BS_1978_05

Ficha

Título
BS_1978_05
Descripción
Boletín Salesiano. Mayo 1978
extracted text
DON
UNA

BOSCO

PAGirJA

PARA

LOS

NIÑOS

H U Y iii

Queridos emlgos Juanito y Mari:
Ya veo que es cierto lo que me dice Mari en su ca/ta:
•Juanito es tan devoto de María Auxiliadora que hasta le ha
nacido en el pecho el número 24*. Aún más. Si no me equivoco,
lo que Juanilo lleva puesto es un pijama, lo cual me hace pen­
sar que hasta durmiendo quiere acordarse del 24 de mayo, que
es el día de la Virgen. ¡De veros, Juanito. que con ese pijama
s i que tendrás sueAos d u lce s..! Y espantarás esas malas bes­
tias que a veces llegan a nuestro reposo y que se llaman
pesadillas.
Poro no sólo durante el sueAo. sino durante toda la vida,
la Virgen Maris os un escudo sobre el pecho. Por eso se llama
Auxillodora, porque nos defiende siempre, porque es nuestra
hierza y nuestra ayuda en los momentos de peligro. Como tam­
bién defendió y ayudó a Don Sosco y a sus jóvenes.
Mirad, corría el aAo 1B54. ¿Sabéis por qué es célebre ese aAo?
• Purque el Papú definió el dogma de la Inmaculada Concepción
do la Virgen María*. |Muy bien. M aril, he adivinado tu respuesta.
Pues bien, ose año tuvo lugar también un espantoso cólera que
asoló la ciudad de Turin.
Don Bosco lanzó a sus chicos
dio a lodos una medalla para que
dijo que. por favor, no ofendieran
pios de pecado. De esta manera
la terrible enfermedad.

o cuidar a los enfermos. Y
la llevaran sobre el pecho.
al SeAor y se mantuvieran
no se verían contagiados

les
Les
lim ­
por

Pero el mismo sonto se ofreció al SeAor: *Si he de perecer
alguno del Oratorio, acéptame a m f: pero que no caiga nlitguno
de mis jóvenes.*
Los muchachos del Oratorio atendian a los enfermos, los lle­
vaban al hospital, los atendían en todas partes. Y ni uno solo
se vio afectado por el mal. Todos presentaban un aspecto tan
saludable que parecía que hablan estado de veraneo en la montaAa o en el m a r..
Sin embargo, el cólera llamó también a las puertas del Orato­
rio. Y entró hasta la habitación de Don Bosco. .
Una noche, el santo se acostó agotado del ajetreo de cuidar
enfermos. Se durmió en seguida. Pero a eso de media noche,
se despertó aitgusllado. Sentía una gran debilidad en todo su

cuerpo. Un sudor frió le subía de los pies a la cabeza que
sentía como un ventilador: giraba vertiginosamente, daba vueltas
y vueltas hasta sentir ei mareo. De pronto advirtió en su estó­
mago tremendas sacudidas de vómito... ¿Qué hacer? Agarró la
campanilla para llamar a la gente; pero no lo hizo, Tenia miedo
de asustar a sus muchachos a esas horas.
Entonces, se sentó en la cama y empezó a rezar. Se ofreció
de nuevo al Señor: *Sí. llévame a m í, pero respeta la vida de
mis jóvenes.* Y él mismo se aplicó los remedioa que se acon­
sejaban para esos momentos: se cogió con fuerza a mantas y
sábanas, y empezó a mover con energía las piernas y los pies.
Hizo tanto ejercicio que terminó extenuado, hecho un mar de sudor.
A si. so durmió de nuevo. A la mañana siguiente despertó
como nuevo. La enfermedad habla huido de su cuarto y del
Oratorio.
Pero cuando Don Bosco se lo contó a sus jóvenes, to d o s *—
exclamaron a coro: ¡Huy! Fue como un *vicegol*. de esos que
pasan lamiendo el larguero y que hacen exhalar a la multitud
un huy tan clamoroso ..
Don Bosco y los chicos del Oratorio dieron gracias a Dios y
a la Virgen por esa protección experimentada de un modo visible.

Ahora me explico yo lo del pijama de Juenito, con el número
24. Mari se ríe. pero la verdad es que también ella reza a la
Virgen antes de acostarse. Y lo más bonito es que en vuestra
fam ilia siente como un helo protector de María Auxíliadore. Y
lo mismo la Congregación Saleslana y la Iglesia, y el mundo.
Ahora me vienen el corazón las palabras del Concilio Vaticano II
«Con su amor materno se cuida de los hermanos de su Hijo,
que todavía peregrinan y se hallan en peligros y ansiedad hasta
qur sean conducidos a la patria bienaventurada.»
|Huy! En este mes de mayo s i que podemos demostrar nues­
tro cariño a la Madre de Jesús. Eso. a María Auxiliadora como
estoy oyendo decir a Mari.
Un abrazo de vuestro mejor amigo.
PADRE RAFAEL

i

U EM jA X X A M M E X T O

Rcvlata da I* Obra da Don Doaco
Afto X C I • Núm. S • Maye 1976

M A U IA JV O

Director: RAFAEL ALFARO
Dirección. Redacción y Adtnón.:
Alcalá, 164
Teléfono 255 20 00
MADRID - 28
Depósito Legal: M. 3.044-1958
(Con censura eclesiástica)
Imprime: Escuela Gráfica Salesiana
Madrid-Aiocha

EN ESTE NUMERO
Relanzamiento mariano.
La dimensión mariana de
nuestro carisma ...........
■Creo en los salesianos
que tienen entusias­
mo» .................................
Bronce entre flo re s ........
Kurozawa: la otra familia
que alcanzó a Cristo.
«Así es mí i n s p e c t o ría...» ............................
Carabanchel: setenta y
cinco años, lluvia de
recuerdos .....................
De Filipinas a Etiopía:
«¡Europa va a tener
nietos!» ........................
Carta de monseñor Obe­
lar.— La campaña de
Tondo.—«¡Dios m í o ,
qué solos se quedan
los vivos! • ....................
Noticias del mundo salesiano .............................
Nuestra gratitud ...........
Fueron a la casa del Pa­
dre .................................

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NUESTRA PORTADA
Tal vez la estampa que más
nos incite a la confianza en
María es la de un niño en
brazos de su madre, intuiti­
vamente sabemos lo que es
el amor, la ternura, la ale­
gría. El Rector Mayor tam­
bién nos habla del sentido de
filiación: «Somos hijos de
María».
Foto: José Luis Mena

• El nuevo Rector Mayor comienza a dar señales de gran
teólogo. Sabe que en la vida cristiana, como en la historia de la
salvación, es imprescindible la Virgen María. Y, como salesiano,
sabe perfectamente las palabras de Don Bosco: «Ella lo ha hecho
tcxlo». Por eso, la primera señal que hacemos notar es su entu­
siasmo mariano. Una señal que ha producido dos fuertes llama­
radas. La primera, con motivo de la repentina visita del Consejo
General de las Salesianas a sus hermanos Salesianos reunidos en
Capítulo General. Las palabras de Don Viganó fueron claras, pre­
cisas y preciosas. Pidió a la Madre Canta y, en ella a todo el Ins­
tituto: «Las Hijas de María Auxiliadora han de hacerse promoto­
ras de un movimiento nuevo para reavivar en toda la Familia Salesiana la devoción a María Auxiliadora».
La Ma(ire Ersilia acogió esta invitación con júbilo y mostró su
entusiasmo y el de todo el Instituto por reavivar y difundir la de­
voción a María Auxiliadora, especialmente entre las jóvenes.
• La otra llamarada tuvo lugar al final de su discurso de
clausura del Capítulo General, que ofrecemos en las páginas si­
guientes. Don Viganó nos pide un relanzamiento mariano, y nos lo
urge como característica peculiar de los hijos de Don Bosco.
Y subraya dos elementos de esta renovación: profundidad doc­
trinal y actualidad pastoral. Es decir, una devoción madura, enrai­
zada en la teología escatológica y en la Biblia. Pero, al mismo tiem­
po, traducida en obras de difusión y animación pastoral.
Creemos que nuestra sensibilidad salesiana sabrá captar en to­
dos sus matices estos mensajes, que bien podrían ser nuevos sig­
nos de los tiempos. Podríamos preguntarnos: ¿No serán éstas unas
palabras proféticas? Después de unos años críticos, ¿no p>odrían
venir ahora otros años de fervor mariano que nos trajeran un re­
florecimiento de la Congregación Salesiana, más intensamente en­
tregada a su misión educadora, en profundidad?
• Y nos parece que este inicio del rectorado de don Viganó
es entusiasmante. El relanzamiento mariano al que nos invita no
debe quedar en una voz en
el discurso o en una lluvia
sobre el mar. Las suyas son co
palabras que no deben moi i i i i i i i n
nr.
Mayo de 1978 es la ocasión
más propicia para empezar a ^
hacerlas realidad.
0)

SALESIANO

L A D IM E N S IO N M A R IA N A
D E N U E S T R O G A R IS M A

Un aspecto especialmente
característico, para nosotros,
en el relanzamiento de una
genuina animación salesiana
es el de saber reactualizar en
profundidad doctrinal y en ac­
tualidad pastoral la dimensión
marlana de nuestro carisma.
Ya hablamos de ello con
ocasión de la visita que nos
hizo el Consejo General de
las Hijas de María Auxiliado­
ra, y en la breve conmemora­
ción del centenario de la
muerte de Pío IX. Os confieso
mi convicción íntima, cada
vez más lúcida y profunda,
que sin una recuperación de
la misma, todo lo demás será
muy poca cosa. La Congrega­
ción nació y creció por inter­
vención de María y se reno­
vará en la medida con que la
Virgen vuelva a ocupar el
puesto que le corresponde en
nuestro carisma.
Miremos a los orígenes de
la Vocación salesiana, mire­
mos a las actitudes e iniciati­
vas de Don Bosco, miremos al
significado histórico de esta
devoción en la vida de los mi­
sioneros y de los primeros
grandes discípulos de Don
Bosco, y encontraremos que

la expresión de nuestro buen
Padre de que «María lo ha he­
cho todo, porque Ella es la
«fundadora y sostenedora de
nuestras obras» es un dato
verdaderamente vocacional, y
un factor que volverá a brillar
con intensidad cada vez que
nos renovemos objetivamen­
te.

DOS LINEAS
FUNDAMENTALES
Nuestra actitud mariana de­
be caminar sobre dos líneas
muy concretas, expresión rea­
lista de una fe auténtica;
a) el misterio de Is resu­
rrección, por el que estamos
seguros de la actividad motriz
de las realidades escatológicas ya ahora en la historia,
especialmente la convicción
de fe de que la «maternidad
de María en la economía de
la gracia perdura sin cesar...,
pues asunta a los cíelos, no
ha dejado esta misión salva­
dora- (LG 62).
b] y el concreto trato per­
sonal de filiación, por el que

nos insertamos en el tejido
de los sucesos salvíficos no
con la ciencia de «ideólogos
de los proyectos», sino con
la practicidad operativa de
«monjes de las cosas».
Don Bosco caminó por es­
tas líneas e hizo de su devo­
ción a la Virgen una extraor­
dinaria expresión de fe en la
presencia de los valores pas­
cuales en la historia con una
consecuente operatividad au­
ténticamente constructiva pa­
ra la sociedad humana. Como
él, hemos de integrarnos en
lo vivo del movimiento mariano más actual, incrementando
con todo esmero la devoción
a María Auxiliadora. Y esto,
en el ámbito operativo que él
prefería, ya que, también en
este campo, como acostum­
braba, «la actitud de Don Bos­
co, más que la del teólogo es­
peculativo, es la del educador
cristiano y del pastor de al­
mas» (P. Stella).
En este sentido, creo útil
subrayar un aspecto que ya
os he recordado en otras oca­
siones. La devoción de Don
Bosco a la Virgen, vista como
Auxiliadora del Pueblo cristia­
no. está relacionada con los
acontecimientos concretos de
la existencia, se sumerge en
el curso vivo de la historia,
en sus laberintos y pasiones,
pero quedando claramente escatológica (Don Bosco diría
«religiosa»), no se transforma
en una «cruzada de cristian­
dad». Siente y participa en las
vicisitudes socioculturales, y
en los continuos reajustes de
los pueblos en el ininterrum­
pido proceso de un nuevo gra­
do de liberación, que nunca
se hace política. Es realista,
pero transcendente, en plena
sintonía con la misión especí­
fica de la iglesia (GS 42).

docum enlo
Una última observación so­
bre nuestra característica mariana, cuyo relanzamiento he­
mos de emprender. La devo­
ción a María Auxiliadora es,
por una parte, un estilo de fi­
liación, o un ángulo espiritual,
desde el que se contempla y
proclaman los diversos aspec­
tos salvíficos y los diferentes
títulos de gracia con que la
Iglesia venera a Nuestra Se­
ñora. Por consiguiente, no es
una devoción de concurren­
cia, sino de multiplicación y
de operativídad eclesial.
Por otra parte, para nos­
otros y para nuestra Familia,
la devoción a la Auxiliadora
constituye una verdadera sín­
tesis de la fisonomía espiri­
tual saiesiana porque expresa
vitalmente sus componentes
de trascendencia religiosa,
de realismo pedagógico, de
esperanza operativa y de bon­
dad Incondicional.

*Virgen, lucero amado,
en mar tempestuoso clara guia,
a cuyo santo rayo calla el viento;
mil olas a porfía
hunden en el abismo un desarmad^)
leño de vela y remo, que sin tiento
el húmedo elemento
corre; la noche carga, él aire truena;
ya por el cielo va, ya el suelo toca,
gime la rota antena;
socorre antes que embista en dura roca...*
FRAY LUIS DE LEON

El Rector Mayor ha pedido
a las Hijas de María Auxilia­
dora que se sientan privilegia­
das en esta común responsa­
bilidad de reemprender la de­
voción a María Auxiliadora en
toda la Familia Saiesiana. Nos
toca a nosotros en las Inspec­
torías y principalmente en los
santuarios a Ella dedicados,
el suscitar con entusiasmo y
renovado criterio tantas ini­
ciativas de colaboración. Un
nuevo despertar marlano nos
hará comprender y repetir io
que Don Bosco escribía a
don Cagliero: «Confiad todo
a Jesús Sacramentado y a Ma­
ría Auxiiiadora y veréis lo que
son milagros».
DON EGIDIO VIGANÓ
Rector Mayor

Ct*eo en los salesianos

El nuevo Rector Mayor: de un remolino de preguntas y
respuestas surge la imagen de un hombre que sabe lo que le
espera («Se acabó la libertad, no te queda ni un minuto para
ti...»), pero, al mismo tiempo, la imagen de un hombre opti­
mista: «Los Salesianos todavía no han vendido sus colegios
para pagar su funeral». Un hombre que tiene —como se dijo
del Papa Juan— «la tentación del futuro».
— ... ¿son más bonitos los Alpes o
los Andes?
— Igual de bonitos: los Alpes por­
que el hombre les ha puesto la mano
sobre cada metro cuadrado; y los An­
des porque el hombre todavía no les
ha puesto el pie encima.
Don Egidio Viganó, cincuenta y sie­
te años, nacido en Sondrio, al pie de
los Alpes, ha vivido treinta y tres años
en Santiago de Chile, a la sombra de
los Andes, que tienen con él una deu­
da de sangre; el 7 de julio de 1973 un
alud de nieve le arrebató a su mejor
amigo, P. Livio Morra, y a 21 mucha­
chos; él pasó horas de angustia bus­
cando durante un mes los cadáveres
de la trágica expedición. A pesar de
todo son maravillosos los Andes...
— ¿Cómo son los chilenos?
—Bueno... los chilenos son... gente
buena. Muy hospitalarios; a mí me
acogieron y soy chileno. Son valientes;
no tienen miedo a nadie. Y son agu­
dos y abiertos: gente con la que es
una delicia trabajar, con la que se pue­
de construir el futuro. Son avanzados...
— ¿Qué recuerda de aquel viaje, GénovaSantiago, en el Augmto, en di­
ciembre de 1939?
—Aquel viaje es el recuerdo agrada­
ble de la primera aventura de mi vida:
yo tenía diecinueve años... ¡era dejar
todo y empezar de nuevo! Yo fui en­
viado por tres años por don Berruttí;
luego estalló la guerra, y yo me había
ya enamorado de Chile.

— ¿Su mayor alegría de aquellos
años?
—Son tantas: una que significa toto es el haber llegado a ser sacerdote;
recuerdo todos los detalles: me orde­
nó, un 31 de mayo de 1947, el primer
cardenal chileno José Caro.
— ¿Y su mayor dolor?
—Sí... la muerte de mi compañero
de estudios y amigo entrañable Livio
Morra. Murió en la nieve junto con
21 niños y un profesor. Los dos ha­
bíamos estudiado juntos la Teología en
la Universidad Católica de Santiago; él
hizo la tesis sobre S. Buenaventura, yo
sobre Santo Tomás; los dos éramos
escaladores y salíamos con los mucha­
chos a esquiar... Fue un dolor tremen­
do. Y otro gran dolor ha sido la crisis
de la democracia en Chile.
— ¿Y ha vivido usted esta crisis a
nivel de episcopado, de Iglesia?
—Sí; yo era Presidente de los Reli­
giosos de Chile y participaba en las
reuniones y discusiones de los obis­
pos; era amigo de todos ellos. Así que
me tocó vivir y sentir el pulso de los
Pastores de la Iglesia en los momentos
más delicados.
— Es muy difícil juzgar hoy esta cri­
sis democrática...
—Sí, muy difícil porque está en cur­
so todavía. Nadie, hace diez años, pen­
saba que Chile pudiera llegar a esta
situación actual.

— ¿No cree que la democracia es un
poco patrimonio de los pueblos econó­
micamente fuertes?
— ¡No! Es patrimonio de los pue­
blos humanamente desarrollados, ma­
duros...
— Y ¿qué parte de esta crisis le co­
rresponde a la Iglesia chilena?
— Siempre se puede hacer más, pero
no toca a la Iglesia prevenir las crisis
de crecimiento de la Humanidad. Le
toca acompañarla y fermentarlas. La
Iglesia bautiza a un hombre que ya
ha nacido, ya estaba ahí. La Iglesia
juega siempre al ajedrez con las ne­
gras: empieza después, pero gana.

Egidio, Angel, Francisco
los noventa y dos años
de mamó Viganó
— Este tema es muy goloso, pero no
nos podemos entretener en él. Cami­
nemos hacia atrás: ¿A quién hemos de
agradecer la chispa de su vocación?
— ¡AI Espíritu Santo! Pero el Espí­
ritu Santo actúa siempre a través de
los hombres: y yo tengo que decir
que pertenezco a una familia en la que
el Espíritu Santo se ha mostrado gene­
roso. Cuarnlo, siendo niño, volvía del
colegio salesiano a mi casa, me sentía
en mi familia como más cristiano: era
un ambiente de fe robusta.

—¿Q«é año murió su padre?
—En 1949, dos años después de mi
ordenación. Recuerdo, como si fuera
ahora, cuando me llegó la noticia; es­
taba de asistente entre los muchachos
de la escuela profesional de la Grati­
tud Nacional. Hacía diez años que ha­
bía llegado de Italia y pasaron otros
tres hasta que pude volver por vez
primera.
— ¿Y su madre?
—^Estos últimos años de mi estan­
cia en Roma he podido estar con ella
frecuentemente y escucharla; tengo ade­
más el diario que me ha dejado.
— ¿Escribió un diario?
—Sí, para nosotros tres. ¡Es formi­
dable! Hasta me “profetiza” mi futu­
ro... sin dejar de repetirme lo que me
dijo una vez que le escribí diciendo
que tenía que preparar una conferencia
muy comprometida: “No te preocupes
tanto de estudiar; llénate más bien del
Espíritu Santo, que es lo que impor­
ta".

Seis antes que él
— Y ¿qué salesianos...?
—Muchos, todos: el Padre Maestro,
todavía vivo... Los dos salesianos que
más me han marcado han sido: el pri­
mero, don Borghino, que era el direc­
tor del Oratorio de Sondrio y que me
p r ^ n t ó si quería ser salesíano; él me
llevó al aspiramado de Chiari. Don
Borghino sigue siendo un ídolo en el
recuerdo de tcxlos. El segundo es el
Cardenal Silva: siendo ab ^ a d o se hi­
zo salesiano; estudió en la O ocetta
de Turín y, a su vuelta a Q üle fue en­
viado, como profesor y catequista al
estudiantado teológico, al mismo tiem­
po qué llegaba yo como asistente de
los aspirantes y filósofos. L u ^ o he tra­
bajado con él cuando le hicieron obis­
po y cardenal...
— Y ¿cuántos Eedores Mayores ha
conocido?
—Conocí a don Rinaldi cuando yo
estaba en el primer año de aspirantado: lo recuerdo cuando nos habló en
el pórtico, con sus anteojos así de chiquititc». Todos quedamos con la im­
presión de que rtos había hablado un
sanco. Con don RkaldoDe casi no tuve
contactos personales: era una recia per­

sonalidad de gran visírái futura y de
amor inteligente a la Congt^ación. A
don Ziggiotti lo recuerdo como el “ te­
jedor de la unidad” con todos aquellos
viajes que hizo por el mundo salesia­
no. He estado seis años al lado de
don Ricceri y lo admiro como un tra­
bajador insuperable...
—y al séptimo sucesor de Don Bas­
co, ¡cómo lo describe?
—Pues...

Vaticano II, Medellín...
y otras menudencias
liberadoras
—y asistió como perito conciliar del
Episcopado chileno al Vaticano II; pa­
ra entonces contaba usted con una ex­
periencia teológica que terminó de afi­
larse en las duras sesiones del Conci­
lio: casi veinte años de profesor de
teologia en la Católica de Santiago y
en el estudiantado salesiano, seis años
director del mismo...
—Bueno, me dieron el carnet de
perito a los quince días de llegar a
Roma con el Cardenal. Y ya pude asis­
tir durante cuatro años a todas las se­
siones. Cuando entro en la Basílica de
San Pedro recuerdo con nostalgia el
puesto que ocupé en la tribuna allí, so­
bre la escalera que baja a las tumbas
de los Papas; era un lugar privilegia­
do: yo corría para tomarme la primera
fila. Yo tenía que tomar apuntes de
todas las intervenciones y presentar
luego a los obispos una síntesis. Fue
una participación fatigosa pero prove­
chosa.
—cQ«é ha supuesto en su vida el
Vaticano I I así vivido?
—¡Pues! Una experiencia única. Ha
sido una auténtica formación perma­
nente.

—y... ¿fueron realmente tan deter­
minantes las conclusiones de la Confe­
rencia Episcopal Latinoamericana de
MedeUtn?
—^Medellín tiene un solo título: “El
Vaticano I I en la transformack^ de
La responsabilidad de don Viganó:
guiar a la Familia Salestana en su
compromiso de acoger a la juven­
tud de todo el mundo.

América Latina". Y las conclusiones
son un querer concentrar todo el Con­
cilio en fórmulas prácticas aplicables
a la realidad sodoreligiosa latinoameri­
cana. Los documentos de Medellín son
16, y no uno o dos, y son muy con­
cretos, muy llenos de coraje, pero tam­
bién muy equilibrados y fieles al Vati­
cano II. Puede que haya alguien que
ha manipulado esos documentos; por
ejemplo, al hablar de la liberación...
— No se me adelante, por favor, a
¡as preguntas... De Medellín pretendía
saltar yo precisamente a la liberación.
¿Cree usted en la teología de la libe­
ración?
—Si me hubieras hecho esta pre­
gunta hace cinco o seis años, te hu­
biera respondido “ sí” con entusiasmo.
Ahora ya comienzo a distinguir; por­
que “ teolc^a de la liberación” es un
nombre muy bonito, pero hay varias
clases de teologías de la liberación. De­
cir xm “ sí” rotundo, sin reflexionar
i es, al menos, ingenuo. Y decir un “no”
rotundo es, diría yo, una maldad, pori que es cerrar los ojos ante la riqueza
i de reflexión y perspectivas de futuro
j que ha surgido realmente en América
1 Latina. Teología de la liberación tal
I como se deduce de las conclusiones de
‘ Medellín, sí; tal como algunos teólo< gos la han querido presentar, y en esI p>ecial los cristianos por el socialismo,
j no: deriva con facilidad hacia una ideo­
logía de simpatía e inspiración mar1 xista.

^^Ct*eo e t t los salesianos

que tienen entusiusmo^^
— En el Congreso Mundial de Audio­
visuales y Evangelización celebrado en
Munich hace un par de meses, alguien
del grupo latinoamericano intentó acu­
ñar una frase ingeniosa: "Habrá que
pasar de la teología de la liberación a
la liberación de la teología".
— ¿Ves como los chilenos son más
inteligentes? Esa frase ya la “acuñó’’,
como tú dices, un profesor de la Ca­
tólica de Santiago hace cinco años en
un artículo al que le puso esa frase
cómo título. G aró que ese teólogo es
español de nacimiento... Y ése es pre­
cisamente el peligro: transformar la
teología en sociología v la revelación
en la praxis de la evolución histórica
de tipo marxista.
—Y, sin embargo, el marxismo no
tiene demasiada resonancia en Latino­
américa, a pesar de que el contexto
socioeconómico es propicio.
—Sí tiene... No aparece con clari­
dad debido a las situaciones de Go­
biernos de tipo fuerte. £1 problema es­
tá en hacer ver que la inspiración cris­
tiana no es el opio de los pueblos sino
una solución real, tan real como la al­
ternativa marxista, y capaz, como ésta,
de enfrentarse a los problemas, de rom­
per situaciones de injusticias...
— Y ¿tiene también un matiz espe­
cial la obra salesiana de Latinoaméri­
ca?
—Bueno, pues sí: tiene las caracte­
rísticas de las cosas latinoamericanas.

¿no? Es decir: más que nostalgia del
pasado, tienen preocupación por el fu­
turo; tienen un sentido innato de es­
peranza; consideran la creatividad co­
mo un elemento normal, natural; uno
siente en América más aire de oríge­
nes salesianos... Allí, si uno tiene ca­
pacidad para veinte, ha de emplearse
como veinte.

«La matemática
es pura opinión»
— Hablemos del Rector Mayor...
¿Cómo tendría que ser un Rector Ma­
yor liberado?
—Tendría que ser periodista.
—Pues... ¿En qué cualidades se ha­
brán fijado el Espíritu Santo y el Ca­
pítulo General para elegirle a usted
Rector Mayor?
—Pregúntaselo a ellos. Hombre, fran­
camente, esa pregunta habría que ha­
cerla a los demás, no a mí. Pero sos­
pecho que ha podido ser factor deter­
minante el que yo haya nacido aquí y
haya crecido en otra cultura y en otra
visión de las cosas. No sé... este hecho
de que pueda hacer de puente entre
una tradición y una perspectiva de fu­
turo... Otra cosa que pienso que ten­
go un amor grande a mi vocación sa­
lesiana, al carisma de Don Bosco...
pero esto también lo tienen otros, in­
cluso los periodistas salesianos...

— Pues... Y ¿no habrá influido tam­
bién el optimismo vital manifestado en
aquella frase que usted dijo el mismo
día de la elección: "Creo que tengo
los pulmones, al menos en este mo­
mento, llenos del Espíritu"?
—Me agradaría saber que también
eso ha influido.
— ¿Q«é cualidades ha visto usted en
el candidato por el que ha votado?
—Bueno, yo voté un candidato que
tiene un conocimiento cabal de la Con­
gregación, que tiene entusiasmo por la
vocación salesiana, capacidad personal
y dotes de corazón e inteligencia; que
tiene visión de las cosas; suficiente
apertura para llevar adelante las con­
clusiones del Capítulo General Espe­
cial... En eso me fijé yo.
— Podrían ser esas las cualidades en
las que se fijaron también otros. Y
¿qué se siente cuando faltan cinco vo­
tos para que el propio nombre llegue
a tener mayoría absoluta?
—Que la matemática es pura opi­
nión... porque lo que se siente, se
siente mucho antes. Se piensa en las
cosas más profundas de cara a la voca­
ción, delante de Dios: y se dejan al
lado todas las demás cosas... porque
esto es para mí una auténtica Pascua,
un tránsito: esto es pasar de Egipto
al desierto. Se acabó la libertad; no te
queda un minuto para ti... Por ejem­
plo, ahora, en lugar de estar hablando
contigo, podría estar leyendo el perió­
dico, o caminando un poco...
— Hasta esa fecha histórica del 15
de diciembre, y desde el CG del 71,
ha estado usted al frente del importan­
te Dicasterio de la Formación; de todo
el arco de ¡a formación, pero en espe­
cial de los jóvenes salesianos...
—Bueno, no es lo mismo hablar del
Dicasterio de la Formación y de la
formación de los jóvenes salesianos.
El Dicasterio ha trabajado, y ahí está
la relación del Rector Mayor que ex­
pone las realizaciones, proyectos, críti­
ca... La formación es otra cosa: no
es fácil dar un juicio global; cada zona
tiene sus problemas.
— ¿Y no ha sido problema el hecho
de la contestación en los estudiantados
teológicos?
— Pues sí... Estos jóvenes de veinte
a treinta años tenían todo el tiempo
y toda la luz y la inteligencia y la
metodolc^a para criticar las cosas que
son susceptibles de crítica. Los estu­
diantes de teología, sobre todo aqué­
llos de los primeros años de este sexe­
nio pasado, tenían, en algunas zonas,
una característica sicológica de reac-

i>i

La Familia Salesiana sabe encarna^
se entre los jóvenes con motivo de
credibilidad.

También los Salesianos trabajan en
ei altiplano boliviano, entre tos
Aymarás de Escoma. El Inspector,
padre Rinaldo Vallino, quiso pasar
el día de Navidad con ellos. «Cuan­
do tomé el palo con el caramelo vi
aparecer por primera vez la sonri­
sa de aquellos rostros petrificados
por el frío de la altura y por la po­
breza».
ción a una formación que no estaba
tal vez en consonancia con las exigen­
cias de hoy. Y así se daba en estos
jóvenes la cúspide de la reacción; y
tenerlos a todos juntos era, en algunos
casos, como reunir los elementos de
una bomba atómica. Sin duda el perío­
do del teologado es un período muy
delicado y difícil: creo con sinceridad
que el problema de la formación de
esta etapa necesita particular cuidado
y profundización porque no lo veo aun
claramente resuelto.
— A nivel de Congregación Salesiana ¿se ha dado en el clavo de la for­
mación del salesiano joven?
— ¡En el clavo!... Pues en unos si­
tios sí y en otros no. Siempre habla­
mos de lo que más conocemos, miran­
do hacia Occidente: Hay que mirar al
Oriente también, a la India, Filipinas,
donde hay tantos hermanos jóvenes
en formación; y Polonia... Pienso que
en sentido total estamos remontando
la curva y caminamos hacia una for­
mación positiva del salesiano joven.

Esperanza
—¿Piensa, entonces, que la Congre­
gación está cerca del latido de los sig­
nos de los tiempos?
—Cerca: la Congregación ha tomado
una decisión clara en el Capítulo del
71 asumiendo con absoluta seguridad
las perspectivas nuevas de la Iglesia
emanadas del Vaticano II. O tra cosa
es decir que todos los miembros las
hayan puesto en práctica. En unos si­
tios corren a 100 y en otros a 10 por
hora; pero esto es normal en todos
los cambios que se dan en la historia.
— ¿Estamos envejeciendo?
—Un salesiano de ochenta años lle­
no de Espíritu Santo y de entusiasmo,
como por ejemplo el cardenal Cagliero,
no envejece nunca. Si tenemos aire de
Pentecostés, estamos entrando en pri­
mavera. Sólo envejece la edad de las
estadísticas, y aquí estamos hablando
de la edad de los carismas.
— ¿Qué es la esperanza, P. Viganó?
—^Bueno, pues para im periodista,
esperanza es encontrarse frente a im
trabajo im m illi^ de veces superior a

las fuerzas y tener la seguridad de que
se puede hacer. Porque Dios está con
nosotros. Por eso llamamos a la Vir­
gen, Auxiliadora, porque la caracterís­
tica de la esperanza es la ayuda de
otro, superior a nosotros, que nos ha­
ce el servicio.
Es decir: no es que nosotros vamos
a lustrarnos las te tas mutuamente;
nosotros, tú y yo somos dos pobres
diablos que estamos en el meridiano
de Dios.

— ¿Usted cree en Don Bosco reno­
vado hoy?
—Creo en la Congregación renova­
da, en los salesianos con entusiasmo.

— Y ¿qué otro motivo, además de
Dios, alienta su esperanza en la Con­
gregación?
—Pues... que no se respiran aires
de cementerio; que estamos recuperán­
donos; que somos futbolistas con ga­
nas de meter gol y que algunos están
con fiebre por un poco de tiempo, pe­
ro... ¡ya van a meter gol de nuevo!

— ¿Qué esperan los Salesianos del
nuevo Rector Mayor, un padre o un
gobernante?
—Un padre que gobierne.

—Las inspectorías y los Salesianos
dan vueltas por aquí y por allá buscan­
do salir; algunas veces se han equivo­
cado, pero no se han quedado parados,
vendiendo los colegios para pagar su
funeral.
— ¿Por qué tiene tanta fe en las
personas?
—^Las personas suelen ser objeto de
mis reflexiones: y estoy convenddísimo de que las personas son la cúspide
de la creación, de la adstenda; son las
que hacen la historia. Lo más perfec­
to que hay en el nmndo es la perso­
na...
— ¿Qué va a ser de la vida religiosa
dentro de veinticinco años?
— P r^ ú n ta sd o a un profeta. Yo
pienso que estará mejor que ahora,
porque se está profundizando a nivel
de reflexión y de vida: por lo menos
en calidad será mejor.

— Esa seguridad que usted posee ¿es
una cualidad positiva o negativa?
—Bueno, en una situación de cam­
bios hay que demostrar que uno está
buscando junto con los demás, que tie­
ne inseguridades, pero nunca he com­
prendido que se alabe la inseguridad
como virtud suprema.

— Parece usted del Opus. ¿Tiene us­
ted algún... agujero en su optimismo?
—^Hoy no, pero todo es posible:
pienso en la Virgen al pie de la cruz.
— ¿Le cuesta hablar en público sin
que aparezca el profesor de "La Católica" de Santiago?
—Sí. Tendré que volver a leer la vi­
da de mamá Margarita para ir apren­
diendo.
— Dicen sus amigos que usted no
es político; ¿querrán decir que el go­
bierno no es su fuerte?
— ... ¿o querrán decir que no soy
diplomático? Esto es una ventaja en
la vida religiosa, ,¡no?
— ¿A quién tiene miedo?
—Me tengo miedo a mí mismo.
— ¿Solamente?
—^Y al diablo ¡Y déjese ya de mo­
lestar, “pcdaso* de periodisu!
— Usted gana.
JESUS MARIA MELIDA
(Extracto de AMS)

Como San Agustín, don José Luis Carroño escribe con el corazón en la mano. Y qué bien
viene a las páginas de nuestro Boletín la emoción de su pluma. Hoy lo hace
sobre el gran Obispo Salesiano, Monseñor Olaechea. Cuando don
José Luis habla de don Marcelino hasta las hipérboles se le
quedan diminutas. Y es que hay personas ante las
que toda alabanza resulta pequeña. «¡Bronces
y flores para estos grandes salesianos
inmortales!»

CALIENTA EL ALMA que sea
precisam ente la herm osa m etrópoli
del T uria la prim era — ;y única
hasta ahora!— que haya querido
plasm ar en la indestructibilidad del
bronce ese hondo cariño y esa im­
pagable deuda de agradecim iento
que tantísim os miles de seres her­
manos llevam os silenciosam ente en
el alm a, hacia uno de los hom bres

más buenos y queridos que hayan
cruzado el escenario de la Historia:
don M arcelino Olaechea.
Valencia, la que se pasa largos
meses derrochando a rte y gracejo
sobre unos fugaces m onum entos
falleros para quem arlos v istosa­
m ente luego en una sola noche bu­
lliciosa de crem á, esta vez nos ha
dado una lección de perennidad y

hondura: h a sido la prim era entre
tantísim os deudores— en levantar
un breve pero duradero m onum en­
to a aquel g ran Prelado suyo que
eligió dorm ir su últim o sueño en
la cálida tie rra de la capital del Le­
vante.
TODOS SE LO AGRADECEMOS
A VALENCIA: digo todos los anó-

primer pleno
paz y en tre el estruendo de las a r­
mas logró h acer oír su débil voz
g ritando «¡Basta de Sangre!» fue
don M arcelino. Y si hubo un hom ­
bre que en tre las ruinas físicas y
m orales del día siguiente a toda
guerra, fue sem brando am or, áni­
mo reco n stru cto r y esperanza, y
envió a sus huestes, a restañar,
conciliar y edificar, fue don M ar­
celino.

nimos m illares de corazones que
debemos ta n to a don M arcelino y
que no hem os podido contárselo
nunca al m undo entero. Ahora,
cuando pasen por el casco viejo de
Valencia perfum ado de añejos re ­
cuerdos y de gloria, buscando la
alegría de sus flores y el calor, de
su sol y de sus gentes hospitala­
rias las nóm adas huestes de tu ris­
tas, tan to foráneas com o indígenas,
podrán decir las m adres a sus pe­
queños: «Y ese que brilla sonriente
al sol enfrente del Palacio A rzobis­
pal fue uno de los hom bres más
buenos que vieron los siglos: am i­
go de los niños, am igo de los po­
bres, Prelado insigne que llevaba
la blusa del obrero debajo de sus
hopalandas. Jam ás hizo daño a n a­
die. Hizo bien a todos: y éstos fue­
ron tan to s que le h an rogado al
A 5nm tam iento que lo pongan en
bronce en la calle p ara que lo po­
damos besar de cuando en cuando
y decirle con flores todo lo que le
queremos».
Hablamos de las crem ás de Va­
lencia sin p ensar mucho en la fi­
losofía de la caducidad de la vida
que late en la crem á. Pero la ver­
dad es que, e n tre m uchas o tras co­
sas, la crem á es tam bién una iro­
nía más sobre la caducidad de
nuestro recuerdo: llám ese desagra­
decimiento. La vida sigue; pero
¿quién no tiene dem asiada prisa
para pensar en quien nos la dio?,
¿en el que sem bró las flores y p lan­
tó los naranjos?, ¿en el que levantó
las instituciones, acudió a todas las
penas...? E sta crem á universal de
la prisa de vivir engolfó en stis lla­
mas bullangueras la llam ita fugaz
de un recuerdo... y ta l vez el res­
coldo de un rem ordim iento por lo
ingratos que hem os sido con un
bienhechor ta n grande. H ablad de
riadas, y allá estaba don M arceli­
no; hablad de elevación de m asas,
y allá estaba don M arcelino; hablad
de barrios populares y de vivien­
das sociales, y allá estaba don M ar­
celino; hablad de escuelas y de m a­
gisterio, de Congregaciones y órde­
nes, de previsión social y asistencia
médica, de defensa del proletaria­
do, de renovación cristiana, de pro ­
moción m isionera y ¡ay! de cultivo
intensivo y m oderno de vocaciones,

A hora es co rriente ech ar en cara
a la Iglesia haberse aliado con el
Poder. Pero don M arcelino no era
de los hom bres que espiaran el
ro stro del poder p ara halagarlo,
«augur de los sem blantes del p ri­
vado»: se acercaba al poder, con
un sentido cristiano de la sacrali­
dad siem pre inherente en cierta
m edida a los poderes que son, pe­
ro tapándose los ojos com o los vie­
jos profetas p ara no en terarse de
la centella de ira o del ceño de dis­
gusto, y lograr, así d ar voz a las
dem andas de los hum ildes y o b te­
ner la dádiva — o la justicia— del
poderoso.
Buen salesiano, el Arzobispo ci­
fraba su mayor dicha en estar
con ios chicos, a quienes daba
las mayores muestras de cariño.

y allí estaba, en prim era fila, don
M arcelino. Pero la riada y la crem á
de la vida poco ta rd a en llevárselo
todo por delante. jY ah í tam bién
h a estado don Marcelino! P or eso,
desde lejos, le agradecem os ai
A yuntam iento de V alencia el haber
plantado — tam bién, esperam os, en
nom bre nuestro, de los que esta­
mos lejos— un firm e jalón de bron­
ce en el tráfago de esta ca rre ra
atolondrada.

i
i
¡
I
:
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'

A DON MARCELINO LE TOCO
EMPUÑAR EL TIMON de dos de
las barcas sucesores de las del m ar
de Galilea: d u ran te la fero z galern a de n uestra gu erra civil aquí en
N avarra, y luego en la desolación
de velám enes destrozados, jarcias
rotas, y bufidos mal sofocados de
odio y revancha de u n h uracán que
jam ás se calla de golpe, en tie rra s
levantinas. Y si hubo un hom bre
que en la prim era fase buscó la

AQUI EN EL NORTE no es raro
oír alguna voz resentida reprochán­
dole no haberse «alineado» clara­
m ente a... ¿A quién?, ¿no estaba ya
él no m eram ente alineado, sino to ­
talm ente com prom etido a Jesucris­
to y a la hum anidad? El recuerdo
de lo que no pudo lograr a pesar
de sus esfuerzos en ios días san­
grientos de n u estra g ran tragedia
nacional debió de se r la to rtu ra
más grande de su vida. ¡Varias v e­
ces le oí exclamar!: «¡Aquel m al­
dito de San Cristóbal!»... Y sin em ­
bargo había sido él la voz solita­
ria que tuvo el valo r de gritar:
«¡No más sangre! ¡Ni una gota
más!» Pero la g u erra es sorda al
Evangelio y a sus hom bres. Le oí
co n tar algunas anécdotas de sus
desesperados esfuerzos p ara parar
aquel alud im parable de violencias:
y de cóm o una vez creyó h ab e r lle­
gado a unas negociaciones pacifi­
cadoras... pero en el interim de­
sem barcaron diez mil fusiles pola­
cos en Bilbao y, se prolongó la lu ­
ch a fratricida. Lo que hizo por las
víctim as de la contienda que ape­
laro n a él lo sabem os todos... muy
fragm entariam ente.

PALABR AS BEL

A R Z O B IS P O B E VALEXCIA
M uy reapetadoB y am adísim os todosComo sucesor de don M arcelino en la sede M etropolitana de
Valencia debo rendir gracias por este hom enaje ofrecido cariñosa­
m ente a m i querido hermano, ilustre predecesor en esta su que­
rida y m i querida Valencia.
A l pie de este m onum ento leemos esta sencilla y cariñosa de­
dicatoria: itValencia a su A rzobispo M arcelino», síntesis m aravi­
llosa de su vida inolvidable.
‘Valencia a don M arcelino’, sacerdote de Cristo y, com o tal,
otro sacerdote en la tierra. Sacerdote ejem plar, todo hecho alm a
y corazón para los corazones y alm as de los demás. A lm a que se
asom a a la c a ra por su sonrisa, corazón que late a través de unos
ojos de mirada penetrante.
'Valencia al padre Olaechea’, sacerdote salesiano, con la sin­
gular y especifica vocación de entregar su vida a la form ación
cristiana de una juventud a la que, com o buen hijo de San Juan
Sosco, ama con predilección, lanzando com o consigna la m ism a
de su Padre Fundador: «Dame alm as. Señor, almas, y quítam e lo
demás». Y siem pre arropado bajo el m anto de María Auxiliadora.
'Valencia a su Arzobispo, doctor don Marcelino Olaechea’. Así,
en una pieza, el sacerdote M arcelino y el salesiano padre Olaechea,
el Excm o. A rzobispo don M arcelino Olaechea, A rzobispo y A rzo ­
bispo de Valencia, el Pastor bueno que da ¡a vida por sus ovejas.
Y la dio. Vivió los m ás largos años de su existencia aquí, en Va­
lencia, donde descansan sus restos m ortales y donde su alma voló
al cielo.
y m ientras nosotros repetim os las palabras escritas a l pié de
su m onum ento: «Valencia a su A rzobispo M arcelino», allá en la
gloria se escuchan en el silencio eterno otras m u y claramente:
«Marcelino, Arzobispo, a su Valencia». Y así hasta el final de los
siglos.

Yo, gracias a Dios, estuve en
tierras de Misiones d u ran te todos
esos lustros sangrientos, y durante
otros más que coincidieron con el
apogeo de don Marcelino. Es decir,
le vi de cerca cuando, joven sacer
dote aún, la irradiación de grande
za del astro naciente no deslum
bra todavía; y luego cuando, casi
casi, ya había pasado todo: en su
pisito humilde de Valencia. Pero
es en esos m om entos cuando el ojo
hum ano puede apreciar m ejor la
sublim idad de un hom bre. Y... na­
die me lo quitará nunca del alma:
Don M arcelino fue el reflejo más
vivido de Jesucristo que yo h e en-

Mostraba predilección por los en­
fermos. por los que sufrían.

10

contrado en m i vida: benignitas e t
hum ánitas Salvatoris nostri!
ME HACE SONREIR TODAVIA
el recuerdo del g ran Prelado, re­
cluido en su pisito sobre una ru i­
dosa calle cabe el T uria sin agua.
Se abría el balcón, y la ciudad de
las flores nos enviaba efluvios de
gasolina y estruendos de m etrópo­
li. Se cerraba, y el cán tab ro que
hubo en mí h a sta en los trópicos
se d erretía con el calor levantino.
Y como tam bién quedaría el cán­
tab ro bajo las hopalandas de cuan­
do en cuando sugería don M arce­
lino: «Unos m ariscos, o unas gambitas p ara la fiesta de Santiago...
no estarían mal». Pero las gambitas y los m ariscos no aparecían
nunca, ni p ara S antiago ta n siquie­
ra... porque el p resupuesto no daba
para más. A ntes en su Palacio, y
luego en su pisito, se fueron refu ­
giando varios veteranos enferm os
p ara m orir en fam ilia; porque don­
de estab a don M arcelino era siem ­
p re «familia». Y ello, supongo, h a­
b ría agravado tam bién el frágil
equilibrio financiero de su casa ci­
vil. V arias veces me sugirió u n a vi­
sita a M adrid o un paseíto al Cabo
San Antonio... p ero a últim a hora
siem pre resu ltab a que no h abía coche, o que el coche del am igo esta­
ba averiado, o que no se enco n tra­
b a chófer... p ara el antiguo Conse­
jero del Reino y decano del Epis­
copado Español. No creo que a él
le im portara mucho, cuando y a le
aureolaba un reflejo de eternidad,

pero a nosotros nos hacía reñexio*
nar sobre cóm o la riad a y la crem á
de la vida se llevan po r delante
tan tas cosas... incluyendo el recuer.
do de los pasados beneficios. «¿No
eran diez los curados?» «Sí; pero
ninguno tenía coche, M aestro».
SU MADRE y MI ABUELA
COINCIDIAN A VECES en viaje
a S antander desde Bilbao: ella para
ver a la perla de su hijo, y mi
abuela p ara llevarse a vacaciones
al tra sto de su nieto. Y siem pre me
impresionó dulcem ente v er cuánto
la quería y veneraba; porque... es
que hay m aestros de espiritualidad
que se olvidan, al parecer, de que
el Hijo de Dios se hizo hom bre, y
querrían hacem os perfectos indu­
ciéndonos a d ejar de serlo: deshu­
manizándonos. N o don M arcelino:
humano, caballero, tiern o y com ­
pasivo como el M aestro. Decía que
el undécimo m andam iento e ra «Ha­
cerse cargo». C uando su m adre se
le fue al cielo, transfirió su actitud
filial a su segunda madre, entonces
tan hum ildita y pobre com o la baracaldesa; su Fam ilia Salesiana. Si
un día de fulgurante procesión cí­
vica, la figura señera y principesca
de don M arcelino rad ian te de rojo
prelaticio en tre el G obernador - J e ­
fe Provincial del M ovim iento y el
G obernador M ilitar con m ando en
plaza, divisaba a un hum ilde coad­
ju to r salesiano en tre las m uche­
dumbres aclam antes, seguro que le
ordenaba acercarse con un gesto
de mando, lo presentaba a la auto­
ridad com o a un 'herm ano suyo en
Religión’ y lo incorporaba a la p ri­
mera fila de los notables aclam a­
dos p or las huestes ciudadanas. Por
algo llevaba en su escudo d e arm as
a María A uxiliadora y las chim e­
neas de A ltos Hornos.
Hoy es la ilustre corporación cí­
vica la que convoca al espíritu de
don M arcelino a presidir, plasm ado
en bronce, el corazón palpitante
de la gran urbe m editerránea. Yo
sé cóm o los artífices valencianos
son capaces de tra n sir de te rn u ra
y alum brar de sonrisa la dureza
nativa de u n bronce. G racias, V a­
lencia, por h ab e rte hecho eco de
tantos m illares m udos y lejanos
que ta n to quisim os a don M arceli.
no. G racias p o r ese bronce entre
tus flores.
JO SE LUIS CARREÑO

VAMjE X C I A : l a M E E A L L A
D E L A CMVDAD
A LOS SALESIAXOS
En la fotografía vem os cóm o el A lcalde de V alencia entrega
la M edalla Colectiva d e P lata de la Ciudad d e don Joaquín Carde­
nal, Inspector Provincial de la C ongregación Salesiana en Levante
y A ragón. Vemos tam bién al A rzobispo de la capital, m onseñor
G arcía Lahíguera en actitu d de aplaudir.
E ste distintivo es un hom enaje de V alencia a los Salesianos
con m otivo d e la lab o r realizada en favor del pueblo valenciano
d u ran te se te n ta y cinco años.
He aquí unas palab ras del señ o r A lcalde en el acto de la en­
trega:
«Son m uchas las obras que h an realizado ios Salesianos. No
se han dedicado sólo a enseñar, no se h an dedicado exclusivam ente
al cultivo del espíritu; se h an dedicado tam bién al cultivo de
cosas ta n im portantes com o p roveer de techo a quien no lo tenía.
Y ahí su rg e esa b arriad a d e San Ju an Boeco y esa creación del
P atro n ato de viviendas Felipe Rlnaldi, que son dos m uestras cla­
ra s de una prom oción social en favor del pueblo...
Se h an preocupado d e todos los aspectos: el espiritual, el edu­
cativo, el cu ltural, el depM tivo, el social... La Ciudad no podía
e s ta r al m argen de este ejemplo, ni podía d ejar d e reconocer todos
estos m éritos. P or eso, al cum plirse las Bodas de D iam ante de los
Salesianos en la Ciudad, s e instnQró el expediente q u e de u n a
m anera preceptiva debe Llevarse a cabo, y se acordó p o r unanim i­
dad absoluta d e esta Corporación conceder la M edalla d e la Ciudad
a la C ongreg ad ó n Salesiana. E sto es lo que hem os realizado en
estos m om entos y se sim boliza con esta en treg a m aterial d e la
M edalla d e la C iudad, en agradecim iento d e ValetKía p o r esos
se te n ta y cinco años d e lab o r fecunda, d e labor edificante y de
labor generosa d e la C ongregación Salesiana».

11

i

MSUaOXAWA
Jja o t r a f a m i l i a
q u e a lc a n z ó a C r is t o
Akíra Kurozawa es el más importante de los actuales direc­
tores de cine dei Japón. Y ios misioneros salesianos han te­
nido la alegría de llevar a su casa el Cristianismo. Kazuko, una
hija suya, ha abrazado la fe católica, y se ha bautizado con el
nombre Renata María. Asimismo ha contraído matrimonio con
Haruyuki, hijo de otro famoso artista japonés, y que también
se ha convertido al cristianismo con el nombre de Pablo. Ya
les ha nacido el primer hijo ai que han puesto el nombre de
Esteban, como el protomártir de la Iglesia...
El misionero salesiano, padre Federico Bárbaro, testigo de
estas conversiones, escribe este artículo que juzgamos de
gran Interés para nuestros lectores.
He recibido hace unos días las
Actas del Consejo Superior en las
que, entre otras cosas, lamenta
el Rector Mayor «la crisis sobre la
información salesiana>, y expone la
necesidad de la misma. Esta pater­
nal llamada ha sido la causa próxi­
ma que me ha hecho vencer mis
dudes y falsa modestia y me ha
Impelido a escribir dos líneas sobre
nuestra vida misionera y salesiana
en este gran país del Japón.
Y es que resulta un poco violen­
to escribir sobre todo lo que está
relacionado con uno mismo: para
evitar el peligro del exhibicionismo,
se opta por callar; lo cual no sirve
ciertamente como ejemplo bueno
de humildad...
Puede ser que esto que escribo
interese de alguna forma a nues­
tra Familia Salesiana.' No hago, por
otra parte, más que seguir el ejem­
plo de nuestro don Cimatti que
escribía y publicaba nuestras pe­
queñas Iniciativas, nuestras numeRenata María, de bracete con su
padre, el director de cine Akira Ku­
rozawa, en el día de su boda.

12

rosas dificultades... y también los
modestos resultados de niiestro
trabajo de cada día.
En estos tiempos en los que se
habla tanto de apostolado de los
seglares, me da alegría poder ofre­
cer un caso, no ciertamente extra­
ordinario ni único, pero notable­
mente elocuente de la vitalidad mi­
sionera de los recién convertidos

en estas tierras hermosas del Ja­
pón.
Es evidente que el apostolado de
los seglares no se fundamenta so­
bre complicadas experiencias y di­
fíciles iniciativas: consiste en vivir
cada día las antiguas virtudes teo­
logales de la fe y la esperanza. Y
un verdadero creyente es necesa­
riamente apóstol, porque vive de la
gracia y en la gracia, y porque una
planta viva no produce únicamente
hojas. Esto es lo que estoy viendo
en el ámbito de mi modesto apos­
tolado, que se desenvuelve entre
personas de diversos estratos so­
ciales.

Un japonés en Turín
Hace algunos años el Joven Miyakawa había hecho amistad con

una sana y cristiana familia de Tu*
rín con ocasión de una larga estan­
cia en esta ciudad; y había tenido
ocasión de admirar la fe comprome­
tida y ejemplar de aquella familia
piamontesa. De la admiración y co­
nocimiento se pasó a las relacio­
nes formales con la hija Marina...
Le cautivó el cristianismo vivido
por aquellos amigos, lo estudió con
seriedad, y recibió el bautismo de
manos del entonces Rector Mayor
D. Renato Ziggiotti; luego se ca­
saron los dos jóvenes.
Miyakawa quedó Impresionado
por las palabras del señor Bassano,
padre de la novia: «¡No querrás
recibir el Bautismo sólo para que
te dé más fácilmente a mi hija!»
No, el joven japonés era ya un cris­
tiano convencido y comprometido.
Y vuelto a su patria puso su entu­
siasmo cristiano y apostólico a dis­
posición de los salesianos de Tokyo con los que ha colaborado
siempre y sigue trabajando.
Hace algún tiempo que organizo
algunos ciclos de conferencias so­
bre la Sagrada Escritura para el
gran público. A uno de estos ciclos
asistían con puntual asiduidad dos
jóvenes que. lo supe después, eran:
el hijo de Kato Daisuke, conocido
artista de cine y televisión, y la
hija del famoso director de cine
Kurozawa Akira, número uno en el
Japón y con diversos premios, en­
tre ellos un Oscar, en su larga ca­
rrera.
Aquí es donde empieza el apos­
tolado de los seglares: Los dos jó­
venes habían sido invitados a asis­
tir a las conferencias por su amigo
Miyakawa y habían sido orientados
desde los primeros pasos por otra
ferviente cristiana, la señora Matsui, alma y vida de la Asociación
de la Sagrada Escritura.

Padrino de honor
Un día Haruyuki y Kazuko, los
dos jóvenes interesados en las corv
ferencias sobre Sagrada Escritura,
pidieron a la señora Matsui que les
dijera qué tenían que hacer para
ser cristianos...

Haruyuki me comentaba: «Hemos
cursado todos los estudios univer­
sitarios, y nunca hemos oído hablar
de Cristo... ¡Y pensar que también
nosotros adoptamos el calendario
que comienza con el nacimiento de
Cristo!»
Durante un año acudieron pun­
tualmente todos los martes y vier­
nes por la tarde para la instrucción
religiosa; yo nunca insisto a nadie
para que reciba el Bautismo, espe­
ro que la gracia de Dios actúe y
que el interesado sienta la nece­
sidad. Finalmente un día, después
de largas conversaciones entre
ellos dos, me pidieron: «¿Por qué
no nos das el Bautismo? ¿Qué he­
mos de hacer para merecerlo?» Y
la muchacha añadió para que los
argumentos pesaran un poco más:
«Muchas de estas cosas que nos
has dicho sobre Dios y sobre la
vida, yo las sentía ya confusamen­
te: tú has dado forma concreta y
certeza a mis pensamientos».
Así que Haruyuki y Kazuko fue­
ron bautizados: él tomó el nombre
de Pablo y ella el de Renata María.
A la ceremonia asistió también e!
padre de la muchacha, el director
Kurozawa, con su señora: al madre
de Haruyuki. ya viuda, y numerosas
personalidades del mundo del cine
y de la televisión.

Igualmente a la ceremonia del
matrimonio, celebrado en nuestra
parroquia de Himonya (Tokyo), el
padre de Kazuko quiso actuar de
padrino de honor, orgulloso de dar
el brazo a su hija cristiana, aunque
él y sus numerosos amigos presen­
tes no compartan todavía las ale­
grías de la fe en Cristo.
Este mundo de la cultura japone­
sa siente la atracción del mensaje
cristiano y no está tan lejano de
Cristo como pudiera parecer. Todos
ellos se deshacen en comentarios
favorables y quedan cautivados por
la solemnidad y dignidad de las ce­
remonias que están tan a tono con
la sensibilidad artística del pueblo
japonés. Aceptan y estiman el he­
cho religioso... y esto ya es algo
de cara a su incorporación futura
a la fe cristiana.
Ultimamente la casita de Pablo y
Renata María se ha Iluminado con
la llegada de un angelito: lo han
llamado Esteban.
Pablo Haruyuki desea que su ho­
gar esté siempre abierto a Dios,
al sol y a los demás. Y, de momen­
to, reúne todos los martes por la
tarde a sus amigos, una docena en
total, porque — dice— quiere que
todos reciban el estupendo regalo
que él recibió un día: la fe en
Cristo.
FEDERICO BARBO. SDB

13

ASI ES MI INSPECTORIA
El padre Sosa iba prevenido al Capítulo llevando para el Rector Ma­
yor la vara de mando. Pero, sobre todo, dio a los capitulares una «bue­
nas noches» en las que trazó, a grandes rasgos, las características del
Perú salesiano, con sus urgencias y problemas.
«Así es mi inspectoría». Dejamos al padre Sosa con los lectores de
nuestro Boletín...

Don Bosco había hablado de
Santa Rosa de Lima — la primera
flor de santidad del Nuevo Mun­
do— en «II giovane Provveduto»
y en la «Historia de la Iglesia».
Y en el sueño del 30 de agos­
to de 1883, fiesta de Santa Rosa

de Lima Patrona de toda Améri­
ca Latina, su intuición profética
contempló todo el Continente.
Por esta devoción especial se en­
cuentra en Valdocco la imagen de
Santa Rosa de Lima al lado de la
de María Auxiliadora.

LOS DOS PIONEROS
La primera expedición estaba compuesta por dos sacerdotes
y 10 Hermanas.
Uno de los salesianos se llamaba Cario Pane. El 9 de no­
viembre de 1877 Carlos Pane — clérigo de ventiún años—
forma parte del pequeño grupo de Salesianos e Hijas de Ma­
ría Auxiliadora que son recibidos por el Papa Pío IX , antes
de partir de Génova la tercera expedición de Salesianos y
primera de HM A. Don Cagliero y Madre Mazzarello están
en el grupo que saluda al Papa. Y es precisamente Madre
Mazzarello quien atiende con materna solicitud al clérigo
Pane que enferma de pulmonía la misma tarde de la audien­
cia pontificia, al ir a visitar las catacumbas de San Calixto.
Carlos perderá la nave y no podrá ir... al Perú hasta 1891.
Cosas de Dios.
Don Antonio Riccardi, el otro salesiano de la expedición al
Perú, estaba ya en Argentina desde 1884: era el secretario
de Monseñor Cagliero.
Don Carlos Pane partió de Tarín, vía Londres-Panamá-Uma,
y don Antonio Riccardi salió de Montevideo, por el Estre­
cho de Magallanes-Santiago-Uma. Y los dos llegaron a esta
ciudad el 27 de septiembre de 1891... con pocas horas de
diferencia.
Una de las Hijas de M. A. de la expedición al Perú era Sor
Isabel Mayo. Era la primera vocación que Dios envió a Sarriá, Barcelona, al poco tiempo de la llegada de las H M A a
España. Y fue también la primera misionera salesiana espa­
ñola... porque, a pesar del mucho trabajo que había en su
patria, “ella se había hecho religiosa precisamente para ir
a las misiones”.
14

En las Memorias Biográficas
aparece un Presidente del Perú
que fue a Valdocco para hablar
con Don Bosco... pero en la his­
toria del Perú no se sabe de nin­
gún Presidente de aquellos años
que hubiera salido del país.

Todo comenzó
con un P. Franciscano
El 6 de julio de 1884 un gru­
po de misioneros franciscanos es­
tá a punto de naufragar en las
costas del Perú. Es la invocación
a Don Bosco y el voto de propa­
gar su obra quien los salva.
Un año después uno de ellos
traduce al español la vida de Don
Bosco escrita por D ’Espiney: es­
te libro es la semilla de la obra
salesiana en el Perú.
En 1886 Monseñor Teodoro
del Valle, primer obispo de Huanuco, Perú, y cooperador salesia­
no «con diploma», enmienda su
testamento y deja a los Salesia­
nos 20.000 soles «para que el
P. Juan Bosco haga una funda­
ción salesiana en el Perú». El no
llegó a verla.
Con aquel legado se compró
un terreno en las afueras de Lima
— hoy centro de la ciudad— y
allí construyeron los Salesianos y
las HMA su primera escuela. Más
adelante surgiría allí la hermosa
basílica de María Auxiliadora.
Fue el 8 de diciembre de 1891.

El padre Sosa da ia sensación de
felicidad al acompañar ai nuevo
Rector Mayor en el día de su elec­
ción.

Pero...
Este clima fue propicio para
los sacerdotes con vocación polí­
tica.
Pero esto duró siete años, has­
ta 1975. La realidad económica,
la tergiversación e infiltración co­
munista, obligaron a cerrar filas
y a rectificar...
El Gobierno actual parece de
derecha, y la Iglesia anda buscan­
do fórmulas diplomáticas, porque
los sacerdotes afirman que siguen
a los Obispos, y éstos se lamen­
tan de que las interpretaciones
no son correctas.

Ochenta años
de trabajo salesiano

Perú
La geografía del Perú — un mi­
llón trescientos mil kilómetros
cuadrados y 16 millones de habi­
tantes— es la más variada de to­
do el Continente Sudamericano:
somos el único país que podemos
competir con el desierto del Sinaí o del Sahara a lo largo de los
2.000 kilómetros de la costa.
La Cordillera de los Andes lo
domina todo: las montañas se re­
montan a 6.000 metros de altura
y las fosas marinas llegan a la
misma profundidad: estas dife­
rencias causan terribles terremo­
tos y proporcionan, al mismo
tiempo, la gran riqueza de la pes­
ca.
Desde 1968 la Iglesia y el Go­
bierno del Perú han dado que ha­
blar.

A raíz de la Conferencia de
Medellín, y movida por el diná­
mico Cardenal Juan Landázuri,
Arzobispo de Lima, toda la Igle­
sia peruana acometió la reforma
social y religiosa que tanta falta
hacía. Esto era en agosto del 68.
En octubre del mismo año, los
militares iniciaron su revolución
para transformar el Perú.
Los documentos de la Iglesia
y del Estado sintonizaban en la
misma onda... hablaban el mis­
mo lenguaje. El Estado se apoya­
ba en las declaraciones de los
Obispos y éstos aprobaban las le­
yes y principios revolucionarios
que proclamaban los militares. El
sociólogo jesuíta P. Pier Bigo
afirmó abiertamente que el Perú
había llegado finalmente a enten­
der y realizar el proyecto comuni­
tario de la Iglesia...

La Obra Salesiana en el Perú
ha sido determinante; las prime­
ras y casi únicas Escuelas Profe­
sionales, sobre todo agrícolas, nu­
merosas vocaciones peruanas des­
de los primeros años, la dirección
de dos seminarios diocesanos, y
el trabajo con los indígenas y co­
lonos pobres de la zona de Puno
y Yucay.
El aspirantado de Magdalena
del mar ha dado a la Iglesia perueana cuatro obispos salesianos,
y en total son siete los que ha da­
do la Congregación al Perú. Es
también benemérita la labor de
la buena prensa.
Luego llegó la crisis: salidas
masivas de jóvenes en formación,
cierre de los internados y de los
seminarios diocesanos, situación
socio-política ambigua y confu­
sa...
Hoy la crisis va pasando, pero
la Inspectoría se encuentra en es­
tado de convalecencia y, creemos,
de plena recuperación. Las puer­
tas están abiertas a todos los que
quieran unirse a los 150 que he­
mos quedado.
JORGE SOSA
15

CAHABAXCHEL
7 S A X O S ^ . (É9 0 S - 7 S )
L L M JV IA

n E R E crE u n o s
Cuántas veces en la vida
has de ser, Carahanchel,
como una ilusión florida,
como una gota de miel...
Así cantaban los teólogos salesianos, todavía no hace mu­
chos años. Hoy, nuestro historiador, Angel Martín, ha queri­
do vivir la nostalgia de unos inolvidables tiempos, recordan­
do el lugar donde se formaron tantas hornadas de sacerdotes
salesianos. La historia es fría, pero muchos lectores sabrán
ponerle el calor de la propia vida...
EXACTAMENTE EN 1903
Estando en Turín de Prefec­
to General don Felipe Kinaldi
autorizó la compra de la finca de
Carahanchel Alto (1902-1903).
La vendía el conde de Reparaz,
heredero de los marqueses de Yarabayo. La escritura pública de
compra-venta la mandó extender
en Madrid ante notario don Ju­
lián Pastor el primer Inspector

de la Céltica don Ernesto Oberti.
Pagó el precio de la compra
(100.000 pts. de las de entonces)
el cooperador don Guillermo Gil,
que luego se hizo salesiano profe­
so, y vivió y murió en Carabanchel. Su deceso tuvo lugar el 31
de agosto de 1935.
Como casi todas las Obras de
Don Bosco, Carahanchel comen­
zó abriendo un Oratorio Festivo
para los obreros y jóvenes de las

clases más populares y proleta­
rias del barrio. En 1904 se habi­
litó la nueva Casa para noviciado
de la Inspectoría Céltica, y más
tarde también se puso allí el Fi­
losofado. La inauguración oficial
se efectuó solemnemente en octu­
bre de 1904. Y como el señor
Inspector estaba ausente le re; presentó en el acto inaugural
i don Mariano Aralo, que era enI ronces el director del Colegio de
j Atocha, abierto a comienzos de
I siglo.
\ De la primera promoción de
novicios de la Casa de Carabanchel merecen destacarse Marceli­
no Olaechea (más tarde Obispo
de Pamplona y arzobispo de Va­
lencia) y Guillermo Gil, donador
de la finca y del primitivo edifi­
cio. Pertenecieron al personal de
la Casa, además de las persona­
lidades que damos en las listas
en recuadro, don Juan Antal y
don Modesto Bellido, que han si­
do miembros del Consejo Supe­
rior.
Don Fernando Bauer, coopera­
dor cuya vida escribió don Ro­
dolfo Fierro, hizo un fuerte do­
nativo en 1908 para construir el
viejo pabellón y pórtico de Cara­
hanchel que valió posteriormente
de alojamiento al teologado. Del
1923 al 1925 se construyó el pi­
so superior del antiguo palacete
y la azotea que remataba con un
cupulín sobre el que campeaba la
estatua del Sagrado Corazón de
Jesús.
En los últimos años se derribó
todo este antiguo edificio para
construir en su área la moderna
Foto histórica: De izquierda a dere­
cha, de pie.— Don Salvador Bastarrica, actual Inspector de Bilbao;
don Tobias Hernández: don José
Luis Bastarrica; don Luis Chiandotto; don Luis Vivar; don José An­
tonio Rico, actual Conse|ero Gene­
ral. Sentados.—Don A n a s t a s i o
Crescenzi; don Rodolfo Fierro; don
Emilio Corrales; don Renato Ziggiotti; don Maxi; don José Fernández
(don Pepito).

reeuordoff
En esta foto también histórica apa­
recen, en su época de estudiantes
de Teología: don Antonio Hidalgo,
ex-inspector de Sevilla, y don Aureliano Laguna, actual Inspector de
León.

y bien dotada Casa de Formación
para Salesianos Coadjutores.

ACTIVIDADES Y DESTINOS
DE LA FUNDACION
Carabanchel Alto ha tenido
siempre un buen Oratorio Festi­
vo. Fue además Casa de Novicia­
do y Filosofado de la Inspectoría
Céltica desde 1904. En 1912 em­
pezó a ser Teologado inspectorial. Poco antes de iniciarse la
Primera Guerra Mundial (19141918) valió también para aspirancuyo director era don José María
Manfredini. Así estuvieron las
cosas hasta el directorado de don
Enrique Sáiz (1934-1936) en el
que se reser\'ó toda la Fundación
exclusivamente para teólogos sa­
lesianos. Don José Luis Bastarrica ha escrito una documentada
biografía del último director ci­
tado titulada: Don Enrique Sáiz.
Un carácter, una conversión, un
martirio.
El acta de fundación del Estu­
diantado Teológico Nacional di­
ce literalmente de esta manera:

Antlgua puerta de entraba del Estudiantado Teológico de Carabanchel.

tado. Los filósofos estuvieron aUí
hasta 1929 que pasaron a Mohernando (Guadalajara).
En 1917 se habilitó una parte
del antiguo edificio para Escue­
las Populares de Primera y de Se­
gunda Enseñanza. Hasta que don
Pedro Ricaldone, reuniendo a los
señores Inspectores de España en
la ciudad de Barcelona, destinó la
Casa de Carabanchel para Estu­
diantado Teológico Nacional en

1931, a raíz de la Segunda Re­
pública Española. Siguió simul­
táneamente siendo Colegio de
Primera y Segunda Enseñanza
para la juventud madrileña a la
par que Teologado hasta 1933.
En aquel período había dos co­
munidades: La de los bachilleres
estudiantes cuyo d ira to r era don
Alejandro Battaíni (su vida la ha
escrito don Arturo González,
q. e. p. d.); y la de los teólogos

“ Bajo la presidencia del Kvdmo. se­
ñor don Pedro Ricaldone, Prefecto Ge­
neral de la Congregación Salesiana, se
han reunido hoy, día 3 de octubre de
1931, en la
de Sarriá los señores
Inspectores don Marcelino Olaechea de
la Céltica (1925-1933), don José Calasanz de la Tarraconense (1926-1936),
Don José Marta Manfredini, Inspector
saliente de la Bétíca (1926-1931) y don
Sebastián Marta Pastor, nuevo Inspec­
tor de la Bética (1931-1939).
£1 objeto de la reunión ha sido la
fundación de un Estudiantado Teoló­
gico Interinspectorial o Hacional, que
habrá de comenzar desde este Curso,
sustituyendo a los Estudiantados Ins{Sectoriales hasta ahora existentes.
El Rvdmo. señor don Pedro Rical­
done hace presente los deseos de nues­
tro Rvdmo. y muy querido Rector Ma­
yor don Felipe Rinaldi y de todo el

17

Capítulo Superior de que cuanto antes
se lleve a la práctica la fundación de
dicho Estudiantado, que tanto ha de
contribuir a la formación y buen espí­
ritu religioso de todas las Casas de
España.
Todos los reunidos reconocen unáni­
memente la necesidad y ventajas del
referido Estudiantado, y se muestran
dispuestos a cualquier sacrificio perso­
nal y pecuniario.
En consecuencia convienen todos en
que las Casas que mejor reúnen tales
condiciones son la de Moherttando y
muy especialmente la de Carabanchel
Alto.
Examinadas todas las cosas se opta
finalmente por la de Carabanchel Alto,
mirando en ello más a los intereses
generales de la Congregación que a los
particulares de las Inspectorías.
Se propone que por el nuevo desti­
no a que se dedicará la Casa de Cara­
banchel, ésta debe dejar de pertenecer
a la Inspectoría Céltica, pasando a ser
Casa Interinspectorial. Pero teniendo
en cuenta todos los conceptos, se de­
termina finalmente que la referida Ca­
sa de Carabanchel continúe pertene­
ciendo a la Céltica; y los Inspectores de
la Bética y Tarraconense, agradeciendo
al de la Céltica su generosa caridad,
enviarán todos sus estudiantes de Sa­
grada Teología a la Casa de Caraban­
chel, in s tru id a ya en Estudiantado
Teológico Nacional.

Se pasa luego a tratar del Pro­
fesorado, quedando determinado
que cada Inspectoría envíe dos
Profesores y que por este Curso
constituya dicho profesorado:
Don José María Manfredini, Direc­
tor del Estudiantado.
Don Vicente Martin, Profesor. Amlx>s de la Bética.
Don Alejandro Battaíni, Director del
Colegio y

DIBECTORES QUE HA TENIDO LA CASA DE CABABANCHEL
Don
Don
Don
Don
Don
Don
Don
Don
Don
Don
Don
Don
Don
Don
Don
Don
Don
Don
Don
Don
Don
Don
Don

Anastasio Crescenzi .............................................
Pedro Olivazzo .......................................................
Antonio Balzario .....................................................
Andrés T ra n ie r........................................................
Anastasio Crescenzi (2.*vez) .................................
Honorato Z occola....................................................
Marcelino Olaechea .............................................
Alejandro Battaíni .................................................
Enrique Sáiz ............................................................
José Manfredini (Teólogos) ................................
Alejandro Battaíni (Bachiileres) ..........................
Enrique Sáiz (2.* vez) ...........................................
Alejandro Battaíni (3 / vez) .....................................
Sebastián M.* P a sto r..............................................
Juan Castaño ..........................................................
Tomás B a rau t..............................................
Maximiliano Francoy ............................................
Luis Chiandotto ......................................................
Martín Sánchez ......................................................
Aniceto Sanz Yagüe ............................................
José Luis Bastarrica ............................................
Maximiliano Francoy (2.*vez) ................................
Juan V elasco...........................................................

Don Anastasio Crescenzi, Profesor.
Ambos de la Cléltica.
Don Juan Castaño, Profesor y
Don Modesto Bellido, Profesor. Am­
bos de la Tarraconense.
El Rvdmo. don Pedro Ricaldone po­
ne fin a la reunión dando gracias a
Dios, a nuestra celestial Auxiliadora y
a nuestro Padre Don Bosco por la
obra que se acaba de realizar con el
establecimiento definitivo del Estudian­
tado Teológico Nacional de toda Espa­
ña Salesiana.

Nunca ha faltado en Caraban­
chel la existencia de una fervoro­
sa Archícofradía de María Auxi­
liadora y una floreciente Asocia­
ción de Antiguos Alumnos Sale-

(1904-1905)
(1905-1910)
(1910-1911)
(1911-1913)
(1913-1915)
(1915-1917)
(1917-1921)
(1921-1928)
(1928-1931)
(1931-1934)
(1934-1935)
(1935-1939)
(1939-1940)
(1940-1943)
(1943-1949)
^949-1953)
(1953-1959)
(1959-1961)
(1961-1962)
M962-1965)
(1965-1966)
(1966-1972)
(1972)

sianos, especialmente hasta 1933
en que el Colegio de Bachillerato
se trasladó al Paseo de Extrema­
dura. Los Antiguos Alumnos de
Carabanchel están esparcidos hoy
por España entera. Yo mismo,
que estoy escribiendo esto en Ma­
drid estudié Teología en Caraban­
chel Alto (1948-1952). Los ex­
alumnos del bachillerato son hoy
honra y prez de la Congregación
en España.

CUANDO LA GUERRA
DEL 1936 AL 1939
El lunes 20 de julio de 1936,
la Casa de Carabanchel fue ocu­
pada al asalto por las turbas marxistas revolucionarias. Los salesianos fueron aprisionados y lle­
vados al Ayuntamiento. Los aspi­
rantes, que eran casi un centenar,
fueron asilados en el Colegio Mi­
litar de Santa Bárbara. Los rojos
estuvieron deliberando si debían
matar o no a los salesianos «por
el único delito de ser curas' y re­
ligiosos católicos». En espera de
El aula del actual Centro de Forma­
ción Profesional para los futuros
salesianos coadjutores.

Un grupo de aspirantes a coadjutores del actual centro de Caraban*
chel.

ia decisión los encerraron en la
Escuela Pública del pueblo, con­
vertida en prisión. Después de
tres días los llevaron a la Direc­
ción General de Seguridad de
Madrid, donde le dieron libertad
aprovechando la oscuridad de la
noche a las tres de la madrugada.
Por fin fueron asesinados:
don Enrique Sáiz, director del
Colegio; don Félix González, con­
fesor y maestro de música; el
subdiácono Carmelo Pérez, estu­
diante de teología de la Crocetta
que pasaba en Carabanchel el ve­
rano; el clérigo Teódulo Francis­
co González, de 2.° de Teología;
el clérigo Virgilio Edreira, maes-

ximiliano Francoy siendo Inspec­
tor de Madrid (1960-1966). En­
tonces el Colegio del típico barrio
carabanchelero pasó otra vez a
ser aspirantado inspectorial.

Fachada del actual Centro de Formación Profesional para Saleslanos Coad­
jutores y aspirantes de Carabanchel.

tro y asistente de los aspirantes; y
los coadjutores Pablo Gracia y
Juan Codera.
Pero, pasado el turbión de la
Guerra, volvió Carabanchel a sus
mejores tiempos, siendo el Teologado Nacional Salesiano hasta
1961 en que se abrió el Estudian­
tado de Salamanca para tal fin,
que preparó don Alejandro Vi­
cente y pudo inaugurar don Ma-

CASA PARA LA FORMACION
DE SALESIANOS
COADJUTORES
Hoy día la Casa de Caraban­
chel Alto está fructificando en
numerosas vocaciones salesianas
para atender al trabajo en las Es­
cuelas Profesionales.
Para decirlo todo tenemos que
hacer saber que el Aspirantado y

la Escuela de Formación de Maes­
tría Industrial para los coadjuto­
res se inauguró en la Inspectoría
de Madrid, el 9 de enero de 1953,
hace veinticinco años. Pero su
primera sede estuvo en San Fer­
nando (Fuencarral).
Hasta que en 1967-68, hace
diez años, el señor Inspector don
Emilio Alonso (1966-1972) tras­
ladó la Escuela de Maestría In­
dustrial y la Casa de Formación
Industrial y la Casa de Forma­
ción del Salesiano Coadjutor a
Carabanchel Alto. Se hicieron
nuevos pabellones sobre el área
del viejo Colegio derribado. Se
edificaron talleres y aulas de mo­
dernísima línea arquitectónica. Se
dotó a los talleres de maquinaria
adecuada. El actual Superior Ge­
neral Ibérico don José Antonio
Rico, favoreció en todo lo posi­
ble esta Casa de Formación del
Salesiano Coadjutor en todos los
aspectos. Tal Obra ha sido justi­
preciada en la Dirección General
de Roma, porque está dando nue­
vas generaciones de salesianós jó­
venes a la Cbngregación. A mu­
chos de ellos he tenido la satis­
facción de acompañarlos perso­
nalmente en Roma a ver a Pablo
VI y a contemplar las bellezas de
la Urbe, cuando han sido lleva­
dos allá por don Juan Velasco
antes de ingresar en el noviciado
de Mohemando.
Angel Martín González, S. D. B.
19

D E F IL IP IN A S
A ET IO P IA
"^¡EUROPA VA A T E M E R
M IETO Sr>
— ¿Es cjue no hay suficiente
trabajo en Filipinas?
— Tú sabes que hay mucho,
pero nadie es indispensable.
Edgardo Espíritu es un curita sale*
siano nacido en la revolucionaria isla
de Panay, Filipinas, que con treinta y
seis años mal cumplidos y con un en­

tusiasmo misionero muy bien puesto,
ha decidido ir a trabajar a Etiopía, a
la ciudad de Makallé, donde una mi­
nicomunidad salesiana —dos coadjuto­
res solos porque el sacerdote que los
acompaña murió hace unos meses— in­
tenta desde hace dos años dar testi­
monio de amor y de pobreza.
Etiopía es un poco el símbolo de la
nueva frontera misionera salesiana:

BECAS PARA LAS VOCACIONES SALESIANAS
INSPECTORIA DE BARCELONA
Baca “ San Marcos". Primara entrega: 100.000 pts.
Baca "B ibiana". Nueva entrega; 5,000, Total: 35.000 pts,

INSPECTORIA DE BILBAO
I* ® *
Margarita". L. Caflada. N. o.: 250. Total: 51.000 pts.
Baca 0, Rufino". Vda. de Mauricio y AA. AA. N. e.: 11,000. Total: 26000 pis
Baca D. Tom ís A lonso". Un AA. AA. N. e.: 8,000. Total; 38.000 pts
Bwcai "Sr. Jusll". Un AA. AA. N. e.; 500. Total; 25.000 pía.

INSPECTORIA DE CORDOBA
o " ’’ *
Baca
Baca

Auxiliadora". Santa Cruz de Tenerife, N. e.: 10.000. Total: 110,000 pts
Virgan del Pino . U s Palmas. N. a.: 2.000. Total; 28.000 pts
Misionera". Linares. N. e.; 15.000. Total: 70.000 pts.


INSPECTORIA DE LEON
Baca
Beca
Baca
Baca
Beca
Bech

‘ D. Arturo González". N, a.: 36.500. Total: 80.200 pts
“ Sr. M iguel". Orense. N. e.: 1.000 pta.
“ D. Felipe G arda". La Corufta. N, a.: 10,000 pts
“ S. Antonio". N. e.: 3,000 pts
"D. Fila". Vigo. N. a.: 4.000 pts.
"Amella Vázquez Viso". Vigo. N. a,: 5.000 pts.

INSPECTORIA DE MADRID
Beca "Mercadas Cruzado". N. a.: 3.000. Total: 138,000 pts
Beca "M. A. L." N. a.: 2.000. Total: 111.000 pts
Beca "Familia Francia", N. a.: 2.000. Total; 81.000 pts.

INSPECTORIA DE SEVILLA
Baca "María Auxiliadora” . Archicofradla. Cádiz. N. a.; 1.000. Total: 110.000 pts
Baca Santiago ApOstol". N. e.; 50.000. Total: 195 000 pts
^ '
Baca "O. Rafael Romero". N. a.; 12,000. Total: 22.000 pts.
Baca "S. José y S, Antonio". N. a.: 10.000 pts.

INSPECTORIA DE VALENCIA
o*® *
Beca
Beca

20

M l^ u » '"- Oofla Carmen Gómez. Aleoy. N. e.: 50.000. T.: 100.000 ots
Miguel Oliva . Dofla Pilar Cudóa. Alicante. N. a.; 10.000. Total: 1 X 0 0 0 pts
Recaredo da los Ríos". Alicante. Total; 54.1X pts

una nueva frontera elegida como fruto
práctico del Centenario de las Misiones
Salesianas celebrado en 1975, y ratifi­
cada en una emocionante sesión del re­
cién acabado Capítulo General 21.

— ¿Cuál es la labor principal
de los Salesianas en Filipinas?
— Colegios, parroquias... Lo
que más aprecia la gente es la
labor social: escuelas técnicas,
construcción de casas, aprendiza­
je acelerado y nocturno para los
muchachos que no tienen posibi­
lidad de estudiar.
— Y al marcharte a Etiopía,
¿qué agujero dejas en tu casa de
Cebú?
— Bah, dejo un agujero peque­
ño; no soy tan importante como
para dejar un agujero grande. Era
director del seminario misionero
de Cebú, que hemos fundado en
Filipinas con la intención de pre­
parar misioneros para... todo el
mundo. También me sustituirán
fácilmente en el Consejo Inspec­
toría! y en mi labor de encargado
de las vocaciones.
— ¿Y qué dicen los salesianas
de la Inspectoría de esta tu aven­
tura misionera?
— Siempre hay alguno que se
lamenta, pero la mayor parte
piensa que los misioneros que sa­
limos de Filipinas somos una es­
pecie de restitución, un fruto,
que tenemos obligación de com­
partir, del trabajo que hicieron

«El abrazo de Africa y Asia.— Fue
el 12 de febrero en la celebración
de la clausura del Capítulo Gene­
ral. El Rector Mayor impuso el cru­
cifijo misionero a un capitular, Ed­
gardo Espíritu, delegado de Filipi­
nas, que había decidido marchar a
Etiopía en vez de volver a su pa­
tria. Y otro capitular, Jaime Ntamitalizo, único representante nativo
del Africa negra, le da el abrazo de
recibimiento: iBíenvenido, Espíri­
tu!

tinuar el trabajo que tus antepa­
sados iniciaron aquí?» Los sale­
sianos llegaron a Filipinas en
1951, y ahora somos ya 253, de
los que 180 somos nativos: ¿no
estará el sueño de Don Bosco de­
trás de todo esto?

Por qué Africa

otros pioneros. ¡Somos frutos ma­
duros!
Y ríe a carcajadas. Es pequeño Espí­
ritu y a sus ojos negros se asoma el
alma. Me asalta la tentación de jugar
un poco con ól, con su ingenuidad sen­
cilla, con sus argumentos evangélicos
y con sus respuestas simplistas.
Pero luego, de rep>ente, cuando se
hayan pasado los 30 minutos progra­
mados para la entrevista, y el magneto­
fón exija el cambio, de cassette, me daré
cuenta de que esa ingenuidad era con­
tagiosa, y de que las respuestas sim­
plistas eran cargas de profundidad. Y
me sorprenderé a mí mismo razonan­
do también evangélicamente.

—Yo no soy el primer misio­
nero filipino: en Tailandia hay ya
9 jóvenes misioneros estudiantes
de Filosofía y de Teología.
— Tenéis vocaciones...
—Bueno, sí: creo que somos
la única congr^adón que tene­

mos allí esta floración vocacional. En la Inspectoría tenemos
tres aspirantados, pero la campa­
ña vocacional se hace a través de
los Ejercicios Espirituales que los
salesianos predicamos en los co­
legios.
— ¿Y os llegan todavía misio­
neros de Europa?
—No, desde el año pasado ya
no viene nadie.

— Sí, Espíritu. Y , además de
la letra ”F”, qué otra cosa hay
de común entre la cultura filipina
y la cultura africana?
— Pues, que las dos son cul­
turas del Tercer Mundo. Tienen
de común la pobreza, eso la po­
breza, la sencillez. El estilo de
evangelización de un filipino en
Africa será, ciertamente, diverso
del de un europeo.
—Será.
— Los del Tercer Mundo nos
entendemos y comprendemos me­
jor, ¿no? La Iglesia filipina es
una Iglesia que recibió dócilmen­
te la fe: creo que también la sa­
bremos dar dócilmente. Nos fal­
tará el respaldo económico que
siempre acompaña al misionero
europeo; Filipinas no puede ofre­
cer nada material al Africa; los
dos somos pobres, muy pobres...:
es una ventaja ¿no?

— Habéis pasado de importa­
dores a exportadores...
— En estos momentos hay en
nuestra Inspectoría una euforia
vocacional y misionera. Nos sen­
timos los destinatarios de ton sue­
¡No! Bueno, ya no sé si la pobreza
ño de Don Bosco en que se ima­
ginó que estaba en Australia y i común es una ventaja... Sólo sé que
I dcjde hace rato me encuentro incómiraba todas las islas de alrede­ i modo en mí sillón, y que a>mienza a
dor llenas de muchachos; una voz molestarme el que veas sobre mi mesa
le comentó: «¿Cuándo vas a con- “ocridental” el aparato radio-cassette
21

F IL IP IN A S
A
E T IO P IA

^‘í EUROPA

VA
A
TEN ER

NIETOSí^^
Sanyo y el pisapapeles de cristal de
Murano.
Las manos de Espíritu juegan des­
de el principio con un bolígrafo de
100 liras, que, además, he comprobado
que escribe igual que el mío...
Y la camisa a2ul-gris de su clergyman casi tropical se me antoja una
bandera descolorida con aires muy po­
co gloriosos de batallas sin nombre.
Pobreza...

— ¿Quieres decir, entonces,
que nuestro materialismo "occi­
dental” de hombres que hemos
llegado a la luna, no puede aña­
dir ya a la cultura africana o fili­
pina, espiritualidad y amistad?
— Hombre, sin enfadarse. Siem­
pre he pensado que la Iglesia ha
de bendecir un matrimonio com­
plementario entre las dos cultu­
ras: la cultura occidental, fuerte
y organizada y poderosa, es el
hombre...
— Si te oyen las feministas...
— Y la cultura del Tercer Mun­
do es la mujer, más espiritual,
sentimental.
— Y ¿qué hijos van a nacer de
este matrimonio?
,
— Serán hombres que habrán
hecho una síntesis: habrán crea­
do una nueva cultura un poco
más humana, menos tecnificada.
22

— Edgardo ¿qué sabes tú de
Africa?
—Mucho. Desde niño he leído
todo lo que ha caído en mis ma­
nos. Me impresiona el problema
racial.

allí la confusión de un nuevo ri­
to?
— ¡Qué confusión! Al llegar
allí yo tengo que cambiar de rito:
me incorporaré al rito etiópico
católico que no es el latino.

— ¿Llamas también problema
— En Makallé, 25.000 habitan­
racial a las luchas religiosas?
tes, hay 8.000 ortodoxos coptos
— Sí, sí: ese es para mí el ver­ y 350 católicos. ¿Vas a hacer midadero problema racial. Las luchas sionerismo para conseguir conver­
por la supremacía religiosa han siones ortodoxas?
sobrevivido al pueblo africano. El
— Pues... El trabajo en Maka­
cristianismo, además de ser una llé es más difícil que en otras
religión, es una filosofía que ofre­ partes de Africa: es labor de tes­
ce una visión diferente de la vida, timonio.
una visión más dinámica, capaz
— ¿Qué han hecho hasta aho­
de luchar contra el fatalismo para
lograr metas de felicidad, de liber­ ra los salesianos?
— Han excavado unos pozos...
tad, de bienestar humano. Pero
han
ayudado en la agricultura...
esta filosofía cristiana ha trope­
han
construido un edificio que
zado con ciertas estructuras de
hay
que
ampliar para escuela pro­
sumisión y de esclavitud muy
arraigadas en el pueblo africano. fesional...
Las Iglesias cristianas implanta­
— ¡Y han dado testimonio!
das en esos pueblos carecían de ¿Una escuela para los 25 chicos
raíces profundas, y, cuando llegó católicos que hay?
el momento crucial de la inde­
— Unos 20. Pero no haremos
pendencia, la fe cristiana no su­
distinción de credo.
po ofrecer soluciones válidas. Y
entonces la búsqueda de la iden­
tidad nacional se hizo difícil y a
veces sangrienta. Nos ha pasado ¿Qué dices de ti mismo?
a nosotros lo mismo con el colo­
nialismo de los Estados Unidos.
— Espíritu, ¿quién eres tú?
— Y ¿no tienes miedo de que
Y vuelve a reír a carcajadas. Lleva
tu cristianismo "de importación" al cuello una gruesa cadena de... ¡no
será de plata! No. he percibido ni una
cometa los mismos errores?
sola vez en sus ojos la emoción de la
— Viniendo del Tercer Mun­ despedida ni el brillo del gesto heroi­
do...
co. Sus carcajadas deben ser la barrera
— ... ¡es una ventaja, ya lo has
dicho!
— Una cultura importada, si es
más fuerte que la del lugar, ter­
mina dominándola, pero si las
dos culturas son parecidas...

Makallé,
una ciudad con 350 católicos
— En Makallé ya está presente
el cristianismo, aunque sea de ri­
to copto: ¿por qué queréis llevar

de defensa de su natural modestia.
Decididamente Espíritu no se im­
presiona; tiene tal conciencia de que
su aventura misionera es normal y de
que no tiene importancia, que la lleva
puwta como se lleva un sombrero le­
jano o la gorra grasienta de un obre­
ro...

— Soy el hijo de un mecánico.
Soy optimista por naturaleza: un
poco Quijote. Como soy muy dé­
bil, cuando he de llegar a una me­
ta que está a 100 metros, me la
imagino a 500... y corro.
— ¿Te sientes ^pionero»?
— No, no: me quedé muy sor­
prendido por el entusiasmo de la

gente en el CG 21 cuando se su­
po mi decisión. No sé... ¡en al­
gún sitio hay que trabajar!
— ¿Dónde has nacido?
—^En Bacolod, una ciudad de
250.000 habitantes. Somos 12
hermanos. Estudié con los Her­
manos de la Salle. Mi padre no
quería dejarme ir al noviciado,
pero madre se impuso.
— Empate para las feministas.
— Mi padre no quiso escribir­
me nunca en doce años. Hasta
dos años después de cantar misa
no nos reconciliamos. Ya murió...
— 5Í.
— ... de cáncer de estámago.

un Rector Mayor que cree en la
esperanza.
— Es algo.
— Y, además de los documen­
tos, el C G 21 ha enviado a to­
dos los rincones del mundo salesiano alguno de los 200 capitula­
res renovados.
— Con un pie en la escalerilla
del avión camino de la atormen­
tada Etiopía, ¿qué nos dices a los

que te queremos acompañar en tu
aventura misionera?
— Tú, te quedas. H a sonado la
hora misionera de Asia y Africa.
Y Europa ha de ver nuestro pro­
tagonismo misionero con el orgu­
llo con que una madre contempla
la fecundidad de sus hijos.
— Europa va a tener nietos.
JESUS MARIA MELIDA

—Edgardo, en una sesión del
CG 21, al que asististe como de­
legado de las Filipinas, hablaste
de ”una Congregación de miedo­
sos”: ¿Quiénes son miedosos?
— Los demasiado prudentes,
los que no aman el riesgo de
Dios, los que se apoyan en los
factores humanos y pierden el
empuje, aquel empuje de Don
Bosco. Y hablé también de «en­
vejecimiento».
— Los 25 salesianos de un cole­
gio “a la europea” con 1.000 mu­
chachos de la clase media-alta,
porque los pobres no pueden pa­
gar la enseñanza privada, ¿son
miedosos?
—Es muy difícil para mí com­
prender un colegio con muchos
salesianos, sobre todo cuando tie­
nen pocas cosas que hacer.
— El dar clase ¿es "pocas co­
sas que hacer”?
—No sé, no me enredes. Si se
comparan con las horas de un mi­
sionero, tal vez sí. Sin contar las
horas de televisión...
—¿Cuántas horas pasabas tú
ante el televisor en Cebú?
—Allí no tenemos televisor.
— ¿Y qué ha recetado el CG 21
a la Congregación contra tu "en­
vejecimiento”?
— El CG ha hecho a la Con­
gregación un r^ a lo inestimable:

.CONDECORACION REAL PARA EL MISIONERO SALESIANO PADRE
FOGLIATU.—No. la condecoración no es ese palmito en forma de
pavo real: es una solemne medalla que el rey y el gobierno de Tai­
landia le Kan concedido ai misionero salesiano por su labor durante
cuarenta y ocho años entre ios leprosos. ¡Es para sentarse y serv
tirse feliz!

23

CJat*to de Monse^ot* Obelat*

Mons. Obelar nos dice por detrás de este foto que «en el Chaco
el que no es vaquero tiene poca vida. La vacada que inspecciona
el Obispo pertenece a ia misión de los Indios Moros, donde esta­
mos promoviendo la ganadería como posible sostén de toda la
obra».

A los Cooperadores
Salesianos de España
Hermanos muy amados:
Acabamos de recibir un nuevo
aporte de parte vuestra para estas
Misiones Saleslanas del Chaco Pa­
raguayo. Os lo agradecemos de to­
do corazón y rezamos por la feli­
cidad de vuestros hogares. El Cha­
co es como una castaña. Lleno de
espinas por fuera. Tierno y sabroso
por dentro. jMuchas gracias!
Y ahora, algunas noticias acerca
de nuestra última excursión por el
interior del Vicariato. Nunca había­
mos estado en la zona Oeste y nos
urgía conocerla, para organizar en
ella la pastoral.
El sacerdote Bernardo Paplln, mi­
sionero saleslano recientemente
También dice: «La estancia chaquéña, que ustedes llaman cortijo, sue­
le ser muy modesta en su presen­
tación. El sacerdote itinerante y el
obispo recorren las estancias mi­
sionando. Bautizar bajo la bóveda
del cielo y a gente tan sencilla es
una delicia».

24

llegado de Australia, acompañó al
Obispo durante toda esta excur­
sión. Nuestro vehículo —un Toyota
brasileño— se cargó con las pro­
visiones para quince días, un tam­
bor y varios bidones de combusti­
ble y los elementos Indispensables
para pasar algunas noches a la in­
temperie. Arrancamos de Asunción.

pues, la ruta Transchaco es la úni­
ca vía de penetración hacia los de­
partamentos del poniente: Nueva
Asunción y Chaco. Atravesamos en
diagonal todo el Vicariato Apostó­
lico del Pilcomayo hasta Mariscal
Estigarribia. Las obras levantadas
en esta zona por los padres Obla­
tos de María son grandiosas y muy
originales. Tras un día de descanso
en Mariscal, proseguimos por la
cada vez más dificultosa ruta ha­
cia el Oeste. Velocidad máxima: 40
kilómetros por hora, pocas veces
alcanzada. No es posible apretar
más el acelerador. Afortunadamen­
te. el Jefe de Mariscal Estigarribia,
nos había proporcionado un chófer,
mecánico y «vaqueano», es decir,
conocedor de todo el Chaco. En
toda la zona escasea el agua. La
muerte de sed en pocas horas ame­
naza a quien sorprenda despreveni­
do un percance en el camino. Calor
seco y sofocante.
Los fortines Teniente Enciso,
Nueva Asunción, Eugenio Caray y
Pablo Lagerenza son cuarteles muy
hermosos. Estamos en los dominios
de los militares que cuidan las fron­
teras de la patria. En cada cuartel
invariablemente: plática, confesio­
nes y misa de comunión. Muy sa­
crificados y buenos los soldaditos.
En todas partes cordialísíma recep
ción y las atenciones posibles en
estas lejanías.
El punto más emocionante de
nuestro viaje fue el trayecto entre
Eugenio. Caray y Gabino Mendoza.
Le llaman «el camino de la muer­
te». Y con razón. Millares de es-

mloioneo y lercer mundo

queletos humanos se encuentran
esparcidos por el bosque... solda­
dos que murieron de sed durante
la guerra contra Bolivia. También
dos toscas cruces señalan el lugar
donde perecieron deshidratados dos
americanos, tres años hace. El ca­
mino es arenoso. Nuestro Toyota
avanza arando con el paragolpes el
canto formado entre las dos hue­
llas. También el espinoso bosque
hunde sus raíces en la arena. Be
hemos y bebemos. También núes
tro coche pide agua y descanso
El silencio del desierto es de pío
mo. como el sol que nos calcina
Piaras de jabalíes cruzan el camino
También venados, liebres y repti
les. ¡Cuidado con salir del vehícu­
lo...! Se observan huellas muy
frescas de tigre. Salimos del are­
nal después de trece horas de com­
bate. Pero, al tocar tierra firme,
un copioso aguacero convirtió nues­
tro camino en resbaladizo lodazal.
Nuestro Toyota, después de mucho
patinar, se quedó con las ruedas
hundidas en una profunda hueiia.
Dejando en el vehículo al chofer
y a un sotdadito que también nos
acompañaba, el Obispo y el padre
Paplin cubrimos a pie los 8 kiló­
metros que faltaban para llegar a
Gabino Mendoza, llevando kilos de
barro adheridos a las botas. Ano­
checía cuando los soldaditos del
fortín, despachados para ayudar a
los rezagados, llegaban triunfantes
con el heróico Toyota. A la luz de
un farol campesino, el Obispo dic­
tó su acostumbrada plática en gua­
raní y confesó a ios soldados.
A la mañana siguiente; misa, de­
sayuno y nuevamente a viajar ha­
cia Pablo Lagerenza, a donde llega­
mos al mediodía, sin contratiem­
pos. También visitamos dos pozos de
prospección petrolífera, ambos con
unos 60 obreros. Estos y sus pa­
trones se mostraron sumamente
deferentes con los Misioneros. No
pudimos hacer otra cosa más que
hablarles, hacerles rezar y cantar.
Quedaron sumamente contentos por
esta visita que la Iglesia les hacía
en el corazón del desierto verde.
Como veis, amables Cooperado­
res, el Oeste del Vicariato es neta­
mente militar. Un centenar de
Indígenas de habla guaraní que
viven en Nueva Asunción son aten­
didos. también ellos, jx>r los mili­
tares. Conclusión: aquí deben tra­
bajar los sacerdotes de la Vicaría
Castrense. Cuando aumente la po­
blación civil —aumentará de golpe
en cuanto se descubra el petró­
leo— volveremos a misionar por
esta zona.

El regreso fue muy feliz. Termi­
nadas las provisiones, sacrificamos
con nuestro rifle 4 jabalíes. [Qué
rico el asado con fragancia a selva!
Antes de llegar a Concepción, aten­
dimos espiritualmente a los pobla­
dores de dos estancias ubicadas en
la parte sur de nuestro Vicariato;
Maroma y Loma Pora.
Ya podéis comprender, amables
Cooperadores, que estos no son
viajes de turismo y placer. Para

realizarlos hay que tener buena sa­
lud y estar dispuestos a soportar
cualquier incomodidad... cosas muy
normales para los Misioneros Salesianos del Chaco.
Al agradeceros vuestra ayuda
económica, os pedimos que tam­
bién nos ayudéis con vuestras ora­
ciones.
Aceptad un fuerte abrazo salesiano de este vuestro hermano.
ALEJO OBELAR COLMAN, S.D.B.

¡DIOS MIO! ¡QUE SOLOS SE QUEDAN LOS VIVOS!
Sor Blanca y yo llevábamos un buen rato sentados al lado de
nuestro Land Rover. Esperábamos la llegada de una enferma que
debía ser trasladada prontamente al hospital. La traían a hombros
desde la montaña.
El silencio del campo hacia resaltar cualquier ruido. Cerros vio­
lentos, pedregales negros, milpas. A poca distancia se elevaba un
cerro áspero. Sobre la ladera trabajaba un grupo de hombres lim­
piando la milpa. El ruido de sus machetes llegaba amortiguado.
Un muchachito apareció en el camino. Nos saludó escuetamen­
te y se paró en una piedra ai lado del jeep. Se irguió cuanto pudo
y, haciendo eco con las manos, comenzó a dar voces llamando a
alguien en la milpa. Hubo una respuesta lejana de contacto. El mu­
chacho continuó gritando en kekchí:
—Avísale a Pedro Rex que su mujer se murió.
La noticia nos impresionó. El muchacho nos explicó:
—Es un hombre de Candelaria. Avisaron que su mujer se murió
a las 9 de la mañana.
Yo no conocía a ningún Pedro Rex de Candelaria. Pero allí hay
muchas personas que yo no conozco. Por entre grandes piedras
negras y manchas verdes de milpa y a través de unos matorrales
apareció diez minutos después Pedro Rex con sus tres hijos. No
eran de Candelaria sino de Sechaj: si que los conocía.
Con rostro serio, casi inexpresivo, sorbían su dolor. Pedro me
saludó con una palabra sola. Sus hijos no me dijeron nada. Los
machetes pendían desnudos de sus manos terrosas.
—¿Es tu mujer la que murió?
—Sí.
__¿Sabías que estaba enferma?, intervino Sor Blanca.
__Sí, desde ayer se enfermó. Pero no tenemos maíz y vine a
buscar trabajo.
Un silencio pesado. Todavía no sé cómo expresar un pésame
en kekchí. Preferí no decir nada. El menor de los hijos evitaba mi
mirada: no había dicho una sola palabra. Hace diez días estuve de
visita en Sechaj: este niño era allí una chispa de vida: la alegría
te saltaba de los ojos; no me lo quitaba de mi lado; estaba entu­
siasmado aprendiendo a escribir algunas palabras. Ahora no me
siento con valor para hablarle. No sé qué decirle.
—¿Qué hora es?, me pregunta Pedro.
Intuyo el alcance de su pregunta. Sechaj está a cuatro horas
de distancia por una vereda casi impracticable. Saliendo a las cua­
tro de la tarde, encontrarán la noche en el camino. Sin embargo,
le animo a irse. Hay luna llena.
No tienen nada más que decir. Nosotros tampoco. Me extiende
la mano y me despido con un par de palabras. Los dos hijos ma­
yores me dan la mano en silencio. El pequeño se va sin despedirse,
sin mirarme. Y yo me quedo pensarido: ¡Dios mío, qué solos se
quedan los vivos!
__Ese hombre está desnutrido, me dice Sor Blanca.
—Sí.
HERIBERTO HERRERA
Boletín Misionero. Campur

25

O p e r a c ió n
ff

UNA CASA POR UNA CHABOLA"
Desde Filipinas nos escribe el misionero español Manuel Fraile. Y nos
manda una campaña muy concreta: cambiar chabolas por casas. Ya sabe*
mos cómo es ese barrio inmenso de Tondo. donde pulula la miseria, la fal­
ta de higiene y el crimen. Las personas no viven de acuerdo con su digni­
dad. Y eso nos duele ya sea en París, en París o en Manila. Este inmenso
suburbio de Filipinas nos trae la memoria del Papa Pablo, que visitó preci­
samente la obra salesiana que allí cumple su misión más bella, entre los
jóvenes más pobres y abandonados. Eso sí, son católicos y hasta fervoro­
sos. Pero oigamos lo que nos dice don Manuel en su carta.



NO CABIAMOS EN LA IGLESIA...

Muy querido don Rafael;
Hace tiempo que no recibe noticias nues­
tras. ¿no es así? Pues aquí le envió las más
frescas. La bondad de Dios para con esta obra
de Tondo es de verdad sorprendente. Sería
simplemente inexplicable para quienes no sa­
ben de la predilección del buen Dios para con
sus pobres. La Biblia lo dice y los hechos lo
demuestran, desde los tiempos bíblicos hasta
nuestros días. Nosotros somos testigos.
Por ejemplo. Aumentaba la gente que venía
a misa los domingos, sobre todo la gente jo­
ven. y no había otra solución que la de agran­
dar la Iglesia. En realidad se trataba de cons­
truir una Iglesia nueva, adaptada a las propor­
ciones del barrio, unos 60.000 católicos. La
broma saldría por más de seis millones de pe­
setas. Bueno, pues empezamos a recoger la li­
mosna de la viuda, nuestros pobres parroquia­
nos. Luego hicimos un llamamiento a gente
más disponible, como el Papa. (Nunca olvida­

rá él la visita que nos hizo en 1970), el Rector
Mayor, y otros bienhechores de por aquí... El
Señor se encargó del resto. Y la Inauguración
la hicimos el pasado 11 de diciembre...


CONTRA LAS CHABOLAS

Otro ejemplo. Con notable esfuerzo logra­
mos montar unos buenos talleres para ofrecer
cursos de formación profesional acelerada a
los muchachos desocupados de la zona. Las
chicas necesitan algo parecido. (Que no se di­
ga que la Iglesia practica la discriminación
por razón del sexo). Pues bien, el año pasado,
cuando estuve de vacaciones en España, soli­
cité ayuda a la «Campaña contra el hambre»,
y el otro día me escribió doña Pilar, la Presi­
denta, informándome que nos conceden un mi­
llón para el proyecto. No puede imaginarse lo
contentas que se han puesto nuestras herma­
nas Salesianas...
Y un último ejemplo, para no hacerme pe-

O O K ftO SC O LOW -COST
M o u srw G
p R o je c T
FA TH ERS C L U 8 . TO ND O

Asi va a quedar de bonita la ca­
sa que sustituya a la chabola.
¿Quién se apunta a una? Si
quiere irse a vivir a Manila...

Tondo, vista general de un barrio de «rascasueios...»

herías y a arreglar las calles, los que tenían
guardado algún ahorrito se lo gastan ahora en
mejorar la casa. Pero, ¿y los que no tienen ni
la esperanza de «tener»? Como son las fami­
lias de viudas, de inválidos o minusválidos. .
Pues bien, de ahí nació la idea de la operación
«Una casa por cada chabola», que está cuajan­
do divinamente.
El director del Centro, don Pedro Zago. que
entre otras cosas es pintor, ingeniero y hasta
entiende de albañil, hace ya más de un mes
que dedica los fines de semana, con miem­
bros del club de padres de familia, a construir
casitas decentes para esas familias más ne­
cesitadas.


sado. El pueblo de Dios de! Barrio Magsaysay,
Tondo, tenía derecho a una casa decente para
el culto; pero a la vez, cada hijo de Dios tenía,
y tiene, todo el derecho de habitar en una ca­
sa digna de tal nombre, aunque pobre. Porque
estas chabolas de aquí son un insulto hasta
para ios animales de países desarrollados.
Apenas el gobierno ha empezado a poner tu-

COSTE DEL MATERIAL DE UNA CASA
Ptas.
25 sacos de cemento .........................
300 ladrillos de cemento ....................
8 metros cúbicos de arena y piedras ...
Madera para la estructura ......................
Madera para las paredes ...................
Láminas de metal para el techo ........
Ventanas y c ris ta le s ..............................
Pintura y accesorios.............................
Instalación eléctrica ..............................
Comida para los trabajadores..............

3.750
2.700
5.000
16.000
7.040
9.500
2.000
5.000
2.000
4.000

TOTAL...........................

56390

¿Y LA MANO DE OBRA?
Esa es la oferta gratuita de la «Asociación de
Padres de Familia» que, con celo y sacrificio
admirables, emplean aquí su tiempo libre a la
vuelta del trabajo y durante los fines de sema­
na.

NUESTRO SUEÑO:
LLEGAR A CIEN CASITAS...

Me he permitido enviarle unas cuantas hojltas de propaganda porque sé que usted pue­
de ayudarnos desde el Boletín. Si tiene la bon­
dad. déle unas cuantas a don Blas Calejero
para los Cooperadores. Y si quieren más, bas­
ta que me lo digan.
Nuestro primer sueño es de poder llegar a
cien casitas en dos o tres años... Y, por las
primeras respuestas a esta nueva campaña,
estamos seguros de que el bondadoso Dios,
una vez más. no nos fallará.
Esto es todo por hoy. Desde ahora reciba
nuestras oraciones y nuestro más sincero
agra'decimiento por cualquier cosa que usted
quiera hacer por ayudarnos.
Suyo siempre afectísimo en Don Bosco,
MANUEL FRAILE

EL ESPIRITU QUE ANIMA LA INICIATIVA
Es el espíritu que los filipinos llaman «Bayanihan», espíritu de colaboración recíproca para
el bien común. El proyecto ha nacido de la «Aso­
ciación de padres de familia» del Centro Don
Bosco, como concreción de su deseo de dar un
testinranio de servicio cristiano en la barriada.
Según el plano de desarrollo urbano del Gobier­
no, el terreno de Tondo ha sido dividido en pe­
queños lotes y distribuido a los residentes para
construirse sus propías casas. No obstante es­
tas familias, de t>asureros o cargadores del puer­
to en su mayoría, no tienen la posibilidad de
edificar una casa decente en los términos estallecidos por la autoridad.

27

SOR TERESA MONT:
MAS DE 43.000 INYECCIONES
Las Hijas de María Auxiliadora
han cumplido sus bodas de plata
en La Chantrea, Pamplona, España.
El Gobernador de la Ilustre ciudad
de Pamplona les dio los terrenos y
700.000 pesetas (cerca de 10.000
dólares). Pero se tuvo que formar
un patrono para construir el actual
colegio, cuando todos, autoridades
y pueblo, se convencieron de que
las Saleslanas tenían muchas ideas
buenas y poco dinero.
Sor Teresa Pont fue una de las
7 fundadoras; y es la única que
durante los veinticinco años no se
ha movido de Pamplona. Comenzó
con un pequeño dispensario que
atendía al terminar sus actividades
normales de la escuela y. luego,
su labor social ha sido extraordi­
naria. Más de 43.000 Inyecciones ha
puesto durante estos veintinco
años.

Hoy la presencia de la escuela
en el barrio es algo tan normal y
familiar: toda, barrio y escuela, na­
cieron y crecieron juntos. Las Salesianas siguen siendo centro re­
ligioso, escolar y de diversión para
la juventud de la zona. La escuela
profesional, sobre todo nocturna, y
el centro juvenil y prejuvenil pola­
rizan el entusiasmo y la alegría de
la Juventud sana del barrio de la
Chantrea.
N. I. HMA. Barcelona

El programa se ha desarrollado
en cinco encuentros con el hermano
Waldebert, Superior General de los
Hermanos de la Caridad, catequeta y experto en este sector. Las
lecciones han supuesto, ante todo,
un contacto con este importante
problema y han dado una panorá­
mica internacional del mismo.
ANS

TAMBIEN LOS
MINUSVALIDOS MENTALES

Después de varios años de per­
severante acción apostólica y de
labor promocional por parte del di­
námico padre Vicente Monteleone
SDB en el pueblo Enrique Martínez,
la comunidad parroquial ha llegado
a su mayoría de edad por su nú­
mero y madurez, y ha sido consti­
tuida oficialmente como parroquia
bajo el título de María Auxiliadora
de Puerto Charqueada, en el de­
partamento de Treinta y Tres.
Es la 13 parroquia de la diócesis
de Meló.
La fiesta del inicio de la nueva
parroquia se hizo coincidir con la
inauguración, después de larga pro­
cesión, del monumento de María
Auxiliadora que se levanta junto al
río Cebollatí.
N. I. Uruguay

La catequesis para los retrasados
mentales supone un problema de
particular dificultad. Muchos res­
ponsables y animadores religiosos
sienten la urgencia de reflexionar
sobre este asunto y de buscar es­
tímulos e iniciativas válidas.
Dada la inexistencia de cursos de
puesta al día en este sector espe­
cializado, el instituto de Catequética de la Universidad Pontificia
Salesiana de Roma ha ofrecido a los
interesados la ocasión de partici­
par en un cursillo sobre este argu­
mento.

ES LA 13 PARROQUIA
DE LA DIOCESIS

JUVENTUD Y POESIA
PARA UNA NOCHE
DE NAVIDAD

A

v

■Pascua Salesiana».—En la orilla del Océano Indico... la sonrisa
salesiana tiene carga evangélica. Y cualquier miembro de la Familia
Salesiana, grande o pequeño, es siempre un apóstol de la Pascua
de Resurrección. Juegos y alegría de oratorio festivo en la arena
de la playa de Qiilón, India sur.

28

Los jóvenes del Centro Don Bosco de Managua. Nicaragua, en can­
tidad que superaba el millar, asis­
tieron a la santa Misa del Naci­
miento de Cristo, en la noche del
24 de diciembre.
Resultó una vivencia cristiana
explosiva. Los jóvenes lo hicieron
todo: 18 de ellos — entre 17 y 20
años— vestidos de túnicas blan­
cas realizaron el servicio del altar,
con una exactitud de ceremonias
impresionante. Jóvenes fueron los
lectores que presentaron las lectu­
ras en forma de diálogo desde di­
versos puntos del altar.
Jóvenes los portadores de ofren­
das. Jóvenes los que hicieron sal­
tar de júbiio el ambiente con sus
guitarras y cantos masivos. Jóve­
nes los que, sin respeto humano,
cantaron con entusiasmo delirante
ei Padre Nuestro cogidos de la ma­
no y alzando los brazos en alto
para aclamar al Señor.
Un momento impresionante fue
el del abrazo de paz. donde padres

nellclaff
IIP !

i

+"

e hijos, amigos y sobre todo enemigos, se buscaron para que la paz
de Navidad no tuviera fisuras en
momentos tan solemnes.
Fue necesario que los cuatro
sacerdotes de la casa repartieran
la sagrada comunión ante la canti­
dad de jóvenes que deseaban reci­
birla.
Al terminar la santa Misa los her­
mosos parques que rodean la Igle­
sia se vistieron de fiesta entre lu­
ces, petardos y bengalas, creando
un ambiente de hermandad difícil
de definir.
N. I. de Centroamérica

UNA FIESTA DE DON SOSCO
«DISTINTA»
Este año la Fiesta de Don Bosco
fue completamente distinta a la de
los otros años: ¡fue la Fiesta de la
Familia Salesiana!
¿De quién surgió la idea? No se
sabe, pero quien la llevó a cabo
fue el «Movimiento Juvenil Salesiano» del Colegio León XIII de
Bogotá. Colombia. Ellos querían una
fiesta a lo grande, por todo lo alto:
¡idealismo juvenil y... herencia sa­
lesiana!
Comenzó la fiesta con la Eucaris­
tía en el Santuario del Carmen, del
colegio. Y el Santuario se llenó:
salesianos. Hijas de María Auxilia­
dora, Hijas de los Sagrados Cora­
zones de don Luis Variara, Coope­
radores, y jóvenes. Era la Familia
—la que soñó Don Bosco— reuni­
da en torno al altar.
La salida del templo constituyó
un encuentro de hermanos: como
la prolongación del saludo de la
paz. Quien no supiera que se cele­
braba la Fiesta de Don Bosco, habría Intuido, al menos, que allí había
una familia numerosa.
Luego, el teatro. Los jóvenes del
•Movimiento» presentaron una sín­
tesis clara de lo que son y para
qué están: ¡y nos venía el deseo
a los «viejos» de volver a la ju­
ventud de nuevo! Los salesianos
jóvenes representaron «La Carta
del 84», teatro experimental, como
lo llamaron ellos mismos: de gran
impacto para los salesianos e Hi­
jas de María Auxiliadora que asis­
tían. En Medeltín les han invitado
para que lo representen a los sa­
lesianos reunidos en Ejercicios Es­
pirituales...
Y. al final, el por qué (?: nota
de ANS) y el vino.
Así hemos celebrado en familia
los noventa años de cielo de nues­
tro padre Don Bosco.
N. I. da Bogotá

«Festival
Internacional
de la
Canción
Salesiana»:
Es el Comité
de Desarrollo
Artístico
del Liceo
Saiesiano
San José
de Punta
de Arenas,
Chile, quien
organiza
por segunda
vez el
Festival de la
Canción
Salesiana.
El
año pasado
añidieron
participantes
de seis
naciones,
y el conjunto
«Conmorán»,
en la foto,
se llevó el
«Fagnano
de Bronce».

AVENTURA SALESIANA
DE UNA EX*ALUMNA
COLOMBIANA
Hilda María Pedro es una exalumna colombiana: tiene cincuenta y
tres años. Y esté reviviendo en la
ciudad de Santa Marta (departa­
mento de Magdalena, Colombia) la
aventura de Don Bosco con los jó­
venes pobres y marginados. Ha rea­
lizado para ellos una obra social
de promoción humana y de evangeiización.
La obra comenzó el 9 de febre­
ro de 1962. Sin medios y casi sin
ayuda, con pocas fuerzas humanas
y mucha fe en la Providencia de
Dios y en el optimismo apostólico,
Hilda ha ido levantando un edificio
que atiende, en la actualidad, a 850
muchachas que pueden frecuentar
11 grados escolásticos, desde los
elementales hasta los superiores.
Hoy la obra está homologada por
el Ministerio de Educación.
La casa está dedicada a Laura
Vicuña, y se levanta en la periferia
de la ciudad, donde la gente cada
día ha de inventar la forma de conv
prarse el pan.
El ambiente rezuma vida joven,
exuberante. Es una casa típicamen­

te salesiana: cantos, alegría, fami­
liaridad. Hilda sabe, y lo dice, que
lo importante no es solamente dar
el pan a ios muchachos; hay algo
más que corresponde a un cristia­
no que sea educador: es poner a
los jóvenes en sintonía con Cris­
to. restituirlos a Dios.
Revista «Unlone»

ARGUMENTO DECISIVO
Araxi es una niña de diez años
que ha conocido los horrores de
la guerra fratricida del Líbano, y
que ahora es una de las 24 inter­
nas atendidas por las Hijas de Ma­
ría Auxiliadora en Kahhale, Líbano.
Estas 24 niñas han vuelto a sonreír
y tratan de recuperar con el es­
tudio el tiempo perdido durante la
guerra.
Sólo que Araxi no tiene vocación
de estudiante... Es feliz porque ha
encontrado calor de familia y ale­
gría, pero, cuando oyó hablar de
escuela y de libros, perdió gran
parte de la alegría y se le enfrió el
calor.
— «Yo limpio toda la casa, y tra­
bajo en lo que sea. pero no quiero
ir a la escuela».

29

nolleloff

Pero su argumento no convenció
a nadie: el ojo materno de la Her­
mana Impedía, una y otra vez,
ausencias Injustificadas.
Pero aoueí día logró esconderse
en el gallinero: con los pantalones
arremangados, con los pies descal­
zos, fregó y refregó toda la casa
de sus amigas las gallinas. A las
dos horas la encontró la Hermana.
Tendría que haberla reñido... pe­
ro es que el gallinero estaba más
limpio que la capilla.
Ahora AraxI ya no estudia: reci­
be lecciones de corte y confección,
y toca el plano. Y sigue limpiando
de cuando en cuando el rincón de
sus amigas las gallinas... que le
salvaron de la escuela.
Noticiario HMA

QUINCE AÑOS
ENTRE LOS MIXES
Los Saleslanos hemos cumplido
quince años de convivencia entre
nuestros hermanos los Mixes, en
el estado de Oaxaca, México.
El 24 de octubre de 1962 se con­
fiaba la primera parroquia Mixe,
Santa María Tlahuitoltepec, a los
Saleslanos. Su primer párroco fue
el padre Baullo Sánchez, hoy Obis­
po de la Prelatura MIxepolltana.
Los primeros años fueron duros:
había que aprender la cultura mIxe,
su forma de vida, su lengua. En
1963 llegaron las Hijas de María
Auxiliadora para atender el dispen­
sarlo, la escuela, la catequesis...
Hoy tenemos en la Prelatura 9
centros de misión, en los que tra­
bajan 17 sacerdotes, 3 religiosos y

í
1^
/

H iS T O n iA

SA LE SE A X A

M B E H IC A

El 12 de marzo de 1978 la C. E. H .I.S . (Comisión de Estudios
Históricos Saiesianos en la Península ibérica] celebró en esta Cen­
tral Catequística de Madrid su Segunda Reunión Plenaria, presidi­
da por el nuevo Regional Ibérico, don José Antonio Rico, de la Di­
rección General «Obras Don Bosco» de Roma.
Por unanimidad e impulsados por el Consejo Superior se rea­
firmó la decisión de hacer y publicar la Historia de la Congregación
en los espacios Ibéricos con motivo de la llegada de los primeros
Saleslanos a España y Portugal en 1881.
En el Centenario (1981) se editará una Colección Salesiana en
4 series: 1.—Anales (serle amarilla), a imitación de los de don CERIA. 2.—Obras (Casas e Inspectorías) (serle azul). 3.—Personas
(serie roja): Biografías, Epistolarios, Memorias, etc. de saleslanos.
4.—Varios (serie anaranjada): HMA.. Cooperadores, Bienhechores,
Pedagogía. Beneficencia, Formación Profesional, Medios de Comu­
nicación social, Teatro, etc. y otros aspectos de la Historia Sale­
siana.
La C.E. H .I.S . ha quedado integrada por don José Antonio Rico,
Regional Ibérico; don Isidro Segarra, Director de la C. C. S.; un Sr.
inspector de la Conferencia Ibérica, que será designado en nombre
de los demás por ellos mismos en la próxima Reunión de la Con­
ferencia Ibérica; y los siguientes señores: Ramón Alberti (Barcelo­
na); José Luis Bastardea (Bilbao); Angel Martín (Roma-Córdoba);
Alberto García Verdugo (León); Arturo R. de Almeida (Lisboa):
Fausto Jiménez (Madrid); Jesús Borrego (Sevilla); y Tomás Utrilla
(Valencia). Estos son los Responsables Inspectoriales de la
C.E. H .I.S. ante la Dirección General de Roma.
Las publicaciones las editará la Central Catequística Salesiana
de Madrid que. a su tiempo, las distribuirá en la Familia Salesiana.
Tales publicaciones valdrán, entre otras cosas, para animar a las
Comunidades de reavivar y difundir el conocimiento del carisma
de Don Bosco, seguidor fiel de Jesucristo en la obra de evangeilzación y testimonio, me ha sido siempre característica de la Fa­
milia Salesiana, especialmente aquí en nuestra Península ibérica.
Son Incalculables los frutos espirituales y vocacionales del pró­
ximo Centenario de la llegada de los primeros Saleslanos a Utrera
(Sevilla) el 16-11-1881, si sabemos aprovechar esta magnífica oca­
sión.
No se publicaría nada sin la aprobación del respectivo colabo­
rador y el V.“ B.® de! señor Inspector respectivo.
Que María Auxiliadora, Don Bosco y nuestros colosales predece­
sores en plantar y difundir la Congregación en los espacios geográfico-antropológlcos Ibéricos, nos ayuden y estimulen desde el
Cielo.

H..
varios cooperadores saleslanos. He­
mos formado un grupo autóctono
de Auxiliares Parroquiales —más de
500— de los que se han escogido
unos cuantos para prepararlos a un
futuro diaeonado. Trabajan también
17 Hijas de María Auxiliadora y
otras 12 religiosas de diversas con­
gregaciones.
EÍ trabajo pastoral de conjunto
está programado, revisado y evalua­
do cada tres meses en reuniones

de todo el personal misionero: son
reuniones de tres días; retiro, es­
tudio de algún punto, programa­
ción...
Después de estos quince años
de siembra estamos recogiendo, ai
menos, los frutos de una acepta­
ción y una estupenda voluntad de
estos hermanos mixes, chlnantecos y zapotecos, con los que con­
vivimos.
B. S. de México

■Cien kilos de nueces, por favor». Es una escuela salesiana: una de las
tres escuelas que regentan las Hijas de María Auxiliadora en Quievrain,
al sur de Bélgica. Las pesas, las nueces y el bolso logran colocar el Sis­
tema Métrico Decimal a un metro de altura: la altura de las trenzas ne­
gras y de las cabecitas rubias...

nuesU o grolllud

Bocairente [Valencia): Por un fa­
vor recibido por mediación de do­
ña Dorotea de Chopitea. muy agra­
decida envío una limosna. Milagro
Oleína.
Herrera de Pisuerga (Falencia):
Mi esposo y yo, con sentida devo­
ción a Santo Domingo Savio acu­
dimos a él para alcanzar del Se­
ñor una gracia especial. Al verse
cumplidos nuestros deseos, se lo
agradecemos públicamente y en­
viamos un donativo a nuestro po­
deroso protector, por las vocacio­
nes salesianas. Aniana Agullar.
Reus: Envío un donativo para
los niños de las misiones, en agra­
decimiento por un favor recibido
por intercesión de Santo Domingo
Savio. M, C. V.
Caracas: Agradezco a Sor Teresa
Valsé el haber obtenido la salud,
gracias a io cual puedo ver cum­
plidos mis deseos de anunciar el
Evangelio a quienes no lo conocen.
Una Saleslana, misionera en el Al­
to Orinoco.
Las Palmas: El dos de julio del
año pasado, mi padre sufrió un in­
farto y una angina de pecho.
Mientras esperábamos la ambu­
lancia saqué de mi bolso una reli­
quia de Laura Vicuña y se la puse
en la almohada mientras le enco­
mendaba el caso a Laurita.
Una vez en la clínica el médico
nos dijo que no había nada que ha­
cer, que estaba muy mal y dentro
de unos instantes expiraría.
Nos sentamos a esperar con­
fiando en la eficacia de la ora­
ción.
Mi padre no murió aquella noche,
pero las anginas e infartos conti­
nuaron repitiéndose durante nueve
meses.

Al fin se arriesgaron a operarlo
pese a sus setenta años y a lo mal
que se encontraba.
Le extrajeron una vena de la
pierna y le injertaron la aorta.
Los médicos no nos daban espe­
ranzas, pero nosotros seguíamos
confiando y rezando.
Ha pasado un año del primer in­
farto y varios meses de la opera­
ción. Después de muchas peripe­
cias y complicaciones mi padre
se encuentra restablecido. Hemos
palpado la protección de Dios y de
María Auxiliadora por lntercesi«)n
de su sierva Laura Vicuña, por lo
que hacemos público nuestro agra­
decimiento y enviamos una limos­
na. Una familia canaria.
Villajoyosa: A finales de 1976 su­
frí una grave depresión nerviosa
por motivos profesionales, llegando
al borde de la desesperación. Con
tratamientos psiquiátricos no evo­
lucionaba favorablemente. Como
antiguo alumno, recurrí a María
Auxiliadora y a San Juan Bosco, con
frecuentes oraciones y una nove­
na, y abandonando tratamientos,
mejoré totalmente. En mayo del 77
me surgió otro problema de tipo
intestinal, con síntomas que po­
drían ser graves. Renové mis ora­
ciones confiadamente y, en el pe­
riodo de un mes, el médico que
me atendía me dijo que estaba cu­
rado de un proceso que hubiera
podido ser largo y complicado. Otro
sobresalto vino a turbar a mí fa­
milia cuando el hijo mayor sub-ió,
de repente, una parálisis de pier­
nas, coincidiendo con el proceso
anterior mío. Todo fue resuelto y
apoyado por la intercesión de Ma­
ría Auxiliadora, a la que incesan­
temente supliqué ayuda. Agradeci­

do por todo, envío una limosna.
NN., antiguo alumno de VatenclaSagunto.
Orense: Hago público agradeci­
miento a María Auxiliadora, San
Juan Bosco y Domingo Savio, y en­
vío un donativo por favores reci­
bidos. Asimismo doy gracias a don
Miguel Rúa por un favor muy im­
portante. J. Athalía de Sas Murras.
Valencia: Agradecemos a María
Auxiliadora la ayuda material y es­
piritual que nos ha prestado en di­
versas ocasiones. Al acudir a ella
en nuestros problemas, hemos en­
contrado solución y. sobre todo,
fortaleza y el consuelo que nece­
sitábamos en aquellos momentos.
Agradecidos, enviamos un donati­
vo y lo publicamos en nuestro Bo­
letín Salesiano. Familia Aupi.
Zaragoza: Por dos veces he recu­
rrido a María Auxiliadora, nuestra
buena Madre. Y habiendo sido es­
cuchada como siempre, le doy gra­
cias y envío un donativo para las
Obras Saleslana. Gregorla Delgado.
Cervera del Maestre: Doy gracias
a María Auxiliadora por varios fa­
vores recibidos. Cumplo mi prome­
sa de publicarlo en el Boletín Sa­
lesiano y de enviar una limosna.
Concepción Fernández.
Cañizo: Damos gracias a María
Auxiliadora por favores recibidos y
enviamos una limosna: Paula Carbajo, Magencía González, Argelia
R^>oso, Tomasa Granado. Nisia
González, Carmen González, Virtu­
des Camero, Leovlgílda Zamorano.
Vigo: Doy gracias a María Auxi­
liadora por favores recibidos, y en­
vío un donativo. Carmen Pérez.
Vigo: Hago público mi agradeci­
miento a María Auxiliadora por va­
rios favores recibidos y envío una
limosna. Manuel García.

31

7
FUERON
Excmo. señor don Ramón Carmo*
na Pérez de Vera t en Madrid, en
1978. Prestigioso militar, como
otros hermanos suyos, supo hon­
rar a ia Patria y a la Familia Saleslana con su vida ejemplar. Se edu­
có con los Saleslanos en el Cole­
gio de Utrera, hoy casi centenario,
en el que aprendió y se formó en
ese amor sentido a la Virgen Auxi­
liadora. a la que no dejó de visitar
siempre que tuvo ocasión, a su paso frecuente
por Andalucía. Lo
fr<
mismo hacía en otras residencias
saleslanas durante el tiempo que
permaneció en las plazas de Hues­
ca y de La Coruña al frente del
gobierno militar y de la Capitanía
General respectivamente. H a s t a
que, trasladado a ia Presidencia del
Tribunal Supremo M ilitar en Ma­
drid, tras larga y penosa enferme­
dad, entregó su alma al Señor, de­
jándonos a todos la ejemplarldad
de su vida como el mejor testimo­
nio de una sólida formación cris­
tiana, enraizada en su hogar fami­
liar. Siempre se mantuvo constan­
temente confiado a la protección
de Don Bosco, hacia el que sentía
un gran aprecio. Descanse en paz
tan ejemplar caballero y antiguo
alumno saleslano.
Señor don José Jordana t on Bar­
celona el 27 de noviembre de 1977,
a los 66 años de edad. Estuvieron
presentes su anciana madre y su
esposa en tan doloroso trance. Su
cristiana y trabajosa vida, y su lar­
ga y dolorosa enfermedad le fue­
ron purificando. Diariamente reci­
bió la Eucaristía, hasta coronar su
vida con una preciosa muerte.
Nació en Viló de Cabo (Lérida).
Trasladado a Barcelona, entró en
el Colegio Saleslano de Sarriá. Con
el aprendizaje de un oficio, apren­
dió también ia virtud de entregar­
se a los demás, cosa que Iba a ser
el distintivo de su existencia.
La Asociación de Antiguos alum­
nos le conoció como miembros acti­
vo; los cursillos de cristiandad co­
mo celoso animador; la adoración
nocturna del TIbIdabo, como asis­
tente solícito; la Comunidad parro­
quial (que llora su muerte) como
■factótum eclesial»; cantor, lector,
comentarista, servidor de los po­
bres, consolador de enfermos. En­
fermo también él y trasladado al
Hospital para ser operado, visitó
uno por uno a todos los compañe­
ros de pabellón. Trasladado más
tarde a su domicilio, se fue agotan­
do poco a poco entre dolores, co­
mo lamparilla consumida por com­
pleto en ser luz de Cristo, presen­
cia de Cristo para todos.

32

A

LA

CASA

DEL

Doña Pilar Ruiz López t el día 12
de febrero en Tarragona a la edad
de setenta y siete años, tras una
larga enfermedad.
Había nacido en Valdecolmenas
de Abajo (Cuenca) en el seno de
una auténtica familia cristiana. Su­
po formar un hogar cristiano y el
Señor le concedió cinco hijos, a
quienes educó en el santo temor de
Dios. Fruto de esa educación han
sido, sin duda, dos de sus hijos
consagrados al Señor: el mayor de
ellos en la Congregación Salesiana,
y hoy en la Inspectoría de Bilbao;
el otro también sacerdote que des­
arrolla su apostolado sacerdotal en
la diócesis de Tarragona.
Desde sus años jóvenes estuvo
en contacto con los saleslanos por
medio del Boletín Saleslano, que,
en aquellos entonces, recibía des­
de el mismo Turín. Fue cooperado­
ra salesiana, y guardaba con san­
to orgullo el diploma de coopera­
dora firmado por el Rector Mayor
don Felipe Rinaldl. Con ansiedad
esperaba cada mes el Boletín para
seguir la marcha de la Congrega­
ción Salesiana, que desde que su
hijo fue saleslano ella consideraba
como algo suyo. En los últimos
años ya apenas veía; sin embargo
le decía al hijo saleslano que no
dejara de mandarle el Boletín, por­
que, haciendo un esfuerzo, aún se
enteratia de algunas cosas. Le gus­
taba leer las gracias atribuidas a
María Auxiliadora de la que era
muy devota. Siempre dispuesta a
hacer el bien y ayudar a los de­
más en la medida de sus posibili­
dades, decía: «prefiero hacer el
bien aunque a veces me engañen
y algunas personas me tomen por
tonta. Dios que me ve es lo único
que me importa».
La presencia de Dios era algo
habitual en ella, y en El tenía una
confianza plena y filial. «Si esta­
mos en las manos de Dios, nada
nos puede pasar. El sabe bien lo
que hace». Durante los últimos me­
ses de su enfermedad solía decir
que tenía más confianza en Dios
que en todos los médicos juntos.
Su muerte fue serena como lo
había sido su vida. Asistida por las
Hijas de la Caridad y rodeada de
su esposo y varios de sus hijos
se durmió en el Señor el día 12
de febrero a las 6,45 de la tarde.
A su esposo e hijos, en especial
al saleslano don Carlos Sálz, ha­
cemos presente nuestro dolor y la
seguridad de nuestra oración ante
el Padre.

PADRE
forjador de inteligencias y volunta­
des, como en sus años mozos lo
fuera de rejas y arados, dándole
a unos y a otros, ese temple que
rotura y no hiere.
Hombre de vastísima cultura, no
se conformaba con enseñar los rudimentos de una ciencia trasnocha­
da, sino que estaba siempre en
«avanzadilla», ya se tratase de ma­
terias necesarias para la vida, co­
mo de aquellas que alimentan el
espíritu. Díganlo sus muchos discí­
pulos. hoy en puestos de respon­
sabilidad, que honran a la patria y
saben de fidelidad a la fe de sus
mayores.
En él no se cumple la parábola
de los talentos, porque, lejos de
enterrarlos, los puso siempre a dis­
posición de todos, ya se tratase
del analfabeto, ya del pobre nece­
sitado de limosna material, o de la
sirvienta dispuesta a promocionarse... Olvidado de sí, se entregaba
por igual al que demandase un fa­
vor suyo.

'

Don Ramón Pereira Vázquez t en
Orense el 17 de febrero del co­
rriente año. Cooperador Saleslano,
fue Ramón un hombre sencillo que
supo granjearse el aprecio de cuan­
tos se relacionaron con él. Un vivo
exponente del afecto hacia su per­
sona, fue su sepelio, auténtica ma­
nifestación de fe y de duelo. La Con­
celebración presidida por el señor
Director del Colegio, fue realzada
por la presencia de todos los Salesianos, de los Cooperadores y
compañeros en el Magisterio, alum­
nos y amigos que llenaron las am­
plias naves del templo para dar
el último adiós al amigo.
A lo largo de su vida fue Ramón
un padre cargado de bondad, espo­
so digno, cristiano fiel y exacto
cumplidor de sus deberes en la
noble tarea educativa, que ejerció
^
con celo saleslano en nuestro Co- " f
legio de María Auxiliadora, hasta
que la muerte marcó en su cuer­
po las primeras huellas de una lar­
ga y penosa enfermedad.
Desde el primer día en que se
incorporó al profesorado del Cole­
gio, sintió como suyos todo lo re­
lativo al mismo y con su trabajo
sereno y callado dio siempre la
firme lección de su vida responsa­
ble y entregada.
Nuestro Ramón era miembro ac­
tivo del Centro Local de Cooperadores Saleslanos. En vísperas de la
fiesta de la Inmaculada quiso se­
llar su entrega al ideario saleslano
haciendo públicamente la promesa
Don Serafín Aparicio Marcos t ! como cooperador. María Auxiliado­
el 2 de febrero, del año en curso,
ra, Don Bosco. la santa Misa y la
en Salamanca.
Eucaristía fueron siempre para él
Cooperador Saleslano, hombre de los eficaces pilares para seguir fir­
bien y Maestro Nacional, fue un
me en la vida cotidiana.

Dos óKitos oudiooisuolos
sobro lo Virgeo Moría
1.

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eso. tendríamos que estar siempre ale­
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cua. como la suprema victoria sobre el
mal y la muerte.

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M A D R I D - 28

Fecha
1978.05