BS_1974_03

Ficha

Título
BS_1974_03
Descripción
Boletín Salesiano. Marzo 1974
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DON BOSCO
Una página para Ins niños
Mis queridos amigos:
No sabéis la alegría que me dan
vuestras cartas. Pero con la misma
alegría me pongo a teclear en mi
máquina para responder a vuestra
amistad. Creedme, pocos gozos
hay como éste de escribir a los
amigos lejanos. ¿No nos parece
que estamos charlando con ellos?
Ya veo que también tenéis dis­
cusiones gramaticales. Me pre­
guntáis si se dice «el cólera» o
«la cólera». Creo que los dos te­
néis razón porque existen las dos
cosas. El cólera es lo que ha ha­
bido este verano en Italia; la có­
lera. en cambio, es lo que le da
a uno cuando se enfada dema­
siado. Por ejemplo, si yo le digo
a J;janito que es un diablo, a lo
mejor coge una piedra para arro­
jármela por carta...
En 1866 hubo en Italia otra epi­
demia de cólera, más fuerte que

la de este verano. Murieron miles
y miles de personas. El miedo y
la tristeza se apoderaron de las
ciudades, y muchos huérfanos acu­
dieron al Oratorio de Don Bosco
en busca de un pedazo de pan y
un calor de hogar. De la ciudad
de Ancona llegaron unos veinte.
Pero no se trataba de unos simples
huerfanitos, sino de unos mocetones con toda la barba y bigote.
Pero es que además iban bien ar­
mados .de navajas y defendidos con
un humor de perro rabioso. No,
ningún chico del Oratorio se acer­
caba a ellos, y un día atacaron a
navajazo limpio a un jefe de ta­
ller, dejándolo malherido. Juanito
diría de ellos: «menuda recua de
gamberros». Mari, en cambio, diría
que «habían sido víctimas del có­
lera y de la cólera». Esta Mari es
lista de verdad y da gusto ver lo
bien y lo pronto que aprende las
lecciones...
Pues bien, Don Bosco no se ha­
llaba en casa cuando le llegaron
estas prendas. Sólo pudo hablar
con ellos al cabo de varios días
de su estancia en el Oratorio. Le
habían contado al Padre tantas co­
sas. Tenía sus oídos atosigados
de palabras: «A estos pillos hay
que expulsarlos», «es que son ina­
guantables», «sólo han venido a
quitarnos la paz de nuestra casa»...
¿Qué hubiérais hecho vosotros
con esos elementos? Don Bosco
salló al patio a su encuerto. De­
bía saludarlos personalmente para
comprobar qué clase de percal le
habían traído.

— Hola, amigos, ¿qué tal estáis
aquí?
Tenían poca cara de amigos: ni
un asomo de sonrisa y sin quitarse
la gorra.
— Mal. muy mal.

— ¿Y por qué estáis mal?
— Queremos irnos a casa. Aquí
no estamos a gusto.

— ¿Y por qué no estáis a gusto?

— Porque aquí no nos dan bien
de comer.
— La comida es una porquería
—escupió el más matón con una
risa irónica— .

— iA¡á! ¿Conque ésa es vuestra
respuesta? Pues sabed que es la
misma comida de vuestros com­
pañeros y de vuestros superiores:
la misma que como yo. ¿O creéis
que yo como algo diferente?
— Usted es muy dueño de comer
lo que le dé la gana.

— ¿Sabéis quién es el que os
está hablando?
— No nos trae cuidado.
Don Bosco hablaba con sereni­
dad. Sin embargo, se había acerca­
do a él un grupo de muchachos
mayores que, al oír las palabras
despectivas de los desvergonzados
quisieron avaianzarse sobre ellos.

— ¡Cuidado, que tienen las na­
vajas abiertas! —gritó uno—.
Los granujas dieron un paso
atrás, amenazando a los chicos del
grupo.
¿Qué pasó entonces? —diréis—.
Don Bosco se las había visto mu­
chas veces con tipos de esta laya.
Con su bondad logró ir amansán­
dolos poco a poco hasta hacer de
ellos unos chicos educados y tra­
bajadores. Unos estudiaron y otros
aprendieron un oficio; pero no
hubo que expulsarlos del Qratorio.
Para que veáis que es mucho ma­
yor la fuerza del amor que la de
«la cólera», y sobre todo más
eficaz.
Bueno, la lección es muy fácil.
La lección gramatical y la otra...
El año pasado, los que iban o
venían de Italia tenían que traer
su certificado de vacuna contra el
cólera. Ahora bien, la vacuna con­
tra •la cólera» me parece que no
puede ser otra sino la bondad o
el amor, ¿si o si?
Recibid un abrazo de vuestro
mejor amigo.

•N o p o d é is negarm e que s o is m anchegos:
y

da

C u en ca, s i

no

me

equivoco*.

PADRE RAFAEL

r
Revista de ia Obra de Don Bosco
Año LXXXVIH ■ N « 3 • Marzo 1974
Director; RAFAEL ALFARO
Dirección, Redacción y Admón.:
Alcalá. 164
Teléfono 255 20 00
MADRID-28

RECONCILIACION

Depósito Legal; M. 3.044-1958
(Con censura eclesiástica)
Imprime; Escuela Gráfica Salesiana
Madrid-Atocha

EN ESTE NUMERO
Reconciliación................
El nuevo rostro d^l Co
operador Salesiano ..
En la comisaría. (Pági
ñas para la familia) ..
Las Salesianas se aso
man al dos mil .......
Los “ Mallinistas’\ moví
miento cristiano para
adolescentes ........
Mohernando, esa atalaya
del espíritu ..............
Por el mundo Salesiano
Don Maxi, el Salesiano
de las vocaciones ..
Tierra candente.............
Tercer Mundo y Coope
ración Salesiana . ..
Nuestra gratitud a Ma
ría Auxiliadora y a San
Juan Bosco............
Fueron a la casa de
Padre ....................

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NUESTRA PORTADA
La Semana Santa es algo
más que una fiesta típica, es
la celebración del Misterio
Pascual, en el que Cristo nos
ha liberado y reconciliado
con e! Padre. Es también el
tiempo más a propósito para
nuestra reconciliación c o n
los hermanos. Nuestro fotó­
grafo ha sacado esta estam­
pa de Cuenca.
Foto. Juan José Remón.

”¿Por qué arañarse si es mejor darse la mano?"
Así expresa una reciente publicación juvenil salesiana la idea
de la reconciliación que ha de movernos este año, según los de­
seos del Papa Pablo y de nuestros obispos. Y no cabe duda que
se están haciendo notables esfuerzos para lograr la distensión y
la paz. En la Iglesia, en la sociedad y, quizás, en las familias.
Cada vez nos hemos ido dando cuenta con mayor claridad del
hecho de las divisiones. Clasificábamos a los hombres por sus
ideas y, tal vez, el objetivo de nuestra manta clasificatoria era
la discriminación. Mala concordancia la de esta palabra con el
Evangelio y con el Cristianismo. Cristo, que nos ha reconciliado
con Dios, ha querido ser también el núcleo de la unión de los
cristianos. El amor es, por consiguiente, la amalgama, la mezcla
para la edificación y construcción de la Iglesia.
Donde en lugar del amor exista la discriminación o la acep­
ción de personas, no habrá sino destrucción, ese acervo de pie­
dras desparramadas de egoísmo.
Todos los esfuerzos que se realicen por y para la reconcilia­
ción serán pocos. Y no por el espectáculo bochornoso que poda­
mos dar los cristianos o católicos desunidos, sino porque la des­
unión es una actitud esencialmente antievangélica.
"Pongamos en común todo lo que nos une": y el humorista
nos ofrecía un dibujo en el que el de izquierdas y el de derechas
amontonaban toda clase de objetos contundentes, desde el garro­
te hasta la bomba incendiaria... Es claro que se trata de una
caricatura de lo que mostramos los cristianos. Sin embargo esta­
mos convencidos de que tenemos la misma fe y nos une el mismo
amor: "Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo..." Nos
unen cuestiones de fondo, ha dicho recientemente el cardenal Tarancón, nos separan cosas accidentales que no han de ser motivo
para la desunión y, menos aún, para la crispación.
Y , eso sí, el amor ha de estar por encima de todo. Es el ce­
ñidor de la unidad, en frase de San Pablo.
Reconciliación. Palabra clave para este año en el que se nos
exige amor a todos y generosidad y esfuerzo... Y esa cosa tan
difícil para los hombres de toda raza y condición, que se llama
"saber ceder”.


1

E l NUEVO
ROSTRO
DEL
COOPERADOR
SALESIANO
Está a punto de aparecer, tras un año de intensa
actividad en tomo a él, el Ideario del Cooperador
Salesiano. Viene a sustituir ai Reglamento que en
1976 hará justamente cien años que Don Bosco diera
a los Cooperadores.
El hecho tiene actualmente tanta importancia co­
mo la tuvo entonces la aparición del citado regla­
mento, como vamos a ver.
Hay ideas que cuando nacen están llenas de con­
tenido, de vigor, de realidades concretas que, por eso
mismo, por realistas, cautivan y arrastran. Pero su­
cede que con el tiempo a causa de tergiversaciones o
de falseamientos esas ideas se vacían y quedan sin
contenido o con éste desdibujado. Se parecen a esos
cuadros famosos que fueron, en su tiempo, admira­
ción de todos y, hoy, deteriorados, suscitan sentimien­
tos de lástima y clamores de restauración.
Es lo que aconteció con la idea de los Coopera­
dores, cuando la presentó Don Bosco. Una idea nue­
va, atrayente, original en la Iglesia, que captó a mi­
llares de personas hasta poder reunir en Congresos
Internacionales miles de entusiastas cooperadores.
Para Don Bosco los Cooperadores Salesianos eran
una Asociación de cristianos, movidos por el deseo
de la propia perfección a conseguir mediante el apos­
tolado, pero no francotiradores, sino unidos para bien
de la Iglesia, en favor de las clases humildes y sobre
todo en la promoción de la juventud pobre y aban­
donada.
Buscaban la unión de fuerzas para oponer un di­
que a las fuerzas unidas de los que conspiraban con­

tra la religión y la Iglesia. En la idea de cooperador,
Don Bosco encerraba una dinamicidad y un aliento
animador seglar; eran los seglares los que debían
actuar allí donde había un bien que hacer o un mal
que evitar; eran los seglares los que debían vivir con
los ojos abiertos para ver por qué lados atacaban a
la Iglesia para acudir a defenderla.
Los cooperadores nacidos al lado de la Congrega­
ción Salesiana y en íntima conexión con ella se fue­
ron polarizando a favor de las múltiples y sugestivas
Obras que una tras otra Don Bosco les iba poniendo
delante: casas para huérfanos, escuelas profesiona­
les para chicos i>obres, misiones de Patagonia..., pero
sin dejar por eso de ayudar a sus respectivos párro­
cos: a 700 ascendían los grupos de cooperadores que
sólo en Piamonte se unían en tomo a sus párrocos.
Junto a las organizaciones seglares de Ozanam y
San José Pallotti, los cooperadores formaron las van­
guardias y fueron los pioneros de lo que hoy es el
apostolado seglar asociado.
La idea del cooperador y su organización sufrieron
un bajón impresionante tras la crisis que sobrevino
después de la guerra mundial del 14. Se llegó a la
simplicísima creencia de que cooperador salesiano era
aquél que contribuía con unas pesetas o con unos
céntimos a las obras salesianas. Pocas veces una idea
tan llena se vació tanto ^e contenido.
Los salesianos que seguían de cerca el pensamiento
de Don Bosco se dieron cuenta de que en el jardín
salesiano agonizaba una flor, que, por el contrario.

MADRID: Los dirigentes
de ios Centros de Cooperadores
de la inspectoría de Madrid
reunidos en la casa de Atocha.
Oia a día cobra mayor fuerza
la renovada Asociación de Cooperadores,
tanto en el centro como en el resto de EspaAa,
suscitan<k> fundadas esperanzas
de que pronto esta rama de la Familia Salesiana
ocupará un lugar responsable
en la realización de la misión
que los salesianos todos
recibieron como legado de Don Bosco.
Asistieron a la citada convención de dirigentes
el padre José A. Rico, inspector de Madrid,
y el Consejero General de la Pastoral Juvenil, don Oho.

ma y a esa llamada ha de responder con un acto posi­
tivo de su voluntad.
Es decir, que el cooperador salesiano es un cris­
tiano llamado a una misión en la que se compromete,
según sus posibilidades.
Se advierte, pues, que ser cooperador es mucho
más que ser un contribuyente económico.
3.« En la Iglesia son varios los grupos llamados
también a la misión de promover la juventud pobre,
pero el cooperador salesiano se distingue de los de­
más en que actúa impregnado del espíritu salesiano
de Don Bosco. Esto es lo que le caracteriza y le da
su estilo.
* * «
Estos son los elementos que constituyen al coope­
rador. De acuerdo con ellos el Capítulo General de
los Sal^ianos religiosos lo definió así: «Según el pen­
samiento de Don Bosco el Cooperador es un verda­
dero salesiano en el mundo, esto es, un cristiano, se­
se estaba multiplicando en la Iglesia: la de! aposto­ glar o sacerdote, que —sin vínculos de votos religio­
lado seglar.
sos— realiza su propia vocación a la santidad y al
Urgía, pues, restaurar el pensamiento de Don Ros­ apostolado en una misión entre jóvenes y entre el
co, limpiarlo de adherencias que lo ahogaban, pre­ pueblo, según el espíritu de Don Bosco, para servir
sentarlo de nuevo en sus elementos esenciales ilumi­ a la Iglesia local en comunión particular con la Con­
nados con las luces nuevas del Concilio Vaticano II. gregación Salesiana».
Y esto es lo que se acaba de hacer y condensar
La sola lectura de esta definición nos advierte la
en el renovado Ideario del Cooperador, que contiene riqueza espiritual de la idea, su valor y actualidad.
el genuino pensamiento de Don Bosco y el del Con­ Y también su dinaminicidad, porque como dice nues­
cilio referente al papel del seglar en la Iglesia y en tro Rector Mayor: No se hace uno cooperador para
el mundo.
ser buen cristiano sino para trabajar al lado de los
Del ideario emergen estos elementos principales que salesianos en la misión de Don Bosco.
debe tener en cuenta todo aquél que quiera adecuar­
Otra consecuencia que brota lógicamente de la de­
se al ideal del cooperador actualmente:
finición es que muchos de los actuales cooperadores,
1.
’ El cooperador forma parte de la Familia Sa-que se creen tales desde hace muchos años, tendrán
lestono. Así lo concibió Don Bosco y hoy se quiere que renovar sus ideas y aceptar la versión actual del
subrayar esta pertenencia, por el contenido que eso cooperador si quieren de verdad responder al pensa­
encierra. Así los tsalesianos» no son sólo los reli­ miento de Don Bosco. A todos ellos se les aconseja
giosos, ni las Hijas de María Auxiliadora, sino tam­ que procuren instruirse y adueñarse de los elemen­
bién los cooperadores, de suerte que hay tres tipos tos que arriba hemos descrito; no es difícil conse­
de csalesianos»: a saber, los salesianos religiosos, las guirlo, mucho más si, desde hace tantos años, cola­
salesianas religiosas y los salesianos y salesianas se­ boran con Don Bosco, confían en él o son devotos
glares, llamados comúnmente, Cooperadores Salesia­ suyos.
Renovarse y actualizar como cooperadores es pres­
nos.
2.
- La Familia Salesiana ha recibido de Dios, portar a Don Bosco ocasión para que los ayude, y los
medio de Don Bosco, una misión que cumplir en la santifíque como santificó y perfeccionó a millares de
Iglesia y en el mundo, la promoción humana y cris­ cooperadores que le siguieron mientras él vivía; y es
tiana de la juventud pobre y abandonada y de las también prestarle manos para lograr la promoción
y cristiana de la juventud, cosa más nece­
clases ^pulares, con el empleo de medios diversos. humana
En virtud de esta misión todo cooperador es lla­ saria hoy que hace cien años.
mado a cumplir su parte en la realización de la misJAVIER RUBIO

— 3

EN LA COMISARIA
Habíamos terminado de comer
y todavía no había hecho acto de
presencia mi hijo Juan. Noté que
mi mujer —a pesar de su estudiado
disimiüo— estaba preocupada. Yo,
sinceramente más que preocupado
estaba molesto. He repetido innu*
merabtes veces a los mayores que
si no pueden venir a comer por
las circunstancias que sea, avisen
por teléfono. Esta recomendación
sacaba a Juan fuera de quicio y
le hacía exclamar siempre:
—Por Dios, papó, ¡cómo si fuera
un niño!

—No porque seas un niño, sino
porque te puede ocurrir algo, y
así estamos tranquilos.
—¿Qué me va a ocurrir?
Esta última pregunta la había
hecho con un tono desafiante a
todos los peligros del mundo, co­
mo si él, el super-man del siglo XX,
estuviera inmunizado contra todo.
Se terminó la paciencia y el diá­
logo.
—Va a ocurrir —noté que las
palabras salían silbantes entre mis
labios— que quiero que llames

siempre que no vengas o te re­
trases. Y no me saques tus teorías
de responsabilidad, hombría, etc.;
porque lo único que haces con
ellas es apoyar todavía más la mía.
Así que ya sabes, en mi casa quie­
ro un orden. Cuando te cases pue­
des hacer lo que quieras en la
tuya.
Mientras hablaba me estaba
dando cuenta que aquello sobraba,
que esas últimas palabras no con­
ducían a nada, a no ser a una
rebeldía mayor. Pero yo seguía
hablando, hablando... quizá como

PAGINAS PARA TOPA LA FAMILIA
“El niño hoy, y por desgracia más tarde el joven, arrastrado por la
prontitud de las concepciones, no sabe pensar ni obrar con criterio, le
falta el buen sentido, el tacto, la medida, en una palabra el espíritu
práctico... Recibe todos los juicios de los demás y los hace suyos úni­
camente porque seducen su imaginación y lisonjean su sensibilidad, y
con la misma ligereza los abandona, porque ya no le gustan o porque
otras teorias más seductoras, han fascinado su versátil inteligencia.”
DON BOSCO

única arma para apoyar mi auto­
ridad.
Por eso estaba molesto, porque
había hecho caso omiso de lo que
yo consideraba importante para un
orden en la familia.
Por la noche llegué más tarde
de lo corriente a casa. Eran ya
las diez. Noté que Isabel estaba
muy preocupada, aún más, había
llorado.
—¿Qué te pasa?
Trataba de disimular, pero todo
en vano.
—Nada. Estoy un poco cansada.
—¿No ha llamado Juan?
—No, pero no creo que se re­
trase. Seguramente se habrá que­
dado en casa de algún amigo a
estudiar y...
—No te molestes en inventar,
Isabel. Eso no te tranquiliza ni a
ti ni a mí y lo único que consigues
es exasperarme más.
—^Voy a ir poniendo la mesa,
no creo que tarde.
—Que cenen sólo los niños. Tú
y yo le esperaremos.
—Pero, Juan...
—Es mejor, así podremos char­
lar los tres sin testigos.
Ninguno de mis hijos se resigna
a perder la «función de noche»
que en su intuición y experiencia
sabían se avecinaba.
—Déjalo, papá —decía Maribel—
tengo que terminar un trabajo de
Biología. Puedo esperar.
—Así le ayudamos a mamá
—era Paloma— a recogerlo todo.
Luis y Carlos también dijeron

que querían quedarse a terminar
unos ejercicios.
Fui implacable. Cuando termi­
naron de cenar se fueron a sus
respectivos cuartos. Eran las once
menos cuarto. Seguíamos sin saber
nada de Juan.
Isabel iba de un lado para otro.
Sabía que si se sentaba claudi­
caría.
—Isabel —llamé— ven aquí con­
migo. Nos miramos y efectivamen­
te claudicó. El sufrimiento de todo
el día, los nervios, la angustia, la
zozobra se tradujeron en un llanto
desgarrador.
—Juan —dijo entre sollozos—
hay que avisar a la policía.
—No te preocupes. Si a las once
no sabemos aún nada, avisaremos.
—Si es que no ha querido llamar,
por esas teorías que tiene él; no
le digas nada esta noche, no po­
dría soportarlo.
—¡No te preocupes!
—¡Dios mío!, que no le haya
ocurrido nada a mi hijo.
Como respuesta a esa plegaría
dicha con tanta fe, sonó el telé­
fono. Antes que pudiera levantar­
me ya lo había cogido Isabel.
—(....)
—¿Estás bien?
—(—•)
—Ahora se pone.
No podía oir nada de lo que
decía Juan. Isabel entre sollozos
me pasó el auricular.
—Quiere que te pongas tú.
Deduje que no le había dicho
nada a su madre. Isabel no pudo

soportar el bofetón moral, como
recompensa, —ella lo tomó a s í ai intenso sufrimiento del día. Cogí
el auricular.
—¿Qué hay?
-(....)
—¿Cómo?
-(....)
—¿Por qué?
-(....)
—No te preocupes, ¡remos para
allá ahora mismo.
—(....)
—Iremos los dos. Creo que es
la única recompensa que se puede
dar a tu madre después de lo que
ha sufrido todo el día.
Colgué como un autómata.
—¿Dónde está?, ¿qué pasa?,
¿qué te ha dicho?, ¿por qué no
viene?
Hubiera querido contestar una
a una las preguntas de mi mujer,
con tranquilidad, con sosiego, de­
volviéndole esa paz que yo mismo
estaba muy lejos de sentir. Sin
embargo le respondí como un au­
tómata.
—Está en la Comisaría.
No dijo nada. Secó las lágrimas
y volvió a ser la mujer fuerte.
—¿Vas a ir?
—Vamos a ir —le contesté—.
Avisamos a Maribel que íbamos
a salir. Tardaríamos un poco en
volver.
Cogimos un taxi, mis nervios no
estaban para conducir. Durante el
trayecto expliqué a Isabel lo que
me había dicho Juan por teléfono.
Aquella mañana sobre las doce

EN LA COMISARIA
había habido una refriega en la
Facultad. Cogieron a unos cuantos
que estaban reunidos en un Aula y
no habla ningún profesor, entre
ellos Juan. Discutían problemas de
tipo socio-económico y según ex­
presión suya «se había colado un
social que dio el chivatazo». Los
llevaron a la Comisaría. Los que
tenían ficha abierta pasaron a la
Dirección General de Seguridad.
Los que no, y eran menores de
edad, les dijeron que tenían que
llamar a sus padres y que ellos
se personaran en la Comisaría para
poder salir de allí. Juan se resis­
tía a hacerlo para no darnos un
disgusto, pero después pensó que
si no aparecía a dormir, todavía iba
a ser peor y nos asustaríamos
más.
Isabel me escuchaba queriendo
concentrar toda su atención en
mí, pero de vez en cuando su
mirada se ausentaba. Era indudabL que había algo que le preo­
cupaba más que lo que yo decía.
Mis dudas se aclararon cuando
me apretó el brazo cariñosamente
diciéndome;
—Juan, no seas demasiado duro.
Piensa lo que habrá sufrido todo
el día y lo que le habrá costado
llamarte.
Llegamos a la Comisaría. Cuando
vio a su madre, fue hacia ella.
—Mamá, ¿por qué has venido?
Quería ahorrarte...
—El sitio de una madre es al
lado de su hijo. Este es ahora el
mío. Después vino hacia mí.
—Lo siento, papá. Te aseguro...
—No te preocupes, Veremos de
solucionarlo.
Un policía se me acercó.
—¿Señor Camino?
—Sí. Soy yo.
—¿Quiere pasar un momento a
mi despacho?
La entrevista duró unos minutos,
terminada nos despedimos y nos
dirigimos hacia casa.
Eran las doce cuando entrába­
mos. Isabel preparó la mesa. Estaba
seguro que ninguno teníamos ga­
nas de cenar. Juan quería hablar,
excusarse, dar una explicación. Le
corlé.
—Mira. hijo, creo que ha sido
un día muy intenso para ti por mu­
chos motivos. Ya hablaremos, no
hay prisa.
—Gracias, papá... Buenas noches.
6



—Buenas noches, mamá.
—¡Que descanses, hijo! Te acom­
paño.
Yo también me levanté para ir­
me a acostar. Antes de dar la vuel­
ta al pasillo vi que se abría una
puerta. Luis, en pijama, se acer­
có a Juan y le dijo:
—¡Mucho, Juan, estoy conten­
to de ser tu hermano!
Se metió en su cuarto y cerró
la puerta.
¿Cómo era posible que se hubie­
ran enterado de todo? Al pasar
por el cuarto me detuve un mo­
mento a escuchar. Oí que habla­
ban bajo. Abrí despacio la puer­
ta. No oí nada. Encendí la luz y
vi que Carlos y Luis fingían dor­
mir profundamente.
Sonreí. Realmente m i s hijos
eran unos tipos listos.
Hacía un momento que nos ha­
bíamos acostado, cuando sentí pa­
sos en el pasillo. Me levanté. En
el cuarto de Juan estaban Maribel y Paloma.
—¿Qué hacéis aquí? Teníais que
estar durmiendo.
—Queríamos saber si Juan ne­
cesitaba algo.
—¡A dormir! ¡Que descanséis!
¡Vaya una solidaridad que ha­
bía entre mis hijos!
Al día siguiente quedé con Juan
en ir a comer a un restaurante
cerca de mi oficina. Quería evi­
tar las preguntas indiscretas, aun­
que inocentes de sus hermanos.
No me pasó desapercibido el he­
cho de que se hicieran los remo­
lones por la mañana para ir al
colegio, haciendo tiempo a que su
hermano se levantara y asaetearle
a preguntas.
Mientras comíamos, la conver­
sación se inició con el tema que
los dos deseábamos.
—Papá, cuando te dije anoche
que lo sentía, era por el disgus­
to que os he proporcionado, no
porque me hayan detenido.
—¡Vaya! Yo creí que esto últi­
mo también lo sentías.
—¡En absoluto! Creo que para
conseguir una situación normal,
hay que arrostrar muchos peli­
gros. incluido éste.
*
—¿Y tú crees que por este ca­
mino puedes solucionar algo?
—Hay que intentarlo. Sé que no
opinas como yo, papá. No puedo

quedarme impávido ante la serie
de problemas que presenta la so­
ciedad.
—Por lo cual, tú opinas que yo
sí me quedo impávido.
—¡Hombre!
—Es lo que me estás echando
en cara, Juan. No te preocupes,
ya veremos esto luego. Lo que yo
quisiera saber es lo que te preo­
cupa, si los problemas de la so­
ciedad, o los que os presenta ese
«tipo», Felipe Reinosa.
—Felipe es un hombre que tie­
ne inquietud.
—¿Qué inquietud puede tener
un hombre de veintisiete años
que sigue —¡no sabemos por
cuantos más!— en 2.® de Econó­
micas, con tres asignaturas de 1.®
y viviendo «bonitamente» del di­
nero de sus padres?
—Eso son cuestiones personales
suyas.
—Ningún hombre tiene derecho
a denunciar injusticias cuando él
es el primer injusto consigo mis­
mo, con sus padres y con la so­
ciedad.
—Precisamente él está abierto a
todo tipo de problemas socio-eco­
nómicos. —El está abierto a una
demagogia impresionante, imbu­
yéndoos de todas— sus ideas y
que tú precisamente porque «sedu­
cen tu imaginación, lisonjean tu
sensibilidad» ante estos problemas,
recibes y aceptas ampliamente.
Díme ¿sabe ese hombre lo que es
el trabajo de cualquier tipo? ¿Sabe
el valor del dinero? ¿Conoce lo qué

es el valor formal de un compro­
miso?
—Al obrar así obré de buena
fe...
—No lo dudo. De eso estoy
completamente cierto, pero tam­
poco dudo que esas ideas o esas
formas de llevarlas a cabo no son
todavía «tuyas», te las tienes que
ir haciendo con el paso de los años.
Mañana desaparece Felipe Reinosa
y viene Fulano de Tal con la mis­
ma oratoria, el mismo énfasis, el
mismo calor y con otras ideas
«que lisonjeen tu sensibilidad» y
eres un gran defensor de la nueva
teoría.
—Me estás llamando voluble, sin
ideas personales.
—Te estoy diciendo que seas tú
mismo. Ya ves que no te he dicho
ni palabra porque te hayan detexiido. No quiero que mis ideas, que
sé anticuadas para tí, jueguen nin­
gún papel en estos momentos. Lo
único que quiero, Juan, es que ese
hombre que estás haciendo —por­
que cada día nos vamos haciendo—
tenga unas ideas propias, nacidas
del estudio, de la observación, de
la experiencia, del trabajo... Ese
día, sí te daré la enhorabuena por­
que te hayan detenido.
Seguimos hablando mucho tiem­
po. Llegué tarde a la oficina. Sé
que no lo convencí, pero sé que
tampoco despreció mis palabras.
Como me temía la hora de la
cena fue «amenísima». La febril
imaginación de Luis hacía de su
hermano poco menos que un héroe
de detrás del «telón de acero*.
—¿Te pusieron esposas? —Carlos.

PAGINAS PARA TODA LA FAMILIA
—¿Te hicieron el lavado de ce­
rebro para que hablaras? —Luis.
—¿Te dieron de comer? —Pa­
loma.
—¿Podías fumar? —Maribel.
Al principio Juan se molestó
ante tanta pregunta. Luego, viendo
que su madre y yo lo tomábamos
a broma, fue contestando por ri­
guroso tumo.
De repente Carlos se volvió ha­
cia mí y me dijo:
—Papá, ¿nunca te han detenido?
—¡Nunca!
—¡Pues debe ser emocionante!
A todos les interesó. Isabel y yo
nos miramos. Fue ella la que me
incitó a que hablara.
Ocurrió hace bastantes años,
¡todavía estaba soltero! Iba a Valladolid, y llegué tan puntual a la
estación que para hacer tiempo
me senté en un banco del andén.
A mi lado había un matrimonio.
Había comprado unas revistas y las
estaba hojeando, cuando de pronto
me di cuenta que me miraban. Le­
vanté la cabeza y vi dos guardias,
que a pocos pasos hablaban, y sin
ningún género de duda, era sobre
mí. Le decía al otro;
—Es él.
—No parece. —Contestaba el
otro.
—^Te aseguro que es él —volvía
a afirmar el primero.

La alegría
de vivir
fruto de
la certidumbre
de ser
comprendido
y amado,
desempeña
un papel
importante
en la vida
del niño.

Miré alrededor por si la cosa
no iba dirigida a mí, pero no ha­
bía duda. También el matrimonio
que estaba a mi lado se había dado
cuenta y comentaban bajito:
—A éste le busca la policía —de­
cía la mujer.
—Ya me he dado cuenta —con­
testaba el marido.
Los guardias se alejaron y yo
continué con mis revistas. Al po­
co tiempo vi que se acercaban y se
dirigían a mí. Se me paró el co­
razón. No puedo deciros cuanto
tiempo estuve con él parado, lo que
si os puedo asegurar es que tenia
un miedo tan horroroso que ni si­
quiera podía pensar si había hecho
algo, o por qué motivo querían
deternerme.
—Perdone. ¿Documentación?
—Sí señor, ahora mismo —dije
mientras buscaba la cartera— ya
veía que ustedes me miraban.
No encontré la cartera en la cha­
queta, ni en el bolsillo del panta­
lón. Debía estar en la gabardina.
Miré. ¡Tampoco! ¡Dios mío!, ¿qué
hacía yo ahora sin documentación?
—Lo siento. Creí... —decía yo
mientras seguía buscando de nuevo
en todos los bolsillos.
Uno de los guardias me tendió
una cartera.
—¿Es suyo esto?
—¡Claro, es mi cartera!
—Se la había dejado en la ven­
tanilla al sacar el billete. Buenos
días.
—¡Muchísimas gracias! Buenos
días.
Así que las miradas y tos cu­
chicheos eran simplemente para
identificarme con el de la cartera!
El matrimonio no había perdido ri­
pio. Yo les enseñé la cartera con
una sonrisa nerviosa.
—La cartera... ya ven... ¡qué
despistado!
Todos rieron. Carlos como siem­
pre. tuvo que hacer su pregunta.
—Así que ¿no te detuvieron?
—Los guardias no, pero aquel
mismo día y en aquél mismo tren
conocí a vuestra madre...
—¡Menuda detención! ¡A cadena
perpetua!
Todos rieron la salida de Luis,
que con sus pocos años había de­
finido tan profundamente el ma­
trimonio.
PILAR P. SALCEDO

— 7

se asoman
al dos mil
En los primeros días de febrero llegó a Ma­
drid la Madre General de las Hijas de María
Auxiliadora, Madre Ersilia Canta. Venía de
América y traía palabras de aliento y optimis­
mo: '*Hay mucha juventud que espera nues­
tra actividad..”
Nunca mejor ocasión para publicar esta en­
trevista que, hace poco tiempo, le hizo un
periodista de ANS. Las Saiesíanas se prepa­
ran para el siglo XXI. Las nuevas generacio­
nes, impacientes, ya están empujando las
puertas...

PREGUNTA: Madre Canta, recientemente su congre­
gación ha cumplido cien años. ¿Qué quiere decir para
una congregación cumplir un siglo de vida? ¿Es signo
de ocaso, de vejez? ¿O es más bien una señal de ju­
ventud...?
RESPUESTA; Creo que no podemos hablar de oca­
so. ni de vejez. El crecimiento incesante de las her­
manas: el desarrollo de sus obras en todo el mundo;
las casas, colegios, oratorios, los florecientes centros
juveniles; el apostolado misionero que abarca del Cer­
cano al Extremo Oriente. América, Africa y Australia;
la explosión de santidad (desde la oculta y escondida
en la humildad y en el sacrificio de cada día hasta la
misma reconocida por la Iglesia); el pujante cristianis­
mo de les exalumnas y su testimonio en el mundo...'
todo nos habla de la historia de un siglo que no se
estanca, sino que se abre camino en busca de hori­
zontes nuevos.
El mismo Pablo VI en la audiencia que concedió
el año pasado a unas 2.000 hijas de María Auxiliadora
nos dijo: “ En vosotras vemos la continuidad ininte­
rrumpida de la floración espléndida de un ideal de
caridad y celo". Creo que estas palabras sintetizan
admirablemente lo que he intentado explicar.

8



PREGUNTA: ¿Y qué es, en realidad una hija de Ma­
ría Auxiliadora? De su Congregación se sabe que ha
sido fundada por dos santos, Don Bosco y Madre
Mazzarello; y que son unas 18.000, etc. Pero quizá*
se ignora lo más importante, ¿qué es lo que distingue
a las Saiesíanas?
RESPUESTA: Creo que la respuesta más sencilla es
ésta: La hija de María Auxiliadora hace lo posible por
encarnar el espíritu de Don Bosco, es decir, el modo
peculiar con que ei Fundador ha interpretado en men­
saje evangélico.
Este sello inconfundible es el que caracteriza a to­
da salesiana que se entrega por completo a Dios, en
una síntesis armónica de acción y contemplación. Su
vida estará marcada: por una entrañable piedad eucarístico-mariana; fidelidad al Papa y a la Iglesia; gozoso
espíritu de familia "rociado” , como nos ha dicho el
Papa, de 'equilibrada y sincera alegría", y un gran
amor-servicio a la juventud, a la más pobre en espe­
cial, llevada a la práctica mediante el sistema preven­
tivo que Don Bosco resumía en el trinomio: razón, re­
ligión y amabilidad.
PREGUNTA: ¿Cuál es, en su opinión, el mayor éxito
de su Congregación durante los cien años de su exis­
tencia?
RESPUESTA: A mí me parece que ha sido su viva
y operante integración en la Iglesia y en la sociedad
como una congregación fiel a sus reglas y tradiciones
y a la vez atenta a los signos de los tiempos, en una
gradual y continua renovación, preocupada de prepa­
rarse para estar dispuesta y presente en todo tipo de
educación de acuerdo con las necesidades de los
pueblos y de la Iglesia local, en armonía con los obje­
tivos señalados por el Fundador.
PREGUNTA: Es evidente que la Congregación re­
presenta una estupenda realidad de la Iglesia. ¿Cuál
es el secreto que Don Bosco y Madre Mazzarello pu­
sieron como piedra fundamental de todo el edificio?
RESPUESTA; Creo que el
en el “sentido de Dios" de
dores. o mejor dicho en su
resumidas cuentas, nuestra

secreto ha de buscarse
nuestros Santos Funda­
“ escucha de Dios” . En
Congregación es “ una

Idea” de Dios traspasada a la mente de Don Sosco
y por él realizada con la generosa colaboración de
Madre Mazzarello y de las primeras Hermanas de Mornese. Una idea de Dios comunicada prodigiosamente
a Don Sosco por medio de la Virgen.
Don Sosco siempre supo escuchar y poner en prác­
tica la voz de la Virgen: “Todo lo ha hecho María
Auxiliadora", repetía constantemente. Y al mirar el fu­
turo comunicaba a sus hijas estas palabras proféticas
que les indicaban el camino hacia metas luminosas:
“Vuestro Instituto tendrá un gran porvenir si es que
sois sencillas, pobres y sacrificadas". Este es el gran
secreto.
PREGUNTA: Tal vez con un poco de irreverencia,
me permito preguntarle a quemarropa: ¿Qué pinta la
religiosa en la sociedad de hoy? ¿Y la monja-maes­
tra?
RESPUESTA: Nuestros diarios encuentros con la
juventud de hoy, tanto en Italia como en el extran­
jero, nos han confirmado de sobra que la presencia
de la Hermana en la sociedad actual no solamente es
útil, sino necesaria (en algunos sitios). El mundo de
hoy necesita ver a su alrededor Mamadas de espe­
ranza y firmes señales de los bienes del espíritu. Eso
es la vida religiosa. Cada Hermana tiene un don espe­
cial que comunicar a los demás. Aunque su trabajo
sea oculto y silencioso. Ahora bien, cuando la Her­
mana desarrolla su servicio y su actividad social con

competencia y apertura, la sociedad actual natural­
mente que la acepta.
El pasado julio, una chica de veinte años del otro
lado del telón de acero, después de una reunión de
cinco días con las hermanas y otras 58 chicas, excla­
maba: “Ahora comprendo perfectamente por qué la
juventud de hoy tiene necesidad de las Hermanas” .
También las Hermanas que son profesoras. En un
colegio funcional en todos los sentidos y en un clima
de libertad, las clases son un medio muy adecuado
para el desarrollo de la verdadera personalidad de las
jóvenes.
El mismo Pablo VI decía no hace mucho a un gru­
po de Hermanas profesoras: "Continuad con la segu­
ridad de que habéis elegido un camino excelente y
fecundo en la escuela de Don Bosco... ¿Hay algo más
moderno, más vivo, más providencial?... Os bendigo
a vosotras y a vuestras comunidades escolares y edu­
cativas..."
PREGUNTA; Ahora, una llamada a sus recuerdos:
¿Es hoy la Hermana lo mismo que antes? ¿Ha cam­
biado algo?
RESPUESTA: La voluntad de entregarse totalmente
a Dios y a los demás es siempre la misma. Ahora
bien, las Hermanas que vienen de una sociedad tan
adelantada como la nuestra demuestran una mayor in­
seguridad y un sentido mucho más crítico. Hay un
modo distinto de interpretar la vida religiosa y sus

El Santo Padre conversa con la Madre Ersilia Canta, Superiora General de las Hijas de María Auxiliadora.

— 9

las
salesíanas

se asoman
al dos mil

compromisos. Todo se revisa y se discute, aunque,
naturalmente en sentido constructivo.
La Hermana de hoy siente muy ai vivo la amistad,
ia necesidad de trabajar en equipo, de realizar su en­
trega preferentemente en un sector sociai. La excesiva
actividad a que se dedica puede ser un riesgo para
la profundidad de su vida religiosa.
Sin embargo, a Dios gracias, son muchas las que
logran un perfecto equilibrio mediante un trabajo en­
tusiasta y responsable.
PREGUNTA: ¿Qué cambios han traído a su Congre­
gación el Concilio y el Posconcilio?
RESPUESTA: Creo que hemos respondido plenamen­
te a las orientaciones conciliares.
Me parece que la formación bfbiico-teológica, la
piedad litúrgica, la vida comunitaria, la actividad apos­
tólica, especialmente ia pastoral juvenil... nos han em­
pujado hacia la renovación que la Iglesia deseaba de
nosotras.
Recuerdo a propósito las palabras de don Rinaidi:
“ El día en que nuestra Congregación no sienta la ne­
cesidad de renovarse, ya no será la Congregación de
Don Bosco” .
PREGUNTA: ¿La actual crisis de la vida religiosa
ha hecho mella en la Congregación de las hijas de
María Auxiliadora?
RESPUESTA: Más que de crisis de la Congregación
creo que se debe hablar de crisis de algunas Her­
manas y, especialmente, en algunos sitios. La crisis de
fe es la causa de la mayoría de las defecciones. Pero,
teniendo en cuenta las dimensiones de nuestro Insti­
tuto y la cantidad de Hermanas, creo que el fenó­
meno ha alcanzado gracias a Dios, unas proporciones
muy modestas.
PREGUNTA: Las chicas de hoy son la razón de ser
de las Salesíanas y de su apostolado. Sinceramente.
¿Qué piensa de ellas? ¿En qué las desaprueba y en
qué las admira?
RESPUESTA: Están en una perenne situación de
contraste; las vemos precoces e inmaduras; inseguras
y contestatarias; son incapaces de escuchar y exigen
que se Ies comprenda; anhelan lo esencial, lo autén­
tico, lo original, pero luego se creen diversas; rabian
contra las estructuras, pero en seguida se crean otras
nuevas... Hace falta preparar bien las educadoras de
esta generación...
10



En compensación hay en ellas un gran entusiasmo
por los grandes ideales, una formidable exigencia de
justicia, una verdadera necesidad de contactos socia­
les, el deseo de profundizar con sinceridad los pro­
blemas... y un gran deseo de Dios, aunque a veces
inconfesado. Me gusta verlas como estupendas fuer­
zas libres que hay que orientar, jamás reprimir.

PREGUNTA: ¿Son las chicas de hoy más dificíles
que las de antes?

quistas y trabajos para llevar al mundo la perenne
alegría del Evangelio!”

RESPUESTA: Nuestro Capítulo General Especial ha
estudiado con seriedad este problema y ha constata­
do que la educación es hoy más difícil que antes.
También nos lo repitió el Santo Padre:
estar hoy
en medio de la juventud... no es tan fácil” .
Creo que las palabras de Don Bosco son todavía
válidas: “Amad lo que les gusta a los jóvenes, y ellos
aceptarán vuestras propuestas educativas” .

PREGUNTA: ¿Qué puesto corresponde a la mujer
en la sociedad actual y qué aportan las Salesianas pa­
ra la realización de la mujer en la sociedad y en la
Iglesia?

PREGUNTA: ¿Qué mensaje ofrece a esta juventud
su Congregación? ¿De qué color teñirá su esperanza?
RESPUESTA: Sólo del color del optimismo y de la
alegría, fruto de la vida de gracia.
Nuestra acción educativa, que tiende al verdadero
descubrimiento de los valores humanos y sobrenatu­
rales, será rechazada si no se presenta como una rea­
lidad gozosa que hay que vivir. Por eso, en nuestras
comunidades buscamos la manera de vivir y crear un
clima de alegría, que es el auténtico signo de la espe­
ranza cristiana.
Nuestra Congregación ofrece a las jóvenes un men­
saje de alegría: “ ]La alegría que buscáis descubridla
en Dios y, con él, en vosotras y en vuestro alrededor.
Llevad a las familias y a la sociedad vuestras con­

RESPUESTA: El proceso de la liberación de la mu­
jer es irreversible.
La mujer tiende a ser alguien en todo sector de la
sociedad.
Creo que todos hemos de colaborar en la forma­
ción de este tipo de mujer “ liberada” y libre interior­
mente de los vínculos de un sistema. Y este es el
compromiso de las hijas de María Auxiliadora.
PREGUNTA: Los hombres de hoy son sumamente
sensibles a los problemas de la pobreza y de la jus­
ticia social. ¿Cuál es la respuesta de la Congregación
a la llamada de los países pobres?
RESPUESTA: Ciertamente que los problemas de
subdesarrollo son gravísimos y complicados. En mis
viajes por América Latina y Asía me he dado cuenta
de este problema angustioso. A ejemplo de Don Bos­
co, también queremos dedicarnos a 'os pobre®. Son
incalculables las jóvenes que encuenlian en nuestras
casas asistencia material y educación cristiana. Da­
mos preferencia a las obras en pro de la juventud más
necesitada, y aun de los adultos. Y son muchas las
exalumnas que colaboran con nosotras en este tra­
bajo.
Especial atención merecen las misiones. La hija de
María Auxiliadora responde con su presencia y con
su servicio sereno y humilde.
PREGUNTA: ¿Qué proyectos acaricia para el por­
venir de la Congregación?
RESPUESTA: Como ya he dicho, nuestro Instituto
tiene una dedicación especial en el campo educativo,
catequístico y misiorrero. Entonces nos urge preparar
a las Hermanas para el desarrollo de su actividad en
estos campos.
Se han creado los ' inlorados, el segundo noviciado
para las Hermanas de votos temporales y, en Turín la
Facul‘ jd de Ciencias de la Educación.
Nos q .eda mucho por hacer: Cursos de actualiza­
ción y ebpi ¡tualidad salesiana; formación de las mi­
sioneras; prepaídi' el reajuste de nuestras obras para
dar más importancia a las de carácter soda!; hacer
más efectiva la pastoiui juvenil...
PREGUNTA: ¿Qué siente al saberse superíora de
una Congregación fundada por dos Santos y que con
sus 18.000 Hermanas es actualmente una de las fuer­
zas más vivas de la Iglesia?
RESPUESTA: Su pregunta me trae a la memoria fas
palabras de Pablo VI en el último aniversario del co­
mienzo de su pontificado: “ Estoy en este puesto no
porque tenga la aptitud o porque yo pueda salvar o
defender a la Iglesia de sus dificultades presentes.
Estoy para sufrir algo por Jesucristo y para demos­
trar con claridad que es El y ningún otro el que la
guía y la salva".
T. B.
Sor Dorífida se siente feliz
entre fas jóvenes de Mozambique.
Hoy, todas estas jóvenes
han formado un hogar cristiano.


11

T

LOS MALLINISTAS.
MOVIMIENTO CRISTIANO
PARA ADO LESC EN TES

Este verano pasó por
Madrid el salesiano argentino
Aldo Pérez. Tuve oportunidad
de hablar con él casi
sin conocerlo. Había oído
el nombre del movimiento
«mallinista)), de los «Mallínp,
fundados por el padre Aldo.
Pero resulta que estuve
platicando con el
fundador, sin darme
cuenta de que era él en
persona. Sé que me pr^VBtó
por el movimiento «Adsiss
español y por la
pastoral juvenil; mas
nunca me comunicó su
identidad de fundador
de este movimiento tan
interesante. Lo he llegado
a saber ahora, al recibir
la Agencia de Noticias
Salesianas. Aquí ofrecemos
este artículo a nuestros
lectores, felices de dar a
conocer una obra salesiana
tan bonita como ésta que ha
fundado el padre Aldo.

Hay un movimiento para ado­
lescentes cristianos nacido en un
colegio salesiano de Argentina
en 1967. Se llama «Movimiento
Mallinista». Está ideado a la medi­
da de los adolescentes y los lle­
va a canalizar humana y espiri­
tualmente las energías vitales de
sus años verdes.
Como sucede casi siempre, se
comienza por casualidad y, una
vez en marcha, se va adelante
más allá de lo que puede preverse.
En efecto, los chicos de la mi­
núscula casa salesiana «Eugenio
Bustos» de Mendoza (Argentina),
tenían una especie de alergia a
todo lo que oliera a ejercicios es­
pirituales. Eran totalmente re­
fractarios y no querían oir ni su
nombre.
12



Ya se sabe, en estas circuns­
tancias u otras parecidas, puede
haber y de hecho se dan educa­
dores que, contra corriente, les
hacen tragar a los chicos ejerci­
cios y tandas de ejercicios... Por­
que, claro, los chicos ni saben lo
que quieren...
En cambio, el director salesiano, padre Aldo Pérez, pensó de
otra manera. Había que inventar
algo nuevo, algo a la medida de
sitó muchachos. E inventó unas
nuevas orientaciones juveniles, un
modo original de dar a los chi­
cos la oportunidad de reflexionar
sobre su vocación cristiana y su
compromiso con la fe.
Y el padre Aldo ¿qué hizo?
Pues a la sierra que se fue con
un grupo de chicos de su colegio,
a un lugar denominado «EL MA­
LLIN». En idioma indígena, «ma­
llín» significa «hierba verde y fres­
ca». Se trata de unos montes ári­
dos y pedregosos bajo los cuales
corre un torrente de agua subte­
rránea. En un punto determinado,
el agua no resiste la presión de
las oscuras entrañas de la tierra,
rompe sus muros y salta a ma­
nera de surtidor que se derrama
por las laderas del monte. Allí
es donde crece el «mallín» que
extiende su mullido verdor desde
las faldas de la montaña a lo lar­
go de todo el valle.



Se necesita un ágora: ¿la plaza? ¿la calle? ¿el rincón de un
aula? ¿de un centro juvenil? ¿en ruta? ¿el bar? ¿el templo?...
donde todos puedan hablar,
donde todos aprendan a escuchar,
donde no se hable de pan y toros,
donde nada ni nadie sea indiferente.



Cuaderno y no libro porque gusta lo informal.



CUADERNOS “ EDEBE” , quieren ser;
Algo de todo eso, tan amplio como literatura - ensayo • repor*
taje - experiencias - crítica - anuncio evangélico . humor.
Interesados en una gran variedad de temas y de enfoques.
En una línea valiente porque resonará la voz de los lectores.
Escritos de forma sugerente.
Servirán de base para seminarios y trabajos de grupos.
Todo en 64 páginas — algunas destinadas a ilustraciones o do­
cumentos gráficos— con cubiertas de cartulina. El Cuaderno
va dentro de una funda de plástico a color que contiene tam­
bién un póster de 44 por 56 cm.
Dos cuadernos mensuales (excepto en verano): 18 al año.

La comparación era sencilla y
natural. ¿No podría este fenóme­
no aplicarse de alguna manera
a los jóvenes?

Población .

LAS FUEñZAS
SUBTERRANEAS
B E LOS M UC H A CH O S

«También hay en el hombre
—explicó el padre Aldo a sus
chicos— unas fuerzas subterrá­
neas que no pueden reprimirse,
que buscan una puerta de salida
a la luz para llevar la vida adon-

PRIMEROS TITULOS
1.
2.
3.
4.
5.
6.

LUCHA Y CONTEMPLACION. Concilio de los jóvenes. Por J.
Ballaz.
PETROLEO. Jeques, reyes, presidentes, coroneles y malas com­
pañías. Por Xavier Roig y Xavier Batalla.
UNA MAQUINA QUE HACE “ POP” . Por J. Moya-Angeler.
NOSOTROS SOMOS EL FUTURO. Por J. Azcárate.
PAN Y VINO, COMUNIDAD DE HERMANOS. Por J. Aldazábal.
TV. ¿INTERLOCUTOR IMPOSIBLE? Por F. Revilla.
Otros en preparación, sobre objeción de conciencia, política
en España, cena con humoristas, teatro, prensa, qué hacen
los jóvenes...



APARICION: desde enero 1974.



PRECIO DE CADA EJEMPLAR; 50 pts.
cortar por aquí

NOMBRE
CALLE
Provincia

..................
.....................................
........................................................
n .« ..........
.............................................

D is trito ..............

.....................................

(Señala siempre con una x)
quiere recibir el primer ejemplar
(50 pesetas)
se suscribe a los 6 prinieros números (250 pesetas)
se suscribe a los 12 primeros números (480 pesetas)
se suscribe a los 18 primeros números (720 pesetas)
Efectuará el pago:
por giro postal,
con sellos nuevos de correos,
contra reembolso,
por talón bancario.
Corta este volante y envíalo a:
CUADERNQS “ EDEBE”
Paseo San Juan Bosco, 62 - Barcelona-17

— 13

de no la hay. Y así os pasa a vos­
otros. En vuestra juventud tenéis
una fuerza impetuosa, prisione­
ra a veces y encerrada en vuestro
egoísmo, en vuestra timidez. Es
una fuerza oculta que anhela
abrirse camino en el terreno ári­
do de vuestro cyo», que desea sa­
lir a la luz del sol para abrirse
a los demás».
El símil era persuasivo. Los cha­
vales lo comprendieron perfecta­
mente, lo aceptaron. Hasta tal
punto que el «mallín» eternamen­
te verde y lleno de vida se con­
virtió para ellos en un símbolo,
en un modo de realizarse. Y así
sucedió: una vez de regreso al co­
legio, se sintieron totalmente cam­
biados.
Sus mismos compañeros se die­
ron cuenta de este cambio. Advir­
tieron llenos de asombro su com­
portamiento, su alegría en servir
a los demás, su empeño en ser
mejores. Los mismos chicos antes
alérgicos a todo cuanto oliera a
ejercicios, los que habían rehusa­
do ir al Mallín (la participación
había sido voluntaria), expresaron
su deseo de vivir también ellos
la misma experiencia de sus com­
pañeros. De esta manera, al Ma­
llín número uno hubo de seguir
inmediatamente el Mallín número
dos. Era en septiembre de 1967.
En noviembre, los salesianos de
Córdoba, una de las mayores ciu­
dades argentinas, con unos 700.000
habitantes, y seis colegios sale­
sianos, se enteraron de lo acae­
cido en el colegio de Mendoza y
quisieron hacer otro tanto. Y el
padre Aldo allá que se fue con
varios de sus chicos para organi­
zar con los de Córdoba la misma
experiencia. También la idea caló
honda.
Y llegó el nuevo curso. El pa­
dre Aldo fue exonerado de la di­
rección del colegio de Mendoza.
No se trataba de un castigo. De
ahora en adelante se dedicaría ex­
clusivamente a canalizar hacia la
luz las subterráneas fuerzas de
los muchachos a fin de multipli­
car en la aridez de sus montes el
eterno verdor de una pradera. Y
así es cómo nació este movimien­
to para adolescentes cristianos.
En vez de llamarse prosaicamente
«jornadas de orientación», se le

14 —

llama «Movimiento Mallinista», en
honor del «Mallín».
Ahora, los diicos que hacen el
«Mallín», no se contentan con un
simple conocimiento, sino que se
enrolan en sus filas y se compro­
meten a vivir de acuerdo con la
experiencia c r is tia n a recibida.
Desde 1968, el padre Aldo ha des­
arrollado esta iniciativa en diver­
sas partes de Argentina: De Cór­
doba a Tucumán, con más de 600
kilómetros por medio; luego en el
sur, en San Luis; después en Sal­
ta, al norte... A fines de 1969, ca­
si sin hacer propaganda, el movi­
miento Mallinista era conocidísimo
y se hablaba de él en todas par­
tes. Lo ponderaban salesianos y
jóvenes. Habían participado de él
jóvenes de otras congregaciones
religiosas y de colegios de segla­
res. En 1970 se celebró en Bue­
nos Aires el primer Mallín. Tam­
bién tuvo lugar el primero de
chicas. Hoy, los Mallín dirigidos
sólo por el padre Aldo suman ya
50 de chicos y 14 de chicas.
Cuenta ya el movimiento con
unos tres mil miembros de aso­
ciados. No son muchos, pero son
chicos entusiastas y comprometi­
dos cristianamente.
Ahora, en plena marcha del mo­
vimiento, la geografía argentina
se ha dividido en zonas, y las zo­
nas en centros. Cada zona tiene
la jefatura de un grupo coordina­
dor. Y todas las zonas dependen
de un grupo coordinador nacional
con sede en Córdoba, como una
sección del «Centro Juvenil de
Espiritualidad», dirigido personal­
mente por el padre Aldo.
Funcionan perfectamente orga­
nizadas, la Zona Norte, la Zona
Central (con muchos centros edu­
cativos de otras congregaciones y
otros colegios de seglares), la Zo­
na Este, dos Zonas del Litoral
(una de ellas pertenece a Uru­
guay), dos Zonas para Buenos Ai­
res (una sola para la capital y
otra para la periferia).

LA

G E O G R A F ÍA
IN T E R IO R

Aún más importante es la geo­
grafía interior del movimiento. El
Mallín con que los chicos se com-

LOS
MALLINISTAS.

MOVIMIENTO
CRISTIANO PARA
ADOLESCENTES

prometen y se adhieren consiste
en cuatro jomadas de intensa es­
piritualidad en una casa acogedo­
ra. Los muchachos llegan desde
los lugares más lejanos y diversos
de Argentina. Normalmente todos
se desconocen. Tal vez puede que
se den algunos amigos, pero po­
cos. Esta gran variedad de pro­
cedencia enriquece enormemente el
encuentro.
Para el traslado, los chicos han
tenido que realizar viajes largos
y costosos pues las distancias no
son pequeñas. No todos tienen en
sus bolsillos un presupuesto para
este apartado. Entonces, los Mallinistas de su- grupo local coope­
ran con una cuota que sacan de
sus ahorros. Hay quienes se privan
del cine, del cigarrillo, del refres­
co, del paseo... Es el modo de con­
tribuir al gasto del viaje de sus
nuevos socios.
Ya en la casa de retiro, los
nuevos encuentran a un grupo de
chicos de su edad dispuestos a
atenderlos. Son jóvenes de algún
«Centro Mallinista» que estarán a
su lado durante esos días condi­
vidiendo con ellos y en plan de
amigos sus experiencias del Mallín.
Es típica del Movimiento la pre­
sencia activa de estos muchachos
ya formados: son ellos mismos los
que se preocupan con responsa­
bilidad de sus compañeros. Ellos
preparan y dan sus conferencias
y explican su propia experiencia
cristiana.
Al regreso, después de este
tiempo fuerte de espíritu, los nue­
vos mallistas se agregan al «grupo
local», participando en adelante de
la vida de la asociación.
Son variadísimas las actividades
del grupo y hasta las hay autén­
ticamente misioneras. El grupo de
Beraal, por ejemplo, en tiempo de
vacaciones, organiza anualmente

La música y la canción
y la buena charla
aderezada de salsa
y gracia...
nunca faltan
en las reuniones mallinistas.

un «mes de misión» con 30 de sus
miembros.
£ L M A L L IN
PARA LOS
P A D R E S O E F A M IL IA

Para perseverar, los mallinistas
necesitan sobre todo el apoyo de
su familia. Al ignorar los padres
esta fuerte experiencia de sus hi­
jos, se constituyen a veces y sin
quererlo en obstáculo de su buena
voluntad. Ha sido pues necesario
informarles acerca de la natura­
leza y el fin del movimiento. In­
cluso el padre Aldo ha buscado
el modo de asociarlos llevándolos
a las convivencias de algunos de
los encuentros realizados por sus
hijos. Así ha nacido otro tipo de
encuentro más breve, pero de enor­
me significado y, por supuesto, de
gran utilidad: el «Mini-Mallín de
los Padres de Familia».
Los chicos que comenzaron con
el movimiento «Mallín» —contaban
entonces trece o catorce años de
edad— han iniciado ya sus estu­
dios universitarios. No por eso han
abandonado el movimiento, sino
que actualmente están integrados
a él como dirigentes. Se sienten
preparados para esta tarea, de la
que se consideran fundadores, y
están encariñados con este trabajo
al que se entregan con amor y
responsabilidad.
El Movimiento Mallinista ha ad­
quirido en Argentina una fuerza
muy significativa. No faltaban en
el país otros movimientos y orga­
nizaciones católicas juveniles: pero
los adolescentes estaban casi com­
pletamente descuidados. Y es el
adolescente el principal destina­
tario del Movimiento Mallín. Su
personalidad frágil ha de afrontar
los serios problemas de su edad.
El adolescente es inseguro e in­
constante. Más que nadie tiene
necesidad de canalizar las fuerzas
subterráneas que le bullen dentro
y que tienen ansias de comuni­
carse y de salir a la luz.
El Mallín del padre Aldo pre­
tende dar —y de verdad— una
respuesta adecuada a la indigencia
natural de los años verdes.
E. B.

— 15

ATALAYA
D EL
E S P IR IT U

Después de la formidable re­
novación de la casa de Mohernando era conveniente hablar de ella
en el BOLETIN SALESIANO.
Porque Mohemando es un nom­
bre de grandes resonancias his­
tóricas en el ámbito salesiano de
las Inspectorías de Madrid, León
y Bilbao, ya que por allí han pa­
sado, en su gran mayoría, los salesianos de estas tres provincias
salesianas de España.
Mohemando ha renacido nuevo
y pujante, casi como un desafío
a estos tiempos en que los no­
viciados y seminarlos se vacian.
Y todo gracias al tesón de unos
hombres empeñados en esa tarea
de preparar a las jóvenes greneraciones una casa acogedora pa­
ra su formación salesiana.
Y un día gris de enero nos
lanzamos al campo de Guadalajara para dar cuenta de nuestra
visita y de nuestras impresiones
a nuestros lectores. De la capital
de la Alcarria a Mohemando hay
que atravesar la hermosa vega

16

del Henares. Los trigos ya dis­
paran el tímido verdor de sus ta ­
llos en un campo desnudo y frío
en el que los mismos árboles sur­
gen como esqueletos hambrientos.
Mohernado se alza sobre un
alcor enti*e encinas y robles, aso­
mado a la vega. Es un espléndi­
do mirador desde el que se con­
templa la altiplanicie hacia So­
ria y Aragón. Se observan mon­
tañas calizas con figuras de co­
nos truncados. Destacan el cerro
de la Muela y el cono perfecto
de Hita, el pueblo del A rcipi^te,
con su sabor medieval y sus re­
cuerdos del Libro del B uen
Amor...
Hoy Mohemando es una atala­
ya del espíritu, buena para la
reflexión y la serenidad. Aquí es­
tá el noviciado salesiano de la
Inspectoría de Madrid y un sec­
tor del aspirantado. Al llegar nos
sorprende la esbeltez del nuevo
edificio con su elegante línea de
ladrillo quemado y piedra, con
amplios ventanales. A los que lo

conocen basta decirles que de la
antigua casa sólo queda la capilla
y el patio central de los Márti­
res. A sus lados norte y sur, han
nacido las dos alas de las nuevas
construcciones para el noviciado
y aspirantado.
El Padre Maestro, don Anto­
nio Diez, me acompaña y me en­
seña las dependencias del novi­
ciado. Es un edificio de tres plan­
tas. En la baja están las aulas,
recibidores, despachos, biblioteca,
salas de medios de comunicación
social, teatro y una especie de
pequeño museo de Salesianidad
del que hablaremos luego.
En el segundo y tercer piso
hay unas 67 habitaciones indivi­
duales para los novicios y demás
personal. En cada una de las
plantas segunda y tercera hay
unas terrazas con amplias crista­
leras desde donde se contempla
un espléndido panorama.
— Estos son los jardines que
estamos haciendo» —me dice don
Antonio—. En efecto,
en

Dos vistas
de las nuevas construcciones
del noviciado
y aspirantado de Mohemando.

mano, los novicios ccmtinuaban
con su trabajo, preparando la
tierra y dividiendo los parterres
de la futura jardinería.
En la sección norte se alza el
nuevo aspirantado de dos plan­
tas. En la baja están las aulas,
comedores y cocina...; en la su­
perior, los dormitorios. Todo con
un aire moderno y confortable,
aunque rehuyendo el lujo y la
ostentación.
—Esto parece un parador de
fairismo, le digo al Padre Maestro,
que sonríe gozoso de enseñar las
nuevas instalaciones.
—Lo importante —me respon­
de— no son las paredes, sino las
personas. Todo esto se ha realiza­
do en atención a la persona. He­
mos pasado muchos años en ca­
sas más pobres. Creo que el de­
sarrollo está o ha de estar siem­
pre en función del hombre.
NOVICIOS Y ASPIRANTES

<£H pasado 30 de julio —ha­
bla el Padre Maestro— dejaban

los novicios Astudillo para ve­
nir a Mohemando. Y fue una
coincidencia el que la primera
concelebración eucarística que hi­
cimos en la nueva casa tuviera
lugar el 1 de julio, fiesta del Sa­
grado Corazón de Jesús. Nadie
había pensado en dicha fiesta
para traslado, pero a todos nos
sorprendió. Los novicios eran 40
y pertenecían a las inspectorías
de Madrid y de León. Todos hi­
cieron aquí su profesión de salesianos el pasado 16 de agosto.
Actualmente tenemos en casa
38 novicios: 16 de la Inspectoría
de León; 18 de Madrid y 4 coad­
jutores de Bilbao. Son jóvenes
cuya edad oscila entre los 18 y
19 años. Jóvenes con ilusión,
abiertos a los anhelos de la ju­
ventud de hoy y muchos, dispues­
tos si es preciso, a partir a las
Misiones o a trabajar entre her­
manos del Tercer Mundo.
El Padre Maestro habla con
efusión de estos jóvenes a los que
conoce perfectamente. «Son —di­
ce— muy sensibles a los signos
de los tiempos del mundo en que
viven. Elstudian con pasión los
documentos del Concilio y del
Capítulo General, y están ilusio­
nados en consagrar su vida a
Dios y a Don Bosco para trabajar
por la juventud.
Pregunto por la proveniencia
de los novicios. No sólo proceden
de Arévalo, donde se estudia el
último año de aspirantado, o de
León. Varios han venido directa­
mente de los colegios donde han
sentido la llamada vocacional a

la vida salesiana. Tenemos jóve­
nes que proceden del colegio Pa­
seo de Extremadura (Madrid),
del de Ciudad Real, de Orense,
de La Coruña, de Santander...
Los demás han hecho el aspirantado en Arévalo. León, Urnieta y
Carabanchel.
Los aspü-antes habitan el otro
cuerpo nuevo de edificio. Son
ochenta y hacen aquí los dos úl­
timos años de Enseñanza Gene­
ral Básica. Aquí sólo dos años y
luego pasan a Arévalo para con­
tinuar allí el aspirantado. Pare­
cen chicos vivarachos y alegres;
pero también hay que ver su se­
riedad cuando están en el estu­
dio o en la capilla... Uno no tie­
ne más remedio que creer en los
milagros cuando se ve tanta for­
malidad en esas caras...
También este año ha traslada­
do aquí su nido el aspirantado.
Antes estaba en un ala del Co­
legio de San Fernando de Ma­
drid. Ahora alegran el corazón
de esta soledad con su juegos y
sus cantos. En efecto, a poca dis­
tancia, se oía el ensayo de un con­
junto musical que estaba prepa­
rando una velada para la fies­
ta de Don Bosco.
Los chicos provienen principal­
mente de los colegios salesianos
como Estrecho, Béjar, García Noblejas... Y de los pueblos caste­
llanos de Avila, Toledo, Salaman­
ca...
Niños y jóvenes estudian su
vocación salesiana en la paz de
esta nueva casa, oyen la llama­
da y responden generosamente.

M O H ER N A N D O ,
ATALAYA
DEL
E S P IR IT U
Ante el misterio de todos estos
m u c h a c h o s ahora ilusionados,
uno también se pregunta por su
perseverancia. Porque es largo,
y el corazón, a veces, también
se cansa de soñar.
UN POCO DE HISTORIA

«No estoy demasiado fuerte en
la historia de esta casa» —me
dice don Antonio—. Pero con la
ayuda del catálogo confirma el
año de la fundación de Mohernando, en 1929. El primer dii'ector es don Alejandro Battainl.
Había sido una donación del Mar­
qués de Mochales y de la Duque­
sa de Mos. Se tra ta de una ex­
tensa finca de 120 hectáreas. Des­
de una de las terrazas nuestra
vista alcanza a ver el olivar, la
viña, la huerta, el bosque de ro­
bles. encinas y pinos. Por entre
los Arboles se abre paso un cami­
no perfumado de salvia, jara y
romero. Es un vlacrucis por el
que se llega a una glorieta o mi­
rador en la que hay sillas y ban­
cos que invitan al descanso. «E^ta Inmensa vega del Henares
18



—me dice don Antonio— va a
ser atravesada por la autopista
de Madrid-Barcelona». Abajo se
ve el ferrocarril y algunas case­
tas. «Aquel es El Pajarón —y
el Padre Maestro me señala una
casa blanca en plena vega—. Es
el Centro de los Adsis de Ma­
drid».
Hablábamos de la historia de
Mohernando. «Casi siempre ha
sido Estudiantado Filosófico, Aspirontado y Noviciado. En 1939,
después de la g^ierra se constru­
yó la iglesia con la ayuda de la
Marquesa de Cirella, en memo­
ria de un hermano suyo sacrifi­
cado por los rojos.
En nuestra conversación fue­
ron saliendo los nombres de los
protagonistas de la historia de
Mohernando. No todos, pero sí
alg^unos más significativos: don
Ramón Goicoechea, director y
maestro de novicios, quien mu­
rió durante la guerra en Guadalajara; el m ártir don Miguel Lasaga, director en los momentos
trágicos en que la casa fue asal­
tada por los milicianos; don José
Arce, maestro de novicios y di­
rector en los difíciles tiempos de

la posguerra; 1o s coadjutores
don Ildefonso Aizpuru y don An­
drés García que, debido a los ma­
los tratos durante la g^uerra, que­
dó paralítico; don Joaquín Urgellés... Y, en la actualidad, don
Emilio Alonso y don Martín Sán­
chez quienes han llevado a cabo
la tarea de la construcción de los
nuevos edificios con no pocas di­
ficultades pero con enorme ilu­
sión.
No es éste el momento de ha­
blar de la tragedia del año 1936.
Baste decir que la revolución
sorprendió a filósofos y novicios
y otros salesianos en una tanda
de ejercicios espirituales con la
presencia del padre Provincial de
entonces, don Felipe Alcántara.
Un grupo de novicios acababa
de hacer aquel día su profesión
salesiana. Hubo una detención
masiva y se efectuó la incauta­
ción de la casa que fue transfor­
mada en Cuartel General de Mi­
licias y lueg^ en Cuartel Gene­
ral del Estado Mayor de la X n
División. En memoria de los Sa­
lesianos que ofrecieron su vida en
los años de la tragedia nacional
se ha levantado en el Patio de

Todos estos son los novicios
de las Inspectorías
de Madrid y León.
Dentro de unos meses
serán salesianos
hechos y derechos.

y Madrid. Por eso es natural
que haya por esta casa unas
profundas relaciones de afecto y
simpatía». Me abre xm cuaderno
voluminoso y me dice exacta­
mente el número de novicios que
han pasado por la caaa. Suman
en total I. 948. No quiere de­
cir que todos hayan persevera­
do, pero todos ellos empezaron
un día el estudio de su vocación
salesiana.
«No te olvides —continúa— de
subrayar que de aquí han salido
centenares de misioneros que hoy
están repartidos por los cinco
continentes, sobre todo en los paí­
ses hispanoamericanos...»
EL CENTRO DE
SALESIANIDAD

los Mártires una cruz con la ins­
cripción de sus nombres.
NOVICIADO O DONDE SE
NACE A LA
CONGREGACION

¿Y quién no conserva cariño al
lugar de su nacimiento? El novi­
ciado salesiano es el lugar don­
de uno nace a la vida salesiana.
Durante un año, el novicio estu­
dia su vocación, el espíritu y la
misión de los hijos de San Juan
Sosco y ve si su vida puede res­
ponder a esta llamada. Guiado
por un salesiano experimentado,
el maestro de novicios, el joven
va madurando en su decisión de
entregarse a Dios ^ la Consa­
gración, mediante los tres votos
que hace al cumplirse el año.
«En Mohemando —^me dice
don Antonio— se ha formado la
gran mayoría de los salesianos de
las inspectorías de BUbao, León
El fotógrafo
•oiprendió a estos Jóvenes novicios
manejando el pico y la pala,
no es ningún truco....

Termina nuestra conversación
y, como broche de oro, me guar­
da una sorpresa. «Te voy a en­
señar —me dice— el Centro de
Salesianidad». Y me lleva a un
salón cuadrangular que se está
convirtiendo en ima especie de
museo salesiano. Se está hacien­
do un g^ran panel que cubrirá por
completo una de las paredes en
el que habrá inscrita una sinopsis
cronológica de la vida de Don
Bosco relacionada con los más

importantes acontecimientos de la
Iglesia. Hay ya varias coleccio­
nes del Boletín Salesiano, además
del español, Memorias Biogfráflcas, circulares, fotocopias de ar­
chivo salesiano de la Congrega­
ción..., etc.
«El padre Inspector —conti­
núa— está poniendo todo su em­
peño y su cariño en esta obra a
ñn de que sea un medio y signo
eficiente para la formación de la
espiritualidad salesiana».
Todo, hasta el aire que se res­
pira, parece transido de ese am­
biente de serenidad, trabajo y re­
flexión, tan necesarios para la
maduración de la vocación reli­
giosa y salesiana.
oOo
Nos despedimos. El fotógrafo
consiguió irnos buenos testimonios
gráficos de nuestra visita. La fo­
to en que los novicios manejan la
azada también es auténtica. Al
mismo Padre Maestro lo sorpren­
dimos en traje de faena con el
pico en las manos...
Al alejarnos, Mohemando que­
daba en la cima rodeado de en­
cinas y robles, «humildad y for­
taleza» que cantara Machado. Si,
la casa parecía una fortaleza,
mejor dicho, una atalaya. ¿P ara
defenderse del mundo o para
preparar una Invasión de espi­
ritualidad saiesiana?
El titulo de la crónica venía
natural: «Mohemando, esa atala­
ya del espíritu».
R. A.

POR
EL MUNDO
SALESIANO
ANTIGUO ALUMNO
SALESIANO
HACIA LOS ALTARES
Hace poco se clausuró en Roma
el “ Proceso acerca de la santidad
del siervo de Dios Antonio Petix,
seglar” .
Antonio nació en Agrigento (Si­
cilia), en 1874. Entró en un cole­
gio salesiano, donde asimiló para
siempre el espíritu de Don Bosco.
Licencióse en Derecho, pero su es­
pecialidad fue la Caridad cristiana.
Fundó las “ cocinas económicas”
para los pobres y las Conferen­
cias de San Vicente de Paúl en
su ciudad, el Secretariado de los
pobres, el Guardarropa de los po­
bres, la Biblioteca educativa, el Pa­
tronato para los jóvenes obreros,
la Lotería de los pobres... (La pala­
bra “ pobre" podía sacarse de de­
nominador común...)
Fue miembro de la Acción Cató­
lica y del Partido Popular. Rehusó
la candidatura para diputado, pero
ejerció cargos de Gobierno única­
mente para servir mejor a los pe­
queños y a los humildes.
Padre de nueve hijos, en su casa
se rezaba, se leía y se comentaba
el Evangelio. Algunos de sus hi­
jos abrazaron la vida religiosa. Mu­
rió en 1935. Su capilla ardiente es­
taba vestida de blanco y el Obis­
po dijo que no hacía falta rezar
por él ningún responso, pues no
lo necesitaba.

JORNADAS
DE ORIENTACION
VOCACIONAL
Madrid.— Durante lo s días 26
y 27 del pasado enero se desa­
rrollaron en el Centro Nacional de
Pastoral Juvenil de Madrid unas
Jornadas de Orientación Vocacional. Presidió la s sesiones Don
Juvenal Dho, Consejero Nacional
para la Pastoral Juvenil, quien vi­
no de Roma a dirigir las conferen­
cias programadas. Asistieron unos
cincuenta salesianos de las siete
inspectorías de España y de la de
Portugal, y un buen grupo de Hi­
jas de María Auxiiadora. En su
gran mayoría, estos salesianos tra-

20



bajan en la Pastoral Juvenil y en
las casas de formación.
Se trató un interesante temario
teórico y práctico sobre el concep­
to de la vocación y la orientación
para ia vida. Los participantes tra­
bajaban por grupos y luego se rea­
lizaba una puesta en común con
la revisión de experiencias ya rea­
lizadas. Fueron jornadas apretadas
de trabajo, muy bien aprovechadas.

DON BOSCO
EN VIGO
Vigo.— La obra de Don Bosco
cumple en Vigo los ochenta años:
1894-1974. Así decían los grandes
titulares de la Hoja del Lunes de
Vigo, del pasado 28 de enero. En
efecto, la obra salesiana empezó
en 1894; aunque el Colegio de San
Matías comenzara años después,
porque ahora celebra los 75 años
de su fundación, también la EscuelaHogar San Roque celebra sus bo­
das de plata al cumplir los 25
años de su fundación. Los Salesia­
nos han festejado con solemnidad
estos aniversarios con ocasión de
la fiesta de San Juan Bosco. Han
participado todas las ramas de la
Familia Salesiana: los alumnos, con
un festival de teatro; los Coopera­
dores, con una conferencia en el
Aula Magna del Colegio de María
Auxiliadora; los Antiguos Alumnos,

con un almuerzo de confraternidad
en el Hotel Universal. Ha habido
conferencias de cine y sesiones in­
teresantes de cinematografía.

CONCILIO JUVENIL
EN SEVILLA
Sevilla.— La juventud cristiana de
Andalucía está preparando el “ Con­
cilio de los Jóvenes" que se cele­
brará en San Lúcar la Mayor (Sevi­
lla) durante la Pascua de este año.
Se trata de una asamblea de jóve­
nes preparada por jóvenes. Tiene la

aorobación del Cardenal Bueno
Monreal de Sevilla y del obispo
monseñor Montero. Se ha convoca­
do a más de 10.000 jóvenes y están
trabajando en comités más de 300
personas.
Dirige la organización de esta
gran asamblea el salesiano encar­
gado de la Pastoral Juvenil de
Sevilla, don Antonio Muñoz. El le­
ma de esta Pascua de la Juventud
es: “ Cristo Resucitado, liberación
de la juventud” .
Los participantes irán a San Lúcar a reflexionar sobre la persona
de Cristo, sobre el hecho funda­
mental de la formación de la co­
munidad cristiana y su conexión
con [a palabra de Dios y la Euca­
ristía.
Los jóvenes desean convertir a
Sanlúcar en un nuevo Taizé. Por
eso, la casa se verá invadida de
tiendas de campaña para dar ca­
bida a todos los que formen par­
te del concilio. A este Pentecos­
tés juvenil se irá a reflexionar, orar
y comunicar la fe en Cristo Resu­
citado, dando de ella un alegre
testimonio.

FUERZAS SALESIANAS
EN EXTREMO ORIENTE
Madrid.— El director de la Pro­
cura de Misiones Salesianas de
Madrid, don Modesto Bellido ha

POR
EL MUNDO
SALESIANO
Filipinas.— Llevan ahí los Salesia­
nos sólo veinte años y ya forman
una inspectoría. Cuentan con 210
aspirantes, 14 novicios y más de
70 clérigos, muchos de los cuales
ya están llegando ai sacerdocio. Es
notable el ritmo de crecimiento.

trazado una panorámica de las fuer­
zas salesianas en Extremo Oriente.
Ofrecemos un resumen:
India.— En esta inmensa nación
hay ya cuatro Inspectorías salesia­
nas. Los salesianos indígenas son
también más de mil. Hay seis aspirantados en los que se están for­
mando más de 1.200 muchachos
para ser misioneros en su propio
país. Aumentan cada año los novi­
cios: este año son 72. Hay 430 clé­
rigos y 132 estudiantes de Teolo­
gía. Otros 200 chicos están en pe­
ríodo de formación para ser los fu­
turos coadjutores.

Vietnam del Sur.— Es sin duda el
país en que actualmente experimen­
ta mayor desarrollo la obra salesiana. Los datos se han publicado re­
cientemente en el "Boletín Saleslano” de enero.
Corea del Sur.— Los salesianos
llevan allí pocos años. Pero ya tie­
nen los primeros novicios coreanos.
Los que han entrado de adultos re­
cibirán pronto la ordenación sacer­
dotal.
Japón y Tailandia.— El desarrollo
es más lento. Son países constitui­
dos en inspectorías. El desarrollo
vocacional es más lento, pero cre­
ciente.
China.—La Obra salesiana está
en pleno florecimiento. Hay en
Hong - Kong nueve colegios. Las
otras casas están en Macau y en
Formosa. Los doscientos salesianos
son casi todos chinos. Hay un
aumento discreto de vocaciones.

UNA NEVERA
PARA EL MISIONERO
El misionero don Pedro Daniel
ofrecerá desde ahora en adelante
a todos los que lo visiten agua fres­
ca y no del tiempo, pues el direc­
tor del colegio Don Bosco de BangKog le ha hecho el obsequio de
una nevera. Sin embargo — afirma
el padre Daniel— si el aparato gas­
ta demasiada corriente, la desco­
nectará y la empleará como arma­
rio para los zapatos del domingo.

En el Centro Nacional
de Pastoral Juvenil
han tenido lugar las jomadas
de Orientación Vocacional.
Presididas
por don Juvenal Dho,
asistieron salesianos
de las inspectorías
de España y de Portugal...


21

DON MAXI
Se llamaba don Maximiliano
Francoy, pero todos le llamába­
mos cariñosamente “Don Maxi”.
Y es que sentíamos su cercanía
y su sencillez y los nombres lar­
gos parece que alejan la persona.
Ahora sí que se ha alejado de
nosotros, pero quizás por eso
mismo es mayor su presencia. Es
Gabriel Marcel quien ha dicho
que “los únicos muertos, los ver­
daderos muertos, son aquéllos a
quienes hemos dejado de amar”.
Por eso, a don Maxi siempre lo
tendremos cerca.
Nos dejó el pasado 20 de ene­
ro tras una rápida enfermedad.
Pero nos queda la dulzura de su
recuerdo y la esperanza de que
ya habrá recibido el premio de
sus trabajos y de su bondad.

Las exequias que se hicieron
en la nueva iglesia de Atocha fue­
ron una demostración de lo que
se le quería, de lo que significa­
ba su figura de superior y her­
mano. Llegaron salesianos de to­
dos los colegios de la Inspecto­
ría, el Inspector de León, don
Manuel de Lorenzo y el ex-inspector de Barcelona, don Francis­
co Oliván. Presidió la concele­
bración eucarística don José An­
tonio Rico, Inspector de Madrid,
acompañado de más de cincuen­
ta concelebrantes, entre ellos, ca­
si todos los directores de las ca­
sas. Había muchas, muchas Hijas
de María Auxiliadora, Coopera­
dores y Antiguos Alumnos. Des­
tacaban las figuras de don José
María Taboada, Presidente de la

BECAS POR LAS VOCACIONES SALESIANAS
INSPECTORIA DE BARCELONA
Beca «Santa Faz» en memoria de D. M. Bordas; 100.000 pts.

INSPECTORIA DE BILBAO
Beca «Mamá Margarita». L. Cañada. Pamplona. N. c .: 260. Total; 35.000.

INSPECTORIA DE CORDOBA
Beca «Santa Teresa de Jesús». Granada. N. e.: 17.000 pts.
Beca «D. Antonio Do Muiño». Montllla. N. e.: 6.000. Total; 66.000 pts.

INSPECTORIA DE LEON
Beca «Beato Miguel Rúa». Vlgo. María Auxiliadora. Total: 12.000 pts.
Beca «D. Pedro Alivaxso». Estudillo. N. e.: 600 pts.

INSPECTORIA DE MADRID
Boca completa «D. Miguel Rúa». Ciudad Real. N. e.; 36.000. T .: 100.000.
Boca «Familia Rodrigues Arias Delgado». N. e.; 60.000. Total: 160.000 pts.
Boca «Familia Francia G.» Salamanca. N. e .: 2.000. Total: 31.000 pts.
Boca «Arch. María Auxiliadora». Atocha. N. e.: 600. Total: 106.000 pts.
Boca «Afch. Maria Auxiliadora». Salamanca. N. e .: 10.000. T .; 38.000 pts.
Boca «Familia Martin Mateos». N. e.: 25.000. Total: 66.000 pts.
Boca «Fidelidad* N. e.: 40.000. Total: 43.800 pts.
BiKA «M. A. L.» N. e.: 1.000. Total: 70.000 pts.
Boca «Besama». L. Limia, 100 pts.; H. G., 6.000 pts. Total: 162.350 pts.
Boca «Jubileo Sacerdotal P. J. C.» Primera entrega: 6.000 pts.

INSPECTORIA DE SEVILLA
Boca «María Auxiliadora». Arch. Cádix. N. e.: 1.000. Total: 68.000 pts.
Beca «D. Santiago Rivera». Utrera. N. e.: 50.000. Total: 81.560 pts.

INSPECTORIA DE VALENCIA
Beca «San Bernardo». Villena. N. e.: 10.000. Total: 92.000 pts.

22



Gjnfederación Mundial de Anti­
guos Alumnos, don Javier Artuch. Presidente Nacional y don
Joaquín Polo, ex-Presidente.
Don José Antonio Rico tuvo
una preciosa homilía en la que
presentó la figura de don Maxi
como la del salesiano de las vo­
caciones:
— Fue hombre de fe, contra
los engaños del mundo. La fe
era la palanca que movió su vida
y el argumento para motivar la
de los demás.
— Guardó siempre una in­
quebrantable fidelidad a Don
Bosco, manifestada, sobre todo
en la observancia de las Gjnstituciones que inculcaba en sus
circulares y en sus consejos de
superior.
— Fue el sacerdote obsesio­
nado por las vocaciones a la vi­
da salesiana: Consagró toda su
vida a los salesianos en forma­
ción: aspirantes, coadjutores, fi­
lósofos y teólogos. Su afán por
aumentar el número de vocacio­
nes salesianas era insaciable, y
santa su intransigencia por defen­
derlas de los peligros.
— Fue hombre de mucha pie­
dad, manifestada en su honda de­
voción a Jesús Sacramentado y a
María Auxiliadora.

EL
SALESIANO
DE LAS
VOCACIONES
— Fue el salesiano sacrifica­
do hasta los últimos días de su
existencia. Sus enseñanzas siem­
pre estuvieron de acuerdo con su
vida.
Por eso su recuerdo nos sirve
de consuelo y de esperanza: aho­
ra se cumplen en él las “bien­
aventuranzas” que acabamos de
leer en el Evangelio.
En el cementerio de Carabanchel leyó una cariñosa despedida
don Santiago Ibáñez, el Vicario
de Madrid.
Don Maxi había nacido en
1904 en Arascués (Huesca). Re­
cibió la ordenación sacerdotal en
1931. Realizó su apostolado sa­
lesiano en las casas de Mohernaml «, Atocha y Carabanchel.
Fue luego director de los aspirantados de Arévalo y Astudillo.
En 1953 fue director del Estu­
diantado Teológico de Caraban­
chel hasta 1959 que pasó como
director de Estrecho. De 1960 a
1966 fue Inspector Provincial de
Madrid. Y de 1966 a 1972, di­
rector de los aspirantes coadju­
tores de Carabanchel,
UN CORAZON SACERDOTAL

Transcribimos la sem b lan za
que hace de don Maxi el Inspec­

tor de Madrid en su circular nú­
mero 10, en la que nos lo pre­
senta como sacerdote entregado
al servicio de sus hermanos:
“Don Maxi deja tras de sí un
camino regio: una vida entera­
mente vivida en espíritu de fe,
entregada a la Congregación co­
mo a una persona real y viva aus­
teramente pobre, en el uso de
ropa y en los gastos personales;
una vida de huida del mun­
do y de sus vanidades; una vida
de perfecta obediencia. Don Ma­
xi nos deja el recuerdo de su pre­
sencia permanente entre los jó­
venes, al estilo de lo que indica­
ban a Don Bosco los personajes
del “sueno” de 1884; nos deja
el recuerdo de su entusiasmo pa­
ra preparar fiestas, con cantos,
sobremesas, teatros, concursos;
nos deja el buen sabor de sus
clases, perfecta armonía de clari­
dad, orden y argumentación; nos
deja el conocimiento de su cora­
zón sacerdotal, que tantas veces
nos ha hablado en homilías, con­
ferencias, Ejercicios Espirituales,
“Buenas Noches”, y en la intimi­
dad de su confesionario y de su
despacho. Nos deja, sobre todo,
la unidad de su persona, coheren­
te la vida con la doctrina. Todo

lo que Don Bosco había enseña­
do y practicado, don Maxi lo hizo
suyo y lo defendió en las diferen­
tes circunstancias de su vida: clé­
rigo, sacerdote, formador de as­
pirantes, novicios, filósofos, teó­
logos; siendo Director y siendo
Inspector. Creo que su vida no
tuvo otra brújula; no se trataba
de ideologías discutibles, sino de
amor profundo a Don Bosco y a
sus ideales. Y él conocía bien a
Don Bosco: en sus libretas de
notas para la predicación se en­
cuentran muchísimas citas (fra­
ses, episodios) de la vida de Don
Bosco. Y don Maxi era muy in­
teligente: cernedor capaz de se­
parar la verdad del error, lo
auténtico de lo aparentemente se­
ductor, el oro de la ganga. Co­
noció a fondo a Don Bosco y se
quedó convencido de sus valores;
los puso en práctica y los defen­
dió con tesón y con sacrificio.
Este es el don Maxi que Dios
ha transplantado ya al Paraíso
salesiano. Que Don Bosco nos al­
cance de María Auxiliadora la
grada de saber s ^ u ir un camino
tan recto y nos multiplique vo­
caciones del temple de don Ma­
xi.”
— 23



iiEm i
CINDENTE

El Oriente Próximo tiene muchas heridas
que tardarán en cicatrizar. La paz es toda­
vía muy insegura, a pesar de ia reciente re­
conciliación, porque los odios aún están vi­
vos...
Pues bien, en esta tierra candente, sobre el
que ha caído ei ímpiacabie azote de la gue­
rra, también peiean ios Saiesianos. Pero su
batalla es por la paz. En un escenario de seis
naciones de esta región trabajan 219 saie­
sianos y llevan adelante 15 obras.
El periodista, muy oportuno, ha entrevista­
do a don Luis Flora, Consejero General para
el Oriente Próximo, y presenta su interesan­
te trabajo a los lectores del BOLETIN SALESIANO.

Era el atardecer del seis de octubre del pasado año
cuando las sirenas rasgaron el silencio de las ciuda­
des de Israel, recogidas en la tranquila solemnidad
del Kippur, el gran ayuno. Se había desencadenado
la cuarta guerra Arabe-Israelí, despiadada y repenti­
na. Los carros de combate recortaban su silueta en el
desierto y los hirientes silbidos de los caza-bombar­
deros pasaban rozando las dunas amarillas. Los re­
actores trazaban sus blancas estelas en el azul como
un rumor de seda que se rasga. Y otra vez los sol­
dados de Israel frente a frente con los egipcios y si­
rios en la furia de la guerra.
Y una vez más, al encender la pequeña pantalla
o al abrir las páginas de los diarios, el mundo se dio
cuenta de que existía una zona dramática y cargada
de enormes problemas, llamada Cercano Oriente.
;PROARABE O PROJUDIO?
cY otra vez, con la trágica banalidad de los indi­
ferentes, la gran masa del pueblo siguió la guerra
24 —

de los 16 días como si se tratara de un partido Madrid-Barcelona. Se hablaba de Suez y de El Golán,
de los phanton y mirages, y hasta se preguntaba:
«¿Usted con quién va?» También a mí me hicieron
la pregunta. Cuando respondí: «Yo estoy por los ni­
ños que mueren bajo las bombas de uno y otro ban­
do» se me miró como a uno que quiere hacer siem­
pre las cosas difíciles...
La preocupación que alarmó a todo el mundo vino
luego. Millones de personas se asustaron ante la es­
calada del petróleo. Y se empezó a pensar que fal­
taría el fuel-oil para la calefacción y que habría que
dejar a los coches descansando en el garaje por falta
de combustible...

Una fotografía histórica. El telón de
fondo es real, no es pintado. Y so­
bre el camello, la venerada figu­
ra de don Ziggíotti, en su época de
Rector Mayor, cuando realizó una
visita a Egipto. Aquéllos todavía no
eran tiempos de guerra.

¿Y las ciudades arrasadas? ¿Y las familias de los
muertos? ¿Y los niños abandonados, los prisioneros,
los desaparecidos? ¿Y las vidas perdidas, sacrificadas
estúpidamente en aras de un honor nacionalista? ¡Qué
rollo!, ¿pero no ha habido un armisticio?
Por dicha, también hay gente que piensa de otro
modo. Gente que antes y después de la guerra, antes
y después de la crisis del petróleo, ha trabajado y
trabaja por los jóvenes de! Cercano Oriente. Jóvenes
que estudian o se preparan técnicamente para la re­
construcción de lo que ha destruido la guerra. Jóvenes
que están educándose en el amor para no edificar
nunca una nación sobre los cimientos del odio.

EN UN ENTRAMADO DE SEIS NACIONES,
QUINCE OBRAS
Entre estas personas de buena voluntad están los
hijos de Don Bosco: 219 salesianos esparcidos en un
entramado de seis naciones, y 15 obras que llevan
adelante.
Habla don Luis Fiora: «He terminado hace unos
días mi primer viaje por esas seis naciones. Cada una
es distinta y tiene sus problemas totalmente diver­
sos. Por eso, la misma actividad salesiana es muy
diferente en cada casa. Comencé mi viaje por Egipto.
Hasta hace poco, los salesianos estaban exclusiva­
mente dedicados a los hijos de los emigrantes italia­
nos. Sólo en El Cairo, los italianos eran unos 60.000.
Hoy casi todos han tenido que repatriarse. Dígase
lo mismo de Alejandría.
Esto ha causado naturalmente una revolución en
nuestras obras. Una revolución positiva. Los salesia­
nos ahora se han volcado completamente en el tra­
bajo por los egipcios Al abordar los problemas del
Tercer Mundo, nos hemos orientado por un camino
netamente salesiano.
En El Cairo y en Alejandría tenemos dos escuelas
profesionales a las que acuden indistintamente ára­
bes y cristianos. En El Cairo la obra surge en un
barrio pobre, típicamente oriental. El colegio de Ale­
jandría está en el antiguo barrio de los italianos. Se
trata de una zona muy poblada en la que se da la
miseria con toda su caterva de violencias y desórde­
nes. Nuestra actividad está al servicio de la juventud
pobre y abandonada.
UNA MEZQUITA EN LA CASA DE DON BOSCO
En ambos colegios hay dos florecientes oratorios en
favor de unos niños que, en realidad, no son pobres,
sino paupérrimos.
El contacto de católicos y musulmanes —interrum­
po— ¿no crea problemas?
Los Salesianos
tienen una inmensa tarea
con los chicos víctimas de la guerra,
en todas las nacior^
de esta “tierra candente”.

— 25

TIERRA CANDENTE
—«Ninguno». En Egipto está prohibido e! proselitismo. Tenemos pues la obligación de tener en el co­
legio una mezquita para que vayan a orar los chicos
musulmanes que lo deseen. Puedo decir que los mu­
chachos musulmanes son abiertos, espontáneos y
agradecidos a sus educadores tanto o más que los
mismos cristianos.
Podría también darse otro conflicto entre los cris­
tianos ortodoxos y los católicos. Pero, afortunada­
mente, las disquisiciones teológicas están muy lejos
del ánimo de los chicos. Van juntos a la iglesia, rezan
juntos y se acercan juntos a los sacramentos de la
penitencia y de la eucaristía. En nada se sienten dis­
tintos. En la predicación y catcquesis los saiesianos
rehuyen los puntos conflictivos. Y, además, los sacer­
dotes ortodoxos no se oponen a que vengan a nues­
tros colegios. Esto sí que es ecumenismo en plena
práctica.
Los pequeños musulmanes conocen perfectamente
su religión y más de una vez dan verdaderas leccio­
nes a los muchachos cristianos. Un día entré en un
aula y le rogué a un chico musulmán que me recitara
una frase cualquiera del Corán, su libro sagrado. En
seguida se recogió y comenzó a decir un párrafo de
memoria con increíble seguridad. Todo fue cuestión
de empezar, porque al punto se ofrecieron otros a
continuar. Y siempre de memoria. Se sabían muchos
trozos aprendidos en el seno de su familia.
Pregunté luego si algún cristiano se atrevía a reci­
tarme de memoria algún trozo del Evangelio. Todos
quedaron callados y avergonzados. La única página
que se sabían era la del Padrenuestro...
EL LIBANO:
UNA NACION SIN APARENTES MUESTRAS
DE POBREZA
De Egipto pasé a Líbano. La principal obra salesiana la tenemos en Beirut. Se trata de una obra
triple: Primero, un colegio de primera y segunda en­
señanza para los hijos de los italianos que allí tra­
bajan. Segundo, un colegio para americanos. El Líha -o es un país a caballo entre oriente y occidente.
H ly allí muchos americanos y hasta tienen su uni­
versidad propia. Ahora bien, los católicos que no que­
rían enviar a sus hijos a los colegios públicos nos
pidieron la fundación de una obra escolar. Actual­
mente hay unos 300 y son cada vez más los que lla­
man a las puertas de nuestra casa.
Y, naturalmente, el colegio para jóvenes libaneses, que cuenta con unos 400 alumnos. Es una obra
popular. Es El Líbano una nación en la que no se
ven muestras de pobreza. Sin embargo, nuestro ser­
vicio está orientado a la clase más modesta, a los
hijos de obreros o pequeños comerciantes. Y todo en
una sola obra: una y trina.
Tiene además un futuro prometedor. En la casa
de Don Bosco estudian y juegan chicos de unas vein­
te nacionalidades y otras tantas confesiones religio­
sas. Todo ello en un ambiente de gran amistad y
cordialidad.
TURQUIA, UNA OBRA TAPIADA
Pasar del Líbano a Turquía sólo es cosa de un mo­
mento. Pero, en realidad hay una distancia astronó­
26



mica, sobre todo por la línea que separa a Beirut de
Estambul.
Rige en Turquía una ley, según la cual ningún ex­
tranjero puede dar clase en colegios de la nación, ya
sean públicos o privados. Ni siquiera pueden entrar
los coadjutores saiesianos pues tampoco puede haber
extranjeros en los talleres profesionales. Pocas son
las «cualificaciones» deseadas por el gobierno que nos
permitan trabajar en el país. Por otra parte, también
está prohibida toda propaganda religiosa...
Nuestra obra, por así decirlo, está tapiada. Se re­
duce a un pequeño internado que funciona desde
1903 en Estambul con unas clases de Primaria. Ac­
tualmente hay unos cincuenta internos, musulmanes
todos, pero que profesan un gran afecto a los salesianos que están con ellos.
Una realidad pujante es la de los Antiguos Alum­
nos. En pocos sitios he encontrado una unión tan fra­
ternal con los saiesianos. La casa de Don Bosco es
también su casa en la que hay una sola familia espi­
ritual.
CAPELLANES VOLANTES
SOBRE UN MAR DE PETROLEO
Desde la escotilla del avión he podido contemplar
por primera vez la inmensidad del Irán: un millón
seiscientos mil kilómetros cuadrados. Más de tres ve­
ces España. Montañas, desiertos, valles fértilísimos,
ciudades que han surgido con la estilización de la
moderna arquitectura y decorados con fantasía orien­
tal; embalses, autopistas en construcción... Una na­
ción en pleno crecimiento juvenil. Y bajo aquella tie­
rra calcinada por el sol, las túrgidas arterias de pe­
tróleo, verdadera sangre que mueve, que da vida a
nuestras ciudades occidentales.
La obra salesiana es exigua, como el grano de mos­
taza, como la levadura del Evaneglio. Trabajamos en
Teherán, la capital que ronda los tres millones de
habitantes.
También comenzamos aquí como capellanes de los
italianos. Mas poco a poco se logró abrir ima escuela
para muchachos pobres y, con un enorme esfuerzo,

TEHERAN:
Interior
de la iglesia
del Colegio
Don Bosco,
dicen
que es una joya
arquitectónica,
en estilo
persa.

se ha conseguido levantar un gran instituto de una
gran belleza arquitectónica, digna de Teherán. A pe­
sar de todo, son muy pocos los salesianos que
tienen que enfrentarse a una masa imponente de jó­
venes que acuden al colegio. Estudian en él un cen­
tenar de católicos y más de 1.200 musulmanes. Pero
todos tienen en el rostro la más abierta sonrisa
oriental.
El Sha, las autoridades académicas y toda la po­
blación manifiestan un gran aprecio por nuestra obra
y reconocen el bien que se les está haciendo. Las
matrículas han de hacerse con un año de anticipa­
ción pues todos quieren ir a nuestro colegio.
Aunque por poco tiempo, me he mezclado con los
chavales en el patio. Mas nuestro diálogo sólo ha
consistido en sonrisas. El idioma persa está muy le­
jos de nuestros moldes latinos. Sin embargo, he en­
contrado a unos chicos abiertos y cordiales con un
gran deseo de comunicación.
Abadán es la segunda ciudad en que trabajamos.
Está en pleno golfo Pérsico, uno de los puntos más
neurálgicos de la «zona del petróleo». Tres salesianos
cumplen su misión de capellanes volantes, para aten­
der a los trabajadores italianos y europeos en un cam­
po febril de trabajo en la perforación de los pozos
petrolíferos y en el trazado de carreteras y auto­
pistas.
ISRAEU
TIENDAS DE PAZ ENTRE FRONTERAS BELICAS

Israel, una de las zonas más candentes de Oriente
Medio. Viajo en un avión El Al. Apenas llegado al
aeropuerto, me someten a un severísimo control. Pe­
ro yo no voy a ver las fronteras de la guerra, sino
las tiendas de la paz.
Los chavales del Oratorio de Alejandría
se divierten
y hasta muchos de ellos
olvidarán la pesadilla de la guerra,
donde sus padres y sus hermanos...

Comienzo en Nazaret, el pueblo en que Jesús tra­
bajó de carpintero. Aquí tenemos una escuela pro­
fesional que puede competir con las mejores de Euro­
pa. Está repleta de diicos pobres. Necesitamos maes­
tros y educadores. Un antiguo alumno francés ha
hecho aquí cuatro años de servicio social, en lugar
de militar, cumpliendo una preciosa misión. Por des­
gracia ya ha tenido que volver a Francia, dejando un
vacío irremplazable. Los salesianos son poquísimos y
el dinero no da abasto para contratar excesivo per­
sonal externo cualificado. Hacen falta brazos que
ofrezcan algún año de su vida en favor de los po­
bres. Si no, a la obra de Nazaret le esperan años
muy duros.
Beitgemal es una de las obras más bonitas del
Oriente Medio salesiano. Sólo hay unos cincuenta
huérfanos, pero se respira un aire de familia, exube­
rante de alegría bulliciosa. Todavía se palpa allí la
presencia de un santo: el siervo de Dios Simón Srugi.
Era el enfermero de los pobres y hasta el panadero
de las familias. Ahora, estos pueblos han sido deso­
lados por la guerra y sus pobladores han tenido que
emigrar. Nuestra obra ha quedado aislada en una
tierra pedregosa y desértica de la que a duras penas
puede sacársele algo para el sustento de los huér­
fanos.
BELEN:
LA ESPERANZA PUESTA EN UN GRUPO
DE MUCHACHOS

Belén ha sido el broche de oro de mi viaje. Aquí,
en una gruta, hace dos mil años, nació la esperanza
del mundo. También hoy, en una humilde casita te­
nemos la esperanza de la obra salesiana en Oriente
Medio. Se trata de un grupito de aspirantes. Han
pasado los años duros de una infancia en las tiendas
de los beduinos de Jordania. Provienen de familias
pobres y numerosas. Son jóvenes de carácter y rezan
con gran fervor.
También tenemos en la ciudad de Jesús una flo­
reciente escuela profesional y un bullicioso oratorio
festivo. Pero el corazón de la obra es el aspirantado
en el que ciframos las esperanzas de los salesianos.
En ellos está el futuro de nuestra obra, en estos chi­
cos acostumbrados al sufrimiento y a una vida dura
desde sus primeros años...
Porque las guerras pasarán, y las ciudades recons­
truidas. Pero «a los pobres siempre los tendremos
con nosotros». Y los muchachos pobres, los de hoy
y los de mañana, esperan a Don Bosco.»
TERESIO BOSCO

C aopew *aeión
S a le s ia n u
y
Tercer MMundo

Este mes lo dedicamos a una obra, de la que hemos
hablado de refilón. A la labor del padre Roberto Pernía
entre los Bhoi: una labor inteligente y plena de actuali­
dad: e!evar el nivel cultural, enseñar nuevos cultivos, aten­
der a la salud de los Bhoi, al mismo tiempo que se pre­
dica a Jesucristo en cuyo nombre y por cuyo amor se
somete el misionero a tantos quebraderos de cabeza.
Le dejamos al Padre exponer su situación y proyectos.

HE ESTADO EN CASA DEL PADRE...
Y NO ME HA DADO NADA
Os escribo desde el país de los Bhoi. Estamos en
la punta extrema del nordeste de la India, de cara al
Tibet y a la China.

y a mis hijos y decirles: he estado en la casa del
Padre y no me ha dado nada de comer para vos­
otros?

Los Bhoi son de raza y lengua completamente dis­
tintas del resto de la India. Aislados en las faldas del
Himalaya se han desenvuelto en un ambiente cerra­
do, independiente, ignorados de todos hasta el pun­
to de que parecen reliquias de tiempos remotos, cuan­
do la humanidad comenzaba su camino hacia el pro­
greso.

Sin embargo tienen tierras, pero no las saben cul­
tivar. Hace tres años el citado padre bhoi, intentó
introducir entre sus paisanos el cultivo de la tapioca
para mejorar la dieta de sus gentes, pero lo echó
todo a perder la costumbre de los bhoi de dejar a
sus puercos campar a sus anchas por los sembrados.
No fueron capaces de encerrarlos en chozas o corra­
les y perdieron toda la cosecha. Por más que el Padre
les gritara que encerraran a los animales no consi­
guió nada. Este mismo salesiano, gran devoto de Ma­
ría Auxiliadora, levantó en Umtyrkhang, su aldea na­
tal, un pequeño monumento a la Virgen. ¿Saben uste­
des que leyenda puso en el pedestal? Algo que jamás
habrán oído: «Madre celeste, enséñanos a encerrar a
los cerdos y a no dejarles sueltos. Amén».

Las demás tribus los desprecian y aplican la pala­
bra bhoi a cualquier acción sin sentido, tonta o a
cualquier persona menos capaz.
Los bhoi practican una agricultura proverbialmente
primitiva: en esto no se diferencian mucho del resto
de las tribus del nordeste de la India. El método con­
siste en talar largas extensiones de selva y quemar
los troncos. Sobre las cenizas esparcidas se planta
el arroz para después de la cosecha abandonar el
lugar y cortar nuevos trozos de selva, volviendo al
lugar anterior cuando la naturaleza haya repoblado
lo talado, en lo que emplea unos doce años.
Es de notar que los bhoi cultivan sólo y exclusiva­
mente arroz. Un salesiano bhoi, el único sacerdote
bhoi, dice: tLos bhoi adoramos el arroz. Parece ser
nuestro (dolo». Consecuencia de estos métodos: ham­
bre. necesidad, incultura, debilidad física, vejez pre­
matura. volubilidad de carácter, retraso intelectual y,
ahora que otras tribus empiezan a asentarse en el
país de los bhoi, pérdida de sus tierras.
Cada año en junio, ni que fuera programado a
propósito, es el tiempo del hambre. Ya no queda arroz
en las chozas. Los bhoi se lo han comido todo sin
prever el futuro o lo han vendido a cualquier mer­
cader khasi de las montañas del sur. Entonces vie­
nen a la misión a decirme sencillamente: Tenemos
hambre. Otros añaden: «Y tú que eres nuestro padre
¿no te vas a apiadar de nosotros, tus hijos, que te­
nemos hambre? O ¿cómo voy a volver a mi choza
28

En un intento de querer mejorar la situación abrí
hace año y medio catorce escuelitas en el interior de
la selva. Una en cada aldea importante. Como es im­
posible hallar un maestro bhoi traje un prupito de
War, del sur del Meghalaya. España me tiene que
ayudar en esto. Aun me harán falta bastantes más.
Escogidos, entusiastas, sabedores de lo que tienen
que hacer. Son la esperanza del país de los bhoi.
Ya están todos en sus aldeas a excepción de Agustín,
el de Umbih, que dos días antes de las Navidades
cayó al río accidentalmente y se ahogó. Era War, de
Mawshamok, joven y fuerte como un roble, un maes­
tro entusiasta y dedicado, el primer War que muere
en acto de servicio entre los Bhoi. que se despidieron
de él en el pequeño cementerio de Umsohlait con lá­
grimas en los ojos. «Se nos ha ido nuestro mejor
amigo» decían. Agustín Jaid está ahora en el cielo
y vela por el país de los Bhoi. que hizo suyo hace
año y medio.
Entre tanto he podido organizar la misión. Cinco
chozas y esta casita que lo es todo. La iglesia es una
choza de 45 pies por 18 de ancha (unos 12 metros

DONATIVOS RECIBIDOS
DEL 18 DICIEMBRE 1973 AL 7 ENERO 1974

Jovencilo makú
mostrando
los anzuelos
y el hilo
que han tocado
en suerte.

de larga por tres y medio de ancha): paja y bambú.
Los chicos duermen por el suelo sobre sacos. La co­
cina es una choza donde Kong, la cocinera llora en­
tre humo, leña, potes y, gracias a Dios, ahora, sacos
de arroz.
Ahora van a venir las monjas a ayudarnos. Ya les
estoy construyendo con los dólares que me manda­
ron de España dos chozas. Tengo que hacer sillas,
mesas y cuatro camas. Cada monja recibirá 150 ru­
pias al mes (1.500 pesetas) para que puedan comer
algo. Pero lo que ellas van a hacer por la misión no
tiene precio. Tengo que pagar catequistas, tengo que
llevar adelante el programa de introducir el trigo, la
tapioca y la soja. Cada mes gasto mucho en medi­
cinas, en médicos, en viajes.
Umsohlait está en sus principios, es muy primi­
tivo, todo está por hacer. Una tribu que espera vues­
tra ayuda.
Primer objetivo: Educación. Esto está demasiado
atrasado para poder hacer nada sino se eleva el ni­
vel cultural.
Segundo objetivo: introducir nuevos cultivos. El
arroz no basta. Se ve claro que la gente muere por
comer arroz exclusivamente; y cuando no lo hay no
comen nada.
Y estos dos objetivos están siempre sujetos al fin
principal de nuestra estancia aquí: Llevarles Cristo,
al que de verdad quieren. El rey y el sacerdote ma­
yor ya son católicos. Si tuviese yo más catequistas...
Ayudadme a pagarlos, porque un catequista trabaja
todo el día por sus hermanos y, en conciencia, no
puedo decirle que se las apañe con quinientas pese­
tas al mes.
Desde el país de los Bhoi el saludo cariñoso de un
misionero español que confía en vosotros.
ROBERTO PERNIA

Concepción Amores. Isabel Espinosa, Mariano Barrera.
A. Sánchez, María Luisa Sánchez, Carmen (tíI, Marina Mar­
tínez, José Banacloche. Enrique RalCRUl, Antonio Uamoa,
Angel Armelles, Maria Prado Domínguez, Sara Hodrigtica.
C. Torrescasana, Sres. de Batalla. Poro Rodríguez, José
Señor, Pilar Velasco, Manoli Romero, Fam. Codesa!. Encar­
na Trabalón, FYancisco Ruiz, María JoaUs l'*'rrz. Vlstoria
Sánchez. Juan Turquety. Jo.sña PlancUo, María Carmen Domínguez. Joaquín Rodríguez. Ana María Curado. Dolorca
Pérez, Miguel Villarroal, Félix Tovar, Juan A. Sánclicz, Ma­
ría Conde. Consuelo Casas. Joaquín Franco, Alfonso Iniesta, Marcos A. Hernández, Antonio Amor. María Paz Her­
nández, Enriqueta Blanco, Caridad Gómez, Antonio Martí­
nez. Mercedes Díaz. Pilar Picart, David Vidal, Montserrat
Puig, Florentina Díaz, Fam. Olaz, Ilicar Arroyo. María
Verne María Roiriz, Ana García. Juan Miras, Adclio Mar­
tín. Mariano Vlñuelas, Antonio Oreja, Lorenzo Maté. Ma­
ría Martínez, Rafael Marín, Vdn. de Znbalo, Pedro Solé,
Angeles Martínez. Rufina Meradillos, A. López, Hermanas
Afanso. Juan González. F. Diez. Alfonso Fierro, Celestino
Hernández. Lourdes Alearas, Amparo Rodríguez, Miguel
Sancho. Rosario González. Archicof. de Antequera, Carmen
Ruiz. María A. Bizcarrondo. Fam. Badia, Enrique Torrue11a, Rosa Casellas. J. J. Grijalba, José Vidal, Carmen Blan­
co. José Maria Aguirre. Fund. Spairo, Josefa Cimeros.
Agustín Bermúdez, Maria Ochando. Amalia Abalos, Ma­
nuel Neva. Juan Maria Ferreiro. Esteban Alcalá. María
Díaz. Juan Mera. Euniciano Muñoz. Mercedes Izquierdo.
Ramón Piles. Paula Rodríguez. Ezequicl Sánchez. Emilio
Cattoni. Maritere Lorente. Carmen Alquézar, M. V. S.. Ata­
noslo Rodríguez. J. Luis Gil. Antonio Siles. Jesñs de Letc.
Antonio Nuevo. Juan Morón. Agueda .luliana. Josefa Mora.
Manuela Tirado. Alejandra Vara, Isabel Rodríguez. Jovita
Rodicio. Basilio Lumbreras, Maria Carmen Sá<'z. Josefa
García. Arturo Encina, Antonia Morata, Conchita Soláns.
Aurora Ibáñez. Fam. Ruiz-Cayola. Marqueses de Rafal.
Santiago Rodríguez. Carmen de Lara, Florencio Hernández.
María Jesús Cotarelo. Pilar Avala. Puri Domínguez. Ra­
fael Espejo, Santiago Burgos. Consuelo Pereira, Lola Blan­
co, Silvestre Díaz. Alejandro García. María Eriales. Miguel
Herrero. Ildefonso Blázquez, Luisa Hernández. Angel Linanes. Josefa Zatarain, Maria González. Ana Cala. Maximiano
M. Vicent. Julia Sanz. Elena Orense. Concesa Quijano, Jo­
sé María Martin. Encarnación Laoosta. J. Encinas. Coope­
radores de Guadalajara. Allariz, Barcelona. Alcalá, Rocafort. Manuel Martínez, Maréalo Esquíus, Vda. Ruiz, María
Auxiliadora Bustamante. Miguel Maynou. Maria de Galera.
Rosa y Pepita Maynou. José Estévez, María Costa. A. del
Mazo. María Esteban. María Angeles Gómez, Vicente Cas­
cajo. María Martínez. Simón García. M. Alvarez V.. Bau­
tista Femándca. Nieves Pichen. María Callis, Martin Mu­
ñoz. Eugenia CostcUa, Patrocinio Carrasco. Salvador Péez.
María Carmen Amor. Josefa Parrando. Inocencio Serrano.
J. M., Visita González. Manuel GonzAlez. M. 8. Sagastibelza. Carlos Gavaldá. Nati López. Benita García. Hnas. Ca.stro. Adelaida Bemal, María Romano. Monasterio de la VIsitación-ValladoUd. María Martin y Luisa Tapias. Manuel
Fernández. Joaquín Granero, María Barba, Angel Gómez,
María Serrano. Ramona Aribau. Juliana Alonso. Valeriano
Cabanillas, Agustín Olmo, J. San Román. María Ayestarán,
Neli Pérez. María García. Domingo Gutiérrez. Sor Asun­
ción. Martínez. José Campo. Enrique Serra, María Benito.
Isabel Gil. Güda Galcerán, Epifanía Aguado. Carlos Laffilte. José Rabanal. Justo González. Manuel García. Angel Esteve. Sr. de Portillo, Félix Ortiz. Salvador Bcrenguer.
Asunción Millán. Rosario de Burgos. Pilar Gambin, Caye­
tano García, María Pilar F'rancia, Carmen Franco. Luis
Muñoz. José María Blanco. Narciso Villoria. Adela Blanca.
HÜ2udo Fernández, Julia y Josefa Garda. Telcsíora Domín­
guez. Román Bemaldo, Antonio Ruipérez. Consuelo Quin­
tas. Damíana Lanceta. Pedro Gómara. Consuelo de la To­
rre. N. Bonilla. Pilar Salas. Saturnina Garda. Victoriano
Gil. José Lozano. Juan Fernández. Mauricio Pérez. María
C. Martín, Conchita Portolés. Pilar Gutiérrez. Jesús Alon­
so. Teresa Galiano. Luis López. Soledad Francisco. Rosa­
lía Massas. Javier Ferrer. Julio Ordóftez. Florina Cacho.
María Corral. Antonio Calzado. Julián Rolland. Soledad
González. Victoria Marcó. Paciencia Mallada, Enriqueta
Roy. Manuel Segura. Maria Carmen Astruga. Anaya Ledesma. Josefa Sánchez. María Vicente. Francisco Iturbe.
Juana Palau. Francisco Pérez. Hnas. Espino. Juan Pérez.
Manuel Morales. Antonia Sánchez. José Maria Oppelt. Leonisa Martínez. José Pérez. Luis Elíes. Manuel León, seño­
res de Cruz, Elena Martín. Encama Caro. Odón Alonso.
Antonio Esteban. Joaquín Pandos. Francisco Colchero. Ma­
ría Carmen López. Sres. Goicoerrotea. Consuelo Villar. Co­
operadores de Salamanca.

— 29

i

NUESTRA
GRATITUD
A
MARIA
AUXILIADORA
Y
A
SAN JUAN
ROSCO
Madrid.— Estaba gravemente en­
ferma una hija mía con fuertes vó­
mitos y un tumor en el vientre. In­
gresada en la clínica y después de
varios análisis y radiografías, no
se atrevían los médicos a diagnos­
ticar. En tal situación, todos creía­
mos lo peor. Entonces la encomen­
dé a María Auxiliadora y a Jesús
Sacramentado. Después de haber­
la tenido en observación, los médi­
cos no tuvieron necesidad de ope­
rar a mi hija. Al dia siguiente le
había desaparecido todo.
Agradecida por este favor, en­
vió una limosna. Cipriana Gonzá­
lez Plaza.
Barcelona.—Tenían mis hijos un
negocio y a causa de un incendio,
se destruyó todo. Me encomendé
a San Juan Bosco, pidiéndole que
si se volviera a reconstruir, lo pu­
blicaría en acción de gracias y en­
viaría un donativo. Hoy cumplo mí
promesa. También agradezco el
éxito de una operación seria de
mi marido. L. N.

30 —

Burgos.— Por diversos favores
conseguidos de María Auxiliadora,
quedamos muy agradecidos y en­
viamos una limosna. Matrimonio C.
Bustillo.
Madrid.— Por la buena salud de
nuestro hijo damos gracias a Ma­
ría Auxiliadora y ofrecemos una
limosna. Carlos y Antonia.
Orense.— Me había salido un
grano en la cara, de mal aspecto,
y temí fuera de carácter maligno.
Me encomendé a María Auxiliado­
ra a fin de que desapareciese sin
necesidad de recurrir al médico.
Cumplo mi promesa de enviar una
limosna y de expresar mi público
agradecimiento. Pilar.
Sancíllo.— Leía el BOLETIN SALESIANO y las gracias que con­
cede María Auxiliadora a sus de­
votos. Le encomendé la curación
de un familiar mío y el buen re­
sultado de la operación de una sobrinita. Por estos y otros muchos
favores envío ia limosna prometi­
da como agradecimiento. Lucila
Díaz Jiménez.
Salamanca, — Encontrándose un
tio mío aquejado de una enfer­
medad de garganta, por lo que
iba perdiendo la voz, acudió a los
médicos, los cuales diagnostica­
ron algo de gravedad, por lo que
tenía que ser operado. Acudimos
a María Auxiliadora mediante la
novena, prometiendo una misa y
publicarlo en el BOLETIN SALESIANO, si salía bien de la ope­
ración. Agradecida, cumplo mis
promesas y envío una limosna. J.
C. C.
DAN GRACIAS
A MARIA AUXILIADORA Y
A SAN JUAN BOSCO
Y ENVIAN UN DONATIVO
Enrique, de Torremolínos, por
muchos favores recibidos; una de­
vota, de Linares, por un favor de
María Auxiliadora y otro de Doña
Dorotea de Chopitea; una devota,
de Madrid, envía un donativo para
las Misiones; un anónimo, de Mur­
cia; Juanita García, de NN., agra­
decida por un buen parto y por
la salud de su hijo; A. M. A., de
Puertollano, por (a solución de un
asunto difícil; una santanderína,
desde Baracaldo, por haber vuelto
su hijo del servicio militar y por
otros favores; C. Martínez, de Vequellina (L e ^ ), por varios favo­
res importantes; Felisa Plaza, de
Salamanca, por la protección experímentada en una operación y
una enfermedad; L. y P.. de Hues­
ca, por ia recuperación de su pa­

dre; F. C., de Madrid, por distin­
tos favores recibidos ella y su fa­
milia; J. Encinas, de Madrid, por la
recuperación de la salud de su
nieto; Julia González, de El Ca­
sar; Angel López, de Santiurde de
Reinosa; J. M. C., de Madrid; una
devota, de Montaña Alta (Gran
Canaria); Asunción Rey y otra de­
vota, de Cádiz; María J. A., de
Valencia; Isabel García López, de
Algecíras; F. A. Vázquez, de Bar­
celona; Jacinta Barriga, de Valen­
cia de Alcántara; Julián Torres Pa­
llares, de Olivares; Leonilda y Con­
suelo Gutiérrez, de Zamora; Rosa­
lía Aragón, de Aguilar; Cristina Her.
nández, de Algecíras; M. Navarro,
de Algecíras; A. M., de Barcelona,
por la solución de un asunto di­
fícil; R. Martín, de Falencia; Cole­
gio de María Auxiliadora, de Cá­
diz; Mariano Redondo C., de ViHalón; María del Carmen Escuin,
de Cádiz; M. López, de Orense,
por varios favores; Hermanas Iturbe, de Azcoitía (Guipúzcoa); María
González, de Víllanueva; dos devo­
tas, de Posadas; Amalia Delgado,
de Granada; María Olariaga y Arra.
te Furundarena, de Azcoitía, por
favores recibidos de María Auxilia­
dora, San Juan Bosco y Domingo
Savio; Eusebia Martín, de Fuentelapeña; J. B. P., de Valencia; Gua­
dalupe Bartolomé, de Velllla de
Valderaduey (León); Constanza Gar­
cía, de Bilbao; Soledad Navarro y
Rafaela Moreno, de Posadas; una
devota, de Valencia; Manuel Ibáñez, de Valladoiíd; Alberto López,
de Trelles (Oviedo); E. G., de Bar­
celona, por una gracia concedida
a su sobrina; Ermitas Castro, de
Orense.
GRACIAS A NUESTROS
BIENAVENTURADOS
Y SIERVOS DE DIOS
Madrid. — Habiendo nacido el
niño de unos amigos en condicio­
nes que hacían temer por su vida,
lo pusimos bajo la protección de
Santo Domingo Savio, ofreciendo
publicarlo en el BOLETIN SALESiANO y dar una limosna para el
Tercer Mundo. Obtenida la gracia,
cumplimos gustosas la promesa. A.
y C. Ramiro.
Horcajo de Santiago (Cuenca).
Por un favor del Beato Don Miguel
Rúa enviamos una limosna de agra­
decimiento. Una familia agrade­
cida.
Alicante.— Deseo se publique la
gracia de la curación de mi herma­
na, que sufría una pancreatitis agu­
da. Atribuimos este favor a ia sierva de Dios Laura Vicuña. Hace
ocho años acudimos a ella para

A

alcanzar la curación de cáncer de
esta misma hermana. Los médicos
que la han visto consideran esto
asombroso, ya que han transcurri­
do estos años sin reproducírsele.
He enviado por giro una limosna
para su causa de beatificación. Sor
María Rosario Herrera, H. M. A.
Chalchuapa (Et Salvador).— Era
un caso grave y delicado. Los mé­
dicos se sentían, o más bien, se
consideraban incapaces. No da­
ban ninguna esperanza. Se trataba
de mi padre; quien sufrió conti­
nuas hemorragias durante el mes
de febrero del año pasado. Inútil
parecía el largo tratamiento, pues
en el mes de noviembre las hemo­
rragias continuaban y esta vez eran
internas. Los médicos estaban pre­
ocupados, pues no habla nada que
hacer.
Dada la gravedad del caso, acu­
dimos con gran fe a Don Rúa,
poniendo en sus manos la curación
de nuestro querido enfermo. El
Beato se hizo sentir. Fue enton­
ces cuando los médicos pensaron
en una intervención quirúrgica que
resultaba de vida o de muerte por
la edad avanzada, sesenta y ocho
años, y por el estado tan delicado
de mi padre. Se sometió a la ope­
ración el 6 de diciembre.
Así como esperamos, así como
confiamos, así fue la gracia: COM­
PLETA. La operación de alta ciru­
gía, a la cual los médicos acudie­
ron como “ último recurso" fue un
éxito.
A partir de ese día, mi padre
empezó a mejorar; mi madre, mis
hermanos y yo éramos felices y
pensábamos publicar la g r a c i a ,
pues nuestro padre pudo regresar
a casa después de dos meses de
hospital. Mas, pasado algún tiem­
po, el 5 de junio de este año, 1973,
Dios puso a prueba de n u e v o
nuestra fe. Me fue comunicado que
papá había vuelto atrás y tanto em­
peoró que creíamos había llegado
para él su último momento.
Lo condujimos de nuevo al hos­
pital e inmediatamente las queri­
das Superiores me enviaron a su
lado. Postrado en el lecho de su
dolor se adivinaba que sufría mu­
cho; su palidez era mortal; con
dificultad alzó los brazos para sa­
ludarme; estaba exhausto y suma­
mente delgado. Los médicos dieron
su fallo, sólo Dios podía salvarlo.
En semejante trance, acudimos
de nuevo a Don Rúa, lo invocamos
con toda la fe y el fervor de una
esposa y de unos hijos que no
quieren perder a su padre y ser
tan querido. Juntos oramos: “ Don
Rúa, Don Rúa, sálvalo, si es esa
la voluntad de Dios” . Nuestra sú­

plica fue escuchada. El nuevo tra­
tamiento de los médicos fue eficaz
y después de tres meses de cui­
dados intensivos, mi padre se re­
cuperaba nuevamente, entre la ter­
nura y cariño de mamé y sus hi­
jos.
El cuadro de Don Rúa fue en­
tronizado con gratitud en el dormi­
torio de nuestro amado padre y
diariamente elevamos a él nuestras
plegarias agradecidas y confiadas.
Ahora a lo largo de casi dos años
de la gravedad de nuestro padre,
quiero hacer público mi agradeci­
miento y el de todos los míos,
dando a conocer, para gloria de
D'os y por intercesión del Beato
Don Rúa, este favor. Sor María
Chávez, H. M. A.
GRACIAS ATRIBUIDAS
AL MARTIR SALESIANO
DON JULIAN RODRIGUEZ
Salamanca.—Muy agradecida por
un favor recibido, gracias a la in­
tercesión del Mártir Salesiano re­
verendo don Julián Rodríguez, en­
vío una limosna para su Causa de
Beatificación. A. T. T.
Salamanca.—Llena de confianza,
le expuse un problema que tenia,
a don Julián Rodríguez, y como
; otras veces, se solucionó favora. blemente, por lo que muy agrade­
cida, envío una limosna para los
I gastos de la Causa. Avelina Acosta.
Salamanca.— Estando mi señora
muy enferma, me acordó de don
Julián Rodríguez a quién ya cono­
cía, por otras cosas que nos había
solucionado, con su intercesión; y
no se hizo esperar su ayuda y
una vez más tenemos que darle
públicamente las gracias y envia­
mos una limosna. Zacarías.
Salamanca.—Le doy gracias pú­
blicamente al Siervo de Dios don
Julián Rodríguez por un favor re­
cibido por su intercesión y envío
una limosna. Manuela Varillas.
Salamanca.—Por varios favores
recibidos por la intercesión de don
Julián Rodríguez, a quien se los
pedí con toda confianza, envío una
limosna para los gastos de su Bea­
tificación, y deseo se publique mi
gratitud en el BOLETIN SALESIANO, para que los lectores que se
encuentren en apuros, acudan con­
fiados a él. Isabel Gón>ez Bláquez.
Salamanca.—Doy muchas gracias
a Dios por tantas cosas como me
soluciona por intercesión de su
; Siervo don Julián Rodríguez Sár>I chez. Muy agradecida envía una
limosna. Baltasara Rodríguez Sán­
chez.

— 31

J.

FUERON

A

LA

CASA

DEL

PADRE

Doña Pilar Domínguez Romero t
en Sabadell el 16 de enero de 1974
a los sesenta y tres años de edad
y confortada con ios auxilios de la
santa madre Iglesia. Era amante de
la obra salesiana y de su fundador,
San Juan Bosco. Profesaba honda
devoción a María Auxiliadora. Ma­
dre de nueve hijos, tres de ellos
son antiguos alumnos salesianos.
La inmensa multitud que le acom­
pañaba en las horas fúnebres ha
sido prueba patente del aprecio que
se le tenia.
Don José Martínez Orejón t en
Astudillo, el 25 de abril de 1973,
a los setenta y cinco años de
edad.
Reverendo don Miguel Cardell
Pons t en Barcelona el 24 de sep­
tiembre de 1973, a los sesenta y
ocho años de edad. Había nacido
en Cludadela de Menorca en 1905.
Fue ordenado sacerdote salesiano
en 1930 y dedicó toda su vida a la
educación y enseñanza de la ju­
ventud. Treinta y un años los pasó
en el colegio “San Juan Bosco”
de Horta, atendiendo al confeso­
nario, las clases y la secretaría
hasta que lo permitió su salud. En
todas partes destacó por su inteli­
gencia, seriedad y dedicación total
a la misión juvenil. Su dominio del
francés e italiano, unido a su en­
trega sin reservas, le llevó a tra­
ducir obras de teatro y libros de es­
piritualidad, sirviendo asi en horas
extraordinarias al bien de sus her­
manos y alumnos.
Al funeral acudieron hermanos de
las casas vecinas y aún lejanas,
alumnos y antiguos alumnos que le
recordaban con cariño. Presidió la
concelebración el padre Inspector
de Barcelona y glosó en la homilía
la sencillez, humildad y trabajo del
buen salesiano. Se distinguió tam­
bién por su pobreza religiosa, vi­
vida conscientemente y celosamen­
te guardada. Murió a los cincuenta
y uno años de profesión como sa­
lesiano y cuarenta y uno de sa­
cerdocio.

32 —

Don Angel Duque Husillos t en
Astudillo, el 9 de noviembre de
1973, a los veintiocho años de
edad, en un accidente. Desde pe­
queño había frecuentado el Orato­
rio salesiano y, después, hizo el
bachillerato en Cambados (Ponte­
vedra). Sus dotes de trabajador in­
cansable, alegría y optimismo le
granjearon muchos amigos. Su ca­
ridad desprendida y su disponibi­
lidad fueron sus virtudes más ca­
racterísticas. Sus funerales fue­
ron una prueba manifiesta de la
gran estima que le tenían jóvenes
y personas mayores.
Don Javier Zúñiga Gil t en Pam­
plona el 26 de noviembre de 1973
a los treinta y un años de edad.
Probado por una dolorosa enfer­
medad, dio muestras de una sere­
nidad y paciencia cristiana admira­
bles. Profesaba un gran amor a
María Auxiliadora y a todo lo sa­
lesiano. Amaba profundamente a su
querida Asociación de Antiguos
Alumnos, a la Congregación Sale­
siana y al colegio donde se había
educado. En su iglesia contrajo
matrimonio y en su iglesia se ce­
lebraron ios funerales, bajo la mi­
rada de María Auxiliadora. Colaboró
en ei colegio como entrenador y
profesor en las clases nocturnas.
Su fe y su esperanza cristiana en
ei sufrimiento dejan un ejemplo
a sus familiares y amigos.

Doña Mercedes Vidal Paiau t
en Alguaire el 24 de diciembre de
1973 a los setenta y seis años de
edad, confortada con los auxilios
de la religión. De carácter afable
y bondadoso, la señora Mareé, de
casa Carrera, como cariñosamente
se le denominaba en el pueblo, se
había granjeado el respeto y la
admiración de cuantos la trataron
en vida. Espíritu abnegado y cris­
tiano, dedicó su larga existencia a
la práctica del bien. Nunca tuvo una
negativa para cuantos acudieron a
solicitar su ayuda y estuvo siempre
presente en las necesidades del
vecindario. Esposa ejemplar y ma­
dre de familia educó cristianamente
a sus seis hijos que hoy ocupan
relevantes cargos en la sociedad.
Monseñor José Borgatti, obispo
de Viedma (Argentina) t a los
ochenta y dos años de edad. Du­
rante veinte años fue el obispo sa­
lesiano de la inmensa diócesis de
la Patagonia. Nació en Buenos
Aires, en 1891. Creció como niño
en ios colegios salesianos de Ber­
na! y Viedma, en los que quedó
prendado de los Salesianos prime­
ros que envió Don Bosco. Recibió
la primera comunión de manos del
Cardenal Cagliero y, en 1908, pro­
fesó como salesiano ante don Vespignani. En 1916 recibió la orde­
nación sacerdotal y, en 1953, fue
consagrado obispo de Viedma. En
su inmensa diócesis trabajó con
incansable celo apostólico.

Novedad; TEMAS DE JUVENTUD
I.

Colección «HUELLAS»

LOS JOVENES ANTE SI MISMOS.
Doce temas; Personalidad. Voluntad. Voca­
ción. Sexualidad. Juventud ac­
tual. Amistades. Chicos-Chicas.
Tiempo libre. Fe. Esperanza.
Caridad. Oración.
Doce diapositivas para cada tema.
144 diapositivas; 1.200 ptas.

II.

Rápidas biografías de personajes de la
Familia Salesiana.

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Folletos de 32 páginas en un estilo ágil
y nervioso. Se leen en breves minutos,
mientras se viaja en metro, en autobús.

PUBLICADOS

LOS JOVENES ANTE EL MUNDO.

1.

— Basilio Busiillo.— «Un poema de amor».
(Don Büsco).
2.
— Rafael Alfaro.— «A medias con Don
Bosco». (Don Rúa).
3. — Jesús Pablos.— «La mujer fuerte».
(María M azzarello).
4. — Rafael Alfaro.— «Testimonio sellado».
(Jaime Ortiz).
5. — Basilio Bustillo.— «La Madre de Don
Bosco» (M argarita).
6. — Jesús Mairal.— «Padre Mantovani».

Doce temas; Participación. Sociedad de con­
sumo. Trabajo. Cuestión so­
cial. Compromiso. Viviendas.
Emigración. Analfabetismo. Ex­
plosión demográfica. Hambre.
La guerra. Violencia.
Doce diapositivas para cada tema.
144 diapositivas: 1.250 ptas.
Utilización:

*

Encuentros convivencias, reti­
ros. ejercicios espirituales,
charlas formativas. curso de
orientación universitaria (COU).

PEDIDOS.— Central Catequística Salesiana.

PEDIDOS.— Alcalá, 164.— MADRID - 28

Alcalá. 164. — MADRID-28.

"N

Z’

OBRA VO CACfO NAL

Novedad Catequética

DE LOS COOPERADORES SALESIANOS

CUADERNOS DE PEDAGOGIA CATEQUETICA

A fin de ayudar al sostenimiento de las voca­
ciones salesianas. los Cooperadores Salestanos
promueven la PIA OBRA DEL SAGRADO (XDRAZON, Instituida con la aprobación del Papa León
XIII. por el propio San Juan Bosco, con dicha
finalidad.
La Pía Obra celebra todos los días perpetua­
mente en la basílica del Sagrado Corazón de
Roma. 6 misas a intención de cuantos se ins­
criben en ella.

<> Colección indispensable para los educado­
res de la fe.
O

Nueva orientación ente los problemas ac­
tuales de la catequesis.

EN VENTA:
1.- ^ . Albeiich: Orientaciones actuales de la
Catequesis.
2.—E. Alberich: Naturaleza y enfoques de una
Catequesis moderna.
3.—J. Gevaert: Antropología y Catequesis.
4. —J. Milanesi: Psicología de la Religión.

INSCRIPCION;
1.— Puede Inscribirse uno a sí mismo y a otras
personas, vivas o difuntas, por las que
quiere pedir o sufragar.
2.— La inscripción, que es nominal, se efectúa
previa aportación, por una sola vez. de una
limosna equivalente al estipendio de una
misa en la propia diócesis.
3.—La inscripción se acredita con una cédula
en la que consta nombre y apellidos de la
persona inscrita, por lo que se ruega clari­
dad al enviar dichos datos.

EN PREPARACION;
5.—J. Dho: Principios de Pedagogía para la
Catequesis.
6.
—J. Milanesi: Sociología de la Religión.
PEDIDOS:

Para la inscripción diríjase a:
Obra Vocacional Cooperadores Salesíanos
Alcalá, 164 • Madrid 28.

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Alcalá. 164.—MADRID - 28.

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o APOSIT VAS
DON BOSCO
Alcalá. 164
MADRID • 2 8

TEMA
TEMA
TE)WA
TEMA
TEMA
TEMA

O
t
2
3
4
5

EL PROBLEMA |40 diapositivas)
EL MIEDO A LA LIBERTAD (120 diapositivas)
SEXUALIDAD Y AMOR (80 diapositivas)
LA BiSEXUALIDAü (120 diapositivas)
EL CUERPO INSTRUMENTO DE COMUNICACION (100 diapositivas)
HACIA UNA SEXUALIDAD SANA (80 diapositivas)

TEMA 6.- DESARROLLO DEL IMPULSO SEXUAL (En preparación)
TEMA 7- LA MADUREZ SEXUAL Y AFECTIVA (En preparación)

Fecha
1974.03