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Título
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BS_1972_07
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Descripción
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Boletín Salesiano. Julio1972
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extracted text
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T
DON BOSCO
U N A P A G IN A P A R A LOS NIÑOS
Canta, cantad, cantemos: una estrella
en nuestros ojos se levanta
¡y canta!
Claro que el mes de julio nos invita a la canción
y a la poesía. Aunque no es el tiempo el que nos
hace alegres, sino que somos nosotros los que damos
la alegría al tiempo. Y más, después de habernos
dado una buena merienda en el campo, aunque des
pués haya que lavar los platos...
A propósito de merienda, oíd:
Una vez, Don Bosco Ies dió a sus chicos del
Oratorio una buena noticia. «Mirad — les dijo— una
bienhechora nos ha enviado una buena suma de di
nero, pero con la condición de que con él demos una
merienda a todos los de casa».
Los chavales cortaron al santo con un aplauso
cerrado y más de uno empezó a relamerse los labios.
Pero enseguida se hizo un silencio repentino y co
menzaron a oírse unas voces:
— ¡Se mande ai Santo Padre!
— ¡Queremos que ese dinero se envíe al Papa!
— ¿Cómo? — replicó Don Bosco— : este regalo no
es para el Papa, sino para nuestros muchachos.
— Pues, ¡renunciamos a él con gusto!
Las voces aumentaban de volumen y todos ios
chicos aclamaban en masa:
— ¡Queremos que ese dinero se envíe al Papal
LA MERIENDA DEL PAPA
Queridos amigos Juanito y Mari:
De nuevo estoy ante el gozo de charlar con vo
sotros por correspondencia. Ya veo que to estáis pa
sando «bomba», según me contéis. Y eso parece por
las fotos que me habéis enviado. Vuestra alegría es
explicable ante esa naturaleza tan hermosa que vive
a vuestro alrededor. Es verano y el sol hace reír a
las cosas limpiamente y hasta resulta más fácil des
cubrir el camino de la felicidad. Sin embargo, yo
estoy seguro que la dicha brota de vuestro interior
como una fuente, que os sale de dentro porque el
corazón os canta.
Ahora me vienen a la memoria unos versos que
escribi hace unos años para unos chicos como vo
sotros y que andan por ah( perdidos en una agenda
fuvenil. Vienen al pelo de vuestra alegría. Vamos a
ver si es verdad que interpretan ese gozo de que
me habláis;
•Cante por dentro, canta, canta
corazón, que la vida también canta
porque es buena;
y una guitarra nace en la garganta
que ríe y canta y sueña y suena...
Un chico pidió la palabra y se expresó deliciosa
mente:
— «Creo — dijo— que todos estamos dispuestts
a renunciar a la merienda. Incluso, si es preciso, ese
día ayunamos, pero queremos que ese dinero se le
envíe al Santo Padre. El nos ha hecho a nosotros
tantos regalos. Alguna vez tendremos que correspon
der. ¿No Ies parece?
Don Bosco quedó maravillado
de sus chicos. Y al momento le
hechora comunicándole cuál había
la merienda que había ofrecido
sus muchachos.
de la generosidad
escribió a la biefr
sido el destino «
a los tunantes de
No fue menor el asombro de la señora que, co^
movida, le envió a Don Bosco otra cantidad igw
a la anterior para que los chavales no se Queda^
sin la merienda. Así. los que se habían relamw
los labios no lo habían hecho en vano. Hubo pa™
el Papa y para los generosos chaveas del santo q ^
ese día se sintieron más felices, aunque no creo
que comieran perdices...
¡Qué bien!, ¿no os parece? A la felicidad
crlficio unieron la dicha de una buena m e rie n d a .^
ble motivo de alegría. Y es que el corazón genemw
siempre está contento. Una buena lección, ¿vero»*Mari?
Recibid un abrazo de vuestro amigo.
Padre RAFAEL
Revista d s la Obra de Don Bosco
Año UCXXVi • N.o 7 - Julio 1972
coiiso&smss
C0MP80METOI0S 7 8FIMCES
Director
RAFAEL ALFARO
El Rvdmo. Rector Mayor de la Congregación Salesia
na, don Luis Ricceri, ha accedido amablemente a dirigir
unas palabras de saludo y estímulo a todos los lectores
del “Boletín”, que forman la Familia Salesiana.
Su gesto es mucho más de agradecer por haber tenido
este recuerdo, tras las breves y agotadoras jornadas de
su estancia en España.
Y lo ha hecho con alegría, porque se le brinda así la
ocasión de testimoniar con su mensaje las muchas espe
ranzas que tiene depositadas en nuestra patria.
A él le hubiera gustado visitar, charlar, dialogar, a lo
largo y ancho de nuestra geografía. El tiempo se lo ha
impedido y su corazón de padre bondadoso se duele
de ello.
Valgan, pues, estas palabras suyas, como cordial sa
ludo, para todos nuestros queridos lectores.
Dirección, Redacción y Admón.:
Alcalá, 164
Teléfono 255 20 00
MADRID -26
Depósito Legal: M. 3.044-1958
(Con censura eclesiástica)
Imprime: Escuela Gráfica Saleslana
Madrid-Atocha
EN ESTE NUMERO
Pag.
Colaboradores compro
metidos y eficaces ...
El Rector Mayor habla
a la Familia Salesiana.
Los Cooperadores .........
V o lu n t a r ia s
Bosco
1
2
4
de Don
Don E m i l i o , condeco
rado .............................
9
Don Battaini, un Salesiano ejemplar ..........
14
Crónica apresurada de
una breve estancia ...
16
Agua para indios moros.
22
Padre Pedro Garbero ...
20
Los salesianos en la tra
gedia de V i e t n a m ,
1954-1972 ...................
24
Gracias de María Auxi
liadora .........................
28
Fueron a la Casa del Pa
dre ...............................
30
Becas ..............................
31
NUESTRA PORTADA
Los meses de verano son
una invitación para contem
plar y gozar la naturaleza y,
a través de sus maravillas,
remontamos a Dios.
“Regreso siempre a España con mucho agrado: a esta Espa
ña salesiana, en la que encuentro tanto calor, tanta adhesión y
tanto entusiasmo por Don Bosco, por la Congregación y por todo
cuanto se refiera a los intereses y valores de la Congregación y
de Don Bosco.
En este momento del poscapitulo, cuando la Congregación ha
sido como movilizada para ocuparse de forma nueva y con fuer
zas intensamente empeñadas en el desarrollo y valorización de la
Familia Salesiana, yo deseo invitar a todos cuantos forman parte
de esta misma Familia — y que no son sólo los Salesianos e Hijas
de María Auxiliadora, sino también los Cooperadores y Antiguos
Alumnos —, a un amplio y profundo trabajo de renovación. Y
quiero invitar a los Cooperadores y Antiguos Alumnos a que se
hagan colaboradores comprometidos y eficaces de los Salesianos y
de las Hijas de María Auxiliadora, a fin de poder actuar conjun
tamente las normas, las orientaciones y las sugerencias que el Ca
pítulo General Especial ha dado, precisamente, para la actua
ción de esta gran realidad que ya Don Bosco viera y que el mismo
Capítulo ha renovado y remachado y se dispone a lanzar de
nuevo.
La Familia Salesiana, entendida así — en el sentido estricto y
lato— hará ciertamente que el espíritu y la misión de Don Bosco,
que son una de las grandes fuerzas de la Iglesia actual, hará, digo,
que la misión y el espíritu de Don Bosco sean potenciados de
modo que puedan responder a las necesidades y exigencias de la
Iglesia de hoy.
Y o auguro, deseo y pido que precisamente esta invitación mía
sea acogida, y acogida generosamente por la Familia Salesiana de
España, de modo que, sin largas dilaciones, podamos constatar el
fruto de esta respuesta pronta y generosa de la Familia Salesia
na de España a la invitación del X X Capitulo General Especial.
Don Bosco os bendiga a todas y todos cuantos formáis y sois
miembros de esta gran familia, y yo, por mi parte, os aseguro
mi mejor recuerdo en la próxima fiesta de María Auxiliadora en
”
Vuestro afmo.,
LUIS RICCERI
—
1
HABLA A LA
FAMILIA SALESIANA
Con motivo de la visita del Rector Mayor a Vigo, don Ricceri dio una charla a una numerosa represm*
tación de la familia salesiana. La reproducimos integramente porque la creemos de sumo interés para nu^
tros lectores. Presentó el acto el director de la casa, reverendo don Cipriano San Millán, y seguidamente tomo
la palabra el Rector Mayor
SIN FINISTERRES
EN EL MUNDO SALESIANO
El Director ha dicho unas palabras
UC me han hecho reflexionar mucho.
asi diria que las palabras que yo
deseo exponeros, se van a inspirar en
las cosas tan interesantes que ha di
cho el Director.
Que yo me sienta en mi casa es
algo indudable, no porque la casa me
pertenezca, sino porque yo pertenezco
a la casa, que es una cosa muy dife
rente V, sobre todo, muy importante.
Yo soy salesiano, me parece (risas),
2
2 —
y vosotros sabéis muy bien que cual
quier salesiano, si existe esa respon
sabilidad que ha recordado el Direc
tor, cualquier salesiano que llegue a
una casa salesiana, se siente en casa
propia. Yo me siento, pues, en mi
casa. Y tanto más cuanto que el Direaor ha glosado la historia de esta
“alma mater". Especialmente cuando
me ha recordado, en ella, la presencia
de los santos sucesores de nuestro
Padre Don Sosco. Lo cual me produ
ce placer y miedo, al mismo tiempo;
porque confieso sinceramente que,
cuando la Providencia me ha puesto
para ser el sucesor de Don Sosco, de
Don Rúa, cuya beatificadón es iominente; de don Albera, el dulcísimo:
el espiritual don Pablo Albera; de
don Rinaldi, cuya causa de beatífic*ción va adelante, me invade un s®’
timiento de temor, de miedo, porque
la distancia entre estos grandes s »
tos salesianos, que he enumerado
ahora y el que os habla, es
mente abismal. De todos modos, h
Providenda se sirve también de pO"
bres instrumentos y, en este caso,
ha querido dar esta prueba,
niendo sobre mis hombros esta cruz,
este peso, y esta responsabilidad.
Estoy encantado de encontrarme
en esta casa, en este “finisterre” de
Europa, pero no finís terrae del mun
do salesiano, porque el mundo salesiano es redondo, como la tierra, y
no tiene, por tanto, confines ni “finisterres”. Y no es triunfalismo, es
la realidad: Don Sosco se encuentra
en todas partes y, en todas partes,
se encuentra su casa.
CON LA FAM IU A
SALESIANA
Además, yo me encuentro muy a
gusto aquí por otro motivo también.
Lo ha dicho el Director: es la pri
mera vez que tengo ocasión de ha
blar, en un clima de intimidad, a to
dos los representantes de la Familia
Salesiana. Y es realmente un fruto
casi de nuestro reciente C. G. E.
¡Se ha hablado tanto de la Familia
Salesiana! ¡Se ha insistido tanto para
<pe las distintas ramas de la Fami
lia Salesiana no se consideren como
desojadas, sino insertas e insertas
válida y vivamente en lo que cons
tituye la vida de la Gingregación y
debe ser el buen fermento de toda
la Familia Salesiana!
Feliz, ante los queridos hermanos
de la Gmgregación Salesiana, ante
las Hijas de María Auxiliadora, ante
los Cooperadores y Cooperadoras,
ante las Voluntarias de Don Bosco,
ante los Antiguos Alumnos. Me en
cuentro, pues, ante una representadÓQ cualificada de nuestra familia.
¡Qué cosa tan magnífica! Poder de
cir una palabra a todos vosotros y
poderos también oír. Porque “confe
rencia” viene de “conferiré”, hablar
en común. Y para hablar en común
se necesitan, al menos, dos personas.
U ronferencia debería ser siempre
un diálogo. Yo quisiera daros una
wofcrencia, o mejor todavía, y con
una palabra más moderna, hacer una
entrevista. Pero tened en cuenta que
en la entrevista hay dos actores, dos
protagonistas. Y casi siempre, el proregomsta principal es el que hace las
P*^untas; el otro responde simple
mente. Se establece así, en cierto
“®do, im intercambio, una ósmosis.
H entrevistado, en vez de imponer
d tema, lo redbe y desarrolla sesus posibilidades.
.Miremos, pues, en s^ u id a en acQoQ y veamos si es posible dar coa esta nuestra conferenda-en®^isia. Yo voy a hacer así: ruego a
^ínen tenga alguna cosa que pregun— El Rector Mayor pronuncia
^ conferencia sobre la Familia
"•iesiana, a un nutrido grupo de
la misma.
tarme, levante la mano; yo oiré las
preguntas y las iré contestando.
Observo que don Santiago levanta
la mano. Comienza la batalla. Vea
mos.
EXAMEN DE CONCIENCIA
El Padre Inspector de León pre
gunta: “ ¿Cómo ve usted a la Fami
lia Salesiana?”
Contesta don Ricceri:
Yo comenzaría entonces, sin más,
por hacer un examen de conciencia
a los Salesianos, dentro de la Inspec
toría, dentro de la Congregación.
La Congregación tiene evidente
mente la primera responsabilidad res
pecto a las otras familias; no porque
se deba sustituirlas, sino porque ha
recibido de Don Bosco, de la Igle
sia, la misión de ser lazo de unión.
Debemos, poi tanto, ser los prime
ros en lo que podríamos llamar el
ecumenismo doméstico para dar ejem
plo. Esto es; en el ámbito de la Ins
pectoría debe existir, ya operante,
esa intercomunión entre ios herma
nos de la misma comunidad, antes
que nada. Y, en segundo lugar, en
tre las comunidades de tma misma
Inspectoría, sin aislacionismos.
Comencemos, pues, por nosotros:
la primera comunión debe ser para
uso interno; en la comunidad, entre
los Salesianos; en la Inspectoría, en
tre las comunidades, y en la Congre
gación entre las Inspectorías. Viene
ahora el problema de la solidaridad,
solidaridad que no es un hecho, co
mo a veces se ha interpretado, ex
clusivamente económico, sino que es
un sentido de apertura, de sensibili
dad a las más variadas necesidades y
situaciones, en el plano mundial. Es
salir de lo que constituye “mi peque
ño mundo”, “ mi cáscara de nuez" y
abrirse, abrirse... “Dilatare spatia cor-
dis, spatia charitatis”. Esto es funda
m enté. Sentado este principio, este
hecho, la Congregación está llamada
al compromiso, al deber, al mandato,
a la misión de ser elemento de unión,
de comunión para las otras familias.
Las Salesianas han previsto jurídi
camente en un artículo de sus Cons
tituciones, aprobadas por la Iglesia,
que el Rector Mayor de los Salcsianos, precisamente para realizar esta
comunión y mantener el espíritu, que
es como el aíre para la vida, es el
Delegado apostólico del Instituto de
las Hijas de María Auxiliadora. Jurí
dicamente, pues, no es el superior,
pero tiene una misión, una responsa
bilidad, y de él, esta misión, esta res
ponsabilidad pasa a los Inspectores.
Comprendéis entonces cómo loilo
este trabajo se dirige a una meta;
hacer de modo que este espíritu cir
cule, como puede circular la sangre
en un organismo único, y que sea
puro, auténtico.
Mas el espíritu para que sea efi
caz, eficiente, activo, fecundo, nece
sita encamarse; no existe en estado
puro. Y así cuando hablamos del es
píritu salesiano, el espíritu de Don
Bosco, nuestro espíritu, se encarna en
un modo, en una misión, en todo
un conjunto de cosas, difícilmente de
finibles, pero que intuitivamente se
comprenden.
El Rector Mayor, pues, el Inspec
tor, el Director y después la G)ngregación Salesiana, respetando esa auto
nomía, que he subrayado, del Insti
tuto de las Hijas de María Auxilia
dora, tienen un especial mandato, una
responsabilidad para poder cuidar en
ellas, para poder alimentar y, si es
posible, incrementar el espíritu del
Padre común. Esa es la tazón de ser
de los confesores, de los capellanes,
del contacto con los noviciados de
las Hermanas y de tantas posibles
colaboraciones...
EL RECTOR MAl
H A BLA A LA
León.—Salesianos, Salesianas, Cooperadores, Exatumnos..., acompañan
a don RiccerI ante la fachada del Colegio de Huérfanos Ferroviarios.
Y le ha llegado el turno a la tercera ram a de la
familia. Ninguno de vosotros, salesianos o H ijas de
M aría A uxiliadora, se crea en un estado de inferiori
dad si os digo que los cooperadores salesianos, fu n
dados por Don Bosco, nacieron antes que nosotros.
Don Bosco, aún antes de ten er a los salesianos — y
tam bién después de tenerlos— , acudió a aquel señor,
a aquella señora, a aquel sacerdote amigo p ara que
le echaran una m ano en la catequesis, en el oratorio,
en la asistencia y en ta n ta s o tras cosas. Sólo después
de algunos años em pezó a sacar de entre sus alum
nos, m uchachos de dieciséis, de dieciocho, de veinte
años, p ara hacerlos cofundadores, por decirlo así: se
llam aban Rúa, Cagliero, etc. Pero los cooperadores
vinieron antes cronológicam ente. Después, con el
tiempo, les dio Don Bosco un fundam ento jurídico,
canónico. Pero notad bien que no los llam ó tercera
orden, sino «casi com o tercera orden». L as terceras
órdenes, en el pasado, se entregaban, de m odo espe
cial, a las prácticas piadosas. Don Bosco quiso que
sus cooperadores se entregasen a un apostolado eficaz.
En los E statutos o reglam entos que Don Bosco dio
a sus cooperadores —y que son como sus Reglas— ,
se les señala las m ism as actividades que los salesianos
tienen en sus constituciones, pero ad ap tad as a la vida
del seglar. Y no sólo eso: la misma vida personal de
cristiano com prom etido se asem eja a la del religioso
consagrado. En el reglam ento de los cooi^radores,
están presentes el voto de pobreza, de castidad y de
obediencia, adaptados naturalm ente, insisto en ello,
a quienes han de vivir una vida fam iliar en el mundo.
Decía que esta tercera ram a de la gran fam ilia
salesiana. fundada por Don Bosco, «casi te rc era o r
den». está estrecham ente ligada con nosotros. Son
herm anos nuestros. A uténticos herm anos. Y no h er
m anos de segunda categoría. Son herm anos que tie
nen o tra residencia, o tra posición, pero son herm a
nos nuestros; hijos tam bién, como nosotros, de Don
Bosco. El los ha fundado com o h a fundado a las Hi
jas de M aría A uxiliadora, com o fundó la C ongrega
ción. Siempre él. Todos procedem os del único tron
co, de la ún ica raíz, del único Padre, D on Bosco.
Pero ¿qué h a sucedido con el co rrer de los años?
Que estas ideas ta n claras, ta n elem entales y eviden
tes, p o r un com plejo de causas, que no es del caso
exam inar, se h an ido aguando, como cuando se mez
cla el vino con el agua. Yo he en contrado en cierta
p arte del m undo — el m undo salesiano es m uy gran
de— , que p ara se r cooperador b astab a con ir a la
librería y decir: «Yo quiero ser cooperador». E in
m ediatam ente le d aban un diplom a y y a era coop^
rador. O tam bién que p o r el m ero hecho de recibir
el Boletín S alesiano uno y a era considerado como
cooperador... Así, las grandes ideas, p o r un cúmulo
de causas, se ad u lteran con frecuencia y quedan os
curecidas.
EN LA LINEA DEL
X X C.
G. E.
El XIX C apítulo G eneral, pero especialm ente el 5 ^
ha querido d ejar bien claro, drásticam ente olaro, esta realidad; los cooperadores están a núestro lado y tienen n u estra m ism a misión. Nosotros,
com o las salesianas, debem os llevarla adelante con»
personas consagradas, y los cooperadores, como ^
glares com prom etidos. Teniendo en cuenta que los
cooperadores, p red sa m en te porque in teg ran y
ta n n u estra fam ilia, in te resa n tam bién a la s Hijas de
M aría A uxiliadora que, m uchas ve(»s, m uchas
h an tenido casi miedo de ocuparse de los cooperado
res.
Igualm ente hem os llegado a eq u ip arar cooperada
con un am able viejo de b lanco pelo y bastón ^ *
m ano tem blona, que vale sólo p a ra h acer a l g ^
o ra d ó n o d ar u n as pesetas. No. E sto no es un
perador. Don Bosco pensó que p ara se r un
e ra necesario un com prom iso cristiano y fijó la eoao
;
|
j
■
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res. Pero, volvam os a la misión juvenil. ¡Cuántas
posibilidades tienen! Yo os digo solam ente algunas
cosas sobre este punto: A ustralia, por ejemplo. Es
curioso que tengam os que ir ta n lejos.
En A ustralia se ha llegado a esto — y m irad cuán
ta s cosas se pueden hacer— : allí tenem os colegios
que están to talm en te en m anos de los Cooperadores
salesianos. Pero de Cooperadores conscientes, pre
parados. P reparados espiritual, pedagógica, didácti
cam ente. Y tam bién adm inistrativam ente. Un colegio
con 500 u 800 alum nos. Cooperadores y Cooperado
ras. Que tienen form ación y form ación perm anente:
reunión m ensual, retiros espirituales, encuentros pe
dagógicos, didácticos, etc. ¿Por qué han de llevar, me
pregunto, los Salesianos la p arte adm inistrativa? Los
Salesianos llevan la p arte espiritual. Y todo va m uy
bien.
Un salesiano, dos salesianos, a lo m ás, p ara aten
der el aspecto espiritual, y adelante.,.
¿Qué consecuencias se derivan de esto? N osotros,
p o r ejemplo, tenem os en España, aquí, en m uchas
ciudades, colegios y tenem os seglares. Son buenos
lA SA LESIA N A
mínima en dieciséis años. He dicho dieciséis años, no
setenta y seis años. Don Bosco pensó ya en los jó
venes.
Hoy los cooperadores no digo que h an sido des
cubiertos, sino que h an sido «relanzados» para usar
una palabra m uy actual. Es un verdadero y nuevo
lanzamiento: prim ero, en la valoración de lo que
fue una idea genial, ardorosa, valiente, de nuestro
Padre a la que llegó, a trav é s de una lenta elabora
ción, en varias etapas. A quienes conocen la historia
de los cooperadores salesianos, les será fácil recordar
cuántos cambios y cu án tas dificultades experim enta
ron los reglam entos an tes de llegar a su edición defi
nitiva. Y después, en su cualidad de seglares. Segla
res comprometidos en la m ism a misión que los sa
lesianos.
Pero tra b a ja r en esta línea y con eficacia espiritual
no se improvisa, y po r eso necesitan de la Congre
gación.
SU MISION
Vuestra misión, y a os lo he dicho, es com o la
®nestra; sobre todo, reglam entos en m ano, juvenil
y popular. A ñadiría juvenil y popular con los instru^ n t o s de los m edios de com unicación social. Si os
cuenta, son las grandes líneas de la misión de
Bosco, de la m isión confiada a los salesianos.
He dicho juvenil y h e dicho popular. No he expreel hecho catequético, la catequesis. Elstá ya in®cado en el E statuto, en los Reglam entos. Después
®®ñala tam bién la prensa. E ntonces no había radio,
® ® ^bia televisión, pero evidentem ente cuando Don
Imbla de prensa, habla de aquello que había
?
tiempo para la com unicación social. Hoy, evi®^«lemente, hablaría de la radio, de la televisión y
** hído medio de com unicación social.
V todo esto es ta re a confiada a los cooperado-
santiago.— Eso, hay que palpar la piedra del Pórtico
de la Gloría con fe, tal vez para volver pronto a
España...
— 5
cristianos. Si lo son, ¿por qué nosotros no los cuali
ficamos? ¿Por qué no los responsabilizam os? ¿Por
qué no los hacem os conscientes com o Cooperado
res? ¿Por qué no los preparam os espiritual, pedagógi
cam ente, según nuestro espíritu, y después les m ani
festam os el deseo de que colaboren con nosotros, no
p ara d ar sólo clase: es dem asiado poco; d ar cla
se puede darla un judío, un m ahom etano y qui
z á m ejor que un católico. El C ooperador esta rá
en la clase con una conciencia cristiana, católica, y
y a sabéis lo que quiero decir con esto. No es la m a
nera de d ar una clase de m atem áticas, de inglés o
de español. Es fuera de la clase: en el encuentro,
en una actividad paraescolar...
Yo he visto a un grupo de profesores seglares, en
este caso no Cooperadores, decir al director de un
colegio nuestro que les perm itiera utilizarlo por la
t rde, fuera de horario, para estas actividades p ara
escolares. P rofesores no Cooperadores, que han com
prendido que la educación escolar h a de ser in te
grada.
Pensad ahora qué no se podría h acer con los Co
operadores, qué no se podría hacer en actividades
que van desde el deporte, que es lo m ás fácil y a g ra
dable, y el te atro , que ha de redescubrirse, h asta la
actividad m usical, litúrgica artístic a y mil y mil a c
tividades más.
Este Cooperador, profesor, educador, etc., puede
integrarse así fácilm ente en la com unidad educativa.
VALIDEZ ACTUAL DE LOS COLEGIOS
Pero nosotros no dam os clase, por la clase en sí,
no tenem os el colegio po r el colegio en sí; nosotros
nos servim os del colegio y de la clase p ara educar,
p ara edu car cristianam ente; m ejor aún, para que, a
trav és de una educación cristiana intensa, especial
m ente donde no hay pobres, éstos que son m enos po
bres se conviertan en líderes.
El CGE dice: nosotros tenem os estos colegios para
que estos m uchachos y estos jóvenes sean educados
en profundidad para el servicio y el apostolado. Ser
vicio de los dem ás, especialm ente de los m ás nece
sitados. y apostolado. Si nosotros no hem os obteni
do esto, hem os desperdiciado, peor aún. perdido m u
chas de n u estras fatigas y. por lo tanto, habrem os
fracasado.
El colegio es para nosotros un instrum ento, un
medio, no un fin. Y no un instrum ento m enos váli
do; es un instrum ento que puede ser eficacísimo. Pero
sólo si es vivido, integrado y anim ado por todo aque
llo que Don Bosco nos ha dado para que el colegio
no sea fin en sí mismo.
Yo com prendo, según esto, a algunos salesianos.
especialm ente jóvenes que casi quieren term in ar con
los colegios. Yo creo que su posición se fundam en
ta en que: o no han com prendido la función in stru
m ental del colegio o tam bién en que el colegio no
se lleva según el punto de \is ta de Don Bosco o salesiano. Porque el joN-en. verdaderam ente form ado a
trav é s de todo lo que lleva consigo el colegio salesiano en su conjunto, debe forzosam ente convertirse
en un cristiano no com ún, un cristiano que es após
tol para los dem ás; convertirse en lo que se llama,
sin darle otro sentido a la p alab ra, en un líder.
6 —
COMUNIDAD EDUCATIVA
Decíam os, pues, que el C ooperador puede integrar
se, como profesor, en la com unidad educativa. Pero
al decir com unidad educativa es necesario que nos
p ersu ad 2imos — ^y ah o ra hablo a los Salesianos, aun
que lo que digo vale p ara todos— , que p ara actuar
y realizar n u estra o bra educativa debe existir en el
colegio u n a triple colaboración;
— prim ero, los salesianos;
— segundo, los colaboradores seglares, que for
m an una sola cosa con los Salesianos. Y, en tre ellos,
debem os incluir a los padres de los alum nos. Jun
to s todos con nosotros p ara estu d iar los problemas
pedagógicos, disciplinares, cuando sea necesario, y
los problem as, ¿por qué no, tam bién?, económicos:
tenem os y a colegios, grandes colegios, en los que los
mismos padres de los alum nos nos h an dicho: «Us
tedes así no pueden seguir adelante». Hay, pues, que
v er el modo de estudiar, en com ún, el aspecto econó
mico. Teniendo em pero en cu en ta que este contacto
con los padres no quede reducido a un hecho pura
m ente adm inistrativo o académ ico. Se tra ta de una
colaboración consciente que tiene que ser, en el sen
tido profundo de la p alab ra, pedagógica;
— tercero (he aquí o tra novedad): los alumnos, a
la m ism a m esa. No todos los alum nos, sino los re-
Santiago.—Grupo general, con los aspirantes, ante
una de las puertas de la catedral compostelana.
presentantes de los alum nos. Los alum nos cualifica
dos, convenientem ente prom ocionados, capaces de co
laborar, evidentem ente. Y debem os decir que donde
ya la experiencia tiene algunos años de vida, cada
vez es más positiva. Es natural que se encontra
rá dificultades que h ab rá que superar. Pero debo
añadir que, m uchas veces, en la m esa de colabora
ción, los alum nos son m ás exigentes que los educa
dores; los m ás exigentes, cuando se tr a ta de h o ra
rios, de vacaciones, de un m ontón de cosas.
Y mirad ahora la g ran fuerza educativa que se
consigue, cuando se actualiza esta actividad, que he
llamado triangular: E ducadores-salesianos, seglarespadres y alumnos.
Este es siem pre el principio. Este es el camino.
MAS EJEMPLOS
Vemos, pues, que en este cam po escolar los Co
operadores tienen u na labor inm ensa. M ás aún: en
algunas Inspectorías existen O ratorios donde, jim to
a uno o dos Salesianos, h a y ocho, diez o quince Co
operadores y C ooperadoras participando activam en
te. Dan su tiem po; cuatro, dos, u na hora, según los
casos. Yo conozco un oratorio en el que h ay cuatro
Cooperadores encargados de los deportes. Además
del trabajo de la sem ana (entrenam ientos...), los do
m ingos acom pañan a los m uchachos a los partidos
que juegan fu era de casa. Recuerdo haber visto a
algunos de ellos asistir con los jóvenes a misa, a
las seis de la m añana, p ara ir después a ju g ar un
partid o a u n a ciudad cercana. Y con ellos, en fila
tam bién, p ara confesarse, dando así un magnífico
ejemplo, probablem ente m ayor que el que podría
darles un Salesiano.
Y después, las Cooperadoras. En un oratorio te
nían a su cuidado el ten er a punto todos los equi
pos. ¡Y había doce! D urante la sem ana ellas lavaban
todo, lo planchaban y lo rem endaban. Es solam ente
un ejem plo de colaboración.
Y lo mismo podríam os decir de o tra s actividades.
En Colonia (Alem ania) tenem os un oratorio «sui
generis». E xactam ente no se llam a to rato rio » , por
que lo que im porta no es el nom bre, se llama «Puer
ta s abiertas». ¿Por qué «puertas abiertas»? Porque
todos pueden e n tra r en él. E stá situado en los su
burbios, donde an tes la Policía tenía b astan te tra b a
jo y ah o ra — el hecho es significativo— tiene poco
que hacer. E stá abierto catorce, dieciséis h oras cada
día. Son pocos los Salesianos, pero hay cuaren
ta seglares de am bos sexos, que se altern an , du
ran te la jo m ad a, p ara la m ucha actividad que
allí hay. L a m ayor p arte se realiza en el inte
rior, debido al clima, sin que se excluyan, de nin
gún modo, las actividades exteriores de to d a índo
le: desde las recreativas h asta las form ativas. Pues
bien, son los Cooperadores quienes llevan la m ayor
p arte del trab ajo . Y tienen tam bién sus reuniones de
preparación, su control de revisión y su s retiro s es
pirituales p ara poder tam bién ellos «cargarse».
Las posibilidades, como veis, son inmensas.
LA COMUNTOAD Y LOS COOPERADORES
Yo quisiera decir ah o ra a mis queridos Salesianos que actuem os en este plano y busquem os la m a
nera de lib ram o s de un sentido — no os escandali
céis de la palab ra— de clericalismo.
H ay quienes se creen que sólo nosotros podem os
h acer estas cosas. Y. sin em bargo, hay m uchas co
sas que pueden h acerlas igualm ente — y quizá m u
cho m ejor— nuestros queridos seglares. E ntonces lo
im portante es b u scar a esto s seglares, form arlos, p re
pararlos. valorizarlos, hacerlos trab ajar... Pero son
cosas que no se improvisan.
Y después viene la responsabilidad de toda la co
m unidad. que es responsable en su conjunto. No es
una m isión del delegado de Cooperadores, eso es un
erro r. El delegado es particu larm en te responsable,
pero es la en tera com unidad la que debe m irar y
preocuparse p o r esta actividad de los Cooperadores
— búsqueda, formación...— como m ira y se preocupa
p o r la actividad colegial o de la parroquia, que es
igualm ente actividad de la com unidad, aunque haya
un p árroco o un encargado p ara el colegio.
E ste es o tro de los p untos descubiertos, digám os
lo así, p o r el XX C apítulo G eneral Especial; Respon
sable de e s ta actividad es la com unidad, la cual deI ^ a . P ero delegando, no abdica.
Son cosas diversas d elegar y abdicar. Se da con
dem asiada frecuencia el fenóm eno de la abdicación.
L a responsabilidad atañ e a to d a la com unidad.
Y quiero su b ray ar que estas cosas que estam os di
ciendo p ara los Salesianos, valen tam bién igualm en
te p ara las H ijas de M aría A uxiliadora.
— 7
EL llECTOfl MUYOa
HEELE & m
? m m selesi
VOLUNTARIAS
DE
DON BOSCO
Y están tam bién las Voluntarias
de D on Bosco. «Poverine». Y digo
«pobrecitas» porque no h e hablado
de ellas todavía. Es algo m uy her
moso. Un in stitu to secular. Están
consagradas, pero en el mundo. Vi
v en en el m undo, en cierto modo,
p ara santificar el m undo con su
testim onio y tam bién con obras de
apostolado.
Cambados.— Don Ricceri disfruta en familia y firma autógrafos para el
recuerdo.
Antiguos Alumnos
Los queridísimos antiguos alum
nos — es así— no están en tre las
tres ramas fundadas por Don Bosco, con fines apostólicos d irecta
m ente, pero son el fruto mejor, el
mds hermoso y sabroso, el más
rico, el m ás fecundo de la educa
ción de Don Bosco. de ía educa
ción saíesiana. Aquí en España
tienen una gran actividad y yo no
hago o tra cosa, no puedo hacer
o tra cosa, que animorfos. Aunque
no sean «sensu stricto» de la fam i
lia. aunque tengan estru c tu ras di
versas. nada tienen que perder por
eso. porque tam bién ellos pertene
cen a la /am ilia. Son como los hi;‘itos de Don Bosco. hi/itos nacidos
de la educación de Don Bosco que.
/íístam ente como se dijo ya en los
prim eros E statutos, ellos, en co
rrespondencia y como reconoci
miento por la educación recibida,
se sienten ligados, y no sólo sen
tim entalm ente. con la vida perso
nal. fam iliar y social, y esto es ya
8
—
una form a de apostolado. Y des
pués con las m ás bellas y variadas
iniciativas y actividades.
Don Bosco decía a los antiguos
alum nos de los prim eros tiempos:
«Si queréis hacer, los que sois cris
tianos y cristianos fervorosos y
con sentido apostólico, si queréis
hacer un obsequio a Don Bosco,
haceos cooperadores.» Y al haceros
cooperadores, no perdéis nada de
lo que es vuestra característica,
antes la potenciáis, porque de hi
jos os convertís en hermanos. El
paso es. pues, éste. Y yo digo a
los queridísim os antiguos alum nos
que están en los puestos directi
vos, en la /u n ta: no dejéis la aso
ciación. sino que permaneciendo
dentro y pudiendo hacer algo, ani
maos, sed el ferm ento de la unión,
alum nos, pero como conscientes
cooperadores. N i contentaros con
decir yo m e siento y a com o un
cooperador; no, debéis serlo ver
daderam ente y continuar com o tal.
Esperam os que este Instituto se
increm ente. Hemos alcanzado ya
una a lta cota: la cifra de casi 500
m iem bros. E stán extendidas por
Europa, más allá del telón. ¿Com
prendéis bien lo que significa más
allá del telón? Y las tenemos en
A m érica; las tenem os en Vietnam,
en Hong-Kong, en M acao. Incluso
hem os m andado a las misiones a
una doctora. Es de Checoslova
quia y se h a especializado en en
ferm edades
tropicales.
Marchó
hace año y medio, y ahora está
creando un grupo en el Ecuadctf,
donde trab a ja m agníficam ente en
un am bulatorio.
Es un In stitu to , un movimiento
m uy bueno. Nos queda p asar aho
ra a la ram a m asculina... ¿por quó
no? N o pongam os lím ites a la Pr<^
videncia.
Pero todo esto no sustituye a la
Congregación ni a las H ijas de Ma
ría A uxiliadora. Cada uno está co
mo en una orquesta. Y en una
orquesta, el violín tien e una fun
ción y el violonchelo o tra, como el
con trab ajo y la batería. No todo»
podem os se r violines o b a te r í^
No. Q ue cada uno ten g a su c^rtsma, su vocación. Y, todos unidos,
sirvam os a la Iglesia, con los fines
y el espíritu de Don Bosco.
L arga h a sido la respuesta, poro
la p reg u n ta lo m erecía. P or eso, si
queréis p ro testar, p ro testad a don
S antiago. (Aplausos.)
Cambados.— Imposición de la Encomienda de Alfonso X el Sabio a don Emilio Corrales.
“De conformidad con lo prevenido en la letra “a” dei artículo 2.® del
reglamento del día 14 de abril de 1954, y en atención a los méritos y
circunstancias que concurren en DON EMILIO CORRALES GARRIDO,
este Ministerio ha dispuesto concederle el ingreso en la Orden Civil de
Alfonso X el Sabio, con la categoría de Encomienda”.
(Del Ministerio de Educación y Ciencia, 17 de abril de 1972)
j.
EL PASADO 21 de mayo, en Cam
bados, con motivos de ias fies
tas organizadas para celebrar et
XXV aniversario de la fundación del
seminario, le fue impuesta a don
Emilio la Encomienda de ia Orden
Civil de Alfonso X el Sabio.
Estaban presentes monseñor Cerviño. Obispo y Vicario Capitular de
Santiago de Compostela. don Luis
Ricceri, Rector Mayor de la Con
gregación Salesiana, venido ex pro
feso de Turin para estos actos, don
Antonio Mélida, del Consejo Supe
rior, los provinciales de León, Ma
drid y Bilbao, don Modesto Bellido,
el ilustrisimo señor delegado pro
vincial del Ministerio de Educación
y Ciencia, los directores de los co
legios saleslanos de Galicia y un
grupo de numeroso de salesianas,
salesianos, cooperadores y amigos.
no se excede en alabar, vitupera.
Yo diría que las sobras de ala
banza son menguas de la capaci
dad, y el que alaba sobrado o se
burla de sí, o de los otros”. (El
Héroe, Primor V). Opino lo mismo
que nuestro agudo pensador con
ceptista y, por eso, quiero mante
en el colegio, no me había apren
dido yo el primer curso de la mis
ma asignatura y, como siempre, re
sultaba difícil levantar un edificio
sólido sin haberle puesto cimien
tos. Pensé hasta marcharme del co
legio, pero este proyecto infantil no
se realizó. Don Emilio echó mano
Ofreció el acto don Santiago Ibáñez, con la elocuencia en él habi
tual y, tras el descubrimiento de
una lápida, a la memoria de doña
María Dolores Del Valle Bechade,
fundadora de la casa, el ilustrísimo
señor don Tomás García de la San
ta. Presidente de la Asociación de
Antiguos Alumnos Salesianos de
Valladolid y catedrático de su uni
versidad, presentó las facetas más
destacadas de la personalidad dei
recipiendario.
Extractamos para nuestros lecto
res algunos de sus párrafos porque
en ellos se traza y glosa perfecta
y cariñosamente la historia de una
vida de entrega larga y generosa,
al servicio de la educación de los
jóvenes.
Serán ellos la mejor presenta
ción de nuestro querido don Emi
lio.
..."BAJO LA EGIDA DE DON
BATTAINI, vivía el colegio de Carabanchel Alto, cuando llegué allí
a que me enseñara latín don Emi
lio Corrales. Y es también, en ma
yo, mi mes de la gratitud, cuando
nos reunimos aqui para entregarle
la Encomienda de la Orden Civil
de Alfonso, el Sabio, con la que el
Gobierno español ha querido dis
tinguir sus servicios a la educación.
¿Qué decir de don Emilio, en
esta hora de alabanzas, en este
momento de recompensa oficial a
una vida laboriosa y, por tal, saleslana cien por cien? “Sienten al
gunos, escribe Gracián, que el que
10
Cambados.— El Rector Mayor felicita efusivamente a don Emilio
fonso V el Sabio; a la derecha de la foto, don S
nerme en un justo medio: ni exce
derme en la alabanza ni tampoco
silenciar las merecidas.
Decía, pues, que don Emilio me
enseñó segundo curso de latín,
cuando él rompía sus primeras lan
zas. como jovencisimo educador.
Desgraciadamente, antes de entrar
de recursos extraordinarios de emer
gencia... y aquí me tienen ustedes
convertido en catedrático de lat'f**
porque de don Emilio aprendí uM
lección importante: no hay latines
ni otra asignatura que se resistan s
un estudiante de capacidad medí*"
na, si él pone de su parle lo qu*
*
puede y el profesor es un salesiano,
como el que a mi me tocó. A él le
debo, pues, lo que sólo son capa
ces de dar los verdaderos maes
tros: la inclinación y el amor a mis
estudios y a mi profesión.
En efecto. ¿Qué otra cosa es el
curriculum vííae de don Emilio si-
Impuesto la Encomienda de Al■•pector de León.
fw la trayectoria esencialmente
suiéntica de un educador verda<tero? Alumno de primera enseñanza en el colegio salesiano de Talavera, su patria chica, y de seSunda, en el de Campello, donde
floreció su vocación salesiana; pro
visor en Carabanchel, teólogo en
Turín, sacerdote en Salamanca, en
cuyo colegio de María Auxiliado
ra... fue primero Consejero, a la
par que se licenciaba en Filosofía
y Letras, y luego Director, durante
doce años, pasando después, con
igual cargo, dos años más, al Pa
seo de Extremadura, de Madrid,
hasta ser nombrado en 1948 Con
sejero Nacional de Educación e
Inspector de la Provincia Céltica,
de la que se trasladó, con la mis
ma jerarquía, a ésta de Santiago
el Mayor, al desmembrarse aquélla
en 1954. Hablen de él y por mí,
los 22 Centros, con casi 10.000
puestos escolares, creados, duran
te sus dieciocho años de mandato,
como provincial...
Soy testigo, lo he demostrado
ya, de su competencia profesional
y todos lo somos de su vida ejem
plar, cualidades ambas que le con
figuran en la categoría de maestro
auténtico. Porque, en frase del gran
pedagogo europeo, Luis Vives “pa
ra conferir la función del magiste
rio no hay que atender sólo a la
competencia, sino asimismo a las
costumbres; una ciencia a que no
corresponde la vida es cosa perju
dicial y deforme" (Tratado de la
Enseñanza, Libro II, cap. I).
Pero más que a enumerar las
obras de don Emilio y a ensalzar
las, hemos venido aquí a entregar
le la recompensa oficial por su de
dicación abnegada... Fue el de don
Emilio un darse a fondo perdido (o
ganado, en otro sentido), un dar
se impulsado por su vocación sa
lesiana, por una exigencia de paz
personal, por un amor abnegado
que se volcaba en hijos que no
eran suyos, pero de los que se
sentía responsable. Por eso, en es
te acto, sus antiguos alumnos nos
sentimos obligados a compensar,
aún sabiéndonos impotentes para
el logro del equilibrio. Nadie pue
de conocer la íntima satisfacción
del que da, ni la interior congoja
de la esperanza que se pone en
la entrega. Sólo puede saberlo el
que es educador y maestro, el que
es padre y guia verdadero...
Por eso, señores, es justo, aun
que insólito, que un día como hoy,
nos congreguemos un puñado de
hombres para rendir tributo de gra
titud a un educador que no se con
tentó con su lección de latín o con
su tarea directiva, sino que, mu
chas veces, enseñó, en su entre
ga, desconocidas singladuras de
firme trazado y de blancas estelas.
Don Emilio, aquí estamos sus an
tiguos alumnos para darle las gra
cias por nosotros y por tantos otros
jóvenes y hombres a los que usted
ha formado para la vida...
Por eso, podemos repetir ahora
la afirmación de Séneca: "un hom
bre no vivió mucho porque tiene
canas o arrugas (— por lo demás,
los que estamos en el secreto, ¿po
demos imaginar una arruga en la
sotana de don Emilio? Sospecho
que, una de dos: o ha usado una
nueva cada día de su vida sale
siana o sigue luciendo la misma
que en 1926, con planchado inal
terable), no v i v i ó mucho por
eso, sino que duró mucho". (De
Brev. vitae, Vil). Don Emilio, sí, ha
vivido mucho, bebiendo a boca lle
na de la salesiana fuente de la
inmortalidad: trabajar mucho, no
cansarse nunca, estar alegre y no
perder jamás el ansia de crear...
Lo que aquí ha sucedido hoy, lo
que todos los presentes estamos
componiendo con tan augusta pre
sidencia, lo que presenciamos es,
precisamente, que, a fuerza de ver,
reconocemos; que, a fuerza de re
cibir, hemos venido a recompen
sar; que, a fuerza de tantos años
de laborioso silencio suyo, se nos
ha llenado el corazón de palabras
y hoy, por fin, nuestra boca ha ha
blado de la abundancia de nues
tro corazón; triunfalmente, porque
el triunfo debe seguir al mérito".
DESPUES DE LAS EMOCIONA
DAS PALABRAS del doctor Garda
de la Santa, el ilustrísimo señor
delegado provincial del Ministerio
de Educación y Ciencia impuso a
don Emilio la Encomienda de la
Orden Civil de Alfonso X, el Sabio,
entre el aplauso cariñoso de todos
los asistentes. Luego don Emilio,
visiblemente conmovido leyó unas
cuartillas.
Entresacamos también, de ellas,
los párrafos principales:
“Aquí me tienen ustedes, bien a
pesar mío, convertido involuntaria
mente en uno de los protagonistas
de este acto, que estamos reali
zando en el marco estupendo de
la bellísima Galicia, que tan mara
villosamente cantara el Rey Alfon
so, el Sabio, con el dulce lenguaje
de sus incomparables cantigas.
—
11
Cambados.— Festival en honor del
Rector Mayor. Las chicas bailan
la “muñeira”.
¿'.si.rr?.'
Me emociona mucho el recibir
este agasajo en la presencia del
que tan dignamente hace para nos
otros las veces de nuestro amantlsimo Padre Don Bosco: el reveren
dísimo don Luis RIcceri... La pre
sencia del señor Obispo, en este
acto, me recuerda las bondades y
delicadezas paternales de nuestro
santo y gran Cardenal, que tan in
esperadamente se nos escapó al
cielo. El nos había prometido, va
rias veces, su augusta presencia
para el día de la inauguración ofi
cial de este seminarlo. Y cierta
mente que hoy está presente el
bondadosísimo Pastor desde la glo
ria de los cielos, y muy represen
tado, en la tierra, en este acto,
por quien fue su fiel y dignísimo
Obispo Auxiliar, a quien hoy le
reiteramos todos nuestra adhesión,
nuestra disponibilidad y nuestra pro
funda gratitud.
Los salesianos siempre hemos
tenido a gala, como herencia de
familia, el prestar a nuestros obis
pos una filial adhesión y una fer
viente colaboración. Y siempre he
mos encontrado en ellos al Padre,
al Amigo, al Pastor de las almas.
...Para mí ha sido un honor el
recibir estas insignias de la Enco
mienda de la Orden de Alfonso X,
12
—
el Sabio... Por ello, al darle las
gracias más rendidas al ilustrísimo
señor delegado provincial del Mi
nisterio de Educación y Ciencia,
por el honor que me ha dispensa
do, le ofrezco y le ofrecemos todos
los salesianos al señor Ministro, en
su persona, nuestra adhesión sin
cera y nuestra colaboración entu
siasta.
Por lo demás, quiero también
manifestar dos sentimientos que
embargan mi ánimo, al recibir esta
insignia de la Orden de Alfonso X,
el Sabio; el primero es de alegría.
Alegría grande, exultante, por sa
ber que han sido precisamente los
queridos antiguos alumnos los que,
secundando sugerencias de los su
periores y valiéndose de sus pre
ponderantes posiciones en las es
feras oficiales, han realizado ges
tiones rápidas y eficaces para que
el expediente se resolviera pronto
y satisfactoriamente. Me vais a per
mitir que cite algunos nombres,
como una satisfacción de mi alma
y un homenaje al cariño que les
tenemos. Mi gratitud al Presidente
Nacional de la Asociación... y a su
dignísimo Consiliario Nacional, que
firmaron y presentaron oficialmente
la instancia, solicitando esta Enco
mienda. A mi querido y entrañable
amigo y discípulo Tomás García de
la Santa... En él ha resultado que
el cariño no le ha cerrado los ojos;
al contrario, se los ha abierto con
cristales de muchos aumentos, que
le han hecho ver en mi pobre per
sona unas cosas estupendas que
pueden ser muy bien un plan de
vida o un programa, que él nos
traza, sobre todo a mí, para su
ejecución. De todos modos, mi
querido Tomás, tus palabras de
hoy y tu comportamiento de siem
pre me confirman la verdad de
aquel ejemplo que estudiábamos
los dos en nuestros años de Carabanchel, en aquella gramática de
don Vicente García de Diego, que
tanta guerra nos daba: “Cum vita
sine amicis insidiarum et meus ple
na sit, ipsa ratio monet amicitias
comparare”. Y así, yo debo haber
sido muy razonable, porque tengo
la suerte de tener en ti y en otros
muchos, grandes y entrañables ami
gos.
MI GRATITUD TAMBIEN a... to
dos los de ahora y los de siempre,
con los demás amigos que se inte
resaron por ofrecerme este obse
quio...
Experimento además un segun
do sentimiento de remordimiento.
Remordimiento, porque ésta y otras
condecoraciones han sido muy bien
merecidas por otros muchos sale
sianos: resultando que circunstan
cias diversas han hecho que los
buenísimos Superiores y hermanos
muy queridos escogieron mi pobre
persona, como un símbolo, que pu
diera representarlos a todos ellos.
Y, en este sentido, yo acepto esta
Encomienda de Alfonso X, el Sa
bio, en nombre de todos mis Her
manos, sacerdotes, coadjutores y
clérigos, que, en todos los puntos
de la Patria, trabajan sin descanso
ni sosiego, con e! celo del apó^
tol y el ardor del soldado que vi
ven ansiosos de ganar para Cristo,
para la dignidad humana, para Is
cultura, para la grandeza de Es
paña, a miles y miles de jóvenes,
en las aulas, en los talleres, en los
centros juveniles y dondequiera que
hay muchachos que educar o jó
venes que regenerar. Así pues, con
estos sentimientos de admiración
y cariño, yo ofrezco esta honrosa
condecoración de España a todos
estos queridísimos Hermanos y a
nuestra Madre la Congregación, en
la persona augusta y venerada del
sexto sucesor de San Juan Bosco.
...¡Muchas gracias a todos!"
HORAS MAS TARDE, en la so
bremesa familiar con que se clau
suraron los solemnes actos de la
mañana, el Rector Mayor, al feli
citar a don Emilio Corrales, subra
yó, de modo especial, tres facetas
que destacan y condensan toda su
actividad sacerdotal y salesiana.
Don Emilio es, dijo don Ricceri:
“un gran constructor", no de
cemento o edificaciones, sino, so
bre todo de almas, de salesianos,
de corazones, a lo Don Bosco.
— “un trabajador incansable": a
sus setenta años, su mano no tiem
bla y lleva con seguridad y firme
za las responsabilidades que hoy
todavía gravitan sobre él. Director
del Colegio de Huérfanos Ferroviados de León, conoce personalmen
te a sus quinientos alumnos ínter'*08. Y trabaja con ellos con la
"'©ma ilusión de sus mejores años.
— Y posee también la “paterni
dad salesiana”: amable siempre y
*^ p re sereno, don Emilio tiene
asa amplia comprensión que sólo
'Otorga la experiencia de una dila
tada autoridad y el profundo cotf^miento que dan los años de tas
®sas y de las personas. Y siemcon gesto de gran señor y
^■nplido caballero.
t-Qs veinte años de amistad, que
a don Ricceri con don Emi^ dan una validez más sólida,
^ el mayor conocimiento de la
persona, a esas tres características
que él quiso destacar en la vida
y obra de don Emilio y que nos
otros hemos querido comentar bre
vemente también.
Por eso, y por todo lo demás
que le dijeron y premiaron en esa
jornada inolvidable de Cambados,
nuestra enhorabuena y nuestra gra
titud, don Emilio.
JESUS PABLOS
Y PERMITASELE AL CRONISTA
OCASIONAL de estos actos subra
yar una faceta, si no inédita, al me
nos no suficientemente delineada,
en esta ocasión, de la vida y obra
de nuestro querido don Emilio.
Me refiero a su afán incansable
por las vocaciones. El colegio de
María Auxiliadora de Salamanca no
gozaba, por los años en que esta
ba don Emilio, debido a una com
pleja y delicada serie de circuns
tancias, del clima más apto para
el resurgir de vocaciones salesianas. Y, sin embargo, surgieron: nu
merosas y sin solución de conti
nuidad, a lo largo de su directora
do. Una de las causas, y no la más
exigua, fue sin duda, el interés
operante y celoso de don Emilio.
Y de ello, de “sus" vocaciones, se
sentía santamente orgulloso.
¡Cuántas veces, en sus años del
Paseo de Extremadura, ha comen
tado conmigo, alumno suyo, en otro
tiempo, y clérigo entonces que es
trenaba tímidamente, junto a él, las
primeras experiencias educaciona
les, los años de Salamanca! Y re
pasábamos nombres de amigos y
compañeros, algunos ya sacerdotes
y otros en los diversos estadios de
la carrera sacerdotal, que habían
salido del Colegio... Y don Emilio
se preocupaba por cada uno de
nosotros, urgía nuestra perseveran
cia y nos animaba con su ejemplo.
Hoy cuando la Encomienda de
la Orden Civil de Alfonso X, el Sa
bio, viene a premiar una vida en
teramente consagrada a ios demás,
creo que es justo y además suma
mente consolador para don Emilio
destacar esta actividad suya de
“gran constructor” de almas, de
corazones y de salesianos que sub
rayara don Ricceri.
Don
Battainí.
UN 8ALESIANO
EJEMPLAR
NOS LLEGA UN DOCTOR
El día 7 de mayo se in au ^ró , en
el Colegio Salesiano de Campello
(Alicante), un sencillo monumento le
vantado a la memoria de don Alejan
dro Battaini: nacido en Italia en
1883 y fallecido en Valencia en 1953.
Setenta años de vida, de los cuales
casi cincuenta pasados en España. Don
Alejandro llegó a España a sus vein
ticuatro años, en 1907, recién ordena
do sacerdote, doctorado por la Gre
goriana de Roma, Era un talento, un
superdotado. Pero no es por eso por
lo que se le ha levantado un monu
mento, sino por su constante y efi
cacísima labor educativa, ejemplar
mente humana.
■TEMPERAMENTO!
Al calificarla de humana, quere
mos expresar cuanto de bondad,
clarividencia, tacto, comprensión, etc.,
tuvo en su actuación directora; pero
también sus limitaciones de hombre
corriente: sus prontos, su geniazo,
cierta brusquedad propia del profe
sor competente a quien no es fiícil
seguir, etc. Todo ello (en la suficien
te proporción para hacer asequible y
simpática su figura) era el tempera
mento de don Battaini. ¡Temperamen
to! ¡Qué bien viene aquí ese vocablo!
Temperare era, para los romanos,
aguar el vino, mezclar para rebajar,
de modo que la excelencia de lo
óptimo perdiera grados o riqueza,
para acomodar mejor, al uso humano,
lo que en su primera pureza habría
sido prácticamente inmanejable. Preferinuw ver así a los hombres y a
los santos: atemperados. Nos a ^ da. por ejemplo, saber que San Pío
X fumaba buenos habanos, y se en
tretenía jugando a la baraja. Cuan
14 —
Campello.— Don Marcelino, rodeado de Salesianos y amigos, barxío
tos conocimos a don Battaini, pode
mos atestiguar que atemperaba sus ex
celencias intelectuales, dinámicas, do
minadoras, con tales dosis de sentido
común, que, al día, eran muchas más
las horas de diálogo y aún de cier
ta campechanía, por su parte, que
los ratos aislados en que oíamos por
la galería su característico trotecillo,
presagio de alguna indignación suya,
más o menos motivada, acompañado
de su expresión usual malhumorada
(en italiano, cadencioso) de ¡accidenta
EL FOLLETO DE DON ARTURO
Quizá no se escriba más sobre don
Battaini que el foUeto de don Artu
ro (dicho así a secas queda más de
terminado), publicado recientemente
por la Casa de Campello. Es un re
tazo de historia, un tanto somero res
pecto de los hechos externos; pero
muy rico en historia interna de la
Congregación en España. Ha sido
certero don Arturo al describirnos
aquel Campello de acelgas cocidas...
y de garbanzos también; pero éstos,
caros, se acababan antes. ¡Heroicos
salesianos los del primer tercio del
siglo xx! Junto a tal pobreza había
mucha virtud y mucha a l ^ í a . Don
Arturo ha sabido captar todo esto,
tan inaprensible de suyo, y poner
cada cosa en su sitio, y narrarlo con
ese fino sentido del humor y de ale
gre irresponsabilidad propio de todos
los talentos naturales: desde Homero
hasta Pío Baroja. No es un despropó
sito asegurar que hay dos libros pC;
queños sin los cuales no se podn
escribir la auténtica historia, la de
dentro, de nuestra antigua Inspectorfi
Céltica. Son éstos: la vida de doo
Ramón Zabalo, escrita por don Mi
guel Lasaga, y este foUeto de doo
Arturo.
Un ejemplo de ello. En la dccadi
de los años 20, sólo el Colegio de
Carabanchel retenía a sus alumtws
— ¡y muy contentos!— durante I»'
vacaciones de Navidad. El ahorro, d
descanso, la tradición familiar apun
taban claramente la solución contra
ria. No obstante, don Battaini remó
contra corriente, y triunfó. Con razón
comenta don Arturo: Lo que p o ^ haber sido días de descanso para ■"
superiores e ingresos saneados, se
convertían en dias de un traK •
abrumador para divertir a los «f*
chachos, y en dispendios extraorasnarios para los gastos de tales fies
tas. ¡Y asi quince años! ¡Vn gesto
tal basta para calificar a un hombreUNA LAGUNA
Para completar la figura de don
taini nos falta aún rellenar uru !»•
guna: la de sus últimos diez años
sados en Valencia. De ellos sería nwf
interesante corrocer bien cómo sup«®
la crisis que le sobrevii», por c*®"
nto a don Alejandro Battalni.
i
I
t
I
*
jura de circunstancias históricas, ha
da 1942, en vísperas de sus sesenta
años. Algunos, que hablamos con él
por esas fechas, recordamos el candor
y la discreción con que nos habló de
la difícil coyuntura por que atrave
saba. No había en sus palabras ni
acusaciones ni disculpas: sólo una leve sombra de amargura, cuya intimidad nosotros respetamos, y él no desveló. Fue destinado a la Casa del
Alta de Santander. Años después,
todavía recordaba don Rómulo Laita
lo bien que encajó su “destierro”, y el
fervor de novel estudiante con que
acometió la lectura de los veinte tooos de la “Historia de los Papas”, de
Pfctor, que —decía él— los estaba
leyendo como una apasionante novela.
UN JUICIO ANONIMO
Al querer poner ptmto final a es
ta reseña, hemos acudido a un sale*ano de aquellas décadas para que
nos diga algo.
■^Estoy escribiendo unos recuer^ sobre don Battaini a propósito del
“ fleto de don Arturo. ¿Quieres de®®e algo de tu cosecha?
—“Mira, Eduardo. Es muy difícil
"7 ? requería largo espacio— enjui^ hoy lo que entonces se hada y
« que harían aquellos hombres, por
fíe ha cambiado el objeto al que
* aplican las cst^orías tradidona^ de sustancia, calidad, lugar, tiem
po, situadón... El mundo de entonces
(1900-1936) no es el mundo de hoy,
a pesar de lo muy contiguas que es
tán las épocas; ni la ascética, ni la
pastoral, ni la hermenéutica, ni siquie
ra la teología de entonces son las de
hoy. Por tanto, si alabamos ahora
como excelendas, cosas qüe enton
ces lo eran y que hoy nos parecen
absurdas, cometemos un enorme error
histórico o de perspectiva. Concre
tando: don Battaini fue un autorita
rio, porque ése era el modo de
gobierno en su época, no porque
a él se le antojara. Tuvo que serlo,
sin remedio. Todo el complejo de
gobierno (político, religioso, social)
de esas décadas fue una mezcolanza
de hechos heróicos y de mezquinda
des, tan implicante que impide una
definición, un corte. De todos mo
dos, hay una excelencia que resulta
diáfana, y es: el recuerdo hondo,
conmovedor e indeleble que la me
moria de don Battaini ha dejado en
muchos de sus discípulos. Por citar
unos pocos y conocidos: hermanos
Pérez Fontán, hermanos Fuentes Garayalde, Angel Vián, “Picolín”, Er
nesto La Orden, Luis Salazar, Sanz
Huerta, Joaquín Granero, Lorenzo
Muñoz, Francisco Rodríguez Vázquez,
etcétera, quienes están absolutamente
seguros de que sus hijos nunca, ni en
el mejor de los casos, han recibido
de sus educadores la hondísima hue
lla bienhechora que ellos recibieron
de don Battaini. Item más, como di
cen los atestados: de todos los ínter
nados salesianos importantes de en
tonces, Utrera, Mataró, Salamanca
Santander (no conocí el de Sarriá)
ninguno tenía la impronta salesiana
tan genuina como el de Carabanchel:
éste se distinguía de todos, y sobresa
lía por encima de todos. Es éste tm
mérito exclusivo de don Battaini, que
lo confirmarán cuantos testigos en
cuentres, y que tú mismo puedes
atestiguar”.
EL HOMENAJE
Al homenaje de Campello han acu
dido veteranos salesianos y antiguos
alumnos, presididos por don Marce
lino Olaechea. El acto resultó lucido
y emocionante: una misa concclebrada, bendición pontifical del monumen
to, comida de hermandad. Después,
una velada muy emotiva, en la que
participaron el padre Inspector (don
Ismael Mcndizábal), el padre Direc
tor, don Javier Pérez Fontán, don Ar
turo, don G rilo Sagastagoitia, don
Marcos Giménez. De Ubeda llegó don
Evaristo con los hermanos Fuentes.
Actuaron varios coros de Campello
y Alcoy. Se recibió un centenar largo
de adhesiones. El monumento es obra
del prestigioso escultor alicantino don
José Gutiérrez-Carbonell.
£1 homenaje fue también para la
Casa de Campello, a la que, tras
infinitas vicisitudes, su director ac
tual, don Fernando Ferrándiz y Co
munidad han logrado poner en un
prestigioso puesto de pulcritud y ex
celente presentación: con su iglesia
nueva, salón de actos nuevo, aulas
modernas y nueva residencia. Su pa
norámica, por mor del turismo, ha
quedado muy otra de la yerma y se
dienta que conocieron los buenos
tiempos de don Battaini y de aquellos
rapazuelos, que tenían fiesta cuando
el señor Martín les aliñaba unos gar
banzos o cualquier oloroso condumio
que exigiera mucho pan.
Eduardo GANCEDO
IBARRONDO
Campello.—Ante el monumento de don Alejandro, el Arzobispo taleslano
rodeado de los aspirantes.
j[Bienvonido a su c a s a l
El Rector Mayor de la Congregación Saleslana, don Luis
Ricceri, ha estado en España. Entre su arribada a Barajas
y su regreso a Italia, se despliega el abanico de unas pocas
jornadas. Cuatro exactamente. Permanencia corta, pero car
gada y prieta de hechos y emociones.
Sin pretender ser exhaustivos, queremos informar a los
lectores del BOLETIN, atentos siempre al acontecer salesíano, de la marcha y ritmo de estos días. La presencia del
Rector Mayor entre nosotros suscita indefectiblemente re
sonancias entrañables que afectan e interesan a cuantos, de
un modo u otro, pertenecen a la Familia Saleslana.
CRONICA APRESURA
DE UNA BREVE ESTANC
EL PORQUE DE SU VENIDA
Fue el mismo don Ricceri, en el
saludo que dirigiera a los jóvenes
del Centro Don Bosco, de León, el
que sugirió la razón poderosa de su
venida a España: “El Evangelio afir
ma el éxito del “pulsante”, y don
Santiago llamó, llamó y llamó... Y,
por fin, lo ha logrado”...
Es, pues, de agradecer a la inque
brantable constancia de don Santia
go Ibáñez, Provincial de León y Ga
licia. la presencia de don Ricceri en
España. Porque lo que parecía difícil
de alcanzar, dada la proximidad de
la fiesta de María Auxiliadont en Turín y el traslado inminente de la Casa
Generalicia de la Congregación Salesiana a Roma, se ha hecho, por obra,
gracia y perseverancia de don San
tiago, gozosa realidad. Alguien ha
dicho que la tierra configura a los
hombres...
18 DE MAYO
A las cuatro menas diez de la tar
de, con elegante puntualidad, el avión
de Alitalia Ilegal^ a Barajas.
En el aeropuerto, diversos grupos
de Salesianos y Salesianas. juntamen
te con otros amigos y Cooperadores
de la Congregación, esperaban ya al
Rector M a ^ r.
Don Ricceri ap aw ió sonriente.
Debo confesar que mi primera impre
sión fue de sorpresa. De agradable
16
—
sorpresa. Las duras y largas tareas
del XX Capítulo General Especial y
las graves responsabilidades que hoy
trae consigo la dirección suprema de
una congregación religiosa, me habían
hecho temer que hubieran mellado su
recia contextura siciliana.
Afortunadamente no era así. Don
Ricceri aparecía sonriente, el paso
vivo y el gesto preciso y enérgico,
sin que se notara el peso de sus se
tenta y un años.
Departió amigablemente con todos
y para todos tuvo la palabra opor
tuna y bondadosa.
Tras una breve escala en la Cen
tral Catequística Salesiana. aquella
misma tarde salía para León.
En el Plantío, noviciado nacional
de las Hijas de María Auxiliadora,
se detuvo unos momentos para sa
ludar a las novicias. Y también hizo
un alto en el camino para visitar el
filosofado de Medina del Campo.
Empezaba así el prólogo, ya gene
rosamente grávido, de unas jornadas,
en las que iba a imperar, más que el
reloj, el corazón y la entrega.
LEON. 19
El día amanece gris. El viento racheado, fuerte, a veces, presagia llu
via. El tiempo anda revuelto y desa
pacible.
En León radica la Casa pro\ñncial
salesiana de la región noroeste de Es
paña. El edificio es moderno, de lí-
nea sobria y funcional. Allí va a re
sidir don Ricceri, durante su corta
permanencia en la capital.
Cerca se alza el Centro Don Bosco: aspirantado de Coadjutores, es
cuela profesional y externado, con un
amplio y esperanzador porvenir. Los
Salesianos tienen también a su cargo,
en la ciudad, el Colegio de Huérfa
nos Ferroviarios, con varios centena
res de internos y la Escuela profe
sional minera de La Robla, a pocos
kilómetros de León.
A las once es el recibimiento ofi
cial en el Centro Don Bosco. Los
patios y pórticos del colegio apare
cen profusamente engalanados. Sobre
uno de los muros, un enorme cartel
saluda al Rector Mayor: “ ¡Bienveni
do! Esta es su casa”.
Algunos directores de las Casas
Salesianas de la provincia, grupos nu
merosos de estudiantes de Teología
y Filosofía, de novicios y aspirantes,
de Salesianos, Cooperadores, Anti
guos Alumnos y amigos de la Obra
Salesiana han acudido para recibir al
Reaor Mayor.
La acogida es calurosamente cor
dial. Don Ricceri sonríe a todos y,
apretado en un cerco de cariño des
bordado, estrecha las manos que se
le tienden, respondiendo en un iia-
Santíago.— En Roma se le besa el pie a San Pedro. Santiago es más
cordial: Hay que darle un abrazo.
liano, entreverado con palabras espa
ñolas, a los saludos incesantes que se
le dirigen...
El director de la Casa, don Alfon
so Milán, le da la bienvenida, en el
sita —Don Bosco ritorna— , a pesar
Salón de Actos, y le agradece su vide las múltiples y urgentes necesida
des que reclaman su presencia en Turín. Don Ricceri, lu ^ o , contesta bre
vemente, explica las razones de su
presencia en España y da las gracias
por las muestras de tdecto de que la
Congregación es objeto, en su per
sona.
La concelebración que, en un pri
mer momento se había pensado fue
ra en el patío del Centro, tiene que
realizarse, debido al mal tiempo, en
el Colegio de Huérfanos Ferrovia
rios.
Preside la Eucaristía el Rector Ma
yor, y le acompañan cerca de cuaren
ta sacerdotes. La Madre Inspectora
de las Salesianas y un grupo nume
roso de Hermanas están también pre
sentes.
El coro del C o i^ o , con sus gui
tarras y cantos, armoniza acertada
mente el sacrificio eucaristía). Don
Antonio Mélida, Ccmsejero Nacional
para España y Portugal, predica la
homilía.
Después de la misa, y en el teatro
del internado, se celebra una senci
lla velada homenaje. Es una mani
festación espontánea de esa alaria
desbordada, que a todos inunda, por
la presencia del representante de Don
Bosco.
Don José María Taboada Lago,
presidente internacional de los Anti
guos Alumnos, tributa, en ella, una
vibrante bienvenida al Rector Mayo*y adelanta su personal felicitación a
don Emilio Corrales por la Encomien
da de la Orden de Alfonso X el Sa
bio, que el Estado le ha concedido,
y cuya imposición va a verificarse en
el marco del XXV Aniversario de la
fundación del colegio de Cambados.
Al finalizar cl acto, don Ricceri da
una conferencia a los Salesianos y Sa
lesianas y mantiene con ellos un lar
go e interesante diálogo sobre las di
rectrices y orientaciones del XX Ca
pítulo General Especial.
Por la tarde, visita a la ciudad.
León meret» la pena. Pero es lásti
ma que un horario apretado y con
tra reloj no deje hueco para el re
gusto, lento y sabroso de un arte y
de una historia que la ciudad ofrece
pródiga y prodigiosamente. No hay
tiempo para más. La Robla espera.
S<ra veinticuatro kilómetros, por la
carretera de Oviedo. En lontananza
se adivina Pajares y se sugieren cum
bres nevadas, en la tarde que va ya
de vencida.
En La Robla hay una escuela de
formación profesional minera, única
en su género, que la Empresa hullera
Vasco-Leonesa ha confiado a la Con-
— 17
Cambados.— Menuda pareja de ga<
lieguítos, con sus trajes folklóricos,
ha felicitado al Rector Mayor.
grcgación. Don Ricceri la visitó de
tenidamente, admiró los grandes mu
rales de Vela Zanetti, que decoran
algunas de sus dependencias, y bajó
a la mina de la escuela, copia exac
ta y fíel de una mina auténtica.
SABADO. 20
La jornada de hoy será fatigosa.
La meta es Vigo, donde, por la tarde,
el Rector Mayor tiene una charla a
las diversas representaciones de la
Familia Salesiana.
Antes de emprender el viaje, hay
una íntima concelebración en la
Casa provincial de León.
Una lluvia ñna, intermitente, nos
acompaña. Se suceden los pueblos:
en algunos, un plan inteligente de legadío ha creado riqueza y expansión;
otros, languidecen: las casas abando
nadas y decadentes acusan la masiva
emigración... Se suceden los pueblos
y también las curvas. Las curvas, so
bre todo: la carretera se desenlaza
ininterrumpida y caprichosamente en
vueltas y revueltas.
Paramas en Puebla de Sanabria
para repostar.
Ha cesado la lluvia. Por la provin
cia de Orense, entramos ya en tierras
gallegas; parece como si el paisaje
se fuera suavizando, perdiendo agre
sividad, a medida que nos adentra
mos en ellas.
Pasamas por Verín —I\)rtugal que
da casi al alcance de la mano— , y
llegamos a Atlariz. £ n el pueblo hay
un Colegio Salesiano. La parada,
pues, es obligada. La Comunidad, los
18
aspirantes y un numeroso grupo de
amigos y Cooperadores acogen calu
rosamente al Rector Mayor.
Llegamos a Orense con algún re
traso sobre el horario previsto. El
colegio, junto a las márgenes del
Miño, está en trance de apresu
rada y profunda renovación: el nue
vo teatro, recientemente inaugurado,
es amplio y moderno; el polideportivo tiene también, casi a punto, sus
instalaciones, como igualmente el
nuevo pabellón de E. G. B. A uno
le surge inconscientemente el recuer
do de don José Saburido. De veras
que hoy se alegraría con “ su" Cole
gio...
Los alumnos, reunidos en el pa
tio central, aclaman clamorosamente
a don Ricceri, que contesta, amable
siempre, a los saludos de bienvenida
del señor Director y de los muchadios.
Por la tarde, salimos hacia Vigo.
Las carreteras gallegas están hechas
más para la admiración y el recreo
que para la velocidad y la prisa. Y
hay que aceptarlas como son: con
sus vueltas y revueltas, como a sus
gentes, y con la gozosa inceriidumbre siempre de ver sólo lo que sólo
desean dejarnos ver.
Lo primero que don Ricceri visi
ta en Vigo es la “ Guardería infantil
de la Caja de Ahorros", llevada por
las Salesianas. La Casa parece haber
surgido al capricho de la varita má
gica de esa hada buena de los cuen
tos: todo es bellamente hermoso y
todo está precisamente en su sitio.
Vigo es una ciudad con profunda
raigambre Salesiana. Y ya de anti
guo, en 1898, don Rinaidi viene de
Turín para bendecir las aulas y ca
pilla de San Matías. En 1906, don
Rúa, primer sucesor de Don Bosco,
visita también la ciudad; nuevamen
te en 1913, don Albera se llega has
ta Vigo pata conocer personalmente
el desarrollo de la Obra Salesiana.
Hoy, los Salesianos tienen dos co
legios, y dos guarderías infantiles las
Sdesianas. La devoción a María
Auxiliadora ha calado entrañablemen
te en el pueblo, y prueba de ello es
su novena multitudinaria que se está
celebrando, cuando llegamos al nos
tálgico San Matías.
En él, una nutrida representación
de Salesianas, Salesianos, Cooperado
res, Voluntarias de Don Bosco y An
tiguos Alumnos aguardan ya al Rec
tor Mayor. Tras los obligados salu
dos, pasamos en seguida al teatro,
donde don Ricceri da una charla a
los asistentes.
Al ¿nal de la cena, los Salesianos
ofrecen al Rector Mayor un hórreo
y una gaita gallega, como recuerdo
de la “ térra”. Y don Ricceri, sabia
mente adoctrinado por don Jesús Tra
ba, gallego de pro, logra manipular
con éxito la gaita, entre la algazara
y el aplauso de los asistentes.
CAMBADOS
El 21, el Rector Mayor, antes de
salir para Cambados, visita el Col^
gio-Hogar San Roque, obra benéficosocial, patrocinada por la Caja de
Ahorros de la ciudad. Se acerca tam
bién después a la Guardería infan
til, fundación igualmente de la Caja
de Ahorros, que las Salesianas tienen
en la populosa barriada de Coya. Le
recibe, en ella, la Madre Inspectora
con la comunidad que le acompaña
en la visita de las diversas dependen
cias de la Casa.
Llueve intensamente cuando deja
mos la ciudad. El Castro, La G u^
Las Cíes, se deslíen lentamente bajo
la lluvia...
Las curvas siguen. De vez en c u ^
do, se insinúa tímidamente, en algún
prado o pastando en el arcén de k*
caminos la típica y pelirroja vaca ga
llega.
Son las once cuando Ufamos •
Cambados.
La banda del pueblo, en unifoi^
de gala e im p e« ¿rita bajo el orvallo,
da la bienvenida al Rector Mayor,
que es recibido por una numerosa re
presentación de la Familia Salesiin*-
—
I
I
Momentos después, ll^ a monse
ñor Cerviño, Obispo y Vicario Capi
tular de la Diócesis de Santiago de
Compostela.
Para celebrar el XXV Aniversario
de la fundación del Seminario y la
imposición de la Orden G vil de Al
fonso X el Sabio a don Emilio Corra
les, objetivos principales del viaje de
don Ricceri a España, se han re
unido en Cambados diversos provin
ciales Salesianos, los directores de
las casas de Galicia y algunas auto
ridades provinciales y locales.
Preside la concelebradón monse
ñor Cerviño, y le acompaña el Rec
tor Mayor con un nutrido grupo de
sacerdotes Salesianos.
La escolanía del seminario y su
tuna cantan la misa de la juventud.
En la homilía, el señor Obispo teje
la historia de los veinticinco años de
la fundación de la Casa, posible sólo
por la generosidad de doña María
Dolores del Valle, cuya hermana asis
te hoy, emocionada, a los actos con
memorativos.
Y antes de terminar la misa, en el
momento de la despedida, monseñor
Cerviño subraya cariñosamente que
“como Pastor de la diócesis de San
tiago, da las gracias por la ayuda
pastoral, prestada a la Diócesis por
la Congregación, en la persona del
Rector Mayor, en los Salesianos y en
las Hijas de María Auxiliadora”.
El mal tiempo impide que la ve
lada homenaje se celebre en el patio
del colegio. Se habilitan, pues, los
pórticos, mientras la banda am^nÍTa
U espera de chicos y grandes.
Presenta el acto ú reverendo don
Santiago Ibáñez: con su briosa elo
cuencia, va trazando la trayortoria de
veinticinco años, densos de ilu
siones y alegrías, y también de suírimientos. Evoca luego la figura próccr de doña María IDolores del Valle
Bediade, mamá cariñosa siempre y
siempre solícita del seminario de
Cambados, a quien la Congregación,
•gradeada, le ofrece hoy su recuerdo.
Monseñor Cerviño y don Ricceri
descubren luego la lápida conmemo
rativa, dedicada a su memoria, en la
portería del C o l^ o :
A Doña María Dolores del Valle
Bechade
Insigne bienhechora de la familia
•slesiana.
Cambados 1947-1972
El director del c o l^ o , don Eleuteio Lobato, agradece después a to
dos los asistentes su presencia / tie
ne unas palabras emocionadas para
«*$ directores que la casa tuviera a
^■nbatíos.— No hace falta explicar
^
signo de agredecimiento de
Salesianos a sus bienhechores.
lo largo de estos veinticinco años,
muchos de ellos allí presentes y, so
bre todo, pata don Pedro Rodríguez,
el primer superior de los años he
roicos y difíciles de la fundación.
Seguidamente, y en el cuadro de un
abundoso despliegue de folklore ga
llego, (¿cómo olvidar las danzas de
las danzas de las Xeitosinhas y Rapacinhas de Cambados y VÍUagarcía;
los gaiteros de Villaviciosa de Arosa
y Rías Baxas; la Pandeirada y muñeira de Vigo?) se impone a don
Emilio la Encomienda de la Orden
O vil de Alfonso X el Sabio.
En la sobremesa familiar, los alum
nos interpretan diversos números mu
sicales y folklóricos sin que falte la
“ torrentera caudalosa” de la orato
ria del señor Mosteiro, representan
te de los antiguos alumnos de Coruña y la ofrenda del “ afilador” de
la tierra, por parte de la Asociación
de Orense. E>on Ricceri, en sus pa
labras finales, felicitó efusivamente
a don Emilio Corrales y deseó para
el seminario de Cambados larga vi
da y una misión salesiana “viva, vivace, feconda e vítale”.
Avanzada la tarde, el Rector Ma
yor se acercó a conocer La Toja y
el Grove, donde visitó algunos típi
cos criaderos de mariscos.
La lluvia seguía cayendo, mansa y
morriñosa, sobra la verd^ueante cam
piña gallega.
SANTIAGO • MADRID
£1 22, camino de Santiago, don
Ricceri visita la escuela de aprendi
ces de la Rcnfe, en Villagarcía, con
versa brevemente con la comunidad
y prosigue hacia Compostela, donde
a las diez y media está fijada la
concelebración de despedida.
Hoy hace sol. La fachada del Obradoiro se alza majestuosa en la quie
tud transparente de la mañana. Só
lo hay tiempo para la admiración si
lenciosa del pórtico de la gloria. El
Maestro Mateo, impertérrito al paso
de los siglos, recibe “os croques”
de rigor y el Apóstol el tradicional
abrazo.
El Rector Mayor con los provin
ciales de León y Madrid presiden
la concelebracíón. Es la despedida y
junto a Santiago, surge emocionada
la oración por la patria, por la con
gregación y por la diócesis.
Al final, el botafumeiro evolucio
na, preciso y grácil, por el amplio
crucero, ante los ojos atónitos de
todos.
Los autocares nos llevan a Labacolla. Es el postrer saludo. Después,
suenan los últimos aplausos, mien
tras el avión despega. Una hora justa
y Madrid. Es la una y media cuan
do llegamos a Barajas.
En la casa Don Bosco, el Rector
Mayor tiene todavía que solucionar
algunos problemas de gobierno inter
no de la Congregación en España.
Una breve pausa y de nuevo al
aeropuerto.
A las 4,45 sale el avión para
Milán.
Turín le esp>era para las fiestas de
María Auxiliadora.
Don Ricceri sonríe...
JESUS PABLOS MENDEZ
UN MISIONERO
DEL ANO 1901
HA CELEBRADO
LAS
BODAS DE ORO
DE SU
PROFESION RELIGIOSA
riuH n n i u ik ii
En m edio de un m undo dom inado p o r la materia,
el egoísmo y la incredulidad, la figura del Padre Pe
dro G arbero brilla p o r su espiritualidad, su entrega
al m andato del S eñor de evangelizar a to d as las gen
tes, y su generosidad, al mismo tiem po que se pre
sen ta como modelo de dedicación al servicio de
Dios.
Vn
^
Buen saque
de honor
ei
del padre Pedro.
Eso es,
conservarse
joven entre los
jóvenes.
20
DATOS BIOGRAFICOS.— El Padre G arb ero nació
ei 23 de agosto de 1901, en Cavour, T urín, de fami
lia num erosa, alegre y unida. Desde la infancia fre
cuentó el O ratorio de Valdocco, lu g ar donde el espí
ritu de Don Bosco se resp irab a p o r los cu atro costa
dos. Desde su en tra d a en el O ratorio se sintió im
presionado p o r el espíritu de fam ilia rein an te en Val
docco. El P adre Julio Barberis, prim er m aestro de
novicios (canónicam ente elegido) de la Congregación
S alesiana y entonces cateq u ista del O ratorio, se le
hizo am igo y, m ás ta rd e , le aconsejó a que se inter
n ara en ei aspirantado de Penango. S an Gregorio,
en Sicilia, fue la segunda C asa S alesiana donde con
tin u ó m oldeando su carácter. L a prim era profesión
religiosa, en septiem bre de 1921, culm inó los esfuer
zos hechos d u ran te el año de noviciado.
El año 1925 fue un año de especial gracia para
él. En varias ocasiones había m anifestado su ardien
te deseo de ac tu a liz ar en su persona el m andato ur
g ente del S eñor de evangelizar a to d a la creación
y de d a r testim onio de C risto resucitado. El carism a m isionero le urgía a d ejar todo, padres, herma
nos y p atria, p a ra irse a tie rra s donde la Buena Nue
v a no e ra to d av ía conocida. Al fin, don Pablo Albera. R ector M ayor de la Congregación Salesiana, le
dio la obediencia p ara China.
ACTIVIDAD MISIONERA.— Pocos m eses después
de recibir la sa n ta obediencia, don Pedro se encon
tra b a en tie rra s orientales dedicado de lleno a su
deber.
A sus cincuenta años de profesión y setenta y uno de nacimiento, don Pedro continúa tan apostólico como si
fueran sus primicias sacerdotales.
Su prim era obligación fue la de concluir sus es
tudios sacerdotales e im buirse de la cu ltu ra y len
gua chinas. El 23 de abril de 1927 fue el día se
ñalado para su ordenación sacerdotal. El sacerdocio
jerárquico de C risto se en c am ab a u na vez m ás en
un ser humano y libre. Su Em inencia el C ardenal Goa
le impuso las m anos y le confirió el E spíritu Santo y
los poderes sacerdotales.
Don Pedro fue destinado en su prim era obedien
cia como sacerdote a la m isión de Shu-Chow. M on
señor Versiglia y el P adre C aravario le iniciaron en
la vida apostólica y m isionera de aquel lugar. Los
años pasaron y M onseñor V ersiglia destinó a don P e
dro a Yan-fa y 1-ock-Chong, lugares localizados h a
cia el norte de la China central. Y an-fa y LockChong fueron escenario de innum erables conversio
nes. T rabajador robusto, infatigable y celoso nunca
se cansaba de tra b a ja r por las alm as .especialm en
te por las juveniles, «porción la m ás delicada y p re
ciosa de la sociedad» (Don Bosco).
Entre la variedad de m edios que usaba p ara sem
brar la sim iente divina, don Pedro estableció clí
nicas o centros m édicos esparcidos a lo largo y an^ de su territorio parroquial. En estas clínicas hizo
gran uso de los laicos no sólo p ara c u ra r las heridas
^1 cuerpo, sino tam bién p ara aliviar las del alma.
^ cuantas ocasiones las necesidades del alm a en
ferma eran satisfechas an tes que la s del cuerpo en
fermo.
La vida en el continente asiático no fue to d a fá^ y agradable. Don Pedro fue am enazado m uchas
^ r grupos de bandoleros que pululaban por
t®Titorios de su misión. Fue encarcelado tre s ve^ La prim era vez por los chinos, la segunda por
"S japoneses y la te rc era p or los com unistas. A pede todo esto, el encarcelam iento no desanim ó a
^ misionero intrépido. El recuerdo de los a p ó ste
os y primeros cristianos que testim oniaron su fe
^ la m uerte, y el reciente m artirio de M onseñor
Versiglia y P adre C aravario, le dab an entusiasm o
•Ora seguir firm e en las filas del Señor.
La ocupación com im ista de C hina fue como una
clavada en el corazón del misionero. El pen*®úanto de las alm as dejadas a m erced de lobos
no podía m enos que h erir el ánim o del pasJ^bueno que se ve echado lejos de su rebaño. El
de encarcelam iento bajo los com unistas suuna fuerte prueba p a ra su fe. En cierta oca
sión los carceleros le p resentaron un docum ento para
que firm ara. El lo leyó, y viendo que el firm arlo iba
co n tra su conciencia, lo devolvió sin firma, lo cual
supuso u n a condena de ochenta y tre s días más en
la cárcel, expuesto a duros trab a jo s y sufrim ien
tos. Sin em bargo, en medio de estos torm entos don
Pedro fue m uy afortunado, y a que el jefe de la g u ar
dia que le custodiaba le perm itió rez ar el breviario
y celeb rar la C ena del Señor.
En 1950 este g ran defensor de la fe fue depor
tad o a Hong-Kong, debido a que era ex tran jero y
las autoridades com unistas prefirieron m andarlo a su
país nativo. E sta deportación cerró la etap a de vein
tisiete años de misión en China. En Hong-Kong, don
Pedro encontró al padre C ario Braga, entonces pro
vincial de la Inspectoría china y de la vice-inspecto ría de Filipinas, quien lo destinó a la escuela salesiana de V ictorias, N egros O ccidental, en las Islas
Filipinas. Y a en Filipinas fue nom brado capellán del
hospital de M anapla, en V ictorias Milling Compnay;
después de unos años fue traslad ad o a las escuelas
técnicas de M andaluyong y M akati, y, finalmente, a
la de C anlubang donde desem peña con gran celo la
delicada misión de confesor de los novicios y clé
rigos, al m ism o tiem po que ejerce las funciones de
vice-párroco en la parroquia de Canlubang.
A sus cincuenta años de profesión religiosa y se
te n ta y uno de nacim iento, don Pedro continúa tan
celoso, infatigable y apostólico com o en sus prim e
ros años de sacerdocio.
HOY MAS QUE NUNCA.— Hoy las M isiones son
el problem a núm ero uno de la Iglesia. Cada cristia
no, precisam ente p o r se r cristiano, es necesariam en
te m isionero. El Evangelio da vida al cristiano, y éste
tiene que h acer este ag u a viva asequible a los de
más.
L a Misión de hoy se cen tra en el incrédulo, e in
crédulos se en cu en tran en to d as las p artes del m un
do. P or eso el problem a m isionero es hoy m ás u r
gente que nunca. ¡Ojalá! que la figura de nuestro
m isionero don Pedro sea u n a inspiración p ara todos
los lectores de «Boletín Salesiano» a darse de lleno
a la evangelización del m undo, cad a uno según sus
posibilidades económ icas, intelectuales y esp iritu a
les.
LAZARO REVILLA,
Misionero Salesiano
—
21
COOPERACION SALESIANA Y TERCER MÜNDQ
ACUA
PARA LOS INDIOS MOROS
El Chaco Paraguayo es uno de
los rincones de Suram érica donde
los indígenas luchan co ntra una
natu raleza hostil y la pobreza ex>
trem a. Allí ju n to a las orillas del
río P araná, única vía de com uni
cación, se h an establecido los Salesianos. Puerto Casado, F uerte
Olimpo, Puerto M aría A uxiliadora
son puntos de apoyo de los m i
sioneros.
En Puerto Casado su labor re
ligiosa y social redunda en fa
vor de obreros blancos p aragua
yos: en F uerte Olimpo, tiene su
sede el obispo m isionero salesiano, m onseñor Obelar, rodeado de
indios lenguas, sanapanás, cham a
cocos, angaités y tobas.
Puerto M aría A uxiliadora es la
últim a conquista, la avanzadilla
últim a salesiana en el Chaco. H a
ce diez años los salesianos e s ta
blecieron contacto con u na tribu
de indios, a los que llam aban «mo
ros» por el color oscuro de su piel,
en contraposición a los otro s in
dios que la tienen blanca. H abi
ta n te s de la intrincada zona sel
vática del Chaco paraguayo y en
perenne huida del hom bre blanco,
se vieron obligados po r u na espan
to sa sequía a abandonar la sel
va. que recorren en continua pe
regrinación, en busca de los frutos
silvestres y de los charcos de agua,
p ara com er y beber. A parecieron
ju n to al río P araná, donde los lo
calizaron los salesianos ofrecién
22
doles víveres y medicinas. En el
prim er contacto corrió la sangre
de u n coadjutor al que atacaro n a
traición. Poco a poco se conven
cieron de la bondad de los sale
sianos y en tab laro n am istad. D es
de entonces los indios M oros apa
recían y desaparecían a placer, pe
ro siem pre amigos.
Se llegó a com probar que la tri
bu estab a fo rm ad a p o r m uy pocos
centenares de fam ilias, que ape
nas crecía porque la m o rtan d ad era
m uy elevada. Los salesianos com
prendieron que si no se les p rep a
rab a vivienda estable, con cam pos
propios no podrían curarlos, ni
atenderles, ni ed u car a los pe
queños.
En el Chaco Paraguayo u n a de
las cosas m ás difíciles es com prar
tierra; las propietarias del terren o
son unas com pañías que explotan
el quebracho, p ara la fabricación
de tanino y no se desprenden de
un palm o de terren o p o r nada. La
Providencia esta vez tuvo nom bre
español; un colono español ven
dió un puñado de hectáreas a la
misión salesiana, y ésta le puso
el nom bre de Puerto de M aría
A uxiliadora, confiando a la celes
te M adre la redención y la salv a
ción de los Indios.
La tie rra fue parcelada, cada
parcela lleva an eja su casita y se
Ies ofreció a los Indios p ara que
se establecieran. T reinta y dos fa
m ilias acep taro n y se le entregó
a cada una su cam po y su casa.
Las dem ás preñrieron, de momen
to, e rra r p o r la selva. Los salesia
nos h an m ontado u n a escuela y
un dispensario, que atienden las
hijas de M aría A uxiliadora. Gra
cias a estas m edidas la tribu de
los Indios M oros v a recobrando
su vigor prim itivo, los niños na
cen sanos y u n a vida nueva son
ríe a todos ellos.
Pero las dificultades no faltan.
U n g ran problem a p ara estos in
dios y p ara los salesianos, que Ies
enseñan a cultivar las tierras, es
el agua. La lluvia es escasa e irre
gular, pero al lado tienen el río:
una bom ba po ten te les soluciona
ría el problem a. M onseñor Obe
lar ha m ontado en F uerte Olimpo
un hospital p ara los indios de la
zona, pero le falta la luz eléctrica.
A gua y luz es lo que piden. ¿QW'
réis ayudarles? Tenem os prepara
da y a u n a prim era ayuda, pero
habría que duplicarla. Esperamos.
N osotros agradecem os profun
dam ente vu estro s donativos aisla
dos, p ero os agradeceríam os mo
cho que os incribierais con una
cantidad anual, sin compromiso y
sin aprem io; cantidad que nos per
m itiría o rg an izar un mínimo de
ay uda a estos Indios Moros, *
V yasarpadi, a los N egritos del pa
dre Bohnen, etc,, etc...
JAVIER RUBIO
DONATIVOS
RECIBIDOS EN EL
MES DE MAYO
Hila que hila y teje que teje, la indiecita mora va
fabricando ia pieza de tela, que tensa entre sus rodi*
lias. Hilo de caraguatá y sonrisa infantil florecen en
Puerto María Auxiliadora. Y la Virgen va tejiendo nue
vas vidas cristianas de Indiecitos, niños y niñas. A los
que sólo aguardaba una selva inhóspita, como aníma
les salvajes, hoy trabajan sin agobio y se distraen a la
puerta de su casita y cantan a ia Virgen unos cantos
que harían sonreir nuestros refinados gustos, pero que
llenan de gozo a la Madre del Cielo, que se ha buscedo como protectores de sus hijitas a los Coopera
dores Salesianos de España.
D.
CoJie
Provincia y pueblo ........................................
Suscribe c o n ............
pts. (anuales, mensua-
trimestrales) a Cooperación Salesiana y
tercer m u n d o
- Alcalá, 164 - Madrid-2S
L uis Sanus y señora. Angeles Alós. Consuelo Verdxi. An
geles Candela, M atilde Jo rd á , R osa Ju a n , R osa JordA,
Am paro Jo rd á , Angeles Cortés, A doración García. T iburcia
Picazo, Ram ón Tormo, Ju lio M artines, Concepción Miró.
Carm en Domenech, José Oleína, T eresa Valor, Consuelo
Méndez, Avelina González. F e rnando del Rio, Tom ás M artin,
D am iana García. C. Blanco, J u a n Basa, Angeles Soro, Is a
bel y M aría M artínez, Carm en Fuella, M argarita M ar
tínez. Carm en Voces, Concepción H errero. B asllisa Guitíérrez. Dolores y Jo sefin a G arcía. J u lia L asierra, E ulalia
Viloller, Nieves L asierra, E m ilia G ausset, Nieves Rovillard. Jo sefin a y L olita BagUés, M aría Ibáñez, Señores
Pérez. Antonio P uig, E nrique Aym erich, A ntonia T ejero,
Jo rg e Oms. P ila r N adal, A lberto G arrido, P ila r Rivera,
R osario Puigcorbé, M ontserrat Clot, M aría Ibáñez, Sra.
Capclla, V ictoria Delclós, Sres. Gimena, P ila r y Olga Gi
ménez, Concepción F uentes, S res.Sadurní, Am paro Agua
do, N atividad López, E n carn ita O chaita, Carm en Pobre,
Isab el Gayoso, E usebio H ita, Cloti Soria, Sra. de Gardcl,
Angeles Cercenado, Antonio E xtrem iana, M ercedes Amo,
A ndrés P ortillo. E speranza Pedraz, S usana Elizaldc, F lo
rencio H ernández. M aría G. M urillas, MM. C larisas de
L ecum berri, Sres. López Q uintana, F am ilia G utiérrez, Sr,
Montero, H ilaria F ernández, O scar Escudero, P ila r Sán
chez. S antiago Galán, Onésimo Revilla, Jo sefa Alcalá,
V alentín N avarro, Jo s é Rocha, R. Alvarez, J . Pérez.
Jo sefa González, Isab el Vaello, F rancisco P u e rta, Fede
rico R odríguez, P ra d o P ascual. Genoveva F uente. Manuel
C hicharro, J u a n ita Galmés. V alentín R uiloba, L ourdes
H ernández. M anuel B aena, Antonio P a sto r, L ourdes Lope,
Vda. de P eñaranda, M iguel Iglesias, J u a n Los Santos,
A lejandro Pascual, E rin a E chauri, M ary Ledesm a, Anto
nio G arm endia, P e d ro M artínez, F rancisco P eña, L orenza
López, E duardo V inuesa, M aría P . P ., P ila r González,
J u a n Díaz, A ntolín M ata, Jo sefa Díaz, Concha Cremades,
Celia H ernández, P ila r López, P ila r Ñuño, R. K aullm an,
P ila r M artínez. M atías Vega. Antonio T altavull, J u a n
Pérez. Je sú s Planello, Ana Capdevila, F ran cisca García.
Socorro M adero, Jo sé M aría Conde. J u a n J . Salvador. F a
m ilia Codesal, Vda. de la T orre, Celio Tain, Isid ro A lbert,
Adolfo de C arlos. R osaura Franco. F lo ra B erjón, E usebio
S anm artín, Concepción Guzmán, F . B ellver,Fernando Gámez,
Carlos Curvo, M aría J . O rtega, B enito Ruiz, Manuel Neva,
A tanaslo R odríguez, Ja c in to E nríquez, Ana M aría Curado.
Concepción Campos. R osa Cascllas. E lvira D ora. Ju a n a
Ram os, A ngelina González, V icente Rom ero, Dolores Bello,
J u a n Rom ero, Angel Gómez, C lcm cntlna do Vega, P a q u ita
Cabanas, H nas. Codesal, A urora Pascual, T rin id ad A rdura,
Angeles Marcos, N atividad Santiago, A ngustias Muñoz,
M aría T ársila, Anuncia Alvarez. M aría Gómez, E m ilia
Giménez, M aría J . B asarte. V lctoriana Díaz, Gema Ampudia, Jo sé Señor, A ntonleta Sebastián, Jo sefin a Jacas,
Jo sefin a Ju liá, M anuela F a riñ as, Ju lia n a L ucas, Sebastián
M arqués. M aría P érez, Ju liá n González, M aría Corral,
A urelia P erea, S a tu rn in a O larra, Eunlciano Muñoz, Con
cepción Salcedo. E m ilia R odríguez. B asilio L um breras,
Jo sé Gómez, Jo s é G arcía Alba. A. Sánchez, M. González,
Jo s e fa Z apata. Nives, Angela Jim énez, F rancisco Itu rb c,
F am ilia Vázquez de Aldana, Jo sefa Arcas, Ana M aría L ó
pez. V ictoria Bea. V alentina P erea. M aría R. Tejada,
Sabino B enguria, E m ilio B ugeda, Concha Castilla, José
Salafranca, T eresa Cabia, Adela Núñez, Jo sefa QuelTO,
A ngela C uillén. F . E scalante. I. P eñaranda, Isabel de To
rres. N aviera P lnillos, L u is M aría A rroyo, F a u stin a H e r
nández. P e p ita M aynou, E m ilia F ernández, F a u stin a Se
rrano, M aría Costa, Sancho, Isab el Bello, T eresa González,
F ederico C o r t^ , E loína de la T orre, Claudia L am as, Camilo
P o rta . Angeles T arruel!, Consuelo Casas, R osarlo Ram onet,
Carm en M orato, Jo s é Pérez. Santiago Cladellas, Antonio
F ernández. M. A. Muñoz, Francisco Ortiz. Dolores D om ín
guez. M arcelino G arcía. Manuel L uque, Vicente Ascaso, A.
C astaños. L u isa F ernández, M aría T óbam ela, A. Soto,
J u a n Cisneros, J u a n ita Rubio, Carm en López, Jo sé Ruiz
V irtudes. M aría L u isa G arcía. Carm en B orrajo. S rta s. de
S erra, A n astasia B erasategui, A frica García, C. D ans, P e tra
R odríguez. R osario A znar, M ercedes Casas, Sres. de Cruz,
Jo sefa L ourido, T eresa R uiz. M arg arita P érez, Concepción
Gimeno. Consuelo Q uintas. F id ela M ateos, X. Gendulain,
M aría Sánchez, G abina T ejedor, A nunciación del Rey, P a
lom a m a c la . R afael Alvarez, M aría R odríguez, M aría
A gu stin a M edina. ^ I v a d o r B erenguer y los C entros de
Coperadores de la Com fia, Orense, Salam anca, B éjar, Roc ^ o r t , San V icente deis H o rts, S a n ta D orotea, y M eridia
n a d e Barcelona, S a rriá, G uadalajara, P laza de Castilla,
C rístobalina Sánchez. M aría M artínez, Je sú s P a n , Ju a n a
Vicente. Marta G racia P a láu , Nieves, Avelina A rroyo.
P e d ro G utiérrez.
— 23
I
Texto:
Teresio BOSCO
En torno al campo de aviación se oían disparos y los
soldados franceses gritaban a todos que agacharan la ca
beza. Llegaron 450 chavales, un salesiano iba a la cabeza
y otro en la cola. Los mayorcitos llevaban de la mano a los
más pequeños. Cinco cuidaban las tres vacas que nos pro
porcionaban la leche. ¿Habría un avión para ellos?
En estas páginas acabaremos de trazar el panorama de
las actividades de ios Salesianos en el Vietnam, dentro del
contexto de la gran tragedia que todavía descompone la na
ción y la iglesia vietnamita.
A las cinco y diez del 13 de
m arzo de 1954, dio com ienzo con
un terrible fuego de artillería la
gigantesca batalla de Dien Bien
Phu.
D urante cincuenta y cinco días
y cincuenta y cinco noches los
Viet Minh a tac an la base aerote rrestre francesa. El 7 de mayo
se rinden los franceses. El 21 de
junio, F rancia acepta, en la con
vención de Ginebra, la partición
en dos del V ietnam y renuncia p a
ra siem pre al V ietnam del Norte.
La cláusula 14 del acuerdo esta
blece: Todo paisano que resida en
un a zona controlada p o r u n a de
las partes y desee ir a vivir en la
o tra te n d rá derecho a hacerlo».
Este derecho d ura 300 días a p ar
tir del 21 de julio de 1954.
LA GRAN FUGA
Muy pocos días después comien
za un éxodo m asivo desde las pro
vincias del n o rte hacia Hanoi, que
todavía estab a en poder de las
fuerzas francesas. M illares y mi
llares de prófugos se amontonaban
en busca de un medio de trans
p o rte que los condujesen a Viet
nam del Sur. La m arina y la avia
ción fran cesa y estadounidense se
pusieron a disposición de los re
fugiados, pero a m edida que las
poblaciones del interior conocía la
posibilidad de alca n za r la zona
sur, oleadas de refugiados caían so
bre H anoi y el p uerto de Haiphong,
bloqueando todos los servicios y
creando una situación caótica en
las ciudades. H ubo luchas a bra
zo partid o p o r un puesto en el
avión o en el b arco que zarpaba
hacia el sur.
A quel éxodo m asivo tom ó el va
lor de un plebiscito popular con
tr a el Vietminh. N adie hubiera ima
ginado, cuando se firm aron los
acuerdos de Ginebra, que los refu
giados del N orte iban a superar el
millón, ta n to m ás que los que es
ta b a n com prom etidos con los fran
ceses y a habían huido p ara enton
ces.
Los com unistas de todo el mun
do tra ta ro n de in te rp re ta r tenden
ciosam ente la huida. H ablaban de
im ágenes sagradas, im presas en
E stados Unidos, con los ojos vuel
to s hacia el S u r y de octavillas
m ulticopiadas en las que se ofre
cían fértiles arro zales y doce pias
tr a s al día p o r fam ilia. Pero es ri
diculo p en sar que con tales e in
significantes m edios se pueda per
su ad ir a un m illón de personas a
que abandonen sus casas y
cam pos p ara av en tu rarse a un via
je larguísim o e incierto. Por lo d^
m ás, el millón de r e f u ta d o s per
m anece todavía en V ietnam del
S u r y no sólo no se h an arrepen
tido de su decisión sino que for-
Estos niños vietnamitas sufren en
su carne la tragedia de la guerra
de su país.
24 —
imiGEDIIlDEW
ETNIIM1954-72
Un Saiesiano de Govap explica al
Presidente de Vietnam dei Sur
cómo se toca ese instrumento de
música.
man el núcleo m ás radicalm ente
anlicomunista de V ietnam .
El mismo Ho Chi Minh no creía
en aquellos cuentos. Dos veces lan
zó un llam am iento a los católicos
garantizándoles 1 a lib ertad d e
creencias. Pero su p alab ra gozaba
de muy poca estim a y el éxodo
continuó. E ntonces el jefe del Vietminh cambió de táctica. En con
tra de lo acordado en G inebra
dispuso que las tro p as se em plea
ran en aterro rizar y dispersar a
los refugiados. Hubo incendios,
detenciones, deportaciones y sa
queos. En Ba Lang se trab ó una
verdadera b atalla en tre diez mil
campesinos que querían b a ja r al
Sur y los Vietminh. Al fin, todos
los campesinos supervivientes fue
ron deportados a u na región de la
que no volvieron m ás. Los que se
habían refugiado en el cem ente
rio de Haiphong, convirtiéndolo en
un hormiguero, fueron exterm ina
dos. La «Comisión internacional
de control» com isionada po r la
ONU para vigilar la aplicación del
«Convenio de G inebra» sólo pudo
elevar estériles protestas.
Hay que leer los diarios de aque
llos refugiados p ara com prender
el horror de una fuga con los viet¡sinh pisándoles los talones. De no
haberse producido la violenta re^•-ción de los vietm inh el éxodo
hubiera alcanzado los dos millo•'es de personas.
EL TABERNACULO
Y U CAMPANA
Los Salesianos, en principio, h a
bían decidido quedarse en el Nor^ N o tenían n ad a que tem er: se
^ c a b a n a chicos abandonados
^ Vietnam. U na orden del De*?3do Apostólico los puso en ca«Fuimos de los últim os en
Viet Nam del N orte, n a rra
^“spector saiesiano. D esm ontalas b arracas con sus techos
de hojalata. Nos dolía el corazón
al abandonarlas: ¡nos habían cos
tado ta n to s sacrificios! Un sacer
dote llevó en un cam ión h asta el
m ar nuestro bagaje; luego p artie
ron los chicos».
En el puerto de Haiphong, todo
confusión, encontraron a dos ni
ños dorm idos en el fondo de una
barca; aun no sabían hablar. ¿Dón
de hallar a sus padres? Alguien
se los entregó a los salesianos;
m uertos de miedo y ab razad o s en
tre sí, com o dos ositos, no había
quien lograra separarlos. A hora
uno de ellos es saiesiano y el otro
un buen antiguo alumno.
L a Legión Extranjera fran cesa se
retira b a por entonces de Hanoi.
Un com ando había en contrado en
el pueblo de H oanj, com pletam en
te destruido, un pequeñín que sat>e Dios com o habían podido es
cap ar a la m uerte; lo hicieron su
m ascota. C uando llegam os nosotros
nos lo trajeron. No ta rd ó mucho
en tra b a r am istad con los otros
huerfanitos. Hoy es un religioso
en V ietnam del Sur.
Con un saiesiano a la cabeza y
o tro a la zaga nuestros 450 chi
cos se pusieron en fila y cam ina
m os hacia el aeropuerto. Cada
uno iba cargado con sus cuader
nos, libros y ropa. Los m ayorcitos
llevaban de la m ano a los m ás pe
queños. Cinco de ellos conducían
con sus bastones tre s vacas, que
d u ran te aquellos días nos habían
proporcionado la leche. Nos daba
pena aban d o n arlas y los chicos
ab rigaban la esperanza de que h a
b ría en el avión un sitio m ás para
ellas. Llevábam os con nosotros dos
objetos queridos: el tabernáculo y
la cam pana.
En las pistas de despegue a g u a r
d ab an veinte tran sp o rtes. En to r
no al cam pam ento sonaban conti
n uam ente disparos y los soldados
franceses g ritab an : A gachad la ca
beza, daos prisa, aprisa. E m barca
m os todos. Se discutió vivam ente
sobre ca rg ar las vacas; al fin pu
dim os em pujarlas para m eterlas
— 25
Sí, padre Mario, reparta carameloa
a esos niños que tanto lo nece
sitan...
en el últim o avión. Los aviones
rodaron sobre la pista, despegaron
y pusieron rum bo a Saigón.
EN EL ALMACEN
DEL EMPERADOR
En Saigón no había sitio para
ellos. La capital estab a h asta los
topes de refugiados; poblaciones
en teras acam paban com o podían.
450 chicos creaban otro problem a
grave. Los desem barcaron en un
cam po provisional en el centro
del V ietnam del Sur, en Ban Me
T hout. A 25 kilóm etros de la pe
queña ciudad había un gran alm a
cén de café. Su propietario era
n ad a m enos que el em perador Bao
D ai y el gerente un italiano, Dal
Fatite. En él se acom odaron como
sardinas en lata.
El alm acén de café estab a ro
deado de bosques y m ontañas. Su
altu ra sobre el m ar, 1.200 metros.
H acía mucho frío y la comida era
escasa. La región estab a habitada
por m ontañeses m uy pobres que
m iraban curiosos a los chicos, son
reían al oírlos can tar, pero no po
dían ay u d ar a los salesianos con
alim entos.
«Si hubiera habido comida y ca
lefacción la estancia en Ban Me
T hout se habría convertido en unas
espléndidas vacaciones. La región
estab a poblada por m onos y ele
fantes. Por la m añana, los chicos
bajaban al río para asearse. Por
lo general ya se nos hablan ade
lantado los monos, que nos cedían
el sitio chillando y corriendo; lue
go se p araban observando curio
sam ente cómo se lavaban nuestros
chicos. T ras del nuestro venía el
tu rn o de los elefantes, que salían
pesadam ente de la floresta en
cuanto nos retirábam os».
«D urante seis m eses comimos
sólo arroz y pescado salado. Al fin
aparecieron casos de beri beri y
tuvim os que pensar seriam ente en
o tro alojam iento».
«El padre M ajcen salió p ara Sai
gón. Una cooperadora. Madame
D arré. regaló a los Salesianos un
te rren o de poco m ás de una hec
tá re a . a 15 kilóm etros de la ca
pital. Cuando el padre fue a verlo
se llevó la sorpresa de que los mi
litares lo em pleaban como campo
de tiro. E ntonces un general nos
26
—
com pró un terren o seis veces m a
yor en Tu Duc, a doce kilóm etros
de la ciudad».
EN LA ARENA DE TU DUC
El 15 de enero de 1955, cuaren
ta cam iones del ejército sudvietnam ita cargaron los chicos y los
llevaron a Tu Duc. El tabernáculo
y la cam pana viajaron con ellos.
El prim er mes vivieron en tiendas
de cam paña. Un clérigo de aque
llos tiem pos, hoy y a sacerdote, re
cuerda: «El terren o estab a cubier
to de aren a y no teníam os agua.
Con el clima de Saigón, con una
te m p eratu ra constante e n tre los
30 y los 35 grados. la fa lta de
agua era un grave problema.
do el día nos lo pasam os cavando
en busca de agua. Por fin la en
contram os y construim os un pozoLas tiendas, poco a poco y a costa
de grandes sacrificios, fuimos trans
form ándolas en b arracas con te
cho de cinc, que el calor del día
las convertía en hornos. La vida
era m uy dura. Un com pañero inio
decidió dejam os. Yo tuve mis do*
das, pero con la gracia de
las superé».
En las b arrac as de Tu Duc se
reanudaron las clases y se
nizaron los talleres. Nos faltaw
algo esencial: la e le c tric id a d ,^
ella los talleres no podían
nar. Se pensó en d a r un salto ao^
lante, hacia la ciudad. Por aque*
Uos días la Com pañía F rancesa de
Tranvías desalojaba sus locales en
Go Vap, a seis kilóm etros de Saigón. Eran unos locales que podían
acomodarse a n u estra s necesida
des. Con ayuda de la O rganización
Mísereor de A lem ania, y o tra s p er
sonas caritativas se com praron los
terrenos, los edificios y los acoloodamos.
Mientras ta n to había surgido otro
problema, un feliz problem a. M u
chos de los chicos que habían vi
vido con los salesianos los difíci
les tiempo de Hanoi, los meses
dramáticos de Ban Me T hout y de
Tu Duc, se habían aficionado a
su vida; querían continuar con
ellos y pidieron se r salesianos. En
la tierra regada con ta n to s sudo
res y con ta n to s sacrificios b ro ta
ban las prim eras vocaciones.
Se decidió entonces que T u Duc
sería el A spirantado, con 60 chi
cos, los dem ás se tra sla d a ría n a
Go Vap.
U PAZ Y OTRA VEZ LA GUERRA
Parecía que al fin llegaba tam
bién al V ietnam la estación de la
paz.
Durante cinco años, del 1955 al
1 ^ , las dos casas salesianas pu
dieron prosperar; cam biaron los
tedios de cinc p o r tejados, ab rie
ron nuevos talleres y en tra ro n nue
vos alumnos. Las vocaciones floreaan de form a im presionante y
se pensaba en a b rir o tra s casas p a
ta los salesianos jóvenes en forBiatíón.
Pero la estación concluyó y to
do volvió a sum irse en el caos.
El 20 de diciem bre de 1960 na^ el Viet Cong e inicia la guetya de guerrilla: En 1963 los amel^canos imponen su presencia mi
star; de 685 consejeros m ilitares
pasa a 15.500. Llegan los bomtarderos gigantes y en la jungla
I « lie n z a la g u erra química.
En 1963, Diem que está en tra«)n el N orte p ara re sta u ra r
- paz es asesinado y la guerra
■^tinúa.
tre s años siguientes se
AOducen once golpes de estado.
^ el caos reinante en el S ur bro®n los abusos, la droga y la coftupdón.
^ 1966 los soldados am erica^ suben a 400.000. L a g u erra to¡7 formas m asivas, terribles. Nu^ de chicos sin casa y sin fami•aelven a v ag a r por las calles,
^■^^llos en boca, ojos duros...
-Wé DO h ab rán visto esto s chicos?
Uno de trece años. Le Quang,
dice a un periodista que h a conse
guido despegar sus labios: «Lloro
sólo de noche, alguna vez, cuando
pienso que estoy en el m undo y
que nadie se interesa p o r mí». Su
casa fue incendiada y sus padres
asesinados an te sus ojos.
L a tragedia de estos m uchachos
es la tragedia de los Salesianos.
La casa de Go V ap está h a sta el
techo: 500 chicos que v an a la es
cuela y aprenden un oficio, m ien
tra s en el cielo p atrullan sin ce
sa r los helicópteros y silban en
el aire los cohetes. En Tu D uc 260
chicos que van a la escuela y pien
san en su provenir. «Pero, por la
noche, escribe uno de ellos, los co
hetes trazad o res ilum inan la os
curidad y p u erta s y ven tan as tiem
blan con el fragor de la batalla».
En Tram H anh, u na casa ab ierta
en 1962, h ay 180 chicos que cons
tituyen la esperanza salesiana en
V ietnam : 12 novicios que se pre
p ara n p ara ser salesianos. Y o tras
esperanzas todavía m ás concretas
están en D alat, la últim a casa
ab ierta en 1971, en la que cua
tro estudiantes de teología y 31 de
filosofía cam inan hacia el sacer
docio para llevar a Jesú s a su p a
tria ensangrentada.
H ablo con el p adre A cquistapace del porvenir del V ietnam . Este
hom bre pequeño y delgado, que
fue el prim er salesiano que entró
en P ekín y que vio el vendaval
m aoísta b o rra r todas n u estras obras
de China, h abla despacio, como
oprimido p o r un g ran cansancio.
«Dicen los periódicos que el por
venir del V ietnam está en m anos
de los poderosos. N osotros sabe
m os que está en las de Dios. Sólo
esto nos da fuerzas p ara seguir
adelante, pese a todo. T rabajam os
por chicos pobres, por m uchachos
dispersados. P reparam os salesianos
vietnam itas, que estén listos para
en cualquier m om ento to m ar en
sus m anos n u estras obras y lle
v arlas adelante. E sta es nuestra
única política. Hemos recibido y
continuam os recibiendo ayuda de
m uchas partes. No estam os de p a r
te de nadie: sólo de la de los po
bres. E speram os que esta postura
la com prendan todos. Pero sí m a
ñana, con el m udar de las cosas
hum anas, nos arro jan de aquí co
mo nos echaron de China, nos ire
mos con la conciencia tranquila.
Porque no hem os hecho que nos
sirvieran, sino que hem os servido».
Su ro stro se ilum ina con una
sonrisa. Y añade: «Todas estas son
p alab ras inútiles. Hemos de vivir
hoy. El porvenir está en m anos de
Dios».
T. B.
Dos soldados, antiguos alumnos, con el Salesiano P. Mario Acquistapace.
— 27
G racias
a
María
Auxiliadora
TENIA EL INTESTINO PERFORADO
San Mateo (Castellón).— Un sobrinito de 21 meses se nos puso
grave sin dar con la causa de la
gravedad. Como la fiebre le subió
a los 40, los cirujanos lo abrieron
en vista de que las radiografías no
acusaban nada positivo. Grande
fue el asombro de los médicos al
ver que tenia el intestino estran
gulado y perforado. La operación
duró tres horas y el niño estuvo
grave durante 22 días. Los médi
cos no nos daban esperanzas, pero
pusimos el caso en manos de Ma
ría Auxiliadora y también lo enco
mendamos a todos los santos salesianos en quienes tenemos gran
fe. Hoy, gracias a Dios, el niño
está fuera de peligro y se encuen
tra muy bien. Agradecida, envío una
limosna para la obra saleslana. Só
lita A.
ACUDI CON TODA FE
Tarrasa.— A principios de este
año se puso enferma mi madre con
molestias cada vez mayores, y ade
más de una lesión crónica que pa
decía de nacimiento y que se le
aumentaba cada vez más. El doc
tor no sabia ya qué hacer, cuando
con toda fe pedí a María Auxilia
dora la gracia de su curación. A
los pocos días se fue recobrando
hasta sanar completamente. Agra
decida, envío una limosna para los
enfermos pobres. Ana Maria Planetl.
LA VIRGEN CURA A MI NIETO
La Orolava.— Doy gracias a Ma
ria Auxiliadora por una gracia re
cibida. Mi nieto José Miguel tuvo
una tercera recaída de una dolen
cia que ya padecía de hace tiem
po. La dolencia empeoraba rápida
mente acompañada de una fuerte
hemorragia. Al parecer de los mé
dicos no había más remedio que
intervenir nuevamente y con toda
urgencia. Mi temor y amargura eran
enormes por doble motivo; la en
fermedad y por tener lejos de mí a
los padres del enfermo.
Asi la cosa llegó a mis manos el
BOLETIN SALESIANO. Ojeé con
avidez las gracias de la Virgen y
ello me movieron a encomendarle
este asunto. A las pocas horas vuel
ve el médico especialista, tío de mí
28
—
y
a
su Apóstol
San Juan
Bosco
nieto, y con todo asombro pudo
constatar que el peligro había des
aparecido totalmente y que por lo
tanto no era necesaria interven
ción quirúrgica alguna.
Hoy se encuentra totalmente res
tablecido y sin molestias alguna.
Agradezco el favor recibido y pi
do a María Auxiliadora nos siga
ayudando, al mismo tiempo envío
una limosna para las obras saiesianas. Antonia González de Cha
ves, vda. de Herreros.
OTROS CORAZONES
AGRADECIDOS
Llaranes-Avilés. — Teniendo que
ser operada mi nieta, empecé una
novena pidiendo a la Virgen que
todo saliera satisfactoriamente y
ofreciendo un donativo para las
obras salesianas. Como todo salió
bien, cumplo mi promesa y lo pu
blico en la revista. Inés Abad.
Baruuecopardo (Salamanca).— Ha
biendo sufrido un hijo mío un ata
que renal, el médico nos dijo que
debia ser operado. La intervención
la considerábamos grave por haber
sido intervenido hacía poco tiempo.
En tan gran apuro, encomendé el
caso a María Auxiliadora, en quien
tengo toda mi confianza. Prometí
enviar un donativo para las voca
ciones salesianas. Todo pasó sin
necesidad de intervenir. Agradeci
da, envió mi donativo y deseo se
publique la gracia. Dorotea Mellado.
La Coruña.— Habiéndome encon
trado sin trabajo y sin dinero para
pagar la pensión, me veía práctica
mente perdido. Como antiguo alum
no, me acordé de la Madre del
Cielo y acudí a ella para que me
ayudase a encontrar colocación.
Agradecido, cumplo mi promesa de
publicarlo en el BOLETIN SALESIANO. J .M. G. F.
Veguellna de O (León).— Pienso
que he sido escuchada varias ve
ces por nuestra Madre, al salir de
algunos trances difíciles de haberla
invocado. Hago público mi agrade
cimiento y envío una limosna. C.
Martínez.
Cádiz.— Imposibilitada con una
hemiplejía desde hace un año, cor>fío en María Auxiliadora y envío
un donativo por favores recibidos.
Josefa Fernández.
Barcelona. — Estaba gravemente
enferma mi madre y toda la fami
lia estaba muy preocupada. Entera
da de tas gracias de María Auxilia
dora por el BOLETIN SALESIANO
que leo todos los meses, empecé
la novena recomendada por San
Juan Bosco. Al fin de la misma,
nuestra madre estaba bien, deján
donos a todos muy admirados. Agra
decida, entrego una limosna para
las vocaciones salesianas. Angeles
Arroyo.
La Línea de la Concepción.—Se
encontraba mi padre muy enfermo
de la pierna y lo encomendé a Ma
ría Auxiliadora. Agradecida por su
intercesión, cumplo mi promesa de
publicarlo y enviar una limosna.
María Gutiérrez de Mota.
Zamora.— Me encontraba suma
mente angustiada al ver casi per
dida a mi madre por una gran en
fermedad. Acudí a la Virgen pi
diéndole nos ayudara. Hoy cum
plo mi promesa de hacer público
mi agradecimiento y envío una li
mosna. P. M. C.
Priego de Córdoba.— El 20 de di
ciembre regresábamos a casa mi
marido y yo cuando un niño de
tres años se precipitó al coche.
El pequeño salió despedido unos
metros. Creo que por la protección
de María Auxiliadora, que siempre;
Nevo en el vehículo, no le paso
nada al niño. Hago público mi agra
decimiento. Rosario Sicilia.
Granada.— Por haber salido bien
de una operación una hija mis
doy gracias a Maria Auxiliadoiáj
asi como a San Juan Bosco, Santo
Domingo Savio y Doña Dorotea y
a cuantos siervos de Dios figuran
en el BOLETIN. A todos me enco
miendo y les mando una limosna.
M. G.
Orense.— Habiendo hecho la No
vena a María Auxiliadora pidiendo
por la recuperación de un herma
no mío que se encontraba muy grave, fui escuchada en mis súplicas.
Agradecida hago pública la protec
ción de María Auxiliadora y
se publique en el BOLETIN SALESIANO. A. Y,
Barcelona.— Hallándome muy
ferma hasta tener que ser intem»da en una clínica, empecé la ^
vena a María Auxiliadora. Creo h»-
ber recibido un favor pues me en
cuentro totalmente restablecida y
hasta puedo ejercer mis labores
domésticas. Agradecida, entrego
una limosna para las vocaciones
salesianas. Angelina Alessant.
Torre Cárdela (Granada).— Mi es
poso y yo tuvimos que ir a Alema
nia. Allí nuestra hija enfermó de tal
manera que, temiéndonos lo peor,
la trajimos a España. La dejé en
comendada a mi madre, ya qué mí
presencia allí era necesaria. Co
menzamos en seguida la novena a
María Auxiliadora. Varios días más
tarde recibimos carta diciendo que
había comenzado la mejoría. Hoy
está completamente bien. Damos
gracias y lo publicamos en el BO
LETIN SALESIANO. Envió una li
mosna. Encarna García Sánchez.
Vitoria.— Hallándonos en una si
tuación delicada por las consecuen
cias desfavorables que pudieran de
rivarse para nuestra familia, con
toda confianza invocamos la protec
ción materna! de María Auxiliado
ra. Todo se arregló mejor de lo que
esperábamos. Agradecidos, contiríuamos invocando a tan buena Ma
dre y enviamos una pequeña limos
na para las obras salesianas. Mi
guel Navarro y María Cambronero.
Vigo.— Estando un hermano mío
enfermo de gravedad y con deswncierto por parte de los faculta
tivos, acudí a la Virgen Auxiliadora
rogando curara a mi hermano y sa
liéramos de esa situación tan dolorosa para mi familia y para mí.
Le Virgen de Don Sosco me escu
chó. Entrego una limosna para su
culto con el deseo de que se pu
blique en el BOLETIN SALESIANO.
J. A. M.
Sevilla.— Sin causa conocida, re
pentinamente, sufrí un fortísimo ata
que de insuficiencia cardíaca, que
me pi^o en grave peligro de ahogo;
acudí a mi médico de cabecera,
que a pesar de la urgencia, no pu
do venir en el momento a soco
rrerme; llamé en mi auxilio a la
Virgen Auxiliadora, con total con
fianza en su misericordiosa protec
ción; con su inspiración, solicité el
pronto y eficaz socorro, de mi ami
go el Alcalde de Sevilla, doctor
Fernández y Rodríguez.
Vino y con una inyección útilí
sima en un instante, hizo desapa
recer el grave peligro que me po
nía al borde de la muerte, dada mi
ancianidad y vida trabajada.
Prometí a la celestial Señora,
“Auxilio de los Cristianos" publicar
el favor, si lo obtenía y ofrecí una
limosna para fomentar su culto; así
lo hago. José Sebastián y Bandarán, Canónigo Hispalense.
DAN GRACIAS
A MARIA AUXILIADORA
Y A SAN JUAN BOSCO
Y ENTREGAN UNA LIMOSNA
María Fortuny, de S. Vicente deis
Horts; Isabel Pérez, de Acebes del
Páramo (León), por una gracia muy
importante; María Morales, de Albondón, por la mejoría de su nietecita María Esmeralda; una devo
ta, de La Coruña; una devota, de
Valiadoiíd, por el éxito de los exá
menes de su hija; C. G. A., de
Montaña Alta (Las Palmas de
Gran Canarias); L. B., de Alcoyr
por el alivio después de tres años
de horribles dolores; Manuel Pé
rez Blanco, de Sevilla, por haber
encontrado colocación un hijo
suyo;
Olegaria
Aguiar,
Felisa
Díaz, Rosa Castellano, J. B.,
D. C., Ignacia Ríos, José Castella
no, y una devota del barrio de Lau
ree, de Fontanales (Las Palmas de
Gran Canaria); y una devota de
Montaña Alta; Juliana Tovar Gó
mez, de Torre de Don Miguel (Cáceres), por una gracia concedida a
su hijo Antonio Tapia Tovar; Rosa
Arévalo, de Cuenca, por varios fa
vores; E. J., de Huesca; M. Fernán
dez, de Vigo; Luisa Sala, de Ma
drid; Antonio González, de Madridanos; M. García Herrero, de Sa
lamanca, pidiendo salud corporal y
agradecida por facores, envía una
limosna para las misiones y, en
particular, para Vyasarpadi; Fami
lia Rioboo, de N. N., por la solu
ción de un problema matrimonial;
Encarnación Aranda, de Torre Cár
dela (Granada); Celsa Araujo, de
Orense; Un Cooperador Salesiano,
de Alcalá de Guadaira; María Ro
mero, de Zamora, por un favor ex
traordinario; Germana Iglesias, de
Zamora; M. López, de Orense, por
un favor grandísimo; Milagros Pé
rez Villarino, de La Coruña, por una
de las muchas gracias recibidas;
Petra Rodríguez, de Salamanca; Es
peranza Zárate Rey, de La Coruña;
C. P. LL, de Madrid, por la salud
de su hijo y por la solución del
problema económico y familiar que
tanto necesita; E. Cortés, de Roces
Gijón; R. Ramírez, de Madrid; Faus
to Hernández Sánchez, de Málaga;
A. R. S., de N. N., por dos grandes
favores; Una devota, de Puebla de
la Calzada, por el feliz resultado
de los exámenes de sus hijos; Pa
quita Cabanas, de Barcelona; Ma
ría G. González, de Aatudillo; S.C.S.,
de Sevilla, por la mejoría de la vis
ta de un familiar; Antonio Carrero,
de San Vicente de Arévalo; N. N..
de Valencia.
G racias
de nuestros
siervos
de Dios
Barcelona.— Doy gracias a Santo
twningo Savio. a quien puse bajo
protección a mi hijo Miguel, de
^atro años, por haber salido bien
* la operación a que fue sometido,
^ b ié n le agradezco el feliz alum"arniento de mi hija María José,
^ que no hubo necesidad de hacer
2 cesaría como en el parto anterior,
"•oa Isabel Hilé de Uopis.
LhiM i^ (Avilé*)— Le pedí a San* pomingo Savio sacara felizmente
^ nieta de una operación difícil,
^ d e c id a , cumplo mi prontesa de
publicarlo en el BOLETIN SALESIANO. Inés Abad.
Granada.— Habiendo p e r d i d o
nuestro primer hijo al poco de
nacer y quedando de nuevo mi es
posa en estado, nos encomendamos
a Santo Domingo Savio. y desde
el primer momento llevó consigo
el Escapulario del Santo.
E! nacimiento de mi hijo fué
completamente normal, y tanto la
madre como el hijo se encuen
tran en perfecto estado, lo cual
atribuimos a la intercesión de Santo
Domingo y al amparo de María Au
xiliadora.
Nuevamente lleva sobre su pecha
mí esposa, el escapulario, que San
to Domingo le depare un feliz par
to y proteja al nuevo ser como
hasta ahora ha hecho con el an
terior. Los padres de Juan Francis
co.
Vigo.— Muy agradecida a Santo
Domingo Savio, protector de las
fS iffu e en ¡a p á g in a SO)
— 29
M onseñor Ramón Iglesias Navarri, Obispo dim isionario de Seo de
Urgcl, y fundador de los colegios
salesianos de Trem p y A ndorra. A
la edad de ochenta y tres años y
veintiséis de episcopado, entregó
su alm a al Señor, el viernes santo,
31 de m arzo, rodeado del afecto
y veneración de todos, clero y fie
les. Fue el buen p asto r plenam en
te entregado a su grey con la que
se sentía identificado. A sistieron a
las conm ovedoras exequias unos
18 salesianos, presididos por el se
ñor inspector, don Juan Canals y
los dos ex-inspectores don Isidro
S egarra y don Tom ás Baraut.
Don Miguel G. Ravé O jeda t en
Posadas (Córdoba), el pasado 5 de
abril. Era m uy devoto de M aría
A uxiliadora y de San Juan Bosco
cuyas imágenes siem pre llevaba en
su cartera. Siempre recordaba con
cariño la obra salesiana.
Don José U rain U rbleta t en un
alto de M endaro (Guipúzcoa) en
el caserío «Alcorta», el 24 de m ar
zo de 1972, tras una la n o s a enfer
m edad soportada cristianam ente.
M aría A uxiliadora le esperaba el
día de su conm emoración.
C onfortado por los sacram entos,
con la piedad fam iliar, con su
aceptación constante del sufrim ien
to, entregó su alm a a Dios con
la serenidad y religiosidad que
siem pre m anifestó en su vida.
Tuvo el consuelo de ver reunidos
a todos los fam iliares. Las exe
quias fueron un plebiscito de ve
neración de todo el pueblo que
m anifestó la estim a que le había
la honradez y bondad del fallecido.
Tam bién asistieron H ijas de M aría
A uxiliadora de San Sebastián, la
Com unidad de B aracaldo en pleno
y Salesianos de U rnieta.
Era padre de Sor M aría Urain,
H ija de M aría A uxiliadora y abueCVietíe de la pdiHna t9)
madres y de las cunas, por la ve
nida, en circunstancias normales,
de un niño encomendado a él, doy
una limosna en su honor. A. Fer
nández Fraga.
Sevilla.— La señorita Angeles Requerey Bux manifiesta su gratitud a
Santo Domingo Savlo por el feliz
éxito de una operación a su sobri
na de siete años, María Araceli Requerey, y entrega un donativo.
Priego de Córdoba.— Encontrán
dose mi hija en muy mal estado,
esperando el nacimiento de un hi
jo, ios pronósticos del médico eran
30
lo de dos aspirantes salesianos de
Zuazo.
Doña Lucía M artín Ordobás t
en M adrid el 1 de mayo de 1972,
la fam ilia quisiera que la pusiera
en el BOLETIN en el sitio de los
difuntos. Fue Cooperadora hace
m uchos años en Sevilla y aquí en
M adrid desde el año 1954, sus
padres lo habían sido an terio r
mente.
D on A nselm o Lázaro Ovejero f
en Reinosa (Santander), el día 28
de m arzo de 1972, confortado con
los Santos Sacram entos y la Ben
dición A postólica, de Su Santidad.
A m ante de M aría Auxiliadora,
cuya im agen presidía su casa y a
la que diariam ente invocaba coa
el rezo del Santo Rosario (confia
mos en que gozará y a de su ma
tern al visión.
A su num erosa familia, —entre
los que contam os a su hijo don
Ju an Lázaro, salesiano residente
en Bilbao— dam os nuestro más
sentido pésam e y ofrecem os la pro
m esa de n u estra oración.
Algeciras.—^A la avanzada edad
de noventa y nueve años, ha reci
bido Dios el alm a de mi querida
m adre, doña Consuelo Fernández
Casado. Fue g ran devota de María
A uxiliadora y p o r eso la he lleva
do al cielo el día 13 del presente
mes de mayo.
D esde que m e entregó a la
Congregación, am ó entrañablemen
te todo lo salesiano; tanto, que no
había ninguna habitación de su ca
sa que no tuviese algún recuerdo
de la V irgen o de D on Bosco.
H asta los noventa años, se pu
do valer por sí mism a, pero gra
cias a la D ivina Providencia, nos
envió a mi prim a herm ana Ant^
nia Prieto Rodríguez a la que mis
herm anos y yo, ntm ca le agrade
cerem os su abnegación, su caridad
y el cariño con que la atendió has
ta su m uerte. Bien sabemos que
los ancianos se com portan como
niños y p o r lo ta n to h ay que so
p o rtarle todas sus impertinencias
involuntarias.
A todos mis herm anos de con
gregación a quienes lleguen estas
líneas, le pido u n a oración por su
alma. Que Dios se lo pague. Mi
guel Rodríguez Fernández, salesiano.
' de poca esperanza, con peligro de
I la nueva criatura. Nos encomen
damos a Santo Domingo Savio, con
una estampa con reliquia, hacien1 do varias novenas de súplica. Gra
cias a Dios y al pequeño gran San
to tenemos una hermosa niña, ha
biéndose solucionado todo y estan
do madre e hija completamente
bien. Cumplimos lo prometido y de; seamos se publique para gloria de
; Dios y del Santo y para animar a
otros a recurrir a él. Cecilia Jimé
nez.
Priego de Córdoba. — Habiendo
nacido dos nietos míos con defor
midades en la cabeza, y estando
ya próximo el tercero, llenos de
angustia acudimos con confianza
a Santo Domingo Savio, que nos
ha escuchado, ya que éste último
ha nacido en perfectas condicio
nes. Publicamos el favor para ho
nor del Santo Protector de ma
dres y niños. Dolores Chica Gar
cía.
Dan también gracias.— María Agulló, de Barcelona; Fausto Hem ^
dez Sánchez, de Málaga; Una de
vota de Montaña Alta (Gran ^
naria); y la Familia Bedelón Sán
chez, de Hervededo (León).
Doña A sunción C ortés Goñy t
en su domicilio de M adrid el día
31 de enero de 1972, festividad de
San Juan Bosco, a los ochenta y
un años de edad, tra s una larga
y penosísim a enferm edad, so p o rta
da con paciencia y resignación
ejemplar.
E ra natu ral de Pam plona. Su
padre, don Teófano Cortés, f u e
alcalde de aquella ciudad en la
últim a década del siglo pasado.
H uérfana de m adre desde su n a
cimiento, perdió a su padre siendo
aún adolescente.
De una de sus tías, doña Ram o
na Goñy Escudero, ferviente y efi
caz C ooperadora que influyó en la
venida a M adrid de los Hijos de
Don Bosco, heredó un profundo
afecto a la O bra Salesiana con la
que m antuvo u n a estrech a y afec
tuosa relación a lo largo de toda
su vida. H abiendo perm anecido sol
tera, consagró su vida a activida
des de apostolado y de prom oción
social del necesitado. Sus preocu
paciones m ás notorias fueron la
de la Escuela y las Misiones. Al
guna de nuestras casas de M adrid
durante largos años h an sido te s
tigos del cariño, delicadezas y
ayuda m aterial que esta insigne
C ooperadora les brindó siem pre.
La asociación de devotos de María
A uxiliadora y las Misiones ia tu
vieron h asta su m uerte como ge
nerosa y ejem plar propagadora.
BECAS PARA
LAS VOCACIONES
SALESIANAS
“El mejor premio que Dios concede a
una familia es un hijo sacerdote.*’
(Don Bosco)
INSPECTORIA BARCELONA - “BESABAR”
P. Provincial: Paseo San Juan Bosco, 74 > Barcelona-17
Becas «P. B e o b id e -F a m . Salcsiana. Guipúzcoa». T . : 251.775.
•eca «Doña Carm en Aguirre». T otal: si.uuu pis.
Beca «M aría Auxiliadora». Arch. D eusto. T otal: 21.000 pta.
Beca «M aría Auxiliadora». D. R. G. R. T o ta l: 30.000 pts.
B eca «Don Jo sé Santos». D eusto (Colegio). T otal: 23.000 pts.
Beca «Señorita M aría de Felipe». T o ta l: 50.000 pts.
Beca «Inm aculada Concepción». J . L . M. T otal: 11.600 pts.
Beca «M aría Angeles P ostigo L abrador». T otal: 30.000 p ts.
Beca «Conchita Diez Noza». T otal: 30.000 pts.
Beca «Virgen del Castillo». El Royo. T otal: 9.800 pts.
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Beca «Sagrada Fam ilia». San Sebastián. T otal: 10.000 pts.
B eca « F r ^ c is c o T ierra». Burcefia. T o ta l: 8.500 pts.
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B eca «Santo Dom ingo Savio». S antander. T otal: 19.500 nts.
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B eca «M aría A uxiliadora». Arch. S antander. T otal: 6.000 pts.
Beca «Señores de U daetxe». B ilbao. T otal: 34.000 pts.
B eca «San Andrés». B urgos. T otal: 1.327.85 pts.
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B eca « Jesús Aznar». prom ovida p o r D oña M aría Salm erón.
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Beca «Fam ilia Baraut-O biols». N. e .: 2.000. T o ta l: 53.500 pts.
Beca «San Cosme y S a n ta M agdalena>. N. e .: 2.500 p ts. T o
tal: 92.500 p ts.
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Beca «Ntra. Sra. de M ontserrat». N . e .: 1.000. T . : 99.500.
Beca «Ntra, Sra. de la Merced». N. e .: 1.000. T otal: 2.500.
Beca «San José». N. e .: 1.000 p ts. T o ta l: 23.500 pts.
Beca «San J u a n Bosco». N. e.: 1.000 p ts. T otal: 2.500 p ts.
Beca tó an F rancisco d e Sales». N. e.: 1.000. T o ta l: 2.500.
Beca «Santo Dom ingo Savio». N. e .: 1.000. T o ta l: 2.500 pts.
Beca «Santa M aría MazzareÜo». N. e .: 1.000. T otal: 2.500.
Beca «San Jo sé Cafasso». N. e .: 1.000 p ts. T otal: 2.500 p ts.
Beca «Don A ntonio Aime». N. e .: 1.000. T o ta l: 2.500 p ts.
Beca «Don F elipe A lcántara». N. e .: 1.000. T o ta l: 7.500 pts.
Beca «Don Ju a n Antal». N. e .: 1.000 p ts. T otal: 96.500 pts.
Beca «Antiguos A lum nos Salesianos». N. e .: 1.000. T .: 2.500.
Beca «Don M anuel Bars». N. e .: 1.000 p ts. T o ta l: 2.500 pts.
Beca «Don A ndrés Beltram i». N. e.: 1.000 p ts. T otal: 2.000.
Beca «Don Jo sé Blnelli». N. e .: 1.00 p ts. T o ta l: 2.500 pts.
DE CORDOBA
Beca «Don J u a n
Cagliero». N.
e.: 1.000p ts. T :
2.500INSPECTORIA
pts.
Beca «Don Jo sé
Calasanz». N.
e.: 1.000p ts. T :
2.500P.
pts.Provincial: Calle María Auxiliadora, 14 - Córdoba
Beca «Don Jo sé L u is Carreño*. N. e .: 1.00 p ts. T : 2.500.
Beca «Don L uis
Cid». N.e.: 1.000 p ts. T otal: 2.500 pts.
BECAS COMPLETAS
Beca «Don Sergio Cid N. e.: 1.000 p ts. T otal: 2.500 pts.
Beca «Cooperadores Salesianos». N. e.: 1.000 p ts. T : 2.600.
Beca «Fam ilia Marrero-Mufioz». D. Manuel M arrero y seño
Beca «Don L uis Cutillas». N. e.: 1.000 p ts T : 10.000 pts.
ra. L as P alm as. T otal: 150.000 pts.
Beca «Don Conrado Cardé». N. e.: 1.000 p ts. T : 2.600 pts.
Beca «Doña Dorotea». N. e.: 1.000 p ts. T otal: 2.600 pts.
BECAS EN FORMACION
Beca «Sr. F rancisco Fernández». N. e .: 1.000 p ts. T : 2.600.
Beca «Sto. Dom ingo Savio». Cías. Juv en tu d Salcsiana. L as
Beca «Don Rodolfo Fiero». N. e .: 1.000 p ts. T : 2.600 pts.
P alm as. N. e.: 16.500 pts. T o ta l; 60.800 pts.
« c a «Sr. M artín Goicoechea». N. e.: 1.000 p ts. T : 2.500.
Beca «M aría Auxll.» Fam . Poyato-Padillo. N ueva Carteya.
Beca «Don E duardo G utiérrez». N. e.: 1.000 p ts. T : 2.500.
(Córdoba). P rim era e .: 2.500 pts.
Beca «Don M anuel H erm lda». N. e.: 1.000 p ts. T. 2.500.
Beca «Sagrado Corazón». L a s Palm as. T otal: 87.456 pts.
Beca Don Federico Jordana». N. e .: 1.00 p ts. T : 2.500 pts.
Beca «Fam ilia L ara». L as Palm as. T otal: 8.400 pts.
Beca «Don Miguel Magone». N. e .: 1.000 p ts. T : 2.500 p ts.
Beca cJ. H . S.» L as P alm as. T o ta l: 48.000 pts.
Beca «Mamá M argarita». N. e.: 1.000 p ts. T otal: 2.500 pts.
Beca «F. H ernández Chacón». L a s Palm as. T otal: 19.400 p ts.
Beca «Don Jo sé M artí». N. e.; 1.000 p ts. T o ta l: 2.600 pts.
Beca «Virgen del Pino». L as P alm as. T o ta l; 7.700 pts.
Beca «Familia M artí Codolar». N. e.: 1.000 p ts. T : 2.500.
Beca «A rdí. M aría Auxiliadora». Sta. C. T enerife. T . : 46.000.
Beca «Don Ignacio Rubio». N. e .: 1.000 p ts. T .: 2.500 p ts.
Beca M isionera «Don Dionisio Ric». T otal; 30.00 pts.
Beca «Templo del Tibidabo». N. e .: 1.000 p ts. T : 2.500 pts.
Beca «Don Antonio Do Muifto». F am ilia Pino-A lcaide. H onBeca «Padre Viñas». N. e .: 1.000 p ts. T o ta l: 2.600 pts.
tilla. T o ta l: 36.000 pts.
«Vocaciones Salesianas». N. e .: 1.000 p ts. T : 2.600.
Beca «N tra. Sra. Consolación». T orredonjlm eno. T . : 46.000.
Beca g e r m a n o s S. R .» N. e.: 2.000 p ts. T o ta l: 6.000 pts.
Beca
«San J u a n Bosco». p o r los AA. AA. T o ta l; 51.000 p ts.
« r p e t u a « P aim ira E steve y Fam ilia». 300.000 pts.
B eca «M aría A uxiliadora». M álaga. T otal: 38.300 pts.
Beca «Daniel Conde». P rim e ra e n tre g a : 86.000 pts.
Beca «D. B ernardo L ó p e z Baena». Córdoba. T otal: 25.000.
B ^ « J u a n Alberto». A. A. de R ocafort. T o ta l: 18.000 pto.
Beca «Rom ero-M artinez». M álaga, p o r D.6 D olores M artínez
^ a n Pedro». T o ta l: 50.000 pts.
Vda. de Rom ero. T o ta l: 35.000 pts.
Beca «M aría Auxiliadora», d ejad a por D. E d u ard o Ortis.
M ata, q .e .p .d .: A lcaudete (Ja é n ), P rim e ra e n t.: 10.000 pts.
INSPECTORIA DE BILBAO
B eca «Santo C ura d e Ars». Córdoba. N. e .: 7.000. T . : 17.000.
Beca
«Fam ilia Lago». T o ta l: 12.700 pts.
Provincial: Escuelas Salesianas - Deusto-Bübao
Beca «Santa Teresa». G ranada. N. e .: 8.000. T otal: 19.150.
B eca «S. Jo sé y N tra . Sra. M ontserrat». G ranada. T . : 19. /u
BECAS E N FORMACION
Beca «Miguel Magone». L a s P alm as. T otal: 6.500 pts.
B ^ ^ é l i x V id a u rrá z ^ a » . B ilbao. P rim e ra e.: 5.000 pts.
Beca «Fam ilia L inares». L as Palm as. T o ta l: 3.700 pts.
2 ^ « r . Magín», prom ovida p o r R lchar. D eusto. 800 pts.
B eca «Fam ilia N aranjo». L as P alm as. T otal: 6.800 pts.
“^ t í í a m á M argarita». L . C añada. Pam plona. N. e .: 260.
B eca « H aría A uxiliadora». R onda. J . T roya Z. T .: 25.000.
Total: 30.250 pte.
B eca «Baldom cro Pagén». Pozoblanco. T otal: 26.000 pts.
^
t f W l i a Im bert». T o ta l: 50.000 p ts.
B eca «Fam ilia T orre». L as P alm as. T otal: 4.700 pts.
B eca «Cías. Ju v e n tu d Salesiana». L a O rotava. T o ta l; 43.000.
Ramón Zabalo». B aracaldo. M. Fdez. T . : 50.000.
B eca «F iáncisco I ^ n Navarro». L as P alm as. T . ; 8.600 p ts .
2 2 ^ o n E ladio Pérez*. T o ta l: 35.000 p ts.
B eca «D. Sebastiím H . t P astor», (^ rd o b a . T o ta l: 8.015 p ts.
2 2 ^ o n Jo sé P u ertas» . A. A. D eusto. T o ta l: 16.000 pts.
Beca « P u ra Bermúdez». M álaga. T o ta l: 28.500 pts.
2 2 S e fio r Ju stí» . D eusto (Colegio). T o ta l: 22.500 p ts.
B eca «Fam ilia Muñoz». T o ta l; 21.000 pts.
S 2 e ^ m ilo Fdez. Fandifio». prom . por. J . ( ^ t o s o . 30.000.
Beca «Santa Isabel». G rana-ia T o ta l: 40.200 pts.
22
Jo s é M aría Talbó». m . T o ta l: 27.000 pts.
B eca «San J u a n B autista». T o ta l; 21.000 pts.
i?
D iaz de Cerio V alle y P e tra G astón VentoBeca «Escuelas E xternas». M ontilla. T otal: 12.000 nts.
¿ 2 - Total: 26.000 p ts.
B eca «N tra. S ra. del Carmen». Pozoblanco. T . : 40.000 p ts.
OCarla Auxiliadora». IL A crh. B aracaldo. T .: 62.000.
— 31
Beca
Beca
Beca
Beca
Beca
Beca
Beca
Beca
Beca
Beca
Beca
Beca
Beca
«Fam ilia Navarro». T otal: 7.100 pts.
«Santa Catalina». II. L aa P alm as. T otal: 3.000 pts.
«Santa Ana». Alcalá la R eal. T otal: 20.000 p ts.
«Don V icente Reyes». T o ta l: 3.700 pts.
«M aría Auxiliadora». A ntonio Royán. T o ta l: 28.800 pts.
«M aría A uxiliadora». Coop. A ntequera. T .: 11.500 pts.
«Fam ilia del n n o Muñoz». Ja é n . T otal: 10.000 pts.
«Santa Cruz de Tenerife». T enerife. T otal: 32.000 pts.
«Santo Dom ingo Savio». Cías. Tenerife. T .: 21.000 pts.
«Fam ilia A tllio Ley». L as Palm as. T o ta l: 1.600 pts.
«Juan X X III». M ontilla. T otal: 14.350 pts.
«Fam ilia E spejo Gómez». M ontilla. T o ta l: 13.000 pts.
perp etu a «T raya Gozálvez». Ronda. T otal: 24.000 pts.
INSPECTORIA DE MADRID - “BESAMA"
dalgo, Vda. de C ortés de B ienvenida Badajoz. N. e .: 8.000.
T otal: 55.000 pts.
Sevilla. Beca «P. T om ás G utiérrez». P rim e ra e .: 7.000 pts.
Sevilla-T rinidad. B eca «M aría Auxil.» A rch. T .: 30.000 pts.
S evilla-T rinidad. Beca «Stm a. T rinidad». T o ta l: 16.000 pts.
Sevilla-T rinidad. Beca «D. T om ás González». T . : 30.000 pts.
Sevilla-Residencia. Beca «S. J u a n Bosco» in. T . : 16.000 pts.
Sevilla. Beca «N tra. Sra. de la Piedad». T o ta l: 31.106 pts.
S evilla-T rinidad. Beca «D. F rancisco de la Hoz. Sra. Vdá
de Caso. N. e.: 10.000 p ts. T o ta l: 31.000 pts.
U trera. Beca «D. A gustín Nofre». T o ta l: 30.000 pts.
U tre ra . Beca «D. M anuel Fernández». T o ta l: 30.000 pts.
U trera. «Beca sacerdotal-m ariana P . Campoy». T otal: 1.000,
U trera. Beca «Bodas de Oro. D. Jo s é Novoa». T .: 29.000.
INSPECTORIA DE VALENCIA
P.
Provincial: Pateo del General Primo de Rivera, 27
Madrid (5) - Teléfono 227 56 91
P. Provincial: Calle de Sagunto, 190 - Valencia
BECAS EN FORMACION
llera «S. Feo. de Sales» II. Coop. E strecho. N. e.: 2.315 pesptuH. T otal; 21.090 pts.
IJeru «M, A. L.» N. c.: 1.000 pts. T otal: 53.000 pts.
Boca «Sgdo. Corazón». N. e.: 2.000 pts. T otal: 27.000 pts.
llora «Komllla B’runcla G.» Salam anca. N. e .: 1.000 pts. T o
tal: 16.000 pts.
Boca «M atrlnjonlo S antiago G uijo y Carm en de Sanz». To
tal: 100.000 pts.
Boca Mayor «D. José Agullar». C. Real. T otal: 90.000 pts.
Beca porp. «Mercedes Cruzado». T otal: 69.000 pts.
Beca porp. «Besama». T otal: 78.400 pts.
Broa «San José». Arch. Pizarrales. T otal: 49.000 pts.
Beca «Don Juan» II. T otal: 36.000 pts.
Beca «Fam ilia F ran cia G.» Salam anca: N. e .: 1.000 pts. To
ta l: 14.000 pts.
Beca «Fam ilia M esonero Rodríguez». T otal: 60.000 pts.
Beca «N tra. Sra. del Carm en y S. Lucas». T . : 30.000 pts.
Beca perp. «Salesianos Don Bosco» III. T otal: 63.999 pts.
Beca M. «Sgdo. Corazón», 2.000 p ts. T o ta l: 26.000 pts.
Beca «Sta. T eresa y S. Vicente». T otal: 50.000 pts.
Beca «Josefa R oldán y fam ilia». T o ta l: 40.000 pts.
Beca «S. Antonio». A. A ngulo. T otal: 40.000 pts.
Beca «Arch. M aría A uxiliadora». Carabanchel. T :. 46.000.
Beca «Viuda de P ujadas». T o ta l: 22.000 pts.
Beca «CorasÓn Duro». T o ta l: 60.000 pts.
Beca «El C oadjutor Salesiano». Palom a. T o ta l: 47.000 pts.
Beca «S. Ricardo». T o ta l: 10.000 pts.
Beca M ayor «R eina de los Angeles*. T otal: 70.000 pts.
Beca «María Auxiliadora». Arch. Atocha. T otal: 23.725 pts.
Beca «M aría A uxiliadora». Salam anca. T o ta l: 11.000 pts.
Beca «F. Canales». T otal: 24.000 pts.
Beca «Fam ilia A. M iranda». T o ta l: 20.000 pts.
Beca perp. «Doña M aría AgruUar Vda. de Morales». Prim en
en tre g a: 60.000 pts.
BECAS EN FORMACION
Beca «Sgda. Fam ilia». N. e.: 25.000 p ts. T otal: 100.00 pts.
Beca «San B ernardino». Villena. N. e .: 8.000. T . : 62.000 pt>.
Beca «Santa Teresa». Crevillente. N. e .: 7.000. T . : 38.000.
Beca «San Cayetano». Crevillente. N. e.: 1.000. T .; 100.000.
Beca «Cooperadores de Valencia». T o ta l: 13.000 pts.
Beca P e rp . «M aría A m paro T renor». Valencia. 100.000 pts.
Beca p erp. «José Feliu». D.s A urora Busó. Valencia. 100.000.
Beca «San V icente F errer». Valencia. T o ta l: 5.000 pts.
Beca «Santa Rosa». Coop. de Alcoy. T o ta l: 50.000 pts.
Beca «Colegio Santo Dom ingo Sarío». Valencia. T .: 30.000.
Beca «Arch. M aría Auxiliadora». Valencia. T o ta l: 28.000 p&
Beca «Consortes Payá». Alcoy, dos becas p e rp etu as: 200.m
Beca «D.s M.> Gómez Genovés». Valencia, 2 becas: 100.000.
Beca «Francisco Gil Esteve». T o ta l: 24.000 p ts.
Beca «Fam ilia Gómez Baldovl», peim etua. T . : 150.000. pts
Beca «Romero Amorós», perp etu a. U ltim a « itre g a : 25.000
B eca «José Carbonell», perp etu a. T o ta l: 82.000 pts.
Beca «D.s D olores B erenguer», perp. Alicante. T .: 100.000
Beca «Rvdo. F rancisco Serrats». Valencia. T o ta l: 8.000 pts.
Beca «San A gustín». Alcoy. T otal: 18.000 pts.
Beca «Don R ecaredo d e los Ríos». A licante. T o ta l: 8.000 pti.
Beca «Muy Rvdo. Don Jo sé Calasanz». T o ta l: 20.916 pti
B eca «Rvdo. D. L u is B erenguer». Alicemte. T o ta l: 20.000 ptl.
Beca «Ram ón Guerrero». Albacete. T o ta l: 22.660 pts.
Beca «Circulo Dom ingo Savio». T o ta l: 2.000 pts.
Beca «Don A ndrés T w i N avarro». E ld ie . T o ta l: 100.000 pti.
Beca p e rp etu a «A. B. A.». Valencia. T otal: 160.000 pts.
Beca «D. V icente Galvón». A licante. T o ta l: 100.000 pts.
Beca «D. M anuel Pérez». Valencia. T otal: 250.000 pts.
Beca «Niño Jesús». T otal: 20.000 pts.
Beca «Doña A ntonia Cabot». Albacete. T o ta l: 20.000 pts.
Beca p erp etu a «San Patricio». Ib l. T o ta l: 50.000 Pta- „
Beca «M aría Peire» en m em oria de su esposo. T otal: 20.005
Beca «Rvdo. D. M anuel Pérez». II. T otal: 7.500 pts.
Beca «Rvdo. D. M ariano Aisa». B urriana. T otal: 17.600 pb
Beca «Misiones Saleslanas» de Alcoy. P rlm . e n t.: 6.000 pG
INSPECTORIA DE SEVILLA - “BESASE"
P. Provincial: Calle María Auxiliadora, 18 - Sevilla
Teléfonos 35 04 86 y 30 01 00
BECA COMPLETA
Beca «Don Francisco Ja v ie r Montero». D onativo de sus An
tiguos Alumnos. T otal: 100.000 pts.
BECAS EN FORMACION
Alcalá, Beca «N tra. Sra. del Aguila». T o ta l: 26.200 pts.
Alcalá. Beca «San Pedro». Coop. N. e .: 1.000. T .: 8.000 pts.
Alcalá. Beca «Arch. M arta A uxiliadora». T o ta l: 6.000 pts.
A lgeclras. Beca «Don A ndrés Yún». T o ta l: 5.000 pts.
A lm endrsiejo. Beca «N tra. Sra. de la Piedad». Iniciada por
Fam . R afael M artines C ordón e Isabel M artines A suar en
m em oria de doña Crcscencia A suar. N. e.: 4.600. T .: 36.600.
Cádiz. Beca «Marín A uxiliadora». T otal: 61.000 pts.
Cádiz. Beca «D. Clem ente Guede». N. e.: 2.600. T . : 14.676.
Cádis. Beca «M aestro I ^ é s » . N. e .: 2.000. T .: 18.296 pts.
Cádls. Beca «Kvdo. D. Jo sé M ontserrat». T o ta l: 13.000 pts.
Cádis. Beca «Santiago Apóstol». T otal: 70.000 pts.
Cádls. Beca «San José». N. e.: 1.000 p ts. T otal: 8.000 pts.
C am pano. Beca «Bertem atl». T o ta l: 6.000 pts.
Carmona. Beca «Don F erm ín Molpeceres». T o ta l: 13.000 pts.
Cáceres. Beca «San J u a n Bosco». T o ta l: 16.760 pts.
Jeres. Beca «Don J u a n Torres». T otal: 2.600 pts.
Je re s. B eca «Escuela de M aestría». T o ta l: 20.000 pts.
L a L inea. Beca «Inm aculada Concepción». T o ta l: 600 pts.
L a f ^ m a . «San Andrés». N. e.: 6.000. T o ta l: 10.000 pts.
L a P alm a. Beca «Virgen del Valle»; 1.* e .: 9.600 p ts.
M érlda. Beca «Don J a v ie r M ontero». T otal: 12.600 pts.
Morón. Beca «N tra. S ra. del S agrado CorasÓn». T .: 26.000.
Morón. Beca «M ártires Salesianos de Morón». T .: 3.600.
P u e rto Real. Beca «M aría A uxiliadora». T otal: 18.000 pts.
Rota. Beca «N tra. S ra. del Rosarlo». T o ta l: 14.000 pts.
Serília. Beca «M aría A uxiliadora». A. R. T o ta l: SO.OOO pts.
Sevilla. Beca «Corpus C hristi». S rta . J . Q uintana. N. e.:
100 pts. T o ta l: 1^400 pts.
Sevilla. Beca «D. Antonio U arcolungo» de Dofta C annen SQ-
32 —
INSPECTORIA DE LEON
P. Provincial: Apartado 425 ■ León
BECAS COM PLETAS
Beca «Domingo Savio*. Col. L laranes-A vilés. T .; 3.0W P**Beca «D. R afael C astells y D .i V alentina Cuadra». IW-Jt
Beca «Fam . R. D. V ictoriano Rgues.». V alsabroso. 100.IW
BECAS E N FORMACION
Boca «D. Jo s é Saburldo». A llariz. N. e.: 1.500. T .: 46.KC
<D.
Felipe
García».
Coop. Coruña. N. e .; 2.800 pts. T®*
Boca
_
tal: 25.936 pts.
Beca «M aría Auxiliadora». A llariz. N. e .: 2.000. 34.000 P®
Beca «M aris A uxiliadora». Coop. y Arch. Llaranes-A "
lés. N. e.: 600 pts. T otal: 1.800 pts.
Beca «Angel Valverde». Vigo. N. e.: 26.000. T .: tW-OOO S
Beca «P. M anuel Lino». L a Coruña. N. e.: 1.000. T .^ 7 .W
Beca «Univ. L aboral» Zam ora. N. e .: 2.700. T . : 60.000 P»
Beca «Fam ilia D am ián F ernández y Sra.» Vigo. T .: w-w*’
Beca «M aría Auxiliadora». Vigo. T o ta l: 50.000 P t s - ^
Beca «P. M iguel Salgado». Vigo. S. M atías. T .: 86.750 ^
Beca «José Sabaté». Vigo. T otal: 41.500 p t s . __
Beca «Don P e d ro Masaveu». O ríedo. T otal: 20.000 pts.
Beca «San José». Vigo. San I s t i a s . T otal: 72.000 ptsBeca «Doña P ila r Gago». Vigo. T o ta l: 30.000 P ^ - ^ ^
Beca «Dofta M aría del Carm en Oliveros». T o ta l: X . W g
Beca «Don P e d ro O livano». A studillo. T o ta l: 18J00 P®
Beca «Virgen de ViUanueva». A llariz. T o ta l: 2 i ^ P“ *
Beca «M aría Atutíliadora». Celanova. T o ta l: 82.000 pta
Beca «M aría A uxiliadora». A rch. Vigo. T otal:
Beca «D. E rn esto Armelles». Coruña. Colegio. T .: 60.0W K
Beca «M aría Auxil.» Zam ora. R ey F e m an d o . T otal: lUJ»»
Beca «Domingo Savio». León. T o ta l: 16.665 pts.
Beca «N tra. S ra. de Covadonga». T u d ela V eg u ü K T .:
Beca «Don Em lio M ontero». O rense. T otal: 22.000 ptz-
P ara este verano
PIA OBRA DEL SABRADO CORAZON
San Juan Bosco, antes de su muerte, fundó con la aprobación del
Papa León X ili, la Pi'a Obra del Sagrado Corazón para que se cele
braran SEIS MISAS DIARIAS Y PERPETUAS en la Basílica del
mismo nombre, en Roma, a intención de cuantos se inscribieran en
élla. Todos los inscritos participan a su vez del fru to aplicable de tas
oraciones de los niños de ios Colegios Satesianos y de las oraciones
y buenas obras de los Salesianos e Hijas de Mana Auxiliadora.
la Colección
INSCRIPCION
para sus hijos y educandos:
1. Puede inscribirse uno a si' mismo y a otras personas, vivas o
difuntas, por las que quiere pedir o sufragar.
2. La inscripción, que es nominal, se efectúa tras la aportación
por una sola vez, de una limosna superior a 25 pesetas, o de esa
cantidad (que se puede enviar por giro postal o en sellos de correos
de cualquier valor). La inscripción se acredita con una Cédula.
3. Para inscribirse: Envíe con letra bien clara el nombre o nom
bres y apellidos de la persona que se inscribe, indicando si es viva o
difunta (no olvide este detalle) a:
OBRA VOCACIONAL DE LOS COOPERADORES SALESIANOS
Alcalá. 164 - M ADRID (2)
¿QUE P U E D E H A C E R CON
ESTE TESORO ESPIRITUAL?
APROVECHELO PARA USTED MISMO
Tiene sin duda asuntos que te preocupan; quizas dificultades en
su familia; tal vez desea perfeccionarse en su vida cristiana o asegu
rarse sufragios para su alma... Inscribiéndose en la Pía Obra, seis
sacerdotes intercederán todos los días por usted.
HAGA PARTICIPES DE EL A LOS SUYOS
Usted desea para los suyos lo mejor: unos están estudiando,
otros abriéndose camino en la vida, tal vez haya algún enfermo...
Una ayuda positiva es encomendarlos al Señor; sí usted no puede
pedir bastante, los miles de niños y salesianos lo harán por usted.
«ALA y VIENTO»
le ofrece
selectas lecturas formativas
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Hombres en construcción.
Cumbres azules.
Bajo el sol de Dios.
Mensajes cifrados.
Porque sois fuertes.
Etapas.
Viaje al Cine. (I).
Viaje al Cirte. (II).
Don Bosco, un amigo.
Prisma Blanco.
Prisma Rosa.
Prisma Rojo.
El retrato de Cristo. (90 pts.)
La Tierra en tus manos.
Por qué me hfce Misionero.
iVaya tela!
Corsarios blancos.
Para guardar la «linea».
Vive deportivamente. (I)
Vive deportivamente. (II)
Sefer Tehilltm.
Recortes de Prensa.
Un alegre mensaje.
Doble imagen.
Dedicado a...
APLIQUELO A LOS DIFUNTOS
Nada alivia a los difuntos: ni las flores, ni las esquelas, ni su mis
mo recuerdo. Sólo las oraciones y los sufragios llevan a las almas un
alivio, inscribiéndolas en la Pi'a Obra, recibirán de su parte cada di'a,
al rnejor recuerdo: el tesoro infin ito de seis misas, y de las oracio
nes de millares de niños.
NOTA; La cédula artística en la que se acredita la inscripción en
Obra Pía contiene dos nombres: el de la persona inscrita y el de la
persona que hace el obsequio. Este detalle la hace muy apta para
hecer un delicado presente en uria fecha familiar: santo, cumple
años, fin de carrera... Asi también las cédulas de tos difuntos pue
den ser muy oportunas para dar el pésame o recordar un aniversario.
La Colección «Ala y Viento»
es una creación
del Centro Nacional Salesiano
de Pastoral Juvenil.
Intensamente marcada
por su línea formativa,
cuenta ya 25 títulos.
Solicite información más
detallada a:
Alcalá, 164 — Madrid - 28.
Precio del ejemplar: 45 ptas.
del Centro Nacional Salesiano
•EL LIBRO
FAMILIA
f
1936-39
T I^ S AÑOS
HISTORíA
S J^ S I^ A
PEDIDOS:
LIBRERIASALESIANAMARIA AUXILIADORA
General Primo de Rivera, 25 — MADRID • 5
JOSE LUIS BASTARRICA — JOSE MALLO
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Fecha
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1972.07