BS_1980_07

Ficha

Título
BS_1980_07
Descripción
Boletín Salesiano. Julio 1980
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REVISTA DE LA FAMILIA SALESIANA • JULIO 1980

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jAmigo Juanito!: ya se ve que el arroz da sed...
Y más si es en el mes de julio...

DON BOSGO
UNA PAGINA PARA LOS NIÑOS

I

la mejor
paella
de la historia
/
Queridos amigos Juanito y Mari:
>|Ya era hora de que ilegaran
las vacaciones!", me dice Juanito
en su carta. ¿Qué te parece a ti,
Mari? Uno que está todo el año
de veraneo y encima se queja. Yo
creo que Juanito está estudiando
para especializarse en el paro obre­
ro... Tú. en cambio, me dices que
ya tienes la lista de los libros que
vas a leer en el mes de julio, en
el de agosto y en el de septiem­
bre. Y que para eso tienen muchas
horas de luz. Ya veo que sí, que
tú estás a años luz de Juanito.
También yo os deseo las mejo­
res vacaciones de la historia. Sin
exagerar. Para vosotros lo más bo­
nito, lo más dulce, lo más alegre
de la vida.
Oíd. La mañana del 3 de marzo
de 1862 se hallaba Don Bosco en
el patio del Oratorio rodeado de
un tropel de chavales. Les contaba
cosas y bromeaba con ellos. Hubo
un momento en que el santo le
preguntó a uno: «De todo lo más
bello que has visto en tu vida, ¿qué
es lo que más te ha gustado?» El
chaval, que era listo, no se lo pen­
só dos veces y le respondió rápido:
«Don Bosco es lo que más me ha
gustado».

¡Vaya un corte!, diría Juanito.
El santo no se inmutó y, cogién­
dote la palabra al muchacho, em­
pezó a contarles: «Con motivo de
la última rifa que hicimos, vino
muchísima gente a ver la exposi­
ción de regalos. Todos iban admi­
rando los objetos expuestos, con­
templaban su belleza y pondera^
ban su valor. Sólo había un pobre
aldeano que. por lo visto, nada le
llamaba la atención. Y yo decía
para mí: «¿Pero cómo es posible
que entre tantos objetos admira­
bles no haya ninguno que le agra­
de?». Anduvimos largo rato hasta
que llegamos a un puesto donde
se exhibía un enorme salchichón,
gordo y espléndido. El buen hom­
bre abrió redondos sus ojos y ex­
clamó maravillado: «¡Ahí va...! ¡Mi­
rad qué hermosura de salchichón!».
Los chavales rieron el cuento.
Más el biógrafo del santo comenta:
«La anécdota parece un chiste, pe­
ro es un fiel reflejo de la idea que
Don Bosco tenía de sí mismo, al
compararse con un salchichón...».

leza .obras de arte; ciudades leja­
nas, cada vez más lejanas, y libros
estupendos cuyas palabras estén
escritas con música de flautas y
oboes... ¡Yo qué sé la de cosas
bonitas que estaréis soñando para
este verano!
Aunque yo estoy seguro de que
Juanito se extasiará todos los días
ante una paella valenciana, porque
conozco muy bien sus gustos. Abri­
rá sus ojos admirativos y gritará
como siempre: «¡Ahí va...! ¡Esta
es la mejor paella de la Historial».
Y se llenará el estómago de gra­
nos convencido de que ha devora­
do la mejor paella de todos los
tiempos...

Mari se echará a reír. Y. en el
fondo, pensará que lo más bello
de las vacaciones sería algo así
parecido a la sonrisa de Don Bosco.
Vuestro mejor amigo.
PADRE RAFAEL

Yo os deseo que en estas vaca­
ciones veáis las cosas más bellas
del mundo: paisajes de la natura­

R tv ls ti d * la Obra da Don Boaco
Ano XCm • N.e 7 • Julio’ 1980
Director; RAFAEL ALFARO
Consejo de Redacción; Emilio Her­
nández; Mari Carmen G arda; An­
tonio G arda Vera; Argentina Sán­
chez Romo; Javier Artuch; Jesús
María Mélida.
Administrador; Miguel Rodríguez R.
Dirección. Redacción y Admón.;
Alcalá, 164 - Teléfono 255 20 00
MADRID -28
Depósito Legal; M. 3.044-1958
(Con censura eclesiástica]
Imprime: Escuela Gráfica Salesiana
Madrid-Atocha

El Boletín Salesiano
se envía gratis
a la Familia Salesiana,
a sus bienhechores
y amigos.
Y se sostiene
con ios donativos
de sus lectores.

Vacaciones: tiempo de libertad

Tiraré a la papelera la prisa, el horario y el calenda*
rio. Esconderé el reloj en el cuarto oscuro — sólo el
despertador— . Cambiaré las flores de papel y plástico por
las naturales. Quemaré en una gran falla todo lo que es
artificial. Y me iré a la naturaleza: al agua fresca, al vino
tinto, al aire, al sol: todos, todos los caminos del sol.
Vacaciones: tiempo para soñar

Llevaré conmigo diez o doce libros de versos. Miraré
a las estrellas en las profundas noches de verano, y a la
luna, con el sentimiento de que allí no haya ni árboles ni
flores ni agua. Y contemplaré toda, toda la belleza del mun­
do hasta que el corazón se haga plegaria...

EN ESTE NUMERO
Por los caminos del sol.
Un verano para contem­
plar ..............................
El Papa, con Don Bosco.
El Papa habla en sale­
siano ..........................
VIII Asamblea de Asocia­
ciones de María Auxi­
liadora ......................
Carta a Sor Eusebia Pa­
lomino .........................
Tenerife: Jornadas Peda­
gógicas ........................
El Salvador, 1980 .........
Vacaciones con Don Bos­
co ................................
Hacia los cien años de la
España Salesiana........
Un hombre bueno de
nombre Modesto .........
Por los poblados del Al­
to O rinoco..................
Noticias ..........................
Libros B S ........................
Nuestra g ra titu d .............
Fueron a la casa del Pa­
dre ..............................

POR LOS CAMINOS
DEL SOL

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NUESTRA PORTADA
Don Modesto Bellido, un
hombre y un nombre para la
historia de ios Saiesianos,
sobre todo, por su trabajo
en favor de las Misiones y
por su sentido vocacional.
Acaba de celebrar su bodas
de oro sacerdotales. Oro fi­
no. por su entrega y su ser­
vicio a los demás. ¿No es
ese el sentido de la voca­
ción sacerdotal y salesiana?
Foto.—José Luis Mena.

Vacaciones: tiempo de alegría

Tiempo de felicidad. Destruiré todas mis caras de vina­
gre y sacaré lustro a la sonrisa. Recorreré todos los cami­
nos del mundo y. cansado, me tumbaré en la playa a con­
tar los minutos que dura una puesta de sol, o a la sombra
de un árbol, en el monte, y me dormiré pensando en la paz
del mundo...
¿En la paz del mundo?

Porque los hombres seguirán con sus absurdas injus­
ticias; con sus absurdos terrorismos de cada día. de ca­
da semana: con sus absurdos engaños y adulteraciones y
chantajes...
Y en los pueblos del Tercer Mundo seguirá más absur­
da el hambre. Y habrá guerras muy absurdas y odios y cár­
celes y rejas y telones de acero y de humo. Y habrá más
bombas que tractores. Y el desierto seguirá sin florecer...
Vacaciones:

Tiempo para no olvidarse de
no pueden divertirse... Porque
humor...
Vacaciones:

Me doy cuenta de que no
estoy solo. Siento la ale- ^
gría de tener el corazón Meno de los otros hasta re- q
bosar .. De que así da gus- ^
to ir corriendo por todos
los caminos del sol.
0)

MOCHE CONTEMPLADA

Oh Noche, cuánto tiempo sin verte tan copiosa
en astros y en luciérnagas, tan ebria de perfumes.
Después de muchos años te conozco en tus fuegos
azules, en tus bosques de castaños y pinos.
Te conozco en la furia de los perros que ladran
y en las húmedas fresas que brotan de lo oscuro.
Te sospecho repleta de cascadas y parras.
Cuánto tiempo he callado, cuánto tiempo he perdido,
cuánto tiempo he soñado mirando con los ojos
arrasados de lágrimas, como ahora, tu hermosura.
Noche mía, no cruces en vano este planeta.
Deteneos esferas y que arrecie la música.
Noche, noche dulcísima, pues que aún he de volver
al mundo de los hombres, deja caer un astro,
clava un arpón ardiente entre mis ojos tristes
o déjame reinar en ti como una luna.
ANTONIO COLINAS

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TURIM

PAPA
JUAN
PABLO
CON DON BOSCO
¿Qué hubiera dicho Don Sos­
co, el santo del Papa, si hu­
biera sabido que un día, an­
tes de cumpHrse un siglo de
su muerte, iba a venir a su
casa el Papa en persona, que
iba a entrar en su santuario
para arrodillarse ante su V ir­
gen, para venerarlo a él mis­
mo, y que iba a cantar con
sus muchachos...?
Porque todo esto suce<lió el
pasado 18 de abril. Un trece
de buen agüero, jornada ya
inolvidable y más, para los
que nos ha tocado vivirla...

«A Q U I M E E N C U E N T R O
MEJOR Q U E E N ROMA...»
«A n te todo, delxí deciros que
aquí me encuentro mejor que en
Rom a». Así. con estas palabras

revolucionarias, comenzó el Pa­
pa Juan Pablo a hablar a los jó­
venes qué abarrotaban la Plaza
de María Auxiliadora, desde el
palco erigido junto al monumen­
to de Don Bosco.
Los 15.000 ó 20.000 especta­
dores prorrumpieron en un olea­
je de aplausos vibrantes de ale­
gría y de fiesta. E l Papa prosi­
guió sonriente: «P e ro , dejadme
acabar... M e encuentro mejor
h oy... Porque aquí estoy sólo
una vez...
Turín es una ciudad que, en
el sector religioso-educativo, tie­
ne una tradición verdaderamente
ejemplar e insigne. Entre tantos
nombres como podría recordar,
el primero es el de San Juan
Bosco. que fue un gran educador
de jóvenes, no sólo aquí, sino
en toda Italia y en el mundo en­
tero. ¿ Y qué decir de mi Craco­
via y mi Polonia? Hay allí tan­
tos salesianos... Y o mismo he
vivid o muchos años en una pa­

rroquia salesiana. Entonces, es
natural que hable de D on Bos­
co. . . »

E N E L ORATORIO
DE D O N BOSCO
Eran las 4,40 de la tarde. El
Papa había llegado con una hora
de retraso: no podía dejar sin
una breve visita a los «artesanitos» de San Leonardo Murialdo,
uno de los primeros colaborado­
res de Don Bosco y después fun­
dador de los Josefinos.
A la entrada de la Basílica de
María Auxiliadora lo esperaban
el Rector M ayor y el Cardenal
Silva Henríquez, que decía: « H e
venido expresamente desde San­
tiago de Chile, porque estoy se­
guro de que, en mi lugar, el Car­
denal Cagliero hubiera venido a
pie, en una ocasión como la pre­
sente». También estaban los dos
cardenales que hay ahora en la

e o n r ir e t t e ia s

ciudad de Turín: Ballestrero y
Pellegrino. E l Santo Padre entró
con ellos en la Basílica, donde
iba a celebrar un encuentro con
las religiosas. Eran muchísimas
las Hijas de María Auxiliadora.
E l Santo Padre rezó ante la
urna de Don Bosco y encendió
al Santo una lámpara votiva. L le ­
gó al altar mayor, saludó a las
Hermanas y recitó con ellas el
Avemaria. «T e n g o que deciros
— añadió señalando a las del la­
do izquierdo del templo— que la
última vez que vine a Turín en
septiembre del 78, estuve rezan­
do en un banco de esa parte de
la iglesia ...» Alegría de las H e r­
manas que ocupaban ese lado; y
santa envidia de las de la otra
parte. «P e ro , tened en cuenta
— continuó el Papa para consue­
lo de la derecha— que yo estaba
en el lado de los pecadores...»
El Papa V oijtyla sabe usar es­
te humor tan exquisito, siempre
atento a la persona del interlocu­
tor: jamás deja paso a la desilu­
sión.

A LOS JOVENES
EN LA PLAZA DE MARIA AUXILIADORA
«Como jóvenes que sois, no sólo os estáis preparando vuestro
porvenir sino el de las futuras generaciones. ¿Qué les transmiti­
réis? ¿Sólo bienes materiales?, ¿y con ellos, una cultura más rica,
una ciencia más avanzada, una tecnología más moderna?
Pero, además de esto, o antes de ello, ¿no querréis quizás trans­
mitir otra perspectiva, otros bienes de orden espiritual, que se lla­
man amor a la libertad, sentido de la justicia en todas las relacio­
nes humanas, promoción y salvaguardia de la paz?H
«La base firme de estos valores — continuó el Papa— sólo está
en la posesión de una fe sólida y sincera. Donde está Dios, donde
está Jesucristo su Hijo, hay un fundamento seguro. Entonces, la
búsqueda de esos dones preciosos que vosotros los jóvenes podéis
y debéis transmitir a las generaciones futuras, será mucho más fácil
y no podrá fracasar...»

CO N LO S JO V E N E S
A l salir de la Basílica, subió el
Santo Padre al podium levantado
junto al monumento de D on Bos­
co. A n te él se extendía la mu­
chedumbre de los jóvenes que lo
aclamaban. E l encuentro se trans­

form ó en una fiesta multitudina­
ria y alegre. Comenzó con un in­
tercambio v iv o de preguntas y
respuestas masivas. A l notar que
los muchachos alzaban numerosas
pancartas y carteles con letreros,
el Papa exclamó: «V e o muchas
pancartas, algunas escritas en bo-

Después del discurso a los jóvenes,
el «gracias del Rector Mayor»:
«Creo que el mismo Don Hosco no
se habría imaginado nunca estos
momentos».

hemio, ucraniano y polaco. Las
leo y las entiendo todas, Gracias,
muchas gracias...»
Junto al Fundador de los Salesianos, el Santo Padre recordó
la figura de P ier G iorgio Frassa*
ti, excepcional joven universita­
rio turinés, cuya vida fue escrita
por el salesiano don A ntonio Cojazzi, su maestro y director espi­
ritual. «Joven de una alegría re­
bosante — lo definió el Papa— ,
de una alegría que estaba por en­
cima de las dificultades de la v i­
da, porque la etapa juvenil es
siempre y al mismo tiempo una
comprobación de fuerzas».
Después de renovar una vez
más su esperanza en los jóvenes,
el Papa se unió al gran coro de
los presentes y entonó con todos
ellos el canto tradicional polaco:
O to jest dziem (E ste es el día
en que actuó el Señor).

H A P P E N IN G
CON E L P A P A

trechaban compactos a su lado
como si quisieran eternizar el
momento histórico.

E l diálogo entre el Papa y los
jóvenes prolongó el encuentro
más de la cuenta. Y más de
150.000 personas esperaban im­
pacientes al Santo Padre en la
plaza V ittorio, ante la Iglesia de
la Gran Madre de Dios. M uy a
pesar suyo, el Papa tuvo que
despedirse. «S o y hombre cumpli­
dor — dijo a los jóvenes mostrán­
doles el reloj de la muñeca— y
no puedo faltar a las citas». ¡El
reloj marcaba dos horas de retra­
so!

Entre los cantos y el continuo
trepidar de los aplausos, Juan
Pablo I I dio unas vueltas por
los patios de la Casa M adre, don­
de lo esperaban otros miles de
muchachos de las escuelas bási­
cas, procedentes de todo el Piamonte. También había allí con­
centrados unos cuantos chicos
enfermos, acompañados por sus
padres. E l Papa mandó parar su
coche blanco, bajó de él y se en­
tretuvo con ellos.

— ¡N o ! ¡Quédate aún con nos­
otros! — le gritaban los jóvenes
como una sola voz— , y se es­

H abló con José, un niño de
diez años y con tumor cerebral.
Según los médicos debía haber
muerto la pasada Navidad. La
madre, una señora rubia, ayudó
a José a ofrecer un ramo de flo ­
res al Santo Padre. E l Papa es­
trechó las manos de madre e hi­
jo. Más que las palabras, habla­
ron los ojos y las lágrimas. «E s
éste el día más bello de mi vid a »,
dijo la señora. Juan Pablo I I le
hizo el obsequio de un rosario
blanco y le dirigió unas palabras
de esperanza: «Jamás he perdido
la esperanza, dijo la madre entre
lágrimas, y le agradezco me ayu­
de a robustecerla: me hace tan
feliz».
Conform e

repartía

el

Santo

El Papa Juan Pablo ante la urna de
Don Besco.

eofirlretielas
Padre fotografías con autógrafos
a los chicos en sus sillas de rue­
das, los acariciaba saludándolos
afectuosamente. « L e di la mano
— dice nervioso Marcos, trece
años y 10 operaciones en la co­
lumna— y ansiaba hablarle, pe­
ro no pude; no me venían las
palabras...»

— ¿Qué te dijo el Santo Pa­
dre?
— M e ha dicho que me espe­
ra, que nos espera a todos en
Roma, porque desea vernos a to­
dos.
*
*
*
Cuando

el

coche

pontificio

salió a la plaza Sassari hacia la
última cita del día con la gente
concentrada en la Plaza V ittorio
V éneto, eran las 18,30. Los cha­
vales se echaron entonces a la
calle. Volaban aviones hechos
con trozos de periódico. Los pa­
peles con cantos religiosos se

N o había protocolo de ningu­
na clase. El Papa localizó a un
grupo de muchachos sordomudos
y se dirigió a ellos. Hablaron por
señas y se intercam bi^on flores
y sonrisas y apretones de manos.
El mismo Cardenal Ballestrero
bajó del coche. Había cantos,
aplausos, música, saludos...
«Santo Padre — saltó a los mi­
crófonos la voz de un chaval,
rota por la emoción— : gracias
por haber venido a estar con nos­
otros. En cierta ocasión dijo Su
Santidad que el Papa represen­
taba a la juventud de la Iglesia.
Y hoy se encuentran aquí las dos
juventudes... Le acompañaremos
adonde vaya. Espérenos en R o ­
ma, pues le devolverem os la v i­
sita».
El Papa V oijtyla se detuvo a
hablar con el pequeño locutor.

CONTRA LA VIOLENCIA JUVENIL

El Papa se despide de los Jóvenes
con una guitarra en alto.

«En las grandes ciudades hay muchedumbres de muchachos y de
jóvenes que, con frecuerícia, quedan abandonados por las condicio­
nes de trabajo de los padres, por la carencia de estructuras socia­
les y, tal vez, por ia falta de interés. ¿Cuántos de ellos sabrán re­
sistir a las tentaciones de la droga, a las tremendas seducciones
de la amoralidad o inmoralidad tan descaradamente exhibidas, a los
terribles tentáculos de la violencia y del terrorismo?
[Jóvenes, jóvenes, os hablo a vosotros, no os dejéis vencer!
... El Papa 05 desea, finalmente, que el trabajo no narcotice las
facultades humanas ni tas embrutezca en el odio que destruye y
que no construye nada (...)
La violencia es un mal. La violencia es inaceptable para resolver
problemas. La violencia es indigna del hombre.
Yo rezo con vosotros a fin de que nunca ni nadie llame al ase­
sinato con otro nombre que no sea asesinato...»

transformaron repentinamente en
pájaros de vuelo corto. Las tapas
de las fantas y cocacolas chirria­
ban sobre los adoquines a los
puntapiés de los muchachos, a
falta de las pelotas...
¿ N o jugaba también al balón
el mismo D on Bosco cuando ce­
lebraba con sus muchachos un
día de fiesta?
Sí, el 13 de abril había sido
otro gran día de fiesta. E l mismo
Papa había insistido en una pa­
labra que está cayendo un poco
en desuso: ¡la alegría!
PE D R O G R A Z IA N O

POZOBLANCO
Bajo el lema: «María, ale­
gría de la Familia», se celebró en Pozoblanco la V IH
Asamblea de las Asociacio­
nes de Maria Auxiliadora de
la Inspectoría de Córdoba los
dias 26 y 27 de abril. P a rti­
ciparon asociaciones de Cór­
doba, Mantilla, Palma del
Río, Pedro Abad, Pozoblan­
co, Priego, Jaén, Linares,
Ubeda, Málaga, Antequera,
Ronda, Granada, Guadix, A l­
mería, Canarias y otros nú­
cleos de la Inspectoría Penibética.
Se eligió la ciudad de Pozoblanco como lugar del en­
cuentro por tratarse de una
población que está celebran­
do sus cincuenta años de v i­
da salesiana y por ser un
pueblo eminentemente mariano, verdadero hogar de la
Virgen de Don Bosco y don­
de se vibra al nombre de Ma­
ría Auxiliadora.

A '

m m á

Esta V I I I Asamblea ha sido
un verdadero encuentro de
oración y de comunicación
de experiencias. Comenzó en
cada localidad el 2If de abril,
con un pregón de la Asam­
blea en la celebración de la
tarde y en la que se hizo un
comentario hom ilético del le­
ma de la Asamblea: <nMaría,
alegría de la Familia'».
L A C E L E B R A C IO N
J U V E N IL
El sábado 26 fueron invitados
en Pozoblanco todos los grupos
cristianos de jóvenes de la ciudad.
Hubo una gran vigilia juvenil con
celebración de la palabra en la
Iglesia de María Auxiliadora. Se
comentó el tema: María Auxiliado­
ra, una devoción para jóvenes va­
lientes. Después del encuentro de
oración y reflexión, tuvo lugar la
Procesión juvenil de antorchas por

las principales calles de la ciudad.
El fuego manifestaba la fe y el fer­
vor mariano de los jóvenes que así
preparaban el ambiente popular
para la gran asamblea.

M A R IA A U X IL IA D O R A
CONGREGA A L A
F A M IL IA S A L E S IA N A
El domingo 27 fueron llegando
a Pozoblanco de todas las ciuda­
des convocadas. A las once tuvo

lugar en el Colegio Salesiano la
recepción de todos los asambleís­
tas. E inmediatamente se pasó a
la concelebración de la Eucaristía,
que presidió el Inspector Provin­
cial, don Domingo González.
Hizo hincapié don Domingo en
la idea de las vocaciones: vocacio­
nes a la vida salesiana y a la vida
sacerdotal, sobre todo, en unos
tiempos en los que se siente ver­
dadera necesidad de hombres y
mujeres consagrados a Dios y al
servicio de la juventud. Hubo una
oración y una intención especial

eoffarlretielatf

M\\\ RSRfTlBLCR
de todos los asambleístas para que
despierte en los jóvenes la idea vocacional de servicio a sus herma­
nos los hombres.
Se puso de manifiesto que Pozoblanco es uno de los pueblos de
Andalucía que más vocaciones ha
dado a la Familia Salesiana. En
efecto, en fecha posterior, el do­
mingo 8 de junio, se celebraría el
homenaje a los actuales salesianos
e hijas de María Auxiliadora de
Pozoblanco. Hoy por hoy, son 24
salesianos y 21 salesianas más
14 cooperadores. Y sin contar
las figuras ya desaparecidas de
estupendos hijos de Don Bosco
nacidos en la «capital» del Valle
de los Pedroches. Don Bosco reci­
bió en ellos el homenaje y la Fa­
milia Salesiana de la ciudad los
acompañaría con júbilo en el «ju­
bileo» de su medio siglo de vida.
Una meta y un impulso a las nue­
vas vocaciones que han de conti­
nuar saliendo de la inagotable can­
tera.
En la Eucaristía se hizo luego
la ofrenda misionera, en especia!,
por un continente concreto: A fri­
ca: y por un país expresamente
necesitado: Etiopía. Se recogieron
limosnas para ayudar a las misio­
nes salesianas.

RSOCIRCIOÍICS DC
ÍTlRñlR RUKIURDORR

milia, y por el Papa, para que siga
testimoniando su valiente y total
entrega a Ella.
«María, alegría de la Familia»
sea el lema de nuestro quehacer
cotidiano y un signo de esperanza
para la renovación de los pueblos.
¡Que Ella nos obtenga la paz,
el gozo y la energía salvadora del
Señor resucitado!
Con solidaridad y cariño,
P. EGIDIO VIGANO

1980-81. Año Centenario de la Obra
Salesiana en España. El encuentro
finalizó con una comida fraterna
en «Casa Liborio» y una VeladaFiesta en el Teatro San Juan de
la Ciudad.

ENCUENTRO
D E J U N T A S D IR E C T IV A S
D E L A S A SO C IA C IO N E S

También los Jóvenes vibran por
María Auxiliadora.

F IE S T A Y C O N C L U S IO N E S
La Asociación de Pozoblanco
ofreció una velada festiva a los

M ENSAJE
DEL RECTO R M A Y O R
El Rector Mayor envió desde
Roma su mensaje de adhesión a la
Asamblea y que se leyó en públi­
co:
«Saludo efusivamente a los par­
ticipantes en la Asamblea de Aso­
ciaciones de María Auxiliadora del
27 de abril de 1980.
El cincuentenario de la Obra de
Don Bosco en Pozoblanco adquie­
re, con el encuentro de ustedes,
una tonalidad particularmente sig­
nificativa, al reafirmar lo impres­
cindible del amor a María, Madre
de la Iglesia, y al reavivar el com­
promiso concreto y operativo de
una devoción mariana al estilo de
Don Bosco.
¡Qué María Auxiliadora sea
siempre la inspiradora y la guía de
nuestro crecimiento cristiano! Re­
guémosle por el feliz éxito del pró­
ximo Sínodo episcopal sobre la Fa­

Comenzó con un saludo de par­
te de la Asociación de Pozoblanco.
Se leyó a renglón seguido la Me­
moria de la V II Asamblea y de
las realizaciones llevadas a cabo
durante el año, con un comentario
de Joaquina Cabello de López, Co­
ordinadora Inspectoría!.
Don Francisco Aneas, Rector del
Santuario de María Auxiliadora de
Ronda y Consiliario de la Asocia­
ción desarrolló el tema: «La cela­
dora, figura clave de la asociación.
Su misión hoy en la familia». Hu­
bo una serie de comunicaciones de
experiencias por parte de algunas
celadoras y se señalaron a conti­
nuación los objetivos para el año

asambleístas. Hubo recital de can­
ciones y danzas y en el Colegio
Salesiano se celebró para los pe­
queños un Festival Ilusionista a
cargo del Profesor Jacobo Janer.
Pero la realidad de esta concen­
tración ha sido una experiencia vi­
vida de lo que es la devoción a la
Virgen. María Auxiliadora, se de­
cía, tiene un gran poder de convo­
catoria. A su llamada, la Familia
Salesiana es un grupo compacto
de hombres y mujeres al servicio
de la juventud.
M. A. F.

CART.
ABIERTA
A SOR EUSEBIA PALOMINO

QutiTidn Sor Eusebia:
Acabo de leer, en estos días, tu
vida y quiero enviarte unas líneas
de saludo y de agradecimiento,
por los buenos ratos que con ella
he pasado; aunque, algunas veces,
de serte sincero, el tono dulzón y
parenético a trasmano, de muchas
de SU5 páginas, me haya molesta^
do, y más de una vez, desasosega­
do por los encrespamientos y du­
reza de su estilo.
Tú, que moras ya en la exacta
e intacta perfección, que es tam­
bién la suma belleza, tienes — lo
sé— una mirada dulce y compasi­
va para nuestras pobres lim itacio­
nes hmnanas, y no puedes por me­
nos de sonreírte, al leer, una vez
más, con otro amigo tuyo, estas
páginas de tu vida, que tantas co­
sas bonitos y tan tremendamente
tristes, a veces, contienen, de los
pocos años que con nosotros pa­
saste en la dorada claridad de tu
Salamanca, o entre los frebe;os de
cocina de tu querido Valverde del
Camino.
Y, más de una vez también,
asustada en tu humildad por
el aire que le damos los hom­
bres, — desmedidos siempre en el
amor y en el odio— a esa vida
tuya, tan sencillamente normal
para ti y tan de asombro en asom­
bro para nosotros, que con fre ­
cuencia nos resistimos o admitir,
habrás exclamado con la gracia y
la guasa andaiusa; *¡Jesús, pero
qué ea;a<7eroda es esta gente!»...
Pero me temo, querida Sor
Eusebia, que estarás fon confusa,
leyendo esta carta, como yo lo es­
tuve, con fu biografía.
La culpa es inia, sin duda, y te
pido mil perdonas por ponerme a
hablar así, de sopetón, de tus co­
sas y ron una familiaridad, que
te extraña, porque me imoyino
que no lopros catalogarme, aun­
que lo estás intentando, entre tus
euros de Valverde y fus pocas
amistades de Salamanca.

10

Y ya desconcertada, sin enten­
der absolutamente nada, se te ha­
brá subido un poquillo el pavo con
eso de «.querida Sor Eusebia».
Verás, el mundo ha cambiado
mucho, desde que tú lo dejaste,
Sor Eusebia (apenas te serían fa ­
miliares tu Valverde y Cantalpino), y el turbión del Concilio (p or­
que hemos tenido uno, hace ya
unos cuantos años, que nos cogió
a todos de sorpresa^, ha dado un

Sor Eusebia Palomino.
vuelco a las cosas y vida de la
Iglesia. A veces, los que hemos
entrado ya en ¡a segunda edad
(perdona; /otra vez, los rriodos y
modas de ahora! Nadie quiere
confesarse cincuentón — ¿sabes f —
y preferimos hablor de lo segun­
da y de la tercera edad. M e ima­
gino, por deducción, que os ha­
bremos de;ado para vosotros la
cuarta...). Como te decía, los que
andamos ya por la segunda edad
nos encontramos, con relativa fre ­
cuencia, desasistidos y huérfanos
de teología y de Iglesia, en este
mundo posconciliar, en que esta­
mos sumidos. Una ola de irrefre­
nable democracia lo ha invadido
todo; oyuntomíenfos, comercios.

aulas, conventos y calles, y ha ba­
rrido «dones», «revedendos», «E x ­
celencias» y «señoras». Compren­
derás entonces. Sor Eusebia, que,
si, encima de huérfano, uno se encuefitra reo de leso progresismo,
llamándote «reverenda» y de us­
ted tendría ya tales complejos y
estaría tan «o u t», que tendría que
recluirme irremediablemente y de
por vida.
Quedamos pues en «querida Sor
Eusebia». N o te asustes. Es lo
«in ». Lo que va.
Y o también, como tú, soy de
tierras salmantinas. De niño es­
tuve en el colegio, en que tú fuis­
te criada, a dos pesetas por mes,
y del que no te dejaron salir los
monjas, por miedo al contagio,
cuando tu hermana Dolores se m o­
ría.
Años más tarde, volví de nuevo
allí. De capellán, esta vez. Y char­
lé muchos ratos con Amelia, tu
compañera de entonces, que, hoy
te sigue recordando. P o r cierto,
que, hace unos meses, le hicimos
un homenaje por sus muchos años
de felicidad y trabajo en el cole­
gio. Joven siempre, nadie le echa
tus años... ¡Claro, que a ti te lo
van a decir!
Acabo de leer tu vida, y, por
eso del paisanaje y otras afinida­
des, como te decía, me permito es­
cribirte estas lineos paro expresar
un agradecimiento, que, de otro
modo, hubiera quedado en admi­
ración silente, o en estremecido
asombro.
Gracias, querida Sor Eusebia,
por esa lección de pobreza autén­
tica, que nos has dado con tu v i­
da. E l mundo hoy vive obsesiona­
do con el dinero: se vende a él,
«pone su confianza en é l», y nada
le im porta con tal de lograrlo.
Nos revolcamos en un materialis­
mo, que cercena violentamente
cualquier trascendencia en el hom­
bre. Andomos desasosegados buscando, con onsia nerviosa, poseer
más, tener cosas mejores. Y nos

»

fa m itia s a le s lo f s a
crearnon asi, de continuo, necesi­
dades y caprichos, que engendran
de nuevo, a su vez, una avidez in­
saciable de mayor riqueza... A n­
damos siempre tan ocupados, al
ojeo y caza del dinero, que no te­
nemos tiempo para ser felices.
Por eso, él mundo necesita gen­
te como tú, Eusebia, que tuviste
la audacia de afirm ar: <La pobre­
za es m i librea, y en ella me de­
leito^. Tú, la más pobre del pue­
blo de Cantalpino, que tenías que
salir a mendigar por las dehesas
y alquerías, con tu padre, como
último remedio para subsistir. Tú,
Eusebia, a quien la fam ilia de los
Taberneros, de vez en cuando, da­
ba una hogaza para aplacar el
hambre. Sí, hambre de dios; de
noches, en que te echabas al jer­
gón, sin haber probado siquiera
un mendrugo de pan. Pero fuiste
feliz, sin embargo; tremendamen­
te feliz en tu pueblo. Y feliz, cuan­
do a los doce años tuviste que
marchar a Salamanca a trabajar
como niñera, o sirvienta, en el asi­
lo de San Rafael, o de criada, en
el colegio de las salesianas, a dos
pesetas por mes. Con tus manos
agrietadas, deformiadas por los
sabañones, a fuerza de coladas, en
el rigor del invierno salmantino.
Sin quejarte, con la sonrisa siem­
pre. Y así hasta los veintidós
años, en que te decidiste a hacer­
te religiosa. Hasta de la dote te
tuvieron que exim ir, por tu abso­
luta pobreza.
Y nunca te ruborizaste por eso.
Debieron incluso prohibirte, ya de
monja, que contaras que habías
sido mendiga, cuando eras niña,
porque no era decoroso — decían—
poro una religiosa... M e imagino
tu sorpresa. Sor Eusebia.
Gracias, Sor Eusebia, y danos
las ganas de aupamos, como tú,
sobre las cosas de este mundo,
por atrayentes que parezcan, por
ricas que sean, o por cómodas que
nos hagan las asperezas de este
valle de lágrimas.
Me ha admirado también, en tu
vida, tu espíritu de oración. Fuis­
te esencialmente un alma contem­
plativa: de niña, de criada, y de
monja. Siempre. Te remontabas a
Dios, como las alondras de tu pue­
blo. Como ellas, lo tuyo era la al­
tura. Te costaba dejar a Dios, tan­
to como a nosotros nos fatiga
presencia.
Era tu oración de adoración y
«tíencio; fuera del tiempo. Pienso
en tu pobre maestra de novicias,
cuando se empeñaba en darte nor­
mas y libros para aprender a me­

ditar, y tú le respondiste: «ilíe es
suficiente ver un olivo, o un ár­
bol cualquiera para contemplar a
D ios».
E l sótano de tu cocina, en Valverde, en la soledad de tu trabajo
supo mucho de ese amor tuyo a
Dios, qué apenas podios represar.
Como la pobre capilla de la comu­
nidad: allí, en el estrecho pasillo,
tras el sagrario, desfogabas — de­
liquio y éxtasis— tu amor a Dios,
que, a veces, te llevaba, arrodilla­
da en el aire, hasta la cruz que
campeaba en el muro.
Todavía rezan por Valverde y
los pueblos del contorno, las ora­
ciones que tú escribías para tus
chicas del oratorio, ¿recuerdas*
Y siguen pujantes la devoción a
las llagas de Cristo y a la santa
esclavitud mariana, que tan ar­
dientemente tú propagaste, y que
te valieron, en tnós de una oca­
sión, admoniciones serias de tus
superioras, que no las juzgaban
muy salesianas...
A quí está, en tu oración, latido
amoroso en Dios, la explicación de
esas cosas tan extrañamente ad­
mirables, con que nos topamos en
tu vida: las habas, que crecen re­
pentinamente, el agua que brota
del pozo seco, los huevos, el acei­
te, los garbanzos, que cunden con­
tra toda explicación y regla hu­
mana; tu visión del fu turo; tus
sueños, y tantas cosas, que nues­
tra sabiduría e inteligencia de
hombres modernos se resisten a
admitir o creer.
Fue la tuya, Sor Eusebia, una

oración ungida de sacrificio, y
proyectada hacia la salvación de
las almas. Tuviste obsesidn por
ellas, como Don Sosco; tanto, que
ofreciste tu vida por los tiempos
nuevos de España.
Gracias por todo esto, también,
Sor Eusebia.
Hoy nos dicen que rezamos po­
co, y tal vez, sea verdad. Pero nos
falta tu i>aÍor para dejarnos aban­
donados en Dios, como tú, sin
apremios, con infantil entrega a
El. Atida?nos con tantas cosas en­
tre manos, tan importantes, tan
opremiontes, tan apostólicos, que
nos olvidamos de que ahora tam­
bién es posible el chorro de agua
límpida del pozo seco, y el trastueque de toda lógica humana,
vencida por el amor de Dios.
A ver si tú, desde arriba, queri­
da Sor Eusebia, nos concedes tu
debilidad fuerte y tu sabia igno­
rancia.
JESUS PA B LO S M ENDEZ
N. B.: Me olvidaba decirte que
soy sobrino de Sor Carmen Mén­
dez, la salesiana a quien tú profe­
tizaste «muchos sufrimientos», an­
tes de su muerte.
Tuve la alegría de convivir con
ella, ya sacerdote, sus últimos
años y puedo decirte que acertas­
te plenamente. Pero probablemen­
te tú también le diste la ejemplar
resignación con que soportó sus
dolores.
Dale, por favor, un abrazo de
mi parte.

TURIN: El Papa Juan Pablo se dirige a las religiosas en la Basílica de
María Auxiliadora.

11

JORNADAS
PEDAGOGICAS
SALESIAMAS
EN TENERIFE
centenar— se han reunido en el
Colegio Pureza de María de Los
Realejos con el fin de vivenciar y
de interpretar cuanto Don Bosco
nos ha legado en el campo educativo-pastoral.
La crónica de los cuatro días es
sumamente sencilla: Eucaristías,
exposiciones, grupos, seminarios,
puestas en común... Y ratos de con­
vivencia y amistad, tan caracterís­
ticos del ambiente salesiano.
Abrió las Jornadas el señor Ins­
pector Salesiano de Córdoba, don
Domingo González, quien expresó
el gozo de sentirnos reunidos con
un objetivo central: la comunica­
ción de un espíritu y la revisión
y planificación de un proyecto a
la luz de lo que *Don Bosco nos
pide aquí y ahora.

La Obra Saleslana en el archipiélago canario tiene nada menos que
ocho centros: tres Colegios de Salesianos y cinco de Hijas de María Auxi­
liadora. Centros de Salesianos son ei Colegio de Las Palmas, de más de
cincuenta años de funcionamiento, actualmente con una floreciente EGB,
Parroquia y actividades juveniles. En la isla de Tenerife tenemos la Es­
cuela Profesional, recientemente trasladada desde Santa Cruz, a La Cues­
ta, en el término municipal de La Laguna, con unos quinientos alumnos
necesitados de promoción y asistencia. Y en la misma isla el Colegio
San Isidro, de La Orotava, con buenas instalaciones, un buen alumnado
de EGB y BUP mixto. Por otra parte las Hijas de María Auxiliadora tie­
nen en Las Palmas tres centros de promoción educativa: EGB y BUP en
el Paseo de Tomás Morales, EGB en el populoso barrio de Guanarteme
y EGB y Profesional en el Arbol Bonito. Fuera de la capital, un centro
de EGB y actividades culturales en TELDE. En Tenerife lleva funcionan­
do con mucho éxito el HOGAR-ESCUELA, de la Caja de Ahorros de Te­
nerife, en EGB y BUP, al que se ha añadido como obra social indepen­
diente, la Escuela Universitaria de «María Auxiliadora» como continua­
ción de la Escuela de Magisterio que funcionaba desde hace años en el
mismo HOGAR-ESCUELA.

Del 1 al 4 de mayo y con el fon­
do del incomparable Valle de La
Orotava se han realizado las mis­
mas Jomadas Salesianas que tuvie­
ron lugar durante el mes de sep­
tiembre en distintos lugares de la
península. Las Islas Canarias se

12

han convertido, asi, en noticia salesiana, al intentar superar con es­
fuerzo y en pleno curso lo que la
distancia impidió realizar a mu­
chos... Un nutrido grupo de Sale­
sianos, Hijas de María Auxiliadora
y profesores seglares — cerca del

La primera sesión de trabajo, en
la tarde del día 1 de mayo, un gru­
po de alumnos y alumnas, repre­
sentantes de los jóvenes de nues­
tros ambientes canarios, expusie­
ron sus opiniones acerca de dos
preguntas que se les hizo, en for­
ma de Mesa Redonda: 1. ¿Qué va­
lores ves en el Colegio y ambien­
te en el que te mueves? 2. ¿Cuáles
serían los valores fundamentales
de un educador de nuestro tiem­
po?... A estas dos preguntas fue­
ron respondiendo sucesivamente
los alumnos de la Escuela Univer­
sitaria «María Auxiliadora», Alum­
nos del BUP mixto de La Orotava,
Alumnas de BUP del Hogar-Escue­
la y de Profesional de Arbol Bo­
nito, alumnos de los Salesianos de
Las Palmas, alumnos del Centro
Juvenil de Telde... Es curioso es­
cuchar a los jóvenes. Sus afirma­
ciones acerca de nuestro estilo edu­
cativo hay que oírlas con respe­
to... Posiblemente aciertan a dar
en el clavo y resulta saludable que
sepamos cómo piensan de nosotros
y qué soluciones aportan para que
crezcan nuestros valores auténti­
cos.
SEGUNDO D IA (2 de mayo)
La mañana del día 2 de mayo
estuvo a cargo del P. Consejero
General para la Pastoral Juvenil.

Presidencia de las Jornadas. (De
izquierda a derecha): D. Domingo
González, Inspector de Córdoba;
D. Juan Vecchí, del Consejo Supe­
rior para la Pastoral Juvenil; D. Ce­
lestino Rivera, del Dicasterio para
la Pastoral Juvenil; D. Marcelino
Carreto, Director del Colegio de La
Orotava.

don Juan Vecchi, quien expuso el
tema «El proyecto educativo de
Don Bosco ayer y hoy», magistral
conferencia de honda profundización en la teoría y práctica salesiana de todos los tiempos. Fue una
seria interpretación de lo que ha
sido y es hoy la figura de Don Bos­
co a través de las líneas de acción
que centraron su vida y se han
prolongado con la experiencia de
estos cien años... La reflexión de
los grupos y la puesta en común
hicieron patente la vitalidad del
sistema y la riqueza espiritual y
pedagógica del pensamiento y la
acción de Don Bosco. De especial
interés — se dijo muy expresamen­
te podemos calificar hoy «la pre­
sencia activa y educativa entre los
jóvenes» y «el estilo de relaciones
personales».
La jornada del día segundo se
completó por la tarde con el tra­
bajo de Seminarios acerca de los
Grupos Juveniles, de Educación de
la fe, y sobre el Proyecto Educati­
vo Pastoral. Fueron dirigidos res­
pectivamente por don Domingo
González, don Celestino Rivera y
Sor María Grazia Caputo. Las con­
clusiones operativas de cada grupo
fueron leídas y discutidas en co­
mún.

« lo R H n o n s

TERCER D IA (3 de mayo)
La mañana del tercer día tuvo
como protagonista principal a don
Celestino Rivera, salesiano de la
Inspectoría de Sevilla que trabaja
en el Dicasterio de Pastoral Juve­
nil en Roma. Disertó acerca del te­
ma «Finalidad del proyecto: madu­
ración humana y crecimiento cris­
tiano». La exposición del conferen­
ciante y el trabajo de reflexión por
grupos fueron enriquecedores y
ocuparon prácticamente toda la
mañana.
La tarde, tras una rápida visita
a los lugares principales del Valle
de La Orotava, para admirar sus
bellezas naturales, estuvo centrada
en el trabajo ofrecido por Sor Ma­
ría Grazia Caputo, Hija de María
Auxiliadora y Profesora de la Es­
cuela Universitaria de Profesora­
do de Santa Cruz de Tenerife. Hi­
zo su exposición sobre el tema «El
Sistema Preventivo como modo de
acción dél educador de hoy»... Tan­
to el tema como el trabajo de re­

flexión ofrecieron la oportunidad
de una revisión de nuestras líneas
operativas personales. De ahí que
el trabajo se enfocase sectorial­
mente a padres, religiosos, religio­
sas, jóvenes, seglares...
CUARTO DIA
(Domingo, 4 de mayo)
La mañana del Domingo fue el
momento privilegiado de la reco­
gida de ideas y conclusiones, así
como la clausura por parte, de don
Juan Vecchi, con Eucaristía para
los asistentes... Nos sentimos, de
este modo, participantes de un
mismo ideal cristiano y pascual,
sumergidos de lleno en el espíritu
salesiano y colaboradores de la mi­
sión educativa de Don Bosco, co­
mo señal propicia hacia la edad
madura de nuestros ambientes.
Merece la pena ir tomándole el
pulso a nuestras riquezas y a nues­
tra acción educativa, tal como en
estos días se ha hecho en Tenerife.
Ya era hora de que la distancia y
el océano no fuesen obstáculo pa­
ra llevar a nuestros hermanos y
hermanas, que trabajan en las Is­
las, el aliento de una vida que cre­
ce con optimismo y se desenvuelve
con alegría. Así, al menos, lo he­
mos vivido en ese «puente» de pri­
meros de mayo los educadores salesianos de Canarias en Tenerife.
M. C. C.

Jóvenes y profesores participantes
en las Jornadas.

13

El
S a lv a d o r

1980
SAN SALVADOR: Templo de María
Auxiliadora.

El Salvador es noticia diaria. Y, por desgracia, noticia trágica.
No sólo ha muerto trágicamente el Arzobispo mártir, sino que
todos los días cae bajo las balas asesinas gente del pueblo.
«El Pulgarcito de América», como se le dice, es un país super­
poblado donde abundan los pobres y los desheredados en los
que se ceba la injusticia. Los Salesianos tenemos en El Salva­
dor nueve casas. Actualmente, el Obispo sucesor de Monse­
ñor Romero es el saleslano Monseñor Arturo Rivera Damas.
Damos a nuestros lectores una breve información de ios úl­
timos acontecimientos por los que está pasando aquel entra­
ñable rincón de América.
Al momento de escribir estas notas, más de 200 jóvenes (am­
bos sexos). —chiquillos muchos de ellos— , están ocupando,
por sexto día consecutivo, la Parroquia de María Auxiliadora,
y ensayan la guerra. ¿Protestan? ¿O es un sistema de reclu­
tamiento e indoctrinación? Ocho Parroquias más están en
idénticas condiciones.
CLIMA: Parecería que una cier­
ta calma reina en el ambiente. La
detonación de bombas ha cesado y
el traqueteo de los tiros ha dismi­
nuido. Sin embargo, no han dismi­
nuido los efectos de una situación
de violencia. Más de 1.200 muertos
han regado con su sangre este pe­
queño territorio de 21.000 kilóme­
tros cuadrados. Sigue el miedo, la
inseguridad, y el éxodo. Y el clima
de incertidumbre y de desesperan­
za con detener el pulso del país,
especialmente en lo que toca a la
actividad económica. Ni el sacrifi­
cio de Monseñor Romero, ni el cla­
mor de las multitudes que piden el
pan de la paz y del trabajo... ni el
holocausto del Domingo de Ramos
ha logrado poner freno a este cli­
ma de violencia.
LA JUNTA, apoyada por la Fuer­
za Armada y por la Embajada Nor­

14

teamericana, se esfuerza por ganar
puntos a base de decretos refor­
mistas. La Nacionalización del Co­
mercio Exterior y de la Banca, la
Reforma Agraria y la Ley para la
afectación y transpaso de las tie­
rras agrícolas a favor de sus culti­
vadores directos, que otorga la pro­
piedad de la tierra a ios aparceros
y arrendatorios, han sido las prin­
cipales medidas. Y con éstas, re­
presión y abusos de fuerza por fal­
ta de control.
LA IZQUIERDA: En el ámbito
de la izquierda opositora se ha ido
gestando un proceso de unidad:
unidad de organizaciones entre sí
y la consiguiente apertura a otras
corrientes más moderadas. Este
proceso de unidad comenzó con el
pacto de formación de la Coordi­
nadora Nacional Revolucionaria de
Masas (11 de enero de 1980). Esta

coordinadora es el producto de un
intento de unificación de las orga­
nizaciones de izquierda:
• El Frente dé Acción Popular
Unificada — FAPU— (surgido en
1974), que agrupa en sus filas a
intelectuales y Obreros, a Profeso­
res y estudiantes y a bases campe­
sinas y que tiene, como brazo mi­
litar, las Fuerzas de Resistencia
Nacional — FRN— .
• El Bloque Popular Revolucio­
nario — BPR— (surgido en 1975),
que cuenta con ANDES (Educado­
res), MERS (Estudiantes de secun­
daria), UTC y FECCAS, UPT, UR19 (Universitarios) y Sindicatos.
Su fuerza militar: FPL (Fuerzas
Populares de Liberación).
• Las Ligas Populares 28 de fe­
brero — LP-28— (surgidas en 1977),
que engloban a Grupos Populares
y Sindicatos, FENASTRAS... Su
rama militar: ERP (Ejército Revo­
lucionario del Pueblo).
• La Unión Democrática Nacio­
nalista — UDN— (surgida en 1969),
con carácter de partido político.
• El PCS: Partido Comunista
Salvadoreño (surgido en 1930).
El viernes, 18 de abril de 1980,
se constituyó el FRENTE DEMO­
CRATICO REVOLUCIONARIO de
El Salvador, con características de
Frente Amplio, reuniendo a todas
las fuerzas «democráticas y revo­
lucionarias» más importantes del
País: Coordinadora Revolucionaria
de Masas, Movimiento Indepen­
diente de técnicos y Profesionales,
Movimiento Nacional Revoluciona­
rio — MNR— ; Movimiento Popular

T
in fo rm a c ió n in te rn a e io n a t
Social Cristiano; Asociaciones Es­
tudiantiles, Pequeños empresarios
del Transporte; Federaciones Sindi­
cales y otros Sindicatos Indepenpientes).
Esta alternativa;


agrupa a unos 100.000 miem­
bros;



apoya la plataforma de go­
bierno que en febrero de este
año presentó la Coordinado­
ra Revolucionaria de Masas;



y propone un diálogo a la
Junta para pedir: Participa­
ción efectiva en el Gobierno
y la eliminación del aparato
armado actual para crear otro
nuevo.

de este pueblo laborioso y empren­
dedor, seguimos prestando el ser­
vicio a la juventud, aceptando de
antemano, las limitaciones que im­
ponen las circunstancias, y dis­
puestos a afrontar lo que venga,
fiados en Dios y en la protección
de María Auxiliadora, y alentados
por la solidaridad y oración de to­
dos los Hermanos.

BO M BAZO
E N E L IN ST ITU TO
DON R U A
Cuando este Noticiero estaba en
impresión, el Instituto Internacio­
nal Don Rúa y el Templo María

El Ejército no admite estas con­
diciones.
LA DERECHA (extrema), por
su parte, a través de sus aparatos
de poder, va cobrando sus vícti­
mas y, con sus intentos de «go l­
pe», está dividiendo las Fuerzas
Armadas y, por ende, haciendo el
juego a la izquierda.
Tomas, huelgas, amenazas, asal­
tos, incendios, robos y los perió­
dicos conjugando estos verbos; ma­
tar, asesinar, balear, asaltar en ti­
tulares y en pie de fotos.
Puede hablarse ya de una gue­
rra civil, es que atendemos al nú­
mero de víctimas. Pero se conver­
tiría en algo inmensamente peor,
si se diera un levantamiento popu­
lar armado o un enfrentamiento
abierto y total entre la Fuerza Ar­
mada y los grupos armados de la
izquierda. El tremendo costo de es­
ta solución en vidas humanas y en
recursos materiales, tan indispensa­
bles para la supervivencia del país,
hacen que deba buscarse otro
«principio de solución».
¿Podrá llegarse a un diálogo?
El nombramiento de nuestro
Obispo Monseñor Arturo Rivera
Damas como Administrador Apos­
tólico de la Arquidiócesis, ha sido
el camino más viable en esta co­
yuntura para el gobierno de la
Iglesia. Monseñor está propiciando
este diálogo, siguiendo el principio
de optar por el hombre y por los
derechos inalienables del hombre.
Las dificultades, sin embargo, son
reales, inter y externas y, como
punto de partida, asienta la nece­
sidad de «conversión».
En nuestro mundo salesiano, vi­
vimos las angustias y esperanzas

Mons. Arturo Rivera Damas, suce­
sor de Mons. Oscar Romero en el
Arzobispado de San Salvador, en
calidad de Administrador Apostó­
lico.

Auxiliadora pagaron su cuota de
violencia y destrozo que azota al
país.
A las dos y veinte de la mañana
del jueves día 15 de mayo, fue lan­
zada una bomba de alto poder ex­
plosivo sobre la parte norte del
edificio del Instituto Don Rúa. pre­
cisamente en la puerta externa de
acceso a la cocina, frente a la casa
de las Hermanas Bethlemitas (La
Madonna). Minutos después fueron
lanzadas otras dos, de menos po­
der explosivo, en el garaje del
Don Rúa.
Gracias a Dios no hubo daños
persnales.
La primera bomba zarandeó to­

do el edificio (comparándola con
un terremoto alcanzó unos 5 ó 6
grados, de cortísima duración) que­
brando la casi totalidad de los vi­
drios de las ventanas del costado
norte y algunos de la parte inter­
na. La puerta donde fue puesta
quedó desmantelada, y otras puer­
tas desvencijadas. El comedor de
los salesianos tenía cara de «terremoteado»; una pared de madera
que lo dividía de la cocina, cayó,
llevándose un chinero donde se
guardaban platos, vasos, manteles,
etc. Las ventanas habían desapare­
cido; las persianas de éstas esta­
ban a cinco metros, encima de las
mesas. Todo olía a pólvora.
La casa de la Madonna quedó
totalmente al descubierto, pues
desapareció la puerta. A llí tampo­
co quedó vidrio bueno; fueron re­
movidas varias puertas y el cielo
raso de su comedor se vino abajo.
La capilla de los salesianos su­
frió un tanto. Las vidrieras de mo­
saico del lado norte cayeron las
tres y una del lado interior; las
otras dos se desnivelaron.
El Templo de María Auxiliadora
no sufrió nada.
Aquello fue un chisporroteo de
vidrios. Cuando bajamos no había
metro cuadrado en donde no hu­
biera vidrios rotos por el suelo.
El pórtico del Don Rúa quedó ta­
pizado de pedazos de vidrio.
No sabemos quien tiró la bom­
ba. La razón: la presencia de los
grupos subversivos en nuestra Igle­
sia.
Los daños son cuantiosos en vi­
drio, en madera para las ventanas
y en algunas puertas y reparacio­
nes de conexiones eléctricas.
Ese mismo día, entre la una y la
una y media de la tarde, salieron
los grupos que estaban ocupando
la Iglesia, dejándola libre. Espera­
mos poder celebrar con debida so­
lemnidad la Novena de María Auxi­
liadora, que empezó con una albo­
rada de bombas.
♦ * ♦
INTEGRANTES DEL GRUPO
SUBVERSIVO DEL «MERS» pene­
traron ai Colegio Santa Cecilia y
a otros Centros Educativos de San­
ta Tecla para indoctrinamíento de
Jos jóvenes el viernes día 16 de
mayo, nos dicen los programas no­
ticieros matutinos. No hubo mayo­
res incidentes dentro de los recin­
tos del Colegio.
Noticiero Salesiano
de Centroamérica y Panamá

15

T

VACACIO NES
Las vacaciones dei verano
de 1860 eran una incógnita.
Pero Don Bosco había pro­
metido a sus muchachos
que serían las mejores que
pudieron soñar. Conque
todos las esperaban con
enorme ilusión. Los canto­
res ensayaban y los instru­
mentos de música no se
cansaban de subir y bajar
escalas. Más de 100 jóve­
nes iban a participar en la
aventura. Y hoy sabemos
cómo fueron^ gracias a un
diario que se le ocurrió es­
cribir a uno de ellos, y que
hoy titularía: Las vacacio­
nes más hermosas de to­
dos los tiempos. Veamos...

PROGRAMA GENERAL
Salimos de Turín el 3 de octubre
y llegamos a I Becchi en dos días,
para celebrar la fiesta del Rosario
junto a la casita natal de Don Bos­
co. El mismo día 7 comenzamos
una excursión que duró 12 días,
hasta el 19. Recorrimos 4 diócesis.
Los músicos Iban al frente de la
tropa y, muy de madrugada, nos
echamos por los caminos del Piamonte con muchas ganas de juer­
ga y diversión.
Todo estaba previsto: ¡hasta lo
imprevisible! N o s hospedábamos
en las casas parroquiales en las
que nos habían preparado cuadras
y pajares: ¡y hasta camas! Comía­
mos en cualquier sitio, pero comía­
mos ¡y muy bien! El 8 de octubre
por ejemplo, después de la misa
matinal, el párroco de Villa San
Secundo nos preparó en un barre­
ño una polenta de más de un me­
tro de diámetro. ¡Y era sólo para
desayunar!
Luego, la gente nos esperaba
por todas partes: ¡Una banda de
música, un coro y un Don Bosco
no era cosa de todos los días! ¡Y
menos en el campo! Así que el
gentío salía a nuestro encuentro,
como ocurrió en Mírabello el 12

de octubre. Nos ofrecían vino, cas­
tañas, pastas... El 13 de octubre,
fiesta de la Maternidad de la Vir­
gen. participaron a la misa canta­
da ¡más de 20.000 personas! Se
celebró en la plaza y todos escu­
chamos la homilía de Don Bosco.
Tuvimos muchas noches de fuegos
artificiales; el 6 de octubre, en I
Becchi; el 8. en Villa San Secundo:
el 9, en Alfiano; el 11. ante el pa­
lacio episcopal de Casale; el 13, el
14 y el 16, en Mirabeilo.
Los cómicos de nuestra farán­
dula pusieron en el teatro de ver­
dad de Mirabeilo una obra teatral.
Casi siempre actuaban en las pla­
zas, sobre palcos improvisados;
tres carretas de bueyes, La coral
cantaba todos los días en la igle­
sia y, por la noche, daba concier­
tos en la plaza. La banda de mú­
sica ya no llevaba cuenta de los
conciertos nocturnos que daba...
Las estancias en los pueblos du­
raban uno o dos días. Visitábamos
la población en pequeños grupos.
Y nos reuníamos al son de una
trompeta.

LA FURIA
DE UN SACRISTAN
El 14 de octubre, para preparar
la función de teatro, los artistas
se llevaron las cortinas de la Igle­
sia. Necesitaban una tramoya es­
pecial. Pero. ¡ay!, el sacristán las
echó de menos. Montó en el ca­
ballo de su cólera y se presentó a
armar un follón. Claro que llevaba
unas copas de más. Lo que quería
decir que había empinado más de
la cuenta. Pero ios chicos fueron
amabilísimos con él. Y el sacristán,
emocionado hasta las lágrimas, les
invitó a tomar un vaso, ¡el último!
Al día siguiente. Don Bosco que
se enteró, le dio al sacristán una
generosa propina, por su magnani­
midad. El hombre, que lo había ol­
vidado todo, se preguntaba la ra­
zón de aquel maná que le llovía del
cielo...

UN BANQUETE
IMPROVISADO
El 10 de octubre llegábamos a
Crea muertos de hambre. Eran las
dos de la tarde y no había comída.

Se le había olvidado al administra­
dor de Monseñor Calabiana. Y se
hallaba fuera. ¿Qué hacer? Porque
una comida para 100 personas no
se improvisa en cualquier sitio, y
menos en un pueblo.
Sobre una colina se alzaba el
convento de los Franciscanos. Era
la Providencia. Subimos al asalto.
Los frailes estaban dentro y no
contestaban. No abrían por nada
del mundo. Dormirían la siesta. En­
tonces nos colamos en la iglesia
del convento y el coro improvisó
un concierto. Se abrió la puerta de
la sacristía y Don Bosco se adelan­
tó a hablar con el fraile. Pero el
franciscano le hizo señas ordenán­
dole que no interrumpiera un canto
tan hermoso. Llego el Padre Guar­
dián. Hablaron. Y. en unos minutos
se preparó la comida para todos.
Terminamos con las reservas de tos
frailes, que nos dieron un banquetazo «gratis et amore Dei». Y de
nuevo al camino.
En fila de casi un kilómetro, íba­
mos batiendo el polvo bajo un sol
sofocante. La trompeta se desga­
ñifaba. Y el mismo Don Bosco
arrastraba ya sus pies de cansan­
cio. Llegamos a Casale a las nueve
de la noche, después de haber an­
dado más de 20 kilómetros.
Nos alojamos en el Seminario
por cuyos pasillos corríamos todos.
El famoso administrador nos invitó
a cenar. Nos esperaba el banque­
te que había preparado para el me­
diodía... Don Bosco cenó con Mons.
Calabiana.

CONCIERTO
EN EL CAMPANARIO
El 15 de octubre llegamos a Lú.
Visitamos el pueblo. Los trompetas
descubrieron una torre a la que su­
bieron por una escalera tambalean­
te. ¿Cómo no subir a ella cuando
se tienen quince años, hay un pai­
saje que contemplar y alegría para
dar y vender? Entonces, ¡arriba que
te quiero! Una vez en lo alto, de­
jaron caer sobre el asombro del
pueblo los compases de una mar­
cha militar.
El alcalde, furibundo, salió a im­
pedir el escándalo. Era un anticle­
rical. «jOue la escalera amenaza
ruina!», gesticulaba nervioso. Y.

acompañado por su secretario, man­
dó a los ocupantes que bajaran in­
mediatamente.

ALOJAMIENTO MILITAR
Valence sur Po, 17 de octubre.
Don Bosco había escrito al conde
de Cárdenas, senador y bienhechor
del Oratorio, pidiéndole un aloja­
miento militar. El conde dio órde­
nes a su factótum quien, ocupado
en la vendimia, se limitó a rellenar
de paja las cámaras de arriba, re­
servando. sólo para Don Bosco, una
habitación de príncipe. Pero Don
Bosco no lograba pegar un ojo: los
somieres no tenían muelles. Con
que se vino con nosotros y aquella
noche tamtiién durmió sobre la pa­
ja y. a eso del amanecer, volvió a
su habitación.
—«¿Qué tal habéis pasado la no­
che?». les preguntaba el hijo dei
conde a sus huéspedes.
— «¡Magnífica!», respondió el jo­
ven Tomatis, agarrándose las cos­
tillas. Las carcajadas siguieron to­
do el tiempo que duró la visita a
las bodegas...

DOS VAGONES SOLO
PARA NOSOTROS
Valence sur Po. 18 de octubre.
¡Otra novedad! A las 6 de la tarde
subíamos a dos vagones que nos
ofrecía la Dirección de los Ferroca­
rriles. Dimos las gracias al director
obsequiándole con una marcha mi­
litar. En todas las estaciones se
nos recibía con aplausos. A las
ocho llegábamos a Vlllafranca de
Asti. Fin del trayecto. Cenamos en
casa del párroco y dormimos en la
cuadra. Por la mañana, temprano,
después de la misa y la bendición,
engancharon nuestros vagones al
tren. Y entrábamos triunfantes al
Oratorio de Turín, con la banda de
música al frente y entre cánticos
de alegría.


«



¿Cuántos jóvenes no se apunta­
rían hoy con los ojos cerrados, en
1980. a unas vacaciones como las
que tuvo Don Bosco con sus mu­
chachos en 1860?
CARLOS DE FREYN

CON D . BOSCO [iaeo
17

í

]
4
'N

DE TURIM A UTRERA
PERIPECIAS DEL VIAJE DE LOS PRIMEROS SALESIAMOS QUE ERVIO DON BOSCO A ESPAÑA

D O N BOSCO LO S A L C A N Z A E N M A R S E L L A
Aquella Cuarta expedición para América tuvo que esperar en San Pier d’Arena desde el 21
de enero hasta el 3 de febrero de 1881.
Fueron días de abundantes nevadas y recios vendavales que hacían barruntar mar picada.
Los que venían a España quisieron aprovechar aquellas jornadas invernales para apren­
der la lengua castellana; pero desistieron al fin por falta de un profesor adecuado que les
enseñara la fonética del nuevo idioma.
En Génova los religiosos se dividieron en dos grupos: Los que zarpaban para Buenos Aires
tomaron el vapor Sud-América de la Sociedad Marítima Lavarello. Los destinados a Utre­
ra y los del Uruguay se embarcaron en el Humberto I de la Compañía «Rocco Piaggio».
Don Francisco Atzeni en su
Crónica apunta todos los deta­
lles:
"Se designaron las cinco de la carde
del día 3 de febrero para partir.
A las tres, ya se habían colocado
cada cual en su camarote...
A las tres, ya se había colocado
Genova.
Era, en realidad un buen buque:
16 metros de largo por 5 de ancho.
Salimos... Don Cagliero se sentó en
una poltrona. Los demás estábamos de
pie en cubierta, hasta que el frío de
Ifl noche nos obligó a retirarnos.
Unos anticlericales comenzaron a
llamarnos “ cuervos”. Lo supo el capi­
tán del barco y los amenazó con de­
jarlos en tierra en iel primer puerto
si no desistían de tan pesadas bro­
mas... Y nos dejaron en paz.
Comenzó a balancearse y moverse
el buque sobre olas gigantescas... Nos
mareamos... Se rompió una hélice...
Menos mal que al anochecer entramos
en el puerto de Marsella, donde nos
esperaba don José Bologna, director
del Oratorio Festivo San León, que
había-preparado unos coches para con­
ducirnos a Casa.
Tres días estuvimos en aquel Cole­
gio... Desde Italia, por tren, vino a
encontrarnos Don Sosco, que no acer­
taba a separarse de nosotros”...

A s í pues, los del Hum berto I,
al llegar a Marsella debieron que­
dar anclados tres días. Más que
anclados, en dique seco; porque
tuvieron que cambiar la hélice.
A llí encontraron nuevamente
a Don Bosco que viajó por tierra.
Rocco Piaggio, titular de la Com­
pañía a la que pertenecía el bu­
que, se llegó al O ratorio de San
León para rogar al Santo de Turín que bendijera su barco, a fin
de que hiciera una feliz navega­
ción en aquellos días tan tempes­
tuosos.
Accedió Don Bosco, que se
llegó al puerto acompañando a
sus salesianos. Ayudado por unos
y otros logró subir al buque y
bendijo sus dependencias.

Don Bosco
broma y serio:

respondió

entre

— Es m ejor que digáis: « ¡ D o ­
mine, salva te ipsu m !» (¡Señor,
sálvate a T i m ism o!) Porque vos­
otros vais en nombre del Señor y
para realizar idéntico oficio y mi­
sión que los que tuvo que reali­
zar él.
Fue impresionante la postrera
amonestación del Padre a sus hi­
jos. A muchos de ellos ya no los
volvería a ver en esta tierra. Tan­
to, que cuando el Santo los ben­
dijo. oficiales y marineros tam­
bién cayeron de rodillas...
El
armador señor Piaggio
acompañó a Don Bosco hasta
tierra.
Y sólo el martes, día 8, pudie­
ron partir hacia Barcelona.

Don A ngel Piccono, bromean­
do, se atrevió a preguntar:

E N L A C IU D A D C O N D A L

— ¿Cuántas veces hemos de
rezar en este viaje aquella jacu­
latoria evangélica: «D om ine, sal­
va nos; perimus» (Señor, sálva­
nos porque perecemos)?

E l go lfo de Lyón estaba albo­
rotado, furioso.
V iento, olas, cáncamos como
montañas hacían bailar el barco

18

i

Ita e la loft elet» a ñ o s
en torma endiablada. Los nova­
tos caían redondos en los cama­
rotes, con semblante de muerte.
Con todo, llegaron a la dudad
condal, el mismo día 8 al ano­
checer. Como el miércoles 9, de­
bían pasarlo cargando mercan­
cías, Cagliero, Piccono, Branda y
Pane bajaron a visitar la ciudad
de Barcelona. V ieron la catedral
gótica y el barrio anejo; la Generalitat, los bajorrelieves de
Santa Eulalia, el crucifijo de L e ­
pante, etc...
H e aquí cómo lo resume todo
la Crónica:

E) mar estaba alborotado y tocábamos
el agua con la mano... Poco faltó par.»
que cayéramos al mar y nos bañára­
mos en agua salada. Pero Dios no lo
quiso”.
Luego, los que se dirigían a
M ontevideo pusieron proa al
Ocaso. Y ios que venían a U tre­
ra a fundar la primera Casa de
España, se quedaron esperando
barco para Cádiz, pues habían
perdido ya el del viernes.
Tuvieron que pasar tres días
en Gibraltar en casa de un señor
italiano llamado Simón Corsi que
tenía allí abierto un hostal.

“ Nos tocó a ÍO.S salesianos comer en
la misma mesa de un pastor protes­
tante’ ...
“ El clero de Gibraltar fue extrema­
damente atento y acogedor con nos­
otros”.
Todos conocían ya el nombre
de Don Bosco y habían oído ha­
blar de su maravillosa Obra.
Los 11 sacerdotes de Gibraltar se hicieron Cooperadores Sa­
lesianos antes de que los «utreranos» partieran para Cádiz.
La simpatía y la garra de Juan
Cagliero eran importantes.
A N G E L M A R T I N G L E Z ., SDB

“En Barcelona paramos unas 24 ho­
ras. Algunos bajaron a tierra... AI día
siguiente partimos para Gibraltar. Rei­
naba una niebla muy densa. También
njvimos tempestad en el golfo de Va­
lencia”...

P O R F IN , E N G IB R A L T A R

%

Nuevos mareos en el M ed ite­
rráneo valenciano donde el mar
estuvo airado. O tro día de ayu­
no perfecto.
La noche siguiente niebla ce­
rrada. Luego silbidos constantes,
marcha lenta, precauciones extre­
mas.
El día 11 cenaron frente al
peñón de Gibraltar.
Después de la cena los que
iban al estuario del Plata se des­
pidieron de la primera Comuni­
dad que venia de Utrera. Habían
ido cortando hilo a hilo la red
de los afectos. Ahora se despe­
dían por cuarta vez de los H e r­
manos.
Sudaron el hopo para conse­
guir el desembarco en la pose­
sión británica:
“ El Humberto I no tocaba el puer­
to de Cádiz — dice la Crónica.
Para desembarcar nos metieron en
una barca. Nos metieron allí a once...

Siervo de Dios don Felipe Rinaldt,
que fue el primer Inspector de to­
da la España Salesiana.

19

El pasado 26 de abril celebró don Modesto Bellido sus Bodas de Oro sacerdotales con mucha
solemnidad. Hubo una gran concelebración eucarística en la iglesia de María Auxiliadora de
Atocha con numerosísimos participantes de la Familia Salesiana y con unos 130 concelebran­
tes. Entre ellos estaban don Bernardo Tohill,Consejero General para las Misiones y repre­
sentante del Rector Mayor; y don José Antonio Rico, del Consejo Superior para la región
Ibérica, quien tuvo la homilía. Asistieron también don Edward Cappelletti, procurador de las
Misiones Salesianas en Nueva York, y Mons. Echenique, del Secretariado de Misiones de la
Conferencia Episcopal de España...
Y el 4 de mayo, homenaje a don Modesto en el Seminario Salesiano de Arévalo, fundado por
él hace treinta años...
El Boletín Salesiano se une a los homenajes a este gran salesiano que cumple sus cincuenta
años de sacerdocio precisamente en el mes de julio. Y ofrece la entrevista que le hizo Jesús

M. Mélida.
— ¿A dónde vas con tantas hojas?
No merece la pena.
— Usted dice las verdades y yo
pongo las mentiras, don Modesto.
— iSí, para eso estáis los perio­
distas!
Tengo que reconocer que su estima
por. la profesión periodística no es muy
alta. Claro que su afirmación, además
de ser cierta para alguna que otra oca­
sión, tiene más de válvulá de escape
de su. timidez y modestia natural, que
de juicio de valor.
Y ésta va a ser la limitación más
grande a lo largo de la entrevista que,
con motivo de su cincuentenario sacer­

dotal, trato de hacerle: «Don Modes­
to —según don Modesto— , no ha he­
cho nada del otro mundo, todo ha sido
normal, casi vulgar».
Presiento que nuestra conversación
va a tener mucho de guerrilla agaza­
pada en la sombra, tratando de sor­
prender el error táctico que permita
penetrar por un resquicio en la vida
llena y en la rica personalidad de este
hombre bueno llamado Modesto.
—¿Fecha de su ordenación sacer­
dotal?
— El 6 de julio de 1930. El 7 dije
mi Primera Misa.

BECAS PARA LAS VOCACIONES SALESIANAS
INSPECTORIA DE BARCELONA
Beca "San Marcos". Primera entrega: 100.000 pesetas,
Beca "Bibiana Sodas". Total: 52.000 pesetas.

INSPECTORIA DE BILBAO
Beca "Mamá Margarita". L. Caftada. Pamplona. N. a.: 250 Total: 57 000 pesetas
Beca "O. Josó María Taibo". N. e.: 15.000. Total: 75.000 pesetas
Beca "Sr. Magín". N. e.: 10.000. Total: 23.750 pesetas

INSPECTORIA DE CORDOBA
Beca completa "José de Juan". Las Palmas. 280.000 pts
Beca "D. José Doblado". Málaga. N. e.: 12.000. Total; '88,000 pts.

INSPECTORIA DE LEON
Beca "D. Felipe G arda". Cooperadores Corufla Calvo Sotelo. N. e.: 10.000 pías
Beca "D. Rúa". Vigo María Auxiliadora. N. e.; 12.000 pesetas.
Beca "San Antonio". Vigo María Auxiliadora. N. e.: 5.000 pesetas

INSPECTORIA DE MADRID
Beca "Familia Francia". N. e.; 1.000, Total; 105.000 pesetas.
Beca "M. A. L." N. e.; 1.000. Total: 133.000 pesetas.
Beca “ Archicofradia de María Auxiliadora-Atocha". N. e.; 7.000. T.: 117.000 ptas.
Bacas Iniciadas para GUINEA (Parroquia de M.* Auxiliadora. SaJamanca): Beca
"Sagrado C o ru é n ". Beca "María Auxiliadora". Beca "San José"

INSPECTORIA DE SEVILLA
Beca "María Auxiliadora". Arch. Cádiz. N. e.: 1.000. Total: 129.000 pesetas
Beca "Dr. Boza". Sevilla. N. e.; 20.000. Total 80.000 pesetas.
Beca "C otonadórr María Auxiliadora". Sevilla. N. e.: 75.000. Total: 100.000 ptas.

INSPECTORIA DE VALENCIA
Beca "D. Manuel Pérez". Parroquia S. Antonio Abad (Valencia), N. e.: 20.865 ptas.
Beca "Juan Manuel". Col. Don Sosco. Alicante. Nueva entrega: 4.200 pesetas
Beca Francisco G il". Dfta. Vicenta Estreder (Valencia), N. e.. 22.000 pesetas.

20

—Un día de San Fermín, don Mo­
desto.
— Un día de San Fermín: en la
Basílica de María Auxiliadora de
Turín, en el altar donde estaba en­
tonces la urna con el cuerpo del
recién declarado Beato Don Bosco,
hoy altar de Santa María Mazzarello.
No resisto a la tentación de pregun­
tarle por su profesor de Liturgia que le
enseñó a decir misa hace medio siglo.
Ei que un par de horas antes he te­
nido el regusto espiritual de decir la
misa con él. Y los gestos, la unción,
la media voz de sus palabras claras,

UN HOM
3
sin acusar los atropellos de cincuenta
años de rutina, sus ojos bajos... eran
gestos, unción, palabras y recato de un
novel sacerdote que estrenara eucaris­
tía.
Luego me impresionó verlo senta­
do, en acción de gracias después de la
Comunión, con el cuerpo inclinado a
la derecha, y cinco largas hebras de
pelo surcando serenas su mediana cal­
va, con sus orejas grandes, sus ojos
entornados, y sus labios musitando
quién sabe qué soneto de algún místi­
co castellano... ¿No hay una fotogra­
fía igual, igual, de Don Bosco?
En la sacristía, al final de la misa,
continuaría moviendo los labios.
— Me enseñó don Vismara: un
hombre que vivía de y para la litur­
gia, íntimo amigo del cardenal
Schuster, precursores y preparado­
res ambos de las grandes renova­
ciones litúrgicas de los años 60.
— ¿Se acuerda, don Modesto, del
propósito de su primera misa?
— Hombre: lo llevo siempre en el
breviario: «Impendar et superim-

roeaelofftes
misionero era para nosotros algo
esencial en el colegio. Y la teolo­
gía en Turín, del 26 al 30. Eramos
230 estudiantes de todo el mundo
salesiano. Años inolvidables...
Y lo dejo que se vaya en pos de
sus recuerdos: soy consciente de que
los fieros limites de la entrevista no
me permitirán recoger sus recuerdos
de compañeros, profesores, ambiente,
vida intensa salesiano de aquel case­
rón ex-hospital de la Crocetta en via
Caboio, a veinte minutos de Valdocco,
centro y corazón de los Salesianos.
Luego, a lo largo de sus cincuenta
años de errar por el mundo irá encon­
trando rostros de amigos, y le irán sa­
liendo a flor de vida el cariño y el an­
ua salesianos asimilados por ósmosis
en las fiestas espléndidas de la Casa
Madre, en los «paseos a Valdoccct» du­
rante la mayor parte de los jueves es­
tudiantiles.
Tiene cimientos sólidos, cincelados
a golpe de lentitud, el bloque sin fi­
suras de la salesianidad de don Mo­
desto.
CAMPELLO:
INCENDIO Y EXODO
—Y en agosto de 1930 rompe sus
primeras lanzas sacerdotales: cate­
quista en Campello. ¿Qué pasó allí
en abril-mayo del 31?

BUENO DE NOMBRE MODESTO
pender...», que. traducido a versión
salesiana. es aquello de: «Dadme
almas y llevaos lo demás».
—MI HERMANO
MURIO ASPIRANTE
—¿Nace usted?
—En San Pedro de Rozados, Sa­
lamanca. un 31 de diciembre de
1902.
—Por poco se queda sin año.
—Por poco no lo pesco. A los
diez años se trasladan mis padres
a la capital, y me llevan a estudiar
al Colegio Salesiano de San Benito:
flotaba todavía en el ambiente el
recuerdo de la reciente visita del
Rector Mayor don Pablo Albera.
Primer curso de aspirantado en Carabanchel, Madrid, en 1915. Luego
tres años más en Campello, duran­
te ia Primera Guerra Mundial.
—¿Mucha alegría y mucha ham­
bre?
—Hambre discreta y mucha ale­
gría: tuvimos a don Alejandro Batai-

ni, don Recaredo de los Ríos, don
Mariano Beltrán...
— ...que todavía sigue tomando
el sol de Campello, cuidando su fa­
moso «ortus conclusus». Don Mo­
desto, ¿qué recuerda de su madre?
—La madre... Sintió mucho mi
partida. Además, por aquellos años,
murió en Villana como aspirante mi
hermano pequeño... tenía quince
años. Ella me decía siempre: >Si
un día no te sientes para eso. ya
sabes, aquí están siempr% abiertas
para ti las puertas de casa».
—¿Y ha recordado usted alguna
vez esas puertas abiertas?
—Felizmente no he tenido nece­
sidad de recordar eso en los casi
sesenta años de vida salesiana.
—Luego estudió...
— Noviciado y Filosofía en Carabanchel, con don Marcelino Olaetxea como director. Trienio prácti­
co en Mataré: allí nos visitaron,
casi simultáneamente. Mons. Versiglia, que luego moriría mártir en
China, y Mons. Comín. El espíritu

—Al proclamarse la República co­
mienzan los incendios de colegios
y casas religiosas. Nos llegaron las
llamas a Campello: tuvimos que sa­
lir precipitadamente. Fue mérito del
director don Juan Castaño el que
todo estuviera previsto al detalle
desde hacía varios días. No hubo
ninguna desgracia personal. Cada
uno se buscó...
— Usted, don Modesto, ha vivido
sus años jóvenes en una extrema
inseguridad sociopolitica: ¿de dón­
de le ha venido ese aplomo, esa
calma, esa seguridad posterior en
su vida, en sus decisiones?
—¿Seguridad?... Como no sea de
aquello de Don Bosco: «Haced el
mayor bien posible confiando en
la Providencia»...
— Dicen por ahí que usted es op­
timista: es famosa su palmadita en
la espalda y su «iánimo!» cariñoso.
— Dicen...
—¿Ha tenido muchas dificultades
en la vida?
— Pues... Las dificultades máte-

21

ríales estimulan, no acobardan;
otras dificultades, pues no: en la
vida religiosa, en los mismos car­
gos. no...
No, no hay forma de convencer a
este hombre de nombre y de hechos
«modesto» de que la entrevista va con
él. Responde con verbos impersonales,
sin un «yo» o un «me»: «dicen, esti­
mulan...»
Claro que su pudor natural es ya
una respuesta.
Sentado en un sillón —color noga­
lina negra— casi digno de Felipe 11,
venido quién sabe de qué abandonado
despacho, ante una mesa pobre y des­
colorida y, desde luego, de otro «jue­
go» diverso al del sillón —¿Felipe?— ,
aparece don Modesto más modesto to­
davía. Apoya los antebrazos con gesto
compuesto sobre la carpeta negra que
cubre media mesa, ocupada en su otra
mitad por papeles, libros, legajos en
admirable orden.
Me marché al final con la curiosi­
dad insatisfecha de saber si en alguno
de los cajones de la mesa se oculta
vergonzoso el clásico par de tinteros
de recio cristal con tapes metálicos,
con la tinta reseca.
— ... Dice usted «en los cargos».
Ha sido usted «superior» desde
1934 hasta ei 78: cuarenta y cuatro
años: ¿son muchos años?, ¿está
cansado?
— No son pocos años.
—¿Cuál es la virtud más nece­
saria al Superior?
—(Pausa larga)... Difícil: la cari­
dad... y la prudencia, el espíritu de
fe.
O ESCAPAR O ARREMETER
—De Campello «huye» usted a
Carabanchel. estudiantado teológico
para toda España. En 1934 lo nom­
bran director de Mataró... Luego
los amargos años de la guerra civil:
huidas, asesinatos, escondites, cár­
celes, miedo, peligros, actos heroi­
cos... De nuevo el éxodo: esta vez
a Francia a través de los montes
de Gerona, con un guía dudoso pa­
gado por la madre de un salesiano.
Marsella, Turín... conexión de Ca­
pitanía General Salesiana para el
norte de España.
Deusto. director de Pamplona 3838... Y al terminar la contienda, en
1939, director de Sarriá. Barcelona.
¿Cómo encuentra...
Todo estaba destartalado, en rui­
nas: los... rojos (bueno, no pongas
esa palabra, que ahora..,) habían
volado ai huir el gran pabellón de
la mecánica. Tuve un momento de .
' Don Modesto, en la India.

22

Jüi redondos sin ansias de contesta­
ción y de crisis, de las responsabili­
dades difíciles pero gratificantes.
depresión y me dije: «Aquí no hay
otra alternativa, o escapar o lan­
zarme de lleno al trabajo».
—Y no escapó.
—No se podía.
—De septiembre del 42 a 1948,
de nuevo en Madrid: es elegido
Provincial de una de las tres ins­
pectorías en que se dividía enton­
ces la España saiesiana: la Céltica.
¿Qué hizo usted en esos seis años?
—Hombre, pues se logra un buen
desarrollo material en todas las ca­
sas; era ei momento; los grandes
pabellones de Atocha, la Iglesia de
Vígo, la de Salamanca, el Semina­
rio de Arévalo...
El personal era escaso, de edad
madura, un poco cansado: ¿sabes?,
el gran trauma de tres anos de gue­
rra... con tantos salesianos muer­
tos. Habría que pensar en los jóve­
nes: fueron ellos los que dieron vi­
talidad a las obras. Los mayores
pusieron la experiencia, la compren­
sión, el cariño. No había las luchas
generacionales de hoy.
—Fueron los años de los grandes
noviciados: en el nuestro, don Mo­
desto, éramos 47; ¿qué piensa aho­
ra de aquellos reclutamientos ma­
sivos?
— No, no: las defecciones de hoy
no hay que achacarlas a aquellos
tiempos: cada tiempo dicta sus
pautas, sus normas. Yo creo que
la formación que se daba entonces
estaba en consecuencia con los
tiempos que se vivían: había ade­
más un gran espíritu de sacrificio...
Olvidó, por fin, las tácticas defen­
sivas: y habla y cuenta; hasta perso­
naliza: en primera persona... del plu­
ral todavía. ¡Cuánto sabe y qué bien
puestos tiene los principios este viejo
humilde!
Pero una vez más, hay que rom­
per el encanto de los recuerdos: creo
que para él fue ésta su época de oro,
casi diría su época romántica: de las

realizaciones que se locaban con las ma­
nos, de los deseos cumplidos, de la
autoridad sin problemas, de los recuerCONSEJERO GENERAL
PARA LAS MISIONES
—Y el año 48 le reclama don Ricaldone a Turín, y le nombra miem­
bro del entonces llamado Capítulo
Superior, encargado de las Misio­
nes. ¿Le costó el cambio o le ha­
lagó la distinción?
— Pues, con toda sinceridad: fue
el sacrificio más grande de mi vi­
da... No me asustaba el cargo...
pero me costó mucho renunciar a
ios apasionantes momentos de tra­
bajo que estaba viviendo en Espa­
ña.
—Tenía usted cuarenta y cinco
años: ¿demasiado joven para tal
responsabilidad?
— Las primeras palabras de don
Ricaldone fueron: «Muy joven», y
sonrió.
—¿Cuál era la cualidad más rele­
vante de don Ricaldone?
—Su visión clara de los grandes
problemas y una decisión enorme
para afrontarlos.
— Las misiones salesianas que
le encargan acababan de salir, en
aquel 1948, de una guerra mundial:
¿cuáles eran las necesidades más
perentorias? ¿las dificultades...?
— Yo diría que no encontré difi­
cultades.
Y me viene a la rnemoria de nuevo
aquella afirmación sencilla del princi­
pio: «Bueno, si, dicen que soy opti­
mista».
Hemos ido remando mar adentro:
casi hemos llegado. El tema de las Mi­
siones es su tema, es su vida.
Durante veinte años él ha sido, a
nivel de Congregación Misionera, el
hábil timonel que ha pilotado una de
los períodos más emocionantes del mi­
sionero salesiano: repetidas visitas ani­
madoras a la India — verdadero boom
misionero en la actualidad— . China,
Japón, Thailandia, América: viajes por
todo el mundo...

roeaelot»e«
Con

—He cruzado más de 30 veces ei
Atlántico.
Aquellas espléndidas oleadas de mi­
sioneros que eran despedidos con emo­
ción y brillo de ilusión en los ojos,
como antaño, en la Basílica de María
Auxiliadora de Valdocco.
— ...No sé: hay estadísticas, pe­
ro no me he preocupado de_ saber­
las: ¿una media de 60 al ano?
—La animación misionera en todas
y cada una de las obras salesianas. La
fundación del boletín AMS —Agencia
Misiones Salesianas— que comunicaba
experiencias, noticias, y alegrías a to­
dos los misioneros salesianas dispersos
por el mundo; y que luego, vistas sus
enormes posibilidades, amplió sus ser­
vicios convirtiéndose en el actual AÍ^S
—Agencia Noticias Salesianas— para
todos los sectores de la Congregación.
—Nació de un deseo de comuni­
cación, de contagio de entusiasmo
misionero, para aliviar la soledad
material y psíquica de muchos salesianos.

I

PUES,
NO DI LA VUELTA AL MUNDO
Me llama la atención en este mo­
mento, sobre la mesa de don Modes­
to, haciendo juego con la estampa de
María Auxiliadora, un portafotografías
con el manso rostro de Madre Teresa
de Calcuta, rostro que sonríe con paz
a través de las mil arrugas de dolores
compartidos, rostro iluminado por
unos ojos dulces que no han logrado
endurecer las inútiles muertes de los
caminos de la India.
—¿Ha conocido,' don Modesto, a
Madre Teresa? ¿La admira? El retra­
to de Madre Teresa calza sin avaricia
- un montoncilo de giros postales: li­
mosnas, par.

Porque la mesa de don Modesto, la
vida de don Modesto, como la de Ma­
dre Teresa, sigue llena de trabajo, de
amor, de esperanza misionera.
—Don Modesto, ¿no ha tenido la
curiosidad de contar los kilómetros
que ha recorrido en sus largos
años de visitas a los más lejanos
puestos de misión llevando...
—No. ¿para qué?: ¡qué cosas se
te ocurren!
—Habrá dado alguna vez la vuel­
ta al mundo...
—Pues no, siempre me volvía...
—Vaya, no doy una. Dicen que el
Oriente Misionero es su ojito dere­
cho.
—Hombre, es que el Oriente
ofrece perspectivas maravillosas.
¡La india!... ¡Filipinas! Será también
porque el Oriente ofrece también
misiones más duras, lentas, agota­
doras de la esperanza: ¡Japón!...
—¿Aventuras?
— ¡Ahhh! Muchas. Una tragicómi­
ca en China: una noche en uria
barca de transparente por el rio
estuvimos a punto de ser ametra­
llados por los soldados nacionalis­
tas que nos habían tomado por co­
munistas.
Mi pensamiento, curioso pensa­
miento. después de haber hecho un
rápido acto de contrición, era; Es­
taría bueno que yo. que salvé la
vida de manos de los comunistas
de España, tuviera que morir aquí
ahora, por pareces comunista...
— Peligros de ríos, peligros de
mar...
—Sí, no han faltado los peligros,
sobre todo volando en las avioneCon unos misioneros españoles en
la India.

los

aspirantes de
(Ecuador).

Cuenca

tas. elementales y desvencijadas,
de las misiones. Una vez me dijo
el piloto: «Rece, Padrecito. no res­
pondo del aterrizaje». Otra vez. ha­
bía oscurecido y el piloto, perdido
por aquellas inmensidades magallánicas del sur de la Argentina, no
daba con la pista de aterrizaje.
Cuando la encontró, sus jefes mi­
litares reprendieron su imprudencia.
Si. le reprendieron.
—Vaya.
— Dos veces... ¡tres! he visto
quemarse en pleno vuelo uno de
los motores del avión. Pero no me
había llegado la hora.
— ¿Cuándo cree que le ha seña­
lado Dios la llegada de la hora?
— Hombre, pues ya lo dicen...:
en la hora menos pensada, ¿no?
Ya tengo setenta y siete,
—Sí. ¿Volvemos, don Modesto?
— Volvemos.
—De acuerdo. Usted no ha en­
contrado dificultades en su función
de Misionero Mayor del Reino. Pe­
ro el misionero menor, el misione­
ro, ¿tiene problemas específicos?
—Yo creo que tampoco en el mi­
sionero menor, como tú dices, en­
contré una dificultad así «principal».
Son raros los que se acobardan: al
contrario; el misionero es optimis­
ta por vocación, por elección:
afronta con espíritu de fe su tra­
bajo... Yo siempre he dicho que
los salesianos más felices que he
encontrado en mi vida han sido los
misioneros.

Don Modesto en Tierra Santa, a la
orilla del lago de Tlberíades, sobre
la «roca de Pedro».
—SI, don Modesto. Sin embargo
comentábamos hace unos dias unos
c o m p a ñ e r o s y yo que... bas­
tantes de tos mejores de nuestros
cursos de seminario que fueron a
misiones —concretamente al Orien­
te— terminaron agotados física,
psíquica o religiosamente. ¿Qué ha
pasado con ellos? ¿Hay que apun­
tar ese fenómeno en el Debe de
las Misiones? Usted mismo podría
enumerar un doloroso rosario de
nombres...
—Pues... ¡Qué sé yo! Habrá que
estudiar la proporción con otros lu­
gares. Yo pienso que ese caso que
traes no es ninguna excepción. ¿El
excesivo trabajo?
—¿La soledad que usted apunta­
ba antes?
— SI, tal vez: esos a los que te
refieres fueron pioneros: aquellas
Inmensas misiones...
—¿Cuál es la misión que más se
desarrolló en estos cuarenta años
últimos?
— En número la del Assam en la
India. En organización la del Ecua­
dor.
—¿Qué misión le hizo sufrir
más?
— Ninguna. Sufrimiento físico... la
de los Jíbaros; tremendas camina­
tas a caballo, a pie...
Y LUEGO,
LA PROCURA DE MISIONES
DE MADRID
— Del 66 al 72 ocupa usted, siem­
pre dentro del Consejo Superior, el
cargo de Catequista General. No
tenemos espacio para analizar este
interesante período de su vida: son
años densos, profundos, difíciles,
emparedados entre un Concillo Va­
ticano II exigente, cambiante y to­
davía confuso, y un Capitulo Ge­
neral Especial de adaptación, que
tuvo todo de parto bronco, esperanzador, interminable, tenso, y lu­
minoso a la postre. Al término de
ese Capítulo deja usted definitiva­
mente el Consejo Superior, año
1972, después de veinticuatro apa­
sionantes años de gobierno de la
Congregación, y se viene a Madrid,
a su lejano Madrid, a la Procura de
Misiones. ¿Consideró esta venida
como un retiro?
— Desde luego que sí; en propor­
ción al trabajo, a la responsabili­
dad. la Procura era un descanso.
Y sonríe. ¡Formidable don Modesto
diciendo lo que siente! Así. suave, sua­
ve, sonríe.

24

Sonríe desde su jersey gris-feo y su
chaqueta azul-demodé.
Su sonrisa me llega tibia, envuelta
en los débiles soles de esta mañana
invernal madrileña que se cuela cu­
riosa hasta la mesa-bazar de don Mo­
desto, esquivando la horrenda cortina
de terciopelo sepia que enmarca el
ventanal.
Sonríe don Modesto. Y me clava esa
mirada inocente y mansa.
Los cristales bifocales de sus viejos
lentes le han hecho tomar la costum­
bre de alzar con exceso la cabeza cuan­
do mira...
—Y el recato ofendido se ha re­
fugiado en esas arrugas de la fren­
te cargadas de ingenuos interro­
gantes.
—Y desde este «descanso» de la
Procura, ¿qué ha hecho usted du­
rante estos ocho años?
—Pues... «hemos» procurado se­
guir las actividades que ya había
iniciado aquí don Híscio Morales.
—¿Qué función cumple la Procu­
ra?
—Sobre todo atender a los misio­
neros: luego realizar la animación
de la idea misionera en colegios,
obras... y, en tercer lugar, buscar
ayudas materiales.
—¿Proyectos para el futuro?
—Estos son momentos un poco
de espera... Habrá que construir
obra nueva, habrá que intensificar...
Pero esto ya lo tienen en la cabeza
el nuevo Director de la Procura,
don Antonio Méltda, y Gonzalo y
Severiano...
LA NUEVA FRONTERA MISIONERA
DE AFRICA
—Un enemigo suyo me acaba de
decir que si se perdiera el «don
de consejo» bastaría buscarle a us­
ted.
—Esto ni me ha pasado por la
mente.
—A usted no, a su amigo. Pues
bien: aconseje a los Salesianos que
están probando ahora la aventura
misionera de la nueva frontera de
Africa.
—Se cumple un sueño que siem­

pre tuve. Desde luego que el por­
venir misionero siempre fue incier­
to. De aquí el axioma de todo mi­
sionero: «Hacer desde el principio
todo el bien que se pueda, sin preo­
cuparse demasiado del tiempo que
durará ese bien».
— Estamos en una encrucijada de
soluciones para la Idea misionera.
¿Qué le falta al misionero de hoy
que tenía el misionero clásico?
— Pues... no sabría.
— Sí, sabría, don Modesto: no sea
picaro.
— De veras. Quizás esté menos
habituado al espíritu de sacrificio.
— Quizá... Hay quién dice que
los jóvenes salesianos de hoy no
sienten ya el ideal misionero.
— Sí, ha habido, años atrás, un
compás de espera debido a esas
teorías un poco raras que han apa­
recido sobre las misiones. Pero
hoy se advierte, sobre todo en las
casas de formación, un alegre des­
pertar. Y en los colegios en los
que algún salesiano remueve el
ambiente, los muchachos responden
como en otro tiempo.
—¿Pocos por ahora?
— Pocos: tienen miedo a parecer
pasados de moda, y a no ser segui­
dos por los muchachos.
CONCILIO VATICANO
Y OTROS SUSTOS
— Don Modesto, ¿ha sufrido us­
ted el Concilio en su acción o en
su espíritu?
— Pues... lo he ido siguiendo pa­
so a paso, como he podido, y con
espíritu de fe: es que somos nos­
otros los que tenemos que adap­
tarnos al Concilio, y no al revés.
—Tirando una raya de balance,
¿cuál ha sido el resultado del Con­
cilio?
— (Ríe). No me atrevo a opinar:
he llevado una vida retirada des­
pués del Concilio.
— Gracias por su opinión.
— Usted ha trabajado mucho con
las Hijas de María Auxiliadora.
—Cumplen su misión de una ma-

v o e a e lo t ie s

ñera extraordinaria: sus misioneras
son únicas.
—¿Y cómo ve, desde sus bodas
de oro sacerdotales, el futuro de
esta Congregación que tanto quie­
re y a la que ha entregado sesenta
años de su vida?
—Creo que ha trazado un espec­
tacular arco en su desarrolló, sobre
todo desde la Beatificación de Don
Bosco.
—... arco que está tocando tie­
rra.
—Sí, pero ya nos estamos levan­
tando de nuevo.
FUEGO A DISCRECION
—Don Modesto, ¿un bombardeo
final?
—Chico, cuánto trabajo te estás
tomando: haz una cosa sencillita y
breve, y déjalo.
—¿Cuál es el recuerdo más fe­
liz de su vida?
—¿Demasiados?
—Demasiados, sí: la ordenación
y primera misa.
—¿Qué acto se preparan para el
Cincuentenario?
—Más de lo que merezco: quie­
ren hacer un acto aquí en Atocha,
y luego otra conmemoración más
íntima en Arévalo; y nada más, na­
da más. Después, en Salamanca,
con ios familiares, una cosa sen­
cillita.
—¿Qué familiares?
—Pues me quedan las tres her­
manas. muchos sobrinos, y mil so­
brinos-nietos.
—¿Cuándo murieron sus padres?
—Mi madre durante el Capítulo
General del 52, y mi padre en el
Capítulo del 58.
—Caray con los Capítulos.
—¿Y cuántas veces al día se
acuerda de Don Bosco?

—Por un motivo u otro, con mu­
cha frecuencia.
—Le han dicho alguna vez que
se parece a Don Bosco?
—Hubieran dicho una mentira.
Y ríe... don Modesto reacciona a las
sorpresas, con sonrisas. En ningún mo­
mento le he notado emoción de voz
íjuebrada, de ojos brillantes. Y a fe
que la perseguí.
—¿Y control sobre sí mismo?
Y, sin embargo, la sensibilidad ex­
terna de este hombre sencillo y pro­
fundo, es exquisita.
Control. Sigue riendo: juraría que
está leyendo mis pensamientos. Usted
gana, don Modesto: no logré penetrar
en el sagrado de sus sentimientos.
Dios y los amigos saben mucho de
su finura de espíritu, de sus emocio­
nes blancas.
—¿Ha estado triste alguna vez?
—No han faltado momentos. Es
cosa humana.
—¿A qué salesiano ha admirado
más en su vida?
—A don Ricaldone. Y luego, a
don Marcelino Olaetxea.
—¿Qué piensa de su lejano pro­
fesor Unamuno?
—Hombre. ¡Qué recuerdos traes!
Pues, que tenía un sólido funda­
mento cristiano. A pesar de que
mi examen con él fue un poco có­
mico...
—nCuente, abuelito, cuente».
—Eran los años turbulentos del
32. Unamuno nos había citado a
examen, a mí y a un jesuíta, a las
nueve de la mañana.
—¿Materia?
— Historia de la Lengua. Al en­
trar saludé yo: «Buenos días nos dé
Díos>. El levantó la mano y dijo:
■jEsto no cuenta para el examenlDespués me hizo sentar, y, mien­
tras hacía bolitas de migas de pan
y las iba tirando a la derecha e
izquierda según su costumbre, me
mostró su reloj diciendo: «¿Qué

hora es?» «Las nueve». Empecé a
hablar, y al cabo de un buen rato
volvió a preguntar: «¿Qué hora es?»
«Pues, las diez». Basta, váyase...
váyase. Me aprobó, sí.
—¿Iba usted vestido de sotana?
— Sí, pero él ya sabía que yo era
salesiano; tenía sus hijos en nues­
tro colegio de Salamanca.
—Y, a propósito de cómico: ¿es
cierto que por los años 36-37, en
la cárcel le nombraron en público
algo asi como Modesto «Beiludo»?
—Yo me quise hacer el despis­
tado en un examen de religión para
presentarme al final, sin público
menor. Y es cuando apareció por
allí, por los pasillos, un bedel no
muy letrado llamándome a gritos a
examen: «¡Modesto Beiludo, Mo­
desto Beiludo!» Un chico que me
conocía me perdió: «Tú, que te lla­
man...»
—¿Usted ha solicitado alguna
vez en su vida marchar a las Mi­
siones?
—Sí, por los años 40. pero don
Ricaldone no quiso enviarme.
—Y, si hoy don Viganó quisiera
enviarle, ¿a qué misión iría?
—A América, por la facilidad de
la lengua.
— Usted habla inglés y chapurrea
portugués.
—Sí, pero...
—¿Cuál ha sido para usted el me­
jor de los 8 Papas que ha conocido?
—Cada uno en su estilo. Quién
sabe... ¿Pablo VI?
—¿Y el mejor Rector Mayor?
—Todos.
—¿Ha tenido miedo alguna vez,
don Modesto?
—No. aun en momentos trágicos:
supongo que por inconsciencia.
—Hombre, como todo salesiano.
Y la quiero.
— Usted tiene muchos amigos, y
¿algún enemigo?
—Hombre, no lo sé. Me figuro
que no.
—¿Cuándo se jubila, don Modes­
to?
Pues... cuando nos llame el Se­
ñor o nos deje imposibilitados pa­
ra el trabajo. Creo que es ésta la
jubilación del salesiano, ¿no?
—Sí.
— Bueno, bueno: ¡Y no escribas
muchas tonterías!
—Todas, don Modesto. Gracias.
JESUS M. MELIDA

En el Chaco Paraguayo, con unos
niños indios chamacocos.
25

POBLADOS DEL ORINOCO
Nos encontramos de visita a las tribus indígenas, llevamos un interesante programa de catequesis y esperamos realizar una extensa campaña de vacunación contra la tuberculosis,
el sarampión y la polio. La Sanidad coopera con nosotros y nos proporciona buenas
embarcaciones, así, dotadas de medios humanos y confiados en el Todopoderoso, hacemos el
recorrido periódico.
Los caseríos son muchos y están ubicados en las orillas del Guariarito, Chutaje, Manapiare, Parucito, Ventuari, Caño Marieta, y otros caños.
Visitamos 27 caseríos. Los indígenas desean ver a las religiosas. Con la atención de los
cuerpos se Jes gana la amistad y se les llega a las almas. Les adyninistramos medicamentos
y nos interesamos por sus necesidades, después nos esforzamos en interpretar sus proble­
mas y presentarlos ante las autoridades tanto escolares como sanitarias.
Lamento no tener facilidad de palabra para interpretar los sentimientos de tantas perso­
nas que, aunque no tienen instrucción, sí tienen su corazón muy noble y nos confunden a las
religiosas con todas sus atenciones y muestras de cariño que tienen con nosotras.
En la población de Manietaque,
habitada por los Macos, aplicamos
216 vacunas. Después el Padre Salesiano que nos acompañaba en la
expedición, pasó una película so­
bre la vida de Jesús de Nazareí.
El jefe de la tribu se me acerca y
me dice: «Hermana, nosotros so
mos los tribus más primitivas que
tú hayas conocido. Nosotros no sa­
bemos nada. Queremos enseñar a
nuestros hijos para que sepan de­
fenderse. Aquí viene gente pmra
adquirir nuestros productos y nun­
ca nos enseñan nada. Mientras que
tú nos enseñas la vida de Cristo.
Así nosotros aprendemos a ser bue­
nos, respetarnos y ayudarnos. Tam­
bién curas nuestras enfermedades.
Estamos en Garzita, un pequeño
caserío. Los niños se esconden y
escapan. Entro en una choza. Está
muy oscura. Encuentro una viejita
que no se mueve y tiembla de mie­
do. Me acerco y observo que tiene

26

el fémur de la pierna izquierda
completamente partido. ¿Qué le ha
sucedido?
A poco rato aparece un jovencito y me dice: «N o quiero que na­
die la toque, pero si usted la cura,
sí se dejará tocar». Y así fue. La
curamos y con la pierna entablilla­
da con una gruesa corteza de ár­
bol pudimos trasladarla al centro
de salud y ponerle yeso.
En Caño Negro (indígenas ma­
quiritares) vive una comunidad
evangélica. Después de haber visto
la vida de Cristo joven llamada Jo­
sefina se acerca a la Hermana y
toda sonriente agradecida de la vi­
sita (por las atenciones prestadas
a la mamá a quien curamos de una
infección) le dice: «Siento el deseo
y la necesidad de ser más buena,
viendo que Jesús no ha hecho otra
cosa que hacer el bien y que tú ha­
ces igual. Vuelve pronto y tráeme,
por favor, una estampita para po­
nerla al lado de mi chinchorro. Con

las oraciones que aprendí seguiré
rezando por mis hermanos de reli­
gión».
Estamos ahora en Guayabito
(poblado por indígenas piaroas). El
sacrificio de la Misa se celebró en
una choza en donde vive el enfer­
mo. Su mujer se llama Rogelia.
Los dos son exalumnos de la mi­
sión del Ratón. (N. R. se refiere a
la magnífica obra que Salesianos
e Hijas de María Auxiliadora lle­
van adelante en la Isla del Ratón,
en el Orinoco). Mientras improvi­
samos el altar, un grupo de indí­
genas miran curiosos. Una mucha­
cha rompe el silencio y pregunta:
«¿Por qué yo no puedo comulgar?
estoy casada y tengo dos hijos.
Quiero bien a todos mis parientes
y a nadie hago mal. Cuando tenga
cuarenta años me casaré con mi
marido por la Iglesia». Terminada
la Santa Misa se acerca el maes­
tro del poblado. Se le nota angus-

f
m isio n es y te e e e e m n n d o
tiado y quiere hablar. Nos adelan­
tamos a preguntarle: ¿Qué le pasa,
amigo? Nos responde: «Todos mis
alumnos son muy pobres. Hlace al­
gunos días uno de ellos murió. Era
el mejor de la clase y ya estaba
en tercer grado. Era huérfano y no
tenía ropa para vestirse. Le gusta­
ba estudiar y era inteligente. La
tía le prometía que le iba a com­
prar ropita. Pero nunca lo hizo. Un
día no llega a la clase. Lo busca­
mos. Lo encontramos muerto cerca
del caserío. ¿Qué había pasado?
Un misterio. Estaba arrodillado
con la cabeza entre las manos».
Llegamos a Taquí Taqul (pobla­
ción de Macos y Piaroas). A l ver
que llega la embarcación se ale­
gran muchísimo. Aunque son ca­
llados y tímidos se les ve expresi­
vos y sonrientes. Nos ayudan a
descargar y después nos invitan a
entrar en una churuata redondita
y nuevecita, la mejor hecha de to­
das, aunque el piso no era de al­
fombra, sino de tierra. El capitán
nos habla de todos sus problemas
y nos narra el hecho del niño que
murió y que se llamaba Juan Bau­
tista. «Tú sabes, es el último de
los siete que bautizaron la otra vez
en la escuela durante la Santa Mi­
sa, el 24, fiesta de San Juan Bau­
tista». Le preguntamos: ¿De qué
murió? Nos responde: «Y o era
grande. Tenía fiebre y escalofríos.
Y así murió. Como él hay otros
dos. Ustedes nos quieren y nos cu­
ran. Y no nos piden nada. Pero los
demás pasan con grandes motores,
arriman las embarcaciones a la ori­
lla y sólo preguntan si tenemos
carne asada. Cuando les responde­
mos que no, que nuestros niños
están enfermos y tienen hambre y
mucha fiebre, que nos den reme­
dios, ya no contestan nada; y se
van».
Nosotros comprendemos que es
necesario remediar primero las ne­
cesidades materiales más urgentes
para después poderles hablar de
Dios.
Nos paramos en Tavi Tavi y en­
contramos una familia provenien­
te de Punto Piaroa. Son evangéli­
cos, pero otras veces nos han pe­
dido que les enseñemos el cate­
cismo y que les intruyamos en la
religión católica. Después de va-

Grupo de niños guaicas, en las Mi­
siones Salesianas del Alto Orinoco.
A la izquierda, vemos con gorra de
visera, al P. Juan Bosco Ramos
Cervera.

ríos meses piden que les bautice­
mos como católicos a sus hijos.
La segunda vez que se celebra allí
la Santa Misa en esta población
se bautizaron trece personas, en­
tre ellas los hijos de la familia
mencionada.
Proseguimos el viaje y la noche
nos alcanza en las Carmelitas. Tres
niños están muy malitos, enfermos
de sarampión. Los atendemos. Sus
padres nos piden que celebremos
la misa en su churuata, para que
la presencia de Dios les cure...»
Llegamos a Camani. Un grupito
de piaroas, en cuyos rostros se re­
fleja la timidez, nos dicen como
comunicándonos un gran secreto:
«El viejito de cien años, al que
atendieron porque estaba enfermo
y después bautizaron, murió hace
dos días...» La última visita había
sido como la despedida para el vie­
jito. El nos dio a entender con el
único idioma que ambos dominá­
bamos: una sonrisa.
Recorremos la base de los obre­
ros de la malariología. Las muje­
res están bastante nerviosas. Nos
piden remedios, después ruegan al
padre Berno que se quede unas
horas y que les bendiga los am­
bientes donde viven, porque de no­
che se escuchan ruidos: «los espí­
ritus malos nos hacen daño», afir­
man. El Padre, bondadoso, no sólo
les bendice todas las dependencias,
sino que celebra la Santa Misa.
Ellos, con su fe sencilla, afirman
que los espíritus dejaron de mo­
lestarles.
En Majagua, caserío de Yaravanas y Puhinave, un joven se acer­
ca y dice: «Mujer mía mala...; po­
co vive...; mucha sangre...; ella muy
mala...; tú ampolleta... Providen­
cialmente en el maletín tenemos lo
necesario, tenemos que recorrer
unas dos horas a caballo hasta lle­

gar a su vivienda. Diez días des­
pués de nuestra visita es ella la
que se presenta en la misión, junto
con su fiel compañero, para que
todos veamos que está sana y pa­
ra agradecer las atenciones que le
prestamos. Ella no sabía hablar
nuestro idioma, pero mostraba una
sonrisa agradecida y señalaba ha­
cia su marido y su hijito.
En San Juan Viejo, de vez en
cuando, les hacemos el regalo de
pasarles alguna película amena y
nos dicen: «Pasen la vida de Je­
sús, que nos gusta más que estas
películas». Expresiones como estas
y otras similares se escuchan con
frecuencia en la boca de quienes
nos visitan. Si tuviéramos más
tiempo y supiéramos hablar su
idioma dialogaríamos un poco más
con ellos.

*

*

*

En todos los caseríos que visita­
mos dejamos un cuadro de María
Auxiliadora, adherido a madera
rústica pero fuerte. Que Ella, a
cuantos la acogen en su casa, los
custodie y los guarde, y bendiga
a todos estos jóvenes gérmenes de
la Iglesia. Entre estos hijos de la
selva se encuentran perfumadas
flores y lirios de virtudes en ma­
yor número de lo que uno puede
imaginar.
Si los misioneros fuésemos más
numerosos y tuviéramos mayores
posibilidades: tiempo, recursos eco­
nómicos, la Iglesia en esta zona
crecería y se difundiría y Cristo
reinaría en estas almas moralmen­
te sanas.
Pedimos a quienes lean esta re­
seña, nos ayuden con la oración y
según sus posibilidades a lograr
este crecimiento.
Sor Felicita Supertino, F.M.A.
'Del Boletín Salesiano de Venezuela)

rr.zsr^ :

EL PADRE SCHLOOZ
SE DESPIDE
DE VYASARPADI
Después de trece años pasados
con sus pobres del Centro «Las
Bienaventuranzas-, el padre Schiooz
ha sido destinado a la misión de
Polur, también en la India. Deja con
inmensa nostalgia a sus enfermos,
a sus leprosos y a sus pequeños,
como lo hace notar en carta diri­
gida a sus amigos:
«Hace tiempo pensé que alguien
tenía que sustituirme en el puesto
que ocupaba. Mis fuerzas no podían
más con el peso de una institución
enorme, que muy bien podría divi­
dirse en 4 ó 5 casas saleslanas.
Después de un año muy duro, pedí
por enésima vez a los Superiores
que me exonerasen del cargo. Al
fin han acogido mi súplica.

gracias, y ante vosotros, mis ami­
gos, que habéis sido los instru­
mentos de la Divina Providencia.
Sois maravillosos, pues con vues­
tros sacrificios me habéis ayudado
lo indecible. ¡Ay, cómo son los ca­
minos de Dios! En 1932 el médico
me dijo en Holanda que no podía
ser misionero y ni siquiera sacer­
dote. Y ya llevo nada menos que
cuarenta y cuatro años en el tró­
pico...
Estos trece años han sido, sin
duda, los más pesados. Desde las
seis de la mañana hasta las diez
de la noche veía asediada mi habi­
tación por miles y miles de pobres
y enfermos. Y así un día y otro día.
Sin embargo, ha sido algo asom­
broso: 5.000 comidas diarias, 3.000
raciones de leche para los niños,
ayuda a orfanatos y leproserías...
Y ahora digo adiós con tristeza.
Me consuelan las palabras del Pa­

El Rector Mayor, rodeado de salesianos y jóvenes de Nápotes en
la Barriada Amistad, en el centenario de la visita de Don Bosco a
la ciudad. Mucha fiesta y cordialidad. Nápoles cuenta hoy con cua­
tro obras y 34 en varias provincias del sur de Italia.

Ha venido a sustituirme el saiesiano indio padre Ittyachen, de
gran inteligencia, palabra muy agu­
da y excelentes cualidades de or­
ganizador. Lo hará muy bien.
He mirado hacia atrás y he visto
el trabajo realizado en estos trece
años. Siento la necesidad de arro­
dillarme ante Dios para darle las
28

dre Inspector en carta del 6 de mar­
zo: "El trabajo que usted ha rea­
lizado por la Inspectoría ahí queda.
Es posible que los hombres no lo
entiendan, pero arriba hay Uno que
lo comprende todo y que le dará
una buena paga..."P. Francisco Schiooz

Nota de ia R.: También le recor­
damos sus amigos de España, pa­
dre Schiooz. Le mandamos nuestro
«gracias» por el bien que ha hecho
a los pobres y por ol bien que lo
ba hecho. Le deseamos salud y fe­
cunda misión en su nuevo desti­
no.

RAMON ALBERDI
PRESENTA SU LIBRO
SOBRE
FORMACION PROFESIONAL
Barcelona: El salesiano Ramón
Atberdi presentó su libro «La For­
mación Profesional en Barcelona»
en el Salón de Actos de la Escola
del Treball de Barcelona el pasado
día 3 de junio. Además del autor,
intervinieron en el acto el doctor
Emili Girait i Raventós, decano de
la Facultad de Geografía e Historia
de la Universidad de Barcelona
quien, asimismo, escribió el prólo­
go: y el Honorable Sr. Joan Guitart i Agell, Conseller d'Ensenyament de la Generalitat de Catalun­
ya.
'Invitaban al acto de presentación
Ediciones Don Bosco (Edebé), el
Instituto Politécnico Nacional Esco­
la del Treball, las Escuelas Munici­
pales de Formación Profesional. Jo­
sé Serrat I Bonastre y Juan Manuel
Zafra, el Instituto Politécnico Es­
cuelas Profesionales de Sarriá y la
Escuela Técnico Profesional del
Clot.
«El libro que tengo el honor de
prologar, dice el Dr. Girait, tiene
esas cualidades de sistematización,
orden y claridad. Su autor dice mo­
destamente que no es nada más
que una tesis doctoral: yo tengo
que decir que es nada menos que
una tesis doctoral, con todo lo que
ello debe significar de trabajo ma­
duro y de sólida contribución cien­
tífica».
Ramón Alberdi traza la más com­
pleta historia de la formación pro­
fesional en Barcelona, y en la que
un capítulo muy importante corres­
ponde a la obra de los Salesianos.

EL CARDENAL
NO CELEBRO LA MISA
Santiago de Chile: «Por primera
vez en diecinueve años debemos
renunciar a conmemorar este ani-

noÉieias
versarlo del 1 de mayo a nos tan
querido». Con estas palabras el
Primado de Chile, Cardenal Silva,
comunicó su decisión de no cele­
brar una misa en la catedral de
Santiago con motivo de la fiesta
del Trabajo. El Cardenal salesiano
tomó la decisión tras un aviso del
Gobierno: «Por causa de la cele­
bración religiosa podrían tener lu­
gar choques violentos y hasta al­
gunos podrían perder la vida».
«No queremos que se nos haga
responsables, directa o indirecta­
mente, de estas posibles desgra­
cias», dijo el Cardenal en una co­
municación a la prensa. En dicha
declaración invitaba a todos los ca­
tólicos chilenos a trabajar a fin de
que el país «vuelva a la normalidad
institucional».
ANS

CARACAS;_________________
ENCUENTRO
DE EDITORIALES
SALESIANAS
Caracas: Los directores de las
Editoriales Salesianas, de los Bole­
tines Salesianos y de los Cursos
de Formadores para la Comunica­
ción Social celebraron un encuen­
tro en Caracas del 16 al 25 de ma­
yo, bajo la presidencia de don Juan
Raineri, Corisejero Genera!, y don
Héctor Segneri, del Secretariado
Central.
En este encuentro se han traza­
do las líneas de lo que ha de ser
una editorial salesiana. especiali­
zada en los servicios catequísticos,
escolares y otros; pero, sobre todo,
se han expuesto las posibilidades
de colaboración entre todas las edi­
toriales del mundo salesiano, prin­
cipalmente de Europa y América.
Hay actualmente en todo el mun­
do salesiano unas 25 casas edito­
riales. repartidas en 17 naciones
y en las que trabajan 1.121 perso­
nas. La editorial salesiana más an­
tigua. sin contar la Librería funda­
da por Don Bosco en Valdocco en
1861, es la de Barcelona, hoy Edi­
ciones Don Bosco (Edebé). fundada
en 1884.
«Las editoriales salesianas, en
frase del Rector Mayor, han de
cumplir la misión ambivalente de
unir fe y promoción humana, en el
compromiso de evangelizar educan­
do y educar evangelizando».

VIENA: El Presidente de Austria, Dr. Bruno Kretsky, quien ha otor­
gado un premio especial a dos obispos salesianos: al Cardenal Raúl
Silva, Arzobispo de Santiago de Chile; y a Mons. Miguel Obando,
Arzobispo de Managua. Los dos prelados se han distingido por su
defensa de los derechos humanos.
A su debido tiempo informare­
mos con mayor amplitud acerca de
este importante encuentro de Ca­
racas.

GUATEMALA:______________
LEVANTAN CASAS
Y ESPIRITUS
San Mateo (Milpas Altas): Los
salesianos han ayudado a terminar
la reconstrución de la población,
arrasada por el terremoto de 1976.
El gobierno del departamento (Ciu­
dad de Guatemala) ha comunicado
su reconocimiento al padre Sergio
Checchi. La obra ha consistido en
la construcción de 180 casas nue­
vas. con planos diversos según el
número de miembros de cada fa­
milia; 39 casas para dos personas,
56 para cuatro personas. 62 para
seis personas, 23 para mayor nú­
mero de inquilinos. Además los sa­
lesianos han dotado al centro de
escuelas, oficinas y otros servicios,
centro juvenil y campo de deportes,
casa consistorial con dependencias
anejas, archivos y salón de juntas.
También han preparado un dispen­
sario médico con farmacia y con­
sultorio. Han levantado la iglesia
parroquial y la casa para el cura.

Ahora se proyecta llevar la energía
eléctrica hasta el centro, que no
la ha tenido nunca. Los estudiantes
salesianos de filosofía guatemalte­
cos se han encargado de la promo­
ción humana y espiritual de la po­
blación, después de haberla prepa­
rado materialmente contra cual­
quier otro posible peligro sísmico.

LOS JOVENES
VOTAN POR LA LITURGIA
Madrid: Después de participar en
una reciente experiencia de «Pas­
cua Joven», son los mismos jóve­
nes quienes han pedido que se or­
ganicen encuentros de reflexión y
plegaria en común. «De ahora en
adelante — han dicho— no nos con­
tentaremos sólo con preparar el
triduo pascual, sino que celebrare­
mos con fervor juvenil cualquier
otra fiesta litúrgica». Este tipo de
encuentros juveniles agrupa sobre
todo a muchachos y jóvenes que.
a partir de los quince años, han
participado ya en experiencias de
grupo dirigidas por salesianos en
algunos centros escolares, asocia­
ciones, parroquias, etc., con una
apertura fraterna a todos los que
deseen participar.

29

lib i a s

RAMON ALBERDI: La Formación
Profesional en Barcelona. Edicio­
nes Don Bosco (Edebé); Barcelo­
na, 1980. Págs. 788. 0 17 x 24 0 .
En una magnífica edición de Ede­
bé nos ha llegado el volumen «La
Formación Profesional en Barcelo­
na». del salesíano Ramón Alberdi.
El autor del libro es profesor de
Historia en el Centro Teológico Salesiano de Marti-Codolar y la obra,
según propia confesión de autor
■no es más que una tesis docto­
ral». Pero también se adelantó Emili Girait a decirnos en el prólogo
que es «nada menos que una tesis
doctoral, con todo lo que ello debe
significar de trabajo maduro y de
sólida contribución científica».
Este libro es. en nuestra modesta
opinión, el más completo hasta la
fecha en todo lo referente al tema
profesional. Es, además, un modelo
para otros trabajos similares que
se hagan sobre este mismo tema
en otras nacionalidades de España.
En primer lugar, el autor hace un
metódico acerca de la evolución
social y escolar en Barcelona. Lue­
go se refiere a las instituciones
concretas de enseñanza profesio­
nal: provinciales, municipales y pri­
vadas. dedicando especial atención
a las Escuelas Profesionales Saleslanas de Sarriá, como institución
decana.
Ante el Centenario de la Congre­
gación Salesiana en España (18811981). el autor se ocupa de presen­
tar un estudio sintético de la labor
profesional de los Salesianos y Salesianas durante estos cien años.
Desde los talleres iniciales de 1884
en Barcelona hasta la situación ac­
tual. el autor profundiza en los he­
chos y en las motivaciones histó­
ricas de este fenómeno tan signi­
ficativo que caracteriza la Obra de
Don Bosco en España. Pues hablar
de los Salesianos es referirse, prin­
cipalmente. a la Formación Profe­
sional y a la educación de los jó­
venes obreros. Asimismo se desta­
ca también la presencia de las Hi­
jas de María Auxiliadora en la en­
señanza profesional en nuestro
país.

30

El libro nos ofrece, pues, un tra­
bajo completísimo, cita obligada de
consulta y de referencia en este
tema de la formación profesional.
-El estudio del padre Alberdi, dice
Emili Girait en el prólogo, es cier­
tamente monográfico y queda aco­
tado en la historia de la formación
profesional... Pero el lector queda­
rá sorprendido ante las implicacio­
nes de este tema y las perspectivas
que abre en relación con otros cam­
pos de la historia contemporánea.
Su interés trasciende el interés es­
pecífico de la formación profesio­
nal».
Por otra parte, se subraya en el
prólogo, -el libro del padre Alberdi
es la historia de una carencia u
omisión por parte del Estado que
si po run lado permitió que desde
1867 hasta 1899 no existiera en to­
do el territorio español más que
una Escuela de Ingenieros Indus­
triales —la que a sus costas sos­
tenía fundamentalmente la Diputa­
ción de Barcelona— por otro, no
creó escuelas profesionales hasta
1886. El historiador no puede olvi­
dar este hecho, causa y efecto, a
la vez. del menguado desarrollo in­
dustrial español durante aquellas
cruciales décadas...»
Estamos pues ante un libro de
gran importancia, por su rigor his­
tórico y por la temática profesio­
nal. Creemos que no debería faltar
en ninguna biblioteca seria, por es­
te doble sentido de su valor his­
tórico y educativo.
R. A.
TERESIO BOSCO: Santo Domingo
Savio. Ed. Central Catequística
Salesiana. Madrid, 1980. Págs.
132 . 0 12 X 18,50 0 .
Hace poco, llegó a mis manos
• Santo Domingo Savio», de Teresio
Bosco. Lo leí. lo devoré. Y pensé:
¿por qué no ponerlo a disposición
de los muchachos españoles? Le di
la vuelta al castellano, y aquí está
ya, publicado por la CCS de Ma­
drid (130 pesetas], a la medida de
nuestros chicos, de nuestros alum­
nos.
Un bocado exquisito. Una biogra­
fía con garra, difícil de soltar una
vez comenzada su lectura. Y en
ella, toda el alma, la gracia y el
valor de un chiquillo de pueblo que

bn

firma «alianzas» con Jesús a los
siete años. Que hace 10 kilómetros
de camino, a pies descalzos, para
acudir a la escuela. Que sabe al­
ternar con muchachos vulgares y
aceptar acusaciones injustas. Do­
mingo Savio al descubierto: como
un buen paño en las manos de un
buen sastre, entra en la escuela
de San Juan Bosco. Pide al Santo
que le asocie a su «negocio» de
salvar almas. Y hace en él rápidos
progresos.
Resulta encantador ver qué de­
prisa y qué fácilmente se hace

8AKT»
IIOAUKGO
SAVKI
TEDESIO»0«CO

Santo. Un Santo alegre y amigo de
todos: presta la capa, los guantes;
cuenta chistes, tapa bocas blasfe­
mas: atiende a los apestados... Tie­
ne condición de líder y organiza un
• club» singular con los mejores
compañeros del Oratorio de Don
Bosco. Conquista amigos, rasga pa­
peles insolentes, hace atrevidas
penitencias... Su voluntad va a ga­
lope hacía la santidad. Se enamora
de la Virgen y se queda extasiado
ante el sagrario. Todos le quieren
Pero, jay!, su salud no es tan fuer­
te como su entusiasmo. Y el 9 de
marzo de 1857, muere en brazos
de su padre diciendo: «¡Qué cosas
más hermosas veo!»
Santo Domingo Savio, el mejor
libro para nuestros muchachos de
hoy.
BASILIO BUSTILLO

n u e «C ra

Madrid: Hago público mi agrade­
cimiento a María Auxiliadora por
un gran favor recibido y en espera
de continuar acudiendo a su pro­
tección. Envío un donativo para su
culto. Pilar Vegas Martín.
Madrid: Doy gracias a María
Auxiliadora por el feliz resultado
de una operación de quiste en el
pulmón a la que fue sometido mi
esposo. Encomiendo también a
unos hijos míos para que se alivien
en las molestias que padecen. En­
vío un donativo y deseo se publi­
que en el Boletín Salesiano. Leoncia Linares.
Torregardela (Granada): Damos
gracias a María Auxiliadora y en­
viamos una limosna para las obras
salesianas por favores recibidos.
Esperanza y Josefa Ocón, María
Vilchez, Ramona Fernández, Carmen
Pérez, Consuelo Rodríguez. Josefa
Ruíz, Carmen Villegas, Dolores
Ocón.
San Fernando (Cádiz): Doy gra­
cias a María Auxiliadora por un fa­
vor recibido y envío una limosna.
Carmen Piñero.
También dan gracias a María
Auxiliadora por haberles sacado de
un apuro en que se encontraban:
Manolo y María Teresa Sorribas.
Posadas (Córdoba): Doy gracias
a María Auxiliadora por un favor
recibido. Una devota.
Falencia: Envío un donativo de
agradecimiento a María Auxiliadora
por los muchos favores que le pi­
do y espero recibir y deseando se
publique en el Boletín Salesiano.
Angeiita Martín.
Barcelona: Llena de agradeci­
miento a María Auxiliadora por ha­
ber escuchado mi oración ante el
feliz resultado de una intervención
quirúrgica hecha a un familiar mío.
envío una limosna. María Antonia
Roca de Castelltersol.
Madrid: Hago público mi agrade­
cimiento a María Auxiliadora por
favores recibidos y envío una li­
mosna. Encarnación González.
Madrid: Toda mi gratitud a Ma­
ría Auxiliadora por favores recibi­
dos. Me encomiendo a ella ante
una situación difícil. Carlos Casado.
Madrid: Doy gracias a la Virgen
Auxiliadora por un favor recibido
y envío un donativo. Juanita de Pe­
dro.
Azcoitia (Guipúzcoa): Mis padres
y yo enviamos un donativo a María
Auxiliadora por favores recibidos y
le pedimos nos guíe y nos proteja
a todos los de nuestra familia. Mu­
chas gracias. Madre. M. Ockiozola.
Huesca: Como testimonio de mi
gratitud a doña Dorotea por favores

recibidos por su intercesión, envío
un donativo para contribuir a los
gastos de su beatificación y cano­
nización.
Aguílar de Campeo (Falencia):
Envío un donativo a María Auxilia­
dora. agradecida por un favor reci­
bido. Angeles Vielva.
Bilbao: Agradecida a Santo Do­
mingo Savio por un favor recibido,
envío una limosna y deseo se pu­
blique en el Boletín Salesiano. Isa­
bel Ureta.
Málaga: Agradezco al Sagrado
Corazón de Jesús y a Santo Do­
mingo Savio el que mi hija haya
salido bien de un parto difícil. Fue
al quirófano con la reliquia del
Santo y regresó con una hermosí­
sima niña. En acción de gracias,
envío una limosna y ruego al Santo
siga protegiendo a mi nieta, que
pongo bajo su custodia. Pilar Espejo.

Córdoba: Ya hacía algunos años,
mi madre, venía padeciendo unas
dolores, producidos por el riñón.
Después de haber probado con
toda clase de medicamentos, llegó
el día, en que un fuerte dolor, in­
tentara llevársela con el Señor.
Pero yo, como antiguo alumno Sa­
lesiano, no pude olvidar a María
Auxiliadora. Así lo hice; le pedí
por ella, y poco a poco, la recu­
peración. ha sido total, hasta el ex­
tremo, de que lleva algunos años,
que no siente molestia alguna.
Con mucha certeza, sé que la
Santísima Virgen, se adornó de mí.
J. Gómez Romero, Antiguo Alumno.
Ibi (Alicante): Agradecida por ha­
ber salido bien de una operación
complicada gracias a María Auxi­
liadora, entrego una limosna. Elena
Gómez.
Vígo: Doy rendidas gracias a Ma­
ría Auxiliadora porque una vez más
escuchó mi súplica en un asunto
que, de corazón y con toda con­
fianza. le encomendé.
En prueba de agradecimiento,
mando una limosna para el Tercer
Mundo. Aconsejo y recomiendo a
todos a que en sus necesidades
espirituales y materiales recurran
a tan buena Madre que no dejará
de atender sus súplicas. N. S. Archicófrade de María Auxiliadora

g ra titu d

Salamanca: No hace mucho, ca­
minando por la calle fui objeto de
un atropello de automóvil; pudo
ser grave, pero todo quedó en po­
co más que un susto. Agradecida
a mi Virgen Auxiliadora a quien me
encomendé, hago público el favor
y entrego una limosna para su cul­
to. Ricarda V.
Salamanca: Deseo dar gracias
públicamente a María Auxiliadora
por una gracia obtenida y envió
una limosna para las Obras Sale­
sianas. Francisca Hernández.
Salamanca: Doy gracias a María
Auxiliadora por un favor obtenido
y envío una limosna para la obra
Saiesiana. Paquita Tamames.
Barcelona: Por haber alcanzado
una gracia muy señalada de María
Auxiliadora y esperando alcanzar
otras de tan bondadosa Madre, en­
trego una limosna para las Obras
Salesianas. M. L. y M. V,
Salamanca: Por favores recibidos
de María Auxiliadora envío una
limosna. I. L. M.
Salamanca: Por favores recibidos
de María Auxiliadora y San Juan
Bosco. T. R.
Salamanca: Por favores recibidos
envío una limosna a María Auxilia­
dora y pidiéndole siga ayudándome
en la situación difícil en que me
encuentro. S. S.
Salamanca: Por la evolución sa­
tisfactoria de varias enfermedades
entre varios miembros de mi fami­
lia, envío una limosna y deseo se
publique en el Boletín Salesiano
para común estímulo. Antonia Mar­
tín.
Salamanca: Por haber salido sa­
nos y salvos mi marido y una amis­
tad de cierta seria enfermedad,
gracias a la Intercesión poderosa
de María Auxiliadora, envío una
limosna y deseo se publique en el
Boletín. Resti Yugueros.
Salamanca: En acción de gracias
a María Auxiliadora. Carmen Galle­
go.
Salamanca: Por favores recibidos
de María Auxiliadora y San Juan
Bosco envío una limosna para las
Obras Salesianas. Juana Rodríguez.
Salamanca: Envío un Donativo
por favores recibidos de María
Auxiliadora. Eugenio García.

31

FUERON

A

LA

CASA

DEL

Durante toda su vida rindió culto
especial a la amistad. Su casa era
la casa de todos; en ella tenia
siempre cordial y bondadosa aco­
gida cualquiera que a ella acudiese.
Puertas y corazón siempre abiertos
de par en par.

Doña Carmen Espinosa Capella t
en Sotillo de la Adrada (Avila) el
día 23 de marzo de 1980 a los se­
senta años de edad. Mujer muy de­
vota de María Auxiliadora. Siempre
preocupada por atender las necesi­
dades de los salesianos en las mi­
siones. Tenía una beca en Corumbá
(Mato Grosso) para los niños más
pobres en la obra del padre Saksida.
Sus hermanas, que le atendieron
durante la enfermedad, dan testi­
monio de que la llevaba con una
resignación ejemplar, ofreciendo los
dolores y molestias por los misio­
neros.
Que la Virgen, nuestra madre
Auxiliadora la premie todo cuanto
hizo por ella.
Don Elpidio San Millón Gómez t
el día 29 de enero u. p.. en Zorroza
(Bilbao).
Su inesperada enfermedad y fa­
llecimiento han causado profunda
consternación y dolor no sólo entre
sus familiares y amigos, sino en
todo el populoso barrio bilbaino de
Zorroza, donde gozaba de general
simpatía y afecto por su hombría
de bien, su proverbial bondad y
respeto para todo aquel que lo tra­
taba. Todos coinciden en que era
todo un caballero. Así lo patenti­
zaron en la asistencia masiva a sus
honras fúnebres, con la Iglesia pa­
rroquial a rebosar, y las numerosí­
simas tarjetas de condolencia que
se recibieron con este motivo. Has­
ta un grupo de niñas del barrio
quisieron demostrarle su venera­
ción y respeto mandando un ramo
de flores para honrar su memoria.
Ejemplar y responsable esposo y
padre. No vivía más que para su
esposa e hijas. En Venta de Baños,
donde solía pasar el matrimonio la
temporada de verano, era conside­
rado y respetado por su trato afa­
ble y cariñoso con toda clase de
personas. El matrimonio era admi­
rado como la pareja ideal ..

Don Justinlano del Prado Lara,
Salesiano Coadjutor, nos dejó para
ir a la Casa del Padre a los ochen­
ta y ocho años de edad desde la
Casa de María Auxiliadora de Deusto (Bilbao).
El hecho luctuoso tuvo lugar a
poco de comenzar el año en curso
ya que ocurrió hacia las tres de
la madrugada del primer día de
enero.
El señor Justi como familiarmen­
te se le conocía, era el decano de
la Inspectoría de Bilbao.
Borgalés de nacimiento, entró en
el Colegio de Baracaldo allá por
el 1902 desde donde marchó a Ca-

V'

rabanchel (Madrid) para hacer el
año de noviciado y la profesión
religiosa que tendría lugar en el
1910. Su Consagración definitiva al
Señor la realizaría en 1913 en Carabanchel.
Ejerció el oficio de Sastre en di­
versas Casas; Sarriá, Santander,
Madrid. También contemplaron su
dinamismo, entrega y buen humor,
las Comunidades de Pamplona, Vigo y Baracaldo. Pero donde más ha
desplegado su actividad ha sido en
la Casa de Deusto, ya que residía
en la misma desde el año 1943.
Se destaca en su vida, además
de un profundo sentido religiosa,
el afán de bromas y su sentido del
humor, hasta que en sus últimos
once años una demencia jenil le

PADRE
condujo a un mutismo casi com­
pleto. pasando prácticamente todo
el día en su habitación entreteni­
do en la lectura y contemplando
el corretear de los chavales en los
patios de recreo.
Precisamente el día 24 de dicienv
bre. Nochebuena, una trombosis le
postró en cama y con pocas espe­
ranzas de recuperación, no tanto
por su condición física, ya que era
de naturaleza fuerte, sino por la
edad ya muy avanzada.
A los ocho días entregó su alma
al Señor después de haber recibi­
do días antes la bendición de Ma­
ría Auxiliadora.Los funerales se celebraron en el
Santuario de María Auxiliadora de
Deusto con asistencia de Salesia­
nos, familiares y amigos.
Sus restos descansan en el Pan­
teón salesiano de Baracaldo.
La Comunidad de María Auxilia­
dora de Deusto y familiares agra­
decen las muestras de condolen­
cia por la pérdida de nuestro siem­
pre recordado señor Justi. Descan­
se en paz.
Sor Zulima Sánchez Robles. Hija
de María Auxiliadora.
El 29 de enero nos daba su últi­
mo {adiós! aquella intrépida misio­
nera leonesa que abandonara la
patria, hace casi veinte años para
trabajar en Uruguay —por espacio
de siete años y luego, diez en
Ecuador— .
Aquejada de un mal que <no per­
dona» porque todavía no puede
combatirse, volvió entre sus Her­
manas por el mes de diciembre del
79. para morir poco después.
El Boletín Salesiano de las repú­
blicas suramericanas ha hablado
extensamente de ella; por eso. nos­
otros, nos contentamos con subra­
yar como virtudes suyas, el res­
peto a todos y a todo lo que pu­
diera llamarse humano, si no es que
también era afable, buena, sacrifi­
cada. humilde, alegre, complaciente
sencilla y «mujer». Amaba entraña­
blemente a la Virgen, como de­
muestra aquel canto que se oyó en
lecho de muerte de Santa María
Mazzarello, cuya edad de cuarenta
y cuatro años coincidió con la de
Sor Zulima.
Nos cabe la seguridad de ya go­
za de aquella vida verdadera por
la que tanto suspiraba, a pesar de
que su organismo se rebelase a
una muerte, relativamente tempra­
na.

52
.

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