desde la v e n ta n illa del ca rru a je y
veía pasar ante mí una gran variedad de for­
midables regiones...
"Yo veía en las entrañas de los montes y en la
profundidad de los valles. Tenía bajo mis ojos
las incom parables riquezas de aquellos paí­
ses que un día serían descubiertas.
"Numerosas minas de metales preciosos, mi­
nas inagotables de carbón mineral, depósitos
de petróleo...

"Entre el paralelo 15 y 20 había un valle largo
y estrecho que partía de un punto donde se
form aba un lago.
"...aparecerá aquí la tierra prom etida que ma­
na leche y miel..."

Siempre en busca
de la promoción
de los jóvenes.

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Es éste un largo sueno con personajes descono­
cidos que dialogan sobre la labor misionera de la
Iglesia y de los Salesianos. En él aparece Don
Bosco accionando un original artilugio de cuerda
que permite pasearse por ios paralelos de toda
América Latina. Hay profecías de pueblos y ciu­
dades futuras, de recursos naturales... y de pro­
mesa de vasta misión evangelizadora para los hi­
jos de Don Bosco.
El 21 de abril de 1960 se inauguró la ciudad de
Brasilia como nueva sede de la capital de Brasil.
Los ingenieros que asentaron la ciudad habían
oído hablar de ese sueño-paseo-profecía de Don
Bosco, y le atribuyeron tal valor de profecía al in­
dicar la latitud 20... “cerca de un lago, donde
manaría leche y miel". El lago ha sido creado ar­
tificialmente. Y se ha dedicado a Don Bosco to ­
do un barrio, una de las principales calles, una
capilla sobre el lago y la Catedral. Don Bosco es
además Patrono principal de Brasilia.

1886: De Valparaíso a Pekín
El último sueño misionero lo tuvo Don Bosco en
Barcelona, la noche del 9 al 10 de abril de 1886.

-M ira, mirad todos vosotros, ¿qué leéis?
-V eo Valparaíso.
-Y yo Santiago,
-...leem os Pekín...
-A h o ra traza una línea de Pekín a Santiago,
pon un centro en medio de Africa...
-E sto s centros form arán estudiantes y novi­
cios...
Es la apoteosis geográfica del carisma misionero
de Don Bosco: |EI mundo entero!
Y es la continuidad: Don Bosco ya está viejo
-le quedan 21 meses de vida-, y agotado -su
cuerpo es un traje demasiado usado, dirá su mé­
dico-. ¿Qué va a ser de su obra misionera?

La última estrella
Este sueño es el último regalo de Dios, la última
estrella fugaz: Una estrella lenta: que el corazón
misionero de Don Bosco ya no está para mu­
chos trotes...

Y es una visión grandiosa, y humilde a la par, del
futuro misionero de la Congregación Salesiana.

Ya se lo había dicho la Señora del sueño cuando
no lograba desenmarañar la madeja de niños,
cabritos y osos...

"Desde una cum bre dirigí la m irada hacia el
fondo del horizonte. Y vi una gran cantidad
de c h iq u illo s , qu e c o rrie n d o en to rn o a mí
iban diciendo:

...'Y comencé a llorar... Ella, poniéndome la ma­
no sobre la cabeza, me dijo: A su tiempo lo com­
prenderás todo."

-T e hemos esperado tanto...

"Estoy para cumplir los 72 años y ¡empiezo a
compr^iderio!"

Y aparece una pastorcilla guiando un inmen­
so rebaño de corderos.

Jesús M. MELIDA

LOS PRIMEROS
SALESIANOS
EN ARGENTINA
E

IL año 1875 abrió un nuevo capítulo en ia historia de la Congregación Salesiana y de la Iglesia. Don Bosco envío a sus Salesianos a trabajar en ArIgentina. Su destino final debería ser el Sur, la inmensa Patagonia y la des­
conocida Tierra del Fuego.
11de noviembre de 1875. La Basílica de María Auxiliadora en Turín se encon­
traba llena de gente para asistir a un acontecimiento que Don Bosco había pre­
parado con cariño. El ambiente estaba caldeado pues él sabía muy bien que el
acontecimiento podía ser estímulo para sus Salesianos y fascinación vocacional
para los jóvenes.
En una ceremonia conmovedora los diez primeros Misioneros salesianos reci­
bieron de Don Bosco el Crucifijo y un abrazo paternal. ¿Volvería a ver a estos hi­
jos suyos? Entre ellos estaba Juan Cagliero, aquél que había dicho: "Fraile o no
fraile, yo me quedo con Don Bosco"; aquél que había oído a Don Bosco decir­
le en momentos de grave enfermedad: “Todavía no es tiempo de que te vayas
al Paraíso..., sanarás, vestirás la sotana, serás sacerdote y después..., con el
breviario bajo el brazo, viajarás mucho: irás lejos, muy lejos...".

Don Bosco con los
primeros misioneros
salesianos.
El Santo entrega
las Constituciones
a Cagliero, jefe de la
primera expedición.

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Ei 14 de noviembre embarcaron en Génova. "Yo voy con vosotros, les dijo Don
Bosco entregando a Cagliero las Constituciones. Y Don Bosco quiso inmortali­
zar el momento histórico con una fotografía. Un mes tardó el barco en llegar a
Argentina.
Don Bosco les había trazado dos líneas generales de trabajo: Evangelización
e implcuitación de la Iglesia entre los indios del Sur y ayuda, sobre todo espiri­
tual, a los emigrantes italianos. Pero debían dar preferencia al primer trabajo. En
sus mentes estaba claro el ideal que tenían que alcanzar: transplantar al nuevo
ambiente americano el espíritu del Fundador con su método y sus característi­
cas esenciales.
Como estrategia de trabajo, se dividieron en dos grupos. Juan Cagliero y otros
dos se encargarían de la iglesia "Mater Misericordiae" en Buenos Aires; los de­
más se ocuparían de una obra en San Nicolás de los Arroyos. Desde aquí ha­
rían salidas esporádicas hacia las "estancias" de aquella región.
El trabajo no fue fácil. Anticlericales, masones, italianos amargados... declara­
ron la guerra “a los curas recién llegados". En las paredes de la iglesia escribie­
ron muchas veces: "Muera Cagliero". Pero "los curas recién llegados" no eran
cobardes. La presencia entre los 30.000 italianos residentes en Buenos Aires
fue notable en el campo de la educación, de la promoción y de la catequesis de
niños y adultos.
¡No os olvidéis de la Patagonia! Don Bosco se lo había recordado varias ve­
ces. Buenos Aires debía ser sólo una plataforma de lanzamiento hacia la verda­
dera meta: el sur, las zonas de los indios Patagones, Poyas, Onas, Alhakalufes,
Salkman...
Salesianos y Salesianas, (las nuevas heroínas de esta epopeya evangelizadora
y civilizadora) irán a Patagonia recorriendo cientos y miles de kilómetros a ca­
ballo o en incómodas tartanas o en pequeños barcos. ¡A los hijos e hijas de Don
Bosco les iba muy bien esta aventura!
Madre Mazzarello
con la primera
expedición
de misioneras.

El 16 de abril de 1879 todas las campanas de Buenos Aires repicaron festivas.
El General Roca emprendía la conquista del Sur. Lo que para él era "conquista",
para los Indios fue su más triste tragedia. Los Salesianos fueron con el ejército,
convencidos de que su presencia evitaría o disminuiría las matanzas de Indios,

Jóvenes mexicanos
de la Familia Salesiana.

como así fue. Recorrieron 1.300 kilómetros a caballo hasta llegar a Carhué,
donde establecieron contacto con los habitantes de la zona. Algunos días
después, llegaron a Patagones, primer pueblo de la Patagonia a orillas del Río
Negro. También allí se dividieron el trabajo: Don Fagnano se encargaría de las
tribus entre el Río Negro y el Río Colorado, Don Milanesio trabajaría entre los
Indios al sur del Rio Negro.
- ‘ Las puertas de la inmensa Patagonia se han abierto a los Salesianos", escri­
bió gozoso Don Costamagna a Don Bosco.
En 1883, tres años después de su llegada, se gloriaban los Salesianos y las Salesianas de tener en Patagonia y en Viedma dos escuelas, dos capillas y una
iglesia y de haber bautizado a más de 50.0000 personas.
El 7 de diciembre de 1884, recibió la ordenación episcopal Juan Cagliero. Su
residencia será precisamente Viedma y desde aquí organizará sus muchas co­
rrerías apostólicas visitando todos los rincones de su Vicariato, llegando, inclu­
so. hasta Chile.
¡Más al Sur! ¡A la Tierra del Fuego! Poco a poco iban abriendo casas y cen­
tros de misión "en lugares más cercanos a los de los Indios". En la mente de
Mons. Cagliero y de Mons. Fagnano estaban las lejanas tierras de Neuquén,
Magallanes... Estas tierras se convirtieron en obsesión de Salesianos y Salesianas.
-"N o me asusta su extensión, porque como Alejandro Magno, tengo soldados
y corazón", dirá Juan Cagliero.
El héroe del Sur será Mons. Fagnano. quien, junto con Salesianos y Salesianas
recorrió todo su inmenso territorio, careciendo de todo, con pobres medios de
comunicación, con clima muy duro... En F\jnta Arenas abrió la primera casa sa­
lesiana del Sur. Su dedicación al bien de los Indios fueguinos fue tal que ellos le
bautizaron con el nombre de "Padre Grande", "Capitán Bueno". Lo veneraban
como a un verdadero Padre.
Si es Cierto que en Viedma se crearon las primeras escuelas de la provincia del
Río Negro: si es cierto que allí se instaló por primera vez un teléfono y se en­
cendieron las primeras lámparas eléctricas y se instaló la primera emisora de ra­
dio y se construyó el primer observatorio meteorológico..., lo mismo podemos
decir de Punta Arenas y de Rawson y de Bahía Blanca y de Ushaia, donde se
encuentra la iglesia más austral.
- ‘ He visto con mis ojos, en la parte extrema de la Tterra del Fuego y en el lugar
más remoto del desierto, lo que hacen los Salesianos. Vosotros sois los pione­
ros de la civilización americana. (Presidente A. Roc^.
Angei IZQUIERDO

LA EXPANSION
jor que tenía: Luis Lasagna. Los Salesianos llegaron a U ruguay en
1876. Cinco meses más tarde inau­
guraron el "Colegio Pío". El 12 de d i­
ciem bre de! año siguiente llegaron
las Salesianas. Su d ire cto ra seria
A nela Valiese, de sólo veintitrés
años.

aguas mansas y benéficas
de la Congregación Salesiana
y de! Instituto de las Hijas de
María Auxiliadora comenzaron a fer­
tilizar tierras am ericanas de S ur a
Norte, al poco de llegar los Salesianos a la Argentina.
as

L

Pocos meses llevaba Don Cagliero
en Buenos A ires cu a n d o viajó a
Montevideo Montevideo para ver el
lugar y los edificios que le ofrecían
en Villa C olón. Q uedó encantado.
Pero, ¿el personal? Escribió a Don
Bosco: "Si viniera aquí un d o cto r a
dirigirla...! Don Bosco le envió al m e­

Salesiana con
indígenas de Ecuador.

C o m o o c u rrió en A rg e n tin a , los
masones, los protestantes, los an­
ticlericales se opusieron a los re ­
cién llegados. Estos se crecían an­
te las dificultades y em prendieron
una actividad tras otra. Comenza­
ron p o r p la n ta r viñas; m ás ta rd e

m

adquirieron un observatorio m etereológico.

de los sueños de Don Bosco. Tanto
es así que podemos decir que "Don
Bosco llegó a Brasil antes que sus
Salesianos. La presencia de éstos,
com o educadores y misioneros, da­
ta de 1883. Luis Lasagna fue llevado
a lo alto de una de las colinas cerca­
nas a Sao Paulo: "¿Ve aquellas cho­
zas y casuchas entre las que sobre­
sale un campanario:"? El entendió:
aquel sería el lugar de trabajo de los
Salesianos. Su prim era fundación
sería en Niteroi, En 1885 fundarían

Luis Lasagna dijo en su primer dis­
curso en Villa Colón: "Sólo tenemos
una ambición: formar en sabiduría,
virtud y ciencia a vuestros hijos, con
delicadeza y constancia, para que
sean el honor de su familia y de su
patria". Esto lo fueron haciendo en la
nueva escuela de Manga y en orato­
rios, escuelas...
El inmenso Brasil fue objeto de uno

CARDENAL
JUAN CAGLIERO

J

UAN C agliero es uno de los cuatro prim eros m uchachos
que se jun taron a Don Bosco para form ar la Congregación
S alesiana. Con él estudió la carrera sacerdotal y se doctoró
en Teología. En su O ratorio alcanzó su fam a m usical, alabada
hasta por Verdi y Rossini, que le apodó "genio musical". Lle­
gó a s e r el brazo derecho de Don Bosco en todo. T en ia dieci­
séis años cuando el Santo vio sobre su lecho de enferm o su
p orven ir y le dijo: "Tú c u rarás...serás sa c erd o te...irás lejos,
muy lejos..."

M


Todo se cum plió. El año 1 8 7 5 salió para A rgentina al fre n te
de la prim era expedición m isionera salesiana. Fue el hom bre
providencial q ue exploró la T ierra del Fuego y atravesó la Cor­
dillera de los Andes, donde sufrió una fam osa caída de caba­
llo y se rompió dos costillas. Abrió misión en el extrem o sur
del con tinente, en Ushuaia; anduvo p or C hile, Uruguay, Bra­
sil. Desde su palacio episcopal de barro y m adera, se convir­
tió en "m isionero andante", en barca y a caballo, p or tiendas
y cabañas, con galleta de mandioca y carne ahum ada p or co­
mida y agua o m a te por bebida. Valles, m ontes y florestas y
senderos endiablados...Indios y sus caciques q ue se convier­
te n y m iles de bautism os, confirm aciones, bodas y com unio­
nes...
Cubrió la estepa de parroquias e iglesias y capillas. Abrió in­
ternados para niños y niñas, escuelas de artes y oficios, colo­
nias agrícolas, colegios, asilos, hospitales, observatorios m e ­
teorológicos...
Trabó am istad con su cacique principal Nam uncurá y colocó
a su hijo C eferíno como interno en el colegio de Buenos Ai­
res.
Vuelve rep e tid a m e n te a Europa donde es n ecesaria su p re ­
sencia. Le nom bran m inistro plenipotenciario de la Santa S e ­
de en C entro Am érica: y pasa allí ochos años de diplom ático
genial y oportuno, derram ando alegría, inteligencia y cordiali­
dad.
Finalm ente Benedicto XV le nom bra Cardenal y pasa a residir
en Roma, donde falle c e el 2 8 d e feb rero de 1926.
En el arm ario de su celda dejaba: ¡la púrpura b rillante carde­
nalicia y un pobre poncho d e salvaje! D entro estaba toda una
vida: la d e un héroe con un ejército de alm as salvadas.
El año 1 9 6 4 reclam aron sus restos desde Argentina y a llí se
los llevaron hasta la catedral de Viedm a, su prim era residen­
cia patagónica, donde se veneran.

En el ya m encionado accidente de
tren murieron Mons. Lasagna, su
secretario y cuatro salesianos. ¡Ya
estaba la tierra brasileña bien rega­
da con sangre salesiana, y no sólo
con sudor, para producir en el futu­
ro abundantes frutos.

en Sao Paulo para atender a los mu­
chos emigrantes italianos que allí vi­
vían.
El año 1893 Luis Lasagna fue orde­
nado Obispo para gozo de la Fami­
lia de Don Sosco y siguió dirigiendo
el trabajo de los Salesianos en Uru­
guay y Brasil con obras co m o los
colegios San G onzalo de Guiaba.
Santa Rosa "Teresa Cristina" para
Indios Bororos, que tantos proble­
mas acarrearía.

Años más tarde, la Iglesia confió a
ios S alesianos am plias zonas del
"Infierno verde brasileño": M ato
Grosso, valle de la Amazonia, prela­
tura de registro Uruguaya con Indios

MONS.
JOSE FAGNANO
MISIONERO,
PREFECTO APOSTOLICO

E

en el sem in ario de Asti a los doce años, pero éste
se cerró tre s años más tard e . Víctim a del entusiasm o pa­
trió tico del m om ento se enroló en las huestes de G aríbaidí,
en las que supo d efend er sus convicciones religiosas. Sirvió
de e n fe rm e ro en el hospital m ilita r y, llegad a la p az, fu e al
O ratorio de Don Bosco. Una confesión con ei santo , quien le
descubrió su vida con todos sus d eta lle s, le d ecid ió a q ue­
darse con él. Y se ordenó sacerdote y doctoró en la Universi­
dad de Turín. Ei 14 de noviem bre d e 1 8 7 5 partió para Buenos
Aires con la prim era expedición m isionera salesiana. Dirigió
el p rim e r colegio salesiano argentino en San Nicolás d e los
Arroyos con gran éxito . Pasó luego a Patagones (Patagonia
s e p te n trio n a l), con struyó una h erm o sa ig lesia, levan tó dos
colegios, organizó una banda de m úsica, un Observatorio m e ­
teorológico y obtuvo que le agregaran com o capellán m ilitar
en una expedición gub ernam ental c o n tra los indios. Asi a l­
canzó el p rim e r contacto con los salvajes y catequizó y b au ti­
zó a unos tre in ta . La Santa Sede le nombró P refecto Apostó­
lico de Patagonia m eridional y T ierra del Fuego. Formó parte
de una expedición exploradora hasta el estrecho de M ag alla­
nes y desem barcó en Punta Arenas. En medio de d ificultades
de todo orden desenvolvió su m inisterio sacerdotal vencien ­
do con caridad y generosidad una población adversa de aven­
tureros, presos y policías.
ntro

Exploró la isla Dawson, se atrevió a m eterse e n tre los indios
Onas y organizó una misión. Hizo casas a los A lacalufes, les
envió 5 0 0 cabezas de ganado. Dejó con ellos dos Salesianos
y les envió cuatro Hijas de M aría Auxiliadora para a te n d e r a
sus m ujeres, m ontó un aserradero de vapor y fundó una b an­
da m usical. Instaló un O bservatorio m eteorológico en Punta
A renas. Fundó la M isión de la C and elera en la Isla G rande pa­
ra los Onas, que fueron a habitarla. Hay en la isla un precioso
lago de 100 km . de largo q ue se llam a Lago Fagnano, en su
honor. Organizó una población con casitas, iglesia, escuelas.
Sufrió muchos contratiem pos y dolores y acabó su santa y he­
roica vida en Santiago de C hile, a cuyo hospital le llevaron ya
muy grave.

MONS.
SANTIAGO COSTAMAGNA,
OBISPO MISIONERO
los doce años entra en el O ratorio de Don Bosco. Es un
m uchacho con buena voz. Don Juan C agliero com pone
para él la romanza “Lo spazzacam ino" (El deshollinador) y le
enseñ a m ú sica. Llega a s e r un buen com po sito r. El m ism o
Don Bosco le nom bra D irector Espiritual de las Hijas de M aría
Auxiliadora. Y le envía a A rgentina al fre n te de la terc e ra ex­
pedición m isionera. Es el prim ero que entabla relaciones con
los Araucanos de Patagonia. Le nom bran Inspector salesíano
de Am érica. Lleva a cabo grandes obras de todo orden siem ­
p re con su em blem a: ¡Quiero unos Saleslanos sin defectos!.
P rom ueve las e d ic io n e s d el 'B o le tín S alesíano ' y 'L e c tu ra s
Católicas', desarrolla los oratorios festivos y la enseñanza del
catecism o. Diríge espiritu alm ente a varías com unidades reli­
giosas.

A

Em pieza las obras salesianas en Chile, visita Ecuador y Bolivia. Es nom brado obispo de M én d ez y G ualaquiza (Ecuador)
donde logra instalarse e n tre los Jíbaros por encim a d e d ifi­
cultades sin cuento. Y, tra s muchas obras y visitas, hasta C a­
lifornia, m uere agotado en B em al (Argentina), dejando escri­
tas un sin fin de obras ascéticas, litúrgicas y m usicales de ca­
rá c te r popular. Su pueblo natal dedicó una calle a su ilustre y
benem érito hijo.

MONS.
LUIS LASAGNA,
OBISPO MISIONERO
e n i a L u ís nueve años cuando m urió su padre. Tres años
m ás ta rd e pasó Don Bosco por su pueblo en una de las ex­
cursiones con sus m uchachos. Se quedó prendado de su viva
inteligen cia. Y lo adm itió en su O ratorio, donde cursó el ba­
c h illerato. Ingresó en la Congregación Salesíana. Se ordenó
sacerdote. Y Don Bosco lo eligió para la segunda expedición
m isionera a A m érica. Fue d ire c to r e in s p e c to r en Uruguay,
donde desarrolló una actividad que dejó profundas huellas en
el cam po de la educación, la cultura y la acción social. Pro­
movió la agricultura en las M isiones y fue el p recursor de la
viticultura. Fundó una tipografía y promovió el periodism o c a ­
tólico, en el q ue se reveló com o un buen periodista y eficaz
polem ista. En 1881 inauguró un O bservatorio M eteorológico
en Villa Colón, que llegó a ser el centro de toda una red de ob­
servatorios. Propugnó la fundación de una Universidad C ató­
lica y una Escuela Superior de Agricultura en el Uruguay. Su
actividad se extendió al Brasil, donde fue elegido obispo por
León X III. Llegó al corazón del M ato Grosso, donde echó las
bases de aquella misión tan florecien te. Logró se reanudasen
las relaciones e n tre la Santa Sede y Paraguay. Desgraciada­
m e n te no pudo re a liz a r sus proyectos d e o tra m isión en el
n orte del Brasihun choque ferroviario en Juíz de Fora rompió
trá g ic a m en te su vida. Una vida de cultivador de vocaciones
eclesiásticas y religiosas, con structor y restaurador de igle­
sias, fundador de tipografías y gran divulgador de las 'L ectu ­
ras Católicas'.

T

Bororos, Carajas y Shuars, Misión
del Río Negro en la frontera con C o­
lombia y Venezuela...
El año 1896 ab rie ro n su prim era
obra en Asunción de Paraguay, si­
guiendo despué s C o n ce p ció n .
Fuerte Olimpo, Ypacaraí. Las Salesianas llegaron en 1901 y se instala­
ron en Asunción. La gran Misión de
C haco Paraguayo es gloria de la
Congregación y del Instituto de las
Salesianas por su trabajo civilizador
y evangelizador.
Rápida, aunque gradual fue la inva­
sión pacífica de los H ijos de Don
Bosco en Ecuador, Perú, Venezue­
la, Boiivia. Región de las Antillas...
Poco antes de m orir, Don Bosco,
tras oír leer el telegrama en el que se
le informaba de la llegada de los Salesianos a Quito (Ecuador), levantó
su mano ya muy cansada y bendijo
a todo el Ecuador. Era el 30 de ene­
ro de 1888, víspera de su muerte.

Los chavales de la
selva ecuatoriana, ante
la avioneta de los
misioneros.

Una obra del gobierno llamada "Pro­
tectorado" y rebautizada “Protecto­
rado “Protectorado Don Bosco” fue
la primera obra ecuatoriana. Segui­

rán las o b ra s de R iobam ba Riobamba, Méndez y Gualaquiza con
M onseñor C osta C ostam agna c o ­
mo su primer Obispo, luego Cuen­
ca, etc. Las Salesianas abrieron su
primera casa en Gualaquiza y más
tarde, en Cuenca. "La fundación de
G ualaquiza ha e s c rito una de las
páginas más bellas y heroicas de la
historia salesiana y de las misiones
católicas".

JOSE VESPIGNANI,
SACERDOTE SALESIANO

D

o n José Vespignani fue un "audaz em prendedor". Así le
llam ó un periódico de Buenos Aires. Y asi lo fue siempre:
pese al contraste de sus atrevidas em presas con su m odesto
esp íritu . Cuando se p resentó a Don Bosco (18 7 6 ), sólo tre s
Ineses después de su ordenación sacerdotal, estaba delicado
todavía de una enferm edad pulm onar grave. Don Bosco d e ­
mostró que conocía sus secretos más íntim os, le bendijo y se
quedó con él. Un año más tard e le enviaba a Argentina con la
terc e ra expedición m isionera. Cayó g ravem ente enferm o en
las m isio nes de P a ta g o n ia , p ero Don Bosco, m u e rto cinco
años antes, se le apareció en sueños y le dio el rem edio: -"c o ­
m e ca rn e con c uero al estilo arg en tin o ". Se levantó, com ió
ante la sorpresa de todos y fue a la estación a recib ir al sa­
cerdote que acudia a ce leb ra r sus funerales. Poseía el verda­
dero espíritu d e Don Bosco. Sucedió a M ons. Costam agna co­
mo superior del colegio Pío IX de Buenos Aíres prim ero y des­
p ués com o in s p e c to r d e las casas s a le s ia n a s d e A m éric a .
Fundó 19 obras nuevas. Se ganó los elogios de los mismos
adversarios. El año 1 9 2 2 fu e llam ado a Turín para form ar par­
te del Consejo Superior. Y a llí m urió santam ente en 19 3 2. Sus
restos descansan en la iglesia de San Carlos de Buenos Aires
desde 1 948.

México acogió a los Salesianos el 2
de diciembre de 1892. Los Coope­
radores Salesianos jugaron un papel
decisivo. La aceptación de la Misión
de los Mixes en las zonas montaño­
sas de Oaxaca abrió un cam po mi­
sionero magnífico.

Centroamérica, el trabajo evangelizador de Salesianos y Salesianas
comenzó en 1897 en San Salvador.
Más tarde vendrían las obras de Pa­
namá (1907), Nicaragua, Guatema­
la, etc.

Es tardía la presencia en las Antillas:
año 1935 en S anto D om ingo y el
mismo año en Haití.
P oco a p o co , la presencia de los
Salesianos y Salesianas ha ido ex­
tendiéndose por toda Hispanoamé­
rica para bien de la gente más sen­
cilla, pobre y necesitada de instruc­
ción, de capacitació n profesional,
de pan y de religión. Fieles a Don
Bosco, su ideal ha sido, y lo sigue
siendo, form ar honrados ciudada­
nos y buenos cristianos.
Las aguas de este "inmenso río” lle­
garon a Colom bia el 11 de febrero
de 1890 para "proveer a la educa­
ción religiosa, científica y artística de
la juventud colombiana... mediante
escuelas de artes y oficios". Así de­
cía la convención firm ada entre el
Gobierno y don Miguel Rúa, primer
sucesor de Don Bosco. Al frente de
un grupo de siete Salesianos estaba
don E. Rabagliatti. La primera casa
fue el colegio "León XIH", seguida de
las dos leproserías de Agua de Dios
y de Contratación.
Perú y Bolivia tienen, en principio, un
origen común. La obra salesiana co­
menzó en Perú el año 1891 con la
llegada a Lima de tres Salesianos y
nueve Hijas de María Auxiliadora. En
1896 llegaron a La Paz los siete pri­
m eros Salesianos. se g u id o s de
otros siete destinados a Sucre.
Un poco más al norte, tenemos que
mencionar a Venezuela, con sus es­
cuelas, sus ce n tro s juveniles, sus
centros sociales y populares y con
sus misioneros, presencia misionera
en el Alto Orinoco, entre poblacio­
nes indígenas. La presencia salesia­
na data de 1894 en Valencia y Cara­
cas, colegio San Francisco de Sales
(Sarriá).
En e sta olla de e b u llició n qu e es

DOMINGO MILANESIO,
SACERDOTE MISIONERO
SALESIANO
Domingo M ilanesio fue llam ado justam en te el Padre
de los Indios. T en ía veintitrés años cuando se presentó a
Don Bosco pidiéndole consejo sobre su porvenir. El santo lo
vio, io oyó y lo aceptó, com o vocación tardía, para cu rs a r ia
carrera sacerdotal. El año 18 7 7 fue elegido para form ar p arte
de la te rc e ra expedición salesiana de m isioneros para A rgen­
tina. T res años m ás tard e com enzaba su labor m isionera en
Viedm a: abarcab a entonces aquella parroquia 8 0 0 .0 0 0 km^
es decir, la Patagonia desde el Río Negro hasta el sur de la
R epú b lica. E staba h ab ita d a por los A rau cano s, P atagones,
Pam pas y Tehuelches. Inm ediatam ente com enzaron sus via­
je s a caballo, en "galera”, a pie, con peligros de todo género:
atentados, caídas, asaltos, ham bre, sed, calor y frío. Recorrió
la inm ensa Patagonia, penetró en los cam pam entos de los In­
dios, en la cabaña de los caciques y con su bondad y caridad
se ganó la confianza de todos. Así le fue fácil catequizarlos,
bautizarlos, enseñarles, adm inistrarles m edicinas, ju s tic ia y
paz. El gran cacique Nam uncurá le eligió para interm ediario
de su entrega al gobierno argentino y quiso que bautizase a
su hijo C eferino , gloria de la trib u , cuya causa de b e a tific a ­
ción y canonización está introducida. Cruzó 5 0 veces ios An­
d e s , re c o rrió 8 0 .0 0 0 k m . ( 5 0 .0 0 0 a c a b a llo ). A d m in is tró
1 2 .0 0 0 bautism os y murió en B em al a los 7 9 años.

D

on

Son muchos su escritos sobre la Patagonia, su lengua, cos­
tum bres, industrias, paisajes, historia, etc.

LUIS VARIARA,
SACERDOTE SALESIANO,
SIERVO DE DIOS
Luis V an ara, nacido en Viarigi ptaiia), ten ía diecinue­
ve años cuando llegó a Colom bia, anim ado por D. M iguel
Unía el apóstol d e ios leprosos, a cuyo apostolado heroico de­
dicaría todo su entusiasm o. El leprosario de Agua de Dios fue
su cam po d e labor. En él desarrolló su actuación sacerdotal.
A llí fundó la Congregación de las Hijas de los Sagrados C ora­
zones. Esta Congregación facilita a las jóvenes atacadas por
ia lepra el consagrarse al Señor en la vida religiosa, para d e ­
d ic a rse luego com o e n fe rm e ra s al cuidado de los atacados
por la terrib le enferm edad.

D

on

Esta institu ción d e las H ijas d e ios Sagrados C orazones ha
sido aprobada por el Sumo P o ntífice el 6 d e abril de 1 9 6 4 .
C uenta ya con más de 5 0 0 religiosas y 6 0 casas en Colom bia
y Ecuador. Fundó una escuela d e m úsica instru m en tal para
los leprosos y organizó el canto y el te a tro para aliviar aque­
lla ciudad d el dolor. M urió en C ú cu ta a los c u aren ta y ocho
años de edad . El P. Variara llam aba la aten ción con su celo
sin m edida por ia salvación de las alm as, su espíritu de sa­
crific io a tod a p rueba y su to ta l abandono a la voluntad de
Dios.
El año 1 9 3 2 se trasladaron sus restos a Agua de Dios y fueron
colocados ei Año 1941 en la capilla de la Casa M ad re de las
Hijas de los Sagrados Corazones. El año 1 9 5 9 se iniciaron los
p rocesos in fo rm ativ o s so b re su fa m a d e s a n tid a d y en d i­
ciem b re de 1 9 6 3 se publicó el D ecreto de aprobación d e sus
escritos.

EN AMERICA 1992
SALESIANOS

SDB

HIJAS DE M." AUXILIADORA

HMA

Países

25

23

10.262
-

inspectorías
0
Provincias

27

29

56

579

1.198

N.» Total

Casas
Obispos
Parroquias

4.668 (=26,7% de los 17.469)

5.594 (=32,9% de las 17.003)

619
2 Cardenales y 60 Obispos
328

-



-

-

-

Misioneros
enviados

Hasta 1976 = 3.433 (de otros países, incluida España)
{Estaban vivos; 1.668; regresados; 328; fallecidos: 1.437)

-

Salesianos
españoles
en América

- Hasta 1975 = 484
- Desde 1976= 57
(Ctesde 1980, el mayor número de misioneros fue a Afiic^

- Hasta 1975 = 93
- Desde 1976= 7

En 1898 marcharon los primeros misioneros sa­
lesianos españoles: el P. Ramón Peiteado, a Ve­
nezuela, y los coadjutores Laureano Santana y
Abdón Senén (ios dos a Brasil).

La primera misionera española Hija de
María Auxiliadora fue Sor Isabel Mayo,
que fue a Chile en 1891.

641

■••I '

%

OBRAS
Y TIPOS
DE ACTIVIDAD

Los jóvenes panameños aclaman
a Don Bosco. -Panamá, puente de
América y corazón del mundo»,
la tierra del Santo de corazón universal
y juvenil.

Al encuentro
de los jóvenes

mino es la construcción de su
personalidad de hombres se­
gún Cristo.

OS S alesianos c re e ­
mos que Dios ama a los
jóvenes... Creemos que
Jesús quiere compartir su vi­
da con ellos que son la espe­
ranza de un fu tu ro nuevo...
C reem os que el Espíritu se
hace presente en m edio de
ellos y que por su medio quie­
re edificar una comunidad hu­
mana y cristiana más auténti­
ca... Creem os que Dios nos
está esperando en los jóve­
nes...

La profesión de fe expuesta
más arriba, tomada del último
Capítulo General de los Sale­
sianos. refleja bastante bien la
a c titu d de los m ism os ante
los jóvenes. En el continente
americano hay muchos jóve­
nes. Sólo en Am érica Latina
superan los cien millones. Ha­
blam os sólo de los jóvenes
comprendidos entre los quin­
ce y los veinticuatro años. El
70% de la población del con­
tinente está por debajo de ios
veinticinco s^os.

Por eso los Salesianos vamos
a su encuentro. A partir de su
vid a y s itu a ció n , querem os
hacer con ellos un camino de
fe para que vivan la Vida en
plenitud. La meta de ese ca­

A1 encuentro de estos jóvenes
han ido tam bién los hijos de
Don Bosco. Para educarles
en la fe. Para ayudarles a
co n s tru ir sus vidas según
Cristo.

L

propuesta viene del am bien­
te, los grupos, las ciases de
catecism o o los encuentros
formativos. Hay una intencio­
nalidad explícita por orientar
educativa y cristianamente el
tie m p o libre. Son ce rca de
trescientos mil los niños y los
jóvenes que se encuentran a
diario o en los fines de sema­
na, con un Salesiano o un ani­
m ador seglar en trescientos
setenta oratorios/centros ju ­
veniles.

En la escuela
y en el
centro juvenil

El Rector Mayor
con los jóvenes mexicanos.

Parroquia
y comunidad eclesial

Dondequiera que un Salesiano se encuentra con los jó ­
venes hay la p ro p u e s ta de
un cam ino. Implícita o explí­
citam ente se les invita a c a ­
minar desde el punto en que
cada m uchacho se encuen­
tra.
En la escuela la pro p u e sta
surge muchas veces del con­
tacto educativo o en la clase
de religión. Todo el plantea­
m iento del currículo escolar
va orientadQ a establecer un
diálogo entre la fe y la cultura.
En to d a A m érica son cerca
de cuatrocientos mil los niños
y los jóvenes que están en
contacto con los Salesianos
en más de cuatrocientas cin­
cuenta escuelas de enseñan­
za primaria, secundaria o pro­
fesional. Muchas escuelas y
colegios superiores de Argen­
tina. Chile, Ecuador. V ene­
zuela. El S alvador o G uate­
m ala son ca m p o de fo rm a ­
ción de líderes cristianos.
En el oratorio/centro juvenil la

Habría que duplicar el núme­
ro, si tenemos en cuenta los
colegios y oratorios que llevan
las Hijas de María Auxiliadora,
Cooperadores u otros miem­
bros de la Familia Salesiana.

Pascua Juvenil
en La Habana (1980).

Son más de nueve m illones
-8 .9 0 0 .0 0 0 en parroquias,
460.000 en iglesias públicaslos fieles a quienes llega la ac­
ción evangelizadora de la pa­
rroquia salesiana, c o n s tru ­
yendo entre el pueblo la c o ­
m unidad eclesial. Hay que
añadir a esto el cauce y el ser­
vicio que prestan a la devo­
ción popular los santuarios en

honor de María Auxiliadora y
Don B osco en diversas p o ­
blaciones de América. A Don
Bosco está dedicada la cate­
dral de Brasilia en pleno cora­
zón de la selva am azónica y
son frecuentados y concurri­
dísim os los te m p lo s a Don
Bosco en Panamá. La Haba­
na o El Salvador.

movimientos asociativos.
P or enum erar algunos de
ellos destacamos: los Explo­
radores de Don Bosco que se
inspiran en el sco utism o de
Badén PoweII -e n Argentina,
Uruguay, Paraguay-; el movi­
m iento ENE, EJE, ESCOGE
-in fa n til, juvenil, vocaciona lfu ndad o p o r el P. Leonardi,
Salesiano en M agdalena del
M ar (Perú), que se extiende
por Perú, Solivia y todo Cen­
tro A m érica: el Mallín y el
C am revoc en Argentina: los
G rupos de A cción Social en
Venezuela; los Savio Clubs,
fun d a d o s p o r un c o a d ju to r
salesiano en EE.UU.; ios Ami­
gos de Domingo Savio (ADS)
y los Cooperadores Jóvenes
en casi todas las naciones y
los g ru p o s de voluntariado,
fuente fecunda de vocaciones
en Ecuador, y apoyo de una
im p o rta n te labor social en
México, etc...
SOS

Asocíacionismo
juvenil,
Voluntariado
Es una de las realidades más
consoladoras de la Pastoral
Juvenil Salesiana en América.

La Habana:
Gnjpo de jóvenes
en retiro espiritual.

Am érica Latina se ha ofreci­
do, además, com o un vasto
campo de acción social y mi­
sionera para grupos de volun­
tariado europeos promovidos
por la familia salesiana: Ope­
ración M ato G rosso y Mani
Tese, iniciados por salesianos
y hoy totalmente autónomos:
Madreselva Madre de la Es­
cuela Universitaria Don Bosco
Son más de cien mil los pre­
adolescentes y jóvenes enro­
lados en cuatro mil trescien­
to s g ru p o s o m o vim ie n to s
con los que trabajan mil seis­
cie n to s S ale sia n o s y unos
cuatro mil cien anim adore s
seglares.
El Movimiento Juvenil Salesia­
no es una realidad viva en
m uchas naciones del c o n ti­
nente am ericano. C on este
mismo nombre -e n Chile, Ar­
gentina, Bolivia, C olom bia,
México...-, o entendido como
centro de referencia de diver-

C A M P O S D E E V A N G E L IZ A C IO N
Centros

Destinatarios

360

354.99 5

Escuelas Profesionales

79

23.524

Escuelas Agrícolas

28

4.468

Oratorío/Centro Juvenil

368

291.80 6

Orientación vocacional

79

2.040

Parroquias

430

8 .838.5 13

Iglesias públicas

108

456 .0 0 0

Escuelas/Colegios

Datos de 1990.

Jóvenes ecuatorianos
celebran su matrimonio.

de Madrid, que desarrolla im­
portantes proyectos en toda
América Latina: el VIS y el VI­
DES. prom ovidos desde Ita­
lia, por tos Salesianos e Hijas

M O V IM IE N T O J U V E N IL S A L E S IA N O

Grupos

Miembros

Animadores Animadores
Salesianos

laicos

Preadolescentes

1.754

44.562

587

1.637

Adolescentes jóvenes

2.538

57.545

1.020

2.444

TOTAL

4.292

100.107

1.607

4.081

Datos de 1990.

de María Auxiliadora, respec­
tivamente...
El I C ongreso Latino A m eri­
cano de Jóvenes, celebrado
a p rim e ro s de este m ism o
año en Cochabamba Solivia,
p re cisa m e n te en el p o lid e portivo de un colegio salesiano, contó con una abundan­
te participación de juventud
fo rm a d a en la e scuela de
Don Sosco. Y el obispo salesiano Mons. Kebrau de Haití,
es el presidente de la C om i­
sión de Pastoral Juvenil del
CEUVM.
Todo ello son breves pincela­
das del se rvicio que sigue
prestando el carisma salesiano a la P astoral Juvenil en
América, de las posibilidades
que se le abren y tos re to s
que le plantea la nueva evangelizacion de un continente
en el que tos jóvenes quieren
ser protagonistas y construir
ju n to s la c iv iliz a c ió n d e l
amor.

A ntonio S. ROMO

N

0 es tarea fácil la de los misioneros anunciadores del Evan­
gelio: desde Pedro y Pablo y Santiago y los primeros após_ _ toles, han ido experimentando esta dificultad toda una multi­
tu d de hom bres y m ujeres generosos y entusiastas que durante
veinte siglos han levantado la antorcha del Evangelio a los ojos de
to d o s los pueblos de la Tierra para proyectarles la luz del mensaje
de Cristo com o una invitación a mejorar fundamentalmente su vida
y su cultura, sus costumbres, su presente y su futuro. Después de
500 años de evangelización, todavía pueblos y tribus de América,
descendientes de los nativos que poblaban el Nuevo Continente en
1492, siguen sin saber llamar “Padre" al Dios de Jesucristo.

En la selva amazónica
prende la llama del Evangelio.

Desde hace algo más de cien años, los Salesianos y las Salesianas
o Hijas de María Auxiliadora se encuentran en Am érica form ando
parte de la vanguardia de la Iglesia misionera; en 1875 Don Bosco
envió hasta la Patagonia un pequeño grupo de Salesianos. que han
ido creciendo hasta los 4.709 que actualmente trabajan en América
en 647 obras educativas y misioneras. Las Hijas de María Auxiliado­
ra son ya 4.624 distribuidas en 511 casas.

M a n te n e r la luz e n ce n d id a , sin prisas
Los misioneros han aprendido durante veinte siglos a prescindir del
calendario y del reloj cuando se trata de medir su trabajo o de es­
perar resultados: ef objetivo de su existencia es iluminar con la luz
del Evangelio la vida, las creencias y las costumbres, que identifican
a cada pueblo, para que logre responsablemente purificar su pasa­
do y su cultura y la enriquezca con el pensamiento del Maestro has­
ta com enzar a ser cristiano conservando su propia identidad, sin te ­
ner que renunciar a su pasado, que tiene tantas positivas manifes­
taciones culturales y sociales. Es una actitud constante de los m i­
sioneros, que orienta toda su tarea apostólica y su m odo de vivir.
El afortunado visitante que ha de pasar una noche en el poblado de
San Marcos de los Xavantes en el Mato Grosso brasileño, posible­
mente se despertará sorprendido con los cantos modulados y rítmi­
cos del grupo de jóvenes xavantes,’ que a media noche se han le­
vantado para dar el paseo ritual alrededor del poblado en cum pli­
m iento de una de sus obligaciones tradicionales, durante to d o el
tiem po en el que se preparan para ser admitidos en el grupo de los
hom bres de su tribu. Todas estas prácticas tradicionales han sido
potenciadas y cultivadas por tos misioneros, y en bastantes ocasio­
nes hasta resucitadas, com o un medio para mantener y robustecer

Cooperativa ketchi
y catequistas aymaras
de Solivia.

la identidad del pueblo xavante. En un recorrido por las “reservas''
en las que viven los grupos xavantes, se puede constatar con facili­
dad que las aldeas que mejor expresan su tradicional cultura y su
identidad son precisamente las que están acompañadas por los m i­
sioneros y en las que la mayoría de la población vive ya su fe cristia­
na.

A dorar a Dios con cantos y gestos xavantes,
bororos o yanom am is
Este im portante hecho de la cristianización paulatina de las culturas
indígenas tiene, entre otras, una manifestación muy significativa en
los ritos sacramentales y litúrgicos. A través de un diálogo largo y
paciente con los ancianos depositarios de las tradiciones y ritos re­
ligiosos de la tribu, se ha llegado a conseguir que los nativos expre­
sen su fe cristiana con elementos propios en la celebración de la Pa­
labra de Dios y de los sacramentos, que de esta form a entran a for-

Guaranda (Ecuador):
Capacitación de la mujer.

mar parte de sus tradiciones: así, la ceremonia del bautismo, for­
m ando un conjunto con la fiesta, que celebran desde tiem po Inme­
morial, de la im posición de un nom bre al niño recién nacido, o la
celebración de la muerte del Señor en el contexto solemne de un
funeral bororo, no son una ruptura con sus costum bres sino una
superación cristiana de los límites del pasado.
De esta forma, el cristianismo no es para ellos una doctrina exótica,
ininteligible, sino una meta alcanzada en el camino conocido de su
cultura secular. En los encuentros organizados para la preparación
de los nativos responsables de sostener, com o catequistas, la vida
cristiana de su poblado, no falta la figura de los ancianos que apor­
tan el lenguaje sim bólico y las expresiones celebrativas, que han ve­
nido em pleando siempre, a las nuevas prácticas religiosas cristia­
nas.

S em ana S anta en San M arcos de los xavantes
Sábado Santo en la misión salesiana de San Marcos en el corazón
del Brasil: los 170 xavantes adultos, precedidos por los jóvenes que
acaban de ser iniciados, se dirigen a un lugar del bosque, reservado
solamente a los hombres, y comienzan la preparación de la gran ce­
remonia del alba de Resurrección. Se pintan m utuam ente con los
colores rituales, rojo y negro, y ensayan incansablemente los cantos
y danzas que acompañarán la ceremonia.
Llegada la hora, los hombres se acercan en fila al altar cantando y
danzando el "datsiwaivére" para expulsar el mal y las enfermedades:
este canto hace de introducción de la Eucaristía pascual. El cirio es
encendido con fuego nuevo: los encargados del rito se sientan en el
suelo y friccionando unos palitos, según su costum bre, hacen bro­
tar la llama que iluminará la ceremonia desde el cirio pascual.

T
Se leen después las lecturas y el Evangelio y las mujeres y los niños
se van a dorm ir mientras los hombres pasarán la noche, com o en
sus grandes fiestas sociales, cantando y danzando con seriedad y
vigor, contendiendo atléticamente, grupo contra grupo, en un desa­
fío de fuerza y vitalidad. Apenas clarea la aurora, se reúnen de nue­
vo todos los miembros de la tribu para continuar la Misa a partir del
ofertorio.
Los hombres llegan en larga fila al altar sin interrumpir sus cantos y
danzas y forman un gran círculo, que se va transformando en una
espiral cada vez más cerrada: desde el centro de la espiral surgirá
en el aire la ofrenda del poblado, que será llevada al altar. Todo se
irá desarrollando según el contenido cristiano más genuino con ex­
presiones xavantes de fiesta hasta que, terminada la Eucaristía, se
despiden deseándose una feliz Pascua con gritos y cantos de victo­
ria y de esperanza.

Evangelio es ta m b ié n prom oción hum ana
Encender la luz del Evangelio es responsabilidad y preocupación
primordial del misionero, pero con la misma fuerza vive com prom e­
tido vocacionalmente en la lucha diaria a favor del desarrollo mate­
rial del indio, contra la pobreza, y en ocasiones contra el abandono
estatal y la prepotente ambición de los poderosos.

Rostro Indígena
de la selva amazónica.

Durante estos últimos cien años, el misionero salesiano ha fundado
aldeas y ciudades, ha co n stru id o carreteras, puentes, centrales
eléctricas, ha organizado cooperativas, cam pos de cultivo y granjas,
ha levantado y sostenido escuelas, ha puesto en marcha hospitales
y dispensarios, asilos y leproserías, ha defendido las tierras del indio
en algún caso hasta perdiendo violentamente la vida en el empeño.
Han sido años de duro y sacrificado trabajo misionero, pero también
de grandes satisfacciones espirituales y humanas, han sido años de
continua preocupación en la búsqueda del mejor camino para hacer
presente a Cristo entre estos hermanos tan intensamente amados.

6 3 presencias m isioneras salesianas en A m érica
De las 1.158 obras que la Familia salesiana tiene actualm ente en
América. 63 son directam ente misioneras, dedicadas a la primera
evangelización de más de 25 etnias diferentes en diversas áreas geo­
gráficas, que sobrepasan el millón de kilóm etros cuadrados. Las
etnias más conocidas y numerosas son: los Mixes, Chinantecos y
Zapotecos, en México; los Kekchíes en Guatemala: los Guaicas, Yanom am is y Parcas, en Venezuela: los Tucanos. Macús. Baniwas,
Yanomamis Piratapuyas, Tarianos, Peonas, Bororos y Xavantes, en
Brasil: los Shuaras (Jíbaros) y Ashuaras, en Ecuador; los Quechuas
y Aymarás, en Solivia. Perú y Ecuador; los Ayoveos (Moros). Cha­
m acocos y Maskoy. en Paraguay: y los Mapuches en Argentina.
La evangelización de estos nobles pueblos sigue siendo un reto, re­
pleto de urgencias, a la visión de fe y a la solidaridad generosa de
toda la Familia Salesiana.

Antonio MELIDA AMEZGARAY

FVANRFI IZAR IJ\ CULTURA

APORTACIONES CIENTIFICAS
DE LAS MISIONES SALESIANAS
DE AMERICA

E

N 1975, cuando se cumplían 100 años
de la llegada de los Salesianos a Am é­
rica, el fam oso etnólogo Claude LeviStrauss escribió: “Los misioneros salesianos
dan prueba del espíritu científico que los ani­
ma y del respeto con que saben tratar a los
pueblos entre los que ejercen su ministerio".
El respeto a las diferentes culturas indígenas
ha sido principio constante de estos misione­

lii .iiiiiü i-

Campo Grande (Mato Grosso): la bibliateca de los misioneros.

ros. Desde sus prim eros co n ta cto s con los
"indios" y, en general, con otras culturas y
otros pueblos, supieron m ostrar su aprecio
por el hombre y por el modo de vivir de los de­
más, que está en la base de su sistema edu­
cativo.
En esas culturas han procurado integrar la re­
ligión cristiana con sus valores y consecuen­
cias, com o la fraternidad, la paz, el progreso,

r ^ iñ u D íJ ^ jii

I

EmiE Km t SÉ M

w

%k-

El mundo era una estrella de caminos
hace quinientos años.
Los caminos surcaban el planeta
hace quinientos años.
Una aventura se hizo bienandanza
hace quinientos años
que sembró el Evangelio en tierras nuevas
hace quinientos años.
Y un árbol gigantesco se hí»> nido
hace quinientos años
de pueblos que gorjean en sus ramas
hace quinientos años.
Y es ia mayor cosecha de la fe
hace quinientos años
que ha visto bajo el cielo el universo
hace quinientos años.

Y apareció en escena un nuevo mundo
con su inmensa tramoya alucinante
de ríos de volcanes y de selvas...
Un escenario para un soñador,
y un dominio que Dios le daba a un Santo
que se hacía presente entre sus jóvenes.
Un santo que rezaba su sonrisa,
enseñaba a decir el Padrenuestro
y Dios se regalaba a los más pobres.
La libertad cantaba de los pájaros
y se multiplicaba la mirada
materna de María Auxiliadora.
Su nombre lo repiten ias campanas,
las voces de los niños y el aplauso
de millones de manos crepitantes.

América, recuerdo dolorido.
Marca sobre mi piel. Sueño hecho carne
de mis mejores años, que regresan
sin avisar, que esconden una pulpa
en el hueso de un tiempo que no vuelve,
de un tiempo que no acaba de venir.
Para unos pies tan breves, ¡cuánto azar!,
{cuánto muro blindado! {cuánta sangre,
testimonio de sed y martirio!
Lazo amigo que trenza la esperanza
de dos mundos colgando al sur y al norte,
estrechando su mano en el azul.
En mi pecho te llevo como un escapulario,
como un vivo latido inextinguible,
como expresión de lo que nunca muere.
¡Oh tierra abierta en esa dulce forma
de corazón caído al sur! " ¡Es algo
formidable que vió la vieja raza!"
F tafáeiA LF A R O
M a d rid . P rim a vera d e 1992

(Uruguay), autor de una preciosa obra en cin­
co volúmenes: "La Patagonia: estudios gene­
rales" (1900), donde estudia su historia, topo­
grafía, etnografía, climatología, historia natural,
economía y recursos, política, instrucción y le­
gislación.
En Brasil los misioneros del Mato Grosso y de
Río Negro hicieron lo propio respecto de las
tribus Bororos y Chavantes, especialmente el
P. Coibacchini, que vivió cincuenta años entre
ellos: "Los bororos orientales 'Orarimugudoge'
del M ato Grosso", y el P. Albisetti, con su "En­
ciclopedia Bororo".
Por las tribus del Ecuador oriental hay que re­
conocer la "Enciclopedia Shuar", del P. Pellizzano; los Yanomamis de Venezuela, Alto Ori­
noco, tuvieron al P. Coceo, con su obra "Parima, donde la tierra no acoge a los muertos";
Monseñor Ricardo Pittini dejó un buen estudio
sobre ios Indios del C haco paraguayo: "El
Chaco paraguayo y sus tribus; apuntes etno­
gráficos y leyendas"; en México, para la misión
de los Mixes, contam os con los estudios de
Mauro Rodríguez: "La cultura mixe: simbología
de un humanismo" (1974).
A los aspectos culturales Indicados hay que
añadir otras aportaciones de tip o científico,
producto de la preparación de algunos misio­
neros y de su afán por hacer avanzar la civili­
zación. allí donde todo era nuevo y todo esta­
ba por descubrir.
1) Etnología
El contacto con los indígenas hizo surgir en los
misioneros el deseo de conocer sus lenguas,
raíces y costumbres, de m odo que quien quie­
ra estudiar a /o n d o algunas tribus americanas
tiene que acudir a los escritos que ellos deja­
ron.

2) Lingüística
La aportación de las Misiones saiesianas a la
lingüística es, sin duda, la más rica y original
en el cam po científico: y, tal vez, la menos co­
nocida. Comporta el estudio y la sistematiza­
ción de la lengua hablada (gramática y voca­
bulario), la redacción en ella del patrimonio de
sus tradiciones históricas, legendarias y musi­
cales, la traducción a las lenguas europeas de
este patrimonio: además de hacer accesible a
los Indios las lenguas europeas y a los euro­
peos las lenguas de los Indios.

El P. Domingo Milanesio, que cruzó 25 veces
la cordillera de los Andes, es autor de "La Patagonia: lengua, industria, costum bres y reli­
gión de los Patagones" (1889). El P. José Beauvoir, de "Los Shelknam indígenas de la Tie­
rra del Fuego: sus tradiciones, costum bres y
lengua (1915) y"Leyendas shelknam" (1921),
que fueron precedidos por un "Pequeño ál­
bum d e re tra to s indígenas y p a ta g o n e s"
(1907).

Necesariamente hay que citar la "Gramática y
glosario de la lengua de los Ona-Shelknam de
la Tierra del Fuego" (Padre Tonelíi, 1926), el
"Pequeño d iccionario d e l idiom a fueguinoona" fP. Beauvoir, 1915), los "Elementos de
gram ática y diccionario de la lengua de los
B ororos-C oroados" (P. Pessina, 1908)...: el
"Diccionario jib a ro español" (P. Martínez), la
E n cicloped ia en 4 volúm enes del Padre
Rouby, con gramática jíbara, diccionario y ca­
tecismo, con un "varia" de poesías, lecciones,
diálogos, etc.

Otro tanto debe decirse del P. Lino Carbajal.
profesor de ciencias naturales y director del
O bservatorio m e te o ro ló g ico de Villa C olón

Igualmente son de gran valor las gramáticas y
diccionarios de las lenguas de Río Negro (Bra­
sil), verdadera babel de lenguas que han sido

estudiadas paso a paso por los misioneros: la
tucana, la macú, la eanana, la tariana,... Y, en
el Alto O rinoco, el "D iccionario yanom am ücastellano, castellano-yanom a y gram ática
g u a ta " (P. Coceo): com o también el "Diccio­
nario guaraní-castellano" del P. Bottignoli, pa­
ra el Chaco paraguayo.

3) Geografía y meteorología
Es interesante saber que san Juan Bosco pre­
paró a algunos de sus futuros misioneros en el
campo de la meteorología en centros especia­
lizados de Italia, con el fin de contribuir al pro­
greso de las tierras de misiórf.
Mons. José Fagnano fundó en la Patagonia
septentrional, en Carmen de Patagones, un
observatorio que luego confió al joven Salesiano Stefenelli, experto en la materia; exploró
luego el Río Negro y la Patagonia meridional,
estableciendo en Punta Arenas otro observa­
torio. En latinoamérica hay unos treinta obser­
vatorios salesianos, en Argentina, Chile, Ecua­
dor, Brasil, El Salvador,... que han prestado
buenos servicios a la navegación y a la agricul­
tura; sus datos han sido y siguen siendo teni­
dos en cuenta por boletines internacionales y
ministerios de marina.
Los archivos salesianos contienen riquísimos
materiales geográficos, sobre todo coleccio­
nes de m apas trazados p o r los misioneros;
muchos nombres habría que citar; baste, por
su valor internacional, el P. Alberto De Agostini, que exploró las ca-denas andinas entre los
paralelos 47° y 52°, en las áreas glaciares y en
el subsuelo magallánico; sus libros son preci­
sos en datos y espléndidos en fotografías.

4) Ciencias naturales
La form ación de los Salesianos en orden a
responder de escuelas de todo género, los ha
impulsado a investigar y conocer bien los lu­
gares donde ejercen su apostolado. Los M u­
seos salesianos exponen colecciones de pie­
dras, plantas y animales, en gran parte descu­
biertos y catalogados por ellos mismos. Mere­
ce citarse al hermano coadjutor Angel Benove,
que recogió 130 formas de liqúenes diferentes
en Tierra del Fuego; y el P. Crespi, que colec­
cionó, en Ecuador, más de doscientas espe­
cies de heléchos... Ahí están los Museos de
Punta A renas, Porvenir, Fortín M ercedes,
Campo Grande y otros.

Trelew (Argentina): Santuario Nuestra Señora de! Carmen,
en construcción.

De agricultura se han escrito manuales y obras
específicas: y se han logrado adaptaciones de
productos nunca imaginados en latitudes tan
australes, gracias a las escuelas agropecua­
rias de Uribelarrea, Stefenelli, Linares, Rodeo
del Medio (Facultad de Enología) y en Colom­
bia. Brasil, Ecuador, Venezuela, Paraguay,
etc.

5) Otras aportaciones
En este campo de la cultura debemos aún in­
dicar la producción de historias de la Iglesia y
de las misiones en diversos países: la más im ­
portante de todas ellas, sin duda, la "Historia
de la Iglesia en Argentina", del P. Cayetano
Bruno, en doce gruesos volúmenes.
N aciones co m o A rgentina, Bolivia, Brasil,
Ecuador, El Salvador, Guatemala. México, Pe­
rú, Uruguay y Venezuela cuentan con Universi­
dades e Institutos Superiores.
Las Editoriales y Librerías salesianas y las emi­
soras de radio, con centros de producción de
programas radiofónicos y televisivos, de con­
tenido educativo y evangelizador, completan
el cuadro de las aportaciones culturales de la
Familia Salesiana en el continente americano.
José Antonio RICO

PRESENCIA
SALESIANA
EN CENTROS
ESCOLARES
DE AMERICA

A m érica es un continen­
te inm enso para la reflexión
y el asombro. Lo fue ayer; lo
es ahora. Lo fue en 1492
cuando se pasmaron los ojos
de los descu b rid o re s: lo es
hoy -1 9 9 2 - cuando cinco si­
glos no han gastado las imá­
genes sino que las han tom a­
do más vivas e incisivas d e ­
mandando unas respuestas.
Y hay d o s ro s tro s en ese
Continente. Con los dos nos
asombra e interpela: El rostro
del bien-estar y del poder y el
ro stro del m a l-e sta r y el no
p o d e r. A quél se asom a en

Canadá. Estados Unidos y en
parcelas de privilegio de toda
su geografía: éste nos mira,
con ojos heridos e hirientes,
desde México hasta la Tierra
del Fuego.
H acia ese C o n tin e n te fue
Don Bosco. Primero fue en el
sueño y en el sueño vio el
m isterio, la urgencia y la lla­
m ada. D espués fue la p re ­
sencia: era el a ñ o l 875 en Ar­
gentina. No lo pudo hacer él:
lo hacía con sus hijos, los salesianos. El "carisma de Don
B o s c o " era ya un "carism a
salesiano". El encuentro fue

herm oso, intenso y pe rm a ­
nente. Más de un siglo ha pa­
sado y siguen encontrados.
No podía ser de otra manera.
La primera sensación que ex­
perim enta un europeo al p i­
sar tierra americana, es la de
que ha llegado al continente
de "lo joven". Todo es joven
allí: la naturaleza, la historia,
las personas...
Casi me atrevo a más: no es
joven: es todavía "adolescen­
te". Baste un dato indicador:
La población más abundante
no ha llegado en edad a vein­
te años. Todo es allí especia-

Panamá: Instituto Técnico Don Bosco.

tiva, prom esa y reclam o de
un acompañamiento.
Por otra parte el "carisma salesiano" es en esencia eso:
servicio para el joven; oferta y
dinamismo, que tom a el salesiano de C ris to y de Don
Bosco, para dárselo al joven
en su hora definitiva y difícil.
No hay que hacer esfuerzos
para a c e p ta r e ste aserto:
América -s o b re todo Am éri­
ca Latina- y carisma salesiano estaban, y aún están, des­
tinados a amarse y convivir.
Han n a c id o el uno p a ra el
otro. La interacción favorece
a los dos y permite a los dos
desarrollarse. Sólo así se ex­
plica un d a to c o n sta ta d le :
Los salesianos son en Améri­
ca la congregación m ás nu­
merosa y extendida.

El salestano se acerca a
ese universo a d o le sce n te y

joven para amarlo, instruirlo y
educarlo desde dentro. Tiene
que ser así por fidelidad a su
carisma. En efecto, tres perfi­
les lo enm arcan y con esos
tre s perfiles se hace oferta:
Razón, Religión y Amor. Tres
cuerdas en un arco educati­
vo.
La Razón le exige d a r re s ­
puestas que no sepan a irres­
p e to o fo rza d a d o m e s tic a ­
ción. El Corazón le pide cer­
canía, superación de interfe­
rencias, entrega aquí y ahora.
La R eligión reclam a que el
e n cu e n tro sea siem pre en
claves de Evangelio: entrada
en alas culturas con rasgos
de ferm ento, acogiéndolas,
elevándolas, abriéndolas a la
Buena Noticia Revelada.
Y el universo a d olescente y
joven de A m é rica tiene sus
propios rasgos. He hablado
de dos rostros. Reparo sólo
en no: el rostro dolorido y espectante. En ese rostro -q u e

son mil, que son m illo n e s hablan, al que lo mira, tres ur­
gencias: piden pan, tienen
ham bre, m uchas ham bres:
quieren escuela, están al bor­
de del saber y la cultura: re­
clam an p ro m o ció n para el
trabajo, anhelan un futuro en
su vida y su pueblo y no tie­
nen he rra m ie n ta s para h a ­
cerlo.
Junto a estas tres urgencias,
una cuarta: están pidiendo a
Cristo. Se dirá que en todas
partes y es muy cierto. Como
el joven europeo, el joven del
N uevo C o n tin e n te g rita en
sus afiches y sus ropas: "Se
b u s c a '. pero ¡qué gran dife­
rencia! El joven europeo bus­
ca al Señor en una sociedad
que lo ha p e rd id o o se lo
oculta, el joven en América lo
quiere conocer. No se lo han
p re se n ta d o todavía. Sabe
que existe, pero no lo conoce
y lo reclam a. Si, al fin, se lo
presentan, lo acoge y se en­
tusiasma.

Escuelas Profesionales
de La Serena (Chile).

Para d a r resp u esta a estas
urgencias el salesiano tiene
obras y presencias: misiones,
parroquias, centros juveniles,
residencias, hogares de aco­
gida... Aquí subrayo dos: Los
C entros Escolares y las Es­
cuelas Técnicas y Agrícolas.

En los Centros Escolares
el carisma salesiano se mue­
ve en una doble perspectiva;
cre a r c o n c ie n c ia de "h o m ­
bre ", su je to de d e re ch o s y
deberes y ofrecerle una edu­
cación liberadora de carácter
integral.
La p ro p u e s ta de liberación
que brinda el salesiano, no se
queda en lo social. Va hasta
una cosmovisión de trascen­
dencia.
Son 275 ce n tro s escolares.
Unos son num erosos: otros,
menos. Unos están en el co­
razón de los barrios de mise­
ria: otros, en zonas populares
y fabriles. Los p o co s u b ica ­
d o s en u rb a n iza cio n e s de

E n tra d a
d e lo s

N a ció n

E s c o ia re s

S a le sia n o s

1875
1876
1883
1887
1888
1890
1891
1894
1896
1896
1896
1899
1906
1907
1907
1911
1917
1924
1929
1934
1935
1947

P re se n cia s

Argentina
Uruguay
Brasil
Chile
Ecuador
Colombia
Perú
. Venezuela
Solivia
Paraguay
USA
El Salvador
Honduras
Costa Rica
Panamá
Nicaragua
Cuba
Canadá
Guatemala
R. Dominicana
Haití
Puerto Rico

50
11
62
14
22
19
10
20
10
6
21
6

P re s e n c ia s
T é c n ic a s
y A g ríc o ia s

13
4
9
8
6
13
3
4
2
2
2
2

-

_

1
2
2

1
1
1

-





_

6
9
3


1
2
1
-

Talca (Chile):
Jóvenes en el patio
del Colegio.

clase media o media-alta, tie­
nen meta m uy precisa: crear
conciencia co m p ro m e tid a y
cristiana. Son c e n tro s a to ­
dos los niveles: elem ental,
secundario y superior.
Junto a los C entros Escola­
res, las Escuelas Profesiona­
les, Técnicas y Agrícolas. El
Continente es rico en posibili­
dades y pobre en desarrollo.
No es problema de campo, ni
de tierras, ni de aguas... Es
problema de hombre. No ha
tom ado co n cie n cia - la está
tomando y a - del misterio que
tiene en sus selvas, sus sa­
banas y en sus materias p ri­
mas ignoradas e intocadas...
Necesita prepararse y prepa­
rarlo para ser el señor de su
campo y su industria.
Para cubrir esta urgencia ra­
biosa tie n e el carism a salesiano 75 centros Profesiona­
les, Técnicos y Agrícolas. De
ellos salen cada año mano de
obra especializada, técnicos
en las diversas ramas, peritos
oara el cam po y hasta inge­

nieros agrónomos. Setenta y
c in c o c e n tro s de este tip o
son m u ch o s y son p o cos:
pocos para la urgencia: m u­
chos, por tas exigencias eco­
nóm icas y hum anas que re­
claman.

En los centros escolares
y té c n ic o s , con la p ro m o ­
ción hum ana y el evangelio,
hay que dar el cariño y el es­
píritu de familia. En Am érica
no es un dato. Es condición
exigida. En las capas m argi­
nadas la palabra "familia* es
casi un vocablo sin sentido.
Sólo existe la m adre, abne­
gada, sufrida... pero sola. El
p a dre lo es só lo ocasional,
cuando no un ausente. M u­
chos educandos viven la ex­
p e riencia de "p a d re " en su
colegio. En él están la mayor
parte del tiem po posible y en
él el carisma salesiano se re­
vela com o comprensión y ca­
riño.
A lg o m ás se b rin d a en las
e scu e la s: la c o n c ie n c ia de

grupo, de nación y de igle­
sia. La mayoría no la tienen o
la tienen sólo en germen. Vi­
ven s itia d o s de d e p e n d e n ­
cias cuando no de esclavitu­
des.
Es cu rio so co n s ta ta r com o
se les refuerza su alegría in­
nata cu a n d o d e s c u b re n la
sustancia de palabras igno­
radas: g ru p o , co m u n id a d ,
pueblo, iglesia...Se diría que
llevan s ig lo s e sp e rá n d o la s
para disfrutarlas e in c o rp o ­
rarlas a su d iccionario para
siempre...
Antes de cerrar estas pince­
ladas impresionistas sobre la
presencia escolar del salesia­
no en América, quiero que el
lector pasee sus ojos sobre
esta p resencia nación por
nación. Sólo ofrezco tres da­
tos: el año en que el carisma
salesiaio entró en esa nación
y dos tip o s de presencia: la
escolar y la técnica.
Pedro A. IZQUIERDO

U
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C
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A
INSERTAR EN ^ COMUNIDAD" (EN 23)

ACERDOTE co n s c ie n te de
su m isión, san Juan S osco
tuvo siempre presente ta pre­
ocupación de contribuir a la peren­
ne construcción de la Iglesia, de tal
m odo que se le podría calificar de
“hom bre de y para la Iglesia". Buscó
y acogió a los jóvenes alejados de la
fe para transformarlos en miembros

S

La presidencia
del Congreso de
Antiguos Aiumnos en
Caracas.

vivos de la Iglesia; escribió opúscu­
los al alcance del pueblo para sos­
tener su fe entre los ataques de los
valdenses; m edió entre el Papa y
los G obiernos laicos de Italia para
lograr la reposición de más de cien
obispos desterrados: aportó miles
de vocaciones a los seminarios dio­
cesanos cuando él m ism o estaba

fuhdando una C ongregación p ro ­
pia: creó la Unión de Cooperadores
salesianos, seglares c o m p ro m e ti­
dos, para que trabajasen al lado de
los párrocos: envió a sus hijos a las
misiones con el fin de extender la
Iglesia hasta los confines del m un­
do.... "Vb trabajo y es m i intención
que todo s los Salesianos trabajen
p o r la Iglesia hasta el último instante
de su vida".
Identifica d a con el espíritu de su
Fundador, la Congregación salesiana en América ha sido y es signo de
unidad eclesial, orientando a los jó ­
venes y al pueblo hacia los Pastores
y poniendo al servicio de éstos el
mayor núm ero posible de fuerzas
apostólicas.

Dos card en ales y 6 0 obispos
Los Papas, d e sd e León XIII, que
nombró obispo al primer misionero
salesiano de América, Mons. Juan
Cagliero, hasta Juan Pablo II, bajo
cuyo cayado hay dos cardenales y
60 obispos salesianos en el conti­
nente am ericano, m anifiestan con
estos datos su confianza en ios hi­

Ramsey: (USA);
El fundador de los
Clubs Domingo Savio,
coadjutor salesiano
M. Frazette,
al micrófono.

jo s de Don Bosco: los Salesianos
sienten el instinto de la unidad eclesial.

S alesianos y S alesianas,
m ás de d ie z mil
En este año quinto centenario los
hijos de Don Bosco que trabajan en
A m érica son 4 .7 0 9 ,y las Hijas de
María Auxiliadora 5.624, sum ando
un to ta l de 10.333 consagrados,
que co n stitu ye n 56 Inspectorías,
esparcidas en 25 países, con un to ­
tal de 1.158 o bras o presencias
apostólicas al servicio de la juven­
tud pobre y del pueblo sencillo, tan­
to en tierras propiam ente misione­
ras com o en ciudades y suburbios,
con las pequeñas etnias y con le­
prosos, con actividades de prom o­
ción y desarrollo {escuelas técnicas
y agrícolas, por ejemplo) y de evangelización: en niveles prim arios y
universitarios.
Todos estos hijos de Don Bosco se
constituyen en centros de anim a­
ción pastoral, directamente por me­
dio de m últiples iniciativas, e indi­
rectam ente infundiendo su m ism o
espíritu en otros Grupos. Ellos han

m

%

asumido la responsabilidad de unas
330 parroquias, sin contar santua­
rios e iglesias públicas y numerosas
estaciones o iglesias filiales, sobre
to d o en zonas m isioneras. Todas
ellas han hecho opción preferencial
por la juventud y el pueblo, por las
clases humildes, por la formación y
el com prom iso de los seglares en
todos los aspectos de su vida civil y
política, familiar y religiosa.

Un conjunto
d e Grupos apostólicos
Del carisma de Don Sosco han ido
brotando diversos grupos cuya fina­
lidad principal se centra en la exten­
sión del Reino de Dios. Se ha dicho
de Don Sosco que su figura es "m \versal": lo cual significa que su espí­
ritu se adapta bien a las diferentes
culturas, porque busca a las gentes
necesitadas y se apoya en la cerca­
nía y en la bondad. Todo ese co n ­
junto de G rupos constituye la "Fa­
milia Salesiana".
De los más de cinco mil millones de
habitantes de la tierra en 1992. se­
tecientos viven en América: para la
continua evangelización de ellos, la

Caracas: Oamas
Salesianas, fundadas
por el salesíano leonés
don Miguel González.

Iglesia cuenta con una buena orga­
nización y con la fuerza de las dió­
cesis, de muchas Congregaciones
religiosas y de laicos com prom eti­
dos. Pues bien, dentro de este con­
tingente inmenso de constructores
de la iglesia, la "Familia Salesiana"
aporta también su granito de arena.
Entre los elementos de laicado es­
tán los Cooperadores Salesianos,
fu n d a d o s p o r el m ism o san Juan
Bosco, y se encuentran en todo los
países americanos com o brazo de­
recho de los párrocos, en número
su p e rio r a los diez mil. Ellos p ro ­
mueven también obras educativas y
asistenciales en favor de la juventud
necesitada.
Los A ntiguos A lum nos y Antiguas
Alumnas son incontables: represen­
tan el fruto de la educación salesia­
na. Los hay deportistas y animado­
res de grupos juveniles, profesores
y educadores, obreros cualificados
y empresarios, médicos y arquitec­
tos. juristas y políticos. Patricio Aylwin, Presidente de Chile, es antiguo
alumno salesiano.
La Asociación de María Auxiliadora,
también fundada por san Juan Bos-

co para difundir entre el pueblo la
devoción a María Auxiliadora, como
fuente de vida cristiana, llegó con
los primeros Salesianos y se ha ido
extendiendo con gran fuerza en to ­
dos los países a m e rica n o s"; sus
asociados defienden la fe, sirven a
los pobres, visitan enfermos, cuidan
vocaciones.
Las Damas Salesianas, seglares no
consagrad as, en su m ayor parte
casadas, han nacido en Venezuela
(1969); su finalidad es atender a los
más n e ce sita d o s p o r m e d io de
obras asistenciales de cultura, sani­
dad. p ro m o ció n de la m ujer; con
médicos y abogados para solucio­
nar problemas; con escuelas y so­
portes de evangelización en urbes y
tierras de misiones. Con gran rapi­
dez se han ido extendiendo por la
mayor parte de los países latinoa­
mericanos.
Un Instituto secular: las Voluntarias
de Don S o sco , de origen italiano
'1917), son consagradas, en plena
ida civil, levadura en la masa; son
va 349 en el continente, desde Ca­
nadá hasta el Cono Sur.
Dos C o n g re g a cio n e s fem eninas

Brasilia: El santuario
a San Juan Bosco
erigido en la capitai
brasileña.

merecen ser citadas aquí: las Hijas
de los Sagrados Corazones, funda­
das en el leprosario de A gua de
Dios (Colombia, 1905) y hoy ya en
varios continentes; y las Hijas del
D ivino S alvador, en El Salvador
(1956), dedicad as a la educación
de la juventud pobre y a la colabo­
ración con las Iglesias locales y en
las misiones.
Los G rupos siguen en expansión:
las Hermanas de Jesús Adolescen­
te las Hermanas Josefinas, las M i­
sioneras del Buen Jesús y tas Misio­
neras d e la Paz, en Brasil; la Pía
Unión María Mazzarello, en Argenti­
na; las Misioneras Parroquiales de
María Auxiliadora, en la República
Dominicana; y con las buenas indí­
genas d e C archá (Guatem ala), la
Pequeña Com unidad de las Herma­
nas de la Resurrección.
Y, com o de otras tierras llegó el es­
píritu de Don Bosco a América, to ­
dos estos grupos sienten su voca­
ción universal y van saliendo a otros
continentes, com o Asia y Africa, pa­
ra seguir sirviendo a los hijos de
Dios dispersos por todo el mundo.
José Antonio RICO

y \ PK@!§@Go©aí\

AlFik

A

todo el pueblo latínoam erícano, y es­

pecialm ente a su ju ­
ventud, le gustan las celebra­
ciones: ce le b ra r a c o n te c i­
m ientos, c e le b ra r triunfos,
celebrar la vida y. por su su­
puesto, celebrar la presencia
del Señor.
La religiosidad popular está
com p u e sta , sobre to d o , de

c e le b ra cio n e s. En n u m e ro ­
sos lugares se han ido incor­
p o ra n d o a las devocion es
populares algunas típicamen­
te salesianas. Podríam os
m e n cio n a r m uchas: com o
ejemplo recordemos la devo­
ción a Don Sosco en Cuba y
en Panam á, d o n d e to d o el
pueblo celebra solemnemen­
te su fiesta, y no dejan, cada
m artes, de ir a besar la reli­

quia del santo. Don Sosco es
ciudadano americano y Am é­
rica es muy de Don Sosco.
¡C uántas ce le b ra cio n e s de
cien años de presencia salesiana se han efectuado ya en
distintas naciones! Los actos
realizados no han sido otra
cosa, sino la celebración del
aniversario del com ienzo de
una obra de catequesis entre

ios muchachos. Se comenzó
en 1975 celebrando los cien
anos de presencia en Argen­
tina; luego se ce le b ró en
1976 en Uruguay, en el 83 en
Brasil, en el 87 en Chile, en el
88 en Ecuador, en el 90 en
Colombia, en el 91 en Perú y,
ahora en el 92, en M éxico.
Luego ve ndrán Venezuela.
Bolivia, Paraguay, Antillas... y
así to d a s las dem ás n a cio ­
nes.
¡Cuántos santuarios, lugares
permanentes de celebracio­
nes hay entre nosotros, c o ­
mo el g ra n d io s o te m p lo de
San Juan Bosco en Brasilia y
el popular tem plo a Don Bos­
co en Panam á, adem ás de
cientos de iglesias y capillas
construidas por los Salesianos en todas las naciones del
continente, donde miles y mi­
les de personas, en su mayo­
ría jóvenes, celebran la pre­
sencia del Señor cada día y
hacen fiesta cada domingo!

Siempre se han dado en ­
cuentros multitudinarios de
jóvenes en que se han cele­
brado la vida, la fe, el espíritu
salesiano. Estos encuentros
han tom ado form a de convi­
vencias, m archas, c a m p a ­
m entos. C abe d e s ta c a r de
manera muy significativa, las
celebraciones de la Pascua
Juvenil. Desde los años se­
tenta ha sido una experiencia
juvenil extraordinaria. Multitu­
des de jóvenes, en Semana
Santa, se reúnen para cele­
brar la llamada Pascua Juve­
nil. En un porcentaje muy ele­
vado han sido los Salesianos
'os inspiradores de esta bella
experiencia en las distin ta s
glesias de las naciones ame­
ricanas. Se tra ta de vivir el
misterio central de los cristia­
nos con un estilo juvenil que
cautiva a millares de m ucha­
chos. Así se ha convertido en

El Rector Mayor se dirige a los jóvenes mexicanos en un estadio.

Los jóvenes mexicanos celebran con el Rector Mayor el Centenario
de San Juan Bosco.

Campo Grande (Brasil):
Celebración juvenil del Corpus.

ía celebración juvenil religiosa
más fuerte de muchas nacio­
nes. Es la meta de un camino
de fe, seguido durante el año
por numerosos grupos juve­
niles que inspirados en la te ­
mática de la construcción de
la civilización del amor, se en­
cuentran con el Señor de la
historia, con el Cristo resuci­
ta d o . Esta ce le b ra ció n es
también el m omento propicio
del n a cim ie n to de nuevos
gru p o s que. atraídos por el
entusiasm o de sus c o m p a ­
ñeros y por el impacto del en­
cuentro con Jesucristo, quie­
ren iniciar un nuevo cam ino
en sus vidas.

Son m uchos los te m a s
asum idos en estas celebra­
ciones y que luego se c o n ­
vierten en “s lo g a n ” p e rm a ­
nente en las actividades juve­
niles: “ C ris to nuestra p a z “ ,
"C risto y nosotros, profetas
de hoy", “Sí a la civilización
del Am or", ‘ Jesucristo, ayer,
hoy y siempre.
Este tip o de celebración se
ha ido e xte n die ndo luego a
otros m omentos del año. co­

m o para prolongar este e n ­
cuentro con el Señor. Así se
celebra también cada año la
Navidad juvenil y Pentecos­
tés juvenil. Es una form a de
mantener las actividades de
los jóvenes en esta d im e n ­
sión celebrativa.
Hay, también, entre nosotros
una co stu m b re de celebrar
juvenilm ente algunos de los
sacramentos, sobre todo, el
de la C onfirm ación, com o
opción de madurez en la fe y
la Eucaristía com o expresión
semanal de una iglesia joven
que celebra su fe.

Son muchos los encuen­
tros realizados cada año
p ro m o vid o s p o r nuestras
a so ciacion es: M ovim iento
Juvenil Salesiano, Amigos de
D om ingo Savio, A sociación
de Monaguillos, entre otros.
El 88 se co nvirtió en todas
nuestras naciones en una per­
manente celebración del ca­
m ino de fe que estam os v i­
viendo impulsados por el carisma salesiano, al cumplirse
los 100 años de la muerte de
Don Sosco: cantatas, festiva-

Los chicos de la -Cidade Don Sosco»
de Conjmbá, celebran con un desfile
la fiesta salesiana.

les juveniles, actividades de­
portivas, actos culturales, ce­
lebraciones eucarísticas... y
todo ello con las característi­
cas de nuestro sincretism o
cultural. ¡Cómo se siente entre
nosotros el sonido de la kena,
el ritm o de la ta m b o ra y las
maracas, el acompañamiento
en órganos y guitarras!
Cochabamba (Solivia) ha sido
el lugar del prim er congreso
latinoam erica no de jóvenes
organizado por el CELAM. El
tem a tratado: "Jóvenes con
C risto , co n stru y a m o s una
nueva América Latina". Parti­
ciparon jóvenes de todos los
países, representando a to ­
das las diócesis. El colegio
Don Sosco de dicha ciudad
fue la sede donde se celebró
este im p o rta n te a c o n te c i­
miento de la juventud latinoa­
mericana. En el polideportivo
del colegio, lugar de los plenarios, el cuadro a colores de
Don Sosco presidía cada en­
cuentro, y su m irada de pa­
dre y maestro de la juventud
se dirigía a cada uno de los
p a rticip a n te s. La presencia
de la familia salesiana, tanto a

nivel de responsables com o
de congresistas reflejaba la
fuerza del carisma salesiano
en el continente.
1992: Q uinto Centenario de
la evangelización de América.
El m undo salesiano latinoa­
mericano celebra este acon­
tecim iento, pues el carism a
de Don Sosco nace con una
acción evangelizadora: una
cate q u e sis. Entre nuestros
niños, hoy, se sigue viviendo
este com prom iso expresado
en tres niveles progresivos.
Primero: acércate al Evange­
lio; lee el Evangelio. Segun­
do: interioriza el Evangelio;
conviértete al Evangelio. Ter­
cero: proclam a el Evangelio;
sé catequista.

M iles de jóvenes siguen
cantando con entusiasmo a
Don Sosco: "Te hemos espe­
rado tanto, te hemos espera­
do ta n to , y p o r fin ya estás
aquí. Ahora estás entre noso­
tros, no te dejaremos ir".
Juan LINARES
Inspector Provincial
de Las Antillas

PRESENCIA SALESIANA
EN LA MARGINACION
L

OS jóvenes abandonados, material y espiritualmente, fueron la obse­
sión de Don Bosco y los genuinos destinatarios de sus desvelos. Y la mo­
tivación más profunda del fundador de la Familia Salesiana.

Los chicos y jóvenes sin trabajo y sin hogar de los arrabales de Turín, los emi­
grantes de los barrios bajos de Buenos Aires, los indígenas más lejanos de la Tie­
rra del Fuego, de los Andes o del corazón del Amazonas fueron sus destinatarios
favoritos.
Recomendaba a sus misioneros la atención a los niños más abandonados, los
ancianos, los enfermos, los indígenas, los emigrantes...
Como ya fue expuesto anteriormente, la presencia salesiana en América fue mo­
tivada y casi exigida por muchos obispos y autoridades locales, por la experien­
cia de la Congregación en el sector profesional y agrícola y su fuerza evangelizadora en beneficio de los más desfavorecidos.
Chicos de la calle
en un barrio
de San Salvador.

La necesidad de escuelas profesionales y agrícolas, de Oratorios o Centros Ju­
veniles, de la presencia de la Iglesia en los territorios indígenas, reclamaban de
modo particular la presencia salesiana.

Con el correr de los años, las urgentísimas necesidades pastorales de los
obispos y las precarias condiciones de la educación cristiana en general, absor­
bieron una gran parte del esfuerzo evangelizadory catequético de los Salesianos
y de las Hijas de Mana Auxiliadora.
Pero a pesar de eso, nunca fueron postergados los más necesitados, en las Mi­
siones, en los ambientes rurales o en la periferia de los conglomerados urbanos,
Hasta en los centros educativos y parroquiales que se desarrollaron en algunos
sectores de mayor poder adquisitivo, se facilitó de mil modos la presencia signi­
ficativa de nuestros destinatarios preferenciales.
Y, sobre todo, sus mejores instalaciones dieron origen a no pocos Oratorios y
Centros Juveniles dedicados a los jóvenes, chicos y chicas de los ambientes
más deprimidos.

En estos últimos años, debido al fenómeno de la explosión demográfica y a
las precarias condiciones sociales, políticas y económicas de todo el continente
americano, ha aparecido el doloroso drama de la masiva marginación juvenil. Mi­
llares de niños y niñas, de jovencitas y jovencitos, vagabundean o malviven en las
calles y plazas de las ciudades más problemáticas.
Sensibles a este escandaloso desequilibrio social y humano, los Salesianos y las
Hijas de Mana Auxiliadora han intensificado en todos estos países su ya tradicio­
nal labor entre los más desfavorecidos y marginados.
Pero como no es suficiente mitigar o resolver este gigantesco problema, con los
medios educativos normales ni estos destinatarios tan especiales pueden inte­
grarse en el sistema escolar vigente, han ido surgiendo modelos alternativos au­
daces.
En colaboración con los obispos, el clero diocesano y muchísimos otros religio­
sos, religiosas y seglares se está promoviendo intensamente la Pastoral del Me­
nor, con una presencia significativa salesiana. Se lucha incansablemente, con la
participación actuante de los propios menores, para organizar a niveles naciona­
les, regionales y locales Departamentos juridicos y educativos alternativos en de­
fensa del menor y a su alcance.

En el Brasil, por ejemplo, conmovió a la opinión pública la Marcha sobre Bra­
silia de los propios menores con sus monitores y educadores de la calle, para
exigir del Congreso el reconocimiento efectivo de los Derechos deí Niño, proclanados en la Convención de la ONU.

Promoción escolar
de los chicos de la calle.

"Derecho a ia vida, a la igualdad, a la salud, a la educación y a la instrucción, al
completo desarrollo armónico, a la religión, a la seguridad, a la asistencia, al jue­
go y al deporte..."
Vagos sueños, infelizmente, para millones de ellos, que apenas ambicionan so­
brevivir en las desiguales y violentas luchas de cada día.
Pero, si es importantísimo el esftjerzo conjunto para modificar las estructuras po­
líticas y sociales en favor del menor, las estructuras políticas y sociales, no son
menos urgentes los proyectos que están surgiendo también aceleradamente en
casi toda América.
Existen actualmente en Brasil, Argentina. México y Centroamérica centros salesianos con estas características específicas de apoyar eficazmente a los llama­
dos chicos de la calle.
Agunos son mixtos, atendiendo también a las chicas y jóvenes. Pero, semejan­
temente, las Hijas de María Auxiliadora tienen otras tantas obras similares, para
la prevención y asistencia a las menores marginadas o de la periferia.

Así identifica D. Martín Rodríguez a los que consigue auxiliar en su "Centro
Don Bosco Roga" de Asunción (Paraguay): "Son niños y muchachos que, en su
mayoría, han huido de sus hogares y duermen en la calles:
- Por la extrema pobreza en que viven en sus familias,
- Por los malos tratos que reciben de tos nuevos compañeros de sus madres,
abandonadas por sus maridos,
- Por el alcoholismo de sus padres y consiguiente ambiente de violencia y mi­
seria.
- Por la falta de una vida normal, ya que se alojan en tugurios de chapas o car­
tones, lo único que consiguen cuando vienen del campo a la ciudad.
- Por ia absoluta necesidad de ganar algún dinero en la calle, para sobrevivir:
limpian zapatos, parabrisas, coches; venden periódicos, frutas, helados, refres­
cos. baratijas: roban...se prostituyen..."
El P. Pepe, salesiano
de Sisante,
con sus chavales
salvadoreños.

La meta final de los nuevos centros para los "chicos de la calle" es
ayudarlos a reinsertarse en la sociedad que los marginó. Para que lleguen a ser
artífices de la transformación de sus familias, de sus barrios, de sus países; para

'i
Iv >

El P. Saksida,
de Corumbá, toma la
misma comida de sus
muchachos de la Cídade
Don Bosco.

que consigan ser "buenos cristianos y honestos ciudadanos". Así lo ve el P. Mar­
tín, expresando, creemos, el común sentir de nuestras Congregaciones.
"Hay que ofrecerles un ambiente auténticamente hogareño, trabajo remunerado,
enseñanza profesional práctica, posibilidad de completar sus estudios". (Don
Bosco Roga ■Asunción).
"Formación, acompañamiento, asistencia sindical y jurídica, ambiente recreativo,
apoyo a sus familias, empleo". (Centro Salesiano del Menor - CESAM" - Belo
Horizonte).
Cooperativas de artesanías pequeñas pero productivas industrias, comercializa­
ción, beneficios". (Cooperativas del Menor - COMEN - Humaita).
Restaurantes populares a su alcance, asistencia jurídica, asistencia en el lugar de
trabajo, calles, plazas y mercados, amistad, lugares de recreo, formación sindi­
cal y política" (República del Pequeño Vendedor - Bdem Do Para).
"Cooperativas de producción y comercialización, evitando la explotación y au­
mentando los beneficios, transporte, restaurantes a su alcance, cursos técnicos
prácticos y breves, amplio local para el recreo y el deporte, excursiones, campa­
mentos". (Pro-Menor Don Bosco-Manaus).
"Cama, instalaciones higiénicas, formación humana y profesional, alimentación,
ropa, ambiente hogareño, seguridad, tratamiento médico, libertad" (BosconiaBogotá).
‘ Casa acogedora abierta las 24 horas del día, lugar de encuentro, descanso,
orientación, recuperación y esperanza" (Casa Don Bosco-Belo Horizonte).

Basta mencionar las actividades tan meritorias de algunos de estos cen­
tros, para comprobar que ya se está acumulando una positiva experiencia en la
atención a bs menores marginados. Y que el esfuerzo que se está haciendo es
muy grande y sacrificado. Y que el bien conseguido hasta hoy, entre dolorosos
fracasos, es también estimulante y consolador.
Pero, por desgracia, lo que se hace en este dramático y urgentísimo desafío es
como una g o ^ de esperanza en el inmenso mar de la injusticia que se está co­
metiendo contra los menores.
Es un mundo ilimitado, desafiante, urgente, doloroso y estimulante para toda la
Iglesia. Especialmente para el conjunto de la Familia S^esiana fiel al espíritu de
Don Bosco.
Juan AJVIORETTI

PRESENCIA
SAL ESIANA
EN EL M U N D O

DEL DOLOR
OMO todos sabemos,
el Señor utilizó la m a­
yor parte de su vida
pública para enseñar y curar.
La curación extraordinaria y
repentina, signo m esiánico,
confirmaba la fuerza de la pa­
labra divina, de su testimonio
y de su Corazón. Ciegos, sor­
dos, mudos, leprosos, paralí­
ticos... experimentaron como
nadie el poder y la bondad del
Señor en el camino de la sal­
vación.

C
M

r ‘

j

B P. Variara fundó con los leprosos
de "Agua de Dios>. en Colombia. ur\a banda de música.

La Iglesia también lo entendió
así y lo asum ió plenam ente
desde sus inicios. El servicio a
los herm anos y herm anas
más débiles y marginados, el
compartir e iluminar el mundo
del dolor, absorbió una buena
parte de su acción e hizo sur­
gir un número respetable de
com unidades religiosas con
este carisma, tan amado por
Dios y por su pueblo.
Don Bosco no fue llamado d i­
rectam ente para esta tarea,
aunque tuvo que ser el primer
enferm ero de sus chicos en
muchas ocasiones; y en sus

Constituciones anim ó a sus
seguidores a ser buenos samaritanos d entro y fuera de
casa.

Juareté (Brasil):
Poblado y Dispensario médico.

Pero sus misioneros y misio­
neras y sus nuevas com uni­
dades, fundadas en tierras le­
janas, en los barrios bajos o
sitios casi inaccesibles, adon­
de la sanidad oficial no llega­
ba, ampliaron necesariamen­
te la misión salesiana en este
campo.
Y es precisam ente en tierras
americanas donde la dedica­
ción a los enfermos ha creci­
do de manera notable, y está
prestando hasta hoy un servi­
cio inestimable a las com uni­
dades más necesitadas.
En un e stu d io m o n o g rá fico
elaborado para el centenario
de las Misiones salesianas, se
citaban ya entonces más de
cien centros de salud, entre
ambulatorios, dispensarios y
hospitales instalados por los
Salesianos y las Hijas de Ma­
ría A uxiliadora, en su gran
mayoría s itu a d o s en este
continente.
Dignas de la m ayor ad m ira ­
ción y gratitud en este sector
son las Hijas de María Auxilia­
dora que, com o los misione­
ros itinerantes, por los cam i­
nos polvorientos o fangosos
de las llanuras, valles o m on­
tañas, o en las aguas no
siem pre serenas de los ríos
de las florestas, han sido du­
rante años la única presencia
de la medicina y la farmacia,
con sus antibióticos, sulfamidas, analgésicos o vitaminas.
Que tenían, y co n tin ú a n te ­
niendo ta m b ié n hoy, con
otros p ro d u c to s y ca ch ib a ches, un rinconcito privilegia­
do bien cerca del Evangelio o
del libro de oraciones, en su
bolsas y m aletines o en los
otiquines de sus misiones y
entros sociales.

M ord e d u ra s de serpientes,
picaduras de insectos, heri­
das de lanzas, machetes o ar­
mas de fuego, enfermedades
de la piel, nacim ientos co m ­
plicados, fiebres, malaria, in­
fecciones, accidentes, ane­
mias, secuelas del hambre o
de las precarias condiciones
higiénicas... un cam po cierta­
mente ilimitado.

La sierva be Dios Sor María Troncatti
hace de dentista.

Verdaderamente sería dema­
siado injusto olvidar en esta
fecha conm em orativa, a los
no pocos hermanos y herma­
nas que han consum ido sus
vidas, o continúan ofrecién­
dola, para que otros la man­
tengan, venciendo a la enfer­
medad o a la muerte, en más
de un siglo de donación silen­
ciosa y vital.

' La Familia Salesiana eviden­
cia toda esta legión de Her­
manas, Hermanos y colabo­
radores anónimos, en la g e ­
nerosidad y visión de un D.
Luis Variara, que consumió su
vida en Agua de Dios (Colom­
bia) trabajando entre los hansenianos y sus familias. O en
Sor María Troncatti HMA, que
durante más de cuarenta
años ejerció la misión de sal­
var vidas en las selvas de
Shuar (Ecuador), c o m o "la

hechicera" m ás p oderosa
que todos los otros hechice­
ros, en el sencillo y cariñoso
testimonio de los propios indí­
genas.
Pero, igualmente, podrían ser
c ita d o s m uchísim os o tro s
agentes o prom otores de la
salud popular en los rincones
más intrincados de las selvas
del Amazonas o del Orinoco,
de la Tierra del Fuego o del
M ato G rosso, del Río de la
Plata o del Totontpepec m e­

xicano, de los centros misio­
neros o de los barrios más
humildes de las grandes ciu­
dades.
Los m isioneros continúan
contribuyendo, personal y co­
m unitariamente, en hospita­
les, ambulatorios y dispensa­
rios, propios o ajenos, al bie­
nestar de una infinidad de los
m ás queridos destinata rio s
de la Familia Salesiana.
Juan AMORETTl

M I G U E L U N IA ,

APOSTOL DE LOS LEPROSOS
n

la pequeña ciudad de Agua de Dios (Colom­

E bia), hay una estatua de mármol de Miguel Unía,
apóstol de aquel lazareto. Allí llegó él, por vez pri­

mera el año 1893, a sus cuarenta y tres años. Iba
conducido por el amor: un amor de locura. Entró en
el lazareto, con olor a ácido fénico y carne putre­
facta; se acercó a la primera cama y, de rodillas,
ante un tronco humano hecho una llaga purulenta
colocó sus mejillas sobre el rostro carcomido del
leproso y le besó...
La noticia corrió en alas del viento: ¡otro padre Da­
mián! Y, pese al "No tocarlos" de todo el mundo, Mi­
guel Unia se sentía feliz: "Tenía que hacerlo". Y lo
hizo.

'f :'- ' v , .

•I'•

"/

Era una vocación tardía de Don Bosco: 27 años te­
nía cuando se presentó al santo quien le descubrió
toda su vida... Hasta le recordó cómo a los once
años había metido en la boca de un compañero,
que dormía en la iglesia con la boca abierta, una
almendra muy gorda que, por poco, le ahoga... Fue
a Colombia con la primera expedición salesiana a
esta nación. Después de muchos trabajos, logró
que le dejasen Ir a la leprosería. Y con sus traba­
jos, su sacrificio, su amor, convirtió la ciudad del
dolor en una ciudad hermosa con acueducto para
el agua potable, con trabajo, música y felicidad pa­
ra aquel hormiguero de enfermos recluidos por la
sociedad.
Prodigó con ellos toda suerte de manifestaciones
afectivas, con las que ganó su delicada sensibili­
dad. Sembró confianza y esperanza en su corazón.
Construyó un hospital amplio y moderno y embelle­
ció su iglesia. Pero, muy pronto, cayó enfermo de
hidropesía y tuvo que resignarse a dejar la tierra
que amaba y volar al Cielo el 9 de diciembre de
1895 con la pena de "no haber merecido el premio
de morir en Agua de Dios".

DE LA

Nadie duda hoy día que Don
Sosco ha sido el creador ge­
nial de una auténtica escuela
de santidad. En tom o a él g i­
ran estrellas refulgentes como
María Mazzarello, D o-m ingo
Savio, Felipe Rinaldi, Miguel
Rúa, etc. Esta escuela tuvo
su sucursal fecunda en Améca, donde los Salesianos y
Salesianas sem bra'on semilla
de santidad y recogieron fru:os abundantes. He aquí al­
gunos modelos.

¿Será un indio araucano
el prim er santo
argentino?
Su nom bre es C eferino Nam uncurá, hijo del in d ó m ito
guerrero jefe de los indios de
la Patagonia.
-"T ú eres la última esperanza
de nuestra tribu. Sé fiel a tu
raza", oía d e c ir c o n s ta n te ­
mente a su padre y a los an­
cianos.

No estaban hechos para él
los pupitres de una escuela ni
el orden ni la disciplina. Que­
ría libertad, la libertad de los
caballos de la inmensa Pam­
pa. Un día le cambiaron de si­
tio en clase. "Mire", replicó a
su profesor," desde este sitio
no puedo ver la lámpara del
sagrario y m e va a ser más
duro aguantar sentado".
Su p ro fe so r p re d ile cto fue
don Milanesto. “¿No podré yo

ser com o este sacerdote que
tanto ama a mi tribu”? Y en la
m ente del joven araucano
b ro tó un nuevo ideal; " Ser
sacerdote entre los de su tri­
bu".
Cayó enferm o con una tos
persistente que le d estrozó
los pulmones. La serenidad,
la obediencia, la alegría en el
dolor, la piedad eucarística y
la devoción a la Virgen marca­
ron su vida en Viedma. Tenía
diecisiete años.
Don Cagliero se lo llevó a Ita­
lia para ver si curaba con el
cam b io de aires. Fue inútil.
Sólo tuvo tiem po para m os­
trar su grandeza hum ana y
espiritual. M urió en Roma,
Donde había intentado reali­
zar el sueño de su vida: ser
sacerdote entre los de su ra­

za. Sus restos fueron llevados
a Fortín Mercedes (Argentina),
donde son objeto de continua
veneración.

crificio y de mortificación por
mi m adre", dijo a m onseñor
C agliero cuando sólo tenía
diez años.

También en territorio argenti­
no maduró otra flor de santi­
dad.

Ella misma encontró dificulta­
des para conservar la virtud
de la pureza. Cayó enferma
de gravedad y su madre la lle­
vó a casa de una amiga. Allá
fue Manuel Mora para llevarse
a la m adre a la fuerza. Esta
rehusó. Laura oyó la d is c u ­
sión

Se trata de Laura Vicuña
Era Laura una m uchacha de
trece años, chilena de naci­
m iento, nacida en 1891 y
muerta en 1904.
M uerto el padre, Laura fue
confiada al cuidado de las salesianas de Junín de los An­
des. Su madre buscó trabajo
en casa del estanciero M a­
nuel Mora, Pero la vida de la
madre no era buena, y Laura
lo sabía. "Q uiero o fre ce r a
Dios una vida de amor, de sa­

-" M i oración ha sido e s c u ­
chada. Mi madre no volverá a
la estancia".
Laura Vicuña, m ártir por
amor, resistió tenazm ente a
las presiones, Los procesos
hablan de "resistencia heroi­
ca".
- “Me muero, dijo a su madre.

La tumba del siervo de Dios P. Komorec se convierte todos los dias en una montaña de flores.

He pedido a Jesús morir por
tu bien y salvación. Dame es­
ta alegría, m adre, a d e cirte
adiós". Y esta alegría la tuvo
ella y sus educadoras. Laura
Vicuña fue beatificada por el
Papa Juan P ablo II en s e p ­
tiembre de 1990.

Virgen y de ca ridad vivida
hasta el heroísmo en la selva
ecuatorian a tra b a ja n d o por
los indios Shuars.

Artemides Zatti,
coadjutor salesiano

Al mes siguiente murió en un
accidente de avioneta.

C onoció a los salesianos en
Bahía Blanca en 1897. Enfer­
mo en el hospital de Viedma,
le dijo el salesiano enfermero:

Otros Siervos de Dios

-"M ira, Zatti, y am os ante el
altar de María Auxiliadora. Si
tu le prom etes consagrar tu
vida a los enferm os, yo te
aseguro que ella te devolverá
la salud. Piénsalo bien y decí­
dete".
A rtém ides sanó y decidió:
"Seré salesiano coadjutor".
Y A rtém ides fue enferm ero,
fa rm acé u tico y d ire c to r del
hospital de Viedma. Hizo suya
la frase de San V ice n te de
Paul. "Nada hay más grande
ni más herm oso que un p o ­
bre, cuando en él se ve al Se­
ñor". Zatti así lo veía. Por eso
solía decir con gracia: "Hermanita, ¿tiene una repita para
Nuestro Señor? ¿Hay alguna
cam a para N uestro Señor?
Todos les llamaban el parien­
te de los pobre s. M urió en
marzo de 1951. Su sepultura
es centro de atracción de to ­
dos los pobres.

Sor María Troncatti
Es conocida com o la "madre
de los últimos y médica de los
pobres, un ángel de la selva".
Su vida y su santidad están
le c h a s de fe, de a m o r a la

Sufrió m ucho cuando estalló
la violencia entre los blancos y
los indios. Se ofreció a Dios
por la paz. "Si hace falta una
víctima, heme aquí. Señor".

Las siervas de Dios
sor María Romero
y sor María Troncatti,
que consagraron su vida
a ios más pobres.

Víctim a de expiación, m ártir
del sufrimiento y de la incom­
prensión, el Padre Luis Varia­
ra, fundador de las Hermanas
de los Sagrados Corazones,
dedicadas al servicio de los
leprosos.
Camino de los altares va tam ­
bién el primer sacerdote sale­
siano del Perú, Monseñor Oc­
tavio Ortiz Anieta, dedicado al
trabajo entre los campesinos
de su diócesis.
El P. Kom órekes conocido en
Brasil com o "el párroco de los
pobres". Su tum ba se cubre
todos los días de una m onta­
ña de flores. Polaco de naci­
m iento. se hizo brasileño, y
salesiano.
T am bién en Brasil re c o rd a ­
m os a Mons. Antonio de Aim eida Lustosa, obispo sale­
siano, fundador de la congre­
gación de las Josefinas, dedi­
cad a s a la p astoral en las
diócesis.
Y, en C osta Rica, la nicara­
güense S or María Romero, la
limosnera de los pobres, que
creó en San José el popular
Centro Social.
Angel IZQUIERDO

r J

el catálogo de los obispos salesianos y cuento 86, de los que 5
son Cardenales de la Santa Madre
Iglesia. Pero de ellos hay 66 en América.
¡Sesentaiséis guías de la Iglesia america­
na en estos años de intensos cambios so­
ciales!

A

bro

Y acuden nombres que han hecho céle­
bres ios medios de comunicación por las
situaciones difíciles de sus pueblos
Aquí señalamos a algunos de ellos com o
verdaderos testigos de fe y de esperan­
za:

El Cardenal Obando con el Papa Juan Pablo II.

El Cardenal Silva con Pablo VI.

M onseñor M iguel Obando Bravo
Cardenal Arzobispo de Managua, la capi­
tal de Nicaragua. Recoge la púrpura car­
denalicia en 1985. Obando es la gran figu­
ra del pueblo nicaragüense. Ha luchado
por la libertad de su pueblo en todo m o­
mento. Primero contra la dictadura somocista, y luego contra la sandinista. Hombre
de gran talla evangélica, ha estado siem­
pre al servicio de su pueblo, destacando
su presencia pacificadora de pastor de to ­
dos, principalmente en m om entos duros
com o los del terrem oto de M anagua en
1972. Sus homilías dominicales son escu­
chadas con avidez por unos y por otros.
Intrépido en su fe y en su misión pastoral,
ha mostrado gran valentía ante las amena­
zas recibidas. Ha sido honrado por el mis­
m o Papa Juan Pablo en su visita a Mana­
gua. Y ha recibido premios y honoriflcencias por su labor pastoral y social. Hoy es

uno de los grandes testigos del Evangelio
en América.

M onseñor A rturo R ivera Dam as
Arzobispo de San Salvador. Su figura ha
crecido com o sucesor de! O bispo Oscar
Romero. También los medios de comuni­
cación han difundido su pape! de pacifica­
dor en la guerra salvadoreña entre el po­
der oficial y la guerrilla. Su palabra incan­
sable anuncia la paz y denuncia la injusti­
cia. Su persona es señal de conciliación y
de amor, sobre todo, en favor de los que
sufren. Y son m uchas las personas que
han experimentado la violencia en ese pa­
ís atorm entado por una guerra fratricida.
Obispo desde 1960, ha vivido los peores
años del huracán conflictivo de! pueblo
salvadoreño.

Mons. Arturo Rivera,
el Obispo conciliador.

P adre Rodolfo Lunkenbein

y
Cardenal Castillo, renovador
del Código de Derecho Canónico.

Dio su vida por los indígenas de Meruri
{Mato Grosso - Brasil), defendió hasta la
muerte los derechos de los pobres a tener
sus tierras. Injustamente agredido fue eli­
minado por unos asesinos usurpadores
de las propiedades de los indígenas. Ro­
dolfo Lunkenbein, misionero salesiano en
la Inspectoría de Cam po Grande, nacido
en Alemania, se suma a la larga lista de los
sacerdotes martirizados en la lucha por la
justicia.

C ardenal Raúl Silva Henrfquez
Ha sido Arzobispo de Santiago de Chile.
Muy significativo por su labor social y su
lucha por la democracia del pueblo chile­
no. Ha recibido m uchos prem ios por su
acción evangélica y social. En España ha
recibido el Premio Principe de Asturias en­
tre las personalidades extranjeras que han
luchado por la paz.

Mons. Kébreau,
'elegado d ^ CELAM para la Juventud americarta.

Podriamos llenar las páginas de la revista
de nombres de obispos y Salesianos que
han entregado su vida a Dios y a los her­
manos. Basten estos nombres que son un
símbolo y una realidad.

S A L E S IA N O S
FUNDADORES
En 1988, cente n a rio de la
m uerte de san Juan Sosco,
tuve la suerte de hacer un via­
je a la Inspectoría de Centroamórica. Allí com probé la p u ­
janza del espíritu salesiano
que crece y se desarrolla con
fuerza entre las trem endas
convulsiones de los pueblos
del istmo centroamericano en
las últimas décadas.
Además de Salesianos y Salesianas, con todas las ramas
de los distintos grupos de la
Familia, visité en sus Casas
de origen tres fundaciones de
nuevas congregaciones reli­
giosas, y hablé con sus fun­
dadores. Fueron m om entos
inolvidables, y una de las ex­
periencias más hermosas de
mi visita a esos países. Seña­
lo aquí y ahora mi experien­

cia, que ya he com u n ica d o
en las páginas de nuestra re­
vista.

Hijas dei Divino Salvador
Saludé a monseñor Aparicio.
C om o un viejo patriarca me
recibió en su silla de ruedas
en la Casa General de las Hi­
jas del Divino Salvador. El
obispo salesiano es el funda­
dor de una congregación na­
cida para cubrir las necesida­
des del país centroam erica­
no. "En mi diócesis de Santo
Domingo me di cuenta de la
enorme cantidad de jóvenes
que estudiaban M agisterio.
Pero, sin formación religiosa,
¿qué educación Cristina iban
a impartir a los niños? La ig­

norancia religiosa se me pre­
sentaba com o un horizonte
muy cerrado.”
Monseñor encomendó su in­
quietud al Espíritu y se lanzó a
fundar la Congregación. Hoy
son unas 200 hermanas con
un buen p o stu la n ta d o y un
nutrido noviciado. Y trabajan
ya en El Salvador, Guatemala.
Honduras y Venezuela. Y ya
han so licita d o su presencia
o b isp o s de Chile, Uruguay,
Ecuador y Solivia. "La última
fundación, dice orgulloso, nos
la han pedido de Valencia de
España".

H erm anas
de la Resurrección
En San Pedro Carchá conocí
a Jorge Puthenpura, un sale­
siano de la India, que hizo sus
estudios sacerdotales en Bar­
celona y que estrenó su cas­
tellano fresco y dulce en Gua­
temala, donde lleva cerca de
treinta años com o misionero
entre los Ketchíes. A quí ha
fundado la Congregación de
Herm anas de la R esurrec­
ción. Las jóvenes indígenas
son tas mejores catequistas
de sus hermanos, y las mejo­
res enfermeras, y las mejores
acogedoras de jóvenes y an-

danos. Padre Jorge: que esta
semilla crezca y prosp e re y
cumpla su preciosa misión en
esta tierra que cree y espera
en Cristo resucitado.

Los Misioneros de Bosco
También en Guatemala cono­
cí al salesiano A n to n io de
Groot, australiano. Estudiaba
teología en Estados Unidos
cuando tuvo la buena idea de
pasar un verano en Guatema­
la para ayudar a los misione­
ros y practicar el español. Se
enamoró de tal manera de la
misión entre ios ketchíes que,
apenas recibió la ordenación
sacerdotal, se vino a quedar­
se con ellos para siempre.
Al Padre Antonio le dolían los
jóvenes indígenas. Y fu n d ó
para ellos la Ciudad Don Bos­
co en el poblado de Raxaihá.
Empezó con un grupo de 15
jóvenes internos que ya p a ­
san de los d o scie n to s c in ­
cuenta. Y allí nacieron los Mi­
sioneros de Don B osco. Ya
son más de veinte. Hacen sus
votos religiosos y se dedican
a la catcquesis por los pobla­
dos indígenas. Viven el Evan­
gelio y son valientes y genero­
sos.

Centro Misionero de Raxruhá,
en Guatemala, donde han nacido los
Misioneros de Don Bosco.

En la página anterior,
las Hijas del Divino Salvador,
con su fundador, el obispo salesiano
Mons. Aparicio.

Los diez primeros “ Misioneros
de Don Bosco», con su fundador,
el salesiano Antonio De Groot.

La casa ha crecido y la obra
empieza a tener consistencia.
Estos misioneros ya están es­
tudiando teología. Pronto ten­
drán los primeros sacerdotes.
El Espíritu del S eñor sopla
con fuerza en estas sufridas
tierras ketchíes.

O tras congregaciones
am ericanas
No hay e s p a c io para m ás.
S ólo q u ie ro n o m b ra r las
congregaciones nacidas en
las fecundas tierras de Am é­
rica:
Las Hijas de los S agrados
C orazones, fundadas por el
siervo de Dios Luis Variara en
Colombia. Las Hermanas de
Jesús A dolescen te (Cam po
Grande-Brasil). Asociación de
Damas Salesianas CaracasVenezuela). M isioneras del
Buen Jesús (Cuiabá-Brasil).
Misioneras Parroquiales (San­
to Domingo-República Domi­
nicana). Hermanas Mediane­
ras de la Paz (Popoes-Brasil).
Instituto Josefino (FortalezaBrasil). Pía Unión Madre Mazarello (Buenos Aires-Argen­
tina).
Rafael ALFARO

...Y LA OBRA SIGUE:
PERSPECTIVAS Y RETOS
DE CARA AL FUTURO
1. La Obra ya realizada:
- Un siglo de presencia salesiana en América: la congre­
gación se en cu e n tra firm e ­
mente "implantada" e indigenizada.
- M uestra un claro servicio
prioritario juvenil que caracte­
riza inmediatamente a los Sa-

lesianos. Ofrece una enorme
variedad de obras, abanico
amplio de las posibles cristali­
zaciones del carisma salesiano.

- Manifiesta un significativo
aporte a la jerarquía eclesial
latinoamericana (grupo signi­
ficativo de o b isp o s salesianos).

- Descuella una sustancial
prioridad por los pobres, es­
pecialm ente en am bientes
populares.

- Ha escrito una página sig­
nificativa en la historia de las
misiones latinoamericanas.
-S e presenta com o una gran

Y Don Bosco mira al futuro
y sonríe como vidente y profeta
del porvenir.

- Más atrevimiento y creativi­
dad en la opción por los p o ­
bres, especialmente jóvenes
pobres (muchachos de la ca­
lle com o fenómeno emergen­
te y explosivo).
- Una más agresiva pastoral
juvenil vocacional.
- Una renovada opción m i­
sionera, ad intra (asunción del
propio territorio misionero sin
d e pen der de Europa), y ad
extra (conciencia de m issio
ad gentes): recom prensión
del binom io Evangelización
-c u ltu ra americana, carisma
saiesiano y cultura am erica­
na-.

Familia Religiosa, la Familia
Salesiana.
2. Perspectivas y retos

de cara al futuro
Mayor calidad y significaíividad de las comunidades (per­
sonal, proyectos y espesor de
vida religiosa).
Más global y clara propuesta
de organización juvenil latino­
americana, al estilo saiesiano.
Políticas globales de reevangelización juvenil, e sp e cia l­
mente en las áreas urbanas.

- Nuevas estrategias de pro­
gram ación y espiritualida d
compartida a nivel de Familia
Salesiana
- Propuesta válida y camino
planificado (contenidos, mé­
todos y experiencias) y volun­
tariado juvenil misionero.
- Estructuras a nivel universi­
tario (enseñanza e investiga­
ción) de la realidad juvenil al
servicio de la educación y de
la catequesis.
- Apertura a sen/icios inter­
nacionales de la C ongrega­
ción con adecuado aporte de
personal y contenidos.
LO .

Casas

Saleslanos

Argentina
Bahamas
Bollvia
Brasil
Canadá
Curasao
Colombia
Costa Rica
Cuba
Chile
Ecuador
El Salvador
EE.UU.
Guatem ala
Haití
Honduras
México
Nicaragua
Panamá
Paraguay
Perú
Puerto Rico
Rep. Dominicana
Uruguay
Venezuela

122
1
20
137
11
1
41
3
5
28
39
e
47
9
0
3
51
3
2
13
19
4
18
23
35

827
3
140
891
47
2
378
24
12
260
254
69
351
111
30
18
422
20
10
103
177
20
120
154
238

TOTAL

047

4 .709

Casas

Salesianas

Argentina
Brasil
Bolivia
Canadá
Colombia
Costa Rica
Cuba
Chile
Rep. Dominicana
Ecuador
El Salvador
EE.UU.
Guatemala
Haití
Honduras
México
Nicaragua
Panamá
Paraguay
Perú
Puerto Rico
Paraguay
Venezuela

03
152
14
0
71
9
3
27
15
31
9
30
9
6
7
44
5
3
13
18
5
19
29

002
1.315
72
28
843
131
14
264
124
300
50
119
61
48
80
668
47
18
201
102
37
168
200

TOTAL

511

5 .0 2 4

EDITORIAL

Fecha
1992.06