BS_1975_03

Ficha

Título
BS_1975_03
Descripción
Boletín Salesiano. Marzo 1975
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E l v ie jo n o q u e r ía c e d e r
Mis queridos amigos Juanito y Mari:
Me decís que eso de convertirse a Dios es muy
fácil y que hasta os he convencido; pero que no es tan
fácil perdonarnos cuando alguien nos ofende. Y desde
luego es Imposible tratar con las personas que nos
son antipáticas...

maba el cura. Saludó a Don Bosco con efusión y lo
Invitó a entrar a su casa. También entró el viejo rece­
loso. A lli encontraron una mesa con abundancia de
vasos de buen vino. Hubo brindis de alegría y, sobre
todo. Don Bosco consiguió que sus dos amigos se
dieran un abrazo de paz y de amistad. Era el abrazo
de la reconciliación.

Por eso, amigos míos, también el Papa quiere que
el Año Santo sea el año de la reconciliación. La pa­
labra es muy larga, pero sabéis de sobra lo que sig­
nifica. SI os espabiláis un poco hasta sois capaces de
decirlas en Inglés. Con lo d ifícil que es el Inglés y
quieren ahora metéroslo en la cabeza de pequeños:
yo creo que con la Intención de haceros ver lo bonito
que es el castellano.

De esta manera Don Bosco fue una vez más el pa­
cificador de dos amigos que. desde enfonces, vivieron
más felices y hasta seguramente comerían perdices,
aunque de esto no nos dice nada la historia. Pero se
supone, ¿no?

Esto ero un paréntesis. Sírvame también para de­
ciros que hay que reconciliarse Incluso con el Inglés
y con los Ingleses. Y con los españoles. Porque eso
de que haya todavía españoles que no quieran hacer
de una vez las paces no está bien. Aunque se hable
de paz y todo. Pero cada cual habla de la paz que le
interesa, que es lo mismo que hablar de la guerra. Y
menos mal que vosotros apenas habéis oido hablar de
la guerra porque es cosa que pasó a la historia. No es
asi para todos y hay muchos que la ven por todas
partes. Y a lo mejor se la van a llevar a la boca el
dio menos pensado cuando estén comiendo la sopa

Yo no sé si estaréis molesros conmigo, sobre todo
cuando tardo muncho en contestar vuestras cartas.
Quizás es más fácil que os peleéis entre vosotros y
hasta os enojéis con las personas mayores. El mal
genio es algo que abunda...

Mirad. Don Bosco tenia un viejo amigo en un pueblecito de Turin llamado Pino. Era de buena posición
y tenía una casa espléndida. También tenia sus piques
de honor y sus ralees de mal genio que lo llevaban a
Indisponerse con sus amigos y hasta crear enemista­
des largas y amargas. A si por ejemplo, llevaba una
temporada mosqueadísimo con el párroco por no sé
qué frase que el cura dijo en una ocasión, (entonces
no habla multas por las hornillas).
Como era muy amigo de Don Bosco. invitó al santo
a que fuera a pasar con sus jóvenes un día en su casa.
El buen padre, que también conocía su enojo con el
párroco, aceptó con la Intención de reconciliar a ambos.
Llegó Don Bosco a su casa. Los chavales hicieron una
fiesta por todo lo alto. Tocaron sus instrumentos musicales, representaron una comedia, hicieron títeres y
casi agotaron su repertorio de canciones. El buen viejo
desterró sus malas pulgas y les dio un banquete de
cuatro tenedores.
Mientras, Don Bosco aprovechó para hablar con el
amigo y de sus relaciones y enemistades con el pá­
rroco. •Que s i —le dilo— que él lo perdonaba... Pero
que no esperaba de él ni media palabra...»
—Conque, ¿vais a seguir con ese rencor? ¡Venga,
hombre! —le dijo el santo—, no seáis chiquillos.
El viejo no quería ceder. Pero, antes de salir del
pueblo. Don Bosco quiso dar un concierto por las ca­
lles. Sus chicos soplaban como fieras y la gente salía
de sus casas admiradas de una fiesta tan imprevista.
El viejo acompañaba también a la farándula y al lado
de su amigo. Llegó la comitiva a la casa del párroco
y a lli tocaron una de sus mejores piezas. Al son de
la música salió Don Santiago Aubert, que asi se lla­

Bueno amigos, aplicaos el cuento.

Para que veáis que no os guardo ningún rencor
de mi parte, recibid un abrazo muy fuerte de vuestro
amigo.
PADRE RAFAEL

DON
Una

BOSCO

p á g in a

para

los

n iñ o s

Estos buenos hermanitos no tienen cara de haberse peleado en su
vida... Ahora están en camino de reconciliación...

R a visti d« l« O b n d* Don Botce
Año LXXXIX • N.o 3 - M o r o 1975

Director: RAFAEL ALFARO
Dirección. Redacción y Admón.:
AlcalA, 164
Teléfono 255 20 00
MADR!D-26
Depósito Legal: M. 3.044-1958
(Con licencia eclesiástica)
Imprime: Escuela Gráfica Salesiana
Madrid-Atocha

EN ESTE NUMERO
Algo que no se puede
dejar para mañana ...
1
La reconciliación dentro
de la Ig le s ia .................
2
Preparar I a expedición
misionera del Cente­
nario ...........................
4
Socialización de la es­
cuela en su interior...
6
Un jeep se convierte en
centro s o c ia l..............
8
Aquí se hace el Boletín
Salesiano...................... 12
Don Amadeo Burdeus ... 14
Parroquias Salesianas en
M a d rid .......................... 16
Por el mundo salesiano. 20
Un nuevo obispo sale­
siano ............................. 22
Una tribu nueva ........... 24
Cooperación Salesiana y
Tercer Mundo ............ 28
Nuestra gratitud a María
Auxiliadora .................. 30
Fueron a la Casa del
Padre ............................ 32

NUESTRA PORTADA
Roma.—^Templo de San Juan
Bosco. Estos ángeles sostie­
nen la lámpara del Santísi­
mo. L a s palabras latinas
"BENEFACmS ATTENDENTES” (“ Hacéis ©I bien espe­
rando") nos hablan de la vi­
da llena de buenas obras
que ha de llevar el cristiano,
seguro de que un día reci­
birá el premio. Este pensa­
miento de fe cobra su mayor
sentido en el tiempo de cua­
resma.
Foto.—José Luis Mena

A L G O Q U E N O SE P U E D E
DEJAR PARA M A Ñ A N A
«Conversión a Dios, redescubriendo los valores de la vocación
cristiana y salesiana».
Esta es la invitación que nos hace el Rector Mayor con motivo
del Año Santo. Lo recordamos en este mes de marzo. La cuaresma
es uno de los tiempfos fiiertes en que la liturgia nos hace una llamada
insistente, una invitación a entrar en nosotros mismos para conven­
cemos de esta necesidad de reconocer nuestras equivocaciones.
«La comunidad salesiana —dicen las Constituciones renovadas—
debe mantenerse en actitud de continua conversión». El motivo que
aduce es «a causa de la natural debilidad de sus nüembros». Nos
parece que también la Familia Salesiana, en lo personal y comuni­
tario, no ha de adquirir la actitud farisaica de creerse perfecta. Un
examen serio de conciencia ha de llevamos continuamente a una auto­
acusación de nuestros errores, a un proceso diario de conversión.
Es lo que nos pide el Rector Mayor en el presente año.
• Otra invitación a esta conversión es la entrada en vigor del
ritual del sacramento de la penitencia. Sacramento de la penitencia
y no de la confesión. La penitencia o conversión tiene un sentido más
profundo y evangélico.
«El nuevo ritual contempla tres modos de celebrar la reconcilia­
ción: con confesión y absolución individual; con la reconciliación de
varios penitentes con confesión y absoludón individual, destacando
que se celebra en la Iglesia y en una acción sacramental comunita­
ria; y reconciliación de muchos penitentes con confusión y absolución
general, esto en casos muy extraordinarios».
• Los tres modos implican una renovación de la ceremonia pe­
nitencial y en los tres ha de procederse partiendo de una lectura de
la Biblia y de una reflexión de la palabra de Dios. También, antes de
la absolución, hay una imposición de manos, como gesto muy an­
tiguo del perdón de Dios. Por consiguiente, es fácil que desaparezca
el mueble det confesionario.
Pero lo importante a que han de llevamos estos gestos externos
es a sentir en lo más íntimo de nuestro ser la amistad divina, la
gracia que se otorga a! que se acerca a Dios con la sinceridad de la
fe. Es el redescubrimiento de los valores de la vocación cristiana de
que nos habla el Rector Mayor.
• Todos recordamos emocionadamente el primer encuentro de
Juanito Bosco con d<m Calosso. Regresaban ambos de la misión de
Butigiiera. El viejo sacerdote le dijo con escepticismo: «Más vale que
tu madre te hiciera otros sermones más provechosos para ti». «Mi
madre no deja de hacérmelos —dijo el pequeño—, pero me gusta
oír a los misioneros». «¿De qué trató ^ primero?». «De la necesidad
de darse a Dios cuanto antes y de los peligros a que se expone el
que difiere su conversión... Recuerdo el sermón perfectamente y
puedo repetírselo entero... El que difiere su conversión corre peligro
de que le falte tiempo, gracia o voluntada.»
Don Bosco decía más tarde que recordaba esta plática y que la
predicó él mismo muchas veces.
Sí, conversión, algo que nadie puede hacer por nosotros, algo que
no se puede dejar para mañana.
1

\>T.

E x h o ria o ió n Aporntú^
m io s Sacorgiotos y ^

s o b ro ia roooaolllai^^
Comienza el Santo Padre explicando la causa que
lo ha inducido a dirigirse a toda la Iglesia con mo­
tivo del Año Santo: «Es xm momento de gran impor­
tancia para todo el mundo, que mira a la Iglesia;
pero lo es principalmente para los hijos de la misma
Iglesia, los cuales son conscientes de la riqueza de su
misterio de santidad y de gracia, que el reciente Con­
cilio ha iluminado oportunamente. Y, por esta causa,
Nos dirigimos a ellos para hacerles una ferviente in­
vitación a la caridad, a la unión recíproca, dentro del
espíritu de la reconciliación propio del Año Santo, en
el vínculo de la única caridad de Cristo».

I.

¿ - - 'i '

r

Ventana desda la que se contemplan con amor todos
los horizontes del mundo.

LA
RECONCILIACION
DENTRO
DE
LA IGLESIA

LA IGLESIA, MUNDO RECONCILIADO
Y RECONCILIADOR

Dios ha tenido la iniciativa de reconciliar al mundo
mediante Jesucristo, a quien ha constituido como «intercedor de paz».
Esta reconciliación «encuentra permanente expre­
sión histórica en el Cuerpo de Cristo, que es la Igle­
sia, en la cual, el Hijo de Dios «convoca a sus her­
manos de todas las razas».
Esta reconciliación, «una vez recibida, es como la
gracia y la vida, un impulso y una corriente que
transforma a sus beneficiarios en promotores y trans­
misores de la misma. Para todo cristiano esta es la
credencial de su autenticidad en la Iglesia y en el
mundo: «Comienza la paz por ti a fin de que cuando
tú mismo seas pacífico puedas llevar la paz a los
demás».
Ei deber de pacificar alcanza personalmente a to­
dos y a cada uno de los fíeles; y si esto no se cum­
ple, permanece inefícaz hasta el sacrificio cultual
que quisieran ofrecer a Dios.
La Iglesia, por el hecho de ser mundo reconcilia­
do, es también por su propia naturaleza y permanen­
temente, reconciliadora; y, en cuanto tal, es presen­
cia y acción de Dios «que reconcilia para sí el mundo
con Cristo».

II.

LA IGLESIA. SACRAMENTO
DE UNIDAD

«La reconciliación, en su doble aspecto de paz re­
cuperada entre Dios y los hombres, y de los hombres
entre sí, es el primer fruto de la Redención; y tiene,
como ésta, dimensiones universales, tanto en exten­
sión como en intensidad.
Y puesto que dicha reconciliación encuentra su ex­
presión privilegiada y la plenitud de su fuerza en la
Iglesia, ésta es como un sacramento, o sea, signo e
instrumento de la íntima unión con Dios y de la uni­
dad de todo el género humano que, a través de una
afirmación progresiva en el tiempo, encontrará cum­
plimiento en la consumación de los siglos.
Para poder ser este signo significante ha de veri­
ficar y realizar esa concordia y convergencia de doc­
trina, de vida y de culto que caracterizaron sus pri­
meros días y que siguen siendo para siempre su ele­
mento esencial.
Esta concordia —al contrarío de toda disensión y
división— no puede hacer sino aumentar la fuerza de

d e l Pmg$m P a b lo a l Epim eofiade,
Vos F ie le s d e to d o o! m u n do
d u ra n to o! Año Santom
su testímonio, descubrir las razwies de su existencia
e iluminar con mayor amplitud su credibilidad.

III.

SOMBRAS DE LA SACRAMENTALIDAD
DE LA IGLESIA

En este apartado de la exhortación, el Papa habla
de las disensiones, cismas y divisiones que se han
dado y se dan actualmente en la Iglesia:
— Desde los primerísimos tiempos surgieron algunas
escisiones, condenadas con graves palabras por el
Apóstol. Posteriormente se produjeron las cono­
cidas rupturas que no se pudieron evitar...
— No menos peligrosos son los movimientos de infi­
delidad al Espíritu Santo, que por todas partes se
encuentran en la Iglesia de nuestros días, y pre­
tenden por desgracia minarla desde dentro: se
oponen a la sagrada jerarquía; discuten el deb'r
de la obediencia a la autoridad; acusan a los pas­
tores de la Iglesia no tanto por lo que hacen o por
cómo lo hacen, sino sencillamente porque, según
afirman, son considerados como guardianes de un
sistema o aparato eclesiástico contrario a la Ins­
titución de Cristo... Utilizando palabras del Evan­
gelio, alteran su significado.
— Nos ponemos en guardia a todos los cristianos
de buena voluntad para que no se dejen impre­
sionar o desorientar por las presiones injustas de
hermanos desgraciadamente desviados, y que no
obstante están siempre presentes en nuestra ple­
garia y próximos a nuestro corazón.

IV.

ZONAS DE SOMBRA
DE LA SACRAMENTALIDAD
DE LA IGLESIA

Habla el Papa de los que no consideran la fe como
una herencia comunitaria de toda la Iglesia, y consi­
deran el Magisterio como un hallazgo individual que
se puede poner en duda y criticarlo.
cNo se nos puede ocultar —afirma Pablo VI— que
toda cesión en la identidad de la fe implica también
decadencia en el amor recíproco. En efecto, los que
han perdido la alegría que procede de la fe se sienten
impulsados a mendigar la gloria los unos de los otros
y a no buscar la que viene solamente de Dios, con
detrimento de la comunión fraternal.
La Iglesia —continúa— admite el pluralismo: «La
Iglesia debe conservar la origii^lidad de familia uni­
ficada en la diversidad de sus miembros; más aún,
ella debe ser el fermento que ayude a la sociedad a
reaccionar como se decía de los primeros cristianos:
«Ved cuánto se aman».

V.

POLARIZACION DE LA DISCREPANCIA

«Las oposiciones internas afectan a los diversos
sectores de la vida eclesial haciendo aparecer «una
pluralidad de instituciones o comunidades del disentimientoa* que no están de acuerdo con la naturaleza
de la Iglesia.

Estos grupos autocéfalos llevan en sí e introducen
en la comunión eclesial los gérmenes de la disgre­
gación.
«Deseamos vivamente que la voz de la conciencia
induzca a todos los individuos a un proceso de re­
flexión que Ies permita tomar una opción más cons­
ciente».

VI.

ETICA Y DINAMICA
DE LA RECONCILIACION

«Es una necesidad vital el que todos en la Iglesia,
obispos, sacerdotes, religiosos y laicos, participen ac­
tivamente en un esfuerzo común de reconciliación
plena, para que en todos y entre todos sea recons­
truida la paz alimentadora de amor y engendradora
de unidad.
... Así pues, todo el que de alguna forma se sienta
implicado en este estado de división vuelve a escu­
char su voz, que le apremia irresistible incluso en el
momento mismo en que se dispone a orar: «Ve antes
a reconciliarte con tu hermano». Todos, al mismo
tiempo, en medidaa y formas distintas según la po­
sición y estado de cada uno, deben sentirse interesa­
dos en crear el clima apropiado para que la recon­
ciliación se haga efectiva...
Conviene abrirse a los demás, admitir la corrección
fraterna, a corregir nuestros defectos y animamos a
la santidad, que es la única que puede dar a la re­
conciliación su plenitud, la cual consiste no en una
pacificación oportunista que ocultaría la peor de las
enemistades, sino en la conversión interior y en el
amor unificador en Cristo.
También es cierto que hay y puede haber tensio­
nes, las cuales se encuentran también en los santos,
pero no hasta el punto de ahogar la concordia, de
destruir la caridad»...

CONCLUSION
«Dirigimos nuestra invitación al pleno restableci­
miento del bien supremo de la reconciliación con
Dios, dentro de nosotros y entre nosotros, a fin de
que la Iglesia sea en el mundo un signo eficaz de
unión con Dios y de unidad entre todas sus criaturas.
Esto es una exigencia de nuestra fe.
Es la invitación que dirigimos a todos nuestros hi­
jos, especialmente a los que tienen la responsabilidad
de orientar a los hermanos. Hemos querido que fuese
pastoral y llena de confianza, dictada por un espíritu
de paz.
Aunque a alguno haya podido parecería severa, ha
nacido de una mirada profunda sobre la situación de
la Iglesia y sobre las exigencias irrenunciables del
Evangelio. Pero ha brotado especialmente de nuestro
corazón...
...Y cOTfinnamos la voluntad común de santifica­
ción y de reconciliacífte impartiendo de corazón nues­
tra tundición apostólica.
Dado en Ronm, el 8 de diciembre de 1974.
PABLO, PAPA VI

UNA INVITACION DEL RECTOR MAYOR

El Rector Mayor, Don Luís Rícceri, ha dirigido a todos los
Salesianos una entusiasta invitación con motivo del Año Cen­
tenario de las Misiones Salesianas: “LLEVAR A CABO UNA
EXPEDICION MISIONERA DIGNA DEL ACONTECIMIENTO
QUE SE CONMEMORA”.

PREPARAR
LA EXPEDICION MISIONERA
DEL CENTENARIO

cinvito a todos los Salesianos que acojan esta lla­
mada a que me escriban a mi personalmente.
Desde este mismo momento les doy las gracias.
Mientras tanto pido al S ^ o r bendiga a cuantos se
ofrecen con tan ta generosidad y a las comunidades
de donde provienen».
Es ésta una de las más siostanciosas iniciativas
que se presentan a la Familia Salesiana para cele­
brar de un modo efectivo y fructífero el inminente
centenario de las misiones fundadas por Don Bosco.
La primera expedición misionera partió de Turín
el 11 de noviembre de 1875.
La densa carta del Rector Mayor en las Actas del
Consejo Superior de enero de 1975 echa, en primer
lugar, una mirada al pasado. Seguidamente presen­
ta algunas características de las actividades misio­
neras salesianas, para proponer después tres ideas
concretas para que la conmemoración no se celebre
de un modo meramente académico.

LA FECHA HISTORICA
La obligada evocación histórica alude a la prime­
ra expedición (un «viraje en la historia de la Con­
gregación») que privaba a las obras de Italia del
mejor personal, aparentemente insustituible, pero
que también proporcionó a la joven Congregación
el dar un formidable salto hacia delante.
Tras las once expediciones preparadas por Don
Bosco, el Rector Mayor presenta en una visión rá­
pida cómo crecieron dichas expediciones bajo el
mandato del primer sucesor, Don Rúa, en los tiem­
pos difíciles de Don Albera (primera guerra mun­
dial), la formidable expansión en tiempos de don
Rinaidi, los 2.500 misioneros partidos en tiempos de
don Ricaldone, los viajes apostólicos de Don Ziggiottl a través del mundo misionero, y las dificultades
y esperanzas de los últimos aflos...
«Actualmente son 7.166 los salesianos que traba­
jan en el Tercer Mundo, es decir, más de un tercio
del total, y de ellos son autóctonos 4.722.»
Asimismo, los 57 obispos salesianos del momento
actual, trabajan en su gran mayoría en territorios
de misión y dentro de una gran pobreza.

CARACTERISTICAS DE ESTOS CIEN AÑOS
DE MISIONES
«Entre los aspectos que han caracterizado el tra­
bajo misionero de estos cien años, Don Ricceri su­
braya la participación conjunta de toda la Familia
Salesiana: no sólo los sacerdotes, sino también y
a su lado:
• Los Salesianos laicos. Actualmente, su presen­
cia es insustituible en el tercer mundo y son 1.115.
• Las Hijas de M aría Auxiliadora. Su Instituto
es netamente misionero «por naturaleza y por voca­
ción». «Sin las Hermanas —decía Pío XI— no puede
haber misiones». E sta afirmación es de una caden­
cia impresionante en el proyecto salesiano. Son, en
SEUL (Corea): Don Ricceri, en su'último vía|e a Extre­
mo Orienle, visitó el c o ie ^ que las Hijas de María
iUixiUadora tienen en Seúl.

efecto, 6.847 las Hijas de María Auxiliadora que tra ­
bajan en el tercer mundo, de las 18.168 que suman
en su totalidad.
• También trabajan hoy en las misiones las Vo­
luntarias de Don Bosco, con el estilo propio de un
instituto secular, pero con el mismo espíritu del Pa­
dre común.
• Los Cooperadores que, mediante sus «uniones»
constituyen un frente interno de ayuda a los misio­
neros lejanos: un verdadero «apoyo espiritual, pslcológ^ico y material» tan necesario. Muchos de ellos,
especialmente los jóvenes, se están decidiendo a ir
también a trabajar en las misiones.
• Otras características que el Rector Mayor sub­
raya en las misiones salesianas son: la actividad en­
tre los jóvenes (Don Bosco ve sil misionero sale­
siano —son sus palabras— «también rodeado de un
buen corro de jóvenes»); la promoción humana: cau­
sa verdadero asombro lo que los misioneros han sa­
bido y se han atrevido a hacer, sobre todo con unos
medios tan limitadísimos; la fe sencilla, pero pro­
funda.

MIRANDO AL FUTURO CON ENTUSIASMO
Eln cuanto al futuro, Don Ricceri guarda para con
las misiones la misma actitud de Don Bosco: «la
expresión de una voluntad confiada e inquebranta­
ble» que le hacía exclamar: «No podemos paramos».
Hoy se requiere que, a la vez que se trabaja en
los países que aún no han recibido el Evangelio, se
anuncie de nuevo a los que ya lo han recibido, pero
que lo han olvidado; que se haga presente en los
enormes hormigueros de las «megalópolis» moder­
nas. Se requiere una mayor intensidad catequética,
respaldada por un más convincente testimonio de
vida.
Concretamente, el Rector Mayor invita a la F a­
milia Salesiana entera a la celebración del cente­
nario colaborando a varias de las iniciativas y pro­
puestas que se comunicarán dentro de poco. Invita
a ser solidarios con los misioneros, en lo que se re­
fiere a ayuda material; y, como se decía, a preparar
«la expedición misionera digna del centenario».
Resulta natural pensar en una nutrida expedición
de misioneros. De las 104 expediciones realizadas
hasta la fecha, la primera constaba sólo de diez sa­
lesianos, pero posteriormente las hubo hasta de dos­
cientos expedicionarios. La de 1929 fue de 374.
Pero, más que el número, lo que importa es el
tipo de compromiso: se desea concentrar estas nue­
vas fuerzas en ciertas zonas especialmente necesi­
tadas y muy prometedoras, y «preparar una nueva
presencia no tanto en lo geogrráfico cuanto en la
orientación».
D. LUIS RIOCBRI

LA ESQ U ELA ,
¿ P la im fo r m m p a r a

ia

a tiu o a o /ó n

d a ia

fa T

por J O S e L U I S P E R E Z

Muchos son los factores que han acelerado, en la época actual, el
proceso de socialización entre los hombres. El influjo de los medios de
comunicación, la universalización de las relaciones, la creciente inter­
dependencia de los países y la Interrelación de los fenómenos culturales,
poUticos, económicos y sociales, han estrechado el mundo, de modo que
los hombres, sobre todo los de las nuevas generaciones, viven todos y
cada uno de los acontecimientos con una repercusión y sensibilidad
nueva.
Los jóvenes especialmente, se sienten más llevados e impulsados a
la comunicación. Superadas las fronteras ideológicas y sociales, viven
la historia de los pueblos con una pertenencia más cercana, como ciuda­
danos del mundo. Entre ellos mismos han creado su «clase», su lengua­
je, sus valores y sus modos peculiares de comportanüento. Hasta el
fenómeno religioso se ecumenlza y se vive en relación vital con el resto
de los aspectos de la existencia humana (política, cultura, formas de
vida, etc)
El ámbito familiar y escolar se hace pequeño. De ahí, la tendencia
a valorizarlos en base a su apertura a la dinámica soclalizadora de la
hora presente.
Urge, pues, plantearse el problema de la socialización de la escue­
la: que la escuela viva dentro de esta dinámica soclalizadora, e incluso
sirva de trampolín para ella...

1)

SOCIALIZACION
DE LA ESCUELA
EN SU INTERIOR

NOS REFERIMOS AL ESTILO
y método de su estructuración y ré­
gimen. La vieja pedagogía individua­
lista y liberal, ya está superada. La ju­
ventud necesita, en el ámbito de la
escuela, una pedagogía activa y co­
munitaria, que tienda a la integración
social, con formas de vida en común
y de participación. El espíritu de equi­
po y la solidaridad son elementos
esenciales. Esto exige, en línea de mé­
todo, basar la enseñanza en el trino­
mio vida-reflexión-acción. Solamente
de este modo, la escuela se convierte
en medio de penetración en el mundo
para confrontarse con él y actuar en
él.
Esto supone que los educadores
sean los primeros en reconocer que
“la juventud no es una etapa de tran­
sición y de mera educación, sino co­
mo un sector social capaz de p^ticipar en ¡a contrucción de ¡a sociedad,
aportando su dinamismo renovador...
y asi ¡a educación de los jóvenes no
es una tarea exclusiva o fundamenta!
de los adultos. En ella debe partici­
par decisivamente la propia juven­
tud* (1).
(1) Ju v e n tu d y m u n d o aetuol,
X X V II Sem ana Social. 1968. p. 106.

Estos principios, fácilmente acep­
tados en teoría, son luego difícilmen­
te aplicados en la práctica, a la hora
de plantearnos el régimen de un cen­
tro docente-educativo de adolescentes
y jóvenes. Ciertamente, es más difícil
llevar un centro, en base a una recta
socialización, que regirlo, autocrática y
unilateralmente, sobre todo, una vez
conseguida una disciplina y una nor­
ma. Pero, sin duda, de lo que se tra­
ta no es de regir una empresa de in­

formación cultural, sino un centro de
educación y de educación de la fe.
He aquí algunos de los objetivos
de la socialización interior del centro:
a) LA ESCUELA ES UNA ES­
TRUCTURA de relaciones y valores,
que media entre otros dos ambientes
donde el joven realiza su vida: la fa­
milia y la calle. Tanto en la familia
como en la “calle”, el joven percibe
y asimila determinados valores, tanto
positivos como negativos. Es evidente
que la “ calle” (con todo lo que esta
expresión comporta de influjos, sen­
saciones, compañías, diversiones, pro­
paganda, modelos y comportamien­
tos...) cada vez influye más podero­
samente en los adolescentes: todos
los valores culturales que perciben en
el ambiente familiar y colegial pasan
por el tamiz de su “experiencia” de
ambiente de amigos, tiempo libre, etc.
Por otra parte, la familia, con su
comportamiento, ejerce un indiscuti­
ble influjo sobre el adolescente. Aho­
ra bien, la escuela juega un papel me­
diador e integrador entre familia y
“ calle”. Si, en ambos ámbitos, la es­
pontaneidad y la capacidad de diálo­
go son plataformas necesarias para el
desarrollo del joven, no puede la es­
cuela presentar unas leyes de convi­
vencia opuestas; el rechazo y la com­
pensación serían las respuestas más
lógicas.
Por eso, la escuela debe estar abier­
ta a los valores y modelos de vida que
el joven recibe en familia y en la

S O C IA L IZ A C IO ^

DE LA ESCUEL/S
EN SU INTERIOR
Jo«é Luis Pérez con un grupo de Jóvenes:
“La juvenhid necesita
una pedagogía activa y comunitaria,
con formas de vida en común
y en partleipación”.

“calle”. Es en la escuela donde, a
través de la cultura y de la educación
en grupo y personal, se puede crear
un diálogo en orden al discernimiento
y crítica de tales valores y modelos.
Por otra parte, no basta el discerni­
miento y la crítica; es preciso que la
escuela desarrolle su capacidad crea­
tiva: la cviltura adquirida en grupo
debe, necesariamente, relacionarse con
la vida, y ello da pie a la actividad
cultural, social y política. La escuela
se convierte, de este modo, en una
plataforma de realÍ2 ación que influye
en la familia y en la “ calle”. La es­
cuela da la oportunidad al asociacionismo juvenil, ya que, en su ámbito,
encuentra éste las coordenadas de su
organización; multiplicidad de indivi­
duos vocacionables, proyectos diver­
sos de acción-reflexión, educadores y
líderes que pueden orientar y ayudar
a madurar los proyectos, posibilidad
de confrontación, de reunión, etc.
TODO ESTO SUPONE que la es­
cuela vive todo su mundo interior en
actitudes y actuaciones de diálogo y
participación. Toda estructura educa­
tiva, para ser tal, debe ser democrá­
tica en su sistema operativo, al me­
nos en determinados niveles. La es­
cuela cristiana debe ser más una “ca­
sa de los jóvenes” que un “convento
de frailes” al que se va a recibir una
cultura y una educación prefabricada.
Nada profundamente dialogante y par­
ticipado que una familia: y Don Bosco quiso que así fueran todos sus
centros para poder ser plataforma pas­
toral. La educación necesita de com­
prensión recíproca. Los valores y, so­
bre todo, los modelos no se aceptan

por pura lógica; son objeto de amor.
La comprensión entre los educadores
y los jóvenes debe ser recíproca si
se quiere que exista permeabilidad y,
por ello, diálogo educativo.
Los Salesianos tienen, a este res­
pecto, expresiones muy profundas en
el Capítulo General Especial:
“...debemos procurar conocer las
tendencias y exigencias de los jóvenes,
los conflictos sociales de los que ellos
son frecuentemente verdaderos acu­
muladores, los ambientes en que vi­
ven, llenos de dificultades y peligros
ideológicos y morales; su ritmo de vi­
da, las leyes de su convivencia, las
apariencias externas de felicidad, sus
culpas y debilidades interiores. Para
favorecer esta comprensión, la comu­
nidad ha de procurar mantenerse pro­
fundamente “joven” y humana, capaz
de valorar todas las riquezas juveniles
de la sociedad actual. Tenemos nece­
sidad de estudiar y reflexionar, de ob­
servar, convivir y escuchar a los jó­
venes en privado y en grupo, evitando
condenar y rechazar sistemáticamente
sus valores y actitudes. Debemos juz­
garlos y comprenderlos dentro de su
contexto y mentalidad. Base de toda
comprensión no son tanto las idas y
razonamientos, cuanto el amor” (doc.

334).
b) LA SOCIALIZACION INTER­
NA DE LA ESCUELA SUPONE,
además, que todos los sectores de ac­
tividad y objetivos educativos estén
coordinados y relacionados entre sí, de
modo que el centro presente toda una
gama de intereses y realizaciones. De
esta manera, el joven vive en mayor

plenitud su vida, tiempo libre, inicia­
tivas, grupos, diversiones, deportes,
actividades culturales..., en el centro
“casa de juventud".
La participación de los educadores
en estas actividades Ies da la opor­
tunidad de crear nuevos tipos de re­
lación y de acrecentar la amistad y la
cercanía con los jóvenes. Los valores
educativos pueden ser dialogados y
discutidos a niveles de fraternidad y
de colaboración.
Incluso la misma formación y vi­
vencia religiosa se desarrolla inserta
en un clima lleno de intereses vita­
les para el joven. Es imposible la edu­
cación a la fe de los adolescentes en
un ambiente y clima pobre de inte­
reses y de relaciones: necesariamente
será abstracta, teórica, al margen de
la vida.
La socialización interna del centro
escolar adquiere su desarrollo, como
medio y expresión m uim os, en la for­
mación y funcionamiento de la CO­
MUNIDAD EDUCATIVA. Desde ha­
ce tiempo, esta expresión se ha hecho
familiar en los ámbitos escolares y,
por ello, es preciso descubrir los as­
pectos que realmente comprende:
— ante todo, la comunidad educa­
tiva comprende a los educadores re­
ligiosos, seglares, grupo de padres de
alumnos que realmente se comprome­
ten en la marcha del centro y grupos
de alumnos que colaboran activamen­
te en la vida y actividades;
— la comunidad educativa es el
máximo órgano de socialización de to­
da escuela; por ello, debe afrontar
los diversos planes de trabajo en fa­
se de promoción, ejecución y revisión.

Sacramenta es una barriada de
las afueras de Beiem do Paré. Allí
comenzó un salesiano al estilo de
Don Bosco. Un prado, un balón y
una sonrisa amiga. Al poco tiempo
había fundado una escuela profe­
sional para más de 800 muchachos.
El nombre del salesiano: Don Lo­
renzo Bertolusso.
Pero, naturalmente, adonde Iban
los chicos también acudían las chi­
cas. Allí se metían a dar patadas
como el que más y tampoco eran
menores sus palabrotas...
Cansado, don Lorenzo acudió a
las Hermanas; "Tenéis que venir a
atender a este ejército de chiqui­
llas...
Las Saleslanas tienen un colegio
al otro lado de la ciudad. Son po­
cas y el trabajo las desborda. Pero
hay tres hermanas que no se nie­
gan. Y ofrecen sus brazos: |Se
trata de un oratorio para jóvenes
pobresi Imposible decir que no. Y
allí van todos los domingos y días
de fiesta. Era el año 1964.
Sor Rocivalda, Sor Ermencia y
Sor Dilza son las tres voluntarias.
Tienen los bolsillos vacíos, pero un
corazón lleno de amor a las jó­
venes. Su sonrisa fue en seguida
un anzuelo espléndido. En cuestión
de cuatro domingos llegaron a reu­
nir a más de 600 niñas.
Enseñaban el catecismo al aire
libre. Y corrían por el prado. Era
lo único de que disponían. No te­
nían ni siquiera un sombrajo por
si llovía, ni un equipo de juegos.
Allí mismo entonaban sus cancio­
nes y daban algunas normas de la
higiene más elemental. A estas cla­
ses también acudían algunas mamás de las niñas.

LOS DOS
ULTIMOS BILLETES
DE UNA RIFA
Lo que es dinero, ni blanca. Bien­
hechores, pocos podían encontrar
entre tanta miseria. Pero las Her­
manas tenían otro gran tesoro; ia
fe. Don Lorenzo, en cambio, traba­
jaba para sacar cuartos de las pie­

8

dras. Había organizado una rifa. El
primer premio, un jeep. Las Her­
manas se comprometieron en ven­
der 300 números. Llegó el día del
sorteo y sólo les habían quedado
dos números por vender.
— “ Si ia suerte viene a uno de
estos dos billetes — bromeó Sor
Rocivalda— , el jeep es para nues­
tro Oratorio".

UN
JEEP
SE
CONVIERTE
EN
CENTRO
SOCIAL

— “Ya lo creo — murmuró incré­
dulo don Lorenzo— ; si os toca, pa­
ra vosotras..."
¿Cómo que si os toca? La suer­
te recayó en uno de esos dos nú­
meros no vendidos. Y el jeep fue
para las Hermanas. A penas lo vie­
ron porque lo cambiaron al punto
por un terreno donde, ya en casa
propia, instalaron el Centro Social
Auxilium.
Con la ayuda del Secretariado de
Hacienda del Estado de Pará se
construyó un cobertizo de madera.
Un antiguo alumno, procurador del
Estado, logró con no poco esfuerzo
una subvención para las Hermanas
que trabajaban en aquella zona de
la ciudad. Les llovió del cielo por­
que ellas no habían pedido un
céntimo.

UN ATRACO AL COCHE
1 de noviembre de 1964. El co­
bertizo está listo y la alegría de las
oratorianas es indecible. Al sábado
siguiente funcionaba ya el club de
las madres. Lo dirigía una asistenta
social y prestaba sus servicios un
doctor, padre de dos alumnas del
colegio. Las Hermanas, además de
la catequesis ordinaria, montaron
unos cursos para preparar a las fu­
turas catequistas.
A la semana siguiente, funcio­
naba el club de las hijas.
Apenas divisaban el coche en
que venían las Hermanas y asis­
tentes, lo rodeaban y casi no les
dejaban salir. Todas querían ser
las primeras en saludarlas y darles
la bienvenida. Era un atraco de
amor. La fiesta duraba todo el día.
Las mamás de las chicas llegaban
a medio día con ia comida prepa-

Esta niña
ha encontrado su alegría
en el “ Centro Auxilium".

rada para Hermanas y asistentes.
Era el regalo agradecido. Otras mu­
chas se dedicaban a cocinar los
alimentos al aire libre. Habla comi­
das típicas, dulces y saladas, que
se repartían o vendían, cosa que
aumentaba la alegría general.
Bajo aquel cobertizo se Improvi­
saban escenas de teatro, exhibicio­
nes de canto y baile, fiestas tipleas.
Si acaso llovía, se apretujaba la
gente hasta el sofoco, pero nadie
se movía de allí. Y para aprovechar
el tiempo se cantaba.
Cuando acababa la misa, al atar­
decer, las Hermanas regresaban al
colegio. Todos se quedaban con
gana de más y suplicaban: “ Voltem
logo, Irmás ¡Até domingo!”
Al comienzo del año escolar,
marzo de 1965, un nuevo aconteci­
miento determinó la evolución de
esta obra: El Secretario del Minis­
terio de Educación asignó un de­
terminado número de maestras pa­
gadas por el gobierno a los Salesianos. P o r consiguiente, cinco
maestras quedaban en la calle. Don
Lorenzo vio en seguida la solución:
mandarlas a las niñas de las Her­
manas.
Ya tenían maestras. ¿Y el mate­
rial escolar? No tengáis miedo,
muchachas: el padre Lorenzo nos
prestará los bancos del patio y,
aunque sea sobre las rodillas, po­
dréis escribir. Para la que quiera
aprender es suficiente.

COMO HORMIGAS
ACARREABAN
LOS PUPITRES
Era la primera vez que Iban a ir
a la escuela. Lo deseaban con ga­
na. Las Hermanas estaban termi­
nando de barrer y limpiar io que
serviría de aulas. Habían acomoda­
do unas bancas que casi servían
de columpio, cuando he ahí a los
chicos del padre Lorenzo. Venían

camiones cargados de piedra, de
arena, de cemento, de ladrillos, de
vigas y varillas de hierro. El ora­
torio se cambió en un terreno de
construcción.
Las Hermanas iban y venían dia­
riamente. La fiesta del domingo se
hizo de cada día. Y la construcción
comenzó a surgir como un desafío
a los bolsillos escuálidos.

Y, al día siguiente, su trabajo
escolar.
Gracias a las ayudas que llega­
ban, a veces inesperadamente, el
edificio iba adquiriendo su forma.
En 1967 había 15 aulas. Muchas de
ellas sin puertas ni ventanas, pero
en Brasil eso no es problema...
La minúscula comunidad sumó
dos Hermanas más. Se adquirió
una pequeña casita y el Centro
social continuó desarrollándose.

ATENCION A LAS RATAS
Habla demasiado material de
construcción como para dejarlo a
la intemperie durante la noche.
Era un sabroso bocado para los
merodeadores. Total, que Sor Rocivalda y Sor Dilza decidieron que­
darse durante la noche. Harían de
guardias nocturnos. Y en seguida
improvisaron su ajuar: dos hama­
cas, dos sillas, dos bombillas, un
hornillo de gas y una mesa. Su
compañía más molesta; las ratas.
en fila India, como hormigas, aca­
rreando f o r m i d a b l e s pupitres.
¿Quién los mand£ü3a?
El misterio se supo en seguida.
El director de un colegio privado
habla cambiado de mobiliario y
mandó el material escolar al padre
Lorenzo por si te servía. Y allí es­
taban tos tres camiones llenos de
pupitres. El padre Lorenzo les ha­
lló al punto un destino propio. Cla­
ro, las Hermanas todo lo atribuye­
ron a la Providencia...
No eran unas clases modelo, pe­
ro tenían vida.
En 1966 las clases llegaban a
siete. El problema se agravó por­
que no había sitio. ¿Cómo hacer?
Pues a levantar un edificio como
fuera. Solicitudes, visitas a bien­
hechores, a asociaciones benéficas.
Se repetía la historia de Don Bosco
en su Oratorio de Turin.
También la Providencia se las
apañó porque en seguida (legaron

Lm tres Gracias
de Botticeilí
no tienen que ver nada
con la incomparable belleza
de estas tres sonrisas...

10

.. • r.

LOS TELARES
DE LA PROVIDENCIA
Diecisiete maestras de primaria,
casi todas exalumnas, llevaban la
escuela. Sor María Bautista, un as
en materia de bordado, era el alma
del taller de costura, donde se ha­
cían maravillas.
Pero el suburt>io, con una enor­
me superpdDiación, es un nido de
ociosos y desocupados. Aquellas

UN
JEEP
SE
CONVIERTE
EN
CENTRO
SOCIAL

ayudado en otras ocasiones y mi­
raba con gran simpatía el esfuerzo
de las Hermanas. Fue el instrumen­
to de la Providencia. Al poco tiem­
po tenían una mies abundante; 17
aulas escolares, Oratorio diario y
festivo con más de 700 chicas,
Centro Catequístico con 20 grupos
atendidos por 20 catequistas segla­
res, el Club de las Madres de Fa­
milia, y ahora, este Taller de Te­
jidos, originalísimo y de enorme
porvenir para las chicas. Hoy día
desarrollan un intenso trabajo pues
reciben peticiones de todos los rin­
cones del inmenso Brasii. La fibra
del "cizal” es la materia prima pa­
ra hacer sus tejidos con los más
vistosos colores, expresión del ca­
lor imaginativo de aquella tierra.

“O SENHOR
E MEU PASTOR
chicas, a sus quince y dieciséis
años, a! provenir de famüias desu­
nidas, desordenadas y de ambien­
tes miserabies aun en sentido mo­
ral, corrían el riesgo de perderse^
definitivamente. Era necesario en­
contrar un puesto de trabajo que
les proporcionara una autonomía y
un camino seguro en él que orien­
tar su vida.
Sor Rocivaida y las demás her­
manas rezaban y esperaban la res­
puesta de la Providencia. Y un día
llegaron a enterarse de que un in­
dustrial de la región quería desha­
cerse de un telar en el que se te­
jían hamacas y tapices típicos de
la región. Sor Lourdes, una salesiana de aquellas tierras era dies­
tra en esta clase de tr^ a jo s . ¿Se­
ría ésta la señal de Dios?
Las Hermanas visitaron el telar.
Y quedaron contentísimas, decidi­
das a quédame con él. Y de nuevo
a soñar. Ahora hacía falta un nue­
vo presupuesto para arreglar las
máquinas, echarías a andar, adqui­
rir material de trabajo, hacerse de
un local apropiado...
Acudieron a la Fundación "Papa
Juan” cuyo presidente les había

Es la mañana del domingo, ale­
gre y festiva. Las puertas de ma­
dera del cobertizo se abren de par
en par. Y aparece el altar cons­
truido por los chicos artesanos del
padre Lorenzo. Hay un hervidero
de muchachas oratorianas que vie­
nen a la Eucaristía dominical. Un
coro potente de voces argentinas
canta su alegría: "O Senhor é meu
Pastor".
Las historia del Centro Social
Auxillum de Beiem apenas ha em­
pezado. En una ciudad que ofrece
numerosas atracciones, el Centro
ha de hacerse cada vez más atra­
yente para la juventud. Ahora hay
nuevos proyectos: un parque de
atracciones a su medida y un sa­
lón de cine. Se sueña en un taller
de jerséis, en clases de economía
doméstica y puericultura, en cursoe
de socorrismo y educación sanita­
ria...
Sobre todas estas realidades y
proyectos está la mirada vigilante
de María Auxiliadora en la que las
Hermanas han puesto toda su es­
peranza.
T. B.

11

Solemne Inauguración de la nueva Offset Roland-Ultra en la Imprenta Salesiana de Atocha.
El jefe de las Artes Gráficas, don Mariano Flamarlque, responde lleno de satisfacción: “En
modernización del taller, es el mayor paso que
se ha dado hasta ahora”.

Las grandes obras tienen con
frecuencia orígenes humildes y
siempre un proceso lento hasta
llegar a su completo desarrollo.
Allá por los años 1800, Don Sos­
co, considerando como uno de ios
mejores medios de apostolado, el
de la buena prensa, como él decía,
tuvo como idea feliz instalar los
primeros talleres de Artes Gráfi­
cas en Turín. Esfuerzos gigantes­
cos tuvo que hacer para sacar a
la luz aquellos sus primeros es­
critos. El escribía y sus mucha­
chos editaban en sus «mini-imprentas». Un doble fin conseguía
así; la difusión de sus libros para
edificación de la juventud, y la
formación de aquellos muchachos
en un oficio con el que ganarse
honradamente la vida.
Este mismo espíritu se exten­
dió hasta nuestra patria. Uno de
los exponentes del trabajo tipo­
gráfico en la España Salesiana, ha
sido siempre la Escuela Gráfica
Salesiana de Atocha. Los que du­
rante muchos años hemos conoci­
do el proceso de esta Escuela, re­
cordamos cómo, de la pequeña
Minerva «a pedal» y la guillotina
de cizalla, se ha ido pasando por
todas las máquinas semiautomáticas y automáticas. Hace diez años,
llegó la pequeña Harris-Offset. De
momento un nuevo horizonte se
abrió a las posibilidades de nues­
tra Imprenta. Ya se podían rea>í-L



lizar ciertos trabajos de gran en­
vergadura y de alto nivel de ca­
lidad. La Escuela iba a más. Pron­
to todo se quedó pequeño y no ha­
bía posibilidad de atender a todas
las demandas de nuevas publica­
ciones. Urgía renovar la maquina­
ria, ya que el local no permite la
expansión, y por otra parte había
q u e lograr mayor rendimiento.
Unica solución: mejorar la maqui­
naria. Varios intentos habían que­
dado ineficaces, ya que es muy
elevado el costo de este tipo de
máquinas.
Por fin este año —como un re­
galo de Reyes— nos ha llegado,
y ya está instalada y funcionando
una máquina Offset ROLAND-ULTRA BICOLOR «made in Germany». Parecía que no iba a caber
en el taller. Pero quien no cabe
ahora de satisfacción es el Jefe
que dirige este Taller, el Salesiano
Coadjutor Mariano Flamarique.
—Mariano, ¿qué representa esta
D e n t r o de la Congregación
adquisición?
siempre
se les ha dado su debida
—Concretamente, en moderniza­ importancia
a estos talleres, so­
ción del taller, es el mayor paso bre
todo en Italia, donde se creó
que se ha dado hasta ahora. Creo en I Becchi el «Colle Don Bosco»,
que ha transcurrido demasiado destinado exclusivamente a la for­
tiempo sin renovar maquinaria,
mación de Salesianos para las
siendo así que las Artes Gráficas Artes Gráficas.
juntamente con la Electrónica, son
En España, las Escuelas Profe­
las dos industrias que más han sionales de Sarriá (Barcelona), han
evolucionado en e s t o s últimos continuado esta formidable labor
años.
con personal muy cualificado, que
ha logrado el más completo Cen­
tro de Enseñanza de Artes Gráfi­
cas en nuestra Patria. Quisiéra­
mos que fuese Madrid, quien si­
guiese a Barcelona en esta sin­
gladura.
—¿Crees que podréis realizarlo?
—Estamos comenzando. Trope­
zamos con dificultades de espacio,
pero creo que esta circunstancia
se verá salvada fácilmente en esta
Casa.

AQUI SE

Con no pocos esfuerzos y una do­
sis de paciencia y de impaciencia
se i legó a ver definitivamente mon­
tada ia gran máquina.

E) diractor del colegio de Atocha
bendice la nueva máquina. Aalaten
maestros, alumnos, cHentes...

Adaptacidn, chiquillos de trece
años, que en pequeños grupos van
picando por el taller, tomando
contacto con el ofício durante tres
meses y sintiéndose unos peque­
ños Gutenberg.
En plan de producción trabajan
15 oficiales. Ellos son los que mar­
can el ritmo y continuidad del
mismo, haciendo los trabajos que
no podrían realizar los aprendices
y al mismo tiempo enseñando a
los chicos el manejo de toda cla­
se de máquinas.
Mariano se queda entre un mon­
tón de papeles de facturas y presiq>uestos, de maquetas y pruebas,
papeles que ocupan la mayor par­
te de su tiempo que él ha dedica­
do con toda generosidad a la Con­
gregación en tan interesante face­
ta como es la eitseñanza de las
Artes Gráficas.

Hace

el boletín salesiano

—¿Qué trabajos principales rea­
lizaréis con esta nueva máquina?
—Lo más lógico es que impri­
mamos las obras de nuestra Edi­
torial «Ediciones Don Bosco», y
ias Revistas Salesianas: «Boletín
Salesiano» y «Juventud Misione­
ra». Además de esto, nw va a
quedar tiempo p a r a imprimir
otras revistas y muchos trabajos
que nos encargan. Actualmente te­
nemos contrato con una impor­
tante Editorial para publicar libros
de enseñanza de idiomas: inglés,
francés, alemán, etc.
—¿Puedes damos una idea del
funcionamiento y la labor de la
Escuela Gráfica Saleslana de Ate­
dia?
—Sí. En esta Escuela se des­
arrolla una doble actividad: como
Escuela y como Taller de produc­
ción.
Don Nicanor, don Mariano, don Jo­
sé Antonio... ven felices la primera
muestra de la offset. Está visto, a
mayor complicación de máquina,
mayor simplificación de la tarea...

En la Escuela t e n e m o s 40
Aprendices en el Primer Grado de
Formación Profesional, en las es­
pecialidades de linotipista, monta­
dor-pasador de offset y maquinis­
tas de offset.
Cuatro maestros, de ellos tres
Salesianos se encargan de la la­
bor docente, quienes imparten las
diversas clases técnicas a l o s
aprendices. Es interesante además
la presencia de los c u r s o s de

Desde estas líneas —ya realiza­
das con la nueva máquina— de­
seamos vivamente que ésta sirva
efectivamente para dar auge a una
actividad que tan querida fue por
San Juan Bosco, y la que él con­
sideraba como el medio más efi­
caz para llegar a todos aquellos a
quienes quería de cualquier mane­
ra hacer el bien.
JULIAN GOMEZ RUEDA

Ha fallecido en Matard (Barcelo­
na) el reverendo don Amadeo Burdeus, sacerdote salesiano. Eran las
diez de la mañana del domingo 22
de diciembre. Tenía setenta y dos
años, de los cuales casi veinticua­
tro los había pasado en la Casa
Salesiana de Mataró.
Numerosos Antiguos Alumnos y
amibos de la familia salesiana han
testimoniado su condolencia ante
la desaparición de don Amadeo, a
quien admiraban por su magiste­
rio, los primeros; por su cortesía
sacerdotal, los segundos.
Nacido en Burriana, fue alumno
de los salesianos de Valencia. Allí
germinó su vocación sacerdotal y
salesiana. El año 1926 hizo sus vo­
tos perpetuos como salesiano y el
1930 fue ordenado sacerdote en
Turín.
Brillantemente dotado para el
estudio, a su carrera sacerdotal,
añadió la de Historia en la Uni­
versidad de Barcelona, con Premio
Extraordinario. Puso la riqueza de
su formación al servicio de tres
nobles causas:
Enseñanza.—Fue un enseñante
prestigioso de Historia, Literatura,
Latín. Salpicaba sus clases con tal
cantidad de conocimientos, que sus
alumnos quedaban impresionados
del cúmulo de ciencia del que era
portador. Metódico, conservaba to­
das las notas que a lo largo de
sus años había registrado: alum­
no por alumno, día a día. Ahí qui­
zá radicaba el secreto de su me­
moria proverbial, al recordar la
vida y las andanzas de todos sus
alumnos. El cariño que estos le
profesaban venía manifestado por
las bodas que bendijo y por los
hijos de los hijos que bautizaba:
¡en cuántas casas de Antiguos
Alumnos los hijos y los nietos le
llamaban «tío Amadeo»!
Historiador.—Lo era por voca­
ción. A los salesianos de Barcelo­
na y Valencia nos dejó la Joya de
su libro «LAUROS Y PALMAS»,
que recoge la historia de la InsF ^torfa Tarracortense durante la
Guerra Civil: el martirio de cuan­
tos derramaron su sangre y las
andanzas de quienes se mantuvie-

14

DON
AM ADEO
BURDEOS

Un salesiano
sabio, ejemplar.
Puso
su pluma
al servicio
de los
siervos
de Dios
de la
Congregación
Salesiana
en España.

ron firmes en aquel torbellino. Un
libro equilibrado, de fácil lectura,
sin extremismos: el libro de un
historiador nato.
Vicepostulador.—Lo era de la
causa de Beatificación y Canoniza­
ción de doña Dorotea de Chopitea,
aquella dama barcelonesa que tan­
to ayudó a Don Bosco para que
sus hijos (salesianos y salesianas)
desarrollaran su apostolado en
Barcelona. Doña Dorotea había
promovido muchísimas obras so­
ciales en Barcelona y fuera de
Barcelona. Promotor de su causa,
autor de una estupenda biografía
—«UNA DAMA BARCELONESA
DEL 800»— fue don Amadeo. Eran
cantidad las cartas que recibía a
diario y que con toda exactitud
respondía: en ellas ponía todo su
celo sacerdotal, toda su delicadeza
y atención, todo su querer. La de­
voción y el afecto hacia doña Do­
rotea estaba extendido por toda
España y lugares de Hispanoamé­
rica (Chile era el lugar de origen
de doña Dorotea). En esa expan­
sión tiene mucho que ver la entre­
ga de don Amadeo: tenaz, puntual,
responsable.
Valgan estas líneas para agrade­
cer el testimonio de cuantos se
han condolido por su muerte y pa­
ra pedir, a través de las páginas
del Boletín Salesiano, un recuerdo
cariñoso por el eterno descanso de
este salesiano, que lo fue de cuer­
po entero.
LO DEFINEN
SUS AMIGOS Y CONOCIDOS
— Un compañero de adolescen­
cia le felicitaba estas Navidades:
«...Yo también recuerdo los días
de Campello, Carabanchel, Sarriá,
como felices años de mi vida. Y
en todos ellos vives tú, querido
amigo del alma, como algo mío,
algo entrañable».
— Un compañero de fatigas:
«Don Amadeo sufría últimamente
porque era un gran corazón».
— Don Marcelino Olaechea, ar­
zobispo de Valencia, prologaba así
su biografía Una Dama Barcelone­
sa del 800: «No podía negarme al

cariño que tengo al autor, alumno
mío en tiempos muy lejanos; sa­
cerdote muy dotado por Oios de
virtud, talento y dotes literarias...
El padre Burdeus, avezado en ta­
les lides, tiene un estilo sobrio,
pulcro, ameno e insinuante; y muy
abiertos los ojos del espíritu y en
amplio despliegue las aJas. El Se­
ñor, para afinar su obra, le ha hec^o sordo a las palabras distrai­
doras en su gran misión de hagiógrafo».
— Una familia de Barcelona,
dándonos el pésame; «Don Amadeo
nos honraba con su afable amis­
tad. Bendijo y acompañó los es­
ponsales de nuestros hijos, bauti­
zó a nuestros nietos. Nunca olvi­
daremos la singular bondad sim­
patía y distinción de su trato».
— Otro compañero, don Vicen­
te Ballester, sacerdote salesiano,
cariñosamente escribe; «Amadeo,
ya de pequeño, en la Escuela Mu­
nicipal de Burriana su pueblo na­
tal, fue un niño precoz y listísimo.
Muchas veces, don Sebastián, el
benemérito Maestro Nacional de
Burriana, me recordaba con santo
orgullo que, en la escuela, había
tenido tres alumnos extraordina­
rios, muy amiguitos entre sí; don
JUAN GRANELE (Q. G. H.), ilus­
tre ingeniero del I. C. A. I., Gober­
nador de Bilbao, Subsecretario de
Industria y preconizado Goberna­
dor Civil de Barcelona, fallecido
en plena juventud. El Arzobispo
actual de Madrid, el señor carde­
nal. don VICENTE ENRIQUE Y
TARANCON y nuestro don AMA­
DEO BURDEUS.
«Cuando por las tardes hago el
Viacruds por la capilla oscura y
solitaria —escribía de sí mismo—,
siendo un bienestar indefinido...
Me gusta estar solo en la igle­
sia. Pasaría gustoso horas en­
teras en conversación conmigo
mismo, allí en la iglesia. Digo mu­
chas tonterías. Pienso; si yo fuera
santo, qué feliz sería mi vida.
Los únicos que han sido feli­
ces en la tierra son los santos,
porque la fuente de la felicidad
es la posesión completa de la pro­
pia vcduntad- Y los santos son com­

pletamente dueños de ella: la ha­
cían triunfar del placer, del orgu­
llo, de la ira... que ya es mucho
triunfar... ¡Poseer la voluntad! He
aquí mí ideal. En otras palabras:
ser santo ¿...?
OTRAS IMPRESIONES
El funeral fue una manifestación
de cariño a don Amadeo por parte
de sus hermanos salesianos y de
sus amigos. Han sido innumera­
bles los testimonios que de todos
nos han llegado. Muchos sintieron
no poder acudir a la fundón li­
túrgica por no haberse enterado
a tiempo. La muerte en domingo
y la falta de periódicos el lunes,
impidieron ex pandir sufídente-

mente la noticia. No obstante,
muchos se hideron presentes y de
todos hemos recogido impresiones
como las siguientes:
— Sus palabras tenían impreso
el sello de su talante; delicadas,
nunca ofensivas, nobles.
— Recordaba uno a uno a to­
dos sus altimnos, sus travesuras,
sus triunfos. Sólo el amor que les
tuvo puede explicar este tipo de
conocimiento.
— A todos les escribía con este
cuidado de no fallar, expresión de
una exquisita urbanidad.
— Era tradicional su vuelta por
el patio, al mediodía (asistencia al
viejo estilo). A todos les hablaba
de Don Bosco, de Domingo Savio,
de Mana Auxiliadora, Sufría de
pensar que algún niño ignorara
a estos personajes. Los actuales
alumnos mayores le guardaban es­
pecial veneración, pues recono­
cían sus méritos y su saber.
Su muerte me entristeció pro­
fundamente. Por varios motivos:
— Porque perdemos a un hom­
bre a quien admiraba por su co­
herencia.
— Porque se nos ha ido sin
damos una molestia, sin querer­
nos dar ninguna molestia. Se va­
lió de sí mismo hasta el último
momento.
— Porque se nos ha muerto sin
damos cuenta; 1o presentíamos,
pero al verte tan movido, tan sin
pensar en la gravedad de su esta­
do, creíamos que se saldría de es­
te achuchón como otras veces.
— Me entristece porque le he­
mos visto sufrir estos últimos
años: sufría las circunstancias ac­
tuales, nuestros fallos, nuestras
indelicadezas. Lo sufría valiente­
mente, como d mejor de los san­
tos que han querido llevar a ple­
nitud su anonadamiento.
Pero es dulce repetir hoy, a la
luz de la palabra evangélica y de
Pablo, que «la muerte no es tris­
te para ^ religioso: está llena de
la esperanza de entrar en el gozo
del Señor. Y cuando sucede que
un s^esiano sucumbe trabajando
por las almas, la Congregación
consigue un gran triunfo».
MANUEL PUYOL

15

Hablábamos en el Boletín de enero de las parroquias saleslanas de Barcelona y prometíamos hacer lo mismo
de otras ciudades. Hoy presentamos esta realidad pas­
toral de la obra salesíana en Madrid.
Son cuatro las parroquias salesianas de la capital de
España: la de María Auxiliadora en ei barrio de Atocha;
la de San Francisco de Sales en Estrecho; la de San
Juan Bosco en el Paseo de Extremadura; y la de Santo
Domingo Savio en el barrio de San Blas.

bispo madrileño. Jabía en la ciu­
dad unas macroparroquias de muy
difícil asistencia. El clero no po­
día llegar a todos los fieles. Y de­
cidió sin más pedir i los religio­
sos que aceptaran nuevas parro­
quias. Así se repartiría sobre nás
hombros y hombres el peso dt la
responsabilidad.
Se dividió en trozos más huma­
nos y asequibles la tarta del ma­
pa ciudadano, y los salesianos
aceptaron las cuatro parroquias
antes citadas, teniendo -como ba­
se las iglesias de nuestros cole­
gios. Corría el afio posconciliar
1967.

LA PARROQUIA
DE ATOCHA
«Los seglares están perfecta­
mente organizados y tra b a ja n
magníficamente».

SALESmi
Así me dice don Mariano Sanz,
el dinámico párroco d e María
Auxiliadora. No es necesario pro­
longar nuestra entrevista, porque
me entrega un organigrama con
todos los detalles de servicio en
favor de los feligreses.
«La nuestra —me dice— es una
comunidad parroquial misionera.
Se han ;>uperado, pues, los con­
ceptos de parroquia en los que
predominaba el culto y el de pa­
rroquia-territorial. L a parroquiacomunidad misionera de personas

Parroquia San Francisco de Sales,
en el barrio de Extrecho. Don Avelino ofrece su consuelo a los an­
cianos.

Parroquia Santo Domingo Savio, en
ei barrio San Blas. Don Modesto en
su misión de bautizar...

proyecta sus acciones catequética,
litúrgica y caritativa hacia la
evangelización de las personas y
la F«t>moción de la comunidad».
Con el lápiz sobre el papel, don
Mariano va explicándome el orga­
nigrama:

— En primer lugar, el consejo
presbiterial. Somos tres los curas
salesianos que llevamos la pasto­
ral de la parroquia. Trabajan con
migo don José Antonio y don
Agustín; aunque también nos ayu­
dan otros salesianos de la comu­
nidad inspectorial y del colegio.
Este consejo presbiterial se en­
carga principalmente de la acción
santiñcadora de la parroquia:
Eucaristía y culto, bautizos comu­
nitarios, confirmaciones, primeras
comuniones, conversaciones pre­
matrimoniales y celebración del
matrimonio, unción de los enfer­
mos y funerales.
— El Consejo Pastoral está ade­
más constituido por los diversos
grupos de seglares responsables y

comprometidos en actividades pa­
rroquiales.
— La parroquia misionera tiene
tres acciones específicas: acción li­
túrgica, acción profética, y acción
servicio a la comunidad. De acuer­
do con estas orientaciones, nues­
tras actividades pastorales son:
aj~ Acción litúrgica.—Organiza­
ción de cultos y horarios; fiestas
y tiempos litúrgicos: celebraciones
litúrgicas y paralitúrgicas; música
y canto, servicio del templo, etc.
b) La Acción Profética abarca
una serie de actividades en rela­
ción con la evangelización: Pasto­
ral juvenil, pastoral de adultos,
p a s t o r a l de alejados, pastoral

obrera, medios de comunicación
social: btrietín parroquial, cartele­
ras, propaganda, campañas parro­
quiales. Además quedan también
encuadrados los m o v i m i e n t o s
apostólicos como: Acción Católica,
Legión de María, Cursillos de Cris­
tiandad, Cooperadores, Archicofradfa. Antiguos Alumnos, Equipos de
matrimonios, grupos juveniles y
de adultos, grupos de catequistas.
c) La acción de servicio a la
comunidad comprende; 1.—La sec­
ción burocrática de archivo, fiche­
ros, estadísticas, enlaces, censos;
2.—La actividad caritativa; Asis­
tencia social, colectas mensuales,
ropero, a 50idas sociales, promo­
ción humana, colonias infantiles,
c l u b de ancianos; 3.--Conviven­
cias, excursiones y peregrinacio­
nes, actividades culturales y re­
c r e a t i v as... 4.—^Administración,
contabilidad, balances, campañas
parroquiales y donativos...
—¿Cómo lleva a cabo todas es­
tas actividades?
—Con la colaboración de los se­
glares. Es admirable la respuesta
de estos cristianos comprometidos,
que se ofrecen, que trabajan. En­
tre todos se logra un trabajo ma­
ravilloso. Mira, don Mariano me
entrega el calendario del mes de
febrero, todo está repleto de reu­
niones.
Habría mucho que hablar. Falta
el tiempo y el espacio. Al salir de
la conversación con don Mariano,
me detengo en el atrio de la igle­
sia. Allí veo la realidad de las
carteleras, de la propaganda.

Y, desde luego, imposible reti­
rarse sin entrar en la moderna
iglesia de María Auxiliadora. Una
iglesia que te invita al fervor y a
la oración.

LA PARROQUIA
DE ESTRECHO
«La cúpula de nuestra iglesia es
la segunda de Madrid y tiene un
mosaico de Padrós, el artista del
Valle de los Caídos»... Así me dice
don Avelino Lorenzo, el párroco
de Estrecho. Mantenemos una lar­
ga conversación. Habla de dificul­
tades y proyectos, de su múltiple
actividad. Su principal colabora­
dor, don Aniceto, un salesiano be­
nemérito.
— Este barrio de Estrecho —me
dice— es de clase media más bien
tirando abajo, es decir, un barrio
obrero y en el que predomina la
gente mayor, pues los jóvenes se
van a los nuevos pisos de las
afueras.
Para no repetir las mismas ac­
tividades parro q u iales, señalare­
mos rápidamente el trabajo pas­
toral:
— La Cáritas.—Los seglares la
han tomado muy en serio y fun­
ciona perfectamente. En su sec­
ción administrativa, llevan las car­
tillas de ayuda a familias necesi­
tadas: realizan 'las visitas a los
enfermos, y llevan el ropero pa­
rroquial.
— Jesús Arce, un salesiano de
Bilbao, lleva actualmente el Club
Juvenil, con la correspondiente
orientación formativa, cultural, de­
portiva y, sobre todo, con sus
convivencias.
— La catcquesis.—Tenemos un
buen grupo de catequistas, dirigi­
dos por un salesiano.

— Los equipos matrimoniales
los llevamos en una pastoral de
conjunto con otras parroquias.
— T e n e m o s también un co­
mienzo de movimiento de «cenácu­
lo» y de Focolares.

LA PARROQUIA
DEL PASEO
DE EXTREMADURA
«Aunque no lo parezca, en nues­
tra parroquia tenemos chabolas»,
me asegura don Manuel Vielva, el
párroco de esta barriada de Ma­
drid. Junto al veterano colegio del
Paseo de Extremadura funciona la
parroquia salesiana. Y, al lado del
párroco, el brazo de mar de don
Valentín. Entre los dos, mano a
mano, con la ayuda de los salesianos del colegio, el presbiterado de
la comunidad parroquial.
También don Manuel Vielva me
da un esquema de la labor pasto­
ral que realiza. En primer lugar,
da una visión sociológica del ba­
rrio. constituido por empleados ad­
ministrativos o comerciales, obre­
ros, pequeños industriales, peque­
ños comerciantes y militares. Es
un barrio en el que no hay ningu­
na escuela estatal, ni lugares de
diversión como cines, teatros, sa­
las juveniles, ni centros culturales:
tampoco hay guarderías o centros
de ancianos. La asistencia domini­
cal es aproximadamente de un 25
por 100. Se aprecia ya una lenta
descristianización, especialm ente
en los jóvenes.
— Con los niños se tiene una
catcquesis, dividida en dos etapas.
Para esta labor catequética co­
laboran las Franciscanas y un gru­
po de cooperadores y jóvenes.

— Con los jóvenes trabajamos
en el Centro Juvenil, dirigido por
el salesiano don Julián Sánchez.
Asisten unos ciento cincuenta, y
hay unos dieciocho grupos de re­
visión de vida.
— Con los adultos.—Han sur­
gido en esta parroquia tres comu­
nidades neocatecumenales, como
un modo concreto, moderno y efi­
caz de profundización en la fe.
Funcionan también las asociacio­
nes de Cooperadores Salesianos,
la Archicofradía y el Apostolado
de la Oración.
Hablo largo rato con don Ma­
nuel. Me doy cuenta de su sensi­
bilidad pastoral, especialmente con
los jóvenes a quienes prepara per­
sonalmente para el matrimonio.
Me cuenta sus problemas, pero co­
municándome al mismo tiempo su
entusiasmo en este hermoso tra­
bajo por el crecimiento del Reino
de Dios.

También en Madrid se dan estos
matrimonios "entreverados". El Pá­
rroco dice que el esposo murió al
poco tiempo de casado; pero que
ella ha vuelto a casarse con
negro. No, el amor no es ciego.

V

£

Don Mariano Sanz bendice el Club
de Ancianos.

Club Nuevos Amigos para jóve­
nes. Lleva unos seis años de fun­
cionamiento. Son interesantes sus
realizaciones d e «Campañas de
Navidad» y «Las Colonias veranie­
gas para niños o ancianos», reali­
zadas a través de Cáritas.
No faltan las tradicionales aso­
ciaciones de Cooperadores Salesianos y de la Archicofradfa de Ma­
ría Auxiliadora.
E>espués de amena charla con
don Miguel, al salir al patio me
sorprendió una lápida con su ins­
cripción: «Don Rómulo Piñol ini­
ció esta obra en 1947».
Allí estaba el hervidero de jó­
venes del patio de San Blas. Jó­
venes profesionales, estudiantes,
oratorios, parroquia. Una obra salesiana redonda.

LA PARROQUIA
DEL BARRIO DE SAN BLAS
«San Blas es un barrio de obre­
ros que ha crecido hasta los to­
pes», me dice don Miguel Rivilla,
el párroco de Santo Domingo Savio. Trabajan conmigo en la pa­
rroquia, don Modesto Conde y don
Marcos Mellado, además de las
prestaciones de los demás salesianos de la comunidad».
También don Miguel me da su
«Hoja Dominical», editada por la
parroquia, en la que habla de sus
actividades. Es un drgano de co­
municación social entre sus feli­
greses. Me ofrece también una in­
formación escrita. He aquí la am­
plia labor parroquial, resumida en
breves líneas:
1)
Acción Católica Femenina,
con su correspondiente sistema de
formación y acción; 2) Adoración
nocturna masculina; 3) Grupo de
Catequistas que atienden a 15 cla­
ses de niños; 4) Hombres de Cá-

La asamblea litúrgica adquiere un
marco solemne en el moderno Tem­
plo de María Auxiliadora de Atocha.

ritas Parroquial, quienes realizan
un trabajo muy eficiente de asis­
tencia social; 5) Grupo de Pro­
moción Femenina para amas de
casa; 6) Grupo de Formación Bí­
blica; 7) Cursos Prematrimonia­
les; 8) Enlaces Parroquiales para
detectar problemas de la comu­
nidad; 9) Legión de María; 10)

Después de echar un vistazo a
esta formidable actividad pastoral
en favor de la Iglesia madrileña,
viene de perias el acabar con la
reflexión que hacen las Constitu­
ciones renovadas; «Aceptamos pa­
rroquias, como respuesta a las ne­
cesidades pastorales de las igle­
sias locales, sobre todo, en aque­
llas zonas que ofrecen un campo
apropiado de servicio a la juven­
tud y al sector popular».
Que este servicio crezca y se
perfeccione.
RAFAEL ALFARO

zobispo de Guatemala, ha tenido
para la revista palabras de enco­
mio y bendición. Se trata de una
de las primeras revistas de inves­
tigación teológica que se editan
en América Central.

MONSEÑOR OSES
AGRADECIDO
A LAS SALESIANAS
Huesca.— Monseñor Javier Osés,
obispo y administrador apostólico
de esta ciudad ha escrito ^ la Ma­
dre General de las Hijas de María
Auxiliadora una carta de agradeci­
miento por la labor que realizan las
Salesianas en su diócesis. He aquí
la parte principal de su contenido:

NUEVA REVISTA
SALESIANA
DE TEOLOGIA
Guatemala.— "Estudios Teológi­
cos" 68 el titulo de la nueva re­
vista saleslana de Teología que pu­
blica el Instituto Teológico Saleslano de Guatemala. Se trata de una
revista científica de Investigación
teológica e Información religiosa y
pastoral.
El Instituto Teológico Saleslano
es Facultad de Teología de la Uni­
versidad "Francisco Marroquin" de
Guatemala. Es asimismo centro co­
mún de estudios superiores de
Teología para el clero diocesano
de Guatemala, para unas quince
congregaciones de religiosos de di­
versas nacionalidades y varios se­
glares. El Cardenal Casariego, Ar­

\

Reverenda Madre General, sien­
to una viva exigencia de comuni­
carle alguna información sobre sus
hijas, que trabajan en la diócesis
de Huesca.
Todos los meses las he invitado
para celebrar juntos la Eucaristía
y para hacer cada vez más eficaz
su actividad apostólica a través de
un intercambio de idas y una re­
visión del tr ^ a jo desarrollado. El
resultado ha sido consolador.
La catequesis bien organizada, el
contacto con las familias tan útil pa­
ra una más completa educación de
los jóvenes, los florecientes orato­
rios, son signos tangibles del com­
promiso de las hermanas.

Con gran generosidad han llevado
todo el peso de la preparación a las
primeras comuniones, a las confir­
maciones y a los sacramentos pas­
cuales de los adultos.
Estoy muy agradecido a las her­
manas, pero también la expreso a
usted. Madre, mi más sentida gra­
titud: el espíritu con que trabajan
sus hijas es, sin duda, fruto de esa
formación sabia y prudente, abierta
a los tiempos y equilibrada que el
Instituto ha dado y continuará dan­
do.
Rezo por usted y le bendigo de
corazón. Javier Osés, Obispo.

DON ALFONSO MILAN,
MEDALLA DE PLATA
DE LA JUVENTUD
León.— La Delegación Nacional
de la Juventud ha concedido al salesiano don Alfonso Milán, Rector
de la Universidad Laboral de Zamo­
ra, la Medalla de Plata de la Juven­
tud, en virtud de ios méritos con­
traídos en su plena dedicación a
los jóvenes durante toda su vida.

JORNADAS
DE PASTORAL JUVENIL
Ma(Md.— El Centro Nacional Salesiano de Pastoral Juvenil ha pro­
gramado unas Jornadas de Pasto­
ral bajo el temario "Juventud y
evangelización, hoy". Dichas Joma­
das se han desarrollado en Valen­
cia, del 22 al 24 de noviembre; en
Medrid, del 24 al 26 de enero; en
León, del 7 al 9 de febrero; y en
Barcelona, del 26 de febrero al 2
de marzo. El Coordinador de estas
Jornadas ha sido José Luis Labiano, Delegado Nacional de Pastoral
Juvenil; y los temas tratados han
sido; “Valores y contravaiores de
la juventud, hoy, ante el compro­
miso de la fe” , por José Luis
Pérez; "Presupuestos para urt pro­
ceso de maduración en la fe a tra­
vés del "catecumenado” , por Ar>tonio Doménech; "La escuela, pla­
taforma de la educación en la fe” .

por Ricardo Arias; y “ Realizaciones
de catecumenado” , por José Ra­
món Urbieta. Han expuesto sus ex­
periencias de pastorai en cada una
de las zonas donde se han celebra­
do estas jornadas: en Valencia, Da­
vid Churio; en Madrid, Antonio Sán­
chez Romo; en León, José Manuel
Valero; y en Barcelona, José Oriol
Oliveras. En todas ellas se han co­
municado experiencias y realizacio­
nes sobre el Catecumenado “Ad­
sis” , catecumenado universitario y
otras experiencias juveniles.
Han sido numerosos ios asisten­
tes, sacerdotes, religiosos y religio­
sas de muy diversas congregacio­
nes.
Los objetivos de las jomadas
eran: El conocimiento de la nueva
cultura juvenil, como condición pa­
ra una nueva evangelización; una
toma de conciencia de la necesi­
dad de descubrir y poner en mar­
cha caminos nuevos en la tarea
de educación de la fe de los jó­
venes; profundización en nuestra
condición esencial de evangelizadores, que como pastores de la ju­
ventud nos corresponde; y dar una
respuesta a las inquietudes y pau­
tas de la Iglesia en el pasado Sí­
nodo.

LAS FAMILIAS
RELIGIOSAS NACIDAS
DEL TRONCO
SALESIANO
• Una Congregación masculina:
Oblatos de Cristo (Polonia);
• Diez Congregaciones femeni­
nas: Pequeñas Hermanas de Jesús
Adolescente; Hermanas Josefinas;
Mensajeras de Santa María (Brasil);
Hijas de ios Sagrados Corazones
(Colombia); Hermanas de la Cari­
dad (Japón); Anunciadoras del Se­
ñor (Hong Kong); Hermanas de Ma­
ría Inmaculada; Misioneras de Ma­
ría Auxiliadora (india); Salesianas
Oblatas del Sagrado Corazón (Ita­
lia); Siervas del Corazón Inmacu­
lado (Tailandia);
• Tres Institutos seglares: María
Mazzarelio (Argentina); Voluntarias
de Don Bosco (Italia); Hijas de Ma­
ría Inmaculada (Tailandia).

ccnTcnARio dc m i
miiionci iMciiAnAi

FALLO DEL CONCURSO NACIONAL “CMS-76”
El pasado día 27 de diciembre se celebró en la Procura de las Mi­
siones Salesianas de Madrid, el fallo del Concurso Nacional “CMS-76”,
convocado el pasado mes de octubre para elegir el cartel anunciador
del Centenario de las Misiones Salesianas. Concurrieron ai mismo 30
obras de artistas nacionales de todos los rincones de España.
Hecha la presentación por el mismo Secretario, los miembros del
Jurado exwninaron detenidamente cada una de las obras expuestas,
fallando al final los premios, que quedaron de la forma siguiente:
1) Lema: MADRE INDIA. Abierta la pilca correspondiente, resultó
ser su autor D. JOSE RAMON SORALUCE BLOND. Comandante Por­
tea, 25 • 4.0 A. MADRID-28.
El primer premio consiste en 20.000 pesetas en metálico. La obra
premiada pasa automáticamente al Concurso Internacional, a celebrar­
se en Roma el 31 de marzo del presente año, donde podrá optar al
primero, segundo o tercer premios, consistentes en viaje y estancia
de una semana pagados en la Ciudad Eterna durante las fiestas cen­
tenarias en enero de 1967.
2)

Lema: SOL QUE ALUMBRA.
Autor: Nicolás Ortega García. Martín Soler, 4. MAORID-7.
Premio: 10.000 pesetas.

3)

Lema: “D. M. A. C. T.”
Autor: Francisco Raga Montero. San José, 29. PAIPORTA (Va­
lencia).
Premio: 5.000 pesetas.

4)

Lema: EN LA LEJANIA.
Autor: Nicolás Ortega García. Martín Soler, 4. MAORID-7
Premio: 5.000 pesetas.

21

Monseñor Enzo Ceccarelli, sucede a Monseñor
Segundo García. Un obispo salesiano, herede­
ro de otro obispo salesiano.
El nuevo pastor es Vicario Apostólico de Puer­
to Ayacucho, en las Misiones del Alto Orinoco
(Venezuela).
El pasado diciembre recibía la
consagración episcopal Monseñor
Enzo Ceccarelli, en Puerto Ayacucho. El Santo Padre lo nom­
bró recientemente Obispo titular
de Ruspe y Vicario Apostólico
de Puerto Ayacucho, donde tra­
bajan los misioneros salesianos
desde 1933.
En el BOLETIN SALESIANO de febrero, con el título de
“Adiós a las armas” hablábamos

de Monseñor Segundo García
quien, al cumplir los setenta y
cinco años, presentó su dimisión,
de acuerdo con las normas posconciliares. Ahora le sucede co­
mo pastor de ese ancho campo
de misión, el nuevo obispo, tam­
bién salesiano.
A través de misiones, escue­
las, internados, 33 salesianos y
29 Hijas de María Auxiliadora
trabajan en la promoción y evan-

BECAS PARA LAS VOCACIONES SALESIANAS
in s p e c t o r ía d e

BARCELONA

Beca «San Marcos». P rim e ra en treg a: T otal: 100.000 pts.

UN NUI

INSPECTORIA DE BILBAO
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1.» e.: 2.000 + N. e.: 1.000. T otal: 3.000 pts.
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Boca «M .i Auxll.» A rchlcofradía de D eusto. N. e .: 6.000. T o ta l: 31.000 pts.
Boca <D. G abriel Gobeo». T otal: 100.000 pts.
Beca «Dña. E n riq u e ta Levison». T o ta l; 100.000 pts.
Beca «Mamá M argarita». L. Cañada. Pam plona. N. e .: 260. T .: 37.000 pts.

INSPECTORIA DE CORDOBA
Beca «D. B ernardo López Bacna». Córdoba. N. e .: 5.000. T otal: 36.000 pts.
Beca «M.9 A uxiliadora». Alcaudote (Ja é n ). Dos n. c .: 20.000. T . : 40.000.

INSPECTORIA DE LEON
Beca «Don José Saburldo». Orense. P rim era e n tre g a : 4.000 pts.
Beca «María A uxiliadora». A llarii. P rim era en tre g a: 25.000 pts.

INSPECTORIA DE MADRID
Beca
Boca
Boca
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Beca
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perp. «Fam ilia R ey M artínez». N. e.: 210.000. T o ta l: 250.000 pts.
«D. P ed ro Gil». N. e.: 4.000. T o ta l; 79.114 pts.
«Sta, T eresa y S. Vicente». N. c.: 12.000. T otal: W.OOO pts.
«Arch. M .t Auxll.» Salam anca. N. c .: 16.0(X). T o ta l; 61.000 pts.
«Don Bosco». Panam á. N. e .: 80 dólares. T o ta l: 264 dólares.
«Mercedes Cruzado». N. e .; 3.000. T o ta l: 102.000 pts.
«Fam ilia F ra n c ia García». N. e .: 2.000. T otal: 42.(>00 pts.

INSPECTORIA DE SEVILLA
Boca
Beca
Beca
Beca
Beca
Beca

«María Auxiliadora». Arch. Cádiz. N. e.; 1.000. T otal: 78.000 pts.
«S. Jo sé y S. Antonio». F am ilia P ardo. P rim e ra e n tre g a; 2.000 pts.
«Don Miguel Rúa». U na cooperadora salesiana. T otal: 100.000 pts.
«M aría Auxiliadora». M orón de la FYontera. N. e .: 10.000. T . : 60.000.
«Dr. Boza Ochea». Sevilla. N. e .: 5.000. T o ta l: 30.000 pts.
«Don M odesto Jim énez». Sevilla. N. e .: 18.600. T otal 42.000 pts.

INSPECTORIA DE VALENCIA
Beca «Juan Manuel». D oña Carm en Gómez. Alcoy: 60.000 pts.

22

gelización de las tribus indíge­
nas que pueblan la región del
Alto Orinoco. Estas tribus vi­
ven, en su mayoría, en el estado
más primitivo. Con muy escasos
recursos, pero con inmensa ca­
pacidad de entrega y sacrificio,
estos salesianos viven encarna­
dos en la realidad de los indios,
compartiendo hasta su misma
vida.

TRES
OBISPOS SALESIANOS
EN LA CONSAGRACION
Monseñor Segundo García le­
vantó una catedral en medio de
la selva. Inmejorable escenario
para la consagración del nuevo

Monseñor Segundo García, acom­
pañado por Monseñor Iturriza y
Monseñor Castillo, en el acto de
consagración del nuevo obispo.

Enzo CeccarelU Catraro nació
en Alberdi, archidiócesis de Ro­
sario (Argentina), el 31 de agos­
to de 1918 de padres italianos.
Ingresó en la Sociedad de San
Juan Bosco. Hizo el año de no­
viciado en Villa Moglia (Mantua,
Italia); emitió los primeros vo­
tos en Turín el 4 de septiembre
de 1936. Al año siguiente fue
destinado a la provincia salesiana de Venezuela en donde fre­
cuentó los cursos de filosofía en
Los Teques, en el escolasticado

de Santa María, y la teología en
el seminario salesiano de Mos­
quera (Colombia). Hizo los vo­
tos perpetuos en Caracas el 5 de
septiembre de 1940. Recibió la
ordenación sacerdotal el 31 de
agosto de 1947 en Bogotá. O b­
tuvo el título de profesor en lite­
ratura en el instituto pedagógico
nacional de Caracas. A partir de
1967, durante dos años fue pro­
vicario provincial de las misiones
salesianas, ejerciendo el sagrado
ministerio al mismo tiempo en
el Alto Orinoco. Fue trasladado
a la casa provincial de Altamira
y era miembro del consejo pro­
vincial; recientemente había sido
nombrado vicario inspectorial

KO OBISPO SALESIANO
obispo, su sucesor. Para consa­
grarlo acudieron tres obispos salesianos: Monseñor Segundo Gar­
cía; Monseñor Francisco José
Iturriza, obispo de Coro; y Mon­
señor Rosalio Castillo, Obispo
Coadjutor de Trujillo. En la con­
celebración participaron o t r o s
nueve obispos llegados de diver­
sas diócesis d e Venezuela, y
Monseñor Jesús María Corona­
do, también obispo salesiano de
Girardot (Colombia), compañero
de Teología y de ordenación
sacerdotal del nuevo prelado.
Estuvieron presentes represen­
tantes de toda la Familia Salesiana, principalmente muchos salesianos e Hijas de María Auxi­
liadora.

Monseñor
Enzo
Cecearel II,
nuevo pastor
de Puerto
Ayacucho.

23

H A S T A AHORA PAMLATAR
era la última aldea de la misión.
Más allá, tierra de nadie. Había
oído hablar de aquellos lugares:
paludismo, lepra, selvas inmensas,
pequeñas aldeas emplazadas en las
cumbres de las montañas: todo en
un ambiente cerrado y una pobre­
za y retraso proverbial. «Por aquí
nunca pasa nada», me dirían des­
pués.
Pamlatar mismo es también lo
que vosotros llamaríais «lel quin­
to pino!» El catequista viene a la
misión una vez cada tres meses
y gracias. Los cristianos... Misa
dos o tres veces al año, sin maes­
tro, sin jefe, no son precisamente
los más firmes y devotos de la mi­
sión, aunque, cuando cantan, sus
voces de verdad «llegan al cielo».
En Pamlatar hay un qué de paga­
nismo latente y los encuentras ra­
ros teniéndolos que tratar como
una madre a su hijo minusválido.
Desde Pamlatar se divisa el país
de los Lalung. Cada vez que voy
a Pamlatar me gusta sentarme so­
bre una roca muy alta cerca del
campo de arroz del rey de
Thaiang. Desde allí recorre con la
vista un panorama maravilloso.
Delante de mí los Himalayas tan
altos que te quitan el hipo. Hay
que verlos saboreándolos: de este
a oeste, un blanco limpio, inma­
culado, p e r f e c t o : fantásticos.
«Donde moran los dioses», como
dicen los Bhoi. Las nieves perpe­
tuas, la China, el Tibet y tus pies
sobre la no menos extraordinaria
India.
Más cerca de ti, casi diría a un
paso, las montañas de Meghalaya
se van olvidando de sus alturas y
desaparecen deshaciéndose en los
inmensos llanos del río Brahmaputra que nos separan del Himalaya.
Es precisamente en esta zona baja
donde, desde tiempo inmemorial,
una tribu ha llevado una existen­
cia tan primitiva y reacia al exte­
rior que aun los Bhoi saben muy
poco de ellos. ¡Son los Lalung!
¡Y, tenía unas ganas de ir a
verlos! Las montañas siempre me
parecen tan cercanas, los senderos
tan cortos, los bosques tan peque­
ños y las encrespadas subidas tan
sencillas y el señor insiste tanto...
tenía que ir a verlos. Después de
todo, jtambién ellos son i^ rte de
la misión!
HACE YA MAS DE UN AÑO,
al principio de esta misión de Umsohlait, una aldea por nombre
Sohphoh pasó a los titulares no
precisamente por obra y gracia de
alguno de sus nativos, sino por un
hombrecillo de otra raza que junto
con su hermano mayor hizo his-

24

TRIBU
NUEVA
P. Roberto PERNIA, S. D. B.,
Catholic Church
Umsohiaif
Mawhati B. P. O.,
vía Naya Bungalow,
793105 Meghalaya - INDIA

toria para la misión. El hombre­
cillo en cuestión y su hermano se
hicieron católicos y por buena o
mala fortuna fueron hechos cate­
quistas de la misión de Nongpeh,
entonces en sus inicios.
Mathias, pues así se llamaba
nuestro hombre, enseñaba, pero no
me preguntéis qué. Más de treinta
entre niños y niñas se agolpaban
a su alrededor y él, con la pa­
ciencia de Job y los antípodas de
la sabiduría de Daniel, les iba ini­
ciando en la Fe.
El hermano mayor iba de aldea
en aldea enseñando la religión a
los adultos. Llevaba siempre esos
grandes cuadros didácticos de
1 Conti que tanto bien han hecho

en las misiones. Claro que después
de unos minutos de «clase», deja­
ba a un lado los cuadros y con
malos ojos de mercader pregunta­
ba a los neófitos: «¿Hay alguién
que quiera comprar opio?» Y así
el buen hombre, con la mejor bue­
na Fe del mundo su jornal del
Padre como cat^uista y, ¿por qué
no? sin desperdiciar la ocasión po­
día estirar su paga vendiendo opio.
Opio y religión, esto me recuerda
a alguien...
A Mathias le coge más de un
minuto firmar su nombre. Esto lo
he calculado yo con mi reloj sui­
zo. Y no es que tenga muchos ape­
llidos, nada de eso. Se firma sen­
cillamente: Mathias, sin rubricar.
El hijo mayor de Mathias se llama
José. Mathias lo dio a unos nepa­
leses por 40 kilos de arroz al año.
José trabajaba de esclavo, triste,
sí, pero dejaba de ser un peso
para la familia.
Shophoh se hizo famosa porque
un día cuando el padre no llegó a
tiempo a la aldea, alguien parece
que dijo Misa y alguien se sentó
a oir confesiones y a celebrar un
matrimonio con un espíritu de
adaptación cristiana muy encomiable, sin el menor sentimiento de
arrogancia, sino al contrario, en el
más sincero acto de servicio. Cla­
ro, que hubo disculpas, explicacio­
nes, que no, que no fue Misa, aún
más explicaciones, y más perdones,
y al final la cosa se arregló de la
mejor manera. Con una excepción,
eso de catequistas, pues sencilla­
mente: ¡NO!
Y así se quedó la cosa hasta
que se abrió la nueva misión de
Umsohlait no muy lejos de Soh­
phoh. Mathias seguía haciendo de
maestro, calladito, humilde, no ig­
nora de que el Padre de Umsohlait
estaría muy al corriente de sus ac­
tividades de antaño. No se equi­
vocaba en esto. Mathias vivía en
la pobreza. Su choza era tres me­
tros y medio por tres metros, me­
dida por mí. La gente le despre­
ciaba era de otra raza. No era
Namsha.
Un día Mathias vino a verme.
«Padre tenemos hambre. Sabina,
la madre de mis hijos, mis hijos
y yo, tenemos hambre». Esto me
entró en el alma y, como siempre,
me puse nervioso. Como maestro
cobraba 300 pesetas al mes. El
tenía sus campos... ¿sus camp>os?
¿Eran de él? Mathias, ¿podía po­
seer ?
Porque Mathias es un Lalung.
¡Un Lalung!
Y fue entonces cuando me vino
la idea.
«Mathias, ¿quieres ser catequis­
ta?» Es que me olvidaba de sus
trastadas como predicador, como

H A S T A AHORA PAMLATAR
era la última aldea de la misión.
Más allá, tierra de nadie. Había
oído hablar de aquellos lugares:
paludismo, lepra, selvas inmensas,
pequeñas aldeas emplazadas en las
cumbres de las montañas; todo en
un ambiente cerrado y una pobre­
za y retraso proverbial, «Por aquí
nunca pasa nada», me dirían des­
pués.
Pamlatar mismo es también lo
que vosotros llamaríais «¡el quin­
to pino!» El catequista viene a la
misión una vez cada tres meses
y gracias. Los cristianos... Misa
dos o tres veces al año, sin maes­
tro, sin Jefe, no son precisamente
los más nrmes y devotos de la mi­
sión, aunque, cuando cantan, sus
voces de verdad «llegan al cielo».
En Pamlatar hay un qué de paga­
nismo latente y los encuentras ra­
ros teniéndolos que tratar como
una madre a su hijo minusválido.
Desde Pamlatar se divisa el país
de los Lalung. Cada vez que voy
a Pamlatar me gusta sentarme so­
bre una roca muy alta cerca del
campo de arroz del rey de
Thalang. Desde allí recorre con la
vista un panorama maravilloso.
Delante de mí los Himalayas tan
altos que te quitan el hipo. Hay
que verlos saboreándolos: de este
a oeste, un blanco limpio, inma­
culado, p e r f e c t o ; fantásticos.
«Donde moran los dioses», como
dicen los Bhoi. Las nieves perpe­
tuas, la China, el Tibet y tus pies
sobre la no menos extraordinaria
India.
Más cerca de ti, casi diría a un
paso, las montañas de Meghaiaya
se van olvidando de sus alturas y
desaparecen deshaciéndose en los
inmensos llanos del río Brahmaputra que nos separan del Himalaya.
Es precisamente en esta zona baja
donde, desde tiempo inmemorial,
una tribu ha llevado una existen­
cia tan primitiva y reacia al exte­
rior que aun los Bhoi saben muy
poco de ellos. ¡Son los Lalung!
¡Y, tenía unas ganas de ir a
verlos! Las montañas siempre me
parecen tan cercanas, los senderos
tan cortos, los bosques tan peque­
ños y las encrespadas subidas tan
sencillas y el señor insiste tanto...
tenía que ir a verlos. Después de
todo, ¡también ellos son parte de
la misión!
HACE YA MAS DE UN ANO,
al principio de esta misión de Umsohiait. una aldea por nombre
Sohphoh pasó a los titulares no
precisamente por obra y gracia de
alguno de sus nativos, sino por un
hombrecillo de otra raza que junto
con su hermano naayor hizo his-

24

UNA
TRIBU
NUEVA
P. Roberto PERNIA, S. D. B.,
Catholíc Church
Umsohiait
Mawhati B. P. O.,
V i a Naya Bungalow,
793105 Meghaiaya • INDIA

toria para la misión. El hombre­
cillo en cuestión y su hermano se
hicieron católicos y p>or buena o
mala fortuna fueron hechos cate­
quistas de la misión de Nongpeh,
entonces en sus inicios.
Mathias, pues así se llamaba
nuestro hombre, enseñaba, pero no
me preguntéis qué. Más de treinta
entre niños y niñas se agolpaban
a su alrededor y él, con la pa­
ciencia de Job y los antípodas de
la sabiduría de Daniel, les iba ini­
ciando en la Fe.
El hermano mayor iba de aldea
en aldea enseñando la religión a
los adultos. Llevaba siempre esos
grandes cuadros didácticos de
Conti que tanto bien han hecho

en las misiones. Claro que después
de unos minutos de «clase», deja­
ba a un lado los cuadros y con
malos ojos de mercader pregunta­
ba a los neófitos: «¿Hay alguien
que quiera comprar opio?» Y así
el buen hombre, con la mejor bue­
na Fe del mundo su jornal del
Padre como cat^ u ista y, ¿por qué
no? sin desperdiciar la ocasión po­
día. estirar su paga vendiendo opio.
Opio y religión, esto me recuerda
a alguien...
A Mathias le coge más de un
minuto firmar su nombre. Esto lo
he calculado yo con mi reloj sui­
zo. Y no es que tenga muchos ape­
llidos, nada de eso. Se firma sen­
cillamente: Mathias, sin rubricar.
El hijo mayor de Mathias se llama
José. Mathias lo dio a unos nepa­
leses por 40 kilos de arroz al año.
José trabajaba de esclavo, triste,
sí, pero dejaba de ser un peso
para la familia.
Shophoh se hizo famosa porque
un día cuando el padre no llegó a
tiempo a la aldea, alguien parece
que dijo Misa y alguien se sentó
a oir confesiones y a celebrar un
matrimonio con un espíritu de
adaptación cristiana muy encomiable, sin el menor sentimiento de
arrogancia, sino al contrario, en el
más sincero acto de servicio. Cla­
ro, que hubo disculpas, explicacio­
nes, que no, que no fue Misa, aún
más explicaciones, y más perdones,
y al final la cosa se arregló de la
mejor manera. Con una excepción,
eso de catequistas, pues sencilla­
mente: ¡NO!
Y así se quedó la cosa hasta
que se abrió la nueva misión de
Umsohlait no muy lejos de Soh­
phoh. Mathias seguía haciendo de
maestro, calladito, humilde, no ig­
nora de que el Padre de Umsohlait
estaría muy al corriente de sus ac­
tividades de antaño. No se equi­
vocaba en esto. Mathias vivía en
la pobreza. Su choza era tres me­
tros y medio por tres metros, me­
dida por mí. La gente le despre­
ciaba era de otra raza. No era
Namsha.
Un día Mathias vino a verme.
«Padre tenemos hambre. Sabina,
la madre de mis hijos, mis hijos
y yo, tenemos hambre». Esto me
entró en el alma y, como siempre,
me puse nervioso. Como maestro
cobraba 300 pesetas al mes. El
tenía sus campos... ¿sus campos?
¿Eran de él? Mathias, ¿podía po­
seer ?
Porque Mathias es un Lalung.
¡Un Lalung!
Y fue entonces cuando me vino
la idea.
«Mathias, ¿quieres ser catequis­
ta?» Es que me olvidaba de sus
trastadas como predicador, como

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1^-

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Un trovador bhoi... Aunque paree» más bien juglar...

hace millas y millas a pie con el
rosario en mano. Y, hay un viejo
principio de las misiones que di­
ce: «SI no hay piedad, no hay reIlgi«5n, y si no hay religión, ¿qué
hacemos aquí?»
Hoy Mathias es mi catequista
más fiel. Y doy gracias a Dios
que ten^o esta mano derecha mía
en la misión en la que puedo con­
ta r.
LA SEMANA PASADA, por pri­
mera vez, quise aventurarme por
la zona norte de la misión. Ma­
thias venía conmigo. Llamé a dos
jóvenes Bhoi y a otros dos War
para que nos acompasasen. Con
el jeep fuimos hasta Mawlaho y
allí pasamos la noche, todos juntitos en una choza de muy reduci­
das dimensiones. Muy de mañani­
ta, a hacer paquetes, a preparar el
arroz para el camino, la sal. las
guindillas bien picantes, todo bien
empaquetado y listo. Cuando se
acabaron las preparaciones, hala,
bultos al hombro y ¡monte abajo,
muchachos! El jeep nos decía
adiós. Por una semana se queda­
ría solo en Mawlaho, dotKle nadie
le tocaría por reverencial temor a

26

y/

Hoy es día de fiesta y hay que preparar una comida
extraordinaria para todos.

ese «algo» que jamás han visto.
El jeep... se llama Pili, por una
niña zaragozana que un día, me
dio todo lo que tenía, una peseta,
por las misiones.
¡Allá íbamos a pie hacia el país
de los Lalung!
Monte abajo, por entre selvas
inmensas, a ]Mso ligerito, hacia el
país de los L^tung. Mathias estaba
eufórico. Era la primera vez que
íbamos a su tierra, al país de los
Lalung. a su país, y nos hablaba
y nos quería enseñar su lengua.
«Ang nona lido, ang nona lido,
ang nona lido»: Repita, padre, ang
nona lido. Bueno, Mathias, y ¿qué
diablos significa eso de «Ang nona
lido»? Y Mathias reía diciendo:
«Ang nona lido», significa: «Yo
vuelvo a mi casa».
Bueno, eso ya es algo: «Ang
nona lido»: «Yo vuelvo a mi ca­
sa».
Los Lalung. una tribu primiti­
vísima de origen tibetano que en
tiempos ya remotísimos bajó del
Himalaya y se estableció al pie de
las montañas Bhoi. No son mu­
chos, tal vez unos veinticinco mil
en total. Una de las innumerables
tribus de este Nordeste Indio que
es un verdadero mosaico de ra­

zas, un «ajedrez ñorido», que di­
ría don Carreño.
Y para mis adentros pensaba
yo; «Ang nona lido». Dios mío,
otra lengua, para volverse loco.
Ang nona lido; qué lejos del Bhoi:
« l^ a li ing», o del Khasi «Nga
leit sha ing» o del Mikir «Ne ha
hem damji» o del Ojom «moi ghor
goisu». Ten piedad de tus misio­
neros, Señor, y, por favor, manda
jóvenes a esta mies que es mucha
y nosotros ya estamos acabados.
Y ya habíamos bajado por seis
horas y el viaje no parecía llegar
a su fin. Delante de nosotros mon­
tes y más montes, selva y más
selva. Mathias parecía sospechar
algo. Yo me daba cuenta. Algún
animal salvaje. Y tenía razón: ex­
crementos de elefantes, todavía
frescos, las huellas del oso, un
animal peligrosísimo siempre a
punto de atacar... Noté loe nume­
rosos «tngaw* o monos rubios
bastante grandes que hacían eso:
monadas en los gigantescos árbo­
les.
Habíamos bajado ya por once
horas y en un rinctkt de la selva
vimos un cart^ clavado a un ár­
bol; «kilómetro 88». Bueno, lubía-

mos andado exactamente 38 kiló­
metros desde Mawlaho.
Antes de llegar a la primera al­
dea Lalung tuvimos la experiencia
de notar algo en medio del camino
que hizo que nos parásemos a la
ejcpectativa: ¿Un elefante solitario?
Bueno, si es eso mejor dar medía
vuelta y ¡sálvese quien pueda!
Hubo de verdad una desbandada,
yo incluido, como almas llevadas
por el diablo. Pero nuestro ele­
fante se quedó plantado: eran tres
bultos de paja de los que usan
para cubrir las chozas que, de ver­
dad, a esas horas de la noche y
en tales sitios no te deja tranquilo.
Más tarde se lo dijimos al jefe
de la aldea Lalung que en seguida
mandó quitarlo para no asustar a
la gente... que, añado yo, ¡ya tenem<» bastante con nuestros sus­
tos!
LA PRIMERA ALDEA LALUNG
SE LLAMA MAYONG. Era muy
entrada la noche cuando llegamos.
A la entrada nos esperaba un jo­
ven Lalung: bien fornido, con un
taparrabos bordado en verde, de
sus orejas colgaban unos pendien­
tes de flores frescas y una bonita
guirnalda adornaba su cuello. ¡Un
Lalung en su salsa diría yo! Son­
reía y en Bhoi me pregunto: «¿Vie­
nes de Umsohlait?» Charlamos y
guiñé un ojo a Mathias. Estábamos
agotados y era mejor tumbamos
en cualquier choza de Mayong. No
hay que negar que el joven esta­
ba muy contento.
Mayong es exactamente 29 cho­
zas. Mathias y el joven Lalung de­
saparecieron así sin dar ninguna
explicación y nos dejaron planta­
dos en la primera choza de la al­
dea. No había ni una luz. Yo me
había olvidado mi linterna en el
cuarto del padre López en Shillong y ahora pagaba las consecuen­
cias. Noté dos hombres que habla­
ban en la oscuridad. Los entendía,
¡eran nepaleses! En cuanto nos
descubrimos se pusieron muy con­
tentos, nos ofrecieron troncos pa­
ra sentarnos y en un periquete
una mujer nepalesa nos trajo sen­
das tazas de té. ¡Qué aroma más
peculiar!, todos lo notamos, ¿dro­
gas?... ¡no nos morimos!
Al cabo de dos horas llegaron
Mathias y el jefe de la aldea. El
hombre está muy contento. Habla­
ba lo que aquí llaman Dkhar y en
eso no hay Bhcñ o Lalimg que
me gane. Pero me daba rabia que
todo lo que sabía ^ Lalung fuese:
«Ang nona ltdo».
Sacamos el arroz, los potes, tra­
jimos agua y, lo de siempre: arroz
hervido con sal. Y el comentario
mío h a b i t u a l : «¡Hombre, hoy

arro^ qué novedad!» Y son ya
veintitantos años diciendo lo mis­
mo: ¡murmurador incorregible!
Dormimos en el suelo para no
caemos de cansancio. Todos en
línea como sardinas en lafe. Ha­
cía mucho calor, mucho más que
en Umsohlait Moscas y mosquitos
por todas las partes. Nuestro pe­
rro «Tigre», que nos acompañaba,
luchaba a brazo partido contra,
al parecer, todos los perros de
Mayong, para acurrucarse después
de la derrota entre mis piernas.
Eso no vale, ¡todos contra uno!
De mañanita los jefes Lalung
nos llamaron. Se habló, se discu­
tió, se hicieron propuestas, di me­
dicinas etc., como se hace en to­
das las aldeas. Pasé el día hacien­
do visitas, atendiendo a los que
venían a verme. Notaba el olor
de aguas estancadas, cerdos que
se te cruzan en el camino, niños
haciendo sus necesidades delante
de sus chozas, mujeres semi y no
tan semidesnudas, hombres altos,
malicientes, que te piden alguna
medicina, mosquitos, suciedad y
pobrezas infínítas que te llegan al
alma y te acongojan y te ponen
nervioso y te rebelan.
De noche rehicimos los bultos y
levantamos anclas.
El trabajo y los contactos ha­
bían sido buenos. Mathias había
hablado con la gente. Les había
instruido un poco en su lengua.
Se había rezado y con la promesa
de otra visita en un futuro no muy
lejano; Ies dhnos la despedida.
Hicimos la subida de noche para
evitar el calor agobiante del lu­
gar. De nuevo la selva, los mon­
tes, el temor de los animales, pe­
ro, por no sé que juego psicoló­
gico vas más seguro por ser «tie­
rra ya pisada»..., del día anterior.
AL ENTRAR EN TERRITORIO
BHOI nos esperaba un espectácu­
lo asombroso. Los Bhoi cultivan
exclusivamente arroz de montaña
y esto lo hacen sobre las cenizas
de árboles que esparcen por la
selva quemada de antemano. Es
una salvajada sin par, ya que des­
truyen enteros kilómetros cuadra­
dos de selva virgen.
Ai llegar a la altura de Umtrai
ya divisábamos en el horizonte el
rojo del incendio provocado. Los
Lalung no hacen así. El fuego in­
dica que llegábamos a territorio
Bhoi, en otras palabras que está­
bamos en casa.
Al cabo de unas seb horas de
camino la escena nocturna era
dantesca. La tierra entera parecía
un inñemo rojo de llamas que se
alzaban al ci^o como queriendo

alcanzarle. Los bambúes produ­
cían im chisporroteo fantástico.
Colosos de la selva se desploma­
ban a tu derecha y a tu izquierda
en llamaradas que infundían mie­
do. Y nosotros parecíamos tan po­
ca cosa, un grupito de humanos,
por el sendero, ligeros de paso y
de tan rara presencia en el aire
rojo incandescente que, al menos
a mí, me producía pánico. Mis
acompañantes tenían otros senti­
mientos bastante diferentes de los
míos. Decían: ¡Bueno, ya ha em­
pezado el trabajo para plantar
arroz!
En un rincón de la selva que
aún no había sido alcanzado ^ r
las llamas plantamos nuestros rea­
les para preparar el arroz de la
cena. Eran, me acuerdo exacta­
mente, las doce de la noche en
punto. Twis, un joven Bhoi que
me acompañaba se quejó que no
veía bien para preparar el arroz
y sin más miramientos, tomó una
tea y prendió fuego a la selva. No
estábamos más de veinte metros
del fuego, y ya estaba todo ardien­
do, y sin más miramientos y con
toda la tranquilidad nos sentamos
a comer luz a domicilio en el
país de los Bhoi.
De mañanita llegábamos a Maw­
laho. Allí nos esperaban las monjitas que habían llegado de Um­
sohlait para catequizar la aldea.
Detrás de nosotros llegaba tam­
bién el fuego y todos los habitan­
tes de la aldea con tubos de bam­
bú llenos de agua se subían a sus
chozas prontos en caso de que la
conflagración se extendiese al pue­
blo. Afortunadamente empezó a
lloviznar y el miedo se pasó. ¿Qué
otra cosa hice? Me fui a dormir
con órdenes de que quien me des­
pertase lo pagaría bien pagado.
Y Mathias lo mismo, se tumbó
cerca de mí los dos por el suelo
a descansar; habíamos hecho 68
kilómetros a pie.

De vuelta a Umsohlait nos co­
gió la lluvia. Y desde entonces ya
una semana no ha parado de llo­
ver y en estos momentos el dilu­
vio es torrencial, malo. ¿Pero, por
qué todo aquí va siempre por los
extremos? Tal vez para daros a
vosotros una ocasión de mostrar
extrema caridad. Por eso os he
querido hablar de una tribu nue­
va en esta Misión de Umsohlait
con la esperanza de que entendáis
y entiendo sepáis obrar consecuen­
temente.
ROBERTO PERNIA

27

C o o p e r o e ló n

S o le s la n a

y

Vet»eea* JHÍundo

«Lo siento,
hoy no queda comida»
Esta mañana mientras me levantaba puse la radio
y entre las noticias que daban una me llamó la aten­
ción. Decía que el 3U por 100 de los enfermos de
lepra del mundo están en la India, lo que supone casi
un millón y medio. Al oirla mi mente voló a Vyasarpadí, lugar bien conocido de nuestros lectores ami­
gos de «Cooperación Salesiana y Tercer Mundo», por­
que muchas veces hemos hablado de él y porque cada
año les ayudamos con nuestra aportación, que qui­
siera ser mucho más generosa.
Hace pocos días nos escribía el padre Schlooz des­
de Vyasarpadi con noticias referentes a la marcha
de su Obra que, como sabéis, lleva el evangélico nom­
bre de «Las Bienaventuranzas», porque allí son bien­
aventurados y preferidos los pobres, los que lloran,
los que padecen hambre y sed...
Os transcribo algunas para que os animéis a seguir
ayudando a aquellos hermanos nuestros tan necesi­
tados.
«La crisis que afecta a todo el mundo aquí tiene
repercusiones muy terribles. Quien se queda sin tra­
bajo, por no haber ningún tipo de seguros, se queda
automáticamente sin paga y sin comida. Lo he nota­
do en nuestro Centro, porque las tres mil raciones
que repartíamos cada día han subido de modo espan­
toso. Y no podía ser de otra forma. Os pongo un
ejemplo: Me han llamado para administrar la Extrem» Unción. Voy a ver y me encuentro con una ma­
dre joven con cuatro niños esqueléticos. He compren­
dido en seguida que no se trataba de la Unción sino
de leche y convida. Le he dado unas cuantas rupias
para que proveyera aquella noche y le he invitado
a venir a nuestro Centro al día siguiente. Si repar­
timos tres mil raciones ¿no podemos dar tres mil
cinco?
Una mujer musulmana, de veinte años, me escribe:
Mi marido está en el hospital; el casero me ha echa­
do de casa por no pagar el alquiler. Como hace días
que no como, se me ha retirado la leche y no puedo
nutrir a mi pequeño de tres meses, que no para de
llorar: ios otros dos no me dejan vivir con sus gemi­
28

dos «Tengo hambre». ¿Puedo ir en busca de comida?
¿No nve podría admitir con sus leprosos? Esta histo­
ria se repite a diario.
La leprosería ha crecido tanto que nos hemos pues­
to en más de 500 enfermos, cuando hace poco no
llegaban a 200. Pero nunca me ha sucedido tener
que decir a algún leproso: «Lo siento, pero hoy no
queda comida». El mes pasado vino un enfermo que
de cara estaba muy mal, pero bastante bien de todo
lo demás. Me dijo: «Señor, ¿podría quedarme con
usted? Tengo dos hijos y dos hijas en edad de ca­
sarse. Pero sí la gente me ve nadie los querrá por
esposos. Quiero alejarme de la familia hasta que to­
dos se hayan casado, luego volveré».
Este año he mandado cerca de un millar de niños
y niñas a otros orfelinatos porque aquí no había ma­
terialmente sitio ni quien los atendiera, pero he teni­
do que proveerles de libros, cuadernos, vestido, pagar
su pensión, etc... porque si no van a la escuela va­
gabundearán por las calles y entonces ¿qué porvenir
les espera? Pero quien paga tantos gastos no soy yo,
sois vosotros, queridos amigos, todos los que me ayu­
dáis.
Hace dos meses fui a visitar al Jefe del departa­
mento de Sanidad. Durante la conversación me hizo
esta pregunta: «Dígame, Padre, ¿por qué los leprosos
quieren ir a su colonia y no quieren venir a las del
Estado?... Sonreí y le contesté: «Amor». «Sí, me res­
pondió es precisamente lo que nos falta a nosotros».
Y así podríamos continuar con hechos y más he­
chos. cada uno más significativo que el anterior. Pero
por hoy basta. Termino con la plegaria que el buen
Dios aleje de vosotros situaciones semejantes. ¡Qué
la Auxiliadora os proteja!
Hasta aquí el padre Schlooz. Y yo también pongo
punto final, porque sus palabras no necesitan comen­
tario.
JAVIER RUBIO
Delegado N. de Cooperadores

DONATIVOS RECIBIDOS
durante el mes de enero

Me llamo Antolnette Barel y tengo cuatro añíto». Soy muy
tímida y a poco que me asusten lio; A Ahora mismito es>
toy a punto de hacer pucheros; ya he encendido una candelita y la otra asoma. La culpa es del fotógrafo que me
ha dicho que me ría con voz de dengue. Por lo demás
soy feliz: voy a la escuela San Ives, del padre Bohnen
donde estoy aprendiendo las primeras letras y a querer
a la Virgen. Cada dia el padre Bohnen nos da de comer
un plato muy rico de arroz con alubias y me ha dicho:
Antolnette, en cuanto te vean en España, con lo bonita
que eres te van a salir más de tres madrinas. “¿Qué le
dirás 8 la Virgen cuando las tengas? me ha preguntado
el Padre” y yo le he contestado: **¡Que las quiera mucho
a las tres! Yo pienso que si me salen muchas madrinas
el Padre estará contento, porque asi podrá dar de comer
a más niños como yo”. (El padre Bohnen, que trabaja en
Puerto Príncipe, Haiti, da por tres mM pesetas una comida
diaria, durante un año. a un niño y escuela).

A ntonia M artín. J u lia O rtega. A ntonio M aestre, Con­
suelo de la T orre, P ie d ad Zalvidar, AntoUn M ata, Ju a n a
S anm artín. R osario R am onet. C onrada Alesa. Blena Gó­
mez. S a ra Alonso, T eresa L lansana, Ixturdes Renaltaa.
P ed ro Solé, D. R odríguez. H ilario P e rn in d e i. Carm en
Pérez, M anuel M orales. J . I,. Polo. Ju a n a García, Fajn.
Gil, H nas. Santos, Elena M artin, F rancisco Garnelo.
A gustina Alvarez, Comercial A graria, M aría Bachs, José
Baró, C ooperadores Córdoba. Antonio T altavull, José
Calle, Jo sefa Fem Andes. R osarlo Soiiano, Jo sé Blas. R a­
m ona G arcía, M aría L . Rube. Marcos A. H d e i.. Jaim e
Roca, G ustavo M elgares. Jo s é H a ría Folch, H a ría P.
Domínguez, P ila r Ayala, M aría Morell, M. M artin, Si­
món Garcia, Z apatería L a MontaAesa. R osario Ramos,
O tilia López. M aría P . FYancla. Freo. San C ristóbal,
V ictoria Marcó. J u a n San Rom án, Francisco Abad, L uis
M arín, M aría F o m é, Antonio Sánchez. Fam . Castaño.
M aría Morgade, Jo sé M aría Olmo. M aría P . Jáu reg u i.
A ngelina González, Fam . Olivera, S antiago Izquierdo,
P rim o G arcía. M aría Núñez, S ara R odríguez. García
Ruiz .M aría G arcía P alau, M. Roquero, C. H errero. Va­
lentín U sieto, Jo s é M aría V erástegui, F ranc. M om part,
R osalía M assas, C arm en Montero, Carm en de la Sanz,
Jo sefa Avalos. Carm en M árquez y R osa de Castro. Jo se ­
fina M ulet, M arta R odríguez, Antonio F lo rit, Archlcofrad ia M aría A uxiliadora de P a lm a del Condado; Ju a n
V idaurreta, V ictoria Dom ínguez. M aría E stébanes, José
R u b erte. M arg arita G uadam uro, Anselmo César Soto y
S ra., M aría J . Conde, M aría R odríguez, Manuel Muñoz.
R icardo R odríguez. E p ifa n ía Aguado, R osario Sancho.
P ed ro Vallecillos, J u a n T u rq u ety , S aturnino Andrés.
A bdón Sánchez. M anuel L áinez, Carm en Viñas, Joaquín
P andos, C ipriano G arralón. G uadalupe González, M aría
M artínez. Sres. R odrigo, S res. Consuelo. Cooperadores
de Salam anca, E duardo Villanueva, M ariano Fernández.
P a q u ita Rocha. P a u la F ernández, R osario V ergara, P ra ­
do Pascual, L orenzo G arcia, Jo sefa Valenzuela, Fam .
R evuelta, T eresa A rquero, T eresa López. L eonisa M ar­
tínez, Soledad Francisco. Moisés R eina. Jo sé F ariña,
F rancisco M orales, L isardo Egido. Filom ena Z ubizarreta,
Dolores CarríÓn. Carm en A lquézar, Antonio Calzado.
F ran c. D íaz-Tendero, Cooperadores de Barcelona, L uis
López. Cooperadores de Baracaldo, F rancisca García,
G regoría H ernández. J u a n Díaz. Condesa Quijano, M ar­
celino Díaz. Jo sefa Z ataraín. A na M aría Curado. Vda.
de Ayllón, Am paro Díaz Isa u ra B artínez, Manuel P a re ­
jo. J . L. F lg u e ras, M aría D. Botí, D esam parados T renor,
Rosario Caballero, Dolores Mancebo, M ilagros Calixto,
T eresa R ojas, M. León. A gustín Bermúdez, Joaquina
Campo. V ictoria BamecIUa, Am paro Q uijada, J u a n R.
Ruiz, P ep p y de P aúl, Isabel López. L uis González. Ade1 aRuiz, Sres. Alonso, Tom ás P ard ito , H aría de la L as­
tra . P ila r M artínez. Sixto Fernández. Amalia Diez. Oti­
lia y E telvlna. C lem entina de Vega. A. Pacheco. José
González. M arisol Aguado, Miguel T orrecilla, F . Pardo.
M aría Paz T ovar, Josefina Zamudlo, A ugusto Resino,
R osario Lupiáfiez. M aría E ste r Mata. Sergio Penfn, Ju a n
B orrás y N uria. M aría T. E stens Diaz, N ati Santidrián.
Bíaría C. M artínez. Cooperadores E strecho. Cooperado­
ra s de T o rre Carcela. Dolores Ram írez. Clotilde Baena,
Cam ila H ernández, J u a n Guzmán. L uis Velasco. M aría
A .Micheo, Ana Roqueras, Jaim e Valí, M ercedes Calvo.
H ipólito P a sto r. Angel Gómez. Camilo F erreiro. Vda.
Ruiz. P ila r Fernández-S.. Dolores M artínez, Sor M artí­
nez, P a q u ita C abanas. M arcelo E squius. M aría Conde.
M. Palacfn, Jo s é M aría A jubita. In és A. Boiro, Celia
Dom ínguez. M agda Bonet, N atalio González, Mercedes
D oblas, R o sau ra Franco. H a ría Florido. C ándida Crissier, A ngela M artínez, F rancisco T alaveras, Sor Lucia.
A raceli G arcía. F ulgencio G utiérrez. Celia Míguez, Je n a ­
ro G arcía E lv ira Fernández. T rin id ad Pérez. P ila r Bayari. M odesta B alda. C iríaco C orral. Cooperadores de Allariz. Eívelio Bellos©. C ristin a López. Sres. Peftalba. C ata­
lin a R iudavets. Salvador Pérez. P atrocinio Carrasco,
M auricio Pérez. P a q u ita Santos. E n riq u e R oltegul, Vic­
to ria C arbajo. F rancisco Collado. Francisco C astaño. Co­
operadores G uadalajara. Visitación G. Porrifto, Félix
Córdoba. Alipío F ernández. V icenta F ranch. M aría Aledón. R osa y Lorenzo.

29

Valencia: Doy gracias a María
Auxiliadora y envío una limosna
por un favor recibido. Hallándome
gravemente enferma de los ojos
con pérdida casi total de la vista,
recurrí a su protección. Al cabo de
pocas semanas recobré completa­
mente la visión. Lucia Viñuelas.

fs ¥ /

í-. . i nuestra
gratitud
a maría
auxiliadora

Madrid: Estando mi hijo en pe­
ligro de perder la vista, Invoqué a
K/taría Auxiliadora, experimentando
al punto la mejoría. También agra­
dezco el que mi esposo haya sa­
lido con éxito de un asunto muy
delicado. Agradecida, envío una li­
mosna y lo publico en el "Boletín
Saleslano” . Eudoxia Robles.
Madrid: Hago público mi agrade­
cimiento a María Auxiliadora por
dos favores recibidos. En primer
lugar, por haber curado un cuña­
do mío de un asma muy molesta.
Y, además, por encontrarse mejor
un familiar mío al que le dio una
embolia y cayó por una escalera.
Envío una limosna de agradeci­
miento y un donativo para el Ter­
cer Mundo. Carmen Huertas.
Algeciras: Muy agradecida a Ma­
ría Auxiliadora, envío un donativo
para las Misiones Salesianas del
Tercer Mundo. Eugenia Cardona,
Vda. de Cardona.
Gibraltar: Muy agradecida a Ma­
ría Auxiliadora, envío un donativo
para las Misiones Salesianas del
Tercer Mundo. Gertrudis Cardona
de Abrines.
Málaga: Hago público agradeci­
miento a María Auxiliadora por fa­
vores recibidos y envío una limos­
na. I. R.
Vigo: Por un favor recibido de
María Auxiliadora y de San Juan
Bosco, cumplo mi promesa de en­
viar una limosna para su culto y
suscribirme a su revista. Al mismo
tiempo, deseo hacerlo público para
despertar la fe en su auxilio. A. R.
Barcelona: Doy gracias al Sagra­
do Corazón y a María Auxiliadora
por un gran favor recibido y envío
una lismosna para la causa de ca­
nonización en don Rúa. Margarita
Aguirre.
Málaga; Hago público mi agra­
decimiento a María Auxiliadora por
varios favores recibidos y envío una
limosna. D. S. Ch.
Zamora: Por una gracia extraor­
dinaria de María Auxiliadora y
continuos favores de ella recibidos,
agradecida envío una limosna y de­
seo se publique en el "Boletín".
Valentina QonzÜex.

La Bañeza (León): Envío un do­
nativo de agradecimiento a María
Auxiliadora por la mejoría de un
enfermo. Encomendado a María
Auxiliadora, salió bien de su en­
fermedad. Manuel Vicente de Mata
Alonso.
Madird: Hace aproximadamente
un año me encontraba en una si­
tuación un poco difícil. Acudí a
María Auxiliadora con la promesa
de hacer público mí agradecimiento
y enviar una limosna. Aunque un
poco tarde, cumplo ahora mi pro­
mesa. S. García.
Málaga: Venía padeciendo desde
hacía mucho tiempo una úlcera de
estómago con hemorragias, que me
hacía padecer mucho. El 23 de
mayo, víspera de la festividad de
María Auxiliadora me hallaba en
circunstancias desesperadas por lo
que la invoqué con toda devoción.
A partir de aquella fecha he ido
mejorando de modo sensible con
gran asombro de los médicos y
ahora me encuentro totalmente
restablecida. Agradecida publico la
gracia en el “ Boletín" y envío una
limosna. María Peláez Campos.
Salamanca: Muy agradecida a
María Auxiliadora y San Juan Bos­
co por varios favores recibidos y
deseo se publique en el "Boletín
Saleslano". María Paz Martín Ma­
teos.
Valencia: Doy gracias a María
Auxiliadora y envío limosna por
haber resuelto varios problemas de
importancia para la familia. Josefa
Pérez Pascual.
Vaiiadolid: Doy gracias a María
Auxiliadora por la protección ma­
ternal que siempre me ha dispen­
sado y, en particular, en los mo­
mentos difíciles por los que he te­
nido que pasar. Natividad García.
Sueca (Valencia): Doy gracias a
María Auxiliadora y envío una li­
mosna por un favor recibido. Agra­
decido lo publico en el “ Boletín".
E. S. S“
Sevilla: Encontrándose mi sobri­
no enfermo y no dando ios médi­
cos con lo que tenía, me enco­
mendé a María Auxiliadora, rogán­
dole que si se ponía bueno, publi­
caría esta gracia y daría una li­
mosna, siendo así lo publico en el
“ Boletín Saleslano", dando las gra­
cias a María AuxHiadora. María leabel Fernández Ferrer.
Villaverde de Arcayoe (León):
Como agradecimiento a gracias es­
pecíales recibidas de María Auxi­
liadora doy gracias públicamente a

nuestra buena Madre al mismo
tiempo que envío un donativo e
invito a sus devotos a confiar en
su Protección. Gertrudis F.

otros santos
y siervos

Bilbao: Agradezco a María Auxi­
liadora, de quien somos muy devo­
tos toda la familia, los favores has­
ta ahora recibidos. Le doy inmensas
gracias, pues habiendo estado en­
ferma, pensé tenía que dejar de
trabajar, con el consiguiente tras­
torno. Mejorada y libre de todo pe­
ligro, sigo trabajando. Cuando me
encomendé a nuestra Madre y fui
escuchada, publico la gracia y en­
vío una limosna. Mercedes V. Pa­
cho Bartolomé,
Málaga: Por un gran favor reci­
bido de María Auxiliadora, envían
una limosna para su culto y exhor­
tan a todos cuantos se encuentren
atribulados, acudan con fe a ella
que no serán defraudados. Un ma­
trimonio devoto de tan excelsa Ma­
dre. F.
Arcade (Pontevedra): Por una
gracia especialísíma obtenida de la
Virgen Auxiliadora entrego la li­
mosna para las obras salesianas y
deseo que se publique en el "Bo­
letín. Una devota.
Alar del Rey: Hago público mi
agradecimiento a María Auxiliadora
por un favor recibido, gracias al
cual he quedado muy mejorada de
una rotura de pierna, dada mi edad
bastante avanzada. Claudia Shnón.

de la
familia
salesiana

Madrid: Doy gracias a María
Auxiliadora por favores recibidos en
mis hijos y familia. Cumplo mi pro­
mesa de enviar una limosna de
agradecimiento. N. N.
Sevilla: Sintiéndome repentina­
mente atacada por unos fuertes do­
lores en la espina dorsal y vérte­
bras, quedé inmovilizada por com­
pleto. Consultado mi médico, re­
cibí la orden de acudir con urgen­
cia a un traumatólogo. Se me hizo
una radiografía con el resultado de
una afección reumática grave y dolorosa en la médula. Desde el pri­
mer momento me encomendé fervo­
rosamente a mi Madre Auxiliadora
poniendo como intercesor a San
Juan Bosco, pidiéndoles cesaran
los dolores tan agudos y no que­
dase paralítica del todo, como me
pronosticaban los médicos. No se
hizo esperar la protección de Ma­
ría Auxiliadora y de Don Bosco,
pues al poco tiempo cesaron los
fuertes dolores. Y, aunque a los
cinco años de enfermedad aún no
puedo andar sin alguna ayuda, só­
lo me quedan molestias y dolores
vagos que se alivian con los tra­
tamientos adecuados. No he que­

dado paralizada por completo, y
en mi casa puedo escribir y coser
y hacer otros trabajos que creí no
podría hacer ya más. Por este fa­
vor y otras gracias concedidas a
toda mi familia envío un donativo
de acción de gracias a mis celes­
tes protectores. María Teresa Mi­
randa.
DAN GRACIAS
POR FAVORES RECIBIDOS
Y ENVIAN UNA LIMOSNA
Benito León R., de La Coruña;
Amalia Hernández, de Béjar; Telesfora Rico, de Zamora; R. P., de
Vígo; L. T., de Barcelona; Julia
Blanco González, de Oviedo.
GRACIAS A OTROS SANTOS
Y SIERVOS DE DIOS
Barcelona: Son tantas y tan fre­
cuentes las ocasiones en que he
visto palmaría la intervención de
doña Dorotea en mis asuntos, y en­
comendárselos con entera confian­
za, que ya lo tengo como cosa co­
rriente; pero me parece oportuno
que al menos algunas vez haga pú­
blica mi gratitud, estímulo y alien­
to de sus numerosos devotos. Le
ruego, pues, publique mi gratitud y
acepte la limosna que incluyo para
la Causa de Beatificación. C. B.
Madrid: Agradecido a Santo Do­
mingo Savio por la curación de mi
hijo, envío una limosna. José En­
rique García.
Baracaldo: Envío una limosna de
agradecimiento al Príncipe Indio,
Ceferino Namuncurá y a doña Do­
rotea de Chopitea, por favores re­
cibidos. P. F.
Madrid: Por una gracia recibida
del venerable Ceferino Namuncurá,
entrego una limosna de agradeci­
miento. FamMia Calvo.
Salamanca: Por un favor recibido
por Intercesión de doña Dorotea de
Chopítea, envió una limosna con el
deseo de que se publique en el
"Boletín Salesiano". F. García.
S^amanca: Agradecida a doña
Dorotea de Chopitea por favores
recibidos, envío una limosna para
su causa de beatificación y animo
a invocarla con confianza. Carmen
Moyano.
Huesca: Pidiendo un favor a do­
ña Dorotea, muy difícil de alcan­
zar, pero confíando en su protec­
ción, envío una limosna para su
causa de beatificación. «I. D. G.

31

i

FUERON

/.

Rvdo, don Virgilio Lorenzo Per*
nánctez t en Lugo el 23 de diciem­
bre; edad, treinta y tres años de
profesión religiosa como salesiano
y veinticuatro de sacerdocio. Fue
director en diversos colegios du­
rante quince años.
Habla nacido en Moslares de la
Vega (Falencia) en 1921. hijo de
padres profundamente cristianos
que dieron a la Congregación Salesiana dos de sus hijos. Hizo sus
estudios en Astudillo, Mohernando
y Carabanchel, donde recibió la or­
denación sacerdotal en 1950. Desa­
rrolló su apostolado en los colegios
de Salamanca, Orense, La Coruña
y fue director en las casas de l ú ­
dela, Vegufn, AvIIés y La Robla.
En todos estos centros docentes
dejó un gratísimo recuerdo y una
esteta de cariño y admiración. La
gente lo estimaga como hombre
sertcillo y entregado a su labor
educativa, sobre todo, los padres
de familia y los alumnos. Como
salesiano, fue un gran trabajador:
"lo mismo se le vela en los jar­
dines cavando, plantando o injertanto árboles --escribe su Inspec­
tor Provincial— . que en el huerto
o en el cultivo de los rosales (las
flores eran su delicia), o pintando
los campos de deportes o arre­
glando tabiques. Todos admiraron
su trabajo en el nuevo taller de

32

A

LA

CASA

DEL

"construcciones mecánicas", obra y
diseño totalmente suyos, siendo fe­
licitado por los propios ingenieros
de la Empresa Hullera Vasco-Leo­
nesa".
Siempre se le veía en el patio
conviviendo con los alumnos en los
recreos y charlando con ellos de
sus cosas, de sus familias, del
campo, de las minas... Continua­
mente les repetía que deseaba ver­
los alegres y agradecidos.
El 20 de diciembre había ido a
Lugo al Capítulo Inspectorial de
León. Allí, inesperadamente y de
un modo repentino, pasó en breves
horas a la eternidad. Inenarrable
fue el esti^o r y la consternación
de todos los capitulares al cono­
cer la inesperada noticia. Inmedia­
tamente se tuvo un solemne funeral
concelebrado por todos. El 27 se
celebró otro solemne funeral en el
Colegio de La Robia, de donde era
director, al que acudieron muchos
sacerdotes de la zona, salesianos,
familiares amigos y directivos de
la zona, salesianos, familiares, ami­
gos y directivos de la Empresa Hu­
llera Vasco-Leonesa. Fue la suya,
una vida totalmente entregada a
Dios y al servicio de sus herma­
nos, principalmente los jóvenes.

Don Isidro Albert Berenguer t at
pasado dia 10 de diciembre a la
edad de setenta y ocho años. Gran
cooperador salesiano de Alicante,
sacerdote ejemplar, profesor efi­
ciente. investigador escrupuloso de
los tesoros artísticos de su tierra,
fue don Isidro. Director de la Bi­
blioteca Pública de Albacete, del
Museo de Arqueología de Murcia y
de la Biblioteca Pública de Alican­
te desde 1944 hasta 1966 en que
se jubHó. Fue también profesor y
director del Instituto de Enseñanza
Media de Alicante y autor de va­

PADRE

rias publicaciones de investigación
artistica.
El Colegio Oficial de Doctores y
Licenciados del distrito universita­
rio de Valencia le otorgó el premio
de “ Colegiado Distinguido" y el
Ministerio de Educación, la enco­
mienda de “Alfonso X el Sabio” .
Inició su carrera sacerdotal en el
seminario salesiano de Campello,
en 1909, fundado dos años antes
gracias a los buenos oficios de su
tío, don Luis Berenguer. De él y
de su madre, doña Dolores Beren­
guer Cerdá, que se escribía con
San Juan Bosco y repartía el “ Bo­
letín Salesiano” en su pueblo ali­
cantino de Pinoso, heredó don Isi­
dro, su acendrado amor a Don
Bosco y a los salesianos a quie­
nes consideró siempre como su
segunda familia. Por los salesianos
llegó incluso a exponer su carrera
y su prestigio en años difíciles de
la vida nacional.
Nunca se rindió a la fatiga ni a
la enfermedad que lentamente iba
minando su robusta salud.
La muerte no le sorprendió. La
esperaba con la serenidad del jus­
to que ha gastado toda su vida
al mejor servicio de Dios y de sus
hermanos.
Muy devoto de la Virgen Auxilia­
dora celebraba todos los días la
misa de una en su santuario de
Alicante. En él se ofició también
el solemne funeral del día 11. Con­
celebraron con el señor Inspector
numerosos sacerdotes salesianos y
diocesanos. Asistió el señor Obis­
po, el Gobernador Civil y demás
autoridades con una gran multitud
de fíeles que llenaron totalmente el
espacioso templo y que quisieron
rendir al bondadoso sacerdote un
comunitario tributo de gratitud y
afecto.
Descanse en paz. Que el Señor
premie a su fiel siervo su incan­
sable entrega a la causa del bien.

NOVEDADES CATEQUETICAS
CUADERNOS DE PEDAGOGIA CATEQUISTICA



—Ediciones Don Bosco—
«Los cuadernos Edebé salimos a la calle a pasear,
a desahogarnos, a charlar con la gente, a perder las
prisas, a interesarnos por la vida, a sacarle toda la sal
y pimienta que tiene...»
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2.

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catequesis.
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Catequesis.
170 ptas.
2.
— E. Alberich: Naturaleza y enfoques de una
Catequesis moderna.
180 ptas.
3.
— J. Gevaert; Antropología y Catequesis.
140 ptas.
—mLucha y contemplación». Concilio de los 4.
— J. Milanesi: Sociología de la religión.
jóvenes. Por J. Ballaz.
235 ptas.
— Petróleo». Jeques, reyes, presidentes, co­ 5.— J. Milanesi — M. Aletti: Psicología de la
religión.
275 ptas.
roneles y malas compañías. Por Xavier Roig
6.— C. Bucciarelli: Realidad juvenil y Cateque­
y Xavier Batalla.
sis.
240 ptas.
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230 ptas.
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7.— U. Gianetto — R. Giannatelli: Catequesis
de los preadolescentes.
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quesis.
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tequesis.
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A fin de ayudar al sostenimiento de las voca­
ciones salesianas. los Cooperadores Salesianos
promueven la PIA OBRA DEL SAGRADO CORA­
ZON. instituida con la aprobación del Papa León
XIII por el propio San Juan Bosco, con dicha
finalidad.
La Pía Obra celebra todos los días perpetua­
mente en la basílica del Sagrado Corazón de
Roma, 6 misas a intención de cuantos se ins­
criben en ella.
INSCRIPCION:
1.
—Puede inscribirse uno a sí mismo y a otras
personas, vivas o difuntas, por las que
quiere pedir o sufragar.
2.
—La inscripción, que es nominal, se efectúa
previa aportación, por una sola vez, de una
limosna equivalente al estipendio de una
misa en la propia diócesis.
3.— La inscripción se acredita con una cédula
en la que consta nombre y apellidos de la
persona inscrita, por lo que se ruega clari­
dad al enviar dichos datos.
Para la inscripción diríjase a:
Obra Vocacional Cooperadores Salesianos
Alcalá, 164.—MADRID - 28

Ya han M lld o cinco lemas (0 ,1 .2 . 3 y 4) de esta colección
Indispensable, moderna y audaz para una educación sexual
integrada de los adolescentes, a nivel biológico, psicoló­
gico. socio-cultural y cristiano.
TE M A 0.—rEL PRO B LEM A; Planteamiento a través do
un hecho concreto (40 diapositivas).
TEM A 1.— EL M IE D O A L A LIBERTAD (Represión
sexual y apertura a una sana liberación). 120 diapo.
sitivas:
TE M A 2.— S E X U A L ID A D Y A M O R (El sexo es una
realidad integradora. creadora, dinámica, comunicativa
y trascendente). 80 diapositivas.

TE M A 3.— LOS DO S SEXOS (Diferencias anatómicas
y psicológicas entre el hombre y la mujer).
dia­
positivas.
T E M A 4.— EL CUERPO. INSTRUM ENTO DE C O ­
M U N IC A C IO N (Anatomía y psicología sexual).
100

diapositivas.

T E M A 5.— H A C IA

UNA

S E X U A LID A D

SANA

(Id e n tifica cii^ sexual: desviaciones sexuales: elemen­
tos de una sana sexualidad). 80 diapositivas.
(De próxima aparición).

T E M A 6.— DESARRO LLO DEL IM P U LS O SEXUAL
(Etepis: la infatcia y la pubertad desde el punto de
vista fisiológico y psicológico).
(En preparación).

TE M A 7.— L A M A D U R E Z SE XU A L Y AFE C T IV A
ÍFundamento. etapas y rasgos de madurez).
(£n preparación).

Hom
BPe

DIAPOSITIVAS

«Problemas del hombre» es un subsidio
para encuentros «actvios»
de reflexión, catequesis y oración.
Serles de diapositivas
para usarlas en reuniones juveniles
o encuentros con personas adultas.
Cada serle consta de diez temas audiovisuales
con su correspondiente guía o cuaderno para la conversación.

SERIE

I.

Sentido de ia existencia — Relaciones con los demás.

SERIE

II.

Realización de sí mismo — Búsqueda de lo religioso.

SERIE

Sexualidad, amor, familia.

SERIE IV.

Liberación de injusticias y marginaciones.

PRECIOS:

1.100 pesetas cada serie.

PEDIDOS:

Central Catequística Salesiana
Alcalá. 164. MADRID - 28.

Fecha
1975.03