BS_1972_02

Ficha

Título
BS_1972_02
Descripción
Boletín Salesiano. Febrero 1972
extracted text
r
Hoy no te lavaste la cara
Queridos amigos Juanito y Mari;
He recibido vuestras cartas y vuestro asombro
por lo que os decía la mirada del santo más amigo
de los niños. Hoy quiero deciros algo más: Don
Bosco lela en la conciencia de los jóvenes, adivinaba
sus pensamientos, penetraba en el fondo de sus al­
mas. El Señor le había concedido ese don, según afir­
mó ó! mismo en unas «buenas noches»: «Ei Señor
—dijo— me ha concedido el don de conocer a los
hipócritas. Cuando se me acerca alguno, siento una
náusea Intolerable. Ellos se dan cuenta de que co­
nozco lo que son y por eso huyen de mí».
Una mañana —escribe Juan Carino— un buen
grupo de amigos acompañábamos a Don Bosco mien­
tras tomaba el desayuno. Todos bromeábamos. Alguno
empezó a decir que si conocía el futuro, que si sabía
el día de la muerte de cada uno... Entonces, el Santo
se acercó al oído de unos pocos. No sé qué les diría,
el caso es que todos quedaban maravillados. Por cier­
to que, algo apartado y repantlngado en una silla,
un muchacho llamado C... Evaristo reía con aire de
displicencia y hasta se le ocurrió decir: —Don Bosco,
yo no creo que usted sepa lo que uno ha hecho. A
ver, dígame algo a mí...
Don Bosco. que estaba deseando la ocasión, se
acercó y le ^ s u rró al oído algo que nosotros no en­
tendimos. El caso es que Evaristo se puso rojo como
una amapola. Desde entonces Jamás se atrevió a de­
cir que el santo no leía en las conciencias...
Los chicos de! Oratorio estaban más que conven­
cidos de que Don Bosco leía en su frente las trave­
suras que habían hecho. Los pillos procuraban man­
tenerse lejos de él. Pero sí por acaso los llamaba,
se tapaban la frente con la gorra o con el flequillo
dei pelo, creyendo que así despistarían. A veces,
cuando el santo bajaba al patio, un grupo de chavales
huía en desbandada por miedo a ser leídos...
Una mañana de 1870 salía Don Bosco de celebrar
misa. Apenas lo vieron, muchos chicos corrieron a
darle los buenos días.
— |HoIa, amigos!
A /todos les dirigía una palabra de saludo, corres­
pondiendo a la simpatía de aquellos chavales. Pero
a uno de ellos le tocó la frente con el índice y le
dijo:
—«Hoy no te lavaste la cara».
—Sí, Don Bosco. le contestó el chaval medio en
serio y en broma. Pero el Santo sonrió:
—Nooooo, señooooor... y alargó con gracia la
■o» de las palabras. Entonces se le acercó al oído y
empezó a hablarle en secreto.
El chico entendió que debía lavarse la cara de
verdad haciendo una buena confesión. Al día siguien­
te. el mismo chaval se acercó a dar al Santo los bue­
nos días y rompió alegremente:
—Don Bosco, ¿me he lavado la cara esta mañana?
Una profunda alegría inundó el corazón del Santo
al ver la limpieza y claridad del alma de sus chicos
en la que se adivinaba el rostro de Dios.

DON BOSCO
UNA PAGiNA PARA LOS NIÑOS

•ft- A- T¡r
Podría estar todo el año contándoos historias de
este tipo. Por hoy basta. Yo sé que vosotros os iaváis la cara todos los días y que no le tenéis miedo
al agua, sobre todo en verano... Pero, amigos, ya
sabéis lo que quiere decir «lavarse la cara» en el
lenguaje de Don Bosco. Yo creo que si Juanito se
acercara a darle los buenos días, tendría buen cuidado
de Ir antes a lavarse..., ¿no?
Bueno, nada más por hoy. Hasta la próxima, recibid
un abrazo- de vuestro buen amigo.
Padre RAFAEL

R 6vltta d * la Obra d a Don Boaco
Afto LXXXVl - N.o 2 . Fabr. 1972

Director:
RAFAEL ALFARO
Dirección. Redacción y Admón.:
Alcalá, 164
Teléfono 255 20 00
MADRID-28

HA TERMINADO
EL
CAPITULO GENERAL

Depósito Legal: M. 3.044-1958

Entrevista con Pablo V I

(Con censura eclesiástica)
Imprime: Escuela Gráfica Salesiana
Madrid-Atocha

ON los primeros días del año nuevo se cerraron las sesiones
'de
. una Asamblea comenzada en el lejano junio de 1971.

C

Seis meses de duración ha hecho del Capitulo General Especial
el más largo de la historia salesiana, ya centenaria.

EN ESTE NUMERO:
Pág.
Ha terminado el Capítulo
G eneral......................
Entrevista con Pablo Vi .
Nuevo Consejo Superior
Nuestro amigo el tele­
visor ............................
Eduquemos como Don
B o sco .........................
Una ciudad llamada Don
B osco..........................
Por el mundo salesíano .
Ayuda al Tercer Mundo .
Escriben los misioneros .
Gracias a María Auxilia­
dora ............................
Fueron a la casa del
P adre..........................
Becas vocacionales . . .

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No se está todavía en grado de juzgar sobre los resultados del
mismo de una manera cabal y precisa, por lo que vamos a centrar
nuestra ín/ormación en el acto más solemne y más entrañable que
tuvo lugar en los últimos días del mismo.
Dos semanas antes, el Papa recibió a los capitulares salesianos
y se entretuvo con eílos. Era el 20 de diciembre. Como verán nues­
tros lectores la entrevista nos revela un Pablo VI inédito. Dejando
de lado el discurso escrito que llevaba, según es costumbre, empezó
a hablar contándoles recuerdos y anécdotas de su vida relaciona­
das con Don Bosco y los Salesianos.
De esa animada conversación emerge un Pablo VI jovial y es­
pontáneo. Es una satisfacción para todos nosotros que hayan sido
nuestros capitulares los que han proporcionado unos minutos de ex­
pansión, «una ventana abierta*, al Papa, que por razones de cargo
y de protocolo ha de adoptar siempre una actitud seria y reservada.
Sólo al cabo de un buen rato tomó sus papeles y leyó, no sin in­
tercalar nuevamente pensamientos que en aquellos momentos le
venían.
A fin de que nuestros lectores puedan distinguir a simple vista
lo que hubo de espontáneo y lo que hubo de oficial en la entrevista
que reseñamos, damos en letra cursiva las palabras leídas y en le­
tra normal el resto.

NUESTRA PORTADA
Antena de la Ciudad del Va­
ticano. Nuestro fotógrafo se
la ha traído en su máquina.
Hoy es un símbolo que nos
habla de una sintonía con
la voz del Papa.

La entrevista tuvo dos partes: en la primera el Rector Mayor
presentó al Papa los capitulares, al nuevo Consejo Superior de la
Congregación y le hizo una ofrenda de varios millares de ¡iras para
que el Papa las distribuya según su corazón entre los necesitados
del mundo. En la segunda parte habló el Papa, terminando con im­
partir la Bendición Apostólica.
La satisfacción producida por esta recepción era visible en to­
dos los rostros, puesto que la amabilidad del Papa con los Salesianos
había sido extraordinaria y porque habían oído de sus mismos la­
bios la confirmación de que se marcha por el buen camino.


l

1

Presentoción del Rector Mayor
Beatísimo Padre:
Hace seis años, antes de que el
Concilio Vaticano II celebrase su
última sesión, Vuestra Santidad
se dignó acoger a los miembros
del XIX Capítulo General Salesiano y dirigirles una preciosa exhor­
tación. Nos pareció, entonces, que
la idea central fue una repetida
invitación a «progresar». En es­
tos seis años, no siempre fáciles
ciertamente, aquella palabra fue
para nosotros guía y acicate. Tam­
bién las directrices, enviadas el
pasado abril a nuestro Capítulo
General Especial, que tengo aho­
ra el gozo de presentar a vuestra
Santidad, o, en particular, la ex­
hortación apostólica «Evangélica
Testiñcatio», que nos llegó en un
momento propicio cuanto más, y
recientemente los documentos si­
nodales, nos han iluminado y guia­
do en nuestras fatigas.
No obstante, en el ánimo de
todos los miembros de la Asam­
blea Capitular estaba vivo el de­
seo de un encuentro con Vuestra
Santidad, para oír una palabra de
luz y de aliento para el trabajo
que estamos ultimando y para el
otro, no menos comprometido, que
nos aguarda después del Capítulo;
y para confírmar al Papa nuestra
filial obediencia y devoción y re­
cibir su bendición apostólica.
Audiencia con el Papa.

En nombre de los presentes y
de toda la Congregación, que ellos
representan, doy gracias a Vues­
tra Santidad por la benevolencia
que ha querido demostrar una vez
más a los humildes hijos de San
Juan Bosco.
Nuestros trabajos, precedidos
de una amplísima y, diría, apasio­
nada participación de todos los
Salesianos de los diversos conti­
nentes y naciones, duran ya seis
meses y sólo ahora con la elección
de los miembros del nuevo Conse­
jo Superior han entrado en su fase
conclusiva. Los hemos realizado
siguiendo los surcos de las ense­
ñanzas de la Iglesia, del Concilio
y del Magisterio eclesiástico. He­
mos tenido la preocupación funda­
mental de realizar dentro del ám­
bito de nuestra vida religiosa, la
renovación de la que Vuestra San­
tidad está ofreciendo a la Iglesia
el más alto ejemplo y los caminos
más seguros.
Nuestro especial cuidado a lo
largo de todos los trabajos ha sido
la fidelidad a Don Bosco y a nues­
tra misión en la consagración al
Papa. Ante todo fidelidad a Don
Bosco, Varón de Dios e infatiga­
ble hombre de acción. Estamos
persuadidos de que el milagro de
sus obras tiene una sola fuente:
su fe, vivida con una espirituali­
dad tan sencilla cuanto profunda

y eficaz; una fe cristocéntrica y
por lo mismo ardientemente eucaristica y filialmente mariana.
La fidelidad al Fimdador ha pos­
tulado necesariamente nuestra fide­
lidad a la misión que Dios le con­
fió y que heredamos de su celo:
los jóvenes, de modo particular
los más pobres y las clases popu­
lares. Aquí se centran todas las
implicaciones, los problemas y los
esfuerzos de nuestro servicio edu­
cativo en la Iglesia y en el mun­
do de hoy.
Es conocido a Vuestra Santidad
el amor de Don Bosco al Papa y
a la Iglesia, de la que en toda cir­
cunstancia quiso ser obediente y
fiel servidor. Los miembros del
Capítulo General Especial han
querido hacer suyas las actitudes
y los sentimientos del Padre y
Fundador.
Afirmada en estos principios, la
Congregación podrá acometer nue­
vos caminos e intentar nuevos
instrumentos de acción, con el
ánimo y la audacia de Don Bos­
co, para desarrollar en el mundo
moderno la acción cristianizadora
y salvadora que él desarrolló en
otro contexto social. Y esto so­
bretodo en pro de la juventud, hoy
especialmente, objeto de tantas
esperanzas, aunque a veces mez­
cladas con ansias y perplejidades.

No ignoramos las diñcultades y
angustias que nos aguardan a lo
largo del camino de renovación.
Pese a ello no queremos que nos
sorprendan el desaliento o el can­
sancio. Nos da fuerza y vigor la
conciencia de la causa a que nos
hemos consagrado, en la vida de
la Iglesia.
Padre Santo, antes de concluir
permitidme que le presente una
doble y filial ofrenda que, sin em­
bargo, tiene un sólo significado y
un único sentimiento. Esta maña­
na hemos tenido la alegría de con­
celebrar en la Basílica de San Pe­
dro y todos hemos aplicado el san­
to sacrificio por sus intenciones.
Le presento asimismo ima ofren­
da para los países más necesita­
dos y para las situaciones más dolorosas que afectan al corazón de
Su Santidad. Es el fruto de los
sacrificios, de las renuncias de
muchos salesianos del mundo en­
tero, que quieren mostrar, como
los concelebrantes de esta maña­
na, su total adhesión filial a sus
ansias de Supremo Pastor, de Pa­
dre y de Operador de paz y imidad.
Acepte, Padre Santo, esta do­
ble ofrenda como nuestro filial ho­
menaje navideño.
Ahora esperamos de la palabra
de Vuestra Santidad y de la Ben­
dición Apostólica, que se dignará
impartimos, la luz y el aliento
para las fatigas que nos aguar­
dan.
Esta bendición especial la im­
ploro, Beatísimo Padre, sobre mi
persona, al sentir en estos mo­

mentos todo el peso de la renova­
da confianza del Capítulo Espe­
cial para que gobierne la Congre­
gación: la imploro sobre el vene­
rable don Ziggíotti, Rector Mayor
emérito; sobre los miembros del
nuevo Consejo Superior, que pre­
sento respetuosamente, y sobre
los que, tras largos años de gene-

roso servicio, dejan su cargo; so­
bre todos los capitulares presen­
tes y sobre toda la Familia Salesiana, unida en espíritu en este
acto de devota adhesión al Vica­
rio de Cristo, y deseosa de llevar a
cabo su renovadón en el espíri­
tu y bajo los auspidos de la Igle­
sia.

«Venerables hermanos, hijos de
Don Sosco: Nos podemos habla­
ros por doble motivo. Omitiremos
el primero y buscaremos el se­
gundo.

será «PERSEVERAR», perseverar,
ser fíeles. Y así sea.
Mas no puedo renundar a los
recuerdos que afloran a la memo­
ria pensando en Don Hosco, y con
los que se podría llenar el conte­
nido de una página, ¿cómo diría?,
autobiográfica.
¿Cuándo conod a Don Bosco?
No lo conocí personalmente, por­
que aunque viejo, ¡no lo soy tan­
to! (Risas.) Recuerdo de niño que
en el despacho de mi padre, en­
frente mismo del escritorio, en un
rincón había un cuadrito para ver
el cual nosotros los niños nos su­
bíamos a una silla; era un retra­
to de Don Bosco, en el que es­
taban escritas, en la parte baja,
estas palabras, me parece que au­
tógrafas: «Al fin de la vida se re­
coge el fruto de las buenas obras».
Cuántas veces, cuántas hemos
visto ese cuadrito y reconoddo la
firma de quien no era todavía ni
beato ni santo, pero que ya era
célebre y famoso; y, además, co­
nocido en el ambiente de mi fami­
lia.

El primero sería el motivo per­
sonal: recuerdos, encuentros, re­
laciones, obligaciones, que unen
mi persona y mi recuerdo a vues­
tra familia espiritual. El segundo
sería por el oficio que la Provi­
dencia nos ha confiado; otro títu­
lo, en virtud del cual, ¡sí! os di­
rigiremos algunas palabras, pero
que no podrán sino rimar con las
recién prommciadas por..., ¿cómo
lo llamáis? ¿Superior Mayor?
(Rector Mayor)... ¿Rector Mayor?
Seamos exactos (risas). Y si nues­
tra palabra en el anterior encuen­
tro fue «progresar», la segunda pa­
labra, puede, en su sentido, estar
acorde con lo que estoy por de­
ciros a todos, y ahora con mayor
conocimiento de causa, porque en
los años que acaban de pasar, he
tenido ocasión muchas veces de
conocer vuestra actividad y vues­
tras dignas personas: palabra que

Tuve un tío, y esto también lo
tenemos grabado en nuestros re­
cuerdos personales y marginales,
que había estudiado medicina en
Turín; no sé cómo, se casó luego
con una tía mía; ambos murieron
en Milán; y ese sí que conoció a
Don Bosco. Según él, Don Bosco
le habría dicho estas palabras: «Tú
serás el médico de mi cuerpo, pe­
ro yo seré el médico de tu alma».
Son palabras, que han pasado a
formar parte, diríamos, del patri­
monio de recuerdos de nuestra fa­
milia y que siempre nos causaron
impresión, también a mí.
Después vino el trato personal
con diversos salesianos, que paso
por alto, empezando por don
Cojazzi; pero don Cojazzi tuvo el
mérito, un mérito de esos como
son los de nuestro campo cristia­
no, que tienen su lado doloroso;
hizo amistad con un sobrino mío.
Se llamaba... ¿quién es?... Don...
Luis, ¿no es eso? Era un mucha­
cho lleno de vida y quien no lo
ha conocido no se lo imagina; en
una palabra no estudiaba nada (ri­
sas), el caso es que rebosaba ener­
gías, vivacidad. Su madre, óptima
persona, santa mujer, me lo con­
fió: yo tenía pocos años y estaba
recién ordenado sacerdote. ¡Vea­
mos de recapacitar un poco, le
decía, al menos para salvar los
exámenes (risas)! El esfuerzo no
honró ni al maestro ni al alumno.
No obstante, su madre que lo se­
guía con gran inteligencia y sabi­
duría materna le animaba continua­
mente: paseos, excursiones, etc. No
sé como sucedió que en una de
esas excursiones conoció a don Co­
jazzi. De aquí nació nada menos
que una vocación salesiana. Yo lo
acompañé a Turín y él acabó es­
tando diecisiete años en Macao,
¿no es cierto?
Recuerdo cuando volvió después
de diecisiete años: su padre era
ya anciano, pero nutría por el hijo
un afecto que había crecido, que
se había condensado en los dieci­
siete años que estuvo lejos de la
familia, de su casa, en fin, sí, mi­
sionero. misionero... ¿Queréis otro
pequeño detalle? Al marcharse es­
te chico dijo a su madre: Si tuvie­
se un auto para allí. Su madre
hizo que encontrara el coche en
el mismo barco, en Venecla. Bien,
al volver, en Ciampino. recuerdo
que había cambiado completamen­
te de fisionomía. Llegaba un hom­
bre. con barba y todo. Y su padre
no le reconoció: ¿Es Luis éste?
¿Es él? Decir y romper a llorar,
como sucede en estos casos y en
tales circunstancias, y con seme­
jantes sentimientos, fue todo uno.

4 —

Pero tenemos que seguir; de lo
contrario no terminaríamos nunca.
Ahora vienen los recuerdos per­
sonales romanos. Sabéis que yo
fui Asistente eclesiástico del Círcu­
lo de los Universitarios Romanos.
¿Quién fue mi predecesor? Don
Dante Munerati, nombrado poco
antes obispo de Volterra; y fue
suficiente para que nos reuniése­
mos en San Giovannino della Pigna, que se convirtió en la capilla
de los Universitarios Romanos.
Eran muy pocos, es decir, había
alguno; y todos los viernes acu­
dían a San Giovannino della Pigna.
Yo era su Asistente y allí he­
mos oído contar innumerables ca­
sos, que os ahorro, de cómo des­
empeñaba la asistencia mi gran
predecesor el padre Munerati, lue­
go obispo de Volterra, gran juris­
ta, muy conocido, veronés, verón,
verón... (risas). Pero que también
él tenía sus Reglas —era salesiano— y lo que más le preocupaba
llegado cierto momento de la re­
unión —cosa que recogí de testi­
gos oculares y auriculares— era
terminar puntualmente a las ocho,
porque a las ocho y cuarto tenía
que estar cenando (risas)... No eran
tiempos tempestuosos, como éstos
más o menos; no había contesta­
ción, pero nunca se estaba de
acuerdo... Y una vez tuvo la feliz
idea, pero un poco ingenua, de de­
cir: Escuchad, hijos, terminemos;
mirad, id a Benito —Benito era
el sacristán— un hombre tan bue­
no, dadle este recado; y sonrió.
El papelito decía: «Entregad a los
portadores de este recado dos bo­
tellas de vino para terminar con
un brindis la reunión». Salieron
como flechas; volvieron al instan­
te; pero se guardaron el papel y,
de cuando en cuando, sin decir
nada a don Munerati, acudían de
nuevo a Benito, que de buena fe
Ies daba vino. Llegó un día que
lo supo don Munerati. ¿Y qué su­
cedió? Que la cosa se acabó.
Pero los otros episodios no se
han terminado, porque he tenido
después muchas ocasiones de ver
a hermanos vuestros. Me refiero
a don Biavati, a don Sinistrero. No
hablemos de don Tomasetti y de
su sucesor don Castaño, etc.
Y puesto que don Ricceri ha di­
cho que una de vuestras prerro­
gativas y una de las señales dis­
tintivas de vuestra vocación es el
ocuparse de los pobres, de los jó­
venes. de los que no tienen otra
asistencia —sois suplentes—, ni la
asistencia normal que la Sociedad
y la Iglesia no pueden dar a cier­

I

tas clases de nuestra sociedad, os r
hablaré de uno de los últimos en­
cuentros, del que todavía tengo
grabada en mi alma la emoción
y la alegría, en el barrio famoso, ¡
más célebre y más mísero de Ma­
nila; ¿cómo se llama? Tondo, Toa­
do. Hice una visita pasando exac­
tamente sobre un pantano... Los
salesianos estaban allí. Y recuer­
do que habló uno —habló natural­
mente en su lengua: luego lo tra­
dujeron— yo quedé extrañamente
impresionado por la entrega tan
heroica, tan eficaz, y sabia; y he­
cha precisamente a un nivel que
sería difícil encontrar otro infe­
rior. Es una honra para vosotros
queridos hijos de Don Bosco. Mar­
cháis sobre un gran camino maes­
tro, por eso mi palabra de orden
es esta vez: «Progresar y prose­
guir. Perseverar, porque de verdad
marcháis por el camino trazado
por nuestro Señor Jesucristo».
Y, por tanto,
Saludamos con afectuosa reve­
rencia a los miembros del Capítu­
lo General Especial Salesiano, re­
unidos en Roma para poner a pun­
to la renovación de las Constitu­
ciones y deseosos de dar mues­
tras de su filial devoción al Vica­
rio de Cristo antes de partir para
sus respectivas residencias.
Os damos gracias cordialmente,
queridos hijos. Es para Nos siem­
pre motivo de alegría cada vez
que se nos ofrece la ocasión de
hallarnos entre los hijos de San
Juan Bosco. No obstante la visita
de hoy, en circunstancias tan so­
lemnes como esta que presenta
ante Nos a los representantes de
setenta y tres inspectorías salesianas esparcidas por todo el
mundo, trae a nuestra mente, más
vivo y conmovedor que nunca, el
significado, el papel y el esfuerzo
que vuestra gran Familia religiosa
desarrolla en el seno de la IgTesio.
Pensamos en el inmenso floreci­
miento de obras y de actividades
debidas al celo y a los sacrificios,
a veces heroicos, vuestros y de
vuestros hermanos.

• Precisamente c u a n d o nos
sentimos como sofocados por tan- ¿;
tas dificultades, por tantos disgus­
tos, por tantas infidelidades, por
tantas gratuitas contestaciones y,
en general, por tantas miserias,
pues somos hombres, y nos pare­
ce como si nos faltara la respira- [
ción, el único aliento del Papa;
es abrir la ventana, hablo de una
ventana metafórica, y contemplar .
el panorama y ver campos culti- .
vados como el vuestro. ¡Están los |;
salesianos en la Iglesia! Están otras '

familias religiosas, pero no hable­
mos de ellas. En verdad que se
nota la confianza y el aliento y
se tiene la prueba casi sensible
de que el Señor está con nosotros,
que trabaja ciertamente con las
manos de su Iglesia en favor de
esta obra de evangelización, que
no tiene fin ni lo tendrá hasta el
fín del mundo...
Pero lo vemos bajo un aspecto
que infunde alegría y gratitud en
el corazón. El trabajo es florecien­
te, la obra se extiende, los opera­
rios son buenos, fieles, están uni­
dos, son verdaderamente represen­
tantes de una tradición acerca de
la que todos tienen ahora algo que
decir, una tradición que parte de
Cristo y que halló en Don Hosco
un intérprete y un renovador que
continúa a través de nosotros.
Deo gratias, Señor! Y se reem­
prende el trabajo con nueva con­
fianza y por esto debo en verdad,
daros las gracias primero al Rec­
tor Mayor, al Rector Mayor emé­
rito y a todos vosotros, cordialmente y en nombre de Cristo.
Pensemos en tanta juventud ne­
cesitada, que encuentra en vues­
tros Colegios una educación sana
y la posibilidad de incorporarse
dignamente a la sociedad. Pense­
mos en el vasto campo de las Mi­
siones, en las que vuestra Congre­
gación se ha hecho tan benemé­
rita.
• Fui obispo de Milán y sé al­
gunas cosas acerca de vosotros.

¿no? San ^ u s tin y luego la bella
y grande institución de Sesto San
Giovanni. Qué hermosura, todos
jóvenes obreros que se preparan
para el trabajo, pero templados
como el buen acero, para hacer
frente a la vida como hombres y
como cristianos.
También tuvimos la alegría, al
marcharnos, de causaros un gran
fastidio el de crear una parroquia,
la de Domingo Savio, que no vi
construida; es por decir cuánta es­
timación y cuántas pruebas tene­
mos de vuestra actividad: el tes­
timonio vivo y operante que dais
del Evangelio.
Cudntos motivos para dar gra­
cias al Señor y felicitarnos con
vosotros. Que Dios os bendiga, hi­
jos carísimos.
• La bendición, que os dare­
mos al final, no es un gesto con­
vencional; quiere ser de verdad
una efusión del corazón, y si Dios
la llena de su gracia, ser eficaz
para consolaros, para santificaros
en vuestra vocación, para acrecer
vuestras energías, para daros un
poco de felicidad por lo hecho y
por lo hacer.
Ciertamente no os faltan dificul­
tades; pero que podáis tener siem­
pre esa fuente secreta que es la
de saber que servimos a Jesucris­
to, y que lo llevamos con nosotros
y lo damos a los demás.
La Iglesia de Dios se honra con
vuestra difusión, con vuestro

ejemplo evangélico y con vuestra
generosa entrega apostólica.
Pero es cosa clara que la conti­
nuidad y eficacia de vuestro traba­
jo no se consiguen sin una puesta
a punto animosa, sin una adapta­
ción seria de vuestras Constitu­
ciones, a fin de dar a vuestra Con­
gregación esa fisionomía abierto
y modernizada, requerida por los
exigencias de renovación concilior
y por las necesidades de ios tiem­
pos.
Ha sido y es éste precisamente
el cometido ai que os venís apli­
cando desde hace seis meses. Sa­
bemos que en las largas y labo­
riosas discusiones de vuestro Capi­
tulo habéis elaborado los cáno­
nes de vuestra puesta al día. Sa­
bemos con cuánta amplitud y com­
petencia habéis tratado los diver­
sos problemas; y a Nos no nos
queda sino recomendaros que ate­
soréis tanto estudio, y apliquéis
con decidida voluntad las prescrip­
ciones a que os habéis comprome­
tido.
Pero el afecto que profesamos a
vuestra Congregación y la impor­
tancia de su misión en el seno de
la Iglesia de Dios nos impelen a
manifestaros algunos pensamien­
tos que vuestra visita despierta en
nuestro espíritu. No se trata de re­
flexiones nuevas, pues ya han sido
debatidas en el transcurso de vues­
tras reuniones.
Y vosotros sois maestros, más
(Pasa a la pág. 12.)

El Capítulo General ante San Pedro.

— 5

NUEVO CONSEJO SUPERIOR
DE LA CONGREGACION SALESIANA

De izquierda a derecha y arriba: Don Williams, Don José Henriquez, Don Ter Schure, Don Gottardi, Don
Flora, Don Antonio Méllda. Abajo: Don Tohlil, Don Rosalio Castillo, Don Srivo, Don Luis Rlcceri (Rector
Mayor), Don Viganó, Don Rainieri, Don Pilla.

Como anunciábamos en el pa­
sado BOLETIN de enero, el Ca­
pitulo General designó por elec­
ción nuevo Consejo Superior de la
Congregación.

el Ecónomo General, don Roger
Pilla.

Como se sabe, el Consejo Su­
perior está integrado por Conseje­
ros residentes y Consejeros regio­
nales.

DON CAYETANO SCRIVO,
Vicario

Entre los primeros, asisten al
Rector Mayor, el Vicario, don Ca­
yetano Scrivo; el Consejero de
Formación Salesiana, don Gil Vi­
ganó; el Consejero de Pastoral
Juvenil, don Rosalio Castillo; el
Consejero de Pastoral de adultos,
don Juan Rainieri; el Consejero de
Misiones, don Bernardo Hohill, y

LOS NUEVOS CONSEJEROS

Nacido en Serra San Bruno, Ita­
lia, el 10-111-1921. Se ordenó en
16-III-1947. Es licenciado en filoso­
fía y teología por la Gregoriana.
Fue inspector de Roma y elegido
Consejero de Pastoral Juvenil en
1965.
Recién elegido hizo estas decla­
raciones: “ Respeto la voluntad de
la mayoría del Capítulo. Doy gra­
cias a los que han puesto su con­

fianza en mí. Estoy seguro de que
los que apoyaron otros nombres es­
tarán a mi lado con la oración, pre­
cisamente porque saben que lo ne­
cesito más que otros. En mi pequeñez, digo también: Cúmplase la
voluntad de Dios.”
DON GIL VIGANO,
Consejero de Formación Salesiana
Nació en Sondrío, Italia, el 26-VII1920. Se ordenó el 31-V-1947. Doc­
tor en Teología por la Universidad
católica de Santiago de Chile. Di­
rector del Estudiantado Teológico
de Santiago e Inspector de Chile
desde 1967.
“Acepto ei mandato que el Ca­
pítulo me confía como una obedien-

^
cía, al servicio de la vocación salesiana y de la Congregación.
Gracias.”



•íf JP

DON ROSALIO CASTILLO,
Consejero de Pastoral Juvenil
Nació en San Casimiro, Vene­
zuela, el 4-IX-1922. Se ordenó
sacerdote el 4-IX-1949. Doctor en
Derecho por el PAS. Inspector de
Venezuela en 1966 y Consejero en
el anterior Consejo Superior desde
1967.
“ Pedí al Señor que me ahorrase
este momento. Ya habla manifesta­
do en conversaciones confidencia­
les mi deseo de retirarme. Pero
ahora creo que debo aceptar el
mandato. Confío en vuestras ora­
ciones.”
DON JUAN RAINERI,
Consejero de Pastoral de Adultos
Nació en Schilparío, Italia, el
27-11-1914. Se ordenó sacerdote en
1939. Licenciado en Teología e His­
toria Eclesiástica. Inspector de Li­
guria, desde 1965.
“ Doy gracias a los electores,
pero en primer lugar a los que han
votado a otros, porque han demos­
trado conocer lo que valgo. En el
noviciado, el maestro nos enseñó
la virtud de la obediciencia: ’vir
oboediens loquetur victorias’. Pues
bien, yo trataré de obedecer y a
vosotros os auguro la victoria.”
DON BERNADO TOHILL,
Consejero de Misiones
Nació en Belfast, irlanda del
Norte, el 13-VIIM928. Ordenado en
1-VII-1948. Fue Director en HongKong, Inspector de China, de Cali­
fornia y Consejero regional en 1965.
“Tendría que discutir la validez
de mi elección: pues en todo el
tiempo no he oído mi nombre. (El
escrutador lo pronunciaba mal. Ri­
sas.) Os doy gracias a todos. Po­
déis imaginar mi estado de ánimo
en estos momentos. Cuento con
vuestras oraciones y el apoyo de
los demás consejeros. Espero no
defraudar a nuestros misioneros.”
DON ROGER PILLA,
Ecónomo
Nació en Pesco Sannita, Italia,
el 27-IV-1911. Ordenado sacerdote
el 21-IV-1935. Licenciado en Teo­
logía por la Gregoriana y doctor
en Letras por Nápoles. Fue Ins­
pector de Nápoles, de Roma y Ecó­
nomo General desde 1963.
“ No puedo rehusar vuestro cor>senso tan generoso para que corv
tinúe en este mandato tan pesado.
Os doy gracias; ayudadme con
vuestra oración."

El Consejero Regional de España y Portugal recibe las felicitaciones
de los españoles.

DON ANTONIO MELIDA,
Consejero Regional de España
y Portugal

DON JORGE WILLIAMS,
Consejero Regional de países de
lengua inglesa y Asia

Nació en Pamplona, España, el
17-1-1927. Sacerdote desde el 31-V1952. Fue Delegado Nacional de
Pastoral Juvenil e Inspector de Va­
lencia desde 1970.
“ Sí puedo ser útil a la Congre­
gación, acepto. Estoy asustado,
pero espero que pase. El optimis­
mo vendrá; He sido elegido el úl­
timo, quizá soy el más joven y por
tanto el Benjamín. Confío en vues­
tras oraciones.”

Nació en Wallesly, Inglaterra, el
28-V-1916, y se ordenó sacerdote
el 18-VII-1954. Licenciado en Teo­
logía por el PAS y doctor en Quí­
micas por Oxford. Fue Inspector de
Inglaterra en 1964.
“ Reconozco la votación como
voluntad de Dios, al que quiero
obedecer, aunque la obediencia a
veces resulte penosa.

DON LUIS FIORA,
Consejero Regional de Italia
Medio Oriente
Nacido en Nueva York el 9-IV1914. Sacerdote en 20-111-1943. Li­
cenciado en Letras por Turín. Ins­
pector de Roma en 1956 y Conse­
jero en el anterior Capítulo, 1965,
de la Pastoral de Adultos.
“ Soy compañero de noviciado
de don Juan Raínerí, y por lo mis­
mo he aprendido del mismo maes­
tro que el varón obediente logrará
victorias. De momento cumplo la
obediciencia, y las victorias vere­
mos si con el tiempo...
DON JUAN TER SCHURE,
Consejero Regional de Europa
Central
Nació en Steenwijkerwold, Holan­
da, el 22-VI-1922. Se ordenó sacer­
dote el 1-VII-1952. Fue Ir^pector
de Holanda en 1962 y Consejero
Regional en 1965.
“Acepto el resultado de la elec­
ción por amor a la Congregación y
a nuestro Rector Mayor, don Luis
Ricceri."

DON JOSE GOTTARDI,
Consejero Regional de la zona
atlántica sudamericana
Nació en Falda de Piné, Italia, el
21-IX-1923. Ordenado sacerdote el
25-X-1950. Fue Inspector de Soli­
via en 1965 y del Uruguay en 1969.
“ En circunstancias como la pre­
sente es mejor no hablar. Creo que
aceptando cumplo la voluntad de
la Asamblea y, por tanto, la de
Dios."
DON JOSE HENRIQUEZ,
Consejero de la zona centro y
sudamericana del Pacífico
Nació en Santa Rosalía, Vene­
zuela. el 28-1-1928, y se ordenó
sacerdote el 17-V-1955. Doctor en
Filosofía por el PAS y Caracas y
licenciado en Teología por la Gre­
goriana. Inspector de Venezuela
desde 1967.
“ Acepto esta llamada, esta se­
ñal. Don Bosco decía que estaba
dispuesto a ír hasta el fin del mun­
do con tal de hacer felices a los
chicos. Me habéis confiado esta
pastoral del turismo, hago con
gusto el sacrificio de dar vueltas
por el mundo si con ello puedo ha­
cer feliz a algún hermano, escu­
chándolo.”
— 7

o

La taievisión Juxgmda por una famiiia.

TELEVISION,
NOSOTROS TE ACUSAMOS

O

Valores eduoativos que enoueniran los
padres en ella.

O

Los niños ante el ielevimor.

Van a actuar AI Baño, Salomé
y Velázquez. Los niños ponen ma­
la cara y se van a jugar. Hacen
bien; no es bueno que estén pen­
dientes mucho tiempo del televi­
sor; necesitan otras distracciones:
pasear, jugar... estar al aire libre.
A Cristóbal el programa le está
estropeando la comida. No por el
hecho, ya en sí importante, de que
la TV no hace ningún bien mien­
tras se come; ni siquiera por el
otro, más importante aún, de que
rompe el diálogo de padres e hi­
jos, tan difícil fuera de las co­
midas.
— Pero te das cuenta de que,
según nuestra televisión, las
cosas malas sólo ocurren en
el extranjero? Huelgas, des­
contento i>olftico, injusticias,
paro obrero... Aquí sólo hay
inauguraciones, c o n g r esos,
desfiles militares y folklore.
¡Se creen que somos retra­
sados mentales!
Tengo que decirle que no exage­
re. Que en todas partes cuecen ha­
bas. Que eso es normal en los paí­
ses en que la TV está financiada
por el Estado: éste se siente irre­
mediablemente tentado a usarla
para conseguir sus ñnes ideológi­
cos, políticos y hasta económicos.
Pensemos también en los países
comunistas, no solamente en los
nuestros.

UNO MAS EN LA FAMILIA
Entró hace unos años en casa,
y ya es un amigo del que no po­
demos prescindir. Ni los pequeños,
ni nosotros, los mayores. Se ha
posesionado de todos, con su mun­
do de ilusiones, de fantasía y de
realidades, tan lejano hasta que
él llegó.
La televisión apenas si tiene
cuarenta años de vida. En España
no llega ni a los veinte. Pues, con
tan escasa edad, se ha instalado
ya en 200 millones de hogares,
que es como decir que, en el mun­
do, hay un televisor por cada 20
personas. Una prueba más de su
rápida difusión: el Japón ha pa­
sado en los veinticinco años de
la postguerra de 0 a 75 millones
de aparatos receptores, ¡Un buen
récord!
Y este nuevo amigo de casa ha
conseguido lo que en otra época
hubiéramos considerado como un
sueño irrealizable: nos ha puesto
en contacto directo con la Luna,
nos ha hecho ver y oír a nuestros
antípodas, ha llenado horas ente­

ras de esos largos domingos de
invierno, nos ha congregado en
familia, nos ha descubierto nuevos
horizontes en el campo de las cien­
cias y de las letras...
Pío XII llegó a decir de la te­
levisión: «Es un medio incompa­
rable de información, de forma­
ción y de transformación». Pene­
tremos en uno de esos hogares en
que se ha instalado soberanamen­
te el televisor y veamos qué pien­
san allí del nuevo amigo.
Escenario, un reducido piso de
la Colonia de obreros de San José
de Valderas, en las proximidades
de Madrid. Un matrimonio, fruto
de la emigración. Cristóbal, el pa­
dre, es carpintero. La madre. As­
een, se ocupa de la casa. Los hi­
jos, José Luis, de diez años recién
cumplidos, y las gemelas Gloria y
Esther, de ocho años, cursan la
E. G. B., pagando, por supuesto.
Como se ve, la típica familia del
jornal único, con horas extras.
Es domingo, un domingo de las
alegres navidades. En la pantalla
de nuestro inseparable huésped, el
programa «Siempre en domingo».

8 —

I

i

La televisión es asi de potente
y peligrosa. En unos minutos pue­
de poner en ascuas a toda una na­
ción y empujarla a las determina­
ciones m ¿ sublimes o descabe­
lladas.
— Yo lo que pienso es que a
fuerza de alejar los proble­
mas (hambre en la India,
huelgas en Italia, revueltas
estudiantiles en Bolivia...),
nos vamos olvidando de los
males que tenemos tan cer­
ca, en nuestra misma ciudad.
La observación de Aseen tiene
migas. Pero hay más. La televisión
p u ^ e llegar a atontarnos, a lle­
namos la cabeza de ideas medio­
cres, a empobrecer nuestra per*
sonalidad, ya que muchos de los
programas son tremendamente fri­
volos. La televisión despersonaliza
y masifica. Por ejemplo, ahora
mismo, bastantes millones de es­
pañoles están embobados con las
ocurrencias de «La chica de la
tele».
Sí, la televisión modela en se­
rie; da al consumidor unas mis­
mas ideas, unos mismos adema­
nes, expresiones idénticas, vesti­
dos iguales... Impone una forma
de vida. Y los telespectadores la
aceptan.
TENEMOS QUE REACCIONAR
ANTE LA TELEVISION
El padre de familia dice, muy
gráficamente, que aquello de «es­
pectador-buzón», que ha leído en
un libro, no va con él.
— A mí eso es una cosa que
no me preocupa. No acos­
tumbro a tragarme todo lo
que me «echan».
Habría que felicitarle, porque,
según sus palabras, está incluido
en ese bajísimo 2 por 100 que dan
los sondeos a las personas capa­
ces de reaccionar ante los espa­
cios de la televisión que desperso­
nalizan.
Lo peligroso no es sólo la ima­
gen que el televisor nos trae, sino
la pasividad nuestra ante esa ima­

gen. La auténtica telespectación
tiene que ser activa. Y lo será, si
«interpreta rectamente las noticias
presentadas, juzgándolas y pon­
derándolas según sus fuentes y
contexto: si las selecciona con pru­
dencia y diligencia y un espíritu
crítico exigente; si no duda de ma­
nifestar con franqueza su asenti­
miento, sus reservas o su abierta
desaprobación» (Communio et progressio, 82).
— O sea, que si no hacemos
eso, nos convertimos en bo­
rregos de un gran rebaño
manejado a gusto por nues­
tros vecinos de Prado del
Rey.
En cierta manera, sí, porque la
realidad nos dice que vemos es­
pacios tras espacios, cómodamen­
te, sin esfuerzo, sin juzgar todo
ese contenido tan heterogéneo que
se nos ofrece con sólo pulsar un
botón.
¿ES INMORAL LA PUBUCIDAD?

El televisor se ha convertido en “al­
guien” en nuestra vida familiar; sólo
le pedimos que respete nuestra
personalidad.

El intervalo de anuncios nos ha­
ce cambiar de conversación. Es
Aseen la que esta vez toma la
iniciativa.
— ¿Y qué me dicen ustedes de
esto? Yo estoy ahora pre­
ocupada de verdad por el
sin número de juguetes que
anuncian para Reyes. ¡Y qué
juguetes! Como si todos los
padres pudiéramos comprar
esas cosas...
Al hablar de los anuncios, casi
siempre nos fijamos en lo moles­
to que nos resultan por interrum­
pir tal o cual programa. Pero hay
otros aspectos más serios del pro­
blema. Entre ellos, el que hace
verdadero este dicho: «La indus­
tria fabrica el producto y la pu­
blicidad el cliente».
Hay una publicidad que tiende
a convencer respetando la razón
del que la recibe y hay otra que
procura burlar el control de la
inteligencia, o al menos atenuar­
la, dirigiéndose directamente a la
sensibilidad. Elsta segunda es in-

moral, entre otras razones, por­
que, desprecia la naturaleza racio­
nal del hombre.
La mayor parte de los anuncios
que tenemos que soportar no cum­
plen estas orientaciones pontifi­
cias; «Se daña a la familia y a
la sociedad cuando se crean fal­
sas necesidades, cuando continua­
mente se les incita a adquirir bie­
nes de lujo, cuya adquisición pue­
de impedir que atiendan a las ne­
cesidades realmente fundamenta­
les» (Communio et progressio, 60).
Este tipo de publicidad deforma
la vida humana con una jerarquización de valores gravemente de­
fectuosa, al tiempo que predica
una ideología materialista, de ma­
nera solapada, pero más peligrosa
que la realizada abiertamente.
Y no se diga nada de la publi­
cidad especialmente dirigida a los
niños. Es criminal una propaganda
que utiliza los sentimientos de los
niños. Hay naciones en las que in-

— 9

” Lom padres deben a y u d a r a su s hijos,
guiándoles para gue desoubran ia bondad
humana de ias obras que ia ieieuisión pre­
senta” (Communlo et progressio).

ciuso están prohibidos los anun­
cios en los programas infantiles.
— Eso me parece estupendo. Yo
he oído decir que en Italia,
los anuncios los ponen todos
seguidos en una hora deter­
minada de la programación.
Es un dato interesante éste de
Cristóbal. He aquí otro: los teles­
pectadores de algunas naciones
cuentan con un simpático dispo­
sitivo que permite tener apagado
el televisor durante el tiempo de
la publicidad.
— ¿Dónde se compra ese aparatito?
LOS NIÑOS
Y LA TELEVISION
Acaban de entrar José Luis,
Esther y Gloria. Vienen del pe­
queño parque infantil de la Colo­
nia. Y con ellos, el abuelo. El se­
ñor Luis, como le llamamos los
amigos. En la pequeña pantalla,
los dibujantes de «cómics», Ibáñez, Conti y Escobar, presentan
sus creaciones. José Luis, que es

toda una enciclopedia viviente,
salta en seguida:
— Filemón y Mortadelo son de
Francisco Ibáñez. Es el que
tiene más gracia. Bueno, Car­
pantas también me hace reír
mucho.
No cabe duda que los niños de
ahora «lo saben todo». Y mientras
los tres, con el abuelo, atienden
al programa infantil, les pregunto
a los padres sobre las ventajas
que tiene la televisión para sus
hijos.
— Pues, mira, les tiene entre­
tenidos, aprenden muchas co­
sas, están recogidos en ca­
sa...
— Pero yo creo que los incon­
venientes son más que las
ventajas, porque no hay pro­
gramas adecuados para ellos.
Unos porque son superiores
a su capacidad y otros por­
que presentan problemas que
no tienen ^ r qué tragárse­
los: adulterios, amoríos, po­
lítica...

— Y no digamos esos espacios
para niños, donde no hay
sino puñetazos, tiros, muer­
tes y guerras. Como si a los
niños no les quedaran gra­
badas esas violencias. Según
dicen, los niños son muy im­
presionables, ¿no?
— Sin embargo, el peor incon- ]
veniente yo lo veo en que
resulta más difícil la vida de
familia; sin quererlo rompe­
mos el diálogo, unas veces
porque el programa les gus­
ta mucho a ellos y otras por­
que nos gusta a nosotros. Sé
que no debería ser así, pe­
ro...
En este mano a mano entre Cris­
tóbal y Aseen está dicho casi todo.
Añado una constatación también
interesante: la televisión seguida
pasivamente acostumbra a la pe­
reza, tiende a prescindir del es­
fuerzo personal, tan necesario pa­
ra los estudios.
Viendo a los tres ante los di­
bujos animados de «Misterio a la
orden», nos podemos convencer
fácilmente.
¿QUE HACEMOS
CON LOS ROMBOS?
Ahora son ellos, los padres, los
que me preguntan. Una preocupa­
ción que lo es de muchas familias.

No e t bueno
que
loe niñot
estén
mucho tiempo
pendientes
del televisor,
necesitan
del
aíre libre.

10



¡

— ¿Qué hacemos cuando en la
pantalla aparecen uno o dos
rombos?
Para responderles, voy al ori­
gen, a la edad apropiada para ver
televisión. Antes de los cinco años,
no se debe colocar al niño frente
al receptor, porque la rapidez de
imágenes le produciría fatiga ner­
viosa. De los cinco a los ocho, un
corto espacio de tiempo, para ir
aumentándolo progresivamente a
partir de los ocho años, que es
la edad en la que siente mayor
interés por la televisión. Después
de los dieciséis, ya prefiere la calle.
Sobre los espacios con uno o
dos rombos, los padres pueden
adoptar tres posturas. Una, muy
cómoda: permitirlos siempre sin
decir una sola palabra. Otra, có­
moda también: prohibirlos sin dar
razones convincentes. Las dos pos­
turas demuestran mucha irrespon­
sabilidad en las personas encar­
gadas de la educación de esos hi­
jos. La tercera postura es más di­
fícil, pero también más formativa: es la que aprovecha el espa­
cio con rombos para un auténtico
diálogo educativo, en el que los
padres enseñan a sus hijos a juz­
gar la conducta de los personajes,
el contenido de la obra y sus in­
conveniencias, al mismo tiempo
que responden a cuantas pregun­

tas les hacen ellos en el transcur­
so del programa prohibido.
Es la norma que da la Iglesia
al tratar de los medios de comu­
nicación social: «Siempre que se
presentan obras ambiguas o des­
orientadoras, los padres, oportu­
namente, deben ayudar a sus hi­
jos guiándoles para que descu­
bran en ellas la bondad humana,
considerándolas en todo su con­
junto y analizando sus diversos
aspectos» (Communio et progressio, 68).
En ciertas ocasiones, y ante pro­
gramas que no tienen nada apro­
vechable, quizá convenga apartar­
los del televisor, pero nunca con
un ''esto autoritario y sin la expli­
cación adecuada. En estos casos,
lo mejor sería que los padres, dan­
do ejemplo, apagasen el televisor
y dedicaran ese tiempo a un fe­
cundo diálogo con los hijos.
UNA ASIGNATURA
PARA LA VIDA
La única dificultad que en­
cuentro es que los padres no
estamos lo suficientemente
preparados para esa labor.
Mis hijos sí lo estarán. En
el Colegio se preocupan aho­
ra de enseñarles menos ríos
de Asia y un poquito más
de preparación para la vida.

Yo opino que tendría que ha­
ber una asignatura que en­
señara a «ser padres», con
una lección sobre la manera
de ver la televisión.
Estoy de acuerdo con Cristóbal,
y la «Communio et progressio»,
tantas veces citada, también, cuan­
do recomienda que «en ios planes
de estudio tenga un puesto esta
enseñanza» (núm. 69).
El televisor, es cierto, se ha con­
vertido en «alguien» en nuestra
vida familiar. Aceptamos su pre­
sencia. Pero con una sola condi­
ción: que su «intervención» esté
subordinada a la educación de los
hijos y a la conservación de nues­
tra personalidad.
Me despido de la familia Alvarez Cejudo, agradeciéndole su co­
laboración. Mientras, en la peque­
ña pantalla, «Mundo camp», el es­
pacio que hace sentirnos viejos a
los que todavía presumimos de jó­
venes. Cristóbal apaga y me acom­
paña con José Luis. Aseen está
preparando la cena. £1 señor Luis
ha quedado jugando con sus de­
liciosas nietas gemelas.
Al bajar del autobús, ya en Ma­
drid, otro televisor, el de un bar,
regocija a un grupo de hombres
con «Los goles de la selección es­
pañola». Yo me alejo reflexio­
nando.
Fotos y texto de
José María Martín Flores

Hay
que
seleccionar
los programas
de la TV,
pero
¿quién
debe
hacerlo?


i

11

(Viene de la pág. 5.)
de lo que mi experiencia puede
serlo: pero, repetidas por Nos en
este significativo encuentro, po­
drán daros a vosotros y a vues­
tros hermanos el aliento de saber
que el Papa está en consonancia
con el espíritu de vuestras líneas
directrices.
Indudablemente, os habéis pre­
fijado —como el Concilio prescri­
be y como lo exige la razón de ser
de todo Instituto religioso— , refle­
xionar sobre los orígenes antes de
nada.
Extraño, pero hermoso: para dar
con la juventud de un Instituto
es preciso remontarse a su vejez,
esto es, a sus principios que a ve­
ces distan siglos. Pero así es con
las cosas del Reino de Dios; las
fuentes.
Esta es la primera renovación:
una exigencia más sentida de vi­
vir auténticamente la propia voca­
ción religiosa en conformidad con
el espíritu primitivo. El árbol vive
de sus raíces. Y no cabe duda que
vuestra raíz más vital son los
ejemplos y las enseñanzas de San
Juan Bosco. Toda adaptación opor­
tuna no puede descuidar y mucho
menos alterar la fisionomía carac­
terística que vuestro Fundador
trató de imprimir a vuestro Insti­
tuto desde el principio. Y por eso
la educación de la juventud, la
evangelización de los infieles, el
apostolado catequístico, el amor a
la Iglesia y al Papa, la devoción a
la Virgen Auxiliadora son los ras­
gos característicos de vuestra Con­
gregación. Y que sigan siendo.
Amadlos, amadlos tanto que los
consideráis como preciosa heren­
cia, de la que os sintáis legítima­
mente orgullosos, y deseéis conser­
var intacta. Y especialmente hoy
en que una mentalidad destructo­
ra trata de someter al dictado de
una crítica corrosiva y de una re­
visión total y sin piedad toda ins­
titución, aun la más sagrada.
En este punto, dado el afecto
que siempre hemos tenido hacia
la juventud y ahora mós todavía
por la caridad paterna y pastoral
de nuestro apostólico oficio, no
podemos menos de alegrarnos al
ver reafirmada por vosotros la so­
licitud hacia los fóx’enes. especial­
mente los mós pobres y abando­
nados.
¡Qué bien se ha dicho! Son in­
quietos. son no se sabe cómo, o
rebeldes o cansados. ¡Quién sabe
que sicología se ha desarrollado
en ellos. Sea la que sea. nuestro

12

amor hacia los jóvenes debe au­
mentar! ¡No lo frenemos, no lo
disminuyamos! Hemos de ser tan
sabios y sagaces que encontremos
la llave para penetrar en la sicolo­
gía torcida y confusa de la nueva
juventud: y tener amistad y pa­
ciencia para rehacerla en el orden,
en el orden de la gracia y de la
sabiduría, incluso humana, de los
jóvenes de una generación digna
de grabar en la historia un buen
recuerdo y unos buenos resultados.
Aquí podría hacerse una divaga­
ción importantísima, pero no lo ne­
cesitáis; esto es, si después de cien
años, digámoslo en seguida, no
habría necesidad de abandonar las
posiciones iniciales, esto es, si no
será anacrónico vuestro modo de
educar, de acercaros a los jóve­
nes, de trabajar. ¡No lo es! San
Juan Bosco fue profeta, vio con
antelación las necesidades, os pu­
so sobre un camino que desafía a
los tiempos. Y vosotros, hoy, os
halláis en la vanguardia de la pe­
dagogía cristiana cristiana y social
para hacer de los jóvenes hombres
buenos y fuertes.
AI mismo tiempo nace espontámente la pregunta acerca de la
actualidad de la tradición educa­
tiva de Don Bosco, que vivió en
tiempos tan distintos de los nues­
tros: si todavía su método tiene
algo que decir en nuestros dias
y si responde a las necesitades
de la juventud de hoy, desarrolla­
da tan precozmente a la sensibili­
dad, a la conciencia, a la elección
de los valores de la vida y, al
mismo tiempo, tan llena de difíci­
les y complejos problemas. A esta
duda responde inmediatamente un
hecho real, que es la presencia de
vuestros oratorios, de vuestras es­
cuelas y de vuestros institutos pro­
fesionales esparcidos por todas
partes y tan vivos y florecientes.
Lo cual significa que los princi­
pios humanos y cristianos sobre
los que se basa la sabiduría edu­
cativa de Don Bosco encierran en
sí valores que no envejecen. No
es difícil descubrir el secreto, ya
que tal ejemplo de humanismo pe­
dagógico cristiano, como ya os di­
jimos en otra ocasión, "ahonda sus
raíces en el Evangelio, en el que
vemos a Cristo rebajarse para ele­
var la criatura hasta Dios, hacer­
se débil con los débiles para le­
vantar al hombre a ¡a Verdad y
a la Bondad, no con la autoridad
extraña de quien impone el peso
de la ley. sino con la del que con
gravedad y mansedumbre expone
la ley de Dios como expresión de
su amor y condición de nuestra
salvación, y junto con el educan­

do obedece a la misma ley. £n
otras palabras, Don Bosco halló
su secreto en la caridad, que es
como el compendio de su obra
educadora” (Disc. al PAS, 26-101966).
Tenemos una última recomen­
dación. Frente a los riesgos de
un activismo exagerado y al in­
flujo de la secidarización, a la
que hoy más que nunca se hallan
expuestas las comunidades religio­
sas, especialmente las vuestras
lanzadas hacia la acción, actual
de forma que ocupen siempre el
primer lugar en vuestra vida el
cuidado de la vida interior, la ora­
ción, el espíritu de pobreza, el
amor al sacrificio y a la Cruz. Si
la deseada puesta al día no re­
condujese el dinamismo apostóli­
co a un contacto más íntimo con
Dios, sino que condujese a ceder
ante la mentalidad secularizada, y
a secundar modas y actitudes efí­
meras, mudables o mundanas, a
mimetizarse con el mundo en sus
formas, sin discernimiento, enton­
ces seria el caso de reflexionar
seriamente sobre las severas pa­
labras del Evangelio: ”Si la sal
se torna insípida, no sirve para
nada: sólo vale para ser arrojada
al camino y pisoteada por los hom­
bres" (Mt. 5, 13). El espíritu de
vuestro santo Fundador que en vi­
da fue tan abierto a las necesida­
des de las almas juveniles, pero
tan unido siempre a Dios. Nos pa­
rece que os pide hoy sobre todo
este compromiso particular: y es­
tamos seguros que vosotros, como
siempre y más que nunca, secun­
daréis su impulso.
Y ahora un augurio y una ora­
ción. Que María Auxiliadora, la
buena estrella de Don Bosco, ¡a
inspiradora, la guía y la alentado­
ra en todas sus empresas, irradie
con su luz a toda la familia salesiana, renovada no sólo en sus es­
tructuras externas, sino principal­
mente en su espíritu genuino; Ella
os acreciente cada vez más, hijos
queridos, el amor por las almas:
Ella os dé a conocer la urgencia
y multinlicidad de las necesidades
de la Iglesia; Ella os guíe por el
sendero de nuevas ascensiones es­
pirituales: Ella os introduzca un
día en la posesión de Cristo y de
su gloria a la que vuestra vida
quiere estar consagrada desde
ahora.
Y sobre cada uno de vosotros,
sobre vuestros trabajos, sobre la
entera Congregación descienda,
abundante y confortadora, la Ben­
dición Apostólica que os imparti­
mos con todo nuestro corazón.

Corumbá es una ciu­
dad del Brasil. T i e n e
50.000 habitantes y está
enclavada j u n t o a la
frontera boliviana a ori­
llas del Pantanal del Rio
Paraguay. El clima es
húmedo y tórrido. En es­
ta ciudad los salesianos
poseen dos obras; un
Colegio y la Obra social
“Cidade D om Bosco”.
El alma de la “Ciudad
Don Bosco” es el pa­
dre Ernesto Saksida a
quien nuestro correspon­
sal don Teresio Bosco
entrevista. Esta es una
de las Obras patrocina­
das p o r “Cooperación
Salesiana y Tercer Mun­
do”.

El Padre Saksida, fundador de la
“ Ciudad de Don Bosco” , llama a
sus huestes de chicos y chicas
para enseñarles a “ estar juntos” ,
a “ quererse” y a “ ayudarse mutua*
mente” . La campana grande pre*
tende llegar más lejos y decir a
los que pueden que se acuerden
de los que no tienen nada.


13

W O era Consejero encargado
' de estudios del Colegio Salesiano de Corumbá. El colegio
está en el centro de la ciudad, en
medio de casas habitadas por gen­
te modesta, pero que vive bien,
en pisos limpios, con radío y ne­
vera.»
cUna vez por semana iba, por
mandato del director, a una pe­
queña escuela de monjas cuya di­
rección espiritual me estaba en­
comendada. Tres Hermanas aten­
dían la escuela situada en las afue­
ras. En una capillita muy modes­
ta decía misa y pronunciaba mi
homilía.»
cPero antes de llegar a la capi­
lla debía atravesar los arrabales,
la favela de la ciudad, hecha de
chabolas y chozas construidas con
cartón y barro y techadas con cha­
pas de lata. Desde la penumbra
de las chabolas ojos indiferentes y
lejanos me miraban: ojos de hom­
bres y mujeres sin trabajo, sumer­
gidos en la miseria y en la basu­
ra. Y a mi alrededor correteaban
y jugaban pandillas de niños que
corrían y jugaban como todos los
niños de este mundo, pero eran
delgadísimos y flacos más que

cualquier chico de este mundo. A
veces los ojos que me miraban no
eran indiferentes, sino enemigos.
Yo venía de la ciudad y una hora
después me volvería a la ciudad
donde «se está bien». Ellos, al
contrarío, permanecerían, ahora y
después, en el gheto de la mise­
ria. Para ellos era de otra raza,
de una raza enemiga, la raza de
la gente que está bien, que sabe
lo que es piso de baldosas y no
de barro y que duerme en cama
con sábanas limpias.

BIENHECHORES;
CUESTION DE VIDA O MUERTE
Quien así me habla es don Er­
nesto Saksida, cincuenta años,
que salió de su patria (Yugosla­
via) hace treinta y cinco años y
ahora es un brasileño más entre
los brasileños. Tiene ios cabellos
ralos y grises, los ojos hundidos
por el cansancio. Me dice, senta­
do ante mi magnetófono; «De lo
que usted escríba dependerá que
mis chicos encuentren bienhecho­
res en Italia. Mis chicos necesitan
bienhechores, para ellos es cues­

Estoa »on lot tres primeros niños de la “Ciudad de Don Bosco” apa­
drinados por un español. Otros muchos niños aguardan igual suerte.

14



tión de vida o muerte». Miro asus­
tado aquellos ojos cansados, aque­
llas manos estrechas y casi con­
vulsas mientras brotan sus pala­
bras lentas y fatigadas:
«Como sacerdote católico quedé
impresionado por otra comproba­
ción que hice: por aquellas chabo­
las pasaban pastores protestantes
que hablaban a la gente, les deja­
ban alguna cosa, aunque sólo fue­
ra un trozo de papel con la ima­
gen de Jesús, que colocaban (úni­
ca mancha de color) en sus pare­
des lisas. Pero sacerdotes católi­
cos que entraran en la favela no
había uno.»
«Un día me decidí. Mientras mi­
raba la Eucaristía, sobre el altar
de las monjas, me dije que Cristo
no estaba solamente allí, sobre el
blanco mantel. También estaba en
las barracas miserables, en mis
hermanos de segunda, en aquellos
ojos que me miraban indiferentes
o enemigos. Tenía que ir a bus­
carlo y a llevarle tantas cosas que
no tenía: pan, esperanza, confian­
za y la fe.
«Mi jomada de consejero termi­
naba a las siete de la tarde. De
siete a diez era mi tiempo para
corregir las tareas escolares y pre­
pararme mis lecciones del día si­
guiente, cenar y rezar el brevia­
rio. Con la aquiescencia de mi di­
rector quedamos en que todas
esas cosas las haría por la maña­
na (excepto la cena), levantándo­
me más temprano. Las tres horas
de la tarde las dedicaría a la fa­
vela.
¿Cómo empezar? Se me ocurrió
hacer una peregrínatio Mariae
pintoresca, una pequeña caravana
con la estatua de la Virgen acom­
pañada por una armónica, un al­
tavoz de pilas y muchas velas en­
cendidas (en la favela no hay luz
eléctrica). Pedí ayuda a las tres
Hermanas, a algunos muchachos
mayores y a unos antiguos alum­
nos. Comenzamos. Cantando y to­
cando, seguidos por una nube de
chiquillos excitados, visitamos la
primera tarde unas diez familias.
Nos parábamos delante de una
puerta y rezábamos un misterio
del Rosario, luego metíamos la
estatua de la Virgen en la barra­
ca, y allí yo saludaba a la fami­
lia y dejaba un buen pensamiento

f
para todo el Que escuchaba. Esto
lo hacia con el altavoz a pleno
rendimiento.

LA VIRGEN ENTRO
EN 1.000 BARRACAS
«Continuamos así. Cada día,
diez familias recibían la visita de
la Virgen. Una buena persona me
prestó un jeep y mejoró la ilximinación del «i>aso». No sólo las ve­
las, sino también los faros del co­
che iluminaban la barraca visitada
por la Virgen.»
«En el trascurso de cuatro me­
ses visitamos mil familias. La Vir­
gen entró en mil barracas, niños
y niños vieron por vez primera la
Virgen peregrina y por primera
vez le habían sonreído.»
Don Ernesto hace una pausa y
de pronto exclama: «En esos cua­
tro meses comprendí al pobre».
Otra pausa larga y prosigue: «En
esos cuatro meses comprendí lo
que debíamos hacer por los po­
bres y lo que no habíamos hecho
nunca». Los políticos, en tiempo
de elecciones, pasaban por las favelas. Prometían justicia, igualdad
y bienestar y se marchaban sin
que se los volviera a ver. Y nos­
otros, la Iglesia, los cristianos al
ver todo esto nos enfadábamos,
gritábamos que era un engaño.
En aquellos cuatro meses com­
prendí que no teníamos que acu­
sar a nadie: teníamos que actuar
nosotros. Sólo la Iglesia, sólo nos­
otros, los cristianos, podíamos dar
a toda aquella pobre gente una
ayudarse mutuamente, no esen, ayudarse mutuamente, no es­
perar tanto de los otros, sino, tra­
bajar todos jimtos por remediar
aquella miseria. La inmensa nación
brasileña consume todas las reser­
vas del gobierno en lo que llama­
mos infraestructuras: carreteras,
energía eléctrica, hospitales, escue­
las, casas populares. Aquí la escue­
la, como en otras tantas naciones,
tiene una orientación principal­
mente literaria; de las aulas salen
eruditos, raramente hombres cons­
cientes de sus deberes sociales.
Por eso las masas no están prepa­
radas para vivir en comimidad y
transformar la sociedad. Multipli­

Vlsta parcial de la “Ciudad de Don Bosco”. Hace diez años comenzó
esta extraordinaria obra social, honra de los que la llevan y sostienen.
Poco a poco, la primera barraca va dando lugar a otros barracones más
espaciosos y limpios, a pabellones de cemento armado en los que se van
instalando aulas y talleres más dignos. Su crecimiento permite en la
actualidad recibir 2.300 alumnos, a los que se imparte educación y se
facilita una comida diaria. La ciudad se rige por el conocido sistema de
las ciudades de muchachos.

car las escuelas significa con fre­
cuencia, en estas tierras, multipli­
car los hombres «que exigen al
gobierno», cuando lo que hace fal­
ta son ciudadanos que colaboren
con el gobierno en la construcción
de una sociedad nueva.»
«Estas ideas se agitaban en mi
mente a medida que se iba des­
arrollando la peregrinación de Ma­
ría. Estaba claro que al término
de esta iniciativa, que había empe­
zado a mover la saguas, me vería
obligado a tomar una determi­
nación: velver a ser el encarga­
do de estudios del colegio, dejan­
do que las cosas volviesen como
estaban, o emprender algo que
cambiase lentamente la situación.»
«Por aquellos tiempos tenía a
mi cuidado también la Asociación
de Antiguos Alumnos de nuestro
colegio: jóvenes que me aprecia­

ban mucho. Con gusto volvían al
colegio, porque organizaba con
ellos partidos disputadísimos de
fútbol, competiciones deportivas,
excursiones... Pero, cuando trata­
ba de que descubrieran a Dios
y el sentido de la vida más allá
del balón y de las excursiones,
conseguía muy poco. No lograba
que se encontraran con Dios. Aho­
ra, después de mi experiencia en
la favela, tenía a mi disposición
un camino nuevo para conseguir­
lo: la de comprometerlos en favor
de los hermanos más pobres. Les
expuse lo que estaba haciendo;
los llevé a aquellas madrigueras
habitadas por hombres, luego Íes
propuse que la Asociación alqui­
lase una barraca bastante grande
en la favela y que se dedicasen
a dar unas horas de clase en ella.
Aceptaron.»

— 15

f f

^

■í'

En las fotos de estas páginas centrales puede verse que en la construcción
de la favela de Corumbá se emplean diversos materiales y sistemas. De
estas barracas salen a centenares los muchachos a quienes la entrega del
Padre Saksida y la ayuda de los bienhechores permiten educarse como

«Así nació el primer núcleo de
la cCiudad». Nuestra escuela, des­
de sus comienzos, no quiso limi­
tarse sólo a enseñar a leer y es­
cribir a chicos que nunca habían
pisado un aula. Queríamos ense­
ñarles a "estar juntos”, a "hacer
comunidad”, a "ayudarse mutua­
mente”.»
«El 3 de abril de 1971 celebra­
mos el Décimo Aniversario de la
Fundación. Dos mil chicos, después
del concierto dado por la banda
del regimiento, después del des­
file festivo por entre las barracas
de los barrios pobres, fueron an­
te la barraca alquilada diez años
antes por los Antiguos Alumnos:
la pobre cuna de la «Ciudad Don
Bosco». Recogido en profundo si­
lencio. el padre Ernesto evoca el
nacimiento y el rápido desarrollo
de los tres grandes pabellones de
cemento armado donde se alojan,
son alimentados y educados 2.300
chicos.
He pasado por las aulas atesta­
das huta lo ¡nverosimil. he estre­
chado la mano a los jefes de cla­

16

se, formales y conscientes de su
importancia, he hablado largamen­
te con las maestras pagadas por
el gobierno que consume tres tur­
nos diarios entre todas. Me he en­
tretenido especialmente con el «al­
calde», un muchacho de diecisie­
te años, serio y responsable, ele­
gido por sus compañeros demo­
cráticamente. Es el más válido apo­
yo para don Ernesto Saksida.»
Todos los años, el día 24 de ma­
yo, fiesta de María Auxiliadora,
los muchachos eligen a su alcal­
de, al «vice» y a nueve conceja­
les. Tienen derecho a voto los chi­
cos de diez a dieciocho años. Aspi­
ran a los cargos representantes de
diversos partidos, espectáculo de
civismo y de precoz madurez so­
cial. Los resultados de las votacio­
nes son proclamados al domingo
siguiente en presencia de las auto­
ridades de la ciudad... El gobierno
actual está formado por un alcalde
de diecisiete años, un vice-alcalde
de quince y por nueve concejales,
cuya edad oscila de los once a los
diecisiete años. El gobierno no es
mera decoración. Cada semana se

personas. Por desgracia, no (od
prefieren estarse ociosos, for
pillerías. Son éstos los que
Padre Saksida de convencer caes

reúne y cada miembro da cuenta
de encargos bien defínidos. En
cada clase, en toda iniciativa hay
un muchacho formal, al que todos
respetan porque ha sido elegido
por todos.
Un grupo de jóvenes volunta­
rios italianos trabajan para termi­
nar un pabellón donde se instala­
rán nuevas aulas para talleres.
También han construido casitas de
madera para familias numerosísi­
mas y para enfermos. Junto a
ellos los mejores chicos de la
«Ciudad», los concejales, ayudan
y aprenden a trabajar en favor del
prójimo.

:o

He ido a dar una vuelta por las
favelas en un camión con el padre
Ernesto. He comprendido por qué
esta zona es espantosamente po­
bre y por qué lo será a pesar de
tanto esfuerzo: Corumbá se levan­
ta en la frontera con Bolivia. Más

; sitio en ella. Otros no quieren Ir:
ss para dedicarse a sus juegos y
problema y a los que trata el
’es persuasorias. En nuestras fotos

una de las muchas familias que dispone por toda habitación unos cuantos
metros cuadrados “bien aireados”. Én la del centro, una chabola de postín
hecha de palos y barro con piedras; en la tercera una de las pandillas de
que hablábamos antes.

allá de la frontera vive una de las
poblaciones más pobres de la tie­
rra. Cuando una familia boliviana
llega al límite de lo soportable,
juega la última carta: pasa la
frontera y acampa en la favela
de Corumbá. Pasar del Este de
Bolivia al Brasil es un viaje hacia
la esperanza, hacia el posible bien­
estar. Los hombres que tienen sa­
lud y ganas de trabajar buscan en
la ciudad un trabajo cualquiera y,
apenas reúnen unos cuantos cruceiros, toman el tren para San Pa­
blo, el estado más rico del Brasil.
E)e esta forma Corumbá se con­
vierte en ciudad de paso a la que
afluyen familias pobrísimas y de
la que se van los que tienen me­
dios para salir de la pobreza. Así
es como en la favela se va acumu­
lando la miseria más escuálida. He
visto decenas de chabolas cons­
truidas con pedazos de latas. Cuan­
do el sol cae sobre esas madrigue­
ras reina en ellas un calor rusien­
te. «Si usted mete en ellas un pe­
rro no aguanta. Huyen que se las
pelan. Pero los niños y las muje­
res se están. No saben vivir vaga­
bundos como los perros.»

Una mujer se acerca al padre
Saksida y le cuenta un breve caso.
Es una mujer joven, pero consu­
mida. Tres pequeños se agarran a
su falda. Un chico mayor mira
desde la puerta de la barraca. El
padre Ernesto me resume la his­
toria: «Dice que su marido mar­
chó hace diez meses a buscar tra­
bajo y no ha sabido más de él.
Me ruega que me interese por sa­
ber algo. Como ésa hay docenas
de mujeres aquí. El marido, can­
sado del llanto de los chicos, de
los lamentos de la mujer, del ham­
bre y del paro, llegado un momen­
to se va. Dice: Voy a buscar tra­
bajo, y desaparece. Quizá va a
otro pueblo, pero también a lo me­
jor no ha hecho sino instalarse al
otro lado de Corumbá.»
Pregunto: ¿Cómo y de qué vi­
ven estas mujeres? Me responde:
vamos a verlo, y poniendo en mar­
cha el camión llegamos en dos mi­
nutos a una extensión llana cu­
bierta de basura y deshechos ocul­
ta por manchas de árboles. En este
lugar descarga el camión de la ba­
sura del ayuntamiento. Asisto a
una escena infrahumana: centena­

res de personas revuelven la ba­
sura afanosamente. Botes de lata,
pedazos de cartón, sobras de co­
mida, van a parar rápidamente a
bolsas que todos llevan a la cin­
tura. Por la posesión de un trozo
de madera se traban a veces ra­
biosas peleas. Mezclados con las
mujeres y niños, perros y bueyes
hurgan, mastican y muerden.
Cuando llega un camión de ba­
sura, todo es correr para ser los
primeros en hurgar en el montón.
Cierto que el ayuntamiento ha
prohibido esta actividad antihigié­
nica y ha dado orden a los basu­
reros de quemarla. Pero las más
de las veces resulta imposible obe­
decerla. La gente se echa encima,
apaga el fuego con los pies, con
las manos y persigue a los basu­
reros.

De vuelta a casa, concelebro
con el padre Saksida y luego ce­
namos. Es de noche, hora propicia


17

a la confidencias. El Padre evoca
cómo llegó a ser salesiano.
«Cuando pienso en ello me en­
tran ganar de reír. Todos los años
venían a mi pueblo dos frailes. Re­
clutaban a los jóvenes mejor dis­
puestos y los llevaban a su semi­
nario de Gorizia, Yugoslavia. Yo
también tenía que irme con ellos.
Mientras iba en bicicleta, camino
de la parroquia, para reunirme a
ellos, vi a unos compañeros míos
jugando a fútbol. Me llamaron. No
supe resistir. El partido tenía que
durar sólo «diez minutos», en rea­
lidad acabó dos horas después,
cuando la oscuridad ya no permi­
tía ver el balón. Sudando y muer­
to de susto me acordé de los frai­
les que me esperaban en la parro­
quia y pedaleé con todas mis fuer­
zas rumbo a la casa del cura. El
párroco me echó una riña de pa­
dre y muy señor mío; los frailes
ya se habían marchado.
Volví a casa como un ladrón. Se
lo susurré a mi madre. ¿Y qué ha­
cemos ahora?, dijo. Un paisano mío
volvía aquellos días al seminario
salesiano de Bañolo, en Italia, y
cuando se enteró que quería irme
a un convento me dijo que habla­
ría de mí al director y me escri­
biría. Su carta me llegó a prime­
ros de octubre. Los salesianos me
aceptaban. Mi madre preparó a
toda prisa mi ropa, y el 15 de oc­
tubre partía para Bañolo.
El pensamiento de ir a misiones
me vino cuando hacía la clase ter­
cera. No iba muy bien en los es­
tudios. Decían que en misiones los
estudios no eran tan severos. Esto
me decidió a pedir para misiones.
Tenía quince años. Mi petición fue
aceptada. Aunque había indicado
que me gustaría ir al Ecuador, la
carta de obediencia decía: Mato
Grosso, Brasil. Quedé un tanto
perplejo. No tenía ni idea del Mato
Grosso. Me dijeron que era una
región muy extensa del Brasil y
fui a mirarla por primera vez en
un mapa.
Los quince días que pasé en mi
casa, antes de salir de Europa,
fueron un momento difícil. Me
despedía de las plantas, de los
campos, de los juegos, de ios com­
pañeros... Me daba cuenta que
eran los últimos días de mi niñez.

18 —

Me decían: «Feliz tú que podrás
ser sacerdote, feliz tu madre.»
Pero yo sufría. Lo que más me
turbó fue el despedirme de mi pa­
dre. Un hombre duro y fuerte
como él se puso a llorar. Era lo
último que podía suponer. Sufrí
una agonía. Pero había que seguir
adelante, y seguí.
Desembarcamos. El viaje por
mar había sido muy alegre, una
alegría loca, como sólo los jóve­
nes pueden tener. Apenas puse píe
en tierra, mi primera impresión
fue: «Las bromas se han termina­
do. Ahora comienza lo serio.»
Era un mundo nuevo, descono­
cido, en el que entraba. Un mundo
más pobre e incluso más hostil
respecto a nosotros. Puedo asegu­
rar que este primer contacto me
volvió hombre de golpe.
Pero el sentido más profundo
de mi vida de salesiano y como
sacerdote lo descubrí cuando des­
cubrí la miseria. He visto a un
niño rico sacarse un caramelo de
la boca y tirarlo al suelo y reco­
gerlo im niño de la favela y co­
mérselo. He visto a un hombre ti­
rar los restos de im helado y a
cuatro chiquillos reñirse a sangre
por esos restos sucios de polvo.
Y he comprendido que el Señor
nos deja recorrer la vía del cal­
vario para que podamos compren­
der el calvario de nuestros herma­
nos más pobres.
Encuentro la pobreza todos los
días y sabe Dios durante cuantos
años seguiré encontrándola. Y sé
que al pobre no se le puede en­
gañar dándole un paquetito de
comida y volviéndonos luego a
nuestra cómoda casa. Hay que
probar su pobreza sobre nuestra
propia piel, compartirla día y no­
che, invierno y verano. Sólo en­
tonces él nos considera de su
«misma raza», y confiará en nos­
otros.
Hoy, como nunca, comprendo
mi vida. Merecía la pena sufrir
tanto en los bancos de la escuela,
valía la pena ver la tristeza de
mi madre y el llanto de mi padre
para descubrir hoy junto a mis
hermanos más pobres la alegría
de creer en Dios y esperar en la
vida.»

POR
EL M U N D O
S A LE S IA N O
PRIMER OBISPO
SALESIANO ETIOPE

Adigrat.— Si bien no hay sa­
lesianos en Etiopía, a partir del
pasado año hay un obispo salesiano etíope. Se trata de monseñor Sebhatlaab Worku, que ingresó en la Gjngregación hace
muy pocos años. Nació en Monoxito en 1919 y cursó sus es­
tudios con los Padres Cisterdenses de Casamari. De allí pasó al
seminario etiópico, instalado en
los jardines de la Q udad del Va­
ticano, donde se doctoró en Filosofía y Teología. Desempeñó
el cargo de profesor del seminario de Adigrat, Etiopía. Habien­
do vuelto a Roma pidió y obtu­
vo hacerse salesiano, ingresando
en la Congregadón. Su nombra­
miento episcopal para la dióce­
sis de Adigrat, que comprende
toda la zona del Tigrai, lo ha
llevado de nuevo a su patria,
en donde espera que lleguen
pronto los salesianos.

f
f

*
^

.
,
;
;

EL PREMIO “S C H W E I T Z E R i
A LOS COOPERADORES
JOVENES DE ITALIA

En memoria del famoso médíco austríaco, que consumió su
vida en Lambarené, Africa ne- ^
gra, se ha instituido un premio
que se otorga al grupo juvenil ^
que más se haya distinguido du­
rante el año por obras humani­
tarias en favor de sus semejan­
tes.
Pues bien, en la sesión de la
Academia de Ciencias de Viena,
celebrada el pasado
de octu­
bre, se concedió dicha distinción
al grupo de Cooperadores jóve­
nes de Italia. El motivo: 196 co­
operadores jóvenes prestaron en

zonas particularmente necesita­
das servicio gratuito en una la­
bor de elevación cultural y so­
cial de grupos de niños y jóve­
nes, combatiendo el analfabetis­
mo, la falta de higiene y de edu­
cación ciudadana. Ellos mismos
corrieron con los gastos de los
campos de trabajo.
medalla de oro, que se les
ha concedido y el premio en me­
tálico, que se invertirá en las
obras del grupo, no dejará de
ser un fuerte estimulo para suce­
sivas levas de cooperadores jó­
venes.
INSTITUTO SUPERIOR
DE PASTORAL JUVENIL,
EN CHILE

A propuesta de la Confederadón de Religiosos de Qiile se
ha creado en la Capital, Santia­
go, un Instituto de Pastoral Ju­
venil. El director del mismo es
el salesiano español, Pedro Ruiz
Quintero. La inspectoría salesiana de Chile ya tenía proyectado
el mismo. Los objetivos son:
preparar animadores y apósto­
les de la juventud, apoyar técni­
ca y científicamente el trabajo

Uno de los principales cuidados que los misioneros prestan en las loca>
lidades donde trabajan suele ser la atención de los enfermos. Sobre todo
las Hijas de María Auxiliadora cubren esta necesidad con gran acepta*
ción por parte de los nativos. En nuestra foto una salesiana de la Mi­
sión congolesa de Sakania practica la Obra de misericordia y, a la vez,
mandato del Señor a sus apóstoles: “Curad a los enfermos.

pastoral, promover y organizar
las investigaciones pertinentes, y
cualificar a dirigentes juveniles
de modo que sean capaces de
transmitir a la juventud sus
convicciones. Consta de cuatro

Facultades: Psicología, Sociolo­
gía, Teología y Pastoral. El Ins­
tituto concede el título de “Ex­
perto en Pastoral Juvenil”.
EL ESTUDIANTADO
TEOLOGICO DE SAN PABLO,
BRASIL

El pasado año fueron numerosas las peregrínaaones salesianas que tusu meta en Santiago de Compostela para ganar el jidrileo, como
este grupo de Cooperadores salesivtos de Deusto.

Ha sido adherido al Pontifi­
cio Ateneo Salesiano de Roma el
Estudiantado teológico salesia­
no, de Brasil. La concesión ha
sido reconocida por la Sagrada
Congregación para la Educación
Católica de Roma. El reconoci­
miento alcanza un valor especial,
dado que a dicho Estudiantado
no concurren sólo estudiantes
salesianos, sino de otras muchas
diócesis y congregaciones. El
cardenal Carroñe, al comunicar
la concesión, declaró-. “Creemos
un acto de justicia reconocer que
hemos recibido informes unáni­
memente buenos acerca de la di­
rección y de la eficacia formativa
de este centro, por lo que nos
congratulamos vivamente."

19

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COOPERACION
SALESIANA
Y
TERCER MUNOO

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J h t ju í. JtA y ?

CUt^

ÍL>:yu^& o Ja. //ftXÍi.

?

S i oyes en tus
adentros ia vea
de ia m is e ric o rd ia
no c ie rr e s tu corazón»
20

^xtA ^vn Ctlí.

|H7/

Esta cartita nos llegó a fines de diciembre. Veis en ella el esfuer­
zo no pequeño que tuvo que hacer el simpático Desilus para eso>:
bir en un castellano aceptable su reconocimiento y el de sus coií-|
pañeros hada vosotros. Causa gran alegría pensar que unos mib
de niños se educan y comen y esperan un porvenir mejor, gracias 1
vuestra generosidad. Que Dios os bendiga.
En el mes de diciembre enviamos a Haití mil dólares y otros ma Corumbá, a la Ciudad de Don Bosco, en donde, como sabéis,
Padre Saksida se las tiene que haber con una obra más difíc.
porque los chicos con los que trata están bastante maleados y •
problema radica en cómo sacarles del ocio, hacerles emplear el ticri,
po en aprender un oficio o buscarles un trabajo. Es la única fonrf
de arrancarles del vicio prematuro.
De ahí que el Padre Ernesto Saksida busque «a la desesperad
medios con que pagar maestros, levantar talleres, comprar mat
rial para los mismos y maquinaria... y sostener la Casa del Pequen
Trabajador, que ha abierto dentro de Corumbá para los que salíron de la Ciudad de Don Bosco y ya trabajan en algo, pues ser
muy triste que después de haberlos arrancado de su medio ambier
de miseria y vicio volvieran a él por falta de asistencia.
La Casa del Pequeño Trabajador es como un círculo juvenil
donde pueden ir el tiempo libre de trabajo los jovencitos para <h
traerse, leer, jugar y en donde todos los días tienen alguna chail
formativa o religiosa.
(Sigue en la pdg. 22)



.

PEQUEÑAS HISTORIAS
SIMON EL DAIWAN
Aunque los negritos a quienes educo y proporcio­
no comida, escribe el padre Bohnen, rondan los 4.000
y no llevan camino de disminuir sólo atiendo como
internos a irnos 20 huerfanitos. Sólo en caso de
extrema necesidad me permito hacerlo.
El último aceptado, y de esto hace dos años, se
llama Simón. Tenía cinco años. Lo encontré así.
Yo visito alguna vez que otra al capitán de un
barco de turismo para recomendar alguno de mis
jovencitos que buscan trabajo a bordo de algún
barco. Este buen capitán me atiende con frecuencia.
Mientras los barcos permanecen en el puerto se
ven rodeados por una nube de barquichuelas desde
las que hombres y niños ofrecen objetos de recuer­
do. No faltan los chicos que se zambullen como pe­
ces en el agua para recoger con la boca monedas
lanzadas por los turistas o que bailan y cantan para
diversión de los ociosos.
A esos buceadores les llaman en haitiano Daiwan.
Uno de éstos era Simón. La vez que lo vi estaba,
a pesar del clima soleado y caluroso, hecho un ovi­
llo, mojado y temblando. Más de una vez tuvo que
levantarse para danzar y cantar un aire americano
con un encanto mezcla de timidez y de melindre y
para zambullirse tras la moneda.
Simón encontró un lugar entre nuestros huérfanos
porque se le murió su padre vendedor de lotería y
que muy poco se preocupó de su hijo; a las pocas
semanas murió también su madre, de tuberculosis,
recogiéndole una pobre mujer que fue quien me lo
trajo.
A Simón no le gustaba su oficio de daiwan. Los

pobres chiquillos son explotados por el dueño de
la embarcación. Los exhiben para impresionar y
apiadar a los turistas, pero es el amo quien se lleva
el provecho. Muerto su padre, cada vez que el amo
iba a buscarle, se escondía. Ahora es feliz. Tiene
en mi escuela asegurado el porvenir. Nadie le for­
zará a bucear. Pero cada vez que se lo pido canta
su canción americana mitad criollo, mitad inglés y
la acompaña danzando.
Con una sonrisa encantadora, a la vez tímida y
confiada, de un modo absolutamente personal e in­
imitable canta pero ahora su canción es de un niño
alegre, libre de temor.

YA HEMOS LLEGADO TARDE
Escribe el padre Saksida:
Pablito cuya foto reproducimos tiene sólo siete años.
Huyó de su chabola. Dormía en una cochiquera abando­
nada y comía en casa de una pobre vieja. Más de una no­
che la pasó tumbado en la acera. No tenía miedo a nadie.
Y nadie fue capaz de llevarlo de nuevo con sus padres.
En cuanto lo intentaban desaparecía.
Pasaba el día a orillas del río bañándose y pescando.
En su frescura llegaba a reírse de los guardias en sus pro­
pias barbas, pese a que trataron de amendrantarle pistola
en mano. Convenció a su hermano a huir con él.
Jamás lo vi llorar. Logré que viniese a la Ciudad don
Bosco. AI principio le gustó el ambiente con tantos chicos
de su edad. Pero acostumbrado a la libertad huyó el día
en que le di unos cuadernos y le invité a ir a clase.
Con mucha paciencia conseguí que volviera otra vez.
Pero duró pocos días porque se peleaba con todos por
cualquier tontería y luchaba como un león cuando se creía
ofendido. Llegó a escupir a su maestra en plena cara y
desapareció de nuevo. Para este chico de sólo siete años
hemos Uegado tarde. Si Dios no lo remedía terminará en
la cárcel, como tantos otros.
21

(Viene de la pág. 20)
Sabéis que el Padre Saksida anda buscando madrinas o padri­
nos que le costeen los gastos a un niño durante un año. Son 3.000
pesetas. Entre nosotros ya tiene apadrinados nueve chiquillos.
EL JEEP PARA LAS SALESIANAS DE MOZAMBIQUE
Ahora tenemos a la vista la adquisición de un cjeep» para las
Salesianas de Mozambique, que como visteis en el «Boletín» de di­
ciembre lo necesitan como agua de mayo para no sucumbir de fatiga
y calor. Y no interesa que las misioneras enfermen, pues no son tan
fáciles de sustituir.
Apreciáis que los campos en los que invertir vuestra generosidad
no faltan. Necesitamos más ayuda. No os contentéis con aportar
vuestro donativo: invitad a vuestros conocidos a apuntarse o a
contribuir. Cien pesetas no es cosa que asuste ni destroce una eco­
nomía. Y aunque, como algunos ya han comprobado ,su invitación
sea rechazada o se hagan oídos sordos no se desanimen por ello. Lo
importante es sembrar. Cuando menos se piense vendrán los frutos.
UN CASO
No hace mucho una señora se presentó a un salesiano encargado
de cooperadores y le entregó 400 pesetas para nuestra Campaña en
favor del Tercer Mundo. La historia de esas 400 pesetas es como
sigue; la familia, compuesta por los esposos y dos hijos, decide pres­
cindir del desayuno un mes. Lo que ahorraron para los niños de
Haití.
Ante tal hecho uno no puede menos de reconocer que hay per­
sonas que saben amar de verdad. Al mismo tiempo da pie para in­
vitar a todos los lectores del BOLETIN SALESIANO a no quedarse
atrás, a que participen todos y no quede uno sin contribuir a la cam­
paña. Al ñn y al cabo sólo se pide un donativo anual de 100 pese­
tas.
Sed generosos. Hay miles de niños que aguardan una migaja
de vuestro sobrante para poder comer, para poder educarse, para
ser unos hombres el día de mañana.
JAVIER RUBIO
HAN ENVIADO DONATIVOS
DURANTE E L MES DE DICIEMBRE:

A ntonio P érez, A ntonia S ebastián. Do­
lores P a rré , E ncarnación L lloret, L ui­
sa L im ia. M ary M artínez, Sebastiana
de Ju a n , T eresa Galiano, Carm en CarM arla P ila r Sánchez, L a u ra G arcía,
qul. V iuda do Borrego, E m é rita Abreu,
B enigna d e Silván, A lum nos C apata­
ces de 10. de H lnojosa. M arfa Sán­
chez. G loria L lata. H llda F e rre r.
R aquel P rendes. C elestina Alonso, E s­
teban P uente. P ila r R otellar. Ju a n a

T aibo. Abel E ugenio Bueno, Asunción
U llastres. Cooperadores de E strecho,
Cooperadores de Salam anca. L u is Saéz.
F rancisco Polqué, Jo sefa G arcía, Basilisa Suescun, Jo sefa D íaz. M anolita
Sánchez, E lena Gómez. Concha F e r­
nández, M aría P ila r González. Jo se ­
fa M oscardó. Zenón S antam aría, Ma­
ría Angeles M oreno. M aría Ana
Almcda. J u a n a A ndrés. E lv ira Benelli.
M agdalena D elgado. Man. M oraleda.
señ o ritas Pacheco. M anuel P ina, C ar­
m en Ruiz, M ari Carm en Ruiz, Ma­
ría Mompó, Manoli de la F uente. L ui­

sa V areta, S usana Elizalde, Ana Maris
Cervera. Inocencia Saiz. L u isa Porras.
J u a n P érez, M arg arita Ja u m e Desi­
derio Ibáñez, M. B ofarull, Bernardina
González, F rancisco T obaruela. Anto­
nio la to rre , A ngeles U trilla, Nieves
Medela, L u is Velasco, Cooperadores
de Carabanchel, L u is D rijet, Carmen
Saéz, B a u tista Fernández, J u s ta Fer­
nández. Carlos Cuervo, F ran cisco Ortiz, Vda. de A nsorena. A ntonio Garm endia, C. L una, J u a n Rodríguez.
S alvador M ata, Nieves P ich er, María
M artínez, H erm inia Cuevas, Gustavo
M elgares, Amadeo A lm ajano, E speran­
z a H ernández, Concha G arcim artín,
M aría M artínez, Am adeo Blanco, Ca­
talin a R uiz. M aría Casanova, Alejan­
d rin a Nevot, P ila r M anuig, Eluniciano
Muñoz, Jo s é F o n t, R osa de la Cnu,
M ariano de Odriozola. J u a n Fernán­
dez. Jo sé F ernández, M anuel Baena.
B asilisa Colín, Isab el M ancebo, Do­
m ingo Gómez, J u lia P uig, A na María
Curado, J u a n F a rrá n , M ari Ledesma.
Carm en González, C arm en Tam arit,
A ntonio González, A na L . Hidalgo.
Jo sefin a de A m usategui, M ercedes Mi­
randa, Jo sefin a Ju liá, Jo sefin a San
M iguel. Jo sé M aría Folch, Ju lio de
P az, R osario González, A ngel P lantalam or, M ariana L arlos, A gueda Julia­
na, M anuela P iñeiro, Soledad Meléndez. L a u ra Boada, Cooperadores Guad a la jara . Idem de Rocafort-B arcelona.
F rancisco M onpart, V icente Moreno.
Jerónim o F ernández, R afael B arrera,
M aría CalUs, M axim iano A rroyo, An­
tonio B arrios, M aría A ntonia García,
F rancisco y Jaim e B adía, Anuncia­
ción Ibáñez. Concepción H ernández.
E ladio Genavente, P ra d o P ascual, Mer­
cedes Izquierdo, Cooperadores Coruña, H . H . Pozo. L ucian a H ernández.
Isid ra G arcía, R osa H ernández, Con­
suelo P e re ira , Sabino B enguría. Blan­
ca de P ra d a , C ira A rrib as. M. Pallardó, M aría E lorz. L a u ra N úñez, Tere­
sa Zuagazagoitia, M aría J . Cotarelo.
M aría del C arm en Jáu d en es. Concep­
ción Geli. M aría Iriondo. Jo sé Gm^ia.
Carm en Seco. Ju liá n González, Mar­
cos A. L ens, M aría M illona. Basilio
L em breras. Jo sé S arto. R osario Ram onet, P e p ita M atoses, Victoriano
Iglesias. A lvaro Bielzo, Benigno Ro­
dríguez. D olores Surós, Carlos. Leo­
n o r Miguel, L u is E lies. Alfonso Vivó.
E d u ard o Lorenzo, Jo sefa Fernández.
M aría A ntonia B enito. E ncam ación
M onedero, M ariano Gálvez, B.E de
M álaga en A nteguera, Carm en Gas­
tón, F rancisco P iqueras, Carm en Asenjo, Clotilde Izquierdo, E n riq u e Serra.
E lias P érez, Ic ia r L esaka. Ju liá n J .
S usperregui, R osi L esaka, P ed ro IS usperregui, Ju lio M ontañés. Elvira
F ernández. A ngustias Muñoz. Ju a n
M inguet, Conchita y P e p ita O rtiz. Anelines P erucha, A m paro Carrasco.
ergio G rupeli, P e tra G arcía, M aría
L uisa Osona, Clotilde Soria, A ngel Pe­
dro, M ercedes Alonso. V da. de Prieto.
L u isa López. E speranza B ^la n o .

f

D...........................................................................................................................................................................
QUE VIVO en calle ....................................................................................................................................
pueNo y provincia d e ...................................................................................................................................
COOPERARE con .................... pesetas anuales, que yo mismo enviaré a mi comodidad, a

COOPERACION SALESIANA Y TERCER MUNDO - Alcalá, 164 - M adrid (28).—O a Cuenta
Corriente: ^{Cooperadores Salesianos» - Banco Hispano Americano, Plaza de Roma, 2 - Ma­
drid (2).
22

j

Monseñor Marches! lleva
más de cincuenta años en la
misión salesiana de Río Ne*
gro. Juan XXIII, que fue su
profesor, le hizo obispo, Re<
cientemente pasó por Euro*
pa y el buen viejlto gustaba
de contar cosas de su vida
y su misión. He aquí dos
completamente distintas: una
nos da el que podíamos Ha*
mar su "código misionero” ;
y otra una anécdota que nos
dice cómo actúa nuestro Pa*
dre Dios en las misiones.
e

pasado

cincuenta

anos

H entre los indios salvajes del
Río Negro trabajando como misio­

-

y

QUIERO
A T U
nfiiSlOM

nero.
Al llegar encontramos a los sal­
vajes morando en sus malocas en
medio de la selva, esclavos de le­
yes y costumbres tan crueles como
el infanticidio, la eliminación de
uno de los dos gemelos, de los
nacidos ilegítimamente o con ta­
ras físicas, y la muerte de los dé­
biles, de los Incurables fuesen ni­
ños o ancianos.
En aquellos tiempos no habia
para nosotros cursos de Misionologia que nos prepararan de algún
modo a nuestro difícil trabajo de
evangelizaclón. Pero, si he de ser
sincero, debo confesar que me ayu­
daron mucho las grandes figuras
de aquellos misioneros que se lla­
maron cardenal Massala, cardenal
Lavigerie, monseñor de Jacobis,
etcétera. Habla leído con avidez
sus biografías y fueron para mi
modelo de conducta. En particular,
recuerdo a monseñor Jacobis; él
fue quien en cierto modo me re­
veló el sistema para hacer brecha
en los pueblos primitivos. Espi­
gando en su vida capté estos ocho
secretos:
1.
Respetar grandemente la len­
gua propia de los pueblos.
2.
Comprender y scaptar sus
usos y tradiciones.
3.
Estudiar su fondo humano y
sicológico.
4.
No fustigar las costumbres
que no nos gusten, sino que con
dulzura hay que ir purificándolas y
empapándolas de crfsUanlamo.

— 23

5. Compartir su vida y partici­
par en su pobreza.
6. Educar a tos niños y a los
jóvenes. Por medio de los niños se
conquista a los adultos.
7. Mucha paciencia y mucho
testimonio de vida cristiana.
8. El secreto principal está en
el misionero: ha de amar, ha de
amar profundamente a sus catecú­
menos, si quiere atraerlos a la fe.
— oOo—
Un ejemplo tipleo de esta peda­
gogía misionera lo tuve en el caso
de un chico tucano, Mamado Cán­
dido Lopes. Era un niño de unos
once años. Me lo encontré en uno
de mis viajes misioneros a lo lar­
go de el río Tiquié, en el poblado
de Cachoeira. Se me presentó en
compañía de otros niños de su
edad, insistiendo en que yo lo lle­
vara como alumno al internado de
Taracuó. Le respondí que no me
era posible contentarle, porque to­
dos los sitios estaban ya ocupa­
dos; pero le prometí acogerle al
siguiente año. Me di cuenta de que,
si bien no ponía objeción alguna,
iba preparando una hamaca, los
remos y una bolsita de harina co­
mo para un viaje.
Visité una por una las malocas
del poblado y una vez terminado
monté en mi barca y puse proa ha­
cia mi residencia misionera. Al rato
de navegar empecé a revisar las
cosas de la barcaza; de pronto veo

emerger una cabeza entre los ces­
tos de harina. Era la de Cándido
que se había colado de rondón.
Salió de su escondrijo, y todo con­
fundido se me acercó diciendo:
“ Perdóneme, quiero ir a tu Misión,
no me eches. Seré bueno, no te
daré ningún disgusto” .
Susurró estas palabras con tan­
ta emoción que le perdoné su ju­
garreta.
— Bien, le dije con cierta indul­
gencia, mientras tanto achica un
poco el agua de la barca que ya
va teniendo demasiada.
Tres días y tres noches trabajó
silenciosamente en achicar el agua,
que poco a poco se infiltraba. Es­
taba radiante de alegría, se le no­
taba. Llegados a Taracuá, lo ves­
tí convenientemente y lo presenté
a sus compañeros. En seguida tra­
bó amistades.
A los pocos días Cándido se ha­
bía ambientado. Encargué a uno
de sus compañeros que le enseña­
se a rezar. Hablaba muy poco y
ponía gran atención en la escue­
la y se aplicaba bien al traba­
jo. Dos meses después era un
alumno modelo.
Cuando llegó la Navidad y vio
recibir la primera comunión a al­
gunos de sus compañeros quedó
profundamente impresionado. Se
me acercó y me dijo:
— Padre, si supiese cómo deseo
hacer la primera Comunión.
Al año siguiente fue admitido a

Hace treinta años, el hoy monseñor Marches! era un misionero lleno de
ilusiones, que soñaba vivir toda su vida en Rio Negro bautizando y promocionando a los indios. En la foto, uno de los primeros bautizos reali­
zados por él. Treinta años después, es decir, hoy, Rio Negro está
transformado.

24



hacerla. Cada día era más piado
so, más obediente y más trabaja­
dor. El 24 de mayo, fiesta de su
primera Comunión, señaló época
en su vida.
Hacia fin de año recibió una
mala noticia. Su padre estaba muy
enfermo. Pidió permiso para irlo
a buscar y traerlo a nuestro hos­
pital, donde podría instruirlo para
bautizarlo. Volvió a la selva. Dos
semanas después vimos arribguuna barca, río abajo, a fuerza de
remos. Era él, que con unos cuan­
tos parientes traía a su padre gra­
vemente enfermo. Pobre hombre;
daba iástima: una difteria que ha­
bía degenerado en tuberculosis
pulmonar, con llamaradas de fie­
bre y una tos obstinada lo destro­
zaba día y noche. Cándido colgó
su hamaca al lado de la de su pa­
dre y ya no lo abandonó.
Las Hijas de María Auxiliadora
cuidaban de él con solicitud ma­
ternal; en tanto el hijo lo iba cate­
quizando; le hablaba de Jesucris­
to, le enseñaba a rezar y le abría
el Cielo. Cuando su padre rehusa­
ba el alimento que te daban co­
rría ai río, echaba el anzuelo, pes­
caba unos pececitlos que sabía
gustaban mucho a su padre y se
los preparaba al estilo de la tribu.
A veces la fiebre era tan alta que
pedía un poco de aire fresco. Cán­
dido entonces lo recostaba en una
barquichuela y con todo cuidado
lo paseaba río abajo, río arriba. El
enfermo, pese a todos los cuida­
dos, declinaba. En las largas ho­
ras insomnes de la noche, Cándido
le acercaba a sus labios el Cruci­
fijo y le contaba la pasión y muer­
te de Jesús y lo que nos aguarda
después de la resurrección. Tenía
a su padre empapado de Cielo.
Una tarde decidimos darle el
bautismo. Cándido adornó la pobre
salita. Su padre, bautizado, llora­
ba de alegría y no paraba de be­
sar el crucifíjo. Después, lentamen­
te, murmuró recalcando las pala­
bras: “ Quiero ir contigo. Señor,
quiero estar contigo” . Se le admi­
nistró también el sacramento de
los enfermos. Pasó la noche tran­
quilo; hacia las primeras luces del
alba se apagó tras brevísima ago­
nía. Cándido lloró silenciosamen­
te. La muerte transfiguró luminosa­
mente aquel rostro tucano; Cándi­
do le cerró los ojos y enlazó sus
manos con el rosario.

A ^

OPTIMISMO
EN
BANGKOK
f f o e s l a p rim e ra vez que en
estas páginas p u b iic a m o s
crónicas de don C a r io de
ámbrogiorn Hoy damos una
desde ia c a p ita l de Tailandia.

|UE significa Bangkok?, preguntó ai Provin­
cial de los Salesianos en Tailandia mientras
me conduce a través de la gran capital tailandesa.
Me mira maravillado como si no tuviese yo derecho
a ignorarlo. Naturalmente él lleva treinta años en
Bangkok y todo le parece sabido. Me explica que es
una ciudad situada a unos 15 kilómetros del mar,
sobre la orilla del río Chao Praya y su nombre signi­
fica sencillamente tía villa del olivo».
—Un nombre, replico, emparentado o casi con la
Biblia.
El conduce lentamente y todo tranquilo hacia el
barrio de Sala-Deng; un río de coches corren raudos
por ia gran carretera de Phetburi. A ambos lados
se levantan dos hermosos edificios: la «Escuela Pro­
fesional Don Bosco» y el «Colegio Domingo Savio».
—¿Qué año vinimos los salesianos a Bangkok?,
pregunto.
El Provincial me dice que fue casualidad, una
afortunada casualidad. Era en 1929. Un médico euro­
peo, que trabajaba en los ferrocarriles del Siam, te­
nía que volver a Europa y vendía en muy ventajosas
condiciones su villa del barrio Sala-Deng, zona resi­
dencial bastante apartada del centro. Era de dos pi­
sos con seis habitaciones. Ampliada convenientemen­
te se instaló en ella una librería, después pasó a
Procura y finalmente cedida a las Hijas de María
Auxiliadora, éstas hicieron de ella la casa inspecto­
ría! y abrieron una residencia universitaria llamada
Auxilium.
—Estoy intrigado al ver que todo respira budismo,
por lo que pregimto a santo de qué los Salesianos

Q

— 25

hemos ido a plantar tiendas en Tailandia. Esta pre­
gunta pone el dedo en la llaga.
DIOS ACTUA EN MISIONERO

La Escuela Profesional “Don Sosco”, de Bangkok, fue
creada con el fin de promocionar a muchachos po*
bres y proporcionar al país técnicos en diversas ra>
mas industriales. La mitad de los alumnos son budis­
tas, pero iK> obsta para que los salesianos se entre­
guen a su educación con ilusión y también con la
Intima esperanza de que el Señor tocará un día ios
corazones de los muchachos y abrazarán la religión
cristiana. En la foto superior, alumnos de la Escuela
Profesional “Don Sosco” en clase de TV, y, abajo,
una visita ilustre: el embajador de EE. UU. en uno
de los talleres.

Recuerdo que un grupo de filósofos hindúes tu­
vieron una mesa redonda, en la India, con teólogos
cristianos. El motivo del diálogo era por qué los
misioneros van a la India o a otros países del mimdo y cuáles los motivos por los que no se adhieren a
las religioes establecidas en ellos y no las aceptan.
Son preguntas legítimas que no pocos, en Europa,
también se hacen cuando se habla de «misiones».
Tras muchas horas de discusión se llegó al punto
crucial y los interlocutores hindúes comenzaron a
comprender no sólo el impulso expansivo sino tam­
bién el motivo profundo de las misiones cristianas.
«Este motivo, declararon, hay que ponerlo en el
concepto cristiano de Dios». Recuerdo también que
en un diálogo ecuménico se acuñó la frase o fórmu­
la: Dios es un Dios misionero. Lo cual significa que
Dios «amó tanto al mundo que le envió a su propio
Hijo Unigénito, a fin de que quien crea en El no
perezca, y tenga la vida eterna». Dios es un Dios
que envía a su Hijo al mimdo. El, según afirma la
Sagrada Escritura, actúa como juez y salvador en
todo el mundo y todo el mundo actúa y se pone en
movimiento atendiendo esta acción de Dios.
La Iglesia, así deduce la nueva ciencia misionera
que habla con gusto de «misiones de Dios», es una
parte principal e incluso el instrumento de la acción
o misión de Dios. No es ya un problema discutir si
la Iglesia quiere o no abrirse a las misiones, tiene
que abrirse por fuerza. El problema radica única­
mente en cómo ha de desenvolver su misión. La mi­
sión como tal, siempre la tuvo la Iglesia; su mera
existencia testimonia que Dios actúa misioneramen­
te. Y la existencia de la Iglesia forma parte de la
manifestación de Dios en el mundo.
OBRAS SALESIANAS EN BANGKOK
En Bangkok visité el instituto para niños y niñas
ciegos, sostenido por las Salesianas; sus objetivos
son encaminar a los cieguecitos a una vida normal
en conformidad con el slogan «Ayudar a los ciegos
es ayudarse a sí mismo».
Hice una escapada a la Escuela Profesional Don
Bosco. Esta y el citado instituto son una porción
relevante de la nueva iglesia misionera, de una Igle­
sia que se adapta de lleno a su cometido imiversal.
La «Escuela Profesional Don Bosco» de Bangkok
es una obra de promoción humana. Sólo acepta co­
mo alumnos chicos pobres y les proporciona ense­
ñanza gratuita. Los que viven muy lejos son acep­
tados como internos en las mismas condiciones de
gratuidad. No se hace distinción de religión. La mi­
tad de los alumnos son budistas y el resto de otras
religiones.
Los resultados escolásticos y técnicos son muy sa­
tisfactorios. El año pasado, de los 12 mejores alum­
nos de las escuelas técnicas privadas siete eran del

26



cDon Bosco». Nuestros alumnos son buscados por
los industriales y fácilmente se colocan; este es im
punto que la Escuela mira mucho. Goza también de
gran prestigio y de mucha estimación tanto en las
esferas gubernativas como entre la población por su
trabajo desinteresado en favor de la juventud pobre.
EL OBISPO ESTA CONTENTO
Fui a visitar al primer obispo tailandés de la dió­
cesis de Ratburí, en la que el obispo salesiano mon­
señor Carretto, derrochó energías y trabajo. Es mon­
señor Ratna, todo cortesía en su sonrisa radiante.
Nacido en Bangkok, primogénito de una de las fa­
milias más ricas de la capital, dedicada al comercio,
creció educado a fondo en la religión budista. Iba
con asiduidad a la pagoda de la esmeralda; todas
las mañanas, puntual como un cronómetro, asistía
a la ofrenda de arroz a los bonzos de amarillas tú­
nicas en las puertas de su villa. Luego fue instruido,
según costumbre de las familias pudientes tailande­
sas, al modo occidental en el gran Colegio de los
Hermanos de San Gabriel, en donde tuvo los pri­
meros contactos con el catolicismo.

A los dieciocho años fue enviado a Hong Kong
para estudiar en la Universidad de Ciencias Comer­
ciales, en donde conoció a los Jesuítas. Alcanzada
la mayoría de edad se bautizó tomando el nombre
de Roberto. Vuelto a Bangkok fue recibido en casa
fúnebremente podría decirse: el padre lo había des­
heredado y lo arrojó de casa. En aquellas circuns­
tancias se fue directamente a llamar a las puertas
del Seminario de la Misión Salesiana, en donde fue
acogido con los brazos abiertos por monseñor Pasotti, salesiano. Gozó de seis años de paz y alegría.
En 1948 fue ordenado sacerdote. Su madre, a espal­
das del padre, fue a felicitar al hijo. En 1962 mon­
señor Carretto lo envió a Lovaina para que se per­
feccionara en catequética.
Monseñor Ratna me dice que la Iglesia en Tailan­
dia se halla en una encrucijada decisiva.
—¿Es optimista?, le pregunto.
Sonríe, me mira y me responde:
—¿Cómo no serlo si Jesús ha dicho: Levantad los
ojos y contemplad las mieses que amarillean?
—¿También en Bangkok, pese al estancamiento
de las conversiones?, insisto.
—Sí, también en Bangkok, también en la ciudad
del olivo.

BANGKOK.—Las Hijas de María Auxiliadora sostienen en la capital T tí varías obras y muy dispares: entre
ellas una residencia universitaria y una escuela brtemado para niñas y niños cieguecHos, a un grupo de los
cuales se les ve felicitando a sus bienhechores las Navidades.


27

G ra c ia s
a
M aría
A u xiliad o ra

CURADA DE UNA HEPATITIS
Estoy inmensamente agradecida
a María Auxiliadora por haberme
curado de una hepatitis grave.
Todo empezó por una hepatitis
aguda; mi marido, que es médico,
me aplicó los remedios del caso
y que él habla aplicado con éxito
en otros enfermos semejantes. Pero
conmigo sucedía lo contrario. Se
decidió a llevarme a Barcelona.
Aquí tuve la suerte de encontrar­
me con un Padre salesiano que
me dio la bendición de María
Auxiliadora y me animó a confiar
mucho en Ella. Me vieron los me­
jores especialistas de Barcelona,
que confirmaron la gravedad de
mi hepatitis y me pusieron a régi­
men para observar como reaccio­
naba. Poco a poco fui mejorando.
Mis familiares y yo hemos visto
con claridad la intervención de la
Virgen. Precisamente el día que
terminamos la novena el médico
me anunció que había salido de
la gravedad. Hoy sigo recuperán­
dome rápidamente de mis lesiones
en el hígado, gracias a María Auxi­
liadora. Lourdes Agüero.

RECOBRA LA ALEGRIA
Madrid.—Tengo una deuda con
mi Madre querida del Cielo, Ma­
ría Auxiliadora. Una persona a la
que yo quiero mucho se encontró
de la noche a la mañana con una
depresión tan aguda, que de no
verlo no hubiera podido creer la
transformación que se obró en ella.
De una persona expansiva, alegre
y jovial, apareció triste, taciturna,
sin ganas de hablar ni de reir, ni
de hacer nada..., en una palabra.
Me daba tal pena verla así que
acudí con toda mi alma a María
Auxiliadora, prometiéndole mandar
celebrar una misa en su honor si

28



y a
su A p ó s to l
S an J u a n
B o sco

me concedía la gracia de que di­
cha persona se recobrara. A los
dos meses ha vuelto a su ser,
como ella dice. Y yo agradecida
cumplo mi promesa. R. de Bustillo.

DAN GRACIAS
A MARIA AUXILIADORA
Y ENTREGAN UNA LIMOSNA
POR FAVORES RECIBIDOS
María, de Valencia, por haberle
concedido poder devolver una
cantidad que no era suya; una archicofrade, de Baracaldo, por no
haber tenido que intervenir quirúr­
gicamente a una hija suya; una
hija, de La Guardia, por no tener
que sujetarse a una segunda ope­
ración; P. B., de Zamora, por ha­
ber conseguido la salud de su her­
mana; José Luis Marqués, de San
Felíu, por haber salido bien de un
examen muy difícil; Purificación
Domínguez, de Alicante, por salir
de una difícil situación gracias a
su intercesión maternal; dementa
López, de Guadix, por haberle ayu­
dado en las oposiciones de magis­
terio; Antonio Martínez, de León,
por haber salido bien de una ope­
ración quirúrgica; P. R.. de Celanova, por haberse restablecido
completamente una hermana suya
de una operación muy complica­
da; Isabel Andújar, de Torre Cár­
dela, en agradecimiento de haber
salido bien una hermana de una
operación; Concepción Hervás. de
Torre Cárdela, por haber salido
bien de unos exámenes; Teresa
Merino, de Cruces por haberle es­
cuchado en una necesidad fami­
liar; Asunción Hernández, de Mon­
taña Alta, por haber conseguido
ánimo y paciencia de María Auxi­
liadora en una enfermedad; Olegaria Aguiar, J. B. C., Familia Gar­
da; Felipa García, Celia Almeída

y E. C. B., de Fontanales; Manolí
Camiña, de Vígo; N. F., de Las Con­
chas; M. P. P., de Beade; María
Martínez, de Madrid; Gertrudis
Cardona, de Algeciras; Carmen Al­
fonso, de Valencia; María Dolores
Egaña, de Ondárroa; Josefa Ruso,
de Espiel; Dámaso Vacas, de Valladolid; Angeles Arroyo, de Valen­
cia; Sebastián de la Jara, de Cá­
diz; J. S. y M. O., de Barcelona;
Juan Ropero, por favores recibidos
y Angelita Gómez y C. S., de Hinojosa del Duque, por haber escu­
chado sus peticiones; Lola Pinta­
do, de Allariz; Bautista Fernández,
de Pedro Muñoz; Agustín Bravo,
de Córdoba; María Angeles, de Za­
mora; M. O., de Madrid; María
Luisa Martínez, de Nueva York; E.
Alonso, de Vigo, por tantos favo­
res recibidos; Melí Pérez, de Ante­
quera; una malagueña; M. A., de
Oviedo; Felisa Quintero, de Sevi­
lla; T. Heredero, de Sevilla, por
una gracia pedida y conseguida;
Francisca Mora y C. Martínez, de
Puertollano; Familia de López Helgüero, de Madrid, por gracias ob­
tenidas por su mediación; María
Paz Martín y M. T. E., María More­
no y Griselda Hermandad, de Baracaldo; Clotilde Izquierdo, de Chtí rivella, en agradecimiento por un
! favor alcanzado: T. R., de Zamora;
P. R. de Suñé, por un favor con­
seguido; I. R. B., de Burriana; Isa' bel B. García, de Avila; M. de los
Ríos, de Barcelona; M. Bonet, de
Barcelona; R. Sánchez, de Béjar;
J. Cabezas, de Cabra; Angel Mo­
reno, de Capdella; R. M., de Carta­
gena; P. de Juan, de Huesca; J.
Farrán, de Ibars; A. Montero, de
j Oviedo; R. P. García, de Soria; T.
' de Castro, de Zamora; Loginos SoI ría, de Valdeverdeja; Agustina OyarI zábal, de Vitoria; Ana María, viuda
de Varés, de Gerona, por su visi­
ble protección en una enfermedad.

G ra c ia s
d e n u e s tro s
s ie rv o s
d e Dios

UN CASO QUE SORPRENDE A
LOS ESPECIALISTAS DE
U UNIVERSIDAD DE GENOVA
La niña Juanita Zuccaro, de nue­
ve años de edad, at atravesar la
calle por un paso de cebra, cami­
no de la escuela, fue atropellada
por un coche que la lanzó contra
el pavimento. Atendida rápidamen­
te por un voluntario de la Cruz
Blanca fue llevada a un hospital,
a donde se le prodigaron las pri­
meras curas. Después y ya agoni­
zante fue trasladada con mascari­
lla de oxígeno y toda ciase de cui­
dados a un hospital de reanima­
ción en estado de coma y con pro­
nóstico de inminente peligro de
vida. Más de un mes permaneció
en la tienda de oxígeno. Su esta­
do comatoso (uno de los pocos ca­
sos clínicos de esta clase en Eu­
ropa) duró más de setenta y tres
días. Acudí al lecho de la enfermita, sobrina mía. y oí de los mé­
dicos que no había esperanza al­
guna y más aún que convenía se
fuera al Cielo, pues si sanaba,
cosa extraordinaria, quedaría mal,
física y síquicamente.
Volví a mi colegio, en Sicilia, y
allí rogué a todos que rezaran mu­
cho por mi sobrinita para ver si
la podíamos arrancar de las ga­
rras de la muerte, encomendándo­
la a Santo Domingo Savio. Dos
meses después del accidente vol­
ví a verla llevando conmigo la re­
liquia ex ossibus de Santo Domin­
go Savio. Prometí que si estando
yo presente mi sobrina recobraba
el conocimiento y empezaba a ha­
blar. atribuiría la gracia a su in­
tercesión y me convertiría en un
apóstol de su devoción. Todos los
dias ie susurraba al oído de Jua­
nita; ¡Oh, Domingo Savio, que
quieres tanto a los niños, haz que
me cure! Al quinto día, en presen-

cía de todas las enfermeras de la
sala, la niña comenzó a responder
a mis preguntas sorprendiendo a
los especialistas de la universidad
de Génova y a todo el equipo mé­
dico que no lograban explicar clí­
nicamente el hecho milagroso.
Aquel fue el principio de una rá­
pida recuperación que la llevó de
la muerte a la vida. Han pasado
cinco años de to narrado y los
médicos declaran que no ha so­
brevenido ninguno de ios males
que pronosticaron.
Agradecido a Santo Domingo Sa­
vio no he cesado de propagar la
devoción entre los chicos y gran­
des y publico la gracia referida
para aumentar en todos la confian­
za en este santito. Nadal Zuccaro,
director de la Casa Salesíana de
Mazzaríno.
Ibars (Lérida)-— Agradezco viva­
mente a Santo Domingo Savio el
feliz nacimiento de mi hijo, y le
pido lo siga protegiendo. María
Capel!.
Madrid.— Desde Méjico la fami­
lia Peñalosa-Ramos agradece a
Santo Domingo Savio la ayuda que
transformó un difícil alumbramien­
to en feliz realidad.
La Palma del Condado.—Acudí a
Santo Domingo Savio, pidiéndole
su intercesión, por el advenimien­
to del nieto que tanto deseábamos.
Solicité un escapulario del Santo y
tras mucho buscar lo conseguimos.
Puesto al cuello de la hija esperá­
bamos el feliz acontecimiento
cuando he aquí que prematuramen­
te aparecieron dos gemelas, encon­
trándose tanto la madre como las
niñas en perfecto estado de sa­
lud. Agradecida a Santo Domingo
Savio, publicamos gozosas la gra­
cia. Josefa Gómez.

Madrid. Doy gracias a Santo Do­
mingo Savio por favores concedl, dos. María Martínez.

1

I

Salamanca.— Estando un día jui gando a la puerta de mi case, tuve
' la fatalidad de que un coche me
atropellara. El golpe fue de gran
consideración, de tal modo que
tuve que ser internado inmediata­
mente en una clínica y sometido a
una delicada intervención quirúr­
gica. Tanto yo como mis padres y
familia pasamos unos días muy an­
gustiados. El asunto de curación
; era muy difícil.
'
En tan lamentable situación acu­
dimos todos con gran fervor al
auxilio de la Virgen. Por añadidu­
ra recibimos con gran confianza
, una reliquia de Santo Domingo Sa' vio de manos de un Padre SaleI siano para tenerla continuamente
conmigo en mi enfermedad.
La Virgen Auxiliadora y mi pro. lector Domingo Savio pusieron su
valimiento para que, aunque muy
despacio, fuera mejorando y llega­
se a hacer vida normal. Acudo al
Colegio Saleslano con toda nor­
malidad en la confianza absoluta
de que éstos mis protectores se­
guirán ayudándome a que no haya
posteriores complicaciones.
En prueba de agradecimiento y
para estímulo de cuantos lean el
I BOLETIN SALESIANO deseo se pu­
blique la gracia y envío una li­
mosna. Miguel Angel Vicente, alum' no saiesiano.
Madrid.— Doy gracias a Doña
! Dorotea por un favor recibido y
, envío un donativo para beatificaI ción. María Paz Martin.

I

Madrid. — Para ia beatificación
I de Doña Dorotea y por favores re; cíbidos le envío una limosna. JoI seta López.

— 29

Palma del Condado.— Doy gra­
cias a Doña Dorotea por haber con­
seguido por su intercesión, y an­
tes de io esperado, coiocación
para mi hijo. Josefa G. de Ruiz.

Abastás.— Por diversos favores
conseguidos de Doña Dorotea le
doy gracias y envío una iimosna
para su proceso de beatificación.
Una devota.

Barcelona.— Cumpio mi prome*
sa de enviar una iimosna para
Doña Dorotea por obtenido ia ci>
ración de un ojo de mi hijita de
cinco años, que io tenia desviado,
y a mi de mis insomnios. J. T. S.

FUERON A LA CASA DEL PADRE
Doña Dolores Reina Muñoz, murió santamente el
sábado 28 de agosto de 1971.
Alma humilde, sencilla y abierta a todo lo que signi­
ficara apostolado. Cooperadora salesiana. Ferviente de­
vota de Maria Auxiliadora y celadora durante cuaren­
ta años.
Madre de un hogar cristiano y ejemplar, procuró
educar a sus hijos con las normas y el espíritu del
Evangelio. Mujer de fe profunda y verdadera que
supo transmitir a sus hijos. Baste recordar los últi­
mos momentos de su hijo Antonio que le precedió
en la llamada a la casa del Padre. En el lecho del
dolor, entre intensísimos dolores exclamó: “ Estoy ha­
ciendo la mejor meditación de mi vida. Medito en mi
último fin, Dios, como hijo fiel. Ofrezco mi vida por el
éxito del Concilio y de la Iglesia” . Palabras de un
hijo que demuestran donde vivió la fe que recibiera
en ei hogar de su cristianísima madre.
La sonrisa siempre a flor de labios era reflejo de
la paz de su alma y de su vitalidad espiritual.
La gran arma de su vida de fe ,fue el Santo Ro­
sario, que, aún Inconsciente en lecho del dolor se­
guía rodando las cuentas entre sus manos.
Ya imposibilitada y postrada, repetía: Pedid al Se­
ñor que me mande una buena muerte: Al decirle que
rezara al Señor por los que le rodeaban, respondía:
"SI, pido por vosotros, pido por todo el mundo". Todo
lo salesiano formó siempre parte de sus afanes.
El 24 de cada mes, conmemoración de Maria Auxi­
liadora, era como un día festivo para ella.
La recepción de Cristo Eucaristía y la Bendición
de Maria Auxiliadora hacían irradiar en su rostro la
fe que llenaba su alma.
Una verdadera hija de Dios y una verdadera ma­
dre para sus hijos.
Don Martin Gallego Castaño, muerto en Aldearrodrigo (Salamanca), el 29 de! pasado mes de octubre,
a los setenta y seis años de edad. Con pleno cono­
cimiento, y fortalecido con frecuentes visitas del Se­
ñor, ia última como viático, con la santa unción de
los enfermos y una jaculatoria en los labios, sereno,
con la serenidad del justo, podemos decir con toda
verdad, que se durmió en los brazos del Señor. Su
esposa, hijos y otros familiares, rodeando su lecho,
tuvieron el consuelo de dar su último adiós a este
padre de familia, cuya preocupación principal duran­
te la vida, no fue otra que la educación cristiana de
sus diez hijos. Dios le pidió dos de ellos, sor Trán­
sito y sor Maria. para Hijas de María Auxiliadora y
él se las entregó con generosa alegría.

Doña Eutiquia Cantalapiedra de Ramos, entregó plá­
cidamente su alma al Señor, en Madrid, el 12 del
pasado noviembre, a los setenta y siete años de edad,
fortalecida con todos los auxilios espirituales.
Santificó su vida con el perfecto cumplimiento de
sus deberes de esposa y de madre, enseñando con
su ejemplo, a todos los suyos el camino a seguir.
No le faltaron cruces, sobre todo en los últimos anos,
en los que hubo de someterse a varias operaciones
que sobrellevó con verdadero espíritu cristiano.
Aceptó contenta y agradecida, que el Señor le pi­
diera una hija, sor Mercedes, para trabajar en el
Apostolado de la Familia Salesiana.
Don Pedro Iríarte Artola, admirador ferviente de la
Congregación Salesiana y gran devoto de Maria Auxi­
liadora, que de sus once hijos ha dado una hija al
Instituto, entregó su alma a Dios, a los sesenta y dos
años de edad, en la Ciudad de San Sebastián con
fecha del 27 de octubre.
Una oración por el hermano que ha entrado en
la morada del Padre.
Don José López RuIz, Cooperador Salesiano, falle­
cido el 16 de diciembre, habiendo recibido todos los
auxilios de la Iglesia y ia bendición de Su Santidad.
Se distinguió durante sus sesenta y dos años de vida
por su sencillez, bondad y generosidad con el Señor
y la Congregación Salesiana, a la que regaló un hijo,
Joaquín López Pedresa, misionero en la Patagonia.
Tuvo la dicha de asistir a la ordenación sacerdotal
de su hijo en Roma, de manos de Su Santidad Pa­
blo VI y recibir la sagrada Eucaristía del Papa.
Doña Maria Manuela Roldán Pozo, que falleció cris­
tianamente en Horcajo de Santiago (Cuenca), el día
16 de diciembre de 1971, a los noventa años de edad.
Habiendo recibido las Santos Sacramentos y la Ben­
dición de Su Santidad.
Su hermano, hijos, nietos, sobrinos, primos y de­
más familia.
Panticipan a usted tan sensbite pérdida y le ruegan
una oración por su eterno descanso.
También ha fallecido, en San Vicente deis Horts,
la cooperadora salesiana, doña Magdalena Ferró*
Prats; encomendemos al Señor a estos y demás coo­
peradores difuntos.

30

J

BECAS PARA
LAS VOCACIONES
SALESIANAS
“El mejor premio que Dios concede a
una familia es un hijo sacerdote."
(Don Bosco)

INSPECTORIA BARCELONA - “BESABAR”
P. Provincial: Paseo San Juan Sosco, 74 - Barcelona>17

Beca «Don José Diaz de Cerio Valle y P e tra Gastón Vento­
sa». T otal; 26.000 pts.
_
o. en/vm
Beca «María A uxiliadora». II. Acrh. Baracaldo.
T .. 62.000.

íra u ip ú z c o a » . N. e.:
PFX::AS e n FORMACION
B
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Baracaldo.
M. F ernández. ToBeca €San Jo sé (H nas. C atasús)». N. e .: 5.000. T . ; ^ . 0 W .
Beca «J. M. y M. C.» N . e.: 5.000 p ts. T o ta l: 25.000 p ^ .
B
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arin
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A
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pta.
Beca «Sagrado Corazón de Jesús». N. e .: 1.000. T . : 2.500.
Beca «Don Eladio Pérez*. T o ta l: ^ .0 0 0 ptó.
Beca «Marta A uxiliadora». N. e.: 1.000. T otal: 2.500 pj^.
Beca
«M
aría
A
uxiliadora»,
.^
c
h
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D
eusio.
T o ta l.
2 1 . ^ pts.
Beca «Ntra. Sra. de M ontserrat». N. e .: 1.000. T .; 99-500.
trmta «Don Jo sé
A« A. D custo.
15.000 pts*
Beca «Ntra. Sra. de la Merced». N. e .: 1.000. T o ta l: 2.600.
l i s «Señor Justo». D eusto (C ^eglo). T otól: 2 2 . ^ ^
Beca «San José». N. e.: 1.000 p ts. T otal: 23.500 pts.
Beca «María A uxiliadora». D. R- G. R. T o t^ .
Beca «San J u a n Bosco». N. e .: 1.000 p ts. T o ta l: 2.500 pte.
Beca perp etu a I I «SeñoritM de ^eUpe». P rim era ^ t . . W
Beca «San F rancisco de Sales». N. e .: 1.000. T otal: 2.5W.
Beca «Don Jo sé Santos». D eusto (C o le ro ). T ^ l . 23.000 p ts.
Beca ¿ a n t o Dom ingo Savio». N. e .: 1.000. T o ta l: 2.500 p ts.
Beca «Señorita M aría de Felipe». T o t^ :
ptó.
Beca «Santa M aría Mazzarello». N. e .: 1.000. T otal: 2.500.
B eca «Inm aculada Concepción». J . L . M. T o ta l.
pts.
Beca «San Jo sé Cafasso». N. e.: 1.000 p ts. T otal: 2.500 pts.
B
eca
«M
aría
Angeles
P
ostigo
L
a
b
r
a
d
o
^
T
o
ta
l.
30.000 ptó.
Beca «Don Antonio Aime». N. e .: 1.000. T otal: 2.500 pts.
Beca
«Conchita
D
iez
N
c
^
.
T
otal;
20.000
Pts.
Beca «Don Felipe A lcántara». N. e.: 1.000. T o ta l: 7.500 p ts.
Beca <Virg6D del Castillo». E l Royo. T o ta l. 9.800 pts.
Beca «Don J u a n Antal». N. e.: 1.000 p ts. T o ta l: 96.500 pj^.
Beca «F. Canales». T otal: U.OOO ptó.
- sn,,
Beca «Antiguos A lum nos Salesianos». N. e .: 1.000. T . : 2.500.
B eca «M aría A uxiliadora». Zuazo. T o ta l. 6.500 pts.
Beca «Don M anuel Bars». N. e .: 1.000 p ts. T otal: 2.500 P ^ .
B eca «Don Bosco». Ciudad L aboral. P a s a ^ . T otal.^ 7 2 0 pts.
Beca «Don A ndrés B eltram i». N. e .: 1.000 p ts. T otal: 2.000.
B eca «Sagrada Fam ilia». San Sebastián. T o t^ : lO.jXlO pta.
Beca «Don Jo s é Binelli». N. e.: 1.00 p ts. T otal: 2.500 pts.
Beca «Francisco T ierra». B urceña. T otal; 8.500 pts.
Beca «Don Ju a n
Cagliero». N.
e .: 1.000 p ts. T : 2.500Beca
pts. «San J u a n Bosco». T o ta l: 5.000 p ts.
Beca «Don Jo sé Calasanz». N. e.: 1.000 pte. T : 2 j ^ pte.
Beca «Santo Dom ingo Savio». S antander. T o ta l. 19.500
Beca «Don Jo sé L u is Carreño». N. e.: 1.00 p ts. T : 2.500.
Beca «San Jo s é Obrero». In d u striales. S antander. T . ^ O . i ^
Beca «Don L uis Cid». N.
e .: 1.000 pts. T o ta l: 2.500 p ts.
Beca «M aría A uxiliadora». Arch. S antander. T o t ^ 6.000 pts.
Beca «Don Sergio Cid N. e.: 1.000 p ts. T o ta l: 2 _ ^ ptó.
Beca «Señores de Udaetxe». Bilbao. T otól; 34.000 pts.
Beca «Cooperadores Salesianos». N. e.: 1-000 p ts. ' ^ 2.6W.
Beca «San Andrés». B urgos. T otal: 1:227,35 ptó.
Beca «Don L u is Cutillas». N. e.: 1.000 p ts T : 10.000 pts.
Beca N uestros M ártires». Z u aza T otal: ^ 5 0 9 pts.
Beca «Don Ccwirado Cardé». N. e .: 1.000 pts. T : 2.500 pts.
Beca «M aría Auxiliadora». II. ’:^ t a l : 20.000 ptó.
Beca «Doña Dorotea». N. e .: 1.000 p ts. T o ta l: 2^500 p ^ Beca «Alfonso Gómez Pineda». P ^ p l o n a . T o t ^ . 5.000 pts.
Beca «Sr. F rancisco Fernández*. N. e .: 1.000 p ts. T : 2.5TO.
B eca «San Paulino». B ^ a ^ l d o . T otal: 6 . ( ^
Beca «Don Rodolfo Fiero». N. e .: 1.000 p ts. T : 2-500 otó.
B eca «E duardo Caprani». Baracaldo. T o ta l. 6 . ^ pts.
Beca «Sr. M artin Goicoechea». N. e.: 1.000 p ts. T : 2.5W.
Beca «Jesús Aznar*. prom ovida por Doña M aría Salm erón.
Beca «Don E duardo G utiérrez». N. e.: 1.000 p ts. T : 2.500.
Vda. de A znar. T otal: 7.000 ptó.
Beca «Don M anuel H erm ida». N. e.: 1.000 ptó. T . 2.6W.
Beca Don Federico Jordana». N. e.: 1.00 ptó. T : 2 . ^ pts.
Beca «Don M iguel Magone». N. e.: 1.000 p ts. T : 2.500 pts.
INSPECTORIA DE CORDOBA
Beca «Mamá M argarita». N. e .: 1.000 pts. T otal: 2.600 ptó.
P. Provincial: Calle Marta Auxiliadora, 14 • Córdoba
Beca «Don Jo s é M artí». N. e .: 1.000 p ts. T o ta l: 2.600 ptó.
Beca «Fam ilia M artí Codolar». N. e .: 1.000 ptó. T : 2.5OT.
BECAS EN FORMACION
Beca «M ártires Salesianos». N. e .: 1.000 p ts. T . ^500 ptó.
B eca «Sagrado Corazón». L m
T otal: 7?-<56 Pts.
Beca «Don Ju liá n M assana». N. e.: 1.000 ptó. T : 2.BW.
Beca «San J u a n Bosco*. por los AA. AA. N. c . . I*. O rtega.
Beca «Misiones Salesianas». N. e.: 1.000 p ts. T : 2.5TO pts.
Beca «Ceferino N am uncurá». N. e .: 11.000 ptó. T : 2_¡500 ptó.
L in ares: 2.000 ptó. T otal: 61.000 ^ s .
„ „„„ t* „
Beca í.María Auxiliadora». M álaga.
e .: 3-00^ T .. 3 8 . m
Beca «Obra de San P a b lo Apóstol». N. e .: 1.000 pts. T : 2.6M.
Beca
«D.
B
ernardo
López
Baena*.
Córdoba.
N. c . . 5.000.
Beca «Don E ugenio Ojer». N. e .: 1.000 p ts. T o ta l; 2.5M.
Beca «Monseñor Olaechea». N. e.: 1.000 pts. T : 2 . ^ ptó.
B S * tR o S r o ? B £ íú n e z * . M álaga, por D.4 D o l o r ^ M artínez.
Beca «Monseñor Pintado». N. e .: 1.000 p ts. T : 2.6% pts.
Vda. de Rom ero. N. r .; 5.000 pts. T o t^ ; ¡g-000 Ptó.
Beca «Don Felipe Rinaldí». N. e .: 1.000 ptó. T ; 2.M0 pts.
Beca M aría Auxiliadora», d ejad a por D. E duardo O rtiz
Beca «Don M iguel Rúa». N. e .: 1.000 p ts. T : 2 . ^ pts.
M ata, q.c.p.d.: A lcaudcte tJa é n ). P rim era e n t.: 10.000 ptó.
Beca «Don Iguacio Rubio». N. e .: 1.000 ptó. T : 2.600 pts.
Beca «Templo del Tibidabo». N. e .: 1.000 pts. T : 2.500 pts.
Beca «Fam ilia Lara». L as Palma»- N®v7 fiiñ’
Beca «Santo C ura de Ars». Córdoba. N. e.; 7.000. T . , 17.000.
Beca «Padre Viñas». N. e.: 1.000 p ts. T o ta l; 2.500 ptó.
Beca «J. H. S .; L as Palm as. T otal: 32.000 pts.
Beca «Vocaciones Salesianas». N. e .: 1.000 p ts. T : 2.500.
Beca «Fam ilia Lago*. T otal: 12.700 p ts.
i-ronn
Beca «m iar». N. e .: 5.000 ptó. T o ta l: 40.000 pts.
Beca «E H ernández Chacón». L as P alm as. T o ta l. 17.900 ptó.
Beca «Herm anos S. R.» N. e .: 2.000 ptó. T o ta l: 6.000 ptó.
Beca «Virgen del Pino* L as Palm as. T o t ^
Beca «Fam ilia B araut-O biols». T o ta l: 61.600 ptó.
Beca «Santa Teresa». G ranada. N. r .: 3 . ^ . T otól, 19.1^.
Beca P erpetua «P alm ira Elsteve y Fam ilia». 800.000 pts.
Beca «N tra. S ra. Consolación». T orredonjim eno. T .. 40.0%.
Beca «Daniel Conde». P rim e ra e n tre g a : 85.000 p ts. _
Beca «Arch. M aría Auxiliadora». Sta. C, T c n e r il ^ T .; 33.000.
Beca «Juan Alberto». A. A. de R ocafort. T otal; 13.000 pts.
Beca M isionera «Don Dionisio Rlc». T otal: 24-000 p ts .
Beca «San Coame y S a n ta M agdalena». T otal; 90.000 pts.
Beca «S. Jo sé y N tra. Sra. M ontserrat». G r a n e a . T .; 19.700.
Beca «San Pedro». T o ta l: 60.000 ptó.
Beca «Miguel Magone*. L as Palm as. T otal: 6.500 pts.
B eca «Fam ilia L inares». L as P alm as. T otal: 3.700 pts.
Beca «Fam ilia N aranjo». L as Palm as. T otal: 6.800 ptó.
INSPECTORIA DE BILBAO
Beca «M aría A uxiliadora». Ronda. J . T roya Z. T ^ 25.000.
Beca «Baldom ero Pagón». P ozo b lan ca T otal : a .0 % ptó.
P. Provincial: Escuelas Salesianas - Deusto*6Ílbao
B eca «Fam ilia Torre*. L e s Palm as. T otal:
P ,^ - ^
B eca «Cías. Ju v e n tu d Salesiana*. L a O rotava. T o W : tó.0%.
BECAS E N FORMACION
Beca
«Francisco
L
eón
Navarro».
L
as
Palm
M
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T
-:
3.600
Beca «Wnin< M argarita». L . C añada. Pam plona. N. e .: 250.
B eca «D S ebastián M.S Pastor». Córdoba. T o ta l: 8.015 pts.
Total: 29.250 pts.
Beca
«Sto
Dom
ingo
Savio».
Cías.
Juv
en
tu
d
Salesiana.
L as
Beca «Camilo Fdez. Fandifio». prom ovida i>or J . Gestoso.
P alm as. T o ta l: 44.300 ptó.
f30J100 ptó.
Beca «P u ra Bermúdez». M álaga. T otal: 28.500 ptó.
Beca «Don Jo sé M aría Taibó». m . T o ta l: 27.000 ptó.

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— 31

Boca
Beca
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Beca

«Fam ilia Muñoz». T otal: 21.000 pts.
«Santa Isabel». G ranada. T otal: 40.200 pts.
«San Ju a n B autista». T otal: 21.000 pts.
«Escuelas E xternas». M ontllla. T otal: 12.000 pts.
«N tra. S ra. del Csumen». Pozoblanco. T . : 40.000 pts.
«Kamllla Navarro». T otal: 7.100 pts.
«Santa Catalina». II. L as P alm as. T o ta l: 3.000 pts.
«Santa Ana». Alcalá la Real. T otal: 20.000 pts.
«Don Vicente Reyes». T otal: 2.700 pts.
«M aría A uxiliadora». A ntonio Royán. T otal: 28.800 pts.
«M aría A uxiliadora». Coop. AnteQuera. T . : 11.500 pts.
«Fam ilia del P ino Muñoz». Ja é n . T otal: 10.000 pts.
«Santa Cruz de Tenerife». Tenerife. T otal: 32.000 pts.
«Santo Dom ingo Savio». Cías. T enerife. T . : 21.000 pts.
«Fam ilia Atlllo Le}*». L as P alm as. T o ta l: 1.500 pts.
«Juan X X III». M ontllla. T otal: 14.350 pts.
«Fam ilia E spejo Gémez». M ontllla. T otal: 12.000 pts.
perpetua «T raya Gozálvez». Honda. T otal: 24.000 pts.

Sevilla. Beca «D. Antonio M arcoiungo» de D oña Carmen Hi­
dalgo, Vda. de C ortés de Bienvenida Badajoz. T . : 17.000.
Sevilla. Beca «P. T om ás Gutiérrez». P rim e ra e .: 7.000 pti
S evilla-T rinidad. Beca «M aría Auxil.» A rch. T .: 30.000 pts.
S evilla-T rinidad. B eca «Stm a. T rinidad». T otal: 15.000 pts
S evilla-T rinidad. Beca «D. T om ás González». T . : 30.000 pts.
Sevilla-R esidencia. B eca «S. J u a n Bosco» III. T . : 15.000 pts
Sevilla. Beca «N tra. Sra. de la Piedad». T o ta l: 31.106 pts
S evilla-T rinidad. B eca «D. F rancisco de la Hoz. Sra. Vda.
de Caso. N. e.: 10.000 p ts. T otal: 21.000 pts.
U trera. B eca «D. A gustín Nofre». T o ta l: 30.000 pts.
U tre ra . Beca «D. M anuel Fem ájidez». T otal: 30.000 pts.
U trera. «Beca sacerdotal-m aríana P . Campoy». T otal: 1.000.
U trera. Beca «Bodas de Oro. D. Jo sé Novoa». T .; 29.000.

INSPECTORIA DE VALENCIA
P. Provincial: Calle de Sagunto, 190 - Valencia

INSPECTORIA DE MADRID - “BESAMA"
P. Provincial: Paseo del General Primo de Rivera, 27
Madrid (S) • Teléfono 227 56 91
BECAS EN FORMACION
Boca uArch. M aría A uxiliadora». Carabanchel. N. e .: 10.000.
T otal: 16.000 j)t8.
Beca «Fam ilia Francia». Salam anca. N. e.: 1.000 T .: 8.000.
Beca «Vdn. de Pujadas». N. e.: 2.000. T otal: 22.000 pts.
Beca «Corazón Duro». N. »•.: 40.000 p ts. T otal: 50.000 pts.
Beca O.M. A. L... N. e.: 3.000 pts. T otal: 48.000 pts.
Beca perp etu a «Bcaama». L. Conde: N. e.: 5.000. T . : 61.350.
Beca «El ('o n d ju to r Sale.siano». Palom a. N. e.: 3.000. To­
tal: 17,000 pts.
Beca «San Jo sé :. Arch. P izarrales. T o ta l: 46.000 pts.
Beca «S. Francisco do Sate.s». II. Coop. E strecho. T . : 14.366.
Beca Porp. «Mercedes Cruzado». T otal: 63.00 pts.
Beca «S. Ricardo». T otal: 10.000 pts.
Beca M ayor «Reina de los Angeles». T otal: 70.000 pts.
Beca «María Auxll.» Arch. Atocha. T otal: 23.726 pts.
Beca «Don Juan». II. T o ta l: 30.000 pts.
Beca perp etu a «Satcslanos Don Bosco». T otal: 204.825 pts.
Beca «Fam ilia Mesonero Rz.» T o ta l: 46.000 pts.
Beca «N tra. Sra. del Carm en y S. Lucas». II. T o ta l: 15.000.
Beca «Arch. M aría Auxiliadora». Carabanchel. T . : 36.000.
Beca M ayor «Sagrado Corazón». T otal: 21.000 pts.
Beca M ayor «Sta. T eresa y S. Vicente». T otal: 40.000 pts.
B eca «Don Jo sé A guilar». Ciudad Real. T otal: 20.000 pts.
Beca «Josefa A. R oldán y. fam ilia». T otal; 36.100 pts.
Beca «San Antonio». A. A n ^ lo » . T otal: 30.000 pts.
Beca «M aría Auxiliadora». Salam anca. T otal: 11.000 pts.
Beca «F. Canales». T otal: 24.000 pts.
B eca «Fam ilia A. M iranda». T otal; 20.000 pts.

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«Sagrada Fam ilia». Segunda c .: 25.000. T . : 50.000 pts.
«San B ernardlno». Vlllena. N. e .: 8.000. T . : 62.000 pts.
«Santa Teresa», Crevillente. N. e .: 7.000. T . : ^.000.
«San Cayetano». Crevillente. N. e .: 1.000. T .: lOO.OOii.
«Cooperadores de Valencia». T otal: 13.000 pts.
P erp. «M aría Am paro Trenor». Valencia. 100.000 pts.
perp. «José Feliu». D .i A urora Busó. Valencia. 100.000.
«San V icente F errer». Valencia. T otal: 6.000 pts.
«Santa Rosa». Coop. de Alcoy. T o t^ : 50.000 pts.
«Colegio S anto Dom ingo Savio». Valencia. T . : 30.000.
«Arch. M aría A uxiliadora». Valencia. T o ta l: 28.000 pta
«Consortes Payá». Alcoy, dos becas p e rp etu as; 200.00C
«D .t M.« Gómez Genovés». Valencia. 2 becas: 100.000.
«Francisco Gil Bsteve». T otal: 24.000 p ts.
«Fam ilia Gómez Baldoví», perp etu a. T .: 150.000. ptz.
«Romero Amorós», perp etu a. U ltim a e n tre g a : 25.000
«José Carbonell», perp etu a. T o ta l: 82.000 pts.
«D.« D olores Berenguer», perp. Alicante. T .: 100.000.
«Rvdo. F rancisco Serrats». Valencia. T o ta l: 8.000 pts.
«San A gustín». Alcoy. T o ta l: 18.000 pts.
«Don R ecaredo de los Ríos». A licante. T o ta l: 8.000 pta
«Muy Rvdo. Don Jo s é Calasanz». T o ta l: 20.915 pta
«Rvdo. D. L u is B erenguer». Alicante. T o ta l; 20.000 pts.
«Ram ón Guerrero». Albacete. T otal: 22.550 p ts.
«Circulo Dom ingo Savio». T otal: 2.000 pts.
«Don A ndrés T a ri Navarro». E lche. T otal: 100.000 pta
perp etu a «A. B. A.». Valencia. T o ta l: 150.000 pts.
«D. V icente Galván». A licante. T o ta l: 100.000 pts.
«D. M anuel Pérez». Valencia. T o ta l: 250.000 pts.
«Niño Jesús». T otal: 20.000 pts.
«Doña A ntonia Cabot». Albacete. T otal: 20.000 pts.
perp etu a «San Patricio». Ib l. T o ta l: 60.000 pts.
«M aría Peíre» en m em oria de su esposo. T o ta l: 20.000.
«Rvdo. D. M anuel Pérez». II. T o ta l; 7.500 pts.
«Rvdo. D. M ariano Aisa». B u rrian a. T otal: 17.500 ptz
«Misiones Salesianas» de Alcoy. P rim . e n t.: 6.000 pts

INSPECTORIA DE SEVILLA - ‘BESASE"
P. Provincial: Calle María Auxiliadora, 18 • Sevilla
Teléfonos 35 04 86 y 30 01 00
B eca «Don F rancisco Ja v ie r M ontero». D onativo de su s An­
tiguos Alumnos. T otal: 100.000 pts.
BECAS EN FORMACION
A lcalá. Beca «N tra. Sra. del Aguila». T otal: 25.200 pts.
A lcalá. Beca «San Pedro». Coop. T otal: 6.000 pta.
A lcalá. Beca «Arch. M aría A uxiliadora». T o ta l: 5.000 pts.
A lgeclras. Beca «Don A ndrés Yún». T otal: 6.000 pts.
A lm cndralejo. Beca «N tra. Sra. de la Piedad». Iniciada por
F am ilia R afael M artín ei Cordón e Isab el M artines Asuar.
en m em oria de doña Crcsccncia A suar. T otal: 32.100 pts.
Cádiz. BtH'a «M aría A uxiliadora». T otal: 45.000 pts.
Cádiz. Beca «D. Clem ente Guede». N. e .: 2.600. T . : 14.675.
Cádiz. Beca «.Maestro Pagés*. N. c .: 2.000. T .: 16.295 pts.
Cádiz. Beca «Rvdo. D. Jo sé M ontserrat». T o ta l: 13.000 pts.
Cádls. Beca «Santiago Apóstol». T otal: 70.000 pts.
C ádis. Beca «San José». N. e .: 2.000 p ts. T o ta l: 8.000 pts.
Canvpano. Beca «Bertem att». T otal: 5.000 pts.
C arm ena. Beca «Don F erm ín Molpeceres». T o ta l: 13.000 pts.
Cáceres. Beca «San J u a n Bosco». T o ta l: 16.750 pts.
Je rez . Beca «Don Ju a n Torres». T otal: 2.500 pts.
Jerez. Beca «Escuela de M aestría». T otal: 20.000 pts.
L a Linea. Beca «Inm aculada Concepción». T o ta l: 600 pts.
L a Palm a. «San Andrés». N. c.: é-Qw. T o ta l: 10.000 pts.
L a Palm a. Boca «Virgen del Valle»: 1.» e .: 9.600 pts.
M érida. Beca «Don Ja v ie r Montero». T o ta l: 12.500 pts.
Morón. Beca «N tra. Sra. del S agrado Corazón». T .: 26.000.
Morón. Peca «M ártires Salesianos de Morón». T .: 3.500.
P u e rto Real. Beca «M aría A uxiliadora». T otal: 18.000 pts.
Rota. Beca «N tra. Sra. del Rosario». T o ta l: 14.000 pts.
Sevilla. Beca «M arta A uxiliadora». A. R. T o ta l: SO.OoO pts.
Sevilla. Beca «Corpus C hristl». S rta . J . Q uintana. N. e.;
100 pts. T otal: 14.800 pts.

32 —

INSPECTORIA DE LEON
P. Provincial; Apartado 425 • León
BECAS COMPLETAS
B ees «D. R afael C astclls y D.« V alentina Cuadra». 100.000.
Beca «Fam . R. D. V ictoriano Rguez.». V alsabroso. 100.000.
BECAS E N FORMACION
Beca «P. M anuel Lino». L a Coruña. N. e.: 1.000. T .: 17.700.
Beca «Univ. Laboral». Zam ora. N. e .: 10.000 p ts. T .: 47.300.
Beca «D. Jo sé Saburldo». A llariz. T o ta l: 40.000 pts.
Beca «Fam ilia D am ián F ern án d ez y Sra.». Vigo. T .: 5.000
Beca «M aria Auxiliadora». A llariz. T . : 32.000 pts.
Beca «M aria A uxiliadora». Coop. y Arch. Llaranes-Avilés. T o ta l: 1.200 pts.
Beca «Domingo Savio». Col. L laranes-A vilés. T otal; 1.501^
Beca «Don Felipe García». Coop. Coruña. T otal: 23.135 pts.
Beca «M aría A uxiliadora». Vigo. T otal: 50.000 pts.
Beca «P. M iguel Salgado». Vigo. S. M atías. T . : 86.750 ptz
Beca «Angel Valverde». Vigo. T o ta l: 75.000 pts.
B eca «José Sabaté». Vigo. T o ta l: 41.600 pts.
Beca «Don P ed ro Masaveu». Oviedo. T otal: 20.000 pts.
Beca «San José». Vigo. San M atías. T o ta l; 72.000 pta.
Beca «Doña P ila r Gago». Vigo. T o ta l: SO.OOO pts.
Beca «Doña M aría del Carm en Oliveros». T otal: 30.000 ptzBeca «Don P e d ro Olivazzo». A studillo. T o ta l; 18.700 p ta
Beca «Virgen de Vlllanueva». A llariz. T otal: 22.725 pts.
Beca «M aría Auxiliadora». Celanova. T o ta l: 82.000 pts.
Beca «M aría A uxiliadora». Arch. Vigo. T o ta l: 34.000 pts.
Beca «Don E rn esto Armelles». Coruña. Colegio. T otal :38.26T
Beca «M aría Auxil.» Zam ora. R ey F e m an d o . T o ta l: 10.000.
Beca «Domingo Savio». León. T o ta l: 16.665 pts.
Beca «N tra.Sra. de Covadonga». T u d ela Veguln. T .: 19.346
Beca «Don E m ilio Montero». O rense. T o ta l: 22.000 pts.

PIA OBRA DEL SA6RAD0 CORAZON
San Juan Bosco, antes de su muerte, fundó con la aprobación del
Papa León X III, la Pi'a Obra del Sagrado Corazón para que se cele*
braran SEIS MISAS DIARIAS Y PERPETUAS en la Basílica del
mismo nombre, en Roma, a intención de cuantos se inscribieran en
élla. Todos los inscritos participan a su vez del fru to aplicable de las
oraciones de los niños de los Colegios Salesianos y de las oraciones
y buenas obras de los Salesianos e Hijas de Mana Auxiliadora.
INSCRIPCION
1. Puede inscribirse uno a si' mismo y a otras personas, vivas o
difuntas, por las que quiere pedir o sufragar.
2. La inscripción, que es nominal, se efectúa tras la aportación
por una sola vez, de una limosna superior a 25 pesetas, o de esa
cantidad (que se puede enviar por giro postal o en sellos de correos
de cualquier valor). La inscripción se acredita con una Cédula.
3. Para inscribirse: Envíe con letra bien clara el nombre o nom­
bres y apellidos de la persona que se inscribe, indicando si es viva o
difunta (no olvide este detalle) a:
OBRA VOCACIONAL DE LOS COOPERADORES SALESIANOS
Alcalá, 164 - M ADRID (2)

para feb rero
ALVARO GINEL

«Los jóvenes
ante la palabra»
Colección «Pastoral juvenil»
Madrid, 1970
Libro muy ú til para las celebracio­
nes litúrgicas.

JUAN MANUEL ESPINOSA

«Palabras al oído»
Colección «Pastoral juvenil»
Madrid, 1970
Precioso libro, escrito con agilidad
y gracia. Ofrece breves lecturas,
ejemplos y curiosidades ú tile s para
los chicos y buena ayuda para los
educadores.

«En ruta con María»
Colección «Pastoral Juvenil»
Madrid, 1970

¿QUE PUEDE HACER CON
ESTE TESORO ESPIRITUAL?

Libro escrito en colaboración, por
un equipo de salesianos. Muy ú til
para celebraciones litúrgicas marianas, para retiros y ejercicios.

APROVECHELO PARA USTED MISMO

«Pastoral juvenil
en un mundo secularizado»

Tier^ sin duda asuntos que le preocupan; quizas dificultades en
su familia; tal vez desea perfeccionarse en su vida cristiana o asegu­
rarse sufragios para su alma... Inscribiéndose en la Pía Obra, seis
sacerdotes intercederán todos los días por usted.
HAGA PARTICIPES DE EL A LOS SUYOS
Usted desea para los suyos lo mejor: unos están estudiando,
otros abriéndose camino en la vida, tal vez haya algún enfermo...
Una ayuda positiva es encomendarlos al Señor; si usted no puede
pedir bastante, los miles de niños y salesianos lo harán por usted.

Colección «P. J.».
Madrid, 1970
Una serle de estudios para adaptar
la pastoral juvenil al mundo de los
jóvenes de hoy.

CARLOS GARULO

«Hombres en construcción I»
Campaña formativa para niños
de 11 y 12 años
Madrid. 1971.
Gula para padres y educadores.

APLIQUELO A LOS DIFUNTOS
Nada alivia a los difuntos: ni las flores, ni las esquelas, ni su mis­
mo recuerdo. Sólo las oraciones y los sufragios llevan a las almas un
alivio. Inscribiéndolas en la Pi'a Obra, recibirán de su parte cada di'a,
el mejor recuerdo: el tesoro infin ito de seis misas, y de las oracio­
nes de millares de niños.
NOTA; La cédula artística en la que se acredita la inscripción en
Obra Pía contiene dos nombres: el de la persona inscrita y el de la
oersor« que hace el obsequio. Este detalle la hace muy apta para
hacer un delicado presente en una fecha familiar: santo, cumple­
años. fin de carrera... Asi también las cédulas de los difuntos pue­
den ser muy oportunas para dar el pésame o recordar un aniversario.

JESUS PARRA-J. LUIS UBIANO

«Inquietudes Jóvenes»
Campaña formatíva para mucha­
chos mayores
Madrid. 1971
Un tem arlo apasionante para for­
mar la personalidad de loa lóvenes.

PEDIDOS:
Central Catequística Salesiana
Alcalá, 164



MADRID (28)

DON BOSCO
Y

L O S

SALESIANOS
Ediciones Don Bosco
Barceiona - 1971
Autor: MORANO WIRTH
Traductor: MANUEL DÍAZ LEDO

*

Una SINTESIS, la más comple­
ta hasta la fecha, de Historia
Saleslana en los ISO años tras­
curridos desde el Nacimiento
de Don Bosco, 1815, hasta la
elección del actual Superior
Mayor, 1965.

*

Un libro de 420 páginas, en
nítida Impresión y excelente
presentación, que posee la agi­
lidad de una NARRACiON DE
INTERES CRECIENTE, dentro
del rigor histórico, precisión
y prolijidad de sus datos.

*

Una verdadera enciclopedia de
conocimientos útiles pn tomo
a la Congregación Salesiana:
sus historias, sus hombres, sus
contingencias humanas, su di­
námica Interna, su dimensión
geográfica...

^

Un volumen imprescindible, no
sólo en la ya abundante biblio­
grafía salesiana, si que también
en le biblioteca de todo eru­
dito que, deseoso de oonocer
mejor las fuerzas dinámicas de
la Iglesia en la sociedad, de­
sease adentrarse en las fuen­
tes vitales del Catolicismo en
su misión de transformar las
estructuras humanas, ya que
la >salesianldad> es uno de los
grandes fenómenos vitales y
dinámicos de la misma Iglesia.

Un resumen cronológico al comien­
zo de la obra y dos Indices biblio­
gráficos y analítico al final, facili­
tan el manejo del libro, además de
garantizar los hechos abundantes
citas en pie de página.

PEDIDOS;
Central Catequística Saleslana
Alcalá. 164

^

MADRID (28)

Ediciones Don Bosco
BARCELONA

Fecha
1972.02