BS_1975_10

Ficha

Título
BS_1975_10
Descripción
Boletín Salesiano. Noviembre 1975
extracted text
DON BOSCO

una página para los niños

Entre los asistentes a la representa,
clón se encontraba et Superior de las Mi*
•Iones Saleslanas. Don Berrtardo Tohill.
Uos jóvenes de Lanzo le entregaron la
oferta da un m illón de liras (unas 80.000
pesetas), recogidas entre los alumnos del
colegio».
Hasta aquí la noticia.
—¿Qué

os

parece?

— |Eso es puro teatrol

— diréis— .

Claro que es una representación. Pero
es que la realidad tuvo lugar hace exacta*
mente un siglo. Cien años Justos. El 11
de noviembre se cumplirá el centenario
de la primera expedición misionera de los
Saleslanos.
Como sabéis muy bien, fueron a Ar­
gentina para trabajar principalmente entre
los Indios de la Patagonia. A l frente de
esta primera expedición Iba Don Juan Cagüero, luego obispo y cardenal
de
la
Iglesia.
— ¿Qué les dijo Don Bosco a los pri­
meros misioneros?

!>i

dice: «Buscad almas, no dinero, ni hono­
res. ni dignidades». El quinto: «Cuidad
especialmente de los enfermos, de los
niños, de los ancianos, de los pobres».
El trece: «Amaos los unos a los otros,
aconsejaos, corregios. Que el bien del
uno sea el bien de todos; las penas y su­
frimientos de uno sean también de todos».
El veinte: «En las fatigas y padecimien­
tos no olvidéis que tenemos preparado
un gran premio en el cielo».

Un biógrafo de Don Bosco ha dejado
escrito que ese dia «comenzó una nueva
historia para la Congregación Salesiana».
Os escribo esta oarta para que recor.
déis esta fecha grande. Pero también pa­
ra deciros que todos los que pertenece­
mos a
la
Iglesia
somos misioneros.
También vosotros...
Hasta la próxima, vuestro amigo,
PADRE RAFAEL

Ya me suponía yo que Mari me iba a
hacer esta pregunta. Cuando yo era como
vosotros, más o menos, recuerdo que en
el colegio me hicieron aprender de me.
moria el «Romance de los consejos» con

EL ROMANCE DE LOS CONSEJOS
Mis

queridos

amigos Juanito

y

Mari:

Hace mucho tiempo que no os escribo
y siento como al algo me pinchara por
dentro Y es que cuando uno tiene que
pagar algo no se siente tranquilo hasta
que no haya satisfecho la deuda, Por eso
quiero ahora quitarme esta espina Interior
para quedarme tranquilo.
Sin embargo, tampoco he recibido no­
ticias vuestras y me figuro que estaréis
tan campantes. Se ve que vuestras va.
caclones han sido largas. Eso no vale,
lehi.
Hoy quiero contaros algo muy impor­
tante puos acabo de recibir de Italia es­
tas dos fotos que publico, con la noticia
siguiente: «El colegio salesiano de Lanzo
(Turin) acaba de celebrar la Jornada de
las Misiones Saleslanas. Para ello han te­
nido un recital en la Iglesia, con el que
han evocado y representado la escena de
la despedida de Don Boso a los primeros
misiones saleslanos.
Diez chavales hacían el papel de m i­
sioneros y otro hacia al de Don Bosco.
Se efectuó el desfile de los expediciona­
rios por el templo abarrotado de chicos.
El joven que representaba a Don Bosco
pronuncio la homilía de los recuerdos,
distribuyó los crucifijos y dio el abrazo
de despedida a los «misioneros».

el que San Ignacio de Loyola despedía a
San Francisco Javier cuando éste se Iba
para las misiones. No creo que San Ig­
nacio hablase en versos tan bonitos como
los que Pemán pone en sus labios en «El
divino impaciente»:
• Yo te bendigo, Javier,
que Dios bendiga tus hechos...*
Don Bosco también bendijo a sus mi­
sioneros Y, entre otras cosas, les dijo:
«Sin duda, que os encontraréis con un
gran número de chicos y mayores que
viven en la más horrible ignorancia, que
no saben leer ni escribir y que descono­
cen todo principio religioso. Id, buscad
a estos hermanos nuestros a quienes la
m iseria o la desgracia llevaron a una
tierra extranjera.
«Pero hay también muchos salvajes a
los que todavía no ha llegado la religión
de Jesús, ni la civilización. Id también
a ellos. Nuestro corazón se llena de un
enorme consuelo al ver que, en njiestra
pequeñez. estamos poniendo en estos mo­
mentos nuestro granito de arena en el
gran edificio de la Iglesia.
■lAdiósI Quizás ya no podremos vernos en esta tierra. Peto un dia nos en.
contratemos reunidos para siempre...»
Y abrazándolos uno por uno. les entre­
gó a todos una tarjeta con sus RECUER­
DOS personales. Eran veinte. El primero

RavitU da la Obra da Don Boaeo
Alio LXXXIX • N.o 11 • NOV. 1975
Director: RAFAEL ALFARO
Dirección, Redacción y Admón.:
Alcaiá, 164
Teiéfono 255 20 00
MADRiD-28
Depósito Legai: M. 3.044-1958
(Con censura eclesiástica]
imprime: Escuela Gráfica Saleaiana
Madrid-Atocha

EN ESTE NUMERO
La mayor empresa de la
Congregación.............
Ante una fecha centena­
ria ...............................
El proyecto misionero de
Don Sosco ................
Aquel 11 de noviembre.
Difusión de los Salesianos en el mundo ...
De las Misiones a los al­
tares .............................
Viaje alrededor del mun­
do con las Inspectoras
Un siglo de Misiones Salesianas ......................
Misioneros en retaguar­
dia .................................
El Secretariado Español
de Misiones Saiesianas
Cooperación Salesiana y
Tercer Mundo...............
El Centenario en cifras .
Dos misioneros españo­
les .................................
La expedición del Cen­
tenario ..........................

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La m a y o r em p resa
de la C ongregación
• D ecía P aul Claudel que los españoles eran largos en h acer proe­
zas y parcos en cantarlas. Y tra ía el ejem plo de los escritores franceses
que h an cantado las hazañas de nuestros héroes. Lo m ism o se ha
dicho de los hijos d e D on Bosco: «Los Salesianos hacen la historia»
pero no la escriben».
Y hay m ucha verdad en esa afirm ación. P orque si se escribieran
las m aravillas que Dios h a realizado p o r m edio de los Salesianos a
través de estos cien años de m isiones, necesitaríam os la hipérbole
de San Ju a n al final d e su Evangelio: «que si se escribiesen una p o r
una, creo que este m undo no podría contener los libros».
• A hora que las M isiones Saiesianas cum plen su prim er siglo de
vida, brota espontáneo un him no gozoso de acción de gracias, precisa­
m ente po r esas m aravillas que Dios ha obrado p o r m edio de los
hijos de D on Bosco a lo largo de estos cien años.
El prim ero en hacerlo es el Papa; quién escribe su em oción en
ca rta dirigida al R ector M ayor, publicada en n u estro núm ero de
octubre: «El recuerdo de esta em presa — dice— p en e tra en n u estra
alm a y la conm ueve en lo m ás hondo».
Don Ricceri tam bién se sien te em ocionado y rom pe en u n a explo­
sión de agradecim iento: «Viene espontáneo el renovar con un co­
razón ferviente n u estro reconocim iento a Dios y a la V irgen A uxi­
liadora....»
Y la M adre E rslia C anta escribe: «M irando el desenvolvim iento
de esta historia que ahora cum ple su prim er siglo de vida, el pensa­
m iento vuela agradecido a M aría A uxiliadora, M isionera e n tre sus
hijas misioneras».
Recogemos en estas breves letras la voz d e todos los m isioneros
salesianos, y d e toda la Fam ilia Salesiana, p ara decir en un coro
polifónico e internacional — como de m uchas aguas— nu estro gracias
potente a Dios y a la V irgen por las cosas grandes que h a obrado
en todo el mundo.

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NUESTRA PORTADA
Las Misiones Saiesianas cum­
plen un siglo. El fotógrafo ha
sorprendido ai padre Coceo
bajando de ia avioneta a su
campo de misión del Alto
Orinoco. Los Guaicas salen
a recibirlo como a un men­
sajero del Evangelio.

• Ofrecem os a nuestros lectores este núm ero m onográfico sobre
las m isiones saiesianas. Es cierto que quisiéram os decir m uchas
cosas más de las que están escritas en estas páginas. Aqui se cumple
aquello de que «el que m ucho abarca, poco aprieta». Quizás, al
quererlo decir todo, apenas nos queflamos en los com ienzos, en las
afirm aciones genéricas. Sin duda que son más interesantes las cró­
nicas o las ca rtas m isioneras que m ensualm ente nos escriben los
Salesianos desde su cam pos d e trabajo. P ero el presen te núm ero
sólo tiene la p retensión d e se r com o un hom enaje sim bólico al he­
roísm o derrochado p o r nu estro s m isioneros a lo largo de estos cien
años.
• Dos m ensajes estupendos que hem os de leer y m editar este año
son los que nos h an dirigido el P apa Pablo y Don Ricceri con m otivo
de esta solem nidad centenaria. £1 P apa m ira más al futuro. Nos
incita a p la n tea r d e nuevo el problem a misionero, a em prender ha­
zañas aún más atrevidas^.
D on Ricceri, en á m ensaje q u e ah o ra publicam os, se en tretien e
m ás en el pasado y dirige u n a m irada retro sp ectiv a d e em oción y
agradecim iento.
Ea la síntesis. Con los ojos en el pasado, la Fam ilia Salesiana
se h a de lanzar al fu tu ro p a ra llevar a cabo, o tro siglo m ás, lo que
se h a llam ado «la m ayor mq>resa de la Congregación». ■

1

mi
los S a le s la n o s se e x te n d ió rá p id a m e n te p o r to d o s los c o n ti­
n e n te s m e d ia n te l a c re a c ió n de los c e n tro s m isio n e ro s m ás
im p o rta n te s e n A m é ric a L a tin a , A fric a C e n tra l, I n d ia . I n ­
d o ch in a, F ilip in a s y J a p ó n .
E l arc h iv o de P r o p a g a n d a P id e a b u n d a en d o cu m en to s
q u e c o n firm a n la e x c e le n te c o la b o ra c ió n d e s u em peño m i­
sio n e ro en la ev an g ellzac ló n . e n l a ed u cac ió n d e los Jóvenes
e n el d e s a rro llo e s p iritu a l y m a te ria l de lo s p u eb lo s.
U n a c a r a c te r ís tic a esp ecial de v u e s tro tr a b a jo m isio n ero
es la c o la b o ra c ió n d e to d a l a F a m ilia S a le sla n a , co m p u e sta
d e sa c e rd o te s , S a le sla n o s laico s. H ija s de M a ría A u x ilia d o ­
r a , V o lu n ta rla s d e D on B osco e in n u m e ra b le s C o operado­
re s.
N o h em o s d e o lv id a r o tro cam po m u y im p o rta n te , ta m ­
b ié n m isio n e ro : el Ju ríd ic o -c ie n tlflc o al q u e se d e d ic a n m u ­
ch o s S a le sla n o s con celo y co m p eten cia, en c o la b o ra c ió n e s­
tr e c h a con la S a g r a d a C o n g reg ació n p a r a la E v an g ellzacló n
de los P u e b lo s. E n p r im e r lu g a r , com o c o n s u lto re s de n u e s­
tr o D lc a s te rio , m ie m b ro s de la s C om isiones y co la b o ra d o re s
de la H is to r ia de l a S a g r a d a C o n g reg ació n ; y , e n se g u n d o
lu g a r , com o p ro fe s o re s d e la P o n tific ia U n iv e rsid a d U rb a n ia n a , e n d o n d e s e fo rm a n los fu tu ro s m isio n ero s. U no
de e s to s p ro fe s o re s v u e s tro s fu e n o m b ra d o , h a c e u n año.
R e c to r M ag n ífico d e l a U rb a n ia n a .
E l c e n te n a rio d e la s M isiones S a le s ia n a s m e o fre c e la
g r a tís im a o p o rtu n id a d d e a g r a d e c e r el tr a b a jo m isio n e ro
re a liz a d o > la m a g n ific a co lab o ració n p r e s ta d a a l a S a g ra ­
d a C o n g re g a c ió n ; y de e x p re sa ro s a to d o s v o so tro s lo s m ás
fé rv id o s v o to s a u g ú r a le s p a r a u n f u tu r o a ú n m á s fecu n d o
p a r a v u e s tr a F a m ilia , p a r a la s M isiones y p a r a to d a la
Ig le sia » . ■

COLABORACION ESTUPENDA
Mensaje del Cardenal Agnelo Rossl,
Prefecto de la '‘Sagrada Congregación
para la Evangellzaclón de los Pueblos”
«C uando la S a g r a d a C o n g reg ació n " d e P r o p a g a n d a P id e "
d e lib e ró s o b re la " e re c c ió n de u n V ic a ria to A p o stó lico y de
u n a P re fe c tu r a A p o stó lica e n la P a ta g o n la " , en la c o n g re ­
g ac ió n g e n e ra l d el 27 de a g o s to d e 188S, el C a rd e n a l J u a n
B a u tis ta P i t r a , P o n e n te , d e c ía e n tr e o tr a s c o sa s: "l> a h u ­
m ild e C o n g reg ació n S a le sla n a . h a b ie n d o d e ja d o o tr a s p ro ­
p u e s ta s m isio n e ra s q u e s e le b r in d a b a n en o tr a s p a r te s del
m u n d o , se c u n d a n d o los p iad o so s d eseo s del S a n to P a d r e
P ío I X a c e p tó d e d ic a r s u s d é b ile s e s fu c rso s a la ev an g cllxaclón d e e s ta s tie r r a s de la P a ta g o n la .
" E n la realizació n d e d ic h a e m p re sa , los S a le sla n o s, b e n ­
d ecid o s. a le n ta d o s y so s te n id o s e n to d o m o m en to p o r el
p ró v id o celo d el S a n to P a d r e L e ó n X I I I q u ien , com o en
to d a s la s co sas, n o a h o r ró e s fu e rto s p a r a a y u d a r lo s y so s­
te n e rlo s. h a c e u n o s ocho aftos co m en zaro n e s ta s m isiones
con el b e n e p lá c ito do to d a s la s a u to r id a d e s e c le siá stic a s
d el lu g a r y co n la p ro tecció n esp ecial d e m o n se ñ o r P e d e rico ^A n ey ro s, d ig n ísim o A rz o b isp o d e B u e n o s A ires. D u ra n te
esto s ocho añ o s se h a t r a b a ja d o co n to d o el em p eñ o p o sib le
y no se h a n a h o rra d o s a c rific io s a veces so b re h u m a n o s. E l
b u e n D io s s e co m p lace en a c e p ta r n u e s tro h u m ild e tr a b a jo ,
y la o b ra d e la ev an g ellzac ló n d e la P a ta g o n la e s tá en v ías
d e a r r i b a r a b u e n p u erto » .
E l U d e n o v ie m b re d e 1876 p a r tía d e T u r ln la p rim e ra
ex p ed ició n m isio n e ra sa le sla n a . S ig u ie ro n o tr a s . A n te s de
s u m u e r te . D o n B osco tu v o el co n su elo d e e n v ia r a s u s h ijo s
ta m b ié n a U ru g u a y . B ra s il, C hile y E c u a d o r. S I tr a b a jo de

FORMIDABLES CONSTRUCTORES
DEL REINO
Mensaje de D. Ricceri
El 11 d * novlembr» de 1875, niM stfz Jovencitima Congregación
• e lanzaba a la aventura misionera con la audacia que supo Im­
primirle el ardor de Don Boeco. El acontecimiento fue Juzgado
como "la mayor empresa de la Congregación, el comienzo de su
mwva historia” .

m n m Em m m
Por consiguient», os un dsber pare nosotros detenemos un
momento para ponderar la obre de evangeliaación y promoción
llevada a cabo por nuestros padres en servicio de la Iglesia y
de la sociedad, a fin de continuar tras su ejem plo con nuevo
arrojo.
De cara a la confortante realidad de las Misiones Saleslanas,
viene espontáneo el renovar con un corazón ferviente nuestro re­
conocimiento a Dios y a la Virgen Auxiliadora que, según la pa­
labra de nuestro padre Don Bosco, siempre ha sido para los M i­
sioneros alentadora y refulgente gula en el no fácil camino de
estos cien aftos.
Volvamos pues nuestro pensamiento asombrado y reconocido,
avalado con la oración, a los miles de misioneros miestros, fa­
mosos o ignorados, que con una vida consagrada a la Misión, a
veces hasta el supremo holocausto, han sido los formidables
constructores del Reino en todos los Continentes.
En estos momentos dirigimos un recuerdo igualmente grato y
fraterno a los queridos hermanos que hoy, tras el ejem plo lumi­
noso de los padres, trabajan en tantos centros de misiones, de­
mostrando con su testimonio que la voluntad de nuestro santo
Fundador de difundir la luz del Evangelio bajo todos los cielos
es siempre actual y eficaz en los Hijos de Don Bosco, que ellos
ven en el hecho misionero un elemento esencial de la propia
vocación.
Tengo la plena seguridad de que en el ferviente clima de esta
conmemoración todos los Salesianos, doquiera trabajen, han de
sentir el gozoso impulso que dé un ancho respiro misionero a
toda su actividad pastoral, recordando que los Jóvenes son so­
bremanera sensibles al reclamo de las Misiones, reclamo de ge­
nerosidad e integridad evangélica.
En este solemne conmemoración nos vemos obligados a resal­
tar que la acción misionera de Don Bosco comenzó a experimen­
tar, desde su prim er albor, toda la eficacia de una colaboración
concreta y carlRoea de los Coperadores Salesianos para tamaAa
empresa.
Mientras él lanzaba a loa Salesianos e Hijas de Marfa Auxilia­
dora, que tanta parto han tenido y tienen en la obra misionera,
siempre al lado de sus hermanos Salesianos, se preocupaba tam­
bién de crear un frente Intam o, un frente de hombres y mujeres
que, animados por un profundo espíritu de fe, y llenos de una
caridad operante, proporcionaran a sus Hijos Misioneros el apo­
yo moral y las ayudas necesarias para eomprometeree con fruto
en el trabajo apostólico.
Desde aquel día, loe Cooperadores asumieron siempre su tarea
con ejem plaridad. Hoy, se les van uniendo otros laicos no salesianos, pero enriquecidos con el espíritu de Don Bosco, Jóvenes
en su mayoría, que se lanzan a trabajar con los misioneros.
También miramos con gran simpatía a este movimiento de laicos
aún en sus comienzos, y con el corazón de Don Bosco lea ex­
presamos la m is proÁinda gratitud, sumando en este recuerdo
a los miles de personas que, en loa modos más variados han sido
y todavía son hoy para nuestras Misiones loo instrumentos de la
Providencia.
Mas Don Bosco nos Invita a mirar hacia delante. En los um­
brales del segundo Centenario, dondequiera hayamos sido llamados
a trabajar, superando los obstáculos y dificultades de los tiem­
pos, propongámonos vivir intensamente el Ideal misionero de Don
Bosco, quien deseó que la obra de la Evangelizaclón fuera el
anhelo permar>ente de su Familia.
Es el modo más saleslano de decir a Den Boeco nuestra fide­
lidad a su llamada de ayer y de siempre, y de realizar en el
tiempo el suelte misionero del Padre, g
DON LU IS RICCERI
Rector Mayor

AGRADECIDOS A MARIA,
AUXILIADORA Y MISIONERA
Mensaje de Madre Ersila Canta
*

D e sd e s u s p r im e ro s a ñ o s, e l / n s t i t u t o d e H ija a de M aría
A u x ilia d o r a e s tu v o sie m p r e a n im a d o p o r u n especial e s p í­
r itu m isio n e ro . C o n tr ib u y ó a a lim e n ta rlo la p rim e ra e x p e ­
d ic ió n d e tos S a lesia n o s a A m é ric a : e x p e d ic ió n q u e s u s ­
c itó u n fe r v o r d e oraciones y o fre c im ie n to s e n la C o m u n i­
d a d d e M o m é s y en cen d ió e n to d a s las H e r m a n a s u n celo
a rd ie n te d e i r a c o m p a r tir el tra b a jo m isio n ero .
F u e S a n ta M aría M aeearello la q u e m a n tu v o vivo este
d e n so clim a e s p iritu a l. A ú n m á s , ella m is m a , d ecid id a a
p a r tir , e sc rib ía a d o n C ayU ero: eN o aca b a ría n u n ca s i d ije se
lo s n o m b r e s d e to d a s las q u e d e se a n ir».
D e sd e e l H d e n o v ie m b r e d e 1877 h a sta la fe c h a , se han
su c e d id o a in in te r r u p c ió n e x p e d ic io n e s d e misU yneras n u e s ­
tr a s hacia A m é ric a , A sia , A fr ic a y A u stra lia .
E n los ú ltim o s C a p ítu lo s G enerales s e h a su b r a y a d o de
m a n era esp ecia l la d im e n s ió n m isio n e ra d el I n s titu to . Y se
h a p e rfeccio n a d o la p re p a ra ció n in icia l y p e r m a n e n te de
las H e r m a n a s M isio n era s, p a ra h a cerles cada v e s m á s id ó ­
n e a s a las e x ig e n c ia s d e la eva n g elisa ció n .
L a s H ija s d e M aría A u x ilia d o r a , e n s u tra b a jo m isio n e ro ,
casi sie m p r e a l lado d e los S a le sia n o s, s e en ca rg a n p r in c i­
p a lm e n te de la s m u je r e s y d e las n ih a s , cosa q u e ha fa c ili­
ta d o e n ta n to s casos la obra d e l m iam o sa c erd o te.
Con u n a e n tr e g a in co n d icio n a l y co n u n sa c rific io h e ro i­
co , ca si sie m p re ig n o ra d o , c u á n ta s in tr é p id a s m isio n e ra s
h a n d e ja d o e sc rita s p á g in a s lu m in o sa s e n la v id a d e la
Ig le sia y d e la C ongregación.
M ira n d o el d e se n v o lv im ie n to de e s ta A iatorfo q u e ahora
c u m p le a u p r im e r sig lo d e v id a , e l p e n sa m ie n to vu e la agra­
d ecid o a J f a r io A u x ilia d o r a , M isio n era sie m p r e e n tr e su s
H ija s m isio n e ra s. C o n tin u a m e n te e n m e d io d e ella s, ha de­
m o s tr a d o a m e n u d o s e n s ib le m e n te y co n p ru e b a s a d m ira ­
b le s s u c e lestia l p ro te cció n . S ig a m o s m irá n d o la co n co n ­
fia n z a a f i n d e c o n tin u a r el ca m in o e n e s te a p o sto la d o m i­
sio n e ro q u e n o s h a tra za d o s u m ism a b o n d a d . |
M A D R E E R S IL A CAN TA
S u p e rio ra G e n e ra l d e la a H ija s de M a rta A u x ilia d o ra

EL PROYECTO M

Don Bosco había soñado para sí un proyecto misionero.
Quiso cruzar el océano. Pero don Cafasso le puso el veto.
Desde entonces empezó a forjarse otro proyecto más ancho
y sin medida para sus hijos. A lo largo de cien años, han
sido miles los Saiesianos que han consagrado su vida a la
realización de los sueños del santo.
¿En qué consistía ese proyecto? He aquí algunos rasgos
de sus elementos esenciales.

UN LECTOR APASIONADO
Hay que p artir de ios años en
que Ju a n Bosco estudiaba en el Se­
minario. Lector apasionado, pasa­
ba horas en teras ante los «Anales
de la propagación de la Fe». En­
tonces es cuando pensó hacerse
m isionero en tre infieles. Al estilo
rom ántico, y a se veía en tre pue­
blos crueles y salvajes, arriesgan­
do su vida e incluso sufriendo el
m artirio. H ay que rem ontarse a
los anhelos de Teresa de Avila
cuando deseaba irse a tie rra s de
moros para ser decapitada por
Cristo.
—No debes irte a las misiones— ,
le prohibió su d irector espiritual
San José Cafasso. «Tu misión es
otra», intuyó el sabio director.
Año 1870. Con m otivo del Con­
cilio V aticano I se d a en to d a la
Iglesia un despertar misionero. Y
son m uchos los obispos que acu­
den a Turin a pedirle ayuda. En
1864 el S anto Padre había aproba­
do la Congregación Salesiana; en
1872, la de las H ijas de M aría
Auxiliadora; y en 1874. las Consti­
tuciones Salesianas. E stos aconte­
cim ientos los ve el santo com o

una invitación a em presas m ayo­
res.
Como si no bastara, em pieza a
aum entar el núm ero de los salesianos que se ponen a sus órde­
nes p ara la realización de sus pro­
gram as. A hora sí que podía lan zar
a sus hijos al cum plim iento de uno
de sus sueños m ás obsesivos: las
Misiones.

UNA TEOLOGIA
PRACTICA Y SENCILLA
Su proyecto m isionero se basa
en una teología práctica y sencilla.
Prim era idea bdsica: La Iglesia.
C entro seguro e infalible, que en ­
laza directam ente al cristiano con
Dios, la Iglesia es ta casa de la
salvación p ara todos los hom bres
salvados por Cristo. Don Bosco es
realista. Sabe que donde h ay hom ­
bres h abrá debilidades. P ero la
Iglesia no tiene por qué tem er, p o r­
que es el E spíritu S anto el que la
sostiene. Los m isioneros no tra b a ­
ja n p ara sí o p ara Don Bosco o su
Congregación. Sólo tra b a ja n p ara
la Iglesia; «Ante todo, el bien de
la Iglesia. Al fín y al cabo, la Con­

gregación pertenece a la Iglesia».
«Los Saiesianos —in siste el san ­
to— tra b a ja n p ara la Iglesia h asta
el últim o aliento». «M ater tu a est
Ecclesia Dci», escribía a M onseñor
F agnano en 1885.
Don Bosco vive intensam ente la
Universalidad de la Iglesia. Su se­
cretario lo veía a m enudo con los
ojos fijos sobre el m apam undi es­
tudiando las tie rra s que h abía de
conquistar p ara el Evangelio. Su
fan tasía las pin tab a de colores e
im ágenes vivísimas h a sta ta l pun­
to de hacerle exclam ar: «¡Qué día
m ás herm oso h a de ser aquel en
que los m isioneros saiesianos, su­
biendo p o r el Congo de estación
en estación, se encuentren con sus
herm anos llegados, Nílo arrib a, y
se estrechen las m anos bendicien­
do al Señor!» Su caridad im pulsi­
v a lo llevaba a q uerer ab a rc a r el
m undo entero.

ENVIADOS DEL PAPA
Porque trab a ja en nom bre de la
Iglesia, Don Bosco desea se r ex­
presam ente enviado p o r ella. «Vos­
otros — les dice a sus m isioneros—
sois enviados por el m ism o Vicario
de C risto a cum plir la m ism a mi­
sión de los A póstoles, com o envia­
dos p o r el m ism o Jesucristo».
E sta es la razón p o r la que m an ­
da a Roma no sólo a los prim eros
misioneros, sino tam bién a las pri­
m eras H ijas de M aría A uxiliadora.
«V osotros, queridos hijos míos,
iréis a Roma, os p o straréis a los
pies de nuestro incom parable bien­
hechor Pío DC, le pediréis la ben­
dición apostólica, y com o Jesú s el
S alvador envió a sus A póstoles a
predicar el Evangelio, así él. V ica­
rio de Jesucristo, sucesor de San
Pedro, os en v iará tam bién a vos­
otros».

¿A QUIEN ENVIAR?
En las once expediciones que o r­
ganiza, D on Bosco no encuentra

po«co
p
o
í*
da
o tra difícultad que la de elegir en­
tre ta n to s com o se le ofrecen. Y
su prim er criterio de selección es
la libertad. «La C ongregación —di­
ce a sus jóvenes— no envía a Am é­
rica a nadie que no quiera ir: sólo
consiente que vayan los que lo an ­
sian de verdad».
Y elige a los m ejores. «E ran los
m ejores elem entos de sus o rato ­
rios y colegios de entonces —pre­
cisó D on Rinaldi— ; el privarse de
ellos p ara enviarlos a las Misiones
era un trem endo sacrificio, dado el
poco personal con que contaba.
Pero lo hizo con serenidad y sin
dudas de ninguna clase».
Pero no los envía «a la buena
de Dios», sino que los p rep ara con­
venientem ente, dispone que apren­
dan el idiom a y las costum bres de
los pueblos adonde v an a ir a lle­
v ar las palab ras de vida eterna».
Es herm oso com probar que es­
ta s norm as están en la línea del
D ecreto A d gentes del V aticano n .

A LOS INDIGENAS,
EMIGRADOS,
JOVENES Y VOCACIONES
He aquí la m isión d e D on Bosco.
A sus m isioneros les tra z a un do­
ble objetivo: la conversión de los
indios de la P atagonia y la asis­
tencia a los em igrados.
Los em igrados.— O bjetivo princi­
pal de’ la em presa son los «salva­
jes». Al poco tiem po de su llegada
a A m érica, don Cagliero recibe una
ca rta de D on Bosco: «En general,
acuérdate siem pre que Dios quiere
nuestros esfuerzos hacia la Pam pa
y hacia los Patagones». Poco des­
pués, escribe o tra c a rta nerviosa
a don C ostam agna: « I^ tú ni don
B odrato m e com prendéis. N osotros
debemos ir a la P atagon ia: el San­
to Padre lo quiere. Dios lo quiere.
M uévete pues. P resén tate al go­
bierno argentino, h ab la e insiste
p ara que se nos a b ra el camino
a esa misión».
Los jóvenes. — T am bién en las

Don Bosco soñaba en los jóvenes de todo el mundo. Para realizar su
sueño supo multiplicarse en sus hijos los Sáleosnos, a los que envió por
todas partes.

m isiones son los jóvenes el centro
estratégico salesiano. «En las mi­
siones — rem acha el san to — tam ­
bién hem os de o cu p am o s de un
m odo especial por la juventud, so­
bre todo si es pobre y aban d o n a­
da». Y siem pre, según el Sistem a

Preventino: «N unca castigos, nun­
ca p alab ras hum illantes, n u nca re­
presiones severas d e l a n t e de
otros». L a juventud, educada cris­
tianam ente, lleve a la transform ad ó n de la so d ed ad . Tam bién en
las Misiones.

El PROYECTO M
Las vocaciones. — L o s jóvenes,
sean blancos o indios, se convier­
te n en apóstoles de sus am bientes.
Don Bosco espera con impaciencia
una floración de vocaciones estu ­
pendas que consoliden cuanto an ­
tes la Congregación en el lugar del
trabajo. Piensa tam bién en el clero
local. Hoy, los Salesianos cuentan
en el continente am ericano con un
núm ero consolador de sacerdotes
y herm anos autóctonos, fruto del
tra b a jo vocaclonal em prendido por
los misioneros.

torea y gente que toque in stru ­
m entos, porque allí les g u sta m u­
cho la m úsica; h acen fa lta pastores
que lleven el ganado a l campo;
hacen fa lta personas p ara los ser­
vicios de casa. Y, un poco m ás allá
de San Nicolás de los A rroyos,
están las tribus salvajes... m uchas
de las cuales desean ab ra zar el
cristianism o, p ara que alguien v a­
y a a enseñárselo...»
En el pensam iento de D on Bosco
deben p a rtir evangelizadores, agri­
cultores, m aestros, cocineros, ca­
tequistas, directores de banda...

TODOS MISIONEROS
Don Bosco quiere involucrar a
toda la fam ilia Salesiana en su pro­
yecto misionero. Todos h an de ser
misioneros, en lejanas tie rra s o en
la retaguardia.
M isioneros tos Salesianos Coad­
ju tores, a los que envía junto con
los sacerdotes y los clérigos. En
la prim era expedición, de diez sa­
lesianos, cuatro so n coadjutores. Y
da su razón; cH ay cosas que no
las pueden h acer los sacerdotes ni
los clérigos, y las haréis vosotros».
En 1887 envía a las Salesianas,
cuyo in stituto es «misionero por
n atu raleza y vocación desde sus
orígenes». Respecto a las H erm a­
nas. escribe don C ostam agna: «Ja­
m ás m e hubiera im aginado que pu­
dieran ayudam os ta n to en una mi­
sión. Puedo decirlo sin miedo a
equivocarm e que no se hubiera po­
dido realizar el bien que se h a he­
cho sin la intervención de las H er­
manas».
Aún m ás. En m ayo de 1875,
an tes de la p artida de los misio­
neros, hablando a sus jóvenes,
Don Bosco les hace estas refle­
xiones: «En aquéllos países de mi­
sión h abrá tra b a jé p ara to d a clase
de personas. H acen fa lta predica­
dores, m aestros dé escuela, can-

UN FRENTE INTERNO
A ún m ás. En San N icolás espe­
ra a los prim eros Salesianos un
Cooperador, «un venerado anciano
de la parroquia», según las cró­
nicas, un cierto José Francisco
Benítez que se encarga de se r el
«protector especial de los Salesia­
nos». Don Bosco desea v er a sus
Cooperadores integrados en su pro­
yecto apostólico.
E xiste adem ás una retaguardia,
un «frente interno», form ado por
los que se quedan y que ofrecen,
en cam bio, su solidaridad y ayu­
da. «No partiréis solos, les dijo a
todos. No pocos seguirán vuestro
ejemplo... Y los que no puedan ir
con vosotros os acom pañarán con
el corazón y con la plegaria: com ­
p artirá n con vosotros consuelos y
penas, flores y espinas».
Hoy decimos resum iendo: Don
Bosco te n ía la ilusión de com ­
prom eter en sus m isiones a toda
la Fam ilia Salesiana.

UN ANIMADOR
EXCEPCIONAL
E ste proyecto misiMiero hubie­
ra fracasado de no h ab e r tenido
un anim ador excepcional: el mismo

En 1886 Don Boaco tuvo en Barcotona uno da loa auañoa mMonaroa máa
Importanlaa da au vida. Una paatorcilla la hizo var la difusión mMonara

da au obra.

D on Bosco. «Sus ideas son des­
lum brantes», «era un hom bre que
todo lo pensaba en grande»... han
afirm ado de él. Y sus gestos eran
grandiosos, preparados adrede para
cau sar entusiasm o y su scitar una
adhesión sin condiciones. Basta
p en sar en el golpe te a tra l que arm ó
p ara anunciar la nueva em presa
m isionera: reúne a m uchachos y
Salesianos del O ratorio an te el
Cónsul de A rgentina; llam a a los
directores de las casas cercanas
p ara que, luego, entusiasm en a jó-

iSIONERO
venes y herm anos. B asta p en sar en
la difusión de la noticia a todos los
periódicos. Envía ofícialm ente a los
misioneros a Rom a y al Papa. H ace
una solem ne función de despedida
ante la expectación de la gente
abarro tada en la plaza de M aría
Auxiliadora...

EPOPEYA
Luego, los m isioneros escriben
cartas interm inables que Don Bos-

po>*
do

co lee y com enta en público. En
1877 edita el Boletín Salesiano ita­
liano. Lo destin a a Salesianos y
Cooperadores. Ha nacido al mismo
tiem po que las m isiones y es como
el instrum ento p ara sostenerlas.
D esea que dondequiera haya sale­
sianos v ay a tam bién el periódico

Bo

SCO

de la Congregación. En fin, suscita
de mil m aneras, en los jóvenes y
en los adultos, de cerca y de le­
jos, un claro y gozoso clim a de
epopeya m isionera de ex trao rd in a­
rias consecuencias.

VISION CLARA
H a visto el fu tu ro con claridad
desde la prim era ch arla a sus mi­
sioneros: «¿Quién sabe — les dice—
si esta expedición no h ab rá des­
p ertad o en el corazón de muchos
el deseo de consagrarse a Dios en
las misiones?» Y no se tra ta b a só­
lo de chiquillos, ganados m ediante
un fácil entusiasm o. «H ay u n g ran
ferm ento de gente que desea ir a
las m isiones —escribía a don Cagliero— : abogados, notarios, p á­
rrocos y profesores piden hacerse
salesianos «ad hoc».
A los que le critican porque qui­
ta a los salesianos de los colegios
p ara enviarlos a las m isiones les
repite: «Quedad tranquilos: p o r ca­
d a m isionero el Señor nos m anda­
r á de seguro dos buenas vocacio­
nes y aú n más».
Por eso, el historiador Eugenio
Ceria puede escribir: «Entonces se
vio un m ultiplicarse de las voca­
ciones al estado eclesiástico, cre­
cieron sensiblem ente las peticiones
al iK>viciado de la Congregación
y se adueñó de todos los que die­
ron su nom bre a ella un nuevo a r­
d o r apostólico».
He aquí la fórm ula de este ani­
m ador excepcional: gran d eza de
ideales, claridad de program ación,
v alo r en la acd ó n .
Desptiés de la g racia de Dios,
todo esto h a pr(^>orcionado a Don
Bosco la diciia de ser un organi­
za d o r y guía de hom bres. ■
A N S

CLouei
i

y

wvimbre

Nuestro divino Salvador dijo a sus
discípulos reunidos: "Id por todo el
mundo, predicad mi Evangelio a todas
las criaturas...” La voz de Don Bosco,
que habla desde el pulpito del santua­
rio de María Auxiliadora de Turín vi­
bra de emoción.
"El Salvador no daba tan sólo un
consejo, sino una orden. De esta orden
o misión les viene el nombre de Mi­
sioneros a todos cuantos parten de
nuestros países a predicar las verdades
de la fe ...”
La Basílica está totalmente abarro­
tada de público en aquella tarde del
11 de noviembre: los diez futuros mi­
sioneros en el presbiterio, los mucha­
chos en los bancos y en el coro, los
demás salesianos estrechados a ellos,
en los primeros puestos, y luego, en
cualquier espacio libre las autoridades,
el denso grupo de amigos, los fieles,
los curiosos.
"Ahora, al estudiar el modo de se­
guir en nuestra pequeñez y de acuerdo
con nuestras fuerzas el proyecto de
Jesucristo... se ha preferido una mi­
sión en América del Sur, en la Repú­
blica Argentina”.
Los ojos de todos se fijaban con en­
vidia sobre aquellos seis sacerdotes con
el sombrero de teja en la mano, y so­
bre los cuatro laicos con traje negro y
sombrero de hongo sobre las rodi­
llas, que dentro de un mes se encon­
trarían muy lejos, para obedecer al
"mandato o misión” de Cristo.
“ De esta manera nosotros damos co­
mienzo a una gran obra. No es porque
tengamos grandes pretensiones o crea­
mos convertir al mundo entero en
cuestión de unos días, no. Pero quién
sabe si esta partida, y esta poquedad,
no es como una semilla de la que ba
de brotar una gran planta...”
Sí, todos dicen que sí, persuadidos,
asintiendo con la cabeza.

Todos lo ven, y se conmueven con él.
Los futuros misioneros se dedicarán
allí a los emigrados: "Allí encontra­
réis un crecido número de jóvenes y
mayores que viven en la más deplora­
ble ignorancia, que no saben leer ni
escribir y que desconocen todo prin­
cipio religioso. Id, buscad a esos her­
manos nuestros a quienes arrastró la
desgracia a una tierra extranjera...”
Don Bosco les asigna además otro
campo misterioso y fascinante: "En las
regiones colindantes con la parte civi­
lizada hay abundantes hordas de salva­
jes, en las que aún no ha penetrado
la religión de Jesucristo, ni la civiliza­
ción...” Sí, sobre todo por ellos par­
ten como misioneros.
El altar mayor está repleto de flo­
res como en las mayores solemnidades.
Centenares de luces inundan la iglesia
convirtiéndola en un ascua resplande­
ciente. María Auxiliadora —reina y
madre— campea desde el enorme cua­
dro con su presencia viva y suave.
Prosigue Don Bosco:
"Nuestro corazón se llena de gozo
y de consuelo al ver que, en nuestra
pequeñez, también nosotros ponemos
en este momento nuestro granito de
arena en el gran edificio de la Igle­
sia. .. ”
Un simple granito. Pero ¡cuánto pe­
sa!; "Adiós —solloza— . "tal vez no
volveremos a vernos en esta vida. Pero
un día estaremos unidos para siem­
pre...”
Y, en un silencio denso y tenso,
Don Bosco bendice a sus hijos. L u e ^ ,
pasa a abrazarlos uno a uno. Lo mis­
mo hacen los demás salesianos.
Después, los diez misioneros aban­
donan el presbiterio y atraviesan la
iglesia bajo una cálida lluvia de apre­
tones de mano, saludos, besos, abra­
zos. Don Bosco es el último en llegar

NO VOLVEREMOS
A VERNOS

Don CagHero, el jefe de la primera
expedición. Deepuée seria Cardenal
de la Santa Iglesia. Sin duda, ee
una de las figuras misioneras més
importantes en la historia de las
Misiones Católicas.

Don Bosco se dirige a sus primeros
misioneros: " ... Pero me ftdta la voz,
y las lágrimas abogan las palabras”.
8

di

a los umbrales del templo: al resplan­
dor de las farolas que iluminan la no­
che, aparece la plaza inundada de gen­
te. Allí espera la larga fila de carrozas
que llevarán a los misioneros a la esta­
ción de ferrocarril.
Sus hijos se van. A muchos de ellos
no los verá más. En Génova los aguar­
da el barco “Savoie”. Un mes más tar­
de estarán al otro lado del océano, en
Buenos Aires...
Antes de despedirlos para el largo
viaje, Don Bosco les entregará a cada
uno una cuartilla con sus recuerdos
personales. El primer recuerdo dice;
"Buscad almas, no dineros, ni hono­
res, ni dignidades”. El quinto: "Cui­
dad especialmente de los enfermos, de
los niños, de los ándanos, de los po­
bres”. El décimo tercero; "Entre vos­
otros, amaos, aconsejaos, corregios. El
bien de uno sea el bien de todos; las
penas y sufrimientos de uno sean con­
sideradas como penas y sufrimientos
de todos”. El vigésimo y último dice:
"En las fatigas y padecimientos no ol­
vidéis que tenemos preparado un gran
premio en el cielo”.
Aquel día era el 11 de noviembre
de 1875. Don Bosco había puesto su
granito de arena.
Un biógrafo suyo escribía unos años
más tarde: "Para la Congregación Salesiana comienza en este día una nue­
va historia”, m

AAo

SDB

1859
1872
1875

Italia (1)

1877

1887
1889
1890
1891

1892
1893
1894
1895
1896

1897
1898
1899
1900
1901

Argentina
Francia
Uruguay

1906
1907
1908
1910
1911
1912
1913
1915
1916
1917
1919
1920
1922

SDB

1922

Francia
Uruguay
Argentina

España
Brasil
España
Austria (3)
Chile
Gran Bretaña
Ecuador
Suiza
Colombia
Argelia
Bélgica
Israel
Perú
México
Polonia
Portugal
Túnez
Venezuela

Chile

1923
1924
1925
1926
1927
1928
1929
1930

Canadá (9)
Checoslovaquia
Japón
Hong Kong
Thailandia
Timor (10)
Holanda
Guatemala
Marruecos
Suecia

1931
Bélgica
Israel
Perú
Brasil
Argelia
México

1934

Bolivia
Egipto
Paraguay
Rep. Sudafric.
Estados Unidos
Antillas Hol. (4)
El Salvador

Colombia
Suiza
Paraguay

Jamaica (5)
Yugoslavia
Malta
Turquía
Honduras
India (6)
Macau
Costa Rica
Mozambique (8)
Panamá
China

Ecuador
Gran Bret.
El Salvador

1935
1936
1937

Lituania
Rep. Dominic.
Haití
Irán
Ciudad del Vat.

1938
1939
1940

Birmania
Libia (11)
Albania (12)

1941
1943
1946
1947
1948

Vietnam (13)
Cabo Verde

1951
1952

Filipinas (14)
Líbano
Taiwan (15)

1953

Rwanda
Swaziland

Alemania
Cuba
Irlanda (Eire)

Bolivia
Japón

Haití
Yugoslavia
Hungría
Rep. Dom.
Checoslov.
Portugal

Korea del Sur
Srl Lanka
Congo (Brazz.)

DIFUSION
D ELO S
SALESIANOS
EN
EL MUNDO
( 1)

Hong Kong
Mozambiq.
Taiv^an (15)
Canadá

(2)

Australia
Guatemala
Líbano
Filipinas

(4)
(5)
(6)

Korea Sur

(8 )

(3)

(7)
(9)

Nicaragua
Siria
Egipto
Costa Rica
Irían. (Eire)

Australia
San Marino

Zaire
Venezuela

Macau

Estados Un. 1961
Honduras

Nicaragua
Zaire
Hungría

India
Panamá
Polonia
China
Lituania

Puerto Rico
Siria

1954

1955
1956
Albania (7) 1957
1959

HMA

Austria
Thailandia

Túnez

1902
1903

AAo

Italia (2)

1879
1881
1883
1886
1887

HMA

Cuba
Alemania

Birman.(17)
Puerto Rico
Rep. Sudaf.
Vietnam

1962
1963
1964

Burundi
Gabón

1966
1969

Andorra
Luxemburgo

00)
01)
02)

Malta
Holanda

1971
1972
1975

03)
Gabón

Camerún
Guinea
Etiopía

04)
05)
06)
07)

Turín-Valdocco: Fundación de
la Congregación Salesiana.
Mornés: Fundación de las Hi­
jas de María Auxiliadora.
Primera casa en Trente, en­
tonces en poder de Austria
En la Austria de hoy, en 1903.
Se fueron en 1917.
Se fueron en 1906.
La obra salesiana se ha des­
arrollado a partir de 1922.
Expulsados en 1946.
Hasta el 1913, luego desde
1952 hasta hoy.
Una parroquia en Toronto has­
ta 1934. Después desde 1961.
Hasta 1929. Luego, desde
1946 hasta la fecha.
Se fueron en 1949.
Una parroquia en Urosevac.
Esta región queda anexiona­
da a Yugoslavia después de
la guerra. La casa se cierra
en 1964.
En el Norte hasta 1954. Lue­
go, sn el Sur hasta hoy.
Se abrió una casa por unos
meses en 1912.
Hasta 1956. Después, desde
1963 hasta la fecha.
Hasta 1955. Después, desde
1966 hasta la fecha.
Expulsadas en 1966.

DE LAS MISIONES
MONSEÑOR
LUIS
VERSIGLIA.
Misionero
en China
en 1906,
obispo
saleslano
eri 1920.

DON
CALIXTO
CARAVARIO,
Misionero
en China.
Ambos
martirizados
en 1930.

EL BUEN PASTOR DA LA VIDA POR SUS OVEJAS
Shiu Chow, 25 de febrero de 1930.
Los dos misioneros habían alquilado
una barca grande y viajaban por el
río Lin Chow con dos maestros re­
cién diplomados en la escuela de la
misión, dos maestras también recién
diplomadas y una alumna. En los ca­
ñaverales de la orilla los aguardan es­
condidos unos diez hombres: algunos
comunistas, otros piratas y un joven
ue quiere echar sus brazos sobre una
e las maestras. Es él quien ha pre­
parado la emboscada. La había pre­
ten Jido y ella lo había rechazado pa­
ra hacerse monja. Ahora la deseaba
a la fuerza.
Es mediodía. La barca resbala so­
bre el espejo del agua. Cuando, de
repente, grita una voz de mando:
“ ¡Paraos!” Los hombres salen de im­
proviso apuntando con los fusiles.
“ ¡Acercaos!” La orden no admitía ré­
plicas. Monseñor Versiglia defiende a
las jóvenes, intenta dialogar. Pero
cuando los bandidos saltan a la barca,
el obispo las defiende con su mismo
cuerpo. Comienza una lucha desespe­
rada. Los dos misioneros son golpea­
dos con las culatas de los fusiles.
Golpes en el pecho, en los brazos, en
la cabeza. Hasta que caen sin sentido
en la barca. Mandan bajar a las jó­
venes. Los dos misioneros son em­
pujados afuera. Los atan, los registran
y los arrastran a un bosquecillo cer­
cano. Monseñor Versiglia intuye la
tragedia y suplica a los soldados: “ Yo
soy viejo, matadme a mí. Pero él es
joven, respetadlo”, y señala a don
Caravario: tiene veintisiete años. “ No.
—dice uno de ellos— , los diablos ex­
tranjeros deben morir todos*. Los mi­
sioneros rezan en silencio. Y, en un
momento, el silencio es golpeado por
cinco disparos de arma de fuego.
” Es algo inexplicable —dice un
soldado después de la ejecución— .
Hemos visto tantos casos. Y todc»
tienen miedo a morir. Estos, en cam­

a

10

bio, han muerto llenos de alegría”.
En efecto, los buenos pastores dan
la vida por sus ovejas, p

DON
LUIS
VARIARA.
Vlarigl
1875.
Agua
de Dios
1923.

ENTREGA SU VIDA A
LOS LEPROSOS
Clérigo.— Agua de Dios cuenta en
1894 dos mil habitantes, de los que
800 son leprosos. Los más graves es­
tán en el lazareto, los otros viven en
chozas diseminadas, a menudo en
compañía de sus familiares. La vida
es triste, monótona, desesperante.
Cuando liega la alegría del clérigo
Luis. Es un buen músico y en seguida
funda su oratorio con chicos sanos y
enfermos. Aprenden a tocar en un
dos por tres. Fatigan el instrumento
todo el día. Luis no tiene reparos en
aplicar sus labios donde ha soplado
un leproso. Pero en poco tiempo el
poblado ha adquirido un aire de fies­
ta: en ¡a iglesia, en los desfiles, en
los paseos. Prepara obras de teatro,
enseña el catecismo, forma grupos fuveniles, hace cantar a los chicos en
el coro. El ambiente está cambiado.
Los enfermos, antes condenados a la
inacción, encuentran una inesperada
medicina.
Sacerdote.— «ríe pasa diariamente
cuatro o cinco horas en el confesionario.
Está en los huesos, temo no pueda
resistir», escribe su superior. Pero él
trabaja con ilusión. Desea abrir un

hospicio-asilo para huérfanos enfer­
mos. En Bogotá lanza una propuesta
a lodos los niños de Colombia: «un
céntimo cada uno para sus hermanos
más necesitados». La propuesta se
asoma a los periódicos, a las escuelas,
vocea desde los pulpitos. Llueven los
céntimos como gotas de un aguacero.
Forman un torrente, un rio. Llega
para adquirir los terrenos y hacer la
casa.
Fundador.— Entre las jóvenes de la
asociación «Hijas de María» hay al­
gunas con deseo de ser religiosas. Pe­
ro son leprosas o hijas de leprosos.
Les será casi imposible realizar su
ideal. El padre Luis cree haber en­
contrado la solución: fundar para ellas
una nueva congregación. Sufrirán con
amor y entrega su enfermedad y cui­
darán de sus hermanos enfermos. La
idea es sencilla, pero le parece irrea­
lizable. Una congregación para lepro­
sas es un proyecto sin precedentes en
la Iglesia. Hasta el presente, ningún
salesiano ha fundado una congrega­
ción. Además, él es un sacerdote jovencísimo: aún no ha cumplido los
treinta años. No tiene cargos, ni auto­
ridad, ni experiencia. Pero reflexiona,
reza, se aconseja. Y , manos a la obra.

Coadjutor
SIMON
SRUGI,
Nazaret,
1877, 1943.

“LASTIMA QUE SEA
CRISTIANO...”
Q erto día, su director don Mario
Rosin, hace tin viaje a caballo de Beitgemal (Palestina) a Rabat. Va a visi­
tar al Patriarca. Por la tarde, los Salesianos ven que d caballo vuelve so-

A LOS ALTARES
lo... En el camino de regreso una
banda de malhechores asaltó al direc­
tor que murió apedreado. La policía
logra identificar la banda, pero le es
imposible capturar a los malvados.
Hasta que un día...
Se presenta al ambulatorio de Srugi
nada menos que el jefe de la banda.
Con heridas en la cabeza y en las es­
paldas, pide ayuda. Srugi lo reconoce,
también la hermana del ambulatorio.
La policía sigue sus huellas. Entran
a galope en el patio de la casa salesiana y empiezan a registrar por to­
das partes. Es el momento oportuno
para entregarlo. Srugi le aplica las
medicinas, lo cura y lo venda, y lue­
go, lo lleva por la salida segura y
logra que escape de la policía. Lá her­
mana; desconcertada, protesta. Pero él,
impertubable: “Nosotros estamos aquí
sólo para hacer el bien, como el
Señor. Don Rosin ya está en el cielo,
y este malhechor ya se las verá con
Dios. Pero Jesús ha perdonado a sus
verdugos y nosotros debemos hacer
lo mismo”.
En 1943 se apaga su vida, mientras
duerme, consumido por aquella enfer­
medad que él había curado en tantos
desdichados: la malaria. De todos los
poblados de alrededor llegan a des­
pedirlo los pobres, sus amigos. Tam­
bién las autoridades. Acude un gen­
tío inmenso. Todos dicen que ha
muerto un santo.
Un musulmán exclama: ¡Lástima
que Muúlem (maestro) Srugi sea cris­
tiano! Si fuera musulmán haríamos
de él imo de nuestros santones. ■

LAURA
VICUÑA,
Santiago
(1891),
«lunín
de los
Andes 1904.

OFREZCO MI VIDA
POR MI MADRE...
Junfn de los A ndes, enero de
1900. En el locutorio de las Salesianas hay dos chicas que se des­
piden de su m am á. cA ser bue­
nas». cNo dejes de venir pronto,
mamá». Julia A m anda quedaba
sollozando. Laura engullía su tris­

teza m ientras su m adre se aleja­
ba. Sabía de sobra adonde iba...
D oña M ercedes Pino había esta­
do casada con un m ilitar de la
nobleza chilena. D espués de una
guerra civil, vino el destierro, la
m uerte del esposo, la soledad y
aquellas dos criaturas. S e refugia
en A rgentina y va a caer en una
factoría bajo la «protección» del
gaucho M anuel Mora, un indivi­
duo de no muy buena calaña y
sospechoso. Las chicas, a l colegio.
A sí, ellos solos, quedaban con m a­
yo r libertad...
S o r R osa Ies explica un día a
las alum nos el S acram ento del
M atrim onio. Laura presta sum a
atención. Com prende la trem enda
realidad de la vida de su madre.
S ien te una tristeza infinita y el
deseo de hacer algo por ella. Va
a la capilla y se desahoga ante el
Señor: «Señor, m i vida por la su­
ya... Sí, te ofrezco m i vida por la
de m i madre». S e levanta conven­
cida de que el Señ o r ha aceptado
el contrato.
V uelve a casa de vacaciones con
su secreto y su dolor. En casa se
d a cuenta de que aquel hom bre
la colm a de atenciones.
En enero de 1904, Laura vuelve
otra ve z de vacaciones. Por dicha,
su m adre y a no vive en la fa cto ­
ría. H a alquilado un piso cerca.
Pero una noche, M anuel llega in­
solente: «Esta noche he de que­
darm e aquí». «Si él se queda — re­
plica Laura— m e voy yo», y se
escopa. Manuel, ciego de ira, sale
tras ella, la alcanza, le da un gol­
pe furibundo y la tira al suelo.
D esde entonces Laura no puede
alzarse del lecho. Doña M ercedes
no se aparta de su cabecera y la
rodea de cariño. En vano. El mal
se agrava. Llega el m o m ento en
que Laura siente la necesidad de
com unicar su secreto. «Mamá, yo
muero, pero esto y contenta de ha­
ber ofrecido m i vida por ti. Yo
m ism a había pedido al S eñ o r la
gracia de morir...» D oña M ercedes
queda com o espantada. En un se­
gundo com prende el heroico se­
creto de su pequeña, y cae de ro­
dillas entre sollozos. «Perdóname,
Laura. Perdona, Señor, m i vida de
pecado... Si, em pezaré de nuevo».
El sem blante de Laura se llena
de serenidad: L aura entra en la
paz. m

2EFERINO
NAMUNCURA,
Chimpay

1886.
Roma,
en 1905.

¿EL PRIMER SANTO
ARGENTINO?
Agosto de 1897. Manuel Namuncurá ha tomado la decisión: su hijo
Zeferino irá al co l^io de los blancos.
£1 Cacique lo Uama, le pone la ma­
no en la espalda y le dice: “Tú eres
inteligente y lo harás. Eres nuestra
última esperanza. De mayor, tienes
que defender los derechos de los
Araucanos”.
El encuentro del (Cacique con mon­
señor Cagliero en el colegio Pío IX es
cordial. Almuerzan juntos. Se hacen
una fotografía. Se hacen amigos. En
el colegio, Zeferino se siente en su
casa. Tiene un poderoso instinto de
libertad: durante unos meses rehúsa
hacer fila con sus compañeros.
Setiem bre de 1898: primera co­
munión. Con la lealtad de los de su
raza, Zeferino considera esta fecha
como un pacto para toda la vida. Su
padre sueña en hacer de él un mili­
tar. En cambio, Zeferino sueña en set
sacerdote para trabajar entre los su­
yos, liberarlos del alctrfiol, de las su­
persticiones...
Al cuarto año de su estancia en
Buenos Aires, su salud se resiente.
Empieza a toser. Sus pulmones no
están bien.
Abril de 1904. Zeferino obtiene el
permiso de su padre y actxnpaña a
Roma a monseñor Cagliero. El clima
de Italia será su mejor medicina. Enagosto se arrodilla ante el cuadro de
María Auxiliadora y ante la tumba de
Dtm Bosco. En septiembre, monseñor
Cagliero lo presenta al Papa.
El joven araucano sigue sus estu­
dios en el colegio salesiano de Villa
Sota, en la campiña romana. Lo ad­
miran sus compañeros: Voluntad fé­
rrea. Sus notas son magníficas. Pero
en la primavera se desploma. Tose sin
tr^ u a . Lo devora la fiebre. Lo llevan
al hospital de la isla Tiberiana,. Muc­
re el 11 de mayo.
La última esperanza de los Arau­
canos se ha apagado. Pero este^ pue­
blo prepara su venganza: lo más se­
guro es que el primer santo argentino
sea este muchacho, valiente y semadoT. ■

11

a

VIAJE
ALREDEDOR
DEL MUNDO

EN EL JAPON,
CON SIMPATIA

EN LOS UMBRALES
DE CHINA

—¿Ha surgido alguna nueva obra
en esta nación?

— ¿Les perm iten un Hong Kong
la enseñanza del Evangelio?

—Sí, en abril del 74, en colabo*
ración con los Salesianos, tom a­
mos la dirección de una Escuela
M aterna parroquial en Aino, zona
m uy popular de Nagasaki. N uestra
presencia a tra e a los cristianos a
la práctica sacram ental. Los no
cristianos nos m iran con sim patía.

—No s ó I q se nos perm ite, sino
que está en los program as escola­
res. Aun los alum nos no cristianos
deben conocer uno de los cuatro
Evangelios y los Hechos de los
A póstoles. C laro que sólo se tra ta
de un conocim iento cultural. Pero
las herm anas ponen en estas clases
toda el alm a. M uchas de las alumnas piden el bautism o. A ún más
frecuentes son las conversiones
de los profesores laicos. E n una

—¿Cómo se anuncia el m ensaje
cristiano?
— Se organizan c u rso s‘‘de evangelizaclón con asistencia libre. Se
prom ueven peregrinaciones a los
lugares donde sufrieron los m árti­
res japoneses. Las conferencias a
los padres de alum nos tra ta n so­
bre tem as (Sicológicos y pedagó­
gicos, siem pre en clave cristiana.
Los japoneses adm iran al C ristia­
nism o com o una religión viva. Las
opciones personales son de gente
m adura y convencida.
— ¿Se abre a C risto el pueblo
koreano?
— Sí. A hora hem os probado una
nueva experiencia; la Casa «Madre
M azzarello», ab ierta en 1972. Se
tra ta de una residencia de obreros
y una escuela para chicas que h a­
biendo term inado la enseñanza b á­
sica, aún no tienen edad para tr a ­
bajar. A penas en tra n en casa, se
les regala a todas un ejem plar del
Evangelio. Dos veces por sem ana
se les explican algunas páginas.
U na vez que en tra n en alguna fá­
brica, se continúan las clases de
religión y moral. R espetam os la
cu ltura y la religión de cada una,
dejándoles plena lib ertad an te la
opción de la fe. Son m uy frecuen­
tes las peticiones del bautism o.

de nuestras casas, todas las profe­
soras de Enseñanza Básica ab ra za­
ron la fe y constituyen ahora un
grupo m uy fervoroso.
— ¿Participan las H erm anas en
algunas reuniones ecuménicas?
— El pasado febrero, en las fies­
tas de com ienzo de año en Formo^
sa. Las autoridades religiosas p ro ­
gram aron una oración com unitaria
de acción de gracias^ Prim ero, p ar­
ticipam os en la función de la ofren­
da de incienso en el tem plo chino;
después, en u n a solem ne C elebra­
ción E ucarística en la catedral ca­
tólica. Con frecuencia se organi­
zan en Hong Kong reuniones en

CON LAS INSPECTORAS
¿Cómo van las Misiones de las Hijas de María Auxiliadora? Este verano
se encontraban en Roma las 65 Inspectoras de todo el mundo con motivo del
16.^ Capítulo General. No ha sido dificil una entrevista con las Madres que tra­
bajan en territorios misioneros.
Invitamos a nuestros lectores a un rápido viaje con tan buena compañía...

las que se tra ta de problem as de
com ún interés.
— Es célebre la escuela p ara ele*
gos d e T ailandia, ¿en qué consiste?
—Creo que es la obra m ás ori­
ginal e im portante que tenem os en
Tailandia. C entenares de chicos y
chicas tom an contacto con la vida,
consiguen títulos oficiales, logran
integrarse en su cam po de trabajo.
Las H erm anas h a n conseguido que
las chicas, de cualquier religión
que sean, tom en conciencia de las
situaciones de pobreza del país. Se
han organizado visitas a ancianos
y a barrios de chabolas. El pasado
enero. H erm anas y alum nas se

ofrecieron a ay u d ar a v arias fam i­
lias que sufrieron inundaciones.
E sto es un servicio p ara nosotras
esencial al m ensaje que anuncia­
mos. El 95 por 100 de la población
tailandesa es budista. Las co n v er­
siones no son nada fáciles ni fre­
cuentes.
La enseñanza oficial de las es­
cuelas es el budism o. Las H erm a­
nas han participado a cursos espe­
ciales p ara poder enseñarlo y...
com pletarlo luego co n los princi­
pios católicos. N uestras alum nas
llevan a la sociedad un eficaz m en­
saje de coherencia y honradez.

EN LA INDIA:
CATECISMO
POR CORRESPONDENCIA
— ¿Qué m étodos u san en la In­
dia p ara d a r a conocer a Cristo?
— Los C entros C atequísticos dio­
cesanos h an com enzado con cur­
sos po r correspondencia. Son sen ­
cillos y claros. Las H erm anas tr a ­
bajan por su difusión a trav és de
las alum nas y fam ilias cristianas.
E stupenda es la organización del
C entro C atólico p ara la India, crea­
da po r los obispos belgas: se tra ta
de la producción de películas y fil­
mes cristianos. En esta o bra cola­
boram os con g ran em peño. N ues­
tra s chicas difunden p o r rad io can­
ciones, diálogos y m ensajes. M u­
chas de ellas ag u an tan h a sta tres
y cu a tro horas de tre n p ara llegar
a la em isora más cercana. Pero lo
hacen con alegría porque saben la
incidencia que pueden te n er sus
m ensajes a trav és de estos medios
de com unicación social.
—¿Qué obras sociales se llevan
acabo?
—Hemos am pliado y m oderniza­
do nuestros hospitales e intensifi­

camos n u estras visitas a los po­
blados. Sin duda, la o bra más im­
p o rtan te que llevam os es la o rga­
nización de siete internados en los
que las chicas pueden perm anecer
gratu itam en te d u ran te tres años.
D urante este tiempo, las chicas es­
tudian, trab a jan en labores dom és­
ticas, frecuentan cursos de costura
o de religión en los que adquieren
el diplom a de «atequistas.

POR TIERRAS DEL ZAIRE
Y MOZAMBIQUE
— ¿Cómo h an encam ado los m en­
sajes conciliares en el Zalre?
— M ultiplicando los cen tro s de
alfabetización de adultos, intensi­
ficando la labor en los centros ju ­
veniles y visitando con frecuencia
las aldeas.
El pueblo h a respondido con en­
tusiasm o. La vida cristiana es más
ferviente y muchos paganos h an
pedido el bautism o. El papel de la
H erm ana es cada vez más im por­
tante:
• F orm a p arte del consejo p a­
rroquia!.
• De acuerdo con el párroco,
organiza la catcquesis juvenil.
• A yuda a las m adres a p rep a­
ra r a ios chicos a la prim era co­
m unión y, generalm ente, es la
m aestra de los catequistas. Con
frecuencia suple al sacerdote; o rga­
niza celebraciones de la P alabra y
distribuye la Eucaristía.
— ¿Qué actividad llevan las H er­
m anas en M onzambique?
—^Varias; h a y internados
indígenas, co n las q u e se realiza
u n a im portante la t'o r de prom o­
ción hum ana y social. Se v isitan
las aldeas. Se organizan cursos de

HONG-KONG; Las Sales*anas premian a las niñas que asisten al Oratorio,
como ésta que viene con su hermanito a la espalda.

13

VIAJE
ALREDEDOR
DEL MUNDO
preparación ai m atrim onio. Se üevan am bulatorios y dispensarios.

CON LOS TUCANOS,
MACUS,
BOROROS Y XAVANTES
— ¿Qué obra tiene en las Mistones la Inspectoría de M anaus?
— Tenem os seis centros de mi­
sión a lo largo del Río Negro. A
fin de que nu estra acción sea más
dinámica, hem os organizado un
equipo itinerante de H erm anas que
visitan estos centros y los que su r­
gen a la orilla del Río Igana.
El desarrollo de los indios se no­
ta en los nuevos centros en los que
se construye la iglesia y la escue­
la. Entonces se desenvuelve una

herm osa e inten sa ta re a de prom o­
ción hum ana.
N uestros indios son los Tucanos
y los Macus. Los prim eros ya es­
tán civilizados. Muchos de ellos
son excelentes catequistas y m aes­
tros. Todos reciben el bautism o.
Hay algunas com unidades de base
estupendas.
En cambio, los Macus, antiguos
esclavos de los Tucanos, van m e­
jorando su vida y, p o r ahora, están
en una fase de pre-evangelización.
No pueden esta r en los internados
ju n to con los Tucanos. Se desm o­
ralizan y se repliegan. Las H erm a­
nas prefieren visitarlos en sus p ro ­
pias aldeas y enseñarles con m u­
cha paciencia.
—¿Puede darnos u n a visión p a­
norám ica del M ato Grosso?

—T rabajam os con los Bororos
desde 1906. Estos indios h an sabi­
do asim ilar m uy bien la fe y tie­
nen u n a g ran devoción a la V ir­
gen. Son m uy inteligentes y van a
las m ism as escuelas q u e los hijos
de los colonos. Puede decirse que
están civilizados. V iven en casitas
alrededor de las cuales h an plan­
tado sus árboles frutales. Se dedi­
can a la agricultura, pero sólo co­
sechan lo que necesitan p ara co­
mer. U n observador superficial po­
dría considerarlos p>erezosos. En
cam bio es un pueblo de fina sen ­
sibilidad con un g ran sentido p ara
el arte. P refieren dedicarse a la fa­
bricación de ñ au tas y caram illos,
colecciones de conchas y trabajos
de plum as. V enden estos produc­
to s y adquieren así sus buenas can­
tidades de dinero. Son m uy hábiles
p ara el comercio. Muchos llegan a
se r buenos tracto ristas o conduc­
tores. Uno de ellos se cuida de los
servicios telefónicos y telegráficos.
Los X avantes, en cam bio se de­
dican con más entusiasm o a la
agricultura: inteligentes y activos,
están todavía en fase de pre-evangelización.
Las M isiones se ponen al día a
trav és del Consejo Indígena de Mi­
siones. órgano de la Conferencia
de Religiosos del M ato Grosso.

POR EL ALTO ORICONO

/

—¿Y en V enezuela?
— En las m isiones del A lto O ri­
noco y en todo el secto r se m ul­
tiplican n u estras fuerzas m ediante
la integración de elem entos juve­
niles. En n u estra escuela de P u er­
to A yacuciio preparam os a las jó­
venes catequistas. E stas consiguen
su diplom a ju n to con el de maesEl Evangelio entra mejor con mú­
sica. Asi lo han comprendido las
Hijas de María Auxiliadora, mensa­
jeras de ia Buena Noticia en la
India.

I
14

II

CON LAS INSPECTORAS
tras. Ya son más de cincuenta las
que trab a jan en diversos poblados.
Son form idables catequistas y des­
em peñan un extraordinario aposto­
lado en tre las alum nas y sus fam i­
liares.
Con las trib u s del O rinoco hay
que ad ap tarse a sus situaciones
culturales. Algunos grupos son
m uy abiertos, reciben bien la ca­
tcquesis y llegan a a b ra z a r la fe.
M uchas o tras trib u s son opuestas
a los principios cristianos y lim i­
tan n u estra actividad a u na senci­
lla pre-evangelización y prom oción
hum ana.
U na obra m uy interesante es la
que se lleva a cabo en la Isla del
Ratón. Más de noventa chicas de
diversas trib u s reciben educación
e instrucción. Se h a creado un es­
tupendo clima de fam ilia y apren­
den con gusto todo cuanto les h a
de servir en su m isión de m ujeres
cristianas. Tienen u na enorm e ca­
pacidad receptora y siguen con in­
terés la enseñanza básica. Las H er­
manas llevan ahí seis años. Hemos
recogido unos resultados óptim os,
aunque tam bién surgen a menudo
problem as de difícil solución.
— ¿Qué actividades m isioneras
hay en Bolivia?
— L a com unidad de M onteroM uyurina inauguró en 1972 un
centro p ara la form ación de la m u­
jer en L a Floresta. V arias H erm a­
nas v an allí diariam ente. Todas las
sem anas se realiza im a v isita a los
indígenas de C opacabana y N aran­
jal. U na nueva com unidad se ha
encargado en O kinaw a de la escue­
la parroquial y de todas las acti­
vidades pastorales en los poblados
indígenas.
—¿Se h an abierto en el P erú
centros de evangelización?
— En 1975, dos herm anas convi­
ven con la com iinidad de La M er­
ced y se dedican a tiem po pleno
a la prom oción hum ano-social y a
la evangelización de los indios
Campas.

Madre Ersilia Canta recibe una acogida «impática en el barrio filipino de
Tondo, donde Salesianos y Saleeiana* están entregado* en «u «ervlclo a
loa pobre*.

CON LOS AYOVEOS
Y LOS MIXES
— ^¿Cuál es la situ ació n global de
las M isiones en Paraguay?
— En general, la evangelización
está m uy adelan tad a e n los cen­
tro s en que las H erm anas llevan
trabajando hace m uchos años. Los
A yoveos tienen unas tradiciones
m uy sem ejantes a los principios
católicos. M uchos de ellos están
bautizados. P ero la o bra de p ro ­
moción social com prom ete a las
H erm anas en u n trab a jo delicado
y difícil.
— ¿Es fácil el trab a jo con los
Mixes?
— No h ay difícultad alg u n a p ara
el que tra b a ja con am or. Las a ltu ­

ras escarpadas en que viven los
Mixes tien en a las H erm anas en
una obligada soledad. Pero, desde
allí ¡qué cerca se está del cielo!
N u estra actividad es m últiple:
ab arca to d a la vida de esto s h er­
m anos nuestros. Las H erm anas son
generosas y sien ten la felicidad del
que sabe entregarse.

Desde el Jap ó n a A m érica: el
ciu^o del sol.
L a tie rra resu lta pequeña p ara
el que, cada día, con tesón, e n tre­
g a su vida p ara llevar a Cristo,
luz verdadera, a sus herm anos los
hom bres. ■
A N S

15

UN SIGLO
MISIONES SALESIANAS


Cinco etapas históricas de estos cien años:
1. — Durante la vida de Don Bosco hasta su muerte (1875-1888).
2. — Primera expansión misionera, hasta la primera guerra mundial (18881914).
3. — Segunda expansión, entre las dos guerras (1914-1939).
4. — Relanzamtento misionero, hasta el Concilio (1945-1946).
5. — Dificultades y promesas posconcillares (1965-1975).

HASTA LA MUERTE
DE DON BOSCO
En vida de E)on Bosco se realizan
once expediciones misioneras con un
total de 150 salesianos y 50 Hijas de
María Auxiliadora. Hay un solo ob­
jetivo: América Latina.. Los SalesiaDon Jo«é Luis Carroño mantiene
vivo en tu realdencia de Alzuza (Na­
varra) el espíritu misionero. Aquí lo
vemos entre estos novicios filipinos
y dice: “No tardarán en crecer...
digo los salesianos filipinos, no mi
pelo".

.Tlv'

nos llegan a Argentina en 1875, a
Uruguay en 1876, a Brasil en 1883, a
Chile en 1887 y a Ecuador en 1888.
Se abren cuatro auténticas misiones:
La Patagonia, Tierra de Fuego (Chi­
le), Río Negro (Brasil) y la de los
Jíbaros en Ecuador.
El mayor esfuerzo se lleva a cabo
en Argentina. Los misioneros don Cagüero, don Fagnano, don Milanesio y
don Beauvoir se lanzan a las tierras
australes. Trabajan con los indios Pa­
tagones, Araucanos y Tehuelches. Don
Cagliero es nombrado Obispo de la
Patagonia y don Fagnano prefecto
Apostólico de la Tierra del Fuego,
donde los indios le llaman "El Capi­

vi.

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^ %s

J

tán bueno". El mismo penetra en
Punta Arenas junto con otros sale­
sianos, entre los que sobresale don
Milanesio.
Don Luis Lasagna llega a Brasil en
1883 desde Uruway y funda una se­
gunda casa en Sao Paulo.
Invitados por el mismo Presidente
del Ecuador, los primeros salesianos
llegan a este país el 28 de enero de
1888, tres días antes de la muerte de
Don Bosco.
Sueños misioneros.—^Los sueños son
una de las características más origina­
les de Don Bosco. El padre sueña en
las misiones, en sus misioneros des­
pierto y dormido. En 1872 vio a unos

Cartel misionero, primer premio en
Argentina, original de sor Carmen
Yolanda P a ló f^ í (HMA). Lleva por
título “Ancla salvadora”.

salvajes gigantes que despedazaban a
los misioneros de otras órdenes. Pero
al sentirse frente a los Salesianos que
iban acompañados de escuadras de
diiquillos, se rindieron y aceptaron
la civilización del Evangelio. Hay
otros cuatro sueños misioneros conta­
dos por él mismo; uno, en 1883, dos
en 1885 y el último en Barcelona en
1886. En los dos últimos sueños rea­
liza una verdadera excursión por Amé­
rica, Asia, Africa y Australia, donde
prevé la próxima fundación de sus
misiones. Hay en estos sueños datos
sorprendentes, como por ejemplo la
contemplación de la ciudad de Brasi­
lia más de ochenta años antes de su
fundación.
A la muerte de Don Bosco, después
de trece años de actividad, sus dos
congregaciones e s t á n presentes en
cinco naciones extraeuropeas, tienen
la responsabilidad misionera de dos
vastos territorios y cuentan con el
prestigio de un obispo.

PRIMERA EXPANSION
DESPUES DE DON BOSCO
El sucesor de Don Bosco, don Mi­
guel Rúa (1888-1910) continúa el
mismo celo misionero del Fundador.
Un biógrafo escribe de él: “ Su sed
misionera era insaciable”.
Los resultados son admirables. Al
final del siglo, los Salesianos conta­
ban en Argentina con 13 iglesias, 23
capillas, 14 colegios salesianos y 10
de Salesianos. El Presidente de Ar­
gentina, General Roca, definía públi­
camente a monseñor Cagliero: “Civi­
lizador del Sur y Civilizador de la
Patagonia”.
Monseñor Fagnano recibe del go­
bierno chileno una isla en propiedad
durante veinte años, en la que recoge
a sus indios. En 1893 es consagrado

obispo monseñor Lasagna. La Santa
Sede le da jurisdicción sobre todos los
indios de Brasil y elige el Mato Grosso como campo de misión. Dos años
más tarde, moriría en accidente ferro­
viario junto con otro salesiano y cua­
tro Hijas de María Auxiliadora.
En 1893 se crea otro vicariato apos­
tólico en el territorio de los Jíbaros
en Ecuador, que se le confía al nue­
vo obispo salesiano monseñor Santia­
go Costamagna.
Otros países de América.—Mientras
tanto, se van abriendo nuevas casas
en otras naciones del continente ame­
ricano. En 1890 se llega a Colombia:
se desarrollan obras sodales y se acep­
tan dos lazaretos, empresa temeraria
en aquellos años.
i Don Antonio CoibacchinI, célebre
I misionero en la selva del Amazoi ñas, enseña a estos chicos cómo
se maneja el arco y las flechas...

En 1889 son los C ooi^adores los
que se organizan en México y fundan
un colegio. En 1894 se llega a Vene­
zuela d ^ d e hacía ya ocho años que
trabajan los Cooperadores. En 1896
llegan los Misioneros a Paraguay y a
Bolivia, para ocuparse de los indios
de la altiplanide. Y, antes de cond u ir el siglo, se llega a El Salvador
-y a Estados Unidos, donde se fundan
dos obras, en las costas del Atlántico
y del Pacífico, New York y San Frandsa>.

A LOS VEINTICINCO AÑOS
Año 1900. Se celebran las bodas
de plata ^ la actividad misionera coa
tm Congreso Internacional en el Co­
legio Pío IX de Buenos Aires. Lo
preside don Pablo Albera, quien vi­
sita a continuad(^ todas las casas de
América. Continúa la expansión salesiana en los países centroamericanos:
Panamá, Costa Rica, Honduras, Nica17

ra ^ a . En todas partes ofrecen a los
Salesianos parroquias, colegios, escue­
las profesionales y agrícolas...
Asia y Africa.—Se comienza por
Tierra Santa, donde la Obra Salesiana está relacionada con don Antonio
Belloni, un profesor de seminario. A
imitación de Don Bosco, empezó a
recoger en Jerusalén a chicos de la
calle, fundando luego una congrega­
ción. Contaba con tres casas y, en
1S87 se las ofreció a Don Éosco.
“Ahora no, después sí”, le contestó
el santo. Ese “después” llegó en 1891.
Lejos, muy lejos, la India esperaba.
También la legendaria China. Las pri­
meras casas son las de Macau y Tanjore de Madrás. Y los tímidos inicios
de Africa.
A la muerte de don Rúa, en 1910,
las fuerzas salesianas en América son
considerables: 1473 salesianos de los
4.001 que hay en toda la Congrega­
ción; y 1.060 Hijas de María Auxi­
liadora, de 2.988.
Es impresionante observar en un
mapa la penetración realizada en es­
tos años. Pero lo más importante es

el compromiso y d ardor que don
Rúa supo infundir a la empresa apos­
tólica de las Misiones. Daba a los
misioneros las consignas más moder­
nas y audaces: “Abrazad la vida y
costumbres de los nuevos países, ol­
vidando las de la propia nación”. Pe­
día un gran respeto para la cultura
de los indios: “Respecto a los hábitos
y costumbres que tienen estos salva­
jes, procurad no despreciarlcK; sino
que, a ejemplo de lo que hacía la
Iglesia en los tiempos antiguos, entre
los pueblos paganos, buscad el modo
de santificarlos cuando no sean perju­
diciales a las almas o a los cuerpos”.

En 1935, la “Guía de las Misiones
Católicas” confirma que todos los in­
dios de la Patagonia son católicos. Y
los territorios pasan a ser diócesis or­
dinarias.
En Paraguay se internan los misio­
neros hacia las tribus del Chaco. En
1932, se funda la misión entre los
Guaicas del Alto Orinoco (Venezuela).
Y en Brasil se adentran por los terri­
torios amazónicos en busca de los
indios Bororos, Carajás y Xavantes,
quienes en 1934 dan muerte a los
dos misioneros, padre Fuchs (de Sui­
za) y el brasileño padre Sacilotti. Más
tarde se abren las misiones de Río
Negro y Porto Velho.

LA SEGUNDA EXPANSION
A LOS CINCUENTA AÑOS
A don Rúa le sucede don Pablo
Albera (1910-1921). Son los años di­
fíciles de la Primera Guerra Mundial.
En este período sólo salen de Euro­
pa 345 salesianos para las misiones.
Don Felipe Rinaldi (1921-1931) in­
funde un nuevo impulso a las Obras
Salesianas de América. Llegan los Sa­
lesianos a Cuba, Guatemala, Santo
Domingo y Haití.

En 1925 se celebran las bodas de
oro de las Misiones Salesianas. Don
Rinaldi y madre Luisa Vaschetti, su­
periores generales de Salesianos y Sa­
lesianas respectivamente, hacen de es­
ta fecha un acontecimiento extraordi­
nario que desean celebrar con solem­
nidad. Se prepara una expedición de
misioneros fuera de serie, 185 sale­
sianos y 58 salesianas. Se inaugura una
revista misionera y se prepara una
expedición al Japón.
Penetración en Asia.—Lleva a ca­
bo la penetración en el territorio ja­
ponés la incomparable figura misio­
nera de monseñor Cimatti. Es un
hombre clave: el líder, el organizador
y el santo. Hoy es siervo de Dios.
Poro después, se llega a Tailandia.
A China llegan los Salesianos en 1918
y las Hijas de María Auxiliadora en
1923. Jefe de la primera expedición
a China es el siervo de Dios monse­
ñor Lxiis Versiglia, más tarde obispo
y mártir en 1930. La Obra Salesiana
crece romo la espuma. En poco tiemI » hay 22 centros con escuelas e igle­
sias. También los portugueses fundan
sus obras de Macau y Timor.
En la India.—En 1922 entran los
Salesianos por el Nordeste de la In­
dia, en el territorio de Assam. Se en­
cuentran, de buenas a primeras ron
167 tribus con sus correspondientes
idiomas y religicmes. Las Hijas de Ma­
ría Auxiliadora se establecen en Ma­
drás.
Figura de primera categoría es la
de monseñor Mathias, considerado
romo el “Cagliero de la India”. Se
p r e t^ p a de las vocaciones, de los
seminarios. Acepta para los Salesianos
las diócesis de Madrás, Krishnagar y
^U ong.
EXespedida de misioneros salesianos
en la Basílica de María Auxiliadora
de Turín, una ceremonia llena de
emoción y fraternidad salesiana.

y se elige como Rector Mayor a don
En Asia, cunde la obra en Irán,
Birmania, Filipinas, Kores, Vietnam y Luis Ricceri. Desde el momento de
Fonnosa. El trabajo misionero reali­ su elecdón, orienta su actividad con
el “slogan”: “Con Don Bosco vivo
zado en CHna se ha ido a pique a>n
la revolución de Mao. Pero, ya se sa­ hoy, de cara a las exigendas de nues­
be, las persecuciones nunca son esté­ tro tiempo y a las de la Iglesia”. “La
Congregadón Salesiana —subraya—
riles. Siempre hay fruto.
ha naddo, ha creddo y ha avanzado
En Africa continúa el desarrollo
misionero. Son los años de la inde­ sien^re como Congregación misione­
ra”.
pendencia política de la gran mayoría
En 1969 es eligida como Superiora
de los países. La descolonización ofre­
General, la madre Ersilia Canta. So­
re otros matices más sociales de la
brevienen las crisis internas y « te r ­
obra misionera emprendida. Se abren
casas y centros de misión en Mozam­ nas, la disminución del persona^ la
falta de vocadones. En menor canti­
bique, Cabo Verde, Congo-Brazzaville,
dad, continúan las expediciones mi­
Transvaal, Katanga...
sioneras. Pero el apostolado misional
Don Ricaldone, a lo largo de su
adquiere o t r a s dimensiones, otras
período de Rector Mayor, envió a
nuevas presendas, otros objetivos, de
las misiones la impresionante cifra de
acuerdo con los principios conciliares.
2.500 salesianos.
Vocaciones indígenas.—Hay países,
como la India, que derran sus puer­
Viafe alrededor del mundo.—En
1952, el nuevo sucesor de Don Bos­ tas a los misioneros extranjeros. Pero,
a la vez, florecen las vocaciones in­
co es don Renato Ziggiotti. Para
dígenas. Surgen en la misma India,
a los misioneros en su trabajo
Este joven misionero le está di­
se lanza a la aventura de un viaje al­ en Filipinas. De ahí salen misioneros
ciendo a Don Ricceri que lo espe­
hada Tailandia, Korea, Vietnam.
rededor del mundo. Visita a todos
ra en su campo de misión...
Actualmente, en los países del Ter­
los salesianos de todos los países en
un viaje agotador. Al dimitir de su
cer mundo trabajan 6.959 salesianos,
un terdo del total, de los que son
rectorado en 1965, había enviado a
En Africa y Australia.—^Hay algu­ las misiones a 1.600 salesianos. Por
indígenas 4.722.
nos intentos para establecer la obra
aquellos años, la C ongr^adón conta­
Las Salesianas que trabajan en el
salesiana en Libia y en Marruecos.
ba con 15 territorios de misión: siete
Tercer Mundo son 6.540, también
Pero el mayor desarrollo de la Con­ en América, siete en Asia y uno en
más de un terdo del total.
gregación corresponde a los Salesianos
Africa.
belgas, que trabajan en el Zaire desde
En 1958, sucede a Madre Lucotti
1911. A Australia se llega en 1922.
AQUEL RIO
la madre Angela Vespa (1958-1969).
En este tiempo tienen lugar unos
acontecimientos muy importantes co­ Dio a la Congregación una orientadón
No cabe duda que el trabajo entre
eminentemente catequística con incal­
mo la beatificación de E)on Bosco en
los pueblos primitivos ejerce un enor­
culables ventajas para las actividades
1929 y la canonización en la clausura
me poder de atracción. Sin embargo,
misicKieras.
del año Santo de 1934. Las Hijas de
hoy por hoy, es más urgente la labor
María Auxiliadora festejan la beatifi­
en las barriadas periféricas de las
cación de Madre Ma22 arello en 1939.
EL POSCONCILIO,
grandes dudades, repletas de jóvenes
Posteriormente sería canonizada en
abandonados y necesitados. La Con­
PROMESAS
1951.
gregadón Salesiana, desde sus oríge­
Y DIFICULTADES
Pero la Segunda Guerra Mundial
nes misioneros, tiende a remediar las
viene a entorpear de nuevo el inten­
necesidades de esta juventud.
El
Concilio
Vaticano
I
I
abre
una
so desarrollo misionero de la Congre­
Aquel manantial que brotó hace
etapa nueva en la Historia de la Igle­
gación.
d en años, en 1875, se ha convertido
sia. Subraya el carácter misionero de
en un río caudaloso que fluye en el
todo el Pueblo de Dios, de la Iglesia
que “es por naturaleza peregrina y mi­ t i e n ^ y en el espado. El proyecto
EL RELANZAMIENTO
de Don Breco se cumple en la Igle­
sionera*. Comienzan los años de la
MISIONERO
sia en la medida en que sus hijos los
renovación y de las profundas crisis.
Salesianos saben serle fieles al Padre.
HASTA EL CONCILIO
1965: Comienza el Capítulo General
La nueva expansión misionera se
lleva a cabo bajo el rectorado de don
Pedro Ricaldone (1932-1951) y la ma­
dre Linda Lucotti (1934-1957). En
América se aceptan las nuevas ftindaciones en la selva amazónica.
Don Bosco dijo que del Hbldabo saldría también expediciones mi­
sioneras de Salesianos. Don Ziggiotti está verífícttído esta profecía
del Fundador imponiendo el cruci­
fijo al que será más tarde monse­
ñor Pintado, con él a otros misio­
neros del año 1957.

A*

«La actividad misionera —dice el Concilio— es un compromiso que
atañe a todos los cristianos. No es exclusivo de los que parten...»
¿Qué hacemos por los misioneros? ¿Qué podemos hacer desde nues­
tros puestos de trabajo?
He aquí un manojo de iniciativas de la Familia Salesiana en la reta­
guardia.

1.

La Oficina Central
de Misiones

La Congregación Salesiana tiene
en su Consejo Superior un "Conse­
jero para ias Misiones". El actual
es don Bernardo Tohüi, iriandés,
con una gran experiencia misione­
ra. Su tarea es la de atender a ios
salesianos misioneros y a ios que
piden partir a las misiones extran­
jeras; examina las peticiones y ha­
ce ia distribución del personal. Vi­
sita los campos de misión, organi­
za ciclos de estudio acerca de la
evangellzaclón y cursos de recicla­
je y renovación de los veteranos.
Es responsable de los animadores
misioneros en los diversos países
y orienta la actividad de los secre­
tariados para Misiones. Se relacio­
na con organizaciones internacio­
nales como Misereor, Adveniat, Ca­
ritas..., y distribuye los fondos de
la "Solidaridad fraterna” ; impulsa la
prensa misionera y los grupos juve­
niles de ayuda al Tercer Mundo, asi
como los demás movimientos misio­
neros de la Congregación.

Los padres son los primeros misio­
neros de la retaguardia...

Las Hijas de María Auxiliadora
tienen también en su Consejo Ge­
neral el cargo de la “Consejera pa­
ra Misiones" con su correspondien­
te Oficina Central. Actual consejera
es la madre Lidia Carini, una sale­
siana de Norteamérica con una rica
experiencia en tierras de Africa y
de Oriente.

2.

Las Procuras o
Secretariados Misioneros

Son las "bases de abastecimien­
to de las líneas avanzadas del fren­
te de Dios” . Las quiso el Capítulo
General de 1965, aunque ya exis­
tían algunas como la de Bonn, crea-

“Juventud misionera” es la revista
que habia de ias Misiones Saiesia*
ñas. Los chicos, a través de sus
páginas, beben ei ideai misionero...
Y hasta animan a ios que han par*
tido a iejanas tierras.

da en 1960; y la de New Rochelle,
en 1946.
En Europa funcionan ia de Bonn,
Madrid, Lyon, Bruselas, la Haya y
Lugano; y en América, la de New
Rochelle, México, Buenos Aires,
Quito y Caracas. Son muy diferen­
tes entre sí, por su origen, Impor­
tancia y actividad, pues les toca re­
solver problemas de muy diversa
índole.
He aquí los objetivos que Ies
asignaba el Capítulo de 1965:
“Asistir a los misioneros en la par­
tida, llegada o permanencia en ia
patria; promover toda otra actividad,
especialmente económica, en favor
de las misiones” .
Quizás la actividad económica no
es la más importante, pero casi
siempre es la más absorbente... y
la primera en orden de aparición.
Es natural: generalmente las misio­
nes se encuentran en países po­
bres, carecen de cosas elementales
y acuden a países fuertes económi­
camente como Estados Unidos o
Alemania.
Estos países desempeñan un pa­
pel extraordinario con aquello que
don Francisco de Quevedo llamaba
“poderoso caballero...”
Se piensa actualmente en un re­
ajuste y renovación de estos secre­
tariados. El procurador no es sólo
un administrador de la Providencia,

sino un animador de las actividades
misioneras en todas sus din>ensiones.

3.

Institutos para
vocaciones misioneras

Todavía funciona en Italia el Se­
minario Misionero de fvrea “ Carde­
nal Cagliero” . En sus cincuenta
años de vida, el “ Cagliero” ha da­
do a la Congregación más de 700
misioneros “ caglierinos” . (En 1972,
la estadística arrojaba los siguien­
tes datos: 475 sacerdotes, 115 clé­
rigos y 124 saiesianos coadjutores.

más otros 102 sacerdotes diocesa­
nos o de otras congregaciones).
Con motivo del 50 aniversario do
las Misiones Salesianas se crearon
otros seminarios semejantes en di­
versos países: Penango y Foglizzo
en Italia; Coat-an-Doch, en Francia;
Astudillo, en España; Shrigley, en
Inglaterra; y BalMnakill, en Irlanda.
En dichos seminarios se han forma­
do centenares de sacerdotes espar­
cidos por todo el mundo. Hoy ha
desaparecido esta formación espe­
cifica y los misioneros salen indis­
tintamente de todos los seminarios.
También las Hijas de María Auxi­
liadora abrieron en 1923 un aspírantado misionero en Arignano. Y
en 1924 se creó en Turin la "Casa
Misionera Madre Mazzarello” don­
de se preparaban intensamente las
misioneras expedicionarias. Más de
1.233 salesianas han forjado su es­
pada apostólica en esta casa antes
de partir para los cuatro ángulos
de la tierra.

4.

Los talleres
“Mamá Margarita”

Una simpática actividad de las
Cooperadoras Salesianas es la de
los Talleres Misioneros “ Mamá Mar-

Don Gonzalo es también un misio­
nero ambulante por nuestros cole­
gios. No sé cuántas maletas nece­
sitará para llevar todos esos bár­
tulos...

21

. X
garita", en los que que se hacen
trabajos o se ofrecen donativos pa>
ra una determinada misión. Actual*
mente hay cerca de un centenar de
estos talleres. Los dirigen las Saleslanas o algunas Cooperadoras en
sus mismas casas, pero también los
hay en los colegios salesianos. Se
llaman de "Mamó Margarita", la
madre de Don Sosco, por ser con­
siderada como la primera Coopera­
dora saleslana. En 1846 dejó su
casita de i Becchi para acompañar
a su hijo para entregarse a los tra­
bajos de cocina, lavado y costura
de la ropa de los huérfanos del
Oratorio como si se tratara de hijos
suyos.

/
Para este tipo de talleres basta
un local y un grupo de señoras ge­
nerosas que deseen hacer algo por
las Misiones. Se reúnen una vez
por semana y planifican su labor
en beneficio de una determinada
misión con la que han establecido
relaciones. A veces, pertenecen a
estos grupos familias enteras: co­
laboran el padre, la madre y los
hijos en diversas actividades de
ayuda.

5.

Centro de
estudios misioneros

“ Los Salesianos hacen la histo­
ria, pero no la escriben” . Asi solfa
decirse con frecuencia. Era como
un principio que, hoy, se ha echa­
do por tierra. Pues en la Universi­
dad Pontificia Saleslana de Roma
se ha creado recientemente un Cen­
tro de Estudios sobre las Misiones
Salesianas. También se ha creado
un archivo central para recoger to­
do el material publicado o inédito
con relación a las Misiones Sale­
sianas. Este material es una fuente
de primera necesidad al que han de
acudir los historiadores y estudio­
sos de misionologla.
Con motivo del Centenario que
ahora se celebra se han creado
también cuatro colecciones de pu­
blicaciones salesianas: 1) Diarios y
memorias, 2) Estudios e Investiga­
ciones, 3) Biografías, 4) Subsidios.
Este Centro de estudios lo dirige
el historiador salesiano Rafael Pa­
tina, quien cuenta con la colabora­
ción de escritores e historiadores
de todo el mundo salesiano; figuras
como las de Pedro Scotti, César
Albisetti, Luis Coceo, Alcionilio Bruzzl, Franz Knobloch..., conocidos
autores de ciencias etnológicas y
de misionologla.
Algo muy interesante debe estar ex­
plicando don Gonzalo, pues los chi­
cos atienden con seriedad.

22

6.

“Noi per loro”
(Nosotros para ellos)

Es una hermosa Iniciativa más de
los Cooperadores italianos. Se trata
de visitar a los misioneros en el
mismo lugar donde trabajan para
conocer en carne viva los proble­
mas y estrecheces en que viven,
convivir con ellos una temporada,
rezar a su lado para enriquecerse
con una ayuda más efectiva y afec­
tiva.
Ya tienen estos cooperadores ex­
periencias pasadas y les han dado
resultados magníficos. De estos via­
jes los Cooperadores han regresa­
do cambiados. De este modo han
surgido los "hermanamientos” de
centros de Cooperadores con algu­
na misión determinada o de las pa­
rroquias respectivas con la misión
que han visitado.

7.

El “Club
de los cien mil”

¿Qué club es éste? Pues, senci­
llamente, es un club que consta de
cien mil personas que se compro­
meten a dar mil liras al año para

Lo que se puede hacer por las Misiones. Estos chavales del colegio saleno de New Rochelie se han rasurado la cabeza al estilo bonzo. Así llama­
rán más la atención y recogerán más dólares para los huérfanos survletnamltas.
ayudar a las misiones o a alguna
comunidad del Tercer Mundo. Asi
logran reunir una buena suma de
dinero.
Este club funciona en Italia des­
de 1968 y fue fundado por un mi­
sionero salesiano que regresó a su
patria. Su nombre es don José Ba­
racoa. Esta obra ha enviado ya a
las misiones ambulancias, tractores,
camiones, generadores, una central
eléctrica, becas de estudio, medici­
nas, víveres, ropa, máquinas de co­
ser y de escribir..., etc.

8.

Jóvenes que también
van a las misiones

Hay un movimiento de jóvenes se­
glares que se ofrecen voluntaria­
mente a prestar algunos años de
servicio en favor de las misiones.
Es un fenómeno reciente que puede
tener un enorme futuro. Existen di­
versos modos de servicio con sus
correspondentes nombres:
a) Movimiento “ Tierra Nueva” .
Por deseo expreso de don Ríccerí
se fundó en Roma en 1969. Se de­
fine como “Obra saiesiana y ecle-

sial de los Jóvenes, para jóvenes
dispuestos a asumir responsabilida­
des como laicos en las misiones o
países en vías de desarrollo a fin
de activar la evangelización y la
promoción humana” .
Tierra Nueva elabora proyectos y
programas para zonas de misión o
del Tercer Mundo. A fin de realizar
estos proyectos, hay jóvenes que
se ofrecen a trabajar varios años o
a hacer un servicio social en lugar
del servicio militar. Dichos proyec­
tos pasan por diversas fases: pro­
puesta, estudio, aprobación y reali­
zación. Los voluntarios también tie­
nen sus etapas de preparación a
estos servicios: coloquio para un
conocimiento de la persona; una se­
mana de orientación; dos períodos
de residencia en el Centro de Tie­
rra Nueva (unos dos meses con in­
termitencias) en los que se dedican
a la reflexión. La preparación, en
total, dura un año.
Los voluntarios, generalmente,
son profesionales que desean hacer
algo, regalar unos años de su vida
a los pobres del Tercer Mundo.
Este movimiento funciona en Ro­
ma y, recientemente, ha sido crea­
do también en Madrid.

b) Operación Mato Qrosso. Se
trata de una organización laica pa­
recida a la anterior y animada por
Salesianos. Desde 1967 se vienen
organizando expediciones a Brasil,
Ecuador y Bolivia. Las expedicio­
nes duran unos cuatro meses y tie­
nen un objetivo concreto: construir
una escuela, un asilo, un puente,
un taller, un depósito, una granja,
prestar ayuda sanitaria o escolar.
Primero se ponen de acuerdo con
un centro misionero salesiano y se
disponen a colaborar con el mismo.
Algunos de estos jóvenes, que
fueron sólo por cuatro meses, al
encontrarse en el campo de acción,
acabaron por comprometerse por
varios años. El contacto con la rea­
lidad ios ha estimulado a una total
entrega.
En Brasil han nacido otros gru­
pos como “Auxiiio” y “ Vibra” (Vo­
luntarios internacionales y brasile­
ños para la Amazonia). En Guate­
mala se organiza anualmente la
“Operación Carchá” , en la que par­
ticipan chicos y chicas de nuestros
colegios para ayudar una tempora­
da en la misión de los indios Kekchíes. En Argentina florecen otros
nuevos grupos.
Las Hijas de María Auxiliadora
realizan otros movimientos misione­
ros como el de “Campo misionero”
de Canaguaro, en el Aríari, o el de
“Apostolado en Matagallinas” entre
ios Mixes de México. Hay también
equipos de alfabetización en Belo
Horizonte, Manaus y Duoc (Ohile)
y otros grupos de promoción hu­
mana. La evangelización y la labor
social caminan mano a mano, pre­
ocupados por la salvación integral
del hombre.
También van a las misiones al­
gunos cooperadores. De Italia, Ir­
landa, México y España ya han ido
a trabajar a Ecuador, Suráfrica, a
los Mixes y a Venezuela, Brasil y
Paraguay...
“ Un día — cuenta una exalumna
de las Salesianas— la Hermana nos
preguntó qué habíamos hecho en
nuestra vida por los demás. Esas
palabras me hicieron reflexionar.
Decidí que debía dedicar a tos otros
a! menos dos años de mi vida...

El problema misionero es algo
que nos atañe a toda la Familia
lesiana, aún más, a todo cristiano.
No es sóio un compromiso de unos
pocos, de los que parten. ¿Qué ha­
cemos, entonces, los que nos que­
damos? ■
A N 8

23

ENTREVISTA A

D. Modesto Bellido
¿Quién no conoce a Don
Modesto Bellido? Su nombre
suena en toda la España Saleslana y su figura ha pasea­
do por los cinco continentes,
como antiguo Catequista Ge­
neral d e la Congregación,
como Consejero encargado
de las Misiones Salesianas.
Pocos conocen como Don
Modesto el mundo misionero
sateslano, y su personal. Con
todos sus problemas y con
todo su futuro. Por eso, al ter­
minar sus largas singladuras
de Superior en el Consejo
General, ha venido a Madrid
para dirigir el Secretariado
Nacional de las Misiones Saieslanas.
Don Modesto, al habla con
nuestros lectores.

— ¿Cuál es el origen de este
Secretariado Español de Misiones
Salesianas?
— El ideal misionero es de una
incuestionable eficacia educativa.
Había que orientar en nuestros
colegios de España el ardor mi­
sionero; no dejar que se apagara
el fuego prendido en otras épo­
cas. Por eso, el año 1960 se fun­
dó en nuestro país la Procura de
Misiones, esto que hoy llamamos
Secretariado.

— ¿Reciben mucha ayuda ma­
terial de España nuestros misio­
neros?

— Recuerdo que comenzó el
padre Hiscio Morales.
— ¡Ya lo creo! Don Hiscio
fue el fundador de este Secreta­
riado. Durante doce años había
estado de misionero en la India
y durante otros doce años fue
también el Procurador en Ma­
drid. Ya son unos pocos años de­
dicados plenamente a las Misio­
nes Salesianas. Bien merece nues­
tro recuerdo.

— España es muy generosa.
Nuestros bienhechores son es­
pléndidos y saben muy bien que
el dinero mejor empleado es el
que va a manos de los pobres.
Es algo que han aprendido en
el abecedario del cristianismo...
Don modesto habla y sonríe,
pero no suelta prendas en eso de
las cantidades enviadas a los mi­
sioneros españoles. Lo que sí sa­
bemos de buena tinta es que, en
este sentido, la labor del Secre­

24

— ¿Qué otras finalidades tie­
ne este Centro Salesiano?
— España ha dado muchos mi­
sioneros sjilesianos. Desde aquí
nos relacionamos con ellos, Ies
ayudamos, Ies alentamos en su
difícil tarea de evangeUzadores.

tariado es muy eficiente. Y las
posibilidades ambientales, perso­
nales y económicas de España
aconsejaron su fundación.
— ¿Son muchos los salesianas
que trabajan en el Secretariado?
— Somos seis. Cuatro sacerdo­
tes y dos coadjutores. La comu­
nidad depende de la Conferencia
Ibérica'.
— ¿Cómo logra la animación
misionera en los colegios?
— En primer lugar, con la re­
vista mensual «Juventud Misio­
nera». Es una revista ya clásica
en nuestra historia salesiana pues
cuenta nada menos que treinta
años de existencia. Ahora tiene
una tirada de ,17.000 ejemplares
y llega no sólo a nuestros cole­
gios de Salesianos y Salesianas,
sino también a las parroquias y
otros ambientes juveniles.

Don Modesto Bellkk), en uno de sus viajes a la India, es recibido trlunfalmente y con cariño.

— ^Antes funcionaban en nues­
tros colegios los antiguos “Cír­
culos misioneros”. Ahora, con un
nuevo estilo de modernidad, se
han creado estos 'Equipos de Ani­
mación Misionera a nivel de ado­
lescentes. Es indiscutible su efi­
cacia formativa y vocacional. Pa­
ra este trabajo y otros por el es­
tilo disponemos de subsidios in­
crementados considerablem ente
en este curso.

trabajan. Es el mejor modo de
c o n o c e r las necesidades que
atienden.
La distribución de las limos­
nas de nuestros bienhechores se
hace siempre de acuerdo con el
Superior encargado de las Misio­
nes, para una ayuda equitativa y
justa, según las necesidades y
atendiendo las urgencias que, por
desgracia, nunca faltan...

— ¿Cómo atiende el Secreta­
riado a los Misioneros que pasan
por España?
— Se les ayuda en sus trámi­
tes oficiales, en sus pedidos, en
su vinculación a organismos asistenciales o benéficos. Sobre todo,
se les dispensa una fraterna hos­
pitalidad <en nuestra casa. No ol­
videmos que pasan de 350 los

Don Modesto, a sus años, es
incansable, indomable. Trabaja,
escribe, reza. No para. Aún con­
serva su gesto paternal y diná­
mico de levantar las manos y agi­
tarlas en señal de animación. Por
encima de sus gafas redondas y
gastadas, nos mira con unos ojos
insistentes y austeros.
¡Ah!, antes de despedirse, nos
dice que el Secretariado está en





4N0L DE MISIONES SALESIANAS
— También es conocida la
Exposición Misionera ambulante.
Háblenos de ella...
— Ha sido un éxito inespera­
do. Recorre todas las casas salesianas y de Hijas de María Auxi­
liadora que lo solicitan.' Lleva el
mensaje misionero a los chicos
de una manera intuitiva. Duran­
te los tres años de su actividad,
se calcula en más de 200.000 el
número de personas que la ha vi­
sitado. Este verano pasado hizo
una visita a los pueblos del valle
del Tiétar, en un ambiente no salesiano. El éxito ha sido extra­
ordinario.
— ¿En qué consisten los equi­
pos de animación misionera?
Hasta Sevilla ha llegado la exposi­
ción misionera del Secretariado de
las Misiones. Don Francisco Gamarro la visita con dos chicos.

misioneros salesianos españoles
en el extranjero.
— ¿Son muy pedigüeños nues­
tros misioneros?
— Depende de sus necesidades.
Llevan obras de asistencia que
asustarían a los lectores del Bo­
letín Salesiano. Muchos Gx)pera*
dores de Italia han visitado a los
misioneros en los lugares en que

un bello rincón de Madrid, jun­
to a los Jardines de la Fuente
del Berro. Que, desde allí se oye
el canto del agua y, si uno se
asoma, hasta el “voletío” de los
pavos reales...
Para mayor seguridad, nos da
su dirección:
Calle Eduardo Aunós, 50 MADRID-28.!
Rafael Alfaro

A llá por el año 1969, el Boletín
Salesiano dio a conocer en España
la obra social de un salesiano en
Haití. El padre Lorenzo Bohnen,
adem ás de atender a su cargo de
consejero de estudios en la Escue­
la Nacional de A rtes y Oficios de
P uerto Príncipe, había com enzado
a interesarse por una m ultitud de
negritos, que pululaban po r los su­
burbios de la capital haitiana. El
problem a de estos niños se cifraba
en dos palabras: ham bre y escuela.
El porvenir de estos niños en un
país, el más pobre y subdesarro­
llado de toda América, era más
negro que su piel.
Con la ayuda que el padre re­
cogía, durante las vacaciones esco­
lares, entre católicos norteam eri­
canos estaba consiguiendo dar una

ración de arro z o de habichuelas
a 2.000 niños, durante nueve m e­
ses, los meses del curso. Los ni­
ños que esperaban con ojos supli­
cantes a las p u ertas de la cantina
del padre e ra n bastantes miles
más. No teniendo corazón para de­
c ir no a tan to s niños el padre
Bohnen intensificó sus cam pañas
en N orteam érica.
El entonces delegado nacional
de España, don Javier Rublo, co­
noció al padre Bohnen y movido
por su bondad y la urgencia de su
obra, le prom etió la ayuda de los
cooperadores esp>añoles. U na serie
de artículos en el Boletín Salesíano empezó a dar a conocer lo que
dicho padre hacía en P uerto P rín­
cipe e inm ediatam ente com enzaron
a llegar los prim eros donativos.
Más de medio millón de pesetas
fue la prim era aportación de ios
cooperadores salesianos.
Al año siguiente, sin dejar esta
obra, se desplazó la atención a
otro centro de interés: V yasarpadi.

La g ran rev ista italian a EPOCA
varios periódicos italianos y suizos
y el Boletín Salesiano español
conm ovieron a sus lectores con la
obra del padre M antovani en favor
de los leprosos y m oribundos de
M adrás-India. La prim era ap o rta­
ción de los cooperadores fue de
medio m illón m uy largo de pese­
tas.
E stando así las cosas, en junio
de 1971, reunido el Consejo Na­
cional de los Cooperadores, se
exam inó detenidam ente la m archa
de las dos cam pañas en favor de
H aití y V yasarpadi y surgió la idea
de organizar esta actividad de los
Cooperadores, am pliarla y darle
unas características propias que la
perfilaran com o obra específica y
nacional de los Cooperadores en

favor del T ercer Mundo, hacia el
que la Iglesia h abía llam ado la
atención repetidas veces con la
Populorum progressio y diversos
docum entos conciliares.
Así nació Cooperación Salesiana
y T ercer Mundo.

SAIESI

LAS MISIONES SALESIANAS
Y COOPERACION SALESIANA
Y TERCER MUNDO
La celebración del prim er cen­
tenario de las Misiones Salesianas
pone de relieve todas las obras
que la Fam ilia Salesiana encam i­
na a la evangelización de infieles
y a o tras concom itantes.
Las Misiones salesianas son de
u na envergadura ta l que forzosa­
m ente han hecho surgir, a lo largo
de esto s cien años, una serie de
em presas apostólicas dedicadas a
colaborar con ellas y com plem en­
tarlas.
U na de estas o bras es «Coope­
ración Salesiana y T ercer Mundo»,

Esta as al equipo que trabaja an la campaña "Cooparaclón Saiaalana y
Tarcar Mundo” que tanto siquan nuestros lactorea. Claro que no aparecen
don Javier ni don Blas...

26

en p arte relacionada con las Mi­
siones salesianas y en p arte no. Es
m isionera en cuanto que el espíri­
tu que la anim a es ay u d ar a la
expansión del Evangelio o a su
consolidación en los pobres y en­
ferm os. Tam bién lo es en cuanto
a la m aterialidad de la o bra que
rev ierte en beneficio de algunos
m isioneros salesianos.
D entro de la lab o r m isionera y
educativa salesiana Cooperación
Salesiana y T ercer M undo tiene
un m arcado m atiz social, pues sus
objetivos son ay u d ar eficazm ente
a obras sociales salesianas asen ta­
das en países del T ercer Mundo,
independientem ente de si son te ­
rren o de m isión o no. Siguiendo
este criterio atiende obras que no
son m isioneras estrictam ente ha-

tn

blando, com o la del padre Bohnen,
la del padre Sakslda en Corum bá,
la del padre N ácher, en Timor;
otras están adheridas a centros de
misión com o la de V yasarpadi, de
los Indios M oros o de los Makús.
Cooperación S alesiana y T ercer
Mundo tiene el objeto expreso de
ayudar a algunas de las obras so­
ciales desparram adas p o r el m un­
do salesiano. A llí donde abundan
los niños pobres, carentes de pan
y cu ltu ra y en donde algunos salesianos se afan an por darles es­
cuela y pan, allí querrían llegar
los cooperadores con su ayuda.
Allí donde un pueblo prim itivo o
pobre o subdesarrollado es ayuda­
do por los salesianos p ara encon­
tra r cam pos que cultivar, oficios
que aprender... con esos salesia­

nos querrían esta r los cooperado­
res salesianos.
Siendo m aterialm ente imposible
llegar a todas partes y a rem ediar
todas las necesidades Cooperación
Salesiana y T ercer M undo h a es­
cogido seis o siete de esos puntos
negros, lim itándose a ellos para
no dispersar las ayudas.
OBJETIVOS
Los cooperadores salesianos, por
m edio de esta acción social, per­
siguen dos objetivos principales:
uno, sensibilizar a todos los Co­
operadores y, por su medio, a
o tras personas en los problem as
del T ercer Mundo, ta l como invita
la Iglesia; segundo, recoger fondos
p ara las obras sociales citadas.

COMO FUNCIONA
L a o bra allega fondos m ediante
el trab a jo realizado p o r los C en­
tro s de coperadores, p o r la reali­
zad a a trav és del Boletín Salesia­
no y m ediante im a oficina que a
su vez extiende el conocim iento
de la m ism a y cordina y recoge
los frutos de todos.
En la actualidad agrupa unas
5.000 personas q u e con sus dona­
tivos, unos periódicos y regulares
y otros ocasionales, atienden y
hacen posible la ayuda económica
a los patrocinados.
Estas 5.000 personas son el pri­
m er fru to de la Obra, porque son
hom bres, m ujeres y grupos que
h an hecho suyos los móviles del
Evangelio: dar de com er al ham ­

briento, v estir al desnudo, curar
a los enferm os, v er a C risto do­
liente en el niño famélico, en el
leproso, en el indio desam parado.
Los frutos m ateriales aum entan
de año en año. H ace cuatro años
que el Consejo Nacional de los
Cooperadores puso en m archa esta
obra y su ritm o de aum ento va a
millón por año. El ejercicio 1971-72
superó los dos millones; éste que
se acaba de cerrar 1974-75 han al­
canzado y pasado los cinco millo­
nes de pesetas. Unos quince mi­
llones desde que em pezó el Bole­
tín Salesiano a h ab lar del padre
Bohnen h an salido para el Tercer
M undo. G ra d a s a ellos el padre
B c ^ e n h a subido a 4.000 los ni­
ños atendidos; el padre Saksida ha
construido varios pabellones en su
cCiudad de los muchachos»; en
V yasarpadi se d otó de agua co­
rrie n te a las dependencias de la
leprosería, etc.
E sta es a grandes rasgos Coope­
ración Salesiana y T ercer Mundo,
u n a o bra hum ilde y principiante
que asp ira a los cien años de vida
com o las M isiones Salesianas. ■

el centenario
en cifras
En estas tablas se dan parte de los datos referentes
a los Salesianos (SOB) e Hijas de María Auxiliadora
(HMA), según el volumen titulado Misión! Don Bosco,
Anno cento, minuciosamente al día gracias al diligente
trabajo de don Antonio Altarejos en la Oficina de las
Misiones Saleslanas.
En la elaboración de estas estadísticas sólo se han
tenido en cuenta los territorios que la Santa Sede con­
sidera estrictamente misioneros. Sin duda resultarla mu­
cho más impresionante si se tratara de la presencia
de los Hijos de Don Bosco en el Tercer Mundo.
Tabla 1 y 2. En 1974, los Salesianos que trabajaban
en el Tercer Mundo eran 6.959; y las Hijas de María
Auxiliadora, 6.540.
Tabla 3. En el período 1674-1974, los Salesianos han
llevado a cabo 104 expediciones misioneras, y las Hi­
jas de María Auxiliadora, 85. Pero no todos los Sale­
sianos que salieron en dichas expediciones iban como
"misioneros". Muchos iban a otros puestos de trabajo
a países necesitados de vocaciones sacerdotales y sa­
leslanas.
Tabla 4. Las dos columnas referentes a SDB y HMA
se han hecho con criterios que no estaban de acuerdo.
Tabla 5. En ia primera columna: AD = Archidiócesls; D “ Diócesis: P = Prelatura; PA = Prefectura
Apostólica; VA
Vicariato Apostólico.
Tabla 7. Suma de los datos de las tablas 5 y 6.

1. Salesianos en las Misiones y en el mundo
Año

En total

En las Misiones

1875

171

10

1900

2.723

212

1925

5.611

1.023

1950

14.754

1.280

1974

18.294

2.861

2. HMA en las Misiones y en el mundo
Año

28

En total

En las Misiones

1877

41

6

1900

1.693

141

1925

4.699

347

1950

11.645

756

1974.

17.712

1.522

3. Salesianos e HMA que han partido en ex<
pediciones misioneras
Años

HMA

SDB

1875-1899

821

255

1900-1924

1.780

416

1925-1949

3.858

794

1950-1974

2.205

498

8.664

1.963

Total

1875-1974

4. Actividades misioneras en 1974
Actividades

SDB

P arroquias
Iglesias p ú b lica s
C apellanías
S em inarios
H ospitales
A m b u la to rio s
D ispensarios

150
42
325
6
24

O ratorios
O rfa no tro fios
Escuelas;
— m aternas
— elem entales
— básicas
— su pe rio re s
— pro fe sio n ale s
— a gríco la s
— p ara Indígenas
T a lle re s
O bras so cia les

137
32






132
118
61
49
16
7




HMA





22
11
45
133
8

64
117
69
37




35
144

5. Territorios de Misión confiados a los Salesianos
L ug ar

z

Superficie

B rasil
G u ira tin g a (P)
H um a itá (P)
P orto V elho (P)
Río N e g ro (P)

105.000
94.000
320.000
286.000

Habitantes

Católicos

SDB

Casas

125.000
51.000
265.000
40.000

120.000
50.000
263.000
34.000

52
10
27
37

7
4
5
10

1<

C o lo m b ia
A ria ri (PA)

35.000

<

E cua d or
M éndez (VA)

35.000

50.000

39.000

51

14

M é xico
M ixes (P)

10.000

95.000

92.000

18

9

P araguay
C ha co P araguayo (VA)

150.000

30.000

20.000

10

4

Venezuela
Puerto A ya cu ch o (VA)

176.000

39.000

19.000

34

13

India
D ib ru g a rh (D)
K oh im a -Im p h a l (D)
K ris h n a g a r (D)
S h illo n g -G a u h a ti (AD)
Tura (D)

125.000
39.000
10.000
25.000
12.000

4.250.000
1.589.000
5.000.000
890.000
1.499.000

76.000
39.000
20.000
106.000
48.000

24
21
22
40
9

10
6
10
12
4

í1

76.000

4.130.000

5.000

26

10

11

1.498.00

18.498.000

1.070.000

405

128

Ü



co
<

T h a ila n d ia
S urat-T h a ni (D)
T o tal

Presencia salesiana en Misiones no Sa>
lesianas

7. Presencia total de los Salesianos en las
Misiones

SDB

Casas

A fric a

337

50

A fric a

377

50

A m é ric a

235

32

A m é rica

498

108

1.709

160

1.851

212

13

5

E uropa

13

5

122

10

O ceanía

122

10

2.456

257

2.861

385

Continente

A sia
Europa
O ceanía
Total

Continente

A sia

T o tal

SDB

Casas

29

Don Francisco Mármol rodeado da
unos muchachos de La Orotava.

DOS
MISIONEROS
ESPAÑOLES
D. FRANCISCO MARMOL
(Járez de la Frontera 1*10>1886;
tB andel (India-Calcuta), 20-S-1974).

A los 87 años cumplidos murió es­
te venerable misionero de nutrida bar­
ba blanca, andaluz de pura cepa, salesiano al d en por dentó y uno de
los alumnos fundadores del Colegio
de la Santísima Trinidad de Sevilla
en el año 1897.
Su vocadón se debe a un encuentro
fortuito con Don Pedro Ricaldone
(1870-1931), cuando empezaba a plan­
tar en el solar hispalense la Obra de
Don Bosco. Una tarde mientras Frandsco jugaba con algunos- compañeros
a la puerta de la Iglesia vio' que se
les acercaba Don Ricaldone y les preguntalia; —“ ¿Vosotros váis a la es­
cuela?"— . Ante las respuestas evasi­
vas de los chicuelos dijo Don Pedro:
—“ Pues dentro de pocos días tendréis
aquí mismo una escuela donde los salesianos os enseñarán gratis". Y les
regaló a cada chico una medalla de
María Auxiliadora. Aquella Medalla la
conservó el padre Mánnol consigo du­
rante muchísimos años.
Porque fue uno de los primeros tme
ingresó en las Escuelas Populares Mlesianas del barrio de la Trinidad.
Dtm Pedro Ricaldone se había or­
denado de sacerdote en la catedral
hispalense el 27 de mayo de 1893.
Del 1894 al 1901 fue director de las
Escuelas Profesionales, del Oratorio
Festivo y de toda la vida salesiana que
se organizó rdigiosamente en aquel
barrio para servir a la juventud tra­
bajadora y a las clases populares. En

30

1901 fue nombrado Inspector de las
Casas de Andalucía, escrioió los tomos
de la Biblioteca Agraria Solariana que
difundió por la Bótica los principios
científicos de la ciencia agraria junto
con la doctrina cristiana económicosocial y las ideas de la nueva fisiocra­
cia. Fueron 140 volúmenes editados
en poquísimos años, algunos difundi­
dos hasta la lejana Hispanoamérica.
Francisco Mármol siempre fue alum­
no predilecto de Don Pedro. Hizo el
Noviciado en la Trinidad en 1903 y
la profesión perpetua el 21-9-1911. Se
ordenó de Presbítero en Córdoba el
22-12-1917. Fue Secretario particular
de Don Pedro Ricaldone. Se trasladó
a Italia con él y preparaba en Lombriasco los exámenes oficiales para el
peritaje agrícola con intención de mar­
char a las misiones del Vicariato Apostólicd de Méndez y Gualaquiza en la
República del Ecuador.
Pero una tarde de finales del año
1925 se le presentó un coadjutor con
una carta de Don Pedro que le decía:
“Hay un salesiano enfermo que no
puede partir para la. India. Si tú que
antes habías pedido ir allá continúas
con la misma disponibilidad, ven a
Turín y te irás al Assam con esta ex­
pedición".
A la mañana siguiente Don Fran­
cisco Mármol estaba en la Casa Madre
de Turín con su maleta dispuesta para
partir. Don Ricaldone le regaló una
estampa de María Auxiliadora con de­
dicatoria autógrafa q\ie el venerable
misionero ha conservado casi hasta el
fin de sus días ya toda deteriorada.
Y en la India permaneció ya si«npre durante los 48 años de vida que
le concedió el Señor vivir en aquellas
tierras, en la diócesis salesiana de
Gauhad.
A imitación de Cristo, el misionero
ha de ser el Iwmbie plenamente dis­
ponible para realizar los planes de
evangelización y salvación divinos. Y
así fue siempre el padre Mármol.
El piróscafo “ Gtacovia" lo sacó de
Italia d día 2 de enero de 1926, zar­
pando del puerto de Génova camino
del Assam. Allí cristianizó a numero­
sas tribus de Graones, mundas y pa­

rias, kasis y napalesas, garos y otras
tribus. La mayor parte eran gentes hu­
mildes cultivadoras de campos de té
y de arroz, agrupadas en poblados lla­
mados “bastil". Recibió a muchos
huérfanos y los educó en Gauhati.
Edificó capillas y casas de madera.
Aquellas gentes dóciles y piadosas
empezaron a encariñarse con su mi­
sionero andaluz, que ya no los aban­
donó hasta la muerte.
Alguna que otra vez volvió a ver el
sol de España. Venía con la tez tos­
tada por todos los vientos e intempe­
ries del amplio valle del Bramaputra,
hablando el inglés, el kasí o el garó,
implorando ayuda de todo género pa­
ra sus misiones. Las gentes se veían
arrastradas por su simpatía personal
su excelente buen humor, admiraban
su heroísmo y lo socorrían generosa­
mente.
La última vez que lo vimos en An-,
dalucía nos decía al separarse de nos­
otros: “Ya soy viejo. No volveré más
a la patria. Hasta el cielo. Os espero
allí a todos”.
Y efectivamente, agotado por el pe­
so de los años y cargado de méritos,
cayó como fruto maduro en Bandel
el 30 de mayo de 1974.
María Auxiliadora se lo llevó con­
sigo al paraíso a premiarle la genero­
sidad de su entrega al servido de la
Iglesia y de la salvadón de las almas.

D. MANUEL BARS CELI
(Torroella de Montgri (Gerona), 20>
X-1889; t Shlllong (Aasam), 4-IV1974). M i s i o n e r o • Administrador
Apostólico de la diócesis de Krishnegar, (india).

Monseñor Manuel Bars nadó en im
puebledto español recostado en los
Pirineos catalanes.
Su vocadón sacerdotal brotó en el
G ) l ^ o Salesiano de Sarríá (Barcelo­
na), santificado por la visita personal
de San Juan Bc»co.
Obtuvo el título de Maestro en
Huesca en 1912. Estudió Filosofía en
Carabandiel Alto (Madrid). Pasó lue­
go a Italia a fMmarse teológicamente.

Don Manuel Bars, ya en eue últintos
años.
logrando el título de bachiller en Foglizzo en 1916; el de licenciado en
Turín el 28 de enero de 1917 y el
doaorado en teología en la Universi­
dad Turinesa a finales del mismo año
académico. Se ordenó de sacerdote en
Foglizzo el 10 de agosto de 1917.
Atmque era doctor en teolc^a fue
siempre un superdotado pwira d estu­
dio de las matemáticas, las ciencias
naturales y las lenguas.
De 1917 al 1921 se dedicó a la en­
señanza en los G>legios Salesianos de
Mataió (Barcelona) y Salamanca.
Pero en 1922 formó parte de la
primera expedición misionera salesiana al Assam. Allí se dio a tm intenso
apostolado, sin dejar de dedicarse a
sus estudios. Era hombre de gran pru­
dencia y discreción. Predicaba con un­
ción y mucho fruto. Amaba al Papa
y a la Santa Sede, ctnno fiel hijo de
Don Bosco. Estaba animado de xm ar­
diente celo por la salvación de las al­
mas y de una salud de hierro. Era
frtigal y paciente, gran trabajador, re­
posado y grave, acogedor y amable.
Guaneé ll^ ó al Assam la primera
eq>edidón salesiana, a las órdenes del
p«lre Don Luis Mathíás, más tarde
arze^ispo de Madrás y apóstol del
cristianismo en India, había en el gru­
po italianos y españoles, franceses y
alemanes. Pero allí se vdan obligados
a hablar el inglés, aunque en aquella
región inmensa, encrucijada de razas
y dvilizadones, se hablaban más de
50 idicKnas diferentes. Don Mathiás
en pura línea de carisma pentecostal,
dio entonces una solud<te que cemvendó de OKxnento: “Hablaremos d
idioma de la caridad y ya veréis o^ ik>
DOS entienden".
A Don M anud Bars no le paredó
mal la idea. Entonces d hablaba ya
italiano y español, francés y latín. Pe­
ro, sin renunciar al idioma de la ca­
ridad que practicó a las mil maravillas,
él, hombre práctico y deddido, se de­
dicó en serio a estudiar d khasi. Y
Este formidable grupo de españoles
se ha dejado muchos años de vida
y muchos sudores en la India.

logró dominar y hablar tal lengua a
la perfección; de tal manera que cuando
posteriormente los filólogos compusie­
ron la Enddopedia Políglota India,
fue consultado el padre Bars como d
mejor conocedor de aqud idioma.
Además aprendió también d garó. So­
bresalió en literatura y música. Toda­
vía se recitan hoy sus versos y se can­
tan en d Assam sus himnos y letrillas.
En Shillong fue párroco. Organizó
allí mismo la Escuda Don Bosco pa­
ra la juventud de aquella ciudad. Lue­
go se dio a recorrer las colinas khasi,
compenetrándose con aquellas gentes
sencillas para ganarlas a Cristo. Iba
de una aldea a otra a pie con tal ve­
locidad que lo llamaban el “ Padre
Motocideta”.
Más tarde pasó a ser párroco de
Laitkynsew, y logró ganarse la admi­
ración y d cariño de todos los fdigreses.
Hasta que la Santa Sede creó en
1928 la nueva diócesis de Krishnagar,
en la llanura de Bengda, y se la con­
fió a los salesianos. La Sagrada Cong r^ a d ó n de Propaganda Fide por de­
creto d d 21 de julio de 1928 nom­
bró a Mons. Manuel Bars Administra­
dor Apostólico de aquella diócesis.
Escaseaban en ella los médicos y
el personal. Pero las excepdonales do­
tes organizativas de Mons. Bars soludonaron las dificultades formando y
promodemando al dero autóctono.
Gobernó sabiamente la diócesis y re­
corrió las selvas bengalíes con el mis­
mo espíritu juvenil con el que había
visitado las colinas khasi. Su cruz y
su alegría era ver a sus cristianos e
interesarse por su promodón sodal y
humana. Entonces sus conocimientos
d d idioma garó que 1 1 ^ a dominar
como d khasi.
Hasta que en 1934 fue creado Mon­
señor Ferrando obispo residendal de
Krisnhagar. El padre Bars i>a5Ó a ha­

cer de Vicario General, de párroco y
de sustituto de cuantos necesitaban
ser ayudados.
Apenas pudo quedar libre de sus
preocupadones de gobierno, se aden­
tró en d estudio de las Q endas Na­
turales examinando a fondo la flora
y la fauna bengalí. Nada escapó a su
atendón e interés: geolc^ía, tetánica,
meteotolo^a, mediana, música, mate­
máticas, literatura. Pero en una de
sus excursiones científicas se cayó d d
caballo y se rompió una pierna. Que­
dó cojo para d resto de sus días. Se
le acabaron desde entonces las vdoces
caminatas d d “Padre Motodcleta".
Sanó tras padentes y dolorosas operadones de cura de la mordedura ve­
nenosa de una serpiente cobra.
Su mayor a l e ^ a era pasar inadver­
tido en d trabajo silendoso. Vivió
ima larga vida llena de actividades
constructivas y útiles. Sirvió a la Igle­
sia y .a la Congregadón Salesiana con
entera dedlcadón y caballerosidad.
Fue ejemplo viviente de vida religiosa
de servido al prójimo. En su ancia­
nidad todos lo respetaban y lo que­
rían. Era miembro del Khasi Bible
Translation Committee.
Sana alegría y buen humor, piedad
y devodón, cdo por la salvación de
las almas y espíritu heroico de sacri­
ficio y entrega fueron las caracterís­
ticas de Mons. Bars toda su vida.
Murió a los 85 años, el 4 de abril
de 1974 en el Hospital de Naiareth
de ShillcKig. Aquel misionero ie nu­
trida barba blanca, símbolo de la edad
romántica en la que fueron ti Assam
los primeros salesianos hace 53 años,
con su caridad evangelizante hizo po­
sibles los días aauales de prosperidad
cristiana en la India. Sus restos mor­
tales fueron sepultados en Laitumkhrah Greve-Yard. g
ANGEL MARTIN

LA E X P E D IC IO N
DEL C E N TE N A R IO
Más de cien salesíanos se han ofrecido este año como
misioneros para la expedición del Año Centenario de
las Misiones.

Los datos todavía fluctúan sobre la mesa de don
Bernardo Tohill, el Superior General encargado
de las Misiones. A fines de agosto ya eran 67 los
salesianos destinados a diversas naciones del mun­
do misionero. Otras 37 están a la espera de desti­
no: dónde, cuándo, cómo, por qué y para qué...
las circunstancias que todavía no se saben. Muchas
otras peticiones estarán todavía de camino. Con
eso de las huelgas de correo en ciertos países...
Así que, a los diez misioneros que comenzaron
la empresa hace den años justos les harán compe­
tencia este año más de cien hermanos que siguen
sus huellas. La voz del Rector Mayor no ha caído
en el vacío. En enero de este año lanzó su invita­
ción a los salesianos de todo el mundo: «Realizar
una expedición misionera digna del Centenario».
Ya está a punto para ponerse en marcha.
Tampoco será la expedición más numerosa de
nuestra historia misionera. No se va al triunfalismo. En 1925, año cincuentenario, partieron 189
salesianos. Y en 1934, año de la canonización de
Don Bosco, la expedición constataba de 260 sa­
lesianos. La expedición que, hasta la fecha ha ba­
tido todos los records fue la del año 1929, año de
la beatificación del Fundador: 374 misioneros. Du­
rante algún decenio, lo normal era que saliesen
100, 200 y hasta 300 salesianos. Pero, en los tiem>os de crisis vocacional en que nos encontramos,
a suma de 100 misioneros es un éxito.
De los 67 expedicionarios seguros, son 37 sacer­
dotes, 9 coadjutores y 21 clérigos. 19 son itau^.'^os,
17 españoles, 12 polacos, 3 belgas, 2 respectivu
mente de Filipinas, Gran Bretaña, Estados Unidos;
y 1 de Australia, Austria, Brasil, Hong-Kong, Q>sta Rica, El Salvador, India del Sur. Irlanda, Mé­
xico y Portugal.
“El 16 de noviembre de 1975, la Basílica de Ma­
ría Auxiliadora se llenará una vez más de miem­
bros de la Familia Salesiana para saludar y despe-

f

Don Rtccerí despide a uno da los misionaros más he­
roicos da la India: al padre Mantovanl, el fundador de
la “Casa de las Bienaventuranzas” de Madrás, una de
las obras a que ayudan nuestros lectoree.

32

dir a los nuevos misioneros. Junto con unas 15 H i­
jas de María Auxiliadora recibirán el crucifijo de
manos del Cardenal Agnelo Rossi, Prefecto de la
Sagrada Congregación para la Evangelización de los
pueblos ”.
Para completar la escena, se unirán a los nuevos
unos cuantos veteranos, quienes recordarán el mo­
mento en que entregaron su vida a la difusión del
Evangelio en lejanas tierras.
Una ceremonia de tanta importancia en una fe­
cha tan significativa será retransmitido por la te­
levisión a Italia y España, los dos países en que
más ha arraigado la Familia Salesiana.

JUVENTUD MISIONERA
* La única revista de misiones
para preadolescentes
y adolescentes.
* Es mensual
es interesante,
es educativa.

TEMAS DE JUVENTUD
{. LOS JOVENES ANTE SI MISMOS.
Doce temas sobre la reforma social.
Doce diapositivas para cada tema.
144 diapositivas; 1.440 ptas.
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Doce temas sobre la formación social.
Doce diapositivas para cada tema.

* Tiene una presentación
extraordinaria.
* Trata temas de actualidad
misionera.

144 diapositivas; 1.440 ptas.
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LOS JOVENES EN SU AMBIENTE.
Doce temas sobre problemas de actualidad.
Doce diapositivas para cada tema.
144 diapositivas: 1.440 ptas.

SUSCRIPCIONES
(De octubre a Junio)
Ordinaria, 100 ptas. De bienhechor, 150.
ptas. Extranjero, 150 pías. Número suel­
to. 12 ptas.
PEDIDOS:
Procura de Misiones Salesianas
Eduardo Aunós, 50. MADRID — 28

LOS JOVENES ANTE EL MUNDO.

Utilización:

Estupendo material para con­
vivencias, retiros, encuentros
de reflexión, charlas formativas...

PEDIDOS.—Central Catequística Salesiana.
Alcala, 164. — MADRID-28.

Colección «HUELLAS»

DE LOS COOPERADORES SALESIANOS
A fin de ayudar al sostenimiento de las voca­
ciones salesianas, los Cooperadores Salesianos
promueven la PIA OBRA DEL SAGRADO CORA­
ZON. instituida con la aprobación del Papa León
XIII por el propio San Juan Bosco, con dicha
finalidad.
La Pía Obra celebra todos los días perpetua­
mente en la basílica del Sagrado Corazón de
Roma. 6 misas a intención de cuantos se ins­
criben en ella.
INSCRIPCION:
1.— Puede inscribirse uno a sí mismo y a otras
personas, vivas o difuntas, por las que
quiere pedir o sufragar.
2.
— La inscripción, que es nominal, se efectúa
previa aportación, por una sola vez. de una
limosna equivalente al estipendio de una
misa en la propia diócesis.
3.
—La inscripción se acredita con una cédula
en la que consta nombre y apellidos de la
persona inscrita, por lo que se ruega clari­
dad al enviar dichos datos.
Para la inscripción diríjase a:
Obra Vocacional Cooperadores Salesianos
Alcalá. 164.—MADRID - 28

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Rápidas biografías de personajes de la
Familia Salesiana.

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Folletos de 32 páginas en un estilo ágil
y nervioso. Se leen en breves minutos,
mientras se viaja en metro, en autobús.

PUBLICADOS
1.

— Basilio Bustillo.— «Un poema de amor».
(Don Bosco).
2.
— Rafael Alfaro.— «A medias con Don
Bosco». (Don Rúa).
3. — Jesús Pablos.— «La mujer fuerte».
(María M azzarello).
4.
— Rafael Alfaro.— «Testimonio Sellado».
(Jaime O rtiz).
5. — Basilio Bustillo.—«Mamá Margarita».
(La madre de Don Bosco).
PEDIDOS.— Alcalá. 164.— MADRID - 28



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I

Fecha
1975.10