BS_1980_02

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Título
BS_1980_02
Descripción
Boletín Salesiano. Febrero 1980
extracted text
REVISTA DE LA FAMILIA SALESIA

"lia bondadal podor!"
Mis queridos amigos Juanito y Mari:
Hoy os escribo con ganas de daros un tirón de
orejas. ¿Por qué? Pues porque tengo noticias de que
sois unos trastos, que no hacéis caso a nadie, y hasta
habéis querido armar una revolución en el colegio. No,
no me refiero a la Revolución Francesa, ni siquiera
a la de mayo del 68. Vosotros erais muy chiquitos en
esas dos revoluciones.
—«Nosotros —dirá Juanito— , sólo hemos gritado:
”¡La bondad al poder!”. Y, claro, las personas mayo­
res os han interpretado mal.
—«Nosotros no rechazamos la autoridad —añadi­
rá Mari— . Sólo queremos que manden las personas
que son buenas.»
Sí, sí; pero con el cuento de los derechos del niño,
no hay quien pueda con vosotros. Ahora me pregunto
yo: ¿Y si los mayores sólo quisieran a los niños que
nunca han roto un plato? Desde luego, que descarta­
rían a Juanito y Mari, que han roto más de dos...
Pero, en el fondo, yo creo que tenéis razón. Los
jóvenes de mayo del 68 gritaban: «¡La imaginación al
poder!». Vosotros sois más exigentes; «La bondad al
poder!». Ahora sí que comprendo la razón de vuestra
rebeldía.

DON SOSCO
UNA PAGINA PARA LOS NIÑOS

Mirad lo que escribe un profesor que fue antiguo
alumno del Oratorio de Don Bosco:
«Era una tarde de domingo. Don Bosco nos había
contado con todo detalle, y con ese su modo de na­
rrar que encantaba, la historia de David, el pastorci11o que llegó a ser rey. Y terminó con la exclamación:
«¡A hí tenéis al pastorcillo rey!».

Nosotros, casi sin darnos cuenta, también grita­
mos: «¡Viva Don Bosco, nuestro rey!». Dicho y hecho.
Los mayores, los más altos y fuertes, levantaron en
hombros a Don Bosco y lo pasearon triunfalmente por
el patio. Nosotros todos lo seguíamos cantando una
canción que habíamos aprendido por entonces:
«Como ave de rama en rama
va buscando nido fie l...»

Todos íbamos con gran alegría por parte nuestra y
suya, naturalmente.
Los pueblos antiguos hacían lo mismo cuando ele­
gían como jefes a uno de sus héroes, alzándolo sobre
sus escudos.
¡Oh, sü Don Bosco podía ser nuestro rey. En sus
enseñanzas, él nos daba las más bellas reglas de oro
que, si eran buenas para todo el mundo, mucho más
lo eran para sus jóvenes. Es bueno recordarlas. He
aquí algunas:
— «Portaos hoy de modo que no tengáis que
avergonzaros mañana.»
— «No dejéis para mañana el bien que podéis ha­
cer hoy, porque quizás mañana no vais a tener tiempo.»
— «Obremos de manera que podamos estar bien
en este mundo y en el otro.»
— «Sed lentos en juzgar.»
— «¿Queréis que vuestro compañero os quiera?
Pensad siempre bien de todos, y estad siempre dis­
puestos a ayudar a vuestro prójimo, y seréis felices.»
Después de las funciones de iglesia, Don Bosco se
entretenía con los jóvenes especiales por su edad, ca­
rácter, costumbres, condiciones o educación, todos lis­
tos y prontos al juego, a la broma. Para todos tenía
una palabra, de acuerdo con su modo de ser. Una pa­
labra de amor o de consuelo que los hacía felices. Pa­
recía leer en el alma. Y cada uno de nosotros pensa­
ba para sus adentros: «Don Bosco nos quiere de ver­
dad».


«



Don Bosco sí que podía subir al poder. Ya veis
cómo los jóvenes lo llevaban en hombros, aclamán­
dolo por rey. Pero yo creo que han de ser buenos no
sólo los jefes, sino todos. Si todos fuéramos mejores
creo que sería más fácil elegir un jefe bueno. ¿No
os parece?
Hala, Juanito, prepárate para ser algo importante.
Tú, Mari, no te preocupes, porque tú en todas partes
serás una reina.
Recibid un abrazo muy fuerte de vuestro mejor
amigo.
PADRE RAFAEL
—Y a

pesar de

iodo, sigo creyen do que no hay ni
un solo niño malo.

r
Rtvista de la Obra de Don Boaeo
Año XCIII • N.^ 2 • Febrero 1900
Director: RAFAEL ALFARO
Consejo de Redacción; Emilio Her­
nández; Mari Carmen G arda; An­
tonio Garda Vera; Argentina Sán­
chez Romo; Javier Artuch; Jesús
Maria Mélida.
Administrador: Miguel Rodríguez R.
Dirección. Redacción y Admón.;
Alcalá. 164 - Teléfono 255 20 00
MADRID-28
Depósito Legal: M. 3.044-1958
(Con censura eclesiástica)
Imprime: Escuela Gráfica Salesiana
Madrid-Atocha

El Boletín Salesiano
se envía gratis
a la Familia Salesiana,
a sus bienhechores
y amigos.
Y se sostiene
con los donativos
de sus lectores.
EN ESTE NUMERO
España Salesiana, año 99.
El Tercer Mundo pide un
orden internacional ...
El Concilio de los Jóve­
nes ..............................
Tres gallitos de pelea sin
espolones ...................

1
2
4
8

Por la ruta de las bodas
de plata .....................

12

Nada «para> ellos; todo
• con» ellos ...............

16

•O Oriens», viaje del
Rector Mayor a la In­
dia ...............................

19

Noticias ..........................

29

Nuestra gratitud ......... 31
Fueron a la casa del Pa­
dre .............................. 32
NUESTRA PORTADA
El Tercer Mundo pide un nue­
vo orden internacional. Y son
los niños los primeros en pe­
dir más justicia y más amor.
En estas páginas de nuestra
revista, el Rector Mayor nos
comunica familiarmente sus
impresiones sobre ese mun­
do fascinante de la India, en
el que pululan pobres de to­
das las edades que luchan
por sobrevivir infraalimentados.
Foto.—José Luis Mena

ESPAÑA SALESIANA
AÑO 99
• El 16 de febrero del año en cui^o se cumplen los 99 años
de la llegada de los primeros salesianos a España. Nos falta un año
para cumplir el primer siglo.
El 16 de febrero de 1881 ponía sus pies en Utrera Juan Cagliero
con los seis primeros salesianos que enviaba el mismo San Juan
Bosco a nuestro país. Sus nombres eran: Juan Branda. Ernesto Oberti, Carlos Pane, Francisco Atzeni, Miguel Branda y Miguel Goitre.
Estos pioneros de la Obra Salesiana en nuestra tierra tuvieron
una acogida triunfal. El Arzobispo de Sevilla, Mons. Joaquín Lluch
y Garriga, admirador del Santo de Turín, se declaró «padre y pro­
tector de los salesianos en España». El Marqués de Casa-Ulloa, fun­
dador del Colegio de Utrera, cumplía su sueño de traer a España a
los hijos de Don Bosco. Junto con el Alcalde de Utrera, el clero lo­
cal y la población, se celebró una jubilosa fiesta en honor de los
seis jóvenes italianos. Les fue confiada la Iglesia del Carmen. Las
madres de familia bendijeron la llegada de los nuevos huéspedes.
Periódicos y revistas difundieron la historia y los méritos de la nue­
va Congregación Salesiana. «Demos gracias a la Providencia que
se ha valido de los alumnos de Don Bosco para hacer resplandecer
su gloria en este maravilloso país», escribía Cagliero a Don Bosco,
a los pocos días de vivir en tierra andaluza...
• Y la semilla salesiana creció. La siembra se hizo por tierras
de Andalucía, Cataluña, Castilla, Galicia, León, Asturias, Cantabria,
Levante, Vasconia, Aragón, La Mancha, Extremadura, Baleares, Ca­
narias... Hasta formar las siete inspectorías actuales.
A los seis primeros salesianos pronto se sumaron otros y otros,
entre ellos figuras de primerisima calidad en la historia de la Con­
gregación Salesiana, como don Felipe Rinaldi y don Pedro Ricaldone. Más la floración de los Salesianos españoles que pronto traspa­
saron la barrera de los mil, de los dos mil...
Y la inundación de obras: colegios, oratorios festivos, escuelas
profesionales, parroquias, centros juveniles, imprentas, editoriales,
revistas, centros de estudios superiores, etc. Luego, las Hijas de
María Auxiliadora, los Cooperadores, las Voluntarias de Don Bosco,
los Antiguos Alumnos: toda la Familia Salesiana en pie de acción so­
bre el ruedo ibérico. Y con la Familia Salesiana, el espíritu de Don
Bosco, la devoción a María Auxiliadora y la alegría juvenil de mi­
llares de alumnos y alumnas en toda la geografía hispana...
• Es todo un mundo salesiano el que despierta en nuestro pue­
blo ante el cumplimiento de los 99 años, llamando a las puertas del
primer siglo. Esperamos celebrar como se merece estos primeros
cien años de vida salesiana.
Revisar el camino recorrido no es sólo volver los ojos atrás con
nostalgia. Es, sobre todo, regresar a las fuentes de origen y beber
en sus aguas lústrales para renovar la carrera. Es afianzar las raíces
para renovar el aliento y proseguir la siembra generosa de algo que
siempre quedará inconcluso, porque se realiza en el tiempo, y por­
que la obra adquiere nuevo futuro, nuevos horizontes.
• Desde las páginas de nuestra revista daremos información de
las celebraciones y actividades que se han de llevar a cabo con mo­
tivo de este primer centenario de la obra salesiana en España.
Eso sí, nos parece conveniente alertar a todos los miembros de
nuestra Familia ante la fecha que se acerca.
«Tiempos difíciles, dirán algunos, para el entusiasmo». Quizás no
aflore el fervor exterior de otras épocas. Pero sí es necesario insulflar
oxígeno en la brasa interior. Pa­
ra que no se apague, para in­
flamar el mundo de las activi­
dades que llevaron en el ámbito
de nuestra patria.
España Salesiana, año 99. Es­
tamos llamando a las puertas
del primer siglo. Que se nos
van a abrir para seguir ade­
lante.

d l^ c u m e M o
aec:

Hace ya mucdios años que la
existencia del hambre en el mun»
do no es ningún secreto para na­
die. Todos sabemos que cada día
mueren de hambre o malnutrición
y avejentados prematuramente mi­
les de seres humanos.
La división entre países ricos o
del Norte y pobres o del Sur ha
generado tensiones y enfrentamien­
tos a pesar de la serie de asam­
bleas, conferencias y encuentros
que han pretendido solucionar el
problema.
Problema que por otra parte re­
basa los límites de las ayudas indi­
viduales o de organizaciones más
o menos benéficas o de caridad.
La realidad, la triste realidad es
qiie el equilibrio del mundo está
roto.
Que mientras unos disfrutan del
petróleo o del grano, otros se mue­
ren de hambre.
Que mientras unos producen ma­
terias primas, a bajos precios, otros

EL
TERCER
M UNDO
PID E
UN
NUEVO
ORDEN
IN T E R NACI0N>1

las manufacturan para cobrarlas a
precios elevados.
Que mientras se derrocha en
nuevas armas cada vez más sofis­
ticadas y destructoras hay caren­
cia de atención sanitaria para mu­
chos que podrían ser liberados fá­
cilmente de enfermedades endémi­
cas.
Que cuando sube en algo una
materia prima el precio llega al
consumidor multiplicado y se enri­
quecen todavía más las multina­
cionales que la controlan.
Los países del Tercer Mundo han
tomado ya conciencia de esto y han
hecho oír su voz.
De una manera seria y solidaria
en la Sexta y Séptima Sesiones Es­
peciales de la Asamblea General
de las Naciones Unidas y muy par­
ticularmente en la Proclamación de
la Carta de los Deredios y Debe­
res Económicos de los Estados el
12 de diciembre de 1974, el Grupo
de los Países pobres pone de mani­
fiesto ante el mundo la formula­
ción de sus demandas.
Desprevenidos al principio, los
países ricos, llegan a aceptar la le­
gitimidad del cambio y desde en­
tonces una serie de declaraciones,
Asambleas y Conferencias se suce­
den ininterrumpidamente.
Sin embargo en el terreno de lo
práctico nada se ha avanzado.
La subida unilateral de una ma­
teria prima (el petróleo) en 1976
y la crisis subsiguiente frenan la
iniciación de acciones globales y
de avances positivos.
Pero estudiado con detenimien­
to el desequilibrio mundial y tan
sólo a la luz de la ciencia y de la
técnica, el mundo camina hacia una
crisis tan formidable que la csupervivencia» de todos, incluso de
los ricos, está en juego, de aquí a
muy pocos años la recesión econó­
mica y ambiental habrá alcanzado

situaciones de caos, según a las
conclusiones a que han llegado en
estudios serios y profundos los eco­
nomistas y los técnicos.
En otro orden de cosas y según
los principios de la justicia y la
equidad, es a todas luces desafor­
tunada la situación mundial en que
vivimos y la interrelación de paí­
ses que está vigente hoy en el mundo. La ética social más elemental
nos dice que algo marcha mal.
Y sin embargo hay soluciones y
formulación de ellas.
A partir de las recomendaciones
de la Sexta y Séptima Asambleas
de Naciones Unidas, no solamente
los políticos con sus «parlamen­
tos», si no también los técnicos,
han hecho patente que el camino a
la solución o soluciones es viable.
¿Qué falta para ponerlo en prác­
tica?
• Falta nada más y nada me­
nos que la aceptación por parte
muy principalmente de aquellos
(pueblos, gobiernos, individuos) que
detentando una posición de privi­
legio no quieren de momento pres­
cindir de ella en beneficio de to­
dos.
• Falta que la opinión pública
sea conmovida.
Nosotros por nuestra parte y co­
mo Organismo comprometido en
en una acción en favor de la des­
aparición del hambre y del sub­
desarrollo no tenemos más reme­
dio que apoyar todo aquello que
pueda encaminarnos a ello.
Y sobre todo como Comité Ca­
tólico tenemos también una razón
profunda y poderosa de raíz cris­
tiana para apoyar un cambio al
«desorden» mundial: Dios no quie­
re de ninguna manera que la in­
justicia y el hambre prevalezcan
para nadie.
Para los cristianos la voz de los
Papas nos mantiene en esta línea
de acción.
La Encíclica Populorum Progressio se adelantó en varios años (des­
de una perspectiva cristiana) a la
formulación que después en Nacio­
nes Unidas desde un punto de vis­
ta político, y más posteriormente
y desde un plano técnico el infor­
me R. I. O., nos marca un camino
definitivo.

D íg a s e lo
con fá b u la s
Nuestros hermanos que, lejos o cerca, pa­
san necesidades a montones, necesitan que
les ayudemos haciendo justicia, oyéndoles en
diálogo, trabajando codo con codo y repar­
tiendo éí mismo plato que comemos. Esto
quiere conseguir el Nuevo Orden Internacio­
nal. Los países ricos tienen que dar ^ paso
adelante y atender las peticiones de los paí­
ses pobres. E ntre unos y otros deben organi­
zar mejor el mundo en lo monetario, lo co­
mercial, lo social y lo político p ara que todos
podamos sobrevivir...

Uqos tigres se habían dado una vez un banquetaza De pronto apareció Mamá Tigre con un nue­
vo postre: una enorme tarta.
Un ICjo Tigre dijo: «Ay Mamá, no puedo más».
Y la Tigre Pequeña afirmó: «Mamá, no podría co­
mer ni un s(rfo bocado». El Padre Tigre pidió bi­
carbonato para poder hacer la digestión y los de­
más no podían ni ver la tarta sobre la mesa.
Entonces dijo la Abuela Tigre: «Dáds^a a los Ti­
gres Pobres».
4. «Dime, amigo Pelicano. ¿Es éste d amor de que
hablan los sabios y los santos?»
«Oh, no, sabio Ledn —respondió d Pebcano—, de
ninguna manera».

6. «Me siento feliz porque me comprendes, amigo
mío —respcHtdió el buen León—, porque el que
trata así a los hambrientos no ve en ellos más
que los cubos de la basura, donde tira lo que le
sobra, los lujos, lo siq>erfluo. Y eso no es amor,
desde luego que no».

GonoUio do lo s
Jó ven o s
MAS DE 20.000
PARTICIPANTES
EN EL ENCUENTRO
EUROPEO
DE BARCELONA
27-31 DICIEMBRE 1979

LUIS FERNANDEZ CONDE
trabaj'a como Coordinador de
Pastoral Juvenil en el Colegio
Salesiano de Córdoba. Con
un grupo de 47 cordobeses
ha participado en el Encuen­
tro Europeo de Barcelona del
Concilio de los Jóvenes. A su
regreso nos ha hecho las si­
guientes declaraciones:

Un grupo de jóvenes a su llegada a
Barcelona al Concilio de los Jóve­
nes.
—Antes que nada respóndenos a
ésta pregunta: ¿Qué es Taizé?

—Bueno, geográficamente, TAIZE
es una aldeíta elevada sobre una
colina del sur de la Borgoña, próxi­
ma a Macón y no lejos de Lyon en
Francia. Cluny está allí a dos pa­
sos. en el silencio...
Eciesialmente es una Comunidad
Ecuménica Cristiana, integrada por
cerca de 100 monjes que dedican
su vida a la oración y el trabajo.
Pero, ante todo y sobre todo. TAIZE es vida que surge de Cristo Re­
sucitado. cuyo Espíritu vivifica a ia
Iglesia donde quiere y como quiere.
Ayer fue Asís, luego Loyola. más
tarde Valdocco y hoy es TAIZE...
—¿Quién es Roger Shuitz?
—El principal depositario del Ca-

risma de Taizé. El superior de la
Comunidad de monjes de Taizé. Hi­
jo de un pastor protestante, último
de nueve hermanos, nació el 12 de
mayo de 1915 cerca de Neuchátel,
en el cantón suizo de Vaud.
Educado con comprensible rigidez
religiosa, tuvo una niñez de prác­
tica intensa, una adolescencia de
rechazo religioso y una Juventud
de consciente y definitivo retorno
a la religión. El es quien en 1940,
recién graduado en Teología pro­
testante por ia Universidad de Lausana, se establece en la aldeíta de
TAIZE. El caserón rústico que el jo­
ven u n i v e r s i t a r i o Roger Louís
Schuitz-Marsauche adquirió, empezó
sirviendo como refugio para los Ju­
díos que huían de la persecución
nazi. Lo ficha la Gestapo y tiene

que huir a Suiza, su tierra. Regresa
al final de la guerra. Esta vez le
acompañan algunos Jóvenes paisa­
nos con los que funda la Comuni­
dad de Taizé.
—¿Qué es eso de la Comunidad
Ecuménica de Taizé?
—Tú sabes que los católicos de­
cimos seguir el Evangelio y creer
en Cristo. Y que los anglicanos di­
cen lo mismo. Y también los pro­
testantes, tanto calvinistas como
luteranos. Y los llamados ortodoxos.
¿A titulo de qué, entonces, si cree­
mos todos en el mismo Cristo y
profesamos el mismo Evangelio, ca­
minamos desunidos? Este mismo
planteamiento se hizo el Hermano
Roger abriéndose a una respuesta
eficaz. Esa respuesta al problema

i

eorivíveneios

fue el establecer una Comunidad
abierta en sus normas básicas de
vida a miembros de cualesquiera
profesiones cristianas, acomunados
bajo el ideal común de rezar y fo­
mentar la unidad de todos los cris­
tianos a través de la comunión y
la reconciliación.
De hecho, el centenar aproxima­
do de monjes que componen hoy
la comunidad de Taizé incluye pro­
testantes de muy diversas denomi­
naciones, ortodoxos orientales, an­
glicanos y católicos. Entre éstos,
algunos son sacerdotes. Por pro­
cedencias étnicas, junto al núcleo
fundamental suizo-francés, hay in­
dios. australianos, estadounidenses
y alemanes, ingleses, italianos, bel­
gas y españoles.
Al contacto con esta Comunidad
Ecuménica te encuentras como en
tu propia casa; respiras Evangelio
puro, sientes la presencia visible
de la Virgen María en sus imáge­
nes. encuentras a Jesús Sacramen­
tado en el Sagrario de la iglesia y
percibes la comunión de espíritu
con el Papa. El Espíritu de Cristo
Resucitado aletea en Taizé.
—¿Cómo se inicia el fenómeno
juvenil de Taizé?
—Poco a poco el mundo exterior
se fue dando cuenta de la «pequeña
primavera- de Taizé. Sobre todo se
dieron cuenta de su profunda sugestividad grupos crecientes de jó­
venes, franceses primero, del mun­
do entero después. Y de mil ma­
neras —el autostopismo como más
usual— empezaron a «peregrinara Taizé.
Aquella especie de asalto a su
serenidad contemplativa cogió de
sorpresa a los monjes. Pero logra-

Alli donde estés, no temas la lucha en favor de los oprimidos, cre­
yentes o no. La búsqueda de justicia urge a una vida de solidaridad
concreta con los más pobres... La palabra, sola, puede convertirse en
una droga.
Cueste lo que cueste, prepárate también a la lucha dentro de ti
mismo, para ser hallado fiel a Cristo hasta la muerte. A través de esta
continuidad de toda una existencia se construye en ti una unidad inte­
rior que permite franquearlo todo.
De la «Carta de Taizé- a todas las Comunidades
ron superar el peligro de una acti­
tud de rechazo, sobre todo cuando
se dieron cuenta de que aquellas
riadas juveniles compartían los
ideales de unidad y los espacios
de oración de Taizé. Se apretaron
un poco y les hicieron sitio... po­
niendo a su disposición sus barra­
cas, su capilla, su comedor y su
Espíritu, en un compartir fraternal
cristiano.
El rechazo de las divisiones y el
anhelo activo y positivo de los jó­
venes hacia la unidad religiosa y
humana a través de la oración y de
otros gestos de significado huma­
no y moral, son agradecidos y es­
timulados por el Hermano Roger y
sus compañeros, quienes en 1974
ponen en marcha el Concilio de los
Jóvenes.
—¿Qué es el «Concilio de los
Jóvenes»?
—Bueno, pues es la vivencia de
todos estos ideales de comunión y
reconciliación hacía la unidad que­
rida por Cristo para su Iglesia, a la
que son llamados todos los hom­
bres que ama el Señor.
El primer clamor del Concilio
apareció en la primera carta al pue­
blo de Dios (1974), invitando a los

cristianos a ser un pueblo contem­
plativo y a la vez un pueblo de
justicia.
El precedente más inmediato del
Encuentro de Barcelona tuvo lugar
en París en diciembre de 1978. El
hecho congregó a 15.000 jóvenes.
En los «Hechos 1979», proclamados
en dicha circunstancia, se anuncia­
ba una primavera en la Iglesia. Y
se añadía: para celebrar esta pri­
mavera y para preparar una recon­
ciliación universal, son necesarias
un gran número de sugerencias
concretas a fin de entrar en una
creación común con todo el pueblo
de Dios, descubrir las formas de
una oración meditativa y popular,
y alargar la solidaridad a todos ios
hombres.
—¿Cuál es la finalidad del en­
cuentro de Barcelona? ¿Por qué en
Barcelona?
—No es indiferente la elección
de la Ciudad Condal para celebrar
el encuentro de 1979. El Hermano
Roger sabe muy bien que BarceloLos jóvenes plantan su tienda para
vivir y convivir lo que les comunica
el Espíritu.

El hermano Roger, Superior de Taizé, escribe la Carta a todas las co­
munidades en Temuco (Chile). «Jun­
to a los pobres es donde mejor ha­
bla Dios», afirma este líder del
mundo Juvenil cristiano.

na es una encrucijada de culturas
y de pueblos y conoce sus tensio­
nes... buen marco para orar y lu­
char por la unidad. Ha sido un nue­
vo eslabón que va hilvanando el
Concilio de los Jóvenes. Allí, los
jóvenes vascos, catalanes, gallegos,
andaluces, franceses, alemanes. Ita­
lianos... han tenido oportunidad de
encontrarse, de conocerse, de apre­
ciarse, de comprenderse, de unirse
con los lazos del Espíritu en la paz
y fraternidad evangélicas.
— Hóblanos de los participantes.

—El servicio de acogida, organi­
zado según diversas lenguas de los
participantes, se abrió a las 9,30
de la mañana del día 27 y hasta
entrada la noche se recibió a miles
de jóvenes que llegaban a la Ata­
razanas y a la Parroquia de Santa
Mónica con sus mochilas y sus
ideas para compartir. A media ma­
ñana llegó al puerto de Barcelona
un barco especial que transportaba
a ios Jóvenes italianos; así mismo
llegaron con puntualidad los trenes
especiales procedentes de Alema­
nia, Bélgica, Holanda, Austria y
Francia. Muchos de los jóvenes es­
pañoles hicieron su viaje en auto­
cares, los había de los cuatro pun­
tos cardinales del país, otros venían
en tren. Había también una notable
asistencia portuguesa. Te encontra­
bas con gente <Í^e Australia, de Laponia. Suecia. Finlandia, Camerún...
Sudamérlca, Estados Unidos, Ingla­
terra, en fin. todos los continentes
estaban allí presentes. Naturalmen­
te la presencia europea era mayoritaria. Los organizadores calcula­
ban una asistencia de 10.000 jóve­
nes, pero pronto vieron duplicadas
sus previsiones; la televisión dio la
cifra de 30.000 asistentes.
— ¿Cuál ha sido el mensaje cen­
tral del encuentro de Barcelona?

— nüberar al hombre del aisla­
miento, de la soledad y del vacío
Interior, para que pueda salir de
la pasividad y entrar en una crea­
ción común». El tema de la CREA­
CION COMUN constituye el eje de
toda la carta escrita en Temuco
(Chile) por el Hermano Roger y un
grupo internacional de jóvenes, que
incluye un llamamiento a les peque­
ñas y a las grandes comunidades
cristianas —cita expre$an>ente las

parroquias— a realizar una «opción
preferencial por los pobres y los
jóvenes» y a crear unos ámbitos
en los que «el misterio de Dios
sea plenamente perceptible y no
ahogado por una sobrecarga de pa­
labras».
— ¿Y qué nos dices de los con­
tenidos?

— El mensaje central está expues­
to en la CARTA A TODAS LAS CO­
MUNIDADES del que acabo de ha­
certe una síntesis. Te dejo un ejem­
plar de dicha carta para que lo des
a conocer a nuestros lectores. No
tiene desperdicio.
Los temas que hemos tratado en
los «talleres de reflexión» o «carrefours» han sido: compartir culturas
y ambientes distintos; la comuni­
dad local, un lugar abierto a todos;
vivir la Pascua de Cristo; la soli­
daridad con los pobres en la lucha
por la justicia; experiencias con­
cretas para compartir; la oración
vivifica la comunidad local; la co­
munión del Pueblo de Dios; la ora­
ción comunión con Dios; seguir a
Cristo: luchar con un corazón re­
conciliado; la fidelidad: encontrar
en cada instante la fuerza para em­
pezar de nuevo; en las divisiones,
ser artífices de una creación co­
mún; encontrar a Cristo: cómo par­
ticipar desde ahora en una redis­

tribución, en una justa repartición
de los bienes de la tierra; alcanzar
a Cristo a través de una vida total­
mente simple; celebrar el instante
presente con Dios; pequeñas co­
munidades provisionales y grandes
comunidades parroquiales... Como
ves, había para escoger. Los en­
cuentros de reflexión y la oración
en común, tres veces al día, eran
las ruedas sobre las que caminaba
todo el encuentro.
— ¿Qué tal la acogida barcelone­
sa?

— La ciudad que Cervantes cali­
ficó como «archivo de la cortesía»
y «albergue de extranjeros» hay
que decir que estos días ha hecho
honor a tan cumplidos elogios. Lo ,
más característico de este encuen­
tro ha sido la cordial acogida de
las familias, de las parroquias y de
los colegios. Creo que en ninguna
parte como aquí el «Concilio de los
Jóvenes» había sido tan asumido
por la lolesia local y por sus diver­
sas comunidades. Mis chicos cor­
dobeses regresaban asombrados:
«¡Echale! ¡Y yo me creía que los
catalanes! ¡Ahú, niño, qué gente
más chula!» Bien lo rubricó el Con­
cilio en pleno, cuando en la sesión
de clausura aplaudió, «en todos los
idiomas», la hospitalidad barcelo­
nesa. «Ha sido tal que tendremos '

i

convivenciQs

Hace falta tan poca cosa para vivir, tan poco para acoger. Cuando
abres tu morada, la abundancia de los bienes frena, más que estimula,
la comunión humana. Desvelarse por brindar más y más confort a los
suyos entraña el riesgo de colocarlos en una relación de dependencia.
No te inquietes si tienes muy poco para compartir: una fe muy pe­
queña, escasos bienes. Al compartir ese poco, Dios te ofrece, inago­
tablemente, una sobreabundancia.

De la «Carta de Taizé»

que volver», concluía el Hermano
Roger.
— Hubo presencia de la jerarquía
católica, ¿verdad?

—Para todos fue estimulante la
presencia del cardenal Jubany y del
abad de Monserrat, lo mismo que
la de Mons. Cases, Obispo de Segorbe
el telegrama de Juan Pa­
blo II, enviado a través de la Se­
cretaría de Estado al cardenal de
Barcelona: «Con motivo encuentro
europeo de jóvenes en Barcelona
Santo Padre se comoiace en hacer
llegar expresiones cordial saludo a
participantes todos, pidiendo al Se­
ñor que durante estas jornadas Ies
haga sentir enraizado en sus cora­
zones gozosos mensajes de la Pala­
bra Divina hecha carne, alentándo­
los confiadamente a profundizar exi­
gencias comunión fe viva y caridad
operante y a convertirse en autén­
ticos mensajeros de paz y fraterni­
dad universal».
— ¿Y qué me dices de la partici­
pación Salesiana?

—El Grupo Cordobés del Conci­
lio de los Jóvenes partía del Cole­
gio Salesiano S. Francisco de Sales
de la Ciudad de los Califas. En la
acogida de las Reales Atarazanas
de Barcelona, el anfitrión encarga­
do de atendernos, al saber nuestra
procedencia, nos enseña su tarjeta
familiar: salesiano de la Inspectoría
de Barcelona... A mi subgrupo lo
envían a la zona de La Meridiana
y vamos a caer en la Parroquia San
Juan Bosco, en recepción nos aco­
gen los jóvenes de la parroquia y...
sentados, dos clérigos salesianos.
Me brindan la casa, pero prefiero
vivir la experiencia con las familias
y... otro clérigo salesiano me acom­
paña a la casa de Oriol Homar, un
alumno salesiano de primero de
El hermano Roger y la Madre Te­
resa, dos pioneros cristianos en
nuestro mundo y en nuestra época,
que hablan más con sus hechos
que con sus palabras.

B. U.P. En el primer Carrefour el
animador resulta ser el padre Franz,
un salesiano austríaco y en mi pri­
mer grupo de reflexión caigo con
dos chicos del Oratorio de Bari.
Tomo una cerveza con un cura y
un marista franceses y coincido con
una salesiana de Santander... No.
no es un congresillo salesiano, pe­
ro Don Bosco ama entrañablemente
a los jóvenes en el Señor y el Her­
mano Roger ama entrañablemente
a los jóvenes en el Señor, y se
encuentran trabajando por los jó­
venes en la viña del Señor. Es la
unidad del Espíritu en el vínculo
de la fraternidad Evangélica.
— ¿Qué aporta a la salesianidad
el carisma de Taizé?

En primer lugar sales animado y
con nuevos bríos para seguir vi­
viendo intensamente tu vida sale­
siana, a pesar de la «angustia temporum et praesura hominum», y
luego los contactos con TAIZE te
ayudan a ser más salesiano, más
profundamente salesiano: flexibili­
dad de estructuras y «montajes»,
pobreza, austeridad y sencillez
evangélicas, profundidad de oración
y vida interior, generosidad en el
compartir a fondo perdido, pasión

por la Iglesia y la humanidad, com­
promiso con los pobres y los jó­
venes, etc., etc., etc.
— ¿A tí personalmente qué te ha
dicho el encuentro de Barcelona?

¡Uf, des tas de choses (miles de
cosas}! Me ha pedido que intente,
vivir en mi persona el Misterio
Pascual a través de una progresiva
liberación de la vida de los sentidos
y una asimilación creciente del Rei­
no de Dios y su justicia. Me ha
dicho que la urjón entre nosotros
salva a los jóvenes del desaliento
y que nuestras divisiones y rivali­
dades paralizan y neutralizan nues­
tra obra. Me ha llamado a la con­
versión de «extraños en amigos, de
desconocidos en colaboradores».
Me ha alentado a ser yo mismo,
sin renunciar a mi identidad perso­
nal dentro de unas verdaderas re­
laciones fraternas e interpersonales
con los demás. Me ha dicho que
las pequeñas comunidades provi­
sionales son indispensables para la
vida de la iglesia, que no se debe
ahogar el Espíritu de Dios por una
sobrecarga de palabras, que estar
a solas con Dios es el punto cen­
tral de la oración, que hay que pro­
curar más comprender que exhor­
tar... Bueno, el Espíritu de Dios se
mueve y sopla muy fuerte en el
Concilio de los Jóvenes, y si bien
es verdad que allí nadie recibe lo
que no busca y lo que se recibe
allí es siempre en la medida del
recipiente, sí tú vas con un espí­
ritu abierto y receptivo, el resulta­
do es fenomenal. A tal punto que
el que repite, y yo llevo ya tres
años s e g u i d o s participando, y,
mientras pueda, yo sigo.
F. R. L.

>
£■

G A LLITO S
S IN ESPO LO NES
PRIMER PREMIO
DEL FESTIVAL
DE LA CANCION
INFANTIL
IBEROAMERICANA
para Antonio Flor Borrego,
Juan Luis Guerrero
de la Mota
y José A.
Monzón Guerrero,
alumnos de la Escolanía
«San Juan Bosco»
del colegio salesiano
de Cádiz.
Al final del Año Internacional del Niño (1979) y comienzo del 75 aniversario de la llegada
de los Salesianos a la «tacita de plata», la «Canción del Marinero» navegó viento en po­
pa en la fase nacional de Barcelona y en la internacional de Madrid.
Con letra de don José A. Galiana, Director de la Escolanía y profesor del centro, la música
del gaditano Mtro. Antonio Escobar Perera fue declarada la mejor del Festival en compe­
tencia con 14 países hispanoamericanos.

EL QUITE DE ANTOÑITO FLOR
Implacable el zapapico, ha comenzado la
polvareda anunciadora de que el antiguo edificio
de nuestro colegio — diciembre 1904— va a entrar
en vías de reforma y «aggiornamento». Por obliga­
ción, amor y curiosidad he ido consumiendo largas
horas en el examen minucioso — y en la tala a cer­
cén de viejos papeles inútiles— del archivo musi­
cal que curso tras curso fue engrosándose con cen­
tenares de obras instrumentadas para la Banda. De
manos a boca me encuentro un tomo de aquella me­
ritoria revista «Tesoro Sacro Musical» de la calle
del Buen Suceso madrileña. Y hojeo los números
correspondientes a los años 1952-53. Desaparecía
por entonces la figura hercúlea físicamente, colosal
artísticamente, del P. Luis Iruarrízaga. Y junto a
su caserío de Errakakoetxe y la dulce hermosura
del valle de Aratia, junto a las fotos de sus cinco
hermanos de sangre de su misma Congregación re­
ligiosa, junto al emocionado temblor de la pluma
de Monseñor García Lahiguera, discípulo predilec­
to, junto al concertante de ditirambos de eminentes

críticos, amigos y admiradores, me deleito en la pa­
gina autógrafa del eminente vasco de la que a con­
tinuación les cuento un gracioso sucedido... La ca­
ligrafía musical de este original tipográficamente
conservado y reproducido es tan airosa y elegante
como la propia musa del maestro. Y a uno se le
hace la boca agua contemplando el misterio de es­
tos signos que en el silencio polvoriento del enor­
me armario contienen soterrada aquella vena cau­
dalosa que a lo largo de toda una vida fecunda en
el apostolado de la Música Sacra nos regaló verda­
deras gemas inm ortales...
El primer día que hace años me pidieron que
acompañara musicalmente a la Escolanía «San Juan
Bosco» del colegio salesiano de Cádiz sentí un repeluzco repentino... Sobre el atril me colocaban
aquella página hermosa, ungida de mística inspira­
ción, del P. Iruarrízaga; «Quédate, buen Jesús»...
Madre mía, las docenas de partituras que desde
nuestros años imberbes habíamos paladeado golo­
samente con la firma del famoso claretiano a pie
de pauta...

c o n v iv e in e iQ í

CADIZ: Ai pie de tu imagen... Nada importante se re*
gistra fotográficamente en el colegio salesiano de Cá*
diz que no tenga por telón de fondo el monumento al
santo de los muchachos. Los tres chicos triunfadores
entre los autores de música y letra de ja «Canción del
marinero»: don Antonio Escobar Perera y don José An*
tonio Galiana, director de la Escolanía «San Juan Bos*
co». (Foto Santos).

Llegó la hora en que la voz de Jesús, abarito­
nada y majestuosa, anuncia dulcemente: «Con vos­
otros me quedo, las sombras tendiéndose van»...
En el original autógrafo el P. Luis Iruarrízaga ano­
taba dos palabras: «gran aliento»... Juan Luis Gue­
rrero (ese chico hermosote de la tez moteada, ¿lo
ven?) atacó en solitario. Pero al llegar a las som­
bras se quedó totalmente a oscuras. ¿Se le vació el
fuelle? ¿Se le resistió la letra? A h ... Tomando la
antorcha, desde otra punta del coro, sin que nadie
le diese entrada ni permiso, Antonio Flor Borrego
(ese chico de la «Facultad de Medicina de Cádiz»
en la barriga, ¿lo ven?) empalmó tan campante el
resto de la estrofa. Cuando acabó la bonita faena
le di un apretón de manos porque nadie del públi­
co asistente fue capaz de adivinar qué juego al ali­
món había sido aquél y dónde acabó una voz y em­
pezó la otra, como en las obras de los Quintero
nadie supo lo que escribió Joaquín y lo que remató
Serafín...
CADIZ: La ciudad de la «salada claridad» dio a España
su más eminente genio musical: Manuel de Falla. En
esta catedral descascariilada se encuentran sus restos
mortales. Asimismo los de doña Ana de Viya y Jáuregul, fundadora en diciembre de 1904 del Colegio Saleslano. Falleció a los ochenta y uno años en 1919.
(Foto Manuel Torre y Urseguia).

C A X C tO X O E Í M A H W X E M
Música: Antonio Escobar P.
Letra: José Antmiio Galiana

estribillo:
No en el din, din, din, din, din de tu dinero
ni en el tan, tan, tan, tan, tan de los motores
ni en el humo ni la espuma de los vientos
hallarás, marinerito, tus amores.
«

«

*

Ese niño que con alma pura y simple
multiplica por siete la esperanza
es la Paz, es la Paz,
que bendice a cada hombre
desde el rayo de luz de su mañana.
Cuando un niño te sonríe abiertamente
una flor se renueva a la esperanza.
Es la Paz, es la Paz
que germina con amor
en el surco de ilusión de cada alma.
Yo dije para mi coleto: unos chavales que por
estas calendas cantan semejantes páginas con tal
afinación, suavidad y buen gusto deben tener al
frente a un tipo fuera de serie. Ya lo creo: Don
José Antonio Galiana cuando dice allá vamos las
atrapa todas... A h ... y le da por lucir botones do­
rados. ¿Lo ven ahí, bajo el mármol de Carrara del

c P A v Iv e n e ío o

m onum ento?... Siempre que aparecen los botones
dorados de su chaqueta cruzada, Ayudante Técnico
Sanitario, Profesor de EGB, abre la espita de sus
mejores, esencias a la hora de sacar de sus arcas per­
sonales polifonías a voces iguales. H a conseguido
ya un buen manojo de premios en la provincia ga­
ditana y por lo que adivino no lleva trazas de cam­
biar el paso...

«CON EL DIN, DIN, DIN, DIN, DIN
DE TU DINERO»
La profesora doña Carmen Ortega, viuda de Rivas, aguanta gentilmente mis impertinencias en el
Conservatorio de Cádiz. El otro día la encontré ra­
diante. Con máxima responsable del jurado que selecionaría la canción de la provincia, había dado en
el clavo al verla luego triunfar en Barcelona en com­
petencia con las demás españolas. Su selección ha­
bía sido escrupulosa: hasta ocho veces había repa­
sado algunas cintas.
— Pues no me extrañaría nada que entre los
catorce países hispanoamericanos obtuviese tam­
bién un sitio de privilegio.
Exacta la previsión de doña Carmen O rtega...
La noche del 20 de diciembre pasado, miles de ga­
ditanos andaban especialmente a la caza y disfrute
de aquellas tres voces que con tanto garbo presta­
ban velas y viento a la «Canción del Marinero». La
televisión fue lugar de cita común y el júbilo resul­
tó unánime, sobre todo en el colegio salesiano, a la
hora del triunfo definitivo...
Pero hasta la hora de halar de la jábega y trin­
car el pez más gordo ¡cuánto nervio e incertidum­
bre! ... Porque hubo encerrona y tratamiento inten­
sivo a causa de la afonía que les atenazó la gar­
ganta a la vuelta del viaje por Italia y Francia. In ­
halaciones, masajes, mutismo y la natural preocu­
pación... Los chicos de Barcelona andaban al ace­
cho por si la cosa no tenía solución y había que
sustituir a nuestros gaditanos en representación de
España. Las manos le temblaban al señor Galiana
— según propia confesión— cuando poco antes de
la actuación comprobó con unas escalas al piano el
estado de la voz de Flor y Monzón. Y la «Canción
del Marinero» volvió a arrancar los más sonoros,
fervorosos y prolongados aplausos de la noche en
el Teatro Real de Madrid. Sonó transportada un to­
no bajo pero nadie lo advirtió porque el entusias­
mo de los jovencitos intérpretes sacó fuerza de fla­
queza.
Todos andamos por estos «mares del Sur» muy
convencidos de que a estos chavales no se les va a
ir del oído jamás del «din, din de tu dinero» ni el
«tan, tan de los motores» y que a su paso por In10

Juan Luis Guerrero Ge /a Mota

glaterra, Escocia, Méjico y la mágica Disneyworld
el reclamo sentimental de su Cádiz natal tendrá
letra propia y melodía cantarína y lírica a un tiem­
p o ...
Sepan que cuando uno analiza la partitura — y
yo lo he hecho en la propia casa del M tro. Escobar,
Plaza Falla de Cádiz— se comprueba que entraña
una notable dificultad para chicos ayunos de cono­
cimientos musicales. No me extraña que el autor
— sobrino de aquel eminente Eduardo Escobar que
llevó a la Banda Municipal gaditana a una calidad
exquisita— afirme así rotundam ente: — a ver si
la gente se entera de una vez de que en Cádiz no
solamente hay chirigotas y carnavales... Y conste
que no es desprecio por esta otra veta popular de
secular arraigo porque hace tiempo que él mismo
trabaja con sencillez y generosidad en esta otra
clase de papeles...

¿COSAS DE NIÑOS?
Atrincherado en un rincón silencioso de aquel
jaulón de oro que el P. Torres Silva levantara para
sus «pilluelos de profesión» en el último barrio je­
rezano, recibo el ultim átum del Director del Bole­
tín Salesiano: — Si me mandas esos folios antes de
Reyes podré publicarlos en el número de febrero.
Renuncio, pues, a transmitirles las. sabrosas opi­
niones, los alegres comentarios de los propios pro­
tagonistas, atosigados por tanta gente en sus vaca­
ciones navideñas. Me limito a term inar estos apun­
tes con las ideas que mandé a la sección de «cartas

f

al Director» del «Diario de Cádi2», muy atento y
veraz y cariñoso a la hora de informar sobre el
acontecimiento que a todos nos ha llenado de legí­
timo orgullo...
De la provincia gaditana a las lejanas Américas
viajan miles de gallos de pelea cada temporada. He
leído que los untan con porquerías a guisa de dro­
ga cuando se les quiere defender de posibles ata­
ques enemigos: grasa, ajo, pimiento picante...
Nuestro colegio — que está muy lejos de ser una
gallera— puede ya registrar en su minuciosa cró­
nica, la que lleva día a día el veterano don Miguel
Moreno y Mancilla, el nombre de estos tres gallitos
de pelea — sin espolones— cuya cresta rojea con
excepcional tem peram ento...
Apenas se descuiden, al filo como andan de los
catorce años, la voz se les tornasolará y junto a la
primera pelusa — crecerá el membrillo y mudará
el pelillo— la voz blanca y alegre y vibrante aca­
bará en marrón descolorido...
Pero iba a lo de los espolones. Espolón es aumen­
tativo de espuela, cuidado... Es justo levantar acta
gaditana y salesiana de la simpatía, sencillez y hu­
mildad de este trío de alumnos de Básica y BUP a
la hora de agarrar trofeos, recibir homenajes, aguan­
tar sonoros besuquees, extender firmitas, pegarse
paseos al extranjero, posar ante los fotógrafos, gra­
bar para la Unicef, aceptar regalos y arrimar la ore­
ja a la halagadora musiquilla de los piropos...
No han faltado en este acontecimiento artístico
infantil hispanoamericano sombras siniestras, juego
desleal, turbias intenciones... Y con qué garbo sa­
lieron airosos los tres chavales de los enredos de
esta comedia en la que para no faltar el numerito
obligado hasta se dieron por perdidos — y hubo

José Am
Monxón

Guarrero

que rehacerlos a toda prisa— los papeles de la or­
questa. La puntuación más importante, según las
Bases publicadas en su tiempo por el Ministerio de
Educación español, quedaba reservada para la in­
terpretación, seguida de la música y la letra. A gol­
pe limpio de coraje, de corazón valiente, estos tres
gallitos sin espolones superaron la bonita pelea y
nos dieron en la pasada Navidad el alegrón ma5TÚsculo cuando hacemos balance histórico de estos
75 años salesianos en Cádiz y se abre el portalón
de su celebración familiar y gozosa...
Algún medio de comunicación social se ha resis­
tido a dar imágenes, a pasar noticias que estamos
seguros serían del común agrado. Pero por ser «co­
sas de niños» — argumentaban los responsables re­
gionales— se les relegó al margen. ¿Cosas de ni­
ños?... Algunas de estas cosas de niños — como ha
ocurrido en la presente ocasión— dejan a las ma­
yores con dos cuartas de narices y constituyen una
lección cabal de amor a la obra bien hecha, de pu­
dor masculino, de orgullo regional... Lo de andar
a la briba, chapucear, dar una de cal y otra de are­
na, prometer mucho y velar sobre todo por la pro­
pia talega, es antiguo como la picaresca misma y
añora - ^ g o ya— corren tiempos de necesaria so­
lidaridad y tala de celotipias mezquinas y resque­
mores de patío de vecindad...
«La historia — dice bellamente C. J. Cela— es
un chaparrón mantenido en el que, a veces, se hace
una clarita para ver volar los minúsculos y pinta­
dos pájaros que no escriben la historia: eí verde­
rol, el jilguero, el chamariz y, entre tantos otros de
bellísimos nombres y siluetas, el niño que navega,
incluso con naturalidad, por las nubes más altas y
confusas».
¡Bravo, chavales, por vuestra lección soberana!
11

P O R IjA

r u ta

RE EAS RORAS RE PLATA
Desbordante de alegría es esta crónica que envía Jesús Pablos
para las páginas vocacionales de nuestro Boletín.
Estas convivencias sacerdotales nos traen el optimismo que necesita
el pueblo cristiano para mirar al sacerdocio al menos con la simpatía
de otras épocas no lejanas.
Me comentaba el otro día un ami­
go, entre cínico y gracioso, al enterar­
se de que celebraba este año las bo­
das de plata de mi ordenación sacer­
dotal: “ ¿pero todavía quedan curas
para celebrar bodas de plata?”
Se está afianzando ahora, por un
motivo u otro en muchos católicos la
idea de que la vocación sacerdotal es
inviable; de que la existencia sacer­
dotal, encarnada en las circunstancias
actuales, es un rotundo fracaso, sin fu­
turo posible, ni realización alguna, hu­
mana o espiritual.
Vapuleados por muchos, ignorados
por más, con escaso margen de crediiiilidad y dolidos profundamente en
lo vivo de nuestro espíritu por las
deserciones de amigos íntimos, con
quienes vivimos años inolvidables de
nuestra vida, corremos el riesgo de

dar mala imagen ante el mundo; y
más, ante esa gente, numerosa aún,
que espera todavía y confía ilusionada
en sus sacerdotes.
Estoy escribiendo estas líneas desde
la soledad apacible de una casa recto­
ral, en las lindes de Nueva York, y
cuando ya el recuerdo de las reunio­
nes que tuvimos en el Tibidabo, con
motivo de nuestras bodas de plata
sacerdotales, se va difuminando tenuamente en el tiempo. Pero por encima
de las impetuosas impresiones que
asaltan, sumergen, chocan y estreme­
cen al que arriba por primera vez a
esta inmensa ciudad de Nueva York,
permanece incólume y alborozada la
experiencia estupenda de aquellos po­
cos días, en que convivimos ilusiona­
dos, después de tantos años de andar
dispersos por el mundo.

BECAS PARA LAS VOCACIONES SALESIANAS
INSPECTORIA DE BARCELONA
Beca "San Marcos” . Primera entrega: 100.000 pesetas.

INSPECTORIA DE BILBAO
Baca
Beca
Beca
Beca
Beca

"Mamá Margarita". L. Cañada. Pamplona. N. e.: 250. Total: 56.000 pesetas.
"D. José María Talbó” . N. e.: 15.000. Total: 60.000 pesetas.
"D Pufino Encinas". Viuda de Mauricio. N. e.: 5.000. Total: 36.000 pesetas.
"D. Luis Torreflo". Viuda de Mauricio. N. e.: 5.000. Total: 25.000 pesetas.
"D. Luis Monaerrat” . Viuda de Mauricio. Primera entrega: 5.000 pesetas.

INSPECTORIA DE CORDOBA
Beca completa "José de Juan’ . Les Palmas. 260.000 pts.
Beca "O. José Doblado". Málaga. N. e.: 12.000. Total: 88.000 pts.

INSPECTORIA DE LEON
Beca
Beca
Beca
Beca

"O. Felipe Qarcla” . La Coruña. Calvo Sotelo. N. e.: 10.000 pts.
"María Auxiliadora” . N. e. de L. V. (Orense). 10.000 pts.
"D. Augusto C zartoryskr. N. e.: de A. B. (Orense). 50.000 pts.
” 0. Fila". Nueva entrega: 1.000. Total; 8.000 pts.

INSPECTORIA DE MADRID
Beca
Beca
Beca
Beca

"Familia Francia". N. e.; 1.000. Total: 100.000 pesetas.
"M. A. L." N. e.: 1.0(X). Total: 128.000 pesetas.
"Archlcofradla María Auxiliadora". Atocha. N. e.; 5.000. Total: 168.000 ptas.
"Ricardo Ruiz Alonso". N. e.: 4.500. Total; 36.000 pesetas.

INSPECTORIA DE SEVILLA
Beca "Maria Auxiliadora". Arch. Cádiz. N. e.: 1.000. Total; 126.000 pesetas.

INSPECTORIA DE VALENCIA
Beca "0 . Manuel Pérez". Parroquia San Antonio Abad (Valencia). P. e.: 72.935 pts.

12

Y lo que surgía inevitable en nues­
tras reuniones, encuentros, oración y
charlas era la alegría incoercible de
nuestro sacerdocio. Alegría y gratitud
por esos veinticinco años de una en­
trega, que quiso ser entonces, en ím­
petus de juventud, exhaustiva y radi­
cal, por Dios y por la gente, y conti­
núa todavía ilusionada y gozosamente
intacta, aunque los años se remansen
ya en esa serena realidad, sin extre­
mismos ni ensoñaciones, que aporta
inevitablemente la edad.
Y es precisamente este gozo, que
dimana de las más íntimas esencias
del sacerdocio, lo que necesita ver,
sentir, • transcender urgentemente la
gente en los curas de hoy.
Tenemos los sacerdotes que hablar
con más frecuencia de la alegría de
nuestro sacerdocio; que gritar nuestro
júbilo al mundo, para que lo sepa;
que sí, que compensa una vida así;
que Dios merece todavía la pena; que
a pesar de nuestras debilidades y de
nuestras muchas faltas, sigue en pie
nuestra alegría; que no nos sentimos
frustrados; que no está castrada nues­
tra esencia humana, y...
Como ves, amigo, aún quedamos cu­
ras para celebrar las bodas de plata
y con ganas de dar un poco de gue­
rra... Pero déjame contarte algo de
esos días, a los que antes aludía.

UN POCO DE HISTORIA
El 27 de junio de 1954, nos orde­
nábamos, en Carabanchel Alto, en el
viejo y destartalado caserón, que, por
muchos años, fue el seminario teoló­
gico de la Congregación salesiana en
España. 36 sacerdotes. Pertenecíamos
a las provincias Bética, y Santiago el
Mayor, que, más tarde, darían origen
a cinco de las siete provincias en que
están divididos actualmente los saleslanos en España.
El obispo ordenante fue Monseñor
Arbeláez, suramericano, hombre con

'í f ® € ^ e i t ® ( ñ i © {

El grupo de los «neo-sacerdotes».
La fidelidad: encontrar a cada ins­
tante la fuerza para empezar de
nuevo.

fama de santo y exiliado en España,
al parecer, por motivos políticos...
De aquellos años nos quedan entra­
ñables amistades y el recuerdo de los
salesianos que nos formaron, más con
su ejemplo y vida, que con las mate­
rias que enseñaban: don Tomás Baraut, don Maxi, los inolvidables don
Luis Chiandotto y don Juan Gil, don
José Luis y Salvador Bastarrica, don
José A. Rico, don Tobías, don Vicen­
te, don David, el ingenuo don Pepito,
nuestro querido don Anastasio, don
Miguel Brunec, etc., etc. Algunos han
muerto ya; otros siguen trabajando,
con la misma ilusión de entonces, en
los diversos cometidos que la congre­
gación les ha ido confiando.
De los 36 sacerdotes de 1954, que­
damos veintisiete en 1979. Nueve de­
jaron la congregación y el sacerdocio,
durante estos años. La mayor parte
estamos y trabajamos actualmente en
España. Algunos se fueron a Suramérica y otros pocos andan por Europa
con trabajos diversos.
No fue, por eso, fácil ponerse de
acuerdo para fijar fecha y lugar pa­
ra la convivencia y retiro, que quería­
mos hacer con motivo de nuestras bo­
das de plata sacerdotales. Se acordó,
por fin, que fuera en julio y en la
casa de ejercidos del Tibidabo.
El 2, de madrugada, salíamos de
Madrid, en autocar, un grupo. El res­
to iría directamente a Barcelona.
Encontrarse, al cabo de veinticinco
años, con amigos con quienes se ha
convivido intensamente, al menos, cua­
tro años, y a quienes nos unen, aparte
de una vieja amistad, fuerte y entra­
ñable. ideales comunes y afanes idénti­
cos, resulta realmente una experiencia
inolvidable.
Los años han ido poniendo, en casi
todos, un exceso de kilos y una falta
insoslayable de pelo. G jn el primer
abrazo, sin embargo, nos felicitamos
t^ o s por el buen aspecto, y nos dedmos nue apenas si se notan los años
transairridos.
Uno piensa si no será ésta la mejor
Todas las edades son buenas para
escalar los Pirineos...

defensa para dejarnos engañar piado­
samente y mantener erguida, todavía,
la ilusión de una edad, a la que ya las
goteras y alifafes de la cincuentena,
por lo menos de la cincuentena, dejan
poco hueco para estas ilusiones.
El viaje es largo hay tiempo holga­
do para la evocación, el recuerdo y la
nostalgia.
En Calatayud, Angel Gómez Santamaría nos ofrece tmos montados de
lomo y chorizo, de Salamanca, que
merecen el elogio unánime de todos.
Y también su repetición.
Francisco Guzmán y Esteban Roy se
nos unen en Zaragoza. Gíncelebramos
en el Altar de la Pilarica, y pedimos
por todos los que hicieron posible
nuestro sacerdocio. Dirige la eucaris­
tía don Tobías Hernández, asistente,
para muchos de nosotros, durante el
año del noviciado, y profesor de todos
en Carabanchel, y que amablemente ha
accedido a acompañarnos en estos días.
Al final, cantamos la salve.
Seguimos el viaje. Parada en Fraga
para comer.
El mar, que ya se presiente y la tar­
de, vencida, amenguan el calor fuerte
de la larga jornada.
En el Tibidabo, encontramos a los
otros compañeros de curso.
Se reiteran los abrazos.
— jChico! Por ti, si qtw no pasan
los años.
— ¡Pero qué bien te conservas!
(—Vaya, hombre, ¿y la calva?

— ¿Y esta artritis en la rodilla iz­
quierda?
— ¿Y mis gafas bifocales, qué?...)
... Pero de ilusión también se vive,
¿por qué no?
No han podido acudir todos. Fal­
tan: Antonio Altarejos, Manuel Camargo, Pedro Alejandrino Izquierdo,
Nicolás Merino y Alfonso Torras.
E)cspués de la cena nos reunimos
para organizar un poco el plan de es­
tos días. La charla se prolonga incó­
lume al tiempo y a la fatiga del viaje.
TIB ID A B O

La concelebración eucarística fue, sin
duda, el centro de estas breves jorna­
das de retiro y convivencia. La parti­
cipación comunitaria en la homilía tu­
vo siempre una nota intimista y emo­
cionada.
G>incÍdimos también casualmente
con un grupo de salesianos de la ins­
pectoría de Valencia, que celebraban
igualmente sus bodas de plata sacer­
dotales. El mutuo encuentro nos ayu­
dó a todos. Y don Jesús Carrilla, con
sus charlas, favoreció el clima de esta
convivencia.
La eucaristía del último día fue en
el templo del Tibidabo. La presidía
Ismael Mendizábal. La ofrecimos en
acción de gracias por los veinticinco
años de sacerdocio.
Nota simpática de estos días fueron
las serfíremesas. Manolo Vegas cantó
“Granada" en honor de don Isidro
Segarra, que cumplía años. Los del
Liceo de Barcelona, al enterarse, han
ofrecido ya a Manolo un buen con­
trato... No faluron los brindis de Es­
teban Roy, ni los chistes de Laurentino Martínez. El humor gallego, con sus
ribetes volterianos, tuvo también en

T
Salvador Petiín un portavoz cualiíicado. Santiago Martínez, con sus libros
de versos, recién publicados, prontos
siempre al conjuro de su mano y de
su voz, nos deleitó repetidamente.
Por las tardes, salíamos a visitar
Barcelona y sus alrededores. La diliiencia y constancia de Julián Gómez
ogró que nos permitieran visitar el
interior de la abadía de Montserrat.
Uno quedaba suspenso entre el paisa­
je exterior de luminosa verticalidad
roquera, en puro éxtasis, y el equili­
brio sereno de paz, silencio y cabal
armonía que ofrecía el interior.
Nos llegamos también a Manresa.
No fue fácil tampoco la entrada, pero
la ob.stinada paciencia de algunos, a
prueba de esperas y deserciones, lo­
gró que pudiéramos todos admirar la
cueva en que San Ignacio escribió su
admirable libro de los ejercicios.
Julián Gómez era también nuestro
guía por Barcelona, El conductor del
autocar se impacientaba a veces, por
las vueltas y revueltas, idas y venidas
que le obligaba a dar. No, no es que
se perdiera, como algunas malas len­
guas se empeñaban en decir. Nosotros
sabíamos que Julián lo hacía para com­
placernos y para que tuviéramos así la
oportunidad de visitar repetidas veces
los más recónditos rincones de la ciu­
dad.
Nuestra casa de Sarriá, con los re­
cuerdos y reliquias que guarda de la
vista y estancia de Don Bosco, fue
también lugar de peregrinación. Algu­
nos salesianos del colegio nos acompa­
ñaron, durante la visita. En todo mo­
mento y en cada dependencia, nos
brindaron fraterna acogida. Recordába­
mos entonces lo que don Tomás Baraut nos había indicado por la mañana,
en el Tibidabo, adonde se había acer­
cado a pasar un ratillo con nosotros.
Procurad, había venido a decir, que
estas nuevas ideas y reformas políti­
cas de autonomía y regionalidades no
rompan la unidad de la congregación.
Indudablemente el peligro existe, y se­

f

ría ingenuo el negarlo. Pero existe
también, si se quiere, la seguridad de
superarlo. Sarriá, hoy, lo confirmaba.
No faltó tampoco la visita al “Pue­
blo Español”. Carlos Castejón nos sa­
có allí, a traición, una foto, nada fa­
vorecedora, la verdad... Y luego, la
cerveza en Las Ramblas. Gracias, Ju­
lián.
Aquella noche era la última de nues­
tra convivencia. A la mañana siguien­
te, la mayor parte saldríamos para
Lourdes; algunos, sin embargo, ten­
drían ya que incorporarse a sus ocu­
paciones habituales.
Fue una charla larga, en donde con
sinceridad, y humildemente también,
hablamos de la vida sacerdotal de ca­
da uno, a lo largo de estos veinticin­
co años. Todos, coincidimos en lo enriquecedora que la convivencia había
sido, y prometimos reunimos nueva­
mente en 1984.

LOURDES
A las seis, salíamos para Lourdes.
La despedida había sido larga y el
sueño breve. Se notaba en todos el
cansancio y la nostalgia, un poco ve­
lada de aquellos días, como si se pre­
sintiera que la separación pudiera ser
para algunos, definitiva.
Paramos en Andorra. La tentación
estaba realmente al alcance de la ma­
no, pero no de los bolsillos; al menos,
de la mayor parte.
La comida en la cumbre del puerto
de Embalira resultó inolvidable. La
nieve, abundante todavía, fue excelen­
te frigorífico de las bolsas que nos ha­
bían dado para el viaje. José Pérez, el
“ disk-jokev” del grupo en el autocar
(¿por qué esa insistente elección de
la sexta de Beethoven, querido Pepe?),
nos sorprendió con una botella de
whisqui de Canarias, pero sin la a ^ ita de las islas”, y Juan Velasco, administrador en jefe, por aclamación, tam­
bién en estos días, invitó a café en
uno de los chiringuitos. Esperamos

que la buena mano de los diversos fo­
tógrafos del grupo dejen constancia de
este alto delicioso en el camino.
Laurentino, experto en gentes y ex­
cursiones, solventó con rapidez y efi­
cacia la entrada en Francia.
El paisaje, a ambos lados, de los Piríñeos, hizo ligero y agradable el trans­
currir de las horas del viaje. Y tam­
bién Serafín Prol. Afirmaba rotunda­
mente Adolfo Nogueiras que, en aque­
lla tarde, había hablado Serafín más
que en los cuatro años de teología. Y
puede que sea verdad... Si, en algún
momento tuvo Serafín ligeros amagos
de interrumpir su caudaloso monólo­
go, la ingenua sencillez de Fernando
Abad, que lo escuchaba ávidamente,
lo animaba a proseguirlo con más flui­
dez y energía. Tan sólo la sorpresa de
un montón de botes de café, llenos,
esparcidos por la carretera, a lo largo
de bastantes metros, y la obligada pa­
rada, hizo callarse momentáneamente
a Serafín.
Concelebramos en Lourdes, en un
pequeño hospital, sin que las reitera­
das manifestaciones de buena fe, paz
y cordialidad, por parte de Laurentino
y Jesús Pablos lograron disipar los re­
celos de la monja sacristana, que, sus­
picaz todavía no nos quitó ojo-duran­
te toda la celebración.
Lourdes, como siempre, y, sobre to­
do, en verano, es recreo de la fe. Su
exaltación y exultación. Para los que
la visitaban por primera vez, la gruta,
la oración — transida de fervor— de
la multitud, ante la Virgen, y la pro­
cesión de las antorchas son recuerdos
vivos para siempre.
Habíamos quedado en reunirnos a
las diez, junto al autocar, que inexpli­
cablemente estaba estacionado en el
lugar más remoto y alejado del recin­
to de la gruta. La inexperiencia y des­
piste de un pequeño grupo lo solucio­
nó Mariano Sanz, al arribar con ellos,
bastante desperdigados, pero incólu­
mes todos, a la cita.
A las diez y media faltaba todavía
Jesús Notario, Salvador Pen'tn y Sera­
fín Prol. Ninguno de ellos había estado antes en Lourdes. Enq>ezaban a
aflorar los nervios. El hotel de Tarbes
nos esperaba tan sólo hasta las once.
Hubo que llamar para explicarles el
caso. Julio Nieto y Julio Lavandera
salieron de avanzadilla con más buena
voluntad oue éxito.
Por unas rocas, próximas al autocar,
un muchacho francés trepaba dificul­
tosamente '^ara atrapar a su gato que
se le había escapado. El minino lo
dejaba acercarse y luego malignamen­
te, en el momento justo, con saltos
precisos, reemprendía la escalada. Tras
Un alto en el camino...

^



v o e c s c ie ín e ^

Otro grupo fotográfico en otro pa­
raje monumental de la ruta...

varios intentos fallidos, el nnidiadio,
con gesto brusco, se dio por vencido.
La distancia, que nos separaba, era
exactamente la necesaria para amortettr lo que dijo...
Pero nosotros, a pesar del mal ejem­
plo, continuamos la búsqueda y la es­
pera. Hacia las once menos diez, nos­
otros también nos dimos por vencidos.
En Tarbes, durante la cena, estába­
mos todos un poco desasosegados. Cer­
ca de la medianoche, por fin, Jesús
Nolmo llamó por teltíono. Al poco
rato, los tres robinsones llegaban en
taxi. Si no el ternero cebado del hijo
pródigo y recobrado, tuvieron al me­
nos una buena ensalada y el crujiente
pao francés.
De madrugada, salimos hacia Ma­
drid. n sueño escaso de estos días
acentúa el cansancio. La sexta sinfo­
nía sigue manteniéndonos en vela. A
veces, coopera con ella la radio bronca
del autocar. Nos detenemos un par
de horas para visitar las cuevas de
Betharam. Vale la pena.
Después la carretera llana, sin cur­
vas, se adentra en el despliegue es­
plendoroso de una amplia gama de
verdes tonalidades. La tierra, feraz, es­
tá salpicada de numerosas arboledas.
Como a la entrada, los buenos ser­
vidos de Laurentino facilitan también,
sin obstáculos ni pegas, la salida de
Francia. Comenzamos a creer que el
cuello derical y el cleryman siguen
operando prodigios. Pronto, sin em­
bargo, iba a tambalearse esta creenda
nuestra.

La parada en k frontera española
es larga. Tino presenta la lista del
grupo y departe amistosamente con la
guardia civil, que amistosamente tam­
bién inquiere detalles e inspecdona
\os equipajes. Las ventajas de ese “ nihil habentes” del apóstol se hacen
ahora patentes...
Pasada Vitoria, paramos a comer.
Es tarde y hace mudio calc«-. La co­
cina vasca abre el apetito.
De nuevo en el autocar, corremos

peligro de morir de corte de digestión.
Una pareja motorizada de la guatdia
dvil nos detiene. Tampoco esta vez
la experimentada ofidosidad de Lau­
rentino surte efecto, a pesar del im­
pecable traje negro y el reludente cue­
llo derical. Deddidamente España es
diferente... Y más ahora.
El chófer trata de explicar no sa­
bemos qué razones a la pareja, y Ic^ra
únicamente una nueva multa y dilatar
más la parada...
Por fin, con mejor acuerdo, calla,
aguanta y paga. Así podemos llegar
hasta B u r ^ .
_

Es la última parada. Visita a la ca­
tedral, una cerveza y en marcha, de
nuevo.
Esta vez, hasta Madrid. Llegamos
pasadas las once de la noche. Jesús
Notario se baja antes de llegar al co­
legio de Atodia. Poco después Aureliana Laguna se da cuenta de que se
ha llevado confundido su chaqueta...
Esperemos que k buena marcha de k
Inspectork de León no quede trunca­
da por este cambio de chaqueta de su
proviitdal.
Todo ha terminado ya. Nos queda
el recuerdo imborrable de esos días
estupendos de conviveock y la ilusi(te de esa d ta pendiente para 1984.
JESUS PABLOS M©4DEZ
Garios Castejón, Paco Guzmán y Jo>
sus Pablos ponderan ios sabrosos
que están ios bocadillos...

15

•k -•

NADA **PARA^” E LLO S
TODO ^oCOM^” ELLO S
Lubumbashi. En la parroquia de una barriada han orientado dos salesianos su
acción pastoral» dejando toda iniciativa en manos de los jóvenes. Ellos sólo están pa­
ra ayudarles. Son muy difíciles la situación humana y religiosa. Los resultados son
lentos y a largo plazo. Pero así, los jóvenes desarrollan su espíritu de creatividad
y se acostumbran a no depender del paternalismo del misionero. Se hacen responsa­
bles de sus opciones y de su vida...
En 1973 llegué a Kasungamí, uno
de los barrios más pobres de las
afueras de Lubumbashi. Allí me es­
peraba el párroco, don Mario Valente. El fue quien me introdujo
poco a poco en su estilo de pasto­
ral. ■Procura no hacer nada "para"
los muchachos —me dijo— . Ponte
en cambio a hacer "con" ellos to­
do lo que quieran y tú creas válido
para su formación y su desarrollo».
Juntos tradujimos este principio
en una especie de slogan para los
jóvenes; «Si dais un paso, nosotros
daremos dos con vosotros».
Así nos habla el salesiano Pedro
Gavioll que con el Padre Valente
forma un dúo de curas que trabajan
en la parroquia.
■No ha sido cosa fácil», afirma.
Los jóvenes echaban en cara al pa­
dre Valente que sólo era el párroco
de los viejos. Con ellos no organi?aba ni un partido de fútbol, ni les

16

proporcionaba balones o camise­
tas... La respuesta era siempre la
misma: «empezad vosotros». Orga­
nizad un comité. Haced un regla­
mento. Apañaos para hacer una co­
lecta... Yo sólo os ayudaré. Muchos
no aceptaron estas normas. Otros,
sin embargo, las comprendieron y
empezaron...
UNA p o l ít ic a
DE PUERTAS ABIERTAS

Kasungamí —continúa el padre
Gavioli— es un barrio de las afue­
ras de Lubumbashi. Surgió al filo
de la independencia de Zaire (1960).
La ciudad no daba a basto para aco­
ger a cuantos iban en busca de
tranquilidad, trabajo y escuela para
los hijos. Los últimos en llegar ocu­
paron este terreno yermo y lleno
de hormigueros. Y en él constru­
yeron sus casitas: cuatro paredes

de adoble y un tejado de chapa.
Algo así entre medias de choza y
chabola.
Durante los años de la refriega Kasungami llega a los 30.000 habitan­
tes. Hoy casi todos han construido
su vivienda cerca de la ciudad. En el
barrio sólo quedan unos pocos mi­
les de emigrantes.
El padre Valente comenzó desde
el principio con su política de puer­
tas abiertas, acogiendo en casa a
los jóvenes y trabajando con ellos
para preparar los terrenos de jue­
go; fútbol, balonmano, baloncesto...
Cuando llegué yo. también en­
contré las puertas abiertas para en­
trar en su estilo de vida. Había ya
varios grupos, estructurados o in­
formales, como la Legión de María,
el coro, el clero infantil, los volun­
tarios. Era algo estupendo, pero ca­
da grupo iba por su cuenta sin te­
ner que preocuparse de los demás.

f
mlffioaes y le r c e r mundo
LUBUMBASHI: Con qué entusias­
mo se trabaja en los cimientos de
la Ciudad de los muchachos...
Más bien se daban peleas y riva­
lidades. intentamos varias veces
algún tipo de colaboración en co­
mún en fiestas, retiros, paseos...
El impulso decisivo vino al socaire
de una decisión del gobierno: ia
supresión de la enseñanza religio­
sa en las escuelas, en diciembre
de 1974.
En aquel momento, las familias
y comunidades cristianas empeza­
ron a preocuparse de la formación
religiosa de los chicos. Así nacie­
ron en cada barrio y parroquia los
•Centros de formación cristiana».
Los jóvenes que acudían a dichos
centros no eran tan numerosos co­
mo los que iban a la escuela, pero
eran más conscientes y compro­
metidos.
En Kasungami pues, no contamos
con escuelas, ni medias ni supe­
riores. Son rarísimos los muchachos
que continúan sus estudios des­
pués de 1a E. G.B. Sin embargo,
hemos creado un hermoso centro
de formación cristiana, invitando a
él a los jóvenes de dieciséis años
para arriba.
De este modo, desde el octubre
de 1975, una vez por semana acu­
den a nuestro centro estudiantes,
obreros y jóvenes sin empleo. Da­
mos catequesis, pero también hay
un intercambio de noticias y revi­
sión de actividades. La ocasión es
estupenda para conocerse y dialo­
gar.
El terreno estaba abonado y ios
frutos comenzaron a madurar al fin
del curso escolar.
LAS REUNIONES
DE LOS VIERNES
El último día de clase. 20 de ma­
yo del 76, organizamos una excur­
sión al Mukwene. el monte que.
con su doble joroba, domina la me­
seta de Lubumbashi. Eramos unos
70. incluidos los 5 maestros de la
parroquia. Jugamos, cantamos, co­
mimos y rezamos. También discuti­
mos. Y en nuestra discusión salió
a relucir un fabuloso plan de pro­
yectos.
Se crearon cinco comisiones: li­
turgia, trabajos manuales, animación
cultural, relaciones sociales y acti­
vidades femeninas. Muchas de las
cosas propuestas jamás llegaron a
realizarse. Sólo quedó en pie una:
citarnos al día siguiente en la «ca­
sa del Padre». Desde aquel memo­
rable viernes 20 de mayo nos reu­

nimos todos los viernes por la tar­
de.
Estos encuentros han sido, a su
vez. la clave de nuestras activida­
des. Los jóvenes, llenos de humor
y de imaginación, han bautizado es­
tas reuniones con el nombre de
IMK, como se llama la «escuela de
los dirigentes del partido».

SIN PROGRAMAS
Hacia las siete de la tarde, los
jóvenes que lo desean o que están
interesados van llegando a nuestra
casa. Se sientan como pueden y
comienza la discusión.
Hay un secretario que toma nota
de los puntos que se van tratando.
A la reunión siguiente comenzamos
con la lectura del acta y la revisión
de las decisiones tomadas. Hay to­
tal libertad de expresión. A todos
se les da el tiempo necesario para
expresar sus ideas. Poco a poco
hemos ido aprendiendo a criticar y
a ser criticados, a construir de co­
mún acuerdo.
Y gracias a estas reuniones he­
mos llevado a la práctica un sin fin
de iniciativas: la formación cristia­
na, las fiestas, las actividades de­
portivas, las diversiones, las salas
de juego, el cine, la televisión...
TRABAJO GRATUITO
Las circunstancias nos han ido
llevando adelante. El barrio no tenía
infraestructuras. La administración
se preocupaba de otros problemas.

Y había que apañarse solos si se
quería llevar una vida de hombres.
Ante todo teníamos que recons­
truir la escuelita de básica. La vie­
ja amenazaba caerse sobre las ca­
bezas de los chicos. Estaba minada
de goteras. También teníamos que
construir el pontón sobre el río Kafubu, si se quería ir a la ciudad sin

LUBUMBASHI: Equipo de balonma­
no.
darse el remojón. Había que allanar
los campos de juego, construir un
salón para fiestas y funciones de
cine...
Todo se decidió democráticamen­
te. Y se realizó con medios locales
y con instrumentos manuales...
Durante las vacaciones escolares
de 1978 se ofrecieron a trabajar
chicos y chicas de doce años para
arriba. Se comprometieron a ir du­
rante la mañana. Así. desde el 3
de julio al 2 de septiembre se pre­
sentaron al menos un día al mes
120 muchachos y 80 chicas. Total.
2.850 medias jornadas de trabajo.
Cada día trabajaban unas 70 perso­
nas. Muy de mañana comenzaba en
nuestra casa el reclutamiento de
voluntarios. Un rato de oración, una
taza de té caliente (en julio hace
más bien frío por la mañana), dos
panecillos o un bizcocho. Y al tra­
bajo: los chicos a hacer ladrillos,
nivelar el terreno, reparar el ponLos misn>os jóvenes han levantado
su propia casa.

17

tón. Las chicas, a su vez, a acarrear
agua, ladrillos o tierra, limpiar, en­
jalbegar las paredes...
Al acabar el trabajo, cada uno
recibía un «vale de presencia*. Es­
tos vales servirían al final de las
vacaciones para participar en una
tómbola con diversos premios: ves­
tidos, alimentos, material escolar.
O para la comida de mediodía: bo­
cadillos, galletas, refrescos. O para
asistir a una película...
De este modo, los jóvenes con­
tribuyeron a la construcción de los
edificios de ia escuela de básica,
cada uno con tres aulas, y de otro
edificio para la comunidad parro­
quial, con un gran salón-taller para
las chicas y otra salita para dispen­
sario.
Casi siempre se reclutaba más
gente de ia necesaria para el tra­
bajo. Pero todo sirvió para crear un
estupendo clima de colaboración y
de entendimiento, y para educar a
los chicos a un servicio gratuito.
LA UNIVERSIDAD UBRE
En nuestro ambiente sólo termi­
nan la E. G. B., la mitad de los que
la empezaron. Y sólo un 10 por 100
prosiguen sus estudios. Esta es la
razón del enorme número de pa­

la lejanía de la ciudad nos Im­
pide aumentar el cuerpo de profe­
sores. Así, el padre Valente y yo
estamos agotando nuestros recur­
sos culturales para dar respuesta
al ansia de cultura de nuestros jó­
venes (cómo leer un libro, Africa y
la técnica, el desarrollo de los pue­
blos, cómo juzgar una película...)
Algún día, uno de estos chicos me­
jor formados, se encargará de ilus­
trar a sus hermanos.
CLUB DE MATRIMONIOS JOVENES
En 1977 se casaron unos 10 jó­
venes pertenecientes a las activi­
dades de nuestros grupos. No se
casaron ni por la Iglesia ni por
lo Civil, sino a la usanza afri­
cana. El matrimonio tradicional es
un pacto entre dos familias y se
procede por etapas, pagando la do­
te poco a poco. Prácticamente, la
unión sólo se ratifica al nacimiento
del primer niño.
Pero los jóvenes esposos viven
juntos desde las primeras etapas.
Si son cristianos, la Iglesia no los
admite a los sacramentos hasta
que no estén casados con el rito
católico.
¿Cómo hacer en la práctica? He­
mos propuesto a los jóvenes ma­
trimonios un encuentro de reflexión

LUBUMBASHI: Los chavales también se han organizado a sf mismos para
desarrollar sus actividades deportivas.
rados: jóvenes de dieciséis a veinte
años.
Muchos manifestaron su deseo
de estudiar, de instruirse. Para ellos
nació también la Universidad libre
de Kasungami. También este nom­
bre se debe a la imaginación y al
humor de nuestros muchachos.
Es libre porque en ella no hay
programas, ni exámenes ni vaca­
ciones. A lo más, de vez en cuan­
do, los mismos jóvenes se han fi­
jado un programa. Las vacaciones
idc llueve torrenciaímense dan cuando
te y las calles se llenan de barro.

18

sobre su nueva vida y de prepara­
ción para el matrimonio cristiano.
Durante un año hemos reunido a
6 ó 7 parejas una vez por semana.
A ser posible, mediante un monta­
je de diapositivas, se discutía so­
bre sus problemas concretos: la fi­
delidad conyugal, la poligamia, la
educación de los hijos...
Con nosotros colabora un joven
catequista, que fue el primero en
casarse por la Iglesia. El pasado
enero siguieron su ejemplo otras
dos parejas. Esto nos hace pensar
en un futuro esperanzador...

OBJETOS DE INTERCAMBIO
A Kasungami no vienen las chi­
cas. Sólo se acercan algunas niñas
pequeñas o algunas señoras. Es al­
go exagerado, pero da una idea de
la realidad. La joven, apenas alcan­
za la pubertad, es apta para el ma­
trimonio. Dicho matrimonio es un
trato entre los padres, quienes exi­
gen y perciben la dote de parte de
la familia del novio.
Antes, la dote era una señal de
reconocimiento para la educación
dada a la muchacha, pero hoy, con
eso de la economía monetaria, se
han multiplicado los abusos. Mu­
chas veces, la joven resulta «ven­
dida* al mejor postor.
¿Qué podíamos hacer nosotros
por las chicas para liberarlas de
este comercio y ayudarles a crecer
como personas?
Con una gran paciencia y con la
colaboración de hermanas y de se­
ñoras de otros barrios, llevamos ya
dos años un grupo de chicas de
catorce a dieciséis años. Les da­
mos expresamente una catequesis,
forman un equipo, participan con
los chicos en actividades comunes:
trabajo manual, coro y teatro, y
aprenden a alcanzar una responsa­
bilidad personal en su vida. En la
parroquia hacen cursos de corte y
costura, de puericultura e higiene.
Esperamos que estas chicas lieguen a formarse y alcanzar una
autorrealización de un modo dife­
rente. Su ejemplo puede cambiar
una mentalidad con mayor rapidez
que con mil discursos.
Tres sobre cuatro de nuestro ba­
rrio son cristianos. Más de la mitad,
católicos. Aunque no todos son
practicantes. Ahora bien, desde el
principio hemos aceptado la co­
laboración de todos cuantos nos la
han ofrecido, al menos para la ani­
mación del trabajo manual y para
el deporte. Ninguno de nosotros hi­
zo presión sobre ellos para obtener
una conversión rápida. Normalmen­
te proponemos (no imponemos) el
mensaje cristiano a través de io
que hacemos.
En todas estas actividades el pa­
dre Valente y yo nos mantenemos
fieles a nuestro programa: «No ha­
cer nada "para" ellos. Hacerlo to­
do "con” ellos». Así vamos adelan­
te y despacio. Las cosas no se ha­
cen siempre en nuestro gusto. Pero
los jóvenes desarrollan así su espí­
ritu de creatividad, se acostumbran
a no depender de nuestro paternalismo y llegan a hacerse cada vez
más responsables de sus opciones
y de su vida.
Padre PEDRO GAVIOU

o ORIEM Sr
Viaje de! Rector M ayor a ia india
Don Víganó oomunioa sus Impresionas y atisba
o! futuro salealano del enorme país o rie n ta l.

i

19

15Í

A



V.

VIAJE ALREDEDOR
DEL ASIA
SALESIANA
Hoy quiero contaros, en tono familiar, unas cuantas cosas acerca de
este largo viaje que acabo de realizar
alrededor del subcontinente asiático
de la India. Se trata de uno de esos
viajes que se proitrama para animar
a la Congregación c intensiíicar así su
unidad a nivel de contactos. Contac­
tos que, por otra parte, no tienen la
íinalidad de solucionar los problemas,
sino la de crear vínculos y lazos y la
de profundizar algunos aspectos.
Esttís viajes st>n muy útiles para en­
tablar contactos más directos con Ins­
pectores y consejos inspcctoriales, di
redores de todas las inspectorías, for
madores, delegados de Pastoral Juve­
nil y jóvenes salesianos en período de
formación.
Pero, además, he podido celebrar
otros encuentros con las Hijas de Ma­
ría Au.siliadora y su personal de la
casa lie formación, y con otros miem­
bros de la Familia Salesiana, coopera­
dores y esalumnos, También he cele­
brado otros encuentros con otras con­
gregaciones religiosas fundadas por sa­
lesianos, y que no están en otras na­
ciones. Dos de ellas están en la India:
una, fundada por Monseñor La Ravoire, y la otra, por Monseñor Fe­
rrando. Las dos con muchas vocacio­
nes, por cierto.
Tuve también la opimunidad de pa­
sar un día en Ranginm, Birmania, don­
de pude hablar con tinlas las herma­
nas que trabajan en la Prefectura
Apostólica de Lashio. Un día muy aje­
treado, entre otras cosas, p>or las pe­
ripecias que pasamos para entrar allí...

20

(.orno veis, una coreografía interesan­
te...
En Tailandia estuve un día y me­
dio. Allí bendije el nuevo noviciado.
Es hermosísimo. Se alza al lado del
Centro de Estudio para la Formación
Sacerdotal. Es algo admirable que en
una nación en la que los cristianos no
llegan al I por 100 (son unos 200.000
en toda Tailandia), tengamos un estu­
diantado teológico y un noviciado. Ac­
tualmente hay diez novicios. Son cosas
bellas.
Quiero ahora contaros algunas de
mis impresiones sobre la India, sobre
las Inspectorías Salesianas de la India.
Como sabéis, son cinco las inspecto­
rías que allí tenemos, una de ellas,
la de Bangalore, recién nacida hace
unos seis meses. He dedicado un pro­
medio de tres o cuatro días a cada
una. El viaje, más o menos, ha sido
así: De Bombay a Bangalore, Madrás.
Calcuta y Gahuati.
Ante todo, hubo que armonizar dos
cosas casi incompatibles. Por una par­
te. al reunir a los directores de tres
inspectoría.s, a los delegados de Pas­
toral Juvenil y a los formadores, no
podíamos despacharlos en media hora.
Exigía su tiempo, y no poco, para un
mensaje de animación y de crecimien­
to, dcl que era portador. Y la otra
parte, el afecto, el entusiasmo, el esti­
lo cultural, la necesidad de manifesta­
ciones sociales típicas de aquellas re­
giones, y todo sentido con corazón
saleslano... Pero exigía más tiempo
que el asignado en nuestros progra­
mas... Entonces nosotros, pobres dia­
blos, no sé cómo hicimos para poner
de acuerdo ambas cosas. Pero yo os
aseguro que todo ha marchado sobre
ruedas.

Las chicas del Centro Juvenil dan
la bienvenida al Rector Mayor con
una de sus danzas típicas.

DEL JET AL ELEFANTE
Daos cuenta de lo que quiere decir
“estilo cultural” o el modo de recibir
en la India al representante de Don
Bosco. Llegamos a Bombay a las dos
y media de la madrugada. Y yo decía
para mí: Bah, en un aeropuerto de­
vastado hace dos días por un incendio
habrá dos o tres salesianos que nos
acompañarán a dormir... Pues no, allí
estaban todos los salesianos, como en
todos los aeropuertos. Yo no sé cómo
se apañarán para llegar con el coche
hasta el mismo avión. Un coadjutor
que estaba allí es el que lo arregla
todo. Habla con los jefes...
Después del recibimiento en el aero­
puerto, hubo una velada en el hotel
de las cercanías. Un hotel repleto de
muchachos, banda de música y mucha
gente. Un discurso, una guirnalda,
otra...
Quien no haya estado nunca en la
India ha de saber que allí se recibe
a los huéspedes con bellísimas danzas,
con bailes. La danza de la luz: al apa­
recer la luz, meten el dedo en una
pasta y signan el punto de honor en
la frente, rojo o amarillo o azul, según
las circunstancias.
Luego, en la ciudad, manifestacio­
nes colosales en medio de un gentío
inmenso. En una ciudad de Kerala nos
recibieron con elefantes. ¿En qué ciu­
dad del mundo reciben así? Es una
señal de honor. Fue un Bramín el que
se preocupó de semejante acc^ida.
Nuestro don Tomás me preguntó Kes

PLIEGO B. S.

O cuatro veces si quería subir a un
cletame. “Claro que me gustaría”, le
dije. Pero me daba miedo.
Al llegar allí nos encontramos con
tres paquidermos de tres metros y me­
dio de altos. Cada uno pesaba tres o
cuatro toneladas. Y los había engual­
drapados de oro. Encima había gente
con sombrillas y abanicos... El proble­
ma era subir. Él Rector Mayor se sir­
vió de mesas y banquillos. Luego dio
un medio salto de atleta que suscitó el
aplauso de la gente. Y todos conten­
tos. ..
Ese día hicimos un trayecto de unos
tres kilómetros. En elefante tardamos
;tres horas! Se calculó un gentío de
veinte a treinta mil personas. El Bramín que había contratado los elefan­
tes nos dijo que aquella mañana había
estado lloviendo, lo cual hubiera sido
un problema. Pero su señora había
partido doce cocos, había puesto acei­
te en ellos y había encendido cuatro
lámparas a una de sus diosas, rezándo­
le para que no lloviese. Mas con la
idea de que, si hubiera llovido, a la
noche la hubiera echado fuera de casa.
Así pues, en nuestro programa, de­
bíamos contar con todas estas cosas.
Gida ciudad tiene sus notas peculia­
res: sus bailes, sus danzas. En algunos
sitios, al entrar en casa, algunos co­
mienzan a danzar a pasos cortos. Van
muy despacio y hay que seguirlos al
mismo ritmo, despacio hasta llegar
adentro. Todo con música ritmada.
Muv interesante.

O

DON BOSCO
EN LA INDIA:
UNA GOTA DE AGUA.
UNA ESPERA

Yo creo que este viaje ha resulta­
do muy nositivo. Muy positivo, de
acuerdo con los objetivos propuestos:
intensificar nuestras relaciones, el amor
a Don Bosco y el conocimiento del
21 Capítulo General, con algunos otros
puntos muy concretos que diré más
adelante. Todo, realizado con estusiasmo. Y creo también que se ha forta­
lecido una mayor unidad entre las ins­
pectorías de la India.
Hay en la India cinco inspectorías
salesianas, pero separadas por enormes
distancias. Además, son diversas las
culturas y las lenguas. Una nación úni­
ca en el mundo.
En uno de los últimos actos, cuan­
do me reuní con todos los inspectores
en Calcuta, se sentía el gozo en la ma­
nera de expresarse. Me dijeron cierKERALA: El Rector Mayor entra
triunfal sobre un elefante.

tas frases, que no oso rc(>etir por set
extremadamente laudatorias. Pero las
dijeron. Y algunos me buscaron un
traductor para que las entendiera me­
jor...
Me parece que estos viajes son Uti­
lísimos, por mucho sacrificio que cues­
ten. Y, naturalmente, allí no pueden
contarse las horas de sueño. Hay que
levantarse y moverse a todas horas,
sin tener en cuenta el clima, el calor,
el frío... Bueno, eso de frío sólo cuan­
do nos acercamos al Everest, En Shillong y en Sonada sí que se notaba un
poco... fresco.
i-;Y qué he visto en este viaje? Mu­
chas cosas. Masas de jóvenes. El pri­
mer día, en el patio de Bombay, no
sé cuántos habría, de cinco a diez mil.
No me dediqué a contarlos, pero era
un parió inmenso desbordante de jó­
venes. Prepararon un recibimiento con
danzas, discursos y cantos. Y así en
todas partes. Pero esto no sería nada.
He visto masas de jóvenes por las

calles. La obra -alesiana en la India
es muy grande. Pero si la comparamos
con las necesidades de la gente que
se ve por las calles, es una gota de
agua. Hay que hacer crecer esta gota
de agua: el mar está hecho de gotas
de agua. Por todas partes se veían chi­
cos y jóvenes. En las ciudades pare­
cía que no había otra cc»sa.
He visto obras muy significativas.
Por ejemplo, en Cochin, la ciudad de
los elefantes, hay una obra que ha du­
do mucha fama a los salesianus. Es
algo semejante a la de Arese en Italia.
Se trata de jóvenes llevados allí por
la policía. Nadie sabía qué hacer con
ellos. Los salcsianos organizartin un
centro de recuperación. Y están edu­
cando: les enseñan un oficio. Y mues­
tran un inmemso afecto a todos los
que van a visitarlos. Algo conmovedor.
En Madras está la obra del padre
Mantovani, llevada ahora por el pa­
dre Schlooz. El visitante, al salir de
allí, pierde el apetito. Uno queda im-

T
i
Uno de loe encuentros más bellos
con los novicios y estudiantes saieslanos.

presionado, como la primera vez que
en Turín visité el Cottolengo, cuando
era clérigo. £1 bien que se hace en
Madrás es indescriptible. Me contaba
el padre Schlooz: “Actualmente hay
aquí varios médicos holandeses, ateos.
Vienen a pasar un período de vacacio­
nes, y ayudan algo. Luego, bastantes
se convertirán, como tantos otros. Di­
cen que una presencia entre esa gente
es inexplicable sin un principio supe­
rior. Es el amor de Dios el que incita
a hacer esto”.
Pude tomar contacto con los dos
cardenales y con más de diez obispos.
Pero eso es lo de menos. Lo más im­
portante es lo que dicen de los salesianos. Algunos obispos no salesianos
han recorrido más de 60 kilómetros
para venir a saludar al Rector Mayor
y decir su discurso de .sobremesa. Es­
tos discursos constaban siempre de dos
partes. En la nrimera, el Inspector se
mostraba sonriente y feliz: los obis­
pos se deshacían en alabanzas y se
veía que las decían con la máxima sin­
ceridad. Lo que más impresiona a los
obispos son nuestras obras en favor
de los jóvenes necesitados, las escue­
las profesionales... Pero, cuando llega­
ba la s^unda parte del discurso, el
rostro deí inspector devenía serio. Los
obispos insinuaban; necesitamos aquí
V allá... Es necesario que usted diga
al Inspector que abra dos t^ras en
tal lugar... Lo cual demuestra el valor
que la Jerarquía da a la presencia saIcsiana en aquel inmenso país.
También los políticos nos aprecian
enormemente. Traté con algunos. Lle­
garon a ofrecerme guirnaldas. Es una
de las mayores expresiones de afecto
y veneración. Sólo en los dos o tres
kilómetros sobre los elefantes, me ofre­

cieron más de setenta. Después de col­
garse uno tres o cuatro, no tiene más
remedio que ir quitándoselas, porque
pesan, te siegan el cuello.
Incluso los políticos, iba diciendo,
tienen una alta estima de la presencia
salesiana. En todos mis discursos en
los que veía a algún político, aprovediaba para expresa bien clara de que
Don Bosco está para la promoción
humana y para hacer buenos ciuda­
danos. Y escuchan con gran interés.
Un vez había un político. Yo sabía
que era católico. Estaba al lado del
obispo. Entonces me dirigí al político
para decirle: “Yo rezo por usted, por­
que la obra de un político cristiano en
este país tan inmenso, creo que es
más difícil y casi más importante, per­
dón señor Obispo, que ei ministerio
episcopal". Que, por otra parte es cier­
to, ¿no?... Es difícil hacer un discur­

so cristiano en una situación así, de
alta política, para todo el país.

PROBLEMAS
Y PELIGROS
En las grandes ciudades he visto
mucha pobreza. Gente necesitada por
todas partes: refugiados o parados que
llegan a la ciudad en busca de trabajo.
Aunque nuestra labor va dirigida a los
pobres, hemos de confesar que es de­
masiado poco lo que hacemos. Mu­
chos hermanos, al empezar su labor
educativa en alguno de los grandes co­
legios comprenden la distancia que los
separa de las necesidades mis urgen­
tes de los pobres.
Esta desazón trae sus peligros. El
prc^lema es cierto, pero ¿<iué se pue­
de hacer por todos esos pobres? Yo
creo que nadie es capaz de resolver

este problema. Ni siquiera el gobier­
no. Cuando voy por la calle y llevo
algo en los bolsillos, me digo: mien­
tras tenga, doy, luego... Al menos,
muestro participación, sensibilidad. Es­
to no resuelve nada. Pero d amor
cristiano no puede quedar inactivo aun
sintiéndose incapaz de resolver im pro­
blema tan ingente.
Esta realidad nos pone en estado de
desafío permanente, una especie de cri­
sis continua ante lo que se está ha­
ciendo. No porque lo que se haga deVYASARPADI: He aquí al formida­
ble «coro polifónico» de la Ciudad
de las Bienaventúranos del padre
Schlooz.

PLIEGO B. S.

MADRAS: El Rector Mayor agrade*
ce la acogida de todo el pueblo de
la India.

je de ser auténticamente salesiano, si­
no porque las necesidades crecen tan
desmesuradamente y son tan básicas
que quizás no debería atenderse a otra
cosa. Esto es un problema enorme.
Entonces uno piensa en tantas co­
sas. Se trata de grandes culturas mile­
narias, aunque de tipo rural. Para po­
ner en marcha a estos pueblos y sa­
carlos de una injusticia social tan in­
mensa, se requeriría una capacidad téc­
nica y una industrialización enormes.
No se puede avanzar con arados ro­
manos habiendo tractores con los que
multiplicar la producción.
Y uno piensa: a pesar de la rique­
za religiosa, la situación del malestar
social es muy grande. Estas religiones
no han intuido el compromiso por la
promoción del hombre. ¿No se cum­
ple aquí la frase de Marx: “La reli­
gión es el opio del pueblo”?
“Esta situación es tm hedió de justida religiosa, como consecuencia de
una vida anterior”, me explicaban los
conocedores de este pueblo. Por eso
no les interesa ayudarse los unos a los
otros, ni siquiera a sí mismos. Es tma
especie de fatalidad, justificada desde
su punto de vista religioso. Entonces
uno ve la diferencia, ¡la grandeza de
Cristo y del cristianismo! Me dijercm
que en las regiones de la India en que
hay cristianos, la situadón sodo^conóinica cambia totalmente, y no por­
que se conviertan en capitalistas, sino
porque interpretan la existencia de
otro modo, y porque se comprometen
más.
Hay en la India culturas muy ricas.
Para entenderlas, hay que estudiarlas
hastó el fondo. Diría que, consdentes
de su riqueza cultural, permanecen ale­
jados de ocddente. Por ejemplo, del
Papa y de sus viajes. No saben nada.
Tal vez se da algún •interés de tipo
religioso, pero la impresión es que
están r e p l^ d o s sobre sí mismos, tm
F>oco separados del mundo.
Cuando giran a ocddente, se dan
dos actitudes peligrosas: una, la de
tipo Jomeini: en ocddente está el mal,
la corrupdón: “ ¡fuera de aquí!” O
bien, se miran como en un espejo:
todo lo que llega a ocddente es el
futuro, la salvadón. Y con el peligro
de ciertas inteipretadones de la vida
y de las infiueiKdas ideológicas de tipo
ateo, al menos en dertas clases soda­
les.
HaWando con el Arzobispo de Ma­
dras, me enteré de algo interesante
casi increíble. Os lo cuento como lo
oí. En sus diüc^os con sus amigos

brahmanes, el Arzobispo de Madrás
llegó a saber que existen documentos
del cristianismo primitivo en la India,
y del apóstol Santo Tomás. La obra
de Santo Tomás es inmensamente ma­
yor de lo que creemos: recorrió toda
la India. Posteriormente, otro movi­
miento hinduísta destruyó la presenda
del cristianismo. Pero m udxx elemen­
tos del hinduísn» son cristianos, d d
año 500 en adelante. Me confesaba
que algunos templos hindúes eran tem­
plos a la Virgen. También me dijo
que lo publicaría todo dentro de dos
o tres años. Para la India será una
e^jcde de revoludóo religiosoKniltural. Ignoro el fundamento dentífico
de todo esto. Pero ello me ha hecho

pensar en lo que sucedió al cristianis­
mo en los primeros siglos en ocddente. Primero se pensó que se trataba de
explicar los sacramentos a través de
los misterios helénicos; pero luego se
dijo que los misterios helénicos fueron
los que texnaron muchas cosas de los
sacramentos cristianos. Si esto fuera lo
mismo en la India, sería un descubri­
miento sumamente interesante.

EL SECRETO
DE LA ABUNDANCIA
DE VOCACIONES
Hablemos ahora de cosas nuestras.
La primera in^resión del mui>do sa-

23

Icsianu (Je la India es la abundancia
de vocaciones. “ Dadme la lista de los
Salcsianos", pedí en Bombay apenas
llegado ¿Cuántos novicios hay este
año? — ¡121!
Visité los aspiramados: todos re­
pletos. 180, pronto llegarán a 200.
Tienden a aumentar. Los estudianta­
dos nos traen el recuerdo de tiempos
pasados: rebosantes de clérigos. Y jun­
to a esta fecundidad vocacional, algo
interesante: el espíritu misionero. Les

¡Bautizamos a unos 750 adultos!, pre­ j salesiana, y donde hay abundancia de
parados por los catequistas”. Y pen­ vocaciones. Donde no se piensa en ce­
saba: “para ver algo semejante ten­ rrar nada, sino sólo en abrir, en mul­
dríamos que leer los Hechos de los
tiplicar. Los Jesuítas tienen doce ins­
Ap<3stoles: San Pedro pronuncia un
pectorías, nosotros cinco; cuando ten­
tliscurso y luego bautiza a 3.000...
gamos d(xe, entonces seremos dos go­
Cuando llegaron allí los primeros
tas de agua en vez de una.
salesianos no había ninguna diexesis:
A los inspectores les (dije: tengo la
ahora hay seis. Todo, trabajo de los
sensación de realizar un viaje a los
Salesianos. Vinieron a comer conmigo
orígenes. Pero, al mismo tiempo, que
teólogos y filósofos de Punamallé: una
aseguréis esta fecundidad y este espí­
fiesta con academia y todo, como si yo ritu misionero. Procurad mentener ’a
misma mística de los tiempos de Don
Bosco, el espíritu de sacrificio y el
amor a la pobreza, superando ciertas
tentaciones.de tipo occidental, llamé­
moslas así, pues aquí las tenemos, y
que en realidad son inherentes a la
naturaleza humana. Donde se puede
estar un poco mejor, la naturaleza se
acomoda en seguida.
En la India he hallado expresiones
propias de la primigenia vida salesia­
na: mucha música, mucho arte. Allí
no cuesta encontrarse con una banda
de música, al revés de las inspectorías
de Italia, por desgracia. Tienen ins­
trumentos diversos... Pero se ve: allí
el ambiente hace reflexionar sobre la
vida salesiana, sobre la vocación, en
su nacimiento y en su desarrollo.
Y no sólo hay valofes culturales, es
todo el conjunto el que contribuye a
una formación humana rica y profun­
da.
¡Y luego, el sentido religioso! Lo
he palpado como una característica de
dichas culturas. Lo ha escrito un in­
glés, historiador de las civilizaciones:
“ la India ha exportado siempre reli­
gión”. Esta frase me ha gustado sobre­
Los aspirantes de Turupattur señalan la frente de don Viganó.
manera. porque me hace pensar que
también ha de exportar salesianidad a
muchas otras partes del munido.
hablé de Africa, del Sudán y de Jos
fuera su superior. En ningún sitio del
tremendos sacrificios que exige el vi­ mundo he visto cosa semejante. Cuan­
vir en dichas zonas. Pues ya tengo pe­ do en alguna nación nos hacemos car­
CON LOS PIONEROS
ticiones para ir al Sudán. ¿Sabéis cuán­ go de un seminario tenemos que ser
tos h.m pedido ir a Africa? 42.
DEL EVANGELIO
muy discretos. Allí se palpa el espí­
Gauhati es la inspectoría y necesita
ritu de la Iglesia naciente. Claro que
Palpé sobremanera el espíritu reli­
much.i más personal del que tiene.
las c.-tigencias de la fe difieren hoy
Pues bien, de las 42 peticiones, 23 son
mucho, pero en el fondo son sustan­ gioso con la Madre Teresa. Pude ha­
blar cxin ella durante una media hora.
de G.uihati. Hay misioneros de la In­ ciales.
Visitamos la Casa Madre. Causa una
dia en Centroainérica, en la Patago1la habido momentos en que he
impresión extraordinaria. Se ve que ha
nia... listando yo allí, salieron dos
pensado: éste es un viaje a los oríge­
sabido concentrar las riquezas religio­
para Samoa.
nes salesianos, como si uno no viajara
sas de la vocación natural de la India.
¿Sabéis a qué fui al noviciado de
en la geografía, sino en la historia. Y
Va descalza, vestida como una mujer
Shillong? A hacer algo que nadie ha
en vez de ir a Bombay, Madrás, Cal­ india, algo impresionante.
hecho todavía en ningún noviciado: a cuta, Gauhati..., fuera al Valdocco del
Todo extremadamente pobre, pero
imponer el crucifijo misionert> a to­ siglo pasado a encontrar esta abundan­
dos los novicios. Una función bellísi­ cia de vcxraciones. Y, sobre tcxlo, en­ limpísimo. Ante todo, le dije que me
había acordado de ella el día de Santa
ma, un espíritu espontáneo, penetran­ contrar el entusiasmo, un entusiasmo
Teresa. “ Mi anómástica, me respon­
te. V van a misionar de verdad. Po­ que salta a los ojos. Lo hubieseis visto
dió, no es el 15 de octubre. Para mí
déis ir a ver adonde van y qué van
cuando estuve con las novicias salesiaes demasiado grande Santa Teresa. La
a hacer...
nas. Es algo increíble... Yo mismo du­ mía es el 1 de octubre, la más peque"l'.l domingo pasado, me contaba
daba, como Pablo y Bernabé en Asia
ñita".
el Inspector, estuvo con ellos. Era una
Menor, si era Júpiter o Mercurio. Sí,
Entre otras cosas, le pregunté:
zona en la que no pueden entrar ni el
un verdadero viaje a los orígenes, don­ “ ¿Cuántas novicias tiene?" — “ ¡434!"
obispo ni los misioneros salesianos.
de se da el entusiasmo por la vocación
“ Una congregación de algo más de mil

24

PLIEGO B. S.

Solemne recibimiento en el «Vailuvar Kottan» de Madrás. Se le im­
pone al Rector Mayor una nueva
guirnalda y luego, empieza la fiesta
de familia.

socios tiene tantos novicios como nos­
otros. ¿Cómo le vienen? —“De arri­
ba”, me dijo señalando a lo alto.- ¿No
tenéis ninguna pastoral de las voca­
ciones? —“Jamás, me dijo. —Nos­
otras servimos a los piobres, a los mo­
ribundos, a los necesitados. A las jó­
venes que quieren venir, las ponemos
a trabajar. Unas se van, otras se que­
dan y otras se hacen religiosas. Eso
es todo”.
Continuamos nuestra charla. Me di­
jo adonde pensaba ir. Tiene casa en
Roma, en Palermo, en varias naciones
de Europa, en Estados Unidos, en
América Central, en América del Sur,
en Africa. La última oferta le acababa
de llegar del gobierno de Etiopía, que
es marxista. Y ha ido porque ella va.
Siempre dice que sí. que va. Acepta
en seguida. “Nosotras, dice, no tene­
mos un céntimo, no compramos una
casa. Ustedes compran todo, metan
dentro a todos los necesitados y nos­
otras iremos a servirles”. Pero mire,-le
dice Menguistu, ¡que nuestro gobier­
no es revolucionario! —“Muy bien,
le responde Madre Teresa, la nuestra
también es una congregación revolu­
cionaria, Nuestra revolución es la del
amor".
Después de un buen rato de con­
versación (era el día antes de que se
le concediera el premio Nobel) nos
dijo; “Vayamos un momento a la ca­
pilla". Subimos. Una enorme sala pau­
pérrima, limpísima. Un altar con el
Santísimo expuesto. En la sala había
unas doscientas novicias sentadas en
el suelo, como acostumbran, en adora­
ción. Una impresión formidable. Yo
pensé entonces; como cimiento de to­

dos estos servicios tan generosos, la
contemplación de Cristo. Se palpa la
total entrega a Cristo, con firmeza,
con vigor, con seguridad. Y razonaba
fenomenológicamente: ¡Qué misterio
más tremendo! Este Cristo que está
aquí, el mismo que están adorando, un
pedazo de pan. ¿Qué dice este pedazo
de pan de cara al progreso tecnológicoindustrial, ante las armas, la organiza­
ción, el poder de los políticos? ¡Y des­
de más de mil años, mira lo que lo­
gra este pedazo de pan! El pensamien­
to vuelve a las cosas más profundas
del cristianismo, a los medios más po­
bres que se han utilizado, no para des­
preciar a los demás, sino para indicar
que aquí está la fuente de todo.
Después fuimos a ver una de sus
obras: niños pobres como los del pa­
dre Schlooz. Suma limpieza y suma
finura... Adonde llegan estas herma­

nas se logra todo lo que puede reali­
zar el amor con todos los medios posi­
bles. Y esa gente; pobres, enfermos,
moribundos.... todos contentos. Por­
que creo que lo único que llena el co­
razón del hombre es sentirse amado,
acompañado. Todo esto, lo comprobé
de forma maravillosa con la Madre
Teresa, y en un clima totalmente in­
dio.
Otra impresión: ¿Cómo en apenas
cincuenta años se ha llegado en la In­
dia a este'entusiasmo, a este amor a
Don Bosco? ¿De dónde provienen es­
te deseo de servir a la juventud nece­
sitada, este nuestro espíritu con las
características de los orígenes, con es­
ta explosión misionera? Y lo hermoso
es que sí, que se le ve el ro.stro. En
Gauhati me encontré con Monseñor
Marengo, por citar un nombre. Pero
se adivinaban otras caras que no esta­
ban presentes: Mons. Mathias, Mons.
Ferrando... Rostros de hace cincuenta
años. Todo esto comenzó en 1922. En
el noviciado de las Hermanas, en Bangalore, estaba Madre Merlo con otra
hermana de 80 años. ¡Eran de la pri­
mera expedición! ¿Qué es lo que han
hecho crecer?
Esta es obra de misioneros de pri­
mera categoría, pensaba para mí. Es
necesario decir que Don Bosco inició
sus misiones enviando a sus mejores
hombres. También a la India: la Congr^ación mandó a los mejores homVestíción clerical de los novicios
salesianos. El Rector Mayor tanv
bién les impone a todos el crucifi­
jo misionero...

25

SHILLONG: Sede del Estudiantado
Teológico.

bres de su tiempo. Como mandó al Ja­
pón a don Cimatti.
Hay que valorar la función históri­
ca de una inspectoría misionera como
la Central, continuaba pensando. Si
no hubiera existido la Inspectoría Cen­
tral, hoy no existiría todo esto en la
India. Puede ser que, al cabo de trein­
ta años, muchas realidades pierdan la
fuerza y el vigor de antes, pero nadie
Ies niega su función histórica. Función
histórica que vive y que ha continua­ bía antes de que llegaran los salesia
do y se ha multiplicado en otros. Es
nos. Cuentan milagros. Y peligros
interesante ver esto.
constantes. Encontrarse con un tigre
Es como decir que en Asia Menor delante no es cosíu de risa. “Vi llegar
ya no hay cristianismo, pero el cristia­ el tigre”, me contaba una hermana.
nismo que hubo en Asia Menor hizo
Me quedé quieta. Me encomendé a
isible el cristianismo de Occidente.
la Virgen, y el tigre pasó sin hacerme
oy, aunque desaparezca, que no des­ nada”. ¡Bah, quizás no tenía hambre!
aparecerá, aunque desaparezca el cris­ ¡Increíble!
tianismo de Europa, éste ha hecho po­
sible el cristianismo en otras partes
del mundo.
UNA LINEA
He admirado a muchos de estos mi­
DE PASTORAL
sioneros nuestros ancianos, personas
robustas humanamente hablando, sen­
PARA EL FUTURO
cillas, simpáticas, sacrificadas. Hablan
de sus años y de sus sacrificios como
Con este espíritu y todos estos ele­
si no hubiera sido nada. Yo no sé si
mentos positivos, veo que en la India
hoy seríamos capaces de comenzar un
le espera una gran tarea a la Familia
trabajo como el que hicieron ellos. Es
Salesiana. Ha de ser consciente de ella,
toda una floración de bien, fundamen­ asumirla y realizarla. Un programa no
tada sobre una autenticidad de espíri­ fácil para el futuro.
tu, sobre la firmeza de un gran espí­
Ante todo, en la India es necesario
ritu salesiano, sobre una confianza ple­ un crecimiento geográfico. Es normal.
na en María Auxiliadora.
Para llegar a doce inspectorías hará
Me enseñaron una fotografía y una
falta tiempo. Pero será una expansión
estatua de María Auxiliadora que ha­ natural. Existe la preocupación de sa­

E

ber adonde se va. No es nada fácil.
Hace falta dejarse guiar por el Espí­
ritu Santo. Tampoco Don Bosco pla­
nificaba todo el futuro sobre la mesa.
Hemos de confiar en las invitaciones,
en las oosibilidades, con el pensamien­
to de que hay Uno que guía todo el
desarrollo, y es el Espíritu Santo.
Tienen las inspectorías de la India
un compromiso grave, muy diverso de
las demás, por ejemplo, de Europa. Y
tienen una perspectiva de futuro me­
nos problemática en el sentido de la
expansión. No existe demasiada pre­
ocupación de examinar en qué sitio
conviene la presencia salesiana. En
cambio, es más angustiosa la necesi­
dad de una cultura “expresamente
cristiana”. Ha de notarse que, si esta­
mos presentes, es porque somos cris­
tianos. Hemos de hacer ver con clari­
dad las ventajas que el cristianismo
aporta a los pueblos de la India. De
palabra, esto se dice pronto. Hace fal­
ta una capacidad de evangelización
muy inteligente y estratégica.
En Calcuta se ha fundado un cen­
tro de catequética. Hay otras sucursa­
les. Apenas ha comenzado a funcionar,
pero no es cosa que funcione como
la LDC de Italia. Hay en la India
tanta diversidad de lenguas. No se sa­
be cómo hacer las publicaciones de
forma unitaria. Pero el problema más
auténtico es éste, tanto en diA o Cen­
tro, como en los demás, en todos nues­
tros centros de formación sacerdotal,
no debe perderse la capacidad de ver
las cosas m forma indígena. Un sacer­
dote salesiano indio no puede no co­
nocer a fondo el hinduísmo, para poxler dialogar. Esto no es cosa fácil.
Dialc^amos allí sobre el Sistema
Preventivo. ¿Qué quiere decir religión
en la India? Nadie puede interpretar
estas palabras: razón, religión y ama­
bilidad en la India, sino los salesianos indios. Otros podrán dar ciertas
orientaciones, fácilmente deducibles
del Vaticano II, del espíritu ecuméNo podía faltar el homenaje de las
Hermanas de la India.

PLIEGO B. S.

También ios jóvenes estudiantes
salesianos ofrecen al Rector Mayor
su guirnalda florida.

nico que hoy tenemos y del diál(^o
con las religiones no cristianas. Pero
lo que importa es hacer fxmcionar el
aspecto religión como valor de des­
arrollo de la persona, de acuerdo con
el método pedagógico y los criterios
pastorales.
La presencia de los salesianos ha
de ser de reflexión. O tro compromiso
grave. Afrontado a fondo, implica to­
do un esfuerzo y una preparación de­
cidida
Pero, además de esto, hay una mmensa necesidad de servicios pastora­
les y sociales. Por consiguiente, tam­
bién aquí hay que seleccionar con
equilibrio, de acuerdo con la vocación
s^esiana, pues es evidente que no po­
demos con todo. Y con el dolor en el
alma de no poder hacerlo.
Existe el peligro del desequilibrio.
Aimque debamos ayudar a los necesi­
tados: leprosos, hospitales, etc., no
podemos constituimos en una congre­
gación para los leprosos o para los
hospitales. Hay que guardar en esto
un equilibrio. No es un problema de
fádl solución. Cada inspectoría debe
guardar su equilibrio para mantenerse
“inspectoría salesiana”.
láspués puede haber otra clase de
peligros. Ya se lo advertí a los formadores, a los teólogos, a los inspectores.
En ciertos ambientes más intelectuales
empiezan a serpear ideologías sociali­
zantes y religiosas que conocemos muy
bien en occidente. Son un peligro.
Sabemos los efectos que han produci­
do en otras partes. Ciertas ideologías
de tipo social ocupan el lugar del com­
promiso de la promoción al Evangelio.
No cabe duda que hay una enorme
necesidad de promoción, pero nosotros
hemos de ser evangelizadores aun en
la promoción. Es necesaria la arm(>
nía. También corren ideologías de ti­
po religioso, interpretaciones de la vi­
da religiosa que saltan por doquier y
que traspasan mares y montes... De­
ben darse cuenta de este peligro.
Otro peligro: separar la pastoral
del área cultural-educativa. Frente a
tantas necesidades, los colegios y las
escuelas pueden dar la sensación d“,
ser obras menos idóneas, al menos
hoy. De ahí puede derivarse la tenta­
ción de hacer consistir la pastoral en
actividades fuera del colegio, cuando
el campo de la misión salesiana es pre­
cisamente el área cultural en el seaor
educativo.
Q aro que no quiere decirse que ha­
ya sólo escuelas. Pero es arriesgado el
orientar la actividad pastoral a secto­

res totalmente separados de las obras
tradicionales. Estas, debidamente adap­
tadas, todavía nos proporcionan las he­
rramientas de nuestra pastoral.
O tro peligro: la invasión del promocionismo. Se da cuando, desde que
me levanto hasta que me acuesto, sólo
me preocupo de proporcionar dinero
a los que lo necesitan, de buscarlo pa­
ra darlo. Y mi vida acaba ahí. Hay
tanto que hacer en este campo. Pero
yo me respondo: esta promoción ha
de realizarse, pero hay que armonizar­
la con todo un conjunto que as^ure
el aspecto caraaerístico de la misión
salesiana.
Finalmente, el peligro dei dualismo,
expuesto precisamente por los mismos
obispos a los salesianos. £1 dualismo

ciudad-pueblo. Los obispos han suge­
rido a los religiosos el dejar las ciu­
dades para ir a los pueblos. Cuando oí
por primera vez esta observación me
dije: pero para nosotros debe ser al
revés. Sin embargo, en la India no es
igual.
Nosotros los salesianos hemos naci­
do en los suburbios de una ciudad
(Turín), que empezaba a industriali­
zarse. Hoy vamos a los barrios de las
grandes ciudades donde hay una masificación del pueblo, de la juventud,
de los necesitados, etc.
En cambio, el problema de la India
es otro. La India tiene 650 millones
de h a b i t a n t e s , en una extensión
de 3 millones de Km^. (De esto hace
dos años, pues en realidad no se sabe

27

f
PLIEGO B. S.
T
Don Viganó abre sus brazos y su
corazón a toda la Familia Salesíana
de la India.

el número exacto de habitantes). El
80 por 100 de dichos habitantes viven
en los pueblos. Estos pueblos son al­
deas muy cercanas unas de otras. Des­
de el avión se ve y se comprende lo
que significa ir a los pueblos; es ir
con la mayoría de la población. Gen­
te más sencilla, posibilidad misionera
más fácil. Pero esto también implica
su peligro: el popularisnio. Hasta la
fecha, sólo ciudades; de ahora en ade­
lante, sólo pueblos. Hay que saber ar­
monizar ambas cosas,
Esto ya lo trate ampliamente con
los inspectores, Se dijo que había que
trabajar en los pueblos. Era la expre­
sión más fácil de la ilimensión misio­
nera de nue.sira vocación. Pem, al mis­
mo tiempo, nuestra vocación salesiana
nos impulsa a ayudar a K>s jóvenes en
las gr.indes ciudades. Son tantos, Y
hemos de preparar ciudadanos para re­
solver los problemas de un país tan
grande...

MISION AFRICA
Ya hable de lo hermoso de la res­
puesta de lo.s Salesianos de la India
a la llamada del Rector Mayor para
ir a Africa. Con esto termino. Africa
es diez veces mayor que la India. La
India tiene tres millones de kilómetros
cuadrados y Africa más de treinta. Pe­
ro Africa sólo suma 450 millones de
habitantes. De todas formas, tenemos

el proyecto de ir a Africa. Ya hemos
determinado las ocho Repúblicas, más
o menos, adonde hemos de ir.
Hay un gran entusiasmo. En Bengalore, el Inspector y su Consejo me di­
jeron: “Cuente con una comunidad
de nuestra Inspectoría para Kenia. Allí
hay muchos keraleses. ¿Sabéis por
qué? Porque son comerciantes. En Kerala se cuenta que cuando Hillary lle­
gó a la cumbre del Everest {era el
primer hombre que lograba hacerlo
para clavar allí su bandera), se encon­
tró allí a un keralés que le preguntó
si quería comprarle té.

Cuando llegamos a Sonada, al nor­
te, me dijeron: el 80 por 100 de los
clérigos son keraleses. Yo les conté
esta historia y así ajustamos las cuen­
tas, el frío y el miedo que pasamos
para llegar hasta arriba, porque tam­
bién sufrimos nuestro percance.
El Inspector de Bangalore ofrece
asimismo una comunidad. El Inspec­
tor de Madras ofrece otra. Por eso,
al llegar a Calcuta comuniqué al Ins­
pector: Lo mejor es que os pongáis de
acuerdo. Combinadlo todo en la Con­
ferencia Inspectorial de la India.
En efecto, se reunieron y discutie­
ron. Luego llegó don Tomás a comu­
nicarme todo sonriente: “La India se
compromete a enviar varias comunida­
des a Africa”. Y ahora hay que pasar
de la planificación a la realización.

Sí, ahora es cuando yo digo: “Aquí,
esta tierra y estos salesianos nos están
dando una lección de entusiasmo, de
fidelidad y de generosidad a tcxla la
Congregación”.
Allí miran hacia Occidente como a
un espejo. Yo dije para mí lo que des­
pués les repetí a ellos: “ Volvamos a
la Biblia, y cantemos: “ O Oriens”
¡Oh, Oriente!

EGIDIO VIGANO
Rector Mayor de los Salesianos
MADRAS: Los chicos del Centro Ju­
venil evocan el «sueño de los nue­
ve años» de Don Sosco y las eta­
pas históricas de los Salesianos en
la India.

Jh

nolioias
HAITI;____________________________________
RADIO «VOZ DE AVEMARIA»
Cap Haitien: Una emisora de radio fundada por el
Obispo y dirigida por los salesianos de Cap lleva fun­
cionando veinticinco años, día a día, con programas de
oración (mañana y noche), liturgia, catequesis, música,
reportajes, desarrollo y promoción humana, la radio
«Voz del Avemaria», aunque ha logrado aumentar sus
secciones y ampliar su duración diaria, sólo dispone
de un salesiano y de unos pocos colaboradores.
Sus elementos se reducen a una habitación (no «in­
sonorizada»), una consola, un trasmisor. 3 tocadiscos.
3 magnetófonos. 3 micrófonos, una discoteca, algunas
«cassettes» y estuches: ejemplo típico de riqueza de
contenidos y de la más extrema pobreza de medios.

ALARMA POR EL COLEGIO
DE SAN FERNANDO
Madrid: La Diputación ha pedido revisar el convenio
con los Salesianos. Este asunto se remonta al septiem­
bre pasado cuando, en el orden del día del Consejo
de Administración del Colegio figuraba el tema «Va­
loración del Convenio con la Congregación Salesiana».
Tal revisión va dirigida principalmente a uno de los ar­
tículos. en el que se establece; «La duración del pre­
sente convenio se considera de vigencia indefinida.
No obstante, podrá ser revisado o anulado a petición
de una de sus partes, con un año al menos de ante­
lación...»-La propuesta de su revisión fue aprobada
por 27 votos de la coalición socialista-comunista, y ve­
tada por los 24 de U.C.D., con la consiguiente polé­
mica entre ambos grupos.
El grupo socialista-comunista indicó que la presencia
de unos religiosos en el Colegio era «anticonstitucio­
nal» porque daba pie a que. de hecho, no existiese
una «libertad religiosa». Por consiguiente, según ellos,
seria conveniente proceder a la anulación del conve­
nio, en vez de revisión, para que la Diputación pudie­
ra verse con las manos libres en el momento de ne­
gociar con la Congregación Salesiana.
«La denuncia no anula una posible renovación, dijo
en una rueda de prensa el Presidente Carlos Revilla,
«Lo que sucede es que, con su actual articulado, el
convenio no permite la defensa de los intereses de la
Diputación, que no son otros que los de los niños in­
ternados». «La Constitución recoge la libertad de los
padres, continuó, y en el caso de estos huérfanos, la
patria potestad la poseo yo».
Por todo esto, se le escribió una carta al Presidente
de la Diputación aclarándole algunos conceptos, en lo
referente a la «anticonstitucionalidad». ante «la clase
de educación que se imparte» y ante «la patria potes­
tad sobre los alumnos del Colegio, cuando todos ellos
tienen padre, madre o tutor, sin dejarla nunca en ma­
nos de la Diputación».
Asimismo, el Padre Inspector de Madrid, cuando re­
cibió el oficio de la denuncia del Convenio, cursó una
carta manifestando, entre otras cosas, la actitud de
apertura al diálogo y el deseo de entablar conversa­
ciones.
Así las cosas, se teme que. en nuevos planteamierv
tos. en los que se den no pocos intereses creados,
la Congregación Salesiana se vea en dificultades para
continuar en una obra de colaboración, en la que se
han obtenido tantos frutos pedagógicos.
(Extracto de >En familia»)

Este niño enciende las candelas como símbolo
de la luz que ha de alumbrar nuestro camino en
el año que acaba de empezar. Que sea luminoso,
lleno de paz y vida.

LA COMISION NACIONAL
DE PASTORAL JUVENIL
SE REUNE EN LISBOA
Lisboa: Del 5 al 7 de noviembre de 1979 se reunió
en la Casa Inspectorial de Lisboa la Comisión Nacio­
nal de Pastoral Juvenil. Se revisó el trabajo de las di­
versas delegaciones ¡nspectoriales. Cada una presentó
sus principales iniciativas y actividades. Barcelona, la
programación de un plan de formación a través de los
grupos y actividades extraescolares: Campamentos
F. O.V. (Fomento de Opciones Vocacionales); Córdoba,
la Semana de Formación Permanente, el Curso de Ani­
madores de Grupos y los Campamentos Vocacionales
-Luz y Vida»; León, el Catecumenado Juvenil (tres
años) y el Sector «Vida residencial y Tiempo Libre»;
Madrid, la labor vocacional por niveles, y Asociacionismo a partir de la celebración de las Pascuas: Por­
tugal, «Encuesta sobre la situación religiosa de los jó­
venes» y la campaña «Vivencia del Domingo»; Sevilla,
Cooperadores jóvenes. Amigos de Domingo Savio y
Movimiento «Cristo vive»; Valencia, su intercambio de
experiencias en la Inspectoría.
Después de este intercambio de experiencias, la De­
legación Nacional presentó sus publicaciones y servi­
cios. Asimismo se estudiaron posibles encuentros so­
bre Catecumenado Juvenil y Asociacionismo juvenil.
Fue muy interesante el estudio realizado por Angel
Larrañaga. Delegado de Pastoral Juvenil de Valencia;
«Proyecto para un catecumenado juvenil».

29

fiollelao
Para esta temporada cuentan con los siguientes tí­
tulos: «Tarde de Perros», «Marathón Man», «Los nue­
vos Españoles», «Aguirre o la Cólera de Dios», «La
clase obrera va al paraíso», «Una jornada particular»,
«Padre padrone», «Todos los hombres del Presidente»,
«Elisa vida mía», «Los ojos vendados», «Las vacaciones
de M. Hulot», «Roma», «Enigma de Gaspar Hauser»,
«Zabriskie Point», «Buscando al Señor Goodbar»,
«Help», «Concierto a Bangla Desh», etc...

PARAGUAY:
S .O .S . DE MONS. OBELAR

-1 ^ T
BORGOMANERO (Italia): Los muchachos de Don
Bosco celebran el 70 aniversario de la llegada
de los Salesianos a su pueblo. Por eso aclaman
a Don Bosco.

ENCUENTRO
DE ANTIGUOS ALUMNOS JOVENES
EN VALLADOLID
Valladolld: El pasado octubre se celebró en Valladolid un encuentro de antiguos alumnos y alumnas jó­
venes. Asistieron 115 personas provenientes de Alba­
cete (La Roda). Baracaldo, Madrid, Béjar, Puertollano,
Valladolld. Santander, Pamplona, San Sebastián, Urnieta... El plan de trabajo consistió en un análisis de rea­
lidad, una revisión sobre la influencia del Evangelio
en la propia vida.

Asunción: He aquí el texto de una carta de Monse­
ñor Alejo Obelar al Consejero General para las misio­
nes salesianas. «Querido padre: estamos aarruinados
económicamente. En Bahía Negra, Fuerte Olimpo, Ma­
ría Auxiliadora (Moros), Isla Margarita y en casi todo
el litoral sólo se ven tejados de casas. Vivimos en tien­
das facilitadas por el ejército brasileño, a 4 kilómetros
tierra adentro. Las Hijas de María Auxiliadora, heroica­
mente nos echan una mano. Todas las cosas de los
Moros quedaron destruidas por las furiosas aguas. Cul­
tivos recientes y campos de frutales han desaparecido.
Si dentro de cuatro o cinco meses las aguas no vuel­
ven a su cauce, deberemos comenzar todo desde el
principio. Sin embargo, vamos dando ánimos a nues­
tros indios y ellos se sienten seguros con nosotros».
Este es un auténtico grito de alarma, un S. O. S.. que
nos llega desde las riberas del impetuoso río Paraguay.
Las buenas palabras del corazón no bastan para quitar
el hambre a colonos e indios casi totalmente aislados,
sólo comunicados por vía fluvial a decenas y decenas
de horas de aguas arriba desde Asunción. Así viven
con su gente, en las orillas de los ríos y de las selvas
nuestros misioneros.

COLEGIO SANTO DOMINGO SAVIO:
POR QUINTA TEMPORADA
EL CINE-CLUB «DON BOSCO»
INICIA SU CAMPAÑA
Madrid: El sábado. 6 de octubre, a las 5,30 de la tar­
de. inció su andadura, para el presente curso, el CineClub «Don Bosco». Como años anteriores, sigue ofre­
ciendo la posibilidad de ver películas escogidas, de
forma que puedan ser atrayentes y útiles, sin renun­
ciar al FORUM porque entonces desaparecería la razón
de ser del propio Cine-Club.
Durante el año pasado pasaron por dicho Cine-Club
—dirigiendo el FORUM— las siguiente personalidades:
Alfonso Santacana (Jefe de Montaje), Alfredo Casado
(Sicólogo del I. C. E.), Alfonso Sánchez (Critico de
cine «Informaciones»), Luis Cuadrado y Teo Escamilla
(Directores de Fotografía del equipo de E. Ouerejeta),
Fernando Trueda (Crítico de «El País»), Roberto Bode­
gas (Director de Cine). Iñaqui Acategui (Ayudante de
Direción) y Leonardo Céspedes (Chileno e ingeniero
de sonido).

30

ITALIA: Más de 300 jóvenes suscríptores de la
revísta «Primavera» celebraron un cursillo al aire
libre «campoescuela» de periodismo para estu­
diar el tema: «El periódico como lugar de agru­
pación y de amistad».

Aueolro grclilud
1

Béjar: Damos gracias a María
Auxiliadora por los favores recibi­
dos mediante su protección, parti­
cularmente por uno. Hacemos públi­
co nuestro agradecimiento y envia­
mos una limosna. F. y M.
Puebla de Almerara (Cuenca): Ex­
presamos nuestra gratitud a María
Auxiliadora por favores recibidos, y
enviamos un donativo para las
obras salesianas. Encarnación Her­
nández.
Madrid: Damos gracias a María
Auxiliadora por favor recibido en el
nacimiento de una niña. Envío una
limosna para celebrar una misa en
acción de gracias. M. Carmen.
Salamanca: Por un favor recibido
de María Auxiliadora envío una li­
mosna de agradecimiento. Agueda
Campo.
Sevilla: Agradecida a María Auxi­
liadora por los muchos favores ob­
tenidos por su intercesión, envío
una limosna para las misiones saiesianas. M. C.
Astuditio: Doy gracias a María
Auxiliadora y a Santo Domingo Savio por la curación de mi nieto. El
mismo día de su nacimiento tuvo
una infección grave. Los médicos
dieron como muy dudoso que pudie­
ra sobrevivir. Nos encomendamos a
María Auxiliadora y a Santo Domin­
go Savio, con una novena. Hoy el
niño está completamente bien. En
acción de gracias, publico la gracia
y envío una limosna. T. L. A.
Valencia: Expreso mi gratitud a
María Auxiliadora, San Juan Sosco
y doña Dorotea de Chopitea por un
favor recibido, y envío una limosna.
Una valenciana.
Salamanca: Doy gracias a María
Auxiliadora por un favor recibido.
Cumplo mi promesa de enviar una
limosna de agradecimiento. M. L,
una devota salmantina.
Pola de Laviana: Hago público mi
agradecimiento a María Auxiliadora
por favores recibidos y envío un
donativo. Angel Sanz de Laviana.
Valencia: Envío un donativo para
los niños pobres, en acción de gra­
cias a María Auxiliadora por favo­
res recibidos.

¿ 3 a ". - r.;T M ra > L «

Salamanca: Agradecida a María
Auxiliadora por favores recibidos
por su mediación, envío una limos­
na para las obras salesianas. María
Cruz Matilla.
Avilés: Por una gracia especial
de María Auxiliadora, envío una li­
mosna de agradecimiento, para las
obras salesianas. Julia P. I.
San Mateo: Envío un donativo a
María Auxiliadora'en acción de gra­
cias por un favor recibido. Adelaida
Martel Báez.
Víllanueva del Río (Falencia): Ha­
go público mi agradecimiento a Ma­
ría Auxiliadora por gracias recibi­
das, y envío un donativo, rogándole
nos siga protegiendo. Valeriana
Ruiz.
Salamanca: Como agradecimiento
a Maria Auxiliadora por favores re­
cibidos, envío un donativo para las
obras salesianas. M. C. M.
La Coruña: Por un favor recibido
de María Auxiliadora, envío una li­
mosna de agradecimiento. Urbano
Requejo.

Salamanca: Expreso mi gratitud a
María Auxiliadora por haber escu­
chado mi oración. Le pedí que mi
hermana, que estaba muy enferma,
no tuviera ningún mal incurable.
Así fue, pues salió muy bien de tos
análisis. Por ello, hacemos público
nuestro agradecimiento en el Bo­
letín Salesiano. María del Pilar
Sánchez.
Sanlúcar la Mayor: Muy agrade­
cida a María Auxiliadora por favo­
res recibidos, envío una limosna y
deseo se publique en el Boletín
Salesiano. Josefa Saborido.
Antequera: No es la primera vez
que me dirijo a María Auxiliadora
para darle gracias por favores re­
cibidos. Teniendo que presentarse
un nieto mío a unos exámenes di­
fíciles, y encontrándonos muy preo­
cupados, lo encomendé a María
Auxiliadora. Fui escuchada. Hoy mi
nieto es profesor de una escuela
salesiana de esta misma ciudad.
Muy agradecida por este favor, le
envío una limosna para las misio­
nes. M. S.

Barcelona: Hago público mi agra­
decimiento a María Auxiliadora por
muchos favores recibidos. Yo he
sido escuchada en un caso muy im­
portante. Envío un donativo para
las vocaciones salesianas. Montse­
rrat Grau Garcia.
Godetleta (Valencia): Por favores
obtenidos de María Auxiliadora, en­
vío una limosna para las obras sa­
lesianas, rogando se publique en el
Boletín Salesiano. Dolores Silla.
Llaranes (Avilés): Se le infectó
la primera inyección que le pusie­
ron a una sobrina mía. El médico
dijo que tendría que sajarle el mus­
lo. Ante este problema, acudí a Ma­
ría Auxiliadora. No me canso nunca
de agradecerle éste y otros favo­
res. Hago público mi gratitud y en­
vío una limosna para los pobres de
Vyasarpadi. Sabina Arrieta.
Sant Boi de Llobregat (Barcelona):
Damos expresivas gracias a María
Auxiliadora por los favores obteni­
dos y enviamos un donativo, sím­
bolo de nuestro agradecimiento.
Familia Comas.
Torre-Cardela (Granada): Dan gra­
cias a María Auxiliadora y envían
una limosna para las Obras Sale­
sianas: Encarna Sánchez, Dolores
Pena, María Peña, Francisca Garcia.
Antonia Alvar, Josefa Segovia, An­
tonia Oya, Martina Romero, Pura
Peña, Carmen Pérez, Carmen Fe­
rrar, Espiri Espinóla, Maria Vilchez,
María Navarro y Encarna Garxía.
Salamanca: Doy gracias a María
Auxiliadora y a San Juan Bosco por
haber ayudado a un hermano mío
que tuvo un accidente de coche
bastante grave, y hoy, gracias a
ellos, se encuentra bastante bien.
También le doy gracias por otros
favores y espero que su bondad
siga protegiendo a mi familia.
Agradecida mando un donativo a
las Misiones Salesianas y deseo
publiquen estos favores en el Bo­
letín Salesiano. Maree Domínguez.
Zamora: Doy gracias a María
Auxiliadora por un favor que le pe­
dí, y espero me conceda otros. Ha­
go público mi agradecimiento y le
pido me siga amparando y prote­
giendo siempre. Isabel C. M.

31

T
FUERON

A

LA

CASA

DEL

tido homenaje de amor por aquél
que ha dejado un reguero de bon­
dad y simpatía.
Aprovechamos para dar nuestro
más sentido pésame a su anciano
padre y hermanos y demás familia,
desde este órgano de difusión de
la Familia Salesiana, que él mes
por mes trataba de difundir entre
el barrio que goza de la influencia
salesiana.

Don Hortenslo Monje López, salesiano sacerdote, cumplió su pe­
regrinar por la tierra el día 8 de
diciembre a los cincuenta y nueve
años de edad, treinta y ocho de vi­
da religiosa y veintinueve de vida
sacerdotal.
Las expresiones de todos los que
le trataron se pueden sintetizar en
que era una persona buena y afa­
ble con todos, con la sonrisa y el
gracejo singular que le acompaña­
ban.
Su vida Salesiana la ha Ido des­
envolviendo en varias de nuestras
Casas Salesianas dejando en ellas
la huella de su entrega a las almas
y su fidelidad a Dios y a la Con­
gregación.
La última obediencia la recibió
para este Colegio de Huérfanos de
Ferroviarios donde trabajó durante
once años, hasta que la muerte le
sorprendió, sin avisar, pero siendo
consciente, dado lo delicado de su
salud, que podía ser en cualquier
instante.
En broma decía a estos mucha­
chos: «Yo he de morir en un día
24 o en día 28>. Tal era su amor
entrañable a María Auxiliadora.
Siendo Director del Colegio Ho? iar de la Caja de Ahorros de Vigo
ue un entusiasta de la devoción
a la Virgen, Lo mismo siguió ha­
ciendo en el Colegio de la Diputa­
ción de Oviedo y estos once años
en este Colegio. Sus últimos escri­
tos fueron una circular dirigida a
todas las archicofrades de María
Auxiliadora en la que, después de
felicitarles las Pascuas, les hablaba
del Ideario de la Archicofradía. de
la propaganda del libro «Las Glorias
de María», de las capillas domici­
liarias.
La Virgen le ha querido llevar en
un día tan señalado y estamos se­
guros que Ella le habré recibido go­
zosa por todo lo que propagó su
devoción.
La Misa exequial, presidida por
el P. Inspector y concelebrada por
más de 20 sacerdotes fue un sen­

i2

Doña Baltasara Peña y Peña, en
la mañana del 27 de noviembre de
1979 descansaba en la paz del Se­
ñor a los noventa y dos años de
edad.
Diez días antes, su hija Isabel
que la asistía con verdadero mimo,
caía víctima de una trombosis ce­
rebral. La madre no superó la se­
paración. Creemos que ésta fue la
causa principal de tan cercana
muerte. Unidas habían estado en
vida y unidas debían estar en la
muerte.
Había nacido doña Baltasara en
un pueblecito de la provincia de
Burgos (Mamolar de la Sierra) en
el seno de una familia profunda­
mente cristiana. Unica hermana de

otros seis varones, es la mimada
de todos. Uno de ellos se hace
sacerdote y la lleva consigo para
atenderle. En Cabezón de la Sierra
(Burgos) funda un hogar que se
vería alegrado por cuatro hijos, dos
hembras y dos varones, de los cua­
les dos se harían sacerdotes salesianos; Angel y Ciríaco.
Poco después de terminar la gue­
rra civil, por diversos motivos, los
cuatro hermanos se encuentran re­
sidiendo en Madrid; las hermanas,
trabajando y los hermanos, siguien­
do su vocación salesiana. Los pa­
dres quedan en el pueblo. En 1952
muere el padre: se traslada a la
madre a la capital donde vivirá con
su hija Esperanza, casada, en un
relativo bienestar, hasta que en
1972 muere su hija de cáncer. Isa­
bel. desde ese momento se dedica
por entero al cuidado de la madre.

PADRE
Vive pendiente de ella, con mucho
sacrificio, pero con mucha alegría,
haciendo que pase los mejores
años de su vida. ¡Qué bien la en­
tendía! Sin duda que sus cuidados
alargaron la vida de la madre. Cuan­
do mejor se encontraba Isabel de
sus dolencias, inesperadamente,
una trombosis desencadenó ambas
muertes.
Como todos los humanos, doña
Baltasara tenía sus defectos, aun­
que empequeñecidos por sus mu­
chas virtudes. Entre éstas, dos pa­
rece que sobresalían de manera im­
portante.
En primer lugar, una devoción
acendrada a la Pasión del Señor y
a la Santísima Virgen. Si no podía
ir a la Iglesia, se ingeniaba para
recorrer las estaciones del VíaCrucis en la misma casa.
Sentía también una devoción fi­
lial a la Santísima Virgen. Al nacer
cada uno de sus hijos se los ofre­
ció a Ella. Aún recuerdo cómo al
calor del hogar se rezaba el Rosa­
rio todas las noches; y si alguno
se dormía, lo cortaba para decir:
«El demonio a la oreja te está di­
ciendo; No reces el Rosario, sigue
durmiendo». Siempre se la veía con
el rosario entre las manos, de ma­
nera especial cuando, ya hace años,
perdió totalmente el sentido del
oído. Aislada del mundo, hablaba
con Dios y con la Virgen.
En segundo lugar, gozaba de un
total desprendimiento de los bie­
nes de la tierra. Nunca quiso tener
un céntimo. Si poseía algunas mo­
nedas, era para darlas de limosna
en las misas, a las que asistía dia­
riamente, mientras pudo. Creo que
cumplió muy bien la primera de las
riquezas del Reino de los Cielos.
Dos religiosas y un sacerdote,
sobrinos suyos que la conocían muy
bien, decían que «st ella no había
sido trasplantada de la tierra al
cielo, pocas almas se verían libres
del Purgatorio».
Don José Antonio Rico, en su
hermosa carta de pésame nos con­
firma en esta idea: «Me parece in­
necesario —dice— hablando a dos
sacerdotes, y salesianos por más,
recordaros que en caso de vuestra
madre las lágrimas de salvación
son muy grandes: mujer burgalesa,
cristiana, sin doblez; generosa con
el Señor hasta darle a vosotros dos
para la total dedicación a! Reino;
asistida por vuestra oración de bue­
nos sacerdotes...»
Sus hijos tienen la seguridad de
que ya intercede por ellos en el
cielo y que ahora sigue siendo,
con más razón que antes, la madre
que vela desde arriba y que está
más presente que nunca en sus
vidas.

^

AUDIOVISUALES
Curso de RELACIONES INTERPERSDNALES Y CONVIVENCIA
#

Responde a la materia «Convivencia» de BUP.
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